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All content following this page was uploaded by Oscar Alfonzo Pereyra on 09 January 2018.
Introducción ................................................................................................................. 2
El Calvinismo ............................................................................................................... 5
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Introducción
El presente ensayo tiene por objetivo hacer una revisión de la obra de Max Weber La Ética
Protestante y el Espíritu del Capitalismo y constatar su actualidad y utilidad para el análisis
sociológico actual. ¿Qué aspectos del trabajo de Weber podemos rescatar para el modelo
económico capitalista actual? ¿Cuál es la influencia de la cultura y la religión en la vida
económica de hoy? La intención de este ensayo es también que podamos observar aspectos
de la metodología de análisis de Weber y hacer una revisión del capitalismo y su influencia
en la cultura.
Weber es uno de mis autores favoritos en sociología. Como ya lo había mencionado en clase,
el punto que más me agrada de este sociólogo alemán es que se enfoca en comprender el
fenómeno más que llegar a la causa última del mismo. Razón por la cuál considera escribir
la Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo y dar otro ángulo novedoso al problema
económico que hasta esos días había sido vista sólo desde la perspectiva del materialismo
histórico de Marx. Aunque Weber no vio gran parte del desarrolló del capitalismo en el siglo
XX, si profetizó el camino que seguiría la civilización occidental junto a él.
Weber ha permeado muchas otras áreas del conocimiento y hoy en día no sólo se estudia en
la sociología sino que también es parte del currículo de Ciencias Políticas, Administración,
Economía, Derecho entre otras. Los programas académicos de estudios culturales incorporan
a Weber como uno de los autores clave de la rama y su propuesta metodológica sostiene a
una gran cantidad de discípulos que han ampliado y reinterpretado su obra infinidad de veces.
Es por eso que Weber es un clásico al que debemos volver siempre.
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posibilidades explicativas de un fenómeno social sino enfocarse en una y realizar una
exposición detallada de la misma con el mayor rigor científico posible. La prueba de estos
postulados la realiza en sus estudios sobre el protestantismo y el capitalismo. Y es que Weber
puede ser la cura contra la pérdida de la vivacidad en las ciencias sociales (Radkau, 2011),
gracias a él continúe la carrera de sociología, otra razón por la cual lo escogí para este trabajo
final.
La obra de Weber puede comprenderse mejor bajo el contexto histórico en cual se sitúa. La
tesis principal del autor es que el capitalismo tuvo un catalizador esencial en su desarrollo y
maduración: el protestantismo calvinista. Antes de hacer una revisión del texto veamos un
poco las condiciones históricas por las cuales se presenta.
Europa sufrió un cisma religioso con la llegada de Martin Lutero quien dividió la religión
cristiana entre católicos y protestantes. La principal crítica que se hace de la Iglesia Católica
es que los textos sólo podían ser entendidos por los sacerdotes y las misas eran dadas en latín,
un idioma que otras culturas ya no hablaban. Lutero creía necesario que todos los creyentes
tuvieran acceso a la sabiduría divina e hizo la primera traducción de la Biblia al alemán. En
un corto periodo de tiempo causó una enorme división en el cristianismo haciendo que
Europa se dividiera en protestantes y católicos. Son estos protestantes y su cambio de
percepción del mundo lo que interesa a Weber en su investigación.
A la par de los cambios religiosos en Occidente, la economía global estaba sufriendo procesos
de transformación. El descubrimiento de América trajo consigo una gran cantidad de riquezas
al Viejo Continente. Es también con el periodo del Renacimiento en el que vemos el auge de
la burguesía y la incidencia de su poder en el plano político, los Médicis son un claro ejemplo.
El crédito, los bonos y las primeras burbujas especulativas surgieron a la par que las
divisiones protestantes que le interesan a Weber: el calvinismo, pietismo, metodismo y las
sectas surgidas a partir del movimiento baptista.
