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Lincoln, el presidente de la casa dividida. EL CRONISTA DEL ESTADO SOCIAL Y


DEMOCRÁTICO DE DERECHO, nº 55, 2015.

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Josu De Miguel Bárcena


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LINCOLN,
EL PRESIDENTE
DE LA CASA DIVIDIDA

JOSU DE MIGUEL BÁRCENA *

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro temeroso viaje está hecho


Walt Whitman

I. INTRODUCCIÓN forma tuvieron consecuencias decisivas para el entendimiento


posterior de la Constitución norteamericana. Básicamente, se
El 15 de abril de 2015, se cumplieron 150 años del asesinato analizará la esclavitud, la secesión y la polémica extensión de
del Presidente Abraham Lincoln por parte del actor John W. los poderes ejecutivos durante la Guerra Civil, que como ya
Booth. Con su muerte, dos días después de que las tropas de se sabe, contribuyó a crear una contrafigura de Lincoln como
la Confederación se rindieran al General Grant en el juzgado Presidente dictatorial que justificó una contienda sangrienta en
de Appomattox, nacía el mito que inmediatamente contribu- el principio de necesidad2. Todos estos temas, no pueden ser
yeron a forjar filósofos y poetas como Whitman, Emerson o abordados, sin antes realizar un breve acercamiento biográfico
Thoreau. Compartía con ellos ser el representante político del del personaje.
“renacimiento americano”, desde cuyos parámetros contribuyó
a ampliar y transformar lo que George Anastaplo ha llamado el
molde constitucional norteamericano1. II. APUNTES BIOGRÁFICOS E INTELECTUALES

En el presente estudio no pretendemos realizar un análisis de- Sin duda, el retrato realizado por el historiador Richard Hofs-
tallado de las ramificaciones del pensamiento político y jurídico tadter en su monumental obra sobre la tradición política norte-
de Lincoln, únicamente llevar a cabo un breve acercamiento americana3, sigue siendo el texto de referencia para entender la
a aquellas cuestiones que marcaron su época y que en cierta
2
Dilorenzo, T.J.: The Real Lincoln. A New Look at Abraham Lincoln, His Agenda,
* Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. and Unnecessary War, Three Rivers Press, New York, 2003.
1
Anastaplo, G.: Abraham Lincoln. A Constitutional Biography, Rowman α Little- 3
Hofstadter, R.: La tradición política norteamericana y los hombre que la forma-
field, Lanham, 2001, p. 150. ron, Fondo de Cultura Económica, México, 1984, pp. 108 – 144.

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dimensión política de la biografía de Lincoln. Según Hofstadter, Nacional Republicano o Whig, que era una formación que pre-
la imagen del Lincoln de orígenes humildes, autodidacta, frugal dicaba las mejoras internas, la moneda estable y la banca con-
y no perteneciente a la típica familia patricia virginiana que ha- servadora. Dentro de estos parámetros, Lincoln desarrolló una
bía dominado la Federación desde la Declaración de Indepen- idea de democracia básicamente económica, cuya razón de ser
dencia, debía ser complementada con una personalidad domi- era su capacidad para ofrecer oportunidades para mejorar la
nada por la ambición política, que operaba en su interior como vida de los ciudadanos. Al igual que Calhoun, aunque por dis-
una máquina que no conocía reposo. Desde que se estableció en tintas razones, nuestro personaje se mostró contrario al trabajo
Illinois, siguiendo en buena medida la lógica del frontier que se por cuenta ajena, pues su tiempo aún estaba dominado por la
impuso en la sociedad norteamericana durante el siglo XIX, Lin- visión de Locke y Jefferson de que el trabajador tenía derecho
coln se postuló para ser elegido en diferentes puestos vinculados a retener su propio producto4. Lincoln estuvo sin duda muy
a la representación política, tanto a nivel estatal como federal, influenciado por la visión del hombre hecho a sí mismo que es
llegando a ser miembro del Congreso entre 1846 y 1848. Hasta capaz de sobrevivir a las adversidades de un entorno natural y
que la Ley Kansas – Nebraska se hace realidad en 1854 y surge social que condiciona su propia existencia, muy en la línea del
el Partido Republicano, la política para Lincoln había sido sin Walden escrito por Henry David Thoreau, que sin duda llegó a
duda una actividad gozosa que rellenaba con convenciones, dis- conocer y leer5.
cursos y maniobras partidistas. En otras palabras, nuestro prota-
gonista siempre dirigió todas sus ambiciones a la vida pública. 4
La visión negativa del trabajo asalariado no ha sido ampliada en el caso de
Lincoln, sino del propio Calhoun, que irónicamente fue denominado como
A diferencia de la tradición familiar, que estuvo siempre en “el Marx de la clase dominante” en el clásico estudio de Rossiter, C.: La teoría
política del conservadurismo norteamericano, Grupo Editor Latinoamericano,
la órbita del Partido Demócrata del General Jackson, Lincoln Buenos Aires, 1986, p. 127.
sufrió pronto una conversión ideológica y se afilió al Partido 5
Thoreau, H.D.: Walden, Cátedra, Madrid, 2007.

