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Alcances y límites del proyecto vanguardista de Hora Zero

Luis Fernando Chueca

Introducción FUNCIÓN DE UNA REVISTA DE VANGUARDIA


Las revistas de corto tiraje cuando asumen una función,
n 1970, en varios de los manifiestos iniciales de Hora un papel histórico influyen en el desenvolvimiento de
Zero, Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruiz, sus las ideas y en el mejoramiento del mundo mucho más
E fundadores, se referían a la, para entonces, reciente que bibliotecas enteras, libros y revistas de corto y
experiencia de su movimiento, asociándola explícitamente numeroso tiraje que sólo sirven para la preservación
al espíritu y al accionar de las vanguardias. Así, por ejemplo, de lo establecido (15).
en “Destruir para construir”, texto que abre Kenacort y
Valium 10, primer poemario de Pimentel, señalan que Además, gran cantidad de otras declaraciones de esos
momentos, como las contenidas en el más emblemático y
Este libro no está escrito para agradar sino para difundido de sus manifiestos, “Palabras urgentes”, aunque
desagradar. Su misión: Propiciar, motivar, promover. no presentan explícitas referencias a actitudes
PROPICIAR al hombre nuevo, al creador en su vida y en vanguardistas, corresponden a un ánimo que Pimentel (en
su obra paralelamente. sus respuestas a una entrevista de Wolfgang Luchting) sintetizó
MOTIVAR a la creación en todos los campos del arte. retomando el conocido lema con que Breton caracterizó el
MOTIVAR a las juventudes, formar el libro como timbre estro surrealista: “‘Hora Zero’ es una actitud consciente y
de alarma, formar revistas de vanguardia. MOTIVAR la creadora ante la vida que quiere: (Contestaré con dos frases)
honestidad, la libertad, la no conciliación, ser libres, ‘Hay que transformar el mundo’ (Marx). Y la segunda: ‘Hay
llevar la sangre y el sudor símbolos del hombre vivo, del que cambiar la vida’ (Rimbaud)” (Luchting: 286).
creador (Pimentel 1970: 5-6).
Desde estas tempranas declaraciones hasta la
En ese mismo volumen, en “Nosotros tenemos la razón” relativamente reciente publicación en Venezuela de la
(firmado, sin especificación de autores, por el “Movimiento antología Hora Zero, la última vanguardia latinoamericana
Hora Zero”) apuntaban, entre las explicaciones de sus de poesía (Mora 2000), pasando por la autodesignación
propuestas, la del movimiento, en el manifiesto “Contragolpe al viento”

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(1978), como “vanguardia —en el campo de la cultura— en Kenacort y Valium 10— de nombres como los de Pablo
del proletariado, campesinado y todas las capas oprimidas Guevara, Leoncio Bueno, Sebastián Salazar Bondy, César
del pueblo peruano”1, los mentores de HZ, en una u otra Moro, Manuel Velásquez Rojas, Juan Bullita, Rodolfo
de sus etapas2, han mantenido esta convicción, aunque, Hinostroza y Carlos Henderson, cuyos trabajos debían
valgan verdades, sin explicitar cabalmente los motivos que estar comprendidos, a juzgar por la generalización de
a ella conducen y sus implicancias. El término aparece, “Palabras urgentes”, a ese “leve intento de escribir poesía
en consecuencia, unas veces más ligado a una concepción efectista a consecuencia de masturbaciones mentales,
estratégica al interior de la izquierda peruana3 y otras, de lucubraciones, de gritos histéricos o cosquillas para
más cercano a sus usos dentro de la teoría y la crítica del contentar a los burgueses al momento de la digestión”
arte y la literatura. El propósito de este trabajo es, en que caracterizó, según Ramírez Ruiz y Pimentel, a las
este sentido, intentar una revisión de los alcances y los promociones anteriores a la de HZ6.
límites de tal postura.
Si bien toda la poesía peruana contemporánea
Hora Zero en el proceso de modernización caía bajo su severo escrutinio, entre los ataques más duros
estaban los dirigidos hacia los poetas del 60: los “nuevos”
poética 60/70
—mencionados así en explícita alusión a la antología
preparada por Leonidas Cevallos en 1967 7—, catalogados
Cuando en las páginas del primer número de la revista
por Pimentel y Ramírez Ruiz como “tuertos entre ciegos”,
Hora Zero, en 1970, se leyó el manifiesto “Palabras
“que hoy forman parte de los viejos”. El virulento parricidio
urgentes”, causaron revuelo frases como “La poesía en
(aunque sería más apropiado decir “fratricidio”, puesto
el Perú después de Vallejo sólo ha sido un hábil remedo,
que las diferencias de edad eran mínimas8) puede resultar
trasplante de otras literaturas” (Pimentel 1970: 10) o “Todo comprensible, pues “los nuevos” estaban ya cómodamente
esto nos lleva a una conclusión: ellos no escribieron nada instalados como la joven y nueva poesía peruana 9. Los
auténtico, no emprendieron ninguna investigación, no voceros de HZ declararon su negativa a repetir los modelos
descubrieron ni renovaron nada. No hubo creación” (11). prestigiados por la academia sesentista; además entendían
En su evaluación de la poesía peruana, los adalides del que, de hacerlo, se habrían visto limitados, por “extracción
grupo rescataron, además de Vallejo, a Javier Heraud de clase” (clase media empobrecida o sectores migrantes
(“entregó convincentes muestras de un talento en pleno emergentes, en general), espíritu antiuniversitario y
despegue. Un creador auténtico detenido por la violencia mayoritaria procedencia geográfica provinciana 10 , a un
irracional e injusta del sistema”; 11)4, y se autopropusieron lugar de cola en el ómnibus poético nacional. Al respecto,
como lo verdaderamente nuevo: los agentes de una Pimentel ha señalado que hacerse poeta antes de HZ “era
creación absoluta que permitiría, por fin, contrarrestar como entrar al Club Nacional. Hasta que aparece Hora
“la debacle de la poesía peruana contemporánea” (12). Zero, manda al diablo a todo el mundo, les hace un
Tal severidad frente a quienes los precedieron contrasta, manifiesto y todo eso termina […] Antes de Hora Zero
sin embargo, con las declaraciones de otros conspicuos había 20 poetas, nada más. Después de nosotros salieron
integrantes de HZ, como Enrique Verástegui, quien nunca 800,000” (Pollarollo: 52), y Ramírez Ruiz afirmó, en una
ha dejado de reconocer el valor de muchos de los poetas entrevista con Wolfgang Luchting, que el Perú era “un
peruanos denostados por los documentos iniciales del país donde la cultura tenía (tiene) propietarios. Y los
grupo 5 , e incluso contrasta (se contradice, sería más intelectuales participan de la repartición mutua de flores.
apropiado) con la aparición en “El continente más grande” Todo esto convirtió este país en una zona de desastre.
—suerte de extensísima dedicatoria que Pimentel incluye Alguien tenía que decir todo eso. Y entonces escribí

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‘Palabras urgentes’” (293-294). Esto obliga a preguntarse su incorporación en 1977. En ambos —“¿Veinte años no
si las declaraciones y gestos vanguardistas de HZ fueron, son nada?”, que apareció al inicio de la edición de
sobre todo, ingredientes de una estrategia de Periolibros dedicada al grupo en 1990 (Mora 1990: 4-6) y
cuestionamiento radical de la institución, para, de lograr “Hora Zero, Año 21” (Mora 1991: 103-106), publicado un
su objetivo, instalarse luego en el campo literario (como año después—, el autor intenta una sistematización del
efectivamente ocurrió), o si, más bien, como afirman sus significado de HZ luego de transcurridas sus dos etapas
documentos, partieron de la convicción de una de actividad pública colectiva11. En el primero de estos
incompatibilidad insalvable con un modelo institucional balances “de parte”, Mora menciona que:
impermeable a las nuevas modulaciones que ellos
pretendían, por lo que sólo restaba una actitud de fuerza. HZ democratizó la poesía […] dándole un contenido plural
y no dejando espacio para la intermediación de la voz
Prefiérase la respuesta que se prefiera (o una individual del poeta (que ya había abusado de la misma
combinación de ambas), es innegable que el papel en toda la poesía anterior). Buscaba más bien sustituirla
cumplido por HZ, desde su iracunda presentación, no ha por la del hablante, en un contexto y tiempo enfáticos
sido, en absoluto, desdeñable. Para su revisión, es útil que operaban como referentes imprescindibles para
tomar en cuenta dos textos de Tulio Mora, quien, como hacer trascender ese momento, en apariencia in-
quedó dicho, es el más notorio portavoz del grupo desde significante” (1990: 5).

