Antologia Práctias 12-18 Parcial III

También podría gustarte

Está en la página 1de 11

Coatzacoalcos Ver, a 17 de julio de 2020

ANTOLOGÍA
PRÁCTICAS PSICOPEDAGOGÍCAS DE 12-18 AÑOS

LIC.IRMA SERRANO GARCÍA


Teoría Interpersonal de Sullivan

Harry Stack Sullivan nación en un pequeño pueblo agrícola en el estado de Nueva York,
en su niñez no tuvo amigos de su edad, pero sí muchos compañeros de juego
imaginarios. En el colegio, su acento irlandés y su notable inteligencia lo hicieron
impopular. A la edad de ocho años tuvo una relación íntima con otro niño de 13 años con
muchas características similares a él; muchos académicos afirman que esta relación fue,
en muchos aspectos, homosexual; pero esta es sólo una hipótesis que además cobra
fuerza por el hecho de que ninguno de los dos se casó jamás. El dilema de su
orientación sexual tiene importancia porque los psiquiatras consideraban que “El médico
debe curarse a sí mismo”, en consecuencia, la orientación sexual de Sullivan le impidió
obtener el reconcomiendo que habría tenido de no haberse sospechado de su
homosexualidad.

La relación que Sullivan mantuvo con el otro niño, sería la clave para que desarrollara su
teoría.

Sullivan es el primer estadounidense que construyó una teoría de la personalidad


completa, afirmaba que las personas desarrollaban su personalidad dentro de un
contexto social. Sin otras personas, sostenía Sullivan, los humanos no tendrían
personalidad: “Una personalidad no puede estar aislada del complejo de relaciones
interpersonales en las cuales la persona vive y tiene su existencia” (Sullivan,1953).

Este autor insistía en que el conocimiento de la personalidad humana solo se puede


conseguir mediante el estudio científico de las relaciones interpersonales. Su teoría
interpersonal destaca la importancia de varias etapas del desarrollo, las cuales
desarrollaremos más adelante. Un desarrollo humano equilibrado se basa en la
capacidad de la persona para establecer una intimidad con otra, pero, lamentablemente
la ansiedad puede interferir en las relaciones interpersonales a cualquier edad, siendo la
pre adolescencia el periodo más crucial, ya que en este los niños adquieren por primera
vez la capacidad de intimidad, pero, aún no han alcanzado la edad en la cual estas
relaciones se complican por la presencia de intereses sexuales. ( (Feist), 2007, p.210).

Sullivan también describe en su teoría las diferentes personificaciones, es decir,


imágenes que las personas crean de sí mismas y de los demás. En primera instancia
está la imagen de la madre mala o madre buena, que surge a partir de las experiencias
del niño con el pezón
que lo alimenta, que puede también ser un biberón y no específicamente es la madre,
sino cualquier persona que participe en el cuidado del bebé.

En segundo lugar, están las personificaciones del yo. La primera, es la personificación


del yo malo la cual se forma a partir de las experiencias de castigo y desaprobación que
reciben los niños por parte de su cuidador; esto genera ansiedad lo suficientemente
fuerte como para enseñar a los niños que son malos.

La segunda es la personificación del yo bueno que procede de las experiencias


gratificantes y de aprobación que tienen los niños. Éstos se sienten satisfechos consigo
mismos por las expresiones de afecto de la madre y reducen su ansiedad.

Por último están las personificaciones eidéticas, es decir, rasgos irreales o amigos
imaginarios que muchos niños crean para proteger su autoestima. (Sullivan, 1964)
afirmaba que los amigos imaginarios pueden ser tan importantes para el desarrollo como
los amigos reales.

Además de las personificaciones, Sullivan dividió la cognición en tres niveles de


experiencia. El primero, es el nivel prototáxico, en el cual las experiencias son imposibles
de comunicar puesto que son los sentimientos del recién nacido de hambre y dolor.

El segundo, es el nivel paratáxico, en el cual las experiencias son personales, pre lógicas
y aparecen cuando una persona supone que existe una relación causa-efecto entre dos
hechos comunes y corrientes.

Finalmente, el nivel en que la comunicación interpersonal tiene un significado, en el


sintáxico, que surge cuando las experiencias tienen una interpretación con la que dos o
más personas están de acuerdo, por ejemplo, el lenguaje.

Ahora, hemos dejado para tratar al final la principal contribución de Sullivan a la teoría de
la personalidad, su concepto de “las fases de desarrollo”.

Sullivan (1953) postuló la existencia de siete fases del desarrollo, cada una de las cuales
es de crucial importancia para el desarrollo de la personalidad humana.