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LINCOLN, EL PRESIDENTE DE LA CASA DIVIDIDA

En todo caso, Abe destacó como pensador esencialmente cons-


titucional, sin duda porque las circunstancias le obligaron a
ello. En este ámbito, de forma autodidacta, y teniendo como
cabecera la colección de artículos de El Federalista, a Jefferson,
Henry Clay y Daniel Webster, el decimosexto Presidente de los
Estados Unidos desplegó un pensamiento no sistemático cerca-
no a la Constitución sociológica de García Pelayo. Lincoln fue
un firme defensor de la democracia material, en el sentido de
que consideraba la Constitución no como un marco fundante,
sino como un instrumento en el que depositar los valores de
autogobierno individual y colectivo que delinearon los Padres
Fundadores que lograron la independencia de las Colonias. En
el discurso del Liceo de los Jóvenes de Springfield en 1838,
Lincoln señaló que la reverencia a la Constitución y el Estado
de Derecho era la auténtica religión del pueblo norteamericano6.
No son pocos los que han considerado esta afirmación como un
planteamiento formalista que contradice la defensa encarnizada
de la existencia de la Unión, por encima de la ley, que realizó
una vez iniciada la Guerra Civil en 18617. Sin embargo, no se
tiene en cuenta que el discurso citado se hace en el contexto
de la emergencia de las tesis vinculadas con la nulificación del
derecho federal en los Estados del Sur, y que Lincoln siempre
dejó entrever una cierta inclinación por las leyes naturales o
superiores que gobernaban a los hombres.

Así las cosas, la reverencia por la Constitución daría paso, pro-


gresivamente, al reconocimiento completo de la “idea central”
de la igualdad de los hombres como algo anterior a aquella. La
oposición a la Ley Kansas – Nebraska y a la terrible sentencia
Dred Scott, fue planteada por Lincoln como una manifestación
de la antigua fe de la República, y sobre todo, de la resistencia futuro apoyo y defensa”. La apelación al providencialismo, que
que mantenía viva aquella fe. En un fragmento escrito después aparece al final de sus días para explicar la Guerra como una
del discurso de la Casa Dividida en 1858, el por aquél entonces forma de expiación colectiva del pecado esclavista, no es sino
candidato al Senado señaló que “Nunca he dejado de recordar el estertor de un hombre destruido y depurado por la pesada
–ni lo hago ahora- que en la causa republicana hay un propósito carga de las decisiones que tuvo que tomar.
superior que el mero desempeño del cargo […]”. En el mar-
co del debate sobre la esclavitud, ese propósito era sin duda la
igualdad puesta en circulación por la Declaración de Indepen- III. LA REPÚBLICA ESCLAVISTA
dencia de 4 de julio de 1776, que según Lincoln “contemplaba
la mejora progresiva de la condición de todos los hombres en Cierta historiografía ha tratado de demostrar que la Guerra Civil
todas partes”8. norteamericana fue un conflicto inevitable entre dos países dis-
tintos, que habían desarrollado instituciones, sociedades e inte-
Hay en esta afirmación una ambición ilustrada y universalista reses diferentes, y que por lo tanto ya no podían compartir el
que choca con la visión de un Lincoln telúrico y rendido a la mismo Estado. Esta es una explicación razonable. Sin embargo,
teología política que se ha pretendido mantener. Es verdad que cuando se analiza con cierto detenimiento las raíces del conflic-
al final de su mandato, sobre todo en el famoso discurso de to, a lo largo el siglo XIX, se llega a la conclusión meridiana de
Gettysburg9, aparece una honda inspiración cristiana que por que el motivo final de la Guerra fue el mantenimiento o aboli-
otro lado siempre estuvo presente desde sus escritos y discur- ción de la esclavitud. La esclavitud era la que en realidad permi-
sos de juventud. Sin embargo, Lincoln llegó a señalar que “La tía a los Estados del Sur mantener una economía y un sistema
pasión nos ha ayudado, pero ya no puede hacerlo. En el futuro productivo distinto, a partir del cual se creaba una sociedad de
será nuestro enemigo. La razón, la fría, calculadora, desapasio- carácter aristocrática, completamente incompatible no solo con
nada razón debe suministrar todos los materiales para nuestro los Estados del Norte, sino con cualquier forma de civilización
liberal y democrática10.

6
Lincoln, A.: “Discurso al Liceo de los Jóvenes de Springfield: la perpetuación En la medida en que el Gobierno federal iba adquiriendo nue-
de nuestras instituciones políticas”, en Alcoriza, J. y Lastra, A.: El Discurso de vos territorios a Francia, España y México, se planteó la disyun-
Gettiysburg y otros escritos sobre la Unión, Tecnos, Madrid, 2005, p. 10.
7
Sobre esta cuestión, ver Kateb, G.: Lincoln´s Political Thought, Harvard Uni- tiva de si esos nuevos territorios deberían ser Estados libres o
versity Press, Cambridge, 2015, pp. 68 y 69.
8
Lincoln, A.: “Discurso sobre la Sentencia Dred Scott”, en Alcoriza, J. y Las-
tra, A.: op. cit., p. 137. 10
Sobre esta cuestión, ver el aún clásico Carpenter, J.T.: The South as a Cons-
9
Willis, G.: Lincoln at Gettysburg. The Words that Remade America, Simon α cious Minority 1789 – 1861. A Study in Policial Thought, The New York Univer-
Schuster, New York, 1992. sity Press, New York, 1930.

