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RESUMENS DIAGNOSTICO SOCIAL FAMILIAR

Autores: Lic. Rossana Crosetto, Alicia Soldevila, Eduardo Ortolanis1

DESCRIBIR

- Co-residencia: Quiénes son las personas que viven en esta vivienda:


nombres/ apellidos, sexo, edad, vínculos de parentesco u otro, nivel de
estudios alcanzado, problemas de salud u otro significativo a incluir - por
ejemplo, miembro privado de la libertad, trabaja cama adentro, reside los fines
de semana, etc.-, documentación -si poseen DNI, actualizaciones-.
Datos de la red de parentesco extendida que no implica co-residencia

Relaciones con parentesco extendido no convivientes abuelos, tíos, primos,


otros. Tipo de relación sostenida (visitas, apoyo en lo cotidiano, etc.…)
frecuencia de la misma, miembro /s del grupo que sostiene la relación.
Proximidad geográfica (residen en la misma comunidad, otra, interior, otra
provincia) e identificación de aquellos que tienen un papel importante en la
resolución de diferentes necesidades (materiales y no materiales).

Pareja anterior/relación

HABITAT Y VIVIENDA

Ubicación geográfica y social. Implica mirar las dinámicas que se


desprenden de los recursos/condiciones, aspectos culturales, prácticas
sociales que se observan o desprenden.

- Ubicación de la vivienda, sector, como son las comunidades,


características

-Dentro de su propia cuadra características de la misma, y viviendas


vecinas

- Instituciones públicas, privadas, organizaciones, grupos significativos


del barrio y aquellas que se encuentran cercanas a la vivienda a las que
accede/utiliza la familia y a los que no accede/utiliza la familia. Conflictos
de la familia con alguna de ellas.
- Servicio de transporte: tipo de transporte con el que cuenta (ómnibus,
remises, taxis) frecuencia, línea de colectivo, paradas cercanas o alejadas
del domicilio, servicios

Vivienda:

Tipo de acceso a la vivienda de acuerdo a la tenencia de la misma: cómo


obtuvo este recurso (compró, herencia, usurpación). Tenencia del terreno y
vivienda: propia, propia y terreno fiscal, alquilada, cedida, usurpada.

- Tipo de construcción y características de acuerdo a los materiales utilizados:


ladrillo, block, adobe, con revoque, sin revoque, sin terminar, con aberturas,
piso, contrapiso, otras.

- Características de la vivienda de acuerdo a los espacios: número de


habitaciones, cocina, baño (instalado o no) comedor, patio (entre otros).

- Uso y distribución de los mismos entre los diferentes miembros y actividades


cotidianas de la familia: dormir, comer, cocinar, trabajar (si existe taller, kiosco
entre otros).

-Electrodomésticos / amoblamiento que poseen:

- Servicios: luz - instalada, clandestina “ganchos”-, agua - adentro/afuera,


potable / de pico-, cloaca o pozo negro, gas natural/ garrafa/eléctrico/ leña/
otro, recolección de residuos, calles asfaltadas, cordón cuneta, alumbrado
público.
- Servicios de guardería, atención a la salud, educativos... (Públicos,
comunitarios, privados).

- Tiempo de residencia en el barrio y vivienda, donde residía antes, porque se


cambiaron.

ORGANIZACIÓN INTRADOMESTICA

Trabajo remunerado e inserción laboral desarrollado por los diferentes


miembros de la familia fuera y dentro de la vivienda. Se tendrá en cuanta tanto
aquellos miembros que trabajan e ingresan dinero como aquellos que trabajan
e ingresan además o únicamente ingresos no monetarios (a través del trueque,
bolsones o cajas de alimentos, etc
En cuanto a los miembros que ingresan dinero a través de la venta de su
fuerza de trabajo se tendrá en cuenta cuál es el miembro Principal Proveedor
de Ingresos monetarios (PPI)- Miembro que aporta el mayor ingreso
monetario a la unidad doméstica-

Miembros que trabajan: Oficio- tipo de ocupación (actividades/ tareas que


realizan: albañilería, cirujeo, empleo doméstico, chan

garín, comerciante, etc.) y condiciones de trabajo

-Oficio o capacitación específica (¿posee o no y cómo lo aprendió?), la utiliza


en el trabajo remunerado actual?

- Relación laboral: estable/inestable, relación de dependencia, autónoma,


informal. Posee beneficios sociales: vacaciones, jubilación, obra social.

- Cantidad de horas de trabajo por día.

- Estructura de ingresos: miembros que ingresan dinero, cantidad en pesos que


ingresan cada uno- Estructura de gastos del grupo familiar: en qué utilizan este
recurso, qué alcanzan a cubrir y qué no con lo que ganan (total de ingresos
efectivo que ingresa). Especificar aquí los otros tipos de ingresos en especias o
indirectos (de las políticas sociales) y tipo de necesidades que resuelven con
los mismos.