1. Primera Infancia

Empieza con el nacimiento y se prolonga hasta que el niño aprende a hablar; Sullivan
afirmaba que los niños se hacen humanos gracias al afecto que reciben de su cuidador.

Es indispensable la cooperación de otra persona, para que los niños puedan sobrevivir,
ya que necesitan que alguien les proporcione alimento, refugio, etc. Aquí surge la
primera ansiedad del niño, proveniente de la conexión empática entre la madre y él. Un
bebé expresa la ansiedad y el hambre mediante el llanto; por lo que el cuidador podría
confundir
ansiedad con hambre provocando que el bebé se ponga furioso, lo que aumentará la
ansiedad de la madre y dificultará la capacidad de cooperar con el niño.

Estos problemas terminan cuando el niño aprende a hablar, dando paso a la siguiente fase.

2. Infancia

Esta fase empieza con la adquisición del lenguaje, y se prolonga hasta la aparición de la
necesidad de tener amigos del mismo estatus. La madre sigue siendo la persona más
importante, pero ya distingue los roles de ella y del padre por separado.

A diferencia de la anterior fase, el niño considera a la madre buena o mala por medio de
herramientas sintáxicas en función de si muestra sentimientos de afecto o de rechazo.
Una característica relevante en esta fase es la malevolencia que surge cuando el niño es
rechazado en su afán de recibir afecto maternal. Esto provocará que los niños aprendan
a ocultar toda expresión de necesidad de afecto.

La infancia es un periodo de rápida aculturación, ya que además de la adquisición del


lenguaje, los niños aprenden patrones culturales de limpieza, control de esfínteres,
hábitos de alimentación y expectativas con respecto a los roles de género (Sullivan,
1953).

3. Última Infancia

Comienza con la necesidad de tener compañeros o amigos del mismo estatus y finaliza
cuando se encuentra a una persona que satisfaga la necesidad de intimidad. Según
Sullivan, durante esta fase el niño debería aprender a competir, a ser flexible y a
cooperar. El nivel de competición de los niños en esta fase varía en función de la cultura,
muchos de ellos suelen darle demasiada importancia y otros piensan que deben ser
competitivos para tener éxito.

La flexibilidad y cooperación comprende todos los procesos necesarios para relacionarse


con otros. Durante esta fase los niños se asocian con otros niños de su misma posición y
las relaciones están basadas en la convivencia más que en una auténtica intimidad.

Al final de esta fase el niño debería haber desarrollado una orientación hacia la vida que
le haga más fácil soportar la ansiedad, satisfacer sus necesidades parciales y de afecto,
y fijar objetivos basados en la memoria y la previsión. Esta orientación hacia la vida
prepara a los niños para futuras relaciones interpersonales más profundas (Sullivan,
1953).

4. Pre adolescencia

Empieza a los ocho años y termina con la adolescencia; es un periodo de intimidad con
una persona concreta, por lo general del mismo género. La característica principal de la
pre adolescencia es la génesis de la capacidad para amar.
La relación íntima de un pre adolescente suele ser con otra persona del mismo género y
de aproximadamente la misma edad o estatus social. Ser querido por los compañeros es
más importante que ser querido por los profesores o los padres.

Entre amigos pueden expresarse libremente, lo que hace a cada uno más humano,
adquiere una personalidad más amplia y desarrolla mayor interés por la humanidad de
todas las personas. La adolescencia es el período más tranquilo y despreocupado de la
vida (Sullivan, 1953).

5. Primera Adolescencia

Esta fase comienza con la pubertad y se acaba con la necesidad de amor sexual con
otra persona. Al igual que en la etapa anterior, existe la necesidad de intimidad, pero
esta vez está ligada a una necesidad paralela, pero distinta, el deseo sexual, que supone
asimismo la necesidad de liberarse de la ansiedad que produce, lo que genera estrés y
conflictos en el joven adolescente.

Sullivan (1953) afirmaba que la primera adolescencia es un periodo crucial en el


desarrollo de la personalidad. Si al final de esta fase la persona no controla los
dinamismos de intimidad y deseo sexual tendrá serias dificultades para relacionarse con
los demás en fases futuras.

6. Ultima Adolescencia

La característica fundamental de la última adolescencia es la unificación de la intimidad y


el deseo sexual, es decir, pueden sentir deseo sexual e intimidad por la misma persona.

Sin embargo, por la convicción de que el amor es un estado universal en los jóvenes, a
menudo sienten una cierta presión para enamorarse, pero solo las personas maduras
tienen capacidad para amar, las demás cumplen con la formalidad de estar enamorado
para mantener la seguridad (Sullivan, 1953).