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El fragmento se corresponde con lo que, dicho de un radicalizaciones en los caminos diseñados ocurren todo
modo más virulento en 1970 (y sin pretender una el tiempo; pero se suman, en general, a lo hecho por las
inimaginable ausencia de la intermediación de la voz del promociones anteriores. Sólo en algunos momentos es
poeta, que por lo demás, resulta muy notoria en gran posible ubicar las grandes rupturas, y tampoco éstas
parte de la poesía de HZ), habían defendido Pimentel y significan un absoluto borrón y cuenta nueva. A pesar de
Ramírez Ruiz al hablar de una poesía viva, que contuviera la fuerza de “la tradición de la ruptura” (como la llamó
“todo lo que late y se agita” (Pimentel 1970: 13) o “que Octavio Paz) en la modernidad poética occidental,
está metida dentro, caminando por las calles, indagando deberían recordar los poetas que no ser parte de esos
viendo y viviendo los problemas comunes” (17). Esto, momentos de ruptura radical no tiene por qué ser motivo
junto con su indesligable complemento: el poema de menoscabo o de vergüenza, aunque, eso sí, debilita la
integral, el segundo gran aporte de HZ según Mora (1990: imagen fundacional, de cuño típicamente vanguardista,
6)12 , exige, pues, la revisión del asunto del sujeto poético: que muchas veces se pretende autodiseñar.
¿de quién es la voz o voces que habla(n) en los poemas?
¿Es el Poeta, con mayúscula, amo y señor de la palabra? En este sentido, es interesante recordar que en
¿O es el hombre común diseñado como personaje: un la propuesta de periodificación de Aberto Escobar en su
individuo cualquiera que reivindica (vía las estrategias Antología de la poesía peruana (Tomo II), señala “que con
de escritura del autor) su derecho a la expresión, el la década del 60 empieza un nuevo ciclo en la evolución
hombre de la calle que se atreve a alzar la voz y exige de nuestra poesía y del país” (1973: 7). Al lado de las razones
que lo escuchen? Las respuestas son claras; pero mientras sociales, políticas e ideológicas, que no son pocas, están
que en los documentos iniciales del grupo los jóvenes también las más estrictamente vinculadas con la serie
se p resentab an como los i niciad ores d e esta s literaria, que tienen que ver con la configuración del
posibilidades en el Perú, Mora, más serenamente, “nuevo” lenguaje:
reconoce aportes recibidos de los poetas del 60 (liquidar
la inexistente dicotomía poetas puros/poetas sociales, El deslinde es obvio en lo que se refiere a normas de
desarrollar una poesía narrativa y descriptiva e introducir lenguaje, a patrones estróficos, a la predilección por el
la tradición anglosajona como renovación de nuestras poema como secuencia desenvuelta tras un discurso
formas poéticas; 1990: 5), aunque se encarga de señalar totalizador, a la intelectualización creciente del
también las limitaciones que observa: sobre todo la gran instrumento lingüístico y a la factura de los símbolos, y
empatía de estos con la tradición occidental, es decir, al abandono paulatino de las premisas que sostenía la
su cosmopolitismo, que impidió mirar el Perú como estética de sus antecesores. Los recelos teóricos
“otredad” (5) y, en un sentido cercano, “el purismo en acerca de la norma urbana y sus niveles coloquiales, las
la versión que había introducido la generación de los vacilaciones ante la impronta nativa o internacional,
60” (1991: 105). frente a lo hispánico y a la literatura en otras lenguas,
ante la poesía pura y social, y finalmente, las supuestas
En estas declaraciones, Mora evidentemente está opciones entre simbolismo y realismo, se desvanecen
aceptando un parentesco, aunque relativo, entre los en el inventario personal —y de grupo— de los autores
lenguajes hegemónicos del 60 y el 70 13 . Esto invita a que están representados en este volumen” (Escobar:
recordar que, aunque los protagonistas de cada período 9-10).
defenderán muchas veces la posición contraria, la poesía
no cambia (no puede cambiar) completamente (léase: no Simplificando, aunque con cierto provecho, podemos
es nueva) cada década 14 . Cambios, inflexiones o apuntar que Escobar está aludiendo a la canonización y

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hegemonía, en nuestra poesía, del “decir conversacional”, pues, asistimos, por el papel cumplido principalmente (pero
que cubre el tiempo que va de los 60 a, cuando menos, no únicamente) por HZ, a lo que se puede identificar como
los ochenta15. Vale recordar que la poesía conversacional una radicalización de lo coloquial y no a una radical ruptura
o coloquial se consolida como línea maestra de la poesía frente a la poética de los 60. La evidencia de que el nuevo
en la Hispanoamérica de los 60 gracias al encuentro de escenario fue parte de un proceso mayor iniciado en la
las corrientes que, de modo emblemático, representan década previa puede encontrarse, por ejemplo (y en esta
Ernesto Cardenal (continuador de las exploraciones que rápida revisión incluyo tanto a poetas de Hora Zero como
desde los años 20 realizó el grupo de poetas —muy a otros que no lo son), en los inocultables parentescos
interesados en la poesía inglesa y angloamericana— llamado entre Verástegui e Hinostroza (montaje poético, collage,
por José Emilio Pacheco “la otra vanguardia”; Pacheco cosmopolitismo); entre Mora (sobre todo en Cementerio
1979) y el antipoeta Nicanor Parra. Y hay que recordar, general) y Cillóniz con el Cisneros de Comentarios reales
también, que esta línea se caracteriza centralmente, como (1965); entre la jerga de Manuel Morales, Pimentel y Ramírez
ha apuntado Antonio Cornejo Polar, por “la ruptura del Ruiz y la norma barrial de Luis Hernández; entre la concisión
enclaustramiento del lenguaje intrínsecamente poético”, de Watanabe y la de Marco Martos, y en alguna medida
que trae como correlato que entre la geografía urbana de los 70 y la Ciudad de Lima
(1968) de Lauer; así mismo se puede detectar en cierto
el sujeto lírico pierde, con este hecho, su identificación tono beatnik compartido por algunos poetas de ambas
social. En otros términos, no puede seguir afirmando su décadas, en el interés por el versículo, la mirada del mundo
identidad como agente especializado de ciertos códigos desde lo cotidiano, la composición poundiana u olsoniana
de uso restringido, consensualmente adscritos al de los versos, en el ánimo antipoético, entre otras
universo de la alta cultura, y su competencia lingüística, características16. Estas constataciones no excluyen, sin
antes diferenciadora y jerarquizante, parece sumergirse embargo, la necesaria atención a las modificaciones
en la común aptitud de los hablantes de una lengua introducidas por los novísimos del 70: el vitalismo y la
determinada (1980: 202) vocación exteriorista, la búsqueda del poema integral, la
apuesta colectiva por el lenguaje de la calle, la atención a
y que, además, como ha anotado Rodrigo Quijano, este las voces diversas del castellano peruano, la
“acercamiento a la oralidad, a los rasgos de la coloquialidad despreocupación por la belleza y la perfección formal; que
del lenguaje” se consolida, también, como un intento de significaron, definitivamente, importantes ampliaciones del
vinculación por parte de la progresista ciudad letrada de metatexto vigente en nuestra poesía.
los 60 “con lo real social emergente” (1999: 35).
“Personajes de clase media baja limeña,
En el Perú, la consolidación de lo conversacional provincianos recién llegados, marginales, anónimos,
se produce con el eje que representan Cisneros, aparecieron por primera vez a través de esta poética que
Hinostroza, Lauer y Hernández, entre los más importantes. desdeñaba las leyes, en apariencia sagradas, más
Cierta “dependencia de algunos notables del 60 hacia los elementales de nuestra poesía”, añade Tulio Mora en su
modelos anglosajones de tratamiento poético”, como balance del 2000 (5). Esta afirmación debe matizarse
señalan Mazzotti y Zapata, “fue uno de los argumentos recordando que, si bien los personajes subalternos no
que llevó a los poetas del Movimiento Hora Zero a declarar habían llegado a consolidar una línea de clara continuidad
en 1970 que la poesía peruana estaba hecha básicamente hasta antes de los 70, ya habían aparecido (como también
de traducciones, y que hacía falta el nacimiento de una las corresp ond ientes exploraciones de registros
poesía verdaderamente [..] peruana” (1995: 14). En los 70, lingüísticos diferenciados): en las Baladas peruanas de

