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Enrique K rauz e

ENTREVISTA CON
John Elliott
El desengaño del Imperio Español
John Elliott es una autoridad mundial sobre la historia de España so). De allí la pregunta seminal que se
hace Elliott: ¿por qué no hubo en An-
y su imperio. Krauze, en esta conversación que forma parte de su gloamérica un Bartolomé de las Casas?
libro Travesía liberal, que Tusquets pondrá en circulación en el Ahora el tronco ibérico y sus ramas
americanas han adoptado muchos de los
mes de noviembre, dialoga, entre otras cosas, con el historiador valores de la modernidad, entre ellos y
inglés sobre las causas de la decadencia española y sobre la pervi- sobre todo la democracia. Pero el pasado
gravita aún sobre nosotros. Inadverti-
vencia de ciertos usos del pasado en el presente de la península. damente nos dicta pautas de conducta.
Por eso es importante reflexionar sobre

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os ingleses esparcieron por los siete Quería saber la opinión de Elliott. el pasado para desentrañar sus códigos
mares la “Leyenda Negra”, pero Había leído su libro Spain and its World y secretos. Para esa tarea, la obra de John
siglos más tarde otros británicos me había llamado la atención su insis- H. Elliott es una Piedra Roseta.
dedicarían su vida a desterrar esa leyenda tencia en el uso del término “desenga-
a fuerza de estudiar y comprender la ño” en la etapa crepuscular del Imperio Se dice que usted percibió cierto paralelo entre
historia de España, de las diversas cul- Español. La palabra resuena en Góngo- la historia española posterior al auge imperial
turas que integran España. Uno de los ra, Cervantes, Gracián, y llega a ser equi- y la historia inglesa después de la Segunda
más ilustres y prolíficos es Sir John Hux- valente a la verdad. Es decir, la vida es Guerra Mundial, como si ambas estuviesen
table Elliott, cuya obra, ampliamente el error, el engaño o el sueño. Caer en la marcadas por una decadencia similar. ¿Podría
conocida, incluye libros como La España cuenta, percibir de pronto con claridad, abundar sobre esto?
imperial, La rebelión de los catalanes, El Viejo salir del sueño, es “desengañarse”. En al- Es un tema triste para mí. Tal vez mi
Mundo y el Nuevo, Un palacio para el Rey, El gún soneto, Quevedo aconseja expresa- interés por la historia de España en el
conde duque de Olivares. mente persistir en el engaño y evitar la siglo diecisiete surgió de mis propias ex-
Conocí a Elliott en Sevilla en 1997. crueldad del desengaño. Pero Quevedo, periencias como joven de la Inglaterra
El año anterior había sido galardonado que todo lo sabía, sabía también que el de fines de la Segunda Guerra Mundial,
con el Premio Príncipe de Asturias de engaño es insostenible y por eso encuen- cuando, a pesar de la gran reputación de
Ciencias Sociales. Acudíamos como po- tra “incierto el bien y cierto el desenga- mi país, ya se vislumbraba el ocaso del
nentes a un encuentro conmemorativo ño”. En la vida de los imperios (y en la Imperio.
