Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Prohibición de Salir Del País Deudores Alimentarios PDF
Prohibición de Salir Del País Deudores Alimentarios PDF
Producto: STF,MJ
Título: Prohibición de salida del país por incumplimiento de obligación alimentaria. Comentario
a fallo 'P. A. J. c/ R. G. A.'
title: Prohibición de salida del país por incumplimiento de obligación alimentaria. Comentario a
fallo 'P. A. J. c/ R. G. A.'
Sumario: I. Hechos. II. Calificación del caso. Metodología. III. Aspectos sociológicos. IV.
Aspectos normológicos del caso. 1. Encuadre procesal. Medidas cautelares. Sentencia
autosatisfactiva. 2. Argumentos a partir de principios. V. Aspectos axiológicos del caso. VI.
Conclusiones.
Fecha: 25-nov-2010
I. HECHOS
"la satisfacción del superior interés del niño que prevalece por encima de cualquier otro interés
legítimo o simple, por la cláusula de preferencia, 'cuando exista conflicto entre los derechos e
intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a otros derechos o intereses igualmente
legítimos, prevalecerán los primeros' -art. 3 CDN in fine incorporada a la Constitución Nacional
vía art. 75 inc.22" (3).
En este sentido se resolvió el presente caso, atento a la dificultad que manifestaba, en cuanto
a su calificación jurídica, motivo por el cual, exigió por parte del juez un razonamiento distinto,
no deductivo. Finalmente, se llegó a la decisión mediante argumentaciones basadas en
normas constitucionales y supranacionales que la justificaron, puesto que el ordenamiento
jurídico es un todo, donde la Constitución Nacional tiene la máxima jerarquía, y los tratados
incorporados con igual categoría tienen vigencia por sobre todas las otras normas legales. Por
ende, no aplicar dichas normas constitucionales implica omitir la ley, lo que BIDART CAMPOS
señala como "inconstitucionalidad por omisión" (6).
La situación fáctica comprende a todos los sujetos involucrados en el caso, esto es, el
progenitor incumpliente protagonista de la prohibición, la madre del menor, la actora que insta
el pedido, y principalmente el niño, el menor de edad. Todos ellos ha tenido en cuenta el
magistrado al tomar su decisión.
En este sentido, el juez debe dar razones de por qué ha decidido de cierta forma, esto es, debe
"motivar" sus decisiones, justificarlas.La motivación de las decisiones judiciales constituye uno
de los elementos fundamentales del Estado de derecho. La motivación garantiza el
sometimiento por parte de jueces y tribunales al principio de legalidad, permite conocer las
razones que fundamentan las decisiones y abre la posibilidad de un control ulterior sobre esas
decisiones.
Sin embargo el término motivación parece indicar tanto las razones para decidir cuanto los
motivos en los que se apoya la decisión. Muchas veces se confunden los términos explicar y
justificar. Pero una decisión puede ser explicada y aun así, no justificada.
En el caso el juez explica las razones que lo llevaron a tomar la decisión tales como: la
situación de vulnerabilidad del menor, el nivel socioeconómico del alimentante incumpliente y
sus reiterados viajes al exterior, el silencio del mismo manifestado en su incomparecencia a
pesar de encontrarse debidamente notificado en todas las instancias y la urgencia que amerita
la pronta realización de la medida a efectos de que no se siga incrementando la lesión en los
derechos del niño. No se expresan directamente pero se induce la edad del niño y las
circunstancias de haber hecho el demandado caso omiso al imperativo judicial, evidenciando
carecer totalmente de respeto por la potestad investida y ningún interés en la integridad del
menor.
Es en base a ello que justifica su decisorio en las razones argumentativas que se manifiestan
principalmente fundadas en el interés superior del niño, plasmado en la Convención de los
Derechos del Niño como principio supremo y rector.
No cabe ninguna duda de que el caso en análisis sentará un precedente. La razonabilidad que
contiene este decisorio en particular produce el efecto de aceptación por parte de la sociedad,
esto es, considerarlo fundado y por consiguiente conformará el modelo a seguir por parte de la
misma sociedad.
