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ENTREVISTA CON
John Elliott
El desengaño del Imperio Español
John Elliott es una autoridad mundial sobre la historia de España so). De allí la pregunta seminal que se
hace Elliott: ¿por qué no hubo en An-
y su imperio. Krauze, en esta conversación que forma parte de su gloamérica un Bartolomé de las Casas?
libro Travesía liberal, que Tusquets pondrá en circulación en el Ahora el tronco ibérico y sus ramas
americanas han adoptado muchos de los
mes de noviembre, dialoga, entre otras cosas, con el historiador valores de la modernidad, entre ellos y
inglés sobre las causas de la decadencia española y sobre la pervi- sobre todo la democracia. Pero el pasado
gravita aún sobre nosotros. Inadverti-
vencia de ciertos usos del pasado en el presente de la península. damente nos dicta pautas de conducta.
Por eso es importante reflexionar sobre
L
os ingleses esparcieron por los siete Quería saber la opinión de Elliott. el pasado para desentrañar sus códigos
mares la “Leyenda Negra”, pero Había leído su libro Spain and its World y secretos. Para esa tarea, la obra de John
siglos más tarde otros británicos me había llamado la atención su insis- H. Elliott es una Piedra Roseta.
dedicarían su vida a desterrar esa leyenda tencia en el uso del término “desenga-
a fuerza de estudiar y comprender la ño” en la etapa crepuscular del Imperio Se dice que usted percibió cierto paralelo entre
historia de España, de las diversas cul- Español. La palabra resuena en Góngo- la historia española posterior al auge imperial
turas que integran España. Uno de los ra, Cervantes, Gracián, y llega a ser equi- y la historia inglesa después de la Segunda
más ilustres y prolíficos es Sir John Hux- valente a la verdad. Es decir, la vida es Guerra Mundial, como si ambas estuviesen
table Elliott, cuya obra, ampliamente el error, el engaño o el sueño. Caer en la marcadas por una decadencia similar. ¿Podría
conocida, incluye libros como La España cuenta, percibir de pronto con claridad, abundar sobre esto?
imperial, La rebelión de los catalanes, El Viejo salir del sueño, es “desengañarse”. En al- Es un tema triste para mí. Tal vez mi
Mundo y el Nuevo, Un palacio para el Rey, El gún soneto, Quevedo aconseja expresa- interés por la historia de España en el
conde duque de Olivares. mente persistir en el engaño y evitar la siglo diecisiete surgió de mis propias ex-
Conocí a Elliott en Sevilla en 1997. crueldad del desengaño. Pero Quevedo, periencias como joven de la Inglaterra
El año anterior había sido galardonado que todo lo sabía, sabía también que el de fines de la Segunda Guerra Mundial,
con el Premio Príncipe de Asturias de engaño es insostenible y por eso encuen- cuando, a pesar de la gran reputación de
Ciencias Sociales. Acudíamos como po- tra “incierto el bien y cierto el desenga- mi país, ya se vislumbraba el ocaso del
nentes a un encuentro conmemorativo ño”. En la vida de los imperios (y en la Imperio.
