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LOS PUENTES Y SU CLASIFICACION

   Los puentes son estructuras que los seres humanos han ido construyendo a lo largo de los
tiempos para superar las diferentes barreras naturales con las que se han encontrado y poder
transportar así sus mercancías, permitir la circulación de las gentes y trasladar sustancias de un
sitio a otro.

 Dependiendo el uso que se les dé, algunos de ellos reciben nombres particulares,
como acueductos, cuando se emplean para la conducción del agua, viaductos, si soportan el
paso de carreteras y vías férreas, y pasarelas, están destinados exclusivamente a la circulación
de personas.

    Las características de los puentes están ligadas a las de los materiales con los que se
construyen:

 Los puentes de madera, aunque son rápidos de construir y de bajo coste, son
poco resistentes y duraderos, ya que son muy sensibles a los agentes
atmosféricos, como la lluvia y el viento, por lo que requieren un mantenimiento
continuado y costoso. Su bajo coste (debido a la abundancia de madera, sobre
todo en la antigüedad) y la facilidad para labrar la madera pueden explicar que
los primeros puentes construidos fueran de madera. 
 Los puentes de piedra, de los que los romanos fueron grandes constructores,
son tremendamente resistentes, compactos y duraderos, aunque en la actualidad
su construcción es muy costosa. Los cuidados necesarios para su
mantenimiento son escasos, ya que resisten muy bien los agentes climáticos.
Desde el hombre consiguió dominar la técnica del arco este tipo de puentes
dominó durante siglos. Sólo la revolución industrial con las nacientes técnicas
de construcción con hierro pudo amortiguar este dominio.
 Los puentes metálicos son muy versátiles, permiten diseños de grandes luces,
se construyen con rapidez, pero son caros de construir y además están
sometidos a la acción corrosiva, tanto de los agentes atmosféricos como de los
gases y humos de las fábricas y ciudades, lo que supone un mantenimiento caro.
El primer puente metálico fue construido en hierro en Coolbrookdale
(Inglaterra)
 Los puentes de hormigón armado son de montaje rápido, ya que admiten en
muchas ocasiones elementos prefabricados, son resistentes, permiten superar
luces mayores que los puentes de piedra, aunque menores que los de hierro, y
tienen unos gastos de mantenimiento muy escasos, ya que son muy resistentes a
la acción de los agentes atmosféricos.

 Básicamente, las formas que adoptan los puentes son tres, que, por otra parte,
están directamente relacionadas con los esfuerzos que soportan sus elementos
constructivos. Estas configuraciones son:

 Puentes de viga. Están formados fundamentalmente por elementos


horizontales que se apoyan en sus extremos sobre soportes o pilares. Mientras
que la fuerza que se transmite a través de los pilares es vertical y hacia abajo y,
por lo tanto, éstos se ven sometidos a esfuerzos de compresión, las vigas o
elementos horizontales tienden a flexionarse como consecuencia de las cargas
que soportan. El esfuerzo de flexión supone una compresión en la zona superior
de las vigas y una tracción en la inferior
 Puentes de arco. Están constituidos básicamente por una sección curvada
hacia arriba que se apoya en unos soportes o estribos y que abarca una luz o
espacio vacío. En ciertas ocasiones el arco es el que soporta el tablero (arco
bajo tablero) del puente sobre el que se circula, mediante una serie de soportes
auxiliares, mientras que en otras de él es del que pende el tablero (arco sobre
tablero) mediante la utilización de tirantes. La sección curvada del puente está
siempre sometida a esfuerzos de compresión, igual que los soportes, tanto del
arco como los auxiliares que sustentan el tablero. Los tirantes soportan
esfuerzos de tracción.

 Puentes colgantes. Están formados por un tablero por el que se circula, que
pende, mediante un gran número de tirantes, de dos grandes cables que forman
sendas catenarias y que están anclados en los extremos del puente y sujetos por
grandes torres de hormigón o acero. Con excepción de las torres o pilares que
soportan los grandes cables portantes y que están sometidos a esfuerzos de
compresión, los demás elementos del puente, es decir, cables y tirantes, están
sometidos a esfuerzos de tracción.