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González Prada, en Vallejo o más cercanamente incluso botellas vienen”, respectivamente, ni como el sargento
en Carlos Germán Belli, como recuerdan Mazzotti y Zapata Pedro Sifuentes Calderón del “Lamento del sargento de
(24-26); entre “los nuevos”, por su parte, los Comentarios Aguas Verdes” de Pimentel, sino de sujetos de barrio de
reales de Cisneros y ciertos poemas de Cuaderno de quejas clase media; pero la veta inaugurada (la de la jerga
y contentamientos de Marco Martos (para mencionar callejera), que no es en Hernández flor de un día, no
únicamente un par de libros publicados antes de la puede desconocerse. También es importante revisar
aparición de HZ) son claves en esta misma dirección. textos como “Contra biaba” o algunos otros de Cuadernos
de quejas y contentamientos (1969), de Marco Martos, o
Para marcar la distancia entre las dos promociones ciertos poemas de Poesía de clase (1968), de Arturo
en cuanto a las representaciones de personajes Corcuera (“Aquí en el aire” o “Como otros tantos”, por
subalternos, ha sido siempre efectivo el contraste entre ejemplo), para mencionar sólo poetas de los 60, a fin de
“Crónica de Lima” de Cisneros (1968), cuando en tercera tener una imagen más amplia de los pasos dados en la
persona menciona a “los Bárbaros del Sur y del Oriente”, gestación de algunos de los procedimientos lingüísticos
y algún poema de los miembros de HZ que aborde el tema característicos en la poesía de HZ y los 70. Con todo, es
de la migración a la ciudad; por ejemplo, “A eso de las 5 indudable que la poesía del 70 (y la de HZ en particular)
p.m. de este mi primer invierno en Lima”, de José Cerna, permitió la consolidación de la presencia de personajes
en que la experiencia migratoria es referida en primera subalternos como parte de una poética colectiva (con lo
persona. Esta impresión, sin embargo, se atenúa si se coteja que esto supone, a su vez, de institucionalización de su
este último poema con “Lima”, de Marco Martos (1965), estatuto en el discurso poético nacional) y de los registros
pues el sentimiento de desazón y de soledad frente a una lingüísticos capaces de representarlos eficazmente (el
ciudad ajena que no termina de incorporar a los hablantes “lenguaje vivo de las calles”)17.
poéticos es similar en ambos poemas (más allá de la voluntad
marcadamente descriptiva del poema de Cerna frente al Para concluir esta revisión, vale la pena comentar
mayor control expresivo de Martos). la manera como Mora cierra los dos balances mencionados.
En un caso, señala que la de HZ “Es una poesía del futuro,
El poema de Cerna también es apropiado para notar de un proyecto nacional que está latente en las grandes
que la mencionada radicalización del lenguaje mayorías […] y que se plasmará cuando esta época
conversacional por parte de HZ no siempre se resuelve apocalíptica haya cedido paso a otra más justa” (1990: 6);
en el uso desfachatado del “lenguaje de la calle”. Por en el segundo, anota que “Hora Zero sigue siendo la única
otra parte, ya en alguna oportunidad he recordado voz que se reconoce en la pulsación de estos años
(Chueca 2006: 73-74) que el mentadísimo “Ezra Pound: terribles” (1991: 106). Estas autoelogiosas declaraciones
cenizas y cilicio” de Luis Hernández (Las constelaciones, se conectan con la de Pimentel, cuando en 1995 afirmaba
1965) es anterior a la aparición de los más decidores textos que “en el 2000 habrá un replanteamiento total de la
del 70, incluso a los Poemas de entrecasa de Manuel poesía peruana. Ahí se verá cuáles son las poéticas que
Morales, premiados en 1967 y publicados en 1969. Es cierto pasarán al nuevo siglo” (Pimentel 1995: 93), que, a su vez,
que no se trata, en el caso de este poema de Hernández, coincide con el ánimo del mismo Pimentel, en 1971, al
de personajes populares o marginales, como lo son el desafiar a Cisneros a un duelo poético del cual “solamente
sordomudo Jack Quintanilla o el “amigo napolitano” de una poesía saldría manteniendo su validez histórica”
los poemas “Réquiem para el sordomudo Jack Quintanilla (Oviedo: 143). Todo esto se corresponde también con la
que dejó la vida tirada sobre los asfaltos (Historia de ya mencionada autodenominación de HZ, en 1978, como
choborras)” y “Al amigo napolitano entre botellas van y vanguardia cultural del proletariado 18 y con la auroral

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autoidentificación del movimiento como el llamado a de un autor o un grupo poético enmarcado en los estrechos
“culminar una etapa lamentable y para inaugurar otra más límites de nuestra institucionalidad literaria letrada (incluso
justa, más luminosa” (Pimentel 1970: 13). Detrás de todas después de las importantes ampliaciones de los últimos 30
estas declaraciones, aunque corresponden, dentro del o 40 años) resulta casi imposible21, pues la lectoría (o el
propio proceso de HZ, a marcos de compresión distintos auditorio) y las articulaciones entre los autores y los
con relación al papel que cumple la poesía —como veremos sectores subalternos fueron y siguen siendo
luego—, late un mismo ánimo: declararse como la verdadera escandalosamente restringidas. Ello no obsta, sin embargo,
poesía, la que auténticamente corresponde a un país como para reconocer que muchos poemas incorporan elementos
el nuestro, la única —entre las actuales— que representa de las culturas populares e incluso tocan fibras capaces
cabalmente al pueblo del Perú. Es por declaraciones como de representar a los sectores subalternos —sobre todo
estas que el accionar de HZ ha sido en muchas urbanos— del país. Esto es válido, por supuesto, también
oportunidades calificado de populista. para HZ22.