del 450 aniversario de la muerte de Her- otra) suele llegar el momento de la ver- Cuando empecé a estudiar la España
nán Cortés. Lo invité a México a hablar dad. ¿Cómo vivió España ese desengaño del Conde Duque de Olivares, surgieron
de la historia comparativa entre las “dos y cómo lo trasmitió a sus dominios de enseguida ciertas resonancias entre lo
Américas” sobre la que estaba trabajan- ultramar? Ésa era la pregunta central que que veía en la documentación del siglo
do. En su breve estancia “llevé agua a le formulé a Elliott. diecisiete y lo que sucedía en mi propio
mi molino” y conversamos sobre las de- Poco a poco la conversación tocó país: la gente comenzaba a hablar de la
terminaciones culturales o de mentali- diversos aspectos de ese desengaño: la decadencia. Y aún más en los años se-
dad que impidieron el acceso natural y perplejidad ante un mundo que, por un senta, cuando estaba preparando mis
oportuno de España y sus dominios al lado, desdeñaba valores tradicionales co- libros. Fue muy interesante, porque me
mundo moderno. Octavio Paz insistía mo el honor, el renombre, la reputación, di cuenta de que los españoles del siglo
en que las causas fundamentales de ese y por otro concebía el trabajo como fuen- diecisiete eran muy conscientes de lo
desencuentro fueron de naturaleza cul- te principal de riqueza. Aquel bloqueo que estaba pasando. Tenían una clara
tural, y entre todas resaltaba la falta de cultural que influyó adversamente en percepción en aquel momento, y dedi-
una Ilustración plena en el orbe hispá- el desarrollo político y económico de qué muchas investigaciones y análisis a
nico, consecuencia, a su vez, del legado España y su mundo suponía, a su vez, los problemas de Castilla –más que todo
de la Contrarreforma. ¿Podría decirse paradójicamente, un actitud más inclu- económicos–, buscando una solución
que España se cerró al mundo al tiempo siva, piadosa y tolerante con respecto a para lo que sucedía en Inglaterra. Fue
que Inglaterra se abría a él? otras culturas (salvo en el ámbito religio- una búsqueda frenética. Estudiaba al
escogida por Dios en el siglo dieciséis. específica de algún político que haya sido Hubo un vacío. Yo he tenido éxito
Aquel sentimiento providencial de la mi- responsable de solucionarlos, se obtiene porque la gente –aparte de esos tres– no
sión de Castilla fue muy importante, y al mismo tiempo una idea de los proble- estaba trabajando sino haciendo cosas
creo que eso ha sucedido siempre con los mas y de las resistencias a las soluciones. flojitas, pero se veía en ciernes una reno-
grandes países imperialistas, e igual ocu- Eso es muy interesante, porque uno sabe vación; tuve la gran suerte de pasar un año
rrió con los ingleses: durante el siglo die- que, al observar desde un punto de vista entero con Vicens Vives en Barcelona,
cinueve nos sentimos superiores, y ese es particular, la perspectiva siempre será cuando estaba formando su propia es-
un sentimiento que ha sobrevivido a la parcial; sin embargo, al mismo tiempo, cuela y luchábamos para renovar la his-
pérdida del imperio. Va cambiando, piense usted en cuántos documentos im- toria de Cataluña, salvarla del naciona-
pero siempre hay esta ambigüedad de portantes pasan por la mesa de un hom- lismo catalán del siglo diecinueve y de
identidad. bre de Estado que está enterado de tantas su historia romántica.
Me parece que a un país que ha te- cosas, y esos documentos quedan, de Estaba aprendiendo catalán con una
nido grandes éxitos y algunas fallas le modo que uno puede ver lo que ha sido familia; tenía simpatía por esa nacionali-
queda después su herencia imperialista importante para la gente de esa genera- dad sofocada por el régimen, y cada día
de superioridad, de providencialismo, y ción. Considere, por ejemplo, aquella “re- me sentía más catalanista. Al mismo tiem-
al mismo tiempo el sentimiento de que al putación” de los hidalgos españoles, que po, frente a la documentación del siglo
final “Dios nos ha abandonado”. Pero aparece tantas veces en los documentos del diecisiete sobre la rebelión de los catala-
Dios no es español ni inglés, y hay que siglo diecisiete: ahí se da uno cuenta de la nes, vi que su historia tradicional era
adaptarse a eso y superarlo, lo que a mi importancia que tiene en el enfoque que mitológica, romántica, y que no casaba
modo de ver está pasando en la España se eligió para solucionar los problemas. con los documentos. En ese momento
actual, después de tres siglos. empecé a entender la fuerza del naciona-
Esto me lleva a la pregunta sobre la gravitación lismo; le tenía mucha simpatía, pero al
Un paréntesis: ¿qué piensa de la biografía de de los historiadores ingleses sobre España; se me mismo tiempo me daba cuenta de que un
Gregorio Marañón sobre el Conde Duque de ocurren muchos nombres, y al mismo tiempo da historiador tiene que hacer lo que debe:
Olivares? ¿A qué atribuye la falta de historias la impresión, a lo mejor equivocada, de que du- explicar en la medida de sus posibilida-
biográficas en la cultura española? rante una o dos generaciones hubo un crepúscu- des lo que percibe en los documentos y,
El libro de Marañón es muy interesante, lo de historiadores españoles. En otras palabras, si hay un choque entre la mitología y la
pero no es el libro de un historiador. los ingleses llenaron un vacío: Hugh Thomas, verdad, tiene que decir la verdad.
