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MEDIACIONES EN EL AULA DE ACUERDO AL CONTEXTO

Ing. LUISA FERNANDA ARENAS CASTAÑEDA.

Un profesor quien orientaba una clase de biología en un colegio estrato cinco de la ciudad se trasladó por
motivos personales a un municipio rural ubicado en las montañas de Colombia, cuya población está compuesta
en su mayoría por niños desplazados por la violencia; allí el profesor inició sus clases utilizando las mismas
metodologías que le eran exitosas en el plantel de la ciudad, sin embargo, con sus nuevos estudiantes no
obtuvo la misma respuesta.

Y no era posible que el docente obtuviera los mismos resultados en su proceso de enseñanza porque el
contexto le cambió: pasó de trabajar en una zona urbana a una rural con población vulnerable y de otra
extracción socio económica, tal vez con una idiosincrasia distinta y por lo tanto debía haber hecho un ajuste en
sus clases según las nuevas condiciones y necesidades encontradas.

La intención educativa puesta en marcha por el docente, referida por Coll (2001), debía haberse ajustado en
este nuevo ámbito escolar, para que los estudiantes pudieran atribuirle sentido al aprendizaje mediante la
“construcción progresiva de sistemas de significados compartidos entre el profesor y los estudiantes, que sean
cada vez más ricos y complejos en el transcurso de la actividad” (Gutiérrez, Buriticá y Rodríguez, 2011, p. 29).
Al respecto, Osorio, M. y otros (2012) sustentan que “el punto de partida de todo proceso educativo es el
contexto específico local donde tiene lugar la práctica educativa; contexto que tiene un carácter relacional de
elementos económicos, sociales, políticos, históricos y culturales; contexto en el cual, tanto educandos como
educadores viven su realidad presente, la huella de su pasado y el horizonte de su futuro, construyendo su
propia historia” (p. 11)., siendo este aspecto lo que pasó por alto el profesor de biología.

Recuerdo que alguna vez también cometí el error de asignar trabajos fuera de clase a estudiantes en
modalidad a distancia, que requerían de acceso a un computador con internet, sin tener en cuenta sus
condiciones socioeconómicas y el precario acceso a las TIC en una zona rural, no solo dificultando el desarrollo
de la práctica académica sino además dificultándoles relacionar los saberes con su propio entorno. Pensando
en esa experiencia y en el caso del docente de biología mencionado, ahora más que nunca pondré en práctica
la siguiente idea para jamás aceptar que la práctica educativa se limite “sólo a la lectura de la palabra, a la
lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo” (Freire, 1999, citado en
Osorio, M. y otros, 2012)

A manera de conclusión, valga reconocer lo fundamental de conocer las aspiraciones, necesidades, ritmos
de aprendizaje del estudiantado y el contexto en el que se desenvuelven a la hora de preparar y desarrollar las
clases, para que el docente pueda brindar las mediaciones y ayudas educativas que ellos requieren y así
producir una aproximación entre los significados que ellos construyen con los que representan los contenidos
escolares (Coll, 2001, p. 184).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Coll, C. (2001). Constructivismo y educación: la concepción constructivista de la enseñanza y el aprendizaje. En


Coll, C., Palacios, J. y Marchesi, A. (2001). Desarrollo psicológico y educación. Psicología de la
educación escolar. Madrid: Alianza Editorial, 157-186.

Gutiérrez, Buriticá y Rodríguez. (2011). El socioconstructivismo en la enseñanza y el aprendizaje escolar.


Pereira: Universidad Tecnológica de Pereira.

Osorio, M. y otros. (2012). Inducción a Procesos Pedagógicos. Unidad 1. Educación y Pedagogía:


Aproximaciones para situar un proceso pedagógico en contexto. SENA.

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