A pesar de que el término populismo es utilizado Con relación a estas dinámicas de representación,
tan amplia y diversamente como categoría de análisis político se puede reconocer, en líneas generales, que en la
y social (Ernesto Laclau ha señalado que “la claridad propuesta horazeriana de captar la vida de las calles (o del
conceptual […] está visiblemente ausente de este campo”; país) e introducirla en el poema existen cuando menos dos
2005: 15), es posible reconocer que, en la lectura crítica de niveles: en el primero se presentan, sobre todo, personajes
HZ, se ha concebido por lo general que, en lo que jóvenes migrantes provincianos en la ciudad o miembros
corresponde el espacio literario, “El hecho que define al de una pequeña burguesía empobrecida o amenazada por
discurso populista es que un sujeto de escritura representa las dificultadas cotidianas de supervivencia, o unos y otros
artística y políticamente a otro objeto de representación en los avatares de su vida cotidiana. En estos textos, en
tal como ocurre en el nacionalismo o indigenismo” (Zevallos que el uso de registro coloquial de las calles de Lima es
1996: 320) o, también, se ha aludido a la distancia entre notorio, se propone o se permite una fácil identificación
popular y populista 19 . Desde cualquiera de estas dos del poeta (biográficamente y en tanto instancia
posibilidades, y con la perspectiva que da el tiempo organizadora de los textos) con sus personajes, pues
transcurrido desde la aparición de HZ en la escena literaria comparten muchos de sus rasgos básicos. Es el caso, para
peruana, se puede señalar que los manifiestos y mencionar ejemplos conocidos, de “Balada para un caballo”,
declaraciones oficiales u oficiosas de sus miembros más Palomino. Poemas o Tromba de agosto de Pimentel, de Un
representativos adolecen de populismo: siendo parte, en par de vueltas por la realidad de Ramírez Ruiz, o buena
general, de las clases medias (empobrecidas o emergentes) parte de En los extramuros del mundo de Verástegui.
se nombraron representantes del proletariado sin que, en
realidad, existieran niveles de articulación y acción colectiva En el segundo nivel, el hablante del poema (claro
suficientes que sustenten su condición de vanguardia en el representante de la voz autoral) habla no tanto de su
movimiento popular20; siendo indudablemente un proyecto vida y su tránsito cotidiano, sino que expresa su mirada y
poético válido, se declaran, sin embargo, (prácticamente) su comprensión de la ciudad y del país (y de la poesía en
el único vigente: la poesía que verdaderamente puede el sociedad); esto puede involucrar un alto componente
representar a las mayorías del Perú actual. reflexivo, aunque no necesariamente. Es el caso de
algunos poemas de En los extramuros del mundo de
En cuanto a la creación poética, evaluar la Verástegui, como “Salmo” o “Si te quedas en mi país”, o
condición de popular (en el sentido señalado) del trabajo de Oración frente a un plato de col de Mora. Aunque la

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distinción entre los dos niveles no puede ser tajante, importante sobre la que se podría decir que logra diseñar
pues con mucha frecuencia ambos están presentes en un sujeto poético cuya sensibilidad resulta, en el plano
un mismo texto, con la propuesta se puede tener una textual, verosímilmente popular, más que populista.
idea de algunos de los más característicos procedimientos
de representación en la poesía de HZ. Para uno u otro Alcances y límites del proyecto
resulta válida, en general, la afirmación de Zevallos con vanguardista de Hora Zero
relación a que “la autorrepresentación del habla,
sensibilidad, valores y vicisitudes del sujeto de escritura
Lo señalado hasta aquí permite organizar algunas reflexiones
es prioritaria. Por eso no es muy correcto llamar ‘populista’
generales sobre el carácter vanguardista de la poesía y la
a este discurso” (1996: 320)23.
actividad de HZ. Algunos estudiosos de las vanguardias
históricas de las décadas iniciales del siglo XX han
Un nivel distinto a los mencionados podría identificado como uno de los puntos de partida de éstas
ejemplificarse con un poema como “El lamento del su desconfianza frente a las posibilidades del lenguaje para
sargento de Aguas Verdes” de Pimentel, en que el sujeto asir la realidad, cuyo estatuto ontológico también queda
poético es presentado como representante de los cuestionado: “La realidad existe, pero su naturaleza es
subalternos, al hablar en primera persona de sí mismo tal, en su simultaneidad, que se presenta como inaccesible
como un personaje de las clases populares o un marginal. a las formas simbólicas ordinarias” (Jara 1986: 57). Se hace
Si bien este no ha sido tan común en el desarrollo de la necesario, por ello, un nuevo lenguaje, “la creación de
poética horazeriana24, representa una posibilidad
otros niveles de sintaxis y significación. Para hacerlo, el

HZ en 1981. Foto tomada de Hora Zero. Periolibros, Página Libre: 1990

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vanguardista recurrirá a los componentes físicos y simultaneidad del discurso, las posibilidades del humor y la
semánticos del idioma” (58). En este camino, sin embargo, desfachatez, el antilirismo, así como los diálogos con la
pueden reconocerse actitudes diferenciadas: hipervitales historia y los aportes de las ciencias sociales o la exploración
o hiperartísticas, según la útil distinción propuesta por de lo cotidiano.
Fernández Moreno: “una se dirige hacia la vida y la otra se
preocupa especialmente por el arte, ambas de una manera Por otro lado, el característico hipervitalismo de
excluyente y exagerada” (1973: 56). Los hipervitales buscan HZ tampoco debe llevarnos a suponer que la investigación
“descubrir la verdad que se oculta tras un disfraz” (58). La lingüística se detuvo en la pretendida desnudez del
segunda posibilidad, por su parte, se acerca más a la ruptura “lenguaje vivo de las calles”. Basta citar Vida perpetua de
del contrato mimético, que es, para algunos, la característica Ramírez Ruiz (1978)27 o Monte de goce de Verástegui (1991,
más marcada de las literaturas de vanguardia25. Pero en ambas pero escrito, según declaración de su autor, en 1974)
vertientes lo que está en juego es la necesidad de una para tener una idea de que el experimentalismo
nueva aproximación a lo real: “la pretensión de unir vida y (¿hiperartístico?) de ambos autores es tal, que llega, por
arte”, en palabras de Octavio Paz (1985: 88). Los movimientos momentos, a los bordes de un hermetismo lindante incluso
neovanguardistas apuntan en una dirección semejante y en con la incomunicación. Por su parte, Pimentel, el
ellos es posible también reconocer ambas actitudes. Aunque abanderado del vitalismo horazerista, es también un buen
no les corresponde ostentar como descubrimiento propio ejemplo de la preocupación por la experimentación con
lo ya develado por la vanguardia de los años 20, sus el lenguaje, como se observa con la desestructuración /
búsquedas, y sobre todo sus declaraciones, están signadas procreación sintáctica y léxica y la oralidad extrema
por un espíritu auroral que los lleva a señalar la caducidad (“descoyuntamiento”, anota Pablo Guevara en el prólogo)
de los lenguajes anteriores. de Tromba de Agosto (1992) o en el joyceano poema en
prosa de un sólo párrafo (a lo largo de 32 páginas) Primera
Esto es claro en HZ. Las modulaciones que alcanzó muchacha (1997, pero escrito, según declaración del autor,
y consolidó su lenguaje en los inicios de los 70 evidencian en 1974).
un espíritu de aventura empujado por “un intenso fervor,
propio de las épocas germinales, transformadoras, ávidas de Las reseñada radicalización del discurso coloquial,
originalidad” (Guillermo de Torre 1948: 23). Los poetas de cuyo efecto Mora califica —a partir del ingreso al poema
este grupo y sus más cercanos compañeros de ruta buscaron de lo que, en su argumento, corresponde al “Perú real”28 —
con ímpetu desbocado (con iracundia, dirán ellos mismos) ir como democratización de la poesía tuvo su complemento
más allá de lo planteado por la poética de lo conversacional en las reestructuraciones que se produjeron al interior
de los 60. Fundamentalmente vitalistas o hipervitales —para de la institución literaria nacional29, como consecuencia
seguir con el concepto de Fernández Moreno— se esforzaron del accionar de HZ y sus compañeros de ruta. Como quedó
por marcar su proyecto (la poética del poema integral) como anotado al inicio, la condición migrante, la extracción
una ruptura, basada fundamentalmente en la opción de social, la vinculación con la provincia, la no pertenencia
hacer una poesía de cara a la sociedad, tarea que sus a la academia, entre otros datos objetivos, suponían para
antecesores, supuestamente, no habían querido o podido estos poetas una desfavorable situación a la hora de
asumir. La radicalización, sin embargo, no llega a ser suficiente enfrentar sus textos a la evaluación de la crítica. Y sin
como para desconocer que el proceso de ruptura en embargo, cuando en 1973 Oviedo publicó Estos 13, a pesar
nuestros predios se había iniciado, como quedó señalado, de ciertas anotaciones indudablemente descalificatorias
en los 60 (más precisamente hacia la mitad de la década26) (falta de autocrítica en la escritura, hipetrofia del yo del
con las indagaciones en la narratividad, la fragmentación y poeta, confusión ideológica, populismo, demagogia, mezcla

