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DISFUNCIONES SEXUALES

1. INTRODUCCION
Los trastornos o disfunciones sexuales se caracterizan en general por una alteración en el
desempeño o funcionamiento sexual adecuado o normal. Estas disfunciones suelen ser
muy variadas y pueden clasificarse distribuyéndose en distintas fases. El modelo
actualmente adoptado por la comunidad científica consta de cuatro fases: deseo,
excitación, orgasmo y resolución; y se considera que la persona ha de seguir estas cuatro
fases para conseguir un orgasmo o placer. Debido a que las distintas disfunciones sexuales
se categorizan en una de u otra de estas cuatro fases, se consideran trastornos propios de
ellas.

2. CLASIFICACION Y DIAGNOSTICO DE LAS DIFUNCIONES SEXUALES


Antes de pasar a describir las distintas disfunciones sexuales, es conveniente precisar los
cambios fisiológicos y psicológicos que se presentan en las personas en cada una de estas
fases y de este modo entender mejor al individuo con la disfunción sexual. Con este
propósito, tenemos la siguiente tabla con los cambios que normalmente se dan en cada
una de las fases como respuesta sexual humana.

2.1.Trastornos del deseo sexual


2.1.1. Deseo sexual hipoactivo y aversión al sexo
El problema principal del deseo sexual es la pérdida o reducción de este, lo cual es
denominado deseo sexual hipoactivo definido por la ausencia de fantasías sexuales y
perdida de interés por mantener relaciones sexuales de forma persistente o
recurrente.
El otro problema considerado clásicamente dentro de este apartado es el
denominado trastorno por aversión al sexo, caracterizado por la experiencia de una
aversión intensa, dejando de este modo una falta de interés y su consiguiente
evitación.
Criterios diagnósticos para el trastorno del interés/excitación sexual:
A) Ausencia o reducción significativa del interés/excitación sexual, manifestado a
través de al menos tres de los siguientes indicadores.
 Ausencia o reducción del interés respecto de la actividad sexual.
 Ausencia o reducción de pensamientos y fantasías erótico/sexuales.
 Inicio reducido o ausente de la actividad sexual y escasa receptividad a los
intentos de iniciarla por parte de la pareja.
 Ausencia o reducción de la excitación y el placer durante la actividad sexual
en casi todas o todas las ocasiones (aproximadamente en el 75-100 por 100)
de la actividad sexual o eróticos, internos o externos (escritos, verbales o
visuales).
 Ausencia o reducción de las sensaciones genitales o no genitales durante la
actividad sexual en casi todas o todas las relaciones sexuales
(aproximadamente en el 75-100 por 100; y en situaciones y contextos
concretos o en todos los contextos, si el problema es generalizado).
B) Los síntomas del criterio A han persistido durante al menos un periodo de 6
meses.
C) Los síntomas del criterio A provocan un malestar clínicamente significativo en el
individuo.
D) La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual o
como consecuencia de una alteración grave de la relación (p. ej., violencia de
género) u otros factores estresantes significativos y no se puede atribuir a los
efectos de una sustancia o medicación o a otra afección médica.

Especificadores:
- De toda la vida o adquirido.
- Generalizado o situacional.
- Nivel de gravedad: leve, moderado o grave.

2.1.2. Trastorno de deseo sexual hipoactivo en el varón


En el caso del hombre, se mantiene la postura y puntos del anterior manual
diagnóstico DSM-IV-TR, salvo la inclusión de una mayor especificación en alguno de
sus síntomas definitorios, como lo son:
A. Fantasías o pensamientos sexuales o eróticos y deseo de actividad sexual
reducido o ausente de forma constante o recurrente. Se deben tomar en
consideración factores que pueden afectar a la actividad sexual, como la edad y
otros factores del entorno sociocultural del sujeto.
B. Los síntomas del criterio A han persistido durante un periodo de tiempo mínimo
de unos seis meses.
C. Los síntomas del criterio A provocan un malestar clínicamente significativo en el
individuo.
D. La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual
como consecuencia de una alteración grave de la relación de pareja u otros
factores estresantes significativos, y no se puede atribuir a los efectos de una
sustancia/medicación a otra afección médica.