7. Madurez

La conclusión satisfactoria de la última adolescencia culmina con la madurez, un periodo


en que las personas pueden establecer una relación amorosa estable con, al menos, una
persona; “esta intimidad realmente profunda con otra persona no es lo más importante de
la vida, pero tal vez sea la principal fuente de satisfacción de la misma” (Sullivan, 1953,
p.34).

Sullivan no profundizó mucho en esta etapa final, puesto que opinaba que la madurez
quedaba fuera del ámbito de la psiquiatría interpersonal: las personas que han adquirido
la capacidad de amar no necesitan tratamiento psiquiátrico.
TEORIA PSICOSEXUAL DE FREUD
La corriente del psicoanálisis iniciada por Sigmund Freud hace más de 100 años en una de las
principales influencias de la cultura occidental contemporánea.
Si sus teorías sobre el funcionamiento del inconsciente han servido como influencia en muchas
áreas de las humanidades y el arte, no es menos cierto que buena parte de sus planteamientos
tienen que ver con la sexualidad humana. La teoría del desarrollo psicosexual con sus
distintas etapas es la plasmación de esta idea, y es por eso que históricamente ha recibido
mucha atención.

La sexualidad según Freud

Para Freud, la sexualidad humana es una de las principales vertientes de la energía


vital que mueve el comportamiento del ser humano. Esta energía, a la que se le
puso el nombre de libido, es la fuente de los impulsos que para el padre del
psicoanálisis hacen que tendamos hacia ciertos objetivos a corto plazo y, a la vez,
obligan a otras instancias de nuestra psique a reprimir estas
tendencias para no ponernos en peligro o no entrar en conflicto con el entorno en el que vivimos.
La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está presente ya desde las
primeras semanas de nuestra vida, lo cual significa que nuestra vertiente sexual no nace en la
adolescencia, tal y como muchos investigadores de su época sostenían.
Pero las repercusiones de esto no tienen que ver simplemente con localizar el inicio de nuestro
desarrollo sexual en uno u otro punto de nuestro calendario vital. Tiene implicaciones profundas en
el modo en el que Freud relacionaba nuestra personalidad con nuestra vertiente íntima, afectiva y
basada en impulsos.

El desarrollo del inconsciente

Una de las ideas esenciales detrás de la teoría del desarrollo psicosexual de Freud es que el modo
en el que gestiona la satisfacción de la libido durante la infancia deja unas huellas en nuestro
inconsciente que se harán notar durante la vida adulta.
Así, si los factores externos a un niño hacen que no pueda satisfacer estas tendencias tal y como
se desearía (por ejemplo, a causa de las reprimendas de sus padres), esta angustia se traduce en
una fijación que tiene que ver con ideas relacionadas a una zona erógena en concreto (que no
tiene por qué estar en el
área genital). Para Freud, por tanto, en el desarrollo psicosexual interviene tanto la biología como
la crianza.
Otros seguidores de la corriente psicodinámica terminaron rechazando la visión determinista de
Freud, según la cual la parte inconsciente de nosotros mismos nos manipula constantemente sin
que podamos hacer demasiado al respecto. Sin embargo, esta forma de pensar hizo que Freud
crease la teoría del desarrollo psicosexual, una de mas más recordadas en la historia de la
psicología.

Las etapas del desarrollo y sus fijaciones

A partir de los diferentes modos en los que la etapa de crecimiento de los menores condiciona la
aparición de uno u otro tipo de fijación, Sigmund Freud formuló la teoría que uniría la sexualidad
con el desarrollo del inconsciente freudiano.
En ella, se propone que en los primeros años de nuestras vidas atravesamos distintas etapas de
desarrollo vinculadas a la sexualidad y a distintas fijaciones, y que lo que ocurra durante ellas
influirá en el modo en el que el inconsciente condicione a la persona una vez haya llegado a la
adultez. Es decir, que cada una de las etapas del desarrollo psicosexual marcaría los tiempos que
delimitan qué tipo de acciones son necesarias para expresar la líbido de manera satisfactoria y
cuáles pueden llegar a crear conflictos que queden enquistados en nosotros de manera
inconsciente.

Las fases pulsionales del desarrollo psicosexual

Según la teoría freudiana, las etapas de desarrollo psicosexual y sus características son las
siguientes.

