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9591-fc
DIEZ \ SEIS AROS EN SIBERIA
Traducción española de Carmen de Burgos Seguí (COLOMBINE)
TOMO PRIMERO
F . S B M P E E E Y COMPAÑÍA, E D I T O B E S
CAPÍTULO PRIMERO
TOMO I
TOMO I
* *
Bien pronto llegaron nuevos presos políticos:
TOMO I 12
(1) El oso.
Diputación
y:,-. de Almería — Biblioteca. Diez y Seis Años en Siberia, p. 209.
210 LEÓN DEUTSCH
PPÓLOGO v
Capítulos.
I.—Partida para Alemania.—Arresto en Fribur-
go.—Antecedentes revolucionarios. . . . 11
II.—La causa de mi arresto.—El profesor Thun.—
Mi defensa.—Plan de evasión.—El procu-
rador 23
III.—Incertidumbre.—Régimen de la prisión.—El
procurador.—Cambio de celda 34
IV.—Visita de «mi mujer».—Plan de evasión y
libertad.—Esperanzas.—El procurador en-
tra en juego.—Preparativos de viaje. . . 46
V.—Partida para Rusia en vagón de bestias.—En
las prisiones de Francfort y de Berlin.—De
la frontera á Petersburgo por Varsovia.. . 61
VI.—La fortaleza de Pedro y Pablo.—Mi compa-
triota el procurador.—Un médico cruel.—
Un conocimiento fugitivo 69
VII.—Una prisión con nuevo reglamento.—Un plan
que fracasa.—Visita del ministro.—Secreto
de Estado.—Un escritor como vecino de
celda 79
VIII.—Nuevos temores.—El coronel de gendarme-
ría.—Investigaciones á propósito del asesi-
nato del general Mezenzeff.—Encuentro
con Bogdanowitch.—Partida 89
IX.—Un rayo de esperanza.—Un régimen desco-
nocido.—Protestas por el hambre.—Nues-
tro club.—Un protector 96
HISTORIA
DE LA
EN PRENSA
José INGEGNIEROS.—Histeria y Sugestión. (Estu-
dios de Psicología clínica.)—Un tomo en 4.°, tres
pesetas.
."1 .
Diez Y seis w
añosen
•OBRA PROHIBIDA EX RUSIA
TOMO SEGUNDO
CUATRO REALES
TOMO SEGUNDO
F . S E M P E B E Y COMPAÑÍA, E D I T O R E S
CAPÍTULO XX
* *
Esperaba con impaciencia la llegada á Ir-
koustk para encontrar á una amiga de los prime-
ros tiempos, María Kowalewskaja, que no había
visto desde algunos años. Nos conocimos en 1875,
perteneciendo los dos á la asociación de los Bun-
tari, y nos tuteábamos, como era entonces cos-
tumbre general entre los revolucionarios. Ella era
hija de un propietario llamado Woronzof, y esta-
ba casada con Kowaleswky, profesor de gimnasia
militar. En 1874 había resuelto afiliarse al partido
revolucionario; dejó á su marido y á su hija y se
lanzó en cuerpo y alma al partido de la agitación.
Era de pequeña estatura, tenía algo de gitana en
*
Llegamos, por fin, á Irkurstk, la capital de la
Siberia, en la segunda quincena de Septiembre.
Nos encerraron en la prisión de la ciudad, que,
como la de Kiew, es célebre por las tentativas de
evasión de los prisioneros políticos. Se nos dio á
los hombres una celda común y otra á las mu-
jeres.
Apenas se había cerrado la puerta tras de nos-
otros, me salí á la ventana y llamé en alta voz á
María Kowalewskaja; me respondió inmediata-
mente, y conversamos hasta una hora avanzada
de la noche.
Durante los ocho días que descansó allí nues-
tro destacamento, tuve ocasión de verla y de pa-
sear con ella. Los largos años de separación no
habían disminuido nuestra amistad; al contrario,
nuestra simpatía recíproca se reveló al primer
golpe de vista. Nos entendimos como viejos ca-
maradas, sin importarnos las bromas de los otros.
Los padecimientos que ella había sufrido des-
pertaron en mí una profunda piedad. La protesta
por el hambre á que se había sometido poco
tiempo antes, le dejó una palidez casi cadavérica,
pero su espíritu era siempre el mismo: era siem-
pre la misma naturaleza batalladora y enérgica,
*
* *
El año 1889 marcó para nosotros, como para
todos los que estaban en Siberia, una fecha in-
TOMO II
TOMO II
* *
FIN
Ctopftvdea. PigB.
XX.—De Krasnoyarsk á Irkoutsk.—Inútil conflic-
to.—Las mujeres mártires en la prisión
de Irkoutsk 5
XXI.—Una lección al jefe de policía.—Encuen-
tro con compañeros deportados.—De Ir-
koutsk á Kara.—Cadenas robadas.—To-
davía un conflicto.—Llegada á Kara. . . Í7
XXII.—Los primeros días de prisión en Kara.—
Viejos y nuevos conocimientos 33
XXIII.—La organización de nuestra vida en común.
—Los sirios.—Apuesta 45
XXIV.—Historia de la prisión de Kara.—El Gato.
—La cámara del Synedryon.—La prima-
vera 57
XXV.—Estado de espíritu y pasatiempos en la pri-
sión.—Dos comandantes nuevos.—El hos-
pital.—Resistencia á mano armada. . . 73
XXVIi—Departamento de las mujeres.—Comienzo
de un drama 93
XXVU.—Los colonos.—Incidentes en la prisión de
mujeres 103
XXVHI.—El centenario de la Revolución francesa.—
Sergio Bebochoff.— El fin del drama. . . 113
XXIX.—Rumores alarmantes.—Una visita del go-
bernador general.—Fuera de la prisión. . 121