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Reporte M2 UNACAR - ATECSUR (A763) Asesoría en Conversión Metalúrgica
Reporte M2 UNACAR - ATECSUR (A763) Asesoría en Conversión Metalúrgica
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RECUBRIMIENTO METÁLICO CON ELEMENTO DE SAMARIO..............................16
INTRODUCCIÓN
El presente reporte se realiza a petición del departamento de investigación, área de
posgrado, de la Universidad Autónoma del Carmen, para un asesoramiento en el área de
ingeniería de los materiales, y aplicaciones de recubrimiento metálicos como conversión
metalúrgica involucrando a elementos de tierras raras.
Cabe destacar que además del presente reporte se asesoró presencialmente en pruebas
experimentales de adición de elementos de tierras raras en aceros y recubrimientos.
Objetivo
Proporcionar el asesoramiento técnico, las herramientas y procedimientos específicos
relacionados a la conversión metalúrgica y acompañamiento para el desarrollo de
experimentaciones de conversión química en recubrimientos metálicos con elementos de
tierras raras.
CONVERSIÓN METALÚRGICA
Los procesos de conversión metalúrgica, específicamente conversión química para
recubrimientos metálicos, consiste en baños fundidos. Sus formas y dimensiones son
variables, pero entre los arreglos más comunes se puede mencionar los convertidores
horizontales y los verticales. En ambos casos el equipo tiene forma cilíndrica o similar, con
una abertura en su parte superior (boca), y es capaz de realizar un movimiento basculante
(inclinación o rotación para cada caso), esencial tanto para recibir los diferentes materiales
alimentados, como para descargar el metal ya procesado.
La conversión puede realizarse por oxidación selectiva de uno o varios componentes del
baño fundido, al introducir gas (con frecuencia aire o una mezcla enriquecida del mismo)
ya sea a través de una serie de aberturas en su coraza llamadas toberas o por medio de un
tubo que se introduce desde su boca hasta el baño fundido, llamado lanza. De esta forma,
los elementos indeseables e impurezas son eliminados ya sea por su incorporación en la
escoria o por volatilización y/o arrastre en los gases de salida.
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Metalurgia ferrosa
Dentro de la metalurgia ferrosa se han utilizado varios equipos para la conversión del
arrabio, es decir, la eliminación del carbono y otras impurezas por oxidación para producir
CO2 y volatilización. Uno de los equipos que ha destacado es el convertidor Bessemer (ya
en desuso) el cual tenía forma de pera, y las toberas ensartadas en el fondo del reactor. Su
descendiente, el horno básico de oxígeno es el equipo que prevalece en la metalurgia
moderna del acero como el principal equipo de conversión.
Metalurgia no ferrosa
El convertidor más conocido dentro de la metalurgia no ferrosa probablemente sea el
convertidor Peirce-Smith (fr) por su extenso uso en la pirometalurgia del cobre.
En este caso, se alimenta la masa fundida (sulfuros de cobre y hierro) proveniente de otros
equipos de fundición. En una primera etapa se añaden algunos materiales fundentes, tales
como sílice o a veces cal, con el fin de acomplejar al hierro (formación de escoria) y se
inyecta aire para convertir el sulfuro produciendo dióxido de azufre gaseoso. Una vez
escorificado el hierro y otras impurezas, en la segunda etapa se continúa inyectando aire
para eliminar completamente el azufre también en forma de dióxido (gas) dejando al cobre
ya en su forma metálica, comúnmente llamado cobre blister (de 98 a 99% de Cu), el cual
puede ser refinado posteriormente.
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Tipos de protección para recubrimiento metálico
El recubrimiento metálico, desde el punto de vista de protección contra la corrosión puede
ser: Directa o de Sacrificio.
En la protección directa el metal de recubrimiento debe de constituir una capa
ininterrumpida, pues si esta se rompe el metal base entra en contacto con el electrolito; por
ella la calidad de este revestimiento es de vital importancia. En la protección metálica de
tipo sacrificio, en cambio, en caso de interrupción o desgaste de la película protectora, esta
es la que se convierte en el ánodo del sistema electrolítico y será el que sufrirá las
consecuencias de la corrosión. Sin embargo, lo que se persigue con ambos recubrimientos
es brindar una protección directa con el metal base.