1. Etapa oral

La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en ella aparecen los
primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella, la boca es la
principal zona en la que se busca el placer. También es la boca una de las principales zonas del
cuerpo a la hora de explorar el entorno y sus elementos, y esto explicaría la propensión de los más
pequeños a intentar "morderlo" todo.
Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto podría producir un
bloqueo que haría que ciertos problemas quedasen fijados en el inconsciente (siempre según
Freud).
2. Etapa anal

Esta etapa se produciría desde el fin de la etapa oral y hasta los 3 años de edad. Se trapa de la
fase en la que se empiezan a controlar el esfínter en la defecación. Para Freud, esta actividad está
vinculada al placer y la sexualidad.
Las fijaciones relacionadas con esta fase del desarrollo psicosexual tienen que ver con la
acumulación y con el gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina en el primer caso, y
con la desorganización y el derroche de recursos en el segundo.

3. Etapa fálica

Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años, y su zona erógena asociada es la de los
genitales. De este modo, la principal sensación placentera sería la de orinar, pero también se
originaría en esta fase el inicio de la curiosidad por las diferencias entre hombres y mujeres, niños
y niñas, empezando por las evidentes disimilitudes en la forma de los genitales y terminando en
intereses, modos de ser y de vestir, etc.
Además, Freud relacionó esta fase con la aparición del "complejo de Edipo", en el que los niños
varones sienten atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten celos y miedo
hacia la persona que ejerce el rol de padre. En cuanto a las niñas que pasan por esta etapa del
desarrollo psicosexual Freud "adaptó ligeramente la idea con Complejo de Edipo para que
englobas a estas, a pesar de que el concepto había sido desarrollado para que cobrase sentido
principalmente en los varones. Fue más tarde cuando Carl Jung propuso el complejo de
Electra como contraparte femenina al Edipo.

4. Etapa de latencia

Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad. La etapa de
latencia se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general, por
representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por parte de los
niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas. Es por eso que Freud
describía esta fase como una en la que la sexualidad queda más camuflada que en las anteriores.
La etapa de latencia ha estado asociada a la aparición del pudor y la vergüenza relacionada con la
sexualidad.
5. Etapa genital

La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en adelante. Está relacionada con los
cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo
psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que no se puede reprimir con
la misma eficacia que en etapas anteriores. La zona erógena relacionada con este momento vital
vuelve a ser la de los genitales, pero La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en
adelante. Está relacionada con los cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en
esta fase del desarrollo psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que
no se puede reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores.

La teoría freudiana, en contexto

La teoría del desarrollo psicosexual puede llevar a producir cierto alarmismo si se piensa que una
mal gestión de la educación de los menores durante estas fases puede dejarles con traumas y
todo tipo de trastornos si no se entienden bien las ideas de Freud. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que esta teoría durante fue formulada y desarrollada en un punto en el que la psicología
acababa de nacer.
Cuando Sigmund Freud desarrolló sus teorías, se basaba en casos concretos de pacientes que
conocía, es decir, que su manera de investigar se fundamentaba en una mezcla de estudios de
casos e interpretación de los contenidos simbólicos del comportamiento de las personas. Apenas
establecía hipótesis que pudieran ser contrastadas con la realidad, y cuando lo hacía, se limitaba a
observar, no a realizar experimentos. La teoría del desarrollo psicosexual no fue una excepción a
esta norma.
Tampoco tiene mucho sentido investigar acerca de la utilidad de la teoría del desarrollo
psicosexual utilizando para ello análisis estadísticos, porque la formulación de estas ideas se
basaba en la interpretación que se hacía acerca de los actos de los pacientes y de su pasado.
En parte por esto y en parte porque el psicoanálisis freudiano no se ciñe a la epistemología usada
en la ciencia actual, no hay ningún motivo para pensar que esta teoría sirve para explicar y
predecir los problemas vinculados a la sexualidad y la socialización de las personas. Eso significa
que la teoría psicosexual no puede servir para detectar señales de alarma acerca de si los niños o
adolescentes se desarrollan correctamente o no, ni puede servir para asegurar que los trastornos
mentales se deben a esta clase de mecanismos.
Friedenberg

Friedenberg (1967) consideran que la crisis de la Adolescencia es un fenómeno evolutivo necesario,


puesto que solo se llega a la madurez a través de la resolución de la crisis por medio del auto-
descubrimiento. Friedemberg recalca el hecho de que la relación entre conflicto adolescente e
individualidad es central; ya que aquel es el instrumento que posibilita esta.

La masificación social, el alargamiento de la escolaridad, etc.; está pretendiendo que la adolescencia


se homogeneice, manipularla para adaptarla a los requerimientos sociales (políticos y económicos
de los grupos de poder). En esta perplejidad entre la desaparición de la adolescencia y la creación
de una subcultura adolescente se encontraba la reflexión.

