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- DEVOCIONAL DE 365 DIAS -

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 NOTES
Enero 1

R esolución
Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas
todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin
faltar una de ellas.
Salmos 139:16

D ios tiene un plan inmutable para nuestra vida, aunque esta

pueda dar giros inesperados. Tengamos eso presente hoy día.

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El inicio de año es un tiempo en que las personas revisan el pasado

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y adoptan un nuevo comienzo. Eso puede acarrearnos un poco de

el
dolor por las pérdidas que hayamos tenido, pero también puede traer
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esperanza por el futuro. Sin embargo, confiemos en el hecho de que
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a pesar de lo que los días venideros puedan deparar, los propósitos
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amorosos y perfectos de Dios para nosotros subsisten. No cambian.

Nada lo toma por sorpresa.
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El mismo Dios que nos dio vida y nos formó en el vientre de

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nuestra madre nos ama tanto como para planificar nuestro futuro
y participar enérgicamente en todo lo que nos concierne. Él nos
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ha prometido que, si lo buscamos, lo hallaremos y descubriremos

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su maravillosa voluntad para nuestra vida. Además, el rumbo que

Jesús ha dispuesto no es para nuestro perjuicio, sino para nuestra
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edificación, afirmación y ánimo. Por tanto, comience este nuevo año

enfocándose en Dios y confiándole la senda que tiene por delante.

Jesús, gracias porque este año está en tu plan

y lo guía tu mano. Decido confiar en ti. Amén.

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 Enero 2

Todos los detalles

Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre,
porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son
verdad y firmeza.
Isaías 25:1

A l pensar en la voluntad de Dios es fácil aceptar que Él tiene

grandes planes para la iglesia, las naciones y el mundo en gene-

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ral. Pero tal vez no nos resulte tan fácil creer que Él tenga planes

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individualmente para nosotros. Eso significaría que el Señor sobe-

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rano del universo se preocupa de manera específica por usted, es
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decir, por los detalles íntimos de su vida pese a sus errores, fallas y
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equivocaciones.
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Incluso aunque en nuestra mente creamos tal verdad, a veces no

es fácil aceptarla cuando las cosas salen mal. Nos preguntamos, si
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Dios realmente se preocupa por nosotros, ¿cómo entonces permite

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que nos ocurran cosas malas?

Sin embargo, Jesús declara: «Aun vuestros cabellos están todos
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contados» (Mateo 10:30). Si Él presta atención a cuántas hebras de

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cabello tenemos, ¿cree usted que Él está menos vigilante respecto al

sendero de nuestra vida? Dios realmente se preocupa por cada detalle
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de nuestra vida, así que pongámonos en sus manos y contemos con

su fidelidad.

Jesús, creo que te preocupas por mi futuro.

Enséñame a amarte más y a confiar cada
momento en tus manos amorosas. Amén.

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 NOTES
Enero 3

U n propósito para
levantarse
Tú, Señor, amas a tu pueblo; todo tu pueblo santo está en
tus manos. Por eso ellos siguen tus pasos y reciben de ti
su dirección.
Deuteronomio 33:3, rvc

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¿ P ortenemos
qué nos levantamos cada mañana? ¿Se debe quizás a que

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un gran objetivo tras el cual ir, una responsabilidad

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que cumplir, o alguna presión que nos motiva?
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Cada día, al despertar, muchas personas se enfrentan a la deses-
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peración debido a que no tienen sentido vital de propósito, dirección
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y significado en la vida. El trabajo, las relaciones y otros objetivos

terrenales no siempre consiguen motivarnos. Si no tenemos un ancla
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firme e inagotable de esperanza es fácil desanimarnos cuando las

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cosas no salen como las planeamos.

Pero fuimos creados con un propósito que nos ayuda a levan-
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tarnos cada día con esperanza y que puede motivarnos a soportar

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lo que se nos presente. ¿Para qué existimos? Dios nos formó con la
finalidad de amarnos y de que lo amáramos. Sus misericordias son
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nuevas cada mañana. Debido a que su presencia está con nosotros,

tenemos todo lo que necesitamos para salir victoriosos.
Así que emprenda este día entendiendo esa verdad. Salga de la
cama con la seguridad de que Dios lo ama y valora, y que tiene todo lo
necesario para enfrentar y disfrutar aquello para lo cual fue creado.

Jesús, eres mi razón para levantarme cada

mañana y tener esperanza. Gracias por amarme
y guiarme hacia una vida abundante. Amén.

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 Enero 4

A lcanzable
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu
propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus veredas.
Proverbios 3:5–6

L a voluntad de Dios puede parecer grandiosa e inalcanzable,

¿verdad? Después de décadas de escuchar a creyentes hablar

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de sus luchas, he comprendido dos razones por las que las perso-

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nas se sienten muy frustradas con la vida cristiana: no entienden la

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naturaleza de la voluntad de Dios, o no saben cómo hallarla. Si no
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comprendemos esos dos aspectos, podríamos sentirnos inseguros y
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sin dirección en nuestro caminar con Jesús.
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No obstante, tengamos en cuenta hoy que Dios está comprome-

tido con nuestro éxito. Desea ayudarnos a tener una relación personal
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con Él, a alcanzar los propósitos para los que fuimos creados y a des-
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cubrir toda la expresión de nuestro potencial. Eso significa que la

voluntad divina para nosotros no es algo inalcanzable. En realidad,
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Dios nos la comunica constantemente. Si decidimos amarlo y bus-

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carlo, el Señor hará que cumplamos su voluntad.

