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Huellas del pasado, miradas del presente: la


construcción social del patrimonio
arqueológico del Neuquén1
Estela Mónica Cúneo
Recibido 24 de Junio 2003. Aceptado 26 de Diciembre 2003

RESUMEN

El objetivo de este trabajo es analizar la relación entre aspectos teóricos perti-


nentes a la gestión del patrimonio arqueológico, la praxis profesional y el papel de
las comunidades aborígenes y criollas, a partir de tres experiencias de arqueología
de rescate en cementerios indígenas ubicados en la Provincia del Neuquén, Repú-
blica Argentina. En todas las ocasiones las comunidades locales manifestaron ser
las propietarias de los materiales arqueológicos, por lo que estos casos constituyen
un punto de partida para reflexionar acerca de “la construcción social del patrimo-
nio arqueológico”. Se plantea que la práctica profesional y la gestión del patrimo-
nio arqueológico deben tener en cuenta los contextos socio-culturales y las per-
cepciones simbólicas de las comunidades.

Palabras claves: Gestión del patrimonio arqueológico; Arqueología de rescate;


Cementerios indígenas; Comunidades indígenas y criollas; Provincia del Neuquén
(Patagonia argentina).

ABSTRACT

The aim of this paper is to analyze theoretical issues related to the management
of archaeological heritage, archaeological praxis, and the role of aboriginal and
Creole communities. Three experiences of rescue archaeology conducted at
indigenous cemeteries located in Neuquen Province, Argentina, form the basis of
this analysis. In all cases local communities claimed to be the owners of the
archaeological materials. These experiences are a starting point for thinking about
“the social construction of cultural heritage”. It is argued that archaeological praxis
and the management of the archaeological heritage should take into account socio-
cultural contexts and the symbolic perceptions of communities.

Keywords: Management of archaeological resources; Archaeological rescue;


Indigenous cemeteries; Indigenous and creoles communities; Neuquén province
(Argentine Patagonia).

Estela M. Cúneo. Dirección de Investigaciones y Preservación Patrimonial, Dirección Provincial de Cultura, Provincia del
Neuquén, República Argentina. Vuelta de Obligado 50 (8300) Neuquén, Provincia del Neuquén. E-mail: ecuneo@infovia.com.ar

Intersecciones en Antropología 5: 81-94. 2004. ISSN 1666-2105


Copyright © Facultad de Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina
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RENOVACIONES TEÓRICAS EN LOS Patrimonio arqueológico


CONCEPTOS DE IDENTIDAD, CULTURA Y
PATRIMONIO En nuestro país el debate acerca de los usos socia-
les del patrimonio y de la necesidad de incentivar
La crisis de la modernidad impulsó en el campo
políticas de participación social cobró notable impul-
de las Ciencias Sociales un profundo debate y recon-
so a partir de la restauración de la democracia en 1983.
ceptualización de las nociones de identidad y cultura.
En relación con la arqueología constituyó un impor-
Uno de los principales aportes fue despojarlas de su tante estímulo que se reconociera oficialmente la pro-
carácter entitativo y categorizarlas como instrumentos fundidad temporal del poblamiento americano, la di-
conceptuales vinculados con procesos de construc- versidad cultural e historia particular de las socieda-
ción social e histórica, aspectos simbólicos y relacio- des indígenas y el reconocimiento de la ciencia ar-
nes de poder2 (Briones de Lanata 1988; Briones et al. queológica como medio para la recuperación de la
1990-92; Grimson 2000; Tamagno 1988). Estas trans- historia no escrita. De este modo se adoptaba oficial-
formaciones teóricas, que produjeron una ruptura con mente la definición de un modelo de país pluricultural,
los esquemas esencialistas/sustancialistas, se reflejaron plurilingüe y de filiación latinoamericana (Podgorny
en investigaciones relativas al patrimonio cultural. Co- 1999: 7). En los ámbitos académicos surgió la preocu-
menzaron a analizarse los factores que incidieron en pación por aspectos relativos a la gestión del patrimo-
la constitución de los “patrimonios culturales naciona- nio arqueológico y a los vínculos entre investigación y
les” -a partir de la consolidación de los estados lati- usos sociales del pasado (e.g., Primeras Jornadas-Taller
noamericanos en los siglos XIX y XX- y se revisaron sobre El uso del pasado, Simposio Administración de
críticamente los paradigmas político-culturales tradicio- Bienes Culturales 1989; Segundas Jornadas-Taller sobre
nalistas-sustancialistas, mercantilistas y conservacionis- El uso del pasado, Simposio ¿Pasado=identidad? 1992).
tas que guiaron estos procesos (García Canclini 1994).

