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SÓLO PARA PARTICIPANTES

ORIGINAL: ESPAÑOL
CEPAL
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
Primer Diálogo Público Privado Unión Europea-América Latina
INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA Y PYMES
Santiago de Chile, 5 y 6 de diciembre de 2011

Inversión extranjera directa y pymes


Una oportunidad para reforzar los vínculos entre
la Unión Europea y América Latina y el Caribe

Este documento fue preparado por la División de Desarrollo Productivo y Empresarial


CEPAL – Naciones Unidas

1
Este documento ha sido elaborado con el apoyo financiero de la Unión Europea. La coordinación estuvo a cargo de
Álvaro Calderón, Carlo Ferraro y Sebastián Vergara de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la
CEPAL. Se agradecen los aportes de la División de Comercio Internacional e Integración.
Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva
responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Unión Europea y la CEPAL. Su reproducción total
o parcial está permitida, siempre y cuando se reconozcan los créditos de la CEPAL, del Programa AL-INVEST IV,
del Consorcio de Coordinación y Servicios y de las demás entidades miembros del Programa. De ninguna manera la
reproducción total o parcial del presente documento puede ser objeto de venta.

2
Índice

Introducción ................................................................................................................................................... 4 

I. América Latina y el Caribe y la Unión Europea: dos regiones en un contexto global ............................. 5 

II. La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe .............................................................. 10 

II. 1 La inversión extranjera directa a nivel global ................................................................................... 10 

II. 2 La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe ......................................................... 12 

II. 3 Las inversiones de la Unión Europea en América Latina ................................................................ 16 

III. Las pymes en América Latina ................................................................................................................ 22 

III.1 Definición e importancia de las pymes en América Latina............................................................... 22 

III.2 Las políticas de apoyo a las pymes ................................................................................................. 26 

III.3 Internacionalización de las pymes ................................................................................................... 27 

IV. Conclusiones ......................................................................................................................................... 29 

Referencias ................................................................................................................................................. 33 

3
Introducción

Este documento ha sido preparado por la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL,
especialmente para el primer encuentro público privado para debatir, identificar y compartir los factores
más relevantes para la promoción de la inversión extranjera directa, y los encadenamientos productivos
que permitan la inclusión de las pymes, con el objetivo de dinamizar una alianza estratégica entre la
Unión Europea y América Latina y el Caribe.
Los resultados de este seminario deberían contribuir a diseñar una estrategia de posicionamiento de
las pymes en el actual contexto de globalización económica, y formular recomendaciones para la próxima
Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno entre América Latina y la Unión Europea. Asimismo, los trabajos de
este evento serán un elemento clave para la reunión de alto nivel preparatoria a la Cumbre.
El presente documento entrega los antecedentes básicos de la realidad latinoamericana en relación a
su posicionamiento global, las corrientes de inversión extranjera directa y el estado de las políticas de apoyo a
las pymes. De hecho, intenta ser ágil, directo y con mensajes claros, para apoyar a los participantes en los
debates del evento.

4
I. América Latina y el Caribe
y la Unión Europea: dos regiones
en un contexto global

América Latina y el Caribe y la Unión Europea conforman un mercado económico de importantes


dimensiones a nivel global. Sin embargo, ambas regiones poseen también importantes diferencias en
diversos aspectos económicos y demográficos que es necesario considerar para entender tanto sus
complementariedades como oportunidades de cooperación y desarrollo futuro. Asimismo, la relación
entre ambas regiones se enmarca en un contexto global caracterizado por el mayor peso de las
economías emergentes y el progresivo avance de la globalización.
En términos demográficos, América Latina y el Caribe y la Unión Europea representan, en conjunto,
el 16% de la población mundial. Si bien el peso de ambas regiones es relativamente similar (9% América
Latina y 7% la Unión Europea), presentan una dinámica demográfica divergente. Por una parte, en la Unión
Europea la población está envejeciendo, lo que implica que en las próximas décadas su crecimiento
demográfico será menor. En cambio, América Latina y el Caribe posee una población más joven y tasas de
natalidad más altas, con lo que se espera un mayor crecimiento de la población en el futuro. Los países de
Asia y el Pacífico por su parte representan más de la mitad del total de la población mundial, especialmente
China e India.
A pesar de su similar tamaño en materia de población, el peso de América Latina y el Caribe y la
Unión Europea en la economía mundial es muy distinto, reflejo de las grandes diferencias en los niveles de
ingreso por habitante. La Unión Europea representa algo más de la cuarta parte de la economía mundial, un
porcentaje similar al de Estados Unidos y Canadá, mientras que América Latina y el Caribe representa
solamente el 8% del producto interno bruto (PIB) mundial.

5
Gráfico I.1
Distribución de la población y del producto interno bruto, 2010
(En porcentajes del total mundial)

a) Población b) Producto Interno Bruto


América Resto del
América Latina y el Mundo
Latina y Caribe 13%
el Caribe 8%
9%
Asia
Pacífico
27%
Resto del
Mundo
Estados
Asia 24%
Unidos y
Pacífico Canadá
55% 26%

Unión
Unión Estados
Europea
Europea Unidos y
26%
7% Canadá
5%

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Fondo Monetario Internacional (FMI),
Perspectivas de la Economía Mundial, Abril 2011.
Nota: Asia Pacífico incluye Asia en desarrollo, Australia, República de Corea, Japón y Nueva Zelandia.

Por su parte, el crecimiento económico de ambas regiones ha sido bastante disímil en los últimos
años. América Latina y el Caribe ha tenido un importante aceleramiento de su desempeño desde el año 2004,
así como una notable resistencia a la crisis económica mundial que se vivió entre 2008 y 2009. Si bien la
región experimentó un retroceso en su PIB del 1,8% en 2009, muy inferior al de las economías desarrolladas,
tuvo una rápida recuperación al año siguiente. Las proyecciones para 2011 y los siguientes años son algo
menores, pero América del Sur continuará beneficiándose de la alta demanda China y de la evolución
favorable de sus términos de intercambio.
Por el contrario, la Unión Europea tuvo un ritmo de crecimiento mucho menor en la época previa a la
crisis y una caída de la producción en el año 2009 que alcanzó el 4,2% de su PIB. La recuperación observada
en 2010 y 2011, así como el crecimiento proyectado para los próximos años, es bastante bajo, afectado por
las crisis fiscales y financieras en muchos países miembros. De hecho, la perspectiva para los próximos años
es que el crecimiento en América Latina casi duplique el de la Unión Europea.

6
Gráfico I.2
Países y regiones seleccionadas: variación del PIB
(En porcentajes)
8

0
2004-2007 2008 2009 2010 2011 2012-2015
-2

-4

-6

Estados Unidos Unión Europea América Latina y el Caribe

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de CEPALSTAT, de Estadística de las
Comunidades Europeas (EUROSTAT) y Fondo Monetario Internacional (FMI), Perspectivas de la Economía Mundial, Abril 2011.
Nota: 2011 corresponde a proyecciones de EUROSTAT y de CEPAL. 2012-2015 corresponden a proyecciones del FMI. El
crecimiento 2008-2011 no incluye al Caribe.

Un aspecto relevante a tener en consideración es que las economías en desarrollo han ido ganando
preponderancia en la economía mundial. Es así que, al igual que los Estados Unidos y Japón, los actuales 27
países de la Unión Europea han ido perdiendo peso relativo en la economía mundial, en beneficio de las
economías emergentes. Sin embargo, la Unión Europea como bloque ha mantenido su porcentaje en el PIB y
el comercio mundiales gracias a la progresiva expansión en sus países miembros. En 2004, la Unión Europea
pasó de quince a veinticinco miembros con la incorporación de Chipre, la República Eslovaca, Eslovenia,
Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y la República Checa. En 2007 se incorporaron Bulgaria y
Rumanía para formar los 27 miembros actuales. América Latina en tanto también ha mantenido estable su
peso en el comercio mundial, mientras que su proporción del PIB ha tendido a disminuir levemente. En ambos
indicadores destaca la fuerte ascendencia de China, quien juega un rol cada vez más relevante en diferentes
ámbitos de la economía global.

Gráfico I.3
Países y regiones: participación en el PIB mundial y en el comercio mundial de bienes y servicios
(En porcentajes)

a) Producto Interno Bruto b) Comercio de bienes y servicios


25
45
20
35
15
25
10
15
5
5
0
1980 1985 1990 1995 2000 2005 -5 1980 1985 1990 1995 2000 2005
U.E. "historica" de 6 a 27 países
U.E. "historica" de 6 a 27 países Estados Unidos
Estados Unidos China
China América Latina y el Caribe
América Latina y el Caribe

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Banco Mundial, World Data Bank.

7
Respecto de la relación comercial entre ambas regiones, la Unión Europea ha mantenido su
participación relativa en las exportaciones e importaciones de América Latina. Por su parte, los Estados
Unidos han ido perdiendo progresivas cuotas en las exportaciones e importaciones de América Latina, al
tiempo que se aprecia una mayor preponderancia de China. Más aún, según proyecciones, China podría
desplazar a la Unión Europea como segundo socio comercial de América Latina y el Caribe hacia el 2014. En
el caso de las importaciones el comportamiento es similar, y se espera que China adelante a la Unión
Europea en el 2015.
Desde la perspectiva europea, la mayor parte del comercio internacional en los países de la
Unión Europea tiene lugar dentro del mismo bloque económico. Fuera de ella, Asia representa un 10%
de su comercio, los Estados Unidos un 5,3% y América Latina sólo un 2,3%. Si se considera el comercio
extra-regional, la participación de América Latina en el comercio de la Unión Europea es del 5%.
Al respecto, es importante recalcar que más de la mitad de las exportaciones de América Latina y el
Caribe a la Unión Europea son recursos naturales, porcentaje que llega a los tres cuartos si se incluyen las
manufacturas basadas en recursos naturales. Esta composición de las exportaciones se ha mantenido
estable a lo largo del tiempo. Por el contrario, las exportaciones de la región a los Estados Unidos tienen una
composición más diversificada: un 40% de ellas son manufacturas de tecnología alta y media. Asimismo,
pocos países de la región tienen un alto grado de comercio intra-industrial con la Unión Europea, lo que
sugiere que la región participa poco en las cadenas de valor europeas. La excepción más notable es México,
que tiene importante niveles de comercio intra-industrial con Alemania, Francia y Reino Unido.