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de nacionalismo vagamente aprista y de extremismo de los setentistas con las estructuras del estado en el
izquierdista, etc.), el grupo consolidó su integración al marco del “primer grupo con pretensiones modernistas
sistema literario. El bullicio y la intensidad de su actividad en haber estado ligado al mundo oficial en una escena
grupal (otro aporte que menciona Mora en sus balances como la peruana” (1999: 40), lo que, a su vez, Peter Elmore
es en el sentido gremial de la actividad poética), les discute, pues considera que la explicación “le da visos
permitió irrumpir en la ciudad letrada para hacer suyos (y de estrategia vanguardista a lo que, en principio, sugiere
embanderar profusamente) terrenos hasta entonces casi un intento modesto y pragmático de cobijarse bajo el ala
no ocupados. Este posicionamiento obligó a un reacomodo del presupuesto estatal” (2000:149), está la opinión de
de la institución: la imagen del poeta, la idea que se tenía Tulio Mora, para quien HZ es una de las ondas expansivas
de poesía, el papel del espacio provinciano dentro de la de la tremenda fuerza social que había desatado el proceso
literatura peruana, las migraciones como tema y como reformista de los militares (1991: 106), pues “toda
fenómeno dinamizador de la sociedad y del campo literario, revolución (incluso la de opereta como la del general Juan
el tipo de circulación de los textos, entre otros temas Velasco Alvarado […]) implica un cambio de la palabra”
que exigieron inmediata atención y replanteamiento. (2000: 7). Al respecto vale decir que, aunque el proceso
velasquista difícilmente podría ser calificado como
Que la aparición de proyectos vanguardistas (y revolucionario, lo cierto es que sí provocó modificaciones
sus correlatos en la radicalización de las formas poéticas en la sensibilidad y en la percepción del país por parte
y en las transformaciones en la institución literaria) no de grandes sectores sociales. Las movilizaciones de
responde autónomamente a los procesos literarios, sino migrantes, las reformas populistas y el discurso y el efecto
que se produce en diálogo con los procesos sociales, es ant ioligárquicos del gobierno despertaron,
una verdad indiscutible. Así ocurrió con la vanguardia indudablemente, expectativas y optimismos. Por otra
histórica en Europa y así, incluso, opinan quienes plantean parte, la importancia e influencia de Cuba, todavía, en el
la validez de considerar a la vanguardia hispanoamericana mapa latinoamericano y el impacto de la revolución cultural
de los veinte como un proceso diferente (aunque, claro, china en la “nueva izquierda” nacional hicieron lo suyo.
muy vinculado) del europeo. El momento rupturista Se trata de un tiempo de juventudes altamente politizadas
consolidado los 60 en Hispanoamérica, por su parte, sería que confiaban en la revolución “a la vuelta de la esquina”32.
incomprensible si no tomáramos en cuenta los De esos ánimos de época —o de esa estructura de
acontecimientos más importantes (el mayor sea, quizá, la sentimiento, para usar la conocida expresión de Raymond
revolución cubana) ocurridos en esos años, que afectaron
Williams—, que no sólo corresponden a lo hecho por la
no sólo la esfera de lo público, sino también las
primera fase militar, se nutrió el optimismo de HZ33: para
sensibilidades. Luego, en el Perú, y al bordear los años
sus integrantes, cuyo diagnóstico del país y de la poesía
70, entre los varios hechos que merecen recordarse, el
no dejaba de denunciar el caos y la tragedia, todo era
que más se ha vinculado con el proyecto grupal que
posible, como lo evidencian sus manifiestos y la poesía de
venimos revisando ha sido el proceso velasquista iniciado
su primera etapa.
en 196830.

Frente a la crítica de Enrique Sánchez Hernani a De la revolución a la representación:


los integrantes de HZ por formar parte del “cerebro del manifiestos y declaraciones de Hora Zero
monstruo corporativo creado con el fin de atar tras el
carro militar al movimiento popular” (1981:21)31 y a la Hablar de los vínculos entre literatura y sociedad a
propuesta de Rodrigo Quijano de leer los vínculos de varios propósito de un proyecto vanguardista o neovanguardista