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JOSU DE MIGUEL BÁRCENA

esclavistas. La cuestión no era menor, pues determinaría la fuer- uniría inmediatamente el político nacido en Kentucky. Lincoln
za política en el Congreso para defender los intereses del Sur y fue el encargado, en adelante, de combatir dialéctica, política y
del Norte. A esta preocupación respondió por ejemplo la sobre- militarmente, la extensión de la esclavitud a todos los Estados
saliente teoría del Estado de Calhoun, que planteó la relectura Unidos, trabando una serie de argumentos que a continuación
confederal de la Constitución norteamericana11, y los diferentes pasamos a desgranar.
pactos políticos que sirvieron para que el país no se rompiera
antes de 1860. En 1820, fue Henry Clay, al que Lincoln admi- Para empezar, Lincoln entendía que los Padres Fundadores
raba profundamente, quien propuso el Compromiso de Misuri, habían dejado fuera de la Constitución la esclavitud, con la
para que dicho Estado fuera admitido como una línea divisoria, intención primordial de no molestar a los Estados que la per-
definida por el paralelo 36º 30', que serviría de límite futuro mitían, pero también con el objetivo de confinarla territorial-
entre los Estados occidentales esclavistas y abolicionistas. En mente y dejar que pasara el tiempo para que la institución se
1850, los Estados libres y el Sur también alcanzaron un nuevo agotara por sí misma12. En el importante Discurso de Peoria,
Compromiso: a cambio de que California fuera admitido como Lincoln enumera las diferentes regulaciones federales que en-
Estado libre, se aceptó que además de la situación consolidada tre 1787 y 1820 estaban destinadas a prohibir el comercio de
de Texas, Nuevo México y Utah pudieran convertirse en Estados esclavos y la importación de los mismos13. No hay, por lo tan-
esclavistas, y se aprobó en el Congreso una Ley para perseguir to, según él, base constitucional para que una ley prohíba de
a los esclavos fugitivos, en la que se obligaba a los funcionarios forma genérica la esclavitud, pero tampoco para extenderla de
estatales a colaborar con el Gobierno federal en dicha tarea. forma indiscriminada a otros Estados de la Unión mediante el
principio democrático, esencialmente porque existen institu-
En 1854, el Senador Douglas impulsó la Ley Kansas –Nebraska, ciones premodernas que no tienen cabida en las sociedades
que implicaba que la aceptación de la esclavitud ya no esta- liberales14.
ría sometida a límites territoriales, sino que sería la soberanía
popular la que finalmente decidiera en cada Estado si se con- Por ello, rechazó de plano que la esclavitud pudiera ser votada.
vertía en libre o esclavista. Para una fracción del Partido Whig, “La doctrina del autogobierno es correcta” –señala- “pero no tie-
esta norma era completamente inadmisible, por lo que se es- ne una aplicación justa como aquí se pretende. O tal vez debería
cindió del mismo y formó el Partido Republicano, al que se decir que la justa aplicación depende de si un negro es o no es
un hombre. Si no es un hombre, en ese caso, el que lo sea puede,
11
Calhoun, J.C.: Libertad y Unión. Teoría de la Confederación, CEPC, Madrid, en virtud del autogobierno, obrar con él como le plazca. Pero
2010. si el negro es un hombre, ¿no es en tal sentido una destrucción
del autogobierno decir que tampoco él se gobernará a sí mismo?
Cuando el hombre blanco se gobierna a sí mismo, tenemos el
autogobierno, pero, cuando se gobierna a sí mismo y también
gobierna a otro hombre, eso es algo más que autogobierno, eso
es despotismo”15. Las malas noticias para Lincoln vendrían de
la nefasta sentencia Dred Scott, de 1857, en la que el juez Taney
lideró a la mayoría del Tribunal Supremo (en adelante TS) que
decidió que los negros no eran seres humanos, sino propieda-
des de las que no se podía privar a sus dueños sin el proceso
debido en Derecho (5ª enmienda)16.

12
El art. 1.9 de la Constitución de los Estados Unidos negaba expresamente
al Congreso la facultad de prohibir la importación de esclavos antes de 1808,
fecha que coincidía con el fijado por el art. 5 para impedir la adopción de nin-
guna enmienda constitucional que alterase el statu quo sobre la materia. Parti-
cularmente desafortunados son además el art. 4.2, que prohibía prestar ayuda
a los esclavos fugitivos y ordenaba su devolución a petición de la parte a quien
el servicio o trabajo pudiera ser debida, y el art. 1.2, que contabilizaba a los
esclavos como tres quintos de persona para el cálculo de la población estatal
a efectos de representación y tributación federal. Estos dos últimos artículos
fueron derogados con las sucesivas enmiendas realizadas tras la Guerra Civil.
13
Lincoln, A.: “Discurso sobre el Decreto de Kansas - Nebraska”, en Alcoriza,
J. y Lastra, A.: op. cit., pp. 108 – 109.
14
“Si el pueblo de Utah formara pacíficamente una constitución estatal que
tolerara la poligamia, ¿lo admitirían los demócratas en la Unión? Nada se dice
en la ley o la Constitución de los Estados Unidos contra la poligamia, ¿y por
qué no forma parte del “sagrado derecho de autogobierno” del juez (se refiere
a Douglas) que el pueblo la tenga, o más bien la conserve, si así lo elige?”,
Lincoln, A.: “Discurso sobre la sentencia Dred Scott”, Alcoriza, J. y Lastra,
A.: op. cit., p. 124.
15
Lincoln, A.: “Discurso sobre el Decreto de Kansas - Nebraska”, en Alcoriza,
J. y Lastra, A.: op. cit., p. 94.
16
Sobre el contexto e impacto de esta sentencia, se puede consultar Beltrán
de Felipe, M. y González García, J.V.: Las sentencias básicas del Tribunal Supremo
de los Estados Unidos de América, CEPC y BOE, Madrid, 2005, p. 138 y ss. Y
sobre la posición que adoptó Lincoln frente a la a esta sentencia y otras del TS,
conviene consultar MCGINTY, B.: Lincoln and the Court, Harvard University
Press, Cambridge – Londres, 2008.

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[…] si pudiera salvarla sin liberar a ningún esclavo; y si pudie-


ra salvarla liberando a todos los esclavos, también lo haría”18.
Como se sabe, Lincoln había promovido a través del habilidoso
Seward la aprobación de la Enmienda Corwin en el Congre-
so, que reconocía constitucionalmente la existencia limitada de
la esclavitud, para intentar que el Sur depusiera su actitud y
volviera a la Unión. Una vez rechazada esta posibilidad, en el
momento de la carta a Greeley (agosto de 1862), Lincoln ya se
había inclinado por la abolición por tres motivos: la esclavitud
era clave para mantener el impulso militar del Sur; la eman-
cipación de los negros implicaba asegurarse la neutralidad de
Francia y Reino Unido, y; la recuperación del espíritu republi-
cano que pretendía encarnar la Constitución, solo podía hacer-
se destruyendo jurídicamente una institución que precisamente
representaba la tiranía19.

