Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Dgreg
Dgreg
jDFCF
Galaxia
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para otros usos de este término, véase Galaxia (desambiguación).
NGC 4414, una típica galaxia espiral en la constelación Coma Berenices, cuyo
diámetro es aproximadamente 19 000 parsec y a una distancia aproximada de 20
millones de parsec.
Una galaxia (del griego γαλαξίας ‘lácteo’) es un conjunto de estrellas, nubes de
gas, planetas, polvo cósmico, materia oscura y energía unidas gravitatoriamente en
una estructura más o menos definida. La palabra «galaxia» procede de los griegos,
los cuales atribuían el origen de la Vía Láctea a las gotas de leche derramadas en
el universo por la diosa Hera mientras alimentaba al infante Hércules.1 La cantidad
de estrellas que forman una galaxia es enorme y varía desde las galaxias enanas,
con 107, hasta las galaxias gigantes, con 1014 estrellas.[cita requerida] Formando
parte de una galaxia existen subestructuras como las nebulosas, los cúmulos
estelares y los sistemas estelares múltiples.
A veces las galaxias se acercan demasiado y chocan entre sí. La Vía Láctea algún
día colisionará con Andrómeda, su vecina galáctica más cercana. La Colisión Vía
Láctea-Andrómeda tendrá lugar dentro de cinco mil millones de años, dando lugar a
una galaxia que probablemente será de tipo espiral llamada Lactómeda. Las galaxias
son tan grandes y están tan expandidas en los extremos que, aunque se choquen entre
sí, los planetas y los sistemas solares a menudo no llegan a colisionar.
Índice
1 Historia
2 Tipos de galaxias
2.1 Galaxias elípticas
2.2 Galaxias espirales
2.3 Galaxias lenticulares
2.4 Galaxias irregulares
2.5 Galaxias activas
2.5.1 Galaxia Seyfert
2.5.2 Galaxias «Starburst»
2.5.3 Radiogalaxias
2.5.4 Cuásares
3 Formación y evolución
3.1 Formación
3.1.1 Galaxias tempranas
3.1.2 Formación de las primeras galaxias
3.2 Evolución
3.3 Tendencia futura
4 Superestructuras
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Historia
En 1610, Galileo Galilei usó un telescopio para estudiar la cinta lechosa en el
cielo nocturno llamada Vía Láctea, y descubrió que está compuesta por una inmensa
cantidad de pequeñas estrellas.4 En el año 1755, Immanuel Kant teorizó sobre la
estructura y las agrupaciones de estrellas en el tratado Historia general de la
naturaleza y teoría del cielo, basado en un trabajo previo de Thomas Wright. Kant
afirmaba que la Vía Láctea era un sistema formado por miles de sistemas solares
como el nuestro, agrupados en una estructura de orden superior y de características
similares a las de los sistemas planetarios, sensiblemente plana, de forma
elíptica, en movimiento de rotación alrededor de un centro y regidas por la misma
mecánica celeste. También supuso que, por el punto de vista desde el que observamos
la Vía Láctea y por la densidad de estrellas visibles que agrupa, nuestro sol se
encuentra en su mismo plano y forma parte de ella.5 Desde un planteamiento
completamente teórico, Kant afirmó que era lógico suponer la existencia de otros
planetas y satélites orbitando alrededor de otras estrellas, y que debían existir
otras «Vías Lácteas» separadas a distancias de un orden de magnitud comparable a su
vasto tamaño. Según su razonamiento, estas galaxias o universos isla teóricos
serían visibles desde la Tierra como nubes ovaladas de luz tenue, sin que fuera
posible distinguir las estrellas individuales dentro de ellas. Kant las identifica
con ciertos tipos de nebulosas, que Pierre Louis Maupertuis describió como
«pequeños lugares cuya luz es sólo un poco mayor que la oscuridad del espacio
celestial, todas ellas con el aspecto de elipses más o menos abiertas, pero cuya
luz es mucho más débil que cualquier otra que conozcamos en el cielo».6
En 1920 ocurrió el gran debate entre Harlow Shapley y Heber Curtis en torno a la
naturaleza de nuestra galaxia, las «nebulosas espirales» y la dimensión del
universo. Para defender la afirmación de que M31 era una galaxia externa, Curtis
argumentaba que las líneas obscuras observadas en dicha «nebulosa» eran similares a
las nubes de polvo que se observan en la nuestra, Vol. 5 (1925). Usar un nuevo
telescopio le permitió a Edwin Hubble resolver las partes exteriores de algunas
«nebulosas espirales» como colecciones de estrellas individuales. Más aún, Hubble
pudo identificar en esas estrellas algunas variables cefeidas y éstas le
permitieron estimar la distancia a dichas «nebulosas». Resultó que estaban
demasiado alejadas para ser parte de la Vía Láctea. En 1936, Hubble organizó un
sistema de clasificación de galaxias que todavía se usa en nuestros días: la
secuencia de Hubble.