Quizás nosotros hoy podemos descubrir que no estaban tan distantes las hipótesis; ya que quizás la
creación de subculturas juveniles desde el consumo masificado y los medios de comunicación de
masas, ha sido el instrumento para hacer desaparecer la adolescencia en su función de creación de
identidad; descargando sobre los jóvenes las causas de su no integración en la sociedad.

Pero la sociedad niega a los adolescentes el estatuto de autónoma al que aspiran y les obliga as a
vivir un periodo de tensiones y de inestabilidad emotiva, y a buscar unas formas marginales y
transitorias de estatuto, en particular en el grupo de pares y en la desviación.

Desarrollo del juicio moral, carácter, valores

1. Desarrollo moral del adolescente, la mayoría de los adolescentes, están en el desafío


convencional de desarrollo moral, se conforman a lo que la (mayoría) sociedad dice, piensan en
hacer lo correcto para complacer a otros o para obedecer la ley.

2.  Las diversas formas en los que los adolescentes reaccionan a los dilemas morales, ilustran las
diferencias en su manera de reaccionar.

3.  La formación y desarrollo de la moral del adolescente depende de manera determinante del tipo
de educación que se le haya inculcado y las experiencias de vida o dilemas morales a los que se
haya enfrentado.

4.  Los adolescentes que obtienen altas puntuaciones en participación e interacción avanzan más
rápidamente a través de los estadios morales que los que son socialmente inactivos. así los
profesores y los padres que quieren hacer avanzar el razonamiento moral de los jóvenes deben
proporcionarles las oportunidades de discutir, interpretar y tomar parte en dilemas morales.

5. Desarrollo de los valores. La ética y moral, dos ramas de la filosofía que nos hablan “del deber
ser”, de los valores, los cuales son fundamentales en el desarrollo psicológico de las personas.

6.  El aprendizaje de valores depende en un 50% de la capacidad intelectual que se tenga o se logre
desarrollar y otro 50% del contexto, debido a que los valores no son nada sencillos sino sumamente
complejos, subjetivos, no cuantitativos y dependen de la percepción, nivel de madurez y de una
formación, lo que nos lleva a un juicio individual.
7. Es importante tener presente que en esta edad en todo momento se pueden enseñar y aprender
valores de la misma manera que los anti-valores. por ejemplo: cuando los padres suelen pedir al
niño: “dile que no estoy…” crean en ese momento un anti-valor y entrenamiento antagónico en el
“deber ser”.

8. Desarrollo de las creencias. La realidad nos indica que la adolescencia es la edad clave en la
toma de decisiones con relación a la fe. las dudas, el cuestionamiento de lo que se ha creído e,
incluso, el abandono de la misma son un hecho frecuente en nuestras comunidades.

9. El adolescente deberá enfrentarse al proceso de tener que encajar la fe que ha heredado de su
familia con las nuevas realidades que va descubriendo en su entorno.

10. El adolescente va moldeando sus creencias por sus relaciones interpersonales con otros
individuos y su propio entorno. el proceso en que se halla lo obliga a encontrar un equilibrio entre sus
propias creencias y las de las otras personas, que pueden, perfectamente, ser diferentes e incluso
incompatibles con su propia fe.

11. Algunos adolescentes ceden a la tentación de adoptar una actitud conformista y adolecer de


creencias, evaluaciones y percepciones autónomas e independientes, para así sostenerse y
aferrarse a las de personas de su entorno que son significativas para ellos.

12.  Ansibilidad a las opiniones, juicios y expectativas de las personas con las que ellos quieren
congraciarse. en esta edad, el grupo de amigos es altamente significativo, y por tanto, sus opiniones
también. el adolescente está dispuesto a renunciar a las propias para no ser rechazado o entrar en
conflicto con el grupo. la segunda razón tiene que ver con su identidad, está todavía no está
suficientemente moldeada, está en construcción, por lo cual, es posible, que las creencias y
convicciones propias estén en fase de maduración.

13. Por eso el gran peligro de esta etapa es que ellos se acomoden a una fe de segunda mano, que
no sea propia ni personal, simplemente la aceptan de la familia o de otros adultos sin apropiarse de
ella tras pasarla por un periodo de prueba y reflexión.

14. Los adolescentes tienden a:


• actuar impulsivamente
• leer mal o malinterpretar las señales sociales y emocionales
• envolverse en toda clase de accidentes
• envolverse en peleas
• participar en comportamiento peligroso y arriesgado. los adolescentes tienden a no:
• pensar antes de actuar
• hacer una pausa para considerar las consecuencias potenciales de sus acciones • modificar sus
comportamientos peligrosos o inapropiados.

15. • Estas diferencias en el cerebro no quieren decir que la gente joven no pueda tomar decisiones
buenas o sepa diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto.

También podría gustarte