Por ello, después de la Proclamación de enero de 1863, que fue


una orden ejecutiva derivada de las Leyes de Confiscación que
el Congreso había aprobado el año anterior, Lincoln puso en
marcha su autoridad para aprobar una enmienda, la nº 13, que
acabara con la esclavitud constitucionalmente. Como se pone
de manifiesto en la magnífica película de Steven Spielberg, el
Presidente usó toda su influencia para darle los votos necesarios
en el Congreso y asegurar su ratificación estatal. Es posible que
Lincoln fuera en ocasiones ambiguo sobre la cuestión, pero siem-
pre expresó su rotundo rechazo hacia la esclavitud, no solo por
cuestiones prácticas, sino porque como demostró la sentencia
Dred Scott, era una institución sin control interno: impedir a una
minoría que ejerza sus derechos puede ser un precedente a la
vez que una sanción moral para proscribir otra. Solo desde este
punto de vista, pudo mostrarse completamente favorable, sema-
nas antes de su muerte, a una Unión interracial donde los negros
A partir de este pronunciamiento del TS, particularmente des- fueran reconocidos como ciudadanos con plenos derechos20.
afortunado sobre todo si tenemos en cuenta que en 1841 el
mismo Tribunal había negado en su sentencia sobre la goleta
Amistad que los esclavos fuesen propiedad a efectos de aplica- IV. LA SECESIÓN DENTRO DE UNA UNIÓN
ción de un acuerdo internacional, Lincoln se percató de que la CONSTITUCIONAL
maquinaria de la esclavitud se había introducido en la Consti-
tución y de que ésta ya no representaba los valores de igualdad Para cuando Lincoln tomó posesión en marzo de 1861, la Con-
y libertad contenidos en la Declaración de Independencia de federación de los Estados del Sur ya era una realidad. Su deci-
1776 (“Nuestro manto republicano está sucio y es arrastrado sión de contestar militarmente a la agresión del Fuerte Sumter,
por el polvo”). Recurriendo al lenguaje bíblico y apocalíptico, implicó además que Virginia, Arkansas, Tennessee y Carolina
al término de la convención estatal del Partido Republicano que del Norte, tomaran también el camino de la secesión. En su
le había designado como candidato al Senado en 1958, señala estudio clásico, Freehling demuestra que con la excepción de
que “Una casa dividida contra sí misma no se mantiene en pie” Carolina del Sur, en los demás Estados rebeldes el apoyo a la
(Mateo 12:25). Lincoln sugiere que la crisis está cercana y hay Confederación y a la Guerra no siempre fue mayoritario, sino
que superarla, pues la Unión “Será del todo una sola cosa o del más bien el resultado de las maniobras de una minoría fanati-
todo la contraria”. George Kateb ha señalado que esta determi- zada que controlaba las instituciones y opiniones públicas lo-
nación no solo indica la presunción de que el conflicto militar cales21. Aquí no interesa el trascurso del conflicto militar ni las
era inevitable, sino que Lincoln estaba dispuesto a ir hasta el razones de fondo que condujeron al mismo22, sino analizar los
final para acabar con la esclavitud17. motivos por los cuales Lincoln se opuso a la secesión.

Una vez comenzada la contienda, el ya Presidente se muestra 19


Mcpherson, J.M.: For Cause and Comrades: Why Men Fought in the Civil War,
cauteloso con el tema de la esclavitud. Su objetivo esencial será Oxford University Press, New York, 1997, p. 121.
el mantenimiento de la Unión y no molestar a los Estados fron- 20
“También resulta insatisfactorio para algunos que los hombres de color no
terizos, también esclavistas, que podían decantar la Guerra. En tengan derecho al voto. Yo habría preferido que se concediera a los muy inteli-
gentes y a quienes hubieran servido en nuestra causa como soldados”, Lincoln,
una famosa carta al New York Tribune, y en respuesta a un edi- A.: “Discurso sobre la reconstrucción”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p. 262.
torial de Horace Greeley, Lincoln señala: “Yo salvaría la Unión 21
Freehling, W.W.: The Road to Disunion, Vl. 1 y 2, Oxford University Press,
New York – Oxford, 1990.
22
Hemos analizado estas cuestiones en Miguel Bárcena, J. de: “Secesión y
Constitución en los Estados Unidos”, Cuadernos Manuel Giménez Abad, nº 8,
17
Kateb, G.: op. cit., p. 125. 2014, pp. 20 – 30.