El primer intento de describir la forma que tiene la Vía Láctea fue llevado a cabo
por William Herschel en 1785, contando cuidadosamente el número de estrellas en
distintas regiones del cielo. En 1920 Kapteyn, usando un refinamiento de la técnica
empleada por Herschel, sugirió la imagen de una pequeña galaxia elipsoidal (15
kiloparsecs de diámetro), con el Sol cerca del centro. Con un método diferente,
basado en la distribución de los cúmulos globulares, realizado por Harlow Shapley,
emergió una imagen radicalmente distinta: un disco plano con un diámetro aproximado
de 70 kiloparsecs y con el Sol alejado de su centro. Ninguno de los dos análisis
tomó en cuenta la absorción de la luz y el polvo interestelar presentes en el plano
galáctico. Robert Julius Trumpler tomó en cuenta estos efectos en 1930, estudiando
cúmulos abiertos y produciendo la imagen que actualmente se acepta de nuestra
galaxia: la Vía Láctea es una galaxia espiral con un diámetro aproximado de 30
kiloparsecs.
En 1970, Vera Rubin hizo un estudio sobre la velocidad de rotación de las galaxias.
El resultado de este y otros estudios es que la masa conjunta de las estrellas,
polvo y gases detectados en una galaxia es insuficiente para sostener la velocidad
de rotación de la misma. Para explicar esta discrepancia se ha postulado la
existencia de materia oscura, inobservable, pero cuya masa contribuya con la
gravedad necesaria para mantener las velocidades de rotación observadas.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, pertenece a un Grupo Local de unas cuarenta y seis
galaxias dominadas por la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda. Este cúmulo se
encuentra en el límite de un «superconglomerado» que comprende casi cinco mil
galaxias. El supercúmulo, a su vez, pertenece a otra enorme concentración de
galaxias reunidas en masas compactas y suaves.
Tipos de galaxias
Las galaxias más grandes son gigantes elípticas. Se cree que la mayoría de las
galaxias elípticas son el resultado de la colisión y fusión de galaxias. Estas
pueden alcanzar tamaños enormes y con frecuencia se las encuentra en conglomerados
mayores de galaxias, cerca del núcleo.
Galaxias espirales
Galaxia de forma espiral con brazos de formación estelar. Las letras minúsculas
indican cuán sueltos se encuentran los brazos, siendo "a" los brazos más apretados
y "c" los más dispersos.
Galaxias espirales barradas (SBa-c): Galaxia espiral con una banda central de
estrellas. Las letras minúsculas tienen la misma interpretación que las galaxias
espirales.
Galaxias Espirales Intermedias (SABa-c): Una galaxia que, de acuerdo a su forma, se
clasifica entre una galaxia espiral barrada y una galaxia espiral sin barra.
Galaxias lenticulares
Incluyen las lenticulares barradas (SBO), que comprenden tres grupos: en el primero
(SBO-1), la barra es ancha y difusa; en el segundo (SBO-2) es más luminosa en las
extremidades que en el centro; y en el tercero (SBO-3) es ya muy brillante y bien
definidas.
Galaxias irregulares
Hay dos tipos de galaxias irregulares. Una galaxia Irr-I (Irr I) es una galaxia
irregular que muestra alguna estructura pero no lo suficiente para encuadrarla
claramente en la clasificación de la secuencia de Hubble. Una galaxia Irr-II (Irr
II) es una galaxia irregular que no muestra ninguna estructura que pueda
encuadrarla en la secuencia de Hubble.
Las galaxias enanas irregulares suelen etiquetarse como dI. Algunas galaxias
irregulares son pequeñas galaxias espirales distorsionadas por la gravedad de un
vecino mucho mayor.
Del total de galaxias observadas hasta la fecha solo un 4.7 % de las galaxias
brillantes reciben el nombre de galaxia irregular.
Galaxias activas
Artículo principal: Galaxia activa
Las galaxias activas son galaxias que liberan grandes cantidades de energía y/o
materia al medio interestelar mediante procesos que no están relacionados con los
procesos estelares ordinarios. Aproximadamente un 10 % de las galaxias pueden
clasificarse como galaxias activas.
La mayor parte de la energía emitida por las galaxias activas proviene de una
pequeña y brillante región del núcleo de la galaxia, y en muchos casos se observan
líneas espectrales de emisión anchas y/o estrechas, que evidencian la existencia de
grandes masas de gas girando alrededor del centro de la galaxia.
Galaxia Seyfert
Artículo principal: Galaxia Seyfert
Son galaxias espirales que se caracterizan por tener un núcleo puntual muy
brillante. Según su espectro se distinguen:
Galaxias «Starburst»
Artículo principal: Galaxia Starburst
Son galaxias en las que se están formando enormes cantidades de estrellas, muchas
de las cuales, al morir, explotan produciendo supernova, pese a que este fenómeno
forma parte de la evolución estelar y formalmente este grupo no estaría en nuestra
clasificación. Esta formación anormalmente alta de estrellas podría estar ligado a
mecanismos internos del núcleo de la galaxia.
Radiogalaxias
Artículo principal: Radiogalaxia
Las radiogalaxias suelen estar asociadas a galaxias tipo E con núcleo activo.
Emiten a longitudes de onda de radio y algunas pueden ser relativamente débiles.
Suelen ser galaxias que se extienden por amplias zonas del espacio. Presentan un
núcleo brillante y normalmente suelen estar rodeadas por dos chorros de partículas
de grandes dimensiones. Además, en muchas de ellas se ha detectado radiación
sincrotrón.
Cuásares