Taller

Literatura clásica
1. Una vez hemos reconocido a lo largo del curso de literatura clásica
elementos y características, además de leer obras fundamentales de la
épica, la tragedia y la comedia en el mundo griego. Responder
narrativamente o en forma de cuadro: ¿Qué diferencia al héroe épico del
héroe trágico y del héroe o protagonista de la comedia?
2. ¿Qué diferencia encuentras entre el comportamiento de los dioses en los
relatos épicos y en el mundo de la tragedia?
3. Qué reflexión te genera el siguiente texto: “Los anhelos más altos y
profundos de la condición humana están expresados en la obra literaria.
Ella es el vínculo de la palabra con la condición existencial de todos los
hombres. La historia particular referida a un solo hombre encuentra su
universalidad en la creación literaria.” (Tomado de: Bayron León
Osorio Herrera. Tragedia y En: La percepción de lo divino en Sófocles.
Medellín: UPB, 2019)

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El héroe épico es un héroe guerrero. La grandeza del héroe épico radica en
que al combatir arriesga su vida y esto pasa a ser una prueba de su existencia.
El héroe épico tiene habilidades sobrehumanas que le permiten acarrear
hazañas asombrosas.
El héroe trágico lucha contra un poder oculto, el destino, que aplasta casi
siempre al que lo enfrenta. Además de los diversos obstáculos que se oponen a
la actividad del hombre. Este héroe sabe que los obstáculos que se oponen a su
acción son insuperables, y sabe que constituye un deber para él superarlos. Por
lo general tiene un origen oscuro, ignoto y padres de etiología muy difusa.
El héroe trágico, así como el épico, posee una excelencia moral de acuerdo
con los prototipos de virtud de su contexto. Sin embargo, a pesar de sus
cualidades, sufre en exceso.

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En el relato épico se ve a los dioses con características muy humanas. Sufren,
envidian, temen, aman, lloran y demás actitudes. Ellos participan activamente
en las historias de los humanos. Mientras que, en la tragedia su participación
es totalmente diferente, pues no están activamente en el mundo humano. No
bajan ni se ensucian las manos, por el contrario, ellos manejaban los hilos del
destino de los humanos, y son estos, que con sus lamentos evocan a los dioses.
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La literatura es el desahogo del hombre, pues crea mundos según su inconformidad en el contexto
que se mueve.