Gráfico I.4
América Latina y el Caribe (16 países):
participación de los destinos en el total de transacciones, 2000-2020

60 Estados
Unidos 50 Estados
50
Unidos
39 40
40 33
26
28 30
30
19 Unión 16
20 20
Unión 14 Europea 15
Europea
10 10
China 14 14
10
08 China
0 0
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020

2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
Fuente: CEPAL sobre la base de Naciones Unidas, Base de datos estadísticos sobre el comercio de mercaderías (COMTRADE), y
de fuentes nacionales.
Nota: Los 16 países son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de).

8
Gráfico I.5
Unión Europea: participación de los socios en el comercio internacional, 2010
(En porcentajes)

Intra UE
Asia
Estados Unidos
América Latina y el Caribe
Resto del Mundo

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Estadística de las Comunidades
Europeas (EUROSTAT).

Gráfico I.6
América Latina y el Caribe: composición de las exportaciones a la Unión Europea
y Estados Unidos por contenido tecnológico, 1990 a 2009
(En porcentajes)

a) Unión Europea b) Estados Unidos


100% 100%

90% 90%

80% 80%

70% 70%

60% 60%

50% 50%

40%
40%

30%
30%

20%
20%

10%
10%

0%
0%
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009

Productos primarios Manufacturas basadas en RR.NN. Productor primarios Manufacturas basadas en RR.NN.
Manufacturas de baja tecnología Manufacturas de media tecnología Manufacturas de baja tecnologia Manuafacturas de media tecnología
Manufacturas de alta tecnología Manufacturas de alta tecnología

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de la base de datos de Naciones Unidas COMTRADE.

9
II. La inversión extranjera directa
en América Latina y el Caribe

II. 1 La inversión extranjera directa a nivel global

La inversión extranjera directa (IED) es un fenómeno central en el proceso de globalización, y son las
empresas transnacionales los principales agentes que explican estos flujos de capital. Se estima que el 75%
de las corrientes globales de IED están asociadas a las actividades de empresas transnacionales. En la
actualidad, se estima que las operaciones de las empresas transnacionales generaron un valor agregado que
representa alrededor de una cuarta parte del producto interno bruto (PIB) mundial, y son directamente
responsables por 2/3 de las exportaciones y más del 50% del gasto en investigación y desarrollo (I+D).
La presencia de empresas transnacionales en diferentes países y sectores económicos es un
fenómeno de larga historia, pero es a partir de los noventa que su importancia aumenta en forma
significativa. La expansión internacional de la producción se vio favorecida por los nuevos ejes de la política
económica —apertura comercial y financiera, desregulación de los mercados y privatización de activos
estatales—, el acelerado cambio tecnológico y el aumento de la competencia global. Este proceso permitió
aumentos notables de las corrientes de IED y una creciente presencia y relevancia global de las empresas
transnacionales.

Cuadro II.1
Indicadores de la relevancia de la inversión extranjera directa (IED) y las actividades
internacionales de las empresas transnacionales en el mundo, 1982-2010
(En miles de millones de dólares)

Indicador 1982 1990 2000 2005-2007 2008 2009 2010


Inversión extranjera directa (IED)
Entradas de IED 58 207 1 403 1 472 1 744 1 185 1 244
Salidas de IED 27 241 1 232 1 487 1 911 1 171 1 323
Acervo de entradas de IED 790 2 081 7 446 14 407 15 295 17 950 19 141
Acervo de salidas de IED 579 2 094 7 962 15 705 15 988 19 197 20 408
Fusiones y adquisiciones transfronterizas ... 99 905 703 707 250 339
Operaciones internacionales de empresas transnacionales
Ventas 2 530 5 105 15 680 21 293 33 300 30 213 32 960
Valor agregado … 1 019 2 345 3 570 6 216 6 129 6 636
Activos totales 2 036 4 602 21 102 43 324 64 423 53 601 56 998
Exportaciones 635 1 498 3 572 5 003 6 599 5 262 6 239
Empleo 19 864 21 470 45 587 55 001 64 484 66 688 68 218

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

10
En ese entorno internacional, las economías emergentes buscaron en la IED aportes de capital que
complementara el ahorro doméstico, además de beneficios que las empresas transnacionales pudieran
promover en materia de transferencia de tecnologías, acceso a mercados, derrames de productividad,
encadenamientos productivos, capacitación de recursos humanos y desarrollo empresarial local. No obstante,
la experiencia ha demostrado que estos potenciales beneficios no sólo dependen de las características de las
empresas trasnacionales, sino también a la capacidad de absorción de las economías receptoras. En este
sentido, han adquirido mayor relevancia, entre otros factores, el capital humano, la base científico-tecnológica,
la infraestructura física, las instituciones de apoyo públicas y privadas, el sistema nacional de innovación y la
diversificación de la estructura productiva y empresarial.

Gráfico II.1
Flujos de IED a nivel global
(Miles de millones de dólares)

2 000

1 600

1 200

800

400

-
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010
Total Economías en desarrollo Economías en transición Economías desarrolladas

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

En las últimas décadas, las corrientes de IED se han concentrando entre las economías avanzadas,
quienes han sido los principales emisores y receptores de estos movimientos de capital. Los principales
actores han sido Estados Unidos, Europa occidental y Japón, en una tríada que concentraba gran parte de las
corrientes de IED. De hecho, en la actualidad cerca la mitad del acervo mundial de IED se ha originado en la
Unión Europea. Asimismo, una alta proporción de estas corrientes de capital se realizan entre economías de
la Unión Europea. De hecho, entre los mayores países inversionistas y receptores a nivel global sobresalen
países como Reino Unido, Francia, Alemania, Bélgica, España y los Países Bajos.
Sin embargo, en los últimos años se ha diversificado tanto el origen como el destino de los flujos de
IED, y los países en desarrollo han ido adquiriendo progresiva relevancia. Es así que han surgido nuevos
actores, destacándose los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), especialmente como receptores de IED.
De hecho, en 2010 por primera vez fueron los países en desarrollo y en transición los principales receptores
de IED, con un 52% del total mundial. Desde la perspectiva de las salidas de IED los países en desarrollo
también han registrado un incremento importante: mientras en 2000 eran el origen del 10% de la IED, su
participación aumentó al 30% en 2010. Estos fenómenos muestran la mayor relevancia de las economías
emergentes en la economía global y la importancia que están adquiriendo las inversiones entre países en
desarrollo, es decir “sur-sur”. Más aún, muchas empresas transnacionales de países en desarrollo están
implementando activas estrategias de internacionalización, especialmente de Asia en desarrollo, y en una
dimensión más modesta, también empresas de América Latina (CEPAL, 2011).

11
Gráfico II.2
Ingresos globales de inversión extranjera directa, por regiones, 2000-2011
(En porcentajes)

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 1S
Países desarrollados África América Latina y el Caribe Asia y Pacífico Economías en transición

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

II. 2 La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe

En las últimas décadas, América Latina ha experimentado profundos cambios que fomentaron un
aumento de los flujos de inversión extranjera. En primer término, las reformas económicas caracterizadas
por la liberalización comercial y financiera, la desregulación de mercados, la eliminación de restricciones
al capital extranjero, la privatización de empresas estatales —en particular las de servicios públicos—, y
el acceso al capital privado a la explotación de los recursos naturales, especialmente en la minería. En
segundo lugar, la mayor responsabilidad en el manejo macroeconómico, lo que ha contribuido a la
estabilidad de las economías domésticas. Finalmente, los avances que se han experimentado en
muchos países en la construcción de una institucionalidad más robusta y reconocida por la sociedad
civil. En este contexto, los flujos de IED han aumentado de manera sostenida y las empresas
transnacionales han ido adquiriendo gran relevancia en muchas actividades productivas y de servicios en
la mayoría de los países. Además, la IED se ha constituido en el componente más importante de los
flujos financieros recibidos por la región.
Durante la reciente crisis internacional, las empresas transnacionales limitaron sus planes de
expansión en la región, lo que se tradujo en una fuerte contracción de las corrientes de IED en 2009. Sin
embargo, la recuperación fue más rápida de lo que se esperaba y en 2010 los flujos de IED aumentaron en
forma significativa. En la mayoría de los países, la estabilidad y el crecimiento económico, la adopción de
políticas anti cíclicas y los altos precios de las materias primas, han reforzado el atractivo de la región para
nuevos emprendimientos de inversionistas internacionales (CEPAL, 2011). Más aún, durante el primer
semestre de 2011 la IED en América Latina y el Caribe tuvo un crecimiento del 54% respecto a igual periodo
del año anterior, destacándose el papel como receptores de Brasil y Colombia. Este desempeño es
particularmente positivo, teniendo en cuenta la coyuntura internacional y ratifica la buena posición global de la
región y el atractivo que posee para las empresas transnacionales. Sin embargo, esto podría revertirse si las
condiciones de la economía global continúan deteriorándose. Elementos como la crisis de deuda de países
europeos, el dilema fiscal de Estados Unidos y la volatilidad financiera global ponen cierta cuota de
incertidumbre sobre el financiamiento de las empresas transnacionales hacia futuro.