Tener en cuenta por ejemplo si algún miembro no aporta o aporta un


porcentaje de su/s ingreso/s con el resto qué cubre: su ropa, salidas, útiles, etc.
…)
Trabajo Familiar –doméstico, de consumo y relación-: cómo se distribuyen
las tareas entre los diferentes miembros: quién hace qué tareas y cuánto
tiempo se destina a las mismas.

- Miembros encargados de la construcción, reparación, mantenimiento de la


vivienda y artículos del hogar, vehículos.

- Miembros encargados del cuidado de lo/as niño/as, anciano/as,


discapacitado/as, enfermo/as.

-Miembros encargados de la gestión de transferencias formales: Bienes y


Servicios que consumen (educación, salud, cajas de alimentos, leche,
comedor...). Saberes, creencias, valores, contactos puestos en juego en su
acceso.

-Miembros encargados de la gestión de transferencias informales: bienes y


servicios que intercambian (alimentos, monetarios, cuidado infantil,
contención...), quienes y con quiénes? Saberes, creencias, valores, contactos
puestos e n juego en su acceso

- En el tiempo que los miembros que trabajan fuera de la casa están ausentes
quienes se hacen cargo de estas tareas.

Relación fuera de la unidad domestica Vecinos, amigos, parientes: puede


implicar o no relaciones de intercambio, se tendrá en cuenta qué miembro,
sexo, edad, parentesco moviliza y sostiene estas relaciones.

Conflictos presentes en las relaciones de amistad, vecinal y con


parientes.

Ante situaciones de crisis, falta de dinero, de alimentos, problemas urgentes de


salud, etc... a quién/es recurren principalmente y qué miembro del grupo
familiar la realiza generalmente o ante diferentes circunstancias- cuáles- quién
lo hace.

Actividades extra domesticas/extra laborales (no remunerado)

-Miembro /s que participa /n en espacios públicos comunitarios o extra


comunitarios: club, iglesias, partido político, organizaciones comunitarias,
cooperadora, cooperativa, etc. Grado, calidad en la participación, frecuencia y
tiempo destinado a la misma.

-Motivos de su participación y beneficios obtenidos de la misma (simbólicos,


materiales).

Ocupación del tiempo libre

Entendido como el no tiempo de trabajo extra doméstico y doméstico, como


aquellas actividades no obligatorias, que nos remiten también a ser parte de
algo, ideas, grupos, identidades
RESUMEN NECESIDADES

Convencidos de que Trabajo Social interviene en los procesos de reproducción


cotidiana de la existencia social de los sujetos, en la medida en que se
presentan obstáculos en la vinculación entre necesidades/carencias y
recursos/satisfactores, nuestra búsqueda se ha orientado principalmente a
develar de qué manera los individuos crean y satisfacen necesidades en su
calidad de miembros de una familia/unidad doméstica.

Nuestra mirada se centra en la intersección entre los procesos de conformación


de necesidades y los modos de satisfacerlas, con el fin de develar qué
necesidades se convierten en demandas a la intervención del Trabajo Social y
de qué manera se presentan.

Analizar estos procesos a la luz de categorías tales como ciclo vital familiar,
sistema de autoridad familiar, relaciones del grupo doméstico con la red social
ampliada, entre otras, constituye el nudo de los diagnósticos familiares que
tienen como objetivo arribar a conjeturas sobre las características de los
obstáculos sobre los que interviene la profesión.
II. LA CONSTRUCCIÓN DE HERRAMIENTAS TEÓRICAS.

1) La familia como espacio social.

La Familia es uno de los espacios sociales fundantes en la vida de las


personas en ella construimos nuestras primeras relaciones, experiencias y
modo de aprender a ser, pensar, actuar, sentir.

La familia es también una organización social; en ella sus miembros combinan


sus capacidades y recursos en pos de un objetivo común referido a la
reproducción cotidiana y social, con una división del trabajo familiar,
distribución de responsabilidades, derechos y deberes dados el género,
generación y parentesco en torno al cumplimiento de las funciones de la
familia. En ella, cada miembro porta experiencias e intereses propios al
momento y posición que ocupa en la misma, pero estas diferencias tienden a
articularse (no desapareciendo sino en tensión constante entre lo común y lo
individual) en pos de un objetivo común.

La familia constituye una trama de complejas relaciones y posiciones, donde el


sector social, el género, generación, el parentesco, nos permiten comprender el
proceso de conformación de las necesidades, carencias y los
recursos/satisfactores, en momentos y contextos particulares.
Por otro lado, la familia está incluida en una red más amplia de relaciones –
obligaciones y derechos –

<<Conformación de necesidades en relación a los patrones de género,


generación y grado de parentesco.

En los grupos familiares/domésticos, la conformación de necesidades es


variable y responde a cuestiones relacionadas con la definición de necesidades
de cada uno de sus miembros de acuerdo a su inserción social (edad, sexo,
ocupación), la adaptación a las coyunturas económicas sociales a lo largo del
ciclo doméstico, así como la propia historia del grupo doméstico en tanto
proceso temporal de acumulación/pérdida de recursos necesarios para las
actividades ligadas al mantenimiento de sus integrantes; todo ello atravesado
por un marco propio de creencias y valores.

