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-

a-

Agradecimientos

f,l ara esta traducción castellana, que corresponde a la cttarta edición ingle-
f ,o, hemos actualiZado nuestra interpretación deque la historia contemporó-
rópidamente.
ttea de América Latins en un contexto internacional cambia
de que definían su
ù ¡i, a, b guerra fría ha eliminado una las características
iir"toria desãe ß4i y ha llevado nuevas cuestiones al primer plano de la agen-
da interamericana, entre ellas el libre comercio, el narcotrófico
y la migración
itegal. La preocupación por la recuperación económica después de la devasta-
ciän de làs anoi ochenta ha concentrado la atención en los antiqußimos
asuntos cle la pobreza, la desigualdad y la justicia social'
La contiiuada transición-de regímenes militares a civiles ha dado funda-
mento a la esperanza de que Améiica Latina puede aún supe.rar con éxito
el
no sólo la
tliesafortunado legado histórico descrito en este libro. Estó en iuego
coniolidación di ta democracia, sino también la amplitud y calidad del sßte-
ma democrótico.
Entre quienes proporcionaron útiles sugerencias y comentarios para esta
edición figuran Lynne Guitur y Eric van Young' lulie Grey, quién también
ayudó en el proceso de edición, y Frances Meiía ofrecieron su competente ayu-
da de investigación.
IJna vez mós, agradecemos los comentarios y sugerencias de los lectores'

Providence, Rhode Island T. E, S.

La Jolla, California P. H, S.

Marzo de 1996
Prólogo

¿Por qué Am érica Latina?

.Tl stados Unidos haría cualquier cosa por América Latina, menos leer
<<.D sobre ello, afirma James Reston, d"tuno durante muchos años de
los comentaristas políticos estadounidenses. ¿Hay alguna raz6n por la que
debamos tratar de probar que se equivoca? Hay varias. En primer lugar, Es-
tados Unidos po.eé innumérables intereses económicos en la región. Améri-
ca Latina es su principal socio comercial, el destino de gran parte de su inver-
sión y su fuenté de pètróleo y otras materias primas básicas. Un crecimiento
acelerado en países clave como México y Brasil quizá ponga pronto en la es-
cena mundial nuevas potencias importantes.
Thmbién existen vínculos políticos Sus levantamientos revolucionarios y
las respuestas represivas constituyen un desafío directo para la polftica exte-
rior esìadounidense, pues suscitan difíciles interrogantes sobre el modo de
proteger y fomentar sus intereses nacionales (definidos no sólo como intere-
ies eslratégicos o económicos). Ronald Reagan escenificó este hecho poco
después dJsu elección en 1980 al reunirse con el presidente mexicano José
López Portillo sobre la frontera entre ambos países, en lo que fue la primera
conferencia de ese tipo que mantuvo con otro jefe de Estado. Después, du-
rante los años ochenta, Estados Unidos soportó una encarnizada división
del apoyo a un ejército exiliado (la Contra) que luchaba por derrocar
al gobierno ìandinista de Nicaragua. El presidente George Bush dio priori-
^ceÍca
daã a sus propias inquietudes al buscar una relación especial con México y
proponer un acuerdo de libre comercio que estrecharía los lazos ecgnómicos
ãntie ambos países. Su sucesor y rival político, el presidente Bill Clinton, ha
seguido la poiítica de libre comercio al recibir una <cumbre de las Américas>
hemisférica en Miami en diciembre de 1994.
Existe otra importante consideración que resulta más próxima a Estados
Unidos. Grandes partes del país se han hispanizado por la influencia de los
inmigrantes de México, Puerto Rico, centroamérica y el caribe, que se aña-
den ã los descendientes hispanos de la pobtación hispanohablante del anti-
guo suroeste mexicano. Luego, la migración histórica y reciente llevó a las
gentes y costumbres de América Latina al suroeste estadounidense (de Texas
ã California), Florida y Nueva York. Muchas de las principales ciudades es-
l2 Histc¡ria contemporánea de América Latinu

tadounidenses tienen más niños de familias que hablan español que de cual-
quier otro grupo. El bilingüismo se ha convertido en un asunto político que
nos fuerza a replantearnos el significado de la América de lengua española,
dentro de las fronteras estadounidenses y en el exterior'
La mayoría de los ciudadanos estadounidenses (o (norteamericanos>,
como se los suele conocer en América Latina) saben poco acerca de las so-
ciedades vecinas del sur. Muchos creen que Estados Unidos puede imponer
su voluntad en la región mediante la diplomacia del .,garrote> o el poderío
militar. A otros ni les preocupa. Cuando buscan una lengua extranjera <fá-
cilrr, los estudiantes de secundaria o de universidad eligen el español y luego
dan por sentado que todo lo que se asocie con hablar español debe ser "fá-
cil". Tal ignorancia puede ser peligrosa, por lo que uno de los objetivos de
este libro es ayudar a reducir una información equivocada' De hecho, esta
falta de conocimiento es igualmente pronunciada en Europa Occidental. Los
periodistas ingleses contaban que unos cuantos hicieron una vez un concurso
para dar con el titular periodístico más aburrido posible (tenía que ser real y
que se hubiera impreso) y el resultado fue: ,.Pequeño terremoto en Chile: No

EsreReotlpos ESTADoUNTDENSES soBRE Atr,tÉn lca Lxrlnn

El 10 de diciembre de 1940, el Departamento de Investigación sobre la Opinión


Pública (Office of Public Opinion Research) llevó a cabo una encuesta nacio-
nal en la que se proporcionó a los participantes una tarjeta con diecinueve pa-
labras y se les pidió que indicaran aquellas que parecían describir mejor a la
gente de Centroamérica y Suramérica. Los resultados fueron los siguientes:

o/ o/
/o /o
De piel oscura 80 Imaginativo 23
Irascible 49 Sagaz 16
Emotivo 47 Inteligente 15
Religioso 45 Honrado t3
Atrasado 44 Valiente t2
Vago 41 Generoso 12
Ignorante 34 Progresista 1l
Suspicaz 32 Eficiente 5
Amigable 30 No contesta 4
Sucio 28 No sabe 0
Orgulloso 26

Como se pidió a los participantes que eligieran cuantos términos descriptivos


desearan. los porcentajes suman considerablemente más de 100.

Fuentes: JohnJ. Johnson, Latin America in Caricature, Austin, University of TÞxas Press,
1980, p. l8; Hadley Cantril, ed., Public Opinion, 1935-1946, Princeton, Princeton Uni-
versity Press, 1951, p. 502.

I!

¿Por qué América Latina? 13

ha habido muchas muertes>. La compleja historia de este país durante los úl-
I
timos treinta años pone tristemente de relieve su provincianismo.
Por nuestra formación y perspectivas, la mayoría de los norteamericanos
y europeos buscamos fórmulas intelectuales que proporcionen respuestas
claras a nuestras preguntas: el <amante latino>, Bandito>, el espiritual
"Frito
Che Guevara, las mulatas brasileñas reinas del carnaval, son las imágenes
que primero suelen venir a la mente. Pero cuando dejamos atrás esas carica-
turas (que tienen su verdad propia que contar), nos encontramos con que
América Latina es una región compleja.
-, No resulta fácil de comprender, a pesar de que se hable español en toda
ella, menos en Brasil (donde se habla portugués), los Andes (donde se habla
quechua y otras lenguas indígenas), el Caribe (francés, inglés y holandés),
México (bolsas dispersas de lenguas indias) y Guatemala (más de veinte len-
guas indias). El término América Latina abarca una vasta variedad de gentes
y lugares. Desde el punto de vista geográfico, incluye la masa de tierra que se
extiende desde la frontera de Río Grande entre Texas y México hasta el ex-
tremo meridional de Suramérica, más algunas islas del Caribe: un área total
de dos veces y media el tamaño de Estados Unidos. El mismo Brasil es más
grande que la parte continental de Estados Unidos.
Las características físicas presentan diferencias pronunciadas: de la cor-
dillera andina, que se extiende por todo el occidente de Suramérica, a la sel-
va tropical de la cuenca amazónica:. de las áridas llanuras delnorte de Méxi-
co a las fértiles praderas de la pampa argentina. Sus pueblos contienen
elementos y mezclas de tres grupos raciales: indios nativos, europeos blancos
y africanos negros. En1992, su población total llegaba a los 453 millones, en
comparación con los 255 millones de Estados Unidos.
La sociedad latinoamericana presenta contrastes sorprendentes entre ri-
cos y pobres, entre la ciudad y el campo, entre gente culta y analfabeta, en-
tre el poderoso señor de la hacienda y el campesino respetuoso, entre los ri-
cos empresarios y los desesperados chicos de la calle. Desde el punto de vista
político, América Latina incluye veintiséis naciones, grandes y pequeñas, cu-
yas experiencias recientes van de la dictadura militar a la democracia electo-
ral y al régimen socialista de Fidel Castro en Cuba (véase el mapa 1). En
cuanto a la economía, forma parte del mundo <en vías de desarrollo>, cuyo
avance económico rápido se ve hostigado por obstáculos históricos y actua-
les, pero aquí también hay diversidad: de la dependencia de un solo cultivo
de la diminuta Honduras a la promesa industrial del dinámico Brasil.
Durante toda su historia contemporánea, los latinoamericanos, con ma-
yor o menor celo, han tratado de lograr la independencia económica de las
potencias coloniales, imperiales y neoimperiales. Así, es una amarga ironía
que el término América Latina fuera acuñado por los franceses del siglo
xrx, que pensaban que como su cultura, al igual que la de la América espa-
ñola y portuguesa, era <latina> (es decir, de lengua romance), Francia estaba
destinada a asumir el liderazgo de todo el continente.
Como sugieren estas observaciones, América Latina se resiste a una cla-
l4 Historia contemporánea de Américq Latina

Í"?,"") r.t*$'lii
r.{6¡7) RePÚgLtC¡DOMINICANA
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cosra íc¡ 12'51

ARGENTINA

1,000 2,000 3.000 Km

1. América Latina en la actualidad (población de 1992, en millones).

sificación fácil. Es una región rica en paradojas, percepción que proporciona


varias pistas instructivas.
En primer lugar, América Latina es joven y antigua a la vez. Desde 1492,
la conquista realizada por españoles y portugueses creó un orden social to-
talmente nuevo, basado en la dominación, Ia jerarquía y el entrecruzamiento
de elementos europeos, africanos e indígenas. La intrusión europea alteró de
forma profunda e indeleble las comunidades indias. Comparadas con las an-
tiguas civilizaciones de África y Asia, estas sociedades latinoamericanas son
¿Por qué América Latina? IS

relativamente jóvenes. Por otra parte, la mayoría de las naciones de la región


obtuvieron la independencia política --de España y portugal- a comienzos
del siglo xIX, más de cien años antes de que lograran sus objetivos los movi-
mientos anticoloniales de otros países del rercer Mundo. poi ello, si se sigue
el criterio de la independencia, América Latina es relativamente antigua.
En segundo lugar, durante toda su historia, ha pasado tanto por agitaõión
como por estabilidad. La conquista inició una tradición de violencia política
que ha hecho erupción en golpes, asesinatos, movimientos armados, interven-
ciones militares y (más raramente) revoluciones sociales. Las confrontaciones
ideológicas entre liberalismo, positivismo, corporativismo, anarquismo, socia-
lismo, comunismo, fascismo y los panegiristas de cada matiz ãoctrinal han
acentuado la intensidad de la contienda. pero, a pesar de las diferentes for-
mas de conflicto político, han persistido las antiguas estructuras sociales y
económicas. Perviven muchos aspectos de la sociedad tradicional incluso
donde se ha padecido una revolución moderna, como es el caso de México
(1918) y Bolivia (1952). En principio, la Revolución cubana (1959) parece
una excepción, aunque allí también se ha mantenido fuerte la inerciã de la
historia, como veremos.
En tercer lugar, América Latina ha sido dependiente e independiente,
autónoma y subordinada. La consecución de la independencia antãs de 1g30
en todas partes menos en la cuencã del caribe representa una afirmación de
soberanía enraizada en el pensamiento ilustrado. No obstante, una nueva for-
ma de penetración de potencias externas Gran Bretaña y Francia
y luego Estados unidos- la puso en peligro. -primero
su debilidad económiôa y polí-
tica frente a Europa y Norteamérica ha limitado a menudo las posibilidãdes
de sus responsables políticos. Dentro de América Latina, el podèr es irónica-
mente ambiguo: es el bien supremo, pero sólo tiene un efecio limitado.
En cuarto lugar, América Latina es próspera y pobre. Desde la misma tl
conquista, se la ha descrito como una mina fabulosá de recursos naturales.
Primero llegó la codicia europea de plata y oro. Hoy la demanda puede ser
' de petróleo, gas, cobre, hierro, café, azúcar, soja o por'ampliar el comercio
general, pero la imagen de riqueza sin cuento permanece. En contraste asom-
broso, también existe el cuadro de la pobreza: campesinos sin aperos, obre-
ros sin trabajo, niños sin alimento, madres sin esperanza. un diðho muy re-
petido resume la escena: <América Latina es un mendigo sobre una montaña
de oron.
., Nofascinante-
cil
es difícil pensar en más contrastes, pero éstos pueden ilustrar lo difû
que resulta abordarla. Entender su historia y su sociedad
-y un planteamiento
requiere flexible y amplio, que es el quo intentamos ofre-
cer en este libro. utilizamos el trabajo de muchos estudiosos para presentar
nuestra propia interpretación, pero también proporcionamos al lector otras
opiniones alternativas.
l6 Historia contemporónea de Américq I'atina
L
å,
t.
Interpretaciones de América Latina

La mayoría de los analistas de América Latina contemporánea han destaca-


do su inestabilidad política, marcada con mucha frecuencia por la dictadura.
Los observadores norteamericanos y europeos se han sentido especialmente
atraídos por dos cuestiones: ¿Por qué la dictadura?, ¿por qué no la democra-
cia? Esta preocupación no es reciente, En 1930, por ejemplo, un geógrafo
económico estadounidense que se especializaba en la región observó: uSe su-
ceden los años y surgen la ansiedad y el descontento de un pueblo mal equi-
pado que intenta establecer formas de gobierno verdaderamente republica-
nas>. Un año antes, un estudioso inglés había señalado que <la historia
política de las repúblicas había constituido una crónica de periodos alternati-
vos de libertad y despotismo>. Dando por sentado de forma implícita o afir-
mando a las claras que su estilo de democracia es superior a los demás mo-
delos de organización política, los escritores norteamericanos y europeos se
solían preguntar qué fallaba en América Latina o con los latinoamericanos.
Durante muchos años, se aceptaron como respuestas una mezcla de epi
tetos racistas, simplificaciones psicológicas, trivialidades geográficas y distor-
siones culturales. Según tales consideraciones, América Latina no podía lo-
grar la democracia porque sus gentes de piel oscura (negros e indios) no eran
adecuadas para ella; o porque los apasionados temperamentos latinos no la
soportaban, los climas tropicales la impedían de algún modo, o las doctrinas
de la Iglesia católica y romana la inhibían.
Cada una de las acusaciones tiene refutación: el gobierno dictatorial ha
florecido en países predominantemente blancos, como Argentina, así como
entre las sociedades mestizas, como México; ha aparecido en climas templa-
dos, como Chile, y no sólo en los trópicos, como Cuba; ha obtenido el respal-
do de no católicos y de católicos no practicantes, mientras que muchos devo-
tos fervientes han luchado por la libertad; y, como demuestran los regímenes
autoritarios ajenos a América Latina, como la Alemania de Hitler o la Rusia
estalinista, la dictadura no se restringe a un único temperamento. Täles expli-
caciones no sólo no aclaraban nada, sino que, llevadas a su extremo, ayu-
daban a justificar la cada vez mayoÍ penetración europea y estadounidense
cultural, militar- en las <atrasadas" repúblicas del sur.
-financiera,
El panorama intelectual mejoró a finales de los años cincuenta y comien-
zos de los sesenta, cuando los científicos sociales norteamericanos formula-
ron la <teoría de la modernización>. Según se aplicó a América Latina, esta
teoría sostenía que el crecimiento económico generaría el cambio social que,
a su vez, haría posible una política más ,.desarrollada". La transición de una
sociedad rural a una urbana conllevaría un cambio de valores. La gente co-
menzaría a pertenecer y a participar en las organizaciones voluntarias que re-
quiere la auténtica democracia. Y lo que es más importante, surgiría una cla-
se media para desempeñar un papel progresista y moderado a la vez.
América Latina y su ciudadanía no eran de por sí tan diferentes de Europa
\t
I
ti

¿,Por qué América Lqtina? 17

y Norteamérica. Simplemente estaban por <detrás>. Los adeptos de la mo- il

dernización pensaban que la crónica histórica mostraba que este proceso es- ii
taba ya en marcha.
Por ello, los analistas se pusieron a trabajar para describir la historia lati-
noamericana a la luz de esta teoría. Un estudioso optimista, muy leído en Es-
tados Unidos, descubrió en 1958 que los <sectores medios> se habían vuelto
.estabilizadores y conciliadores, y en el proceso habían aprendido los peligros
de tratar con postulados absolutos>. El autor de un libro de texto de finales de
los años setenta sobre historia latinoamericana consideraba <la historia lati-
noamericana desde la independencia ... como el crecimiento lento de la mo-
dernización contra la resistencia de las viejas instituciones y actitudes>.
Sin embargo, la realidad resultó más dura. En lugar de extender la pros- t
peridad general, el crecimiento económico de los años sesenta y setenta (que I
alcanzó un alto índice sostenido en México y Brasil) hizo más desigual la dis-'
tribución de la renta y aumentó Ia brecha entre los niveles de vida de la ciu-
dad y el campo. También descendió la capacidad del capital interno para
competir con las enormes firmas transnacionales. Mientras tanto, la política
seguía a duras penas el modelo predicho por muchos expertos en la moder-
nización. Los estratos medios, relativamente prfvilegiados, forjaron un senti-
rniento de <conciencia de claseo que, en momentos críticos de decisión, como
en Argentina en 1955 o 1976, Brasil en 1964 y Chile en 1973, los llevó a unir-
se con las clases gobernantes en oposición a las masas populares. La política
giró hacia el autoritarismo y produjo gobiernos militares. Y en absoluta con-
tradicción con la teoría de la modernización, estos modelos surgieron en los
más rápidamente- del
países más desarrollados
-y que se desarrollaron
continente. ¿Cuál era el error?
Aparecieron dos conjuntos de respuestas. Un grupo de estudiosos se cen-
tró en las tradiciones de América Latina y sus orígenes español y portugués'
Estos analistas sostuvieron que la política antidemocrática era (y sigue siendo)
producto de una perspectiva del mundo católica y mediterránea, que hacía hin-
capié en la necesidad de armonía, orden y eliminación de conflictos. Al no
haber logrado captar este plan argumental en la experiencia ibérica, los estu-
diosos habían confundido forma con sustancia, retórica con realidad. Las cons-
tituciones latinoamericanas nunca eran tan democráticas como parecían, los
partidos políticos no eran tan representativos como podrían aparentar. La co-
munidad académica norteamericana y europea, afligida por su propia miopía
y desviaciones, sólo había interpretado mal los hechos sociales.
Un segundo grupo de investigadores aceptó el enlace de las causas so-
cioeconómicas de la teoría de la modernización con los resultados políticos,
pero dieron la vuelta a la respuesta: el desarrollo económico latinoameri-
cano era cualitativamente diferente del de Norteamérica y Europa Occiden-
tal y, por lo tanto, producía resultados políticos distintos. De forma específi-
ca, sostenían que la experiencia latinoamericana estaba determinada por el
hecho profundo de su dependencia económica. Como uno de sus exponentes
ha explicado:
l8 Hístoria contemporánea de América Latina

Por dependencia entendemos una situación en la que la economía de cier-


' tos países ðstá condicionada por el desarrollo y la expansión de ot¡a economía
a la que la primera está sujeia. La relación de interdependencia de dos o más
económías y entre éstas y el comercio mundial toma la forma de dependencia
cuando algunos países (los dominantes) pueden expandirse y autosostenerse,
mientras que otros países (los dependientes) sólo pueden hacerlo como reflejo
de esa expansión, que puede tener un efecto positivo o negativo en su desarro-
llo inmediato.

Por su carácteÍ intrínseco, el <desarrollo dependiente> genera desigual-


dades, proporcionando beneficios a los sectores que participan en el merca-
do mundiai y negándolos a los otros grupos. un caso típico puede ser el de
un país cuyo crecimiento económico dependa de un solo cultivo para la ex-
portación, como café o azúcar. Una elite latifundista nacional' los plantado-
ies, colaboraría con los comerciantes importadores-exportadores' con fre-
cuencia extranjeros, para vender los bienes en un mercado ultramarino. La
mayor parte de los bèneficios estarían restringidos a estos grupos. Los plan-
tad-orei utilizarían mucho de su dinero para importar costosos artículos de
consumo de Europa o de Estados Unidos y los comerciantes (si son extran-
jeros) remitirían las ganancias a sus países. De este modo, los ingresos por ex-
þortación proporcionarían un pequeño capital precioso para diversificar
la
àconomía iocat y crear una situación que algunos observadores han denomi-
nado <crecimiento sin desarrollo>. Debido al excedente de fuerza laboral, los
trabajadores del campo seguirían percibiendo salarios bajos; los grupos aje-
nos al sector de expbrtación obtendrían poco beneficio. En consecuencia,
se intensificarían los desequilibrios regionales y la distribución de la renta se
volvería más desigual que antes. Además, si se diera crecimiento, estaría su-
jeto a un riesgo sustancial. Si el mercado ultramarino del café o el azúcar se
tontrajera la razón que fuera, como pasó en los años treinta-, toda la
-por
economía se resentiría. En este sentido, sería ..dependiente> para seguir cre-
ciendo de las decisiones tomadas en otro lugar y estaría condicionado' como
ya señaló el autor antes citado, <por el desarrollo y expansión de otra econo-
mía>>.
Quienes proponían la <teoría dela dependenciar>, como pronto se la aca-
bó conociendo, sostenían que conducía al autoritarismo político. Según su
opinión, la situación udependiente> de las economías latinoamericanas ponía
limitaciones inherentes a su capacidad de crecimiento, especialmente en la
industria. La señal más segura de la existencia de problemas económicos es
la crisis en las cuentas externas, la capacidad del país para pagar las importa-
ciones necesarias, como ocurrió de forma espectacular en México, Argentina,
Chile y Brasil a finales de 7982 y comienzos de 1983. Las exportaciones se re-
zagan de las importaciones y la diferencia sólo se puede cubrir con afluencia
de capital. Pero los acreedores extranjeros --compañías, bancos, organismos
internacionales como el Banco Mundial- niegan la financiación extra nece-
saria porque creen que el gobierno no puede imponer los "sacrificios> preci-
sos. Arrinconado contra la pared, el país debe tomar las medidas necesarias

.i.
Þ
I,
Þ
t:
¿,Por qué América Laüna? ig
para mantener el flujo de importaciones. La estrategia política se convierte
en rehén de la necesidad de convencer a los acreedores extranjeros.
La solución más frecuente durante los años sesenta y setenta fue el gol-
pe militar. El gobierno autoritario resultante poclía entonces tomar deciiio-
nes <duras>, por lo general medidas antiinflacionistas muy impopulares,
como el aumento del precio de los servicios públicos y recortes en eL salario
real y el crédito. Las clases más golpeadas son las inferiores. por ello, para
poner en práctica estas medidas se requiere ejercer mano dura sobre los sec-
tores populares. Así, los golpes y regímenes autoritarios represivos que sur-
gieron en Brasil, Argentina y chile no lo hicieron a pesar dèl desarrollo eco-
nómico de América Latina, sino debido a é1.
Los años ochenta reemplazaron a esos regímenes autoritarios por diri-
gentes civiles y gobiernos elegidos. Las explicaciones de esta tendéncia to-
maron muchas f'ormas. Los regímenes autoritarios, una vez considerados
dominantes y monolíticos, acabaron demostrando mucha incoherencia y fra-
gilidad. Los ciudadanos comunes se levantaron en movimientos de proiesta,
formaron organizaciones cívicas y demandaron elecciones populares. Enfren-
tada a una severa crisis económica, la gente de Argentinay-chte a centro-
américa trató de expresar sus derechos políticos. A mediados de los años no-
venta, casi todos los países de la región, con la excepción notable de cuba,
tenían gobiernos electos. Fueran completamente <democráticos> o no, punto
que condujo a un amplio debate, representaban una mejora considerable de
los modelos flagrantemente dictatoriales de los años setênta. Muchos obser-
vadores expresaron su esperanza optimista cle que, al fin, América Latina se
estuviera desplazando hacia un futuro democrático.
Las perspectivas económicas también mejoraron. Bajo la presión de los
acreedores internacionales durante los años ochenta, los dirigentes latino-
americanos impusieron medidas de largo alcance destinadas a nliberalizar> sus
economías nacionales (la reducción de aranceles y otras limitaciones al co-
mercio, la venta de compañías controla<Ias por el Estado a inversores priva-
dos y la restricción del déficit). La inflación bajó y creció la inversión extran-
jera. En consecuencia, el crecimiento promedio de América Latina pasó de
un escaso 1,5 por 100 anual en 19tÌ5-1989 al 3,-5 por 100 a comienzos de los
años noventa. El inesperado comienzo de ra crisis económica en México a fi-
nes de 1994 conllevó desencanto y confusión el llamado
<ef'ecto tequila> en otros países de Ia región- pero -expandienclo
muchos analistas mante-
nían esperanza de que, a largo plazo, las perspectivas econórnicas seguirían
_la
siendo positivas.
Los estudiosos abordaron estos desarrollos econ<imicos y políticos con
cautela intelectual. En lugar de lanzar grandes teorías, tales como la moder-
nización o la dependencia, los analistas políticos insisten en el papel de las
creencias, ideas y convicciones humanas. Algunos interpretaron lã vuelta a la
,

democracia en América Latina y otros lugares r,rmo uñ triunfo global cle los '

valores estadounidenses, especialmente a la luz de la caída de la unión so-


viética. otros subrayaron la importancia clel liderazgo y las maniobras tácti-
20 Historia contemporánea tle América I'utinu

cas a nivel de la elite. En cuanto a la economía, algunos expertos considera-


ron la aceleración clel crecimiento de inicios de los noventa como una vindi-
cación de las reformas procapitalistas y de las políticas de libre mercado'
Otros señalaron que el auge tendió a ret'lejar el flujo y retlujo de las inversio-
nes internacionalès, y que el capital desapareció rápidamente ante la crisis,
dejanclo a América Latina tan <dependiente> como antes. Una preocupación
colstante. para muchos, era la problemática relación entre la transformación
económica'y la transformación política. ¿Lleva la liberalización económica a
la democraóia política? ¿O potlría ser al revés? De modo que los desarrollos
recientes en Ámérica Lãtina plantean nuevas preguntas y nuevos desafíos
para la comunidad intelectual.

Temas analíticos de este libro

Este libro es una investigación sobre la historia latinoamericana' no la formu-


lación de una teoría soóial; pero no podemos evitar necesitar conceptos al
plantear nuestro material. De la teoría de Ia modernización tomamos la pre-
misa causal de que las transformaciones económicas inducen cambios socia-
les que, u ,u u"i, tienen consecuencias políticas. De la escuela de la depen-
dencia tomamos prestadas las ideas de que:

1. el lugar que ocupa un país en la división internacional del trabajo de-


fine la fbrmã de-las sendas de que dispone para el crecimiento económico;
2. la localización funcional en la spçgferia" del sistema mundial, como
diferente del <centro> comercial-industrìal y el ilesarrollo en un estadio en el
que el sistema del Atlántico Norte estaba ya muy avanzado, supuso que las
transformaciones económicas en América Latina fueran diferentes de los
modelos conocidos anteriormente en Europa y Norteamérica;
3. estas diferencias en los procesos económicos produciría formas dis-
tintas de cambio social con respecto, por ejemplo, a [a naturaleza de las "cla-
ses medias>, las clases obreras rurales y urbanas, y las relaciones intercla-
sistasl
4. esta combinación de fuerzas sociales y económicas definiría las op-
ciones con que contaron los dirigentes políticos y ayuda a explicar la altera-
ción de los regímenes democráticos y autoritarios:
5. dentrõ de estas limitaciones, a algunos países latinoamericanos les
fue mucho mejor que a otros en la explotación de sus recursos propios (es-
pecialmente agrícolas) para lograr el desarrollo económico'

En otras palabras, pretendemos examinar la relación existente entre eco-


nomía y política dentro de un contexto internacional. Creemos que este plan-
teamiento puede aplicarse no sólo a los años sesenta, setenta, ochenta y no-
venta, sino también a todo el periodo contemporáneo. Buscaremos estos
rasgos clave a lo largo de todo el libro.
Y

¿Por qué América Latina? 2l

Pero también contemplamos límites a la utilidad de este planteamiento.


Cuanto más retrocedamos en la historia latinoamericana, más difícil será en-
contrar datos sobre las relaciones económicas y el comportamiento de clase
social. No aceptamos la teoría de ámbito universal expresada por algunos
analistas y no compartimos la opinión de que sólo las revoluciones pueden
romper tos ciclos de dependencia. De forma más fundamental, creemos que
las transformaciones históricas son procesos complejos y para entenderlos
necesitamos adoptar un planteamiento multicausal. Las ideas e ideologías,
por ejemplo, no son simples adornos o Superestructuras, sino que tienen efec-
tos importantes sobre las percepciones, actitudes y acciones del pueblo que
hace [a historia. Todo aquel que haya intentado comparar las tradiciones
políticas de Argentina y Brasil puede corroborarlo. Los factores demográfi-
cos, como el rápido crecimiento poblacional, también tienen efectos sociales
y políticos de largo alcance. En nuestro retrato de la sociedad latinoameri-
cana, esperamos integrar un planteamiento de ,.economía política interna-
cional" con la consideración de otras fuerzas culturales y otras fuerzas no
económicas.
Iniciamos nuestra narración describiendo primero la conquista y el perio-
do colonial (1492-t825), cuando América Latina entró en la periferia del sis-
tema mundial capitalista mediante su subordinación a España y Portugal'
Luego detallamos cómo la interrupción de esta conexión llevó a Ia indepen-
dencia, seguida de una fase de consolidación económica y política entre 1830
y 1880.
A finales del siglo xtx, América Latina estrechó sus vínculos con el siste-
ma mundial, esta vez proporcionando materias primas (especialmente ali-
mentos y minerales) a Gran Bretaña, Europa continental y Estados Unidos.
La formación de estas economías orientadas a la exportación y sus sucesoras
ocupan la mayor parte de nuestra atención. ¿Por qué hemos elegido este I /
r

planteamiento para América Latina contemporánea? Porque según los indi- | V


cadores mejor conocidos de la exportación, urbanización, es- \
-crecimiento
peranza de vida, alf.abetización, participación política- la región entró' en \
torno a 1880, en el periodo de cambio más rápido de los que había experi- |
mentado desde la conquista ibérica en el siglo xvl.
El capítulo 2 presenta una visión general de este proceso. Investiga algu-
nos procesos y modelos comunes que acompañaron el énfasis otorgado a la
exportación y, después, el impulso hacia la industrialización <postergada>.
A continuación pasamos a los estudios concretos: Argentina, con su tradicio-
nal acento puesto en la carne y el trigo, arruinada por la rivalidad interna y
la intervención militar antes del reciente giro hacia la democracia (capítulo
3); Chile, fuente primordial de nitratos y cobre y, finaimente, emplazamiento
de un experimento socialista abortado (capítulo 4); Brasil, tan famoso por el
café y, en tiempos más recientes, por su rápido crecimiento industrial en me-
dio de la transición política (capítulo 5); Perú, con sus sólidas tradiciones in-
dias y sus tumbos vacilantes hacia la independencia nacional (capítulo 6);
México, próximo a Estados Unidos y escenario de un levantamiento popular
22 Historia contemporónea de América Lutina

en 1910 (capítulo 7); cuba, tan dependiente del azucar y tan cerca de Esta-
dos uniclos, la única sociedad latinoamericana que ha pasado por una revo-
lución socialista con todas las de la ley (capítulo 8); el caribe, donde las agu-
das luchas ideológicas se han adueñado de las pequeñas naciones isleñas
(capítulo 9); Centioamérica, una región de sociedades muy estratificadas ig-
ioia¿as durante mucho tiempo, hasta las explosiones políticas de finales de
Ios años setenta y comienzos de los ochenta (capítulo 10). En estos estudios
sobre países concretos, intentamos otorgar una consideración plena a los te-
mas sociales y políticos, por lo que cada capítulo puede leerse por separado.
Tomados .on;unto, representan el 84 por 100 de la población latinoame-
"n
ricana y aproximadamente la misma proporción de su territorio.
En el capítulo 11., resumimos las relaciones recientes y actuales entre
América Latina y la comunidad internacional, particularmente Estados Uni-
dos, y en el epíogo especulamos acerca de los acontecimientos probables
hasta el año 2000 Y desPués.
Este libro ofrece uå cuadro cle la sociedad latinoamericana, no un catá-
logo definitivo de hechos. Nuestro objetivo es trazar modelos y tendencias
qu"e.nos ayuden a entender las complejidades y variaciones de las sendas re-
ctrridas ptr América Latina hasta el presente. Confiamos en que estimule la
discusión y el debate, y esperamos que alumnos y colegas difieran con mu-
chas de núestras interpretaciones. Sobre todo, queremos presentar
a nuestros
inte-
lectores el estímulo y fascinación que ofrece la historia de una región
papel singular que desempeñar en
resante por derecho propio y que tiene un
el escenario mundial.
.7_

t-
Los cimientos coloniales (1492-década de 1880)

uando los europeos llegaron a lo que hoy constituye América Latina,


encontraron treì civilizãciones importantes: la maya, la azleca y la inca.
El hecho de que sigamos llamando a los pueblos nativos de este hemisferio
<indios> perpètria èl error cometido por los españoles en el. siglo xvl, que
querían cieer que habían arribado a las Indias, ricas en especias'
t El pueblo .
al sur de
-aya, que ocupaba la penlnsula de Yucatán situada
México y la mayoi parte de ló que hoy constituye Guatemala, comenzó a ci-
mentar iu civilizacibn en torno al año 500 a. C. Sus logros más apreciados
fueron de índole cultural: no sólo edificó templos exquisitos, sino que tam-
bién fue precursor en arquitectura, escultura, pintura, escritura jeroglífica,
matemátiõag astronomía y cronología (incluida la invención del calendario)'
Los mayas se organizaban generalmente en un conjunto de ciudades-estado
independienteg ãlgunas coñ una población que alcanzaba los.200.000 habi-
tantes o incluso mãs, y desarrollaron un complejo orden social. Por razones
desconocidas, la sociedad maya clásica se derrumbó, cayó víctima de la do-
minación (972-1200) y luego de la absorción (1200-1540) por parte de los in-
vasores toitecas, procedentes de las tierras altas del centro de México' No
obstante, los desiendientes directos de los mayas han sobrevivido en el sur
de México y en Guatemala hasta nuestros días.
Más taide, el espacioso valle central de México se convirtió finalmente
en el emplazamientô del imperio azteca. Los aztecas, una de las tribus chi-
chimecas que llegaron del norte para someter a los toltecas en los siglos xtI
y XttI, entablaron guerras constantes con SuS vecinos y acabaron construyen-
âo la ciudad de Tenochtitlán alrededor del año 7325 (en el lugar que hoy ocu-
pa la Ciudad de México). Tlas obtener el control de todo el valle de México,
ðt.uron un importante imperio, que estaba llegando a su cúspide cuando Co-
lón arribó a la costa en el Caribe.
Los aztecas se destacaron por su organización militar y su destreza para
edificar ciudades ceremoniales. Su arte, exceptuando su poesía perturbadora,
era inferior en sutileza y acabado al de muchas otras antiguas civilizaciones
mexicanas.
En su forma final, la sociedad azteca estaba rígidamente estratificada.
24 Ilistoria conteftLporánea de Antérica l-utina

Los esclavos ocupaban el escalón más bajo, mientras que la nobleza heredi-
taria se hallaba situada en el más alto. La educación, el matrimonio y el tra-
bajo estaban programados con meticulosidad y la economía tenía carácter
comunal. Gobernantes hereditarios, cotno Moctezuma II, ejercían un poder
político inmenso. Sin embargo, a pesar de la centralización de la autoridad,
los estados conquistados de las regiones vecinas no se incorporaban al impe-
rio. Se los trataba como vasallos sometidos a tributo y a algunos la
-como
cercana Tlaxcala- se les permitía mantener un estado perpetuo de guerra
con Tenochtitlán. Una de las razones para ello era que la religión azteca re'
quería el sacrificio humano y los prisioneros de guerra podían utilizarse para i
I
Ios rituales de sangre. I
Los incas adoptaron un modelo de organización muy diferente. Su impe- 1

:
rio abarcaba más de 5.000 km en los Andes, desde el norte de Ecuador, todo
{
Perú, hasta el sur de Chile, y también el interior. Después de consolidar su ì
dominio en el valle de Cuzco, en Perú, comenzaron a extender su imperio a i
comienzos de 1400 y continuaron en esta empresa hasta la conquista españo- j
Ia en 1532. Una vez vencidos, los grupos se convertían en partes integrantes I'
del imperio. Para fortalecer el apoyo al emperador, o inca, los nobles de las t
!

regiones conquistadas eran llevados a Cuzco y tratados como huéspedes rea- i


les, mientras que los elementos que ofrecían resistencia en las zonas de con- l
quista reciente se transferían a otras controladas por fieles seguidores. El
poder político correspondía a una burocracia con una organización tnuy es-
trecha y una estricta disciplina, compuesta en su base por equipos de funcio-
narios locales a quienes encabezaba un único dirigente supremo. Por ello,
los incas podían ejercer una autoridad efectiva sobre la mayor parte de los
Andes.
Eran diestros ingenieros que construyeron un vasto sistema de carreteras
(para tránsito humano y animal, ya que no utilizaban Ia rueda), un intrinca-
do sistema de irrigación y una agricultura de tefiazas impresionante en las
laderas de las montañas. También sobresalieron en el diseño textil y en el tra-
tamiento cle Iesiones de cabeza debido a su extraordinaria habilidad para tre-
panar el cráneo humano.
Además de los mayas, aztecas e incas, había muchas otras culturas indias.
Sólo en la zona de lo que hoy es México, había más de doscientos grupos lin-
gtiísticos diferentes. Los cálculos sobre la población indígena latinoamerica-
na han variado ampliamente. Un estudioso ha estâblecido la cifra de 90 a Il2
millones, cle los que 30 millones corresponderían a México y otros tantos a
Perú. Aunque este cálculo quizás sea demasiado elevado, es evidente que
para las pautas europeas de finales del siglo xv las sociedades indias habían
crecido mucho. Entonces llegar<ln kx españoles.
Los cimientos coloniales 25

El contexto europeo
El <descubrimiento> europeo de América (es presumible que los indios sa-
bían dónde estaban) formó parte de la considerable expansión europea du-
rante el siglo xv. Europa iba percibiendo el resto del mundo a medida que
sus navegantes y exploradores ampliaban las fronteras del globo conocido
hasta entonces. A comienzos del siglo xvlr ya había desplegado redes de co-
municaciones alrededor de toda la .tierra y había establecido el predominio
económico que moldearía el mundo moderno.
Este estallido de la expansión europea lo hizo posible una combinación
de factores, entre lo-s qg_e_se-hallaba !a dgsllgzq !-éçqica, El pilotaje y la nave-
gación constituyeron ejemplos notables, al igual que la habilidad de adaptar
los barcos costeros a los retos que suponía el océano abierto. Y otro ejemplo
fuç el armamento, que iba a hacer fuertes a los europeos enfrentados con los
pueblos nativos americanos, en alguna ocasión bien armados, como en el caso
de México.
Un segundo factor fue la bqsg.ç,c_ogóniça, qqq -b,nndó,capifal para laem-
pr-e¡*q
-m,g¡ítima y militar. La tecnología sólo no resultaba suficiente. Los vi-
kingos habían demostrado habilidad técnica para alcanzar América, pero ca-
recieron de los recursos necesarios para establecer asentamientos y comenzar
la colonización, que requería hombres y dinero. En pocas palabras, el Nuevo
Mundo no iba a pertenecer a especuladores de escasos recursos u objetivos
limitados.
Como tercer factor, tuvo que haber un poder europeo interesado en algo
más que la experiencia técnica y el beneficio. Tþnía que estar dispuesto a per-
seguir lo desconocido con una determinación excepcional. España y portugal
se ajustaban a esta descripción. Estas monarquías católicas, con su ideal de
. crq44d4 p4r4 c_qgyg¡1¡ir a las masas gentiles a la verdadera religión, poseían
Lgry_qfgliyqqiór1 ú¡1fc-d España, en parricular, había llegado tarde a la conso-
lidación de su territorio contra el infiel ocupante musulmán. portugal, aun-
que se había deshecho antes del intruso musulmán, también se hallaba com-
prometido con la expansión militante de la fe cristiana. Su arrojo estableció
un precedente para que los intrusos europeos se dirigieran a América Latina
durante los cuatro siglos siguientes. A pesar de toda la resistencia que ésta
ofreció, iba a seguir siendo una extensión, a veces una contradicción, de la
Europa que había navegado hacia el oeste en el siglo xv.

América española: de la conquista a la colonia, 1492-1600


No fue una coincidencia que colón llegara a América el mismo año en que
los españoles liquidaron la última forfaleza mora en España. La reconquista
de la Península Ibérica contempló cómo los nobles guerreros cristianos se ha-
cían con tierras y la corona estrechaba su control político. como resultado,
26 Historia contemporánea de América Latina

en 1492 había una nobleza establecida y otra en ciernes ansiosas de más cor¡'
quistas, y una corona dispuesta a dirigirlas a ultramar.
Así pues, los españoles llegaron al Nuevo Mundo en una conquista espi-
ritual que ya estaba bien desarrollada en su tierra. España había representa-
do una oportunidad moderada para prosperar en la escala social y existen
pruebas considerables que sugieren que los conquistadores del Nuevo Mun-
do Cortés, Francisco Ptzarro y sus seguidores- llegaron a Améri-
ca -Hernán
para conseguir un puesto en la sociedad, así como riqueza. Sin duda, la
motivacióp española era compleja. Fernando e Isabel y los monarcas sucesi-
vos pensaron que la riqueza del Nuevo Mundo podría fortalecer su autoridad
en Europa. Muchos celosos misioneros esperaban salvar las almas de los in-
dios infieles. Los conquistadores tenían en mente muchos objetivos: como
dijo uno de ellos, <aquí venimos a servir a Dios y al Rey, y también a hacer-
nos ricos>. Pero su motivo central parece haber sido lograr nobleza y opu-
lencia. (Alrededor de un tercio de los conquistadores de Perú provenían de
la baja nobleza; dos tercios tenían orígenes plebeyos. Todos debían conseguir
una posición.) Con este impulso, partieron hacia un destino desconocido. En
muy pocos años, habían llegado a la cima de los poderosos imperios de los
aztecas e incas.
¿Cómo lo consiguieron? ¿Cómo unos cuantos cientos de españoles ven-
cieron a unos imperios de millones de indios? Cuando Cortés partió de Cuba
hacia México en 1519, sólo tenía 550 hombres y 16 caballos. En dos años y
medio, con su vapuleado contingente español (asistido por refuerzos que su-
maron varios cientos) había reducido a escombros Tenochtitlán, la espléndi-
da capital azteca, y había aceptado la rendición de Moctezuma, su desalenta-
do y perplejo rey-dios. Esta derrota se explicaría por la superioridad del
equipo y las tácticas españoles: pólvora (utilizada en los mosquetes y caño-
nes), caballos, organización y la confianza de resistir constantemente el ata-
que. Otro factor fue la inicial propensión de los aztecas a identificar a Cortés I
y sus hombres con el dios Quetialcóatl, cuyo retorno al valle predecía un I
rhito. También fue importante el papel de los pueblos no aztecas, como los
tlaxialtecas, que se resistían a los aztecas y les tenían resentimiento y que
proporcionaron a los españoles tropas y consejos sobre las tácticas militares
más convenientes. Por último, y quizás lo más importante, un brote de virue-
la, hasta entonces desconocida en América, diezmó a la población india, que
carecíade inmunidad natural. 8n1521., dos años después del inicio de la cam-
paña de Cortés y a menos de treinta años del primer viaje de Colón, el im-
perio azteca había caído bajo el dominio español. Cortés no perdió tiempo
en afirmar su autoridad: se hizo con garantías de lealtad de los caciques ve-
cinos y dirigió un vigoroso esfuerzo de reconstrucción.
Algunos de los factores que favorecieron a los españoles en México ope-
raron también en Perú, pero la tarea de Pizarro se simplificó por la guerra ci-
vil que entonces arruinaba el imperio inca: el inca Atahualpa, preocupado
por el conflicto local, no llegó a ocuparse de Pizarro con la seriedad requeri-
da. La pequeña banda española había consumado la conquista en 1533' Se
ffi América española: virreinatos Los virreinatos de la Plata y Nueva
Granada pertenec¡eron originalmente
I América portuguesa (virreinato
al virreinato de Perú.
de Brasil): capitanías generales c.1780

2. América Latina colonial: organización política


28 Historia contenxporánea de Amérit:o Latina
llevaron como botín una cantidad de oro y plata que llenaría una habitación
de unos 4 x 5 m hasta la altura del brazo extendido de un hombre, El sue-
ño de El Dorado se había hecho realidad en los Andes.
La conquista española se centró en el Caribe y en las plazas fuertes de
los dos grandes imperios indios, el azteca y el inca. También se emprendieron
exploraciones desde los principales centros de población, pero no contaron
con los hombres o los recursos para establecer el control directo en muchas
de esas regiones. Su atención se concentró en especial en Sus nuevos rei-
nos de México y Perú.
No se tardó demasiado en recrear muchos aspectos de su propia sociedad
en América. Se proyectaron ciudades típicamente españolas y se crearon so-
ciedades cle una rica complejidad. Sometidos a un estricto control inmigrato-
rio, llegaron toneleros, panaderos, escribanos procedente de España
-gente
de toda condición- a hacer fortuna en el Nuevo Mundo.
El número de hombres era mayor que el de las mujeres en este éxodo.
Según un estudio sobre Perú, por ejemplo, Ia proporción de hombres blancos
con respecto a las mujeres de su misma raza era de siete a una, por lo menos.
Esto no sólo ocasionó una intensa competencia por la mano de estas muje-.
res, sino que también llevó a tomar mujeres indias como consortes. Sus hijosi
de sangre mixta, casi siempre ilegítimos, acabaron siendo conocidos como
mestizos. Con el tiempo, la raza mestiza se convertiría en el componente ét-
nico dominante de gran parte de la América española, incluidos México,
Centroamérica y los países andinos,
La corona española se dio cuenta pronto de que existía un conflicto de
interés con los conquistadores de tendencias independientes y creó con pre-
mqra una complicada burocracia para mantener la economía y la sociedad
del Nuevo Mundo bajo un control firme. En España, la institución clave para
los asuntos del Nuevo Mundo fue el,Consejo de Indias. En ultramar, la prin-
cipal unidad organizativa fue el virreinãto, gobCinádö þor un virrey nombra-
clo por el rey. El primer virreináto se estableció en México (entonces cono-
cido como Nueva España) en 1535, el segundo en Perú en 1544; se erigieron
dos más en el siglo xvttl (véase el mapa 2).La Iglesia poseía estructuras pa-
ralelas, dirigidas por el arzobispo y las autoridacles de la Inquisición.
En la práctica, esta burocracia condujo a un intenso conflicto sobre te-
mas de jurisdicción, pero el ingenio clel sistema consistía en que una vez que
se llegaba a un punto muerto, siempre se podía traspasar el problema a una
autoridad superior, ya fuera el virrey o el Consejo de Indias, lo que significa-
ba que las distintas instituciones hacían de perros guardianes unas sobre
otras (además de las revistas y las investigaciones periódicas sobre el desem-
peño de un cargo). Aunque resulte sorprendente, otro de los rasgos del sis-
tema era su flexibilidad. Prácticamente todos los grupos tenían cierta medi-
da de acceso a la burocracia. Y aunque Ia corona retenía la autoridad última,
las autoridades locales poseían una considerable autonomía, como 1o de-
muestran algunas de sus rcspuestas a decretos reales: ,,Obedezco pero no
cumplor. A pesar cle sus aparentes peculiariclades, la burocracia española
Los cintienkts coloniales 29

operó bastante bien en el Nuevo Mundo y mantuvo a las colonias bajo el do-
minio real durante cerca de 300 años.
Apuntalando esta estructura política se hallaba un conjunto de valores y
premisas que legitimaban el dominio monárquico y elitista. Tenían su origen
en la aserción fundamental católica y romana, articulada con la mayor clãri-
dad por Tomás de Aquino, de que había tres clases de derecho: el áivino, es
decir, la propia voluntad divina; el natural, un reflejo perfecto o encarnación .
del derecho divino en el mundo de la naturalezai y'er humano, cl intentö
completamente imperfecto de los hombrcs de aproiimãiieã la voiriniail ¿i- i

vina dentro de Tá socieãad. Nacida en el pecadð original, la humanidad era I


falible por definición y sólo por la gracia de Dios algunas personas eran me-
i
nos falibles que las demás. Por lo tanto, la meta de la organización política
era elevar a los menos falibles al poder para que pudieran interpretai y eje-
cutar la voluntad de Dios de un modo superior. y el gobernante, una vez en
el poder, era responsable ante su conciencia y ante Dios, no ante la voluntad
del pueblo.
Este razonamiento proporcionó una justificación convincente para la su-
premacía de la monarquía española. Su origen teológico revelaba y fortalecía
estrechos vínculos entre la Iglesia y el Estado. Este código, resucitado a me-
nudo en la época poscolonial, también proporcionó, como veremos, una crí-
tica devastadora de la teoría democrática. Andando el tiempo, los gobernan-
tes legitimarían su poder mediante aspectos residuales cle la doctrina católica
y romana tradicional.
La estructura económica del imperio era un reflejo de la teoría mercan-
tilista predominante de que la actividad económica debía realzar el poder y
prestigio del Estado, medido por las barras de oro o plata. un buen mercan-
tilismo había de presentar una balanza comercial favorable y adquirir espe-
cias o lingotes como pago. Siguiendo esta lógica, España traió de monopoli-
zar el acceso a la riqueza descubierta en el Nuevo Mundo. El objËtivo)
principal fue la minería, primero de oro y luego fundamentalmente de
þtata.
otro objetivo era mantener un control completo sobre el comercio. En con-
traste, la agricultura recibió al principio poca atención de las autoridades rea-
les (excepto si se trataba de productos de exportación) y la manufactura,
cuando se consideró más tarde, se clesalentó de forma activa.
EI fundamento central de esta economía fue el trabajo inclígena, que se
obtenía mediante una forma u otra de coerción. f,os nativos pagábun tributo
a la corona y a sus emisarios. como resultaba crítico obtener Jna fuerza la-
boral barata, la corona española, los colonizadores y los clérigos lucharon
con acritud para controlar a los indios. F;n1542, para reducir alos coloniza-
dores, el rey decretó las Nuevas Leyes con el fin de proteger a los indios al
apartarlos de la tutela directa de los conquistadores y ponerlos bajo la juris-
dicción directa de la corona. En 1600 la corona habia-logrado ampliamente
su objetivo, al menos en términos legales. sin embargo, en la realiàad, estos
cambios sólo alteraron la forma legal cle la opresión, ya que ésta persistió.
Para los indios, la conquista significó sobre todo un descenso dràstico de
30 Historis contemporánea de Anúrica Lutina
tegorías sociales que se sola
la población. Los estudiosos han discutido mucho y con dureza acerca del ta-
maño de la población indígena a Ia llegada de los españoles. Las investiga- nial un complejo sistema de
ciones más fiables sobre México central sitúan la población anterior a la con-
tituía la recompensa princip
quista. en 1519, en alrededor de 25 millones; para 1523 la cifra es de 16.8 baría dando forma a las lucl
europeo.
millones, para 1580 de 1,9 millones y para 1.605 de un millón,lo que significa
La interacción entre los
un descenso total del 95 por 100. Los datos sobre Perú son menos completos'
pero también evidencian un descenso continuo, de 1,3 millones en 1570 (cua- era tenue. Aunque se hallab
renta años después de la conquista) a menos de 600.000 en 1620, una caída ble que el matrimonio de er
daciones: los blancos podríi
de más de un 50 por 100. Aunque no se cuente con magnitudes exactas, sin
duda la conquista ocasionó un desastre demográfico, atribuible en gran me- rafavez los blancos se casar
sagración civil y religiosa a I
dida a enfermedades como la viruela, el sarampión y Ia gripe.
las que tomaban parte los b
Los indios supervivientes vieron socavado y distorsionado su orden so-
cial. Obligados a entregar su trabajo a los españoles, lucharon por mantener legitimando las aspiracione
acerca del sistema de estrati
sus redes sociales tradicionales. Las tierras más fértiles fueron usurpadas por
los conquistadores, quienes, en muchos casos, las dedicaron a la ganadería. to social como geográfica, ¡

Los indios contemplaron la destrucción de los símbolos de su antigua religión considerable durante su vid
y se apegaron a cuantas prácticas sincréticas pudieron idear. Las enfermeda- El matrimonio y las cos
des causaron más bajas entre los hombres que entre las mujeres, lo cual, al minio masculino sobre las n
desequilibrar los sexos, condujo a una ruptura mayor de los patrones de ma- chismo) apareció pronto en
trimonio y de la estructura familiar. estratos sociales y étnicos,
Para paliar el descenso de la población indígena, particularmente en las Pero, contra la imagen ester
regiones de tierras,bajas tropicales, los españoles comenzaron a importar es- bezada por un patriarca ma
clavos negros de Africa, práctica que ya era conocida en España, Portugal mucho más habitual que las
y sus islas atlánticas. Entre 1518 y 1870, la América española importó más de una edad razonablemenl
de un millón y medio de esclavos de un 16 por t00 del total del co- No obstante, no todas l;
-más
mercio esclavista atlántico-, la mayor parte a través de Cuba y el extremo manecían en ese estado de
persos, pero ya en L811, seg
septentrional de Suramérica. destinados al trabajo en las zonas de tierras ba-
jas costeras. Brasil, con sus dilatadas plantaciones de anicar, llevó alrededor de las mujeres adultas de la
de 3,7 millones. viudas y aproximadamente
Como veremos más adelante, América Latina produjo sociedades con un cabeza una mujer, en part(
gran componente multirracial, en contraste con la sociedad birracial alta- j I hombres. Sea por la razón
mente polarizada que se desarrolló en Norteamérica.
I
I' gran parte de sus vidas con
I

Los tres componentes étnicos de la población colonial hispanoamericana I

europeos y africanos- se combinaron en una estructura social que


-indios,
ii
América
se dividía por líneas de raza y tïnción. El sector blanco, que incluía menos
del 2 por 100 de la población del siglo xvl, era el más poderoso y de mayor de la so
prestigio. En ese mismo periodo, el grupo mestizo incluía a los negros libres,
los mestizos (hijos de indios y blancos) y los mulatos conjunto, menos Las colonias hispanoamerir
-en
del 3 por 100 del total. Los indios, más del 95 por 100 de la población, se si- I de 1600. El primer impulsc
tuaban en una posición única, limitada cuidadosamente y protegida por una
li der el poder que había disl
batería de leyes reales. i glo xvt. Tias la derrota de
Había además otras relaciones sociales importantes. Una era la rivalidad l real afrontó la bancarrota
entre los blancos nacidos en España (peninsulares) y los blancos nacidos en f rona, Cataluña se alzó en u
el Nuevo Mundo (criollos). Otra era la estructura de la ocupación desempe- ü. bernado por la monarquía
ñada: la de la lglesia, el ejército, los comerciantes o los ganaderos. Estas ca- mismo tiempo, España y P
I
li
h

{I
Los cimientos coloniales 3l
tegorías sociales que se solapaban produjeron en la América española colo-
nial un complejo sistema de estratificación en el que la posición social cons-
tituía la recompensa principal. El conflicto entre peninsulares y criollos aca-
baría dando forma a las luchas que llevaron a la independencia del dominio
europeo.
La interacción entre los grupos raciales no llegaba a ser tirante, sino que
era tenue. Aunque se hallaba extendido el concubinato interracial, es proba-
ble que el matrimonio de este tipo fuera raro y, de producirse, seguiría gra-
daciones: los blancos podrían casarse con mestizos y éstos con indios, pero
raravez los blancos se casarían con indios. A medida que se extendió la con-
sagración civil y religiosa a las uniones interraciales, en especial a aquellas en
las que tomaban parte los blancos, se fueron borrando las fronteras sociales,
legitimando las aspiraciones de movilidad y fomentando la incertidumbre
acerca del sistema de estratificación. Indudablemente, existía movilidad, tan-
to social como geográfica, y los individuos podían experimentar un cambio
considerable durante su vida.
El matrimonio y las costumbres familiares solían dar por sentado el do-
minio masculino sobre las mujeres. El culto a la superioridad masculina (ma-
chismo) apareció pronto en América Latina, dentro de una amplia escala de
estratos sociales y étnicos, y muchas mujeres llevaron una vida restringida.
Pero, contra la imagen estereotipada, la familia tipo no siempre estaba enca-
bezada por un patriarca masculino qtie presidía una gran prole de hijos. Era
mucho más habitual que las familias estuvieran formadas por parejas casadas
de una edad razonablemente próxima y de dos a cuatro hijos.
No obstante, no todas las mujeres se casaban y las que lo hacían no per-
manecían en ese estado de por vida. Los datos acerca del siglo xvr son dis-
persos, pero ya en 1811, según los resultados de los censos, sólo el 44 por 100
de las mujeres adultas de la ciudad de México estaban casadas. Muchas eran
viudas y aproximadamente un tercio de los hogares de esa ciudad tenían a la
cabeza una mujer, en parte debido a la inferior expectativa de vida de los
hombres. sea por la razón que fuere, muchas mujeres mexicanas pasaban
gran parte de sus vidas como solteras.

América española: la transformación


de la sociedad colonial, 1600-1750
T as colonias hispanoamericanas sufrieron profundos cambios poco después
de 1600. El primer impulso vino de Europa, donde España comenzó a per-
der el poder que había disfrutado desde finales del siglo xv y durante el si-
glo xvt. Tias la derrota de la armada a manos inglesas en 1588, la tesorería
real afrontó la bancarrota repetidamente, los nobles se enfrentaron a la co-
rona, cataluña se alzó en una revuelta y, en 1640, Portugal 1580 go-
-desde
bernado por la monarquía española- logró reafirmar su independencia. Al
mismo tiempo, España y Portugal comenzaron a perder sus monopolios so-
fi,

32 Historia conÍemportinea de América Lutinu

bre el Nuevo Mundo. Los ingleses, holandeses y franceses establecieron asen-


tamientos en Norteam érica y también se hicieron con posiciones firmes en el \
Caribe.
con España en declive, el resto del siglo xvll Europa buscó contrarres-
tar Francia, ahora la potencia dirigente. El Nuevo Mundo se convirtió en
a
un elemento vital para Ìa ecuación de poder europea, Esto se hizo evidente
en la guerra de suòesión española (1700-1713), que instaló a los Borbones en
el troño español y proporcironó a los ingleses el contrato (asiento) del tráfico
de esclavos para las colonias españolas.
En las côlonias también estaban ocurriendo cambios de largo alcance. La
composición étnica cle la sociedad sufrió una transición profunda. La inmi-
gru"ión continua y el crecimiento natural convirtió a los blancos. en su ma-
quizás ya un 20 por
loría criollos, en un segmento de población considerable,
iO0 1825. Mucho más espectacular fue e[ crecimiento relativo de los mes-
"n
tizos y las distintas mezclas sanguíneas, que pasaron de menos de un 3 por
100 hãcia I5i0 a aproximadamente un 28 por 100 en 1825. El cambio en la
población india fué aún mayor, pese a un ligero aumento e¡ términos abso-
iutos: de un 95 por 1(X) descentlió a un escaso 42 por 100. En el mismo año
(1825), los negrôs constituían en torno al 12 por 100 de la población hispa-
noamericana.
Según fue pasando el tiempo, los criollos comenzaron a asumir papeles
activoJ en sectõres clave de la economía, tales como la minería y el comer-
cio. Resulta especialmente sorprendente que cada vez se hicieran con más La construcción sernejante a I
tierras (algo què los monarcas españoles anteriores habían desalentado) y, en glo xvt situado en la zona sur-
algunas zõnas, aparecieran las grandes fincas o haciendas. Caracterizadas por tente entre la Iglesia y la coror
,u-uuttu extensiðn y el peonaje por deudas, solían convertirse en comunida- blioteca del Congreso <ie Esta
des rurales casi autonomas, gobernadas por sus dueños o su capataz. Los tí-
tulos sobre la tierra eran hereditarios y la mayoría estaban en manos de los
criollos. En la América española, la hacienda supuso la vuelta de algunos va-
lores (aunque no cle la estructura) de una sociedad feudal clásica. A media- bía convertido en el líder
dos del sigio Xvttt, la corona ya se enfrentaba con una orgullosa nobleza del que hacía de su superiorida
Nuevo Mundo. Tratado de Tordesillasl entr
El papel político de los criollos fue menos obvio. A finales del siglo xvll tal de Suramérica (era difír
y comienzos del xvlt, ocuparon muchos puestos políticos importantes, en su torio desconocido) y en l5(
mayoría de ámbito local o regional, como en los concejos municipales o tugués a quien se debe el
audiencias. Los cargos más elevados seguían reservados a los peninsulares. territorio para su monarca
Sin embargo, con el declive de España como potencia imperial, las institu- Esta incursión en el Nu
ciones políticas dejaron de funcionar como hasta entonces. pectos fundamentales. E,n ¡
parable a la azleca o la inc
tenso, vivían a lo largo de I
América portuguesa: ¿un mundo diferente? Brasil y Paraguay. y los tap
caníbales y la mayoría, sen
La historia de la América portuguesa contrasta con la de la española. Bajo la ser colonizado de forma grt
casa real de Aviz, Portugal había establecido un vasto imperio con puestos de importante, significó que lc
avaÍzada en India, China, África y algunas islas atlánticas. De hecho, se ha- enfrentaran a una civilizaci
,4

I
Los citnientos czlonieles ,t.1
ü
t
t
:í:llirlþ'
\

I'a construcción scmejante a la clc una fortaleza cle


este monasterio dontinico <jel si-
glo xvt situado en la zona sur-ccntrâl cle México ilustra
a la perfección la alianza exis,
tcnte cntre Ia Iglesia y liì corona e' la c.nquista cre Nucva
E.spana. ¡Corìesin .le Ia Bi-
blioteca del Congreso de Estados Uniclos.j

bía co'vertido en er líder europeo de ra exproración por


el interigente uso
que hacía cle su supericlricrail técnica en cartografía y
'lì'at¿rdo c'le Tordcsillagentre nåvegación. En 1494, er
lìspaña y I'ortugãl otoigo a é"-ste la mitad orien_
tal.cle (erä diÍícir qúe ra itue a crivisoria fiera precisa ãn un
.Suramérica terri_
torio.dcsconocido) y en r-5(x) pccrro Alva'es cabrar, .uþitan clenavío por-
tuguós a quien sc dcbe el .crescubrimiento> cre Brasil. "t recramó
ese vasto
territorio para su u.ìonarc¿ì (véase cl rnapa 2).
Esta incursión cn cl Nuevo Muncro sò clifbrenció dc la
españora en cros as-
pcctcls lundamenLales. En prirner lugar, ncl había
una civilización india com_
paratrle alaazteca o ra inca, Los tupÊguaraníeq cr grup'tinjüisiico
rnás ex-
tenso. vivían a lo largo cle la costa, àescle la actual venezuela
hasta el sur cle
Brasil y Paraguay. y los tapuias hatritaban en el interior. Algunos
indios eran
caníbales y la serninómadas, lo que significó que "Brasiì hubiera de
ser colonizado 'rayoría.
cle forrna gracrual e n rugar ,i" to.a.r" de gorpe.
Lo que es más
ir'portante, signrfìcó que los portugueies, a difercncia aJrn,
no se
cnlre¡rtaran a u'a civirización incìífena asentacia y muy "rfánores,
orga,iiada. Estos in_
34 Ilistoritt contentporúnea de Atnéricu Latinq

dios no habían edificado ciudades grandiosas ni contaban con explicaciones La fuente obvia era Á
míticas para esta repentina intromisión extranjera. gueses ya tenían medio si
Además, no había indicios de plata u oro y, en consecuencia, no se con- clavos africanos, tanto en
t¿rba con un fácil camino a una opulencia fabulosa. La primera actividad eco- (España) y Madeiras (Por
nómica importante fue la exportación de palo del brasil (de aquí el actual ses no consideraron que ì
nombre del país), apreciado en Europa por sus cualidades como tinte. Y, con rantizar su importación. I
el tiempo, contrastanclo agudamente con la mayoría de las colonias hispano- 1
había convertido en la m¿
americanas, en la economía brasileña colonial predominó la agricultura, enf en general mediante man
especial el cultivo de la caña de azúcar. estimaban en 2,5 millones
La escasez (comparado con España) de recursos humanos y minerales for- brasileño la región quizás
zó ala corona portuguesa a valerse de medios inusuales en un intento por per- Otras potencias europ
suadir o atraer a sus súbditos para ocupar las posesiones del Nuevo Mundo. En gleses y holandeses llevar
la década de 1530, los reyes comenzaron a hacer concesiones masivas de poder Caribe el productor de ca
efectivo sobre la tierra (casi en su totalidad por explorar), usualmente a mili- vadieron Brasil en 1624 y
tares con experiencia anterior en India o Africa o a favoritos personales selec- alianza entre los plantad<
tos, y en cualquier caso a hombres de osangre noble>. Las donaciones de tierra mestizos y mulatos los a
fueron enormes, ya que alcanzaron unos 234 km a lo largo de la línea costera nunca iban a volver a ace:
y llegaron hasta la Línea de Demarcación imaginaria (900 km o más en direc- Nuevo Mundo que habíal
ción oeste) que separaba la América española de la portuguesa. En las regiones centri
Hasta 1549 la corona no comenzó a establecer una burocracia imperial en la cría de ganado y, lo
efectiva, pero su objetivo fue proteger lazona de las intrusiones francesas e esclavos contra los indios
inglesas y no, como en el caso de la América española, reconquistar las po- te). Como se lamentaba
sesiones de los conquistadores. Por el contrario, fue la falta de presencia por- esas expediciones (era ca
tuguesa lo que forzó la actuación de Lisboa. siempre ha sido la mina t
Debido en parte a que en este primer siglo Brasil recibió menor priori- cuya posición legendaria
clad que otros dominios portugueses ultramarinos (que eran más rentables), los buscadores de oro cal:
el control monárquico se inició de forma mucho más relajada que en la Amé- cursiones extendieron el
rica española. Incluso cuando la corona portuguesa se endureció a partir de 't
más llevaron al descubrir
1549, las instituciones reales se limitaron en general a la costa atlántica, don- vado a los portugueses
de se podían cobrar con facilidad los impuestos sobre las exportaciones. En encontró oro en Minas G
el ámbito local, el poder residía en los terratenientes y los consejos de las mantes en 1729. La mine
ciudades. Hasta la Iglesia era débil en el Brasil del siglo xvl, comparada con J anual de 3,6 millones de
México y Perú. contribuyó a que declinar
A finales del siglo xvt y comienzos del xvtl, los terratenientes desarro- produjo un breve auge e
llaron una lucrativa industria anJcareÍa en el noreste brasileño. Los portu- esperar hasta el <boom>
gueses ya antes habían hecho incursiones tecnológicas en la elaboración del su prosperidad.
azucar en sus islas atlánticas, tales como las Madeiras, y acabaron por confiar La economía colonia
a los holandeses la venta al por menor del producto en Europa. Sin embar- <la plantación del rey>. I
go, cultivar azucar en América requería una mano de obra abundante. Los que la corona portugues¿
terratenientes portugueses se dirigieron primero a los indios brasileños, pero, portante fue la honda Pr
como en México y Perú, pronto cayeron víctimas de las devastadoras enfer- bían llevado a Brasil már
medades europeas. Los supervivientes huyeron a menudo hacia el interior. tercio del tráfico esclavi:
Aunque los portugueses siguieron explotando a los indios hasta bien entrado tante componente de la I

el siglo xvItt, tuvieron que buscar en otro lugar un abastecimiento de mano mayoría de las zonas de
de obra satisfactorio. Como muestra el cui
I Lr¡s cin.ienkts colr¡niales 35

La fuente obvia era África. A comienzos cte r.500. los españores y portu-
gueses ya tenían medio siglo de experiencia en cuanto al tiaba¡o
dé ios es-
clavos africanos, tanto en sus países como en las islas atl¿ínticas:
las canarias
(España) y Ma<Jeiras (portugar). pero hasta ra clécacra cie 1.5g0, ros
porrugue-
ses no consideraron que hubiera un benefiçio potcncial suticicnte para
ga-
rantizar su imporración. A pesar dc cllo, cn ló50 el norcstc de Brasil ya"se
había convertido en la rnayrlr fuente mun<iiai cre caña de azucar, procrucida
en general mediante mano de obra esclava. sus cxportaciones de azúcar
se
estimaban en 2,5 millones de libras estcrlinas, lo que hacía al noreste
costero
brasileño la región quizás más rica de toclas las Américas.
otras potencias europeas quisieron participar del auge azucarero. Los in-
gleses y holandeses llevaron una nueuf tecnoìogía, que"acabó
hacie¡clo clcl
caribe el productor de caña más importante clel run,lo. Los hola'cleses in-
vadieron Brasil en 1624 y controlaron el noreste rico en anicar hurtn qu.
u.ro
alianz'a entre los plantaâores portugueses, los comerciantes y
las tropas cre
mestizos y mulatos los arrojaron ai océano en 165.4- per<l lâs portugueses
nunca iban a volver a acercarse al monopolio de la producción azucarera
del
Nuevo Mundo que habían disfrutado anies.
En las regiones centrar y sur de Brasil, la ecclnomía empezó centrándose
en la cría de ganado y, ro que fue más importante. en las incursiones
de ros
esclavos contra los indios (a quienes se embarcaba a menudo hacia
el nores-
te). como se lamentaba un misionero jesuita, <el verdadero propósito> de
esas expediciones <era capturar indios: arrancar de sus u"nu,
oro rojo que
siempre ha sido la mina de esa provincia>. Efectuaclas por los "ì bancreirantes,
cuya posición legendaria en Ia historia nacional ,..u".àu una mezcla
entre
los buscadores de oro californianos y los vaqueros norteamericanos,
estas in-
cursiones extendieron el control portugués sobre el interior brasileño.
Ade-
más llevaron al descubrimiento de la riqueza en minerales que
había esqui-
vado a los portugueses durante tanto ìi"-po. En la década de 1690,
se
encontró oro en Minas Gerais y la gente anuyó alazona. Se localizaron
dia-
mantes en 1729. La minería arcanzó su cunrbre en 1750, con una producción
anual de 3,6 millones cle libras esterlinas, aunque el baJo nivel tecnológico
contribuyó a que declinara a finales c'le la décadá de 1700. Esta etapa
también
prodüjo.un breve auge en la exportación de argoclón, pero Brasii
habría de
esperar hasta el nboorn> der café en el sigro xrx para ròcobrar gran
parte de
su prosperidad.
La economía coloniar de llrasil se había creado para la exportación.
Era
"la plantación del rey>. La estructura social resultante reflejaúa la inversión
que la corona portuguesa había efectuado. La consecuencia humana
más im_
portante fue la honda presencia cle los esclavos africanos. ya
en 1gl0 se ha_
bían llevado a Brasil más de dos millones y medio de af¡icanos,
cerca de un
tercio del tráfico esclavista atlántico cle esã era. Los negros
un impor_
tante componente de la sociedad americana portuguesa, on contraste "rán con la
mayoría de las zonas de la América española.
como muestra el cuaclro 1.r.los nógrnt sumaban casi ra mitacr de ra po-
.16 Lli,str¡ria cttnfernportirtcu dc Atttéric(t l -(ttt¡1u

Cr;ar>n0 1.1, Composicirln racial clc la ¡rriurcra ¡roblacìtin clc Amér'ica Latina gundo lugar, la principal r
cultura, no la minería; po
América r:.sPuñolu Atttërtca porÍugttesl desarrollado un sistema r
colonia (,,1a vaca lechera
1570 ("/u) 1825 ("/u) 1570 ("1') 182-5 ("1')
España, Portugal no desç
puestos y controlar el me
lllancos (clcfinidos lcgalmcnte completo en gravar las er
o por convencitin social) 1,3
ta 1 )J 23,4
ció menos potencial que
Gru¡ro rnestizo alianza de intereses colot
(mestizos o nrulalos) )5 2u.3 3,5 r7.8
(inclui<Jos cott I 1,9 (incluidos con 49,¡ì la madre patria.
Negros
el grupo) cl glupo)

Indios 96.3 'Il .'7 94.1 9,1 Las

Total 100,r r 00,1 r00.0 I 00,1 Los movimientos indepe


de las actuales nacione:
/¡o/ur: Algunzrs coluntnas puCcìen rro sur¡ar I(X) dcbiclo al rcdondco dc datos. mientos acaecidos en Eu
AIncrica". cn l ouis Ìlartz,
fuente: Ãd.apttrclo cle Iìicharcl M. Morse, u"l-hc I-lcritagc ol l-atin guno ocasionó cambios c¡
ctl..'l'\rc lbunding o.l' New societic,r, Nucva York. Hâr'court, IJlaco & world, 1964, p. 138.
so resultó ser conservad<
a comienzos del siglo xlt
Los Borbones españr
blación brasileña total hacia 1825, en cornparación con cl 12 por 100 de la
América española, y el grupo mestizo, lundarnentalmcntc mulatos, ariadía habían tratado de contra
en América. Con la esp,
otro 18 poriOtl. En conjunto, quizás dos tcrcios cle tocla la poblacirin brasile-
ña de comicnzos del siglo Xlx tuviera ascendencia total o parcial llegra. contra las potencias eurr
Esta socieclacl colonial rnultirracial cstaba ¿ìltarxente estratifìcada, según la corona, impusieron re
la escasa investigación cfectuada hasta la fecha. Era ralo el matrimonio inter- Una consistió en crear n
racial, ya que no alcanzaba nrás de un l0 por 100 del total y, como en la Amé- en lTIl y de nuevo en 1
rica española, seguía líneas cle graclación: los blanccls podían c¿ìsarse con mu- Además, Carlos III t
latos, pero casi nunca lo hacían coll negros. El concubinato y las ulriones trativo de los Habsburg,
puso el reemplazo de lc
consensuales eran más frccuentes entre los trcgros que cntre los blancos.
Como en la Ciudad cle México, cn tlll¿l llluestra cle comunidades coloniales los intendentes, goberna
brasileñas, cerca cle un te rcio cle las unidacles f amiliares tení¿rn al f rcnte a una
rona, no ante el virrey. (
mujcr sola. americanos, probableme
Una seguncla e intportante I'aceta dc la cstructurâ social era la clivisión in- dentes estrecharon muc
terna que existía en el estr¿rto clirigcnte blanco, cn particular e utrc los terra- también entraron en col
tenienies naciclos en Ilrasil y ltls cclmcrciantcs nacidos en Portugal' Esta di- se habían beneficiado dt
ferenciación rccorclaba e I conflicto criollo-peuillsular cle [a América española Este giro puede ve
y poclía clirigir un movimiento indepcndontista. Cluando se hiz-o evidente, los Como los Habsburgo d,
p.ilíti.ot europeos cortaron el prtlceso de raí't-. En cuetlquier caso, cl control desesperada, pusieron a
más suave ejerciclo por la corona h¿lbía generado n'lenos resentimiento entre había hecho trelipe II. C
jueces, 51 eran nacidos
los colonos que en la mayttr partc de la Alnérica cspañclla.
[.a integraci(tn cle Ia América portuguesa en la ccouomía occidenta] tendencia y en 1807 ya I
como zon¿ì peril'órica rccordaba la cle la Arnérica española, pero col.ì algunas criollos decidirían busca
diferencias notablcs: cn prirner lugar, durzrnte dos sigl<ls llrasil no contó con lJno de los lugares t
el oro y la plata que obsesionaron ¿ì los cspañoles en México y Perú; en sc- cabildos, que funcionabi
Los cimientos coloniales 37

gundo lugar, la principal contribución de Brasil hasta el siglo xvln fue la agri-
cultura, no la minería; por último, y quizás lo más importante, Portugal había
desarrollado un sistema más simple para asegurarse ingresos de su apreciada
.,colonia (<la vaca lechera>, como se la conocía en Lisboa). A diferencia de
España, Portugal no desplegó una vasta red de burocracia para recaudar im-
puestos y controlar el mercado interno. Por el contrario, se concentró casi por
completo en gravar las exportaciones brasileñas. Como resultado, Brasil ofre-
ció menos potencial que la América española para alimentar una poderosa
alianza de intereses coloniales que se rebelara contra la autoridad política de
la madre patria.

Las raíces de la independencia


Los movimientos independentistas que llevaron a la creación de la mayoría
de las actuales naciones latinoamericanas deben sus orígenes a aconteci-
mientos acaecidos en Europa. No fueron radicales en su mayor pârte y nin-
guno ocasionó cambios cataclísmicos en el orden social. Gran parte del impul-
so resultó ser conservador y conformó la dirección de las jóvenes repúblicas
a comienzos del siglo xrx. Nuestra historia comienza en Europa.
Los Borbones españoles, cuya familia había accedido a la corona en 1713,
habían tratado de contrarrestar el declive de España, tanto en Europa como
en América. Con la esperanza de apuntalar las defensas del Nuevo Mundo
contra las potencias europeas rivales, a la vez que aumentar los ingresos de
la corona, impusieron reformas administrativas y políticas de largo alcance.
Una consistió en crear nuevos virreinatos: uno en Nueva Granada (primero
en1717 y de nuevo en 1739) y otro en Buenos Aires (1776).
Además, Carlos III (1159-118[ì) reemplazó el complejo aparato adminis-
trativo de los Habsburgo por el qi$lgma de-intendencjas, En [a práctica, su-
puso el reemplazo de los odiados corregidores de la América española por
los intendentes, gobernadores locales directamente responsables ante la co-
rona, no ante el virrey. casi lodos cllos eran peninsularès en lugar de criollos
americanos, probablemente para asegurarse la lealtad al monarca. Los inten-
dentes estrecharon mucho el control de la corona sobre el gobierno, pero
también entraron en colisión con los prósperos crioìlos, muchos de los cuales
se habían beneficiado de una administración relajada.
Este giro puede verse en la administración de los tribunales locales.
Como los Habsburgo de finales del siglo xvll necesitaban fondos de forma
desesperada, pusieron a larventa los cargos de los tribunales,,como ya antes
había hecho Felipe II. Quienes los compraron eran criollos y, en 1750, de 93
jueces, 51 eran nacidos en América. Los monarcas borbones cambiaron la
tendencia y en 1807 ya sólo 12 de los 99 jueces eran criollos. Finalmente, los
criollos decidirían truscar en otro lugar puestos de autoridad y prestigio.
Uno de los lugares donde los buscaron fue en los concejos municipales o
cabildos, que funcionaban a duras penas a comienzos del siglo xvnI. No siem-
38 Hßtoria contempor(rnea tle Antéricu Latinu

pre hallaban compradores ávidos los cargos del cabildo. Sin embargo, con [a clos años de lucha brutal e

llegada de los intendentcs, un sistema tributario más cficiente les proporcio- Perú y Bolivia. En 1781, I
testaron de forma violentr
!ó un aumento de ingresos y la reafirmación de su f'únción. l)e este modo,, tendió por gran parte dt
los cabildos se convirtieron en la base institucional de la autoridacl criolla.
Carlos lll también trató de aumentar el poder real estrechando su auto- latinoamericanos suelen
ridacl sobre la Iglesia. El paso más trascendental fue la expulsión de la orden movimientos de indepenc
jesuita de toda la América española en 1761 , a la que consideraba un estado fue este el caso. En lo qu
dentro del estado, una fuente de poder y riqueza rival. Sus mejores propie- insurrección apuntan hac
dades se subastaron y lo recaudado, por supuesto, fue a la corona.
indígena, que nunca lrabr
Los militares eran otra fuente de poder. Para guardarse de amenazas y de 1781 en Nueva Granat
aplastar cualquier posible rebelión, el rcy decretó el establecimiento de mili- cia de la corona española
cias coloniales, una excelente fuente de prestigio para los criollos hambrien-
E,ntonces, ¿córno lle¡
tos de posición. Pero también alteró el equilibrio militar. Por ejemplo, en América Latina lo cleten
1800 sólo había 6.000 miembros del ejército regular español en el virrcinato haber tratado de ayudar r

de Nueva España, en comparación con los 23.000 miembros nacidos en Amé- seguirlo, España se alió c
rica de la rnilicia colonial; Fue el cimiento del ejército patriota que después
I to que llevó de forma di:
lucharía por la independencia. .
i balalla de lrafaþaru (180:
Los Borbones deseaban de forma especial promover el desarrollo eco- tador cle Francia, en 180
nómico colonial para fortalecer su posición en Europa. En 1778, Carlos III tiempo. Napoleón alcanz
promulgó un decreto de libre comercio, que significó que los 24 puertos de la inglesa se llevaba a Brasi
América española podrían comerciar desde entonces directamente con cual- vió a España. En 1t108 o
quier puerto español o entre sí (pero no con uu puerto que no perteneciera trono español. Este actrl
al reino español). El comercio ya no estaría restringido a los cuatte puertos En Ë,spaña hubo rel
coloniales (Veracruz, Cartagena, Lima/Callao y Panamir) o sujeto al mono- do VII se unieron a la ci
polio <ie Cádiz. I)e inrnediato, Buenos Aires comenzó a beneficiarse de la nar en nombre del rey F
medida. De hecho, el comercio de contrabando había florecido durante mu- dominado por los liberal
cho tiempo en esas rutas anteriormente prohibidas. Pero la corona aumentó ausencia del monarca. I
sus ingresos de aduanas, ya que ahora cobraba impuestos a los bienes que an- , a{irmó Ia autoridad del p
tes pasaban de contrabando. l' d"l r"y.
Por esta razón en parte; la economía colonial floreció bajo los Borbones.
El puerto de Buenos Aires, un pueblo pequeño y sin lustre en).716, se había
convertido en una ciudad de 50.000 habitantes cn ltì00. En la década de 1790,
México acuñaba tres veces más plata y oro que lo había hecho en la década
de 1740. El comercio prosperaba al terminar el siglo. Cuando Napoleón coloct
La política borbónica parecía ser un éxito. La administración se hizo más chazaron como impostor
eficiente, mejoraron las defensas, se intensificó el comercio y aumentaron los España ya no tenía gotri
ingresos del gobierno. Pero había malestar entre los criollos por muchos cle pueblo. ¿Podía esta lógici
estos cambios, que amenazaban (y a rnenudo lo conseguían) con reducir su No obstante, no hub
posición e influencia. Fue este reto a su posici<ln, rnás que l¿r influencia del que sorprendieron a la
pensamiento ilustraclo o cl cjcmplo de las colonias inglesas cle Nortearnérica, ejemplo de la Revoluci(
lo que acabó impulsando a los dominios hispanoarnericanos a optar por la in- beliones. Sin Ia interver
dependencia. quizás hubieran seguido
Sin clucla, había existido una resistencia colonial. En 17tÌ0,, T'úpac An'ra- caso de Cuba.
.ru II, sosteniendo que era el descendiente directo de los incas, encabezó una Uno de los ftlcos de
revuelta indígena con un ejército cercano a los 80.000 hombres. Se tardaron to del virreinato más re
Los cimientos coloniales 39

clos años de lucha brutal en softlcar las insurrecciones que barrieron el sur de
perú y Bolivia. En 1781, los ciudadanos de socorro, en Nueva Granada, pro-
testaron de forma violenta contra la subida de impuestos y el disturbio se ex-
tendió por gran parte del virreinato. Aunque los patrióticos historiadores
latinoamericãnos suelen describir estos sucesos como <precursores> de los
movimientos de independencia encabezados por los criollos del siglo XIX, no
fue este el caso. En lo que respecta a Túpac Amaru II, algunos rasgos de su
insurrección apuntan hãcia la independencia, pero en términos de liderazgo
indígena, qu" nun.a habrían obtenido un apoyo criollo sólido.-En la rebelión
ae tl$f en Nueua Granada, los que protestaron no buscaban la independen:.
cia de la corona española; protestaron dentro del sistema, no contra é1.
Entonces, ¿cómo llegó la independencia? una vez más, el destino de
América Latiná lo determinó la política dinástica en el Viejo Mundo. Tias
haber tratado de ayudar a los Borbones franceses a salvar su corona sin con-
seguirlo, España se alió con el régimen revolucionario francés en 1796, pac'
to"qu" llevé de forma directa a la aniquilación de Ia armada española en la
beúlta de Trafalgay(1805). Mientras tanto, Napoleón_Bonaparte, ahora dic-
taãor de Francia, en 1807 ocupó Portugal, aliado de Inglaterra desde hacía
tiempo. Napoleón alcanzó las colinas de Lisboa justo cuando la armada real
inglesa se llevaba a Brasil a la casa real de Braganza y a su corte' I uego vol-
viã a España. En 1808 ocupó Madrid, instalando a su hermano, José, en el
trono español. Este acto fue el que impulsó a los colonos a la revuelta.
En Èspaña hubo resistencia a José cuando los partidarios de Fernan-
clo VII se unieron a la causa. Se estableció una junta en Sevilla para gober-
nar en nombre del rey Fernando. En 1810 la siguió un parlamento, o cortes,
dominado por los liberales que se habían desplazado al vacío creado pgt.L?
ausencia dôl monarca. En 1812 proclamaron una nueva constitución, que
afirmó la autoridad del parlamento, abolió la Inquisición y restringió el papel
del rey.

La respuesta colonial

Cuando Napoleón colocó a su hermano en el trono español' los criollos !o re-


chazaron como impostor, como habían hecho la mayoría de españoles.tomo
España ya no tenía gobierno. sostenían los colonos, la soberanía revertía al
puèUto. jfoaía esta lógica extenderse como argumento para la independencia?
No obstante, no hubo nada ineludible en la sucesión de acontecimientos
que sorprendieron a la América española. Ni la Ilustración europea ni el
ejemplo de la Revolución americana por sí solos habrían fomentado las re-
beliones. Sin la intervención de Napoleón, las colonias hispanoamericanas
quizás hubieran seguido siéndolo hasta bien entrado el siglo xIX' como fue el
caso de Cuba.
Uno de los focos de resistencia contra Napoleón fue Buenos Aires, asien-
to del virreinato más reciente, cuyo cabildo ya había adquirido una notable
40 Historia contemporúnea de América I'qtina

autoridad. En 1806, un escuadrón inglés ocupó la ciudad y puso en fuga al vi- que se hubiera esperado I
rrey hacia la ciudad interior de Córdoba. Un ejército de ciudadanos expulsó za. Junto con los negros y
a los ingleses y en 1807 los echó con cajas destempladas cuando a.tacaron por terior, las fuerzas español;
segundã vez. Así que fueron los criollos, no las autoridades virreinales, quie- Francisco de Miranda. El
n"i logtaron defeñder a Buenos Aires de la invasión, lo que demostró a la pero regresó en 1813 a Ve
vez la debilidad de la corona y la capacidad de la ciudadanía' militares, triunfos que le ,
Otro asunto pendiente en la región de Río de la Plata era el comercio li- Pero de nuevo se inn
bre. El decreto di'e 1778lo había abierto de forma parcial para Buenos Aires, Fernando VII volvió al tr,
que ahora podía embarcar bienes rumbo a España directamente, en lugar de se restauró como monarci
hacerlo a través de la larga y tortuosa ruta por vía terrestre hasta Panamá y de que, como el rey había
después por el Atlántico.'Þero era Inglaterra, y no España, Ia que ofrecía el ción,
mái prometedor mercado para las pieles y la carne en salazón. Así pues, flo- Entonces Bolívar vio
reció un comercio de contrabando y el deseo argentino de un comercio abier- rie de derrotas, no le que
to con otros países europeos se intensificó. ..' y luego a la isla inglesa d,
En 1809, después de que Napoleón hubiera desalojado a Fernando VII, virtiera en una sola nació
un joven abogado llamado Mariano Moreno pidió que se hiciera el experi- ba mucho más influido p
mento durante dos años de liberar totalmente el comercio. Sostenía que tal no republicano en Vent
paso fortalecería las lealtades a la corona española y proporcionaría un perfecta y demanda virtu
ãumento de beneficios, ya que podían gravarse impuestos sobre el comercio tros. Por la misma razón,
legal pero no sobre el tráfico de contrabando. Ese mismo año más tarde, el y en parte democracia, at
viirey concedió a Buenos Aires una libertad de comercio limitada con las na- cha fortuna y esplendor".
ciones aliadas de España o neutrales en las guerras napoleónicas. Una vez sistema de gobierno, sino
más, la elite de Buenos Aires paladeó el éxito político. En Nueva España, lc
Cuando las fuerzas napoleó4icas pusieron sitio a los centros de resistencia un golpe preventivo cont
borbónicos españoles en 1810, los ciudadanos influyentes se reunieron y deci- al virrey José de Iturrigar
dieron crear una <junta provisional de las Provincias del Río de la Plata, que de Sevilla. La Ciudad de
gobernaría en nombre de Fernando VII>. Aunque hasta 1816 el congreso no Las provincias de Nu
declararía formalmente la independencia, se había establecido la pauta. .. capital, fueron otra histor
En 1810 surgió en Caracas un movimiento similar, cuando el cabildo mu- cluido un cura llamado i\
nicipal depuso al capitán general español y organizó una junta para gobernar autoridad en nombre de l
en nombre de Fernando vII. Al igual que en Buenos Aires, el grupo insur- decidió actuar.-El 16 de s,
gente estaba formado fundamentalmente por criollos acaudalados. Sus diri- zó un apasionado llamar
gentes tenían puntos de vista más firmes. El más famoso, Simón Bolívar, que- notables locales quienes
ría la independencia de América desde el comienzo.
r

congregaron alrededor d
Nacido en el seno de una acaudalada familia criolla de caracas en 1783, desde hacía tiempo consi
Bolívar se quedó huérfano a los nueve años. Le enviaron a España a com- ra una ejército masivo. ir
pletar su educación y regresó a su ciudad después de tres años con una joven asombrada elite criolla.-
esposa española, que a los pocos meses murió de fiebre amarilla. Bolívar Los hombres de Hid
quedó deshecho y nunca se volvió a casar. (sin embargo, no se privó de com- donde mataron a 500 sol
pañía femenina.) Con su personalidad magnética, encantadora y persuasiva' la toma de la alhóndiga r
inspiraba lealtad y confianza entre sus seguidores. Conocedor de las ideas de hacia Ciudad de México.
la tlustración. juró en 1805 librar a su tierra natal del dominio español. En ju- En el mes de novien
lio de 1811, el congreso reunido para gobernar Venezuela respondió a sus ex- de México con unos 50.0t
pectativas declarando Ia independencia. tado debate y especulacì
Pero la regencia pro fernandina de Sevilla resultó ser más flexible de lo mado la capital. ¿,Por qu
Los cimientos coloniales 4l

que-se hubiera esperado y envió tropas para aplastar esta rebelión advenedi-
za. Junto con los negros y luego los llaneros dé los llanos venezolanos del in-
terior, las fuerzas españolas vencieron a las tropas coloniales a las órdenes de
Francisco de Miranda. El mismo Bolívar tuvo que escapar a Nueva Granada,
pero regresó en 1811 a venezuela y obtuvo una serie de asombrosas victorias
militares, triunfos que le valieron el título de <er Libertador>.
Pero de nuevo se inmiscuyeron los acontecimientos europeos. En 1g14,
Fernando vII volvió al trono español, anuló la constitución liúeral de rgl2 y
se restauró como monarca absoluto. Muchos criollos llegaron a la conclusión
de que, como el rey había vuelto, no había razón parc cóntinuar su moviliza-
ción.
Entonces Bolívar vio mermados sus hombres y municiones. Tias una se-
rie de derrotas, no le quedó más opción que huir otra vez a Nueva Granada
y.lu.ego a la isla inglesa de Jamaica. Esperaba que América española
se con-
virtiera en una sola nación. pero sabía que habia pocas probabilidades. Esta-
ba mucho más influido por los fracasos recientes para åstablecer un gobier-
no republicano en venezuela. La rdemocracia iepublicana <es ,nãs que
perfecta y demanda virtudes y talentos políticos múy superiores a los nuès-
tros. Por la misma razón, rechazo una monarquía que én pu.te aristocracia
y en parte democracia. aunque con tal gobierno Inglaterra "r haya logrado mu-
cha fortuna y esplendoo. Así que Bolívar concluíaioNo adopiemoi el mejor
sistema de gobierno, sino el que tenga más posibilidades de éxitor.
En Nueva España, los acontecimientos tomaron un curso diferente. En
un golpe preventivo contra los patriotas criollos, los peninsulares expulsaron
al virrey Joqé de Iturrìgaray en 1808 y de inmediato ieconocieron la regencia
de Sevilla.'La ciudad de México en firmes manos r"ur", rrurtíisii.
Las provincias de Nueva España, "riuuo
en particular las situadas al norte de ld
capital, fueron otra historia. ya en 1g10 un grupo de criollos prominentes, in-
cluido un cura llamado Miguel Hidalgo y Costìlla, planeabaå hacerse con la
autoridad en nombre de Fernando. cuando se descùbrió el complot, Hidalgo
decidió actuar.'El 16 de septiembre de 1g10, en el pueblecito de bolores, la-n-
zó un apasionado llamamiento a las armas, ! cúriosamente, no fueron los
notables locales quienes se le unieron, sino los sufridos mestizos e indios.
Se
congregaron alrededor del estandarte de la virgen de Guadalupe, a la que
desde hacía tiempo consideraban suya. Esta oplébe colorista> formaba
aho-
ra una ejército masivo, irritado e indisciplinadó, .una horda, a los ojos de la
asombrada elite criolla.-
Los hombres de Hidalgo tomaron por asalto la ciudad de Guanajuato,
donde mataron a 500 soldados y civiles españoles, incluido el intendenîe,
en
la toma de la alhóndiga municipal. Tias saquear libremente, se encaminaron
hacia ciudad de México. Hidalgo luchaba por mantener el control.
En el mes de noviembre de 1810, se encontraba a las afueras de ciudad
de México con unos 50.000 hombres en armas. En una decisión que
ha susci-
tado debate y especulación desde entonces, se retiró. sin cluda hubiera
to-
mado la capital. ¿;Por qué no lo hizo?
¿Tenía miedo de sus propios seguido-
42 Historia contemporánea de Atnérictt Lutitttt
da y Ecuador. Obtuvo es
res? En lugar de ello, se dirigió hacia el norte. Después de una derrota
cerca
caza de más realistas Y es
donde fue capturado y
de Guadaþara a comienrot'd. 181 1, fue a Coahuila, Mientras tanto, José '
a continuación fusilado en Chihuahua. militar en el sur. Hijo de
Entonces el caudillaje de la maltrecha insurgencia pasó a José María
Mo- la actual Argentina, come
relos, otro sacerdote. como Hidalgo, apoyaba la abolición del tributo indíge-
ció sus servicios a la junti
na y de la esclavitud e incluso propuso la,reforma agraria. La última
era un la independencia para las
explosivo entre la elite coionial. También insistía en que los ciudadanos no tenía la perspicacia Pc
tema
tenían derecho a elegir su propia forma de gobicrno. Por último, Morelos los, pero era un competet
imaginaba un nuevo gobierno, mediante el cual todos los habitantes, excepto Como jefe de las fuer
que
los [eninsulares, ya nó serían designados inclios, mulatos o mestizos, sino dispuesto para emprende
todos serían conocidos como americanos, De este modo' combinaba el na-
cabezar un ejército de 5.
cionalismo con un compromiso por la igualdad social y racial' sorpresa a las tropas real
En 1813, el Congreso de chilpancingo declaró la independencia de Mé- por completo, obtuvo un
por
xico (aunque es el 16 de septiembre, aniversario del nGrito de Doloreso entró triunfalmente en la
Hidaigo, cuando se celebra el día de 1a independencia). El congreso también ximo paso de su campañ:
ofi-
decreió la abolición de la esclavitud y declaró el catolicismo la religión En 1820 alcanzó la c
cial. La constitución adoptada el año siguiente afirmó el ideal de la sobera-
Ciudad de México. Comc
nía popular, creó un siståma de elecciones indirectas y diseñó un legislativo numerosos favores y priv
poderoso junto a un ejecutivo débil de tres persona Aires a virreinado en la
^ Mientias tanto, los españoles iban consiguiendo victorias militares' Uno miento monárquico segur
de los mandos españoles éra el joven Agustín de lturbide, que más tarde
de-
rables a Ia continuación <
sempeñaría un importante papel en la independencia mexicana' En 1U15'
vo de atacar, señalando: .
Morelos fue captuiado, ¡urgãaã (por la Inquisición, así como por las autori- conquistador del Perú: si
pero
dades secularei) y ejecutado. Otros continuaron luchando por la causa, ría Lima si sus habitante:
ahora los españoles llevaban la voz cantante' También aquí un can
Así terminó la primera fase de los movimientos de independencia hispa- cimientos. Cuando Ferna
noamericanos. Los novohispanos Hidalgo y Morelos habían muerto. Bolívar nó de improviso la const
por
lànguidecía en su exilio jamaicano. La Junta del Río de la Plata luchaba tidarios limeños. Les afl
En
-uit"n", la unidad y uún no había reclamado la independencip.
1815'
desafío a la dignidad de
ex-
con Fernando de nueïo en el trono, parecía que la corona española había a la autoridad monárquir
tinguido su rebelión colonial. Este cambio de acot
clima de opinión en Ciur
ya una causa radical o in
La consecución de la independencia medio de preservar los r
, reconociera este hecho, t
La ventaja militar española en Suramérica no iba a durar mucho' En 1816 ciudad a mediados de 1
Bolívar iegresó a Venezuela y comenzó a emular sus victorias anteriores, i pendencia de Perú.
pero ahora-tenía como aliado â José Antonío Páez, brillante dirigente de los Tias algunas escaran
ärrojados llaneros que antes habían peleado del lado de los realistas. Ahora hacia Ecuador para m¿ì
páez luchaba por là independencia ãe España. La causa de Bolívar se vio Nunca se ha establecido
además afianzàda por la ilegada de refuerzos de Inglaterr.a; Que en 1819 al- cara el tono cuando ofrt
canzaron más de +.000 persõnas. Con este fortalecimiento,'Bolívar estableció América, el general San
un firme control sobre Venezuela a comienzos de Ltl19' propuesta de San Martíl
Tias derrotar a las fuerzas españolas en Nueva Graiada, intentó crear en la unión de la Gran Col
1821 un nuevo estado de Gran Colombia, uniendo venezuela, Nueva Grana-
Lo,s cimientos coloniales 43
da y Ecuado,
g?.r1"" escaso ¿poyo, por lo que se dirigió
caza de más realistas y hacia el sur, a la
.rpunot"i(u". derrorar.
Mienrras tanto, Jósé å. s--Nì;ín
militar en el sur' Hijo de ¡¡ di'gã una extraordinaria
ãä¿iiiäpanol i nu.ião *'ù*fron,.ru campaña
la acruar Argentina, coil; norte de
ció sus servicios a ta¡untu
i;;;rãra. mititár r", En 1812 ofre_
ã" ã"*oiair"r, àr "rråú"r"r"
""""^ä¡îs.
ta independencia para ã..ià,0, en favor de
ras coronias. solaooo;";;;;;;.;iãii"n,o
la perspicacia política
J" sãiiuu, nr;i .ã,nprä,,,irä ,o.iur e ideares,
,i: i:i: de More_
, bo',o i.," oi,i,o,',lliå1Hi!ä îl¡lîî, ,," ;,*;;"
dispuesto para emprender
una ¿" iur''n¿, osadas rrazu¡as
se enconrraba
cabezar un ejércitó o.
s.ooo-roduJJr' ..urun¿o los
å" etapa: en_
sorpresa a ras rropas rearisras Andes r "ru
." cr'rã. H;ir.;i.;:öHHiäJ,rffï,å::
üååi;ilili;îi,îîî:.JäXî:iJ !ïi*o
*l*o pu*'àî'rî.u-punu,
ri

ta liberació"tlfr";r1.n.9ra
a e n ra bä t a rr a
se preparo puru {ðffiöî
"fiio'-
En 1920 arcanzó ra
ciudad de México. con'o .opiåi
rór'" ¡ã"åi uma e.a arin más monárquica
numerosos favores y priviregios
d" ;i
imporranre virreinaro, había
que
recibido
¿e ta cãrona.. Aunque ra
Aires a virreinado ru de Buenos
miento monárquico "n seguía"rå'b;.bó;ä;uui":¿ãnäãã
fuerte. criollo, y peninsulares
"1""ãtio" ääåî".ra,
su senri_
tendían a ser favo_
rables a Ia continuacioã
vo de aracar, señarando:
¿"t;å|1;;;ä F#""d; ,,îu,iüur,in
se absru_
conquisrador derperú:soro "ñ"-b;;;;'ü ll,ria.m'ita., ;;îi.t"no
desãriu.å'¿" de ra opresión.¿Qué er ríruro de ,,
ía Lima si sus h a bi ra bien me ha-
i
r
rå1" à",i,,ío *r r,, h o s ti I e s? >
. """, .i*
.Tâmbién aquí u¡ .umúio .uoi.ur o"lrido en Fspaña
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vlr sucumuió anre r"Ë;î.#öin,", catariz'ros aconte_
nó de improviso ra consrirució"
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tidarios rimeños. Les afrigió
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N un,,, ä, ío [.,ff :ï ï åT,,:ät j
ff îil ï H::: ån ,îtn*íli;ii
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"
cara el rono cuando orreció
América' er generar sr n¿".i* "; ;ñiJ;" ii. parecer,",nuì"r-åïr gruna., a"
propuesta de san Murtr '"1¿.Jque Borívar rechazó la
puru monarquía
la unión "rtubr";;;",
cre ra Gran coro-uål;."ltró en perú, insistió en
iu oferta cre servir bajo su mando,
?r

44 Historiq contemporánea de Américu Latina

En cualquier caso, luego San Martín licenció a todos sus oficiales y partió
para Europa, donde murió en 1850. EI camincr
*,' A finales de 1t323, Bolívar se trasladó a Perú, donde los españoles se-
guían manteniendo una fuerza importante. En 1824,los realistas fueron ven- I-a inclcpcnclencia Ilcgó et
cidos por las tropas coloniales en la decisiva batalla de Ayacucho. En 1825 española. ciebiclo en part
Bolívar entró en el Alto Perú (actual Bolivia) con la esperanza de que for- próspcro quc la climinuta
mara con Perú una sola nación, pero era demasiado tarde. I-os dirigentes del lonial español por siepar¿
Alto Perú habían detenninado crear su propia república, Io que hicieron de pcllítico. Cuancio los habr
inmediato, poniéndole el nombre por Bolívar, al que nombraron presidente cia, España se resistió c<
vitalicio. odiara a la corona. Por sr
Después de regresar a Lima, Bolívar insistió sobre la Gran Colombia, cia militar suficiente pari
con la ilusión de remendar la unión fallida. Por entonces se había vuelto autonomía política.
agrio y vengativo porque sus sueños no se habían hecho realidad. En 1830 [:l cclntexto de la incl
Venezuela y Ecuador abandonaron Gran Colombia. Bolívar padecía tuber- tante.'Cuando el ejércitt
culosis y miraba el pasado con desesperación. ol-a América es in- viembre <Je Lii07. toda la
-decía-
gobernable para nosotros. El que sirve una revolución ara en el mar>. El 17 mada rcal inglcsa.
de diciembre, a los cuarenta y siete años, el Libertador murió de tuberculo- Cuanckr llcgó a crlntic
sis. klnia quc carccía clc imp
En México, la derrota de Morelos en 1815 había parado el movimiento madre patria. El recién li
de independencia, hasta que Fernando VII declaró su sometimiento a la cretó de inmecliato el l'ir
constitución de 1812, lo que empujó a los criollos prósperos y prominentes puertos brasileños. Su lti
del lado de la independencia. Encabezó la causa el mismo Agustín de lturbi- Portugal, cl monalca por
de, que había dirigido a los realistas contra Morelos. Irónicamente, el movi- el comercio exterior de I
miento de independencia adquirió un tinte conservador. Los principales beneficia
El oportunista Iturbide persuadió al gobernador para que le otorgara el bían llevado a la familia
mando de las fuerzas realistas en el sur. Luego marchó contra un cabecilla re- G rall-DJ¡J.a¡i a b tuvt
rt

belde con el que de inmediato estableció una alianza en aras de la indepen- acuer*61 oficialcs quc clr
dencia. En 182I emitió un llamamiento con tres (garantíasr: la religión (la rnás bajo (incluso m¿is ba
,k'*A-.*
religión católica sería el credo oficial), la independencia (presumiblemente BiãSîl 2) csltpI,a¡nc' !ían
bajo una monarquía) y la unión (trato justo para criollos y peninsulares). fráTico de eçç!E.y, o1;" aft.ic¿r

Iturbide tomó Ciudad de México y estableció un imperio, con él mismo, por rschöä Ser juzgados pclr .

supuesto, como emperador. Duró sólo clos años. originaron pronto urì prc
En Centrclamérica, a la clase criolla terrateniente le preocupó tanto el h,l mtlnarca portugué
dorninio libcral en España como a sus iguales mexicanos.'En 1822 los lati- institucioncs, tales como L
fundistas centroarnericanos decidieron compartir la suerte clel imperio de botánico, todo ello en lìír
Iturbide y anunciaron su anexión al México realista. Cuando lturbide abdicó para accle rar la prol'csiorr
en 1823, los estados de la actual Centroarnérica, de Guatemala a Costa Rica I-,a cor<lna también q
(excluiclo Panamá), se convirtieron en las Provincias Unidas de América éxito y la inrnigraci(rn cu
Central independientes. década de 1880. l]utro ur
incluyó la revocación clc
' lerotales mcdiclas r-r0 p
económico lrrasileño: falt
un mcrcado intcrrlo siqni
A iinales de 1808 las
convocó una asarnblea (t
Los cimientos coloniales 45

El camino brasileño hacia la independencia


La independencia llegó a Brasil de un modo muy diferente al de la América
española, debido en parte al hecho de que ya en 1800 era más populoso y
próspero que la diminuta madre patria. Por el contrario, ningún territorio co-
lonial español por separado igualaba a la metrópoli en poder económico o
político. Cuando los habitantes de las colonias proclamaron la independen-
cia, España se resistió con tenacidad y consiguió que la América española
odiara a la corona. Por su parte, los portugueses ni siquiera tenían la poten-
cia militar suficiente para evitar que los brasileños se encaminaran hacia la
autonomía política.
El contexto de la independencia brasileña señala otra diferencia impor-
tunt". -óuundo el ejército napoleónico invadió la Península Ibérica en no-
viembre de 1807, toda la corte portuguesa pudo huir a Brasil gracias a la ar-
mada real inglesa. ,,
Cuando llegó a comienzos de 1808, la corte portuguesa encontró una co-
lonia que carecía de imprenta, de universidades y de comercio, salvo con la
madre patria. El recién llegado príncipe regente, después Dom João VI, de-
cretó de inmediato el fin del monopolio.comercial portugués, abriendo los
puertos brasileños. Su lógica era obvia.rYa que ahora Napoleón controlaba
Portugal, el monarca portugués exiliado sólo podía continuar aprovechando
el comercio exterior de Brasil si se rompía el vínculo exclusivo con Lisboa...
Los principales beneficiarios fueron los ingleses, que, después de todo, ha-
bían llevado a la familia Braganza y su séquito a Brasil.
Qj!$IsJa¡a obtuvo un acceso privilegiado a Brasil en 1810 mediante
acuerdos oficiales que duraron l5 años y que: l) le concedieron el arancel---
más bajo que a Portugal) rolpfG þienç,! qumõ.o
T^-$þjt*luso
tslãsil 2) ca!0p¡sæ!Ía!-aJacorona-pütugJreÊä a _la- aþ-alició.ngradual. dçI. " i-
rnffico dg.es.çlgygssf¡icanos;-y"3) gilanlrzahaalosingleses de Brasil el de- !

rscffi'äîer juzgados poJ jueggg no¡¡¡b-rados-por Gran Bretaña. Estos tratados


originaron prontó un profundo resentimiento entre la elite brasileña.
El monarca portugués exiliado emprendió entonces la creación de nuevas
instituciones, tales como una biblioteca nacional. un museo nacional y un jardín
botánico, todo ello en Río de Janeiro. Se solicitó una misión artística francesa i

para acelerar la profesionalización de la arquitectura, la pintura y la escultura.


La corona también quiso atraer inmigrantes extranjeros, pero tuvo poco
éxito y la inmigración europea a gran escala no comenzó hasta finales de la
década de 1880. Hubo un impulso para p,romover la manufactura textil, que
incluyó la revocación del decreto real de 1785 que prohibía toda industria.
.Pero tales medidas no podían llegar a las causas más profundas del atraso- -'
económico brasileño: falta de capitâI, tecnología, mano de obra cualificada y
un mercado interno significativo. ¡
A finales de 1808 las tropas frâncesas fueron expulsadas de portugal y se
convocó una asamblea (cortes Gerais) para que redactara una nueva consti-
1ó Ili.ytoriu corúetn¡torúnau de ,,|ntét'icu Lutina

tucitln. Los liberalcs llortugucses victoriosos, interesados en explotar la ri-


clucza brasilcña. prcsionaron por cl retorno de la corte real a Portugal. Dom Las secueli
João pronto regreso a Lisboa, dejando a su hijo Dom Pedro en Brasil como
príncipe regcute cle los Rcinos C-'onjuntos. En la década rte lil20. la
Ahora la atención se centr'ó en las Cor¡eJ Geruis, que aprobaron medid¿s ron con enormes probler
clue habrían restauraclo el rnonopolio comerci¿rl de Lisboa sobre Brasil me- violencia física de las gt
cliantc la irnposici(ln cle ¿rra¡rceles más bajos para las importaciones que lle- quizás alcanzó su cota m
garan en navíos portugueses o que se embarcaran desde Portugal. Las cortes só muchas bajas humana
también aprclbaron mcdiclas que devolvían a cada una de las provincias bra- y ltì30. Las primeras fas
sileñas al gobierno directo y separado de Lisboa, con lo que minaban el go- campañas de Hidalgo y I

bierno central crcado en Río de Janeiro desde 1808. Aunque los liberales y propiedades. Uruguay
portugueses lo fueran mucho en Portugal, aborrecían el movimiento hacia la gauchos contra las tropa:
autonomía de su "reino conjunto> americano. pérdiclas. Durante la seg
Los terratenientes y profesionales urbanos que constituían la elite brasi- nes cambió a otras regio
lcña se habían cstado preparando para enfrentarse a los nuevos colonizado- sido menos intensa que i
res pol'tugueses. Su apasionada retórica anegaba la bisoña prensa de Río. ca era leve. La fuerza de
Querían que el príncipe regente Dom Pedro se negara a regresar a Lisboa. por todo el continente.
L,n junio de 1822, Dom Pedro ya había clecidido convocar una Asamblea Las economías de lar
Constituyente en Brasil. Entonces las cortes de Lisboa pidieron su regreso la agricultura y la miner
inmediato y tomaron medidas para contrarrestar la creciente autonomía bra- excepción del occidente
sileña. Pero las presiones de.los plantadores sobre Dom Pedro surtieron efec- la mayor parte de Africi
to: el 9 de enero de 1822, desafió las órdenes de las cortes.o¡Me quedaré!". siglos y medio pasados s
gritó, dando nacimiento a la única monarquía duradera e independiente de de nrercado mundial do
la historia moderna de América Latina. producción agrícola y m
Para conseguir su independencia, los brasileños tuvieron que luchar, pero economía del Atlántico
no en Ia misrna escala que los hispanoamericanos. Los combates más salvajes tructura económica bási
se cntablaron en Bahía, en la costa noreste, y en Grão Pará, en el valle amaz,ó- modificando con lentitur
nico oriental. En Bahía, una junta proclamó lealtad a Portugal y rechazó a los Los intercambios ha
rcbelcles independentistas. En 1823 los rebeldes triunfaron, ayudados por el al- comercio con España se
mirante Cochrane, uno de los militares ingleses contratados para proporcionar Ionias también se habí¡
a los gobiernos rebeldes ayuda experta en el combate. Otro mercenario, el al- ejemplo, se resentía de I
mirante Grenfell, comandó la victoria sobre una junta leal similar en Grão bajo control español, yz
Pará. Luego sus fuerzas barrieron una facción rebelde que demandaba un cam- guerrillas en Nueva E,s¡
bio social rnás radical. En Brasil. como en México, la elite estaba alerta para porte. Los sistemas de cr
reprimir cualquier desafío importante al orden socioeconómico establecido. sí, nunca muy favorecidr
I-a dcbiliclad militar de Portugal explica en parte por qué la lucha de Bra- total.
sil por su independencia resultó bastante menos sangrienta que la hispano- También estaba el fi
americana. La misma importancia tiene el hecho de que los rebeldes brasile- tro de las zonas principa
ños no se dividieran ante el republicanismo ya que, con algunas excepciones, taba arruinado por bata
la elite prefería una monarquía a una república y, gracias al exilio de la cor- ción nacional efectiva h:
te, pudieron optar por una monarquía independiente. De este modo, Brasil una serie de revueltas l
cntró en la independenci¿r con un legado único. No resulta menos importan- hasta la década de 1840
te quc los brasileños no asociaran la indepenclencia con la hazaña militar: no entre la provincia de Bu
surgió un Simón Bolívar o un San Martín brasileño que dominara la imagi- suelta sólo por la dictadt
nación patriótica. tes se trataba de afirma
l-os citnienk¡s cok¡niules 47

Las secuelas de la independencia, 1830-1850

En la década de i820, las nuevas repúblicas hispanoamericanas se enfrenta-


ron con enormes problemas mientras se embarcaban en la independencia. I,,-a
violencia física de las guerras causó el desastre económico. La destrucción
quizás alcanzó su cota más alta en Venezuela, donde lCållqltg*-q'n.qgÍlgjEu-:
sé-muohas"baJãl-Täimaäâs.y-redujo el-gana-do- 9nmás de la.milad entre 1810
y ltl30. Las primeras fases de la guerrä'mexicana, en particular duiante las
iämpañas de Hidalgo y Morelos, ocasionaron pérdidas similares de personas
y propiedades. Uruguay, donde José Artigas comandó bandas de rebeldes
gauchos contra las tropas españolas bien pertrechadas, también sufrió graves
pérdidas. Durante la segunda fase del movimiento, el escenario de operacio-
nes cambió a otras regiones, en especial a Perú, donde la lucha parece haber
sido menos intensa que antes, pero la carga de apoyar grandes ejércitos nun-
ca era leve. La fierza de trabajo civil estaba diezmada y escaseaba el capital
por todo el continente.
"kç,-e,ç",q¡omíasde.las-nuevas"naeiqq.e,5;ç,þ"æaþan de forma aplastante ç&.-
k_lg1l-".I¡ltura,y.la miae{-ía, a semejanza de la mayor parte del mundo, con la
excepción del occidente europeo. Sin embargo, América Latina difería de
la mayor parte de Africa, el Oriente Próximo y Asia en que durante los dos
siglos y medio pasados se la había introducido.parciahnente en la economía
de mercado mundial dominada por Europa.''El excedente exportable de la
producción agrícola y minera latinoamericana era lo que la vinculaba con la
economfa del Atlántico Norte."Con la creación de países separados, esta es-
tructura económica básica permaneció intacta casi en todos ellos, para irse
modificando con lentitud en las décadas siguientes.
Lps.inre¡c-ambios-hahÍan-ccsadç",casi.p"q¡*sJuplglg.J.l,å{p-tßfov.Jff26*#1"*-
Ç-,eJ0"çrcio'co&F*q"p-a[gjç.-þ_aþja*dp.t9¡jdo-X-s"Ler{i-$L9..Atp-,.gnfJ-e.,I,ê"_c*ên-üguas..co-
lonias ta,r4þiéu-sa,habí*''¡ettueids*rmr¡eho- El noroeste de Argentina, por
efeiñiilo, se resentía de la pérdida de intercambio con Perú. Montevideo, aún
bajo control español, ya no podía hacer de centro comercial. La guerra de
guerrillas en Nueva España y otras zonas hacía difícil y peligroso el trans-
porte. Los sistemas de comunicación internos y de las antiguas colonias entre
sí, nunca rnuy favorecidos por los españoles, cayeron en una falta de uso casi
total.
También estaba el factor del conflicto regional postindependentista den-
tro de las zonas principales de la América española y portuguesa. México es-
taba arruinado por batallas que mantuvieron aì país dividido y sin una direc-
ción nacional efectiva hasta 1850. Al mismo tiempo, Brasil se derrumbaba en
una serie de revueltas regionales que dejaron a la monarquía neutralizada
hasta la década de 184Q. Y en la región del Río de la Plata, la fiera rivalidad
entre la provincia de Bgre.¡1.9s-Aires,y el.resto del país fue.tsnper4lmentr; rç.
Tg9.1I3."1.,-qþ.B*ar le'diçJqd.qrA_Qe Jqa¡¡ \4aruçl,Rosas
(.1.829-1.8s2). En todas p-ar,
tes se trataba_.dç afirmar la autonomía económica por loealidail o'fegión, lo
48 Historia contentporúneu de Antérica Lolina

que significaba fragmentación. En la América española, supuso que se ente- planteó un serio dilema.p<-rc
rrara el sueño de Bolívar bajo el avance del nacionalismo. Una tras otra, las do hasta nuestros días.<Las
nuevas repúblicas reclamaron independencia económica. Pronto encontra- intentar hacer su industria v
rían en el mercado mundial una seria prueba. la falta de un mercado suficr
En muchas partes de la América española, los nuevos gobiernos tuvieron ron el sistema de valores y I
que tratar con deudas públicas antes de que pudieran intentar reconstruir sus petuar una sociedad basada
economías. Para sostener Ìa lucha y equipar los ejércitos, muchas veces los re- Así pues, el periodo de
glmenes insurgentes tuvieron que hacerse con fondos o pedirlos prestado-s. mía, por una lenta adaptac
La recaudación de impuestos, por decirlo suavemente, era difícil. Como re- má-rgen-e.-s.<IÇ. la economía dr
sultado, las tesoreJÍas-nacionalcr.eqlaban vacías y las autoridades guberna- i pidez en el siglo xlx. Los di
mentalesîa-Man de bus-ca¡"fon¿*.çp p_ttQ.-!itio. Una importante fuente fue ca de esta etapa son escasos.
G't"¿tfBi&áñä, ãöliié"t,cJ uanqueros apoyàron los regímenes con préstamog, repúblicas latinoamericanas
en particular a Argentina, Chile, Perú y México. Así, los nuevos gobiernos llegódel exterior.
elevaron de inmediato sus deudas con prestamisías extranjeros. La adminis- Lac¡eación Y-.r-na! tç-n im
tración de la deuda externa sigue siendo, hasta nuestros días, un importante rep úb licas t q_r.r-r,þ*ipq. gf e ctó c
problema para los gobiernos latinoamericanos. un Canãi þara hacer carrera
Otro ámbito en el que se in_yi{!ó capital extranjero fue el tráfico de çq- càbat lucha y aumentaba I
clavos africanos, que continuó en gran-escala hâcia Brqsj! (hasta 1850) y hubieron de reclutar soldad
Cubã (hasta 1865). Ambos tenían una agricultura orientada a la exportación de piel o posición social. A¡
que hacía rentable esta mano de obra en una época en que se estaba abo- do, se convirtió en un valiosr
liendo en el hemisferio occidental. María Morelos era mestizo
Durante los años 1830 a 1850 se contempló un aumento de las exporta- convirtió en ur-r medio por e
ciones latinoamericanas hacia la economía del Atlántiðo Norte. Los produc- obténei el reconocimiento r

tos clave primarios eran el trigo y los nitratos de Chile, el tabaco * Jjlom' mantuvo iestricciones legale
bia, los cueros, la carne en salazón y la lana de Argentiqa, el guanõ de Perú, cho que ayudó a borrar las
el azúcar de Cuba, el café de Brasil y el cacao de Venezuela. Eqtqs mismos Pero si la guerra abrió r

países eran gr4ndçsjqlfgf1ldgle-s de textiles y coq¡¡r¡4idores de bienes, con otros, la movilidad resultó li
loque'amenudo@te$-dnqq'Igcional9.s.'Eranlospro- tierra, seguían en manos de
ductores industriales de Europa Occidental (en especial de Cran Bretaña) modesto en los años poster
compitiendo con los productores a pequeña escala latinoamericanos que ha- tes retuvieron su control sol
bían sobrevivido de la etapa colonial. El resultado era inevitable. tado, sólo había un medio c
Todo esto formaba parte del libre comercio, el dogma que había llegado desto: a través del ejército ¡
a América Latina con la filosotía de la Ilustración y el compromiso postin- '¡-Þsta dinámica social ayt
dependentista con los principios del liberalismo. La aplicación de este clogma ca hispanoamericana entre
fue la decisión de política económica más significativa que se tomó en el si- terminaron las guerras con
glo xtx latinoamericano. Junto con el rápido flujo de importaciones extranje-
,

dadas por mestizos que no I


ras (principalmente europeas), llegó un pequeño contingente de comercian- bían permanecer en el ejérc
tes extranjeros, casi todos británicos. Se convirtieron, a lo largo de todo el tenientes criollos, en much
continente, en figuras clave para la importación de bienes y servicios, que in- poder político. Se retiraron
cluían el embarque, el seguro y la financiación. dades autosuficientes, y trat
¿Debe sorprender que los bienes manufacturados de procedencia euro- ca dejaron el gobierno a lor
pea desplazaran sin interrupción a los productos internos? ¿No era inevitable der político no parecía me
que prevalecieran la mayor tecnología europea y las economías de escala? autoridad gubernativa se co
Los costes de transporte debían haber ayudado a proteger a los productores tancieros vinieron de sus tie
locales, pero la supuesta (o genuina) superioridad de los bienes externos Alí qy," los gobiernos er
l.os t.imientt¡s coloniales'i
49 ,

planfeó un scrio crirema poc'


clcspuús crcla increpenctencia, que ha continua_
do hasta nuestros días;'ías
latinoamôricanas solieron fracasar
inrentar hacer su incrusrria ".;;;;r al
""'ao¿"ää.;;;;;;#;dii
la falta de un mercado su'iciente
rr.
qué? sin duda,
fac.tor. pero iguar de importante
""
ron el sistema cre var'res y r.:.."rqrir'social fue_
que rr¿" pài¡r. a la erite per_
petuar una sociedacr basacra
uou'arãnornía'orientaou u ru ugri"urtura, .:ri-
el periodo ,r" r "n
s:o ãl siõ se caracte rizó, encuanto a la econo-
*r^ 1ïlï"r,
mra, por una renra ar,apración a ra
muncriar a-erl.ä i;ìå; estaba
má¡geng-s dc" Ia economía en los
<rer Atlánnico Norte, que
se iba a expandir con ra_
; pidev.en el sigro x,rx. Los
¿"t* viä"i""estigación sobre ra historia económi_
: ca de esta etapa ¡on escasos'
p".ó pore.", por las pruebas disponibles,
i repúblicas ratinoamericonor
u.ropiur*
que ras
llegódel exterior.
'--r!s¡v¡¡ una
ur¡q posición pasiva. F.r dinamismo
P('ùrurulì paslva'

-L-4^sre-acian y- ræ.nt_e-nirr,-i"ç,{rJ.q-.de g.rq.l{gs


ejé-rc!1gs. en Ia mayoría de
repúbricas también-afecro esras
áe ro.-u ãiirrur..i'".ãiir*.rä,'
un canal para hacer carrera
basado en er tarento. Á ,n;dü; iorou" crearon
caba la lucha v urï:",o,b,r {u. ," intensifi_
l"pr"ri"."lu"gu, los dirigenter råb"ld*
hubicro¡l de recrutar so.rdados y criollos
ronäà', por su habilidad y no por
de piet o posición social' arl su color
róte'Ã*""i" pã*,
do, se convirrió en un
"uri.o'.'gì.igð;i¿äiu,rrã"
"råä,/o'io"o
ïä*ää:"ri
desbasra-

Yiiti,tfätu""' ;p,T*'i'n'
l-o'-'¡";;;' abunclan. i"
México, José
ui"",ia mliqar ss
:*jrdï'1.ä,,1,:l,lÏ{ü1.,,"..ïi,lìü1"#T:',:;Ë:i,.î1,ru::ï*ru
mantuvo resrriccionès regaréi po.o
cho que ayudó a borrar las u ,r;;;;;;r'ã"
rotå"ìrizos ,ungr", h"_
antiguas y rígidas líneas sociales.
Pe¡o si ra guerra afri_ó..unair".ú.'rã.¡"r
otros, la movilidad resultó limitadal-.!ãs".l"urro,puru r* u.ãi.iosos mestizos y
tierra, seguían en manos de económicos, en particular la
ras fam'iìs Joüas tracricionales.
modesto en ros años posteriores El comercio era
u lo iu"tru y muchas familias de
tes retuvieron su contror comercian_
soure ¿ste. La in¿ust.ia apenas
tado, sóto había un medio ¿" existía. como resul_
rarii-u¿iiuiì".puru rå* tã.'¡rärî"
desto: a rravés del ejército o.ig"n -o_
V A" a Ia política.
ì Esra crinámica såciar "fllï"#
ä-j,r.är *Åï;r,ãî" r, rurburencia
ca hispanoamericana enrre "vya. 1
la ¿e.a¿ïie r,g20 y 1gãgjlgilLq-gyu,
poríri_
lerminaron las guerras con gra'cres repúblicas
formaciones miritarðr, â menudo
' cladas por rnestizos e{e." no tenían carrera alternativa. coman-
para salii adelante
permancccr cn cl ejército ã pãrrï^ig"uierno. de_
'ían
tcnienres crio'os' en. müchas p;itil;i årntinente., En ese tiempo, los terra_
poder no compirieron por
político. Se reriraron . rirïã.irJi, qu" pocrían funcionar como uni_
er

v trataron,te inc.em"nrar su.s.posesiones.


3Ji:j åî';:ï1X*:' En la prácri-
;;,;äi1;""i,åäi.åi:i.'.:liiî:i,1îi^.#,i:ltl:[*:_1..::ï:;*Jr
i

autoridad gubernativa se convirtió


ui, iri"n apreciacro, toî t u""rr¿uaos
tancieros vinieron de sus rierras "n y es_
A.gÍ çl-q"- lq' gsb-ie¡.uos
t; ,ü;;aron de ét.
ç{rr dé-rri-t-aäå, y oirisi¿os por ros caudiilos,
a me._
50 Historia contentpor(tnea de América Latinu

nudo soldados (o ex soldados) que tomaban el poder por la fucrza. [Jna vez
en él cargo presidencial, solían percatarse de que las precarias tesorerías
El impulso
ofrecían una pequeña recompensâ a sus seguidores. Entonces las bandas se (1r
dispersaban y llegaban nuevos caudillos con nuevas bandas de seguidores.
D-esde 1850 América Latina
LOS gobiernos no tenían tlnas finanzas fuertes y, como consecuencia, eran
dentista a comenzar a pone
muy vuläefables à ser derrocados.;Desde la década de 1820 hasta mediados
nomía mundial, lo que, en tr
de siglo, la autoridad política en lfAmérica española fue dóbil; el Estado,
crear. la infraestructura pr,
como institución central, no ejercía mucho poder autón9TgJ
I como el guano de Perú, el ,
Durante este periodo, surgió Otra corriente, un movimiento para consoli-
car del Caribe. Cuando la e
dar y centralizar el poder, habitualmente con intentos dictatoriales más que
nistradores, la priñõípai tare
con el consenso popular. Así, las primeras dos décadas que siguieron a la in- .
Làs repúbliéas independ
dependencia contemplaron la aparición de <hombres fuertes> reales o en po-
mentos de su economía: la ti,
tencia, como Diego Portales en Chile y Juan Manuel Rosas en Argentina,
de ooner la tierra en manos d
que impusieron su voluntad sobre sus países y, de este modo, fortalecieron el
papel del Estado¡La lucha entre el poder local y los centralizadores, ya fue- ¿ì;f mililåäËi".irv*rnt¿*t.,
sen militares o civiles, se convirtió en tema fundamental en la vida política de
tatales (anteriormente de la
las nuevas naciones. fuffiî1ös'indíos, þero talc:
' blancos o mestizos que no ht
Aunque las guerås de independencia abrieron unos angostos canales para
los mestizos y los grupos de estratos medios hispanoamericanos, hicieron muy Pafaconta¡ con mano (
poco por las masas indias. En general, los indios habían mantenido una posi- ses confiaron en la emigrat
propuêstáb'þara atraêi irìm
ción ambigua ante la contienda: aunque se pusieron de parte de Hidalgo o per'
manecieron neutrales en México, apoyaron a los realistas en el sur de Chile, y rían al desarrollo nacional t
en Perú y Colombia lucharon en ambos bandos. Por lo tanto, los dirigentes de tqdç-paÍsçLçQ¡r1o Argentir
Tiglgc-tSs-.cre d,e-licado" tan
I
las nuevas repúblicas no se sentían en deuda con ellos. Más importante aún,
ahora los indios perdieron la protección especial de casta que habían disfruta- con-tllgçnte.s. Hasta 1 880. Ia
do bajo la legislación colonial española. A pesar de sus desventajas, esa posi- tor importantè para el aum
ción había constituido un refugio muy utilizado. También perdieron sus tierras dè"Ià elite para recabar inrr
comunales (que habían sido inalienables) y se los forzó de forma teórica a en- ción económica y social de
trar en el mercado competitivo tan alabado por los liberales decimonónicos. De ciéndose evidente, esto.refl
hecho, se los aisló aún más y se volvieron más pobres. viabilidad de sus países.
M_e.diado el siglo xtx, t¿
La independencia dejó un legado algo diferente en Brasil. En lugar de
desplazar a la elite gobernante. como había ocurrido en la América españo- red de transportes. Se necet
la, Brasil se hizo con una elite gobernante: la corona portuguesa y su séqui- Desde el siglo xvt, la carga
to. También se hizo con una monarquía que duraría hasta 188-9. Pero estas burros. Sólo en muy pocas
tendencias políticas tuvieron poco efecto sobre los esclavos negros que tra- ternativa. A mediados de si
puestas para construir ferro
bajaban en las plantaciones de azucar o en otras esferas de la economía' De
hecho. la esclavitud no se abolió con la independencia o en la década de 1850 en especial británicos o est;
como en la América española (excepto en Cuba y Puerto Rico) y más tarde rriles llegaron a construirsr
se convertiría en un asunto central en la política brasileña. Como en otras transportes permaneció cas
nuevas naciones, 14. i¡-d-epend.encia no cambió mucho la vida para los seg- pendencia.,
mentos más pobres de la población. Sin embargo, el ritmo
América Latina a partir de
dinámicas economías de Nc
Gran Bretaña. Cuanto más
necesitaba aumentar las im;
Lr¡s cimienkts coloniales 5l

El impulso de la economía internacional


(1850-década de 18S0)
Ðesdg 1,850 Amé{ga Latina avanzó de la fase de consolidación postindepen__
dentista a coméniâi a poner ras bases para una integración *uyo,
en la eco-
qugiôn términos poiíti.or, requirió gobiernos <tispuesros a
1".,qf9,ñ1"Í!al,lo
crear la infraestructura precisa para exportar'prodricto, p.i*urio* .iÀuq
,
i ,como el guano de perú, er café de BiãÉil, ros minerares de México y eI az6-
car del caribe.;cuando_
]a e14 de los caudillos cpdió el paso a ra oe tás-aJr-_ ,

lilllq¿.o.t'"''.|ap{nc-fiã-iì.ále3'iue.ra-u;iri'i"ionnacional,
Las repúblicas inclepenclientes se propusieron fortalecer el uso de
dos ele_
mentos de su economía: l3-!!-q¡gy.p;ltrê!4io
!ggg;g*g-gålp.p*-o.Þ*çl*q,s.rm.ró
.os#il+'-qpqL't'.9-'t":¡:t'e¡¡uie;oe,ónñrffi
da"rjflltosdpttÐrasity Méxicd;
îffi ¡1,,¡tieränrlaÍricieran
e'sto,sigrìifÏcd"presiones paravendei las tierrases,,_
de.la co.g¡a¡.Lor perdedorei en México y los Andes
:-1.99j{uttlgt1gtmgnte
ïsron los rndios, pero tales acciones'también podían afectar a propietarios
blancos o mestizos que no hubieran logrado hacer productivas
sus ti"rrur.
P,a¡.ß*mn¡at.con.Ina.rr.*g..qç-qble¡.Jps-g_l-ites lgti'_4..p¡nqg$ç,an-aç.de"varios,paí,
ses confiaron en ta e11Hå?,-..'""ó.1,g,u¡*op,çá;BlóJ ;ä;'ö;i.;Ëff;,
proþrìëstäs-päiá'*àiîaer rnmrgrantes europeos, que supuestamente
repetidas 1

contribui-
rían al desarrollo nacional.con u,ru p"quèñu inversión m¿s.
Ds-hgghpJ_a-elL*
te-dc-parqç"ç*coæg,4le"¡l.].1?:.Þp,lil
Þ--r-çil,q*.dç[c*uþ-rió*-.¡ç.e*äãrunto de la
mielaçtén" çrq,9tti*$. *foþara ei p.¡t
¡çi.pt"t äömo p*ru.r ¡¡"
1880la ln-migraçión no constiiuyó en parte atguna"¡;iãr;ã
üJljgTjli;Hast3 pdra el aumento de ra fuerza laboral. pero er ruðrte impurso
un fac-
:?t,yllltuttte
de la ellte para recabar inmigrantes demostraba su creencia en que
la ialva_
gió.¿..económica y .s-o!ial de sr1-9, pêíqE$ as-r.aba-"elr*Ruropa- C"àå,
ciéndose evidente, ésto.reflejaba ìur àu¿ur de América Latina "rãfä],l
acerca de la
viabilidad de sus países.
, Vedilgg
ql.¡iglg ¡!lx, también se contempló un e.qfuqrzo para mejorar la
fd q. eltlansportes.
Desde
Se necesitaban ferrocarriläs, canales, pu"ri*
srglo xvr, la carga (incluidas las personas) habíà viajado
y;;;l;;;;
en mulas o
burros' sólo en muy pocas zonas ros ríos ò lagos nãvegabtes ärrecran
una ar-
ternativa. A mediados de sigro, América Latina era el Ëlanco de
Áuchas pro_
puestas para construir ferrocarrilgs, E!.-impulso so!i.ó provenir
de extranjéroq,
el.esqgclel británicos o estadounicieniôq pero, en la
þráctica, pocos f.erroca-
lleearon a consrruirse anres de la åécada oe iggo;lâriä¡"'i¿^¡"J¿"
life¡
transportes permaneció casi tan precaria como lo era en uìsþeräs
de la inde_
pendencia.,
sil embargo. el ritmo de la actividad.económica se acereró por toda
América Latina a partir de 1850. El estímulo provino prin.rpatmànte
de ras
dinámicas economíai de Norreamérica y Europa o..,¿åriãi,ãä;;;d"
Gran Brétana. cuanto más se sumergíá europa en la industriarización, ö;
más
necesitâbä äùilèntar ras importacionei de alimentos
o,i.ãr, gru-
"o,no "ur,r",
52 Historia contemporítnea de Améric'u Lutitttt

no, así como artículos primarios cotno guano y nitratos fertilizantes. lana y
metales inclustriales. Fueron las décadas en las que los vínculos econó-micos
inversión, finãnciación, transferencia de tecnología, migración-
-comercio,
se profundizaron entre Europa y México, Argentina, Perú, Chile, Brasil y
C-uba (aunque seguía siendo una colonia española). En 1880 estaba prepara- La transform¿
do el escenario para una expansión económica aún mayor. contemporánea (c
No obstante, la mejora económica iniciada en 1850 tuvo varias limitacio-
nes imþortantes. En primer lugar, dio como resultado un escaso crecimiento
de la industria interna. La creciente demanda latinoamericana de herramien-
tas metálicas, maquinariã-pequeña, insirûmentos. equipo de construcción, ar-
mas y artículos industriales ligeros similares, era satisfecha principalmente
por Europa y no por tiendas o fábricas del país. Esta tendencia no resultaba
sorprendente. Los prq{¡:ctos-h¡i¡¿4nicos,.franceses o estadounidenses eran de
mejor calidad q,uê iõ-tà" fabricaeión interrìE,aunque esã'veniaja se habría re- A mérica Latina ha pasa
dricidó-si-tòs- þroductores nacionales hubieran tenido tiempo y mercado sufi- l\ v políticos de largo al
cientes para mejorar la suya. Pero se habría requerido la protección guber- nacionales se han integrado
namental ya fuera mediante una elevación de los aranceles o la prohibición dgs Unidos, han cambiado I
directa de importaciones. Ningún gobierno latinoamericano estaba prepara- dades han florecidq.y la po
do o podía dar semejante paso, en esas décadas. vectis de estancamiento. Esl
Las razones eran varias. En primer lugar, Lqg.p¡p-4uc-tqp'i!0pqrtadctrÊrae. de experiencias nacionales.
superiores, por lo que e{an.plçfçridqs Far los.consumidores-locales; en se- casos prácticos: A_rgentina,
gurido lugar, la mayoríà de los gobiernos vivían de los ingresos por arancele; Centroamérica. Como verel
que un proteccionismo duro hahrí¿¡'elfui.ina.do; en tercer lugar, lgÊ-glupos toria contemporánea latino
económicos poderosos, como los latifundillas y los ganaderos, se hallaban No obstante, como ha
fuèitenìêätë'öômprometidob con el libre comercio*, qup.sus-.clientes europeos propósito de este capítulo e
elogiaban como la única vía cierta de prosperidâd: por último. los comer- cambio. No refleja la histo
ciantes latinoamericanos, que se hallaban ubicados estratégicamente en las compuesto que puede prop,
ciudades más grandes, tenlan in.lergses obvios en combatir el proteccionismo, que se desarrolló cada uno r
todavía más si se tratabä de un comerciante extranjero (usualmente británi- tener generalizaciones acer
co o francés), como era habitual a mediados de ese siglo. No resulta sor- el continente.
prendente que los que abogaban por el proteccionismo o la industria fomen- Si queremos compren(
tada por el Estado pudieran avanzaÍ tan poco. tuársela en el contexto de
Una segunda limitación a la expansión económica entre 1850 y 1880 fue la conquista del siglo xvl. I
estructura socioeconómica altamente estratifica.da,.he- esencialmente subordinada
"l:glgzegjgllq"-Qg..!4
.;d-ãðãAãLöðrøaã ãä ra'iñ¿ðpä¡oóncia: una þequeña'elite en lá paite supe- nómicos moldeados en grat
rior, un grupo omedio" algo más amplio y el restante 90 por 100 más o me- estadounidense. Estos desa
nos en la parte inferior. La concentración continuada en la agroganadería y nes en el orden social y la
la minería significó que la mayoría de los trabajadores siguiera bajo las con- de forma crucial los cambi<
diciones laborales y salarios que nunca les permitirían convertirse en los con- to de relaciones causales r

sumidores que una economía ,,desarrollada" produce y necesita a la vez. cambios sociales que propc
A.América Latina se la seguía empujando a la economía internacional de
un modo que limitaría drásticamente su desarrollo económico. La naturaleza
1. Por esta razón, cada uno
de ese vínculo económico ha continuado preocupando a los latinoamericanos
<

contiencn una sección general sol


durante el último siglo y será tema recurrente del resto de este libro. cepción de México, donde la revc
historia del país, que nos obligó a
a_
z.

La transformación de la América Latina


contemporánea (década de 1880- dé,cada de 1990)

mérica Latina ha pasado por una serie de cambios económicog sociales


.f-\ y políticos de largo alcance desde finales del siglo xlx. L¿s economías .
nacionales s.e han integrado en el sistema global.centrado en Euiõþy.HsiC-
dos-Uiiidoi,"iancamUia¿o los agrupamienios y las relaciones socialès, ias ciu-
dad_g,¡.hgn florecidq"y la política ha sido testigo de reformas y trastornos, t ã-
ygggs de estancarniento. Estas variaciones han llevado a una gran diversidad
de experiencias nacionales, por lo que tras este capítulo presentamos ocho
casos prácticos: A.rgentina, Clile, Brasil, Perú, México, Cuba, el Caribe y
centroamérica. cdirio ueremos, estos países ilustran la compléjidad de la his-
toria contemporánea latinoamericana.
No obstante, como ha habido importantes semejanzas y diferencias, el
propósito de este capítulo es ofrecer un esbozo de los modelos y procesos del
cambio. No refleja la historia de un solo país, sino que presenta un cuadro
compuesto que puede proporcionar una base para entender el contexto en el
que se desarrolló cada uno de ellos. Tämbién nos permitirá compararlos y ob-
tener generalizaciones acerca de las fuerzas históricas que se dieron en todo
el continente.
Si queremos comprender la América Latina contemporánea, debe si-
tuársela en el contexto de la gxpaqsróq_ e.conómica global, comenzando con
la conquista del siglo xvl. Dentro de este sistema, ha ocupado una posición
esencialmente subordinada o y ha seguido unos caminos eco-
"d-ependienteo
nómicos moldeados en gran medida por las potencias industriales europeas y
estadounidense. Estos desarrollos económicos han originado transformacio-
nes en el orden social y la estructura de clase, que, a su vez, han afectado
de forma crucial los cambios políticos. Por ello, comenzamos con un conjun-
to de relaciones causales simplificadas: los cambios económicos producen
cambios sociales que proporcionan el contexto para el cambio político.1

1. Por esta razón, cadauno de los casos de estudio p¡esentados en los capftulos siguientes
contienen una sección general sobre .el crecimiento económico y el cambio socialr, con la ex-
cepción de México, donde la revolución de 1910 ejerció un impacto político tan fuerte sobre la
historia del país, que nos obligó a utilizar un formato diferente.
ry-

54 Historia utnternportinea de América L'atinu

inversores británicos, franct


Fase 1. Inicio clel crecimiento basado ernpres¿rs tnineras, sobre til'
en la exportación-importación (1880- t900) latinoamericanos no hubiel
los sectores clave de sus ec(
La Revolución Industrial europea fue lo que precipitó el cambio en las eco- De este modo, a finale
nomías dècimonOii¿ái latinoamericanas. Como se mostró en el
primér'capi crecimieñiö'eCônómico bar
mun- ló el desàrrollo cle los secl
tulo, Améäcá Latiäa'había vistó reducirse sus vínculos con la economía
dial tras lograr ia independencia de Portugal y España' Sus. terratenientes americanas:,,EI imPulso Y
convirtieron sus posesiones en enticlades autcinomas y autosuficientes' en Cóú la.ádopción de esta
vez
de producir bienðs para los mercaclos intcrnos o exteriores' La minería se ha- mercial de crecimiento ecc
ocasionada por las,
bía detenido, en parte como resultado cle la destrucción peridad de otras Partes de
guerras indepenclèntistas. La manufactura era moclesta y estaba en su mayort t.a rápida exPansión d
parte en manos de artesanos dueños de pequeños establecimientos'
I

incluso precedicla Por la vi


sin embargo, a finales del siglo xlx la industrialización europea empezó gración en la economía mt
y
a ocasionar unã fu"rt" demanda de productos alimenticios materias
primas' el progreso y la creencia e
y europeos, que ahora vivían en las ciudades y tra- go libre de las fuerzas con
Los trabajadores ingleses
bajaban .n t¿Uri.rr, necesitabanìomprar los alimentos que ya no cultivaban, tado que maximizara Ia lib
y ios dirigentes de la industria, ávidos por extender su producción y opera- igual que la maYoría de sr
.ion"r, biscaban materia prima, en particular minerales. Ambos incentivos ,
cþales fuQron Francia e Ir
llevaron a los gobiernos e inverrores europeos a buscar fuera, en África' Asia América Latina no había
y, por supuesto, América Latina. ctiàTð-sïèl sigìo. xtx. 'tor e
" ' como resultado, los principales países latinoamericanos pasaron por una ráäô el liberalismo eh Eu
sorprendente transformación a-finates del siglo xlx, especialmente desde 1880' te al liberalismo latinoam
pro-
Argentina, con sus vastas y fértiles pampas, se convirtió en un importante En Ia segunda mitad
. duãtor de bienes agrícolas y gana¿eros: lana, trigo y sobre todo carne. Chile re- ron por un exPerimento a
que había caído en decadencia tras los sados por las guerras rev<
sucitó la producciðn de cobre, industria
años de ia independencia, Brasil se hizo famoso por su producción de café' lio comercial esPañol en
cuba cultivó caré, además de azúcar y tabaco. México empezó a exportar ingleses y sus Puertos, abi
una serie de materias primas, clesde el henequén (fibra utilizada para hacer mercio impresionó a todc
cuerda) y el azttcar, håsta minerales industriales, en particular cobre zinc'
y que el contrabando se h¿
centroamérica exportó café y plátanos, mientras que de Perú salieron azítcar total en toda la América
y plata. mercio libre y obtencr in
El desarrollo de estas exportaciones fue acompañado de la importación por el gobierno'l
de productos manufactura<loi, casi siempre de Europa. América Latina com- Los apologistas del
pra^ba textiles, maquinaria, bienes de lujo y otros artículos acabados en una tcóricos europcos que ju
cantidad relativamènte grande, con lo que se dio un intercambio, aunque los nal del trabajo como alg'
que
precicts cle las exportaciõnes latinoamericanas eran mucho lnás inestables sus dictados sería una lo'
los de las europeas. importante consiclerar qt
A medida qu" p.ugr"taba el des¿rrrollo, la inversión de las naciones induç- ciones políticas de los g<l
triales, .n .rp".iul^delnglaterra, fluyó hacia América Latina. Entre 1870 y Ies>) no discrePaban de
1913, el valoide las inversiclnes británicas aumentó de 85 millones de libras
es- por ejemplo, Tavares Bat
terlinas a 757 millones, una multiplicación casi por nueve en cuatro décadas' cal, pero ensalzó las virt
\Hàciá 1913,los inversorcs británicos poscían aproximadamente dos tercios del trinas euroPeas del /ais,st
ttotul
,1" la inversión extranjela.\ Una de sus más firmes inversiones era la cons- Se podría decir que
trucción de ferrocarriles, eñ ðspecial en Argentina, Méxictl, Pcrú y Brasil. Los económico permaneció f
La transformación tle América Ltttina 55

inversores británicos, franceses y esfadounidenses también pusieron capital en


ompresas mineras, sobre todo en México, Chile y Perú, lo que significó que los
latinoamericaros no hubieran de invertir allí, pero también que el control de
los sectores clave de sus economías pâsara a manos extranjeras.
De este modo, a finales del siglo xlx, se había estableciclo una forma de
qgciryì.ðJ¡lQ rio-aðmiôo basado en la .exportación.importación> que estimu-
ló el desarrollo de los sectores de materias primas de las economías latino-
uine.i.álãr1El impulso y el capital provinieron en su mayoría del exterior.
Con 1â-adopeión de esta alternativa, América Latina tomó un camino co-
mercial de crecimiento económico odependiente> de las decisiones y la pros-
peridad de otras partes del mundo.l
T,a rápida expansión de sus economías de exportación fue acompañada e
incluio þrecedida por la victoria de una justificación intelectual para su inte-
gración en Ia economíá riundial. Esta justificación fuelel liberalismo, la fe en
el progreso y la creencia en que llegaría a la economía sólo mediante el jue-
go libre de las fuerzas comerciales y a la política mediante un gobierno limi-
tado que maximizara Ia libertad individual. El liberalismo latinoamericano, al
igual qqe la rnayoría de sus ideologías, fue aÍgoiiriportado. Sus fúentes prin-
ciÞales.fueron Francia e Inglaterra. Sin embargg, a r]ifgrencia de estos países,
América Latina no había pasado por una industrialización significativa a me-
cliädös del siglo xlx. for ello, carecía de la estructura social que había madu-
raão êi liberáiismo eh Europa, hecho que sin duda iba a hacer algo diferen-
te al liberalismo latinoamericano. ,
En la segunda mitad del siglo xvllt, la América española y Brasil pasa-
ron por un experimento abortado de capitalismo estatal. Los trastornos cau-
sados por las guerras revolucionarias francesas habían quebrado el monopo-
lio comercial español en América. La Habana había sido capturada por los
ingleses y sus puertos, abiertos de par en paf. El asombroso aumento del co-
mercio impresionó a todos los observadores. La lógica era ineludible: puesto
que el contrabando se había convertido en un alto porcentaje del comercio
total en toda la América española y portuguesa, ¿;por qué no legalizar el co-
mercio libre y obtener impuestos del incremento en un comercio controlado
por el gobierno?
Los apologistas del liberalismo económico citaban sin cortapisas a los
teóricos europeos que justificaban el comercio libre y la división internacio-
nal del trabajo como algo .natural> y, sin duda, óptimo. Toda desviación de
sus dictados sería una locura: reducir el comercio y con ello los ingresos. Es
importante considerar que la mayoría de los críticos que atacaban las institu-
ciones políticas de los gobiernos monárquicos (que consideraban uno libera-
les>) no discrepaban de la ideología del liberalismo económico. En Brasil,
por ejemplo, Tavares Bastos acusó al gobierno de extinguir la vida política lo-
cal, pero ensalzó las virtudes del libre comercio y repitió fielmente las doc-
trinas europeas del laissez-Íaire.
Se podría decir que durante la última parte del siglo xlx el liberalismo
económiccj permaneció firme en América Latina. Los intentos por implantar
56 llistoria contemporáneu de América Lutina
sentantes de los grupos ext
aranceles proteccionistas fueron rechazados por los políticos, que sostenían cialcs. Los abogados sicmp
no encontrarse en condiciones, ya fuera por sus recursos o PoI SU capacidad de exportación-importaciór
de hacer tratos, de violar los principios del libre comercio. a determinar el marco insti
Los debates clave acerca de la política econílmica se restringían en gran t, Estas lransformacioncl
medida a las elites, definidas aquí como ese pequeño estrato (menos del 5 cqmbio político. Al poner t
por 100 de la población) con poder y riqueza para controlar las decisiones pecial los terratenientes- r

políticas y económicas de ámbito local, regional y nacional. Ya no se contentaban con ¡


El compromiso de éstds con el liberalismo se veía reforzado por su pro- ron a perseguir el poder p
funda preotupación acerca cle la supuesta inferioridad racial de sus pobla- gando a su fin.
ciotês hátivas. De modo implícito aceptaban las teorías racistas al propugnar Su búsqueda dc autoric
constantemente fuertes inmigraciones europeas como solución a Su faltâ de básicas. En una versión, l<l:
mano de obra cualificada. Preferían inmigrantes del norte de Europa (aun- el ðóniiol clel gobierno cle f,
que en realidad la gran mayoría vino de Portugal, España e Italia) con la construir regímenes fuertes
esperanza de que los hábitos de la confiaîza en uno mismo y la capacidád lían proclamar su legitimidi
emprendedora distintivos del ideal liberal- se reforzaran en su con- se parecían mucho a los mc
tinénte.
-sellos
Chile hubo una tenue com
Aña<Jido a las dudas racistas, había un sentimiento generalizado de su esta fase inicial, a represen
propia inferioridad. Hasta la primera guerra mundial, las elites latinoameri- mucho acuerdo acerca c1e It
canas se solían describir como poco más que imitadoras de la cultura euro- la cordura de perseguir el cr
pea. Muchos dudaban de que sus países pudieran siquiera lograr una civili- rivalidad era restringida y I
z.ación característica. En los países tropicales, las preocupaciones acerca del tales regímenes como expr(
determinismo racial se reforzaban con dudas sobre su clima, del que los teó- Un sçgundo modelo c
ricos europeos decían constantemente que nunca sustentaría una civilización qr-e¡r-u{o co,n cargos militart
superior. Así pues, el determinismo medioambiental reforzaba el racial y su neficio último de las elites
combinación parecía descalificar a las tierras tropicales como escenario en el elþôdärán 1876, es el ejer
que pudiera realizarse el sueño liberal. ció en Venezuela, Perú y o
Dentro de América Latina, el rápido crecimiento de las economías de ex- qüida, dóndC lâs elites ejer,
portación llevó a transformaciones sociales sutiles pero imporlantes' La pri- aplicación indirecta de su
mera de todas y la más valiososa fue la modernización de la elite de clase venir de los estratos más a
alta. Debido a estos nuevos incentivos económicos, los latifundistas y propie- En cualquier caso, I,q,-ir
tarios dejaron de contentarse con realizar operaciones de subsistencia en sus sup,rimierer] Io.s grupos dis
haciendas; en su lugar, buscaron oportunidades y rnaximizaron los beneficios, dg çitçÌl-o- C.,lestrin gidos. S i
lo cual condujo al surgimiento cle un espíritu empresarial que marcó un cam- nes era centralizar el pode
bio significativo en la apariencia y conducta de los grupos de elite. I-os gana- gióñalós, y uear estados-nr
cieros de Argentina, los cultivadores de calé de Brasil, los plantadores de lo debido a la fragmentacir
azticar cle Cuba y México, todos buscaban eficiencia y éxito comercial. Ya no pero se hicieron progresc
eran una elite semifeudal que vivía parcialmente encerrada, sino que se con- ejemplo, triunfó el central
virtieron en empresarios decididos noq Ai¡gq.comq diElritq fe
Surgieron nuevos grupos profesionales o de <servicios, para desempeñar 6ajo la jurisdicción directa
funciones económicas adicionales. Particularmente importante fue el creci- xico, la política cfcctiva I
miento y cambio habido en el sector comcrcial. Los comerciantes cumplieron aumento del poder nacion;
una función esencial en esta transformación, al igual que en la etapa colonial, siÌ, el gobierno imperia! rl,
pero ahora muchos eran extranjeros y vincularon las ect,nomías latinoameri- üã el establecimiento de
canas con los mercados ultramarinos, en particular con Europa. También se un retroceso regional que
contempló una evolución entre los profesionales, abogados y demás repre-
La transforntación tle América Latina 57

sentantes de los grupos extranjeros y nacionales en sus transacciones comer-


ciales. Los abogados siempre habían sido importantes, pero durante la fase
de exportación-importación asumieron nuevas funciones cruciales al ayudar
a determinar el marco institucional de la nueva era.
p Estas transformaciones económicas y sociales también condujeron al .
qggÞ-ið-.plãi!iiö-,'Al poner tànto en juego, las elites latinoamericanas es-
-en
pecial los terratenientes- comenzaron a interesarse por la política nacional.
Ya no se contentaban con permanecer cn sus haciendas feudales y comenza-
ron-â'þerôeguir el poder político. La era del caudiiló tradicional estaba lle-
gando a su fin.
Su"bús..quÞ"de"ç!9 a.1¡!g¡i{ad política a fi¡1qfes Sqf.qielq.¡¡X tomé dos.formas
básicas. En una versión, los terratenientes y otras elites económicas tomaron
JÍîöìiiiof del gobierno cle forma directa, como en Argentina y Chile. Querían
construir regímenes fuertes y selectivos, por lo habitual con apoyo militar, y so-
1
lían proclamar su legitimidad mediante la adhesión a unas constituciones que
se parecían mucho a los modelos europeos y estadounidense. E¡ Argentina y
i

l
Chile hubo una tenue competencia entre partidos que tendían, al menos en
estâ fáse inicial, a representar faccio¡res rivales de la aristocraciailPero había
mucho acuerdo acerca de los temas políticos básicos y escasa oposiðfun seria a
la cordura de perseguir el crecimiento económico mediante la exportación. La
rivalidad era restringida y la votación solía ser una farsa\Se podría pensar en
tales regímenes como expresiones de la ..democracia olifirquica>.
Qn ¡.qgund.o. modelo cqpll.,ç..y.¡¡b1-la imposición de dlg1a_dores fuertes, a
49-p.Ud--o- c.on.ç4"ry"o'l-I-n-ililqle-1, p-ara asegurâr Iâ ley y el orden; de nuevo, en be-
neficio último de las elites terratenientes. Porfirio Díaz en México, q:q-e, tgmó
er-þöler el t!2,0" ôs èÍ éjemþiô más notable, pero el modelo tambiéñ âpáre-
ció en Venezuela, Perú y otros países. En contraste con la democracia oligár-
qtiìõä, dciñiJô1âS elitèí êjérðíal ef þoder político directo, aquí se trataba de la
aplicación indirecta de su autoridad mediante dictadores que no solían pro-
venir de los estratos más altos de la sociedad.
En cualquier caso! lpJg:p-oJ[ap":tç.*e^ra la estabilidad y el control social. Se
s,uprimietoq los grupos disidentcs y se Contuvo la lucha por cl poder dentro
dg_"-il."_"Uþç-f-"_q!¡!,¡gi{op, Sin duda, up-g..de laq mgtgs básicas de.estos regíme-
nes era centralizar el poder{si era necesario quitándoselo a los caudillos re-
giónâies, y Creái eStàdos-nuiión poderosos y d-ominantes.,No era fácil lograr-
lo debido a la fragmentación residual de la sociedad y a su misma estructurâ,
pero se hicieron progresos en los países más grandes. En Argentina, por j.
ejemplo, triunfó el centralismo con el establecimiento de lä CiÛdad de Bue- :

1t'9s AitçS'çqnq
dip-tri,t"q.fçdçr.al en 188Q (al igual que Washington D.C. está
bajo la jurisdicción directa del gobierno federal en Estados Unidos). Þl_lvlé-
xico, la política.gfgcllvq y a menudo despiadada de Porfirio Díaz llevó al
aumento dèl poder naci<¡nal a expensas de las plazas fuertes locales y, en Bra-
s-1_1.-_el.g_Qbfé¡$o- inperial.de Dom Pedro II ava-nzó de forma significativa ha-
ci-a el establecimlqnto de un estado-nación efectivo (pero también provocó
un retroceso regional que contribuyó al derrocamiento del imperio en 1889).
58 Ilistorie contenlporúnea de Améric:u l-¿ttitttt

La intención de los centralistas era promover un mayor desarrollo ecg- presarios pequeños que se I

nómiôo mediante el crecimiento de las líneas de exportación-importación. La portación, pero que no se et


estabilidad política se consideraba algo esencial para AtfAg.f ..la inversión ex- to a propiedades o liderazgr
tranjera quó, o ,u vez, estimularía el ciecirniento èconómico.1Y cuando"iia¡a-- se en las ciudades, tenían ur
ba là inversión, ayudaba a fortalecer las fuerzas de la ley y el orden.lLos fe- reconocido en su sociedad.
rrocarriles son un ejemplo: los inversores extranjeros se resistirían a colocar El segundo cambio im¡
sus fondos en un país amenazado por el desorden político; pero una vez que Para sustentar la expansión
se construían los ferrocarriles, como en el caso de México, se convertían en ron de importar fuerza de tt
instrumentos importantes para consolidar la autoridad central, ya que podían Juan Bautista Alberdi, ngob
usarse (y lo fueron) para despachar tropas federales a sofocar levantamien- de 1880, Argentina comenz
tos en casi cualquier parte cle la nación. ción desde Europa: la mare
fue tan grande que. inclusc
por uno de los historiadorer
Fase 2. Expansión del crecimiento basado inmigrantes, principalmente
I
en la exportación-importación (1900-1930) :
recibidos por Perú y Chile I
nos absolutos y relativos qr
1

El éxitoãe esta política se hizo evidente a finales del siglo x¡xy.cogtienzos especial, ya que la importar
del xx, cuando las economías latinoamericanas orientadas .a la ç¡portación nado hacía mucho la comp'
iniciaron periodos de prosperidad notable. Argentina se volvió tan rica por ciertas partes de Brasil, en ç
su economía basada en la carne y el trigo, que la figura del playboy argen- azticar prosperaron con el I
tino se convirtió en un distintivo de la sociedad de moda europea: un joven interesante a este modelo. I
latino gastador que perseguía con gallardía la elegancia. En México, apare- có una inmigración externa
cieron y se extendieron las plantaciones que producían henequén en Yucatán país continuaba teniendo ur
y azúcar en las zonas centrales, en especial al sur de la capital; la minería era sultaba innecesario importa
también rentable y la naciente industria petrolera comenzaba a convertirse La aparición de las clasr
en una actividad significativa. Seguían creciendo las exportaciones de cobre nuevas organizaciones, con :

procedente de Chile, que también cultivaba algunas frutas y trigo para los bajadores solían establecer
mercados internacionales. Las mejoras tecnológicas llevaron al aumento de emergieron los sindicatos).I
la producción azucarera en el Caribe, especialmente en Cuba, cuando los tableció el contexto del act
propietarios estadounidenses aceleraron sus inversiones en trapiches de azú- taciones eran cruciales, los
car modernos. Brasil vivía de las exportaciones de café y caucho natural. La ,. posibles especial los ft
United Fruit Company extendió sus inmensas plantaciones de plátanos en I Toda parada-en laboral suponí
Centroamérica. En todos estos países, la economía monetaria se había vuel- nómica del país y, de ese m
to más sensible a las tendencias de la economía mundial, donde las exporta- lugar, el estado relativamer
ciones conseguían divisas para comprar a cluras penas las importaciones ne- la mayoría de los trabajaclc
cesarias.'Todo impacto importante en la economía mundial producía efectos ñas, habitualmente de ment
rápidos y-'espectaculares en los sectores mercantilizados. Aunque la indus- como las textiles, se adecual
trialización seguía siendo incipiente, ya había fábricas en sèctores como el técnicas de producción mas
textil, artículos de cuero, bebidas, procesamiento de alimentos y materiales zar por oficios y no por ind
de construcción. Los sectores de servicios más dinámicos eran el transporte, ferrocarriles, las minas y los
la burocracia estatal, el comercio y las finanzas.,. tre los militantes más activr
La consolidación del modelo de crecimiento por importación-exporta- De 1914 a 1927 se conl
ción impulsó dos cambios fundamentales en la estructura social. Uno fue la Fue el punto más alto de l¿
aparición y el aumento de los estratos sociales medios. Por la ocupación de- ,calista, cuando las capitales
sempeñada, a ellos pertenecían profesionales, comerciantes, tenderos y em- vieron torpedeadas por hur
La transformación de América Latina 59

presarios pequeños que se beneficiaban de la economía de exportación-im-


portación, pero que no se encontraban entre los estratos superi,ores en cuan_
to a propiedades o liderazgo. Los portavoces del sector medio solían hallar-
se en las ciudades, tenían una educación bastante buena y buscaban un lugar
reconocido en su sociedad.
El segundo cambio importante tuvo que ver con la clase trabajadora.
Para.sustentar la expansión de las economías de exportación, las elite¡ ûata-
ron cle lmportar fuerza de trabajo externa (como señaló vnavez el argentino
Juan Bautista Alberdi, ogobernar es poblar>). como resultado, en la década
de 1880, Argentina comenzó una política dinámica para alentar la inmigra-
ción desde Europa: la marea de llegadas durante laj tres décadas siguieñtes
fue tan grande que, incluso descontando los retornos, ha sido denõminada
por uno de los historiadores del país la <era aluvial>. Brasil también reclutó
inmigrantes, principalmente para trabajar en los cafetales de São paulo. Los
recibidos por Perú y chile fueron numerosos, pero muchos menos en térmi-
nos absolutos y relativos que los de Argentina. cuba siguió siendo un caso
especial, ya que la importación de esclavos negros africãnos había determi-
nado hacía mucho la composición de su clase irabajadora (esto es igual en
ciertas partes de Brasil, en particular en el noreste, dðnde las plantaciõnes de
azúcar prosperaron con el trabajo esclavo). México presenta una excepción
interesante a este modelo. Fue el único entre los países mayores que nó bus-
có una inmigración externa considerable. Hay una razón obvia pãra ello: el j
país continuaba teniendo una gran población tampesina india, pår lo que re- i
sultaba innecesario importar fuerza laboral. .;._
Lq aparición de las clases trabajadoras incipientes llevó a la aparición de i
nuevas organizaciones, con importantes implicaciones para el futuro. Los tra-
bajadores solían establecer sociedades de áyuda mutuì y, en algunos países,
emergieron los sindicatos\-La--n,a!g¡aleza d,e la economía-latinoimerrcana es- i
tableció el contexto del aiävismo obrero. En primer lugar, como las expor-
taciones eran cruciales, los trabajadoreð'ãe la infraestruîtura que las hacían
posibles especial los ferrocarriles y muelles- tenían una posición vital.
Toda parada -en laboral suponía una amenaza inmediata parala vìabilidad eco-
nómica_del país y, de ese modo, para su capacidad deimportar;En segundo
lugar, el estado relativamente primitivo de-la industrialiåación signific-ó que
Ia mayoría de los trabajadores estuvieran empleados en firmas *uy p"qu"-
ñas, habitualmente de menos de 25 empleadoi. sólo unas cuantas industiias,
como las textiles, se adecuaban a la imagen moderna de enormes fábricas con
técnicas de producción masivas...Los sindicatos en cuestión se solían organi-
zar por oficios y no por industrias. La excepción eran los trabajadores de los
ferrocarriles, las minas y los muelles, que no por coincidencia se hallaban en-
tre los militantes más activos.
De r9r4 a 1927 se contempló el surgimiento de la movilización obrera.
!'qe- el punto mrís alto de la influencia anarquista, anarcosindicalista y sindi-
.calista, cuando la-s capitales de toda nación importante de América Latina se
vieron torpedeadas por huelgas generales. Dó repente, pareció que esta re-
60 Historia contemporúnea de América Latina I
ì
) elite. Ilor consiguiente, el inr
gión se unía a las confrontaciones de clase que estremecían a Alemania y Ru- i

sia, así como a Estados Unidos y gran parte del resto de Europa. En estos tica,en algunos de krs paÍscs
momentos críticos masivas, huelgas generales, intensificación de abrió el sufragio a grandes l
-protestas
Iazos entre sindicalizados y no sindicalizados-, se puede ver con claridad la clase media, el denominad
naturaleza de la clase trabajadora, su organización y el modo en que las eli- 1916. En Chiþ, los c¿rmbios
tes dominantes deciden responder. .sieîon la imposición clel gol
Lo que necesitaremos comparar, a rnedida que se desarrollen los estudios cialista anterior. En Brasil, I
por países, son las similitudes y las diferencias de los modelos de interacción riodo cie política electoral lir
entfe patronos, trabajadores y políticos, junto con terratenientes, profesiona- España en 1898 (y. como mr
les y militares. Aunque existen semejanzas en las movilizaciones laborales ur- siguió sicndo un cascl espcci
banas durante la década posterior a la gran protesta que comenzó con el fin de volución a gran escala en 1!
la primera guerra mundial, hubo sorprendentes diferencias en las respuestas nal del movimiento revoluci
de la elite. En particular, veremos que el marco legal de las relaciones labora- I
sino solamente conseguir cl
les recibió mucha más atención en Chile que en Argentina y Brasil. T cluidos de la clase media{
ry

Otro cambió importante durante el periodo de 1900 a 1930 afectó al Los movimientos relforn
equitibrio entre los sectores rural y urbano de la sociedad. Se combinaron la
:
optacla'. cn la quc la partic
importación del trabajo y la migración campesina para producir el creci-
I
media y seguía excluyendo
i miento a gran escala de las ciudades. En 1900 Buenos Aires se había esta-
I
flejar los intentos de las elite
blecido como <el París de Suramérica> y era una ciudad grande y cosmopo- sectores medios en apoyo dt
lita con unos 750.000 habitantes. En total, casi un cuarto de la población imprevistas, como en el casr
argentina vivía en las ciudades con más de 20.000 habitantes al terminar el si- dieron hasta ocasionar una r

glo; lo rnismo ocurría en Cuba. Cerca del 20 por 100 de la población chilena fueron limitados.
residía en asentamientos similares, mientras que las cifras correspondientes a Un efecto colateral sign
Brasil y México (el último con una población indígena sustancial) bajaban profesionales eq varios paír
al 10 por 100. En Centroamérica las cifras también se hallaban por debajo rl
lol hombres (las mujercs
"pùdieran
I'

del 10 por 100 y en Perú caía al 6 por 100. EI hecho generalizado es que la f929)'quê dedicar
expansión de las economías de exportación-importación ocasionó la urbani- Muy a menudo s<llían repr
zación de la sociedad latinoamericana. pero además formaban un ¡
Sin embargo, debido al origen nacional o étnico, las clases tra_bajadoras res prominentes de la escer
no consiguièroh, !t¡,c¡"o- gggg¡ pofillco a comienzos del siglo xx,-"Lä¡ in'äi- cos del desdén y la ira del e
giarites dé"Ä?gentina y Brasil no tenían derecho a votar si nö"fiâbfan conse- F.n la mayor parte de l<
guido la naturalización, por lo que los políticos podían permitirse no tenerlos funçio¡ó þq¡t4q!g"._bie¡.,..4t n
en cuenta. En México, los trabajadores de origen campesino tenían pocas po- ferias p¡!¡¡.aq "ç!,u,1?,!!9 la pl'¡
sibilidades de influir en la dictadura de Porfirio Díaz. Y en Cuba, por su- 4-tú-q.s,q'lla"psq9p--9¡
( q d go-t]
en la exportación-im1
1

puesto, la historia de la esclavitud había dejado su doloroso legado. sado-


Esto significó, al menos a breve plazo, que las elites latinoamericanas, provéðhòsos para la ìntcgra
mientras promovían la expansión orientada a la exportación, pudieran con- capitalismo.l Las adaptacion
tar con una fuerza laboral que respondía sin que existiera una amenaza efec- gó piazo de'Iä5 e lites nacior
tiva de participación política (aunque las huelgas habían resultado preocu- En realidad, pr_onto se d
pantes). Desde entonces hasta los años veinte o treinta a algunos les pareció económico- tenía deficien,
contar con lo mejor de ambos mundos. en toda la Amêrica Latina
Y". g.qqJ.," resultado, las elites de varios países permitieron unl refgrm-1 nadô õ según
"aiienaciónr,
p,-o,!Íll"ç-q'"que posibilité a log miembros y representantei de lol-¡e9to_i9s T9 cicntes. Al copiar las institu
dios acercarse al poder- La idea era conseguir Ia lealtad de los sectores rno clásico, los latinoamcric
medios para fortalecer de este modo la estructura de control y poder de la a la simple aplicación del dr
Lu truns.fonnuci(¡n de Aruérica Latina 6l
elite. Por consiguiente, el inicio del siglo x,x fUp..ql periodo de reforma polí-
tica g_q_i1gF"9åd,ê ìos ó¿iseÀmâyôies: en Argentina, una lcy electoral de I91i
abrió el sufragio a grandes sectores de población y pennitió al partido cle la
clase media, el denominado Partido Radical, conseguir la presidencia en
1916. En Çþjle, los cambios comenzaron en realidad a partir de ^1Q90 y supu-
sieton la imposición clel gobierno parlamentario sobre el sistemâ*þ?esiden-
¡

I
cialista anterior. En Brasil, la caída de la monarquía en 1889 inauguró un pe-
riodo de política electoral Iimitada. Cuba, tras conseguir fä iñdependencia de
España en 1898 (y. corno muchos dirían, cederla después a Estados Unidos),
siguió siendo un caso especial¡E incluso para México, donde estalló una re-
volución a gran escala en 1910, es válida la generalización: el objetivo origi-
nal del movimiento revolucionario no era transformar la sociedad mexicana,
sino solamente conseguir el acceso al sistema político de los segmentos ex-
cluidos de la clase media{
Los movimientos relormistas produjeron a menudo una
"democracia co-
optada>, en la que la participación efectiva se extendía de la clase alta a la
media y seguía excluyendo a la más baja. Tales transformaciones solían re-
flejar los intentos de las elites socioeconómicas gobernantes por cooptar a los
sectores medios en apoyo del sistema, aunque a veces tuvieron consecuencias
imprevistas, como en el caso de México, donde los acontecimientos trascen-
dieron hasta ocasionar una revolución completa. Los objetivos de la mayoría
fueron limitados.
Un efecto colateral significativo fue la creación de un cuadro de políticos
,¡ Rllfesio¡ra-les cn varios países. Los partidos políticos crearon carreras para
/ los hombres (las mujeres latinoamericanas ni siquiera tuvieron voto hasta
i 1929) que þudieran dq5liggr !q.{a.-q.u _y.id4 adqlla a consegut.el p9d.e¡ po_lí!!go.
Muy a inenudo solían representar los intereses de la aristocracia reinante,
pero además formaban un grupo social separaclo e identificable. Como acto-
res prominentes de la escena política civil, también se convirtieron en blan-
cos del desdén y la ira del estamento militar.
p¡ ln.m.a¡o1p_a¡tq de lo¡.pqises_ lgliqoq¡r-q"r¡qql9!? la lgJmula.ryformiqlq.
fur¡qi"on-é.ba$14¡!q þjer,r, al mé4os para las q!!!e5, La demanda europea de ma-
-
tiiri.gs pr.¡¡¡4s*Çg+-nle la prjpela mqldiaffîdñöi*äñõq-desÈËf¿õ.Ir"-
-g11e,JJa
9$_o",_q_91t-e-pi,"o,tp"_9-r-¡*qad Sqlli*g9t y sgfteqidl PlTo_¿Slq d9 crgcimjento_-ba-
sado en la exportación-irnportación parccía ofrecer medios funcionalès y
provèðhòsol'paia la integración dc América Latina cn el sistema global del
capitalismo.lLas adaptacioncs políticas parccían asegurar la hegemonía a lar-
goþiaZo delãs clites nacionales. \
En reálidad, pronlo se aesiübiiO que el liberalismo político como
-tanto tan conocido
cconómico- tenía cleficiencias. Su fracaso ilustra el fenómeno
eñ tocla là Amèîitä'Lääña'cönte-fõilñôa' el présramo culrural desafortu- .
nâdó o,.alienaciónr,, scgún lo han descrito loiiácionàlistas de ticmpos re-
cientes. Al 9-9p!g lqg inptituqiqnes legales y las frases filosóficas del liberalis-
mo clásico, los latinoamericanos descubrieron que su leqli{qd no se pr,estaba
a-Iäïîinplþ ãþijôaqión del dogma.¡No supieron ãntenclerqúè, en su origèn, ei
t.-
62 Historia contemporánea de América Latinu

liberalismo europeo fue la ideología de una clase social en alza, cuyo poder experiencia. Como erl el restc
er Ia competencia formidable
económico emergente Ie proporcionó los medios para llevarla a la práctical r

dustrializadas. Sin protecci<in


¿Significa esto algo más que América Latina carecía de una clase meäiã
importante? Sólo en parte. Resulta más fundamental el hecho de que había A los liberales latinoame
seguido siendo unâ economía agraria cuyo sector exportador se correspon- taba de su incertidumbre ace
día, en la mayoría de los países, con un enorme sector de subsistencia.lEl li- la fe en la racionalidad y el car
beralismo tuvo fortuna sólo porque, desde 1850, un pequeño pero creciehte Brasil, por ejernplo, los políti,
sector de la sociedad pensó que éste consideraba diferentes sus intereses de tud sobre la base de que era t
los propios de los sectores tradicionale-s.-i ria. Sólo podían hacer ese tr¿
De forma específica, todos los profesionales médicos, mili- volvía para perseguir a los lit
-abogados,
tares de carrera, funcionarios civiles y comerciantes- constituían un interés laboralque quedaba muy lejr
urbano. Absorbieron con rapidez las ideas liberales europeas sin conseguir el Mill. El acontecimiento que 1

poder económico relativo de sus semejantes en Francia e Inglaterra. Así, to espectacular de ìa econom
aunque no hubieran considerado que sus intereses económicos eran antagó-
nicos de los del sector agrario tradicional, se hubieran hallado en una posi-
ción débil. Pero a menudo no fue así. Sus vidas solían estar ligadas al sector Fase 3. Industria
agrario aunque vivieran en las ciudades. Los ingresos de sus clientes, usuarios (1e
y patronos dependían en gran medida de la agricultura comercial. A su vez,
la prosperidad de esta agricultura dependía del comercio exterior. L,a_G-_1qn "Dg¡Igsién
tuYo en
En este punto, el liberalismo económico ponía en un callejón sin salida a mías latinoamericanas. El pl
-Uiìidó
los liberales latinoamericanos. Como creían en sus principios abstractos y se d õS í' i'ê dri¡'ö' dC ÌÌn*prc
daban buena cuenta de su patente debilidad frente a sus principales acree- manda internaçional de caf,
dores y socios de intercambios Unidos e Inglaterra-, flo podían reducción y iro se pudieron
pensar en un camino que pasara -Estados
por soluciones económicas no liberales. Cayeion el precio unitario y
Además, lo último les habría resultado caro en sus personas a corto plazo. total durante los años 1930-,
Por ejemplo, los aranceles proteccionistas para la industria sin duda habrían 1,929. Una vez más, los acon
cargado a los consumidores urbanos con bienes más caros y de peor calidad. do del sistema mundial tuvo
La protección también habría hecho peligrar los beneficios de los comer- Latina y.otras sociedades de
- La mundial q,
ciantes dedicados a la exportación-importación, que eran un poderoso grupo -{.,ep-¡e-s.ión
de presión, Así pues, los liberales fueron renuentes a apoyar la industrializa- políticos de los países latir
ción, que por sí sola podría haber aumentado su número lo suficiente como gólpeS-militãres (o intentos r

para otorgarles el poder político, que quizá habría hecho posible la realiza- quieb.,ra. de la bolsa".en Nuer
c-ión de los ideales políticos liberales. lo habían tomado en Argent
El liberalismo económico y el político se sesgaban de otro rnodo más, Las y Honduras. México joporta
ideas no liberales en economía tales como los aranceles proteccionistas y los bló.a un golpe militar en 191
controles sobre las inversiones extranjeras a menudo se asociaban en la prác- económicos de la Depresiór
tica con ideas políticas antiliberales. Así, la conexión se estableció con facili- ron en duda Ia viabilidad d
dad: la desviación de los principios económicos liberales significaba un go- ción-importación, ayudaron
bierno autoritario, por lo que se la tenía en poco aprecio. hicieron que las masas estuv
Un argumento más utilizado contra los que abogaban por la heterodoxia militares. A partlr de Ia déc
económica (es decir, por medidas no liberales) era difícil de rebatir des<Je la po- cional comò fuerza principa
lítica. Ante cualquier propuesta de apoyo gubernamental a Ia industria nacio- Lof gobeiiíantes de la re
nal, sus oponentes lanzaban la acusación, a menudo con buenos resultados, cle q!¡ econ-ó¡niç-a global. Una e
que un pequeño grupo de inversores egoístas querían beneficiarse a expensas cori.làs naciones industrializ
del público. Además, los empresarios locales casi siempre carecían de fonclos y el mercado sin que importa,
La Írttns.t'ormucirin de América l_atina 63

expericncia. Como en el resto del mundo en vías cle desarrollo, se enfrentaban


a la competencia formidable de los bienes importaclos clescle las economías in-
dustrializadas. Sin protección ni subsidios tenían pocas esperanzas.
A los liberales latinoamericanos también los debilitaba otra razón. Se fra-
taba de su incertidumbre acerca de una premisa subyacente en el liberalismo:
la fe en la racionalidad y el carácter emprendedor de los inclivicluos del país. En
Brasil, por ejemplo, los políticos se habían pasaclo años justifican{o la esclavi-
tud sobre la base de que era un mal necesario para su economía tropical agra-
ria. Sólo podían hacer ese trabajo los esclavos africanos. Ahora el argumento
volvía para perseguir a los liberales. El legado de la esclavitud era una fuerza
laboral que quedaba muy lejos del munclo racional concebido por Bentham y
Mill. El acontecirniento que transformó esta atmósfera fue el derrumbamien-
to espectacular <Je la economía capitalista mundial en_1929 y 1930.

Fase 3. Industrialización en lugar de importación


(1930-década de 1960)

La G¡a¡-.Depre¡jón tuvo en su inicio efectos catastróficos sobre las econo-


mías latinoamericanas. Fl precipitado d-eclive económico de Europa y Esta-
döc uäicìôs'iedujo de iñ'proviso el me¡ðääo para sus exportaciones. La de-
ma¡da. internaçional rJe café, az(tcar, metalei y carne päsó por una aguda
reducción y no se pudieron hallar salidas alternativas para eitos produitos.
cayeron el precio unitario y el volumen de exportación, por lo que el valor
total durante los años 7930-1934 fue un 48 por r00 más bàjo que-el de1925-
1'929.Unavezmás, los acontecimientos sucedidos en el centrò industrializa-
do del sistema rnundial tuvo efectos clecisivos (y limitadores) sobre América
Latina y otras sociedades del'fercer Mundo.
' L._*a-..49nresión mundial que siguió çausó una gran presión en los sistemas
polítiõós de los países latinoamericanos, muchãs dã los cuales sufrieron
golpes'militâres (o intentos de golpes). Más o
-"nos en el año siguiente a la
quiebra de la bolsa.en Nueva York, los niiliráres habían buscado el poder o
lo habían tomado en Argentina, Brasil, chile, per,ú, Guater4ala, El sãlvador
y Honctuiai. México iòpórtaba su propia crìsrs coñstitucional y ôuua sucum-
bió a un þolpe rnilitar en 1933..Sería urra cxageración afirmar que los efectos
económicos de la Depresión causaron estos resultados políticós, pero pusie-
ron en duda la viabilidad del modelo de crecimiento basado en la e*þo.ta-
ción-importación, ayudaron a desacreditar a las elites políticas gobernantes e
hicieron que las masas estuvieran más preparadas pará aceptarìos regímenes
militares. A partir de la década de 1930, el ejército reafirmó su papél tradi-
cional como Îuerza principal en la política latinoamericana.
Los gotiernantes de la región tenían clos opcioncs para rcsponder a la cri-
qis econ_ómica global. una era forjar vínculos comerciales aún más estrechos
con las naciones i¡rdustrializadas pa¡a asegurarse compartir equitativamente
el mercado sin que importase su tamaño y desajustes.-por ejemplo, Argenti-
64 Ili,ttoriu contentpor(rnea de Antéricu l.uÍittu

Un objetivcl adicional
.jacloras que hatrían seguid
rnienzos del siglo xx. [:1 pr
talmente en las ciuclade
movimientos sindicalcs. Y
taba cle ejercer poder con
movimicntos sindicales se
bitraria del gobierno. En r
rcconocieron el trabajo ct
clirecta en estirnular (y cc
biera como aliada o amen;
seguro y los dirigentes lat
medio de responder.
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plernente los senderos tra
E,n su lugar, Ias econorníal
manufacturados que ante:
: provicne el nombre Para
i nesn,.
' Desde finales de los ¿

este tipo !¡,rviçrog un éxit,


na, Brasil y México Pusicr
ayudaron a generar crec
Un dibujante estadounidense representa a los militares latinoamericanos como una mentos a esta forma de clt
amenaza constante para las instituciones democráticas, (Roy B. Juslus, Minneapolis sultado inmecliato fue ger
Star, 1963. Reproducido con la autorización de Minneapolis Star and Tiibune Com- Las consqcucncias soc
pany.) sultado, por supuesto, fue
de forma más específica, r

' de este grupo provinicron


na tomó esta vía al luchar por preservar su acceso al mercado británico de México y Argentina corn
carne. En t933 firmó el Pacto Roca-Runciman, mediante el cual retendría presentaron un reto P0tel
cuotas aceptables del mercado inglés a cambio de garantizar la compra de cionales. Pero permanecc
bienes británicos y asegurar las ganancias dc los negocios británicos en Ar- que lucra clc cstc tiPo, cr
gentina. De este modo, algunos países trataron de mantener cl funciona- americana. Su papel iba i
miento del modelo. basado erì la exportación-importaciórt, a pesar de la re- I)e una importancia
ducción en la demanda ocasionada por la Depresión. ci<in clel- crecimicnio incl
Una vía alternativa, que no contradecía necesariamente a la primera, cra Eii -öñiiáste con lds po1
embarcarse en la industrializaci<in.,!.Ulla de las metas de esta política, a me- dos durante el siglo xtx
nüìIô apóyacla por el cjército. sería conseguir una mayor inclependencia eco- forma activa el crccimie
nómica. La idea era que, al levantar su propia industria, América Latina gienclo barreras arancela
dependería menos de Europa y Estados Unidos en cuanto a artículos manu- htrsla éf pulto en que ia
faòturados.r/Para los militares esto significaba ¿rrmas. AI producir bienes in- pe'tii con éxito en el r.ner
dustriales, agrícolas y rlinerales, las economías latinoalnericanas se integra- tores locales en los cotr'
rían más y se harízrn más autosuficientes. Y, como resultado, serían menos para cl ejército). y, lo rr
vulnerables a los choques causados por la depresión mundial. invirtienclo clirectamente
Lu lrans.fìtrntución de América Latino 65

Un objetivo ¿rdiciou¿tl era creâr puestos de trabajo para las clases traba-
jacloras c¡uc habían scguido aumentando su tamaño e irnportancia desde co-
mienzos del siglo xx. trl proletariado latinoamericano se concentraba casi to-
talrnente en las ciudadcs y seguía luchando por organizar y sostener
movimientos sinclicales. Y cn contraste con la gencración anterior. ahora tra-
taba de ejercer poder como fuerz.a s<lcial. En algunos países como Chile, Ios
lnovimientos sinclic¿rles sc vieron relativamente libres de la partlcipación ar-
bitraria del gobierno. E,n otras partes, corno cn México y lìrasil, l<ls políticos
rcc<:nocieron el trabajo c()rno un rccrtrso político potencial y tomaron parte
cìirecta en estimular (y controlar) las organizaciones laborales. Ya se perci-
biera como aliada o amcnaza, la clase trabajadora urbana buscaba un empleo
seguro y los dirigentes latinoamericanos vieron la industrialización como un
medio de responder.
Pero la tornru más razonable de desarrollo inclustrial no era copiar sim-
plemente los senderos traz-ados, por ejemplo, por la Inglaterra del siglo xlx.
Iln s_u lugar, las econornías latinoamericanas comenzaron a producir artículos
, rn.g¡rufi¡g-lurados que antes importaban de Europa y Estados Unidos. De aquí
1 piõïiène el nombre para este tipcl de desarrollo: (sustitución de importacio-
I neso.
'
.