12
Gráfico II.3
América Latina y el Caribe: Flujos de Inversión Extranjera Directa, 1990-2010
(Miles de millones de dólares)

140

120

100

80

60

40

20

0
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010

América del Sur México, Istmo Centroamericano y el Caribe Total

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de Bancos
Centrales de América Latina y el Caribe.

Los principales receptores de IED en la región han sido las dos mayores economías, Brasil y México.
Mientras en la primera mitad de la última década México lideró los ingresos de IED, en la segunda mitad la
tendencia se invirtió a favor de Brasil, estimulada por el precio de los productos básicos y la favorable
evolución de su economía doméstica. Más aún, Brasil ha sido el destino del 50% del total de los flujos de IED
hacia América del Sur entre 2006 y 2010. En esta subregión, se destacan también Chile, Colombia, Argentina
y Perú. En el Istmo Centroamericano, Panamá y Costa Rica son los principales destinos para las empresas
transnacionales, mientras que en el Caribe destaca República Dominicana como principal destino.

Gráfico II.4
América Latina y el Caribe, mayores receptores de inversión extranjera directa, 2000-2010
(En millones de dólares – promedio en cada período)

0 5000 10000 15000 20000 25000 30000 35000

Brasil
México
Chile
Perú
Colombia
Argentina
Panamá
Uruguay
República Dominicana
Costa Rica
Honduras
Guatemala
2000-2005 2006-2010

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de Bancos
Centrales de América Latina y el Caribe.

13
Cuadro II.3
América Latina y el Caribe: Flujos de inversión extranjera directa 2000-2010
(Millones de dólares)

Diferencia
a
País 2000-2005 2006 2007 2008 2009 2010 2010-2009
(%)

América del Sur 37 969 43 410 71 227 91 329 54 550 85 143 56


Brasil 19 197 18 822 34 585 45 058 25 949 48 462 87
Chile 5 012 7 298 12 534 15 150 12 874 15 095 17
Perú 1 604 3 467 5 491 6 924 5 576 7 328 31
Colombia 3 683 6 656 9 049 10 596 7 137 6 760 -5
Argentina 4 296 5 537 6 473 9 726 4 017 6 193 54
Uruguay 393 1 494 1 329 1 809 1 258 1 627 29
Bolivia 350 278 362 508 426 651 53
Paraguay 48 95 202 209 99 268 171
Ecuador 839 271 194 1 001 319 164 -49
Venezuela 2 546 -508 1 008 349 -3 105 -1 404 55
México 22 722 19 779 29 714 25 864 15 206 17 726 17
Istmo Centroamericano 2 549 5 756 7 235 7 593 5 057 5 847 16
Panamá 656 2 498 1 777 2 402 1 773 2 363 33
Costa Rica 597 1 469 1 896 2 021 1 323 1 412 7
Honduras 418 669 928 1 006 523 798 52
Guatemala 334 592 745 754 574 678 18
Nicaragua 219 287 382 626 434 508 17
El Salvador 325 241 1 508 784 431 89 -79
El Caribe 3 557 6 043 6 187 9 735 5 563 3 917 -18
República Dominicana 932 1 085 1 667 2 870 2 165 1 626 -25
Trinidad y Tabago 842 883 830 2 801 709 549 -23
Bahamas 383 1 159 746 839 664 499 -16
Suriname 143 323 179 124 242 213 -12
Guyana 50 102 110 179 222 198 -11
Haití 12 160 75 34 37 150 303
Saint Kitts y Nevis 84 115 141 184 136 128 -6
Antigua y Barbuda 127 361 341 176 121 108 -11
Santa Lucía 76 238 277 166 152 105 -31
Belice 56 109 143 180 112 100 -11
b
San Vicente y las Granadinas 43 110 132 159 107 93 -13
Granada 65 96 167 148 104 90 -13
Dominica 26 29 48 57 42 31 -25
Anguila 60 143 120 101 46 25 -47
Montserrat 2 4 7 13 3 2 -19
Jamaica 595 882 867 1 437 541 … …
Barbados 63 245 338 267 160 … …
Total 66 796 74 987 114 363 134 521 80 376 112 634 40

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de Bancos
Centrales de América Latina y el Caribe.

En términos de sectores, la IED ha estado fuertemente concentrada en los servicios, debido a la


masiva privatización de empresas públicas y sus posteriores procesos de reorganización, ampliación y
modernización, agrupando cerca de la mitad de los ingresos de IED acumulados entre 2000 y 2010. En la

14
mayoría de los países, además de la fuerte presencia en servicios básicos regulados, como energía,
telecomunicaciones y saneamiento, las empresas extranjeras se han posicionado como agentes claves en
servicios financieros, comercio minorista, y desarrollo inmobiliario y turismo. En el periodo reciente, estas
actividades se han visto beneficiadas por el dinamismo de los mercados domésticos.
La otra mitad de las corrientes de inversión se reparte entre manufacturas y la exploración y
explotación de recursos naturales, principalmente minería. Sin embargo, la distribución sectorial de la IED en
estas actividades no ha sido homogénea entre los países de la región, y ha estado fuertemente determinada
por la especialización productiva. En América del Sur existe un predominio de la IED en actividades asociadas
a recursos naturales, mientras que en México, el Istmo Centroamericano y el Caribe han predominado las
inversiones en actividades exportadoras, tanto manufacturas como servicios. En el primer caso, se ha visto
favorecido por el propicio ciclo de los precios de los productos básicos de los últimos años. En el segundo, la
cercanía geográfica y el acceso preferencial al mercado de Estados Unidos, además de costos laborales
competitivos, han contribuido al establecimiento de plataformas de exportación en el sector automotor,
electrónica, confecciones y, recientemente, servicios empresariales a distancia. En el período reciente, estas
actividades han sido afectadas por el menor dinamismo de las economías desarrolladas, especialmente
Estados Unidos.

Gráfico II.5
América Latina y el Caribe: Distribución sectorial de los flujos de IED, 2005-2010
(Porcentajes)

100%

80%

60%

40%

20%

0%
2005-2009 2010 2005-2009 2010
América del Sur México, Istmo Centroamericano y el Caribe

Recursos naturales Manufacturas Servicios

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de los
Bancos Centrales de América Latina y el Caribe.

En términos del origen geográfico, Estados Unidos y la Unión Europea han dominado la IED
recibida por América Latina y el Caribe. En la última década, la Unión Europea fue responsable de cerca
del 43% de los ingresos, y Estados Unidos —principal país inversionista de la región— aportaba con
poco más del 20%. Entre los países de la Unión Europea, han sido relevantes las inversiones de las
empresas españolas. Sin embargo, en los últimos años surgen otros actores importantes. Por una parte,
la propia América Latina se ha convertido en un inversionista relevante en la región, con el despliegue de
activas estrategias de internacionalización de las translatinas. Por otra, la favorable coyuntura de los
recursos naturales, ha despertado el interés de empresas procedentes de China, siendo uno de los
fenómenos más llamativos registrados en los últimos años en la región (CEPAL, 2011).

15
Gráfico II.6
América Latina y el Caribe: Origen de la inversión extranjera directa
(Porcentajes)

2000-2005 2006-2010
Otros
Otros 10%
11%

A. Latina y A. Latina y
Caribe Caribe
5% 11%
Asia/Oceanía Unión Unión
3% Europea Europea 44%
43%
Canadá
4% Asia/Oceanía
6%

Canadá
5%

Estados
Unidos
34% Estados
Unidos
24%

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de los
Bancos Centrales de América Latina y el Caribe.

II. 3 Las inversiones de la Unión Europea en América Latina

A fines de los años noventa, América Latina se transformó en el principal destino de las inversiones de la
Unión Europea hacia países en desarrollo, y la Unión Europea en la principal fuente de IED para la
región. Los países inversionistas europeos más importantes eran Reino Unido, Alemania, Francia y los
Países Bajos, especialmente en manufacturas. A partir de ese momento, las empresas transnacionales
de España y Portugal también comienzan a desarrollar activas estrategias de internacionalización, y se
transforman en actores centrales de los procesos de privatización en los sectores de servicios que se
implementaban en América Latina. En este contexto, América Latina fue el destino principal de las
inversiones europeas en las economías en desarrollo, y especialmente de las españolas.
Sin embargo, el liderazgo latinoamericano en las inversiones europeas pierde dinamismo en la última
década. Esto se asocia por un lado por la incorporación de nuevos estados miembros al bloque y la creciente
relevancia del Medio Oriente y el norte de África en su agenda exterior. Por otro, por una posición menos
favorable en algunos países de América Latina y al menor atractivo de la región respecto a países de Asia,
como China. De este modo, la Unión Europea comienza a poner más relevancia en países asiáticos y en
países periféricos del bloque económico vis a vis los países de América Latina.
A pesar de esto, desde la perspectiva latinoamericana, la Unión Europea se consolida como la
principal región inversionista en la última década, siendo responsable de cerca del 43% del total de la IED.
Estas cifras agregadas obviamente esconden importantes diferencias a nivel de países. Por ejemplo, la Unión
Europea ha tenido una mayor importancia en América del Sur, particularmente en países del MERCOSUR y
Chile. De este modo, en la última década se aprecian dos fenómenos contrapuestos: desde la óptica europea,
una menor importancia de América Latina en sus inversiones externas; y desde la óptica latinoamericana, la
consolidación del bloque europeo como principal región de origen de la IED.

