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Política - Com: 14
Les recomendamos enfáticamente que lean con mucha atención la pregunta e intenten
dar una respuesta ajustada a lo que se solicita. De este modo, evitarán el error de incluir
conceptos sueltos de los autores sin relación directa con lo que se pide. Cuando
expongan un argumento, traten de seguirlo con coherencia expositiva y sin digresiones
innecesarias. Tengan muy en cuenta, al parafrasear a los autores con sus propias
palabras, no alterar el sentido conceptual expresado por aquellos, porque de este modo
le restarán validez a su exposición.
Les pedimos que presten atención a la presentación formal, ya que también es una parte
del ejercicio que les proponemos el aprender a expresarse con corrección y siguiendo el
estilo académico.
Sugerimos el uso (parcial) de las normas APA para que se vayan acostumbrando a la
escritura académica.
En la última pregunta incluimos un punto opcional, como forma de alentar el esfuerzo
argumentativo más elaborado para quienes acepten el desafío.
Consigna
1. Ubique históricamente, desarrolle y compare las definiciones del Estado que brindan
Nicos Poulantzas y Ralph Miliband, atendiendo a la forma en que cada uno lo
caracteriza como capitalista.
2. Más allá de los matices y contrastes entre Miliband y Poulantzas, ¿qué críticas les
formulan a ambos John Holloway y Sol Picciotto y por qué postulan que la autonomía
relativa del Estado es producto del fetichismo mercantil?
3. Describa los rasgos principales y las características específicas del Estado en América
Latina, a partir de lo planteado por Aricó y Zavaleta.
Optativo: vincule y/o compare con las otras perspectivas teóricas abordadas en la
materia.
Pautas formales para la entrega de actividades:
*En el encabezado (carátula) incluir los datos de la materia, del estudiante (nombre,
apellido y Nº de Documento) y la referencia al trabajo que se entrega (incluida la
comisión).
*Extensión máxima de 6 carillas (o 25.000 caracteres con espacio). Se excluye de la
extensión máxima la reproducción inicial de la pregunta a responder
(RECOMENDADO).
Recomendado: a espacio simple, con margen normal (sup. 2,5 cm e izq. 3 cm), fuente
Times New Roman 12, tamaño de hoja A4 con alineación justificada.
*Las limitaciones de espacio requieren presentar argumentos concisos, claramente
referidos a la pregunta y correctamente redactados. La bibliografía debe ser citada
adecuadamente, las citas en el texto deben mantener un estilo uniforme y seguir las
normas APA 6ta Edición.
1. Para comparar las definiciones del Estado que brindan Poulantzas y Miliband
es necesario ubicarse en el contexto de elaboración de los análisis que realizan ambos
autores. Un primer punto a tener en cuenta es que sus trabajos de juventud abren un
nuevo ciclo de producción sobre el Estado. Como destaca Tarcus (1991):
Las obras pioneras de ambos autores (…) cierran un ciclo de
largo silencio en la producción teórica marxista sobre el Estado desde los
tiempos de Trosky y Max Adler, solo interrumpido por la solitaria labor
de Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel (p. 7)
Entre finales de los 60s y principios de los 70s se comienza a plantear la crisis
del Estado de Bienestar Keynesiano y también a aparecer una nueva cultura marxista
volcada a cuestiones del orden económico, político y social y en este sentido “las obras
pioneras de ambos autores” lo fueron también en el desarrollo de estas nuevas
preocupaciones teórico-políticas.
Poulantzas y Miliband parten de una preocupación común y procuran estudiar el
carácter adoptado por la dominación capitalista modelada por el intervencionismo del
EBK. Al respecto Thwaites Rey (2007) señala:
El libro de Miliband (“El Estado en la Sociedad Capitalista”) da
cuenta de las características que asumió el Estado Benefactor en el
occidente capitalista desarrollado, así como de los limites y desafíos que
su implantación supuso para la transformación revolucionaria. Pocos
meses antes, Nicos Poulantzas edita en París su obra “Poder político y
clases sociales”, en la que también se delimitan los contornos de
dominación estatal. (p. 215)
A pesar de esto procedían de tradiciones intelectuales distintas y tenían
diferentes propósitos inmediatos, los cuales son clave para entender el porqué de las
divergencias tanto en sus teorías como en sus definiciones acerca del Estado .
Con “El Estado en la sociedad capitalista” Miliband intentaba desenmascarar a
través de un análisis empírico la visión del pluralismo democrático que por entonces
dominaba en la ciencia política anglosajona para evidenciar que el Estado en Europa
Occidental “tiene un fuerte carácter de clase, aunque sin demostrar que El Estado
siempre poseerá a futuro ese carácter” (Gomez, 2019).
