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RESEÑAS

HI STO RIA

ron ng tda~ regl a,') de o b~t.Tvanna ~ocia l nada. Según Peñas Galindo, conflu-
yen en Mompox todos Jos elementos
~ rc hgtma F~ta parad oJ a de un d ina-
rnt~mo ex pami n> que coex1 :.1e co n la
de una sociedad sin ley: encomende-
!. UJt:Ct ó n dentro del núdeo familia r o ros que no obedecen, proliferación
en un reductdo ámbito soctal se repro- del contrabando , cohabitación libre
duJ O en la era del crectrme nl o indu s- entre esclavos negros e indígenas des-
lrtal. l- n ambos momento~ de co n- amparadas. La aparición del zambaje
qut:. tas matenale ~ hubo stmultánea- ocurre en un período de transición
mentc un repliegue que tendía a aislar que se esfuma en el salto temporal
y a e ns 1m1smar culturalmente. La que sucede a la descripció n de Mom-
com un1 ón con valore lradicio nales pox co mo capital del contrabando
ha buscado ex peler a los extraños o neogranadino. Peñas Galindo se limita
alienar toda fo rma de co nc1enc1a dis- a e xplicar cómo en Mompox se da
iden l e co n rc~ pec t o a los objetivos una convergencia "de razas y cultu-
materiales más inmediatos. ras". ¿Y por qué el zambaje? Según
Por todo esto hubiera s id o nece a- descripción quedó enriquecida por Peñas Galindo, porque conve nía a
rio enfocar con más nitidez una his- las numerosas observaciones escritas todos: " proveía a las indias de esposo
toria soci al fundada en el análisis de por los viajeros que se aventuraban en y a los negros de cónyuge, y a Jos
grup os !>ociale s conc ret os. La histo- estos parajes. Su origen, sin embargo, blancos les dejaba un sustancioso
ria soc ial no puede sustituirse co n un se encuentra en la Colonia. La pre- producto de mano de obra para ser
inventano impresioni sta de las cus- sencia de Jos bogas en el Magdale na utilizad o en la boga". ''Tosco, brutal,
tumhres o de los hábitos cotidianos. se remo nta a los años d e los enco- indolente, semisalvaje ", son algunos
Habría necesidad de iden tificar con menderos, cuando el tributo de los de los adjetivos que se endilgaron
precisión grupos de las elites (y de sus indios se trasladó a la lucha contra la entonces a los zambos, condenados a
co nlrarios) en ciertos momentos his- corrien te del río en busca de Honda. los últimos rincones de la escala social.
tóricos para explorar en ellos lo que En su ensayo, David Ernesto Peñas Víctimas de la la rga travesía por el
Raymond W illiams (el inglés) des- Galindo se propone recomponer las río, sometidos a la voluntad del boga
cribe como estructuras de sentimiento. piezas de esta historia trazando la y a las penurias del clima, a los ojos de
Hem os aprendid o recientemente que formación de una nueva raza: la his- los viajeros civilizad os, los zambos
la tradición no es una acumulación toria del zambaje atada al destino de só lo podían estar en los confines de la
secular de actitudes y de cree ncias Mo mpox y. por supuesto, al del río barbarie.
que impele a su aceptación incons- Magdalena. La pesadilla comenzaba al m o men-
ciente, sino que ella, co mo tod o lo Peñas Gali ndo define de antemano to mismo de co ntratar el champán ,
humano. se inventa. los propósitos de su trabajo: se trata aquella larga embarcación dueña del
, de " un j uego de montaje", sin mayores transporte fluvial y que se distinguía
GERMAI'\ COLM EI'\AR eS pretensiones historiográficas. Según por el rústico camarote ubicad o en el
sus propias palabras, "surge gracias a centro, de tec ho redondo de palme-
los recientes estudios de María del ras y cañabrava. Y por la tripulación,
Carmen Bo rrego PI a sobre Cartagena compuesta casi exclusivamente de
de 1nd ias, y a la maraviJJosa recopila- bogas. Había que pagar por antici-
Viaje en champán ción documental sobre el río Magda- pado al timo nel , quien, a su turno,
lena que elaboró Anibal Noguera". En avanzaba las piastras a los posibles
efecto, ambos trabajos constituyen, en bogadores. La totalidad del riesgo
Los hogas de M o mpox esencia, sus fuentes documentales más era asumida por el viajero, quien
DaVId Ernest o Peñas Galmdfl sobresalientes. eventualmente debía so portar con
Tercer Mund u. Bogotá. 1988 El centro de sus observaciones en paciencia la desaparición de algún
Mompox, cent ro comercial tamb ién boga, y con el también la de su
de la Colombia colonial que extiende d ine ro. ¿Y la autoridad? Aparente-
su importancia como tal hasta bien mente no existía para tales efectos,
Se les encuentra en los cuadros típicos entrado el siglo XIX. Las investiga- co mo no parecía existir durante la
de co m ienzos del siglo X IX, con los cio nes de Borrego Pla le sirven de travesía c uando se imponía la volun-
remos en movimiento, rodead os del fuente primordial en la primera parte tad de los bogas: en el ritmo del viaje,
paisaje so litario y tranquilo de la de su e nsayo: la fu nd ació n de M om- en la prolongació n de los descansos,
ribera: so n los bogas del río Magda- pox por los cartageneros pa ra contra- en la misma finalización de la jor-
lena. Verdaderos motores del trans- rrestar las aspiraciones samarias, el nada no existía para el viajero certi-
porte fluvial que antecedió por muchos comportamiento libérrimo de los enco- dumbre alguna e n e l c umplimiento
años a la navegaci ón en buques de menderos, la utilización de los indí- de un supuesto compromiso.
vapor en Colombia. se les identifica genas en la boga y su extinción como Las picaduras de mosquito pare-
general mente co n una época cuya co nsecuencia de una agotadora jor- cen haber preocupado tanto a los via-