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Lincoln objetó tres tipos de argumentos a la posibilidad de que es violarlo27. Metodológicamente, Lincoln también denuncia la
los Estados del Sur se separaran unilateralmente de la Unión. incoherencia de la teoría constitucional sudista, al preguntarse
En primer lugar tenemos los propiamente jurídicos. Como se si frente a la lógica del derecho público interno, “los extranjeros
sabe, llevando hasta el final los argumentos pactistas de Cal- pueden firmar tratados más fácilmente de lo que los amigos
houn, Alexander Stephens y el que fuera Fiscal General de la elaboran leyes o si tales tratados pueden aplicarse al final más
Confederación, Judah P. Benjamin, construyeron una alambica- fielmente entre extranjeros que las normas internas entre ciuda-
da teoría constitucional para justificar teóricamente la secesión danos de una misma nación”28.
de los Estados del Sur. Para ambos, la secesión era el remedio
lógico al daño que la Unión llevaba infligiendo a los intereses Lincoln también cuestionó la secesión desde el punto de vis-
de los territorios esclavistas durante gran parte del siglo XIX. ta democrático. Si la Unión tenía naturaleza constitucional era
Y lo era, porque la Constitución no era obra del pueblo, sino porque estaba basada en el gobierno de una mayoría limitada
un contrato de derecho internacional entre partes, a las que les por las reglas que el pueblo se había dado a sí mismo. La lógica
correspondía una facultad de autotutela en caso de vulneración de la secesión supone invertir este esquema, en la medida en
del acuerdo originario23. Por lo tanto, la Constitución de 1787 que se pone en manos de una minoría la existencia del mismo
no fundaba a nivel federal una verdadera esfera civil, pese a la Gobierno. Por ello, “la idea central de la secesión es la esencia
existencia de una cláusula de prevalencia constitucional o un de la anarquía”, pues “¿no podría una parte de una nueva confe-
sistema jurisdiccional que trascendía el establecido en los pro- deración, dentro de uno o dos años, separarse arbitrariamente,
pios Estados, sino un estado de la naturaleza que permitía a las del mismo modo que las partes de la Unión actual tratan de
partes rescindir unilateralmente el contrato en caso de que no separarse de ella?”29. Con esta afirmación, se apunta la idea de
se cumpliera con las cláusulas pactadas. Stephens recordó que las minorías recursivas que no aceptan ser mayorizadas por un
ese derecho de rescisión “no viene incluido expresamente en la nuevo sujeto constituyente, idea que ha sido desarrollada para
Constitución, sino que se extrae del gran derecho de las Nacio- supuestos más contemporáneos por la ciencia política norte-
nes, que gobierna los Pactos entre los Soberanos”24. americana30.

Lincoln enseguida se percató de las debilidades de este discur- 27


“Una parte puede violar un contrato, romperlo, por así decirlo, pero ¿no
so. Para empezar, se objetaba un daño por parte de la Unión hacen falta todas las partes para rescindirlo legalmente?, Lincoln, A.: “Primer
–su aparente falta de autoridad para obligar a los Estados del discurso inaugural”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p. 218.
Norte a aplicar la Ley del esclavo fugitivo- que era contradicto-
28
Lincoln, A.: “Primer discurso inaugural”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p. 224.
29
Lincoln, A.: “Primer discurso inaugural”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p. 222.
rio con la teoría de los State´s Rights que sirvió de base política 30
Glaser, D.J.: “The Right to Secession: an Antisecessionist Defence”, Political Studies,
para que el Sur denunciara durante todo el siglo XIX agravios Vol. 51, nº 2, 2003.
por parte de la Unión. La realidad es que en el asunto de la
esclavitud, el problema no era la actitud pusilánime y rendida
de las instituciones de la Federación para encarar el asunto,
sino la reluctancia de unos Estados del Norte que hicieron su-
yos, precisamente, los propios derechos de los Estados para
negarse a cumplir con el derecho inhumano de la Ley del es-
clavo fugitivo y la sentencia Dred Scott25. Por ello, “El peque-
ño disfraz de que ese supuesto derecho (de secesión) habría
de ejercerse por una causa justa, erigiéndose ellos mismos en
el único tribunal de justicia, es demasiado insignificante para
merecer atención”26.

Siguiendo en el plano jurídico, Lincoln recordó que una Cons-


titución no puede regirse por la lógica contractual del derecho
privado: “Marido y mujer pueden divorciarse y alejarse más allá
del alcance respectivo, pero las diferentes partes (de un país)
no pueden hacerlo”. Si la Constitución de 1787 es un contrato
que para tener eficacia plena, requiere la aprobación individual
de cada Estado, como solía señalar Alexander Stephens, no se
entiende que no haga falta con posterioridad la aquiescencia de
todas las partes para rescindirlo, a no ser que lo que se quiera

23
Benjamin, J.: “The Right of Secession (December 31, 1860)”, en Wakelyn,
J.L. (Ed.): Southern Pamphlets on Secession. November 1860 – April 1861, The
University of North Carolina Press, Chapel Hill & London, 1996, p. 107.
24
Stephens, A.: A Constitutional View of the Late War Between the States, National
Publishing Company, Philadelphia, 1870, pp. 500 – 501.
25
Finkelman, P.: “States Rights, Southern Hypocrisy, and the Crisis of the
Union”, en Cogan, N.H.: Union & States Rights. A History and Interpretation of
Interposition, Nullification, and Secession 150 Years After Sumter, University of
Akron Press, Akron, 2014, pp. 51 – 79.
26
Lincoln, A.: “Mensaje al Congreso en sesión especial”, Alcoriza, J. y Lastra,
A.: op. cit., p. 240.

