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Por Vale Villa Psicoterapia individual, familiar y de pareja, 30/06/2010

¿Sigo siendo el rey?


El blog de Vida de Prodigy/MSN con Vale Villa

Qué risa... hoy me acordé de esta cancioncita..."no tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo
siendo el rey".

Todos la hemos cantado en alguna borrachera, al calor del mariachi y los tequilas... pero hoy la pienso como el
himno a la estupidez, a la falta de realismo, a la omnipotencia infundada. Todo esto justo después de la derrota
de México frente a Argentina.

El twitter, que recientemente se ha vuelto en una tremenda fuente de información para mí, me permite
enterarme y conectarme con muchas formas de pensar y de ser, además de conocer muchos puntos de vista.
Frente al fenómeno del mundial, muchos se han radicalizado. Por ejemplo, considerando que si uno no apoya
incondicionalmente a la selección, es un mal mexicano. Y otros, criticando a priori, durante y a posteriori,
absolutamente cualquier movimiento del tri.

@AlbertoRuy comentaba en twitter, tras la derrota, asuntos superinteresantes. Compartió que su amigo de
Indonesia, con toda inocencia y candor provocador, le pregunta: ¿por qué los mexicanos no pueden aceptar
que son mejores artistas que jugadores?, ¿no ven?, ¿no oyen?

Con toda inocencia, este hombre, llamado Abu bakkar, seguía provocando con sus preguntas: ¿de verdad
creían que su equipo podía ganar? Les ayudaría entrenar tiros a portería: problema técnico, ¿no ven?
Pensé si hacía falta la distancia de ser de otra nacionalidad para ver lo evidente, para aceptar que no
tendríamos por qué depositar mayores esperanzas en nuestra selección y que eso no quiere decir lo contrario,
es decir, desear que pierdan para poder proclamar: "yo tenía razón".

Hay quien dice: "a pesar de la derrota, ¡Viva México!", y yo pienso "¡claro!", porque, obviamente, el amor a la
patria pasa por otro lado y no depende del resultado de un partido de futbol.

Eso está más que claro, pero nos lo tomamos tan en serio, que se pasa por "amarguete", negativo o mala leche;
si dices lo que piensas y si expresas escepticismo frente a un equipo que no tiene la más mínima consistencia.
Nunca hubo alineación, ¿se fijaron? Nunca supimos quiénes eran los titulares de la Selección...

Otro más, en Twitter, sorprendentemente emotivo, decía que nuestros hijos ya no cargarían con el trauma de la
derrota por haber visto a México ganarle a Francia... cuando sabemos muy bien que las condiciones de ese
equipo, permitieron, no sólo a México, sino también a Sudáfrica, vencerles con muy poco esfuerzo. Yo, la
verdad, les dije a mis hijos: "las buenas intenciones, el talento, no hay manera de medirlo; lo único medible
son los resultados finales".
Así piensan y actúan las grandes potencias deportivas. Lo que importa son los goles, ganar.
En semanas pasadas, me atreví, siendo mujer y nunca habiendo participado en una liga de futbol femenil, a
escribir sobre futbol. Me llovió en la milpita, como reza el dicho popular. Muchas cartas de odio, insultos y
descalificaciones por haberme atrevido a escribir sobre tema tan sagrado.

Me pregunté "ene" veces en estos días ¿por qué nos lo tomamos tan en serio, cuando México, nunca, NUNCA,
ha sido bueno para el futbol a nivel mundial? Nunca hemos sido competitivos, nunca una semifinal, nunca
entre los primeros ocho del mundo... entonces, ¿de dónde nos lo tomamos tan a pecho? ¿De dónde vienen
estás grandísimas e infundadas ilusiones puestas en un equipo bastante mediano que, circunstancialmente,
logró el cuarto partido? De verdad no entiendo.

Y ya había reflexionado sobre el poder emocional del futbol. Esa parte la entiendo, el asunto de la pasión, de
los himnos nacionales entonados antes de cada partido. Sí, es un asunto de nacionalismo, contagioso. Pero de
ahí a perder el piso, de ahí a decir que podíamos y teníamos con qué ganarle a Argentina, hay una enorme
distancia.

También hoy veía a Alemania frente a Inglaterra cual aplanadora, como si el contrincante hubiera sido alguna
pobre selección de un país pequeño perdido en el mapa. Pero se trataba de Inglaterra. No hay manera de
pensar que México pueda estar en estos niveles de competitividad, pero sobre todo de mentalidad ganadora.

Mis respetos para los coreanos, para los gringos, para los italianos en los últimos 20 minutos de su partido
contra Eslovaquia. Son equipos que juegan hasta el último segundo, que no se desconcentran a pesar de tener
la derrota encima, que tiran hasta el final, con decisión y valentía. México no tiene esa característica. No sé si
es el ADN, la conquista y tres siglos de colonialismo, los regímenes paternalistas que nos infantilizaron como
pueblo, la corrupción de la federación mexicana de futbol o todas las anteriores...

La Selección nacional no sabe hacer eso: mantener una mentalidad competitiva y luchar hasta el último
segundo del partido. Y, perdón, pero decir que la Selección somos todos, me parece simplemente un truco de
mercadotecnia para vender camisetas, ahora negras, porque la verde ya la tenía mucha gente desde el mundial
pasado. La Selección no somos todos. Es una minoría la que manipula, decide y después chantajea
emocionalmente a toda la población, tratando de vendernos la idea de que un buen mexicano tiene que creer
en su selección. O sea, ¿cómo y porqué?

Por ejemplo, yo no veo cine mexicano, sólo por apoyar al cine mexicano. Sería como dar limosna; yo voy al
cine a ver una película mexicana que me parece valiosa e interesante. Y no la veo si no creo que valga la pena.
No digo: "bueno, no tenían presupuesto, está bastante bien dadas las limitaciones materiales". No, creo que la
falta de calidad no tiene justificación. Creo que somos muy autocomplacientes y, por eso, no terminamos de
dar el salto cualitativo en muchos terrenos de la vida política, social y deportiva.

Aprendamos la lección en nuestras vidas personales. Con cuánto miedo enfrentamos nuestra realidad, con qué
poca madurez enfrentamos los problemas, volviéndonos muchas veces víctimas impotentes de nuestra
circunstancia. De verdad creo que tener éxito es una decisión y, después, trabajo y disciplina férrea, sin
descanso y sin concesiones. No critiquemos a la Selección, por lo menos no con saña. Simplemente seamos
críticos, no nos traguemos cualquier cosa que nos zampen para que la comamos sin digerir.
Ser puntual, respetuoso, ético, amable, honesto, transparente y disciplinado son algunas de las cosas que
deberíamos evaluar en nuestra propia vida. No comprar piratería, no dar mordidas, votar, hacer nuestro trabajo
perfectamente bien, eso nos hace mejores y con más posibilidades de sentir orgullo nacional. En el futbol, por
lo menos en el mexicano, es muy mala idea depositar el autoestima nacional, que hoy, sin duda, está bastante
lastimada pero también regresada de golpe a la realidad.

Dice el gran Serrat: "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".

Vale Villa es psicoterapeuta individual, familiar y de pareja. Trabaja en el hospital Médica Sur de la Ciudad de
México. La mejor forma de contactarla es llamándole al 5606-7245. Recibe muchos mails semanales y,
aunque se esfuerza por darles respuesta a todos, a veces la vida le gana y no puede seguir el ritmo de la
correspondencia: tlamatimi@hotmail.com. También puedes seguirla vía Twitter en @valevillag.

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