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de la capa de zinc depende de la temperatura del baño metálico y del tiempo que
permanecen las piezas en el.
El galvanizado se emplea en la protección contra la corrosión de productos de acero como
lamina, marcos de ventana, cubetas, utensilios domésticos, tubos para agua, tanques para
agua, partes de refrigeradores, accesorios marinos, alambre de púas, malla de alambre,
herrajes para cercas con malla de alambre, equipo agrícola, laminas corrugadas para techos.
Proceso galvanizado
Características: Material: Zinc, aplicación por atomizador o galvanoplastía.
Ventajas: Bajo costo, protege el deterioro atmosférico.
Desventajas: Necesidad de eliminar espejos.
Usos: Postes de luz y torres de transmisión.
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grietas y arañazos son visibles después del tratamiento. La capa de protección es sólida y no
se desprende.
Procedimiento
Se utilizan dos electrodos, donde uno de ellos es el material el cual se va a recubrir
superficialmente, y el otro electrodo suele estar hecho del material con que se va a efectuar
el recubrimiento, aunque en ocasiones, por el costo del material con que se va a recubrir se
utilizan electrodos de algún otro material cualesquiera, por lo general de plomo, mientras
que el material de aporte se encuentra disuelto en la solución; el electrodo el cual es la
pieza que va a recibir el recubrimiento se conecta al polo negativo de una fuente de
corriente directa, mientras que el electrodo del material de aporte debe ser conectado al
polo positivo.
Ambos electrodos se conectan en una tina que contiene electrolito el cual sirve como medio
de transporte de la corriente eléctrica entre ambos electrodos, así mismo remueve el
material maquinado de la región de corte y mueve el calor generado de la operación.
Alta dureza.
Baja resistividad.
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Alta resistencia a la acción química del electrolito.
Facilidad de maquinado.
Buena conductividad térmica.
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Densidad de corriente: La densidad de corriente expresada en amperios por dm 2 , regula
evidentemente el espesor de la capa electrolítica siempre que ello sea posible. Por otra
porte, la densidad de corriente influye sobre el grano del metal depositado, de modo
general, el aumento de la densidad afina el grano hasta cierto límite.
Concentración del electrolito: El aumento de sales en solución que constituye el
electrolito, permite elevar la densidad de corriente, especialmente si este aumento se
combina con una elevación de la temperatura y con la agitación.
Composición del electrolito: Un electrolito no comprende tan solo la sal del metal que se
desea depositar, también incluye otros diversos compuestos en mayor o menor cantidad, la
adición de estos tiene como fin aportar mejoras, tales como aumentar la conductividad de la
solución, afinar el grano del metal depositado, facilitar la corrosión de ácidos.
Acidez: La cantidad de iones hidrógeno activos en una solución ácida es muy importante,
ya que un ácido puede hallarse más o menos disociado. Un exceso de iones hidrógeno da
malos resultados en diversas aplicaciones electrolíticas como las del níquel y las del zinc, y
en estos el pH debe ser vigilado.
Temperatura: Una elevación de la temperatura eleva la conductividad del electoralito y la
solubilidad de las sales que intervienen en la composición del misma, de dónde se
desprende la posibilidad de concentración más elevada, y, por consiguiente, de intensidades
de corriente mayores.
Agitación: La agitación impide el empobrecimiento en iones metálicos de la zona
catódica, también impide en diferente medida, la adherencia de burbujas gaseosas sobre el
cátodo provocando "picaduras en su superficie”. La agitación pone, sin embargo, en
suspensión las impurezas del baño, las cuales hacen que el recubrimiento resulte rugoso e
incluso picado.
Poder de penetración: Consiste en la facultad que tiene el electrolito para repartir con
regularidad la capa metálica depositada sobre un objeto de formas complejas sobre las
partes complejas de este objeto u en sus aristas, las cuales reciben siempre más densidad de
corriente que las partes cóncavas.