    Como cualquier clasificación, ésta no pretende ser más que una aproximación torpe de la
comprensión humana a la diversidad, en este caso de los puentes.

Atendiendo a la función primordial que cumplen.

Puentes acueductos. Los acueductos romanos fueron construidos por expertos romanos, con


características propias, a lo largo de todo el Imperio romano. Su finalidad era transportar agua
desde manantiales externos hasta las ciudades y pueblos. El agua de los acueductos se
suministraba a diferentes lugares: termas, letrinas, fuentes, y hogares privados; también se
empleaba para apoyar operaciones mineras, molinos de agua, granjas y jardines.
Los acueductos únicamente dejaban que el agua se moviera por gravedad, a lo largo de un ligero
gradiente de descenso global en conductos de piedra, ladrillo u hormigón; cuanto más
pronunciado era el gradiente, más rápido era el flujo. La mayoría de los conductos eran
enterrados bajo tierra y seguían el contorno del terreno; esquivando los obstáculos o, con menos
frecuencia, atravesando un túnel. Cuando se llegaba a los valles o las tierras bajas el conducto se
llevaba sobre puentes o sus conducciones se conectaban a tuberías de plomo, de cerámica o de
piedra de alta presión —conocían bien el principio de los vasos comunicantes y el golpe de
ariete—. La mayoría de los sistemas de acueductos incluían depósitos de sedimentación, que
ayudaban a reducir los residuos transportados en el agua, unas esclusas y depósitos de
distribución—, regulaban la distribución de agua en los destinos individuales. En las ciudades y
pueblos, los aliviaderos de los acueductos iban a desagües y a las alcantarillas.
Puentes viaductos. Un viaducto es una obra de ingeniería que salva un valle en su totalidad,
característica diferenciadora de los puentes. El término viaducto proviene del latín vía, camino y
ductus, que significa conducción. Sin embargo, aparentemente en la Antigua Roma este término
nunca fue utilizado, siendo más bien una derivación moderna considerando la analogía con la
palabra acueducto. Al igual que los acueductos romanos, en un principio muchos viaductos
consistieron de una serie de arcos de aproximadamente la misma longitud.

Según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, un viaducto es una


obra a manera de puente, para el paso de un camino sobre una hondonada. En general en
Lenguas romances, la palabra viaducto se refiere a un puente que cruza solo tierra. Cuando el
objetivo de la construcción es cruzar agua se emplean términos derivados del latín pontem, que
en español es sencillamente puente. Si bien podríamos definir a los viaductos como carreteras
(en el caso de los automóviles) o líneas férreas (en el caso de ferrocarriles) elevadas para cruzar
una hondonada, ya sea un valle o un barranco, en la actualidad el término se ha venido
empleando en algunos países de habla hispana para designar otros tipos de puentes que cruzan
ya sea terreno o agua o ambos. En algunos países de América Latina, el término se emplea para
designar avenidas elevadas e incluso a nivel de superficie (vea Viaducto (Avenida)).

El viaducto más largo en la Antigüedad fue probablemente el Pont Serme en el sur de Francia.1
Los viaductos inicialmente fueron utilizados en países donde los ferrocarriles jugaron un papel
importante para el transporte como parte de la infraestructura para el cruce de terrenos agrestes.
El requisito de poca inclinación de las vías de ferrocarriles forzó la construcción de puentes para
unir dos puntos que se encontraban a niveles similares, pero separados por una hondonada o un
valle. Dadas las propiedades físicas de los materiales utilizados en un principio, estos puentes
tenían que ser construidos uniendo una serie arcos, que asemejaban a los acueductos romanos,
pero sobre los cuales pasaba una vía de Ferrocarril. Ejemplos son los viaductos Filisur, Solis,
Landwasser y Lorraine, todos ellos en Suiza.

