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La Guerra de los Mil Días fue un conflicto civil de Colombia disputado entre el 17
de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902, por inconformidades ante
políticas y resultados anteriores de la política de la Regeneración apoyada por el
Partido Nacional , políticos liberales y conservadores rechazaron medidas que
consideraban exageradas por parte del gobierno, además radicales del partido
Liberal buscaban formas de llegar al gobierno y otorgar cambios, pero
nacionalistas que tenían el gobierno en sus manos disponían de estrategias a
favor que podían restringir otros políticos de otros partidos y alejarlos del
gobierno. Para el caso de la Guerra de los Mil Días, Miguel Antonio Caro
manifiesta un interés por perpetuarse en el poder, situación que provoca un
descontento que se suma al malestar social tanto en las élites como en los
sectores populares. Esta guerra se caracterizó por un enfrentamiento irregular
entre el ejército gubernamental bien organizado y un ejército de guerrillas liberales
mal entrenado y anárquico. El brusco cambio provocado por la derogación de la
Constitución de Rionegro de 1863 por la centralista Constitución de 1886 , además
de los violentos intentos de cooptación de los conservadores históricos a través de
Marroquín, como los intereses liberales de retomar el poder, fueron las principales
causas de la guerra.
Antecedentes
En el siglo XIX después de la guerra de independencia entre realistas e
independentistas, se registraron en Colombia varios conflictos regionales y
guerras civiles, inicialmente entre bolivarianos y santanderistas, centralistas y
federalistas, esclavistas y abolicionistas, confesionales y seculares, entre
otros, que fueron evolucionando a conflictos entre conservadores y liberales. La
Constitución de Rionegro de 1863, que creaba el estado federal establecido por
los liberales radicales, sembró cada vez más el anticlericalismo, el libre mercado y
las distinciones locales, como entre los mismos estados que en ocasiones tenían
ejércitos mucho más grandes que los del gobierno central y tenían derecho a
declararse la guerra entre ellos. En una situación salpicada de conflictos sociales y
guerras civiles, los liberales independientes junto a los conservadores retomaron
el poder en la guerra de 1884-1885 y se redactó la Constitución de 1886 que
pretendía, al contrario de la constitución anterior, un estado central
fuerte, confesional y proteccionista, lo que se conoció como La Regeneración. Con
la Constitución de 1886 se dio también el concordato con la Santa Sede, mediante
el cual la educación en Colombia quedaba bajo el control de la Iglesia católica, la
cual determinaba los textos escolares y universitarios que podían estudiarse
estableciendo una censura por motivos religiosos o políticos.
A partir de ese acontecimiento los liberales de Uribe Uribe concluyeron que por el
camino de las urnas jamás tendrían acceso al poder. Las reformas políticas a
favor del libre cambio que venían promoviendo los históricos y los liberales eran
opuestas a los postulados nacionalistas de la Regeneración, por lo que no podía
darse acuerdo alguno entre las agrupaciones. A su vez, en cuanto a la concepción
del Estado, los postulados conservadores y liberales se oponían a los del Partido
Nacional.
La guerra
Durante la primera fase del conflicto ambos bandos combatieron con ejércitos en
grandes batallas campales, siendo llamados sus comandantes los Generales
Caballeros por el trato respetuoso que daban los vencedores a los vencidos.4
Inicialmente esto se debía a la desconfianza de los altos mandos liberales a sus
propias guerrillas, consideradas bandoleras y anárquicas. Los insurrectos
recibieron el apoyo de liberales de otros países, en especial Venezuela. Por otro
lado los conservadores históricos agrupados en el partido conservador
conspiraban contra Sanclemente.
a rebelión en Santander
La rebelión en el Cauca
La rebelión en Panamá
Ofensiva en Santander
Rafael Uribe Uribe. Tobar, la evacuó con sus tropas y se dirigió a reforzar las
defensas de la segunda ciudad. Las tropas restantes en Cúcuta, al mando del
coronel Luis Morales Berti se rindieron el 1. 34 Ahí los liberales lograron
juntar, según ellos mismos, unos 8000 a 10 000 hombres bien armados para
enfrentar la segura ofensiva del gobierno que tendría 8500 soldados en Boyacá
listos para atacar.