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Occidente y sus peculiaridades
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Capitalismo y Benjamín Franklin
Todas aquellas virtudes sólo en cuanto que benefician concretamente al individuo y que basta
la apariencia de virtud, cuando así se consigue el mismo efecto que con la práctica de la virtud misma:
consecuencia ésta inseparable del más estricto utilitarismo (Max, 1973).
Lo contrario de estas virtudes resalta Weber son aquellas provenientes de la época feudal en
el que la ostentación, el lujo inútil y el reconocimiento social por sus posesiones. Los obreros
–dice– mantienen también una actitud distinta a la del empresario ya que si se les ofrece una
alza en sus salarios con la condición de trabajar más tiempo, este prefiere trabajar menos a
cambio de ganar menos también. Este tipo de actitud es clasificada por el autor como
tradicionalismo (Max, 1973).
El Calvinismo
En su búsqueda por los orígenes del tipo ideal del capitalista moderno Weber se topa con un
tipo de protestantismo que el sociólogo alemán concibe como un elemento catalizador del
capitalismo moderno. La predestinación en el calvinismo juega un papel importante en la
perspectiva que el creyente le da al trabajo. El cumplimiento de los deberes es la única forma
de agradar a Dios (Max, 1973). El trabajo se ve más como un medio de ejercer la virtud
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cristiana en lugar de ser un castigo que habría que sobrellevar toda la vida tal cual lo
entienden los católicos.
Los calvinistas no pueden tener diversiones mundanas, fiestas muy grandes, vestir
inapropiadamente, llevar adornos y joyas, y no usar nombres bíblicos para bautizar a sus
hijos. Esta actitud ascética del calvinista tiene el objetivo de agradar a Dios y verse
recompensado con bienestar económico en su vida. Propone una vida de rigor moral que
busca controlar y renunciar a los placeres y apetitos corporales con el fin de purificar y elevar
el alma. Se desaprueban las conductas desleales y el afán de lucro por el lucro.
El libro y su actualidad
El capitalismo ha tomado gran cantidad de matices en todo el mundo. Desde la crisis de 1929
y la creación del keynesianismo, cada país tomó los principios de libre mercado y los insertó
a su cultura y gobierno. México por ejemplo, sostuvo un gobierno paternalista en el que
aceptaba el intercambio comercial entre otros países mientras no se violaran los principios
de soberanía que veía reflejado en el monopolio de los recursos naturales y cuya actitud
nacionalista hizo que se permitiera su explotación por particulares hasta hace poco. En el
capitalismo mexicano vemos dos tipos ideales de trabajadores, el primero determinado por
los valores familiares de la cultura mexicana en el trabajo es positivo si se ejerce de manera
lícita y constante sin importar la cantidad que reditué al chambeador. El segundo tipo ideal
de capitalista mexicano es aquél que genera un beneficio económico en afán de un
1
Por principios epistemológicos me refiero a lo que Weber entiende cómo sociología comprensiva en la que
no se buscan conceptos explicativos últimos sino sólo una comprensión del fenómeno con base en su contexto
histórico y cultural que está sujeto al cambio y que puede perder valor interpretativo con el tiempo.
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reconocimiento social que lo coloque un peldaño más alto que los demás. El empresario regio
nacido de sus antepasados judíos que fundaron gran parte de las ciudades del norte del país.
Ambos tipos ideales provenientes de una cultura judeocristiana que comparte gran cantidad
de aspectos culturales. Por supuesto, esto es tan sólo una tipificación al vuelo que podría ser
falso o superficial. Es posible hacer tipificaciones del trabajo y la particular percepción del
capitalismo en México.
Japón también sirve de ejemplo en su forma particular de capitalismo. Una vez terminada la
Segunda Guerra Mundial, el país asiático sufrió una transformación portentosa en su
economía y el capitalismo se integró a la cultura japonesa que le dio su propia personalidad.