16
Gráfico II.7
Unión Europea: flujos de salida de inversión directa hacia regiones en desarrollo
(En millones de dólares)

200 000
180 000
160 000
140 000
120 000
100 000
80 000
60 000
40 000
20 000
-
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
África Asia América Latina y el Caribe Europa (fuera de UE)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos de la Oficina de Estadística de las
Comunidades Europeas (EUROSTAT).

Gráfico II.8
América Latina y el Caribe: inversión extranjera directa según origen, 2000-2010
(En millones de dólares)

60 000

50 000

40 000

30 000

20 000

10 000

-
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
- 10 000
Unión Europea Estados Unidos Canadá Asia/Oceanía A. Latina y Caribe

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de los
Bancos Centrales de América Latina y el Caribe.

17
Cuadro II.4
América Latina y el Caribe: origen de la inversión extranjera directa según países
(En porcentajes)

2000-2005 2006-2010

el Caribe

el Caribe
Unidos y

Unidos y
Europea

Oceanía

Europea

Oceanía
América

América
Estados

Estados
Latina y

Latina y
Canadá

Canadá
Asia y

Asia y
Unión

Unión
Países

Otros

Otros
Total

Total
América
37,8 43,2 5,3 2,6 11,1 100 28,2 40,0 8,5 6,2 17,1 100
Latina
Argentina 13,5 47,6 21,5 0,0 17,4 100 16,3 44,7 24,9 1,5 12,7 100

Brasil 22,2 53,9 3,9 4,7 15,4 100 14,4 44,6 5,3 13,6 22,2 100
Chile 31,9 51,9 5,0 2,1 9,1 100 29,3 35,7 6,2 0,1 28,7 100
Colombia 25,5 41,8 12,9 0,6 19,2 100 38,2 6,5 43,9 0,6 10,8 100
Costa Rica 64,3 13,6 17,3 0,0 4,8 100 60,4 13,6 8,7 0,5 16,8 100
-
Ecuador 24,0 10,5 34,8 1,4 29,3 100 -9,4 33,3 71,5 14,6 100
10,0
México 58,9 33,7 1,2 2,0 4,2 100 49,4 43,3 1,4 0,9 5,0 100
- -
Paraguay 53,7 56,7 16,7 -4,5 100 87,4 10,9 17,3 2,4 100
22,6 17,9
República
47,1 34,7 4,0 -3,1 17,2 100 43,1 30,7 23,3 3,1 -0,2 100
Dominicana
Uruguay 6,0 28,5 17,3 0,0 48,2 100 6,5 16,3 34,2 0,9 42,1 100

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras y estimaciones oficiales de los
Bancos Centrales de América Latina y el Caribe.

En términos de acervo de IED, España es el país con mayores inversiones en la región, y cerca
del 60% de sus inversiones fuera de la Unión Europea se encuentran en América Latina. En efecto, en
los noventa el proceso de privatizaciones en la región ofreció oportunidades muy atractivas para las
empresas españolas, que estaban comenzando a implementar activas estrategias de
internacionalización. Así, en la segunda mitad de los noventa las inversiones españolas en el exterior
tuvieron un auge sin precedentes y América Latina se convirtió en destino prioritario. Orientadas por una
estrategia de búsqueda de acceso a mercados, estas empresas iniciaron su expansión en el Cono Sur,
para luego expandirse a toda la región, principalmente Brasil. Así, España se convirtió en el segundo
inversor en la región, detrás de Estados Unidos. Este proceso fue encabezado por un reducido grupo de
grandes empresas, encabezadas por Telefónica, Endesa, Repsol y los bancos Santander y BBVA.
Posteriormente, empresas de sectores de la construcción, turismo y en actividades financieras, como
seguros, siguieron la trayectoria de las compañías pioneras.
A partir del 2007, las inversiones españolas han evidenciado una caída en la región. De hecho, en el
2010 alcanzaron cifras en torno a 3 mil millones de dólares, por debajo de la IED procedente de Francia y
Reino Unido. Al mismo tiempo, las inversiones de los Países Bajos han aumentado considerablemente, y de
hecho tiene los mayores flujos acumulados de inversión directa en la región en los últimos años. Las
inversiones de los Países Bajos se han dado fundamentalmente en Brasil y México y a través de grandes
adquisiciones de empresas manufactureras. Sin embargo, es importante tener en cuenta aspectos tributarios
que convierte a este país en una locación atractiva para la transferencia de recursos financieros a terceros
mercados, lo que sobreestima su relevancia en América Latina.

18
Gráfico II.9
America Latina y el Caribe: flujos acumulados de IED 2005-2010
(En millones de dólares)

Italia

Alemania

Francia

Reino Unido

España

Países Bajos

- 10 000 20 000 30 000 40 000 50 000 60 000

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Históricamente, las inversiones europeas en la región se han concentrado en las mayores


economías. En términos del acervo de IED, Brasil es el principal receptor de inversiones europeas, seguido
de México, Argentina y Chile. En la última década en tanto, en concordancia a los patrones históricos, los
flujos de inversión extranjera directa europea se han dirigido a las mayores economías, y las grandes
empresas europeas han sido protagonistas de algunas de las mayores fusiones y adquisiciones
transfronterizas que ha registrado América Latina y el Caribe. Más aún, la presencia de empresas
transnacionales europeas está en una amplia gama de actividades tanto de manufacturas como de servicios,
y muchas de ellas son líderes en sus respectivos sectores.

Gráfico II.10
Unión Europea: flujos de IED hacia América Latina y el Caribe
(En porcentajes)

Otros, 9% Colombia, Otros, 4%


Colombia, 3%
0%
Chile, 5%

Chile, 10%
Brasil, 42%

México, 22%
Brasil, 52%

México,
30%

Argentina , Argentina ,
9% 14%

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos de la Oficina de Estadística de las
Comunidades Europeas (EUROSTAT).

19
La inversión europea en la región presenta algunas características importantes que es
importante destacar.
• En primer lugar, la inversión europea tiene un alto componente de inversión en nueva planta
(greenfield investments), que son el mecanismo fundamental para la creación de
encadenamientos productivos, aumentos en el empleo, fortalecimiento del empresariado
local y transferencias de tecnología. En los últimos años, cerca del 50% de los proyectos de
IED en nueva planta en la región tienen como origen a empresas transnacionales de la
Unión Europea.
• En segundo término, para América Latina las inversiones europeas son muy relevantes en
materia de tecnología. Es así que el 64% de las inversiones de IED en actividades de I+D en
la región proviene de la Unión Europea, generando valiosos efectos en términos de
transferencias de tecnología, creación de nuevas capacidades e innovación. Estas
actividades están localizadas fundamentalmente en Brasil en sectores como química,
automotriz, biotecnología y petróleo. En estas áreas, Brasil ha logrado desarrollar
importantes capacidades, y muchas de las actividades de I+D realizadas por empresas las
empresas europeas se ejecutan en conjunto con empresas locales o universidades. Las
empresas transnacionales alemanas tienen un rol muy relevante en éste ámbito.

Cuadro II.5
Mayores empresas transnacionales de la Unión Europea en América Latina
(En millones de dólares)

a
Nro. Empresa País Sector Ventas
1 Telefónica de España España Telecomunicaciones 29 915
2 Volkswagen Alemania Automotriz/Autopartes 22 724
3 Repsol ‐YPF España Petróleo/Gas 16 817
4 Anglo‐American Plc Reino Unido Minería 13 021
5 Royal Dutch‐Shell Group Países Bajos/Reino Unido Petróleo/Gas 12 040
6 Arcelor Mittal Luxemburgo/Países Bajos Siderurgia/Metalurgia 11 397
7 Endesa España Energía 9 366
8 Carrefour Francia Comercio 8 405
9 BHP Billiton Australia/Reino Unido Minería 8 182
10 Fiat Italia Automotriz/Autopartes 8 173
11 Unilever Países Bajos/Reino Unido Agroindustria 6 870
12 Iberdrola España Energía 5 240
13 Italia Telecom Italia Telecomunicaciones 5 223
14 Peugeot‐Citroen Francia Automotriz/Autopartes 4 632
15 Siemens Alemania Electrónica 4 167
16 British American Tobacco Reino Unido Tabaco 3 942
17 Portugal Telecom Portugal Telecomunicaciones 3 609
18 Renault Francia Automotriz/Autopartes 3 429
19 BASF Alemania Química/Farmacia 3 364
20 Nokia Finlandia Electrónica 3 343
21 Danone Francia Alimentos 2 983
22 Bayer Alemania Química 2 626
23 Philips Países Bajos Electrónica 2 535
24 Bosch Alemania Automotriz/Autopartes 2 227
25 Volvo Suecia Automotriz/Autopartes 2 137

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).


a
Las ventas corresponden a las ventas consolidadas de sus operaciones en América Latina en 2007.

20
Finalmente, es importante mencionar, que grandes compañías latinoamericanas, las denominadas
translatinas, han aumentado de manera significativa sus inversiones en el exterior. A pesar, que esta
dinámica está aún bastante concentrada en algunas pocas empresas, esencialmente de Brasil, México,
Argentina, Chile y Colombia, en un limitado espectro de actividades productivas y de servicios, y con un fuerte
sesgo regional, la Unión Europea ya comienza a aparecer en el radar de estas empresas líderes.