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Lincoln, en todo caso, no objeta que no hubiera una solución las sociedades amplias tienen más y mejores mecanismos para
democrática a la secesión de los Estados del Sur: pero la solu- limitar el poder de las mayorías opresoras. La segunda, distri-
ción pasaría por una decisión del sujeto soberano. Dicho su- butiva: en un Estado extenso, es más fácil que las sociedades
jeto es el pueblo de los Estados Unidos, que es más antiguo puedan autogobernarse pues hay una mayor cantidad de recur-
que la Constitución y que se “formó de hecho con los Artícu- sos para solucionar los problemas comunes que van surgiendo
los de la Asociación de 1774”. Esta apelación nacionalista tiene en la praxis política. Por ello, Lincoln considera especialmente
como objetivo poner a los ciudadanos en conexión directa con grave la posible “destrucción de la fábrica nacional, con todos
la propia Unión, pues la tesis de los State´s Rights no es “sino sus beneficios, sus memorias, sus esperanzas”37. El Gobierno es
un sofisma destinado a declarar la omnipotencia mágica de los una comunidad de justicia construida a través de esfuerzos in-
Estados sobre la propia Constitución” y sus instituciones31. Es dividuales y colectivos a lo largo del proceso histórico. Por ello
precisamente el art. 5 de la Norma Fundamental, con su doble se lamenta de que la nación esté “ahora en deuda por el dinero
sistema de reforma, el que puede servir para dar satisfacción a invertido en beneficio de los llamados Estados secesionistas, en
las demandas sureñas: “Cuando el pueblo se canse del gobierno común con los demás”, para comprar territorios, luchar contra
existente, podrá ejercer el derecho constitucional a enmendarlo los indios o saldar viejas deudas: “¿Es justo que se vayan y sin
o su derecho revolucionario a desmembrarlo o derribarlo”32. Esta hacer reembolso alguno?”38.
afirmación requiere dos matizaciones: la primera, que el Pre-
sidente recomendaba llevar a cabo una Convención en vez de
enmiendas, pues permite que la reforma se origine en el pueblo V. ESTADO DE NECESIDAD Y CONSTITUCIÓN
y no en los Estados. La segunda, que el derecho sagrado a la re-
volución de toda sociedad que quiera autogobernarse, quedaba Con la secesión a la vista, el Presidente saliente Buchanan pi-
según Lincoln circunscrito a procesos de liberación frente a la dió un informe al Fiscal General Black sobre su legalidad y las
tiranía, no a rebeliones contra un gobierno constitucional y de- posibilidades de coerción federal para evitarla. La respuesta
mocrático, como era el caso de los Estados del Sur en 186033. es de todos conocida: la separación de los Estados del Sur era
inconstitucional, pero la Constitución no ofrecía mecanismos
El último argumento que nuestro protagonista utiliza para negar
la legitimidad de la secesión, tiene que ver con lo que algunos 37
Lincoln, A.: “Primer discurso inaugural”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit.,
han denominado como la visión geográfica que Lincoln tenía de p. 220.
la Unión34. De esta visión proviene la idea, popularizada por el 38
Lincoln, A.: “Mensaje al Congreso en sesión especial”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op.
TS en la sentencia Texas v. White (1869), de que el Gobierno de cit., p. 243.
la Unión es perpetuo: “La perpetuidad está implícita, si no es
expresa, en la ley fundamental de todos los gobiernos naciona-
les”35. Ciertamente, algo de teología política hay en esta afirma-
ción, pero Lincoln tenía suficientes referencias racionales para
realizarla. La referencia a la “Unión más perfecta” del Preámbulo
de la Constitución, provenía del Acta de la Unión entre Ingla-
terra y Escocia de 1707, que hablaba de la “entera y perfecta
unión” de ambos países con el objetivo de evitar la separación
de las partes. Además, en el Federalista nº 11, Hamilton llamaba
a las trece colonias a formar “una firme e indisoluble Unión”, con
el objetivo de erigir un gran sistema americano capaz de impo-
ner sus condiciones al viejo y al nuevo mundo36.

Esta unidad geográfica se constituye como el ámbito natural de


un hombre que había nacido, crecido y trabajado al menos en
tres Estados de la Unión: Kentucky, Indiana e Illinois. Ello le
levó a señalar en el Primer Discurso Inaugural que “Físicamente
hablando, no podemos separarnos”. Para Lincoln, hay en el Go-
bierno continental una doble virtud. La primera, moderadora,
como venía bien expresado en el Federalista nº 10 de Madison:

31
Lincoln, A.: “Mensaje al Congreso en sesión especial”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op.
cit., p. 241.
32
Lincoln, A.: “Primer discurso inaugural”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p. 224.
33
Lincoln, A.: “Discurso en la Cámara de Representantes de los Estados Uni-
dos sobre la guerra con México (1848)”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p.
41.
34
Reed Amar, A.: “The David C. Baum Lecture: Abraham Lincoln and the
American Union”, University of Illinois Law Review, nº 5, 2001, p. 1126.
35
Lincoln, A.: “Primer discurso inaugural”, Alcoriza, J. y Lastra, A.: op. cit., p. 217.
36
En The Federalist Papers que puede consultarse en el Congreso de los Estados
Unidos, puede leerse “bound together in a strict and indissoluble Union”. Sin
embargo, en la traducción más popularizada en el mundo hispanohablante,
Hamilton, A., Madison, J. y Jay, J.: El federalista, Fondo de Cultura Económica,
México, 1998, p. 46, se señala “unidos en una firme e indestructible Unión”.

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Nº 55 – EL RONISTA DEL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO
JOSU DE MIGUEL BÁRCENA

de los derechos fundamentales, algo que estaba inédito desde


la fundación de la República en 178740.

No podemos hacer un análisis detallado de las decisiones ex-


traordinarias de Lincoln, que pudieron haber implicado una
vulneración de la Constitución norteamericana. Sobre esta
cuestión, la obra de Daniel Farber es sin duda una de las más
completas y equilibradas, y a ella nos remitimos41. Conviene
recordar, en todo caso, que los actos que se tomaron inicial-
mente en el transcurso de la Guerra Civil han sido considerados
constitucionales por la doctrina y el propio TS, pese a que en
teoría deberían corresponder al Congreso. Los poderes presi-
denciales para repeler militarmente la agresión al Fuerte Sumter
y a otras propiedades de la Unión en los Estados rebeldes, ya
estaban previstos en normas federales que habían sido acepta-
das por el TS de Taney en el caso Luther v. Borden de 1849. Allí
se había declarado que el poder militar para repeler insurreccio-
nes no controlables por la autoridad civil, “era esencial para la
preservación de cualquier gobierno”. Siguiendo esta estela, con
posterioridad el TS legitimó la aplicación presidencial de la ley
marcial en los territorios conquistados a la Confederación (Dow
v. Johnson, 1789) y el bloqueo inmediato de puertos impuesto
por el Presidente (Prize Cases, 1862).

