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Cuando creces en una familia tóxica, tu casa es una casa, pero no es un hogar.
Aquello que debería ser tu refugio, el lugar donde hallar seguridad, se convierte
en el sitio más inseguro del mundo, y creces apocada, insegura, desconfiada.
Vives, sin saberlo, en una cárcel. Una cárcel que te encarcela por fuera pero,
peor aún, te aprisiona por dentro.
En una familia tóxica, no eres una persona. Eres una pieza en un puzzle que
alguien quiere montar a toda costa. Las piezas tienen que encajar. Y si hay que
usar un martillo, pues se usa un martillo.
BIBLIOGRAFÍA:
Varela, A. (2018) Familias toxicas: Cuando tu casa no es un hogar.
VARELADASBLOG. Recuperado de
https://vareladasblog.wordpress.com/2016/09/20/familias-toxicas-cuando-tu-
casa-no-es-un-hogar/
BIBLIOGRAFÍA:
Muñoz, E. (2018). Mi familia es toxica. Mundo psicólogos, Recuperado de
https://www.mundopsicologos.com/articulos/mi-familia-es-toxica