del 450 aniversario de la muerte de Her- otra) suele llegar el momento de la ver- Cuando empecé a estudiar la España
nán Cortés. Lo invité a México a hablar dad. ¿Cómo vivió España ese desengaño del Conde Duque de Olivares, surgieron
de la historia comparativa entre las “dos y cómo lo trasmitió a sus dominios de enseguida ciertas resonancias entre lo
Américas” sobre la que estaba trabajan- ultramar? Ésa era la pregunta central que que veía en la documentación del siglo
do. En su breve estancia “llevé agua a le formulé a Elliott. diecisiete y lo que sucedía en mi propio
mi molino” y conversamos sobre las de- Poco a poco la conversación tocó país: la gente comenzaba a hablar de la
terminaciones culturales o de mentali- diversos aspectos de ese desengaño: la decadencia. Y aún más en los años se-
dad que impidieron el acceso natural y perplejidad ante un mundo que, por un senta, cuando estaba preparando mis
oportuno de España y sus dominios al lado, desdeñaba valores tradicionales co- libros. Fue muy interesante, porque me
mundo moderno. Octavio Paz insistía mo el honor, el renombre, la reputación, di cuenta de que los españoles del siglo
en que las causas fundamentales de ese y por otro concebía el trabajo como fuen- diecisiete eran muy conscientes de lo
desencuentro fueron de naturaleza cul- te principal de riqueza. Aquel bloqueo que estaba pasando. Tenían una clara
tural, y entre todas resaltaba la falta de cultural que influyó adversamente en percepción en aquel momento, y dedi-
una Ilustración plena en el orbe hispá- el desarrollo político y económico de qué muchas investigaciones y análisis a
nico, consecuencia, a su vez, del legado España y su mundo suponía, a su vez, los problemas de Castilla –más que todo
de la Contrarreforma. ¿Podría decirse paradójicamente, un actitud más inclu- económicos–, buscando una solución
que España se cerró al mundo al tiempo siva, piadosa y tolerante con respecto a para lo que sucedía en Inglaterra. Fue
que Inglaterra se abría a él? otras culturas (salvo en el ámbito religio- una búsqueda frenética. Estudiaba al

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Conde Duque de Olivares, un hombre lo que Paul Kennedy, en su famoso libro, trabajo, por ejemplo, porque había la
con grandes proyectos para frenar la denominó imperial overstretch, es decir, sensación de que todo estaba en el aire, y
decadencia, y por entonces también em- cuando una sociedad está intentando que nada era lo que parecía ser.
pezaban los estadistas ingleses con sus abarcar demasiado y luego resulta muy Desengaño es la palabra clave para el
proyectos para frenarla, y descubrí cier- difícil corregir el rumbo. siglo diecisiete español, porque habían
tos paralelos. Tal vez eso me generó una El éxito pasaba de una sociedad como llegado a la conclusión de que nada es lo
mayor empatía con lo que había sufrido España, con sus grandes objetivos y su que parece. Los gigantes resultaron ser
la España del diecisiete y, al mismo tiem- imperio enorme, a países más pequeños, molinos de viento. Llegó el momento de
po, me aclaraba lo que estaba ocurriendo como Holanda, dotados de nuevas ideas despertar, y ya era demasiado tarde para
en mi propio país. para organizar la riqueza, el poder y el los españoles.
Lo más curioso es que algunos esta- comercio; y España no logró adaptarse a
distas ingleses de los años sesenta y se- ese nuevo mundo. Cambiar significaba Lo cual nos lleva a lo que quizá sean dos extremos
tenta, después de publicado mi libro sobre un costo excesivo, porque resultaba muy igualmente ilusorios en la historia de la compren-
la España imperial, decían que teníamos difícil para las clases gobernantes variar sión de España. Uno, el que viene de fuera, la
que evitar la situación de la España del el rumbo. Me parece que sucedió lo “Leyenda Negra”, y otro que procede de dentro,
siglo diecisiete. Es curioso porque, mien- mismo con la Inglaterra del siglo veinte: y es la postulación de una especificidad espa-
tras escribía mi libro, también pensaba en todavía tenemos la idea de una tenden- ñola. Como si existiera algo tan peculiar en el
el diálogo y en el discurso político de mi cia imperial por todo el mundo, y por eso español que lo hace único. Creo que en su obra
país en aquellos años. el desastre del Canal de Suez, cuando ya hay un distanciamiento de esos dos extremos,
pero, ¿cuál ha sido a tra-
De modo que el interés vés del tiempo el impacto
fue un puente de dos de esa “Leyenda Negra”
vías. Me doy cuenta de en los estudios históricos
que tocar los resortes de sobre España y en el otro
la decadencia o la de- extremo al que me he re-
clinación del Imperio ferido?

