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En el prólogo: "En el tiempo deste célebre español, todos los aparatos de un autor

de comedias se encerraban en un costal, y se cifraban en cuatro pellicos blancos


guarnecidos de guadamecí dorado, y en cuatro barbas y cabelleras y cuatro cayados,
poco más o menos. Las comedias eran unos coloquios, como églogas, entre dos o tres
pastores y alguna pastora; aderezábanlas y dilatábanlas con dos o tres entremeses,
ya de negra, ya de rufián, ya de bobo y ya de vizcaíno: que todas estas cuatro
figuras y otras muchas hacía el tal Lope con la mayor excelencia y propiedad que
pudiera imaginarse. No había en aquel tiempo tramoyas, ni desafíos de moros y
cristianos, a pie ni a caballo; no había figura que saliese o pareciese salir del
centro de la tierra por lo hueco del teatro, al cual componían cuatro bancos en
cuadro y cuatro o seis tablas encima, con que se levantaba del suelo cuatro palmos;
ni menos bajaban del cielo nubes con ángeles o con almas. El adorno del teatro era
una manta vieja, tirada con dos cordeles de una parte a otra, que hacía lo que
llaman vestuario, detrás de la cual estaban los músicos, cantando sin guitarra
algún romance antiguo."

...

La idea de retablo ya estaba presente en sus Novelas Ejemplares. Los diferentes


géneros dotaban allí al conjunto de piezas independientes de volumen al estar
estrechamente relacionadas esas piezas hasta el punto de ser necesarias unas y
otras para la correcta intelección de dicho conjunto. Igualmente es reseñable el
carácter antitético del titulo que conjuga el concepto plenamente religioso de
retablo con la mención de dos pecados capitales y la referencia a la muerte.

Aunque diversas fuentes discrepan sobr la identificación de dicta "table" con las
del propio retablo o con la mesa del altar: The Spanish word retablo was derived
from the Latin term retro tabula for "behind the altar" (retro for back and tabula
for board, tablet; the Latin tabulum means table) (Art and Faith in Mexico: The
Nineteenth Century Retablo Tradition). From the low Latin retaulus (retro-tabula),
something "behind the table" or altar. (The Art and Architecture of the Texas
Missions - Página 218). Deriva del latín vulgar, retaulus (Latín: retro tabula,
literalmente, detrás de la mesa) (Los retablos del siglo XVIII en el sur de España,
Portugal y México - Página 15). ...se pone este tablero atrás del altar, de ahí su
nombre: retro tábula (Manual de arte cristiano ... - Página 317)

Retablo es la estructura arquitectónica, pictórica y escultórica que se sitúa


detrás del altar en las iglesias católicas

El antiguo tablero o lienzo en el que se pintaban imágenes de flores al estar


prohibidas las escenas culto

diversas fuentes discrepan sobre la identificación entre los retaulus, literalmente


detrás de la mesa, las tablas que se colocaban durante las liturgias religiosas
tras el altar pintadas con diferentes presentase o historias

un retablo sería la escenografía situada tras los actuantes, término retablo que
proviene de la expresión latina retro tabula, donde el prefijo "retro" sería
espacial, "detrás", y "tábula", haría referencia a las tablas sobre las que se
pintaban las escenografías que también podían ser sobre lienzo,

pieza breve, de un sólo acto, dispuesta para ser representada entre acto y acto de
una obra teatral, es de carácter jocoso y burlesco, con mucho movimiento y griterío
de los personajes.
Estos "pequeños escenarios en que los que se representaban una acción valiéndose de
figurillas o títeres" se anticiparían a los actores de teatro en su capacidad
ilustrativa de los acontecimientos.

Hay ejemplos arqueológicos de que existieron en Egipto unos 2.000 antes de Cristo
con el uso de figuras de madera manipulables con una cuerda. Algunos muñecos
articulados de marfil también fueron encontrados en tumbas egipcias. Incluso
algunos jeroglíficos describen "estatuas de pie" utilizadas por los antiguos
egipcios en dramas religiosos.
Los escritos más antiguos sobre los títeres se atribuyen a Jenofonte en 422 a.C.
Entre las modernas aportaciones pueden mencionarse la de Jodorowsky, con su
creación en 1950 del Teatro de Títeres del Teatro Experimental de la Universidad de
Chile; y la de Jim Henson, su Muppets Show y demás "teleñecos".