El término género lo entendemos por lo tanto como construcción social,


cultural e histórica que configura modelos, un deber ser que se espera sea
asumido como propio, que da cuenta de valores, pautas, sentires y relaciones a
los que varones y mujeres deben ajustar su conducta. Se naturaliza y se vive
este deber ser como algo que siempre fue así, como algo naturalmente dado.
Estos modelos sociales van configurando identidades y estereotipos sexuales,
los cuales son aprehendidos y reforzados en los diferentes espacios por donde
transcurre la vida de niños y niñas; la familia y la escuela cumplen un lugar
central en la socialización de géneros. ¿Cómo miramos a los diferentes
miembros de la familia en torno al concepto de géneros? ¿Qué esperamos y
pedimos a las mujeres/madres y varones/padres? ¿A los niños y niñas en la
escuela?
El lugar de la mujer y del varón en la vida social humana no es producto, en
sentido directo, de las cosas que hacen, sino del significado y valoración
que adquieren sus actividades en cuanto varón y mujer, en cuanto a la
edad y al sector social concreto al que pertenezcan.
El término generación nos remite a lo etáreo, a los cambios que transcurren
en la vida de los individuos acompañados con las representaciones sociales
que se han ido construyendo en cada etapa de la vida de las personas y que
son aspectos incorporados en la identidad: lo que se espera que sea un
niño/ña adolescente, joven, adulto, anciano de acuerdo a cada momento
histórico y contexto socio-cultural específico.
Esta distinción es importante ya que las necesidades, expectativas y
problemáticas varían de una edad a otra y las respuestas tienen que contener
estas particularidades, e las expectativas en torno a, por ejemplo, los
adolescentes, varía de acuerdo
al sector social, cultural: lo que se espera de un varón adolescente pobre suele
ser diferente al de una varón adolescente de un sector medio, puesto que del
primero en muchos casos se espera que trabaje a fin de sumar ingresos a la
economía familiar, y del segundo, que siga estudiando.
El grado de parentesco remite al vínculo que se establece entre los distintos
miembros de la familia, según la posición que se ocupe: padre, madre, hijo/a,
hermano/na, etc. Pero este tipo de vínculo y el lugar que se le otorgue en la
organización familiar, también está atravesado por valores y creencias de
acuerdo al sector social y cultural de pertenencia. Así, por ejemplo, el rol social
atribuido a los abuelos, varía según las sociedades y momentos históricos. Así
como la idea de que los hijos están subordinados a los padres y que, por lo
tanto, les deben respeto y obediencia, es un producto típico de las sociedades
de tipo patriarcal.
Género, generación y grado de parentesco, se articulan entre sí produciendo
diversas identidades personales, que van variando a lo largo del ciclo vital
individual y familiar, en contexto sociales también cambiantes. De esta manera,
los enfrentamientos intergeneracionales suelen ser más agudos cuando los
hijos llegan a la adolescencia; particularmente ello se profundiza en nuestras
sociedades capitalistas, en relación al área del consumo. Como expresa
Elizabeth Jelin, las presiones de los jóvenes se traducen en el conflicto acerca
de la jerarquización de los consumos y la redistribución de los beneficios
Es en el ámbito doméstico donde se efectiviza la división sexual del
trabajo, se distribuyen las tareas y asignan responsabilidades de acuerdo
al género, generación y parentesco
La unidad doméstica es una organización social de relaciones de producción,
de reproducción y de distribución; con una estructura de poder y fuertes
componentes ideológicos. Los diversos miembros tienen intereses propios,
anclados en su propia ubicación en los procesos de producción y reproducción
intra y extradomésticos.
La familia es también un ámbito primario de aprendizaje y socialización
de los niños-niñas, orientado a la incorporación de ese complejo de roles
sociales –esposa, esposo, madre, padre, ama de casa, proveedor, adulto, que
ha definido culturalmente la identidad femenina y masculina durante varios
siglos, y que comienza a entrar en crisis en el presente. Las asignaciones
culturales a las posiciones generacionales, genéricas y parentales, ponen en
tensión las necesidades individuales con aquellas colectivas, en tanto comunes
a una organización familiar.

