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2s Canindeyé que ido uno de los des te de Arazatiy que figuran en endientes intents g 8 historia 1 aque} Wwemar ig CAPITULO V Otras intermediaciones de la Santisima Virgen acia 1718 la accién de los aborigenes Payagus! fue Hirtemente destructiva. Venian aguas abajo por el Rio paraguay, del cual se habjan ensefioreado, navegando en sus eroasa la deriva a favor de la corriente, cubiertos por una es- ap alfombra de camalotes o “aguapé” por lo que especial- Ponte en noches oscuras pasaban inadvertidos desde las ori- as, sin que nadie sospechase lo que estaba ocurriendo. ‘Ademés, en caso de encontrarse con alguna embarcacion espaiiola, éstas sufrian el aniquilamiento al cual la sometfan Jos indigenas con sus abordajes sorpresivos. Si se encontraban con alguna nave espaiola armada y eran descubiertos, “los sagaces Payagua, se dirigian presuro- sos hacia la costa y alzando sobre sus hombros sus canoas 0 ‘aga’, las esparcian, disimulandolas en Ia espesura de los mon- tes.” Asi comenzaban su astuto hostigamiento hasta hacer pie en las costas correntinas, desde donde se organizaban para iniciar los ataques a las poblaciones. ___ En ese tiempo el primer pueblo sorprendido por la agre- sion de los Payagua fue la antigua mision de la Virgen de la Candelaria de Ohoma, situada a orillas del Rio Parané al norte del arroyo Pehuaj6. Esta poblaciGn fue totalmente destruida y 4a. Escaneado con CamScanner tori de agen cde Nurs Sora Ho gat apenas una parte de los pobladores alcanz6 a huir con su cura Marcos de Toledo hacia la guardia de Saladas, Luego fue asaltada Ia llamada poblacién de Santiago sanchez, que debia su nombre al apellido de un antiguo colo. no espaol que habit6 ese lugar situado cerca de la desembo- cadura del rio del mismo nombre, hoy llamado Rio Empedra- do, en la orilla izquierda del Parané. Sus habitantes totalmente sorprendidos fucron victimas de-una cruel matanza y de un gran incendio. Pero no obstante algunos de ellos pudieron evitar ser capturados y se asilaron con su cura doctrinero, Fray José Antonio Jiménez, en la humilde capilla con techo de paja; y al mirar azorados como Jos Payagué querian quemar el templo, alzaron sus voces im. plorando la intercesion de la Virgen de Itati, Los sufriclos so- brevivientes fueron escuchados y cuando ya comenzaba a ar- der la capilla aparecié sorpresivamente una embarcacién es- paftola que puso en fuga a los atacantes y asi los refugiados se salvaron milagrosamente. A ratz de este hecho y en cumplimiento de las promesas, tuna vez enterrados todos los objetos de valor como las alhajas, omamentos y vasos sagrados en tinajas de barro cocido 0 “cambuchi” (como era la costumbre antigua de guardar los te- soros, especialmente como prevencidn de otro asalto de los in- vada, con su cura doctrinero el 16 en pere- grinacién al entonces lejano Itati abriéndose camino entre este- 0s y monies aiin poblados de fieras y de aborigenes de di {as tribus, hacia al trono de la imagen de la Virgen Morena con nombre guarant, Esta fue la primera peregrinacion general do- cumentada hasta el templo de la Virgen de Itati.? 4 ae Pcho Roch lesa Shonde aty Jes pelo gua Tan grave era la situacion en ese tiempo que recs Cabildo Abierto de la ciudad de Corr lentes det 1s deena 7 1723 clalealde ordinario de primer voto, Jernimo Fernie tes expuso ques". a pesar de haberse organizado en fee afios que Hevaban de lucha contra los Payagu, cuatro cen drones de a seis hombres bajo las drones de un eae py defensa respectiva de Tlat, la Virgen de a Canela a Ohoma, Santiago Sanchez. y Santa Lica, y haber ene ge ademés a dos sargentos mayores, con las debidtas embane ne nes, el cuidado al uno de la Virgen de Hatt y a otto de lost pueblos restantes, nada se habia conseguido contra el Payagaa apoderado del rio”. Tenia ya muertos doscientos treinta cristianos, entre indios y espanoles, y cuatro religiosos de la Compania de Jesiis, robado gran niimero de balsas, barcos y armas; destrui. das, sin