Especificadores:

- De por vida o adquirido.


- Generalizado o situacional.
- Nivel de gravedad: leve, moderado o grave.

2.1.3. Trastorno hipersexual


Esta disfunción denominada trastorno hipersexual (también conocido popularmente
como <<adicción al sexo>>). Hubo un gran debate entre ser incluido como trastorno
o no, pero en resumidas cuentas, los principales fundamentos de la propuesta son
los siguientes: los pacientes necesitan ayuda para poder controlar sus excesivos
deseos sexuales, y debido a esto, recurren a los profesionales de la salud mental.
Estas personas, han sido normalmente diagnosticadas con <<trastorno sexual no
especificado>> lo cual no brinda ningún apoyo ni contribuye de ninguna forma en
esclarecer la verdadera naturaleza del problema.
Con todo lo presentado, tenemos los siguientes criterios diagnósticos para el
trastorno hipersexual:
A) Durante un periodo de al menos seis meses, presencia de fantasías sexuales
intensas, impulsos sexuales y actividades sexuales asociados a cuatro o más de
los siguientes criterios:
 Un consumo excesivo de tiempo por las fantasías sexuales, los impulsos y la
planificación y realización de la actividad sexual.
 La manifestación repetida de estas fantasías, impulsos y conductas sexuales
en respuesta a estados emocionales disfóricos o alterados (ansiedad,
depresión, aburrimiento o irritabilidad).
 La manifestación repetida de estas fantasías, impulsos y conductas sexuales.
 La ejecución repetida de estas actividades sexuales, ignorando el riesgo de
daño físico o emocional que pudieran tener para el propio sujeto o para los
demás.
B) La frecuencia y la intensidad de estas fantasías, impulsos y actividades sexuales
provocan en la persona un malestar acusado o dificultades clínicamente
significativas en las relaciones interpersonales, la actividad laboral o en otras
áreas importantes de la actividad del sujeto.
C) Las fantasías sexuales, los impulsos y las conductas no son debidos a los efectos
fisiológicos directos de sustancias exógenas (drogas o fármacos) o a episodios
maniacos.
D) La persona tiene al menos 18 años de edad.

Especificar el tipo de actividad sexual principal:

- Masturbación.
- Pornografía.
- Actividad sexual con adultos que la aceptan.
- Cibersexo.
- Llamadas telefónicas.
- Clubes de striptease.
- Otras.

2.2.Trastornos de la excitación sexual


Los problemas de excitación sexual en la mujer sean agrupados y tratados como una
misma entidad nosológica, considerándolos problemas del interés/ excitación sexual, no
estimando, por tanto, la existencia genuina de disfunciones sexuales propias de la
excitación sexual en la mujer.

2.2.1. Trastorno eréctil en el hombre


El trastorno eréctil en el hombre, también denominado disfunción eréctil masculina,
aunque no es la disfunción sexual más frecuente en los hombres (lo es la
eyaculación prematura o precoz), sí que tiene la peculiaridad de ser el trastorno
sexual más molesto y percibido como más incapacitante. El trastorno es definido,
por su parte, como la incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o
mantener una erección apropiada que permita al hombre consumar la penetración
y mantenerla hasta el final de la actividad sexual.
Criterios diagnósticos para el trastorno eréctil:
A) Experiencia de al menos uno de los tres síntomas siguientes en casi todas o
todas las ocasiones (aproximadamente 75-100 por 100) de la actividad sexual
(en situaciones y contextos específicos o, si es generalizado, en todos los
contextos).
 Dificultad marcada para conseguir una erección durante la actividad sexual.
 Dificultad marcada para mantener la erección hasta finalizar la actividad
sexual.
 Reducción marcada de la rigidez de la erección.
B) Los síntomas del criterio A han persistido durante un período mínimo de unos
seis meses.
C) Los síntomas del criterio A provocan malestar clínicamente significativo en el
sujeto.
D) La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual o
como consecuencia de una alteración grave de la relación u otros factores estre-
santes significativos y no se debe a los efectos de una sustancia/medicación o a
otra afección médica.

Especificar si:

- De por vida o adquirido.