El toyotismo por ejemplo, fue una innovación japonesa al sistema de producción. Innovación
que parece hundir raíces en comportamientos culturales que ya existían en la nación.
Podríamos definir el capitalismo japonés como uno con grandes niveles de racionalidad y un
profundo sentido ético. El perfeccionismo y el alto nivel de compromiso con la empresa
tipifica el capitalista japonés que toma la valores laborales de las élites sociales del país como
la fueron los Samurái en el último periodo de los Tokugawa y los lleva a la empresa.
Lo que hemos visto en el siglo pasado es una secularización de los principios éticos del
capitalismo moderno que en un principio estuvieron atados a lo religioso.
Todos estos ejemplos son una muestra de la actualidad del análisis weberiano que ofrece una
respuesta a los diferentes matices del capitalismo según la nación en la que se ha introducido.
La racionalidad y las virtudes propias del protestantismo intramundano son el leitmotiv del
sistema económico en el mundo y su desarrollo pleno depende de la empatía que tenga la
cultura local con dichos principios.
Capitalismo y racionalidad
La teoría de Weber apunta a que el ratio o la razón es uno de los pistones del capitalismo
moderno que tuvo sus inicios en occidente debido las razones anteriormente expuestas. Sin
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embargo en sus estudios sobre la religión, Weber hace una comparación de esta racionalidad
y la pone en contraste con otras religiones del mundo (Weber, 1983). La intención del
sociólogo al igual que otros de sus contemporáneos es entender la función social de cada una
y las posibles implicaciones para otras actividades humanas como la economía. Si bien el
autor llega a pecar un poco de etnocentrismo en sus análisis, reconoce que no sólo occidente
poseía los valores necesarios para que también existiera como el mencionado caso de Japón
(Weisz, 2011)
Los valores culturales hoy en día parecen tener más peso en el capitalismo actual que los
religiosos. Weber estuvo más interesado en conocer las diferencias entre religiones y los
obstáculos hacia el camino de la racionalidad (Weisz, 2011). El protestantismo fue una
especie de actualización de las creencias religiosas cristianas de occidente con los cambios
que el Renacimiento había traído. Se eliminan los matices politeístas del catolicismo además
de los intermediarios obligados para la interpretación de los textos sagrados. La religión
protestante da más peso a la conducta para la observancia de las órdenes divinas y confiere
mayor importancia a las acciones en la vida para la sacralización de la misma.
La globalización trajo consigo una homogeneización del pensar racional en casi todas las
culturas actuales. El capitalismo en algunas regiones del mundo puede cumplir una función
profana en la vida social mientras que en otras adquiere un carácter más especial dentro de
la cultura. Mencionamos el ejemplo de Japón y México debido a que son dos pueblos en los
que se pueden determinar rasgos esenciales de un fenómeno frecuente y actitudes típicas de
los actores frente al trabajo. La relación entre capitalismo y racionalidad es más visible en
los países de origen anglosajón y cuya población aún practica los principios éticos del
protestantismo. Mientras que otras regiones del mundo mezclan estos principios con sus
culturas locales.
En economía moderna se clasifican a los países por el grado de desarrollo que tiene en el
aspecto económico: ingreso por habitante, deuda externa, niveles de infraestructura,
educación y promedio mortandad son algunos indicadores que colocan al país en una
clasificación: país desarrollado, en vías de desarrollo, emergentes… etc. Esta clasificación
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económica ayuda a determinar qué regiones necesitan apoyo material y financiero a fin de
alcanzar a los países que han alcanzado mayor desarrollo económico. En varias de estas
regiones, a pesar de contar con asistencia externa no logran mejorar estos indicadores. Desde
el punto de vista weberiano, la falta de desarrollo económico podría deberse a que no todas
las culturas del mundo comparten los mismos valores éticos de trabajo y no persiguen el
beneficio económico a la manera de los países anglosajones.