Para Miliband (1970) “una teoría del Estado es también una teoría de la sociedad
y de la distribución del poder en esa sociedad” (p. 4) y entiende que la teoría marxista es
fundamental para explicar el funcionamiento de lo antedicho, pero nota que existen
carencias en el análisis político marxista el cual según él “ha padecido desde hace
mucho tiempo notables deficiencias”. (p. 7). Como aclara Thwaites Rey (2007) las
mismas radicaba en que hasta entonces “casi todos los marxistas se habían limitado a
afirmar (...) la tesis instrumentalistas contenida en el Manifiesto comunista: “El
Ejecutivo del Estado moderno no es sino un comité para arreglar los asuntos comunes
de toda la burguesía” (p. 217)
Ante tal deficiencia, Miliband entiende que si bien los fundamentos
conceptuales básicos para los análisis socio-económicos, políticos e ideológico-
culturales ya habían sido dados gracias a los trabajos de Marx, Lenin y Gramsci, los
marxistas necesitaban hacer más trabajo empírico y análisis histórico de los Estados en
las sociedades capitalistas “para darles contenido concreto a las tesis y conceptos
teóricos ya delimitados” (Thwaites Rey, 2007, p. 518)
Insistimos, el objetivo de Miliband es desenmascarar a la visión de la
democracia pluralismo que aseguraba que “todos los grupos activos y legítimos de la
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población pueden hacerse oír en algún momento critico del proceso de decisión” (Dahl
en Miliband, 1970, p .5) pero que según él no solo suprimía la noción de que el Estado
podría ser una institución “cuya finalidad primordial sería defender el predomino en la
sociedad de una clase particular” sino que tampoco reconocía un grado de cohesión
necesario dentro de las élites para convertirse en clases dominantes.
Miliband (1970) analiza distintos Estados cuyas características en común es la
de ser muy industrializados y tener la mayor parte de los medios de producción sujetos a
la propiedad y el control de los privados, y concluye que en estos el Estado no posee
más que una parte “subsidiaria” de los medios de producción y que la intervención y
control estatal en la vida económica “no ha afectado a las actividades de las empresas
capitalistas” por lo que se trata de “sociedades auténticamente capitalistas” (p 12).
Este parecido en las sociedades de capitalismo avanzado da lugar para Miliband
a “semejanzas muy notables en su estructura social y en su distribución de clases” (p.
16). Y si bien él no niega la existencia de distintas clases (artesanos, profesionales,
trabajadores culturales, etc) entiende que la vida económica y política en estas
sociedades “está determinada primordialmente por la relación entre quienes son dueños
y quienes controlan los medios de producción y la clase trabajadora”(p. 17).
Luego procura estudiar la naturaleza y el papel que desempeña el Estado y
afirma:
El Estado no es una cosa, no existe como tal. El termino Estado
designa a cierto número de instituciones particulares que, en su conjunto
constituyen su realidad y ejercen influencia unas en otras en calidad de
partes de aquello que podemos llamar sistema del Estado. (Milband,
1970, p. 50)
Esta aseveración le permite distinguir gobierno de Estado y notar que existe una
confusión por parte de la socialdemocracia al creer que alcanzar el poder de gobierno
equivale alcanzar el poder del Estado. Para Miliband el segundo es algo bastante más
difícil de entrever ya que el sistema estatal está integrado por distintos aparatos
(gubernamental, administrativo, coercitivos, judicial, gobiernos subcentrales) que
“tienen una relación compleja e intrincada con la clase dominante” la cual asegura la
reproducción de los intereses dominantes. A partir de esta distinción lográ también
distinguir el “poder de clase” de el “poder del Estado”, lo cual resulta fundamental para
poder explicar “la autonomía relativa del Estado” como “un aspecto central para
identificar la naturaleza de la dominación política” (Thwaites Rey, 2007, p. 529)
Las instituciones de dichos aparatos son para Miliband “las que constituyen el
Estado y cuyas relaciones reciprocas dan forma al sistema estatal” (Miliband, 1970, p.
54). Es en tales instituciones donde descansa el “poder del Estado” y quienes ocupen las
posiciones destacadas de estas conforman para Miliband “las élites del Estado”. A raíz
de ello, considera esencial estudiar a la “élite estatal” -la cual esgrime el poder del
Estado como entidad distinta y aparte- para analizar el papel desempeñado por el Estado
(sobre todo en relación con la clase económicamente dominante). Del análisis concluye
que el proceso de selección de cargos es desigual y está sesgado por lazos de
parentescos y redes de vínculos y fruto de ello “los hombres que encontramos en todas
las posiciones de mando del sistema del Estado, han provenido en (la mayoría de los
casos) de los círculos de negocios y de los propietario, o de las clases medias
profesionales”. Mientras que “los hombres y las mujeres nacidas en las clases
subordinadas” no han corrido con la misma suerte por lo que finalmente enfatiza que:
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equilibrios al interior del modo de producción e intentando articular tanto los diversos
niveles que conformar la formación social como solucionando los conflictos que se
presentan entre las diferentes clases (o facciones) dominantes para poder garantizar la
reproducción capitalista. Sobre esto último, vale aclarar que el Estado también
“desorganiza” a las clases subalternas retrasando su organización política .