Numerosos trabajos dan cuenta de que el patrimo-


nio cultural es una construcción social realizada por La protección jurídica del patrimonio
arqueológico
los sectores hegemónicos, a través de una selección
de elementos del pasado, en función de los intereses
La arqueología es una disciplina a la que se le atri-
del presente. Esta actitud intentó, en teoría, suprimir la
buye un importante papel en la conceptualización del
diversidad étnica y las diferentes trayectorias históricas
patrimonio cultural. Expresiones como: investigación,
de los grupos que habitaban el territorio de la Nación,
preservación, conservación, defensa, administración y
subsumiéndolas en categorías de objetos y discursos
difusión del patrimonio arqueológico siempre apare-
que se consideraron emblemáticas.
cen en la formulación de los planes y programas de
Las instituciones oficiales, principalmente museos las áreas estatales de cultura y en las normas legales
y escuelas, fueron y son los ámbitos ideales para per- que regulan las acciones referidas a estos bienes.
petuar ritualmente el reconocimiento de la representa- La reforma de la Constitución Nacional sanciona-
tividad de determinados símbolos. De hecho, no to- da en 1994 abrió nuevas perspectivas en materia de
dos los grupos se sintieron igualmente identificados preservación del patrimonio natural y cultural. El artí-
con la cultura consagrada como nacional, por lo que culo 41° establece las responsabilidades del Estado
fue y es inevitable que existan diferentes modos de apro- Nacional y de las provincias sin modificación de las
piarse del patrimonio (Bonfil Batalla 1993; Florescano jurisdicciones locales. En el artículo 75° inc. 17 se re-
1994; García Canclini 1996; Varese 1994). conoce la preexistencia étnica y cultural de los pue-
En relación a las formas de exposición comenzó a blos indígenas argentinos y se establecen una serie de
concebirse a los museos como ámbitos de educación derechos, entre los que cabe destacar la participación
permanente, donde los objetos debieran exhibirse en de las comunidades en la gestión de sus recursos na-
forma crítica y contextualizada de modo que el públi- turales y demás intereses que las afecten. Esto último
co pueda aprehender procesos de cambio cultural abre la posibilidad de que intervengan también en el
(Cousillas 2000; Laumonier 1993). Incluso se plantean manejo de aquellos bienes con los que están vincula-
rupturas con el modelo tradicional de la institución dos por prácticas culturales, residencia, filiación, etc.
subrayando la importancia que los museos comunita- (Berberián 2000: 558-559; Endere 2000a: 55-56).
rios, de sitio, ecomuseos, etc., pueden alcanzar en al- En el año 2001 se sancionó la ley nacional 25.517
gunas localidades (Barretto 1998). que en su artículo 1° establece que deberán ser pues-
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tos a disposición de los pueblos indígenas y/o comu- cipio, lo contrario de una investigación sistemática, ya
nidades de pertenencia que lo reclamen, los restos que no da lugar a una planificación previa.
mortales de aborígenes, que formen parte de museos
La información referida a descubrimientos casua-
y/o colecciones públicas o privadas. En el artículo 3º
les procede de lugareños o de empresas que realizan
se especifica que las comunidades aborígenes debe-
remociones de terrenos; cabe destacar que en Neuquén
rán otorgar su consentimiento para la realización de
una gran parte de las denuncias corresponden a ha-
todo emprendimiento científico que las tenga por ob-
llazgos de restos óseos humanos. Las tres experiencias
jeto, incluyendo su patrimonio histórico y cultural.
que se reseñarán reúnen estas características.
Desde junio del año 2003 está vigente la ley na-
cional 25.743 de “Protección del Patrimonio Arqueo-
lógico y Paleontológico”, que reemplaza a la ley 9080. ARQUEÓLOGOS Y POBLADORES:
Esta última había sido sancionada en 1913 y reglamen- RESPUESTAS TÉCNICAS A DEMANDAS
tada en 1921, pero nunca tuvo aplicación efectiva por SOCIALES. RESCATES ARQUEOLÓGICOS EN
LOMA DE LA LATA, CAEPE MALAL Y SAN
una serie de deficiencias en su articulado. MARTÍN DE LOS ANDES
En la provincia del Neuquén rige la ley 2184 “Del
patrimonio histórico, arqueológico y paleontológico”, “Lo universal es el horizonte de armonía
entre dos particulares; quizás jamás se llegue a él,
sancionada en 1996 y reglamentada en 19973. El an-
pero sigue existiendo la necesidad de postularlo,
teproyecto fue elaborado por arqueólogos, paleontó-
para hacer inteligibles los particulares existentes”
logos y especialistas en patrimonio del área de Cultura
Tzvetan Todorov. Nosotros y los otros
Provincial. Esto permitió que la norma tuviese como
marco de referencia las experiencias previas de los
integrantes del equipo de investigación y las dificulta- Rescate arqueológico en Loma de la Lata
des que se habían planteado en la aplicación de la
legislación existente hasta ese momento4. De hecho, El sitio arqueológico Loma de la Lata (Figura 1) está
los tres casos que se reseñarán son previos a la san- ubicado en el paraje homónimo, en tierras de la Co-
ción de esta norma, por lo que se constituyeron en
antecedentes para su redacción.

La ley 2184 establece claramente no sólo las obli-


gaciones de particulares y empresas, sino también las
responsabilidades del Estado Provincial. Entre sus prin-
cipales aspectos cabe destacar: se designa Autoridad de
Aplicación de la norma al área de Cultura provincial, se
garantiza la existencia permanente de un equipo de
especialistas en los temas específicos de investigación,
se prevé la organización de campañas de concientiza-
ción y la elaboración de proyectos de educación espe-
cíficamente referidos al patrimonio cultural.

