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Incorporando el fuego en proyectos exteriores:

Fogones, ejemplos y consejos


Wellness Plesnik / Enota. Image © Miran Kambič


 Escrito por Eduardo Souza | Traducido por José Tomás Franco
Yuval Noah Harari señala que, hace unos 300 mil años, el Homo erectus, los neandertales y
los antepasados del Homo sapiens ya usaban el fuego a diario. Según el autor del bestseller
internacional "Sapiens", el fuego abrió la primera brecha significativa entre el hombre y otros
animales. "Al domesticar el fuego, los humanos pudieron controlar una fuerza obediente y
potencialmente ilimitada". Algunos estudiosos incluso creen que existe una relación directa
entre el surgimiento del hábito de cocinar los alimentos (posible debido a la domesticación
del fuego), el acortamiento del tracto intestinal y el crecimiento del cerebro
humano, permitiendo al ser humano desarrollarse y crear todo lo que tenemos.
Son pocos los que quedan indiferentes ante el fuego. Ha sido nuestro Netflix durante miles de
años, aportando una dinámica de colores, sonidos, olores y calidez. Los humanos se
reunieron a su alrededor durante casi 2 millones de años, transformándose en un espacio
colectivo y de convivencia que nos permite socializar y prosperar. Al manejar el fuego, nos
enfrentamos a algo que está vivo y que, fuera de control, puede resultar catastrófico. Las
chimeneas residenciales permiten el contacto, pero mantienen la seguridad y eliminan el
humo. Aportando calor y luz, una chimenea no solo ilumina, sino que también calienta los
cuerpos e incluso cocina los alimentos.

Hinterhouse / Ménard Dworkind architecture & design. Image Cortesia de Ménard Dworkind
Architecture & Design
Pero existe la posibilidad de desarrollar espacios externos, adecuados para la creación
de fuegos seguros. Suelen ser contenedores poco profundos, enterrados en el suelo o con
partes superpuestas. Por simple que parezca encender un fuego en el patio, existen algunos
temas que se deben considerar para no convertir la experiencia en algo desagradable. En
primer lugar, es fundamental que el material elegido sea resistente a las altas temperaturas.
Por ejemplo, los ladrillos comunes o los bloques de hormigón pueden incluso estallar cuando
entran en contacto con el fuego. Algunas piedras naturales tampoco resistirán el contacto
directo con las llamas, con riesgo de romperse. La inserción de un revestimiento sobre
ladrillos refractarios o láminas de metal solucionará este problema. Otro tema fundamental es
diseñar con detención el espacio dónde se desarrollarán las llamas. Se recomienda que la
estructura tenga un borde entre 15 y 30 centímetros para que la madera incandescente no
ruede, provocando accidentes. También es vital para el éxito del fogón exterior incluir un
drenaje de agua para evitar la acumulación de agua en su fondo.

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Pavilhão Midden Garden / Metropolis Design. Image © Wieland Gleich

Whidbey
Island Farm Retreat / mwworks. Image © Kevin Scott
Sin embargo, otro elemento que habitualmente se pasa por alto es la ubicación de la
estructura en sí misma. Para esto, es importante estudiar los vientos predominantes en el
lugar, los cuales influirán en la dirección del humo. Es importante que no esté dirigido a los
propios usuarios, que no entre en la casa o que no moleste demasiado a los vecinos. Por
supuesto, existe la posibilidad de incorporar fogones a gas, lo que reducirá en gran medida el
volumen de humo y gran parte de los riesgos involucrados. Por supuesto, esto también
termina "matando la magia" del ritual que entrega una verdadera fogata.

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