2) Introducción a la cuestión de las necesidades en la teoría social


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3) Necesidades biológicas, naturales y sociales .
Creemos conveniente detenernos un momento en la noción de deseo, para
distinguirla de la de necesidad; el deseo forma parte del mundo estrictamente
subjetivo de cada individuo como un proceso, y no “falta de algo” como la
necesidad. Hay que decir que en definitiva tanto los deseos, las motivaciones,
las necesidades, etc., son constitutivos de la psique individual, así como de un
universo simbólico de la sociedad.
El deseo queda inscripto como parte del mundo subjetivo y las necesidades
como el deseo consciente, aspiración, intención dirigida en todo
momento hacia un cierto objeto, que en su calidad de tal no sólo son
producidas socialmente sino que se dirimen en el terreno social (Agnes
Heller)
Las Necesidades naturales son como una extensión de las necesidades
biológicas a ciertas necesidades sociales que expresan atribuciones culturales
viables y relativas.
Nuestro análisis lo centraremos en las necesidades sociales:
Desde las producciones teóricas del Trabajo Social se cree que esta
profesión interviene sobre este tipo de necesidades en tanto productos
de un determinado sistema social de necesidades, y en segundo lugar
entendemos que las necesidades son siempre sociales puesto que aún
las necesidades biológicas sufren modificaciones derivadas de la
socialidad humana.
Desde Max Neef se piensa que las necesidades son universales y los
satisfactores culturales y relativos a cada época histórica y cada sociedad.
(Hablar de necesidades existenciales y axiológicas universales y de que sólo
los satisfactores son los que varían culturalmente, refuta la propia idea
sustentada por estos autores cuando por ejemplo expresan que “son los
satisfactores los que definen la modalidad dominante que una cultura o una
sociedad imprimen a las necesidades”. Si la sociedad imprime a las
necesidades una modalidad, las necesidades son también productos sociales y
por lo tanto varían)
Siguiendo a Agnes Heller, con aportes de otros autores, podemos decir que
cuando se habla de necesidades sociales se hace referencia a:
<< Necesidades sociales en tanto producidas socialmente, Aquí ingresan
las necesidades individuales, de los seres humanos particulares. Como
expresa A. Heller, “... necesidad socialmente producida es sinónimo de
necesidad humana...”. Son aquellas necesidades bio-psicosociales que los
individuos interiorizan desde el momento en que nacen en un mundo social,
formando el habitus (Bourdieu), un sistema de seguridad ontológica (Giddens),
la matriz de aprendizaje (Pichón Riviére, Ana Quiroga).
<<Necesidades sociales en tanto histórico-sociales reconocidas como
tales por distintas clases y sectores de clases u otros actores sociales. De aquí
se desprende el concepto de “estructura de necesidades” o “sistema de
necesidades” .
Creemos que la noción de estructura de necesidades expresa la existencia
de determinadas acepciones históricas y, por lo tanto modificables de lo que se
entiende por necesidades. Tales estructuras o sistemas designan ideas sobre
lo que son las necesidades y sus modos de satisfacerlas, que son producto de
las relaciones de poder y representan “discursos hegemónicos” sobre las
necesidades.
Cuando se dice que las necesidades son histórico- sociales, son aquellas
que explícitas o implícitamente se convierten en necesidades para la
sociedad o amplios sectores de la misma.
La estructura o sistema de necesidades es un campo de disputas por
legitimar necesidades así como recursos para satisfacerlas. Los lenguajes
oficialmente reconocidos, los términos disponibles para demandar estos
discursos (buling, femicidio, etc.) los modos de subjetivación (víctimas,
activistas, individuos, miembros de un grupo) los paradigmas de argumentación
aceptados como autorizados para juzgar las demandas en conflicto (cómo se
resuelven los conflictos sobre la interpretación de las necesidades, apelando a
expertos, por votación, etc.), configuran un campo heterogéneo de diversas
posibilidades y alternativas.
Otra cuestión importante a especificar cuándo se hace referencia a las
necesidades sociales en cualquiera de sus versiones, es que justamente el
hecho de que las necesidades son producidas socialmente y que en esta
socialidad priman determinados “universos de significados” para las
mismas (tales como la necesidad de consumir determinadas mercancías o
ciertos recursos institucionales creados para satisfacer “necesidades sociales”
de determinados sectores de la sociedad) pone en tela de juicio la fidelidad de
la demandas de acuerdo a las “verdaderas” necesidades, de los propios
agentes sociales (Es lo que A. Heller denomina “necesidad social”)
Cabe aclarar que cuando A. Heller se refiere a la satisfacción colectiva de
las necesidades, está aludiendo a un aspecto del proceso de satisfacción
mencionado que tiene que ver con la creación de instituciones. Entrarían
aquí las necesidades producidas por los recursos institucionales creados
por la sociedad en un espacio y tiempo determinados para satisfacer
necesidades reconocidas socialmente, como por ejemplo los relativos a la
salud, educación, etc.
4) Hacia una caracterización de las necesidades desde el trabajo
social.
Nora Aquín expresa que los procesos de vinculación entre necesidades y
carencias por un lado, y satisfactores por otro, tienen una dimensión
material y una no material; esta última incorpora los saberes y las relaciones
entre los sujetos. Retoma de Agnès Heller los conceptos de necesidades
necesarias (al interior de las cuales ubica a las necesidades existenciales de
sobrevivencia y las necesidades necesarias propiamente dichas) y
necesidades propiamente humanas (situando aquí a las necesidades
alienadas y las necesidades no alienadas (radicales).
Pensamos que desde el punto de vista de la intervención profesional
existen dos perspectivas de diferenciación de las necesidades que
interesan particularmente: una, referida al reconocimiento del tipo de
necesidades que tienen y expresan los sujetos a través de sus demandas;
la otra, relacionada con categorías de necesidades de acuerdo al carácter
que contraen en el sistema social o bien según las formas que asumen las
demandas en el contexto social y político, es decir quiénes las interpretan y
problematizan y la expresión política que adquiere esta problematización (de
acuerdo al carácter que tomen en las actuales relaciones Estado-sociedad)
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Llamaremos al primer grupo, necesidades de acuerdo a sus “objetos de
satisfacción”, mientras que al segundo, necesidades de acuerdo a su
“definición social”
Las necesidades de acuerdo a sus “objetos de satisfacción”.