Pareciera entonces que en Poulantzas no hay ningún tipo de posibilidad de
modificar las estructuras del Estado desde su interior y que la única vía emancipatoria es
la vía revolucionaria. Pero el autor a lo largo de sus trabajos va matizando esta
afirmación. Tanto en el debate con Miliband como en “Fascismo y Dictadura” (1971)
comienza a aclarar su noción acerca de la “autonomía relativa” del Estado la cual se
funda en dos cuestiones. Como señala Thwaites Rey (2007):
Una es el tipo preciso de separación entre lo económico
(relaciones de producción-consumo-circulación) y lo político (Estado) en
el modo de producción capitalista. La segunda es la especificidad de la
constitución de las clases y de la lucha de clases en el modo de
producción y en las formaciones económico sociales capitalistas (p.247)
Por lo expuesto, las diferencias entre una democracia burguesa, el fascismo o
una dictadura pueden ser explicadas con las características que “estructuralmente
asumiera la lucha de clases en los distintos países” (Gómez, 2019). Esto le permite a
Poulantazas pasar de una explicación en la que pareciera que en todo momento las
practicas de las clases estaban determinadas por las estructuras (o de exponer una teoría
en la que el el Estado era capitalista de un modo estructural y que por ende siempre
sería así) a una teoría que le permite asumir de mejor modo el problema del
antagonismo social.
En esta modificación, Poulantzas introduce, tras el fracaso del EBK y la perdida
de peso político de la clase obrera, la noción foucaulteana de de poder (entendido como
un poder dinámico que se reproduce y desplaza de manera constante) para explicar al
Estado como “una relación, más exactamente como la condensación material de una
relación de fuerza entre clases y fracciones de clase” (Poulantzas, 1978, p. 154). Como
afirma Cortes (2012):
Esto implica que el Estado es un modo específico de
procesamiento de las contradicciones sociales. No es externo a ellas, pero
tampoco idéntico, ni su mera expresión en el orden político. Es, más
bien, un modo en que aquéllas se procesan y devienen institución, de
manera que todo aparato estatal revela de algún modo la huella del
conflicto que lo generó. Esta concepción permite analizar el modo
específico en que el Estado capitalista se transforma vis à vis las
relaciones de fuerza, así como resaltar el carácter contradictorio de sus
aparatos, donde se plasma institucionalmente el conflicto social. (p.2)
Todo lo cual le permite a Poulantzas describir al Estado como “el lugar de
organización estratégico de la clase dominante en sus relaciones con la clase dominada”
y como “un lugar y un centro de ejercicio del poder sin poseer poder propio” pero
sobretodo permite pensar la posibilidad de transformar las instituciones del Estado
capitalista a partir de las distintas disputas de clases y con ello nos invita a reflexionar
sobre la posibilidad de nuevas vías emancipatorias.
2. Para poder explicar las criticas que Holloway y Picciotto realizan a Miliband
y Poulantzas y porque postulan que la autonomía relativa del Estado es producto del
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fetichismo mercantil es necesario situarnos en una critica general que realizan los
autores de “Capitalismo, Crisis y Estado” (1994) al pensamiento marxista dominante
que va desde la década del 30 a la de los 60s. Según ellos dicha corriente no había
tenido en cuenta la relación entre la acumulación del capital y el Estado.
Durante ese periodo las contradicciones de la acumulación capitalista habían
sido estudiadas como leyes económicas que operaban desde el exterior sobre las
relaciones políticas de clase. y en este sentido, no parece inocente que Holloway y
Picciotto refieran a este tipo de análisis con el mismo nombre que el libro de Miliband
de 1969 “El Estado en la sociedad capitalista”. Como contrapartida a esta vision,
Holloway y Picciotto consideran que hay que analizar al Estado como un aspecto de las
relaciones sociales del capital que está atravesado en todas sus instituciones y
procedimientos por las contradicciones mismas de la lógica capitalista.