"La posibilidad de generalizar cada reparto y sus razones fundamentales, conduce, pues, a la
ejemplaridad de los repartos reputados fundados." (7)
En tal sentido analiza la procedencia de la medida conforme la doctrina que establece los
presupuestos necesarios que deben encontrarse cumplidos a tal fin, y así entiende que se
encuentran acreditados dos presupuestos básicos: la verosimilitud del derecho y el peligro en
la demora.Razón de ello es que la medida referida "tiene como finalidad garantizar el
cumplimiento de la obligación impuesta en la resolución interlocutoria" y, como tal, a mayor
abundamiento respecto de su procedencia es fijar un plazo de duración que estima estará
determinado "po r el cumplimiento de la cuota alimenticia o bien por la caución suficiente para
satisfacerla, en cuyo caso aquella se dejará sin efecto" (11).
En este punto es menester señalar la postura asumida por el juez de trámite, la que
entendemos, evidentemente se inscribe en la denominada doctrina "solidarista" que enrola al
juez en un "activismo judicial", resaltando su protagonismo, y "comprometido a que los
resultados de la jurisdicción sean más justos y útiles, (12) por contraposición a la doctrina
procesal denominada "garantismo", que prioriza el método sobre la meta, considerando el rol
del ruez como el de un modesto director del debate, pero comprometido con la ley a efectos de
garantizar el derecho de defensa, la igualdad procesal de todos los interesados, como así
también la imparcialidad del juzgador (13).
Aun en el entendimiento que el derecho de alimentos requiere de una tutela diferenciada, (14)
lo que conlleva a coincidir en varios puntos con los fundamentos del fallo, es preciso ratificar la
necesidad del contradictorio para hacer efectiva dicha tutela, la que se reafirma ciertamente
con el pleno aseguramiento de la garantía del debido proceso.
Asentado ello, la prohibición admitida y solicitada por la actora aparece como de naturaleza
cautelar más que como una medida autosatisfactiva.En efecto, estas novedosas cautelas
como son la "medida innovativa" y las "tutelas anticipadas", desde su aparición, fueron
legisladas en el capítulo mismo de las medidas precautorias y es por ello que se ha tendido a
aplicarles los principios y las reglas propios de tal instituto (15). No obstante, a primera vista se
advierte como principal rasgo diferenciador que las medidas cautelares siempre acceden a un
proceso principal del cual son su instrumento (16). Por su parte, a las "medidas
autosatisfactivas" la doctrina ubica dentro de los denominados "procesos urgentes",
diferenciándolas de las medidas cautelares, ya que se agota con su despacho favorable y no
es necesario entonces iniciar una ulterior acción principal (17).
Si bien los presupuestos acreditados que resalta el magistrado como propios de la medida
autosatisfactiva coinciden con los "supuestos precedentes" de las cautelas, marcadas
diferencias nos enfocan en la calificación referida.
"toda protección cautelar accede siempre a un proceso (principal) del cual es su instrumento. Y
en él justifica su existencia, validez, extensión y duración. Pero la novedad de este particular y
exótico tipo de 'cautela' estriba en que no exige la existencia y subsistencia de un proceso
principal al cual acceder sino que, prescindiendo de él, agota el tema con el dictado de la
sentencia 'cautelar' que soluciona definitivamente la pretensión de la actora y coloca al
perjudicado por ella en la carga de impugnar dicha 'sentencia', como si fuere igual contestar
una demanda que expresar agravios. En otras palabras:no precisa de otro proceso principal,
contemporáneo o posterior incoado por el mismo actor" (18).
En el caso, como se señalara, la medida fue ordenada en el marco del proceso principal de
alimentos y con el objeto de lograr la efectividad de la prestación alimentaria, fijado su quantum
provisoriamente en ese mismo proceso principal; considerando esto el principal rasgo
diferenciador con el encuadramiento formulado por el juez.
Por otra parte, la doctrina considera que la necesidad de procedencia de las medidas
autosatisfactivas radica en la tutela efectiva a determinadas situaciones urgentes, y en ese
sentido están llamadas a cubrir lagunas de nuestro ordenamiento para dar satisfacción a
situaciones de una urgencia tal que no admiten la tramitación de todo un proceso de
conocimiento sin riesgo de pérdida del derecho invocado (19). Como se advierte, no es el
escenario del caso. Puesto que la prohibición ordenada pretende asegurar la presencia del
progenitor incumpliente en el país de su residencia y de la del menor, a fin de posibilitar de
este modo el cumplimiento de sus deberes parentales.
