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El comienzo de clase nos encontró ante una situación inesperada como

también triste. La cuarentena de carácter obligatoria, como primera medida


para evitar los contagios en esta cuarentena nos despojó de nuestras rutinas y
actividades. Perdimos el espacio físico de encuentros e intercambios, el aula.
Tuvimos que adaptarnos a un nuevo tipo de clase, el aula estaba ubicada en mi
habitación observando una pantalla a compañeros en las mismas condiciones.

Un escenario incierto que no sabía si podría sostener, los tiempos y la dinámica


fueron otros. Pero siempre se encuentra la manera, para esto fue clave
transitar el camino acompañado. Sin en el encuentro con los otros los Sábados
a la mañana sería imposible llevar esta cursada. Si, podríamos leer los PDF y
ya, pero no sería lo mismo. Esto te arma una rutina, te enfoca. En este sentido
es necesario agradecer a las docentes, Susana, Silvia y Paula en habilitar un
espacio de encuentro y trabajo. También a los compañeros que desde su lugar
colaboran al sostén y aportar a esta comunidad de aprendizaje. Buscar emular
el espacio áulico de esta manera permitio el despliegue de la comunidad de
aprendizaje donde confluyen distintas subjetividades y experiencias.

En la 903 leíamos a Alliaud, y afirma que un docente aprende de su maestro y


a pesar de este escenario también se debe tomar como una situación de
aprendizaje. Y ante la virtualidad se desplegaron múltiples estrategias para la
enseñanza, powerpoint, exposiciones, zoom, whatsapp, actividades para la
semana, el campus y demás fueron las herramientas utilizadas. Así que
además de los contenidos también aprendimos a desenvolvernos en este
nuevo ámbito. Pero también aprendimos a como ser arquitectos y anfitriones a
través de nuestras docentes, es seguro que esta cursada dejara una marca.

Es un gran límite no poder realizar las prácticas en distintas instituciones como


tiene planteado esta asignatura. Sin embargo las micro-clases fueron más que
fructíferas, fue una retroalimentación constante, se pudo desplegar distintas
competencias docentes para la planificación, el diagnóstico y la ejecución de lo
planeado. El equipo formado con Antonia funciono perfectamente. Pero
además de las estrategias, fue clave la colaboración de los compañeros que se
sumaron a las actividades y prestando atención a los que se exponía. Las
clases de los colegas como la devoluciones retroalimentaba la propia
experiencia.

El examen fue muy difícil, pero necesario. Fue interesante como a su vez de
provecho analizar los programas de distintas materias y poner en juegos los
saberes adquiridos durante esta primera parte, y lo mejor fueron las instancias
de devolución, ya que permitió volver sobre lo ya hecho mejorarlo aún más.

Encare el cuatrimestre con dudas y hoy me voy seguro de lo vivido. Que a


pesar de no saber que pasara de aquí a un mes, estoy convencido que
podemos continuar con el buen trabajo que sostemos.

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