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“Aun cuando entendemos el pohnpeiano, siempre existe una limitación,” dice Dais Lorrin, un creyente
de Mwoakillo. “Entre Dios y nosotros no existe ninguna barrera lingüística,” dice Dais. “No debería haber.”
En 1982, miembros de la iglesia kapingamarangi escribieron a SIL*, solicitando que alguien viniera a ayudarles
con la traducción de la Biblia. Doce años después, cuando Nico Daams y su esposa Pam, vinieron a visitar a
los kapingamarangi como respuesta a esta carta, encontraron que toda la comunidad estaba dispuesta y
deseosa de comprometerse en el trabajo.
“Era evidente que era su proyecto desde el principio,” dice Nico. “Ellos asumieron toda la responsabilidad.”
En esta comunidad de aproximadamente 3000 personas, más de dos docenas de traductores han servido en
el comité de traducción a lo largo de los años.Casi un ciento de revisores de la comunidad han comprobado y
han comentado la traducción.
Abordar proyectos como una comunidad entera es común para los kapingamarangi. Si foráneos hubieran de
empezar un proyecto de traducción de la Biblia por su cuenta, podría parecer que es un proyecto privado, y no
uno de la comunidad entera.
En diciembre del 2014, los kapingamarangi celebraron la culminación de la Biblia completa en su idioma.
También han dado generosamente para el trabajo de traducción de la Biblia en otros grupos lingüísticos. Su
historia está inspirando a otras comunidades isleñas.
El Proyecto de las Islas del Mar es una red de proyectos de traducción de la Biblia auspiciado por Seed
Company. Nico y Pam dirigen el equipo de las Islas del Mar que ofrece alianzas estratégicas y brinda apoyo de
consultoría a las comunidades lingüísticas del Pacífico. Islas del Mar actualmente comprende los proyectos
activos de traducción de la Biblia en diecisiete idiomas micronesios y polinesios.
En el 2010, el equipo de las Islas del Mar se puso en contacto con algunos representantes del grupo lingüístico
mwoakillo y descubrieron que estaban interesados en traducir la Biblia a su idioma.
Aunque su idioma estaba muriendo, querían preservarlo. “El idioma sirve para dar identidad a las personas,”
dice Dais Lorrin, ahora presidente del comité de traducción mwoakillo,“ y [nuestra identidad] es algo muy
importante para nosotros.”
Líderes de la comunidad de Mwoakillo empezaron el trabajo de traducción en el 2011. Hoy en día, como parte
del Proyecto de las Islas del Mar, están trabajando en colaboración estrecha con otro grupo lingüístico
cercanamente emparentado, el pingelapés.
Gracias a las clases de traducción, estudiantes de la PIU, como Tyler, aprenden a perfeccionar sus
traducciones. El Nuevo Testamento en el idioma de Tyler se tradujo en 1964 y nunca se ha revisado.
“Cuando leo mi propia Biblia, no siempre tiene sentido para mí,” dice Tyler. “Estas clases ayudan a personas
como yo a poder traducir la Biblia con exactitud a mi idioma. Quiero ser fiel a la Biblia y a lo que Dios está
tratando de comunicarle a su pueblo.”
En Micronesia, Dios está guiando un movimiento de traducción de la Biblia que refleje un verdadero estilo isleño:
traducción de la Biblia que le pertenezca a la comunidad. Los kapingamarangi mostraron a la iglesia de
Micronesia y Polinesia un nuevo nivel de compromiso que tiene la comunidad con la traducción de la Biblia.
Islas del Mar está haciendo avanzar esa visión a otros grupos lingüísticos, y ahora la PIU está ayudando a la
siguiente generación de isleños a mostrar el camino para derribar las barreras lingüísticas que obstaculizan la
comprensión de la Palabra de Dios.
“Es excelente tener las palabras de Dios en nuestro idioma,” dice el traductor kapingamarangi, Caleb
Gamule. “Esta Biblia es nuestra Biblia—y somos responsables de que se dé.”