Ilustración: LETRAS LIBRES / Sean Mackaoui


Español en una sola Fueron fundamenta-
pregunta es imposible. les los reveses del si-
Usted ha escrito todos glo diecisiete: una so-
esos libros para expli- ciedad acostumbrada
cársela, pero de cual- al éxito se vio conde-
quier manera vale la nada al fracaso, y el
pena preguntarnos cuá- peso de ese fracaso ha
les fueron finalmente sido tan fuerte en es-
las razones fundamentales de esa declinación, y no teníamos la fuerza para soportar o de- tos últimos tres siglos que ha reforzado
me pregunto también si usted ha reflexionado fender un imperio o ni siquiera preten- aquella “Leyenda Negra” que la gente de
sobre si hay algún eco, primero, de esa declina- siones imperiales de ese tipo. fuera había construido sobre España. Se
ción en otros imperios posteriores o anteriores, fue instalando una tendencia a denostar
y si existe alguna lección que usted encuentre En el fondo estamos hablando de cierta propen- lo propio que pervive todavía incluso en
como moraleja en ese proceso. sión a la irrealidad. ¿Cuáles son las razones la España posfranquista –lo que me pa-
Bueno, me parece que es, sobre todo, un de esa propensión? ¿Podemos tocar la obsesión rece fundamental–, aunque se va supe-
asunto de adaptación. Sucede que una española con el “carácter nacional”? rando poco a poco.
sociedad se propone ciertos objetivos, Es muy difícil contestar esto. En parte se Yo he vivido la transición de la Espa-
determinadas metas. Para España, la relaciona con la mentalidad del siglo die- ña de Franco a la actual. Me resulta muy
medida del criterio para el éxito se da cisiete, es decir, por lo que hace al asun- interesante que la historia española, es-
principalmente en la guerra. La fama o la to de lo que es real y lo que no lo es. Hay crita siempre como la historia del fraca-
reputación son palabras que aparecen todo un mundo barroco en el cual par- so, se está rescribiendo ahora de cara a los
continuamente: “Por nuestra reputación, ticipa España con la idea de que, en el éxitos. Se nota un cambio de generación,
no podemos dejar los Países Bajos”, por fondo, la vida es sueño. Eso sin duda in- pero los españoles son muy autocríticos,
ejemplo. Y eso aparece incluso en el Con- fluye, y más cuando uno constata que tal vez por aquellos fracasos.
de Duque de Olivares, quien, con todos aquello que se creía era la riqueza –el oro, Es muy difícil hablar de “los españo-
sus proyectos reformistas, no podía aban- la plata– no lo es, y que la riqueza –como les”. Es otro problema, pero los castella-
donar esas antiguas metas. Así se llega a dice González de Cellorigo1– la genera el nos se veían a sí mismos como la gente

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E n r i q u e K rauz e : E n t r e v i s ta c o n Jo h n E l l i ot t

escogida por Dios en el siglo dieciséis. específica de algún político que haya sido Hubo un vacío. Yo he tenido éxito
Aquel sentimiento providencial de la mi- responsable de solucionarlos, se obtiene porque la gente –aparte de esos tres– no
sión de Castilla fue muy importante, y al mismo tiempo una idea de los proble- estaba trabajando sino haciendo cosas
creo que eso ha sucedido siempre con los mas y de las resistencias a las soluciones. flojitas, pero se veía en ciernes una reno-
grandes países imperialistas, e igual ocu- Eso es muy interesante, porque uno sabe vación; tuve la gran suerte de pasar un año
rrió con los ingleses: durante el siglo die- que, al observar desde un punto de vista entero con Vicens Vives en Barcelona,
cinueve nos sentimos superiores, y ese es particular, la perspectiva siempre será cuando estaba formando su propia es-
un sentimiento que ha sobrevivido a la parcial; sin embargo, al mismo tiempo, cuela y luchábamos para renovar la his-
pérdida del imperio. Va cambiando, piense usted en cuántos documentos im- toria de Cataluña, salvarla del naciona-
pero siempre hay esta ambigüedad de portantes pasan por la mesa de un hom- lismo catalán del siglo diecinueve y de
identidad. bre de Estado que está enterado de tantas su historia romántica.