El objeto de la necesidad recibe generalmente el nombre de recurso o


satisfactor. Se supone el concepto de carencia como falta de algo y el de
necesidad vigente como la demanda.
La palabra recurso designa usualmente a los elementos, medios y modos que
acuden a las necesidades.pag28
Cuando hablamos de recursos no solo son los bienes materiales sino también
a los del conocimiento, de relaciones, etc. como ideas, formas de relación entre
individuos, de modalidades asociación y organización, todo ello hace a la
noción de producción.
Ahora bien, la relación necesidades–recursos/satisfactores tiene lugar en
los procesos de producción (y reproducción), distribución y consumo que
ocurren de distintas maneras en todos los espacios de la vida social.
Bourdieu distingue tres clases fundamentales de capital, cada uno de ellos
con sus respectivas subespecies, a saber: el económico, el cultural y el
social. Estos capitales “constituyen gama posible de los recursos y los bienes
de toda naturaleza que sirven a la vez de medios y de apuestas a sus
inversores”.
Capital económico está referido a la acumulación de recursos materiales de
los que se apropian los individuos, que también consumen, distribuyen,
acumulan o pierden; concepto marxista que refiere a la forma particular de
producción y acumulación, en el que las ganancias en bienes y dinero por parte
de unos pocos, se obtiene en base a la apropiación del excedente del trabajo
de otros.
Capital cultural está vinculado al conocimiento, la ciencia y el arte. . También
llamado informacional por el mismo Bourdieu, existe bajo tres formas: en los
estados incorporado (habitus, ideas, valores, habilidades), objetivado (bienes
culturales, cuadros, libros, instrumentos, etc.) e institucionalizado (como un
modo de objetivación, como los diferentes títulos escolares)
Capital social que hace referencia a vínculos, red de relaciones,
conocimientos, reconocimientos mutuos; una de las subespecies de este
capital es el político que de acuerdo al autor, permite obtener privilegios y
ganancias considerables.
Respecto a la estrecha correlación de necesidades y recursos y/o satisfactores,
proponemos un agrupamiento de tres clases de necesidades y recursos
correspondientes a estos tres tipos de capital: económicos, culturales y
sociales. Hay que agregar que una misma necesidad puede requerir
recursos/satisfactores de distinto tipo. Al decir dimensión material, nos
estamos refiriendo al estado objetivado o institucionalizado de un recurso, en
el sentido en que lo hace Bourdieu al referirse a los distintos estados del capital
cultural; es decir, material en tanto objetivable en una cosa, en una
institución o en un servicio, pero también en las personas. La dimensión
no material está referida a valores, a disposiciones de sentimiento, a
conocimientos o saberes, habilidades, etc., es decir, relacionadas al habitus o
estado incorporado o por incorporar de tales disposiciones.

NECESIDADES Y RECURSOS ECONÓMICOS.

En su dimensión material, estas necesidades están vinculadas a aquellos


recursos que hacen posible la producción, distribución o consumo de
otros, todos aquellos que portan un valor no sólo de uso sino también de
cambio.
Hay que recordar que la producción de necesidades y de bienes es de
carácter histórico y variables según las culturas, y que para el caso de las
necesidades y recursos de tipo económico, la variabilidad depende del
mayor o menor grado de importancia que una sociedad dada, o grupos o
clases sociales, le otorguen a determinadas cosas.
Un caso particular, y de significativa importancia para el trabajo social, es el
de los servicios, que según el contenido que portan, son recursos de tipo
cultural institucional, en tanto conjunto de conocimientos organizados
institucionalmente para la satisfacción de necesidades vitales, como la
educación, la salud, la vivienda, la seguridad social, y tantos otros
servicios. Ellos contienen a su vez, recursos económicos materiales, como
los edificios, el amoblamiento, vehículos, instrumental, luz, agua, gas, etc., y
recursos culturales y económicos no materiales, como los conocimientos y
habilidades/destrezas, objetivados en personas (por lo tanto, son recursos
humanos, tales como se los conoce en el lenguaje admistrativista) y en la
organización administrativa/burocrática misma.
A su vez estos servicios, en tanto conllevan tales recursos económicos, se
consumen mediante el pago de honorarios o la prestación estatal o no
estatal que se vehiculiza monetariamente por el pago compartido de
empleadores y empleados, por aquellos insumos de tipo financiero que
canalizan las instituciones estatales para tal fin, etc. Esto significa que en su
conjunto los servicios de este tipo, constituyen recursos culturales y
económicos. L provisión de agua y energía eléctrica, gas, mantenimiento, etc.
Son servicios que proveen de tipo material, pero también de tipo no material y
cultural que hacen referencia a la organización, a las personas y conocimiento
puesto en juego.A su vez también se puede proporcionar a los usuarios de
manera paga, no paga o de pago compartido. Pag31
PAG 31 A 33 E EN EL CUADERNO CAPITALES BOURDIEU
El sistema de autoridad, que asigna roles a sus miembros, en relación a
deberes y derechos, tareas y responsabilidades, contiene recursos culturales y
también sociales, con fines de optimización del tiempo y del dinero, así como
mantenimiento de las jerarquías y normas establecidas. En cuanto el sistema
de autoridad es un sistema de poder, pertenece también a la subespecie de
recursos políticos (en ese caso, en sentido amplio) u
administrativo/organizacionales.