Equipo necesario
Equipo eléctrico: Para la realización de los recubrimientos electrolíticos es necesario
disponer corriente continua, para ello lo mas conveniente es, transformar la tensión alterna
de 110, 220 o 440 volts, a continua de bajo voltaje. Para esta transformación se emplean
grupos convertidores o rectificadores.
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Las líneas de distribución que unen al generador (rectificador) con los baños de electrolisis
son generalmente de cobre. La forma de las barreras es perfectamente plana; es conveniente
emplear el mínimo posible de longitud para reducir las pérdidas de carga.
Para medir las diferencias de potencial entre dos puntos de un conductor se usa un
voltímetro. Con un amperímetro se puede medir la corriente que pasa en un momento dado
por el circuito. Estos instrumentos son indispensables en toda cuba electrolítica. El
voltímetro se conecta en paralelo y el amperímetro en serie.
Los aparatos que actúan conjuntamente con el amperímetro y el voltímetro son los
reóstatos, estos sirven para regular la corriente deseada para cada baño. Están conectados
en serie o en paralelo.
Cubas electrolíticas: Se constituyen de diferentes materiales, según los usos.
De madera: Poco usuales, son adecuadas para las soluciones débilmente ácidas o alcalinas
y para las soluciones de niquelado. Se revisten a menudo con láminas de plomo (3 - 4 mm )
para las soluciones ácidas de cobreado, para los vanos sulfúricos y para los baños de
niquelado.
De acero: Son esmaltados con resinas epóxicas o recubiertas con fibras de vidrio. Son
convenientes para los ácidos o los álcalis.
De vidrio: Resisten bien las soluciones ácidas y alcalinas, pero son muy frágiles,
Las cubas son muy empleadas generalmente para la inmersión a colgada de piezas por
unidades a agrupadas sobre bastidor.
Equipo de calentamiento: La calefacción de los baños se efectúa generalmente por medio
de serpentines situados en el fondo de las cubas y atravesados con vapor de agua, se emplea
también el procedimiento eléctrico por medio de calentadores sumergibles constituid0s por
una resistencia eléctrica. La agitación es por medio de aire comprimido, suministrado por
tubos situados en el fondo de las cubas. Este sistema es muy práctico y da buenos
resultados. También se utilizan medios mecánicos.
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Fases para la preparación de piezas
La preparación de las piezas en un recubrimiento electrolítico presenta varias fases:
Esmerilado: Tiene por objeto aislar las superficies ásperas de las piezas prensadas,
forjadas o fundidas, la eliminación de rebabas, escamas de fundición, etc.; y puede
prolongarse hasta conseguir que la superficie quede completamente lisa.
Pulido: Tiene como fin hacer que las huellas del esmerilado desaparezcan antes del
recubrimiento superficial, esto lo logra mediante un previo pulido, un pulido de acabado y
finalmente un abrillantado.
Desengrasado: Los procedimientos varían según el tipo de grasa. Los mas usados son:
a) Limpieza con álcalis por inmersión o rociado.
b) Desengrasado electrolítico con álcalis.
c) Desengrasado con disolventes orgánicos.
Otros métodos
Revestimiento metálico
Electroformación: Es un proceso para depositar una capa de metal sobre un mandril
preformado, que después se separa de la pieza terminada. Se basa en los mismos principios
que la electrodeposición y se emplea el mismo equipo básico. Las piezas electroformadas
son diferentes de las que tienen baño electrodepositado, por el espesor de la capa y el uso
del mandril. Con la electroformación pueden obtenerse piezas difíciles o costosas de hacer
con otros procesos, piezas de propiedades exclusivas o con tolerancias muy exactas o
piezas con paredes muy delgadas, que requieren detalles muy finos en la superficie.
Reducción química o plateado sin electricidad: Se precipita metal de una solución
química para formar películas brillantes para un posterior electroplateado.