Puentes asarelas. Los puentes y pasarelas son construcciones que tienen como misión hacer
seguro el cruce de una vía sobre un obstáculo natural o artificial. En las ciudades estos
elementos naturales a salvar pueden ser: ríos, ramblas o vaguadas, o en el caso de obstáculos
artificiales: calles, vías de alta capacidad, líneas de ferrocarril o de metro.
Los puentes y pasarelas urbanos permiten por lo tanto realizar cruces sobre elementos que de
alguna forma suponen una línea divisoria que fractura la ciudad. En el presente artículo se
presentan una serie de situaciones más o menos típicas en la construcción de este tipo de obras y
cómo se han resuelto en cada caso indicando la influencia de estas construcciones en las
poblaciones o ciudades en las que se realizan, así como la estrategia de proyecto empleada en
cada caso.

Atendiendo al material del que están hechos

Puentes de madera. Se pueden construir puentes de madera para soportar el tráfico de


peatones y ciclistas, así como el tráfico por carretera. Los avances en el desarrollo de materiales
de madera y los métodos de construcción significan que los puentes de madera ahora pueden
cumplir con todos los estándares necesarios para los puentes modernos. Los puentes de madera
a menudo son competitivos para tramos moderados, y se pueden construir para adaptarse a la
mayoría de los entornos.

Las estructuras de puentes son un excelente ejemplo del potencial técnico y económico que
ofrece la técnica de construcción en madera. Con la técnica ahora tan bien establecida, los
puentes de madera son una opción altamente competitiva tanto para puentes peatonales como
para puentes de carretera. La prefabricación en una fábrica reduce el trabajo en el sitio a un
único elevador de instalación. Un puente de madera se puede prefabricar, transportar e instalar
en el sitio en secciones que están prácticamente completas, con solo el pavimento de la carretera
para agregar. Además de reducir la dependencia del acceso a la mano de obra en el sitio, la
instalación real de la plataforma es mucho más rápida que para otras alternativas de
construcción. La competitividad de los puentes de madera aumentaría aún más, si los proyectos
tuvieran en cuenta completamente el costo de las interrupciones en el tráfico que se producen al
construir puentes de carretera, como viaductos de autopistas.
Puentes de piedra. Los puentes de piedra son muy resistentes, duraderos y perdurables, a
pesar de que hoy en día su construcción resulta muy costosa. Los cuidados de mantenimiento
que necesitan son pocos, pues las piedras son muy resistentes a las incidencias climatológicas.

Los puentes de piedra más antiguos fueron levantados por los Egipcios del Imperio antiguo.
Pero los grandes constructores de esta clase de puentes fueron los romanos.
Para levantar los bloques utilizaban grúas, manejadas por los esclavos, que se encontraban en
una rueda. Las piedras eran extraídas en canteras cercanas, donde cuadrillas de especializados
canteros se encargaban de tallar a través de cinceles los sillares.

Puentes de hierro. Los puentes de hierro fueron iniciados a principios del siglo XIX
paralelamente la fundición, el empleo del hierro se desarrolló rápidamente. El hierro era más
caro que la fundición, al exigir más trabajo de elaboración, pero poseía una resistencia a la
tracción muy superior al de fundición. De este modo, los constructores disponían por primera
vez de un material que permitía realizar los tres grandes tipos de puentes: puentes suspendidos,
puentes de vigas y los puentes de arco. Los primeros puentes construidos gracias al hierro
fueron los puentes colgantes, fue la invención de las cadenas articuladas formadas por barras de
hierro articuladas, patentadas en 1817 por Brown en Inglaterra, la que permitió pasar de un
golpe a luces mucho mayores. Mediante transcurrió el tiempo y se fueron mejorando las
técnicas se empezó a utilizar el cable formado por hilos de hierro, el cual dio las propiedades
necesarias para la construcción de puentes con luces considerablemente largas. Hacia 1830, la
producción industrial del hierro se desarrolló para la fabricación de calderas, el nuevo material
fue utilizado en Europa, en forma de vigas de alma llena, para la construcción de alguno de los
puentes de ferrocarril. El hierro también se prestaba para la construcción de puentes de arco. A
pesar de su mayor precio, fue sustituyendo progresivamente a la fundición a causa de sus
mejores características. Los grandes arcos de hierro aportaron una solución económica y muy
espectacular para salvar a gran altura valles profundos y ríos anchos en los que las cimbras
resultaban muy difíciles y costosas.
Puentes de hormigón y acero. Los primeros pasos del concreto se remontan al siglo III A. de
C. Los romanos utilizaban ya conglomerantes hidráulicos: morteros de cal e incluso, para ciertas
construcciones, cal hidráulica. Pero fue hasta que se dispuso de cemento y hierro, y varios
inventores tuvieron la idea de sumergir elementos metálicos en mortero plástico, con esto, se
inventó el concreto reforzado. A partir de 1906, la construcción de los puentes de concreto
reforzado se desarrolló ampliamente, siguiendo básicamente los tres grandes tipos empleados
desde las primeras realizaciones: la losa, la viga y el arco.

