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I.

- ANTECEDENTES

La Ejecución de sentencia ha sido concebida inicialmente como una etapa del proceso.

El Código de Procedimientos Civiles de 1912 consideraba a la Etapa Ejecutiva como la

última que tenía que discurrir después de la sentencia –que culminaba la Etapa

Resolutiva- de modo que el cumplimiento de lo resuelto en el fallo debía ser ventilado

en el mismo proceso, con cierta lógica secuencial.

Con la promulgación del Código Procesal Civil de 1993 se introduce el diseño de un

grupo de procesos independientes destinados al cumplimiento de obligaciones radicadas

en un Título dentro del cual se consideró como una de sus modalidades a la sentencia

judicial, equiparándola a otras formas como: letras de cambio, escrituras públicas,

resoluciones administrativas, etc. De acuerdo con la procedencia de los Títulos se

establecen tres variedades de procesos: el Ejecutivo, el de Ejecución de resoluciones y

el de Ejecución de garantías, según si el titulo tenía autonomía formal o, surgía de la

conclusión de un proceso previo o, estaba cubierto con una garantía real.

En el año 2008 se promulga el Decreto Legislativo 1069 que modifica el Código

Procesal Civil, sustituyendo entre otros, todo el Titulo V que se refería al Proceso de

Ejecución, cambiándole la fisonomía a este proceso que, de ser múltiple lo convierte en

unico y lo simplifica con la intención de mejorar la administración de justicia en materia

comercial. La relevancia de esta norma para nuestro análisis radica en su adscripción

casi total en el texto de la nueva Ley Procesal de Trabajo, de manera que sirve de

explicación para la modificación del Proceso Ejecutivo en el ámbito laboral, como

veremos más adelante.

2.- NATURALEZA DEL PROCESO DE EJECUCION


El Proceso de Ejecución es representado por los Procesos Ordinario y Abreviado, tanto

por su contenido como por su estructura y finalidad, ya que aquel no parte del conflicto

de derechos más bien resuelve en forma declarativa o constitutiva a través de una

sentencia.

El proceso de ejecución no tiene por finalidad resolver un conflicto, por lo que en su

interior no existe debate posicional, ni actuación probatoria, ni expedición de una

sentencia, sino por el contrario se inicia con la acreditación de un derecho reconocido o

declarado a través de un Título que se encuentre pendiente de cumplimiento.

El inicio del proceso está en el Titulo que se califica debidamente, para luego expedirse

un Mandato de ejecución que no permite la discusión del origen del derecho, sino

únicamente la argumentación sobre la exigibilidad de la obligación que contiene dicho

título, la misma que en caso no tener fundamento adecuado, induce al Juez a emplear

todos los medios imperativos, forzosos, coactivos o coercitivos que la Ley franquea para

lograr el cumplimiento de la obligación de parte del deudor u ofensor. Ello determina

que sea un proceso breve, expeditivo y conminatorio que no admite mayor debate entre

las partes, prohibiéndose los artículos de nulidad y la concesión de medios

impugnatorios con efecto suspensivo, hasta que no se haya dado cumplimiento a la

obligación ejecutada.

Pese a que la naturaleza de este proceso es especial, se discute todavía su autonomía,

por cuanto uno de los principales títulos de ejecución son las sentencias expedidas en

los procesos de conocimiento; sin embargo, el Código Procesal Civil de 1993 y el

subsecuente Decreto Legislativo 1069, le reconocen plena autonomía y lo consideran

como uno más de los modelos procesales, que debe tramitarse en forma independiente

del proceso de cognición que origine la sentencia, si esta es el titulo ejecutivo que se

busca dar cumplimiento.


3. LOS TITULOS EJECUTIVOS

Es el acto jurídico del que resulta la voluntad concreta de la Ley, contenido

necesariamente en un documento escrito” refiriéndose al derecho cuando hace

referencia a la voluntad de la Ley. Esto es que, el Titulo tiene que ser un documento que

contiene una declaración o el reconocimiento de una obligación por parte de una

persona a favor de otra, sujeto al cumplimiento de determinadas formalidades que le den

autenticidad.

El contenido del Título para determinar su eficacia se centra en la obligación, que debe

ser cierta, expresa y exigible, fuera de lo cual, si se trata de una obligación de dar suma

de dinero como la mayoría de las laborales, debe ser además liquida o liquidable, para

dar facilidad a la ejecución, ya que como hemos dicho, en el proceso de ejecución no

son debatibles las obligaciones que se exigen.

4.- EL PROCESO

La Ley 29497 bajo análisis, esboza en el capitulo V de su Título II, al Proceso de

Ejecución como uno de los Procesos Laborales a utilizar por la Jurisdicción

especializada, sin embargo, en el desarrollo de su articulado no regula en forma alguna

la estructura que debe tener dicho proceso, como si lo hace para los procesos ordinario,

abreviado e impugnativo, señalando la secuencia de los actos procesales que los

configuran. Tampoco hace remisión alguna a la norma procesal civil, como si lo hace en

el Proceso Cautelar, de modo que se produce un vacio que debe llenarse por ausencia

normativa.
La primera Disposición Complementaria de la Ley permite la aplicación supletoria de

las normas del Código Procesal Civil en todo lo no previsto por esta Ley, de modo que

se debe entender que la estructura de este proceso es la que fija el referido Código

adjetivo modificado recientemente por el Decreto Legislativo 1069, que unifica los tres

procesos ejecutivos que concebía inicialmente la norma, en uno solo, que es el Proceso

de Ejecución, en la misma forma que propusimos en un proyecto de ley que se glosa en

nuestra publicación citada anteriormente.

La idea de un proceso único calzaba adecuadamente con la materia laboral, ya que

diferenciar tres modalidades de títulos para tres procesos distintos, era ocioso, había que

aplicar el Principio de Concentración para llegar a un Proceso Único que era el resumen

de todo lo que puede hacerse en un proceso de esta naturaleza. En esos términos, la Ley

se refiere exclusivamente a los Títulos Ejecutivos y ya no hace diferencias como la Ley

26636 los hacía, con los títulos de ejecución.

En ese sentido, la secuencia de los actos procesales que tendría el Proceso Ejecutivo,

enlazando las disposiciones de la Ley Procesal de Trabajo con las del Código Procesal

Civil, sería la siguiente:

6. MEDIDAS DE EJECUCION

Son aquellas que se adoptan, como eje central del proceso, para conminar al ejecutado

al cumplimiento de sus obligaciones y hacerlas efectivas de manera que un titulo de

ejecución no sea un mero instrumento ilusorio que nunca va a cumplirse, por lo que

estas varian de acuerdo al tipo de obligación que se ejecuta y, son las siguientes:

7. CONCLUSIONES

a) La regulación del Proceso de ejecución en la nueva Ley Procesal de Trabajo 29497

ha seguido el esquema impuesto por el Decreto Legislativo 1069 que modifico el


Código Procesal Civil, singularizando los Títulos Ejecutivos y estableciendo un Proceso

Único que suprimía la diferencia entre dos procesos: Ejecutivo y De ejecución.

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