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Verdadero, una característica de los derechos patrimoniales que posee el autor al momento de

realizar una obra es el de la renunciabilidad, a comparación de los derechos morales que no se


pueden renunciar ni se pueden transmitir, los derechos patrimoniales pueden ser renunciables y
transmisibles y donde la explotación económica muchas veces no tiene que ver directamente con
la opinión del autor, entonces la renunciabilidad hace referencia a la cualidad que puede ejercer
el titular en cualquier momento que lo desee y que básicamente se trata de abandonar o de
desistir ante terceros a la retribución económica que por regla general se debe hacer por medio
de un documento escrito ante un notario, dentro del abandono hacemos referencia a la
reproducción, explotación y divulgación de la obra, características que desde ese momento serán
ejercidas por terceros o por el dominio público , vale aclarar que la renuncia a los derechos
patrimoniales es muy diferente a la transmisibilidad de ellos; ya que en la renuncia del derecho
patrimonial el autor no podrá retractarse de su decisión y los perderá completamente, mientras
que en la trasferencia de ellos el autor podrá retractarse y también elegir un tiempo límite de la
cesión de la facultad patrimonial mediante un contrato ya previamente establecido y en tal caso
de arrepentirse puede realizar una indemnización a los terceros para poder recuperar su
titularidad patrimonial, es importante saber que independiente a que el derecho patrimonial se
haya cedido o se haya renunciado, el derecho moral siempre va a prevalecer en la obra de dicho
autor, características como la paternidad y la integridad que siempre deberán ser respetadas de
acuerdo al juicio o pensamiento del autor.

Una de las consecuencias más grandes de la renuncia a los derechos patrimoniales radica cuando
estos derechos ya se comparten con terceros, donde este sea el caso y el autor quiere renunciar al
derecho patrimonial tendrá que esperar que el contrato o el acuerdo inicial se venza y poder hacer
la respectiva renuncia de ellos. En otras palabras se puede decir que este derecho se puede ejercer
siempre y cuando no se vean afectados los terceros y de ser así, el autor deberá pagarle una
indemnización a los terceros por el daño ocasionado o según el contrato solamente podrá
renunciar a la parte especifica de la obra de la que esté recibiendo un beneficio económico; para
finalizar se puede decir que estos derechos patrimoniales se pueden renunciar en comparación a
los derechos morales debido a que lo único que aportan son retribuciones o explotaciones
económicas mientras que los derechos morales tienen que ver directamente con el pensamiento e
integridad que tenga el propio autor y como estas son cualidades que vienen estrechamente con
la persona, no se pueden renunciar, ni transmitir.

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