Me parece que a un país que ha te- cosas, y esos documentos quedan, de Estaba aprendiendo catalán con una
nido grandes éxitos y algunas fallas le modo que uno puede ver lo que ha sido familia; tenía simpatía por esa nacionali-
queda después su herencia imperialista importante para la gente de esa genera- dad sofocada por el régimen, y cada día
de superioridad, de providencialismo, y ción. Considere, por ejemplo, aquella “re- me sentía más catalanista. Al mismo tiem-
al mismo tiempo el sentimiento de que al putación” de los hidalgos españoles, que po, frente a la documentación del siglo
final “Dios nos ha abandonado”. Pero aparece tantas veces en los documentos del diecisiete sobre la rebelión de los catala-
Dios no es español ni inglés, y hay que siglo diecisiete: ahí se da uno cuenta de la nes, vi que su historia tradicional era
adaptarse a eso y superarlo, lo que a mi importancia que tiene en el enfoque que mitológica, romántica, y que no casaba
modo de ver está pasando en la España se eligió para solucionar los problemas. con los documentos. En ese momento
actual, después de tres siglos. empecé a entender la fuerza del naciona-
Esto me lleva a la pregunta sobre la gravitación lismo; le tenía mucha simpatía, pero al
Un paréntesis: ¿qué piensa de la biografía de de los historiadores ingleses sobre España; se me mismo tiempo me daba cuenta de que un
Gregorio Marañón sobre el Conde Duque de ocurren muchos nombres, y al mismo tiempo da historiador tiene que hacer lo que debe:
Olivares? ¿A qué atribuye la falta de historias la impresión, a lo mejor equivocada, de que du- explicar en la medida de sus posibilida-
biográficas en la cultura española? rante una o dos generaciones hubo un crepúscu- des lo que percibe en los documentos y,
El libro de Marañón es muy interesante, lo de historiadores españoles. En otras palabras, si hay un choque entre la mitología y la
pero no es el libro de un historiador. los ingleses llenaron un vacío: Hugh Thomas, verdad, tiene que decir la verdad.
Marañón es un gran médico, con muchos Carr, Preston, etcétera, son muchos nombres Me puse en una situación difícil con
intereses sobre cuestiones psicoanalíticas. para ser una casualidad. ¿Es un “imperialismo mis amigos, pero llegué en un momento
Más que todo, es un examen psicoana- historiográfico inglés” sobre España? que resultó magnífico y empecé a formar
lítico, que no ha sido superado, sobre el Sí, hubo un vacío durante la época de una nueva generación de gente joven.
Conde Duque de Olivares. Pero en el Franco, en parte por el exilio de los En España tuvimos una gran acogida en
fondo queda muy flojo el ambiente en grandes historiadores, incluso a México, los archivos; los archivistas fueron muy
el cual lo sitúa. En cuanto a la ausencia y también por la historiografía oficial de generosos. Empezamos a renovar la
de biografías, creo que no es un defecto la época franquista, con ese estribillo per- historia de España y comenzaron las nue-
español; es más bien algo que tienen los manente sobre los valores trascendenta- vas generaciones españolas a seguir esa
ingleses y tal vez los estadounidenses: ese les de España, que no era historia, sino pista. Ha sido en parte casualidad, en
interés biográfico, que no sé de dónde mitología del régimen. También debe- parte una cuestión de saber captar el
viene, ha dado una gran tradición de mos tener en cuenta la falta de recursos momento. Tal vez la generación inglesa
biografías políticas, especialmente en mi económicos para los jóvenes historiado- anterior a la mía no quiso ir a la España
país, de hombres de Estado. Se conside- res. Sin embargo, había dos o tres muy de Franco, pero yo no había vivido la
ra una forma valiosa de historia. buenos cuando llegué a España: Vicens Guerra Civil española. Era inocente, y fui
Cuando se investigan los problemas de Vives, Antonio Domínguez Ortiz y José porque me parecía un territorio nuevo
una sociedad siguiendo la perspectiva Antonio Maravall; ellos ya estaban in- por conquistar para un historiador.