Uno de los artículos más importantes es el relativo


a la atención de denuncias de sitios arqueológicos,
paleontológicos e históricos en riesgo de destrucción5.
En una provincia caracterizada por el desarrollo de
trabajos de infraestructura vinculados a grandes avan-
ces de la obra pública y a exploraciones y explotacio-
nes petroleras y gasíferas, es altamente probable que
se realicen hallazgos casuales durante la construcción
de redes viales, canales de riego, gasoductos, oleoduc-
tos, etc. En tal sentido, han sido y son frecuentes las
denuncias de sitios en peligro de destrucción, que re-
Figura 1. Localización de los sitios de Loma de la Lata, Caepe
quieren inmediatas tareas de rescate. Esto es, en prin- Malal y San Martín de los Andes en la prov. de Neuquén.
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munidad Mapuche Paynemil (departamento Confluen- La creación del Museo de Sitio (conocido
como Museo de sitio de Añelo)
cia)6. En julio de 1988, operarios de YPF descubrieron
fortuitamente restos óseos humanos en la cumbre de
Con respecto al destino de los materiales en la
una barda de arenisca. El hallazgo fue informado a la
Comunidad surgieron dos propuestas diferentes. El
entonces Subsecretaría de Educación y Cultura, que, a
entonces cacique, Maximino Paynemil, planteó que se
través del área de Investigaciones Arqueológicas, in-
podían retirar los restos “...para algún estudio, pero
tervino inmediatamente7.
luego debían enterrarse en el actual cementerio de
Se determinó que el sitio era un cementerio corres- la Comunidad”. Las mujeres, encabezadas por Sofía
pondiente a un grupo de cazadores-recolectores pre- Paynemil10 tuvieron otra idea: pidieron la construcción
hispánicos. Los entierros de veintisiete individuos de de un museo alegando: “Queremos que las cosas que-
ambos sexos y diferentes edades -señalizados por pie- den acá, para que nuestros chicos puedan conocer la
dras lajas y acompañados por escaso, pero significati- historia de la gente de antes” (Font 1994: 31). Cuando
vo ajuar8-, la evidencia de superposición de tumbas y la Lic. Biset señaló que los restos óseos humanos en
de entierros secundarios hacían de este hallazgo un realidad no correspondían a los antepasados de la Co-
hecho excepcional para la Provincia del Neuquén y la munidad actual, los Paynemil respondieron con un
Patagonia (Biset y Font 1993). interrogante: “...¿Pero, son o no son indígenas? Ante
la respuesta afirmativa, plantearon: “...entonces ellos
Pese a la rápida intervención, en el lapso que me-
también son mapuche, porque todos somos gente de
dió entre la denuncia y el inicio del rescate, el sitio
la tierra” (Biset 1989).
sufrió deterioros por pisoteo de visitantes y sustrac-
ciones por parte de “coleccionistas”9. Los integrantes La solución técnica a esta demanda debía conci-
de la Comunidad Paynemil al ver los daños causa- liar los aspectos científicos y de preservación. Cabe
dos por los furtivos, entendieron que la intervención destacar que el primer proyecto arquitectónico -elabo-
de un arqueólogo podría frenar el deterioro y se con- rado por profesionales de la Dirección de Arquitectu-
virtieron en activos cuidadores y ayudantes de cam- ra del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la
po. Provincia del Neuquén- era de líneas muy sofisticadas,
por lo que la Lic. Biset sugirió que los Paynemil opina-
Los trabajos de rescate duraron más de tres meses
ran acerca de las características del edificio que alber-
durante los cuales la Lic. Biset construyó un sólido
garía el cementerio. Los arquitectos hicieron una en-
vínculo con la Comunidad sobre la base del diálogo y
cuesta en la Comunidad cuyo resultado fue: “...nos
el respeto mutuo. Don Venancio Paynemil, de 74 años,
gustaría una casita como las nuestras” (Luz María Font,
decidió dormir al lado de las tumbas para evitar poste-
comunicación personal 1999). Finalmente se constru-
riores saqueos; por las mañanas relataba que durante
yó un edificio de líneas muy simples que se constitu-
la noche veía luces y escuchaba ruidos, voces y llan-
yó en el primer Museo de Sitio de la provincia del
tos. Dada las características del hallazgo, de algún
Neuquén y de la Patagonia. Fue inaugurado en noviem-
modo, esto era “lo esperable” por parte de los lugare-
bre de 1989 y desde entonces hasta la actualidad su
ños, aunque posteriormente se supo que algunos
cuidadora es Sofía Paynemil. Esta experiencia consti-
muchachos de la comunidad habían decidido gastarle
tuye uno de los pocos casos en Argentina en que una
una broma a Don Venancio.
comunidad indígena participa en el manejo de un si-
Durante las tareas de rescate, en una ocasión se tio arqueológico (Endere 2001: 151).
encontró en cada uno de los grupos esqueletarios un
En los años posteriores a la inauguración se obser-
ramito de flores silvestres. Una de las mujeres manifes- varon algunos cambios significativos en la Comunidad.
tó “...hace tiempo que nadie se ocupa de estos muer- Los caciques comenzaron a ser elegidos mediante el
titos, por algo aparecieron...”. Desde el momento en voto directo, alternándose hombres y mujeres en el
que se produjo el hallazgo la versión de los Paynemil cargo. Empezaron a preocuparse activamente por la
con respecto a los restos humanos, vigente hasta el día situación ambiental, denunciando los daños que esta-
de hoy, es que no se trata de un cementerio sino de ba produciendo la empresa YPF en la zona, y a reunir-
una batalla (Luz María Font, comunicaciones persona- se con otras agrupaciones indígenas para intercambiar
les, 1999). información y participar en ceremonias mapuche tales
como rogativas (Nguillatun) y la celebración del Año
Nuevo (Guiñoy Tripantu).
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Si bien los Paynemil son mencionados en docu- ba la lengua mapuche ni se practicaba el nguillatun.
mentos oficiales desde fines del siglo XIX, hasta hace Las tierras de los Paynemil están sobre el núcleo cen-
unos años sus integrantes no compartían un relato tral de una cuenca de gas, descubierta en 1977, que
homogéneo sobre su propio origen, incluso algunos constituye uno de los más importantes yacimientos
comentaban que sus abuelos “...habían llegado desde gasíferos del país y de América Latina. En función de
Brasil” (Comunicación personal de la autora). En 1993 la instalación de una planta de extracción del fluido y
expresaron su deseo de trabajar en el rescate de su de la explotación de pozos petroleros se colocaron
historia, en función de ello se formuló un proyecto redes de cañerías y se abrieron numerosas picadas.
conjunto entre el área de Cultura provincial y el de- Varios derrames de petróleo produjeron la contamina-
partamento de Historia de la Universidad Nacional del ción del suelo y las aguadas, y la aceleración de pro-
Comanue que, por razones diversas, no llegó a con- cesos erosivos, en una zona que desde el punto de
cretarse. Sin duda la causa de estos cambios se debió vista climático ya es notablemente árida.
a variados factores, entre los que no debe dejar de Desde hace varios años la relación entre la Comu-
considerarse el proceso de creación del Museo (Luz nidad y las empresas que trabajan en la zona es alta-
María Font, comunicación personal, 1999). La volun- mente conflictiva. A través de un grupo de abogados
tad de intervenir en la decisión sobre el destino final patrocinantes, los Paynemil han efectuado numerosas
de los materiales arqueológicos localizados en sus tie- presentaciones –de gran repercusión mediática- en las
rras, la demanda de participación activa en lo referido que denuncian el incremento de graves problemas de
a cuestiones ambientales, el interés por intercambiar salud causados por altos niveles de contaminación; y
experiencias con otras agrupaciones y la consideración los serios deterioros que produjo en su economía la
de que su propia historia merecía ser rescatada se disminución de animales, como consecuencia de la
constituyeron en instancias de reafirmación de la iden- escasez de pasturas, la ingestión de aguas envene-
tidad comunitaria. nadas y el aumento de la circulación de vehículos
(Latorraca y Montero 2003).