Desde finales de los años .treinta hasta los años sesenta, las políticas de
este tipo luviç.on uq.éX,ilo relativo, al menos en los países grancles. Argenti-
rra, Brasil y México pusieron en marcha importantes plantas industriales que
ayudaron q generar crecimiento económico. Hubo limitaciones e impedi-
rnentos a esta forma de clesarrollo (que se explican más adelante), pero el re-
sultado inmediato fue generar impulso para las economías nacionales.
Las consecuencias sociales de la industrialización lueron complejas. Un re-
sultado, por supuesto, fue Ia formación de una clase capitalista empresarial o,
de forma más específica, de una burguesía industrial. En Chile, los miembros
de este grupo provinieron sobre todo de las familias de Ia elite latifundista. En
Móxico y Argentina comprendieron diferentes tipos sociales, por lo que re-
presentaron un reto potencial a la hegemonía cle las elites gobernantes tradi-
cionales. Pero pcrmanece invariable el punto básico: lL1¡-ç!Uplr14-liz.ación, au¡-
que fuera de este tipo, creó un rluevo grupo de poder en la sociedad latino-
ameiicana. Su papel iba a ser mr"ry clebatido a meclida que avanzaba el siglo.
Dq, gna impgr!1ncia particular fue el papel del Estado en la estimula-
'ðrecirniento
ci<in def industri¿rl basado cn la sustitución de imp<lrtaciones.
Eii"óóìiirasie con las políticas de luissez-.fuire de Inglaterra y Estados [Jni-
dos durante el siglo xtx, los gobiernos latinoamericanos promovieron de
l'orma activa el crccimientôliì¿IujtriáI. Lo hicicron clc varios rnodos: eri-
gienclo barreras arancclarias y r-'levanclo cl precio de los bienes importados
llaCtá el punto en que las compañías inclustriales nacionales pudieran com-
pòtir con éxito en el rnercado; creando clemancla al favorecer a los produc-
tores locales en los contratos gubcruamentales (por ejcmplo, cn compras
para el ejército), y, lo rnás importante, cstablecienclo elnpresas est¿rtales e
invirtiendo dircct¿rmente en conrpañías inclustrialcs. Mecliante la protección
6ó Historia contemporúnea d.e América Lutittu

y la participación, el Estado proporcionó el ímpetu rJecisivo para el creci-


niiento industrial de la región. Fase 4. Estancamiento c
A medida que progresaba la industria, las clases obreras también se hi- de importaciones
cieron más fuertes e importantes. Ya fueran autónomos o dirigidos por el go-
bierno, los movimientos sindicales crecieron con rapidez y el apoyo (o con- Los años sesenta presagiaror
trol) del trabajo se convirtió en algo crucial para Ia continuación de la ex- trat"egia política que surgió d
pansión industrial. Se necesitaba que los obreros proporcionaran trabajo en 1929 había comenzado a trc
condiciones que fueran rentables para sus patronos. El trabajo organizado côräo þóffticos, En el frente r

emergía como un importante actor en la escena latinoamericana. trflãleZâ del desarrollo basac
La-expresión política de estos cambios socio-económiçgs tomé dos fq¡- portación.
mas. Una fue seguir con la democracia de elección, mcdiante Ia cual los in- Eq. p¡imgq lugar, la estrt
dustriales y trabajadores obtenía! acceso (por lo usual limitado) al poder a Par4 producir géneros manui
través de la contienda electoral o de otro tipo. Un ejemplo fue Chile, donde que contar con bienes de Pt
los partidos políticos se reorganizaron para representar los intereses de nue- Elliöpll, E¡tàdos Unidos Y h
vos grupos y estratos de la sociedad. Los partidos pro trabajo y pro indus- demasiado caros, se ponían r

triales entraron en el proceso electoral chileno y acábaron llevando ala ftâ- latinoamericanos se dieron c
gica confrontación de los años setenta, Bajo este sistema, se los cooptó en la de industrialización no Ponít
estructura gubernamental, y mientras duró este acuerdo, su participación. lizadas. Sólo alteraba su forr
prestó un valioso apoyo al régimen. Esta dificultad inherentt
.i, La respuesta más común conllevó la creación de alianzas <populistas> tercambio. Con el paso del t
multiclasistas4 El surgimiento de una clite industrial y Ia vitalización de los nes latinoamericanas (café, t
movimientos ôbterôs hicieron posible una nueva alianza pro industria que descenso sostenido de Podet
mezclaba los intereses de empresarios y trabajadores; en algunos casos, de- exportaciones, los Países lati:
safiando de forma dilecta el predomini,o secular de los inteieses agrícolas y cantidades de bienes de pro
terratenientes. Cada una de estas alianzas la forjó un dirigente nacional que enfrentaba a un atolladero.
utilizó el poder estatal para su objetivo. De este modo, como veremos más men de sus exportaciones tr
adelante, Juan Perón construyó una coalición de clases populista y urbana en precio.
Argentina durante los años cuarenta; en Brasil, Getúlio Vargas comenzó a En segundo lugar,.la der
hacer lo mismo a finales de los años treinta; y, en circunstancias algo más limitada. Las industrias trop
complicadas,Lázaro Cárdenas se inclinó por solucionès populistas para Mé- a los precios y concliðiones
xico durante esle miSmo periodo.i r1ïán cômprar unos cuantos I
La mayoría de los rcgímenes populisLas tenían clos características clave. del ingreso tan desigual, qu
Por un lado, eran al menos semiautoritarios: solían representar coaliciones dieran considerar tales com'
contra algún otro conjunto de intereses (como los de los terratenientes) a los prqþlema de mercados limit
que por definición se irnpedía la participación, lo que conllevaba cierto gra- les multinacionales o region
do de exclusión y represión. Por otro lado, como el tiempo demostraría, re- noamericano; hubo esfuerzt
presentaban inlç.¡eqes cle clases e industriales- destinaclas ai Las industrias de los pqises
-trabajadores
conflicto.' Así pues. cl mantenimiento de estos regímenes clepenclía cn gran coriiplementatiAs y tales ri
medida del poder personal y carisma de los dirigentes individuales (como Pe- p3iá lâ formación de las asc
rón en Argentina y Vargas en Brasil). También significaba que, con un diri- dustriales de la región conti
gente carismático o sin é1, sería difícil sostenerlos en tiempos de adversidad dos limitados.
económica. En le¡çer lugar, Y muY
do de la tecnología present(
qulsólo podía crear un nún
ros. En otras palabras, el dc
Ltt tran,s.forntaci(tn rle América I'tttina 67

Fase 4. Estancamiento del crecimiento basado en la sustitución


de importaciones (década de 1960-década de 1980)

Los años sesenta presagiaron una era de crisis para América Latina. La es-
trategia política que suryió de las políticas de industrialización posteriores*a
lg1g-había,C,,meìzadq a tropezar con serios problemas, tanto. económicos
cônio'þõfiiicos. En el frente económicô, surgieron en parte por la misma na-
tUrâleia clel désarrollo basa<Jo en la industrialización para sustituir a la im-
portación.
E-1-pfmg; luga{, la estructura de esta industrialización era incompleta'
¡"_a-ra þioducii genétoq *anuf4ctq¡adqs,
las empresas latinoamericanas teníair
,iü" *ntut coñ bienós de producción imporl.a<t'ol (c9*o.la maquinaria) de-
Eiliöitã;E5tâdõÀ Unidoq y luego de Japón. Si no podían importarse, o eran
¿émaiiaao caros, se poníán en peligro las empresas locales. Poco a poco los
latinoamericanos se ãi"ron cuenta de que el crecimiento basado en este tipo
de industrialización no ponía fin a su clependencia de las naciones industria-
lizadas. Sólo alteraba su forma.
Esta dificultad inherente se agudizó por los términos desiguales del in-
tercambio. Con el paso del tiempo, Ios precios de las principales exportacio-
nes latinoamericanas (café, trigo, cobre) en el mercado mundial sufrieron un
descenso sostenido {e poder adquisitivo. Es decir, por la misma cantidad de
exportaciones, los países latinoamericanos podían comPrar cadavez menores
cantidades de bienes de producción. Así pues, el cre¿imiento económico se
enfrentaba a un atollaclero. Y la respuesta no consistía en aumentar el volu-
men de sus exportaciones tradicionales, ya que esto solamente hacía caer el
precio.
En segundo lugar,.la de¡¡g4d-4 !¡1te¡na de productos manufacturados era
limitada. Las industriur tropeáb- rónt.a lq fqltâ de compradores, al menos
a los precioi y c"ondiiiones de cré_dito que ofrecían. Los brasileños sólo po-
rlían'ôômprai ulos cuantos frigoiíficos (debidô en particular a la distribución
del ingreio tan clesigual, que hacía que las masas populares ni siquiera pu-
clieran considerar tales compras). Quizás podría haberse hecho frente a este
prçþlema de mercados limitaclos con la formación de asociaciones comercia-
ies multinacionales o regionales o algo semejante a un mercado común lati-
noamericano; hubo esfuerzos en esta dirección, pero no se resolvió el tema.
Las industrias de los p4ísgs más grandes tendían a ser más competitivas que
gomplementaligs'y_ tãlea rivalidades supusieron serios obstáculos políticos
pàre la f-.--qôién-áe las asociacionçs. Según pasó el tiempo, las empresas in-
dustrìales àe ia región continuaron enfrentándose al problema de los merca-
dos limitados.
En qercg¡ lugar, y rnuy relacionado, estaba el grado relativamente eleva-
do rJe la tecnolosía presente en la industria latinoamericana' Esto significaba
quë'sOto podía cieai un número de puestos de trabajo limitado para los obre-
-r. Èn oìras palabras, el clesarrollo industrial latinoarnericano cle este perio-
68 llislr¡ris content¡tor(tnect rJe Américu Lutinu

do había elegido la tecnología con uso de capital intensivo típica de las eco- Sin embargo, los trer
nornías industriales avanzadas; en cÒmparación con los modelos de creci- profundas, Estos gobiernt
miento del sigto xtx, ocasionaba rnás iuversiones en maquinaria y rrenos fortunio de sus países a li
en trabajo m¿rnual. I-as compañías lo considerabân necesario para sobrevi- de los políticos y se mostr
vir en la competencia económica. Sin embargo, uno de sus resultados invo- radicales y los líderes obrr
luntarios fue poner un techo al tamaño del mercaclo interno de bienes de política. Del mismo modc
consumo, ya que eran relativalrente pclcos los asalariados que podían permi- su régimen militar se con
tirse comprarlos. Un segundo resultado fue la imposibilidad de contrarrestar tidos políticos y quemar
el creciente desempleo Que, en los años sesenta. comenzó a plantearse como competición política abie
moso. Chile iba a entrar
una seria amenaza al orden social establecido.
' El gobierno militar a
,

4¡nçÈtdg-qug aumentaba la pre.sión, las elites gober,nqntlf dg varigq pgí-


ses imponían regímenes más represivos, corì frecuencia mediante golp",q.,ni- el Congreso y todos los pr
litares,¡como sucedió en Brasil (1f9Ð."Argç_¡1!qp (1966) y Cnilg.(l!J.3), Eq p.eligión política. Los gue
todos los casos, las decisiones más importantes las tomaron (ó estuvieron su- der en una atmósfera poli
jetas al veto de) los altos cargos militares. En vista del estancamiento econó- también se vieron impuls
mico, los militares y las elites pensaron que debían estimular Ia inversión y, partidos políticos (reemp
páiã lögrarlo, fazonaron, habían de desmantelar, quizás incluso aplastar, el no). A una fase m_r1-q rept
podér colectivo <Je la clase obreraþuanto más organizada estaba, más ctificil na o Chile) iniciada en
resultó la tarea. ' t918.
Cada uno de estos gobiernos dominados por los militares asumió el po- Los regímenes que ¿
der de controlar las decisiones conccrnientcs a los intereses obreros más vi- como ë'3ïãdös ..burocrátir
tales: salarios, condiciones laborales, beneficios complementarios y el dere- comunes. Una fue el norr
cho a organiz,arse. La clase obrera tuvo que resignarse a las medidas apro- r'ã¡'-atâ'iirente burocrátic
badas por las burocracias de los gobiernos militares que establecieron la po-
"ô-tp,g*jg,Lqs"-_imp^9¡þ.nt
económica de la clase tr¿
lítica laboral. Entre 1973 y 1979 prácticamente no hubo huelgas en Chile; lo
mismo puede decirse para Brasil de 19ó8 a 1978. Los intentos de organizar terceiïa fue la reducción
Cïäl èn'1ä.f
'Þiiñeiäl
huelgas en esos países durante loS años mencionados invitaban a una dura re- f aseó

presión, aunque se dio cierta relajación en Brasil a comienzos de 1978, Re- cos, rüo pólítiôös,"y de bui
sultó difícil suprimir la fuerte tradición sindicalista argentina, pero allí tam- a acuerdos políticos negc
bién se obligó a los dirigentes obreros a mostrar gran prudencia. Los tres Por glti¡r-ro, gobier
^lqs
regímenes militares crearon el <imperativo econórnico> para tratar de las re- crsclmtento economlco n
laciones laborales. econóiÌiicds ìhieinàcional
¿Por qué esta dureza contra Ia clase obrera'/ Considerados a corto plazo, denõia del sistema muncl
los tres casos pueden explicarse por la necesidad de acometer políticas an- tos- regímêlès Tolj?ron- c
tiinflaciouistas irnpopulares. Estos regímenes llegaron al poder cuando la in- cionales: (vastas compañí
flación y la balanza de pagos deficitaria habían vuelto sus cconomías peli- P,ara cor-rgeguir crédito y
grosamente vulnerables. En los tres casos, casi se había agotado el créditcl con sus acreedoreg,lcomt
internacional, público o privado, del mundo capitalista. Se había requerido nismõð de préstamo inte
de los trcs que pusieran en marcha programas de estabilización. Como nin- Desarrollo Interamerical
gún país no capitalista había logrado en los añ<ts recientes conseguir la esta- cn los miembros más int
bilización económica sin provocar una caícla de los salarios reales (por lo ge- jóyengs economistas prel
neral muy grande) y como Argentina, Brasil y Chtle tenían mucha ex- identificarse con apodos
periencia en olganizar la resistencia obrer¡r ante los progrâmas de estabiliza- México, como veren
ción, no era una sorpresa que estos gobiernos militares quisieran controlar rente, ya que el Estado
r'-strechamente a esta clase. res populares antes de I
La transformación de América Latina 69

sin embargo, los tres casos de políticas antiobreras tenían causas más
profundas. Estos gobiernos proclamaron ser <antipolíticos>, culpaban del in-
fortunio de sus países a la supuesta incompetencia, deshonestidad o traición
de los políticos y se mostraron más agresivos hacia los políticos izquierdistas
radicales y los líderes obreros. Se dejaron abiertos pocos canales cle oposición
política. Del mismo modo que chile fue una vez el sistema más democrático,
su régimen militar se convirtió en el más draconiano, al abolir todos los par-
tidos políticos y quemar las listas electorales. Los generales repudiaron la
competición política abierta y pluralista por la que el país se había hecho fa-
moso. Chile iba a entrar en una era <librQ,¡ de polítiça.
El gobierno militar argentino tomó medidâr reu"ru, enl976: suspendió
el congreso y todos los partidos políticos, lo que significó un hiato en la com-
pgliglóq política. Los guardianes militares de Brasil, aunque llegaron al po-
der en una atmósfera política menos radicalizada que los otros dos gobiernos,
también se vieron impulsados en su segundo año (1965) a abolir los antiguos
partidos políticos (reemplazados por dos nuevos sançionados por el gobier-
no). A una fase máq ¡eprBsiva (aunque con menos muertes que en Aigenti-
na o Chile) iniciada en 1968, le siguió una <aperturu gradual a partir de
1978.
T,os regímenes que avanzaron por este camino acabaron conociéndose
como ëstadôs oburocrático-autoritarios> y presentaron varias características
l
f coníuäés. Úna fue el.nombrami,gntq.pq¡4targos públicos de gente con carre- t)
{ tài-ãttâihenie burocráticas: rniómbiäs ¿et'éier.ito, et fu'ciãnariado civil o
co¡po¡gciqn*e¡. iyp9L1_a1tes. La segunda coniistió en la exclusión política y
económicâ de 1ã'clãðã tiabajadora y ei control de los sectores populares. Lã
iércãíäTúälä"îèdùi¿iéñ-ö'öädièäiúináðidn de la-aciivioâd políiióã, en èspe-
cial eil las prirñeras faseö del régimen:,se definían los probrËmas comb técni-
cos, no políticós, y se buscaban solucicines administrativas en lugar de llegar
a acuerdos políticos negociados. I
pnl"l{lig}.pJos gobiernos Hiiäcráticos-autoritarios trataron de reavivar
el
crecimiento económicô"mêdi¿l.äte la consolidación de vlnculos con las fuerzas
econó'irri.-iâl'iî-1ginàciónates, revisando, una vez más, los términos de ra depen-
dêñõiäää";iüèmâ mu"oiäi-siõb;i. De forma iõi åiiigãnrcr aô
tos regímenes forj_aron con frecucncia alianzas "rp".iri*,
con corporaciones multina- "r-
cionales (vastas compañías internacionales como IBM, philips, volkswagen).
Pata coqleguir crédito y ganar tiempo, también necesitaban llegar a acuerdos
con sus acreedores,.como los bancos estadounidenses y europeos y los orga*
nis_mos de préstamo internacionales (como el Banco Mundial y er Banco de
Deiâiiôllo Líieraméricano), Este tipo de tareas se delegaron por lo común
en los miembros más internacionales de la coalición original, con frecuencia
iéYengs.çso¡omisfas preparados en instituciones estaclounidenses, que solían
identificarse con apodos irónicos, como los
"Chicago boys> de Chile,
México, como veremos en el capítulo 7, representa una situación dife-
rente, ya que el Estado había adquirido un control efectivo sobre los secto-
res populares antes de la caída económica de los años sesenta, por lo que
70 I-li,storia ('ontentporánea ¿le Amérit'u l,utinu

pudo hacer la transición del autoritarismo "¡rr:pulista" a una versión modifi- mercado y la inversión extr
del autoritarismo "burclcráticct> sin un brutal golpe militar. Ese control
cad¿r pulso a rìucvas exportaciot
sobre los sectores populares se ¡rrobó cle nuevo clurante la larga crisis econó- conjunto de ideas oneolibc:
mica que siguió a 19U2. Centroamórica demuestra la volatilidad de las condi- ca económica y significó cz:
ciones socialcs dclnde el desarrollo económico se dio lrajo la dictadura tradi- industrialización en lugar c
cional, sin dar lugar a una rel'orrna creciente. Y Cuba, con su revolución --,Xasi sin elección, la m
social. ofrece un modelo más de transición y cambio. rrín las condicioncs patroci
ses más pequeños, como C
xico hizo progresos impor
Fase 5. Crisis, deuda y democracia Argentina, Brasil y Perú ¿
(década de 1980-<técada de 1990) país de todos, resistiría las
En 1990, cuando se ha
E,l crecimiento econórnico clurante los años setcnla clepenclió del préstamo de los intereses, la deuda
externo. En 1973 y 1974 y de nuevo en 197t3 y 1979, la acción concertada de dólares. Desde 1982 hasta
los países exportadores de petróleo llevó a unos aumentos abruptos en el llones de dólares a las nac
precio mundial del crudo, Como no podían gastar todos sus inesperados be- el Plan Marshall. El prodr
neficios (conocidos técnicamente como "rentas>) en sus propios países, Ios 19tì2, 1983, 1988 y l9tì9, y
potentados del Oriente Próximo hicieron depósitos masivos en bancos inter- 100 en esa década.
nacionales. Resultaba l:astante lógico que estos barrcos quisieran prestar este En este contexto iJe cr
dinero a clientes faltos de capital pero merecedores de crédito, a unas tasas rismo, en muchos casos h¿r
de interés provechosas. Los banqueros prominentes de Europa y Estados tras los rcgímenes burocrÍ
llnidos decidieron que los países latinoamericanos parecían buenos clientes giles. Los industriales loca
potenciales, en especial si sus gobiernos se comprometían a mantener la ley multinacionales y el instin'
y cl orden. vantó protestas de intelec
Así comenzó un ciclo frenético de préstamos. Entre:1970 y 1980,. Améri- Bajo el peso de la crisis de
ca Latina incrementó su cleuda externa de 27.000 millones de dólares a cidieron volver a los cuart
231.000 millones, con unos pagos anuales (intereses más amortizaciones) de que parecía ser <un problt
18.000 millones. En seguida aparecieron las complicaciones. Bajó el precio También brotó presiór
de las mercancías, subieron las tasas cle interés real y los banqueros se mos- noamericana durante los a
traron rçacios a seguir concediendo créditos. Los países cle Ia región expe- civil, cuando los ciudadan,
rimentaron crecientes dificultades para curnplir con sus obligaciones de la y pidieron cuentas a los gt
cleuda y en agosto de 1982 México declaró su imposibilidad de pagar. El go- tre las fuerzas de oposició
bierno estadounidense reunió frenéticamente un paquete de rescate para ese tar. En segundo lugar. cxi
país, pero sólo proporcionó un respiro a breve plazo. Para cubrir los intere- toral, al clamar el puebl<:
ses únicarnente, los ¡:r'incipales deud<tres latinoarnc'ricanos --Argentina, Bra- consecuencia de toclos esl
sil y México- tenían que pagar por año el ec¡uivalente clel 5 por 100 de su dentes civiles, de clase me
producto interior bruto (PlB). Atrapacla en la disyuntiva de reducir sus in- ramente en Brasil, Argent
gresos por exportación y aumentar sus obligaciones de servicicl de la deuda, La mayoría de estos re
América l-atina se suinó en uua crisis económica de una clécada. chos países, el ejército segt
A lo largo de los años ochenta, las autoriclades internacionales go-
bierno cstadounidense, los banqueros privados y especialmente el-el
na y podía ejercer el veto t
Rlndo (incluida Ia elirninación fís:
Monetario Internacional (FMI)- impusiercln estrictos términos a los deudo- los noventa, Ia izquierda n
res latinoanrericanos. Si los gobicrnos ernprendían reformas económicas pro- creditada por el derrumbe
fundas, podían hacerse merecedores dc la exoneración de sus cargas con la Unión Soviética, y en algur
deuda. Estas roforrnas casi sicrnpre incluían la apertura de las economías al tiva en política. Los tema..
Lu trunsformación de Anúri<:a Lutina 71

mercado y la inversión exteriores, la reducción del papel del gotrierno, el im-


pulso a nuevas exportaciones y la toma de medidas contra la inflación. llste
conjunto de ideas "neoliberales> requería <ajustes estructurales> en [a políti-
ca económica y significci casi el repudio total de las estrategias basadas en la
industrialización en lugar de la irnportación antes tan alabadas.
;Xasi sin elección, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos acepta-
rín las concliciones patrocinadas por el FMI, al menos formalmente. Los paí-
ses más pequeños, como Chile y Bolivia, lograron llevarlas a la práctica. Mé-
xico hizo progresos importantes hacia finales de la década de 1980, como
Argentina, Brasil y Perú a principios de los años noventa' Brasil, el mayor
país de todos, resistiría las fórmulas del F'MI hasta mediados de los noventa.
En 1990, cuando se habían concedido más préstamos para cubrir el pago
de los intereses, la deucla total latinoamericana subió a 417.500 millones de
<lólares. Desde 1982 hasta 1989, América Latina transfirió más de 200.000 mi-
llones de dólares a las naciones industrializadas, equivalentes a varias veces
el Plan Marshall. El producto interior bruto per cápita descendió en 1981,
1,982, 1983, 1988 y 1989, y mostró un descenso acumulativo de casi el l0 por
100 en esa década.
En este contexto de crisis económica, América Latina salió del autorita-
rismo, en muchos casos hacia la democracia. Las coaliciones que se hallaban
tras los regímenes burocrático-autoritarios resultaron ser relativamente frá-
giles. Los industriales locales se sintieron amenazados por las corporaciones
multinacionales y el instinto militar de aniquilar toda oposición militante le-
vantó protestas de intelectuales, artistas y representantes del sector medio.
Bajo el peso de la crisis de la deuda, también, algunos dirigentes militares de-
cidieron volver a los cuarteles y dejar que los civiles se hicieran cargo de lo
que parecía ser (<un problema insoluble>,
Thmbién brotó presión desde abajo. Un hecho notable de la política lati-
noamericana durante los años ochenta fue el surgimiento de la participación
civil, cuando los ciudadanos comunes comenzaron a insistir cn sus derechos
y pidieron cuentas a los gobiernos. En parte fue el resultado de la unión en-
tre las fuerzas de oposición producida por la brutalidad de la represión rnili-
tar. En segundo lugar, existió un compromiso creciente con el proceso elec-
toral, al clamar el pueblo por elecciones libres y justas. Por último, como
consecuencia de todos estos procesos, apareció un nuevo cuadrt¡ cje presi-
dentes civiles, de clase media y con una buena preparación' Esto se vio cla-
ramente en Brasil, Argentina y Chile.
La mayoría de estos regímenes uo fueron democracias completas. En mu-
chos países, el ejército seguía manteniendo un poder considerable tras la esce-
na y podía ejercer el veto sobre la política importante.
'Iias años de reprcsión
(incluida la eliminación física) a manos de dictadores militares, en la década de
los noventa, la izquierda marxista estaba rnuy dividida, desmoralizada y desa-
creditada por el derrumbanriento del comunismo en la Ruropa del Este y la
Unión Soviética, y en algunos países todavía se le negaba la participación ef'ec-
tiva en política. Los temas clave, como la reforma agraria, no tenían posibili-
72 llistoria contemporánea de América l,atina

dad de ser consiclerados con seriedad. Los clerechos humanos sufrían violacio- Cunnno 2.1. Modelos de
nes constantes. Y muchas decisiones cruciales, en especial sobre la política eco-
Desarrollo
nómica, se tomaron en las altas esferas y de forma autoritaria.
econó¡niut
Hacia inicios de los años ¡roventa, América Latina había comenzado por
fin a cosechar los frutos de haber aceptado rigurosas políticas de reforma. Fase 1 Iniciación del
Con exclusión de Brasil (que pospuso sus reformas hasta 1994), la inflación (1880-re00) crecimiento b
promedio en toda la región cayó clel 130 por 100 en t9tì9 al 14 por 100 en en la expo,r!¡
1994. Parcialmente en respuesta a ello, los inversores internacionales miraron inppr!ación
favorablemente a América Latina. La entrada de fondos privados del ex-
tranjero de Europa, Japón y Estados Unidos- aumentó de Fase 2 Expansión de
-principalmente
sólo 13.400 millones de dólares en 1990 a la imponente suma de 57.000 mi- (1900-1930) exportación-
llones en 1994. (En 1993 solamente, los inversores estadounidenses compra- importación
ron más valores extranjeros en todo el mundo
- cerca de 68.000 millones-
que durante tocla la década de los ochenta.) Y como resultado, el crecimien-
Fase 3 Industrializac
to promedio en América Latina creció de apenas el 1,5 por 100 en 1985-i990 (I930-principios en lugar de
al respetable nivel del 3,5 por 100 a inicios de los años noventa. de la década importación
Los problemas no obstante persistieron. La mayoría de esta nueva inver- de 1960)
sión privada venía en la forma de inversiclnes de cartera (esto es, compras en
bonos o acciones) antes que en inversiones (directas> (tales como plantas o Fase 4 Estancamienl
fábricas). Las inversiones de cartera tienden a ser sumamente móviles y no- (1960-principios crecimiento b
tablemente volátiles, y pueden dejar los países anfitriones casi instantánea- de la década en la sustituci
mente. De ese modo cuando la Reserva Federal de Estados Unidos empezó de 1980) importacione
a aumentar sus tipos de interés a comienzos de 1994, Ios inversores comen- crecimiento l:
zaron a prever mejores ganancias en el mercado estadounidense' Esta ex- en la exporta'
los años seter
pectativa llevó a una caída del 14 por 100 en la entrada de capital a Améri-
ca Latina en 1994. Y cuando México quebró en diciembre de 1994, los Escasez de di
Fase 5
inversores extranjeros abandonaron los mercados en toda la región en lo que ,
(principios (acuciada por
se llamó el <efecto tequila>. La conclusión es dolorosamente clara: pese a losf de la década deuda extern.
esfuerzos impresionantes y a menudo valientes por la reforma económica, de 1980) conduce al
América Latina todavía era vulnerable a los caprichos del mercado financie- estancamient,
ro mundial. recesión
Había problemas estructurales también. Uno era Ia persistencia de la po-
breza. Según los patrones internacionales, casi la mitad de la población de
América Latina (46 por 100) es considerada ,.pobre> a comienzos de los años
noventa. Un segundo problema de larga duración era la desigualdad. Desde estaba lo que se podría llan
que en los años cíncuenta hubo datos accesibles sobre esta cuestión, Améri- más dura en Guatemala; en
ca Latina ha exhibido la distribución del ingreso más desigual existente en el sos se situaban entre ambos
mundo que en África, el Sureste asiático y el Oriente Próximo- y nía, Chile recuperó otra ve
-mayor
esta situación estaba empeorando progresivamente. Hacia comienzos de los democrático de la región qu
años noventa, el 10 por 100 más rico de las familias en América Latina reci- zas armadas. Mostrando un
bía el 40 por 100 de la renta total; mientras que el 20 por 100 más pobre re- tina y Brasil transfirieron e
cibía menos del 4 por 100. De forma que la equidad social planteaba un de- Iimpias. Aunque, debido pa
safío muy importante para la región, tuciones políticas (especialr
Hacia mediados de los años noventa, América Latina presentaba un am- como los ministerios e insti
plio espectro político (siempre al margen de la Cuba socialista). En un polo das en estos y otros países.
La transformoción de América Latina 73

Cu¿pno 2.1. Modelos de cambio en América Latina

Desarrollo Cambio Resuhado político


econtimicr¡ social típico

Fase 1 Iniciación del Modernización de la Democracia


(1880-1e00) crecimiento basado elite, aparición del oligárquica o
en la exp.qltacién- sector comercial y dictadura integradora
impg¡-tqc-ión nuevos profesionales

Fase 2 Expansión de la Aparición de los Democracia cooptada


(1900-1930) exportación- estratos medios,
importación comienzos del
proletariado

Fase 3 Industrialización Formación de la elite Populismo o


930-principios en lugar de
(I empresarial, democracia cooptada
de la década importación fortalecimiento de
de 1960) la clase trabajadora

Fase 4 Estancamiento del Agudización del Régimen burocrático-


(1960-principios crecimiento basado conflicto, a menudo autoritario
de la década en Ia sustitución de de clases
de 1980) importaciones; cierto
crecimiento basado
en la exportación en
los años setenta

Fase 5 Escasez de divisas Aumento de la Democracia electoral


(principios (acuciada por la movilización de los incompleta (con veto
de la década deuda externa) grupos de clase militar)
de 19tì0) conduce al medios y bajos
estancamiento o
recesión

estaba lo que se podría llamar <autoritarismo electoral>, que tenía su forma


más dura en Guatemala; en el otro, la <democracia incompleta>; muchos ca-
sos se situaban entre ambos polos. Después de una larga lucha contra la tira-
nía, Chile recuperó otra vez su lugar, junto a Costa Rica, como el país más
,' democrático de la región quizá a la continuada autonomía de las fuer-
-pese
I, zas armadas. Mostrando un grado considerable de apertura política, Argen-
'
tina y Brasil transfirieron el poder presidencial mediante eleìciones librãs y
limpias. Aunque, debido particularmente a las dictaduras militares, las insti-
tuciones políticas (especialmente la justicia, la legislatura y la burocracia, así
como los ministerios e institutos gubernamentales) se hallaban muy debilita-
das en estos y otros países. Perú afrontó quizáel vacío institucional más ex-
74 lli,çtoria r:onlem¡tttránett de Américo I'atbta

tremo cn tocla la región. A rnediados cle lcls años uoventa, se planteó una pre- figura melancólica, vestida t
gunta clave: ¿,Tencliían las frágiles democracias latinclamericanas la fuerza y altar y rezando por la recler
ia competenóio poru gobernar? ¿Podrían ciesarrollar la capacidad institucio- tegido.
nal neiesaria pata consolidar las reforrnas rccientes y pâra combatir los pro- Por supuesto, la realicl¿
blemas de Ia pobreza y la desigualdad? machismo y del marianism
En resunùn, la evolución ¿e las sociedacles principales de América l-ati- de la sociedad latinoamerir
na ha seguido un modelo en el que los clesarrollos económico, social
y políti- por miembros de los dos sc
co están-vinculados. La adhesióñ a un moclelo general ha vari¿rdo de un país El papel social de las n
â otro, pero, con toclo, rcsulta pclsible discernir las líncas gclrerales de una vada, en particular la fami
experiencia histórica común desde finales del siglo xlx. (El cuadro 2.1 pre- las clases infcriorcs, han sic
,.nto un resumen simplificado.) Se clebe recordar que este conjunto de mo- milia, debido al abandono
clelos se deriva de la ñistoria cle las n¿rciones mayores y con más desarrollo superiores, las familias ext
económico de Arnérica Latina. Algunas de las regiones merlos desarrolladas' matronas enérgicas, figurar
como Centroarnérica y Paraguay, han pasado sólo por algunas de estas trans- testable sobre asuntos fam
formaciones y su trayôctclriise ha visto muy afectada por [a oportunidad de y la herencia.
su inicio. Dei mismo moclo que los factores globales han condicitlnado la ex- Con el tiempo, los má:
periencia histórica cle los países mayores, condicionarán el futuro clesarrollo ensanchado mucho. En el
ãe los países menos ouunrã,lo.. En otras palabras, no hay gar¿ìntías de que la trionas de tertulias en las c
historià cle Argentina o Brasil anuncie el futuro de Honduras y Paraguay, bre novelas y literatura. A
como tampo.o dt qu" el conocimiento de la historia estadounidense del si- des Cabello de Carbonero,
glo xlx nos permita predecir la evolución de Chile o México' (tradición establecida Por I
la Cruz). Pero persistieron
chez, anfitriona de un famr
Mujeres y sociedad ción femenina en versos ir
Durante el siglo xx, el
Si juzgamos por los criteriôs convencionales, las mujeres han desempeñado tratos de clase media en es
sól,c pãpeles irrenot"t en la transformación económica y política de América actos sociales (en Parte Pc
Latina. Una mirada a los cargos públicos importantes parece confirmar esta un matrimonio Poco conv,
impresión. ¿Por qué ha sido así? Para responder, necesitamos primero exa- laboral y se han distinguid
minar la .ultu.n íatinoamericana. Una nol'ma central de ésta la constituyen incluso abogadas. En las g
las nociones cle tnachismo, celebración de las exprcsiones sexuales y sociales apenas puede distinguirse
de la potencia y viriliclacl masculinas. Durante siglos' esta idea ha proporcio- York.
na<io precepto y justificación para formas variadas <le agresión y dogmatisrno, Sin cmbargo. las muje
que a su uó, r" llan vinculaclo a la protccción del honor. Parece que el ma- en la arena pública (cuanr
.hir.o tuvo su origen en las concepciones medievales de la caballería y se cuadro 2.2, obtuvieron mu
adaptír firmemente al cambio social. En tod<l caso, sigue vigente' mayoría en los años treint
La otra cara de cste estcreotipo de orientación masculina ha sido, para las dios inclican que muchas n
mujeres, el culto mariano. Ilste mito recibe el nombre {e la Virgen María y vico más que como una in
exalta las virtudes asociadas a la feminiclad: semidivinidad, superioridad mo- haber votado por deferenr
ral y fortaleza espiritual. Porque son las mujeres' según la concepción latino- Pero no siempre. En I
arnéricana, Ias guardianas de la virtud y la propiedad. Se las describe con una balanza en favor del canc
capacidacl infinita para la humildad y el sacrificio y, como figuras maternas, bres habían otorgado la n
dernucstran unâ toler¿ìncia inquebrantable hacia las travesuras impulsivas (a mo país, las mujeres de cl
rrenuclo infantiles) cle los hombres machos. Así, la típica imagen femenina es apoyo electoral para la izr
la de santidacl y tristeza, a tnenudo identlficada con los rituales de duelo: una gación sobre el tema (era 1
La trans.frtrmación de Arnë.rica [-atina 75

figura melancólica, vestida de negro y tocacla con mantilla, arrodillada ante el


altar y rezando por la redención de los hombres pecadores de su mundo pro-
tegido.
Por supuesto, la realidad no siempre se ha ajustado a las mitologías del
machismo y del marianismo. Pero ambos cultos han sido partes integrantes
de la sociedad latinoamericana y han sido utilizados y explotâdos sin cesar
por miembros de los dos sexos.
EI papel social de las mujeres se ha confinado en general a la esfera pri-
vada, en particular Ia familia, donde han reinado. Fundamentalmente entre
las clases inferiores, han sido, desde los tiernpos de la colonia, cabezas de fa-
milia, debido al abandono o la muerte del esposo. Y entre la elite de clases
superiores, las familias extendidas han sido dominadas con frecuencia por
matronas enérgicas, figuras de abuela que mantenían una autoridad incon-
testable sobre asuntos familiares como el matrimonio, el lugar de residencia
y la herencia.
Con el tiempo, los márgenes de la conducta femenina aceptable se han
ensanchado mucho. En el siglo xrx, las mujeres de cultura solían ser anfi-
trionas de tertulias en las que los invitados se enzarzaban en discusiones so-
bre novelas y literatura. Algunas, como Clorinda Matto de Tlrrner y Merce-
des Cabello de Carbonero, de Perú, se convirtieron en escritoras distinguidas
(tradición establecida por la monja mexicana del siglo xvrr sor Juana Inés de
la Cruz). Pero persistieron las restricciones, como denunciaba Mariquita Sán-
chez, anfitriona de un famoso salón de Buenos Aires, que describía la condi-
ción femenina en versos irónicos.
Durante el siglo xx, el proceso de cambio se aceleró. Dentro de los es-
tratos de clase media en especial, las jóvenes dejaron de ir acompañadas a los
actos sociales (en parte porque la familia ponía menos en juego en caso de
un matrimorrio poco conveniente). Las mujeres han entrado en el mercado
laboral y se han distinguido como maestras, profesoras, dentistas, médicas e
incluso abogadas. En las grandes ciudades metropolitanas, su estilo de vida
apenas puede distinguirse del de las mujeres que viven en París o Nueva
Y<rrk.
Sin embargo, las mujeres latinoamericanas han entrado muy lentamente
en la arena pública (cuanclo no se les ha prohibido entrar). Como revela el
cuadro 2.2, olttuvieron muy tarde el derecho al voto en muchos países, en la
mayoría en los años treinta o cuarenta (y hasta 1961 en Paraguay). Los estu-
dios indican que muchas mujeres interpretan este derecho como un deber cí-
vico más que como una inclinación partidista. En muchas ocasiones, parecen
haber votado por deferencia a las preferencias de sus esposos.
Pero no siempre. En 1958, por ejemplo, las mujeres chilenas inclinaron la
balanz.a en favor del candidato presidencial conseruador (cuando los hom-
bres habían otorgado la mayoría al oponente radical). Y en 1970, en el mis-
mo país, las mujeres de clases bajas proporcionaron una importante base de
apoyo electoral para la izquierda victoriosa. Es necesaria una mayor investi-
gación sobre el tema (era fácil en Chile, donde por ley mujeres y hombres vo-
76 Historia contemporánea de América L'ttÍina

Cuanno 2.2. Sufragio femenino en América

Año cn cl que se reconoció


el sufragio nacional femeuin<r

Estados Unidos t920


Ecuador 1929
Brasil 1932
Uruguay 1932
Cuba t934
El Salvador 1939
República Dominicana 1942
Guatemala t945
Panarná t945
Argentina 1947
Venezuela 1947
Chile 1949
Costa Rica t949
Haití I 950
Bolivia t952
México 1953
Honduras 1955
Nicaragua 1955
Perú 1955
Colombia t957
t96l Enferma y dernacrada pero cÍìl
Paraguay
file en coche con ocasión de la
'IÌ:- junirl tle 1952; murió al mcs si¡
Fuente: Elsa M. Chaney, Supermadre: Women in Politics in Latin Americo, University of
xas Press, Austin, 1979, p. 169.

Martínez de Pertln, I9'74-1


tan en casillas separadas), pero todo indica que las mujeres están afirmando Y cuando han ocupado un
yectar en sus tareas un clal
cada vez más posiciones independientes en las elecciones clave,
También han mostrado su influencia de otros modos. En Argentina, for- Evita Perón, quizá. la mujer
maron un bloque impresionante en el movimiento peronista de los años cua- dental: de este modo, Evita
renta y cincuenta. Son activas en los rituales de la polítiea mexicana. Han temas del marianismo.
participado en manifestaciones clave: una fue la protesta de las cacerolas
En este gran hogar
contra el gobierno de Salvador Allende en Chile; otra, que comenzó a fina- quiera de los innunrerat
les de los años setenta, fue la vigilia semanal de las <madres de la Plaza de primero en mi esposo y
Mayo>, en busca de información sobre sus familiares y seres queridos que ha- dre de rni pucbl<1.
bían <desaparecido" en Argentina. Han tomado parte en los movimientos re-
volucionarios de México, Cuba y Nicaragua, y asumieron cargos dp impor-
tancia y liderazgo en muchas organizaciones de base que surgieron en los En el contexto de los c

años ochenta y noventa. su cultura, las mujeres latir


Aun después de décadas de progreso, han conseguido relativamente pocos feminista importante, aunq
cargos políticos importantes, entre el 8-10 por 100 de cargos legislativos y mi- mayoría de ellos, han opera
nisteriales a mediados de los noventa. La primera mujer presidenta (Isabel líticas prevalecientes. Com<
La traulorntación de América Latina 77

Enferma y demacrada pero cautidora, Eva Perón saluda a la multitud durante el des-
fiìe en coche con c¡casión de la segunda investidura de su esposo como presidente
en
junio de 1952; murió al mes siguiente. (r.Jnitecr press Internaìional.)

Martínez de Perón, 1gi4-1976) llegó al cargo por la muerte de su esposo.


Y cuando han ocupado un puesto, las mujeres iatinoamericanas suelen pro-
yectar en sus tareas un claro enfoque femenino. Rscuchemos por ejempìo
a
Evita Perón,quizá Ia mujer rnás poderosa en la historia del hemisferio occi-
dental: de este modo, Evjta, voluntariosa y con ambición política, atendía los
tcrnas dcl marianismo.

En este gran hogar de Ia patria, yo soy corxo cuarquier otra mujer en cual-
quiera de los innurnerables hogares de rni pueblo. Igual que todas ellas, pienso
primero en mi espos. y mis hijos .., Es que me siento vercladeramente Ia ma-
dre de mi pueblo.

En el contexto cle los constreñimientos (y ventajas) proporcionados por


su cultura, las mujeres latinoamericanas no han clesarrollado un movimiento
ferninista importante, aunque se ha iniciaclo cn Brasil y otros países. En la
mayoría de ellos, han operado dentro cle las categorías socioeconómicas y po-
líticas prevalecientes. como Elsa M. chaney preãi1o en 1979, nlas mujerás la-
I.u
78 Historia contem¡torítnea de Américtt l'tttinu
,

tinoamericanas probablemente no repetirán los modelos de liberación feme- clustrialización en Europa y los Estad
nina estadouniclense o cle Europa Occidental. Tienen su realidad propia... incentivos plantea para los paíscs latit
Cualquier cosa que hagan, las mujeres latinoamericanas decidirán su curso 6. ¿Cómo afecta la relación cntl
ria del tist.-u la composición y disp'
cle acción en el contexto de su cultura y aspiracionesr.
las sociedades latinoamericanas? Un
por ejemplo. ¿,poclría tener una estru(
Un marco para establecer comparaciones oortait¡r-cle cobre (Chilc)'l ¿'Quó itn¡
7. ¿,Cómo se las han arrcglado
lt
dã su lugar en Ia econcllnía glc
Uno de los propósitos cle este libro es proporcionar una base para el análisis charse
comparativo de América Latina contemporánea, lo que conlleva tres pasos: clo que la posesión de petróleo, po.r
primero, identificar los modelos y procesos compartidos por las sociedades .u-ã Mé*í.o, Venezuela e incluso Ec
latinoamericanas; segundo, identificar las diferencias entre sus experiencias fluencia internacional (y dificultades
sos similares en el Pasado'?
históricas individuales; y, tercero, y lo más difícil, averiguar las razones de
esas diferencias,
tì. ¿Cuáles son los factores Polí
Hasta ahora hemos presentado un esquema general para describir la nacional? La presencia (o ausencia)
transición socioeconómica y potítica de América Latina. Para comprender Ias Dor poner un ejemplo obvio. podría I
similitudes y diferencias entre varios países, necesitamos responder un con- Ll"".inn", para los políticos latinoar
junto común de cuestiones fundamentales. De acuerdo con ello, hemos enfo- cretos, esta preocupación puede trasl
gráfica con Estados Unidos' Debido
cado los casos prácticos que siguen con varias preguntas en mente:
iíti"u u""t"u cle la supuesta <seguridi
puede otorgar un mârgen de acción r
1. ¿,Cómo ha evolucionado la estructura de clase? ¿Cuáles son las clases
gurno*, a las naciones de la cuenca d
sociales más importantes? ¿Faltan algunas? En algunos casos, los cambios eco-
nómicos han conspirado para crear ciertos agrupamientos y para evitar la for-
Ofreceremos un análisis comPal
mación de otros. No toda sociedad latinoamericana ha tenido una elite rural o
industrial, por ejemplo, y la ausencia de un agrupamiento social puede tener Nuestra tarea inmediata es pasar a l'
un efecto tan importante sobre el orden social como la presencia de otros.
2. ¿Qué clases sociales tienen mayor pocler? ¿Quién controla la econo-
mía y quién domina la escena política? ¿Cuánta competencia efectiva existe
entrelosgrupos? , 'r ' 451,
3. ¿Õué agrupamientos forman ãliãnzas'/ ¿Existe alguna coalición so-
cial? ¿;En qué intereses se basan? ¿,Se encuentran los trabajadores industria-
les más dispuestos a formar una alianza con los dirigentes empresariales que,
por ejemplo, con los campesinos que comparten su p<lsición social de clase
baja?
4. ¿,Qué autonomía tiene el Estaclo? ¿Representa el gobierno l<ls inte-
reses cle una sola clase social (o coalición) o se mantiene al margen de tales
lealtades? Si es militar, por ejemplo, ¿;sus dirigentes procuran permallecer
¡ror encima y más allá de los conflictos de la sociedad civil?

Los factores internacionales han descmpeñado papeles clave en la histo-


ria latinoarnericana, en particular con respecto a los asuntos económicos.
Esta dimensión da lugar a preguntas adicionales:

.5. En un momento dado, ¿qué clase de actividad se desarrolla en el cen-


tro de la economía internacional'/ ¿,Cuál es la apariencia y la forma de la in-
I.,a trun,sforntuci(tn de América Latina 79

[eme- dustrialización en Europa y los Estados unidos y qué tipo cle limitaciones e
¡ia ... incentivos plantea para los países latinoamericanos?
curso 6. ¿cómo afecta la relación entre las economías del centro y la perife-
ria del sistema la composición y clisposición cle las clases sociales dentro cie
las sociedades latinoamericanas? un país exportador de carne (Argentina),
por ejemplo, ¿podría tener una estructura de clases diferente de urrpaís ex-
portador de cobre (Chile)? ¿Qué implicaciones rendría?
7. ¿cómo se las han arreglado los países latinoamericanos para aprove-
álisis charse de su lugar en la economía globar? La experiencia recienìe ha sugeri-
ASOS: do que la posesión de petróleo, por ejemplo, puerJe proporcionar a países
ades como México, venezuela e incluso Ecuador una oportunidäcl económica e in-
rcias fluencia internacional (y dificultacles a largo plazo tarnbién).
¿Ha habido ca-
sde sos similares en el pasado?
8. ¿,cuáles son los factores políticos predominantes en la escena inter-
ir la nacional? La presencia (o ausencia) de una guerra fría oriente-occidente,
r las por poner un ejemplo obvio, podría ayudar a determinar la gama posible de
con- elecciones para los políticos latinoamericanos. También, en-momentos con-
nfo- cret-os, esta preocupación puede trasladarse a otro factor: Ia proximidad geo-
gráfica con Estados unidos. Debido a consicleraciones de naturaleza geopo-
lítica acerca de la supuesta <seguridad nacional>, Estados unidos ruy ui"n
lSES puede otorgar un margen de acción mayor a un país como Argentina que, di-
lco- gamoq a las naciones de la cuenca del Caribe.
for-
alo ofreceremos un análisis comparativo de los países clave en el epílogo.
ner Nuestra tarea inmediata es pasar a los casos prácticos,

no-
iste

so- &Sltiqz
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ile 1820 habían conseguidcr
contetnplaba sus clominios
trias a pequeña escala Y cor
oeste del interior. Iln la cos
Argentina: prosperidad, estancamiento ros cercanos producían cuer
de Buenos Aires se fue co¡
y cambio ilad. Y, lo quc cs más imPor
te al oeste se fueron separal

La

Las décadas siguientes a Ia

T a actual Argentina fue en un principio un lugar desatendido dentro del argentinos por la dirección
L imperio colonial hispanoarnericano. A diferencia de México y Perú, Ia nuevo país. Una facción la
región del Río de la Plata carecía de metales preciclsos, a pesar de su nom- provincia (y ciudad) de Bu
bre. Tampoco tenía una población nativa estable. Los indios eran escasos y tuaria: despojarla de su aut
nómacias, por ìo cual los españoles no dispusieron de una fuente de trabajo cual se redujeran las barreri
abundante. Su mayor recurso era la fertilidad de su tierra, una de las más ri- al tráfico internacional.
cas del mundo, ya que hay marga a nrenos cle mcdio,metro de profundidad El segundo grupo era el
en ciertas zonas. Otra ventaja era la situación cle Buenos Aires, que le per- taban de acuerdo con la I
mitiría convertirse en un glan pucrto si se realizaba el dragado necesario. No Aires porque querían rePa
obstante, estas condiciones no proclujeron una economía dinámica en el pe- provincias. Al mismo tiemP
riodo colonial, pues .no se contaba con tecnología ni con rnercado para ex- especial la facultad de imPt
plotar las fértiles pampas. El puerto sirvi<i en gran medida para canalizar el industrias locales.
rentable mercado de contrabando por la Suraméricet española. Al tercer grupo tambi(
A pesar de que su economía colonial fuera modesta, sus caractcrísticas sus miembros eran de la Pr
geográficas son importantes para entender el desarrollo posterior de la re- nalización de Ia ciudad Por
gión. El centro más próspel'o lo constituía el noroeste de la actual Argentina lio provincial sobre sus ing
y se hallaba vinculado a Perú, yâ que hasta 1776 formó parte cle ese virrei- bre comercio. En realidad, r

nato y su clesarrollo ecclnómico estuvo estrechanrente ligado a los embarques igual.


rumbo al norte de algo<Jón, arroz, Lrigo y artículos de cuero. La rcgión cos- El conflicto entre los tr
tera de Buenos Aires era menos activa. Su rnayor industria consistía en el 1840. Al final, el asunto lo
contrabando, pues los altos arancelcs aduauer<ls cle I-ima hacía atractivo uti- ca Latina: Juan Manuel de
lizar la ruta del Río dc la Plata para evitar los pägos. Sólo en 1J76, año en con anbiciones políticas. P,
que se convirtió cn la scclc del nucvo virreinato, [Jucnos Aires alcanzó a tc- timidar a los rudos gauchos
ner importancia. Desde entonces, el podgr empezó a desplazarso clel noroes- ambición no se detuvo ahí.
te a la costa nleridion¿rl, al convertirse el puerto cle Buenos Aircs en l¿r cn- en práctica una política qu
trada cle las inportaciones europcas, algunas de las cualcs colnpctían de solidación cle una aristocr
forma directa con la producción clcl rrorocste. Buenos Aires y, Io que es I
Las guerras cle indepenclencia supusieron un golpe ¡rara el virreinato dc guidores para lograr su obj
La Plata, pero r.ro ocasionaron el daño a Ia ¡:ropiedad que soportó México (y naclie de esta Íàza de mons
Uruguay). El sentirniento antiespañol unió a la elitc local y proclujo lo que se dida que consolidó su autc
convertiría en un <Juraclero mitcl de la valentía militar, cuando el general José de Buenos Aires sobre el ¡
de San Martín venció a las tropas Ieales a la corona española. En la clécada deralismo. Al rnismo tiem
Argentina BI
de 1820 habían conseguido la independencia y la aristocracia latifundista
contemplaba sus dominios con satisfacción. Continuaban existienclo indus-
trias a pequeña escala y comunidades comerciales en la zona central y nor-
oeste del interior. En la costa no había esa base artesana, pero los estancie-
ros cercanos producían cueros y carne en salazón para exportar y la ciu<tad
de Buenos Aires se fue convirtienclo en un puerto marítimo de gran activi-
dad. I lcl que es más importante, Buenos Aires y la región interiror del nor-
te al oeste se fueron separando cada vez más.

La lucha por la nación


Las décadas siguientes a la independencia contemplaron una batalla entre
argentinos por la dirección que debía tomar el desarrollo económico de su
nuevo país. una facción la constituían los <qnitarios>, principalmente de la
provincia (y ciudad) de Buenos Aires. euerían nacionâlizar ìu ciudad por-
tuaria; despojarla de su autonomía y luego convertirla en una base desdì la
cual se redujeran las barreras provinciales al comercio para abrir todo el país
al tráfico internacional.
. El segundo grupo era el <fe{eralista>, formado por gente del interior. Es-
taban de acuerdo con la necesidad de nacionaliiar la ciudad de Buenos
Aires porque querían repartir su recauclación por aduanas entre todas las
provincias. Al mismo tiempo, deseaban mantenei la autonomía provincial, en
especial la facultad de imponer aranceles interprovinciales parâ proteger las
industrias locales.
Al tercer grupo también lo llamaban <federalista>, pero era diferente:
sus miembros eran de la provincia de Buenos Aires y se ãponían a la nacio-
nalización de la ciudad portuaria, porque significaba ia peøioa del monopo-
lio provincial sobre sus ingresos aduaneros. fambién eran partidarios del li-
bre comercio. En realidad, este tercer grupo abogaba porquå todo continuara
igual.
El conflicto entre los tres grupos continuó durante las décadas de 1g30 y
1840. Al final, el asunto lo decidió uno de los famosos dictadores de Améri-
ca Latina: Juan Manuel de Rosas, ganadero cle la provincia cle Buenos Aires
con ambiciones políticas. Poseía una presencia físiòa imponente, capaz de in-
timidar a los rudos gauchos, y obtuvo er gobierno de su
þrovincia en 1g29. su
ambición no se detuvo ahí. Quería gobernar tocla Argentina.y para ello puso
en práctica una política que favorecía a los estancieros y prãpi.iuuu la ìon-
solidación de una aristocracia latifundista. Era un ardiente'rederalista de
Bue.nos Aires y, lo que es más importante, poseía el c¿¡risma miritar y
ros se-
guidores para lograr su objetivo de sometei a los caudillos rivales (para que
nadie de esta raza de monstruos quede entre nosotros>, según declaró. A me-
dida que consolidó su autorirlad personal, extendió el poãer de la provincia
de Buenos Aires sobre el país y ectificó una nación sobre el principìo del fe-
deralismo. Al mismo tiempo, organizó una poderosa rnaquìnaric guberna-
ÍJ2 Hi,storit¿ contenlporítn.ea de Atnérica I'atina
mental que completó con una especie de escuadrón coercitivo (Mazorca) En i862 Mitre tomó pos
pâra aterrorizar a todo aquel que osara oponerse al dictador, incluso sólo por paña para unilìcar Argentina
no lucir el color rojo oficial. Ies continuaron en el Poder.
Además de sus habilictades militares y políticas, Rosâs era un nacionalista autor de Fqcundo (1845), el ,

tan ardiente, que muchos extranjeros lo consideraban xenófobo. Quiso aplicar gauchos. Su objetivo real er¿
en su política exterior las tácticas que habían resultado tan bien en la interna. exiliado en Chile. Creía ardi
nNutrido por las máximas rnonopolistas <Je la legislación colonial española tadounidense e inst¿rba a los i
un diplomático francés de visita en 185t1-, no entiende ni pennite el camino fue la dilatada guct
-señalaba
el comercio a no ser que esté escudado por aranceles proteccionistas y regla- minuto país mantuvo a raya â
mentaciones rigurosas., Para stl mala fortuna, había logrado suscitar una po- F,l motivo fue el desatinado i

derosa alianza opositora en la que se incluían Brasil y Uruguay, así como el ge- Lôpez, de ejercer un control I
neral Justo José de Urquiza, que estaba al mando de las fuerzas que lo raná, tan importante para to(
vencieron en 1852. De inmediato, Rosas se exilió en Inglaterra. A pesar de su El tercer presidente liber
caída ignominiosa, había conseguido crear la unidad de Argentina con unas (1874-1880), Argentina emPt
provirrõias tan dispares. Desde el momento de su derrota se convirtió en una fi- las <guerras indias>. Las pro
gura legendaria. Los nacionalistas lo adoptaron como prototipo del patriota mucho tiempo que padecían
árgentino que buscaba el desarrollo nacional contra las fuerzas extranjeras, de- al mando del general Julio I
seosas de evitar que el país se convirtiera en una nación plena. Recuerda a Die- año 1880 también trajo la sc
go Portales de chile y Agustín de Iturbide de México, que también se convir- '1 la ciudad de Buenos Aires. S

iieron en gobernantes autocráticos cie mano dura durante la década que siguió trito de Columbia en Estadc
a la independencia. Pero Rosas gobernó mucho más que los otros dos. chos de voto plenos en las e
Durante su etapa, muchos intelectuales argentinos' como Domingo Sar- Hacia t880 Argentina e
miento y Esteban Echeverría, huyeron del régimen represivo. Detestaban el nómico sostenido. Desde la '
éxito político del caudillo gaucho de mano dura. Sarmiento lo describió como do del poder el tiempo sufic
el hombre nque aplicó el cuchillo gaucho a la cultura de Buenos Aires y des- gración del país en la econc
truyó el trabajo de siglos de civilización, derecho y libertad>. Estos intelec- Roca, héroe de Ia "Conquis
tuales soñaban con el día en que pudieran hacerse con el control de Argen- día mejorarse: el combatidt:
tina y conducirla hacia el camino del gobierno representativo liberal. Con la una rcpública suramericana.
caícla de Rosas en 18-52 llegó su oportunidad' La elite política tenía Pt
Se hizo con el poder Justo José de urquiza, federalista del interior. co- jantes de Brasil y México,
menzó convocando una asamblea constituyente, que promulgó una consti- raban que aplicaban los ve
tución en 1[ì53, seguidgra fiel del ejemplo estadounidense. lba a haber un europeas. Creían en el litre
sistema federal, con un presidente elegido por un colegio electoral, cuyos pseudociencia de Herbert S
miembros serían designados a través clel voto popular. El congreso federal una ¿ìristocracia, era el resu
tenía dos cámâras: la de los cliputados, elegida por voto directo, y la de los se- gauchos y los indios sometic
nadores, elegida por los poderes legislativos provinciales. Las provincias iban lógica liberal, enriquecer de
a retener todos los poderes que ntl estuvieran otorgados de forma específica
al gobierno nacional, aunque había una disposición que autorizaba a éste a
intervenir en ellas cuando lo considerara necesario. Visión general: cre
Ncl obstante, la controversia acerca de la posición de Buenos Aires dis-
taba mucho de haber concluido. La provincia de Buenos Aires, en pfotesta El éxito económico argentir
por la nacionalización de la ciuclad en la nueva constitución, rehusó unirse para proporcionar los bienel
â la nueva confederación. AI ser vencida en una Lrreve guerra civil en 1859, Atlántico Norte. Con la Re
se la forzó a capitular. I)os años después, volvió a alzarse con Bartolomé cial Inglaterra, se estaba cc
Mitre a la cabeza y se hizo con el control de la confederación. alimenticios. Argentina tení
Argentina g.1

En 1862 Mitre tomó posesión como presidente y ranzó una nueva cam-
paña para unificar Argentina. Durante las dos décadas siguientes, los libera-
les continuaron en el poder. Le siguió en ra presidencia Domingo sarmiento,
autor de Facundc¡ (1845), el ataque literario más famoso contra los caudillos
gauchos. Su objetivo real era Rosas, cuyo gobierno Sarmiento había pasado
exiliado en chile. creía ardientemente en ra educación pública al módo es-
tadounidense e instaba a los argentinos a seguir su moclelo. una desviación en
el camino fue la dilatadå guerra contra paraguay (1865-1g70), en la que ese di-
minuto país mantuvo a raya a Argentina, Brasil y uruguay durante cinco años,
El motivo fue ei desatinado intento clel dictador paraguayo, Francisco solano
López, de ejercer un control monopólico sobre er acceso a la cuenca del río pa-
raná, tan importante para todos.
El tercer presidente liberal fue Nicolás Avellaneda. Durante su mandato
(1874-1880), Argentina emprenclió su última conquista territorial importante,
las <guerras indias>. Las provincias del sur y el oeste de Buenos Aiìes hacía
mucho tiempo que padecían incursiones indias. Entonces, una fuerza militar
al mando del general Julio Roca sometió o exterminó a todas las bandas. El
año 1880 también trajo la solución al asunto problemático de la posición de
la ciudad de Buenos Aires. se Ia separó de ra provincia, a semejanza del dis-
trito de columbia en Estados unidos, pero se otorgó a sus ciudaclanos dere-
chos de voto plenos en las elecciones nacionales.
Hacia l8B0 Argentina entró en un periodo notabre de crecimiento eco-
nómico sostenido. Desde la expulsión de Rosas, Ios liberales habían disfruta-
do d.eJ poder el tiempo suficiente para establecer las bases de la rápida inte-
gración del país en la economía mundial. Ahora su dirigente era ôl general
Roca, héroe de la <conquista del Desierto>. El simbolismo difícilmente po-
día mejorarse: el combatidor de los indios presi<Jiendo la europeización de
una república suramericana.
La elite política tenía pocas dudas acerca rJe su misión. como sus seme-
jantes de Brasil y México, los políticos e intelectuales argentinos conside-
raban que aplicaban los verdaderos principios cle la cieniia y la filosofía
europeas. creían en el liberalismo económico y en el político. citaban la
pseudociencia de Herbert spencer, sosteniendo que si gobernaba Argentina
una aristocracia, era el resultado de la selección natural. como tenían a los
gauchos y los indios sometidos, la elite esperaba confiada enriquecerse y, por
lógica liberal, enriquecer de ese rno<Io al país.

Visión general: crecimiento económico y cambio social


El éxito económico argentino del periodo 1880-1914 se basó en su capacidad
para proporcionar los bienes agrícolas que necesitaba el munclo industrial clel
Atlántico Norte. con la Revolución Industrial, Europa occidental, en espe-
cial Inglaterra, se estaba convirtiendo en un importaclor neto de pro<Iucìos
alimenticios. Argentina tenía una ventaja comparativa al prclducir dos artícu-
B4 Ilistoria contemporáneu tle América Lattna

los clave: carne y trigo. [.os importantes avances tecnológicos habían hecho gauchos y obreros asalariad<:
práctico embärcar l<ls productos alimenticios para los muchos miles de millas rnigración, la población nac
marítimas que separaban Buenos Aires de Londres y Amberes' Uno de es- 1869 a 7,9 millones er'l9l4. t
tos avances fue el barco de vapor, mucho más rápido y con un ritmo más re- nuevos nichos. Los inrnigran
gular que el barco de vela. Otro fue el proceso para refrigerar la carne (las trasladaron a las ciudades. l'
plantas argentinas se llamaban frigoríficos), que posibilitaba obtener un pro- colonos, arrendatarios de gre
ducto más sabroso y sustancioso que la carne conservada mediante el secado cieron otros trabajos: en el tr
(cecina). trias de procesamiento y de
Gracias a un recurso natural, Argentina estaba rnuy bien dotada para riqueza agrícola produjo unr
proveer de productos alimenticios: sus pampas se contaban entre las tierras buyó a la creación de una ec
más fértiles del mundo. Pero carecía de otros dos factores esenciales, capital Así, la economía argen
y fuerza de trabajo. Inglaterra, su principal cliente, envió pronto el primero prosperidad en aumento, b¿
en forma de inversión en el ferrocarril, los muelles, Ios almacenes de emba- importación de artículos ma:
laje y los servicios públicos. También llegó en forma de compañías inglesas tasa media anual de al men
que se ocuparon de los embarques, los seguros y la banca. Casi toda la infra- incompletos). Es una de las
estructura del sector de exportación estaba financiada por los británicos. Esta ha registrado en cualquier ¡

afluencia de capital era exactamente lo que la elite política argentina consi- tante desde 1880, mientras
deraba esencial para el desarrollo de su país. virtudes del progreso y el cr
El otro factor económico que faltaba era la fuerza de trabajo. Su solución Argentina, tan bendecida cc
también vino de Europa, pero no de Inglaterra. [,os tan necesitados trabaja-, expansión interminable.
dores llegaron del sur de Europa, sobre todo de ltalia. Entre 1857 y 1930 Ar- f Pero el país pagó un pre
gentina recibió una inmigración neta (inmigrantes menos emigrantes) de 3,5i mundial significó que las int
millones, lo que significó que durante ese tiempo cerca de un 60 por 100 del percusiones internas. Un de
aumento de la población total se pudiera atribuir a ella. De estos inmigran- menticios produjo una dism
tes, alrededor de un 46 por 100 eran italianos y un 32 por L00 españoles. Su una depresión en totla la ec
efecto demográfico fue mayor que en los demás países importantes del he- tralia, otra exportadora de
misferio occidental. En 1914, en torno al 30 por 100 de la población había na- muestra la figura 3.[, el val<
cido fuera del país. (En ese mismo momento. en Estados Unidos, otro puer- considerablemente durante
to para los emigrantes europeos, sólo un 13 por 100 de la población había mera guerra mundial, bajó r

nacido fuera.) Como resultado, Argentina iba a contar con un carácter ine- bajó, y volvió a subir y baj
quívocamente europeo, lo que provocaría tensión entre los argentinos en treinta. Fue uno de los mt
cuanto a su identidad nacional real. exportadores latinoamericat
La movilidad de esta f.uerza de trabajo inmigrante fue un ejemplo de dustrializado del sistema mt
manual. Se contrataba y despedía a los trabajadores por estrictos motivos ción econónrica se vcía mu1
económicos, lo que generó un considerable movirniento de obreros de ida y nas al país.
vuelta entre Italia y las pampas argentinas (que les ganó el nombre de <go- Pero el mercado intern¿
londrinas>). También había un flujo constante entre la ciudad y el carnpo, y estable, al menos comparad
Buenos Aires scllía atraer una gran parte de los extranjeros. café (como veremos más a
En este periodo también surgió una pequeña industrializac\ón, que no mantuvo bastante firme dur
supuso una amenaza para la orientación básica hacia la agricultura de ex- quía y otras demoras, la det
portación de Ia economía. La mayor parte de la industria se dedicaba a pro- peró. Por lo tanto, la Depre
cesar productos del campo, como lana y carne de vaca, lo que llevaba a sus
dueños a identificar sus intereses con los de la agrícultura.
tanl.a rapidez
América Latina.-o de forma
El rápido crecimiento económico del periodo 1880-1914 tuvo profundas Otra forma de depende
implicaciones sociales. AI principio había una elite latifundista en la cúspide y ya que cl sistema bancario a
Argentina g5
gauchos y obreros asalariados en la parte inferior. con la marea épica de la in-
migración, la población nacional aumentó de 1,7 millones de hãbitantes en
1869 a 7,9 millones en L914. A medida que mejoraba ra economía, aparecieron
nuevos nichos. Los inmigrantes llegaron primero a las estanciar, peio luego se
trasladaron a las ciudades. Italianos y españoles llegaron para cònuertirse en
colonos, arrendatarios de granjas y obreros rurales. En el sèctor urbano apare-
cieron otros trabajos: en el transporte (especialmente el ferrocarril), las in¿us-
trias de procesamiento y de servicios (banca, gobierno). La explotación de la
riqueza agrícola produjo una intrincada red de intereses económicos y contri-
buyó a la creación de una economía rural-urbana compleja.
Así, la economía argentina entró en su <edad de orou, un periodo de
prosperidad en aumento, basada en la exportación de carne y trþo, y en la
importación de artículos manufacturados. De 1860 a 1914, su pIB subió a una
tasa media anual de al menos un 5 por 100 (los datos anteriores a 1900 son
incompletos). Es una de las tasas de crecimiento sostenido más altas que se
ha registrado en cualquier país. El comercio se incrementó de forma cons-
tante desde 1880, mientras los hombres de Estado exponían optimistas las
virtudes del progreso y el crecimiento económico. A muchos les parecía que
Argentina, tan bendecida con recursos naturales, se hallaba en la vía de una
expansión interminable.
Pero el país pagó un precio por este éxito. su integración en la economía,¡
mundial significó que las intensas fluctuaciones externas tuvieran s.u"ru, ,"-{
percusiones internas. un descenso de la demanda europea de productos ali-
menticios produjo una disminución de las exportacioneg que pudo provocar
una depresión en toda la economía argentina, destino compartido con Aus-
tralia, otra exportadora de productos agrícolas de zona templada. y como
muestra la figura 3.L, el valor en pesos de las exportaciones aigentinas varió
considerablemente durante el periodo de i915 a 1939: subió d-urante la pri-
mera guerra mundial, bajó a comienzos de la clécada de !920,luego subió y
baj6, y volvió a subir y bajar cuando llegó la Gran Depresión dé los años
treinta, Fue uno de los modos por los que Argentina, como otros países
exportadores latinoamericanos, hizo su economía dependiente del centro in-
dustrializado del sistema munclial. Al estar supeditadi al comercio, su condi-
ción económica se veía muy dcterminada pof tendencias y clecisiones exter-
nas al país.
Pero el mercado internacional para la carne y el trigo era relativamente
estable, al rnenos comparado con la demancla de mercancías como azúcar y
café (como veremos más adelante). El comercio cárnico, en particular, sä
mantuvo bastante firme durante la década de 1930. Tras recupeiarse de la se-
quía y otras demoras, la demanda de trigo y otros cereales también se recu-
peró. Por lo tanto, la Depresión golpeó con fuerza a Argentina, pero no con
tanta rapidez
América Latina.-o de forma tan completa- como lo hizo con otr-os países de
otra forma de dependencia económica apareció en el ámbito financiero,
ya que el sistema bancario argentino se vinculó de formafieriódica con el pa-
86 I'listoria contem¡torúrtes d.e América L,atinu

35 por 100 de la inversión e


Bretaña era la principal inver
1.000.000 grado de participación econó
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que los argentinos pudieran
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se estancaban. Las provinci
Rioja, Santiago clel Estero y
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tino gracias a su producción
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peras. En el sector rural, lol
mientras que los arrendador
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des, en Buenos Aires en part
se reunían en clubs de estilo
por proteger a sus familias d
de sus salarios. El ..boomo a
capitalistas del momento, fi
1915 1925 arriba, pero también foment,
1920 1930 1935 1940
creando tensiones sociales y
f carno También hubo tensione:
ffi@ lrrgo mentó su impresionante exl
lTffi Cueros, sebo. lana. maí2, cereales secundarjos, harina, lino, mantequills v otros productos. vez más obvio que los arger
cionalidad. Esto se debía a
3.1. Exportaciones argentinas, 19,l5-1939 (en miles de pesos). Frrcnte: Vicente Váz-
trado en Buenos Aires, habí¡
quez-Presedo, Ilstarlísticas hi.suiricns ar¡4entinas (tomparutla.s), vol. II, Buenos Aires,
Ediciones Macchi, 1976, pp. 190-193.
tre Ia capital cosmopolita, dr
tosca, orientada hacia la gar
I{abía agudizado este contra
y Rosas, a quien considerab¿
trón oro. f,as fluctuaciones comerciales a corto plazo causaron camtlios aguclos ca podría levantar una nació
en sus reservas de oro, que contrajclon o aumentaron sus reservas internas de A cornienzos del siglo x;
clinero e hiciercln de la economía argentina un rehén cle los movimientos cle di- por una nueva generación r
visas internaciona les. que, según sus palabras, que
Existía, además. otro víncukt con la economía munttial que planteaba las verdaderas fuentes de la
más problemas: el irnportante papel clesempeña<lo por el capital y los hom- Al igual que otros nacionalit
bres de negocios extranjeros. El auge económico argentino, junto con las ga- sobre la figura del gaucho (r
rantí¿rs gubernamentales, atrajeron el capital del exterior. De 1900 a 7929, el to para la creación de la cor
Argentina g7

35 por 100 de la inversión en activo fijo total provino de extranjeros. Gran


Bretaña era la principal inversora, seguida por Francia y Alemania. Este alto
grado de participación económica extranjera se convirtió más tarde en el ob-
jetivo principal de los que abogaban pclr la nacionalización rJe la economía.
Tal dependencia de los recursos exteriores también contribuyó a que Argen-
tina siguiera dudando de sí misma: existía una renuencia recurrente a creer
que los argentinos pudieran siquiera esperar lograr una economía autosufi-
ciente, especialmente en la industria.
El crecimiento de la exportación-importación tarnbién creó clesigualda-
des internas, en especial entre las distintas regiones geográficas. Mientras que
la prosperidad bendecía a las pampas y Buenos Aires, Ias partes clel interior
se estancaban. Las provincias centrales y noroccidentales como Jujuy, La
Rioja, Santiago del Estero y Salta padecían el declive económico y la deca-
dencia social. Sólo Mendoza, Tucumán y córdoba se escapaban de este des-
tino gracias a su producción de vino y azitcar. Durante todo el siglo xrx, el
interior había luchado parâ evitar su muerte a manos de Buenos Aires. per-
dió y el precio de su derrota fue la pobreza.
Por supuesto, también había desigualdades dentro de las regiones prós-
peras. En el sector rural, los ricos estancieros construían elegantes chalets,
mientras que los arrendadores de granjas nacidos fuera clel país y los traba-
jadores nativos desplazados arrastraban una existencia magra. En las ciuda-
des, en Buenos Aires en particular, los aristócratas, elegantemente ataviados,
se reunían en clubs de estilo europeo, mientras que los trabajadores luchaban
I por proteger a sus familias de la inflación que parecía siempre ir por delante
l
de sus salarios. El ,.boomo argentino, al igual que el de otros muchos países
capitalistas del momento, facilitó una considerable movilidad social hacia
¡

arriba, pero también fomentó enonnes diferencias de ingresos, que acabaron


i creando tensiones sociales y políticas.
Tämbién hubo tensiones en el ámbito cultural. Cuando el país experi-
mentó su impresionante explosión de crecimiento económico, se hizo cada
vez más obvio que los argentinos aún no tenían un sentido definido de na-
cionalidad. Esto se debía a que el llujo de inmigrantes, la mayoría concen-
trado en Buenos Aires, había acentuado el antiguo contraste que se <Iaba en-
tre la capital cosmopolita, densamente poblada y europeizada, y ra sociedad
tosca, orientada hacia la ganadería, del vasto interior escasamente poblado.
Había agudizado este contraste la agria batalla mantenida entre los liberales Ê
y Rosas, a quien consideraban la encarnación del gaucho primitivo que nun- i
ca podría levantar una nación civilizada, sino sólo destruirla,
A comienzos del siglo xx, este dogma liberal fue puesto en tela de juicio
por una nueva generación de escritores nacionalistas como Ricard_ç_ Rojas.
que, según sus palabras, quería <despertar a Argentina de su _c,éäärr. para é1,
las verdaderas fuentes de Ia nacionalictad argentina eran los indios y la tierra.
Al igual que otros nacionalistas, consideraba el Martín Fierro, poema clásico
sobre la figura del gaucho (que apareció en 1872), un importante documen-
to para la creación de la conciencia nacional.
Una de las obras más fan
Rojas fue Rødiografía de la P
extensa denuncia de la elite ¿

dad de su país con los aderezt


mo y el campo de fútbol er¿
aventura, la inestabilidad, la
mo representaba el trabajo, l;
el caos y la democracia. El Joc
tendencias opuestas y agrupa
Mientras tanto, la capitaJ
pal influencia extranjera era
dialecto único, eI lunfardo, m
trictamente de la clase trabaj
baile y Ia música que lo acon
cen que fue en los burdeles) ¡
tomar París por asalto en vísl
da de 1920, ya se había ado¡
C.arlos Gaidel, el inmortal cr
do su música en un arte elev¿
Esta diferencia en las condiciones de vida refleja la desigualdad social que acompañó causó la mayor efusión de du
la expansión económica argentina desde la década de 1880. Arriba, lujosas residencias
dida que avanzaban los año¡
de las familias aristocráticas de Buenos Aires; ahajo, casetas temporales para los
netraba en la Argentina urba
obreros en Ia zona portuaria de la ciudad en torno a 1910. (Cortesía del Archivo Ge-
neral de la Nación, Buenos Aires.) cionalistas.
Uno de los efectos socia
sultó ser algo que no sucedi
menos no lo desarrolló en lar
ffi ß les provincias costeras. La Cl
eliminó a la población india
?¡¡tri il!:,
:"d extensiones que se dedicaror
contraste con la política aplic
Argentina no dio su tierra a
Las explotaciones ganaderas
alambre con púas era suficier
cuente que el trigo lo cultiv¿
rra, no constituyeron un grul
en Argentina un campesinad
de Brasil.
Este hecho tendría implit
que la reforma agraria nunc
como lo fue en países tales c,
--t ti
jor distribuida en Argentina,
antiguos para presentar una
Además, la ausencia de l
una base de poder y, lo que,
liciones con otros grupos soc
,¡:1::t'
Argentina gg
una de las obras más famosas clentro de la tradición del nacionalismo
de
Rojas fue Radiografía- de,ra pampa (1933), de Ezequiel Martínez
Estrada, una
extensa denuncia de la elite argentina por haber tiatado
de disfrazar la reali_
dad de su país con los aderezos de ra civilización europea. para
Ji el hipódro-
mo y el campo de fútbor eran dos particros políticos: el primero
sostenía ra
aventura, la inestabilidad, la ambición, el centralismo y la monarquía;
el últi_
mo representaba el trabajo_. la lucha apasionada, las disputas
comirometidas,
el caos y la democracia. Er Jockey crub y ras asociaciones
deportivJs apoyaban
tendencias opuestas y agrupaban fuerzãs antagónicas.
Mientras tanto, la capital iba desarrolranão su curtura propia.
La princi-
pal.influencia extranjera. era la italiana y en ra zona ¿e los
muåles surgió un
dialecto único, el lunfardo, mezcra de español e italiano. Fue
un fenómeno es-
trictamente de la clase trabajadora, al i[ual que er tango,
er famoso y sensuar
baile y la música que lo acompañaba, o-rigináao ror"ui*uuiå, lalgunos di-
"n
cen que fue en los burdeles) y que sóro se volvió respetable
aràe.ntina. t{a.$
¡

tomar París por asalto en vísperas de la primera ggg-{_tg.,tqg,ndial.


"n En la déca-
1. 9" 1?,.9,.ya se había adoptado en los'círcuros*äffili"r, -¿, de moda y
cTlg¡ Êjidel, el inmorral compositor y canrante dã tangos, había converti-
¿ó'sií mrisica en un arte elevado. su muärte en accidente
de aviación en 1935
c-ausó Ia mayor efusión de duelo que jamás había
visto Buenos Aires. A me-
dida que avanzaban ros años treiñta, la cultura popurar estadounidense
pe-
netraba en la Argentina urbana a buen ritmo, para ùa de
los intelectuales na_
cionalistas.
uno de los efectos sociales más cruciares de la expansión argentina re_
u
sultó ser algo. que n.o sucedió: er país nunca tresarroiló
,i menos no lo desarrolló las un ,"^i*Zriiî¿",'l¡*ur
zonas de pastoreo de la pampa y ,n lu. ,ruóiu_ '
f les provincias cosreras. La_en
conquista del Desierro de ra década iliä;|.^l *{ .,^
eliminó a la población india y iatierra se distribuyó
r"guiàu en grandes
extensiones que se dedicar.on a Ia cría de ganado y ta"n
siem6ra Je grano. En
c^ontraste con la política aplicada en la zonã de las
Þraderas estadoùnidenseg
Argentina no dio su tierra a familias de granjeros o a colonos
individuales.
I,as explotaciones ganad_eras no requeríaã
mucha mano de obra, ya que el
alambre con púas era suficient" pu.á contener los rebaños;
y aunque era fre-
cuente que el trigo lo cultivaran colonos extranjeros que
ãrr"ndaban la tie-
rra, no constituyeron un grupo social influyente. comô
resultado, no existió
en Argentina un campesinado clásico comó el de México,
chile o er noreste
tle Brasil.
Este hecho tendría impricaciones de rargo alcance.
significó, por ejempro,
quela- reforma agraria nunca se convirtieia un urunlo vitar^y simbólico
lo fue en países tares como México. No "n
era que Ia tierra esiuviera me-
9om9
jor.distribuida en Argentina, sino simplemente
que ailí no había habitantes
antiguos para presentar una recramaciôn históricã sobre
ella.
Además' la ausencia de un campesinado significó que no pudiera
formu, I
una base de poder y, Io que quizásìea qu" ;";r;;¿ciera
r.,i.iul, q";
quizásiea más ,.,i.iul, no coa_
liciones
nes con otros grupos sociãles.
sociales. cuanclo
cuando los latifunãistas
latifundistas se"riuur"ri"ii^;;:
,intiá-.äiää_
sintieron j
oesa- l.
I

e
I

90 llistoria contern¡torúneu de. Amé.rictt l-ttlittrt


Micntras tanto, Ios anarq
fiados, no puclieron recurrir a la alianza consolidada por el tiempo (aunque alcanzaron el clímax en 1910
paradójica) con el campesinado que se clio con frecuencia en otros países, y argentina, cuando se planeab
Ios trabajadores urbanos no pudieron unirlo a sus filas en una guerra de base progreso. Pero los dirigente
amplia entre las <clases populares> y el sistema social en general. Como adversarios de la elite
Sin embargo, en las grandes ciudades los trabajadores asalariados eran sa del modelcl de progreso c
numerosos e inclinados a la organización. Según un cálculo, los obreros ma- media se indignaron por la
nuales suponían cerca del 60 por l00 de la población de la ciudad de Buenos
Los que protestaban llenarc
Aires a comienzos del siglo xx. A su vez, alrededor cle tres quintos de Ia cla- dispersados por una numeror
se trabajadora estaba formada por inmigrantes que mantenían su ciudadanía
cncabezado por Icls anarquis
de origen, generalmente italiana y española. nista del día. La reacción co
Los primeros esfuerzos por organiz.ar la fuerza laboral argentina se vieron so, que aprobó una nueva le'
influidos por los precedentes europeos. En las décadas de 1870 y 1880, analÈ"**"Þe cil la detención y procesami
quistas y socialistas europeos exiliados comenzaron una organización vigoro-
caza de los dirigentes de la p
sa y en 1895 se fundó el Partido Socialista. Los socialistas siguieron el modelo
Fue el toque a muerto p¿
europeo: un partido parlamentario, comprometido con una estrategia electo-
testa urbana. La actividad hu
ral y evolucionista. En 1900, era de esperar que el Partido Socialista se convir- 1918-1919 y desde entonces
tiera en una importante voz política para la clase trabajadora argentina, pero 3.2). Aún rnás significativa I
no fue capaz deatÍaeÍ a los trabajadores inmigrantes. Las peticiones socialis- laboral durante los años cin,
tas de reforma a través del sistema político cayeron en oídos sordos.
actor clave en la sociedad ar
La clase trabajadora urbana resultó más receptiva a otro mensaje, prove-
niente cle los anarquistas. Su Federación Obrera Regional Argentina (FORA)
cautivó [a irnaginación de los trabajadores con sus llamamientos a la acción EI sistema
directa. Las huelgas locales y generales apoyadas por la FORA tenían el ¡

efecto sufïciente para preocupar al gobierno, que asumía que todo problema
Los políticos liberales conocj
laboral debía ser obra de agitadores extranjeros. Por ello, el Congreso apro- bido a su surgimiento en er
bó Ia Ley de Residencia en 1902, que capacitaba al gobierno para deportar a fuentes. En prirner lugar, pet
todo extranjero cuya conducta <comprometiera la seguridad nacional o per- fundista que producía la riq
turbara el orden público>, al participar eu huelgas, por ejemplo. Fue una rnon<lpolizar los instrumentc
reacción instintiva de los legisladores, que se negaban a creer que pudieran
elecciones, recurriendo al fr
surgir conflictos de clase entre argentinos verdaderamente patriotas' controlaban al único partid(
Unos cuantos políticos en boga decidier<¡n intentar un planteamiento di-
cional (PAN). Las decisionr
ferente. En 1"904 Joaquín Y. González propuso un código general que incluye-
(UJ!#1JP, un comPromiso inlì
ra y controlara toclas las relaciones laborales. Los conservadOres atacaron la pecto, los liberalcs argcntin
propuesta sin demora, pues se oponían en principio a que el proletariado tu-
ejemplo británico y estadour
viera ¡lerecho a organizarse, mientras que el movitniento sindical, encatrezado que en Argentina habían vu
por los anarquistas, se opuso porque temían que cualquier sistema guberna- A primera vista, este sis
mental pudiera manipularse contra ellos. Esta combinación acabó c<ln el pro-
mirable a los intereses âgroc
yecto de ley e impidió la creación cle un sistema oficial de relaciones laborales.
sión posterior a ltì80. Pero
I-os dirigentes políticos continuaron sus esfuerzos por hacerse con el con-
ron sus aclversarios. La cxpi
trol clel trabajo. En 1907 el Congreso creó un Departamento de Tiabajo e in- tanto en el campo como en
vitó a las confederaciones de trabajadores punteras, incluida la FORA, a par-
I

tico entre tres grupos: 1) lor


ticipar en un tribunal creado para fallar los conflictos laborales. Pero las
lior del Litoral; 2) las vie.jz
organizaciones cle trabajadores se negaron a apoyar al ucorrupto gobierno bur-
alejado que no habían poclir
gués> en este esluerzo. Una vez más, el movimiento obrero argentino evitó in-
y 3) los miernbros de la clasr
corporarse a un sistema de relaoiones laborales dominado por el gobierno'
,j.
Argentina 9l

_ Mientras tânto, los anarquistas continuaron .rganizándose, sus esfuerzos


alcanzaron el clímax en 1910, centenario cle Ia declaración de indepe;;;;;i; I
argentina, cuando se planeaba una gran cerebración púbrica para glorificur
ru ,
progreso. Pero los dirigentes anarquistas tenían en mentå
algå diferente. I
como adversarios de ra erite riberal, querían elevar su protesta ;".*;¡;;-l
sa del modelo de progreso cle orierrtáción europea. Lá origarquía
y la clase
media se indignaron por la amenazadora interrupción del ritual patriótico.
Los que protestaban llenaron las calres y plazas, pero fueron apiastados
y
dispersados por una numerosa policía. se hiura respondicro
.nn .rL"", ar reto
encabezado por los anarquistas. La represión gubernamental
fue ia protago-
nista del día. L,a reacción contra los qie protestaban se volcó
en er congîe-
so' que aprobó una nueva ley (Ley rje Defensa Social) haciendo
þ aún más fá-
cil la detención y procesamiento cre los organizacrores obreros. comenzó
la
caza de los dirigentes de la protesta urbana.
Fue el toque a mue¡t9 para el anarquismo argentino, pero
no para la pro_
testa urbana, La actividad huelguística en Buenos Aires
alcanzó oìra cima en
1918-1919 y desde entonces oscilaría de tiempo en tiempo (véase
la figura ¡
3.2). Aún más significativa fue la persistencia y continuiåad'de r^ tl
laboral durante los años cincuenta. La orgattiiación obrera surgio ^glr.:ió"
como un
actor clave en la sociedad argentina casi ai empezaÍ este siglo.

El sistema político: consenso y reforma


Los políticos liberales conocidos después como la *Generación
de 1gg0> (cle_
bido a su surgimiento en ese año) obtuvieron su poder porítico
de varias
fuentes. En primer lugar, pertenecían o estaban muf proximo,
ulu clase rati-
fundista que producía ra riqueza argentina. en segunao rugar,
consiguieron
monopolizar los instrumentos del poder estatal: co"ntrolabañ ei
ejérciio y las
elecciones, recurriendo al fraude electoral cuando era necesario.
Thmbién
controlaban al únic<l partido político auténtico, el partido Autclnomista
Na_
cional (PAN). Las decisiones nacionales más importantes se tomaban
por
u.çueûa, un compromiso informal entre los .urgoi clel ejecutivo. A este res-
pecto, los liberales argenlinos no Luviert.rn en cuenta
un aspecto clave del
ejemplo lrritánico y estadounicrense: er paper centrar oer poJJr
trgirtutiuo, ut
que en Argentina habían vuelto intrascenclente en este pàriodo.
A primera vista, este sistema político parece haber iervido de forma ad-
mirabìe a los intereses ¿groexportãdorer qï" ,u"u.on beneficios
de la expan_
sión posterior a 1t180. pero los aristócratas que clisfrutaban
el control tuvie_
ron sus adversarios. La expansión de la proÀperidad, que creó nuevos
ricos
tanto en el campo como.en la ciLrrla{, ayudó á alimentai el descontento
polí_
tico entre r.res grupos: r ) los ratifuncristas arrora prósperos de
la parte supe-
rior del Litoral; 2) las viejas familias aristocráticas a menudo clel interior
alejado que no habían podido aprovecharse der auge ae ta
agi.oexportación;
y 3) los miembros cje la clase meclia acomodacla exc"luidos
a.ipoã". potítico.
92 llßtoria contemporánea de Arnérica Lalitta

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Argentina 93

Ë'stos tres grupos unieron sus fuerzas para crear el partido Radical, des-
tinado a desempeñar un importante papel en la política del siglo xx. En 1g90,
justo cuando el país entraba en una breve pero severa crisis eôonómica, in-
tentaron una revuelta armada. un acuerdo acabó con ra rebelión, pero algu-
nos líderes intransigentes fundaron la unión cívica Radical (ucR) dos años
después. Al no poder lograr un progreso electoral debido al fraude practica-
do de forrna rutinaria por los políticos del gobierno, recurrieron a la revuel-
ta armada dos veces más, pero ambos intentos fracasaron. Sin embargo, ros
radicales, encabezados primero por Leandro Alem y luego por Hipólito yri-
goyen, se mantuvieron en la terca persecución del poder político. En cuanto
a los objetivos económicos, participaban en gran medida y con éxito en la
economía de agroexportación y estaban muy comprometidos con ella. eue-
rían simplemente tomar parte en la dirección política de su sociedad.
No todos los oligarcas apoyaron la posición gubernamental de excruir a
los radicales del poder. un ala más ilustradaganó en 1911, cuando el presi-
dente Roque Sáenz Peña propuso una reforma electorar. Aprobada en r9rz, \i,
la nueva ley declaraba el sufragio universal masculino y el voto secreto y i
obligatorio, lo que aumentaría de forma significativa el electorado, especial-
mente en las ciudades. En la práctica, era un sabio intento de cooptación por
p¿rte de la oligarquía. sáenz Peña y sus colaboradores consideraban qué la
clase obrera y los dirigentes sindicales eran ra amenaza real; y no las õlases
medias, que cooperarían una vez incorporadas al sistema. Los políticos go-
bernantes actuaban de modo muy semejante a como lo habían hecho sus
iguales británicos en el siglo xrx, que habían aprobado tres veces proyectos
de reforma electoral para ampliar el sutiagio e incorporar así nuevos secto-
res sociales al juego político establecido.
De este modo, la ref'orma electoral de Sáenz peña extendió er voto a ros
ciudadanos frustrados del sector medio. De inmediato, los radicales bien or-
ganizados capitaìizaron las nuevas reglas y consiguieron que su veterano di-
rigente, Hipólitp Yrigoyen, fuera elegiclo presidente en LgJ.ó_ ¿Iba a haber
una nueva era?
La primera prueba consistió en la conducta gubernamental hacia los tra-
bajadores. Los radicales comenzaron con una actitud diferente a la de sus
predecesores. Mostraron una preocupación genuina por la suerte de la clase
trabajadora, en parte porque esperatran ganar votos en su batalla con los
conservadores. cuando surgieron conflictos laborales, el gobierno de yrigo-
yen lnantuvo una postura que parecía favorecer a los trabajadores en sus in-
tervenciones, Los organizadores obreros lo consideraron una mejora, pero
que dependía de la acción del gobierno câso por caso.
La crisis sobrevino en 1918-1919, cuando todo el mundo occidental fue
sacudido por oleadas de huelgas. Las acciones, que con frecuencia incluyeron
t huelgas generales, se dirigían normalmente tanto contra los empreiarios
como contra el Estado. Había una confluencia de agravios específicos y hos-
tilidad generalizada. En Argentina, los obreros se levantaron por el reducido
poder adquisitivo de sus salarios, causado por la inflación de la primera gue-
94 Historiq contemporónea de América Latina

rra mundial. Los precios de los alimentos subieron de forma pronunciada, es- México y Brasil, cuyos electc
timulados por la demanda europea, pero los incrementos salariales se detu- de alfabetización más bajas y
vieron. Como consecuencia, los trabajadores de Buenos Aires se vieron gol- Una consecuencia más de
peados con dureza. Los dirigentes sindicales convocaron una serie de huelgas importancia que lograron los
a finales de 1918, y a comienzos del año siguiente decidieron que era el tiem- neración de 1880, después dr
po oportuno para una huelga general. el instrumento sindical para derribar para la persecución organiza,
el Estado burgués. un tipo nuevo de elite polític
Su idea tuvo consecuencias trágicas. El gobierno de Yrigoyen decidió que rrera en la política. Su foro fi
había de actuar con firmeza y los resultados fueron la reposición de 1910. Un A pesar de lo innovadora
movimiento civil paramilitar ultraderechista, la Liga Patriótica Argentina, para su tiempo en América I
propició la histeria antiobrera, explotando de forma efectiva el miedo de las cas del sistema político. Resr
clases media y alta al desafío popular. Los miembros de la Liga tomaron las sólo excluía a todas las mujer
calles para atacar a los trabajadores; era una lucha de clases revanchista. Se los varones adultos debido a
disparó a cientos de manifestantes. Se volvió a reprimir a los dirigentes labo- I,i Pocos inmigrantes pasaban P
rales, esta vez pot los radicales, y cayeron los golpes más duros sobre los sin- r día establecerse de forma pe:
dicalistas y los últimos restos del cuadro dirigente anarquista. ban. Los que sí lo hacían sc
El movimiento obrero no desapareció. Aunque se batió a los anarquistas miento y el obstruccionismo
y se debilitó a los sindicalistas, dos corrientes ideológicas más aparecieron los trabajadores no naturalizi
entre los trabajadores argentinos: el socialismo y el comunismo. El primero forma tendía a ayudar a la cl
hacía hincapié en la acción política y apostaba por el Partido Socialista como El resultado práctico de
esperanza para cambiar el capitalismo argentino. Los comunistas, por su dores del poder. Los radical
parte, ponían énfasis en los movimientos sindicales en lugar de las urnas y tácticas mecánicas, mostrarot
pronto hicieron modestos progresos en conseguir posiciones en los sindicatos T. de Alvear se convirtió en
clave. 1928 y los radicales dominart
Los años veinte no trajeron mucho éxito a los organizadores obreros. Las partidistas reemplazaron las
tasas salariales reales aumentaron de forma constante durante la década, los políticos de clase media a
pero no debido a la presión sindical. Por el contrario, quizá estas subidas so- traclasistas. El sistema Políti
cavaran la sindicalización. La ausencia relativa de conflicto (véase la figura para el sistema sociopolítico,
3.2) también significó que el gobierno no se esforzara por crear un nuevo tes sobre la política, tanto f
marco para las relaciones laborales. En 1930 el movimiento obrero se había como por la acumulación dr
convertido en un actor relativamente sometido del escenario argentino. más autónomo. Para los cont
En el otro extremo del espectro político estaban los conservadores. Ha- no de democracia limitada
bían esperado que la reforma electoral de Sáenz Peña permitiera cooptar a La tensión en la esfera 1
los radicales, pero pronto se desengañaron, ya que en lugar de seguir con la mica mundial de 1929, aunq
tradición del acuerdo, llevó a cambios básicos en el sistema político. tan pronto como a otros País
En primer lugar, el electorado aumentó de forma constante. Todos los carne se mantuvieron hasta
varones argentinos mayores de dieciocho años tenían ahora derecho a votar, , cho, pero fundamentalmente
casi un millón de personas en 1912. Como este incremento pronunciado con- ' cían escasa influencia polític
tinuó, el electorado alcanzó ya en 1946 un total de 3,4 millones de personas. naturalizados (cerca de un 7
La participación era elevada al ser el voto obligatorio y se minimizó el frau- sufrieron un breve descenso
de. Entre un 70 y un 80 por 100 de los posibles votantes depositaron su pa- agitación obrera seguía en u
peleta en las elecciones presidenciales. Éstas también resuliaban muy reñi- duda, la Depresión expuso li
das. Los ganadores raÍa vez surgían con más de un 60 por 100 de los votos. ciente por sí sola para causa
Este alto porcentaje relativo de participación ciudadana (sólo de varones)
distinguía a Argentina de otros países latinoamericanos importantes como
Argentina S5

,México y Brasil. cuyos electorados mucho más restringidos reflejaban tasas


icle alfabetización más bajas y sistemas políticos más cerrados.
Una consecuencia más del incremento <Je la participación electoral fue la
importancia que lograron los partidos políticos. Casi inexistentes bajo la ge-
neración de 1880, después de 1912 se convirtieron en el principal vehículo
para la persecución organizada del poder. A su vez, los partidos generaron
un tipo nuevo de elite política: profesionales de clase media que hacían ca-
rrera en la política. Su foro favorito era el Congreso nacional.
A pesar de lo innovadora que resultó la reforma electoral de Sáenz Peña
para su tiempo en América Latina, siguió dejando algunas limitaciones bási-
cas del sistema político. Restringir el sufragio a los ciudadanos varones no
sólo excluía a todas las mujeres; también dejaba fuera al menos a la mitad de
los varones adultos debido a que muchos eran aún ciudadanos extranjeros.
Pocos inmigrantes pasaban por la naturalización, pues Ia mayoría no preten-
día establecerse de forma permanente en Argentina y por ello ni lo intenta-
ban. Los que sí lo hacían solían verse vencidos por el laberíntico procedi-
miento y el obstruccionismo deliberado de las autoridades argentinas. C<¡mo
los trabajadores no naturalizados abundaban más entre la clase obrera, la re-
forma tendía a ayudar a la clase media a expensas de la más baja.
El resultado práctico de todos estos cambios fue apartar a los conserva-
dores del poder. Los radicales, contando con su base popular y empleando
tácticas lnecánicas, mostraron una supremacía electoral continuada: Marcelo
T. de Alvear se convirtió en presiclente en7922, Yrigoyen fue reelegido en
I 1928 y los radicales dominaron ambas cámaras del Congreso. Intensas luchas
! partidistas reemplazaron las fluidas alianzas de partidos. El surgimiento de
los políticos de clase media amagaba con poner fin a los discretos manejos in-
traclasistas. El sistema político pasó a representar una amenaza autónoma
para el sistema sociopolítico, incluso cuando no había desacuerdos importan-
tes sobre la política, tanto por la hegemonía de los políticos profesionales
como por la acumulación de poder político dentro de un Estado cada vez
más autónomo. Para los conservadores y sus aliados, el experimento argenti-
no de democracia limitada se estaba volviendo desagradable y arriesgado.
La tensión en la esfera política se vio exacerbada por la quiebra econó-
mica rnundial de 1929, aunque a Argentina no la golpeó con tanta dureza o
tan pronto corno a otros países. Los precios y el valor de las exportaciones cle
carne se mantuvieron hasta 1931. El mercaclo de trigo estaba sufriendo mu-
cho, pero fundamentalmente a causa de la sequía; además, los granjeros ejer-
.cían escasa influencia ¡rolítica. en parte porque muchos eran inmigrantes no
naturalizados (cerca de un 70 por 100 en 1914). En 1930,los salarios reales
sufrieron un breve descenso y comenzó a extenderse el desempleo, pero la
agitación obrera seguía en un nivel muy moderado (véase la figura 3.2). Sin
duda, la Depresión expuso la debilidad del sistema político, pero no fue sufi-
ciente por sí sola para causar un golpe de Estado.
96 Historia contemporánea de América I'utittu

Los militares atrasan el reloj

El 6 de septiembre de 1930, una coalición de mandos militares y aristócratas


civiles expulsaron al presidente Yrigoyen basándose en que su gobierno era
ilegítimo. Luego establecieron un régimen provisional. ¿Quiénes eran estos
soldados? ¿Córno habían llegado a intervenir en lo que parecía ser un orden
constitucional que funcionaba bien?
La respuesta debe buscarse en parte en la historia de las fuerzas arma-
das. Los liberales que llegaron al poder en 1852 creyeron que un ejército pro-
fesional era indispensable para el desarrollo argentino. Querían militares
bien entrenados para aplastar a los caudillos provinciales y proporcionar el
orden necesario para el crecimiento económico.
Las escuelas que se establecieron para el entrenamiento profesional fue-
ron el Colegio Militar (1870) y la Escuela Naval (1872), que iban a seguir
siendo los centros básicos de aprendizaje para los oficiales argentinos. Al
igual que otros ejércitos latinoamericanos, el argentino buscó modelos en
ÏEuropa. En i899 el general Roca y sus colegas negociaron la visita de una
i misión alemana para adiestrar al estamento de oficiales en la tecnología mi'
Y litar moderna. La colaboración con Alemania iba a durar cuarenta años.
El aumento de la profesionalización militar condujo a un cambio en las
perspectivas de los cuerpos de oficiales argentinos. En 1910 ya había una mo-
dificación de criterios para el ascenso: ahora se convirtió en antigüedad y do- A pesar de su importancia hist
minio de la nueva tecnología, en lugar de favoritismo político. Al mismo mente decoroso. Una bandera
tiempo, hubo un cambio en el control de los ascensos: de la presidencia, a un cial (véase la flecha), mientras
consejo de militares formado por comandantes de división del ejército y pre- ción privada.)
sidido por el general de más alta graduación. Así, el ejército pudo desarrollar
un nuevo sentido de su eficiencia, mientras adquiría un grado mayor de
autonomía institucional.
El énfasis creciente en el mérito abrió la carrera militar a aspirantes los alejaba de la política, el
pertenecientes a la clase media. No resultaba sorprendente que entre ellos ría el espectro de la lucha d,
: se encontraran hijos de inmigrantes, especialmente de Italia, ya que el ejér- Otra facción, encabezad
; cito ofrecía un camino que invitaba a la escalada social. Los reclutas que lo- lución más arrasadora: el es
1 g.urnn abrirse camino úasta la jerarquía forjaron una fuerte alianza con el cista. Consideraban que el tr

ejército como institución y un celoso respeto a su independencia, honor y mismo intento de ensayar la
reputación profesional. El lado opuesto de esta lealtad era la sospecha pr<l- doctrinas anticlemocráticas
funda hacia los de fuera, en especial los políticos. Los soldados contempla- España y Portugal. En esenc
ban con frecuencia a las autoridades civiles con una mezcla de desdén y jerárquico basado en la fun
aprensión. En 1930, los mandos militares llegaron a la conclusión de que miembros más cultivados de
el único modo de acabar con el desastre político era revisar las reglas del de los políticos profesionale:
juego. deñosamente los describía. l
Aunque estaban de acuerdo en este punto, discrepaban en lo demás. Una los legisladores electos rep
facción, encabezada por el general Agustín P. Justo, quería el retorno ciel sis- voso), como los de los estar
tema oligárquico de los días anteriores a la reforma cle Sáenz Peña. Pensaban el modelo corporativista er-t
que sólo Yrigoyen y los radicales habían abusado del sistema electoral. Si se sistía en que una estructura
Argentinø 97

ffi

å
q

A pesar de su importancia histórica, el golpe militar de 1930 fue un asunto relativa-


mente decoroso. Una bandera blanca de ¡endición ondea desde el palacio presiden-
cial (véase la flecha), mientras los curiosos se agolpan enlaPla'¿a de Mayo. (Colec-
ción privada.)

los alejaba de la política, el poder revertiría a los aristócrâtas y desaparece-


ría el espectro de la lucha de clases.
Otra facción, encabezada por el general José F. Uriburu, sugería una so-
lución más arrasadora; el establecimiento de un Estado corporativo semifas-
cista. Consideraban que el problema no era Yrigoyen o los radicales, sino el
rnismo intento de ensayar la democracia en Argentina. Uritruru reflejaba las
doctrinas antidemocráticas ya rampantes en Europa, en especial en ltalia,
España y Portugal. En esencia, Uriburu y sus simpatizantes querían un orden
jerárquico basado en la función social. La votación estaría en manos de los
miembros más cultivados de la sociedad y el Congreso dejaría de estar en las
de los políticos profesionales, de los comités políticos>, como des-
-<agentes
deñosamente los describía. Imaginaba una odemocracia funcional> en la que
los legisladores electos representarían intereses funcionales (o "corporati-
vos>), como los de los estancieros, obreros, comerciantes e industriales. Era
el modelo corporativista en boga en la Europa mecliterránea. La teoría con-
sistía en que una estructura vertical reintegraría el sistema político al sistema
98 I'listoria content¡torúneu d.e América Lutina

económico, de modo que el árnbito político v<llvería a reflejar la distribución vil como militar, de que su P
clel poder en el ámbito económico. Resulta bastante obvio que también era política y militar en el conlli
una fórmula para cletener Ia política orientada a las clases sociales. La res- Tras este tosco consenso
puesta corporativista a los males del sistema de congreso iba a redefinir de cos civiles. Los oficiales disi<
forma radical las bases de la representación. el poder. El gruPo triunfadr
I

Aunque Uriburu dirigió el gobierno provisional en 1930, el grupo de Jus- Unificación o Grupo de Ofic
to acabó ganando. Se celebraron elecciones, pero, como en los días previos a respuesta a la demanda Po¡
I

Sáenz Peña, se practicó el fraude sin cortapisas. Una vez que Justo se convir- tras leyes, persuadidos de qt
tió en presidente en 1,932, creó una coalición de partidos pro gubernamenta- líticos profesionalesl quiene,
les denominada la Concordancia y, en un esfuerzo por ganarse el apoyo civil, De hecho, los ambicios,
reemplazó varios militares de puestos sensibles con políticos conocidos. Es política. Comenzaron, en 1!
evidente que esperaba formar un gobierno nacional amplio, que Ie otorgara menudo expresado desdén'
la autoridad para responder a los efectos socioeconómicos de la depresión mer presidente Provisional,
mundial. mente: <Ahora no haY Parti
Pero resultó imposible. Una razón para su fracaso fue la expansión de ron librar a Argentina de P<
una clase obrera urbana que, mediante huelgas y otras tácticas, hizo deman- el fin de los partidos Políticr
das repetidas al gobierno. Y en el ámbito de la elite, Ios políticos profesiona- profesionales, menos a unos
les con intereses partidistas- se negaron a jugar con las Mientras los militares se
-comprometidos
antiguas reglas. Resultó claro cuando el dirigente del Partido Radical, Ro- aumentaba la conciencia de
berto Ortiz, eìegido sucesor de Justo en 1937 mediante la manipulación de la clase obrera urbana, esPet
Concordancia, paró el fraude electoral y de este modo permitió que los radi- los días de la reforma electo
cales consiguieran el control del Congreso. zada casi en un 90 por 100 Y t
Su salud le obligó a dejar el cargo en 1940. Su sucesor, Ramón Castillo, bían llegado hacía Poco del
recurrió a la técnica de la oligarquía sitiada cuando se enfrentó a las eleccio- de la exportación (1880-191'
nes: poner votos falsos en las urnas. Por supuesto, nadie creía el fraude; sólo cidos en Argentina Y no in
dramatiz.aba la ilegitimidad del gobierno civil que sostenía. proletariado que no era dift
Las autoridades rnilitares observ¿rban el drama con impaciencia crecien- el ejército euroPeos Y los hal
te. Veían cómo sus colegas de Alernania e ltalia habían desempeñado pape- cistas. En realidad, los com
les clave en el desplazamiento de los gobiernos civiles tambaleantes. A me- Occidental consideraban a z
dida que se extendió la guerra por Europa a comienzos de los años cuarenta lidad de una rePública del I
y el Eje incluía a Alemania, Italia y Japón desde 1940- parecía triun- les inherentes a la industrial
-quemandos rnilitares argentinos
far, Ios altos consideraron la necesidad de ejer- A medida que iba tenit
cer un liderazgo firme y seguro en su tierra. El obstáculo era Ia camarilla de política argentina resultaro
políticos civiles a quienes los militares no habían purgado lo suficiente del Iitares tenían su ProPia ba
poder desde 1930 y que habían continuado persiguiendo sus intereses mez- trabajadora urbana carecí¿
quinos y así haciendo vulnerable a su país. En parte debido al fraud
La política argentina estaba tomando un camino que no aparecía en nin- como funcionaba el sisten
gún otro país importante de América Latina. Las causas eran varias. Prime- portantes, incluidos lo9 ra'
ro estaba su fuerte antipatía por los aliados, en especial los estadounidenses electoral según la modific¡
y británicos. En contraste con Brasil, cuyo gobierno, tras un breve flirteo con más de la mitad de la Pob
la Alernania nazi, había decidido unir su suerte a la de Estados Unidos en Por ello, ninguno, con la <

1942, Argentina quería preservar su <neutralidad>. En la práctica esto signi- téntica base de clase obrer
fìcaba que continuaría vendiendo productos alimenticios esenciales a Gran lida significativa Para los t
Bretaña sitiada mientras se negaba a unirse al esfuerzc¡ rnilitar estadouni- E,ntra en escella Juan l

dense. Esto reflejaba un sólido sentimiento entre la elite argentina, tanto ci- el grado de coronçl en el c
Argentintt 99

mucho que ganar t'ehusando su alianza


vil como militar, cle que su país tenía
pltf,i.u y militar en el conflicto rnundial'
la impacicncia militar co,n ros poríti-
Tias este ,or.o .uniJnrri continuaba
organizaron un complot para haccrse con
cos civiles. Los oficiales Jisidcntes
el uombre de GOU (Grupo Obra de
el poder. El grupo triunfador recibió
UnificaciónoGrupodeoficiatesUnidos)yjustificarclnsuposturacomouna
rcsDucstaala¿"man.lopopular:.ApoyamtlslluÙstlasinstituci<rnesynucs- decir' los po-
t"oi l,,ves oersuadidoJ;J;;" no son^elías si'o los hornbres [es
han. si<Jo derincucnres en su aplicación>.
il,i:Jt;:äi""äi"rr á"i"nls
reformar toda la estructura
De hecho, los amticiosos oficiales querían
el Congreso' !l3n:o Ae su 11¡
oolítica. Comenzaron, en 1943, disolviendo prl-
i"ä;ä";;;;;ã; ácsdén. Losgeneral mirirares en ascenso, acauoiltllls.por su
Arturo Rawson' anunciaron solemne-
r;;;;;td;te provisionai, el siño só1o argeirrinosu. Se propusie-
menre: ,,Ahora no rrui"furtiáàílorit,.nr,
cle políticos. En l.944 decretaron
ron librar a Argentiná åe políticä, así como
elfindelospartidospolíticosyexcluyeron'delgabineteltog?'lospolíticos
profesionales, menos u unu' túontot iaclicales'colaboracionistas>'
Mientraslosrnititaresseibanhaciencloconelcontrol<lelsistemapolítico,
los tlabajadOres. En.los años cuarenta,
aumentaba la conciencia de clase entre
la clase obrera ,rUunu, *p"cialmente en
Buenoi lilï'libf'cam.biado desde
peña en I912. Ahora estaba alfabeti-
los clías de la reforma Ltcåtorat de Sáenz
iòii;;;ía movilidad' pues muchos de sus miembros ha-
zada casi en un 90 p,,,
con el periodo del gran auge
bían llegaclo hacía poco dél campo. En contiaste
los trabajadores urbanos eran na-
ä* iu IiSCO-t114), Ia mayoría de
Aires albergaba un
en Argentina y no inmigrantes eurooeos' Buenos
sidos"*-poaocicin
proletariado que no ¿li"'"ñtt delque había aterrolt:19-11ji.burguesía y
"*
el ejército europeos yl,os había inclinaclõ
hacia soluciones corporativistas y fas-
cistas. En realidad, r* políticos cle Estados unidos y Europa
"ot"nturistas caso para probar la habi-
Occidental consi,Jeral"anl Àrl"ntina un importante socia-
Iidad de una república del Nuãvo MunrJo påra ajustarsc a los conflictos
les inherentes á la industrialización y el desarrollo'
actores dc la
A meclida q". i;;;;i""ã" r"g"t el drama' los principales Los mi-
y el movimiento obrero'
política argentina ,"rutroion ser ciejército
la grancle y creciente clase
litares renían ,u propriïãr""inrtltuåional, þero
política efectiva' ¿,Por qué?
trabajadora urbana carecía cle representacìón
importante el modo
Iln parte debido al fraude electòral' Pero erà más Todos los partidos im-
como funcionaba er sistema cle particlos existente.
y los. socialistas' se adaptaron al sistema
¡rortantes, incluiclos los raclicales Peña cle 1912' cuando
electoral según la ,rro(titico"iOn Oó ta tey cle Sáenz
scguía excluida del voto.
más de Ia mitad a" iÀ f.rt,ru.ión ailulta masculina
Porello,ninguno,.un'fuexcepciónparcialclelossocialistas'creóunaau-
tóntica base cle clase obrera' io*o rtsultado' su
política no ofrecía una sa-
licla significativa para lcls trabajadores -urbanos'
Entra en Þ"tOä' Nacido en la clase meciia' había alcanzado
g*ã; ¿" ",."nuluun
en ãi argentino- Arnbici0so y comunicativo, con
"r "oronel "iãr.ii"
100 Historie conÍent.poränect de Anúrica l,trtitn

casi cincuenta años había tomado parte activa en el movimiento del GOU argentinas mientras canalii
que expulsó de la presidencia a Ramón Castillo cn 1943. En reconocimiento y material que se les había
por su cooperación se convirtió en secretario de lrabajo, un puesto de poca po en recompensarlos. Per
importancia que transformó en un bastión de fortaleza. Utilizando tanto el cionando desde que ocupó
palo como Ia zanahoria, Perón engatusó a los trabajadores industriales: a los de huelgas que luego el go
grupos de trabajadores veteranos así como a los nuevos; a los residentes ur- viértase el repunte en el ni
banos de toda la vida y a los emigraclos rccientes del campo. De este modo, la figura 3.2, aunque su n
hizo del movimiento sindical un recurso propio y en parte por esta influencia también subió el tamaño m
se convirtió después en ministro de la Guerra y vicepresidente de la nación. se incrementaron un 25 po
Héroe para los desposeídos, ganó las elecciones presidenciales de 1946 con trabajo en la renta nacion
una sólida mayoría del 54 por 100, a pesar de la indiscreta resistencia dçl De, 1950. Los trabajadores urt
partamento de Estado estadounidense. que le denunció por sus simpatías pro nunciada en su nivel de vic
fascista$, y a pesar de la oposición combinada de todos los partidos políticos los propietarios de capital,
nacionales. El Partido Comunista Argentino fue especialrnente vehemente nopolio del comercio gub
en denunciarlo como un demagogo fascista. productos a bajos precios 1

Durante este periodo, Perón empezó a depender del instinto político de AI principio, esta intré
su amante y después esposa, Eva Duarte. Antigua actriz de radio llegada del ció un 8,6 en 1946 y un sor
interior no hacía mucho. estaba determinada a tcner éxito en el mundo de ferior del 5,L por 100 en 1
Buenos Aires. metros mundiales. Este cr
exportador argentino, qut
1946 a 7948.
El peronismo y Perón Perón también hizo bt
ra en la economía. En I94
Una vez instalado como presidente, Perón procedió a poner en práctica los tar el control sobre los act'
principios corporativistas adoptados por los oficiales del GOU. Ahora se or- Argentina nacionalizó el f
ganizaría Argentina según los grupos de ocupación: industriales, agricultores, do el corazón del sistema
trabajadores. En la cima de esta jerarquía estaría el Estado. El gobierno ac- lizadas la compañía de teÌ
tuaría como el árbitro final en caso de conflicto entre los grupos. El nuevo las instalaciones del muellt
gobierno expidió con rapidez un sinnúmero de estatutos reguladores de las argentinos compensaron a
organizaciones ocupacionales y Perón afirmó de inmediato para el Estado urÈ\_# cionalistas declararon que
papel intervencionista en la economía. Se clictó un Plan Económico de Cin- 7947,Perón saldó toda la r
co Años y 5ê otorgó a un poderoso y nuevo instituto de comercio exterior una grandiosa ceremonia ,

(Instituto Argentino de Promoción del Intercarnbio o IAPI) el monopolio es- Económica>.


tatal sobre las exportaciones de l<¡s cultiv<ts agrícolas clave. Argentina se ha- Eva Perón también su
llaba ahora en posición de soportar la política económica más estatal de las Rechazada por las matron
vistas hasta enl"onces cn ese siglo en América l-atina. bían monopolizado las ca
Perón estaba llevando a la práctica la visión corporativista de los años uEvita> constituyó su prol
treinta del general Uriburu, pero con una diferencia vital: hizo de los traba- ficio de mármol distribuía
jadores urbanos sus aliados políticos más importantes, flanqueados por los in- un cortejo fanático y leal.
dustriales y las fuerzas armadas. Uriburu habría reducido el trabajo a una tos lograron levantar una
luerz,a menor. Perón creó una alianza política sin precedentes en Ia historia bierno electo que sofocab
argentina: un sindicato de trabajadores, empresarios y rnilitares. En 1948 parecía que I
;> Ilabía hecho la campaña para la presidencia con una nota nacionalista y canzando con rapidez la j
populista: <Argentina era un país de toros gordos y peones desnutridos>, así. doctrina <justicialista>, la r
describió su país en1946. Prometió promocionar soluciones verdaderamente' nestar social dirigidas a a
Argentina 101

argentinas mientras canalízaba a los trabajadores la recompensa psicológica


y material que se les había negado injustamente. Su gobierno no perdió tiem-
po en recompensarlos. Perón continuó las tácticas que había estado perfec-
cionando desde que ocupó la secretaría cìe Tiabajo en 1943: la estimulación
de huelgas que luego el gobierno resolvía en favor de los trabajadores. (Ad-
viértase el repunte en el número de huelgas a finales de los años cuarenta en
la figura 3.2, aunque su número no sea especialmente grande: bajo Perón,
también subió el tamaño medio de las huelgas.) Las tarifas salariales por hora
se incrementaron un 25 por 100 en 1947 y un 24 en 1948. La participación del
trabajo en la renta nacional aumentó cerca de un 25 por 100 entre 1946 y
1950. Los trabajadores urbanos argentinos experimentaron una mejora pro-
nunciada en su nivel de vida. Los perdedores en este drama populista fueron
los propietarios de capital, de forma especial los terratenientes, ya que el mof
nopolio del comercio gubernamental (IAPI) compraba la mayoría de su$l
productos a bajos precios fijos.
Al principio, esta intrépida estrategia pareció funcionar bien. El PIB cre-
ció un 8,6 en 1946 y un sorpren dente 12,6 por 100 en 1947 . Hasta el índice in-
ferior del 5,1 por iOO 1948 seguia sienào muy respetable según los pará- ,'
"n
metroSmundiales'Estecrecimientofueincentivadoenparteporelauge
exportador argentino, que produjo saludables excedentes comerciales de
1946 a 1948.
Perón también hizo buena su promesa de reducir la influencia extranje-
ra en la economía. En 1946, el banco central fue reorganizado para aumen-
tar el control sobre los activos monetarios de propiedad extranjera. En 1948,
Argentina nacionalizó el ferrocarril de propiedad britániça, que seguía sien-
do el corazón del sistema de transportes nacional. También fueron naciona-
lizadas la compañía de teléfonos (controlada por la ITT estadounidense) y
las instalaciones del muelle que pertenecían a los franceses. En cada caso, los
argentinos compensaron a los propietarios a unos precios que después los na-
cionalistas declararon que habían sido demasiado elevados. Y en julio de
1947,Perón saldó toda la deuda exterior argentina, señalando la ocasión con
una grandiosa ceremonia donde emitió una nDeclaración de Independencia
Económica>.
Eva Perón también surgió como una fuerza política por derecho propio.
Rechazada por las matronas de la sociedad (señoras gordas) que siempre ha-
bían monopolizado las carreras políticas de las primeras damas anteriores,
<Evita> constituyó su propia fundación en 1948. Desde su monumental edi-
ficio de mármol distribuía dinero y ayudas en persona y rápidarnente formó
un cortejo fanático y leal. Su carisrna complementaba al de su marido y jun'r
tos lograron levantar una maquinaria política imponente. Presidían un go'f
bierno electo que sofocaba con firmeza cualquier disensión política abierta.
En 194tì parecía que los peronistas tenían un camino fácil. Se estaba al-
canzando con lapiclez la justicia social y pronto el régimen pronunciaría su '
doctrina la etiqueta utilizada para clescribir las medidas de bie*'W
"justicialista>,
nestar social dirigidas a ayudar a la clase trabajadora urbana. La economía
102 ÍIistoria contenxpor(inea de Atnóricn l-utittu

continuaba en plena actividad. La oposición política había sido desmoraliza- cer. F'ue adelgazando de lor
cla y humillada. Las calles se llenaban continuamente de fieles. Era la reali- con ahínco y continuó su a¡
zación de la ,,Nueva Argentinao que Perón había prometiclo. nitas de desafortunados qur
Este éxito fue pronto ensombrecido por problemas económicos. EI año a Pcrrin clc una compañcrr'
1949 trajo el primer déficit del comercio exterior desde la guerra y redujo las importante como é1.
reservas de divisas a un peligroso nivel. Igualmente importante fue el repen- Una vez muerta, se hiz,
tino salto de la inflación a un 31 por 100, doble que la del año anterior. Una vida. El gobierno suspendi(
severa sequía disminuyó la ploducción de artículos exportables. cleración General del 'Irab
Perón se topó con las realidades económicas que habían permanecido mes de duelo. La manifeste
ocultas durante los primeros años de la posguerra. En 1946 parecía muy su cuerpo desde la residel
simple beneficiarse de la economía mundial, pero ahora se había vuelto pro- donde iba a yacer en capillr
blemático. Los precios mundiales para las exportaciones argentinas estaban ochcl de ellos murieron apl
cayendo; los de las importaciones, especialmente los de los artículos manu- por heritlas cn las siguicnl
facturados, subían. Además, Ia política peronista agravaba el problema, El ,
plancs para cdificar un rnat
IAPI había establecido para los artículos agrícolas unos precios reducidos i:bcrtad. Muerta a los treinti
irreales con el fin de mantenerlos bajos en las ciudades, pero el efecto fue I roso quc unió a los fieles ¡r
también desanimar la produccirin, con lo que se dañaron las exportaciones. Mientras tanto, el sevel
Perón reaccionó ante la crisis económica de 1949 aportando un nuevo fredo Gómez Morales cotn,
ministro de Finanzas, que lanzó un programa de estabilización ortodoxo: cré- consejeros optaron entonce
dito ajustado, reducción del gasto público y límites estrictos en los aumentos nos populista y nacionalist
de salarios y precios. Perón estaba determinado a controlar la economía y Había una apelación direct
reanudar lo antes posible su ambiciosa política social. contrato con Ia Standard C
El comienzo cle la crisis económica coincidió con su decisión de estrechar tivos a la agricultura, cuya
su control político. Su primer problema era Ia Constitución argentina de bajo la estrategia de alimer
1835, que prohibía la reelección del presidente. ¿Podía dudarse de que Perón,i taran una congelación sala
quería otros seis años de mandato? Los peronistas hallaron el modo. En-" ción cle la tan necesitada ir
mendaron la Constitución no sólo para permitir la reelección del presidente, Las implicaciones polít
sino también para reiterar una ley de 1,947 que daba el voto a las mujeres. En obvias. Para recuperar el r
l95l Perón fue reelegido con el 67 por 100 de los 6,9 millones de votos emi- que invertir, al menos en p
tidos, con un fuerte porcentaje de las mujeres votantes. Entonces se fundó un tribucionistas. Cuando la e<
Partido Peronista, que contó como uno de sus órganos centrales con un Tri- ,
un sector social; pero cuânr
bunal Disciplinario del Partido. Desde entonces el gobierno recurrió con más ganando a expensas de lol
frecuencia a meclidas autoritarias, tales como la expropiación cn 1951 de l.a i
amenazaban con desgarrar
Prertsa, el principal ¡reri<lclico cle la oposición. por Perón.
Sin embargo, Perón fue vencido en un frente político. Al hacer la cam- Quizá por esta razón. l¿
paña para la reelección en l951, quiso que Evita luera su candidata a la vi- radical. Desde 1949, los es<
cepresidencia. Su influencia política había aumentado considerablemente, ya las peronistas clesaparecier
que rnuchos trabajadores la habían identificaclo como el corazón del pero- ello dio preferencia en los
nismo. Fue brillante en la promoción de su imagen, ayudada por inmensos (y bleció un nuevo programa
en su mayoría no explicados) fondos gubernamentales. Pero lcls militares no del peronismo y para vestit
ccdieron: se negaron a aceptar la posibilidad cle que una mujer pudiera ac- rón sabía que tenía advers
ceder a la presidencia y convertirse cn su comandante en jefe. A F,vita le golpe contra ó1. Los suprir
amargó la decisión, pero sugirió que había límites en el poder peronista. T permaneció vivo.
El veto militar a su candidatura presagió un golpe mayor. Evita cayó en- Ti'as la muerte de Evit
Ierma y finalmente no puclo clcultar el hecllo de que estaba muriendo de cán- sindicatos, dirigidos por sur
Argentina 103

cer. Fue adelgazando de forma persistente, pero luchó contra la enfermedad


con ahínco y continuó su agotadora vigilia en la fundación, ante las filas infi-
nitas de desafortunados que pedían ayuda. Murio en julio de 1952, privando
a Perón de una compañera política que se había convertido en alguien tan
importante como é1.
Una vez muerta, se hizo más grande que lo había sido nunca durante su
vida. El gobierno suspendió todas sus funciones durante dos días y la Confe-
deración General del Tiabajo (CGT) ordenó a sus miembros observar un
mes de duelo. La manifestación de pesar fue asombrosa. El solo traslado de
su cuerpo desde la residencia presidencial hasta el Ministerio de Tiabajo,
donde iba a yacer en capilla ardiente, provocó tal afluencia de visitantes que
ocho de ellos murieron aplastados. Más de 2.000 personas fueron atendidas
por heridas en las siguientes veinticuatro horas. De inmediato se hicieron
planes para edificar un mausoleo 45 metros más alto que la Estatua de la Li-
lbertad. Muerta a los treinta y tres años, Evita se convirtió en un mito pode-
roso que unió a los fieles peronistas.
Mientras tanto, el severo plan de austeridad tlel ministro de Finanzas Al-
fredo Gómez Morales comenzaba a producir resultados en 1952. Perón y sus
consejeros optaron entonces por un segundo Plan de Cinco Años, mucho me-
nos populista y nacionalista que la política de finales de los años cuarenta.
Había una apelación directa al capital extranjero, que dio como resultado un
contrato con la Standard Oil de California en 1954. Se dieron nuevos incen-
tivos a la agricultura, cuya explotación ya era antes un objetivo importante
bajo la estrategia de alimentos baratos. Se pidió a los trabajadores que acep-
taran una congelación salarial de dos años, sacrificio dedicado a la financia-
ción de la tan necesitada inversión.
Las implicaciones políticas de este cambio de estrategia económica eran
obvias. Para recuperar el crecimiento económico, Perón pensaba que tenía
que invertir, al menos en parte, algunas de sus medidas nacionalistas y redis-
tribucionistas. Cuando la economía estaba en expansión, era fácil favorecer a
un sector social; pero cuando se estancaba, los trabajadores sólo podían salir
ganando a expensas de los sectores medios y altos. Los conflictos de clase
amenazaban con desgarrar la coalición populista construida cuidadosamente
por Perón.
Quizá por esta razón, la estrategia política peronista parecía volverse más
radical. Desde 1949, los escasos aristócratas que una vez estuvieran en las fi-
las peronistas desaparecieron. Perón se propuso controlar el ejército y para
ello dio preferencia en los ascensos a los favoritos políticos. También esta-
bleció un nuevo programa para adoctrinar a los cadetes con las enseñanzas
del peronismo y para vestir a los grados inferiores con uniformes vistosos. Pe-
rón sabía que tenía adversarios dentro del ejército y en 1951 intentaron un
golpe contra é1. Los suprimió con facilidad, pero el germen del descontento
permaneció vivo.
Tias la muerte de Evita en1952, su atención se desvió del ejército a los
sindicatos, dirigidos por sus leales. A medida que la política económica se ha-
104 Hßtoria contemporónea de América Latina

cía más ortodoxa, la retórica peronista se volvía más estridente' Se hizo evi- nidad de depurar todo lo pr
dente un tono militante justicialista de la clase trabajadora. En 1953, una mu- peronistas, despedidos, y to
chedumbre callejera peronista saqueó el Jockey Club, bastión de la aristo- tió en ilegal.
cracia argentina. Los militares de línea c
En 1954,los radicales peronistas tomaron otro pilar del orden tradicional: dicarse en un intervalo rel¿
Ia lglesia. Se legalizó el divorcio y todos los colegios parroquiales se pusieron conocidos de la Argentina ¡
bajo el control del Ministerio de Educación. El año de 1955 trajo consigo ma- !
sa, antiperonista vehement(
nifestaciones masivas contra la Iglesia, orquestadas por los peronistas. Sus c Los propietarios azotados I
multitudes quemaron varias iglesias famosas de Buenos Aires. El Vaticano se , El gobierno de Aramburu
desquitó excomulgando a todo el gabinete del gobierno, incluido Perón. El peronistas, en especial en k
prqsidente prometió solemnemente movilizar sus masas contra los <<conspira- su influencia. En junio de 1
dores> que ponían en peligro la independencia argentina, amenazando con provincias se desencadenó
vengar con cinco adversarios cada peronista que cayera en combate político. respondió con fuerza. Con
De hecho, el gobierno peronista estaba fuera de control. La cruzada an- dos algunos oficiales del e
ticlerical no podía proporcionar bastante fruto político para justificar el efec- sangre era ominoso; por ml
to destructor en el público, incluidos algunos fieles peronistas. Y lo que es rón, nunca había recurrido
más importante, la repulsiva batalla con la Iglesia había proporcionado una Los estrategas políticos
oportunidad a los enemigos de Perón dentro del ejército. Muchos oficiales tema político para pasar a
que se habían sentido molestos por diversos aspectos del peronismo se con- una Junta para la Defensa
vencieron entonces de que estaba dispuesto a destruir el país. En septiembre los partidos y movimientos
de 1955, los conspiradores militares movilizaron sus fuerzas y presentaron a que se comprometieran co'
sus antiguos compañeros un ultimátum: rendirse o enfrentarse a la guerra ci- miento era de por sí una
vil. Perón, dado tan a menudo a la retórica extremista, no tuvo estómago A comienzos de 1957 hubc
para un baño de sangre. A diferencia de Evita, nunca había querido armar a batida mediante la represi
los trabajadores y ahora era demasiado tarde. Aceptó el ultimátum y se reti- militares seguían pensando
ró, refugiándose en una cañonera paraguaya que lo condujo a un ignominio- manejar a los peronistas.
so exilio. En el frente económic<
traron con una economía i
ganancias del comercio ex
La administración militar dos a los militares tomaro
ción y la renegociación de
Cuando el general Perón huía por el ancho río, cambió el talante de Argen- tina. Los años 1955-1957
tina. ¿Dónde estaban los trabajadores ansiosos por proteger a su dirigente? buena, aunque la producci
¿Qué había sido de la enorme maquinaria política? ¿Cómo pudo un puñado habían hallado el modo dt
de militares bloquear tan fácilmente a la clase trabajadora? tas, aún traumatizados pol
En realidad, Perón no había sido derrotado. Se había marchado. Partió de su retórica, los militare
bajo coacción, pero no hizo ningún esfuerzo por movilizar a sus seguidores sultado unas tasas salarialt
contra los hombres de uniforme. El vacío repentino creado por su partida era y subieron un 7,2 por 100
indicativo: ni Perón ni el peronismo habían terminado. económicos esperaba a un
El general que se convirtió entonces en presidente fue Eduardo Lonardi, Por desgracia para Ar,
un moderado que quería evitar una política revanchista que mantuviera uni- profundamente divididos. I
dos a los peronistas. Pero los militares de línea dura se impacientaron con su venerable partido de Yrigo
planteamiento conciliatorio: demandaban medidas más severas. En noviem- dicales (UCR) se dividiero
bre, depusieron a Lonardi..e instalaron al general !-edfo Aramburu como pre- (UCR del pueblo: UCRP)
sidente provisional. Los celosos antiperonistas tuvieron eriTonces la oportu- tado más veterano del part
Argentina 105

nidad de depurar todo lo peronista. El partido fue proscrito, los funcionarios


peronistas, despedidos, y todo fragmento de propaganda peronista se convir-
tió en ilegal.
Los militares de línea dura parecían creer que el peronismo podía erra-
dicarse en un intervalo relativamente breve de gobierno militar. Los pilares
conocidos de la Argentina preperonista se restauraron con rapidez. La Pren-
sø, antiperonista vehemente, se devolvió a sus dueños, la familia Gainza Paz.
Los propietarios azotados por las expropiaciones recobraron sus posesiones.
El gobierno de Aramburu impulsó medidas enérgicas contra los dirigentes
peronistas, en especial en los sindicatos, pensando que la represión invertiría
su influencia. En junio de 1956, los peronistas devolvieron el golpe. En varias
provincias se desencadenó una revuelta de militares pro Perón y el gobierno
respondió con fuerza. Como consecuencia, unos cuarenta dirigentes, inclui-
dos algunos oficiales del ejército, fueron ejecutados. El derramamiento de
sangre era ominoso; por muy autoritario que hubiera sido el gobierno de Pe-
rón, nunca había recurrido a matar oficiales.
Los estrategas políticos de Aramburu creían que podían remodelar el sis-
tema político para pasar a una era posperonista. En octubre de 1956 crearon
una Junta para la Defensa de la Democracia, que iba a inspeccionar a todos
los partidos y movimientos <antidemocráticos>. Se pidió a todos los partidos
que se comprometieran con la democracia. Tener que establecer tal requeri-
miento era de por sí una prueba dramática de la fragilidad democrática.
A comienzos de 1957 hubo un recrudecimiento de violencia peronista, com-
batida mediante la represión gubernamental. A pesar de este conflicto, los
I
militares seguían pensando en transferir el poder a un gobierno civil capaz de
manejar a los peronistas.
En el frente económico, los gobiernos militares de 1955 a 1958 se encon-
traron con una economía inactiva que se hallaba muy lejos de poder extraer
ganancias del comercio exterior. De hecho, los economistas políticos suma-
dos a los militares tomaron pocas medidas arriesgadas. Hubo una devalua-
ción y la renegociación de las muchas deudas externas bilaterales de Argen-
tina. Los años 1955-1957 contemplaron una tasa de crecimiento del PIB
buena, aunque la producción agrícola se detuvo. Los gobiernos militares no
habían hallado el modo de crear incentivos convincentes para los latifundis-
tas, aún traumatizados por las políticas discriminatorias peronistas. A pesar
de su retórica, los militares siguieron una política salarial que dio como re-
sultado unas tasas salariales reales por hora que no variaron en 1955 y 1956,
y subieron un 7,2 por 100 en 1957. Todo ataque a los principales problemas
económicos esperaba a un gobierno con mayor legitimidad.
Por desgracia para Argentina, los políticos civiles antiperonistas estaban
profundamente divididos. El mayor partido seguía siendo el de los radicales, el
venerable partido de Yrigoyen y sus acólitos. En su convención de 1956, los ra-
dicales (UCR) se dividieron en dos. Una facción fue los ,.radicales populares>
(UCR del pueblo: UCRP), encabezada por Ricardo Balbín, el hombre de Es-
tado más veterano del partido, que había hecho campaña por la presidencia en
106 Historia contemporánea de América Latina

1951. La otra fue la de los uradicales intransigentes" (UCRI), encabezada por tróleo con compañías ext
Arturo Frondizi, profesor de economía. La facción de Balbín era antiperonis- argentina del 50 por 100
ta fanática, mientras que la de Frondizi abogaba por la flexibilidad en el trato ser autosuficiente y nece
con los peronistas. Entre los militares había una división de opinión semejante. tróleo importado. Sin em
En julio de 1957 , Argentina celebró sus primeras elecciones desde la caí- haberse <vendido> al im¡
da de Perón. Las dos facciones radicales consiguieron un número casi igual ta que había imprimido z
de escaños en la asamblea constituyente, que de inmediato restauró la Cons- El resto del plan ecor
titución de 1853. Pero los diputados se peleaban y se marchaban tan a me- sombra más ominosa. A:
nudo que la asamblea fue finalmente disuelta. frentó con una aguda cri
No obstante, los militares estaban resueltos a pasar a un gobierno civil. militar se había movido
Celebraron una elección presidencial en febrero de 1958 y el vencedor fue dejó al nuevo régimen ci
Frondizi, que había montado una campaña abiertamente nacionalista. Su ala bía tenido ningún gobier
radical, la UCRI, seguía manteniendo como adversaria la de Balbín (UCRP), blema similar en 1949 y <
por lo que necesitaba votos de otras partes. Para lograrlos, hizo un trato con ro de estabilización sin r
los peronistas, prometiéndoles algunas medidas de corte peronista y la dis- forma más específica, I
posición a trabajar para que su partido recobrara la legalidad. El ala de Fron- (FMI), al que la Argenti
dizi obtuvo no sólo la presidencia y el Congreso Nacional, sino también la zi eligió un rumbo difere
mayoría de los gobiernos provinciales. Parecía como si Argentina tuviera de los que esperaba una
ahora un gobierno central fuerte que pudiera acometer la difícil tarea dejada bierno militar había hect
por Perón y el poco concluyente gobierno militar de 1955-1958, El mayor nu- dicina para casos extrem
barrón que se cernía sobre Frondiziera el alcance de su deuda con los pero- bre el crédito, recorter
nistas y el modo de saldarla. eliminación de los subsid
pleados públicos sobrant
Frondizi se vio ahor¿
El fracaso del reformismo desarrollista impulsar un programa dr
cía recortes para satisfac
El gobierno de Frondizi (1958-1962) fue una prueba muy importante de la da se convirtió en un eje
capacidad argentina para volver a las filas de los regímenes civiles electos. El estabilización económica
nuevo presidente parecía ser del mismo molde que otros reformistas demo- La contradicción de
cráticos que entonces triunfaban en América Latina, tales como Eduardo te en su estrategia polítir
Frei de Chile y Juscelino Kubitschek de Brasil. Tanto en el frente económico sin duda tener de su la'
como en el político, Frondizi decidió apostar fuerte. El riesgo era grande, aprobación era esencial
pero también las posibles recompensas. acerca de esta política cc
Tenía un ambicioso programa económico que pretendía acelerar la in- a su equipo económico '
dustrialización a la vez que estimular la producción agrícola para fomentar mático, encabezado por.
las ganancias por exportación. Gran parte de la financiación de la nueva in- mo al estilo del FMI.
dustria había de llegar del exterior, mientras que la extensa intervención es- Frondizi estaba coml
tatal en [a economía iba a reducirse, comenzando por el reconocimiento de de choque prescrito por
la negociación colectiva libre en la esfera laboral. Había un desafortunado por 100 y la retirada rep
cabo suelto en este plan: sólo podía tener éxito si se producía el cambio del objetivo era hacer que h
consumo a la inversión, lo que significaba que los consumidores, a los que nacionales. Los defensor'
tanto había favorecido Perón, debían prepararse para hacer sacrificios inme- ceso sería doloroso de to
diatos en favor del desarrollo nacional a largo plazo. portante objetivo sectori
Frondizi decepcionó a los nacionalistas con una de sus primeras decisio- y de este modo promovt
nes de inversión: la firma de contratos de exploración y producción de pe- la demanda externa com
Argentina 107

tróleo con compañías extranjeras en un esfuerzo por corregir la dependencia


argentina del 50 por 100 en la importación de petróleo. En potencia, podía
ser autosuficiente y necesitaba mucho ahorrar las divisas gastadas en el pe-
tróleo importado. Sin embargo, los nacionalistas lo atacaron con acritud por
haberse <vendido> al imperialismo, especialmente por la nota tan nacionalis-
ta que había imprimido a su campaña electoral.
El resto del plan económico del nuevo presidente figuró pronto bajo una
sombra más ominosa. A sólo unos meses de hallarse en la presidencia, se en-
frentó con una aguda crisis en la balanza de pagos, Desde 1955, el gobierno
militar se había movido en unos déficits consistentes en cuenta de capital y
dejó al nuevo régimen civil en 1958 las reservas de divisas más bajas que ha-
bía tenido ningún gobierno desde la guerra. Perón había enfrentado un pro-
blema similar en 1949 y de nuevo en 1952, emprendiendo un programa seve-
ro de estabilización sin ningún compromiso con acreedores extranjeros. De
forma más específica, había evitado al Fondo Monetario Internacional
(FMI), al que la Argentina peronista había decidido no unirse. Pero Frondi-
zi eligió un rumbo diferente. Quería impresionar a sus acreedores externos,
de los que esperaba una nueva inversión. Con Argentina en el FMI (el go-
bierno militar había hecho hincapié en su unión a él), decidió aceptar su me-
dicina para casos extremos: una enorme devaluación, controles estrictos so-
bre el crédito, recortes en el gasto público, severos límites salariales,
eliminación de los subsidios sobre los servicios públicos y despido de los em-
pleados públicos sobrantes.
Frondizi se vio ahora atrapado en una contradicción: estaba tratando de
impulsar un programa de desarrollo económico importante a la vez que ha-
cía recortes para satisfacer a los acreedores externos. Su presidencia trunca-
da se convirtió en un ejemplo clásico de los costes políticos que conlleva la
estabilización económica.
La contradicción de su política económica se emparejaba con la existen-
te en su estrategia política. Debía su elección al apoyo peronista y esperaba
sin duda tener de su lado a sus votantes. No obstante, los militares, cuya
aprobación era esencial para todo gobierno, se mostraban muy suspicaces
acerca de esta política conciliatoria. Antes de un año le obligaron a despedir
a su equipo económico y reemplazarlo con un grupo de libre empresa dog-
mático, encabezado por Álvaro Alsogaray, un rígido defensor del monetaris-
mo al estilo del FMI.
Frondizi estaba comprometido ahora a poner en práctica el tratamiento
de choque prescrito por el FMI, que comenzó con una devaluación del 200
por 100 y la retirada repentina de los controles de precios y los subsidios. El
objetivo era hacer que la economía ajustara los precios internos a los inter-
nacionales. Los defensores del tratamiento de choque sostenían que este pro-
ceso sería doloroso de toclos modos, así que era mejor hacerlo rápido. Un im-
portante objetivo sectorial era aumentar el precio de los productos agrícolas
y de este modo promover el aumento de la producción para satisfacer tanto
la demanda externa como el mercado interior.
108 Hisloria contemporánea de América Latina

El efecto inevitable de esta política fue una aguda división en el ingreso. el gobierno. Los peronistas ,

El ingreso real (o poder adquisitivo) de los trabajadores industriales cayó un del total de votos. Obtuvier
25,8 por 100 en 1959, mientras que el ingreso real por el aumento en la pro- bloque de escaños en el Cor
ducción de carne alcanzó un 97 por 100 ese mismo año. Había una inversión 100 y los de Balbín el22 po
exacta del justicialismo de Perón. Ya antes de que sus salarios reales hubie- De inmediato, los milit
ran descendido de forma significativa, los trabajadores urbanos comenzaron las victorias electorales perr
a batallar con el nuevo gobierno. Hubo huelgas generales en abril, mayo y Frondizi intentaron formar
septiembre de 1959, y una extensa huelga de ferrocarriles en noviembre. La una salida obvia. Juntos, re
última fue la más perniciosa, ya que las hinchadas listas de empleados del fe- guidores de Balbín rechaza
rrocarril nacionalizado y deficitario era un blanco importante en la campaña tado presidente por su polít
gubernamental para reducir su déficit. Gracias al aparente apoyo público a partido de la clase media,
los huelguistas, Frondizi se vio obligado a aceptar un acuerdo de compromi- gentina, el país con la mayr
so en el que el movimiento obrero fue el vencedor efectivo. Los militares consider¿
La política de estabilización también fue atacada por los hombres de em- Había apostado por cambi
presa argentinog en especial por los de firmas pequeñas. Denunciaban las negó tercamente a dimitir.
restricciones crediticias y el tremendo aumento de los precios de importación rodaron por las calles y lo
por la devaluación masiva. Los empresarios de las firmas mayores, en parti- dencia su sucesor constituc
cular los vinculados a capital extranjero, se sentían más felices, ya que la po- Guido fue presidente e
lítica gubernamental los favorecía. Los agricultores resultaron ser una de las der real lo ostentaron los r
decepciones mayores de Frondizi. Al habérseles garantizado precios más ele- cómo tratar con los políticc
vados, se esperaba que aumentaran la producción, pero eran suspicaces y se militares y a repetidos derr
negaron a suscribir el compromiso a largo plazo necesario para conseguirlo. hombres de uniforme. El h
A pesar de la feroz oposición pública, algunas de las medidas presiden- acerca de si era aconsejabl
ciales comenzaron a dar frutos. Al estancamiento de 1958-1959 le siguieron nistas en el sistema polític<
unas tasas de crecimiento del 8 por 100 en 1960 y del 7,1 por 100 en 1961. La mandar constantemente in:
tasa de inflación, que se había disparado hasta un 113,7 por 100 en 1959, des- Los militares acabaron
cendió aI27,3 por 100 en 1960 y a sólo el 13,5 por 100 en 1961. La pro- las elecciones de 1962 y cel
ducción industrial iba claramente en aumento y dos sectores claves mostra- El voto siguió un patrón c
ban éxito: el primer complejo de acero integrado se terminó en 1960 y la pro- obtuvieron el total mayor,
ducción interna de petróleo se había triplicado, alcanzando casi la autosufi- dente fue Arturo Illia, un
ciencia. segundo intento radical de
No obstante, el destino de la presidencia de Frondizi no dependería de Su estilo político era de
los indicadores económicos, sino de la fortaleza de su apoyo político. Aquí las pues había obtenido sólo ¡

desigualdades le eran desfavorables. Los sindicatos y la izquierda nacionalis- frentaría a un Congreso en


ta nunca le perdonaron su política de estabilización ortodoxa, con sus recor- escaños. A diferencia de Fr
tes en el salario real y su aceptación del capital extranjero. Las elecciones al embargo, los militares de
Congreso celebradas en marzo de t960 hicieron resaltar el problema. Los ra- cualquier signo de debilida
dicales de Frondizi obtuvieron menos votos que la facción de Balbín; los pe- Illia fue bastante afortt
ronistas votaron en blanco siguiendo instrucciones de su líder exiliado. Fron- año \962 había contemplar
diziya no era capaz de engatusarlos para que permanecieran a su lado y esta las mejorarían pronto la bz
debilidad cada vez más evidente levantó a los militares. visas. Su gobierno comenz(
El clímax llegó en las elecciones locales y al Congreso de marzo de 1962. losa y no anunció un prof
Entonces se permitió que los peronistas presentaran candidatos bajo su propia que sus políticos se basaba
bandera (por vez primera desde 1955), al cumplir Frondizi su compromiso de generosos e imponiendo c
devolver a la legalidad al Partido Peronista. El resultado fue un desastre para catapultar a Argentina a
Argentina 109

io. el gobierno. Los peronistas encabezaron a todos los partidos con un 35 por
100
un del total de votos. obtuvieron una serie de gobiernos provinciales y un gran
'o- bloque de escaños en el congreso. Los radicales de Frondizi lograron el 2ipor
ón 100 y los de Balbín el22 por 100; el resto fue a partidos *"no.!r.
ie- De inmediato, los militares enfurecidos obligaron al presidente a anular
ln las victorias electorales peronistas en las provincias. Entonces los radicales
de
v Frondizi intentaron formar una coalición con los de Balbín, lo que resultaba
-a una salida obvia. Juntos, representaban la mitad del electorado. pero los se-
'e-
guidores de Balbín rechazaron las ofertas cle Frondizi, desechando
al debili-
ia tado presidente por su política económica <antinacionalista>. una vez más,
el
â partido de la clase media, los radicales, resultó ser incapaz cle gobernar
ri-
Ar-
gentina, el país con la mayor clase media de América Làúna.
Los militares consideraron entonces que Frondizi estaba desacreditado.
n- Había apostado por cambiar er peronismõ y había perdido; no obstante, se
AS negó tercamente a dimitir. El29 de marzo de 1962, los tanques del ejército
in rodaron por las calles y lo desarojaron de la casa Rosad a. Ltego a la presi-
.i- dencia su sucesor constitucional, el presidente del Senado José ñ4aría
Guido.
)-
ts
.der Guldo fue presidente en funciones durante un año y medio, pero el po-
real lo ostentaron los militares, aún profundamente divididos acerca de
có.mo tratar con los políticos civiles. Esta situación condujo a revueltas
int¡a-
;e militares y a repetidos derramamientos de sangre a pequeña escala entre los
). hombres de uniforme. El hecho era que los militares no estaban nada
t- unidos
acerca de si era aconsejable o posible tratar de <reintegrar> las masas pero-
n nistas en el sistema político. y ro complicaba el propioÞerón
ul {
a mandar constantemente instrucciones ã sus lugaitenìentes en Argentina."n "i"*ilïo, \
i- Los militares acabaron decidiendo anular
þor completo los rËsultados de
)- las elecciones de 1962 y celebrar una nueva ronda electoral en julio
de 1963.
t- El voto siguió un patrón conocido, aunque esta vez los radicaies de Balbín
t-
obtuvieron el total mayor, col un 27 por 100 de ros votos. El nuevo presi-
i- dente fue Arturo lllia, un médico gris de provincias que iba a encabezar
el
segundo intento radical de gobernar la Argentina posperonista.
su estilo político era decidiclamente mðderaao. to cual parecía apropiado
S pues había obtenido sólo algo más de un cuarto del voto popular
y se en-
frentaría a un congreso en er que la oposición ocupaba casi åo, tercios
de los
escaños. A diferencia de Frondizi, no había hecho òfertas
a los peronistas. Sin
embargo, los militares de línea dura no deiaban de vigilar pára
sorprender
cualquier signo de debilidad hacia er p"ronir.no o ra iz{uieråa.
Illia fue bastante afortunado con la situación económica que encontró. El
año 1962 había contemplado una recesión, pero las buenas óosechas
agríco-
las mejorarían pronto labalanza comercial y aumentarían las
reservas de di-
visas. Su gobierno comenzó a ocuparse de lä economía
de forma muy caute-
losa y no anunció un programa general. Sin embargo, pronto fue
evidente
que sus políticos se basaban en ra expansión, otorgando aumentos
salariales
generosos e imponiendo controles a los precios. Èstas
medidas ayudaron a
catapultar a Argentina a la fase de .,avancen del modelo económico
de
110 Historia contemporánea de América Laîina

<detención y avance> (estimulando y contrayendo la economía de forma al- bierno de Onganía cerró el
ternativa) que había exhibido desde la guerra. El PIB mostró pequeñas dis- de la universidad y se propt
minuciones en1.962y 1963, pero apretó el paso para ganar un 10,4 por 100 la vida social. Los líderes
en !964 y un 9,L por 100 en 1965. de autoridad y forjaron alia
En el frente agrícola, el gobierno de Illia sufrió una tendencia decrecien- cuyo capital buscaban comr
te en el <ciclo de la carnerr, cuando se retuvieron los rebaños agotados para Una parte clave del plan ge
su reproducción. La escasez resultante irritó a los consumidores urbanos cal,ya que el aumento de ir
carnívoros voraces- y redujo la producción disponible para la ex- un descenso de los salarios
-siempre
portación. Los ganaderos estaban airados porque el gobierno no permitía El gobierno de Onganí
que los precios subieran a los niveles indicados por la demanda del mercado. económica. Perón se había
Illia, como casi todos los demás presidentes desde 1945, descubrió que era en 1952: controló la inflaci<
virtualmente imposible aprovechar el sector rural en beneficio de la nación. el estancamiento económicr
Los sindicatos peronistas se opusieron a Illia desde el momento en que mitado con la inflación y
ocupó el cargo, en parte debido a que se los excluyó de las elecciones de deprimir la inversión y sacr
1963. A pesar de todos los acuerdos salariales, la CGT dominada por los pe- se había dejado llevar por
ronistas estableció un <plan de lucho, que incluía huelgas y ocupaciones. niendo políticas salariales ¡
Como Frondizi, Illia esperaba que su política atrajera algunos votos peronis- biernos había logrado llega
tas. Esta ilusión se hizo añicos en las elecciones para el Congreso de marzo un crecimiento sostenido, t
de 1965, cuando el Partido Peronista legalizado obtuvo el 30,3 por 100 de los tisfacer tanto la demanda
votos, contra eI28,9 por 100 de los radicales. Como e¡ 1962, se hizo eviden- adelantado la visión más c<
te su habilidad para conseguir los votos en una demostración de lealtad al por la necesidad de penosa
movimiento. El gobierno de Onganí
Perón, en su exilio español, se sintió animado por los resultados y man- nómico más profundo. Tias
dó a su tercera esposa, Isabel,-a.Argentina para negociar d-e- forma directa berto Krieger Vasena, anun
con los grupos peronistas en disputa. La preocupación de los militares de lí- lista extranjero denominó
nea dura aumentó por la aparente vuelta de los peronistas. Illia había hecho equilibrado del periodo de
la misma apuesta política que Frondizi y había obtenido resultados similares. sión de la producción, la esl
La escena económica también había dado un giro inquietante. La inflación pagos con un esfuerzo por
había brotado de nuevo, el déficit priblico estaba fuera de control y la con- de forma muy gradual>'. Un
fianza de los inversores caía en picado, con lo cual la Bolsa de valores casi años en L967, que pudo hac
tuvo que ser clausurada. En junio de 1.966, los militares volvieron a interve- éxito relativo en mantener
nir. Illia fue expulsado de la Casa Rosada sin ceremonias. Una vez más, los bién la abrupta reducción c
oficiales se habían deshecho de un gobierno radical incapaz tanto de encan- El gobierno tenía a su
dilar como de reprimir a las masas peronistas. vimiento sindical, encabez
acogió con satisfacción el
gobierno militar. A su vez,
La solución burocrático-autoritaria la perspectiva de dividir l.
Esta táctica tuvo un éxito ¡
El golpe militar de- 1.9Q.6*pareció marcar una ruptura más aguda con el pasa- por la explosiva oposición
do que cualquiera de los anteriores desde 1943. Cuando menos, fue el más En ese año, se desarrt
represivo, siquiera en los estadios iniciales. Con la proclamación del adveni- Córdoba, corazón de la ir
miento de la <<Revolución argentina>, el general Juan. Carlos Onganía pre- ción. Había habido una ser
tendió implantar un nuevo tipo dé régimen: un Estado burocrático-autorita- rales. El comandante del e
rio. El objetivo era atacar deraíz las causas de los problemas argentinos, en ron y durante una protel
lugar de tratar con los síntomas: la sociedad debía ser transformada. El go- decenas de manifestantes'
Argentina I l l
bierno de onganía cerró el congreso recalcitrante, expulsó a sus adversarios
de la universidad y se propuso controlar (y supuestamente elevar) el tono
de
la vida social. Los líderes militares echaion a los políticos de los puestos
de autoridad y forjaron alianzas con los tecnócratas inue.ror", extrånjeros,
cuyo capital buscaban como un medio de espolear el "crecimiento económico.
una parte clave del plan general requería la supresión del movimiento sindi-
cal, ya que el aumento cle inversión iba a ser prôporcionado parcialmente por
un descenso de los salarios reales.
El gobierno de onganía intentó además otro programa de estabili zación
económica. Perón se había visto forzado a adoptàr uno 1949 y de nuevo
en 1952; controló la inflación y mejoró labalan)a de pagos, "n pero el coste fue
el estancamiento económico. Frondizi lo intentó en 195fy obtuuo un. éxito
li_
mitado con la inflación y la balanza de pagos, p".o ,ólo con el coste de
deprimir la inversión y sacrificar su plan desarrolliita de largo plazo. Illia sólo
se había dejado llevar por la fase expansionista del ciclo ðcoìómico, impo-
niendo políticas salariales y de precios casi peronistas. Ninguno de estos go-
biernos había logrado llegar a ra raíz de los
þroblemas argeîtinos: la falta de
un crecimiento sostenido, basado en un sector rural prod"uctivo capaz de
sa-
tisfacer tanto la demanda de exportación como la ìnterna. Frondizi había
adelantado la visión más coherente, pero se vio comprometido de inmediato
por necesidad de penosas medidas estabilizadoras a corto plazo.
þ-
El gobierno de onganía estaba determinado a rearizar un progru-u
nómico más profundo. Tras una pausa inicial, el ministro de Ecänomía, ".o-
Adal-
berto Krieger vasena, anunció un plan de amplio alcance que un experto
ana-
lista extranjero denominó más iarde ,.el programa anìiinflacionista más
equilibrado del periodo de posguerra>, programa que ocombinaba la expan-
sión de la producción, la estabilidad de los piecios y ia mejora de la balanza
de
pagos con un esfuerzo por aumentar el nivel de consumo agregado,
aunque
de forma muy gradual>. un rasgo crave fue ta congelación salãriai
durante dos
años en-1967, que pudo hacerse cumplir debido a los métodos autoritarios
y al
éxito relativo en mantener los precios bastante bajos. (Debe advertirse tam-
biénla abrupta reducción de las huelgas que muestia la figura 3.2.)
El gobierno tenía a su favor otro factor más. un ala s'ignificativa del mo-
vimiento sindical, encabezada por el directivo de la cGf Augusto vandor,
acogió con satisfacción el golpe contra Illia y quiso colaborar"con el nuevo
gobierno militar. A su vez, los oficiales encabãzádos por onganía paladearon
la perspectiva de dividir los sindicatos y romper aií la opiesión peronista.
Esta táctica tuvo un éxito parcial en 1961 y t96g, pero en t'goq tue absorbida
por la explosiva oposición sindical.
En ese año, se desarrolló un movimiento de oposición en la ciudad de
córdoba, corazón de la industria automovilística árgentina de nueva crea-
ción. Había habido una serie de protestas contra el gãbierno y paratlas
labo-
rales. El comandante del ejército local se puro n"*iãro, sus tiopas
se asusta-
ron y durante una protesta callejera abrieron fuego, matanào a algunas
decenas de manifestantes y espectadores. Se levantó ãn el país un
alarido de
I12 Hßtoria contemporánea de América Latina

protesta, a pesar del autoritario control gubernamental de los medios de co- te militar poco conocido, d
municación. Los numerosos enemigos del programa económico del gobierno, vuelta en Buenos Aires, Le
incluidos algunos militares que se oponían a la congelación salarial, aprove- traicionero: la inflación, que
charon la ocasión para procurar la salida de Krieger Vasena. Onganía vacila- en 1969, iba en aumento y a
ba, aumentaba la presión y por fin se obligó a Krieger Vasena a marcharse un rumbo expansionista mo
en junio de 1969. El gobierno de Onganía duró un año más, pero su credibi- cendente del ciclo de la car
lidad se había destruido. de prestigio militar, se encor
No fue sólo la oposición sindical la que perdió al régimen de Onganía. ba en marzo de I97t sellaro
También hubo un aumento impactante de la violencia política en forma de taló en su lugar al general y'
tortura clandestina y ejecución por parte del gobierno militar y rapto y ase- la deposición de Onganía or
sinato por parte de la izquierda revolucionaria. El golpe de Onganía empezó Lanusse siguió una dire<
con violencia y los militares victoriosos aclararon de inmediato que se sus- ca. Poco inclinado a tomar
pendían todas las garantías legales habituales. La política laboral, teñida de déficit presupuestario en at
un aspecto conciliatorio en su exterior, pronto pasó a depender de la coer- ción hasta un 58,5 por 100 e
ción. Ya había ocurrido antes, en el mandato de Aramburu e incluso en el de puesta para la economía.
Illia, pero ahora había una diferencia. La izquierda decidió responder con su Su ambición real era lo¡
propia violencia. Brotaron grupos revolucionarios escindidos que secuestra- la legali?aciÇn def peronisrr
ron a hombres de empresa prominentes y los liberaron por sumas enorrnes. peraba que favoreceríá a lol
Los ejecutivos de las multinacionales extranjeras se convirtieron en blancos. ta aún mayor: d_e-çidió perm:
Las firmas contestaron trasladando a su personal a Montevideo, al otro lado È
t pa.tA matzo de L973. Perón r
del río, desde donde viajaban a diario bajo vigilancia armada. En 1970, los te- !
;
1972 y presionó intensame
rroristas de izquierdas secuestraron al ex presidente Aramburu, que había Cámpora, como candidato
ordenado la ejecución de los conspiradores peronistas en 1956. Más tarde se lencia, con secuestros de eje
le encontró asesinado. rrillas se volvieron más aui
Una toxina mortal había entrado en el cuerpo político argentino. Ahora militares, así como prisioner
existía una izquierda revolucionaria, comprometida a traumatizar la nación Cámpora recibió el49 ç
mediante la violencia contra aquellos que identificaba como opresores: los soluta, pero muy por delantr
militares y la policía, junto con sus colaboradores, los ejecutivos bien trajea- litares de ideas cercanas cor
dos de las multinacionales. Y el gobierno devolvió el golpe con su propia vio- contra la izq¡ri-grda, Le cons
lencia. Había estallado la guerra civil. que no tenía nada en com[
El gobierno de Onganía fue un fracaso político desde todos los criterios. cuales declaraban combatir
Aunque introdujo el plan de estabilización económica de más éxito desde la vestido en mayo de 1973, tt
posguerra, no consiguió un reto más difícil: crear una coalición política de mer paso hacia una soluciór
base amplia que pudiera proporcionar continuidad a la política y hacer posi-
ble una planificación genuina para el futuro. El régimen militar de Onganía
nunca podría haber conseguido esa coalición porque se hizo con el poder te- Vuelta ¡
niendo en contra a los radicales, principal voz de la clase media, y a los
peronistas, que seguían siendo la voz más fuerte de la clase obrera. Al con- Cámpora no había dejado
trario de los generales brasileños, cuyo éxito aparente envidiaban los argen- que Perón pudiera regresar
tinos, los oficiales de Onganía no pudieron forjar una alianza entre militares de su débil personalidad, su
y civiles capaz de mântener el poder el tiempo suficiente para poner en prác- va y atrevida. Había sido c
tica una política que proporcionara un crecimiento económico sostenido. General Económica), una a
Y no menos importante, la escena política argentina se había polarizado más jetivo era estabilizar los pr
que la brasileña. El fracaso de Onganía dejó a Argentina pocas alternativas. trabajadores hasta que supu
El nuevo presidente fue otro general, Bq-be¡to. Levingston, un inteligen- canzado en el primer perio,
Argentina I 13

te militar poco conocido, destinado en washington, D.c., desde 196g. De


vuelta en Buenos Aires, Levingston se enfrentó a un problema económico
traicionero: la inflación, que Krieger Vasena había hechô bajar al 7,6 por 100
en 1969, iba en aumento y alcanzó el34,7 por 100 en r97!. Levingston siguió
un rumbo expansionista moderado, que pronto fracasó por la tendencia ães-
cendente del ciclo de la carne, que causó escasez y altos precios. Al carecer
de prestigio militar, se encontró aislado. Las revueltas recurrentes de córdo-
ba en marzo de rgTl sellaron su destino y otro golpe militar lo expulsó e ins-
taló en su lugar al general Alejandro Lanusse, que había sido el cerebro tras
la deposición de Onganía ocho meses antes.
Lanusse siguió una dirección nacionalista moderada en política económi-
ca. Poco inclinado a tomar decisiones arriesgadas, decidió luncionar con un
déficit presupuestario en aumento. como era predecible, aumentó la infla-
ción hasta un 58,5 por 100 en 1972. Su gobierno no pretendía tener una res-
puesta para la economía.
Su ambición real era lograr un nuevo acuerdo político. Lanusse optó por
la legalizaciSn def peronismo, junto con un nuevo sistema electoral qu"^"s-
peraba que favoreceríá a los partidos pro gubernamentales. Hizo una apues-
ta aún mayor: de,cidió permitir-eLregreso de perón. Se anunciaron elecciones
pa¡q m4rzo dç L973. Perón regresó por breve tiempo a Argentina a finales de
1972 y presionó intensamente en apoyo de su zustitutol el doctor Héctor
cámpora, como candidato presidencial. Mientras tanto, continuaba la vio-
lencia, con secuestros de ejecutivos, cobros de rescates y asesinatos. Las gue-
rrillas se volvieron más audaces y atacaban de forma directa a altos
militares, así como prisiones y cuarteles. "uigot
cámpora recibió el 49 por 100 de los votos populares, no la mayoría ab-
soluta, pero muy por delante del22 por 100 de Balbín. El presidente y los mi-
litares de ideas cercanas comenzaron a ver a.Ferón comola única esperanza
contra la izquierda, Le consideraban una figura esencialmente conservadora
que no tenía nada en común con las guerrillas izquierdistas, algunas de las
cuales declaraban combatir en su nombre. cuando Héctor cámpora fue in-
vestido en mayo de 1973, más de algún oficial pensó que quizá iuera el pri-
mer paso hacia una solución a la amenaza izquierdista.

Vuelta al poder de los peronistas


cámpora no había dejado dudas acerca de que sólo era un sustituto hasta
que Perón pudiera regresar y participar en unas nuevas elecciones. A pesar
de su débil personalidad, su gobierno emprendió una política económica nue-
va y atrevida. Había sido diseñada en esencia por la cGE (confederación
General Económica), una asociación empresariãl argentina, y su primer ob-
jetivo era estabilizar los precios para luego incremèntar los salaiios de los
trabajadores hasta que supusieran la parte de la renta nacional que habían al-
canzado en el primer periodo peronista. Se iba a hacer mediante 1) una su-
114 Historia contemporánea de América Latina
l
j

bida salarial única;2) una congelación de precios pactada por el gobierno, los 1 Entonces, sometido a una t
sindicatos y la industria; 3) una congelación salarial de dos años; y luego rón accedió a conceder cua
l

4) un conjunto de medidas destinadas a mejorar los ingresos reales de los tra- sindicatos de la CGT, con k
bajadores. Obviamente, esto requería una cooperación extraordinaria de to- No se sabe si su magia
I
:

dos los grupos de presión. El gobierno de Cámpora parecía haber negociado dores, ya que murió en julir
el acuerdo en el Pacto Social que proponía y que fue formalmente ratificado la conociö cuando era bailä
tanto por la CGT como por la CGE. Estableció un pacto paralelo con los recreo que emprendió tras I
productores rurales (excepto con los ganaderos, rabiosamente antiperonis- su inseguridad e indecisión
tas) que ofrecía incentivos en precios, impuestos y créditos a cambio de la cargo mientras los peronisti
promesa de doblar la producción agrícola para 1980. Sorprende que el nue- fluencia sobre la aterrorizar
vo régimen peronista hubiera creado una coalición que incluía casi a todos denciales.
los grupos de presión de la sociedad argentina. ¿Cómo fue posible? En par- El consejero con mayot
te, debido a que se había afianzado en los argentinos el agotamiento y el re- López Rega, una figura aml
alismo. De hecho, más de un antiguo antiperonista contemplaba el nuevo go- por la astrología como por s
bierno de Perón quizá como la última oportunidad para el país de resolver dó primero a convencer a
sus problemas mediante algo menos que la fuerza desnuda. nistros más moderados en
Como todo argentino y observador extranjero podía comprobar, las po- mara medidas enérgicas co
sibilidades de éxito no eran elevadas. La violencia política aumentaba sin ce- tendencia. Esto se convirti<
sar pues las guerrillas rechazaron con desdén el nuevo régimen peronista y,¡ sindicatos comenzaron a n€
mediante los secuestros y asesinatos trataban de desestabilizar el frágil equi- i les del L00 por L00 o más. l
librio polltico. Otra desventaja más eran la edad y salud de la antigua figural pactos salariales y desPués,
carismática a cuyo alrededor debía edificarse el nuevo consenso social: Perón' Esta involución dramática,
tenía sesenta y siete años y una salud menguada. tre las guerrillas de izquierc
Las nuevas elecciones presidenciales se programaron para el mes de sep- La presidenta también Pert
tiembre. Ahora Perón tuvo éxito con una táctica polftica que había fracasa- legación peronista.
do en 1951: consiguió que su esposa Isabel fuera nombrada para la vicepre- La economía corría sin
sidencia. Ambos barrieron en las elecciones con un 62 por 100 de los votos. 1975, mientras la espiral s,
Entonces Perón comenzó a ocuparse de la izquierda revolucionaria, a la que resultó desastroso para las
habla animado a menudo en sus declaraciones desde el exilio. El Ejército nante y se complicó con ul
Revolucionario del Pueblo (ERP) fue proscrito, en buena parte debido al bre la carne importada. Lat
asesinato repetido de mandos militares. Dio su bendición a las medidas A comienzos de marzo dg
enérgicas tomadas contra las reuniones y publicaciones izquierdistas. Parecía dio que adoptar un plan de
justificado el juicio de Lanusse: Perón estaba demostrando ser el garante- al FML
perfecto para presidir una ofensiva militar y civil contra la izquierda revo- El deterioro de la econ
lucionaria. lencia en la política. Las gt
En el frente económico, el ingenioso programa emprendido por Cámpo- vocadores a la policía y el
ra parecía funcionar bien. A comienzos de 1973, hubo un auge económico La derecha respondía
cos.
alimentado por las altas ganancias de la exportación, ya que los precios mun- como la Alianza Anticomr
diales de la carne subieron y la producción de grano aumentó. Durante ese basarse la nueva era Peron
año, la inflación cayó de forma considerable y los salarios reales crecieron un dinero menguaba a diario.
13,3 por 100 en la segunda mitad. Pero L974 trajo problemas. El incremento
del precio del petróleo de la OPEP desequilibró la balanza de pagos, aunque
sólo importaba el 16 por 100 de su petróleo. Además, algunos sindicatos no
1. Lo normal hubiera sido r
Constitución argentina sólo habl
pertenecientes a la CGT consiguieron nuevos acuerdos salariales, en viola- riesgo. Asl que la legalidad triunf
ción del <pacto social>. Varios sindicatos de la CGT siguieron su ejemplo. sidente.
Argentina I15
Entonces, sometido a una presión creciente
por parte de sus dirigentes, pe_
rón accedió a conceder cuàntiosas bonificaci,on",
sindicatos de la cG! con lo qu" ,o.*ã
a" rin-¿" lno u todos ros
su programa antiinflacionista.
No se sabe si su magia póo.ia haberle
valião d" ;";;;;n ros rrabaja_
' dores, ya que murió en
¡urio ae rg7i. Lapresidenta era ahora Isabel. perón
l, Ia conoció cuando era bäilarina
J" .uuå.¿ pu"urn¿, äJrinr" el viaje
I "" en tg5s."rs;úi'";;;;
rec¡eo que emprendió tras ru o"riit*iåì, "n de
su inseguridad e indecisión ya habían Evira, como
hecho paten,t". ilirrii"n¡e asumió
cargo mientras los peronistas disputaban el
agrìamente.l euerían conseguir in_
la arerrorizada mujer qu" r,ãUiu u.."ài¿o-
u roi ãeberes presi_
#;:,:i:j"Ore
El consejero con mayor influjo fue su
ministro de Bienestar social, José
L6pez Rega, una figura ambicio.ã y
uti.îi¿u, tun
por la astrorogía como por sus ideas peronistas.de "tnã.td;;äl" fascinación
derechas. LópezRega ayu_
dó primero a convencer a Isaber puru qu"
retirara de su gabinete a los mi-
nisrros más moderados en octubrË
i" i,lt+;r*s; il;"À,åää'puru que ro_
ma¡a medidas enérgicas coxrra ra izquierda,
tendencia.
i"äuid";l;, ii.änirtu, de esa
-sindicatos Esro se convirrió en er rumbo de la porÍtic;l; i;;;,mienrras
comenzaron a negociar nuevos contratos los
les del 100 por 100 o más. IJabet organiå con incrementos sararia_
unu contracampaña, anulando los
pactos salariares y después, tras
una serie de huelgas;;.'i"^ä, restableció.
Esta involución dramdtica, además
¿ãì" .u¿u vez mássangrienta batalla en-
tre las guerrillas de izquierda_y er ejército,ltevo
a ru ¿imisiàî-ã"Lop"" n"gu.
La presidenra también perdió su ;;y;r;;
en el congreso al escindirse la de-
legación peronista.
La economía corría sin control. La inflación
se disparó at33! p9r 100
1975, mientras la espiral satarios-preciår-"ogi" çn
velocidad. Ese año también
resultó desastroso para las
yu qu" la cosecha fue desilusio_,
nante y se compricó con una"xporia"ion"r,
nueva traba del Niercado õ;;;;Ë"ropeo
bre la carne importada. Las reservas so_
A comienzos de marzo dp !27þ, goUi"rno de"uy"ràn ,narä;; 50 por 100.
ãããiuiru.
Isabel ya no tuvo más reme_
djlgue adoptar un p¡q¡r
plan uç "f
ðstiart¡üaü'i
ää çùL¿luurzacron nguroso para volver
al Ftv'. a pedir ayuda
El
deterioro de la economía se vio acompañado
por el aumento de ra vio_
Iencia en la porítica. Las guerr'rar
vocadores a la policía y et e¡ercito,"on,iluuun
,u, ã"liù";ä;;;"q"es pro_
algunos asesinatos dramáti_
cos' La derecha respondía a- r¡avés "o.nåli"noo
ae orlániza.i;;; id;iläii" uiot"ntur,
como Ia Arianza Anticomunista Argentinã.
Et ogrun pacto)) en er que iba a
la nueva era peronist u pur"íí^ ut åru
9ii::"
clrnero menguaba a diario,
un" paradoja cruel. Er varor der
po, horas. El miedo a los terroristas,
"urí fueran

1' Lonormal hubierasido_referirsealsaberenformafemenina


constitución argenrina sóro habraba ¿¿ pr^ii"r,t como!apresidenta,perola
que Ia f.u. ,"guiaor.. qu;;;;;orrer ningún
jläl?;.o" triunfó sobre Iå iãg""
ËLil.,r"ar y se la vino"oa conocer como La pre_
'egaridad
116 Historia contemporónea de América Latina

de izquierdas o derechas, arraigó en la población, en especial en la clase me- millones de dólares, y se m(


dia urbana. La presidenta estaba aterrorizada, era totalmente incapaz de (una bomba estalló en un ci
ejercer el poder y cada vez se sentía más confusa. Había una pregunta en el chos). El ejército y la policía
aire: ¿cuándo la expulsarían los militares? Llevados por una adhesi
Su mandato concluía en 1977 y parecía que el ejército estaba determina- cional>, los airados generale
do a dejarle concluirlo. Si tomaban el poder, adquirirían la responsabilidad medios y sin limitaciones le.
formal de encargarse del desorden económico. Era mejor que siguiera en su una táctica diseñada de forn
puesto, ya que además había dado carta blanca a las fuerzas de seguridad en te con las guerrillas era bru'
su guerra contra las guerrillas. Al retenerla como presidenta, tenían la apa- provincia de Tt¡cumán. Al f
riencia de la legitimidad civil. Y quizás hubiera otra motivación más. Puede precio. Pensaban que no ten
que el ejército hubiera decidido dejar que la situación nacional se volviera ticas de cualquier procedenc
tan violenta y la economía tan caótica que nadie dudara de la necesidad de crita por Jacobo Tlmerman,
que el ejército lo solucionara. Si era así, para marzo de L976 ya lo habían que describía sus torturas at
conseguido. En el golpe mejor predecido de Argentina, los hombres de uni- en otro tiempo orgullosa Ar
forme pusieron a La Presidenfe en detención domiciliaria (se la investigaría cional junto con Chile y Sur
por conupción) y una vez más un gobierno elegido desapareció de la Casa tumbre, sufría la ignominia r
Rosada. ¿Qué querfan las guerril
derrocamiento violento del ;
ta revolucionario de llnea n
El regreso de los militares general a la clase media y n
dos recientes. Idealistas has
Cuando las fuerzas armadas decidieron movilizarse contra lsabel, estaban de- por la polftica de carrusel ar¡
terminadas a imponer una solución burocrático-autoritaria que durase. Bajo el sionada contra una estructur
general Jorge Rafael Videla, el régimen emprendió una perversa campaña las más <<modernas> de Amt
contra la oposición, conocida de forma alternativa como <(gUe.r!ê_Sücie> o bía salida. Los militares esta
<guerrq s1n_tu. El gobierno comenzó a detener a los <subversivos>> a discre- la amnistla nunca fue ni un
ción, reconociendo en un momento dado que mantenía cerca de.3.500.prisio- La guerra mostró, al igt
neros. Y luego estaban los desaparccido¡. aquellos que simplemente un gobierno bien equipado
<desaparecíon>, quizás 10.000 o 20.000 en total. Estas personas eran secues- portante entre las elites diri.
tradas por hombres bien armados que se negaban a identificarse, pero que sin te a un movimiento de guer
duda pertenecfan a las fuerzas de seguridad y estaban <<fuera de servicio>, o se nudo explícito) de la clase r
trataba de paramilitares que operaban con el conocimiento del gobierno mili- proporción dentro de la soc
tar. No se volvió a saber nada de casi ninguno de los secuestrados. El secreto América Latina y por ello
otorgado a esta espantosa matanza quizá provenga del estudio efectuado por servado con desaliento la de
el ejército argentino acerca de las tremendas críticas que cayeron sobre las 1974 a 1976 y la mayorla ap
fuerzas de seguridad brasileñas a comienzos de los años setenta por malos traf Se pretendió que este g
tos a los prisioneros. El error brasileño, según los argentinog fue detener a loþ proclamaron que su objetivr
sospechosos de forma oficial, con lo que se dejaban rastros legales. I
ronistas, sino también reestr
Nunca sabremos cuántos de los <desaparecidos> eran totalmente inocen! erradicar el terrorismo y co
tes y cuántos apoyaron activamente a los movimientos guerrflle_qos. Miles de cena política. Planeaban re
argentinos estuvieron sin duda involucrados de una forma u otra, si contamos tranjerô e interno, reducirlo
a los mensajeros, pistoleros, infiltradog contrabandistas de armas y espías, a empresas, movimiento obre
la vez que amplios sectores de la población compartían la antipatía de los re- tina con el <mundo occiden
beldes hacia la dominación derechista. Con los asaltos a bancos y los cobros cipiog prometieron <reedu¡
de rescates las guerrillas acumularon un fondo de guerra de por Io menos 150 moralidad, rectitud y eficier
lI8 Hßtoria contemporáneq de América I'atinu

mientos para una udemocracia> final que sería, en palabras escogidas cuida-
dosamente, <acorde con la realidad, las necesidades y el progreso del pueblo
ry*ît :
argentino>.
En la persecución de estas ideas, los militares no sólo se embarcaron en
una guerra enérgica contra la oposición, sino que también penetraron en la
sociedad argentina mucho más profundamente que nunca antes: además de
abolir la Confederación General del Tiabajo, acabaron con otras institucio-
nes, como organizaciones deportivas o de caridad.
En 1978 los generales obtuvieron una propaganda caída del cielo cuando
se eligió al país como sede de la Cop4 Mundial de fútbol. Argentina fue la
ganadora, para el éxtasis de las multitudes y el obvio placer de los generales
de línea dura. Al menos durante unas cuantas semanas los argentinos comu-
nes pudieron sentirse orgullosos de su país. Pero la euforia se disipó pronto
por la realidad de su difícil situación.
Entre las preocupaciones más graves estaba la economía. El ministro de
esta cartera, José Martín ez de lloz, franco representante de las ideas neoli-
berales, impuso de inmediato un plan de estabilización para reducir la infla-
ción y devolver la confianza a los acreedores extranjeros. La clase obrera se
enfrentó a salarios reales en declive, mientras que a los empresarios cada vez
les resultó más difícil obtener crédito. El sector más favorecido fueron los
bancos y las instituciones financieras, que obtuvieron elevados beneficios de-
La ocupación de las islas Malv:
bido a las altas tasas de interés real (con frecuencia del 20 al 40 por 100). El
gullo y provocación nacionales
flujo de capital exterior aumentó de forma espectacular, pero en gran parte
era especulativo. Martínez de Hoz también pasó a nacionalizar una serie de
empresas estatales, mientras que redujo drásticamente los aranceles de casi
todos los artículos industriales. nes para encontrar una solt
Estas medidas lograron disminuir la inflación a un 88 por 100 en 1980 y nía no se discutió formalmt
obtener una balanza de pagos excedentaria durante cuatro años sucesivos de espionaje británico advil
(1976-1979). Sin embargo, en 1981 se había oscurecido el panorama. Una ola vió una pequeña flota de g
de quiebras bancarias provocó una enorme salida de fondos. De nuevo la in- vaneció.
flación excedió el 100 por ltÐ y se instaló la recesión. En 1981 la industria En 1982, los argentinos
operaba sólo a la mitad de su capacidad y la renta real era más baja que la contraseña Y que no se ml
de 1970. de 12,000 km de Inglaterr
Apesar de estos problemas económicos, las fuerzas armadas demostra- ovejas. El2 de abril, una I
ron un grado notable de coherencia y unidad. Era un régimen institucional, ron rápidamente a la guar
no un asunto de un solo hombre, y cuando Videla pasó la presidencia al ge- armas.
neral Robçrto Viola en marzo de 1981, sólo fue la confirmación de este he- La primera mln¡stra co
cho. Viola carecía del vigor necesario para soportar la presión de ese puesto, dispuesta a ver secuestrado
por lo que lo cedió a comienzos de 19E2..a1 general Leopoldo Galtieri, co- dictadura militar latinoamt
mandanfe en jefe del ejército. movilizaron una imPortan
En maÍzo, Gaftigri decidió jugarse el destino de su gobierno en las islas militar por la necesidad d,
Malvigas, controladas por Gran'Bretaña, pero reclamadas desde hacía mu- autodeterminación de los is
cho tiempo por Argentina. Durante su mandato de 1946 a 1955, Perón rea- soldados en las cabezas de J
i' vivó la pasión argentina sobre las islas, pero Gran Bretaña no le hizo caso. canos menos tres resPaldarr
En 1965, las Naciones Unidas invitaron a ambos países a iniciar conversacio- de Estados Americanos Y c
Argentina 119

lHI
Illl0 .-r*,
#i
l,tl.';r,.,

La ocupación de las islas Malvinas en 1982llevó a un ingente desbordamiento de or-


gullo y provocación nacionales. (C. Carrión/SYGMA.)

nes para encontrar una solución pacífica a la disputa. El tema de la sobera-


nía no se discutió formalmente hasta 1977. el mismo año en que el servicio
de espionaje británico advirtió de una invasión inminente. Gran Bretaña en-
vió una pequeña flota de guerra, sin hacer publicidad, y la amenaza se des-
vaneció.
En 1982, los argentinos pensaron que los británicos habían cambiado de
contraseña y que no se molestarían en defender las desoladas islas a más
de 12.000 km de Inglaterra, pobladas por sólo 1.800 británicos y 600.000
ovejas. El 2 de abriì, una gran fuerza argentina invadió las islas y aplasta-
ron rápidamente a la guarnición de la marina real que contaba con pocas
armas.
La primera ministra conservadora inglesa, Margaret Thatcher, no estaba
dispuesta a ver secuestrados la soberanía y los ciudadanos británicos por una
dictadura militar latinoamericana. Los británicos denunciaron la invasión y
movilizaron una importa nte fuerza operativa. Justificaron su intervención
militar por la necesidad de evitar que el agresor usurpara el derecho a la
autodeterminación de los isleño.s. A finales de mayo, desembarcaron miles de
soldados en las cabezas de playa de las Malvinas. Todos los países latinoameri-
canos menos tres respaldaron a Argentina en una votación de la Organización
de Estados Americanos y condenaron a Gran Bretaña como agresora.
120 Hßtoria contemporónea de América Latina
I

200 por 100, los trabajadores


¿Por qué habla decidido la invasión el gobierno de Galtieri? Resultaba
¡

país entró de facto en el incu


evidente que la economía argentina estaba de nuevo arruinada, con la infla-
mienzos de 1983, el valor non
ción y la deuda externa disparadas. Unos días antes de la invasión del 2 de pesos a la semana, que equivr
abril, había tenido lugar la mayor manifestación contra el gobierno desde
tasa de inflación era sólo del
que los militares tomaron el poder en 1.976. Galtieri y los pocos seguidores a
gentinos imprimieron su pril
los que consultó consideraron sin lugar a dudas el aliciente de una rápida vic-
argentinos se sintieron más f
toria militar en las islas Malvinas como un impulso a su popularidad en de-
mucho menos de un centavo r

clive. Ademág Galtieri creyó que contaría al menos con el apoyo tácito de la
tó útil a los airados forofos d
administración Reagan, con la que los generales argentinos habían desarro-
manifestantes contra el gobie
llado una cálida relación.
Para obtener la financia
A corto plazo, Galtieri estaba en lo cierto acerca de la reacción de los ar-
ción, el gobierno aceptó un
gentinos. La invasión produjo un desbordamiento de sentimiento patriótico,
FMI. Pero existían dudas rea
que se debió en parte a los reportajes hiperbólicos, controlados por el go-
sición a un gobierno civil. Er
bierno, que sólo hablaban de las victorias argentinas. ¿Había encontrado Ar-
yor protesta antigubernamer
gentina, fragmentada desde hacía tanto tiempo, una vía para unirse?
Para sorpresa de casi to<
Pero la población del país pronto sufrió un rudo retorno a la realidad.
obtuvo un 52 por 1.00 de los
Las tropas británicas mejor entrenadas y con más experiencia barrieron las
Los radicales también lograr
islas y sitiaron a los 7.500 soldados argentinos atrapados en la capital, Port
peronistas, que no habían pe:
Stanley. Tlas consultas nerviosas con Buenos Aires y una resistencia esporá-
sólo alcanzaron el 42 por 1.0
dica, el comandante argentino se rindió de inmediato, la única opción sensa-
los derechos humanos duran
ta dada la pobre moral, condición y posición de sus tropas. Pero esta rendi-
únic'o grupo no peronista ca¡
ción repentina golpeó con dureza a Buenos Aires. La propaganda del
El nuevo gobierno se enl
gobierno se volvía ahora cenizas. Gran Bretaña, supuestamente debilitada e
gar estaba el compromiso de
incapaz de defender esas islas distantes, había derrotado de forma decisiva a
bían matado o <<desaparecidr
las tropas argentinas, muy superiores en número. Sólo las fuerzas aéreas ar-
blica contra los perpetrador
gentinas parecieron haber contado con la habilidad y el valor necesarios para
conseguir votos. Sin embarg
combatir de modo efectivo.
a su pfopio ejército por crín
los nazis fueron impuestos d
riosas). Era tierra virgen. ¿(
La transición a la democracia responsabilidad criminal? ¿)
de construir un nuevo ejérci
La junta presidida por Galtieri había cometido un error mortal: como go-
El segundo problema en
bierno castrense, comenzó una aventura militar que no logró ganar. La reac-
alcanzado el 400 por 100 en
ción pública fue inevitable: ¿qué tienen de buenos los generales si ni siquie-
su enorme deuda exterior. 'l
ra pueden ganar una guerra pequeña? El fervor patriótico se tornó en
para sobrevivir en el comerc
peligrosas manifestaciones a las puertas de la Casa_ $osada. Galtieri se con-
la perenne lucha por la rent¿
virtió en blanco de sus compañeros oficiales y renunció cuando la unidad mi-
grandes sindicatos de trabaj
litar comenzaba a resquebrajarse. Las fuerzas navales y aéreas abandonaron
represión militar.
la junta y dejaron solo en el poder al ejército de tierra. El nuevo presidente
fue un oscuro general retirado, Reynaldo Bignone, del cuerpo de ingenieros.
El tercer problema era e
dicales, partido minoritario t
Al asumir el cargo en julio de 1982, repitió valientemente la reclamación ar.
gentina sobre las islas Malvinas. Prometió elecciones en 1983 y el regreso del do Alfonsín? En caso de n
gobierno civil antes de 1984. Era como si los generales argentinos, por su in-
Alfonsín batalló valientr
de los torturadores resultó
competencia, hubieran restaurado la legitimidad a los políticos civiles.
nombrada por el presidente
La economía pasó de mala a peor en1982. La inflación se disparó hasta un
Argentina 121

200 por 100, los trabajadores perdieron cerca de un cuarto de su renta real y el
país entró de .fbcto en el incumplimiento de su deuda exterior privada. A co-
mienzos de 1983. el valor nominal neto del salario mínimo era de un millón de
pesos a la semana, que equivalían sólo a unos 19 dólares. A los brasileños (su
tasa de inflación era sólo del 100 por 100) les resultó divertido cuando los ar-
gentinos imprimieron su primer billete de un millón de pesos. Los mismos
argentinos se sintieron más frustrados. La moneda de cien pesos valía
mucho menos de un centavo de dólar- se retiró de la circulación y-que sólo resul-
tó útil a los airados forolos del fútbol. que se las tiraban a los árbitros, y a los
manifestantes contra el gobierno. que hacían lo propio con la policía.
Para obtener la financiación externa que se necesitaba con desespera-
ción, el gobierno aceptó un austero plan esbozado en colaboración con el
FML Pero existían dudas reales acerca de si sería capaz de organizar Ia tran-
sición a un gobierno civil. E,n diciembre de 1982, la oposición preparó la ma-
yor protesta antigubernamental en siete años de mandato militar.
Para sorpresa de casi todos, el líder del Partido Raclical, Raúl Alfonsín,
obtuvo un 52 por 100 de los votos en las elecciones presidenciales de 1983.
Los radicales también lograron la mayoría en la Cámara de Diputados. Los
peronistas, que no habían perdido una elección presidencial libre desde 1945,
sólo alcanzaron el 42 por 100. Alfonsín había sido un valiente luchador por
los derechos humanos durante el mandato militar. Además, su partido era el
úrnico grupo no peronista capaz. de formar un gobierno viable.
El nuevo gobierno se enfrentaba a problemas formidables. En primer lu-
gar estaba el compromiso de perseguir al personal militar y la policía que ha-
bían matado o "desaparecido', a más de 10.000 sospechosos. La revulsión pú-
blica contra los perpetradores era profunda y había ayudado a Alfonsín a
conseguir votos. Sin embargo, Argentina sería el primer país que procesara
a su propio ejército por crímenes internos (los juicios de Nuremberg contra
los nazis fueron impuestos después por todas las potencias extranjeras victo-
riosas). Era tierra virgen. ¿Cuántos debían juzgarse? ¿Dónde terminaba la
responsabilidad criminal? ¿Y cómo afectaría este enjuiciamiento al esfuerzo
de construir un nuevo ejército democrático?
El segundo problema en importancia era la economía. La inflación había
alcanzado eI 400 por 100 en 19tì3 y Argentina no poclía realizar los pagos de
su cnorme deuda exterior. Tampoco había logrado modernizar su economía
para sobrevivir en el comercio mundial. Por último. Alfonsín se enfrentaba a
la perenne lucha por la renta entre las clases y sectores competidores, con los
grandes sindicatos de trabajadores ensangrentados pero no vencidos por la
re¡rresión militar.
E,l tercer problema era encontrar una base política viable. ¿Podían los ra-
dicales, partido minoritario desde 1945, retener la mayoría que había obteni-
clo Alfonsín? E,n caso de no lograrlo. ¿era factible una coalición efectiva?
Alfonsín batalló valientemente con todos estos retos. El procesamiento
de los torturadores resultó una situación casi sin ganadores. Una comisión
nombrada por el presidente documentó la muerte o desaparición de 8.906 ar-
122 Historia contcnlporúneu clc Antét'ic'u Lutittu

gcntinos, trl gobierno presentó acusaciones contra los nueve comandantes en Los peronistas aprovech
jefe del ejército por crílenes que iban clel asesinato a la violacicin. Cinco fue- ciales de mayo de 1989, el ca
rcln hallados culpables y conclenados a prisión, rnientras que tres de los cua- nador de la provincia interi<
tro absueltos fueron después procesados por Ia justicia militar y sentenciados por 100 del voto popular
a prisión. ¿,Pero hasta dónde clebía llegar el procesamiento? Una revuelta mi- brepasando diestramente al
-1
litar en 1987 protestando contra los enjuiciamientos inminentes forzó al Con- dos más. Esto marcó una di
greso a exonerar a trldos los oficiales prlr debajo del rango de general. Hasta primera vez que un partido
los procesamientos en curso se empantanaron, lo cual espoleó a los defensores nes presidenciales en más dr
de los derechos humanos y a los familiaies de los "clesaparecidoso a denunciar peronistas llegarían al poder
que no se juzgaran los cientos, si rro miles, de otros casos. Los seguidores de tos pasos, razonaban alguno
Alfonsín replicaron que ningún otro gobierno de América Latina se había lista de alcanzar una democl
atrevido nunca a procesar a sus oficiales por crímenes cometidos durante un No sería una tarea fácil.
gobierno militar, Mientras tanto, el cuerpo de oficiales estaba más bien poco hicieron erupción en mayo
arrepentido. Era evidente que la represión y la subsiguiente búsqueda ile jus- proverbÌal granero del cont:
ticia dejarían una profunda cicatriz en la sociedad argentina. turbios en busca de alimento
Cubrir los pagos tle los 50.000 millones de dólares de la deuda exterior tado de rili.e y luego anuncir
era un problema económico inmediato para el gobierno. Como las exporta- lo previstg. <Ningún preside
ciones no obtenían un excedente suficiente para el servici<l de la deuda. Al- crificio de su pueblo si su c
fonsín tuvo que buscar nuevos préstamos. El precio de este dinero fue una propio." Castigado y desale
política cìe austeridad interna diseñada por el FMl. Sin embargo, la inflación presidente argentino librem
corrió hasta eI 627 por 100 en 1984 y se acercó al 700 por 100 cn 1985. Con desde la clécada de 1920.
la espalda contra la pared, el gobierno de Alfonsín develó el Plan Austral, Al tomar el poder en mr
una congelación de salarios y precios que creó una nueva moneda (el au¡lral) nía las manos llenas. La infla
con la esperanza de romper la psicología intlacionaria. La intlación cayó a bía casi 4.000 millones de d,
menos de un 100 por 100 (una victoria para los parámetros latinoamerica- que por entonces había aum
nos), pero también se produjo una recesión y una aguda bajada en los sala- bar el año, Menem nombró
rios reales. Sólo las medidas provisionales permitieron al gobierno evitar in- mán González, que de. inmer
cumplir el pago de la deuda exterior, pero pocos creían que Argentina levantó el control de precios
pudiera continuar sus pagos, que alcanzaban el 6 por 100 de su PIB. dujo radicalmente los impue
En la escena política, Alfonsín supo cómo mantener su terreno contra las y suprimió un sinnúmero de
desavenencias en ascenso. En las elecciones al Congreso de 19tì5, los radica- ro de 1990, sorprendió a la ¡
les retuviert)n su mayoría cn la cámara baja. ya que los divididos peronistas intereses a títulos a diez añ'
continuaron perdiendo cl apoyo de la clase media. Los sindicatos de trabaja- clase media. Esta y otras m(
dores tambión estaban a la delensiva. Sin cmbargo, en las elecciones cle 1987, sión que puso fin a la hiperi
los candidatos peronistas al Cìongreso aventajaron a los radicales ccln un 41 Violando apreciados prir
por 100 lrente a su 37 por 100 y extendieron su dominio en los gobiernos pro- embarcaron en un program¿
vinciales <le L6 a 22. diindoselas a inversores prir
Luego el Plan Austral se resquebrajó, en parte como resultado de la pro- tel, la compañía telefónica r:
pensión negociadora de Alfonsín. La inflación subió y el tipo de cambio per- italianos y franceses. En jul
dió el control. A comicnzos de 1989, lcls precios subían más de un 30 por 100 Aerolíneas Argentinas, a Ib
al nrcs y alcanzarían más de un 100 por 100 al mes a rnitad de año. La pro- jugadas, Menem anunció su
ducción cayó en picado y disminuyó la renta. El producto interior bruto men- electricidad, el carbón y el ¡
guó un 3 por 100 en 1988 y un 6 por 100 en i989 (en conjunto, la renta per nómica neoliberal parecía sr
cápita de los argentinos descendió cerca de un 25 por 100 durante la décacla A comienzos de 1991 M
cle los ochenta). Cavallo. una fuerte persona
rlrgentina l2-l
Los peronistas aprovecharon la oportunidad. En las elecciones presiden-
ciales de mayo de 19tì9, el candidato clel particlo, carlos Saúl Menem, gober-
nador de la provincia interior de La Rioja, obtuvo aproximadamente un 47
por 100 del voto popular una clara mayoría en el colegio electoral-, so-
brepasando diestramente -yal canclidato de UCR, Ecluarclo Angeloz, y a otros
dos más. Esto marcó una divisoria potenciar en la política aigentina: era la
primera vez que un particlo cle la oposición había trìunfado .ñ unu, eleccio-
nes presidenciales en más cle setenta años. y la primera vez también que
los
peronistas llegarían al poder sin el espectro-cle perón. Si el país poclía dar
es-
tos pasos, razonaban algunos analistas, quizás tuviera una opoitunidacl rea-
lista de alcanzar una democracia genuina,
No sería una tarea fácil. La crisis económica se intensificó. Los saqueos
hicieron erupción en mayo de 19tì9, el mes de las elecciones. Argentina. el
proverbÌal granero del continente, sufrió la humillación de contemplar dis-
turbios en busca de alimentos. un aturdido presi<lente Alfonsín declaró el es-
tado de s-ttio. y luego anunció que renunciaiía a su cargo seis meses antes de
lo previstg. <Ningún presidente tiene el derecho a de¡ñandar sin cesar el sa-
crificio de su pueblo si su conciencia le dice que puede disminuirlo con el
propio,, castigado y desalentaclo. abandonci su ambición cle ser el primer
presìdente argentino libremente elegido que completara todo un
mandato
desde la <Jécada de 1920.
Al tomar el poder en medio cre estas sombrías circunstancias, Menem te-
nía las manos llenas. La inllación alcanzaba un 150 por 100 al mes. El país
de_
bía casi 4.000 millones de clólares en atrasos del pago de la deuda exterior,
que por entonces había aumentado a 64.000 millones de dólares. casi
al aca_
bar el año, Menem nombró a un nuevo ministro de Economía, Antonio Er-
mán González, que de. inmediato impuso un estricto programa de austeridad:
levantó el control de precios, permitió que el tipo cle'caribio flotara libre, re-
dujo radicalmente los impuestos sobre Las exportaciones y las importaciones,
y suprimió un sinnúmero de restricciones sobie el comerclo exterìor. En
ene-
ro de 1990, sorprendió a Ia población al tr¿rnsferir certificados bancarios con
intereses a títulos a diez. años, en la práctica, confiscando los ahorros cle la
clase meclia. Esta y otras meclidas enérgicas acabaron provocando una rece-
sirin que puso fin a la hipe'rinflación.
_
violando aprcciados principi.s clel peronismo, Menem y sus ministros se
cmbarcaron en un pr()granra cle .privatización, cle compañias estatales, ven-
diéndoselas a inversores privacros. E,n junio cle 1990, el gobierno subastó
En-
tel, la compañía tclef<inica a un consorcio de ìnu".ro.., españoles,
italianos y franceses. En julio'acional,
clc 1990. vendió las líneas aéreas naóionales,
Aerolíneas Argentinas. a lberia dc España. No contento con estas atrevic.las
ugadas, Menem anunció su intenciód de pr.ceder a la privarización
.f
cle la
electricidad. el carbírrr y el gas natural. e I inctro y la flotå. La cloctrina
eco-
nómica ncoliberal parccía salir triunfante.
A comicnzos de l99l Menem nornb^i mi'istro cre Economía a l)omingo
cavallo. una fuerte personaliclacì y firme creyente en las reformas estricta-
124 Historia contemporúnea tle América Latina

mente orientadas al mercado. Cavallo amplió la campaña de privatización, guos líderes del gobierno m
que representó más de 9.000 millones de dólares para el gobierno en 1994, y cisión provocó manifestacio
centró su programa en una de convertibilidad", que reducía el gasto pú- pero los militares ganaron
"ley guientes por delitos contra
blico de acuerdo al ingreso, prohibía la emisión de más billetes, ¡ más im-
portante, establecía un tipo de cambio de uno por uno entre el peso argenti- sucia.
no y el dólar norteamericano. La adhesión a este tipo de cambio se convirtió Cuando las fuerzas arm¿
en Ia clave de la credibilidad económica, y estimuló una entrada sustancial de especialmente en torno a mr
capital privado. Cavallo también ideó una reestructuración de la deuda ex- aplacar a los generales a fir
terna argentina en 1993, mientras que el Banco Mundial y el Fondo Moneta- nante campaña: <Triunfamo
rio Internacional continuaban apoyando sus políticas drásticas. La inflación tra sociedad al borde de la
descendió del 4,900 por 100 en 1989 a menos del 4 por 100 en 1994,y el cre- manos denunciaron enérgicr
cimiento económico alcanzó cerca del 6 por 100 anual. Los sorprendidos ob- después en una incómoda p
servadores dentro y fuera del país aclamaron el logro de un omilagro econó- militares que relataron la pr
mico>. políticos durante los vuelos
Había también aspectos negativos. Uno era la sobrevaluación del peso, rra sucia persistió tercamenl
que alentaba las importaciones y desalentaba las exportaciones, lo que llevó En 1994, el gobierno ob
a un déficit comercial de más de 6.000 millones de dólares en 1.994. Otro era de la Constitución del país,
el desempleo y el empobrecimiento de la clase media. Según un estudio, casi entre Menem y Raúl Alfonr
la mitad de la clase media del país descendió a la clase inferior a comienzos reducirían el periodo presid,
de los años noventa. A su vez, el desempleo declarado creció del 6,5 por 100 reelección: reducirían la aur
en 1991 a\72,2 por 100 en\994. de decretos de emergencia;
No es sorprendente que las iniciativas de Menem causaran rupturas y dis- dría ser destituido con el vo
cordia en el movimiento obrero. La CGT se dividió en dos alas, una presidi- troducía una dosis de autori
da por Saúl Ubaldini, un firme crítico de la política de Menem, la otra en- cial; y se daría un grado
cabezada por su seguidor, Guerino Andreoni. En septiembre de 1990 el promulgada en 1994. Los dr
gobierno derrotó un movimiento huelguístico de los trabajadores de la com- an la responsabilidad guberr
pañía telefónica en Buenos Aires que deseaban un incremento salarial que nalizarían un sistema de eqr
fue considerado como inflacionario. El creciente desempleo y los despidos los que había muchos radica
gubernamentales también desataron protestas en las provincias del interior, nem para perpetuarse en el
especialmente en La Rioja y Santiago del Estero en 1993, y los disidentes or- Menem se apresuró a ¡
ganizaron una gran manifestación en Buenos Aires a mediados de 1994. Mu- denciales de 1995. Pese a lc
chos encontraban irónico, y algunos, ofensivo, que un gobierno peronista vel y el amplio resentimien
frustrara huelgas de las organizaciones obreras y que hiciera frente a las pro- nem obtuvo una sólida vict
testas de la clase obrera. Constitución necesitaba sól
Las fuerzas armadas presentaron al comienzo a Menem un enojoso de- Dividida, desmoralizada, re
safío. Varios meses después de asumir el poder, promulgó una amnistía ge- guamente orgullosa UCR ot
neral para otros- los participantes en las revueltas militares en 1987 te provino de José Bordón,
y 1989 cuyo-entre
propósito fue más bien la protesta política que la toma del po- lición de centro-izquierda r
der. En diciembre de 1990 aún estalló otra rebelión militar realizada por los que consiguió e\29,2 por lC
<carapintadas> en nombre del estridente nacionalista coronel Mohamed Ali ga tradición argentina de p<
Seineldín unos días antes de la llegada prevista a Buenos Aires del presiden- cía igualmente improbable r

te de Estados Unidos, George Bush. La sublevación fue finalmente sofocada, un partido duradero.
pero representó un serio desafío a la autoridad de Menem. Pretendiendo que En el campo internacio:
no había negociado con los rebeldes, Menem emitió 29 de diciembre en Uno fue promover el desarr
plenas fiestas navideñas- una nueva serie de inäultos -elen favor de los anti- mún del Sur), una asociac;
Argentina 125
guos líderes der gobierno militar y su
campaña de represión política. La de_
cisión provocó manifestaciones dé protesta y
algunas renunciäs de principio,
pero los militares ganaron el pleiio: no tráuriã
sentencias o juicios subsi_
guientes por delitos contra loJ derechos
humanos cometidos en la guerra
sucia.
cuando las fuerzas armadas continuaron mostrando
signos de inquietud,
especialmente en torno a modestos recortes,
Menem trato ãpaientemente de
aplacar a los generares a fines de 1994 expresando
gratitud por su espeluz_
nante campaña:
"Tüunfamos en la guerra iucia, queiabia cJrocaoo a nues_
tra sociedad al borde de la disolucùno. ¡ss defensores
de los derechos hu_
manos denunciaron enérgicamente la declaración
de rr¿*".n,, q"ien quedaría
después en una incómo.dã posición por las
confesiones púbricas de antiguos
militares que rerataron ra piáctica ruìinaria
de ranzar ar mar a-iãs prisioneros
políticos durante los vuelos navales en
los años setenta. El legado de la gue-
rra sucia persistió tercamente.
. .En 1994, el gobierno obtuvo la aprobación del congreso
de la constitución del país, redactad'a hacía
para
"siÀ"Llã" ra reforma
140 el acuerdo
entre
.Menem y Raúr Arfonsín, ahora ríder del parrido"n"r. n;il;ì; las
reducirían el periodo presidencial de seis reformas
a cuatro años, pero permitirían una
reelección; reducirían la auroridad der presidente
para i;;i;;, por medio
de decretos de emergencia; crearían el åargo
de jefe del gabinete, quien po-
dría ser desrituido con el uglo la mayoria Ër congril
"n se fortaî..".rài";;
troducía una dosis de autoridad9"parlaméntaria); esto se in_
poder judi_
cial; y se daría un grado de äutonomía a ra "l
ciudad de Buenos Aires,
I promulgada en L994. Los crefensores insistían
I en que tas rerorrnas mejorarí_
an la responsabilidad gubernamental, descentr
I
arizarían po¿à., institucio-
nalizarían un sistema de.equilibrio y control
del mismo. "l i,í, " entre
los que había muchos radicàles, u"íun lu "p"!irrres,de Me_
reforma como una maniobra
nem para perpetuarse en el poder.
Menem se apresuró a pioclamarse candidato para
las elecciones presi-
denciales de 1995. pes.e a lås persistentes rumores
de corrupción de alto ni-
vel y el ampliõ resentimiento'hacia ei.rtito
uutoritario del presidente, Me-
nem obtuvo una sórida vicroria con el 49,8 por
roo àer ;;ì;^(*" ra nueva
constitución necesitaba sóro el 45 por 10ó para
evitar una segunda vuelta).
Dividida, desmorarizada, representãdu po, un
candicJato sin brillo, ra anti_
guamente orgullosa ucR obtuvo sólo el
17,1 por 100. r-u opori.ion más fuer-
te provino de José Bordón, un peronista dísiåente
qu. unu .ou_
lición de. ce.n.tro-izquierda conåcida comà "n:åuu"ro"àu
que consiguió e\29,2 por 100 de ros voros. _Frepaso
(Frente eui, sotiourio¡
conri¿"rutun ulguroîque ra lar_
ga tradición argentina de. política bipartidista
estaba llegand"o a su fin. pare_
cía igualmente improbablé que Boråon fuera
capaz de õonvertir Frepaso en
un partido duradero.
En el campo internacional, Argentina dio dos pasos
uno fue promover el desarroilo coñsranre ae uEnðosunnuevos y decisivos.
mún del Sur), una asociación cuatripartita que i"iùfrcado co-
incluye Argentina, Brasil,
126 I'listoria contemporítneu de Amérícu LaÍina

Uruguay y Paraguay. Fundada por el Acuerdo de Asunción de 1991, el es-


quema prevé la creación de una zona de libre comercio que podría final-
mente convertirse en una unión aduanera, y en un <mercado comúno pleno
según el modelo de la Unión Europea. Pese a las tensiones ocasionales entre
sus miembros, el volumen de comercio e inversión en MERCOSUR creció Chile: socialisr:
rápidamente durante los inicios de la década de 1990. Su éxito aparente re-
forzó los deseos argentinos de liderazgo en América del Sur, aunque Brasil
también reclamaría esta condición.
En segundo lugar, Argentina bajo Menem adoptó una política exterior
coincidente con la de Estados Unidos (se informó que el ministro de Rela-
ciones Exteriores había bromeado que Buenos Aires estaba buscando ,.re-
laciones carnaleso con Washington). Menem apoyó activamente las opera-
ciones militares estadounidenses en la guerra del Golfo Pérsico en 199L, y en
Haití en 1994. Normalizó las relaciones con el Reino Unido, proclamando su f, I territorio que ahora c
dedicación a un arreglo pacífico del contencioso de las islas Malvinas, y tra- I-) más distantes del imper
tó de fortalecer sus contactos con la Unión Europea. También se convirtió en centro secundario muy valio
un ruidoso crítico de la Cuba de Fidel Castro, y abandonó las relaciones po- pañoles encontraron una po
líticas con los países en vías de desarrollo en Asia y Africa . ,.No deseo per- reció por el violento ataque r

tenecer al Tþrcer Mundo en una ocasión-. Argentina tiene que estar riodo colonial, surgió una
en el Primer Mundo, que -dijo
es el único mundo que debería existir.> aunque pocos de los habitan
sus antepasados españoles sr
*-){uando Napoleón invad
como los de las demás colo
Les indignó el arrogante tra
al pasarlas a su hermano Jot
conquista de 1808, los chiler
congreso en 1811. Parecían '
realistas recobraron la inicia
de Chile. Contra esta <recon
rigir un ejército revoluciona.
independencia chilena en 1!
ca, O'Higgins resultó un dir
za naval (que sería una de I
cación y obtuvo el reconoci:
cle Estados Unidos, Brasil y
que había prometido fue ma
obligó a dimitir.
Los años siguientes fue:
de liberales y conservadores
en 1830 y comenzaron las tl
figura clave fue Diego Porti
gimen, aunque nunca ocup(
tituyente en 1831, que dio c,
gobierno central fuerte, que
rratenientes. Portales goberl
A-

Chile: socialismo, represión y democracia

f] I territorio que ahora conocemos como Chile fue uno de los dominios
I-r más distantes del imperio español en América, que se convirtió en un
centro secundario muy valioso por su producción trgrícola y minera. Los es-
pañoles encontraron una población india nativa, pero gran parte de ella pe-
reció por el violento ataque de las enfermedades llegadas de Europa. Del pe-
riodo colonial, surgió una población relativamente homogénea, mestiza,
aunque pocos de los habitantes (europeos> deseaban admitir el hecho de que
sus antepasados españoles se hubieran mezclado con los indios.
--),Cuando Napoleón invadió España, los habitantes de Chile reaccionaron
como los de las demás colonias y mostraron una lealtad firme a la corona.
Les indignó el arrogante trato que Napoleón otorgó a España y sus colonias
al pasarlas a su hermano José. Cuando el control francés se prolongó tras la
conquista de 1808, los chilenos tomaron cartas en el asunto y celebraron un
congreso en 1811. Parecían dirigirse hacia la independencia, pero las fuerzas
realistas recobraron la iniciativa y a finales de 1814 se hicieron con el control
de Chile. Contra esta <reconquista> realista, Bernardo O'Higgins ayudó a di-
rigir un ejército revolucionario desde Mendoza. Los rebeldes consiguieron la
independencia chilg-¡a en 1819: Como director supremo de la nueva repúbli-
ca, O'Higgins resultó un dirigente decisivo pero autocrático. Creó una fuer-
za naval (que sería una de las mejores de América Latina), fomentó la edu-
cación y obtuvo el reconocimiento de la independencia de su país por parte
de Estados Unidos, Brasil y México. Sin embargo, el Congreso constitucional
que había prometido fue manipulado y en 1,823 la aristocracia descontenta le
obligó a dimitir.
Los años siguientes fueron de inestabilidad política, debido a las luchas
de liberales y conservadores por hacerse con el control. Los últimos ganaron
en 1830 y comenzaron las tres décadas de la <República Conservadora>. La
figura clave fue Diego Portales, que se convirtió en el hombre fuerte del ré-
gimen, aunque nunca ocupó la presidencia. Se celebró una Asamblea Cons-
tituyente en 1831, que dio como resultado una constitución en 1833. Creó un
gobierno central fuerte, que dejaba el poder económico en manos de los te-
rratenientes. Portales gobernó sin oposición porque el gobierno controlaba la
128 Historia contempor(tneq tle América Latinu

maquinaria electoral y los latifundistas dejaban felices que éste ejerciera el


poder (incluida la represión cuando resultaba necesario) en su beneficio.
La ruina de Portales fue una guerra contra Perú (1836-1839), que provo-
có una rebelión militar interna y ocasionó su asesinato. Luego Chile continuó
hasta vencer a los peruanos. Su principal héroe de guerra fue el general Ma-
nuel Bulnes, que ocupó la presidencia desde 1841, durante una década de
fermento y creatividad. La vida cultural se reavivó por la presencia de exi-
liados procedentes de otros países latinoamericanos, en especial de Argenti- '. 4,,
na. que se hallaba bajo el dictador Rosas.r/En política exterior, el gobierno de
Bulnes tomó posesión del estrecho de Magallanes, con lo que se inició una
batalla territorial con Argentina que no se solucionaría hasta 198!.
La década de 1850 tãmbién ,upuro una fructíferu .onrofiõãíñn para la
nueva nación. La posición de la Iglesia se convirtió en una cuestión política
clave. De todos los legados del periodo colonial español, ninguno iba a cau-
sar tanta controversia como éste. Un ala de la elite latifundista quería que el
Estado ejerciera un control mayor sobre la lglesia, especialmente en la edu-
cación y las finanzas. Sus oponentes defendían todos los privilegios eclesiás-
ticos. Cuando el Partido Liberal anticlerical suavizó su postura a finales de la
década, sus disidentes fundaron el Partido Radical. organización que llegaría
a desempeñar un papel persistente en la vida política de la nación.

