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SOCIEDAD DE NOMBRE COLECTIVO

La sociedad en nombre colectivo está en franca decadencia en la actualidad, la


sociedad por nombre colectivo se conoce según la LEY GENERAL DE
SOCIEDADES MERCANTILES como aquella que existe bajo una razón social y
en la que todos los socios responden de modo subsidiario, ilimitada y
solidariamente de las obligaciones sociales; se puede decir que la inclusión del
nombre de una persona en la razón social de la sociedad aumenta las
responsabilidades de la persona la cual haya dado su nombre como razón social.

Conforme al proyecto de código de comercio la sociedad en nombre colectivo


es aquella en la que todos los socios responden de modo subsidiario,
ilimitada y solidariamente de las obligaciones sociales.

Como ya se ha venido mencionando los socios tienen tres tipos de


responsabilidades con la sociedad; la subsidiaria es aquella que no puede
exigírseles el pago de las deudas sociales sino después de haber intentado,
inútilmente obtenerlo de la sociedad; la solidaria es cuando una vez hecha la
excusión de los bienes sociales, el acreedor puede exigir de cualquiera de los
socios el importe íntegro del saldo a cargo de la sociedad, sin que la deuda se
divida entre todos los obligados a su pago; la responsabilidad ilimitada es que los
socios se encuentran obligados ilimitadamente ya que puede exigírseles a
cualquiera de ellos la totalidad de la deuda, la solidaridad pasiva es la no división
de la deuda entre los diversos deudores.

La limitación interna de la responsabilidad no surte efectos contra terceros.

La responsabilidad del socio industrial particularmente solo existe en la de nombre


colectivo; la ley menciona que los socios industriales no soportaran las perdidas y
únicamente las soportara para pagar las deudas de la sociedad; puede suceder
también que el acreedor solicite que un socio industrial pague la deuda y este se
encontrara obligado a suplir el monto de la deuda y a su vez puede exigir a sus
consocios que le reembolsen todo lo que ha gastado.
El artículo 25 de LGSM menciona que una sociedad colectiva necesita de una
razón social, aunque la ley no menciona como debe ser la razón social se puede
usar el nombre o el apellido de algún socio siempre y cuando sabiendo de
antemano que no es necesario que aparezca el nombre de todos los socios para
poder tener una razón social basta solo con poner y compañía para dejar en claro
que se incluye a toda la junta de socios. (v. gr. Juan Pérez e Hijos)

Si en algún momento un socio deja de formar parte de la sociedad y su nombre


forma parte de la razón social, puede conservarse la razón social añadiendo la
palabra sucesores para mencionar que dicho socio ha dejado la sociedad.

La transmisión de la razón social nace al disolverse la sociedad colectiva y que


con un grupo de socios que la conformaban acuerden constituir una nueva
sociedad que se va a hacer cargo de los derechos y obligaciones de la sociedad
que se disuelve. Es posible que la sociedad que se disuelva le transmita su razón
social a la sociedad que acaba de nacer. La razón social que la nueva sociedad ha
recibido de la sociedad disuelta puede usarse aunque la razón social no tenga el
nombre o nombres de los nuevos socios de la sociedad; a excepción de que la
razón social contenga la palabra sucesores.

En algunos casos se puede suscitar que el nombre de la razón social sea el de


algún extraño, pero eso es casi imposible ya que la razón social tiene que estar
formada con nombres de socios; la ley para proteger a los terceros de buena fe ha
establecido que cualquier extraño que haga figurar o permita que figure su nombre
en la razón social quedara sujeto a la responsabilidad ilimitada y subsidiaria de los
socios.

Si el socio con el cual se figura la razón social y permite que la razón social siga
siendo su nombre sin añadir sucesores será responsable de las deudas sociales
de la sociedad aunque ya no pertenezca a la misma.

Las obligaciones de los socios en una colectiva inician con la constitución de un


capital social (socios capitalistas) o a poner su actividad al servicio de la sociedad
(socios industriales).
La prohibición de competencia a la sociedad establece que ningún socio de la
sociedad colectiva puede dedicarse a realizar negocios o actividades que sean del
mismo género de la sociedad o integrarse a sociedades que realicen tales
negocios. Si algún socio realiza algún acto en contra de la sociedad se le puede
sancionar con una prescripción de al menos tres meses desde el momento en que
la sociedad descubrió tales actos; se puede evitar la sanción si primeramente
antes de realizar algún acto como los ya mencionados solicita el permiso de la
sociedad a la que pertenece.