El contexto socio-económico
Rescate arqueológico en Caepe Malal
La Comunidad Mapuche Paynemil fue incorpora-
da al sistema de Reservas de la Provincia del Neuquén El sitio arqueológico Caepe Malal está ubicado en
en 1964 (Decreto 737) en función de lo cual se le el paraje homónimo, en el valle del río Curi Leuvú,
concedieron 5000 ha de tierra. Es una de las agrupa- departamento Chos Malal, a unos 400 km de la capi-
ciones con menor número de habitantes, aproximada- tal provincial (Figura 1). Fue descubierto casualmente
mente unas 30 familias. La población estable está con- en el mes de noviembre de 1984 durante las excava-
formada básicamente por niños y adultos maduros, la ciones correspondientes a la apertura de un canal de
mayoría de estos últimos son analfabetos. Los jóvenes riego. Inmediatamente se dio intervención a la enton-
buscan empleo en los núcleos urbanos más próximos, ces Dirección de Museos de Neuquén, de este modo
o en las explotaciones hidrocarburíferas de la zona. se efectuaron las tareas de rescate y el primer diagnós-
tico de los materiales.
Las principales actividades económicas son la ga-
nadería en pequeña escala (con predominio de lana- Las singulares características de los hallazgos de-
res y caprinos) y una agricultura menor (huertas fami- terminaron la formulación de un proyecto de investi-
liares). La mayoría de las mujeres practican el hilado y gación que incluyó el sitio y el área de la cuenca del
el tejido a dos agujas, en general producen prendas Curi Leuvú. En 1986 comenzaron las excavaciones
de uso doméstico y también venden por encargo (Sub- sistemáticas que, con algunas interrupciones, se han
secretaría de Acción Social y Asuntos Indígenas 1988: desarrollado hasta la actualidad.
127).
Caepe Malal es uno de los sitios arqueológicos de
A pesar de su cercanía a centros poblados, -está contacto hispano-indígena más relevantes que se hayan
localizada a 4 km de la localidad de Añelo y a 100 km descubierto en la Patagonia Argentina. Corresponde a
de la capital neuquina-, hasta hace unos quince años un cementerio indígena pehuenche que fue utilizado
sus miembros vivían en un gran aislamiento y desvin- durante los siglos XVIII y XIX. Las tumbas excavadas
culados de las demás agrupaciones; casi no se habla- presentaron una excepcional variedad y cantidad de
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materiales de factura indígena y de origen europeo que Plan Nacional de Lectura en Areas de Frontera (Font
constituyen indicadores de la dinámica social, cultural 1994: 31).
y económica que operaba en la región.
Con respecto a los hallazgos arqueológicos los in-
Los ajuares mortuorios incluian recipientes cerámi- vestigadores plantearon que la comunidad debía de-
cos de variada forma y decoración, armas de hierro, cidir donde exponerlos. Consideraron que el lugar
collares y adornos cefálicos confeccionados con cuen- más adecuado era el edificio en el que había funcio-
tas vítreas, brazaletes metálicos, cascabeles de bronce, nado, en las primeras décadas del siglo XX, la primera
hebillas, agujas y botones europeos. Un hallazgo no- escuela del paraje. Se procedió a su restauración man-
table fue un conjunto de láminas y casquetes de metal teniendo las características de la arquitectura rural, de
correspondientes a una coraza, y partes de un yelmo este modo se reconstruyó con mano de obra local la
o casco de cuero. También aparecieron numerosos pequeña casa de adobes y techo de paja.
elementos asociados a la vida ecuestre tales como es-
El museo se inauguró en 1995 y alberga las piezas
tribos, espuelas de hierro, frenos muleros y restos es-
más importantes de la colección arqueológica, lleva el
queletarios de equinos y ovicápridos, que sugieren la
nombre de la Lic. Ana María Biset en homenaje a su
integración de la fauna europea a la economía, la cos-
trayectoria y sus prolongadas investigaciones en la
movisión y las prácticas rituales del mundo indígena
zona. Para la atención de los visitantes se preparó a
(Hajduk 1991; Hajduk y Biset 1991, 1996; Hajduk et
integrantes de la comunidad, quienes pasaron a ser
al. 2000). La confrontación de hipótesis generadas a
empleados de la Comisión de Fomento local.
partir del estudio del registro arqueológico con fuen-
tes documentales, permitió explorar diferentes aspec- Con posterioridad a la inauguración del Museo se
tos del intenso mestizaje e hibridación cultural que se realizaron nuevas excavaciones arqueológicas en el
produjeron en esa época entre las parcialidades abo- sitio, cuyo desarrollo, al igual que las anteriores, fue
rígenes del noroeste neuquino y las sociedades hispa- presenciado por pobladores, maestros y alumnos de
no-criollas de Cuyo y Chile (Biset y Varela 1991; Varela la escuela. Ante la aparición de piezas cerámicas con
y Biset 1990, 1992, 1993; Varela et al. 1997, 1998). frecuencia comentaban que, en el pasado, los indíge-
nas las utilizaban para guardar monedas de oro y pla-
ta (comunicación personal de la autora, 1997). En cada
La creación del Museo Comunal de la Cuenca ocasión pedíamos que observaran el interior de cán-
del Curi Leuvú “Lic. Ana María Biset”11 taros y ollas para demostrarles que sólo contenían tie-
rra y, eventualmente, algunos huesos de animales.
El origen y proceso de creación de este museo tie-
Los lugareños manifestaban preocupación por el
ne varios puntos en común con el de Loma de la Lata.
destino de los nuevos materiales. Durante las conver-
Producido el hallazgo el principal riesgo era la destruc-
saciones surgieron comentarios sobre personas proce-
ción del sitio por los “coleccionistas”. Afortunadamente
dentes de otras provincias y/o enviados por algunas
esto nunca ocurrió, ya que la comunidad del paraje,
universidades, que se habrían llevado muchas cosas
constituida por familias de crianceros transhumantes
de la zona que nunca más fueron devueltas. En los
que ocupan viviendas dispersas (puestos), actuó per-
últimos años la comunidad y el Comisionado de Fo-
manentemente como control. La escuela albergue del
mento local han manifestado el deseo de contar con
lugar, ubicada a menos de 1 km del sitio arqueológi-
un museo de sitio que serviría como complemento del
co, es el centro de numerosas actividades de la zona y
Museo Comunal (comunicaciones personales de la
se transformó en permanente colaboradora, receptora
autora, 1997).
y transmisora de información.