Visión general: crecimiento económico y cambio social Aunque la minería se convirti(l r

agricultura continuó clescntpcña


Para Chile, como para muchos países de América Latina, el siglo xtx marcó sacos de juclías para la exportac
un periodo de transformaciones económicas y sociales de largo alcance. Du- (Cortesía de la Biblioteca del C,
rante la etapa colonial, había desempeñado un papel relativamente secunda-
rio en la economía hispanoamericana. La tierra del fértil valle central se con- les parnpas, Argentina tenía r

centraba en las manos de un pequeño número de poderosos latifundistas. Sus ducción agrícola y el comercit
vastas posesiones proporcionaban productos agrícolas, sobre todo fruta y las fuerzas conductoras del cr
grano, en parte destinados a ciudades como Santiago o Valparaíso, pero en La minería desemPeñó er
su mayoría se exportaban a Lima y otros mercados urbanos de Perú. Así, el mediados de la de 1850. la Prc
comercio marítimo por la costa occidental de Suramérica conectaba a Chile aceleró la producción de cobl
con los centros del imperio español. cuarto del mercado mundial
Las guerras de independencia interrumpieron este tráfico costero y la agri- descenso y no recuperaría st
cultura chilena entró en un periodo de estancamiento relativo. La situación se Mientras tanto, fueron ltr
vio, además, afectada por las medidas proteccionistas de Perú, que pretendía vos, los que se convirtieron c
fomentar su propio desarrollo agrario mediante la imposición de severas res- lue posible al quedarse con
tricciones a las importaciones de Chile. En la década de 1840, la afluencia de como resultado de la guerra (
oro californiano propició un estímulo pasajero para las exportaciones agrícolas, ros (en particular británicos
que saltaron de 6,1 millones de dólares en 1844 a 12,4 millones en 1850 y alcan- curopeos poseían ya ccrca c
zaron los 25 millones de dólares en 1860. Pero ahí se nivelaron y luego empeza- Pero los inversores chilenos I
ron a caer de nuevo. La finalización del ferrocarril transcontinental estadouni- do la mitad de las ganancias
dense ayudó a que se perdiera el mercado californiano, aunque las trato acabó disminuyenclo. I
exportaciones a Inglaterra continuaron. Con su ventajosa situación y sus férti- mera guerra rnundial fue st
Chile 129

Aunque la minería se convirtió en el sector nlás dinárnico de la economía chilena, la


agricultura continuó clesempcriando un papel primordial. En la fotografía, se cargan
sacos de ju<Iías para la exportación cn el puerto de Valparaíso algo después de 1900.
(Cbrtesía de la Biblioteca del Congreso cle los Estados Unidos.)

les pampas, Argentina tenía un acceso mejor a Europa. Por supuesto, la pro-
ducción agrícola y elcome rcio continuaron en Chile, pero no se convirtieron en
las fuerzas conductoras clel crccimiento económico.
La minería desempeñó ese papel. Entre mediados de la década de 1840 y
rnecliacJos de la cle 1tj50, la producción de plata se cuadruplicó o quintuplicó. Se
accleró la producción de cobre, y cn 11370 Chile ya controlaba alrededor de un
cuarto del rnercado mundial cle este producto. Entonces sobrevino un agudo
dcscenso y no recuperaría su posición preeminente hasta el cambio de siglo,
Mientras tanto. fucron los nitratos, utilizados como fcrtilizantes y explosi-
vos, los que se convirtieron en la primera exportación del país. Su clesarrollcl
lue posible al quedarse con el tcrritorio norte que antes pertenecía a Perú
como rcsultado de la gue rra del Pacífico ( 1tt79-1883). Los inversores extranje-
ros (en particular británicos) af'luyeron de inmediat<l y, de este modo, los
curopeos poseían ya cerca de dos tercios de los campos de nitrato en 1884.
Pero los inversores chilenos retuvieron cierto dominio en esta zona, obtenien-
do la mitad de las ganancias totales en1920. Sin embargo, el mercado del ni-
trato acabó disminuyendo. Un aumento <.le las exportaciones clurante la pri-
mera guerra mr.rndial fue seguiclo por un recorte a comienzos de los años
130 Historiq contemporánett de Atnéricu I'qtinu
1.500
veinte, luego hubo una recuperación breve y después una escarpada reducción
final en la década de 1930, Más tarde, ocuparon su lugar los nitratos sintéticos.
E,l desarrollo de la minería chilena plata, cobre y nitratos- duran- '1.400
-en
te el siglo xtx condujo a importantes cambios en la estructura social del país.
LJno de ellos fue la aparición de nuevos elementos dentro de la elite, consis- 1.300
tentes en propietarios de. minas del norte y comerciantes de los pueblos y las
ciudacles en crecimiento.{No obstante. no mantuvieron una rivalidad real con '1,200
los terratenientes tradicibnales, porque cn Chile, más que en la mayoría cle
los países latinoamericanos, la elite latifundista.no permaneció aislada y se-
.100
parada de las elites manufactureras y mineras.fPor el contrario. se dio una
1

cierta mezcla, a menudo lograda a través de vínculos familiares, por lo cual o


.9
1.000
era frecuente que los terratenientes tuvieran familiares en los estratos más al- .o

tos de los otros sectores, si es que no tomaban parte en ellos. Hermanos, so-
E

brinos y cuñados proporcionaban vínculos importantes y estas conexiones


a
900
a
tendían a minimizar el conflicto entre la ciudad y el campo. o
o
El crecimiento de pueblos y ciudades propició un grado de urbanización \ o 800
!
más elevado que en la mayor parte de América Latina. En 1850, sólo el 6 por I

100 de la población chilena vivía en zonas urbanas, pero en 1900 la cifra ya 3


I E 700
ascendía al 20 por 100. Permanecería en este nivel, entre un 25 y un 30 por c
:9
100. hasta los años treinta. (En 1970. la proporción excedía el 60 por 100 y o
f 600
era superada sólo por Argentina y quizás Uruguay.) Santiago retuvo su posi- o
ción como la ciuclad más importante del país y los puertos bulliciosos como
500
Valparaíso se convirtieron en centros vitales de actividad comercial.
.*. Thmbién hizo su aparición una clase obrera, que se sindicalizó por pri-
meravez en los campos de nitratos del norte. Sin embargo, el desarrollo eco- 400

nómico chileno de finales del siglo xtx y comienzos del xx no requirió una
importación masiva de mano de obra, hecho que apunta a un rasgo central 300
de la clase obrera del país: había nacido allí. Esto supone un claro contraste
con Argentina, donde el 25 por 100 de la población había nacido fuera en 200
lfl95; para Chile, esta proporción era inferior al 3 por 100. Desde el princi-
pio, los trabajadores chilenos tuvieron acceso directo a la escena política. 100
La producción de cobre sufrió una revolución tecnológica justo después
de 1900, debido a la invención de un nuevo proceso de fundido, lo que llevó
a una importante transformación en Chile. Las inversiones requirieron sumas 1912 1920 1930
muy grandes de capital, que llegó del extranjero. En 1904, la Braden Copper
Cornpany comenzó a explotar la mina E.l Teniente, próxima a Santiago. Los 4.1. Producción de cobre cl
intereses británicos fueron pronto asumidos por los Guggenheim, y en 1920 kos Mamalakis y Clark W. I
la industria ya estaba dominada por tres compañías sólo, conocidas por sus Ill., Richard D. Irwin, 1965. p
iniciales como (las ABC"; Andes Copper, Braden Copper y la Chile Explo- cobre en la economía chilen¡
ration Company-Chuquicamata. [-a primera y la tercera pertenecían a Ana- el desurrollt¡ tuck¡naL Santi¿
Manual Lasaga, '['he Coppe
conda, mientras que Braden era una filial de la Kennecott.
Anulysis, Lexington, Mass., I
Así. en menos de veinte años, la industria del cobre chilena adquirió ca- I nternutiottul Fittattt'ial .Statist
racterísticas que afectarían a la configuración de la vida nacional por algún
tiempo. Estaba concentrada en unas pocas manos. que eran estadounidenses.
Pasó a constituir un enclave extranjero. que proporcionaría un estímulo rela-
Chile l3l
1.500

1.400

1.300

1.200

'1
.100

õ
1.000
.o
E
o
900
o
\ õc
i o
j
o 800
II
o
1
E 700
c
.o

O
a 600
o

500

400

300

200

100

1912 1920 1 940 1 950 1960 1 970 1 990

4.1. Producción de cobre chileno, 1912-1987 (cornpañías principales). þircntes: Mar-


kos Mamalakis y Clark W. Reynolds, Essuvs t¡tt the Chilean Economv, H<lmewr¡od.
lll., Richarcl D. Irwin, 1965, pp. 371 - 372: Ricardo F-french-Davis, "La importancia del
cobre en la economía chilena>, en Ffrench-Davis y Ernesto
-fironi, eds.. [/ cobre en
el ¿lesurrollo rncional, Santiago, Universidad Católica cle Cìhite, 1974, cuadros 2 y 7;
ìVlanual Lasaga, The Cop¡ter Industry in the Chileun Eutnomy: An Lcotulmetic
Attulysis, Lexington, Mass., D. C. Heath, I981, p. l0; Itrondo Monetario Internacional,
Ittternational Financial Statistics. varios años.
132 Historiu conlentporáneu ele Américu Lutitttt

tivamente pequeño al resto de la economía. Su fuerte dependencia del capi-


tal y la tecnología significaba unos modestos niveles de empleo para los tra-
bajådores chilenos. La importación de equipos y accesorios no ofrecía mucho
negocio a los fabricantes del país. Y la mayor parte de los beneficios. a me- Cuando en el siglo xIX C
nornía internacional, sobr,
nuão abundantes, volvían a las compañías centrales de Estados unidos, en
lugar de invertirse en Chile. No es raro que creciera el resentimiento. bía convencido a la elite
Un problema adicionai provenía cle la gran inestabilidad de los precios La lograron con José Joa,
de diez años.
del cobre en el mercado munclial. De hecho. podían fluctuar hasta un 500 o
Los dos ternas polític
1.000 por 100 en un mismo año. Esto hacía muy difícilpara cìhile prever qué
cantidad de dólares alcanzarían sus ingresos en divisas, lo cual constituía un
tructura de la Constitució
liberales continuaron su (
serio problema para hacer la planificación económica. Los giros impredeci-
los conservadores luchab¡
bles en el mercado munciial del cobre podían desencadenar estragos en los
planes más cuidadosamente estableciclos. Pero cJebido a su gran dependencia do que disfrutaba la Igles
cesiones, como el derech<r
àe este mineral, no le quedaba más remedio que aceptar las consecuencias.
Y el cobre acabó dominanclo la economía chilena (véase la fìgura 4.1). cuelas religiosas. En la p
En 1956, su producción ya suponía la mitad de todas las exportaciones del elite que la hacía más plu
país y los impuestos sobre los beneficios de las compañías proporcionaban un
En cuanto a la Consti
quinio de los ingresos totales del gobierno. A menudo se decía que según lograr un gobierno efecti'
fuera el cobre, así iba la economía chilena. Constitución para prohibi
En suma, estos hechos configuraron una estructura social compleja. El dos mandatos. En 1874,
sector rural abarcaba una elite latifundista tradicional, un campesinado ata- una responsabilidad mayr
do a las obligaciones laborales de las haciendas clonde vivía y una fuerza de der legislativo. La dismin
trabajo pequeña pero clinámica que proporcionaba mano de obra asalariada a denominar los años de
a las grandes fincas comerciales. Había una elite minera e industrial, muchos A mediados de Ia dé,
de cuyos miembros tenían lazos familiares con la aristocracia terrateniente. ca al descender la produc
Tämbién había clase meclia y una clase obrera urbana, nacida en el país, cre- terior más famoso de Chi
ciente. Los inversores extranjeros fueron notables desde la independencia. contra Perú y Bolivia. Su
pero en el siglo xx su presencia ya se había reducido por la relevancia de las inversores chilenos en lt
compañías estadounidenses dedicadas al cobre. prolongadas batallas, los
Surgirían tensiones entre èstos grupos distintos, pero Chile no hâ tenido Como vencedores, tomar
que cnfrentarse a un problema de otros países de América Latina: el creci- que había pertenecido a
micnto excesivo cle la población. De hecho, ha presentado de forma reiterada respuesta honorable al r
una cle las tasas anuales de crecimiento poblacional más bajas clel hemisferio: Perú y Bolivia. Esta con
en 1 900- I 9 1 0 fue sólo <lel 1,2 por 1(X) y en 1 970- I 980, del 2,1 por 1 00 (compara- autoestima de los chilert,
clo con el 2,8 por 100 cle América Latina cn su conjunto). El control de la nata- peruanos y bolivianos. Tt
lidad y la planificación farniliar han mantenido e I tamaño de la población clen- La década de 1880 c
tro cle unos límites manejables, unos 12,1 millones de personas en 19tì5, aunque Estado. Los reformadore
nunca ha habido trabajo suficiente ni siquiera para csta población limitada. torio el registro civil cle r
Como causa o efecto de esta situación. las mujeres han disfrutado de más se erosionó más el contrr
oportunidades que en otros muchos países. Entrartln en la fuerza laboral con años, el Congreso extend
una facilidacJ relativa y ya en 1970, por ejemplo, cerca del 16 por 100 de las cribir de más de veintici
mujeres con empleo ocupaban puestos profesionales o técnicos (más alta que anterior.
la tasa estaclouniclense del 14,7 por 100). Las costumbres sociales también re- La segunda lnitacl d'
flejaban unos parámetros bastantc abiertos e igualitarios en lo relativo al tra- Balmaceda ( 1t186- 1891 ),
tâmicnto de los sexos. del siglo xlx. Aunque er
Chile 133

Política y parlamento

Cuando en el siglo xrx Chile comenzaba a consolidar su posición en la eco-


nomía internacional. sobrevino una crisis política. La guerra civil de 1859 ha-
bía convencido a la elite de que era tiempo de una consolidación tranqiriia.
La lograron con José Joaquín Pérez, que comenzó un mandato presidencial
de diez años.
Los dos temas políticos más importantes de este periodo fueron la es-
tructura de la Constitución y la posición de la Iglesia. Acerca del segundo, los
liberales continuaron su campaña por la igualdad de religión, mientras que
los conservadores luchaban por proteger la posición favorecida por el Esta-
do que disfrutaba la Iglesia católica. Lentamente, los liberales lograron con-
cesiones, como el derecho que recibieron los no católicos a tener iglesias y es-
cuelas religiosas. En la práctica, representaba una pequeña apertura de la
elite que la hacía más pluralista.
En cuanto a la Constitución, la elite luchaba con el perenne problema de
lograr un gobierno efectivo evitando el despotismo. En 1871, se enmendó la
Constitución para prohibir a los presidentes estar en el poder durante más de
dos mandatos. En 1874, otros cambios hicieron que los ministros tuvieran
una responsabilidad mayor ante el Congreso, con lo que se fortaleció el po-
der legislativo. La disminución del poder de la Iglesia y del presidente llevó
a denominar los años de 1861 a 1891 la
"República Liberal>.
A mediados de la décacla de 1870, hubo una severa depresión económi-
ca al descender la producción minera.'Iambién se desarrolló el conflicto ex-
terior más famoso de Chile: la guerra del Pacífico (1879-1883), cuando luchó
contra Perú y Bolivia. Su óausa manifiesta fue el tratamiento otorgado a los
inversores chilenos en los territorios desiertos gobernados por Perú. Tias
prolongadas batallas, los chilenos obtuvieron un triunfo militar aplastante.
Como vencedores, tomaron el control de la franja costera rica en minerales
que había pertenecido a Bolivia y Perú, justificando la guerra como la única
respuesta honorable al mal trato recibido por sus campesinos a manos de
Perú y Bolivia. Esta conclusión tuvo dos importantes efectos: aumentar la
autoestima de los chilenos y hacer surgir un profundo rcsentimiento entre
peruanos y bolivianos. También condujo a Chile al auge de los nitratos.
La década de 1880 conternpló mucha actividad acerca del tema Iglesia-
Estado. Los reformadores liberales obtuvieron nuevos logros. Se hizo obliga-
torio el registro civil de matrimonios, nacimientos y defunciones, con lo que
se erosionó más el control de la Iglesia sobre la vida diaria. En esos mismos
años, el Congreso extendió el voto a todos los varones que supieran leer y es-
cribir de más de veinticinco años, eliminando la comprobación de ingresos
anterior.
La segunda mitad de esta década trajo consigo la presidencia de Jr¡sé
Balmaceda (1886-1891), el dirigente más controvertido del Chile de finales
del siglo xrx. Aunque era liberal, las líneas políticas estaban tan fragmenta-
l-14 Historiu contentporútteu de Américu l-utittu

das que peligraba la activiclad política disciplinada. El nuevo presidente se litares sin éxito. El confl
vio pronto envuelto etì una agria batalla sobre la política alimentaria. primer lugar. Balmaccda
El tema surgió cuando los ganaderos chilenos propusieron un arancel so- nos con sus planes econ<i
bre la carne argentina, que habría significaclo Inenos cantidad y precios más para los intercses de
z,tr
altos para los chilenos. Se les opuso el nuevo partido de la clase media' el bancario privado. Sobre
Partido Demócrata (func.lado cn 18tì7), que ayud<i a movilizar a los artesanos, frente al sistema parlame
pequeños comerciantes y trabajadores cualificados tle Santiago contra el esto ponía en peligro la
arancel. Y salieron tl'iunfantes. Balmaceda convenció a los que habían pro- Los contraricls a Balr
puesto el proyecto de que lo rctiraran. les. pero no del ejórcito. r

Este primer triunfo del Partido Demócrata señaló el comienzo de una del norte resultó ser un b
tendencia. Fue un precursor de las políticas populistas. es decir, una apela- nas apoyaron gustosos u:
ción clirecta a las cuestiones econónricas de los sectores medios y bajos de las amenazaba con atacar sul
ciudadcs. En busca de un amplio electoraclo, los demócratas propugnaban le- sos tributarios por exporl
yes que ayudarían a los obreros, mientras que a la vcz presentaban las clási- go. Un ejército rebelde n
cas demandas liberales por asuntos como la educación obligatoria y gratuita, poner al presidente.
y procedimientos democráticos e n las elecciones gubernamentales. Su articu- El combate resultantr
lación de las demandas de las masas mostraba lo lejos que ya había llegado sangrientas de la historia
Chile en el camino hacia la política moderna. rrotadas. El presidente se
El destino de Ia presidencia cle Balmaceda fue sellado por la guerra civil un día después de que su
de 1tJ91. Hasta hoy. los chilenos discuten apasionadamente sobre ella, sus En menos de un mcs
causas y su significado. Sus orígenes hay que buscarlos en los esfuerzos pre- ahora su poder estaba ser
sidenciales por impulsar el desarrollo económico más de prisa de lo que la tema parlamentario.
mayor parte de la oligarquía estaba dispuesta a conceder. Balmaceda quería Uno de los asuntos c
aumentar la intervención estatal en la economía. Para pagar la construcción tranjeros, se había rcsuelt
del ferrocarril, las carreteras y la infraestructura urbana nuevas (agua y sa- parlamentarios victorios¡
neamiento), necesitaba aumentar los ingresos impositivos de la industria de miento nacionalista h¿rbí¿
nitratos situada en la provincia norteña cle Tarapacá. El obstáculo era la im- El trauma de la guer
portante presencia extranjera como propietaria, en especial en los ferrocarri- mento crucial de la histor
les, donde Balmaceda propuso romper el rnonopolio externo. va estabilidacl del sistemr
Sus planes se encontraron con una inflexible oposición en el Congreso. dencial de un modo que ¡
En realidad, la audacia presidencial enmascaraba una batalla constitucional vecina Argentina. Chile
más profunda, la autoriclad del Congreso contra la clel presidente. El Con- la exportación que cstab
grcso venía luchando por establecer su supremacía en la estructura constitu- de la economía del Atl¿ín
cional, pero Balmaceda estaba determinado a imponer su voluntad. El resul- La caída dc Balmace
tado fue una inestabiliciad ministcrial extrema. Entre 18t36 y 1890, Balmaceda estructura constitucional
cargó con trece gabinctes diferentes y la batalla cntre las dos ramas <Jel go- un sistcma parlarncnlaric
bierno llevó a un callej(rn sin salida. rara mucho. Los gabinetc
En 1890, el Congrcscl no logró elaborar un presupuesto, por lo cual el trc 1895 y 1925. Esta ine
prcsiclente cleterminó que se aplicarían las asignaciones del año anterior. An- los partidos mayores, qrr(
tes ya se había aventurado en una área clue siempre había resultaclo sensible: El control político co
la elección de un sucesor prcsiclencial, a quien intentaba nontbrar él mismo. ba fundamentalmente los
El C'ongreso aprobó una ley que prohibía un nombramiento semejante, que trocrática> en el libro clá
luego Balmaceda se negó a firmar. De forma ocasìonal fuerc
f,a oposición del Congreso estaba ahora dispuesta a hallar un remedio merciantes. Los obreros.
por la fuerza de las arm¿rs. Sus clirigentes buscaron posibles conspiradores mi- líticos, comenzaban a ha,
Chile 135

litares sin éxito. El conflicto emergente tenía implicaciones complejas. En


pritner lugar, Balmaceda había alarmaclo los intereses conservadores chile-
nos con sus planes económicos. Quería un banco nacional, una clara amena-
za paÍa los intercses de la oligarquía establecida, que dominaba el sistema
bancario privado. Sobre toclo, estaba afirmando el poder de la presidencia
frente al sistema parlamentario. Dadas sus ideas económicas poco ortodoxas,
esto ponía en peligro la rcd de los latifundistas-comerciantes prevaleciente.
Los contrarios a Balmaceda contaban con el apoyo de las fuerzas nava-
les, pero no del ejército, que seguía al presidente acosado. La región minera
del norte resultó ser un bastión rebelde, en el que los propietarios de las mi-
nas apoyaron gustosos una fuerza que prometía deponer al presidente que
amenazaba con atacar sus intereses económicos. También cortaron los ingre-
sos tributarios por exportación, que eran vitales para el gobierno de Santia-
go. Un ejército rebelde norteño se movilizó para navegar hacia el sur y de-
poner al presidente.
El cornbate resultante en Con Con y La Placilla produjo las batallas más
sangrientas de la historia chilena, y las tropas de Balmaceda se retiraron de-
rrotadas. El presidente se refugió en la embajada argentina, donde se suicidó
un día después de que su mandato presidencial terminara.
En menos de un mes, se eligió un nuevo presidente: Jorge Montt. Pero
ahora su poder estaba seriamente circunscrito, puesto que chile abrazó el sis-
tema parlamenta¡io.
Uno de los asuntos clave de la guerra, la posición de los inversores ex-
tranjeros, se había resuelto. Se había acabado con la nacionalización, pero los
parlamentarios victoriosos continuaron presionando sobre ellos. El senti-
miento nacionalista había penetrado en todos los sectores de la elite chilena.
El trauma de la guerra civil de 1f191 puede parecer en principio un mo-
mento crucial de la historia chilena, pero. en realidad. sólo subrayó la relati-
va estabilidad del sistema político. La elite capeó la crisis del desafío presi-
dencial de un modo que prometía una estabilidad al menos igual que la de ta
vecina Argentina. Chile se hallaba preparado para participar en el auge cle
la exportación que estaba conduciendo a América Latina aún más dentro
de la economía del Atlántico Norte.
La caída de Balmaceda a manos cle los congresistas rebeldes carnbió la
estructura constitucional de chile. El presidencialismo fuerte cedió el paso a
un sistema parlamentario, pero resultó imposible que cualquier ministro du-
rara mucho. Los gabinetes iban y venían a una media de cuatro cada año en-
tre 1f195 y 1925. Esta inestabilidad se vio reforzada por la fragmentación de
los partidos mayores, que proliferaron hasta cinco en 1900.
El control político continuó en manos de una oligarquía que representa-
ba fundamentalmente los intereses agrícolas. Se la denominó
"la fronda aris-
trocrática> en el libro clásico de Albcrto Edward (1928) del mismo nombre.
De forma ocasional lueron dcsafiados por grupos urbanos, como el de los co-
merciantes. Los obreros. aunque aún no estaban organizados en partidos po-
líticos, comenzaban a hacer sentir su peso. El asunto que los levantó fue la
136 I'listoriu content.poráneq de América Latina
había sido moderada des
subicla de los precios. En 1905 organizaron una serie de protestas que lleva-
obrero en 1917. En dicier
ron a la confrontación directa con miembros armados de la oligarquía y, de
gobierno el mediador en
forma similar. una huelga minera en 1907, en la ciudad norteña de lquique,
chazado por anarquistas '
hizo erupción con violencia y derramamiento de sangre.
beneficio de los trabajac
Desde 1910 los obreros se volvieron aún más militantes. Los organizado-
en 1920, debido en part(
res más importantes eran los anarcosindicalistas. activistas infatigables que
programadas para junio.
sobresalieron en la organización cle las numerosas empresas pequeñas. Aun-
Chile. como Argcntin
que su objetivo a largo plazo era la abolición cle todo gobierno, se concen-
del sector medio, proces(
traron a corto plazo en conseguir concesiones inmediatas para sus seguido-
votantes de la clase obrer
res. Ubicados en Santiago, los sindicatos anarcosindicalistas consiguieron
la atención de los polític<
importantes mejoras en los salarios y las condiciones laborales' Pero eran
día ser crucial, en especii
vulnerables a las represalias contra sus dirigentes, que estaban sujetos al cles-
como ocurría en Chile. El
pido. a la detención o al encarcelamiento.
Sin embargo, estos sindicatos no representaron una amenaza básica para
Arturo Alessandri, que h
sionado llamamiento a lo
el sistema político. En sus demandas salariales, los trabajadores buscaban
taba las ideas de un sect(
mantener lo suyo frente a la inflación. En cuanto a las condiciones laborales
y los beneficios adicionales, los patronos podían socavar gran parte de la mi- de la clase obrera, a la v
trolables. Proponía la leg
litancia concediendo bienestar social. Fue lo que hizo precisamente el Con-
greso, al legislar sobre las indemnizaciones para los trabajadores en 1916, la en un intrincado marco l,
responsabilidad empresarial en l9l7 y un sistema de jubilación para los tra-
Alessandri ganó las
bajadores ferroviarios en 1919.
terminado su ejercicio de
Tias un descenso de la actividad huelguística y una pérdida de la capaci-
tió libre en los pocos clías
vimiento obrero. En juli<
,

dad negociadora, el movimiento obrero comenzó a revivir en 1917. La recu- I


peración económica fortaleció su autoridad, ya que la primera guerra tnun- | Ligas Patrióticas, activist
dial había estimulado mucho la demanda de nitratos, ingrediente clave en los de derechas de clase me
explosivos. Pero la inflación volvía a comerse los salarios y hacía receptivos
bierno. Casi todos los dir
a los trabajadores ante los llamamientos de los organizadores. Durante los ron exiliarse o pasar a la
trabajadores sin dirigentt
tres años siguientes, los sindicatos crecieron de modo uniforme, a pesar de
que la ley chilena no los reconociera. de despidos, durante la c
Este aumento <Ie la fuerza laboral organizada preocupó a la oligarquía siones ef'ectuadas entre 1
política, así como a los sectores medios. Como en Argentina y Brasil, la elite Había esperanzas de
presumía que el descontento era obra de agitadores extranjeros. En 1918, el sandri asumiera el cargc
gobierno intervino (bajo
Congreso aprobó una ley de residencia, semcjante a la argentina y brasileña,
diseñada para facilitar la deportaci<in de los extranjeros que fueran organi- i favoreció a krs obreros
zadores sindicales activos. Pero ni los políticos ni la elite habían dado en el Alessandri recibió el atac
clavo, porque Chile carecía de semejantes extranjeros. Como la inmigración I blando con los trabajado:
europea había sido mínima, la estrategia de deportación no pudo funcionar. agresivas prácticas de lor
El año de 1919 marcó la cima de la movilización obrera. En enero y fe- los empresarios. Intervin
brero, los dirigentes sindicales convocaron enormes congregaciones en San- dando a la compañía a rr
tiago para protestar por los altos precios de la inflación debida a la guerra. ese mismo año, el gobic'r
En agosto hubo otra manifestación gigante, en la que 100.000 participântes movimiento obrero.
desfilaron ante el palacio presidencial. Sin embargo, al mes siguiente fracasó Mientras las organiza
en Santiago una huelga general y sacudió la moral de los trabajadores. A par- nómicas y políticas advet
tir de entonces. descendió el índice de huelgas. acerca de un código labc
Por sorprendente que resulte. la respuesta del gobierno a los huelguistas troducidos en el Congre
Chile 137

había sido moderada desde que comenzó el rápido ascenso del movimiento
obrero en 1977. En diciembre, un edicto general (eldecreto yáñez) hizo del
gobierno el mediador en los conflictos laborales sin salitJa. Aunque fue re-
chazado por anarquistas y sindicalistas, se utilizó mucho y con frecuencia en
beneficio de los trabajadores durante 1918 y 1919. Este moclelo continuó
en 1920, debido en parte a que al gobierno le preocupaban las elecciones
programadas para j unio.
Chile, como Argentina, había abierto la puerta a la participación política
del sector medio, proceso mucho menos avanzado en Brasil. El número de
votantes de la clase obrera, aunque aún pequeño, había comenzaclo a atraer
la atención de los políticos burgueses, sobre todo en Santiago. Su apoyo po-
día ser crucial, en especial cuando el voto se dividía entre muchos partidos,
como ocurría en chile. El dirigente político que lo vio con mayor claridad fue
A¡tu.ro Alq¡sa¡rdri, que hizo la campaña para la presidencia lanzanclo un apa-
sionado llamamiento a los votantes urbanos, incluidos los obreros. Represen-
taba las ideas de un sector medio <ilustrado>, que aceptaba la participación
de la clase obrera, a la vez que esperaba canalizarla a líneas de acción con-
trolables. Proponía la legalización de los sindicatos, pero también los situaba
en un intrincado marco legal determinado por el gobierno.
Alessandri ganó las elecciones, aunque por estrecho margen. Una vez
terminado su ejercicio democrático, el presidente saliente Sanfuentes se sin-
tió libre en los pocos días que Ie quedaban para responder al desafío del mo-
vimiento obrero. En julio de 7920, los trabajadores fueron acosados por las
Ligas Patrióticas, activistas callejeros paramilitares pertenecientes a familias
de derechas de clase media y alta. Siguió una represión sistemática del go-
bierno. casi todos los dirigentes anarcosindicalistas y demás que no decidie-
ron exiliarse o pasar a la clandestinidad fueron detenidos y encarcelados. Los
trabajadores sin dirigentes se sintieron aún más desmoralizados por una ola
de despidos, durante la cual los empresarios revocaron muchas de las conce-
siones efectuadas entre l9l7 y 1920.
Había esperanzas de que la política antiobrera cambiara cuando Ales-
sandri asumiera el cargo, y así fue. Durante la primera mitad de 1921, su
gobierno intervino (bajo la autoridad deldecreto Yáñez) en varias huelgas y
favoreció a los obreros con su mediación. Pero el conflicto se agravó y
Alessandri recibió el ataque desde todos los flancos: de la derecha por ser tan
blando con los trabajadores y de la izquierda por hacer la vista gorda ante las
agresivas prácticas de los empresarios. En julio de 1921, acabó optando por
los empresarios. lntervino en una agria huelga de tranvías en Santiago, ayu-
dando a la compañía a romperla. Se siguió una ola de despidos. A finales de
ese mismo año, el gobierno había pasado a reprimir cle forma sistemática el
movimiento obrero.
Mientras Ias organizaciones laborales luchaban contra las condiciones eco-
nómicas y políticas adversas, el presidente Alessandri impulsó sus propuestas
acerca de un código laboral y un paquete de medidas de bienestar social, in-
troducidos en el congreso en 1921. Los conservadores se opusieron a esas
138 \listoria <\tntemporúneu de Anút'icu Lutittu

icleas, ya que preferían el cstaclo en que estaban las cosas: los obreros carecían solidar una dictadura que
de condición legal y por ello se enfrentaban a asaltos continuos tanto de los gullosos de su democraci¡
empresarios como del gobierno. Algunos conservadores también temían que presidente encarceló a los
lcls liberales pudieran obtener nuevos votantcs entre los trabajaclores urbanos. suspendió las libertades c
El callejón sin salida entre cl presi<lente liberal y el Congreso conservador con- Ibáñez tenía ideas ec
tinuó hasta 1924. Entonces intervinieron los militares. ca autoritaria. El gobiern
có acelerar la construcciti
cas. Y, como no es de sor
De la inestabiliclacl al Frente Popular parte de la financiación v
pecial, inversión est¿ìdot
Una junta militar tomó el control parcial del gobierno a comienzos de sep- mundial de los años vein
tiembre de 1924 y tres días después emitió un manifiesto con la lista de las La quiebra de Wall S
demandas legislativas, que el Congreso cumplidamente aprobó una por una. Chile y en otros lugares.
Incluía un paquete de medidas laborales, la más importante de las cuales era mente y la financiación e;
un detallado código laboral que sometía a los sindicatos a una estrecha su- crear un cártel nacional ç
pervisión gubernamental. las protestas contra el go
;'Chile seguía el sistema de Bismarck sobre las prestaciones de biencstar ciedad, que ahora incluía
social creaclo en el imperio alemán durante la década de 1880. Como en el que contra el dictador. Il
caso germano. este avance social no era el producto de un proceso político uniéndose a las filas de lc
en el que los trabajadores desempeñaran un papel directo. Más bien se tra- bían tenido la mala fortt
taba de un paso preventivo del gobierno, bajo la presión militar, para atajar Depresión.
la movilización más independiente de las organizaciones obreras. En Chile, Durante el año siguit
este paso de apariencia progresista fue el resultaclo de la presión de un sec- menes de este intervalo i
tor del gobierno que tenía mucho que temer de la movilización obrera: el blica socialista>, en la qu,
cuerpo de oficiales del ejército. I '.
gura más conocida, Aunt
Alessandri, mientras Lanto, perdía terreno en su lucha conl¡a el ejército el surgimiento de una nr
y se retiró a ltalia. Irue vuelto a llamar tras un segundo golpe militar en ene- I malmente un año despué
ro <Je t925. En este momento, irónicamente, los oficiales que detentaban el les y el ganador fue una
control pensaron que necesitaban a Alessandri y el apoyo de los trabajado- El Alessandri fogosc
res urbanos para reforzar su legitimidad. El nuevo gobierno militar intervino que en el cambio. Su goì
con frecuencia en las huelgas, por lo general de parte de los trabajadores. Pa- pecial la de izquierdas. E
recía que el movimiento obrero estaba a punto de conseguir el poder; algu- medidas severas. Proclan
nos llegaron a pensar que la revolución estaba al caer. El miedo se extendió
exilio a los dirigentes sinr
entre la elite, que podía vcr cómo el poder se les escapaba de las manos. foco de conflicto laboral,
La revolución no era inminente. Alessandri regresó de su retiro en mar- En la política econó
zo de 1925 y cle inmcdiato dio otra lección al movimiento obrero sobre su considerable. I Jn ministr'
vulnerabiliclad. En un enfrentamicnto con los trabajadores del nitrato en ju-
de forma drástica Ios ga
nio de L925, el gobierno actuó con dureza. Durante los dos años siguientes, entidades gubernamenta
los obreros batallaron no sólo contra la hostilidad gubernamental, sino tam-
cuperación de la demanc
bién contra la recesirln cconómica y el descmpleo. En enero de 1927, algunos
la de los minerales, la t
líderes sindicales rnal trconsejados intentaron una huelga general. Sus divi- mente. La cifra oficial de
siones se hicier<ln demasiado evidentes y la huelga fracasó.
a menos de 16.000 en 19
El coroncl Carlos Lb'áñç2, surgió como el hombre fuerte de la inestabili- blema. mientras quc los
dad política que siguió a la renuncia de Alessandri en 1925. En mayo de
subidas de los precios.
1927, fue formalmente elegiclo presidente por el Congreso y procedió a con-
Chile se acercaba a
Chile 139

solidar una dictadura que duró hasta 1931. Fue un golpe para los chilenos, or-
gullosos de su democracia relativa y su competición política libre. El general
presidente encarceló a los opositores, en especial a los dirigentes sindicales, y
suspendió las libertades civiles.
Íl'táirez tenía ideas económicas activas, que corrían parejas con su políti-
ca autoritaria. El gobierno aumentó su papel en la economía, lo que signifi-
có acelerar la construcción de ferrocarriles, carreteras e ins'talaciones eléctri-
cas. X como no es de sorprender, también incrementó el gasto militar' Gran
parte de la financiación vino de fuera, en forma de préstamos y, de modo es-
pecial, inversión estadounidense en la minería. La expansión económica
mundial de los años veinte hizo todo ello posible.
La quiebra de Wall Street en 1929 puso un fin abrupto a este periodo, en
Chile y en otros lugares. Las exportaciones de minerales cayeron desastrosa-
mente y la financiación extranjera se secó. Fracasó un desesperado intento de
crear un cártel nacional para la venta de nitratos en el exterior. Aumentaron
las protestas contra el gobierno y un espectro cada vez más amplio de la so-
ciedad, que ahora incluía a profesionales con los trabajadores, se unió al ata-
que contra el clictador. lbáñez acabó por rendirse. En julio de 1931 dimitió,
uniéndose a las filas de los demás iefes de gobierno latinoamericanos que ha-
bían tenido la mala fortuna de hallarse gobernando cuando golpeó la Gran
Depresión.
Durante el año siguiente, Chile careció de un gobierno estable' Los regí-
menes de este intervalo incluyeron el interludio de trece días de una "Repú-
blica socialista)), en la que el coronel Marmaduke Grove se convirtió en la fi-
gura más conocida. Aunque fue un gobierno ineficaz, este régimen propició
el surgimiento de una nueva institución, el Partido Socialista, fundado for-
malmente un año después. Al fin, se celebraron otras elecciones presidencia-
les y el ganador fue una figura conocida: Arturo Alessandri.
El Alessandri fogoso de antes estabá ahora más interesado en el orden
que en el cambio. Su gobierno actuó con dureza contra la oposición, en es- .

pecial la de izquierdar]en tg:6, cuando se levantó una ola de huelgas, tomó\


medidas severas. Proclamó el estado de sitio, clausuró el Congreso.y envió al \
exilio a los dirigentes sindicales. El ejército tomó los ferrocarriles, siempre un
foco de conflicto laboral.
En la política económica, la presidencia de Alessandri obtuvo un éxito
considerable. tJn ministro de Economía ultraortodoxo, Gustavo Ross, redujo
de forma drástica los gastos del sector público y desmanteló algunas de las
entidades gubernamentales clave que Ibáñez había creado. Gracias a Ia re-
cuperación de la demanda mundial de las exportaciones chilenas, en especial
fa de los minerales, la llalanza de comercio exterior mejoró considerable-
mente. La cifra oficial de desempleo, de 262.000 personas en 1932, descendió
a menos de 16.000 en193"7. Sin embargo, la inflación se mantuvo como pro-
blema. mientras que los incrementos salariales apenas llegaban a alcanzar las
subidas de los precios.
Chile se acercaba a las elecciones presidenciales de 1939 con aprensión.
140 Historia contemporáneq de Anúrica l-atinn

En t935. el movimiento comunista mundial. dominado por el Commitern de fue otro radical, Juan Ant
dirección soviética, había pedido una estrategia de coalición para combatir el las incertidumbres de ticn
fascismo, animando en la práctica a los partidos comunistas a buscar alianzas tral en el conflicto mundia
con los partidos de izquierdas y de centro (como rápidamente pasó en Fran- se a los Aliados. temía la
cia y en España). En 1936 la idea dio frutos en Chile. cuando comunistas y También temía el posible
radicales unieron sus fuerzas en un .Frente Popular>, que en 193tì ya incluía del país. En enero de 1943
un amplio espectro de partidos: radicales, socialistas, comunistas, demócratas, había enfrentado a un dilc
además de una nueva Confederación de Trabajadores Chilenos. Después cle ruptura con Alemania e I
que el socialista Marmadukc Grove retirara su candidatura, la designación El presidente que sigr
recayó en Peclro Aguirre Cerda, un potentadó radical conocido por sus ideas vez más radical. Aceptó e
reformistas sobre la cuestión agraria. recompensó con tres carl
La alianza política que ocupaba el cargo presentó como candidato al mi- Frente Popular no duró m
nistro de Economía de Alessandri, Gustavo Ross. Era una elección destina- La protesta se centró en
da a enturecer a la clase media. Ross presentaba una imagen inflexible y del tendió a todo el país. La c
pasado, a pesar de la relativa prosperidad que trajo su política. La campaña medidas policiales y sobrt
fue muy disputada y Aguirre Cerda ganó por el más estrecho de los márge- gran escala. El gobierno c
nes: sólo consiguió 4.000 de los 241.000 votos emitidos. civiles. Las huelgas contin
A pesar de ello, o quizá debido a ello, estas elecciones establecieron el Para entonces, Gonz¿
contexto político para los años venideros. Los votantes centristas habían in- Las huelgas dieron la op
clinado la balanza al optar por la izquierda. Sin embargo, al mismo tiempo pues se había alarmado ¡
estaban votando por un reformista, por lo que el resultado parecía ambiguo. llegó al 18 por 100 en las
¿Qué tipo de mandato sería el del gobierno resultante? por 100 de las elecciones
El gobierno del Frente Popular sufrió pronto las tensiones de una coa- entonces actuar contra la
lición tan heterogénea. Los radicales eran el elemento dominante y los de ya que Estados Unidos es
ideología menos extremista. Se centraron en el desarrollo económico y no en na para aislarla, en espec
el bienestar social, por lo que algunos los acusaron de explotar el poder en mucho a los conservadorc
virtud de las influencias políticas al viejo estilo. bierno de González y a E
Los otros elementos del Frente tampoco estaban nada unidos. Los comu- ley del Congreso, en el qt
nistas y socialistas eran antagonistas naturales, ya que muchos de los últimos munista fue proscrito Y st
eran ex comunistas que se habían negado a someterse a la disciplina del parti- ocupar cargos públicos. S
do. Ambos trataban de movilizar a los trabajadores rurales, por lo que alar- sus colores verdaderos. Jl
rnaron a los poderosos latifundistas y se colocaron en competencia mutua. bían vuelto a demostrar c
El Congreso estaba controlado por la oposición derechista, pero el apo- con el fin de eli
"legales>
yo popular hacia la izquierda iba en aumento. En las elecciones al Congreso grosos. Para la izquierda,
de 1941, los comunistas recibieron el 12 por 100 de los votos, por encima del fogaron su crilera sobre (
4 por 100 de 1931. Los socialistas (y grupos afines) lograron un 20 por 100.
A pesar de que los partidos de derechas, cornbinados con los radicales, tenían
la mayoría, los conservadores vieron un¿ì amenaza creciente de la izquierda. La eta
Las medidas del Frente Popular no podían ser menos amenazadoras. La
política económica se concentró en aumentar el papel del gobierno nacional I-a defunción final del Fr,
en la economía. En 1939 se creó una nueva corporación estatal: la CORFO validad política basada e
(Corporación de Fomento), que iba a estimular el desarrollo económico me- el sistema político chilen
diante inversiones estratégicas en el sector público y privado. En primer lugar, las
El Frente Popular perdió hasta a su dirigente cuando su precaria salud muchos partidos diferen
forzó al presidente Aguirre Cerda a renunciar en 1941. El nuevo presidente rnás de un cuarto de la v
Chile 141

fue otro radical, Juan Antonio Ríos (1942-1946), que tuvo que enfrentarse a
las incertidumbres de tiempos de guerra. Luchó por mantener a Chile neu-
tral en el conflicto mundial. Sometido a la presión estadounidense para unir-
se a los Aliados, temía la reacción de la colonia alemana del sur de Chile.
También temía el posible ataque japonés a las extensas e indefensas costas
del país. En enero de 1943, rompió finalmente relaciones con el Eje, Chile se
había enfrentado a un dilema muy semejante al de Argentina, que retrasó su
ruptura con Alemania e Italia hasta comienzos de 1945,
El presidente que siguió, Gabriel Conzáùez Videla (1946-1952), era una
vez más radical. Aceptó el apoyo del Partido Comunista a su campaña y lo
recompensó con tres carteras en su gabinete. Este modesto retroceso del
Frente Popular no duró mucho. En 1946 hubo una serie de huelgas violentas.
La protesta se centró en los campos mineros del norte, pero pronto se ex-
tendió a todo el país. La convocatoria de una huelga general provocó fuertes
medidas policiales y sobrevinieron disturbios. Se cernía un conflicto social a
gran escala. El gobierno declaró el estado de sitio y suspendió las libertades
civiles. Las huelgas continuaron hasla 1947.
Para entonces, González ya había purgado su gabinete de comunistas.
Las huelgas dieron la oportunidad a la derecha de organizar una ofensiva,
pues se había alarmado por el aumento constante del voto comunista, que
llegó al 18 por 100 en las elecciones municipales de 1947 (por encima del 12
por 100 de las elecciones al Congreso de 1941). El gobierno chileno decidió
entonces actuar contra la izquierda, para lo cual tenía pleno apoyo exterior,
ya que Estados Unidos estaba lanzando una gran campaña en América Lati-
na para aislarla, en especial a los partidos comunistas, y su embajada alentó
mucho a los conservadores chilenos. La izquierda se defendió atacando al go-
bierno de González y a Estados Unidos. Se llegó al clímax en 1948: por una
ley del Congreso, en el que la izquierda era una clara minoría, el Partido Co-
munista fue proscrito y se prohibió a sus miembros presentar candidaturas u
ocupar cargos públicos. Siguió una cacería de brujas. Los radicales mostraron
sus colores verdaderos. Junto con los derechistas, los radicales de centro ha-
bían vuelto a demostrar que se encontraban preparados para usar los medios
nlegales" con el fin de eliminar del juego político a sus adversarios más peli-
grosos. Para la izquierda, el Frente Popular se convirtió en una lección y des-
fogaron su cólera sobre González Videla.

La etapa de la política de partidos


La detïnción final del Frente Popular llevó al país a un periodo de intensa ri-
validad política basada en las organizaciones partidistas. Durante esta etapa,
el sistema político chileno mostró varias características identificatorias.
En primer lugar, las elecciones fueron extremadamente reñidas. Había
muchos partidos diferentes, por lo que era raro que uno de ellos recibiera
más de un cuarto de la votación total. Este hecho explicaba un segundo ras-
142 Historia c'onternporúrtea de Antérica Lutina

go: en busca de mayorías gobernantes, Ios partidos tenían que tomar parte en De este modo, Ibái'ez
coaliciones. sin ernbargo. las alianzas eran frágiles y los rlirigentes políticos cido por la inflación. Su g<
estaban siempre a la caza de nuevos acuerdos y dedicados a fortalecer su po- divisas y no podía import
sición mediante la negociación. Por debajo de todo esto, había una tendencia obstante. las fuentes de fi
en aumento hacia la polarización ideológica. En un sondeo de opinión, el 31 condición de obtener el ve
por 100 de la población chilena se definía como de derechas, el24 por 100 se i presión financiera estaba <

describía como de izquierdas y el resto eran de centro o indecisos. Debido a / nacional. Ibáñez sabía que
esta fragmentación. los parti<los de centro, mediante negociación y hábiles ' cedía a las condiciones del
maniobras, podían tener una gran intluencia en las coaliciones y los resulta- Su gobierno no tardó r

dos electorales. austeridad. Un primer objt


En tercer lugar, el sistema era altamente democrático. En contraste con variable cobraban tarifas
Argentina, donde los sindicatos mantenían relaciones precarias con los parti- sus responsables dudaban
dos políticos, el movimiento obrero chileno estaba identificado de forma muy para evitar la protesta púl
estrecha con varios partidos, la mayoría de izquierdas, por lo que no forma- ejemplo, provocó una resl
ba un centro de poder separado. Medido como porcentaje de los votantes tiago y se extendieron a o
censados, la participación electoral era elevada (cerca de un 80 por 100, com- los partidos de izquierda,
parado con el 50-60 por 100 estadounidense), y el censo aumentó con rapi- flacionistas. Al final Ibáñe
dez a comienzos de los años sesenta. Los resultados electorales eran acepta- Había demostrado ser un
dos como vinculantes por la mayoría de los chilenos. menos ideas políticas.
Las elecciones presidenciales de 1952 devolvieron otra figura del pasado: Las elecciones de 195
el general carlos lbáñez. E,l antiguo dictador, ahora mediados los setenta un apellido conocido: Ak
años. se proclamó la única respuesta a los muchos problemas de chile. Este Aunque se consideraba in
caudillo se presentó como un auténtico nacionalista, pero su llamamiento se te de la derecha, en un pr,
dirigía en realidad a la derecha y al centro, que de nuevo estaban preocupa- nentes fueron Se"l*eilSf A
dos con la izquierda. Socialistas y comunistas formaron otra alianza electoral. representaba a la alianza
aunque los últimos se enfientaban a su ilegalidad. Los resultados electorales ven idealista y ambicioso r
fueron indicativos del camino que iba a seguir chile durante décadas: un un partido relativamente
voto profundamente dividido, que no otorgó una clara mayoría a ningún can- mayoría de los votos (31,,
didato o partido. rbáñez ocupó el cargo con una pluralidad deI 47 por 100. 20,7 por 100 de Frei; el rer
Ibáñez había declarado ser el hombre apolítico capaz de resolver todos dical y un sacerdote indep
los problemas políticos, pero, como era de esperar, no pudo cumprir sus pro- ción de Alessandri, como
mesas. su principal problema económico era la inflación, que había golpea- ; to obtenía la mayoría abr
do a chile antes y de forma más dura que a la mayor parte de América La- más que el electorado chi
i
tina. como se enfrentaba a un importante déficit en la balanza cle pagos, tuvo i
No era fácil que Alesl
que buscar ayuda exterior. La fuente lógica era el Fondo Monetario Interna- siones, aunque disfrutaba
cional (FMI), creado para asistir a los países miembros con problemas tem- justamente la opuesta a lc
porales en la balanza de pagos. l)esafortunadamente para los chilenos, no se cstilo político "populista"
trataba sólo de concertar un préstamo externo. sus estatutos obligaban al El nuevo presidente e
FMI a requerir pruebas de que el país que obtenía ayuda contaba con un lítico y económico conser
plan convincente para corregir las causas que habían originado el cléficit. se- de libre empresa, que incl
gún se aplicaba a mediados de los años cincuenta, esta meclida significaba inversiones extranjeras. S
que el FMI debía supervisar la política económica del país solicitante. como ca de estabilización orto
resultado, la mayoría de los chilenos (y la mayor parte del resto cle los lati- devaluación (a un tipo dr
noamericanos) acabaron considerándolo una extcnsión del poder económico extranjeras.
y político estadounidense. Sus esfuerzos estabil
Chile 143

De este modo, rbáñez se vio atrapado en el típico dilema político produ-


cido por la inflación. su gobierno tenía que actuar porque había agotado las
divisas y no podía importar los tan necèsitacros produðtos del exterior. No
obstante, las fuentes de financiación externas sólo le ofrecían ayuda con la
condición de obtener el veto sobre la planificación de las medidas básicas. La
presión financiera estaba conduciendo a Chile a comprometer su autonomía
nacional. lbáñez sabía que la izquierda le perseguiría clespiaclaclamente si ac-
cedía a las condiciones del FMI, pero decidió aventurarsð.
Su gobierno no tardó en pagar el precicl. Las medidas iniciales fueron de
austeridad. un primer objetivo fueron los servicios públicos, que de forma in-
variable cobraban tarifas muy bajas en tiempos dè rápida inflación, ya que
sus responsables dudaban en cargar los costes crecientes a los consumidoies
para evitar la protesta pública. un incremento en el billete cle autobús, por
ejemplo, provocó una respuesta furiosa. Los disturbios comenzaron en San-
tiago y se extendieron a otras ciudades. Dada la rortaleza de los sindicatos y
los partidos de izquierda, chile era un lugar difícil para las medidas antiin-
flacionistas. Al final rbâñez no fue capaz de cumplii sus grandes propósitos.
Había demostrado ser un viejo generar cansaclo còn poca base polìticà y aún
menos ideas políticas.
Las elecciones de 1958 dieron como resultado un nuevo presidente con
un apellido conocido:.Alessand¡i. Era Jorge, el hijo de Arturo Alessandri.
Aunque se consideraba independiente, se había présentado como el dirigen-
te de la derecha, en un programa conservacror y liberal combinado. Sus õpo-
nentes fueron SAJXA.d,qf.Allc¡dç, doc-!o¡,.en me-digina y veterano político que
representaba a la alianza socialista-comunista (ËRAÞ¡, y eauaøo Frei, jo-
ven idealista y ambicioso que encabezaba a los demoórátás cristianos (pDö),
un partido relativamente nuevo en la escena nacional. Alessandri obtuvo la
mayoría de los votos (31,6 por 100), contra el 2g,9 por 100 de Allende y el
20,7 por 100 de Frei; el restante 18,8 por 100 se cliviclió entre el candidato ra-
dical y un sacerdote independiente. El congreso confirmó sin demora la elec-
ción de Alessandri, como establecíala constitución cuando ningún candida-
to obtenía la mayoría absoluta. Las elecciones habían demostãdo una vez
más que el electorado chileno estaba profunclamente diviclido.
. No era fácil que Alessandri fuera a estabrecer un puente sobre esas divi-
siones, aunque disfrutaba cle popuraridad personal. Éra una figura austera,
justamente la opuesta a los caracteres de pèrsonalidacl rebosantã que
creó el
estilo político <populista> en América Latina.
El nuevo presidente era un representante auténtico clel pensamiento po-
lítico y económico conservador de chile. creía con firmeza en la economía
de libre empresa, que incluía la ortodoxia monetaria y la puerta abierta a las
inversiones extranjeras. Su gobierno atacó la seria inflación con una políti-
ca de estabilización ortpdoxa al estilo del FMI: recortes presupuesiarios,
devaluación (a un tipo de cambio fijo) y la solicitud de nuévas inversiones
extranjeras.
sus esfuerzos estabilizadores fueron socavaclos por una agria batalla
144 Hi.sÍt¡ris contentporúneu cle Antérica Ldtittu

acerca de la política sobre el cobre. El gobierno trató de convencer a las com- dor; 2) los radicales centr
pañías mineras estaclouniclenses para que aumentaran su inversión. La idea nismo; 3) la izquierda ma:
era conseguir que se hiciera en Chile la mayor parte clel procesamiento de tas y socialistas; y 4) los d
este mineral, lo cual aumentaría lcls rendimientos económicos chilenos y ade- tido orientado a Ia reformi
más le haría más autosuficiente para comerciar con el producto final. Pero elecciones municipales de
los nacionalistas estaban. inflamados: querían expropiar las compañías. no porcentajes de votos prár
sólo alentar su inversiírn. La política gubernamental salió airosa, pero las in- fueron los demócratas crir
versiones no aumentaron y Chile no mejoró la comercialización de su único da y de la derecha.
bien importante en el mercado mundial. A medida que se acerr
Otras medidas económicas ortodoxas mostraron cierto éxito a corto pla- dizab a la polarización. U n
zo.Ê.n 1957 y 1958la inflación había rondado entre el25 y el30 por 100. En ciones especiales celebrac
1959 subió al 39 por 100, pero luego descendió aI 12 por t00 en 1960 y a sólo Congreso en la provincia
el 8 por 100 en 1961. Sin embargo, los ingresos por exportación no lograron del Partido Conservador, r

aumentar de forma significativa y la liberación de los controles de importa- didato del FRAP el39 po
ción llevó a un considerable déficit comercial. Se había supuesto que un tipo da sólo obtuvo un 33 por I
de interés fijo iba a restablecer la confianza, pero como el défìcit comercial siderando que estos resu
se elevaba. sólo sirvió para que los especuladores abandonaran la moneda liberales y conservadores ,

chilena cuando aún estaban a tiempo. taba en una alianza con lo


AlessEndri también había esperado que su política ortodoxa hiciera al- mocrático y comenzaron ¿

gún progreso frente a los crecientes problemas sociales creados por el lento po chileno pareció haber
y desigual crecimiento económico chileno. Se lanzaron proyectos de obras podían dar por supuestos
públicas a gran escala, financiados en su mayor parte con fondos extranjeros. Las elecciones preside
Una fuente importante fue Estados Unidos, donde la preocupación sobre ¡ como para América Latin
la amenaz.a cubana había llevado a formular sin demorala Alianza por el j Allende. Las críticas estric
Progreso. Alessandri se atrevió incluso a abordar la cuestión agraria, duran- i yor impòrtancia ahora qu
te mucho tiempo un tema prohibido en sus fìlas políticas. Aunque la ley apro- corte clásico había fracasa
bada en 1962 fue tachada de ridículamente inadecuada por toda la izquier- Iban a ser muy diferer
da, proporcionó en la práctica la base para un programa de expropiaciones mente nuevo, el de los der
agresivo. cena. Cuando los partidor
No resulta sorprendente que ninguna de las medidas de Alessandri fue- PDC, Eduardo Frei, éste r
ran de mucha utilidad para resolver los graves problemas socioeconómicos a rnática por miedo a que e
los que se enfrentaba Chile. El continuo éxodo de los pobres del campo a las casi sucedió en 1958. Los
ciuclades, en especial a Santiago, no se detuvo. Allí vivían y comían mal, y ca- acerca de las ideas reform
recían de educación. Adernás, había poco trabajo. Estos <marginadoso eran raban peligrosamente pró:
el lado oculto de la urbanización capitalista de un país del Tercer Mundo. En La campaña fue reñid
los años sesenta, alrededor del 60 por i00 de la población vivía en áreas ur- americano, El FRAP pedí
banas. perialismo. Los latifundist
A Alessandri le habría gustado gobernar un país tranquilo, pero los acon- cadas al cobre eran prese:
tecimientos pronto acabaron con ese sueño. A comienzos de los años sesen- nos que una transformaci(
ta, la escena política chilena comenzó a cambiar de modo significativo. En , país al socialismo.
primer lugar, estaba el gran crecimiento clel clectoracl<l: apenas más cle i La campaña del PD(
500.000 personas en 1938 y ya en 1963 había alcanzado 2.500.000, lo que su- para convencer al elector¿
ponía que se había quintuplicado en veinticinco años. En segundo lugar. se nificativo sin violar las lib
dio un realineamiento de las fuerzas políticas. Ahora había cuatro agrupa- volución en Libertad". Sir
ciones irnportantes: l) la clerecha, que incluía los partidos liberal y conserva- prometían reformas, no rr
Chile 145

dor; 2) los radicales centristas, clurante mucho tiempo maestros del oportu-
nismo; 3) la izquierda marxista, compuesta fundamentalmente por comunis-
tas y socialistas; y 4) los demócratas cristianos, situados en el centro, un par-
tido orientado a la reforma que comenzaba a conformar su electorado. En las
elecciones municipales de 1963, cada uno de estos cuatro grupos consiguió
porcentajes de votos prácticamente iguales. Los mayores ganadores nãtos
fueron los demócratas cristianos, que estaban atrayendo votos cle la izquier-
da y de la derecha.
_. A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 1964, se agu-
dizaba la polarización. un indicador ampliamente discutido fueron unas elec-
ciones especiales celebradas en matzo de 1964 para ocupar un escaño del
congreso en la provincia de curicó. Aunque antes habíã sido un bastión
del Partido conservador, sus votantes rurales mayoritarios otorgaron al can-
didato del FRAP el 39 por 100, mientras que el candidato de ce-ntro-izquier-
da sólo obtuvo un 33 por 100 y los clemócratas cristianos, un 2g por 100. con-
sideranclo que estos resultados representaban los de toda là nación, los
liberales y conservadores decidieron de inmediato que su única salvación es-
taba en una alianza con los demócratas cristianos. Disolvieron su Frente De-
mocrático y comenzaron a cortejar al pDC. El aislamiento político del cam-
po chileno pareció haber terminado. Los latifundistas y sus agentes ya no
podían dar por supuestos los votos de los pobres rurales.
Las elecciones presidenciales de 1964 parecían cruciales tanto para chile
como para América Latina. La izquierda presentaba una ve_z más a Salvador
Allende. Las críticas estridentes del FRAp al capitalismo parecían de la ma-
yôi imþòrtancia ahora que hacía tan poco qu" un gobierno conservador de
corte clásico había fracasado.
Iban a ser muy diferentes de las celebradas en 195g. un partido relativa-
mente nuevo, el de los demócratas cristianos, había hecho su aparición en es-
cena. cuando los partidos de derechas decidieron apoyar al candidato del
-Era
PDC, Eduardo Frei, éste obtuvo un enorme empuje. una decisión prag-
mática por miedo a que el FRAP obtuviera una victoria mayoritaria, óomã
casi sucedió en 1958. Los de derechas lo decidieron a pesai de sus recelos
acerca de las ideas reformistas del PDC, que muchos conservadores conside-
raban peligrosamente próximas a las fórmulas de la izquierda.
La campaña fue reñida y levantó un gran interés en todo el continente
americano. El FRAP pedía el repudio sin cortapisas del capitalismo y el im-
perialismo. Los latifundistas chilenos y las compañías estadounidenses dedi-
cadas al cobre eran presentados como los villanos. Allencle pedía nada me-
nos que una transformación completa de la sociedad chilena para conducir el
país al socialismo,
La campaña del PDC era una operación de gran potencia, elaborada
para convencer al electorado de que Frei podía proporcionar un cambio sig-
nificativo sin violar las libertades tradicionales de chile. Iba a ser una ,.Re-
volución en Libertad>. Sin embargo, en la práctica los demócratas cristianos
prometían reformas, no revolución. Las reformas se sumaban a una econo-
146 Historia contemporánea de América Latina

Quizá haya sido un cal


con mayor facilidad de la qr
votos. Allende obtuvo el39
diferencia, por supuesto, eI
pistas. Un tercer candidato
por muchos de su propio pt
pertenecía a Frei, pero la I
1900 Social¡sta cho más a la ausencia de u
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Trabajadores repentino de los votantes cl
(191 2)
El gobierno de Frei cor
bía sido derrotada de form¿
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Sin duda, su plato estat
Uno de los temas más canc
plotación chilena de su exp
más, los estrategas de Frei
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Chile debería enfrentarse a
inaceptable pedir a las com
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to. La meta era doblar la pr,
1970
<-|ZOUIERDA- FCENTRO- aumentaría tanto el control
La izquierda atacó con
4.2. Genealogía de los principales partidos políticos chilenos. Las flechas disconti-
-DERECHA- guismo>. Los demócratas ,

nuas indican grupos escindidos o coaliciones temporales' mental de las elecciones pe


tuvieron una victoria apli
congresistas para votar el p
mía capitalista más eficaz, que se lograría mediante una intervención limita- de 1965,. La oposición de I
(a
da del gobierno para llevar a cabo medidas tales como la reforma agtaria quebrantable. Frei llegó a i
través ãe la expiopiación de las tierras inactivas), el aumento de las vivien- pasó a ser propiedad estat¿
das públicas y ún -uyot control sobre las compañías estadounidenses del co- dad del gobierno), las dos r
bre (a través de la adquisición chilena de parte de la propiedad)' co años siguientes la prodr
Frei y el PDC no perdieron tiempo en etiquetar al FRAP. como una ex- ingresos por exportación se
juga-
tensión áe Moscú. En inteligentes caricaturas y anuncios radiofónicos cio mundial de este minera
ron con el temor a <otra cuba> en chile, que se sabía muy explotable' El go- estas ganancias se fue a lat
bierno estadounidense, así como los democristianos de Europa Occidental, contratos. Los abogados de
también se mostraron muy interesaclos en esta contienda entre reformismo y hábil que los tecnócratas d
mafxismo. La Agencia Central de Inteligencia reconocería más tarde haber El sector agrario tambi
contribuido u tuitugat más del 50 por 100 de los gastos de la campaña de tiempo una de las estructu
Frei. De este y otros modos, que probablemente incluyeron dinero y apoyo hacía que las masas rurale
por parte de empresas comerciales estadounidenses, los votantes chilenos demócratas cristianos impu
iintieron los efectos de la fuerte presión estadounidense. sus compromisos. Se estab
Chile 147

Quizá haya sido un caso de superabundancia. Frei ganó las elecciones


con mayor facilidad de la que nadie había esperado. con un 56 por 100 de los
votos. Allende obtuvo el39 por 100. muy por encima de su cuoia de 195g. La
diferencia, por supuesto, era que esta vez se trataba de una carrera de dos
pistas. un tercer candidato, Julio Durán, de los radicales, fue abandonaclo
por muchos de su propio partido y termihó con sólo un 5 por 100. El triunfo
pertenecía a Frei, pero la Revolución en Libertad debía iu nacimiento mu-
cho más a la ausencia de un candidato de derechas que a cualquier cambio
repentino de los votantes chilenos.
El gobierno de Frei comenzó con una alta expectación. La izquierda ha-
bía sido derrotada de forma decisiva. Los votantei habían elegido el cambio.
Ahora los demócratas cristianos debían moverse con rapidez -y decisión.
Sin duda, su plato estaba lleno. Se dio prioridad a lå política económica.
uno de los temas más candentes era el cobre: cómo mejôrar la cuota de ex-
plotación chilena de su exportación más valiosa. Aquí, ðomo en todo lo de-
más, los estrategas de Frei buscaron un camino intérmedio. La nacionaliza-
ción abierta (con indemnización) sería demasiado cara, razonaron, ya que
chile debería enfrentarse a copiosos pagos en dólares. Resultaba iguaimente
inaceptable pedir a las compañías estadounidenses que aumentaran su inver-
sión bajo los antiguos términos, ya que sería un pasoatrás en el camino hacia
un mayor control estatal. su solución fue centrista: el gobierno chileno com-
praría parte de la propiedad cle las compañías y los ingresos serían reinverti-
dos por éstas en aumentar las instalaciones, en particuiãr las de procesamien-
to. La meta era doblar la producción de cobre para 1970. si tenía éxito, el plan
aumentaría tanto el control nacional como los ingresos por exportación.
La izquierda atacó con fiereza la propuesta, que eiiquetaìon de <entre-
guismo>>. Los demócratas cristianos decidieron convertiilo en tema
funda-
mental de las elecciones para el congreso de marzo de 1965, en las que ob-
tuvieron una victoria aplastante. De inmecliato, utilizaron a sus nuevos
congresistas para votar el plan sobre el cobre (.,chile nización>) en noviembre
de 1965.. La oposición de la izquierda y de muchos mineros
þermaneció in-
quebrantable, Frei llegó a acuerdos con Anaconda (de la que un 25 por 100
I
qu*.u ser propiedad estatal) y Kennecott (ahora con un 51 por 100 propie- I
dad del gobierno), las dos compañías más importantes, pero àu.ante los cin- t'

co años siguientes la producción de cobre aumentó sólo un 10 por 100. Los $

ingresos por exportación se duplicaron, pero fue debiclo u unu ru'bidu del pre-
cio mundial de este mineral, no a la producción. Además, una gran partè de
estas ganancias se fue a las compañías, debido a los términos ãe los nuevos
contratos. Los abogados de éstas habían pensado en el futuro de forma más
hábil que los tecnócratas de Frei, lo que no dejó de recalcar la izquierda.
. El sector agrario también era clave. chile había padecido durante mucho
tiempo una de las estructuras rurales más arcaicas cle América Latina, que
hacía que las masas rurales marginaclas cada vez se tlesesperaran más. Los
demócratas cristianos impulsaron una rey de reforma agrariä en 1967,otro de
sus compromisos. Se establecieron elaboradas disposiciones para identificar
148 Historia contemporúnea de Anúrica Latina

las tierras que debían expropiarse, las indemnizaciones que se pagarían y la hubiera retornado al patrón
distribución de la tierra a 100.000 campesinos antes de 1970. Los estadistas mún antes de 1964.
de Frei esperaban que las cooperativas un soporte importante en Las elecciones presiden<
-siempre
el pensamiento demócrata cristiano- proporcionarían las instalaciones ne- de 1964. Pero esta vezla der
cesarias para que las nuevas granjas fueran rentables. El programa marchó ge Alessandri, el nombre ml
más lentamente de lo previsto y al final del mandato de Frei sólo había didos demócratas cristianos
28.000 nuevas propiedades de granjas, un número que vio oscurecido su sig- quierdista cerraba toda posil
nificado por las altas expectaciones que había levantado. y socialistas, ahora unidos b
Estados Unidos continuó interesándose mucho por Ia fortuna del gobier- Allende y se dedicaron a atÍ
no de Frei, ya que presentaba todos los rasgos del régimen reformista que la ldde haberse vendido al im
Alianza para el Progreso debía apoyar. Por ello, al igual que las entidades mul- ofrecía una añeja receta con
tinacionales como el Banco de Desarrollo Interamericano y el Banco Mundial, ideológica desencadenada ¿
concedió a Chile una financiación muy generosa. A corto plazo, esto ayudó a Allende. Estaba a favor del
su balanza de pagos anual, pero, a la larga, se añadió a su deuda externa. completa de las compañías r
En la esfera política, los demócratas cristianos intentaron cumplir su pro- Cuando se hizo el recuer
mesa sobre una nueva forma de participación popular. Rechazando el papel a los de 1958. Allende había
preponderante del Estado que las soluciones de izquierda traerían de forma decisiva. Había obtenido un
inevitable, impulsaron la promoción popular, que parecía ser una nueva cla- el embajador norteamericar
se de actividad política popular. En la práctica suponía una mezcla de comu- guió el 3.!,9 por 100 y Tomic
nitarismo, autoayuda y cooperativas. Sobre todo, significaba atajar a la iz- sa, pero a sus dirigentes mál
quierda, que a través de sus sindicatos y estructuras de partido (tanto los del mandato de Allende.
comunistas como los socialistas) habían llevado la delantera en la organiza- Su primer problema fue
ción popular. El efecto neto fue la lucha encarnizada a través de la sociedad La derecha veía la inminent
para ganar las elecciones: en sindicatos, asociaciones estudiantiles, cooperati- ¡
îaza y algunos militantes, e
vas, colegios de abogados y toda clase de grupos profesionales. La política conspirar para bloquearlo. I
I
i
penetraba cada vez más dentro de la sociedad chilena. I
,i $obierno estadounidense, ab
La victoria en las elecciones al Congreso de 1965 resultaron ser la cúspi- dante en jefe del ejército, fu,
de de la fortuna política democristiana. En las elecciones municipales de nalmente, Allende fue confil
1967 y 1969 perdieron terreno, En 1969 perdieron la mayoría en la Cámara mocracia chilena pareció h
de Diputados. Los esfuerzos por lograr un cambio socioeconómico reformis- elección de un marxista.
ta resultaron difíciles y las posibilidades de su Revolución en Libertad se ale-
jaron.
La izquierda, tan próxima a la victoria en las elecciones presidenciales de ¿Socia
1958, luchaba por crear otra coalición para la campaña de 197Q. La derecha,
que había apoyado a Frei por un claro oportunismo, se abandonó ahora a sus Los tres años de presidencia
viejas preferencias. Las voces conservadoras sugirieron que podían ganar con to para la historia de Chile,
su propio candidato, especialmente si era el siempre popular Jorge Alessandri. turaleza sigue discutiéndose
Se había acabado el tiempo para la Revolución en Libertad. Los logros dieron que, a pesar del estre
reformistas habían sido sustanciales si se medían con los parámetros del pasa- cambio radical, pero por me
do chileno, pero ya no resultaban suficientes. Como la Constitución prohibía ¿Cómo, se preguntaban los ¡
la reelección consecutiva de un presidente, los demócratas cristianos debían cirse el socialismo de un mo
buscar un nuevo candidato. Frei había sido una figura dominante, pero no La estrategia económica
había carecido de detractores dentro del partido. De hecho, su ala izquierda Perón en 1946 y por Castro
se había dirigido claramente hacia el cambio radical. A meclida que se apro- larios. El resultado fue el au
ximaban las elecciones presidenciales de 1970, parecía como si el electorado res, lo que causó a corto plaz
Chile 149

hubiera retornado al patrón de voto tan profundamente dividido que era co-
mún antes de 1,964.
Las elecciones presidenciales de 1970 recordaron en cierto sentido a las
de 1964. Pero esta vez la derecha decidió presentar su propio candidato, Jor-
ge Alessandri, el nombre mágico de la política chilena del siglo xx. Los divi-
didos demócratas cristianos eligieron a Radomiro Tomic, cuya posición iz-
quierdista cerraba toda posible alianza electoral con la derecha. òomunistas
y socialistas, ahora unidos bajo unidad popular, nombraron una vez más a
{!-"¡¿" y se dedicaron a atacar sin descanso al gobierno de Frei, acusándo-
ld'dè' haberse vendido al imperialismo y a los oligarcas del país. Alessandri
ofregía una añeja receta conservadora, sin pensar apenas enla agria disputa
ideológica desencadenada a su alrededor. Tomic sonaba muy parecido a
Allende. Estaba a favor del cambio radical, que incluía la naciõnafización
completa de las compañías mineras.
cuando se hizo el recuento de votos, los resultados se parecieron un poco
a los de 1958. Allende había logr.ado la mayoría, pero estata muy lejos dè ser
decisiva. Había obtenido un 36,3-Þo1 100 de los votos. Alessanãri,-de quien
el embajador norteamericano había predicho la victoria en privado, cònsi-
P:uió el'3\9 por 100 y Tomic sólo el'27,8 por 100. La izquierdä esraba jubilo-
sa,_ pero a sus dirigentes más sensatos no se les pasaba por alto la fragilidad
del mandato de Allende.
Su primer problema fue la confirmación de rigor por parte der congreso.
_
La derecha veía la inminente presidencia de Allendé como una grave ame-
I naza y algunos militantes, especialmente dentro del ejército, comenzaron a
i
¡ coltlgirar para bloquearlo. un complot militar, apoyado en su inicio por el
\ 'gobiérno estadounidense, abortó cuando el generil
;t
t
ilené Schneider, coman-
dante en jefe del ejército, fue asesinado en un torpe intento de secuestro. Fi-
nalmente, Allende fue confirmado por el congreso tres días después y la de-
mocracia chilena pareció haber sobrevivido a su primer deiafío tras la
elección de un marxista.

¿Socialismo vía dem ocracia?


Los tres años de presidencia de Allende tuvieron una gran significación, tan-
to para la historia de chile, como para la de América Latina, aunque su na-
turaleza sigue discutiéndose con acritud. El presidente y sus consejèros deci-
dieron que, a pesar del estrecho margen de su victoria electoral, buscarían el
cambio radical, pero por medios legales. ¿Era posible una acción semejante?
¿cómo, se preguntaban los militantes más radicales de la up, podía introdu-
cirse el socialismo de un modo limpio?
_ La estrategia económica inicial de Allende fue similar a la empleada por
Perón en 1946 y por castro en 1959: congelación de precios y subida de sa-
larios. El resultado fue el auge inifóðiato de ras compras de ios consumido-
res, lo que causó a corto plazo una redistribución significativa de la renta. Las
150 Historia contentporúnea de Antéricu Lutina
la ley o simplemente huycrc
existencias de los comerciantcs se agotaron con rapidez, mientras que los
taba acornetiendo por mcdir
productores retuvieron todos los pedidos de proclucción hasta ver en qué me-
pidez a los hacendados.
dicla los controles de precios les impedirían recobrar los costes inflacionarios
En su gestión general <1r
a los que se enfrentaban al producir nuevos artículos para el mercado mino-
de un principio arriesgarse.
rista. Allende había seguido una estrategia esencialmente populista para ¿ìu-
r

en cl Congreso, sus cstratc¡


mentar su apoyo político.
constitucional que crcaría u
Sus otras medidas econ(lmicas fluyeron de sus promesas dur¿inte la campa-
medidas populistas ctc i970-
ña. Se dio prioridad a la nacionalización completa de las compañías dedicadas
iban encaminadas en parte
al cobre y resulta significativo que la votación de I Congreso sobre esta cuestión
tuían un riesgo debido a quc
fue unánime. Esto descía mucho acerca del aumento del sentimiento naciona-
gaba mucho al tratar de au
lista en Chile y de que se percibía como un fallo la política de chilenización de
greso podía bloquear gran p
Frei. Después, el gobierno de Allende sostuvo que no se debía indemnizar a las
Como no es cle sorprcnd
compañías debido a sus altos beneficios anteriores, que el presidente acusó de
este puntrl, Allende y sus co
ilegales. Esta postura agresiva provocó la oposición de los demócratas cristia-J
lidar sus logros políticos. Pl
nos y proporcionó a la línea dura del gobierno estadounidense pruebas de qucl
biscito popular, saltándose
Chile había declarado la guerra a la propiedad privada en el hemisferio.
el momento adecuado no llt
El gobierno de la UP también extendió el control estatal a otros muchos
dida que avanzaba 1972, el ¿
sectores de la economía. Se nacionalizaron el carbón y el acero, junto con un
torno que sufría la economí
60 por 100 de los bancos privaclos. A medida que continuaba la .,transición al
vocadas por el intento de h
socialismo", se nacionalizaron más y más firmas, muy a menudo obligado
más productos desaparecían
Allende por los trabajadores que ocupaban las oficinas aclministrativas y se
rnercados negros. Como se t
negaban a dejarlas hasta que se anunciaba la expropiación. Las empresas ex-
deres constitucionales limita
tranjeras eran el blanco favorito y de ellas fueron víctimas nombres tan co-
para combatir la t-loreciente
nocidos con ITT y Ford.
el extendido sabotaje o dive
Este ataque contra el capital extranjero estaba destinado a agravar las
tes, que querían que el expe
tensiones con Estados Unidos. El gobierno chileno no podía esperar contar
rápidos. o ¿rmbas cosas. Por
con las divisas necesarias para indemnizar a los propietarios. La negativa (o
expericncia que trataba de c
imposibilidad) a indemnizar dio a la administración Nixon el pretexto legal
para organizar un "bloqueo invisible" contra Chile en la economía interna- nomía. Los nuevos burócr¿rt;
dos rnás por motivos políticc
cional, aunque ya antes de la nacionalización había adelantado pasos al res-
reas que seguían desesperan
pecto, que incluycron la retención (con excepciones menores) de todo prés-
un control rnás estrecho,
tamo del Banco Mundial o del Banco cle Dcsarrollo Intcramericano, por no
El resultado fue que a co
hablar del Export-lmport Bank estadounidense. La inversión privada ex-
llación galopante. La tasa ar
, . tranjera también se cletuvo, con lo cual Allende se enfrentó a una severa es-
gclbicrno kl observab¿r impc
casez de financiación externa. En su último año (1972-1973), E,uropa Occi-
agotaban todo el clinero disp
, dental y los países del bloque socialista comenzar()n a abrir líneas de crédito
rio. El tipo de cambio sobrcv
" para Chile, pero su efecto todavía estaba por sentirse.
los bajos precios del cobre dr
En el sect<-¡r rural. el gobierno de Allende se movió con rapidez. Las ex-
propiaciones llegaron antes de que pucliera asegurar los servicios (crédito, ac- cits cn la balanza de pagos dc
vas de clivisas dejadas por e I 6
ceso a suministros, ec¡uipamiento) que necesitaban los nuevos pequeños pro-
1973. Los nuevos créditos dr
pietarios o las cooperativas cle contrcll estatal. Además, era desbordado cada
vez más por los campesinos. organizaclos con frecuencia por radicales iz- habían cle materializarse, po¡
quierdistas, que tomaban la tierra por su cuenta. Enl,9'73., el Instituto cle Re- vertido en una importante pr
forma Agraria había perclido el control de la situación en muchas zonas. Los [-as extensas nacionaliz¿
latifundistas contrataron guardas armados, trataron de defenderse mediante mientras que la desorganiza,
Chile 151

la.ley o simplemente huyeron del campo. El antiguo problema


agrario se es-
taba acometiendo por medios radicarei, ya que .I Brir¿o
desplazaba con ra-
pidez a los hacendados.
. En su gestión general de ra economía, el gobierno cJe Alrende quiso des-
de un principio arriesgarse. como se enfrentala a una oposición
mayoritaria
en el congreso, sus estrategas poríticos decidieron impirsar una
enmienda
constitucional que crearía una asamblea popular en sustitución
de éste. Las
medidas populistas de 1970-197r (congelaìién de precios, subida
de salarios)
iban encaminadas en parte a .onr"guì, apoyo para su gestión, pero
consti_
tuían un riesgo debido a que iban a iesultar irflâcionariai sin
remedio. Se ju-
gaba mucho al tratar cre aumentar su poder constitucional,
ya que el con-
greso podía bloquear gran parte crer programa que quería
ilevar a cabo.
como no es de sorprender, er congrðso rechazó ia enmienda en 7972.
En
este punto, Allende y sus consejeros decidieron hacer una pausa
para conso-
lidar sus logros poríricos. praneaban acabar sometiendo ru en-iåJãã;;r;
biscito popular, saltándose de este modo la oposición clel congreso,
pero
el momento adecuado no [egó, o ar menos no iupieron identificarro.
A me-
dida que avanzaba r9i2, er gobierno se fue preocupando por
er enorme tras-
torno que sufría la economía. En primer lugar, estaban lås distorsiones
pro-
vocadas por el intento de hacer cumprir loi controles
de precios. cad,a vez
más productos desaparecían de los mèrcados legares y ,"
áurrun paso en ros
mercados negros. com.9 se trataba de un gobierño legil
en un sistèma de po-
deres constitucionales limitados, el régimãn de Allenãe
no resultaba efectivo
para combatir la floreciente economía sumergida. En segundo
lugar, estaba
el extendido sabotaje o diversión de procluctõres, latifunãistas y
comercian-
tes,.que querían que el experimento de la up fracasase u
obtentr beneficios
rápidos, o ambas cosas. por ultimo, estaba ra ineficiencia
de un gouierno sin
experiencia que trataba de controlar y gestionar sectores
de la eco-
"nor-ã, y nombra-
nomía. Los nuevos burócratas, u *"nudo carentes de preparación
dos más por motivos políticos que técnicos, a cluras p"nur'poJron
dominar ta-
reas que seguían desesperando a sus homólogos de
iociedàdes socialistas con
un control más estrecho
t
resultado
- .9t galopante.fueLaque a comienzos de r973,chile se halraba preso de
una in- i
flación rasa anual excedía c.l 150 pol 100 (subirià I
gobierno lo observaba impotente. Las autoriclãdes moÀetarias ".i"ã,gl"f
simpremente
agotaban todo el dinero_clisp.nibre para cubrir el enorme déficit
pr"rupu"rtu-
rio. El tipo de cambio sobrevaroracló animaba ras importaciones,
mienr"iu, qu"
los bajos precios del cobre treprimían ras ganancia,
io, "*po.taóion.
cits en la.b.alanza de pagos de L97r y rg72fudieron cubrirre
Los défi-
.ecriante las reser-
vasde divisas dejadas por el gobierno cle Érei, pero este recurso
ya no existía en
1973. Los nuevos créditos clel bloque socialista y Euro-pa
occídental todavía
habían de materializarse, por lo cuàl las cuentas con el
exterior se habían con_
vertido en una importante preocupación económica.
Las extensas nacionarizacionès habían cresmoralizado ar sector privado,
mientras que la desorganización impedía ra inversión y expansión-rápidas
en
152 Historia contempor(tnea de América Latina

el sector público, que había aumentado su tamaño de forma tan considerable. Marzo de I9l3 trajo tar
La economía estaba hecha un mar de confusiones. composición del Congreso. I
¿Pero cómo podía hacerse con suavidad la transición a una economía so- peraba obtener una mayoríi
cialista? En Cuba (véase el capítulo 8) hubo sin duda dislocación durante los Allende o al menos imponer
primeros años, y Chile se enfrentaba a obstáculos mucho mayores. Allende muy concurridas. Cuando se
no tenía el poder que disfrutaba Fidel en Cuba. Chile seguía siendo una de- jor parado de lo que nunca
r,nocracia PlUralistq la oposición seguía controlando el Congreso y la econo- 43 por 100, con lo que reduj
mía continuaba abierta al chantaje internacional. en el Senado y de 93 a 87 (d
Añadida a todas estas dificultades inherentes, estaba la intransigencia de ron jubilosos el incremento
la oposición. Debe recordarse que el gobierno de Allende no contó nunca que ningún presidente chiler:
con más de la mitad de los votos. Alcanzó la presidencia en 1970 con un por- yo en unas elecciones al Cor
centaje de votos menor que el que había recibido cuando perdió en 1964 saltó su 55,7 por 100 de votos
(36,3 por L00, comparado con el 38,9 por 100). En las elecciones locales de en las elecciones de 1964. Ta
abril de 1971, los partidos de la UP recibieron el 49,7 por 1.00, su cota más taba por debajo del 49,7 po
elevada. Los meses siguientes contemplaron furiosas batallas en todos los fo- t971.
ros políticos: elecciones en los sinclicatos, grupos estudiantiles y asociaciones Los resultados podían ur
profesionales. ca. Una cosa era cierta: la o
La UP se vio debilitada por escisiones dentro de sus propias filas. La ex- toral que había buscado. Y
trema izquierda, liderada por el MIR (Movimiento de la Izquierda Revolu- Congreso, estaba excluido cr
cionaria), presionaba para que se emprendiera una acción más radical. Que- de no contara con una mayr
rían agilizw las nacionalizaciones, endurecer la acción policial contra la ble entre los trabajadores y
oposición y gobernar mediante decreto. Los moderados dentro de la UP, in- Nunca había habido esc
cluidos los comunistas, exhortaban a la precaución, pues sostenían que la ac- xista electo. La derechista P
ción precipitada los pondría en manos de la derecha, que podía manipular al terroristas contra cargos del
ejército y a las clases populares. embargo, en 1973 cada vez t
Para mediados de 1972, el clima político se había sobrecalentado. Se con- no había solución democráti
virtieron en rutina las movilizaciones callejeras masivas, ya fuera en favor o quierda más radical, que no
en contra de Allende. En agosto, los tenderos organizaron un boicot de un naza para las bases mismas ,

día para protestar contra las medidas económicas del gobierno. En octubre, En abril, comenzó una I
una serie de protestas comenzaron a barrer el país. Se iniciaron con la sus- nó a la oposición el terreno
pensión de envíos de mercancías por parte de los propietarios de camiones. a Allende. En julio, los pro¡
Pequeños empresarios, granjeros privados y pilotos se unieron en huelgas. tando una ola de huelgas pr
Aunque estaban orquestadas a menudo por los políticos de la oposición, es- como las de los abogados, n
tos brotes mostraban que amplios sectores de la población chilena se enfren- bajadores populares pro Al
tarían al gobierno en las calles. Casi todos tenían algo que perder si se logra- cientos de miles de participa
ba una sociedad socíalista, así que estaban determinados a no empeorar sin tica febril. Se hicieron frecue
luchar. pudiera mantenerse la paz h
El gobierno poseía su propio apoyo popular. En especial en las grandes Allende lo sabía. Había
ciudades, la UP podía convocar varios cientos de miles de manifestantes dis- ma izquierda de acudir a me
ciplinados. En sus filas se incluían los numerosos chilenos que habían co- tianos eran la única tterza
menzado a experimentar cambios significativos: salarios reales más elevados, para llegar a un acuerdo qu
leche fresca subsidiada, un papel en la administración de su comunidad o lu- de este modo, mantener ir:
gar de trabajo. También respondían al nuevo nacionalismo: la apropiación de negoció con Frei y sus cor
las compañías del cobre, la postura severa hacia todas las empresas extranje- deliberación rehusaron. No
ras, la sonada bienvenida a Fidel Castro cuando llegó a Chile en 1971. sabilidad de un gobierno c
Chile 153

Marzo de 1973 trajo también otra prueba política. Estaba en juego la


composición del Congreso. Era un momento crucial, ya que la oposición es-
peraba obtener una mayoría de dos tercios para ser capaz de inhabilitar a
Allende o al menos imponer su ventaja legal sobre é1. Las elecciones fueron
muy concurridas. Cuando se contaron los votos, el gobierno había salido me-
jor parado de lo que nunca se habría atrevido a predecir: la UP alcanzó el
43 por 100, con lo que redujo la mayoría de la oposición de 32 a 30 (de 50)
en.el Senado y de 93 a 87 (de 150) en la Cámara Baja. Sus dirigentes señala-
ron jubilosos el incremento del voto de izquierdas sobre 1970 y destacaron
que ningún presidente chileno anterior había sido capaz de aumentar su apo-
yo en unas eleccion-es al Congreso a mediados del mandato. La oposición re-
saltó su 55,7 por 100 de votos como equivalente a la victoria aplastante de Frei
en las elecciones de 1964. Tämbién recordaron a la UP que su 43 por L00 es-
taba por debajo del 49,7 por 100 obtenido en las elecciones municipales de
t971,.
Los resultados podían usarse para sostener casi cualquier posición políti-
ca. Una cosa era cierta: la oposición no había logrado el gran impulso elec-
toral que había buscado. Y como carecía de una mayoría de dos tercios del
Congreso, estaba excluido cualquier intento de inhabilitación. Quizás Allen-
I
de no contara con una mayoría absoluta, pero tenía un apoyo inquebranta-
I ble entre los trabajadores y un número en aumento de obreros rurales.
Nunca había habido escasez de complot para derrocar al gobierno mar-
: xista electo. La derechista Patria y Libertad ya había participado en ataques
terroristas contra cargos del gobierno e instalaciones económicas vitales. Sin
embargo, en 1973 cada uez más gente de la clase media había concluido que
'no
l
había solución democrática a la crisis. Consideraban que Allende (o la iz-
: quierda más radical, que no controlaba o no podía controlar) era una ame-
naza para las bases mismas de la propiedad privada en Chile.
d
I

En abril, comenzó una huelga de trabajadores del cobre, que proporcio-


nó a la oposición el terreno ideal para proclamar la resistencia multiclasista
a Allende. En julio, los propietarios de camiones volvieron a golpear, desa-
tando una ola de huelgas protagonizadas por asociaciones de la clase media
como las de los abogados, médicos y arquitectos. Las organizaciones de tra-
bajadores populares pro Allende organizaron enormes contraprotestas, con
cientos de miles de participantes. Chile se hallaba inmerso en una batalla polí-
tica febril. Se hicieron frecuentes los incidentes ter¡oristas, Pocos pensaban que
pudiera mantenerse la paz hasta 1976, cuando Sð éiegiría al nuevo presideáte.
Allende lo sabía. Había rechazado hacía mucho los consejos de su extre-
ma izquierda de acudir a medios extralegales y sabía que los demócratas cris-
tianos eran la única fuerza política con la f.ortaleza y disposición suficientes
para llegar a un acuerdo que redujera los niveles de conflicto y posibilitara,
de este modo, mantener intacto el sistema democrático del país. Allende
negoció con Frei y sus compañeros dirigentes, pero tras una prolongada
deliberación rehusaron. No querían verse arrastrados a compartir la respon-
sabilidad de un gobierno que se desmoronaba, a menos que Allende les
154 Hi.çtoriq contemporánea de Antéric:a Lutinn
f

prometiera más de lo que estaba preparado para otorgar; no menos impclr- {1


ffi;udl
tante, sospechaban que tenían mucho que gan¿ìr si la UP seguía desacrecli- !r
'fï
tándose. Quizá creyeran incluso que un golpe militar los devolvería al poder. rii
Allende pensó que no tenía otro camino que aumentar la participación I il
militar en su gobierno. Aunque poclría proporcionärle estabilidad a corto pla-
zo, ya que las fuerzas armadas estaban obligadas a clbedecer y a tnantener el fõ-. -r
orden, también quizás abriera paso a la intriga ntilitar y a que la oposición le
acusara de politizar al ejército. Intuía el peligro y en agosto intentó entre-
tnezclar sus mandos militares. pero era demasiado tarde.
A comienzos de septiembre, la conspiración militar para deponer al go-
bierno de la UP estaba muy engranada. Santiago hervía de rumores acerca
&tr'
de dinero brasileño y llovían sobre Chile expertos en "desestabilización". Las
huelgas y las contramanifestaciones habían retrasado aún más una economía
que ya estaba golpeada por la hiperinflación y la huida de capital. Entonces
supo Allende que el destino del experimento socialista chileno se encontra-
ba en manos de los militares. El general Caqlos Pr¿Is, comandante en jefe del
ejército y ministro de Defensa, era una figura clave. Desafortunadamente
para Allende y la UP, su prestigio militar se esfumaba por momentos. A fi-
nales de agosto se le sometió a la indignidad (desde Ia perspectiva militar) de
una ruidosa manifestación frente a su residencia efectuada por las esposas
de los oficiales que pedían su dimisión. Al no lograr los votos de un consejo de
generales celebrado al día siguicnte, rcnunció a sus cargos 9¡ el ejército y en El palacio presidencial, situad<r
el gabinete. Su sucesor como jefe del ejército fue el general Augusto Pino- ques con bombas incendiarias iJ
chet, del que se creía que era tan constitucionalista como Prats. I
de septiembre de 1973. (United
Entonces los militares no perdieron más tiempo. El.!-!--dg. septiembre de ll
1973 comenzó un golpe de Estado bien coordinado. EiCâ mañana temprano, ¡tì
lö3 Cãràtiìneros, de los'que siem¡íre se había pensado que eran quienes mejor
encarnaban la tradición chilena de policía no política, seguían guardando el
I día. los cazas Hawker de lar
palacio presidencial contra un posible ataque. Pero se retiraron de forma incendiarias, que extendiero
ominosa cuando se les informó de que su comandante se había unido al gol- transferencias de poder pacr
pe que se estaba desarrollando. A las seis de la mañana le dij_eron a Allende ban para asaltar el palacio,
que la marina había tomado Valp3raíso y decidió desplazarse de inmediato cuciones presidenciales, hab
de su residencia a La Moneda, el memorable palacio presidencial situado en la razón o por la fuerza", pe
entonces.
el corazón de Santiago.
Durante el resto de la mañana se observó una actividad frenética en el _) Los mandos militarcs cs
palacio. que preparaba la defcnsa. Allende comenzó a recibir ofertas para 6itadas p<lr lcls obrcros indl
pocas armas. La resistencia
marcharse sano y salvo al exilio. A la cle un general de las fuerzas aéreas, se
clice que replicó: <Dígale al general Von Schouwen que el presidente de Chi-
tal. Nunca sabremos cuátrtol
le no huye en un avión. Al igual que él sabe cómo debe actuar un soldado, golpe militar rnás violento c
yo sabré cómo cumplir mi deber como presidente de la repúblican. rrió en un país que se enorl
Allende no había vivido como un revolucionario. Había pasado tres dé- fundamente arraigadas. La
cadas corno político parlamentario, negociando sin cesar para crear y mante-
quicrcla pertsaron quc era .l
ner coaliciones. No pocos cínicos (tanto de la izquierda como de la derecha) / Considerado clesde la pr
habían sugerido que le gustaba demasiado la huena vida como para hacer de fue ocasionada por la inter¡
revolucionario. Pero ahora deciclió quedarse y luchar. Justo antes del medio- cos que caracterizaban al Cll
Chile 155

t[ nt#' 'tf,
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l,1fr.f
t_iî ñ;rüíi;'i'.
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.¡l t,r
,

'¡.i¡{*¡;
El palacio presidencial, situado en el centro de Santiago, estalló en llamas por los ata-
ques con bombas incendiarias de las fuerzas armadas chilenas durante el golpe del 11
de septiembre de 1973. (United Press International.)

día, los cazas Hawker de las fuerzas aéreas atacaron el palacio con bombas
incendiarias, que extendieron las llamas por el edificio Que había visto tantas
transferencias de poder pacíficas. Cuando las tropas del ejército se prepara-
ban para asaltar el palacio, Allende..se _suicidó, En una de sus primeras alo-
cuciones presidenciales, había señalado: .Nuestro escuclo de armas dice "Por
larazón o por la fûerza", pero pone laraz6n primero>. Ese orden se invirtió
entonces.
*) Los mandos militares esperaban resistencia, en especial en las zonas ha-
[íitaclas por los obreros industriales, pero los seguidores del gobierno tenían
pocas armas. La resistencia fue dispersa, pero la represión fue rápida y bru-
tal. Nunca sabremos cuántos murieron. pero al menos 2.000 personas. Fue el
golpe militar más violento de la historia latinoamericana del siglg,II y ocu-
rrió en un país que se enorgullecía de sus tradiciones democrátiõas--tan pro-
fundamente arraigadas. La <transición al socialisrno> que tantos de la iz-
quierda pensaron que era
"irreversible> estaba a punto de ser invertida.
lConsiderado desde la perspcctiva actual, parece que la caída de Allende
fue ocasionada por la interacción de las clases sociales y los partidos políti-
cos que caracterizaban al Chile contemporáneo{La izquierda obtenía su apo-
156 Historia contemporánea de América Lutina

yo principalmente de la clase obrera urbana. Se encontró con la oposición de la eficiencia y equidad de la


una clase alta cohesionada, cuyos componentes del sector agrario y de la in- gido el crecimiento chileno,
dustria estaban unidos por lazos familiares e intereses comunes, y esta elite mental en la economía, que
unificada fue capaz de obtener el apoyo de los grupos de los sectores medios cial los salarios y llevó a la i
(y de algunos campesinos tradicionales) y, lo que es más importante de todo, demanda funcionaran de nu
de los activistas militantes de las clases medias y bajas, como tenderos y ca- también atajar la inflación.
mioneros, en una postura común contra el orden socialista. Entre 1970 y nhacer de Chile no una naci(
1973, el movimiento de Allende de base obrera fue incapaz de formar una Los programas del régi
coalición duradera con los otros estratos de la sociedad trabajadora. Esto ex- que presentaba una tasa ant
plica que no lograra conseguir una clara mayoría en las urnas y de ahí su ex- pe. En 1976ya había bajado
trema vulnerabilidad. y en 1982 ya había caído al
/ Con esto no deben despreciarse los efectos de la oposición estadouni- entre el 20y el 31 por 100.
dense, que trabajó persistentemente para <desestabilizao (esto es, derrocar) Argentina, Brasil o México,
el régimen de Allende enviando dólares (que alcanzaban un elevado valor dían decir lo mismo acerca
en el mercado negro) a los grupos conservadores y subvencionando las huel- ahora suponía menos de Ia
gas contra el gobierno. Pero su intervención no fue el factor decisivo para su to, que alcanzó un promedi<
caída, ya que la administración de Allende tenía su propio cúmulo de pro- gró a costa de reducir los s¿
blemas. Sin embargo, una vez más Estados Unidos se colocó firmemente al La meta de los tecnócra
lado de los contrarrevolucionarios. / nomía mundial, reduciendc
los subsidios gubernamente
1973, el Estado poseía cerc
El régimen de Pinochet de la mitad a sus dueños or
to. La falta de competencit
El nuevo gobierno militar decidió en seguida imponer sobre Chile un régi- que benefició a los conglot
men burocrático-autoritario. Proclamando que su objetivo era (la recons- multinacionales como la IT
trucción nacional>, la junta se propuso destruir reformar- el sis- Los responsables de la
-no sólo
tema político del país. Se disolvió el Congreso, se suspendió la Constitución ras para la importación, bas
dustrias ineficientes y mâI
,

y se declararon ilegales los partidos o se situaron <en descanso>: no iba a ha- i


ber más altercados políticos, no más politiquería. Además, la junta impuso el;{ resultado fue que muchas t
estado de sitio, el toque de queda a las nueve de la noche y estableció lími- poraciones multinacionales
'

tes estrictos sobre los medios de comunicación. En octubre de1973, un mes respaldado con fuerza el g<
después del golpe, los militares tomaron también las orgullosas universidades. fasis en la promoción de la
Las fuerzas armadas querían reformar las antiguas relaciones entre el Es- ros, tanto públicos como p
tado y la sociedad en el Chile moderno. Un componente crítico de este plan economía de mercado librc
era la unidad de los militares, acaudillados por el general del ejército de tie- ternacionales y otros gobie
rra Augusto Pinochet. Otro era la desorganización de la sociedad civil, que La quiebra comercial d
hizo posible al régimen desmantelar (o al menos reprimir) instituciones in- de su deuda externa por p
termedias como partidos políticos y sindicatos, y establecer la autoridad di- mundial provocada por la
recta. Se suspendió la actividad política en su sentido tradicional. En enero yor fuerza que al resto cle 1
de 1974, el general Pinochet anunció que los militares permanecerían en el clió al 14 por 100 ese año,
poder no menos de cinco años. mas gubernamentales de c
Mientras los generales consolidaban su poder político, un grupo de tec- tercera parte de Ia fuerza I
nócratas civiles introducían cambios de largo alcance en la política económi- nuevo equipo de tecnócrat¿
ca. Conocidos como \os Chicago åoys debido a que muchos se habían for- turación económica aún m
mado en la Universidad de Chicago, estos economistas creían con firmeza en mucho las exportaciones y
Chile 157

la eficiencia y equidad de la competencia de mercado./Lo que había restrin-


gido el crecimiento chileno, razonaban, había sido la intervención guberna-
mental en la economía, que redujo la competencia, aumentó de forma artifi-
cial los salarios y llevó a la inflación. Para hacer que las leyes de la oferta y la
demanda funcionaran de nuevo, determinaron reducir el papel del Estado y
también atajar la inflación. Pinochet dijo una vez que el objetivo último era
.hacer de chile no una nación de proletarios, sino una nación de empresarios>/
Los programas del régimen tuvieron un efecto claro sobre la inflaciói,
que presentaba una tasa anual cercana al 500 por 100 en el momento del gol-
pe. En 1976ya había bajado al 180 por 100, en 1978 rondaba el 30-35 por 100
y en1982 ya había caído al 10 por 100. De 1983 aIgB1-,la inflación fluctuó
entre el 20y el31 por i00. Era un comportamiento mucho mejor que el de
Argentina, Brasil o México, y sin duda la junta podía proclamar su éxito. po-
dían decir lo mismo acerca de la diversificación de exportaciones (el cobre
ahora suponía menos de la mitad del valor de exportación) y del crecimien-
to, que alcanzó un promedio superior al7 por 100 de 1976 a 1"981. pero se lo-
gró a costa de reducir los salarios reales y los servicios sociales,
La meta de los tecnócratas formados en chicago era abrir chile a la eco-
nomía mundial, reduciendo de forma drástica los aranceles proteccionistas,
los subsidios gubernamentales y el tamaño del sector público. A finales de
1973, el Estado poseía cerca de !00 compañías. La junta devolvió alrededor
de la mitad a sus dueños originales y admitió-ófertas para gran parte del res-
to. La falta de competencia verdadera determinó precios de venta bajos, lo
que benefició a los conglomerados empresariales locales y a corporaciones
multinacionales como la ITT.
Los responsables de la política económica también redujeron ras barre-
ras para la importación, basándose en que las cuotas y aranceles protegían in-
dustrias ineficientes y mantenían los precios altos de forma artificial. El
resultado fue que muchas empresas locales desaparecieron frente a las cor-
poraciones multinacionales. La comunidad empresarial chilena, que había
respaldado con fuerza el golpe de 1973, se vio muy afectada. se puso el én-
fasis en la promoción de la exportación y la atracción de préstamos extranje-
ros, tanto públicos como privados. Irónicamente, chile intentaba crear una
economía de mercado libre con la asistencia principal de organizaciones in-
ternacionales y otros gobiernos, no de bancos y compañías privados.
La quiebra comercial de 1982, desatada por el incumplimiento del pago
de su deuda externa por parte de México y la contracción de la economía
mundial provocada por la recesión estadounidense, golpeó a chile con ma-
yor fuerza que al resto cle América Latina. El producto interior bruto se hun-
dió al 14 por 100 ese año, mientras que el desempleo (incluidos los progra-
mas gubernamentales de creación de empleo) aumentó hasta abarcar una
tercera parte de la fuerza laboral a mediados de 1983. pinochet instaló a un
nuevo equipo de tecnócratas conservadores, que emprendieron una reestruc-
turación económica aún más radical. Estimularon la inversión, aumentaron
mucho las exportaciones y redujeron de forma drástica el desempleo. Tam-
158 Historia contemporónea de América Latina

bién disminuyeron considerablemente la deuda externa mediante esquemas de comunicación estadounir


innovadores como la conversión parcial en inversión del capital interno. Pero decisivo 55 por 100 frente
los salarios permanecieron bajos de forma crónica y la privatización sistemá- un gobierno elegido.
tica de los servicios sociales dejó a muchos chilenos pobres sin lo esencial Tias un tenso intervalo,
para la vida. Constitución aseguraba su r
En el frente político, el régimen de Pinochet nunca vaciló en usar la re- to hasta*"1p-98. El paso sigui,
presión, en especial a la menor seña de desorden laboral o protesta popular. ganadas por el veterano di
Sus tácticas brutales se ganaron una condena extendida, a medida que los crí- þ implacable de Allende) Pat
ticos denunciaban las repetidas y persistentes violaciones de los derechos hu- # diecisiete partidos de centrr
manos. En septiembre de 1976, un coche-bomba mató en Washington D.C. a ' I gró un solo escaño en el Cr
Orlando Letelier, antiguo embajador de Allende en Estados Unidos, que por nista se disolvió en una agri
entonces se dedicaba a conseguir apoyo efectivo para que el gobierno esta- línea dura.
dounidense retirara su ayuda al régimen de Pinochet. El vínculo de los ase-
sinos con los servicios secretos chilenos era evidente, pero Chile rechazó des-
deñosamente el intento del gobierno de Carter de obtener la extradición de Vuel'
los miembros del ejército chileno acusados. La elección de Ronald Reagan
sirvió de gran alivio al gobierno de Pinochet, que pronto encontró a Was- Aylwin asumió el pode
hington dispuesto a estrechar las relaciones. Desde 1985, hasta la administra- tuciones democráticas chilr
ción Reagan presionó a Pinochet para que se liberalizara, pero sin efectos, al derechos humanos y a la r
menos por el momento. pobres. Su gabinete fuerter
Mediante una hábil maniobra política, Pinochet consiguió la autoridad tiera según la fortaleza del
suprema y lo que en principio había sido un régimen militar institucionaliza- l que resultaba esencial en I
do se convirtió en otio de õarácter personalistal en el que Pinochet aparecía I na (al menos según los pa
como única autoridad. Un plebiscito celebrado en 1978 proporcionó un apo- " precios, aumento de las ex¡
yo extendido a su <defensa de la dignidad de Chile>fptro más, celebrado en cobre), registro de la inver
1980, aprobó una Constitución que confirmaba el mäntenimiento de- Pino- da exterior y un avance no
chet en su cargo hasta 1990. público ineficiente.
Los políticos de la opósición no marxistas, que una vez se habían benefi- /La democracia restaur¿
ciado de la democracia más estable de Suramérica, se encontraban profun- fofmidables: un ejército sie
damente divididos. Sus intentos por incluir a los Partidos Socialista y Comu- chet incontrito (aunque ah,
nista (o al menos no repudiarlos) en una oposición unida facilitaban el juego familiares), una judicatura I
de Pinochet, que explotaba los temores de las clases medias y bajas a la vuel- terrorismo esporádico de iz
ta al caos de 1973. cer acerca de las pasadas v
El Partido Comunista organizó un ala armada que intentó asesinar a Pi- gro de inflamar el conflicto
nochet en 1986. El presidente escapó a duras penas. Las batidas del gobier- La coalición gobernant
no que siguieron descubrieron enormes escondites de armas, mientras la po- elecciones presidenciales dt
licía y los militares devastaban los barrios obreros, deteniendo a los activistas porcionaron el presidente. I
de la oposición de cualquier ideología. El intento de asesinato dio más fuer- tre t964 y 1910. Su margen
za a la demanda de Pinochet de que Chile debía escoger entre él y la iz- ma de Aylwin en 1.989. La
quierda revolucionaria. como por la alta participa<
Iero 1988 trajo una sensacional apuesta que el dictador perdió. Como
I

grande era su apellido, pro


reacción a la presión internacional para la liberalización y conflan{o en una ) deroso Partido Comunista r
economía en recuperación, se arriesgó a celebrar otro plebiscito sobre su go- la mayor parte de la izquie:
I
bie¡no personalista. Ahora la oposición se unió para montar una campaña de te, hubo una aceptación ge.
televisión muy efectiva (con una ligera ayuda de consultores de los medios éstas sufrieron algunas rest
Chite 159

de comunicación estadounidenses) para conseguir el .no>, que


triunfó por un
decisivo 55 por 100 frente a un 43 por t00. rodo estaba'listo para
volver a
un gobierno elegido.
Tias un tenso intervalo, pinochet aceptó el resultado, ya que
sabía que ra
constitució_n aseguraba su continuación óomo comandantä
.nj"t
to hasta 1.928. El paso siguiente fueron las elecciones presidenåiales
del ejérci-
de 19g9,
ganadas por el veterano clirigente de los clemócratas
cristianos (y enemigo
implacable de Allende) patricio Aylwin, a quien respaldaba
una cåalición de
diecisiete partidos de ce¡tro y ceniro-izquiérda. La lxtrema irquieraa
no to-
gró un solo escaño en el congreso, ya que el antes poderoro pärli¿o
comu-
nista se disolvió en una agria lucha entró reformistas y marxistas-leninistas
de
línea dura.

Vuelta a la democratización
Aylwin asumió el poder en 1990 y se comprometió a restaurar las
insti-
tuciones democráticas chilenas, a investigar làs pasadas violaciones
*de de los
derechos humanos y a la rápida mejora ras ôondiciones de vida de los
pobres. Su gabinete fuertemènte tecnocrático (es notable quã-no
se repar-
tiera según la tortaleza del partido) también se comprom"t¡o
u *unt"ner lo
que resultaba esencial en la historia del éxito econdmico
en América Lati_
na (al menos según los parámetros ortodoxos): estabilidad relativa
de los
precios, aumento de las exportaciones (animadó por los precios
ãlevados del
cobre), registro de la inversión extrajera, reduccìón signitcativa
de la deu-
da_exterior y un avance notable en lã privatización de"gran purie
oer sector
público ineficiente.
democracia restaurada de chile también se enfrentaba a obstácuros
" /\u.
rormldables: un ejército siempre alerta que seguía encabezado por un pino_
chet.incontrito (aunque ahorã se veía empanaão por escándaroi
financieros
familiares), una judicatura pro ejército, ui sena¿o ¿ominado pãi
tu a".."t u,
terrorismo esporádico de izquierda y derecha, y el tema exploåivo
de qué ha-
cer acerca de las pasadas violaciones de los derechos humanos,
con su peri-
gro de inflamar el conflicto entre militares y civiles.
. I,a coalición gobernante (la ,.Concertaóióno) se mantuvo unida para las
elecciones presidenciales de 1993. rJna vez más los demócrata
cristianos pro-
porcionaron el presidente. Era Fduardo Frei, hijo der presidente
ãe chile en-
tre 1964y 1970. Su margen de venraja era der 5"g por'r00,3 puntás por
enci-
ma de Aylwin en 1989. I a campaña fue notabre tãnto po^u
furtu de pasión
como. por la alta participación. El poco carismático Fiei,
cuyo ventaþ más
grande era su apellido, prometió ,,progreso con justicia>.'El
alguna yez po-
deroso Partido comunista continuó coñrpletamente marginado,
mientras que
la mayor parte de la izquierda se mantuvo lear a la coalñión.
Más importan-
te, hubo una aceptación general de las regras del juego democráiico,
aunque
éstas sufrieron algunas restricciones que quedaban
dã la época de pinochet.
160 Historia contemporúnea tle Américo Lutina

El notable logro chileno continuó siendo su rápido crecimiento sin infla-


ción, Entre 1986 y 1993, el crecimiento había promediado el 6,3 por 100, con
mucho el más alto en América Latina. La deuda externa se redujo conside-
rablemente y se atrajo prestamente nuevo capital extranjero. Cuando la pri-
vatización prácticamente había llegado al máximo, los inversores chilenos se
dirigieron a Argentina a adquirir nuevas instalaciones privatizadas. Lo más Brasil: ¿t
impresionante era la alta tasa de ahorro e inversión. Chile se semejaba aho-
ra a los <tigres>> de Asia Oriental en su capacidad para sacrificar el consumo
para una productividad futura. El gobierno chileno predijo contiadamente
que sería el próximo miembro del área del Tiatado de Libre Comercio (TLC,
o NAFTA) que abarcaba México. Canadá y Estados Unidos.
¿Cuán bien se distribuyeron los beneficios de este crecimiento? Los da-
tos de la distribución de la renta mostraban que Chile apenas se diferen-
ciaba de la extrema desigualdad típica de América Latina. La tasa del sala-
rio real, aunque creciente hacia 1993, no había llegado al nivel de 1970 y mu- fi on una extensión de m¿
chos de los nuevos empleos eran a tiempo parcial y/o de baja remuneración. \-, dor, Brasil ocupa cerca
Por otra parte, se reconoce que los niveles de salud pública y de educación sus 6.500 km de longitud, lle
primaria son elevados. Evidentemente, Chile continuará siendo observado interior. La tierra varía des<
estrechamente como un importante ensayo del desarrollo capitalista en rrentes, hasta los ricos bosqu
América Latina. En palabras de un economista y expèrimentado observador abünda en recursos naturale
de Chile: <La economía chilena es un tigre ... pero, es un tigre joven, nova- se le ha considerado desde i
to y tímido, que trata todavía de adaptarse. Queda mucho por hacer>. gante dormidoo de Améric¿
por otras razones, los brasilr
ta y entusiasta. Un dicho lo
Su independencia de P<r
mienzo con buenos augurio
ficó que la destrucción físi
compara con la devastaciór
nezuela y en México centri
desmovilizar un aparato mi
que es más importante, el p
cionó una estructura polític
dición secular. Sin duda, ht
midad p'olítica antes de qu
misma clase de inestabilid¿
vieron que afrontar al inicir
La economía era predo
mercial por excelencia. En
de habitantes, casi la mitad
tos. El orden social estaba f,
rrateniente y los esclavos q
mía que sería muy bien des
grande y senzala. Había al¡
profesionales, fundamentalr
de Janeiro, pero la sociedac
Brasil: ¿desarrollo para quién?

on una extensión de más de ocho millones y medio de kilómetros cuadra-


doq Brasil ocupa cerca de la mitad de Suramérica. El río Amazonas, con
sus 6'500 km de longitud, llega a la costa atlántica desde las húmedas
selvas del
interior. La tierra varía desde el noreste semiárido, asolado por sequías recu-
rrentes, hasta los ricos bosques y las mesetas fértiles del centrå y del sur.
Et país
abùnda en recursos naturales, incluidos hierro y otros minerales industriales,
y
se le ha considerado desde hace mucho una posible potencia mundial,
el ogí-
gante dormido> de América Latina. euiz¿ ¿òbi¿o a èsta anticipación
o qulzá
por otras razones. los brasileños tienden a tener una visión de lã
vida optimis_
ta y entusiasta. Un dicho lo resume bien: oDios es brasileño>.
Su independencia de portugal en rg22 casi sin violencia dio al país
un co-
mienzo con buenos augurios. La ausencia de un conflicto a gran eicala
signi-
ficó que la destrucción física y económica fuera mínima, ãn especial si se
compara con la devastación sufrida en la región del Río de la pfata, en
Ve-
nezuela y en México central. Tampoco tuvo que afrontar los problemas
de
desmovilizar un aparato militar imponente enìl periodo de posguerra. y
lo
que es más importante, el paso de la monarquía portuguesa a gäsil propor-
cionó una estructura política consistente dotada óon liautoridad de una
tra-
dición secular. sin ducla, hubo luchas y Brasil afrontaría una crisis de legiti-
midad pbtitica antes de que terminará el siglo. pero no se encontró con la
misma clase de inestabilidad política que otros países latinoamericanos
tu-
vieron que afrontar al inicio <1e la independencia.
I,a-economía era predominantemente agrícora y er
azúcar, el cultivo co-
mercial por excelencia. En 1822,la población alcaniaba unos cuatro
millones
de habitantes, casi la mitad esclavos nacidos en África o descendientes
de és_
tos' El orden social estaba formado en esencia por clos filas, la aristocracia
te-
rrateniente y los esclavos que proporcionaban la mano de obra, una
dicoto-
mía que sería muy bien descrita por Gilberto Freyre en su clásióo libro
casa
grande y senzala. Había algunos comerciantes y ãbogados,
además de otros
profesionales, fundamentalmente en las ciudadés y dã forma especial
en Río
de Janeiro, pero la sociedad estaba dominada por las fuerzas dér campo.
162 Ílistoria contempr.tránea tle Anúricu Latina

La historia de esta Cc
Dom Pedro I (1822-1831) nueva nación brasileña: 1)
absolutista mediante Ia dis
Solemos definir con demasiada frecuencia los periodos históricos por la su- su propia Constitución; pe:
bida o caída de los jefes de Estado o gobierno. No obstante, a veces tiene na en la división de podert
sentido, Pocos pondrían objeciones a la etiqueta de "victoriano, para el pe- al sistema parlamentario it
riodo ilel reinado de la reina Victoria de 1iì37 a 1901. Y en el Brasil del siglo promiso con los derechos
xlx muchos temas sociales básicos estaban ligados al destino de la corona. El reales de Dom Pedro y sus
más evidente fue la consolidación de la independencia brasileña. con asuntos norte de la historia brasile
conexos como la centralización o descentralización de la autoridad y el poder libertarios y reformistas. L
ejecutivo contra el poder legislativo. Estas cuestiones tuvieron que acome- terminó de modo ambiguo
terse de inmediato tras la independencia, pues tanto la elite como el empe- rador que de este modo es
rador querían redactar una Constitución brasileña. Los aspectos absolutisl
Dom Pedro I se había convertido en el primer emperador de un Brasil en el noreste, la región qut
independiente en 1822, cuando la aristocracia brasileña forzó a una ruptura bre la abolición de la escla
con Portugal. Un año antes, el padre de Dom Pedro, Dom João VI, había de- los conspiradores republici
jado Brasil para volver al trono de Portugal, después de aconsejar a su hijo tido tercamente la discipli
que permaneciera allí (pues Ia familia leal se sentía muy ligada a esos domi- Dom Pedro en 1824 provr
nios), aunque ello supusiera la creación de una monarquía separada. Dom clave del centro de la polít
Pedro I convocó una Asamblea Constituyente y las elecciones resultantes en Los pernambucanos vr
1823 revelaron varias divisiones políticas. La más básica era la escisión entre fiesto que proclamaba de
el Partido Brasileño y el Partido Portugués, formado el último por quienes se Era la culminación de la rt
habían opuesto a la independencia y querían volver a subordinar Río de Ja- una junta local muy popu
neiro a Lisboa. Sus dirigentes eran fundamentalmente nacidos en Portugal, la apoyo de otras provinciat
mayor parte oficiales del ejército, burócratas y comerciantes. El Partido Bra- Asamblea Constituyente. i
sileño estaba dirigido por José Bonifácio Andrada e Silva, latifundista de São tema de la esclavitud, cual
Paulo, principal portavoz del liberalismo brasileño y el ministro más impor- el fin del tráfico de esclavt
tante del gobierno de Dom Pedro. de los organizadores rebe.
A pesar del apoyo mayoritario en la Asamblea, el gabinete de José Bo- riores, y no sin razón. El
nifácio tuvo que dimitir pasados tres meses debido a que el emperador res- muchas de color, amenaza
paldaba de forma continua la protesta del Partido Portugués por las medidas ticentralista en una revolu
gubernamentales antiportuguesas. Continuaron caldeándose las polémicas y Las divisiones interna
brotaron peleas callejeras, cuando una facción extremista del Partido Brasi- cuando la presión militar t
leño clamó por un gobierno descentralizado y exageró los abusos de la coro- tratado barcos y mercenar
na. En medio del furioso debate, el emperador disolvió la Asamblea en no- sangrienta lección políticz
viembre de 1824. Poco después, decretó de forma unilateral una Constitución cutados. Había límites pa
para Brasil, que incluía muchos rasgos del borrador preparado por Antonio i Brasil.
Carlos Andrada e Silva, hermano de José Bonifácio, pero reservaba grandes ' La dominación de Ríc
po<Ieres para el Poder Moderador, que iba a ser el monarca mismo. Más im- precio. Descle t810. Gran
portante era el poder de disolver la Cámara de Diputados y nombrar y cesar nomía brasileña y ahora se
ministros, El voto ciudadano cstaba ligado a Ia prueba de un mínimo de pro- Los británicos podían
piedad, por lo que se limitaba la participación pública de modo severo en un Río, facilitando el recono
gobierno imperial que iba a ser muy centralizado. Irónicamente, esta Consti- potencias del mundo. Ese
tución decretada de forma unilateral incluía pasajes de la Declaración de De- que Gran Bretaña negocir
rechos Humanos francesa de 1789. rey portugués, Dom João
Brasil 163

La historia de esta constitución clem<lstraba varias cosas acerca de la


nueva nación brasileña: 1) el monarcaparecía haber preservaclo su iniciativa
absolutista mediante la disolución de la Asamblea elècta y la imposición de
su propia constitución; pero 2) la constitución, aunque favorecía a la coro-
na en la división de poderes, era más liberal que absolutista, más semejante
al sistema parlamentario inglés contemporáneo que al francés, y 3) el com-
promiso con los derechos humanos, aunque restringido por las intenciones
reales de Dom Pedro y sus consejeros, se convirtió a
þartii de entonces en un
norte de la historia brasileña, un ideal al que recurrirían de forma continua
libertarios y reformistas. La lucha sobre la estructura política del nuevo país
terminó de modo ambiguo: una carta constitucional impuesta por un empe-
rador que de este modo establecía los límites de todos los gobièrnos futuios.
Los aspectos absolutistas de los hechos de Río produjeion preocupación
í en el noreste, la región que había sido más receptiva a lai ideai liberales so-
1
'l
bre la abolición de la esclavitud, el federalismo y el republicanismo. En 1g17
los conspiradores republicanos de la provincia de pernambuco habían resis-
I
I tido tercamente la disciplina de Río, La imposición de la constitución de
Dom Pedro en 1824 provocó una nueva reberión, que escenificó los temas
I clave del centro de la política brasileña para el resto del imperio.
I

l
Los pernambucanos volvieron a declarar su independencia en un mani-
{ fiesto que proclamaba de forma poética la nconfederación del Ecuadon.
I
Era la culminación de la reacción violenta ante el intento de Río de deponer
I una junta local muy popular e imponer otra menos radical. Tias obtener el
lpoyo de otras provincias del noreste, los rebeldes convocaron su propia
Asamblea constituyente. Sin embargo, el movimiento se dividió respécto al
tema de la esclavitud, cuando un dirigente escandalizó a sus colegas ãl pedir
el fin del tráfico de esclavos por el puerto nororiental de Recife. La mayoria
de los organizadores rebeldes temían una movilización de los órdenes infe-
riores, y no sin raz6n. El descontento entre las personas libres marginadas,
muchas de color, amenazaba con convertir la agitación antiportuguesa y an-
ticentralista en una revolución social.
Las divisiones internas de los rebeldes de pernambuco se produjeron
cuando la presión militar exterior fue aumentancto. El emperador había con-
tratado barcos y mercenarios ingleses y franceses, y clio a ios insurgentes una
sangrienta lección política. La mayoría de los líderes rebeldes fueron eje-
cutados. Había límites para el alcance de la protesta social permisible en
Brasil.
La dominación de Río se obtuvo mediante ra ayuda inglesa, que tuvo su
precio. Desde 1810, Gran Bretaña había conseguido un tugar tirme en la eco-
nomía brasileña y ahora se hallaba asegurando la transiciónì la independencia.
_ L9* británicos podían ayudar a consolidar el gobierno indepe;diente de
Río, facilitando el reconocimiento diplomático por parte de laì principales
potencias del rnundo. Ese objetivo se logró mediante una serie dè acuerdos
que Gran Bretaña negoció con portugal y Brasil en lg2j. propiciaron que el
rey portugués, Dom João vI, reconociera a Brasil como un rêino separado;
164 Historis contemporónea de América Lutinu

que las exportaciones británicas a Brasil continuaran recibiendo un tipo que los brasileños nunca a(
arancelario preferencial; y, no menos importante, que Brasil pagara a Portu- emperador cadà vez le abs<
gal una indemnización de dos millones de libras esterlinas por los daños su- rios de su hija en Portugal,
fridos en la lucha por la independencia. (Era exactamente la deuda contraí- manejar las agresivas fuerz;
da por Portugal con Gran Bretaña; los negociadores mantuvieron en secreto se hizo cadaYez más insost,
esta cláusula.) las multitudes para Protesti
El año siguiente, 1tì26, Gran Bretaña consiguió de Brasil el compromiso EL7 de abril de 1831, Don
mediante tratado cle concluir el comercio de esclavos antes de 1830. Lo que- pendenciá había ayudado a
ría por varias razones. Una, en la que suelen hacer hincapié los historiadores Su abdicación fue una
económicos actuales, era que los británicos temían que el azitcar producido para los absolutistas acosa
con mano de obra esclava de Brasil resultaría más barato en el mercado hijo, que después se conve
mundial que el azicar de las Indias Occidentales, donde se acababa de abo- padre Ie había dejado delil
lir la esclavitud. Otra razón, también importante, era la presión ejercida so- familia real para mantener
bre el gobierno británico por los abolicionistas. El nuevo gobierno brasileño, ¿Quién ejercería el Poder r
con poco entusiasmo y menos compromiso auténtico, otorgó a los ingleses la sas y poco Pobladas tierras
cláusula que demandaban. En el tratado sobre el comercio de 1827 , se les hi- plo de la América esPañoli
cieron más concesiones, que colocaron a las exportaciones brasileñas a In- de naciones que vemos ho'
glaterra en desventaja con las procedentes de las colonias inglesas. Gran par- Durante nueve años, d
te de la elite brasileña las consideró excesivas y sólo explicables por el der ejecutivo una regencia
aparente deseo de Dom Pedro de retener la buena voluntad británica hacia se enmendó la Constitucic
Portugal, que necesitaba de forma desesperada su ayuda económica. Las crí- los poderes de las provinci
ticas habrían sido aún más estridentes si se hubiera hecho público el pago de paratistas que estremecían
los dos millones de libras. ta más violento fue el de I
Al final, la lealtad de Dom Pedro hacia Portugal provocó su ruina en más peligrosa por su ubicar
Brasil. su imposición de la nueva constitución no había terminado de nin- la Guerra dos Farrapos, er
guna manera con la lucha sobre la división de los poderes gubernamentales.
En1826 el emperador se convirtió en el blanco de una nueva oleada de ata-
ques, cuyos autores iban de los ..moderadosr, deseosos de más poder para el Do
legislativo y revisiones a los tratados con Gran Bretaña, a los (extremistas>,
que demandaban la descentralización del poder y la autonomía de las pro- El acceso al trono de Don
vincias. Las críticas al emperador dominaban la prensa en expansión con su sil había sobrevivido a los ,

fuego graneado de invectivas. volución social. Se descartr


En este mismo periodo, Dom Pedro sufrió un serio revés en la política el amplio poder (el oPod,
exterior. Lo que ahora es Uruguay se había anexionado a la América portu- Constitución de 1824. El jr
guesa en 182L como la,.Provincia Cisplatina". Pero en 1825 la guerrilla local de política parlamentaria
se hizo con el poder y proclamó la unión con las Provincias Unidas del Río Mediado elsiglo,las d
de la Plata (la actual Argentina). La guerra resultante entre Brasil y estas úl- imperio. El poder ejecutiv
timas terminó en 1828 con un tratado que creaba un estado independiente, debía retener la confianza
Uruguay. Los ingleses, de nuevo intermediarios para concertar el tratado, del legislativo era más aPa
abri$ãban esperanzas en un estado que sirviera de valla entre Argentina y Ia Cámara a voluntad Y nr
Brasil. Este revés para las ambiciones brasileñas en la cuenca del Río de la nales de la década de 186
Platã resultó caro al emperador desde el punto de vista financiero y político. el sistema parecía funðion
Pero pronto quedó en la sombra en comparación con el cenegal de la suce- En 1850 ya habían aP
sión real portuguesa al que se vio arrastrado Dom Pedro desde 1826. su origen al Partido Brasi
Cuando murió Dom João VI en 1826, Dom Pedro, su sucesor legal, supo vador y el Partido Liber
Brasil 165

que los brasileños nunca aceptarían una reunificación con Portugal. Pero al
emperador cada vez le absorbía más tratar de proteger los derechos suceso-
rios de su hija en Portugal. Este desgaste de energía le hizo menos capaz de
manejar las agresivas fuerzas políticas antiabsolutistas de Brasil. Su posición
se hizo cadavez más insostenible, a medida que sus oponentes movilizaron a
las multitudes para protestar por su preferencia por un ministro absolutista.
EL7-de- abril de 1831, Dom Pedro I abdicó y partió de la tierra cuya inde-
pendenciã habíà áyudado a lograr menos de una década antes.
Su abdicación fue una victoria para el Partido Brasileño y una derrota
para los absolutistas acosados. Tämbién creó un vacío de poder, ya que su
hijo, que después se conveitiría en Dom Pedro II, sólo te!ía cinco años. Su J
padre le había dejado deliberadamente al cuidado de otros miembros de la
familia real para mantener los derechos de los Braganza'al trono brasileño.
¿Quién ejercería el poder en su nombre? ¿Permanecerían unidas las inmen-
sas y poco pobladas tierras de la América portuguesa? ¿O seguirían el ejem-
plo de la América española, que de inmediato se disgregaron en el conjunto
de naciones que vemos hoy día?
Durante nueve años, desde la abdicación de Dom Pedro I, ejerció el po-
der ejecutivo una regencia, que varió de estructura y de miembros. En 1834,
se enmendó la Constitución (mediante la <Ley Adicional>) para aumentar
los poderes de las provincias, en parte como respuesta a los sentimientos se-
paratistas que estremecían zonas clave del imperio. El movimiento separatis-
ta más violento fue el de Ia provincia de Pará, en el valle del Amazonas; la
más peligrosa por su ubicación en una provincia fronteriza con Argentina fue
la Guerra dos Farrapos, en Rio Grande do Sul.

Dom Pedro II (1840-1889)


El acceso al trono de Dom Pedro II en 1840 unificó a la elite dividida. Bra-
sil había sobrevivido a los desafíos separatistas y parado la inercia hacia la re-
volución social. Se descartó la descentralización cuando el emperador asumió
el amplio poder (el "Poder Moderador>) que su padre había escrito en la
Constitución de 1824. El joven emperador y los políticos entraron en una era
de política parlamentaria relativamente armoniosa.
Mediado el siglo, las dos décadas posteriores fueron los años,dorados del
imperio. El podeiejecutivo era ejercião por el emperador y su ministro, que
debía retener la confianza de la Cámara Baja. No obstante, el poder efectivo
del legislativo era más aparente que real, ya que el emperador podía disolver
Ia Câmara a voluntad y necesitarse nuevas elecciones. Sin embargo, hasta fi-
nales de la década de ]p60, Dom Pedro II ejerció su poder con discreción y
el sistema parecía funcionar bien.
En 1850 ya habían aparecido dos partidos políticos distintos, que debían
su origen al Partido Brasileño cle la década de 1820. Eran el Partido Conser-
vador y el Partido Liberal, aunque los historiadores han advertido desde
166 ÍIistoriu contemporúnea de América Lulina
La guerra también tuvo
hace mucho tiempo que no deben tomarse estas etiquetas demasiado en se-
sil. El prolongado combate
rio. En 1853, los dos partidos colaboraron para formar un <gabinete de con-
pronto se convirtieron en a
ciliación", que mantuvo el poder hasta 1868, excepto en el intervalo de 1858-
bién provocó que el empet
1862.
mar su autoridad. Pedro I
La prueba más importante para la política exterior del imperio apareció
mientras que los liberales, t
en la cuenca del Río de la Plata, lugar cle una antigua rivalidad entre Para-
en 1868. Despidió al gabine
guay, Uruguay, Argentina y Brasil. El gobierno brasileño se alarmó por la
Cámara, y convocó nuevas
fortalez.a y las intenciones de Juan Manuel de Rosas, el gobernante autocrá-
ron airadamente fonnando
tico de Argentina, que exigía el derecho a controlar todo el tráfico del Río
Partido Republicano. Y la ¡
de la Plata. Era una grave amenaza para Brasil, ya que la economía de sus
de las instituciones, la escla
provincias sureñas dependía en grân medida del acceso al sistema fluvial de
sileño actuaron bien en la I
la cuenca del Plata.
Su efectividad en el comba
Al mismo tiempo, estaban arrastrando a Brasil a una peligrosa batalla del que después se solicitar
política en Uruguay, donde los brasileños habían logrado ocupar un lugar fir-
me en las finanzas y el comercio. Se enviaron tropas brasileñas a las batallas
internas uruguayas del lado de la facción colorada, que prevaleció' Luego re-
gresaron para enfrentarse a Rosas. Los animaban franceses e ingleses, que es-
taban irritados por los severos términos impuestos por Rosas para el acceso
Las dos décatlas finales de
económico a Argentina. La coalición antiargentina salió vencedora. Las tro-
bre la legitimidad de dos ir
pas extranjeras, asistidas por rebeldes argentinos (representantes de los libe-
cayeron bajo escrutinio du;
rales que pronto serían dominantes), derrotaron a las fuerzas de Rosas en
Aunque el tráfico de e
1852, enviándolo al exilio permanente en Inglaterra.
clavitud no estaba abolida
Pero esto no supuso el fin de todos los combates. A pesar de contar con
crecimiento de las plantaci
el apoyo brasileño, los colorados perdieron el control de Uruguay, Como los
dores se clirigieron a una f
blancos victoriosos ya no podían dirigirse a Rosas en busca de ayuda, lo hi-
cia económica. Sus dueños
cieron a Francisco Solano L6pez, el dictâdor dð-Paraguay. Argentina, con-
graron obtener leyes provi
trolada ahora por los liberales, se unió a Brasil en apoyo de los colorados de
otras provincias, Sin embat
Uruguay. Esta profunda participación extranjera condujo pronto â una con-
dos los esclavos del norest
frontación militar directa entre brasileños y paraguayos. Solano López que-
proporcionado la mano de
ría extender su gobierno aliándose con los blancos uruguayos para conquis-
de la década de 1880.
tar la provincia brasileña de Rio Grande do Sul. Invadió Argentin4 y Brasil
en 1865, impulsándolos, junto con el gobierno colorado de Uruguay, a una
La única solución, seg
alianza militar.
En 1886, la provincia de S
a los inmigrantes europeot
La guerra que siguió duró cinco años. El ejército paraguayo resultó estar
cantidad necesaria de man
bien entrenado, tener una disciplina magnífica y ser extraordinariamente va-
persistencia de la esclavitr
liente. Los brasileños soportaron el peso del combate en el otro lado. Al prin-
pro abolicionista basándos
cipio sufrieron clerrotas humillantes, pero luego triunfaron después de am-
pliar mucho su ejército. tes si no se transformaba I
La guerra paraguaya tuvo importantes consecuencias: 1) se garantizó el lición sería el paso más ev
acceso a la red fluvial clel Río de la Plata, con lo que se complació a los co-
El modo como Brasil
merciantes curopeos, los liberales argentinos y los militares brasileños; 2) las Constituía una institución
dos principales potencias, Argentina y Brasil, cimentaron relaciones estre- conflicto regional que se d
chas; 3) Brasil consr¡lidó su posición política como financiera- en leños habían trabajado en
-tanto
Uruguay; y 4) Paraguay perdió la mitad de su población (según se cree) y el chas ncualificadasr. No m
país quedó en ruinas. bres de color ya se había
Rrasil 167

La guerra también tuvo un efecto profundo en la política interior de Bra-


sil. El prolongado combate le obligó a aumentar su ejército, cuyos oficiales
pronto se convirtieron en actores importantes de la política brasileña. Tam-
bién provocó que el emperador diera unos pasos sin precedentes para afir-
mar su autoridad. Pedro II exigió la rendición incondicional de Pa_raguay,
mientras que los liberales, que eran mayoría en la Cámara, querían negôðiar
en i868. Despidió al gabinete liberal, que contaba con un fuerte apoyo en la
Câmara, y convocó nuevas elecciones. Algunos liberales radicales reacciona-
ron airadamente formando un grupo escindido que en 1870 se convirtió en el
Partido Republicano. Y la guerra arrojó una nueva luz sobre la más nacional
de las instituciones, la esclavitud. Los esclavos reclutados por el ejército bra-
sileño actuaron bien en la batalla y se les concedió la libertad como premio.
Su efectividad en el combate debió hacer vacilar a más de un oficial blanco
del que después se solicitara salir a cazar a los esclavos fugitivos brasileños.

El fin del imperio


Las dos décadas finales del imperio estuvieron dominadas por el debate so-
bre la legitimidad de dos instituciones: la esclavitud y la monarquía. Ambas
cayeron bajo escrutinio durante la guerra paraguaya.
Aunque el tráfico de esclavos termiñó de forma efectiva en 1850, la es-
clavitud no estaba abolida de ningún modo veinte años después. Ë1-rápido
crecimiento de las plantaciones de café requería mano de obra y los planta-
dores se dirigieron a una fuente obvia: los esclavos clel noreste en decaden-
cia económica. Sus dueños se alarmaron por esta pérdida de <capital>> y lo-
graron obtener leyes provinciales que prohibían la exportación de esclavos a
otras provincias. Sin embargo, tales medidas llegaron tarcle, pero aunque to-
dos los esclavos del noreste se hubieran trasladado al sur, no podrían haber
proporcionado la mano de obra necesaria en la economía del café de finales
de la década de 1880.
La única solución, según los plantadores, era aumentar la inmigración.
En 1886, la provincia de São Paulo inició un importante esfuerzo por atraer
a los inmigrantes europeos, pero los paulistas no fueron capaces de lograr la
cantidad necesaria de mano de obra barata. ¿Por qué? E,n parte debido a la
persistencia de la esclavitud. Esta conclusión llevó a cierta elite a volverse
pro abolicionista basándose en que nunca se atraería a suficientes inmigran-
tes si no se transformaba la imagen retrógracla de Brasil cn Europa. La abo-
lición sería el paso más evidente.
El modo como Brasil llevó a cabo la abolición fue único en América,
constituía una institución extendicla por todo el país, con lo que se evitó el
conflicto regional que se dio en Estados unidos. Además, los esclavos brasi-
leños habían trabajado en casi toclas las categorías laborales, incluidas mu-
chas "cualificadaso. No menos importante, un gran número de personas li-
bres de color ya se habían establecido económicamente y proporcionaban
168 Historia contemporártea cle Antérica Latina

ejemplo a los recién liberados. Brasil también había escapado a la perspecti- cano, fundado en 1871, ta
va extremadamente racista de declarar a todas las personas de color infcrio- cial en São Paulo. El naci¡
res sin remedio. Algunos de los pertenecientes a la gran población dc raza ción de los diputados lib,
mixta habían alcanzado posiciones nacionales relevantes ya en 1889 (como el de un ministro conserva(
novelista Machado de Assis y el ingeniero abolicionista André Rebouças) y 1870, un grupo de indignr
demostraban que era posible cierta movilidad. En un principio, los
La abolición fue un proceso de dieciséis años, marcado por tres leyes. La nunca controlaron [a Cá
primera apareció en 1871, cuando el Congreso aprobó ula ley del útero [i- gual. Eran más fuertes e
brer. que proporcionó libertad desde entonces a todos los niños nacidos de más débiles en el noreste
madres esclavas. Pero se otorgó a los dueños la opción de retener los dere- encabezada por un presic
chos laborales sobre esos niños hasta la edad de veintiún años. legislativo bicameral (cor
. Hasta la década de 1880, el movimiento abolicionista no volvió a ser ca- gún los principios federal
paz de forzar a la esclavitud al centro de la arena política. Encabezaban a los biar la monarquía constit
abolicionistas profesionales urbanos, especialmente abogados, entre los que estilo estadounidense.
destacaba Joaquim Nabuco, diputado de Pernambuco de impecables oríge- Durante la década dr
nes sociales. Guiados por oradores como é1, los abolicionistas se convirtieron las generaciones más jóv
en el primer movimiento político nacional, organizando clubs, periódicos y profesionales que habían
reuniones públicas en las ciudades principales. Juntaron importantes sumas de el republicanismo con el
dinero para financiar su propaganda y comprar la libertad de los esclavos lo- las enseñanzas de los posi
cales. había penetrado en las fa,
Esta movilización tuvo su impacto en el Parlamento, que en 1885 aprobó en las academias militare
la segunda ley abolicionista: otorgaba la libertad a todos los esclavos de se- gencia de movimientos ir
senta años o mayores sin indemnización para el dueño. Los cínicos ridiculi- el apoyo a la monarquía'
zaron la medida, señalando que muy pocos esclavos sobrevivían hasta esa Sin embargo, no fue r
edad y si lo hacían, sus dueños estarían encantados de liberarse de su cuida- sino el descontento de u
do. La nueva ley hizo poco para calmar la agitación de los abolicionistas, al- do desde hacía mucho ti
gunos de los cuales comenzaron a incitar a los esclavos a huir o a rebelarse aumentó la fricción recur
contra sus amos. En 1887 la esclavitud ya se estaba desintegrando de forma cos civiles, con frecuencia
visible. Los soldados del ejército, a quienes se mandaba atrapar y devolver a políticas. Debido a la gu
los esclavos fugitivos, encontraban su trabajo cada vez más repugnante. En militar mucho mayor que
1887 los oficiales se negaron formalmente a seguir llevando a cabo esta misión. proporcionó una magra fi
En 1888, los propietarios de esclavos ya habían tenido tiempo suficiente proporción elevada entre
para prepararse para la transición al trabajo libre. El paso final fue la <ley do- los retrasos en los ascens
radao, aprobada en mayo de ese mismo año, que liberaba a todos los escla- go medio, que se volvier
vos que quedaran sin indemnización. La ley fue aprobada por una votación publicanos y abolicionist:
aplastante tanto en la Cámara de los Diputados como en el Senado. La elite La agonía final del in
política se las había arreglado para preservar el consenso mientras trataba de tido en tratar de goberne
un tema socioeconómico explosivo. Este éxito en la reforma gradual ayudó a ción minoritaria en la cár
perpetuar la imagen conciliatoria de la elite brasileña. Resulta bastante no- formar un gabinete, lo qr
table que esta imagen haya llegado a ser compartida por muchos no perte- formista que incluía la de
necientes a esa elite, lo que demuestra cómo sus gobernantes actuales han tarde. En noviembre se c
manipulado la comprensión que los brasileños tienen de su propio pasado. riscal Deodoro da Fonsr
El otro drama importante de finales del imperio fue el surgimiento del Ouro Preto. Se dio un ul
republicanismo. Había hecho erupción antes durante ese mismo siglo, casi se. Dom Pedro II y su fz
siemþre vinculailo a demandas de autonomía regional. El Partido Republi- día siguiente se proclam(
Brasil 169

cano, fundado en 1871, también tenía una vena nacionalista fuerte, en espe-
cial en São Paulo. El nacimiento de este partido puede seguirse hasta la reac-
ción de los diputados liberales a la imposición de Dom Pedro II, en 1868,
de un ministro conservador frente a la mayoría liberal de la Cámara. En
1870, un grupo de indignad<ls ex liberales fundaron el Partido Republicano,
En un principio, los republicanos parecieron inofensivos. Hasta 1889
nunca controlaron la Cámara de Diputados y tenían un apoyo muy desi-
gual. Eran más fuertes en São Paulo, Rio Grande do Sul y Minas Gerais;
más débiles en el noreste. Querían reemplazar el imperio por una república
encabezada por un presidente de elección directa, gobernada por un poder
legislativo bicameral (con elecciones directas para ambas) y organizada se-
gún los principios federalistas. En la práctica, los republicanos querían cam-
biar la monarquía constitucional al estilo inglés por una república federal al
estilo estadounidense.
Durante la década de 1880, el republicanismo se extendió mucho entre
las generaciones más jóven-es: los hijos de los plantadores, comerciantes y
profesionales que habían recibido educación universitaria. Solían combinar
el republicanismo con el abolicionismo, ambos sentimientos reforzados por
las enseñanzas de los positivistas brasileños, grupo con mucha dedicación que
había penetrado en las facultades de educación superior, y de forma especial
en las academias militares. De este modo, esta década contempló la conver-
gencia de movimientos intelectuales y políticos que se unían para erosionar
el apoyo a la monarquía y la esclavitud.
Sin embargo, no fue un debate noble el que selló el destino del imperio,
sino el descontento de una institución que el emperador venía descuidan-
do desde hacía mucho tiempo: el ejército. A finales de la década de 1880,
aumentó la fricción recurrente que existía entre oficiales del ejército y políti-
cos civiles, con frecuencia sobre los derechos a expresar en público sus ideas
políticas. Debido a la guerra paraguaya, Brasil había creado un estamento
militar mucho mayor que el deseado por los políticos de Dom Pedro II, que
proporcionó una magra financiación para su modernización. Existía una des-
proporción elevada entre oficiales y tropa, lo que llevó a la frustración por
los retrasos en los ascensos a las promociones jóvenes y los oficiales de ran-
go medio, que se volvieron especialmente receptivos a los sentimientos re-
publicanos y abolicionistas tan influyentes entre sus iguales civiles.
La agonía final del imperio sobrevino en 1889. El emperador había insis-
tido en tratar de gobernar con un ministro conservador, a pesar de su posi-
ción minoritaria en la cámara. En junio, invitó al vizconde de Ouro Preto a
formar un gabinete, lo que consiguió, y formuló un ambicioso programa re-
formista que incluía la descentralización administrativa. Pero era demasiado
tarde. En noviembre se desarrolló un complot militar. Liderados por el ma-
riscal Deodoro da Fonseca, los conspiradores demandaron la dimisión de
Ouro Preto. Se dio un ultimátum al emperador: era su fin y debía marchar-
se. Dom Pedro II y su familia partieron tranquilos al exilio en Portugal. Al
día siguiente se proclamó la república, el 16 de noviembre de 1889.
170 Historio contemporiinea ¿le Anúricu Latinu

El imperio había caído con pocos trastornos. Aunque clesde hacía tiempo
los plantadores venían temiendo que la abolición perdiera las exportaciones
agrícolas, pronto volvieron a sus cabales. Ahora se dieron cuenta de que po-
dían conservar su clominio económico (y, por ello, político) en un mundo sin
monarcas ni esclavos. Ni la abolición de la esclavitud ni el derrocamiento del
imperio trajeron cambios estructurales a Brasil.

-- Visión general: crecimiento económico y cambio social

A mediados del siglo xrx, la economía brasileña comenzó una transición


fundamental, que no se vinculó a ningún cambio legal o constitucional y que A finales del siglo xrx, los s,
cos de café dejan las plantaci,
ha continuado hasta bien entrado el siglo xx. También ha tenido un profundo
nes de São Paulo en caravani
impacto sobre la sociedad brasileña y sclbre las relaciones entre las clases so-
de mulas para acabar en desl
ciales.
nos de ultramar. (Cortesía r
Al igual c¡ue la mayor parte de América Latina, Brasil ha exportado unos
la Biblioteca del Congreso <
cuantos productos primarios a las economías del Atlántico Norte del centro los Estados Unidos.)
del sistema mundial. Pero en contraste con muchos otros países del conti-
nente, ha pasado por una secuencia cronológica de dependencia de las ex-
portaciones de productos diferentes en momentos distintos. El modelo repe-
taciones se mantuvo basta
tido de auge y quiebra ha hecho difícil lograr un crecimiento sostenido.
Y como los varios productos provienen de zonas diferentes del país, estos ci- en un periodo cle crecimir
clos han creado bolsas regionales de prosperidad y declive.
de 15 millones de sacos dr
ximadamente tres cuartos
Una vez lograda la independencia, el azúcar continuó siendo la exporta-
glo, el café rendía cerca d
ción más lucrativa, al igual que durante el siglo xvrt. Producido en general
De este modo, el café
en grandes plantaciones del noreste, donde la mano de obra era esclava, el
ña. El estado de la econo
az(tcar suponía el 30 por 100 de las exportaciones brasileñas de 1821 a 1830.
Luego comenzó un largo declive, a medida que aumentó la competencia ca-
do internacional: cuando
eran positivas; si caían, lo
ribeña, y en 1900 ya sólo contribuía con un 5 por 100 del total general de ex-
portaciones (aunque el consumo interno era sustancial, y lo sigue siendo). sido desde hace mucho ti
La producción de caucho se inició a comienzos del siglo xtx, principal- los brasileños mantienen
mente en el Amazonas, y aumentó de forma constante. En 1853. el puerto de café humeante, que a met
Belém exportaba más de 2.500 toneladas de caucho natural. La demanda del refrán proporciona su rcc
mundo industrial crcció mucho una vez que Charles Goodyear descubriera el
la tinta, tan caliente comc
proceso de vulcanización, que evitaba que el caucho se volviera pegajoso en La producción del ca
agua caliente y quebradizo en agua fría. De 1900 a 1913 hubo un auge es- en el estado de São Pauk
pectacular, cuando su exportación llegó a suponer cerca de un tercio de la to- mucho trabajo. Los árbo.
años y necesitan un cuida
tal del país. Entonces los inglcses sacaron provccho a las plantaciones de cau-
cho más eficientes que habían desarrollado en las Indias Orientales y el precio
y descascararse. Los gran
rnundial inició un agudo descenso. Los brasileños no pudieron soportar la se y almacenarse, lo cual
competencia y el auge del caucho llegó a un final repentino y permanente. Al igual que Argentir
Fue el café el que proporcionó el estímulo más constante para el cambió tado de São Paulo y lueg,
económico en el periodo postindependentista. Su producción empezó a de- atrajeron millones de inn
sarrollarse en el Caribe a comienzos del siglo xtx y luego pasó a Brasil, don- del siglo xlx. La mayor c¿
de disfrutaba de cclndiciones naturales excelentes. El volumen de sus expor- Pero el tamaño relativo <
lJrasil l7l

A finales del siglo xlx, los sa-


cos de café dejan las plantacio-
nes de São Paulo en caravanas
de rnulas para acabar en desti-
nos de ultramar. (Cortesía de
la Biblioteca del Congreso de
los Estados Unidos.)

taciones se mantuvo bastante constante hasta la década de t890, luego entró


en un periodo de crecimiento espectacular. En 1901, Brasil exportaba cerca
de 15 millones de sacos de caté (de sesenta kilos cada uno) y producía apro-
ximadamente tres cuartos del total del consumo mundial. A comienzos de si-
glo, el café rendía cerca de la mitad de las divisas del país.
De este modo, el café se convirtió en un rasgo central de la vida brasile-
ña. El estado de la economía se relacionaba de forma directa con el merca-
do internacional: cuando los precios del café eran elevados. las perspectivas
eran positivas; si caían, lo mismo pasaba con éstas. Y el consumo interno ha
sido desde hace mucho tiempo un aspecto esencial de la vida social, ya que
los brasileños mantienen reuniones y discusiones con una taza ûas otra de
café humeante, que a menudo se toma con una gran cantidad de azúcar. Un
refián proporciona su receta: <Tan fuerte como el demonio, tan negro como
la tinta, tan caliente como el infierno y tan dulce como el amor)>.
La producción del café floreció cn el centro y sur de Brasil, en especial
en el estado de São Paulo. Rcquiere tierras espaciosas, bastante inversión y
mucho trabajo. Los árboles del café llegan a su producción total a los seis
años y necesitan un cuidado constante. Deben recolectarse los frutos, lavarse
y descascararse. Los granos deben secarse. tamizarse, seleccionarse, ensacar-
sc y almacenarse, lo cual requiere mano de obra.
Al igual que Argentina, Brasil dirigió sus ojos a Furopa, Primero el es-
tado de São Paulo y luego el gobierno de la nación iniciaron programas que
atrajeron millones de inmigrantes europeos, en especial en el último cuarto
del siglo xrx. La mayor cantidad, quizás un tcrcio del total, provino de ltalia.
Pero el tâmaño relativo de la población inmigrante nunca ãlcanzó ei mismo
172 HLstoria conte(nporítneu cle América Latina

nivel que en Argentina. La cota más alta para Brasil fue un 6,4 por 100 en sultado fue un sendero de
1900 y después descendió. de Río de Janeiro y Minas
Volviendo la vista atrás, resulta irónico darse cuenta de que esta oleada La dependencia del caf
de europeos recién llegados probablemente ayudó a distorsionar, al menos Ia superproducción. Era dil
regionalmente, el desarrollo económico brasileño a largo plazo. Aunque se ción para saber cuándo det
disponía de abundante mano de obra en el centro y noreste del país, donde día del clima y de otros fat
el número de puestos de trabajo había caído mucho tras el aumento de tra- produjo 20 millones de sacr
bajadores, los profetas de la inmigración optaron por los europeos, que pro- día absorber 12 o t3 millor
bablemente serían mejores trabajadores y futuros ciudadanos de más con- bía hacerse con los excedet
fianza. Así que el gobierno brasileño pagó el pasaje de barco a millones de El riesgo de la competr
europeos, mientras millones de brasileños en Minas Gerais, Río de Janeiro y gares de América Latina, tr
el noreste no podían pagarse el desplazamiento al sur. Los europeos y japo- sileña del mercado mundia
neses transplantados hicieron grandes contribuciones; pero cada uno de esos en 1930, a sólo el 32 por lC
puestos de trabajo podía haber sido ocupado por un brasileño al que se ha- el país perdió de forma gra
bría rescatado de las regiones de economía moribunda. Una tercera vía de vul
Más difícil resultaba obtener tecnología. No había. como sigue sin haber, que sufría el precio mundia
un sustituto rápido para ésta, que constituye uno de los rasgos más esencia- cia, sino también cambios e
les de las economías modernas. En el mundo capitalista ha resultado extre- crea hábito, y su consumo I
madamente difícil comprar tecnología. Los brasileños, como otras poblacio- y 1931, tras el golpe de la G¡
nes no pertenecientes al dinámico complejo industrial del Atlántico Norte, se tavos la libra a sólo 8 centav
vieron obligados a aceptar la inversión directa de compañías extranjeras para variación en los ingresos en
obtenerla. El sistema de telégrafos, por ejemplo, llegó con empresas inglesas provenían principalmente d
y estadounidenses, que instalaban y manejaban su propio equipo. Lo mismo Para ilustrar el crecimi
puede decirse de los ferrocarriles, las instalaciones eléctricas y el embarque, sileño, la figura 5.1 muestr
la mayor parte de la infraestructura necesaria para sostener la creciente eco- te el periodo de 1860 a 19
nomía agroexportadora. Eran inversiones muy visibles que después se con- ducción y el comercio, al ii
virtieron en blancos adecuados para los ataques nacionalistas. la inestabilidad de la dema
También el capital se buscó fuera. Gran parte llegó con la tecnología que Un riesgo final se deri
se acaba de describir; también llego en forma de préstamos a un estado o a nales del siglo xlx y comie
la nación brasileña. En 1907, por ejemplo, los estados de São Paulo, Minas cuartos de sus exportacion
Gerais y Río de Janeiro firmaron un acuerdo para que la comercialización ña y Alemania. Estados L
del café fuera financiada por acreedores extranjeros. Los gobiernos de los es- bién se convirtió en la ma'
tados planeaban devolver los créditos con los ingresos tributarios por la ex- mitad deltotal en 1960). L;
portación de este producto. Este acuerdo obligaba a Brasil no sólo a devol- vínculos estrechos, sino tal
ver el préstamo, sino también a financiar la remisión de los beneficios (y riores, como descubrió Br¿
finalmente del capital) sobre inversiones directas efectuadas por extranjeros. problemas políticos.
La cuestión crucial eran los térntint¡s en los que todas estas transacciones se Políticos y economistal
efectuaban. Los datos disponibles sugieren que la tasa de beneficio sobre los resultado inevitable de la o
ferrocarriles de propiedad extranjera, por tomar un ejemplo evidente, no su- elección que tenían era cr
peraba las de inversiones semejantes en Gran Bretaña. Pero este tema aún que necesitaran con los fo
debe investigarse de forma sistemática, por las inversiones o los c
De 1889 a 1930, el centro de la economía brasileña se trasladó al sur y al portante de industrializars
suroeste. El primer impulso provino de la <marcha" del café, cuando los dría en peligro las relacior
plantadores descubrieron que era más barato roturar un nuevo terreno que Además, Brasil no podía
reciclar los suelos de las plantaciones que disminuían su producción. El re- para la industrialización "
Brasil 173

sultado fue un sendero de plantaciones abandonadas, que se extendían des-


de Río de Janeiro y Minas Gerais hasta São Paulo y su vasto interior.
La dependencia del café suponía riesgos de gran escala. uno de ellos era
la superproducción. Era difícil predecir la demanda con seis años de antela-
ción para saber cuándo debían plantarse árboles. Además, la cosecha depen-
día del clima y de otros factores imprevisibles. En 1906, por ejemplo, Brasil
produjo 20 millones de sacos de café para un mercado mundial que sólo po-
día absorber 12 o L3 millones. Pronto surgió una cuestión política: ¿qué de-
bía hacerse con los excedentes?
El riesgo de la competencia extranjera, en especial de África y otros lu-
gares de América Latina, trajo una incertidumbre relacionada. La cuota bra-
sileña del mercado mundial descendió del 75 por 100 en 1900 al 67 por 100
en 1930, a sólo el 32por 100 en 1970y al 18 por 100 en 1978. Con el tiempo,
el país perdió de forma gradual su casi monopolio del abastecimiento.
una tercera vía de vulnerabilidad provenía de las amplias fluctuaciones
que sufría el precio mundial, que reflejaba no sólo los efectos de la competen-
cia, sino también cambios en la demand a. El café es en esencia un lujo, aunque
crea hábito, y su consumo puede reducirse en tiempos de penuria. F,núe \929
y 1931, tras el golpe de la Gran Depresión, su preció cayó en picado de22,5 cen-
tavos la libra a sólo 8 centavos. Las oscilaciones frecuentes produjeron una gran
variación en los ingresos en divisas de un año a otro, y en los del gobierno, que
provenían principalmente de los derechos de exportación.
Para ilustrar el crecimiento y la incertidumbre del sector cafetalero bra-
sileño, la figura 5.1 muestra el volumen de las exportaciones del país duran-
te el periodo de 1860 a 1960. Se aprecia con claridad el aumento en la pro-
ducción y el comercio, al igual que las fluctuaciones, que reflejan en general
la inestabilidad de la demanda mundial.
Un riesgo final se derivaba del pequeño número de compradores. A fi-
nales del siglo xrx y comienzos del xx, Brasil vendió entre tres quintos y tres
cuartos de sus exportaciones sólo a tres países: Estados unidos, Gran Breta-
ña y Alemania. Estados unidos era el mayor comprador individual y tam-
bién se convirtió en la mayor fuente de inversión extranjera (suponía casi la
mitad del total en 1960). La dependencia de dos o tres clientes creaba no sólo
vínculos estrechos, sino también muy impredecibles con las economías exte-
riores, como descubrió Brasil tras la quiebra de 1929. También podía llevar a
problemas políticos.
Políticos y economistas prominentes consideraban esta vulnerabilidad un
resultado inevitable de la
"vocación agraria> de Brasil. Sostenían que la única
elección que tenían era comprar los productos manufacturados extranjeros
que necesitaran con los fondos conseguidos por la exportación, acrecentados
por las inversiones o los créditos directos extranjeros. cualquier intento im-
portante de industrializarse, razonaban, produciría artículos inferiores y pon-
dría en peligro las relaciones con los compradores y acreedores extranjèros.
Además, Brasil no podía esperar tomar Estados unidos como un modero
para la industrialización <porque no tenemos las aptitudes superiores de su
174 I-listorict contentporánea de Antérica Lotinu

la producción manufacture
parada con el 4,6 por 100 t
o
o trial ya sumaba más del 25
!
acercaba al 30 por 100. Es
o su dependencia del mundo
de que el país algún día se
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Estas transformaciones
c
en la estructura social. Un
=!
de un 25 por 100 de la pol
cuartos de la población ya'
munes en esta tendencia. E
1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 '1940 1950 1960 1970 ',1980 1990 y más lenta que la de muct
que Brasil no tiene una s
.5.t. Exportaciones brasileñas de café, 1860-1985. Fuentes: Werner Baer, Industiali-
Montevideo, por ejemplo).
zotion and Ecottomic Development in Brazil, Homewood, lll., Richard D. Irwin, 1965,
pp. 266 - 267; James W. Wilkie, Enrique C. Ochoa y David E. Lore¡ eds., Statistical
megalópolis, con millones
Abstract of Latin Atnerica, vol. 28, 1990, Los Ángeles, UCLA, Latin American Cen- de la vida urbana, pero en
ter, 1990, cuadro 2.426, p. 584. 100 de la población nacior
ción, las ciudades coexister
raza>, según las palabras de un ministro del gobierno de la década de 1890. En consecuencia, Bras
Br¿rsil debía vivir, y se vería forzado a ello, con lo que Dios le dio: una ven- elite de la clase superior ir
taja comparativa en unas cuantas exportaciones agrícolas. entre ellos, como cuando I
Sin embargo, desde finales del imperio, un puñado de intelectuales y em- para desafiar a los magnat
presarios comenzaron a disputar esta lógica. Sostenían que Brasil debía esti- apareció también una elite
mular la industria interna y controlar con cuidado los vínculos con los países ría por conseguir posición
extranjeros, en especial Gran Bretaña y, después, Estados Unidos. Estos crí- para conseguir su prosperi
ticos tenían poca influencia en áreas políticas clave como los aranceles o los Las masas populares ti
tipos de cambio. No obstante, lograron crear una crítica ,.nacionalista> que un campesinado numerosc
iba a resultar importante desde 1930. ras penas con la tierra. E>
El impulso oficial a la industrialización hizo su aparición en 1890, cuan- lugares, que realiza un tra
do una revisión arancelaria proporcionó una ligera protección para la manu- grupos indígenas y otros c
factura local frente a la competencia extranjera (y también rebajó las tasas marginados la mayor Partr
de los bienes de equipo requeridos para la producción). Brotaron escuelas de Una clase obrera orga
ingeniería en Recife, São Paulo, Pôrto Alegre y Bahia. Para1907, el país te- tro millones de personas t
nía unos 3.000 establecimientos industriales, Ia mayoría de ellos pequeños, dades brasileñas. Su lucha
que producían principalmente textiles y artículos alimenticios. En 1920 el nú- por parte del Estado prop
mero de empresas ya había aumentado a más de 13.000. sileña del siglo xx-'Ihmbir
El sector industrial brasileño sufrió una expansión a gran escala en los las ciudades en desemple
años treinta y cuarenta, cuando la Gran Depresión y la segunda guerra mun- hallaron cobijo en los bar
dial redujeron el aprovisionamiento de artículos manufacturados del exterior Entre las clases altas
(como también ocurrió en el resto de América Latina). Como en el caso del medios. Es difícil estimar r

café, el centro del crecimiento industrial estaba en el estado de São Paulo, de la población en alguni
donde el 15 por 100 de la población nacional producía cerca del 50 por t00 nacional es menor (del 1(
de los artículos manufacturados del país en 1940. en el comercio y las proft
Desde entonces continuó el ascenso rápido y Brasil pasó a industrias pe- ma con una importante ir
sadas como la del acero y la producción de automóviles. Entre 1947 y 1961, La posición social no
Brasil 175

la producción manufacturera aumentó a una tasa anual del 9,6 por 100, com-
parada con el 4,6 por 100 del sector agrícola. En 1960, la producción indus-
trial ya sumaba más del 25 por 100 del producto interior bruto y en 1975 se
acercaba al 30 por 100. Esta diversificación de la economía uyuâó u reducir
su dependencia del mundo exterior y prestó credibilidad a las declaraciones
de q¡e el país algún día se uniría a las filas de las superpotencias.
Estas transformaciones económicas produjeron .ambios de largo alcance
en la estructura social. un resultaclo fue la urbantzación. En 1920, alrededor
de un 25 por 100 de la población vivía en zonas urban-a,s y en 1992 casi tres
cuartos de la población ya vivía en ciudades. pero existén dos rasgos poco co-
munes en esta tendencia. El primero es que su urbanización ha sid.o posterior
y más lenra que la de muchos otros países de América Latina. El segundo es
que Brasil no tiene una sola ciudacl predominante (como Buenos Aires o
Montevideo, por ejemplo). São paulo y Río de Janeiro se han convertido en
megalópolis, con millones de habitantes y las comodidades y complicaciones
de^la. vida ur_b_ana, pero entre ambas contienen sólo alredeáor dJ un 10 por
100 de la población nacional de 154 millones. Aunque ha habido urbaniza-
ción, las ciudades coexisten con un campo grande y
þoblado.
En consecuencia, Brasil ha desarrollado un sistema social intrincado. La
elite de la clase superior incluye a los latifundistas, con frecuencia divididos
entre ellos, como cuando los plantadores paulistas se alzaron en el siglo xrx
para desafiar a los magnates del azúcar del noreste. En el curso del slglo xx
apareció también una elite industrial, un grupo luevo y vigoroso que lucha-
ría por conseguir posición y riqueza, utilizando , u"."i el poder dèl Estado
para conseguir su prosperidad.
Las masas populares también eran variadas. Ha habido y sigue habiendo
un campesinado numeroso, formado por aquellos que se ganan la vida a du-
ras penas con la tierra. Existe un proletariado rural, en los cafetales y otros
Iugares, que realiza un trabajo asalariado en er campo. y en el interior hay
grupos indígenas y otros que tienen poco contacto con la sociedad nacionai,
marginados la mayor parte de ellos.
una clase obrera organizada de un considerable tamaño (al menos cua-
tro_millones de personas en1970 y seis millones en l9g0), surgió en las ciu-
dades brasileñas. su lucha con los empresarios y su manipulacìón constante
por parte del Estado proporciona uno de los temas centrales cle la vida bra-
sileña del siglo xx- También existe un gran estrato cle personas que viven en
las ciudades en désempleo crónico, a ìnenudo inmigräntes clel interior quc
hallaron cobijo en los barrios marginales cle las granães ciudades.
Entre las clases altas y bajas. fueron apareciendo gradualmente sectores
medios. Es difícil estimar su tamaño: quizá ahora incluya hasta un 30 por 100
de la población en algunas ciudades, aunque su dimensión en la potlación
nacional es menor (del 10 al 15 por 100). Desempeñan papeles imporrantes
en el comercio y las profesiones, y tienen una relación paiticularmente ínti-
ma con una importante institución: el ejérci0o"
La posición social no depende sólo de la función u ocupación o riqueza;
176 Historia contemporáneu de Antérica Latina São Paulo
(café)

también tiene que ver con la raza. La importación masiva de mano de obra
esclava de Africa proporcionó una dimensión étnica adicional a la sociedad
brasileña, que a su vezha afectado a. las costumbres y actitudes.
Tiende a haber una fuerte correlación eîfte raza y posición social: la mayo-
ría de la clase alta es blanca, mientras que la mayoría de los negros se encuen-
tran en el estrato más bajo y las mezclas de sangre suelen hallarse en medio. Al-
gunas instituciones, como la oficialidad naval o el cuerpo diplomático, fueron Prudente de Morais
durante mucho tiempo blancas. Pero la Íaza no se define sólo con base en la bio- 1 894- 1 898

logía. Es un concepto social, abierto a la interpretación. Para ser


"negro> se tie-
ne que serlo totalmente (en contraste con Estados Unidos, donde tener parte Campos Sales
negra en los orígenes étnicos significa ser negro). Los mulatos tienen una opor- 1 898- 1 902

tunidad considerable de subir en la escala social y por esta razónel mestizaje ha


sido considerado por un estudioso como una especie de
"escotilla de escape>.
Pero no quiere decir que Brasil constituya un paraíso racial. Ha existido
prejuicio y predilección. Durante el último siglo, la mayor parte de la elite bra-
sileña ha colocado su fe en el branqueamenlo, supuestamente el resultado ine-
vitable del mestizaje, con la intención inequívocamente racista de purgar a
Brasil de la supuesta influencia de la sangre negra. La relación general entre
posición y raza continúa existiendo, a pesar de la negación de los brasileños
acomodados. Varios estudios recientes efectuados por demógrafos brasileños
muestran diferencias significativas en la renta por la raza (determinantes para
todos los demás factores), basadas en datos oficiales de 1976 y 1980. La conclu-
sión que puede extraerse es que Iaraza es una variable separada y significativa
en el sistema socioeconómico brasileño. Pero existe movilidad, el matrimonio
que cruza líneas de color es común y las actitudes son más abiertas que las que
han existido en la historia estadounidense.
La diferenciación racial ha supuesto un obstáculo, aunque modesto, para
la formación de coaliciones duraderas entre estratos y grupos sociales. otro
obstáculo es el inmenso tamaño geográfico de Brasil. La distancia (y las po-
bres comunicaciones) hizo imposible imaginar durante mucho tiempo una
alianza duradera entre los obreros urbanos de São Paulo, por ejemplo, y los
campesinos sin tierras del noreste. Estas divisiones naturales permitieron que
Brasil intentara soluciones políticas que hubieran sido imposibles en países
más densamente poblados e integrados como Cuba.

Júlio Presteso
La Primera República (1889-1930) elegido en 1930

dv
Aunque los militares derrocaron el imperio, los políticos civiles dieron forma p
a la nueva república (véase la figura 5.2). Se eligió una Asamblea constitu- ee
yente, que elaboró una nueva constitución en 1891. Era casi una copia de la
estadounidense, como había pretendido su aúiói principal, el delegado de
5.2. Café com /eire: presidentr
tados importantes Paul(
Bahia, Rui Barbosa. Brasil se convirtió en una federación de veinte estados chera- condujo a -São
una serie d
y su presidente iba a elegirse directamente y tendría poder para intervenir en (1889-1930) a los que los brasil
los estados en caso de amenaza de separación, invasión extranjera o conflic- com leite). Rio Grande do Sul
ñaron un importante papel cor
São Paulo f\4inas Gerais Otros
(café) (te¡te) estados

Deodoro da Fonsecar
1 889- 1 891

Floriano Peixoto*
1891-1894

Prudente de Morais
1 894_ 1 898

Afonso Penaâ
1 906- 1 909

Hermes da Fonseca*
1910-1914

Wenceslao 8rás
1914- 1918

Rodrigues Alves"
elegido en 1918

Arthur Bernardos
1922-1926

* militar
a muerto durante el cargo, 1909
b vicepresidente que completó el mandato de su predecesor
c elegido en 1918, muerto antes d€ tomar posesión en l91g
d vicepresidente que ocupó el cargo brevemente hasta que
pudieran celebrarse nuevas elecciones
elegido en 1930, pero no pudo tomar poses¡ón por la revolución

5 2: café com leite: presidentes brasileños por estado, 1gg9-1930. El poder de dos es-
tados importantes paulo, región proàuctora de
-são café, y Minas'Gerais, zona le_
9h9lu- condujo a una serie de paitos presidenciales duranie tr Àntigu" República
(1889-1930) a los que los_brasileños han ãpodado <la porítica
del café cãnbche> (café
com leite). Rio Grande do Sul era otro eìtado signifìcativo y
los militares desempe_
ñaron un importante papel como intermecliarios y supervisoies.
178 Ilistoriu contentpor(tneq de Anúricu I-atittl

va del gobierno federal, un,


to con otros estados. El sufragio se restringía a los ciucladanos varones alfa-
, betizaclos, lo que supuso *.n* de un 3,5 por i00 de población- votante en las
deral holgada podía haber tr
¡ elecciones presiclenciales anteriores a 1930 y sólo el 5.7 en 1930. llo económico paulista (<la
cíosrr, decía un natural cha
Tras elégir presiclente a Deodoro cla Fonseca y a otro oficial, Floriano Pei-
mundial de Brasil a mediad
xoto, viceprãsidente, la Asamblea chocó con Deodoro por su política financie-
La maquinaria política
ra y sus intervenciones en los gobiernos cle los nuevc'rs estados. En noviembre
poder a blemas poco después de la
cte t89l , atormentaclo por su mala salud, Deocloro dimitió, pasando el
Peixoto, el llamado Mariscal de Hierro. Pronto se enfrentó con una do por los republicanos en
Floriano
tiempo en su forma origina
prclliferación de revueltas que hacían erupción por toclo Brasil. E¡ Rio Gran-
paraciones para las eleccio¡
àe do Sul, la revuelta formàba parte clel conflicto a muerte entre las facciones
dencia era el gobernador J<
locales; en Río de Janeiro, era una revuelta naval encabezada por oficiales mo-
ma repentina en 1908. La
nárquicos. Ambas fueron aplastadas, ya que la nueva república hizo uso de la
Pena, murió en 1909, dieci<
..n*ru, la ley marcial y lai ejecuciones. Cuanclo Prudente de Morais, de São una agria batalla y el maris
paulo, fue elegido primer presidente civil en 1894, el nuevo régimen había ga-
cutivo de la república. se cr
naclo estabilidãd. Pero llegó al precio de tener que reconocer la legitimidad del
vez primera había un movi:
régimen oligárquico atrincherado en cada estado.
oligarcas y cómo consiguieron el poder?_ En cada es- a Rui Barbosa, el cruzado I
¿euiénes
"iun
taddsurgió un aparato "ror político muy bien organizado. que se dedicó a mono- Durante la presidencia
São Paulo y Minas Gerais. donde el Parti- dos pequeños experimentar
polizar ei poder.'En estàclos como
había sido fuerte antes de 1889, los orepublicanos históricos> lo general entre el aparato
äo Repubiicano
el gobierno estatal. En Bahia y el noreste, que contaban con po- to solían seguir modelos pr(
controlaban
hasta l8tì9, el poder fue a aquellos políticos que más rápi- batallas hicieron imposible
cos republicanðs
de los gobernadores>, no n
damente establecieron creclenciales como nuevos republicanos. La estructura
tropas federales en ayuda
de poder resultante fue una upolítica de gobernadores> en el ámbito nacio-
r

sistema continuó funcionar


nal y un .coronelismoo en el ámbito local. Los coroneles eran en realidad
denciales,.oficialeso eran
.uuáilln, rurales o de ciudades pequeñas que podían conseguir votaciones en 'li
permaneció bajo el control
bloque en cualquier elección. En recompensâ, obtenían el control sobre. los ii
No obstante, la estructr
fon<ios estatalei y nacionales gastados en su zona de influencia. Los políticos '
gua República se habían co
estatales utilizaban sus tratos con los coroneles para negociar en el ámbito
venientes de todos los sectr
nacional con los dirigentes de otros estados.
El premio mayoi <Je tales negociaciones era la presidencía. como era de neración de la elite, nacido¡
abogados. Denunciaban col
esperar, los est¿rclos clisfrutaban de una influencia muy desigual en este pro-
cos la república. La mayori
ceio. Sao Paulo y Minas Gerais eran los más importantes, y Rio Grande do
ban de haber impuesto sob
Sul tenía capacidacl para inclinar la balanza cuando los dos estados mayores
queclaban en tablas. Bahia, Río de Janeiro y Pernambuco eran estados se- traba preparado. Sólo pod
cuidadoso análisis sobre la I
cundarios, que a menudo servían como bases de poder para canclidatos pre-
telectual. En una palabra, I
sidenciales clisidentes, aunque ninguno fue elegido durante la Antigua Repú-
blica (1889-1930). brasileños y soluciones bra
[-a clescentralización constitucional creada por la república permitió a va- san como tales: americanos
grupo se encontraban Oliv,
rios estaclos que contaban con economías dinámicas, especialmente a São
Paulo, conseguir una autonomía virtual sobre su desarrollo. Entre 1tì90 y so Lima, crítico literario y
Su mentor era Alberto'fôn
1920, el estadì <Je São Paulo más que triplicó su población. Había contraído
' una deuda externa lnayor que la clel gobierno nacional y suponía de un 30 a terior que se había desilusi
tado de Río de Janeiro y dt
I un 40 por 100 de la proclucción nacional brasileña. Con capacidad para gra-
uur poi sí mismo el comercio interestatal, había logrado, desde la perspecti- deral.
Brusil 179

va del gobierno federal, una notable autosuficiencia. Sólo


una estructura fe-
deral holgada podía haber permitido la extraordinaria explosión
del desarro-
llo económico paulista. (,.1a locomotora que empuja a los veinte vagones
va_
cíos>, decía un natural chauvinista), que impulsó"la posterior
preeminencia
mundial de Brasil a mediados del siglò xx.
La maquinaria porítica brasileña bastante bien engrasada encontró pro-
blemas poco después de ra primera guerra mundial. Eisistema
porítico crea-
do por los republicanos en la décaãa de 1g90 no había sobrevivido
mucho
tiempo en su forma original. La primera crisis importante surlio
en las pre-
paraciones para las elecciones de 1910. El candidãto ..oficial>"para
la piesi-
dencia era el gobernador João pinheiro, de Minas Gerais, que
irurió de for-
ma repentina en 1908, La crisis se agudizó cuando el preìidente,
Affonso
Pena, murió en 1909, dieciocho meseJantes de terminaisu
mandato. siguió
una agria batalla y er mariscal Hermes da Fonseca, hijo del primer jefe-qe-
cutivo de la república, se convirtió en el candii.iato ooficialo. 'càn¿,
vez primera había un movimiento de oposición significativo, i".o jo,
que respaldaba
a Rui Barbosa, el cruzado liberal de Batria.
. Durante la presidencia de Hermes da Fonseca (1910-1915), muchos esta-
dos pequeños experimentaron agrias batallas dentio
o" ru .ii'tl política, por
lo general entre el aparato en fuñción y los disidentes. Las líneas
del conflic-
to solían seguir modelos prerrepublicanos de ruchas de clase y familias.
Estas
batallas hicieron imposible voiuer al buen funcionamiento
de la <política
de los gobernadores>>, no menos porque el presidente Hermes
solía manda¡
tropas federales en ayuda de los inconformistas. Formalmente,
ar menos, el
sistema continuó funcionando hasta octubre de 1930. Los
candidatos presi-
denciales <oficiales> eran elegidos invariabremente y
cánli"so federal
permaneció bajo el control de los aparatos estatales. "r
No obstante, la estructura constitucional y la cultura política
de la Anti_
gua República se habían convertido en blancos
de la crítióa y el ridículo pro_
venientes de todos los sectores. Entre los críticos, era notabie
unu nu"uu g"-
neración de la elite, nacidos en la república, muchos de cuyos
miembros eran
abogados. Denunciaban como corrupto el modo como
mánejaban ros poríti-
cos la república. La mayoría lo retrótraía a sus fundador"r,
u quienes acusa-
ban de haber impuesto sobre el país un liberalismo para
no se encon-
traba preparado. Sólo podían determinarse ros cambios"t'quJ necesarios tras un
cuidadoso análisis sobre la posición de Brasil: económica,
so.ial, poritica e in_
tglectual. En una palabra, ros problemas brasileño, n"."ritubun
ãiagnósticos
brasileños y_soluciones brasileñas. Se describían como <brasileños
que pien-
san como tales: americanos, latinos y tropicales>. Entre
los dirigentes de este
grupo se encontraban oliveira vianna, sociólogo y abogado;
Àlceu Amoro_
so Lima. crítico literario y ensayista; y Gilberto Amadolensayista
y porítico.
Su mentor era Alberto Tôrres, un republicano incansabl"
a" ru!"n"ración an-
terior que se había desirusionacro durante sus años como gobeînador
del es_
tado de Río de Janeiro y crespués como magistrado crel riiúunal
Supremo fe-
deral.
180 Historia contemporánea cle América Latina

Las críticas de los intelectuales corrían parejas con un ambiente sedicioso excedente constante de manr
entre los oficiales del ejército más jóvenes. Hubo una serie de revueltas cuar- dos o con escasa cualificació
teleras en1922y 1,924,conducidas por tenientes. Las revueltas de 1.924, que co- sultó difícil organizarse.
menzaron en São Paulo y Pôrto Alegre, fueron las más serias, pero los oficia- Una consecuencia de la l

les rebeldes huyeron y se mantuvieron durante dos años y medio como y anarcosindicalista y su susl
guerrillas-en-r¡na-¡narcha-de 25.000 km por el interior del país. Se los conoció partido brasileño se fundó er
.orño1â ..Columna de Prestes>, por Luís Ça¡iqS Pr-e¡t-es, un teniente rebelde co para los civiles y militares
que más tarde lideraría el Partido Comunista Brasileño durante más de trein- þano era un huérfano polític
ta años. portancia económica. Mientr
Los manifiestos formales de los rebeldes eran vagos y hacían énfasis en cambiar el modo autocrátic(
la necesidad de elecciones justas y un gobierno honesto, además de prestar tiempo con sus trabajadores.
atención a las necesidades sociales de la nación. Una queja más inmediata se
centraba en problemas profesionales: entrenamiento anacrónico, armas ob-
soletas, indiferencia de los gobiernos civiles y pobres perspectivas de ascen- Getúlio
so. Esta frustración era una reminiscencia de finales del imperio, cuando la
oficialidad contó con razones profesionales e intelectuales para apoyar un La quiebra económica mund
golpe contra la corona. de América Latina, con muc
otra poderosa corriente política de los años veinte era el Partido Demo- jo, los exportadores de café s
crático, fúndado en São Paulo en 1926. Sus dirigentes, tipificados por el ma!: divisas. A pesar de la crisis,
nãte'del café Antonio Prado, eslabáir de acuerdo en que la Antigua RepÚ- política de divisa fuerte, lo r
blica era un fraude, no debido a un exceso de liberalismo, sino precisamente vèrtibilidad de la moneda br,
por lo contrario. Muchos de sus votantes provenían de los profesionales ur- sas. Las reservas de oro y lib
banos, defraudados al ver Sus votos neutralizados por los votos rurales movi- al gobierno a suspender la cc
lizados por el aparato del gobierno federal. Querían Io que las clases medias una crisis agudizada de la b¿
europeas habían conseguido en el siglo xlx: el poder político mediante un sis- dos por una cosecha invendi
tema electoral que les otorgase un papel importante en el gobierno. No fue Dada la gran importanci
accidental que esta corriente de <constitucionalismo liberal> se mostrara con haber esperado que el gobir
más fuerza en São Paulo, el centro del crecimiento económico y el proceso hizo. Por el contrario, trató r
de urbanización más rápidos. Era la voz del Brasil <moderno> que se pro- teniendo la convertibilidad.
nunciaba contra la influencia desproporcionada de las regiones <atrasadas> los banqueros y economistas
del país. las relaciones brasileñas con
El desarrollo económico de finales del siglo- Xrx había creado una clase gobierno decidió adoptar uni
oþrera en tres o cuatro ciudades graqdgs. Las primeras organizaciones obre- yo de ningún sector importar
ras fúeron <aociedades de ayuda mutua>), que tuvieron poco que hacer. Fue- No resulta sorprendente
ron reemplazadas a comienzos del siglo xx por los organizadores anarquistas mandato. Como en 1889, fur
y anarcosindicalistas, mucho más militantes. En la década de 1910, sus sindi- Un movimiento de oposiciór
catos organizaron diferentes huelgas, incluidos varios intentos de huelga ge- gas, político riograndense qr
neral. Antes o después, se encontraron con una fuerte represión. Los diri- 1930 i había sido derrotado
gentes nacidos en Fspaña o Italia fueron deportados, mientras que los põí Washington Luis. En su
brasileños acabaron en la cárcel, fueron golpeados y hostigados. En 1921, el se presentó estrictamente de
movimiento urbano organizado era una ruina. ciones disidentes de varios er
En los años siguientes, se aprobaron leyes de bienestar social, como za- der. Después de las eleccion'
nahoria tardía para acompañar el palo omnipresente. Pero los trabajadores gió una conspiración entre l(
brasileños tenían menos derechos de organización y medidas de bienestar .,-., El golpe de octubre de l
que, por ejemplo, los chilenos durante el mismo periodo. Una raz6n era eI ra(quía militar depuso a Wi
Brasil 181

excedente constante de mano de obra, en especial para trabajos no cualifica-


dos o con escasa cualificación. Frente a ello, a los obreros brasileños les re-
sultó difícil organizarse.
una consecuencia de la represión fue er declive del liderazgo anarquista
y anarcosindicalista y su sustitución, en muchos casos, por comunistas, cuyo
partido brasileño se fundó en1922. Su presencia proporcionó un nuevo blan-
co para los civiles y militares autoritarios. En 1930, el movimiento obrero ur-
bano era un huérfano político, aunque aumentaba de forma sostenida su im-
portancia económica. Mientras tanto, los empresarios no veían razones para
cambiar el modo autocrático con el que habían tratado desde hacía mùcho
tiempo con sus trabajadores.