Así que, no tome el sendero frustrante de intentar adivinar la
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mente de Dios. Más bien, búsquelo y confíe en que Él le revelará sus

planes. Obedézcale y lo dirigirá en su caminar.

Señor, anhelo tu voluntad y que ajustes

mi corazón para obedecerte. Revélame tu
voluntad y tus caminos de modo que pueda
andar en tu senda perfecta. Amén.

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 NOTES
Enero 5

E speranza siempre
Israel, confía en el Señor, porque el Señor es
misericordioso; ¡en él hay abundante redención!
Salmos 130:7, rvc

A lgunos días podría preguntarse: «¿Hay esperanza para mi

vida?». Por todo lo que ha sucedido, las pérdidas que ha sopor-
tado, las limitaciones que tiene y las equivocaciones que ha cometido,

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parecería que la respuesta es no. Pero si allí es donde usted se encuen-

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tra, le digo confiadamente: con Dios siempre hay esperanza. Él tiene

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un plan en mente para el futuro. Aférrese al Señor y siga adelante.
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Dios sabe exactamente dónde nos hallamos en este mismo
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momento y comprende todas nuestras luchas y desilusiones. Él es
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quien tiene todas las respuestas que necesitamos, y cada una de ellas
está en su Palabra. Puede parecer que nuestra vida ha llegado a su
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punto más bajo, pero el Señor no nos abandonará jamás (Juan 14:18),
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pues seguirá actuando en nosotros si confiamos en Él. En el debido

tiempo veremos cómo el plan divino para nuestra vida se desarro-
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lla en forma poderosa. Esto es lo que Dios promete a cada uno de

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nosotros.
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Jesús, ¡gracias por darme siempre esperanza!

Sé que este no es el final de mi trayecto, sino el
comienzo de algo nuevo que haces en mí. Amén.

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 Enero 6

H ay un plan
Los planes y pensamientos del Señor permanecen por
todas las generaciones.
Salmos 33:11, rvc

F ijemos ahora mismo la mente en esta verdad: Nuestro Dios es

un planificador. Él no actúa al azar, ni puso a funcionar este
mundo para que lo gobernara la casualidad o fuerzas desenfrenadas.

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Tampoco nos creó para que viviéramos sin esperanza ni propósito.

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Dios tiene un plan.

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Eso significa que todas las alegrías, las pruebas y los retos que
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experimentamos están diseñados para nuestra preparación y edifica-
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ción. Es verdad que a veces pecamos y que suelen surgir aflicciones
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como consecuencia de nuestras malas decisiones. Sin embargo, nada

de eso está por sobre la planificación perfecta, el poder y la provisión
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de nuestro Salvador.
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Pensemos tan solo en la forma tan cuidadosa en que Dios planeó

nuestra salvación. Él desarrolló estratégicamente su gran diseño a lo
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largo de los siglos, a través de cambios en monarcas e imperios, para

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enviar al Salvador. Nada le impidió cumplir su plan. Finalmente, las

buenas nuevas pasaron de la tumba vacía a los discípulos y de per-
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sona a persona hasta nosotros.

Si pensamos con qué precisión el Padre llevó a cabo este plan
nos daremos cuenta de cuán profundamente nos valora y con qué
cuidado piensa en nuestro futuro. Así que no tema ni se desanime
por lo que pueda venir. Confíe en el plan de Dios.

Jesús, sé que tienes un plan perfecto para mí y que

no te sorprende ninguna de mis circunstancias.
Confiaré en que tú me guías. Amén.

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 NOTES
Enero 7

H aga lo que Dios dice

Si tú lo dices.
Lucas 5:5

L os pescadores con cualquier tipo de experiencia en el mar de

Galilea sabían que el tiempo óptimo para pescar era durante la
noche y en agua poco profunda. En el día los peces se sumergían en
las profundidades, donde era mucho más difícil hacer hundir con

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éxito las redes a fin de atraparlos. Sin embargo, cuando Jesús le dio

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instrucciones a Pedro de que pescara durante el día, el discípulo obe-

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deció a pesar de sentirse cansado y no estar totalmente seguro de que
el Señor supiera lo que le pedía.
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Quizás recordemos una ocasión en que Dios nos pidió hacer algo
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más allá de lo que creíamos razonable, sin que supiéramos si lo que

escuchábamos era lo que debíamos hacer, ya que parecía muy con-
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tradictorio. Tal vez ahora mismo experimentamos circunstancias

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parecidas. Ni por un instante dudemos que no nos equivocaremos si

le obedecemos a Dios.
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Pedro hizo lo que Jesús le pidió y sacó tantos peces que las redes
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comenzaron a romperse. Lo mismo se aplicará a lo que usted enfrenta

ahora. Puede que no sepa exactamente por qué Dios le pide que haga
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algo, pero tenga la seguridad de que si le obedece, experimentará una

bendición más allá de lo que pueda imaginar.

Jesús, haré lo que me pides. Aunque no

comprenda la senda que yace por delante
o tus instrucciones, confiaré en ti pues
sé que nunca me has fallado. Amén.

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