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Materia: MODELOS VICTIMOLÓGICOS

Maestra: Dra. Myrna Elia García Barrera

Reporte de Lectura Tema 1

ALUMNA: Nayeli Castro Castro

2do Semestre de Maestría en Victimología


ÍNDICE

1.1 Victimología

1.2 Concepto de víctima

1.3 Victimología y psicopatología

1.4 La víctima del delito

1.4.1 Consecuencias del delito

1.5 La victimización

1.5.1 Niveles de victimización.

1.6 La función social de la víctima.


Introducción

El presente Reporte de lectura nos llevó revisar nuestros conocimientos sobre la materia y en

especial sobre los elementos principales de la Victimología desde su significado hasta su

trascendencia en la persona. Elementos que influyen en una mejor conocimiento y atención

de las situaciones en las que acompañamos a nuestros usuarios del centro DIF en el cual

laboramos.
1.1 Victimología
La victimología es una disciplina cuyo objeto lo constituye el estudio científico de las
víctimas del delito. Para Mendelsohn, considerado el iniciador de los estudios científicos
sobre la víctima, el objetivo fundamental de la victimología es lograr que haya menos
víctimas en todos los sectores de la sociedad. Esto representa que dicha disciplina debe
buscar métodos para reducir los elementos perjudiciales de la situación y disminuir la
gravedad y la magnitud de las consecuencias del delito, esto es, prevenir el delito.
La victimología, desde la perspectiva de una criminología clínica, atiende a la víctima, es
decir a la persona que padece un sufrimiento físico, psicológico y social a consecuencia de la
violencia, de una conducta delictiva, de una conducta agresiva
antisocial. (Marchiori. Delito y Seguridad)

1.2 Concepto de víctima


La víctima es la persona que padece un sufrimiento físico, emocional y social a consecuencia
de la violencia, de una conducta agresiva antisocial,a través del comportamiento del
individuo-delincuente que transgrede las leyes de su sociedad y cultura. De este modo, la
víctima está íntimamente vinculada al concepto consecuencias del delito, que se refiere a los
hechos o acontecimientos que resultan de la conducta antisocial, principalmente el daño, su
extensión y el peligro causado individual y socialmente. (Marchiori. Proceso de
victimización)

1.3 Victimología y psicopatología


Desde la perspectiva de la Psiquiatría Forense, la víctima es la persona que como
consecuencia de la violencia, de una conducta antisocial o de un delito, enfrenta un trauma de
dolor y sufrimiento, que puede provocar daños colaterales en aspectos físicos, psicológicos y
comportamiento psicosocial que afecta a su entorno debido al quebrantamiento de las reglas
de convivencia y/o normas establecidas por las leyes. Y además del sufrimiento y la
violencia, la víctima luego de ese momento, tendrá que convivir – en algunos casos de modo
muy cruel – con los daños colaterales de ese anónimo “quiebre de reglas. (Nuñez, 2010)

La necesidad de normatizar diagnósticos y tratamientos para atender las


patologías presentadas por los soldados durante y después de las guerras impulsó
en Estados Unidos y Europa la tendencia a enumerar los síntomas, definirlos y
agruparlos según diferentes criterios. (Benyakar, 2007)