- Generalizado o situacional.
- Nivel de gravedad: leve, moderado o grave.
2.2.2. Trastorno de excitación sexual en la mujer
Es la incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o mantener la respuesta
de lubricación propia de la fase de excitación, hasta la terminación de la actividad
sexual.
Criterios diagnósticos para el trastorno de la excitación sexual en la mujer:
A) Incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o mantener la respuesta de
lubricación propia de la fase de excitación hasta la terminación de la actividad
sexual.
B) El trastorno provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones
interpersonales.
C) El trastorno sexual no es causado o no se explica mejor por la presencia en el
sujeto de otro trastorno psicopatológico, excepto otra disfunción sexual, y no es
debido exclusivamente a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(drogas o fármacos) o a una enfermedad médica.

Posibles tipos a especificar:

- De toda la vida o adquirido.


- General o situacional.
- Debido a factores psicológicos o debido a factores combinados.

2.2.3. Síndrome de excitación genital en la mujer


Se caracteriza por un estado de excitación genital continuado e incontrolable, con o
sin orgasmo, que puede durar horas, días e incluso semanas o meses, y que aparece
de forma todavía misteriosa sin ser suscitado por un estímulo sexual concreto ni
motivado por un estado aparente de deseo de tener una actividad sexual.
Características del Síndrome de excitación sexual persistente:
A) La aparición en la mujer de las respuestas fisiológicas características de la
excitación sexual (genital y extragenital) que persisten durante un período
prolongado de tiempo de horas o de días y que no desaparecen por completo
espontáneamente.
B) Los signos de excitación fisiológica no desaparecen con la experiencia orgásmica
ordinaria y pueden requerirse múltiples orgasmos durante horas o días para la
remisión.
C) Estas sensaciones fisiológicas de excitación suelen ser experimentadas como
ajenas a cualquier sensación subjetiva de excitación sexual o de deseo.
D) La excitación sexual persistente puede ser provocada no sólo por la actividad
sexual, sino también por estímulos no sexuales (como viajar en coche o en tren
o las vibraciones de un teléfono móvil) o sin ningún estímulo externo aparente.
E) Las señales fisiológicas de excitación persistente se experimentan como
extrañas, intrusivas y no deseadas.

2.3.Trastornos del orgasmo


Los trastornos propios de la fase del orgasmo presentan una mayor variedad,
incluyéndose en el caso del hombre la existencia de anomalías en las dos posibilidades
extremas dentro de un hipotético continuo: la de un orgasmo (eyaculación) excesiva-
mente rápido o precoz y la opuesta de un orgasmo dificultoso, demorado o imposible de
alcanzar.

2.3.1. Eyaculación prematura (precoz)


La eyaculación prematura o precoz se define como la manifestación en un sujeto de
un patrón persistente o recurrente de eyaculación en respuesta a una estimulación
sexual mínima y que tiene lugar antes, durante o poco tiempo después de la
penetración y antes de que la persona lo desee.
Criterios diagnósticos para la Eyaculación prematura:
A) Un patrón persistente o recurrente de eyaculación durante la relación sexual de
pareja que tiene lugar dentro del intervalo temporal de aproximadamente un
minuto después de iniciada la penetración vaginal y antes de que la persona lo
desee.
Nota: Aunque el diagnóstico de eyaculación prematura (precoz) se puede
aplicar a individuos que practican actividades sexuales no vaginales, no se han
establecido criterios específicos de duración en dichas actividades.
B) El síntoma del criterio A debe haber estado presente por lo menos durante seis
meses y se tiene que experimentar en casi todas o todas las ocasiones (aproxi-
madamente 75-100 por 100) de la actividad sexual (en situaciones y contextos
concretos o, si es generalizado, en todos los contextos).
C) El síntoma del criterio A provoca un malestar clínicamente significativo en la
persona.
D) La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual o
como consecuencia de una alteración grave de la relación u otros factores estre-
santes significativos, y no se puede atribuir a los efectos de una
sustancia/medicación o a otra afección médica.

Especificar si:

- De por vida o adquirido.


- Generalizado o situacional.
- Nivel de gravedad:
• Leve (eyaculación entre 30 y 60 segundos).
• Moderado (eyaculación entre 15 y 30 segundos).
• Grave (eyaculación antes de la penetración, al comienzo de ésta o en los
siguientes 15 segundos).