38 Uribe Uribe se unió a Durán y con unos 2000 hombres marcharon a unirse a
Herrera39 empezando entonces una importante ofensiva al interior del país. Sin
embargo, esta derrota le costó el título de Comandante en Jefe de las fuerzas
liberales,40 rango que recibió el 12 del mismo mes, ya que más encima se retiró
del campo de batalla cuando sus soldados seguían atacando. 43 Vargas era un
combatiente y dirigente veterano de varias rebeliones, caudillo de Casanare y fue
recibido por entusiasmo por las desesperadas fuerzas liberales,44 que sumaban
más de 12 000 hombres según ellos. 45 Por desgracia, y a pesar de su prestigio
como líder de la anterior rebelión liberal, carecía de talento militar, además intentó
desmovilizar las tropas de Uribe Uribe quien era un poderoso rival suyo y trató de
apartarlo políticamente contribuyendo con eso solo a dividir a sus fuerzas.
Los liberales terminaron por dar mayor importancia a la lucha entre Vargas Santos
y Herrera contra Uribe Uribe que a la lucha común contra el gobierno
nacionalista. 46 Ante esto, Uribe Uribe decidió continuar la marcha aprovechando
que el gobierno estaba distraído por el alzamiento de Antioquia del 1. 46 En estos
momentos, más de 5000 hombres avanzaban con Uribe Uribe mientras más de
6000 quedaron de reserva guarneciendo a Cúcuta47 . Aprovechando la inacción
de los liberales ubicados cerca de Cúcuta, Casabianca fue capaz de reunir sus
fuerzas mientras el general José María Domínguez avanzaba hacia la ciudad
desde Ocaña.
La rebelión en el Tolima
Así la guerra cayó en un punto muerto, si alguno de los bandos invadía el territorio
del otro, era rápidamente rechazado. Alfaro se comprometió a apoyar a los
liberales pero dejó claro a sus dirigentes que no estaban dispuestos a irse a una
guerra a gran escala con Colombia. Los liberales lanzaron una última ofensiva el
20 de julio cruzando cerca de Ipiales, siendo sorprendidos por tropas del gobierno
y resultando expulsados. El gobierno fue tomado por sorpresa y no pudo detener
inicialmente a los insurrectos, solo la oportuna llegada de refuerzos permitió al
gobierno derrotar a los liberales a poco kilómetros de la urbe.
El día 25 terminaron los combates con la derrota total de los liberales, que desde
entonces abandonaron las tácticas de guerra regular.
Carrera política[editar]
Sanclemente fue elegido en varias ocasiones como representante a la Cámara y
senador por el Cauca a nombre del Partido Conservador.
Durante el Gobierno de José Hilario López, fue acusado de participar y dirigir la
rebelión conservadora de 1851 en las provincias del Cauca y de Buenaventura.
Su carrera daría un giro hacia la rama ejecutiva al ser tenido en cuenta como
Secretario de Gobierno y de Guerra en el mandato del conservador Mariano
Ospina Rodríguez en 1857, cuando también fungía como magistrado de la Corte
Suprema de Justicia.4
Guerra civil de 1860[editar]
Sanclemente participó en la campaña de Santander, en el marco de la guerra civil
de 1860, apoyando al presidente Mariano Ospina Rodríguez, y asistió a la batalla
del Oratorio.7 Sin embargo, el 18 de julio de 1861 los insurrectos, liderados
por Tomás Cipriano de Mosquera, se tomaron Bogotá, la capital de
la Confederación Granadina; allí tomaron prisionero al presidente Ospina y en la
misma forma se desintegró el gabinete presidencial, del cual hacía parte
Sanclemente.
Tras estos sucesos se exilió en Panamá, pero hacia mediados de la década de
1870 regresó a Buga, donde ejerció como docente de derecho.8
Guerra civil de 1876[editar]
De regreso a Colombia participó en la guerra civil de 1876, en la que hubo una
sublevación en contra del gobierno del liberal Aquileo Parra. A pesar de su
experiencia fue apresado por el gobierno y estuvo privado de la libertad, hasta que
Parra cayó enfermo y el senador Sergio Camargo fue designado para
reemplazarlo por 3 meses. Camargo le concedió la libertad a Sanclemente.4
Cargos públicos[editar]
Terminado el conflicto, en 1886 fue nombrado de nuevo magistrado de la Corte
Suprema de Justicia. También ejerció como gobernador del Cauca y regresó al
Congreso como senador.4
Índice
Biografía[editar]
José Manuel Marroquín nació en Santafe de Bogotá, el 6 de agosto de 1827, en el
hogar formado por José María Marroquín y Trinidad Ricaurte Nariño, dueños de la
hacienda Yerbabuena.4
Sus padre murieron cuando aún era un niño, por lo que su educación quedó a
cargo de sus tías. A pesar de ello, el patrimonio familiar le permitió educarse con
calidad. Estudió en la escuela de Mateo Esquaqui, y luego ingresó al Seminario
Conciliar de la Compañía de Jesús en Bogotá, donde cursó literatura y filosofía, a
pesar de que no se graduó como universitario.456
Estudió jurisprudencia en el Colegio de San Bartolomé.