Getúlio Vargas y el Estado Nôvo


La quiebra económica mundial de 1929 gorpeó a Brasil, al igual que al resto
de América Latina, con mucha fuerza. como el mercado mundiai se contra-
jo, los exportadores de café sufrieron un enorme descenso en sus ingresos de
divisas. A pesar de la crisis, el presidente Wqshington Luís persistió en una
política de divisa fuerte, lo que en la practica sigñificaba gmrantizar la con-
v'èrtibilidad de la moneda brasileña (m'it reis).n õro o libra"s esterlinas ingle-
sas. Las reservas de oro y libias èsteilinas se agotaron rápidamente forzando
al gobierno a suspender la convertibilidad del mil reis. Sedejó al gobierno en
una crisis agudizada de la balanza de pagos y los cafetaleros fue-ron golpea-
dos por una cosecha invendible.
. . Dada la gran importancia del café para ra economía brasileña, se podría
haber_esperado que el gobierno se apresurara a ofrecer ayuda. pero no lo
hizo. Por el contrario, trató de complacer a los acreedores ãxtranjeros man-
teniendo la convertibilidad. Eran los principios monetarios predicados por
los banqueros y economistas extranjeros los que establecían l,os términoj de
las relaciones brasileñas con la economía munãial. En un momento crítico, el
gobierno decidió adoptar una medida económica que no contaba con el apo-
yo de ningún sector importante de la sociedad braiilena.
No resulta sorprendente que washington Luís no llegara a terminar su
mandato. como en 1889, fueron los militares los que tomaron la iniciativa,
un movimiento de opos!çión se había aglutinadõ âlrededór de-Çg.1¡itio- V3!-
Çf!^pofitico riograndense que ya había sido candidato a la piãsidencia en
lg:!,y.había sido,d-errorado por Júlio prestes, el candidato noficial,, apoyado
pirr washington Luís. En su campaña, vargas no desafió al sistema potitico;
se presentó estrictamenie desde àentro dJla elite. sus seguidores eran fac-
Òiones disidentes de varios estaclos, deseosas de tener ocuriãn de llegar al po-
der. Después de las elecciones, que Vargas esperaba perder, fue cuando sur-
.gió una conspiración entre los políticos y oficiales deicontentos.
*-rElgolpe de octubre de 1930 no constituyó una <revolución>r. La alta je-
rafquía militar depuso a washington Luís y luego pasó el poder a vargas
182 Historia contemporóneu de Antéricu Lutinu

como presidente de un gobierno provisional. El gabinete invocó el poder re- esfuerzos por lograr más can
volucionario para emprender pasos arbitrarios y específicos que consideró años veinte, pero su movim
necesarios. No obstante, 1930 constituye una línea divisoria en la historia que pasara mucho tiempo, la
contemporánea de Brasil, aunque no sea comparable con la revolución me- po se desintegró.
xicana de 1910-1920 o con la transformación de Cuba desde 1959. Mientras tanto, Vargas f
Cuando Getúlio Vargas se trasladó al palacio presidencial en noviembre ticos. Su éxito fue evidente
de 1930, pocos se figuraron que se convertiría en un líder tan importante. 1934. La nueva Constituciór
* Sólo se encontraba allí porque el conflicto existente dentro de la elite nacio- masiadõ diferente de la prin
- nal se estaba convirtiendo en una guerra armada. Nunca llegó a su clímax de- estado: ya no podían gravar
bido a la intervención militar. Una vez que los mandos militares depusieron gislatura bicameral, que se
a Washington Luís, algunos oficiales quisieron retener el poder, pero la pre- dente (excepto el primero).
sión ejercida por la movilización de la Alianza Liberal era demasiado gran- cionalistas, que ponían restri
de: tras pasar sólo cuatro días en el poder, los tres comandantes lo traspasa- su participación en algunas ¡
ron a Vargas, que se convirtió en presidente provisional. Se mantuvo en el naturaleza modesta de estos
puesto ct¡r¡-44te cuatro años. Como no había poder legislativo, el presidente la Revolución de 1930 habí¿
gobernaba por decreto. Mientras tanto, estaban ocurriendo importantes cam- ta y que existía una tensión
bios en las fuerzas políticas nacionales. tal. El acto más importante
En primer lugar, Vargas se movió con rapidez para reemplazaÍ a los go- Vargas como primer presicle
bernadores de todos los estados menos uno, Minas Gerais. Los nuevos ,.in- va Constitución.
terventores> despachaban directamente con el presidente. Era un preludio -En.1.934, Brasil entró en
de las batallas posteriores sobre la autonomía de los estados y la campaña política. La atención se cent
presidencial para reducir el tamaño de las milicias estatales. Este activismo zados, ambos compromelidr
del gobierno central desequilibró con frecuencia el equilibrio de los aparatos grismo, movimiento derechi
estatales y benefició a las facciones disidentes, muchas de las cuales habían dades con los partidos fas
apoyado a vargas en las elecciones de 1930. Al igual que durante la presi- liderados por Plínio Salgadc
dencia de Hermes da Fonseca, las rivalidades políticas dentro de un estado se portante, los integristas decl
saldaban mediante decisiones tomadas en Río de Janeiro. 1935. Su dogma era cristian
'' Un segundo hecho importante fue el reagrupamiento de las fuerzas polí militar: filas uniformadas, m
ticas de São Paulo. El interventor de Vargas (João Alberto) había resultado sãj ôamisas verdes y retórir
una persona inepta y carente de tacto para tratar a los quisquillosos paulis-
rygdia¡ y tenían apoyo de
tas. Su elevado sentido de lealtad al estado y su ira hacia João Alberto unió Aunqua no era público, las
a São Paulo contra Vargas. Sus dirigentes demandaban que éste cumpliera su ciadas en parte por la emba
promesa de convocar una Asamblea Constituyente que reclactara una nueva En el otro extremo del
constitución . En 1932, la frustración paulista acabó haciendo erupción en popular, la Aliança Liberta
una rebelión armada. Las milicias estatales, ayudadas por voluntarios entu- coalición de socialistas, corn
siastas, detuvieron a las fuerzas federales durante cuatro meses, en la Revo- la práctica por el Partido Cc
lución Constitucionalista. Los rebeldes tuvieron que rendirse al ser atrapados estrategia para América I-al
por el movimiento envolvente efectuado por las fuerzas federales sobre la lebrada en Moscú en 1935.
ciudad de São Paulo. Con su intento separatista armado, los paulistas desa- una movilización abierta se
creditaron más la causa del gobierno ciescentralizado y fortalecieron a los ra dé bficinas, recaudación
centralistas de Río. quiêrdaS en oposición al nur
Un tercer acontecimiento político significativo fue la desintegración del titucionalistas liberales.
movimiento de los tenenlss. Estos jóvenes oficiales del ejército nunca habían A mediados de 1935. la
logrado una organización coherente. Algunos acompañaron a Vargas al po- Los integristas y la ALN sc
der en 1930. Otros fundaron el CIub del Ties de Octubre para concentrar los rrorismo y los alborotos ci
. Brusil 183

esfucrzos por lograr más cambios sociales radicales que los propuestos en los
años veinte, pero su movimiento estaba aislado y era vulnerable. Antes de
que pasara mucho tiempo. la policía ocupó las instalaciones del club y el gru-
po se desintegró.
Mientras tanto, Vargas fortalecía su red de aliados y colaboradores polí-
ticos. Su éxito fue evidente durante la Asamblea Constituyente de 1933 y
1934. L,a nueva Constitución, la segunda del Brasil republicano, no era de-
masiad'ô diferente de ìa primera (1891). Se había reduòido la autonomía del
estado: ya no podían gravar impuestos al comercio interestatal. Seguía la le-
gislatura bicameral. que se elegiría de forma directa, al igual que el presi-
dente (excepto el primero). Aparecízin por primerayez algunas medidas na-
cionalistas, que ponían restricciones a la propiedad extranjera de la tierra y a
¡u participación en algunas profesiones (como la abogacía y la medicina). La
naturaleza modesta de estos cambios constitucionales venía a confirmar que
la Revolución de 1930 había excedido los márgenes de una pelea intraelitis-
ta y que existía una tensión continua entre centralización y autonomía esta-
tal. El acto más importante de la Asamblea constituyente fue la elección de
Vargas como primer presidente por un mandato de cuatro años bajo la nue-
va Constitución.
-E.n 1934, Brasil entró en uno de los periodos más agitados de su historia
política. La atención se centró en dos movimientos nacionales muy ideologi-
zados, ambos comprometidos con la movilización popular. Uno era el inie-
grismo, movimiento derechista de rápido crecimiento que presentaba afini-
dades con los partidos fascistas europeos. Fundado a finales de 1932 y
liderados por Plínio Salgado, una ambiciosa figura literaria, aunque poco im-
portante, los integristas declaraban un rápido crecimiento por todo el país en
1935. Su dogma era cristiano, nacionalista y tradicionalista, y su estilo para-
militar: filas uniformadas, manifestaciones callejeras muy disóiplinadas, visto-
sas,camisas verdes y retórica agresiva. En general pertenecían a. las clases
ryedias y tenían apoyo de la oficialidad militar, en especial de la marina.
Aunque no era público, las ambiciosas actividades integristas estaban finan-
ciadas en parte por la embajada italiana.
En el otro extremo del espectro se encontraba un movimiento de frente
popular, la Aliança l-ibertadora Nacional (ALN), creacla en 1935. Era una
cog_lición de socialistas, comunistas y radicales de varias clases, manejada en
la práctica por el Partido comunista Brasileño, que estaba llevanclo a cabo la
estrategia para América Latina formulada en la reunión de la Komintern ce-
lebrada en Moscú en 1935. El primer paso de esta estrategia en Brasil sería
una movilización abierta según las líneas convencionales: reuniones, apertu-
ra c1e oficinas, recaudación de fondos para forjar una amplia coalición de iz-
quierdãs en oposición al nuevo gobierno de vargas, los integristas y los cons-
titucionalistas liberales.
A mediados de 1935, la política brasileña había alcanzado un tono febril.
I os integristas y la ALN se nutrían mutuamente mientras aumentaba el te-
rrorismo y los alborotos callejeros. Las principales ciudades de Brasil co-
184 Historia contemporónea de América Latinu

menzaron a recordar las batallas entre nazis y comunistas de Berlín durante después del golpe, el gobier
1932 y 1933. Pero la ALN era mucho más vulnerable que los integristas. Ha- ramilitares. El blanco evider
bía pocas dudas acerca de dónde descansaban las preferencias del gobierno. cidieron tomar el asunto en
En julio de 1935, decidió actuar contra ella y las tropas ocuparon las oficinas, asalto armado a la residenci
confiscaron la propaganda, se hicieron con los archivos y encarcelaron a los tencia militar, pero las fuerzr
dirigentes. por igual. A primeras horas ,

Entonces los comunistas pasaron al segundo estadio de su estrategia: un las puertas del palacio. La I
levantamiento revolucionario, que iba a ser provocado por una revuelta cuar- del ejército detuvieron a los
telerâ encabezada por miembros del partido o simpatizantes de la oficialidad. endureció las medidas y el r
La insurrección comenzó en noviembre de 1935 9n Natal, capital del estado do huyó al exilio.
noiòriental, y se extendió en pocos días a Recife y Río. Desde la perspectiva Var gas podía contemplat
rebelde, fue un desastre. Aunque los rebeldes de Natal controlaron la ciudad guna oposición organizada. ì
durante varios días, sus camaradas de Recife y Río, que no contaban con la mandato presidencial, que
ventaja de la sorpresa, fueron contenidos en sus plazas fuertes y se los obli- 1943. Pocos se tomaron este
gó a rendirse de inmediato. Vargas había abortado las q
Vargas y el ejército tenían ahora una oportunidad inmejorable para de- estaba bien fundado. Cuand
mandar el estado de sitio, que revocaría las garantías constitucionales nor- guerra las hacían imposiblr
males. El Congreso lo votó Jin demora. Investìdo con sus nuevos poderes de t945.
urgencia, el gobierno federal impuso duras medidas a toda la izquierda, con ¿Cuál fue el significado
detenciones, torturas y juicios sumarios. Los integristas estaba regocijados. pli"ne.r lugar, Vargas y sus
Con su principal rival eliminado, comenzaron a oler el poder. ¿Qué podía re- mano libre para maniobrar r
sultar más lógico para Vargas que volverse hacia el único movimiento nacio- sistema mundial capitalista
nal coherente de la derecha? juego dos cuestiones central
Se necesitaron dos años para que esa ilusión se destruyera. Plínio Salga- nal. ¿Quién podía ayudar m
do y sus colaboradores estaban cadavez más convencidos de que llegarían al fuerzas armadas? ¿Y quién ¡
poder en las elecciones presidenciales de 1938, si no era por otros medios. el comercio exterior?
Pero Vargas tenía otras ideas. E,110 de noviembre de \937, se dirigió a la ra- Antes del golpe de 193
dio y leyó el texto de otra Constitución a una nació_n que acababa de ser tes- atractivas en ambos supues
tigo de otra intervención militar. Esa mañana, había sido disuelto el Congre- Monteiro y Eurico Dutra ar
so- y sus edificios fueron ocupados por los soldados. De este modo, Biasil parecían sus armas muy ten
ilntraba en el Estado Nôvo, un híbrido legal que combinaba elementos del la política económica se sen'
Portugal de Salazar y la ltalia de Mussolini. Todas las esperanzas y promesas quema de <divisas bloquead
democráticas que habían surgido desde 1930 habían desaparecido. Brasil ha- do Brasil vendía a los alem
bía sucumbido a un autoritarismo de marca propia. artículos alemanes como pa
Sin duda, el abandono del país a la dictadura en 1937 iba con el periodo. En estas negociaciones
¿Pero había algo más que una semejanza superficial entre el Estado Nôvo y
La facción proalemana de I
el fascismo europeo? ¿Dónde estaba, por ejemplo, la movilización de masas ba a una facción pro Estado
tan típica de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini? ¿Iban a desem- tado por los Aliados en la ¡
peñar ese papel los integristas? Muchos, tanto de dentro como de fuera del se unía a Estados Unidos. P,

integrismo, lo pensaron sin duda. ba el flirteo con la Alemani


Al igual que los nazis en 1932, los integristas debatían en 1937 no sl debían Mientras tanto, el ejérci
entrar en el gobierno, sino en qué términos. Salgado, su dirigente, rechazí la no ahorraban esfuerzos par
tentadora oferta de Vargas de un puesto en su gabinete. Pensaba que podía as- rica dominada por ellos. Lo
pirar a más En la práctica, Vargas y el ejército jugaban su propio juego. fuerzo estadounidense y de
A comienzos de 1938, los camisas verdes ya estaban muy frustrados. Poco tos que querían. A partir d,
Brasil 185

después del golpe, el gobierno había prohibido todas las organizaciones pa-
ramilltares. El blanco evidente eran los integristas, algunos ãe los cuales de-
cidieron tomar el asunto en sus propias munor. En fãbrero, organizaron un
asalto armado a la residencia presidencial. Fue una exhibiciónie incompe-
tencia militar, pero las, fuerzas de seguridad presidenciales resultaron ine¡as
por igual. A primeras horas de la madrugada, hubo un tiroteo equilibrado en
las puertas del palacio. La farsa terminó al amanecer, cuando ias unidades
del ejército detuvieron a los sitiadores integristas que quedaban. El gobierno
endureció las medidas y el movimiento intègrista àesaþareció cuand-o Salga-
do huyó al exilio.
vargas podía contemplar ahora una escena política que ya no ofrecía nin-
guna.oposición organizada. En el golpe se habíã elegido a símismo para
otro
mandato presidencial, que duraría hasta las elecc'íon"* progru*aias para
1943' Pocos se tomaron este compromiso en serio, dada lá raãt¿a¿ con que
vargas había abortado las que debían celebrarse en 193g. Este escepticismo
estaba bien fundado. cuando llegó 1943, vargas anunció que la situación
de
guerra las hacían imposibles y siguió siendó presidente hasta octubre
de
1945.
¿cuál fue el significado de su gobierno autoritario de 1937 a 1945? En
p-rìmer lugar, Vargas y sus colaboradores políticos y tecnócratas
tuvieron
mano libre para maniobrar con vistas a maximizar la ventaja de Brasil
en un
sistema mundial capitalista que se desplazaba hacia la gu"r.u. Estaban
en
juego dos cuestiones centrales y relacionadas acerca de
sî papel internacio-
nal. ¿Quién podía ayudar mejor a los brasileños a moderniLai y equipar sus
fuerzas armadas? ¿Y quién podía ofrecer las condiciones más ravorábtès
para
el comercio exterior?
Antes del golpe de t937, la Alemania nazi había ofrecido condiciones
atractivas en ambos supuestos. Los generales brasileños como pedro
Góes
Monteiro y Eurico Dutra admiraban la maquinaria de guerra alemana y les
parecían sus armas muy tentadoras. por la misma razóLlos responsables
de
la política económica se sentían atraídos por los términos .o-"r.iul",
del es-
quema de odiv¡5¿s bloqueadas> alemán, que era una forma de
trueque. cuan-
do Brasil vendía a los alemanes tenía que estar de acuerdo en aceptar sólo
artículos alemanes como pago.
_ -En estas negociaciones también estaban en juego estrategia e ideorogía.
La facción proalemana de Brasil, más fuerte enfr" l,os militarãs, se enfrenta-
ba-a una facción pro Estados uniclos. La última sostenía que Brásil había
op-
tado por los Aliados en la primera guerra mundial y tenia más que ganar
si
se unía a Estados unidos. por ello, gran parte de la éfite brasileñå
considera_
ba el flirteo con la Alemania nazi peligrôso y miope.
Mientras tanto, el ejército estadounidenie y Departamento de Estado
no ahorraban esfuerzos para empujar a Brasil de"inuevo a la órbita hemisfé-
rica dominada por ellos. Lo lograron, pero sólo después de un tremendo
es-
fuerzo estadounidense y de que los arèmanes no le ofrecieran los armamen-
tos que querían. A partir de entonces, Brasil se convirtió en una pieza
vital
186 Historiu conlentpttriinea de Arnéricu L.ulittu

de la maquinaria de guerra aliada, al proporci<-rnar materias primas esencia- La guerra cortó el comercio ,

les (como cuarzo y caucho) y bases navales y aéreas que resultaron críticas ra a Estados Unidos, cuya I
en la Batalla clel Atlántico. Hasta envió una división de combate a ltalia en resultado una misión técnic¿
1944, donde lucharon al lado del Quinto Ejército estadounidense. clesarrollo económico. De nt
Vargas había negociado de forma inteligente con Estados Unidos. Como rrollo básico brasileño como
pago por sus materias primas y bases, Brasil consiguió la construcción de una durante la guerra.
red de instalaciones aéreas y navales a lo largo de la costa norte y noreste. En 1943 Vargas había pr
Estados Unidos también prometió ayudar a financiar la construcción de la tarse. A medida que continu
primera acería brasileña a gran escala en Volta Redonda. Era la primera vez se estaba formando una ola r
que un gobierno estadounidense comprometía fondos públicos para la indus- adoptando una nueva postu
trialización del "mundo en vías de desarrollor, bana fue ahora objeto de la
El Estado Nóvo proporcionó un aparato centralizado a través del cual el programa nacionalista de
Vargas y sus ayudantes podían perseguir el desarrollo económico y el cambio sil") y se dieron pasos para I
organizativo. El gobierno federal asumió un papel emprendedor en la eco- tentaba crear una nueva im
nomía, organizando y fortaleciendo monopolios comerciales (con el cacao, en el Estado Nôvo.
café, azúcar y té) y creando nuevas empresas estatales, como la National Mo- Los hechos se sucedier<
tor Factory (para producir camiones y motores de avión). Vargas también re- importancia al contraste enl
acondicionó la burocracia federal, creando un sistema orientado al mérito nuación del autoritarismo e
para reemplazar la estructura de padrinazgo. Por último, una de las medidas expedicionaria brasileña qu
más importantes fue un nuevo código laboral (1943) que establecía reglas con la Wehrmacht en Italia
para las relaciones industriales y que iba a durar hasta los años ochenta. La como conclusión inevitable,
"ley permitía que se organizasen sindicatos por planta e industria, aunque sólo antimonopolio con el fin de
de carácter local. Se prohibieron los sindicatos de ámbito estatal o nacional. en la economía brasileña. F
Sólo se permitía uno por planta, bajo la supervisión del ministro de Tiabajo, 1943. El gobierno estadoun
que controlaba sus finanzas y elecciones. En la práctíca, los sindicatos esta- Juan Perón de Argentina, er
ban ligados al gobierno, pero los dirigentes que <cooperaban> podían salir bían marcharse. Había muc
beneficiados. Esta estructura sindical semicorporativista tenía su paralelo en constitucionalistas liberales
otra estructura semicorporativista de empresarios. Ello proporcionaba al eje- bienvenido en Brasil y cons'
cutivo federal un mecanismo para controlar la economía. Pero el Brasil de tener el poder que pensabar
comienzos de los años cuarenta no era una sociedad moderna, industrializa- Había otros signos del g
da y urbanizada. Fuera de unas cuantas ciudades clave, la estructura corpo- 1945, decidió liberar a los ¡
rativista dejó intacta la mayor parte del país, que era una vasta extensión des- era Luís Carlos Prestes, líde
conectada y rural. la cárcel desde 1938. La rel¿
El Estado Nóv¿.¡ tambión tenía su lado más oscuro. Las fuerzas de segu- Partido Comunista. la fuerz
ridad tenían casi mano libre. La tortura era rutinaria y se ejercía no sólo con- La polarización se acel
tra los ,.subversivos> sospechosos, sino también contra agentes extranjeros contra Vargas incluían a los
(los hombres de negocios alemanes eran especialmente vulnerables). La cen- ejército y la mayoría de las
sura cubría todos los medios de comunicación y la agencia de noticias guber- lado se encontraban populir
namental (Departamento de Imprensa e Propaganda o DIP) proporcionaba quierda ideológica que inch
la versión "oficial> de los hechos. Recordaba a Alemania e ltalia, pero los tes eran los comunistas. L¿
brasileños se detuvienrn muy cerca de esos extremos. 1945, cuando el ejército dio
La historia económica de Brasil de 1930 a 1945 no es fácil de resumir. El negó a retirarse, por lo que
café continuó sienclo el principal proveedor de divisas. aunque durante la cedió y huyó a un exilio au
guerra le ayudó el auge de otras materias primas enviadas a Estados Unidos.
El crecimiento industrial continuó en São Paulo y, en menor grado, en Río.
Brasil 187

La guerra cortó el comercio con Europa y la mayor parte de él se clirigió aho-


ra a Estados Unidos, cuya alianza de guerra con Brasil también dio como
resultado una misión técnica a este país que recomendó programas para su
clesarrollo económico. De nuevo, el gobierno estadounidense apoyó el desa-
rrollo básico brasileño como pago por la cooperación del gobierno de Vargas
durante la guerra.
En 1943 Vargas había prometido elecciones, a las que no podría presen-
tarse. A medida que continuaba la guerra, el presidente se dio cuenta de que
se estaba formando una ola de opinión clemocrática y se anticipó a los hechos
adoptando una nueva postura populista desde entonces. La clase obrera ur-
bana tue ahora objeto de la atención del gobierno a través de medios como
el programa nacionalista de radio emitido por las noches ("La Hora de Bra-
sil>) y se dieron pasos para fundar un Partido de los Tiabajadores. Vargas in-
tentaba crear una nueva imagen electoral, algo que había podido descuidar
en el Estado Nôvo.
Los hechos se sucedieron con rapidez en 1945. Vargas esperaba restar
importancia al contraste entre la derrota del fascismo en Europa y la conti-
nuación del autoritarismo en el país. De inmediato desmovilizó a la fuerza
expedicionaria brasileña que estaba de regreso y tenía fresco su encuentro
con la Wehrmacht en Italia. En mayo de 1945, con la victoria sobre el Eje
como conclusión inevitable, el gobierno de Vargas emitió un severo decreto
antimonopolio con el fin de restringir el papel de las compañías extranjeras
en la economía brasileña. Era parte del giro hacia el populismo iniciado en
1943. El gobierno estadounidense se molestó y puso a Vargas, y después a
Juan Perón de Argentina, en su lista de presidentes latinoamericanos que de-
bían marcharse. Había muchos brasileños que compartían esta opinión. Los
constitucionalistas liberales pensaban que el capital extranjero debía ser
bienvenido en Brasil y consideraban que esta cuestión podía ayudarlos a ob-
tener el poder que pensaban haber tenido al alcance en 1,937,
Había otros signos del giro hacia la izquierda de Vargas. A comienzos de
1945, decidió liberar a los presos políticos de izquierda. El más prominente
era Luís Carlos Prestes, líder del Partido Comunista Brasileño que llevaba en
la cárcel desde 1938. La relajación del control policial sirvió de gran ayuda al
Partido Comunista, lafuerza mejor organlzada de la izquierda.
La polarización se aceleró a medida que avanzaba el año. Las fuerzas
contra Vargas incluían a los constitucionalistas liberales, muchos oficiales del
ejército y la mayoría de las autoridades políticas de los estados, En el otro
lado se encontraban populistas diversos, algunos dirigentes sindicales y la iz-
quierda ideológica que incluía a socialistas y trotskistas. aunque los más fuer-
tes eran los comunistas. La confrontación llegó a su clímax en octubre de
1945, cuando el ejército dio a Vargas un ultimátum: dimitir o ser deþuesto. Se
negó a retirarse, por lo que los militares le declararon depuesto. Entonces ac-
cedió y huyó a un exilio autoimpuesto en su rancho de Rio Grande do Sul.
188 Historia contemporánea de América Latina

portaciones de café, invalid


La Segunda Repúblic a (1,946-1,964) gas para estimular la indus
vulnerable a los cambios er
En 1945 surgieron tres importantes partidos políticos: La UDN (União De- En el frente político, el
mocrática Nacional), el PSD (Partido Social Democrático) y el PTB (Partido quierda. El Partido Comun
Trabalhista Brasileiro). La UDN era una coalición de fuerzas anti-Vargas do- taleza sorprendente en São
minada por los constitucionalistas liberales. El PSD era más heterogéneo: in- jadores, a pesar de la estru
cluía a muchas autoridades políticas y burócratas y a algunos industriales logrando autonomía, para p
prominentes. El PBT, el menor de los tres, fue creado por Vargas en 1945, dores. Washington estaba si
cuando seguía tratando de modelar las elecciones próximas. Se dirigía al tra- tenían paralelos en otras p.
bajador urbano con una posición política supuestamente inspirada por el más tarde en Chile, el Cong
Partido Laboralista inglés. Estos tres partidos siguieron siendo los principa- vocar la legalidad del Parti
les de Brasil hasta 1965. A menudo se los describió como carentes de ideo- incautó de sus publicacione
logía, personalistas y oportunistas; en resumen, no se los consideró partidos sindicatos obreros y detuvc
políticos modernos. Sin embargo, como sabemos por la historia estadouni- dos del gobierno en su luge
dense, los partidos no necesitan tener una ideología precisa para buscar y ob- posición de 1930-1935: aper
tener el poder según modelos consecuentes. izquierdas, que llegó al clír
Se habían convocado elecciones para una Asamblea Constituyente antes ces, la izquierda fue proscr
de la caída de Vargas y, cuando se celebraron en diciemb¡e d9_1945, resulta- ron que recurrir a disfraces
ron ser de las más libres de la historia brasileña. Fl nuevo presidente electo, Vargas no había acepta
con un 55 por 100 de los votos, fue el general Egri-co Dutra, un cercano co- carrera. Sólo dos meses des
laborador de Vargas en el Estado Nôvo.El principal candidato de la oposi- representar a Rio Grande
ción fue el brigadier de las fuerzas aéreas Eduardo Gomes, una vuelta atrás trabajó constantemente par
al constitucionalismo liberal. Obtuvo el 35 por 100 de los votos. El candida- contactos políticos. Pronto r

to comunista recibió el 10 por 100 de los votos, lo que animó mucho a la iz- tara como candidato a la pr
quierda. El presidente Dutra y sus consejeros comenzaron a observar con de- En la campaña preside
tenimiento el aumento de la izquierda y sus vínculos con el movimiento del PSD y el PTB. Su princ
obrero urbano. ra, que se presentaba bajo
En 1946, la Asamblea Constituyente elaboró otra Constitución, que re- dato escindido del PSD. Va
cordaba a la de 1934. Hablaba de descentralización y de la vuelta a las ga- régimen de Dutra por desc
rantías clásicas de la libertad individual. Las elecciones que designaron la ricos. No obstante, su posir
Asamblea Constituyente habían sacado a la luz algunas otras tendencias. aììaer a los terratenientes
Mostraron que las maquinarias políticas tradicionaìes podían seguir predo- Gerais. Ganó por mayoría
minando en el voto nacional. Esto resultaba poco sorprendente, ya que Bra- la única que obtuvo por elr
sil seguía siendo una sociedad esencialmente rural y la manipulación electo- Al regresar al poder pc
ral era muy fácil en el campo. No obstante, el elevado voto comunista mostró sus rivales, en especial los
que había otras fuerzas funcionando en la escena urbana. 1945. Los había vencido er
Poco después de la guerra, Brasil comenzó abatallar con la cuestión de nos incluso pidieron que el
cómo financiar su desarrollo económico. La dependencia total del capital in- tuvo ningún efecto.
terior nunca había sido tomada muy en serio por quienes asumían las deci- Vargas hizo de la polít:
siones. Un resultado de su participación en la guerra había sido impulsar al reunió un equipo de jóve
gobierno hacia la planificación económica. Durante la guerra, el objetivo era yectistas. Formularon una t
maximiz,ar la movilización, pero la misma consideración podía aplicarse al trada de capital y tecnolo¡
desarrollo económico en tiempos de paz. En lugar de ello, el gobierno de Du- perspectivas parecían favo
tra (1946-1951) desechó la planificación y volvió a la dependencia de las ex- unidense habían emprendi,
Brasil 189

portaciones de café, invalidando la mayoría de las medidas tomadas por Var-


gas para estimular la industrialización. Esta política hizo a Brasil dè nuevo
vulnerable a los cambios en la demanda mundial de café.
En el frente político, el régimen de Dutra decidió pronto reprimir alaiz-
quierda. El Partido comunista, legalizado en 1946, tráuia mosiiado una for-
taleza sorprendente en são paulol Río de Janeiro. Los sindicatos de traba-
jadores, a pesar de la estructura legal corporativista, en la práctica
estaban
logrando autonomía, para preocupación cre empresarios y poìíticos conserva-
dores. washington estaba siguiendo muy de cerca estos acontecimientos, que
tenían paralelos en otras partes de América Latina. como ocurriría un año
más tarde en chile, el congreso brasileño, a comienzos de 1"947,votó para re-
vocar la legalidad del Partido comunista. La policía ocupó sus oficinas y se
incautó de sus publicaciones. El Ministerio de 'irabajo intËrvino en cientos de
sindicalos obreros y detuvo o despidió a sus cargos, nombrando a paniagua-
dos del gobierno en su lugar. Los años de 1945 i ßql resultaron ser una re-
posición de 1930-1935: apertura política,luego una explosión de activismo de
izquierdas, que llegó al clímax mediante la iepresión policial. Desde enton-
ces, la izquierda fue proscrita y los candidatoj del partido comunista tuvie-
ron que recurrir a disfraces electorales.
vargas no había aceptado su salida en octubre de 1945 como el fin de su
carrera' Sólo dos meses después, fue elegido senador por dos estados y eligió
representar a Rio Grande do Sul. Durante la presidència de Dutra, -Varlas
trabajó constantemente para mantener su visibiùdad nacional y no perder ius
contactos políticos. Pronto sus amigos y aliados le incitarían a que se presen-
tara como candidato a la presidencia. No se necesitó mucho parà convencerlo.
. . _ELlu campaña presidencial de 1950, vargas fue apoyad'o por la mayoría
del PSD y el PTB. Su principal oponente fueil antigub irnrni" Juarez Távo-
ra' que se presentaba bajo la bandera de la uDN. También había un candi-
dato escindido del PSD. v_argas desarrolló una campaña inteligente y atacó al *
régimen de Dutra por descuidai er crecimiento ecõnómico y-favorecer a los
ricos. No obstante, su posición era lo suficientemente moderada como para
atraer a los terratenientes cuyos votos controlaba en estados como Minas
Gerais. Ganó por mayoría (48,7 por 100) y comenzó su tercera presidencia,
la única que obtuvo por elección popular.
Al regresar al poder por votación popular, vargas invirtió la victoria que
sus rivales, en especial los constitucionalistas libeiales, habían obtenido'en I
1945. Los había vencido en el juego que pensaban suyo y explotaron,
algu-
nos incluso pidieron que el ejército impidièra el regresó ¿el oióta¿or. pero no
tuvo ningún efecto.
vargas hizo de la política económica su mayor prioridad y de inmediato
reunió un equipo de jóvenes tecnócratas: ingenieros, económistas y pro-
yectistas. Formularon una estrategia ecléctica diseñada para maxim jzar
la en-
trada de capital y tecnología de fuentes públicas y privadas exteriores. Las
perspectivas parecían favorables. En t949, los gobieinos brasileño y estado-
unidense habían emprendido un estudio conjunlo sobre la economía brasile-
190 Historia contemporúneu cle América Lutina

ña. Su informe de 1953 destacaba la energía inadecuada y el transporte defi- En 1953. Vargas reorgal
ciente como los principales obstáculos para un desarrollo económico rápido. nómica. La inflación y el dé
El gobierno estadounidense manifestó interés en canalizar fondos públicos cionados porque Brasil hat
para invertir en esas áreas, y el gobierno brasileño creó nuevos organismos I que, combinado con su infl;
más baratas y las exportac
I

federales para que se ocuparan de los proyectos de inversión en perspectiva. \

La estrategia económica de Vargas también tenía su lado nacionalista. Las programa de estabilización t
remisiones de beneficios de las empresas de titularidad extranjera eran un ducción de los salarios real
I público. Esta política estab¿
blanco frecuente para el ataque nacionalista. En 1951, las remisiones eran ele-
vadas, impulsadas por la creciente revalorización de la moneda brasileña (que Para dirigir este esfuerz,
aumentaba de forma progresiva el valor de los ingresos de las compañías en lugarteniente político, com<
dólares estadounidenses). En 1952, Vargas denunció a las empresas extranje- clásicas de estabilización, qt
ras y amenazó con nuevos controles. Pero la medida se aminoró y retiró su in- bargo, según se fue acercar
tento de imponer controles generales. medidas salariales. Bajo el I
Otro blanco de los nacionalistas era el petróleo. Desde finales de los años lario mínimo, que no había
treinta, Brasil venía trabajando en una política petrolera nacional. Argentina flación acelerada. El objeti
y México ya habían optado por el monopolio estatal. En ambos casos, el sen- que hundiera el programa
timiento nacionalista era una potente fuerua política. Por toda América Lati- con el ministro de Tiabajo,
na se miraba a las compañías petroleras internacionales con una gran sospe- gido de Vargas de Rio Grar
cha y Brasil no era diferente. En 1951, Vargas propuso una corporación mixta quierda de su partido y los
pública y privada (que se llamaría Petrobras) para monopolizar la explora- En 1954 Aranha y Got
ción y la producción de petróleo. mero hacia la austeridad y
La propuesta desató el clebate político más candente desde 1945. El na- bucionista. Vargas tenía qu'
cionalismo resultó ser muy fuerte, en especial entre los oficiales del ejército. tar por la austeridad de Ar
Surgieron agrias controversias, en las que los defensores del monopolio esta- por su éxito en la lucha pot
tal cuestionaban el patriotismo de los que abogaban por la empresa libre, y cer a los imperialistas con r

viceversa. En 1953, el Congreso creó un monopolio aún más fuerte que el biente el primero de mayo C
propuesto por Vargas. Como el debate había polarizado hasta tal punto la 100 en el salario mínimo, rr
opinión, se había reducido el espacio para la maniobra política. Esta batalla se unió a I
Vargas había sido elegido en 1950 sobre una platafbrma moderada y la rrimos de Vargas habían er
alineación del partido en el Congreso le requería mantener esa trayectoria. lo: la corrupción. Empezar
Pero la presión económica le forzaba a tomar duras decisiones. En primer lu- Los propagandistas anti-Va
gar,la tasa de inflación subió de un 11 por 100 en 1951 a un 20 por 100 en te. Sin su conocimiento, el
1952. En segundo lugar, el balance comercial externo se colocó en números un intento de asesinato de
rojos. Por último, el presidente estadounidense elegido en 1952, Dwight taba a la cabeza del ataque
Eisenhower, puso en tela de juicio los acuerdos crediticios que, según los bra- un oficial de las fuerzas aé
sileños, Estados Unidos había establecido con el Comité Conjunto para apo- voluntario del periodista, q
yar las inversiones en infraestructura. que el estamento militar er
Todos estos contratiempos proporcionaron municiones a los enemigos <Ie al palacio presidencial, los
Vargas, tanto de la izquierda como de la derecha. La primera le acusó de ven- Al darse cuenta de que est;
derse a los imperialistas, que querían que Brasil mantuviera su papel de ex- agosto, dejando una carta i
portador de materias primas. La derecha, por su parte, le acusó de estarse zas siniestras, internas y e
deshaciendo de los asociados comerciales y acreedores extranjeros de los que Con esta salida sensacion;
debían depender. Los brasileños más conscientes se hallaban entre ambos ex- atormentado. Lacerda tuv<
tremos. No obstante, las presiones económica y política dificultaban la mo- especial los de la UDN y e
deración y preveían peligro para Vargas y su gobierno. Brasil tuvo gobiernos i
Brasil 191

, u'n1953, vargSs reorganizó su gabinete para hacer frente a la crisis eco_


nómica. La inflación y etãeficit
ä ¿" pãÀã, .ä"p.out"_as rela_
cionados porque grasil había ,nunt"nião
"n"ruburunun
tipo de interés sobrevalorado
que' combinado con su inflación,
había hecho d; i;r lïpãn".r""es fueran
más baratas y las exportaciones más ^necesitabã
programa de estabilización_económica,
caras. se lài u.g"ncia un
lo que, a corto plazo, significaría ra re_
ducción de ros sararios reales y un .oÅirol
estricto de'los créãitos
----^ y el gasto
público. Esta política estaba cóndenada
a ser impopul;
Para dirigir este esfuerzo, vargas lramó
a or*ul¿o à. Aranha, su antiguo
lugarrenienre porírico, como miniitr"
clásicas de estabilización, que obtuvieron
J"il;;;;. ffiï,giä ras medidas
un éxito aparente en 1953. sin em_
bargo, según se fue acercando 1.954,se
vislumbró una dura pelea sobre ras
medidas sarariales. najo¡l Estado Nôvo,.lM;ñ;,Ë'ä.
lario mínimo, que no irabía aumentuào tir"* rijaba el sa_
äurunt" varios años, a pesar de la in_
flación acelerada. El objetivo o" e.unrrã
era evitar un uuÁ.nio tan grande
que hundiera el programa antiinflacionista,
para lo cual tenía que negociar
con el ministro de Tiabajo, João Goulart,
un.¡ooen p"líti.;;;i pTB y prore_
gido de vargas de Rio Grande ¿o sul, ,,

que estaba muy identificado con la


iz_
euielda _!e, su partido y los dirigentes'si'nãicales.
En 1954 Aranha.y Goulart"empu¡au"an
en direcciones diferentes: er pri_
mero hacia la austeridad y er regunoå
hacia una senda populista y redistri-
bucionista. Vargas tenía que to.ãr
¡naL-en I"í,ä, pareció op_
lu ¿"J1ón
tar por la ausreridad.de Aranha y cesó
a Gourart. il irã"ù.¿i, forralecida
por su éxito en la lucha por ra poiítica
petrorera,."r*ã üã.g"1por compra-
cer a los imperialistas con su progra*á " ff.;craró el
de estabiliã.ió". am_
biente el primero de mayo ¿e t'q¿Sl cuan¿o
anun.iO un in..rr"nadrt tOO po,
100 en el salario mínimo, m¿s incluso
ã" io qu" Goulart había recomendado.
Esta batalla se unió a una crisis potitica
mayor. Los enemigos más acé-
rrimos de vargas habían encontrado
irn ìrun,o con el que pensaron vencer_
lo: la corrupción. Empezaron a emerger
pruebas de escándalos financieros.
Los propagandistas anti-vargas .".rur"*
filas contra el desgastado presiden_
te' sin su conocimiento, er
¡Jr" o" t"guriJão de su paracio había concertado
un intento de asesinato de tlarros
uã".áu, p"riodisia ,rnru.lãluhsta que es-
taba a la cabeza del ataque contra
vurgot.'I-u bara que le destinaban mató
un oficial de ras fuerzas aéreas qu" r"ïãuru. a
ofre.cido como guardaespardas
voluntario der periodista, que sólå rurrrJ
una herida menor. Eita muerte hizo
que el estamento militar ent.a.a
en ta crisis. cuando su investigación
al palacio presidenciar, ros mandos .iritårã, apuntó
pidieron r" *"""!ã de Vargas.
Al darse. cuenta de que estaba u,*pujo
agosto, dejando una carta incendiaiia vlålo,
se clispar ó ar corazón er 24 de ,
en'la que culpaba de su fracaso a fuer_
zas siniestras, internas y extranjerar,
con esta salida sensacionar, våle"¡' ;.i;r^ venganza," p*i*u î-u"ionutirtu.
y pro.ìu-uuä
atormentado. Lacerda tuvo que truir de quienes re habían
especial los de la UDN y el ejército,
¿eîras'ilos ront.árior'ã"vu.gur,
," pñL.on a la defensiva, "n
Brasil tuvo gobiernos interinos úuttå qu.
en 1956 asumió el cargo Jusce_
192 Historia contemporúÌtea de América Latina

lino Kubitschek, elegido para un mandato presidencial pleno en 1955. para la


sorpresa de sus seguidores y adversarios, logró llegar a término. Era un polí-
tico entusiasta del PSD que anteriormente había sido gobernador de Minas
Gerais y tenía fama de hacer muy buenas campañas políticas. Aunque obtu-
vo la presidencia con sólo el 36 por 100 de los votos, de inmediato trató de
ganar un apoyo más amplio.
Sin perder de vista la frecuencia con que los militares habían intervenido
en política, los apaciguó con importantes compras de armas. Tämbién tuvo la
fortuna de tener como ministro de Guerra al general Henrique Tþixeira Lott,
que disfrutaba de gran prestigio entre los oficiales y que resultó ser muy leal
al presidente. En el congreso tenía una coalición efeôtiva del psB y et Þrn.
Por último, el programa de desarrollo económico, más la audazideade cons-
truir una. nueva capital, Brasilia, en el interior, se combinaron para generar
un entusiasmo que amortiguaron los agrios conflictos políticos àe mediados
de los cincuenta.
(La ciudad futurista de Brasilia, levantada de la nada en cuatro años so-
bre la meseta sin ningún desarrollo situada a 940 km de Río de Janeiro, la an-
tigua capital, también cautivó la imaginación delmundo exterior. André Mal-
raux la llamó
"la capital de la esperanza>>. El presidente Eisenhower fue uno
de los muchos jefes de Estado que asistieron a su inauguración en 1960. Bra-
sil era conocido ahora en el mapa mundial por la atrevida, y a veces contro- La deslumbrante capital de B¡
vertida, planificación urbana y el desarrollo arquitectónico áe Brasilia.) ria. Arriba, la sede del gobierr
melas y edificios albergan las
El éxito político de Kubitschek se debió en no poca medicta a su talento.
,

sulado General de Brasil. Nuc


Demostró gran habilidad política para orquestar la coalición que sostenía su
Gobierno. Su lema había sido .cincuenta años de progreso ðin.o' y el sal_
to económico hacia adelante fue impresionante. "n
No obstante, hubiera sido demasiado esperar que su estrategia política
durara para siempre. La alianza psD-prB en el cóngreso se estaba-desha-
ciendo, la discordia creciente entre el estamento militar impidió que el gene-
ral Lott repitiera su función y la economía volvió a ser inflãcionuìiu y u"pr"-
sentar déficit en la balanza de pagos. Kubitschek trató de conséguir la
estabilidad económica durante 1958-1959, pero la desechó cuando el pMt de-
mandó medidas de austeridad que habrían impedido a Brasil alcanzar sus
<objetivos> económicos. Siguió presionando con el programa económico, lo
cual creó problemas mayúsculos a su sucesor. cuando dejó el cargo en ene-
ro de 1961, nadie dudaba de que tenían encima un arreglode cuentas con los
acreedores extranjeros.
presidente que heredó este desafío fue Jânio euadros, uno de los po_
líticos brasileños más inteligentes pero más quebradizos. Después de haber
obtenido un éxito arrollador como gobernador de São paulo, ganó con fuer-
za en las eleccionespresidenciales de 1960, a las que se había
fresentado con
el apoyo de la uDN. Su campaña eligió la escobá como símbolo de su lucha
contra la corrupción. Este discurso animó a los constitucionalistas liberales,
que creyeron que al fin tenían cerca el poder.
Quadros comenzó abrazando un programa de estabilización severo,
Brssil 193

La deslumbrante capital de Brasilia exhibe una arquitectura modernista extraordina-


ria..Arriba, l.a sede del gobierno federal; abajo, el palacio legislativo, cuyas torres ge-
melas y_edificios albergan las dos cámaras del congreso nacional. (cortesía
del con-
sulado General de Brasil, Nueva york.)
194 Historia utntemporúnea de Arnéricu Lutinu

mientras que al mismo tiempo lanzaba una (política exterior inclependiente", A pesar de las sombrí
que intentaba abrir nuevas oportunidades en el campo socialista. Sin em- Dantas-Furtado, pero no I
bargo, tras siete meses de mandato idiosincrásico, presentó una renuncia co se había vuelto demasi¡
inesperada en agosto de 1961. Sus razones nunca se han explicado por com- ya había abandonado Bra
pleto, pero parece que esperaba que el Congreso la rechazara y le ofreciera serio de estabilización fue
mayores poderes. Estaba equivocado, ya que la aceptó de inmediato. Qua- La estabilización no e
dros, el político populista más carismático de Brasil, se desvaneció en el reti- la escena política brasileñi
ro, interrumpido por ocasionales declaraciones proféticas. izquierda y derecha. El ej
Ante ello, se sintieron desmoralizadas las facciones opuestas a Vargas y de los oficiales que habíai
otros brasileños que habían creído que sus promesas moralistas y su éxito ad- 1961 seguían activos y hab
ministrativo en São Paulo presentaban buenos augurios para el nuevo go- chas de las ideas y de las
bierno federal. Desde la perspectiva de la UDN lo peor de todo era que su la intriga militar contra V
salida significaba que ahora el poder pasaría al vicepresidente electo, el anti- za de los conspiradores fu
guo ministro de Tiabajo de Vargas, João Goulart, epítome del populismo y políticos.
anatema para los militares conservadores. La izquiercla del espe
El ejército no aceptó de buen grado la sucesión de Goulart a la presi- fianza emergente había p
dencia, pero los oficiales <legalistas> apoyaron que se observara la Constitu- a maestros de alfabetizaci
ción y se llegó a un compromiso. El Congreso creó un sistema parlamentario nizadores estudiantiles trr
en el que Goulart era presidente, pero estaba obligado a gobernar mediante do un mensaje revolucion
un gabinete que rendía cuentas ante aquéI. Era un híbrido que no podía fun- ,.elevadas>, A comienzos
cionar y cuya única misión era reducir el poder presidencial. El nuevo presi- dición del gobierno y a m
dente asumió sus poderes disminuidos en septiembre de 1961 e inició de Los progresos del nat
{
inmediato una campaña para conseguir la revocación de la innovación parla- I grupos. Uno de ellos era ,

mentaria. Enero de 1963 le brindó el éxito, cuando un plebiscito restauró el


t,r.
ños disfrutaran sólo de de
sistema presidencialista pleno. Para entonces, a Goulart le restaba un tiempo tre ellos, Los radicales co
precioso de su mandato presidencial de 1961-1966. das> hasta el punto de a
Su presidencia resultó no tener buena estrella desde el comienzo. Las oficialidad, que no estab:
condiciones le eran desfavorables en casi todos los ámbitos, pero las empeo- Hasta los oficiales centri-s
ró con su inexperiencia, debilidad e indecisión. En 1963 resultaba aún más di- El otro ámbito de mt
fícil manejar la inflación y el déficit de la balanza de pagos. Goulart eligió su la sindicalización rural y
propio equipo de estabilización, dirigido por el brillante intelectual y político compitieron por lograr el
Santiago Dantas y el notable economista Celso Furtado. Dantas elaboró un tor rural era una arena
plan detallado, que se negoció con el gobierno estadounidense y el Fondo probara su poder. Siemp
Monetario Internacional. Demandaba lo habitual: reducción del déficit pú- tenían mano de hierro. Er
blico, severos controles salariales y disminuciones de crédito. Era la misma algunas invasiones de tie
medicina que se había utilizado en los esfuerzos estabilizadores de 1953-1954, ciones decisivas, así que J
1955-1956, 1958-1959 y 1961. chos en un Congreso fer
Para Goulart, la estabilización presentaba problemas especiales. Una po- Aunque la oposición
lítica salarial severa, que siempre significa reducción de salarios reales, gol- mediados de i964, no tut
pearía al grupo social con el que estaba más comprometido. Además, cumplir seguía operando la antig
los duros términos cle los acreedores externos invitaría al ataque de los na- programa de estabilizacic
cionalistas, que también se hallaban entre sus principales seguidores. ¿A qué los conspiraclores. A éstc
extremo debía sacrificar su magro capital político? Aunque pudiera lograr la Los consejeros milit¿
estabilización, su mandato terminaría probablemente antes de que Brasil pu- piración, pero le asegura
diera reanudar el crecimiento económico. oficialidad, lo que quizár
l
i

I
I Brasil 195
I
I
l
A pesar de las sombrías perspectivas, Goulart decidió apoyar el plan de
i Dantas-Furtado, pero no por mucho tiempo. En pocos *"r"r,
él coste poríti-
co se había vuelto demasiado eviclente. Dantas renunció en
silencio, Furtado
ya había abandonado Brasilia y a partir de entonces
cualquier otro esfuerzo
serio de estabilización fue imposible.
La estabilización no era la única preocupación cre Gourart. Desde
1961,
la escena política brasileña estaba caldeacla por las opiniones
apasionadas de
izquierda y derecha. Er ejército, como siempre, era un factor
cìave. Argunos
de_los oficiales que habían luchado contra êl u.."so ar poder
j de Goulart en
1961 seguían activos y habían iniciado una conspiración
þara derrocarlo. Mu-
9hp d.e las ideas y de las personas inmersas en-la conspiración provenían de
la intriga militar contra vargas de 1954. Lo que aumentó firmemente
la fuer-
l za de los conspiradores fue el tono cacJa vez más radical
de los contendientes
políticos.
f
izquierda del espectro porítico estaba muy llena. un senticlo
I de con-
fianza emergente había prendido en ros nacionalistas radicates,
I que incluían
a maestros de alfabetización católicos, militantes de sindicatos
obreros, orga_
1

nizadores estudiantiles trotskistas y artistas iclealistas, todos


ellos extendien-
do- un mensaje revolucionario por ia cultura popular y
I
por las formas de arte
,.elevadasr. A comienzos de 1964, la izquierda
I radical había obtenido ra ben-
dición del gobierno y a menuclo su fìnaìciación y apoyo logístico.
{ Los progresos del nacionalismo exasperaban u iur .onó-adores
de dos
i grupos. Uno de ellos era el ejército. Era iradicional que
los soldados brasile-
ños disfrutaran sólo de derechos políticos restringictos y
I
a uoto nà estaba en-
tre ellos' Los radicares comenzaron a organizarrð "t
estas filas odescuida-
das>> hasta el punto de abogar por su slndicalización. "ntrå Esto escandalizó
a la
oficialidad, que no estaba dispuèsta a aprender sobre negociaciãn
colectiva.
Hasta los oficiales centristas podían darie cuenta de estaãmenaza.
El otro ámbito de movilización nuevo era el campo. En 1963,
se legalizó
la sindicalización rural y cristintos grupos, que incluíãn varios
dé izquierda,
compitieron por lograr el apoyo de losìin¿icatos locales. No
obstante, el sec-
tor rural era una arena poco prometedora para que ra izquierda
brasileña
probara su poder. siempre había exceso cle mano àe
obra y los latifundistas
tenían mano de hierro. Esta campaña cle sinclicaliz.ación ruráI,
combinacla con
algunas invasiones de tierras, piovocó a ros terratenientes para
rearizar ac-
ciones decisivas, así que p-resionaron a los poríticos en
su tuun., qu" eran mu-
chos en un congreso federal que infrarrópresentaba a los
clistritos rurares.
la oposición cre Goulart había hecho impacto en el congreso
-Aunque a
mediados de 1964, no tuvieron ros vrtos suficientes påra
inhabilitarlo,la que
seguía operando la antigua arianz.a entre el pSD y
el prB. No apoyaría un
programa de estabilización, pero tampoco estaba clispuesta
a ser utìliioda po.
los conspiradores. A é-stos sólo les qúedaba un .rrinu'
un golpe militar.
. Los consejeros militarcs clel pre.sidente le habían alertaäo'sobre la cons-
nyagi.gi' pero le aseguraron que sólo participaba una parte minoritaria de la
oficialidad, lo que quizás fuese verdaå, pero estaba cámbiando
con rapicrez.
196 Historiu contenlporútteu de Antérica Lutina

En ese momento, hasta los oficiales centristas se sentían inclinados al golpe. A pesar de las variacione
El principal factor que los empujaba era elpaso radical hacia la izquierda del de mandos militares, adm
presidente o de los que lo controlaban. El grupo más importa
El gobierno estadounidense estaba muy interesado por la confrontación armadas habían contado,
política que surgía en Brasil. Tanto su embajador, Lincoln Gordon, como el ca desde la caída del imp
agregado militar, general Vernon Walters, estaban en contacto estrecho con (1891-1894) y después las
los conspiradores, fueran civiles o militares. Estados Unidos tenía ttn plan de guidas por las revueltas dt
contingencia para apoyar a los rebeldes con combustible y armas si era nece- cito puso fin a la Antigu
sario, pero no lo fue. El 31 de marzo, terminaron las especulaciones cuando mantuvieron en él con el
una revuelta militar, que estalló primero en Minas Gerais. se extendió por todo manifiesto popular el quc
el país, En veinticuatro horas João Goulart había huido al exilio en Uruguay' vo> en 1955 el que asegur
El primero de abril, el presidente del Congreso, en ausencia de Goulart, tirño, el ejército lideró la
declaró vacante la presidencia. Aunque este acto carecía de toda base legal, en 196,1 y luego conspiró
el Congreso lo confirmó. A ese vacío cle poder accedieron los conspiradores cialidad del ejército comt
militares y sus aliados civiles. Brasil optabattnavez más por el camino auto- En los años siguient,
ritario hacia el desarrollo. guado por corrientes poli
Visto con perspectiva, el fracaso de la democracia brasileña (tal como polarización entre las pot
fue) mantuvo una estrecha conexión con la interacción de las relaciones de favorecían las soluciones
las clases sociales. Las medidas populistas de Getúlio Vargas construyeron un tróleo) y una independet
orden jerárquico mediante el cual el Estado creaba y controlaba las institu- ejemplo, de enviar tropt
ciones para organizar a los trabajadores urbanos. Esto supuso un reto signi- dos). Como su etiqueta i
ficativo pero que acabaron aceptando las clases altas y medias, la última re- tados Unidos en la agud
presentada en gran medida por el ejército. Pero en 1964 Goulart presentó o da nacionalista un disfra
pareció presentar una amenaza más fundamental. Al movilizar a los campe- La opinión de la ofi<
. sinos y a los obreros, y utilizar una retórica radical, parecía estar creando las de quien Goulart era el
condiciones para una amplia alianza de clase entre éstos contra el orden bierno para controlar la
'
socio-económico establecião. El carácter repentino y la simultaneidad de es- compromisos con los act
tos movimientos asombraron y alarmaron a las elites y los observadores, que ción de los sectores bajo
rechazaron las perspectivas de unas alteraciones de carácter comunista de ron a los militares centril
tan largo alcance en la estructura política del país. No resultaba aceptable piración estaba dirigida
una coalición de clases amplia. El ejército utilizó su antiguo pocler de veto y militar firmemente legal
volvió a crear un régimen burocrático-autoritario. presidencia en 1961.
Una vez que el ejér
enfrentaron con una nur
El gobierno militar no. Los de línea dura sr
rrompida por políticos r

Los conspiradores de 1964 se quedaron sorprenclidos de la celeridad con la que larga recuperación, que
se derrumbó el gobierno cle Goulart. Los nacionalistas radicales, tan confiados dores, suprimir las elecr
en su movilización, se encontraron sin seguidores. El ministro de Justicia con- Sus ideas económicas er
vocó una huelga general el primero de abril, pero la respuesta fue mínima. El nacionalismo radical y e
zigz.agueo del presidente y las divisiones internas de la izquierda habían soca- Los militares moder
vado todo apoyo popular efectivo. Los rebeldes encontraron poca o ninguna re- relativamente breve de
sistencia cuando sus tropas se hicieron con el mando clel gobierno. devolver a Brasil a la cle
De 1964 a 1985 Brasil fue gobernado por una sucesión de regímenes irresponsables. Les inqt
autoritariosTcada uno de ellos con un general de cuatro estrellas alacabeza. l constitucionales, y espel
Brasil 197

ìli A pesar de las variaciones de estructura y personal, todas fueron coaliciones


de mandos militares, administradores tecnócratas y políticos de línèa antigua.
El grupo más importante era el de los militares. Los oficiales de las fuerzas
armadas habían contado con una larga hiltoiiâ de'intervenciones en ta políti-
ca desde la caída del imperio. Estaba el régimen militar de Floriano Peixoto
(1891-1894) y después las intervenciones militares en política de 1910-1914, se-
guidas por las revueltas de los oficiales jóvenes en 1922y 1924. En 1930, el ejér-
cito puso fin a la Antigua República entregando el poder a Vargas, a quien
mantuvieron en él con el golpe de 1937, sólo para deponerlo en 1945. Fue un
manifiesto popular el que lô llév0 at suicidio en_!,!5{ y fue un golpe <preventi-
vo'i éñ 1955 el'que aseguró la sucesión de Kubitschek a la preSidencia. Por úl-
timó, êl ejército lideró la lucha contra la sucesión de Goulart a la presidencia
en 1961.y luego conspiró para derrocarlo en 1964. Todos consideraban a la ofi-
cialidad del ejército como actores vitales de la política brasileña.
En los años siguientes a 1945, el cuerpo de oficiales había sido amorti-
guado por corrientes políticas en conflicto. Los años cincuenta llevaron a una
polarización entre las posiciones nacionalistas y anticomunistas. Los primeros
favorecían las soluciones estatistas en sectores económicos clave (como el pe-
tróleo) y una independencia relativa en política exterior (muy en contra, por
ejemplo, de enviar tropas para combatir en Corea junto con Estados Uni-
dos). Como su etiqueta indicaría, los anticomunistas se identificaban con Es-
tados Unidos en la agudización de la guerra fría y consideraban a la izquier-
da nacionalista un disfraz para los pro castristas o comunistas.
La opinión de la oficialidad giró de forma decisiva contra los populistas,
de quien Goulart era el ejemplo principal. La falta de capacidad de su go-
bierno para controlar la economía (Brasil estuvo a punto de incumplir sus
compromisos con los acreedores extranjeros en marzo de 1964); la moviliza-
ción de los sectores bajos y la amenaza directa a la jerarquía militar empuja-
ron a los militares centristas a apoyar el-g-o-tge. A comienzos de 1964, la cons-
piración estaba dirigida por el general H¡¡m.berto..Castellq Branco, el jefe
militai firmementè legalista que había apoyado ia sucesión de Goulart a la
presidencia en 1961.
Una vez que el ejército hubo depuesto a Goulart, los conspiradores se
enfrentaron con una nueva cuestión: la forma y dirección del nuevo gobier-
no. Los de línea dura sostenían que la democracia brasileña había sido co-
rrompida por políticos aprovechados y subversivos. El país necesitaba una
larga recuperación, que requeriría medidas tales como purgar a los legisla-
dores, suprimir las elecciones directas y despedir a los funcionarios civiles.
Sus ideas económicas eran menos fáciles de discernir. Sin duda, detestaban el
nacionalismo raclical y el populismo.
Los militares moderados componían otro grupo. Creían que un intervalo
relativamente breve cle reorganización administrativa y económica podría
devolver a Brasil a la democracia electoral puestâ en peligro por los políticos
irresponsables. Les inquietaba la violación de los principios democráticos y
constitucionales, y esperaban un rápido retorno a la normalidad legal.
198 Histurie cotltemporáneu de Arnéricu Lulina

El general Castello Branco fue elegido sin demora por el Congreso (ex- en las ciudades. En sePtit
purgado) como nuevo presidente y ocupó el puesto hasta 1967. Consideró la golpe clebilitador y las gt
estabilización económica como la prioridad principal de su gobierno' La ne- embajador estadounident
cesi<Iad inmediata era controlar la inflación y rnejorar la balanza de pagos. cedió a cxcarcelar a quiL
Roberto Campos, diplomático y economista conocido, fue nombrado minis- político en todos los rne
tro de Planificación y se convirtió en la figura dominante de la política eco- guientes, Brasil experimc
nómica. Se reclujo la inflacirin, pero mucho menos de lo que se había espe- activistas revolucionarios
rado, y se logró un superávit en las cuentas con el exterior, debido tuvieron como rehenes p;
lundamentalmente a que la recesión inducida por el gobierno redujo en gran en prisión. La guerrilla ti
medida la demanda de importaciones. El equipo de Campos también intentó rnás sistemática, para ale
reorganizar y actualizar las principales instituciones económicas brasileñas. En 19'73 el movimierl
Se reacondicionó el sistema bancario (se creó por fin un banco central pro- cursos humanos para log
piamente dicho), se institucionalizaron por primera vez un mercado de valo- revolucionarios de la prir
res y un mercado de valores públicos, se revisaron los reglamentos laborales represivo e hizo creíbles
para facilitar el despido y se simplificaron los reglamentos de la exportación, ca de que cualquier aper
Campos venía sosteniendo desde hacía rnucho tiempo que el capitalismo no Cuando el general E
había fracasado en Brasil puesto que ni siquiera se había intentado' Y ahora las esperanzas de los ant
era su oportunidad. Los resultaclos a corto plazo fueron desalentadores, pero cracia y la legalidad. tJn
Castello Branco y Campt-rs no clesesperaron; sus esfuerzos resultaban impo- formado por unidades n
pulares, pero indispensables para lograr un crecimiento firme en el futuro' fluencia dentro del gobii
El tan ansiado repunte económico no ocurrió en 1965-1966, por lo que habían facilitado la liquir
Castello Branco se dejó persuadir para extender su mandato presidencial un otorgado un poderoso vt
año más, con la esperanza de que la econc¡mía mejorase. De hecho, los pro- El compromiso para
blemas económicos del país no se resolverían ni siquiera en dos años y medio de sus estrechos vínculc
más. Branco. No consideraba
El segundo gobierno militar, el del presidente Artur da Costa e Silva sultado de un compromi
(1967-1969), dio un giro <lesagradable a la política. El presidente esperaba de 1964.
encabezar una liberalización, pero los hechos resultaron distintos. Hasta Su problema fundarr
1967, el gobierno autoritario había mostrado una tolerancia considerable con bían precedido, cra la ir
la oposición, al menos en comparación con los gobiernos militares de Amé- bres, lo cual habría care
rica Latina ile los años sesenta y setenta. Pero la tolerancia invitó a la movi- mado las reglas democri
lización.F.n1967 y 196{l la oposición organizó una serie de protestas, que lle- una serie interminable t
garon al puntcl máximo cn l¿rs rnanifcstaciones masivas de Río. resultadcls de las votacit:
Los militares de línea dura, que ahora se oponían a cualquier compromi- del problema se mostr<i
so entre la dernocracia y un gobierno *duro>, sostuvicron la necesidad de contraste con su predec
aplicar rnedidas drásticas. E,n noviembre de 1968, una serie de huelgas in- mente libres. El resulta,
dustriales en Minas Gerais se extenclieron al núcleo industrial de São Paulo. oposición. La lección es
E,l gobierno de C-'osta e Silva vacil<i y luego reaccionó repritniendo con dure- pecial en los centros urt
za a los huelguistas. Se estableció un moclclo: un gobierno autoritario que re- Desde 1967, la econ
curría a mediclas clictatoriales para poner en práctica su versión de creci- plicando el récord de los
miento económico rápiclcl. Era una estrategia de crecimiento basada en la to medio fue del 10 por
represión de los sindicatos obreros, contratación áviila de inversión extranje- marc¿ìr el I'inal de un pcr
ra y altas recornpensas para los responsables económicos. café como exportación n
En 1969 Brasil fue golpeaclo por rìuevos brotes de violenci¿t política. La empezaron a hablar del ,
oposición militante había desarrollaclo una recl de guerrillas, principalmente larios bajos y crédito ftic
Rrasil 199

en las ciudades. En septiembre de t969, er presidente


costa e silva sufrió un
golpe.debilitador y las guerriilas aprovecharon
lu o.urìãn-f*u'r".u"rtrar al
embajador estadounidense, al que después riberaron
.rondo er gobierno ac_
cedió a excarcelar a quince priiioneroì poríticos y
o puuri.u, un manifiesto
político en todos los medioJ cle comunicación.
Durante los cuatro años si_
Su.tgltes, Brasil experimentó la guerra de guerrillas. Lrn pequeno cuaclro
de
activistas revorucionarios secuesiraron a <tiþromatrco,
extiarteiãs y los man_
tuvieron como rehenes para canjearros por otros revolucionaiios
que estaban
en.prisión. La guerriila_también quería arrastrar
al gobierno a una represión
más sistemática, para alejar más ål pueblo de
é1.
En 1973 el movimiento guerrilléro estaba vencido. Había
agotado sus re-
cursos humanos para lograr magros resultados.
Rescató a varios camaradas
revolucionarios de la prisìón y rã tortura, pero,
al hacerro, reforzó er aparato
represivo e hizo creíbles los argumentos d'e los
militares de mano dura acer_
ca de que cualquier apertura pótrti.a significaba
tu gu"rru .iuii--
cuando el generar Ernesto Geisel asumió la prãsidencia
.
las esperanzas de ros anteriores moderados acerca
in r974, repitió
de un retorno a la demo_
cracia y la legalidad- un importante era er aparato de seguridad,
formado por unidades .obstáculo y civiìes, que habían rogrado una gran in-
.militares
der qob1e.rn9..Sus desagradables métodos,"inciuiJa
lu,"l"i1d:lrro
habían facilitado la riquidación cre la of,osición
la rorrura,
,"uoru.ionu.ìu,Ëro res había
otorgaclo un poderoso veto sobre la liùeralización.
, El compromiso para ra redemocrafizaciónder presidente Geisel provenía
de sus estrechos vínculos personales con ra tradición
r"grlirtã-ì, casteilo
Branco' No consideraba este proceso una respues
ta a ra fresión, sino el re-
t"1,."^d9 de un compromiso cremocrátic' inherente
en ra intervención militar
de 1964.
Su problema fundamental, y el cle tocros ros gobiernos
miritares que reha-
bían precedido, era la imposibilidad cle ganar unas
elecciones populares li_
bres, lo cual habría carecido de importañcia
si el ejército no ,J t uui"ru to-
mado las reglas democráticas tan en serio. pero lo
hicieron y eLresurtado fue
una serie interminable de improvisaciones democráticar
pãru nu.", que ros
resultados de las votaciun"s sè adecuaran a sus preferenciäs. La frofundidad
del problema se mostró en octubre de 1974, cuando
contraste con su predecesor, permitió unas elecciones "l ";;;;;;bierno, en
ar congrËso retatiua_
mente libres. Er resultado fue una victoria aprastante pu.o
cre ra
,posición. La lección estaba clara: si se re deþba elegir, "l"por,ido en es_
lo poui*ion,
pecial en los centros urbanos industrializados,
votaríiconträ el gobierno.
Desde 1967,ra economía brasileña volvió a ra senda
del crec"imiento, du_
plicando el récord de los años cincuenta. De 196g
a 1974,1a tasa de crecimien_
to medio.fue del l0 por 100 y ras exportaciones se
cuadruplicaron. como para
mar.car el final de un periodo, ros productos
manufacturuio, .""n'itoru.on ut
café como exportación,más.imporiante clel país.
Los observadores åxtran;eros
empezaron a hablar del ,,milagro brasileñoo. Se
había.onr.guiao ."diante sa_ fr
larios bajos y crédito fácil parã ros compradores
de bienes cluraderos.
200 Historia contemporáneq de América Lutina

Pero el <milagro> comenzó a desvanecerse a finales de la década' En militares. Mientras tanto, P


1980, la inflación era superior al 100 por 100 y Brasil se enfrentaba a un se- tal (PDS) y antiguo gobern
rio y creciente déficit en su balanza de pagos internacional. La deuda exte- dura campaña. Como cont
rior aumentaba y Ia producción industrial se debilitaba. Además, los sindica- electoral que lo abandonar
tos de la industria estaban agitados en São Paulo y habían protagonizado una Este no vivió lo suficien
serie de huelgas en 1978, 1979 y 1980. La Iglesia, en la persona del cardenal en é1. La víspera de su tom
Arns, apoyaba a los huelguistas y hacía hincapié en la desproporción de gencia de la que nunca se r(
la cuota de sacrificio que habían soportado durante el nmilagro>. Debido a la dente electo, fue presidente
crisis de la balanza de pagos. el gobierno se vio forzado a provocar una rece- en veintiún años era un an
sión en 1981. lo que naturalmente fue impopular, cuando el desempleo em- también había abandonado
pezó a extenderse en el núcleo industrial de São Paulo. En 1982, el ministro Si era elegido, Tancre
de Planificación, Delfim Neto, y el resto de los responsables políticos espe- sociales y económicos. Un
raron impulsar una recuperación económica, sobre todo porque iba a ser un pulación del movimiento <

año de elecciones. rativista que Vargas había


Sus esperanzas se vieron pronto frustradas por la recesión mundial, que formularla se atascaron er
deprimió el valor de las exportaciones brasileñas, mientras que las altas tasas dirigentes sindicales más r
de interés mantenían el coste del servicio de la deuda externa en unos nive- enfrentándose a la policía
les de inestabilidad. A finales de 1982, Brasil había logrado el dudoso honor rante el periodo de los reg
de tener la mayor deuda externa del mundo (87.0m milones de dólares, aun- Otro problema socioec
que muchos observadores pensaban que sus obligaciones a corto plazo su- sión de la tierra. El gobit
maban un total de más de 100.000 millones de dólares) y, al igual que Ar- poco, realista de redistribui
gentina y México, debía suspender los pagos del principal' Para obtener los po. Estos solían estar lidel
(créditos puente> esenciales para cumplir las obligaciones inmediatas, Brasil invasiones de tierras. Los
aceptó un plan económico elaborado por el FMI que conllevaba una drásti- cunda (y en algunos casos
ca reducción de importaciones para obtener un superávit comercial. Lo mejor que podría c
tares permanecieron al ma
democratización. La econc
De la liberalización a la redemocratización inflación había alcanzado t
la congelación salarial de
Estas desoladas perspectivas económicas significaban un problema para el 1985-1987 le siguió el esti
proceso de ,.redemocratizacióno iniciado durante los años de la presidencia do con una orgía inflacion
de Geisel (1974-19'79). Tias varios comienzos fallidos, el presidente João Fi- capaz de aportar nuevas sl
gueiredo (1979-1985) se esforzó mucho por cumplir la promesa de celebrar La nueva figura fue F
elecciones directas en1982. Por primera vez desde 1965, Brasil elegía de for- ex gobernador del depau¡
ma directa todos los gobernadores estatales en noviembre de 1982' También una campaña televisiva d
fueron elegidos todos los diputados federales, un tercio de los senadores fe- tres cuartos de hogares hr
clerales y casi todos los alcaldes, representantes estatales y concejales locales. en la campaña de 1989 fur
La oposición, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), va ("Lula"). Collor ganó e
obtuvo una victoria aplastante en la mayoría de los estados desarrollados, lo- para Lula (47 por 100) he
grando el gobierno de São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais. El partido quierda.
gubernamental, el PSD, perdió el control de la Cámara de Diputados, pero A mediados de 1991. r
lo retuvo en el colegio electoral, que elegiría el nuevo presidente en 1985' resultado ser un amargo cl
Esa elección se llevó a cabo de un modo muy brasileño. El candidato del tilo muy autocrático. y un
partido de la oposición (PMDB) era Tancredo Neves, un hábil político de la ca brasileña. Hay que re
vieja escuela de Minas Gerais, que comenzó reafirmando su moderación a los afrontaba un parlamento
militares. Mientras tanto, Paulo Maluf, el canclidato del partido ,:::^:^^::
tal (PDS) y antiguo gobernador de São Paulo, se alejaba a su partido por su
dura campaña. como consecuencia hubo suficientes delegados del colegio
electoral que lo abandonaron para elegir a Tancredo.
Este no vivió lo suficiente para cumplir las grandes esperanzas depositadas
en é1. La víspera de su toma de poder sufrió una operación intestinal de ur-
gencia de la que nunca se recuperó. El antiguo senador José Sarney, vicepresi-
dente electo, fue presidente. Irónicamente, el primer presidente civil brasileño
en veintiún años era un antiguo líder del PSD y pilar del régimen militar. Él
también había abandonado el partido para presentarse con Tancredo.
Si era elegido, Tancredo había prometido atacar los múltiples males
sociales y económicos. un paso en esa dirección sería terminar con la mani-
pulación del movimiento obrero urbano mediante la estructura semicorpo-
rativista que vargas había erigido. Los esfuerzos gubernamentales por re-
formularla se atascaron en el fuego cruzado de empresarios y los nuevos
dirigentes sindicales más militantes. Mientras tanto, los huelguistas seguían
enfrentándose a la policía represiva, que al menos era menos brutal que du-
rante el periodo de los regímenes militares.
Otro problema socioeconómico clave era la gran desigualdad en la pose-
sión de la tierra. El gobierno de Sarney anunció un objetivo ambicioso y
poco, realista de redistribuir millones de hectáreas a los desposeídos del cam-
po. Estos solían estar liderados por el clero católico que a veces organizaba
invasiones de tierras. Los latifundistas respondieron con una campaña ira-
cunda (y en algunos casos contrataron pistoleros) y el programa casi murió.
Lo mejor que podría decirse de la presidencia de Sarney es que los mili-
tares permanecieron al margen y que el presidente se comprometió con la re-
democratización. La economía puso a los brasileños en una montaña rusa. La
inflación había alcanzado e|227 por 100 en 1985 pero bajó drásticamente con
la congelación salarial de 1986. Al arranque del crecimiento económico en
1985-1987 le siguió el estancamiento. El gobierno de Sarney había termina-
do con una orgía inflacionaria. La escena estaba lista para algún nuevo líder,
capaz de aportar nuevas soluciones a los urgentes problemas de Brasil.
La nueva figura fue Fernando Collor de Mello, un joven y desconocido I
ex gobernador del depauperado estado de Alagoì3, en el noreste. Organizó
una campaña televisiva dispendiosamente financiada dirigida a más de los
tres cuartos de hogares brasileños con televisores. Su principal contrincante
en la campaña de 1989 fue el antiguo líder sindical Luis Ignácio Lula da Sil-
va ("Lula"). collor ganó en la segunda vuelta, aunque el forcentajffil voto
para Lula (47 por 100) había alcanzado un nivel sin precedentes para la iz-
quierda.
A mediados de 1991, después de quince meses de gobierno, Collor había
resultado ser un amargo desengaño. comenzó, a lo Jânio Quadros, con un es-
tilo muy autocrático, y una arrogancia personal que no encajaba en la políti-
ca brasileña. Hay que reconocer que su tarea se hacía más difícil porque
afrontaba un parlamento extremamente fraccionado.
202 Historia contemporónea de América Latina

Collor decidió apostar por la estabilización económica. Desafortunada- cialdemócrata Brasileño (I


mente, su programa se basaba en trucos cle corto plazo tales como el conge- Sin un candidato importar
lamiento áe aitivos financieros y la inmediata abolición de la indexación. por 100 de los votos, derr,
Ambos mostraron su inefectiviclad al cabo de unos pocos meses. Collor tam- competencia. Cuando el g
bién ordenó el despido masivo de funcionarios públicos, con la esperanza de 1995, su mayor desafío era
reducir el hinchado gasto gubernamental y obtener una mejora fiscal' Los requeriría, sobre todo, obtr
despidos fueron rápidamente revocados con el fundamento de que la estabi- cal. El gobierno trató tamt
liclad laboral estaba respaldada constitucionalmente' Hacia inicios de 1991, el ramente estancado bajo Itr
plan de estabilización se había desintegrado. La inflación llegó al nivel anual la privatización, pero ajust
àe 1.585 por 100, el control fiscal desapareció, y la indexación retornó. La Pese a la retórica del l
economía había recaído en su deriva característica, desalentando tanto a los fuera capaz de lidiar con e
inversores extranjeros como a los nacionales. ción y la reestructuración
Collor había iniciado también un ambicioso programa de reformas neo- puestos nacionales se man
liberales, que incluía la privatización, la desregulación y la apertura de la eco- Brasil había pasado lo
nomía con aranceles más bajos. Muchas de estas propuestas despertaron la emocional. La década se il
enérgica oposición de los industriales y los nacionalistas en el Congreso. La go siguió su escabrosa caí,
únicã victoria del gobierno en este terreno fue la venta de una importante si- después la estrambótica ct
derúrgica del Estado, la cual una vez en manos privadas aumentó sus ganan- lítica casi tan frecuenteme
cias y productividad en gran medida. campeonato mundial en fr
Coltor no logró ver parte de su programa realizado, En poco menos de dos Senna, el mejor corredor
años perdió el gobierno. Su némesis resultó ser el espectro contra el que había rante dos días. Hacia 199i
luchado en 1989: la corrupción. Los periodistas investigadores, su hermano para que una mano fuert.
descontento y una investigación parlamentaria proporcionaron pruebas de profesor de sociología qut
que Collor estaba mezclado en una vasta red de sobornos orquestada por un dependencia de análisis so
traficante de influencias llamado P. C. Farias. Collor recurrió a la televisión viniera obsoleto para Bras
como arma defensiva, pero su habilidad telegénica se había desgastado. La in-
dignación pública llevó a una campaña ciudadana para lograr su impugnación
y Ju destitución. En septiembre de 1992, [a Cámara de Diputados votó abru-
madoramente por destituirlo y Collor renunció apenas unas horas antes de que
el Senado aprobara procesarlo con el cargo de conducta ilícita'
El vicepresidente que lo sucedió fue Itamar Franco, un ex senador y una
nulidad poÍíti"a, cuya honestidad personal era su mejor carta de recomenda-
ción. Pero su gobierno, falto de una base partidaria, también careció de di-
rección política. La inflación se elevó a una tasa anual del 2.490 pot 100 en
1993. En el consenso hemisférico, Brasil era consiclerado como el hombre en- ]
fermo de América del Sur.
El gobierno de Itamar encontró finalmente un ancla cuando Fernando
Henrique Cardoso fue nombrado ministro de Economía a fines de 1993. Car-
doso reunió a un grupo de talentosos tecnócratas con mucha experiencia en
las políticas de estabilización. En julio de 1994lanzaron aún otro programa
antiinflacionario, pero éste, mejor diseñado que los precedentes, mostró re-
suñtados inmediatos.
Cardoso capitalizó este éxito y e[ resultante sentimiento de confianza
para presentarse a la presidencia en octubre de 1994. Venciendo su antigua
reputación de intelectual izquierdista, Cardoso, un ex senador del Partido So-
Brasil 20.1

cialdemócrata Brasileño (psDB), logró el respaldo del partido conservador.


Sin un candidato importante de ra derechu .n riru, caåoso ganó
con el 54
por 100 de los votos, derrotando fácilmente a Lula, otra vez"segundo
en la
competencia. cuando el gobierno de cardoso asumió el poder
ä inicios de
1995, su mayor desafío era continuar con el programa de
eitabilización. Esto
requeriría, sobre todo, obtener la cooperación dãl congreso en política
la fis-
cal. El gobierno trató también de reanudar el programã d" priualiración,
cla-
ramente estancado bajo ltamar. La opinión pública parecíaìista para
aceptar
la privatización, pero ajustar el gasto parlamentario sería muchó
más difícil.
Pese a la retórica del nuevo presidente, era improbable que
su gobierno
fuera capaz de lidiar con el probiema social, po, ulgrno, anos. La
estabiliza-
ción y la reestructuración económica preocúparíañ a Brasilia, y ros presu-
puestos nacionales se mantendrían restringidos.
Brasil había pasado los inicios de los años noventa en una montaña
rusa
emocional. La década se inició con la deslumbrante promesa de
collor. Lue-
go siguió su escabrosa caída en medio de celebraciôn", .urnuualescas.
vino
después la estrambótica conducta de ltamar, un viudo que cambiaba
de po-
lítica casi tan frecuentemente como de novia. Si 1994 tråjo un
inéàito cuatri_
campeonato mundial en fútbol, también trajo la muerte violenta
de Ayrton
Senna, el mejor corredor automovilístico, cuyo funeral pararizó
el país du-
rante dos días. Hacia 1995 los traumatizados brasileños àstaban preparados
para que una mano fuerte tomase las riendas, su opción,
cardoso, era un
profesor de sociología que había sido el sumo sacerdote
de la escuela de la
dependencia de análisis sociar. Su tarea era ahora rograr que
er" itr-ino ¿e-
viniera obsoleto para Brasil.
_6_ mente en la sierra, a menl
perpetuando costumbres qu
Perú cuenta con una ca
que se originó con los conqt
Perú: soldados, oligarcas e indios una décima parte de la Po
asiáticos, la mayor parte de
quizás un tercio o más del t,
tos ocupan una posición at
peso de un pasado oprcsiv
cultura radicalmente difere;
término usado con carácter
re pasar como mestizo.
Como no es de sorpren
nes muy divergentes de la s<
T) ara comprender el Perú contemporáneo, debe comenzarse examinado su
denunciado con violencia r
I g"ogtufí". Situado en la costa pácífica de Suramérica y con un tamaño de
ejemplo, proclamaba a com
aproiimadamente el doble de Tþxas, el país tiene tres regiones geográficas: la
ca había hecho nada buen,
cðsta, la sierra y la montaña o selva. La zona costera, árida y seca, ha sido do-
brutos por naturaleza, Pero
minada durante siglos por la ciudad de Lima, cuya población en 1993 era de
unos 4,2 millones de habitantes (casi un quinto del total nacional de 23 mi-
Herrera, sacerdote del sigl,
llones). La sierra es la cordillera andina, un mundo de picos nevados y valles zaron los españoles, que se
gélidos que contiene ciudades de provincia tan antiguas como Cuzco y Aya- roso haya realizado mediar
cucho. Y la montaña, en la vertiente oriental de los Andes, es una región sel-
turaleza, la adquisición de
vática cuyos bosques tropicales se extienden hasta el trecho superior del eran, para Bartolomé Herr
Amazonas, donde la ciudad de Iquitos es el puerto más importante. Debido Las implicaciones estaban '

sobre sus ciudadanos de dt


a su inaccesibilidad, la montaña ha estado poco poblada hasta tiempos re-
Estos comentaristas ta
cientes, aunque la colonización actual la ha convertido en una región diná-
mica y en crecimiento. bía como indolentes, incaP
Estos rasgos geográficos han ayudado a crear economías regionales desi- No tenían redención y con
guales. La costa ha dado origen a una agricultura comercial e industrias de nal. Los problemas de Perr
y los herederos de los incas.
þroductos acabados. La sierra ha sido una zona de minería, ganadería agri-
cultura de subsistencia. A pesar de sus recursos naturales, la montaña no ha Los mestizos también
clisfrutado de un crecimiento sustancial; hubo un auge del caucho y, en años los proponía sus ideas prc
recientes, cultivos de hojas de coca (para el mercado internacional de estu- Alejandro O. Deústua ofre
pefacientes), pero no ha habido una prosperidad sostenida. Sin embargo, más gún é1, el problema del rr
recientemente, el cultivo de café, azicar y fruta (para el mercado limeño) ha Producto del indio en su P
cle decadencia, el meslizo
dado energía a la economía regional.
Las variaciones étnicas forman parte de estas diferencias. En el centro ser capaz de conservar los
del imperio inca, Perú continúa manteniendo una gran población india. El mezcla, según é1, había sid
pués, no eÍa paÍa Deústua
censo de 1940, el último en usar categorías raciales, clasificaba a un 46 por
100 de la población como india. Probablemente, en términos étnicos, se tra- traso. Perú estaba condenl
ta de un recuento a la baja. ya que la definición de "indio" depende más de Durante el siglo xx, I

la apariencia física que de la herencia étnica. La cifra actual es con toda pro- inquietante problema de I
babilidad de alrededor de un 35 por 100. Se ha estimado que hay alrededor ción en la herencia india,
de tres millones de hablantes de quechua en Perú, y también un número con- el único novelista capaz d
siclerable de hablantes de aymara. Los indios viven (y han vivido) principal- criollo de Perú. Era un m
Perú 205

mente en la sierra, a menudo en comunidades tradicionales muy cerradas,


perpetuando costumbres que retrotraen a los días de los incas.
Perú cuenta con una capa relativamente pequeña de blancos, un estrato
que se originó con los conquistadores españoles y que ahora alcanza cerca de
una décima parte de la población nacional. Dejando a un lado a negros y
asiáticos, la mayor parte de la población restante la componen los mestizos,
quizás un tercio o más del total. Como en otros países cle América Latina, és-
tos ocupan una posición ambigua cn la sociedad, al representar a la vez. el
peso de un pasado opresivo y. de forma ocasional, las perspectivas de una
cultura radicalmente diferente. Con frecuencia se los conoce como cholos, un
término usado con carácter peyorativo cuando se aplica a un indio que quie-
re pasar como mestizo.
Como no es de sorprender, esta mezcla étnica ha llevado a interpretacio-
nes muy <livergentes de la sociedad e historia peruanas. Algunos escritores han
denunciado con violencia el legado español clel país. Alberto Hidalgo, por
ejemplo, proclamaba a comienzos del siglo xx, su odio a España, porque nun-
ca había hecho nada bueno por la humanidad y porque los españoles eran
brutos por naturaleza. Pero España también ha tenido apologistas. Bartolomé
Herrera, sacerdote del siglo xrx, sólo tuvo alabanzas para la obra que reali-
zaron los españoles, que según é1, fue la más grande obra que el Todopode-
roso haya realizado mediante las manos del hombre. La conquista de la na-
t.uraleza, la adquisición de una nueva parte del mundo para la civilización
eran, para Bartolomé Herrera, logros inigualados de los españoles.
Las implicaciones estaban claras. Perú debía poner el poder y sus esperanzas
sobre sus ciudadanos de descendencia europea.
Estos comentaristas también solían denunciar a los indios. Se los descri-
bía como indolentes, incapaces, adictos sin remedio a mascar hojas de coca.
No tenían redención y constituían un duro obstáculo para el progreso nacio-
nal. Los problemas de Perú podían rastrearse hasta la terca sobrevivencia de
los herederos de los incas.
Los mestizos también han recibido críticas. Justo cuando José Vasconce-
los proponía sus ideas promestizas acerca de nla raza cósmica, en México,
Alejandro O. Deústua <¡frecía en 1931 una crítica mordaz de Perú, donde, se-
gún é1, el problema del mestizo era mucho más grave que en otros países.
Producto del indio en su periodo de disolución moral y del español en su era
de decadencia, el mestizo había heredado todos los defectos de cada uno sin
ser capaz de conservar los restos cle la vida caballerosa del conquistador. La
mezcla, según é1, había sido desastrosa para la cultura nacional. E,l mestizaje,
pués, no era para Deústua un signo cle progreso social, sino un síntoma de re-
traso. Perú estaba condenado por la composición racial que había heredado.
Durante el siglo xx, los pensadores peruanos han intentado resolver el
inquietante problema de la identidad nacional. Algunos han hallado inspira-
ción en la herencia india. Un caso notable es el de José María Arguedas,
el único novelista capaz de penetrar tanto en el mundo indígena como en el
criollo de Perú. Era un mestizo que había vivido en comunidades indias de
206 Historía contentporírnea de ¿lmérica [,utine
sus tropas por los Andes, dt
pequeño y era bilingüe de españoly quechua. En CanÍo Kechwa (1938) sos-
canzó la costa sur de Perú
tiene que el indígena no es inferior y confía en que algún dia indios y mesti-
Lima y el28 de julio de 1tìl
zos serán considerados iguales y se valorarán sus capacidades creativas. Pero
nocido como el (protector,
Arguedas encontraba demasiado pesada de soportar la carga de su propia
tablecer una monarquía y
herencia étnica y se suicidó en una desesperación absoluta.
europeo conveniente. Esto
Otros han investigaclo la fusión de los componentes españoles e indios,
querían una forma de gobic
como hizo Víctor Andrés Belaúnde en un libro titulado Peruanided (1957).
fatídica reunión de San Ma
Sin embargo, la cuestión básica persiste: ¿puede Perú convertirse en una na-
te salida de la escena.
ción unificada?
Una asamblea especial
Riva Agüero se convirtió er
ganar la independencia. Al
El periodo independentista toria militar sobre los espa
clio el golpe de gracia en A'
bre, aunque España se neÊ
Durante la etapa colonial, Perú era una importante fuente de ingresos para
Entonces Bolívar prop
España. Las minas de plata de Potosí en el Alto Perú (ahora Bolivia) produ-
Perú y la Gran Colombia (
cían grandes cantidades de riqueza, en particular durante los siglos xvt y xvII,
y después se encontraron ricas venas en la sierra peruana. Pronto aparecie-
por supuesto, y se aseguró
1826. La oposición creció
ron los adornos de la civilización española. La Universidad de San Marcos
críticas después de haber
fue fundada en 1551. La Inquisición estableció su tribunal en 1569, cuando la
Bolivia.
Iglesia se convirtió en una poderosa instrtución. Lima, una impresionante
metrópoli para su lugar y su tiempo, era merecedora de su nombre: la Ciu-
El caudillismo y la geo
mandos militares combatie
dad de los Reyes.
Perú sufiió una prolongada crisis económica durante finales del siglo al orden del ctía entre 1tJ2
xvur. La proclucción de plata se desplomó, aunque hubo una breve recupe- Agustín Gamarra. que se h
meter y anexar a Bolivia. ç
ración en la década de 1790, Las medidas borbónicas de libre comercio re-
1841.
dujeron su participación en el tráfico con el Alto Perú y Chile, ya que ahora
los artículos llegaban por tierra desde Buenos Aires. La creación de un vi- Los políticos peruanos
escena paradójica. Al habt
rreinato en la región de Río de la Plata disminuyó la actividad e importancia
de la burocracia real cle Lima. Túpac Amaru II (el mestizo José Gabriel Con-
le resultaba difícil afirmar
contenido el conflicto abic
dorcanqui) encabezó una sangrienta revuelta india que fracasó en 1780-1781.
Aunque no tenía relación con los cambios administrativos de la corona, gran minio de los dictadores mi
parte de la elite pensó que el rnensaje de la revuelta era claro: Perú estaba en las cargas del gobierno col
su sociedad estaba en firm
decadencia.
Paradójicamente, la tendencia económica no produjo un movimiento in-
La economía era suma
dependcntista extendido. Los intelectuales limeños aprendieron de la Ilus-
de 1820 habían dejado a I:
tración y lanzaron un pcriódico liberal, eI Mercurio Peruanr¡. en 1791. Pero un estado ruinoso. Se habí
no clamaban por la indepen<lencia de España, sino que, más bien, pedían mercio seguía deprimido. I

cclncesiones dentro del marco colonial, medidas que devolvieran los privile-
rería nacional estaba casi
gios y prosperidad de la era preborbónica. Hubo un breve movimiento sepa- comenzó a acumular una s
ratista en la sierra encabezado por un mestizo (conocido socialmente como edores ingleses) que más t
indio) llamado Mateo García Pumacahua, pero en seguida se extinguió. Tampoco habían mejo
Mientras la causa de la independencia barría cl resto de la América españo- tonces suponían cerca del'
la, Perú seguía siendo una plaza fuerte leal a la corona. millón y medio). El tributc
La liberación llegó del exterior. A finales de 1tì20, habiendo comandado de España, fue reemplaza,
Perú 207

sus tropas por los Andes, desde Argentina hasta chile, José de San Martín al-
canz.ó la costa sur de Perú. varios mcses después los españoles evacuaron
Lima y el 28 de julio de ttl21, San Martín proclamó la independencia. Reco-
nocido como el <protector> por el pueblo, comenzó a hacer planes para es-
tablecer una monarquía y encargó a un agente que buscara un príncipe
europeo conveniente. Esto desencadenó la oposición de los liberales, que
querían una forma de gobierno republicana, y el prclyecto desapareció tras la
fatídica reunión de San Martín con Bolívar a finales de rB22 y su subsecuen-
te salicla de la escena.
Una asa¡nblea especial aprobó una Constitución en 1823 y José ile la
Riva Agüero se convirtió en el jefe ejecutivo clel país. pero todavía había que
ganar la independencia. Al año siguiente, Bolívar obtuvo una resonante vic-
toria militar sobre los españoles en la batalla de Junín y Andrés Santa cruz
dio el golpe de gracia en Ayacucho. A todos los efectos prácticos, perú era li-
bre, aunque España se negaba a reconocer la independencia de su colonia.
Entonces Bolívar propuso crear la confederación de perú con eì Alto
Perú y la Gran Colombia (Ecuaclor, Colombia y Venezuela), bajo su mando,
por supuesto, y se âseguró la aceptación de una tímida asamblea limeña en
1826. La oposición creció y Bolívar se desplazó al norte para reprimir las
críticas después de haber aprobado a regañadientes un plan para separar
Bolivia.
El caudillismo y la geopolítica se hicieron fuertes en perú. una serie cle
mandos militares combatieron por la presidencia, con golpes y contragolpes
al orden del día entre 1828 y comienzos de la década de 1840. El general
Agustín Gamarra, que se había hecho con la presidencia en 1839, intentó so-
meter y anexar a Bolivia, pero encontró la muerte en el campo de batalla en
r841.
Los políticos peruanos de la etapa posindependentista presentaban una
escena paradójica. Al haber vencido a España con la ayuda exterior, a perú
le resultaba difícil afirmar su autonomía de los estados fronterizos. Había
contenido el conflicto abierto hasta la tlécada de 1820, pero cayó bajo el do-
minio de los dictadores militares. Y una vez que se hubo clesembarazado de
las cargas del gobierno colonial, se encontró con que muchos afirmaban que
su sociedad estaba en firme decadencia.
La economía era sumamente débil, Las luchas a comienzos de la década
de 1820 habían dejado a El callao, el puerto principal (cercano a Lima), en
un estado ruinoso. Se habían asolado las tierras de la costa y la sierra. El co-
mercio seguía deprimido. Las minas se encontraban en mal estado. La teso-
rería nacional estaba casi vacía y a partir de la décacla de 1820 el gobierno
comenzó a acumular una serie ile deudas externas (principalmente con acre-
edores ingleses) que más tarde resultarían casi ruinosas.
Tampoco habían mejorado las condiciclnes para los inclios, que por en-
tonces suponían cerca del 70 por 100 de la población total (entre un millón y
millón y medio). El tributo tradicional, abolido formalmente con la expulsión
de España, fue reemplazado por un impuesto de capitación, la denominada
208 Historiu contempor(tnea de Anúricu I'utittu

contribución de indígenas. Y bajo las doctrinas uliberaleso de la época, los in- el gobierno peruano y los a
dios se consideraron individuos, no comunidades, así que ya no disfrutaron toda la etapa del guano.
de la protección especial previa. Algunos buscaron refugio como peones en Un segundo factor se dt
las hacienclas o como trabajadores en las minas. Otros trataron de pasar que el guano resultaba acct
como mestizos y buscar empleo en las ciudades y pueblos' plotación requería una conl
nes, transporte y salarios.
lantos en metálico de sus ar
El periodo del guano tos a aquellos comerciante:
dados los aprietos de la ec¡
La naturaleza vino al rescate de Perú. Durante siglos, las frías aguas marinaS la oportunidad.
del país. debido a la corriente de Humboldt, habían atraído gran cantidad de. Un tercer factor, relacic
peces. A su vez, éstos atraían a los pájaros, que dejaban sus excrementos,en terna. Y¿ en1822 el gobiern
las islas cercanas a la costa. La sequedad atmosférica ayudaba a la conserva- libras esterlinas con un estal
ción y calcinación de estos depósitos, conocidos como guano, que tenían una res e intereses acumulados I
alta concentración de nitrógeno. El guano, como habían sabido los incas,. era. darse atrás en sus pagos. Lc
un fertilizante de primera calidad. y de inmediato consideraror
, En 1841, el primer cargamento de guano peruano llegó al puerto de l.ai- Estaban en lo cierto. E
verpool. Así comenzó un crecimiento orientado a la exportación y un perio. parte a manos inglesas. Er
do de aparente prosperidad que duró medio siglo. una resolución concediendr
Fue una bonanza especial para el tan presionado gobierno. Las islas que tos, el gobierno negociaba
tenían depósitos de guano eran de propiedad pública, no tierras privadas. Gibbs. El acuerdo autoriz¿
Esto planteó una cuestión a la vez práctica y teórica para los responsables propietarios ingleses al pre
políticos liberales: ¿cómo podía un gobierno comprometido con los princi- nominal) y luego a utilizarl
pios del laissez-faire aprovecharse de su monopolio virtual? tos de guano. De este mo
La respuesta se halló en el sistema de <consignación>, mediante el cual mientras que Gibbs podía e
el gobierno arrendaría (por lo usual en exclusiva) los derechos de explota- guano en el mercado euro[
ción a una casa o sociedad comercial. En virtud de tales contratos, el gobier- Perú se volvió tan depe
no obtendría una cuota tìja del valor total de las ventas, quizás dos tercios, po_rtación de un solo produ
en lugar cle un impuesto sobre los beneficios. El comerciante, por lo habitual no obtenía cerca del 80 por
un extranjero, recibiría el reembolso de los costes más un porcentaje de la to la dependencia del Estac
venta. La estrategia parecía bastante acertada, ya que hacía participar al Es- otras exportaciones. Al mis
tado liberal en una sociedad junto con una empresa privada para beneficio bido por este concepto se
de ambos. pues, el auge del guano pr(
Pero el sistema de consignación tuvo algunas ramificaciones importantes. nómico de largo alcance. C
Una fue colocar al Estado en conflicto constante con las casas comerciales. res son las ganancias llovicl
Como tenía el control completo del suministro, el gobierno quería vender el por sus propios recursos>.
guano al precio más alto posible, lo que poclía significar retener los carga- En 1845, cuando el m
mentos para mantener los precios elevados. Sin cmbargo, debido a la comi- cayó bajó el poder del más
sión acordacla, el comerciante estaba más interesado en el volumen total de tilla, de cuarenta y seis añc
las ventas que en eI precio de un cargamento individual. Después de todo, el dre mitad india y un padre
comerciante tenía un contrato por un periodo específico, durante el cual lo había distinguido en Junín
importante era vender la mayor cantidad de guano posible. Los precios ele- madas peruanas. Una vez ¡
vados servían de ayuda, por supuesto. pero era más rentable desde la pers- puesto nacional, el primcrt
pectiva del comerciante vender grandes cantidades de guano a precio mode- cas, que incluyeron la consl
rado que vender cantidades muy pequeñas a altos precios. Como resultado, Lima a El Callao). En pol
Perú 209
el gobierno peruano y los arrendatarios
ctiscutieron constantemente durante
toda la etapa del guano.
un segundo factor se derivó del vorumen de
la inversión requerida. Aun-
que el guano resultaba accesible,
apilado en montícuros al aire libre, su
plotación requería una considerabré ex-
inversión de capital: en barcos, almace-
nes' transporre y sararios. Además.
er gobierno d.;unà;;;"rin ."ru, ud"-
Iantos en metárico de sus arrendatariÀs.bsto
restringi" iã, pärìures candida_
tos a aquellos comerciantes que
contaban con fueries ,*r".uu, de capital
y
de la econåmía lo.ri, po.o, peruanos podían
ffj!:Jiåîffå:tos aprovechar
un tercer factor, reracionado con el segundo,
se derivaba de ra deuda ex_
rerna' Ya en rg22 ef
gouiï1g peru.ano nego-ció u"preriu-ã ¿"ì,s m'lones de
libras eiteilinas con un establecimi"nto
bãnqu"ro británico. cr¿ãrtos posterio_
res e intereses acumulados lrevaron
a una deuda i"g""ì" y p"ì,i-.. pezó
darse atrás en sus pagos. Los tenedores a que_
de bonos ñri,¿ní¿¡r-¡¿ itmpacientaron
y de inmediaro considerargr qu"
ra ¡onanza a"r guunã ;.u ,u ,áluurion, .i
Estaban en lo cierto. El cãmercio o"iguarro-u"abó
parte a manos inglesas. En 1849, pasando en su mayor
mientrà er regrstatiå-;;;;"" aprobaba
una resolución concediendo preferencia
a los nacionales en los arrendamien-
tos, el gobierno negociaba un contrato
Gibbs' El
*n ra firma lr"¿i"""r" ¿e Anthony
acuerdoäutorizaba a cibbs a comprar.títulos
propietarios ingleses al precio de de ra deuda a sus
mercado (un 40 por 100 menos del valor
nominal) y luego a utilizãrlos con su uutãi
norinal para pagar los cargamen_
tos de guano. De este.modo, er gobierno
tenía una p¿rd;ã;;o"siderabre,
mientras que Gibbs podía esperar
;b;;;;'."piosos beneficios de la venra del
guano en el mercado europeo.
Perú se volvió tan depèndiente del guano
que creó una economía de ex_
po-rtación de un soro produ.ro.
A .;i";;;s oe ta o¿.u¿á à"riãåo,..çr gobie¡.
no obtenía cerca der
!0 por 100 de ,u, ingr"-*i"i,,ìã"ä,,äi'il t"rtiri"u tun_
to la dependencia der.Eirado de ,u, àrr"iààtarios como ra relativa
otras exportaciones. Al mismo tiempo, escasez de
aproximadamente ra mind delo reci_
floo ngr esre concepro se destinauä á rã,
t"nedores ¿e uonos ingreses. Así
pues' el auge del guano proporcionó poco
estímulo para un crecimiento eco-
nómico de largo arcance. còmo Fredlrik pike.ha
res son las ganancias llovìdas del
,,t;;iä";';;;;nro mayo-
cielo, menos logra mantenerse ra economía
por sus propios recursos>.
En 1845, cuando,el mercado del guano
se hallaba en expansión, perú \
cayó bajó el poder der más fuerre
de ,ui aì.ig"nr"s der siglo x¡x: Ramón
tilla, de cuarcnta v seis años,,g.un int"li;.ncia cas_
y ojos negros. hiio de una ma_
clre mitad inclia v Ln pad.e hi;p"no-;;;iiãnä.
eru un oricrar det ejército que se
había distinguido en iunín y Äy""".ttã,î
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madas peruanas. lJna vez que âlcanzó
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cas' que incluveron ra consr¡ucción der
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p.i-". Ë;;;;;r.,li;åiåiLir,.ur.
10"
.*ivió el sueño de Bolívar de unir
""t"riui, r
210 Historia conternporúneu tle Anérica I'utinu

América Latina, en parte porque temía el desplazamiento hacia el sur de Es- Dreyfus asumió toda la res¡
tados Uniclos, que estaba hacienclo arro{illarse a México en ltl46-ltì48. adelantó préstamos adicioni
A Castilla lê suce<Iió en 1851 José Rufino Echenique, cuya principal con- venta del guano. Con el tie
tribución consistió en la consolidación de la deuda interna nacional. Bajo sus propias acciones en el r
esta política, el gobierno de Echenique reconoció como válidas todas las re- cierta estabilidad a una situ
clamãciones cle los ciucladanos, casi todos conocidos de las clases altas, que bleció acuerdos con Henry
testificaron pérclidas sustanciosas durante las guerras de independencia y los sin escrúpulos, para extendr
conflictos siguientes. La administración de Echenique pagó cerca de L9 mi- Dreyfus y Meiggs fueron tar
llones de pesos por esos conceptos y, según un cálculo. al menos 12 millones como de saldo, pero de tod
de pesos se dedicaron a reclamaciones sin fundamento' No necesita explicar- La deuda exterior seguí
se ía fuente de esos pagos: la cuota gubernamental de la venta del guano. partido político del país, el
A pesar de la corrupción, la reorganización financiera llevó a algunas acu- reflexivo hombre de Estado
mulaciones internas de capital importantes. fuerzo propio, que luchó cc
En 1854, Castilla, hastiado, echó a Echenique y volvió a asumir el con- cionalizó los campos de nitr
trol. Pronto emitió dos decretos de gran alcance: uno que abolía la contri- fas y efectivos de su época.
bución de inclígenas y el otro que emancipaba a los esclavos negros. El mer- general del ejército para la
cado del guun-o también facilitó la legislación social, ya que el gobierno de controlar las continuas i
podía permitirse ahora perder el impuesto de capitación sobre los indios e cuatro años, Pardo fue ases
indemnizar a los plantadores por sus esclavos. Perú comenzó en seguida a mejores dirigentes.
aprovechar otra fuente de mano de obra, los culís chinos, unos 1ff).000 de Las cosas fueron a peor
lós cuales llegaron sujetos a un contrato desde mediados de 1850 a media- bió al sur. Los nitratos comt
dos cle 1870 para trabajar primorclialmente en la economía costera (guano, sur de Perú y el norte de Ch
az(rcar, algodón). lenos se negaron a pagar lo
. Durante este segundo mandato, que duró hasta 1862, Castilla
continuó por el presidente de Bolivia
apoyando la profesionalización del ejército y la educación pública. Presidió rarse de las labores de nitrat
lás ãsambleas que redactaron dos constituciones, un documento federalista ocupar la región. Tias cierta
en 1856 y una carta constitucional centralizadora en 1860. Y continuó pre- decidió respetar t
sionando para ta unificación continental. Según explicaba su razonamiento:
- Prado
cio
Así comenzó la guerra
..La relatiìa debilitJad de las repúblicas de Suramérica, divididas y aisladas Perú y Bolivia a Chile, Fue
entre ellas, es a juicio de este gobierno la causa deplorable del hecho de que sonante victoria militar y r
en muchas ocasiones hayamos sido tratadas con una falta grave de respeto, 1883, Chile obtuvo el con
como si para las grancles potencias internacionales no existiera un derecho de en nitratos, incluida la ciud¡
naciones común>. na y Arica durante diez añr
Tias la salida de Castilla, aparecieron problemas con España, que nunca La guerra del Pacífico t
había reconociclo de fbrma oficial la indepenclencia peruana. España protes- o Para Chile abrió paso al au¡
tó por el supuesto maltrato otorgaclo a los inmigrantes españoles_en Perú y - Bolivia supuso perder el ac
en represaliã ocupó algunas islas ricas en guano a unos 170 km al sur de El te que aumentó el descrédi
Callaò. Su asentamiento provisional en ellas excitó protestas y una revuelta; interrumpió el comercio. F
llegó al poder Mariano lgnacio Prado y en 1866 declaró la guerra a España. Después de la derrota
El conflicto fue breve, pues en 1iì69 España extendió por fin un reconoci- golpe a finales de 1885 y gc
miento oficial de la independencia de Perú. piezas en el interior y apla
Los gobiernos continuaron haciendo frente a una deuda que seguía un rior, el nuevo presidente, c<
curso espiral. El presidente José Balta (1868-1872) pasó el problema a Nico- Perú. Cáceres inició convel
lás de Piérola, un niño prodigio de treinta años con algo de dandy, que ne- Según su plan, que recibió
goció un acuerdo con la firma parisiense de Adolph Dreyfus. Según el plan, nico. Perú satisfaría a sus a
Perú 2I l
Dreyfus asumió toda la responsabilidad de la deuda exterior del gobierno y
adelantó préstamos adicionales a cambio del monopolio sobre la compra y la
venta del guano. Con el tiempo, el acuerdo se aclaró, cuando Dreyfus puso
sus propias acciones en el mercado público, pero a corto plazo proporcionó
cierta estabilidad a una situación cambiante y caótica. Piérola también esta-
bleció acuerdos con Henry Meiggs, empresario estadounidense aventurero y
sin escrúpulos, para extender el ferrocarril por todo el país. Los contratos de
Dreyfus y Meiggs fueron tachados de inmediato por los críticos nacionalistas
como de saldo, pero de todos modos fueron aprobados.
La deuda exterior seguía creciendo. Manuel Pardo, candidato del primer
partido político del país, el Civilista, ocupó el poder de1872 a1876. Era un
reflexivo hombre de Estado, aristócrata de nacimiento y millonario por su es-
fuerzo propio, que luchó con la deuda, promovió la educación pública y na-
cionalizó los campos de nitratos. sin duda, fue uno de los líderes más realis-
fas y efectivos de su época. Cuando iba a terminar su mandato, apoyó a un
general del ejército para la presidencia, con la esperanza de que fuera capaz
de controlar las continuas insurrecciones. En 1878, a la edad de cuarenta y
cuatro años, Pardo fue asesinado por un asaltante. Perú perdió a uno de sus
mejores dirigentes.
Las cosas fueron a peor. El núcleo de la economía de exportación se cam-
bió al sur. Los nitratos comenzaron a producir beneficios en lo que ahora es el
sur de Perú y el norte de chile, entonces parte de Bolivia, y los inversores chi-
lenos se negaron a pagar los nuevos impuestos sobre los nitratos reclamados
por el presidente de Bolivia, Hilarión Daza.En revancha, éste ordenó apode-
rarse de las labores de nitrato chilenas en Antofagasta. Chile envió tropas para
ocupar la región. Tias cierta vacilación, el gobierno peruano de Mariano lgna-
' Así comenzó la guerra del Pacífico (1879-1883),
cio Prado decidió respetar una alianza de 1873 con Bolivia.
en la que se enfrentaron
P,erú y Bolivia a Chile, Fue un desastre total para Perú. Chile obtuvo una rè-
sonante victoria militar y ocupó Lima. En el tratado de paz que siguió en
1883, Chile obtuvo el control completo de la provincia de Tarapacá, rica
en nitratos, incluida la ciudad de lquique; e iba a mantener el control de Tac-
iã y Arica clurante diez años y después su destino se clecidiría por plebiscito.
La guerra del Pacífico tuvo efectos de largo alcance sobre los tres países.
Para chile abrió paso al auge del nitrato y rerorzó la confianza nacional. para
. Bolivia supuso perder el acceso al mar. Para Perú fue una derrota humillan-
te que aumentó el descrédito de los políticos. Además, acrecentó la deuda e
interrumpió el comercio. Fue un fracaso en todos los sentidos.
Después de la derrota llegó el general Andrés Cáceres, que fraguó un
golpe a finales de 1885 y gobernó de 1886 a 1890. Intentando recomponer las
piezas en el interior y aplacar a los iracundos tenedores de bonos del exte-
rior, el nuevo presidente, como muchos antes que é1, buscó ayuda más allá de
Perú. Cáceres inició conversaciones con los tenedores de bonos londinenses.
Según su plan, que recibió el nombre de Michel Grace, el negociador britá-
nico. Perú satisfaría a sus acreedores cediéndoles el control de sus ferrocarri-
212 Historia cctntemporánee de América Latinu

les durante sesenta y seis años, entregándoles todo el guano que no fuera ne-
cesario para el uso interno y efectuando treinta y tres pagos anuales de 8.ü)0
libras esterlinas. Los tenedores de bonos, por su parte, adelantaron un nuevo
préstamo de 6 millones de libras esterlinas y prometieron invertir una buena
proporción de las ganancias en los ferrocarriles. En medio de desacuerdo y
controversia, el Contrato Grace fue finalmente aprobado en 1889. Como en
el caso de Dreyfus, ha seguido siendo para los nacionalistas un símbolo del
excesivo celo de su gobierno por complacer a los inversores extranjeros.
El Contrato Grace marcó el final de la etapa del guano. Los depósitos es-
taban casi exhaustos a comienzos de la década de 1880 y desde 1889 hubo po-
cos excedentes que exportar. El ciclo había terminado.
- r El auge del guano dejó una profunda impresión en la historia peruana.
Proporcionó un cebo para los inversores extranjeros; condujo a extravagan-
cias y corrupción al gobierno peruano, y alteró las perspectivas sociales de la (
elite, en particular entre los latifundistas de la costa. Un escritor recordaba
que ..la imaginación popular dotó de proporciones fantásticas a la improvi-
(
sación de fortunas. Fue la primera vez qtJe las antiguas formas de la vida so- <i
cial, más o menos estáticas incluso durante las revueltas políticas, sufrieron
una severa sacudida. Por vez primera, el dinero surgió como valor social ex-
clusivoo. Tentados por las perspectivas, los latifundistas trataron de emular a
los comerciantes,'negociantes y financieros. Pero esto no supuso la creación
de una clase media independiente o un estrato empresarial medio, sino la
adopción de algunas cualidades ompresariales por parte de la aristocracia
costera peruana.

Visión general: crecimiento económico y cambio social


Desde comienzos del siglo xIX, Perú ha pasado por tres largos ciclos de cre-
cimiento orientado a la exportación. La figura 6.1, que muestra el volumen y
el valor de las exportaciones, ilustra el patrón general. La primera fase, co-
rrespondiente al periodo del guano, se extendió de la década de 1830 a fina-
les de la de 1870. Tias un periodo de oscilación, la economía se recobró en
1890 y comenzó una fase de expansión que duró hasta la Gran Depresión de
los años treinta. La conclusión de la segunda guerra mundial reabrió los mer-
cados internacionales y precipitó otro ciclo de crecimiento que continuó has-
ta mediados de los años setenta, cuando los precios mundiales para los pro-
ductos agrícolas y otros empezaron a declinar. ôooooo
oooooa
El modelo que presentan estas tendencias nos sirve para ilustrar varios óoooo@
cici+ñ-
hechos clave del desarrollo económico peruano. En primer lugar, el país ha
{ecru¡ue6ol
seguido dependiendo de las exportaciones como un estímulo para el creci-
e

miento. Los responsables políticos casi siempre se han centrado en el merca-


do internacional y no en la demanda interna. En segundo lugar y como con-
secuencia de lo anterior, Perú sigue siendo extremadamente vulnerable a las
variaciones de precios del mercado internacional, es decir, a fuerzas que no
10.000
6.000
4.000

2.000
.9
E
1.000
o
o
600
õ
400
I
o
c 200
o

Ë
o 100
U
60
40

20

10
1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 r91o 1920 1930 1940 1950 1960 1970

6.1. Exportaciones peruanas, 1830-1975: índices del volumen y valor en dólares (1900 = lffi). Fuenre: Rosemary Thorp y Geoffrey
Bertram, Peru 1890-1977: Growth and Policy in an Open Economy, Nueva York, Columbia University Press, 1978, p. 5.

F
ì
ìv
OJ
214 Histc¡ria contemporúnett de Américu Latittu

Su cultivo en Perú es ur
están bajo su control. En tercer lugar, como verenìos, cada uno de los tres ci-
azúcar. lo que crcó dos Lipos
clos ha reflejado la subida (y caída) de un producto o máq hecho que ha
el modo más importante: y li
llevado a ciclos de prosperidad repentina para diferentes regiones del país.
pesinos a pequeña escala. En
En cuarto lugar, el Perú del siglo xx ha creado una economía en la que los
ya que los inversores extran
vínculos entre los sectores (modernos>) que utilizan capital de forma intensi-
producción neofeudales (es
va el procest) de exportación-importación, principalmente en la
-dominan
costa- y los sectores <tradicionales" que utilizan mano de obra intensiva
mano de obra cledicada al al
en especial de bajos ingresos y en las tierras altas- no han conducido a un
- Los empresarios extranjt
como comerciantes, pues oct
aumento sistemático de los ingresos ilel último sector. X por último, en par-
nanciación y comercializacii
te como resultado del impacto interno de esta economía orientada a la ex-
portación, Perú presentaba en 1986 una pauta de distribución de la renta no-
mantuvieron un monopolio ,
lían necesitar préstamos a col
table por su desigualdad. El 20 por 100 de la población perteneciente a las
parte de los beneficios fuerc
clases altas recibía el 51 por 100 de la renta, mientras que el 20 por 100 de la
este cultivo proporcionó un er
población de las clases inferiores recibía sólo el 5 por 100 de la misma.
ductos derivados (como jabó
-) Tias el declive del guano, fue la minería, junto con el azúcar y el algodón, generó una amplia escala de i
dos productos agrícolas cultivados en la costa, los que alimentaron la expan-
sión de 1890-1930. Al igual que en Cuba y otros lugares, el azúcar requería
La sierra también tomó
por entonces gran inversión de capital. La maquinaria para los trapiches mo- Andes llegaba una lana que
en la década de 1890, en l9C
dernos era cara y se necesitaban grandes extensiones de tierra para cultivar
proceclente de la alpaca era ¡
caña suficiente. A lo largo de la costa norte de Perú, donde se centró la ma-
clicionales. La de oveja prov,
yor parte de la producción, constituía la actividad de todo un año (en con-
tos por la tierra llevaron a t
traste con la mayoría de las otras regiones, como Cuba, donde el ritmo de
siglo. El derrumbamiento de
trabajo es de temporada). Como resultado, los plantadores, en general pe-
ruanos. desarrollaron una mano de obra estacionaria que se aproximaba a los
sión, en particular para los
30.000 trabajadores a finales de los años veinte. Algunos eran descendientes
orientado hacia la costa, no
de esclavos africanos; otros, chinos y el resto, indios de la sierra que llegaban
La montaña peruana, al
breve auge del caucho. Emp
en condiciones coercitivas como enganchados, es decir atrapados por los ade-
na amasaron inmensas fortur
lantos de dinero,
La producción azucarera y las exportaciones aumentaron de forma espe- bía crecido hasta unos 20.01
cialmente rápida a mediados de la década de 1890 y de nuevo durante la pri-
Pronto, Perú, como Brasil, s
de caucho más eficientes del
mera guerra mundial. En los años veinte, la capacidad productiva alcanzaba
las 320.000 toneladas, casi el doble que antes de la guerra. Aunque el merca-
A partir de la década de
do se derrumbó a finales de la década, la mayoría de los plantadores pudie- tiempos la economía peruan
glo xrx, los operadores a pe(
ron sobrevivir. Sin embargo, como su mayor mercado de exportación era Es-
ciosos, primero en la plata y
tados Unidos, donde el proteccionismo dañaba las importaciones, el sector
das por toda la sicrra, son de
¿ìzucarero peruano sufrió un estancamiento durante los años treinta.
La otra fuente importante de crecimiento era el algodón, que poclía cul- un mctal cn una misma min:
tivarse a lo largo de la costa. Hasta finales clel siglo xlx, el algodón de hebra la demanda de metales no p
larga peruano no podía competir con la variedad de hebra corta estadouni- Este último se convirtit
1930, Los avances tecnológir
dense, pero las innovaciones técnicas de la década de 1U80 permitieron mez-
clar el prclducto peruano con lana. L,a demanda mundial aumentó y los lati- aprovechar las vetas peruan
fundistas respondicron. I-a pr<lducción saltó de unas 400 toneladas métricas a gran escala con la compra
en 1890 a más de 2.000 toneladas métricas en 1910, y a casi 6.000 toneladas se aceleró de inmediato. En
métricas en 1930, y para entonces este artículo suponía el 18 por 100 de las ción mineral provenía del c<
exportaciones peruanas. secundarios. Los serranos p
Perú 215

Su cultivo en Pcrú es una actividad de temporada, en contraste con el


az.ticar,lo que creó dos tipos de mano cle obra: el yanaconaje, con diferencia
el modo más importante; y la producción independiente, efåctuada por cam-
pesinos a pequeña escala, En parte por esta raàón,siguió en manos peruanas,
ya que los inversores extranjeros eran reacios a pa.ticipar en relaciones
de
producción neofeudales (es decir, no mercantiles). En los años veinte, la
mano de obra dedicada al algodón abarcaba a más de 40.000 personas.
Los empresarios extranjeros no se distinguieron como latifundistas, sino
como comerciantes. pues ocuparon posiciones importantes en el desmote, fi-
nanciación y comercialización <iel algodón. Hasta los años veinte, también
mantuvieron un monopolio virtual sobre el crédito, pues los plantadores so-
lían necesitar préstamos a corto plazo de una temporáda a otra. pero la mayor
parte de los beneficios fueron a parar a los productores peruanos. Además,
este cultivo proporcionó un estímulo para la inversión interna en textiles y pro-
ductos derivados (como jabón, velas y aceite de semillas de algodón), p"rå
no
generó una amplia escala de inversiones fuera del sector algodãnero.
La sierra también tomó parte en la agricultura. Desde los pastos de los
Andes llegaba una lana que supuso más del l0 por 100 de las eìportaciones
en la década de 1890, en 1903 y en 1918-1920.La variedad cle mayor calidad
procedente de la alpaca era producida en su mayor parte por campesinos
tra-
dicionales. La de oveja provenía de las haciendâs a'gran Lscala y los conflic-
t9s. po1 la tierra llevaron a una ola de revueltas campesinas a c-omienzos
de
siglo. El derrumbamiento del mercado en los años uôint" produjo una rece-
sión, en particular para los criadores de ovejas, pero el'gobieino central,
orientado hacia la costa, no ofïeció ningún auxilio.
- La montaña peruana, al igual que la Amazonía brasileña, pasó por un
breve auge del caucho. Empresarios nacionales enérgicos como Jilio c. Ara-
na amasaron inmensas fortunas y al terminar el siglo la ciudad de Iquitos ha-
bía crecido hasta unos 20.000 habitantes. pero eita prosperidad fue breve.
Pronto, Perú, como Brasil, se vio arrojado clel m"rcuàu pär las plantaciones
de caucho más eficientes del Lejano Oriente.
A partir de la década de t890, la minería, que había dominado en otros
tiempos la economía peruana, sufrió un cambio importante. A finales del si-
glo xtx, los operadores a pequeña escala se concentraban en los metales pre-
ciosos, primero en la plata y luego en el oro. pero las minas peruanas,
situa-
das por toda la sierra, son de una complejidad inusual y u ,n"nido hay
más de
un metal en una misma mina. El desarrollo industrial estadounidense generó
la demanda de metales no preciosos como el plomo, zinc, hierro y cobie.
Este último se convirtió en el proclucto mineral más impoitante hasta
1930. Los avances tecnológicos y la extensión del ferrocarril hicieron posible
aprovechar las vetas peruanas. En 1901, llegó una inversión estadounidense
a gran escala con Ia compra del complejo de cerro cle pasco, y la producción
se aceleró de inmediato. En 1930, casi la mitad del valor de ioda'la produc_
ción mineral provenía del cobre, con el oro y la plata ahora .omo pròductos
secundarios. Los serranos proporcionaron la fuèrza laboral y la propiedad
216 Hßtoria contemporánea de América Lutina

mía peruana, pero contr


-en ni siq
responsables políticos
sustancial de intlustrializació
presentó la oportunidad a fir
tegia trillada: crecimiento ori
inversión extranjera e integr
nal, sobre todo en la econorr
La mayoría de los sector
aunque con algunos cambios
dió en los años sesenta, cuar
mercado estadounidense al
de este sector comenzaron a
El refinado de la plata en Cerro
producción algodonera se in
de Pasco a comienzos de este si-
glo se caracterizaba por una 1949 a 381.000 en 1960-1964
tecnología de gran escala. (Cor- ción del mercado mundial y
tesía de la Biblioteca del Con- téticos. Al yanaconaje se le u
greso de Estados Unidos.) proceso de producción, y lor
gociadora. La lana de oveja
aunque el comercio de la alç
fue a parar casi por completo a manos extranjeras, especialmente a la Cerro La minería pasó por su
de Pasco Copper Corporation y a la Northern Peru Mining, filial de la Ame- niendo su preeminencia. Las
rican Smelting and Refining Company. sarrolladas por la Marcona I\
También se extendieron en estos años la exploración y explotación del cuyo participante principal t
petróleo, en especial durante la primera guerra mundial. Los campos coste- minería se desplazó a otros r
ros contenían depósitos de una gran calidad, que eran muy apreciados en el do predominante. Lo mismo
mercado internacional, y los capitalistas estadounidenses tomaron parte en lativo entre las exportacionel
sus primeros estadios. En 1913, la International Petroleum Company (IPC, Un nuevo artículo contri
una filial canadiense de la Standard Oil) logró el acceso a los importantes cial exterior: la harina de per
campos de Negritos y La Brea-Pariñas bajo unas condiciones que después se la industria de alimentación
convertirían en una fuente de controversia continua. Cerca de un 10 por 100 cerdos). Desde una posición
de la producción se vendía en el país (ya que Perú no tenía carbón); el resto adelante para convertirse en
iba al mercado de exportación, donde proporcionaba copiosos beneficios a en 1964, con un 18 por 100
los dueños. En 1930 el petróleo suponía el 30 por 100 de las exportaciones harina de pescado cercana al
peruanas totales. Ese mismo año, un observador informado conjeturó que el presarios que se hallaban a
50 por 100 del precio al por mayor en el exterior constituía un claro benefi- tranjeros: al igual que Luis E
cio para las compañías. choa, pertenecían a la clase
En comparación con estos productos de exportación algodón, broma cruel. Los cambios or
-az(rcar,
lana, caucho, cobre, petróleo-, la actividad interna tuvo un papel menor en 1965 y de nuevo en 1972, jut
el ciclo de crecimiento de 1890-1930.La producción textil se extendió a co- varon a la desaparición de lor
mienzos de siglo y después se niveló. Algunos productos agrícolas se cultiva- bían encontrado una nueva f
ban para el consumo interno patatas, yuca, maíz-, pero una buena La manufactura añadió
proporción de la producción y-carne,
el intercambio se efectuaba dentro de econo- Hubo cierto crecimiento indr
mías de subsistencia y no en la economía monetaria. yar a la exportación en luga
La Gran Depresión y la segunda guerra mundial alteraron después el productos derivados de los b
cuadro internacional y propiciaron una modesta reorientación de la econo- terior, en lugar de dedicarse
Perú 217

mía peruana, pero con los de Argentina, México y Brasil- los


-en nicontraste
responsables políticos siquiera trataron de embarcarse en un programa
sustancial de industrialización para sustituir a las importaciones. Cuando se
presentó la oportunidad a finales de los años cuarenta, prefirieron una estra-
tegia trillada: crecimiento orientado a la exportación con gran cabida para la
inversión extranjera e integración de la economía peruana en la inteinacio-
nal, sobre todo en la economía estadounidense.
La mayoría de los sectores económicos se unieron al cicro de posguerra,
aunque con algunos cambios importantes. La producción azucarera se exten-
dió en los años sesenta, cuando Perú aprovechó el aumento de su cuota de
mercado estadounidense al retirarse cuba, y los trabajadores peruanos
de este sector comenzaron a organizar un movimiento sindical militante. La
producción algodonera se incrementó de 182.000 toneladas al año en 1945-
1949 a 381.000 en1960-1964 y luego descendió, en parte debido a la satura:
ción del mercado mundial y en parte por la competencia de los textiles sin-
téticos. Al yanaconaje se le unió el trabajo asalariado y el arrendamiento del
proceso de producción, y los aparceros trataron de mejorar su posición ne-
gociadora. La lana de oveja casi desapareció de la lista de exportaciones,
aunque el comercio de la alpaca de gran calidad continuó a escala modesta.
La minería pasó por su propia diversificación. El cobre siguió mante-
niendo su preeminencia. Las vetas de hierro recibieron atención y fueron de-
sarrolladas por la Marcona Mining company, un conglomerado de empresas
cuyo participante principal era la utah construction company. Aunque la
minería se desplazó a otros metales, la inversión estadounidense siguió sien-
do predominante. Lo mismo puede aplicarse al petróleo, aunque su peso re-
lativo entre las exportaciones descendió durante los años sesenta.
un nuevo artículo contribuyó de manera importante alabalanza comer-
cial exterior: la harina de pescado, que pasó a ser ampliamente utilizada por
la industria de alimentación animal estadounidense (en especial para aves y
cerdos). Desde una posición estable en los años cincuenta, perú dio un salto
adelante para convertirse en el primer país del mundo en volumen de pesca
en 1964, con un 18 por 100 de las capturas mundiales y una produccién de
harina de pescado cercana al 40 por 100 del abastecimiento mundial. Los em-
presarios que se hallaban a la cabeza no pertenecían a la elite ni eran ex-
tranjeros: al igual que Luis Banchero Rossi, el legendario magnate de la an-
choa, pertenecían a la clase media local. Entonces la naturaleza gastó una
broma cruel. Los cambios ocurridos en las corrientes oceánicas, piimero en
1965 y de nuevo en 1972, junto con la sobreexplotación de los recursos, lle-
varon a la desaparición de los bancos de pesca. con la misma rapidez que ha-
bían encontrado una nueva fuente de riqueza, esta desapareció.
La manufactura añadió otra dimensión al cuadro económico del país.
Hubo cierto crecimiento industrial en los años cincuenta, pero tendió u ãpo-
yar a la exportación en lugar de sustituir a las importaciones: se centró en
productos derivados de los bienes exportados, a menudo para el mercado ex-
terior, en lugar de dedicarse a reemplazar artículos importados en el merca-
218 Historiu contemporátteq de Antéri.ca Lutitw
Cu,rono 6.1. Composici(rn de
do peruano. Este modelo empezó a cambiar en torno a 1960, cuando la pro-
ducción industrial comenzó a incluir artículos como cemento, productos quí-
micos y bienes duraderos. Debido a las clisposiciones legales de carácter li-
Producu¡s
beral, fue el sector extranjero, no los inversores locales, el que aprovechó esta
oportunidad. Durante los años sesenta, al menos 164 importantes corpora- Azúcar
ci,ones extranjeras, muchas cle ellas multinacionales, llegaron a Perú. En 1968. Algodón
la manufactura ya suponía el 20 por 100 del producto nacional bruto (en Café
comparación con el 15 por 100 de la agricultura. el 14 por 100 del comercio Harina tle pescado
y el6 por 100 de la minería), y en 1970 el sector industrial incluía el 14,5 por Plata
100 de la fuerza laboral. Cobre
No obstante, las exportaciones continuaron siendo las soberanas, como se Plomo
muestra en el cuadro 6.1, y, de ellas, el cobre ya era la principal a media- Zinc
Caucho
dos de los años setenta. Los metales suponían el 44 por 100 del total. La ha-
Petróleo
rina de pescado, que se había recuperado algo de la caída de comienzos de
los años setenta, representaba el 13 por 100. El azicar y el algodón juntos su- * Las colu¡nnas no suman l(X) r
maban el 13 por 100 y el café se unía a la lista con un 9 por 100. Fuentes: Rosemary 'fhorp y Cì
Sin duda, el cuadro demuestra que Perú ha contado con una diversidad Open Economy, Nueva York. Colu
Peter Reich eds.. .t/¡¡¡islicr¡l Abstratt
de productos para la exportación desde la década de 1890. La importancia re-
Center, 1978, cuadro 2.732.
como en el caso
lativa de éstos ha variado
-a veces de forma espectacular,
del caucho y el petróleo-, pero el país no ha dependido de una economía de
exportación basada en un solo producto desde el periodo del guano. En este o algodón cle la costa
az.(tcar
aspecto, ha sido afortunado,
en segundo lugar, porque la
A mediados cle los años sesenta, los procesos de cambio económico ya dia Civil nacional y, además
habían producido modificaciones fundamentales en la estructura social del rieron cada vez más protecc
país. En el vértice se encontraba la elite tradicional, las denominadas cua-
ta, como si admitieran su der
renta y cuatro familias, que no era de ningún modo monolítica. El segmento no seguir tratando con los pt
costero de la aristocracia, desde la década de 1890, había participado en la en pastos.
agricultura comercial y en operaciones cle importación-exportación. Era un La clase baja
grupo cosmopolita, inteligente y culto, que tenía su centro de acción en la -probable
era heterogénea. Incluía al p
ciudad de Lima. Eran flexibles y pragmáticos en su modo de abordar lo que arrendatarios de tierras y ob
se les presentaba y a menudo colaboraban con los inversores extranjeros; los campesinos y labradores
también solían permitir que los nuevos ricos y oficiales militares que ascen- sueldo de los barcos pesquer
clían se unieran a sus círculos sociales. ganizados cle las ciudacles; al
La elite serrana era en general más tradicional, tanto en sus actitudes po y los rcsidentes <:n los as
como en su aislamiento. El patrón de provincia estaba atado a la tierra y des. Incluía a los hablantes
mantenía una relación íntima (aunque jerárquica) con los peones que traba- sociedad nacional, así comt¡
jaban para é1. Al mismo tiempo, muchos de estos latifundistas habían lleva-
centro. Era un estrato muy
do a cabo importantes innovaciones en la agricultura, que incluían granjas le- campesinos; costa y sierra; y
cheras en el norte y cría cle ganado en el centro y sur. Esto proporcionó a la
las redes y los lazos familiarr
sierra un nuevo impulso económico. gración ayudaba a reducir lc
En términos de poder político, desde la década de ltl90, la elite serrana
Por supuesto, también
había dependido clel apoyo de la costera pata reforzar su posición y ayudar
constituían una clase mecli¿r
a sofocar las rebeliones. E,n los años sesenta, la autoridad de la oligarquía se-
conciencia de serlo, como la
rrana ya estaba muy erosionacla, en primer lugar porque muchos peones ha- que en su mayoría vivían cn
bían abandonado las haciendas para buscar trabajo en las plantaciones de
Perú 219
Cueono ó.1. Composición de las exportaciones peruanas
(1g90_1976)

Porcentuje rle la cuo¡a de exportación


.regún valor*
l'roduck¡s
t890 I 930 t976
Azú,car
28 l1
Algodón 7
Café
9 l8 6
0,3 9
Harina de pescaclo
l3
Plata
Cobre
-
-1J 4 11
1 10 17
PIomo
4
Zinc _-l 7
Caucho
Petróleo
l3 1
30
+ Las columnas
no surnan 100 ilebi<io a la exclusión
cle algunos productos.

i;:;fi,i"*,lll*.îo;.,.o:"ll'ï
open Econonr, Nuevá ?;',;;;:;;;i,-t,,0-,r,2 Gn¡wth und poticy in on
yorr,'órumr,iai;il;,i;;þ;;:,:,
íä,íí,;i,;¿i,,:^i:,"rí,:íi,,,i!,:i
,,¡ r,,ti, i,,,,"ii.,,'ìc, r.", Åiíåü ùäi_",i;iin American
ä:ïiï%:::;i:::,{)ï:Abs*act

azúcaÍ o algodón cre.l-1 cos,ta o en los


campamentos mineros de las montañas;
en segundo lugar, porque ra gendarmería
rural ru" r""rfrur"à;;", ra Guar_
t-'"ll nacionar y, ademáslros inarosl tas comu¡icrades
1r: cada vez indígenas adqui-
más protección regal duiante el siglo
'eron
ta, como si admitieran su derrora,
xx. En los años sesen_
ãrgunos ratifunclîstas
no seguir tratando con ros peones reãalcitrantes f;;;rd*
decidieron
y convirtieron sus haciendas
en pastos.
La clase baja el g0 por r00 cre ra pobración, si no
cra heterogénea' -probablemente
Incluía al proletaria¿" i*"1 ae Ias ptänia.ioiä,
más_
arrendatarios de rierras y obrerus contratados. oru.ur".ur,
a" rá.'.ã-pár"iã"urguoon y u
los campesinos y rabradôres de rut
risten.ia cre la sierra; a ros pescadores
suelclo de los barcos pesqueros, los a
mineros de las monraá* ili.ureros
ganizados cte tas ciucradei; al serviciu v or_
,roÀzrtr"o ,r" Lil; i;, il;;", crer cam_
po y los residentes en kls asentamientos
des' I'cluía a ros hablantes de qu".rr*
-y
ilegares de ras afueras de las ciucla_
aymara de ros márgenes de ra
sociedad nacional, así como n lor
u0.".ãs'que participaban en huergas crel
centro' Era un estrato muy gran<ie, trividicro
en tres dimensiones: obreros y
campesinos: cosra y sierrai y no
indios e in,li.rs. No uurronì". ;;"i, práctica,
las redes y los razoi famiriaräs
hr.í*i.;;"nt" ,nbr" esas divisiones y Ia mi_
gración ayudaba a recluci¡ l<ls importantå,
uu.¡o, geográficos.
Por supuesto, también habíá otra g.nt.,
constituían una clase media (en
,".tores medios que aún no
r"ntião'¿e clase,n.iut lot"lànr" y.on
conciencia de serlo' como ra iurgida "t .n Èuropu occidental
que en su mayoría vivían en zonas en el siglo xrx),
urbanas. tiesurta rignifì.ntiuã que,
según
220 Llistoria contemporánea de América Latina

una estimación de los años sesenta, cerca de la mitad de los asalariados de en el mismo momento en q[
los sectores medios tuvieran cargos en el gobierno, incluido el ejército. Pare- invitó a un equipo militar fr
ce que la burocracia, así como el comercio, se había convertido en la ocupa- de las fuerzas peruanas. Pol
ción fundamental del sector medio. y ágil para aprovechar las
Mediante estas transformaciones, la sociedad peruana se hizo más urba- nombre ambiguo: "el caudil
na. La población nacional aumentó de 3 millones en 1900 a 17,7 millones en Tias su salida del gobier
1980, y la proporción urbana ascendió en el mismo periodo de un 6 por 100 dillismo conocida como gan
a un 45 por 100 (en 1975). Lima conservó su posición dominante, con 4,5 mi- se restringió a la elite de la
llones de habitantes en el área metropolitana, pero otras ciudades también peletas no eran secretas y lc
crecieron. Aunque no estaba tan urbanizado como Argentina o Chile, Perú nes a las urnas y asegurarse
presentaba el mismo grado que Brasil. Era una sociedad compleja y cam- la sierra se habían elegido ¡
biante, que guardaba un potencial de conflicto político. Regresemos ahora a que apoyaran al presidente, i
la historia política peruana pâra ver cómo surgió. cales.Y la elite costera, con
seguía el camino del crecim
alianzas que Piérola había e
Gobierno oligárquico La muerte imprevista dt
una breve crisis sucesoria qr
Los militares continuaban dominando la política peruana a comienzos de la rante su presidencia, para af
década de 1890. El general Andrés Cáceres y el coronel Remigio Morales to público que se le destin¿
Bermúdez se intercambiaron el poder entre 1885 y 1895, mientras que el puestas para una legislació
Contrato Grace recibía la aprobación del Congreso, pero la política cambió escepticismo). Mediante su
bajo la influencia de ideas nuevas. Cuando en Argentina surgía la Genera- guía, estableció una serie dt
ción de 1880 y México fomentaba a sus científicos, Perú produjo una clase si- papel estatal en el fomento
milar de dirigentes civiles. De educación elevada, neopositivistas por forma- todos fue la Compañía Pert
ción y liberales por sus ideas, componían una especie curiosa: como no hay Como para ratificar estr
un término mejor, podrían clasificarse como tecnócratas aristocráticos. cia tras unas elecciones nad¡
Su representante inicial fue Nicolás de Piérola que, como joven e impe- bre de empresa de mucho
tuoso ministro de Hacienda de José Balta, había negociado el cuestionable portación, y había ocupadc
contrato Dreyfus de 1869. Ahora, con más experiencia y como católico mís- Perú. Una vez en la preside
tico y revolucionario científico, trataba de reconciliar idealismo y materialis- ocupara del guano, ahora c¿
mo. Para mejorar su posición y conseguir seguidores creó el Partido Demó- frentado a una revuelta fort
crata partido político del país, ya que el primero había sido el cho, a lo largo de su carrer¿
-el segundo
Civilista- y en 1895 se convirtió en presidente. la sustancia de las meditlas
Avido por promover la expansión orientada a la exportación que co- ñando a los políticos y abs,
menzó en la década de 1890, Piérola pasó a fortalecer la clasificación crediti- de ley y orden.
cia de Perú. Ajustó la legislación impositiva y aumentó los impuestos sobre Resulta bastante irónic,
el comercio, lo que duplicó los ingresos del gobierno durante su mandato de mo Billinghurst, que ganó I
cuatro años. La reanudación de los pagos de la deuda exterior restauró la bía hecho una tímida aparir
reputación del país ante los comerciantes y acreedores extranjeros. Thmbién textiles y otras, y en 191 I s
estableció un Ministerio de Fomento para asistir a los empresarios locales inflación. Próspero hombre
y contar con los medios para que el gobierno participara en el crecimiento inglés, Billinghurst hizo la c
económico. mesa de una barra de pan r
En política, dio curso a una ley para el sufragio directo y fortaleció los Grande> Billinghurst.
gobiernos municipales. Quizá con la esperanza de desechar las perspectivas Su esperanza era recon(
de intervención militar, decidió profesionalizar las fuerzas armadas y en 1898, manto del capitalismo ilustr:
Perú 221

en el mismo momento en que Chile y Argentina recibían misiones alemanas,


invitó a un equipo militar francés para que le asesorara en la modernización
de las fuerzas peruanas. Político clarividente, empeñado en el gobierno civil
y á,gil para aprovechar las ventajas, Piérola se hizo acreedor de un sobre-
nombre ambiguo: <el caudillo democráticor.
Tias su salida del gobierno, la política peruana entró en una era de cau-
dillismo conocida como gomonalismo. La competencia efectiva por el poder
se restringió a la elite de la clase alta. Se celebraban elecciones, pero las pa-
peletas no eran secretas y los latifundistas podían llevar a sus obreros y peo-
nes a las urnas y asegurarse de que votaban lo correcto. Los hacendados de
la sierra se habían elegido para el Congreso nacional, donde era tradicional
que apoyaran al presidente, a cambio de poderes incontrolados en sus foros lo-
cales. Y la elite costera, consolidando su control sobre la política económica,
seguía el camino del crecimiento orientado a la exportación. Las cuidadosas
alianzas que Piérola había establecido con los latifundistas funcionaban bien.
La muerte imprevista del presidente Manuel Candamo en 1904 precipitó
una breve crisis sucesoria que se resolvió con la elección de José Pardo. Du-
rante su presidencia, para apoyar la educación, aumentó el porcentaje de gas-
to público que se le destinaba de un 9,6 aunI7,2 por 100, y presentó pro-
puestas para una legislación social y laboral (que el Congreso recibió con
escepticismo). Mediante su eficiente ministro de Hacienda, Augusto B. Le-
guía, estableció una serie de organismos públicos para definir y fortalecer el
papel estatal en el fomento del desarrollo económico. El más prominente de
todos fue la Compañía Peruana de Vapores.
Como para ratificar esta política económica, Leguía asumió la presiden-
cia tras unas elecciones nada controvertidas, celebradas en 1908. Era un hom-
bre de empresa de mucho éxito, que tenía intereses en los seguros y la ex-
portación, y había ocupado el cargo de presidente del Banco Nacional de
Perú. Una vez en la presidencia, estableció un organismo estatal para que se
ocupara del guano, ahora canalizado por completo al consumo nacional. En-
frentado a una revuelta fortuita en 1909, encarceló a sus adversarios. De he-
cho, a lo largo de su carrera, Leguía mostró mucha mayor preocupación por
la sustancia de las medidas que por los proceclimientos de consulta. Desde-
ñando a los políticos y absorto en la administración, proclamó su demanda
de ley y orden.
Resulta bastante irónico que le sucediera un populista errante, Guiller-
mo Billinghurst, que ganó las elecciones de 1912. El movimiento obrero ha-
bía hecho una tímida aparición en Perú en 1904, con huelgas en las fábricas
textiles y otras, y en 191 1 se presenciaron algùñas protestas serias contra la
inflación. Próspero hombre de empresa y periodista, nieto de un oficial naval
inglés, Billinghurst hizo la campaña sobre una plataforma que incluía la pro-
mesa de una barra de pan mayor por cinco centavos. De ahí su apodo, ,.Pan
Grande', Billinghurst.
Su esperanza era reconciliar los intereses de obreros y empresarios bajo el
manto del capitalismo ilustrado. Tenía un toque de demagogo y en cierto modo
222 I-listoria contem¡torúneu de Antéricu Lutina

era comparable a Hipólito Yrigoyen de Argentina. Propuso la vivienda públi- do a que es prematuro entre r
ca, proclamó su apoyo a la jornada cle ocho horas diarias y en 1913 consiguió Reaccionanclo a [a alarma rt
el apoyo del Congreso para una legislación laboral que garantizaba la nego- descontento de la clase obre
ciación colectiva. Estudió las condiciones del campesinado pero, sensible a sus miento obrero, una alianza qt
límites, no emprendió ninguna acción. Sus seguidores estaban en las ciudades, sulta irónico que Leguía inte
no en el campo, y empezó a fomentar manifestaciones callejeras en apoyo de sus
el jefe del ejecutivo al que ha
medidas. Estupefacta ante tales acontecimientos, la elite cerró filas contra el pre- El primer paso fue aju:
sidente. En 7914, Billinghurst cayó víctima de un golpe militar. asamblea dócil redactó una
Al año siguiente, el poder recayó en los tecnócratas civiles. y José Prado, z.aba el gobierno tle Leguía '
que ya había sido presidente de 1904 a 1908, comenzó otro mandato de cua-
Se otorgaban al gobierno Po
tro años. A pesar de su posición como católico practicante, supervisó la pro- impuestos y supervisar las rt
mulgación de una ley que establecía la tolerancia religiosa. Como la primera asumir la responsabilidad d
guerra mundial continuaba, acabó cortando relaciones con Alemania, en par-
a formular sus medidas sin
te con la esperanza de obtener el apoyo estadounidense contra Chile, que era que habían desesperado a I
neutral desde el punto de vista técnico. pero pro alemán, Pardo dio curso a iba a haber elecciones simul
alguna legislación laboral, incluidas regulaciones para mujeres y niños. Bi- legislativas, con lo que prác'
llinghurst estaba en lo cierto al preocuparse por este sector, ya que fue en él el jefe del ejecutivo.
donde Pardo se enfrentó al mayor desafío. En enero de 1919, mientras ha- Leguía pudo consolidar
cían erupción protestas obreras en Buenos Aires, Santiago y São Paulo, los y decadencia de los partidol
obreros de Lima y El Callao proclamaron una huelga general de tres días. Liberal y Constitucionalista
Apoyados por los estudiantes desplazados desde la Universidad de San Mar-
tes, sino vehículos personalt
cos, demandaban alimentos a precios más bajos, una jornada de ocho horas y
ciones inestables que se att
la promulgación de otra legislación. Pardo tuvo que acudir al ejército para dis-
frentarse a los retos existent
persar a los obrerosy araíz de la violencia accedió en parte a sus demandas.
retiraron en silencio. Realn
Los choques de 1919 también llevaron a la formación de la organización lante, la política peruana ha
obrera más importante de Perú, la Federación Obrera Regional Peruana tes y duraderos.
(FORP). Su liderazgo era moderado y pretendía, de forma infructuosa, como
Leguía silenciaba sus cr
después se vio, la negociación colectiva en toda la industria y que fuera de
Germán Leguía y Martínez
ámbito nacional. A mediados de 1919 también aparecieron un Partido Socia- mano libre para forzar a lo'
lista y un Partido de los Obreros, de orientación más marxista, pero el movi-
lió a Antonio Miró Quesad¡
miento obrero y el activismo estaban todavía en sus primeros estadios. virtiéndolo en un periódico
dras de la universidad a los
los estudiantes que en otr(
Leguía: eI Oncenio 1924. Lcguía llcgó a apropi;
de Perú al Sagrado Corazó
E,n medio de esta confusión, el antiguo presidente Augusto B. Leguía rcgre-
reprimidas con facilidad y '
só del extranjero, reunió un amplio apoyo y ganó las elecciones de 1919. Lue-
nos a treinta estudiantes un
go ejecutó un programa maestro. Declarando que Pardo y el Congreso orga-
líder en alza llamado Vícto
nizaban un complot para anular su victoria, obtuvo el apoyo militar para un
Otras formas de descon
golpe. El 4 de iglio tomó con sus camaradas el palacio nacional, envió a Par-
cumplimiento de la Constit,
do al exilio, disolvió la legislatura y se instaló en el podcr. Así comenzó su indios bajo la dirección actir
dictadura, acontecimiento recordado en el Perú como el Oncenio.
do comenzó a investigar los
Tras un inicio acordado a la carrera, Leguía definió los o6îetivos de su ré-
gamonales reaccionaron y I
gimen.
"He venido no sólo a liquidar el antiguo E,sta<Jo de las cosas -se in- para aplastar un levantamic
forma que dijo-, sino también a detener el avance del comunismo que, debi- ,,
ca, los campesinos y los ind
Perú 223

do a que es prematuro entre nosotros, produciría unas consecuencias terribles.>


Reaccionando a la alarma roja de 1919, propuso reducir de forma gradual el
descontento de la clase obrera levantando una coalición entre capital y movi-
miento obrero, una alianza que anunciara la fundación de una nueva patria. Re-
sulta irónico que Leguía intentara completar la tarea iniciada por Billinghurst,
el jefe del ejecutivo al que había enviado al exilio algún tiempo antes.
El primer paso fue ajustar el control del poder político. En [920, una
asamblea dócil redactó una nueva Constitución, un documento que legitimi-
zaba el gobierno de Leguía y daba curso al papel del Estado en la economía.
Se otorgaban al gobierno poderes explícitos para establecer precios, imponer
impuestos y supervisar las relaciones entre empresarios y trabajadores. Iba a
asumir la responsabilidad de la educación y asimilación de los indios e iba
a formular sus medidas sin las enmarañadas relaciones ejecutivo-Congreso
que habían desesperado a las administraciones anteriores: cada cinco años
iba a haber elecciones simultáneas para la presidencia y para las dos cámaras
legislativas, con lo que prácticamente se aseguraban mayorías efectivas para
el jefe del ejecutivo.
Leguía pudo consolidar semejante poder en parte debido a la debilidad
y decadencia de los partidos políticos de línea antigua: Civilista, Demócrata,
Liberal y constitucionalista. De hecho, nunca habían sido instituciones fuer-
tes. sino vehículos personales, creaciones de caudillos individuales, organiza-
ciones inestables que se autoperpetuaban. En 1.920, eran incapaces de en-
frentarse a los retos existentes, ya provinieran de las masas o de Leguía, y se
retiraron en silencio. Realmente, con una sola excepción, descrita más ade-
lante, la política peruana ha padecido una ausencia relativa de partidos fuer-
tes y duraderos.
Leguía silenciaba sus críticas de forma agresiva. El ministro del Interior,
Germán Leguía y Martínez, sobrino suyo conocido como <El Tigre>, tenía
mano libre para forzar a los oponentes a abandonar el país. El régimen exi-
lió a Antonio Miró Quesada, editor de El Cornercio,y tom6 La Prensa,con-
virtiéndolo en un periódico progubernamental. El dictador echó de sus cáte-
dras de la universidad a los profesores disidentes y también se volvió contra
los estudiantes que en otros tiempos le aclamaron como su .mentor>. En
1924, Leguía llegó a apropiarse de la religión, cuando consagró la República
de Perú al Sagrado Corazón de Jesús. Las manifestaciones en contra fueron
reprimidas con facilidad y úilizó la ocasión para detener y deportar al me-
nos a treinta estudiantes universitarios, entre los que se encontraba un joven
líder en alza llamado Víctor Raúl Haya de la Tog9.
Otras formas de descontento fueron despachadas con igual eficiencia. En
cumplimiento de la Constitución de 1920. Leguía creó una oficina de asuntos
indios bajo la dirección activa de Hildebrando Castro Pozo. Sin embargo, cuan-
do comenzó a investigar los títulos de tierras y otras delicadas cuestiones, los
gamonales reaccionaron y Leguía entró en acción. En 7923, envió al ejército
para aplastar un levantamiento indio en la sierra, A pesar de la retórica públi-
ca, los campesinos y los indios no tenían un lugar genuino en su coalición.
224 Historia conÍemporúnea de América Lutintt

Para construir la nueva patria, emprendió un vigoroso programa de obras


públicas. Con los ingresos procedentes de la exportación, invirtió en trans-
L
y puentes y construyendo más
þortes e infraestructura, mejorando carreteras Los altibajos ocurridos en I
äe 1.000 nuevos kilómetros de ferrocar¡il. Parte de la mano de obra provino
raron varios tipos de crítica
de la infame conscripción vial, que obligaba a los varones pobres del campo
denunciaban a los españolcr
a trabajar en la consìrucción de forma gratuita, y también fomentó la inver-
les o nuevas incclrporaciont
sión exiranjera. En 1925, las propie¿acles de la Cerro de Pasco Copper Cor-
se centraban en la base ma
poration llegaban a los 50 miílonès de clólares y la IPC se estaba preparando
tuales tres mereccn una atel
þara explotar los campos petrolíferos de La Brea-Pariñas. los Mariátegui y Víctor Rar
La piedra angular de la política económica de Leguía era, por supuesto'
González Prada, nacido
el fomento del modelo de crecimiento orientado a la exportación-importa-
deseaba reavivar el espíritu
ción. El tlescenso de posguerra de los ingresos por comercio exterior aumen-
Perú había perdido su valor
tó la presión sobre ei sisiema, pero no hizo que se apoyara el desarrollo in-
no le había llevaclo a la cle¡
dustrial. Ya antes de la primera guerra mundial Perú había comenzado a
elemento cle corrupcitin, nt-l
comprar la mayoría de sus importaciones a Estados unidos y no a Europa,
ción parecía ilícito. La gent
por l,o que la escasez de suministros durante la guerra no fue tan severa como
de posguerra redujo avistado al fondo un sol de (
þara otios países latinoamericanos. El retraso comercial a sus hijas. los hermanos a -.
àl capital d-isponible para inversiones, por supuesto, y los empresarios colo-
de la década de 1890, vitup
,uron lo que tenían en operaciones que presentaran una seguridad relativa,
buscar su renovación aunai
es decir, en los ámbitos favorecidos por el programa de obras públicas de Le-
violencia si fuera necesario.
guía, tales como la construcción o bienes raíces. En consecuencia, todos los
banqueros e tuar. <Los viejos a la tumb
principales socios de la elite capitalista peruana
importadores- expresaron su alarma cuando
-comerciantes,
los términos del comercio co- mo-, los jóvenes a trabajar
de la moneda nacional. (Aunque Uno de los más agudos
-.nruron a apuntár hacia la depreciación critor y periodista de oríger
la devaluación favorece las exportaciones y a menudo es recomendada por
en el representante del indi¡
los productores, la elite peruana en esta ocasión estaba más interesada en re-
dención de las clases obrer¿
tenôr su capacidad de importar artículos del exterior o de invertir en el mer-
peruanas están compuestos
cado internacional.) La administración de Leguía los escuchó' En 1922, el
la redención de esos indios.
banco central vendió una gran cantidad de oro y reservas de divisas, y a me-
é1, la cuestión india tenía s
diados de la década se consiguió un crédito importante con el propósito ex-
Todo esfuerzo paÍa resolver
preso de mantener un tipo de cambio alto para el sol peruano.
métodos educativos o proyc
Leguía siguió una activa política exterior con los países vecinos. En 1927,
ficial mientras existiera el
su gobierno saldó una antigua disputa fronteriza con Colombia' Dos años
quienes se atormentaban c
clesþués, en 1929,llegó a urio.u"t.io con Chile: la provinciá norteña de Tac-
una respuesta cáustica: la c
na pasaría a perú y Arica seguiría bajo conirol de Chile. Con ello, por fin se
barata de los parásitos de I
puso término a la guerra del Pacífictl, tan ignominiosa para Perú'
dad utópica adaptando el c<
Dentro de este entorno político construido con tanto cuidado, no tuvo
ma de organización colrìu11¿
problemas para conseguir ser reelegido en 1924 y 1929. Parecía invencible.
En 1926 Mariátegui lan
Sus seguidores controlaban el Congreso, mientras que sus adversarios esta-
arte y la política. Su colecc;
ban en el exilio o en la cárcel. Durante los años veinte fué considerado
libro como Siete ensuyos d
como la quintaesencia del tecnócrata aristocrático: como los científicos clel
ayudó a fundar un Particlo
México pierrevolucionario, Leguía y sus seguidores hicieron una política
Comunista. En t930, a la e
económiòa que cumpliera las prescripciones de la expansión capitalista
medad crónica. Perú, y tod.
orientada a la exportación. Pero, como en el caso de México, no pudo du-
dores políticos más creativ(
rar eternamente.
Perú 225

La crítica reformista
Los altibajos ocurridos en la historia peruana clesde la independencia inspi-
raron varios tipos de críticas internas. Algunos culpaban a los indios y otros
denunciaban a los españoles. Algunos querían elevar al país con nuevos idea-
les o nuevas incorporaciones cle tracliciones espiritualei, mientras que otros
se centraban en la base material del progreso nacional. Entre estos intelec-
tuales tres merecen una atención especial: Manuel Gonzáiez prada, José car- i
los Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre.
González Prada, nacido en 1848, cle ascencrencia aristocrática y española,
deseaba reavivar el espíritu patriótico tras la guerra del pacífico. pênsába que
Perú había perdido su valor moral y la falsa prosperidad del periodo del gua-
no le había llevado a la degcneración, según é1, los ricos sirvieron como un
elemento de corrupción, no de progreso material. Ningún medio de adquisi-
ción parecía ilícito. La gente se habría arrojado a unaãlcantarilla si hubiera
avistado al fondo un sol de oro. Los esposos vendían a sus esposas, los padres
a sus hijas, los hermanos a sus hermanas. Influido por el soCialismo europeo
de la década de 1890, vituperaba el capitalismo y el catolicismo. perú debía
buscar su renovación aunanclo fuerzas con sus indios para derribar, por la
violencia si fuera necesario, el sisterna prevaleciente. Eia el momento de ac-
tuar. <Los viejos a la tumba en una famosa exclamación de áni-
mo-, los jóvenes a trabajar.> -declaró
. uno de los más agudos críticos de Leguía fue José carlos Mariátegui, es-
critor y periodista de orígenes humildes. Socialista en el fondo, se convirtió
en el representante del indigenismo. El socialismo predica solidaridad y la re-
dención de las clases obreras, razonaba. cuatro quintos de las clases obreras
peruanas están compuestos por indios andinos. Así pues, socialismo significa
la redención de esos indios. ¿De qué modo? La tierrà era la respuesta. Según
é1, la cuestión india tenía sus raíces en el sistema de posesión de la
tierra.
Todo esfuerzo para resolverlo con medidas administrativas o protectoras, con
métodos educativos o proyectos de carreteras, representaba una labor super-
lìcial mientras existiera el feuclalismo cle los grancles latifundistas. y para
quienes se atormentaban con la supuesta decadencia racial de perú, tènía
una respuesta cáustica: la degeneración del inclio peruano es una invención
bar¿ta de los parásitos de la mesa feudal. En sumã, quería crear una socie-
dad utópica adaptando el colectivismo cler imperio incá y en particular la for-
ma de organización comunal cJel ayttu.
En 1926 Mariátegui lanzó un infruyente periódico, Arrygtûa, dedicado al
arte y la política. su colección más famosa de escritos apàieció en forma de
libro como siete ensayos de interpretación de ta reatidid peruana. En L929
ayudó a fundar un Partido Socialista que pronto se afilió a la Internacional
comunista. En 1930, a la edad de treinta y cinco años. murió de una enfer-
rnedad crónica. Perú, y toda América Latina, perdieron a uno de sus pensa-
clores políticos más creativos.
226 Historia conten'tporánea de Américtt I'utina
de ìa Torre' que de estu- cn un acceso de frustración, t
Compañero y rival suyo era Víctor Ra-úl Haya
mismo año' en Ciudad de pa. Regresó unos meses des¡
diante había sido .*ifiaJoiot Leguía en 1924' Ese
Alianza Popular Unión Revolucionaria' Su P:
México, Haya de la Torre'había îundado lo que denominó. Mariáte-
algunas ideas-con Aprista.
Revolucionaria Rmericana (APRA)' Compaitía
acción' El APRA' un La campaña de 1931 rest
gui e intentaba crear un intì.u-"nio prácíico para la-
para la
proyecto bastante grundioro. proclamé. un.ptugturnu.
d" tin:-o-LTntos y controvertidos de la histori
unidad po-
I

redención de *In¿oamJii.a,,:'resistencia af imþerialismo lunqui: ria, programas de extensión ¡


cle la tierra y de la
I
,r
no consideremos a todo nuel
lítica de América I-utinå (inOoamérica), nacionalización I

Panamá y' cle modo más general' mismos derechos y deberes.


industria, internacional¡"^tiOn del canai de i

Para Perú' por fin'.declaraba un dispensable de la nación"' F


soliclaridad con los oprimidos del mundo'
la economía' nacionalización a la perversidad del imPerialis:
pi"Àtrt, rna* "rp""rücu: control estatal de
políticas y los
largo plazo o" to, ,".ior"s clave y protección de las libertades una campaña intensa, marca
derechos humanos.
aprismo (así se conocía al m
HayadelaTorreeraunbrillanteorganizacloryunorador.electrizante' en la región costera del nor
ctã_ perú. Bajo su retórica.populista deaban Tiujillo, donde la m<
qu.^åã'rpu?* fundó el pãriiào aprista
medios de la socie- miento social y a la frustracj
yacía una pr"o.upu"rån por ef Uiànestâr de los sectores
dad. Como una vez declaró: <Es este grupo medio
al que el avance del im- dad tradicional; el Partido tt
nues- lugares. Pero al final fue Sá
p"ü"rìr_" empuja a la ruina ,.. Las grandes firmas extranjeras extraen no
país' En consecuencia' de 152.062 votos contra los
tra riqueza y entonces la venden fueia de nuestro
es entonces la clase opri- A continuación vino la ¡
hay oportunidades pura nu"rtra clase media. Ésta
misas marxistas, ofrecía una
mida que dirigirá la revolucióno'
Con revoluciOn o ,in debido a su base del sector medio o a pesar de También había un movimiet
"ttu' algunos conservadores simP
ella,elAPRAibaaconvertirseenelpartidomásduraderodelahistoria
dePerúeibaatenerunimpactoimportanteenelcursodelapolíticanacio- Riva Agüero era elocuente
nal, hasta su ignominiosa dêfunción a finales de los
años ochenta' ba-, arriba el Estado corPc
ritarismoo. Era tiemPo de u

Coqueteo con las alternativas No puede haber térr


cia, capitalismo, la tradi
en realidad están disfra:
LaGranDepresiónSupusounapérdidainme<liataparalaeconomíaperua- única solución es regres
na.Losingresosporexportacióncayeronenpicado(comomuestralafigu- nada ahora en el fascisn
Frente a la cri-
ra 6.1), los ingresos disminuyeron y aumentó èl descontento.
suscitaron
,ir, tu"incomictencia y la âecadéncia del gobiernq 9". !"F.uía Luis M.
.ãi"ru y despiecio. Enigosto de 1g30, un joven oficial del ejército, No resulta sorprendente qt
en Arequipa, que terminó con el co en España tuviera nume
Sánchez Cerro, encabezá un alzamiento
B' Leguía (que más tarde murió en vil española.
derrocamiento ¿el presldente Augusto
La tensión continuó au
la cárcel).
SánchezCerrosepusoalfrentedeunajuntamilitaryPerúse.embarcóen ta trató de asesinar a Sáncl
sin lugar a dudas, dio un do a aplastar a los aPristas,
una nueva era política. De orígenes modesios, cholo
toque clistinto ál .urgo ejecutivã. Mientras hacía campaña
por.todo el país para ción en la ciudad de Truji
obicner la legitimidiã d. tu iunta y para adelantar sus ambiciones
personales, incluida la guarnición mil
consiguió unã fuerte adhesión populu.. No ofrecía una
ideología coherente, pronto a los apristas, que (
p"ro Ëru evidente que intentaba fôrjar una coalición populista entre elemen- por órdenes superiores, lot
i.s escogidos de la arist.cracia y lai masas trabajadoras. En marzo de ejército, a quince policías '
1931'
Perú 227

en un acceso de frustración, renunció a su cargo y se embarcó rumbo a Euro-


pa. Regresó unos meses después, esta vez como candidato presidencial de la
Unión Revolucionaria. Su principal rival era Haya de la Torre y el Partido
Aprista.
La campaña de 1931 resultó ser uno de los acontecimíentos más fatídicos
y controvertidos de la historia peruana. Sánchez Cerro pedía la reforma agra-
ria, programas de extensión agraria y la asimilación de los indios: <Hasta que
no consideremos a todo nuestro pueblo, indios y no indios, peruanos, con los
mismos derechos y deberes, nunca surgirá la unidad que es el elemento in-
dispensable de la nación>. Haya de la Torre replicaba haciendo hincapié en
la perversidad del imperialismo y la existencia de desigualdades sociales. Fue
una campaña intensa, marcada por la violencia y las acusaciones mutuas. El
aprismo (así se conocía al movimiento del APRA) reveló fortaleza electoral
en la región costera del norte, en particular en las zonas azucareras que ro-
deaban Tiujillo, donde la modernización económica había llevado al disloca-
miento social y a la frustración popular aceÍca de la destrucción de la socie-
dad tradicional; el partido también recibió un amplio apoyo en Lima y otros
lugares. Pero al final fue Sánchez Cerro quien ganó con un recuento oficial
de 152.062 votos contra los 106.007 de Haya de la Torre.
A continuación vino la polarización. El movimiento aprista, con sus pre-
misas marxistas, ofrecía una crítica de izquierdas sobre la sociedad peruana.
También había un movimiento formidable de derechas. Como en Argentina,
algunos conservadores simpatizaban a las claras con el fascismo. José de la
Riva Agüero era elocuente sobre el tema: <Arriba el catolicismo
ba-, arriba el Estado corporativo y el fascismo, con orden, jerarquía -declara-
y auto-
ritarismo',. Era tiempo de una acción decisiva:

No puede haber término medio. O a la derecha o a Ìa izquierda. Democra-


cia, capitalismo, la tradición libe¡al, todos representan un término medio que
en realidad están disfrazando el comunismo o el camino cierto hacia él ... La
única solución es regresar a la tradición medieval, católica e hispánica encar-
nada ahora en el fascismo.

No resulta sorprendente que el movimiento de derechas de Francisco Fran-


co en España tuviera numerosos simpatizantes en Perú durante la guerra ci-
vil española.
La tensión continuó aumentando. A comienzos de 1932, un joven apris-
ta trató de asesinar a Sánchez Cerro. El presidente estaba ahora determina-
do a aplastar a los apristas, pero éstos tenían sus propios planes de insurrec-
ción en la ciudad de Tiujillo, Los rebeldes lograron tomar toda la ciudad, 7
incluida la guarnición militar. Una poderosa columna del ejército rodeó il

pronto a los apristas, que decidieron huir. En el pánico que siguió, y quizás
por órdenes superiores, los insurgentes ejecutaron a unos diez oficiales del
ejército. a quince policías y a veinticinco civiles, todos rehenes. Cuando las
228 Historiu conÍentporánea de Améri<'u Lutittu

económica, un periodo q
dencia del país de los mer
a la cabeza, las exportac
Pero debido a la Gran D
capital extranjero se bati
producidas por empresas
los años veinte y a un 30
1967, subiría hasta un 5C
ayuda gubernamental, ol
zinc, y también sobre p;
aumentó durante los añc
de todos modos parecía r
economía si así lo decidí
Benavides mostró ci'
su gobierno comenzó a
estatal. El comercio se t
frente al dólar. Utilizó ur
obras públicas y proyect
ras, viviendas para la cla
rio. Apoyó al banco agr
los plantadores de algod,
de las empresas mercant
En la arena política,
grar el consenso naciona
bia le ganaron aprobacit
un primer momento, ofrl
go, a medida que se inte
al pro fascista Riva Agü
Un cartel electoral aprista expresa la perspectiva det partido y la intensidad de la anuló las elecciones gan
campaña de 193 l. (Colección privada,) mantuvo en el poder du
En 1939 la presider
adoptó una postura con(
tantes expresaron su ap(
tropas gubernamentales dcscubrieron csta atrocidad, ejecutaron sumaria- durante la segunda guer
mente al menos a 'l .000 (las estimaciones llegan hasta 6.0t)0) residentes de la ve enfrentamiento milit
ciudad sospechosos de haber concedido apoyo armado a los apristas. Este de- fronterizo con Ecuador.
sagradable intercambio de ascsinatos cstablcció el tono de las relaciones en- efecto curativo.
tre el APRA y el ejército a partir de entonccs. Para los militares tomó el ca- En 1945 el triunfo el
rácter de una lucha encarnizada y convenció a muchos oficiales de que nunca se presentó como candir
debían dejar que el APRA llegara al poder. del APRA. Pronto se e
Mientras tanto, Sánchez Cerro intentaba consolidar su podcr e impulsó delegados apristas en el
una nueva Constitución. En abril de 1933. otro pistolero aprista logró asesi- tivo. La inflación y la es
I narlo, Acosado por una nueva crisis, cl Congreso cligi<i al general Oscar nómicos. Y en medio dc
' R. Benavides para ocupar el cargo hasta que terminara el mandato. trato que otorgaba a la ì
Cuando éste ocupó la presidencia, Perú entró en una fase de transición Sechura.
Perú 229

económica, un periodo que presentaba la oportunidad de reducir la depen-


dencia del país de los mercados e inversiones internacionales. Con el algodón
a la cabeza, las exportaciones comenzaron a recuperarse a partir de 1933.
Pero debido a la Gran Depresión y después a la segunda guerra mundial, el
capital extranjero se batió en firme retirada: la proporción de exportaciones
producidas por empresas extranjeras cayó cerca de un 60 por 100 a finales de
los años veinte y a un 30 por 100 o menos a finales de los años cuarenta. (En
1967, subiría hasta un 50 por 100.) Los empresarios nacionales, a veces con
ayuda gubernamental, obtuvieron cada vez más control sobre el plomo y el
zinc, y también sobre parte de la plata y el oro. La producción petrolera
aumentó durante los años treinta. La capacidad industrial era modesta, pero
de todos modos parecía que Perú se estaba volviendo capaz de reorientar su
economía si así lo decidía.
Benavides mostró cierto deseo de aprovechar la oportunidad. En 1934,
su gobierno comenzó a ocuparse del desarrollo del petróleo bajo dirección
estatal. El comercio se duplicó de 1933 a 1936 y el sol permaneció estable
frente al dólar. Utilizó una buena parte de los ingresos gubernamentales para
obras públicas y proyectos sociales, que incluían la construcción de carrete-
ras, viviendas para Ia clase obrera y un sistema de seguridad social obligato-
rio. Apoyó al banco agrícola fundado en 1931 para proporcionar créditos a
los plantadores de algodón y otros latifundistas, con lo que se redujo el papel
de las empresas mercantiles extranjeras.
En la arena política, Benavides trató de reducir la polarización y de lo-
grar el consenso nacional. La solución de una disputa fronteriza con Colom-
bia le ganaron aprobación y tiempo, pero el camino resultó accidentado. En
un primer momento, ofreció la amnistía a los apristas encarcelados, pero lue-
go, a medida que se intensificaba el conflicto, nombró como primer ministro
al pro fascista Riva Agüero. Siguieron severas medidas. En 1936, Benavides
anuló las elecciones ganadas por un candidato apoyado por los apristas y se
mantuvo en el poder durante tres años más.
En 1939 la presidencia pasó a Manuel Prado, un civil moderado que f'
adoptó una postura conciliatoria hacia los apristas. Todos los partidos impor-
tantes expresaron su apoyo por la posición de Prado en favor de los Aliados
durante la segunda guerra mundial. Pg¡ú también salió victorioso de un bre-
ve enfrentamiento militar y obtuvo un triunfo diplomático en un conflicto
fronterizo con Ecuador. Los asuntos exteriores parecían estar teniendo un
efecto curativo.
En t945 el triunfo electoral fue para José Luis Bustamante y*Riyero, que
se presentó como candidato del Frente Democrático Nacional, con el apoyo
del APRA. Pronto se enfrentó a una serie de batallas políticas, cuando los
delegados apristas en el Congreso intentaron recortar la autoridad del ejecu- i
tivo. La inflación y la escasez de alimentos plantearon graves retos socioeco-
nómicos. Y en medio de la controversia pública. Bustamante aprobó un con-
trato que otorgaba a la IPC el permiso para buscar petróleo en el desierto de
Sechura.
230 Llistoria c'onlemporúnea de Antérica Lutinu
Para fortaleccr su aul
Prado y Bustamante juntos promovieron la modesta reorientación de la
sarios, cn cspecial de los
economía peruana. Aumentaron de forma considerable el gasto guberna-
cárcel buscanclo refugio e
mental (que Benavides había intentado mantener controlado). Introdujeron
ranlc más dc cinco años.
un sistema de tipo de cambio fijo y establecieron controles a la importación
cia se dispersó y las libert
junto con el racionamiento de las divisas. También lanzaron un plan para el
Odría consolidó su p
control estatal del hierro y la planta de acero. En resumen, modificaron la oposición- y procedió a
sencla del desarrollo económico peruano al menos en dos aspectos cruciales:
te. comenzó a emular el
fortalecieron el papel del Estado y redujeron la dependencia de las importa-
Cortejó a las masas obret
ciones y exportaciones. Todo ello suscitó la ira de los productores dedicados
ral. Derrochó fondos en ,

a la exportación, en particular de los plantadores de azucar,


Lima. Creó un séquito de
Un eje central de la política de Prado y Bustamante era la diversifìcación
sa. María Delgado de O,
de la agricultura, lo que llevó a una serie de medidas que los magnates azu-
régimen, extendiéndoles
careros consideraron amenazadoras y con razón: aumento de los impuestos a
Un descenso de los i
la exportación, racionamiento del guano. presión para cultivar productos ali-
Corea en 1953 puso térn
menticios y, en 1941, la insistencia de que los productores de azttcar satisfi-
la inflación y los trabajac
cieran las cuotas de los mercados internos antes de exportar a los exteriores.
saron su aprensión sobre
Aprovechando el alboroto ocasionado por el contrato Sechura, que levantó
dente y, sometido a prcsi
un fuerte sentimiento nacionalista, la elite costera apoyó un movimiento mi-
bres en 1956.
litar contra el gobierno de Bustamante. En 1948 tomó el poder el general
Los principales contt
Manuel A. Odría.
nuel Prado, apoyado ptt
Fernando Belaúnde Terr
mocrática. Belaúncle era
Liberalismo económico y vacilación política de una familia prominen
ciones de los sectores m
El golpe de Odría de 1948 constituye otra línea divisoria del Perú contem-
momento. El ganador fr
poráneo. En economía, llevó a la restauración del modelo de crecimiento
quedó en un respetable I
abierto, orientado a la exportación. En política, inició una era de incerti-
Prado trajo un peri
dumbre, de gobierno dictatorial y cle confusión electoral. Las contradicciones
zación de sindicatos y la
del sistema acabarían apareciendo con una claridad meridiana.
de su mandato, las orga
Bajo la mirada vigilante tJe la elite, el régimen de Odría adoptó medidas en
miembros. Mediante su
f'avor de los plantadores. Se liberó el tipo de cambio, se levantaron las restric-
continuó la política de C
ciones a la importación, se fomentó la inversión extranjera en la minería y el
presa extranjera. Se anul
petróleo y se buscó el consejo de expertos estadounidenses acerca de la esta-
campesinos, pero se hizc
bilización de la moneda. Sobre todo, como observan Rosernary Thorp y Geof-
Las siguientes clecc
frey Bertram, el gobierno de Odría trató de llevar a cabo .ese sueño de desa-
claro de las fuerzas polít
rrollo ortodoxo cle los economistas>, algo que se persiguió hasta 1968: <un
sistema orientado a la exportación en el que las dificultacles cíclicas de la ba-
H¿ya {e la Torre, que 1

Belaúnde, que había cre


lanza de pagos se solventaban con la restricción de la demanda interna y la de-
lar; y el siempre esperan
valuación de la divisa. en e[ que la entrada de capital extraniero y la repatria-
ta. El único partido gen
ción de beneficios apenas tenían restricciones y en el que la intervención y
vehículos personales cle
participación del gobierno se m¿rntenían al mínimo>. En este último aspecto en
r

particular, Perú parecía estar en clesacuerdo con el resto de América Latina. obtuvo el mayor númer
I por 100 significó que el
Otro economista, Shane FIunt. señala: <En un contintnté que presenciaba una
Siempre oportunista, [{e
intervención cada vez mayor clel Estado en la vida económica en un país tras
bargo, las fuerzas armac
otro, Perú ... se dio la vuelta y emper.ó a caminar en dirección contraria>.
Perú 231

Para fortalecer su autoridad, Odría se ocupó de inmediato de sus adver-


sarios, cn especial de los apristas. Haya de la Torre consiguió escapar de la ,
cárcel buscando refugio en la embajada colombiana, donde permaneció du- |
rante más de cinco años, en espera de un salvoconducto militar, La disiden-
cia se dispersó y las libertades civiles se volvieron precarias.
Odría consolidó su posición al ganar las elecciones de 1950 hubo
-no
oposición- y procedió a imponer su régimen. De forma bastante conscien-
te, comenzó a emular el estilo y los modales de Juan Perón, de Argentina.
Cortejó a las masas obreras, más en las ciudades costeras que en la sierra ru-
ral. Derrochó fondos en obras públicas ostentosas, de forma más notable en
Lima. Creó un séquito de seguidores personalista y, con la ayuda de su espo-
sa, María Delgado de Odría, trató de movilizar a las mujeres en apoyo del I
régimen, extendiéndoles el sufragio en 1955.
Un descenso de los ingresos por exportación tras el fin de la guerra de
Corea en 1953 puso término al auge odriísta. Aumentó el desempleo, subió
la inflación y los trabajadores fueron a la huelga. Los oligarcas civiles expre-
saron su aprensión sobre la forma caprichosa de gobernar que tenía el presi-
dente y, sometido a presión, no tuvo más remedio que permitir elecciones li-
bres en 1956.
Los principales contendientes ese año fueron el antiguo presidente Ma-
nuel Prado, apoyado por los apristas, y alguien nuevo en política llamado
Fernando Belaúnde Terry candidato del Frente Nacional de la Juventud De-
mocrática. Belaúnde era un arquitecto formado en la Universidad de Texas ¡
de una familia prominente, que comenzó a articular las esperanzas y frustra-'
ciones de los sectores medios cultos del país. Pero aún no había llegado su
momento, El ganador fue Prado, con 568.000 votos; Belaúnde, con 458.000
quedó en un respetable segundo puesto.
Prado trajo un periodo de estabilización política, permitió la organi-
zación de sindicatos y la actuación libre de comunistas y apristas. A finales
de su mandato, las organizaciones obreras pudieron declarar unos 330.000
miembros. Mediante su ministro de Economía, el aristócrata Pedro Beltrán,
continuó la política de Odría, poniendo énfasis en las exportaciones y la em-
presa extranjera. Se anunció un programa de y tierra> en fävor de los
"Techo
campesinos, pero se hizo poco con é1. \
Las siguientes elecciones presidenciales, en 1962, ofrecieron un cuadro -'r.,'
claro de las fuerzas políticas peruanas, Los candidatos presidenciales fueron
HqyA Clç, la Torre. que por fin podía presentarse por la plataforma aprista:
Belaúnde, que había creado una nueva organización llamada Acción Popu-
lar; y el siempre esperanzado Odría, ala cabeza de la Unión Nacional Odriís-
ta. El único partido genuinamente institucional era el APRA; los otros eran
vehículos personales de sus líderes respectivos. En parte por esta razón, Haya
obtuvo el mayor número de votos (557.000), pero su escasa mayoría del 33
por 100 significó que el resultado tuviera que ser decidido por el Congreso.
Siempre oportunista, Haya procedió a llegar a un acuerdo con Odría. Sin em-
bargo, las fuerzas armadas, que nunca habían perdonado el asesinato de sus
232 Historia contentporiinea de América Latina

compañeros en Tiujillo el afrc 1932, de inspiración aprista, se negaron a acep-


tar la perspectiva de un presidente aprista y suspendieron el Congreso. anun- laúnde se rindió. La IPC rr
ciando que serían convocadas nuevas elecciones. Brea-Pariñas, que de todor
Estas llegaron en 1963. Con el apoyo de los demócratas cristianos, Be- aceptaba no reclamar los ir
laúnde salió vencedor con un 39 por 100. El APRA le seguía con el 34 por vos campos en el Amazona
100 y los odriístas consiguieron un 26 por 100. Al haber sido derrotados los cio fijo para que se refinarr
apristas, los militares aceptaron los resultados y dejaron que Belaúnde ocu- ra. En medio de un coro de
para la presidencia. todo el acuerdo, menos la ¡
Belaúnde se reveló como un político atrayente, a veces hasta carismáti- ducido por el Estado. El es
co. Gozando del papel de visionario, propuso construir una autopista trans- sarios acusaban al gobiernr
amazónica que abriría al desarrollo la exuberante región de la selva peruana. pañía extranjera.
Invocó el recuerdo de los incas y alentó a sus compatriotas a aspirar de nue- La economía fue rech
vo a la grandeza. Viajó por todo el país y habló con campesinos y trabajado- bierno devaluó el sol un 4
res, así como con plantadores y empresarios, tratando sin descanso de gene- | los impuestos a la exporta
rar el consenso nacional. cendió la inflación, tambié
A un nivel más práctico, Belaúnde reconoció la necesidad de ajustes en Belaúnde, el sueño de un I
el modelo económico peruano. En particular, comenzó a aumentar el papel sión. En octubre de 1968, I
del Estado y a extender los servicios sociales. Empezó a conceder incentivos ques al palacio presidenci
para la manufactura e insistió en la necesidad de la reforma agraria. bierno provisional.
No obstante, sus esfuerzos fracasaron. Cuando su proyecto de ley para la
reforma agraria salió del Congreso, había sido desvirtuado casi por comple-
to. Hacía hincapié en la mejora técnica y no en la distribución de la tierra, t
con la esperanza aparente de que los hacendados aumentaran la producción.
Y debido a las objeciones de apristas y odriístas, exoneraba las posesiones El golpe militar pavimentó
azucareras de la costa, donde los apristas habían levantado sólidos sindicatos ambiciosos de América La
y donde los odriístas tenían su apoyo de derechas. varado, la junta declaró dr
Así que la reforma agraria fue más una promesa que un hecho, y los cam- largo alcance en la estructt
peSinos de la sierra acabaron reaccionando con ira. Comenzaron a invadir las do el día del golpe acusaba
haciendas, apoderándose tanto de las tierras cultivadas como de los campos usufructo de la riqueza nac
en barbecho, y el conflicto bramó por todos los Andes. Coincidiendo con la la mayoría sufre las consec
protesta campesina, había un movimiento de guerrilla al estilo cubano dis- dad humana". Los oficiale:
puesto a establecer un foco o núcleo rural. Che Guevara y el joven intelec- nuevo orden económico, ,.
tual francés Régis Debray habían sostenido que si un foco tenía éxito, podía f liera las desigualdades pre
ser la chispa que prendiera una revolución nacional. para la armonía, la justicia
-- Al año más o menos, Belaúnde decidió quc debía suprimir las guerrillas La combinación de tre
campesüras y mancló al ejército regular con esta misión. En 1966, el movi- nos militares ciue habían e>

miento había sido aplastàdo. Según una estimación, la repiesión causó la tina. Una era la autonomía
muerte de 8-.000 campesinos, dejó sin hogar a 19.00q, encarceló a 3.500 y se bían actuado solas y no en
destruyeron 14.000 hectáreas de tierra por el fuego y el nap¿lm. Fue una ex- de clase media no tenían c
periencia traumátida para los 3m.000 campesinos que se habían alzado y nos excepcionalmente librr
para los soldados que tuvieron que reprimirlos. adoptaron de forma implí
Otra de las promesas de Belaúnde era resolver la antigua disputa con la análisis de la <dependencir
IPC y aquí también afrontó una situación sin ganadores. Tias cinco años de terminar con lo que llama
prolijas negociaciones, durante las que Estados Unidos reveló una hostilidad los centros de decisión dc
continua hacia las inclinaciones nacionalistas de Perú, el gobierno de Be- mentalmente a la vida ecot
rrollo autónomo dirigido a
Perú 233

laúnde se rindió. La IPC renunció a reclamar los campos petrolíferos cle La


Brea-Pariñas, que de todos modos ya estaban agotados, mientras que perú
aceptaba no reclamar los impuestos atrasados; la Ipc logró el acceso a nue-
vos campos en el Amazonas; y el gobierno accedió a venderle crudo a un pre-
cio fijo para que se refinara en el complejo que la compañía poseía en Tala-
ra. En medio de un coro de denuncias, la administración de Belaúnde publicó
todo el acuerdo, menos la página en la que aparecía el precio del cruào pro-
ducido por el Estado. El escándalo creó una conmoción. mientras los adver-
sarios acusaban al gobierno de vender el crudo demasiaclo barato a la com-
pañía extranjera.
La economía fue rechinando hasta pararse. En agosto de 1967, el go-
bierno devaluó el sol un 47 por 100. Los controles sobre la importacióñ y
los impuestos a la exportación mejoraron la baranza de pagos. como des-
cendió la inflación, también lo hizo el crecimiento. La oþtimista visión de
Belaúnde, el sueño de un Perú próspero y unido, estaba rèsultando una ilu-
sión. En octubre de 1968, los militares decidieron cle nuevo mandar sus tan-
ques al palacio presidencial. sin embargo, esta vez no instalarían un go-
bierno provisional.

La revolución militar
El golpe militar pavimentó el camino para uno de los gobiernos militares más
ambiciosos de América Latina. Encabezada por el general Juan Velasco Al-
varado, la junta declaró de inmediato su intención de efectuar cambios de
largo alcance en la estructura de la sociedad peruana. un comunicado emiti-
do el día del golpe acusaba el <injusto orcren social y económico que pone el
usufructo de la riqueza nacional sólo al alcance de los privilegiadoì, mientras
la mayoría sufre las consecuencias de una marginación injuri-osa de la digni-
dad humana>. Los ofìciales proclamaban que lo que perú necesitaba era un
nuevo orden económico, .ni capitalista ni comunista>, un sistema que abo-
liera las desigualdades prevalecientes y creara los fundamentos materiales
para la armonía, la justicia y la dignidad.
La combinación de tres cualidades separó a este régimen cle los gobier-
nos militares ciue habían existiclo antes en perú y en el rãsto de América La-
tina, una era la autonomía s<lcial y política. Esta vez las fuerzas armadas ha-
bían actuado solas y no en colusión con grupos de poder civiles; los militares
de clase media no tenían obligaciones hacia nadie, lo que les dejaba las ma-
nos excepcionalmente libres. La segunda era que los dirigentes del régimen
adoptaron de forma implícita las perspectivas y premisai de la escuela de
análisis de la
"dependenciar. Así pues, uno de sui objetivos principales era
terminar con lo que llamaban <la subordinación de lã econo-ía peruana a I
los centros de decisión donde se <lriginan las acciones que afectan funda-
mentalmente a la vida económica de la nación e impide un pro.eso de desa-
rrollo autónomo dirigido al logro de los objetivos nacionaléso. y la tercera,
234 Hi:;toria conternportirtea de Antét'ica I'utinn
los años sesenta, se cstim
en gran parte resultado cle su campaña contra la guerrilla en la sierra, era que 750.000 migrantes recién li
los miliiares peruanos sentían una simpatía genuina hacia la situación del tuación explosiva. así que
campesinado oprimido durante tanto tiempo. ahora se llamaron pueblos
Èl fruto fue un régimen militar revolucionario. Las perspectivas parecían fuerzos. Parte de la solució
asombrosas. sí no contradictorias; en frase de Fidel Castro, <como si se hu- a los ocupantes migrantes.
biera iniciado un fueg<-r en el hogaro. La otra táctica fue por
una clave del programa estatal era la reforma agraria. A mediados de ra del SINAlvfos. El obje
1969, el gobierno de Velasco anunció la promulgaciórl del programa de refor- Como declaró un oficial: .
ma agraiia más vasto de América Latina clesde la Revolución Cubana. .Cam- ción organizada. Queremo
pesinãs el general Velasco-, los latifundistas ya no comerán más de posible, luego ellos actuar;
-declaró
vuestra pobreza.o Toclos los grandes latifundios, sin tener cn cuenta su pro- drán interés en ella>. En
ductividàd. estaban sujetos a la expropiación. El hacha se sintió primero en las habían sido reorganizados
plantaciones de azúcar cle la costa muy mecanizadas, que se c<¡locaron bajo la Este modelo de organi:
àdministración de cooperativas cle trabajadorcs llamadas CAPS (Cooperativas go crucial del régimen de \
Agrícolas de Producción). Para la sierra la idea era crear granjas pequeñas o lista, como hicieron Allenci
de formas
-édioq pero pronto el gobierno cedió a las clemandas campesinas reprimir los movimientos o
de organización en cooperativas. La principal fue la SAIS (Sociedad Agrícola militares de Chile, Brasil y
puru õl Interés Social). la uniclad reconocicla por el gobierno que podía combi-
les marginadas en Ia sociec
na. peones de las haciendas con aldeanos de las comunidades circundantes.
dustrialización y el desarrr:
A rnecliados cle los años setenta, se estimó que tres cuartas partes cle la tierra incorporar a tales grupos b
productiva del país estaban gestionaclas por distintas clases de cooperativas. gularía las disputas civiles.
tln observador informab a en I9J4: "La elite agraria prácticamente ha desapa- que ha aparecido con frecr
recido como grupo cle poderX F n 1979la mitad de los 21 millones de hectáre- ción del conflicto de clases
as de agricultura y pasto de la costa y las tierras altas habían sido expropiadas En su esfuerzo por elir
a los terratenientes y entregadas a los campesinos. Ntl quedaba tierra en los in- cial, el régimen peruano su
mensos latifundios que habían dominado el sector agrario peruano. fasis en organizar e intregr
El régimen de Velasco dio firmes pasos para institucionalizar estos cam- bierno de Cárdenas en Mr
bios funclamentales. La asociación tradicional de la elite de plantadores, la en Argentina ( 19a6-1950).
Sociedad Nacional Agraria, fue abolida por decreto en 1972. En su lugar, El mismo principio bá:
apareció la confederación Nacional Agraria (cNA), una organización supe- no promulgó una ley de oc
rior para los colectivos regionales. pleados de cada empresa d
En I971. el rógimen de Velasco creó una de sus instituciones más carac- nidad industrial>- iban ¿

terísticas, el Sistema Nacional en Apoyo de la Movilización Social (SINA- existencias de la compañía


MOS). A veces escrita on dos palabras --5in ¡¿¡n¡¡5- iba a servir como insti- Los trabajadores se conve
tución integradora para grupos campesinos y cle la clase obrera. De este principio al menos, el conl
modo, vincularía al régimen con las masas e identificaría al gobierno con los traron varios medios de esr
grupos que lo constituían, y promovería un juego de relaciones armoniosas bía aproximadamente 3.5(.
entre el dirigente y sus seguidores. que controlaban el l3 por
Este cleseo de organizar y movilizar a los campesinos se convirtió en uno Para acelerar este pro(
cle l<¡s sellos clel nuevo gobierno militar. Reflejaba el grado hasta el que los cial>, mediante el cual las
nuevos gobernantes de Perú preten<lían reestructurar la clistribución del po- por trabajadores, y los prc
der, n<¡ sólo en los altos tramos de la autoridad, sino también en las bases de ingresos se dedicaban a s
la sociedad. para reinvertirlos en otr¿rs
Una seguncla,átrea que atrajo la atención cle Velasco fueron las barriadas Al mismo tiempo quc'
marginales que se cxtenclían alrededor cle Lima y otras ciudades. A finales de
Perú 235

los años sesenta, se estimaba que sólo en los alrededores de Lima vivían
750.000 migrantes recién llegados. Los militares concluyeron que era una si-
tuación explosiva, así que determinaron reorganizar los asentamientos, que
ahora se llamaron pueblos jóvenes, y pidieron la ayuda de la Iglesia a sus es-
fuerzos. Parte de la solución era bastante simple: otorgar títulos de propiedad
a los ocupantes migrantes.
La otra táctica fue poner a los pueblos jóvenes bajo la sombra protecto-
ra del SINAMOS. El objetivo era crear las condiciones para la estabilidad.
Como declaró un oficial: "Queremos participación, pero debe ser participa-
ción organizada. Queremos hacer propietarios a la mayor cantidad de gente
posible, luego ellos actuarán con responsabilidad hacia su comunidad y ten-
drán interés en ella>. En 1974 la mayoría de los ocupantes urbanos ilegales
habían sido reorganizados desde arriba en pueblos jóvenes estatales.
Este modelo de organización y movilización de arriba abajo ilustra un.ras-
go crucial del régimen de Velasco. No intentaba construir una sociedad socia-
lista. como hicieron Allende en Chile o Castro en Cuba, ni pretendía excluir y
reprimir los movimientos obreros ya organizados. como hicieron los gobiernos
militares de Chile, Brasil y Argentina, sino integrar las masas urbanas y rura-
les marginadas en la sociedad nacional para establecer los cimientos de la in-
dustrialización y el desarrollo autónomo. La estrategia principal para ello era
incorporar a tales grupos bajo la guía y el tutelaje del Estado, que a su vez Íe-
gularía las disputas civiles. Esto permitiría el logro de un importante objetivo,
que ha aparecido con frecuencia en los decorados latinoamericanos: la reduc-
ción del conflicto de clases.
En su esfuerzo por eliminar la lucha de clases y establecer la armonía so-
cial, el régimen peruano surgió como un Estado corporativo típico. Por su én-
fasis en organizar e intregrar los grupos cle clases inferiores, recordaba al go-
bierno de Cárdenas en México (1934-1940) y la primera parte del de Perón
en Argentin a (9a6-ß50).
El mismo principio básico se aplicó al sector fabril, para el que el gobier-
no promulgó una ley de <comunidad industrial". Según este esquema, los em-
pleados de cada empresa de seis o más trabajadores de la
-miembros "comu-
nidad industrialr- iban a adquirir de forma gradual el 50 por 100 de las
existencias de la compañía y a obtener representación en la junta de dirección.
Los trabajadores se convertirían en copropietarios con los empresarios y, en
principio al menos, el conflicto de clases desaparecería. Los patronos encon-
traron varios meclios de esquivar esta legislación, pero a finales de 7974 yaha-
bía aproximadamente 3.500 comunidades industriales con 200.000 miembros
que controlaban el l3 por 100 de todas las acciones de sus empresas.
Para acelerar este proceso, el gobierno creó el sector de la
"propiedad so-
cial>. mediante el cual las empresas podían ser controladas y dirigidas sólo
por trabajadores, y los productos iban al sector en su conjunto. Parte de los
ingresos se cledicaban a salarios, vivienda y servicios. y parte se reservaba
para reinvertirlos en otras industrias de propieclad social.
Al mismo tiempo que otorgaba a los trabajadores participación en la in-
236 Historia contemporánea de Américu Latinq

dustrialización peruana, el régimen militar emprendió una serie de medidas de los grupos de clases infe
para reducir el papel del capital extranjero. En el momento de la toma de po- terror sistemático que tenía
der, en 1.968, 242 empresas con una inversión extranjera significativa eran Las condiciones econór
responsables del 44 por 100 de la producción industrial del país. Esto resul- Descendieron los ingresos ç
taba inaceptable para el gobierno. Velasco declaró en 1970: nHa pasado aho- Desapareció Ia industria dt
ra el momento en que juzgábamos el proceso de industrialización en abs- no descubrieron nuevos de¡
tracto como una panacea para todos nuestros problemas. Ahora es im- del azú.car y el cobre. I-a bi
perativo determinar el tipo de industrialización". Para recortar el papel del dilató y golpeó la inflaciírr
capital extranjero, el gobierno comenzó a requerir la aprobación de una nue- descontento. En 1975 hubo
va inversión por parte de una junta de regulación, a prohibir la compra de 4 Cuando estos problema
empresas viables locales y a excluir la participación extranjera en áreas deli- mo Velasco sucumbió a su
cadas. Perú también asumió un papel notable en la promoción de la coope- blemas circulatorios. Su po,
ración económica regional mediante el Pacto Andino. gas acabaron concluyendo r

Pero los pasos más decisivos conllevaron la expropiación. Poco después lo reemplazó por el gener¿ì
del golpe, el régimen anunció la nacionalización de la IPC, ante la delirante lidad de ser descendiente d
aprobación del público, y el establecimiento de PetroPerú con el apoyo esta- a su fin un periodo.
tal. Con el tiempo, el gobierno se hizo con otras importantes empresas ex- En efecto, Morales Be
tranjeras: ITT (1969), Chase Manhattan Bank (1970), Cerro de Pasco (1974) mantelamiento- del exper
y Marcona Mining (1975), las dos últimas reemplazadas por MineroPerú. Es- languideciera. Bajo la presi
tos actos se encontraron con la hostilidad de Estados Unidos, pero en febre- austeridad económica que
ro de 1974 ambos gobiernos alcanzaron un acuerdo mediante el cual Perú pa- adecuado al42por 100. La
garía 150 millones de dólares para cancelar totalmente las reclamaciones de 40 por 100 entre 1973 y lc)
las empresas estadounidenses (incluida la IPC) y Washington dejaría de opo- veló el Plan Túpac Amaru
nerse a la concesión de créditos internacionales a Perú. democracia social de parti,
A pesar de su posición populista, el gobierno de Velasco encontró una deshacer gran parte clel esq
considerable resistencia interna. Los sindicatos de trabajadores existentes, centralización cconómica y
como las organizaciones dominadas por los apristas del sector azucarero, se y la transferencia de la prer
resintieron de las incursiones en su terreno. Los campesinos se encontraron campanas por el régimen. I
con que las instituciones de arriba abajo no respondían a sus demandas y co- elecciones generales cn 198

menzaron a organizar protestas en las oficinas de SINAMOS. La elite tradi- Considerado de forma
cional no expresó nada más que horror ante las medidas del régimen, por su- para obtener el apoyo firn
puesto; en respuesta, los generales se hicieron con el control de los medios permitiera establecer las l'r
de comunicación. En 1970 se tomaron cuatro periódicos, al año siguiente le tantos ámbitos de la socied¡
tocó el turno a la televisión y a la radio, y otros seis diarios limeños se pusie- casi todos: ningún grupo se
ron bajo dirección progubernamental en 1974. Esto sólo sirvió para aumen- gún estrato le ofreció su ar
tar los problemas del gobierno, cuando los periodistas y los representantes go que había otorgado al ,

del sector medio denunciaron estas restricciones a la disidencia. bertad de acción autor
-su
Sin duda, el gobierno militar era un régimen autoritario. Los adversarios
fueron acosados, intimidados, exiliados y encarcelados. Además, contaba con
un cuadro de tecnócratas empeñados en lograr el crecimiento y desarrollo ¿vr
económicos. Así que en cierto grado era un régimen <burocrático-autorita-
rio>, pero diferente de las formas prototípicas de Argentina y Brasil en tres Las elecciones cle 1978 pa
aspectos al menos: primero, comenzó como un gobierno militar extremada- sorpresas. No lo fue el 35 p
mente autónomo que no conllevó una coalición con inversores extranjeros y del atractivo que seguía mi
capitalistas nacionales; segundo, intentaba lograr apoyo mediante la inclusión que los cinco principales pz
Perú 237
de los grupos de clases inferiores; tercero,
no se empeñó en las campañas de
terror sistemático que tenían lugar en el cono
sur.
Las condiciones económicai se añadieron a los
infortunios de Verasco.
Descendieron los ingresos por exportación, como
se muestra en la figura 6.1.
Desapareció la industria rre harina cle pescado,
las exploraciones petroreras
no descubrieron nuevos depósitos cre ciudo y
.oy.ronio;;;;;;", mundiares
de,l azú'cat y el cobre.^I a.balanza de pagos
se cleterioró, la cleuda externa se
dilató y golpeó la inflación- Los trabaj"adores comenzaron
a demostrar su
descontento. En 1975 779 huergas, cn comparación con las 4r4 t)e
-7 cuando estos pr'bre-ut .o-.niuban a cernerse en el horizonte, 1967.
.h.ubo
mo velasco sucumbió a su mala salud en el mis-
.1972:
er.riugnorii.o f;e serios pro-
blemas circuratori's. Su poder se debilitaba,
aunque î;;;;;, y sus cole-
gas acabaron concruyen<Jo que debía
marchurr". Ën ugora Jå'i175, la junta
lo.re.emplazó por er general Francisco Moralet
lidad de ser descencriente de un presiclente
s..-ú?;, 1q* oi" la casua-
anterior). oe eìte modo, ilegaba
a su fin un periodo.
En efecto, Morales Bermúdez presicrió la moclifìcación
no er des_
mantelamiento- der experimenro ¿e tcos-lgzs.
s" p".rrùã quà -si srNavos
languideciera. Bajo ra presión del FMI. er gobierno
austeridad económica.que redujo la propórción
ld;J;-;rograma de
de adïlto, .oå un empreo
adecuado al 42 por r00. La rentã real à"
lu .tur" obrera urbana descendió un
40 por 100 entre 1973 y 197g. En febrero
rie 1977,Morares Bermúaez des-
veló el Plan Túpac Amaru,.un programa
destinado de forma retórica a <la
democracia sociar de. participación"pt.nu".
pero que en realidad pretendía
deshacergran parte ilel esquòma cte'verasco. pedía,
entre otras cosas, la des-
centralización económica yausterida<J, er
fomento de la inversión extranjera
y la transferencia de la prénsa estatal á
.ono, privadas. y se oían doblar las
campanas por el régimen. Iba a haber
una asamblea constituy;ni" .n lgTg y
elecciones generales cn r9tì0. Los oficiales
iban a irse.
considerado de forma retrospectiva, reveló
la rncapacidacl crel régimen
para
.obtener el apoy' firme de àlgunu crase social o agrupamiento que le
permitiera estabrecer las bases instltucionares
cre su autoriclacJ. Ar arcanzar
tantos ámbitos cle la sociecrad pe.ruana. el gobierno
n-,ilir", ìåg.ã'.nu¡"nu.se a
casi todos: ningún grupo se sentía a sarvo
ãe la intervenci¿n ã et control, nin-
gún estrato le ofreció su adhesión incondicional.
Resurta ironico que el ras_
go que había otorsado al gobierno militar
revolucionario cie perú tanta li_
bertad cle acción -isu auton'mía- ta¡nbién
re llevara a su desaparición final.