Sin lugar a dudas, la obligación alimentaria en cabeza del progenitor es de total verosimilitud.
Más aún, en el caso existía resolución judicial que fijaba alimentos provisorios. Por su parte, el
carácter de la prestación alimentaria misma, denota toda necesidad de urgencia en su
realización y el requerimiento de ser satisfecha sin demoras a efectos de no continuar
lesionándose los derechos fundamentales del niño a crecer plenamente y en libertad.Es
precisamente en estos casos donde la medida cautelar amerita inexorablemente su
procedencia, aun cuando se puedan llegar a vulnerar derechos constitucionales del cautelado,
como en el caso, el de entrar y salir libremente del país (art. 14 CN). Todo lo cual justifica lo
excepcional de su carácter unilateral (no exigen bilateralidad previa para su admisión).
La prohibición de salida del país aparece entonces como una medida cautelar tendiente a
posibilitar la ejecución actual de un derecho ya cierto, ya declarado (deber alimentario).
Ahora bien, el Código de Procedimiento Civil santafesino no prevé las medidas cautelares
genéricas o innominadas, como sí lo hace el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
que en su art. 232 dispone:
"Fuera de los casos previstos en los artículos precedentes, quien tuviere fundado motivo para
temer que durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su derecho, este pudiere
sufrir un perjuicio inminente o irreparable, este podrá solicitar las medidas urgentes que según
las circunstancias fueren más aptas para asegurar provisionalmente el cumplimiento de la
sentencia" (22).
Se habla así de un poder general de cautela que tiene el juez, ínsito a su poder jurisdiccional, y
dentro de los límites legales, que lo realiza a través de la adopción de estas medidas (23).
Se trataría entonces de una prohibición que el juez puede dictar dentro del ámbito de su
potestad juzgadora y en el marco del proceso, a fin de brindar "tutela efectiva" a aquella parte
cuyos derechosse encuentran hoy vulnerados y con marcado riesgo de verse aún más
lesionados con el transcurso del tiempo.
Vale destacar que para los partidarios del activismo judicial este sería el fundamento también
de los procesos urgentes, que en opinión de ALVARADO VELLOSO es el mismo de las
cautelares y de los procesos de amparo.
Pues bien, ALVARADO VELLOSO no se muestra a favor del poder cautelar genérico y en tal
sentido expresa que
"el legislador no puede imaginar todos los posibles casos dignos de cautelar, no obstante que
la solución hermenéutica debe pasar siempre por la reconversión del caso para hacerlos
encuadrar en alguna de las cautelas legisladas detalladamente en todas las leyes actuales. Y
con tales alcances la norma puede resultar buena y eficaz" (24).
Y para ello podrá valerse de las reglas aceptadas para interpretar la normativa procesal
conforme el art. 693 CPC Santa Fe.
En los casos trágicos, se basan dos tipos de argumentos que juegan un papel importante: los
argumentos a partir de principios y los argumentos por analogía. Los principios se caracterizan
por ser normas generales, lo que hace que cumplan en primer lugar una función explicativa
(aclaran el sentido de una norma o de un conjunto de normas) y, en segundo lugar, tienen un
valor positivo, lo que hace que cumplan una función de justificación (25).
Se refiere en el fallo no contar con norma expresa en el tema específico, por tanto se debe
recurrir a los principios constitucionales que rigen en el derecho constitucional de familia y en
el derecho internacional de los derechos humanos, de conformidad a las normas de los
tratados internacionales incorporados a la Constitución Nacional con jerarquía supralegal, art.
75 inc.22 CN, reformada en 1994 (26).
'Los derechos y las garantías de los sujetos de esta ley son de orden público, irrenunciables,
interdependientes, indivisibles e intransigibles'. A la vez el artículo 5 obliga a dar prioridad
absoluta a la satisfacción de los intereses de los niños. Asimismo la Ley 26.061 de Protección
Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, cuando refiere al interés superior
del niño, señala que este debe entenderse como la máxima satisfacción, integral y simultánea
de derechos y garantías reconocidos en la ley (CSJN, 6/3/2008, DJ 2008-II-772)".