Retablo ayacuchano, una forma de arte popular.

con la particularidad de que no puede ser vista por hijos bastardos o por gente de
sangre no pura, es decir, por aquél que no fuese cristiano viejo y tuviese
ascendencia mora o judía (tan de acuerdo con los estatutos de limpieza de sangre de
la época).

El espectador, consciente de que están timando a los asistentes, incluyendo a las


autoridades, se divierte por la crítica de costumbres que supone esta trama. Acaba
el entremés con la llegada de un militar que exige al poder político municipal
alojamiento para sus exhaustos soldados. Al no conocer el supuesto poder del
retablo no le importa decir que no ve nada. Ante esto los timados comienzan a
mofarse de él y, afrentado, se enfada, con el desenlace de entremés a palos.
Esta obra cervantina es un buen ejemplo del entremés del teatro español del Siglo
de oro; pieza breve, de un sólo acto, dispuesta para ser representada entre acto y
acto de una obra teatral, es de carácter jocoso y burlesco, con mucho movimiento y
griterío de los personajes.

El altar fue, desde los primeros momentos del cristianismo, el elemento central de
la liturgia. Al principio su disposición en el templo era exenta y central, con los
fieles situados alrededor, recordando de esta manera el banquete de la Última Cena.
Sin embargo, con el fortalecimiento de la autoridad del clero, los altares se
fueron desplazando al presbiterio, un lugar elevado e inaccesible a los fieles,
próximo al muro de la cabecera de la iglesia (ábside), y que en determinadas
tipologías de iglesia quedaba incluso oculto con cortinajes, rejas, o con el
iconostasio. El oficiante realizaba de espaldas a los fieles la mayor parte del
ritual.

La historia de los retablos es la historia del espectador.

Las palabras y la cosas?

Los "Retablos", de la expresión latina retro tabula, literalmente "tras el altar",


fue como comenzaron a conocerse los pequeños escenario en el que se representa el
teatro de títeres, de donde derivaron

El conjunto o colección de figuras pintadas o de talla que representaban en serie


una historia o suceso llamados "acepción" derivaba borrosamente de los llamados
"aleluyas", forma literaria asociada a las representaciones más populares, como por
ejemplo, a la recitación de toda clase de "acepciones" por ciegos que acompañaban
la trama no sólo con gestos sino con dibujos en forma de viñetas, un precedente del
comic que hace nos refiramos a este aterezzo como trama y no como texto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Aleluyas

Es a los aleluyas, a esta forma teatral, a la que alude hasta en tres ocasiones
Cervantes, una en El retablo de las maravillas, entremés de 1615, y otras dos en
los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, publicada
el mismo año. La denominación "retablo teatral español" pues no haría tanto
referencia a un género literario, dramático, como a la forma de concebir el teatro
mismo. Una forma de concebir el mundo en el que precisamente por ser la vida sueño
no existían diferencias entre la vida y el sueño en el gran teatro del mundo: Lo
que sucede es voluntad de Dios, lo que no sucede, también.

El componente de "fingimiento de la realidad" que tienen los retablos teatrales en


las obras cervantinas o calderonianas, "engañar con la verdad" y "enseñar con el
engaño", es el mismo que encontramos en el retablo eclesiástico, "el escenario
teatral de la liturgia, el dogma, la piedad y la devoción católicas": "máquinas
ilusorias" para el "control sobre la sensibilidad del fiel".

Aunque hay ejemplares que se organizan de forma sencilla, con una escena única
centrando la atención, los retablos pueden llegar a adoptar una disposición
geométrica muy compleja.

Dividiéndose en "cuerpos", secciones horizontales, separadas por molduras, y


"calles", secciones verticales, separadas por pilastras o columnas. Así, las
unidades formadas por esta cuadrícula de calles y cuerpos se denominan
"encasamentos" y suelen albergar representaciones escultóricas o pinturas. Al
conjunto de elementos arquitectónicos que enmarcan y dividen este conjunto se le
suele denominar "mazonería".