La cultura sería desde el punto de vista de la sociología comprensiva uno de los factores por
el cual no se llega al desarrollo económico deseado. El tradicionalismo que Weber define en
su libro de la Ética Protestante como la actitud obrera de trabajar lo mínimo necesario para
la supervivencia (Max, 1973) podría ser una de estas causas. Del mismo modo se dan más
prioridades a los festejos locales, la aprobación social por medio de otras conductas o simular
la existencia de riqueza mediante instrumentos financieros modernos (el crédito por
ejemplo).
Eduardo Weisz (2011) considera que la tesis weberiana de la racionalidad puede observarse
en las religiones de salvación (judaísmo, cristianismo, islam) y que la creación de un
monoteísmo ético y la eliminación de la magia fue un suceso importante para que occidente
desarrollara un proceso de racionalización específico. El confucionismo, hinduismo y otras
religiones no occidentales: con la excepción del judaísmo y del protestantismo, todas las religiones
y éticas religiosas, sin excepción, tuvieron que adoptar de nuevo el culto de los santos, héroes o dioses
funcionales, por exigencia de las masas (Weber, 1988b: 297)
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Consideraciones finales
Durante la investigación para este texto consideré muchas fuentes que analizan la
permanencia y actualidad de la obra de La Ética Protestante de las cuales fue una la que me
llamó más la atención y de la cual quisiera hablar en esta última parte del ensayo. Giovanna
Mazzotti Pabello (2009) hizo una revisión de la ética protestante en las nuevas formas de
organización del trabajo en una era postindustrial que practica una nueva ética que toma
forma de los principios del new age. Los argumentos que sostiene la autora son los siguientes:
Vimos en el texto de Weber que el trabajo profesional adquiere una dimensión espiritual
importante en su vida ya que encuentra la finalidad de su existencia en el mismo. La autora
se pregunta:
¿Qué pasa entonces con la ética del individuo cuando la incorporación de las nuevas tecnologías
ahorradoras de mano de obra convierte al trabajo profesional, contractual y remunerado en una
mercancía cada vez más escasa, dando lugar a lo que se denomina “el fin de la sociedad del trabajo”?
(Mazotti, 2009)
Los cambios de este nuevo capitalismo traen consigo nuevas formas de organización y
jerarquías más difuminadas en la organización de las empresas y los espacios que a la vez
trastocan el sentido del trabajo en los individuos. Esto hace que su ética profesional se
modifique y busque llenar ese vacío mediante nuevas ofertas éticas que la autora llama del
new age. La contingencia y la incertidumbre son las únicas constantes en vida y en las que
se ve obligado a recaer para reclamar el propio sentido de la misma (Mazotti, 2009). A
diferencia de la religión protestante, el new age se manifiesta como un simple movimiento
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que busca darle ese sentido de identidad y pertenencia en el mundo al individuo. Es el viejo
sentido de religare en la etimología de la religión a lo que vuelve el trabajador de la era del
capitalismo flexible en el que a pesar de llevar gran parte de la ética derivada del capitalismo
protestante tiene que adaptarse a los cambios que genera el sistema económico y que el propio
Weber sabía que iba a tener y que ahora nos toca reflexionar y aportar al conocimiento
científico social del cual formamos parte.
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Bibliografía
Max, W., 1973. La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo. Segunda ed. Barcelona:
Península.
Mazotti, G. P., 2009. De la organización moderna, a las nuevas formas organizacionales, el actor-
red y la ética protestante. UAM Xochimilco, Volumen S/N, p. 19.
Rabotnikof, N. e. a., 2010. ¿Por qué leer a Weber hoy?. Primera ed. México: Fontamara.
Radkau, J., 2011. La Pasión del Pensamiento. Primera ed. México: Fondo de Cultura Económica.
Weisz, E., 2011. Max Weber: la racionalización del mundo como proceso histórico universal. Reis,
abril-junio(134), pp. 107-124.
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