21
III. Las pymes en América Latina

III.1 Definición e importancia de las pymes en América Latina

Las pequeñas y medianas empresas son agentes económicos importantes para promover el desarrollo
de los países de América Latina y el Caribe. Una parte significativa de la población y de la economía de
los países de la región depende de la actividad y desempeño de este tipo de empresas debido a su
reconocida capacidad para generar empleo. Durante las últimas dos décadas los diferentes gobiernos de
los países de la región han implementado distintos instrumentos y programas de apoyo a las pymes para
mejorar su desempeño económico, fomentar su desarrollo productivo y generar un ambiente de negocios
favorable. Las iniciativas se han implementado en diferentes áreas, como acceso al crédito, asistencia
técnica para introducir mejoras en la gestión y la calidad, ampliación y búsqueda de mercados,
internacionalización y participación en el comercio, capacitación de los recursos humanos y el desarrollo
empresarial, entre otras.
Este amplio y diversificado abanico de iniciativas indica la existencia de enriquecedoras experiencias
de apoyo a las pymes en los países de la región (CEPAL et al., 2011); la implementación de acciones de
fomento desde la política pública genera aprendizaje en la medida que ha sido acompañada por la creación,
desarrollo y sostenibilidad de las instituciones especializadas encargadas de su ejecución. En ese sentido,
diferentes estudios muestran los avances que se han conseguido en los diferentes países mediante la
implementación de acciones concretas e instrumentos innovadores. En la actualidad, la región cuenta con un
acervo de buenas prácticas en el fomento a las pymes que puede servir de base para avanzar hacia formas
de apoyo más sistémicas e integradas. En contraste con estas evidencias que ofrecen los casos de éxito, en
general persisten problemas de información para conocer la magnitud y extensión del universo de pymes en
los países; generalmente acompañada por la falta de evaluaciones de impacto que permitan comprobar la
eficiencia y cobertura de los instrumentos de apoyo.
Para lograr un salto cualitativo en la implementación de las políticas de apoyo a las pymes es
necesario considerar la complementación de la política pública con la introducción de mejoras en los sistemas
de ejecución, el establecimiento de mecanismos de coordinación institucional, el fomento de los vínculos
públicos y privados y la continuidad de los programas para generar mayores capacidades en las instituciones
y acumular aprendizajes. Tal como se señala en la publicación de CEPAL “La hora de la igualdad. Brechas
por cerrar, caminos por abrir”, las pymes son parte de un heterogéneo universo empresarial al interior del cual
conviven fuertes diferencias de productividad. Esto obliga a una mayor focalización de los instrumentos
prestando especial atención a las diferentes características de las firmas, identificando a aquellas más
dinámicas y con mayor capacidad para generar empleo, así como profundizar el trabajo con las empresas
más maduras incorporando tecnologías que permitan la actualización de sus capacidades productivas.
Las pymes muchas veces son parte de encadenamientos productivos en los cuales participan
empresas de distinto tamaño y sectores. Abordar este tipo de realidad productiva requiere de un enfoque de
política integral y sistémica que puede tener alto impacto si se incluyen elementos de mejora de la
competitividad de las firmas junto con la consideración de variables territoriales, sectoriales e institucionales.
En este plano es importante considerar la continuidad de las acciones de apoyo construyendo lazos de
coordinación y complementación entre las instituciones públicas en un marco de colaboración con las
organizaciones del sector privado. De este modo, los programas e instrumentos de apoyo a las pequeñas y

22
medianas empresas deben ser parte de una visión integradora que contemple estas políticas en el marco de
los propósitos centrales de la estrategia de desarrollo productivo. De esta forma, la creatividad, energía y
vitalidad que han demostrado los países de la región como capacidad de respuesta a los factores críticos
permitirán avanzar hacia un desarrollo con igualdad.
La clasificación de empresas por tamaño se basa, en general, en criterios que contemplan la
facturación anual, la cantidad de trabajadores o una combinación de ambas. Algunas definiciones también
consideran la pertenencia sectorial de las empresas. Así, en la región no se cuenta con un criterio uniforme
para la definición de las pymes, lo que obstaculiza la realización de estudios comparativos e impide contar
con un número agregado del número de agentes así como de los trabajadores que emplean. En algunos
casos, coexisten diversos parámetros dentro de un mismo país. Más aún, la multiplicidad de definiciones para
las empresas de menor tamaño provoca complicaciones a la hora de implementar y evaluar políticas de
apoyo. Adicionalmente, la información cuantitativa sobre estas empresas es escasa y a menudo de mala
calidad. Por esta razón es difícil analizar el desempeño de las pymes, así como también los resultados de los
programas de apoyo. Por tanto, los datos deben considerarse como aproximaciones, siendo relevante la
complementación de información cuantitativa y cualitativa. Sin embargo, es importante destacar que en
algunos países se están llevando adelante iniciativas dirigidas a mejorar la calidad y cantidad de la
información sobre este tipo de empresa.
Ahora bien, más allá de los problemas de información, las pymes son agentes productivos muy
relevantes para los países de América Latina y el Caribe. Su importancia radica no solo en su participación en
la economía sino que también se fundamenta en sus implicancias sociales y sus vínculos con la política
pública y la sociedad. Asimismo, las pymes son parte de un universo de agentes sumamente heterogéneos
que poseen diferentes características según el sector de actividad en el que operan, los mercados atendidos,
los productos elaborados y su nivel de inserción y vínculos con el contexto macroeconómico y con las
instituciones de apoyo en los países.
En los países más grandes de la región, las pequeñas y medianas empresas tienen mayor presencia
relativa en la estructura industrial en términos de producción y ventas; esto no es así en las economías
pequeñas, donde las grandes empresas producen generalmente una parte importante de los bienes de
consumo que predominan en la estructura industrial. En términos estilizados se puede decir que en los países
de mayor tamaño y con estructuras productivas más desarrolladas (Brasil, México y Argentina), los principales
sectores de las pymes son alimentos, textiles y confecciones, productos químicos y plásticos y
metalmecánica. En economías de tamaño medio (Chile, Colombia, el Ecuador, el Perú y Venezuela)
predominan industrias alimenticias y químicas; a diferencia del grupo anterior se observa escasa presencia de
las pymes en la producción metalmecánica. En países más pequeños (Costa Rica, Nicaragua, Uruguay) las
pymes predominan en la industria de alimentos. La concentración de la producción en productos alimenticios
se deriva de su especialización en sectores con uso intensivo de mano de obra sustentado en ventajas
comparativas naturales o en pequeñas economías de escala. Estas actividades están orientadas
mayoritariamente a los mercados internos, con bajísima participación en exportaciones directas.

23
Cuadro III.1
Definiciones de las micro, pequeñas y medianas empresas en países seleccionados

Argentina1 Brasil2 Chile3 Colombia4 México5 El Salvador6

Máximo de Estatuto
Estatuto Otros
ventas SEBRAE Pyme Traba- Valor de Trabajado- Traba- Ventas
Pyme (traba- Ventas
anuales por (trabaja-dores) (factura- jadores activos res jadores anuales
(ventas) jadores)
sector ción anual)

1 a 19
(industria y
US$ 148 mil - constru- US$ 150 US$ 110 Hasta US$ US$ Hasta US$
Micro 1a9 Hasta 10
600 mil cción)/1 a 9 mil mil 10 140 mil 320 mil 10 100 mil
(comercio y
servicios)

20 a 99
11 a 30
(industria y
US$ 1 millón (comercio) US$ 8
constru- US$ 1,5 US$ 1,1 US$ 1,4 US$ 1
Pequeña – 3,5 10 a 49 11 a 50 /11 a 50 millo- 11 a 50
cción)/10 a 49 millones millones millones millón
millones (industria y nes
(comercio y
serv.)
servicios)

Hasta 100
US$
US$ 6 (comercio y
US$ 4,5 51 a US$ 8,9 20 US$ 7
Mediana millones - 28 – – 50 a 199 servicios) 51 a 100
millones 200 millones millo- millones
millones /Hasta 250
nes
(industria)

Fuente: Goldstein, E. y M. Kulfas (2011), “Alcances y limitaciones de las políticas de apoyo a las pymes en América Latina.
Debates hacia un nuevo marco conceptual y de implementación”, en Apoyando a las pymes: políticas de fomento en América
Latina y el Caribe, C.Ferraro (compilador) CEPAL AECID, Santiago de Chile, 2011.
1
Los rangos de ventas se establecen por sectores, siendo el más bajo para agro (y comercio) y el tope más alto para industria y minería.
2
No hay una clasificación unificada. Además de las presentadas, están las del IBGE y del BNDES.
3
Según el estatuto pyme se utiliza la clasificación por ventas, con excepción de aquellas normas que indiquen lo contrario.
4
Deben cumplirse ambos criterios en forma conjunta.
5
Se establece un tope máximo combinado = (trabajadores) x 10% + (ventas anuales) x 90%
6
Deben cumplirse ambos criterios en forma conjunta.

La participación de las pymes en la economía es heterogénea dependiendo de la variable de análisis,


siendo importante en el empleo, algo menor en la producción y muy pequeña en relación a las exportaciones
directas. La mayor participación en el empleo que en la producción indica bajos niveles relativos de
productividad, y su limitada participación en las exportaciones muestra una fuerte orientación al mercado
interno. Este conjunto de agentes económicos de menor tamaño es utilizado como una categoría de análisis y
constituye el grupo objetivo de las políticas pymes. Algunos países han puesto especial atención también a
las microempresas incorporando este segmento en el conjunto de beneficiarios de la política de apoyo. Esta
incorporación aumenta los niveles de heterogeneidad al interior del conjunto de las micro, pequeñas y
medianas empresas (MIPYME). De esta forma, el segmento de las MIPYME está formado por agentes
productivos que van desde microempresas de subsistencia a empresas pequeñas y medianas de gran
dinamismo, con participación en cadenas de producción nacional o internacional o que exportan. Las
MIPYME representan más del 90% del número de empresas de la región.

