Está en la página 1de 5

En cuanto a la situación presentada y que afecta gravemente el sector

del turismo en la ciudad, afectando gravemente las empresas del grupo,


de manera que estas en la actualidad no están produciendo para
poderse sostener, y para poder sostener las nóminas de los trabajadores
y todos los emolumentos que esto genera me permito emitir concepto
jurídico en los siguientes términos en cuanto a las opciones que tiene los
empleadores de acuerdo a la ley colombiana:
1. Solicitar al ministerio del trabajo suspensión de actividades, por
cierre temporal de la empresa por un periodo de hasta 120 días, de
lo cual yo le envié todos los requisitos que se necesitan vía correo
electrónico a Diana de acuerdo a lo establecido en el artículo 51
del código sustantivo del trabajo. En este punto no exime al
empleador de continuar con los pagos de la seguridad social de
sus trabajadores tal como lo establece el articulo 53 del Codigo
sustantivo del trabajo el cual establece que

2. En cuanto a la terminación del contrato de trabajo, se debe pedir


autorización al ministerio del trabajo del despido de todos los
empleados toda vez que esto obedece a un despido masivo, y esto
no exime al empleador del pago de las indemnizaciones por
despido y el pago de liquidaciones por terminación unilateral del
contrato de trabajo.
3. En lo que respecta a acudir a un proceso de reorganización o
proceso de liquidación judicial cuando definitivamente el empleador
a quebrado, los derechos laborales tenemos que cuando una
empresa entra en liquidación, las deudas se pagarán con los
recursos que se obtengan al vender los activos que pueda tener la
empresa, y los deudas originadas en una relación laboral gozan de
prelación frente a otras deudas, puesto que pertenecen a las de
primer orden de acuerdo a la ley.
En el caso particular nos interesa conocer si los derechos laborales se
pueden desconocer o menoscabar en ocasión a un proceso de
liquidación o reorganización de la empresa nos permitimos remitirnos a lo
establecido artículo 28 del código sustantivo del trabajo el cual es
enfático en cuanto a que el trabajador no debe asumir los riesgos ni las
pérdidas del empleador, de suerte que se puede anticipar que una vez
causado un derecho laboral, este no se puede desconocer ni afectar con
cargo a una liquidación de la empresa. Que un negocio quiebre es un
riesgo inherente del que no puede hacerse partícipe al trabajador.
Lo reitera la sentencia T-568 del 2011 proferida por la Corte
constitucional la cual manifestó lo siguiente:
Los principios laborales mínimos consagrados en los artículos 25y 53[46]
superiores, hacen imperativo que el proceso liquidatorio de las empresas
privadas sea respetuoso de los derechos de los trabajadores. Por tanto,
la disolución de la persona jurídica privada que es objeto de liquidación y
su consecuente cese de actividades productivas, no puede constituirse
en un espacio para el desconocimiento o la vulneración de los derechos
de las personas que allí laboraban.
El hecho de que una empresa pueda enfrentar una situación financiera
crítica no la releva del deber de cumplir con sus compromisos
previamente adquiridos, “por cuanto es obligación de las entidades
públicas o privadas, prever con antelación las partidas presupuestales 
indispensables que conlleven a la garantía y cumplimiento puntual de las
obligaciones laborales”[47]. En consecuencia, si ello no fue previsto en la
correspondiente partida presupuestal, las acreencias laborales deben
tener una efectiva prelación frente a las demás deudas asumidas por la
empresa y deben ser pagadas inclusive conforme a las condiciones
pactadas en las convenciones colectivas, si a ello hubiere lugar[48].

De lo anterior se interpreta que en un proceso de reorganización o de


liquidación no puede desconocer de ningún modo los derechos laborales
de los trabajadores. Ni puede ponerlos en suspenso mientras tanto, ni se
pueden aliviar temporalmente  las cargas laborales del empleador
mientras la empresa se recupera (se reorganiza) o mientras se liquida.
No se puede afirmar que por la circunstancia de la reorganización o de la
quiebra dejan de reconocerse o causarse algunos derechos laborales
como intereses, sanciones, indemnizaciones o cualquier otro concepto.
Los derechos laborales una vez causados se mantienen en el tiempo sin
importar lo que pase con la empresa.
Si la empresa no puede o no quiere pagar las acreencias laborales, pues
al liquidarse, como ya se dijo, los créditos laborales prevalecen sobre
todos los demás créditos como lo dice la misma sentencia ya referida:
4.2. Desde la perspectiva de la legislación laboral y civil se ha
establecido frente a prelación de los créditos laborales que estos son
causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios,
cesantías y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales,
pertenecen a la primera clase de créditos que establece el artículo 2495
del Código Civil[49]. Por tanto, cuando la quiebra imponga el despido de
trabajadores, los salarios, prestaciones sociales e indemnizaciones se
tendrán como gastos pagaderos con preferencia sobre los demás
créditos[50]. De modo que el pago de los créditos de carácter laboral
guarda prelación sobre las demás obligaciones, incluso sobre aquellas
otras que el código civil califica como de primer grado[51].

Obsérvese que el grado de protección de los derechos laborales es tal


que incluso prevalecen sobre otros créditos del mismo orden, de suerte
que no hay posibilidad ni argumento alguno  que permita a la empresa
desconocer o ignorar un derecho laboral causado, cierto y exigible.
La empresa puede no pagar si es físicamente imposible hacerlo, pero
nunca podrá desconocer los derechos laborales.
Esto significa que ninguna autoridad administrativa, ni ningún juez podrán
limitar un derecho laboral, ni reconocerlo parcialmente argumentando
que la pobre empresa estaba bajo la ley de reorganización o de quiebra y
que por tanto no se le puede obligar a reconocer el derecho pleno, sino
apenas una parte de él,  o hasta cierto punto, o hasta determinada fecha.
Otro asunto es que una vez liquidada la empresa el dinero realizado con
la venta de los activos no alcance para cubrir la totalidad de los derechos
laborales.
Un trabajador de una empresa en quiebra siempre tendrá un derecho
reconocido a plenitud, aunque luego no pueda hacerlo efectivo, como le
ha pasado a los empleados del gerente de la campaña del presidente
santos .
A quienes estén interesados en profundizar sobre este tema lo invitamos
a consultar la sentencia T-568 del 2011, donde además se advierte que
si a una autoridad administrativa o a un juez se le ocurre desconocer,
afectar  o  limitar un derecho laboral argumentando que la empresa
estaba en proceso de reorganización, en liquidación judicial o intervenida
administrativamente, procede entonces una acción de tutela contra ese
acto administrativo o esa sentencia judicial que desconoce o afecta los
derechos laborales de los trabajadores.

También podría gustarte