Vicepresidencia[editar]
En las elecciones presidenciales de 1898 es elegido vicepresidente, como fórmula
del octogenario dirigente del Partido Nacional Manuel Antonio Sanclemente. Pese
a lo anterior, Marroquín ejerció la presidencia provisional entre el 7 de agosto y el
3 de noviembre de 1898, mientras el anciano Sanclemente pudo posesionarse.
Sin embargo, cuando Sanclemente recuperó el poder, se mostró conflictuado con
las medidas adoptadas por su vicepresidente, lo cual deribaría en una
conspiración que lo sacaría del poder dos años despúes.7
Trayectoria político-militar[editar]
Durante la Guerra civil colombiana de 1876-1877, cuando se encontraba
en Popayán estudiando en la Universidad del Cauca, se retiró para vincularse al
ejército liberal que comandaba el gobernador César Conto en contra del Estado de
Antioquia (gobernado por el Partido Conservador), iniciando una carrera militar en
la región, hasta la siguiente guerra civil, en 1885, cuando su partido es derrotado y
decide establecerse en Pamplona.
Desarrolló una amistad con el General Justo Leonidas Durán con quien
organizaría el ejército del Partido Liberal. En 1895 viaja al exterior para reunir
recursos para una nueva campaña militar, frente al gobierno conservador.
Guerra de los Mil Días[editar]
Regresa en 1899 y se convierte en uno de los mayores íconos del Partido Liberal
en la Guerra de los Mil Días, que se extiende hasta 1902. Gracias a sus éxitos en
la toma de Panamá se consagra como estratega militar frente al adalid ideológico
y de discurso, el general Rafael Uribe Uribe; los dos generales se consagrarían
como las principales figuras del Partido Liberal.
Posguerra y Unión Republicana[editar]
Tras el final de la guerra, Herrera es elegido diputado y vicepresidente de la
Asamblea Constituyente de 1905, y desde 1909 ejerce como Senador. Para 1910,
ante la división de los conservadores entre Carlos E. Restrepo y José Vicente
Concha, "bajo la orientación del general Benjamín Herrera", con "el voto de los
republicanos liberales", ganó Restrepo.4
Con Benjamín Herrera a la cabeza, tras la caída de Rafael Reyes Prieto ocurrida
el 9 de junio de 1909, el 3 de noviembre del mismo año se anunció en Bogotá la
creación de la Unión Republicana (Colombia),5 el cual «pretendía alcanzar mayor
independencia frente a liberales y conservadores»6 y estaba «encargado de
predicar el culto a la ley —el culto legalista del santanderismo redivivo—, el
individualismo en oposición al autoritarismo y a la arbitrariedad».7 Por estas
razones, se erigió como su más férreo opositor el Partido Liberal
Colombiano orientado por el senador Rafael Uribe Uribe y el miembro de la
Academia Colombiana de Jurisprudencia José María Quijano Wallis a la cabeza,
quienes entendían «la lucha civil como continuación de la revolución armada».8
La Unión Republicana, cuyo lema era «la paz, el orden y la legitimidad», lo
describió Luis Eduardo Nieto Caballero,9 quien era uno de sus militantes, así:
Con la discreción propia de la clase alta bogotana y la moderación que caracterizó al sector del Partido
Liberal que se alió con Caro a finales del siglo pasado y en la segunda década de éste se unió con un
sector de conservadores para crear el Partido Republicano, solía aclarar que sus planteamientos no
pretendían lanzar ataques para descalificar a la iglesia católica. A quienes cuestionaba era a las
comunidades religiosas que dirigían las escuelas normales por las deficiencias que existían en la
formación del magisterio colombiano y argumentaba que lo hacía motivado por un profundo sentimiento
patriótico.
EL MODERNISMO
En la literatura en lengua española, el término modernismo denomina a un movimiento
literario que se desarrolló entre los años 1880-1917, fundamentalmente en el ámbito de
la poesía, que se caracterizó por una ambigua rebeldía creativa, un refinamiento narcisista y
aristocrático, el culturalismo literario y una profunda renovación estética del lenguaje y la
métrica. Se conoce por modernismo a la forma hispánica de la crisis universal de las letras y
del espíritu, que se manifiesta en el arte, la ciencia, la religión y la política. En ciertos aspectos
su eco se percibe en movimientos y en corrientes posteriores.
