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RESPUESTA 1:

La hipótesis más extendida es que el que el latín hispánico devino del latin vulgar. La
romanización de la península ibérica entre el siglo III a. C. y fines del siglo I a. C.
Afectó mucho en la lingüística de toda la península. Decayeron y fueron relajándose a
ámbitos rurales las lenguas prerromanas. El bilingüismo fue una consecuencia de
aquella romanización. Posteriormente las lenguas indígenas quedaron limitadas a las
regiones más aisladas. Así, en el uso público fueron sustituidas por el latín, la lengua
administrativa del Imperio romano.

La diferenciación del romance castellano en la época medieval forma parte del


proceso de la variación del latín vulgar por toda la Europa latina en el siglo III o IV, y
fue todavía más relevante tras la caída del imperio romano en el siglo V.
Las invasiones bárbaras de este mismo siglo permitieron la influencia de algunos
rasgos germánicos.

Los primeros testimonios de este castellano temprano se encuentran en glosas o


cartularios: Los Cartularios de Valpuesta en Burgos del siglo IX, recogen copias de
otros documentos. Por otro lado, tenemos las Glosas Emilianenses en San Millán de la
Cogolla (siglo X o XI).

El primer Castellano recogido en aquellas glosas no sugiere una uniformidad clara sino
más bien refleja la consolidación de una lengua más o menos variada formada por
rasgos pertenecientes a diferentes dialectos de la época y también del latín. Así en los
Cartularios de Valpuesta encontramos rasgos de un latín muy tardío junto con rasgos
de un castellano más evolucionado mientras que en las Glosas Emilianenses nos
encontramos con rasgos de un romance riojano con otras influencias de la península.

RESPUESTA 2:

RESPUESTA 3:

 Alfonso X el sabio fue una figura con gran importancia en España en el siglo XIII, no
solo por su calidad de monarca, sino por sus aportes a la lengua castellana.

En esa época, en parte por las reconquistas de años pasados, conviven en la


península diferentes culturas cuya única forma de comunicación era el castellano. Con
las obras producidas durante su reinado como Fuero Real o Setenario entre otras,
Alfonso X el sabio ya había ampliado el uso del castellano al terreno jurídico, haciendo
que gane relevancia.

Se puede decir que en el siglo XIII el castellano ya se empleaba como lengua “oficial”
del reino, pero gracias a los aportes, entre otros, de Alfonso X el Sabio, esta lengua
ganó notoriedad frente a otras lenguas romances porque se empezó a emplear
también como lengua de cultura.
Alfonso X el Sabio buscaba difundir el saber al pueblo de Castilla, y para ello, impulsó
las traducciones al castellano, trayendo así el uso de textos que antes sólo se
encontraban en latín a la población. Para ello, podemos decir que institucionalizó la
Escuela de Traductores de Toledo, que, sobre todo, tradujeron textos astronómicos,
médicos y científicos al castellano, textos que, hasta el momento, como mencionaba
anteriormente, se encontraban, en su mayoría en latín.

Por otro lado, también impulsó la prosa histórica. Es cierto que ya existían textos
históricos en prosa castellana, pero bajo su mandato se redactaron dos grandes textos
históricos: Estoria de España y La Grande e General Estoria. Se puede decir que eran
recopilaciones de textos, y a pesar de que el castellano aún no contaba con una
estructura capaz de hacer frente a la complejidad de los textos que quería enfrentar, sí
que creo el camino que, durante los dos siguientes siglos, ayudaría a desarrollar el
castellano, siendo una mezcla de influencias dialectales y culturales, pero sobre todo
manteniendo el habla de la zona toledana.

Esto marcaría no solo el camino de la lengua literaria, también los géneros en los que
se transmitirá.     

RESPUESTA 4:

La Real Academia Española, nacida en el año 1713, sigue la estela de otros países
como Francia e Italia bajo la supervisión de Felipe V en respuesta a la creciente
diversificación de formas léxicas, explicada por la falta de unidad en el castellano
peninsular. Una de los principales motivadores de la RAE es el de ‘dignificar’ la lengua
castellana, ya que se considera que los vulgarismos introducidos en la literatura
barroca han perjudicado la coherencia y empaque interno del idioma. Así se entiende
el lema “limpia, fija y da esplendor” con el que se justificó su creación.

El primer trabajo al que se enfrentó la RAE fue a ‘Diccionario de Autoridades’. Esta


obra fue publicada en 6 tomos entre los años 1726 y 1739; en posteriores ediciones
fue sintetizada en un único volumen que actualizaba el contenido recogido.

Pero la labor de la Academia no era solo la de recoger, sino también la de vector


direccional de la evolución y modernización del lenguaje, bastante reducida en los
anteriores siglos. Esta labor queda patente en su obra ‘Orthographia española’, con
primera edición en el año 1741 y actualizada en sucesivas, que contribuye a dar
claridad a la ortografía castellana eliminando el uso de la v como vocal, suprimiendo la
letra ç, o limitando las letras geminadas. La RAE también ‘Gramática’, quizá de menor
interés en la evolución de la lengua.

La línea de actuación de la Academia fue meticulosa, pero integradora. Así, no dejó


fuera de su prisma los regionalismos, nuevas formas léxicas, extranjerismos, etc. si
bien es cierto que se centró, como anteriormente se ha dicho, en los usos elevados del
lenguaje recogidos en los textos literarios contemporáneos.
En la época reciente, ya adentrados en el siglo XXI, el DRAE/DEL se conformará con
la contribución de la Asociación de Academia de a lengua española, ASALE, y la Real
Academia Española. Estas ultimas actualizaciones tratan de ser reflejo de las
tendencias lingüísticas y necesidades del siglo actual con incorporación de voces
feminizadas y supresión de claves sexistas del lenguaje; el género gramatical cobra
una nueva dimensión, atendiendo a las diferencias semánticas en función del género
empleado en términos como zorro/zorra. También cabe atender a los usos del
lenguaje en el campo de la realidad del hablante, y la escasa aceptación de formas
como ‘médica’. Lingüística y sociología caminan de la mano en esta nueva fase de la
creación normativa de la lengua, que se diferencia de la labor inicial de la Academia en
su atención a la pragmática, o lenguaje en uso general, y no solo a los hablantes
cultos y/o lenguaje literario.

Actualmente con la evolución, y desconexión en muchos casos, de las formas de


lenguaje inclusivo la RAE ha servido como órgano de respuesta a diferentes polémicas
sobre el lenguaje inclusivo. El ‘Informe sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones
conexas’ (2020) es la última muestra de este papel que arroja luz sobre los usos
sexistas del lenguaje.

RESPUESTA 5:

La política, las guerras, las migraciones y la ocupación de otros territorios han sido una
influencia fundamental al moldear la enraizada evolución del castellano. 

En la España Islámica, el árabe se impuso como lengua fundamental en el terreno


invadido. Fuera de administración el romance (o mozárabe) se empleaba mucho y no
tardó en crearse un bilingüismo árabe-románico. Flujos como este, que introducen
culturas nuevas en un territorio haciendo al anterior replegarse, hicieron que Toledo
perdiese su poder como núcleo, perdiendo también la tradición de un románico que si
se hubiera desarrollado hasta nuestros tiempos, haría que hablásemos un idioma más
similar al Italiano.

Durante la Reconquista, a pesar de que muchas de las regiones peninsulares


estuviesen en mayor o menor medida “ocupadas” con asuntos propios, existía un
sentimiento común que se apreció sobre todo en la lengua. Esto se contempla, por
ejemplo, en el hecho de los aragoneses dejasen dialectos propios de lado. 

Durante el siglo XVI y la primera mitad del XVII, España creció como potencia en
Europa, creándose aliados y enemigos, y haciendo más importante la presencia del
castellano para la comunicación.  Casi más fundamental que importante, teniendo
casos como el de Carlos I negándose a hablar en otro idioma con el Papa en 1536.

Las Islas Canarias fueron el ensayo previo a la colonización de las Américas. La


mayoría de lenguas indígenas desaparecieron ante la fuerza de la hispanización. Pero
de hecho los españoles invasores no tenían una política clara entre forzar un idioma
único, o respetar el autóctono, dando lugar a hibridaciones sobre todo en el léxico. 
Es importante recordar que los conquistadores que fueron ocupando el territorio
provenían de distintas regiones de la península (mayoritariamente andaluces y
extremeños) portando un castellano que ya tenía influencias propias, y esos hábitos
lingüísticos pasaban a “los nuevos fundamentos del español en el nuevo continente”,
creando dialectos y modos de hablar vulgares que en Lima y México intentaron frenar.

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