A partir del hallazgo los pobladores solicitaron que


los materiales, luego de ser estudiados, “...retornaran a El contexto socio-económico
su lugar de origen” (Luz María Font, comunicación
personal, 2000). Al mismo tiempo surgieron otras de- Cuando a fines del siglo XIX llegaron las fuerzas
mandas, que en realidad eran parte de proyectos co- expedicionarias de la “conquista del desierto” al norte
munitarios que aún no se habían concretado. De este neuquino observaron que no sólo varios hacendados
modo se creó una Biblioteca Popular y se instrumentó chilenos alquilaban tierras a los pehuenches, sino que
el Plan Provincial de Lectura, que luego se integró al además existía un asentamiento de agricultores crio-
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llos trasandinos que subarrendaban terrenos indígenas restos óseos humanos y materiales cerámicos (Cúneo
(Varela y Biset 1993: 91). Durante los enfrentamientos 1998; Hajduk y Cúneo 1997-1998). Los responsables
armados algunos pehuenches lograron huir a Chile, de la obra efectuaron la denuncia ante la entonces
pero la mayoría fue capturada o asesinada. En pocos Subsecretaría de Cultura de la Provincia del Neuquén.
años el norte neuquino fue repoblado por inmigrantes
La repercusión mediática de los acontecimientos fue
criollos de origen chileno y cuyano, que ocuparon los
instantánea (Diario La Mañana del Sur, 23/02/94). En
valles cordilleranos en calidad de pequeños criance-
las mismas páginas de un periódico en que aparecía
ros (Varela y Font 1995: 177). De hecho, los habitan-
una nota referida a las tareas de campo, desarrolladas
tes de la región y de la cuenca del Curi Leuvú no se
por el Lic. Adan Hajduk y la autora de este trabajo, se
autoadscriben a ninguna comunidad indígena.
publicaba el pedido de devolución de los materiales
El aislamiento administrativo, social y económico por parte de representantes de la Coordinadora de
imperante en la zona determinó que Chile siguiera Organizaciones Mapuche Taiñ Kinegetuam y de las
actuando como mercado de la sal y de los animales Comunidades Curruhuinca, Vera y Cayún quienes
de los crianceros y como centro proveedor de merca- manifestaban que: “Debido a este hallazgo, surgió la
derías. Incluso los trámites vinculados a nacimientos, preocupación por parte de las Comunidades Mapuche
casamientos y defunciones, hasta hace pocos años, se de la localidad, y en el marco de lo que es la recupe-
realizaban en el vecino país. A partir de 1930 se cerró ración de nuestros derechos fundamentales, nos reuni-
la frontera y comenzó la crisis de la actividad ganade- mos inmediatamente con el convencimiento que ésta
ra. Actualmente, el sobrepastoreo es un grave proble- vez no va a suceder lo que siempre ha sucedido con
ma en todo el noroeste de la provincia, lo que se tra- los hallazgos llamados arqueológicos. Estos hallazgos
duce en un progresivo empobrecimiento de los crian- son encarados desde la ciencia y son los científicos
ceros. los que determinan lo que se hace y lo que no se hace.
La intención es mostrar que aquí hay un pueblo que
Estos antecedentes dieron lugar a la formación de
está vivo y los restos encontrados, precisamente son
una sociedad campesina con desarrollos culturales
de nuestros mayores...” (Diario Río Negro, 24/02/94).
idiosincráticos que se sustentan en la confluencia de
elementos de raíz indígena e hispánica -rastreables por Más adelante, integrantes de las tres Comunida-
lo menos desde el siglo XVII- entre los que cabe men- des opinaban sobre la posible identidad de los indivi-
cionar: el mismo patrón de movilidad estacional con- duos encontrados, uno de los jefes de la Comunidad
sistente en ganadería transhumante con campos de Curruhuinca manifestaba: “Si no son los restos de
invernada-veranada, la comercialización del ganado en [nuestro bisabuelo] Bartolomé Curruhuinca son de
los mercados chilenos, la práctica de la agricultura con algún otro “peñi” de alguna de las comunidades que
riego por acequias y la utilización de rutas y pasos desde otras épocas vivieron acá. Puede ser de cual-
históricos (Varela y Font 1996: 210). Asimismo, la to- quiera, pero la importancia es que son de nuestro
ponimia de la zona, la práctica del tejido en telar y de pueblo originario”. En la misma nota una representan-
la medicina aborigen son elementos de la tradición te de la Comunidad Cayún decía: “Yo me crié con mis
indígena que conviven con costumbres de raíz euro- abuelos, ...y ellos vivían por acá. Por eso, pensamos
pea, tales como la celebración de algunas festividades que también podría ser algún pariente de nosotros el
cristianas y las canciones y cuentos populares de ori- que se encontró. Mi abuela... siempre me contaba que
gen español (Alvarez 1991: 14). ellos vivieron en esa parte. Nosotros también reclama-
mos que nos devuelvan lo que encontraron.” Asimis-
mo una representante de la Comunidad Vera manifes-
Rescate arqueológico en San Martín de los taba: “Mi padre me decía que ahí... se hacían las roga-
Andes tivas. En ese lugar se juntaban las agrupaciones... Y yo
hallo muy injusto que se tomen lo que es nuestro.
En febrero de 1994 se efectuó un rescate arqueo- Porque lo que se encontró ahí es nuestro. Somos un
lógico en el ejido municipal de San Martín de los An- pueblo y entonces, nosotros tenemos el derecho de
des, a unos 2 km del casco urbano (Figura 1). Durante llevarnos lo que encontraron”.
los trabajos de construcción edilicia de una Estación
Transformadora para el Ente Provincial de Energía del También se planteaban cuestiones relativas a los
Neuquén (E.P.E.N.) se produjo el hallazgo fortuito de materiales hallados, una integrante de la Comunidad
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Curruhuinca decía:“... cuando un paisano moría, se- muestra cuyo eje central fueron los materiales -restau-
gún contaban los viejos, enterraban todo lo que era rados y contextualizados- rescatados dos años antes
de él junto a su cuerpo. No tan sólo los huesos quere- (Diario La Mañana del Sur, 3/09/96; Diario Río Negro,
mos que nos entreguen, sino todo lo que hallaron ahí... 18/08/96).
el cántaro que se encontró es muy grande para que
sólo en él hubiese una pipa. No se encontró todo, fal-
tan cosas”. El contexto socio-económico
Al día siguiente el mismo medio publicó un exten-
Las Agrupaciones Mapuche Curruhuinca y Cayún
so documento por el que las Comunidades reclama-
están ubicadas en las márgenes del lago Lácar en pre-
ban la devolución de los restos, concluía afirmando
dio del Parque Nacional Lanín, en terrenos que han
que “la legalidad establecida ha sido siempre un obs-
sido cedidos en forma precaria por Parques Naciona-
táculo en la consecución de la Justicia para los Mapu-
les. La primera está localizada en los parajes Quila
che, hacemos un llamado al poder ejecutivo y legisla-
Quina y Pil Pil; la segunda, en el paraje Trompul (Sub-
tivo local y provincial...y diversos sectores políticos,
secretaría de Acción Social y Asuntos Indígenas
sociales, religiosos y culturales de la sociedad en ge-
1988:159, 170). La Comunidad Vera, asentada sobre
neral a pronunciarse a favor de la justicia humana que
el valle del arroyo Trabunco, al pie del Cordón Cha-
conlleva el acto de devolución que demandamos...”
pelco, se autoproclamó en 1936 y obtuvo un permiso
(Diario Río Negro, 25/02/94). Ese mismo día tuve una
de tenencia precaria sobre tierras que llegaban hasta
larga reunión con los representantes mapuche en la que
la misma base del cerro Chapelco. Las tres agrupacio-
reiteraron los conceptos vertidos en las notas mencio-
nes practican una economía de subsistencia basada en
nadas y manifestaron su preocupación por el destino
la cría de ganado menor y la confección de artesanías.
de los materiales. Asimismo, comentaron que se rumo-
reaba que habían aparecido elementos de oro y plata. Los conflictos territoriales de las Comunidades del
Describí los hallazgos realizados, los invité a que los Departamento Lácar con las instituciones nacionales,
viéramos y explicité los alcances y las limitaciones de provinciales y municipales tienen larga data. Hassler
un trabajo de rescate arqueológico, luego les solicité (1963) ha señalado los problemas burocráticos que
que consideraran la posibilidad de autorizar que los afectan la economía de las agrupaciones asentadas en
materiales fueran trasladados a Neuquén para realizar jurisdicción de Parques Nacionales. La comunidad
los trabajos de gabinete, con el compromiso de tener Vera, por su localización inmediata al centro de esquí
en cuenta sus decisiones sobre el destino final de los más importante de la provincia del Neuquén y en un
elementos y de publicar los avances de la investiga- área de alta cotización inmobiliaria, ha protagonizado
ción en medios de difusión escrita. Unos días después varios conflictos que continúan hasta la actualidad
respondieron afirmativamente con respecto a mi pro- (Diario Río Negro, 13/08/2000).
puesta.