2.3.2. Trastorno orgásmico masculino


El otro gran bloque a considerar dentro de este apartado tiene que ver con la
eyaculación retardada, que alude a la dificultad o imposibilidad de alcanzar el
orgasmo en una relación sexual de coito.
Criterios diagnósticos para el trastorno de eyaculación prematura:
A) Presencia de alguno de los siguientes síntomas en casi todas o todas las
ocasiones (aproximadamente el 75-100 por 100) de la actividad sexual en pareja
(en situaciones y contextos concretos o, si es generalizada, en todos los
contextos) y sin que la persona desee el retardo:
- Retardo marcado en la eyaculación.
- Infrecuencia marcada o ausencia de la eyaculación.
B) Los síntomas del criterio A han persistido durante un período mínimo de unos
seis meses.
C) El síntoma del criterio A provoca un malestar clínicamente significativo en la
persona.
D) La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual o
como consecuencia de una alteración grave de la relación u otros factores estre-
santes significativos, y no se puede atribuir a los efectos de una
sustancia/medicación o a otra afección médica.

2.3.3. Trastorno orgásmico femenino


Es el retraso o a la incapacidad para alcanzar el orgasmo. Aunque no queda del todo
claro en la definición, conviene recordar que el problema suele estar con frecuencia,
al menos de forma implícita, excesivamente polarizado en la relación de coito, en la
que efectivamente la mayoría de las mujeres suelen tener dificultades para alcanzar
el orgasmo; pero no ocurre lo mismo en otro tipo de actividades sexuales, como la
estimulación del clítoris por sí misma o por parte de la pareja, en las que las mujeres
muestran una facilidad similar a la observada en los hombres para alcanzar el
orgasmo.
Criterios diagnósticos para el trastorno orgásmico femenino:
A) Presencia de alguno de los siguientes síntomas, experimentado en casi todas o
todas las ocasiones (aproximadamente en el 75-100 por 100) de la actividad
sexual (en situaciones y contextos concretos o, si es generalizada, en todos los
contextos):
- Retraso marcado, infrecuencia marcada o ausencia del orgasmo.
- Reducción marcada de la intensidad de las sensaciones orgásmicas.

B) Los síntomas del criterio A han persistido durante un periodo mínimo de unos
seis meses.
C) Los síntomas del criterio A provocan malestar clínicamente significativo en el
sujeto.
D) La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual o
como consecuencia de una alteración grave de la relación (p. ej., violencia de
género, conflicto de pareja) u otros factores estresantes significativos, y no se
puede atribuir a los efectos de una sustancia/medicación o a otra afección
médica.

Especificar si:

- De por vida o adquirido.


- Generalizado o situacional.
- Nivel de gravedad actual: leve, moderado o grave.

2.4.Trastornos sexuales por dolor


Los trastornos sexuales relacionados con el dolor han constituido siempre un campo
confuso, muy difícil de definir debido a la dificultad de poder determinar sus posibles
causas. Las razones pueden depender del tipo de dolor y la zona o región corporal en la
que se produce. Otro de los factores a tomar en cuenta es el tipo de actividad, es decir,
penetración, movimientos de coito, orgasmo, eyaculación, etc. Y por último, otro factor a
considerar es alguna posible causa orgánica, enfermedad o si por el contrario, su causa
puede ser psicológica.
Podemos considerar además, los criterios diagnósticos, según distintas causas:
 Trastorno de dolor genitopélvico / penetración

A) Dificultades persistentes o recurrentes con una (o más) de las siguientes


experiencias o situaciones:
- Penetración vaginal durante el coito.
- Marcado dolor vulvovaginal o pélvico durante las relaciones de coito vaginal o
durante los intentos de penetración.
- Miedo o ansiedad intensa ante la expectativa de sufrir dolor vulvovaginal o
pélvico antes, durante o como resultado de la penetración vaginal.
- Tensión o contracción intensa de los músculos del suelo pélvico durante el
intento de penetración vaginal.

B) Los síntomas del criterio A han persistido durante un periodo mínimo de


unos seis meses.
C) Los síntomas del criterio A provocan malestar clínicamente significativo en
el sujeto.