24
Cuadro III.2
Participación de las pymes en el total de la economía formala
(En porcentajes)

País Número de empresas Empleo Ventas

Argentina 26,8 43,6 41,0


Brasil 15,4 42,6 25,9
Chile 17,2 21,2 18,3
Colombia 3,8 32,0 17,1
Ecuador 44,3 24,0 15,9
El Salvador 8,2 27,7 34,3
México 4,3 30,8 26,0
Perú 1,9 11,9 27,0
Uruguay 21,2 47,0 n.d.

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información oficial.
a
La información corresponde a diferentes años según cada país (véase Ferraro y Stumpo, 2010).

Un análisis del desempeño relativo de estas empresas respecto de empresas de mayor tamaño en
América Latina y en países con mayor nivel de desarrollo muestra tres aspectos importantes. En primer lugar,
existen diferencias significativas de productividad entre las firmas de mayor y menor tamaño, independiente
del país analizado. En segundo lugar, las diferencias de productividad entre empresas es mayor en los países
de América Latina vis a vis los países de Europa. Un tercer aspecto a destacar está vinculado con las
diferencias de productividad al interior del segmento de empresas de menor tamaño relativo; las diferencias
entre micro empresas, pequeñas empresas y medianas empresas son nuevamente mayores en América
Latina en comparación con países europeos. Mientras en Brasil la productividad de una microempresa es
25% de la productividad de una empresa mediana y 37% de la de una empresa pequeña, en España estas
mismas relaciones son de 60% y 73%, respectivamente. De esta manera, la heterogeneidad productiva a
nivel de agentes en la región es bastante mayor respecto a la existente en países con mayor nivel de
desarrollo, siendo esta una característica central de la estructura productiva de América Latina y un elemento
clave a la hora de considerar las políticas de apoyo.

Cuadro III.3
Productividad relativa de empresas, según tamañoa
(En porcentajes)

Países Micro Pequeñas Medianas Grandes


Argentina 24 36 47 100
Brasil 10 27 40 100
Chile 3 26 46 100
México 16 35 60 100
Perú 6 16 50 100
Alemania 67 70 83 100
España 46 63 77 100
Francia 71 75 80 100
Italia 42 64 82 100

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).


a
La información corresponde a diferentes años según cada país (véase CEPAL, 2010).

25
III.2 Las políticas de apoyo a las pymes

La elevada heterogeneidad tiene importantes consecuencias para el diseño y la implementación de


políticas, pues es muy difícil diseñar e implementar políticas pymes relativamente homogéneas para tal
conjunto de agentes. Por ello, se necesitan programas, instrumentos y modalidades de intervención
distintos que tomen en cuenta estas diferencias. Un elemento adicional de complejidad para el tratamiento
de este segmento está dado por un alto porcentaje de firmas que no están registradas, no están legalmente
constituidas ni poseen autorizaciones. En efecto, en ciertos países los niveles de informalidad alcanzan
cifras en torno al 40% y 50%, lo que genera dificultades adicionales en la elaboración de políticas de apoyo.
Asimismo, como hemos mencionado, la información estadística sobre este tipo de agentes económicos es
escasa y de mala calidad. Los datos son fragmentados, en base a series no homogéneas, poco
comparables y de baja recurrencia, lo que dificulta una aproximación precisa de las características de las
empresas y el seguimiento de su desempeño y contribución a la economía, e impone serias restricciones
para la elaboración, implementación y evaluación de políticas de apoyo.
Asimismo, la experiencia en América Latina muestra que existe una gran brecha entre la formulación
de las políticas de apoyo a las pymes y lo que se implementa (Ferraro y Stumpo, 2010). Muchos países han
formulado, aprobado y anunciado políticas pymes que no siempre se ponen en marcha. Varias causas
explican estas fallas de implementación, entre las que destacan problemas operativos; objetivos múltiples y
frecuentemente contradictorios; carencia de recursos financieros y humanos capacitados, y débiles alianzas
entre actores públicos y privados. En ese sentido, el diseño de las políticas pymes debe considerar
explícitamente instituciones que la implementarán. En términos de desarrollo institucional se aprecian también
diferencias relevantes entre los países de la región. Frente a instituciones con amplia experiencia, alcance y
capacidad operativa, existen otras que están sólo en una fase incipiente de desarrollo y que carecen del
poder necesario para unificar y articular los esfuerzos dirigidos hacia las pymes. Más aun, en algunos países,
no hay esfuerzos sostenidos para el desarrollo de estas capacidades institucionales y sólo se observa un
conjunto de acciones aisladas, con baja coordinación y continuidad.
Pese a estas diferencias, en general las instituciones responsables del diseño e implementación de
las políticas enfrentan una fuerte restricción de recursos humanos y financieros. El gasto directo de apoyo a
las pymes en los países de la región, en el mejor de los casos, alcanza valores inferiores al 0,1% del PIB, al
tiempo que en muchos países no llega a 0,01%. En los últimos años, en varios países, como Argentina,
Brasil, Ecuador, El Salvador, México y Uruguay, aumentaron los recursos financieros disponibles para las
pymes. Sin embargo, la dependencia de fondos de la cooperación internacional sigue siendo elevada. En
otros casos, hay áreas de importancia estratégica, como el crédito, que operan esencialmente con recursos
externos. Así, la disponibilidad de recursos depende de decisiones que no son tomadas por las autoridades
del país, sino que responden a lógicas y restricciones de los organismos multilaterales, las agencias de
cooperación internacional o de los países donantes.
Las instituciones de apoyo a pymes, en muchos casos, disponen también de una baja capacidad
para utilizar los recursos disponibles, lo que representa una limitación adicional para el incremento de los
fondos asignados. En varios países, el presupuesto anual disponible para programas específicos o áreas
enteras de intervención queda ampliamente subutilizado. Esto significa que no se trata simplemente de
incrementar el presupuesto asignado a las instituciones de fomento, sino también de mejorar su capacidad
para definir estrategias, diseñar políticas y poner en ejecución los instrumentos y mecanismos de apoyo. El
diseño e implementación de una estrategia de apoyo a las pymes que permita transformarlas en actores
dinámicos del desarrollo productivo y la competitividad internacional requiere un esfuerzo que no se puede
limitar al corto o mediano plazo. Debe ser sostenible en períodos de tiempo que exceden la duración de un
mandato gubernamental. Por ello, es necesario construir consenso sobre el papel de esas políticas en el
conjunto de las políticas de Estado, con el objetivo de generar capacidades institucionales y de aprendizaje
mediante procesos graduales y acumulativos.
En primer lugar, es necesario diseñar un proyecto institucional de largo plazo, garantizando
continuidad al personal gerencial y técnico más allá de los cambios políticos. Los procesos de aprendizaje
institucional se basan esfuerzos de largo plazo, vinculados con la formación de competencias y evaluaciones
sistemáticas de las intervenciones realizadas. Mediante la evaluación es posible no sólo medir los resultados

26
y el impacto de los instrumentos y programas, sino también analizar su funcionamiento y verificar si aportan a
la estrategia global. En segundo lugar, el fortalecimiento institucional debe acompañarse por un incremento
paulatino y progresivo de los recursos financieros, dados los muy bajos montos que actualmente se asignan a
las políticas de pymes. No sólo hay tener en cuenta estos recursos, sino también el capital humano necesario
para llevar adelante esas políticas. En muchos casos, se requiere una estrategia de formación de recursos
humanos, en particular en áreas como articulación productiva y descentralización operativa de los
instrumentos, lo que frecuentemente demanda la formación de recursos humanos fuera de las capitales o
principales ciudades de los países.
Para corregir las fallas de implementación de las políticas para las pymes es necesario también
que éstas se incorporen en la agenda de los gobiernos como parte de una estrategia de desarrollo
productivo, articulando sus ámbitos de acción e instrumentos con las políticas industriales, las
estrategias de inserción internacional e integración regional, y las políticas tecnológicas. Además es
imprescindible elevar la jerarquía y el peso político de las instituciones encargadas de las políticas para
pymes en las estructuras de gobierno para así aumentar su eficiencia y legitimidad en la sociedad, con el
consecuente aumento del compromiso institucional en la asignación de recursos financieros y humanos
para su implementación.

III.3 Internacionalización de las pymes

Las pymes participan con cerca del 9-10% de las exportaciones en promedio para la región. Sin
embargo, existen importantes diferencias entre países. De acuerdo a la información disponible, que es
escasa, fragmentada, a veces sólo disponible para el sector industrial y no estrictamente comparable
debido a las distintas definiciones de tamaño de empresas entre países, el rango de la participación de
las MIPYME en las exportaciones totales varía entre 24% en Brasil y 2.2% en Chile. Bolivia en tanto
presenta una participación de las pymes en las exportaciones en torno al 3.1%, mientras en Argentina y
Venezuela, solamente en el sector industrial, su participación alcanza el 8% y 9%, respectivamente. Las
MIPYME en Costa Rica en tanto representan el 16% de las exportaciones.