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Boletln Cultural y Btbhográfico Vol. 26 ni1m . 19, 1989

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jeros como el comportamiento de los mitad d el Siglo X I X co mo el radtca-


•· bogas, sus gritos y blasfemias. La
Historia Regional con
lis mo liberal que lo s u ~ t e nt aba no
malla contra los zancudos formaba antagonismo político ... habían sido sin o una qu1mera de ad o-
parte indispensable de los pertrechos lescentes impetuosos e irrespo n ~ abl es
de viaje, al lado de los víveres, de la
y todo
y. en el mej o r de los caso . un grave y
hamaca, de la escopeta y del aguar- sa ngrient o error refutado po r la hiS-
diente que con frecuencia ser vía para I::stado Soberano del Cauca: federalismo y toria ulterior.
darles ánimo a los bogas. Las anécdo- Regeneración
H oy. cien años despué de la fun -
Alonso Valencia Uan o
tas abundan , y algunas veces se repi- daciónjuridico-mstituc lo nal del Esta-
Banco de la República, Bogotá. 198l<.
ten, y son tan pintorescas q ue, en 297 págs d o colombiano co mo Estado unita-
ocasiones, no parecen reales. n o. se ha vuelto un lugar comü n el
Pero lo son, aunque es difícil preci- reconocimiento de s u desarrollo hiper-
sar si las ci rcunstancia s que rodearon trofiado. Una obesidad desmesurada
la navegación por el río se mantuvie- La hist o ria se escribe cas t s1empre lo co ndena al inmovilis mo. y la::.
ro n inmodificables durante los tres como "j uici o de D ios". Es bien co no- regiones. rebajadas a la humild e con-
siglos en que los zambos fue ron, cido el aforismo de Pascal segú n el dición de departamentos. se mueren
según Peñas Galind o, "los dueños" cual los hombres en general, ante la de asfixia bajo su peso. Ol vidado el
del Magdalena. Los relatos que trae a incapacidad para hacer fuerte la jus- peligro de la desintegra ció n te rntorial
cuento - Samper, Parra , Le M oyne, ticia , han terminado por hace r justa bajo el imperio de lo::. Estados regio-
Kastos, Humboldt, extractados todos la fuerza. Escribir la historia es, cier- nales soberan os. y aun superado el
del libro de Aníbal Noguera- se cir- tamente, en la mayoría de los casos. trauma de la secesió n de Panamá.
cunscri ben a los finales d e l siglo un privilegio d el vencedor. Los triun- empezamos a mirar, si no co n nostal-
XVIIJ y al siglo XIX . ¿Seria acaso fos polít icos y militares - y sobre gia por lo menos con curiosidad de
que las reformas borbónicas, la inde- todo estos últimos- se legitiman ex aprendices , hacia ese pasado larga -
pendencia, la liberació n de esclavos. postfacco. El venced or aparece enton- mente denigrado y est igmat izad o de
las medidas liberales, o los sucesivos ces como propietario de la razón, y la la república radical. Sen tados bajo la
regímenes políticos que se inaugura- historia mis ma salva s u coherencia. lámpara del pasado. discutimos ento n-
ron tras la repúbhca no tenían eco La historia política y constitucional ces sobre las posibilidades y el se nt ido
alguno en la vida del Magdalena? colombian a no ha sido ajena a este de restaurar el equilibrio entre nación
Quizá. Aunque su respuesta n o modo autocomplaciente de mirar las y región en la Colombia d e hoy.
forma parte de los propósitos de s u cosas po r parte de las tendencias que El libro que querem os co mentar
ensayo, este interrogante queda abier- en determinada coyuntu ra o btuv ie- encuentra su legi timación en este
to, como muchos otros, tras la lec- ron victorias decisivas y. con ellas , el nuevo espíritu de recuperación de la 1