Tiempo después recibí en Neuquén la visita de re-


LA SIGNIFICACIÓN DEL TRABAJO DEL
presentantes de la Coordinadora de Organizaciones
ARQUEÓLOGO EN DIFERENTES CONTEXTOS
Mapuche Taiñ Kinegetuam que deseaban observar el SOCIOCULTURALES. PASADO Y PRESENTE
trabajo que estábamos realizando. De acuerdo a lo COMO ESCENARIOS DE INTERACCIÓN Y
acordado en la primer entrevista se publicaron los DEBATE
avances de investigación relatando diferentes aspectos
Las experiencias reseñadas se desarrollaron en y con
del rescate y del estudio de los materiales (Cúneo 1994:
comunidades que reflejan la articulación de tradiciones
5, 1995; Diario Río Negro, 10/04/94).
y la diversidad de modernidades que caracterizan a nues-
Las Comunidades Mapuche aceptaron que los tros países de América Latina, se reproduce así a escala
materiales fueran expuestos en el Museo de San Mar- provincial y regional la coexistencia de múltiples lógicas
tín de los Andes, que en ese entonces permanecía de desarrollo (García Canclini 1996: 23). En este com-
cerrado. Entre la Municipalidad y el área de Cultura plejo contexto de interacciones sociales, culturales,
de la Provincia del Neuquén se realizaron gestiones políticas y económicas, las investigaciones arqueoló-
tendientes a la reapertura del Museo Primeros Pobla- gicas contribuyeron a generan condiciones de recrea-
dores, que se concretó en agosto de 1996 con una ción identitaria que se tradujeron en debates, interpre-
Huellas del pasado, miradas del presente:
la construcción social del patrimonio arqueológico del Neuquén | 89