tentando renovar la historia de su país,
1 Martín González de Cellorigo, Memorial de la política nece- aunque con muchísimas dificultades. Vi- No resisto la tentación de preguntarle sobre su
saria, y útil restauración a la República de España, y estados de
ella, y del desempeño universal de estos Reynos, Imprenta de cens Vives, en parte por la beligerancia apreciación en torno a la incidencia de la his-
Juan de Bostillo, Valladolid, 1600. En su libro, Imperial de los nacionalistas catalanes, en parte por toria intelectual española y en particular la his-
Spain, Elliott cita el microfilme. El argumento central de
González de Cellorigo, en léxico moderno, diría que la problemas políticos suyos; Domínguez toria teológica de los siglos dieciséis y diecisiete
abundancia de oro y plata tuvo un papel retardatorio: Es- Ortiz porque estaba marginado; Maravall en el destino de esa nación. Sé que es una
paña se creía rica, pero, al no invertir la riqueza para pro-
ducir nueva riqueza, dilapidó su capital en los costos de porque en ese momento estaba en París, pregunta vastísima, pero esas generaciones de teó-
sus colonias y sus ejércitos. si no recuerdo mal. logos de las distintas órdenes, todo este inmenso

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desarrollo del aparato escolástico, ¿cómo incide Quisiera que hablara sobre la percepción his- glaterra, las fronteras avanzaban hacia el
en la realidad de la que hablábamos al princi- tórica europea con respecto a los indios, que Oeste, mientras los indios eran expulsa-
pio? ¿O es un prejuicio mío verlo así? A veces ahora se ha vuelto un tema muy delicado en dos más allá. Además, el exterminio fue
esos teólogos parecen precursores de ciertos México y en toda Hispanoamérica, y creo que inclemente durante el siglo diecinueve,
momentos actuales, mientras que en otras oca- también en la América sajona y el Canadá. cuando los estadounidenses llegaron a la
siones parecen inmensamente anacrónicos con El gran logro de los españoles del siglo die- costa de California. De modo que nunca
respecto al mundo que estaban viviendo. ciséis fue, sencillamente y a pesar de to- se dio ese esfuerzo de incorporación, ni
Son las dos cosas al mismo tiempo, por- do, querer incorporar de un modo u otro tampoco el mismo intento de evangeli-
que si uno piensa en la escuela de Sala- a los indios dentro de la sociedad que es- zar. Por eso los indios tuvieron menos
manca en el siglo dieciséis, era gente que taban creando, porque, como dijeron los oportunidades para salvar sus sociedades
se enfrentaba con problemas muy actuales escolásticos de la escuela de Salamanca, en el norte que en la América española.
–por ejemplo, sobre la fe, sobre los indios, estas sociedades tenían su propia viabili- Lo que estamos viendo ahora en la
o las sociedades indígenas–, y llegaba a dad como sociedades, eran hombres con América española es la recuperación de
conclusiones muy importantes que, ade- almas susceptibles de salvarse, y de ahí el la herencia de las sociedades indígenas,
más, y bajo muchos aspectos, resultaron gran empeño para incorporar a los indios. su incorporación por vía del mestizaje, de
benéficas y favorables para aceptar al fin A pesar de todos los malos tratos, las ma- la política, mientras que en el Norte ve-
la viabilidad de estas sociedades. Sin em- tanzas, etcétera, siempre hubo una políti- mos un intento de salvar lo que se pue-
bargo, junto a tanta agudeza de reflexión ca de protección a la república de los in- da. Pero ya es muy tarde. Hay que decir
también hubo mucha ceguera y, desde dios, y a su vez los indios fueron capaces que la política estadounidense ha sido un
luego, tuvieron un papel fundamental de utilizar esto para salvarse hasta cierto desastre por lo que hace a los indios.