tura del trabajo de Peñas Galindo , privilegio de conta r el pasado y cons- memoria regio nal. S u actualidad e
\
convertid o sí en una introducción truir el futu ro. importancia radican precisa mente allí. 1
a la historia racial de la regió n mom- Des pués de la disolución del impe- Mucho se habl a d e historia regio nal ,
• o •

posma, cuya exqutstta narrac10n per-


o '

rio colonial español, la idea de la pe ro la cró nica de las vicisitudes de


mite perdonar su pobreza de fuentes construcción de un Estado-nación se los Estad os regi onale s so beran o::. en
documentales. había con vertido. para los pueblos el se no d e la repúbli ca federal est á
hispanoamericanos en general y para llena de páginas en blanco. Algo se
EDUARDO P OSADA CARBÓ el neogranadino en particular, siguien- ha dicho so bre regiones como A nt io-
d o el ejemplo d e Europa y los Esta- quia y Santand er. El Gran C auca
d os U nidos y bajo la égida d el repu- sigue siend o . en ca mbi o, a pesar de su
blicanism o, en imperativo h istórico. impo rtancia mayúsc ula para la h is-
Des pués de casi un siglo de co n- to ria del siglo X IX. un gran olvidado.
flictos ve lados y explicitos en tor- La obra está dividida en tres parte:.:
no a la cuestión estat a l- n acio n aL La primera y menos intere a nt<· es
el movimiento de la Regeneración. un intento de caracterización d e la
1
política y m ilitarme nte victorioso. eco nomía ca ucan a ent re 1863 y 1890.
constitu yó y afianzó, por fin , ese Casi exclusivamente con base r n lite-
pequeño Leviatán criollo que fue el ratura secundaria d el o rde n nacio -
Estado unitario y central colombiano nal , intenta e l autor co nst ru1r un
d e 1886. e impuso con él su visió n del m arco eco nóm ico para la contextua-
pasado y su proyecto de futuro. La lización d e la histor ia polltica d el
idea de una identidad estatal-nacional Estado so beran o del Cauca. Se trata .
fu e entonces retrotraída por el ve n- pues. de un rápido bosq uejo del
cedor has ta los tiempos d e la Inde- comportamientll de la eco n omía de
pendencia. Se pudo entonces deci r exportació n regio nal , fundada en e l
que tanto el federalis m o d e la segunda cult ivo y co merCIO del taba~:o ~ la

Boletln Cultural y Blbliogrifi(o Vol 26 num 19. 1989 IJJ


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