como el de HZ supone recordar, con Peter Bürger, que les enseñara que, en la ubicación que las instituciones
una de las definiciones esenciales de los movimientos oficiales le asignan al arte culto, éste no cumple ningún
históricos de vanguardia se basa en su enfrentamiento con papel gravitante en la transformación de la sociedad;
la institucionalidad artística34 que plantea la autonomía del puede pensarse que el desconcierto y la grave crisis de
arte: “un ataque al status del arte en la sociedad burguesa. buena parte de la izquierda luego del derrumbe del
No impugnan una expresión artística precedente (un estilo), llamado “socialismo real” en el mundo y de la aparición
sino la institución arte en su separación de la praxis vital de Sendero en el Perú los obligaron a abandonar esas
de los hombres” (Bürger 1997: 103). No buscan, por tanto, preocupaciones de su discurso 35 . Lo cierto es que,
integrar su arte en esa praxis vital, sino “organizar, a partir cuando, en la década de los noventa, los balances que
del arte, una nueva praxis vital” (104), es decir, la Mora (en su calidad de portavoz del movimiento) hace del
transformación de la sociedad. Los manifiestos iniciales de papel que le tocó cumplir a HZ, la idea de un rol social de
HZ expresan una intención semejante: se critica la la poesía prácticamente no aparece.
institucionalidad literaria, cuya organización es
consecuencia de la estructura social y de la dominación La relación arte-sociedad, por supuesto, sí se
internacional, y se propone el rol transformador de la menciona. Pero se ha pasado de la prédica de la revolución
poesía, que, dentro de esta perspectiva debe ser nueva, (en la que la poesía y los poetas tenían un rol de vanguardia)
es decir, expresar cabalmente su realidad, llegar a las masas a la constatación de que el gran aporte, vigente hasta la
y cambiarles el alma, de modo que caminen hacia la actualidad, del proyecto de HZ fue la representación:
revolución. El poeta, acorde también con la necesidad de “La fórmula “poesía = realidad” —odiada por los puristas y
acercar el arte a la vida, debe ser agente de transformación alabada en extremo por sus contrarios— sólo produce una
con su vida y con su obra. alquimia aceptable cuando cuaja desde sus más íntimos
componentes. El más importante de ellos es el lenguaje
Se ve con claridad que el objetivo central no se que va modificando sus contenidos al ritmo vertiginoso y
limitaba a cambiar la poesía (como manifestación artística), siempre cambiante de la historia” (Mora 1991: 104). La
ni siquiera a trastocar la institución (en ambos terrenos, poesía de HZ aparece ahora como la imagen que la
como hemos visto, el proyecto de HZ tuvo importantes sociedad (el sector lúcido, comprometido, reflexivo de la
resultados); el fin último de la aventura horazerista, tal sociedad) hace de sí misma. Su auténtico reflejo. “Hora
como se expresa en los documentos de su primera época, Zero sigue siendo la única voz que se reconoce en la
era la transformación de la sociedad: “Sabemos la pulsación de estos años terribles”, dice Tulio Mora y “Mi
dimensión de nuestros actos, sabemos nuestra dimensión poesía son los restos de todos los peruanos que están
de precursores de una época diferente, justa, luminosa, hablando”, apunta Pimentel en la presentación de Tromba
donde sea posible la realización plena del individuo” de agosto.
(Pimentel 1970: 6); “Se nos ha dado esta coyuntura
histórica para culminar una etapa lamentable y para La transformación ocurrida, explicable desde
inaugurar otra más justa, más luminosa” (13). Es claro que muchos ángulos, produce, pues, un trastocamiento de la
HZ, como las vanguardias históricas, no logró este percepción del proyecto de HZ como vanguardia. De
cometido. Y aunque no lo haya señalado expresamente, proponerse como vanguardia en un sentido que involucra
abandonó la idea del rol transformador del arte y la poesía. no sólo su quehacer artístico, sino, sobre todo, su relación
Puede decirse que es el efecto del paso de los años, que activa con la dinámica de los procesos sociales, HZ ha
provocan la pérdida del ímpetu y las utopías juveniles; pasado a imaginarse como una propuesta que actúa
puede ser que una mayor “lucidez” (léase escepticismo), fundamentalmente en el espacio literario, aunque claro

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que con los ojos puestos en el espacio social. Desde esta El Comercio
redefinición de su rol, HZ puede reconocer el importante 1991 “Oquendo: ‘Generación del 70 fue fratricida’”. Lima,
alcance que sus propuestas tuvieron (y tienen aún, es sábado 23 de noviembre.
cierto) en la poesía peruana, pero debe también Elmore, Peter
reconocer el estrechamiento de su carácter de proyecto 2000 “El poeta como desplazado: las palabras a la
vanguardista. Al menos, para citar sus propias palabras, intemperie”. En Hueso húmero 36: 147-155.
en “esta edad maldita” (Mora 1991: 106). Escobar, Alberto
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1973 Estos 13. Poemas / documentos. Lima, Mosca azul
editores.
Notas
Quijano, Rodrigo
1999 “El poeta como desplazado: palabras, plegarias y
1 Cito a partir de una cita (Sánchez Hernani 1981: 21), pues no
precariedad desde los márgenes”. En Hueso húmero 35.
he logrado consultar el texto en su versión íntegra.
diciembre: 34-57.
2 Imposible reconstruir aquí la historia de HZ desde su fundación
Pacheco, José Emilio
1979 “Notas sobre la otra vanguardia”. En Revista en 1970. Baste con decir que la primera etapa llega hasta
Iberoamericana 106-107: 327-334. 1973 y que contó, entre sus más conocidos integrantes,
Paz, Octavio además de Ramírez Ruiz y Pimentel, con Enrique Verástegui,
1985 Los hijos del limo / Vuelta. Colombia, La oveja Feliciano Mejía, Mario Luna, Jorge Nájar, y José Cerna, entre
negra. otros. En 1977, Pimentel retoma la aventura horazerista en
Pimentel, Jorge compañía de Verástegui, Jáuregui y Mejía, y se suman Carmen
1970 Kenacort y Valium 10. Lima, Ediciones del Movimiento Ollé y Tulio Mora, quien implícitamente asumió, a partir de su
Hora Zero. incorporación, el rol de vocero principal del grupo. Durante
Ramírez Ruiz, Juan 1981, participaron en HZ Róger Santiváñez y Dalmacia Ruiz
1971 Un par de vueltas por la realidad. Lima, Ediciones Rosas. La primera etapa se caracterizó, además, por la
del Movimiento Hora Zero. difusión nacional del proyecto horazeriano, lo que contribuyó
Ruiz Torres, Guillermo a su percepción como movimiento (HZ Chiclayo, HZ Pucallpa,
2006 “El fantasma del populismo”. En Intermezzo tropical
HZ Chimbote). En ambas etapas es posible registrar nuevos
4: 19-28.
ingresos así como renuncias, de tal modo que, por ejemplo,
Sánchez Hernani, Enrique
para el final de la primera fase, ya no integraban HZ
1981 Exclusión y permanencia de la palabra en Hora
Verástegui, Cerna ni Mejía. Con relación a las discrepancias
Zero: 10 años después. Lima, Ruray Editores.
y rupturas, la más notoria es, sin duda, la de Juan Ramírez
Soto, Mary
1991 “El habitante de la utopía. Entrevista al poeta Juan Ruiz, quien ha señalado en más de una oportunidad que la
Ramírez Ruiz”. En Revista de El Peruano. Lima, sábado 9 segunda etapa del grupo (a la que rehusó integrarse si
de marzo: C 24. mantenía el nombre original) no corresponde al espíritu
Watanabe, José fund aciona l d e H Z y que representa , má s b ien, “ la
2005 Las paradojas del lenguaje. Entrevista con José tergiversación y la consolidación de la involución” (Soto 1991:
Watanabe. En Ajos & zafiros 7: 69-85. 24). A propósito de su manifiesto de 1980 “Palabras urgentes
Wood, David (2)”, en que Ramírez Ruiz desarrollaba esta opinión y que
2005 De sabor nacional. El impacto de la cultura popular distribuyó con motivo de un recital de HZ en el Salón de Grados
en el Perú. Lima, IEP-BCR. de la Casona de la UNMSM, Paolo de Lima ha publicado “La