¿Vuelta a la normalidad?
Las elecciones cle r978 para la Asambrea Constituyente produjeron varias
sorpresas' No lo fue el 35 por 100 cre
ros votos logrado pu, .t ar'na, prueba
del atractivo c¡ue seguía manteniendo pu.tioo. eero iaclie nãuìa esperaoo
que los cinco principares partidos .te "t
izquieiaa, uutuui".un ; äã;;, 100. pa_
238 Ilistt¡ritt conlentporútteu de Antéricu Lutitta

rccía que la izquicrcla sc estaba beneficiando de la oleada c1e movilización era la crisis de la deuda dr
poprrlar <le 1976-lr)7t1. Había también un nuevo partido en la derecha, el Po- xico en l9tì2, casi a punto
pular Cristiano (PPC), que consiguió elr24 por 100. ¿Podrían la izquierda y la choque aumentó por la I
derecha rnantener estos logros en las elecciones presidenciales de 19U0? [982, Belaúnde tuvo que
Los clos partidos principales eran el APRA, encabezado ahora por Ar- extranjeros para mantene
mando Villanueva (al haber muerto Haya de la Torre), y Acción Popular, to- bien. su programa poco p(
clavía bajo la dirección de Fcrnando Belaúnde Terry, que había boicoteado entre las tierras altas. dc I
las elecciones de i978. Tias una campaña ardua y abierta, Belaúnde, de se- más prósperas. La prcocu
senta y ocho años, obtuvo una mayoría dominante del 42 por 100 de los vo- llicto social crar lo quc en
tos. en parte clebicftr a la reafirmación cle su imagen de estadista. El APRA Belaúnde en 1968. Ahora
logró sólo el 28 por 100. lo que suponía un revés sustancial; la derecha, re- dad que golpeaba con má
presentada por el Partido Popular Cristiano (PPC), recibió el l1 por 100; un El gobierno de Belaúr
conjunto variado de partidos de izquierda acumularon alrededor de un 16 miento de Sendero Lumir
por 100. Así, derecha e izquierda descendieron a menos de la mitad de su las comunidades campesir
porcentaje de dos años antes. Era evidente que Belaúnde había recibido vo- na al asesinar brutalmentt
tos de ambas. Villanueva declinó la oferta de éste para tomar parte en un go- su llamamiento para aplar
bierno cle coalición, pues prefería mantener su tradicional papel como oposi- ria. Muchos policías local
cir'ln en cl Congreso. fiestos y mantenía un at'ls
Así que Belaúnde se convirtió de nuevo en presidente. La escena tenía El aumento de la violenci
un aire familiar, pero también había algunos rasgos nuevos. En contraste con una ofensiva militar, que
1963-1968, ahora tenía casi el control de la legislatura, con una clara mayoría tas tácticas tampoco elimi
para Acción Popular en la C¿imara cle Diputados (95 escaños de 1.80) y espa- vimiento se extendió por
cio para maniobrar en el Senado (26 de 60 escaños). El APRA comenzó a El crecimiento econór
deshacerse y ya no volvió a recurrir a tácticas puramente obstruccionistas. La mientras que la inflación,
clerecha estaba cn un aislamiento relativo y la izquierda parlamentaria, aun- 1983 y 1984. El servicio de
que aumentaba de fuerza, estaba dividida en múltiples facciones. Belaúnde sos económicos en dólare
podía reclamar el mandato casi por ausencia de los demás. Su reelección era tura de la situación ni el c
también una reivindicación: los militares que le habían depuesto en 1968 cas. Pero al menos puede
ahora le escoltaban de vuelta a la presidencia. no es una hazaña pequeñi
Seguía siendo un político de la vieja escuela, que prometía progreso me- En t985 el elector¿rc
diantc nuevas obras públicas. Su sueño acariciado era construir una carrete- APRA, 4þ11!'aIgB, de t
ra que se adentrara en la selva amazónica peruana para abrir nuevas tierras gico, que electrizaba a lar
al asentamiento. Al mismo tiempo, Belaúnde proponía reducir el papel esta- reforma social y un lrue\¡(
tal en la economía, fortalecer la empresa privada y fomentar la inversión ex- pidez en el particlo, obter
tranjera. en especial en el sector petrolero. clor y canclidato eterno a
Su cquipo económico estaba encabezado por personas muy vinculadas a 100 de los votos y dcrrot
los círculos banqueros cstaclounidenses y europeos. Sus ideas a favor del taban a Izquicrda LJnidr
mcrcado libre (y su disposición a adoptar un programa de estabilización APRA también se hizo c
clcl FMI) ayudaron a renegociar la deuda exterior y a atraer capital extran- lo que García cont(t con
.¡ero, E,n 1982, el régimen de Belaúnde parecía encontrarse ya bien cncami- El nuevo presidente t
nado hacia la diversificación de sus exportaciones (la mayoría productos) y la rios reales. recortó las nól
adopción de una postura más abierta hacia la economía mundial. pos de interés, congeló l
Pero no iba a ser así. Aunque el crecimiento del PIB fue de un respeta- mayor demanda, que el e
ble 3,1 por 100 en 1981, cayó a menos de un 1 por 100 en 1982. E,n 1983, se ría la capacidad industria
desplomó un asombroso l2 por 100. En parte responsable de este descenso ció programas cle inversir
Perú 239

era la crisis de la deuda de ámbito mundial desatada por la situación cle Mé-
xico en 1982, casi a punto de no poder hacer frente a sus compromisos. Este
choque aumentó por la recesión mundial de 19g1-19g3. En diciembre de
1982, Belaúnde tuvo que recurrir a reunir financiación de distintos bancos
extranjeros para mantener la solvencia de perú. Aunque hubiera resultado
bien. su programa poco podría haber hecho para reclucir el abismo existente
entre las tierras altas, cle una pobreza clesesperacla, y las de la costa, mucho
más prósperas. La preocupación por este desequilibrio como origen de con-
flicto social era lo que en parte había impulsado a los militares ã ,l"pon", u
Belaúnde en 1968. Ahora estaba de vuelta y seguía una política de austeri-
dad que golpeaba con más luerza a los que se encontraban abajo,
El gobierno de Belaúnde se enfrentó a otro desafío formidable: el surgi-
miento de Sendero Luminoso, movimiento guerrillero maoísta localizado én
las comunidades campesinas de la provincia cle Ayacucho. saltaron a la esce-
na al asesinar brutalmente a todo dirigente cle los pueblos que se resistiera a I
su llamamiento para aplastar a la autoridad y establecer unã utopía igualita-
ria, Muchos policías locales se acobardaban ante éste, que no ernitíã mani-
fiestos y mantenía un absoluto silencio acerca de su estiuctura y jerarquías.
El aumento de la violencia en las tierras altas obligó a Belaúndé a autorizar
una ofensiva militar, que dejó su propia estela de represión brutal. pero es-
tas tácticas tampoco eliminaron a Sendero, sino que, por el contrario, el mo-
vimiento se extendió por otras provincias de la sierra,hasta Lima.
El crecimiento económico se reavivó hasta alcanza r un 4 ,7 por 1 00 en 19g4,
mientras que la inflación, otro problema recurrente, llegó al 110 por 100 en
1983 y 1984. El servicio de la deuda exterior iba reduciendo al límite los recur-
sos económicos en dólares de Perú. Desafortunadamente, no estaban a la al-
tura de la situación ni el estilo político de Belaúnde ni sus medidas económi-
cas. Pero al menos puede decirse que terminó su manclato de seis año, lo cual
no es una hazañ,a pequeña en la historia contemporánea de su país.
En 19ti5 el electorado eligió como sucesor a un político recie.4te del
APRA, A!.
9"tç9, de rreinral. pçfS ,qrlgs. Era un orador elocuente y enér_
gico, que electrizaba a las masas mientrai prometía una clirección dinámica,
reforma social y un uuevo nacionalismo económico. Había ascendido con ra-
piclez en el partido, obteniendo el cargo que se le había escapado al lunda-
dor y candidato eterno a la presidencia, Haya cre la Torre. Logró el 46 por
100 de los votos y derrotó de fbrma clecisiva a los candidatos que represen-
taban a lzquierda unida, la derecha y Acción popular de Èelaúncle. El
APRA también se hizo con el control de ambas cámaras del congreso, con
Io que García contó con una fuerte base política.
El nuevo presidente empezó por el frente ecclnómico. Aumentó los sala-
rios reales, recortó las nóminas y los impuestos sobre las ventas, redujo los ti- .
-lue
pos de interés, congeló los precios y devaluó el sol. El efecto neto una
I

mayor demanda, que el equipo económico cle García esperaba que reactiva-
ría la capacidad industrial peruana infrautilizada. El gobìerno también anun-
ció programas de inversión para ayudar al desarrollo agrícola a pequeña cs-
240 Historia contemporánea rle Anúricu Lstinu

cala de las tierras altas, descuidadas durante tanto tiempo. Estas medidas Inicialmente, Sendero r

económicas <heterodoxas" produjeron un auge en 1986-1987, acompañado niendo que un régimen aut
por programas especiales para los necesitados. Pero el retorno del populismo rio, resultó un desastre par
resultó de corta vida. Los responsables políticos peruanos habían olvidado Guzmán, fundador y máxir
que su país, al igual que el resto de América Latina, se enfrentaba a una eco- lado y exhibido teatralmen
nomía mundial mucho más hostil. Desafiaron a sus acreedores extranjeros al res, exhortando a sus cama
no cumplir con los pagos de toda la cleuda externa. Un creciente déficit co- ron más arrestos de los
mercial, atizado por el auge del consumo. agotó con rapidez las magras re- comenzó a desintegrarse
servas de divisas. continuaron con ataques es
En 1988, Perú se convirtió de repente en la piltrafa de América Latina. Como García antes qur
El producto interior bruto se desplomó un 30 por 100 en tres años, mientras ejército para combatir a Scr
la inflación remontaba el 3.000 por 100. El desempleo masivo arrojó a millo- violaciones de los derechos
nes de personas a la <economía sumergidao, donde no pagaban impuestos, la ayuda internacional. El g
con lo que se engrosó el déficit gubernamental. Perú se había convertido en tamistas extranjeros que és
el país más en bancarrota de un continente en bancarrota. cracia volvería pronto. Los
Más matanzas en la sierra y apagones (tras dinamitar las conducciones esas promesas que en los ¡
l-' eléctricas) en el área metropolitana de Lima demostraron la fuerza creciente Los créditos y nuevas inver
de Sendero Luminoso. Ahora algunos comparaban a los seguidores de Sen- Fujimori confundió otr
dero con los Jemeres Rojos. Al considerar a García como un guiñol fascista abril de 1995 con un margr
más, Sendero forzó al gobierno a recurrir cada vez más a la policía y el ejér- mente fuËie en las barriad
cito. Las fuerzas gubernamentales mataron de modo indiscriminado y obli- co como político, no podía
garon a García a despedir a numerosos manclos por atrocidades cometidas en sociedad profundamente di
el campo y por la matanza de prisioneros que se habían rendido tras una ex- batalla contra Sendero no s

tensa revuelta carcelaria. Sin embargo, al final al presidente no le quedó más


elección que recurrir a los hombres de uniforme para luchar contra Sendero.
El nuevo salvador dispuesto a rescatar a Perú en las elecciones presiden-
ciales de 1990 era el novelista Mario Vargas Llosa, aclamado internacional-
mente. Pero el apuesto conservador, que prometía medidas económicas neo-
liberales para reducir el Estado y promover la empresa privada, perdió su
inicial delantera en las urnas ante Albert.o, Fujigol,, un economista agrario
hasta entonces poco conocido, cle padrês inyrg¡¿n1g_q-iapq-leses.
Tias un año en el cargo, sus tecnócratas habían lanzado un programa ra-
dical de reestructuración (reducción radical de los aranceles, fomento de la
inversión extranjera, debilitación de la legislación laboral) muy semejante al
tratamiento de choque llevado a cabo por los Chicago hqy; de Pinochet en
Chile quince añ_os antes. Se controló la hiperinflación y se asumieron de nue-
vo los pagos de la deuda exterior. Pero este éxito económico fue pronto en-
sombrecido por la involución política. En abril de 1992, Fujimori clausuró el
. Congreso y anunció una reorganización radical del poder judicial. Era un au= -.
i, togolpe, sólo posible gracias al sólido respaldo militar. Perú se convirtió así
' en el primer país suramericano que recayó en el 4qtorltariqm_o. Su frágil de-
mocracia se derrumbó bajo la presión del caos económico, las profundas di-
visiones sociales, la corrupción, el terrorismo y el descrédito de los partidos
políticos tradicionales, especialmente el APRA. Para consternación de los
críticos de Fujimori dentro y fuera, el golpe gozó de amplio apoyo popular.
Perú 241

Inicialmente, Sendero dio la bienvenida a las noticias del golpe, supo-


niendo que un régimen autoritario aceleraría la revolución. Todo lo contra-
rio, resuftó un desastre para las guerrillas. En septiembre de 1992, Abimael
Guzmán, fundador y máximo líder del movimiento, fue capturado, encarce-
lado y exhibido teatralmente ante la prensa. Pronto cooperó con sus capto-
res, exhortando a sus camaradas de la guerrilla a que se rindieran. Ocurrie-
ron más arrestos de los principales líderes de Sendero. El movimiento
comenzó a desintegrarse rápidamcnte, aunque senderistas intransigentes
continuaron con ataques esporáclicos.
Como García antes que é1, Fujimori tenía que confiar en la policía y el .
ejército para combatir a Sendero. El resultado fue un estremecedor récord de !
violaciones de los derechos humanos, cuya rcvelación ocasionó el retardo en
la ayuda internacional. Elgobierno peruano clnvenèió finãimente a los pres-
tamistas extranjeros que éstas serían rápidamente corregidas y que la demo-
cracia volvería pronto. Los acreedores se mostraron menos interesados en
esas promesas que en los programas de austeridad y privatización de perú.
Los créditos y nuevas inversiones llegaron de inmediato.
Fujimori confundió otra vez a sus oponentes al ganar la reelección de
abril de 1995 con un margen electoral de 64 por 1Q0. Se mantuvo especial-
mente fuãäe en las barriaãas limeñas y en la-siêiãlSu éxito, tanro económi-
co como político, no podía disfrazar el hecho que perú siguiera siendo una
sociedad profundamente dividida y desigual. Las22.000 vidas perdidas en la
batalla contra Sendero no son la herida menos profunda.
ban todo tipo de reparacion

-7 interés especial en matar a


ido a la guerrat sin Ia super
maquinaria se había estrop
México: domesticar una revolución un tercio de su nivel previo i
Valenciana, por ejemplo, te
1,820. Llevaría una generaci
tranjera- hacer que las a¡
La industria textil tamL
de la batalla eran visibles
Como recordaba un viajerr
virreinal sirviendo de tabel
arrieros para beber pulque
cho, paredes y arcos derrib
T a historia de México ofrece un estudio de contrastes. Rico en recursos na-
Para señalar las pérdidas dr
I-rturales. el país ha conocido la prosperidad (aunque sólo la elite) y la po-
y sus compañeros ovieron
breza. Tias la independencia, durante varias clécadas la vida de la nación fue
r

go y habían cabalgado por


un prototipo de inestabilidad política. Los gobiernos nacionales llegaban y se
del arado: pero los ranche
iban a punta de pistola, amenazando la integridad territorial de la nueva na-
con toda su familia durantr
ción. A mediados del siglo xlx, México se dirigía hacia un gobierno liberal, que 'fambién se habían des<
habría reducido grandemente el poder de la lglesia y las cargas correspon-
un sistema de transportes '
dientes a su legado colonial. Sin embargo, el liberalismo político cedió el paso
bían gobernado 300 años sr
a la dictadura de Porfirio Díaz (1.876-1880 y 1tì84-191 I ) y luego a la Revolución
ran ese nombre. Viajar en
mexicana, la primera de las grandes revoluciones mundiales del siglo xx. Des-
menudo en alforjas-
pués de ella llegó un sistema político que produjo, desde los años treinta, una -a
la integración económica.
estabilidad política sin parangón en América Latina.
El surgimiento de México de su pasado colonial ha estado condicionado El desorden económic
por un factor que ninguna otra nación latinoamericana comparte: una fron- trabajo y mucho desempler
su mayoría habían combar
tera de miles de kilómetros con Estados Unidos. Esta proximidad ha produ-
cido beneficios y perjuicios (como un presidente mexicano exclamó una vez,
una vez terminadas éstas. I
población adulta masculini
México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!"). Aun-
"¡Pobre siempre armados. Suponía
que ha probado la amarga clerrota en el campo de batalla, el pueblo de Mé-
una amenaza social.
xico ha reteniclo su dignidad y su orgullo y ahora, al haber descubierto gran-
Algunos de estos veter
des depósitos de petróleo y enfrentarse a una repetida crisis económica, el
país ha afrontado los riesgos que conlleva el convertirse en un miembro im-
meter delitos (el favorito t
portante de la comunidad internacional. Su futuro, como su pasado, despier- el ejército. El resto pasó a
res que proporcionaban a
ta emociones de ansiedad y esperanza.
iban a desempeñar un pap
Las guerras también t
México tras la independencia A finales de la década de
pulsaba a todos los españc
Las guerras de independencia dejaron a Méxictt en desorden y decadencia. Las
ción dar rienda suelta a st
condiciones eran allí mucho peores que en Argentina o Brasil porque la pelea
de una fuente de capital i
portante segmento de la cl
real había sido mucho más extensa y dilatada e n el tiempo. La economía esta-
fundistas criollos, no naci<
ba en ruinas. Los españoles se habían llevado su capital del país. Las minas de
oro y plata, en otro tiempo orgullo del imperio español de ultramar, necesita- elevado de la sociedad me
México 243

ban todo tipo de reparaciones. Los insurgentes y los realistas habían puesto
un
interés especial en matar a los técnicos, mientias miles de mineros se
habían
ido a la guerra; sin la supervisión necesaria, las minas se habían inundado y
la
maquinaria se había estropeado por completo. La producción se derrumbó
a
untercio de su nivel previo a la guerra. Los centros mineros languidecieron: La
va-lenciana, por ejemplo, tenía 22.000 residentes en 1g10 y sólõ unos
4.000 en
1820. Llevaría una generación entera considerables sumas de inversión ex-
tranjera- hacer que las apreciadas -y minas recobraran su producción plena.
La industria textil también había caído en tiempos difrcites. Las cicatrices
de la batalla eran visibles por todo el país, en esþecial en el valle central,
como recordaba un viajero, había oruinas por todãs partes: aquí un palacio
virreinal sirviendo de taberna, donde las mùlas parabån para dlscansãr y
los
a¡rieros para beber pulque; allí todo un pueblo hecho pådazos; casas sin te-
cho, paredes y arcos derribados, una viejá iglesia, los reitos de ún conventorr.
Para señalar las pérdidas de la agricultura, otro observador describía
cómo él
y sus compañeros <vieron casas sin tejados y ruinas ennegrecidas por
el fue-
go-y habían cabalgado por las llanuras que todavía mostrãban
huellas tenues
del arado; pero los rancheros que labrában la tierra habían sido asesinados
con toda su familia durante la guerra>.
También se habían descuidado las carreteras, por lo que el país carecía
de
un sistema de transportes y comunicación apropiado. Lå, espånotes que
ha-
bían gobernado 300 años sólo habían constrùidô tres carreteås que
merecie_
ran ese nombre. viajar en diligencia era difícil y peligroso, y trunrport"
-a "i
menudo en alforjas- era lento y caro. Esto êrã uñ serio tbstáculo'para
la integración econóàica.
El desorden económico significaba que hubiera muy pocos puestos de
trabajo y mucho desempreo. Según un cálòulo, unos 300.0'00 hombres, que
en
su mayoría habían combatido en las guerras, no tenían trabajo ni
ingresos
una vez terminadas éstas. Representaban de un 15 a un 30 po, ioo
de toda la
población adulta masculina. Estaban impacientes, u o,"nudo irritados, y
casi
siempre armados. Suponían no sólo un problema económico, sino
también
una amenaza social,
Algunos de estos veteranos encontraron trabajo. otros se dedicaron
a co-
meter delitos (el favorito era el robo en las carreteras) o permanecieron
en
el ejército. El resto pasó a formar parte de unidades no oticiales cuasimilita-
res que proporcionaban apoyo a los caudillo políticos locales, que pronto
iban a desempeñar un papel importante en la eicena porítica rnexicana.
Las guerras también tuvieron un efecto directo én la estructura
social.
A finales de la década de 1820, el nuevo gobierno emitió un decreto que ex-
pulsaba a todos los españoles cre México,lo que no sólo permitió
a la pobla-
ción dar rienda suelta a su aversión por elloi. sino que
irivó
de una fuente de capital importante. y eliminaba de un solo golpe un
a la economía
im-
portante segmento de la clase alta o aristocracia de la nación. Alora
los lati_
fundistas criollos, no nacidos en España, se convirtieron en el
escalón más
elevado de la sociedad mexicana.
244 Historiu contenr¡torítnea de Américu Latina

Las transformaciones económicas del periodo borbónico, junto con una tuvo al menos cincuenta pr,
recuperación gradual en las décadas de 1830 y 1840, hicieron posible que media menor a un año; treir
nuevos grupos adquirieran riqueza y posición social. Centrados principal- vieron encabezados por ofic
mente en Ciudad de México, estos aspirantes, como la mayor parte de los cargo presidencial era el goll
nuevos ricos, eran muy ostentosos. Como Fanny Calderón de la Barca, la es- sobre el país la figura tragi
posa de habla inglesa de un diplomático español recordaría después, los nue- l/ ocupó la presidencia nueve
vos riccis no entendían todas las reglas de la corrección social: ,,Pero aunque paja las restantes ocasiones.
hay vitrinas llenas de oro, buena pintura y cientos de cosas ricas y curiosas Santa Anna fue el más f¿
en sus memorias-, a nuestros ojos europeos les chocan numero- fuertes reunían a sus seguidc
-observa
sas contradicciones en el vestido, los criados, etc., en todo lo cual hay una ne- caban riquezas fundamental
cesidad de armonía muy notable>. En suma, el México de comienzos del si- der al poder nacional, se en
glo xlx tenía una clase superior criolla con dos partes: una estaba formada vacías (habitualmente debid
por las antiguas familias tr_adicionales que en su mayoría conservaron sus tie- da del caudillo reinante se c
rras; la otra era nueva y provenía del comercio y las profesiones liberales, así dores, tomaba el poder. Los
como de la tierra. Y fue el nuevo segmento, el recién llegado, el que tomó nar: esto lo dejaban a un cu
parte activa en la política. Ciudad de México, que ocul
La pobreza persistía entre la gran mayoría de la población. En especial las mismas caras: hubo cerc
en el centro y sur, había un campesinado clásico, es decir, grandes masas de rentes entre 1820 y 1860, pe
campesinos que arañaban una magra subsistencia de la tierra. En su mayor modo, la política caudillista
parte de origen indio o a veces mestizos, proporcionaban mano de obra para
el sector agrícola. Muchos trabajaban en las haciendas, donde vivían casi en
la esclavitud, y algunos iban a mendigar a las ciudades. La in
La existencia de este campesinado subempleado también garantizaba a
México un gran excedente de fuerza de trabajo. En parte por esta razón y en Asolada por las guerras ind
parte por el sentimiento antiextranjero, las autoridades mexicanas no fomen- débil y vulnerable. Al norte
taron la inmigración externa. A diferencia de Argentina, nunca adquirió una do a su dueño inglés cincue
clase obrera predominantemente europea, ni tampoco pasó por un rápido Unidos corrían hacia el oest
crecimiento de la población en el siglo xrx. Comenzó éste con cerca de 6 mi- tos dominios casi despoblac
llones de residentes en 1800 y en 1850 tenía cerca de 7,6 millones; en 1900 el Nueva España.
número había ascendido a 13,6 millones, pero aun así representa una tasa de Los españoles nunca h¿
crecimiento medio anual modesto de menos del I,2 por 100 en un periodo norte, los inmensos territori,
de cincuenta años. La explosión demográfica no llegaría hasta el siglo-xx. Texas. Lo mejor que pudierr
Tias la independencia, había dos bases de poder institucional: la Iglesia y a cargo sobre todo de los di
el ejército. La primera había atravesado las guerras independentistas sin per- ron en un claro imán para lc
der su inmensa riqueza. Según un observador, puede que haya controlado Austin y un grupo de colon<
cerca de la mitad de la tierra de la nación, La lglesia tenía ingresos regulares xico. Los texanos acabaron ,
por el alquiler cle sus vastos bienes raíces, sus inversiones estaban por todas de México y se alzaron er
partes y era con mucho el operador bancario mayor de todo México. Sus ge- siguiente. Para tratar de sof
nerosos créditos a los grandes latifundistas no sólo garantizaban unos ingre- canas contra El Alamo, mat
sos constantes, sino que también creaban una alianza firme con los escalones pero fue derrotado despué:
superiores de la sociedad mexicana. No es sorprendente que acabara convir- diente. En 1845, el Congres
tiéndose en un blanco de la oposición, en particular entre quienes no logra- sus dirigentes aceptaron en
ron beneficiarse de su largueza, Los mexicanos consider;
La segunda base de poder era el ejército, que dominaba la política na- de guerra de Estados Unidc
cional. Durante el periodo de cuarenta años que va de 1821 a i860, México ras continuaron complicand
México 245

tuvo al menos cincuenta presidencias distintas, cada una con una duración
media menor a un año; treinta y cinco de estos malhadados regímenes estu-
vieron encabezados por oficiales del ejército. El medio básico para lograr el
cargo presidencial era el golpe militar. Y durante todo este periodo se cernió
sobre el país la figura tragicómica de Antonio López de Santa Anr¡a, que
ocupó la presidencia nueve veces distintas y puso en el cargo a hombres de
paja las restantes ocasiones.
Santa Anna fue el más famoso de los caudillos mexicanos. Estos hombres
fuertes reunían a sus seguidores armados en miniatura- que bus-
-ejércitos
caban riquezas fundamentalmente. Sin embargo,ûnavez que lograban acce-
der al poder nacional, se encontraban con que las arcas del Estado estaban
vacías (habitualmente debido a los gastos militares previos). Al final, la ban-
da del caudillo reinante se desintegraba y un nuevo líder, con nuevos segui-
dores, tomaba el poder. Los caudillos no se molestaban por el arte de gober-
nar: esto lo dejaban a un cuadro de abogados y profesionales, la mayoría de
Ciudad de México, que ocupaban los ministerios (allí reaparecían a menudo
las mismas caras: hubo cerca de 600 nombramientos gubernamentales dife-
rentes entre 1820 y 1860, pero sólo fueron a parar a 207 individuos). De este
modo, la política caudillista se aseguraba la continuidad y el cambio.

La invasión estadounidense
Asolada por las guerras independentistas, México era una nación incipiente
débil y vulnerable. Al norte se extendía otra nación nueva, que habla arroja-
do a su dueño inglés cincuenta años antes. Entonces los inexpertos Estados
Unidos corrían hacia el oeste y el sur, y se dirigían hacia el norte de los vas-
tos dominios casi despoblados de lo que había constituido el virreinato de
Nueva España.
Los españoles nunca habían encontrado los recursos para colonizar el
norte, los inmensos territorios de California, todo el valle del río Colorado y
Texas. Lo mejor que pudieron hacer fue crear una red de misiones religiosas
a cargo sobre todo de los diestros y leales jesuitas. Estas tierras se convirtie-
ron en un claro imán para los infatigables estadounidenses. En 1821, Stephen
Austin y un grupo de colonos se desplazaron a Têxas y luego a parte de Mé-
xico. Los texanos acabaron deseando zafarse del gobierno central de Ciudad
de México y se alzaron en 1835 para declarar la independencia al año
siguiente. Para tratar de sofocar la rebelión, Santa $nna envió tropas mexi-
canas contra El Alamo, matando hasta el último hombre de sus defensores,
pero fue derrotado después en San Jacinto, y Texas permaneció indepen-
diente. En 1845, el Congreso estadounidense votó la anexión de Texas, que
sus dirigentes aceptaron en seguida.
Los mexicanos consideraron esta anexión como un equivalente a un acto
cle guerra de Estados Unidos y las disputas sobre las reclamaciones financie-
ras continuaron complicando las relaciones entre ambos países. El presiden-
246 Historia utntemporónea de Amét'icq I.uÍina

te James K. Polk envió tropas a la zona fronteriza en disputa, paso que los
importación de un ntclnarca
mexicanos consideraron como una invasión. C-uando éstos contraatacaron,
que los liberales capitalizarr;
Polk lo llamó guerra. Con consentimiento del Congreso, pero con la oposi-
ral, estuvo al frente del derr
ción de legisladores tan prominentes como John C. Calhoun y Abraham Lin-
desafortunado Maximiliano.
coln, Polk inició la guerra que él y sus seguidores buscaban.
sidente Juárez hasta su mue
Fue un enfrentamiento totalmente desigual. El desafortunado Santa
guió acabó con la llegada al
Anna se encontraba al mando de las tropas mexicanas, que en un principio
sidente: cl general Porfirio I
lograron resistir el empuje de las estaclounidenses bajo las órdenes de Za-
chary Taylor, pero en 1847 Winfield Scott dirigió sus columnas directamen-
te desde Yeracrttz hasta Ciudad de México. Los mexicanos comunes se
unieron al esfuerzo de repeler las fuerzas estadounidenses y los cadetes mi-
El periodo c

litares de corta edad entonces recordados como los "Niños Héroes


-desde la muerte antes que rendir su Durante los años que van d
de Chapultepec'r- escogieron bandera na-
política. Comenzó con sus
cional. Pero no sirvió de nada. México perdió y el precio que pagó fue muy
creó una amplia coalición. C
elevado.
niobrar y los alentó para qt
El tratado de Guadalupe Hidalgo puso fin a la guerra en febrero de 1848.
su presidencia, fue fortaleci
Establecía que Estados Unidos pagaría una modesta suma de 15 millones de
el campo, donde vivía la var
dólares y adquiriría la posesión de todo el territorio comprendido entre Te-
midos guardias rurales. En I
xas y California, cerca de la mitad de los dominios nacionales de México. Fue
gobierno federal donde con
una derrota mortificante, cuyo doloroso recuerdo nunca ha muerto en Méxi-
co, Del mismo modo que se enseña a los estadounidenses a ,.recordar El
Al principio, no parecía
todo, era un producto del n
Álamor, los mexicanos aprenden leyendas sobre valerosas peleas contra
se hizo evidente que era un
fuerzas más poderosas. El nombre oficial de la disputa ofrece una pista sobre
tralidad en Ia cuestión cruc
las sensibilidades que suscita: en Estados Unidos se llama la <guerra Mexi-
yoría de los liberales) ni de
cano-Americana>, pero en México recibe el nombre de (guerra de la Inva-
sirviera como un símbolo r
sión Norteamericanan.
los liberales habían puesto
La pérdida sacudió profundamente a la elite criolla mexicana. Su frus- '

En otros respectos, sigu


tración hizo erupción en un acerbo ataque de los conservadores a los libera-
didas más importantes y dt
les, facción predominante en el gobierno desde la independencia. Los con-
poseer tierras de forma cor¡
servadores, encabezados por Lucas Alamán, mantenían que México había
dirigida principalmente a la
sido humillado debido a que había tratado tontamente de adoptar los valo-
Esto abrió vastas extension
res de los anglosajones del norte, Sostenían que lo que su nación necesitaba
tos políticos. E,n 1f394 ayucì
era un retorno a su tradición hispana. De forma específica, precisaba promo-
ver los ideales aristocráticos, proteger los privilegios legales de los militares y
terrenos baldíos pudieran
crucial del nuevo capital ilrr
la lglesia, y crear una monarquía constitucional (quizás importando un prín-
vet'sores extranjeros, en esI
cipe europeo).
generosas conccsiones. Toc
Los liberales, que continuaban disfrutando la ventaja <Jel pocler, contra-
clel liberalismo cconómico
atacaron: a mediados de la década de 1850, una ráfaga de nuevas reformas,
,

que hicieron que el periodo fuera denominado La Reforma, desnudaron de tinoamericanas en las décat
tecnócratas y políticos con
su poder al ejército y la lglesia, y culminaron en una Constitución nueva,
doctrinas se ganaron la etit
muy liberal. Desafortunadamente, la controversia no se restringía a discursos
y lcyes. En 1tì58, los conservadores volvieron a atacar. iniciando casi veinte ción con la filosofía positiv
Díaz demostró su mac
años de una guerra civil destructora. Esos años incluyeron el desgraciado im-
perio (1863-1867) de Maximiliano de Habsburgo, de Austria, que puso en neció en el pocler mucho n
práclica de forma literal la fórmula conservadora. No es sorprendente que la Durante tres décadas y mc
ción (Manuel González, 1l'ì:
México 247

importación de un monarca extranjero levantara sentimientos nacionalistas


que los liberales capitalizaron de inmediato. Benito |u¿irez., el dirigente libe-
ral, estuvo al frente rjel derrocamiento clcl imperio y ordenó la ejeiución del
clesafortunado Maximiliano. Los libcrales consolidaron su poder bajo el pre-
sidente Juárez hasta su muerte en IBl2. E,l intervalo de inestabilidád que si-
guìó acabó con la llegacla al podcr cle uno cle los antiguos ¿rsociaclos dól pre-
sidente: r:l general Porfirio Díaz.

El periodo de Díaz: progreso a un precio


Durante los años que van de7876 a 191 l, Díaz cremostró ser un genio de la
política. comenzó con sus compañeros y seguidores militares y desde allí
creó una amplia coalición. otorgó a los cauclillos regionales espacio para ma-
niobrar y los alentó para que lucharan entre ellos. A meclida que macluraba
su presidencia, fue fortalecienclo el ejército. para mantcner el control sobre
el campo, donde vivía la vasta mayoría de los mexicanos, se sirvió de los te-
midos guardias rurales. En pocas palabras, formó con paciencia el poder clel
gobierno federal donde contaba: en cl ejército y la policía.
.
Al principio, no parecía representar nada nuevo en política. Después de
todo, era un producto del movimiento liberal. pero según pasaba el ìiempo,
se hizo evidente que era un liberal con algunas cliferencias. cultivaba la nõu-
tralidad en la cuestión crucial de la lglesia, sin atacarla (al igual que la ma-
yoría de los liberales) ni defenderla. permitió que su clevota segunda esposa
sirviera como un símbolo notable de reconciliación hacia la in.stitución'que
los liberales habían puesto en la picota.
En otros respcctos, siguió fiel a los principios riberales. En una de sus me-
didas más importantes y de largo alcance, determinó que la prohibición de
poseer tierras cle forma corporativa, una meclida liberal cle la década de 1g50
dirigida principalmente a la tglesia, se aplicara también a los pueblos indios.
Esto abrió vastas extensiones nuevas a los especulaclorcs, ranCheros y favori-
tos políticos. En 1894 ayudó a los latifundistas aún más, decretando que los
terrenos balclíos pudieran tomarse para la explotacirin privada. La fuenie
crucial del nuevo capital iba a ser exterior. Díaz y sus ministros buscaron in-
vefsores extranjeros, en especial estadounidenses e ingleses, y les ofrecieron
generosas concesiones. Toclo ello era uua aplicación clara cle los principios
clel liberalismo económico que habían arrobado a la mayoría cle Ias elitei la-
tinoamericanas en las clécadas finales del siglo xlx. En México, los escritores,
tecnócratas y políticos con inclinaciones intelectuales que articularon estas
doctrinas se ganaron la etic¡ueta d,e científico.r, clcbido a su supuesta vincula-
ción con la filosofía positivista.
Díaz demostró su macstría política clcl ¡nodo más fundamcntal: perma-
neció en el poder mucho más cle lcl que naclie se habría atrevi<Jo a predecir.
Durante tres clécadas y media, ocupó la presidencia con una única ínterrup-'
ción (Manuel González,1tì80-1u¡ì4). creía que estaba danclo a México el pre-
248 Histr¡ria contemporítnea de Antérica Latinct
tenía los ingredientes sociale
cioso regalo de la estabilidad política que consideraba indispensable para el material para la reforma.
crecimiento económico. Si se requería cierta represión para lograrla, era por El progreso económico d
una buena causa. Político perspicaz, evitó siempre presentarse como un dic- tras que los ricos prosperat
tador. Simplemente hacía enmendar la Constitución, una y otra vez, para po- europea, la vasta mayoría de
der ser reelegido presidente. sabía cómo af.raer a los sectores privilegiados, biante. Dado su excedente e;
cómo conseguir su lealtad, cómo orquestar su apoyo para los esquemas eco- De hecho, un cálculo (sin du
nómicos que elevarían a su país a un nivel <civilizado>. medio en 1910 era sólo un c
El desarrollo económico fue impresionante. Los ferrocarriles fueron un agrícolas, mientras que el cul
ejemplo asombroso. Díaz trató primero de construirlos con fondos públicos, xicanos y frijoles- a¡
pero a finales de 1880 otorgó las concesiones a inversores extranjeros. En -maíz
blacional. No podía haber m
sólo cuatro años, el tramo en funcionamiento aumentó de 1.074 km a 5.600 prevaleciente al comienzo de
km y alcanzó los 13.500 km en 1900. (Por otro lado, el pago de intereses y di- alarmantes. En 1900, el29 p
videndos por esta inversión extranjera constituía una carga para la balanza de cumplir un año y muchos
de pagos.) Aunque la mayoría de los ferrocarriles fueron construidos por em- horas diarias en una empresa
presas extranjeras, el Estado se hizo cargo de ellos en 1907.
bía leer y escribir.
Como en otros lugares de América Latina, el comercio exterior se dispa- Este <progreso> económi
ró: se multiplicó por nueve entre 1877 y 1910. Estados unidos se convirtió en los trabajadores urbanos y rr
el principal socio comercial, mientras que las exportaciones de minerales se pecial donde el trabajo asala
extendían al cobre y al zinc, además de la plata y el oro. Hubo una modesta industrial. Entre 1906 y 1908
industrialización, centrada en los textiles, el cemento, el hierro y bienes de Compañía de Cobr;-Canane
consumo ligeros. Díaz dio una gran importancia a la necesidad de seguir po- más altos pagados a los obrer
líticas que mantuvieran el crédito de México ante Estados unidos y Europa. tacadas entre los obreros del
En 1895, el gobierno federal presentó unos presupuestos excedentarios y du- co. Esta protesta obrera se in
rante todo el régimen de Díaz los presupuestos fueron equilibrados. cuando 1906-1908. En el sector rura
se aproximaban las celebraciones del centenario de la independencia en maron muy a mal la pérdida
1910, pudo proclamar con sus lugartenientes que habían realizado en Méxi- y otros productos de mercad
co el ideal positivista de ,.orden y progreso>. pérdida de tierra para la con
La actividad económica variaba de carácter de una región a otra, lo que Díaz y sus consejeros pod
llevó a estructuras sociales diferenciadas. El norte era una región minera y que habían creado el gobiern
ranchera, donde había obreros contratados ejemplo, mineros- y va- xico desde la independencia
-por
queros. El valle central, en contraste, producía trigo y grano en granjas me- Ciudad de México, a expensa
dianas y de gran tamaño. El anicar se cultivaba en la región surcentral, en tos políticos, especialmente l<
particular en el estado de Morelos, donde las tierras de los campesinos tradi- más elevado de la sociedad. I
cionales estaban siendo arrebatadas para su uso por los trapiches. En yuca- , prosperidad económica requt
tán prosperaban vastas plantaciones de henequén, en las que los nativos eran I
mismo Díaz conocía plenamr
obligados a trabajar como peones. do. Casi al final de su régime
Bajo Díaz, México no desarrolló una clase empresarial fuerte. Las con- hasta la crueldad. Pero era nt
cesiones y los favores provenían del Estado y el capital, del exterior: Inglate- j
nación. Si hubo crueldad, los
rra, Francia y, por supuesto, Estados unidos. Los sectores medios eran ex- la industria han realizado la t
tremadamente débiles.
adversarios estaban de acuerr
Estos factores sociales tuvieron un profundo significado político. En nunciaban el modo en que lr
otros lugares de América Latina, los profesionales de clase media proporcio-
crecía la frustración entre la r
naron la presión y el liderazgo de movimientos reformistas, como en Argen-
El tiempo jugaba en su contr;
tina, y en algunas ocasiones sirvieron de apoyo a los inexpertos industriales, que su casa, tan cuidadosame
como en chile. Pero no fue así en México. Parecía que al terminar el siglo,
México 249

tenía los ingredientes sociales para una revolución. pero relativamente poco
material para la reforma.
El progreso económico de los años de Díaz también tuvo su coste. Mien-
tras que los ricos prosperaban y copiaban puntualmente a la aristocracia
europea, la vasta mayoría de los mexicanos se enfrentaban a un pobreza ago-
biante. Dado su excedente en mano de obra, los salarios seguían muy baþs.
De hecho, un cálculo (sin duda exagerado) muestra que el poder adquisitivo
medio en 1910 era sólo un cuarto del de 1810. México exportaba p.ôductos
agrícolas, mientras que el cultivo de la dieta básica de la mayoría de los me-
xicanos y frijoles- apenas se mantenía a la altura del crecimiento po-
-maíz
blacional, No podía haber mejora en el ínfimo nivel de consumo per cápita
prevaleciente al comienzo del periodo de Díaz. Las estadísticas de vida eran
alarmantes. En 1900, el 29 por 100 de todos los niños varones morían antes
de cumplir un año y muchos de los sobrevivientes acababan trabajando doce
horas diarias en una empresa explotadora. Sólo un cuarto de la población sa-
bía leer y escribir.
Este <progreso' económico tan desigual originó una protesta repetida de
r
los trabajadores urbanos y rurales. Hubo huelgas, a menudo salvajès. rr- ll
pecial donde el trabajo asalariado se desempeñaba bajo condicionãs de "ntipo
industrial. Entre 1906 y 1908, por ejemplo, los trabajadores mexicanos de la
Compañía de Cobr?lGñanã þrot"ttuån de forma iepetida por los salarios
más altos pagados a los obreros estadounidenses. También hubo huelgas des-
tacadas entre los obreros del ferrocarril y en las fábricas textiles cle Río Blan-
co. Esta protesta obrera se intensificó por la crisis financiera internacional de
1906-1908. En el sector rural, los campesinos cre la zona de Morelos se to-
maron muy a mal la pérdida de su.tierra para el cultivo comercial de azúcar
y otros productos de mercado. En el norte hubo una reacción similar por la
pérdida de tierra para la construcción del ferrocarril.
Dílzy sus consejeros podían seguir una política económica coherente por-
que habían creado el gobierno centralizado más efectivo que había visto Mé-
xico desde la independencia. La toma de clecisiones estaba centralizada en ,,
Ciudad de México, a expensas de los caudillos regigna[e_s o locales. Los pues- f
tos políticos, especialmente los cle rango federal, .run .o¿i"iããoì por el sèctor
más elevado de la sociedad. Los que los conseguían eran envicliados, ya que la
prosperidad económica requería muy a menudo contactos con el gobìerno. El
mismo Díaz conocía plenamente bien la clase de sistema que había promovi-
do. casi al final de su régimen explicó: ,.Fuimos duros. A veces fuimos duros
hasta la crueldad. Pero era necesario entonces para la vida y el progreso de la
nación. si hubo crueldad,los resultados la han justificado ... Lu y
"ãu.ución
la industria han realizado la tarea comenzada por el ejército>. Muchos de sui
adversarios estaban de acuerdo en la necesidad de un poder nacional, pero de-
nunciaban el modo en que lo utilizaba. La presión aumentaba u
-"didu que
crecía la frustración entre la elite más joven, excluida de la camarilla de Díì2.
El tiempo jugaba en su contra, pero ¿quién podría haber predicho el modo en
que su casa, tan cuidadosamente construida, se vendría abajo?
250 Historiu conlentporátteu de Atnéricu Lutitttt

La Revolución mexicana
Pocas revoluciones son precipitadas por los oprimidos. Mucho más a menu-
clo comienzan con un cambio dentro de la clite dominante. Los disidentes
descontentos, con frecuencia jóvenes, llegan a un punto de cólera tal que ata-
can el sistema. Eso fue lo que paso en México en 1910.
Uno de los principales críticos era Francisctl l. Madero, vástago de una
familia que había hecho fortuna en la ganadería y la minería. También esta-
ba vinculado a la maquinaria política de Díaz. Evaristo Madero, su abuelo,
había sido gobernador del estado de Coahuila de 1880 a 1884 y la familia Ma-
clero había cultivado una íntima relación con José Y. Limantour, ministro de
Economía durante muchos años de Díaz. Francisco obtuvo lo mejor de una
educación en el extranjero, ya que estudió en París y en la Universidad de
California. Volvió para aplicar sus conocimientos en la agricultura comercial,
en especial en las plantaciones de algodón familiares. Tenía fuertes convic-
ciones liberales en cuanto a economía, apropiadas para el periodo de Díaz,
pero también en política, que no lo eran tanto. Su creencia en la democracia
política le distanció pronto de las rigideces de las postrimerías del régimen
Emiliano Zapata proporcionó u
porfiriano. Se convirtió en un adversario franco que sostenía que México es- preciso al movimiento revolucic
taba preparado para la democracia liberal y que si Díaz quería presentarse a pesino que comenzó en el estad
la reelección en 1910 (como todos esperaban), el candidato a vicepresidente los.
debía provenir de fuera de la camarilla presidencial.
Díaz era para entonces el cautivo de su éxito. ¿Por qué debía tomar en
serio las lamentaciones de un joven oligarca ambicioso y mimado? Cuando el la tierra a manos de leguleyo
presidente desoyó su mensaje, Madero hizo lo impensable: entró en la cam- cle inspiración <liberal>. Esto
paña de 1910 como candidato del Partido Antirreeleccionista. Ahora el pre- oportunidad para restaurar l;
sidente se enfrentaba a una oposición mayor que nunca durante décadas. Su
maquinaria produjo otra victoria, pero costó mucho trabajo. La policía tuvo 7 Los zapatistas sc desilusi
qûé debía cste hijo de una I
que encarcelar a 5.000 opositores, incluido Madero. El joven rebelde, ahora que la pandilla porfirista'Ì Er
envalentonado, se negó a reconocer la legitimiclad de la reelección presiden- Morelos atacaron con acritu
cial y, en vez de ello, emitió (mientras estaba en la cárcel, lo que sugiere que otras miras que satisfacer su
no había una represión dura) su famoso Plan de San Luis Potosí y llamó a la tos de tirano y su profundo
resistencia armada. El rnovimiento rebelde creció con rapidez. mientras sus
<

"no llt
It357. decían, Madero
tropas tomaban Ciudad Juárez (al otro lado de la frontera de El Paso). En- inició con el apoyo de Dios
tonces Díaz tiró la máscara del autócrata con recursos infinitos. En una de- nuara el aparato político por
mostración sorprendente cle debilidad, capituló y abandonó el país en mayo situación del pueblo. Los car
de 1911. Se celebraron nuevas elecciones presidenciales y Madero triunfó. clirecta. <Hacemos corìstar:
En 1912, se convirtió en el presidente de la nación ante una muchedumbre muebles, desde luego. los pr
delirante en Ciudad de México. Parecía que la democracia se abría paso. rrespondientes a esas ¡rropie
Puede que Francisco Madero y sus compañeros disidentes hayan iniciado mala fe de nuestros opresor,
la Revolución mexicana, pero no la cc¡ntrolaron por mucho tiempo. Otros re- la mano la mencionada posc
beldes tenían objetivos mayores: Emiliano Zapata, por ejemplo, quien había labra. Eslos pequeños propi
surgido como el férreo dirigente de los campesin<¡s sin tierra del estado de Mo- los ayudaría a recuperar sus
relos. Eran quienes habían visto desaparecer sus derechos tradicionales sobre tregaba, le abandonaron y cl,
México 251

Emiliano Zapata proporcionó un liderazgo


preciso al movimiento revolucionario cam-
pesino que comenzó en el estado de More-
los.

la tierra a manos de leguleyos y especuladores que utilizaban las nuevas leyes


de inspiración
"liberal>. Estos zapatistas consideraron la revolución como una
oportunidad para restaurar la justicia, lo que significaba recuperar sus tierras.
L9t zapatistas se desilusionaron en seguida de Madero, ycon razón.
2
qûé debía este hijo de una familia latifundista simpatizar con su causa más
¿por
que la pandilla porfirista? En noviembre cle 1911, zapatay sus seguidores de
Morelos atacaron con acritud a Madero en su plan de Ayala. .Nì teniendo
otras miras que satisfacer sus ambiciones personales, sus desmedidos instin-
tos de tirano y su profundo desacato al cumplimiento> de la constitución de
1tì57, decían. Madero
"no llevó a buen término la revolución que felizmente
inició con el apoyo de Dios y del pueblo>. En lugar de e[o, dèjó que conti-
nuara el aparato político porfirista, con lo que mostró su incliferencia hacia la
situación clel pueblo. Los campesinos sólo tenían ahora una opción: la acción
directa..Hacemos constar: que...entrarán en posesión de esos bienes in-
muebles, desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos, co-
rrespondientes a esas propiedades, de las cuales han sido despojados por la
mala fe de nuestros opresores, manteniendo a todo trance con las armas en
la mano la mencionada posesión ...> Los zapatistas valían tanto como su pa-
labra. Estos pequeños propietarios rurales habían creído que la revolución
los ayudaría a recuperar sus tierras. cuando vieron que Madero no se las en-
tregaba, le abandonaron y declararon su propia revolución.
252 Historia contemporánea de América Ltttina

Era difíciÍ que Madero fuera un revolucionario verdadero. Se trataba de


un aspirante a parlamentario que había pensado que la abdicación de Díaz
abriríã el camino para la democracia verdadera. Madero pertenecía a Ingla-
terra o Escandinavia, no a México. Retrocedió ante el pensamiento -suge-
rido por rebeldes menos remilgados que él- de que debía golpear a su opo-
sición antes de que le golpearan a é1. Este error le costó la vida en 1913. Su
asesino fue su propio jefe castrense, Victoriano Huerta, general de alto ran-
go con Díaz. Arrastró al indiscreto embajador estadounidense Henry Lane
Wilson a su complot, con lo que se aseguraba de que Estados Unidos segui-
ría manteniendo un papel notable en la política mexicana.
Huerta era una figura grosera, que pensó que podría restablecer una ver-
sión del régimen porfirista. Tiató de imponer su autoridad por todo el país
alzado,pero pronto encontró resistencia. Muchos mexicanos que habían sido
atrapados en la revuelta contra Díaz veían ahora a Huerta como el usurpa-
dor. Empezó a consolidarse la oposición, y cuando reunió fuerzas se aglutinó
en la fase genuinamente <revolucionaria> de la Revolución mexicana.
Uno de los centros más poderosos de la resistencia a Huerta fue el esta-
do norteño de Chihuahua, donde Pancho Villa se hizo con el control. Era un En el norte, Pancho Villa crei
antiguo ladrón de ganado de rudos modales que había movilizado un peque- sonal le ganó una reputación d
ño ejército. A diferencia de Zapata, con quien se le ha comparado a menu- blioteca del Congreso de Esta,
do, no encabezó una rebelión campesina. Los seguidores de villa, al menos
al inicio, eran pequeños rancheros, trabajadores desempleados y vaqueros:
hombres que querían trabajo, no pequeñas parcelas de tierra. Así que no fue demanda. Su Plan de Guad
sorprendente que cuando Villa promulgó una reforma agraria, en diciembre ocupaba el poder de forma
de 1913, proclamara la confiscación de las grandes haciendas, pero no su di- como (Jefe Máximo del Ejé
visión en parcelas. El Estado las administraría y sus cultivos comerciales ayu- vo presidente convocaría n,
darían a financiar la maquinaria militar de Villa' discutir mayores cuestiones
Villa puso en práctica su idea rápidamente. Quizá haya creado problemas rrancista par ecía semej ante
administrativos, pero logró su objetivo. Se produjo dinero y se obtuvieron su- escaso, rural en su mayor pÍ
ministros (en especial de Estados Unidos, que seguía siendo el mayor abas- Toda la atención ahora
tecedor de armas de todos los revolucionarios mexicanos). El ejército de Vi- poder? La oposición seguía
lla estaba bien alimentado y bien equipado. Sin duda, sus seguidores tenían los rebeldes campesinos) y
ahora una fuente segura de empleo en é1, que surgió como una tropa profe- go, el enemigo más peligro,
sional mercenaria bien pagada. ble. México se hallaba ahc
Hubo otros desafíos al sangriento acceso al poder de Huerta' Uno fue en vio aumentar al ejército fer
Coahuila, estado nativo de Madero, donde el gobernador Venustiano Ca- del mandato de Díaz. Los z
rranza montó un fuerte movimiento de resistencia. Carranza, como Madero, terca rebelión en Morelos.
era un miembro disidente de la elite que había llegado a senador durante el presión en el norte. Finalm
régimen de Díaz. Era un terrateniente rico que había ocupado el puesto de mexicanas, la que sentenci
gobernador como interino. Mientras las fuerzas contrarias a Díaz se reunían drow Wilson decidió no re
lentamente en 1910, Carranza unió su suerte a Bernardo Reyes, otro candi- ocupar Yeracruz tras un in
dato de la oposición para presidente. Sin embargo, durante la campaña se ad- tadounidenses. Para contra
hirió al grupo <antirreeleccionista>. Una vezen el poder, Madero recompen- pas de la guerra civil. Pro
só a Carranza nombrándolo gobernador de su estado, Coahuila. mienzos de julio de 1914,
Carranza contestó la usurpación de Huerta con poco más que una contra- derrocado.
México 253

1;lì.: :
_:.r ¿.:;__,__.ì
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*{'L
En el norte, Pancho villa creó una poderosa fue¡za militar, pero
su ostentación per-
so¡al le ganó_una reputación dudosa en México y Estados uniaos. (cortesía
de la Bi_
blioteca del Congreso de Estaclos Unidos.)

demanda. Su Plan de-Guadalupe (maruo de 1913) sólo


decraraba que Huerta
ocupaba el poder de forma ilegítima y que ér, caíranza,debía
ser reconocido
como ,.Jefe Máximo del Ejército Constiiucionalo. Una vez
establecido, el nue_
vo presidente convocaría nuevas elecciones. El plan no incluía
un intento de
discutir mayores cuestiones socioeconómicas o ideológicas. El
movimiento ca_
rrancista parecía semejante a cualquier otra algarabía ãaudillista.
El apoyo era
escaso, rural en su mayor parte y limitado, .omo lógico, al norte.
Toda la atención ahora se centraba en Huerta: "s
¿ioo.ru mantenerse en el
poder? La oposición seguía trabajanclo sin descanso'ãn
el suroes te (zapata y
los rebeldes campesinos) y el norte (villa y su ejército
errante). Sin embar-
gg, más peligroso era carranza, er político de elite últ.ur."rp"tu-
-".n?'nigo
ble."-lMéxico se hallab.a ahora sumergido en una sangrienta guerra civil que
vio aumentar al ejército federal de diez u.."r"d. ro qî"..u a finales
del mandato de Díaz. Los zapatistas "n.nár
requirieron ras fuerzas dL Huerta por su
terca rebelión en Moreros, mientras què rns constitucionalistas
mantenían ra
presión en el norte. Finalmente, fue là intervención
extranjera, no ras armas
I
mexicanas, la que sentenció a Huerta. El presidente estaäounidense
woo-
I
drow wilson decidió no.reconocer su gobierno y envió a los marines
para
ocupar Yeracruz tras un incidente en el que se arrestó a
I unos marineros es_
tadounidenses. Para contrarrestar a los marines, Huerta
I
tuvo que sacar tro-
pas de la guerra civil.^pronto vio que su situación
era desesp'erudu. A .o-
mienzos de julio de 1914, climitió, acusando a Estados
unidos de haberlo
derrocado.
254 Historia contemporúnea ¿le Américo Lutina

A mediados de 1914, la revolución se hallaba a disposición de todos. To- relaciones de poder y propi
das las fuerzas que habían derrocado a Huerta se reunieron para discutir un der político tenía que adop
posible gobierno de coalición. De inmediaLo, Carranza abrigó sospechas por obreros y campcsincls mexi,
los orígenes agrarios comunes de las fuerzas de Zapata y Villa. Aban<Jonó las Los rebeldes agraristas
plazas fuertes y represental
negociaciones, atacó la legitimidad de ese ngobierno, putativo y estableció su
propio régimen en el puerto oriental de Veracruz. pata se ocuparon en 1919, ¿

Las fisuras sociales de la revolución comenzaban a resultar dolorosa- emboscada. Al año siguier
mente obvias. Villa, y en especial Zapata, representaban las reclamaciones de quería imponer como suces
un cambio social radical. Carranza se dio cuenta de que había de ofrecer algo nillas. Demostró poca vista
más que la retórica liberal que había sostenido a Madero. En una declaración
paña de 1910 había sido su
de diciembre, comenzó a inclinarse hacia la izquierda. Prometió, sin detalles, expresión explícita en la nu,
,.leyes para la mejora de la condición del peón rural, el obrero, el minero y regla al imponer un sucesol
en general las clases proletarias>. Al mes siguiente se pronunció a favor de vió a su práctica sangrienta
una reforma agraria, apeló a la restauración o la creación de comunidades sobre Villa, encabezó un le
agrícolas (ejidos), requirió procedimientos para restablecer los títulos legales marcha fue asesinado por r
y estableció una comisión agraria nacional. En febrero de 1915, se pronunció te actuaba de parte de Obr
acerca del trabajo: consiguió que los anarcosindicalistas mejor organiza- la caída de Díaz, seguía lej<
-el
do de los movimientos obreros urbanos- convinieran que a cambio de leyes
laborales favorables, sus batallones rojos apoyarían la causa carrancista.
Durante 1915 entró en discusión el asunto. Villa, el más formidable de los Institucic
enemigos militares de Carranza, arremetió para obtener una rápida victoria.
Encontró la horma de su zapato en Alvaro Obregón, el brillante jefe del ejér- Obregón fue el sucesor al t
cito carrancista del estado norteño de Sonora. A mediados de 1915, éste lo- trucción tras años de guerra
gró vencer de forma decisiva a Villa, que se retiró a los cerros de Chihuahua mera guerra mundial redu
para continuar la guerra de guerrillas, pero ya no volvió a suponer una ame- agudizó la depresión éconó
naza nacional. Los zapatistas no pudieron sostener un desafío a Ciudad de ambiciosa campaña de edl
México y se marcharon a su Morelos nativo para repeler las incursiones fe- José Vasconcelos. En cuant(
derales. tó con flerza por la Confer
Con sus principales enemigos a Íaya, Carranza pudo permitirse convocar reciente creación, que pron
una convención constitucional a finales de 1916. En mayo de 1917 asumió quistas y comunistas. Resp
formalmente la presidencia. Ahora estaba preparado el escenario para la re- cauteloso por miedo a una
dacción de la Constitución de 1917, un documento capital de la Revolución populares originales, Panch
mexicana. 1923 y, de momento, se dio
Carranz.a no tenía ideas radicales. Esbozó una pálida imitación de la de una reforma social fund¿
Constitución de 1857, poco más que una nueva declaración de los principios tantes a la estabilidad de la
del liberalismo clásico. Los delegados de la convención tenían otros pensa- Estados Unidos, que deterr
mientos. De inmediato se hicieron con el control y redactaron una carta que troleras en pago al reconoc
resultó sorprendentemente radical para esta época anterior al bolchevismo. de transferir el poder a su
El artículo 27 daba poderes al gobierno para redistribuir la tierra. El artícu- cho un presidente mexicanr
lo 123 anunciaba derechos del trabajador que nunca se habían oído en Norte- El nuevo presiclente er
américa. El artículo 3 sujetaba a la [glesia a nuevas restricciones, que le im- Este competente político-m
ponían casi una camisa de fuerza. Los reflejos socialistas permeaban la proporcionaría al sistema p,
Constitución. De improviso se hizo evidente que lo que se había iniciado é1, sin embargo, la amenaza
como una simple revuelta de clitistas disidentes contra Díaz amenazaba con mos cristeros, los católicos.

convertirse en una revolución social, òon cambiar de forma significativa las como los primeros adversal
México 255

relaciones de poder y propiedad en México. Desde 19[7, todo aspirante a lÊ


der político tenía que adoptar al menos una postura retórica en favor de los
obreros y campesinos mexicanos.
Los rebeldes agraristas y Zapata- continuaron manteniendo sus
-Villa
plazas fuertes y representaban una posible amenaza para Carranza. De Za-
pata se ocuparon en 1919, al ser asesinado por las tropas carrancistas en una
emboscada. Al año siguiente Carranza se enfrentó a su propio problema:
quería imponer como sucesor suyo a un político poco conocido, Ignacio Bo-
nillas. Demostró poca vista en ello, ya que el lema <no reelección> de la cam-
paña de 1910 había sido su más poderosa convocatoria y había encontrado
expresión explícita en la nueva Constitución. Ahora violaba el espíritu de esa
regla al imponer un sucesor que sería su hombre de paja. La revolución vol-
vió a su práctica sangrienta: el valiente Obregón, el arquitecto de la victoria
sobre Villa, encabezó un levantamiento. Se obligó a huir a Carranza y en la
marcha fue asesinado por uno de sus propios guardianes, que probablemen-
te actuaba de parte de Obregón. El problema sucesorio, que había llevado a
la caída de Díaz, seguía lejos de ser resuelto.

Institucion alización de la revolución

Obregón fue el sucesor al botín de la presidencia. Se necesitaba una recons-


trucción tras años de guerra civil, pero la recesión mundial que siguió a la pri-
mera guerra mundial redujo abruptamente los ingresos por exportación y
I

1
I

I
agudizó la depresión dconómica interna. Sin embargo, el gobierno lanzó una
ambiciosa campaña de educación rural dirigida por el notable intelectual
José Vasconcelos. En cuanto al ámbito laboral, el gobierno de Obregón apos-
tó con fuerza por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) de
reciente creación, que pronto cooptó, mientras acosaba a los sindicatos anar-
quistas y comunistas. Respecto a la distribución de la tierra, Obregón fue
cauteloso por miedo a una pérdida de producción. El último de los rebeldes
populares originales, Pancho Villa, sucumbió a una descarga de fusilería en
1923y, de momento, se dio por finalizada la etapa de las demandas efectivas
de una reforma social fundamental. Obregón hizo dos contribuciones impor-
tantes a la estabilidad de la revolución. Primero, logró un entendimiento con
Estados Unidos, que determinó el trato que se conferiría a sus empresas pe-
troleras en pago al reconocimiento diplomático. En segundo lugar, fie capaz
de transferir el poder a su sucesor de forma pacífica, algo que no había he-
cho un presidente mexicano desde ltl80.
El nuevo presidente era otro general de Sonora, Plutarco Elías Calles.
Este competente político-militar demostró en seguida que era el hombre que
proporcionaría al sistema político revolucionario unos cimientos sólidos. Para
é1, sin embargo, la amenaza provenía de la derecha. Denominándose a sí mis-
mos cristeros, los católicos militantes se presentaron ante los revolucionarios
como los primeros adversarios de base amplia y compromiso ideológico a la
256 Hislr,¡riu conÍemporítnea de AntériccL Lutittu

revolución secularizadora. Los cristeros no se limitaban a los defensores opu- cado cayó en muchas zonas,
lentos del antiguo orden económico, sino que incluían a muchos ciudadanos financieros prometidos Por el
corrientes que consideraban la revolución como la obra del demonio que sólo lumen necesario, a pesar de a
podía detenerse con la espada. Esta creencia pía fue reforzada por el clero re- tividad y desorganización de
accionario, en especial en el estado de Jalisco, donde necesitaban con deses- insuficiente en el mercado d,
peración soldados de a pie para su cÍvzada contra la revolución anticlerical. esos problemas, Cárdenas ga'
Cuando terminó el mandato presidencial de Calles en 1928, Obregón, nos por su valentía al distribl
que nunca fue reservado en política, se presentó para una nueva elección. No funda el carácter agrario de I
era una reelección, aseguró a México. porque no ocupaba el cargo. Ganó con También reorganizó la es
facilidad pero no vivió para disfrutar su poder: antes de su nombramiento fue mino al crear un aParato más
asesinado por un fanático religioso. puesto en 1924. En 1938, Cár
En el vacío se colocó Calles, que consiguió que los dirigentes políticos el nombre por el de Partido d
asintieran a la convocatoria de unas nuevas elecciones y a la creación de un a edificar alrededor de cuatrc
nuevo partido, el Partido Nacional Revolucionario (PNR). Durante los cor- to{-þþ-qral, el sector militar ¡
tos mandatos que siguieron de Emilio Portes Gil (1928-1930), Pascual Ortiz cluía principalmente a la clas'
Rubio (I930-I()32) y Abelardo L. Rodríguez. (1932-1934), Calles continuó maron prestados concePtos d
manejando el poder entre basticlores. entonces en la Europa meditt
La mayoría cle los observadores esperaban que éste continuara en ese pa- De este modo, ideaba ul
pel durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, elegido en 1934' Era un ofi- movilizar y organizar a obre
cial del ejército y político algo oscuro de Michoacán, que sorprendió a todos dos. Así, creaba sectores sepi
al enviar de inmediato al exilio al asombrado Calles. Era el primer movi- tuyente del partido oficial. l
miento que probaba que Cárdenas iba a valerse por sí mismo. control sobre los movimientc
Muchos campesinos se habían vuelto cínicos acerca de los objetivos <re- coalición entre obreros Y ca
volucionarios> de sus gobernantes. ¿Dón<Je estaba la tierra que les habían parece haber logrado su obje
prometido tan a menudo? Cárdenas decidió hacer buenas esas promesas. Du- Cárdenas también emPrt
rante su mandato (1934-1940), presidió la distribución de algo más de 18 mi- tados Unidos. El asunto más
llones de hectáreas a los desposeídos mexicanos, casi el doble de lo que México poseía un porcentaje
habían repartido todos sus predecesores juntos. Conocía los peligros de dis- das del mundo. En 1930, Ya
tribuir tierra sin proporcionar los servicios de apoyo necesarios, que dema- yoría estadounidenses, pero'
siado a menudo conducía a una agricultura de subsistencia en la que el cam- versiones en México. De fort
pesino eÍa capaz de alimentar a su familia pero no podía producir un ta salarial con sus empleadot
excedente para el mercado. Esto crearía graves problemas para el abasteci- mo, donde se falló en favor
miento de las ciudades, así como para los mercados de exportación. decisión al dar por sentado r
Su solución fue recurrir al sistema comunal denominado ejidq. Tenía las una vía para sortear tales Prr
ventajas de ser genuinamente mexicano y no capitalista ni socialista. La dis- presa de todos, el presidente
tribución de la tierra se hizo al ejido, que desde entonces fue el propietario, pañías. El factor que PreciPit
aunque las parcelas se dividieran después para su uso individual. Estos ejidos éstas a obedecer la decisión
podían incluir a cientos, incluso miles de familias. Los planes demandaban para la expropiación fue et;
escuelas, hospitales y financiación, que iba a ser proporcionado por el Banco vez se basaba en el antiguo t
de Crédito Ejidal. de reciente fundación. Pero no toda la tierra se distribuyó dos los derechos del subsuel
a los ejidos, ya que también hubo campesinos particulares que recibieron pietario de los derechos de I
parcelas. en cólera. Las estadounide:
La enorme distribución creó una euforia inicial, ya que más de 800.000 que interviniera en su favor
receptores vieron el sueño de toda una vida realizado. Pero los resultados a ses tuvieron mucha activida,
largo plazo no fueron felices para todos. La producción agrícola para el mer- os> que primero habían ata
México 257

cado cayó en muchas zonas, como se había temido. Los servicios sociales y
financieros prometidos por el gobierno no llegaron a materializarse en el vo-
lumen necesario, a pesar de algunos logros. El resultado fue la baja produc-
tividad y desorganización de muchas unidades comunales y una integración
insuficiente en el mercado de muchas unidades más pequeñas. A pesar de
esos problemas, Cárdenas ganó una enorme popularidad entre los campesi-
nos por su valentía al distribuir tanta tierra. Había reforzado de forma pro-
funda el carácter agrario de la revolución.
Tämbién reorganizó la estructura del partido. Calles había iniciado el ca-
mino al crear un aparato más fuerte que el que había encontrado al ocupar el
puesto en 1924. En 1938, Cárdenas reorganizó el partido oficial y le cambió
el nombre por el de Partido de la Revolución Mexicana (P\M), Ahora se iba
a edificar alrededor de cuatro grupos funcionales: el sector campesino, el sec-
to4a_b_q¡al, el sector militar y el sec[or <popular>, categoría residual que in-
cluía principalmente a [a clase media, Cárdenas y sus consejeros políticos to-
I maron prestados conceptos del corporativismo, doctrina política en boga por
i entonces en la Europa mediterránea, en especial en ltalia, España y Portugal.
I De este modo, ideaba una estrategia para tratar a las clases inferiores:
1 movilizar y organizar a obreros y campesinos, pero manteniéndolos separa-
dos. Así, creaba sectores separados (y competitivos) para cada grupo consti-
tuyente del partido oficial. De esta forma, el gobierno podía mantener el
control sobre los movimientos populares y evitar la posible aparición de una
coalición entre obreros y campesinos. (Hasta los años noventa, el régimen
parece haber logrado su objetivo.)
Cárdenas también emprendió una línea más radical en relación con Es-
tados Unidos. El asunto más arduo era el petróleo. A comienzos del siglo xx,
México poseía un porcentaje importante de las reservas petroleras confirma-
das del mundo. En 1930, ya había empresas petroleras extranjeras, la ma-
yoría estadounidenses, pero también algunas inglesas, que tenían grandes in-
versiones en México. De forma inevitable, las compañías tuvieron una dispu-
ta salarial con sus empleados mexicanos, que al final llegó al Tiibunal Supre-
mo, donde se falló en favor de los últimos. Las compañías desecharon esta
decisión al dar por sentado que, como pasaba con anterioridad, debía haber
una vía para sortear tales problemas legales en el atrasado México. Para sor-
presa de todos, el presidente intervino y anunció la expropiación de las com-
pañías. El factor que precipitó tal decisión según Cárdenas fue la negativa de
éstas a obedecer la decisión del Tiibunal Supremo. La fundamentación legal
para la expropiación fue ef artículo 27_4e.'la Constitución de 1917, que a su
vez se basaba en el antiguo principio de la jurisprudencia española de que to-
dos los derechos del subsuelo pertenecen al Estado (la corona) y no i pro-
pietario de los derechos de la superficie. Las compañías petroleras montaron
en cólera. Las estadounidenses pidieron al presidente Franklin Roosevelt
que interviniera en su favor. Los propagandistas de derechas estadouniden-
ses tuvieron mucha actividad a costa de los'revolucionarios mexicanos <ate-
os> que primero habían atacado la religión y ahora atacaban la propiedad.
258 Historia contemporánea de América Latina

En México, la noticia de la expropiación provocó una respuesta exaltada.


El sentimiento nacionalista mexicano, nunca muy sumergido, se desbordó; sonda para valorar la opin
Cárdenas era ahora un auténtico héroe al plantarse ante los gringos. fecto para las fábricas de n
En un primer momento, Roosevelt hizo algunas airadas demandas a los En 1940, la elección der
mexicanos, pero las cabezas más frías prevalecieron en Washington. Después fluencia aplastante en el pa
pales candidatos discutidos
de todo, su tan cacareada política de ,,buena vecindad, significaba, cuando
menoq no más invasiones de América Latina. De hecho, el gobierno mexi- clinó por su ministro de (
cano ya había dicho que indemnizaría a las compañías. Entonces la disputa Camacho, Resulta claro qu
se centró en el valor de las propiedades expropiadas. Las compañías rellena- en una dirección moderada
ron reclamaciones inmensas que incluían el valor futuro de todo el petróleo En su campaña, Ávila
del suelo que poseían. La larga negociación que siguió favoreció al gobierno hasta se declaró creyente. E

mexicano, ya que la administración Roosevelt decidió desde el principio no Almazán, candidato del Pi
intervenir en favor de los inversores. partido de la derechâ pro r

Se pagó a las compañías y los mexicanos crearon un monopolio estatal con facilidad.
del petróleo, Petróleos Mexicanos (PEMEX). Desde entonces ha sido un alto En varios ámbitos polít
símbolo del nacionalismo, sobre todo porque su blanco había sido Estados to más moderado que Cárc
Unidos. Las compañías petroleras y sus amigos del gobierno estadounidense nas se había hecho apreciar
tampoco olvidaron. Durante treinta años pusieron en práctica un boicot cesiones de tierra, que recil
mundial contra todo petróleo mexicano y obstruyeron de forma efectiva el de forma invariable a los g

desarrollo de las operaciones de refinación al ponerlo en la lista negra de to- Camacho dirigió la distribr
das las principales abastecedoras cle equipamientos extranjeras. Las compa- que favoreció la propiedad
ñías y el gobierno estadounidense pensaron que una de las razones para cas- { contraste en la cantidad to
figar a los mexicanos por su valentía nacionalista era evitar que a otros cerca de 5 millones de hec
gobiernos latinoamericanos les tentara la idea de emprender expropiaciones unos 18 millones de hectárr
similares. México pagó un precio por plantar cara al tío Sam. En el campo laboral, I
Para muchos mexicanos, Cárdenas logró dar nueva vida a la revolución. rrespondía a la izquierda. R
Por otro lado, el sector rico y grandes comerciantes- le odia- partido por Fidel Velázque
ban, del mismo modo que sus -latifundistas
pares odiaban en Estaclos Unidos a Franklin los sindicatos más militant
Roosevelt. En ambos países, la derecha consideró que estos reformadores ca- desalentaba la acción de I'
rismáticos preparaban el camino para el izquierdismo radical. Cárdenas pro- otro frente: creó el Institut
porcionó munición a sus enemigos con gestos a los que se dio mucha publici- que proporcionó a los trab
dad, como la concesión de asilo a Leon Tiotsky en 1937 y la acogida de los clínicas y hospitales. La col
republicanos españoles que huían de la persecución de Franco al término de les de trabajadores a medi¿
la guerra civil. Pero eran gestos para el escenario mundial. no medidas para de un sistema de beneficior
México. a los elementos del movimi
Además, Ávila Camacl
expansión. Los mexicanos
Estabilidad, crecimiento... y rigidez pero una suspicacia igual d
Unidos. Tias Pearl Harbor
Habría sido difícil para todo político seguir a Cárdenas. El nombramiento de plomáticas con Japón, Aler
su sucesor siguió un modelo que se ha repetido al final de todo mandato pre- guerra. Sólo el repetido hur
sidencial de seis años desde 1940: especulación sin fin, con frecuencia mal in- alemanes llevó al gobierno
formada, acerca del probable elegido. Los mecanismos electivos quizás hayan so nacional en mayo de 19¿
variado, pero sigue siendo esencialmente una negociación entre los dirigen- México, junto con Bras
tes políticos más elevados que se efectúa en privado, con frecuentes globos aportaron fuerzas de comb¿
escuadrón de aviación, ent
México 259
)có una resPuesta exaltada.
y sumergido, se desbordó; sonda para valorar la opinión pública. En pocas palabras. un material per-
je ante los gringos. fecto para las fábricas de rumores políticos.
ras airadas demandas a los
En 1940, la elección descansó en Cárdenas, que había acumulado una in-
fluencia aplastante en el partido político, Np escogió a ninguno de los princi-
n en Washington. Después
pales candidatos discutidos (uno radical y otro conservador), sino que se in-
indad> significaba, cuando
: hecho, cl gobierno mexi- clinó por su ministro de Guerra. poco conocido, el general Manuel Ávila
rañías. Entonces la disputa Camacho. Resulta claro que había un consenso para encauzar la revolución
las. Las compañías rellena-
en una dirección moderada.
futuro cle todo el Petróleo En su campaña, Ávila Camacho puso en claro que no era anticlerical y
iguió favoreció al gobierno hasta se declaró creyente. En realidad, se enfrentaba a un rival: Juan Andreu
:idió desde el principio no Almazán, candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), un inexperto
partido de la derecha pro clerical. El candidato oficial del PRM prevaleció
aron un monopolio estatal con facilidad.
de entonces ha sido un alto
En varios ámbitos políticos clave, Ávila Camacho se mostró de inmedia-
blanco había sido Estados to más moderado que Cárdenas. Uno fue la distribución de la tierra. Cárde-
:l gobierno estadounidense nas se había hecho apreciar por el campesinado mexicano debido a sus con-
'on cn práctica un boicot cesiones de tierra, que recibieron mucha publicidad y que se destinaron casi
yeron de forma efectiva el de forma invariable a los grupos colectivos que iban a formar ejidos. Ávila
:rlo en la lista negra de to- Camacho dirigió la distribución a familias individuales y no a éstos, con lo
que favoreció la propiedad a pequeña escala y unifamiliar. También se dio un
rs extranjeras. Las compa-
na de las razones para cas- contraste en la cantidad total de tierra utilizada. Ávila Camacho distribuyó
;ta era evitar que a otros cerca de 5 millones de hectáreas, mientras que Cárdenas había distribuido
emprender expropiaciones unos 18 millones de hectáreas.
al tío Sam. En el campo laboral, Ávila Camacho hizo otro movimiento que no co- ,

lueva vida a la revolución. rrespondía a la izquierda. Reemplazó al dirigente oficial del sector obrero del
les comerciantes- le odia- partido por Fidel Yelázquez, que era abiertamente hostil a los dirigentes de
Estados Unidos a Franklin los sindicatos más militantes y ayudó a dificultar las huelgas. Mientras se
que estos reformadores ca- desalentaba la acción de los sindicatos autónomos, el gobierno avanzó en
smo radical. Cárdenas pro- otro frente: creó el lnstituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), organismo
i que se tlio mucha publici- que proporcionó a los trabajadores servicios médicos mediante una red de
:n 1937 y la acogida de los clínicas y hospitales. La cobertura se limitaba a unos cuantos cientos de mi-
rn de Franco al término de les de trabajadores a mediados de los años cuarenta, pero fue el precedente
mundial, no medidas para de un sistema de beneficios complementarios que se extendería firmemente
a los elementos del movimiento obrero mejor organizados.
Además, Ávila Camacho se enfrentó al reto de una guerra mundial en
expansión. Los mexicanos sentían una fuerte simpatía por la causa aliada,
y rigidez pero una suspicacia igual de fuerte por una alianza automática con Estados
Unidos. Tias Pearl Harbor, el gobierno mexicano rompió las relaciones di-
lenas. El nombramiento de plomáticas con Japón, Alemania e ltalia. pero se paró antes de declarar la
tinal de todo mandato pre- guerra. Sólo el repetido hundimiento de los barcos mexicanos a manos de los
lin, con frecuencia mal in- alemanes llevó al gobierno a obtener una declaración de guerra del congre-
,mos elcctivos quizás hayan so nacional en mayo de 1942.
lociacirin entre los dirigen- México, junto con Brasil, fue uno de las dos países latinoamericanos que
¿rdo,con frecuentes globos aportaron fuerzas de combate contra el Eje. La contribución mexicana fue un
escuadrón de aviación, entrenado en Estados Unidos y después agregado a
260 Historia contemporcinea de América Lotina

la Quinta Unidad Aérea estadounidense en Filipinas. El escuadrón actuó con pero el efecto neto fue gar
valentía y proporcionó honor a su país en el conflicto distante con Japón. Mé- tenía sentido en un merca,
xico también suministró materias primas vitales a Estados Unidos a un bajo interna respondió con un e
precio controlado por el Estado. 9,2 por 100 anual entre 19¿
Otro paso tendría una gran importancia para el futuro. Tias un acuerdo esos años, logrando una m
explícito entre los presidentes Franklin Roosevelt y Avila Camacho, México balanza de pagos disrninuy
comenzó a enviar braceros al norte para cubrir el vacío dejado en los campos cional sobre los logros eco
estadounidenses por el reclutamiento militar. Había existido una emigración corrupción.
espontánea sumergida hacia el norte desde hacía tiempo. Como la guerra Los jefes del PRI sabí¿
continuaba, los braceros mexicanos comenzaron a desempeñar también fun- en 1952, que tenían un ser
ciones no agrícolas, lo que levantó la oposición del movimiento obrero esta- El hombre escogido era aì
dounidense. La guerra terminó una vez que se había establecido un impor- nes había sido gobernador
tante precedente: la aceptación oficial del movimiento hacia el norte de los presidencia de Alemán, pr
obreros mexicanos con el fin de realizar trabajos para los que no se encon- to. Una vez nombrado prr
traran estadounidenses. No obstante, había problemas enormes. Los mexica- tar de rau las malversacior
nos, acostumbrados a sueldos mucho más bajos en su país, a menudo estaban Las medidas más impc
dispuestos a dejarse engatusar (o eran forzados a) por condiciones de empleo nómica. Desde la guerra,
inferiores a las que se habían acordado de forma oficial. Cuando terminó la inflación alta para Améric
guerra, cerca de 300.000 mexicanos habían pasado por la experiencia de tra- ca tomaron una decisión c
bajar en Estados Unidos. Aunque muchos habían encontrado prejuicios y e inflación baja, que signil
discriminación, la mayoría había ganado salarios mucho más altos de los po- luego organizar Ia econon
sibles en México. La promesa de ingresos más elevados al otro lado de la servadora) para mantener
frontera, aunque deslustrada, siguió siendo una atracción constante para los 1?åpot dólar en 1954. Es
mexicanos pobres después de la guerra. ba y proporcionó un estím
Con el fin de la segunda guerra mundial, México consideró que la indus- ra más baratas para los d
trialización era una vía para salir de la pobreza persistente. El hombre para I para los turistas extranjer<
dirigir el camino fue Miguel Alemán, el primer presidente,clvil desde la re- dor para los inversores int
volución Uno de sus primeros actos fue reorganizar y rebautizar eI partidô 'l Cuando Ruiz Cortines
oficial, ahora denominado Partido Revolucionario Institucional (PRI). El gieron un sucesor dos déc
añadido de señaló un giro hacia el pragmatismo. El partido se tario de Tiabajo del gobie
"institucional>
compuso de tres sectores: campesino, obrçro y popular, forma que ha reteni- hacia el movimiento obrel
do desde entonces. Surgió como un partido oficial totalmente dominante, di- al centro o incluso alaizc
ferente de cualquier otro de América Latina. De forma algo crípticr
El sello del nuevo presidente iba a ser el desarrollo económico. Lo que tración sería nde extrema
más necesitaba México era infraestructura: carreteras, presas, comunicacio- no había una sindicalizaci,
nes, instalaciones portuarias. Así pues, Alemánlanzó un ambicioso programa clase baja, en especial los
de obras públicas que hacían hincapié en proyectos de irrigación e hidro- para protegerse o foment
eléctricos. También se construyeron autopistas y hoteles para facilitar el trá- estrechamente vinculados
fico de turismo con Estados Unidos. Esta inversión dio sus frutos, ya que el Argentina, donde los sind
turismo se convirtió en una importante fuente de divisas, aunque con unas oposición política desde n
implicaciones sociales y culturales que los nacionalistas mexicanos encontra- los movimientos obreros s
ron desagradables. México, los sindicatos fun
La economía mostró un crecimiento significativo. Se establecieron los ci- A pesar de este mode
mientos mediante un agudo proteccionismo contra las importaciones. La jus- excepción. De inmediato
tificación a corto plazo era equilibrar el severo déficit en la balanza de pagos, rril, que efectuaron una ir
México 2ól

nas. E,l escuadrón actuó con pero el efecto neto fue garanÍiz.ar el mercado a la producción interna, lo que
icto <Iistante con JaPón. Mé- tenía sentido en un mercado tan grande como sl mexicano. I-a manufactura
a Estados Unidos a un bajo interna respondió con un esfuerzo de crecimiento que alcanzó la meclia de un
9,2por 100 anual entre 1948 y 1951. La producción agrícola fue aún mejor en
I el futuro. Tias un acuerdo esos años,logrando una media del 10,4 por 100. La inflación y el déficit de la
tt y Ávila Camacho, México balanza de pagos disminuyeron la tasa de crecimiento en 1952. Una nube adi-
vacío dejado en los camPos cional sobre los logros cconómicos cle Alemán fue la acusación constante dc/
bía existido una emigración corrupción.
:ía tiempo. Como la guerra Los jefes del PRI sabían, cuando llegó el momento de elegir a su sucesor
a desempeñar también fun- en 1952, que tenían un serio problema para mejorar la imagen del gobierno.
lel movimiento obrero esta- El hombre escogido era al menos una respuesta parcial. Adolfo Ruiz Corti-
rabía establecido un imPor- nes había sido gobernador de Veracruz y después secretario de Interior en la
niento hacia el norte de los presidencia de Alemán, pero había logrado ganarse la reputación de hones-
s para los que no se encon- to, Una vez nombrado presidente, llevó a cabo la promesa electoral de cor- ,,
lemas enormes. Los mexica- tar de ralz las malversaciones, despidiendo a una serie de cargos sospechosos. f
n su país, a menudo estaban Las medidas más importantes de Ruiz Cortines llegaron en la esfera eco-
) por condiciones de empleo nómica. Desde la guerra, México había venido experimentando una tasa de
l oficial. Cuando terminó la inflación alta para América Latina. Los responsables de la política económi-
lo por la experiencia de tra- ca tomaron una decisión crucial. Optaron por una estrategia de divisa fuerte
ían encontrado prejuicios y e inflación baja, que significaba establecer un tipo de cambio (peso/dólar) y
mucho más altos de los po- luego organizar la economía (mediante una política fiscal y monetaria con-
elevados al otro lado de la servadora) para mantenerlo. El primer paso fue devaluar el peso de Bþ5. a
ltracción constante para los If,,1. por dólar en 1954. Esta devaluación fue mayor de lo que nadie espera-
ba y proporcionó un estímulo inmediato a las exportaciones mexicanas, aho-
xico consideró que la indus- ra más baratas para los dólares estadounidenses, e hizo más barato el país
persistente. El hombre para para los turistas extranjeros. Pronto se le conoció como un destino promete-
presidente civil desde la re- dor para los inversores internacionales.
úzar y rebautizar el partido Cuando Ruiz Cortines dejó el cargo a la edad de sesenta y siete años, eli-
rrio Institucional (PRI). El gieron un sucesor dos décadas más joven. Era Adolfo López Mateos, secre-
I pragmatismo. El partido se tario de Tiabajo del gobierno anterior. Como tenía reputación de inclinarse
.rpular, forma que ha reteni- hacia el movimiento obrero, algunos pensaron que el péndulo se desplazaría
rl totalmente dominante, di- al centro o incluso a la izquiercla moderada. jt
De forma algo críptica, el mismo López Mateos declaró que su adminis- .
sarrollo económico. Lo que tración sería "de extrema izquierda, dentro de la Constitución>. En México
eteras. presas, comunicacio- no había una sindicalización elevada. La vasta mayoría de los ciudadanos de
rnzó un ambicioso programa clase baja, en especial los campesinos, no contaban con medios organizados
:ctos de irrigación e hidro- para protegerse o fomentar sus intereses. Los sindicatos existentes estaban
hoteles para facilitar el trá- estrechamente vinculados al régimen. Esto contrastaba de forma aguda con
ión clio sus frutos, ya que el Argentina, doncle los sindicatos peronistas habían representado una base de
Je divisas, aunque con unas oposición política desde mediados de los años cincuenta, y con Chile, donde
lalistas mexicanos encontra- los movimientos obreros se identificaban con uno u otro partido político. En i
México, los sindicatos funcionaban como parte esencial clel sistema político. ír
rtivo. Se establecieron los ci- A pesar de este modelo, López Mateos se encontró pronto frente a una
ra las importaciones. La jus- excepción. De inmediato se vio desafiado por los tr4bajadores del ferroca-
jficit en la balanza de pagos, rril, que efectuaron una importante huelga en 1959, Su dirigente, Demetrio
262 Histr¡ria contemporánea de Antérica l-utina
pez Mateos conservó la rnt
Vallejo, disputaba la estructura de las relaciones laborales dominada por el
tro. I)esde 1960, Estados L
gobierno, debido en gran medida a que los ferrocarriles eran estatales. Pe-
tra Cuba en la Organizaci
día el derecho a una acción sindical genuinamente independiente. Los tra- país latinoamericano que
bajadores siguieron la orden de huelga y se prepararon para un largo ase-
r

lleció de haber rehusado d


dio. López Mateos aplicó un remedio antiguo: detuvo a los dirigentes y grar una respuesta uniforn
ordenó a los obreros que volvieran al trabajo. La huelga se rompió y Va-
El candidato oficial pz
llejo permaneció en la cárcel durante años. una lección precisa para otros Díaz Ordaz. de quien muc
militantes en ciernes.
recha. Era del cstado de
El gobierno de López Mateos no recurrió sólo al palo en su trato con el
Como secretario de Interit
sector obrero. También instituyó un plan de reparto de beneficios por el cual
rioridad la detención de ci
muchos trabajadores incrementaron la paga recibida de un 5 a un 10 por 100
dial David Alfa¡o Siqueirc
al año. Pero esta medida era típica de Ia política social priísta: un beneficio
Díaz Ordaz hizo frente
obtenido por iniciativa gubernamental, en lugar de haber sido concedido por
didas de su predecesor, pel
la presión de los trabajadores. Dado el hecho de que México seguía contan-
teos se había tomado en r
do con mano de obra excedentaria, los trabajadores podían ejercer poca co-
PRI e impulsó una enmien
acción económica. Si trataban de organizarse de modo independiente, el apa-
la oposición un mínimo de
rato gubernamental estaba cerca para cooptarlos o reprimirlos.
voto nacional. Con la aplir
No obstante, López Mateos consideró la necesidad de cambiar el curso
tanto el ÞAN 1ae orientaci
de la revolución. Con sus consejeros, intentó distanciar su presidencia de las
obtenido escaños en el Cr
administraciones inclinadas hacia los empresarios desde 1940. Sin duda, de-
pesando de forma abruma
T>íacomenzarse por la propiedad de la tierra. La posibilidad de adquirir te-
Díaz Ordaz comenzó
rreno seguía siendo el gran sueño de los campesinos más pobres. El presi-
pronto hizo conocer su fur
dente ordenó la distribución de unos 12 millones de hectáreas, con lo que
do, Carlos Madrazo, que i¡
alcanzó un récord de reforma agraria sólo superado por Cárdenas. Propor-
to, siempre el vínculo crít
cionar los servicios básicos (y el crédito) para estos nuevos propietarios era
diendo a las quejas del api
mucho más difícil y :.ara vez se logró. Sin embargo, se había recuperado el
La nueva línea dura resu
impulso revolucionario en un ámbito crucial.
anuló las elecciones munic
En política económica, López Mateos continuó las medidas de divisa
nia Norte en las que habí,
fuerte implícitas en la devaluación de 1954. La inversión se mantuvo elevada
zaciín del sistema unipart
y México comenzó a reunir capital en el extranjero, sobre todo en el merca-
Díaz Ordaz habría est
do de bonos de Nueva York. La atracción era el alto tipo de interés, la ga-
ran sido su única preocup
rantía de convertibilidad (a dólares) y la aparente estabilidad política. El go-
periodo de la protesta est
bierno logró que la inflación fuera extraordinariamente baja, con lo que se
de los años sesenta. El f
hizo posible seguir con el tipo de cambio fijo a 12,5 pesos por dólar. Sin em-
como sede de los Juegos {
bargo, México no era en absoluto una economía de libre mercado en un cien
la casa por la ventana par
por cien. De hecho, la intervención estatal en la economía aumentó en los
xicana, siempre fuerte en
años de López Mateos. Por ejemplo, se nacionalizaron las compañías eléctri-
lestaba la idea de que el
cas estadounidenses y canadienses, al igual que la industria cinematográfica,
que había controlado en gran medida Estados Unidos.
ciones públicas. Y así
antidisturbios actuó con u
Los años de López Mateos (1958-1964) aportaron algunos cambios signi-
escuela secundaria de la r
ficativos en otros ámbitos. En asuntos exteriores, el gobierno mexicano logró
hallar una solución definitiva a la antigua disputa fronteriza de ChaUrjZal con
tendió a Ia universidad r
huelga. El gobierno pens,
Estados Unidos. En 1964 un acuerdo formal entre López Mateos y el presi-
terrumpir los Juegos Olír
dente estadounidense Lyndon Johnson otorgó a México la soberanía sobre el
viando tropas armadas a
territorio de las orillas del río en la zona de El Paso. Al mismo tiempo, Ló-
México 263

pez Mateos conservó la inclcpendencia en otro asunto: la Cuba de Fidel Cas-


aborales dominada Por el tro. Des<Ie 1960, Estados Unidos promovió de forma incesante los votos con-
'arriles eran estatales. Pe-
tra Cuba en la Organtzación de Estados Americanos. México fue el único
e independiente. Los tra- país latinoamericano que nunca rompió relaciones con ese país. Se enorgu-
ìraron para un largo ase- lleció de haber rehusado doblegarse al llamamiento estadounidense para lo-
letuvo a los dirigentes Y grar una respuesta uniforme de sus aliados latinoamericanos.
r huelga se romPió Y Va- El candidato oficial para suceder a López Mateos en 1964 fue Gustavo
ección precisa para otros
DíazOrdaz, de quien muchos pensaron que haría volver al PRI hacia la de-
recha. E,ra del cstado de Puebla, plaza fuerte del catolicismo mexicano.
al palo en su trato con el
Como secretario de Interior del gobierno saliente, había ordenado con ante-
r de beneficios por el cual rioridad la detención cle ciertos <radicales>, incluido el artista de fama mun-
la de un 5 a un 10 por 100
dial David Alfaro Siqueiros.
,ocial priísta: un beneficio
Díaz Ordaz hizo frente a esta expectación plegándose a continuar las me-
haber sido concedido por
didas de su predecesor, pero pronto fracasó en la primera prueba. LópezMa'
ue México seguía contan-
teos se había tomaclo en serio las críticas hacia el sistema unipartidista del
:s podían ejercer poca co- ,
PRI e impulsó una enmienda constitucional que garantizara a los partidos de I
rdo independiente, el apa-
la oposición un mínimo de escaños parlamentarios si lograban un mínimo del
reprimirlos.
voto nacional. Con la aplicación de este principio en las elecciones de 1964,
;idad de cambiar el curso
tanto el PAN (de orientación derechista) como el PPS (de izquierdas) habían
lciar su presidencia de las
obtenido escaños en el Congreso, aunque la representación del PRI seguía
clesde 1940. Sin duda, de-
pesando de forma abrumadora.
rosibilidad de adquirir te-
Díaz Ordaz comenzó respetando este impulso reformista. Pero el PRI
nos más pobres. El presi-
pronto hizo conocer su furia por el nombramiento del nuevo líder del parti-
de hectáreas, con lo que
do, Carlos Madtazo, que intentaba abrir los procedimientos de nombramien-
Jo por Cárdenas. Propor-
rs nuevos propietarios era
to, siempre el vínculo crítico en un sistema electoral unipartidista. Respon-
diendo a las quejas del aparato clelpartido, DíazOrdaz despidió a Madrazo.
o, se había recuperado el
La nueva línea dura resultó aún rnás evidente cuando el gobierno federal
anuló las elecciones municipales en dos ciudades del estado de Baja Califor--
uó las medidas de divisa
nia Norte en las que habían ganado los candidatos del .PAN. La democrati-
:rsión se mantuvo elevada
zación del sistema unipartidista había sobrepasado sus límites.
l, sobre todo en el merca-
Díaz Ordaz habría estado de suerte si las elecciones municipales hubie-
rlto tipo de interés, la ga-
ran sido su única preocupación política. Pero fue su destino gobernar en el
:stabili<lad política. El go-
periodo de la protesta estudiantil que golpeó al rnundo occidental a finales
nente baja, con lo que se
i pesos por dólar. Sin em- de los años sesenta. El factor desencadenante en México fue su elección
libre mercado en un cien como sede de los Juegos Olímpicos en el verano de 1968. El gobierno echó
:conomía aumentó en los la casa por la ventana para nvendero México al mundo. A la izquierda me-
xicana, siempre fuerte entre los estudiantes de Ciudad de México, le mo-
ron las compañías eléctri-
ndustria cinematográfica, lestaba la idea de que el gobierno tuviera éxito en esta aventura de rela-
ciones públicas. Y así comenzó una prueba de empeños. La policía
i

dos.
on algunos cambios signi- antidisturbios actuó con una fuerza brutal en un conflicto clesatado en una
gobierno mexicano logró escuela secundaria de la capital durante el mes de julio. La protesta se ex-
'ontcriza de Chamlza_l con tendió a la universidad nacional en el mes de agosto, y culminó en una
López Mateos y el presi- huefga. El gobierno pensó que era una "conspiración subversiva" para in-
ixico la soberanía sobre el terrumpir los Juegos Olímpicos. El presidente Díaz Ordaz respondió en-
so. Al mismo tiernpo, Ló- viando tropas armadas al campus, con lo que violó su posición histórica
264 Llistoriu contenxporúnea de América Lutina

aumentó la suya de un 49
la población que se cncor
ta a costa de los estratos
gualdad general (el coelir
sólo había aumentado la
Cuando llegó el monr
de Díaz Ordaz, acordaro
responsable de las fuerza
esta elección volviera a r
de mostrar una nueva car
toria usual, se sumergió c
El movimiento estudiantil de dió alcanzar sus mayores
1968 comenzó como una pro- pronto fue muy criticado.
testa restringida con una
Echeverría y sus con
ideología ecléctica, como su-
bién una mejor distribucir
giere la declaración de soli-
daridad con el Che Guevara
como siempre en México
durante su marcha pacífica la infraestructura: electril
por el paseo de la Reforma a los consumidores de lar
en Ciudad de México. Acabó cios existentes para los p
convirtiéndose en una trági- bierno federal se estaba c
ca crisis para el sistema polí- alimentos a las masas urt
tico nacional. (United Press fondos de la hacienda fed
International.) cios por debajo del costc
ducción y lo primero tenr
to de Echeverría, fue recr
como lugar de asilo, y se trabó combate. ¿Podrían los estudiantes de iz- canalizaran recursos (salir
quierdas detener los Juegos Olímpicos? Al mismo tiempo, el
El trágico ritmo de confrontación entre estudiantes y tropas continuó. El nomía. Además del gastc
2 de octubre de 1968, una reunión de estudiantes celebrada en Tlatelolco cretarías, el gobierno dist
atrajo un contingcnte de fuerzas de seguridad mucho más grande de lo habi- mitad en años recientes-
tual. Se crce que no se respetó la orden de dispersarse y la policía y las fuer- ñías apoyadas por el Est
zas paramilitares actu¿rron. Después declararon que les habían disparado más sobresaliente la Nacr
desde los edificios circundantes. Comenzaron a disparar y la multitud se vio su capacidad para establ
atrapada en un fuego cruzado mortal, mientras cientos caían muertos y mu- una influencia considerat
chos más heridos. La matanza de Tlatelolco hizo temblar a México. No hubo bierno controlaba las acc
investigación ni cxplicación convincente por parte de las autoridades milita- tantes del país, de 13 de
rcs o civiles responsables. Un coro de críticas dijo que había probado la ban- ría cle las principales en
carrota del monopolio del poder priísta. Por lo mismo, la exhibición brutal de crédito bancario, los serv
fuerza convenció a casi todos cle que los desafíos de las masas a la autoridad des de infraestructura c¿
sólo traerían más ambulancias ululantes. El efecto fue aterrador. siempre competían de for
A pesar de la confusión en el frente político, continuaba el auge de la Alavez que el Estacl
economía mexicana. El producto nacional bruto crecía a un 6 por 100 anual, pitalista del país, retenía
aunque la clistribución de la renta seguía siendo muy desigual. Entre 1950 y Gran parte de su autonol
1969,\a parte cle la renta destinada al 10 por 100 más pobre de la población cos mexicanos eran, en st
bajó de un2,4 por 100 al2 por 100. Mientras tanto, el 10 por 100 más rico las familias ricas y, una v(
México 265

aumentó la suya de un 49 por 100 a un -5I por t00. Las dos décirnas partes de
la población que se encontr¿rban en el nivel más elevado aumentaron su ren-
ta a costa de los estratos inferiores. Según una medida estándar de la desi-
gualdad general (el coeficiente Gini), el <milagroso> crecimiento de México
sólo había aumentado la mala distribución cle la renta.
cuando llegó el momento de que los jefes del PRI nombraran al sucesor
de Díaz ordaz, acordaron que fuera Luis Echeverría, secretario de Interior
responsable de las fuerzas de seguridad en Tlatelolco. Resultaba difícil que
esta elección volviera a unir a los cxacerbados mexicanos. Echeverría trató
de mostrar una nueva cara en su enérgica campaña y, tras la arrollaclora vic-
toria usual, se sumergió en sus nuevas obligaciones. La esfera en la que deci-
de dió alcanzar sus mayores logros fue en la dirección de la economía, donde
ro- pronto fue muy criticado.
lna
Echeverría y sus consejeros querían crecimiento económico, pero tam-
su-
bién una mejor distribución de sus beneficios. un lugar obvio para comenzar,
rli-
como siempre en México, era el sector rural. Los esfuerzos se centraron en
^fa
ica la infraestructura: electrificación rural y sistema de carreteras. para pacificar
ma a los consumidores de las ciudades, el gobierno ajustó los controles de pre-
,bó cios existentes para los productos alimenticios básicos. En la práctica, el go-
gi- bierno federal se estaba comprometiendo a subsicliar de forma progresiva los
¡l í- alimentos a las masas urbanas. Su financiación sólo se podía lograr sacando
css fondos de la hacienda federal o pagando a los campesinos por sus bienes pre-
cios por debajo del costo. Lo último era inevitable que clesalentara la pro-
ducción y lo primero tendía a resultar inflacionario. según avanzó el manda-
to de Echeverría, fue recurriendo cadavez más a mecliclas a corto plazo que
lz- canalizaran recursos (salarios, tierra, servicios sociales) a los pobres.
Al mismo tiempo, el Estaclo aumentaba su control general sobre la eco-
EI nomía. Además del gasto directo a través de departamentos federales y se-
co cretarías, el gobierno distribuyó una gran parte del presupuesto de la
ri- mitad en años recientes- a una docena de organismos especiales -más
y compa-
)r- ñías apoyadas por el Estado. Las instituciones de préstamo importantes, la
lo más sobresaliente la Nacional Financiera, eran manejadas por er gobierno, y
'io
su capacidad para establecer los reglamentos crediticios le proporcionaron
u- una influencia considerable sobre la economía. por ejemplo, en [970 el go-
lo bierno controlaba las acciones del principal cle 9 de las l0 firmas más impor-
a- tantes del país, de 13 cle las 25 y de 16 de las .50 más importantes. La mayo-
n- ría de las principales empresas dominadas por el Estado se cledicaban al
Je crédito bancario, los servici<ls públicos (teléfono y electriciclacl) o a activida-
rd cles de infraestructura caras (como el acero o el petróleo), por lo que no
siempre competían de forma directa con el sector privado.
la Alavez que el Estado mexicano tomaba parte activa en la economía ca-
ì1, pitalista del país, retenía una considerable independencia del sector privado.
v Gran parte de su autonomía provenía del hecho de que los clirigentes públi-
in cos mexicanos eran, en su mayoría, políticos profesionales. No pertenecían a
lo las familias ricas y, una vez terminados sus estudios. pasaban de forma direc-
266 Hisloria contem¡tctráncu de América ['atina
do contraste con los per
ta a la carrera política. En contraste con Estados Unidos. había rnuy trroco portes eran las actividad
cruce de personal entre las compañías privadas y los cargos públicos. En con- cuartos (73,8 por 100) de
secuencia, el Estado mexicano no era cautivo de ningún grupo social o de in- en su mayoría a industri¡
terés. Sin duda. tendía a colaborar con el sector privarlo, pero no siempre era quinaria y equipamiento
el caso, situación que proporcionaba al gobierno una considerable libertad de derable parte de los recu
acción. exterior, y los extranjero:
Mientras continuaba este proceso, el gobierno mexicano se enfrentó a un f'luencia sustancial aunqu
nuevo problema: un movimiento gucrrillero. Los polítict'rs se habían reafir- El comercio y el turi:
mado desde hacía mucho tiempo en que su país era udiferente" del resto de nal de la economía estad
América Latina, tlonde las guerrillas eran corrientes. Después de todo, Mé- transacciones comerciale
xico ya había tenido su revolución. Pero no era inmune. Aparecieron las gue- efectuaban con Estaclos I
rrillas e hicieron un llamamiento para la acción violenta contra el PRI y turismo, muy necesarios
todas sus obras. Comenzaron en 1971, con una serie de robos a bancos y se- provenían de Estados Ur
cuestros. Los últimos alcanzaron al cuerpo diplomático: sus víctimas incluye- la soberanía económica.
ron al cónsul general estadounidense en Guadalajara y a la hija del embaja- no del norte. Nada podía
dor belga. En 1974, se hicieron con el suegro del presidente y pidieron un \ ca del fin de la presidenc
rescate. En el estado de Guerrero, un antiguo maestro, Lug-io-Cabañas, enca- \
¿Por qué la inflación
bezó un ejército guerrillero que comenzó a golpear a discreción. Secuestra- ' quizás plantearan al revé
ron al candidato oficial (PRI) para gobernador y desafiaron al ejército con to tiempo? La respuesta
ataques directos a guarniciones aisladas. Fueron necesarios un ejército de cer a tantos votantes, arn
10.000 soldados y más de un año para dar caza y matar a los rebeldes y a su inflacionario. También pr
líder. A pesar de las predicciones de la izquiercla, Cabañas no tuvo sucesor cléficit a mediados del m¡
en Guerrero ni en otros lugares, así que la guerrilla dejó de ser una amena- del país requería fuertes
za. ¿,Por qué? ¿Fue por el genio del sistema de cooptación priísta, o debido a mente nueva era aún más
la red represiva desarrollacJa durante décadas de forma paralela a la maqui- taba en la agricultura. Hi
naria electoral participativa del gobierno? (tomates, fresas) para la
Pero el principal problema de Echeverría no fue ése, sino la economía' de los alimentos básicos,
El punto débil de la estrategia económica mexicana era la inflación. En tér- portaciones destinadas a
minos llanos, México no podía esperar garantizar la convertibilidad del peso en la balanza de pagos.
a un tipo fijo a no ser que su inflación no sobrepasara la estadounidense' En Las cuentas llegaron
1973,la inflación mexicana llegaba al 20 por 100 y permaneció en ese nivel drama se centró en el p
durante 1974. Los artículos mexicanos, basados en el tipo de cambio de 1954, terquedad su tipo de can
eran cada vez menos competitivos en el mercado mundial. No obstante, el con medios trataron de c
gobierno mantuvo el tipo fijo, que había sido el fundamento del desarrollo desmentidos gubernamer
del país y un símbolo político poderoso. ción sonaban a falsos. En
Sobre todo, México tenía que continuar atrayendo capital extranjero. Se bía alcanzado proporcior
había convertido en algo crucial para financiar su inversión y como ayuda a devaluado un 60 por 100.
la balanza de pagos. Desde que comenzó la revolución, se había producido se necesitó otra devaluar
un cambio significativo en el volumen y la distribución de la inversión ex- mercado. ¿Podía esta dev
tranjera. El total de la inversión directa extranjera en 191 l, en vísperas de la (incluidos los mexicanos
revolución, era de 1..500 millones de dólares (en valores de 1970); en 1940, Aunque finalmente Méx
fue menos de un tercio de esa cantidad. El declive podía justificarse por la bierno de Echeverría no
conmoción revolucionaria, una política gubernamental deliberada y la Gran público, un paso esenci¡¡
Depresión. Sin embargo, en la etapa de posguerra, el volumen aumentó a peso y con ello futuras cl
2.t100 millones de dólares, un 80 por 100 de ellos estadounidenses. Y en agu-
México 267

do contraste con los periodos anteriores, en los que la minería y los trans-
Unidos, había rnuY Poco portes eran las actividades pre<lominantes de los extranjeros, cerca de tres
)s cargos públicos. En con- cuartos (73,8 por 100) de esta inversión fue a parar al sector manufacturero,
ngún grupo social o de in- en su mayoría a industrias críticas: químicas, petroquímicas. de caucho, ma-
vaclo, pero no siemPre era quinaria y equipamiento industrial. De este modo, México obtuvo una consi-
ra considerable libertad de
derable parte de los recursos financieros para el crecimiento económico del
exterior, y los extranjeros, en especial los estaclounidenses, asumieron una in-
mexicano se enfrentó a un fluencia sustancial aunque indirecta en la dirección de la política económica.
políticos se habían reafir- El comercio y el turismo proporcionaron un tipo de dependencia adicio-
'a del resto de
"diferente" nal de la economía estadounidense. Aproximadamente un 60 por 100 de las
:es. Después de todo, Mé- transacciones comerciales mexicanas y cxportaciones- se
rune. Aparecieron las gue- efectuaban con Estados Unidos. Cerca-importaciones
de un 85 por 100 de los ingresos por
violenta contra el PRI y turismo, muy necesarios para compensar el déficit de la balanza de pagos,
ie de robos a bancos y se- provenían de Estados Unidos. A pesar clel gran deseo mexicano de alcanzar
ítico: sus víctimas incluye- la soberanía económica, mantenían en la práctica íntimos lazos con su veci-
rra y a la hija ciel embaja- no del norte. Nada podía haberlo hecho más evidente que la crisis económi-
prcsidente y pidieron un 1 ca del fin de la presidencia de Echeverría.
stro, Lucio Cabañas. cnca- l
I ¿Por qué la inflación importunaba a México? Muchos latinoamericanos
rr a discreción. Sccuestra- quizás plantearan al revés la pregunta: ¿Cómo la había evitado durante tan-
desafiaron al ejército con to tiempo? La respuesta era que el gobierno mexicano, al tratar de compla-
necesarios un ejército de
cer a tantos votantes, arrastraba grandes déficits, que financiaba de un modo
natar a los rebeldes y a su inflacionario. También presionaba la balanza de pagos, que soportó un serio
Cabañas no tuvo sucesor
déficit a mediados del mandato de Echeverría. La continua industrialización
la dejó de ser una amena-
del país requería fuertes bienes de capital. Pero una importación relativa-
ptación priísta, o debido a
mente nueva era aún más preocupante: alimentos. El fallo de la economía es-
clrma paralela a la maqui-
taba en la agricultura. Había aumentado la producción de alimentos selectos
(tomates, fresas) para la exportación, en especial a Estados Unidos, pero la
fue ése, sino la economía.
de los alimentos básicos, en particular cereales, había descendido. Las im-
ra era la inflación. En tér-
portaciones destinadas a satisfacer esta demanda supusieron un peso enorme
a convertibili<Jad del peso
en la balanza de pagos.
;ara la estadounidense. En
Las cuentas llegaron en el último año de la presidencia de Echeverría. El
y permaneció en ese nivel
drama se centró en el peso sobrevaluado. Como el gobierno mantuvo con
el tipo de cambi<¡ de 1954,
terquedad su tipo de cambio fijo a 12,5 pesos por dólar, todos los mexicanos
munclial. No obstante. el
con medios trataron de convertir sus pesos a la moneda estadounidense. Los
undamento del desarrollo
desmentidos gubernamentales cada vez más frecuentes acerca de la devalua-
ción sonaban a falsos. En septiembre de 1976, cuando la huida de capital ha-
rndo capital extranjero. Se
bía alcanzado proporciones de pánico, el gobierno le dio curso. El peso fue
inversión y como ayuda a
devaluado un 60 por 100. La credibilidad gubernamental estaba tan baja que
ución, se había producido
se necesitó otra devaluación del 40 por 100 un mes después para asentar el
lución de la inversión ex-
rnercado. ¿Podía esta devaluación tan mal dirigida convencer a los inversores
en 1911, en vísperas de la
(incluidos los mexicanos) para establecer nuevos compromisos en pesos?
¡alores de 1970); en 1940,
Aunque finalmente México contaba con un tipo de cambio realista, el go-
e podía justificarse por la
bierno de Echeverría no había logrado atajar el déficit creciente del sector
:ntal deliberada y la Gran
'a, el volumen aumentó a público, un paso esencial si se quería evitar una futura sobrevaluación del
peso y con ello futuras crisis en labalanza de pagos.
stadounidenses. Y en agu-
268 Í{istoria contenxpor(inea (le Anúrica I'atinu
previsto. Contemplada desd
Lázaro Cárdenas plemente otro golpe de pé
1934-',1940 las posiciones políticas de
El nuevo presidente fu
de Echeverría, que dio los '
namental se dirigiera de nt
Miguel Alemán Echeverría, había estado al
946- 1 952
ra de control. México presr
1

ral y en la balanza de pa¡


Aunque modesta para los
erosionar la confianza en e
basado en garantizar la con
pital. Así pues, López Porti
confianza extranjera en su r
sesión en diciembre de 19'
efectuar una visita muy pu
Luis Echeverrla
1 970- 1 976
ra pronunciar un discurso
dense. Fue un poderoso re
derando su destino estrech
La presidencia de Lóp
micos. Justo cuando ocupó
dades de petróleo y en 19t
probadas de 70.0ffi millont
llones. En un mundo apare
gía y costes en aumento, M
der internacional. Un exal
países en el mundo hoy: lc
Ernesto zedillo sotros Io tenemos>.
Ponce de León Por toda la nación sur
994-
bernamentales declararon
1

de forma gradual, no con '

IZOUIERDA CENTRO DERECHA


zuela e Irán, donde el infl
ción y exacerbado las desi¡
7.1. Presidentes y espectro político mexicano desde 1934.
aumentaron y subieron los
tróleo saltaron de 500 mill
Echeverría terminó su mandato con una ráfaga de gestos histriónicos. en 1981. Como muestra la
portaciones aumentó a un
Sólo once días antes del final de su presidencia, expropió a los ricos terrate-
cencia moderada, México
nientes del norte para redistribuir la tierra a los campesinos pobres. Se ex-
ingresos por petróleo.
tendió el pánico entre los primeros. Por primera vez durante años, los mexi-
canos hablaban en serio acerca de la posibilidad de un golpe militar.
Los problemas econór
Parece que a Echeverría le motivó en parte un deseo de ganarse la se-
estrategia de mantener la ,
cretaría general de Naciones Unidas, cargo que entonces se decidía por elec- mediados de los años cinc
ción. De repente, los políticos mexicanos se vieron rehenes de la ambición de ble. El gobierno no pudo t
un hombre. Pero el sistema y México- resultó más 20 por 100 nada más que t
-en Naciones Unidas
fuerte que é1. Su mandato terminó de forma pacífica y según el calendario por 100, una tasa sin prec,
México 269

previsto. Contemplada desde la perspectiva actual, su presidencia parece sim-


plemente otro golpe de péndulo. (Para una representación esquemática de
las posiciones políticas de los presidentes desde 1934, véase la figura 7.1.)
El nuevo presidente fue José López Portillo, un moderado del gabinete
de Echeverría, que dio los pasos esperados para hacer que la política guber-
namental se dirigiera de nuevo al centro. Como secretario de Economía de
Echeve¡ría, había estado al frente de unas finanzas que parecían hallarse fue-
ra de control. México presentaba déficits crecientes en el presupuesto fede-
ral y en la balanza de pagos. La inflación había alcanzado el 30 por 100.
Aunque modesta para los patrones latinoamericanos, era suficiente para
erosionar la confianza en el modelo de crecimiento mexicano, que se había
basado en garantizar la convertibilidad del peso y el movimiento libre de ca-
pital. Así pues, López Portillo dio prioridad a la eterna tarea de restaurar la
confianza extranjera en su economía. A las pocas semanas de su toma de po-
sesión en diciembre de 1.976, el nuevo presidente viajó a Washington para
efectuar una visita muy publicitada al presidente saliente Gerald Ford y pa-
ra pronunciar un discurso en una sesión conjunta del Congreso estadouni-
dense. Fue un poderoso recordatorio de que la elite mexicana seguía consi-
derando su destino estrechamente vinculado a la opinión del país vecino.
La presidencia de López Portillo acabó dominada por los temas econó-
Miguel micos. Justo cuando ocupó el cargo, empezaron a descubrirse grandes canti-
de la Madrid
1982-',l988 dades de petróleo y en 1980 pudo anunciar que el país poseía unas reservas
probadas de 70.000 millones de barriles y potenciales de más de 200.000 mi-
llones. En un mundo aparentemente acosado por la escasez crónica de ener-
gía y costes en aumento, México había adquirido de improviso un nuevo po-
der internacional. Un exaltado López Portillo declaró: uHay dos clases de
países en el mundo hoy: los que no tienen petróleo y los que lo tienen. No-
sotros lo tenemos>.
Por toda la nación surgieron optimismo y orgullo. Las autoridades gu-
bernamentales declararon sus intenciones de aumentar la producción sólo
de forma gradual, no con rapidez, para evitar la triste experiencia de Vene-
DERECHA
zuela e lrán, donde el influjo de los petrodólares había estimulado la infla-
no dcs<je 1934. ción y exacerbado las desigualdades sociales. Sin embargo, las exportaciones
aumentaron y subieron los precios mundiales, por lo que sus ingresos por pe-
tróleo saltaron de 500 millones de dólares en 1976 a más de 13.000 millones
ia de gestos histriónicos. en 1981. Como muestra la figura 7.2,e|valor en dólares del resto de las ex-
rropió a los ricos terrate- portaciones aumentó a un ritmo mucho menos rápido. A pesar de su reti-
rmpesinos pobres. Se ex- cencia moderada, México se estaba volviendo dependiente en exceso de sus
z durante años, los mexi- ingresos por petróleo.
un golpe militar. Los problemas económicos persistían. México se daba cuenta de que la
r deseo de ganarse la se- estrategia de mantener la divisa fuerte, que tan bien había funcionado desde
)nces se decidía por elec- mediados de los años cincuenta hasta finales de los setenta, ya no era posi-
ehcnes de la ambición de ble. El gobierno no pudo conseguir que la inflación se situara por debajo del
y México- resultó más 20 por 100 nada más que un año (1978) y en1.982 se dispêró hasta casi el60
ica y según el calendario por 100, una tasa sin piecedentes en el México de posguerra. Se hizo inevi-
270 Historia contemporánea de América Lutinu

que se garantizó a los partid


3
c Cámara de Diputatlos amp
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cían conducir a un cambio I
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enormes y se habría plantci
1970 1 975 1980 1985
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cipal exportación mexican¿
7.2. Exportaciones mexicanas, 1970-1989. Fuentes: Fonclo Monetario Internacional, interés habían volado haci
International Financial Statistics, abril de '1977,pp.250-251;abril de 1980, pp. 268-269; país miles de millones de c
abril de 1983, pp.288-291: diciembre de 1990, pp.7¡ì y 366; Fondo Monetario Inrer- bancos comerciales se apre
nacional, 1985 Yearbook, vol. III, pp.450-451; y Fondo Monetario Internacional, lgSó te> a México. Estos nuevot
Yearbook, vol. II, pp.460-461.
tereses, pero no amortizar
El rescate tuvo su preci
aprobado por el FMI. El (
table otra penosa devaluación a comienzos de 1982. Simplemente, el país no
cionario, que suponía el pel
había adaptado su sistema financiero a la inflación (como, por ejemplo, ha-
bían logrado hacer los brasileños),
nificó eliminar por fases lo
servicios públicos. También
Se esperaba poder evitar todo esto con la venta de sus enormes reservas
petroleras, pero la caída del precio mundial del crudo desde 1981 redujo de
que se estimuló la eficienr
mercados de exportación n
forma considerable los ingresos previstos en divisas. En consecuencia, el go-
bierno de López Portillo se vio arrastrado a un fuerte préstamo externo, que El presidente De la lv
aumentó la deuda pública exterior a 57.000 millones de dólares a finales de
FMI, pero al precio de ind
1981. Más preocupante era el hecho de que la economía siguiera sin crear
reales habían caído un 40 ¡
empleos a un ritmo lo suficientemente rápido como para absorber a todos los
cendió aún más una vez qr
mexicanos que se incorporaban a la fuerza laboral. la dieta básica, como las to
Cuando se enfrentaba a la oposición, la respuesta más frecuente del ré- terremoto en Ciudad de M
gimen era incluir a sus críticos en el sistema, ofreciéndoles una voz, un tra- de los precios del crudo de
y debilitó aún más la econ<
bajo o una concesión política. Un observador resume en pocas palabras el
planteamiento del gobierno: dos zanahorias, quizás tres o cuatro, luego un En medio de estas dific
palo si era necesario. Al abarcar (y apaciguar) a la oposición, el Estado me- adoptar un cambio dramáti
xicano lograba fortalecer su apoyo. iba a ser caracterizado con
pilares fundamentales: uno
Para mantener la tradición,López Portillo patrocinó un programa de re-
formas políticas, que incluía dos innovaciones de un largo alcance particular: la tado, lo que se iba a efectu
primera consistió en facilitar el registro de los partidos políticos, hasta tal pun- co y mediante un program¿
to que el Partido comunista obtuvo el reconocimiento oficial; la segunda fue las 1.115 empresas públicar
Madrid había logrado venc
México 271

que se garantizó a los partidos políticos un total mínimo de 100 escaños en una
Cámara de Diputados ampliada a 400 miembros. Tales alteraciones no pare-
cían conducir a un cambio fundamental en el centro del poder, pero al menos
proporcionaron una salida del sistema- para la oposición. El candi-
dato oficial a la presidencia-dentro
fue Miguel de la Madrid, tecnócrata formado en
Harvard y secretario de Programación y Presupuesto en el gabinete anterior,
-----., que obtuvo una victoria predecible en las elecciones de julio de 1982.
t Sin embargo, antes de que pudiera ocupar el cargo el primero de di-
t ciembre, la economía mexicana fue sacudida por otra crisis financiera aún
t mayor. México carecía de dólares para pagar su deuda externa, ahora de más
I
\'r"tt de 80.000 millones. Surgió el pánico en Washington, Nueva York, Frankfurt
-.t' y Londres, donde se temió que otros deudores latinoamericanos siguieran
este ejemplo y se declararan en mora. Si ese hubiera sido el caso, los bancos
estadounidenses, europeos y japoneses se habrían enfrentado a pérdidas
enormes y se habría planteado una amenaza formidable para los mercados fi-
'1985 nancieros mundiales. Las causas de la crisis eran obvias. El precio de la prin-
cipal exportación mexicana (el petróleo) había caído en picado, los tipos de,
ldo Monetario Internacional, interés habían volado hacia arriba y los mexicanos ricos habían sacado del
51; abril de 1980, pp.268-269; país miles de millones de dólares. El gobierno estadounidense, el FMI y los
366; Fondo Monetario Inter- bancos comerciales se apresuraron a ofrecer un paquete crediticio de <resca-
¡lonetario Internacional. 198ó te> a México. Estos nuevos préstamos le permitieron continuar pagando in-
tereses, pero no amortizar la deuda.
El rescate tuvo su precio: México tuvo que adoptar un plan de austeridad
aprobado por el FMI. El objetivo clave era reducir el déficit público infla-
2. Simplemente, el país no
cionario, que suponía el peligroso porcentaje del 15 por 100 del PIB. Esto sig-
n (como, por ejemplo, ha-
nificó eliminar por fases los subsidios gubernamentales a los alimentos y los,,
servicios públicos. También tuvo que reducir sus barreras arancelarias, con lo
a cle sus enormes reservas i
'udo desde 1981 redujo de que se estimuló la eficiencia industrial y una mayor competitividad en los
mercados de exportación mundiales.
rs. En consecuencia, el go-
:rte préstamo externo, que El presidente De la Madrid siguió debidamente las prescripciones del
les de dólares a finales de
FMI, pero al precio de inducir una profunda recesión. En 1985, los salarios
reales habían caído un 40 por 100 con respecto a1982; el nivel de vida des-
:onomía siguiera sin crear
l para absorber a todos los cendió aún más una vez que finalizaron los subsidios sobre los alimentos de
la dieta básica, como las tortillas de maí2. En septiembre de 1985, un severo
esta más frecuente del ré- terremoto en Ciudad de México incrementó el desastre económico. La caída
ciéndoles una voz, un tra- de los precios del crudo de 1985-1986 deprimió los ingresos por exportación
ume en pocas palabras el y debilitó aún más la economía.
ás tres o cuatro, luego un En medio de estas dificultades, De la Madrid y sus consejeros decidieron
r oposición, el Estado me- adoptar un cambio dramático en la política económica, un nuevo énfasis que
iba a ser caracterizado como
"liberalización>. El
programa contaba con dos
:ocinó un programa de re- pilares fundamentales: uno era reducir y reformar el papel económico del Es-
largo alcance particular: la tado, lo que se iba a efectuar mediante recortes continuos en el gasto públi-
co y mediante un programa de
los políticos, hasta tal pun- "privatización> de las compañías estatales. De
:nto oficial; la segunda fue las 1.115 empresas públicas que heredó su gobierno a finales de 1982, De la
Madrid había logrado vender cerca de 100 y cerrar 279 a finales de 1986.
272 Historia conternporcineu de Anúrica Lutinu

El segundo componente de la nueva política era la liberalización comer- ochenta intensificar<ln la


cial y la (apertura> de la economía, que se iba a demostrar de modo feha- versión cayó en picado, a
ciente por la entrada de México en el Acuerdo General sobre Aranceles dió rnás de un 9 por 100 <

Aduaneros y Comercio (GATT) en septiembre de 19tì6, lo que significaba un cono sur en los años sese
compromiso a largo plazo para la reducción de barreras para las importacio- represión autoritaria a gri
nes del exterior. Pronto comenzó a rebajar y eliminar de forma gradual sus competencia rcstrin
aranceles y a fomentar sus exportaciones, especialmente las que no tenían que -su
obreras, su autonomía clt
ver con el petróleo. En la práctica, estos cambios supusieron un abandono casi ayudan a explicar por qu
total de las medidas de posguerra de sustitución de las importaciones. Chile y Argentina.
En julio de 1986, México necesitó otro paquete crediticio de urgencia de Conscientes de su por
sus acreedores extranjeros. Una vez más, se le dijo que rebajara su déficit pú- manifiesto (aunque no ge
blico (por debajo del 8 por 100 del PIB en 1984 pero cercano al 15 por 100 candidato oficial para su(
de nuevo en 1986) y que redujera más su proteccionismo. Los nacionalistas mista tbrmado en Estado
adujeron airados que esta reducción destruiría su base industrial y beneficia- y nueve años, que como
ría a los productores extranjeros. bierno anterior era autor
A comienzos de 1988, el gobierno de De la Madrid podía ver pocas pers- rante los años ochenta.
pectivas de alivio. La inflación se había aceleraclo a una tasa anual del 143 Las elecciones de 191
por 100, el déficit del sector público se aproximaba al 19 por 100 del PIB y el bios significativos. Por pr
mercado de capital interno había sido sacudido por una caída del 75 por 100 oposición seria de la izqu
en el mercado de valores mexicano. No obstante, en diciembre de 1987 llegó hijo del reverenciado ex
otra infusión de capital organizada por Estados Unidos. Dentro de un es- PRI). El movimiento sinc
quema complejo, México compraría bonos estadounidenses para colocarlos clidato ciel PRI. Salinas dr
como garantía contra los préstamos de bancos comerciales. El movimiento 100. según los recuentos c
no ofrecía perspectivas de alivio de la gran deuda, que se había vuelto clara- era en la (que prácticam
mente impagable. [!]", No obstante, la oposi
A pesar de estos acuerdos, habría una fricción continua con Estados Uni- Salinas tomó posesión de
dos. Un ejemplo dramático fue el caso en 1985 de un agente destinado en extraordinariamente difíc
México del Departamento Antidroga (Drug Enforcement Agency) estadouni- Parece que sí. Su pr:
dense. En apariencia, su investigación había ido demasiado bien, y por ello le menzó nombrando un gal
secuestraron, torturaron y asesinaron, supuestamente por órdenes de uno de en lugar de fortalecer su
los multimillonarios reyes de la droga mexicanos. La lentitud de la justicia de 1989 dirigió de forma
mexicana enfureció a las autoriclades estadounidenses, que en consonancia centrales del sindicato pe
ordenaron un ritmo lento en las aduanas con la frontera mexicana. Este he- posesión ilegal de armas
cho, a su vez, cnfureció a los muchos miles de mexicanos que cruzaban la gente del grande y poder
frontera de forma legal a diario. Una causa adicional para las tensiones entre la corrupción flagrante e
ambos países ha sido la política estadounidense hacia los trabajadores mexi- 1990 cesó al secretario d
canos (legales o ilegales) en ese país. La Ley Simpson-Rodino, aprobada en equilibrio de las relacionr
1986, estableció fuertes multas para los empresarios que contrataran (ex- De acuerdo con sus
tranjeros indocumentados>. La perspectiva de su puesta en práctica extendió una modesta apertura pol
escalofríos por el norte y el centro de México, cuyas generaciones más jóve- cieran un triunfo guberni
nes consideraban desde hacía tiempo el trabajo en Estados Unidos (por lo California (al sur de la fr,
general temporal) como su principal esperanza de una vida decente. En 1991 tema electoral y el funcio
la ley parecía haber tenido sólo un impacto mínimo en los flujos migratorios apertura. El PRI proclam
reales, pero los mexicanos seguían cautelosos. de México, cerca de la ca
La crisis de la deuda y el estancamiento económico de finales de los años plaza fuertc de la izquier
México 273

:ra la liberalización comer- ochenta intensificaron la clesigualdad social y las tensiones populares. La in-
demostrar de modo feha- versión cayó en picado, aumentó el desempleo y la renta per cápita descen-
General sobre Aranceles dió más de un 9 por 100 durante esa década. En contraste con los países del
1986, lo que significaba un cono sur en los años sesenta y setenta, sin embargo, México no recurrió a la
rreras para las importacio- represión autoritaria a gran escala. Los atributos clave de su sistema político
rinar de forma gradual sus competencia restringida, su control de los movimientos de las clases
rente las que no tenían que -su
obreras, su autonomía de los intereses privados y su flexibilidad táctica-
pusieron un abandono casi ayudan a explicar por qué logró evitar el trauma violento que ha afligido a
: las importaciones. Chile y Argentina.
e crediticio de urgencia de Conscientes de su poca credibilidad, los dirigentes del PRI hicieron más
que rebajara su déficit pú- manifiesto (aunque no genuinamente más abierto) el proceso de elección del
)ero cercano al 15 por 100 candidato oficial para suceder a De la Madrid. El escogido fue otro econo-
ionismo. Los nacionalistas mista formado en Estados Unidos, Carlos Salinas de Gortari, de sólo treinta
:ase industrial y beneficia- y nueve años, que como secretario de Programación y Presupuesto del go-
bierno anterior era autor de las medidas de austeridad tan impopulares du-
rdrid podía ver pocas pers- rante los años ochenta.
) a una tasa anual del 143 Las elecciones de 1988 causaron sorpresas y presagiaron posibles cam-
r al 19 por 100 del PIB y el bios significativos. Por primera vez en su historia, el PRI se enfrentó a una
'r una caída del 75 por 100 oposición seria de la izquierda y la derecha (ya que Cuauhtémoc Cárdenas,
:n diciembre de 1987 llegó hijo del reverenciado ex presidente, encabezaba una fracción disidente del
Unidos. Dentro de un es- PRI). El movimiento sindical también mostró su disconformidad con el can-
,unidenses para colocarlos didato del PRI. Salinas de Gortari ganó con una escasa mayoría del 50,3 por
rmerciales. El movimiento 100, según los recuentos oficiales y al declarar su victoria afirmó el fin de una
que se había vuelto clara- era en la nque prácticamente sólo había existido el gobierno de un partido
[!]>. No obstante, la oposición acusó al régimen de fraude electoral. El joven
continua con Estados Uni- Salinas tomó posesión del cargo en diciembre de 1988 bajo unas condiciones
le un agente destinado en extraordinariamente difíciles. ¿Sería capaz de vencer el reto?
:ement Agency) estadouni- Parece que sí. Su primera tarea fue demostrar autoridad política. Co-
masiado bien, y por ello le menzó nombrando un gabinete dominado por sus colaboradores personales,
nte por órdenes de uno de en lugar de fortalecer su posición política mediante negociaciones. En enero
La lentitud de la justicia de 1989 dirigió de forma magistral una incursión espectacular a las oficinas
)nses, que en consonancia centrales del sindicato petrolero, cuyo líder fue de inmediato detenido (por
ontera mexicana. Este he- posesión ilegal cle armas de fuego). Poco después destituyó al antiguo diri-
lexicanos que cruzaban la gente clel grande y poderoso sindicato de maestros. Poco dispuesto a tolerar
al para las tensiones entre la corrupción flagrante en los ámbitos gubernamentales más elevados, en
rcia los trabajadores mexi- 1990 cesó al secretario de Marina, paso no habitual en vistas del delicaclo
rson-Rodino, aprobada en equilibrio de las relaciones civiles y militares en México.
rios que contrataran (ex- De acuerdo con sus promesas electorales, Salinas de Gortari fomentó
uesta en práctica extendió una modesta apertura política. Ordenó a las autoridades priístas que recono-
as generaciones más jóve- cieran un triunfo gubernamental del PAN. en el importante estado de Baja
n Estados Unidos (por lo California (al sur de la frontera con California) y supervisó reformas del sis-
una vida decente. En 1991 tema electoral y el funcionamiento interno del PRI, pero había límites a esta
o en los flujos migratorios apertura. El PRI proclamó victorias irreales en elecciones clave en el estado
de México, cerca de la capital, una zona que ya se había mostrado como una
nico de finales de los años plaza fuerte de la izquierda en las elecciones presidenciales de 1988. El go-
274 Ilistorio contemporúneu de Anúricu Lutinu
México y Estados Unidot
bierno lambién acosó e intimidó a Cuauhtémoc Cárdenas y sus seguidores. comerciales del mundo, cr
para los que fue extremadamente difícil organizar sus fuerzas en un partido económica global de apro
político cohesionado y duradero. La apertura parecía desviarse hacia la de- libre flujo de bienes entre
recha (y el PAN), pero no incluía a la izquierda, celes y barreras comercial,
Por primera vez en la historia, aparecieron los derechos humanos en la las mercancías estadounir
agenda nacional. Los críticos llamaron la atención sobre numerosos abusos mente o dentro de cinco a
cometidos por la policía nacional de México cn una supuesta persecución de ses exportados a México c
traficantes de drogas. Informaron del asesinato o "desaparición" de al menos excepciones especiales pa
sesenta simpatizantes de Cárdenas sólo durante 1990. Expresaron su in<Iig- agricultura, típicamente u
nación por el asesinato de un prominente activista en favor de los derechos económica; la retirada prc
humanos. Para mitigar las críticas. Salinas de Gortari nombró una Comisión en México y sobre el jugo
Nacional dc Derechos Humanos dirigida por el antiguo rector de la univer- longaría hasta el año 20[
sidad José Carpizo, pero no le otorgó una autoridad real' América del Norte serían
Fue en la arena económica donde Salinas obtuvo sus logros más persis- glas sobre procedencia est
tentes. Con la esperanza de completar los ajustes estructurales de México, con- nos del 62,5 por 100 para
tinuó y extendió la estrategia "liberalizadora" iniciada bajo De la Madrid y si- prendente que los portav(
guió reduciendo las barreras comerciales. Fomentó intensamente la privatiza- como un esfuerzo apenas
ción de las empresas de titularidad estatal, poniendo a la venta vacas sagradas dustrias del mercado nort,
tales como la compañía telefónica y la banca (nacionalizada por López Porti- El TLC abrió México
llo en 1982). Con el apoyo del gobierno estadounidense, negoció un nuevo gún el tratado los bancos r
acuerdo para reestructurar la deuda, que prometía reducir la salida neta de tablecer sucursales en Mé
fondos de 2.000 millones de dólares anuales hasta mediados de los años no- en la banca y los seguros
venta. El gobierno también intentó ayudar al desarrollo local estableciendo un hibir la propiedad extraÍ
(programa de solidaridad nacional> para proporcionar dinero para semillas a tución, las empresas estadr
proyectos de autosuficiencia diseminados por toclo el país. Quizás en respues- con Petróleos Mexicanos
ta a estas medidas, la economía nacional mostró signos de recuperación: la in- condiciones que las com¡
flación anual descendió a un 20-30 por 100, mientras que las tasas de creci- ausencia: fuera de una mi
miento del PIB alcanzaron el 3,1 por 100 en 19tt9 y el 3,9 en 1990. tivos de corporaciones y ¡
ferencia a la emigración n
El TLC precipitó un a
El Tiatado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá la campaña presidencial r
metió apoyo para el TLC
El supremo logro del sexenio de Salinas fue el Tiatado de Libre Comercio la protección del medio al
(TLC) con Estados Unidos y Canadá. Incapaz de atraer inversión a gran es- bre de 1993 el gobierno llt
cala de Europa o Japón, el gobierno de Salinas anunció en junio de 1990 su trabajadores y el medio ar
intención de negociar un tratado con Estados Unidos. La propuesta implica- preparaba para votar la r
ba un repudio total de las estrategias proteccionistas de la industrialización presidencial) Ross Perot c
de sustitución de importaciones, y abandonaba la tradición nacional de man- TLC atraería al empresar
tener una cauta distancia del .coloso del norte>. Los pequeños industriales y xicana y así se perderían r
los agricultores cerealeros expresaron temor ante la posibilidad de ser des- ses. Los defensores del Tì
truidos por la competencia de Estados Unidos, y algunos intelectuales la- portaciones de Estados U
mentaron el fin inminente de la soberanía económica de la nación y de su or- competitividad de Estado:
gullo cultural. Sin embargo, Salinas persistió. <1e los trabajadores sindici
Presentado en agosto de 1992, el Tratado de Libre Comercio preveía la cratas, Clinton buscó sin ,
creación de una asociación de tres naciones (que incluía Canadá así como a
México 275

México y Estados Unidos) que formaría uno de los más grandes bloques
lárdenas y sus seguidores, comerciales del mundo, con una población de 370 millones y la producción
'sus fuerzas en un Partido económica global de aproximadamente 6 billones de dólares. Promovería el
ecía desviarse hacia la de- libre flujo de bienes entre los países miembros eliminando gravámenes, aran-
celes y barreras comerciales durante un periodo de 15 años: el 65 por 100 de
rs derechos humanos en la las mercancías estadounidenses quedaría exento de impuestos inmediata-
n sobre numerosos abusos mente o dentro de cinco añosl la mitad de los bienes agrícolas estadouniden-
ta supuesta persecución de ses exportados a México estarían inmediatamente libres de impuestos. Había
,desaparicióno de al menos excepciones especiales para ciertos productos
t990. Expresaron su indig-
"de alta sensibilidad> en la
agricultura, típicamente uno de los sectores más resistentes a la integración
a en favor de los derechos económica; la retirada progresiva de aranceles sobre el man y las legumbres
tari nombró una Comisión en México y sobre el jugo de naranja y eI az(rcar en Estados Unidos se pro-
ntiguo rector de la univer- longaría hasta el año 200Q. Los aranceles sobre todos los automóviles en
ad real. América del Norte serían retirados en un periodo de diez años, pero las re-
uvo sus logros más persis- glas sobre procedencia estipulaban que el contenido local debería ser al me-
tructurales de México, con- nos del 62,5 por 100 para que los vehículos fueran considerados. No es sor-
ada bajo De la Madrid y si- prendente que los portavoces de los gobiernos asiáticos vieran esta cláusula
i intensamente la privatiza- como un esfuerzo apenas encubierto de excluir a sus productos y a sus in-
lo a la venta vacas sagradas dustrias del mercado norteamericano.
onalizada por López Porti- El TLC abrió México a la inversión estaclounidense en varias formas. Se-
ridense, negoció un nuevo gún el tratado los bancos y compañías de seguros estadounidenses podían es-
a reducir la salida neta de tablecer sucursales en México y ciudadanos estadounidenses podían invertir
r mediados de los años no- en la banca y los seguros mexicanos. Mientras que México persistía en pro-
rollo local estableciendo un hibir la propiedad extranjera de yacimientos petroleros, según su Consti-
onar dinero para semillas a tución, las empresas estadounidenses tenían derecho a competir por contratos
el país. Quizás en respues- con Petróleos Mexicanos (PEMEX) y a operar, en general, bajo las mismas
¡nos de recuperación: la in- condiciones que las compañías mexicanas. Había un punto notable por su
tras que las tasas de creci- ausencia: fuera de una minuciosa cláusula sobre el desplazamiento de ejecu-
el 3,9 en 199q, tivos de corporaciones y profesionales seleccionados, el tratado no hacía re-
ferencia a Ia emigración masiva de trabajadores.
El TLC precipitó un ardiente debate en Estados Unidos. En el clímax de
Jos Unidos y Canadá la campaña presidencial de 1992, el candidato demócrata Bill Clinton pro-
metió apoyo para el TLC a condición de que hubiera garantías efectivas para
ialado de Libre Comercio la protección del medio ambiente y de los derechos laborales; hacia septiem-
atraer inversión a gran es- bre de 1993 el gobierno llegó a pactos suplementarios o adicionales sobre los
runció en junio de 1990 su trabajadores y el medio ambiente. Cuando el Congreso de Estados Unidos se
dos. La propuesta implica- preparaba para votar la ratificación, el billonario texano (y antes candiclato
stas de la industrialización presidencial) Ross Perot dirigió la carga contra el tratado, sosteniendo que el
tradición nacional de man- TLC atraería al empresariado con los bajos salarios de la mano de obra me-
.os pequeños industriales y xicana y así se perderían millones de empleos de trabajadores estadouniden-
: la posibilidad de ser des- ses. Los defensores del TLC insistieron en que el tratado estimularía las ex-
y algunos intelectuales la- portaciones de Estados Unidos, lograría economías de escala y mejoraría la
ica de la nación y de su or- competitividad de Estados Unidos. Sin tomar en cuenta la ruidosa oposición
de los trabajadores sindicalizados, un bastión histórico de apoyo a los demó-
Libre Comercio preveía la cratas, Clinton buscó sin descanso apoyo para el tratado. Y después de que
incluía Canadá así como a
276 Historia c'ontemporítnea de América Lutinu

Perot tartamudeara durante un memorable clebate televisado con el vicepre- ban los desacuerdos sobre
sidente Al Gore, los diputados aprobaron finalmente el TLC por la sorpren- sido una fuente de tensión b
dente diferencia de 234 a200: en el Senado el voto fue de 61 a 38. México expresase serios de
En su versión final, el TLC tenía varias características sobresalientes. importantes de la diplomac
Una es el compromiso implícito con la integración económica regional. Pese -,=.> Pot su parte, México bu
a su nombre, el TLC no está principalmente dedicado al "libre comercio>. to de la paz social. La esper
Hacia t990 los aranceles e incluso las barreras no arancelarias al comercio ría el empleo, daría una sign
México-Estados Unidos ya eran bajas. El TLC está principalmente interesa- trabajo a un millón de perso
do en la inversión. Al obtener un acceso preferencial al mercado de Estados En segundo lugar, el TLC o
Unidos y un ,.sello de aprobación> formal por medio del TLC, México espe- zar sus reformas económica
raba atraer considerables flujos de inversión extranjera directa, de Japón y cesión presidencial al inscril
Europa, así como de Estados Unidos. Al obtener un acceso sin trabas a los México estaba buscando la I
mal pagados (pero muy cualificados) trabajadores mexicanos, Estados Uni- régimen político. Esto era e
dos esperaba crear una plataforma exportadora de bienes manufacturados y con Argentina, Chile, Brasi
mejorar así su situación competitiva en la economía global. Es por estas ra- mocratizacióno, México no
zones que el TLC contiene extensos capítulos sobre inversión, competencia, política. Finalmente, Méxio
telecomunicaciones y servicios financieros. Implícitamente, el TLC preveía fluencia diplomática en el r
una forma de integración sustancialmente más profunda que la que su nom- Tþrcer Mundo en su totalid¿
bre reconocía. garía a México con democr¿
En segundo lugar, el TLC incluyó una cláusula explícita para la protec- mer mundo>. En consecuer
ción medioambiental. Tal como se había negociado inicialmente, el TLC sólo el mundo en vías de desarro
hacía referencias de pasada a las preocupaciones sobre el medio ambiente. interlocutor de los pueblos i
Sin embargo, manteniendo su promesa de campaña, el presidente Clinton su-
pervisó negociaciones sobre las cláusulas adicionales para la protección del
medio ambiente; y en un tratado separado, la frontera entre Estados Unidos La
y México recibió atención especial en el Plan Bilateral Integrado. Mientras
algunos observadores plantearon dudas sobre la significación práctica de es- Todo el optimismo resultar
tos acuerdos, el mero hecho de su negociación dejó clara una cuestión: el co- tionado. El 1 de enero de
mercio y el medio ambiente se han unido inextricablemente. Como escribió un movimiento guerrillero e
un analista, estos desarrollos demuestran contundentemente .,que el medio nunciar el TLC, el modelo
ambiente se ha convertido en un ingrediente de la política comercial en los del régimen político. Con u
años noventa, pues era políticamente imposible contemplar la culminación tista de Liberación Naciona
del TLC sin un convenio complementario sobre el medio ambiente>. cional durante el curso de
Aún otra característica distintiva del TLC era su fundamento político des gubernamentales. Pesr
subyacente. Estados Unidos buscaba varios objetivos. Uno era preservar la (desde la presión militar h:
estabilidad de su frontera sur. La idea era que el TLC estimularía el creci- tista continuaría siendo la e
miento económico en México, aligerando la presión social y apoyando el ré- Dos meses más tarde, r
gimen político. Un segundo objetivo era asegurar a Estados Unidos un cre- sucesión presidencial, una
ciente acceso al petróleo de México, uno de las cinco principales fuentes de sucesor designado por Salir
las importaciones estadounidenses (los envíos mexicanos a finales de los años mente otro candidato, Ern
ochenta y comienzos de los noventa eran la mitad de los que provenían de la apresuró a desarrollar una
principal fuente, Arabia Saudita). Un tercer propósito era obtener una ficha ción de agosto. Estos acor
importante para las negociaciones comerciales con Europa, Japón y el imagen internacional de M,
GATT. Y en cuarto lugar, Estados Unidos deseaba consolidar el apoyo di- prometía unirse al Primer
plomático de México en su política exterior en general. Como lo demostra- mundista a punto de venirs
México 277

elevisado con el vicePre- ban los desacuerdos sobre América Central en los años ochenta, esta había
e el TLC Por la sorPren- sido una fuente de tensión bilateral. Pero vigente el TLC, era improbable que
fue de 61 a 38' México expresase serios desacuerdos con Estados Unidos sobre cuestiones
:terísticas sobresalientes' importantes de la diplomacia internacional.
:conómica regional. Pese .-='., Por su parte, México buscaba, primero y principalmente, el mantenimien-
ado al ,.libre comercioo. to de la paz social. La esperanza era que el TLC atraería inversión, estimula-
arancelarias al comercio ría el empleo, daría una significativa oportunidad de ingresar en el mercado de
principalmente interesa- trabajo a un millón de personas anualmente, y disminuiría así la tensión social.
rl al mercado de Estados En segundo lugar, el TLC ofrecía a Salinas una oportunidad de institucionali-
o del TLC, México espe- zar sus reformas económicas, aislándolas de los caprichos históricos de la su-
rjera directa, de Japón y cesión presidencial al inscribirlas en un tratado internacional. En tercer lugar,
n acceso sin trabas a los México estaba buscando la bendición internacional para su poco democrático
mexicanos. Estados Uni- régimen político. Esto era especialmente importante porque, en comparación
bienes manufacturados y con Argentina, Chile, Brasil y otros países que atravesaban procesos de ..de-
r global. Es por estas ra- mocratización>, México no era ya considerado como un modelo de cortesía
: inversión, competencia, política. Finalmente, México creía que el TLC proporcionaría al país una in-
amente, el TLC preveía fluencia diplomática en el resto de América Latina, y por extensión hacia el
rnda que la que su nom- Tþrcer Mundo en su totalidad. La asociación con Canadá y Estados Unidos li-
garía a México con democracias industriales avanzadas y con líderes del
explícita para la protec- "pri-
mer mundo". En consecuencia, México podía servir como un <puente> entre
nicialmente, el TLC sólo el mundo en vías de desarrollo y el mundo desarrollado, como representante e
obre el medio ambiente. interlocutor de los pueblos aspirantes del sur.
el presidente Clinton su-
)s para la protección del
:ra entre Estados Unidos La tecnocracia en crisis
eral Integrado. Mientras
nificación práctica de es- Todo el optimismo resultante de la firma del TLC rápidamente se vio cues-
clara una cuestión: el co- tionado. El 1 de enero de 1994 que el TLC entró en vigencia-
rlemente. Como escribió -el día en
un movimiento guerrillero en el pobrísimo estado de Chiapas se alzó para de-
ntemente oque el medio nunciar el TLC, el modelo económico salinista y el carácter no democrático
política comercial en los del régimen político. Con un liderazgo pintoresco y capaz, el Ejército Zapa-
ntemplar la culminación tista de Liberación Nacional (EZLN) capturó la atención nacional e interna-
nedio ambiente>. cional durante el curso de negociaciones muy publicitadas con las autorida-
su fundamento político des gubernamentales. Pese a la variedad de respuestas gubernamentales
os. Uno era preservar la (desde la presión militar hasta la negociación política), el movimiento zapa-
ILC estimularía el creci- tista continuaría siendo la espina en el costado del régimen.
social y apoyando el ré- Dos meses más tarde, cuando la atención del público se dirigía hacia la
Estados Unidos un cre- sucesión presidencial, una bala asesina acabó con Luis Donaldo Colosio,-el
;o principales fuentes de sucesor designado por Salinas y candidato del PRI. Salinas proclamó rápida-
anos a finales de los años
mente otro candidato, Ernesto Zedillo Ponce de León, de 42 años, que se
: los que provenían de la apresuró a desarrollar una campaña digna de crédito para la próxima elec-
ito era obtener una ficha ción de agosto. Estos acontecimientos infligieron un golpe devastador a la
on Europa, Japón y el imagen internacional de México, que ya no podía aparecer como un país que
r consolidar el apoyo di- prometía unirse al Primer Mundo; parecía, en cambio, una sociedad tercer-
eral. Como lo demostra- mundista a punto de venirse abajo.
278 Historia conlemporánea de América Latino

Serio e inteligente, Zedillo era el tecnócrata por excelencia. Economista


A mediados de los añ
doctorado en la Universidad de Yale, Zedillo había hecho la mayor parte de
se enfrentaban al menos a
su carrera en el Banco Central y en el Ministerio de Planificación. En conse-
do en la economía, que se :

cuencia, tenía muy pocos contactos con los políticos de carrera o funcionarios
E,ra necesario no sólo recu
de los ministerios npolíticos', del gobierno federal. Pese a su deslucida campa-
también aliviar los probler
ña, Zedillo ganó las elecciones de agosto de 1994, las más limpias en la histo-
1981, según un estudio, la
ria mexicana según el decir general, con el 4tì,8 por 100 del voto (comparado pobreza cayó del 17,5 pc>r I
con el 26 del derechista PAN y sólo el 16,6 del Partido de la Revolución De-
reformas de libre mercado
mocrática de Cuahtémoc Cárdenas, PRD), convirtiéndose así en el quinto
ración ccln los acrecclorcs i
hombre consecutivo que alcanzaba la presidencia sin haber ocupado alguna
munal deuda cxterna de n
vez un cargo elegido.
anuales que consumían ce
Apenas asumió el poder en diciembre de 1994, Zedillo tuvo que hacer
taciones. La crisis de la d
frente a la crisis. Tþmiendo la sobrevaluación del peso, los inversores retira-
sombra.
ron más de 10.000 millones de dólares de México en una semana. En res- Un segundo desafío er
puesta el gobierno de Zedillo tuvo que devaluar el peso, que finalmente per-
surgimiento de nuevos y pc
dió más de la mitad de su valor respecto al dólar estadounidense, y el mir la presidencia, Zedillo
; gobierno se quedó insolvente durante algunos días. A inicios de 1995, el go-
' bierno de Clinton organizó un paquete multilateral de casi 50.000 millones de
der de las organizaciones r
bernabilidad>. Los cártel
dólares, incluidos 20.000 millones del gobierno de Estados tJnidos. Un obje-
mãrihuana o la heroína, pt
tivo principal de esta medida era prevenir una posible mora de 30.000 millo- porte de cocaína desde Cc
nes en <tesobonos> (bonos a corto plazo emitidos por el tesoro mexicano, pa-
ingresos anuales, estos grt
gaderos en dólares), que habrían infligido un grave perjuicio a los fondos de
bornos, más del doble del
pensiones, fondos mutuos y de otros inversores institucionales de Estados
Hacia mediados de los añtt
Unidos. Otro era sostener la credibilidad de la reforma económica y la pro-
organizaciones narcotrafic
pia viabilidad del TLC. juana, Sinaloa, Ciudad Ju
La crisis financiera provocó una crisis política también. Cuando las críti-
donde los traficantes contl
cas arreciaron contra la insistencia de Salinas en mantener un tipo de cambio
el golfo de México). Los c
irreal durante todo 1994, el ex presidente criticó públicamente a Zedillo y a
de violencia que azotó Mé
su gabinete por tratar erró.qgamente la devaluación de diciembre. Zedillo re-
tólico en 1993. El ex fiscal
accionó enviando a Salinas a un exilio de facto en Estados Unidos, y luego
bía caído bajo el imperio
autorizando el arresto de su hermano mayor por corrupción. La detención
había convertido èn una "
por las autoridades estadounidenses de un ex subprocurador de la república
El tercer desafío, y qu
bajo Salinas llevó a más denuncias de corrupción, de nepotismo y de la im-
claro que el viejo sistema <
plicación oficial en el asesinato de un importante líder del PRI en septiem-
bio. Entre 1964y 1994, pot
bre de 1994. Graves fisuras amenazaban con dividir a la elite política mexi-
mostraban una "fuerte> h,
cana.
2,3 por 100; hacia 1994 ca:
La opinión pública pronto mostró su desaprobación. Por primera vez en
ria, el 55 por 100 revelabar
décadas comenzaron a circular rumores de que era posible que un presiden-
sible que México se encarr
te del PRI no pudiera concluir su periodo. Una encuesta a comienzos de 1995
el sistema político era soL
mostraba que casi la mitad de los encuestados creía que era posible un golpe
velista Carlos Fuentes: <L
militar. Los votantes del estado de Jalisco, un antiguo bastión del PRI, eli-
tema se derrumba sobre
gieron al candidato del PAN, el partido opositor, como gobernador. Incluso
lugaro.
donde el PRI se atribuyó victorias, como en las elecciones estatales de Ta-
basco y Yucatán, los resultados eran disputados con acritud. Claramente, el
PRI estaba perdiendo su capacidad para conseguir y ganar votos.
Méxic¡t 279

r excelencia. Economista
A mediados de los años noventa, era evidente que Zedillo, y México,
hecho la mayor Parte de
se enfrentaban al menos a tres desafíos de largo alcance. Uno estaba centra-
Planificación. En conse-
do en la economía, que se sumió en la recesión en la primera mitad de 1995.
de carrera o funcionarios
Era necesario no sólo recuperar la inversión y estimular el crecimiento, sino
rse a su deslucida campa-
también aliviar los problemas de la pobreza y la clesigualdad. Entre 1963 y
s más limpias en la histo-
1981, según un estudio, la proporción de mexicanos por debajo del nivel de
1ffi del voto (comparado
pobreza cayó del77,5 por 100 aI48,5 por 100;pero entre 1982y 1992, con las
do de la Revolución De-
reformas de libre mercado, subió otra vezal 66 por 100. Y pese a su coope-
éndose así en el quinto
ración con los acreedores internacionales, México aún afrontaba una desco-
n haber ocupado alguna
munal deuda externa de más de 120.000 millones de dólares, con intereses
anuales que consumían cerca del 15 por 100 de los ingresos de las expor-
, Zedillo tuvo que hacer taciones. La crisis de la deuda de los años ochenta proyectaba una larga
:so, los inversores retira-
sombra.
en una semana. En res-
Un segundo desafío era el orden público, especialmente en relación al
)eso, que finalmente per-
surgimiento de nuevos y poderosos cárteles de la droga. Poco después de asu-
ar estadounidense, y el
mir la presidencia, Zedillo recibió un informe oficial que advertía que "el po-
A inicios de 1995, el go-
der de las organizaciones narcotraficantes podía llevar a situaciones de ingo-
le casi 50.0fi) millones de
bernabilidado. Los cárteles más peligrosos no estaban ocupados con la
stados Unidos. Un obje-
marihuana o la heroína, productos tradicionales de México, sino en el trans-
'le mora de 30.000 millo- porte de cocaína desde Colombia. Con una estimación de 7.000 millones de
r el tesoro mexicano, pa-
ingresos anuales, estos grupos podían gastar hasta 500.000 millones en so-
perjuicio a los fbndos de
bornos, más del doble del presupuesto global de la oficina del fiscal general.
stitucionales de Estados
Hacia mediados de los años noventa, México tenía cerca de media docena de
rma económica y la pro-
organizaciones narcotraficantes de verdadero alcance internacional (en Ti-
juana, Sinaloa, Ciudad Juârez, Guadalajara y en el cstado de Tamaulipas,
rmbién. Cuando las críti-
donde los traficantes controlaban un floreciente viaducto para la cocaína en
ìtener un tipo de cambio
blicamente aZedilloy a
el golfo de México). Los cárteles de la droga estaban implicados en una ola
de violencia que azotó México, y que incluyó el asesinato de un cardenal ca-
Je <Jiciembre. Zedillo re-
Estados Unidos, y luego
tólico en 1993. El ex fiscal Eduardo Valle Espinosa proclamó que el país ha-
bía caído bajo el lmperlo de_.les narcotraficantes y que, como Colombia, se
orrupción. La detención
había convertido en una ,.narcodemocraciar.
ccurador de la república
.e nepotismo y de la im-
El tercer desafío, y quizár el más arduo, era la transición política. Estaba
der del PRI en septiem-¡ claro que el viejo sistema de la dominación del PRI estaba sufriendo un cam-
' a la elite política mexi- bio. Entre 1964 y 1994, por ejemplo, la proporción de distritos electorales que
mostraban una .fuerte> hegemonía priísta decayó del 52,2 por 100 a sólo el
:ión. Por primera vez en 2,3 por l(Ð; hacia 1994 casi el 26 por 100 mostraban competencia bipartida-
rosible que un presiden- ria, el 55 por 100 revelaban competencia multipartidaria. Aunque parecía po-
:sta a comienzos de 1995 sible que México se encaminase a un tripartidismq ,çle facto, lo que clominaba
que era posible un golpe el sistema político era sobre todo la incertidumbre. Como observaba el no-
uo bastión del PRI, eli- velista Carlos Fuentes: <La verdad evidente sobre México ... es que un sis-
'mo gobernador. Incluso tema se derrumba sobre nosotros, pero no tenemos otro para poner en su
cciones estatales de Ta- lugarr.
r acritud. Claramente, el
'ganar votos.
o- Así pues, el desarrollo e
rica tropical: una sociedad a;
t!vo, basado en la esclavitud
do faltaba menos de una dé
Cuba: última colonia, primer Estado socialista Un intento independentista
los Diez Años (1868-1878), r

taron contra los españoles-


te desalojados por las tropar
Sin embargo, el control
anacrónico, ya que en la dé
!!qb?n ya casi exclusivamer
les de este país sobre la isla I
g.spañoles se negaron una y
tabal mgy a favor de esta
þ I desarrollo histórico de Cuba se ha visto profundamente afectado por su
la órbita estadounidense.
a
I-¿situación geográfica, pues es una isla atravesada frente a una línea coste-
ra vital que alimenta la rica cuenca del Caribe y que se extiende desde Florida Un puñado de nacionali
a la Guayana. Colón la descubrió en su primer viaje (1492) y pronto se convir- rrota en 1878, huyeron al e:
tió en punto de partida de las numerosas expediciones españolas a tierra firme moso de. ellos era José Mar
mexicana y norteamericana. Durante los siglos xvl y xvII, no atrajo mucha cuyo largo exilio en Nueva
atención imperial, pero su importancia comercial y estratégica aumentó en el na antiestadounidense. Una
siglo xvtu con la expansión de las flotas regulares entre España y sus colonias 1895. Cuba se vio pronto er
americanas. rebeld-es como los españole
La población indígena, descendiente de inmigrantes de las Antillas Me- guerra duró tres años. Los ,

nores, apenas sobrevivió al primer sigio de colonización española. Aquí, uso de campos de concentr¿
como en otros lugares de América Latina, los conquistadores europeos acu- ban en guerrillas.
dieron a los negros africanos para que suministraran la mano de obra. Co- Dado su gran interés ecr
mo consecuencia, Cuba se convirtió en una sociedad multirracial: según un m_4fìecer al margen de la bat,
cálculo, en el siglo xx, la población era un 40 por 1(X) negra, un 30 por 100 por los relatos de la prensa
blanca y otro 30 por 100 mestiza (incluidos orientales e indios). y los dirigentes empresarialt
Su economía languideció bajo las rígidas medidas mercantilistas de la co- los rebeldes. Alimentaban r
rona española, hasta que las reformas de Carlos III (1759-1788) proporcio- favorecidos desde el punto
naron el estímulo necesario para el crecimiento. El siglo xtx contempló el misión estadounidense de r
surgimiento de Cuba como fenómeno agrícola. Un breve auge cafetalero dio Aunque el presidente M
paso al cultivo del tabaco, que se volvió muy importante a mediados de siglo, acontecimientos le sobrepas
posición que sigue manteniendo, ya que los puros de la isla continúan consi- Maine hizo explosión mister
derándose entre los mejores del mundo. cho,-que nunca se ha explica
Pero la fuente de riqueza más importante, el producto que moldearía tígios antibelicistas y el Cor
los contornos de la sociedad e historia cubanas, fue otro: la caña de az(tcar. La "espléndida guerrita" (c
Su predominio comenzó en el siglo xvrrr y continuó a lo largo del tiempo. me_ses. Los españoles mal pe
En 1860, Cuba producía cerca de un tercio (500,000 toneladas) del sumi- lês quedó más remedio que ,
nistro mundial de este producto. La fuerza humana que abasteció este auge 1.898.
provenía del espantoso tráfico de esclavos, que envió a más de 600.000 afri-
canos encadenados a Cuba entre 1800 y 1865. La esclavitud se mantuvo
hasta 1886, más tiempo que en cualquier otro lugar de América Latina, sal-
vo Brasil.
Cuba 281

Así pues, el desarrollo económico de la isla ha sido el típico de la Amé-


rica tropical: una sociedad agrícola orientada a la exportación de un solo cul-
t!vo, basado en la esclavitud. Sin embargo, en otro aspecto fue atípica. Cuan-
do faltaba menos de una década para el siglo xx, seguía siendo una colonia.
Estado socialista Un intento independentista anterior había fracasado en la amarga guerra de
los Diez Años (1868-1878), cuando los nacionalistas cubanos --que se levan-
taron contra los españoles- no lograron reunir a la elite y fueron lentamen-
te desalojados por las tropas españolas.
Sin emb3rgo, el control político español de la isla se estaba quedando
anacrónico, ya que en la década de 1880 el comercio y la inversión se efec-
luaban ya casi exclusivamente con Estados Unidos. Los intereses comercia-
les de este país sobre la isla llevaron a numerosas ofertas para comprarla. Los
españoles se negaron una y otra vez, pero algunos cubanos prominentes es-
'undamente afectado por su taban muy a favor cle esta anexión. Mientras tanto, se la seguía atrayendo a
da frente a una línea coste- la órbita estadounidense.
re se extiende desde Florida Un puñado de nacionalistas cubanos, que nunca habían aceptado su de-
e (1492) y pronto se convir- rrota en 1878, huyeron al exilio y tramaron una nueva rebelión. El más fa-
,nes españolas a tierra firme moso de ellos era José Martí, un elocuente poeta y abogado revolucionario
vt y xvrl, no atrajo mucha cuyo largo exilio en Nueva York produjo la más memorable retórica cuba-
y estratégica aumentó en el na antiestadounidense. Una nueva revuelta por la independencia estalló en
entre España y sus colonias 1895. Cuba se vio pronto envuelta en otra guerra feroz, en la que tanto los
rebeldes como los españoles recurrían a la táctica de abrasar la tierra. La
¡rantes de las Antillas Me- guerra duró tres años. Los españoles apelaron a métodos brutales, como el
onización española. Aquí, uso de campos de concentración, para liquidar a los patriotas que participa-
rquistadores europeos acu- ban en guerrillas.
rran la mano de obra. Co- Dado su gran interés económico en Cuba, Estados Unidos no podía per-
:clad multirracial: según un manecer al margen de la batalla. La población estadounidense estaba excitada
r 100 negra, un 30 por 100 por los relatos de la prensa sensacionalista acerca de la brutalidad española,
ales e indios). y los dirigentes empresariales y religiosos demandaron el reconocimiento de
das mercantilistas de la co- los rebeldes. Alimentaban el impulso expansionista tanto quienes se veían
Ill (17 59-1188) proporcio- favorecidos desde el punto de vista económico como quienes predicaban la
El siglo xtx contempló el misión estadounidense de rescatar a los cubanos del desgobierno español.
r breve auge cafetalero dio Aunque el presidente McKinley resistió las presiones para intervenir, Ios
'rtante a mediados de siglo, acontecimientos le sobrepasaron. En abril de 1898, el navío estadounidense
de la isla continúan consi- Maine hizo explosión misteriosamente en el puerto dç La flabqna. Fstè he-
cho,-que nunca se ha explicado cle forma satisfactoria, barrió los últimos ves-
:l producto que moldearía tigios antibelicistas y et Congreso declaró de inmediato la guerra a España.
ue otro: la caña de azúcar. La "espléndida guerrita> (como la llamó Teddy Roosevelt) duró sólo siete
nuó a lo largo del tiempo. meses. Los españoles mal pertrechados sufrieron una derrota humillante y no
).000 toneladas) del sumi- tés quedó más remedio que otorgar la independencia a Cuba en diciembre de
:ìa que abasteció este auge 1898.
rvió a más de 600.000 afri-
La esclavitud se mantuvo
ar de América Latina, sal-
282 Historia contentporúnea de América Lutina

Visión general: cre


Independencia dudosa
Durante sus años como pro
Cuba comenzó a disfrutar de su nueva posición bajo la ocupación militar es-
car. En el siglo xrx, había st
tadounidense, lo que favorecía poco el desarrollo de un sentido sano de iden'
de az(tcar más eficientes cl,
tidad nacional. Las autoridades estadounidenses licenciaron de inmediato al
miento al vacío modernos. ,
ejército rebelde, con lo que desaparecíala única posible oposición armada a
llegó a dominar la economí¿
su gobierno. La ocupación fue un ejemplo de manual de lo que se consideró
ro sobre la estructura de cla
una intervención <ilustrada>. Los estadounidenses construyeron las tan ne-
A comienzos del siglo x
cesitadas êscuelas, carreteras, alcantarillas y líneas telegráficas Pero todo era
rios millones de toneladas d
para integrar más a los cubanos ya en su órbita.
"civilizados>) tro mundial hacia la primerz
El gobierno estadounidense no consideraba contradictorio presidir el total durante los años de la
surgimiento de Cuba como una nación independiente. Para é1, las responsa-
la segunda guerra mundial.
bilidades económicas, morales y políticas iban mano a mano. Se permitió a
az(tcar supusieron aproxima
los cubanos, e incluso se los alentó, para que eligieran una Asamblea Consti-
dependencia de un solo pro
tucional, que redactó una carta magna en 1901. Pgro Estados Unidos a-briga-
vulnerable. Si la cosecha er¿
ba dudas acerca de la capacidad del nuevo país para autogobernarse, así que
ciones) o la demanda era ba
f.orzó a los cubanos, contra su voluntad, a incorporar una enmienda (lg E-q¡
otro lugar) o caían los pre,
mienda Platt), que le otorgaba el derecho de supervisar su economía, de veto
miento de otros exportadorr
sobre los compromisos internacionales y de intervenir en la política interna a
la producción de 1920 a 195
i voluntad. Esta provisión permaneció vigente hasta 1934 e hizo de Cuba un
l protectorado gros de esta situación.
estadounidense.
Otro rasgo del auge azt
r Su primer presidente, Tomás Estrada Palma (1.902-1906), estaba a favor
especial en manos de los i
de la anexión completa por parte de Estados Unidos, lo que resultaba muy.
1870, la nueva tecnología,
común entre gran parte de la elite cubana, que veía pocas ventajas y ningún
reducción del número de tr
futuro para una Cuba independiente. Su disposición a permitir la iniasión pesar del incremento de he
yanqui despertó la amargura y la furia de los pocos nacionalistas que mante-
a extenderse las inmensas ¡
nían viva la llama del sueño de Martí acerca de una Cuba libre del dominio
dientes, cuyos ingenios pequ
yanqui.
la caña hasta la década de l
. Estrada Palma obtuvo un segundo mandato mediante fraude electoral. te a las grandes compañías
La revuelta que siguió, encabezada por los liberales vencidos, propició una por 100 de toda la tierra cu
segunda ocupación militar estadounidense (1906-1909), en la que se impuso
desccndido a 184 sólo y con
' presidente interino, Charles Magoon, para que supervisara unas nuevas
un
Esta concentración de p
elecciones. Sin embargo, volvió a haber fraude y se repitió la intervención mi-
tural del modo en que se hr
litar estadounidense ln 1977. Todas estas intervenciones representaban opor-
del protectorado, los inversr
tunidades para que los intereses económicos estadounidenses afianzaran su
construcción de centrales m
posición en la economía cubana. El gobierno de la isla se ganó una reputa-
toras de caña. Las centrales
ción bien merecida de venal y corrupto; el sistema político cubano estaba
15 por 100 del azúcar cuba
muy lejos de haber generado el espíritu democrático que los idealistas esta-
cerca del 75 por 100, gracia
dounidenses pensaron que resultaría de su ocupación.
do pagar los créditos conce
plantó en un 47 por 100.
La tecnología de la pro
comoalapropiedadyala
mano de obra, en especial
Cuha 283

Visión general: crecimiento económico y cambio social

Durante sus años como protectorado, la isla pasó por un gran auge deI az(t-
I la ocupación militar es- car. En el siglo xrx, había surgido rápidamente como una de las productoras
un sentido sano de iden'
de azúcar más eficientes clel mundo, ayudada por los métodos de refina-
lnciaron de inmediato al
miento al vacío modernos. A medida que aumentó la producción, el anicar
sible oposición armada a
llegó a dominar la economía cubana y, finalmente, a tener un efecto durade-
al de lo que se consideró
ro sobre la estructura de clases y las relaciones sociales,
construyeron las tan ne-
A comienzos del siglo xx, como muestra la figura 8.1, Cuba producía va-
:legráficas. Pero todo era
rios millones de toneladas de azúcar anuales: cerca de un cuarto del suminis-
su órbita.
tro mundial hacia la primera guerra mundial, un 10 por 100 más o menos del
ontradictorio presidir el
total durante los años de la Gran Depresión y casi un 20 por 100 después de
.te. Para é1, las responsa-
la segunda guerra mundial. Durante todo este periodo, las exportaciones de
o a mano. Se permitió a
azicar supusieron aproximadamente el 80 por 100 de las divisas de la isla. Tal
ìn una Asamblea Consti-
dependencia de un solo producto situaba su economía en una posición muy
r Estados Unidos abriga-
vulnerable. Si la cosecha era pobre (como resultado del clima u otras condi-
r autogobernarse, así que
ciones) o la demanda era baja (como resultaclo de una recesión económica en
ar una enmienda (lg Ent
otro lugar) o caían los precios (como resultado de un exceso de abasteci-
isar su economía, de veto
miento de otros exportadores), la economía cubana sufría. Las variaciones de
rir en la política interna a
la producción de 1920 a 1959, e incluso después, ilustran algunos de los peli-
1934 e hizo de Cuba un
gros de esta situación.
)02-t906), estaba a favor
Otro rasgo del auge azucarero fue la concentración de la propiedad, en
especial en manos de los inversores estadounidenses. Desde la década de
os. lo que resultaba muy
1870, la nueva tecnología, en particular èl ferrocarril, estimuló una rápida
pocas ventajas y ningún
reducción del número de trapiches (de 1.190 en l8'/7 a sólo 207 en 1899), a
in a permitir la invasión
pesar del incremento de hectáreas de caña. Al mismo tiempo, comenzaron
nacionalistas que mante-
a extenderse las inmensas posesiones azucareras. Los cultivadores indepen-
r Cuba libre del dominio
dientes, cuyos ingenios pequeños y medianos habían producido la mayoría de
la caña hasta la década de 1870, empezaron a venderlos en número crecien-
ediante fraude electoral.
:s vencidos, propició una
te a las grandes compañías del ramo. En1912, éstas controlaban más del 10
09), en la que se impuso
por 100 de toda la tierra cubana. Hacia L925, el número de trapiches había
descendido a 184 sólo y controlaban el I7,7 por 100 de la tierra cubana.
supervisara unas nuevas
Esta concentración de propiedad de trapiches y tierra era el resultado na-
epitió la intervención mi-
)nes representaban opor-
tural del modo en que se había producido el auge azucarero. Bajo el escudo
runidenses afianzaran su del protectorado, los inversores estadounidenses aportaron su capital para la
construcción de centrales modernas y la consolidación de las tierras produc-
isla se ganó una reputa-
a político cubano estaba
toras de caña. Las centrales de propiedad estadounidense producían sólo el
15 por 100 del azucar cubano en 1906, pero en 1928 su cuota ya alcanzaba
o que los idealistas esta-
in. cerca del 75 por 100, gracias a que los propietarios cubanos no habían podi-
do pagar los créditos concedidos; luego el número disminuyó y en 1950 se
plantó en un 47 por 100.
La tecnología de la producción aztJcarera afectó a la fuerza laboral, así
como a la propiedad y a la dirección. El cultivo requería gran cantidad de
mano de obra, en especial en tiempos de cosecha. La caña necesita ser re-
284 Historia contemporánea de América Latina
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ù- g.¡õ propio. Los encargados querían mantenerlos cerca de las centrales, disponi-
,ì dõ s bles para trabajar, para lo que ingeniaron varias tácticas. Una fue cultivar
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caña en la tierra de las centrales, habitualmente un 10 por 100 del total, y así
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3 pEø contar con la presencia de cultivadores independientes cerca para compartir
ø.tt (-.¡ los problemas de la mano de obra con ellos. Otra fue dejar que los trabaja-
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-ir) -o dores se endeudaran para que permanecieran obligados al dueño. Una ter-
cera fue fomentar la formación de modestos asentamientos urbanos, llama-
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dos bateyes, que crearían comunidades de la clase obrera.
Como resultado, Cuba fue testigo de la aparición de un proletariado ru-
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(r'o ral, un grupo social que se diferenciaba mucho del campesinado clásico. Sin
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È duda, había algunas comunidades campesinas aisladas y autosuficientes, en
ñ.;Ê¡ particular en las ásperas regiones montañosas, pero no eran una clase predo-
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'Þs:3 minante. Quienes trabajaban en las centrales y las zafras no eran granjeros,
sino obreros. Les preocupaban más los salarios y las condiciones laborales
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if€Ë? que la adquisición de tierra.
È: $: Además, los obreros rurales tenían un contacto íntimo con la clase obre-
ra de las ciudades, de forma más notable en La Habana. A pesar de la falta
oo È t-l'i de incentivos y las restricciones, solían emigrar a zonas urbanas, donde vivían
286 Hisloria contemporrinea de América Lutina
El diligente inversor es
en las barriadas que se han vuelto características de muchas de las mayores do por su buena fortuna, a
metrópolis de América Latina: conocidas como colonias populares en Méxi- dial. Su término había caus,
co y favelas en Brasil, adquirieron en Cuba el adecuado nombre de ollega y caban a su producción, incl
pon>. Sus residentes estaban acosados por la pobreza y las privaciones. En [a unas condiciones de compr
década de 1950, cerca de un 40 por 100 de la población nacional vivía en las

ll
una quiebra en 1920. En pr
ciudades. Sólo un 40 por 100 de los residentes de clase baja tenía retrete den- nos de un quinto de los ni,
tro de la casa, sólo un 40 por 100 tenía algún tipo cle refrigeración y más de los dos años siguientes su v
una docena de personas vivían en una sola habitación. de 1920. El declive continur
El contacto y la comunicación entre los elementos rurales y urbanos de I devastador sobre la econon
la clase obrera acabaría teniendo un efecto decisivo en el curso de la historia rales cuya existencia era pr'
nacional, ya que permitió una especie de movimiento social de clase amplio Con el der¡umbamient<
y unificado, raro en América Latina. Es preciso señalar también que la Igle- resintió de inmediato por s
sia desempeñó sólo un papel secundario en la sociedad cubana y los sindi- un socio comercial. El Con
catos tuvieron una existencia precaria y esporádica. En otras palabras, las productores nacionales de
perspectivas y conductas de las clases trabajadoras cubanas no se vieron con- Smoot-Hawley, que gravabi
dicionadas o controladas por instituciones existentes. Con el tiempo, los tra- sólo aumentó la presión s<
bajadores estarían dispuestos para la movilización. contrajo de forma abrupta.
Mientras tanto, Estados Unidos consiguió cadavez más control sobre su poder de Franklin Roosevr
economía. No sólo el capital estadounidense se apropió de la mayor parte de propició la bajada de los ar
las plantaciones y las centrales, sino que Estados Unidos se convirtió con mu- cíproco de 1934, recortó lo,
cho en el mayor cliente de las exportaciones de azitcar cubanas, al soler com- cubano, alÀ vez que Cuba
prar de un 75 a un 80 por 100 del total. Esto aportó una dimensión política I
dounidenses. También en 1
I
compleja a la dependencia económica cubana hacia Estados Unidos. Por un proveedores nacionales y e:
lado, los inversores estadounidenses de la isla estaban a favor de las medidas La cuota cubana fue de un
comerciales que ayudaran a lograr una posición competitiva a su azúcar en el ciones, hasta 1960, lo que ç
mercado estadounidense. Pero, por otro, los productores de remolacha azuca- mercado. También convirti<
rera estadounidenses, así como el resto de los inversores en la producción azu- mico o político. Más imporl
carera exterior no cubana, se oponían al favoritismo hacia las importaciones de tadounidense, que podía c;
azítcar de la isla. Para complicar más las cosas, los refinadores habrían desea- cuota era una bonificación ,

do que se favoreciera las importaciones de azicar sin refinar, mientras que los lizaba toda la vulnerabilidar
dueños de refinerías cubanas querían ese favoritismo sólo para las importa- el periodo del dominio esta
ciones de azúcar refinada. Por todo ello, Cuba dependía de las decisiones esta- En suma, la dependenr
dounidenses sobre el destino de su principal industria. Y la política importa- desventajas para la econom
dora de aaicar era siempre un tema de debate prolongado en Washington. prosperidad a la isla, sobre
Nada más lograr la independencia, Cuba había firmado en 1903 un tra- i ró enormes desigualdades s
tado comercial recíproco que otorgaba a su azúcar una reducción del 20 por pero colocó al país en una
100 de los aranceles estadounidenses. A cambio, concedía a las exportaciones I cional y en especial la est¿
estadounidenses reducciones del 20 aI 40 por 1ü) de sus aranceles. Durante I
volátil en la que los elemer
los treinta años siguientes, las relaciones comerciales entre ambos países se i' jada durante mucho tiempr
hicieron más estrechas, ya que, en la práctica, la economía cubana estaba in- !
I de la pirámide social no lo
tegrada en la estadounidense y su moneda era intercambiable con el dólar. 'I haciendas clásicas, sino em
Era el Federal Reserve Bank de Atlanta el que realmente establecía la poli solían vivir en La Habana:
tica monetaria de la isla, ya que las autoridades cubanas, en la práctica, ha- media considerable, al men
bían entregado todo control sobre el movimiento de activos monetarios en- un estrato amorfo que car(
tre Cuba y Estados Unidos.
Cuba 287

El diligente inversor estadounidense en la isla bien puede haber sonreí-


J muchas de las mayores do por su buena fortuna, al menos hasta el final de la primera guerra mun-
:nias populares en Méxi- dial. Su término había causado escasez de alimentos y todos los que se dedi-
uado nombre de "llega y caban a su producción, incluida Cuba, se encontraron sacando provecho de
:a y las privaciones. En la unas condiciones de compra de bienes cercanas al pánico. Luego sobrevino
:ión nacional vivía en las una quiebra en 1920. En pocos meseq los precios del azúcar cayeron a me-
se baja tenía retrete den- nos de un quinto de los niveles máximos alcanzados en mayo de 1920 y en
le refrigeración y más de los dos años siguientes su valor descendió a poco más de un cuarto del nivel
ón. de 1920. El declive continuó durante el resto de esa década y tuvo un efecto
rtos rurales y urbanos de þ
devastador sobre la economía, golpeando sobre todo a aquellos obreros ru-
en el curso de la historia rales cuya existencia era precaria incluso en los buenos tiempos.
to social de clase amplio Con el derrumbamiento de la economía mundial en 1929-1930. Cuba se
alar también que la Igle- resintió de inmediato por su dependencia (en cierto modo involuntaria) de
edad cubana y los sindi- un socio comercial. El Congreso estadounidense, sometido a presión por los
a. E,n otras palabras, las productores nacionales de remolacha azucarera, aprobó en 1930 el arancel
ubanas no se vieron con- Smoot-Hawley, que gravaba con nuevas obligaciones el azú,car cubano. Esto
s. Con el tiempo, los tra-
sólo aumentó la presión sobre la tambaleante economía azvcaÍera, que se
contrajo de forma abrupta. El único resquicio de luz llegó con la ascensión al
vez más control sobre su poder de Franklin Roosevelt en 1933, quien, con el Congreso democrático,
'pió de la mayor
parte de
propició la bajada de los aranceles y, mediante el Acuerdo de Comercio Re-
idos se convirtió con mu-
cíproco de 1934, recortó los correspondientes a las importaciones de azúcar
:ar cubanas, al soler com-
cubano, a la vez que Cuba aumentaba sus favores a las importaciones esta-
ó una dimensión política
dounidenses. También en 1934, el Congreso estableció cuotas fijas para los
Estados Unidos. Por un proveedores nacionales y extranjeros del mercado azucarero estadounidense.
rn a favor de las medidas
La cuota cubana fue de un 28 por 100 y permaneció, con algunas modifica-
.petitiva a su azúcar en el
ciones, hasta 1960, lo que proporcionó a Cuba un acceso privilegiado a este
cres de remolacha azuca-
mercado. También convirtió a la isla en objeto constante de chantaje econó-
,res en la producción a )-
mico o político. Más importante aún, la sujetó a Ia voluntad del Congreso es-
racia las importaciones de
tadounidense, que podía cambiar la legislación en cualquier momento. La
,finadores habrían desea-
cuota era una bonificación económica y una responsabilidad política. Simbo-
refìnar, mientras que los
lizaba toda la vulnerabilidad que la <independencia" había llevado a Cuba en
ro sólo para las importa-
el periodo del dominio estadounidense.
lía cle las decisiones esta-
En suma, la dependencia del az(tcar produjo beneficios mezclados con
ia. Y la política importa-
desventajas para la economía y la sociedad cubanas. Brindó una considerable
'longaclo en Washington. prosperidad a la isla, sobre todo durante los años de buena zafra, pero gene-
firmado en 1903 un tra-
ró enormes desigualdades sociales y económicas. Atrajo la inversión exterior,
.¡na re<Jucción del 20 por
pero colocó al país en una posición subordinada hacia la economía interna-
cedía a las exportaciones
cional y en especial la estadounidense. También creó una estructura social
e sus aranceles. Durante
volátil en la que los elementos rurales y urbanos de una clase obrera despo-
rs entre ambos países se
jada durante mucho tiempo mantenían una comunicación mutua. El vértice
,nomía cubana estaba in-
de la pirámide social no lo ocupaban los latifundistas residentes, como en las
rcambiable con el dólar.
haciendas clásicas, sino empresarios extranjeros o propietarios nativos que
mente establecía la poli
solían vivir en La Habana: las clases altas estaban ausentes. Había una clase
)anas, en la práctica, ha-
media considerable, al menos para los parámetros latinoamericanos, pero era
e activos monetarios en-
un estrato amorfo que carecía de cohesión y conciencia. Como una vez ob-
288 Historia utntentporírneu de Antérie'u Lutina

dista que había tomado su ¡


servó el sociólogo Maurice Zeitlin, esta combinación de factores estaba des-
cionaron barcos de la flota e
tinada a tener su efecto: nl-a empresa a gran escala en el campo y la mezcla
al viejo estilo. Pero un nuev
de obreros industriales y agrícolas en las centrales azucareras impregnó mu-
bana para lograr poder y rit
cho al país de valores y normas de conducta capitalistas, nacionalistas, secu-
dos Unidos, Batista echó co
lares y antitradicionales. En este sentido, el país estaba preparado para su de-
dó un presidente que resul
sarrollo y lo único que le faltaba era la revolución ...".
nacionalistas y reformistas c
volvía a lo habitual. La he¡
Política: corrupción y decadencia hington no puso dificultaclt
1934.La base naval en Gua
Durante los siguientes r
Durante las décadas de 1.920 y 1930, el gobierno cubano se contó entre los
por Fuþencio Batista. Entr
más corruptos y brutales de la historia de la república. Gerardo Machado ob-
de guiñol; gobernó de form
1 tuvo la presidencia mediante elecciones en 1925 y pronto utilizó sus
poderes
'ejecutivos para hacerse invencible en las uinas. Sus medidas represivas y el escenario, mientras el antig
cia (1944-1948). Quedaba p
crecimiento de la oposición nacionalista, en especial entre los estudiantes y
censo al submundo de la co
los obreros urbanos, sacaron p relucir las realidades más desagradables del
protectorado estadounidense. Cuando golpeó la depresión mundial, la eco- furia moral que consumía t
bre de paja de Batista, fue
nomía cubana orientada a la exportación sufrió mucho. El precio del anicar
tista retomó las riendas pre
se deprimió de nuevo y la economía se contrajo aún más. La renta total cayó
nó con poderes dictatoriale
en picado y se extendió el desempleo.
No faltaba voluntad política para explotar los apuros económicos. La En realidad, la política
1959. Se demostró de form¿
oposición a Machado incluía una coalición de estudiantes, dirigentes obreros,
reformistas de clase media y políticos descontentos. a quienes mantenía jun-
to que el hombre fuerte de
su voluntad. La oposición h
tos el aborrecimiento a Machado y una aspiración común por una Cuba más
fue combatida y suprimida
honrada y justa. Abundaban los complot armados. Los tiroteos irrumpían
rio de 1933? ¿Dónde estab:
con regularidad en la noche habanera. La policía y el ejército de Machado
i abrumaban con más medidas represivas. Estados Unidos, tan atento a otros hington? Había seguido el
cubanos, impotentes por la
tipos de desviaciones de la democracia, permanecía impasible. La adminis-
ticos y militares, y el tío Su
tración republicana de Herbert Hoover, debido a su supuesta identificación
cubanos en 1959 si su pequ
con la empresa, trataba de poner término a la era de gobernar el Caribe me-
dependencia cierta, ¿cuántr
diante los marines estadounidenses.
tos pensaban realmente qut
La victoria electoral de Franklin Roosevelt condujo a un activista a la
Casa Blanca. Mientras Washington adoptaba una postura más crítica sobre
te al coloso del norte? M
pensaban sin duda alguna
Machado, los cubanos se hicieron cargo del asunto. La huelga general de
<

guir unas cuantas ventajas I


agosto de 1933 ayudó a aguijonear al ejército para socavar al dictador, que
dencia inevitable de Estac
huyó de La Habana. Entonces la opinión comenzó a polarizarse abrupta-
mente. Los jóvenes radicales, dominantes en el gobierno provisional, se unie- surgió una respuesta sorpr(
ron al ejército, al mando del sargento Fulgencio Batista. Esta alianza tomó el
gobierno y alarmó al enviado de Roosevelt, Sumner Welles. El nuevo líder
civil era Ramón Grau San Martín, médico y profesor (el único miembro de Fidel Castro y
la universidad que votó en contra de otorgar a Machado un grado honorario)
y durante mucho tiempo héroe de la izquierda estudiantil, con quien se ali- Nacido en 1927, Fidel Cas
sentaba una vieja tradición
neó invariablemente. Se formaron <soviets> y después se ocuparon fábricas y
granjas. El nuevo gobierno proclamó una revolución socialista. bía <hecho las Américasr,,
A Washington le preocupó profundamente el pronunciado giro izquier- xvI. Pero a este hijo de en
Cuba 289

clista que había tomado su protectorado. Frente a las costas cubanas se esta-
ón cle factores estaba des-
a en el campo y la mezcla
cionaron barcos de la flota estadounidcnse; parecía cercana una intervención
azucareras impregnó mu-
al viejo estilo. Pero un nuevo hombre fuerte, ávido por seguir Ia fórmula cu-
alistas. nacionalistas, secu- bana para lograr poder y riqueza, ya estaba en escena. A una señal de Esta-
aba preparado Para su de-
dos Unidos, Batista echó con facilidad a Grau y los radicales. Pronto se acor-
dó un presidente que resultara aceptable para Washington, y los radicales,
nacionalistas y reformistas observaron con amargura cómo la política cubana
volvía a lo habitual. La hegemonía estadounidense era tan cierta que Was-
dencia hington no puso clificultades p¿ìra consentir rcvocar la Enmienda Platt en
1934. La base naval en Guantánamo, por ejemplo, no resultó afectada.
cubano se contó entre los Durante los siguientes veinticinco años, la política cubana fue dominada
ica. Gerardo Machado ob- por Fulgençio Batista. Enfre 1934 y 1940, rigió su país mediante presidentes
pronto utilizó sus poderes de guiñol; gobernó de forma directa de 1940 a 1944 y luego se quedó tras el
rs medidas represivas y el escenario, mientras el antiguo radical Grau San Martín volvía a la presiden-
ial entre los estudiantes y cia (1944-1948). Quedaba poco del Grau idealista y el espectáculo de su des-
les más desagradables del censo al submundo de la corrupción política sólo agudizó el descontento y la
.epresión mundial, la eco- furia moral que consumía a radicales y nacionalistas. Su sucesor, otro hom-
ucho. El precio del az(tcar bre de paja de Batista, fue Carlos Prío Socarrás (1948-1952). El mismo Ba-
n más. La renta total cayó tista retomó las ríendas presidenciales con un golpe y desde entonces gober-
nó con poderes dictatoriales (1952-1959).
)s apuros económicos. La En realidad, la política cubáh*á rÌÍãnifestó pocos cambios entre 1934 y
liantes, dirigentes obreros, 1959. Se demostró de forma repetida la inutilidad del sistema electoral, pues-
i, a quienes mantenía jun- to que el hombre fuerte de turno (primero Machado y luego Batista) hacía
común por una Cuba más su voluntad. La oposición honrada, mucho más débil que su grupo electoral,
rs. Los tiroteos irrumpían fue combatida y suprimida en vano. ¿Qué había sido del fervor revoluciona-
y el ejército de Machado rio de 1933? ¿Dónde estaba la coalición que tanto había atemorizado a Was-
Jnidos, tan atento a otros hington? Había seguido el camino de todos los movimientos nacionalistas
:ía impasible. La adminis- cubanos, impotentes por la alianza imbatible de las elites, sus sirvientes polí-
su supuesta identificación ticos y militares, y el tío Sam, Si se hubiera preguntado a la mayoría de los
le gobernar el Caribe me- cubanos en 1959 si su pequeña isla tenía alguna posibilidad de lograr una in-
dependencia cierta, ¿cuántos se habrían atrevido a contestar que sí? ¿Cuán-
rndujo a un activista a la tos pensaban realmente que Cuba podría afirmar con éxito su identidad fren-
postura más crítica sobre te al coloso del norte? Muy poc<-rs. La mayoría de sus habitantes cultos
to. La huelga general de pensaban sin duda alguna que lo mejor que podía esperar su país era conse-
r socavar al dictador, que guir unas cuantas ventajas marginales, maximizar los beneficios de su depen-
zô a polarizarse abrupta- dencia inevitable de Estados Unidos. ¿Qué más se podía esperar? Pronto
ierno provisional, se unie- surgió una respuesta sorprendente.
tista. Esta alianza tomó el
rer Welles. El nuevo líder
sor (el único miembro de Fidel Castro y la construcción de la revolución
hado un grado honorario)
udiantil, con quien se ali- Nacido en 1927, Fidel Castro era hijo de un emigrante español que repre-
lés se ocuparon fábricas y sentaba una vieja tradición cubana: era el heredero de un peninsular que ha-
!n socialista. bía ohecho las Américaso, según lo expresaban los españoles desde el siglo
pronunciado giro izquier- xvl. Pero a este hijo de emigrante no le interesaba disfrutar de la vida con-
290 IIisturiu conlentporátteu de Antéricu Lutittu

lbrtable que sus orígenes y fonnación lc prometían. Quería hacer una Amé- nesto ("Cheo) Guevara. rt
rica cliferente.
testigo presencial en 19-54
Fìdel había seguido el camino clásico: había ido al colegio de los jesuitas dente guatemalteco Jacob
y lucgo había seguido la carrcra de derecho. Se sumergió en el turbulento Fidel hizo coincidir s
mundo dc la política estudiantil. doncle podían hallarse todas las ramas de it
a Batista en la isla, que
pensamiento n¿rcionalista, izquierdista y revolucionario. Demostró ser resuel-
desembarco planeado. Pr
to, e lclcuente y ambicioscl. pero no se encclntraba entre las filas de los más ra-
Granma encalló en una z
dicales. Nacionalista apasionardo, cvitaba a los comunistas, que eran los me-
vieron y se las desearon ¡
ior organizados dc los grupos cstudiantiles. pesadilla de sed, hambrc
Poco después de terminar la carrera, F'idel comenzó a viajar por Améri-
nes los habían delatado lc
ca l-atina, conoció a otros nacionalistas radicales y aprendió otras realidades
bres, pero Fidel, Raúl y e
políticas. Su experiencia más importante tuvo lugar en Bogotá en 1948, cuan-
montañas de Sierra Maes
do la colosal revuelta urbana conocida como el bogotazg puso en un desor- gencia. Desde allí, Fidel rr
den total a la ciudad durante dos días. El hecho desencadenante había sido
zaron en guerra contra B;
el asesinato del carismático político de izquierdas colombiano Jorge Eliécer Durante los dos mes¡
Gaitán. El pueblo se levantó al unísono y tomó la ciudad, cuyas autoridades era casi desconocida parr
habían dimiticlo aterrorizadas. Fìdel se vio arrastrado por la ola de furor po- pensaba, inducida por la
pular y trató de convertirse (sin lograrlo) en combatiente. Esos días notables que convirtió a los rebelc
1

le hicieron saborear las posibilidades de la movilización popular. no, sino su descubrimient


Su primer asalto al Estado cle Batista provino directamente de la tradi- li Fidel y sus compañer
ción de los revolucionarios románticos latinoamericanos, Fue un ataque, el 26
de julio de 1953, contra el cuartel provincial de Moncada,-en la ciudad sur-
lì\ r'
cindible erosionar su apo
i contactos del primero cn
oriental de Santiago. Fidel encabezó una banda de 165 jóvenes que irrum- I un veterano corresponsal
pieron en la guarnición en lo que después sólo pudo ser considerado como
bierto la guerra civil espa
un ataque suicida. Esperaban contar con la sorpresa, pero fracasaron. La mi-
la causa republicana. Le
tad de los atacantes fueron muertos, hericlos o cletenidos. Fidel y su hermano
cribió una serie de histo
Raúl se encontraron entre los pocos que pudieron huir. La reacción del go- prestigioso periódico esta
bierno fue rápida y despiadada. La policía comenzó a matar sospechosos. Fi-
la disciplina, el coraje y e
del y su hermano fueron capturados, juzgados y sentenciados a quince años
ternacional a Fidel de la
ile prisión. Durante eljuicio, Fidel pronunció un discurso largo, apasionado y
estaban admirados: ¿córr
divagador ("La Historia me absolverá>) que tuvo poco eco por entonces,
, cincuenta y sietè años el r
pero que después se convirtió en un texto sagrado de la revolución,
que se creía que no existí
Los hermanos Castro tuvieron suerte. Sólo pasaron en prisión once me-
va en la opinión pública
ses antes de que Batista conceclicra una amnistía en un intento de atraerse la
considerado a la vez brut
opinión pública y mejorar su imagen política. De este modo, Fidel se benefi-
Al mes siguiente, mr
ció de una conccsión táctica proveniente de un gobierno que estaba total- ocho nuevos hombres se
mente determinado a destruir. Como estaba libre, huyó de inmediato a Mé-
movimiento clanclcstino.
xiccr para empez.aÍ a organizar una nucva fuerza revolucionaria. En este
les resultaba nueva la vi
momento no se distinguía mucho del resto innumerable de revolucionarios
como Fidel, de clase med
caribeños que conspiraban sin éxito contra los Tiujillos, Somozas y Duvaliers,
formación de toda la soci
tiranos cortados por el mismo patrón que Batista.
rrupción y antinacionalisr
En 1956 Fidel se embarcó con una nueva partida de revolucionarios en el
dictadores. Sin embargo,
Grunma, un viejo yate cuyo nombre queclaría después inmortalizado como
pronto con otra Cuba. A
cl título del periódico oficial revolucionario de Cuba. Con él se hallaba de parados para la realidad
nuevo su hermano Raú1. más radical en política. También estaba a bordo Er-
Descubrieron que lor
Cuba 291

r. Quería hacer una Amé-


nesto ("Cheo) Guevara, rnédico argentino dc vcintisiete años que había siclo
testigo presencial cn 1954 clcl clerrocanriento dirigiclo por la CIA del presi-
: al colegio cle los jesuitas dente guatemalteco Jacobil Arbenz. radicalmente antiestadounidense.
umcrgió en el turbulento
Fidel hizo coincidir su viaje con la n'rovilización cle fuerzas contrarias
rllarse todas las ramas de
a Batista en la isla, que iban a alz,ttrse en comunidadcs próximas al lugar cle
ario. Demostró ser resuel-
desembarco planeado. Pero Ia navcgación perclió el rumbo prcvisto y cl
rtre las filas de los más ra-
Granma encalló en una zona pan{.anosa. Los ochcnta y dos hombrcs se las
runistas, que eran los me-
vieron y se las clesearon para llegar a tierra. Los clías siguicntes fueron una
pesadilla de sed, hambre y muerte a manos cle las unicladcs militarcs a quie-
rcnzó a viajar por Améri-
nes los habían delatado los campesinos del lugar. Se perdieron setenta horn-
aprendió otras realidades
bres, pero Fidel, Raúl y el Che no se encontraron cntre ellos. Huyeron a las
cn Bogotá en 1948, cuan-
montañas de Sierra Maestra, al este de Cuba, siguiendo su plan de contin-
gotIzQ puso en un desor-
gencia. Desde allí, Fidel reconstruyó su partida rebelde y una vez más se lan-
esencadenante había sido
zaron en guerra contra Batista.
:olombiano Jorge Eliécer
Durante los dos meses siguientes, hasta febrero de 1957, csta columna
;iudad, cuyas autoridades
era casi desconocida para el mundo. La mayor parte de la prensa cubana
1o por [a ola de furor po-
pensaba, inducida por la propaganda de Batista, que Fidel había muerto. Lo
tiente. Esos días notables
que convirtió a los rebeldes en noticia no fue su ¿rctuación contr¿ì cl gobier-
rción popular.
no, sino su descubrimiento por un famoso periodista estadounidense.
directamente de la tradi-
anos. Fue un ataque, el 26 r Fidel y sus compañeros sabían que para derrocar a Batista cra impres-
oncada,, en la ciudad sur-
i cindible erosionar su apoyo externo, en especial el de Estados Unidos. Los
i; un veterano corresponsal en el extranjero del New York Times que había cu-
contactos clel primero encontraron el vehíôulo perfecto: Herbert Matthews,
: 165 jóvenes que irrum-
Co ser considerado como
bierto la guerra civil española y seguía siendo un particlario no iesignado de
r. pero fracasaron. La mi-
la causa republicana. Le llevaron hasta el escondite de Fidel y desde allí es-
ric.los. Fidel y su hermano
huir. La reacción del go- cribió una serie de historias que irrumpieron en la primera plana del más
prestigioso periódico estadounidense. Sus entregas dramáticas, que exaltaban
Ia matar sospechosos. Fi-
ntcnciados a quince años , disciplina, el coraje y el compromiso de los rebeldes. dio una posición in-
la
curso largo, apasionado y . ternacional a Fidel de la noche a la mañana. Los lectores de todo el mundo
estaban admirados: ¿cómo había podido eludir un periodista extranjero de
poco eco por entonces,
. cincuenta y sietê años el cordón militar y pasar unos días con unas guerrillas
Je la rcvolución.
que se creía que no existían'l De repente, Batista se encontraba a la defensi-
ìron en prisión once me-
va en la opinión pública mundial. Estaba en el más peligrosos de los reinos,
un intento de atraerse la
te modo, Fidel se benefi- considerado alavez brutal e impotente.
,bierno que estaba total- Al mes siguiente, marzo de 1957, Fidel recibió refuerzos. Cincuenta y
ruyó de inmediato a Mé- ocho nuevos hombres se unieron a los rebeldes, conducidos hasta allí por el
revolucionaria. En este movimiento clandestino. A la mayoría de los guerrilleros de Sierra Maestra
r¿rblc de revolucionarios les resultaba nueva la vida salvaje, incluso el campo. La mayor parte era,
los. Somozas y Duvaliers, como Ficlel, de clase media y no se habían unido porque anhelaran una trans-
formación de toda la sociedad cubana, sino porque odiaban la brutalidad, co-
r de revolucionarios en el
rrupción y antinacionalismo de los políticos, que parccían siempre servir a los
rués inmortalizado como dictadores. Sin embargo, cuando desertaron de las ciudades, se encontraron
ra. Con él se hallaba de pronto con otra Cuba. A pesar que pensaban conocerla bien, no estaban pre-
nbién estaba a bordo Er- parados para la realidad cle las montañas.
Descubrieron que los campesinos apenas sobrevivían en una existencia
292 Historia contemporítnea de América Latino

miserable. Los rebeldes se interesaron mucho por el clestino de estas gentes estaba el hecho de que r
porque necesitaban su apoyo para sobrevivir en ese medio. Era el primer rados para esa clase de
principio de la guerrilla: lograr la simpatía de los lugareños, no sólo por las informantes regulares. I
provisiones, sino también para que no los delataran a las autoridades. siones rebeldes.
Sin embargo, la partida rebelde seguía siendo sobre todo de clase media. En noviembre, Batit
Se les unieron unos cuantos campesinos, pero nunca en gran número ni al- sentando un nuevo cand
canzaron posiciones de mando. Esto no resulta sorprendente. La mayoría de cenario mejorara la situ¿
las revoluciones de la historia han sido dirigidas por miembros de una con- gobierno había perdido
traelite, lo que no quiere decir que no fuera importante la participación y el tuvieron. Era el acontec
apoyo de los campesinos. Pero los orígenes y mandos del movimiento cas- do los rebeldes. Batista
trista eran de la clase media. Las direcciones que tomó con posterioridad son guante apoyo de la admi
otro asunto. que en el caso del dict¿
La guerra de guerrillas es solitaria y peligrosa. Mes tras mes, durante enormes intereses cuban
todo 1957, los rebeldes consiguieron lo esencial: sobrevivir. Pero no lograron paz y brutal. Batista hab
enfrentarse de forma seria al enemigo. En diciembre, Fidel estaba desanima- El dictador no dese
do. Su estrategia se había basado en esperar el alzamiento de las ciudades, que podía ver cómo se rr
pero tenía muy poco control sobre ese frente. ¿Cuánto tiempo podían espe- odiados y escarnecidos.
rar en las montañas? estaba tan convencido d'
A comienzos de 1958, hubo algunos signos alentadores. En febrero, el ba más, mientras empre
obispo de Cuba emitió una carta pastoral apelando por un gobierno de uni- proviso, en Nochevieja,
dad nacional. En marzo, el gobierno estadounidense, sometido a presión por presidente que le sucec
proporcionar armas al régimen represivo de Batista, estableció el embargo rumbo a la República I
del envío de armas a ambos contendientes. Ello constituía un bofetón políti- entrada triunfal de Fidel
co para Batista, ya que significaba la pérdida parcial de legitimidad del go- La guerra de guerri
bierno establecido. desarrollo tan largo, qur
Unavez que no logró materializarse la huelga general programada para los rebeldes. Las multitr
abril de 1958. Fidel decidió cambiar su estrategia. Las guerrillas debían vol- Habana. Las banderas b
verse más agresivas. Este fracaso huelguístico también convenció a Batista de ondeaban por todas par
que debía dar un páso y el ejército lanzó una <campaña de liquidación> al mes
siguiente. Fue un desastre. Todas las unidades del ejército fueron capturadas,
junto con los códigos secretos y muchas municiones. Hacia agosto, el ejército La
había abandonado las montañas, vencido por carecer de mandos y entrena-
miento adecuados, y por la inteligencia y empeño superiores del lado rebelde. Euforia es la única palat
Durante todo el resto de 1958, bramó una guerra de guerrillas feroz. No primeros días de 1959.
hubo batallas formales ni oleadas de campesinos enfrentándose a los solda- cuestión que ahora ocup
dos de Batista. Era una guerra de atacar y esconderse, con bombardeos, sa- ros, campesinos e invers
botajes y acoso. Batista respondió con el terror. Como raravez podía atrapar otros observadores era r
a las guerrillas, envió a sus secuaces contra los estudiantes y la clase media Fidel entraba en un
sospechosa de mantener vínculos con el Movimiento del Veintiséis de Julio. ditado a Batista, sino qu
Al hacerlo, aumentaba con rapidez el apoyo a Fidel. Era la táctica clásica de miembros, en mayor o n
la guerrilla: incitar al gobierno impopular a tomar medidas represivas, que de la importancia de los
luego servirían para reclutar nuevos rebeldes contra el gobierno. heroicas contra el ejércit
Batista comenzó a perder su respaldo. Como dictador, su mejor carta ha- so estaba ahora en man<
bía sido siempre su habilidad para mantener el orden, que ahora estaba de- uniformes verdes de faer
sapareciendo. Añadido a la frustración y la furia del ejército y de la policía tonces iba a continuar si
Cuba 293

el destino cle estas gentes estaba el hecho de que nunca podían prender al enemigo. No estaban prepa-
cse mcdio. Era el Primer rados para esa clase de movimiento clandestino que podía eludir su red de
lugareños, no sólo Por las informantes regulares. La tortura y ejecución sólo producían nuevas adhe-
,n a las autoriclades. siones rebeldes.
sobre todo de clase media. En noviembre, Batista llevó a cabo unas elecciones presidenciales, pre-
nc¿ì cn gran número ni al- sentando un nuevo candidato con la esperanza de que su desaparición del es-
:prcndente. La maYoría de cenario mejorara la situación. El resultado fue una señal dramática de que el
ror miembros de una con- gobierno había perdido el apoyo público: la mayoría de los votantes se abs-
rtantc la particiPación y el tuvieron. Era el acontecimiento político para el que habían estado trabajan-
ndos del movimiento cas- do los rebeldes. Batista maniobró a la desesperada para mantener el men-
omó con posterioridad son guante apoyo de la administración Eisenhower. Pero Estados Unidos, al igual
que en el caso del dictador Machado en 1933, consideraron ahora que sus
;a. Mes tras mes, durante enormes intereses cubanos estaban en peligro por los excesos del dictador ra-
rbrevivir. Pero no lograron paz y brutal. Batista había agotado su tiempo.
rre. Fidel estaba desanima- El dictador no deseaba pelear por una causa perdida hasta el final, ya
lzamiento de las ciudades, que podía ver cómo se reducía su poder día tras día. Su ejército y policía eran
ránto ticrnpo podían espe- odiados y escarnecidos. Había perdido todo apoyo de Washington y el país
estaba tan convencido de su caída, que la economía cadavez se desorganiza-
lentadores. En febrero, el ba más, mientras empresarios y banqueros esperaban lo inevitable. De im-
o por un gobierno de uni- proviso, en Nochevieja, convocó una reunión de sus consejeros, designó un
se, sometido a presión por presidente que le sucediera y despegó en un avión cargado de familiares
sta, estableció el ernbargo rumbo a la República Dominicana. El camino había quedado libre para la
)nstituía un bofetón políti- entrada triunfal de Fidel en La Habana.
cial de legitimidad del go- La guerra de guerrillas había sido tan salvaje, la represión tan feroz, el
desarrollo tan largo, que la salida repentina de Batista tomó por sorpresa a
general programada para los rebeldes- Las multitudes corrían libres en las ciudades, sobre todo en La
Las guerrillas debían vol- Habana. Las banderas blancas'y rojas del Movimiento del Veintiséis de Julio
rión convenció a Batista de ondeaban por todas partes.
raña de liquidación" al mes
;jército fueron capturadas,
:s. Hacia agosto, el ejército La definición de la revolución
:cer de mandos y cntrena-
upcriores del lado rebelde. Euforia es la única palabra que puede describir el sentir de La Habana en los
rra de guerrillas feroz. No primeros días de 1959. Fidel se había convertido en un héroe genuino. La
enfrentándose a los solda- cuestión que ahora ocupaba las mentes de la clase media cubana, de los obre-
lcrsc. c<ln bombardeos, sa- ros, campesinos e inversores extranjeros, del embajador estadounidense y de
)rno rara vezpodía atrapar otros observadores era de qué clase de revolución se trataría.
tudiantes y la clase media Fidel entraba en un vacío político. La guerra civil no sólo había desacre-
nto del Veintiséis de Julio. ditado a Batista, sino que había ensuciado a toda la clase política, a todos sus
:1. E,ra la táctica clásica de miembros, en mayor o menor grado, comprometida con el dictador. A pesar
.r mediclas represivas, que de la importancia de los conspiradores urbanos, que habían utilizado tácticas
ra el gobierno. heroicas contra el ejército y la policía en la segunda mitad de 1958, el impul-
ictador. su mejor carta ha- so estaba ahora en manos de los hombres de Sierra Maestra, vestidos con sus
den, que ahora estaba de- uniformes verdes de faena. El poder visible era el ejército rebelde y desde en-
del ejército y de la policía toncès iba a continuar siendo una institución política clave.
294 Hi:;torie contemporúnea de Américu I'utina

cle su formidable don de liderazgo,


El principal asidero de Fidel. aparte ^echa: la Ley de Reforr
propiedades clesmesur¿
era el deseo desesperado de cambio que existía entre sus conciudadanos cu-
táreas de tierra cultival
banos. Los más desamparados, los pobres rurales, nunca habían contado para
cubana en proporción i
nada en el sistema electoral. Las clases obreras de las ciudades y los pueblos
damente por debajo c1r
tenían algo más de peso. Pero el sector social más inquieto y más importan-
mento, no se permitiría
te era la clase meclia, cle donde había surgido el liderazgo del movimiento en
expropiadas se repartir
figuras tales como Fidel y RaúI.
operativas. Se creó un
Esta clase estaba preparada para recibir un nuevo mensaje político. En
para llevar a la prácticr
primer lugar, estaba asqueada del antiguo cuadro político y sentía repulsa
fuera de Cuba comenz¿
por los dictadores (Machado, Batista) que cuba producía con regularidad.
para el comunismo? ¿l
En segundo lugar, había sido impulsacla por los llamamientos hacia una jus-
ménez, como director t
ticia social mayor. Y, por último, anhelaba una Cuba más independiente, es
decir, más libre de Estados Unidos. ¿Podía haber una Cuba nacionalista que
La polarización pol
cubrimiento de una con
no fuera antiestadounidense? En teoría, quizás; pero en la práctica, toda afir-
habían apoyado el derr
mación de dignidad nacional cubana estaba predestinada a colisionar con la
presencia yanqui.
ma creciente. Un antig
pidió las elecciones que
Durante 1959 se escenificó la revolución. A pesar de todo su heroísmo,
jefe de las fuerzas aére
Fidel llegaba como un político desconocido. El gobierno comenzó como un
, testa por la supuesta in
triunvirato. Manuel Urrutia era el presidente. José Miró Cardona, el primer
dos Unidos y apoyó la
ministro y Fidel, comandante en jefe de las fuerzas armadas. La ilusión de un
mando colegiado se derrumbó en febrero, cuando Miró Cardona renunció en
fortalecieron a los eler
protesta por su falta de poder real. Fidel asumió su puesto, anticipando lo . E,n julio, Fidel repr
que estaba por venir. revolucionaria. Renunc
crisis política ocasiona<
La primera crisis política importante surgió sobre qué hacer con los oficia-
les batististas capturados, responsables de lo peor de la represión. Los revolu-
del había acusado de se
volución. A continuacir
cionarios recurrieron a procedimientos arbitrarios en el trato de sus víctimas, ' las multitudes aleccion
apelando a los sentimientos de "justicia ordinariao para legitimar sus ejecucio-
que se doblegó a su vo
nes. En los seis primeros meses de 1959, se condenó a muerte a unas 550 perso-
nas, tras ser juzgadas por varios tribunales revolucionarios. Estas ejecuciones,
Ahora se encontrat
acentuadas por gritos de ¡al paredón!, preocuparon a los liberales cubanos y a
hablar del delicado ten
menos durante cuatro (
sus simpatizantes del exterior, especialmente de Estados Unidos.
Se estaba urdiendo
En abril de 1959, Ficlel partió rumbo a Nueva York, donde iba a visitar la
sede de Naciones Unidas. El viajc era tJe una importancia política extrema, ya
la raclicalización de la r
que la opinión pública estadounidense era crucial para los acontecimientos cu- aliados políticos más an
per con la línea castrista
banos. Desde el punto de vista de Fidel, probablemente la visita fue un éxito.
Consiguió proyectar la imagen de un reformista nacionalista que se oponía con cando el aumento cle la
luerza a la intervención extranjera, pero que tampoco era comunista. Tuvo diata. Lo encarceló y m
mucho cuidado en mantener sólo un contacto distante con el gobierno esta- como traidor a la revolr
maneció en prisión, con
douniclense (el presidente Eisenhower rehusó toda reunión y fue el vicepresi-
dente Richard Nixon quien tuvo que recibir al revolucionario barbudo), mien- rio para el régimen fide
guió siendo la víctima n
tras cultivó con esmero los centros elitistas de opinión, haciendo, por ejemplo,
una aparición triunfal en el Harvard Stadium. Recalcó la necesidad de una re- En los meses que c
forma radical en Cuba, en especial de una reforma agraria. ¿,Quién que cono- tiestaclounidense. A di¿
ciera la agricultura cubana podía estar cn desacuerdo? la isla apoyadas por lor
Regresó a la isla para poner en práctica su medida más radical hasta la ninguna duda no eran ¡
Cuba 295