Ace rtadamente, se funda en la responsabilidad del Estado, el que a través de sus tres poderes
debe cumplir la función tuitiva y asegurar el pleno ejercicio de los derechos humanos conforme
los compromisos asumidos internacionalmente (art. 75 inc. 22 CN), que exigen garantizar al
niño su supervivencia y desarrollo (art. 6.2 CDN), un nivel de vida adecuado (art. 27 CDN), a la
par que asegurar a la infancia el nivel más alto posible de salud (art. 24 CDN). Concluyendo
que ello implica un rol más activo en la función jurisdiccional, "acompañando a las partes en la
búsqueda de la mejor resolución a su conflicto", fundado en el deber judicial de proteger los
derechos humanos fundamentales (arts. 14, 16, 18, 28, 31, 43 y 75 inc. 22 CN). Como así
también invoca la tutela judicial efectiva en tiempo útil (art.8 Convención Americana de
Derechos Humanos), que "responde a las últimas tendencias del derecho procesal
constitucional, garantía que se vincula con el principio de economía procesal y los principios de
celeridad, concentración, eventualidad y saneamiento derivados, así como al principio de
eficacia del proceso como instrumento para hacer operativo el derecho material", conforme
destacada doctrina que cita.
Por otra parte, si bien el fallo no lo refiere, resulta interesante destacar que la medida decidida
en el caso se encuentra prevista en el ordenamiento normativo argentino en materia concursal,
interdicción de salida del país, aunque normada como un efecto personal de la declaración de
quiebra (art. 103 LCQ). Con lo cual podría pensarse en un argumento de analogía en tal
sentido, puesto que si para el derecho nacional se permite restringir el derecho constitucional
de entrar y salir libremente del país (art. 14 CN) para situaciones en que se ven afectados
intereses netamente particulares y económicos, con mayor razón en casos donde impera el
orden público internacional, como es el de marras . Entendiendo así el ordenamiento normativo
como un todo, pudiéndose integrar vía analogía (27).
Vemos entonces que los principios expresan el fin por alcanzar o la deseabilidad del modelo
general de conducta (28).
Es que
"en el Estado de derecho, la decisión judicial debe concretar las exigencias constitucionales"
(29).
Así, "el humanismo a los fines del fundamento de la solución jurídica (creación, aplicación e
interpretación del derecho) se apoya en el concepto de 'persona' y se centraliza en su
'dignidad'" (31).
El trialismo distingue entre valores "naturales" y "fabricados", diferenciando entre los primeros
los valores absolutos (en la perspectiva jurídica solo la justicia) y los valores relativos, y entre
los segundos, los valores fabricados auténticos y falsos (32).
La Justicia tiene una función pantónoma: valora la totalidad de los repartos pasados, presentes
y futuros (justicia divina). Como el cumplimiento de esta función es humanamente imposible,
hacer justicia supone llevar a cabo fraccionamientos y desfraccionamientos (33).
El principio supremo de justicia consiste en que se asegure a cada cual la libertad necesaria
para que se transforme en un individuo, en una persona, en otras palabras, para que se
personalice. Por ello ninguna adjudicación debe estrechar excesivamente el ámbito de libertad
del hombre.Por otro lado el régimen debe poseer una organización que impida adjudicaciones
sofocantes (34).
En el Estado de derecho la decisión judicial debe hacer realidad las exigencias nacidas del
principio de supremacía constitucional, y reconocer al hombre como centro y principio de las
instituciones (35). La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha afirmado que
"el hombre es eje y centro de todo el sistema jurídico y, en tanto fin en sí mismo, su persona
es inviolable y constituye valor fundamental con respecto al cual los restantes valores tienen
siempre carácter instrumental" (36).
VI. CONCLUSIONES
3. Más allá de las reservas formuladas al encuadramiento procesal de la medida, ya sea como
cautelar o autosatisfactiva, es de valiosísimo aporte al derecho de familia la visión que se
realiza desde el derecho procesal.
----------
(1) ATIENZA, M., Las razones del derecho. Teorías de la argumentación jurídica, Universidad
Autónoma de México, México, 2005, p. 219.
(4) Lo que interesa es la fuerza justificativa de los argumentos, esto es, de qué manera
construyen los jueces las premisas, las razones que deben servir como justificación de sus
decisiones.El peso o la fuerza de la justificación no reside, pues, en la lógica ni en la retórica
sino en lo que puede llamarse el razonamiento práctico, esto es, la deliberación práctica, la
técnica consistente en construir y confrontar entre sí las razones para llegar a una
determinada decisión. SUMMERS, Robert. Citado en Atienza, op. cit., p. 223.