1.4 La víctima del delito


Entre los documentos referentes a los derechos de las víctimas se en-
cuentran los documentos de la ONU, que son: los Principios Fundamenta-
les de Justicia para las Víctimas del Delito y del Abuso de Poder (1985); el
Manual de Justicia sobre Uso y Aplicación de la Declaración de Principios
Básicos de Justicia para las Víctimas del Delito y del Abuso del Poder; los
cuales han permitido importantes modificaciones en los códigos de proce-
sos penales y códigos penales. En México, la inclusión de la víctima en la
Constitución nacional marca una consideración y un modelo a seguir por
los países latinoamericanos.
Es importante, también, destacar otros documentos de derechos huma-
nos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos; la Declara-
ción Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; Convención de
los Derechos del Niño; la Convención Interamericana para Prevenir y San
cionar la Tortura, y la Convención Interamericana sobre Desaparición For-
zada de Personas.
Naciones Unidas expresa, en los Principios Fundamentales de Justicia
para las Víctimas del Delito, la necesidad de el reconocimiento y el respeto
universal y efectivo de los derechos de las víctimas y del abuso del poder.
Basado en los documentos fundamentales de derechos humanos, el docu-
mento reitera en el acceso a la justicia de las víctimas, el trato justo y el res-
peto por su dignidad. “Tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la
justicia y a una pronta reparación del daño que hayan sufrido, según lo dis-
puesto en la legislación nacional”. Se facilitará la adecuación de los proce-
dimientos judiciales y administrativos a las necesidades de las víctimas a
través de la información a las víctimas de su papel y del alcance, el desarro-
llo cronológico y la evolución de las actuaciones, así como la decisión de
sus causas, especialmente cuando se trate de delitos graves; del permiso
para que las opiniones y preocupaciones de las víctimas sean presentadas y
examinadas en etapas apropiadas de las actuaciones; la presentación de
asistencia apropiada a las víctimas durante todo el proceso judicial; la
adopción de medidas para minimizar las molestias causadas a las víctimas,
proteger su intimidad, garantizar su seguridad, así como la de sus familia-
res y la de los testigos en su favor, contra todo acto de intimidación y repre-
salia; evitando demoras innecesarias en la resolución de las causas.
El documento recomienda no sólo el resarcimiento a las víctimas por los
daños o pérdidas sufridas, sino, también, la indemnización a las víctimas que
hayan sufrido importantes lesiones corporales o menoscabo de su salud físi-
ca o mental como consecuencia de delitos graves. Asimismo, a la familia, en
particular a las personas a cargo de las víctimas que hayan muerto o hayan
quedado física o mentalmente discapacitadas como consecuencia de la victi-
mización.
El documento señala claramente la vinculación acceso a la justicia y
asistencia social, al referirse a que las víctimas recibirán la asistencia mate-
rial, médica, psicológica y social que sea necesaria.
En los últimos años se ha advertido una mayor preocupación e interés
por la situación de las víctimas de delitos, esta preocupación se ha manifes-
tado en los aspectos asistenciales, conocimiento de tipos y características
de las víctimas, y en la atención de la víctima por el sistema de justicia.
Para la administración de justicia, la cooperación de la víctima es esen-
cial porque indudablemente permite:
— Conocer el delito.
— Conocer al delincuente.
— Conocer la comunidad, región donde se cometió el delito.
— Aplicar las medidas penales, correccionales y preventivas.
— Evitar nuevos delitos.
Desde el Documento de Naciones Unidas sobre los principios funda-
mentales de justicia y asistencia para las víctimas de delitos (1985) y el pri-
mer simposio internacional de victimología celebrado en Jerusalén (1973)
se ha avanzado en la comprensión de la situación de los procesos de victi-
mización, en los efectos del aislamiento jurídico-social de la víctima.
La víctima ha permitido el conocimiento de un hecho delictivo, el cono-
cimiento del autor y la aplicación de la ley, así como evitar nuevos delitos.
Por ello, el agradecimiento del juez —Tribunal— a la víctima por su coo-
peración en el esclarecimiento de un hecho criminal, que ha afectado, a
toda la comunidad.
Sabemos que la intervención de la administración de justicia tiene en sí
misma un valor preventivo y social.
En los últimos años, Naciones Unidas, en referencia a la justicia, señala
la necesidad de la reparación a las víctimas, de una justicia restitutiva. Así,
Naciones Unidas, en el documento referente a Declaración de Viena, de
mayo de 2001, manifiesta el compromiso y la necesidad de apoyo a las víc-
timas del delito, la utilización de mecanismos de mediación y justicia resti-
tutiva, y ampliar los servicios de apoyo a las víctimas. Formular y ejecutar
políticas de protección a los testigos. (Marchiori.Proceso de victimizacion)

