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Anomalía del Atlántico Sur

Los cinturones de radiación Van Allen y el punto donde se encuentra la Anomalía del Atlántico Sur.

La anomalía del Atlántico Sur es la región donde los cinturones de radiación de Van


Allen se encuentran a menor distancia de la superficie terrestre, unos 200 kilómetros. Como
resultado, en esa región la intensidad de radiación solar es más alta que en otras regiones.
La AAS o SAA (acrónimo en inglés) es producida por una «depresión» en el campo
magnético de la Tierra en esa zona, ocasionada por el hecho de que el centro del campo
magnético de la Tierra está desviado de su centro geográfico 50 km. Algunos piensan que
dicha anomalía es un efecto secundario de una reversión geomagnética.
El fenómeno es de gran importancia para los satélites y otras naves espaciales que orbitan a
cientos de kilómetros de altitud con inclinaciones orbitales de entre 35° y 60°, ya que estas
órbitas llevan a los satélites a través de la anomalía de manera periódica, exponiéndolos
durante varios minutos a una fuerte radiación. 1
La AAS a una altura aproximada de 560 km de la superficie terrestre. 2

La Estación Espacial Internacional, que orbita con una inclinación de 51.6°, requirió de un
blindaje extra para afrontar este problema.
El telescopio espacial Hubble no efectúa observaciones al pasar por esta región, salvo por
algunas observaciones especializadas y poco frecuentes con la Cámara de Gran Angular
3 (WFC3).3

Ilustración de AAS y mapa de flujo de protones (n.º de protones registrados por un detector de estado sólido) con un
factor geométrico de 9.5×10-3 cm²/s.

La imagen describe:

1. El cinturón exterior de radiación Van Allen (dos bandas: una en la parte de arriba y
otra en la parte inferior).
2. La anomalía del Atlántico Sur como una mancha roja en la parte derecha de las
imágenes.
3. La banda de flujo protónico cercano al ecuador geomagnético.

La forma de la Anomalía varía con el tiempo. La anomalía posee una deriva. La tasa de
desplazamiento es muy cercana a la rotación diferencial entre el núcleo terrestre y su
superficie; se estima en 0.3 y 0.5 grados por año.

La Anomalía del Atlántico Sur (AAS), se refiere a una región en el sur del océano Atlántico
donde los cinturones de radiación Van Allen , (cuya misión es la de ser trampas de las peligrosas
partículas cargadas de protones y electrónes procedentes del viento solar y los rayos cósmicos
impidiéndoles golpear la tierra y destruir la vida en nuestro planeta).
Dimensiones de la AAS: aprox 560 km.

Se encuentran a menos de 500 kilómetros de la Tierra, estos cinturones normalmente se


encuentran ubicados entre los 1.000 y los 5.000 kilómetros, culpa de una depresión en la
intensidad del campo magnético terrestre, se estima que en esta zona el mismo tiene valores
inferiores a la mitad del promedio del planeta lo que implica una zona más vulnerable a las
radiaciones cósmicas nocivas. Se cree que esto se debe al hecho de que el centro del campo
magnético de la Tierra está desviado de su centro geográfico. Otros creen que se debe a un
efecto secundario de una reversión geomagnética asociadas a procesos en el interior del planeta.

La "anomalía del Atlántico Sur" es de gran importancia para los satélites y otras naves espaciales
que orbitan a cientos de kilómetros de altitud con inclinaciones orbitales de 35° y 60°, ya que
estas órbitas llevan a estos satélites a través de la anomalía de manera periódica, exponiéndolos
durante varios minutos a una fuerte radiación afectando el funcionamiento de los instrumentos en
órbita y potencial mente peligrosa para la salud de los astronautas, también es de importancia
para la navegación aérea.

Anomalía del Atlántico Sur


Concepto:
Región en el atlántico sur donde los cinturones de radiación de Van Allen
se encuentran a menos de 500 km. de la Tierra .

La estación espacial internacional, que orbita con una inclinación de 51,6°, requirió de un blindaje
extra para afrontar este problema y el costosísimo telescopio espacial Hubble no efectúa
observaciones al pasar por esta región apagando sus instrumentos.

La posición de esta anomalía no es fija, sino que deriva lentamente debido a la rotación
diferencial entre el núcleo terrestre y su superficie, desplazándose entre 0,3 y 0,5 grados por año.
Ubicada actualmente por encima de Brasil, Argentina y el Atlántico Sur, la zona de peligro se va
moviendo lentamente hacia el Océano Indico Sur. Esto significa que en un periodo de entre 700 y
1000 años la anomalía debería completar un giro completo alrededor de nuestro planeta. Pero
dado que solo ha sido detectada hace unas pocas décadas, los científicos no están
completamente seguros la forma en que evoluciona este fenómeno.

