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Tu Devocional Diario para el día de hoy, con la pastora Montserrat Bogaert de la Iglesia Monte de

Dios 12 de octubre.

Quiero ser de los que mantienen su esperanza en su Salvador.

"Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor,
sálvame!" Mateo 14: 30

Vivir en fe no es decir yo tengo fe; vivir en fe es demostrarlo día tras día, minuto a minuto,
segundo a segundo, confiando plenamente en la palabra de Dios, no dejándonos llevar por lo que
estamos viviendo.

La fe no nace de la noche a la mañana; se cultiva con las experiencias que vivimos diariamente. Por
eso, para que nuestra fe crezca es necesario que pasemos por situaciones adversas las cuales no
podemos controlar.

Si podemos manejarlas, no es fe, porque fe es vivir confiado en Dios. Es como cerrar los ojos
mientras manejamos, y saber que no chocaremos. No es fácil tener fe porque estamos
acostumbrados a un mundo natural. Pues la fe es la confianza en lo que no vemos, pero sabemos
que está. A diario vemos cómo personas cercanas que decían tener fe, de momento están
desesperadas, angustiadas, temerosas. Entonces nos preguntamos “¿Dónde está su fe?”

Y no ha de extrañarnos, porque aun Jesús pasó estas experiencias con sus discípulos. Por esto no
podemos conformarnos con decir “Yo tengo fe”, sino decirle “Señor, aumenta mi fe. No quiero ser
de los que dudan en los momentos difíciles. Al contrario, quiero ser de los que mantienen su
esperanza en su Salvador”.

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