1.4.1 Consecuencias del delito


El delito es una situación de alto estrés que conmueve profundamente a
la persona que sufre la conducta violenta, cualquiera que sea el tipo y las
circunstancias delictivas. Estas situaciones se agravan en los casos de vul-
nerabilidad de la víctima, por el grado de conocimiento autor-víctima (fa-
miliar) y en las circunstancias de impunidad del delincuente.
(Marchiori. Proceso de victimización)
Las consecuencias pueden ser:
1. Físicas. Lesiones leves, graves, gravísimas. Pérdida de la vida de
la víctima.
2. Emocionales. Difíciles de poder determinar, son las secuelas del
profundo estrés y conmoción del delito. Por ejemplo, la muerte
dentro del grupo familiar representan las consecuencias para tres
generaciones.
3. Socioculturales. Repercuten en las relaciones interpersonales de la
víctima con el medio social.
4. Económicas. Los daños ocasionados por el delito. Por ejemplo,
vaciamiento (Marchiori. Proceso de victimización)

1.5 La victimización
Toda victimización produce una disminución del sentimiento de seguridad
individual y colectivo, porque el delito afecta profundamente a la víctima, a su familia y
a su comunidad social y cultural. La trasgresión del sentimiento de inviolabilidad,
porque la mayoría de las personas tienden a tenerse por inmunes a los ataques
delictivos, crea una situación traumática que altera, en muchas ocasiones
definitivamente, a la víctima y a su familia. (Marchiori. Delito y seguridad)

1.5.1 Niveles de victimización


En Victimología se distingue entre los procesos de victimización primaria, secundaria
y terciaria en razón de la fuente que produce o ahonda la victimización –sea el hecho
delictivo o su respuesta institucional y social- y de quién la sufra. Así diferenciamos
entre victimización: • Primaria: deriva directamente del delito o del hecho violento. •
Secundaria: deriva de la relación posterior de la víctima con el sistema jurídico penal,
los servicios sanitarios, sociales y otros agentes, públicos o privados (policía, médicos
forenses, jueces, secretarios judiciales, fiscales, letrados, personal de los hospitales,
medios de comunicación, etcétera). Terciaria: deriva del conjunto de costes adicionales
de la penalización sobre quien la soporta personalmente o sobre terceros, incluyendo
las consecuencias del estigma social sufrido. Así experimentan esta victimización los
victimarios, los hijos de madres encarceladas que conviven con ellas en prisión y, en
general, los hijos de padres/madres encarcelados que van creciendo sin ellos. (Varona.
Victimología)

1.6 La función social de la víctima


Para mantener la memoria histórica de ciertos eventos dañinos que la
sociedad considera necesario recordar necesita, por ejemplo, que quienes fueron
dañados y los testigos cuentan una y otra vez lo que sucedió, actitud
imprescindible para que el daño adquiera la importancia histórica que necesita
para lograr que jamás se repita. Un caso paradigmático en este sentido lo
constituyen los sobrevivientes del genocidio nazi y los museos de la memoria
donde se atesoran todos los testimonios posibles.
Así definidas, o sea, como “víctimas”,estas personas devienen un símbolo y comienzan a
funcionar como un elemento organizador de la identidad del grupo y aglutinador de sus
miembros puesto que, a través de la identificación con ellas, éstos se ven a sí mismos como
un grupo dañado.
En forma inconsciente, el grupo social al que pertenece un damnificado lo
instituye y perpetúa como “víctima” para que, en su condición de tal, conjure las
amenazas que representan las luchas intestinas, disensiones, rivalidades y celos
que podrían destruir al grupo, restaure la armonía de la comunidad y refuerce la
unidad social. En su libro Structure and Function in Primitive Society, A.R.
Radcliffe-Brown cuenta que “los grandes textos chinos reconocen
explícitamente al sacrificio la función que nosotros asignamos a las «víctimas»”.
Y agrega: Gracias a él las poblaciones permanecen tranquilas y no se agitan. Refuerza la
unidad de la nación. El Libro de los Ritos (Ch’u Yü, II, 2) afirma que los
sacrificios, la música, los castigos y las leyes tienen un único y mismo fin: unir los
corazones y establecer el orden. (Radcliffe-Brown, 1965)
Si el “mal” se desencadena asumiendo la forma de una catástrofe natural que
produce infinidad de damnificados, la pregunta mítica acerca de la razón por la
cual ocurre el daño, o sea, quién lo provocó/incitó, de quién es la culpa, no
desaparece. La respuesta puede identificar a un individuo o grupo a quien se
elige para culpar, pedirle que rinda cuentas y exigirle que asegure la inocencia
del resto. O puede volverse hacia adentro, lo que resulta en que el grupo o la
sociedad se autoculpabilice y, movido por el sentimiento de la culpa, realice
acciones tendientes a la reparación de los damnificados, “víctimas” de las
desgracias. En este caso las “víctimas” sirven, como adelantamos, de motivo
para la acción, la cual será fundamentalmente reivindicativa si está orientada
hacia afuera y fundamentalmente compensatoria o reparatoria si lo está hacia
adentro.
Para que esta dinámica entre los individuos “victimizados” y los grupos se
establezca es preciso que confluyen factores individuales de las “víctimas” con
necesidades del grupo. Para calzar en el rol, se requiere un individuo vulnerable
y quien ha sido dañado es, cuando menos temporariamente, vulnerable. Si la
persona resulta “victimizada”, cuanto más se debilite su identidad anclada en su
historia pasada y más se fortalezca la identidad asociada al daño, más
“victimizada” estará.
La “víctima” no es, pues, el producto del daño real que le han infligido a una
persona sino el producto del proceso social de “victimización” que consiste en
asignar el carácter de “víctima” a los sujetos que han sufrido un daño,
considerado por el grupo al que pertenecen como un ataque a algún valor que
éste desea preservar o imponer. Esto significa, ni más ni menos, que quien
“victimiza” es el propio grupo al que pertenece la persona dañada por algún otro
que actuó como hacedor del daño. O sea, hay un hacedor del daño, un dañado o
damnificado y el grupo de pertenencia que adjudica a este último el carácter de
“víctima”. El proceso mediante el cual una persona, grupo o comunidad queda erigido
en víctima es, por lo tanto, un complejo mecanismo social de elaboración de
procesos sociales e individuales cuyo funcionamiento y efectos no sólo son
extremadamente difíciles de identificar sino que, cuando se los reconoce y
expone a la luz, son rápidamente rechazados. La razón por la cual estos
mecanismos son resistidos como explicaciones es que destruyen las versiones
apaciguadoras de la violencia propia de la condición humana.(Benyakar,2007)
Conclusiones

