Madre y Reina de nuesra Patria, aquí nos tienes humildemente postrados ante tu prodigiosa imágen. En ti ponemos toda esperanza. Tur eres nuestra vida y consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada podremos temer.
Ayúdanos en nuestra peregrinación
terrena e intercede por nosotros ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos la eterna salvación del alma. Así sea.