Los retablos articulados (característica común en los notables retablos flamencos


que alcanzaron gran influencia en Italia -tríptico Portinari- y España -estilo
hispano-flamenco-)13 permitían presentar dos disposiciones: abierto y cerrado,
aunque a veces la complejidad es mayor (altar de Isenheim). La posición "cerrado"
de los retablos flamencos solía contener grisallas (una representación pictórica
que simula -al trampantojo- esculturas de piedra). La articulación de los retablos
originó la denominación alemana Flügelaltar (literalmente "altar de alas").

Suele elevarse sobre un zócalo. Para evitar la humedad del suelo. A la parte que
se apoya directamente sobre este zócalo se llama banco o predela. Esta parte
suprainferior se dispone como una sección horizontal a modo de friso que a su vez
puede estar dividida en compartimentos decorados. El elemento que remata toda la
estructura puede ser una "luneta" semicircular. O una "espina" o "ático". Esta
parte superior y dominante suele reservarse obviamente a la representación del
Padre Eterno, aunque en ocasiones pude representarse un Calvario.

Todo el conjunto a veces se protege con una moldura llamada guardapolvo.

Los templos paleocristianos decoraban sus interiores con pinturas murales (capilla
de Dura Europos) y ciertos objetos de uso litúrgico, como relicarios, arquetas,
dípticos de marfil o pequeñas estatuas. Su primitiva austeridad se compensaba con
las lujosas donaciones ofrendadas por los potentados (tesoro de Guarrazar). En el
Prerrománico comenzaron a difundirse las imágenes de Cristo crucificado, que se
colocaban pendiendo de los muros o el techo, y que podían ser pictóricas o
escultóricas (Crucificado de Gero, Catedral de Colonia), o prescindiendo en
ocasiones de la figuración para tomar forma de joya (crux gemmata, como la Cruz de
la Victoria de la Cámara Santa de Oviedo). Tomó también mucha relevancia la
decoración del antependium (pallium altaris, frontal o frente de altar), derivado
de las cortinas que cubrían las urnas con reliquias dispuestas bajo la mesa del
altar (cuyo color debía variar para corresponderse con el color litúrgico de la
fiesta u oficio del día) y que se enriquecían con todo tipo de ornamentos en
materiales preciosos.21 Se ha propuesto la hipótesis de que, evolutivamente, el
retablo derivó del antependium.

También parecen prefigurar las formas del retablo posterior algunas estructuras
derivadas de los clásicos aedicula (edículos -"templetes" o "pequeños edificios"-),
especialmente el ciborium o ciborio (un dosel o palio fijo sostenido por cuatro
columnas, posteriormente denominado baldaquín o baldaquino), elemento usual en las
iglesias paleocristianas, que protegía y daba relevancia visual a los altares,
relicarios y sepulturas de santos y mártires, que habitualmente coincidían en el
mismo lugar.

La decoración interna de las iglesias estaba adaptada a sus modestas dimensiones en


la mayoría de los casos, y se ponía el acento en la decoración parietal, bien por
medio de frescos de colores vivos, o con mosaicos enriquecidos con teselas de oro
(muy usuales en el arte bizantino), de forma que las imágenes resaltaran en unos
interiores generalmente oscuros y reducidos. Los elementos que se situaban en el
altar tenían carácter mueble casi siempre (arquetas, dípticos, iconos) y su
suntuosidad en cuanto a materiales suponía también un pequeño tamaño. El Románico
no supuso un gran cambio en este sencillo sistema de decoración interior de los
templos, con predominio de los frescos en los ábsides (iglesias románicas del Valle
de Bohí, Abadía de Saint-Savin-sur-Gartempe), las figuras de Cristo en Majestad y
Virgen en Majestad y los frontales de altar, que pasaron a ser soportes de
decoración pintados, tallados o repujados, a menudo enriquecidos con esmaltes u
orfebrería.25 Aunque las formas y materiales eran ya muy similares a los de los
retablos posteriores, la disposición de la pieza era exactamente la contraria
(delante del altar y bajo él, en vez de detrás y en posición elevada). De hecho,
algunos han sido reutilizados como retablos, como el del santuario de San Miguel de
Aralar.

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