Metalización al vació: Es el proceso para depositar una superficie metálica, en una
cámara de vació, en objetos metálicos y no metálicos. Las piezas de materiales no metálicos
han sustituido en forma gradual a troquelados y fundiciones de metal con los que se logran
ventajas de costo, peso y una enorme variedad de productos. En este proceso las piezas se
cubren con pintura, laca o barnices conductores mezclados con pigmentos; después del
tratamiento para hacerlas conductoras se colocan en una cámara de vació. También se pone
en la cámara una cantidad determinada de material para metalizar, sobre unos filamentos de
tungsteno. Se evacua la cámara y se calientan los filamentos de tungsteno hasta que se
evapora el metal y se difunde por toda la cámara; el vapor metalizado se condensa sobre las
piezas y forma una capa brillante, a la cual se aplica una capa adicional protectora.
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Aspersión del metal: La aspersión o mentalización es con una pistola en la cual se
calienta el metal con una flama oxiacetilénica y se lanza contra la superficie de trabajo en
forma de gotitas, las cuales se adhieren por acción mecánica y forman un revestimiento
metálico. La aspersión suele ser para protección; aunque pueden usarse muchos metales, los
más comunes son el zinc y el aluminio.
Revestimientos vítreos
El esmalte vítreo (porcelana a cerámica) es un revestimiento inorgánico, duro y parecido al
vidrio, fusionado al metal. Se aplica a hierro esmaltado y funde a Cu, AI, Br , etc.
Los revestimientos vítreos son lisos, duros, lustrosos y resisten a altas temperaturas, pero
están sujetos al descarapelado y al agrietamiento. Normalmente se aplican bajos voltajes (6
a 10 volts de C.D .) y altas corrientes de 15 a 5,000 amperes. Ejemplos: Carbonizado,
niquelado, cromado, plateado, dorado, estañado, etc.
Recubrimientos electrolíticos
El principio básico de los procesos de recubrimientos electrolíticos consiste en la
conversión del metal del ánodo en iones metálicos que se distribuyen en la solución. Estos
iones se depositan en el cátodo (pieza que será recubierta) formando una capa metálica en
su superficie. Existen en galvanotecnia procesos en los cuales el metal se deposita sin
fuente externa de corriente eléctrica.
En ambos procesos de recubrimientos la capa depositada forma cristales metálicos. En
función del tipo de estructura cristalina se derivan las diferentes propiedades del
recubrimiento y así los campos de aplicación más adecuados.
El recubrimiento electrolítico de las piezas se produce casi exclusivamente por inmersión
en un baño. Para ello se introducen las piezas en las cubas donde se encuentra el electrolito,
se les aplica la corriente como cátodo, se recubren y se secan. Al extraer las piezas del baño
arrastran una cantidad del electrolito sobre la superficie de las piezas. Esa película
superficial arrastrada se elimina en un proceso de lavado posterior para que no interfiera en
las siguientes operaciones o presente las condiciones de acabado exigidas.
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FIGURA 1. PRINCIPIO DE LA DEPOSICIÓN ELECTROLÍTICA. COMO EJEMPLO SE PRESENTA EL
CASO DEL COBRE, QUE SE DISUELVE DEL ÁNODO Y DEPOSITA SOBRE LA PIEZA CON AYUDA
DE CORRIENTE ELÉCTRICA. FUENTE: IHOBE
Una línea de recubrimientos electrolíticos está compuesta por numerosas operaciones que,
en función de las exigencias de calidad y el campo de aplicación seleccionado pueden
agruparse del siguiente modo:
a) Pretratamientos mecánicos. El pretratamiento mecánico arranca de la superficie de la
pieza una fina capa. Incluye procesos como el cepillado, pulido y rectificado, que permiten
eliminar asperezas o defectos de las superficies. En menor medida se aplica la técnica del
chorreado que permite eliminar junto con las asperezas y defectos de la superficie, los
aceites, óxidos y restos de finos de mecanizado. Tras estas operaciones es necesario
someter a las piezas a un proceso de lavado, puesto que durante el mismo se deposita sobre
la superficie de las piezas una parte de la grasa y del abrasivo utilizado, así como polvo
metálico.