Marañón es un gran médico, con muchos Carr, Preston, etcétera, son muchos nombres Me puse en una situación difícil con
intereses sobre cuestiones psicoanalíticas. para ser una casualidad. ¿Es un “imperialismo mis amigos, pero llegué en un momento
Más que todo, es un examen psicoana- historiográfico inglés” sobre España? que resultó magnífico y empecé a formar
lítico, que no ha sido superado, sobre el Sí, hubo un vacío durante la época de una nueva generación de gente joven.
Conde Duque de Olivares. Pero en el Franco, en parte por el exilio de los En España tuvimos una gran acogida en
fondo queda muy flojo el ambiente en grandes historiadores, incluso a México, los archivos; los archivistas fueron muy
el cual lo sitúa. En cuanto a la ausencia y también por la historiografía oficial de generosos. Empezamos a renovar la
de biografías, creo que no es un defecto la época franquista, con ese estribillo per- historia de España y comenzaron las nue-
español; es más bien algo que tienen los manente sobre los valores trascendenta- vas generaciones españolas a seguir esa
ingleses y tal vez los estadounidenses: ese les de España, que no era historia, sino pista. Ha sido en parte casualidad, en
interés biográfico, que no sé de dónde mitología del régimen. También debe- parte una cuestión de saber captar el
viene, ha dado una gran tradición de mos tener en cuenta la falta de recursos momento. Tal vez la generación inglesa
biografías políticas, especialmente en mi económicos para los jóvenes historiado- anterior a la mía no quiso ir a la España
país, de hombres de Estado. Se conside- res. Sin embargo, había dos o tres muy de Franco, pero yo no había vivido la
ra una forma valiosa de historia. buenos cuando llegué a España: Vicens Guerra Civil española. Era inocente, y fui
Cuando se investigan los problemas de Vives, Antonio Domínguez Ortiz y José porque me parecía un territorio nuevo
una sociedad siguiendo la perspectiva Antonio Maravall; ellos ya estaban in- por conquistar para un historiador.
tentando renovar la historia de su país,
1 Martín González de Cellorigo, Memorial de la política nece- aunque con muchísimas dificultades. Vi- No resisto la tentación de preguntarle sobre su
saria, y útil restauración a la República de España, y estados de
ella, y del desempeño universal de estos Reynos, Imprenta de cens Vives, en parte por la beligerancia apreciación en torno a la incidencia de la his-
Juan de Bostillo, Valladolid, 1600. En su libro, Imperial de los nacionalistas catalanes, en parte por toria intelectual española y en particular la his-
Spain, Elliott cita el microfilme. El argumento central de
González de Cellorigo, en léxico moderno, diría que la problemas políticos suyos; Domínguez toria teológica de los siglos dieciséis y diecisiete
abundancia de oro y plata tuvo un papel retardatorio: Es- Ortiz porque estaba marginado; Maravall en el destino de esa nación. Sé que es una
paña se creía rica, pero, al no invertir la riqueza para pro-
ducir nueva riqueza, dilapidó su capital en los costos de porque en ese momento estaba en París, pregunta vastísima, pero esas generaciones de teó-
sus colonias y sus ejércitos. si no recuerdo mal. logos de las distintas órdenes, todo este inmenso