La potestad de administrar de los socios, todos los socios pueden incurrir como
administradores siempre y cuando no se haya establecido de antemano quien
sería el administrador de la sociedad; la sola calidad de socio tiene la facultad de
que cualquiera sea el administrador de a sociedad, los socios no pueden
abstenerse de administrar ya que si así lo hicieran quedaría en abandono el
patrimonio de la sociedad, la administración de la sociedad es un derecho y un
deber de los socios.

La digresión o potestad se puede calificar como el poder de mando para la tutela


de un interés ajeno. GARCIA MAYNEZ menciona que la existencia de cualquier
derecho subjetivo implica la facultad de ejercitarlo o no ejercitarlo, esta es la
libertad jurídica, facultad que toda persona tiene de optar entre el ejercicio y el no
ejercicio de sus derecho subjetivos, cuando el contenido de los mismos no se
agota en la posibilidad de la norma de cumplir con un deber propio; la regla
general es que el titular de un derecho está en la libertad para abstenerse de
ejercitarlo, o usarlo como juzgue convenientemente, incluso cediéndolo a otro. El
titular del derecho puede abstenerse de ejercerlo, pero para ejercerlo lo ha de
hacer personalmente, sin que este en libertad de cederlo. Y finalmente el titular
está en la libertad de determinar el contenido que ha de dar a su derecho, pero no
puede abstenerse de ejercerlo.

La sociedad en nombre colectivo es la primera de las sociedades de personas, y


que conforme a la ley en el articulo 25 de la LSM: “Es aquella que existe bajo una
razón social y en la que todos los socios responden de manera subsidiaria,
solidaria e ilimitadamente de las obligaciones sociales”.

De esta definición, podemos ver que existe por disposición de ley una razón social
y lo realmente grave es el grado de responsabilidad de los socios en cuanto a las
obligaciones sociales.

Creemos que esto último es la causa principal de que, desde la década de los 60,
esta clase de sociedades esté en casi total abandono.

La facultad de vigilancia se puede dar para los socios que no son administradores,
estos pueden nombrar a un interventor que vigile los actos de los administradores
y tendrán el derecho de examinar el estado de la administración y a la contabilidad
y papeles de la compañía haciendo las reclamaciones que crean convenientes.

La remisión es el conjunto de la administración como la vigilancia de la sociedad


solo que desde el punto de vista de las facultades de los socios.

El derecho de retiro esta para que en caso de que la sociedad tome acuerdos
especialmente graves, los socios que no hubiesen dado consentimiento de tener
el derecho de retirarse de la compañía, con la consecuente liquidación de su parte
social.

Los derechos patrimoniales de los socios, los socios gozan de los derechos al
reparto de beneficios y liquidación del haber social comunes a todas las
sociedades; los socios industriales deberán percibir periódicamente, como anticipo
de sus utilidades, la cantidad que necesiten para proveer a sus necesidades, y
que debe ser fijada por los propios socios, y si no hubiere acuerdo entre ellos, por
la autoridad judicial. La cantidad que corresponda al socio industrial, con base en
las utilidades que arroje el balance.

El derecho del socio industrial a recibir anticipos es independiente de toda cláusula


de la escritura constitutiva, pues nace de la Ley. La situación del socio industrial,
administre o no administre, es muy diferente; pues su derecho a participar en las
utilidades se basa, justamente, en los servicios que a la sociedad preste.
La cesión de la parte social, las partes sociales o cuotas se caracterizan por no ser
negociables y por ser difícilmente cesibles. En caso de que se autorice la cesión
en favor de personas extrañas a la sociedad, los socios tendrán el derecho del
tanto, y gozarán de un plazo de quince días para ejercitarlo, contado desde la
fecha de la junta que hubiere otorgado la autorización.

Socio del socio, los elementos puramente patrimoniales de la parte social pueden
ser libremente cedidos. Pero el cesionario de tales derechos no llega a ser socio
de la compañía, es nada más un socio del socio.

Forma de la cesión es la salida de un socio de responsabilidad limitada es una


verdadera modificación de la escritura constitutiva, y no podrá oponerse a terceros
mientras no estuviere registrada. La cesión de la parte social debe constar en
escritura pública e inscribirse en el Registro de Comercio.

Gravámenes de la parte social, son para la interpretación extensiva de la norma


que prohíbe la cesión de la parte social sin el consentimiento de los socios, nos
lleva a concluir que, sin dicho consentimiento, tampoco puede gravarse, ya que
ello implica un acto de disposición y podría conducir a la enajenación de la parte
social. Paralelamente, debe concluirse que sí puede constituirse un gravamen
sobre el derecho a las utilidades, o a la cuota de liquidación.

El embargo de la parte social, con todo lo dicho, se comprende sin más que el
artículo 23 al límite el derecho de los acreedores del socio, al embargo de la
porción que le corresponda en la liquidación, y al de las utilidades que arrojen los
estados financieros.

