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LAS MADRES DE CLUNIA Joaquin GomEZ-PANTOJA 1H, MOMMSEN ADQUIRIO FAMA UNIVERSAL gracias al éxito editorial de su Romische Geschichte (1854-1856), cuya estupenda erudicin, la vivacidad del estilo, algunas magistrales semblanzas de las grandes figuras historicas y frecuentes comparaciones de los hechos pasados con los contemporineos, la Zonvirtieron en obra de referencia para los historiadores y también en lectura para el piblico en general. Como es bien sabido, la entrega inicial de la obra, en tres vokimenes, slo alcanzaba hasta el final de la Repablica, por lo que se puede espe- cular sobre los motivos por los que la obra quedé inconclusa; Mommsen, sin enunciar nunca a la secucla, la fue posponiendo sine die ante la urgencia de otros fempeiios historicos y, por qué no, ante las eonfesadas dificultades que le plancea- ba el asunto. En cualquier caso, en 1885, casi al final de su vida, apareci6 un quin- toy tiktimo volumen consagrado a la historia de las provincias del Imperio y que fs algo mas que la continuacién largamente esperada de una obra incompleta: fescrita en los iltimos atios de su vida, Mommsen refleja en ella una imagen del mundo provincial romano forjada en la familiaridad con las fuentes legales y, sobre todo, epigrificas; nada de extrafio, pues, que se haya dicho que en este tra- bajo Mommsen es un taumaturgo al que le “hablan las piedras”. Parte del éxito editorial consistis en presentar a sus lectores nitidas y atractivas instantineas del pasado; un ejemplo de estas simplificaciones es su retrato de la religiosidad antigua de la Peninsula Theriea, donde, segtin él, s6lo en areas margi nales se siguid adorando a dioses con nombres tan extrafios que ni siquiera un urioso impenitente como Plinio se atrevia a transcribirlos; en cl resto de la Peninsula, fa Romanizacién fue tan completa que barrid Jas trazas de cualquier culto anterior y lo normal fue la aceptacién total del panteén romano; la justifica- eo JOAQUIN GOMEZ-PANTOA cidn de su tess se resume en tres frases: “Aber in der ganzen Baetica ist nicht cin cinziger Votivstein gefunden worden, der nicht ebensogut auch in Italien hatte sesetzt sein konnen; und von der cigenlitchen Tarraconensis gilt dasselbe, niir da yon dem keltischen Gatterwesen am oberen Duero verinzelte Spuren begegnen: in Clunia ist eine Dedikation an die Mutter gefunden (CIL, II 2776) ~die cinzige spanische dieses bei den westlichen Kelten so weit verbreiteten und so lange anhaltenden Kult” (Mommsen 1993, pp. 75-76 y n. 11). ‘Que el gran historiador germano erraba en su apreciacidn es algo que no mere- ce debate, porque si hubiera tenido razén, no nos reuniriamos periodicamente para discutir el sustraco pre-romano de Iberia y sefialar descubrimientos y nuevas perspectivas. Ademas, en beneficio de la elaridad impactante de su argumento, Mommsen también omitié datos que evidentemente conoeia, porque en aquel ‘momento estaban disponibles otros cuatro ejemplos mas del culto a las Matres en Hispania (CIL, II 2128, 2848, 2764 y 5413 y dos de ellos, ademas, encontrados en la Baetica vid, infra), Sin embargo, tenia raz6n al menos en un punto: en contras- te con el desarrollo y la popularidad del culto a las Matres en las Galias o las Germanias, en Iberia apenas se documentan una veintena de easos que, yendo en sentido Norte-Sur, se agrupan geograficamente del modo siguiente: 1, Bembibre, Ledn, Castilla y Leén a) Matrilbus Palcus Velne sacr. Vd. L. Hernéndez. 1997, p. 806 n. 13, quien advierte que la pieza sera estudiada por J. Mangas en un niimero proximo de la revista Geridn. A la espera de esa publicacién, debe suspenderse el juicio sobre la extratia onomastica del dedicante 2. Laguardia, Alava, Pais Vasco 4) Matribus | Useis Pom(peia) | [Pjrimitiva (AE 1914, 24; ILER 692; J.C. Elorza 1967, n. 76}; el epiteto divino parece repetirse en otro epigrafe hallado en tun lugar relativamente cercarno, vd. infra 3a) 3. Canales de la Sierra, La Rioja a) Ant(oniuslistins) Pat(ernus) | Avilioe(um) | Mat(ribus) V(---)v. | sm. Vd. U. Espinosa 1986, pp. 81-82 n. 63 lim. 10, quien restituye el epiteto divino U(seis), ‘ut supra 2a), pero no deben descartarse otras posibilidades, vid. infra ; también afirma que la inscripeién “no permite una datacién precisa” pero una fecha en torno al S. ILy parece adecuada segiin el estilo de otras inscripciones de la zona, 4. Yanguas, Soria, Castilla y Len 8) Corfnelins) Celsus et Cassia | Materna | Matribus, Vd. A. Jimeno 1980, pp. 51-52. 35 lam. X1, quien la data en el S. TTT, pero una fecha mas temprana -S. I parece més acorde con el aspecto general de la inscripcién (J. Gémez-Pantoja, 1997, pp. 277-281 5. Agreda, Soria, Castilla y Leon a) Matrubos| Fronto| {-----]1 \v.s.hm, Vd. CIL, 112848 = A. Jimeno 1980, p. 17 n. 1, Los rr. centrales de la inscripcién estan casi borrados y es dificil LAS MADRES DE CLUNIA oa) sacar sentido de lo que queda. Nétese el dativo Matrubos, que parece muy pr6xi- ‘mo a lo que debié de ser la forma original celta. 6. Clunia, Coruiia del Conde, Burgos, Castilla y Leén 8) Matribfus]| Brigaecis | L. Aelivs | Phainus| v.sd.m, Vd. CILy 11 6338 = P. Palol - J. Vilella 1987, p. 27 n. 12, quienes la datan razonablemente en los s. I-I. b) Matribus | Endeiteris |. Arrius | Natalis, Vd. P. Palol - J. Vilella 1987, p. 28 n. 13. Siglo l,segtia los editores, pero quiza algo mas tardia por su aspecto. ©) Matribus | Endeiters | Felix | Priseae | v-sLm. Vad. P. Palol- J, Vilella 1987, p-28 n. 14, El nombre de Prisca puede ir en genitivo, entendiéndose entonces que ix era Priscae (serous), lo que resulta adecuado desde el punto de vista onomis- tico; pero parece més conveniente tencrlo como dativo, a ejemplo de Ge): pro Secundo, Siglo L

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