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 
Universidad de San Marcos, la Revolución y la ‘involución’ 8 Pimentel, por ejemplo, nacido en 1944 es mayor que el benjamín
ideológica del Movimiento ‘Hora Zero’. A veinticinco años de del 60, Mirko Lauer, nacido en el 47. Esto ya ha sido señalado
‘Palabras urgentes (2)’ de Juan Ramírez Ruiz” (De Lima, 2005). por Oviedo —en el prólogo de Estos trece, la célebre reunión de
3 “Contragolpe al viento”, por ejemplo, corresponde a la segunda poemas y documentos de los poetas del 70— y más
etapa de HZ, cuando el grupo se acercó al FOCEP de Genaro recientemente por Abelardo Oquendo, en 1991, dentro de un
Ledesma, en los años de la Asamblea Constituyente. ciclo de conferencias a propósito de los últimos “30 años de
4 Poco después, Edgardo Tello (también, como Heraud, poeta y poesía peruana” (El Comercio 23/11/91).
guerrillero) se sumaba a su panteón poético: en “Poder joven 9 Los casos más emblemáticos eran, sin duda, los de Cisneros,
de la poesía” (1971), señalaban que “el desarrollo poético de la tempranamente consagrado cuando su Canto ceremonial
vida republicana hasta nuestros días presenta generalmente contra un oso hormiguero obtuvo el premio Casa de las
un carácter alienante salvo tres excepciones: Vallejo, Heraud, Am érica s en 196 8, e H inostroz a, reconoc id o a ni vel
Tello; debido a su realización humana como individualidades hispanoamericano a partir de Consejero del lobo (1965) y
íntegras fundidas en la vinculación del pensar y del hacer, de consagrado luego con el Premio Maldoror, en España, en 1970,
la teoría y la práctica revolucionaria” (Oviedo 1973: 140, por Contranatura.
subrayados de los autores. Este mismo documento apareció 10 Lauer señala que se da una ruptura con los del 60 en el plano
antes, también en 1971, bajo el título “Poder de la poesía “de las circunstancias objetivas (ser no académicos, ser
joven” y sin el párrafo final que recoge Oviedo, en las últimas provincianos en Lima, carecer inicialmente de vinculación
páginas de Un par de vueltas por la realidad, primer libro de orgánica al sistema cultural establecido)” (Lauer 1979: 71).
Juan Ramírez Ruiz). 11 En “¿Veinte años no son nada?” Mora afirmaba que, para ese
5 También se puede mencionar a Jorge Nájar, cuyo primer libro, momento, “HZ no existe como grupo sino como una conducta
Malas maneras (1973), se abre con un epígrafe de Antonio poética que cada cierto tiempo va dejando muestras de su
Cisneros (así aparece en Formas del delirio. Obra poética madurez” (6); al año siguiente, sin embargo, mencionó los
1969-1999). José Cerna, por su parte, declaraba en 1972 su “21 años” cumplidos por HZ, y Pimentel, en varias entrevistas
interés por la poesía de Hinostroza (Oviedo: 178). posteriores, ha señalado que “Hora Zero está intacto. Nos
6 En un listado de “Palabras urgentes”, los trabajos de Guevara reunimos todos los días” (Pollarollo: 53).
y Velásquez son comprendidos entre las “formas incipientes, 12 Mora explica que el “poema integral” debe entenderse en
débiles o arcaicas” cuyo surgimiento es posible (Pimentel: 11), relación con el concepto de “Perú integral”, según sus usos en
mientras que Henderson e Hinostroza son reconocidos más Mariátegui, Basadre y More; es decir, como expresión de la
abajo en el mismo texto, a pesar de las críticas que se les pluralidad frente a la ideología del mestizaje de Riva Agüero.
dirige, como posibilidades “en medio de la debacle” (12). A Aclara además que esta comprensión corresponde a la segunda
Pablo Guevara, además, está dedicada la quinta sección del etapa del grupo, a partir de la cual también se busca establecer
libro de Pimentel, “Material para ser tomado en cuenta”: “A formalmente la relación de la propuesta horazeriana con la
Pablo Guevara y a su primer libro de poesía. Hotel del Cusco y vanguardia de los años 20 (Parra, Hidalgo, Oquendo de Amat,
otras provincias del Perú” (89). Cabe comentar que este libro Churata, por ejemplo, además de Vallejo). En los años iniciales
de Guevara —que se publicó recién al año siguiente de Kenacort de HZ, la propuesta del poema integral estaba dada,
y Valium 10, pero algunos de cuyos poemas ya eran conocidos— fundamentalmente, por “la suma de varios discursos poéticos
es, en realidad, su cuarto poemario. (narrativos, líricos, dramáticos, incluso periodísticos)” en el
7 Que incluía como lo más importante de la reciente poesía poema (Mora 2000: 6); es decir, según lo desarrollado por Juan
peruana los trabajos de Antonio Cisneros, Carlos Henderson, Ramírez Ruiz en sus “Notas acerca de una hipótesis de trabajo”
Rodolfo Hinostroza, Mirko Lauer, Marco Martos y Julio incluidas como texto final de Un par de vueltas por la realidad
Ortega. (Ramírez Ruiz: 110-118). Al respecto de este autor y de su


propuesta, ver en este mismo número de Intermezzo tropical 17 Es necesario apuntar, sin embargo, que las consolidaciones
el artículo de Juan Zevallos. referidas no suponen una clausura de posibilidades o un
13 Es necesario recordar, con el uso de esta palabra detenimiento en los hallazgos de los horazerianos y setentistas
(“hegemónico”), que las propuestas más aceptadas de ambas en general. La escritura de Róger Santiváñez y de Domingo de
décadas no son, por ningún motivo, las únicas. En cuanto a los Ramos, dos de los más importantes miembros del Movimiento
60, el eje Cisneros-Hinostroza-Lauer-Hernández, de hecho lo Kloaka (1982-1984), por ejemplo, son contundentes evidencias
más notorio entre lo que apareció en la década, no debe hacer de las nuevas búsquedas en la representación de personajes
perder de vista otros lenguajes, más o menos cercanos (la subalternos y las nuevas modulaciones del registro coloquial
muestra publicada por Carlos López Degregori y Edgar O’Hara (hasta su estallido o su desborde, incluso).
en 1998 es bastante útil en este sentido). Lo mismo vale para 18 Que mereció un comentario de Marco Martos, en el que
los 70, incluso si nos limitamos a los poetas aparecidos a inicios acertadamente afirmaba que “ningún grupo o persona se
del decenio. constituye de por sí en vanguardia del proletariado y el
14 Recordar esto ayudaría a repensar la organización de nuestra campesinado por el simple hecho de decirlo en un manifiesto”
poesía reciente. Ya más de una vez se ha sostenido con (1978: 32).
argumentos más que suficientes que no tiene sentido identificar 19 En un sentido semejante al que Guillermo Ruiz Torres propone,
generaciones cada diez años (y, como se conoce, en algunos en este mismo número de Intermezzo tropical, en una reflexión
casos hasta cada cinco) en el desarrollo poético de nuestro sobre el populismo: “todo arte y literatura que se repute popular,
país. que pretenda representar los intereses de las amplias masas
15 Al respecto de mi perspectiva sobre lo sucedido a partir de los explotadas, tiene que subvertir y cuestionar el orden dominante
años noventa: cuestionamiento de esa hegemonía, aunque en desde sus raíces” (2006: 26).
absoluto olvido de lo conversacional, ver “Consagración de lo 20 Aunque, de hecho, la afiliación del movimiento al FOCEP al filo
diverso: una lectura de la poesía peruana de los noventa” de los años 80, representó un intento de articulación; es decir,
(Chueca 2001). de llevar al terreno de la práctica política lo declarado. Luego,
16 A propósito, en una reciente entrevista, José Watanabe en 1990, Mora mencionó la adhesión de HZ al proyecto de
recordó que “Hace poco vino mi ‘compañero generacional’ Izquierda Unida (en un momento en que, dicho sea de paso, la
José Rosas, que vive en París. Una noche me dijo algo que me capacidad de representación de este conglomerado político
hizo pensar. “No existe la Generación del 70, hay una estaba ampliamente debilitada): “Es la poesía del futuro, de un
continuidad entre la Generación del 60 y el 70. Yo creo que el proyecto nacional que está latente en las grandes mayorías,
60 sí fue un quiebre frente a la Generación del 50, pero no representadas por Izquierda Unida” (1990: 6). También hubo
hay ningún quiebre frente a la llamada Generación del 60 y la otros intentos de articulación con las “capas oprimidas del
del 70. Somos parte de una continuidad”. Yo me puse a pensar pueblo peruano” antes de los dos mencionados, aunque sin el
en la idea; regresé a mi casa, revisé antologías y comprobé carácter colectivo que se ha podido observar; están, por
que a José Rosas no le faltaba razón. Descubrí que hay una ejemplo, la militancia de Tulio Mora en las guerrillas del Ejército
afinidad entre Hinostroza y Verastegui (esa cosa cultista, de Liberación Nacional (que años atrás habían intregrado
ese tipo de verso épico), hay una afinidad entre poetas Heraud y Tello) a fines de los 60, o, por otro lado, la participación
vitalistas como Cisneros y Jorge Pimentel, a pesar de sus de algunos horazeristas (y de varios otros poetas jóvenes), a
diferencias, hay un lenguaje más o menos común. La única inicios de los 70, en el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización
diferencia estribaría en que el registro del 70 es más callejero; Social (SINAMOS) durante la dictadura del general Velasco
pero hay que reconocer que el 70 también volvió a la Alvarado. En este último caso, paradójicamente se establecía
normalidad, muchos buscaron el verso bonito, el verso una ligazón formal con las mayorías nacionales a través de un
cisneriano”. (2005: 76-77) gobierno de militares “que desconfiaban de cualquier forma de