taciones, y disputas simbólicas tendientes a la apropia- simbólicos (Briones 1998: 192). Al respecto son ilus-
ción de los materiales. Las posiciones sustentadas re- trativas las palabras de Jorge Nahuel, integrante de la
flejaban tensiones sociales que obedecían a distintas Coordinación de Organizaciones Mapuche:
causas, entre las que cabe señalar: la asimetría en re-
“El mapuche no puede ser separado del elemento
lación a los factores de poder y el acceso diferencial a
que le da vida que es su wajmapu (territorio)...y por
diferentes bienes y recursos12.
eso es que sólo se los quiere reconocer a los pue-
Las comunidades involucradas en los casos rese- blos indígenas en los aspectos culturales, como ellos
ñados tienen dificultades para realizar gestiones en los [los blancos] dicen. Para ellos cultura es sinónimo
centros urbanos y acceder a servicios y prestaciones. de folklore (...) ellos han reducido lo que es el ámbito
Asimismo mantienen relaciones fluctuantes con la ad- de la cultura a los instrumentos musicales, al idioma
ministración estatal en función de la satisfacción o no como parte de la tradición, pero nunca como un ele-
de demandas sociales, económicas, educativas, etc. mento de la vida (...) el estado es una realidad que
nadie puede negar. Lo reconocemos, tanto que es a él
Los arqueólogos procedemos de la capital provin-
a quien le pedimos el reconocimiento, a él le pedimos
cial y somos percibidos como representantes “del
la transformación. Si no, pelearíamos por la indepen-
Gobierno” que centraliza las decisiones y, en ocasio-
dencia, y eso no es un planteo indígena. Lo que noso-
nes, no ha proporcionado respuestas o soluciones
tros le pedimos al estado argentino es que así como
relativas a una diversidad de temas, por lo tanto nues-
nosotros lo reconocemos, él reconozca que nosotros
tra labor estuvo y estará condicionada por aconteci-
existimos. Ese reconocimiento mutuo es el que se plan-
mientos o situaciones de variada índole. Debe tenerse
tea....” (Winderbaum 1999: 70-71).
en cuenta que, en general, no se realiza una diferen-
ciación entre empleados o funcionarios, “trabajar en La posibilidad de que los elementos fueran lleva-
el Estado” es una suerte de categoría que homogeini- dos a Neuquén para ser estudiados en un principio
za a todos aquellos que perciben un sueldo a partir generaba sospechas, por ello, aunque esta situación
de esta pertenencia institucional, por lo que en oca- siempre se resolvió positivamente, en todos los casos
siones recibimos reclamos o críticas referidos a cir- se solicitó explícitamente la devolución. Invariablemen-
cunstancias ajenas a nuestra labor. te surgieron comentarios acerca de situaciones que
fueron vividas como despojos: gente que se llevó ele-
La reapropiación simbólica se expresó de variadas
mentos de la zona y de los que nunca más se supo.
maneras. Desde el comienzo de los trabajos los po-
Cuando se pidieron precisiones acerca de quienes eran
bladores locales manifiestaron sentirse los “dueños” de
esas personas y qué se llevaron, difícilmente se logró
los materiales bajo el argumento de que aparecieron
una respuesta concreta. Si bien no es improbable que
en territorios que les pertenecen y/o que ocupaban sus
estas situaciones hayan ocurrido, la recurrencia del
antepasados. Aún antes de iniciarse los trabajos de
comentario implicaba una censura concreta y genera-
rescate, y a pesar de algunas ambigüedades, los luga-
lizada ante la posibilidad de una instancia que sería
reños intentaban demostrar que las personas allí ente-
percibida como una nueva expoliación.
rradas tenían algún grado de filiación con ellos. De
alguna manera, la certeza era anterior a la experiencia. Cabe preguntarse por qué las comunidades piden
Al reivindicar la propiedad de los materiales, también la construcción de museos, cuando es probable que la
se intentaba que comprendiéramos que el desarrollo mayoría de nuestros interlocutores nunca haya entrado
de nuestro trabajo dependía de que nos otorgaran “su” a uno. En este sentido sostengo que la posibilidad de
autorización. tomar decisiones con respecto al destino de los mate-
riales, apunta a producir la visibilidad del grupo. Un
Como arqueólogos debemos comprender que al
hallazgo y la gestión de un museo -que además son
existir un contexto propicio para la recreación identi-
temas que reciben tratamiento mediático- son situacio-
taria los planteos discurren por canales independien-
nes que brindan una nueva posibilidad de “ser escu-
tes de nuestros propios parámetros científicos (el caso
chados”, “de ser vistos”; “de ser reconocidos” (como
de Loma de la Lata es paradigmático al respecto). En
expresa Jorge Nahuel). Desde esta perspectiva un des-
consecuencia, sus interpretaciones no tienen que ver
cubrimiento inaugura una instancia de negociación.
con la cantidad concreta de años de residencia en un
sitio sino con aspectos relacionales de poder que cons- Uno de los conceptos más complejos de transmitir
tituyen el marco de disputa por espacios materiales y a nuestros interlocutores ha sido el de proceso (his-
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tórico y cultural). En general es muy difícil ser convin- espíritus capaces de cambiar los objetos de lugar y
cente a la hora de explicar la profundidad temporal del hasta de asustar hasta llevar a la muerte -por medio de
poblamiento, el hecho de que los grupos aborígenes no visiones, ruidos y fuego- a aquellos que pretenden
siempre fueron ecuestres y que las evidencias materia- desenterrarlos (Alvarez: 152-154).
les del pasado indígena de la región no deben englo-
Las especulaciones relativas a la existencia de me-
barse automáticamente bajo el rótulo de “mapuche”.
tales preciosos tienen su origen en el imaginario espa-
Las investigaciones desarrolladas en Caepe Malal ñol de la época de la Conquista. Las primeras entra-
proporcionan un ejemplo muy interesante para desta- das militares realizadas en Neuquén en el siglo XVI
car el carácter procesual del concepto de cultura ca- tuvieron, entre otros objetivos, la búsqueda del oro y
racterizado por el dinamismo y la permanente apro- la plata. En esa época comenzó a difundirse la leyen-
piación, interrelación y reelaboración de elementos de da de la ciudad de los Césares que se mantuvo en
variados orígenes. Sin embargo, al mencionar la pre- vigencia hasta fines del siglo XVIII. Los relatos referi-
sencia hispánica nuestros interlocutores tendían a per- dos a la existencia de “tesoros” tienen plena vigencia
cibir una dominación temporo-espacial homogénea en la actualidad y han estimulado, en gran medida, la
sobre todos los grupos nativos americanos, les costa- depredación de sitios arqueológicos, principalmente
ba mucho imaginar indígenas, cuyos territorios eran por parte de los “coleccionistas”.
reconocidos como independientes, negociando con
los españoles de los centros coloniales de Cuyo y
Chile. También se plantearon dificultades para aprehen- REFLEXIONES FINALES
der la continuidad entre prácticas actualmente vigen-
tes y las de la época del contacto hispano-indígena. Debemos ser conscientes que mientras nuestro dis-
curso tiene como eje la importancia de estudiar los
En los casos de Loma de la Lata y San Martín de
materiales para aproximarnos a los diversos modos de
los Andes, el concepto que se retenía con más clari-
vida del pasado, para los lugareños (se autoperciban
dad era que los materiales esqueletarios no pertene-
o no como parte de los Pueblos Originarios) nuestro
cían a blancos (winkas), razón por la cual serían parte
trabajo ofrece la posibilidad de reafirmar la identidad
de los Pueblos Originarios, importando mucho menos
grupal. Las crecientes demandas de participación por
las diferencias existentes al interior de la categoría de
parte de las comunidades en nuestro país y en el
indígena, que es justamente lo que como arqueólogos,
tratamos de investigar y transmitir13. Esta mirada esen- mundo en relación a los materiales y sitios arqueoló-
cialista, abroquelada en anclajes conceptuales previos gicos (Endere 2000a: 32-38; Endere y Curtoni 2003;
(“lo” indígena, “los” Pueblos Originarios, “lo” winka) Podgorny y Miotti 1994; Politis 2001) frente a las es-
inmoviliza el pasado y produce serias dificultades para casas, pero orientadoras, experiencias de trabajos con-
la comprensión de contextos y procesos de cambio juntos entre arqueólogos y comunidades desarrolladas
cultural. Las situaciones reseñadas se han replicado en en la Argentina (Endere 2001: 151) nos enseñan que
numerosas reuniones mantenidas con docentes de las es imperioso generar un modelo de gestión cultural que
escuelas más cercanas a las localidades en que fueron incluya la participación de los diferentes actores sociales
realizados los rescates. Todas estas experiencias deben involucrados. Asimismo los intereses científicos, que
alertarnos acerca de cuanta vigencia tiene el modelo han sido hasta la actualidad el eje de la legislación
tradicionalista y sustancialista. protectora en materia de patrimonio arqueológico a
nivel nacional y provincial (Endere 2000a, 2000b),
Por último, cabe mencionar que las excavaciones deberán conciliarse con las normativas que establecen
generan expectativas y temores. En todo el territorio
la participación de las comunidades en el manejo de
provincial, tanto en medios rurales como urbanos, cir-
sus recursos culturales, tales como el artículo 75º inc.
culan leyendas referidas a la existencia de piezas de
17 de la Constitución Nacional reformada en 1994, y
oro y plata que permanecen enterradas. En algunos
la ley nacional 25.517 (aún no reglamentada).
casos se trataría de ofrendas mortuorias depositadas en
las tumbas de algunos caciques y, en otros, de “teso- La necesidad de incorporar perspectivas y valores
ros” que habrían sido apresuradamente sepultados por que no habían sido tenidos en cuenta en la concep-
los indígenas que huían ante la invasión militar de tualización de los sitios arqueológicos ha generado
1879. Paralelamente, está muy difundida la idea de que replanteos acerca del papel de los profesionales y la
“las cosas de indios” son cuidadas celosamente por práctica de la disciplina (Endere y Curtoni 2003). Como
Huellas del pasado, miradas del presente:
la construcción social del patrimonio arqueológico del Neuquén | 91