Las necesidades de acuerdo a su “definición social”

Lo que la economía capitalista conjuntamente con la democracia liberal trajeron


consigo, fue la posibilidad más o menos legitimada y a la vez controlada, de
que los distintos sectores sociales luchen de una manera relativamente
reconocida por imponer sus necesidades. Hay que agregar aquí, aunque sea
un hecho reconocido, que estas posibilidades de reconocimiento “oficial”
dependen del posicionamiento que logran los diferentes sectores sociales en la
arena política (o, en términos de Bourdieu, en el juego en los distintos campos
de poder), y que a la vez son producto de las mismas luchas.
Según Agnes Heller , las necesidades en el capitalismo se clasifican
como:
<<Necesidades necesarias, socialmente determinadas; que siguiendo a Marx
comprenden también al elemento cultural, moral y la costumbre, cuya
satisfacción es parte constitutiva de la vida normal de los hombres
pertenecientes a una determinada clase de una determinada sociedad, que
pueden diferir según épocas y clases sociales.

<< Necesidades radicales necesidades deben ser satisfechas para que los
miembros de una determinada clase o sociedad tengan la sensación o la
convicción de que su vida es normal, respecto de un determinado momento de
la división social del trabajo.
Nancy Fraser –siguiendo en parte a su vez a Habermas– propone el análisis
de los discursos de interpretación de necesidades. Dan por sentado que las
formas socialmente aceptadas del discurso público disponible para interpretar
las necesidades de la gente son adecuadas y justas. El discurso de las
necesidades se presenta como un espacio de contienda, donde los grupos con
recursos discursivos ( y no discursivos) desiguales compiten por establecer
como hegemónicas sus interpretaciones respectivas sobre lo que son las
legítimas necesidades sociales.
Fraser distingue tres grandes tipos de discursos sobre necesidades en las
sociedades capitalistas desarrolladas, a saber:
<<Las formas “opositoras” del discurso, cuando las necesidades se
politizan desde abajo. Este es un momento en la auto-constitución de nuevos
agentes colectivos o movimientos sociales, ya que se cuestionan los límites
establecidos
<<Los discursos de la “reprivatización” que aparecen como respuesta a los
primeros y articulan interpretaciones sobre las necesidades que antes ni
siquiera tuvieron que formularse.
<<Los discursos de los “expertos” que vinculan a los movimientos populares
con el estado; sus discursos son los medios para traducir las necesidades
fugitivas ya politizadas en objetos de potencial intervención estatal. De esta
manera operan como puente, que unen de manera flexible a los movimientos
sociales organizados con el Estado social. Por lo general la necesidad
politizada, se redefine como el correlato de un satisfactor burocráticamente
administrable.
Las necesidades necesarias son las necesidades sociales que constituyen
una media de las necesidades individuales, desarrolladas históricamente,
transmitidas en los usos y dotadas de componentes morales.
La “necesidad social” entre comillas –expresa esta misma autora– es la
expresión en forma de demanda efectiva. La demanda efectiva es la noción
acuñada por Marx para designar aquel tipo de demanda que tiende a las
oportunidades objetivas de la satisfacción de la necesidad, inclinándose a vivir
de acuerdo a las condiciones dadas, al mundo conocido y establecido.
Diríamos que las necesidades radicales son las necesidades que se
politizan en las sociedades capitalistas, necesidades “fugitivas” o “escurridizas”.
El proceso de “fuga” de aquellos espacios que los discursos hegemónicos han
ubicado como no públicos y separados entre sí, tendría lugar en el territorio de
lo social (o público/societal) en donde los individuos dirimen, confrontan,
negocian intereses, es decir, problematizan sus necesidades y las convierten
en demandas al Estado
Podemos decir que la profesión de trabajo social interviene en los
procesos de satisfacción de las necesidades sociales necesarias, sea que
éstas se presenten de manera individual o colectiva. Esto último significa que
integramos los conceptos de necesidades individuales, puesto que las
necesidades se presentan con frecuencia como demandas individuales, y en
algunos casos en confrontación con las de otros individuos en el seno, por
ejemplo, de un mismo grupo doméstico.
Tanto las necesidades sociales necesarias como las radicales y sus procesos
de satisfacción, abarcan las necesidades y recursos que hemos caracterizado
como económicos, culturales y sociales en sus dimensiones materiales y no
materiales. Ello no quiere decir que la profesión de trabajo social
intervenga en todos los procesos de satisfacción de necesidades. Lo
hace en tanto se presentan obstáculos en los encuentros de los sujetos
con los objetos de su satisfacción: los denominados procesos
mediadores (como procesos que implican acciones que tienen una incidencia
directa en las representaciones de los sujetos, así como en la gestión de