En términos más desagregados, las pequeñas empresas tienen, obviamente, menor participación en
las exportaciones que las empresas medianas. En Brasil, las pequeñas empresas participan con el 11% de
las exportaciones, mientras que las medianas alcanzan el 13%. En el caso de las empresas pymes
especiales en Brasil, las exportaciones se concentran en productos agrícolas –café, soja, azúcar, de caña- así
como minerales y calzados. Por su parte, las pymes no especiales presentan exportaciones especialmente
industriales de baja tecnología. En Bolivia, las participaciones de las pequeñas y medianas empresas
alcanzan 0.2% y 2.8%, respectivamente. En Chile en tanto, gran parte de las actividades exportadoras se
concentran el sector de comercio, con cerca del 40% del total de las exportaciones asociadas a pymes. Otro
de los sectores importantes y en donde la pymes presentan un grado de internacionalización mayor es el
agropecuario, en donde el 15% de las exportaciones se vinculan a actividades de las pymes. Por su parte, en
Argentina las pequeñas empresas industriales representaban un 1.6% de las exportaciones en 2006,
mientras que las medianas un 6.5%. Los sectores en donde las pymes tienen mayor relevancia en las
exportaciones son alimentos, productos químicos y maquinaria y equipos. Por su parte, algunos de los
sectores con mayor dinamismo en el crecimiento de las exportaciones de pymes durante el período 2003-
2006 fueron los sectores de maquinaria y equipos, metales, muebles y madera, entre otros.
Si bien la participación de las MIPYME en las exportaciones directas es baja, existe evidencia,
aunque no datos cuantitativos, sobre la participación indirecta de las pymes en el comercio exterior a través
de sus vínculos productivos con empresas grandes exportadoras, de la venta de su producción a traders que
venden en mercados internacional y de su participación en encadenamientos productivos que pueden tener
grados importantes de internacionalización. Es decir que la internacionalización de las MIPYME es más que la
participación directa de estas empresas en las exportaciones.
Todos los países disponen de instrumentos para facilitar la inserción externa de las pymes. En
algunos casos se trata de una serie de medidas aisladas; mientras que en otros es una estrategia más
completa, que incluye actividades para establecer vínculos con empresarios externos, servicios de

27
consultorías o investigaciones de mercado, líneas de financiamiento y otras (Goldstein y Kulfas, 2011). La
presencia de instituciones especiales encargadas de la promoción del comercio exterior, o incluso de bancos
de desarrollo que cuentan con instrumentos para financiar las exportaciones, es un indicativo de la intención
de los gobiernos para mejorar la inserción de las pequeñas y medianas empresas en los mercados externos.

Cuadro III.4
Participación de pymes en las exportaciones, 2006
(En porcentajes)

Países / Empresas Micro Pequeñas Medianas Pymes


a
Argentina 0,3 1,6 6,5 8,1
b
Brasil 0,3 11,2 13,2 24,7

Chile . . . 2,2

c
Costa Rica . . . 16,0

Bolivia 0,02 0,2 2,8 3,1


d
Venezuela . . . 9,0

Fuente: División de Desarrollo Productivo, CEPAL.


a
Corresponde al sector industrial;
b
En Brasil, la categoría de pequeñas empresas incluye empresas “especiales” que tienen menos de 100 empleados y
exportaciones superiores a 2.5 millones de dólares;
c d
Dato correspondiente a 2009; Corresponde al sector industrial, promedio para el período 2000-2007.

A pesar de ello, en la mayoría de los casos se trata de estrategias incompletas o que no disponen de
los recursos suficientes. En este ámbito, nuevamente, es importante considerar la heterogeneidad del
universo pyme. Si bien solo un pequeño segmento tiene la capacidad de insertarse en mercados externos,
vale la pena implementar una estrategia específica para potenciar el crecimiento de ese grupo. La estrategia
debe ser integral, incluyendo no solo créditos para las empresas sino también asistencia técnica, y tiene que
ser coordinada con las políticas que fomentan la competitividad de las pymes.
El rol del Estado no puede ser prescindente en la internacionalización de las micro, pequeñas y
medianas empresas ya sea mediante la facilitación y apoyo a la exportación directa como en relación a un
enfoque más amplio de internacionalización que contemple la participación en redes de producción que
apuntan a mercados externos. Las facilitaciones administrativas que favorecen el comercio exterior si bien
son importantes no son suficientes. Las medidas horizontales de simplificación de trámites, mejoras en los
sistemas de transporte y logística deben ser complementadas con esfuerzos de capacitación y apoyo al
sector de MIPYME exportadoras y con potencial para búsqueda de nichos y oportunidades de mercado que
permitan un salto cualitativo y mejoras en la productividad y competitividad de estos agentes. El impacto de
estos instrumentos y programas se potencia cuando hacen parte de una estrategia país de inserción
internacional en el marco de una política de desarrollo productivo. Esta situación abre un espacio para la
construcción de políticas públicas basadas en el enfoque que considera que las ventajas competitivas tienen
un carácter dinámico y que se pueden construir a partir de un proceso proactivo y continuo que exige fuerte
coordinación y articulación entre diferentes iniciativas del sector público y el sector privado. Esto no es
automático ni surge del accionar del mercado. En mercados oligopólicos con fuertes fallas, en especial en la
selección de conductas de los agentes y en el acceso a la información, aparece un conjunto de factores que
resultan determinantes para la creación de ventajas competitivas.
Los temas vinculados a la participación de las pymes en las exportaciones no solo son
importantes en términos de comercio exterior sino que están relacionados con un debate en torno a los
problemas estructurales que perduran en la región originados en la heterogeneidad entre los agentes
económicos y entre diferentes sectores que dificulta avanzar en un sendero de desarrollo con igualdad.

28
IV. Conclusiones

La inversión extranjera directa y la presencia de empresas transnacionales de la Unión Europea en América


Latina y el Caribe ofrecen amplias posibilidades para el desarrollo y la profundización de las relaciones entre
ambas regiones si estos importantes factores económicos se consideran en forma conjunta con la dinámica
de las pequeñas y medianas empresas como parte integrante de complejos productivos.
Un enfoque basado en complejos productivos puede conducir a un aumento del impacto de los
instrumentos de apoyo cuando estos son aplicados a empresas de la misma cadena productiva, en el marco
de un plan de desarrollo sectorial o regional, o de un conjunto de nuevos emprendimientos dinámicos en
sectores con alta intensidad de conocimiento y posibilidades de agregar valor. Estos complejos productivos
pueden estar integrados por empresas de diferente tamaño entre las cuales se incluyen las pymes y sus
relaciones con las grandes firmas nacionales o extranjeras, en su condición de demandantes de bienes y
servicios. Para ello es importante contar con una perspectiva amplia y sistémica que identifique las
oportunidades de actuación en función de las capacidades productivas de esas redes entre empresas de
diferente tamaño considerando sus potencialidades, limitaciones, eslabones más débiles o faltantes así como
las situaciones de asimetría que se generan.
De esta forma no solo se debe considerar la entrada de IED, sino también las relaciones causales
entre sus determinantes económicos, las expectativas y propuestas de los países receptores para aumentar
sus beneficios potenciales y disminuir los problemas que surgen en la materialización de las inversiones.
Desde esta óptica cobra importancia la iniciativa de los gobiernos para diseñar estrategias que permitan la
integración de la IED al desarrollo de capacidades productivas en los países para lo cual se requiere una
fuerte coordinación y articulación entre diferentes instituciones y actores. Este enfoque ofrece a las pymes de
América Latina y el Caribe una oportunidad de desarrollo mediante la incorporación a mercados globales, en
la medida que puedan integrarse a encadenamientos productivos en los que puedan agregar valor y mejorar
su competitividad.
En la práctica, los potenciales beneficios de la IED no son automáticos y se observa una ampliación
de la brecha entre las expectativas que se generan y los resultados que se obtienen en la realidad. En primer
lugar, los países receptores normalmente esperan que la IED asociada a la explotación de materias primas
produzca exportaciones basadas en recursos naturales con alto contenido local, para así generar empleo de
calidad en zonas no urbanas, y que incremente los ingresos fiscales, vía impuestos, entre otros beneficios. La
experiencia reciente en la región muestra que han surgido ciertos problemas relacionados fundamentalmente
con el hecho de que las actividades de las empresas transnacionales asumen la forma de enclaves que no se
integran en las economías locales, generando escasos encadenamientos productivos, poca incorporación de
valor agregado y bajo grado de procesamiento local. Asimismo, los ingresos por concepto de impuestos sobre
los recursos no renovables resultan escasos; a esto se agregan complicaciones asociadas a la inestabilidad
de los precios internacionales de los productos primarios, así como la contaminación del medio ambiente.
En segundo término, cuando la IED está orientada a la búsqueda de mercados locales o
subregionales —tanto de bienes como de servicios—, las expectativas de los gobiernos en los países
receptores se centran en la creación de nuevas actividades productivas, el mejoramiento de la competitividad
sistémica de la economía, el incremento del contenido local, la promoción de nuevos encadenamientos
productivos, el mayor desarrollo empresarial local y el logro de mejoras en cuanto a cobertura, costo y calidad
de los servicios locales, entre otros. Nuevamente, la experiencia reciente indica que este tipo de IED ha
estado acompañada de diversos problemas en América Latina. En efecto, los mayores costos y la menor
calidad de estos productos o servicios respecto del mercado internacional tienden a limitar su competitividad;
también han aparecido problemas regulatorios y normativos, especialmente en economías con dificultades
macroeconómicas, donde ha crecido el número de disputas provenientes de compromisos internacionales
(tratados de libre comercio y acuerdos de protección y promoción de inversiones).
En tercer lugar, con respecto a las empresas transnacionales que buscan mejorar su eficiencia para
la conquista de terceros mercados, los países huéspedes esperan aumentar y mejorar el nivel y la
competitividad de sus exportaciones de manufacturas, tener acceso a nuevas tecnologías, capacitar sus

29
recursos humanos, profundizar los encadenamientos productivos, contribuir al desarrollo de los empresarios
nacionales y, en casos más avanzados, evolucionar desde una plataforma de ensamblaje hacia un centro de
manufacturas. Por el contrario, las experiencias regionales, sugieren problemas concretos asociados al
estancamiento en bajos niveles de ensamblaje; la concentración en ventajas estáticas; los limitados
encadenamientos productivos; la alta dependencia de insumos importados; los escasos avances hacia la
creación de aglomeraciones productivas, y el desplazamiento (crowding out) de empresarios locales.