Ha sido para mi persona una sumamente enriquecedora revisar nuestros conocimientos sobre

la materia y ampliarlos con nuevos autores y enfoques como el derecho, la psicología,

psiquiatría, etc

Me permitió aterrizar y visualizar mejor mi labor como servidora pública, para brindar una

mejor atención a las familias y miembros de las familias, ya sean adultos mayores, mujeres o

niños, niñas y/o adolescentes.


Bibliografía

Nuñez de Arco, J. (2010). Victimología y violencia criminal: Un enfoque criminológico y


psicológico. Recuperado de
https://www.bubok.es/downloads/download_libro_gratis?book=MjA1MjAwLTIwMTgwMz
AzLQ==&tipo_portada=6&clave=bmF5ZWxpY2FzdHJvQGdtYWlsLmNvbQ==&verificado
=6553a516893092c64b813c3ce0416eddb93774c2a543d102c1f11a4d7d8d3d73

Varona, G. Victimología: Un acercamiento a través de sus conceptos fundamentales como


herramientas de comprensión e intervención.Recuperado de
https://www.ehu.eus/documents/1736829/2010409/Manual+de+Victimologi%CC%81a+201
5.pdf

Marchiori, H.Proceso de victimizacion..Recuperado de https://archivos.juridicas.unam.mx ›


libros

Marchiori, H. Delito y Seguridad de los Habitantes. Recuperado de


http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/ICAP/UNPAN029086.pdf&ved=2ah
UKEwiE_7KXndDZAhURVa0KHZ0PBH4QFjABegQICBAB&usg=AOvVaw1dWs8RWo8
MRkJ4Vy6lesz5

Benyakar, M. Lo disruptivo y lo traumático Abordajes posibles frente a situaciones de crisis


individuales y colectivas. Compilado por: Eduardo Ramos ; Alejandra Taborda ; Celeste
Madeira. Recuperado de
http://www.neu.unsl.edu.ar/wp-content/uploads/2017/04/Discruptivo-traumatico.pdf&ved=2a
hUKEwiVgquZntDZAhUCP6wKHfLrDK4QFjAAegQICRAB&usg=AOvVaw3eCHhoycAw
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