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A través de los años se ha entendido que enseñar, es una actividad con propósito,

mal entendiendo, que es casi una necesidad de los mayores, hacia los menores,
transmitir lo que ellos con el paso de los años, han aprendido. Hoy día, es
necesario, casi que obligación Romper con esos paradigmas, que durante mucho
tiempo, han calado en la mente y el conocimiento de nuestros niños y niñas, de allí
la necesidad de permitir explorar y dejar desarrollar en nuestros niños y en
general, las diferentes Inteligencias Múltiples, innatas en cada ser humano y que
debido a nuestros sistemas, gubernamentales e ideológicos no han permitido un
libre desarrollo, menoscabando el pensamiento y la libre personalidad y toma de
decisiones.

La transformación de pensamiento y decisiones en nuestros niñas y niñas, implica,


no estropear, las alas a los estudiantes, además transformarse es hacer cambiar
el carácter y costumbres “Que es el profesor; es quien sabe”

Los paradigmas se rompen no porque yo quiera romperlos o porque lo quiera


aseverar como tal, sino porque el aprendizaje está condicionado por la sociedad
en la que nacemos y nos desarrollamos como lo señala Vygotsky y en esta
sociedad del conocimiento donde el estudiante no se conforma con el enlatado
que le dan en clase, estos buscan, seleccionan, e interpretan, transformando su
realidad,  y por ello plantean situaciones, que pueden ser incomodas para el
profesorado que se quedó en el letargo de sus conocimientos pedagógicos-
curriculares y muchas veces condicionan el pensamiento libre y espontáneo de
nuestros niños y niñas. (estudiantes)

Hoy el aprendizaje, favorece la comprensión del mundo, un mayor desarrollo de la


personalidad de cada cual y la mejor forma posible de utilizar las capacidades
(Individuales y colectivas) para abordar con creatividad y éxito, los problemas
reales de una sociedad sometida a acelerados y constantes cambios.

Por todo lo expuesto anteriormente, resulta fundamental que para enseñar a que
los niños superen desafíos y rompan los Paradigmas primero se trabaje la
autoestima y la seguridad personal del pequeño. ¿Cómo? Confiando en sus
posibilidades, enseñarle que de los errores se aprende y que equivocarse es
bueno, dándole pequeñas responsabilidades (dependiendo de la edad y de sus
capacidades) 

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