.echa: la Ley de Reforma Agraria del 17 de mayo de 1959, que eliminaba las
ictable don de liderazgo,
'e sus conciudadanos cu- propiedades desmesuradas, al expropiar las posesiones con más de 400 hec-
táreas de tierra cultivable, cuya indemnización se pagaría en bonos de divisa
nca habían contado Para
cubana en proporción al valor cleclarado en los impuestos de 1958 (delibera-
rsciudades Y los Pueblos
clamente por debajo del valor real. como era la costumbre). Desde ese mo-
rquieto y más imPortan-
mento, no se permitiría a ningún extranjero poseer tierra agrícola. Las tierras
:azgo del movimiento en
expropiadas se repartirían entre los pequeños propietarios privados y las co-
:vo mensaje Político. En operativas. Se creó un Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA)
político y sentía rePulsa para llevar a la práctica esas medidas de largo alcance. Las críticas dentro y
'oducía con regularidad. fuera de Cuba comenzaÍon a hacer surgir la alarma. ¿No era un primer paso
ramientos hacia una jus- para el comunismo? ¿No había nombrado Fidel a un comunista, Núñez Ji-
,a más indePendiente, es ménez. como director del INRA?
ra Cuba nacionalista que La polarización política se agudizó en junio de 1959. Fidel anunció el des-
cubrimiento de una conspiración contra la revolución. Los no comunistas que
'en la práctica, toda afir-
inada a colisionar con la habían apoyado el derrocamiento de Batista comenzaron a alarmarse de for-
ma creciente. Un antiguo presidente del Senado atacó la reforma agraria y
;ar de todo su heroísmo, pidió las elecciones que Fidel había prometido. Ese mismo mes, más tarde, el
jefe de las fuerzas aéreas, el comandante Pedro Díaz Lanz, renunció en pro-
ierno comenzó como un
Miró Cardona, el primer , testa por la supuesta influencia comunista en el ejército. Luego huyó a Esta-

rmadas. La ilusión de un 'rdos Unidos y apoyó la historia de que Fidel era comunista. Tales defecciones
' fortalecieron a los elementos anticastristas que crecían en Estados Unidos.
iró Cardona renunció en
u puesto, anticipando lo i En julio, Fidel representó lo que iba a ser un drama habitual en la Cuba
revolucionaria. Renunció a su cargo en medio de lo que describió como una
qué hacer con los oficia- crisis política ocasionada por la renuncia del presidente Urrutia, a quien Fi-
la represión. Los revolu- del había acusado de secundar a Díaz Lanz en una conspiración contra la re-
I el trato de sus víctimas, volución. A continuación hubo enormes reuniones en La Habana, en las que
.ra legitimar sus ejecucio-
' las multitudes aleccionadas con todo cuidaclo pidieron el regreso de Fidel,
muerte a un¿ìs 550 perso- que se doblegó a su voluntad.
narios. Estas ejecuciones, Ahora se encontraba en una posición con la fuerza suficiente como para
los liberales cubanos y a hablar del delicado tema de las elecciones y prometió que no habría más al
Cos Unidos. menos durante cuatro o cinco años.
rrk, donde iba a visitar la Se estaba urdiendo un caso que para muchos se convertiría en la marca de
rncia política extrema, ya la radicalización de la revolución. El comandante Huberto Matos, uno de los
a los acontecimientos cu- aliados políticos más antiguos de Fidel y revolucionario veterano, decidió rom-
nte la visita fue un éxito. per con la línea castrista. Renunció a las fuerzas armadas y envió una carta ata-
,nalista que se oponía con cando el aumento de la influencia comunista. La respuesta de Fidel fue inme-
Jco era comunista. Tuvo diata. Lo encarceló y movilizó una enorme campaña-propagandística contra él
lte con el gobierno esta- como traidor a la revolución. Durante la siguiente década y media, Matos per-
eunión y fue el vicepresi- maneció en prisión, como el símbolo supremo del desviacionismo revoluciona-
cionario barbudo), mien- rio para el régimen fidelista. Para muchos observadores extranjeros, Matos si-
n, haciendo, por ejemplo, guió siendo la víctima más esencial de la represión de tipo estalinista.
:ó la necesidad de una re- En los meses que quedaban de 1959, la política cubana se hizo más an-
graria. ¿,Quién que cono- tiestadounidense. A diario había acusaciones de conspiraciones para invadir
l''l la isla apoyadas por los yanquis con el propósito de restaurar a Batista. Sin
lida más radical hasta la ninguna duda no eran acusaciones caprichosas. Los exiliados habían comen-
296 Hßtoria contemporánea de América Lutina

zado a realizar misiones desde Florida, disparando a los campos de caña y pra de 4 millones de tont
lanzando panfletos antirrevolucionarios. Aunque la Casa Blanca y el Depar- tes. Fidel estaba desarroì
tamento de Estado no se habían puesto de acuerdo aún acerca de las inten- equipamiento, y los sovi
ciones de Fidel, la cIA y el Pentágono hacía mucho que no tenían dudas. aliada <socialista> en el'
Mientras tanto, Fidel tenía puesta la mirada en Washington, siempre el cen- A medida que trans(
tro de decisión para la política cubana. al equipamiento destinac
El año de 1960 resultó ser aún más decisivo para el curso de la Revolu- tísticas para enseñar la
ción cubana. Al final del segundo año en el poder de Fidel, se habían afir- A finales de 1960, el gir
itnado cuatro tendencias básicas: 1) la nacionalización de la economía;2) un había anunciado aún la <

fgiro abrupto hacia el bloque soviético; 3) el establecimiento de un régimen


tautoritario;
cialismo y los observador
y 4) el lanzamiento de una política socioeconómica igualitaria. gunos, como el vicepresir
r A lo largo del tiempo, a todos los nacionalistas cubanos les había irrita- un comunista completo.
do el grado del control estadounidense sobre la economía cubana. Era inevi- raban que Fidel pudiera
table que cualquier gobierno cubano que intentara reafirmar el control cu- potencias; si no lo lograt
bano sobre su economía entrara en colisión con Estados Unidos, tanto con dos Unidos, que lo empr"
los inversores como con el gobierno de Washington, que tan a menudo los El Estado revolucion
había apoyado. El choque más importante surgió por el petróleo, siempre un Fidel comenzó proclamar
asunto económico emotivo en el Tercer Mundo. Cuando Fidel había descu- Batista había repudiado
bierto que podía comprarlo más barato de Rusia que de Venezuela, ordenó bernarían la nueva Cubr
a las refinerías estadounidenses afincadas en Cuba que procesaran el crudo tarde Salvador Allende
ruso. Aunque existía una antigua ley que las obligaba a acceder, se negaron. económico y social func
De inmediato, Fidel confiscó las compañías petroleras estadounidenses. En existentes estaban establ
parte como represalia, el presidente Eisenhower suspendió la cuota azucare- Aunque el antiguo s
ra cubana en Estados Unidos. hicieron intentos de ele
El gobierno cubano respondió tomando casi todo el resto de las propie- miento del Veintiséis de
dades estadounidenses, lo que incluyó las compañías eléctrica y telefónica que nunca había desarrc
(otro importante motivo de irritación para los nacionalistas), los trapiches y ser un partido político.t
las minas de níquel. Washington se vengó embargando todo el comercio con sensible y popular: el ejé
Cuba, excepto medicinas y alimentos. También se nacionalizaron otras em- En el otoño de 1960
presas extranjeras de Cuba. los Comités para la Def
La campaña nacionalizadora no se restringió a los extranjeros. En el cur- dadanos de un lugar, or
so de 1960, todas las empresas importantes de Cuba fueron nacionalizadas, amenaza constante de in
incluidos textiles,, tabaco, cemento, banca y grandes almacenes. La agricultu- cía necesaria una medid¿
ra tardó más tiempo. El primer paso, en 1959, fue contra las plantaciones azu- enemigos internos, los (
careras y las centrales propiedad de Batista o sus colaboradores más cerca- niones o conducta contr¡
nos. Pero la política agrícola, siempre un severo problema para las economías El mismo año Fidel
autoritarias, no se moldeó hasta finales de 1960. del antiguo orden obur¡
El giro hacia el bloque soviético no fue la causa ni el efecto del choque prensa, a menudo media
jl con Estados Unidos, sino parte integrante del mismo proceso. En su inicio, se los comunistas. Cayó víc
' trafó de comprobar hasta qué punto estarían dispuestos los soviéticos a com- daz antibatista. En dicier
prometerse con Cuba, tan lejos de Moscú y tan cerca de Estados Unidos. Los vos jueces a voluntad, ur
rusos resultaron más osados de lo que casi todos esperaban. En febrero de Las universidades y los r
1960, mucho antes de la ruptura económica total con Estados Unidos, los so- también cayeron bajo su
viéticos firmaron un acuerdo comercial con Cuba que le concedía un crédito de Tiabajo el poder de
de 100 millones de dólares para adquirir equipamiento y le prometía la com- todo sindicato. Todos lor
Cuba 297

los camPos de caña Y pra de 4 millones de toneladas de anicar por año durante los cuatro siguien-
rsa Blanca Y el DePar- tes. Fidel estaba desarrollando ahora una fuente alternativa de tecnología y
in acerca de las inten- equipamiento, y los soviéticos parecían dispuestos a integrar a Cuba como
que no tenían dudas. aliada <socialista> en el Tþrcer Mundo.
ngton, siemPre el cen- A medida que transcurría 1960, los soviéticos añadieron armas militares
al equipamiento destinado a Cuba. Tämbién llegaron misiones técnicas y ar-
el curso cle la Revolu- tísticas para enseñar la lección de cómo construir una sociedad socialista.
: Fidel,se habían afir- A finales de 1960, el giro cubano hacia el Este era decisivo. Pero Fidel no
de la economía:2) un había anunciado aún la conversión total de Cuba a la rama soviética del so-
miento de un régimen cialismo y los observadores exteriores mantenían opiniones encontradas. Al-
,económica igualitaria. gunos, como el vicepresidente Nixon, estaban convencidos de que Castro era
rbanos les había irrita- un comunista completo. Otros, más preocupados por la justicia social, espe-
mía cubana. Era inevi- raban que Fidel pudiera hallar un camino independiente entre ambas super-
:afìrmar el control cu- potencias; si no lo lograba, sostenían, sería debido a la intolerancia de Esta-
dos Unidos, tanto con dos Unidos, que lo empujaba a los brazos rusos.
que tan a menudo los El Estado revolucionario cubano surgía de modo fragmentario y gradual.
:l petróleo, siempre un Fidel comenzó proclamando su compromiso con la antigua Constitución, que
rdo Fidel había descu- Batista había repudiado con su golpe de 1952. ¿Pero qué instituciones go-
de Venezuela, ordenó bernarían la nueva Cuba? El problema era clásico y se lo encontraría más
re procesaran el crudo tarde Salvador Allende en Chile: ¿cómo se puede llevar a cabo un cambio
a acceder, se negaron. económico y social fundamental cuando las instituciones gubernamentales
s estadounidenses. En existentes estaban establecidas para mantener el estado de las cosas?
:ndió la cuota azucare- Aunque el antiguo sistema permaneció en vigor, por ejemplo, nunca se
hicieron intentos de elegir una nueva legislatura. Era difícil que el Movi-
el resto de las propie- miento del Veintiséis de Julio pudiera proporcionar una base institucional, ya
r eléctrica y telefónica que nunca había desarrollado una organización muy unida y estaba lejos de
alistas), los trapiches y ser un partido político. Desde el comienzo, Fidel recurrió a la institución más
r todo el comercio con sensible y popular: el ejército revolucionario.
cionalizaron otras em- En el otoño de 1960, el gobierno creó una importante institución nueva:
los Comités para la Defensa de la Revolución (CDR). Eran grupos de ciu-
extranjeros. En el cur- dadanos de un lugar, organizados principalmente para la defensa civil. La
fueron nacionalizadas,
-deComo la revolución tambiénUnidos-
amenaza constante de invasión los exiliados y de Estados ha-
macenes. La agricultu- cía necesaria una medida como ésa. contaba con
'a las plantaciones azu-
enemigos internos, los CDR también tenían la tarea de supervisar las opi-
aboradores más cerca- niones o conducta contrarrevolucionarias de la población.
rna para las economías El mismo año Fidel pasó a eliminar o neutralizar las instituciones clave
del antiguo orden ,.þurguéso. En diciembre se había llevado al orden a la
ri el efecto del choque prensa, a menudo mediante su toma por parte de sindicatos controlados por
roceso. En su inicio, se los comunistas. Cayó víctima hasta el satírico Bohemia, antiguo órgano mor-
rs los soviéticos a com- daz antibatista. En diciembre Fidel había obtenido elpöder de nombrar nue-
le Estados Unidos. Los vos jueces a voluntad, una vez que el poder judicial fue eliminado por etapas.
eraban. En febrero de Las universidades y los sindicatos, una vez centros de oposición al gobierno,
jstados Unidos, los so-
también cayeron bajo su control absoluto. Una nueva ley otorgó al ministro
le concedía un crédito de Tiabajo el poder de "interveniro, es decir, asumir el control legal sobre
r y le prometía la com- todo sindicato. Todos los clubes y asociaciones p¡ivados se subordinaron a la
298 Historio L'ont(tltporúnau ¿( tlnt¿ricu I-il:¡nd
tarismo comunista. Prc
clirección del gobierno. I-a Iglcsia. aunquc nttnca había sido fuerte en el siglo
nos pensaron que era I
xx. fue observacla cle cerca y los revolucion¿rrios lanzarrtn trecuetttcs ataques
Algunas personas d
sobre los.s¿rccrclotes cxtranjcros rc¿rccionarios". En 1961. el gtlbicrntl nacio-
nalizó toclas los colegios privados, con lo que suspendió urto cle los papeles
A finales cle 1959. una
mación militar conside
eclesiásticos más irnporlantes antes cie la rcvolución.
que tratar de forma dir
La revolución detcrminti la creación cle nuet,AS instil.ttcioncs cn lugar dc
ble de conspiraciones
las antiguas. Fidel parecía estar cn toclas partcs. La moviliz¿rción cra el tema
explosivo. Todas se en,
inexorable: movilizacitln contra kls invasorcs. movilizaciótì contra los proble-
no. En toclas participa
mas sociales y econtimicos intcrn<ls. lbclos los cubanos se convertirían en
guerrilleros. Para lograr este objetivo. se cret'r una milicia enorme: a finales ello residía una de las
liados hacía cuestionab
de 1960 abarcaba 500.000 personas cle ttna población total de 6.7 millones.
Después de todo. era una vía evidcnte para organizar la nueva Cuba. Y na-
tido pronto por el sovi
contactos de Miami y
die podía duclar de la identidad de su comanclante en jefe.
tadounidense.
El único partido político que sobrcvivió a la transición revolucionaria fue
La estrategia más c
el Comunista. Nunca había sido miembro y durante todo cl año 1959 Ficlel
de los exiliados. De ese
evitó cualquier identificación personal con é1. Pero también deió claro que el
la estrategia habitual dr
anticomunismo se considcraría antirrevolucionario. A medida que transcu-
la CIA había estado or¡
rría el año. se inclinó cacla vcz m¿is hacia rniembros del partido para que se
el propulsor de la invar
ocuparan de ámbitos tales com¡r la reforma agraria. Sin embargo, su partici-
pación crecicnte no amenazó el control efectivo de Fidel sobre éste. ció al presidente Eise¡rl
za invasora. A partir de
Lo que preocupaba a la mayoría de los cubanos no era la estructura po-
rócrata luchador. se co
lítica, sino el modo en que la revolución cambiaría sus vidas. En este punto.
Fidel y sus compañeros guerrilleros mantuvieron su mirada fija en los pobres, ,' La "firmeza> cle la
se convirtió en el tema
en especial los rurales. Los revolucionarios estaban determinados a atacar el
vicepresidente de Eise
legado de la Cuba corrulpta y capitalista: analfabetismo, enfermedad, malnu-
setts poco conocido, Jc
trición y dilapidación de viviendas. Una cruzada de un año durante t960 re-
dujo los índices de analfabetismo a la rnitad (su índicc de analfabetismo de do. Kennedy tomó un,
un 25 por 100 en 19-59 ya era baio para los parámetros latinoamericanos) y conocía el plan de inv¿
Fue Kennecly. el ca
des<Je entonces casi ha desaparecido. Al notar la dirección que tomaba la re-
volución. los ricos (y muchos de la clase media) comenzaron a huir y el go- sidencia y heredó el

bierno se' quedó con unos bienes caíclos del cielo: los que habían abandona- diplomáticas en enero
do los refugia<1os --c¿ìsas. oficinas, granjas- que el Estado pudo distribuir. dujeran su embajada c
En un paso típicarncnte populista. Fidel cornenzó su gobierno congelan- rente de experiencia e
clo los preci<ls y ordenanclo unas irnportantes subidas salariales (medida tam-
aprobar una invasión ,

bién tomada por Perón en 1946 y Allendc en 1970),lo que condujo a una bo- debcr anticomunista. ¡
rrachera de compras, pero pronto desaparecicron las cxistencias. Batista mundial, el nuevo pre:
había dejado 500 millones dc dólarcs en reservas de divisas, pero se gastaron no, pero pidió que no t
en seguida. especialmente cn petróleo. Así que la era de la aparente redistri- sobre todo, que no hu
bución indolora había terminado a I'inales de lc)59. En 1960 los cubanos des- combatcs. Era una prc
cubrieron el coste de las meclidas nacionalistas e igualitarias de la revolución. que afectaría en los ac
Sin embargo. por una vez en su historia se habían erraclicado las enormes de- Como los rumores
sigualdades del sacrificio. abril de 1961. La operi
Pero tambión aumentó el núncro de desertores. La mayoría atacaba a bate interminable, el p
las guerrillas por haber traicionado la esperanza cle elecciones rápidas. En su liados y vetó el uso dc
lugar. acusaban. Fidel y su camarilla estaban guiando a Cuba hacia el totali- contraron en un punt(
Cuba 299

tarismo comunista. Probablemente la mayoría era sincera, pero quizás algu-


ría sido fuerte en el siglo
nos pensaron que era la mejor táctica para estimular a Estaclos Unidos.
¿aron frecuentes ataques
Algunas personas del gobierno estadounidense necesitaban pocos alientos.
1967, el gobierno nacio-
ndió uno de los PaPeles
A finales de 1959, una facción de línea dura de la CIA y el servicio de infor-
mación militar consideraron a Fidel un obstáculo soviético con el que había
que tratar de forma directa. La CIA comenzó a formular una serie intermina-
instituciones en lugar de
ble de conspiraciones muchas veces grotescas, como hacerle llegar un puro
movilización era el tema
explosivo. Todas se encaminaban a distorsionar o sabotear el nuevo gobier-
zación contra los Proble-
,anos se convertirían en no. En todas participaban los exiliados cubanos, que inundaban Miami. En
ello residía una de las mayores vulnerabilidades de la CIA: trabajar con exi-
nilicia enorme: a finales
Iiados hacía cuestionable la seguridad. El aparato de espionaje de Fidel, asis-
in total de 6,7 millones.
ar la nueva Cuba. Y na- tido pronto por el soviético que contaba con mayor experiencia, cultivó sus
contactos de Miami y neutralizó gran parte de la laboriosa conspiración es-
n jefe.
tadounidense.
sición revolucionaria fue
La estrategia más obvia para Washington era apoyar una invasión a Cuba
: todo el año 1959 Fidel
de los exiliados. De ese modo había arribado a la isla José Martí en 1895 y era
ambién dejó claro que el
la estrategia habitual de la política caribeña en el exilio. Desde finales de 1959,
A medida que transcu-
la CIA había estado organizando a los exiliados anticastristas. En julio de 1960,
del partido para que se
el propulsor de la invasión de exiliados, Richard Bissell (de la CIA), conven-
Sin embargo, su partici-
ció al presidente Eisenhower para que aprobara el entrenamiento de una fuer-
Fidel sobre éste.
za invasora. A partir de ese momento, Bissell, un intelecto formidable y un bu-
no era la estructura po-
rócrata luchador, se convirtió en un excelente abogado de la invasión.
;us vidas. En este punto,
,,firmeza, de la política estadounidense hacia la Cuba revolucionaria
nirada fija en los pobres, -)La
s/convirtió en el tema de la campaña presidencial de 1960 que ofrecieron el
Jeterminados a atacar el
mo, enfermedad, malnu- vicepresidente de Eisenhower, Richard Nixon, y un senador de Massachu-
un año durante 1960 re- setts poco conocido, John Fitzgerald Kennedy. En su primer debate televisa-
lice de analfabetismo de do, Kennedy tomó una postura más agresiva hacia Cuba que Nixon, quien
tros latinoamericanos) y conocía el plan de invasión y no deseaba comprometerse.
:cción que tomaba la re- Fue Kennedy, el candidato ostensiblemente más duro, quien ganó la pre-
nenzaron a huir y el go- sidencia y heredó el nproblema cubanor'. Eisenhower rompió las relaciones
,s que habían abandona- diplomáticas en enero de 1961, en respuesta a la demanda de Fidel de que re-
Estado pudo distribuir. dujeran su embajada en La Habana de forma drástica. En abril, todavía ca-
ó su gobierno congelan- rente de experiencia en asuntos exteriores, Kennedy'se vio presionado para
; salariales (medida tam- aprobar una invasión de los exiliados cle Cuba. Deseoso de cumplir con su
o que condujo a una bo- deber anticomunista, pero temeroso del posible efecto en la opinión pública
las existencias. Batista mundial, el nuevo presidente era un mar de dudas. Por fin, dio su visto bue-
divisas, pero se gastaron no, pero pidió que no hubiera una participación estadounidense identificable:
l de la aparente redistri- sobre todo, que no hubiera participación de las fuerzas estadounidenses en
:n 1960 los cubanos des- combates. Era una preocupación irónica, dado el papel decisivo de la CIA,
rlitarias de la revolución. que afectaría en los acontecimientos.
'adicado las enormes de- Como los rumores aumentaban, una fuerza invasora se dirigió a Cuba en
abril de 196l,La operación resultó un fracaso desde el principio. Tias un de-
s. La mayoría atacaba a bate interminable, el presidente Kennedy redujo la cobertura aérea a los exi-
:lecciones rápidas. En su liados y vetó el uso de cualquier avión estadounidense. Los invasores se en-
o a Cuba hacia el totali- contraron en un punto mal escogido de la costa sur, en Bahía de Cochinos,
300 Historia contemporúnea de América Lutinu

que dio la casualidad de que Fidel conocía bien. Los exiliados estaban muy
desorganizados. Los esperados alzamientos, que supuestamente paralizarían Ur
a los defensores cubanos, nunca se produjeron. Las defensas de la isla resul-
taron más que adecuadas. Las brigadas invasoras fueron capturadas de in- Tras rechazar la invasiór
mediato. Nunca tuvieron la oportunidad de poner en práctica su táctica de se concentrarían en las
retirada: dirigirse a las montañas y montar una operación de guerrillas. hecho central era que r
Bahía de Cochinos no pudo haber sido un triunfo mayor para Fidel y los az(tcar, en especial a Es
revolucionarios. Estados Unidos por fin había mostrado sus intenciones ha- nados a cambiar esa de¡
cia lo que Fidel siempre había mantenido: un deseo de retrasar los relojes en Che Guevara, el médico
Cuba. Aunque la CIA había tratado de desechar a los personajes batististas revolucionarios.
más ofensivos, entre los invasores se incluían más de unos cuantos que ha- Guevara elaboró un
bían estado a su servicio. Fidel y sus seguidores se valieron de esos nombres cación agrícola (restancl
para probar que Estados Unidos quería restaurar al dictador desacreditado. nufacturas de bienes de
La invasión fallida marcó una línea divisoria en las relaciones de Cuba y medio de una gran fanfa
Estados Unidos, La estrategia más evidente de Washington había fracasado. nomía de exportación d,
Cuba no sería la Guatemala del Caribe. 6Qué opciones le quedaban a Esta- En 1962los resultad
dos Unidos? Muy pocas, Ahora el asunto había trascendido al ámbito de las y sus jóvenes planificad<
superpotencias. En julio de 1960, Kruschev había blandido los misiles sovié- das de 1959-1960. Se ha
ticos en defensa del socialismo cubano. En abril de 1961, Cuba no necesitó no había reserva de divi
de la ayuda soviética para repeler a los protegidos de la CIA. ¿Pero pararían peor, la producción azuc
aquí los estadounidenses? producido 6.8 millones c
Los soviéticos acordaron que debían respaldar su amenaza colocando mi- la historia cubana. Esta
siles en Cuba. La decisión tomó por sorpresa a casi todos. ¿Por qué querían cleliberado que el gobier
colocar misiles de alcance medio a las puertas de Estados Unidos cuando los hecho que debía ser así.
de largo alcance podían alcanzarlo con facilidad desde sus puestos de lanza- plantaciones y se olvidar
miento soviéticos? No obstante, los rusos siguieron adelante y en octubre de millones de toneladas y
1962 instalaban bases de misiles de alcance medio en Cuba. Era un desafío pequeña desde [945. Rr
sin precedentes al equilibrio del poder militar. Estados Unidos pidió a la El impulso industrial
Unión Soviética que los retirara, bajo la sanción de una cuarentena naval a primas y la experiencia l
todos sus envíos militares a la isla. El mundo parecía inclinarse del lado de la ligeros.rDesde 1960, Est
guerra nuclear. Tias un intervalo fatídico, Kruschev accedió y los misiles se nómico estricto contra I
retiraron. dounidenses (y a sus filir
La confrontación entre superpotencias en el Caribe tuvo implicaciones pieran su comcrcio con e
fatales para Cuba. En primer lugar, no se consultó a Fidel en ningún mo- de Rusia y el bloque del
mento, con lo que el resultado fue que Cuba se convirtió, a ojos de América nir de las burocracias pl
Latina, en un satélite soviético en asuntos esenciales de seguridad. En se- los modelos soviético y r

gundo lugar, los soviéticos retiraron sus misiles sólo porque Washington pro- rusos parecían capaces d
metió (en secreto) que no invadiría la isla. Este fue el resultado que pasó más A mediados cte 1963
inadvertido y que fue menos entendido de la crisis de los misiles: Rusia ha- norar el impuls<l industr
bía forzado a Estados Unidos a permitir que continuara el experimento so- conocer la ventaja com¡
cialista cubano. bles políticos de la isla I
Cuando Fidel se declaró marxista-leninista en diciembre de 1961, sus pa- presión soviética, sino ¡

labras se consideraron como un anticlímax. No importaban sus confesiones Che Guevara renunció.
ideológicas, continuaba siendo la personalidad más dominante con mucho de iniciativa, se adhirió al
la revolución. 1963 anunció que en 19
CLtba 301

xiliados estaban muY


itamente Paralizarían Una década de experimento
ensas de la isla resul-
on capturadas de in- Tias rechazar la invasión de Bahía de Cochinos en 1961 ,los revolucionarios
xáctica su táctica de se concentrarían en las tareas económicas que afrontaba la nueva Cuba. El
in de guerrillas. hecho central era que su economía giraba alrededor de la exportación de
rayor para Fidel Y los azitcar, en especial a Estados Unidos. Los revolucionarios estaban determi-
o sus intenciones ha- nados a cambiar esa dependencia humillante. El principal factor fue Ernesto
:etrasar los relojes en Che Guevara, el médico-guerrillero argentino y el teórico más creativo de los
personajes batististas revolucionarios.
lnos cuantos que ha- Guevara elaboró un Plan de Cuatro Años que abogaba por la diversifi-
lron de esos nombres cación agrícola (restando importancia al anicar) y la industrialización (ma-
:tador desacreditado. nufacturas de bienes de consumo ligeros). Cuba lanzó su ambicioso plan en
relaciones de Cuba y medio de una gran fanfarria. La revolución rompería la opresión de una eco-
gton había fracasado. nomía de exportación de un solo producto.
, le quedaban a Esta- En1962los resultados ya habían sido desalentadores. En parte, Guevara
dido al ámbito de las y sus jóvenes planificadores cosechaban las tempestades de las miopes medi-
lido los misiles sovié- das de 1959-1960. Se habían agotado los suministros de bienes de consumo,
51, Cuba no necesitó no había reserva de divisas y había escasez por todas partes. Lo que era aún
CIA. ¿Pero pararían peor, la producción azucaÍera se había hundido. En 1961, los cubanos habían
producido 6,8 millones de toneladas de aaicar,la segunda mayor cosecha en
rcnaza colocando mi- la historia cubana. Esta producción disimuló solamente el desentendimiento
los. ¿Por qué querían deliberado que el gobierno mostraba hacia este producto. Parecieron dar por
:s Unidos cuando los hecho que debía ser así. Se dejaron sin arar los cañaverales, se retrasaron las
sus puestos de lanza- plantaciones y se olvidaron las fertilizaciones. En1962,la cosecha cayó a 4,8
lante y en octubre de millones de toneladas y en 1963 fue sólo de 3,8 millones de toneladas, la más
luba. Era un desafío pequeña desde 1945. Resultó desastroso para los ingresos por exportación.
rs Unidos pidió a la Elimpulso industrializador tampoco iba bien.Ç,qbacarecía de las materias
a cuarentena naval a primas y la experiencia necesarias para la industrialización, incluso en bienes
:linarse del lado de la ligeros,lDesde 1960, Estados Uniclos había puesto en vigor un embargo eco-
;edió y los misiles se nómico estricto contra la isla y había presionado a todas las empresas esta-
dounidenses (y a sus filiales europeas y latinoamericanas) para que interrum-
e tuvo implicaciones pieran su comercio con ella. Este embargo la forzó a depender en gran medida
Fidel en ningún mo- de Rusia y el bloque del Este para el equipamiento. La dirección iba a prove-
ó, a ojos de América nir de las burocracias planificadoras altamente centralizadas, a semejanza de
de seguridad. En se- los modelos soviético y checo. El esfuerzo fue ineficaz y caro. Ni siquiera los
que Washington pro- rusos parecían capaces de suscribir una utopía socialista en el Caribe.
sultado que pasó más A mediados de 1963 los soviéticos se plantaron. Los cubanos debían ami-
los misiles: Rusia ha- norar el impulso industrializador y mejorar su planificación. Tenían que re-
'a el experimento so- conocer la ventaja comparativa con que contaban: el azúcar. Los responsa-
bles políticos de la isla se desplazaron en esa dirección. no sólo debido a la
nbre de 196L, sus pa- presión soviética, sino porque consideraron que se necesitaba un cambio.
aban sus confesiones Che Guevara renunció, confesando sus errores. Fidel, siempre tomando la
inante con mucho de iniciativa, se adhirió al anicar que tan recientemente había desdeñado. En
t963 anunció que en 1970 (más tarde conocido como el <Año del Esfuerzo

t:
.102 Íli.sn¡riu cotttt:trtprtrúrtctt tla tltnaricu Lutitttt

Decisivo") Cuba batiría tocl<ts los récorcls cle la producción ¿rzucarera: cose-
charía l0 milloncs cle tonclaclas. Así surgió la latnosa meta de los l0 millones
de tonclaclas.
Continuó cl clctratc sobre las estrategias para lograr el desarrollo econó-
mico y la consoliclación política. Tcrdavía activo en el régimen, cl Che Gue-
vara SOS1uvo una cstrâtcqia "iclcalista)>, I-lna posttlra maoísta que eliminaría
t()tallllcnte cI rnercatlo y los incentivos ¡naterialos. Una autoridad central pla-
nificadora colectivizaría y dirigiría toda la economí4. Una ruptura radical con
el ¡tasackt capitalista requcrirí¿ì un <hombre nuevo), un cubano que trabaja-
ra por recontpcnsas mot'ales (condecoraciones, reconocimiento público) y re-
ilelara así una conciencia política nueva y más elevada. Mediante la dedica-
ción y cl sacrilicio los .nuevos> cubanos podrían contribuir a la rápida
construcción clel socialismo. Los líderes cubanos atravesaban el conocido di-
lcma cie los rcgítnencs comunistas; cómo conciliar el idealismo marxista con
una política económica pragmática.
Los iclealistas guevaristas sostenían, además, que la construcción del so-
cialismo interno requería la promoción agresiva cie la revolución en el exte-
rior. Querían probar que una estrategia guerrillera podía funcionar en toda
Amórica Latina y quizás en todo el Tercer Mundo. Según su visión volunta-
rista. las instituciones pragmáticas y convencionales desempeñaban sólo un
papel secundario; se necesitaba crear una revolución ahora.
El principal adversario de Guevara en este debate fue Carlos Rafael Ro-
dríguez, economista y miembro veterano del Partido Comunista, que defen-
clía una postura práctica. Favorecía un uso más comeclido de la planificación
centralizacla, una dependencia parcial de los mecanismos de mercado y que Fidel Castro se clirige a la rnr
se clcjara autonotnía a las empresas individuales. Pensaba que las empresas das con frecuencia c<lno sír
paz. (Center for Cuban Stud
est¿ttalcs clebían rendir cuentas de sus gastos e ingresos. En pocas palabras,
proponía un camino más convencional, basado en los incentivos materiales y
no s(')ltl cn los morales. También estaba a favor de una política de partido
I'ucrte y "ilcxiblen hacia América Latina. lo que significaba la disposición a ción económica. Seleccior
lratar con rcgítnenes quc Guevara veía sólo como blancos para la oposición do por los impulsos prodt
lcvolucionaria, trabajo de toda la isla. La
Micrntras proseguían las argumentaciones. Cuba regresaba al azúcar. Sin cle la revolución: retóric,
cnrbargo, a pcsar clc habcr dejado de concentrarse en la industrialización, la
proclucci<in ecorì(imica lue dcsalentadora. La tasa de crecimiento en la mayor
"hombre nuevo> desprenr
Junto a esta moviliza
parte cle la economía clurante t964 fue del 9 por 100, lo que sólo suponía una compromiso con la revolu
pucsta al clía tras los ciescensos de 1961-1963. En 1965 la cifra disminuyó al na movimientos guerrille
1.5 ¡ror 100, inferior al índice de crecimiento poblacional, y en 1966 volvió a riencia. Che Guevara cn<
scr ncgativ¿ì (-3,7 por 100). La indecisión a la hora de planilicar la política convirtió en el enemigo d
básica no cstaba construyendo un socialismo dinámico. bargo. desafortunadament
En 1966 F'idel dio por terminaclo cl debate con su apoyo al idealismo gue- el despliegue de sus <mu
varista. Cuba haría un esfuerzo colectivo gigantesco, acompañado por incen- muerte en 1967. a manos
tivr¡s rlorales. Ello aumcntó de inmcdiato el poder de Fidel, ya que se hizo Estados Unidos. Un prob
c¿ìrgo clcl nuevo ap¿ìrato planificador ccntralizado. ahora fortalecido, Con sus Partido Comunista Bolivii
Iugartenicntcs de conlianza, se surnergió en las menudencias de la organiza- no sabía nacla de Bolivia.
Cuba .?03

cción azucarera: cose-


reta de los l0 millones

rr cl dcsarrollo econó-
régimen, el Che Gue-
naoísta que eliminaría
autoriclad central Pla-
.na
ruptura radical con
n cubano que trabaja-
.'imicnto público) Y re-
a. Mediante Ia dedica-
:ontribuir a Ia ráPida
esaban el conocido di-
dealismo marxista con

ia construcción del so-


revolución en el exte-
rdía funcionar en toda
gún su visión volunta-
lesempeñaban sólo un
thora.
fue Carlos Rafael Ro-
lomunista, que defen-
ido de la planificación
nos de mercado y que Fidel castro se dirige a la multitud a comienzos cle los años sesenta; las palomas, usa-
saba que las empresas das con frecuencia como símbolo político. reprcsentan el icleal de una sociedacl en
os. En pocas palabras, paz. (Center for Cuban Studies, Nueva York.)
ncentivos materiales y
na política de partido
ficaba la disposición a ción económica. Seleccionó y abandonó proyectos favoritos, guiado a menu-
ncos para la oposición do por los impulsos producidos por sus interminables visitas a los lugares de
trabajo de toda la isla. La atmósfera recordaba los primeros días románticos
:gresaba al azúcar. Sin de la revolución: retórica interminable, sueños eufóricos, celebración del
la industrialización, la
'ecimiento en la mayor "hombre nuevo>) desprendido.
Junto a esta movilización idealista interna, se produjo un aumento del
r que sólo suponía una compromiso con la revolución en el exterior. Cuba buscó por América Lati-
5 la cifra disminuyó al na movimientos guerrilleros para ofrecerles armas, entrenamiento y expe-
nal, y en 1966 volvió a riencia, Che Guevara encabezó el .impulso. Siempre una figura heroica, se
e planificar la política convirtió en el enemigo de la CIA i los ejércitos latinoamericanos. Sin em-
),
bargo, desafortunadamente para é1, eligió el altiplano de Bolivia para iniciar
¡royo al idealismo gue- el despliegue de sus omuchos Vietnams> en Suramérica, y allí encontró la
compañado por incen- muerte en 1967, a manos de las tropas de asalto bolivianas entrenadas prtr
: Fidel, ya que se hizo Estados Unidos. Un problema importante fue su mala comunicaci<ln con el
ra fortalecido. Con sus Partido Comunista Boliviano, que lo consideró un aventurero extranjero que
lcncias cle la organiza-
no sabía nada de Bolivia. Reflejaba el distanciamiento surgido entre Rusia y
304 Historio contemporárteu de Antéricu Latinu

Cuba. La Habana se había descarriado considerablemente de la línea marca- Esta política económtr
da por Moscú para exportar la revolución. cn la institucional. Se fort¡
En 1968 Fidel se retractó de la línea guevarista. Ya había habido signos de sindicatos y otras organiza
que el Che no contaba con el apoyo pleno de La Habana durante su desa- yor. Este paso hacia una r
fortunada campaña en Bolivia. Con su respaldo a la invasión soviética de cho con la práctica soviét:
Checoslovaquia en 1968, Fidel señalaba un retorno a la ortodoxia soviética. tralistas sobre la cducaci<
Luego comenzó a restar importancia a la exportación de la revolución.A pe- Fidel empezó a parec,
sar de la heroica muerte del Che, las nuevas medidas sugerían que quizás hu- mienzos de l97l lanzó un
biera sido en vano. revolución que le habían ¡
Sin embargo, en el frente interno las medidas guevaristas continuaron in- duciendo a Cuba hacia la
tactas. La primavera de 1968 contempló la ,,ofensiva revolucionaria>, Lo que cés René Dumont, que at
quedaba del sector privado se nacionalizó, se subordinó el consumo a la in- de Fidel y a la militarizac
versión y se exhortó a los cubanos a darlo todo para alcanzar el objetivo om- Otro crítico, el húngaro ß
nipresente de los 10 millones de toneladas de azicar en 1970, un conocimiento más pro
Llegó el año mágico y toda Cuba se movilizó para cortar caña. Hasta munista para medir las lir
los marineros soviéticos de visita, para el sobresalto de muchos, fueron También a comienzos
arrebatados de los muelles para empuñar machetes. Todo se sacrificó para artística cubana, detenien
enviar mano de obra a los cañaverales. Al darse cuenta de que el objetivo lla. Parece que bajo coacr
estaba distante, las autoridades dejaron algo de la cosecha de 1969 en los volución. Más tarde repiti
campos con la esperanza de mejorar la cifra de 1970. Durante la recogida, que dio el tono para un m
trataron de cortar hasta la última brizna, pero no sirvió de nada: la zafra al- tonces se esperó de todos
canzó sólo 8,5 millones de toneladas. Era un total prodigioso, el mayor de Parte integrante de er
la historia cubana, pero también podía haber sido la mitad de esa cantidad. a la Unión Soviética, lo q
Demasiada propaganda, demasiadas promesas. Todo el destino de la revo- los de toma de decisiones
lución había parecido depender de la balanza en los molinos de azúcar. Fue 1968, pero el giro en la pr
un golpe mortal para la filosofía <voluntarista, del Che y el coste psicoló- consistente. La experimer
gico fue enorme. Pero Fidel, siempre inventivo, estaba a punto de volver a inevitable: la enorme dep
cambiar la política. ticos, Fidel se había conr
Mundo. Habían desapart
ortodoxos. Cuando come
La consolidación del régimen aproximaba al modelo so
Cuando entraba en lc
El fracaso del esfuerzo para lograr los diez millones de toneladas facilitó el cam- antiguas guerrillas habíar
bio de Fidel. Todos pudieron ver que el moclelo nidealista> había fallado . El26 más de dos décadas para ,
de julio de 1970, Fidel lo confesó todo. En un discurso maratónico, Castro puso promiso con un ideal igur
sobre sus espaldas la responsabilidad de la cruzada quijotesca para conseguir propios técnicos, con la a
una cosecha impresionante. Ofreció su renuncia, pero las multitudes gritaron plazar a los cuadros que
que no. El fracaso económico fue borrado por el teatro revolucionario. bían tenido tiempo para
Entonces la política cubana se volvió más pragmática. En primer lugar, Ningún supuesto luchad<
iba a haber unos nuevos sistemas de gerencia y planificación que suponían proeza del Granma.
una mayór descentralización y utilización de los "beneficios, como una base Cuba también había e
para la toma de decisiones. En segun<Jo lugar, se iba a dar al sector privado la URSS, que recordaba r
un papel mayor en la agricultura y los servicios. En tercer lugar. la paga se li- Estados Unidos. Este esl
garía ahora a la producción, con recompensas por las habilidades necesarias. 1989 en 4.200 millones de
Por último se incrementaría la interacción económica con Occidente. probablemente fue equiv
Cuba 305

nente de la línea marca- Esta política económica más convencional iba acompañada de un cambio
en la institucional. Se fortalecía al Partido Comunista y se reestructuraban los
a había habido signos de sindicatos y otras organizaciones de masas, a las que se otorgaría un papel ma-
labana durante su desa- yor. Este paso hacia una mayor
"ortodoxia>
(es clecir, un parecido más estre-
la invasión soviética de cho con la práctica soviética) también afectó a la cultura. Los controles cen-
a la ortodoxia soviética. tralistas sobre la educación y los medios de comunicación se fortalecieron.
r de la revolución. A Pe- Fidel empezó a parecerse a Kruschev por su mayor oscurantismo. A co-
sugerían que quizás hu- mienzos de 1971. lanzó un ataque furioso contra <los antiguos amigos" de la
revolución que le habían acusado de que su régimen personalista estaba con-
:varistas continuaron in- duciendo a Cuba hacia la destrucción económica. Uno era el agrónomo fran-
revolucionaria>. Lo que cés René Dumont, que atribuía los fracasos agrícolas cubanos a la egomanía
linó el consumo a la in- de Fidel y a la militarización sin orden ni concierto de la economía cubana.
alcanzar el objetivo om- Otro crítico, el húngaro K. S. Karol, era más devastador debido a que tenía
'en1970. un conocimiento más profundo del pensamiento marxista y experiencia co-
para cortar caña. Hasta munista para medir las limitaciones de Fidel.
rlto de muchos, fueron También a comienzos de 1971. Fidel aplicó medidas estrictas a la escena
; Todo se sacrificó para artística cubana, deteniendo al escritor de fama internacional Heberto Padi-
Lenta de que el objetivo lla. Parece que bajo coacción, se le obligó a confesar crímenes contra la re-
cosecha de 1969 en los volución. Más tarde repitió su mea culpa ante una conferencia de escritores,
/0. Durante la recogida, que dio el tono para un modelo más severo de lealtad política, que desde en-
'vió de nada: la zafra al- tonces se esperó de todos los artistas de la Cuba revolucionaria.
prodigioso, el mayor de Parte integrante de este cambio político fue una aproximación creciente
r mitad de esa cantidad. a la Unión Soviética, lo que significó una mayor conformidad con sus mode-
o el destino de la revo- los de toma de decisiones económicas y políticas. Era algo subyacente desde
molinos de azúcar. Fue 1968, pero el giro en la política interna hizo la postura general de Cuba más
Che y el coste psicoló- consistente. La experimentación radical había terminado y llegaba la lógica
rba a punto de volver a inevitable: la enorme dependencia económica y militar cubana de los sovié-
ticos. Fidel se había convertido en un aliado fiel de la URSS en el Tercer
Mundo. Habían desaparecido los duros ataques a los partidos comunistas
ortodoxos. Cuando comenzaron los años setenta, la Revolución cubana se
ten aproximaba al modelo soviético mucho más que lo hubiera hecho nunca.
Cuando entraba en los años ochenta, no había ninguna duda de que las
toneladas facilitó el cam- antiguas guerrillas habían creado una nueva sociedad. Habían contado con
ista> había fallado. El26 más de dos décadas para educar y entrenar a nuevas generaciones en el com-
maratónico, Castro puso promiso con un ideal igualitario y comunitario. Habían podido formar a sus
uijotesca para conseguir propios técnicos, con la ayuda soviética y de la Europa del Este, para reem-
o las multitudes gritaron plazar a los cuadros que habían huido de la radicalización del régimen. Ha-
o revolucionario. bían tenido tiempo para hacer de Cuba una formidable fuerza de combate.
nática. E,n primer lugar, Ningún supuesto luchador por la libertad futuro sería capaz de repetir la
nificación que suponían proeza del Granma.
neficios, como una base Cuba también había establecido una dependencia económica extrema de
t a dar al sector privado la URSS, que recordaba mucho a la que había mantenido en otro tiempo con :

ercer lugar, la paga se li- Estados Unidos. Este estimó la asistencia económica soviética a la isla en
s habilidades necesarias. 1989 en 4.200 millones de dólares. Aunque era difícil calcular el total exacto,
a con Occidente. probablemente fue equivalente a un cuarto del producto nacional bruto cu-
306 Historia contemporánea tle América [,atina

bano. La integración del comercio, tanto de la importación como de la ex- forma pronunciada. La Fl
portación, en el bloque del Este se aproximaba a la situación anterior res- se adoptara un código fi
pecto a Estados Unidos. ¿Había simplemente cambiado un estigma de efectuar la mitad de las t¿
dependencia por otro? En el sentido más aparente, la respuesta debía ser lícula cubana Retruto de
afirmativa. No obstante, los lazos con la Unión Soviética no ocasionaron la fueron fáciles de alcanzar
propiedad directa que había generado la reacción violenta contra la penetra- ceptible cambio en las acl
ción económica estadounidense hasta 1959. a las que tenían hijos, les
Sin embargo, por debajo de las estadísticas había más cuestiones apre- tiempo completo. Una de
miantes. ¿Cuáles eran las consecuencias de su nueva dependencia'i Sabemos cuidado de los niños. Otr
que Fidel se había hecho eco de la denuncia soviética contra Solidaridad en proporcione pocos benefi
Polonia ("los antisocialistas y contrarrevolucionarios") y elogiado la inter- siendo escasos.
vención soviética contra La vivienda era otra n
"los salvajes actos de provocación, subversión e in- sigual hasta 1959. Aquí Io:
terferencia contra la revolución> en Afganistán. Cuba envió más de 30.000
soldados y personal de servicio social para apoyar a regímenes pro soviéticos con rapidez. Era bastante
en países africanos como Angola y Etiopía. ¿Pero cuáles fueron las implica- a grupos especiales (comr
ciones más hondas para la sociedad cubana? La profunda revolución social más lenta y cara. A corto
había sido posible sólo gracias a la protección militar y la ayuda económica viviendas fuera una priori
soviéticas. Sigue sin aclararse si los cubanos tuvieron más pocler de negocia- cuenta, el ejemplo de los
ción con Moscú que el disfrutado con Washington en otro tiempo, ya que las bía sido un problema soci
relaciones soviético-cubanas se dieron en un secreto mucho mayor que el de Resulta bastante iróni
las anteriores con Estados l]nidos. Cuba fuera en la agricultu
La revolución ha producido muchos cambios en la isla. Para quienes ha- tenderse. Las guerrillas et
bían vivido con pocas esperanzas en la Cuba capitalista, mejoró mucho el ni- de la isla a un solo cultivo
bía sido diversificar la agr
, vel de vida. Sus mayores triunfos han sido cubrir las necesidades humanas
tes del giro hacia el realisr
, básicas. Se ha desterrado el analfabetismo y se ha creado un amplio sistema
j educativo, en cuyas enseñanzas hay un alto grado de ideología para inculcar alimentos iba despacio. Se
los nuevos valores socialistas. Se ha extendido a los sectores más bajos la to agrícola cubano durant
atención médica básica, en especial la medicina preventiva. La formación tró entre los peores de A
médica se ha adaptado a la salud pública. Se ha garantizado la distribución aumentó a una tasa consid
de alimentos, siempre uno de los reflejos impactantes de la desigualdad so- do muy dependiente de la
cial, mediante el racionamiento. Se han establecido patrones nutricionales Cuando terminó la dr
mínimos, que se han cumplido con creces para toda la población. El resulta- dense trataron de mejora
do es que la esperanza de vida aumentó de los sesenta y tres años en 1960 a miliares estadounidenses,
setenta y seis en 1992, y la tasa de mortalidad infantil cayó más de..dos te¡- vez desde comienzos de I
cios en ese mismo periodo. Gran parte de este progreso fue obvianibnte so- cargados con aparatos elt
cavado por la crisis económica que se inició en 1990" bienes no existían o sólo ¡
El papel de las mujeres ha sido otro ámbitô de cambio significativo. La negro, muchos cubanos se
tradición del machismo era especialmente fuerte en la Cuba prerrevolucio- de consumo tras dos déca
naria y ha resultado un obstáculo importante para el movimiento feminista. Sin duda, esta frustrar
Por tomar un ejemplo impactante, a mediados de 1980, sólo el 19 por 100 tico éxodo de Cuba en 19
de los miembros del Partido Comunista y candidatos a serlo eran mujeres. cubano de retirar la guar<
Sin embargo, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ha recorrido un dente violento en el que ¡
largo camino para cambiar la opinión y la conducta. El número de mujeres para conseguir asilo y un
en la educación superior y las escuelas profesionales (en especial en medi- corrió la voz de que la er
cina, donde las estudiantes hoy sobrepasan a los varones) ha aumentado de 10.800 cubanos se agolpar
Cuba 307

forma pronunciada. La FMC fue el instrumento para conseguir en 1975 que


Ortación como de la ex-
se adoptara un código familiar igualitario, que obligaba a los esposos a
a situación anterior res-
efectuar la mitad de las tareas domésticas. Cualquiera que haya visto la pe-
rnbiado un estigma de
:, la respuesta debía ser lícula cubana Retrctto de Teresa sabe que esta y otras metas feministas no
fueron fáciles de alcanzar en Cuba. ¿Pero dónde no es así? A pesar del per-
iética no ocasionaron la
¡lenta contra la penetra- ceptible cambio en las actitudes cubanas, a las mujeres casadas, en especial
a las que tenían hijos, les ha resultado difícil entrar en la fuerza laboral de
ría más cuestiones apre- tiempo completo. Una de las razones es el coste y los inconvenientes del
,dependencia? Sabemos
cuidado de los niños. Otra es el hecho de que un ingreso adicional quizás
proporcione pocos beneficios extras, ya que los bienes de consumo siguen
ra contra Solidaridad en
rs") y elogiado la inter- siendo escasos.
rcación. subversión e in- La vivienda era otra necesidad básica, distribuida de una forma muy de-
sigual hasta 1959. Aquí los revolucionarios tuvieron dificultades para ayanzaÍ
ba envió más de 30.000
regímenes pro soviéticos con rapidez. Era bastante fácil expropiar las residencias de los ricos y darlas
láles fueron las implica- a grupos especiales (como los estudiantes). Pero la nueva construcción era
lfunda revolución social más lenta y cara. A corto plazo, no se consideró que la inversión en nuevas
rr y la ayuda económica viviendas fuera una prioridad. En ello los cubanos seguían, quizás sin darse
r más poder de negocia- cuenta, el ejemplo de los soviéticos, para quienes la escasez de vivienda ha-
otro tiempo, ya que las
r
bía sido un problema social importante.
mucho mayor que el de Resulta bastante irónico que uno de los mayores fracasos económicos de
Cuba fuera en la agricultura. En los primeros años de la revolución podía en-
la isla. Para quienes ha- tenderse. fas guerrillas estaban ávidas por repudiar la antigua dependencia
;ta, mejoró mucho el ni- de la isla a un solo cultivo de exportación. La gran esperanza de Guevara ha-
rs necesidades humanas bía sido diversificar la agricultura, así como la industrialización. Incluso an-
eado un amplio sistema tes del giro hacia el realismo económico efectuado en 1963, la producción de
, ideología para inculcar alimentos iba despacio. Según un estudio de Naciones Unidas, el rendimien-
s sectores más bajos la to agrícola cubano durante 1961,-1976 fue semejante al de Chile y se encon-
eventiva. La formación tró entre los peores de América Latina. Desde 1976 la producción agrícola
antizado la distribución aumentó a una tasa considerable, pero una década deÈpués la isla seguía sien-
:s de la desigualdad so- do muy dependiente de la importación de alimentos.
r patrones nutricionales Cuando terminó la década de 1970, los gobiernos cubano y estadouni-
la población. El resulta- dense trataron de mejorar sus relaciones. Fidel decidió permitir que los fa-
ta y tres años en 1960 a miliares estadounidenses de los cubanos pudieran visitar la isla, por primera I
vez desde comienzos de la revolución. Y llegaron 100.000 de ellos en 1979,

til cayó más de dos ter- tl
'eso fue obviamente so- cargados con aparatos electrónicos y otros bienes de consumo, Como esos
bienes no existían o sólo podían adquirirse a precios elevados en el mercado iì
;ambio significativo. La negro, muchos cubanos se dieron cuenta de lo limitados que eran sus bienes U
I

la Cuba prerrevolucio- de consumo tras dos décadas de revolución. ,t


rl
.t
I movimiento feminista. Sin duda, esta frustración contribuyó a lo que se convirtió en un dramá- I
980, sólo el 19 por 100 tico éxodo de Cuba en 1980. El desencadenante fue la decisión del gobierno
rs a serlo eran muieres. cubano de retirar la guardia de la embajada peruana en respuesta a un inci-
F'MC) ha recorrido un dente violento en el que participaron algunos cubanos, que atacaron su valla
E,l número de mujeres para conseguir asilo y un salvoconducto para salir de Cuba. De inmediato se
s (en especial en medi- corrió la voz de que la embajada no tenía vigilancia y en veinticuatro horas
:lnes) ha aumentado de 10.800 cubanos se agolparon en su territorio, apiñados como ganado. El go-
308 Historia contemporánea de América Lutinu

bierno, desconcertado por la embarazosa oleacla de clisidentes, anunció que fuerzas aéreas cubanas y ht
se permitiría emigrar a todos, junto con cualquier otro que comunicara su de- ta y huyó a Florida. En jur
seo a las autoridades. El total alcanzó la cifra de 125,000 personas. La mayoría gente más respetado del ejr
salió del puerto de Mariel en pequeñas embarcaciones poco apro- de brillantes victorias en e
piadas para el mar- proporcionadas por la comunidad -muchas
cubana de Florida. cuando Cuba luchaba por
Estas 125.0(Ð personas siguieron las oleadas previas de los exiliados, in- juzgado y ejecutado, junto
cluidas las 160.0ffi que habían salido en el programa estadounidense-cubano co de drogas y malversació:
coordinado por el gobierno entre 1965 y 1973. ¿,Por qué este éxodo? En las gran prisa, despertó el rect
primeras planas de los periódicos y en las pantallas de televisión de Estados preguntaron cómo unos of
Unidos, Europa Occidental y el resto de América Latina aparecían las imá- estrecha de Fidel podían h
genes de casi 11.000 cubanos desesperados, apiñados en las dependencias de nocimiento de un dirigente
la embajada peruana sin comida ni agua. cia el detalle administrativr
Para contrarrestar esa imagen, cientos de miles de cubanos efectuaron mar- cia para el poder máximo?
chas enormes por toda La Habana. Pero los diplomáticos destinados allí esti- Una clave para la supe
maron que, si Mariel hubiera permanecido abierto, quizás 1.000.000 de perso- institucional izar el proceso
nas habrían optado por ir a Florida. Aun sin conocer el alcance exacto posible, nó a confiar en los grupos q
era mayor de lo que cualquier diplomático extranjero hubiera podido aventu- ron para proteger el nuev,
rar antes del incidente de la embajada. Cabría explicar en parte el descontento para la Defensa de la Revr
por la frustración de los cubanos, que estaban cansados de esperar los niveles de mayor o menor importe
de vida más elevados que se habían prometido hacía tanto tiempo. El gobierno cionario más elevado. Con
cubano se daba buena cuenta de este descontento y en la víspera de Mariel setegta, el partido asumió r

complementó el sistema de racionamiento de alimentos con (mercados de pro- El reto básico para lor
ductos agrícolas libres>. Pero el <Programa de Rectificación> que comenzó en una diminuta elite de guer
1986 abolió las empresas pequeñas y reinstauró los incentivos morales con la in- creciente de seguidores lea
tención de convertir en virtud la intensificación de la crisis económica, que se lizado el modelo soviético-
agudizó por la severa escasez de moneda fuerte, causada en parte por los bajos proceso comenzó en 1975.
precios mundiales para el az(tcar. Pero el proceso de la <rectificación> puso a celebraron elecciones popt
Cuba en la dirección completamente opuesta a la perestroika que entonces es- construir una estructura re
taban lanzando los mentores de Fidel en la Unión Soviética. mienzos de la década de 1!
A pesar de los resultados económicos internos, si se miden por la pro- lización, burocratización e
ducción (y no por la renta, como en las economías occidentales), habían guía concentrado en el v(
aumentado mucho, con un crecimiento medio de¡n 7,3 por 100 de 1981 a europeos del Este y los rus
1985, pero cayó de forma aguda desde 1985 e incluso resultó negativo en al- En 1991-1992 Cuba sul
gunos años. Sin embargo, a diferencia de la América Latina capitalista, el medida que el sustento exl
bajo crecimiento económico no iba a representar un riesgo para la población la URSS y del Comecon (e
cubana, gracias al racionamiento de alimentos y los servicios médicos gene- y Europa Oriental) expur
rales que habían proporcionado a Cuba unos índices de morbilidad y morta- Cuba. Hacia 1992, toda la
lidad iguales a los del mundo industrializado. do. Los envíos de petróleo
tras que las importaciones
mo periodo. Los bienes de
La lucha por sobrevivir otrora por Europa Oriental
actividad económica genel
Aunque Cuba había llegado a mediados de 1991 sin los signos de desconten- Otras estimaciones calcular
to popular que sentenciaron al comunismo en Europa del Este, la tensión ha- pe económico mayor que
bía comenzado a aparecer en años recientes. En mayo de 1987, el jefe de las experimentado en Améric¿
Cuba 309

isidentes, anunció que fuerzas aéreas cubanas y héroe de Bahía de Cochinos se subió a una avione-
que comunicara su de- ta y huyó a Florida. En junio de 1989, se sintió un golpe más fuerte. El diri-
) personas. La mayoría gente más respetado del ejército, el general Arnaldo Ochoa Sánchez, artífice
; poco apro- de brillantes victorias en el campo de batalla sobre las fuerzas surafricanas
-muchas
ad cubana de Florida. cuando Cuba luchaba por consolidar el régimen comunista de Angola, fue
as de los exiliados, in- juzgado y ejecutado, junto con otros tres altos mandos. Se les acusó de tráfi-
stadounidense-cubano co de drogas y malversación de fondos. Su dramático juicio, desarrollado con
ué este éxodo? En las gran prisa, despertó el recuerdo de las infames purgas de Stalin. Muchos se
, televisión de Estados preguntaron cómo unos oficiales que habían disfrutado de la confianza más
ina aparecían las imá- estrecha de Fidel podían haber organizado esa vasta conspiración sin el co-
,n las dependencias de nocimiento de un dirigente que se caracterizaba por su gusto legendario ha-
cia el detalle administrativo. ¿O era un modo de eliminar un rival en poten-
rbanos efectuaron mar- cia para el poder máximo?
:os destinados allí esti- Una clave para la supervivencia de la revolución sería la habilidad para
rás 1.000.000 de perso- institucionalizar el proceso revolucionario. En los años sesenta Fidel se incli-
alcance exacto posible, nó a confiar en los grupos que habían nacido en la insurrección o que se crea-
ubiera podido aventu- ron para proteger el nuevo régimen: el ejército, las milicias y los Comités
rn parte el descontento para la Defensa de la Revolución. Al Partido Comunista se le dio un papel
, de esperar los niveles de mayor o menor importancia por iniciativa de Fidel y el liderazgo revolu-
to tiempo. Elgobierno cionario más elevado. Con el giro hacia la ortodoxia a comienzos de los años
n la víspera de Mariel setepta, el partido asumió una nueva importancia.
con .mercados de pro- þl reto básico para los revolucionarios era transformar el liderazgo de
ción> que comenzó en una diminuta elite de guerrilleros veteranos y fieles al partido en una base
tivos morales con la in- creciente de seguidores leales. Los medios más obvios que había uti-
isis económica, que se -y losComunista.
lizado el modelo soviético- era ampliar la base del Partido Este
r en parte por los bajos proceso comenzó en 1975. Bajo la bandera de la <participación popular>, se
puso a celebraron elecciones populares para las asambleas regionales. La idea era
"rectificación>
roika que entonces es- construir una estructura representativa de ámbito local. No obstante, a co-
tica. mienzos de la década de 1990, los cubanos seguían quejándose de la centra-
se miden por la pro- lizaciôn, burocratización e ineficiencia del aparato del Estado. El poder se-
occidentales), habían guía concentrado en el vértice de una estructura semejante a la que los
/,3 por 100 de 1981 a europeos del Este y los rusos ya habían desmantelado.
'esultó negativo en al- En 1991-1992 Cuba sufrió una dolorosa confrontación con la realidad, a
Latina capitalista, el medida que el sustento exterior de su economía desapareció. El colapso de
)sgo para la población la URSS y del Comecon (el organismo regulador del comercio para la URSS
rvicios médicos gene- y Europa Oriental) expuso brutalmente la vulnerabilidad económica de
¿ morbilidad y morta- Cuba. Hacia 1992, toda la ayuda económica y militar rusa había desapareci-
do. Los envíos de petróleo cayeron un 86 por 100 desde 1989 a 1992, mien-
tras que las importaciones de alimentos cayeron eI 42 por 100 en casi el mis-
mo periodo. Los bienes de equipo, tales como los autobuses, proporcionados
otrora por Europa Oriental, ahora se deterioraban por falta de recambios. La
actividad económica general cayó hasta un 29 por 100 entre 1989 y 1993.
; signos de desconten- Otras estimaciones calculan la caída en el doble. Cuba había sufrido un gol-
lel Este, la tensión ha- pe económico mayor que cualquiera (incluida la,Gran Depresión de 1930)
de 1987, el jefe de las experimentado en América Latina en el siglo xx. I
310 Historia contemporánea de América Latina

¿Por qué? Porque Cuba había concentrado excesivamente su comercio y primeros ocho meses de 19'!
finanzas con un mercado (84 por 100 con Comecon). Amparada en la cone- sición organizada, fuera de
xión soviética,veía poca necesidad de esforzarse significativamente en diver- riódicamente en prisión. EÌ
sificar sus exportaciones y mercados. Se convirtió así en el máximo ejemplo Fidel, que cada vez más pi
de dependencia, aunque debe reconocerse también el papel central del em- Irónicamente, se apoya mu(
bargo de Estados Unidos en forzar a Cuba a concentrarse en el Este. Con el Congreso endureció más er
colapso de la Unión Soviética, Cuba sufrió el equivalente a un ndoble em- Sam, Fidel se quedaría sin ,

bargo>. do Cuba fue el único país clr


Los efectos internos de la retirada soviética se sintieron pronto, cuando ricas de diciembre de 1994
los cubanos sufrieron un drástico deterioro de su nivel de vida. Las cuotas de Esta extraña distinción ofrr
racionamiento mensual cubrían sólo una o dos semanas, y el resto sólo se po- patriotas de Cubq-i
día obtener en el mercado negro. La Habana tenía electricidad sólo de cua-
tro a ocho horas por día. El servicio de autobuses desapareció prácticamen-
te a causa de la escasez de combustible. Se les diio a los cubanos que
utilizaran bicicletas, rápidamente importadas de la República Popular de
China. Fidel llamó a la caída de la URSS un (desastre> y proclamó que Cuba
entraría ahora en (un periodo especial en tiempo de pazrr. La orden del día
sería salvar el socialismo en un país: Cuba.
fFara conseguir este objetivo, Cuba no puede seguir adelante sin comerciar
con el Occidente capitalista. Castro necesita desesperadamente los bienes de
capital y la tecnología que sólo Occidente puede proporcionar. Para comprar,
necesita una divisa fuerte, el 70 por 100 de la cual la obtiene mediante las ven-
tas de azúcar en el mercado libre. Cuba había acumulado una deuda corriente
de 6.000 millones de dólares en 1990, y la decisión de Castro de suspender los
pagos del principal y los intereses echó a perder los esfuerzos por conseguir
una mayor financiación de fuentes capitalistas. Había algunas características
de la economía mundial a las que Cuba no podía escaparse,l
Muchos observadores externos predijeron que en estas circunstancias
Fidel se vería forzado a virar hacia el mercado occidental. De hecho, tal mo-
vimiento ha sido modesto, fuera de un agresivo pero apenas exitoso esfuerzo
por atraer la inversión extranjera del mundo capitalista. Fidel y sus lugarte-
nientes continúan defendiendo la economía estatal planificada y el gobierno
del partido único. Frecuentemente han discutido, pero no han adoptado aún,
el modelo chino de liberalización económica con persistente autoritarismo
político. Ha habido algunos tímidos movimientos de liberalización, tales
como permitir un limitado autoempleo y la posesión de dólares. Pero en el
esencial aunque improductivo sector rural, cualquier retorno a los mercados
can¡gesinos (un experimento abandonado en 1986) ha sido descartado.
{La reacción de los cubanos comunes y corrientes ante la calamidad eco-
nómica ha sido más estoica de lo que podría haberse predicho. En abril de
1994, por ejemplo, Jorge Mas Canosa, el líder conservador del exilio en Mia-
mi, aseguraba confiadamente que él y sus colegas pronto gobernarían Cuba.
Sus expectativas no se han cumplido. La población está evidentemente des-
contenta en Cuba, como lo muestra el espectacular auge del número de bal-
seros interceptados por los guardacostas estadounidenses (35.000 sólo en los
Cuha .11I

vamente su comerclo y primeros ocho meses de 1994). Dentro de la isla, sin embargo, hay poca opo-
Amparada en la cone- sición organizada. fuera de los escasos disidentes valerosos que terminan pe-
ficativamente en diver- riódicamente en prisión. El poder permanece sumamente concentraclo bãjo
en el máximo ejemplo Fidel, que cada vez más parece un caudillo latinoamericano de viejo cuño.
I papel central del em- Irónicamente, se apoya mucho en la rígida postura de Estados unidos, que el
'arse en el Este. Con el
congreso endureció más en 7992 y de nuevo en 1996. Sin el espectro clel tío
rlente a un udoble em- Sam, Fidel se quedaría sin una explicación de las desgracias cle cuba. cuan-
do cuba fue el único país del hemisferio no invitado a ra cumbre de las Amé-
ntieron pronto, cuando ricas de diciembre de 1994 en Miami, castro dijo que era <<un gran honor>.
I de vida. Las cuotas de Esta extraña distinción ofreció poco consuelo a los ciudadanos orgullosos y
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El Caribe: colonias y miniestados


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T a pequeñez es un hecho básico de la vida en todo el Caribe, región que .=< ,
I-, se extiende desde la punta de Florida hasta la costa de Venezuela (véa- Ø'
5
se el mapa 3). Con la excepción de Cuba y La Española (comparable al es- ÇQ ''.

,?
tado de Maine), las islas tienden a tener un tamaño modesto; las Granadillas, \"
las Bahamas y las islas Caimán son absolutamente minúsculas. La topografía
varía de las llanuras de Barbados a las costas escarpadas de Martinica y Gua-
ï;"il
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dalupe. lJnas cuantas islas, como Cuba y Jamaica, tienen ondulaciones mon-
o é4,I
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tañosas e importantes cordilleras. En general, el clima es templado, las preci- > ;9þ
pitaciones son abundantes y el suelo es fértil. Aquí el poder de la naturaleza
se hace evidente de forma clara y constante, tanto en los hermosos paisajes
3,É
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como en las fuerzas destructivas: huracanes, volcanes, terremotos e inunda-
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ciones.
Las islas situadas más al norte y mayores: Cuba, Jamaica, Puerto Rico y
f
rú".
La Española (compartida ahora por Haití y la República Dominicana) se co- .ro¿
nocen como las Antillas Mayores. Las menores, situadas al este, reciben el
nombre de Antillas Menores; también llamadas islas de Sotavento e islas de :,'/Á;(r
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Barlovento.
Aunque el Caribe estaba habitado mucho antes de la llegada de los
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europeos, el volumen de población indígena es todavía objeto de debate. Se- -,
gún la mayoría de las estimaciones, rondaba los 750.000 habitantes, cerca de 'Ë f ll'v
dos tercios de los cuales se encontraban en La Española. Había tres grupos {.ôx otl(.a
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diferentes: ciboney o guanahuatebey, taíno arawak y caribe (del que la región
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toma el nombre). Estos pueblos precolombinos fueron las primeras víctimas - .{ù'
de las crisis y transiciones resultantes de la conquista y colonización llevadas òø

a cabo por las potencias europeas. canat


o
La llegada de Colón y sus tres carabelas en 1.492 señaló el destino inexo- .9

rable de los habitantes nativos y la inserción del Caribe en el ámbito mundial E


de la rivalidad europea. Pero esta entrada no fue abrupta. España ejerció el Io
o
monopolio sobre la región durante más de un siglo, hasta que las potencias (ìo
europeas rivales estuvieron preparadas para lanzar un desafío.
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3. Centroamérica y el Caribe.
314 Histr¡ria contempor(tnea de América Lutinu

bían traído animales domé


El periodo colonial: conquista y rivalidad toria. La caña de azíscar
aumentaron las perspectivz
Colón desembarcó en la isla en diciembre de 1492 a la que bautizó como La hizo más evidente. La den
Española. La intención original cle este viaje había sido imitar el ventajo- servó un testigo del siglo x.
so vínculo comercial que los portugueses habían establecido con el Lejano gros trabajando a la vez, e
Oriente, La expansión hacia el Nuevo Mundo produciría el intercambio cle y los africanos se juntaror
nuevos artículos y España se convertiría en una nación comerciante de pri- transformar el Caribe en u
mera magnitud. Sin embargo, la ausencia de grandes civilizaciones y las con- El descubrimiento de
diciones de producción existentes convencieron pronto a los recién llegados pronto la atención de Espi
de que habían de cambiar su estrategia. Y, como Colón observó, los lugare- una lugar de paso hacia la
ños eran de una disposición generosa y estaban bien equipados para servir a to Rico sirvieron coffro pur
Ia corona española. res para el número crecien
Como no era posible desarrollar un comercio significativo, los españoles de las minas mexicanas y
decidieron explotar la isla como un recurso de tierra y mano de obra me- Mundo crearon el mito de
diante el sistema de encomienda. Se impusieron a la sociedad nativa institu- que la debilitaron e incitar
ciones semifeudales y se puso a trabajar a los indios en minas y campos. Las Aunque la corona espi
duras condiciones de trabajo y el contacto físico con los españoles llevó a su eraincapaz de sostener el
disminución: las enfermedades y la debilidad produjeron muchas pérdidas masiado extensa, las fuerzi
humanas. Al darse cuenta del destino que les aguardaba, muchos huyeron a las apuestas económicas de
las montañas en busca de libertad y salvación. te todo el siglo xvII, el ma
Fue en el Caribe donde el clero protestó por primera vez contra el abu- sarios y bucaneros, que arri
so a que se sometía a los nativos. En 1511, Antonio de Montesinos asombró flotas reales. Los rivales et
a los fieles de Santo Domingo al denunciar los malos tratos infligidos a la po- ban y a veces pertrechaba
blación india. Poco después, Bartolomé de las Casas comenzó su ferviente Henry Morgan se convirtie
campaña para proteger a los indios de los aventureros y conquistadores. En Las potencias europeal
respuesta a estas alegaciones, la corona acabó accediendo a regular el trato ses tomaron Jamaica en 1(
de la población nativa. Pero para proteger a los nativos americanos, Las Ca- occidental de La Españoli
sas también hizo una sugerencia desafortunada: que España importara escla- oriental de Brasil de 1630
vos africanos como mano de obra necesaria. a la costa de Venezuela. P<
Así comenzó la trágica historia de la migración forzada desde las costas dida de algunos de sus terr
occidentales de África. De los 10 a 15 millones de personas enviadas al Nue- sesiones caribeñas se conv
vo Mundo como esclavos, aproximadamente 2 millones se dirigieron al Cari- ganadores como si de un jt
be, donde trabajarían en las plantaciones de az(tcar, alterarían la composición Mientras tanto, la dem
racial de la región y, por último, ayudarían a establecer los cimientos de la Europa. Pronto su cultivo d
Revolución Industrial de la Europa del siglo xrx. gran medida por ingleses, I
En ninguna otra región de América fue tan completa la destrucción de la mente a la composición agr
población nativa como en el Caribe. Algunos indios lograron escapar a las pobladas de forma muy pr(
montañas, como en Cuba, pero en la mayoría de los lugares la geografía era na, situación que persiste I
un impedimento. Las islas eran tan pequeñas que no había dónde esconder- yores de Puerto Rico y Cub
se. Como en Nueva Francia o en Nueva Inglaterra, la población nativa fue terior, no se convirtieron er
víctima de un eliminación casi total. Otra consecuencia del
En los barcos llegó el modo de vida, la lengua, las creencias y las institu- de los sistemas de produc
ciones políticas de la Europa de cntonces. Uno de los navíos traía algunos ducto, al concentrarse en e
cortes de caña de anicar procedentes de las islas Canarias (como otros ha- cesidades de consumo tení
El Caribe 315

bían traído animales domésticos y plantas) que alteraron el curso de la his-


rlidad toria. La caña de azucar creció de forma abundante, pero a medida que
aumentaron las perspectivas de producción, la necesidad de mano de obra se
te baufizó como La hizo más evidente. La demanda de esclavos parecía casi infinita: como ob-
o imitar el ventajo- servó un testigo del siglo xvil, se necesitaban (al menos de ochenta a cien ne-
:cido con el Lejano gros trabajando a la vez, e incluso ciento veinte o más>. La cañ,a de azúcar
a el intercambio de y los africanos se juntaron para romper la organ\zación socioeconómica y
comerciante de pri- transformar el Caribe en una nueva frontera de la Europa del siglo xvr.
lizaciones y las con- El descubrimiento de minerales preciosos en México y perú distrajo
r los recién llegados pronto la atención de España del Caribe, que se convirtió en poco más que
observó, los lugare- una lugar de paso hacia la próspera tierra firme. La Española, Cuba y puer-
ipados para servir a to Rico sirvieron como puestos de aprovisionamiento y guarniciones milita-
res para el número creciente de barcos cargados de oro y plata procedentes
:ativo, los españoles de las minas mexicanas y peruanas. Estos ingresos inesperados del Nuevo
mano de obra me- Mundo crearon el mito de una España rica, pero la realidad a largo plazo fue
edad nativa institu- que la debilitaron e incitaron las tentaciones de sus rivales europeos.
rinas y campos. Las Aunque la corona española proclamó su dominio sobre todo el Caribe,,
:spañoles llevó a su eraincapaz de sostener el monopolio comercial y político. La región era de-
,n muchas pérdidas
masiado extensa, las fuerzas y asentamientos reales diminutos y dispersos, y
muchos huyeron a las apuestas económicas demasiado elevadas. A finales del siglo xvr y duran-
,

te todo el siglo xvu, el mar caribe fue el blanco abierto y codiciado de cor-
r vez contra el abu-
sarios y bucaneros, que arrasaban los asentamientos costeios y perseguían las
Iontesinos asombró I
flotas reales. Los rivales europeos de España, en especial Inglaterra, alenta-
rs infligidos a la po-
b.an y a veces pertrechaban a estos p!¡atas; Francis Drakg, John Hawkins y
menz6 su ferviente Henry Morgan se convirtieron en caballeros del reino inglés.
conquistadores. En Las potencias europeas también establecieron asentamientos. Los ingle-
o a regular el trato ses tomaron Jamaica en 1655. Los franceses hicieron lo propio con la parte
mericanos, Las Ca-
occidental de La Española en 1-þf9. Los holandeses ocuparon la zona nor-
ña importara escla-
oriental de Brasil de 1630 a 1654 y luego pasaron a una serie de islas frente
a la costa de venezuela. Pocõ-á-poco, España cedió o aceptó de facto la pér-
da desde las costas
dida de algunos de sus territorios coloniales. En las guerras europeas, las po-
ls enviadas al Nue- sesiones caribeñas se convirtieron en prendas que pasaban de perdedores a
: clirigieron al Cari-
ganadores como si de un juego de póker se tratara.
rían la composición
Mientras tanto, la demanda de azicar aumentaba de forma constante en
los cimientos de la
Europa. Pronto su cultivo dominó no sólo el comercio caribeño (controlado en
gran medida por ingleses, franceses y holandeses), sino que afectó profunda-
a clestrucción de la
'aron escapar a mente a la composición agrícola y racial de las islas. con el tiempo, acabarían
las
'es la geografía era pobladas de forma muy predominante por habitantes de descendencia africa-
na, situación que persiste hasta nuestros días. sólo en las islas españolas ma-
ía dónde esconder-
yores de Puerto Rico y cuba, donde la importancia otorgada al azú,car fue pos-
rblación nativa fue
terior, no se convirtieron en mayoría.
Otra consecuencia del cultivo cle la caña de azúcar fue la transformación
:ncias y las institu-
de los sistemas de producción diversificados en economías de un solo pro-
lvíos traía algunos
ducto, al concentrarse en el azúcar para la exportación. La mayoría de sus ne-
ts (como otros ha-
cesidades de consumo tenían que importarse de otras islas, tierra firme o Es-
316 Historia contemporânea de América Latina

paña. Sólo en las islas más pequeñas, como Granada, había otros productos
(en este caso el café) más importantes que el az(tcar. Como la mayoría de la Visión general: cr
población autóctona había muerto y a los colonos españoles no les gustaba
trabajar con sus manos, la demanda de esclavos continuó durante todo el si- La preeminencia <Iel azúc.
glo xvlrr. obra llevaron a que existit
Por supuesto, el tráfico de esclavos se hizo muy rentable y eI azúcar del res. Con el fin de definir r

Nuevo Mundo creó una demanda de productos europeos que más tarde ayu- Mundo, la corona españoli
dó a estimular la revolución industrial. El az(tcar se convirtió en la reina del y esclavos blancos: permit
Caribe hasta que, al igual que otros productos primarios, se enfrentó con una los indios nativos, aunque
competencia inflexible de otras partes del mundo (incluido el sur estadouni- vos africanos fue lo que n
dense). En la década de 1850, Cuba sola producía ya casi todo el az(tcar ne- el periodo colonial.
cesario para exportar a Europa. La invención del molino moderno o ingenio Todos los demás cultir
a vapor y mecanizado disminuyó la necesidad de mano de obra esclava y aca- diversificación económica,
bó llevando a la abolición de la esclavitud (aunque los plantadores de Cuba contaban. En las islas más
y Puerto Rico fueron recalcitrantes hasta el final). A finales del siglo xlx, el car era difícil, así que se d,
azitcar ya no era la suprema gobernante. Con su caída, los estrategas impe- co apareció en pequeñas g
rialistas de la todopoderosa Europa se apartaron del Caribe para concen- otras islas. Pero la urgenci
trarse en zonas de expansión más lucrativas, como la India y el Sureste asiá- azúcar ocasionó la conver
tico. plantaciones, tendencia qu
Los legados políticos de la conquista y la colonización serían complejos. cuyos residentes tenían qu
Con tantos dueños europeos, las islas del Caribe tendrían unas tradiciones La sociedad poco cohe
legales y culturales diversas. Lograrían la independencia en momentos dife- las pequeñas unidades de
rentes y por varios medios. Como veremos, Haití se separaría de Francia en ganizada y jerárquica de i
1804; algunas de las posesiones británicas no adquirirían su soberanía hasta respectiva controlaba con
las décadas de 1960 y 1970. Algunas han estado luchando con los desafíos de terra, cada país europeo fr
la nacionalidad durante cerca de 200 años; otras se encuentran aún tras la ge- Casa de Contratación esp;
neración de dirigentes que las llevaron a la independencia. dias Occidentales y la Con
Dejando a un lado Cuba y Haití, ninguna de las posesiones caribeñas sos- Quizás la principal co
tuvo una guerra de liberación larga. Debido a su pequeño tamaño y a su geo- creación de un rígido sistr
grafía, nunca han desarrollado establecimientos militares. Como colonias, po- existía una pirámide con t:
dían depender del poder militar de sus madres patrias; como islas, el mar las en el medio y los negros er
protegía cuando menos parcialmente de las invasiones hostiles. Con la ex- los indios desaparecieron,
cepción de Haití y la República Dominicana, las naciones independientes del La demanda europea t
Caribe no han padecido una dominación militar tan frecuente en la tierra fir- grandes fortunas, que util
me latinoamericana durante los siglos xx y xx. para comprar la aceptació
Por último, la pequeñez y pobreza de las islas caribeñas evitaría que sus Como en México y Perú, J

gobiernos se hicieran fuertes: a diferencia de las poderosas maquinarias esta- la mayoría deseaba volver
tales existentes en Chile o México contemporáneos, mantendrían una debili- par posiciones de poder I
dad crónica. Con recursos escasos y unas poblaciones modestas, en realidad apareció una aristocracia c

constituirían <miniestados>. Esa vulnerabilidad, a su vez, formularía retos La importancia conced


imponentes para esta parte prometedora pero complicada del mundo. les diversificadas, sino que
único. La mayor parte del
este modo, la producción
los centros manufacturerol
yor parte del comercio car
El Caribe 317

tabía otros Productos


'omo la mayoría de la Visión general: crecimiento económico y cambio social
añoles no les gustaba
uó durante todo el si- La preeminencia del az(tcar en el Caribe y sus requerimientos de mano de
obra llevaron a que existiera la amenaza constante de escasez de trabajado-
ntable y el anicar del res. Con el fin de definir una política demográfica adecuada para el Nuevo
JS que más tarde aYu- Mundo, la corona española probó varias alternativas. España envió convictos
nvirtió en la reina del y esclavos blancos; permitió la emigración libre a las colonias; y esclavizó a
s, se enfrentó con una los indios nativ<ts, aunque esto condujo a su disminución. El tráfico de escla-
¡ido el sur estadouni- vos africanos fue lo que mantuvo al az(tcar en su lugar privilegiado durante
asi todo el azúcar ne- el periodo colonial.
ro moderno o ingenio Todos los demás cultivos se convirtieron en actividades secundarias. La
de obra esclava y aca- diversificación económica que existía se debía en parte a la geografía con que
plantadores de Cuba contaban. En las islas más montañosas, como Guadalupe, el cultivo del azú-
nales del siglo xlx, el car era difícil, así que se dedicaron a los plátanos y otros productos. El taba-.
, los estrategas impe- co apareció en pequeñas granjas situadas entre las colinas de Cuba y algunas
Caribe para concen- otras islas. Pero la urgencia por beneficiarse de la producción de la caña de'
rdia y el Sureste asiá- azúcar ocasionó la conversión de la mayor parte de las llanuras en vastas
plantaciones, tendencia que alcanzó el punto más extravagante en Barbados,
:ión serían complejos. cuyos residentes tenían que importar casi todas las provisiones alimentarias.
rían unas tradiciones La sociedad poco cohesionada del siglo xvr, dominada por los blancos y
ia en momentos dife- las pequeñas unidades de producción, cedió el paso a otra estrictamente or-
pararía de Francia en ganizada y jerárquica de amos y esclavos en el siglo xvrr. La madre patria
rn su soberanía hasta respectiva controlaba con firmeza la producción. Con la excepción de Ingla-
lo con los desafíos de terra, cada país europeo formó su propia compañía comercial: además de la
.entran aún tras la ge- Casa de Contratación española, estaban la Compañía Holandesa de las In-
Lcia. dias Occidentales y la Compagnie des Isles d'Amerique francesa.
rsiones caribeñas sos- Quizás la principal consecuencia social de estas trasformaciones fue la
io tamaño y a su geo- creación de un rígido sistema de estratificación racial. Casi en todas partes
,s. Como colonias, po- existía una pirámide con tres divisiones: los blancos en el vértice, los pardos
como islas, el mar las en el medio y los negros en la base. Como los blancos acabaron retirándose y
; hostiles. Con la ex- los indios desaparecieron, la herencia africana se convirtió en la dominante.
es independientes del La demanda europea de azú,car permitió a muchos de los colonos hacer
)uente en la tierra fir- grandes fortunas, que utilizaron para construir enormes casas solariegas y
para comprar la aceptación en la vida social y política de la madre patria.
reñas evitaría que sus Como en México y Perú, los colonos nunca se sintieron a gusto en las islas;
,sasmaquinarias esta- la mayoría deseaba volver a su país y, de hecho, algunos lo hicieron para ocu-
ntendrían una debili- par posiciones de poder y prestigio. Aunque en algunas partes del Caribe
nodestas, en realidad apareció una aristocracia de plantadores, no tenía raíces muy profundas.
vez, formularía retos La importancia concedida al azttcar no sólo destruyó las economías loca-
rda del mundo. les diversificadas, sino que además consolidó la dependencia de un mercado _

único. La mayor parte del comercio se mântuvo sólo con la madre patria. De
este modo, la producción agrícola del Nuevo Mundo entró en contacto con
los centros manufactureros que surgían en Europa. Hacia el siglo xx, la ma-
yor parte del comercio caribeño se dirigiría a Estados Unidos.
318 Historia conlempor(tnea de Américct Latina
creciente de puertorriqueñ
La explotación llevó a rebeliones de esclavos esporádicas, algunos de los
tados Unidos.
cuales huyeron a las montañas y crearon las comunidades de cimarrones pró-
El modelo cubano, des
fugos. Desde allí hacían incursiones a las plantaciones en busca de alimentos,
una economía
armas e incluso mujeres. Los plantadores blancos respondieron con una com- "dirigida" s,
económicos y políticos har
binación de persuasión, negociación y fuerzas paramilitares, i
I
cionario por otros países c
A medida que la producción azvcarera declinaba y aumentaba la pobla- !

hallar una tercera alternat


ción, los países caribeños comenzaron a hacer esfuerzos por diversificar sus
I

minuta isla de Granada. A


)
îI
bases económicas. Cocos, especias, plátanos, cítricos y piñas han cobrado una
El desarrollo social y e
importancia creciente en la producción agrícola. (El azúcar sigue siendo un
cia internacional desde el s
importante producto de exportación para Jamaica y la República Dominica-
y unificar la región y conso
na.) En países como Jamaica y Tiinidad y Tobago, dos minerales
petróleo- han ganado notoriedad. Otras islas poseen industrias
-bauxita
viables de
creación de la Comunidad
rante mucho tiempo sujeti
textiles, manufactura, servicios financieros, plantas de ensamblaje y turismo.
CARICOM ha dado signr
Para algunas, estas actividades representan la principal fuente de divisas. ) muestra adicional de solid
Sin embargo, estas industrias no proporcionan mucho empleo y, a excep-
unieron a sus vecinos de é
i

ción de Puerto Rico tras la guerra, la manufactura no ha desempeñado un


I

los noventa para formar la


papel importante en Ia región. La escasez de oportunidades laborales ha lle-
vado a una emigración masiva a otras islas, Estados Unidos y partes de Eu-
ropa. De hecho, algunos han afirmado que el Caribe exporta no sólo sus pro-
ductos, sino también a su gente. Como resultado, las islas nunca han formado
Haití: repúbl
una clase obrera industrial. Aquí, en contraste con naciones como Argentina
Lo que ahora es Haití, en
y Brasil, apenas existe proletariado.
ultramarinas más próspera
Los miniestados caribeños también siguen siendo rurales en buena parte.
del mundo. Con una pobla
No hay ciudades importantes; Santo Domingo, la mayor con mucho de todas,
ta per cápita de aproximac
tenía unos 800.000 habitantes a comienzos de los años ochenta. La mayoría
Los habitantes original
de la gente vive en el campo. Cerca de tres cuartos de la población de Haití
to por esclavos negros imp
y más de la mitad de la de Jamaica sigue residiendo en comunidades con me-
Durante la Revolución fral
nos de 2.000 habitantes. El Caribe no tiene los problemas ni las diversiones
dadanía plena, medida que
de la vida urbana moderna.
resultantes llevaron a una (
Como resultado de todo esto, las sociedades caribeñas son relativamente
rían sólo su libertad person
"desclasadas>. Como
los negros son el elemento cultural predominante y las
Bajo la dirección de T
economías están aún por desarrollar, las sociedades tienden a ser homogé-
ron en 7791 y en 1804 decl
neas. Hay diversos estratos sociales, que quizás resultan más evidentes en
nación libre de América y
Haití y la República Dominicana, pero la aristocracia étnica que caracterizó
Aunque Toussaint encabel
al periodo colonial ya no existe. Este hecho se expresa en un chiste amargo:
Francia, donde acabó muri
,.Todos los caribeños tienen igual acceso a la cuota de pobreza que les co-
gartenientes, Jean Jacques
rresponde>. i del dominio colonial.
En su enfrentamiento a los retos del desarrollo económico y social, los I
Las guerras de indeper
caribeños han sido testigos de clos experiencias o modelos dominantes: los de
siones azucareras. En un p:
Puerto Rico y Cuba. Con el nombre de noperación Bootstrap>, el modelo
l

I gún un sistema denomina<


puertorriqueño comenzó a principios de los años sesenta como un ejemplo
no sólo para el Caribe, sino para toda América Latina: sus pilares fueron una i dualistas del periodo de p
propietarios individuales. I
colaboración estrecha con Estados Unidos y la confianza en [a inversión ex-
quicos, que prevaleció en
tranjera. Aunque hubo algunos logros estadísticos impresionantes, el modelo '

reveló una debilidad inherente cuando aumentó el desempleo y un número


Haití independiente. En c
El Caribe 319
creciente de puertorriqueños emigraron a Nueva york y otros lugares de Es-
cas, algunos de los
tados Unidos.
le cimarrones Pró-
,usca de alimentos,
El modelo cubano, descrito en el capítulo 8, ocasionó la construcción de
una economía odirigida" socialista. A pesar de sus logros sociales, los costes
eron con una com-
económicos y políticos han desanimado su aceptación como ejemplo revolu-
)s.
cionario por otros países de la región. En su lugar, ha habido esfuerzos por
mentaba la pobla- I

i hallar una tercera alternativa: se hizo un intento en Jamaica y otro en la di-


ror diversificar sus I
minuta isla de Granada. Ambos fracasaron.
; han cobrado una
I
I
El desarrollo social y económico del caribe sigue sometido a la influen-
ar sigue siendo un
pública Dominica- cia internacional desde el siglo xvr. La idea de una organización común para
Lerales y unificar la región y consolidar los logros del desarrollo tomó forma en la
lustrias-bauxita
viables de creación de la comunidad caribeña y el Mercado común (cARICOM).Du-
rante mucho tiempo sujeta a la fragmentación ideológica y política interna,
lmblaje y turismo.
:nte de divisas. CARICOM ha dado signos de revitalización en los años nòventa. En una
muestra adicional de solidaridad, las naciones insulares (incluida cuba) se
empleo y, a excep-
unieron a sus vecinos de América central y América del Sur a mediados de
. desempeñado un
los noventa para formar la Asociación de Éstados Caribeños.
:s laborales ha lle-
rs y partes de Eu-
ta no sólo sus pro-
unca han formado Haití: república esclavista, dictadura de vudú
)s como Argentina
Lo que ahora es Haití, en la isla de La Española, fue una de las posesiones
es en buena parte.
ultramarinas más prósperas de Francia; hoy es uno de los países más pobres
n mucho de todas, del mundo. con una población de cerca de 6,7 millones, Hàití tiene una ren-
renta. La mayoría ta per cápita de aproximadamente unos 370 dólares.
roblación de Haití Los habitantes originales de la isla fueron reemplazados casi por comple-
lunidades con me- to por esclavos negros importados para trabajar en las haciendas azucareras.
ni las diversiones Durante la Revolución francesa, se garantizó a los residentes de Haití la ciu-
dadanía plena, medida que agravió a los latifundistas blancos. Los conflictos
son relativamente resultantes llevaron a una oleada de rebeliones. Esta vez los esclavos no que-
redominante y las rían sólo su libertad personal, sino también la independencia nacional.
en a ser homogé- Bajo la dirección de Toussaint L'ouverture, los negros de Haití se alza-
más evidentes en ron.en 1791 y en 1804 declararon la soberanía nacional. Iba a ser la segunda
ca que caracterizó nación libre de América y el primer país negro independiente del mundo.
un chiste amargo: Aunque Toussaint encabezó Ia rebelión, le persuadieron para que fuera a
rbreza que les co- Francia, donde acabó muriendo en una oscura mazmorra. Fue unõ de sus lu-
gartenientes, Jean Jacques Dessalines, quien proclamó que el país era libre
imico y social, los del dominio colonial.
lominantes: los de Las guerras de independencia dividieron y destruyeron las grandes pose-
strap>, el modelo siones azucareras. En un principio la tierra se trabajó de forma colectivà, se-
como un ejemplo gún un sistema denominado el corvée, pero las elevadas tendencias indivi-
pilares fueron una dualistas del periodo de posguerra llevaron a la distribución de parcelas a
:n la inversión ex- propietarios individuales. Así, el legado de los grandes terratenienies oligár-
rnantes, el modelo quicos, que prevaleció en otras partes de América Latina, no arraigó ei el
pleo y un número Haití independiente. En cambio, un gran número de pequeñas posesiones
320 Historia contemportinea tle Américt Latina

reemplazó a los imperios azucareros y la producción disminuyó drásticamen-


te. La moderna tecnología anf,caleÍà no resulta apropiada para las granjas
pequeñas y como consecuencia Haití no imitó las innovaciones económicas
efectuadas en Cuba a finales de siglo.
El país ha experimentado repetidas guerras civiles e intervenciones ex-
, tranjeras. La independencia dio el poder a los negros, que ahora constituyen
cerca del 90 por 100 de la población, hecho que desde el principio ha agravia-
do a los mulatos de piel clara. De hecho, los mulatos constituyen una minoría
próspera que sigue fiel a un ideal de civilización francesa y habla francés de
forma regular. En contraste, la mayoría negra habla una lengua nativa, el cre-
ole, y busca la inspiración espiritual en el vudú, una mezcla ecléctica de reli-
giones dahomeyanas y catolicismo, Desde el periodo colonial, una especie de
sistema de castas ha separado a los mulatos de los negros y los conflictos entre
ambos elementos han sido un tema persistente en la historia haitiana.
Las tensiones internas produjeron una inestabilidad creciente. De 1804 a
1867 Haití sólo tuvo diez jefes ejecutivos. De 1867 a 1915 hubo dieciséis pre-
sidentes, con un mandato medio de tres años. Y de 1911 a 1915 Haití afron-
tó uno de sus periodos más caóticos, durante el cual seis presidentes fueron
víctimas de una muerte violenta.
Inmerso en la primera guerra mundial y acostumbrado a la <diplomacia del
dólaro, Estados Unidos ocupó Haití en 1915 y permaneció allí hasta 1934.Las _þ ?_
f .n..n...
tropas invasoras se encargaron de la administración general de la isla. Una de '; ..,--":i4
a
-....
sus primeras tareas fue la abolición del ejército, reemplazado por una fuerza (¿.,*- \,1--'-*
de policía nacional. La administración financiera del país se encomendó a un l;7:, ...r".-t "'.
cuadro de técnicos y burócratas que aseguraron el pago de todas las obligacio-
nes de la deuda exterior (especialmente las que poseía Estados Unidos). Se ini-
ciaron algunas obras públicas y se repararon las antiguas, pero la mayoría de la
población observaba a los invasores con un resentimiento latente' La representación racista de H
lJna razón para este sentimiento era el desaliento por la pérdida de la so- flejó las actitudes estadounidel
beranía, ya que Estados Unidos se había hecho cargo de la organización del crisis política y económica de
país e incluso de la administración de las aduanas. (De hecho, la comisión fi- la leyenda: n¡Me la
-mediante
mar cartas en el asunto. (Hanl
nanciera no dejaría Haití hasta 1941, años después de la partida de las guar-
News-Press/G azet|e,)
niciones militares.) Otra razón era la marcada preferencia de los oficiales es-
tadounidenses por los mulatos, a quienes llevaron al poder de diferentes
modos, incluida la elección y reelección superficial de Sténio Vincent como
presidente durante los años treinta. El control pasó al coron
Con el tiempo, la población negra, apoyada por la Guardia Haitiana influencias en el ejército y e
(nombre con el que se conocía alafuerza policial), derrocó a otro presiden- prometió salvaguardar los r
te mulato e instaló a Dumarsais Estimé en 1946. Este reemplazó a los cargos nuar los proyectos de irriga
mulatos por negros y emprendió una serie de reformas con el fin de benefi- de la educación. En el ámbi'
ciar a los trabajadores urbanos y a los productores del campo. Estimé exo- nes con Estados Unidos, mi,
neró al país de su deuda con Estados Unidos y firmó un acuerdo con el Ban- producido por la guerra de
co de Exportación e Importación para el desarrollo del valle del Artibonite. mico. Fue derrocado por un
En 1950 trató de enmendar la Constitución para permanecer en el poder, pe efectuado en UlÁ
pero el ejército lo destituyó y lo envió al exilio. Tias meses de incertidt
El Caribe 321

inuyó drásticamen-
Ja para las granjas
rciones económicas ,,Èl'¿.i

I
intervenciones ex-
: ahora constituYen
rincipio ha agravia- )
ituyen una minoría I

y habla francés de
'ngua nativa. el cre-
:la ecléctica de reli-
rial, una especie de
los conflictos entre
ia haitiana.
reciente. De 1804 a
hubo dieciséis pre-
a 1915 Haití afron-
presidentes fueron

a la del
"diplomacia
allí hasta 1934. Las
rl de la isla. Una de
ado por una fuerza
se encomendó a un
toclas las obligacio-
dos Unidos). Se ini-
:ro la mayoría de la
latente. La representación racista de Haití como un niño negro cándido e inepto formó y re-
la pérdida de la so- flejó las actitudes estadounidenses acerca de la intervención militar. Motivada por la
la organización del crisis política y económica de 1915, esta caricatura expresaba el desamparo de Haití
cho, la comisión tì- la leyenda; la voy a cargar!r- y la determinación del tío Sam de to-
-mediante "¡Me
rartida de las guar- mar cartas en el asunto. (Hanny, St. Joseph News-Press,1915. Cedida por St. Joseph
de los oficiales es- News-Press/G azefte.)
oder de difcrentes
énio Vincent como
El control pasó al coronel Paul E. Magloire, un dirigente negro que poseía
Guardia Haitiana influencias en el ejército y entre las masas populares. En su toma de posesión,
có a otro presiden- prometió salvaguardar los derechos garantizados por la Constitución, conti-
nplazó a los cargos nuar los proyectos de irrigación y otras obras públicas, y promover la mejora
rn el fin de benefi- de la educación. En el ámbito internacional, intentó mantener buenas relacio-
ampo. Estimé exo- nes con Estados Unidos, mientras el aumento de los precios de la exportación
cuerdo con el Ban- producido por la guerra de Corea ayudaba a estimular el crecimiento econó-
alle del Artibonite. mico. Fue derrocado por un grupo de rivales ambiciosos y resentidos en un gol-
necer en el poder, pe efectuado en 19_.5,6,
Tias meses de incertidumbre, surgió la figura de François Duvalier, que
322 Historia contemporáneu cle Arnérica Lutina

se había autoelegido presidente en septiembre de i957. Así comenzó uno de f


produjo cierta desafección
los periodos más retrógrados, desafortunados y tiránicos de la historia de este
popular y las luchas destru
país. I
a su caída en febrero de 1t
Poco después tle tomar el poder, Duvalier doblegó la nación a sus pies. El
zas aéreas estadounidensè
ejército, la policía y las fuerzas de seguridad sólo debían rendir cuentas ante é1.
Dejó tras de sí una nar
Creó una fuerza especial de policía que acabó siendo conocida como los Zon-
bía reducido un 10 por 10
tons Macoutes (los hombres demonios), la fterza más represiva y temida del
de cada cinco niños moría
país. Mediante el terror puro se deshizo de sus adversarios y manipuló las elec-
nal apenas llegaba a los 3
ciones para convertirse en presidente de por vida (président a vie).
esta cantidad. Treinta años
Defensor del noirisme, movimiento que se inspiraba en África, expulsó a
tí el país más pobre del he
los mulatos de la burocracia nacional. Asumió un control del Estado casi to-
La recuperación econ,
tal y se dice que llegó a elegir él mismo a los miembros de la policía de se-
primido la oposición, conl
guridad. Obtuvo influencia sobre las masas asociándose astutamente con la
de comunicación. Cuando
figura del Baron Samedi, el guardián terrenal de las tumbas del vudú. Creó
llamamientos al dechouka
una especie de corte actual, cuyos favoritos obtenían riquezas mediante la
yeron tumbas y estatuas, I
dispensación de favores al Estado. Para institucionalizar un sistema de comi-
dores de la dictadura huy,
siones, estableció una organización de cobertura, el Movimiento para la Re-
sición bajo el teniente g
novación Nacional, que recogía contribuciones de los empresarios y los altos
apolítico que sin embargr
cargos estatales con el propósito aparente de edificar instalaciones públicas.
ejército con Duvalier. Las
No es necesario decir que el dinero nunca se usó para tales fines.
baron con un baño de san
Hasta su muerte en 1971, Duvalier se puso de parte de Estados Unidos
votantes y a los candidato
en la mayoría de los ámbitos internacionales, incluidas Naciones Unidas y la
la controvertida elección ¡
Organización de Estados Americanos. De vez en cuando, los votos pro esta-
do, pero Namphy lo derr<
dounidenses llevarían a un aumento de la ayuda o los créditos para este ré-
reemplazado por el gener
gimen corrupto. Durante su mandato, Haití se aisló cada vez más, se convir-
revivió a Ios Tontons Mac
tió en una especie de paria internacional, a pesar de su deseo personal de
observadores parecía que
establecer lazos más fuertes con África.
El cambio auténtico c
Lo que en realidad quería era la oportunidad de gobernar Haití según
taciones de protesta y una
sus designios propios. De vez en cuando hubo desafortunadas invasiones de
abandonar el país. Se cele
fuerzas revolucionarias, que siempre fracasaron. Su principal fallo fue su fal-
na de una mujer, Ertha P
ta de habilidad para cultivar el apoyo del campesinado, al que <papa Doc>
cios de los votos surgió Je
continuó dominando mediante una combinación de miedo y mistificación.
tó la teología de la liberac
Cada ataque del exterior llevaba a una represión más brutal y a la propaga-
alcance. En enero de 199
ción del lema oficial: Dieu, Duvalier et le frapeau, un et intlivisiåle (Dios, Du-
pe militar para evitar quc
valier y la bandera, uno e indivisible).
go. Aunque fracasaron, hr
Cuando se aproximaba su muerte, convenció a la Asamblea Nacional
había logrado siquiera la
para que disminuyera la edad mínima exigida a un presidente de cuarenta a
una coalición de gobiern
dieciocho años y procedió a instaurar a su hijo como su sucesor y président a
1991, elementos indiscipli
vie, Por qué eligió a su hijo y no a su hija Marie-Denise, con quien mantenía
Unidos y otras naciones c
una relación más estrecha, sigue siendo una fuente de misterio y especulación.
un embargo comercial, p,
El joven Jean-Claude Duvalier, o <Baby Doc>, como a veces se le llama-
solución pacífica a la crisi
ba, heredó un país muy empobrecido. Aunque dio algunos pasos para pro-
La perspectiva de un
mover el desarrollo y quizás fuera menos brutal que su padre, retuvo un gru-
po parásito de favoritos, una tianos que trataban de et
especie de "cleptocracia>>. El gobierno se
men militar del general R
convirtió en un medio para enriquecerse. Su matrimonio con una mulata rica
Los guardacostas estadou
El Caribe 323
¡. Así comenzó uno de f
produjo cierta desafección entre los seguidores de su padre. El descontento
rs de la historia de este popular y las luchas destructivas continuaron aumentando hasta que llevaron
I
a su caída en febrero de 1986, cuando subió a bordo de un avión de las fuer-
la nación a sus Pies. El zas aéreas estadounidenséiï y partió rumbo a Francia.
rendir cuentas ante é1. Dejó tras de sí una nación afligida. Entre 1980 y 1986 la economía se ha-
¡nocida como los Ton- bía reducido un 10 por 100. Ties de cada cuatro adultos no sabían leer, uno
represiva y temida del de cada cinco niños moría antes de los cinco años. La renta per cápita nacio-
os y manipuló las elec- nal apenas llegaba a los 300 dólares. En el campo no llegaba a la mitad de
'dent a vie). esta cantidad. Tieinta años de gobierno de los Duvalier habían hecho de Hai-
,a en África, expulsó a tí el país más pobre del hemisferio occidental.
rol del Estado casi to- La recuperación económica fue vacilante. Durante décadas se había su-
os de la policía de se- primido la oposición, controlado a los sindicatos y corrompido a los medios
se astutamente con la de comunicación. Cuando Baby Doc dejó el país, hubo gritos de libertad y
umbas del vudú. Creó llamamientos al dechouknj, una <extirpación> del régimen de Duvalier: ca-
riquezas mediante la yeron tumbas y estatuas, los policías sintieron la ira popular y los colabora-
rr un sistema de comi- dores de la dictadura huyeron de sus cargos. Se formó un gobierno de tran-
ovimiento para la Re- sición bajo el teniente general Henri Namphy, en apariencia un oficial
:mpresarios y los altos
apolítico que sin embargo había servido como jefe del Estado Mayor del
instalaciones públicas.
ejército con Duvalier. Las elecciones programadas para finales de 1.987 aca-
tales fines.
baron con un baño de sangre, ya que las fuerzas paramilitares asaltaron a los
te de Estados Unidos votantes y a los candidatos de la oposición. Un sufragio posterior acabó con
Naciones Unidas y la
la controvertida elección de Leslie Manigot, un científico social bien conoci-
clo. los votos pro esta-
do, pero Namphy lo derrocó en la primavera de 1983. Él mismo fue pronto
crédit<;s para este ré-
reemplazado por el general Prosper Avril, un joven y ambicioso militar que
da vez más, se convir-
revivió a los Tontons Macoutes e impuso una ola de represión. Para muchos
su deseo personal de
observadores parecía que Haití estaba padeciendo a ..Duvalier sin Duvalien.
El cambio auténtico comenzó en 1990. A comienzos de año las manifes-
gobernar Haití según
taciones de protesta y una huelga general convencieron al general Avril para
tunadas invasiones de
abandonar el país. Se celebraron elecciones libres bajo la presidencia interi-
ncipal fallo fue su fal-
na de una mujer, Erth4 Pasgal-Tiouillot, en diciembre de 1990. Con dos ter-
o, al que <Papa Doc>
cios de los votos surgió Jean-Bertrand Aristide, sacerdote católico que adop-
niedo y mistificación.
tó la teología de la liberación y abogó por un cambio social y político de largo
brutalyalapropaga- alcance. En enero de 1991, los duvalieristas descontentos intentaron un gol-
ncliv isib le (Dios, Du-
pe militar para evitar que el <comunista> Aristide tornara posesión del car-
i

go. Aunque fracasaron, hubo 74 muertos y 150 heridos. Como su partido no


r Asamblea Nacional
había logrado siquiera la mayoría en la legislatura, Aristide tuvo que formar
sidente de cuarenta a
una coalición de gobierno efectiva desde una posición débil. A finales de
r sucesor y président a
1991, elementos indisciplinados del ejército le retiraron de su cargo. Estados
:, con quien mantenía
Unidos y otras naciones condenaron de inmediato el golpe, y la OEA aplicó
isterio y especulación.
un embargo comercial, pero las negociaciones diplomáticas para hallar una
ro a veces se le llama-
solución pacífica a la crisis se prolongaron durante años.
,unos pasos para pro-
La perspectiva de un enorme flujo de inmigrantes, generado por los hai-
pa<Jre, retuvo un gru-
tianos que trataban de escapar de la represión impuesta por el nuevo régi-
cia". P1 gobierno se
men militar del general Raoul Cédras, modeló la política de Estados Unidos.
o con una mulata rica
Los guardacostas estadounidenses comenzaron a recoger miles de haitianos
324 Historia contemporónea de América Latina

que en balsas hechas por ellos mismos intentaban alcanzar las costas de Es- la isla fue cedida a Franc
tados Unidos y los instalaron en un campamento en la base naval de Guan- el movimiento de indepe
tánamo (en Cuba). En mayo de 1992, el presidenteGeorge Bush ordenó a los revolucionarias tomaron
guardacostas que devolvieran a los balseros haitianos a su país sin conside- animosidad entre los dos
rarlos como refugiados políticos. El candidato demócrata a la presidencia Bill do el control y luego pre
Clinton denunció la política de Bush como una <respuesta cruel a una terri- La posición estratégi,
ble tragedia humana>, pero permitió su continuación después de ser elegido Unidos, comprometido a
en noviembre de 1992. Una negociación auspiciada por la ONU estuvo a europeas actuaran en el l
punto de solucionar la crisis en 1993, pero fracasó ante el desafío del régimen varias ocasiones su inter
de Cédras. Hacia comienzos de 1994, los líderes de la comunidad afroameri- República Dominicana (
cana de Estados Unidos lanzaron una dura crítica a la inacción de Washing- creó una Guardia Nacior
ton, y Clinton retrocedió anunciando que las autoridades de Estados Unidos discípulos más brillantes
se ocuparían de los balseros y darían asilo a las víctimas de la represión po- contraba Bafael .Leónida,
lítica. Las noticias del cambio originaron una nueva ola de balseros. Pese al virtiéndose en uno de los
escepticismo general, Clinton comenzó a considerar el uso de la fuerza mili- Gracias a los estímul
tar. A mediados de septiembre, Clinton denunció al gobierno de Cédras rra mundial, que subiero
como <el régimen más violento de nuestro hemisferio', y resaltó los riesgos económicas mejoraron d
de la inacción: ,.En tanto Cédras gobierne, los haitianos continuarán buscan- tí, sus tropas fortaleciero
do refugio en nuestro país ... Tiescientos mil haitianos más, el 5 por 100 de e impusieron control en
toda la población, están escondidos en su propio país. Si no actuamos, ellos menzaron a quejarse por
formarán la siguiente ola de refugiados a nuestras puertas. Continuaremos mercado interno los proc
afrontando la amenaza de un éxodo masivo de refugiados y su constante cio general que mostraba
amenaza a la estabilidad de nuestra área y al control de nuestras fronteras>. Un acuerdo estableci
Mientras la tensión crecía, Clinton envió una delegación de alto nivel nos en 1922 llevó a la fo
presidida por el expresidente Jimmy Carter en un esfuerzo desesperado de tarde, las elecciones otor
negociación. A última hora, cuando las tropas de Estados Unidos ya estaban no, que terminó en paz u
en camino para la invasión de Haití, Carter logró un acuerdo con el gobier- garon a la isla y comprar
no de Cédras. Clinton canceló la invasión, pero envió en cambio una fuerza rras. La Guardia Nacior
de ocupación; en menos de una semana habían desembarcado más de 15.000 cometió el error tan frec
soldados. Aristide retomó el poder a mediados de octubre y la ocupación de na: trató de revisar la Co:
Estados Unidos pasó a una fuerza internacional de paz a inicios de 1995. sidencia.
Queda por ver si Haití podrá, por fin, desarrollar y consolidar una democra- Hiáo erupción una rr
cia significativa. las elecciones de 1930. B
dejó claro que ganaría a
de los votos. De inmediat
República Dominicana: un experimento inacabado políticos. El futuro le pe
muerte e! 1961.
La historia de la República Dominicana comparte algunos rasgos dramáticos Al igual que tantos <J
con Haití. Ambas naciones se encuentran en la isla de La Española y han es- amasar una fortuna prop
tado entrelazadas desde que llegaron los españoles por primera vez. En la cimiento anual fue del 8
República Dominicana es donde resulta más notable el fracaso de los inva- porque los beneficios ncl
sores españoles para establecer un asentamiento fuerte; allí comenzó el co- ingresos nacionales eran
nocido sistema de la encomienda. tranjeros. Las masas segr
Las decisiones exteriores han determinado en buena parte el destino de tradicciones entre Trujill
esta región, y de forma notable el Tiatado de Ryswijk de 1695, cuando toda que prosperaba la econ<
El Caribe 325

r las costas de Es- la isla fue cedida a Francia sin la más ligera consulta a los colonos. Durante
;e naval de Guan- el movimiento de independencia haitiano a finales del siglo xvlrr, las fuerzas
Bush ordenó a los revolucionarias tomaron la República Dominicana, acto que todavía concita
r país sin conside- animosidad entre los dos países. Los colonos españoles acabaron recuperan-
la presidencia Bill do el control y luego precipitaron un largo periodo de guerras de caudillos.
cruel a una terri- La posición estratégica de La Española la hizo importante para Estados
ués de ser elegido Unidos, comprometido a comienzos del siglo xrx con evitar que las potencias
la ONU estuvo a europeas actuaran en el hemisferio. La anarquía y el caos han impulsado en
:safío clel régimen varias ocasiones su intervención. De 1916 a L9Q. los marines ocuparon la
unidad afroameri- República Dominicana (así como su véciná Harfi. Como en esta úitima, se
:ción de Washing- creó una Guardia Nacional para combatir las partidas guerrilleras. Entre los
e Estados Unidos discípulos más brillantes de las fuerzas de ocupación estadounidenses se en-
e la represión po- contraba Rafae! Leónidas Trujillg, un ambicioso soldado clue terminaría con-
: balseros. Pese al virtiéndose en uno de los dictadores más despiadados del hemisferio.
de la fuerza mili- Gracias a los estímulos económicos proporcionados por la primera gue-
rierno de Cédras rra mundial, que subieron los precios del azucar y del cacao, las condiciones
:esaltó los riesgos económicas mejoraron durante la ocupación estadounidense. Como en Hai-
rtinuarán buscan- tí, sus tropas fortalecieron la infraestructura, mejoraron el sistema educativo
s, el 5 por 100 de e impusieron control en las finanzas públicas. Sin embargo, los críticos co-
o actuamos, ellos menzaron a quejarse por la competencia desleal que representaban para el
s. Continuaremos mercado interno los productos estadounidenses más baratos y por el despre-
)s y su constante cio general que mostraban los invasores hacia los ciudadanos del país.
restras fronteras>. Un acuerdo establecido entre Estados Unidos y los dirigentes dominica-
ión de alto nivel nos en 1922llevó a la formación de un gobierno provisional. Dos años más
r desesperado de tarde, las elecciones otorgaron el poder a H^gr-qgig.Vâzquez, político vetera-
lnidos ya estaban no, que terminó enpaz un mandato co4pleto. Los inversores extranjeros lle-
do con el gobier- garon a la isla y compraron pequeñas empresas, bosques, plantaciones y tie-
lmbio una fuerza rras. La Guardia Nacional mantenía la ley y el orden. En 1929 Yázquez
do más de 15.000 cometió el error tan frecuente en tantos líderes de la historia latinoamerica-
y la ocupación de
na: trató de revisar la Constitución para poder presentarse de nuevo a la pre-
r inicios de 1995. sidencia.
lar una democra- Hizo erupción una revolución y Trujillo se presentó como candidato en
las elecciones de 1930. Blandiendo su base de poder (la Guardia Nacional),
dèjó claro Que ganaría a toda costa y proclamó su victoria con un 95 por 100
de los votos. De inmediato comenzó a expulsar de la escena a los adversarios
lcabado políticos. El futuro le pertenecía y gobernaría la nación sin piedad hasta su
muerte ea 19þ1.
asgos dramáticos
Al igual que tantos dictadores, Thujillo explotó los recursos del país para
spañola y han es-
amasar una fortuna propia. Durante los años cincuenta, la tasa media de cre-
imera vez. En la cimiento anual fue del 8 por 100, lo que resultaba impresionante si no fuera
caso de los inva- porque los beneficios no alcanzaron a la población general. Gran parte de los
í comenzó el co- ingresos nacionales eran desviados y escondidos en cuentas de bancos ex-
tranjeros. Las masas seguían tan pobres como sus vecinos de Haití. Las con-
rrte el destino de
tradicciones entre Trujillo y su camarilla de admiradores crecían a medida
595, cuando toda
que prosperaba la economía: cuanto más tomaba para sí mismo, más des-
326 flist(¡ria contemporáneu de Anúrica Lutina
cación. Los programas dt
contentos se volvían sus colaboradores. En 196t, sus antiguos amigos y com-
pinches, no sus enemigos. organizaron un golpe contra él y tramaron asesi- balanza de pagos y,para
dense ascendió a más de
narlo.
ducción agrícola y la inve
En 1962, unas elecciones libres y justas llevaron al triunfo de Juan Bosch,
dos estos factores, el crec
antiguo periodista y reformista social que pretendía confiscar y redistribuir
Las fuerzas armadas
las posesiones de Tiujillo como parte del programa de reforma agraria. Pero
r

elementos recalcitrantes
sus esfuerzos por mejorar la suerte de las masas generó incomodidad entre
diplomáticas ficticias. Per
las elites tradicionales, que consideraban estas innovaciones peligrosamente
condujo a una polarizacir
similares a las emprendidas en la Cuba de Castro. Un golpe militar derrocó
ble por la inclinación izqt
a Bogch en 1963. Luego hubo un contramovimiento que intentó reponerlo
No obstante, continu<
como presidente. El conflicto resultante llevó a una guerra civil entre las
cia. Las elecciones libres
fuerzas armadas y los "constitucionalistas> partidarios de Bosch, en su ma-
r

yoría trabajadores y estudiantes. Como la lucha se intensificaba, Estados cuando las fuerzas armad
ocasiones acabaron previ
Unidos empezó a temer el surgimiento de <otra Cuba> e invadió el país en
elecciones de 1978 y 1982
abril de 196!. Envió una fuerza de 22.000 marines, un contingente que asom-
bró hastâ alas autoridades civiles estadounidenses ocupadas del caso.
;2 El deterioro cn la ba
El motivo de este despliegue sigue sujeto a debate. Los constitucionalis- llevaron a una grave cri:
cuando el país se prepara
tas recibieron el apoyo del diminuto Partido Comunista del país, pero no hay
pruebas que sugieran que en su conjunto fuera un movimiento radicalmente larización, pero en una c¿
quín Balaguer. En 1990,
de izquierdas. Más bien la insurrección era un intento de echar a Donald
y declaró dü'ïoluntad de ¡
Reid Cabral (jefe de la junta gobernante y antiguo vendedor de automóviles)
y restaurar a Bosch al puesto de poder que le correspondía. 1994 volvió a ganar otra
lestaba su apoyo tácito al
A comienzos de 1965, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de
Bosch y su rival principal de la izquierda moderada, el Partido Revoluciona-
asumir la presidencia, Ba
rio Social Cristiano (PRSC), habían alcanzado un acuerdo para colaborar en prometió no presentarse
los esfuerzos por restaurar el gobierno constitucional. Los oficiales jóvenes, ción haya sido muy poco
en concierto con los dirigentes del PRD, se hicieron con la plana mayor del dad con divisiones de cla
ejército y se declararon adversarios de la junta. Pronto se les unieron inte- racial sugiriendo que su o
lectuales y profesionales, y los constitucionalistas comenzaron a repartir ar- ficar la República Domin
mas a miles de civiles (los cálculos van de 2.500 a 10.000). En este contexto,
Desde mediados de l<
cuando la insurrección crecía, Estados Unidos decidió apoyar a las fuerzas varias maneras imitar el :

contrarias a Bosch. con elementos del Asia cr


gados a los trabajadores,
Para justificar esta acción, trató de conseguir la participación de otros
países de América Latina rnediante la Organización de Estados Americanos.
gapur. Pese a algunos brc
Sólo obtuvo respuesta favorable de Paraguay y Brasil, ambos bajo gobiernos hacia mediados de los añ,
militares de derechas. El intento estadounidense de fbrmar una "fuerza paci- ta estaba desempleada, la
ficadora interamericana> no srllo fue incapaz de lcgitimar la intervención, altas en el hemisferio. La
sino que también desacreditó a la OEA en su conjunto y contribuyó al fra- la violencia. <Estamos dir
caso tJe esa institución. quier cosa podría hacer d
La intervención estadounidense llevó a la formación de un gobierno pro- bería ser cuidadoso, porq
visional y por último a la celebración de elecciones en junio de1966. La vic- tí si este país estalla.>
toria fue para Joaquín Balaguer, ex vicepresidente de Tiujillo y favorito de
Estados Unidos. Con la plena bendición de Washington, el gobierno de Ba-
laguer puso en práctica diversos e importantes programas de desarrollo. Se
construyeron viviendas y se distribuyó tierra; se fortaleció y se mejoró la edu-
Et Carihe 327

,uos amigos y com-


cación. Los programas de austeridad rcclujeron los severos problemas tle la
I y tramaron asesi- b3lanza de pagos y, para contribuir a estos y otros retos, la ayuda estadouni-
dense ascendió a más de 132 millones de dólares en 196g. Áumentó la pro-
nfo de Juan Bosch, ducción agrícola y la inversión extranjera respondió. como resultado ¿e to-
iscar y redistribuir dos estos factores, el crecimiento económico fue sustancial.
crma agraria. Pero Las fuerzas armadas dominicanas sufrieron una reforma moderada y sus
ncomodidad entre elementos recalcitrantes fueron enviados al exterior, a menudo en misiones
res peligrosamente diplomáticas ficticias. Pero la perpetuación cle la clesigualdad y la pobreza
pe militar derrocó condujo a una polarización política creciente, mostrada de forma más nota-
intentó reponerlo ble por la inclinación izquierdista del ex presidente Bosch y el pRD.
:rra civil entre las No obstante, continuó la transición tentativa y graclual hacia la democra-
Bosch, en su ma- cia. Las elecciones libres sobrevivieron a pequeñas amenazas en 1970 y r97g,
nsificaba, Estados cuando las fuerzas armadas trataron de anular los resultados, pero en ambas
invadió el país en ocasiones acabaron prevaleciendo. Los adversarios cte Balaguèr ganaron las
ingente que asom- elecciones de 1978 y 1982.
as del caso. *) El deterioro en la balanza comercial y el aumento de la deuda exterior
rs constitucionalis- llevaron a una grave crisis interna a mediados de los años ochenta, justo
I país, pero no hay cuando el país se preparaba para las elecciones de 19g6. Se intensificó lä po-
ento radicalmente lartzación, pero en una campaña caldeada la victoria fue de nuevo para Jòa-
e echar a Donald quín Balaguer. En 1990, a los 83 años de etlad, Balaguer ganó otra elección
rr de automóviles) y declaió dü-ïoluntad de permanecer en ra política poî et rÃto de su vida. En
ì. 1994 volvió a ganar otra vez, para disgusto de Estados unidos (al que mo-
inicano (PRD) de lestaba su apoyo tácito al régimen de cédras en el vecino Haití). bespués de
tido Revoluciona- asumir la presidencia, Balaguer aceptó reducir su perioclo a sóio dos años y
para colaborar en prometió no presentarse en 1996. Es posible que este esfuerzo de concilia-
oficiales jóvenes, ción haya sido muy poco y que haya llegado demasiado tarde. En una socie-
r plana mayor del dad con divisiones de clase y de raza, Baraguer había recurrido al prejuicio
les unieron inte- racial sugiriendo que su opositor negro, Francisco Gómez peña, deseaba uni-
ron a repartir ar- ficar la República Dominicana con Haití.
En este contexto, Desde mediados de los años ochenta, la República Dominicana buscó de
ryar a las fuerzas varias maneras imitar el modelo puertorriqueño de desarrollo y modificarlo
con elementos del Asia contemporánea. Aprovechando los bajos salarios pa-
:ipación de otros gados a los trabajadores, la idea era transformar el país unu suerte de sin-
rdos Americanos. qapur. Pese a algunos brotes de crecimiento económico,"n la pobreza persistió:
rs bajo gobiernos hacia mediados de los años noventa cerca de un cuarto de la población adul-
una paci- ta estaba desempleada, la mortalidad infantil presentaba ,nu à" las tasas más
"fuerza
' la intervención" altas en el hemisferio. I,as revueltas esporádicas mostraban el potencial para
:ontribuyó al fra- la violencia. <Estamos divididos un editor periodíitico- y óual-
-observaba
quier cosa podría hacer de esta división una guerra civif. Estados unidos de-
un gobierno pro- bería ser cuidadoso, porque tendría un problema más grande que el cle t{ai-
r de 1966. La vic- tí si este país estalla.>
ilÌo y favorito de
gobierno de Ba-
de desarrollo. Se
;e mejoró la edu-
328 Historia contempr,tránea de Atnérica Lalina

ce az(tcar, por supuesto, r


Jamaica: fugitivos y socialismo revolucionario dad). En principio, esta c(
diversificada parecerían p
Jamaica, <la tierra de los ríosr, tiene una de las historias más fascinantes del co continuado.
Caribe. Los esclavos africanos de las plantaciones azucareras se rebelaron Sin embargo. en la pr
poco después de su llegada y huyeron a las montañas, donde crearon comu- ciones de la economía mu
nidades de cimarrones viables y autosuficientes. La base económica de esta en 1,973, el país careció dc
sociedad alternativa era la agricultura de pequeños campesinos. El legado ci- ciente de crudo y, al igual
marrón ha desempeñado desde entonces un papel importante en las tradi- préstamos al exterior. Hac
ciones culturales de Jamaica. Se dice, por ejemplo, Que la legendaria "Nannyu dólares y en 1980 había a:
de los cimarrones fue la madre de todos los jamaicanos libres. Entre 1972 y 1980, el
Desde 1870 en particular, Jamaica comenzó a abandonar la dependencia tó de establecer un Estad<
de cultivar sólo azúcar y a desarrollar otros productos agrícolas. Su variedad que diferiría de forma sigr
climática permitía el cultivo de cacao, algodón y plátanos, que se convirtieron o del modelo cubano no <

en los favoritos de los plantadores de la isla, tanto grandes como pequeños. lismo democrático> no sel
Como consecuencia, la producción de plátanos no condujo al desplazamien- un fin en sí mismo que re!
to de los pequeños propietarios, como había hecho el azlcar siglos antes. Sólo les de la sociedad jamaic
el crecimiento poblacional resultó un reto para éstos, ya que la productividad rantes>> de la economía p,
no podía seguir el ritmo de las necesidades crecientes de una población mayor. privado desempeñaría un
Como en el resto del Caribe, la Jamaica actual tomó forma a partir de los
¡

nomía el concepto:
años treinta. Surgieron huelgas y manifestaciones contra el gobierno de la
minoría blanca y dirigentes como Marcus Garvey expresaron las aspiraciones En nuestra econon
de las masas. Fundó el movimiento <Back to Africa> (<Vuelta a Africo), que crecimiento económict
tuvo fuertes repercusiones en Estados Unidos, y se convirtió en una figura cial del crecimiento ec
importante del Harlem Renaissance (Renacimiento de Harlem) de ese pe- necesita üarias cosas, e
riodo. Su propósito era fomentar la fraternidad y unidad entre los negros de nica. En cuaììua!cap
muchas tierras, para mejorar las condiciones de las comunidades negras, ayu- nes para asistir en el ¡
importante, en la distr
dar a ucivilizar> a las tribus africanas y, por último, fundar una o más nacio-
áreas de producción qt
nes negras indepenclientes, preferiblemente en África. Tias algunos encarce-
nómico.
lamientos en Estados Unidos por sus actividades, Garvey regresó a Jamaica,
donde fue elegido varias veces para formar parte de la corporación municipal El socialismo democrático
de Kingston. Siguió siendo una figura prominente en los círculos artísticos e dista, que se esforzaría pr
intelectuales negros de Estados Unidos, que incluían a celebridades como más, la afirmación de la au
Langston Hughes, Duke Ellington, Lena Horne, James Baldwin y Richard de la dependencia hacia fr
Wright. La reacción a los ideal
Jamaica obtuvo la independencia de Inglaterra en 1962. La lucha por la mara de Comercio denunc
soberanía requirió y produjo dirigentes políticos de renombre. Dos de los el Estado en el sector privi
más importantes fueron Norman Manley y Alexander Bustamante. Actuan- mostró entusiástica. Pero
do desde extremos opuestos del espectro político, ayudaron a forjar uno de como demostró la fortalez
los sistemas políticos más dinámicos de la región. tido Nacional del Pueblo)
Junto con Tiinidad y Tobago, Jamaica constituye uno de los <gigantes de gia pareció funcionar al m
lengua inglesa", debido en gran medida a sus vastos recursos en bauxita y cas de la clase obrera mcj
petróleo. Además, dos tercios de la isla están cubiertos por un manto de pie- a deteriorarse de nuevo. E
dra caliza terciaria, lo que ha aliviado la dependcncia de la agricultura, que e|20,5 por 100.
es más variada allí que en la mayor parte del Caribe (el país todavía produ- Manley y Estados Uni
El Caribe 329

ce az(tcar, por supuesto, utilizado parcialmente para hacer ron de alta cali-
,clonarlo dad). En principio, esta combinación de materiales estratégicos y agricultura
diversificada parecerían proporcionar las bases para un desarrollo económi-
s más fascinantes del co continuado.
careras se rebelaron Sin embargo, en la práctica, Jamaica ha padecido mucho por las oscila-
londe crearon comu- ciones de la economía mundial. Tias la crisis petrolera inducida por la OpEp
;e económica de esta en7973, el país careció de las divisas necesarias para cubrir su consumo cre-
pesinos. El legado ci- ciente de crudo y, al igual que tantas otras naciones, comenzó a pedir fuertes
rortante en las tradi- préstamos al exterior. Hacia r978la deuda externa alcanzó 1.400 millones de
rlegendaria .Nanny> dólares y en 1980 había ascendido a 1.900 millones de clólares.
libres. Entre 1972 y 1980, el gobierno del primer ministro Michael Manley tra-
lonar la dependencia tó de establecer un Estado del bienestar dentro de un contexto democrático,
grícolas. Su variedad que diferiría de forma significativa del desacreditado modelo puertorriqueño
s,que se convirtieron o del modelo cubano no comprobado. Según lo concebía Manley, <el socia-
rdes como pequeños. lismo democráticoo no sería una fase de transición hacia el comunismo, sino
ujo al desplazamien- un fin en sí mismo que respondería y respetaría las particularidades cultura-
icar siglos antes. Sólo les de la sociedad jamaicana. El Estado controlaría las <directrices impe-
que la productivrdad rantes> de la economía para dirigir y asegurar cl desarrollo, pero el sector
.rna población mayor. privado desempeñaría un papel importante. Así describía el ministro de Eco-
forma a partir de los nomía el concepto:
ra el gobierno de la
aron las aspiraciones En nuestra economía mixta, el énfasis principal, el ímpetu principal para el
'uelta a Africa>), que crecimiento económico proviene del sector privado. El soporta el peso sustan-
rvirtió en una figura cial del crecimiento económico. Para que éste se produzca, el sector privado
[{arlem) de ese pe- necesita Vârias cosas, en particular necesita capital y. por supuesto, necesita téc-
J entre los negros de nica. En cuaìì*.alcapital, el gobierno tiene a su ciisposición varias institucio-
rnidades negras, ayu- nes para asistir en el proceso de formación de capital y, lo que es igualmente
lar una o más nacio- importante, en la distribución de ese capital según se va acumulando en esas
áreas de producción que parezcan las más beneficiosas para el crecimiento eco-
ias algunos encarce-
nómico.
:y regresó a Jamaica,
-rrporación municipal El socialismo democrático también sería un sistema competitivo multiparti-
s círculos artísticos e
dista, que se esforzaría por prohibir todas las formas de explotación. Ade-
r celebridades como más, la afirmación de la autodeterminación nacional llevaría a una reducción
i Baldwin y Richard de la dependencia hacia fuerzas y mercados externos.
La reacción a los ideales del socialismo democrático fue variada. La Cá-
962. La lucha por la
mara de Comercio denunció enérgicamente las <incursioneso propuestas por
nombre. Dos de los el Estado en el sector privado, y la comunidad empresarial en conjunto no se
Justamante. Actuan-
mostró entusiástica. Pero hubo apoyo entre los trabajadores y las masas,
aron a forjar uno de como demostró la fortaleza electoral del People's National Party (PNP, Par-
tido Nacional del Pueblo) que estaba tras Manley y su programa. La estrate-
¡ de los "gigantes de gia pareció funcionar al menos durante un tiempo: las concliciones económi-
:cursos en bauxita y
cas de la clase obrera mejoraron entre 1972 y 1975, pero luego comenzaron
)0r urì manto de pie-
a deteriorarse de nuevo. En abril de 1976la iasa de desempleo sobrepasaba
e la agricultura, que
e\20,5 por 100.
país todavía produ-
Manley y Estados Unidos estaban en vías de colisionar, Como si sus me-
3.70 Historio conîamporútteu da Atnéricu ['utittu
su heredero político de ta
didas internas no fueran suficientes, cl primero estableció relaciones diplo- cia las políticas económic
máticas y comerciales con E,uropa Oriental y otros países socialistas. Fue 1993, el PNP triunfó con t
muy importante en la formación de Ia asociación de productores de bauxita. vidido JLP. Hacia 1995, la
Viajó a Cuba y África, donde denunció el racismo y cl imperialismo, y pro- pero persistían graves prc
clamó lealtad al movimiento de no alineación del Tercer Mundo. violencia y corrupción qu'
La oposición exterior (especialmentc en Estados Unidos) e interna au- industrias exclusivamente
mentó. Las concliciones económicas debilitaron la base de apoyo del PNP, Un constante flujo de jan
que cometió errores, por supuesto, pero quizás los habría po<ìido rectificar
estas circunstancias, prev;
con un pequeño apoyo económico de las organizaciones internacionales, del laba: <El peligro mayor e
Banco Mundial y el Fonclo Monetario Internacional sobre todo. Un fallo ligro de quedar marginad
técnico en el cálculo del potencial económico en divisas dio lugar a una cam-
paña bien orquestada que acusaba al gobierno de mala administración y ca-
rencia de dirección. La tensión aumentó a medida que se acercaron las elec- Puerto Ri
ciones de 1980. En un país de apenas dos millones de habitantes, casi un
ae!
millón estaba censado y, de éste, el 87 por 100 fue a las urnas. El ganador fue
Edwarcl Seaga, del Jamaica Labor Party (JLP, Partido Laborista de Jamaica,
Puerto Rico se convirtió
de tendencia moderada), que recibió el 58 por 100 de los votos; Manley ob- guerra Hispano-America
tuvo un 41 por 100.
miento del navío Maine.l
Con una expresión palpable cJe alivio. la comunidad internacional ofreció
hía de Guánico e iniciarc
a Seaga la ayuda que había negado a Manley. El FMI admitió términos libe-
Así, Puerto Rico se convi
rales para refinanciar la deuda de Jamaica. México y Venezuela ayudaron a
cubanos y las guarnicione
suministrar petróleo (como también estaban haciendo con Centroamérica). Muy al contrario, Esp
Aumentó la ayuda estadouni<Iense y David Rockefeller presidió un comité
autonomía el año anterio
especial para movilizar inversión privada. El presidente de Estados Unidos,
ñar alguna clase de
Ronald Reagan, eligió a Seaga y su país para elogiarlos al lanzar su Iniciati- "gob
dense lo cambió todo. Dr
va para la Cuenca clel Caribe que a la postre nació muerta.
crucial para la estrategia
A pesar cle esta ayuda (o debido a ella), la deuda exterior subió hasta los
,

inversión y comercio, sin<


4.500 millones a finales de la décacla, convirtiendo a Jamaica en uno de los ,
el poderío naval estadour
mayores cleudores per cápita <Iel mundo en vías de desarrollo' Y mientras el .'
El deseo idealista de e
,r".i-i"ntu económico còntinuaba, Seaga permitía que los servicios sociales " pel importante en la decisj
sufrieran un deterioro pronunciado, Durante los años ochenta, la renta per
de todo, España parecía r
cápita descendió cerca cle un 6 por 100, reduciéndose a menos de 1.300 dóla-
sociedad europea. Era un
res en [989, cantidad inferior a la alcanzada en 1970.
que Estados Unidos decla
E,n las elecciones cle 1989, el PNP de Michael Manley regresó al poder con
de la Doctrina Monroe. L¿
un decisivo margen de 57 a 43 por 100 sobre el JLP de Seaga. Como en los
sus atrocidades en Améri<
años setenta, Manley recibió un fuerte apoyo de los obreros manuales y los po-
Pero quedaba una ct
bres. Esta vez. sin embargo, se presentó ante la comunidad internacional como
Puerto Rico como coloni¿
un político moderado con extensos contactos en Europa y Estados Unidos. pendencia? La diferencia
Se clistanció de,Fidel Castro para buscar una aproximación a Esta-dos Uni-
las. En la segunda existía
clos, procuró'capital extranjer<1, entró en negociaciones con el FMI sobre la
España y era una isla muc
estrategia para pagar la deuda externa y anunció su intención de privatizar
estaba en vías de negocir
la industria estatal. Resulta irónico que fuera Seaga, su adversario conserva-
ante fuerzas exteriores. C
dor, quien denunciara la venta de la participación estatal en la industria de
se vio atrapada en una lu
telecomunicaciones jamaicana como <una desgracia nacionalr.
surgentes cubanos.
En 1992 Manley dejó el cargo de primer ministro y traspasó el poder a
El C'aribe .l3l
su heredero político de tantos años, P. J. patterson, quien aceleró el viraje ha-
ció relaciones cliPlo-
cia las políticas económicas de libre mercado. En las elecciones de marzo de
¡íses socialistas. Fue
1993, el PNP triunfó con el 55 por 100 de la mayoría sobre un debilitado y di-
rductorcs de bauxita.
vidido JLP. Hacia 1995,Ia inflación estaba otravez por debajo clel l0 por 100,
imperialismo.Y Pro-
pero persistían graves problemas. uno era la amenaza del narcotráfico con la
r Mundo.
violencia y corrupción que generaba. otro era la perjudicial confianza en dos
nidos) e interna au-
industrias exclusivamente: minería y turismo, para el crecimiento económico.
: de apoyo del PNP,
,ría podido rectificar un constante flujo de jamaicanos continuó emigrando a Estados unidos. En
estas circunstancias, prevalecía la incertidumbre. como p. J. patterson seña-
; internacionales, del
obre todo. Un fallo laba:
"El peligro mayor es que seamos olvidados. Tenemos que evitar el pe-
dio lugar a una cam- ligro de quedar marginadoso.
administración y ca'
e acercaron las elec-
Puerto Rico: de colonia de asentamiento
: habitantes, casi un
rrnas. E,l ganador fue a escaparate del capitalismo
,aborista de Jamaica,
)s votos; Manley ob-
Puerto Rico se convirtió en parte de Estados unidos como resultado de la
guerra Hispano-Americana. En julio de 189E, en venganza por el hundi-
internacional ofreció miento del navío Maine,las tropas estadounidenses desembarcàron en la ba-
lmitió tórminos libe- hía de Guánico e iniciaron el primer acto de expansión colonial de su país.
:nezuela ayudaron a Así, Puerto Rico se convirtió en una prenda en la guerra entre los patriotas
con Centroarnérica). cubanos y las guarniciones españolas. No se había previsto la ocupaòión.
r presidió un comité Muy al contrario, España ya había accedido a conceder a puerto Rico la
de Estados Unidos, autonomía el año anterior y se estaban haciendo los preparativos para dise-
ñar alguna clase de
al lanzar su Iniciati- "gobierno interno> para la isla. La invasión estadouni-
rta. dense lo cambió todo. De improviso, puerto Rico se convirtió en un factor
tcrior subió hasta los crucial para la estrategia global estadounidense, no sólo por su potencial de
maica en uno de los inversión y comercio, sino también por su paper geopolítico parã consolidar
rrollo. Y mientras el el poderío naval estadounidense.
los servicios sociales El deseo idealista de expulsar a España del hemisferio sin duda tuvo un pa-
rchenta, la renta per pel importante en la decisión estadounidense de invadir puerto Rico. Después
nenos de 1.300 dóla- de todo, España parecía representar a los elementos más reaccionarios àe la
sociedad europea. Era una monarquía colonial que parecía defender todo lo
regresó al poder con que Estados unidos declaraba rechazar y representaba una continua violación
Seaga. Como en los de la Doctrina Monroe. La aceptación popular de la .leyenda negra> acerca de
os manuales y los po- sus atrocidades en América contribuía más a mantener esta convicción.
J internacional como Pero quedaba una cuestión básica: ¿por qué Estados unidos tomaba
a y E,stados Unidos. Puerto Rico como colonia cuando estaba ayudando a cuba a l<lgrar su inde-
:ión a Esta-dos Uni- pendencia? La diferencia puede muy bien residir en la historia àe ambas is-
con el FMI sobre la las. En la segunda existía un antiguo movimiento insurgente armado contra
ención de privatizar España y era una isla mucho más difícil de invadir. sin embargo, puerto Rico
adversario conserva- cstaba en vías de negociar un acuerdo y podía presentar menos resistencia
al en la industria de ante fuerzas exteriores. Cuando se hallaba en el curso de esas negociaciones,
ional". se vio atrapada en una lucha compleja entre potencias importanies y los in-
traspasó el poder a surgentes cubanos.
332 Historia utntempnrúnea de Antérica [.,ulirut

A finales cle siglo, Puerto Rico presentaba claros signos de la dominación perfeccionamiento de la c¡
española. Durante el periodo colonial la isla se había utilizado como una im- apoyó la conversión en ur
portante guarnición militar y un centro comercial, papel que se intensificó pendencia completa decid
cuando el tráfico de esclavos alcanzó su cima en el siglo xvltl. La producción sido clamorosa y notoria
de azúcar se convirtió en la principal empresa agrícola. También había pe- atentó contra la vida del p
queños campesinos, los jíbaros, individuos rústicos que cultivaban la dieta bá- Las fuerzas que aboga
sica y ayudaban a mantener una economía diversificada. Debido a ellos, la dos Unidos, representados
población esclava siempre fue minoritaria. La destrucción de la economía las elecciones para goberr
campesina no se ocasionó por el énfasis otorgado al azicar clurante la colo- Carlos Romero Barceló, er
nia, como pasó en otras partes del Caribe, sino debido a la innovación tec- en un estado pleno propor
nológica del siglo xx. mayor acceso a los progr,
Desde la llegada de los marines, Puerto Rico ha mantenido una relación miento económico y haría
peculiar con Estados Unidos. A partir de 1898, los residentes de la isla no tu- da clase> vinculado con la
vieron una posición totalmente clara. En 1917 se les otorgó la ciudadanía es- pular a este movimiento t
tadounidense.En1,947, casi medio siglo después de la invasión, se le permi- Barceló era alcalde de Sar
tió intentar autogobernarse. En 1952 1.e le otorgó la categoría de <estado El partido que apoya I
i libre asociado> a Estados Unidos, que sigue siendo una situación ambigua: pular Democrático (PPD).
i no es ni una colonia ni un estado, sino algo intermedio, gente más prominente era
Para desarrollar la isla y proporcionar inspiración a América Latina, Es- dida de autonomía es nr
tados Unidos colaboró con el dinámico gobernador Luis Muñoz Marín para cultural de la isla. Dentro
llevar a cabo la noperación Bootstrap> durante los años cincuenta y sesenta. dado también un mayor gr
Con este plan, el gobierno federal estadounidense alentaría las inversiones Hernández Colón promov
en Puerto Rico mediante una serie de exenciones fiscales y otras concesiones, para la isla y ha desempe:
que estimularían la inversión en infraestructura básica y en la mejora de la cepto de <planta doble": c
fuerza laboral. El resultado fue atraer industrias relativamente pequeñas, en das, para que las fases ini
su mayoría de trabajo intensivo. haga el ensamblaje final e¡
La ooperación Bootstrap> produjo cambios tremendos en la vida social y presenta una respuesta a I
económica. Las haciendas y pequeñas fincas azucareras fueron reemplazadas unidense, que reducía las
por fábricas; a medida que prosperaba la industrialización, los ciudadanos se denses afincadas en Puertc
unían a las filas de la clase obrera. Pero la inversión externa no proporcionó empresas extender sus op€
suficientes trabajos para absorber el crecimiento de la población en edad la- niendo su posición fiscal p
boral y el resultado fue un desempleo masivo. Hacia los años ochenta
Una consecuencia de esta tendencia fue acelerar el flujo de emigrantes a en tres partidos: el Partid
Estados Unidos, clonde ahora reside un 40 por 100 de puertorriqueños. La por el senador Rubén Bal
mitad de la población emigrante decir, el 20 por 100 del total- vive izquierdista Carlos Gallisá
-es
ahora en Nueva York. En cierto sentido, ahora existen dos Puerto Ricos: uno nocido como los macheter<
en la isla y otro en tierr-a firme. Por ¡iupuesto. hay movimiento y comunica- Armadas de Liberación N
ción entre ambos, pero las dos comunidades están separadas por tensiones ban una resistencia armad¡
sociales y diferencias culturales. Como si se tratara de demostrar este hecho, tos esporádicos de violenc:
a los puertorriqueños residentes en Nueva York se los conoce a veces como La preocupación por li
neo - riutns (neorriqueños). sobre todo por la recesión
La vida política de la isla es activa y ordenada. El primer responsable eje- comienzos de los años nov,
cutivo es el gobernador, que se elige cada cuatro años. El tema dominante ha de 1992 favoreció a Pedro
sido la relación de la isla con Estados Unidos. En un plebiscito celebrado en vertir Puerto Rico en un t
1967 sobre esta cuestión, un 60 por 100 estuvo a favor de la continuación y bernador fue dar una ley o
El Caribe 333

lnos de la clominación perfeccionamiento de la categoría de estado libre asociado, y un 38 por 100


tilizado como una im- apoyó la conversión en un estado de la unión. Quienes sostenían la inde-
rel que se intensificó pendencia completa decidieron boicotear el plebiscito, pero esta facción ha
) xvilt. La Producción sido clamorosa y notoria (en 1947, de hecho, un grupo pro independencia
a. También había Pe- atentó contra la vida del presidente estadounidense Harry S. Tiuman).
:ultivaban la dieta bá- Las fuerzas que abogaban por su conversión en un estado más de Esta-
Ja. Debido a ellos, la dos Unidos, representados por el Partido Nuevo Progresista (PNp), ganaron
:ción de la economía las elecciones para gobernador en 1968, 1976 y 1980. Bajo la dirección de
:úcar durante la colo- carlos Romero Barceló, este grupo suscribe la creencia de que su conversión
r a la innovación tec- en un estado pleno proporcioñaria una clase trabajadora puertorriqueña con
mayor acceso a los programas federales de bienestar, estimularía el creci-
rntenido una relación miento económico y haría desaparecer el estigma de
"ciudadanos de segun-
entes de la isla no tu- da clase> vinculado con la categoría de estado libre asociado. El apoyo po-
rrgó la ciudadanía es- pular a este movimiento provino en especial de las zonas urbanas. Romero
invasión, se le permi- Barceló era alcalde de San Juan antes de ser gobernador.
categclría de "estado El partido que apoya la situación de estado libre asociado, el partido po-
ra situación ambigua: pular Democrático (PPD), ganó las elecciones en1972,1984 y 1988. su diri-
gente más prominente era Rafael Hernández colón, que creía que cierta me-
Rrné.i.u Latina, Es- dida de autonomía es necesaria para preservar la identidad histórica y
is Muñoz Marín para cultural de la isla. Dentro de la relación de estado libre asociado, ha deman-
s cincuenta y sesenta. dado también un mayor grado de autonomía significativa. como gobernador,
ntaría las inversiones Hernández colón promovió de forma activa relaciones de ámbito mundial
:s y otras concesiones, para la isla y ha desempeñado un papel dirigente en el desarrollo del con-
y en la mejora de la cepto de <planta doble": dividir el proceso de producción en partes separa-
amente pequeñas, en das, para que las fases iniciales se efectúen en otra región del Caribe y se
haga el ensamblaje final en Puerto Rico. En gran medida, esta estrategia re-
Jos en la vida social y presenta una respuesta a los cambios efectuados en el código fiscal estado-
fueron reemplazadas unidense, que reducía las exenciones fiscales para las compañías estadouni-
ón, los ciudadanos se denses afincadas en Puerto Rico. La idea de la planta doble permitiría a estas
terna no proporcionó empresas extender sus operaciones a otras partes del caribe y seguir mante-
roblación en edad la- niendo su posición fiscal privilegiada.
Hacia los años ochenta, las fuerzas proindependentistas estaban divididas
flujo de emigrantes a en tres partidos: el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), dirigido
puertorriqueños. La por el senador Rubén Barrios; el Partido Socialista Puertorriqueño, bajo el
100 del total- vive izquierdista carlos Gallisá; y el Ejército Popular Boricua (EPB), también co-
los Puerto Ricos: uno nocido como los macheteros, y sus colaboradores en tierra firme, las Fuerzas
,imiento y comunica- Armadas de Liberación Nacional (FALN). Estos últimos grupos demanda-
,aradas por tensiones ban una resistencia armada contra la dominación colonial y patrocinaban ac-
lcmostrar este hecho, tos esporádicos de violencia organizada.
conoce a veces como La preocupación por las cuestiones económicas creció constantemente y,
sobre todo por la recesión en Estados Unidos; Puerto Rico sufrió un bajón a
imer rcsponsable eje- comienzos de los años noventa. En esta atmósf'era, la elección de gobernador
rl tema dominante ha de 1992 favoreció a Pedro Rosselló del PNP, que prometió presionar por con-
ebiscito celebrado en vertir Puerto Rico en un estado de la Unión. Su primera medida como go-
de Ia continuación y bernador fue dar una ley otorgando al inglés un estatus igual al español como
334 Historiu contemporánea de América Lutina

idioma oficial. Y en noviembre de 1993, cumpliendo una promesa de su cam- de el Partido Progresista r
paña, Rosselló convocó un nuevo plebiscito sobre el estatus de la isla. Para Esto revela alavez la difel
la sorpresa de muchos observadores, la posición que defendía el estado aso- general de la escena polítir
ciado ganó con 48,4 por 100 del voto;la unionista obtuvo e|46,2 por 100; los Guadalupe y Martinicz
independentistas sólo consiguieron el 4,4 por 100. Este resultado parece ha- mo y la ayuda directa de F
ber resuelto la cuestión. En el futuro previsible, Puerto Rico continuará con alta calidad. El sector públ
su curiosa relación con Estados Unidos. ral. Sin embargo, el desem¡
chos residentes emigran a
las continuará dependiendr
Antillas Menores: las luchas de los microestados a aumentar su presencia er
Las Antillas Holandesa
Las Antillas Menores son una serie de pequeñas islas situadas al noreste de po ABÇ Bonaire
Venezuela. Algunas han obtenido la independencia en las últimas tres déca- -Aruba,
ción administrativa que tier
das y otras permanecen bajo la tutela colonial o con una posición de estados jefe de Estado oficial es la r
libres asociados. Como en Puerto Rico, la cuestión de la independencia na- bernador y un primer minisr
cional continúa persistiendo. tiene la responsabilidad sot
Täl es el caso de las islas Thrks y Caicos, las islas Vírgenes, las islas Cai- la federación ha comenzadc
mán y Monserrat. Todas están ligadas a la corona inglesa. La economía de la beranía nacional desde hac,
mayoría de estas islas se basa fundamentalmente en la agricultura y el turis- Las islas presentan un¿
mo, con pequeñas incursiones recientes en la manufactura. La mayor parte bancarias asentadas en su
de la infraestructura está relacionada con el turismo, en especial la industria embargo. a finales de los a
hotelera y de transportes (incluidos los aeropuertos). Los productos de ex- sión de abandonar las islas
portación abarcan artículos de cuero, bolsas de plástico, textiles, fibra de vi- bustible en la región noror
drio y componentes electrónicos. La pesca también es una actividad impor- yes estadounidenses amen¿
tante y una fuente común de tensión entre las islas cuando se agotan las industria bancaria, lo que p
reservas.
los ingresos para el gobierr
El Caribe francés está formado por las islas de Martinica y Guadalupe. do en 1983 por la devaluacì
Ambas fueron colonizadas por los franceses en la década ae |.p3Q y, junto con las vacaciones en Aruba y
Haití y <ltras posesiones, formaron el núcleo de los intereses lucrativos en pectivas económicas y polí
café, y azúcar de la madre patria en América. (<Hemos perdido Canadá
-re-
conocería un ministro de Estado- tras los catastróficos resultados de la gue-
ciertas.
La nación más grande ,
rra de los Siete Años-, pero seguimos conservando Martinica".) lonizada en principio por F
En 1946 los residentes de Martinica y Guadalupe votaron unirse a Fran- isla fue administrada como
cia como provincias de ultramar (departement d'outre-mer) y por ello reci- siguió la independencia tot
bieron todos los derechos de la ciudadanía francesa. La administración local nomía diversificada (que in
está en manos de un consejo elegido de forma democrática. Las fuerzas isla una renta per cápita de
proindependentistas se encuentran en los márgenes políticos, aunque ha apa-
vada de la,región, aunque
recido un movimiento importante en Guadalupe bajo la dirección de un mé-
tantes. A mediaclos de los a
dico formado en Francia, el doctor Claude Makouke. Por el momento, la ma-
a menos de 3.000 dólares.
yoría parece preferir la estabilidad del dominio francés a las incertidumbres
El principal representar
de la independencia.
Tobago, Eric Willíams, se c
Bajo el gobierno socialista de François Mitterand en Francia, una refor-
Caribe. Bajo su dirección,
ma política otorgó pequeñas ventajas a los grupos de izquierdas. En Guada-
miento Nacional Popular) ,
lupe la izquierda se hizo con veinticuatro de los cuarenta y dos escaños del
l97l y se convirtió en prin
Parlamento, con lo que se convirtió en mayoría; no fue así en Martinica, don-
embargo, pronto desafió su
El Ceribe 335
lâ promesa de su cam- de el Partido Progresista obtuvo sólo diez de los cuarenta y ocho escaños.
rstatus de la isla. Para Esto revela alavez la diferencia existente entre las dos islas y la moderación
lefendía el estado aso- general de la escena política.
wo el 46.2 por 100; los
Guadalupe y Martinica dependen básicamente de la agricultura, el turis-
: resultado parece ha-
mo y la ayuda directa de Francia. Los sistemas eclucativoJy de salud son de
c Rico continuará con alta calidad. El sector público emplea del 33 al 35 por 100 de la fuerza labo-
ral. sin embargo. el desempleo se mantiene elevadò, un 2g-30 por 100, y mu-
chos residentes emigran a Francia en busca de trabajo. El futúro de esias is-
las continuará dependiendo de parís, aunque Estados unidos ha comenzado
.croestados a aumentar su presencia en la zona.
Las An_tillas Holandesas son San M4¡tín, San Eustaquio y elllamado gru-
situadas al noreste de po ABÇ
-Aruba, que tienéy curaçao-,-i'ò¿ur las cuales forman una federa-
Bonairé
las últimas tres déca-
cion àäministrativa su sedã en la ciudad de willemstad (curaçao). El
ra posición de estados jefe de Estado oficial es la reina de Holanda. representada en la iila por
la independencia na- un go-
bernador y un primer ministro. Las islas se autogobiernan, aunque Holandaie-
y'írgenes, las islas Cai- tiene la responsabilidad sobre los asuntos exteriores y militarei. Sin embargo,
la federación ha comenzado a desmembrarse. Aruba ha venido buscando la so-
sa. La economía de la
beranía nacional desde hace tiempo y la obtendrá eir tqqO.
agricultura y el turis-
Las islas presentan una fuerte dependencia ctel lü...iTffio, de las empresas
:tura. La mayor parte
bancarias asentadas en su paraíso fiscal y cle las refinerías de petróleo. Sin
n especial la industria
embargo, a finales de los años ochenta, la compañía Exxon anunció su deci-
Los productos de ex-
sión de abandonar las islas debido a la disminución cle la demanda de com-
o, textiles, fibra de vi-
bustiblè en la región nororiental de Estados unidos. Los cambios en las le-
una actividad impor-
yes estadounidenses amenazaban con poner en apuros al paraíso fiscal de la
cuando se agotan las
industria bancaria, lo que podía llevar a unas pérdidas del25 al40 por 100 de
los ingresos para el gobierno local. y el turismo de venezuela se vio afecta-
artinica y Guadalupe.
do en 1983 por la devaluación de su moneda, el bolívar, hecho que encareció
la de 1630 ¡ junto con
las vacaciones en Aruba y otras partes para sus viajeros. por éllo, las pers-
ntereses lucrativos en
pectivas económicas y políticas de las Antillas Holandesas parecen atgã in-
perdido Canadá
; resultados de la-re-
ciertas.
gue-
nación más grande de las Antillas Menores es Tliqfdad y
lartinica>.) þ*bagorco_
lonizada en principio por Espaia y ruego romada por rñgdårri en r79I/. La
'otaron unirse a Fran-
-mer) y por ello reci- isla fue administrada como una-colonia de la coronã ingleia hasta 1962 y con-
siguió la independencia total como república en r976. En un tiempo, lâ
l administración local nomía diversificada (que incluía la producción cle petróleo) propoicionó "co-
rocrática. Las fuerzas a la
isla una renta per cápita de casi 7.000 dólares. Eracon diferència la más ele-
íticos, aunque ha apa-
vada de la región, aunque el desempleo y la inflación eran problemas cons-
a clirección de un mé-
tantes. A mediados de los años ochenta, la renta per cápita había descendido
¡r el momento, la ma-
a menos de 3.000 dólares.
i a las incertidumbres
_ El principal representante del movimiento independentista de Tiinidad y
-
:n Francia, una refor- Tobago, Eric williams, se convirtió en uno de los más famosos políticos clél
zquierdas. En Guada-
caribe. Bajo su dirección, el people's National Movement 1ËNv, Movi-
nta y dos escaños del miento Nacional Popular) obtuvo todos los escaños de la asamblea local en
1971 y se convirtió en primer ministro sobre una cresta de populariclad. Sin
así en Martinica. don-
embargo, pronto desafió su autoridad el conflicto con el movimiento obrero
336 Historis contemporánes de América Latina

y la persistencia del desempleo crónico ayudó a alentar la formación de nue- por las fuerzas soviéticas t
vos partidos de izquierda. Williams murió en 1981 cuando aún era una figu- probó pero se hizo domin¿
ra reverenciada y le sucedió su ministro de Agricultura. En asuntos exteriores
Las crecientes dificultades económicas de mediados de los años ochenta nearse con Cuba y declari
llevaron a una pérdida del control por parte del PNM y a la victoria de la Na- rios de todo el Tercer Mu
tional Alliance for the Reconstruction (Alianza Nacional para la Recons- trechos con la Unión Sov
trucción) bajo la dirección de A. N. Robinson. Se estaban efectuando planes Unidos reaccionó de forn
para aumentar el turismo y la inversión extranjera. A pesar de ello, Tiinidad ominosos acerca de la sig
y Tobago sigue determinada a salvaguardar la independencia política y eco- mas caribeñas. Una vez m
nómica ganada con tanto esfuerzo. ría en prenda en el foro g
El acontecimiento más dramático de la vida política de las Antillas Me- La administración Re;
nores ocurrió en la diminuta isla_d9.Ç¡4-¡Ad.a, en octubre- d9..19-Q3: la invasión Europa Occidental para qr
militar de Estados Unidos. Esta acción fue precipitada por una serie de he- sión, Estados Unidos ofre
chos internos que culminaron con el asesinato de varios miembros del go- con la condición de que Er
bierno y el primer ministro, Maurice Bishop. La justificación pública que nueve años Bishop respor
ofreció la administración Reagan para su intervención fue la necesidad de nadìg,t y de inmediato con
proteger a los ciudadanos estadounidenses de la isla, incluidos los estudian- Las luchas intestinas <

tes de una escuela médica local. Esta explicación se vio reforzada por una pe- otoño de 1983. A comienz,
tición de ayuda decisiva efectuada por los gobiernos conservadores de los mando de Bernard y Phyll
países vecinos, incluido el equipo de Seaga de Jamaica. Pero la razón real, se- jeron a una brutal ejecuci(
gún muchos observadores, era el giro izquierdista de la política granadina en ministración Reagan consi
los asuntos internos y en especial en los internacionales. El25 dç octubre, un contir
La historia comienza con la formación del People's Revolutionary Go- Granada" aplastaron la m<
vernment (PRG; Gobierno Revolucionario Popular), movimiento populista El desafío real era la r,
que se desarrolló como reacción al liderazgo corrupto e irresponsable de Eric Bretaña retenía una apar
Gairy tras la consecución del autogobierno bajo el dominio inglés. Con la di- miembro de la Commonwr
rección carismática del popular Maurice Bishop, el PRG alcanzó el poder en baron celebrándose nueva
1979 y emprendió una serie de reformas. Nuevas instituciones reemplazaron pués de la invasión, y la v
al obsoleto y decrépito aparato del Estado; un código de trabajo estableció la como el National Party (l
legalidad de los sindicatos y llevó a un aumento masivo de afiliaciones; las or- asuntos vagos que no proc
ganizaciones alentaban en todas partes la participación diaria en los asuntos El país sufrió una trar
públicos y locales. En un esfuerzo por diversificar la economía, dependiente do durante los años ochel
en gran medida de la exportación de un único producto (nuez moscada), Bis- tación descendieron a car
hop y sus consejeros trataron de fortalecer la infraestructura del país cios mundiales (de la nue
-me-
jorando las carreteras y las técnicas de cultivo- y también explorar nuevos, aumentó al40 por 100, y r
métodos de mercado y embalaje. El PRG también extendió el papel del Es- breza incluso se duplicó.
tado en los asuntos económicos, cuadriplicando las inversiones del sector pú- mente dejó el cargo de p:
blico en comparación con el régimen de Gairy. Como resultado aparente de ron al poder a Keith Mit
esta estimulación, los salarios reales aumentaron, creció el empleo y la pro- (Nuevo Partido Nacional
ducción se elevó un 5,5 por 100 en 1982. esta diminuta isla esperar
Granada también trató de desarrollar el turismo, que se convirtió en un núa en una especie de lin
hueso disputado. Un requerimiento clave sería la construcción de un nuevo
aeropuerto que pudiera controlar el tráfico de las líneas comerciales de Euro- Hacia los años noven
pa y Estados Unidos. Pero cuando el proyecto comenzó, la administración Re- llamados <microestados>
agan decidió que el aeropuerto era una amenaza militar porque sería usado escasos recursos, afrontar,
El Caribe 337

rtar la formación de nue- por las fuerzas soviéticas u otras antiestadounidenses. La acusación nunca se
:uando aún era una figu- probó pero se hizo dominante en la qontroversia regional sobre el asunto.
ura. En asuntos exteriores fue donde el PRG dio los pasos más osados al ali-
rdos de los años ochenta nearse con Cuba y declarar su solidaridad con los movimientos revoluciona-
4y ala victoria de la Na- rios de todo el rercer Mundo. Esto llevó al cultivo de vínculos bastante es-
acional para la Recons- trechos con la unión Soviética y Europa oriental. El gobierno de Estados
taban efectuando planes unidos reaccionó de forma negativa y comenzó a emitir pronunciamientos
A. pesar de ello, Tiinidad ominosos acerca de la significación económica y militar de las rutas maríti-
rendencia política y eco- mas caribeñas. Una vez más, la situación estratégica de la región la converti-
ría en prenda en el foro global.
ítica de las Antillas Me- La administración Reagan intentó éxito-
ubre dc, 19-83: la invasión -sin y apoyo disuadir
Europa Occidental para que aportaran ayuda
a los aliados de
a Granada. En una oca-
rda por una serie de he- sión, Estados unidos ofreció proporcionar fondos para el nuevo aeropuerto
¡arios miembros del go- con la condición de que Estados unidos pudiera alquilarlo durante noventa y
ustificación pública que nueve años" Bishop respondió airado que su país ..no sería el patio trasero de
ión fue la necesidad de
t
nadie¿ y de inmediato concedió el contrato a una empresa inglesa.
r, incluidos los estudian- Las luchas intestinas dentro del gobierno de Granada aumentaron en el
io reforzada por una pe- otoño de 1983. A comienzos de octubre, un grupo de radicales de línea dura al
rs conservadores de los mando de Bernard y Phyllis Coard arrebataron el poder a Bishop y lo condu-
a. Pero larazón real, se- jeron a una brutal ejecución. Siguió el caos y se creó un vacío de poder. La ad-
la política granadina en ministración Reagan consideró que era su oportunidad y decidió invadir la isla.
rles. El 25 de octubre, un contingente de tropas estadounidenses desembarcaron en
rle's Revolutionary Go- Granada, aplastaron la modesta resistencia y sometieron la isla de inmediato.
), movimiento populista El desafío real era la restauración de la tãgitimiaaa política. Aunque Gran
r e irresponsable de Eric Bretaña retenía una apariencia de autoridad formal, ya que Granada era
rminio inglés. Con la di- miembro de la commonwealth, Estados unidos ejerció el poder de fact.o. Aca-
RG alcanzó el poder en baron celebrándose nuevas elecciones en diciembre de 198-4, justo un año des-
tituciones reemplazaron pués de la invasión, y la victoria recayó en un elemento moderado, conocido
r de trabajo estableció la como el National Party (Partido Nacional). Las elecciones siguientes fueron
¿o de afiliaciones; las or- asuntos vagos que no produjeron un hombre de Estado significativo. l¡r
ón diaria en los asuntos El país sufrió una transición lenta y penosa hacia la economía de merca- ,irl
!ii
Il
economía, dependiente do durante los años ochenta e inicios de los noventa. Los ingresos de expor- fii

:to (nuez moscada), Bis- tación descendieron a causa de plagas en las cosechas y la caída de los pre- iil
itructura del país cios mundiales (de la nuez moscada, las bananas y el cacao). El desempleo
ì,

-me-
rmbién explorar nuevos, aumentó al40 por 100, y el número de personas por debajo del límite de po-
ji
,l
xtendió el papel del Es- breza incluso se duplicó. A comienzos de 1995 Nicholas Brathwaite final- l,i
t:i
versiones del sector pú- mente dejó el cargo de primer ministro y las elecciones subsiguientes lleva- rl
o resultado aparente de ron al poder a Keith Mitchell. un afable populista del New National party tr

:ció el empleo y la pro- (Nuevo Partido Nacional) de centro izquiercla. Mientras los habitantes de
esta diminuta isla esperan el cambio económico, parece que Granada conti-
, que se convirtió en un núa en una especie de limbo político: ni es independiente ni es una colonia.
nstrucción de un nuevo
as comerciales de Euro- Hacia los años noventa los pequeños países del Caribe, con frecuencia
ó, la administración Re- llamados <microestados, o <miniestados> a causa de su pequeño tamaño y
itar porque sería usado escasos recursos, afrontaron sobrecogedores desafíos de gobernabilidad. Los
338 Historia contemporánea de América Latina

estados encontraron cada vez más difícil imponer una política económica y
social y establecer una autoridad efectiva. Un ejemplo de este problema apa-
reció en julio de 1990, cuando 113 miembros de un grupo musulmán perifé-
rico intentaron dar un golpe de Estado en Tiinidad y Tobago, tomando como
rehenes al primer ministro y gran parte del gabinete durante varios días. Centro
Aunque fueron finalmente reducidos, los conspiradores perpetraron su in- dicl
tento con sólo 130 armas, Ia mayoría compradas en armerías de Florida. Qui-
zá más insidiosa a largo plazo es la llegada de narcotraficantes que buscan
utilizar las islas caribeñas como un corredor para transportar marihuana. co-
caína y heroína. "No sería difícil para los narcotraficantes copar un partido
político, dirigirse a electores potenciales clave, y conseguir el poder
-decía
el primer ministro de Santa Lucía-. Luego uno tendría toda la parafernalia
gubernamental sirviendo a los intereses del narcotráfico local o internacio-
nal.> Hasta este punto. Ia soberanía de estas islas-estados se ha convertido en fl entroamérica ha reci
una preocupación para todo el hemisferio. \-, unidenses. Este descr
chivos, bibliotecas y centr(
a su vez se justifica de forn
parecer menos significati'
debe a la suposición comt
rrollada de un mundo en v
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sado, los últimos lugares d
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imagen. Si desechamos la
que coloca a Centroamér
mundial, la historia de la
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Además, su historia o
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de cste problema apa-
upo musulmán perifé-
bbago, tomando como
e durante varios días. Centroamérica: colonialismo,
'es perpetraron su in-
dictadura y revolución
rerías de Florida. Qui-
raficantes que buscan
,portar marihuana, co-
ntes copar un partido
:guir el poder
-decía
ía toda la parafernalia
rco local o internacio-
os se ha convertido en ¡/^1 entroamérica ha recibido una escasa atención de los estudiosos estado-
\-, unidenses. Este descuido se debe en parte a la pobreza relativa de los ar-
chivos, bibliotecas y centros cle investigación sobre las naciones del istmo, que
a su vez se justifica de forma parcial por la pequeñ,ez de los países, que los hace ri
ji
parecer menos significativos que Argentina, Brasil o México. Y también se
debe a la suposición común de que están atrasados: es la región menos desa- lr

rrollada de un mundo en vías de desarrollo. Dominadas por dictadores, las <re- li


,"1

públicas bananeras> del istmo se consideraban adormecidas reliquias del pa- F


sado, los últimos lugares donde se alzaría una revuelta popular. ll

Los trastornos de Nicaragua y El Salvador han desafiado con fuerza esa H

imagen. Si desechamos la teoría de la modernizaciín y seguimos un enfoque l{

que coloca a Centroamérica dentro del contexto de la economía capitalista f,t

I
tit
mundial, la historia de la región comienza a adquirir un nuevo significado.

Como veremos, Centroamérica llegó a desarrollar economías de plantación tir

clásicas, hecho que tuvo un efecto decisivo en las relaciones de clase y los re-
!;r

i,l
sultados políticos. Por ello, el istmo proporciona una variación más sobre la
i;
interrelación del cambio socioeconómico y la transición política.
Además, su historia ofrece la oportunidad de examinar y comprender las
políticas de Estados Unidos, que mediante el comercio, la inversión, la inva-
sión y la diplomacia obtuvo una extraordinaria influencia sobre las tenden-
cias y acontecimientos de la región. El uso (y abuso) de este poder no sólo l'l
,.i
proporciona una perspectiva de la conducta estadounidense, sino que tam- 'i
bién enriquece nuestra comprensión de los modos como los latinoamericanos
han interpretado los motivos y acciones del ,,coloso del norte>.

Antecedentes coloniales
La naturaleza dotó a Centroamérica de una belleza singular. Desde Guate-
mala hasta Panamá, el istmo exhibe muchos contrastes: una cordillera espec-
tacular, salpicada de volcanes de 3.ü)0 metros o más; algunas zonas áridas y
verdes junglas a lo largo de la costa. Gran parte del suelo es fértil y el clima
340 Historia contemporánea de Améric(t Latina

es templado durante todo el año, cálido durante las mañanas y fresco por las
tardes. Existen lagos en las zonas montañosas pero no ríos navegables im-
portantes (con la posible excepción del río San Juan en Nicaragua). Tampo-
õo cuentan las costas con puertos naturales de una profundidad adecuada. La
naturaleza también puede traer calamidades mediante lluvias torrenciales,
huracanes y violentos terremotos.
Durante los tiempos precoloniales, Centroamérica fue un punto de en-
cuentr6 para las culturas mesoamericanas, SuramericanaS y caribeñas. En
contraste con México y Perú, no hubo un imperio indio centralizado. Los
pueblos indígenas vivían en comunidades autónomas y estables que comer-
ciaban entre sí. Desde el año 500 a.C., apareció una civilización relativamen-
te avanzada en las tierras altas de Guatemala y El Salvador, muy influida por
la cultura olmeca de la costa mexicana de Veracruz-Tabasco. Siguieron des-
pués asentamientos nahuas y en las tierras bajas del norte de Guatemala apa-
ieció la cultura maya clásica. El periodo comprendido entre los años 600 y
900 d.C. marcó el punto culminante del Antiguo Imperio Maya, como se le
denominó en otro tiempo a pesar de que no constituyó una unidad política
con una organización elevada.
Los españoles llegaron por vez primera a la región Y.qs-co Núñez
"n 11q1.
de Balboa avistó el océano Pacífico en 1513 y estableció su poder en lo que o
ahora es Panamá. En la década de 1520, ya bajo la presión de las autorida- ,o
.o
des de la corona española, Hernán Cortés avanzó hacia el sur hasta Hondu- È

ras. Pedro de Alvarado emprendió una expedición desde ciudad de Méxiöo Ø
G
por la misma época y, como otros conquistadores, supo aprovecharse de las !
l
c
hostilidades existentes entre dos grupos indios, los quichés y los cakchiquele¡ o
I
(que se convirtieron en sus aliados). Como ocurrió también en otros lugares, Ø
o
los conquistadores comenzaron pronto a luchar entre ellos. La columna de ñ
Alvarado llegó a un punto muerto en su encuentro con las fuerzas de Pedro U
c)
Arias de Ávila, más conocido como Pedrarias Dávila, que fundó la ciudad de =
UJ
d)
Panamá en 1524.
A mediados del siglo xvl, la corona española estableció el reino de Gua-
temala como parte del virreinato de Nueva España. Incluía lo que después se
convertiría en Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala,
Belice (Honduras Británica) y el estado mexicano de Chiapas' Su capital era
la ciudad serrana de Santiago de Guatemala. luego conocida como Antigua.
Panamá cayó bajo la jurisdicción de Perú.
La diversidad cle culturas indias hizo que los españoles penetraran en
Centroamérica por etapas y no de una sola vez, y que cada conquista requi-
riera el establecimiento de un nuevo gobierno. El resultado fue la descen-
tralización. Los municipios asumieron la autoridad cotidiana y los ayunta-
mientos se convirtieron en los cuerpos de gobierno más importantes. Aunque
nominalmente se hallaban bajo el control de virreinatos distantes, los re-
sidentes españoles del istmo funcionaban en realidad bajo órdenes reales
particulares.
La Iglesia siguió los talones a la conquista. El clero secular y regular, en
Centroamérics 341

añanas y Iresco Por las


lo ríos navegables im-
:n Nicaragua). Thmpo-
tundidad adecuada. La
te lluvias torrenciales,

¡ fue un punto de en-


ranas y caribeñas. En
:rdio centralizado. Los
y estables que comer-
vilización relativamen-
ador, muy influida por
abasco. Siguieron des-
rte de Guatemala apa-
l entre los años 600 y
:rio Maya, como se le
/ó una unidad política

1|q1. !-asco Núñez


"n su poder en lo que -i
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ltidiana y los ayunta-
;importantes. Aunque
atos distantes, los re-
I bajo órdenes reales

r secular y regular, en
342 Historia contemporánea de Arnéricu Latine

especial franciscanos y dominicos, tomó parte activa en los esfuerzos misio- nárquico. La abdicación de
neros. A mediados del siglo xvll había ya759 iglesias por toda la región, que completa. Chiapas permant
tendrían un arzobispo en I'145. Pronto se convirtió en una poderosa fuente a Guatemala (excluido Pan
de autoridad. Centroamérica.
La actividad económica era tnodesta. La minería fue una actividad poco A pesar de la discordir
importante desde los comienzos. El principal producto de exportación era el
cacao, aunque Venezuela acaparó pronto este mercado. Luego el añil se im-
de España
-y de México-
del istmo no padecieron la
puso como principal exportación y hubo un abultado tráfico de contrabando tes durante la década de 1l
de tabaco. En la década de 1660. los ingleses establecieron un asentamiento brevivió casi intacto.
en la desembocadura del río Belice (más tarde Honduras Británica), que uti- De este modo, el istmt
lizaron como base para el comercio de palo de tinte y caoba, y para hacer in- ca políticamente unificada
cursiones como bucaneros. Pero, en general, Centroamérica no era una fuente hacía tiempo a los patriota
de gran riqueza, por lo que recibió poca atención de la corona española. lorado en los años venidel
El vértice de la estructura social lo controlaba una elite doble. Una par- Como pasó en otras p
te estaba formada por los burócratas nacidos en España o peninsulares, cuya americana se dividió en do¡
base política era la Audiencia de Guatemala; la otra incluía a los latifundis- abogaban por continuar la
tas nacidos en aquellos territorios o criollos, cuya fuerza residía en los cabil- Defendían el aumento de l:
dos municipales. En la parte inferior se encontraba la mano de obra, com- la esclavitud, la eliminaciól
puesta por indios y esclavos africanos. Thmbién surgió un estrato mestizo rrollo económico. Su apoy,
conocido como ladinos, que trabajaban como obreros asalariados o pequeños blanca y ladina, y de los se
agricultores en el campo y como artesanos, comerciantes y buhoneros en las de la aristocracia latifundis
ciudades. Casi al final del periodo colonial, aproximadamente el 4 por 100 de ción y tuvieron una fuerza
la población de la región era blanca (ya fuera española o criolla), un 65 por Los conservadores de.
100 era india y un 31 por 100 ladina (incluida la de ascendencia negra). Apoyaban las institucionet
su suspicacia por la refort
criollos, abogaron primero
Independencia: la lucha por la unificación sición proteccionista cuanr
cial británica.
Durante el siglo xvlu, la monarquía borbónica intentó reafirmar el control real En la década de 1820 I
sobre la América española, paso que redujo la autonomía política de la clase obtener el dominio. La C
criolla latifundista. En Centroamérica, el descenso continuado de la produc- dounidense como a la espz
ción de cacao y la precipitada caída del comercio de añil entre las décadas de do de Francisco Morazán,
1790y 1810llevó a un descontento mayor en las filas criollas. Estos factores au- comenzaron una campaña
mentaron las antiguas diferencias existentes entre la burocracia imperial y la de poder. Después de mu<
aristocracia local, entre la capital y las provincias.
Cuando florecían movimientos independentistas por todas partes, el ca-
pitán general Joqé de Bustamante se las arregló para mantener el control es- Rafael Carre
pañol de Centroamérica, en gran medida porque forjó una alianza con los la-
dinos e indios contra los criollos advenedizos. Sin embargo, se le forzó a El año 1837 trajo conmoc
marcharse en 1818 y la adopción por parte de España de una Constitución li- ñosas de Guatemala comt
beral en 1820 tuvo repercusiones por toda la región. A mediados de 1821 la pesina que desafió al Est¿
declaración de Agustín de Iturbide del Plan de Iguala en México forzó la si- ron a sus feligreses, agobia
tuación. Temiendo en buena medida ser "liberados> por las tropas mexica- proclamando que una epi
nas, los latifundistas conservadores decidieron romper con la España ahora del año anterior- era un
radical y en enero de 1.822 proclamaron la anexión del istmo al México mo- la causa. La guerra de casl
Centroumérica 343

r los esfuerzos misio- nárquico. La abdicación de Iturbide al año siguiente llevó a la independencia
rr toda la región, que completa. Chiapas permaneció con México. Los otros estados, de Costa Rica
una poderosa fuente a Guatemala (excluido Panamá), se convirtieron en las Provincias Unidas de
Centroamérica.
e una actividad Poco A pesar de la discordia y el desacuerdo, Centroamérica logró separarse
Je exportación era el
-y de México- de un modo relativamente
de España pacífico. Los pueblos
Luego el añil se im- del istmo no padecieron la misma destrucción física que se dio en otras par-
áfico rle contrabando tes durante la década de 1810 y, como resultado, el orden social colonial so-
ron un asentamiento brevivió casi intacto.
rs Británica), que uti- De este modo, el istmo logró la plena independencia como una repúbli-
roba, y para hacer in- ca políticamente unificada. El ideal de la unificación había inspirado desde
ica no era una fuente hacía tiempo a los patriotas locales y continuaría siendo un objetivo muy va-
corona española. lorado en los años venideros. Pero también resultó muy difícil de sostener.
elite doble. Una par- Como pasó en otras partes de América Latina, la elite política centro-
o peninsulares, cuya americana se dividió en dos facciones: li_b^er"a!es-y conservadores. Los primeros
cluía a los latifundis- abogaban por continuar las reformas iniciadas por la monarquía borbónica.
r residía en los cabil- Defendían el aumento de las restricciones al poder eclesiástico, la abolición de
mano de obra, com- la esclavitud, la eliminación de los impuestos opresivos y el fomento del desa-
i un estrato mestizo rrollo económico. Su apoyo provenía de las clases profesionales emergentes,
alariados o pequeños blanca y ladina, y de los sectores de clase media alta excluidos de los círculos
s y buhoneros en las de la aristocracia latifundista criolla. También abrazaron la idea de la unifica-
nente el 4 por 100 de ción y tuvieron una fuerza considerable en las provincias distantes.
o criolla), un 65 por Los conservadores defendían el orden, la moderación y la estabilidad.
ndencia negra). Apoyaban las instituciones españolas, especialmente la Iglesia, y expresaban
su suspicacia por la reforma progresista. Encabezados por los latifundistas
criollos, abogaron primero por el comercio libre y luego volvieron a una po-
cación sición proteccionista cuando sintieron el impacto de la competencia comer-
cial británica.
rfirmar el control real En la década de 1820 hizo erupción la violencia y los liberales parecieron
ía política de la clase
obtene¡ el dominio. La Constitución de 1824 se asemejaba tanto a la esta-
rnuado de la produc- dounidense como a la española de 1812. En 1829 las fuerzas liberales al man-
entre las décadas de do de Francisco Morazán,.de Honduras, vencieron al ejército conservador y
las. Estos factores au-
comenzaron una campaña para eliminar a los conservadores de los puestos
'ocracia imperial y la
de poder. Después de mucho tiempo, cambiaría la suerte.

r todas partes, el ca-


rntener el control es- Rafael Carrera y la supremacía conservadora
na alianza con los la-
bargo, se le forzó a
El año 1837 trajo conmociones para Centroamérica. En las regiones monta-
una Constitución li-
ñosas de Guatemala comenzó una rebelión generalizada, una revuelta cam-
mediados de 1821 la pesina que desafió al Estado liberal. Los sacerdotes de los pueblos exhorta-
n México forzó la si-
ron a sus feligreses, agobiados por la pobreza, a qlJe se unieran al alzamiento,
rr las tropas mexica-
proclamando que una epidemia de cólera --que había comenzado a finales
:on la España ahora del año anterior- era un signo de la ira divina. Los indios se incorporaron a
istmo al México mo-
la causa. La guerra de castas se extendió de Guatemala a las otras provincias.
344 Historia contemporánea de América Latina

El dirigente de este movimiento era José Rafael Carrera, un porquero la- Los liberales frustrados
dino sin estudios. A mediados de 1837 definió los objetivos de la revuelta y lograron a William Walkr
como: L) reinstauración de los procedimientos judiciales tradicionales; 2) re- Tennessee, locuaz y de grar
cuperación de las órdenes religiosas y los privilegios eclesiásticos; 3) amnistía Estados Unidos y Europa,
para todos los exiliados de 1829, y 4) obediencia a Carrera. Sus fuerzas pron- Bajo contrato de los libera
to controlaron Guatemala y en 1840 denotó aMorazán. gua en _1855. Se adueñó de
El triunfante Carrera surgió como la figura dominante de la vida política iuvo una rápida victoria, se
centroamericana, posición que mantendría hasta su muerte en 1865. Desde ció como gobernante dictal
1839, la legislatura guatemalteca procedió a desmantelar el programa liberal. El gobierno estadounic
Se restablecieron los gremios de comerciantes, se pidió al arzobispo que vol- vidad, tolerando sin ambag
viera y la educación regresó a la Iglesia. El catolicismo romano se convirtió en asuntos de otro Estado. W
la religión oficial del Estado y los sacerdotes recobraron la protección del fue- rra de 1846-1848 con Méxir
ro eclesiástico. Carrera mantuvo su control del ejército y en 1851 asumió tam- de Vanderbilt e incitó la inr
bién la presidencia de Guatemala. Fue un periodo de tendencia conservadora. vó consigo la esclavitud. Sir
Esta revuelta llevó a algunos cambios duraderos. Unos cuantos indios, y los ingleses y de los conser
sobre todo ladinos, comenzaron a desempeñar papeles activos en la vida po- 1857. En 1860 trató de regr
lítica. La elite blanca recobró su supremacía social pero perdió el monopolio Así terminó la <Guerra
sobre el Estado. Y bajo Carrera, el gobierno abandonó el objetivo de tratar de raderas, que desacreditó ta
asimilar a las masas indias. En lugar de ello, adoptó una política encaminada a da a explicar por qué los c'
proteger a los indios, en buena parte como lo había hecho la corona española, mucho más tiempo en Nic:
que contribuyó a la segregación que ha persistido hasta nuestros días. rante el siglo xtx.
El periodo de Carrera también puso fin a la confederación centroameri-
cana. En 1838 el Congreso declaró que cada uno de los estados era <un cuer-
po político soberano, libre e independiente>. El ideal de unificación había La teoría liber
acabado identificándose con el periodo liberal de 1823-7837 y se consideraba
un fracaso, así que Carrera desechó el sueño. Al mismo tiempo, trató de im- Tias la muerte de Carrera t
poner a conservadores de su mismo parecer en los estados (cada vez más so- to. Se había iniciado a final
beranos). En Nicaragua este impulso acabó culminando en uno de los episo- se convirtió en presidente ,

dios más extravagantes de la historia de las relaciones interamericanas: el En 1870, Tomás Guardia, c
asunto William Walker. R!ç.A,.Fn 1873, Justo Rufin,
Las consideraciones geográficas y económicas habían estimulado desde que Aurelio Soto en Hond'
hacía tiempo el interés por la idea de una ruta interoceânica a través de Cen- ker retrasó el retorno de l<
troamérica. Al no haber descubierto un sistema de lagos y ríos que conecta- Santos Zelaya se convirtió
ran el océano Pacífico y el mar Caribe, los planificadores y visionarios cali- Como otras elites latin
braron la posibilidad de construir un canal ístmico. Los franceses e ingleses centroamericanos creían en
dieron las primeras muestras de curiosidad. Estados Unidos se les unió tras Buscaron integrar sus paíse
tomar Oregon y California, en especial tras la fiebre del oro de 1849. la civilización y fomentar li
Debido a sus extensos lagos y al río San Juan, Nicaragua parecía el em- neración de 1880 argentina
plazamiento natural para el canal proyectado, y a finales de 1849 Cornelius xicanos. En política seguiríi
Vanderbilt y sus socios consiguieron una concesión del gobierno liberal. La A pesar de sus compr(
intriga se enredó rápidamente. Costa Rica reclamó la jurisdicción sobre el que acabaría conociéndose
término propuesto para el extremo oriental de su ruta. Con la esperanza de autoridad, manipularon las
bloquear a sus rivales estadounidenses, los ingleses la apoyaron. En 1853 los tuvieron en el poder durar
conservadores habían obtenido el poder en Nicaragua y, sin conceder dere- de la aristocracia latifundis
chos territoriales, decidieron ponerse de parte de los británicos. trecha alianza con los inter
Centroamérica 345

Carrera, un porquero la- Los liberales frustrados recurrieron a Estados unidos en busca de ayuda
objetivos de la revuelta y lograron a william walker, hijo de una austera familia fundamentalisia de
iales tradicionales; 2) re- Tennessee, locuaz y de gran intelecto. De joven había estudiado medicina en
eclesiásticos; 3) amnistía Estados unidos y Europa, y luego se dedicó al derecho en Nueva orleans.
arrera. Sus fuerzas pron- Bajo contrato de los liberales, pagó a un pequeño ejército e in,v-a{i-g Nicara-
ván. gua en 1855. Se adueñó de uno de los navíos de pasajeros de vanderbilt, ob-
inante de la vida política tuvo una rápida victoria, se nombró jefe de las fuerzas armadas y se estable-
muerte en 1865. Desde ció como gobernante dictatorial del país.
elar el programa liberal. El gobierno estadounidense asistió a estos acontecimientos con permisi-
Jió al arzobispo que vol- vidad, tolerando sin ambages la intervención de un ciudadano propi-o en los
o romano se convirtió en asuntos de otro Estado. walker dotó a sus fuerzas con veteranos de la gue-
'on la protección del fue- na de 1846-1848 con México, aceptó el apoyo de los adversarios comerciales
Lo y en 1851 asumió tam- de vanderbilt e incitó la inmigración desde el sur de Estados unidos, que lle-
tendencia conservadora. vó consigo la esclavitud. Sin embargo, como hizo que creciera la oposiðión de
;. Unos cuantos indios, y los ingleses y de los conservadores de otros estados, se re retiró dèl poder en
es activos en la vida po- 1857, En 1860 trató de regresar y encontró la muerte.
ero perdió el monopolio Así terminó la oÇue¡¡¿ Nacional>, acontecimiento con implicaciones du- l

i
ó el objetivo de tratar de raderas, que desacreditó tanto a los liberales como a Estados unidos y ayu-
na política encaminada a da a explicar por qué los conservadores permanecieron en el poder durante
ccho la corona española, mucho más tiempo en Nicaragua que en otras partes de centroamérica du-
,ta nuestros días. rante el siglo xx.
federación centroameri-
os estados era <un cuer-
:al de unificación había La teoría liberal y las <dictaduras republicanas>
13-1837 y se consideraba
mo tiempo, trató de im- Tras la muerte de carrera en 1865, los liberales comenzaron un resurgimien-
;tados (cada vez más so- to. Se había iniciado a finales de ìa década de 1850, cuando Gerardo barrios
ldo en uno de los episo- se convirtió en presidente de El Sglyadqr, y pronto prendió en otros países,
rnes interamericanas: el En 1870, Tomás Guardia, oficial del ejército, asumió la presidencia de-costa
Riça,.Fn 1873, Justo Rufino Barrios tomó el poder en Guatemala, lo mismo
abían estimulado desde que Aurelio soto en Honduras, en L876*El legado de la expedición de wal-
:eánica a través de Cen- ker retrasó el retorno de los liberales en Nicaragua hasta 1b93, cuando José
ìgos y ríos que conecta- Santos Zelaya se convirtió en el jefe ejecutivo.
dores y visionarios cali- como otras elites latinoamericanas de finales del siglo xrx, los liberales
Los franceses e ingleses centroamericanos creían en las nociones de progreso y desarrollo económico.
Unidos se les unió tras Buscaron integrar sus países con el resto del mundo, adquirir los aderezos de
del oro de 1849. la civilización y fomentar la mejora material. compartían las ideas de la ge-
icaragua parecía el em- neración de 1880 argentina y, de forma más particular, de los científicos me-
rales de 1849 Cornelius xicanos. En política seguirían de cerca el ejemplo de porfirio Díaz,
Jel gobierno liberal. La A pesar de sus compromisos liberales, estos dirigentes establecieron lo
la jurisdicción sobre el que acabaría conociéndose como <dictaduras republicanas>. Centralizaron la
ta. Con la esperanza de autoridad, manipularon las elecciones, controlaron las instituciones y se man-
r apoyaron. En 1853 los tuvieron en el poder durante extensos periodos. Su apoyo interno provenía
ra ¡
sin conceder dere- de la aristocracia latifundista y de algunos sectores medios. Forjaron una es-
británicos. trecha alianza con los intereses extranjeros, ingleses, alemanes y norteameri-
346 Historia contemportinea tle América I'utina

canos. Modernizaron sus efectivos militares y las fuerzas de policía. que uti- finales del siglo xrx y los al,
lizaron a su albedrío para intimidar y suprimir a la op<lsición. mala, pero en general su prr
Este modelo produjo algunas alteraciones sociales. Donde las distincio- Aunque los dirigentes lil
nes entre conservadores y liberales eran más claras (Guatemala y Costa que los científicos de Méx
Rica), llevaron a un eclipse casi total del poder de las familias conservadoras. afluencia de clase obrera llr
Donde las líneas de partición eran borrosas (Honduras, El Salvador), algunas mano de obra para el cultivc
dinastías lograron imponerse. Nicaragua resultó ser una excepción, ya que las dios y mestizos en su mayo
familias conservadoras habían conseguido consolidar su posición cuando Ze- los colonos, que vivían en l;
laya llegó al poder. En general, el ascendente liberal abrió oportunidades a de tierra para realizar un cu
los sectores profesionales de clase media y a los ladinos, y, como veremos, jaban a sueldo y vivían en st
auspició medidas que llevaron a la formación de nuevas elites. rra. En ambos casos seguían
Además, despojó a la Iglesia de su poder y prestigio.. Su papel económi- y las perspectivas del campe
co disminuyó y se abolieron sus privilegios legales. Como un historiador es- ciencia de clase como prolel
cribiría más tarde, "el papel fundamental que había desempeñado la Iglesia El comercio de plátanc
\l''centroamencana,
en Centroamérica se volvió secundario. Fue uno de los cambios más impor- pero en st
tantes que ocurrieron en Centroamérica>>. Su caída dejó un vacío institucio- ibàróó llamado Lorenzo Bak
nal en la sociedad centroamericana, que acabaría ocupado, al menos en par- la costa oriental de Estados
te, por una nueva clase de Iglesia católica y romana. para formar la Boston Fruit
tratado al dinámico empres¿
la línea férrea a todo lo larc
Visión general: crecimiento económico y cambio social en tierras. Éste traspasó ei
Keith y Henry Meiggs Keith
El programa económico de los liberales renacientes hacía énfasis en el fo- a Nueva Orleans y pronto er
mento de las exportaciones, sobre todo de materias primas, a cambio de la pany.
importación de bienes manufacturados, lo que condujo a basarse en la pro- Ambas compañías se t
ducción agrícola y, en particular, en el cultivo de café' y plátanos. sidente y a Minor Keith vi¡
Durante el periodo colonial, Centroamérica cultivaba pequeñas cantida- la United Fruit Company (t
des de café. Costa Rica comenzó la producción en serio durante la década de historia de la inversión, per
1.830, enviando su exportación primero a Chile y luego a Europa. Guatemala mérica.
la siguió pronto y en 1870 el café ya era la principal exportación del país, posi- La UFCO, o la frutera,
ción que ha mantenido desde entonces. El Salvador, Nicaragua y Honduras se ció casi un monopolio sobr,
unieron al mercado cafetalero en las décadas de 1870 y 1880. Las exportacio- diante concesiones guberna
nes centroamericanas de este producto no han alcanzado volúmenes enormes siones de tierra en las tie
supusieron más del t5 por 100 de las existencias mundiales- pero pobladas. Dominaba las re
-nunca
siempre han sido de alta calidad. Meiggs y era propietaria de
El café tuvo consecuencias sociales importantes. Como se cultivaba en las ways of Central America. (
tierras altas y frescas, a lo largo de las laderas de las montañas, no requirió 1913 creó la Tiopical Radio ;

en todas partes que se efectuaran grandes usurpaciones de tierra a los cam- barcos. conocidos como la <;
pesinos. Hubo ocupaciones sustanciales en Guatemala y El Salvador, aunque sobre el mercado estadounir
quizás menos dramáticas que las que ocurrieron en México durante el porfi- a pequeña escala, pero nunc
riato. Sin embargo, en Honduras, Nicaragua y Costa Rica, la mayoría de los teriores a la primera guerra
campesinos vivían en las tierras bajas, así que fueron menos frecuentes los El comercio de plátanor
trastornos. Además, muchas plantaciones de café tenían un tamaño modesto supervisores y gerentes de I
y pertenecían a centroamericanos. Los inversores extranjeros acabaron de- mente del sur, y se importa
sempeñando un papel importante en la producción cafetalera en Nicaragua a Occidentales. Uno de los re
Centroamérica 347

finales del siglo xrx y los alemanes adquirieron muchos cafetales en Guate-
mala, pero en general su producción siguió en manos centroamericanas.
Aunque los dirigentes liberales trataron de fomentar la inmigración (más
que los científicos de México), la región nunca recibió la impresionante
afluencia de clase obrera llegada a Argentina. Brasil y Estados Unidos. La
mano de obra para el cultivo del café provino más bien de los campesinos, in-
dios y mestizos en su mayoría. Con el tiempo, se dividieron en dos grupos:
los colonos, que vivían en las plantaciones y arrendaban pequeñas parcelas
de tierra para realizar un cultivo de subsistencia, y los jornaleros, que traba-
jaban a sueldo y vivían en sus casas, donde retenían el control de algo de tie-
rra. En ambos casos seguían manteniendo un contacto estrecho con la tierra
y las perspectivas del campesinado tradicional, en lugar de forjarse una con-
ciencia de clase como proletariado rural.
El comercio de plátanos acabaría siendo emblemático para la cultura
ilcentroameliq4na, pero
en su comienzo fue reducido. En 1870, un capitán de
',bàióo
iiâmado Lorenzo Baker empezó a mandar cargamentos de Jamaica a
la costa oriental de Estados Unidos y en 1885 se unió con Andrew Preston
para formar la Boston Fruit Company. Mientras tanto, Costa Rica había con-
tratado al dinámico empresario ferrocarrilero Henry Meiggs para establecer
la línea férrea a todo lo largo de la costa caribeña, a cambio de concesiones
en tierras. Éste traspasó ei contrato a dos de sus sobrinos, Minor Cooper
Keith y Henry Meiggs Keith. En 1878, el primero comenzó a enviar plátanos
a Nueva Orleans y pronto estableció la Tropical Tiading and Tiansport Com-
pany.
Ambas compañías se fusionaron en 1899, nombrando a Preston pre-
sidente y a Minor Keith vicepresidente para formar una empresa singular:
la United Fruit Company (UFCO). Aquí comenzó un capítulo notable de la
historia de la inversión, penetración y control estadounidense en Centroa-
mérica.
La UFCQ o la frutera, como la llamaron los centroamericanos, estable-
ció casi un monopolio sobre la producción y distribución de plátanos. Me-
diante concesiones gubernamentales y otros medios, adquirió vastas exten-
siones de tierra en las tierras bajas caribeñas, húmedas y escasamente
pobladas. Dominaba las redes de transportes mediante su conexión con
Meiggs y era propietaria de una importante compañía, la International Rail-
ways of Central America. Construyó muelles e instalaciones portuarias. En
1913 creó la Tiopical Radio and Telegraph Company. Poseía gran cantidad de
barcos, conocidos como la <gran flota blancar, y tenía una influencia enorme
sobre el mercado estadounidense. Toleró e incluso fomentó una competencia
a pequeña escala, pero nunca se la desafió de forma seria en las décadas pos-
teriores a la primera guerra mundial.
El comercio de plátanos creó economías de enclave por excelencia. Los
supervisores y gerentes de la UFCO provenían de Estados Unidos, general-
mente del sur, y se importaban trabajadores negros de Jamaica y las Indias
Occidentales. Uno de los resultados fue alterar la composición poblacional
348 Historia contemporónea de América Latina
Cunono 10.1 Comercio cer
centajes)

1920

Export.