Cuadro IV.1
Impacto de la IED en las economías receptoras

Estrategia de IED Beneficios potenciales Posibles dificultades

Aumento de las exportaciones de recursos


Actividades que operan en forma de enclaves
naturales
Bajo nivel de procesamiento local
Búsqueda de Mejoramiento de la competitividad
Precios internacionales cíclicos
materias primas Alto contenido local de las exportaciones
Bajos ingresos fiscales por recursos no renovables
Empleo en áreas no urbanas
Contaminación ambiental
Ingresos fiscales (impuestos y regalías)

Nuevas actividades económicas locales


Producción de bienes y servicios no competitivos
Incremento del contenido local
Búsqueda de Problemas regulatorios y de competencia
Encadenamientos productivos
mercados locales o Disputas provenientes de compromisos
Desarrollo empresarial local
regionales internacionales
Mejoramiento de servicios y de la
Desplazamiento de empresas locales
competitividad sistémica

Aumento de las exportaciones Estancamiento en ventajas estáticas


Mejoramiento de la competitividad Limitados encadenamientos productivos (trampa de
Transferencia y asimilación de tecnología bajo valor agregado)
Búsqueda de
Capacitación de recursos humanos Desplazamiento de empresas locales
eficiencia (bajo
Encadenamientos productivos Reducción de estándares con respecto a costos de
costo)
Desarrollo empresarial local producción (salarios, beneficios sociales y tipo de
Avance desde plataforma de ensamblaje hacia cambio)
centro de manufacturas Incentivos insostenibles

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

De esta manera, en América Latina existe una considerable brecha entre los beneficios previstos y
los efectivamente materializados en materia de IED. Por ello, no solo es necesario y prudente tener un plan
de contingencia para lidiar con los problemas de diversos tipos que han comenzado a emerger en relación
con la IED sino que se requiere una actitud proactiva de parte de los países receptores para definir cuáles son
sus expectativas reales en torno de la IED y el papel de ésta en el contexto de una estrategia nacional de
desarrollo. Esta visión debería incluir el desarrollo gradual y acumulativo de capacidades locales, abriendo un
espacio para políticas selectivas de desarrollo productivo, que permitan la inclusión de las pequeñas y
medianas empresas como forma de absorber los reales beneficios de las inversiones internacionales.
Las políticas de pymes han sido incorporadas en la agenda de los países de la región con distintos
niveles de efectividad y continuidad, y también con diferentes contextos institucionales. En algunos de ellos,
se han logrado avances en materia de reorganización de la institucionalidad de fomento a pymes y han
surgido temas innovadores y que se han difundido ampliamente, como aquéllos vinculados con la articulación
productiva, programas asociativos y desarrollo de redes empresariales y clusters. La fuerte heterogeneidad
entre agentes económicos que se manifiesta en las brechas de productividad entre la gran empresa y las
pymes de la región obliga al diseño y la implementación de políticas focalizadas que se integren en visiones
sistémicas; en particular es necesario contar con políticas industriales dirigidas a los sectores en los que las
pymes tienen una alta presencia junto con políticas tecnológicas orientadas al desarrollo de capacidades y el
fortalecimiento de los sistemas nacionales de innovación. En efecto, las políticas exitosas de apoyo a las
pymes requieren una fuerte articulación con las estrategias industriales, tecnológicas y de comercio exterior.

30
Para ello se deben vincular esfuerzos a partir de una agenda integrada de desarrollo productivo en la
que se articulen acciones de política industrial, tecnológica y de apoyo a las pymes junto con medidas que
aumenten su participación en el comercio exterior y otras formas indirectas de aumentar su
internacionalización participando en redes de proveedores de cadenas internacionales de producción y en
encadenamientos productivos que desembocan aguas arriba en mercados externos. Asimismo, un aspecto
central de la agenda de los países de la región es la identificación de los sectores clave que tendrían que ser
seleccionados, tomando en cuenta las especificidades de la estructura productiva de cada país, con base en
su capacidad de generar y difundir conocimiento e innovación, así como de fomentar encadenamientos hacia
otras actividades manufactureras o de servicios. Sobre estos sectores se deberán concentrar los esfuerzos de
la política industrial. La articulación de estos ámbitos de acción es un proceso complejo porque involucra a
instituciones de diferente tipo (sectoriales, tecnológicas, financieras y de promoción del comercio exterior y
fomento a las pymes) que tienden a seguir lógicas de acción y objetivos propios. Por esta razón, es necesaria
una agenda estratégica que defina los objetivos prioritarios. Esto es posible si hay consenso entre los actores
públicos y privados y, más en general, en la sociedad en su conjunto alrededor de esos objetivos y, por el
otro, un liderazgo claro y definido por parte del Estado.
En este panorama, se abre una gran oportunidad para avanzar hacia un renovado acercamiento
entre los gobiernos, empresas y actores sociales de ambas regiones que facilite inversiones en actividades
que propicien una sociedad más justa y ambientalmente sustentable, avanzando más allá de las
complementariedades económicas que se han aprovechado hasta ahora. La inversión productiva de ambas
regiones es el mecanismo fundamental para una mayor interacción entre las dimensiones socio-ambientales
y económicas que promuevan el desarrollo. Una asociación más profunda entre ambas regiones permitirá a
América Latina y el Caribe acelerar su crecimiento económico, reducir la pobreza, aumentar la inclusión social
y proteger el medio ambiente, en actividades como:
• Estímulo a la creación de pequeñas empresas, generando empleos de calidad mediante la
participación de estas en redes y cadenas globales de valor
• Impulso a la innovación y a la masificación de nuevas tecnologías, en particular las de la
información y las comunicaciones (TIC)
• Concreción de infraestructuras inclusivas y acceso a servicios básicos en un marco de eficaz
de desarrollo urbano
• Fomento a inversiones en tecnologías que mitiguen el cambio climático, contrarrestando las
externalidades negativas del crecimiento económico
• Aumento del uso de energías amigables con el medio ambiente y diversificación de la matriz
energética con fuentes renovables no convencionales, aprovechando el liderazgo de las
empresas europeas en este ámbito para avanzar hacia una economía verde
También la UE se vería favorecida en dimensiones claves para su bienestar económico y social, con
claro impacto sobre la generación de empleos, como:
• Nuevas oportunidades de negocios para sus empresas en áreas no tradicionales (nuevas
tecnologías, economía verde, redes sociales, etc.)
• Expansión de sus mercados tradicionales en los sectores de telecomunicaciones,
automóviles, farmacéutica, electricidad y banca, entre otros
• Apertura de nuevos mercados para sus pequeñas y medianas empresas
• Asegurar el abastecimiento de recursos naturales y alimentos
• Mitigación de problemas migratorios
En un momento en que América Latina es vista con nuevos ojos por el mundo y varias regiones y
países buscan nuevas formas de asociación con nuestro continente, hay una oportunidad única para diseñar
una estrategia económica, social y ambiental de mediano plazo que permita forjar una nueva relación
estratégica con la UE en el marco de un mundo multipolar.

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Los temas de relevancia para ambas regiones tienen un fuerte componente de política económica y
social y de coordinación público privada que requiere una reflexión al más alto nivel. La próxima Cumbre es
una ocasión para avanzar en acuerdos marco para una nueva asociación entre ambas regiones con base en
inversiones que concreten la conjunción de esfuerzos de empresas, actores sociales y gobiernos. Estas
inversiones serían el fundamento para realizar las transformaciones económicas y sociales que permitirían
profundizar el desarrollo científico y tecnológico, respetar el medio ambiente, erradicar la pobreza y disminuir
las desigualdades sociales.

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Referencias

CEPAL (2011), Informe de Inversión Extranjera Directa 2010, Publicación de las Naciones Unidas,
Santiago de Chile, mayo.
CEPAL, BID y OEA (2011), Experiencias exitosas en innovación, inserción internacional e inclusión
social. Una mirada desde las pymes. CEPAL, Santiago de Chile, 2011.
CEPAL (2010), La hora de la igualdad, brechas por cerrar, caminos por abrir, Publicación de las
Naciones Unidas, Trigésimo tercer período de sesiones de la CEPAL, Brasilia, Mayo.
Ferraro, C. (Comp.) (2011), Apoyando a las pymes: políticas de fomento en América Latina y el Caribe,
CEPAL-AECID, Santiago de Chile, 2011.
Ferraro, C. y G. Stumpo (2010), Políticas de apoyo a las pymes en América Latina: Entre avances
innovadores y desafíos institucionales, Publicación de las Naciones Unidas, julio.
Goldstein, E., Kulfas, M. (2011), “Alcances y limitaciones de las políticas de apoyo a las pymes en América
Latina. Debates para un nuevo marco conceptual y de implementación”, en Apoyando a las pymes:
políticas de fomento en América Latina y el Caribe (Carlo Ferraro, compilador), CEPAL AECID, 2011.

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