De hecho, la intensidad del campo magnético terrestre en general se está debilitando a gran
velocidad. Mediciones efectuadas con una diferencia temporal de 20 años entre una y otra
muestran que de seguir a este ritmo el campo podría desaparecer por completo en unos 1000
años, lo que sugiere que nos encontramos en los preliminares de un cambio de sentido en los
polos magnéticos, algo que ha sucedido varias veces en la historia de la Tierra. Si esto es cierto,
lo que hoy vemos como una anomalía seria lo normal para toda la superficie de la Tierra, ya que
sin campo magnético no habría cinturón de partículas que nos proteja.
Swarm estudia el debilitamiento del campo magnético
terrestre
En un área que se extiende desde África hasta Sudamérica, el campo magnético terrestre se
está debilitando gradualmente. Este extraño comportamiento desconcierta a los geofísicos y
está provocando perturbaciones técnicas en los satélites que orbitan la Tierra. Los científicos
están usando datos de la constelación Swarm de la ESA para comprender mejor esta área,
conocida como la “anomalía del Atlántico Sur”.

El campo magnético terrestre es básico para la vida en nuestro planeta. Esta compleja fuerza
dinámica nos protege de la radiación cósmica y las partículas cargadas procedentes del Sol.
En gran parte es generado por el océano de hierro fundido supercaliente y turbulento que
conforma el núcleo exterior de la Tierra, a unos 3.000 km bajo nuestros pies. Como si se
tratase del conductor giratorio de la dinamo de una bicicleta, crea corrientes eléctricas que, a
su vez, generan nuestro campo magnético en constante cambio.
Este campo está lejos de ser estático y varían tanto su fuerza como su dirección. Por
ejemplo, estudios recientes han demostrado que la posición del polo norte magnético está
cambiando a gran velocidad.
En los últimos doscientos años, el campo magnético ha perdido, de media global, alrededor
del 9 % de su fuerza. Entre África y Sudamérica se ha formado una extensa región de menor
intensidad magnética, lo que se conoce como la anomalía del Atlántico Sur
Entre 1970 y 2020, la intensidad mínima del campo en esta zona descendió de alrededor de
24.000 a 22.000 nanoteslas, al tiempo que el área de la anomalía ha aumentado y se ha
desplazado hacia el oeste a un ritmo de unos 20 km al año. Además, en los últimos cinco
años ha surgido un segundo centro de intensidad mínima al suroeste de África, lo que
sugiere que la anomalía del Atlántico Sur podría estar dividiéndose en dos.
El campo magnético terrestre suele representarse como una potente barra dipolar en el
centro del planeta, inclinada unos 11° con respecto al eje de rotación. No obstante, el
crecimiento de la anomalía del Atlántico Sur indica que los procesos involucrados en la
generación del campo son mucho más complejos. Los modelos dipolares son incapaces de
explicar la reciente evolución del segundo mínimo.
Los científicos del Grupo de Datos, Innovación y Ciencia Swarm (DISC) están empleando
datos de la constelación de satélites Swarm de la ESA para entender mejor esta anomalía.
Los satélites Swarm están diseñados para identificar y medir con precisión las distintas
señales magnéticas que conforman el campo magnético de la Tierra.
Jürgen Matzka, del Centro Alemán de Investigación de Geociencias (GFZ), explica: “El nuevo
mínimo oriental de la anomalía del Atlántico Sur lleva una década formándose, aunque en los
últimos años se ha acelerado su desarrollo. Tenemos mucha suerte de contar con los
satélites Swarm para investigar la evolución de esta anomalía. El reto ahora es entender los
procesos en el núcleo terrestre que provocan estos cambios”.
Se ha especulado sobre si el actual debilitamiento del campo es un signo de que la Tierra se
acerca a una inminente inversión de los polos norte y sur, que se intercambiarían. Este
fenómeno se ha producido muchas veces a lo largo de la historia de nuestro planeta y,
aunque sería hora de que sucediera teniendo en cuenta la frecuencia media a la que tiene
lugar esta inversión (cada 250.000 años aproximadamente), el descenso en la intensidad que
se está produciendo en estos momentos en el Atlántico Sur entra dentro de lo que se
consideran niveles de fluctuación normales.
A nivel superficial, la anomalía del Atlántico Sur no es motivo de alarma. Sin embargo, es
más probable que los satélites y otras naves que sobrevuelen la zona experimenten fallos
técnicos, dada la mayor debilidad del campo magnético en esa región, lo que permite que las
partículas cargadas penetren hasta las altitudes de los satélites en órbita baja terrestre.
El misterio del origen de la anomalía del Atlántico Sur aún está por resolver. No obstante,
una cosa es cierta: las observaciones del campo magnético de Swarm ofrecen nuevos datos
fascinantes sobre procesos poco comprendidos del interior de la Tierra.

Anomalía Magnética Atlántico Sur

Actualmente en Sudamérica existe una anomalía magnética, que si bien hará fallar satélites,
internet, debido a que que crea perturbaciones y trastornos a la electrónica y las
telecomunicaciones; también permitirá mayor llegada de partículas cargadas de radiación
atrapadas por el campo magnético provenientes del Sol, la radiación cósmica, etc.)se
encuentran a unos cientos de kilómetros de la superficie terrestre, mucho menor altura que
en otras regiones del planeta. Como resultado en esa región la intensidad de radiación es
más alta y justamente su epicentro abarca a Buenos Aires y Uruguay, proyectándose a otras
regiones y países de Sudamérica.  Recibiremos gran cantidad de fotones.

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