Costa Rica 7l
El Salvador 56
Guatemala 67
Honduras 87
Nicaragua 78
Panamá 93

Fuentes: James W. Wilkie, S¡a


Latin America, Los Ángeleq UCI
1938
191 3
kie y Peter Reich (eds.), Statßtic.
ExDortacionês totales: ExDortaciones totales: American Center, 1990, cuadro 2.
45 millones de dólares 51 'millones de dólares

plantas, la compañía tambit


portantes de terreno, que so
que requirió de la compañ
UFCO proporcionó un estí
co centroamericano, pero t(
El café y los plátanos d
muestra la figura 10.1,Ios d
exportaciones latinoameric.
proporción disminuyó a co
ron importancia el algodór
petróleo refinado (de las i
pero los productos tradiciol
960 1980
Resulta evidente una c
1

Exoortac¡ones totales: Exoortac¡ones totales:


443' millon€6 de dólares 5.280 millones de dólares completamente dependient,
café y los plátanos. Ahora I
10.1. Principales exportaciones centroamericanas, 1913-1980. Fuente: Ralph Lee entero de los caprichos del
Woodward, Jr., Central America: A Nation Divíded,2." edición, Nueva York, Oxford tos dos productos eran bajr
University Press, 1985, pp.277,366. Copyright @ 1985 de Oxford University Press, pacio para una respuesta fl
Inc. Publicado con permiso. plantaciones para que prod
que los propietarios quisier
rece la pena destacar que e
de las tierras bajas orientales; otro, crear divisiones raciales impuestas por la exportaciones que los plátat
fuerza dentro de la frutera. términos económicos estric
La industria se convirtió en una compañía extranjera gigantesca. Algunas <repúblicas bananeras>. Gu
tierras plataneras permanecieron en manos locales, pero la UFCO poseía el mente países cafetaleros.
control de la tecnología, los créditos y el acceso al mercado estadounidense. Además, la estrategia b
Debido a las amenazas naturales de los huracanes y las enfermedades de las miento de una fuerte deper
Centroamérica 349
cunono 10.1. comercio centroamericano con Estaclos unidos, 1920-l9gg (en por-
centajes)

I 950 t988

Export Import.. Export. Import. Export. lmport.

Costa Rica 71 52 70 67 44 39
El Salvador 56 79 86 67 39 42
Guatemala 6l 61 88 79 40 43
Honduras 87 85 74 49 57
Nicaragua 78 73 54 72 0,4 1,3
Panamá 93 73 80 69 50 19

Fuentes: James W. Wilkie, Statistics and National Policy, suplemento 3, Statisticat Abstract
of
Larin America, Los Ángeles, ucLA Latin America center, 1ó74. cuadro XV-3; James w wil-
kie y Peter Reich (eds.), statistical Abstract of Latin America,2g, Los Ángeles, ucLA Latin
American Center, 1990, cuadro 2.602.

plantas, la compañía también se propuso mantener en reserva cantidades im-


portantes de terreno, que solía obtenerse por concesión gubernamental, hecho
que requirió de la compañía su entrada en política. El cuadro era claro: la
uFCo proporcionó un estímulo relativamente escaso al desarrollo económi-
co centroamericano, pero tomó parte directa en asuntos de Estado nacionales.
El café y los plátanos dominaban la economía al terminar el siglo. como
muestra la figura 10.1, los dos productos supusieron más del 70 por 100 de las
exportaciones latinoamericanas enl9r3 y 193g, y casi lo mismò en 1960. La
proporción disminuyó a comienzos de los años setenta, a medida que gana-
ron importancia el algodón y otros productos como carne, azúcar, gambas,
petróleo refinado (de las instalaciones de panamá) y manufacturas-ligeras,
pero los productos tradicionales siguieron manteniendo un gran peso.
Resulta evidente una conclusión: la economía centroamericãna se hizo
completamente dependiente de la exportación de dos cultivos comerciales, el
café y los plátanos, Ahora la fortuna económica del istmo dependía casi por
10. Fuente: Ralph Lee entero de los caprichos del mercado internacional. cuando los precios de es-
In, Nueva York, Oxford tos dos productos eran bajos, también lo eran los ingresos y trãura poco es-
txford University Press, pacio para una respuesta flexible, ya que no era fácii ni rapiao convertir las
plantaciones para que produjeran productos alimentarios bàsicos (en caso de
que los propietarios quisieran hacerlo, lo que no era habitual). Thmbién me-
rece la pena destacar que el café representaba una proporción mayor de las
ales impuestas por la exportaciones que los plátanos y que la uFCo no controlaba su mercado. En
términos económicos estrictos, sólo costa Rica, Honduras y panamá eran
l gigantesca. Algunas <repúblicas bananerasr. Guatemala, El Salvador y Nicaraguaeran principal_
o la UFCO poseía el mente países cafetaleros.
cado estadounidense. Además, la estrategia basada en el café y los plátanos llevó al estableci-
enfermedades de las miento de una fuerte dependencia de un solo socio: Estados unidos. A fina-
350 Historia contemporánea de América Lutina
la, la mayor con diferencia
les del siglo xtx y comienzos del xx, Centroamérica sostenía un floreciente
(731.000) y las demás capit
comercio con Europa; de hecho, Alemania era el mayor cliente para el café.
habitantes a algo más de 4
Pero tras la primera guerra mundial, Estados Unidos afirmó su supremacía.
Desde los años veinte hasta los cincuenta, como muestra el cuadro 10.1, Es-
A su vez, este retraso
troamérica nunca ha tenidr
tados Unidos compró del 60 al 90 por 100 de las exportaciones de la región
nos trabajadores en las ciu,
y proporcionó un porcentaje similar de importaciones. Su predominio en las
porádicos para su sindical
transacciones internacionales cayó a un 30-40 por 100 en los años setenta
impulso a la manufactura )
para la mayor parte de los países, que comerciaban más que antes entre sí y
mitido el surgimiento de n
con Europa Occidental (y descendió casi a cero para Nicaragua en los años
cieron en Argentina, Brasil
ochenta, en gran medida debido al boicot impuesto por Estados Unidos). De
porcentaje de población ecr
un modo u otro, Estados Unidos seguía manteniendo una considerable in-
to en 1973 llegaba a un mir
fluencia comercial sobre las naciones del istmo.
ha solido permanecer auser
El acento sobre las exportaciones agrícolas y la persistencia de economí-
no ha contado con un can
as campesinas se combinaron para desalentar la industrialización centro-
proletariado urbano.
americana. El tamaño reducido de los mercados nacionales presentaba otro
Además, la falta de inc
obstáculo importante para el crecimiento industrial.
sector agrícola nunca fuera
Como reconocimiento de estas dificultades, los dirigentes del istmo deci-
dó a dar forma y fortaleza i
dieron crear el Mercado Común Centroamericano (MCCA) en 1960. La idea
jo a un asalto directo del or
era estimular el desarrollo industrial mediante una estrategia doble: promo-
vo para formar la alianza
ver el comercio libre entre los países miembros y crear aranceles comunes
surge del conflicto sectorial
para proteger las empresas jóvenes. Costa Rica, El Salvador, Guatemala,
bajadores industriales y em¡
Honduras y Nicaragua se hicieron miembros; Panamá no, debido a su estatus
ral). En ausencia de una at
especial por el canal, pero expresó desde el comienzo un interés continuado
en su mayoría indios en Gr.
en asociarse con el grupo.
ricano. Cuando estalló el c
-;'Z Bl Mercado Común tuvo un éxito inmediato. El comercio entre los paí- control de la tierra sería el
ses miembros se multiplicó, creciendo del 7,5 por 100 de todas las exporta-
Los grupos más activos
ciones en 1960 a\26,9 por 100 en 1970. La manufactura floreció ámbitos
-en
como el equipamiento eléctrico, alimentos preparados, productos de pulpa y
neralmente compuestos pc
abogados, periodistas, intele
papel, y fertilizantes- a medida que el istmo se embarcó por el camino de la
conciencia de clase, pero hi
industrialización para sustituir las importaciones. Pero el MCCA hizo pocos
mistas y producido un núm
progresos en el sector agrícola, donde las medidas proteccionistas siguieron
da que ha pasado el tiempr
siendo la regla, y no logró vencer el desempleo (que era de un 9,4 por 100 en
tado de forma constante.
te70).
Tämbién acusó disputas políticas. Honduras había comenzado a quejarse
A pesar de su crecimie¡
seguido siendo pobres. Las
por la distribución de beneficios a mediados de los años sesenta y abandonó
1.100 dólares en 1992) y la
el mercado tras un enfrentamiento armado con El Salvador en 1969 (descri-
dicadores de bienestar soci
to más adelante). Desde entonces, Honduras ha negociado después acuerdos
que en 1970 sólo el 45-60 ¡
bilaterales con los demás países El Salvador- pero el MCCA
perdió gran parte de un impulso -exceptuado
precioso. Salvador, Guatemala, Honc
ción, se aproximaba al 90 p
A pesar de estos esfuerzos, la economía regional sigue siendo principal-
años) que iban a la escuela
mente agrícola y su sociedad, rural. Alrededor de 1900 menos del 10 por L00
nos en Guatemala, el país r
de la población vivía en las ciudades; en 1970 el número oscilaba entre un 20
centajes eran mucho más qu
y un 40 por L00 (comparado con el 66 por 100 de Argentina, por ejemplo, y
lescentes que asistían a escr
el 61 por 100 de Chile). Incluso las mayores ciudades centroamericanas son
Salvador, Guatemala, Hond
pequeñas para los patrones internacionales. En 1970,\a ciudad de Guatema-
Centroamérica 351

la, la mayor con diferencia, estaba muy por debajo del millón de habitantes
tenía un floreciente
(731.000) y las demás capitales tenían una población que iba de los 200.000
cliente para el café.
habitantes a algo más de 400.000. La urbanización llegó tarde a esta región.
rmó su suPremacía.
L el cuadro 10.1, Es-
A su vez, este retraso ha producido un hecho social trascendente: ôen-
troamérica nunca ha tenido una clase obrera urbana importante. Hay algu-
ìciones de la región
nos trabajadores en las ciudades, por supuesto, y se han hecho esfuerzos ês-
u predominio en las
porádicos para su sindicalización desde los años veinte. pero la falta de
en los años setenta
impulso a la manufactura y el tamaño reducido de las ciudades no han per-
que antes entre sí Y
mitido el surgimiento de movimientos obreros semejantes a los que apare-
caragua en los años
cieron en Argentina, Brasil, chile o México. (En Nicaragua, por ejempìo, el
istados Unidos). De
porcentaje de población económicamente activa que pertenecía a un sindica-
.na considerable in-
to en r9T3llegaba a un miserable 2 por 100,) un importante actor colectivo
ha solido permanecer ausente de la escena: der mismo modo que Argentina
stencia de economí-
;trialización centro-
no ha contado con un campesinado clásico, centroamérica hã carecido de
proletariado urbano.
rles presentaba otro
Además, la falta de incentivo histórico a la manufactura significó que el
sector agrícola nunca fuera desafiado por un sector industrial. El MCCA ayu-
ntes del istmo deci-
dó a dar forma y fortaleza a un grupo empresarial inexperto, pero no condu-
A) en 1960, La idea
jo a un asalto directo del orden social. En consecuencia, habria poco incenti-
tegia doble: promo-
aranceles comunes
vo para formar la alianza populista multiclasista que con tanta frecuencia
surge del conflicto sectorial (como en Argentina, donde perón reuni ó a tra-
lvador, Guatemala,
bajadores industriales y empresarios en un ataque común a la aristocracia ru-
debido a su estatus
, interés continuado
ral). En ausencia de una amenaza industrial, los latifundistas y campesinos,
en su mayoría indios en Guatemala, se enfrentaron en el campo centroame-
rercio entre los paí- ricano. cuando estalló el conflicto, tendería a seguir las líneãs cle clase. El
: todas las exporta- control de la tierra sería el tema dominante.
rreció ámbitos Los grupos más activos de las ciudades centroamericanas han estado ge-
-en
roductos de pulpa y neralmente compuestos por comerciantes y profesionales de clase media:
por el camino de la abogados, periodistas, intelectuales y estudiantes. No han demostrado mucha
MCCA hizo pocos co,nciencia de clase, pero han generado algunos movimientos políticos refor-
ccionistas siguieron mistas y producido un número considerable de dirigentes politicos. A medi-
le un 9,4 por 100 en da que ha pasado el tiempo, su papel en el Estado y la soòiedad ha aumen-
tado de forma constante.
nenzado a quejarse A pesar de su crecimiento y desarrollo, las masas centroamericanas han
sesenta y abandonó seguido siendo pobres. Las rentas per cápita son bajas (la media rondaba los
Ior en 1969 (descri- 1.100 dólares en 1992) y la riqueza está fuertemente concentrada. como in-
o después acuerdos dicadores de bienestar social, los índices de alfabetización nacional revelan
)r- pero el MCCA que en 1970 sólo el 45-60 por 100 de los adultos sabía leer y escribir en El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua (costa Rica, siempre la excep-
re siendo principal- ción, se aproximaba al 90 por 100). La proporbión de niños (de siete a trece
enos rlel l0 por 100 años) que iban a la escuela era del 70 por 100 o más en todos los países me-
rscilaba entre un 20 nos en Guatemala, el país mayor, donde era del 50 por 100. pero estos por-
tina, por ejemplo, y centajes eran mucho más que compensados por la baja proporción de los ãdo-
ntroamericanas son lescentes que asistían a escuelas secundarias: menos ¿e un zo por 100 en El
iudad de Guatema- salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, y sólo del 33 poi too en costa
352 Historia contemporánea de América Latina

Rica. En caso de que los niños centroamericanos recibieran alguna educa- rra de los Mil Días estaba p:
ción, su asistencia a la escuela era generalmente breve. para sofocar el desorden de
Con el tiempo, este modelo de desarrollo y pobreza ejercería una presión solventada con el Tratado I
tremenda sobre los sistemas políticos de la región. La comprensión de este Estados Unidos para constr
proceso requiere un examen breve de la historia reciente de cada país. dense aprobó de inmediat<
poco dispuesto a comprom(
lante.>
Panamá: una nación Y una zona El paso siguiente fue li
Philippe Bunau-Varilla, hab
Panamá no se convirtió en república independiente hasta que terminó el siglo' ahora vio su oportunidad, (
Durante la década de 1880 fue provincia de Colombia;pero, debido a las po- Varilla comenzó a hacer pla
brei comuUicaciones y a la distancia que la separaba de Bogotá, se había vuel- Panamá. Cuando comenzó
to semiautónoma. Durante su permanencia en el cargo (1885-1894)' el enérgi- clieron que las tropas coloml
co presidente de Colombia Raiael Núñez trato de reafirmar el control central, de Panamá. La revuelta fue
pero sólo lo logró de forma parcial. Tias su muerte, el país cayó en el desorden, En pocos días, Washing
y liberales y conservadores comenzaron una lucha espantosa que culminó con no soberano de Panamá y r
; iu gr"rru dä los Mil Días (1899-1903). El conflicto terminó con la derrota libe- cés) como su representante
i ral, la economía paralizada y el gobierno casi en bancarrota. John Hay y Bunau-Varilla 1

Ante estas cõndiciones, Panamá podría haber buscado su independencia, ËstadoS Unidós el control i
ya que desde hacía tiempo se sentía incómoda bajo el gobierno de Bogotá.
-embargo,
perpetuidad ... como si est
3in la soberanía panameña no acabaría surgiendo de un movi- panameña aprobó pronto el
miento popular indígena, sino de la diplomacia de las grandes potencias y la administrativa dirigieron st
intriga internacional. sentimiento pro Nicaragua s
. Estaba en discusión un canal interoceánico, un sueño antiguo de Centro- decisivo, Bunau-Varilla colc
américa. Los planes se remontaban al siglo xvu. En 1878, el gobierno de Co- un sello de correos nicaragi.
lombia dio su autorizaciónpara que un grupo francés al mando de Ferdinand el mensaje silencioso prendi
de Lesseps, constructor del canal de Suez, excavara una ruta a través de Pana- sesenta y seis a cuarenta: la
má. Los ingenieros estadounidenses se inclinaron por Nicaragua y una compa- De este modo, Panamá:
ñía norteamericana recibió un contrato para comenzar los trabajos en ese país' la diplomacia. Abierto en 1!
Se había iniciado la carrera. Luego llegó el pánico financiero de 1893 y ambos internacional y el gobierno
grupos se quedaron sin dinero, así que abandonaron la empresa. zona del canal se convirtió
La opiñion popular estadounidense estaba a favor de una acción valien- tensión de privilegios legale
te en América Latina. Las obras de Rudyard Kipling esparcieron la convic- aguda y notablemente con I
ción profunda acerca de la "obligación del hombre blanco>. La populariza- rrolló las características pr<
ción de las versiones del darwinismo social ayudaron a convencer a los dencia de las exportaciones
estadounidenses de que se hallaban entre los omás capaceso de la historia. La tadounidense, y control inte
adquisición de Cuba y un imperio en el Pacífico mediante la guerra Hispano- cerrada. A pesar del Tratadr
Americana propiciaron el interés en posesiones distantes. Y en libros tan ma- para siempre.
gistrales como The Influence of Sea Power upon Hßtory (La influencia del En 1952. el coronel José
þoder marítimo en la historia; 1890), .el historiador y publicista Alfred
Tha- menzó la renegociación del
yer Mahan sostenía con vigor que el poder naval era la clave parala influen- dieron como resultado un a,
ôia internacional, doctrina que requería de Estados Unidos una marina para cibiría Panamá, recortaba lc
<los océanos. Cuando Theodbre Rõosevelt se convirtió en presidente en 1901, dounidenses y buscaba igu4
era evidente que Washington daría un paso, pero ¿de qué tipo? nameños. Pero no se tocó la
La política colombiana propició la solución del problema. cuando la gue- 1956, después de que Egiptr
Centrr¡américa 353

ecibieran alguna educa- rra de los MilDías estaba próxima a su fin en 1903, Washington envió tropas
ve. para sofocar el desorden de Panamá, lo que ocasionó una crisis diplomática,
ta ejercería una Presión solventada con el Tiatado Hay-Herrán, acuerdo por el que_ se autorizaba a
La comprensión de este Estados Unidos para construir un canal en Panamá. El Congreso estadouni-
iente de cada País. clense aprobó de inmediato el documento, pero el legislativo colombiano,
poco dispuesto a comprometer la soberanía nacional, se negó a seguir ade-
lante.:
zona E,l paso siguiente fue la insurrección. El ingeniero jefe de De Lesseps,
Philippe Bunau-Varilla, había seguido apoyando la construcción del canal y
asta que terminó el siglo. ahora vio su oportunidad. Con el pleno conocimiento de Roosevelt, Bunau-
ia;pero, debido a las Po- Varilla comenzó a hacer planes para que se diera una rebelión separatista en
Je Bogotá, se había vuel- Panamá. Cuando comenzó el alzamiento, los barcos estadounidenses impi-
¡o ( 1.885- 1894), el enérgi- dieron que las tropas colombianas cruzaran el istmo para dirigirse a la ciudad
,firmar el control central, de Panamá. La revuelta fue un éxito.
país cayó en el desorden, En pocos días, Washington extendió el reconocimiento al nuevo gobier-
pantosa que culminó con no soberano de Panamá y recibió a Bunau-Varilla (todavía ciudadano fran-
minó con la derrota libe- cés) como su representante oficial. El secretario de Estado estadounidense
:arrota. i
John Hay y Bunau-Varilla firmaron ãprisa un tratado que proporcionaba a
Lscado su independencia, Estados Unidos el control de la zona del canal de 16 a 17 km de ancho ..a
' el gobierno de Bogotá. perpetuidad... como si estuviese bajo su soberaníao. Una dócil legislatura
surgiendo de un movi- panameña aprobó pronto el documento. Luego Bunau-Varilla y la camarilla
rs grandes potencias y la administrativa dirigieron su atención al Senado estadounidense, donde el
sentimiento pro Nicaragua seguía siendo bastante fuerte. La mañana del voto
ueño antiguo de Centro- decisivo, Bunau-Varilla colocó en cada uno de los escaños de los senadores
t878, el gobierno de Co- un sello de correos nicaragüense con la imagen de una erupción volcánica y
s al mando de Ferdinand el mensaje silencioso prendió. E,l Senado aprobó la medida por un margen de
na ruta a través de Pana- scsenta y seis a cuarenta: la suerte estaba echada.
Nicaragua y una compa- De este modo, Panamá se convirtió en nación por un alarde de fuerza de
rr los trabajos en ese país. la diplomacia. Abierto en 1914, el canal fue de inmediato una importante vía
anciero de 1893 y ambos internacional y el gobierno comenzó a recibir rentas anuales constantes. Ioa
la empresa. zona del canal se convirtió de facto en una colonia estadounidense, una ex-
or de una acción valien- tensión de privilegios legales y prosperidad de club campestre que resaltaba
rg esparcieron la convic- aguda y notablemente con la sociedad local. Fuera de la zona, Panamá desa-
blancoo. La populariza- rrolló las características propias de Centroamérica en su conjunto: depen-
aronaconvenceralos

I
dencia de las exportaciones agrícolas (en especial plátanos) y del mercado es-
rpaces> de la historia. La tadounidense, y control interno ejercido por una oligarquía latifundista muy
iante la guerra Hispano- cerrada. A pesar del Tiatado Hay-Bunau-Varilla, la situación no podía durar
ntes. Y en libros tan ma- <
¡rara siempre.
istory (La influencia del En 1952, el coronel José Antonio Remón se convirtió en presidente y co-
y publicista Alfred Tha- menzó la renegociación del tratado de 1903. Ties años después, sus esfuerzos
, la clave para la influen- dieron como resultado un acuerdo que aumentaba las rentas anuales que re-
Unid<ls una marina para cibiría Panamá, recortaba los privilegios económicos de los ciudadanos esta-
ió en presidente en 1901, dounidenses y buscaba iguqJar las rentas salariales de estadounidenses y pa-
e qué tipo? nameños. Pero no se tocó la cuestión de la soberanía. Sobrevino el asunto en
roblema. Cuando la gue- 1956, después de que Egipto tomara el canal de Suez. Cuando el presidente
354 Historio contemporánea de América Latina

Ricarclo Arias protestó con acritud por la exclusión de Panamá dtunu *n- dictadori y Estados Unidos
ferencia sobre la crisis de Suez, el secretario de Estado John Foster Dulles re- ministración Bush desPach,
plicó con frialdad que Estados Unidos <tenía derechos de soberanía sobre el de Noriega. La fuerza inva
canal de Panamá ... con la entera exclusión de Panamá de cualquier derecho porádica, luego arrolló las
de soberanía, poder o autoridad>. a Mi.ani, donde se enfrent;
Las tensiones y consultas continuaron. En enero de 1964,los alumnos es- gas. Lo5 mandos militares ,

tadounidenses de la Balboa High School (en la zona del Canal) izaion sólo dido la vida veintitrés esta
la banclera estadounidense, Sin que la acompañara la panameña, a lo que si- tante sobre las bajas causi
guieron disturbios a gran escala. Ellsworth Bunker, embajador estadouni- varios cientos y varios mile
dense ante la Organización de Estados Americanos, acusó de los asaltos a la vasión quizás alcanzaran lc
zona del canal a canalla dirigida por extremistas, que incluían per- Muchos panameños re
"infiltrada
sonas entrenadas en países comunistas>. El presidente panameño Roberto F. denses, pero acabaron des
Chiari rompió las relaciones con Washington. 1' proporcionar ayuda econór
Los ánimos se calmaron y se reanudaron las discusiones. En 1968, el doc- I de las sanciones y de la inr
tor Arnulfo Arias ganó unas disputadas elecciones, en una campaña que él por 100 entre 1988 y comie
mismo denominó <una de las más vergonzosas de la historia del país>. Tias y el 40 por 100 de la pobli
ocupar el puesto sólo once días, fue derrocado por la Guardia Nacional, que gado y sin inspiración, Enc
estableció el gobierno de una junta bajo el mando del general de brigada cuestas de opinión, el apoy
Omar Torrijos Herrera. Este hecho marcó la clara hegemonía de la Guardia 73 por 100 a mediados de
en la política y llevó al surgimiento de Torrijos como hombre fuerte, quien de oposición acusó al des
proporcionó continuidad de liderazgo mientras negociaba pacientemente con blanqueo de dinero, el mis
las administraciones de Nixon, Ford y Carter. primer término para justifi
Estados Unidos acabó aceptando un tratado que otorgaba a Panamá la La economía panameñ
soberanía completa sobre el canal enJp99. Ronald Reagan (mucho antes de noventa, cuando las tasas ,

asumir la presidencia) y otros conservádores estadounidenses denunciaron la vez que Endara lograba
enérgicamente el acuerdo como <traición>, pero el presidente demócrata dores externos. No obstan
Jimmy Carter logró obtener la aprobación del Senado. Los intelectuales y persistieron, y los líderes c
hombres de Estado de todo el mundo aplaudieron la decisión' Aunque por distas. Las elecciones presi
corto espacio, las relaciones entre Estados Unidos y América Latina tomaron có a la situación al dar la vi
un giro positivo. gado de Noriega que soL
Pero Panamá continuó teniendo problemas, Torrijos murió en un acci- cantante de salsa Rubén B
clente aéreo en 1981. El 30 de julio de 1982, el presidente civil Aristides Royo tración. Durante la campar
renunció de forma abrupta y pasó el cargo al vicepresidente. Puso el pretex- tido de Noriega, reclamanc
to de su mala salud, pero la mayoría de los observadores creyeron que le ha- sistió un hecho básico: lor
bía echado la Guardia Nacional. El nuevo hombre fuerte fue el general Ma- desoués de la invasión est¿
l
nuel Antonio Noriega, que tenía fama de estar profundameÍte envuelto èn ma.
la corrupción que asolaba Panamá. (También había sido agente a tiempo par- Cuando el año 1999 co
cial de la CIA.) El nacionalismo panameño se exaltó cuando ese gobierno se vió al canal de Panamá. At
negó a renovar un acuerdo con Estados Unidos mediante el cual había ope- namá para administrar el r

rado en Panamá la School of the Americas, programa de formación dirigido pación sobre su capacida<
y financiado por Estados Unidos para el ejército latinoamericano. propiedades anexas que ti
El sentimiento antiestadounidense volvió a surgir en J.989,-cuando el go- de dólares anuales. Ocupa
bierno estadounidense impuso un boicot económico en un esfuerzo por de- número de 300 al día, y lc
rrocar a Noriega. Al año siguiente, éste anuló las elecciones que en aparien- opinión mostraba que el7
cia había ganado Guillermo Endara, líder de una *cruzada civil> opuesta al ción de la presencia milita:
na Centrouméric.a .155

lusión de Panamá deuna con- dictador,'y Estados Unicios apretó los tornillos. En diciembre de 1989,|a ad-
r Estado.John Foster Dulles re- ministración Bush despachó más de 20.000 soldados para aplastar el régimen
lerechos de soberanía sobre el de Noriega. La fuerza invasora se enfrentó a una resistencia fuerte pero es-
Panamá de cualquier derecho porádica, luego arrolló las defensas panameñas, capturó a Noriega y lo llevó
a Mia&i, donde se enfrentaría a juicio por complicidad en el tráfico de dro-
enero de 1964, los alumnos es- gas. Lo5 mandos militares estadounidenses informaron que sólo habían per-
l,a zona clel Canal) izaibn sólo dido la vida veintitrés estadounidenses, pero habría una controversia cons-
ñara la panameña, a lo que si- tante sobre las bajas causadas a los panameños (los cálculos oscilan entre
lunker, embajador estadouni- varios cientos y varios miles). Las pérdidas económicas originadas por la in-
canos, acusó de los asaltos a la vasión quizás alcanzàÍan los 2.000 millones de dólares.
r extremistas, que incluían Per- Muchos panameños recibieron con entusiasmo a las tropas estadouni-
:sidente panameño Roberto F,
denses, pero acabaron desencantados. Estados Unidos tardó demasiado en
I, proporcionar ayuda económica tras su operación militar. Como consecuencia
rs discusiones. En 1968, el doc- I de las sanciones y de la invasión, el producto nacional bruto se redujo un 22
iones, en una camPaña que él i
por 100 entre 1988 y comienzos de 1991. El desempleo superaba el 20 por 100
s de la historia del País>. Tias y el 40 por 100 de la población vivía en los límites de la pobreza. Sobrecar-
r por la Guardia Nacional, que gado y sin inspiración, Endara resultó ser un dirigente ineficaz: según las en-
nando del general de brigada cuestas de opinión, el apoyo popular a su coalición gobernante descendió del
:lara hegemonía de la Guardia 73 por 100 a mediados de 1989 al l7 por 100 en màÍzo de 1991. Un partido
JS como hombre fuerte, quien de oposición acusó al desvalido presidente de estar vinculado a redes de
; negociaba pacientemente con blanqueo de dinero, el mismo ataque que había utilizado Estados Unidos en
primer término para justificar su invasión.
que otorgaba a Panamá la La economía panameña comenzó a recuperarse a comienzos de los años
'do
rnald Reagan (mucho antes de noventa, cuando las tasas de crecimiento promediaron más del 7 por 100, a
estadounidenses denunciaron ì: la vez que Endara lograba finalmente normalizar las relaciones con los acree-
pero el presidente demócrata I
dores externos. No obstante, los elevados niveles de pobreza y desempleo
:l Senado. Los intelectuales y I persistieron, y los líderes de la elite tradicional recayeron en disputas parti-
ieron la decisión. Aunque por \ distas. Las elecciones presidenciales de mayo de 1994 dieron un vuelco iróni-
dos y América Latina tomaron cô a la situación al dar la victoria a Ernesto Pérez Balladares, un antiguo alle-
I

I gado de Noriega que sobrepasó a los numerosos candidatos (incluido el


as. Torrijos murió en un acci- cantante de salsa Rubén Blades) apelando al extendido sentimiento de frus-
presidente civil Aristides Royo tración. Durante la campaña Pérez Balladares distanció,su persona y su par-
vicepresidente. Puso el pretex- tido de Noriega, reclamando en cambio el legado de Omar Torrijos, pero per-
iervadores creyeron que le ha- sistió un hecho básico: los leales a Noriega han retornado al poder. Años
nbre fuerte fue el general Ma- después de la invasión estadounidense, la política en Panamá era casi la mis-
rr profundameilte envuelto en ma.
i
rabía sido agente a tiempo par- Cuando el año 1999 comenzó a asomarse en el horizonte, la atención vol-
cxaltó cuando ese gobierno se vió al canal de Panamá. Aunque había pocas dudas sobre la capacidad de Pa-
rs mediante el cual había ope- namá para administrar el canal propiamente dicho, existía una gran preocu-
'ograma de formación dirigido
pación sobre su capacidad para mantener las instalaciones de apoyo y las
ito latinoamericano. propiedades anexas que tienen un costo de funcionamiento de 500 millones
l surgir en 198$, _cuando el go- de dólares anuales. Ocupantes ilegales entraban en la zona del canal en un
rómico en un esfuerzo por de- número de 300 al día. y los edificios estaban deteriorándose. Un sondeo de
las elecciones que en aparien-
opinión mostraba que el 75 por 100 de los panameños preferían la continua-
una <cruzada civil" opuesta al ción de la presencia militar estadounidense en el canal por razones económi-
356 Historia contemporítnea de América Lotinl

cas así como políticas. El gobierno de la Zona clel Canal es una cuestión pen- América Latina- proscn
cliente para Panamá, Estados Unidos y el hemisferio en su conjunto' reda se calmó y Ulate Bla
Figueres obtuvo la prr
las exportaciones agrícola
Costa Rica: una democracia frágil por el cual la parte corres
badeunl0aun30porl
Desde hace mucho tiempo. Costa Rica ha sido única. A pesar de su nombre, tamiento en 1955. Las ele
su importancia económica fue mínima para España, y al ser la zona más al gueres declaró tras la d
sur del reino de Guatemala se encontró relativamente alejada del resto de nuestra derrota como un¿
Centroamérica. Desde el comienzo, tuvo una población escasa y nunca desa- América Latina. No es c,
rrolló una clase subordinada negra o india considerable. Tampoco contó con elecciones>.
una rica oligarquía latifundista. Los hechos que siguir
El cultivo del café comenzó en granjas modestas de tamaño familiar en de los votantes costarrice
la década de 1830. El floreciente comercio hizo surgir un sector rnedio agrí- las más altas del mundo t

cola próspero una clase comercial en las ciudades-, sin producir un cam- Y ha prevalecido la mode:
-y
pesinado sin tierras. La United Fruit estableció plantaciones de plátanos en a candidatos extremistas r

la costa oriental a finales del siglo xtx y comienzos del xx, con lo que los plá- parte de Centroamérica, t

tanos se convirtieron pronto en la exportación señera del país. Los apuros económic<
Por motivos económicos y demográficos, Costa Rica surgió como una so- ba severa. Bajo la dudos
ciedad homogénea en cuanto a clases y razas.En1925, cerca de un 80 por 100 Costa Rica acumuló una <
de la población era blanca, el 4 por 100 negra (en su mayoría trabajadores de para un país de su tamañr
las plantaciones de plátanos), el 14 por 100 era mestiza y menos de un 1 por en 1977 a -2,4 por 100 er
100 era india. La cultura de clase media prevaleció y en general no hubo con- lón) fue devaluada más c
flictos raciales. por 100 y parecía seguir s
El consenso social llevó a una amplia aceptación de la política constitu- La democracia costar
cional. A comienzos del siglo xx, el gobierno fomentó programâs de bienes- nancieras de los años que
tar (por lo que, de forma inevitable, Costa Rica, como Urugua¡ llegó a ser nales dominantes prosegu
comparada con Suiza). Los conservadores alternaban el poder con los libe- el país tuvo que pagar un
rales. No había mucho por qué pelear y la tradición democrática comenzó a agudizó la guerra entre
echar raíces. güenses y elementos de le
Luego la depresión mundial de los años treinta alimentó el descontento a la 9ue la guerra fría cer
social. El Partido Republicano Nacional surgió como una alternativa al co- Oscar Arias Sánchez,
munismo. La distinción entre liberales y conservadores se desvaneció y, con problemas de forma direc
el apoyo de la izquierda, los republicanos ganaron las elecciones presiden- obstinada, persuadió a lo
ciales de 1936, 1940 y 1944. Se dio cabida a un sistema de seguridad social y canos para que se reunier
un código laboral progresistas. los denominados Acuerd
Luego surgieron dos facciones importantes. Una fue el Partido de Unión ciudad donde se celebró
Nacional, vehementemente anticomunista y liderado por Otilio Ulate Blan- desgarradas por la guerr
co. La otra fue el Partido Democrático Social, de centro-izquierda (pero an- 2) entablaran el diálogo r
ticomunista), organizado por el antiguo conservador José (Pepe) Figueres Fe- uso de su territorio para i
rrer, En las elecciones de 1948, ambos movimientos se unieron en una Ia prohibición de la ayud
coalición contra el Partido Republicano Nacional. Hizo aparición la violen- Estos dos últimos puntof
cia, brotaron las disputas y Figueres asumió la autoridad. Actuando con vi- Unidos. El acuerdo de agr
gor y decisión, disolvió el ejército, asignó nuevos impuestos, convocó una mocratización de todas la
Asamblea Constituyente y ---<omo ocurría por entonces en otras partes de parecía demasiado bueno
Centroamérica 357

rl es una cuestión Pen- América Latina- proscribió a la Vanguardia Popular comunista. La polva-
n su conjunto. reda se calmó y Ulate Blanco tomó posesión del cargo en1949.
Figueres obtuvo la presidencia en 1952 y volvió la normalidad. Estimuló
las exportaciones agrícolas y negoció un nuevo contrato con la United Fruit,
'ág1l por el cual la parte correspondiente a Costa Rica de los beneficios aumenta-
ba de un 10 a un 30 por 100. Con el apoyo de Washington, resistió un levan-
\ pesar de su nombre, tamiento en 1955. Las elecciones de 1958 transcurrieron con normalidad. Fi-
al ser la zona más al gueres declaró tras Ia derrota del candidato de su partido: <Considero
c alejada del resto de nuestra derrota como una contribución, en cierto modo, a la democracia en
I escasa y nunca desa- América Latina. No es costumbre que un partido en el poder pierda unas
e. Tampoco contó con eleccioneso.
Los hechos que siguieron sostendrían esta afirmación. La participación
Je tamaño familiar en de los votantes costarricences ha superado en general el 80 por 100, una de
un sector medio agri las más altas del mundo (comparada con el 55-60 por 100 estadounidense).
producir un cam-
-. sin Y ha prevalecido la moderación: menos de un 10 por 100 de los votos han ido
ciones de plátanos en a candidatos extremistas de izquierda o derecha. En contraste con la mayor
xx, con lo que los Plá- parte de Centroamérica, Costa Rica tiene un centro político fuerte y viable.
del país. Los apuros económicos, como siempre, sometieron al sistema a una prue-
'a surgió como una so- ba severa, Bajo la dudosa administración de Rodrigo Carazo (1978-1982),
cerca de un 80 por 100 Costa Rica acumuló una deuda externa de 4.000 millones de dólares, enorme
ayoría trabajadores de para un país de su tamaño. La tasa de crecimiento descendió del 8,9 por 100
ì y menos de un I por en 1977 a -2,4 por 100 en 1981, año durante el cual la moneda local (el co-
r general no hubo con- lón) fue devaluada más de un 400 por 100. El desempleo ascendió a un 10
por 100 y parecía seguir subiendo.
.le la política constitu- La democracia costarricense logró sobrevivir a las terribles presiones fi-
programas de bienes- nancieras de los años que siguieron a1982, mientras los dos partidos nacio-
r Uruguay, llegó a ser nales dominantes proseguían con su tradición de alternarse en el poder. Pero
el pocler con los libe- el país tuvo que pagar un alto precio por ser vecino de Nicaragua. Cuando se
;mocrática comenzó a agudizó Ia guerra entre los sandinistas y la Contra, los refugiados nicara-
güenses y elementos de la Contra se escondieron en Costa Rica, otra nación
imentó el descontento a la gue la guerra fría centroamericana puso en peligro.
una altcrnativa al co- Oscar Arias Sánchez, elegido presidente en 1986, decidió afrontar estos
s se clesvaneció y, con problemas de forma directa. Con una diestra diplomacia y una determinación
s clccciones presiden- obstinada, persuadió a los jefes ejecutivos de los demás países centroameri-
r de seguridad social y canos para que se reunieran a negociar. El resultado de este proceso fueron
los denominados Acuerdos de Esquipulas. que recibieron el nombre de la
reel Particlo de Unión ciudad donde se celebró el primer encuentro, y que pedían a las naciones
ror Otilio Ulate Blan- desgarradas por la guerra de la región que 1) iniciaran un cese el fuego,
ro-izquierda (pero an- 2) entablaran el diálogo con los movimientos de oposición, 3) impidieran el
sé (Pepe) Figueres Fe- uso de su territorio para iniciar agresiones contra otros estados y 4) el cese y
rs se unieron en una la prohibición de la ayuda a las fuerzas irregulares o movimientos rebeldes.
ro aparición la violen- Estos dos últimos puntos se dirigían especialmente a Nicaragua y Estados
lad. Actuando con vi- Unidos. El acuerdo de agosto de 1987 también pedía elecciones libres y la de-
puestos, convocó una mocratización de todas las naciones de la región. Era un plan ambicioso, que
ces en otras partes de parecía demasiado bueno para ser verdad, pero tenía el mérito inequívoco de
358 Historia contemportineq de América I'atina

gociaciones sobre la ruta


ser una solución centroamericana a sus propios problemas. En la práctica,
(

ayudó a proporcionar cierta situación de paz a la región e hizo ganar a Arias


tureros estadounidenses.
nunció como (un borrón
el premio Nobel.
nicaragüense de Estados I
Las elecciones subsiguientes revelaron la persistente importancia de las
familias políticas ilustres. La victoria de 1990 le tocó a Rafael Angel Calde- tra Zelaya, que se vio obl
rón, hijo de un ex presidente, y la victoria de 1994 correspondió a José Ma- Siguió el caos financ
mandar el pago de sus de
ría Figûeres, hijo de otro ex presidente. A raíz de la crisis de la deuda de los
años ochenta, Figueres trató de combinar la reforma económica con una po-
vador Adolfo Díaz, pidió
proteger sus intereses eco
sición progresista sobre cuestiones sociales y económicas. Multinacionales ta-
les como Motorola y Coca Cola continuaron invirtiendo en Costa Rica y el tendiera su protección a t
claración de Roosevelt, e
crecimiento económico fue fuerte en general. Hacia 1993 el desempleo de-
nes. Un plan para la re,
clarado había descendido a algo más del 4 por 100, una de las tasas más ba-
jas en toda América. En comparación con los países vecinos de Centroamé- conglomerado bancario d
rica, Costa Rica seguía siendo una excepción. cional y el sistema de fer
punto de vista político y
protectorado de Estados
Nicaragua: de la dinastía a la revolución Esta condición duró I
sobre la sucesión presider
Durante gran parte de su historia, Nicaragua ha sido una prenda en manos aceptó supervisar las elec
de potencias extranjeras, sobre todo de Estados Unidos. A lo largo del siglo miso, un liberal llamado .
xtrrecibió una atención incesante por parte de aventureros avariciosos' mu- y pidió la retirada de las
nos ya habían recobrado
chos de los cuales querían construir un canal, y sopôrtó la breve pero igno-
miniosa presencia de william walker. Esta pauta seguiría hasta el siglo xx. punto de proclamar la po
Los ingleses cedieron la cuenca del Caribe a la esfera de influencia esta- abandonaron Nicaragua.
dounidense en la década de i890 y Washington no dejó pasar la oportunidad. Pero un activista libe
Estados Unidos ocupó Cuba, "tomóo Panamá y estableció un protectorado acuerdo de finales de los
en la República Dominicana. Para justificar estas y futuras acciones, Theo- çlalislq moderado, había
dore Roosevelt proclamó en 1904: tervención estadounidens
un amplio respaldo popu
Todo país cuyo pueblo se conduzca bien puede contar con nuestla amistad quierdistas entre sus segr
sincera. Si una nación muestra que sabe cómo actuar con una eficiencia y ho- la campaña orquestada cr
nestidad razonables en los asuntos sociales y políticos, si mantiene el orden y perseguidores. Cuando l¿
cumple con sus obligaciones, no debe temer la interferencia de Estados Unidos. el país, Sandino continuó
La perfidia crónica o la impotencia que da como resultado una pérdida gene- entrenada por Estados L
ral àe los lazos de la sociedad, sea en América o en otras partes, acaba requi- cia nicaragüense. Ahora
riendo la intervención de alguna nación civilizada. y en el hemisferio occiden-
influir sobre el gobierno.
tal la aclhesión de Estaclos unidos a la Doctrina Monroe puede forzarlo,
presidencia, Sandino ace¡
aunque se muestre reticente, en casos flagrantes de dicha perfidia o impoten-
cia, a ejercer un poder de policía internacional. acuerdo de paz. Cuando
nerales que lo apoyaban
Conocido como <Corolario Roosevelto a la Doctrina Monroe, tenía un signi- cutados de inmediato. Hr
ficado claro. Para impedir la intervención de Europa, Estados Unidos podía en un mártir.
intervenir en América Latina a discreción' El poder político no
Nicaragua pronto descubriría lo que significaba esa máxima en la prácti- Nacional, fuerza de polic
ca. Washington había terminado aborreciendo a José Santos ZeIaya, el dic- dense. A su cabeza estab¿
tador liberal que había resistido firmemente el control extranjero en las ne- no ambicioso y despiada<
Centroamérica 359

problemas. En la Práctica, gociaciones sobre la ruta del canal. En 1909, ordenó la ejecución de dos aven-
'egión e hizo ganar a Arias tureros estadounidenses. El secretario de Estado Philander C. Knox lo de-
nunció como <un borrón en la historia de este país" y expulsó al embajador
;istente imPortancia de las nicaragüense de Estados Unidos. A continuación apoyaron una revuelta con-
rcó a Rafael Angel Calde- traZelaya, que se vio obligado a renunciar.
4 correspondió a José Ma- Siguió el caos financiero. Los acreedores europeos comenzaron a de-
la crisis de la deuda de los mandar el pago de sus deudas. Desesperado, el nuevo presidente, el conser-
na económica con una Po- vador Adolf o Díaz, pidió a Estados Unidos que enviara ayuda militar para
imicas. Multinacionales ta- proteger sus intereses económicos de la amenaza de la guerra civil y que
"ex-
rtiendo en Costa Rica Y el tendiera su protección a todos los habitantes de la república>. Citando la de-
cia 1993 el desemPleo de- claración de Roosevelt, el presidente William Howard Täft envió a los mari-
J, una de las tasas más ba- nes. Un plan para Ia recuperación financiera obtuvo una garantía de un
ses vecinos de Centroamé- conglomerado bancario de Nueva York, que recibió el control del banco na-
cional y el sistema de ferrocarriles como fianza por su inversión. Desde el
punto de vista político y económico, Nicaragua se convirtió en un auténtico
protectorado de Estados Unidos.
revolución Esta condición duró hasta 1933. A mediados de 1920 surgió una disputa
sobre la sucesión presidencial. Estados Unidos impuso al leal Adolfo Díazy
sido una prenda en manos aceptó supervisar las elecciones siguientes. Como resultado de este compro-
Jnidos. A lo largo del siglo miso, un liberal llamado Juan Bautista Sacasa obtuvo la presidencia en 1.932
/entureros avariciosos, mu- y pidió la retirada de las tropas estadounidenses. Los banqueros neoyorqui-
opôrtó la breve pero igno- nos ya habían recobrado su inversión y Franklin Delang Roosevelt estaba a
seguiría hasta el siglo xx. punto de proclamar la política de la
"Buena Vecindad" . En 1933 los marines
a esfera de int'luencia esta- abandonaron Nicaragua.
dejó pasar la oportunidad. Pero un activista liberal, Augusto César Sandino, se negó a respetar el
:stableció un protectorado acuerdo de finales de los años veinte. Patriota ferviente, nacionalista y so-
; y futuras acciones, Theo- cialista medqrado, había emprendido una campaña guerrillera contra la in-
tervención estadounidense y los colaboracionistas nicaragüenses. Consiguió
un amplio respaldo popular, pero Estados Unidos temía la presencia de iz-
Je contar con nuestra amistad quierdistas entre sus seguidores. Los marines estadounidenses se unieron a
Jtuar con una eficiencia y ho- la campaña orquestada contra é1, pero consiguió una y otra vez eludir a sus
líticos, si mantiene el orden y perseguidores. Cuando las fuerzas estadounidenses ya habían abandonado
erferencia de Estados Unidos. el país, Sandino continuó luchando. Consideraba que la Guardia Nacional,
r resultado una périJida gene-
entrenada por Estados Unidos, era la mayor amenaza para la independen-
, cn otras partes. acaba requi-
a, y en el hemisferio occiden-
cia nicaragüense. Ahora ésta y los sandinistas competían ferozmente para
rina Monroe puede forzarlo, influir sobre el gobierno. Una vez que Sacasa se halló bien instalado en la
de dicha perfidia o impoten- presidencia, Sandino aceptó asistir a una reunión para intentar alcanzar un
acuerdo de paz. Cuando dejaba el palacio presidencial, Sandino y dos ge-
nerales que lo apoyaban fueron apresados por la Guardia Nacional y eje-
ina Monroe, tenía un signi- cutados de inmediato. Héroe nacional genuino, ahora también se convirtió
rpa, Estados Unidos podía en un mártir.
El poder político no residía en el sistema electoral, sino en la Guardia
ra esa máxima en la prácti- Nacional, fuerza de policía interna creada durante la ocupación estadouni-
José Santos Zelaya, el dic- dense. A su cabeza estaba el general Anastasio (Tacho) Somoza García, tira-
rntrol extranjero en las ne- no ambicioso y despiadado que había dado la orden de ejecutar a Sandino.
360 Historia contemporónea de América I'atina
Un colaborador fiel de la
tro años después, Luis Sc
poder pasó a Anastasio S
su padre, jefe de la Guarr
tó al país con un gobiernr
con sus excesos. Se rumor
ficios económicos con la
rremoto de 1.972.
La ausencia completr
oposición a Somoza sólo ¡
los años sesenta, emergii
por tres grupos importan
Prolongada (GPP), se for
pesinos del norte montañ
ron de la GPP en 1.973 pz
a los intelectuales de las
marxista y moderado en ¡
sus hazañas militares con
nombre de Augu_sto Cés;
para formar el Frente Sat
central desdç l9ó1).
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un año y medio
proviso en f!!fo del misr
dos décadas-áites. A salv
más allá de su control. ,,E
La mayoría de los estadounidenses aceptaron la afirmación de que el protectorado de derrocado por una consp
Estados Unidos sobre Nicaragua se justificaba por el "Corolario Roosevelto para la
yoría de comunistas y det
Doctrina Monroe; la leyenda original de esta caricatura decía: "Cortando una vara
para un niño malo>. (McKee Barclay, Bøltimore S¿¿n, 1910. Cedida por The Baltimore de encontró la muerte a I
Sun.) Una vez en el poder,
políticos. Uno era una po
significaba que ya no se
Acabó derrocando a Sacasa y ocupando la presidencia en 1937. Así comen- creación de una (<econot
zô el régimen somocista. La revolución tuvo ul
Siendo un astuto político, Somoza obtuvo el respaldo de diferentes fuen- tó a los dirigentes nicara¡
tes: de la Guardia Nacional a la que fomentó y protegió, de la elite terrate- res como ayuda de urgen
niente con cuyos miembros formó numerosas asociaciones, y de Estados Uni- nal del Congreso para u
dos, cuya estructura de poder político sabía manipular muy bien. tarea interna se vio facilit
Amasando una fortuna enorme para él y su familia, Somoza promovió el moza, que incluía cerca (
crecimiento económico de Nicaragua y cultivó la ayuda estadounidense. Un gobierno revolucionario
asesino lo hirió en 1956 y fue trasladado de inmediato a un hospital de la zona agraria sin tenerse que e
del canal, controlada por Estados Unidos. Siempre agradecido por su antico- cracia latifundista atrinch
munismo rabioso, el presidente Eisenhower envió a su cirujano personal para Los revolucionarios
tratar de salvar la vida del dictador. A pesar de todo, $om,o-za-r-nUfié. mas sociales cuya resolu
La empresa familiar perduró. El hijo mayor, Luis Somoza Debayle, tomó analfabetismo, una medir
el mando y fue elegido presidente con una mayoría del 89 por 100 en f95J. sional y educación superi
Centroamérica 361

Un colaborador fiel de la familia, René Schick, asumió el cargo en 1963. Cua-


tro años después, Luis Somoza murió de un ataque al coraz.ptt. Entonces el
poder pasó a Anastasio Somoza Debayle, licenciado de West Point y, como
su padre, jefe de la Guardia Nacional. Egoísta, despiadado y corrupto, suje-
tó al país con un gobierno férreo, pero ofendió a los nicaragüenses sensatos
con sus excesos. Se rumoreó, por ejemplo, que había obtenido grandes bene-
ficios económicos con la reconstrucción de Managua tras el devastador te-
rremoto de 1972.
La ausencia completa de instituciones representativas significó que Ia
oposición a Somoza sólo pudiera tomar una forma: la resistencia armada. En
los años sesenta, emergió el movimiento guerrillero, que acabaría formado
por tres grupos importantes. El primero, conocido como la Guerra Popular
Prolongada (GPP), se formó a comienzos de los años sesenta entre los cam-
pesinos del norte montañoso. El segundo era los Proletarios, que se separa-
ron de la GPP en 1973 para llevar el movimiento a los obreros y en especial
a los intelectuales de las ciudades. El tercero era los Terceristas, grupo no
marxista y moderado en política dirigido por Edén Pastora, renombrado por
sus hazañas militares como el legendario oComandant,a Çglo>.Tomando el
nombre de Augusf,o César Sandino, todos los movimientos se combinaron
para formar el Frente Sandinista de Liberación Nacional (nombre del grupo
central desde 1961).
'-Tlas un año y. medio de lucha, el régimen somocista se derrumbó de im-
proviso en lEP* del mismo modo que se había entregado Batista en Cuba
dos décadas''äñtes. A salvo en su exilio de Miami, Somoza culparía a fuerzas
más allá de su control. oEl pueblo nicaragüense no me ha derrocado. He sido
in de que el protectorado de
derrocado por una conspiración internacional que hoy cuenta con una ma-
lorolario Roosevelt> para la
yoría de comunistas y desea que Nicaragua sea un país comunista.> Más tar-
"Cortando una
r clecía: vara
0, Cedicla por The Baltimore de encontró la muerte a manos de asesinos g¡1.Paragqay,..
Una vez en el poder, los sandinistas proclamaron dos amplios objetivos
políticos. Uno era una política exterior <independiente y no alineada>, lo que
significaba que ya no se someterían a þ.sta{o5 Unidos. El otro prevefa la
ncia en 1937. Así comen- creación de una <economía mixta> para lograr la justicia socioeconómica.
La revolución tuvo unos inicios prometedores. El presidente Carter invi-
ipalclo de diferentes fuen- tó a los dirigentes nicaragüenses a la Casa Blanca, envió 8 millones de dóla-
rtegió, de la elite terrate- res como ayuda de urgencia a Managua y consiguió una autorización adicio-
rciones, y de Estados Uni- nal del Congreso para un paquete de ayuda cJe 75 millones de dólares. Su
rlar muy bien. tarea interna se vio facilitada por la magnitud de la fortuna de la familia So-
lilia. Somoza promovió el moza, que incluía cerca de un 20 por 100 de la tierra cultivable del país. El
yuda estadounidense. Un gobierno revolucionario nqcionalizó estas posesiones e inició una reforma
:0 a un hospital de la zona agraria sin tenerse que enfrentar a la oposición intransigente de una aristo-
agradecido por su antico- cracia latifundista atrincherada.
su cirujano personal para Los revolucionarios nicaragüenses pronto atacaron los mismos proble-
r, Sqmozq murió. mas sociales cuya resolución había hecho famosos a los cubanos, como el
is Somoza Debayle, tomó analfabetismo, una medicina preventiva inadecuada y una formación profe-
a del 89 por 100 en \957. sional y educación superior insuficientes. Nicaragua recibió aproximadamen-
362 Historia contemporánes cle América Lutinu

te a 2.500 cubanos (el número fue supervisado con cuidado por la CIA y el somocista y dirigente de t
Departamento de Estado), médicos, enfermeros, maestros y especialistas en mayoría de los sondeos de
salud pública, para ayudar al gobierno revolucionario a mejorar las condicio- nunciaba a medida que s
nes de vida básicas. También llegó personal del ejército, la policía y el servi- prendentes resultados: la
cio de información cubanos para ayudar a consolidar el régimen contra los 40,8 por 100 de los sandin
ataques contrarrevolucionarios del interior y el exterior. que los sandinistas observador internacional
(y cubanos) estaban seguros de que se producirían. Para sorpresa casi univers
Los nicaragüenses también solicitaron auxilio de Estados Unidos, que Chamorro proclamó r
respondió en 1980 con su programa, muy moclesto, de 75 millones de dóla- una <amnistía incondicio
res. De Europa Occidental llegó una colaboración financiera mucho más miento. Sin embargo, no I
importante, en especial de Alemania Occidental, Francia y España. Los so- te representación en la A
viéticos, por otro lado. no ofrecieron créditos en divisa fuerte. Por ello, los la reforma de la Constitu
nicaragüenses þarecieron tener más oportunidad que Cuba en 1959-1961 de armadas y otras institucir
evitar el comercio exclusivo y la dependencia financiera de un bloque ideo- bién tuvo que negociar cc
lógico. derechos a la tierra. Antc
Sin embargo, la euforia nicaragüense no duró mucho. En Estados Uni- ba desconfianza en much,
dos, la plataforma electoral del Partido Republicano de 1980 deploró for- resultando difícil de gobe
La inestabilidad y la
"el dominio marxista sandinista de Nicaragua" la administración
malmente y
Reagan comenzó desde entonces una campaña persistente para socavar al los años noventa. Auxili¿
gobierno sandinista. Estados Unidos lanzó un embargo comercial contra Ni- , ternacional directa y más
caragU.?, con lo que empujó a los sandinistas a aumentar su dependencia de i el equipo de economistas
Cuba y la Unión Soviética. Quienes no pertenecían al frente desaprobaban \ crecimiento global se ma
enérgicamente la naturaleza del régimen nicaragüense. Los sandinistas con- en 1990 aI22 por 100 en
trolaban a las claras la policía, el ejército y casi todos los puestos ejecutivos. nocidos como <recontras
Habían cerrado la prâctica totalidad de los medios informativos de la oposi- zas esporádicas con los s
ción. Por otro lado, la mayor parte de la tierra y el sector de servicios per- campas>, pero ambas pa
manecían en manos privadas, funcionaban los partidos de oposición y las (A veces se unieron en u
multinacionales extranjeras (como Esso) continuaban operando. Al menos beneficios apropiados pi
Nicaragua resultaba más abierta que Cuba, y no por coincidencia, ya que Fi- ocasionales continuaron
del había instado a los sandinistas para que no repitieran su error de romper incapaz de mantener el c
por completo con el mundo capitalista. Las actuaciones polít
El movimiento constante de los sandinistas hacia el modelo cubano se ciones de 1996. Una serie
vio acelerado por los ataques de la Contra, ejército de exiliados fundado por dujo el periodo presiden
Estados Unidos bajo el mando de antiguos oficiales somocistas, junto con al- mediata, y un inte
gunos antisomocistas desilusionados con el gobierno sandinista. Aunque la impedir un -en
régimen dinÉ
Contra acosaba al régimen, no pudo tomar y conservar blancos importantes pariente cercano. Tanto e
dentro de Nicaragua. Sin embargo,forzó al gobierno a gastar la mitad de su se y en ese agitado contr
presupuesto en defensa y a enajenarse a sus ciudadanos con medidas de nos) comenzó a preparal
tiempos de guerra. En parte como resultado de estos factores, la economía flicto militar y penuria e'

cayó en picado. La producción descendió un 4 por 100 en 1987 y un 8 por 100 a la familia Somoza com,
en 1988, al mismo tiempo que la inflación alcanzó el nivel espectacular del sandinistas, un trabajado
33.000 por 100. ces mejor que esos ladrot
En este contexto, se celebraron las elecciones de febrero de 1990. Con Da- 1.000 millones de dólaret
niel Ortega como candidato, los sandinistas anticipaban confiados Ia victoria. da después era de 12.00(
Su adversaria era Violeta Barrios de Chamorro, viuda de un distinguido anti- ningún fruto. Así que prr
Centroamérica 363

rn cuidado por la CIA y el somocista y clirigente de una coalición de oposición fragmentada (UNO). La
maestros y especialistas en mayoría de los sondeos de votos anunciaron que la delantera de Ortega se pro-
rrio a mejorar las condicio- nunciaba a medida que se acercaban las elecciones. Luego llegaron los sor-
ército. la policía y el servi- prendentes resultados: la UNO obtuvo el 54,7 por 100 de los votos, contra el
lidar el régimen contra los 40,8 por 100 de los sandinistas. A instancias de Jimmy Carter (presente como
xterior. que los sandinistas observador internacional), Ortega pronunció un amable discurso de cesión.
L Para sorpresa casi universal, la oposición se preparó para tomar el poder.
: de Estados Unidos. que Chamorro proclamó el fin de la lucha y, en su toma de posesión, anunció
o, de 75 millones de dóla- una .amnistía incondicional> para los crímenes políticos y el fin del alista-
ón financiera mucho más miento. Sin embargo, no fue capaz de ampliar su base política. Con una tuer-
Francia y España. Los so- te representación en la Asamblea Nacional, los sandinistas pudieron impedir
divisa fuerte. Por ello, los la reforma de [a Constitución; también continuaban controlando las fuerzas
que Cuba en 1959-1961 de armadas y otras instituciones clave, incluidos los sindicatos. Chamorro tam-
rnciera de un bloque ideo- bién tuvo que negociar con antiguos contras descontentos que insistían en sus
derechos a la tierra. Antonio Lacayo. su yerno y principal consejero, inspira-
i mucho. En Estados Uni- ba desconfianza en muchos círculos. Asolada por la guerra, Nicaragua estaba
:ano de 1980 deploró for- resultando difícil de gobernar.
ragua> y la administración La inestabilidad y la incertidumbre prevalecieron durante los inicios de
rersistente para socavar al los años noventa. Auxiliados por casi 900 millones de dólares en ayuda in-
)argo comercial contra Ni- ternacional directa y más de 200 millones en deudas declaradas incobrables,
mentar su dependencia de el equipo de economistas de Chamorro lograron rebajar la inflación, pero el
crecimiento global se mantuvo lento. El desempleo se elevó del 12 por 100
\
an al frente desaprobaban
ense. Los sandinistas con- en 1990 al22por 100 en 1,993 (y el subempleo otro 28 por 100). Ahora co-
dos los puestos ejecutivos. nocidos como <recontras>, los antiguos contras se enzaÍzaron en escaramu-
; informativos de la oposi- zas esporádicas con los sandinistas desmovilizados, conocidos como los <re-
el sector de servicios per- campas>, pero ambas partes aceptaron un acuerdo de paz en abril de 1994.
rrtidos de oposición y las (A veces se unieron en una causa común, como en los esfuerzos para lograr
rban operando. Al menos beneficios apropiados para los ex combatientes en general.) Los choques
or coincidencia, ya que Fi- ocasionales continuaron no obstante ya que el gobierno nacional se mostró
itieran su error <le romper incapaz de mantener el orden en el campo.
Las actuaciones políticas comenzaron a centrarse en las inminentes elec-
acia el modelo cubano se ciones de 1996. Una serie de reformas constitucionales en febrero de 1995 re-
r de exiliados fundado por dujo el periodo presidencial de seis a cinco años, prohibió la reelección in-
mediata, y
-en un intento de frustrar al ambicioso
s somocistas, junto con al- Lacayo. así como de
rno sandinista. Aunque la impedir un régimen dinástico- prohibió al presidente ser sucedido por un
ervar blancos importantes pariente cercano. Tanto el FSLN como la UNO comenzaron a descomponer-
no a gastar la mitad de su se y en ese agitado contexto el clan Somoza (representado por tres herma-
idadanos con medidas de nos) comenzó a preparar su retorno político. Desanimados por años de con-
stos factores, la economía flicto militar y penuria económica, muchos nicaragüenses comenzaron a ver
100 en 1987 y un 8 por 100 a la familia Somoza como el mal menor. Al expresar una severa crítica a los
i el nivel espectacular del sandinistas, un trabajador de mediana edad discurría: oSomoza era diez ve-
ces mejor que esos ladrones. Sí, él robaba. Pero nuestra deuda externa era de
: febrero de 1990. Con Da- 1.000 millones de dólares después de cincuenta años de Somoza, y una déca-
aban confiados la victoria. da después era de 12.000 millones y no vemos nada que nos haya reportado
rda de un distinguido an_ti- ningún fruto. Así que pregunto: ¿quién es el más ladrón?".
364 Historia conlemporúneu rle Antérica Lutina

tensiones con El Salvadc


Honduras: el gobierno de los militares antiguas clisputas frontel
principal de los problen
Honduras ha experimentado la transición <Ie menor profundidad entre todas te poblado. con zrproxirr
las repúblicas centroamericanas, Las rivalidades entre los partidos Liberal y mientras que Honduras s
Conservador han persistido hasta mediados del siglo xx, la agitación popular salvadoreños comenzaro
ha sido mínima y el poder ha permanecido en manos de una alianza triangu- dureños. como es de con
lar: latifundistas, inversores extranjeros (principalmente la United Fruit) y el 1963 prohibió a las comç
ejército. Debido a su debilidad política y económica, ha resultado especial- (es decir, salvadoreños)
mente vulnerable a la influencia exterior. Sigue siendo, en muchos aspectos, pudieran escriturar tierr¿
el estereotipo de una La violencia hizo eru
"república bananerar.
Su historia revela, con una claridad meridiana, un hecho fundamental de pos de fútbol nacionales.
la vida política centroamericana: el surgimiento del ejército como una casta El antagonismo alcanzó
autónoma y como árbitro supremo de los asuntos nacionales. Allí, como en tuvo que jugarse en Méx
otras partes del istmo, la carrera en las fùerzas armadas (o la Guardia Na- reños frustrados atacarc
cional) ofrecía a los ladinos de clase media la oportunidad de ascender en la otras ciudades. El Salvac
escala social. La tierra ya estaba controlada por la aristocracia, las universi- facciones. Lo mismo hizt
dades eran restrictivas y apenas había desarrollo industrial: un joven ambi- Salvador declaró que av;
cioso de orígenes humildes casi no tenía otra alternativa. Como resultado, los su territorio.
reclutas y cadetes se sentían muy orgullosos del honor y la dignidad del ejér- Mientras el mundo
cito como institución, y los oficiales tendían a mirar por encima del hombro fútbol" comenzó en serir
a políticos y civiles. Hasta tal punto, que las fuerzas armadas permanecieron bre la función política dr
al margen de la sociedad civil. pero su consentimiento (si no apoyo) era esen- na. En otro, reveló la ho
cial para la supervivencia de toda coalición política. troamericanas.
La figura señera de Honduras a comienzos del siglo xx era Tiburcio Ca- La geografía hizo in,
rías Andino, a cuyo Partido Nacional de orientación conservadora le impi- rra de la Contra patrocir
dieron tomar la presidencia en 1923. Tias cierta disputa, se permitió gober- tados Unidos transform(
nar al candidato de Carías hasta 7929, cuando los liberales recobraron el miento para los ataques
cargo. En 1932 el mismo Carías obtuvo la presidencia y se mantuvo en ella salpicado con pistas de z
hasta 1948. base para las tropas de li
En 1957, un grupo de oficiales jóvenes supervisó la elección del doctor ses y de la Guardia Nac
Ramón Villeda Morales, liberal progresista que se convirtió en un partidario nomía estaba inundada p
franco de John Fitzgerald Kennedy y la Alianza para el Progreso. Pero los das estas actividades re[r
mandos veteranos se resintieron de sus tendencias reformistas y en 1963 le El gobierno civil sc
despidieron en favor del clirigente de las fuerzas armadas Oswaldo López Leonardo Callejas asumi
Arellano, que gobernó hasta_1975 (cuando un golpe militar lo derrocó). de poder. Las eleccioner
Los militares retuvieron el control hasta 1981. En parte como conse- Partido Liberal, que lucl
cuencia de la presión internacional, sobre todo de Estados Unidos, se cele- desafío político provino
braron elecciones bastante abiertas ese mismo año. El candidato del Partido zos del presidente por tc
Liberal, Roberto Suazo Córdova, obtuvo el 54,1 por 100 de los votos; los mi- litares con los narcotrati
litares decidieron aceptar el resultado. Hasta nuevo aviso, al menos, Suazo vestigaciones sobre pres
tuvo la oportunidad de gobernar, y en 1985 unas elecciones pacíficas llevaron envió tanques a las calle:
al triunfo de otro candidato del Partido Liberal, José Azcona Hoyo. poder habló por sí mism
..-> Las refriegas con los países vecinos han desempeñado un papel impor-
tante en la historia hondureña. Durante los años sesenta, por ejemplo, las
Centroumérica 365

tensiones con El Salvador aumentaron de forma constante. Habían existido


nilitares antiguas disputas fronterizas. aunque de poca importancia, pero el motivo
principal de los problemas era económico: El Salvador estaba densamen-
profundidad entre todas te poblado, con aproximadamente 240 habitantes por kilómetro cuadrado,
re los partidos Liberal y mientras que Honduras sólo tenía34 aproximadamente. En consecuencia, los
xx, la agitación popular salvadoreños comenzaron a buscar trabajo y tierra en Honduras y los hon-
; de una alianza triangu- clureños, como es de comprender, se resintieron de su presencia. Una ley de
nte la United Fruit) y el 1963 prohibió a las compañías emplear más de un l0 por 100 de extranjeros
I, ha resultado especial- (es decir, salvadoreños) y un decreto de 1968 impidió que los salvadoreños
do, en muchos aspectos, pudieran escriturar tierras hondureñas.
La violencia hizo erupción en ambas capitales en 1969, cuando los equi-
n hecho fundamental de pos de fútbol nacionales jugaron una ronda eliminatoria de la Copa Mundial.
ejército como una casta El antagonismo alcanzó tal punto que el tercer partido, que era definitivo,
acionales.Allí, como en tuvo que jugarse en México. El Salvador ganó la contienda y algunos hondu-
adas (o la Guardia Na- reños frustrados atacaron a los residentes salvadoreños de Tegucigalpa y
nidad de ascender en la otras ciudades. El Saìvador rompió las relaciones diplomáticas y pidió satis-
ristocracia, las universi- facciones. Lo mismo hizo Honduras. El caso se dirigía a la OEA cuando El
Justrial: un joven ambi- Salvador declaró que aviones hondureños habían efectuado bombardeos en
iva. Como resultado, los su territorio.
rr y la dignidad del ejér- Mientras el mundo observaba asombrado, la denominada
por encima del hombro "guerra del
fútboln comenzó en serio y duró dos semanas. En un sentido, arrojó luz so-
lrmadas permanecieron bre la función política del deporte organizado en la sociedad latinoamerica-
r (si no apoyo) era esen- na. En otro, reveló la hostilidad y rivalidad latentes entre las repúblicas cen-
troamericanas.
glo xx era Tiburcio Ca- La geografía hizo inevitable que Honduras se viera arrastrada a la gue-
r conservadora le impi- rra de la Contra patrocinada por Estados Unidos contra los sandinistas. Es-
)uta, se permitió gober- tados Unidos transformó de inmediato a Honduras en un enclave de lanza-
liberales recobraron el miento para los ataques de la Contra a Nicaragua. El terreno se vio pronto
ia y se mantuvo en ella salpicado con pistas de aterrizaje, almacenes de provisiones y campamentos
base para las tropas de la Contra. Miles de unidades regulares estadouniden-
i la elección del doctor ses y de la Guardia Nacional se turnaban el servicio en Honduras y la eco-
nvirtió en un partidario nomía estaba inundada por la afluencia de cientos de millones de dólares. To-
a el Progreso, Pero los das estas actividades reforzaron el poder de los militares hondureños.
cformistas y en 1963 le El gobierno civil sobrevivió, al menos nominalmente. cuando Rafael
madas Oswaldo López Leonardo Callejas asumió la presidencia en 1990 en una serena transferencia
nilitar lo derrocó). de poder. Las elecciones de 1993 favorecieron a Carlos Roberto Reina, del
En parte como conse- Partido Liberal, que luchó para corregir la decadencia económica. Su mayor
stados Unidos, se cele- desafío político provino de las fuerzas armadas. que se resistían a los esfuer-
I candidato del Partido zos del presidente por tomar medidas enérgicas contra la colusión de los mi-
00 de los votos; los mi- litares con los narcotraficantes internacionales. Para protestar contra las in-
aviso. al menos, Suazo vestigaciones sobre presuntos abusos de los derechos humanos, el ejército
iones pacíficas llevaron envió tanques a las calles de Tegucigalpa en agosto de t995. El despliegue de
Azcona Hoyo. poder habló por sí mismo.
:ñado un papel impor-
senta, por ejemplo, las
366 Historia contemporcineq de América Lutina

Los campesinos se alz¿


El Salvador: de la estabilidad a la insurgencia do una cadena de volcane:
El Salvador, bandas de in,
El control oligárquico acabó prendiendo en El Salvador durante el siglo xrx. los cerros para dirigirse a I
En 1863, Rafael Carrera lanzó una invasión desde Guatemala e impuso a un Farabundo Martí, comunis
conservador de su elección, pero los liberales contaron con una revuelta exi- en Nicaragua, los campesi
tosa en 1871. En la década de 1880, se prohibió por decreto legal que las co- ron al país en un estado dr
munidades indias pudieran mantener la propiedad colectiva de la tierra y, Hernández Martínez r,
de este nrodo, se pavimentó el camino para su usurpación y la consolidación de res contra los rebeldes y eì
una diminuta aristocracia, las famosas <catorce familias> (que han aumenta- ya que los indios
do de número y tamaño). El café se convirtió en el principal cultivo para la -o cualc
gobierno, En el diminuto
exportación, el comercio floreció y de 1907 a I93l el poder político perma- 20.000 salvadoreños perdit
neció en manos de una sola familia. el clan patriarcal Meléndez. Los acontecimientos d
Los campesinos no lo aceptaron pasivos. Enfurecidos por la pérdida de aprendieron a desconfiar c
la tierra, organizaron cuatro revueltas diferentes entre 1870 y 1900. Los mo- conducían a la destrucción
vimientos fueron aplastados, pero dejaron un mensaje: como los zapatistas de pojándose de hábitos y rc
México, los campesinos de El Salvador estaban dispuestos a luchar por sus concluyó que podían segu
derechos. todo porque no existía un¿
I-a coalición gobernante de oligarcas cafetaleros. inversores extranjeros y pia conclusión: la represió
mandos militares de la Iglesia- permaneció durante todos los
-y prelados
años veinte. La quiebra de 1929 tuvo repercusiones severas para el país, ya
Hernández Martínez, ¡
ros en reconocer el régimr
que a los pequeños cultivadores independientes y a los trabajadores de las ta 1944. Los oficiales del t
plantaciones les afectó mucho la caída de los precios del café. En 1931, un la bendición de las catorc
agregado militar estadounidense, el comandante A. R. Harris, completó el si- una dictadura moderada c
guiente informe: gido personalmente, el cor
þo de civiles y militares d,
Parece no haber nada entre ... los coches caros y las carretas de bueyes con do del coronel César Yanr
su ocupante descalzo. Prácticamente no existe clase media entre los muy ricos por la derecha encabezada
y los muy pobres ... Cerca del 90 por 100 de la riqueza del país pertenece al 0,5 tido de Conciliación Nacic
por 100 de la población. Tieinta o cuarenta familias poseen casi todo lo que hay
alianza de conservadores
en el país. Viven en un esplendor regio [mientras] el resto no tiene práctica-
finales de los años setenta
mente nada. ... Podría retrasarse una revolución socialista o comunista en El
Salvador algunos años, diez o incluso veinte, pero cuando llegue, será muy san-
Finalmente, José Napo
grienta. tiano (PDC), acabó prese
(1964-19'70), el dinámico '

entre los intelectuales, pro


No tardaría tanto. El PDC representaba un
primero de mayo de 1930, una muchedumbre de 80.000 personas se ma-
E,l torales. Apesar de que e
nifestó en el centro de San Salvador contra el deterioro de los salarios y las denciales de 1912,los mili
condiciones de vida. Al año siguiente, un terrateniente idealista y admirador uno de los suyos, el coron,
del Partido Laborista inglés, Arturo Araujo, ganó las elecciones presidenciales do, torturado y exiliado, p
con el respaldo de estudiantes. campesinos y obreros. De forma algo cándida, Mientras tanto, las cont
anunció que se permitiría al Partido Comunista Salvadoreño tomar parte en las taciones de café prosperab
elecciones municipales de diciembre de 1931. Exasperadas por esta perspectiva, 100 de la población vivía en
las fuerzas armadas le separaron del cargo el2 de diciembre e impusieron al ge- pesinos no tenían tierra, en
neral de derechas Maximiliano Hernández Martínez. impotentes para acceder a I
Centrr¡américa 367

Los campesinos se alzaron en rebelión. A finales de enero de 1932, cuan-


lnsurgencla do una cadena de volcanes hizo erupción en Guatemala y en el noroeste de
El Salvador, bandas de indios armados con machetes dejaron las cañadas y
rdor durante el siglo xtx. los cerros para dirigirse a los pueblos de la región. Encabezados por Agustín
iuatemalaeimpusoaun Farabundo Martí, comunista devoto que había combatido al lado de Sandino
on con una revuelta exi- en Nicaragua, los campesinos asesinaron a algunos latifundistas y sumergie-
decreto legal que las co- ron al país en un estado de revuelta.
colectiva de la tierra y, Hernández Martínez respondió con ferocidad. Desplazó unidacles milita-
:ión y la consolidación de res contra los rebeldes y el conflicto tomó la apariencia de una guerra racial,
lias> (que han aumenta- ya que los indios que lo pareciese- sufrieron los ataques clel
principal cultivo para la -o cualquiera
gobierno. En el diminuto país de 1,4 millones de habitantes, entre 10.000 y
:l poder político perna- 20.000 salvadoreños perdieron la vida.
,l Meléndez. Los acontecimientos de 1932 enviaron varios mensajes. Los campesinos
:cidos por la pérdida de aprendieron a desconfiar de los revolucionarios criados en la ciudad, que los
re 1870 y 1900. Los mo- conducían a la destrucción. Los indios comenzaron a buscar su salvación des-
3: como los zapatistas de pojándose de hábitos y ropas indígenas. En el ámbito político, la izquierda
)uestos a luchar por sus concluyó que podían seguir cultivando su apoyo en las zonas rurales, sobre ri
todo porque no existía una alternativa reformista. La derecha extrajo su pro- iii;
inversores extranjeros y pia conclusión: la represión era el modo de tratar la agitación popular. lril
neció durante todos los Hernández Martínez, simpatizante del protofascismo y uno de los prime-
I'i I

severas para el país, ya lll


ros en reconocer el régimen de Franco en 1936, permaneció en el cargo has- liir
los trabajadores de las ta 1944, Los oficiales del ejército tomaron el poder con el consentimiento y
's
del café. En 1931, un la bendición de las catorce familias, y el comandante Óscar Osorio dirigió iiii
i.. Harris, completó el si- una dictadura moderada de 1950 a 1956. En 1960, el sucesor que había ele-
lll;
l¡i

gido personalmente, el coronel José María Lemus, fue derrocado por un gru- ill'

po de civiles y militares de tendencia ligeramente izquierdista, bajo el man-


iii
las carretas de bueyes con do del coronel César Yanes Urías. Justo un año después, éste fue destituido
media entre los muy ricos por la derecha encabezada por el teniente coronel Julio A. Rivera, cuyo Par- ti
za del país pertenece al 0,5
tido de Conciliación Nacional (PCN) se hizo con el control del Estado. Esta
,oseen casi todo lo que hay
alianza de conservadores y mandos militares gobernaría incontestada hasta
el resto no tiene práctica-
finales de los años setenta.
cialista o comunista en El
lndo llegue, será muy san- Finalmente, José Napoleón Duarte, fundador del Partido Demócrata Cris-
tiano (PDC), acabó presentando un desafío. Como alcalde de San Salvador
(1964-1970), el dinámico y elocuente Duarte consiguió un amplio respaldo
entre los intelectuales, profesionales y otros sectores urbanos de clase media.
El PDC representaba un compromiso de reforma pacífica por medios elec-
: 80.000 personas se ma- torales. A pesar de que es posible que Duarte ganara las elecciones presi-
rro de los salarios y las denciales de 1972, los militares recalcitrantes hicieron recaer el poder sobre
.e idealista y admirador uno de los suyos, el coronel Arturo Armando Molina. Duarte fue encarcela-
lecciones presidenciales do, torturado y exiliado, pero no abandonó.
De forma algo cándida, Mientras tanto, las condiciones empeoraban para los campesinos. Las expor-
lreño tomar parte en las taciones de café prosperaban, pero los pobres sufrían. Alrededor de un 80 por
1as por esta perspectiva,
100 de la población vivía en el campo y en7975 cerca de un 40 por 100 de los cam-
nbre e impusieron al ge- pesinos no tenían tierra, en comparación con el 12 por 100 de 1960. Cada vez más
impotentes para acceder a la tierra, los campesinos estaban listos para rebelarse.
368 Historiq contemporítneu de Antéricu Latina

La opción orientada a la reforma fue desapareciendo de forma gradual mero y establecieron un n


durante los años setenta. El primer intento tomó el camino electoral en L972, metedoras al principio. La
pero fue derrotado por los militares. El paso siguiente conllevó la formación pulares>. Dado su comprot
de (organizaciones populareso, grupos apolíticos que buscaban rutas de cam- Carter recibió el régimen c
bio no violentas. Organizados a veces por exiliados como Duarte, encontra- Luego las cosas tomar
ron respaldo y estímulo en una institución revitalizada: la Iglesia católica y mental persistió y los ase,.
romana. mes. Los cálculos peri<idic
Sin duda, el despertar de la lglesia ha sido uno de los procesos más deci- chos humanos, que tratab¿
sivos en El Salvador contemporáneo. La tendencia se remonta a dos aconte- cn protesta. pero cl ministl
cimientos: El Concilio Ecuménico Segundo de comienzos de los años sesen- se mantuvo en su cargo.
ta (Vaticano II) y la conferencia de los obispos latinoamericanos celebrada abandonó la coalición. Col
en Medellín, Colombia, en 1968. Ésta, en particular, denunció el capitalismo sado Duarte tomó la direc
y el comunismo como afrentas iguales a la dignidad humana y culparon del agraria.
hambre y de la miseria a los ricos y poderosos. Para remediar estas desigual- En esos momentos la o
dades, los obispos pidieron más educación, un aumento de la conciencia so- el Frente Democrático Re
cial y la creación de comunidades de base, es decir, comunidades cristianas ministro de Agricultura en
de doce a quince personâs cada una. mento clave era el Frente d
Estos hechos tuvieron un profundo impacto sobre la jerarquía eclesiásti- que recibía su nombre del
ca salvadoreña, entonces encabezada por el arzobispo Óscar Arnulfo Rome- cte 1980, Alvarez y cinco mi
ro. Como explicó con firmeza un sacerdote: gubernamentales, acto que
Guillermo Ungo pasó a rer
No es comunismo hacer que los campesinos conozcan el derecho a organi- moderada había sutiido un
zatse y defenderse. Tienen derecho a defender sus intereses y a promover el or- gimen fue aumentando su r
den político de su elección, a defender sus derechos de forma efectiva, a de- Al mes siguiente, cuatr<
nunciar el abuso de las autoridades o agentes de los poderosos. Es simplemente bajadora seglar, encontrar(
obedecer el mandato del Evangelio, un deber que la lglesia no debe rechazar protestó enérgicamente y I
o eludir.
de 1981, la administración
que por el cambio social o
Cuando aumentó la represión, la Iglesia acabó reconociendo, en las propias tadounidenses. A mediados
palabras de Romero, <la condición para la insurrección... cuando todos los miembros de la Guardia N;
recursos a medios pacíficos se han agotado>. Nadie fue inmune a la violen- miento serio. De este modct
cia: en 1980, el mismo arzobispo fue asesinado de un disparo en la catedral No obstante, Washingt<
de San Salvador. comienzos de 19t12. Se trat
Sin embargo, la realineación de la Iglesia salvadoreña tenía implicaciones a su vez nombrara un presic
de largo alcance. Las demás partes de la coalición de elite siguieron juntas: ominosos. Al frente de la c
las catorce familias, el ejército y el sector exterior. Pero la Iglesia
nos un sector influyente de ésta- había desertado de la alianza y había -o aldado
me- berto d'Aubuisson, a quien
se. había llamaclo "ascsino I
su apoyo a las masas, lo que alteraba la estructura de poder. por sus admiradores, D'Au
Las organizaciones populares seculares y religiosas se enfrentaron a una campaña:
represión continua a mediados de los años setenta. Las fuerzas armadas con- "Otro 32", que si
El Salvador repitiera la mal
trolaron cuidadosamente las elecciones de lgll , que llevaron a la presiden- presentaba Duarte y los de
cia al general Carlos Humberto Romero. uno de sus actos más significativos Frente Democrático Revoh
"ley para defender y garantizar el orden público".
fue propiciar una boicotear las elecciones. Ur
La fase siguiente del deterioro del sistema político comenzó en octubre mósfera de violencia era ml
de 1919, cuando un grupo de jóvenes oficiales del ejército clerrocaron a Ro- quierda, se intimidara a los
Centroqrnérica 369
ciendo cle forma gradual mero y establecieron un nuevo gobierno. Las perspectivas parecieron pro_
camino electoral en 1972, metedoras al principio. La junta buscó el respaldo cle las <organizaciones
po_
Ite conllevó la fbrmación pulares>. Dado su compromiso con los derechos humanos, lã administración
e buscaban rutas de cam- Carter recibió el régimen con placer y alivio.
como Duarte. encontra- Luego las cosas tomaron un giro hacia lo peor. La represión guberna-
,nda la lglesia católica y mental persistió y los asesinatos continuaron a un p.orn"àio ae t.000 por
T"r. I os cálculos periódicos provenían de la lglesia y los grupos de dere-
Je los proccsos más deci- I, cnos humanos. que trataban dc supervisar la matanza. El gabinete dimitió
se remonta a dos aconte- , en protesta, pero el ministro cle Defensa, el general José G"uillermo García,
ienzos de los años sesen- se mantuvo en su cargo. El ala liberal clel partido Demócrata cristiano
inoamericanos celebrada abandonó Ia coalición. con una apariencia conservadora innegable, el aco-
. denunció el capitalismo sado Duarte tomó la clirección del gobierno y anunció un plai cle reforma
I humana y culparon del agraria.
remediar estas desigual- En esos momentos la oposición se movía en la clandestinidacr. un grupo,
:nto de la conciencia so- el Frente Democrático Revolucionario, era liderado por Enrique xlraier,
, comunidades cristianas ministro de Agricultura en la primera junta tras octubre de 1979. otro ele-
mento clave era el Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí (FMLN),
re la jerarquía eclesiásti- que recibía su nombre del dirigente del alzamiento de 1932. En noviembre
ro Oscar Arnulfo Rome- de. 1980, Alvarez y cinco máxirnos colaboradores fueron abatidos por
tuerzas
gubernamentales, acto que eliminó todo un cuadro de políticos reformistas.
Guillermo ungo pasó a reemplazar a Arvarez, pero ra causa de la reforma
tozcan el derecho a organi- moderada había sufrido un golpe devastador. Là oposición guerrillera al
ré-
ìtereses y a promover el or- gimen fue aumentando su matiz raclical.
rs de forma efectiva, a de- Al mes siguiente, cuatro mujeres estadouniclenses, tres monjas y una tra-
po<Jerosos. Es simplemente
bajadora seglar, encontraron una muerte brutal, La administiación carter
la lglesia no debe rechazar
protestó enérgicamente y Duarte prometió una investigación. A comienzos
de 1981, la administración Reagan, más preocupacla pãr el anticomunismo
que por el cambio social o los derechos humanos, suavizó las demandas
nociendo, en las propias es-
tadounidenses. A mediados de r982, se implicó en el crimen a unos cuantos
ión ... cuando todos los miembros de la Guardia Nacional de bajo rango,.pero no hubo un procesa-
fue inmune a la violen- miento serio. De este moclo. el régimen sobrevivió al furor internaciônal.
n disparo en la catedral No obstante, washington presionó para que se celebrasen elecciones a
comienzos de l9tì2. Se trataba ile elegir una Asamblea constituyente que
reña tenía implicaciones a su vez nombrara un.presidente interino, pero la campaña presentäba
le clite siguieron juntas: signos
ominosos. Al frente de la clerecha se hailaba un ferriz ex tomandante,*Ro-
:ro la Iglesia
-o aldado
: la alianza y había
me- berto d'Aubuisson, a quien Robert white, antiguo embajaclor estadouniden-
"asesino patológico>. Conociclo .o-o nCu.andante Bob>
se, había llamaclo
: poder. por sus admiradores, D'Aubuisson resumía su plataforma con un lema de
,as se enfrentaron a una campaña: ,,otro 32,,, que significaba que había llegado el momento de que
as fuerzas armadas con- El Salvador repitiera la matanza de L932. El centro, o centro-derecha, lo re_
llevaron a la presiden- presentaba Duarte y los democristianos semiconservadores. por su parte,
actos más significativos el
Frente Democrático Revolucionario la izquierda en general- decidió
rrden público>. boicotear las elecciones. ungo y sus -yportavoceì sostuvi"rðn qu" en esa at-
co comenzó en octubre mósfera de violencia era muy probable que mataran a los canclidatos de
ircito derrocaron a Ro- iz-
quierda. se intimidara a los votantes y de todos modos el ejército manipula-
370 Historia contemporánea de América Latina

ría los resultados. En consecuencia, las elecciones se convirtieron en una con- En consonancia con los
tienda entre la derecha política y los restos desmoronados del centro. ciar con el FMLN bajo la sr
La participación de votantes fue notablemente elevada, si pueden creer- nes se interrumpieron por e
se las estadísticas oficiales, y los resultados dieron el poder a la derecha. Los al parecer a manos de la ext
democristianos de Duarte obtuvieron el 35,3 por 100 de los votos, o veinti- do cada lado acusó al otro c
cuatro de los sesenta escaños de la Asamblea Constituyente. El partido de de 1991 ARENA perdió su
D'Aubuisson, la Alianza Republicana Nacional (ARENA), consiguió un25,7 dos ambos
-proclamando
consiguieron juntos más del
por 100, o diecinueve escaños, pero logró formar una coalición efectiva con
otros grupos de la derecha y se hizo con el control de la Asamblea. parecía ávido de un acuerdc
En Washington se habían puesto muchas esperanzas en que Duarte, titu- A finales de 1991 las nep
lado por Notre Dame y favorito de los responsables políticos estadouniden- ron, y en enero de 1992 el g<
ses, llevara a la práctica programas reformistas capaces de recortar el apoyo
para la pazy la reforma. Seg
de las guerrillas marxistas-leninistas. En la ptáctica, resultó menos efectivo mas a Càrñbiu de-amplias re
en San Salvador que en Washington. Los miembros del FMLN eran muy dis- cluida una reducción del pa¡
ciplinados y estaban profundamente atrincherados en zonas que habían con- de flagrantes infractores de
trolado durante años. El gobierno de Duarte redistribuyó partes sustanciales misión de paz de la ONU, r
de tierra cultivable, pero no pudo desplazar ala oligarquía que había hecho ciembre de 1992, el FMLN r
que la brecha de El Salvador entre ricos y pobres fuera de las peores del Tþr- un partido político legal, y r

cer Mundo. fuerza política del país, en la


La opinión pública estadounidense se convirtió en un factor importante de ARENA, que recuperó el
para El Salvador, pues a comienzos de 1983 Estados Unidos proporcionó 205 Calderón Sol afrontaba el pe
millones de dólares en ayuda económica y 26 millones en asistencia militar, ca después de una guerra c:
y había peticiones más elevadas pendientes en el Congreso. Pocos observa- una tarea fácil.
dores dudaban de que sin esa ayuda el régimen salvadoreño se derrumbaría.
Pero empezó a aumentar la oposición a esta ayuda entre los congresistas
liberales y grupos religiosos, en especial la Iglesia católica, que seguía encen- Guatem
dida por el asesinato en 1980 de las cuatro mujeres católicas estadouniden-
ses. La intensidad de este sentimiento en contra podía verse en las pegatinas Guatemala posee una larga I
muerte de Rafael Carrera el
de los parachoques, que decían:
"El Salvador es Vietnam
en español>'
La batalla continuó en el campo salvadoreño. Las guerrillas del FMLN ha- tadura de doôe años (1873-1t
cían incursiones periódicas. Ayudadas por (entrenadores>> militares estadou- gimen férreo de veintidós a:
nidenses (no se los llamó <consejeroso para evitar la asociación con Vietnam), un solo hombre más largo dr
las fuerzas gubernamentales llevaron a cabo vastas misiones de búsqueda y co llegó al poder y de inmed
destrucción. Los habitantes de los pueblos y los campesinos empezaron a te- Pq_rtido-Comunista. En luga
mer a ambos bandos. Una década de lucha parecía haber llegado a un punto Ubico formó una base prov
muerto y haber conducido a la pérdida de 75.000 vidas humanas. clavitud por deudas. La poli
Las elecciones presidenciales de maÍzo de 1989 llevaron al triunfo deci- Ubico dijo una vez de sus tá
sivo de ARENA y Alfredo Cristiani con un 53 por 100 de los votos. Muchos ticados>.
observadores creyeron que éste, un atlético playboy sin experiencia política, Una oleada de huelgas
sería sólo un guiñol para D'Aubuisson y las fuerzas de derechas. En noviem- I9.L4- Le reemplazó un triun\
bre de 1989, seis sacerdotes jesuitas fueron asesinados de forma brutal, al grupo de oficiales jóvenes. ,Á
parecer por un escuadrón de la muerte patrocinado por el ejército. Cristiani cho que señaló el comienzo
declaró solemnemente que su gobierno apresaría y procesaría a los asesinos, Al año siguiente, Guater
pero se consiguió poco. Una vez más, un régimen de derechas prestaba esca- tas a Juan José Arévalo Bern
sa atención a los derechos humanos. maba su creencia en el <socii
Centroamérica 371

cnvirtieron en una con- En consonancia con los acuerdos de Esquipulas, cristiani aceptó nego-
rados del centro. ciar con el FMLN bajo la supervisión de Naciones unidas. Las conversacio-
evada, si pueden creer- nes se interrumpieron por el asesinato de un importante negociador rebelde,
roder a la derecha' Los al parecer a manos de la extrema derecha, y luego se fueron dilatando, cuan-
) de los votos, o veinti- do cada lado acusó al otro de violar los acuerdos de alto er fuego. En marzo
ituyente. El Partido de de 1991 ARENA perdió su mayoría legislativa, cuando dos partidos escindi-
,NA), consiguió un 25,7 dos ambos la necesidad de la <reconciliación' nacional-
-proclamando
consiguieron juntos más del 20 por 100 de los votos. El pueblo salvadoreño
r coalición efectiva con
: la Asamblea. parecía ávido de un acuerdo de paz.
¿as en que Duarte, titu- A finales de 1991 las negociaciones auspiciadas por la oNU se intensifica-
políticos estadouniden- ron, y en enero de 1992 el gobierno y el FMLN firmaron un acuerdo histórico
es de recortar el aPoYo para la paz y 1a reforma. Según ese tratado, el FMLN aceptaba entregar las ar-
resultó menos efectivo mas a câmbio de.amplias reformas en las estructuras militares y políticas, in-
:l FMLN eran muY dis- cluida una reducción del papel y tamaño de las fuerzas armadas y una purga
zonas que habían con- de flagrantes infractores de los derechos humanos. Bajo la supervisión de la
partes sustanciales misión de paz de la oNU, se reformó también ra fuerza policial. Hacia di-
'uyó ciembre de 1992, el FMLN desarmó sus tropas guerrilleras y se convirtió en
rrquía que había hecho
'a de las peores del Tþr- un partido político legal, y a comienzos de 1994 se convirtió en la segunda
fyerza política del país, en las elecciones ganadas por Armando calderón sol,
n un factor imPortante qe ARENA, que recuperó el control del congreso también. Al llegar al poder,
Jnidos proporcionó 205 calderón Sol afrontaba el persistente desafío de una reconstrucciðn económi-
:s en asistencia militar, ca después de una guerra civil que había durado una generación. No sería
,ngreso. Pocos observa- una tarea fácil. i¡
,t

loreño se derrumbaría. it

entre los congresistas 'l


ilica. que seguía encen- Guatemala: reacción y represión ll

católicas estadouniden-
r verse en las pegatinas Guatemala posee una larga historia de gobiernos de.hombres fuertes. Tlas la
nam en español>. muerte de Rafael carrera en 1865, Justo Rufino Barrios estableció una dic-
¡uerrillas del FMLN ha- tadura de doce años (1873-188-5) y Manuel Estrada cuu."ta riluìã con un ré-
rres> militares estadou- gimen férreo de veintidós años (1898-1920), er gobierno ininierrumpido de
;ociación con Vietnam), un solo hombre más largo de centroamérica. En 1931, el general Jorge ubi-
rrisiones de búsqueda y co llegó al poder y de inmediato lanz6 una campaña para aplastar al reciente
'esinos empezaron a te-
Partido comunista. En lugar de depender sólo de los plantadores de café,
rber llegado a un punto uti-ico fôimo una base provisional éntr" lo, obreros rurales al abolir la es-
; humanas. clavitud por deudas. La policía nacional mantenía la ley y el orden. como
levaron al triunfo cleci- ubico dijo una vez de sus tácticas, <no tengo amigos, sólo enemigos domes-
)0 de los votos. Muchos ticados>.
;in experiencia política, una oleada de huelgas y protestas llevaron a su renuncia en julio de
e derechas. En noviem- 19$ Le reemplazó un triunvirato militar, que a su vez fue derrocadó por un
los de forma brutal, al grupo de oficiales jóvenes. Así llegó la Revolución de octubre de he-
ror el ejército, Criliiani cho que señaló el comienzo de una transformación que duró una^1944,
década.
rocesaría a los asesinos, Al año siguiente, Guatemala votó como presidente en elecciones abier-
lerechas prestaba esca- tas a Juan José Arévalo Bermejo, profesor universitario idealista que procla-
maba su creencia en el osocialismo espiritual>. Arévalo supervisó ia pìomul-
372 Historia contemporánea de América Lutina

gación de una nueva Const


carta magna mexicana de 1,
se organizaran. Los salarir
1945 y 1950. Impulsó la ed
fácil: durante sus cinco añc
vueltas militares.
En 1950 pasó la presid
YO DIKIA nistro de Defensa, que enc
QUE EgIA
ALLI. elecciones de ese año. Figu
desarrolló unas profundas i
su esposa, María Vilanova
Evita Perón en su ambición
VOÍAR,A,, CREO te un gran aumento de las ¡
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convencido. En su toma de
No
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rsrÁ ¡rrí,
DONDE
oplla.) del país:
CREO '
ouE E?fA
ALLI
Nuestro gobierno pr
mico de Guatemala, y p:
La política estadounidense en Centroamérica propició un gran debate público en los país de una nación depe
añoì ochenta . Aryiba, el caricaturista Tony Auth satiriza [a posición del presidente dependiente económica
Reagan y la vacilación del Congreso en expresar su oposición', abaio, Steve Benson una economía predomin
er."nifi.u laamenaza de la izquierda a los intereses estadounidenses. (Reproducidas efectuar esta transforma
con autorización de Universal Press' Todos los derechos reservados.) gran masa de nuestro pr

Para lograr estas metas, dijr


vado, <<en cuyas manos de
país>. También se necesitarí
diciones locales, permanezci
coopere con el desarrollo er
intervenir en la vida social 1
sidente declaró que Guater
agraria.
Arbenz se puso a trabaj
puerto público en la costa a
venció al legislativo para qu
sión muy aguada de una prc
temalteca. Impulsó la expan
fuentes de energía, incluido
La pieza central de la a
Puesta en vigor en junio dr
para expropiar sólo las partr
las tierras que se tomaran d
interés del 3 por 100, y su v
lor impositivo en mayo de 1.
Centroamérica 323

gación de una nueva constitución progresista en 1945, basada en parte en la


carta magna mexicana de r9r7, y alentó a los obreros y campesinos para que
se organizaran. Los salarios industriales aumentaron un g0 por 100 entre
y
!9a5 1950. Impulsó la educación y otras reformas, pero el trayecto no era
fácil: durante sus cinco años de mandato resistió no menos de veintidós re-
NO LO
vueltas militares.
En 1950 pasó la presidencia al coronel Jacobo Arbenz Guzmán, el mi-
I nistro de Defensa, que encabezaba una coalición de centro izquierda en las
l
elecciones de ese año. Figura central de la Revolución de octubre de 1944,
desarrolló unas profundas inquietudes sociales, en parte por la insistencia de
su esposa, María vilanova, rica salvadoreña que recordaba a la argentina
Evita Perón en su ambición de que su esposo lograra poder político median-
te un gran aumento de las prestaciones sociales. Arbenz aceptó el apoyo co-
munista, tanto durante las elecciones como después, pero eia un reformista
convencido. En su toma de posesión, expresó sus esperanzas para el futuro
otos t,ar,) del país:
;BrÔ'
t.0 OUE
NDo... Aur¡[íegrÂ
Nuestro gobierno propone comenzar la marcha hacia el desarrollo econó-
mico de Guatemala, y propone tres objetivos fundamentales: convertir nuestro
rn gran dcbate público en los
país de una nación dependiente con una economía semicolonial en un país in-
ra la posición del presidente
dependiente económicamente; convertir Guatemala de un país atrasado con
t;sición; ubajo, Steve Benson
una economía predominantemente feudal en un Estado capitalista moderno; y
,idouniclenses. ( Reproducidas
efectuar esta transformación de un modo que aumentará el nivel de vida de lã
rcscrvaclos. )
gran masa de nuestro pueblo al nivel más elevado.

Para lograr estas metas, dijo, Guatemala necesitâría fortalecer su sector pri-
vado, ..en cuyas manos descansa la actividad económica fundamental del
país". Tämbién se necesitaría capital extranjero, <mientras se ajuste a las con-
diciones locales, permanezca siempre subordinado a las leyes guatemaltecas,
coopere con el desarrollo económico del país y se abstenga esirictamente de
intervenir en la vida social y política de la nacióno. por último, el nuevo pre-
sidente declaró que Guatemala se embarcaría en un programa de refoima
agraria.
Arbenz se puso a trabajar de inmediato. Autorizó la construcción de un
puerto público en la costa atlántica y de una autopista de este a oeste. con-
venció al legislativo para que aprobara un impuesto sobre la renta, una ver-
sión muy aguada de una propuesta tenue, pero el primero en la historia gua-
temalteca. Impulsó la expansión de las obras públicas y la explotación dè las
fuentes de energía, incluido el petróleo.
La pieza central de la administración cle Arbenz fue la reform a agraria.
Puesta en vigor en junio de 1952, el proyecto de ley facultaba al goÉierno
para expropiar sólo las partes sin cultivar de las grandes plantaciones. Todas
las tierras que se tomaran debían pagarse con bonos a ueinticinco años y un
interés del 3 por 100, y su valoración se determinaría de acuerdo con su va-
lor impositivo en mayo de 1952. Durante los dieciocho meses que estuvo vi-
374 Historia contemporónea de América Latina

gente, la reforma agraria distribuyó más de 620.000 hectáreas a cerca de despertaremos una mañana
100.000 familias. Las expropiaciones incluyeron 703 hectáreas propiedad del ha ocurrido lo mismo que e
mismo Arbenz, que se había convertido en terrateniente por la dote de su Los publicistas de la UI
esposa. de Arbenz de ser <(suave> ,

Casi de inmediato, Arbenz y la reforma agraria se fropezaron con un se- para la seguridad de Estado
rio obstáculo: la oposición implacable de la United Fruit Company y el go- los temores de que la derrot
bierno estadounidense. La frutera tenía razones obvias para resistirse a la re- apoderaran del canal de Pa
forma. Poseía enormes extensiones en Guatemala, el 85 por 100 de las cuales bién lo haría el resto de Ce
estaban sin utilizar o, como mantenía la compañía, se guardaban en reserva principal era la reforma agr
contra las catástrofes naturales. Y al concertar los pagos de impuestos, la Leader previnieron de que k
UFCO infravaloraba de forma consistente sus posesiones. (Basándose en las conseguir el control de Gua
declaraciones de impuestos, el gobierno guatemalteco ofreció en 1953 a la sistía Estados Unidos, Arbe;
UFCO 62'7.572 dólares en bonos como indemnización por una expropiación En agosto de 1953, Estad
parcial; el Departamento de Estado estadounidense replicó con una deman- gió una campaña en la OEA
da en favor de la compañía de 15.854.849 dólares.) una potencia que no pertene(
Washington se vio profundamente implicado. Algunos de los lazos eran to, sujeta a la acción colectiv,
personales. El secretario de Estado John Foster Dulles y su hermano, el di- nistración Eisenhower presir
rector de la CIA Allen Dulles, por ejemplo, provenían de una compañía de ción en la reunión de la OE,é
abogados neoyorquina que tenía estrechos vínculos con la United Fruit. El lo que obtuvo fue una declar¡
representante de la compañía en Washington era Thomas Corcoran, promi- de un gobierno miembro cau
nente abogado muy próximo al fiel ayudante y vicesecretario de Estado del der una acción colectiva, perr
presidente Eisenhower, el general Walter Bedell Smith, que en otro tiempo El gobierno de Arbenz
se había interesado por un cargo directivo dentro de la UFCO. Sin embargo, ción estadounidense. Impusr
más importante que los vínculos personales era la doctrina anticomunista de- dirigió a Europa Oriental en
sarrollada en Washington. mayo estaba de camino. Mie
El comienzo de la década de los cincuenta había contemplado un razo- daba, con un lenguaje cada
namiento muy bien expresado sobre las necesidades de seguridad nacional propiedad en Guatemala, es
en una etapa de guerra fría. Estados Unidos no tenía más elección, según de- Como no logró obtener
terminaba el razonamiento, que combatir contra la Unión Soviética y sus po- gobierno de Eisenhower opt
tencias clientelares, dedicadas al derrocamiento no sólo del capitalismo, sino Estado había organizado la c
de todas las democracias occidentales. El Tþrcer Mundo (término que aún no Dulles y la CIA, que organiz
se utilizaba) sería el blanco soviético favorito, sostenían los teóricos de la oscuro coronel renegado gui
guerra fría, que intentarían subvertir los partidos comunistas o sus compañe- de la frontera, en la vecina H
ros de viaje. Los desafíos más drásticos hasta entonces habían ocurrido en cuantos cientos de hombres,
Europa (el bloqueo de Berlín, la guerra civil griega, las elecciones francesas funcionamiento una emisor¿
e italianas) y en Asia (la guerra coreana, la caída de la China nacionalista y aviones de combate de la se
la guerra civil indo-china). ¿Iba a ser inmune América Latina? dad de Guatemala. Sometidc
Los responsables políticos estadounidenses habían impulsado una dura un gran ejército se aproximi
línea anticomunista en relación con América Latina. El Pacto de Río de 1947 rindió. Los rebeldes de Cast
había establecido las bases para la acción colectiva
-o así lo esperaba Esta-
dos Unidos- contra los avances comunistas en América Latina, provinieran
contrar resistencia.
El nuevo gobierno purgc
de dentro o de fuera. A comienzos de 1953, a John Foster Dulles le preocu- expropiación de las tierras p
paba mucho, pues decía que las condiciones (son en cierto modo compara- mente un Pacto de Ayuda y .

bles a las que había en China a mediados de los años treinta, cuando el mo- república centroamericana d,
vimiento comunista se preparaba ... Bueno, si no tenemos cuidado, nos te una operación de la CIA I
Centroamérica 375
00 hectáreas a cerca de despertaremos una rnañana y leeremos en los periódicos que en Suramérica
hectáreas ProPiedad del ha ocurrido lo mismo que en china en 1949>. La prueba fue Guatemala.
niente Por la dote de su Los publicistas de la uFCo y los hermanos Dulles acusaron al régimen
de Arbenz de ser con el comunismo y lo etiquetaron de a^.nara
<suave)>
se lropezaron con un se- para la seguridad de Estados unidos y el mundo libre en general. cultivaron
Fruit ComPanY Y el go- los temores de que la derrota en Guatemala condujera a que los soviéticos se
ias para resistirse a la re- apoderaran del canal de Panamá. Advirtieron que si Guatemala caía, tam-
I 85 por 100 de las cuales bién lo haría el resto de centroamérica (la .teoría dominó"). pero el tema
se guardaban en reserva principal era Ia reforma agraria. Escritores como Daniel James de The New
; pagos de imPuestos, la Leader previnieron de que los comunistas la utilizarían como un escalón para
;iones, (Basándose en las conseguir el control de Guatemala. Fueran cuales fuesen sus intenciones, in-
eco ofreció en 1953 a la sistía Estados Unidos, Arbenz era sólo un <secuaz>) de los rusos.
ón por una exProPiación En agosto de 1953, Estados unidos decidió actuar. John Foster Dulles diri-
: replicó con una deman- gió una campaña en la oEA para estigmatizar a Guatemala como agente de
una potencia que no pertenecía al hemisferio (la unión soviética) y, por lo tan-
de los lazos eran to, sujeta a la acción colectiva por el riatado de Río de 1947. cuando la admi-
'lgunos
rlles y su hermano, el di- nistración Eisenhower presionó para lograr la aceptación de esta interpreta-
rían de una compañía de ción en la reunión de la oEA celebrada en caracas a comienzos de 1945, todo
; con la United Fruit. El lo que obtuvo fue una declaración que establecía que la dominación comunista
homas Corcoran, promi- de un gobierno miembro causaba preocupación y en teoría llevaría a empren-
:secretario de Estado del der una acción colectiva, pero sin hacer mención específìca de Guatemala.
nith, que en otro tiemPo El gobierno de Arbenz consideró entonces que era posible la interven-
: la UFCO. Sin embargo, ción estadounidense. Impuso duras medidas sobre la oposición interna y se
:rctrina anticomunista de- dirigió a Europa oriental en busca de armamento de pequeño calibre, qué
mayo estaba de camino. Mientras tanto, el gobierno estadounidense deman- "n
ía contemplado un razo- daba, con un lenguaje cada vez más contundente, la indemnización por su
es de seguridad nacional propiedad en Guatemala, es decir, por la United Fruit.
a más elección, según de- como no logró obtener el respaldo de la oEA para ra intervención, el
Unión Soviética y sus po- gobierno de Eisenhower optó por la acción encubierta. El Departamento de
sólo del capitalismo, sino Estado había organizadola ofensiva diplomática; ahora era el turno de Allen
ndo (término que aún no Dulles y la cIA, que organizó una invasión de exiliados bajo el mando de un
tenían los teóricos de la oscuro coronel renegado guatemalteco,. Carlos Castillo Armas. Al otro lado
munistas o sus compañe- de la frontera, en la v€cina Honduras, se reunió una columna rebelde de unos
,nces habían ocurrido en cuantos cientos de hombres, equipados y dirigidos por la cIA, que puso en
, las elecciones francesas funcionamiento una emisora de radio rebelde y proporcionó unos cuantos
e la China nacionalista y aviones de combate de la segunda guerra mundial para bombardear la ciu-
'ica Latina?
dad de Guatemala. Sometido al ataque de estos aviones y convencido de que
rían impulsado una dura u.n gran ejércitO se aproximaba a la capital, Arbenz perdió los nervios y se
. El Pacto de Río de 1947 rindió. Los rebeldes de castillo Armas llegaron hasta la capital casi sin en-
así lo esperaba Esta-
-o
érica Latina, provinieran
contrar resistencia.
El nuevo gobierno purgó a comunistas y nacionalistas radicales, anuló la
Foster Dulles le preocu- expropiación de las tierras pertenecientes a la united Fruit y firmó debida-
:n cierto modo compara- mente un Pacto de Ayuda y Defensa mutua con Fstados unidos en 1955. La
os treinta, cuand-o el mo- república centroamericana descarriada había sido devuelta al orden median-
o tenemos cuidado, nos te una operación de la CIA relativamente barata v eficiente.
376 Historia contemporánea de Américs Latina

Los nacionalistas latinoamericanos denunciaron con vigor esta interven- Congreso, Serrano lo disolv
ción y hasta hoy se considera un símbolo de la cínica actuación estadouni- mía poderes dictatoriales, ti
dense. Según lo describió veinte años después un cargo de la CIA que había un año antes. Sin embargo,
tomado parte activa en el derrocamiento de Arbenz, <Castillo Armas fue un ternacional del autogolpe a
mal presidente que toleró la corrupción durante todo su gobierno y que tra- pareció y éste huyó apresur
tó con mayor deferencia a la United Fruit que a su propio pueblo. Estados Los dos años restantes
unidos pudo haberlo evitado con el ejercicio enérgico de la presión diplo- Ramiro de León Carpio, un
mática para asegurarse de que persiguiera la reforma social para muchos y nos que suscitó al comienzo
no la satisfacción venal de unos pocos. En lugar de hacerlo, Washington ex- de 1995, las Naciones Unida
haló un suspiro colectivo de alivio y pasó a otros problemas>. De todos mo- paz entre el gobierno y las g
dos, el destino del régimen de Arbenz serviría de aviso para los dirigentes na- derechos de los pueblos indi
cionalistas que contemplaran enfrentarse con las compañías estadounidenses. manteniendo esporádicos cl
El golpe de 1954 marcó un giro en la historia de Guatemala. Eliminó casi embargo, De León Carpio r
por completo las fuerzas del centro político (representadas por Arévalo y Ar- maltecos ante una airada pr
benz), así que el país se quedó sólo con una izquierda y una derecha, y la se- no estadounidense y el cón¡
gunda estaba al mando. Los plantadores de café, los demás latifundistas y los cuyo gobierno a inicios de I'
inversores extranjeros y sus filiales recobraron el poder bajo la protección de menzó â promover su candit
regímenes militares neoconservadores. Desde entonces, se han sucedido di- sidenciales de finales de 19!
versos gobernantes, pero esta alineación ha persistido. Castillo Armas fue fuerzas militares continúan
- asesinado en 1957. El general Miguel Ydígoras
Fuentes, que había perdido
ante Arbenz en 1950, gobernó de 1958 a 1963. Luego vino el coronel Enri- A mediados de los años nov
que Peralta Azurdia. De 1966 a 1970 ocupó la presidencia Julio César Mén- sueños. Los pueblos del istr
dez Montenegio, un inteligente civil que remontaba su linaje político a Aré- cia y se enfrentaban a una p
valo, pero las fuerzas armadas le mantuvieron estreðhamente controlado. Le zá esté en la unificación, per
siguieron el coronel Carlos Arana Osorio (1970-1974), el general Kjell Lan- presión de un historiador,
gerud García (1974-1978) y el general Romeo Lucas García (1978-1982). En Pero también había puntos
marzo de 1982 se hizo con el poder Efraín Ríos Montt, un ostentoso oficial tenía una población de 159.(
retirado, convertido al cristianismo evangélico; a mediados de 1983 fue des- siguió la independencia a fi
plazado por el general Óscar Humberto Mejía Victores. Cuanto más cambia- integración económica crear
ban los líderes, más se inmovilizaba el sistema. ción a largo plazo. Después
Una característica de todo el periodo, en especial desde mediados de los tivistas se esforzaban por re
años sesenta, fue la aterradora violación de loi derechos humanos. Lbs es- cial que creían que por derc
cuadrones de la muerte paramilitares, los más conocidos Mano Blanca y Ojo
'' por Ojo, llevaron a cabo una campaña asesina contra los disidentes políticos.
Entrq las décadas de 1960 y 1990, se hizo "desapargc-er> o morir a no menos
de 80.000 personas. El gobierno tiivo al menos una responsabilidad indirecta
sobre estas muertes, pero las protestas mundiales no proporcionaron mucho
alivio,
A mediados de los años ochenta, el ejército guatemalteco consideró que
su campaña contra las guerrillas marxistas había tenido el éxito suficiente
como para permitir la elección de un presidente civil. El vencedor fue Vi-
nicio Cerezo, democristiano y centrista, que gobernaría sólo a voluntad de
los militares. En 1990 le sucedió Jorge Serrano Elías, utr can<Jidato de cen-
tro-derecha cuyo triunfo reflejaba el desengaño popular con los partidos
políticos tradicionales. Incapaz de construir una mayoría operativa en el
Centroamérica 377

on vigor esta interven- Congreso, Serrano lo disolvió inesperadamente en 1993 y anunció que asu-
a actuación estadouni- mía poderes dictatoriales, tal como había hecho Alberto Fujimori en Perú
to de la CIA que había un año antes. Sin embargo, en la medida en que el repudio nacional e in-
"Castillo
Armas fue un ternacional del autogolpe aumentó, el apoyo que sostenía a Serrano desa-
su gobierno Y que tra- pareció y éste huyó apresuradamente del país.
rropio pueblo. Estados Los dos años restantes del período presidencial fueron cumplidos por
;o de la presión diPlo- Ramiro de León Carpio, un ex defensor del pueblo para los derechos huma-
l social para muchos Y nos que suscitó al comienzo esperanzas de un cambio positivo. A comienzos
acerlo, Washington ex- de 1995. las Naciones Unidas supervisaron la negociación de una acuerdo de
rlemaso. De todos mo- paz entre el gobierno y las guerrillas, así como un convenio para respetar los
r para los dirigentes na- derechos de los pueblos indígenas. Las fuerzas gubernamentales continuaron
rañías estadounidenses. manteniendo esporádicos choques militares con los grupos guerrilleros; sin
iuatemala. Eliminó casi embargo, De León Carpio se vio obligado a defender a los militares guate-
adas por Arévalo Y Ar- maltecos ante una airada protesta diplomática por la muerte de un ciudada-
y una derecha, y la se- no estadounidense y el cónyuge de otro. Mientras tanto, Efraín Ríos Montt,
emás latifundistas y los cuyo gobierno a inicios de los años ochenta fue notorio por su crueldad, co-
:r bajo la protección de menzó a promover su candidatura (o la de su esposa) para las elecciones pre-
es, se han sucedido di- sidenciales de finales de 1995. Bajo la pátina de la democracia electoral, las
lo. Castillo Armas fue fuerzas militares continúan prevaleciendo en Guatemala.
Ltes, que había Perdido
: vino el coronel Enri- A mediados de los años noventa, Centroamérica parecía lejos de realizar sus
encia Julio César Mén- sueños. Los pueblos del istmo sufrían pobreza, soportaban una gran violen-
u linaje político a Aré- cia y se enfrentaban a una presión externa continua. Parte de la solución qui-
ramente controlado. Le zá esté en la unificación, pero hasta esta meta parece fuera de alcance. En ex-
), el general Kjell Lan- presión de un historiador, Centroamérica era aún .una nación divididu.
García (1978-1982). En Pero también había puntos brillantes: el diminuto país de Belice (en 1985
Itt, un ostentoso oficial tenía una población de 159.000 habitantes), antigua Honduras Británica, con-
liados de 1983 fue des- siguió la independencia a finales de i981; y quedaba la esperanza de que la
:s. Cuanto más cambia- integración económica creara las condiciones para la colaboración y unifica-
ción a largo plazo. Después de décadas de guerra en Centroamérica, los ac-
desde mediados de los tivistas se esforzaban por remediar las divisiones históricas y lograr el poten-
chos humanos. Lbs es- cial que creían que por derecho les correspondía.
los Mano Blanca y Ojo
los disidentes políticos.
:r, o morir a no menos
sponsabilidad indirecta
proporcionaron mucho

:malteco consideró que


rido el éxito suficiente
il. El vencedor fue Vi-
rría sólo a voluntad de
,, urr candidato de cen-
pular con los partidos
ryoría operativa en el
n_ Para comprender la pot
tual, debemos empezar por
español y portugués. Y lo c
micas eran mercantilistas,
Améric a Latina,, Estados [Jnidos y el mundo
r

talmente a las colonias en l,


pañola. esto significó, aderr
todo el comercio de cada r
práctica, su efecto fue disto
hubieran podido comerciar
opciones económicas cons
cuando llegó la independer
mitió comerciar sólo con la
Las políticas mercaniil
T
I-r
a historia de América Latina no se ha desarrollado en un vacío. Desde
los tiempos de Colón, la región ha estado constantemente sometida a
psicológicos, además de ec
nutrió del modelo de socie
fuerzas externas. En el siglo xvr, España y Portugal conquistaron el conti- tra las incursiones políticat
nente y lo colonizaron utilizando grados diferentes de violencia. Durante los contra las herejías religiosa
siglos xvtt y xvnr, América Latina se convirtió en prenda y premio de la po- los Países Bajos.
lítica.europea, cuando gentes ambiciosas de las naciones empresariales Existen importantes in
glaterra, Francia y Holanda- lograron hacerse con algunas plazas fuertes-In-
en América Latina colonial. L
el Nuevo Mundo ibérico. Las primeras décadas de la independencia marca- occidental a Suramérica, eì
ron un descenso temporal de la influencia exterior, ya que las nuevas nacio- tradición diferente de la an
nes latinoamericanas se volcaron hacia sí mismas y las potencias expansio- sus dueños curopcos o lrlr
nistas de Europa centraron su atención en posesiones más lucrativas situadas persistentes en la sociedar
en Africa,India y Asia. A partir de 1880, durante el último siglo o algo más, Brasil y el Caribe, pero t¿
las economías latinoamericanas han quedado profundamente integradas en México y Centroamérica.
la economía capitaliéta global, un sistema dominado por países del centro in- muestran una influencia af
dustrializado: Europa Occidental, Estados Unidos y después Japón. Hasta se rebelaron, huyeron y fur
ahora, América Latina nunca ha logrado ser independiente del múndo exte- Circumcaribe, en especial
rior. A pesar de sus luchas continuas y valientes para obtener la autonomía, xvllt, Brasil contaba con fl
en general sólo ha conseguido modificar, no eliminar, la forma, naturaleza y siglo xtx fueron barridas c
extensión de su antigua dependencia de siglos. circundantes.
Hasta el nombre de América Latina refleja un legado imperialista. El Las posesiones americ
término fue acuñado por los franceses en la década de 1860, cuando se dedi- haber continuado siendo cr
caron a apoyar a Maximiliano de México y a establecer las bases culturales la guerra desencadenada e
para emprender una ofensiva política y económica por toda la América es- nínsula lbérica lo que prov
pañola y portuguesa. Sostenían que existía una esencia latina en do se intensificó, las monar
la cultura francesa- subyacente en el núcleo de la civilización -encarnada
iberoamerica- el control de sus propios ar
na, ìo cual no era una pura fantasía, ya que la cultura francesa disfrutaba de Unavez vencidos los fr
un enorme prestigio entre las elites del Nuevo Mundo. económica y política preem
Cualquiera que fuera la realidad de la reclamación francesa acerca de cialmente. el vacío creado
una influencia homogénea. América Latina ya comenzaba a exhibir un sen- promover sus intereses cor
timiento continental a finales del siglo xvlrr. Era difícil realmente que el sß- cöntrabando durante todo
tema colonial español y portugués no hubiera logrado crear un sentimiento sólida red de instituciones
de interés común en los países que generaron. embarcaciones, banca, segr
América Latina, Estados Unidos y el mundo 3Zg

Para comprender la posición que ocupa América Latina en el mundo ac-


tual, debemos empezar por entender la naturaleza de los imperios coloniales
español y portugués. Y lo que es más importante, que las estructuras econó-
micas eran mercantilistas, es decir, que estaban diseñadas para integrar to-
ls y el mundo talmente a las colonias en la economía de la madre patria. eì la emeiica es_
pañola. esto significó, además, que no hubiera comercio intracolonial, ya que
todo el comercio de cada región debía establecerse sólo con España. En la
práctica, su efecto fue distorsionar el desarrollo económico de las colonias.
Si
hubieran podido comerciar con mayor libertad, quizás habrían contado con
opciones económicas considerablemente diferentes de las que heredaron
cuando llegó la independencia. (A la América portuguesa también se le per-
mitió comerciar sólo con la madre patria.)
Las políticas mercanfilistas ibéricas obtuvieron resultados culturales y
ado en un vacío. Desde psicológicos, además de económicos. La América española y portuguesa se
itantemente sometida a nutrió del modelo de sociedades cerradas. Estaba en guardiá cbnstante con-
I conquistaron el conti- tra las incursiones políticas y económicas de ros rivaÈs europeos, así como
e violencia. Durante los contra las herejías religiosas que provenían de la Inglaterra piotestante y de
enda y premio de la po- los Países Bajos.
nes empresariales
-In-
Igunas plazas fuertes en
Fxisten importantes influencias no ibéricas que dejaron su huella.en la
América Latina colonial. Los 5,2 millones de esclavos enviados desde África
r independencia marca- occidental a suramérica, el caribe, México y centroamérica aportaron una
a que las nuevas nacio- tradición diferente de la amerindia o la europea. A pesar de los esfuerzos de
las potencias expansio- sus dueños europeos o mestizos, los afroamericanos establecieron marcas
más lucrativas situadas persistentes en la sociedad y la cultura. El proceso fue más profundo en
último siglo o algo más, prlsil y el caribe, pero también fue importanre en colombia, venezuela,
damente integradas en México y centroamérica. I,as lenguas, la comida, los deportes y la música
ror países del centro in- muestran una influencia africana profunda y continua. Los esclavos también
después Japón. Hasta se. rebelaron, huyeron y fundaron comunidades de cimarrones
diente del mundo exte- en Brasil y el
circumcaribe, en especial en la Guayana y curaçao. En los siglos xvir y
obtener la autonomía, xvllr, Brasil contaba con florecientes comunidades de cimarronei, que en el
, la forma, naturaleza y siglo xrx fueron barridas o absorbidas por el crecimiento de las soèiedades
circundantes.
legado imperialista. El Las posesiones am_ericanas españolas
: 1860, cuando se dedi- y portuguesas podrían muy bien
haber continuado siendo colonias durante et sigto irx si nã hubiera sido por
:er las bases culturales la guerra desencadenada en Europa. Fue la inìasión napoleónica de la pe-
:r toda la América es- nínsula Ibérica lo que provocó la crisis de lealtad en el Nuevo Mundo. cuan-
L latina en do se intensifïcó, las monarquías se vieron impotentes y los criollos tomaron
ilización-encarnada
iberoamerica- el control de sus propios asuntos.
francesa disfrutaba de
una vez vencidos los franceses, Inglaterra surgió como la potencia militar,
,,
económica y política preeminente. Los ingleses pasaron u ocupat, siquiera par-
ón francesa acerca de cialmente, el vacío creado en América. Su objètivo principai e¡a económico:
t.aba a exhibir un sen-
promover sus intereses comerciales, que habían dependido del comercio de
I realmente que el sß- cöntrabando durante todo el siglo xvrrr. La base para esta actividad sería su
) crear un sentimiento
sólida red de instituciones económicas: lo mejor que se podía conseguir en
embarcaciones, banca, seguros y capital de inversi-ón. En la práctica, los in-
380 Historia contemporónea de América Latina

gleses querían reemplazar la infraestructura institucional ibérica anterior y ñas como Cuba. Puerto Ri,
vincular a América Latina con la economía mundial. Pero diferían de Espa- Brasi[, la antigua colonia sc
ña y Portugal en un aspecto clave: apenas poseían territorios en América La- nía a su monarca en Río de
tina. Querían ganancias económicas sin la carga de un gobierno político di- tarse a la nueva realidad dc
recto. Era un ,,imperialismo informal>, mediante el cual el mayor inversor y cia europea. En la práctica
comerciante de Europa evitaba el caro lazo del control territorial, con sus po- instituciones como la lglesir
sibles enredos militares. otorgan<lo a España un lug
¿Y Estados Unidos? A comienzos del siglo xrx, no era de ningún modo entonces tan dividida entrc
una potencia hemisférica. Muy al contrario, fue incapaz hasta de impedir que tentar proyectar un'r única
Washington (y la Casa Blanca) fuera devastado por los ingleses en la guerra Estados Unidos trató
de tBI2. Aunque tenía contactos importantes en México y el Caribe, allí tam- promulgada por el presider
poco pudo rivalizar con el poderío naval inglés. tinada a las posibles reclar
Pero, por lo menos, se había convertido en un símbolo del éxito poscolo- zarista, pero se hizo más t
nial para las elites criollas latinoamericanas y, lo que era más significativo, se Santa Alianza europea par
había despojado del control europeo. Había nacido de una revolución fun- lonias. El presidente Monr
damentada en la Ilustración y demostraba cómo una república podía surgir ricanos, por la condición ll
del colonialismo europeo, Los rebeldes estadounidenses habían luchado por do. no deben consideiarse
el derecho de representación, algo de lo que notoriamente carecían los ibe- por parte de cualquiera clr
roamericanos. La estructura federal de Estados Unidos era otro rasgo que vertían a los curopeos con
impresionaba a los patriotas de las elites criollas de lo que se convertiría en der su poder político en (

grandes países como México, Brasil y Argentina, donde la reconciliación de en un popular lema, el mt
la autonomía regional con el poder nacional sería un tema de importancia canos)>.
duradera. En la práctica, ese mer
continental, cierta preocup
América Latina. Dentro de
De la independencia al panamericanismo popular (la cxpresión data
la de América Latina dural
Las repúblicas independientes (más el imperio de Brasil) del siglo xIx lati- siglo xlx Estados Unidos r

noamericano eran algo anómalo en la escena mundial. Junto con Haití y Es- de la voluntad política- p
tados Unidos, estas naciones de lengua española y portuguesa ofrecían los tro de América Latina.
primeros casos de rebelión popular lograda contra el gobierno europeo colo- Francia intentó exten(
nial. Sin embargo, una vez independientes, las nuevas naciones desempeña- que emprendió contra Mó;
ron un papel secundario en. la escena mundial de la década de 1880. En ge- las reclamaciones por dañ
neral, se encontraron absorbidas en su desarrollo propio. ciación de un acuerdo pert
No era lo que había esperado Simón Bolívar, el gran revolucionario de ses también bloquearon re
las guerras de independencia, que soñaba con una Hispanoamérica unida 1838 y 1850. Pero fue Ing
surgiendo de las guerras contra el colonialismo. Creía que Hispanoamérica misférica durante gran pal
podría subordinar las lealtades regionales a la unidad en una única nación. rosa, capaz de imponerse t
Pero no se cumplió su sueño. Las colonias rebeldes se fracturaron por las lí- torio se encontrara a tant()
neas de las antiguas unidades administrativas españolas. Bolívar denunció lugar, tenía capital, comerl
amargamente a sus contemporáneos criollos por su provincialismo, pero no sir- que para facilitar el comel
vió de nada. Cada nueva nación tendría que encontrar su propio camino en el cado. Y además profesab,
mundo. expansionismo y que las e
Una primera preocupación en la América Latina postindependentista fue da. Ofrecía una razón par,
la naturaleza de la relación con la antigua madre patria. Para las islas caribe- dial, que no por casualiclar
Atnérica l-utintt, Estudos Unidos y el mundo 381

rcional ibérica anterior y ñas como Cuba, Puerto Rico y Jamaica. el gobierno colonial continuaba. En
rl. Pero diferían de Espa- Brasil, la antigua colonia se había convertido cn un "reino conjunto>, que te-
:rritorios en América La- nía a su monarca en Río cle Janeiro. El resto de América Latina tenía que ajus-
: un gobierno político di- tarse a la nueva realidad de tratar con España sólo como otra distante poten-
cual el mayor inversor y cia europea. En la práctica. nunca podría ser así, ya que los lazos de sangre e
rol territorial, con sus po- instituciones como la Iglesia, la educación superior y las publicaciones seguían
otorganclo a España un lugar especial en la América española. España estaba
, no era de ningún modo entonces tan dividida entre liberales y conservadores que ni siquiera podía in-
pazhasta de impedir que tentar proyectar uníì única influencia sobre sus antiguas colonias.
los ingleses en la guerra Estados Unidos trató de afirmar su poder con la <Doctrina Monroe>,
xico y el Caribe, allí tam- promulgada por el presidente James Monroe en ltì23. En su origen, iba des-
tinada a las posibles rcclamaciones sobre el noroeste americano de la Rusia
'mbolo del éxito poscolo- zarista, pero se hizo más conocida por su desafío a un aparente plan de la
l era más significativo, se Santa Alianza europea para ayudar a España a reconquistar sus antiguas co:
l de una revolución fun- lonias. El presidente Monroe declaró con firmeza que ulos continentes ame-
ra república podía surgir ricanos, por la condición libre e independiente que han asumido y manteni-
nses habían luchado por do, no deben consideiarse de ahora en adelante sujetos para la colonización
amente carecían los ibe- por parte de cualquiera cle las potencias europeas). Otros comentarios ad-
ridos era otro rasgo que vertían a los europeos contra la utilización de medios indirectos para exten-
lo que se convertiría en der su poder político en el Nuevo Mundo. Como más tarde se estableció
rnde la reconciliación de en un popular lema, el mensaje básico era claro: nAmérica para los ameri-
un tema de importancia can()s>.
En la práctica, ese mensaje provocó indiferencia o desprecio en Europa
continental, cierta preocupación en Inglaterra y una simpatía considerable en
América Latina.'Dentro de Estados Unidos, la Doctrina Monroe se hizo muy
'lcanlsmo popular (la expresión data de 1850) y fue una piedra angular de su política y
la de América Latina durante el siglo siguiente. Sin ernbargo, a comienzos del
ìrasil) del siglo xx lati- siglo xtx Estados tJnidos carecía del poder económico y militar como
al. Junto con Haití y Es- -así den-
de la voluntad política- precisos para alcanzar un impacto significativo
portuguesa ofrecían los tro de América Latinq.
gobierno europeo colo- Francia intentó extender su influencia en una breve expedición militar
as naciones desempeña- que emprendió contra México en 1838 para obligar a su gobierno al pago de
<lécada de 1880. En ge- las reclamaciones por claños cfectuadas por ciudadanos franceses, La nego-
opio. ciación de un acuerdo permitió su retirada. Junto con los ingleses. los france-
I gran revolucionario de ses también bloqucaron repetidas veces los puertos del Río de la Plata entre
Hispanoamérica unida t838 y 1850. Pero fue Inglaterra quien ejerció la mayor influencia extrahe-
:ía que Hispanoamérica misférica durante gran parte del siglo xrx. Poseía la fuerza naval más pode-
rd en una única nación. rosa, capÍìz de imponerse en toda América Latina. a pesar de que este terri-
;e fracturaron por las lí- torio se encontrara a tantos kilómetros de los puertos británicos. En segundo
ñolas. Bolívar denunció lugar, tenía capital, comerciantes, banqueros y agencias de seguros y embar-
rvincialismo, pero no sir- que para facilitar el comercio entre América Latina y Europa, su gran mer-
r su propio camino en el cado. Y además prof'esaba una ideología, el liberalisrno, que reforzaba su
expansionismo y que las elites criollas latinoamericanas asimilaron en segui-
postindependentista fue da, Ofrecía una razón para integrar a América Latina en la economía mun-
:ia. Para las islas caribe- dial, que no por casualidad controlaban los británicos.
382 Historia contemporáneo de América Latina

De 1850 a 1880, Améri


rior. El liberalismo, tanto
creciente. En Argentina, p
por sus enemigos argentin(
glesa y francesa. Cuando lo
en su país instituciones tan
como la Constitución y el s
liberales también creían qu
tación del comercio cxteri<
beralismo económico: mínir
tica, probablemente ref.orz
Una aplicación similar
imperial. El emperador Pet
narquía británica, âüneu€ r

que la reina Victoria. Los c


petían el sistema bipartidis
llenos de referencias a los I
Los años comprendido
,TWISFE'RIO cimiento de la influencia f:
francés era la lengua extrar
práctica tradicional en la m
entrado el siglo xx y siguir
final de la segunda guerra
como potencia mundial. ¿l
A medida que se aproximaba la primera guerra mundial, Estados Unidos trató cle ceptuó a Francia de la rea
afirmar su esfera de influencia en el hemisferio occidental mediante la Doctrina Mon- en parte porque los valores
roe. (Charles L. <Bart> Bartholomew [?], Minneapolis Journal. 1912. Reproducido poseía de sí misma la elite
con autorización de Minneapolis Star and Tiibune Company.) tinoamericanas pudieran at
despreciaban los valores o
Estados Unidos. La clase i
Entre las décadas de 1820 y 1850, los ingleses impusieron su superioridad zonamiento para defender
en ese continente. De inmediato pasaron a controlar los servicios comercia- cia tenía una visión más hu
les y financieros de los países principales. Rápidamente concertaron créditos volución Industrial inglesa.
para los gobiernos y establecieron compañías en México, Brasil, Argentina y la superioridad cultural qu
Perú. Pero el desarrollo capitalista de esas repúblicas resultó más difícil de lo
que habían esperado. La mayoría de los deudores no cumplían con el pago
de sus créditos y los mercados financieros de Londres pronto señalaron a La aparición
América Latina como un alto riesgo para el crédito.
México fue el único lugar donde hizo impacto una potencia externa a Entre 1880 y el estallido dt
América Latina que no era Inglaterra antes de 1850. Ahí Estados unidos si- su supremacía en Améric
guió su Francia y Alemania, aume
"destino manifiesto>, apoderándose de una extensa parte del territo-
rio mexicano. 'rambién expresó amenazas hacia el caribe y centroamérica. los inversores y comercian
A mediados de siglo, el Caribe y México, tan próximos a Estados Unidos, ha- no de Estados Unidos.
bían llegado a considerarse casos especiales en las relaciones de América La- Durante estos treinta
tina con el mundo. tendió hacia el sur y pene

I
t
I

i
América Lotina, Estados lJnidos y el mundct 3g3

De 1850 a 1880, América Latina cambió su postura hacia el mundo exte_


rior. El liberalismo, tanto político como económico, ganó preponderancia
creciente. En Argentina, por ejemplo, el nacionalista Rosas fuä expulsado
por sus enemigos argentinos, gracias en buena meclida a la intervención in-
glesa y francesa. cuando los liberales argentinos llegaron al poder, instalaron
en su país instituciones tan admiraclas de las clemocracias de lengua inglesa
como la constitución y el sistema de educación pública estadounidenr"r]Lo,
liberales también creían que su economía se de.sarrollaría mediante la acep-
tación del comercio exterior, lo que significaba aplicar los principios del ii-
beralismo económico: mínima interferencia estatal en el merôado. bn la prác-
tica, probablemente reforzó la posición económica británica predominante.
una aplicación similar del liberalismo se estaba intentando en el Brasil
imperial. El emperador Peclro II tomó como moclelo para su gobierno la mo-
narquía británica, aunque ejerció un poder político mucho más discrecional
que la reina Victoria. Los dos partidos del parlamento imperial brasileño re-
petían el sistema biparticlista inglés; hasta los discursos deicongreso estaban
llenos de referencias a los precedentes cùnstitucionales inglesesl
. .Los años comprendidos entre 1850 y 1gg0 también contemplaron el cre-
cimiento de la influencia francesa en la región, sobre todo en ia cultura. El
francés era la lengua extranjera que más hablaba la elite, lo que reflejaba una
práctica tradicional en la misma Europa. Su prestigio culturai duró hasta bien
entrado el siglo xx y siguió siendo predominante en algunos países hasta el
final de la segunda guerra mundial, mucho después dá dective de Francia
como potencia mundial. ¿Por qué esta resistencia? En parte porque se ex-
rdos Unidos trató de ceptuó a Francia de la reacción nacionalista dirigida contra los brìtánicos y
nte la Doctrina Mon- en parte porque los valores culturales franceses coincidían con la imagen que
', 1912. Reproducido
poseía de sí misma la elite latinoamericana. Aunque las elites francesas y1a-
tinoamericanas pudieran admirar las proezas económicas de los anglosajónes,
despreciaban los valores <materialistas> que habían difundido Iñglatðrra y
Estados unidos. La clase intelectual francesa había producido su propio ra-
on su superioridad zonamiento para defender a su país contra Inglaterra, sosteniendo qué Fran-
icrvicios comercia- cia tenía una visión más humana de la sociedad que la deshumanizadora Re-
,ncertaron créditos volución Industrial inglesa, y las elites latinoamericanas se identificaban con
ìrasil, Argentina y la superioridad cultural que proclamaban los franceses.
ró más difícil de lo
rplían con el pago
ronto señalaron a La aparición de la influencia estadouniclense

'otencia externa a Entre 1880 y el estallido de la primera guerra mundial. Gran Bretaña perdió
lstados Unidos si- su supremacía en América Latina. Otras potencias europeas, sobré todo
r parte del territo- Rancia y Alemania, aumentaron sus vínculos económicos, ìompitiendo con
y Centroamérica. los inversores y comerciantes ingleses. pero el desafío más impoitante provi-
;taclos Unidos, ha- no de Estados Unidos.
:s de América La- Durante estos treinta y cinco años, la influencia estadounidense se ex-
tendió hacia el sur y penetró con mayor profundidad en los lugares que le
384 Historia contenrporúneu tle Améric:a Latinu I

quedaban más próximos, el Caribe y México. A los inversores estadouniden- un lugar satisfactorio para r

ses les resultó atractivo para la inversión y el comercio el México goberna<lo los yanquis harían por hacer
por Porfirio Díaz y también derramaron capital en Cuba. Allí, antes de que cos. El presidente Theodor,
estallara la guerra Hispano-Americana en 1895. ya había cclipsado a España rialismo estadounidense, tr
en la economía. lugar elegido para el canal
Su entrada en la revuelta cubana contra España señaló una nueva fase en lombiano que se extendía h;
sus relaciones con América Latina. Después de la guerra Mexicano-America- Panamá y se construyó el ci
na (1846-1848), había continuado ocupando y colonizando partes del suroeste su canal, pero a costa de la
actual, Cuando Estados Unidos entró en Cuba cn 189tì y venció a España de Entre 1880 y 1914, Es
forma decisiva, fue más que una victoria militar. Fue una lucha simbólica que alianza hcmisférica dc naci,
impresionó a toda A¡nérica Latina. Ya había pasado el tiempo en que a las na- cretario de Estado James B
ciones latinoamericanas las absorbían sólo sus problemas propios. ton, en 1889. la Primera Co
La guerra de 1898 era la batalla de los patriotas cubanos contra España cinco congresos internacion
y otros latinoamericanos simpatizaron de inmediato con ellos. Pero los yan- países latinoamericanos. La
quis se hicieron de improviso con el control de la rebelión y desmoralizaron paron todas las naciones la
a muchos cubanos, que habían ansiado vencer a España por ellos mismos. fue cuando el último estab¿
Además, subrayó una preocupación latinoamericana común: ¿eran los es- Latina.
pañoles y sus descendientes más débiles por naturaler,à qve los norteame- De la conferencia en 18
ricanos? ¿Estaba Estados Unidos "destinado> racialmente a apoderarse de mercial de las Repúblicas .
América Latina? mericana y después la Orga
Una preocupación semejante se había adueñado de los mexicanos tras su gros se limitaron principaln
humillante derrota de 1846-ltl4tl. Explicaron su debilidad en el campo de ba- La ofensiva diplomática
talla ligándola a supuestos defectos de su carácter o, de {orma más ominosa, rica Latina a partir de 1880
a su composición racial. Entonces, en la década de 1890. el racismo estaba en, y estudiantes de sus países.
todo su apogeo en Europa y Estados Unidos. Las leyes Jim Crow habían ins- J Enrique Rodó, uruguayo y
titucionalizado la segregación y las universidades y las iglesias estaban des-i 1900 publicó Ariel, w brev
bordadas de profesores y sacerdotes que explicaban tranquilamente las bases rialismo estadounidense c(
científicas para creer en razas ,,inferioresn y (superiores>. cana. Acusaba a Estados U
Estas doctrinas racistas tambión penetraron en Amórica Latina. En un mo su imposibilidad de s¿
país tras otro, los principales intelectuales repetían fielmente los dogmas ra- humano...>.
cistas de los europeos. Bajo esa introspección había un temor latente a que Las ideas de Rodó tuvit
algunos nuevos conquistaclores les arrcbataran sus tierras, manifestado en las tes estaban bien preparadi
reacciones nacionalistas esporádicas contra los ingleses a lo largo del siglo También se encontraban e:
xrx. Los incidentes que las precipitaban solían ser nimios, como los alborotos dad latinoamericana que s
provocados por los marineros inglcscs cuando cstaban cn puerto, pero reve- Rodó. El tema fue recogidt
laban una profunda hostilidad. Las elitcs latinoarncricanas sabían que tanto argentino Manuel Ugarte, q
los británicos como los esta<Jounidenses los solían mirar con clesprcci<,r. Wilson en 1913 para pedirl'
Así pues, no es sorprendente que la clerrota inlligida por Estados Unidos símbolo de opresión en el
a España en 189ti los preocupara prcll'undamente. Una vez que se había apo- tomaron parte en esta reac(
derado de Puerto Rico y Cuba (la segunda como protectorado), se pregun- Cuba (cuya crítica comenz(
taban, ¿hasta dónde llegarían los yanquis? Los pesimistas de México hacía gua y Rufino Blanco-Fomb
mucho que creían que Estados Unidos tenía designios para más allá de sus todo el continente durante
tierras. de América Latina en cuat
El expansionismo estadouniclense en el Claribe mostró que los temores miento antiyanqui han sob
latinoamericanos no carecían por completo cle lundamento. Su búsqueda cle nueslros días.
América Latino, Estados Unidos y el mundo J85

inversores cstacJouniden- un lugar satisfactorio para construir un canal transcontinental reveló lo que
rcio el México gobernado los yanquis harían por hacer prevalecer sus intereses económicos y geopolíti-
Cuba. Allí, antes de que cos. El presiclente Theodore Roosevelt. la encarnación arrogante del impe-
había cclipsado a España rialismo estadounidense, trató sin miramientos las objeciones aducidas al
lugar elegido para el canal en la parte más septentrional del territorio co-
rseñaló una nueva fase en lombiano que se extendía hacia Centroamérica. Así nació la nueva nación de
Lrcrra Mexicano-America- Panamá y se construyó el canal entre 1904 y 1914. Estados tlnidos consiguió
izando partes del suroeste su canal, pero a costa de la creación de una nueva república postiza.
tì98 y venció a España de Entre 1lì80 y 1914, Estados Unidos también intentó crear una nueva
c una lucha simbólica que alianza hemisférica de naciones. Comenzó con los ambiciosos planes del se-
e I tiempo en que a las na- cretario de Estado James Blaine. por cuya iniciativa se celebró en Washing-
lemas propios. ton, en 1889, la Primera Conferencia Panamericana. Entre 1826 y 1864 hubo
ts cubanos contra España cinco congresos internacionales, que atrajeron sólo a un número limitado de
o con ellos. Pero los yan- países latinoamericanos. La reunión de 1889 fue la primera en la que partici-
'ebelión y desmoralizaron paron todas las naciones latinoamericanas y Estados Unidos. Irónicamente,
-spaña por cllos mismos. fue cuando el último estaba acelerando su ofensiva imperialista en América
rra común: ¿eran los es- Latina.
ralcza que los norteame- De la conferencia en 1889 surgió una autorización para una
almente a apoderarse de "Oficina Co-
mercial de las Repúblicas Americanasr, de la que provino la Unión pana-
mericana y después la Organización de Estados Americanos (OEA). Los lo-
r de los mexicanos tras su gros se limitaron principalmente a temas comerciales.
ilidacl cn el campo de ba- La ofensiva diplomática, económica y militar estadounidense sobre Amé-
r. de forma m¿is ominosa, rica Latina a partir de 1880 propició una fuerte reacción en los intelectuales
1i90. e I rtcismo estaba cn, y estudiantes de sus países. La guerra Hispano-Americana hizo surgir a José
ycs Jim Crow habían ins-f Enrique Rodó, uruguayo y uno de los críticos militantes más celebrados. En
, las iglesias cstaban des-i 1900 publicó Ariel,un breve ensayo en el que comparaba el excesivo mate-
tranquilarnente las bases rialismo estadounidense con la sensibilidad cultural superior latinoameri-
ioreso. cana. Acusaba a Estados Unidos de que:
r América Latina. En un "Su prosperidad es tan grande co-
mo su imposibilidad de satisfacer a una mediana concepción del destino
fieln-rente los dogmas ra- humano...r.
a un temor latente a que Las ideas de Rodó tuvieron gran influencia en América Latina, cuyas eli-
icrras, manil'estado en las tes estaban bien preparadas para oír hablar de su superioridad espiritual.
lcses a lo largo del siglo 'fambién se encontraban estimuladas para pensar de acuerdo con la identi-
imios, como los alborotos clad latinoamericana que surgía de la unidad cultural hacia la que tendía
)arì cn pucrto, pero rsve- Rodó. El tema Iue recogido y difundido ampliamente por escritores como el
rricanas sabían que tanto argentino Manuel ugarte. que escribió al recién elegido presidente woodrow
nirar con desprecio. wilson en 1913 para pedirle que <las estrellas y las barras dejaran de ser un
igida por Estados Unidos símbolo de opresión en el Nuevo Mundoo. Otros intelectuales famosos que
tna vcz que se había apo-
tomaron parte en esta reacción de toda América Latina fueron José Martí de
rrotecturado), se pregun- Cuba (cuya crítica comenzó en la década de 1tì70), Rubén Darío de Nicara-
;imistas de México hacía gua y Rufino Blanco-Fombona de Venezuela. Sus escritos se publicaron por
rios para más allá de sus todo el continente durante el que fue uno de los periodos más cohesionados
de América Latina en cuanto a cultura. Muchos de los temas de este movi-
mostró que los temores miento antiyanqui han sobrevivido en las relaciones interamericanas hasta
lancnto. Su búsqueda de nuestros días.
,18ó Ilistoria contemporáneu de Anúricu Lutina

Cunono ll.i. Inversión estadouniclense cn Arrrérica Latina, ltt97-1914 Cunl>no 11.2. Inversiones d'
(en millones de dólares al finalizar el año) 1914 (en millones de d<ilares)

[\í.ve.s dtl M(.tico .v Suruntérit'a Ori¿4en I,


Curibe (.'cntr¡;attúrica

l 897 4,5 ))l L 37,9 304,3 Alemania


l908 220.2 7 13,0 129.7 t.062,9 Estados Unidos
1914 329.0 946.7 16.5.7 r.641.4 Francia
I nglaterra
fucr¡¡¿: Naciones Unidas, Co¡nisión Económica para r\mórica Lafin¿t. I).rternal l:ittturcirt¡4 itt
Otros
Latin Atnérica, Nueva York, Naciones LJnidas, 1965. p. 14.

Total
La influencia europea continuó siendo muy importante en América La- /'ì¡¿,rfe. Naciones ì-Jnidas, Co
tina entre 1880 y 1914, a pesar del ascenso de la estadounidense. Sólo se ne- Loti¡t Anerica. Nueva Vrrk. Naci
cesita observar el volumen de inversión y comercio. El cuadro ll.l demues-
tra la magnitud de la inversión estadounidense, que acabó abarcando el
Caribe y Suramérica. así como México y Centroamérica. A pesar de ello, La consolidacir
como el cuadro 11.2 indica. Gran Bretaña era con diferencia la fuente más
importante de capital en vísperas de la primera guerra mundial; Francia y La primera guerra mundial
Alemania también tenían peso, América Latina, cambió de
Otra esfera destacable de influencia europea fue la tecnología y forma- primer lugar, aceleró el dec
ción militar. Desde sus guerras de independencia, las elites latinoamericanas importante del hemisferio.
habían sabido que carecían de preparación rnilitar y armamento avanzado. en la Europa continental, t
Para derrotar las guarniciones españolas, que solían estar mal dotadas y abas- para pagar la guerra. Aden
tecidas, con frecuencia los patriotas tuvieron que contratar o recurrir a sol- bía comenzado a experime
dados y marinos extranjeros. En segundo lugar, la g
A medida que avanzó el siglo xIX, otros ejércitos sirvieron de ejemplo dounidense, basada en un
para los ambiciosos gobernantes latinoamericanos. Tanto en Chile (1885) mente maduro como para
como en Argentina (1899), por ejemplo. se contrataron misiones militares decisiva intervención en la
alemanas durante amplios periodos para prcsentar nuevas armas y explicar tener el equilibrio del pod,
su uso. También enseñaron nuevos métodos de mando y de organización del no podrían volver a dejarlr
Estado Mayor. En Brasil, el estado de São Paulo. en rápido crecimiento, con- La intervención de A
trató en 1905 una misión francesa para entrenar a su milicia, que incluía ca- como observadora. E,staclc
ballería. De estas misiones europeas se espcraba, sobre todo, que transmitie- guerra sirviera cle oportuni,
ran la nueva profesionalidad que había transformado a su ejército. La guerra gión, pero sus resultados fr,
había dejado de ser un asunto cle aristócratas; ahora era algo serio que re- guerra a Alemania: Brasil
quería una completa formación científica y técnica. mala, Haití, Honduras, Nic
¿Qué supuso para América Latina esta transferencia de ,,profesionaliza- ciones diplomáticas: Bolivl
ción" a su ejército'Ì Sus consecuencias políticas fueron enormes, pues, aunque guay. Siete naciones perm:
resulte irónico, los ejércitos "profesionalizados" aumentaron su actividad en México, Paraguay, El Salva
los ámbitos constitucionales de Chile, Argentina y Brasil. Pero sólo resulta- Cuando concluyó la pr
ría evidente tras la primera guerra mundial. Estados Unidos en Améric
hegemonía en la cuenca dc
nrilitar <le Nicaragua (1912
Dominicana (19 l6-ú2a) y
América Lutina, E.yta¿los Unidos y el ntundo 387

rtina. llJ97-19.14 Cuepno 11.2. Inversiones de capital extranjero a largo plazo en América Latina,
1914 (en millones de dóla¡es)

u ran le rlcu Origen Inversiótt privada extanjertt


lbtal (y deuda pública exterior) Porcentaje

37.9 304.3 Alemania 367 3,8


t29,7 t.062,9 Estados Unidos 1.487 15,2
365,7 1641.4 Francia .013
r 10,4
Inglaterra .5.066 5 i,9
ca Latina, Etternul Fitumcirtg, irr
Otros 1.821 18,6

Total 9.754 100.0

portante en América La- F¡¡¿nt¿.'Naciones Unidas, Comisión Econírmica para América Latina, E,rternal Financing in
tadounidense. Sólo se ne- Lotin Anterica. Nueva York, Naciones LJnidas, 196-5, pp. 16-11.
r.El cuadro 11.1 demues-
que acabó abarcando el
.rnérica. A pesar de ello, La consolidación de la influencia estadounidense
diferencia la fuente más
uerra mundial; Francia y La primera guerra mundial, aunque en sus inicios no afectara directamente a
América Latina, cambió de forma sustancial sus relaciones con el mundo. En
ue la tecnología y forma- primer lugar, aceleró el declive de Gran Bretaña como fuerza económica más
as elites latinoamericanas importante del hemisferio. Desgastada por las costosas y largas hostilidades
'y armamento avanzado. en la Europa continental. tuvo que hacer uso de sus inversiones ultramarinas
cstar mal dotadas y abas- para pagar la guerra. Además, su competitividad en la economía mundial ha-
)ontratar o recurrir a sol- bía comenzado a experimentar un descenso a largo plazo.
En segundo lugar, la guerra puso de relieve la dinámica economía esta-
itos sirvieron de ejemplo dounidense, basada en un continente lleno de recursos y ya lo suficiente-
;. 'Ianto en Chile (1885) mente maduro como para convertirse en un exportador de capital neto. Su
Itaron misiones militares decisiva intervención en la guerra demostró que ahora era el que podía man-
nucvas armas y explicar tener el equilibrio del poder económico y militar: las potencias europeas ya
rdo y de organización del no podrían volver a dejarlo de lado.
r rápido crecimiento, con- La intervención de América Latina en el conflicto fue esencialmente
su milicia, que incluía ca- como observadora. Estados Unidos se aplicó con tesón a conseguir que la
rbre toclo. que transmitie- guerra sirviera de oportunidad para fortalecer su influencia política en esa re-
lo a su ejército. La guerra gión, pero sus resultados fueron variados. Sólo ocho repúblicas declararon la
lra era algo serio que re- guerra a Alemania: Brasil (el único país grande), Cuba, Costa Rica, Guate-
mala, Haití, Honduras. Nicaragua y Panamá. Otras cinco rompieron las rela-
'encia de ciones diplomáticas: Bolivia, República Dominicana, Ecuador, Perú y Uru-
"profesionaliza-
i)n enonnes, pues. aunque guay. Siete naciones permanecieron neutrales: Argentina, Chile, Colombia,
mentaron su actividad en México, Paraguay, El Salvador y Venezuela.
Brasil. Pero sólo resulta- Cuando concluyó la primera guerra mundial, el poder y la influencia de
Estados Unidos en América Latina estaba en aumento. Ahora casi ejercía la
hegemonía en la cuenca del Caribe, como podía observarse por la ocupación
militar <le Nicaragua (1912-1925 y lt)26-1933), Haití (191.5-1934), República
Dominicana (1916-1924) y Cuba (1917-1922). Aunque no permaneció en esos
388 Historia contempor(inea de América l-atina

países. influyó profundamente en su desarrollo, manteniendo el poder de Los años treinta tami
veto sobre sû política interna. La mayoría de sus elites dieron por hecho esta ideología fascista. La vers
hegemonía; sin duda, les habría sorprendido pensar que el mundo pudiera de Mussolini aumentó co¡
haber sido de otro modo. cionaria, sobre todo los s
Hubo dos excepciones a este rnodelo: México y cuba. En el primero, la en Alemania, el fascismo
revolución de 1910 amenazó con alterar las relaciones del país con Estados Especialmente importantt
Unidos. Washington estaba diviclido sobre la dirección que había tomado la y Portugal hubieran caídc
revolución y efeituó intervenciones repetidas, incluido el desembarco militar 1936 en la primera y Sala
en Veracruå en.1914 y el envío de la columna del general John J. Pershing en vistas, por no decir fascist
L91,6 para perseguir'a las tropas de Pancho Villa. No obstante, la revolución
El giro de Europa ha<
traUia togråOo pioporcionar a los mexicanos un brío, un orgullo y un grado los grupos latinoamerican
de movil]zación que acabaría ayudando a controlar la marca tradicional de la propias razones para dese
intervención estadounidense. Pero siguió siendo cierto que poco podían ha- vimientos fascistas de la r
cer los mexicanos sin tomar en cuenta como se merecía la presión continua En Brasil, los integristas
de ese poderoso vecino del norte. media, que predicó la nec
Cuba fue un caso diferente. Allí Estados Unidos había establecido un rativista. Argentina cont(
protectorado tras finalizar su ocupación en 1902. Esta presencia generó una recordaban las organizaci,
ieacción nacionalista, que hizo erupción más frecuente entre los estudiantes funda la recibió el ejércitr
de la Universidad de La Habana. Aunque fueron reprimidos con facilidad, produjeron un estímulo ir
representaron una importante opinión disidente dentro de la elite y en los te de su inspiración al m,
años treinta ocuparon un puesto importante en la política nacional. una forma doctrinaria y ,

La Gran Depresión golpeó con dureza a América Latina, pues dejó de México hubo un pequeño
afluir nuevo y a los inversores extranjeros les resultó difícil repatriar influencias europeas, aun
los beneficios. "upital
Un país tras otro dejaron de pagar sus deudas (o declararon sentimienfo cristiano de c
una moratoria unilateral).t La razón era evidente. El derrumbamiento de la cional Socialista, una imit
economía mundial había reducido la demanda de los productos primarios en puesta furiosa de la izquit
Ios que se basaba América Latina para obtener divisas. De improviso, estos Ninguno de estos part
paísês no tuvieron modo de ganar los dólares, las libras, los marcos o los fran- poder en los años treinta.
ðor qu" necesitaban para pagar a sus acreedores exteriores. Así que no ma político civil demostr
podíán esperar recibir ninguna afluencia neta de capital y, lo que es más gentina los sentimientos f
importantè, no iban a contar con las divisas suficientes para pagar las impor- nista, una vez que la segur
taciones esenciales para el desarrollo de la economía interna, en especial la los integristas parecieron
industrialización. ron barridos por el Estacl,
De este moclo, los años treinta fueron una etapa en la que los países lati- A medida que transcl
noamericanos tuvieron que mirar hacia dentro. No resulta una coincidencia tió en el escenario de la,
que también se caracterizâran por un alto sentimiento nacionalista. Como las manes miraron hacia esa l
opciones de encontrar ayuda económica cxterna eran tan reducidas, era lógico lítica. Los primeros fuerr
cðncentrarse en los recursos internos. Argentina, Brasil y México. por ejemplo, donde las grandes comur
tomaron medidas para aumentar su control sobre la industria petrolera. Méxi- operaciones. El gobierno
co fue el que más lejos llegó, cuando en 1938 el presidente Cárdenas naciona- ricanas mantuvieran una
lizó todas tas empresas extranjeras del sector. Argentina ya había creado una leforuar la opinión contr;
compañía petrolera estatal autónoma en los años veinte; en Brasil, por el con- clos). El gobierno italianc
trario, se dio forma definitiva a la empresa petrolera estatal en 1953. tas brasileños, utilizando r
des sumas de dinero.
L Con las excepciones de Argentina' Haití y Ia República Dominicana' Como el socio más p<
América Latina, Estatlos [Jnielos y el mrmdo 3gg
ìanteniendo el poder de Los años treinta también importaron argo nuevo
tes dieron por hecho esta a América Latina: ra
ideología fascista. La versión mái crara vino cre Itaria,
rr que el mundo pudiera donde el movimiento
de Mussolini aumentó como respuesta al surgimiento
ãe ruìrqui.rou revolu_
cionaria, sobre todo.ros sindicarìsras y comuiisras.
Cuba. En el primero, la con ;Ë; del nazismo
un modelo"iaún m¿s poderoso.
en Alemania, el fascismo europeo r"'hiro con
nes del país con Estados Especialmente important" pa.à América Latina
ión que había tomado la fue el hecho oe que España
y Portugal hubieran caído víctimas cle regímen"r
do el desembarco militar uu,o.iiã.i* lÉ.un.o a"ro"
1936 en la primera y Sarazar descte 192g
ãn la segundu; .on iono, corporati-
neral John J. Pershing en vistas, por no decir fascistas.
o obstante, la revolución
r, un orgullo y un grado . El giro-de Europa.hacia ra crerecha proporcionó municiones y prestigio a
los grupos ratinoamericanos antidemo.ietiôo, y
a marca tradicional de la renían sus
propias razones para desear crear gobiernos "riiiiù"."ì;-r;ó"
auioritarios. Ninluïo de los mo_
rto que poco podían ha- vimientos fascistas de la región fuãron copias
'ecía la presión continua exactas o" 1", ?ãr", europeos.
En Brasil, los integristas fueron fundamentalmente
un movimiento de clase
media, que predicó la necesidad de orden con
os había establecido un un mensaje de esencia corpo-
rativista. Argentina contó con grupos paramilitaies de derechas que
ta presencia generó una -varios
recordaban las organizaciones fascistur*.urop"ur,
rte entre los estudiantes pero la influencia más pro-
funda.la recibió el ejército. I as logias secretäs
eprimidos con facilidad, dentro del cuerpode oficiales
produjeron un estímulo inicial para er movimienr"
p"r"rrr",
rtro de la elite y en los te de su inspiración al modelo italiano. pero er peionismo {.0" .t"uio pur_
rlítica nacional. nrinca consiguio
una forma doctrinaria y de organización como
ca Latina, pues dejó de la del fascismo italiano. En
pEueño moviiiienro fu¡ççþisrs, sil;q;ir,'p,
; resultó difícil repatriar Yi::.-"^*O:..un que mostró
rrr'uenclas europeas, aunque también se basaba"lfundamentalmente
rs deudas (o declararon sentimienfo cristiano de dérechas. por último, en un
I derrumbamiento de la en chile hubo un partido Na_
cional Socialista, una imitación clara del partidq
procluctos primarios en Nari, qu" prå"""ó una res-
puesta furiosa de la izquierda nacional.
;as. De improviso, estos
Ninguno de estos partidos o movimientos estuvieron
ls, los marcos o los fran- próximos a rograr el
poder en los años treinta. Fn chile y México
exteriores. Así que no desaparecieron cuando er siste-
ma político civil demostló s9r capàz de contenerlos
tpital y, lo que es más y absorberlos. En Ar-
gentina los sentimientos fascistas iu"ron
rs para pagar las impor- eclipsa<ios p", pero_
entró en su"i.å"i-ento
nista, una.vez que la segunda guerra mundial
r interna, en especial la fase final. En Brasil
los integristas parecier'n estar en los umbrales
del poder .n ré:¡, pero fue_
ron barridos por el Estado Nôvo de Vargas en
:n la quc los países lati- 1937.
._
A medida que transcurrió la crécada de 1930, Arnérica
:sulta una coincidencia Latina se convir_
tió en el escenario de la competencia geopolítica.
nacionalista. Como las Tanto italianos como are_
manes miraron hacia esa región pu.u uu,n"ìtar
an reducidas, era lógico su influencia económica y po-
lítica. Los primeros fueron pariicularmente
y México, por ejemplo, activos n.urit-f argentina,
lustria petrolera. Méxi-
donde las grandes comunidâdes cre itarianos
ofrecían"nunu pÀriut" base de
Er. gobierno de Mussolini intenró que
:nte Cárdenas naciona- :,ry:ir-i:l"r' las r"p,ioii"ã. iutinoame-
rrcanas mantuvieran una posición pro italiana,
la ya había creado una lò que signiticaua estimular y
e; e n Brasil. por el con- ryf2rnr la opinión contrària a Inglaterra (y, por extensión, a Estados Uni_
dos)' El gobierno italiano tambiéicolaborã <je
,tatal en 1953. forma clirecta con los fascis_
tas brasileños, utilizando su embajada para
hacer llegar a ro, ,i"grirtus gran_
des sumas de dinero.
minicana.
como el socio más poderoso crel Eje europeo, la
Alemania de Hitler es-
390 Historia contempor(tneu tle Américu Lutinu

taba aún mejor situada para ejercer presión en América Latina. El régimen sin rival de la cultura po¡
nazi utilizó su compañía aérea subsidiaria. la Condor, y su servicio diplomá- culas de Hollywood hací
tico para crear una red de agentes y contactos por toda Suramérica. Hitler y cine como Jean Harlow y
sus consejeros más decididos estaban convencidos de que los latinoamerica- blos provincianos, como r
, nos de ascendencia alemana estaban ávidos por unirse a la madre patria y no Manuel Puig, señala '
crear territorios separatistas, alertas a todo dictado de Berlín. cfecto similar. La dinámi,
Pero la población germana de Brasil demostró ser leal en extremo a su americana resultaba fasci
nación del Nuevo Mundo. El efecto de las medidas nazis fue justo el contra- ciones populares y las de
rio al que habían pretcnclido los alemanes: el gobierno de Vargas adoptó nue- ficar y a aumentar en im¡
vas leyes restrictivas que rcquerían que la enseñanza en todas las clases de Cuando estalló la gu,
los colegios fuera en portugués, con lo que se eliminaron los que sólo ense- mentó la búsqueda de alii
ñaban en lengua alemana del sur del país. Como consecuencia, se aceleró la ministración de Franklin
asimilación nacional de los descendientes de alemanes. el Caribe y en las costas a
Las potencias clel Eje no eran las únicas naciones externas interesadas en materias primas vitales c
la competencia geopolítica. Durante muchos años, el ejército estadounidense para unirse a Estados Un
había considerado a América Latina como un flanco vulnerable, lo que pro- la lucha; o 4) como últim
porcionó el justificante militar para la expansión en el Caribe: la necesidad tencias hostiles extracont
de proteger unos pasos marítimos vitales. La vasta frontera con México, casi Estos objetivos se log
sin vigilancia, era otra zona clifícil de clefender. El canal de Panamá propor- había surgido çon una le
cionaba a Estados Uniclos una región de peligro adicional. Algunos oficiales aprovechó para los inter
pensaban que lo que se necesitaba era un arco de defensa militar que se ex- utilizar bases valiosas, sol
tendiera hasta el norte de Suramérica. ceso a las materias prima
Cuanclo la Alemania nazi construyó su maquinaria bélica, los oficiales es- La segunda guerra m
tadounidenses lanzaron una mirada más preocupada al tlanco latinoamerica- se en América Latina. Al
no. Como la potencia japonesa aumentaba en el Pacífico, Estados Unidos se región, quedãron despres
enfrentaba a la posibilidad de una guerra en dos océanos. Ahora América nuevos territorios en el
Latina podía ser amenazada por el este y el oeste. Así pues, Estados Unido_s miento desatado por su n
examinó sus lazos hemisféricos desde una nueva perspectiva: cómo ps.d.ía_ legado en bancarrota en
conseguir el máximo apoyo latinoamericano en caso. dç gUg_rra. España y Salazar en Port
Parte de la respuesta clependería de las relaciones culturales. Entre sulta irónico Que ninguno
las dos guerras. los latinoamericanos habían presenciado un pronunciado siderable en América Lal
aumento de programas etlucativos patrocinados por gobiernos extranjeros. Franceses e ingleses.
Debido a su enorme prestigio cultural, los fra¡rceses ocup¿ìron la posición fa- muy debilitados. Ambos
vorita. El francés seguía siendo la lengua extranjera que más se hablaba y Pa- para pagarla. En 1945, no
rís era el punto de rcferencia para los artistas y escritores latinoamericanos. grar influencia en la lejar
Las universidades de la región, en su origen copias de los modelos ibéricos, templó el auge de la inllu
cada vez presentaron mayor influencia francesa. En Brasil, por ejemplo, cuan-
clo lcls paulistas quisieron fundar una nueva Universidad de São Paulo en
1933-, enviaron una delegación a Francia. En -larespuesta, París mandó una mi- La expresió
sión de profesores eminentes de ciencias sociales, que incluía celebridades ta-
les como Claude Lévi-Strauss, Jacques Lambert y Pierre Monbeig. El gobier- Estados Unidos emergió r
no francés estableció un programa cle becas para estudiar en Francia; autoridad muy crecidos. .

programas similares surgieron también en otras partes de América Latina. introdujo en un ingente é
Aunque la influcncia europea seguía dominando entre las elites, la esta- no había sufrido daños inr
dounidense hacía grandes progresos en los medios de comunicación, vehículos 1945 alcanzó la mitad de
Américu Latinu, Estados Unidos y el mundo 391

ca Latina. El régimen sin rival de la cultura popular en nuestro siglo. En los años treinta, las pelí-
y su servicio diPlomá- culas de Hollywood hacían furor en tocla América Latina. Sus estrellas de
I Suramérica. Hitler Y cine como Jean Harlow y Clark Gable eran nombres familiares hasta en pue-
1ue los latinoamerica- blos provincianos, como La traici(¡n de Rita Lloyworth, del novelista argenti-
e a la madre Patria Y no Manuel Puig, señala vivamente. Su música, en especial el jaz.z, tenía un
Berlín. cfecto similar. La dinámica, fluicla. deslumbrante y futurista sociedad norte-
' leal en extremo a su americana resultaba fascinadora, aunque produjo una división entre las reac-
¿is fue justo el contra- ciones populares y làs de la elite hacia Estados Unidos, que se iba a intensi-
le Vargas acloPtó nue- ficar y a aumentar en importancia con el tiempo.
en todas las clases de Cuando estalló la guerra en Europa, el gobierno estadounidense incre-
'on los que sólo ense- mentó la búsqueda de aliados políticos y militares en América Latina. La ad-
:cuencia, se aceleró la ministración de Franklin Roosevclt quería: 1) bases militares, en especial en
çl Caribe y en las costas atlánticas de Suramérica; 2) acceso garantizado a las
Kternas interesadas en materias primas vitales como el caucho natural y el cuarzo; 3) disposición
ército estadounidense para unirse a Estados Unidos en una alianza contra el Eje, si éste entraba en
ulnerable. lo que pro- la lucha: o 4) como último recurso, una neutralidad que prohibiría a las po-
I Caribe: la necesidad tencias hostiles extracontinentales crear plazas fuertes en sus países.
rtera con México, casi Estos objetivos se lograron ampliamente. El sistema interamericano, que
ll de Panamá propor- había surgido qon una lentitud penosâ desde la década de 1u80, ahora se
nal. Algunos oficiales aprovechó para los intereses defensivos estadounidenses. Su ejército pudo
nsa militar que se ex- utilizar bases valiosas, sobre todo en Brasil, y la industria bélica logró el ac-
ceso a las materias primas vitales que necesitaba.
bélica, los otìciales es- La segunda guerra mundial aumentó mucho la influencia estadouniclen-
flanco latinoamerica- se en América Latina. Alemania e ltalia. una vez potencias importantes en la
:o, Estados Unidos se región, quedäron desprestigiadas: la segunda por sus bandazos en busca de
rnos. Ahora América nuevos territorios en el norte de Afiica; la primera por el horrible sufri-
pues, Estados Unidos miento desatado por su maquinaria bélica en Europa. El fascismo ya era un
spectiva: _çómo, pq-día legado en bancarrota en-L9,45, Sólo la anómala supervivencia de Franco en
) guerra. España y Salazar en Portugal mantenían viva la ideología de derechas y re-
nes culturales. Entre sulta irónicdQlré ninguno de estos países tuviera una intluencia política con-
iado un pronunciado siderable en América Latina.
iobiernos extranjeros. Franceses e ingleses, aunque vencedores en la guerra. habían quedado
uparon la posición fa- muy debilitados. Ambos hubieron de liquidar sus inversiones ultramarinas
: más se hablaba y Pa- para pagarla. En 1945, no tcnían los recursos o el deseo de competir para lo-
rres latinoamericanos. grar influencia en la lejana América l-atina-El resultado fue que 1945 con-
los modelos ibéricos, templ-ó el auge de la influencia estadounidense en la región.
sil, por ejemplo, cuan-
sidad de São Paulo en
.,París mandó una mi- La expresión de la influencia estadounidense
rcluía celebridades ta-
: Monbeig. El gobier- Estados Unidos emergió de la segunda guerra mun<Iial con un prestigio y una
estudiar en Francia; autoridad muy crecidos. La guerra sacó de la depresión a su economía y la
; de América Latina. introdujo en un ingentc ésfuerzo industrial. A difcrencia de Europa o Japón,
rtre las elites, la esta- no había sufrido daños internos; su economía estaba intacta y prosperaba. En
municación, vehículos 1945 alcanzó la mitad de la producción manufacturera mundial y unos dos
392 Hist<tria crtntemporáneu de América Latina
\

Itercios de las exportaciones globales. Había construido el arsenal más impo- para tratar los asuntos di¿
lnente que el mundo había visto, culminado con la bomba atómica, el ,.arma y reuniones consultivas dt
finalo que sólo élposeía. La guerra también le proporcionó una red de alian- se de las amenazas contra
Lut qu" ofrecía una base de poder fuerte en la política internacional de pos- la forma de un Secretaria
dos miembros se compror
'
þuerra.
Una vez linalizacla la guerra, muchos políticos latinoamericanos espera- seada por Estados Unidor
ban que el nuevo interés estadounidense por América Latina diera sus fru- ca Latina), junto con los
tos, Confiaban en que se prestara una atención mayor a sus problemas' en es- justicia social y derechos
pecial a los obstáculos que impedían su crecimiento económico. Después de América Latina crearon I

todo, Washington podía permitirse ahora mirar hacia el sur, donde sería ló- No resulta sorprendente r

gico consolidar una influencia que había aumentado tanto' ferentes de ella.
/ Pero no iba a ser así, La política gubernamental estadounidense deió de La OEA se puso a prr
I lado casi total¡nente a esa reþión a-partir de"1945'y centr'o'sa-aterrcié*en ¡e- tados Unidos tenía tropar
ibonstruir Europa y Japón. La administración Truman (1945-1953) y el Con- trado de inmediato al conl
junto con algúnoé þêrspicaces empresarios, se dieron cuenta de que era nea del sur, Washington c
I gredo,
,| esencial para su prosperidad que Europa tuviera una economía fuerte. El Plan que considerara a Corea <
jMarshall de 1947 apeló al aspecto humanitario y económico de la población es- man se dirigió a la OEA
T tadounidense y ayudó a dirigir la atención principalmente hacia Europa.
nos como una agresión a
' ¿Qué pasó con América Latina? Simplemente, a los responsables políti- bros, por el Pacto de Río,
cos no les pareció importante. Los especialistas en este campo del Departa- tina era una legitimidad a
mento de Estado y los servicios militares se vieron degradados o transferidos. El resto de los mieml
La administración Tiuman parecía dar por sentado que continuaría recibien- lombia, que envió un bat,
do su leal respaldo, casi como si fuera de cajón. noamericanos mostraron
Esta relativa indiferencia se rompió de nuevo por una ameîaza exterior. nómicos que por el enfre
Cuando las relaciOnes estadounidenses con los soviéticos comenzaron a en- llegó a un acuerdo: como
friarse, la administración Tiuman decidió organizar una ofensiva de guerra fensas militares y aument,
fría en América Latina, que adquirió dos aspectos. EI primero era conseguir canos consiguieron la pro
que los gobiernos latinoamericanos rompieran relaciones con la Unión So- tas para resolver los prob
viética, lo cual tuvo un éxito notable, ya que todos, con la excepción de Mé- Para los responsables
xico, Argentina y Uruguay, lo hicieron. El segundo aspecto fue presionar a mostró que su batalla con
los gobiernos latinoamericanos para que proscribieran los partidos comunis- europeo. La <caída> de C
tas. Aunque no se dio mucha publicidad en Estados Unidos, el éxito de esta administración Tiuman y t
campaña demostró lo sensibles que seguían siendo las elites latinoamericanas rica Latiila su Programa r

a sus directrices. había pensado para Eurog


i La administración Tiuman también decidió haêer más permanente la ayuda a la defensa mutua
' alianza militar creada durante la guerra. En 1945, una reunión especial de los Colombia, Perú, Chile, Br
ministros de Asuntos Exteriores del hemisferio, celebrada en Ciudad de Mé- Honduras. (Argentina y À
xico, convino en la necesidad de redefinir el sistema panamericano. El primer acuerdos, Estados Unidor
paso se dio en 1947, cuando las delegaciones aprobaron un tratado (el Pacto cambio de las promesas d
de Río) que definía el ataque a cualquier Estado americano, desde dentro o terias estratégicas y restrir
fuera del hemisferio, como un ataque a todos y demandaba medidas colecti- Las implicaciones de r
vas para rechazarlo. cance. Washington atrape
El segundo paso se dio en Bogotá, Colombia, en marzo de 1948, con la tela: una vez en posesión
creación de un nuevo organismo: la Organización de Estados Americanos conseguir piezas, recambir
(OEA). La estructura incluía unos estatutos legales que creaban un consejo cuente con su ejército en
América Latina, Estados |Jnidos y el muntlo 3g3

lo el arsenal más impo- para tratar los asuntos diarios, conferencias interamericanas cada cinco
años
,mba atómica, el narma y reuniones consultivas de los ministros de Asuntos Exteriores para
ocupar_
'cionó una red de alian- se de las amenazas contra el hemisferio. La infraestructura burocrática
tómó
a internacional de pos- la forma de un Secretariado General y una unión panamericana. Los esta-
dos miembros se comprometían a mantener una solidaridad continental (de_
tinoamericanos espera- seada por Estados unidos) y una no intervención total (deseada por
Améri-
:a Latina diera sus fru- ca I atina), junto con los principios de democracia, cooperación económica,
a sus problemas, en es- justicia social y derechos humanos. En pocas palabrai, Estados
unidos y
rconómico. Después de América Latina crearon la asociación regional mejor enunciada del mundó.
el sur, donde sería ló- No resulta sorprendente que los estados miembroi esperaran cosas muy di-
anto. ferentes de ella.
rstadounidense dejóde La oEA se puso a prueba cuando estalló la guerra de corea en 1950. Es-
ntró'su- atención en-re. tados unidos tenía tropas apostadas en corea ãel Sur, así que se vio arras-
(1945-1953) y el Con- trado de inmediato al conflicto. cuando las tropas norcoreanàs cruzaron la
lí_
eron cuenta de que era nea del sur, washington convenció al consejo de Seguridad de la oNU para
)onomía fuerte. El Plan que considerara a corea del Norte la agresora. Luegb la administración
Tiu_
nico de la población es- man se dirigió a la oEA para pedirle que definieia los ataques norcorea-
nte hacia Europa. nos como una agresión a Estados unidos, con lo que obligaba a sus miem_
los responsables políti- bros, por el Pacto de Río, a unirse a la batalla. Lo que queríã de América
La-
te campo del Departa- tina era una legitimidad adicional y colaboración militâr.
radados o transferidos. El resto de los miembros se opusieron a este llamamiento, excepto co-
e continuaría recibien- lombia, que envió un batallón_4e..infantería. En sus intervenciones, los lati-
noamericanos mostraron mucha más preocupación por sus problemas eco-
una amenaza exterior, nómicos que por el enfrentamiento militar én la distante c^orea. La oEA
icos comenzaron a en- llegó a un acuerdo: como contrapartida a su compromiso de mejorar sus de-
na ofensiva de guerra fensas militares y aumentar la colaboración en este terreno, los latinoameri-
primero era conseguir canos consiguieron la promesa estadounidense de que presentaría propues-
)nes con la Unión So- tas para resolver los problemas económicos del hemisferio.
n la excepción de Mé- Para los responsables políticos estadounidenses la guerra cle corea de-
ipecto fue presionar a mostró que su batalla contra el comunismo era de ámbiio mundial y no sólo
los partidos comunis- europeo. La <caída>> de china en 1949 lo hizo aún más evidente. En 195t, la
Inidos, el éxito de esta administración Tiuman y el congreso decidieron al unísono extender a Amé-
:lites latinoamericanas rica Latiira su Programa de Seguridad Militar de L949, que en su origen se
había pensado para Europa. De 1952 a 1954 Esrados uniàos firmó pacìos
de
r más permanente la ayuda a la defensa mutua con diez países latinoamericanos: Ecuadòr, cuba,
'eunión especial de los colombia, Perú, chile, B¡asil, Repúbrica Dominicana, uruguay, Nicaragua y
ada en Ciudad de Mé- Honduras. (Argentina y México se destacaron por su auseñcia.) segúnãstos
ramericano. El primer acuerdos, Estados unidos iba a intercambiar equipo y serviciós militares
a
n un tratado (el Pacto cambio de las promesas de ampliar las capacidaãei oerensivas, enviarle ma-
'icano, desde dentro o
terias estratégicas y restringir el comercio con el bloque soviético.
daba medidas colecti- Las implicaciones de estos nuevos tratados defensivos serían de largo al-
cance. washington atrapaba a las fuerzas armadas latinoamericanas en su
narzo de 1948, con la tela: una vez en posesión de equipo estadounidense, <lependerían de él para
Estados Americanos conseguir piezas, recambios y municiones. Además, medìante el contacto fre-
re creaban un consejo cuente con su ejército en programas de entrenamiento y maniobras conjun-
394 Historiq contemporánea de América Lutina

tas, se podía esperar que la oficialidad latinoamericana se identificara muy ferentes. El Plan Marshal
estrechamente con Estadoi Unidos. Y no menos importante, éste ofrecía mu- an poseyendo el ingredier
cho más equipamiento del que los países receptores pudieran haber compra- trabajo cualificada y exp,
do mediante las asignaciones normales de sus gobiernos. De este modo, las Francia y A
fuerzas armadas lograban poder en sus sociedades sin tener que luchar por el -Inglaterra,
compensa rápida. Estas ¡

presupuesto. Estos vínculos estadounidenses eran una renovación de la es- posición de participar en
tructura establecida por la administración Roosevelt en vísperas de su entra- iba a producirse a partir
da en la segunda guerra mundial. Ahora, a comienzos de los años cincuenta, El problema económi
Estados Unidos fortalecía su prestigio bélico para extender y consolidar su una industria relativamenf
influencia. enorme escasez de mano
Había otro país que había logrado un gran prestigio durante la guerra: la pecializados y a menudo r