determinados recursos que cubren necesidades vitales de los individuos) que
involucran la información (entendida como transferencia de conocimientos pero
también intercambio de saberes, así como difusión), la problematización de las
necesidades en sus múltiples formas: su jerarquización, las posibilidades
autogestionarias, cogestionarias de acceso a los recursos, etc., en los espacios
familiares, grupales o poblacionales, sea que se presenten individual o
colectivamente.
Los procesos de producción y reproducción de recursos en las
familias/unidades domésticas
Si bien definir qué es un problema o cómo se resuelve, tiene importantes
consecuencias metodológicas en la intervención del trabajo social, no podemos
eludir -al igual que en el caso de la caracterización de las
necesidades/recursos o satisfactores- la exploración de los procesos de
producción, reproducción, distribución y consumo en que tienen lugar los
cruces y desencuentros entre las necesidades y los objetos de su satisfacción.
Debemos incluir bajo el término producción a todas aquellas actividades que
generan bienes para el consumo individual o colectivo, es decir que poseen un
valor de uso. Son las variaciones de la economía de mercado (por otro lado,
altamente inestable en el caso de las sociedades con capitalismo dependiente)
las que crean una mayor o menor división entre los ámbitos laboral y
doméstico según sectores de la sociedad, y con ello condiciones que hacen
modificar no sólo los términos de la actividad productiva, sino también la
organización y división del trabajo en torno a la misma al interior de las
unidades domésticas. “trabajadores por cuenta propia”, o sea de artesanos,
propietarios de talleres de reparación, trabajadores ambulantes, limpiabotas,
lavanderas, etcétera, e trabajo específico de cada uno en cierta manera
también determina la división del trabajo en el interior del hogar y de la familia.
El concepto de reproducción viene a complementar y ampliar al de
producción, steinou propone utilizar el término trabajo familiar, para englobar al
conjunto de actividades y tareas que están directamente vinculadas a la
reproducción de las familias. Este trabajo se desglosaría en tres tipos: 1) el
trabajo doméstico que comprende tareas como la limpieza, mantenimiento de
la vivienda y otros enseres domésticos, la preparación de alimentos, las
reparaciones de instalaciones tales como las eléctricas y de plomería, la
jardinería, etc.; 2) el trabajo de consumo que comprende además de la
organización de las compras (alimentos, vestido, etc.), el uso de los servicios
públicos y privados (salud, educación y otros) y el pago de estos servicios; y 3)
el trabajo de relación, que implica un componente afectivo, una actitud, un
esfuerzo, una habilidad para adecuar los recursos disponibles a las
necesidades, tanto sosteniendo las relaciones al interior de la familia como con
personas fuera de la unidad doméstica. Si se observa, aunque se propone el
nombre de trabajo familiar, el tipo de actividades y tareas son desarrolladas por
miembros de cualquier unidad doméstica, estén vinculados o no por lazos
familiares. Reproducción social, que de acuerdo a lo señalado más arriba de
manera general, está dirigida al sostenimiento del sistema social, implica
la transmisión de normas, valores y creencias a través de actividades
estrechamente relacionadas con lo que se acaba de describir como trabajo de
relación: “...comprende fund amentalmente aquellas actividades vinculadas a la
función de socialización y estabilización psicológico-afectiva de los miembros
de la familia. Muchas de estas actividades son de carácter práctico: supervisar
las tareas escolares de los hijos, bañarlos, cuidar su salud, y en general
‘educar’. Pero uno de sus rasgos distintivos es que implica un componente
afectivo, una actitud, un esfuerzo, una habilidad....”
Mecanismos de acceso a los recursos y fuentes de obtención
En las unidades domésticas, la producción y reproducción de recursos
requiere, al igual que en cualquier otra organización social, de la elaboración
de mecanismos para acceder a los mismos. Este proceso de acceso a los
recursos para la satisfacción de necesidades, implica la creación u obtención,
defensa, recreación o reproducción continua y administración de tales recursos
En términos generales se puede decir que la creación u obtención supone
tareas de producción de recursos que no se tienen o que se tuvieron y se
perdieron; la defensa implica todas las actividades tendientes a sostener lo
que ya se posee y la recreación se refiere al aumento y/ o mejoramiento de los
recursos ya existentes. Finalmente, la administración de los recursos, está
ligada a la organización (distribución del trabajo y responsabilidades;
asignación de tales recursos), control y disciplina internos (sistema de
autoridad)
Los mecanismos para la creación u obtención, defensa, recreación y
administración de recursos, se basan principalmente en la producción (y
autoproducción) de bienes y servicios y otros recursos, y en la administración
de los mismos.