b) Desengrase En la fabricación de piezas se emplean grasas, taladrinas, aceites y
sustancias similares como refrigerantes y lubricantes. A menudo también se engrasan las
piezas como protección anticorrosiva temporal. El desengrase puede efectuarse
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básicamente de dos formas: con disolventes orgánicos o en soluciones acuosas alcalinas
con poder emulsificador.
c) Decapado. El contacto entre atmósfera y piezas metálicas provoca la formación de capas
de óxido. El objeto del decapado es su eliminación. El baño de decapado contendrá
diversos tipos de metal en solución en función del tipo de material base y del grado de
mantenimiento y desmetalizado de los contactos de bombos y bastidores.
d) Neutralizado. El proceso de activado, también llamado neutralizado o decapado suave,
se utiliza para eliminar esa pequeña capa de óxido que se ha formado sobre la superficie del
metal una vez que la superficie ha sido tratada o lavada en sucesivas etapas. Esa pequeña
capa de óxido hace que la superficie sea pasiva y por lo tanto mala conductora. Las
soluciones empleadas son, por lo general, ácidos muy diluidos. Los activados permiten
asimismo eliminar velos y manchas generados por compuestos orgánicos y/o inorgánicos.
e) Desmetalización. La operación de desmetalizado va diriga a eliminar los recubrimientos
de piezas rechazadas o de los contactos de los bastidores sin producir daños en el metal
base. Los primeros tienen una composición similar a un electrolito y los segundos suelen
contener complejantes fuertes que pueden generar problemas en los tratamientos de aguas
residuales.
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BAÑOS GALVÁNICOS
El galvanizado en caliente por inmersión consiste en un proceso de recubrimiento que se
utiliza para proteger las superficies metálicas de la corrosión. Este tratamiento específico se
realiza para la inmersión de piezas de acero o fundición en un baño de cinc fundido.
El galvanizado en caliente se suele realizar en piezas, en laminados, en tubos y en alambres.
El proceso de galvanizado por inmersión en cinc fundido se realiza mediante un ataque
químico de una serie de capas de aleaciones cinc-hierro (Zn-Fe) de gran adherencia con la
superficie. La capa de Zn-Fe, dura y relativamente quebradiza, sirve de protección
galvánica frente a la corrosión, del metal base. Sin embargo, aún y cuando la superficie
cincada se pasive rápidamente, el espesor de la capa de cinc va reduciéndose
progresivamente en función de las condiciones externas.
El proceso de recubrimiento galvánico sigue el siguiente proceso:
a) Desengrase: es necesario un baño de desengrase ácido o alcalino, para eliminar y limpiar
las piezas de aceites y grasas.
Cuando el desengrase es alcalino, suele existir un lavado intermedio previo a la siguiente
etapa. Seguidamente, se procede a la eliminación del óxido y la cascarilla que pudieran
estar adheridos a las piezas mediante baños de decapado. Por lo general, se trata de baños
de ácido clorhídrico. En caso de que las piezas a galvanizar sean piezas defectuosamente
galvanizadas o piezas cuyo recubrimiento de cinc deba ser renovado, se introducen también
en esta etapa del proceso.
b) Mordentado. La siguiente fase del proceso consiste en el tratamiento de las piezas con
mordientes cuya composición fundamental son sales de cloruro de cinc y de amonio. El
objetivo de esta etapa es el conseguir una mejor adherencia del recubrimiento de cinc.
c) Galvanizado. Es recomendable secar las piezas antes de ser galvanizadas.
Posteriormente, al sumergir las piezas en el baño de cinc fundido (Tª = 450ºC), se produce
la evaporación del mordiente que arrastran las piezas, formándose nubes de polvo que
deben eliminarse mediante un sistema adecuado de captación de humos. Por último, tiene
lugar el enfriamiento de las piezas, el cual puede ser al aire o sumergiéndolas en un baño
estanco de agua.
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El pretratamiento consiste en un desengrase, enjuague, decapado ácido, enjuague,
electrodepósito de zinc, enjuague. El tratamiento consiste en la inmersión en una disolución
de sulfato de samario, el proceso se describe en la siguiente tabla:
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