CARACTERISTICAS
La más amplia considera que el modernismo no es solo un movimiento
literario, sino toda una época y la actitud que le sirvió de base. Conciliando ambas
escrituras, que a su vez se realizan en la estética humana y perspectiva de la
época en sus cambios más radicales, está la revolución industrial que mantiene
una estética diversa en el modernismo.
José Martí
José Julián Martí Pérez (La Habana, Capitanía General de Cuba; 28 de
enero de 1853-Dos Ríos, Capitanía General de Cuba; 19 de mayo de 1895) fue
un escritor y político de origen cubano.
Político republicano democrático, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano,
creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o
Guerra Necesaria, llamada así a la guerra de Independencia de Cuba. No solo
perteneció, sino inició el movimiento literario llamado modernismo.
Su padre fue Francisco González de Prada Marrón y Lombera, quien fue vocal de la Corte
Superior de Justicia de Lima y Alcalde de Lima (1857-1858). Su madre fue María Josefa
Álvarez de Ulloa y Rodríguez de la Rosa, hija de Domingo Álvarez de Ulloa e Isabel Rodríguez
de la Rosa y O'Phelan. Su familia descendía del general Jerónimo Marrón de Lombera y
estaba vinculada con el español Antonio de Ulloa.2
Fue bautizado el 8 de enero de 1844, en la Iglesia de San Sebastián, por el canónigo del
cabildo metropolitano de Lima José Manuel Pasquel, siendo sus padrinos el ministro de
Bolivia en Lima, Ildefonso Reyes Cardona y la señora Isabel Rodríguez La Rosa Ulloa.3
Estudios[editar]
En 1855, el presidente Ramón Castilla, ordenó el destierro del padre de González Prada, ya
que este era partidario del derrocado presidente José Rufino Echenique (del que había sido
ministro y vicepresidente). Esto obligó a la familia a trasladarse a Valparaíso, Chile, donde
Manuel asistió al Colegio Inglés dirigido por Mr. Goldfinch y Herr Blühm.4
Al regresar al Perú en 1857, su padre ocupó la alcaldía de Lima y lo inscribió en el Seminario
de Santo Toribio, que abandonó para inscribirse en el Convictorio de San Carlos (que luego
formaría parte de la Universidad de San Marcos), donde inició estudios de Derecho y
Humanidades, los cuales no llegó a terminar.5
En 1863, falleció su padre, que tenía 48 años, siendo enterrado en la Basílica y Convento de
Santo Domingo. Manuel abandonó entonces abruptamente el Convictorio de San Carlos, y
empezó sus tanteos en el terreno de la literatura. Por entonces empezó a dar a luz sus
primeros ensayos y creaciones poéticas, aunque con pseudónimo. En el diario El
Nacional aparecieron artículos suyos de dura crítica y evidente radicalismo, y en El Comercio,
fue publicada su primera letrilla, con fecha del 18 de septiembre de 1867.6
Por esa época escribió una suerte de biografía suya y eliminó la partícula nobiliaria «de» de su
apellido, llamándose desde entonces «González Prada» y ya no «González de Prada», como
era su apellido original. Con ello rompía simbólicamente con el pasado suntuoso de su familia.
Otra de sus rebeldías fue adoptar una peculiar ortografía fonética inspirada en los
principios de Andrés Bello.[cita requerida]
GENERACION DEL 98
La generación del 981 es el nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un grupo de
escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis
moral, política y social desencadenada en España por la derrota militar en la guerra hispano-
estadounidense y la consiguiente pérdida de Puerto Rico, Guam, Cuba y las Filipinas en 1898.
Todos los autores y grandes poetas englobados en esta generación nacen entre 1864 y 1876.
Se inspiraron en la corriente crítica del canovismo denominada regeneracionismo y ofrecieron
una visión artística en conjunto en La generación del 98. Clásicos y modernos.