Para la producción continua (obtención, defensa y recreación) los
miembros de la familia recurren al trabajo extradoméstico así como al trabajo
doméstico. En el primer caso las familias producen recursos monetarios y no
monetarios en ámbitos diferentes a las unidades domésticas, que
generalmente intercambian por bienes para el consumo propio; en el segundo,
generan los recursos para el autoconsumo, al interior del espacio doméstico.
La administración, dirigida especialmente a las actividades de consumo,
implica la asignación y distribución de recursos a personas y actividades
pertenecientes a los grupos domésticos. Aquí la organización
familiar/doméstica cumple un papel central; la misma está basada en la
división del trabajo interno y un sistema determinado de autoridad por el
cual se asignan y supervisan tareas y responsabilidades. Como expresa Jelin,
ello supone a la vez dos tipos de decisiones importantes: una referida a
cuánto y cuándo puede trabajar cada miembro, es decir, quiénes y en qué
momento van a contribuir al conjunto de actividades ligadas al mantenimiento
del grupo; la otra, tiene que ver con la asignación de la capacidad de
trabajo a la obtención de ingresos monetarios o a la producción doméstica.
Tanto la organización como la división del trabajo implican un determinado
tipo de “racionalización administrativa” que hace más rígida o flexible las
áreas de distribución de competencias a cada miembro, en las que se
distinguen el rol de tareas (ejecución) y el de gestión administración
propiamente. Ello va a depender de factores vinculados a modelos culturales,
composición de las familias, posibilidades de inserción de los miembros en el
mercado laboral, cantidad y calidad de recursos económicos, culturales y
sociales acumulados, etc.
Por último, otro de los mecanismos relacionado al proceso de acceso a los
recursos, tiene que ver de manera más específica, con las fuentes de
obtención, formación y distribución de tales medios de satisfacción de las
necesidades. Elizabeth Jelin sitúa a las mismas en el trabajo y esfuerzo
directo de los miembros o esfuerzo propio, las transferencias formales de
instituciones reconocidas para tal fin (estatal y no estatal) y las
transferencias informales, basadas en redes de intercambio y ayuda
mutua.
Los trabajos domésticos y extradomésticos, aunque en la línea de análisis
que hemos mencionado más arriba, referida al trabajo familiar en sentido
amplio, se observa un entrecruzamiento importante de observar entre el
esfuerzo directo y las transferencias formales e informales, puesto que
éstas últimas generalmente no vienen a los sujetos por sí solas (salvo en los
casos de determinadas campañas dirigidas a la población por parte del Estado
u otros organismos, para paliar determinados problemas (vacunación, reparto
de ropas y alimentos, etc., o la provisión de determinados recursos materiales
por parte de algunos partidos políticos, tendientes a crear redes clientelares),
sino que procurar tales tipos de transferencias conllevan en ambos casos,
dedicación de tiempo y movilización de recursos culturales y sociales por parte
de algunos de los miembros de las familias. Para la circunstancia de las
transferencias formales de bienes y servicios, se trata no solamente del tiempo
dedicado a concurrir a las instituciones, esperar, solicitar en el momento
oportuno, estar provisto de información adecuada de adónde concurrir, cuándo,
ante quiénes, cómo llenar un formulario de solicitud, etc., sino y particularmente
en tiempos de recorte de políticas sociales, participar en organizaciones
colectivas con otros individuos y familias que tienen las mismas necesidades e
intereses, a fin de gestionar la provisión de bienes y servicios institucionales,
autogestionarse colectivamente, o ambas cosas a la vez.
En el ejemplo de las transferencias informales, se trata de apelar a relaciones
de parentesco, de amistad o vecindad existentes, de recrearlas o crearlas, todo
lo cual significa un trabajo de relación, que pone en juego vínculos de
solidaridad y reciprocidad.
Es indudable la importancia para la intervención del trabajo social, de la
observación de estos mecanismos, puesto que ellos expresan formas, hábitos
y estrategias de los sujetos respecto de sus modalidades de satisfacción de las
necesidades, que constituyen una de las cuestiones claves al operar con las
estrategias profesionales

El momento cuantitativo permite de manera general analizar las condiciones


en que producen y reproducen su existencia estas familias unidades
domésticas, condiciones que si bien no es determinante exclusiva de sus
prácticas permite comprender y analizar las razones por las que actúan,
piensan, y se relacionan de ese modo y no de otro. Es decir desde que
lugares, condiciones y situaciones conforman sus necesidades mujeres,
varones, jóvenes, niños, padres, miembros de grupos familiares y cuáles
son los modos de acceso a los recursos que visualizan como posibles y
cuáles no, desde el contexto desde donde se reproducen cotidianamente.

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