arqueólogos hemos intentado transmitir lo que García ral de la Provincia del Neuquén. Desde ese lugar y con
Canclini denomina “...la forma de legitimación más no pocas dificultades, abrió los caminos que luego
consistente que ofrece la cultura moderna: el saber otros transitaríamos. Su don de gente, paciencia y pa-
científico” (García Canclini 1996: 167), ahora el desa- sión por su profesión se reflejaron en los trabajos que
fío es cómo lograr a lo largo del tiempo esa legitima- realizó en Loma de la Lata y en Caepe Malal que, más
ción con la gente, sin obliterar sus experiencias. allá de los méritos relativos a la investigación, consti-
tuyen, desde mi perspectiva, aleccionadoras experien-
Desde el punto de vista teórico la gestión del patri-
cias sobre lo que debiera ser el desempeño de un ar-
monio consiste en un conjunto de acciones destina-
queólogo en relación con las comunidades.
das a efectivizar su conocimiento, conservación y di-
fusión, organizando y facilitando las intervenciones que En el año 2001 la Facultad Latinoamericana de Cien-
se realicen en relación al mismo (Querol y Martínez cias Sociales (FLACSO), Sede Académica Argentina, me
1996: 25). Cabe preguntarse entonces cómo gestionar eligió como una de las candidatas a cursar el Diploma
el patrimonio arqueológico conjuntamente con las de Posgrado en Gestión en Cultura y Comunicación. La
comunidades sin desestimar esa multiplicidad de mi- Secretaría de Cultura de la Nación y la Dirección Pro-
radas y valoraciones. vincial de Cultura del Neuquén otorgaron su apoyo para
poder materializar los estudios. El prestigioso cuerpo
En este marco cobra especial relevancia definir y
docente me brindó invalorables elementos de reflexión
acordar el campo de intervención de la gestión cultu-
acerca de los alcances de la gestión cultural y su rela-
ral pública, nuestra postura al respecto adhiere plena-
ción con la práctica de la arqueología en una provincia
mente a los conceptos manifestados por Velleggia
patagónica. La Prof. Luz María Font me proporcionó,
(2000: 17) cuando afirma que: “...debe impulsar el in-
con su habitual generosidad, valiosa información inédi-
tercambio de sentidos integradores –que no unificado-
ta. El Sr. Octavio Mastracci, de la Dirección Provincial
res- emergentes del acto de poner en común experien-
de Cultura de Neuquén, confeccionó el mapa. Coinci-
cias distintas, las cuales contienen ciertos valores que
dencias y disensos con todos aquellos que de diferen-
pueden compartirse”. En este sentido, los tres casos
tes maneras están vinculados con este trabajo, me ayu-
aquí reseñados se resolvieron auspiciosamente en la
daron a crecer y confirmar la enorme responsabilidad
medida que se propiciaron espacios de diálogo que
que nos cabe a quienes trabajamos en la temática del
alentaron a compartir vivencias, y se respetaron los
patrimonio cultural.
discursos y las propuestas de las comunidades en
cuanto al destino de los materiales.

En función de futuros trabajos a desarrollar en la REFERENCIAS CITADAS


provincia del Neuquén, de las experiencias presenta-
das se desprende que poner en acto la aceptación de Alvarez, G.
la pluralidad significa estar dispuestos a escuchar a 1991 El tronco de oro. Siringa Libros, Neuquén.
nuestros interlocutores y comprender que la disputa Barretto, M.
sobre el sentido del pasado no estará desligada de los 1998 “Paradigmas actuales de la museología”, 03/06/
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ausente en la gestión de los bienes culturales, en tanto Berberián, E.
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Agradecimientos
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Ciencias Naturales y Museo de la Universidad
La Lic. Ana María Biset ya no está entre nosotros,
Nacional de La Plata. La Plata.
por ello cabe recordar aquí que fue la primera ar-
queóloga con que contó el área de patrimonio cultu-
9 2 | E. M. Cúneo - Intersecciones en Antropología 5 (2004) 81-94

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1997 Los pehuenches del noroeste de Neuquén y sus lación referida al Patrimonio Histórico, Arqueológico y Pa-
relaciones fronterizas en la segunda mitad del siglo leontológico: leyes 107 (1959-1973), 791 (1973-1991) y
XVIII. Revista de historia indígena 2:77-95. 1923 (1991-1996).
Universidad de Chile, Santiago.
5. Sólo las leyes de Neuquén y de Tierra del Fuego pre-
1998 Encuentros y desencuentros entre dos
vén la obligación de efectuar estudios de impacto arqueo-
sociedades. Pehuenches y conquistadores en el
lógico y el rescate de los materiales en peligro (Endere
Neuquén del siglo XVIII. En Los hijos de la tierra.
2000b: 167).
Algunos capítulos de la historia indígena del
Neuquén, editado por Dirección Municipal de 6. Paynemil es una de las tres Comunidades que se en-
Cultura de San Martín de los Andes, pp. 35-62. San cuentran en el departamento Confluencia, -el de mayor
Martín de los Andes. densidad poblacional de la provincia- las otras son Ragin-
Co y Kaxipayiñ, de formación mucho más reciente.
Varese, S.
1994 Patrimonio cultural, participación y etnicidad. 7. En ese momento el área contaba con una sola arqueó-
En Memoria del Simposio Patrimonio y Política loga, la Lic. Ana María Biset quien efectuó las tareas de
Cultural para el siglo XXI, coordinado por J. Cama rescate y participó en el desarollo del proyecto solicitado
Villafranca y R. Witker Barra pp. 69-76. INAH, por la comunidad. Esta profesional falleció en 1994.
México.
8. Colgantes de valvas, collares de caracoles y de cuen-
Velleggia, S. tas confeccionadas con malaquita y caparazones de mo-
2000 Seis conceptos claves para la gestión cultural luscos, adornos labiales y puntas de proyectil.
de la ciudad en el siglo XXI. En Ciudad y cultura en
9. Los lugareños suelen denominar así a las personas resi-
el siglo XXI. Un paseo por el bosque de la gestión;
dentes en centros urbanos que recorren zonas rurales en
605 ideas y un método, editado por T. Puig Picart,
búsqueda de objetos arqueológicos.
pp. 9-21. Ediciones CICCUS, Buenos Aires.
10. Sofía Paynemil participó activamente desde que se ini-
Winderbaum, S.
ciaron los trabajos de rescate, posteriormente llegó a ser
1999 Neuquén para chicos y grandes. Ediciones Pido
lonko (cacique) de la Comunidad. Con su propuesta, las
la palabra, Neuquén.
mujeres de alguna manera se atrevieron a oponerse al
cacique con el que hacía tiempo tenían discrepancias (Luz
María Font, comunicación personal, 1999).
NOTAS
11. Entre 1986 y 1991 la Lic. Ana María Biset desarrolló
1. Una primera versión de este trabajo fue presentada en investigaciones de campo en la cuenca del Curi Leuvú.
el año 2002 a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Asimismo realizó numerosas gestiones tendientes a mate-
Sociales (FLACSO), Sede Académica Argentina en el mar- rializar la solicitud de creación del Museo Comunal.
co de los estudios del Diploma de Posgrado en Gestión en
12. Como sostienen Briones et al. (1990/92:56-57) el po-
Cultura y Comunicación.
der es un factor que da cuenta de toda interacción, en
2. Numerosísimos trabajos dan cuenta de las renovacio- función de lo cual los grupos que perfilan su continuidad
nes teóricas producidas en el campo de la antropología, a lo largo de su transformación (etnicidades) “...participan
sólo se mencionan algunas contribuciones de investigado- diferenciadamente en relaciones de poder y se vinculan -
res argentinos que fueron utilizadas para este trabajo. según las alternativas de sus historias- distintivamente o no
con diversos bienes, prestaciones y significados”.
3. Cabe efectuar una observación a lo mencionado por
Endere sobre la legislación neuquina a efectos de aclarar 13. El concepto de “esencialismo estratégico” ha sido ana-
que la ley 2184 fue reglamentada en 1997 (cf. Endere lizado por Briones (1998:235).
2000b: 167).
Huellas del pasado, miradas del presente:
la construcción social del patrimonio arqueológico del Neuquén | 95

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