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LOS PRONOMBRES PERSONALES LATINOS

En latín se distinguen tres personas, la primera que indica al emisor (yo, nosotros); la
segunda, que indica al receptor (tú, vosotros); y la tercera o no persona. En latín no
hay pronombres personales que hagan referencia a la tercera persona, para ello se
usa el pronombre anafórico (is, ea, id). Lo que sí existe en latín es un pronombre
reflexivo de tercera persona (stultus se laudat = el necio se alaba a sí mismo).

OBSERVACIONES:

 Como ocurre con el español, no es obligatorio el uso de los pronombres


personales en las oraciones ya que la persona gramatical del verbo indica a
quién se hace referencia. De aquí que generalmente se omita el pronombre
personal como sujeto en las oraciones (amamus = nosotros amamos).

 El de primera persona no tiene vocativo, pues nadie se llama a sí mismo.

 El de 3ª persona siempre es reflexivo, por lo que tiene que referirse al sujeto y


por tanto él nunca puede ser el sujeto del verbo principal, por lo que carece
de nominativo, y tampoco tiene vocativo. El pronombre personal de 3ª
persona no reflexivo no existe en latín y su lugar es ocupado por un
demostrativo. Vemos también que el pronombre de 3ª persona reflexivo es
igual en singular y en plural.
 Las formas de genitivo plural nostrum, vestrum se emplean con acepción
partitiva (v.gr. nemo vestrum, 'ninguno de vosotros'), en tanto que las formas
nostri, vestri se emplean sin este valor.

 Los pronombres personales, así como los adjetivos posesivos, pueden


reforzarse mediante la adición de partículas (-met, -te, -pte  =  egomet, tute)
o por la reduplicación, en el caso del reflexivo (sese).

 Si un pronombre personal en ablativo va acompañado de la preposición cum,


esta ha de posponerse siempre al ablativo (mecum, tecum, secum, nobiscum,
vobiscum = conmigo, contigo, consigo, con nosotros, con vosotros).

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