Junta de socios: atribuciones. Su intervención es necesaria: a) para autorizar la


cesión de partes sociales o la admisión de nuevos socios (art. 31); b) para
modificar la escritura social (art. 34); c) para consentir que un socio se dedique a
negocios similares a los de la sociedad (art. 35); para nombrar y remover los
administradores (art. 37); d) para facultar a los administradores a efecto de que
enajenen los inmuebles sociales (art. 41); e) para aprobar la delegación del cargo
de administrador (art. 42); f) para exigir la rendición de cuentas (art. 43); g) para
fijar la cantidad que han de percibir periódicamente los socios industriales o el
capitalista administrador (art. 49); b) para nombrar 'los liquidadores de la sociedad
(art. 236); i) para decidir sobre el proyecto de partición (art. 246, frac.' IIl).

Las juntas ordinarias de las extraordinarias: éstas son las que requieren el
consentimiento unánime de los socios para la validez de una decisión.

Modificación del acto constitutivo. Entre las facultades de la junta de socios que
denominé extraordinaria, está la de modificar la escritura constitutiva; y si ésta así
lo establece, la modificación puede hacerse por mayoría de los socios.

Junta de socios: reunión. La Ley no da normas sobre la convocatoria y reunión de


la junta de socios, excepto si se trata de aprobar el proyecto de participación caso
en el cual la convocatoria se hará por el liquidador. En todos los demás cabe
entender que cualquier socio puede provocar una decisión del órgano.

Junta de socios: votación. Cada socio disfruta de un voto, cualquiera que sea la
naturaleza y el monto de su aportación; igualdad de los socios muy conforme con
el carácter de sociedad de personas, que tradicionalmente se atribuye a la
compañía colectiva.

Sin embargo, el propio precepto permite que, en la escritura constitutiva se


establezca que los votos se computarán en proporción al capital.

Administradores: su designación. Todos los socios tendrán el carácter de


administradores. Entiendo que en tal caso la junta de socios no puede nombrar
administradores, y privar de tal carácter a uno o más socios.

Para proveer a la designación de administradores en la escritura constitutiva se


puede:

a) Fijar simplemente el número de ellos.

b) Indicar los nombres de quienes han de desempeñar el cargo, y el tiempo que


durarán en él.
e) Nombrar los administradores con el carácter de inamovibles.

La junta de socios puede nombrar libremente a los administradores y removerlos;


puede ser designado administrador tanto un socio como un extraño, pero en caso
de recaer el nombramiento en un extraño, el socio que hubiere votado en contra
de él tiene derecho a retirarse de la sociedad.

Cuando en la escritura se establezca la inamovilidad del administrador en ella


designado, y este sea al mismo tiempo socio, "sólo podrá ser removido
judicialmente por dolo, culpa o inhabilidad”, ya que la escritura le concede un
derecho que sólo puede extinguirse por la falta de cumplimiento de las
obligaciones correlativas.

Administradores: sus atribuciones. Pueden distinguirse las facultades de gestión y


las facultades de representación de los administradores. En las primeras entran
todos los actos materiales necesarios para la realización ele los fines sociales, e
incluso la decisión de los actos jurídicos que para tales efectos han de celebrarse.

“El uso de la razón social corresponde a todos los administradores, salvo que en la
escritura constitutiva se limite a uno o varios de ellos".

Las facultades de gestión y de representación abarcan todas las operaciones


necesarias para la realización del fin social.

Obligaciones. Los administradores están obligados a realizar todos los actos


conducentes a la buena marcha de la sociedad. Debe concluirse que son
responsables para la sociedad de los daños y perjuicios que le causen por malicia,
negligencia o infracción de los acuerdos de la junta de socios.

Administradores: desempeño del cargo. “Las decisiones de los administradores se


tomarán por voto de la mayoría de ellos."

La decisión de los actos urgentes puede tomarla un solo administrador.


En caso de empate entre los administradores, la decisión corresponde a la junta
de socios. Los administradores pueden dar poderes para la gestión de los
negocios sociales.

Vigilancia de la sociedad. Para vigilar la buena marcha de la sociedad, los socios


que no administren tienen la facultad de examinar la contabilidad y los papeles de
la compañía, y recabar informes sobre el estado de la administración. También
pueden nombrar un interventor que de modo permanente vigile los actos de los
administradores.

Referencias:

Derecho Mercantil, Roberto L.Mantilla Molina, editorial Porrúa 1989, México D.F.

Derecho Mercantil, Ignacio Quevedo Coronado, editorial Pearson Educación 2008.

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