dejar de ellas memoria, dos chacras de los jesuitas det. Paraguay y Santa Fe; y parecia intl su persecucién, porque no se lo podia hallar por parte alguna, esquivando toda guate dia costanera, pues en su astucia para no ser sentidos centinelas de dichos castillos, cubren las canoas con camalotes, y se dejan venir sin bogarlas al amor de la corriente". A rate de Esto, dicho Cabildo resolvié entre otras providencias ".. que se cerquen los pueblos y que se cubran las iglesias de tejas de barro y no de palmas que “es como la yesea para el {uogo”.» los _ Fue también entonces cuando se ordend a Fray José An- tonio Jiménez que desenterrara al amparo de alguna milicia {as alhajas de la destruida poblacidn de Santiago Sanchez, ¥ el 1 de julio de 1723 se la reconstruye junto al rlo San Lorenzo; y junto al rio Empedrado se reconstruyé la poblacidn de Nuestra Seora de ta Candelaria de Ohoma.t En esta ocasién, después de haber cumplido con la pro- mesa, volvieron los ind{genas evangelizados a restaurar el po Pixho fax 3 Escaneado con CamScanner soa de agen de 8 blado de Santiago Sanchez y el de la Virgen Candelaria de Ohoma, pero esta ver. en lugares que se crefan mejores para sus emplazamientos. Entre 1738 y 1739 las invasiones de indios inficles Hegaron a su punto més alto y la gente solo atinaba a refugiarse en los templos, tal cual fue dado a conocer luego (1801-1802), Por el “Telégrafo Mercantil”S; este tipo de situaciones continuaron atin hacia mas adelante en el tiempo. Y asi, por ejemplo, en re Jacién con Itati, muchos testimonios escritos referidos a la his. toria del pucblo y a los prodigiosos milagros producidos por Ia intermediaci6n de la Santisima Virgen ante Dios, nuestro Sefior, fueron perdidos, quemados o destruidos. El padre José Lufs Fontenla en ta pagina 46 de su “Histo- ria de la Virgen de Itatt", editado en el ato 1947, cuenta que también el mismo pueblo de Itati, ya en el aito 1738, “tuvo que soportar la violencia y la rapacidad de los Guaicurties”s, que lo hicieron objeto de sus depredaciones, “librandose milagrosa- mente la Sagrada Imagen de sus profanaciones” En efecto, segan una versién que ha alcanzado hasta no- sotros, un grupo de salvajes irrumpié en el templo, y viendo uno de ellos a Ja hermosa y bendita Seitora, Ie disparé su fle- cha que, en lugar de herir a la imagen, retorné violenta como un eco, aclavarse en el pecho del sacrilego Guaicura. 444 Fy en ese ‘rar todos los feligreses que acuden en peregrinacion a la Bastia, Pecho Roch Escaneado con CamScanner “BL Atajo” pero entre las manifestaciones més asombrosas y admira. ses de ln Sandsima Virgen, que Ia tradicion en forma constan. ta sninterrumpida nos fue transmitiendo de abuelos a padres * de padres a hijos, sin haberse borrada nunca de la memor ¥ sdemos citar lo que nuestra gente coincide en llamar “el mi. lagro del Atajo”. COcurrié este milagro hacia el afio 1748 cuando eran mu- chos los malones, cercanos 0 distantes, que estaban al acecho y agazapados en las selvas, prepardndose para encarar el ataque a las reducciones florecientes en el momento més oportuno, ¥ es asi como en ese entonces una horda de aborigenes pa- yaguées que pirateaban a lo largo del Rio Paraguay, de raza pampeana y de lenguaje gutural, perteneciente a la gran familia Guaicuri, también llegaban por el rio Parana hasta el sur de la hoy provincia de Corrientes. Luego, desde sus bosques y estera- les, avanzaban robando los ganados de las estancias, matando a sus pobladores y apropiandose de las chacras de maiz o “avati” y de trigo o “avati miri” (como pas6 en esa oportunidad con el antiguo puesto de San Isidro, en los aledaitos del hoy llamado pueblo de Ramada Paso). Exterminaron todo a su paso y em- prendieron luego, en su afan devastador, un ataque a Itati. En el pueblo itatiano, al tener noticias del feroz.ataque de los indios infieles y ante lo inevitable, se prepararon como en otras situaciones parecidas, tomando sus armas los més aptos entre los hombres jovenes y de edad madura, para hacer frente esta terrible amenaza de destruccién y muerte. 446 ocho Roch imagen Nea Seo de ty de ato pay A la vez, como también ocurria en esos ¢ cianos (los “tuya”), las mujeres (las “cue, y Re ass an. mcunumi”), Se refugiaban en el templo junto a la relia Qos Virgen para rezar, rogando por su salvacion y la de = dela queridos que iban a la lucha para defenderlos conta la ini da infiel, en medio de las circunstancias a Y sentimi pios de aquellos momentos. entos pro- La pequea fuerza de avanzada itatena se ditigis pron tamente hacia el suroeste hasta divisar a una legua tone hy pueblo a la aulladora montonera Payagus; entonces, se deta para hacerles frente, proxima a la orilla este del arroyo que co. rre en ese lugar. Pero repentinamente, bajo un tiempo tormen: toso y cuando avanzaba la caballada Payagus con sus alaridos, arcos y fechas, boleadoras y lanzas de tacuara, ocut6 lo que nunca: la tierra se estremeci6, temblando la superficie det Iu. gat, y se abrié una zanja profunda, como un inmenso semi circulo, que tocaba con sus extremos la estancia itatenia de La Limosna y el Campo de San José” De esta manera, cuando ya los puebleros se creian perdi- dos ante lo grande y aguerrido del mal6n, presenciaron como sin combatir atin, los Payagua se detuvieron asustados ante la estrepitosa torrentera que se interpuso inesperadamente ante su ataque, y desistieron de sus intenciones, atemorizados por los hechos asombrosos sucedidos. Desde entonces el arroyo y el lugar fueron denominados con el nombre de El Atajo, en recuerdo de ese milagro. En la pagina 358 de la colecci6n de Ja revista “El Mensaje- to de Nuestra Seftora de Itati” correspondiente al mes de Di- ciembre de 1943, se puede leer este artfculo escrito por el pax dre Esteban Baj 447 Poche Roch Escaneado con CamScanner 4£1 Humilladero del Atajo” «E18 de diciembre, por la tarde, con ocasién de una gran yon de Corrientes, tendré lugar un acto piadoso a ori. ae gre rorrentera del “Atajo”, como inauguracion del artistico Masato construido en ese parae. Tiene Tat, la fortuna de ontar con el primer humilladero alzado en la provincia, ipo ocasional de pe en lab bendeciren el 448 ocho Roch: pet "No hay porque restarle ese mérito: no es un templete, edificacién de origen pagano, pabellén o quiosco con haven sostenida por columnas, con estatua o sin ella, edifice 5 ada en jardines 0 patios como tuna ermita, pequeno edificio atendida otrora por ermitartos, fabricada generalmente en le afueras de las ciudades, como la ermita de la Santisimna Cray de los Milagros o las capillitas de las estancias det pueblo dc Tati, Ni un templete, ni una ermita es el precioso monumento del "Atajo” sino un bellisimo humilladero, el primero y tinico dela provincia’ Se entiende por humilladero un monumento que en los caminos recuerda un hecho providencial, @ modo de capilla con altar, Io que se levanta para despertar en viajantes 0 peregrinos la fe, la humildad y la de- vocién, Por cierto que ningdn monumento merece ese nombre de humilladero como el del ” Atajo”. En ese paraje millares de peregtinos se humillan, bajan de sus cabalgaduras 0 de sus comodos vehiculos, recuerdan el hecho hist6rico de la protec- nde la Virgen y prosiguen a pi Humilladero glorioso de la fe par pavoroso en 1748 para la invasion des: el camino al santuario, peregrinos, humilladero dora de las selvas”, A esto puedo agregar el recuerdo de las paradas obliga- das de todas las antiguas peregrinaciones puebleras como la de San Luis del Palmar, de Santa Ana, San Cosme y Paso de la Patria, cuando cercanas ya a Ita, se apeaban ante el humilla- dero, ubicado a pocos metros hacia el este del puente levanta- do sobre el arroyo, dando alli su primer saludo a la Virgen, ya cerca de su pueblo y ofreciendo su oracién, lavandose el rostro en las aguas del arroyo (que también muchos la llevan en reci- Pientes apropiados, de regreso a sus hogares, por considerarla “agua bendita’). 449 Pocho Roch Escaneado con CamScanner

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