Durante muchos años las barras de acero eran lisas, pero gracias a una serie de ensayos, se
comprobó que la adherencia entre el acero y el concreto, uno de los mecanismos básicos para
que el concreto reforzado funcione, mejoraba Significativamente haciendo las barras
corrugadas, es decir, con resaltos transversales, y así son las barras actuales. Mientras se
desarrollaba la tecnología del concreto reforzado, empezaron a construirse estructuras complejas
con este material. Al principio, únicamente losas planas de 10mts., de claro máximo y,
posteriormente, losas sobre varias nervaduras hasta de 15mts., de claro. Para claros mayores se
seguía recurriendo al acero estructural. Sin embargo, pronto se observó que el concreto era un
material mucho más económico que el acero, porque se fabricaba al pie de la obra con
elementos locales. Pero no sólo esta característica ha hecho del concreto un material
sobresaliente en la construcción de puentes, sino también, se le añaden las estupendas
propiedades mecánicas y la gran durabilidad que tiene, con un mantenimiento mucho menor al
de un puente de acero.

Puentes de viga. Un puente viga es aquel cuyos vanos (luz) son soportados por vigas. Este tipo
de puentes deriva directamente del puente tronco. Se construyen con madera, acero u hormigón
(armado, pretensado o postensado).
Se emplean vigas en forma de caja hueca, etcétera. Como su antecesor, este puente es
estructuralmente el más simple de todos los puentes. Se utilizan en vanos cortos e intermedios
(con hormigón pretensado). Un uso muy típico es en las pasarelas peatonal es sobre autovías.
Puentes de arco sobre tablero. Un puente en arco es un puente con apoyos situados en los
extremos de la luz a salvar, entre los cuales se dispone una estructura con forma de arco con la
que se transmiten las cargas. El tablero puede estar apoyado o colgado de esta estructura
principal, dando origen a distintos tipos de puentes arco en función de la posición relativa del
tablero respecto al arco.

Los puentes en arco trabajan transfiriendo el peso propio del puente y las sobrecargas de uso
hacia los apoyos mediante la compresión del arco, donde se transforman en un empuje
horizontal y una carga vertical. Normalmente la esbeltez del arco (relación entre la flecha
máxima y la luz) es alta, haciendo que los esfuerzos horizontales sean mucho mayores que los
verticales. Por este motivo son adecuados en sitios donde las cimentaciones de los apoyos son
capaces de proporcionar una buena resistencia al empuje horizontal.

Cuando la distancia a salvar es grande pueden estar hechos con una serie de arcos, aunque lo
habitual en la actualidad es utilizar otras estructuras más económicas. Los antiguos romanos ya
planeaban estructuras con múltiples arcos para construir puentes y acueductos.

Este tipo de puentes fueron inventados por los antiguos griegos, quienes los construyeron en
piedra. Más tarde los romanos usaron cemento en sus puentes de arco. Algunos de aquellos
antiguos puentes siguen estando en pie. Los romanos usaron solamente puentes de arco de
medio punto, pero se pueden construir puentes más largos y esbeltos mediante figuras elípticas
o de catenaria invertida.

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