ciertos viejos valores trascendentales, punto, para proteger algo de su herencia.
imbuidos por completo de la relación Fue muy distinto con las sociedades ¿Cuál es y cuál debería ser el lugar de la Nueva
del fracaso con el pecado. Cada vez que del norte del continente, donde había una España en la comprensión de la historia españo-
había una derrota militar, se atribuía a los menor densidad de población. Los ingle- la? Tengo entendido que usted ha propiciado que
pecados, los del rey o de quien fuera. ses llegaron, como los españoles, con la sus discípulos también empiecen a estudiar la his-
voluntad de salvar las almas, pero como toria novohispana y de la América Española.
Es un tema que parece sacado del Antiguo no existían poblaciones tan vastas, ni tam- Desde mi primera visita a Iberoamérica,
Testamento. poco un empeño por parte de la Iglesia en 1964, cuando pasé nueve meses en el
Y no pasa sólo en la España del siglo die- Anglicana para salvar a esta gente, hubo resto del continente y tres en México, me
cisiete, sucede también con los puritanos mucho menos interés desde el punto de quedó muy clara la importancia del in-
en Inglaterra. Se trata de una percepción vista de la evangelización; y, al mismo tercambio entre España y el Nuevo Mun-
del mundo y de lo sobrenatural que com- tiempo, los indios de ahí no se presta- do. No podía uno estudiar una sociedad
bina esta agudeza, bajo ciertos aspectos, ban al trabajo en el campo, no estaban sin tomar en cuenta a la otra: las relacio-
con unos límites muy ceñidos. Cuando hechos para eso, y los ingleses tuvieron nes económicas, culturales, intelectuales,
esa percepción se impuso demasiado, que incorporar a los negros en lugar de eran de gran importancia para explicar la
surgió el gran problema para la España los indios. sociedad no sólo del Nuevo Mundo, si-
del siglo diecisiete: la falta de pluralidad. En mi opinión, influyó mucho la cues- no también de España. Siempre he sido
A pesar de todas las tensiones entre las tión irlandesa en el comportamiento de muy consciente de la importancia de es-
órdenes y las doctrinas, en el fondo la so- los ingleses del siglo diecisiete, porque tablecer y estudiar los lazos entre estos dos
ciedad era demasiado monolítica; la gran trataron del mismo modo a los irlande- mundos, porque no se puede entender
ventaja de Inglaterra y Holanda, por ejem- ses y a los indios. Es muy peculiar: habla- nada de la historia mexicana sin enten-
plo, fue precisamente la necesidad de con- ban de los indios en los mismos términos der la española.
vivir con diversos sectores. A mi juicio, ésa en que se referían a los irlandeses y, al Para mí, la historia de México es al mis-
es la gran clave del éxito histórico: si hay igual que en Irlanda, donde desde el si- mo tiempo una historia de ruptura y de
suficiente pluralidad y pluralismo en la glo trece hubo leyes contra matrimonios continuidad: ya existía una gran estruc-
sociedad, cuando se llega a los obstáculos entre ingleses e irlandeses, hubo muy po- tura en las sociedades precolombinas,
en el sendero, siempre habrá gente para ca cohabitación, o de plano ninguna, con cuya herencia en parte pervive, a la vez
proponer otro camino. Estados Unidos la población india de la América británi- que los españoles buscaron su conserva-
cuenta actualmente con tales recursos, y ca. Resulta muy notable en comparación ción. Hay una continuidad, a la que se
con una capacidad de resurrección, de con lo que pasaba en México. En las zo- suma toda la nueva orientación que dio
cambiar de rumbo en muchos aspectos, nas británicas expulsaron a los indios a la Conquista Española. Es necesario dar
de renovar la industria, etcétera, y eso se los márgenes de las colonias, y cada vez igual importancia y peso al mundo indí-
da precisamente por su pluralidad. que llegaban nuevos inmigrantes de In- gena y al mundo español. ~

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