D) La disfunción sexual no se explica mejor por un trastorno mental no sexual


o como consecuencia de una alteración grave de la relación (p. ej., violencia de
género) u otros factores estresantes significativos, y no se puede atribuir a los
efectos de una sustancia/medicación o a otra afección médica.

Especificar si:

- De por vida o adquirido.


- Nivel de gravedad actual: leve, moderado o grave.

2.5.Trastornos sexuales producidos por enfermedades médicas o por el consumo de


sustancias
El caso de los «trastornos sexuales inducidos o producidos por la ingesta de determinadas
sustancias», en los que de modo similar se produce en el sujeto un trastorno sexual
clínicamente significativo que le provoca malestar acusado o dificultades en sus relaciones
interpersonales y que se explica por los efectos fisiológicos directos del consumo de una
sustancia. El trastorno, además, no se explica mejor por la presencia de otro trastorno
mental (p. ej., un trastorno depresivo mayor). Entre las principales sustancias que pueden
producir alguna de las disfunciones sexuales existentes se encuentran, por sólo
mencionarlas, el alcohol, las anfetaminas, la cocaína o los opiáceos, entre otras.
Disfunción sexual inducida por sustancias o medicamentos:

A) En el cuadro clínico predomina un trastorno clínicamente significativo de la


función sexual.

B) Existen pruebas a partir de la historia clínica, la exploración física o las pruebas de


laboratorio de la existencia de las características siguientes:
- Los síntomas del criterio A se han desarrollado o durante poco tiempo después de
la intoxicación o la abstinencia de la sustancia, o después de la exposición a un
medicamento.
- La sustancia o el medicamento implicado puede producir los síntomas del criterio
A.

C) El trastorno no se explica mejor por una disfunción sexual no inducida por


sustancias o medicamentos. Para comprobar si la disfunción sexual es independiente
del consumo de la sustancia, puede ser de utilidad tener en cuenta los siguientes
criterios: los síntomas de la disfunción sexual aparecieron antes del consumo de la
sustancia o el medicamento; los síntomas persisten durante un período importante de
tiempo (p. ej.. de un mes) después del cese de la abstinencia aguda o de la
intoxicación grave; o existen otras pruebas que sugieren la existencia de una
disfunción sexual independiente no inducida por sustancias o medicamentos (p. ej.,
antecedentes de episodios recurrentes no relacionados con el consumo de sustancias
o medicamentos).

D) El trastorno no se produce exclusivamente durante el curso de un delirio.

E) El trastorno causa un malestar clínicamente significativo en el sujeto.

Nota: Este diagnóstico sólo se puede hacer en lugar de un diagnóstico de intoxicación


por sustancias o de abstinencia de sustancias cuando en el cuadro clínico predominan
los síntomas del criterio A y cuando son suficientemente graves para merecer atención
clínica.
Especificar el tipo de sustancia de que se trate:
Alcohol, anfetaminas, cocaína, opiáceos, sedantes, hipnóticos, ansiolíticos,
antidepresivos, otras.
Especificar si:
- Con inicio durante la intoxicación.
- Con inicio durante la abstinencia.
- Con inicio después de tomar el medicamento.

Especificar la gravedad: leve, moderado o grave.

2.6.Otra disfunción sexual especificada y no especificada


Se aplican estas categorías diagnósticas para los casos en los que predominan los síntomas
característicos de una disfunción sexual que causan malestar clínicamente significativo en
la persona, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos o
disfunciones sexuales especificadas, y el clínico opta por comunicar el motivo específico
por el que el problema sexual presentado por el sujeto no cumple los criterios de ninguna
disfunción sexual especifica en el primer caso, o no comunicarlo en el segundo caso: «otra
disfunción sexual no especificada».

3. EPIDEMIOLOGIA DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES


Entre los estudios de referencia obligada sobre la prevalencia de las disfunciones sexuales
se encuentran los trabajos de Laumann y sus colaboradores, sobre los que vamos a centrar
principalmente nuestra atención en este apartado. El primero de ellos (Laumann, Gagnon,
Michael y Michaels, 1994), denominado Encuesta Nacional sobre la Salud y la Vida Social
(NHSLS, en sus siglas en inglés), tenía por objetivo el estudio de la conducta sexual de la
población adulta norteamericana y fue realizado utilizando una muestra nacional
representativa probabilística obtenida al azar en distintos estados norteamericanos del
total de la población estadounidense de 1.410 hombres y 1.749 mujeres, de edades com-
prendidas entre los 18 y los 59 años, con una representatividad del 97 por 100 del total de
la población dentro de este rango de edad.

4. ETIOLOGIA DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES


Podemos afirmar que con los datos de que disponemos actualmente es posible establecer
una lista graduada de mayor a menor entidad de las posibles causas responsables de la
mayoría de las disfunciones sexuales existentes. Estas posibles causas son, en general, de
naturaleza psicológica, y se refieren a fallos de aprendizaje en el control de la actividad
sexual o de la adquisición de otros procesos anómalos o psicopatológicos, como la
ansiedad o el estrés, asociados a ciertas actividades sexuales que pueden interferir con el
normal desarrollo y expresión de la actividad sexual en el contexto de una relación sexual
e interpersonal interactiva de pareja, aunque también se incluyen las posibles causas
orgánico- médicas y la ingesta de drogas o fármacos, que pueden ser de especial
importancia en algunas disfunciones sexuales, como la disfunción eréctil o los problemas
de dispareunia o de dolor en las relaciones sexuales.
5. EVALUACION Y DIAGNOSTICO DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES
Al hablar de evaluación en el ámbito de las disfunciones sexuales, al igual que en otros
trastornos psicopatológicos, lo primero que conviene señalar es la distinción previa que es
necesario establecer entre los dos conceptos fundamentales implicados en ella: el
contenido a evaluar y las técnicas o instrumentos que se van a utilizar para hacerlo.
Respecto al contenido a evaluar, cabe, a su vez, recoger información sobre otros dos tipos
distintos de contenido: el diagnóstico clínico del trastorno de que se trate y su análisis
causal o etiológico, que técnicamente denominamos «análisis funcional del problema».

6. TRATAMIENTO DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES


Como introducción a este breve apartado, podemos empezar diciendo que el ámbito de
las disfunciones sexuales es uno de los más gratificantes en lo que a éxito terapéutico se
refiere, con el amplio bagaje de recursos o técnicas con que actualmente contamos para
abordarlas. Son muchas las técnicas disponibles, como decimos, y no podemos referirnos
extensamente a ellas en este lugar. Por ello, como alternativa, vamos a proponer al lector
un esquema general de intervención terapéutica que nos puede servir como guía para
abordar el tratamiento de estos problemas. El esquema que proponemos parte del
reconocimiento de las principales causas de la génesis de la mayoría de las disfunciones
sexuales existentes y en función de este hecho articula unas pautas generales de
intervención para ayudar a su superación.
7. CONCLUSIONES Y TENDENCIAS FUTURAS
De la consideración de los extensos datos incluidos en este capítulo podrían extraerse, sin
duda, muchas y variadas implicaciones o consecuencias, tanto de tipo epidemiológico
como de definición y caracterización diagnóstica de las distintas disfunciones sexuales.
Pero si tuviéramos que destacar una conclusión sobre las demás, ésta sería, sin duda, la
del considerable avance alcanzado en el conocimiento de las disfunciones sexuales gracias
a los importantes logros proporcionados por la investigación realizada sobre los distintos
trastornos sexuales en los manuales diagnósticos actualmente existentes, el DSM-5 (APA,
2013) y la CIE-10 (OMS, 1992, 2000). Este capítulo se centra en los nuevos datos
disponibles sobre las disfunciones sexuales conocidas y los avances logrados respecto a su
especificación y precisión diagnóstica incluidos en el nuevo manual diagnóstico DSM-5
(APA, 2013). Pero, sobre todo, también se discuten los principales enigmas y las polémicas
suscitadas respecto a la inclusión, en esta nueva versión del DSM, de nuevas disfunciones
sexuales, como el trastorno hipersexual y el síndrome de excitación sexual persistente, al
igual que la reestructuración de los trastornos del deseo y de la excitación sexual en la
mujer, atendiendo a los nuevos datos de investigación disponibles en la actualidad.

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