(6) Citado en MOSSET ITURRASPE, Jorge, "Otra muestra del 'derecho privado constitucional':
la Constitución avanza sobre los privilegios concursales", Sup. CyQ, septiembre de 2004, 29.
(10) V. arts. 785 CPC de Corrientes, 232 bis de Chaco, 232 bis de Formosa, 305 de La
Pampa.
(14) V. al respecto: PEYRANO, Jorge W., Eficiencia del sistema de justicia , febrero de 2003,
MJD2074. "La eficacia del proceso se verifica cuando los mecanismos procesales existentes
de origen legal funcionan en la práctica aproximadamente igual a la manera como fueron
concebidos.Vale decir que no debe haber una brecha demasiado amplia entre lo que dice la ley
procesal (v. gr. que la sentencia se debe dictar transcurrido cierto lapso) y su realización en lo
cotidiano. La eficiencia procesal es algo distinto y más amplio. Para una cabal comprensión de
dicho paradigma es preciso tener en cuenta la significación asignada a la palabra efectivo por
el Diccionario de la Real Academia Española. Este le reconoce valor opuesto a lo que es
quimérico o dudoso. Ahora bien: ¿cuándo estaremos ante un proceso elogiable? Pues cuando
no solo se le otorga la razón a quien la tiene (reconocimiento de derechos) y más o menos
dentro del lapso programado por el legislador (proceso eficaz), sino cuando por añadidura el
pronunciamiento de mérito viene a satisfacer realmente el requerimiento del justiciable
consistente en que se le restituyan o compensen sus derechos violados o desconocidos (la
sentencia no es lírica porque se traduce en una efectiva ejecución); o, llegado el caso, le
brinden tutelas diferenciadas (tutela anticipada, por ejemplo) que de no concederse,
provocarían la infructuosidad, en términos reales, del proceso respectivo".
(15) Conf. ALVARADO VELLOSO, Adolfo, La cautela procesal, Rosario, Juris, 2008.
(16) O. cit.
(17) Para PEYRANO, las medidas autosatisfactivas son soluciones jurisdiccionales urgentes,
autónomas, despachables inaudita pars y mediando una fuerte probabilidad de que los
planteos formulados s ean atendibles. Importan una satisfacción definitiva de los
requerimientos de sus postulantes y constituyen una especie de la tutela de urgencia que debe
distinguirse de otras, como por ejemplo, de las diligencias cautelares clásicas. "Los nuevos
ejes de la reforma procesal civil", Sentencia anticipada (despachos interinos de fondo), Ateneo
de Estudios del Proceso Civil, Dir. Jorge Peyrano, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2000, pp. 15 y
ss. En igual sentido v. PEYRANO, Jorge W. y EGUREN, María C., "Medidas autosatisfactivas
y la necesidad de su regulación legal", LL 2006-E-949; íd, "Régimen de las medidas
autosatisfactivas. Nuevas propuestas", Medidas autosatisfactivas, Dir. Jorge Peyrano, Santa
Fe, Rubinzal Culzoni, 2001, pp. 27 y ss.; "La medida autosatisfactiva:forma diferenciada de
tutela que constituye una expresión privilegiada del proceso urgente. Génesis y evolución", ib.,
pp. 13 y ss.; "La palpitante actualidad de la medida cautelar innovativa", Revista de Derecho
Procesal, N° 5, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2000, pp. 307 y ss.; "Una especie destacable del
proceso urgente", JA 1999-III-829; "Reformulación de la teoría de las medidas cautelares:
tutela de urgencia. Medidas autosatisfactivas", JA 1997-II-926; "Vademécum de las medidas
autosatisfactivas", JA 1996-II-709; "Lo urgente y lo cautelar", JA 1995-I-899; "La medida
cautelar innovativa como anticipo de la sentencia de mérito", JA 1993-II-794.
(22) Se cree que el origen de ello estaría en el art. 700 del Código de Procedimiento Civil
italiano de 1940.
(30) CIURO CALDANI, Miguel A., "Aspectos filosóficos de la buena fe", Tratado de la buena fe
en el derecho, La Ley, 2005, t. I, p. 6.