Estos autores, a partir del denominado Grupo de los Tres (Baroja, Azorín y Maeztu),
comenzaron a escribir en una vena juvenil hipercrítica e izquierdista que más tarde se
orientará a una concepción tradicional de lo viejo y lo nuevo. Pronto, sin embargo, siguió la
polémica: Pío Baroja y Ramiro de Maeztu negaron la existencia de tal generación, y más
tarde Pedro Salinas la afirmó, tras minuciosos análisis, en sus cursos universitarios y en un
breve artículo aparecido en Revista de Occidente (diciembre de 1935), siguiendo el concepto
de «generación literaria» definido por el crítico literario alemán Julius Petersen; este artículo
apareció luego en su Literatura española. Siglo XX (1949). José Ortega y Gasset distinguió
dos generaciones en torno a las fechas de 1857 y 1872, una integrada
por Ganivet y Unamuno y otra por los miembros más jóvenes. Su discípulo Julián Marías,
utilizando el concepto de «generación histórica», y la fecha central de 1871, estableció que
pertenecen a ella Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet, Valle-Inclán, Jacinto Benavente, Carlos
Arniches, Vicente Blasco Ibáñez, Gabriel y Galán, Manuel Gómez-Moreno, Miguel Asín
Palacios, Serafín Álvarez Quintero, Pío Baroja, Azorín, Joaquín Álvarez Quintero, Ramiro de
Maeztu, Manuel Machado, Antonio Machado y Francisco Villaespesa. No incluyó a mujeres,
pero de hecho Carmen de Burgos «Colombine» (1867-1932), Consuelo Álvarez Pool «Violeta»
(1867-1959) y Concha Espina (1869-1955) podrían pertenecer a ella, pues se encuentran en
esa franja de fechas y sus características coinciden.2
La crítica al concepto de generación fue realizada inicialmente por Juan Ramón Jiménez en
un curso dictado en la década de 1950 en la Universidad de Puerto Rico (Río Piedras), y
luego por un importante grupo de críticos que desde Federico de Onís, Ricardo Gullón, Allen
W. Phillips, Ivan Schulman, y termina con las últimas aportaciones de José Carlos
Mainer, Germán Gullón, entre otros. Todos ellos han puesto en duda la oposición del concepto
de generación del 98 y de modernismo.
Nómina[editar]
Formado inicialmente por el llamado Grupo de los Tres (Baroja, Azorín y Maeztu), entre los
integrantes más significativos de este grupo podemos citar a Ángel Ganivet, Miguel de
Unamuno, Enrique de Mesa, Ramiro de Maeztu, Azorín, Antonio Machado, los
hermanos Pío y Ricardo Baroja, Ramón María del Valle-Inclán y el filólogo Ramón Menéndez
Pidal. Algunos incluyen también a Vicente Blasco Ibáñez, que por su estética puede
considerarse más bien un escritor del naturalismo, y también al dramaturgo Jacinto
Benavente. No debe incluirse a José Ortega y Gasset, que es considerado casi unánimemente
como perteneciente a la generación del 14.[cita requerida]
Artistas de otras disciplinas pueden también considerarse dentro de esta estética, como por
ejemplo los pintores Ignacio Zuloaga y Ricardo Baroja, también escritor este último. Entre los
músicos destacan Isaac Albéniz y Enrique Granados.
Miembros menos destacados (o menos estudiados) de esta generación fueron Ciro
Bayo (1859-1939), los periodistas, ensayistas y narradores Manuel Bueno (1874-1936), José
María Salaverría (1873-1940) y Manuel Ciges Aparicio (1873-1936), Mauricio López-
Roberts, Luis Ruiz Contreras (1863-1953), Rafael Urbano (1870-1924) y muchos otros.
La mayoría de los textos escritos durante esta época literaria se produjeron en los años
inmediatamente posteriores a 1910 y están siempre marcados por la autojustificación de los
radicalismos y rebeldías juveniles (Machado en los últimos poemas incorporados a Campos
de Castilla, Unamuno en sus artículos escritos durante la I Guerra Mundial o en la obra
ensayística de Pío Baroja).
Libros de memorias[editar]
No fueron muy aficionados los autores del 98 a hablar de sus compañeros. Pío Baroja dejó
bastantes recuerdos de ellos en dos libros de memorias, Juventud, egolatría (1917) y los siete
volúmenes póstumos Desde la última vuelta del camino. Ricardo Baroja hizo lo propio
en Gente del 98 (1952). Unamuno dejó varios textos autobiográficos sobre su juventud, pero
pocos sobre su edad madura.
Características[editar]
Los autores de la generación mantuvieron, al menos al principio, una estrecha amistad y se
opusieron a la España de la Restauración; Pedro Salinas ha analizado hasta qué punto
pueden considerarse verdaderamente una generación historiográficamente hablando. Lo
indiscutible es que comparten una serie de puntos en común: