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HISTORIA DEL BALON DE FUTBOL

La “caprichosa”, la “esférica”, la “pecosa”, estos son los nombres más utilizados para referirse la
herramienta única y vital para practicar el deporte más bello del mundo: la pelota de futbol.
Echaremos un vistazo a su historia, cómo nació, cuál ha sido su evolución y su reglamentación.
Aprenderemos, también, cómo está compuesta, qué diferencias existen entre algunos balones y
cómo la tecnología se ha venido implementando en su fabricación para un mejor desempeño y
juego.

Sus orígenes se remontan hasta china por allá ene l siglo IV antes de cristo, uno de los cinco
grandes gobernantes de China en la antigüedad, Fu-Hi, apasionado inventor, apelmazó varias
raíces duras hasta que se formó una masa esférica que recubrió con pedazos de cuero crudo, sin
saberlo había inventado un balón, pero no fue a patadas que se utilizó en primer balón de la
historia, lo que hacían era jugar a pasarlo de mano en mano. No solo las primeras cavilaciones lo
utilizaron para divertirse, algunos lo utilizaron en ritos religiosos.

La historia del balón de futbol se remonta varios siglos atrás, pese a que el futbol se considera
instituido a partir de 1863, el balón se remonta a la época de los griegos y romanos, el hombre en
medio de su evolución siempre ha tenido diferentes instintos, y uno de ellos es el juego, el
divertirse, así que en los inicios a raíz del deseo por patear algo utilizaron una pelota de cuero
rellena de tripas de cerdo.

Así fue como se opto inflarla y coserla a mano, claramente al inicio todo esto se hacía con recursos
limitados, pero a medida que fue surgiendo la industrialización en el mundo, el balón fue
avanzando de su mano.

Pues a partir del siglo XVIII se empezó a trabajar más en el cuero para alivianar su peso hasta
trataron de mantener siempre las mismas medidas para el balón, que eran de 68 a 70 centímetros,
pero solo sería hasta después del siglo XXI que se fabricaría un balón en material sintético
reemplazando el cuero.

El primer balón que se crea es el de tiento, llamado así por el cordón que se usaba para cerrar las
costuras de cuero. El principal defecto de este tipo de balón era una deformación que hacía que
perdiese equilibrio y esfericidad, lo que a su vez conllevaba a que su rebote fuese pésimo y se
volviera prácticamente imposible dominarlo y no solo eso, al mojarse se volvía extremadamente
pesado por lo que lastimaba a quien lo golpeaba con la cabeza.

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