Pero la actuación más polémica de Lincoln durante la Guerra


tuvo que ver con la suspensión de la eficacia de normas que
garantizaban derechos fundamentales. Con respecto a la 1ª en-
mienda, en alguna ocasión, bajo la ley marcial, las autoridades
militares detuvieron bajo la cobertura de directrices dadas di-
rectamente por el Presidente, a periodistas que criticaban las
actuaciones del ejército42. Además, el mismo Lincoln ordenó la
detención y arresto de los editores e impresores del periódico
New York World, al sospechar que sus artículos formaban par-
legales bastantes como para que la Unión pudiera hacer frente te del un complot confederado. Pero la decisión más criticada
a la misma por la fuerza. El Fiscal consideraba que la Norma que tomó el Presidente en este ámbito fue suspender el habeas
Fundamental solo preveía la posibilidad de que el Gobierno fe- corpus primero selectivamente, y después de forma más gene-
deral actuase militarmente en el contexto de una insurrección ralizada, pese a que la Constitución atribuye tal competencia
ciudadana frente a las autoridades estatales (art. 4, secc. 4). El al Congreso de los Estados Unidos, en su art. 1, secc. 9. Esta
art. 1, secc. 8, que otorga en su considerando nº 16 facultades anomalía fue puesta en cuestión por el Presidente del TS, Taney,
al Congreso para convocar a la milicia nacional con el fin de que en aquel tiempo también podía simultanear su cargo con el
“hacer cumplir las leyes de la Unión, sofocar las insurrecciones puesto de juez de distrito. En tales funciones, ordenó a Lincoln
y rechazar las invasiones”, debía interpretarse por tanto en el que pusiera en libertad a John Merryman en mayo de 1861, un
contexto de una sublevación estatal interna. ciudadano que había sido detenido en Maryland por un desta-
camento militar, pues se había vulnerado la Constitución, al no
Lincoln nunca aceptó esta visión. Al fin y al cabo, el propio poder el Presidente suspender unilateralmente el privilegio del
Madison, en el Federalista nº 43, había aclarado que el térmi- habeas corpus.
no “invasiones” del art. 1 antes citado, incluía la posibilidad
de que un Estado pudiera atacar a otro. En cualquier caso, de Lincoln se negó a cumplir la orden de Taney, esgrimiendo la
lo dicho hasta ahora podemos deducir que para el decimo- doctrina del estado de necesidad. Y lo hizo directamente en el
sexto Presidente la Constitución no era un fin en sí mismo, Mensaje al Congreso de 4 de julio de 1861: “Estas medidas, es-
sino un medio para salvar la Unión y toda la carga sociológica
e histórica que traía a cuestas. Por ello, utilizó lo que se ha
denominado como “poder protector”39, para poner la Norma 40
Por ejemplo, con respecto a la garantía del habeas corpus, su suspensión
Fundamental al servicio del mantenimiento de la unidad na- nunca había sido realizada por el Congreso antes de 1863, y solo una vez, du-
cional y la pervivencia del Gobierno federal, lo que implicó la rante la contienda contra Inglaterra en 1815, el General Jackson, que después
toma de una serie de decisiones que en la práctica dejaron en se convertiría en Presidente, se atrevió a dejarla sin efecto, lo que le valió un
sanción económica por parte de un tribunal local. Sobre este caso, ver War-
suspenso, al menos temporalmente, partes importantes tanto shauer, M.: Andrew Jackson and the Politics of Martial Law: Nationalism, Civil
del sistema de distribución de poderes, como de las garantías Liberties, and Partisanship, Tennessee University Press, Tennessee, 2006.
41
Farber, D.: Lincoln's Constitution, The University of Chicago Press, Chicago
y Londres, 2003.
39
Monaghan, H.P.: “The Protective Power of the Presidency”, Columbia Law 42
Kent Curtis, M.: “Lincoln, Vallandingham, and Anti-War Speech in the Civil
Review, Vol. 93, nº1, 1993, pp. 1 – 74. War”, William ∝ Mary Bill of Rights Journal, Vol. 7, nº 1, 1998, pp. 107 – 191.

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Nº 55 – EL RONISTA DEL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO 61
LINCOLN, EL PRESIDENTE DE LA CASA DIVIDIDA