Producto de lo antedicho, Holloway y Picciotto van a entender que Milband y
Poulantzas no han podido avanzar demasiado en la comprensión de la relación entre los
procesos políticos y económicos y a a consecuencia de ello tampoco han podido avanzar
sobre las formas y funciones cambiantes del Estado a través de las cuales las clases
dirigentes intentan controlar el devenir de la crisis.
Si Miliband buscaba explicar el carácter capitalista del estado a través de los
vínculos personales entre funcionarios y capitalistas, y Poulantzas buscaba desarrollar
una teoría política marxista para complementar lo que él veía como la teoría económica
desarrollada en “El capital”, Holloway y Picciotto insisten -siguiendo al debate sobre la
derivación- que una teoría materialista del Estado debe comenzar preguntándose que es
lo que hace que las relaciones de producción capitalista asuman separadamente (y de
manera fantástica) las formas políticas y económicas.
Así entienden que para poder analizar el Estado capitalista no es suficiente con
partir de la lucha de clases sino que es necesario comenzar desde la forma capitalista de
aquella lucha. El error de Miliband y Poulantzas consiste en que al colocar al Estado
unicamente en el contexto de las relaciones entre las clases dominadas y dominantes sin
colocarlo en el contexto de la forma histórica tomada por la relación del capital fallan en
proporcionar una base sistemática sobre la cual poder construir una teoría del Estado.
Para Holloway y Picciotto, una teoría del Estado no debe radicar en la
especificidad de lo político sino en la categoría materialista histórica de las relaciones
del capital. Para ellos la pregunta que hay que hacerse es ¿qué es lo que hace que la
dominación de clases en la sociedad capitalista genere la forma fantástica del Estado,
que haga que el Estado asuma una forma “aparentemente” separada del proceso de
producción?
La respuesta la encuentran en la lectura del tomo 1 de “El Capital” -y arriban a
la misma conclusión que Hirsch- al cual entienden a diferencia de Miliband y
Poulantzas no como un mero libro de economía marxista (que a lo sumo contiene
algunos conceptos políticos desarrollados de manera fragmentaria) sino como el lugar
donde Marx analiza “la forma histórica particular tomada por la explotación de clases
en la sociedad capitalista” y desprenden que la característica mas importante de la
dominación capitalista es que la misma está mediada por el intercambio mercantil.
Allí el trabajador es considerado libre en un doble sentido, por un lado “libre” ya
que no esta sujeto ni directa ni físicamente al capitalista sino que su sujeción “esta
mediada por la venta de fuerza de su trabajo como una mercancía en el el mercado”;
pero por el otro “libre” en el sentido de haber sido liberado del control de los medios de
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producción y en consecuencia al no tener otra mercancía que vender mas que su fuerza
de trabajo.
Esto los lleva a explicar que:
El hecho de que la explotación esté mediada por la compra y
venta de la fuerza de trabajo como mercancía significa que se da una
separación entre lo económico (el proceso de mercantilizan y
explotación) y lo político (la instancia extra económica que busca
asegurar la reproducción del conjunto de relaciones de dominación). Lo
económico y lo político están constituidos por su particularizan y son
específicamente capitalistas. (Holloway, 2017)
Por lo tanto consideran científicamente infundadas la afirmación de Poulantzas
que dice que “la autonomía característica de lo económico y lo político(…) nos permite
constituir a lo político en una ciencia autónoma y un objeto especifico de la ciencia”
(Poulantzas, 1973, p. 29 en Holloway y Picciotto, 1994, p 82) ya que entiende que el
greco-francés analiza el Estado y la acumulación del capital de manera separada porque
no logró ver que El Capital es “precisamente una critica materialista de los intentos
burgueses por analizar a la economía en forma aislada de las relaciones de explotación
de clases sobre las cuales se basa” (Holloway y Picciotto, 1994, p, 85).
Por eso mismo entienden que Poulantzas parte de aceptar la realidad de la
fragmentación de las relaciones sociales como algo dado y no como una ilusión y a
consecuencia de ello consecuencia de ello acepta como dada la fetichización de las
luchas sociales en distintos “canales” (económico y político).
Holloway y Picciotto insisten que Miliband y Poulantzas al afirmar la
“autonomía relativa” de lo político se centraron en lo político como un objeto de estudio
autónomo y ambos aceptaron que la especificidad de lo político es una precondición
necesaria para la elaboración de los conceptos científicos y a consecuencia de ello no
vieron que las “formas políticas pueden ser entendidas solamente sobre la base de la
anatomía de la sociedad” (Prefacio de la critica económica política, p. 20. en Holloway
y Picciotto, 1994, p. 84)
Oriente en las que “El Estado lo era todo y la sociedad civil es débil y gelatinosa”, pero
también existen otras donde “la sociedad cancela el Estado”. (Zavaleta, 1985)
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Referencias Bibliográficas: