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LAS VANGUARDIAS

El primer tercio del siglo XX estuvo caracterizado por grandes tensiones


y enfrentamientos entre las potencias europeas. La Primera Guerra Mundial
entre 1914 y 1918 y la Revolución Rusa en octubre de 1917 fomentaron las
esperanzas en un régimen económico diferente para el proletariado.
Tras los felices años 20, época de desarrollo y prosperidad económica,
vendrá el gran desastre de la bolsa de Wall Street en 1929. Así, volverá una
época de recesión y conflictos que provocarán la gestación de los sistemas
totalitarios que conducirán a la Segunda Guerra Mundial.
Desde el punto de vista cultural, es una época dominada por las
transformaciones y el progreso científico y tecnológico. El principal valor será,
por lo tanto, la modernidad o sustitución de lo viejo por lo nuevo.
El término “vanguardismo” es utilizado para movimientos artísticos
producidos en Europa entre las dos guerras mundiales. Su auge se relaciona
con la convulsión que supuso el conflicto bélico, símbolo de la quiebra de los
valores europeos. Algunas vanguardias dejaron una huella profunda en el arte
posterior, sin embargo, otras fueron muy efímeras. Se presentaron como
alternativas rupturistas, con un tono provocador y voluntariamente minoritario.
Aparecieron como una revolución estética, antirrealista y antisentimental, que
concibe el arte como experimentación, con libertad total del artista. Entre las
vanguardias europeas más influyentes en nuestra literatura destacamos: el
futurismo, el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo.
El futurismo, creado por Marinetti, es un movimiento que se declara
antirromántico y muestra su inclinación por un arte que rompe con todas las
reglas y ensalza el mundo moderno: las máquinas, las fábricas… Entre sus
innovaciones estéticas destaca la arbitrariedad en la tipografía, la
puntuación o la sintaxis.
El cubismo aparece hacia 1913 con Apollinaire. Abandona el punto de
vista único, ya que acumula y superpone imágenes desde diferentes
perspectivas. Concede mucha importancia a lo visual, por lo que introduce
el collage y los caligramas.
Fundado en 1916 por Tzara, el dadaísmo fue el movimiento más
destructivo. Reivindica el mundo infantil, anterior a toda lógica. Propone
liberar la fantasía y recuperar el lenguaje incoherente.
El surrealismo supone una interpretación nueva del nuevo ser humano,
basada en las teorías de Freud sobre el subconsciente. Se formó en torno a
Breton, quien pretendía una revolución integral, no solo estética. Consideran

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que la creación debe surgir del subconsciente y para ello recurre a la escritura
automática. De ahí que aspiren a captar el mundo de los sueños. El
surrealismo enriqueció el lenguaje con asociaciones nuevas y metáforas
ilógicas; además, recuperó la emoción y lo personal.
Las inquietudes renovadoras europeas se conocieron casi
inmediatamente en España, gracias a la labor difusora de Ramón Gómez de
la Serna a través de su tertulia en el Café Pombo y de revistas como Prometeo
o La Revista de Occidente.
Ramón Gómez de la Serna fue el máximo exponente del momento por
su incesante producción y creación. Escribió cuentos, novelas y teatro. Ramón
llevó la deshumanización del arte de la que hablaba Ortega y Gasset hasta
convertir la literatura en un juego de incoherencias, aproximándose al
irracionalismo del arte vanguardista. Escribió varias novelas libres en las que el
argumento es sustituido por digresiones sobre cualquier tema. Sin embargo, lo
más interesante son sus greguerías, que él define como la suma de humorismo
y metáfora. Son breves e ingeniosas asociaciones que transforman la realidad.
Unas veces son intrascendentes y, otras, líricas, pro también encontramos
juegos conceptuales, frases ingeniosas y chistes.
Las corrientes vanguardistas que vemos en España son el creacionismo,
el ultraísmo y el surrealismo, siendo la última la más fructífera e influyente.
El creacionismo fue fundado en 1918 por el chileno Vicente Huidobro.
Defiende la capacidad creadora de las imágenes, cada poema es un mundo
creado mediante imágenes yuxtapuestas. El arte no debe imitar la realidad,
sino crearla. Los poetas más destacados fueron Juan Larrea y Gerardo Diego.
El ultraísmo surgió en 1919. Su literatura se basa en la metáfora, pues
pretende captar la realidad mediante percepciones fragmentarias y con
imágenes ilógicas. En sus creaciones desaparece la anécdota y se utiliza la
disposición tipográfica a modelo de caligramas. Se inspiró en los ismos
europeos. Entre los poetas sobresale Guillermo de la Torre.
El surrealismo. Fue el movimiento más fructífero y el que más influyó en
la Generación del 27. Los poemas de Juan Larrea fueron esenciales para la
penetración del surrealismo. Su huella se evidencia en la libertad imaginativa
y formal, en la ruptura de las reglas de la lengua y, sobre todo, en las
imágenes.

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