trictamente legales o no, se tomaron ante lo que pareció una de- Unión, al hacerlo podría abandonar la forma republicana de
manda popular y una necesidad pública” (las cursivas son nues- gobierno, de modo que impedir su salida es un medio indispen-
tras)43. La argumentación es sencilla, y encaja en los supuestos sable para el fin de mantener la garantía mencionada y, cuando
de estados excepcionales o garantías constitucionales diacró- un fin es legal y obligatorio, los medios indispensables para lo-
nicas no previstas explícitamente por el poder constituyente, grarlo también son legales y obligatorios”46. Los ecos hobbesianos
pero basadas en un derecho suprapositivo, no escrito, derivado de este pasaje son más que evidentes.
del mandato salus publica suprema lex. Es decir, la supervivencia
de la comunidad se convierte en objeto prioritario en relación
con la garantía de su propia organización política, de su Cons- VI. CONCLUSIONES
titución44. Desde este punto de vista, Lincoln se pregunta con
respecto al habeas corpus: “¿debían dejar de cumplirse todas El presente trabajo ha pretendido abordar cómo Abraham Lin-
las leyes, salvo una, y destruirse el gobierno para que esa ley no coln, el Presidente que condujo los Estados Unidos durante la
fuera violada?”45. Guerra Civil entre 1861 – 1865, contribuyó a reconstruir lo que
en la introducción denominábamos como “molde constitucio-
La suspensión de derechos fundamentales y las decisiones eje- nal” norteamericano. Cuando accedió a la Presidencia en marzo
cutivas como la llamada a la milicia o la utilización de recursos de 1861, Lincoln había abandonado la fe en la propia Ley Fun-
públicos para que entidades privadas colaboraran en la contien- damental, pues el legislador y sobre todo el Tribunal Supremo,
da militar, se hicieron “en la confianza, entonces y ahora, de que habían convertido a su país en una República esclavista don-
el Congreso estaría dispuesto a ratificarlas”, como finalmente de la “monstruosa injusticia” amenazaba incluso la libertad del
ocurrió. Según Lincoln, el estado de necesidad estaba justifi- hombre blanco y contaminaba los valores de la Declaración de
cado no solo en la salvación del Gobierno de la Unión, sino en Independencia. Lincoln no fue nunca un abolicionista, pero la
la cláusula constitucional que señala que los Estados Unidos contienda militar le hizo comprender que tras la victoria del
garantizarán a todo Estado una forma republicana de gobierno Norte, la Unión no podría sobrevivir si la Constitución no de-
(art. 4, secc. 4). “Si un Estado puede legalmente salirse de la rogaba una institución inhumana que ha marcado la historia de
los Estados Unidos hasta el presente. El devenir de la recons-
43
Lincoln, A.: “Mensaje al Congreso en sesión especial”, Alcoriza, J. y Lastra, trucción dio la razón al Presidente asesinado, pues si bien los
A.: op. cit., p. 236. republicanos aprobaron las importantes enmiendas nº 14 y 15,
44
Todas estas cuestiones han sido analizadas por Cruz Villalón, P.: Estados el Compromiso de 1877, que convirtió a Rutherford B. Hayes
excepcionales y suspensión de garantías, Tecnos, Madrid, 1984, pp. 11 – 36.
45
Lincoln, A.: “Mensaje al Congreso en sesión especial”, Alcoriza, J. y Lastra, en Presidente, permitió la adopción por parte de los Estados del
A.: op. cit., p. 237. Sur de los “códigos negros” que apartaron hasta casi un siglo
después, a las personas de color de la vida pública.

Lincoln, en cierto modo, también acabó con el debate constitu-


cional sobre la soberanía nacional y el derecho de secesión en
Estados Unidos. Y decimos que en cierto modo, porque al igual
que autores como Paul Finkelman, Laurence Tribe o Harry Jaffa,
entendemos que irremediablemente, dicho debate se cerró en el
campo de batalla mediante la aplicación del principio inter arma
leges silent. Ahora bien, nuestro protagonista también se enfren-
tó al separatismo con argumentos nada desdeñables, que sin
embargo impregnaron escasamente la sentencia Texas v. White
(1869), decisión que expulsó definitivamente el derecho de au-
todeterminación de la Constitución norteamericana. Por ello,
se han ido abriendo paso otras interpretaciones alternativas que
señalan, por ejemplo, que la secesión fue prohibida mediante la
enmienda nº 14, que establece que ninguna acción de los Esta-
dos puede disponer del vínculo jurídico (ciudadanía) que une a
los americanos con la Federación directamente47.

Por último, existe cierta unanimidad en que el ejercicio del po-


der presidencial mutó constitucionalmente tras el paso de Lin-
coln. En la arquitectura constitucional originaria la Presidencia
de los Estados Unidos no se perfilaba como la institución pre-
dominante con los poderes directivos que presenta en la actua-
lidad. Antes al contrario, parecía haberse concebido como una

46
Lincoln, A.: “Mensaje al Congreso en sesión especial”, Alcoriza, J. y Lastra,
A.: op. cit., p. 248.
47
Farber, D.: “The 14th Amendment and the Unconstitutionality of Seces-
sion”, en COGAN, N.H.: Union & States Rights. A History and Interpretation
of Interposition, Nullification, and Secession 150 Years After Sumter, op. cit.,
p. 131.

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JOSU DE MIGUEL BÁRCENA

magistratura que habría de culminar el cursus honorum de los laridad de quien promete sacrificios49. Walt Whitman cubrió
servidores públicos48. Lincoln pensó que con sus dos eleccio- como periodista el tren que trasportó los restos de Lincoln desde
nes, una durante el conflicto armado, el pueblo norteamericano Washington hasta su Kentucky natal; millones de personas acu-
había dotado de un impulso político a la Presidencia hasta en- dieron a presentarle sus respetos al grito de emancipador, pese
tonces desconocido, que globalmente ha tenido una importante al trauma que supuso para Estados Unidos una Guerra con más
influencia en el desarrollo de lo que Raymond Aron denominó de 700.000 muertos. Hay en el magnicidio de Lincoln, como
después como la República imperial, pero que en el ámbito de apunta Emerson, un elemento trágico que evoca los dramas más
las garantías de los derechos fundamentales ha producido hasta conocidos de Shakespeare50. El ejercicio extremo del poder había
nuestros días importantes sombras en el sistema constitucional transformado la política vocacional de sus inicios en un liderazgo
de los Estados Unidos. presidencial lleno de cenizas y sangre, por el cual tendría que
pagar un precio individual, dentro del sistema providencial que
Sea como fuere, Lincoln se convirtió en un mito político en su él mismo había construido para el conjunto de la nación. v
país. En la guerra, como señala Sánchez Ferlosio, emerge una
poderosísima seducción catártica que se manifiesta en la popu-
49
Sánchez Ferlosio, R.: Campo de retamas. Pecios reunidos, Random House,
Barcelona, 2015, p. 146.
48
Pomed, L.: “Estudio preliminar”, en Lambert, E.: El gobierno de los jueces, 50
Emerson, R.W.: “Abraham Lincoln”, en Complete Essays and Other Writings,
Tecnos, Madrid, 2010, p. 31. Brooks Atkinson – Modern Library, New York, 1950, p. 884.

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