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movilización popular autónoma, que pensaban la organización 26 Sobre todo con libros como Comentarios reales de Cisneros
social en términos policiales”; Manrique 2004: 49). Sobre esto (1964) o Las constelaciones, de Hernández, y Consejero del
vuelvo en la nota 31 de este trabajo. lobo, de Hinostroza (1965).
21 Quizás una excepción en el terreno de la poesía siga siendo 27 Escrito luego de la salida de Ramírez Ruiz de HZ, pero
Vallejo, no solo por las caracterísiticas de su altísima poesía, probablemente ya iniciado o al menos imaginado parcialmente
sino también por la incuestionable coherencia entre sus años antes: en la mencionada entrevista con Luchting, cuando
actitudes ética y política con su estética. Otro caso cercano todavía formaba parte del grupo, comenta el poeta con relación
es, sin duda, el de Arguedas con Katatay. a su proyecto de su próximo libro: “Un libro para ver, tocar, oír
22 A propósito de Enrique Verástegui, por ejemplo, David Wood y gustar. Escrito con todos los signos, un libro donde el mundo
señala, a partir del poema “La educación formal” (Leonardo, ensaye su proyecto, dé una imagen del mundo por alcanzar, y
1988), que su poesía enfatiza la “vitalidad y la actualidad de que desencadena ese deseo de lograrlo” (Luchting: 299).
Lima y de las clases populares”, y que “se nos presentan zonas 28 Nuevamente el deseo de desconocer las mediaciones del lenguaje,
de Lima, no desde una perspectiva hasta cierto punto exterior de la cultura y del individuo que operan en toda simbolización.
[…], sino desde una perspectiva interior que da voz propia a 29 Hablar de institucionalidad (como he hecho varias veces en
estas condiciones y esta experiencia” (93); concluye que “Lo este texto), dadas las condiciones de producción, recepción y
que nos presenta Verástegui, entonces, es una creación crítica de la literatura en nuestro país, parece casi una licencia
cultural que rechaza, en varios niveles, las jerarquías poética. Uso, sin embargo, el término, pues su utilidad
tradicionales para ofrecer una poética de lo cotidiano y lo expositiva es indiscutible.
popular” (94). 30 Son varias, como veremos, las razones de esta relación. No
23 Un desarrollo más a fondo de esta idea puede encontrarse en el hay que descuidar, sin embargo, la advertencia de Miguel Ángel
trabajo de Zevallos a propósito de Juan Ramírez Ruiz en esta Huamán sobre la fácil utilización del marco velasquista como
misma revista. explicación fundamental para la configuración de la poética
24 Un caso cercano podría ser el de Cementerio general de Tulio central de los 70 (Huamán 1994).
Mora, en que los personajes de los poemas, tomados de la 31 Se refiere SINAMOS, órgano del gobierno militar de Velasco
historia de Perú (Guamán Poma, Túpac Amaru, Lucha Reyes, (ver nota 20). El tenor del párrafo se explica mejor teniendo
Juan Pablo Chang, entre muchos otros) entregan en primera en cuenta las discusiones ideológicas al interior de la izquierda
persona su versión de los acontecimientos en que se vieron peruana respecto del eje reformismo/revolución (el texto es
involucrados, construyendo de ese modo un lectura no oficial de 1980), la rivalidad entre grupos literarios (Sánchez Hernani
de nuestra historia. Sin embargo, dado que la estructura del perteneció a La Sagrada Familia, grupo activo entre 1977 y
conjunto y la factura de los textos hace evidente el proyecto 1979) y en tanto comentario a una frase de “Contragolpe al
de construcción —es decir la voz autorial que está detrás de viento” (“algunos de ellos [miembros de HZ] actuaron como
los poemas— este libro debería situarse, a mi juicio, más bien, simples trabajadores, (en SINAMOS, la Crónica) sin ningún poder
en la segunda modalidad que he anotado. de decisión y sin ninguna influencia en las cúpulas políticas de
25 “Los nuevos lenguajes propuestos por los diversos proyectos entonces, como un obrero trabaja en una fábrica que no es
vanguardistas reclamarán un nuevo estatuto gnoseológico para suya”) que Sánchez cita en su texto (1981:20-21).
las prácticas artísticas, que, lejos de la obviedad especular, 32 Este era otro punto de interesante contraste frente a los
referencialista, las convierta en una práctica analítica. En poetas del 60 (al menos para el núcleo más influyente de los
centro de la reflexión artística se alejaría, por tanto, de los “nuevos”), para quienes, a esas alturas, la utopía política era
prejuicios contenidistas, de las servidumbre de la mímesis, más bien la historia de un fracaso. El Javier Heraud que los
pasando a primer plano la reflexión metalingüística” (Gavaldá- horazeristas erigían como ícono, representaba para los del
Roca 1986: 35). 60, más bien, la evidencia de un camino imposible, como se

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entrevé, sobre todo, en “Crónica de Chapi” de Cisneros, 34 “Con el concepto de institución arte me refiero aquí tanto
Consejero del lobo de Hinostroza, y probablemente “Poema” al aparato de producción y distribución del arte como a las
de Marco Martos. ideas que sobre el arte dominan en una época dada y que
33 Una interesante opinión distinta, que ayuda a apreciar la determinan esencialmente la recepción de las obras” (Bürger
impronta horazeriana no ligándola exclusivamente al momento 1997: 62).
velasquista, es la que Verástegui recoge de Róger Santiváñez: 35 Otra explicación se podría encontrar en la que Zevallos
“Santiváñez rastrea el origen de Hora Zero, a nivel socio- propone cuando, hablando en general acerca de los poetas
económico, por los años cincuenta. Plantea que con Odría se del 70, señala que “en la siguiente década, de la gran
inicia claramente la penetración capitalista, dándose una cantidad de escritores radicales […] La mayor parte de ellos
afluencia de capitales a Lima y ocasionando una fuerte de además de abandonar la actividad literaria, como el pelo
migración desde provincias. Todo ello se va sedimentando largo y los pantalones campana, luego de haber afianzado
paulatinamente hasta desembocar en los 70. Lo que quiero una relativa comodidad personal han desechado como
decir es que toda esa emergencia se hubiera dado incluso sin la cualquier objeto de consumo las aparentes convicciones
presencia de Velasco” (Ayala et al. 1980:23-25). que vociferaban” (321).

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