Unión Soviética. Había perdido mucha más población (20 millones) y sopor- les). Los economistas no s
tado mucho más sufrimiento que Estados Unidos. Numerosos latinoamerica- do en esas zonas.
nos admiraban la resistencia y fortaleza del pueblo ruso y algo de esta admi- Cualesquiera que fue
ración se transfería a los partidos comunistas de los países respectivos, que descubrieron pronto que (
disfrutaron de una popularidad floreciente en 1945, El Partido Comunista lares o de bienes de inve¡
Brasileño, por ejemplo, obtuvo un l0 por 100 del voto en las elecciones pre- era (y es) un proceso con
si<lenciales de 1946. Más tarde, ese mismo año, tres miembros del gabinete ciales. La administración '

chileno fueron comunistas, y éstos también estuvieron presentes en el Con- ma. En su discurso de tol
greso nacional de Cuba, Colombia, Perú, Ecuador, Brasil, Chile, Bolivia, su alocución era el <Puntr
Uruguay y Costa Rica. ma de asistencia técnica c'
Ya desde 1946, la administrâción Tiuman comenzó a seguir una línea en vías de desarrollo. Era
marcadamente antisoviética en América Latina. La cadena de pactos milita- acerca de que Estados Ur
res bilaterales fue sólo uno de los instrumentos utilizados para movilizar a los y concentraba su atenciór
latinoamericanos contra los soviéticos. Como la oficialidad militar solía ser Antes de que el Puntr
un baluarte de opinión anticomunista y antisoviética, Estados Unidos espe- tunidad de ir más lejos, el
raba establecer vínculos más estrechos con estos elementos para fortalecer su ca por la victoria elector¿
lirmeza anticomunista. Los pactos militares y los programas de entrenamien- republicanos aportaron u
to le otorgaron el monopolio de los vínculos externos entre los militarçs lati- ternacional. Adoptaron u
noamericanos. mera obligación del gobie
A primera vista, esta penetración quizás parezca similar a las relaciones El secretario de Haciend;
que los soviéticos establecieron con sus satélites de Europa Oriental a partir puso en claro de inmedi¡
de 1945. Sin embargo, éstos lograron que la estructura militar de sus nacio- toda ayuda ultramarina ¿
nes clientes se integrara mucho más en la estructura soviética, mediante una mentales a bajo interés. I¡
vinculación directa de la estructura de mando y los sistemas de comunica- curso para lograr acuerdc
ción, y su intervención en las operaciones cotidianas. Los soviéticos pusieron mundial de productos talc
un cuidado especial en la selección de los candidatos para los puestos cle tes para América Latina.
mando más elevados. Además, se aprovecharon de la ventaja de seguir con- ricanos no deben desalen
tando con grandes contingentes de tropas apostadas en muchos de los satéli- años significaba en gener
tes. Aunque su control sobre éstos tue más penetrante y completo, se aseme- para comprobar los datos
jó al de Estados Unidos sobre América Latina en que ambas superpotencias ultramarina estadouniden
afrontaron poca oposición. gional más grande de est¿
La administración Tiuman también expresó interés en la ayuda técnica pliamente por Canadá y t
y económica a América Latina, como réplica parcial al Plan Marshall, pro- Esta orientación repu
totipo de su ayuda ultramarina. Pero las situaciones resultaron ser muy di- reacción entre sus políticc
Américu Lutina, Estados Unidos y el mundo 395

cana se iclentificara muY ferentes. El Plan Marshall se dirigió a naciones devastadas, pero que seguí-
)ortante, éste ofrecía mu- an poseyendo el ingrediente económico más importante de todos: fuerza de
pudieran haber comPra- trabajo cualificada y experimentada. La inversión en esos países europeos
ernos. I)e este modo, las Francia y Alemania Occidental- podría tener y tuvo una re-
rn tener que luchar Por el
-Inglaterra,
compensa rápida. Estas economías industriales revivieron y estuvieron en
Jna renovación de la es- posición de participar en el rápido crecimiento del comercio mundial que
t en vísperas de su entra- iba a producirse a partir de 1950.
os cle los años cincuenta, El problema económico de América Latina era más fundamental. Había
sxtender y consolidar su una industria relativamente pequeña incluso en los países mayores; existía una
enorme escasez de mano de obra cualificada y de conocimientos técnicos es-
.igio clurante la guerra: la pecializados y a menudo se carecía de infraestructura (carreteras, ferrocarri-
ón (20 millones) Y soPor- les). Los economistas no sabían cómo estimular el desarrollo económico rápi-
Iumerosos latinoamerica- do en esas zonas.
ruso y algo de esta admi- Cualesquiera que fuesen las etiquetas, los economistas y planificadores
países respectivos, que descubrieron pronto que el simple suministro de más capital, en forma de dó-
's
5. El PartidoComunista lares o de bienes de inversión, no era la respuesta. El desarrollo económico
rto en las elecciones pre- era (y es) un proceso complejo que requiere ajustes en todos los niveles so-
s miembros del gabinete ciales. La administración Truman estimuló una visión compasiva del proble-
ron presentes en el Con- ma. En su discurso de toma de posesión en1.949, el presidente propuso (en
'r, Brasil, Chile, Bolivia. su alocución era el
"Punto Cuatro>. nombre que después quedó) un progra-
ma de asistencia técnica coordinado por su gobierno para ayudar a los países
rcnzó a seguir una línea en vías de desarrollo. Era una respuesta parcial a las quejas latinoamericanas
cadena de pactos milita- acerca de que Estados Unidos no tenía en cuenta sus problemas económicos
:ados para movilizar a los y concentraba su atención en Europa.
icialidad militar solía ser Antes de que el Punto Cuatro del programa de Truman tuviera la opor-
:a, Estados Unidos espe- tunidad de ir más lejos, el Partido Demócrata fue expulsado de lA Casa Blan-
nentos para fortalecer su ca por la victoria electoral del general Dwight D. Eisenhower en 1952. Los
)gramas de entrenamien- republicanos aportaron una nueva filosofía, en especial en la economía in-
)s entre los militares lati- ternacional. Adoptaron una firme postura de laissez-faire, con lo que la pri-
mera obligación del gobierno consistía en dejar que operara el mercado libre.
a similar a las relaciones El secretario de Hacienda, el empresario de Cleveland George Humphrey,
Europa Oriental a partir puso en claro de inmediato que esta filosofía de libre empresa eliminaría
ura militar de sus nacio- toda ayuda ultramarina a larga escala, incluso mediante créditos guberna-
r soviética, ¡nediante una mentales a bajo interés. Igualmente se volvió la espalda a las propuestas en
,s sistemas de comunica- curso para lograr acuerdos destinados a cstabilizar los precios del mercado
;. Los soviéticos pusieron mundial de productos tales como el café y el cacao, especialmente importan-
ìtos para los puestos de tes para América Latina. Sobre todo, decían los republicanos, los latinoame-
la ventaja de seguir con- ricanos no deben desalentar la inversión extranjera privada, lo que en esos
, en muchos de los satéli- años significaba en general inversión estadounidense. (Véase la figura 11.1
rte y completo, se aseme- para comprobar los datos sobre el crecimiento y la ubicación de la inversión
ue ambas superpotencias ultramarina estadounidense de posguerra: América Latina atrajo la cuota re-
gional más grande de esta inversión en 1950, aunque sería sobrepasada am-
erés en la ayuda técnica pliamente por Canadá y Europa Occidental en los años ochenta.)
al al Plan Marshall, pro- Esta orientación republicana hacia América Latina provocó una fuerte
:s resultaron ser muy di- reacción entre sus políticos y tecnócratas más jóvenes, reformistas y de men-
796 I'Ißtoria contemporánea de América Lutin.q

este país era relativament(


110
ca inglesa significó poco p
de nacionalismo en Chile
poco efecto permanente.
económico en la región. S
ban en la ley de la ventajz
denunciaron, pero sin mut
Hasta los años treinta.
Ëro
.o
! las decisiones políticas. Ur
o60
! de petróleo. Algunos naci
Roberto Simonsen en Bra
Ëso
c
zación, pues pensaban que
'40
o fuera un hecho. En otras p
de la ley de la ventaja con
330 para pagar la importación
= cidad productiva para sot
como la bancarrota de l.91
Los argumentos en fa'
la política gubernamental
América Latina Canadá Europa Occidental
EuropaOccidental Otros menor, en Argentina. En l

empresas públicas (compe


11.1. Inversiónexteri<lrestadounidense,1950yl985. Fuentes:NewYorkTimes,23de
Brasil, CORFO en Chile,
enero de 19671y Departamento de Comercio estadounidense, U.S. Direct Investment
Abroad, Washington, U.S. Government Printing Office, 1990, cuadro 1.397,p.797.
dida el papel estatal en l¿
doctrina económica libera
Tfas la segunda guer:
te desarrollada. No resultaba casual que América Latina estuviera comen- vuelta a América Latina,
zando a producir sus propios análisis de sus problemas económicos. Este político. También floreció
diagnóstico iba a ayudar a las elites latinoamericanas a definir sus relaciones tos básicos en 1946 y 1947
con el mundo exterior. La rivalidad ideológica se volvía intensa una vez más. economías de la región. S
En los años treinta, la confrontación había opuesto fascismo y corporativis- cuenta, todas se hallaban
mo, vinculados al poder creciente del Eje en Europa, al liberalismo econó- primarios se había vueltc
mico y político, vinculado con Estados Unidos e Inglaterra. Ahora, en la dé- mente. Reaparecieron los
cada de los cincuenta, se trataba del nacionalismo radical y el marxismo el liberalismo económico
contra el neoliberalismo, con una posición intermedia que aquí hemos deno- En los años cincuenta
minado desarrollismo reformista. la Comisión Económica p
de Naciones Unidas cread
damentalmente economis
El impulso nacionalista blemas económicos de la
secretario ejecutivo fue R
El nacionalismo tiene profundas raíces en América Latina. En una primera bía desempeñado un papt
forma contribuyó a la rebelión contra España y Portugal a iomienzos del si- en los años treinta. La C.
glo xlx. Sin embargo, durante el transcurso de este siglo, pocos nacionalistas fuerzo deliberado por dil
se hallaron preparados para resistir las intrusiones económicas extranjeras. Unidos de la sede central
El dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, de Baraguay (1814-1840), fue La CEPAL se convirt
uno de ellos, al igual que sus sucesores de la familia López (1844-1870). Pero relación de América Latir
América Latine, Estqdos Unidos y el mundo 397

este país era relativamente insignificante y su desafío a la potencia económi-


ca inglesa significó poco para el resto del continente. Los brotes ocasionales
de nacionalismo en chile y Argentina antes de que mediara el siglo dejaron
poco efecto permanente. El siglo xrx contempló el triunfo del liberaiismo
económico en la región. Sus estrategias orientadas a la exportación se basa-
ban en la ley de la ventaja comparativa. unas cuantas voces nacionalistas la
denunciaron, pero sin mucho impacto real.
Hasta los años treinta, los nacionalistas no pudieron llegar a la esfera de
las decisiones políticas. uno de sus objetivos fue la exploración y producción
de petróleo. Algunos nacionalistas, como Alejandro Éunge en Argentina y
Roberto Simonsen en Brasil, también sostuvieron con firmeza la industriali-
z,ación, pues pensaban que no lograrían controlar sus economías hasta que no
fuera un hecho. En otras palabras, debían romper con una aplicación ingenua
de la ley de la ventaja comparativa que ros reducía a exporiar bienes básicos
para pagar la importación de productos acabados. Tenían que crear la capa-
cidad productiva para sobrevivir a los desplomes de la economía mundial,
como la bancarrota de 1929.
Los argumentos en favor de la industriarización comenzaron a influir en
la política gubernamental de los años treinta en Brasil y chile y, en un grado
dental Otros menor, en Argentina. En los tres países, el Estado tomó la iniciativa creando
es: New York Tímes,23 de
empresas públicas (compañías estatales de petróleo y acero en Argentina y
se, US. Direct Investmenî Brasil, coRFo en chile, PEMEX en México), que aumentaron en gran me-
, cuadro 1.397 , p. 797 . dida el papel estatal en la economía, un anatema para los que creían en la
doctrina económica liberal.
_Tias
la segunda guerra mundial, el liberalismo económico preparó su
rtina estuviera comen- vuelta a América Latina, debido en parte al resurgimiento del iiberalismo
mas económicos. Este político. También floreció a causa de la fuerte demanda mundial de produc-
r definir sus relaciones tos básicos en 1946y 1947, que hizo aumentar las ganancias en divisal de las
'a
intensa una vez más. economías de la región. Sin embargo, a comienzos de la década de los cin-
rscismo y corporativis- cuenta, todas se hallaban en problemas. La demanda mundial de productos
. al liberalismo econó- primarios se había vuelto caprichosa y sus precios fluctuaban veitiginosa-
tcrra. Ahora, cn la dé- mente. Reaparecieron los partidarios de la industrializaci6n, sostenienão que
'aclical y el marxismo el liberalismo económico no era la solución del futuro latinoamericano.
que aquí hemos deno- En los años cincuenta, se unió al debate una nueva voz latinoamericana:
la comisión Económica para América Latina (cEpAL), organismo regional
de Naciones unidas creado en 1948. Iba a ser una secretaría de técnicoi, fun-
damentalmente economistas, que analtzarían de forma sistemática los pro- ì
blemas económicos de la región latinoamericana y sus países concretos. su
secretario ejecutivo fue Raúl Prebisch, dotado economista argentino que ha-
rtina. En una primera bía_desempeñado un papél cfave én la creación del banco central de su país \
lal a iomienzos del si- en los años treinta. La GEPAL se emplazó en santiago de chile, un
lo, pocos nacionalistas rueyzo deliberado por distanciarse de la atmósfera clominada por"nEstados "r- I)
onómicas extranjeras. Unidos de la sede central de la OEA en Washington D.C.
guay (1814-1840), fue La GEPAL se convirtió en una participante dinámica en el análisis de la
pez (1844-1870). Pero relación de América Latina con la economía mundial. uno <Je sus logros más
-198 Historis contemporánea cle América Latinu

importantes fue formar una generación de economistas latinoamericanos que marxistas que no pertenec
aprendieron, durante el tiempo pasado en ella, a consiclerar los problemas de moso e intluyente fue José
sus países desde una perspectiva continental. También conocieron a sus ho- excepción. Fueron los par
mólogos de otras naciones y pudieron comparar notas sobre los problemas y tern en los años veinte y tr
las posibilidades de la planificación de la política económica. En esencia, saje marxista. A comienzo
la GEPAL ayudó a producir una mentalidad latinoamericana en el análisis tigio que se había despren,
económico. insignificante en las eleccir
Sería engañoso concluir que la CEPAL tenía un solo mensaje. Tuvo mu- tre las organizaciones estu
cho cuidado en limitar sus publicaciones ¿r análisis técnicos sobre tendencias tó su identificación con el
económicas pasadas, junto con la discusión de las opciones políticas actuales Su análisis marxista er
y las proyecciones de los efectos de elecciones políticas apropiadas. A pesar económico. Los partidos dr
de la selección de temas y la dirección del análisis, mostraba la fuerte in- instrucciones de Moscú. Pc
fluencia de Prebisch y sus discípulos. nea del partido. Sin embal
La tesis de Prebisch-cEPAl, como acabó conociéndose, era que la eco- sentimientos de un nacion¿
nomía mundial desde 1880 había funcionado de forma sistemática en detri- res. Los sentimientos naci
mento de los países que se basaban en la importación de productos prima- contra el que los partidos <

rios. Se sostenía que los precios de los artículos acabados subían con más y muchos marxistas trataro
rapidez que los de los primarios, por lo que los países en vías de desarrollo tiimperialista (que significi
se veían en una posición que se deterioraba paulatinamente frente a los paí- el pensamiento marxista e:
ses industriales. ¿cuál era la salida a este dilema? primero, adoptar acuerdos rante los años cuarenta y r

internacionales para proteger a los exportadores de productos primarios de muy estrecha con una red
las enormes fluctuaciones del precio de mercado. Segundo, los países en vías En los años cincuenta
de desarrollo más grandes debían industrializarse. me para el argumento ant
Estas conclusiones nunca se establecieron claramente en los documentos Estados Unidos se opuso ,

de la cEPAL, que debían mantenerse como estudios técnicos producidos por cobo- Arbenz en Guatemal
una sección de la burocracia de la oNU. Pero eran las implicaciones inequí- eo 1954 impuso como pres
vocas y recibieron un amplio reconocimiento como tales. to revocó la expropiación
Estos argumentos provocaron respuestas ferocês, tanto en América Lati- debido, un pacto de defen
na como en Estados unidos. Irritaron a la administración Eisenhower (1953- ticos, por su parte, sólo pe
1961), que consideró al organismo una colmena de pensamiento estatistâ de- similar eL1953, que derror
lusorio al promover políticas que podían afectar a la empresa privada. De queza, Estados Unidos se
hecho, el análisis Prebisch-cEPAl proporcionó munición a los políticos cen- El Departamento de I
tristas como vargas, Kubitschek, Frondizi y Frei. Sobre todo, la cEpAL otor- tantes latinoamericanos er
gó a los latinoamericanos de mente reformista la confianza para moldear sus continuaba dominando la
estrategias de desarrollo propias, sabienclo que podían contár con un recurso existencia de un coro de v
intelectual que era auténticamente latinoamericano. nacionales sobre los prodt
En otras palabras, la GEPAL ofreció un hito a América Latina en la in- Américas y mayor acceso
vestigación de gí,¡¡-!sma. Era un paso importante, ya que hacía mucho tiem- José Figueres de Costa Ri
po que sus analistas y políticos se habían senticlo en desventaja al enfrentar- Frei de Chile instaron a E
se a los economistas, banqueros y empresarios del munclo industrial. y la reforma social. Había
La otra fuerza intelectual importante que ganó un nuevo vigor en los dores, sostenía Figueres, c,
años cincuenta fue el marxismo, Para entencler su poder en América Latina, mo que surgió en Guaten
ha de observarse de cerca la historia de los partidos comunistas, ya que fue- nuto para la medianoche'
ron los principales canales del pensamiento marxista, al menos haita l,os años teatral.
sesenta. No deja de ser cierto que hubo unos cuantos pensadores y políticos Estas peticiones cayerr
América Latina, Estados Unidos y el mundo 399

latinoamericanos que marxistas que no pertenecieron al partido comunista, de los cuales el más fa-
:rar los problemas de moso e influyente fue José Carlos Mariátegui, de Perú. Pero constituyeron la
conocieron a sus ho- excepción. Fueron los partidos comunistas ortocloxos, afiliados a la Comin-
obre los problemas y tern en los años veinte y treinta, los que más se dedicaron a extender el men-
rnómica. En esencia, saje marxista. A comienzos de los añcls cincuenta, ya habían perdido el pres-
:ricana en el análisis tigio que se había desprendido del Ejército Rojo en 1945. Fueron una fuerza
insignificante en las clecciones, excepto en Chile. Tirvieron alguna fuerza en-
o mensaje. Ti¡vo mu- tre las organizaciones estudiantiles y los sindicatos, pero en general les afec-
cos sobre tendencias tó su identificación con el estalinismo.
nes políticas actuales Su análisis marxista era una forma relativamente tosca de determinismo
apropiadas. A pesar económico. Los partidos de cada país explicaban su aplicación concreta según
ostraba la fuerte in- instrucciones de Moscú. Pocos latinoamericanos aceptaron por completo la lí-
nea del partido. Sin embargo. cuando los comunistas pasaron a encauzar los
dose, era que la eco- sentimientos de un nacionalismo económico, pudieron movilizar más seguido-
sistemática en detri- res. Los sentimientos nacionalistas se solían dirigir contra Estados Unidos,
cle productos prima- contra el que los partidos comunistas concentraban su fuego. Los comunistas
rdos subían con más y muchos marxistas tratâron de desarrollar una postura política claramente an-
:n vías de desarrollo tiimperialista (que significaba, sobre todo, antiestadounidense). Sin embargo,
ante frente a los paí- el pensamiento marxista estaba relativamente aislado en América Latina du-
ro, adoptar acuerdos rante los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, identificado de forma
rductos primarios de muy estrecha con una red de partidos comunistas bajo la disciplina soviética.
clo, los países en vías En los años cincuenta se dio una crisis que proporcionó una prueba fir-
me para el argumento antiimperialista. Como se describió en el capítulo 10,
e en los documentos Estados Unidos se opuso con fuerza al programa reformista del coronel Ja-
nicos producidos por cobo,Arbenz en (iuatemala.La invasión de exiliados organizada por la CIA
mplicaciones inequí- e¡ 1954 impuso como presidente a Carlos Castillo Armas, quien de inmedia-
i. to revocó la expropiación de las tierras.de la United Fruit y firmó, como era
rto en América Lati- debido, un pacto de defensa mutua con Estados Unidos en 1955. Los sovié-
n Eisenhower (1953- ticos, por su parte, sólo permanecieron vigilantes. En Irán se logró un golpe
rmiento estatistâ de- similar err- I q53, que derrocó a l-r,lossedegh y repuso a! lþ. Con su poder y ri-
mpresa privada. De queza, Estados Unidos se abría paso a escala global.
n a los políticos cen- El Departamento de Estado podía contar con una falange sólida de vo-
rdo,la CEPAL otor- tantes latinoamericanos en Naciones Unidas. El dogma de la libre empresa
va para moldear sus continuaba dominando la política hemisférica estadounidense, a pesar de la
)ntar con un recurso existencia de un coro de voces latinoamericanas que pedían acuerdos inter-
nacionales sobre los productos, un banco de desarrollo multilateral para las
rica Latina en la in- Américas y mayor acceso a la tecnología. Los reformistas demócratas como
: hacía mucho tiem- José Figueres de Costa Rica, Rómulo Betancourt. de Venezuela y Eduardo
rentaja al enfrentar- Frei de Chile instaron a Estados Unidos para que fomentara la democracia
o industrial. y la reforma social. Había favorecido con demasiada frecuencia a los dicta-
nuevo vigor en los dores, sostenía Figueres, con lo que alimentó el tipo de izquierdismo extre-
en América Latina, mo que surgió en Guatemala. Se estaba acabando el tiempo: ofalta un mi-
tunistas, ya que fue- nuto para la medianoche>, como le gustaba anunciar a Figueres de forma
nenos hasta los años teatral.
nsadores y políticos Estas peticiones cayeron en oídos sordos en el Washington de Eisenho-
400 Historia contemporánea de América Latina

wer, hasta que el vicepresidente Richard Nixon viajó a América Latina en ticipación. El fracaso hizo ¿
1958. El motivo era fundamentalmente ritual: asistir a la toma de posesión forma espectacular que Estr
del presidente Arturo Frondizi de Argentina, con paradas en otros siete paí- te para la seguridad cuban
ses suramericanos. Su pasado como virulento anticomunista, al que se había oposición interna.
dado mucha publicidad, le convirtió en blanco natural de los estudiantes iz- La invasión fallida tamb
quierdistas latinoamericanos. A pesar de las advertencias repetidas de su per- el hemisferio. El temor tar
sonal de seguridacl, Nixon insistió en hacer sus apariciones públicas. En todas en las Américas parecía se
partes hubo manifestaciones, pero fueron especialmente desagradables en puestos a abastecer a los cr
Lima y Caracas. En una ocasión los agentes del servicio secreto habían lle- latinoamericanos podrían er
gado a desenfundar sus pistolas contra una plebe que atacaba el vehículo de cateó a los responsables pol
Nixon, cuando el conductor logró sacar de allí al vapuleado vicepresidente. programa latinoamericano.
Los hechos alcanzaron una publicidad mundial y Washington se preocupó La nueva política, segúr
por las causas posibles de ese sentimiento antiestadounidense. La primera re- El primero era un importan
visión importante de su política hacia América Latina comenzó a aparecer en trocinado de forma multila
1959, cuando el gobierno dejó de oponerse a la creación de un Banco de De- Iba a implicar tanto crecir
sarrollo Interamericano. También se hicieron planes para extender la ayuda llevado a la práctica por los
bilateral. Pero los acontecimientos del Caribe dieron alcance rápido a este ricana tendría que enviar u
modesto cambio en el pensamiento oficial. nueve <hombres sabiosn, ec
dense prometió proporcionr
diez años. También prometi
La alternativa revolucionaria inversores privados de Estar
jo de capital hacia América
Durante su guerra de guerrillas contra el dictador Batista. Fidel Castro se ha- ca con una efusión de publ
bía presentado como un reformista demócrata que luchaba contra la tiranía Blanca para el cuerpo diplo
para restaurar la democracia representativa. Sin embargo, una vez en La Ha- La administración Eiser
bana, se deslizó firmemente hacia la izquierda. Sabía que cualquier amenaza este nuevo programa. No ot
a la inversión estadounidense a su hegemonía política- en Cuba provo- ma social y la disposición a
caría la intervención de Estados-o Unidos. A comienzos de 1959, Fidel hizo hubiera sido difícil para un
proposiciones a los soviéticos; a finales de año, Cuba ya recibía ayuda eco- gobierno estadounidense ad
nómica de Moscú. Pasado un año más, había completado un cambio casi to- y por los reformistas demóc
tal en las relaciones comerciales: de una dependencia comercial aplastante de de muchos de sus detractort
Estados Unidos a una dependencia comercial aplastante de la Unión Sovié- razgo de una revolución soc
tica. La ayuda militar soviética también había comenzado a derramarse en el El segundo aspecto obt
país. Resultaba evidente que los soviéticos estaban dispuestos a hacer una ma intensificado de. contrai
apuesta mucho mayor de lo que nunca habían contemplado en Guatemala en unidense ayudaría a Amér
t954. guerrilleros. Los responsabk
Entonces se inició la reacción estadounidense prevista por Fidel. El in- desarrollo económico y el r
tento de desembarco en Bahía de Cochinos a comienzos de 1961 podría ha- metido, razonaban, podía el
ber resultado si el presidente John F. Kennedy hubiera ordenado que la ma- El ejército y la policía conv
rina estadounidense proporcionara cobertura aérea, pero rehusó hacerlo. El necesitaban nuevos méto<Ior
dilema era muy pronunciado debido a que la administración Kennedy labo- en su lograda campaña anti
raba frenéticamente para producir una política latinoamericana nueva y más kennediana se aplicó ahora
instructiva, pertos en contrainsurgencia.
Estados Unidos se vio humillado: primero por el fracaso de la invasión dijo que el entrenamiento <

anticastrista, segundo por la torpe cobertura utilizada para esconder su par- una de sus principales tarea
América Latina, Estados Unidos y el munclo 401

iajó a América Latina en ticipación. El fracaso hizo a Fidel más fuerte que npnca. Había probado de
tir a la toma de Posesión forma espectacular que Estados unidos representaúa una amenaza constan-
raradas en otros siete paí- te para la seguridad cubana. Ahora podía aplicar duras medidas contra la
omunista, al que se había oposición interna.
ural de los cstudiantes iz- La invasión fallida también confirmó la entra<Ja de otra superpotencia en
:ncias repetidas de su per- el hemisferio. El temor tanto tiempo discutido de la penetràción soviética
iciones públicas. En todas en las Américas parecía ser ahora un hecho. si los sóviéticos estaban dis-
lmente desagradables en puestos a abastecer a los cubanos,
¿cuántos otros movimientos guerrilleros
:rvicio secreto habían lle- latinoamericanos podrían esperar el mismo respaldo? Esa preocupación aci-
ue atacaba el vehículo de cateó a los responsables políticos de Kennedy para apresurå.se a fòrmular
su
/apuleado vicepresidente. programa latinoamericano.
Washington se preocupó
runidense. La primera re-
_ La nueva política, según se anunció en 1961, tenía dos aspectos distintos.
El primero era un importante programa de desarrollo económico y social pa-
ra comenzó a aparecer en trocinado de forma multilateral, bautizado como Alian za para prog.óro.
Lción de un Banco de De- "i y sería
Iba a implicar tanto crecimiento económico como reforma social
s para extender la ayuda llevado a la práctica por los gobiernos democráticos. cada nación latinoame-
on alcance rápido a este ricana tendría que enviar un plan de desarrollo detallado a un consejo de
nueve <hombres sabios>, economistas y tecnócratas. El gobierno estadouni-
dense prometió proporcionar fondos, más de 20.000 mill,ones de dólares
en
diez años. También prometió impulsar a las entidades multilaterales y a los
ìrla inversores privados de Estados unidos y Europa para que aumentaran el
flu-
jo de capital hacia América Latina. Estados úniàos laizó esta nueva políti- Þt
ltl
atista. Fidel Castro se ha- ca con una efusión de publicidad que incluyó una cena de gala en la casa
luchaba contra la tiranía Blanca para el cuerpo diplomático latinoamericano.
rargo, una vez en La Ha- La administración Eisenhower había establecido muchas de las bases de
'lì
a que cualquier amenaza este nuevo programa. No obstante, la teatral adhesión a la causa de la refor-
olítica- en Cuba provo- ma social y la disposición a ejercer presión para conseguir fondos públicos
nzos de 1959, Fidel hizo hubiera sido difícil para una administración republicanã. gn la práctica,
el
ba ya recibía ayuda eco- gobierno estadounidense adoptaba ahora la lógica expresa<1a por la cEpAL
etado un cambio casi to- y por los reformistas demócratas como Figueres y Beiancourt. para sorpresa
r comercial aplastante de de muchos de sus detractores, el gobiernoestadounidense reclamaba eilide_
tante de la Unión Sovié- razgo de una revolución social pacífica en América Latina.
lzado a derramarse en el El segundo aspecto obtuvo menor publicidad. Se trataba cle un progra-
dispuestos a hacer una ma intensificado de contrainsurgencia ¡nediante el cual el gobierno estado_
nplado en Guatemala en unidense ayudaría a América Latina a combatir contra Ios movimientos
guerrilleros. Los responsables políticos de Kennedy no apostaban sólo por
rrevista por Fi<Jel. el
El in- desarrollo económico y el cambio social. Hasta el refoimista más compro-
,nzos de 1961 podría ha- metido, razonaban, podía enredarse con una guerrilla rival bien organizãda.
:ra ordenado que la ma- El ejército y la policía convencionales no podían ocuparse de ello solos. Se
pero rehusó hacerlo. El necesitaban nuevos métodos, como los que habían perieccionado los ingleses
istración Kennedy labo- en su lograda campaña antiguerrillera en Malaya. De este modo, la mística
ramericana nueva y más kennediana se aplicó ahora a la creación de nuevos cuerpos de elite de ex-
pertos en contrainsurgencia. Se les otorgó una boina verde distintiva y
:l se les
fracaso de la invasión dijo que el entrenamiento de fuerzas semejantes en el rercer Mundo sería
la para esconder su par- una de sus principales ta¡eas.
402 Historia contemporánea de América Latino

Como parte de su esfuerzo por proteger a los gobiernos favorecidos, Es- caron la hegemonía militi
tados Unidos aumentó sus programas de aprovisionamiento y entrenamien- con la excepción de Cuba.
to militar. Se claba la mayor importancia a la modernización del ejército para En segundo lugar, Es
hacerlo capaz de la acción rápida y coordinada necesaria para combatir a las menos mediante inva
guerrillas bien entrenadas. 'Iambién se añadió un nuevo elemento: el entre-
-al
ta de América>. Fidel sabí
namiento y equipamiento de las fuerzas de policía para controlar los distur- cialismo en su país y expo
bios urbanos y el sabotaje, y mejorar sus técnicas de interrogatorio y archivo. taba una gran fuerza de se;
Esta actividad se albergó en la U.S. Agency for International Development patrocinadas por los exilia
(USAID; Departamento Estadounidense para el Desarrollo Internacional) ran de la isla.
con la eufemista etiqueta de oseguridad pública>. Castro se hallaba en t
La teoría que subyacía en esta política de dos vertientes era que a Esta- cluidos dinero, material y r
dos Unidos le interesaba identificar y respaldar a los dirigentes firmemente gares de América Latina. (
reformistas, proporcionándoles ayuda económica para lograr el crecimiento y la revolución. Un primer
al mismo tiempo ofreciéndoles los medios de vencer a los rivales armados in- mulo Betancourt era el pr
ternos que pudieran contar con ayuda soviética o más probablemente cuba- administración Kennedy p;
na. Estados Unidos apostaba ahora por los reformistas anticomunistas para bierno venezolano anunció
dirigir la marea histórica latinoamericana y producir naciones más prósperas, mas a Venezuela y pidió a
más igualitarias y por ello más fuertes, con intereses compatibles con los su- iban destinadas a las guerr
yos. Se detendría la penetración soviética, se conservaría la esfera de in- ticas que Washington habí
fluencia estadounidense y todo el continente sería mucho más rico. te. La OEA apoyó debidar
La,\lianza para el Progreso nació para la aclamación pública. El encan- pidió a las naciones miemb
to la elocuencia del nuevo presidente, que contrastaba abruptamente con la
y suspender todos los víncul<
imagen empresarial de Eisenhower, excitó Ia imaginación de los latinoameri- nación desterrada del hem
canos. Los liberales estadounidenses y europeos se sentían conmovidos, al ron, menos México, que tc
igual que los que habían criticado la política estadounidense durante mucho muerto entre Cuba y Estar
tiempo por haberse alineado siempre con los dictadores. primera como atracción tu
Luego Cuba ganó fama de nuevo. La CIA, en apariencia con aprobación Se había establecido el
de la Casa Blanca (o al menos de Robert Kennedy), intentó varios complots ,¡ el hemisferio. Respaldado
para asesinar a Castro, pero todos fracasaron. Mientras tanto, Fidel fortale- | mayor per cápita que el otr
ció su dominio del país y consideró extender la revolución a otras partes de I gímenes clientes latinoame
América Latina. frentes. Uno era la difícil
Los soviéticos se envalentonaron por la debilidad estadounidense en Ba- más complicado de lo que
hía de Cochinos y decidieron actuar. Durante 1962, inundaron Cuba de equi- en 1960. El segundo era e
pamiento militar que incluía misiles, difícilmente un arma defensiva, ya que mejor lo ejemplificó fue C
estaban demasiado cerca y eran detectados por el sistema de alarma esta- igual que pasaba en la isla,
dounidense. Estados Unidos consiguió que la OEA aprobara un bloqueo t conseguirlo.
contra todos los barcos que transportaran armas ofensivas a Cuba. Se siguió I Los castristas no fueror
un alarmante enfrentamiento y los soviéticos acabaron accediendo a retirar rica Latina durante los año:
los misiles. siempre y cuando Estados Unidos prometiera levantar el bloqueo viética mediante la revoluc
y diera seguridades de no invadir Cuba en el futuro. en el hemisferio, la divisiór
La ,.crisis de los misiles> de octubre de 1962 tuvo grandes implicaciones a la izquierda revolucional
en las relaciones de América Latina con Estados Unidos y el mundo. En quierda latinoamericana h¿
primer lugar, se había forzado a los soviéticos, mediante la amenaza de un nacionales, casi todos bajo
ataque directo estadounidense a sus instalaciones cubanas, a desistir de la los años cincuenta, la divisi
ventaja estratégica que trataban de lograr a hurtadillas. En la práctica, ratifi- des para los revolucionari
Í,

América Latina, Estados Unidos y el mundo


I

403 I

nos favorecidos, Es- caron la hegemonía militar estratégica estadounidense en América Latina,
)nto Y entrenamien- con la excepción de Cuba.
ión del ejército Para En segundo lugar, Estados unidos había prometido no entrometerse
para combatir a las menos mediante invasión directa- en <el primer experimento socialis-
elemento: el entre- -al
ta de América>. Fidel sabía ahora que podía concentrarsqen construir el so-
controlar los distur- cialismo en su país y exportar la revolución ar exterior. Sin embargo, necesi-
'rogatorio y archivo. taba una gran fuerza de seguridad para guardarse de la cIA y las iãcursiones
tional Development patrocinadas por los exiliados, así como para impedir que los cubanos huye-
rollo Internacional) ran de la isla.
castro se hallaba en una buena posición para aumentar el apoyo
ltes era que a Esta- cluidos dinero, material y entrenamiento- a los revolucionarios de otros -in-
lu-
'igentes firmemente gares de América Latina. cuba se convirtió en una plataforma para exportar
irar el crecimiento y la revolución. un primer objetivo fue venezuela, donde el piesidenæ Ró-
, rivales armados in- mulo Betancourt era el prototipo del reformista demócrata que buscaba la
robablemente cuba- administración Kennedy para América Latina. En noviembre àe 1963, el go-
¡nticomunistas para bierno venezolano anunció su descubrimiento de que cuba había enviado ar-
ones más prósperas, r_nas a venezuela y pidió a la oEA que actuara. Acusaba de que las
armas
rpatibles con los su- iban destinadas a las guerrillas, precisamente el tipo de fuerzas àntidemocrá-
ría la esfera de in- ticas que washingtort åabía dicho que justificarían su ayuda contrainsurgen-
r más rico. t9' La oEA apoyó debidamente la acusación venezolana y, en julio de {964,
r pública. El encan- pidió a las naciones miembros romper todo contacto diplomátiio con cuba y
rbruptamente con la suspender todos los vínculos comerciales y de transporte. cuba iba a ser una
r de los latinoameri- nación desterrada del hemisferio. Todos los miembros de la oEA lo acata-
tían conmovidos. al ron' menos México, que tenía razones para querer que continuara el punto
:nse durante mucho muerto entre cuba y Estados unidos, pues había reemplazado en parie a la
primera como atracción turística y abastecedor de azúcar.
rcia con aprobación se había establecido el modelo para el papel que desempeñaría cuba en
ntó varios complots ,1 el hemisferio. Respaldado por un extraordinario subsidio soviético
tanto, Fidel fortale- | mayor per cápita que el otorgado por Estados unidos a cualquiera de -mucho
sus re-
in a otras partes dei gímenes clientes latinoamericanos-, el régimen de castro se aplicó en dos
frentes. uno era la difícil tarea de construir el socialismo en iuba, mucho
ldounidense en Ba- más complicado de lo que la rnayoría de los revolucionarios habían previsto
laron Cuba de equi- en 1960. El segundo era el fomento de la revolución en el exterior. euien
a defensiva, ya que mejor lo ejemplificó fue che Guevara, que pronto se dio cuenta de que, al
ma de alarma esta- igual que pasaba en la isla, era más fácil hablar de arentar la revolución que
robara un bloqueo conseguirlo.
rs a Cuba. Se siguió Los castristas no fueron los únicos que llamaron a la revolución en Amé-
rccediendo a retirar rica Latina durante los años sesenta. Del mismo modo que la penetración so-
levantar el bloqueo viética mediante la revolución cubana desafió la hegemonía èstadounidense
en el hemisferio, la división chino-soviética del mundo comunista fragmentó
rndes implicaciones a la izquierda revolucionaria. Durante los años cuarenta y cincuenta, la iz-
os y el mundo. En quierda latinoamericana había estado dominada por los partidos comunistas
: la amenaza de un nacionales, casi todos bajo la dirección de Moscú. Sin embargo, a finales de
las, a desistir de la
,

los años cincuenta, la división entre pekín y Moscú creó nuevas oportunida-
.n la práctica, ratifi- des para los revolucionarios latinoamericanos. Los maoístas inipiraron a i
.
404 Historia contemporónea de América Latina A

quienes hacía mucho que se sentían defraudados por los burocratizados par- importancia siempre se vio
tidos comunistas ortod-oxos. Ansiaban la revolución ahora, no en un tiempo dos del cielo.
clistante, cuando las .condiciones objetivas> fueran favorables. En los años En Perú, el presidente I
sesentâ surgieron revolucionarios ile esta tendencia en todos los países ma- reformista demócrata y apo
yores. De fórma casi invariable, encontraron un final sangriento' diante la apertura de la Am
litares nacionalistas y tamb:
Fue depuesto por un golpe
Los reformistas demócratas y la Alianza para el Progreso Alvarado, cuyo régimen mil
dical que cualquiera de las c
Los forjadores de la Alianza para el Progreso confiaron en una combinación reemplazado por un régime
improbäble de factores favorables: gobiernos electos que fomentarían el mitió la celebración de nue'
crecimiento económico al tiempo que lograban la reforma social, Si América de hacía mucho tiempo en I
Latina tenía todos los problemas que sus analistas describían con tanta fre- Pero las dificultades econór
cuencia, ¿cómo podían ãe repente los políticos producir el consenso necesario mista.
para llevãr u estos programas tan ambiciosos? ¿;Por qué iban a apoyarlos Colombia fue otro país
"ubo
ios ricos y privilegiados? ¿Podía lograrse el crecimiento económico si las re- sieron grandes esperanzas. I

formas sociales dél gobierno amenazaban a los productores establecidos? margo, era un elocuente y :
En otro lugar hemos visto el clestino de los reformistas demócratas de de una importante familia
Chile, Brasil, Àrgentina y Perú. En Chile, Frei (1964-1970) se quedó muy le- cratas preparó los detallac
jos de sus objetivos en ámbitos clave como la reforma agratia y la redistri- Alianza para el Progreso. (
tución. Luegb el poder pasó a un reformista más radical, Salvador Allende dounidense y los organismo
(1,g70-I9ß): bajo quien la política se polarizó de forma muy peligrosa y la tadounidenses pronto califi,
economía escapó del control, debido en parte a la guerra económica de Es- demócrata. Desafortunadal
tados Unidos contra Chile. El reformismo que Allende seguía siendo que eI gobierno colombian,
-del
representante- había fracasado estrepitosamente. El régimen militar repre- como la redistribución de l¿
sivo que siguió a partir de 1973 fue en parte lo que la Alianza para el Pro- en ciernes, muy poco de él
greso debía haber evitado. bolas que se multiplicaban
En Brasil, Jânio Quadros (1961) pareció al principio ser el dinámico re- diados de los años sesenta,
formista muy votado que necesitaba el país. Pero renunció tras sólo siete me- mordial de las críticas del
ses en el caigo, con lo que inició tres años de crisis política que culminaron J. William Fulbright, que en
en un golpe contra su ineficiente sucesor, João Goulart (1961-1964). Los go- za cumplidos en ese país "e
biernoi dòminados por los militares a partir de 1964 hicieron hincapié en el ;:7Los acontecimientos dt
crecimiento económico, pero se ocuparon poco de la reforma social. El re- brutal las contradicciones d
sultado fue el aumento de la desigualdad social, combinado con un aleja- de Rafael Tiujillo, uno de l,
miento constante en los años sesenta de las elecciones directas, camino que mino para unas elecciones I
los artífices de la Alianza pafa el Progreso debían haber pensado que consti- formista popular cuyas idei
tuiría una invitación a las dificultades. para el Progreso. A pesar dr
En Argentina, la mayor esperanza de los reformistas demócratas fue el pe militar en 1_963. Otra rev
gobierno cle Arturo Frondizi (1958-1962), pero pronto fue puesto en peligro ministración de Lyndon Jo
þor ru impopular progiama antiinflacionario y cayó víctima de la antigua castrista, lo que sería un dt
confrontaóión entre peronistas y militares. Ninguno de los gobiernos que si- su posición en la opinión i
guieron se aproximaron al modelo hipotético de la Alianza para el Progreso. sus consejeros y luego envi,
- Venezuela, uno de los pocos países que mantuvieron un gobierno civil ahora regido por un gobier
continuo, era un lugar privilegiado para la política reformista patrocinada por ra fría.
Estados Unidos. No obstante, produjo una reforma social insignificante y su En 1966 fue elegido pr
América Latina, Estqdos Unidos y el mundo 405

)urocratizados par- importancia siempre se vio comprometida por sus ingresos petroleros llovi-
1. no en un tiempo dos del cielo.
:ables. En los años En Perú, el presidente Fernando Belaúnde Terry (1963-196g) parecía un
rdos los países ma- reformista demócrata y apostó por el desarrollo económico, sobre todo me-
lriento. diante la apertura de la Amazonia peruana. pero no pudo controlar a los mi-
litares nacionalistas y también se topó con severas dificultades económicas.
Fue depuesto por un golpe militar Ëncabezado por el general Juan velasco
r el Progreso Alvarado, cuyo régimen militar puso en práctica una reforma agraria más ra-
dical que cualquiera de las contempladas por Belaúnde. A su vez, velasco fue
n una combinación reemplazado por un régimen militar más a favor del sector privado, que per-
ue fomentarían el mitió la celebración de nuevas elecciones en 19g0, y Belaúnde, exiliado àes-
social. Si América de hacía mucho tiempo en Estados unidos, fue reelàgido para la presidencia.
bían con tanta fre- Pero las dificultades económicas se amontonaron cõntra su gobierno refor-
consenso necesario mista.
ré iban a apoyarlos colombia fue otro país en el que tos planificadores estadounidenses pu-
conómico si las re- sieron grandes esperanzas. El presidente de l95g a 1962, Alberto Lleras Òa-
s establecidos? margo, era un elocuente y atractivo político del partido Liberal, procedente
,tas demócratas de de una importante familia colombiana. Su cuadro de economistas y tecnó-
) se quedó muy le- cratas preparó los detallados planes económicos y sociales que pedía la
¡raria y la redistri- Alianza para el Progreso. obtuvieron grandes présiamos del góbierno esta-
, Salvador Allende dounidense y los organismos multilaterales, y los entusiastas obiervadores es-
muy peligrosa y la tadounidenses pronto calificaron a ese país de (escaparate> del reformismo
económica de Es- demócrata. Desafortunadamente, las esperanzas resultaron prematuras, ya
:nde seguía siendo que el gobierno colombiano logró una escasa reforma en ámbitos cruciales
men militar repre- como la redistribución de la tierra, Aunque el crecimiento económico estaba
Iianza para el Pro- en_ciernes, muy poco de él benefició al sector rural de los poblados de cha-
bolas que se multiplicaban como hongos arrededor de las ciudades. A me-
;er el dinámico re- diados de los años sesenta, colombia se había convertido en un ejemplo pri-
tras sólo siete me- mordial de las críticas del congreso estadounidense, como las del senaäor
la que culminaron J. william Fulbright, que encontraba muy pocos de los objetivos de la Alian-
961-1964). Los go- za cumplidos en ese país
ron hincapié en el "escaparate>.
rrma social. El re- -7L91acontecimientos de la República Dominicana expusieron de modo
brutal las contradicciones de la política estadounidense. Ei asesinato en 1961
ado con un aleja- de Rafael Tiujillo, uno de los dictadores caribeños más famosos, abrió el ca-
'cctas, camino que
mino para unas elecciones presidenciales libres, ganaclas por Juan Bo-s.ch, re-
lnsado que consti- formista popular cuyas ideas se adecuaban sin duda al molde de la Alianza
para el Progreso. A pesar del apoyo estadounidense, fue depuesto por un gol-
demócratas fue el pe militar en 1,963. otra revuelta armada en 1965 desató los temorês en la ad-
puesto en peligro
ministración de Lyndon Johnson de que surgiera un régimen semejante al
ima de la antigua castrista, lo que sería un desastre tanto para su política éxterior, como para
, gobiernos que si-
su posición en la opinión interna estadounidense. Johnson escuchó a tòdos
r para el Progreso.
sus consejeros y luego envió 20.000 soldados. Se les unieron tropas de Brasil,
un gobierno civil ahora regido por un gobierno militar ansioso por mostrar su .eio en la guer-
ta patrocinada por
ra fría.
insignificante y su
En 1966 fue elegido presidente otro civil, Joaquín Balaguer, y las tropas
406 Historia contemporitnea de América Latina

estadounidenses y brasileñas se marcharon. Pero Estados Unidos había sus- clo fue posible, su acceso a
citado resentimiento en gran parte de América Latina por la manera tan como el Fondcl Monetario I
dura con la que la administración Johnson había demandado (y apenas había sarrollo Interamericano. Al
conseguido) la bendición de la OEA para su intervención. No es que se hu- CIA desarrollar y poner cn
biera vuelto a los años veinte, pero tampoco se estaba en la nueva era relu- chileno. Se gastaron al men
ciente que John Kennedy había soñado en 1961. opositora chilena (en especi
En 1970 resultaba evidente que la Alianza para el Progreso había fraca- pos de oposición, incluidos
sado. Las expectativas habían sido demasiado elevadas teniendo en cuenta economía del país en l9l2-l
las realidades políticas de la década. Además, la meta de fomentar la demo- blemas que afrontaba Aller
cracia chocó de inmediato con la de impedir más Cubas. En Brasil, por ejem- que tuviera una importancii
plo, Estados Unidos se convenció de que el presidente João Goulart clirigía a y altas quienes se levantaror
su país hacia la izquierda de forma peligrosa y de inmediato apoyó a la cons- sitaban lecciones de Estadc
piración de civiles y militares cuando lo depuso. A finales de la década, el mentó la sensación de asedi
régimen militar se había unido a las filas de los muy represivos con escasas oposición para que creyera
pretensiones de reforma social; no obstante, continuó siendo el mayor bene- De este periodo, no car
ficiario de la ayuda estadounidense. otorgó a las actividades ocu
En Argentina, entre 1963 y 1966, Estados Unidos se encontró tratando recogida por un comité esp
con el ineficaz gobierno civil de lllia, a quien sucedió el régimen represivo riodísticas que siguieron cc
del general Onganía. Pero aquí también un general tenía sus atractivos para venir del modo que hacía 1

Washington, al igual que sus sucesores militares, porque aplastaban el cre- canos. Esta misma tendenci
ciente movimiento guerrillero. el presidente Ronald Reaga
La ideología de la Alianza para el Progreso fue establecida por John constante campaña de oper
F. Kennedy y los el presidente Lyn-
"nuevos hombres de la frontera>, aunque
don B. Johnson prometió continuar las medidas básicas cuando tomó pose-
sión del cargo en noviembre de 1963. La elección de Richard Nixon en 1968 Desar
produjo un cambio en la política. Aunque mantuvo un compromiso retórico
con la democracia y la reforma social, en esencia Nixon y sus consejeros es- En 1960 Eulopa Occidenta
taban a favor del retorno a la postura republicana más conservadora de portantes inversores y corr
dejar el desarrollo económico fundamentalmente al sector privado. Su admi- compañías multinacionales.
nistración también aumentó la ayuda militar, según el consejo del goberna- legraph (ITT), Philips y Ro'
dor Nelson Rockefeller, cuya misión presidencial en 1969 a América Latina país. Su base de operacione
señaló de forma significativa que <un nuevo tipo de militar está destacando ner un país a otro sólo a la
y convirtiéndose con frecuencia en una fuerza importante para la acción so- presas filiales. Las multina
cial constructiva en las repúblicas latinoamericanasr. Las implicaciones re- gran tecnología. En algunol
sultaban obvias. mática, a los países no les r
Nixon fue el primer presidente estadounidense que tuvo que tratar con Según pasó el tiempo. r
un jefe de Estado marxista electo en América Latina. La victoria de Salva- tegia efectiva para solucion
dor Allende en 1970 fue una prueba para Estados Unidos, comprometido pú- cruda realidad es que la tec
blicamente con la reforma social, pero muy contrario a los movimientos de producen empresas privada
izquierdas. Aunque el régimen de Allende nunca alcanzó un estadio revolu- tán dispuestas a venderla e
cionario, la administración Nixon estuvo determinada desde el día de su elec- tribución y las ventas requie
ción a usar cualquier medio (ohacer chillar la economía, fue una de las su- final de beneficios que pue(
gerencias de Nixon al director de la CIA, Richard Helms) para impedir que original. Además, las multir
tomara posesión o, si fallaba esto, para acelerar su caída. polio en el mercado local, r
Estados Unidos desactivó la inversión privada en Chile y obstruyó, cuan- habría permitido un merca(
América Latina, Estados Unidos y el mttndo 407

Jnidos había sus- do fue posible, su acceso a la financiación de los organismos multilaterales
rr la manera tan como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco de De-
c (y apenas había sarrollo Interamericano. Al mismo tiempo, el presidente Nixon ordenó a la
No es que se hu- cIA desarrollar y poner en práctica un plan secreto para acosar al gobierno
a nueva era relu- chileno. se gastaron al menos 10 millones de dólares en subsidios a la prensa
opositora chilena (en especial en El Mercurio, anti-Allende militante) y a gru-
ireso había fraca- pos de oposición, incluidos muchos huelguistas que ayudaron a paralizar la
riendo en cuenta economía del país en1972-1973. considerado en el contexto de todos los pro-
)mentar la demo- blemas que afrontaba Allende, el esfuerzo estadounidense es muy probable
Brasil, por ejem- que tuviera una importancia marginal. Fueron los militares y las clases medias
Goulart dirigía a y altas quienes se levantaron contra el gobierno cle unidad popular. No nece-
, aPoYó a la cons- sitaban lecciones de Estados unidos sobre qué hacer y cómo, pero éste au-
de la década, el mentó la sensación de asedio sentida por el gobierno de Allende y alentó a la
sivos con escasas oposición para que creyera que les esperaba su generosa ayuda tras el golpe.
o el mayor bene- De este periodo, no careció de importancia la amplia publicidad que se
otorgó a las actividades ocultas de Estados unidos. La documentación oficial
ncontró tratando recogida por un comité específico del Senado en r975 y las revelaciones pe-
ígimen represivo riodísticas que siguieron confirmaron que seguía estando dispuesto a inter-
rs atractivos para venir del modo que hacía tanto tiempo venían sosteniendo los latinoameri-
plastaban el cre- canos. Esta misma tendencia reaparecería durante los años ochenta, cuando
el presidente Ronald Reagan autorizó una invasión militar de Granada y una
rlecida por John constante campaña de operaciones encubiertas contra Nicaragua.
I presidente Lyn-
ando tomó pose-
'd Nixon en 1968 Desarrollo y endeudamiento
promiso retórico
us consejeros es- En 1960 Europa Occidental y Japón entraban en América Latina como im-
conservadora de portantes inversores y comerciantes. otra tuerza cada vez mayor eran las
rrivado. Su admi- compañías multinacionales. Empresas como International rÞlephone and rþ-
ejo del goberna- legraph (ITT), Philips y Royal Dutch Shell ya no se identificaban con un solo
América Latina país. Su base de operaciones en distintos países significaba que podían opo-
está destacando ner un país a otro sólo a la vez que canalizaban los negocios entre sus em-
rara la acción so- presas filiales. Las multinacionales predominaban en muchos ámbitos de
mplicaciones re- gran tecnología. En algunos sectores clave, como el farmacéutico o la infor-
mática, a los países no les quedaba más remedio que permitirles la entrada.
o que tratar con Según pasó el tiempo, América Latina fue incapaz de diseñar una estra-
ictoria de Salva- tegia efectiva para solucionar su problema de transferencia tecnoló gica. La
rmprometido pú- cruda realidad es que la tecnología avanzada de los países industrializados la
movimientos de producen empresas privadas que la utilizan para obtener beneficios. No es-
r estadio revolu- tán dispuestas a venderla e insisten en comercializarla ellas mismas. La dis-
el día de su elec- tribución y las ventas requieren inversión directa, conclucente a una remisión
re una de las su- final de beneficios que pueden, en principio, exceder con mucho la inversión
rara impedir que original. Además, las multinacionales pueden mantener un poder de mono-
polio en el mercado local, ofreciendo unos precios más elevados de los que
¡ obstruyó, cuan- habría permitido un mercado competitivo.
408 Historia contemporónea de América Latina A

Los intentos efectuado s por algunos países (o incluso consorcios de paí pago habría crecido. En cam
ses) para desarrollar una tecnología avanzada se han enfrentado con condi- como México y Argentina, lt
ciones desfavorables. Las instalaciones para la investigación y la experiencia prestados e inmediatamente
de IBM o Bayer, por ejemplo, es difícil que estén al alcance de los científicos tranjero.
e investigadores reunidos con esfuerzo en América Latina. En consecuencia, , En agosto de 1982 Méxir
los términos de la transferencia de tecnología se han convertido en uno de los ,rsu deuda externa y con ello
temas centrales en las relaciones de las economías latinoamericanas con el I mayor prestatario, se unió a
mundo industrializado. principales deudores latinoar
A finales de los años ochenta, un problema mucho más grave a corto pla- pital. Incluso el mantenimie
zo abrumaba a las economías de la región: su asombroso endeudamiento ex- créditos de <rescate>, Qüê lur
terior. A comienzos de 1988, la deuda combinada con bancos comerciales co como pagos de los interet
(privados) y prestamistas multilaterales como el Banco Mundial y el Banco plazo, pero produjeron
"hon
Interamericano, era de 400.000 millones de dólares y aumentaba a diario. Los evitaron que los bancos estar
tres deudores mayores eran Brasil (113.000 millones), México (108.000 mi- rosos. Ello, a su vez, les evitr
llones) y Argentina (54.000 millones). La mayor parte de la deuda se había reducido sus beneficios.
producido desde los enormes aumentos establecidos por la OPEP sobre el Mientras tanto, los princ
precio del petróleo en t973 y 1979, que incrementaron de forma pronuncia- reses equivalentes al 5 o 6 p
da la factura de importación de la mayoría de los países latinoamericanos. tas a Ia Alemania de Weima
Los créditos provinieron en general de bancos privados (repletos de depósi- dial habían alcanzado ese ni
tos de los exportadores de crudo) y posibilitaron una tasa de crecimiento ma- que los créditos latinoamerir
yor que la que de otro modo habrían disfrutado. Sin embargo, en realidad cos que desearon vender er
sólo pospusieron el pago del incremento del coste del petróleo. Los prestata- ejemplo, se encontraron con
rios asumieron que podrían aumentar su excedente comercial lo suficiente valor nominal. Confrontadr
como para afrontar los créditos. Esto es aplicable a casi toda América Lati- otras soluciones, como troca
na, con la excepción de los exportadores netos de petróleo (Bolivia, Ecuador, mismo país) o por ,,bonos de
Venezuela, México desde 1975 y Perú desde 1978) y Argentina, que era prác- el mercado libre. Ninguno r
ticamente autosuficiente en crudo. servicio de la deuda a corto
A finales de los años setenta, los créditos no se limitaron a los importa- endeudamiento total y el aL
dores de petróleo. Casi todos los países de la región pidieron préstamos in- diante la negociación, lo má
gentes, debido en parte a que los banqueros buscaban decididamente clien- fuera declarado o de facto.
tes latinoamericanos. Un importante banco estadounidense, por ejemplo, aceptarlo como posible en l
ansioso por emular a los gigantes bancos neoyorquinos, entró tarde al juego sión de la pérdida de créditc
y tuvo que contentarse con prestar a Perú, uno de los riesgos mayores. A los La crisis crediticia latino
banqueros les gustaban estos clientes porque pagaban altos tipos de interés y do hundimiento económico r
porque se los suponía inmunes a la bancarrota, ya que Estados Unidos nun- nido que adoptar un plan dr
ca la habría permitido en un país soberano. Pronto los fondos prestados se tisfacer a los acreedores extr
destinaron al consumo corriente, posibilitando a los gobiernos fueran con la salida de capital para
-ya
militares o civiles- ganar el favor a corto plazo de sus conciudadanos urba- términos per cápita, el PIB I
nos, consumidores de las importaciones. Así, toda América Latina, con la ex- 1989. No resulta sorprender
cepción notable de Colombia, se vio enganchada a los créditos de los bancos porcionada por los más des'
privados. que más se redujo. Pero sus
El endeudamiento neto de los países en vías de desarrollo es perfecta- tados Unidos, cuyas exporta
mente normal. Estados Unidos, por ejemplo, fue un prestatario neto hasta dólares en 1981 a 31.0ü) n
1900. Si los préstamos hubieran ido a América Latina para asegurar un cre- Caterpillar, en Illinois, por e¡
cimiento futuro y para promover la exportación, entonces la capacidad de de carreteras suramericanos
América Latina, Estaclos Unidos y el mundo 409

:luso consorcios de Paí- pago habría crecido, En cambio, se derrochó gran parte del dinero. En países
enfrentado con condi- como México y Argentina, los ricos controlaron [a mayor parte de los fondos
gación y la exPeriencia prestados e inmediatamente los depositaron en cuentas bancarias en el ex-
lcance de los científicos tranjero.
ltina. En consecuencia, , En agosto de 1982 México declaró que ya no podía efectuar los pagos de
cnvertido en uno de los .1su deuda externa y con ello desataría una crisis crediticia mundial. Èrãsil, el
atinoamericanas con el I mayor prestatario, se unió a México en diciembre. Desde 1982 ninguno de los
principales deudores latinoamericanos había podido pagar demasiado del ca-
r más grave a corto Pla- pital, Incluso el mantenimiento de los pagos de intereses requirió repetidos
cso endeudamiento ex- créditos de <rescate>, que luego de inmediato los deudores devuelven al ban-
on bancos comerciales co como pagos de los intereses. Täles rescates no ofrecieron un alivio a largo
co Mundial y el Banco plazo. pero produjeron <honorarios> lucrativos para los bancos acreedoreJ y
umentaba a diario. Los evitaron que los bancos estadounidenses clasificaran los préstamos como mo-
), México (108.000 mi- rosos. Ello, a su vez, les evitó tener que aumentar sus reservas, lo que habría
e de la deuda se había reducido sus beneficios.
por la OPEP sobre el Mientras tanto, los principales deudores se enfrentaron al pago de inte-
,n de forma pronuncia- reses equivalentes al 5 o 6 por 100 de su PIB. Ni siquiera las cargas impues-
aíses latinoamericanos. tas a la Alemania de weimar como reparaciones por la primera guerra mun-
os (repletos de depósi- dial habían alcanzado ese nivel. casi todos los observadores coincidieron en
asa de crecimiento ma- que los créditos latinoamericanos nunca se pagarían por completo. Los ban-
r embargo, en realidad cos que desearon vender esos créditos a finales de los años ochenta, por
petróleo. Los prestata- ejemplo, se encontraron con que el tipo actual era de cerca del 50 por 100 del
comercial lo suficiente valor nominal. confrontados a tales pérdidas, los banqueros investigaron
asi toda América Lati- otras soluciones, como trocar la deuda por inversiones en patrimonio (en el
óleo (Bolivia, Ecuador, mismo país) o por <bonos de salida>, que serían negociables de inmediato en
rgentina, que era prác- el mercado libre. Ninguno de estos planes redujo de forma significativa el
servicio de la deuda a corto plazo. Sólo podía hacerlo una rebaja general del
mitaron a los importa- endeudamiento total y el alargamiento de los pagos. Si no se conseguía me-
pidieron préstamos in- diante la negociación, lo más probable era que se produjera por impago, ya
n decididamente clien- fuera declarado o de facto. Algunos bancos estadounidenses comenzaron a
rnidense, por ejemplo, aceptarlo como posible en 1987, cuando aumentaron sus reservas en previ-
rs, entró tarde al juego sión de la pérdida de créditos en América Latina.
riesgos mayores. A los La crisis crediticia latinoamericana estuvo acompañada por un prolonga-
altos tipos de interés y do hundimiento económico durante los años ochenta. un país tras otro ha ie-
: Estados Unidos nun- nido que adoptar un plan de austeridad ortodoxo al estilo del FMI para sa-
:rs fondos prestados se tisfacer a los acreedores extranjeros. Las medidas deflacionarias, combinadas
gobiernos
.s
-ya fueran
conciudadanos urba-
con la salida de capital para pagar la deuda, provocaron el estancamiento. En
términos per cápita, el PIB latinoamericano cayó un 8,3 por 100 entre 19gi y
órica Latina, con la ex- 1989. No resulta sorprendente que el coste fuera pagado de forma despro-
cré<Jitos cle los bancos porcionada por los más desvalidos, ya que la renta real de los pobres fue la
que más se redujo. Pero sus infortunios económicos también afectaron a Es-
tlesarrollo es perfecta- tados unidos, cuyas exportaciones a la región cayeron de 42.ffi0 millones de
prestatario neto hasta dólares en 1981 a 31.000 millones en 1986. Los trabajadores de la fábrica
para asegurar un cre- caterpillar, en lllinois, por ejemplo, fueron despedidos, ya que los contratistas
onces la capacidad de de carreteras suramericanos no tenían dólares para comprar las gigantescas
410 Historiq contemporónea de Américu Latina I
máquinas amarillas que remueven la tierra. La dependencia resultó ser una
rivalizar por la supremacía i
gunos llegaron a denominar
calle de dos direcciones.
La respuesta internacional a la crisis de la deuda de América Latina co- A mediados de 1990. la
tnenzó por fin a afrontar los problemas a finales de los años tlchenta. En 1985 ciones con Estados Unidos
el secretario del Tþsoro de Estados Unidos. James A. Baker III, reconocía Unidos ya no percibiría cor
en la región. En principio, e
abiertamente que los países más endeudados estaban ante una crisis de sol-
vencia estructural, no sólo de "liquidezr, y demandó una inyección de 20.000 hacia El Salvador a finales r
gobierno de derechas contr
millones de dólares en los países en vías de desarrollo que quisieran realizar re-
formas del mercado. El Plan Baker consiguió escasos resultados prácticos, continuó expresando una il
principalmente porque los 20.ü)0 millones de dólares no resultaron disponi- durante los años noventa. E
bles, pero marcó un cambio importante en el enfoque del problema'
el gobierno estadounidense
cos reformistas. que habían ¡
En marzo de 1989, Nicholas F. Brady, sucesor de Baker como secretario
del Tesoro, propuso una amplia cartera de reducción de la deuda y alternati- Al mismo tiempo, el fin
vas de reestructuración y ofreció el apoyo del gobierno de Estados Unidos a
tenido ideológico de los mc
nos. El derrumbe del comul
los países que emprendieran políticas económicas basadas en el mercado. EI
a las doctrinas y organizacio
Plan Brady tenía dos rasgos distintivos: uno era su flexibilidad y apertura:
otro era su explícito reconocimiento de que la reducción de la deuda tendía adhesión al marxismo parer
que ser un elemento integral de una solución duradera de la crisis de la deu- rrota. Sin duda, algunos mt
da. Hacia febrero de 1990, el Plan Brady desembocó en la reestructuración adversidad doctrinal
de casi 50.000 millones de la deuda mexicana, y redujo el valor nominal de la comenzó a revisar sus-com,
persp
tas> que se extendían por f
deuda externa comercial de este país hasta en 5.500 millones de dólares. Las
negociaciones en términos del Plan Brady también llevaron a acuerdos con lismo tomó una nueva apari
Costa Rica, Venezuela, Uruguay, Argentina y, a mediados dq 192, con Brasil.
mo o el populismo, En poca
Con las excepciones de Costa Rica y México, la implementación no conllevó impactos de largo alcance e
una reducción muy significativa de la deuda. A través de la expansión de la ex- Una consecuencia más r
portación y el crecimiento económico los países endeudados mejoraron gra- ción de toda gran potencia
dualmente su capacidad para pagar los préstamos, y los acuerdos de Brady unidense dentro del hemisf
ayudaron a aligerar la sensación de crisis que envolvía la cuestión durante los dujo su perfil en América
años ochenta. rebeldes. Una de las caract
dense de Panamá, en dicie
enérgica por parte de las pri
El fin de la guerra fría Europa Occidental estaban
en Europ4 Qriental; y aunq
Cuando se aproximaba el fin de la década de los ochenta, el orden interna- tener relaciones económicas
cional sufrió un cambio repentino y fundamental: se puso término a la guer- resaltaron de forma repetid
ra fría. El Muro de Berlín se derrumbó en noviembre de 1989, la URSS se dounidense en la región. Lc
retiró de Europa Oriental y el dinámico dirigente soviético Mijail Gorbachov der que América Latina err
buscó el reencuentro con Occidente. Hubo un impacto inmediato en Europa,
ponsabilidad- cle Estados ì

donde Alemania Oriental se incorporó a una Alemania "reunificada> y los No estaba claro al comit
países de Europa Oriental se sumergieron de sopetón en transiciones políti- gemonía en el hemisferio. I
cas espectaculares. Pero también se produjeron impactos en otros lugares. debería,,redescubrir> Amé:
Estados Unidos y la Unión Soviética, como clos superpotencias mundiales, ya interèses eçonómicos y socii
no volverían a enzarzarse en la competición nuclear y en una lucha incesan- to Este-Oeste, Estados Uni
te por todo el mundo. Los países del Tercer Mundo ya no proporcionarían el pués de muchos años de prr
campo de batalla para este conflicto. Capitalismo y comunismo dejarían de Unidos un comet
-escribía
Américu Latina, Estodos Unitlos y el mundo 4l t
lndencia resultó ser una rivalizar por la supremacía icleológica y económica. Era el fin de una era:
al_
gunos llegaron a denominarlo incluso fin de la historia>.
"el
A mediados de 1990, las implicaciones þäia Américà Latina y sus rela-
I de América Latina co-
rs años ochenta. En 1985 ciones con Estados unidos aparecían sólo como un esbozo vago. Estados
A. Baker III, reconocía unidos ya no percibiría como interés principal evitar la orn.nurà comunista
n ante una crisis de sol- en la región. En principio. esto debería haberle obligado a revisar su política
una inyección de 20.000 hacia El Salvador a finales de los años ochenta, donãe continuó apoyàndo
al
.¡ue quisieran realizar re- gobierno de derechas contra un movimiento rebelde, y hacia cùbã, aonde
;os resultados prácticos, continuó expresando una implacable hostilidad hacia él ,égirn.n de castro
s no resultaron disponi- durante los años noventa. El cambio de política fue lento. Se trataba de ver si
del problema. el gobierno estadounidense dejaría de desconfiar de los movimientos y políti-
: Baker como secretario cos reformistas, que habían precedido con holgura la llegada de la guerrã fría.
de la deuda y alternati- Al mismo tiempo, el fin de la guerra fiía implicaba un cambio en el con-
no de Estados Unidos a tenido ideológico de los movimientos reformistãs y radicales latinoamerica-
sadas en el mercado. El nos. El derrumbe del comunismo internacional propinó un golpe casi mortal
tlexibilidad y apertura; a las doctrinas y organizaciones comunistas y soôialistas ¿e to¿å la región.
La
ción de la deuda tendía adhesión al marxismo parecía ser una receta cierta para el rechazo y ta oe-
ra cJe la crisis de la deu- rrota' Sin duda, algunos movimientos permanecieron impávidos frente a la
i en la reestructuración adversidad doctrinal sendero Luminoso de perú-, pero la mayoría
o el valor nominal de la comenzó a revisar sus-como
perspectivas de acuerdo con las ideas ,,socialdemócra-
nillones de dólares. Las tas> que se extendían por Europa y otros lugares. Mientras tanto, el radica-
levaron a acuerdos con lismo tomó una nueva apariencia, pasando del socialismo hacia el nacionalis-
rdos de 1992, con Brasil. mo o el populismo. En pocas palabras, los acontecimientos globales tuvieron
ementación no conllevó impactos de largo alcance en el panorama político de América Latina.
le la expansión de la ex- una consecuencia más de la conclusión de la guerra fría fue la desapari-
:udados mejoraron gra- ció,n_ de toda gran potencia que pucliera rivalizar por la hegemonía
estado-
los acuerdos de Brady unidense dentro del hemisferio occidental. casi dè inmedia*to, la uRSS re_
r la cuestión durante los dujo su perfil en América y su apoyo a Fidel castro y a los movimientos
rebeldes. una de las características más notables de la invasión estadouni-
dense de Panamá,.en diciembre de 19g9, fue la ausencia de una condena
enérgica por parte de las principales potencias mundiales. Las autoridades
de
Europa occidental estaban preocupadas con los acontecimientos ocurridos
en Europa Orjental; y aunque Japón mostraba un interés creciente en man-
lenta, el orden interna- tener relaciones económicas con América Latina, sus portavoces aclararon y
puso f.érmino a la guer- resaltaron de forma repetida que no pretendían desafìar la hegemonía esta-
'e de 1989, la URSS se dounidense en la región. Los clirigentes asiáticos y europeos parecían conce-
ético MijailGorbachov der que América Latina era, después de todo, el-"patió trasåro, la res-
r inmediato en Europa, ponsabilidad- de Estados Unidos. -y
nia <reunificada> y los No estaba claro al comienzo cómo ejercería Estados unidos su nueva he-
r cn transiciones políti- gemonía en el hemisferio. Algunos observadores sostenían que washington
actos en otros lugares. debería <reclescubrir> América Latina y desarrolla, unu ,r-'onía natural
de
)otencias mundiales, ya intereses eçonómicos y sociales. otros jredecían que, en ausencia cle conflic-
/ en una lucha incesan- to Este-oeste, Estados unidos no se preocuparíá más por la región. .Des-
ì no proporcionarían el pués de muchos años de preocuparse por la excesiva intiomisiónãe
Estados
:omunismo dejarían de unidos un comentarista en r990-, América Latina podría sufrir
-escribía
412 Historia contemporáneq de América Latina

pronto su indiferencia, agravada por el relativo desinterés mundial tradicio- Sin embargo, la formar
nal ... El hemisferio bien podría afrontar la perspectiva de una "atricaniza- se enfrentaba a formidable
ción": condena a los márgenes de los flujos financieros y comerciales mun- fundamento comercial era
diales, pero también al olvido y a la irrelevancia.> Sin la guerra fría, América socios, especialmente Méx
Latina podría encontrarse ante una posible marginalidad. miembros y compartir su e
do estadounidense. Y mier
como se ha descrito en el <

I
Integración económica regional I
un convenio hemisférico.
i Pese a estos desacuerdr
Finalmente, los factores económicos llevaron a Washington a abogar por la grandiosa ..cumbre de las I
adopción del "libre comercio> en toda América. El objetivo era desarrollar asistencia de 34 jefes de Es
crecientes mercados para las exportaciones de Estados Unidos, aumentar la Cuba, esta fue la primera
eficiencia de sus manufacturas (principalmente mediante el acceso al trabajo Unidos y América Latina
de bajo costo), y, en una diversidad de formas, fortalecer su <competitividad> económica. El objetivo evi
en la economía internacional. La integración regional en América fortalece- proyecto para la colaborac
ría el poder de Washington en las negociaciones con Europa, Japón y otras plícito, desde la perspectiv
potencias. tados Unidos no descuidari
En 1990 el gobierno de Bush inició negociaciones formales con Canadá y nos fuera de México. Despr
México para la creación de un área norteamericana de libre comercio. Tam- ¡ programa de Miami finalm
bién a mediados de 1990, el presidente Bush propuso el desarrollo de una zona ri
,l cio en las Américas>.
fi

de libre comercio que abarcaría todo el hemisferio occidental. Afirmando que Lo que ocurrió de hec
ola prosperidad de nuestro hemisferio depende del comercio, no de la ayuda>, que el año 2005 fuera el pl
Bush preveía la creación de una zona de libre de comercio que se <extendiera área de libre comercio; y cr
desde el puerto de Anchorage hasta la Tierra del Fuego". res. Este era un resultado a
El primer paso en este proceso sería el tratado con México, firmado en sus principios altruistas y a
1992.Ta|como se ha descrito en el capítulo 7, el Tiatado de Libre Comercio vaguedad y su prolongado
(TLC) entró en vigor en enero de 1994 y creó uno de los bloques comercia- oficiales podían demorarsr
les más grandes del mundo. Esencialmente, el TLC promovió la libre circu- principal a la realización
lación de bienes entre Canadá, México y Estados Unidos, al eliminar los gra- América tenía más probab
vámenes, aranceles y barreras comerciales durante un período de quince ca Latina. Como señalaba
años. El TLC también abrió México a la inversión estadounidense en diver- Congreso y la opinión pút
sas formas. Finalmente, el TLC marcó un momento decisivo en la política para un acuerdo de libre cc
económica de Estados Unidos y en sus relaciones con México. Por primera posguerra fría, no entiende
vez en su historia, Washington estaba siguiendo una estrategia explícita de in- t Entretanto, los gobierr
tegración económica ,on iu vecino del sur. t
dumbre continuando con er
No obstante, las perspectivas de una zona de libre comercio que com- cooperación económica en
prendiera todo el continente americano, permanecían inciertas. George Bush para todo el continente en
había hablado de una zona de comercio libre que abarcara desde Alaska has- troamericano, se revigorizr
ta Argentina, y en diciembre de 1993 el vicepresidente Al Gore respaldó la Andino. Pero el más ambi
perspectiva de ,,una comunidad hemisférica occidental de democraciaso que américa, donde el nMercad
consolidaría la armonía política y económica en toda la región, con el TLC nos económicos de Argent
como (punto de partida>. Interesados en tener acceso a este círculo privile- el Tiatado de Asunción, fir
giado, los líderes latinoamericanos llegaron a ver la adhesión final al TLC comprometieron a constru
como parte clave de su estrategia de desarrollo. Las expectativas pronto lle- con un arancel externo cor
garon muy alto. mún pleno en los años sigu
América Latina, Estaclr¡s Unidos y el mundo 413

terés mundial tradicio- Sin embargo, la formación de una uárea hemisférica de libre comercio'
iva de una "africaniza- se enfrentaba a formidables obstáculos, tanto económicos como políticos. El
'os y comerciales mun- fundamento comercial era menos convincente que en el caso del TLC, cuyos
la guerra fría, América socios, especialmente México, podían abrigar dudas sobre admitir nuevos
dad. miembros y compartir su estatus como países con acceso exclusivo al merca-
do estadounidense. Y mientras el rLC tenía fuertes motivaciones políticas,
como se ha descrito en el capítulo 7, no había tal incentivo apremiante para
nal un convenio hemisférico.
Pese a estos desacuerdos, el gobierno de Clinton promovió y celebró una
ington a abogar por la grandiosa (cumbre de las Américas, en Miami en diciembre de 1994. Con la
rbjetivo era desarrollar asistencia de 34 jefes de Estado, con la notoria excepción de Fidel Castro de
rs Unidos, aumentar la Cuba, esta fue la primera reunión de este tipo desde 1967, en que Estados
nte el acceso al trabajo unidos y América Latina coincidieron en un plan frustrado de integración
;er su (competitividad> económica. El objetivo evidente de la cumbre de Miami era desarrollar un
en América fortalece- proyecto para la colaboración hemisférica en el siglo xxr. Un propósito im-
Europa, Japón y otras plícito, desde la perspectiva de Washington, era dar seguridades de que Es-
tados unidos no descuidaría ni abandonaría al resto de países latinoamerica-
formales con Canadá y ,
nos fuera de México. Después de una intensa negociación entre bastidores, el
e libre comercio. Tam- i programa de Miami finalmente se concentró en una ,.Área de Libre Comer-
desarrollo de una ,onu cio en las Américaso.
dental. Afirmando quu I Lo que ocurrió de hecho fue que los firmantes de Miami determinaron
rercio, no de la ayudao, que el año 2005 fuera el plazo para la conclusión de negociaciones para vna
rcio que se <extendiera área de libre comercio; y cuya implementación seguiría en los años posterio-
o>. res. Este era un resultado ambiguo. Sus partidarioi aclamaron el acuèrdo por
rn México, firmado en sus principios altruistas y ambiciosos objetivos. Los escépticos lamentaron su
rdo de Libre Comercio vaguedad y su prolongado calendario, que significaba que las conversaciones
los bloques comercia- oficiales podían demorarse una década o más. Irónicamente, la resistencia
romt-¡vió la libre circu- principal a la realización práctica de una área de libre comercio en toda
los, al eliminar los gra- América tenía más probabilidad de surgir en Estados Unidos, no en Améri-
un período de quince ca Latina. como señalaba un observador: <Los verdaderos escollos son el
adounidense en diver- Congreso y la opinión pública estadounidenses ... El público no está listo
clecisivo en la política para un acuerdo de libre comercio con América Latina, En el ambiente de la
n México. Por primera posguerra fría, no entienden cuáles son los valores dominantes>.
trategia explícita de in-1 Entretanto, los gobiernos latinoamericanos respondieron â esta incerti-
dumbre continuando con estrategias de integración subregional: proyectos de
re comcrcio que com- cooperación económica entre grupos de países latinoamericanos, antes que
inciertas. George Bush para todo el continente en su conjunto. Se resucitó el Mercado Común Cen-
:ara desde Alaska has- troamericano, se revigorizó GARICOM, y se reformó y revitalizó el pacto
e Al Gore respaldó la Andino. Pero el más ambicioso e influyente de estos planes surgió en Sur-
I de democracias> que américa, donde el <Mercado común del Sur" (MERCosuR) unió los desti-
la región, con el TLC nos económicos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. De acuerdo con
) a este círculo privile- el Tiatado de Asunción, firmado en marzo de 1991, los países miembros se
adhesión final al TLC comprometieron a construir hacia diciembre de 1994 una unión aduanera,
xpcctativas pronto lle- con un arancel externo común, y a proseguir adelante hasta un mercado co-
mún pleno en los años siguientes. Especialmente a la vista de las antiguas ri-
414 Historia contemporáneu de América Lstina A

validades entre los miembros que lo constituyen, MERCOSUR era un avan- cooperación interna entre lc
ce verdaderamente significativo. Sus países asociados constituyen casi la mi- mularían el contlicto extern
tad del producto interno bruto de América Latina, más del 40 por 100 de vertían sobre el surgimiento
toda su población y cerca de un tercio de su comercio externo.
Más importante que su tamaño, sin embargo, es su orientación estratégi-
ca. Según uno de los artífices originales del proyecto, la principal innovación
- un bloque europeo,,
siblemente parte de la antig
de MERCOSUR proviene de su compromiso con una "integración orienta-
da hacia afuera>. esto es. de su determinación de hacer a los estados miem-
- un
Unidos
bloque norteame
(en la forma del Tì
bros más competitivos en el campo internacional, antes que confiar en los cluiría a todos los países de
mercados cerrados por medio de la industrialización de sustitución de im- "Area de Libre Comercio d
portaciones. MERCOSUR también tiene objetivos políticos claros: la conso-
lidación de la democracia y el mantenimiento de la paz en el Cono Sur. Al
- un bloque asiático o
vecinos, y eventualmente a'
mismo tiempo que tomaba cuerpo MERCOSUR, se llegó a acuerdos en el
i campo nuclear entre Argentina y Brasil, países que compartían una signifi- La creación de bloques
cativa capacidad nuclear así como una rivalidad históricg. En este sentido, imprevisibles para América
MERCOSUR daría a los demócratas civiles en toda la subregión una opor- años noventa sería asegurar
tunidad regular de consulta y apoyo mutuo, equilibrando así los cónclaves nal promoviera la liberaliza,
hace tiempo establecidos de representantes de las fuerzas armadas.
Desde el comienzo, sus creadores vieron MERCOSUR como una insti-
tución dinámica, una que evolucionaría rápidamente a través del tiempo y I
también cristalizaría en las relaciones con las economías industriales avanza-
das. Una vez que el presidente Bush anunció la Iniciativa para las Américas, Aparte de la economía,la a1
MERCOSUR se convirtió en un instrumento potencial de negociación co- centró en las cuestiones so¡
lectiva: tal como un observador brasileño recordaba: <había la percepción de emigración, especialmente I
que sería interesante concentrar esfuerzos y negociar en bloque>>. También estadounidenses nacidos en
surgieron tendencias contradictorias, Argentina expresó interés en negociar vel más alto en más de 50 a
su propio tratado de libre comercio con Estados Unidos (yio conseguir la in- dentes, legales e ilegales, ve
corporación al TLC), una acción que llevaría lógicamente al desmantela- de 700.000 de El Salvador.)
miento de MERCOSUR. millones de en F
"ilegales>
' Tomando un enfoque diferente, Brasil lanzó su propuesta en abril de mienzos de los años novent
1994,para una Área de Libre Comercio de Suramérica 1ÁLCSa). El objeti- otros muchos de Centroamr
vo de ésta era crear una zona de libre comercio en todo el continente por un Los migrantes indocumr
decenio, de 1995 al 2005. Las intenciones subyacentes de ALCSA eran múl- pel en la economía de Esta<
tiples: capitalizar la experiencia de MERCOSUR, que llevó al crecimiento y California, donde propor
del comercio intrarregional; evitar el "aislamiento> de MERCOSUR, espe- Además de trabajar como l-"
cialmente de Chile y el Grupil Andino; y acumular capacidad negociadora Latina ocuparon empleos t
para tratar la posibilidad de planes de integración más amplios en América. sectores de servicio. Mientn
No por casualidad, ALCSA confirmaría el reclamo histórico de Brasil de ser raron a estos migrantes una
la potencia dominante en Suramérica. a considerarlos como una fr
Cuando los esquemas de integración regional avanzaron en los años no- El flujo de extranjeror
venta, un interrogante central surgió: ¿Cuáles serían las implicaciones a esca- Como se ha señalado en el
la mundial? ¿Promoverían la cooperación, o provocarían hostilidad entre los de 1986 no redujo significat
bloques regionales competidores? Los optimistas aseguraban que la integra- a Estados Unidos. Cuando
ción regional necesariamente generaba la consulta y colaboración multilate- la recesión en los años nov,
rales, Los escépticos expresaban el temor de que, incluso aunque lograran la grantes de ocupar los emph
América Latina, E.stado:i Unidr¡s y el mundo 415

,RCOSUR era un avan- cooperación interna entre los países miembros, los planes de integración esti-
s constituyen casi la mi- mularían el cont'licto externo con otros grupos regionales. En particular, ad-
más del 40 por 100 de vertían sobre el surgimiento final de tres grandes bloques económicos:
o externo.
su orientación estratégi-
, la principal innovación
- un bloque europeo, que finalmente incluiría a Europa Oriental y po-
siblemente parte de la antigua Unión Soviética;
orienta-
na
"integración
cer a los estados miem-
- un bloque norteamericano, que incluiría a Canadá, México y Estados
Unidos (en la forma del rLC) o un bloque hemisférico occidental que in-
.ntes que confiar en los cluiría a todos los países de América (como lo preveía el tratado para una
n de sustitución de im- .Area de Libre Comercio de las Américas>);
olíticos claros: la conso-
paz en el Cono Sur. Al - un bloque asiático o del Pacífico, que incluiría a Japón y a los países
vecinos, y eventualmente a China.
: llegó a acuerdos en el
compartían una signifi- La creación de bloques comerciales hostiles podría tener consecuencias
tóricg. En este sentido, imprevisibles para América y el mundo en general. un desafío central de los
la subregión una opor- años noventa sería asegurar que la liberalización e integración a nivel regio-
rando así los cónclaves nal promoviera la liberalización y la cooperación a nivel global.
erzas armadas.
IOSUR como una insti-
e a través del tiempo y El programa social
rías industriales avanza-
ativa para las Américas, Aparte de la economía, la agenda interamericana de los años noventa se con-
rcial de negociación co- centró en las cuestiones sociales. uno de los asuntos más polémicos era lal
"había la percepción de emigración, especialmente la inmigración ilegal. Hacia.1994la proporción det
v en bloque>. También estadounidenses nacidos en el extranjero había llegado al 8,7 por 100, el ni- i
'esó interés en negociar vel más alto en más de 50 años. (Se estimaba que6,2 millones de estos resi-
Cos (y/o conseguir la in- dentes, legales e ilegales, venían de México, más de 800.000 de Cuba, y más
:amente al desmantela- de 700.000 de El Salvador.) Según orra estimación, puede haber entre 2,5-4,0
millones de <ilegales> en Estados unidos de todas partes del mundo a co-
propuesta en abril de mienzos de los años noventa, con más de la mitad procedentes de México, y
ca (ALCSA). El objeti- otros muchos de Centroamérica y del Caribe.
,do el continente por un Los migrantes indocumentados llegaron a desempeñar un importante pa-
s de ALCSA eran múl- pel en la economía de Estados unidos, especialmente en áreas como Florida
ue llevó al crecimiento y california, donde proporcionaban trabajo cualificado por bajos salarios.
le MERCOSUR, espe- Además de trabajar como braceros en la agricultura, los ilegales de América
capacidad negociadora Latina ocuparon empleos en la construcción, restaurantes, hoteles y otros
ás amplios en América. sectores de servicio. Mientras algunos trabajadores estadounidenses conside-
istórico de Brasil de ser raron a estos migrantes una fuente de competencia, los empleadores tendían
a considerarlos como una fuente de trabajo segura y dócil.
ìnzaron en los años no- El flujo de extranjeros, no obstante, encendió una reacción política.
as implicaciones a esca- como se ha señalado en el capítulo 7, sobre México. la ley Simpson-Rodino
rían hostilidad entre los de 1986 no redujo significativamente la migración ilegal (<indocumentada>)
guraban que la integra- a Estados unidos. cuando la economía estadounidense luchaba por salir de
colaboración multilate- la recesión en los años noventa, los políticos comenzaron a acusar a los mi-
luso aunque lograran la grantes de ocupar los empleos de los ciudadanos estadounidenses y de abu-
416 Historia contemporcinea de América Latina A

sar de la seguridad social. Los votantes en California aprobaron una medida cían uso habitual de drogas
que privaría de servicios sociales (como atención médica y educación públi- se había reducido a la mitad
ca) a los ilegales y a sus hijos. La acción militar en Haití fue promovida en dia dejaron las drogas, pero
parte por el deseo de impedir una migración en gran escala desde Haití. Y en persistió en los barrios marg
1995, un juez de Texas declaró a una mujer culpable de abuso infantil por ha- manda de sustancias ilegales
blar sólo en castellano en su casa. El sentimiento xenófobo estaba claramen- Soviética, lo cual ofreció un
te en alza, y el clima se había hecho tenso en muchas comunidades en Esta- droga y planteó un desafío ;
dos Unidos. presidente de Colombia lan
, Otra cuestión social se refería a las drogas ilegales. El tráfico de drogas rroristas no rompen es la de
i ilegales desde América Latina a Estados Uniclos, especialmente cocaína, con- En respuesta a estos dr
; tinuó durante los años ochenta y comienzos de los noventa. Según algunas tó detener el narcotráfico a
estimaciones, este tráfico creció hasta 110.000 millones de dólares anuales, y dente Ronald Reagan decla
se decía que era la actividad económica más importante para el crimen orga- cipalmente en erradicar cul
nizado en Estados Unidos. La hoja de coca era cultivada en los Andes, espe- suministros, elevar los precit
cialmente en Perú y Bolivia,"se remitía luego a Colombia donde se transfor- gas. George Bush continuó c
maba en cocaína'y se preparaba para expoitarla al mercado estadounidense. namá en 1989 como parte dt
La maiihuana crecía en México, Centroamérica y en otras partes (incluidas esta política cambió, aunque
partes continentales de Estados Unidos). La heroína venía de otros lugares para el tratamiento y prever
del mundo, pero respondía a las leyes de oferta y demanda: cuando el sumi- principal era todavía el cuml
nistro del Oriente Próximo se agotó a comienzos de los años setenta (con cos resultados. Algunos obsr
la ruptura de la infame ,,conexión francesao), los traficantes hábiles alenta- policial internacional; otros
ron su producción en América Latina; y cuando la heroína recobró su popu- de la posesión de drogas en
laridad entre los consumidores de Estados Unidos en los años noventa, tanto què el tráfico ilícito c<
la producción latinoamericana creció significativamente. Entretanto, otros den social y político en Amt
países de la región Panamá, Venezuela, Brasil, Argentina y Chi- laciones entre Estados Unid
le- se convirtieron -Jamaica,
en centros para el transbordo de drogas y el blanqueo de
dinero.
Uno de los efectos más corrosivos de este tráfico es fomentar podero- La cultura hisl
sos círculos de traficantes, que llegaron a organizar graves desafíos a la le-
,' gítima autoridad política. Esto fue más evidente en Colombia, donde los En la década de los novent:
', <cárteles> criminales organizados ejercieron un poder de facø combinando va dimensión en su relación
¿ la corrupciórr y la intimidación. Duiante los añoi ochenta, el <cártel de Me- tenía una de las mayores po
dellín> intentó tomar el país por rehén al desatar una masiva campaña de 1990 los datos de la Oficina
violencia, asesinando a una serie de funcionarios públicos y a un candidato millones, pero los observadc
presidencial. A comienzos de los años noventa, el <cártel de Cali" utilizó se incluían todos los inmigr.
tácticas más sutiles y avanzadas, recurriendo al soborno y a la cooptación en el lenguaje oficial más r
antes que a la coerción; esto estalló en un escándalo político en 1995, cuan- Argentina y Colombia tenía
do se hizo patente que el presidente del país había aceptado grandes sumas hemisferio occidental.
de dinero de la droga para financiar su campaña electoral. Asimismo, en Según los datos de 199
México y en otros países tle la región, los barones de la droga y sus orga- 1.800.000 hispanos, fundam,
nizaciones criminales acumularon un nivel significativo de influencia políti- un aumento sobre el 1.200.(
ca y económica. población total de la ciudad
La causa última del narcotráfico en América Latina ha sido la fuerza de sistema de educación públi<
la demanda de los consumidores, especialmente en Estados Unidos. A inicios panos habían llegado a sobr
de los años ochenta, se estimaba que casi 25 millones de estadounidenses ha- de la población de Californi
América Latina, Estados Unidos y el mundo 417

robaron una medida cían uso habitual de drogas ilegales. Hacia inicios de los noventa, esta cifra
a y educación públi- se había reducido a la mitad, cuando los habitantes suburbanos de clase me- ii

ití lue promovida en dia dejaron las drogas, pero el uso de drogas duras, el y la heroína,
(crack>¡_. li

lla clesde Haití. Y en persistió en los barrios marginales de las ciudades de Estádos Unidos. La de-
buso infantil por ha- manda de sustancias ilegales también floreció en Europa, Asia y la ex Unión
rbo estaba claramen- Soviética, lo cual ofreció una oportunidad irresistible para los barones de la ii

rrnunidades en Esta- droga y planteó un desafío a las autoridades gubernamentales. Como un ex, li
presidente de Colombia lamentaba una vez: <La única ley que los narcote-
El tr¿ifico de drogas rroristas no rompen es la de la oferta y la demanda>.
lmente cocaína, con- En respuesta a estos desarrollos, la política de Estados Unidos inten-
enta. Según algunas tó detener el narcotráfico acabando con la fuente de suministros. El presi-
Je dólares anuales, y dente Ronald Reagan declaró la <guerra a la droga> que se concentró prin-
para el crimen orga- cipalmente en erradicar cultivos y confiscar envíos: la idea era cortar los
r en los Andes, espe- suministros, elevar los precios y disuadir a los consumidores de comprar dro-
a donde se transf'or- gas. George Bush continuó con esta línea, lanzando la invasión militar de pa-
ado estadounidense. namá en 1989 como parte de la guerra a la droga. Con el presidente Clinton,
ras partes (incluidas esta política cambió, aunque sólo ligeramente, ibn el aumento presupuestario
nía de otros lugares para el tratamiento y prevención de la drogodependencia. Pero la insistencia
lcla: cuanclo el sumi- principal era todavía el cumplimiento de la ley, y estos esfuerzos tuvieron po-
rs años setenta (con cos resultados. Algunos observadores demandaron la creación de una ruerza
rntes hábiles alenta- policial internacional; otros defendían la descriminalización (o legalización)
na recobró su popu- de la posesión de drogas en Estados Unidos. Sólo una cosa era evidente: en
t los años noventa. tanto què el tráfico ilícito continúe, supondrá una grave ameîaza para el or-
e. Entretanto, otros den social y político en América Latina, y un obstáculo importante en las re-
,il, Argentina y Chi- laciones entre Estados Unidos y América Latina.
gas y el blanqueo de

rs fomentar podero- La cultura hispana dentro de Estados Unidos


ves desafíos a la le-
olombia, donde los En la década de los noventa, Estados Unidos se encontró frente a una nue-
eÍAçþ combinando va dimensión en su relación con América Latina. De repente descubrió que
a, el
"cártel de Me- tenía una de las mayores poblaciones de hispanohablantes del hemisferio. En
masiva campaña de 1990los datos de la Oficina del Censo situaron a la población hispana en22,3
osyauncandidato millones, pero los observadores mejor informados pensaban que era mayor si
:tel de C4li> utilizó se incluían todos los inmigrantes ilegales (etiquetados de
"indocumentados>
ryalacooptación en el lenguaje oficial más circunspecto). Esto significaba que sólo México,
ítico en 1995, cuan- Argentina y Colombia tenían poblaciones de hispanohablantes mayores en el
taclo granães sumas hemisferio occidental.
oral. Asimismo, en Según los datos de 1990, por ejemplo, la ciudad de Nueva york tenía
a droga y sus orga- 1.800.000 hispanos, fundamentalmente de Puerto.Rico y el Caribe. Suponía
cle influencia políti- un aumento sobre el 1.200,000 de 1970, logrado a pesar del hecho de que la
población total de la ciudad había descendido durante los años setenta. En el
ha sido la fuerza de sistema de educación pública de Los Ángeles y chicago, los estudiantes his-
os Unidos. A inicios panos habían llegado a sobrepasar a los blancos. Representaban el 26 por 100
:stadounidenses ha- de la población de California, el estado más poblado de la nación , y el26 por
418 I'listoria contemporónea de América Latina

100 de TÞxas, el tercer estado más poblado. En gran parte del sur de Florida, que no cuentan con el ingli
especialmente en la zona de Miami, la int'luencia hispana (cubana sobre esenciales. En respuesta, el
todo) predominaba claramente. Y lo que resulta más significativo de todo, ra en español y en inglés u
entre 1970 y 1980 la población hispana estadounidense aumentó más de un Las autoridades de las ciud
50 por 100 y otro 53 por 100 hasta 1990. En muchas ciudades del suroeste la cluidas ciudades del norte
población crece más de prisa que la negra o la anglosajona (como se ha eti- contratar personal que hab
quetado a los blancos no hispanos). El incremento se debe no sólo a los na-
ahora grandes regiones y br
cimientos, sino a la afluencia de nuevos inmigrantes. 1
,\cial como segunda lengua.
Hay razones para creer que quizás estos hispanos conservarán su lengua No cabe duda de que
y cultura por más tiempo del que lo hicieron las generaciones previas de in- dounidense. Las ciudades ,

migrantes de lengua no inglesa a Estados Unidos. Millones de inmigrantes se cuentan con una programa(
han enfrentado a la dolorosa cuestión de cómo es que se puede- pre-
servar la cultura no estadounidense. Las oleadas -si
roeste, desde Texas hasta L
de europeos fueron filtradas conectada directamente co
por las escuelas públicas de Nueva York, Filadelfia, Chicago y Cleveland, bilingüismo, ayudará a man
ilonde cada uno asumió que la única lengua que ätlí se hablaba era el inglés, La política es otro de lor
De hecho, los padres inmigrantes solían prohibir a sus hijos hablar su lengua hispano. Como los negros, I'
del Viejo Mundo porque se sentían ansiosos de hacerlos americanos. El re- durante mucho tiempo haci;
sultado fue que usualmente la segunda generación inmigrante y con certeza taja en votar. Sin embargo, t
la tercera no conocía en absoluto su lengua ancestral: alemán, polaco, italia- menzado a hacer oir su vr
no o griego. Todos querían americannarse y la lengua era el primer instru- Cisneros fue elegido alcald
mento que tenían a mano. americana. Nuevo México
Por otro lado, los hispanos han alcanzado una fase central en Estados Jerry Apodaca, al igual que
Unidos en un momento diferente de su historia. Siguieron al activismo del de ñueüã Y<jÌk,los hispano
movimiento negro de los años sesenta, que generó con retraso una nueva le- mócrata dg, fgrma constante
gitimidad para las tradiciones culturales de las minorías étnicas. Al operar en ha logrado prominencia en r
este clima de opinión (que mezcla culpabilidad y compasión anglosajona), los y se ha convertido también
hispanos han efectuado una campaña exitosa para instituir el bilingüismo en gido en 1992, el presidente E
las escuelas y los servicios públicos. La lógica consiste en que los estadouni-
de su gabinete.
denses de habla española, por su número y por la discriminación que han su-
Este aumento de la pre
frido, se merecen Ia oportunidad de continuar utilizando su lengua. Y lo que blico acerca de asuntos clal
es más importante, sostienen que los niños hispanos se desorientan y desmo-
amplia gama de complejas
ralizan cuando se enfrentan a una escuela exclusivamente en lengua inglesa. pueden permitirse dejar de
El mantenimiento de cierta instrucción en español ayudará a fortalecer su
confianza y forjará vínculos entre su cultura y la sociedad estadounidense Desde los años sesenta,
más amplia. por un mundo más amplio.
El bilingüismo en las escuelas públicas pretende posibilitar de forma ofi- cima de 1940 a 1960, parecir
cial que los niños de habla española den las asignaturas en español a la vez vezfinalizada la guerra fría.
que aprenden inglés. El argumento es que pueden aprender biología o mate-
ción para ella. Los gobiern,
máticas lo mismo en español que en inglés. El objetivo final es que el niño
de un amplio espectro de fi
termine sus estudios secundarios con un dominio absoluto del inglés y el es- que el único medio de esca
pañol. Quienes critican el sistema sostienen que resulta demasiado frecuen-
Gabriel García Márquez, u
te, sobre todo en las escuelas con un alto porcentaje de hispanohablantes, ráneos más famosos, lo prer
que los alumnos no aprenden un inglés correcto y quizás tampoco gramâtica
ción del premio Nobel en 1
española. De ser así, entran en el mercado laboral con una grave desventaja.
Sea cual fuere el caso, hay millones de hispanohablantes estadounidenses
América Latinu, Estados Unidos y el mundo 4tg
parte del sur de Florida, que no cuentan con el inglés suficiente para poder desenvolverse en asuntos
r hispana (cubana sobre esenciales. En respuesta, el gobierno federal de Estados unidos publica aho-
rás significativo de todo, ra en español y en inglés una amplia gama de anuncios oficiales e impresos.
lnse aumentó más de un Las autoridades de las ciudades, condados y estados de las zonas clavè
; ciudades del suroeste la
cluidas ciudades del norte como chicago y Kansas city- han tenido-in- que
osajona (como se ha eti- contratar personal que hable español. En la práctica, Estados unidos tiene
se debe no sólo a los na- ahora grandes regiones y bolsas urbanas donde el español posee sanción ofi-
1

ls conservarán su lengua \cial como segunda lengua.


No cabe duda de que esto tendrá implicaciones para la sociedad esta-
neraciones previas de in- dounidense. Las ciudades de Nueva York, Newark, Miami y Los Ángeles
illones de inmigrantes se cuentan con una programación_regular de televisión en español y todo el su-
i es que se puede- pre- roeste, desde Texas hasta Los Ángeles, tiene una red de televisión por cable
ruropeos fueron filtradas conectada directamente con la televisión nacional mexicana. Ésta, como el
a, Chicago y Cleveland, bilingüismo, ayudará a mantener viva la cultura hispana.
'se hablaba era el inglés.
La política es otro de los ámbitos donde ha comenzado a sentirse el poder
us hijos hablar su lengua
hispano. como los negros, los hispanos han tendido a ser apáticos. Suspicaces
;erlos americanos. El re- durante mucho tiempo hacia el mundo anglosajón, no solían ver ninguna ven-
inmigrante y con certeza
taja en votar. Sin embargo, en algunas ocasiones los votantes hispanos han co-
rl: alemán, polaco, italia- menzado a hacer oir su voz. En San Antonio, Texas, por ejemplo, Henry
lua era el primer instru- cisneros fue elegido alcalde en 1981, el primero de ascendencia mexicano-
americana. Nuevo México eligió un gobernador mexicano-estadounidense,
fase central en Estados
Jerry Apodaca, al igual que ocurrió en Arizona con Raúl castro. En la ciudad
guieron al activismo del
de ñueúd Yoik, los hispanos van aumentando su influencia en el partido De-
on retraso una nueva le-
'ías étnicas. mócrata de_fgrma constante. En Miami, la comunidad cubano-estadounidense
Al operar en ha logrado prominencia en sectores del comercio, la banca y los bienes raíces,
rpasión anglosajona), los
y se ha convertido también en una fuerza política importante. y, una vez ele-
rstituir el bilingüismo en gido en 1992, el presidente Bill clinton designó a clos hispanos como miembros
,te en que los estadouni-
de su gabinete.
;criminación que han su-
Este aumento de la presencia hispana influirá en el modo cle pensar pú-
rndo su lengua. Y lo que
blico acerca de asuntos clave de sus relaciones con América Latina. por una
se desorientan y desmo-
amplia gama de complejas razones, los ciudaclanos estadounidenses ya no
nente en lengua inglesa.
pueden permitirse dejar de lado a América Latina.
ayudará a fortalecer su
,ociedad estadounidense
Desde los años sesenta, América Latina se ha visto cad,avez más atraída
por un mundo más amplio. La hegemonía estadounidense en la región, en su
posibilitar de forma ofi-
cima de 1940 a 1960, pareció estar decayendo después, pero luego revivió una
uras en español a la vez
vez finalizada la guerra fría. De todos modos, el pluralismo pueàe ser una op-
rrender biología o mate-
cìón para ella. L<ls gobiernos pueden negociar el mocro de consegui. oyuåo
tivo final es que el niño
de un amplio espectro de fuentes extranjeras. La experiencia pasaìa sugiere
soluto del inglés y el es-
que el único medio de escapar de la depenclencia es aumentar las opciõnes.
ulta demasiado frecuen-
Gabriel García Márquez, uno de los escritores ratinoamericanos contempo-
rje de hispanohablantes,
ráneos más famosos, lo precisó de forma elocuente en su discurso de acepta-
rizás tampoco gramática
ción del premio Nobel en 1982:
)n una grave desventaja.
blantes estadounidenses
420 Historia contemporánes de América Lutina
en la literatura se
¿por qué la originalidad que se nos admite sin reservas
nor"ni"gu'.on toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de
cambioiocial? ¿por qué pensar que la justicia social que los europeos de avan-
zada tratan de imponèr en sus países no puede ser también un objetivo latino-
americano con métodos distintos en condiciones diferentes?
åQué futuro I
Mientras Estados Unidos afirmaba su preeminencia hemisférica en el entor-
no posterior a la guerra fría, los latinoamericanos continuarían su búsqueda
de una vía autónoma para la igualdad, la prosperidad y la independencia.

f) redecir el futuro es sie


I na. De ella se ha dichc
desarrollo maravilloso, sól
Bryce, tras una gira por St
cuna de naciones ricas y pc
1910, otro viajero inglés si
seguridad, aunque despac
ochenta años después la ce
Se ha afirmado con fre
blemas latinoamericanos. I
dos a sus pueblos. ¡Si pudi
de ofrecer una educación r
ciones más educadas de Ar
países han producido las
setenta. Se quebrantaron
congresos y sus tribunale
suceder?
Pero si la predicción er
el desarrollo económico de
por el resto de la historia.
vitales en la región, no po
sus acontecimientos futurc
La predicción también
por pensar en el futuro, he
lar un futuro equilibrio de
sente. Si el movimiento ot
Brasil, ¿continuará estánd
de vidas, mientras que el
ponderarse estas pregunta
para los años noventa y et
identificar fuentes de caml
vas en la literatura se
tativas tan difíciles de
los eurclpeos de avan-
Epílogo
ién un objetivo latino-
tes?

ðQué futuro le espera a AméricaLaÍina?


,isférica en el entor-
uarían su búsqueda
y la independencia.

f) redecir el futuro es siempre arriesgado, mucho más el de América Lati-


I na, De ella se ha dicho una y otra vez que se encontraba al borde de un
desarrollo maravilloso, sólo para defraudar a los optimistas. En 1912, lord
Bryce, tras una gira por Suramérica, predijo que su zona templada <sería la
cuna de naciones ricas y populosas, y posiblemente de grandes naciones>. En
1910, otro viajero inglés situó a Brasil ,.en el camino que conduce con toda
seguridad, aunque despacio, a un futuro de gran prosperidad>. Más de
ochenta años después la certeza se había desvanecido.
Se ha afirmado con frecuencia que la educación resolvería todos los pro-
blemas latinoamericanos. La ignorancia y el analfabetismo mantenían atrasa-
dos a sus pueblos. ¡Si pudieran seguir el ejemplo europeo y estadounidense
de ofrecer una educación estatal generalizada! ¿Pero cuáles han sido las na-
ciones más educadas de América Latina? Argentina, Chile y Uruguay, y esos
países han producido las dictaduras militares más represivas de los años
setenta. Se quebrantaron sus elegantes constituciones, se clausuraron sus
congresos y sus tribunales se convirtieron en un simulacro. ¿Cómo pudo
suceder?
Pero si la predicción es traidera, también es necesaria. Cuando seguimos
el desarrollo económico de América Latina, no podemos evitar preguntarnos
por el resto de la historia. Y como Estados unidos sigue teniendo intereses
vitales en la región, no podemos dejar de lado las posibles implicaciones de
sus acontecimientos futuros para él y sus ciudadanos.
La predicción también cuenta con otras virtudes. Cuando nos esforzamos
por pensar en el futuro, hemos de volver a pensar sobre el pasado. Para calcu-
lar un futuro equilibrio de fuerzas, debemos comprobar el peso pasado y pre-
sente. Si el movimiento obrero urbano ha estado sujeto a la manipulación en
Brasil, ¿continuará estándolo? ¿Por qué el golpe chileno de 19'73 costó miles
de vidas, mientras que el brasileño de 1964 apenas se cobró alguna? Deben
ponderarse estas preguntas históricas antes de considerar escenarios posibles
para los años noventa y en adclante. Y, con cierto cuidado, podemos esperar
identificar fuentes de cambio y determinar una escala probable de resultados.
422 Historia contemporánea de América Latina

Clases sociales
Preparación para la predicción: análisis comparativo

Comencemos por una investigación retrospectiva acerca de los estudios pre-


sentados en este libro. En el capítulo 2, ofrecimos un esbozo sistemático de
las transformaciones históricas sufridas por América Latina desde 1880 y en
H;I
I
uanqueros

los siguientes trazamos la historia de países y regiones concretos. Una de


I

nuestras preocupaciones permanentes ha sido centrarnos en 1) la situación


de cada país dentro de la economía mundial, 2) la estructura social asociada F.----"""t]
I nrofesionales, I

con cada modelo de actividad económica,3) el tipo de coalición entre las cla- I
¡nterectuales
I

ses o grupos que pudieran resultar, y 4) las consecuencias políticas derivadas

f.--* I
t
de todos estos factores.
Tiatamos de abordar este problema mediante un análisis comparativo I migrantes I

desempleados
sistemático, lo cual requiere una estructura conceptual amplia. En la conclu- I I

sión del capítulo 2, presentamos una serie de cuestiones que se consideran en


cada uno de los casos estudiados. Resulta esencial para estas interrogaciones 12.1.. Orden
el enfoque otorgado a la estructura y alineación de las clases sociales. Para
explicitar más estos temas, ofrecemos ahora un esquema analítico abstracto.
La idea central requiere la clasificación de los estratos sociales en dos di- que incluye vendedores ¿
mensiones separadas: posición rural-urbana y posición de clase. Desde esta cala, que por simplificar
perspectiva existen seis grupos: este análisis.)
Un sector social adici
clase alta urbana, formada fundamentalmente por empresarios, ban- tico sin embargo- es el
-
queros, financieros y comerciantes de gran escala o, en términos marxistas, la compañías, así como gc
,

alta burguesía. Aunque a veces ha preser


clase alta rural, principalmente latifundistas. enorme en América Latir
- clase media urbana, estrato heterogéneo que incluye profesionales, Para realzar su posic
-
maestros, tenderos y demás, conocida también como pequeña burguesía. para controlar las instituc
clase media rural, que a menudo pasa inadvertida en América Latina, pos recientes, ha sido el r
-
formada por pequeños agricultores y comerciantes de las zonas rurales. reclamar un monopolio t
clase baja urbana, en general, una clase obrera industrial o proleta- bierno, por ejemplo, puec
- pero
riado, que también incluye segmentos crecientes de migrantes desem- tro del Estado son los mi
pleados del campo. ten); otro más está comp
- clase baja rural, ya sea un proletariado agrario o un campesinado tra-
dicional, algunos de cuyos miembros pueden tomar parte en la economía na-
sido importante como ins
La figura 12.1 propor
cional y otros (en especial en las comunidades indígenas) pueden subsistir en ciones. No presenta el esl
los márgenes del mercado. ca, sino que es un esquerr
en cuestión.
Las agrupaciones de las clases bajas, con frecuencia conocidas como <cla- Para aplicar la estruc
ses populares> en América Latina, representan, con mucho, el segmento ma- las preguntas planteadas
yor de la sóðiedad. Son pobres, carecen de educación y a veces presentan
desnutrición, y se les ha privado de forma sistemática de los beneficios del ¿Cuáles son las pr
desarrollo. Muchos de ellos han empezado a participar en el <sector infor- -
cuáles ausentes?
mal> que surge con rapidez, trabajando en tareas esporádicas fuera de la ¿Qué clases social
economía formal. (El sector informal es un grupo desusadamente amorfo - ¿Qué grupos estár
-
¿;Qué liuuro le espera a América Latina? 423

I nstituciones
Clases sociales Sector externo nacionales
:omparativo

r de los estudios Pre-


sbozo sistemático de H;;I H;;;j Í-'"-*r""r*l
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que se consideran en
estas interrogaciones I2.1. Ordenamiento hipotético de los actores sociales.
clases sociales. Para
a analítico abstracto.
cs sociales en dos di- que incluye vendedores ambulantes, mendigos y empresarios a pequeña es-
de clase. Desde esta cala, que por simplificar las cosas no recibe una consideración separada en
este análisis.)
Un sector social adicional una clase o un estrato, pero un grupo crí
cr empresarios, ban- tico sin embargo- es el sector-no
extrsnjero, que incluye inversores privados y
irminos marxistas, la compañías, así como gobiernos extranjeros y establecimientos militares.
Aunque a veces ha presentado divisiones, este sector ha manejado un poder
enorme en América Latina.
rcluye profesionales, Para realzar su posición relativa, estos actores sociales suelen competir
trueña burguesía. para controlar las instituciones principales. La más crucial, al menos en tiem-
r en América Latina, pos recientes, ha sido el.Estado, que gobierna recursos a gran escala y suele
s zonas rurales, reclamar un monopolio efectívo del uso legítimo de la fuerza (sólo un go-
industrial o proleta- bierno, por ejemplo, puede encarcelar a un ciudadano). Un grupo clave den-
le migrantes desem- tro del Estado son los militares; otro son los partidos políticos (cuando exis-
ten); otro más está compuesto por los tecnócratas y burócratas. También ha
un campesinado tra- sido importante como institución la lglesia católica y romana.
: en la economía na- La figura 12.1 proporciona un cuadro general de estos grupos e institu-
) pueden subsistir en ciones. No presenta el esbozo de ninguna sociedad latinoamericana específi-
ca, sino que es un esquema abstracto, un medio hipotético de ilustrar el tema
en cuestión.
'onocidas como <cla- Para aplicar la estructura a una situación histórica necesitamos formular
:ho, el segmento ma- fas preguntas planteadas en el capítulo 2. En resumen son:
y a veces presentan
le los beneficios del ¿Cuáles son las principales clases sociales? ¿Cuáles están presentes y
en el <sector infor- -
cuáles ausentes?
rrádicas fuera de la ðQué clases sociales tienen más poder?
usadamente amorfo - ¿Qué grupos están aliados entre sí? ¿De qué modo?
-
424 Historia contemporánea de América Latina

¿,Hasta qué punto es autónomo el Estado? ¿Está


cautivo de alguna
clase social o es independiente?
¿Cuáles ,on lor factores predominantes en la escena internacional?
-
(o
@
en particular, es la posición de Estados Unidos? o
¿CuáI, ,ò
F

Para demostrar estas posibilidades, presentamos a continuación unos análi-


o)
cì o
sis esquemáticos de lás transiciones políticas y sociales de cada una de las
ts
o x
regiones estudiadas desde el capítulo 3 hasta el 10' Aquí nos concentramos @ U

en-acontecimientos relativamente recientes, aunque el método podría apli-


O)

carse por igual a periodos anteriores. Recalcamos que se trata de un ejerci- 'o
o
Ø
o
cio inierprãtativo, no una pronunciación definitiva; requiere estimaciones y q-
o
ñ
juicios que deben producir discusiones y debate. Sin embargo, pensamos 'b

que el pianteamiento proporciona una clara confirmación de nuestros argu-


.q)
c
a.
m"ntos básicos: que lòs iesultados políticos de América Latina se derivan !
o
en general de la posición que ocupa cada país en la economía mundial y
que"una perspecti;a comparativa de estos fenómenos puede ayudar a dilu-
cidar las ìariãciones y regularidades de la sociedad y la política latinoame-
(o
ro)
ricanas. o
Nuestra primera aplicación se ocupa de Argentina, donde _el dominio
ts
o
económico dè la carne y el trigo produjo dos importantes resultados sociales: ú;
6
o
la ausencia de un campesinado, en especial en la región de la pampa, y la im- m
portación de mano de obra de la clase obrera europea. En los años anterio- 6)
ies a Perón, el Estado y el sector externo solían coaligarse con los intereses .ô
Io
latifundistas, como muestra la figura 12.2' (Las flechas continuas representan o
alianzas relativamente firmes; las discontinuag coaliciones frágiles o parcia-
o_

o c
les.) Hasta los raclicales que gobernaron con el apoyo de la clase media de o

1916 a 1930 tendieron a favorecer a los oligarcas ganaderos'


¡
Por razones económicas y demográficas, la clase obrera urbana argentina
comenzó de improviso a ejercer presión sobre el sistema político en los años
treinta, pero no existía la posibilidad de establecer una alianza de clase con
el campàsinado; en su lugar, los aliados más idóneos fueron los nuevos in- m
o
dustriaies emergentes, dispuestos a enfrentarse a la aristocracia terrateniente G

y a sus conexiones extranjeras. Así, se dieron las condiciones previas para o


una coalición multiclasista urbana de obreros, industriales y algunos segmen-
tos de la clase media. El instinto político, la retórica populista y el carisma
'o
o
a-
personal del coronel Juan Perón hicieron realidad esta alianza, utilizando una È
o
àstructura estatal corporativista para institucionalizarla. lJna razón de su éxi- o
to inicial fue que loJ latifundistas no contaban con un campesinado con el a
que formar un frente conservador común. lJnarazón de su fracaso final fue d

que el crecimiento industrial limitado llevó a un conflicto de clase entre obre-


ros y propietarios dentro de la coalición.
-Eir
fôeO y de nuevo enlT6,los militares se apoderaron del Estado e in-
tentaron imponer un régimen "burocrático-autoritario> ' La alianza dominan-
te la componían la oficialidad, los inversores extranjeros, los industriales lo-
cales y loi latifundistas. Se reprimió a los obreros y se los excluyó a la fuerza
¿Qué fuuro le espera a América Latina? 425
tá cautivo de alguna
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426 Historia contemporánea de América Latina

a. con Allende (1970-1973) ls. con Pinochet (1973-1990) a. con Goulart (1961-19r

Estado Extra njero Estado Extraniero


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Campe si nos/
Obreros )breros rur

<:+ alianzasfuert
:ï:::::iïi"î,",rrági,es o parcia,es

(de quienes lo respaldan al receptor) -+ +- relaciones po


-
12.3. Coaliciones políticas y sociales: Chile. Con Allende (a) un movimiento político 12.4. Coaliciones políticas y
basado fundamentalmente en los obreros urbanos obtuvo el control del Estado, en con- apoyo de obreros y campesinot
tra de la oposición de los intereses extranjeros, los industriales y un ordenamiento mul- tencial; después de su mandat
ticlasista de grupos rurales; después de Allende (b) una coalición de industriales y lati- grupos constituidos y conservd
fundistas se unió a los intereses extranjeros, el más notable Estados Unidos, para crear
un Estado burocrático-autoritario dominado por los militares, que mostró una autono-
presentaban a grupos socit
mía considerable en el ámbito interno (de ahí las flechas discontinuas de una sola di-
rección). independencia sustancial.
Así que, allí, existían l,
ta. Los partidos políticos
del poder. Los sectores medios se mantuvieron en un compás de espera y lue- ideológica. La alianza del r

go hallaron su oportunidad con la elección de Alfonsín en 1983. .Su partido sión nacionalista al resent
fue, a su vez, desplazado por un presidente peronista. Carlos Menem, quien amplia coalición de obrer<
pronto lanzó un programa ortodoxo de estabilización que puso a la política comienzos del gobierno d
de clases argentina de vuelta abajo. Los peronistas, una vez enemigos impla- socialista chileno no fue ci
cables de la ortodoxia económica, daban ahora los votos en el Congreso para base obrera industrial. En
llevar a la práctica esa doctrina, incluida una privatización global. mucha de la clase media b
Chile es un caso bastante diferente, ya que contenía todos los tipos de ac- de la clase alta mantuvierl
tores sociales, incluido el campesinado (y un proletariado rural migratorio), familiares, y los latifundisti
y una clase obrera que en 1900 ya estaba bien organizada, al menos según los po. La intervención encub
parámetros latinoamericanos. Los intereses extranjeros, en especial los de del régimen de Allende (f
las compañías dedicadas al cobre, colaboraban con la clase alta que, en con- --Þesde 1973 los militar
traste con Argentina, participaba de forma profunda en las finanzas y la blecieron un sistema buroi
industria. además de hacerlo en la tierra. Aunque los partidos políticos re- industriales, latifundistas,
¿Qué futuro le espera a América Latina? 427
rochet (1973-1990) a. con Goulart (1961-1964) b, reg ímenes m i I ita res ( I 964- I 985)

Estado Extranjero

lndustriales

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_l lo¡reros Obreros Campesinos/
rbreros rurales

<t-{Þ al¡anzasfuertes

{- relaciones potenciales (pero no logradas)


--Þ
movimiento político 12.4. coaliciones políticas y sociales: Brasil. con Goulart (a) el Estado movilizó el
rl del Estado, en con- apoyo de obreros y campesinos, creando el espectro de una alianza obrero-campesina po-
r ordenamiento mul- tencial; después de su mandato (b) el Estado burocrático-autoritario se basó en uaiios
Je industriales y lati- grupos constituidos y conservó una considerable fidelidad de la clase media urbana.
rsUnidos, para crear
mostró una autono-
nuas de una sola di- presentaban a grupos sociales específicos, el Estado mantuvo en general una
independencia sustancial.
Así que, allí, existían los elementos de un poderoso movimiento socialis-
ta. Los partidos políticos podían (y lo hicieron) conducir a la polarización
ás de espera y lue- ideológica. La alianza del sector exterior con la clase alta añadía una dimen-
r 1983. Su partido sión nacionalista al resentimiento hacia la aristocracia. parecía posible una
los Menem, quien amplia coalición de obreros y campesinos: de ahí el triunfo y euforia de los
puso a la política comienzos del gobierno de salvador Allende. sin embargo, el movimiento
z cnemigos impla- socialista chileno no fue capaz de aumentar su apoyo mucho más allá de su
r el Congreso para base obrera industrial. En particular, sus particlarios no lograron convencer a
global. mucha de la clase media baja. Por otro lado, los elementos rurales y urbanos
los los tipos de ac- de la clase alta mantuvieron su solidaridad, en parte a través de conexiones
rural migratorio), familiares, y los latifundistas obtuvieron el respaldo de otros estratos del cam-
rl menos según los po. La intervención encubierta de Estados unidos aceleró más aún la caída
:n especial los de del régimen de Allende (tìgura 12.3).
: alta que, en con- ---"]besde 1973 los militarès chilenos, como sus homólogos argentinos, esta-
las finanzas y la blecieron un sistema burocrático-autoritario. La coalición gobernante incluía
tidos políticos re- industriales, latifundistas, inversores extranjeros y un Estado que poseía un
428 Historia contemporónea de América Latina

E'
a. antes de Velasco (hasta 1968) h. con Velasco (1968-1975) a. antes de la Revolución (hasta

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I I actor soc¡al en posición
|----t
I I actor social en
I I débiloincipiente I I débil oincipien

12,5. Coaliciones políticas y sociales: Perú. Antes de Velasco (a) una coalición de la- 12.6. Coaliciones políticas
tifundistas, intereses extranjeros e industriales incipientes controlaban el Estado; con fundistas y los intereses extr
Velasco (b) el Estado logró debilitar la oligarquía latifundista e intentó movilizar el contemporáneos (los <cientíl
apoyo de los obreros y campesinos mediante una estructura corporativista (sin forjar años treinta (b) la coalición ¡
una alianza horizontal de clases bajas), pero no pudo hacerlo a largo plazo. tre los intereses extranjeros,
mantuvo la mano firme sob:
de la clase media urbana.
poder extraordinario. Formado por generales y tecnócratas, en especial los
<Chicago boys>, el gobierno chileno comenzó su andadura dispuesto a pre-
valecer sobre toda oposición. En el curso de la reorganización financiera y de gobierno brasileño logró
la privatización total, el gobierno también aumentó la concentración de la ri- sus homólogos de Argenl
qûeza, pues unos cuantos clanes y conglomerados ricos compraron las em- ceso de apertura tuvo éxi
presas estatales privatizadas. En Perú, el periodo c
Brasil presentó un cuadro similar. Con Vargas, eI Estado Nôvo organizÓ senta fue testigo de una e
a los obreros urbanos bajo los auspicios del control estatal. A comienzos de Odría), el capital extran
los años sesenta, su protegido, João Goulart, escalonó la movilización de los existían como un grupo I
obreros e incluso fomentó (o al menos permitió) la organización de los cam- (véase la figura 12.5). L(
pesinos. La perspectiva de una alianza obrero-campesina se oponía tanto a ambivalente, unas veces ,

los intereses de la clase alta como a los extranjeros, reflejados en la figura Belaúnde, pero sin desafi
12.4, y propició la intervención militar en 1964 para establecer un régimen za gobernante quedaron
burocrático-autoritario prototípico. A pesar de las oleadas represivas que dos de chabolas y, por sl
golpearon a todos los sectores sociales (aunque en grados muy diferentes), el armas en la sierra.
¿Qué fiuuro le espera a América LqtinaT 429

)n Velasco (1968'1975) a. antes de la Revolución (hasta 1910) b, desde Cárdenas (1934)

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actor social en posición


débil o incipiente

o (a) una coalición de la- 12.6. Coaliciones políticas y sociales: México. Antes de la Revolución (a) los lati-
,ntrolaban el Estado; con fundistas y los intereses extranjeros se combinaron con los militares y los tecnócratas
;ta e intentó movilizar el contemporáneos (los <científicos>) para obtener el control del Estado; después de los
corporativista (sin forjar años treinta (b) la coalición gobernante estaba formada por un delicado equilibrio en-
o a largo plazo. tre los intereses extranjeros, los financieros e industriales nacionales y el Estado, que
mantuvo la mano firme sobre obreros y campesinos mientras cultivaba cierto apoyo
de la clase media urbana.
rcratas, en especial los
ldura dispuesto a pre-
iz.ación financiera y de gobierno brasileño logró retener más respaldo residual de la clase media que
concentración de la ri- sus homólogos de Argentina o Chile, lo que explica en parte por qué el pro-
os compraron las em- ceso de apertura tuvo éxito aquí en un estadio anterior.
En Perú, el periodo comprendido entre 1948 y mediados de los años se-
Estado Nôvo organizí senta fue testigo de una estrecha asociación entre el Estado (en especial con
;tatal. A comienzos de Odría), el capital extranjero, los terratenientes y la medida en que
la movilización de los
-en
existían como un grupo de poder identificable- los industriales nacionales
ganización de los cam- (véase la figura 12.5). Los sectores medios urbanos adoptaron una postura
sina se oponía tanto a ambivalente, unas veces en apoyo del APRA y otras de Acción Popular de
reflejados en la figura Belaúnde, pero sin desafiar la estructura de poder general. Fuera de la alian-
establecer un régimen za gobernante quedaron los obreros organizados, los migrantes de los pobla-
,leadas represivas que dos de chabolas y, por supuesto, los campesinos que acabaron tomando las
Jos muy diferentes), el armas en la sierra.
430 Historia contemporónea de Américs Latina

El régimen militar revolucionario encabezado por Velasco Alvarado

[q*@
a. antes de la Revolución (hasta 195!
(1968-1975) desmanteló esta coalición y construyó una completamente nue-
va. basada en la movilización patrocinada por el Estado y el control de obre-
ros y campesinos contra los grupos cn ascendencia anteriores: inversores
extranjeros y latifundistas aristocráticos en particular, los últimos muy debi-
litados por la reforma agraria. El Estado se caracterizó por su autonomía y r - - - - -l r - - -
ningún sector fue inmune a su intervención. Finalmente, los militares refor- rl
r

: lndustriales |
rt'l ìLatifundistasl
mistas resultaron incapaces de institucionalizar su estructura corporativista l_____.
l__-__,
para, de ese modo, consolidar sus lazos con los obreros y campesinos. Los go-
biernos que siguieron Bermúdez (1975-1980), Belaúnde (1980-
1985)- devolvieron de -Morales
forma gradual cuotas de poder significativas a las fac-
Media
I

ciones de la elite anterior a 1968, aunque García (1985-1990) probó medidas rural ;

E@
populistas.
México ofrece una combinación diferente. Antes de la Revolución de
1910, el país no tenía elite industrial autóctona o sector medio rural; existía
una clase obrera incipiente pero sin organizar. Como muestra la figura 12.6,
la coalición gobernante durante el porfiriato incluía tres grupos: latifundistas,
sector extranjero y Estado.
La Revolución rompió esta coalición y, mediante la reforma agraria, de- alianzas fuertes
--+
bilitó a la elite rural. El Estado aumentó su autoridad y, a partir de los años - - - - -l
treinta, alentó la formación de una burguesía industrial. Los gobiernos pos- i u.tor'socialenPos
r i débil oinciPiente
revolucionarios atrajeron el apoyo popular de obreros y campesinos, y con
Cárdenas desarrollaron su estrategia para controlar a las masas: el Estado or-
ganizaría a los obreros y los campesinos de modo que permanecieran aparte. ,r'r., *^r"iones potíticas y sc

El PRI desarrolló <sectores> separados de obreros y campesinos, que refle- tado débil que dependía de Est
jaban la obsesión del régimen de atajar toda política espontánea de clases. do posrevolucionario (b) ha ec
dos Unidos) y ha movilizado e
Hacia mediados de los años noventa, sin embargo, el PRI experimentaba ayuda y protección de una pott
grandes derrotas electorales, especialmente en ámbito estatal y local. Ade-
más, las disputas a alto nivel estaban amenazando con destruir la presunta
hegemonía multiclasista del partido. tica una economía odirigida
La sociedad de monocultivo cubana presenta aún otro perfil. El dominio sivo. Esta dependencia se h
extranjero (esto es, estadounidense) de la industria anJcarera significó que, a viética y su subsidio desapar
todos los efectos prácticos, fuera difícil que hubiera una clase alta nacional. A semejanza parcial de
Los trabajadores de los ingenios y las plantaciones formaban un proletariado los años setenta presentaba
activo, como refleja la figura L2.7, y la emigración estrechó los lazos entre los tenientes (pero residentes y
obreros de las ciudades y el campo. Los sindicatos eran débiles, el ejército co- clase media incipiente y uni
rrupto y, con Batista, el Estado era un juguete despreciable de los intereses cia, intereses extranjeros y t
estadounidenses. la lglesia. En la última déc¡
Cuba poseía elementos de un movimiento socialista que pudiera capita- importantes, en especial en
lizar los sentimientos antiimperialistas. Había otro secreto para el éxito final la figura 12.8). En primer lu
de Fidel: su movimiento encontraría muy poca resistencia, excepto del sector buscado el apoyo de los car
extranjero, cuyos procónsules no utilizaron todos los recursos de que dispo- tante, la Iglesia católica y rc
nían. Desde 1959, Fidel y sus lugartenientes han renovado la estructura social causa de los pobres. Pero li
de la isla, eliminando los vestigios de la antigua clase alta, organizando los buyó a derrotar a las guerri.
grupos de clase media y baja de las ciudades y el campo, y poniendo en prác- volución en Nicaragua. En
¿,Qué.futuro le e.spera o América Latina? 13t

E*@
por Velasco Alvarado a, antes de la Revolución (hasta 1959) b. después de la Revolución (desde 1959)
na completamente nue- :l
rdo y el control de obre- ii
a anteriores: inversores
r, los últimos muy debi-
'izó por su autonomía y
r - - - - -r r - - - - -l
:nte, los militares refor- lt
,lndustriales l,Latifundistasl
structura corporativista 't't
I_ _ _
- -, t_ _ _ _ _ -
rs y campesinos. Los go-
1980), Belaúnde (1980- i

r significativas a las fac- I


I

Media
l5-1990) probó medidas rural I
i I
I
I

[*;l
:s de la Revolución de i

t.'"*;l
:tor medio rural; existía l, I

I muestra b figura 12.6,


il
-- - "- ruralesl
I

"es grupos: latifundistas, | | lobreros

la reforma agraria, de- <É-{Þ âlianzas fuertes


C ¡a partir de los años
i----
-j u.torsoc¡âl enposición
'ial. Los gobiernos pos-
I I débiloincipiente
osycampesinos,ycon
las masas: el Estado or-
,permanecieran aparte. ,r'r., ,t^r*ron". potiti.urs y sociales: Cuba. Antes cle la Revolución (a) había un Es-
campesinos, que refle- tado débil que dependía de Estados Unidos para su subsistencia y respaldo; el Esta-
t espontánea de clases. do posrevolucionario (b) ha echado a la clase alta (mucha de la cual emigró a Esta-
dos Unidos) y ha movilizado el apoyo del ¡esto de la sociedad cubana, pero recibió
el PRI experimentaba
ayuda y protección de una potencia extranjera hasta los primeros noventa.
.o estatal y local. Ade-
on destruir la presunta
tica una economía <dirigida>. Pero se logró sólo con el apoyo soviético ma-
otro perfil. El dominio sivo. Esta dependencia se hizo penosamente evidente cuando la Unión So-
ucarera significó que, a viética y su subsidio desaparecieron a comienzos de los años noventa.
rna clase alta nacional. A semejanza parcial de Cuba, la mayor parte de Centroamérica antes de
maban un proletariado los años setenta presentaba una sociedad de
"plantación> tradicional: terra-
t

echó los lazos entre los tenientes (pero residentes y no ausentes) y campesinos en el sector rural, una
r débiles, el ejército co- clase media incipiente y una alianza gobernante formada por una aristocra-
:ciable de los intereses cia, intereses extranjeros y un Estado dictatorial plenamente respaldado por
la lglesia. En la última década más o menos, han tenido lugar dos cambios
sta que pudiera capita- importantes, en especial en Nicaragua y El Salvador (el último se refleja en
)reto para el éxito final la figura 12.8). En primer lugar, los dirigentes políticos de la clase media han
rcia, excepto del sector buscado el apoyo de los campesinos. En segundo lugar y quizás más impor-
recursos de que dispo- tante, la Iglesia católica y romana ha abrazado de forma abierta y valerosa la
ado la estructura social causa de los pobres. Pero la intervención masiva cle Estados Unidos contri-
: alta, organizando los buyó a derrotar a las guerrillas izquierdistas en El Salvador y a invertir la re-
ro, y poniendo en prác-
volución en Nicaragua. En general, la alianza de la elite terrateniente y los
432 Hßtoria contemporónea de América Latina

a. hasta 1970 b. desde 1970 suceda en otros grupos so(


clase obrera urbana aumer
pero esto solo no determi
gran medida de los otros gr
presentes, de la naturaleza
tantes. El movimiento soci¿
sólo debido a sus diferenter
bases y grados de oposiciót
Estas críticas son aplic.
dos con frecuencia clases (
pero su actividad política p
las relaciones de poder ent
Las clases medias latinoqm
nidades políticas, en lugar d
zón para esperar que esto c,
riodo 1890-1910 representa
efectuar un cambio estrucl
Revolución mexicana, tení¡
<--'> alianzAsfuertes tidos de clase media
adoptado una postura -de en re
tratos (y las elites de clase ¿

12.8. Coaliciones políticas y sociales: ElSalvador. Antes de 1970 (a) El Salvador es- populares y revolucionarior
taba dominado por una alianza de latifundistas, intereses extranjeros y militares, con va y a menudo incoherente
la aprobación de una jerarquía eclesiástica conservadora; a mediados de los años se- ma no determinará modelc
tenta (b) un movimiento reformista de clase media empezó a buscar el apoyo del con otros factores se puede
campesinado y los clérigos principales expresaron su solidaridad con los desposeídos. La interacción entre gn
lo que pase en América L¿
pués. Para expresar las im¡
intereses extranjeros ha defendido éxitosamente su control sobre el Estado anticipar el entorno social'
en Centroamérica.
Además de situar cada uno de los estudios concretos dentro de un mar-
co comparativo, esta perspectiva general puede ofrecer varias pistas básicas Dimensiones dr
para predecir tendencias y resultados. Una de ellas es que gran parte de la in-
fluencía sobre el desarrollo futuro latinoamericano seguiró proviniendo de Entre los factores más impo
fuera de la región. El crecimiento económico (o descenso) en el centro in- la población latinoamericar
dustrial del sistema capitalista mundial tendrá efectos importantes sobre la sos (en particular alimentos
demanda de bienes latinoamericanos y podría afectar a las relaciones de po- política. El espectro de un¿
der entre los grupos en los países productores. Por ejemplo, que Cuba o Cen- rondando las previsiones sc
troamérica se embarquen en la industrialización no sólo depende de sus re- una estimación, la poblaci
cursos y planes, sino también de las acciones de Estados Unidos y la Unión 1992- podría aumentar a r
Europea y posiblemente Japón y otras potencias. A medida que el mundo se de la proyectada para Esta
vuelve cadavez más interdependiente, es menos probable que esta situación presentaría una enorme ter
pueda cambiar. observadores han predicho
En segundo lugar, la acción de cualquier grupo o clase social particular Sin embargo, es imporl
no dependerá sólo de su propio crecimiento y f:uerza, sino también de lo que mucho de un país a otro. E
¿Qué futuro le espera a América Latinq? 433
b. desde 1970 suceda en otros grupos sociales. Es razonable suponer, por ejemplo, que la
clase obrera urbana aumente en la mayoría de los países latinoamerióanos,
pero esto solo no determinará los resultados políticos, que dependerán en
gran medida de los otros grupos de cada sociedad: de qué otros grupos estén
presentes, de la naturaleza de las alianzas y de los acuerdos de poder resul-
tantes. El movimiento socialista tuvo éxito en cuba pero fracasó en chile no
sólo debido a sus diferentes grados de cohesión interna, sino también por sus
bases y grados de oposición diferentes.
Estas críticas son aplicables sobre todo a los grupos medios, denomina-
dos con frecuencia clases o sectores medios, que están destinados a crecer,
pero su actividad política probablemente dependerá, en una gran medida, de
las relaciones de poder entre los otros grupos importantes dã cada sociedad.
Las clases medias latinoamericanas han tendido a reaccionar ante las oportu-
nidades políticas, en lugar de iniciar la transformación estructural, y no hoy ,o-
zón para esperar que esto cambie. Los movimientos de la clase media dei pe-
riodo 1890-1910 representaron intentos por lograr el acceso al poder, no de
efectuar un cambio estructural; hasta Francisco Madero, el ..ap¿;slol> de la
Revolución mexicana, tenía objetivos ìimitados. Desde ese periodo, los par-
tidos de clase media Argentina, chile, Brasil y otros lugares- han
adoptado una postura en -derespuesta. Sin duda, algunos individuolde estos es-
tratos (y las elites de clase alta) han asumido el liderazgo de los movimientos
le 1970 (a) El Salvador es- populares y revolucionarios, pero la conducta colectiva ha sido cauta, tentati-
xtranjeros y militares, con va y a menudo incoherente. La expansión de los sectores medios por sí mis-
r mediados de los años se- ma no determinará modelos de cambio político. No obstante, en óonjunción
:zó a buscar el apoyo del con otros factores se puede convertir en una fuerza decisiva.
ridad con los desposeídos. La interacción entre grupos sociales clave tendrá una influencia crítica en
lo que pase en América Latina desde ahora hasta el año 2000 y quizás des-
pués. Para expresar las implicaciones de este hecho, debemos ãmp"rur po,
rontrol sobre el Estado anticipar el entorno social y económico que probablemente prevalecerá.

etos dentro de un mar-


:er varias pistas básicas Dimensiones del cambio: demografía y economía
que gran parte de la in-
seguirci proviniendo de Entre los factores más importantes se encuentra el tamaño y el crecimiento de
censo) en el centro in- la población latinoamericana, que determinará la demandà general de recur-
rs importantes sobre la sos (en particular alimentos), y de puestos de trabajo, serviciõs y participación lll

a las relaciones de po- ll


política. El espectro de una <explosión demográfica, hace tiempo que viene
mplo, que Cuba o Cen- rondando las previsiones sobre el futuro del continente y no sin iazón. Según lii

ólo depende de sus re- una estimación, la población de América Latina 453 millones en
dos Unidos y la Unión 1'992- podría aumentar a más de 515 millones para -unosel año 2000, casi el doble
redida que el mundo se de la proyectada para Estados unidos. una expansión de esta magnitud re-
,able que esta situación presentaría una enorme tensión para la sociedad latinoamericana y muchos,
observadores han predicho que provocará hambre, desorden y estanõamiento. i
r clase social particular Sin embargo, es importante tener en cuenta que las peispectivas varían
sino también de lo que mucho de un país a otro. Entre 1970 y 1980, la población de México aumen-
434 Historia contemporóneo de América Latina

Cu,cono 12.1. Crecimiento poblacional y proyecciones, 1980-2025 jos para que algunos, al men
alimentar: a una edad muy t
Proyecciones
po u otros lugares y contrib
Tasa de crecimiento de población
unual medio ("/") Población (en millones) tener previsto que sus hijos
(milbnes) de esta perspectiva tradicio
1980-1992 1992-2000 1992 2000 2025 se pueda disponer de ellos,
Sin embargo, las actituc
Argentina 1,3 1,0 36 43
cadas recientes. La urbaniz¿
Brasil 2.0 1,4 t54 172 224
factores, han llevado a un c
Chile 1,7 1,3 I4 15 l9
poblacional, que han bajad
México 2,0 1,9 85 99 136
26 36 años sesenta al 1,9 por 100 a
Perú 2,1 1,8 22
talidad mexicana cayó de 4!
Fuente: Banco Mundial, Workl Development Report 1994, Nueva York, Oxford University 1988, mientras que la de Br
Press, 1994, cuadro 25, Además, el problema no
años venideros. Una preocu
aquí y que buscarán trabajo
tó a un tasa media anual de un2,2 por 100. La tasa de Chile fue del 1',7 por Brasil, casi la mitad de la po
100 y para Cuba se redujo a cerca del 1,3 por 100. Basándonos en las tasas las próximas dos décadas la ¡
de crecimiento recientes, el cuadro I2.l refleja un conjunto de proyecciones tendencias demográficas se <
para los países mayores de la región. Parece que Brasil podría acercarse a los ¿Será capaz la economí
172 millones de habitantes a finales de este siglo, lo que representará casi ochenta fueron poco alentar
dos tercios de la población estadounidense de unos 276 millones de habitan- cendió cerca de un 10 por lC
tes. Arggrrtina, Cuba y Chile no necesitan preocuparse por una demanda ex- 5 por 100, el de México má:
traordinãria de recursos, al menos en lo que respecta al crecimiento pobla- por 100. Los años ochenta s
cional. México y Centroamérica ofrecen un motivo de preocupación debido cios de los años noventa apc
al crecimiento en la demanda de puestos de trabajo. 100, no mucho más que la t
Los cambios en las tasas de crecimiento poblacional tienen causas múlti- Y el crecimiento econó¡
ples. La historia reciente ha mostrado que la urbanización y el aumento de la vez genera uniformidad eco
renta se acompañan generalmente de una reducción de la tasa de natalidad. contrario, tiende con frecuer
También resultan importantes las actitudes sociales y la disponibilidad de an- de la población; sobre todo
ticonceptivos. El caso más espectacular de cambio reciente en la tasa de cre- sión económica suele darse
cimiento demográfico en América Latina es Cuba, que entre 1958 y 1980 vio nales de siglo, América Lat:
declinar su tasa de natalidad un 46 por 100. Con catorce nacimientos por al crecimiento económico, la
cada mil habitantes, la tasa cubana es comparable a la de las naciones más trabajo, los habitantes de las
desarrolladas o aún más baja. Esto puede explicarse por la transformación de podrían muy bien llegar a sr
la estructura social y las condiciones económicas, así como por la escasez quizá siga manteniéndose il
de viviendas y el coste del cuidado infantil. El gobierno cubano ha hecho que perspectivas a largo plazo n<
se pueda disponer de anticonceptivos de forma gratuita y ha permitido el convertirse en semilleros de
aborto a petición, aunque se aconseja a las mujeres que no lo utilicen nunca Además, a mediados de
como un medio para controlar la natalidad. tina seguía soportando el ag
En otros lugares de América Latina, el cuadro del control de la natalidad Durante la década anterior
es más complicado, Ha habido mucha resistencia, no sólo debido a las ense- 200.000 millones de dólares.
ñanzas de la Iglesia católica, sino porque la gente pobre de la sociedad rural ción de la deuda, el crecimie
tradicional tiende a considerar que tener muchos hijos es algo beneficioso. de capital. Sin embargo, en
Las altas tasas de mortalidad infantil inducen a los padres a tener muchos hi- sos de la exportación se dest
¿Qué futuro le espera a América Latina? 435
s.1980-2025 jos para que algunos, al menos, sobrevivan. y
los niños no son sóro bocas que
alimentar: a una edad muy. tempråna, pueden
Proyecciones comenzar u ouuã¡u, en el cam-
po u otros lugares y contribuir a la renta familiar.
de población Ad.;;r,rr-badres suelen
(en ntillones) tener previsto que sus hijos los respaldarán
tn
cuando il.gu"ï;Ji"¡os. Dentro
s) de esta perspectiva tradicional, la ieticencia
2000
a usar aunque
se pueda disponer de ellos, es completamente "",-i.ãr"lp,ivos,
razonable.
sin embargo, las actitudes hacà la maternidad han
36 43 . cambiado en ras dé-
cadas recientes. La urbanización y el aumento
172 224 del nivel de vida, entre otros
l9 factores, han lrevado a un descenso significativo.
15 de las tasas de crecimiento
poblacional, que han gltdo
99
26
136
36
de un piomedio
años sesenta al 1,9 por 100 a inicios dà ros
anual J"i;Ëpà, roo en los
anos noventa. La tasa bruta de na_
talidad mexicana cayó de 45 nacimientos por
, Nueva York, Oxford University mil habitant", tcos a 2g en
1988, mientras que la de Brasil descendió d e 39 a 2g. "n
Además, el problema no consiste sóro en el
- número de nacimientos en los
años venideros. una preocupación crírica de.ben
r"r ror
aquí y que buscarán trabajo en el futuro predecibre.
j¿;;;;q"" ya están
sa de Chile fue del 1,7 por
E" p"rr;, ;;mo México y
Brasil, casi la mitad de ra población tienË menos
de quince anos. Rsi pues, en
J. Basándonos en las tasas las próximas dos déc^adas la presión para
obtener un empleo será enorme. Las
conjunto de proyecciones tendencias demográficas se conviertän de prisa
en reafidade, ,å"iul.r.
rasil podría acercarse a los
r, lo que representará casi
. ¿Será capaz la economía regional de iostener esta pobración? Los años
,s 276 millones de habitan-
ochenta fueron poco alentador"i. ¡t producto interior bruto per cápita
des_
cendió cerca de un 10 por 100 durante ra
década. Er ¿e srasii Ja-yo más de un
rarse por una demaryla ex- 5 por 100, el de Méxjco má1 d9 un 8 por
ecta al crecimiento
tpobla- 100 y
por 100. Los años ochenra sin duda hån sido
J;;
p"r,i""" ä'r"-uroso 30
unu .,ã¿*ãu p"r¿iäur. Los ini_
o de preocupación debido cios de los años noventa aportaron un modesto
crecimiento anual del 3,5 por
io. 100, no mucho más que la tasa de crecimiento
demográfico der 1,9 por
;ional tienen causas múlti- Y el crecimiento. económico capitarista, incruso Jrunão 100.
ización y el aumento de la vez genera uniformidad económica, sobre
,J u""I".u, ,uru
todo en las prirneru* lur".. por el
in de la tasa de natalidad. contrario, tiende con frecuencia a concentrar la riquez.';
; y la disponibilidad de an- de la población; sobre todo en sociedades ,.dependient"rrí;;õ;os sectores
reciente en la tasa de cre- sión económica suele darse dentro de enclaves
¿ånä, la expan_
que entre 1958 y 1980 vio o ,.bolsas> restringidas. A fi_
nales de siglo, América Latina será abrumadoramente
l catorce nacimientos por urbana. pero debido
al crecimiento económico, la migración del campo
: a la de las naciones más y la escasez de puestos de
trabajo, los habitantes de las ciuãades sin un
empleo dentro del sector rbrmal
e por la transformación de podrían muy bien lregar a ser casi rø mitacr
de lå poblacion io1ui. erte grupo
, así como por la escasez quizá siga manreniéndose inactivo en porítica
:rno cubano ha hecho que perspectivas a largo prazo no dejan de
d;r";l;-;; ;;;", pero ras
ùr inquietantes. Las .iuãäd", pueden
lratuita y ha permitido el convertirse en semilleros de desôontento.
s que no lo utilicen nunca Además, a mediados de los años noventa, ra
mayor parte de América La-
tina seguía soportando el agobiante peso ¿e
del control de la natalidad los pagos de la deuda exterior.
Durante la década anterioi transfirià u ,u,
no sólo debido a las ense- u.r"ìdãres extranjáros más de
200'000 millones de dólares. El peso neto
descendió a causa de ia renegocia-
robre de la sociedad rural c-ión de la deuda, el crecimiento de ra exportación
hijos es algo beneficioso. y el retorno de ra entrada
de capital. Sin embargo, en 1993, casi unï de
padres a tener muchos hi- cada tres dólares de los ingre_
sos de la exportación se destinaba a pagar
los antiguos préstamos
436 Historia contemporónea de América Lutina

su clase obrera que ningún


Mirada hacia adelante: respuestas políticas seguro asumir que el movirr
toria a su voluntad.
La miseria económica por sí sola no crea la revolución (o Haití se habría con- Ninguno de los cambic
vertido desde hace mucho tiempo en un polvorín revolucionario). Y en los sido producidos de forma
años setenta fueron los hijos de las clases medias y altas, no los segmentos más una vez movilizados, de ha,
pobres de la sociedad, quienes se unieron a los movimientos guerrilleros en sí mismos no han logrado a
Uruguay y Argentina. A comienzos de los años noventa, el potencial revolu- intentaron en Chile y fracz
cionario latinoamericano, tan celebrado por la izquierda tras la Revolución tuó fuera del movimiento s
cubana, parecía mínimo. Los partidos comunistas, que rara vez se han encon- comunistas. Las guerrillas I
trado a la vanguardia de la acción armada, estaban en una desorganización to- tuvieron vínculos iniciales
tal, y con frecuencia disolviéndose, ya que sus modelos soviético y europeos poco probable que el mol
orientales bregaban por deshacerse de sus aderezos ideológicos e instituciona- Latina no es negar que luc
les. Hasta la izquierda más radical, una vez militante en su admiración de Mao miembros. Lo hará con gr
y Che Guevara, disminuía casi en todas partes e incluso desaparecía' bajo los gobiernos militares
Los sindicatos de trabajadores sólo luchaban para proteger o restaurar mo que la revolución.
los logros materiales tradicionales, Por ejemplo, el movimiento sindical ar- ¿Y el campesinado? El
gentino había mostrado una habilidad extraordinaria para sobrevivir, pero, es evidentemente difícil de
debido a su orientación peronista y populista, nunca había demostrado mu- tadios cruciales y ha dejad<
cho interés en la revolución. Sus preocupaciones son el pan de cada día rante las presidencias de Fr
larios y condiciones laborales- y continuarán siendo un poderoso factor en
-sa-
y Perú (el movimiento gue
el panorama político de su país. Chile también contaba con un movimiento litar de 1968 el movimiento
sindical próspero antes del golpe de 1973 y, a pesar de la represión continua mencionar sólo algunos cas
sufrida bajo el gobierno militar, está resurgiendo como fuerza sustancial. en el sur de México amen¿
En Brasil la experiencia ha sido diferente. Ha sido un país excedentario nes presidenciales. Pero a
en mano de obra durante todo este siglo, lo que ha ido en detrimento de la sido efectivamente control¿
sindicalización, incluso en la dinámica región surcentral. El gobierno brasile- bían liquidado a sus oposit
ño ha seguido una mezcla sagaz de represión y cooptación para mantener dero Luminoso había sido
bajo control a los sindicatos importantes. I os años 1979 y 1980 trajeron una en Perú. El único país don
nueva militancia laboral en São Paulo, que amenazaría su hegemonía. Pero era Colombia.
desde entonces no ha habido nada que sugiera que el movimiento sindical ¿Y las clases medias? J

brasileño haya alcanzado el grado de conciencia de clase o experiencia orga- forma repetitiva por los est
nizativa evidente en Argentina y Chile. De hecho, en las elecciones presi- nemente que su crecimientr
denciales de 1989, São Paulo, la plaza fuerte del sindicalismo brasileño, fue reformista gradual ante los
una de las pocas capitales estatales que votaron contra Lula, el antiguo tra- gión. Tias la segunda guerr
bajador del metal que se presentaba a presidente con una plataforma de iz- sobre todo en Argentina, C
quierda radical. En la elección presidencial de 1994, el apoyo a Lula en São media era mucho menor en
Paulo fue incluso menor. nificando un número impor
México, al igual que Brasil, es una economía con excedente en mano de El problema de las clas
obra. Los trabajadores urbanos saben que si hacen huelga, hay muchos re- no en Europa o en Estados
cién llegados del campo dispuestos a ocupar sus puestos. Como en Brasil, el otras clases fuera completar
gobierno ha sabido utilizar medidas cooptativas para corromper a los diri- ellas se encontraba una clar
gentes sindicales. Donde se ha llegado a la confrontación, el gobierno mexi- diaban a menudo. Por deba
cano no ha dudado en reprimir a los trabajadores y encarcelar a sus líderes ¡ sil y Chile quizás el 65 o 75
durante largos periodos. México parece tener un control más estrecho sobre i sis, las clases medias tendíar
4
¿Qué futuro le espera a América Latina? 437
su clase obrera que ningún otro país importante de América Latina. parece
estas políticas seguro asumir que el movimiento sindical mexicano no podrá doblegar la his-
toria a su voluntad.
,lución (o Haití se habría con- Ninguno de los cambios políticos importantes de América Latina han
rín revolucionario). Y en los sido producidos de forma directa por los trabajadores. Han sido capaces,
;y altas, no los segmentos más vna vez movilizados, de hacer sentir su peso, como en Argentina, pero por
; movimientos guerrilleros en sí mismos no han logrado apoderarse del control de los acontecimientos.-Lo
noventa, el potencial revolu- intentaron en chile y fracasaron, Y en cuba, la rebelión fidelista se efec-
izquierda tras la Revolución tuó fuera del movimiento sindical organizado, que estaba dominado por los
ìs, que ÍaÍavez se han encon- comunistas. Las guerrillas fueron predominantemente de clase media y no
an en una desorganización to- tuvieron vínculos iniciales con la clase obrera organizada. Decir que es
nodelos soviético y euroPeos poco probable que el movimiento sindical tome la iniciativa en América
zos ideológicos e instituciona- Latina no es negar que luchará por los derechos al pan de cada día de sus
ìnte en su admiración de Mao miembros. Lo harâ con gran coste para sus dirigentes, como ha ocurrido
incluso desaparecía. bajo los gobiernos militares de Argentina, chile y Brasil. pero no es lo mis-
an para proteger o restaurar mo que la revolución.
o, el movimiento sindical ar- ¿Y el campesinado? El potencial revolucionario de los obreros rurales
Jinaria para sobrevivir, pero, es evidentemente difícil de medir. Alimentó la Revolución mexicana en es-
nunca había demostrado mu- tadios cruciales y ha dejado su marca en chile (las invasiones de tierra du-
s son el pan de cada día rante las presidencias de Frei y Allende), Bolivia (en la revolución de 1952)
-sa-
siendo un poderoso factor en y Perú (el movimiento guerrillero que esperaba provocar la revolución mi-
contaba con un movimiento litar de 1968 el movimiento bastante más grave de Sendero Luminoso), por
esar de la represión continua mencionar sólo algunos casos. La revuelta de chiapas a comienzos de 1994
lo como fuerza sustancial. en el sur de México amenazó la estabilidad política en un año de eleccio-
Ha sido un país excedentario nes presidenciales. Pero a mediados de 1995, los rebeldes parecían haber
Le ha ido en detrimento de la sido efectivamente controlados. Más al sur, los militares guatemaltecos ha-
rrcentral. El gobierno brasile- bían liquidado a sus opositores guerrilleros en una brutal campaña, y Sen-
y cooptación pâra mantener dero Luminoso había sido reducido a una amenaza mínima a Ia seguridad
ños 1979 y 1980 trajeron una en P_erú. El único país donde sobrevivían significativas fuerzas gueirilleras
enazaría su hegemonía. Pero era Colombia.
a que el movimiento sindical
¿Y las clases medias? En los años cincuenta, fueron <descubiertas> de
l de clase o experiencia orga- forma repetitiva por los estudiosos estadounidenses, que declararon solem-
:cho, en las elecciones presi- nemente que su crecimiento serviría como lastre para asegurar una iniciativa
el sindicalismo brasileño, fue reformista gradual ante los problemas profundamente arraigados de la re-
n contra Lula, el antiguo tra- gión. Tras la segunda guerra mundial, surgió un estrato medio considerable,
ìte con una plataforma de iz- sobre todo en Argentina, chile, México y Brasil. En los dos últimos, la clase
1994, el apoyo a Lula en São media era mucho menor en proporción a la población total, pero seguía sig-
nificando un número importante en cifras absolutas.
ía con excedente en mano de El problema de las clases medias latinoamericanas era que residían allí,
acen huelga, hay muchos re- no en Europa o en Estados unidos, lo cual significaba que su relación con las
s puestos. Como en Brasil, el otras clases fuera completamente diferente de la de los dos anteriores. Sobre
ls para corromper a los diri- ellas se encontraba una clase alta, rica y poderosa, cuyo estilo de vida envi-
frontación, el gobierno mexi- diaban a menudo. Por debajo había una inmensa clase baja, en México, Bra-
rres y encarcelar a sus líderes r
sil y chile quizás el 65 o 75 por 100, en Argentina el 50 por 100. En las cri-
Ln control más estrecho sobre i sis, las clases medias tendían a identificarse con la clase alia, como sucedió en
438 Historia contemporánea de América Latina

Chile en 1973, en Brasil en 1964 y en Argentina en 1976. Parecían aterrori- Los militares constituye
zarse ante la perspectiva de perder renta, posición y propiedad. tusiasmo generado por los r
En tiempos más calmados, podía esperarse que votasen por un gobierno 1968. Dada la experiencia d
representativo y dirigentes centristas. La tendencia es estar a favor de los gol- son ahora recordados como
pes en una crisis, pero de las elecciones cuando se aclara la atmósfera. Esto legiados en demasiados país
ha supuesto un problema constante para los militares que han efectuado los tina y Brasil los ha dejado r
golpes. Las clases medias seguirán siendo importantes, no menos debido a res en Perú en 1992 mostró
que producen muchos de los tecnócratas que formulan la política en casi to- de los civiles.
dos los gobiernos, sean civiles o militares.
¿Y los industriales? En un país tras otro, la comunidad empresarial ha re-
sultado ser tímida e indecisa. Aunque la producción manufacturera aumen- América La
tará, los empresarios latinoamericanos están tan preocupados por sobrevivir
a la formidable desventaja de la inflación, los reglamentos guberna- Entre finales de los años cu¿
-frente
mentales y la competencia extranjera- que no han sido una fuerza política nos se han visto como blanc,
importante. En tiempos de crisis, se han puesto al lado de los militares y las y la Unión Soviética. Cuanc
clases medias. Los hombres de empresa sólo rara vez han desempeñado el los soviéticos un (escaparate
papel reformista de ola burguesía progresista nacional> prevista en la teoría tados Unidos respondió con
marxista. En su lugar, se han enfrentado a una presión creciente del sector moviendo el crecimiento ec'
estatal y las empresas extranjeras. En muchos casos han decidido asociarse surgencia. Ahora que la guer
con compañías extranjeras para lograr capital y tecnología, con lo que han hecho también la perspectiv;
socavado su papel potencial como portavoces nacionales independientes. En la Europa del siglo x
Además, recientemente han sido golpeados por las medidas económicas neo- xista discutían apasionadam
liberales que han suprimido los aranceles, reducido los subsidios y endureci- ciedad socialista. Un ala rad
do el crédito en un esfuerzo por fomentar la productividad para mejorar la incluían la violencia cuando
situación competitiva de América Latina en la economía mundial. Son vul- tas nunca estarían dispuestc
nerables y están a la defensiva, por lo que es poco probable que tomen la ini- beneficios tan notables, sol
ciativa. mantenían que era posible a
¿Y la Iglesia? Esta institución está sometida a una estrecha vigilancia. En do dentro de la estructura I
Brasil, Chile y Centroamérica había creado, desde los años sesenta, entre la presentativo.
población laica, una conciencia y movilización nuevas y extraordinarias. El Esta discusión dividió p.
impulso no se encuentra en el clero, sino en los fieles. La <teología de la li- a los revolucionarios de los
beración> fue la reacción más espectacular de la lglesia a la <cuestión social> partidos políticos tan impor
de América Latina. La experiencia subsiguiente de dictaduras, que dirigieron borista británico y el Social
la represión sobre todo contra los sacerdotes liberales, produjo un profundo mentados hasta que la Rev<
efecto sobre las clases latinoamericanas activas en política. to central. Los bolchevique
Pero oponerse a la tortura ha resultado más simple que formular una internacional para coordinar
postura viable sobre los complejos temas sociales y económicos que de for- tidos comunistas de nueva f
ma inevitable dividen a más sociedades abiertas. Los progresistas católicos revolucionarios entraron en
también están sometidos al cerco institucional en dos frentes muy diferentes. tes facciones disidentes, con
Uno es Roma, donde el papa Juan Pablo II ha sabido utilizar sus poderes Esta discusión sobre el
el socialismo se trasladó a I
'

para silenciar a los teólogos de la liberación y nombrar obispos conservado-


res por toda América Latina. El otro frente es interno, donde el antiguo mo- tidos comunistas de la regiól
nopolio de la Iglesia sobre la cristiandad está siendo minado por las rápidas lítica interna, con dos €xc€pr
incursiones del protestantismo, encabezado por los evangélicos muy bien pues, el legado comunista dr
organizados. ción de Allende en Chile en
¿Qué ftuuro le espera a América Latina? 439
Parecían aterrori- Los militares constituyen otro grupo clave. Es difícil hoy recordar el en-
edad. tusiasmo generado por los militares peruanos
"progresistas> tras su golpe de
n por un gobierno 1968. Dada la experiencia de los años setenta, los militares latinoameriõanos
a favor de los gol- son ahora recordados como pretorianos represivos que protegen a los privi-
la atmósfera. Esto legiados en demasiados países. El retorno de los gobiernos civiles en Aigen-
han efectuado los tina y Brasil los ha dejado en la sombra. Y el golpe apoyado por los miiita-
) menos debido a res en Perú en 1992 mostró cuán rápidamente los generales podían librarse
política en casi to- de los civiles.

empresarial ha re-
rfacturera aumen- América Latina: el fin de la vía socialista
dos por sobrevivir
amentos guberna- Entre finales de los años cuarenta e inicios de los noventa, los latinoamerica-
rna fuerza política nos se han visto como blanco de la rivalidad ideológica entre Estados unidos
los militares y las y la lJnión soviética. cuando cuba se hizo marxista-leninista en 1961, dio a
r desempeñado el los soviéticos un <escaparate> potencial para el socialismo en las Américas, Es-
evista en la teoría tados unidos respondió con una ofensiva propia sobre América Latina, pro-
eciente del sector moviendo el crecimiento económico de orientación reformista y la contrain-
lecidido asociarse surgencia. Ahora que la guerra fría ha desaparecido de América Latina,
¿lo ha
a, con lo que han hecho también la perspectiva de una revolución de izquierdas?
s independientes. En la Europa del siglo xrx, los movimientos políticos de orientación mar-
; económicas neo- xista discutían apasionadamente las tácticas apropiadas para lograr una so-
y
'sidios endureci- ciedad socialista. un ala radical apremiaba por métodos revolucionarios, que
d para mejorar la incluían la violencia cuando fuera necesario. Los capitalistas y sus apologis-
mundial. Son vul- tas nunca estarían dispuestos a renunciar a una sociedad de la que obtenían
r que tomen la ini- beneficios tan notables. sostenían los marxistas radicales. Los moderados
mantenían que era posible avanzar poco a poco hacia el socialismo trabajan-
'cha
vigilancia. En do dentro de la estructura legal, sobre todo donde hubiera un gobierno re-
s sesenta, entre la presentativo.
xtraordinarias. El Esta discusión dividió profundamente a la izquierda europea, separando
"teología cle la li- a los revolucionarios de los socialistas demócratas. De los últimos surgieron
r
"cuestión social, partidos políticos tan importantes como el Socialdemócrata alemán, el La-
ras, que dirigieron borista británico y el Socialista francés. Los revolucionarios siguieron frag-
dujo un profundo mentados hasta que la Revolución rusa de r9t7 proporcionó un nuevo pun-
to central. Los bolcheviques victoriosos crearon una estructura de mando
,¡ue formular una internacional para coordinar (y, como pronto se comprobó, dominar) los par-
micos que de for- tidos comunistas de nueva formación por todo el mundo. La mayoría de los
gresistas católicos revolucionarios entraron en estos partidos, aunque sobrevivieron importan-
ls muy diferentes. tes facciones disidentes, como los trostkistas.
ilizar sus poderes Esta discusión sobre el camino revolucionario versus
ispos conservado- "el pacífico" hacia
el socialismo se trasladó a América Latina. Resulta interesante que los par-
cle el antiguo mo- tidos comunistas de la región promovieran hasta 1959 la vía pacífica en la po-
1o por las rápidas lítica interna, con dos excepciones: El Salvador en1932 y Brasil en 1935. Así
gélicos muy bien pues, el legado comunista de América Latina no era revolucionario. La elec-
ción de Allende en chile en 1970 se mantenía dentro de esta tradición.
440 Historia contemporánea de América Latina

En contraste, el camino revolucionario al socialismo fue emprendido en papel estatal era tan grande
Cuba y Nicaragua. Ambos regímenes tuvieron que afrontar la incansable día hablar de capitalismo de
hostilidad de Estados Unidos, que incluía actividades militares abiertas (o en- híbrido. Había tres fuentes
cubiertas). Y aunque podían atribuirse significativas mejoras en la salud y (por lo general multinacion¡
educación pública, especialmente en la alfabetización de adultos, perdieron plementar al nacional, las e
el apoyo de importantes sectores de su propia población. En grados diferen- obtuvieran demasiado pode
tes, también se hicieron excesivamente dependientes de la generosidad del más su responsabilidad. En
antiguo bloque comunista. El fin de la guerra fría y el subsiguiente colapso res reforzaron fuertemente r
de la URSS no sólo trajo la desaparición del patrocinio soviético; también mercado con muchas más re
produjo un desencanto generalizado con la ideología marxista. En conse- cimonónicos habrían podidc
cuencia, los ciudadanos de Nicaragua exhaustos de la guerra votaron contra Los políticos latinoamer
los sandinistas en las elecciones de 1990. Y la Cuba de Fidel Castro, aislada treinta y cuarenta para inst
y abandonada, perdió su antes apreciado estatus de vanguardia de la revolu- de trabajo. Crearon una red
ción continental. nes pagadas, asistencia méd
En cambio, los pueblos de América Latina se han distanciado de las ideo- el mercado formal de trab¿
logías utópicas para realizar esfuerzos prácticos a nivel de las bases. Están me- miembros de sindicatos. Ést
nos ocupados en conquistar el Estado con fines revolucionarios y más intere- lo que los convertía en una r
sados en aplicar el poder a la solución práctica de problemas locales o rica Latina. Pero eran los m
específicos. Al mismo tiempo, el nacionalismo ha perdido mucho de su atractivo tantes para los políticos en I
en toda la región, especialmente entre la nueva clase dirigente. A mediados de Este capitalismo híbridc
los noventa, la vía socialista para América Latina parece haber desembocado en siglo xx. Por toda América
un callejón sin salida. nomistas y empresarios par
contra el papel creciente dr
gentina en 1976 y de Chile
Las perspectivas de desarrollo en el capitalismo económica. Intentaron redu
las empresas que poseía y ;

El capitalismo ha tenido una accidentada historia en América Latina. La eta- ducción de aranceles y regu
pa colonial implantó el sistema mercantilista clásico, en que las colonias esta- A finales de los años oc
ban forzadas a producir el máximo excedente para las monarquías española y etiquetada como oneolibera
portuguesa. A finales del siglo xvut comenzaron a aparecer grietas en el siste- financieros multilaterales tal
ma. El contrabando, inducido por los ingleses, erosionó el monopolio ibérico ricano de Desarrollo, así col
del comercio, y comenzaron a aparecer a su vez incipientes mercados libres etiqueta de <consenso de Wi
junto a la economía oficialmente aceptada, y frecuentemente a pesar de ella. cepción había sido desde h¿
En el siglo xrx, una fracción de las elites trató de eliminar los vestigios jeros en Nueva York y Lonr
del privilegio colonial e introducir una economía orientada al mercado, pre- ca Latina. Brasil era el únicr
parada para el comercio exterior. Los más radicales de estos reformistas que- mediados de 1995.
rían reducir todas las relaciones sociales a una definición de mercado. Como Así, la reciente redemoc
era más fácil en países sin indios, fue mucho más sencillo en Argentina que cina fuerte: políticas de
"aju
en México. El intento de acelerar este proceso ayudó a provocar las rebelio- brio sin precedentes en las ,

nes rurales de la Revolución mexicana. ciplina de los mecanismos c


Esta transición al capitalismo ha dominado América Latina en nuestro tiempo en un corporativism,
siglo. Cambió de forma aguda desde los años treinta, al aumentar la inter- tensas. ¿Estará llegando por
vención estatal en la economía, En todos los países mayures el gobierno cen- Si es así, ¿qué impacto ¡
tral utilizó instrumentos tales como las compañías petroleras estatales, los los responsables políticos ne
institutos de mercado gubernamentales y programas de crédito especiales. El le, el segundo gobierno ce
¿QLté futuro le espera a América Latina? 441

smo tue emprendido en papel estatal era tan grande a comienzos de los años setenta que ya no se po-
) afrontar la incansable día hablar de capitalismo de manual en América Latina, sino de capitalismo
militares abiertas (o en- híbrido. Había tres fuentes de capital: nacional privado, estatal y extranjero
s mejoras en la salud y (por lo general multinacional). Cuando llegó el capital extranjero para com-
,n de adultos, perdieron plementar al nacional, las elites consideraron peligroso que los extranjeros
;ión. En grados diferen- obtuvieran demasiado poder económico, así que el Estado aumentó cada vez
s de la generosidad del más su responsabilidad. En países tales como Argentina y Brasil, los milita-
el subsiguiente colapso res reforzaron fuertemente esta tendencia. El resultado fue una economía de
cinio soviético; también mercado con muchas más restricciones artificiales de las que los liberales de-
¡ía marxista. En conse- cimonónicos habrían podido imaginarse.
a guerra votaron contra Los políticos latinoamericanos también utilizaron el Estado en los años
de Fidel Castro, aislada treinta y cuarenta para institucionalizar una profunda división en la fuerza
ranguardia de la revolu- de trabajo. crearon una red de beneficios sociales (salario mínimo, vacacio-
nes pagadas, asistencia médica, estabilidad laboral) para los trabajadores en
distanciado de las ideo- el mercado formal de traòajo, esto es, funcionarios públicos, profesionales,
lde las bases. Están me- miembros de sindicatos. Estos eran predominantemente residentes urbanos,
ucionarios y más intere- lo que los convertía en una minoría de la masa trabajadora en casi toda Amé-
le problemas locales o rica Latina. Pero eran los más activos políticamente y, por tanto, más impor-
lo mucho de su atractivo tantes para los políticos en busca de votos.
lirigente. A mediados de Este capitalismo híbrido suscitó la furia de los economistas liberales del
e haber desembocado en siglo xx. Por toda América Latina, pero en especial en el Cono Sur, los eco-
nomistas y empresarios partidarios al máximo del laissez-faire han luchado
contra el papel creciente del Estado. Gracias a los golpes militares de Ar-
gentina en 1976 y de chile en 1973, se hicieron con el control de la política
capitalismo económica. Intentaron reducir el sector estatal de forma drástica vendiendo
las empresas que poseía y abriendo el mercado nacional mediante una re-
{mérica Latina. La eta- ducción de aranceles y regulaciones.
)n que las colonias esta- A finales de los años ochenta, esta visión de la política, frecuentemente
monarquías española y etiquetada como <neoliberalr, había sido adoptada también por organismos
rrecer grietas en el siste- financieros multilaterales tales como el Banco Mundial y el Banco Interame-
ró el monopolio ibérico ricano de Desarrollo, así como por el gobierno de Estados unidos (de ahí la
pientes mercados libres etiqueta de <consenso de washington>). No es necesario decir que dicha con-
.emente a pesar de ella. cepción había sido desde hacía mucho tiempo grata a los inversores extran-
e eliminar los vestigios jeros en Nueva York y Londres. La ola neoliberal se extendía así en Améri-
:ntada al mercado, pre- ca Latina. Brasil era el único que se mantenía al margen, y subiría a bordo a
e estos reformistas que- mediados de 1995.
;ión de mercado. Como Así, la reciente redemocratizada América Latina enfrentaba a una medi-
rcillo en Argentina que cina fuerte: políticas de <ajuste> encaminadas no sólo a corregir el desequili-
a provocar las rebelio- brio sin precedentes en las cuentas externas, sino también a imponer la dis-
ciplina de los mecanismos de mercado en sociedades asentadas desde hace
lrica Latina en nuestro tiempo en un corporativismo abrigado y en el favoritismo de las familias ex-
r, al aumentar la inter- tensas. ¿Estará llegando por fin el capitalismo a América Latina?
ayores cl gobierno cen- Si es así, ¿qué impacto político tendrá? A mediados de los años noventa,
retrolcras estatales, los los responsables políticos neoliberales estaban en su apogeo (incluso en chi-
le crédito especiales. El le, el segundo gobierno centrista elegido evitó alterar muchos elementos
442 Historia contemporánea de América Latina

esenciales de la política económica de Pinochet), mientras la izquierda, que No es fácil sostener que
representaba mucho menos el potencial revolucionario, se encontraba desor- puede ser inmune al procer
ganizada. Pero si el ajuste por una economía mundial en expan- mundo industrial. La televi:
sión relativamente libre de-ayudado
barreras comerciales- logra restaurar el creci- nales y provinciales y han <
miento, ¿conseguiría la izquierda prolongar su vida? Como Tocqueville nos ls5>>, como los de las tan pc
recuerda, es más probable que surja el descontento cuando las condiciones ble presión económica sob
materiales, y con ellas las expectativas, mejoran. Y merece la pena no olvidar lengua nacional y adopten s

que en América Latina, desde la depresión mundial, el crecimiento econó- de la población que sigue Ì

mico más sostenido se ha dado bajo políticas nacionalistas que se concentra- menos de un 2 por 100 a mr
ron en la producción para los mercados internos. La atracción de ese mode- estos indios a la población
lo ha disminuido pero no ha muerto. Se puede contar con que reviva entre de los líderes mexicanos. Sir
los intelectuales y tecnócratas cuyas filas están dominadas ahora por doctri- nes étnicas. ¿Podría ser de r
nas más ortodoxas. quier otro de América Lati
No resulta menos importante el tema de la justicia social. Si se utilizan nas (en parte para obtener
medidas como la distribución de la renta (aunque los datos varían en cuanto <nativas> son una atracción
a calidad), la mayor parte de América Latina se ha vuelto más desigual en las servar su cultura prehispán
dos últimas décadas. El gasto interno en servicios sociales salud llo social tiende a oponerse
-educación,
y vivienda- se ha desplomado, aunque organismos internacionales como el En Brasil, la tradición
Banco Mundial han tratado de compensarlo. De hecho, los esclavos afric
Nuestra investigación nos lleva de vuelta a la conexión entre el tipo de sileñas, que su cultura cont
régimen político y las políticas económicas. La sumamente exitosa aplicación deleble con su presencia. ,
en Chile del modelo neoliberal fue realizada por un gobierno militar, no una milación cultural? Parece
democracia. Ahora vemos que los gobiernos elegidos democráticamente in- especial en la religión. El
tentaban seguir el moclelo. Desafortunadamente, estos sistema democráticos de muchos niveles. En la cir
están todos manipulados por ..los que no son pobres> (para usar el eufemis- cial en todos los aspectos. J

mo del Banco Mundial), que muestran poco interés en mejorar el bienestar ritismo y cultos afrobrasilei
social en sus sociedades. Por el contrario, ellos se destacan en usar el Estado ligiones no oficiales el eler
para promover sus propios intereses. Parecen inclinados a producir un capi- cultura nacional que su suF
talismo primitivo que recuerda la Europa y los Estados Unidos de finales del ce asegurada.
siglo xrx. En aquellos días felices, les fue dicho a los futuros capitalistas: uEn- Las únicas zonas donde
richez-vous> (¡Enriqueceos!). Lo hicieron y dejaron a la mayoría de sus so- van mucho tiempo son los
ciedades esperando por décadas la intervención estatal para corregir las gra- población indígena parece l,
ves desigualdades. ¿Podría ser que los capitalistas latinoamericanos de finales var las identidades sociales
del siglo xx, como los Borbones de Francia, no hayan aprendido ni recorda- nización de América Latina
do nada? ciano. El resultado más prc
predominantemente europ(
gena o africana. No parece
¿Qué será de las culturas no europeas de América Latina? tura india americana en E:
cultura regional de Nortear
Pocos pueden estudiar la historia latinoamericana sin sentirse fascinados por tro o fuera de América Lati
su mezcla calidoscópica de razas y pueblos. y de inmediato surge la pregun- tura africana o india. ¿,Y dó
ta: ¿lo inusual, lo diferente, lo exótico se homogeneizará en amalgamas na- Mundial de la Salud o el For
cionales carentes de la originalidad de las culturas indias, africanas o provin- de interesar a los turistas, p
cianas? ¿Qué pasará con los indios chiapanecos o los del altiplano peruano, el analfabetismo o la mort¿
o los negros de Bahía en Brasil? ¿Desaparecerán ellos o su identidad étnica? geneidad cultural parece co
¿Qué fuilüo le espera a América Latina? 443

, mientras la izquierda, que No es fácil sostener que su modo de vida sobrevivirá. América Latina no
,nario, se encontraba desor- puede ser inmune al proceso de homogen eización social tan conocido en el
onclmía mundial en expan- mundo industrial. La televisión y la radio han erosionado las barreras regio-
logra rcstaurar el creci- nales y provinciales y han concentrado la atención sobre modelos (nacio;a-
-da? Como Tocqueville nos lesrr, como los de las tan populares telenovelas. Thmbién existe una implaca-
nto cuando las condiciones ble presión económica sobre los remanentes étnicos para que aprendan la
'merece la pena no olvidar lengua nacional y adopten su cultura. En México, por ejemplo, la proporción
dial, el crecimiento econó- de la población que sigue hablando sólo una lengua india ha descendido a
onalistas que se concentra- menos de un 2 por 100 a mediados de los años noventa. La incorporación de
La atracción de ese mode- estos indios a la población de habla española ha sido un objetivo prioritario
ontar con que reviva entre de los líderes mexicanos. sin embargo, en el proceso se han perdido tradicio-
rminadas ahora por doctri- nes étnicas. ¿Podría ser de otro modo? El gobierno mexicano, más que cual-
quier otro de América Latina. ha intentado preservar sus tradicionei indíge-
usticia social. Si se utilizan nas (en parte para obtener los dólares de los turistas, ya que las costumbres
los datos varían en cuanto <nativas> son una atracción). También ha existido un interés genuino de pre-
r vuelto más desigual en las servar su cultura prehispánica única. Sin embargo, la búsqueda del desarro-
sociales salud llo social tiende a oponerse a estos objetivos.
-educación,
os internacionales como el En Brasil, la tradición no europea más importante ha sido la africana.
De hecho, los esclavos africanos penetraron tanto en todas las regiones bra-
conexión entre el tipo de sileñas, que su cultura contemporánea ha quedado estampada de forma in-
namente exitosa aplicación deleble con su presencia. ¿Puede sobrevivir al implacable proceso de asi-
rn gobierno militar, no una milación cultural? Parece persistir como una influencia soterrada, en
idos democráticamente in- especial en la religión. El contexto lo aporta el mundo religioso brasileño
:stos sistema democráticos de muchos niveles. En la cima se encuentra la Iglesia católica y romana, ofi-
res> (para usar el eufemis- cial en todos los aspectos. Por debajo yacen los mundos de umbanda, espi-
és en mejorar el bienestar ritismo y cultos afrobrasileños como el candomblé y macumba. En estas re-
lestacan en usar el Estado ligiones no oficiales el elemento africano ha impregnado de tal manera la
inados a producir un capi- cultura nacional que su supervivencia, aunque de un modo asimilado, pare-
ados Unidos de finales del ce asegurada.
,s futuros capitalistas: uEn- Las únicas zonas donde las culturas indias parece probable que sobrevi-
rn a la mayoría de sus so- van mucho tiempo son los Andes, el sur de México y Guatemala, donde la
,tatal para corregir las gra- población indígena parece lo suficientemente concentrada como para preser-
¿rtinoamericanos de finales var las identidades sociales tradicionales. sin embargo, en general, la urba-
yan aprendido ni recorda- nización de América Latina está engullendo o liquidando lo rural y lo provin-
ciano. El resultado más probable es que esas naciones surjan como culturas
predominantemente europeas con remanentes dispersos de influencia indí-
gena o africana. No parece más sorprendente que la aniquilación de la cul-
le América Latina? tura india americana en Estados unidos o la implacable destrucción de la
cultura regional de Norteamérica. En el último análisis, pocas elites de den-
sin sentirse fascinados por tro o fuera de América Latina dieron importancia a la preservación de la cul-
lmediato surge la pregun- tura africana o india. ¿Y dónde se sitúa en la clasificación de la organización
neizará en amalgamas na- Mundial de la Salud o el Fondo Monetario Internacional? Lo pintoresco pue-
indias, africanas o provin- de interesar a los turistas, pero se convierte en un impedimento para reducir
los del altiplano peruano, el analfabetismo o la mortalidad infantil. En el mundo moderno, la hetero-
llos o su identidad étnica? geneidad cultural parece contar muy poco.
444 Historia contemporánea de América Lntina

Existe una fuente final


extranjeras. El culpable hist
El potencial de conflicto regional coste (para las fuerzas milit¿
vasiones de Granada en 19[
América Latina no ha presenciado guerras frecuentes en el siglo xx, aunque laridad sandinista mediante
han permanecido vigentes algunos conflictos de mucho tiempo. Entre los más toria de 1991 en la guerra d
importantes se encuentra la disputa por las islas Malvinas entre Argentina y vanagloriaba de que había o
Gran Bretaña, el enfrentamiento de Argentina y Chile por el estrecho de yoría de los latinoamerican<
Beagle, la tensión entre Perú y Chile de 1979 a 1982 por las tierras tomadas miento entre Cuba y Estadr
por el segundo en la guerra del Pacífico y el conflicto fronterizo entre Vene- plosivo. El acuerdo entre ér
zuela y Guyana. En los Andes, el próspero tráfico de drogas continúa ofre- los misiles en 1962 incluía s
ciendo un potencial enfrentamiento interestatal, como ha sucedido reciente- Reagan consideró seriamer
mente en la frontera amazónica de Perú y Brasil. Un conflicto limítrofe ruso se esfumaba rápidame
estalló en 1995 en Ia frontera peruano--ecuatoriana. En la anterior guerra i desaparecía de Europa, las
fronteriza de 1942, Perú había resultado victorioso con grandes trozos del te- en Cuba aumentaban. Si se
rritorio ecuatoriano donde se decía que había grandes cantidades de oro y se podría ser movilizada cor
plata. Este nuevo conflicto, que duró sólo unas semanas, fue rápidamente de-
tenido por la intervención multilateral de otras naciones latinoamericanas.
¿Existe la posibilidad de un conflicto en la frontera de México con Esta- Contribuci
dos Unidos? ¿Puede continuar el enorme flujo de migrantes indocumentados
sin que el último reaccione? Esta cuestión volátil debe considerarse dentro Dadas sus limitaciones pol
del contexto de la política estadounidense hacia toda la cuenca del Caribe. La experiencia humana? Ya se
cuestión es hasta qué grado Estados Unidos está dispuesto a seguir sirviendo quez, Carlos Fuentes, Jorge
de válvula de escape para quienes huyen de la pobrezaylola represión polí- ratura latinoamericana ha I
tica. La clave será la actitud de su opinión pública. importantes. Las ediciones
Los signos dados por el Congreso han sido contradictorios. En 1986 Es- La música es otro ámbito a:
tados Unidos aprobó una ley que endurecía las sanciones contra los em- celencia. La música afrobt
presarios que contrataran a sabiendas extranjeros sin documentación legal. popular norteamericana, 01
A pesar de las predicciones de quienes la apoyaron y quienes se opusieron Los latinoamericanos s

a ella, la ley resultó tener un efecto poco duradero en el flujo de migración buciones al atletismo. En ft
indocumentada, ya que la frontera sur estadounidense continuó siendo no- país que ha ganado la Copr
tablemente porosa y muchos <ilegales> obtuvieron con facilidad documen- en 1978 y 1986. Incluso pai
tos de identidad falsificados una vez en Estados Unidos. Mientras tanto, la casa la Copa Mundial. Los
economía estadoúnidense siguió absorbiendo ,,ilegales, en el sector de ser- lares para tentar a las estre
vicios peor remunerados. En California, no obstante, ha ocurrido una po- La teología y la organiz
derosa reacción adversa en la forma de un referéndum aprobado en 1994 impresionante en esa regió
por los votantes que privaría de muchos servicios públicos a los oilegales> es en gran medida un fenó
e incluso a algunos extranjeros legales. Un largo proceso judicial es pro- latinoamericanos de recon,
bable. ticas y económicas que los
La otra continua fuente de tensión en la frontera entre Estados Unidos y cos que aumentan con rapi
México ha sido el tráfico de drogas. Pese a la cooperación intermitente de las representan un despertar e
autoridades estadounidenses y mexicanas, la entrada de droga se ha incre- tía religiosa. Merece la per
mentado debido a una más efectiva inhabilitación en el Caribe. Las repetidas laicos, desempeñó un papr
denuncias de corrupción a alto nivel por parte de los santurrones políticos es- años setenta. En Chile, la I
tadounidenses no han hecho más que empeorar las cosas. resistirse a un régimen mili
¿Qué luturo le espera a América Latina? 445

Existe una fuente final de conflicto regional: la intervención de potencias


extranjeras. El culpable histórico ha sido Estados Unidos. Animada por el bajo
lal coste (para las fuerzas militares estadounidenses, no para las nativas) de las in-
vasiones de Granada en 1983 y Panamá en 1989, el socavamiento de la popu-
n el siglo xx, aunque laridad sandinista mediante el apoyo a los <contras>r, más la espectacular vic-
iempo. Entre los más toria de 1991 en la guerra del Golfo contra Irak, la Casa Blanca bajo Bush se
as entre Argentina y vanagloriaba de que había odado una patada al síndrome de Vietnam>. La ma-
: por el estrecho de yoría de los latinoamericanos lo encontraron poco tranquilizador. El enfrenta-
'r las tierras tomadas miento entre Cuba y Estados Unidos sigue reteniendo el mayor potencial ex-
onterizo entre Vene- plosivo. El acuerdo entre éste y la Unión Soviética que puso fin a la crisis de
lrogas continúa ofre- los misiles en 1962 incluía su promesa de no invadir la isla. La administración
ra sucedido reciente- Reagan consideró seriamente rescindirlo. A medida que el apoyo económico
n conflicto limítrofe ruso se esfumaba rápidamente, los niveles de vida se hundían y el comunismo
n la anterior guerra desaparecía de Europa, las posibilidades de que surgiera un conflicto interno
lrandes trozos del te- en Cuba aumentaban. Si se hiciera violento, la opinión pública estadouniden-
cantidades de oro y se podría ser movilizada con facilidad para que apoyara la intervención.
fue rápidamente de-
es latinoamericanas.
de México con Esta- Contribución latinoamericana al mundo
ltes indocumentados
considerarse dentro Dadas sus limitaciones políticas y económicas, ¿cómo puede contribuir a la
uenca del Caribe. La experiencia humana? Ya se ha distinguido en literatura. Gabriel García Már-
;to a seguir sirviendo quez, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Jorge Amado, el <boom> de la lite-
¡/o la represión polí- ratura latinoamericana ha hecho que se tradujera a las lenguas europeas más
importantes. Las ediciones en rústica han facilitado una amplia distribución.
ctorios. En 1986 Es- La música es otro ámbito artístico en el que América Latina ha logrado la ex-
)nes contra los em- celencia. La música afrobrasileña y afrocubana ha penetrado en la música
ocumentación legal. popular norteamericana, otorgándole un estilo y ritmo inconfundibles.
¡uienes se opusieron Los latinoamericanos se han distinguido por sus impresionantes contri-
:l flujo de migración buciones al atletismo. En fútbol, el deporte más universal, Brasil es el primer
continuó siendo no- país que ha ganado la Copa Mundial cuatro veces. Argentina obtuvo la copa
facilidad documen- en l9'/8 y 1986. Incluso países tan pequeños como Uruguay se han llevado a
s. Mientras tanto, la casa la Copa Mundial. Los clubes de fútbol europeos ofrecen millones de dó-
en el sector de ser- lares para tentar a las estrellas latinoamericanas.
ra ocurrido una po- La teología y la organización eclesiástica han presenciado una innovación
r aprobado en 1994 impresionante en esa región. La tan controvertida
icos a los nilegales, "teología de la liberación>
es en gran medida un fenómeno latinoamericano, un intento de los teólogos
eso judicial es pro- latinoamericanos de reconciliar su tradición religiosa con las presiones polí-
ticas y económicas que los rodean. No menos importantes son los grupos lai-
re Estados Unidos y cos que aumentan con rapidez (<las comunidades de base eclesiásticas"), que
r intermitente de las representan un despertar en las naciones largo tiempo sumergidas en la apa-
r droga se ha incre- tía religiosa. Merece la pena recordar que la lglesia, mediante su clero y sus
laribe. Las repetidas laicos, desempeñó un papel clave en la redemocratización de Brasil en los
urrones políticos es- años setenta. En Chile, la Iglesia también sirvió como punto de reunión para
i. resistirse a un régimen militar represivo. Este papel de oposición la colocó de
446 Hßtoria contemporánea de América Latina

nuevo en primer plano y ha recordado a los demócratas de todas partes que


una de las instituciones más tradicionales de la sociedad latinoamericana
puede seguir siendo muy importante en el mundo moderno.
América Latina también ha hecho una gran contribución en el campo de
las relaciones raciales. A pesar de la persistente crueldad con aquellos de ori- Apr
gen no europeo, ha producido sociedades en las que los mestizos han disfru-
tado de una gran movilidad. Los de México, Centroamérica y la región andi-
na representan una nueva categoría social originada de la mezcla de europeo
e indio. Aunque siguen existiendo muchas formas de racismo, la movilidad ha
sido notable. Lo mismo puede decirse del mulato en Brasil, Cuba, Colombia Ctrnono 13.1. Indicadores so
y las naciones caribeñas. Para ver el contraste, sólo hace falta observar Nor- Población
teamérica. Por supuesto, sigue habiendo prejuicios y discriminación en Amé- (millones)
rica Latina, sobre todo contra los indios <puros> y la gente de piel muy os-
cura en general. No obstante, la relativa armonía social es considerable, sobre
900 It
todo a la luz del miserable récord dejado por los europeos en tantas partes l

del mundo en vías de desarrollo actual. Argentina 4,6 3


En el futuro, como en los siglos pasados, el destino de América Latina Brasil 18,0 15
dependerá en gran medida de su relación con los centros de poder interna- Chile 3,0
13,6
1

cionales. Mientras tanto, debe movilizar sus propios recursos para el creci- México 8
miento económico sostenido y buscar una distribución más equitativa de los Perú 3,0 2
resultados. La región tendrá que seguir afrontando también las implicaciones
de la subordinación y la dependencia, mientras que los extranjeros continua- Centroamérica
rán admirando y sintiendo fascinación hacia lo que García Márquez denomi- Costa Rica 0,3
nó <las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de El Salvador 0,8
Guatemala 0,9
hombres alucinados y mujeres históricas, cuya parquedad sin fin se confunde
Honduras 0,4
con la leyenda".
Nicaragua 0,4
Panamá 0,3

Caribe
Cuba 1,6 1

Granada s.d. (91.,


Haitf 1,25
Jamaica s.d.
República
Dominicana 0,6

Estados Unidos 76,1 2:

s.d.= sin datos.


't Población en comunidades d
b Cifra total (no en millones).

'Cifra de 1970.
Fuentes: Statistical Abstract o.l
Center, 1978, cuadro 623; vol.21 (l
Banco Mundial , World Developnu
Oxford University Press, 1994, cu¿
:atas de todas Partes que
ociedad latinoamericana
roderno.
tribución en el campo de
ldad con aquellos de ori-
Apéndice estadístico
: los mestizos han disfru-
américa y la región andi-
de la mezcla de europeo
racismo, la movilidad ha
r Brasil, Cuba, Colombia Cuepno 13.1. Indicadores sociales seleccionados
hace falta observar Nor- Población Tasa de creci¡niento Urbanizaciótto Esperanza
discriminación en Amé- (millones) de población anual (%) de vida
la gente de piel muy os- I /oJ (años)
ial es considerable, sobre
rropeos en tantas partes l 900 1992 1900-1910 1980-1992 r900 1980 1992

Argentina 4,6 33,1 4,3 1,3 24,9 10,2 71


;tino de América Latina Brasil 18,0 153,9 )') 2,0 8,7 45,7 66
:ntros de poder interna- Chile 3,0 13,6 t,2 1,7 19,9 67,9 72
s recursos para el creci- México 13,6 85,0 1,0 2,0 o') 4)\ 70
ón más equitativa de los Perú 3,0 22,4 3,0 2,1 6,0 47,2 65
rmbién las implicaciones
os extranjeros continua- Centroamérica
ìarcía Márquez denomi- Costa Rica 0,3 3.2 1,5 2,8 8,5 30,1 76

, esa patria inmensa de El Salvador 0,8 5,4 2,1 1,4 6,0 24,9 66

edad sin fin se confunde Guatemala 0,9 9,7 2,1 ?o 18,9 65


Honduras 0,4 5,4 2,8 23,8 66
Nicaragua 0,4 3,9 2,6 11 36,9 67
Panamá 0,3 2,5 2,4 2,1 i¡ 40,9 t3

Caribe
Cuba 1,6 10,8 1,0 1,0 25,0 47,5 76
Granada s.d.(91,000)b s.d, s.d. s.d. s.d. 71
Hairí 1,25 6,7 3,2 2,0 16,5 55
Jamaica s.d. 2,4 s.d. 1,0 Y s.d. 74
República
Dominicana 0.6 1,3 2,1 2,1 3,6 40,8 68

Estados Unidos 76.1 255,4 1,0 28,9 64,0, 77

s.d.= sln datos.


" Población en comunidades de 20.000 habitantes o más. como porccntaje del total nacional.
b Cifra total (no en millones).

'Cifra de 1970.

Fuentes: Statisticul Abstract of Latin America, vol. 19, Los Ángeles, UCLA Latin American
Center, 1978, cuadro 623; vol. 21 (1981), cuadros 104,623,634; y vol.25 (19iì7), cuadros 600,661;
Banco Mundial, World Developmenl Report 1994: Infrastructure Íor Developnent, Nueva York,
Oxford University Press, 1994, cuadros 1., 1a,25,31.
448 Historia contemporúnea tle Américu Latina

Cuepno 13.2. Indicadores económicos seleccionados Cunono 13,3. Estructura de l¡

PNB Crecimiento Deuda everna, 1992


per cápita económico
(dólares) ¡nedio uttuul Miles de Pagos de
(PIB) millones intereses
de dólares lotales en Argentina"
(porcentaje) (porcentaje) o/o
tle ingresos Brasil
1992 1965-1980 1980-1992 por exportación Chile
Méxicob
Argentina 6.050 3,3 0,4 67,6 18,7
Brasil 2.770 9,0 )) 121.,1 9,2
Perú
Chile 2.730 t,9 4,8 1.9,4 ).0,4
Centroamérica
México 3.470 6,5 1,5 113,4 t6,4
Costa Rica
Perú 950 3,9 -0,6 20,3 t0,7
El Salvadora
Guatemala
Centroamérica
Hondurasa
Costa Rica 1.960 6,3 4,0 9,1
Nicaragua
El Salvador 1.r70 4,4 1,3 2,1 5,0
Panamá
Guatemala 980 5q t,4 a1 7,9
Honduras 580 4,1 2,8 3,6 r5,3
Caribe
Nicaragua 340 2,6 -l,7 11,1 t2,6
Cubab
Panamá 2.420 5,5 0,9 6,5 4,3
Granadaa
Haití"
Caribe
Jamaica
Cuba 1.370u s.d. s.d. s.d. s.d.
República Dominicanab
Granada 2.310 s.d. s.d. s.d. s.d.
Haití 340b )g s.d. 0,8 s.d.
Estados Unidos
Jamaica 1.340 1,5 1,8 4,3 8,5
República a Datos de fines de los años o
Dominicana 1.050 t.J 1,7 4,6 5,4 b Datos de 1990.

s.d. = sin datos. Nota: El sector agrfcola compr


a Cifra de 1989. la práctica de la agricultura de sut
b Cifra de 1991.
una subvaloración del tamaño del
ción, electricidad, agua y gas Todo
Fuentes'. Banco Mundial , Workl Development Report 1984: Infrastructure for Development, cado como servicios.
Nueva York, Oxford Univcrsity Press, 1994, cuadros 1,la,2,20,23,24;y Agencia Central de In-
te ligencia, Workl Factbook 1994-95, Washington, Brassey's, 1994. Fuentes: Economist Intelligen
nomist Intelligence Unit, 1993 y 19
95, Washington, Brassey'g 1994.
Apéndiceestadístico 449

Cueono 13.3. Estructura de la fuerza laboral, a inicios de los años noventa


Deuda externa. 1992 Porcentaje de Ia mano de obra en

Viles de Pagos de Agricultura Industria Servicios


ttillones intereses
e dólares lotales en Argentinaa 1.2 3t 57
%o de ingresos
Brasil 29 25 44
por e.rportación
Chile l8 27 56
Méxicob 28 21 51
67,6 18,7
q? Perú 33 17 50
t21.1
19,4 10,4
Centroamérica
1.1.3,4 t6,4
Costa Rica 24 25 51
20,3 r0,7
El Salvadora 40 15 45
Guatemala 28 21 51
4,0 9,1
Honduras" 62 12 26
2,1
Nicaragua 30 t6 40
5,0
)1 Panamá ')'l 13 59
7,9
3,6 15,3
11,1
Caribe
12,6
Cubab 20 32 48
ó,5 4,3
Granadaa 24 13 63
Haitíå 66 9 26
s.d. s.d.
Jamaica 27 t9 54
s.d.
República Dominicanab 3',1 z0 49
s.d.
0,8 s.d.
4,3
Estados Unidos 3 30 67
8,5
a Datos de fines de los años ochenta.
4.6 5,4 b Datos de 190.

Nota: El sector agrlcola comprende agricultura, silvicultura, caza y pesca; en algunos pafses
la práctica de la agricultura de subsistencia (fuera de la economía de mercado) puede llèvar a
una subvaloración del tamaño del sector. La industria incluye minería, manufaciura, construc-
ción, electricidad, agua y gas Todos los demás sectoÍes de la actividad económica se han clasifi-
'astructure
for Development, cado como servicios.
24: y Agencia Central de In-
Fuenîes: Economist Intelligence l)nit, country profiles, 1993-94 y 1,994-95, Londres, Eco-
nomist Intelligence Unit, 1,993y 1994; y Agencia Central de Inteligencia,World Factbook 1994-
9l Washington, Brassey's, 1994.
-_
1966 Errol Walton Barrow
1976 J. M. c. M. ("Tom")
Jefes de Estado* 1985 H. Bernard St. John

1831 Dom Pedro II


1889 Deodoro da Fonseca
1891 Floriano Peixoto
1894 Prudente de Morais B
1898 Manoel Ferraz de Ca
Argentina Imz Francisco de Paula Rr
ves
1861 Bartolomé Mitre 1955 Eduardo Lonardi, 23 de septiem- 1906 Afonso Augusto Mo
1868 Domingo F. Sarmiento bre-13 de noviembre 1909 Nilo Peçanha
1874 Nicolás Avellaneda Pedro Eugenio Aramburu, 13 de 1910 Hermes da Fonseca
1880 Julio Argentino Roca noviembre-l. de mayo de 1958 19t4 Wenceslau Bras Perr
1886 Miguel Juárez Celman 1958 Arturo Frondizi 1918 Délfim Moreira da Cr
1890 Carlos Pellegrini 1,962 José María Guido 1919 Epitácio da Silva Pess
7892 Luis Sáenz Peña 1963 Arturo lllía 1922 Artur da Silva Bernar
1895 José E. Uriburu 1966 Juan Carlos Onganía 1926 Washington Luís Pere:
1898 Julio Argentino Roca 1970 Roberto Marcelo Levingston 1930 Julio Prestes,24 de c
1904 Manuel Quintana 1971 Alejandro A. Lanusse noviembre
1906 José Figueroa Alcorta 1973 HéctorCámpora,27 demayo-13de Getúlio Dornelles V
1910 Roque Sáenz Peña julio noviembre-3l de octu
l9I4 Victorino de la Plaza Juan Domingo Perón, 12 de octu- 1945 José Linhares
1916 Hipólito Irigoyen bre-1 de julio de 1974 1946 Eurico Gaspar Dutra
1922 Marcelo Torcuato de Alvear 1974 María Estela (Isabel) Martínez de 1951 Getúlio Vargas
1,928 Hipólito Irigoyen Perón 1954 João Café Filho
1930 José Félix Uriburu '1976 Jorge Rafael Videla 1955 Carlos Luz, 8-11 de
1932 Agustín P. Justo 1981 Roberto Yiola,Z9 de marzo-Z2 de Nereu Ramos, 11 de
1938 Roberto M. Ortiz diciembre 31 de enero de 1956
1940 Ramón S. Castillo Leopoldo Fortunato Galtieri,22 de
1943 Arturo Rawson, 5-7 de junio diciembre-l7 de junio de 1982
Pedro P. Ramírez, 7 de junio-9 de 1982 Reynaldo Benito Antonio Bignone
marzo de 7944 1983 Raúl Alfonsín Foulkes
1944 Edelmiro J. Farrell 1989 Carlos Saúl Menem 1876 Aníbal Pinto
1946 Juan Domingo Perón 1995 Carlos Saúl Menem 1881 Domingo Santa María
1886 José Manuel Balmacer
1891 Jorge Montt
1896 Federico Errántriz
1901 Germán Riesco Errázr
1905 Rafael Rayas
1906 Pedro Montt
1910 Elías Fernández Alb
* Sólo se incluyen los países tratados en este libro. agosto-6 de septiembrr
Jefes de Estudo 451

Barbados
1966 Errol Walton Barrow 1986 Errol Walton Barrow
{<
1976 J. M. G. M. (<Tom") Adams 1987 Erskine Sandiford
1985 H. Bernard St. John 1994 Owen Arthur

1831 Dom Pedro II 1956 Juscelino Kubitschek


1889 Deodoro da Fonseca 1961 Jânio Quadros,3l de
1891 Floriano Peixoto enero_25 de
agosto
1894 Prudente de Morais Barros
Ranieri Mazzill|25 de agosto-g de
1898 Manoel Ferraz de Campos
Salles septiembre
1902 Francisco de paula Rodiigues
Al_ João Goulart, g de septiemb re-Z de
ves
:do Lonardi, 23 de septiem- abril de 1964
I de noviembre
1906 Afonso Augusto Moreira penna 1964 Ranieri Mazzilli,2_15 de abril
Eugenio Aramburu, 13 de
1909 Nilo Peçanha
1910 Hermes da Fonseca
Humberto de Alencar Castello
nbre-l de mayo de 1958 Branco, 15 de abril_15 de marzo
1914 Wenceslau Bras pereira
r Frondizi Gomes de 1967
1918 Délfim Moreira da Costa
4aría Guido Ribeiro 1967 Artur da Costa e Silva
1919 Epitácio da Silva pessòa
r Illía 1969 Augusto Hamann Rademaker
1922 Artur da Silva Bernardes
)arlos Onganía Gruenewald, 31 de agosto_2S de
1926 Washington Luís pereira
to Marcelo Levingston de Sousa octubre
1930 Julio Prestes,24 de octubre_4
.dro A. Lanusse de Emilio Garrastazu Medici, 30 de
' Cámpor a, 27 de mayo- noviembre
1 3 de octubre-l5 de marzo de,1974
Getúlio Dornelles Vargas, 4 de 1974 Ernesto Geisel
lomingo Perón, 1,2 de octu_ noviembre-3l de octubre de 1945 t979 João Baptista Figueiredo
1945 José Linhares
le julio de 1974 1985 José Sarney
1946 Eurico Gaspar Dutra
Estela (Isabel) Martínez de 1 990 Fernando Collor de Mello
1951 Getúlio Vargas 19y2 Itamar Franco
ìafael Videla 1954 João Café Filho
1 995 Fernando Henrique Cardoso
o Viola, 29 de marzo-22 de r955 Carlos Luz, 8-11 de noviembre
)re Nereu Ramos, 11 de noviembre_
do Fortunato G altieri,22 de 31 de enero de 1956
rre-17 dejunio de 19g2
lo Benito Antonio Bignone
lfonsín Foulkes Chile
Saúl Menem
ìaúl Menem 1876 Aníbal pinro
1881 Domingo Santa María Emiliano Figueroa, 6 de septiem_
bre-18 de septiembre de 19il
1886 José Manuel Balmaceda
7911, Ramón Barros Luco
1891 Jorge Montt
1915 José Luis Sanfuentes
1896 Federico Errázuriz
t920 Luis Ba¡ros Borgoño, 25 de junio_
1901 Germán Riesco Errázuriz
23 de diciembre
1905 Rafael Rayas
1906 Pedro Montt Arturo Alessandri palma, 23 de
1910 EIías Fernández Albano, 16 diciembre-8 de septiembre de
de 1924
agosto-6 de septiembre
1924 Luis Altamirano
452 Hßtoria contemporónea de América Latina

1925 Junta militar presidida por Carlos Bartolomé Blanche EsPejo, 13 de


Ibáñez del Campo, 23 de enero- septiembre-2 de octubre
2I de marzo Abraham Oyanedel,2 de octubre- 1899 John R. Brooke, L de
diciembre
Arturo Alessandri, 21 de marzo- 24 de diciembre
Arturo Alessandri Palma,24 de di- Leonard Wood, 23 d
1 de octubre
I de octu- ciembre-24 de diciembre de 1938 20demayo de1902
Luis Barros Borgoño,
1938 Pedro Aguirre Cerda
(ocupación estadouni
bre-diciembre
t94l Gerónimo Méndez Arancibia t902 Tomás Estrada Palm¿
Emiliano Figueroa Larraín, di-
1906 William Howard Taf'
ciembre-4 de maYo de 1927 1942 Juan Antonio Ríos Morales
Alfredo Duhalde Yázquez,27 de tiembre-13 de ocubre
1927 Carlos Ibáñez del CamPo 1946
junio-17 de octubre Charles Edward Ma
1931 Pedro Opazo Letelier, 26-27 de
julio Juan A. Irabarren, 17 de octubre- octubre-28 de enero r
3 de noviembre (ocupación estadouni,
Juan Esteban Montero Rodríguez,
1909 José Miguel Gómez
27 de julio-l8 de agosto Gabriel Gonzâlez Videla, 3 de no-
viembre-3 de noviembre de 1952 1913 Mario García Menoc,
Manuel Trucco Franzani, 18 de
1.952 Carlos Ibáñez del Campo t92t Alfredo Zayas
agosto-15 de noviembre
1958 Jorge Alessandri Rodríguez 1925 Gerardo Machado M
Juan Esteban Montero Rodríguez,
15 de noviembre-4 de junio de 1964 Eduardo Frei Montalva 1.933 Carlos Manuel Césp
1970 Salvador Allende Gossens agosto-5 de septiemb
1,932
Consejo de los Cinco
1932 Arturo Purga, 4-12 de junio 1973 Augusto Pinochet Ugarte
1990 Patricio Aylwin tiembre
Marmaduke Grove, 12-16 de junio
Ramón Grau San lv
Carlos Dávila Espinoza, 17 de ju- 1994 Eduardo Frei Ruiz-Tagle
septiembre-lS de en
nio-13 de septiembre
1934 Carlos Hevía, 15-18 c

Costa Rica

1876 Tomás Guardia 1940 Rafael Ángel Calderón Guardia


1944 Teodoro Picardo Michalski 1.873 Justo Rufino Barrios
1882 Próspero Fernández
1885 Bernardo Soto y Alfaro 1948 Santos León Herrera, 19 de abril- 1885 Alejandro Sinibaldi,
8 de mayo Manuel Lisandro B¿
1890 José Joaquín Rodríguez
José Figueres, 8 de maYo-8 de no- abril-15 de marzo de
1894 Rafael Iglesias Castro
1.892 José María Reina Ba
Inz Ascensión Esquivel Ibarra viembre de 1949
1898 Manuel Estrada Cab:
1906 Cleto GonzálezYíquez 1949 Otilio Ulate Blanco
1910 Ricardo Jiménez Oreamuno 1952 Alberto Oreamuno Flores 1920 Carlos Herrera
l9I2 Cleto GonzálezYíquez 1953 José Figueres Ferrer 1922 José María Orellana
l9t4 Alfredo González Flores 1958 Mario Echandi Jiménez 1926 LázaroChacón
l9L7 Federico Tinoco Granados 1962 Francisco José Orlich 1930 BaudilloPalma,l3-16
José Joaquín Trejos Fernández Manuel Orellana C..
1979 Julio Acosta García, 7 de mayo- 1966
1970 José Figueres Ferrer ciembre
13 de agosto
1974 Daniel Oduber José María Reyna Ar
Juan Bautista Quirós, 13 de agos-
1978 Rodrigo Carazo diciembre-14 de febr
to-8 de mayo de 1920
11920 Julio Acosta García 1982 Luis Alberto Monge Alvarez 1931. Jorge Ubico
1.924 Ricardo Jiménez Oreamuno 1986 Óscar Arias Sánchez 1944 Federico Ponce Vaidr
1990 Rafael Ángel Calderón 21 de octubre
1928 Cleto GonzálezYíquez
1994 José María Figueres Jacobo Arbenz Guzn
1.932 Ricardo Jiménez Oreamuno
1936 León Cortés Castro ciembre-l de marzo r
1945 Juan José Arévalo B
t95l Jacobo Arbenz Guzn
Iefes de Estado 453

Blanche EsPejo, l3 de Cuha


.2 de octubre
)yanedel, 2 de octubre- 1rì99 John R. Brooke, I de enero-23 del Manuel Márquez Sterling, 18 de
nbre diciembre I
enero
rsandri Palma, 24 de di' Leonard Wood, 23 de diciembre- | Carlos Mendieta Montefur, 18 de
de diciembre de 1938 de 1902
20 de mayo
I
enero-1l de diciembre de 1935
rre Cerda (ocupación estadounidense) J 1935 José A. Barnet y Vinageras
Véndez Arancibia t902 Tomás Estrada Palma 1936 Miguel Mariano Gómez Arias,20
rio Ríos Morales 1906 William Howard Tafr.,29 Oe sep-l de mayo-24 de diciembre
rhal<Je Vázquez, 2l de tiembre-l3 de ocubre I
Federico Laredo Bru, 24 de di-
octubre Charles Edward Magoon, 13 de I ciembre-10 de octubre de 1940
.barren, 17 de octubre- octubre-28 de enero de 1909 I 1940 Fulgencio Batista y Zaldívar
nbre (ocupación estadounidense) J 1944 Ramón Grau San Martín
nzálezYidela, 3 de no- 1909 José Miguel Gómez 1948 Carlos Prío Socarrás
Je noviembre de 1952 1913 Mario García Menocal 1952 Fulgencio Batista y Zaldívar
iez del Campo 1921 Alfredo Zayas 1959 Manuel Urrutia Lleo,2 de enero-
;andri Rodríguez 1925 Gerardo Machado Morales 17 de julio [a partir de aquí, el jefe
'ei Montalva 1933 Carlos Manuel Céspedes, 12 de de gobierno de facto es Fidel Cas-
llende Gossens agosto-5 de septiembre tro Ruzl
nochet Ugarte Consejo de los Cinco, 5-10 de sep- Osvaldo Dórticos Torrado, 17 de
lwin tiembre julio-3 de diciembre de 1976
:ei Ruiz-Tagle Ramón Grau San Martín, 10 de 1976 Fidel Castro Ruz se convierte en
septiembre-l5 de enero de 1934 presidente del Consejo de Estado
1934 Carlos Hevía, 15-18 de enero

Guatemala
gel Calderón Guardia
cardo Michalski 1873 Justo Rufino Barrios 1954 Carlos Díaz, 27-29 de junio
n Herrera, 19 de abril- 1885 Alejandro Sinibaldi, 2-15 de abril Elfego J, Monzón,29 de junio-8 de
Manuel Lisandro Barillas, 15 de julio
'es, 8 de mayo-8 de no- abril-15 de marzo de 1892 Carlos Castillo Armas, 8 de julio-
t949 1892 José María Reina Barrios 26 de julio de 1,957
e Blanco 1898 Manuel Estrada Cabrera 1957 Luis Arturo González López,27
'eamuno Flores 't920 Carlos Herrera de julio-25 de octubre
'es Ferrer 1922 José María Orellana Guillermo Flores Avendaño,28 de
¡ndi Jiménez 1926 Lázaro Chacón octubre-2 de marzo de 1958
osé Orlich 1930 Baudillo Palma, 1 3- 1 6 de diciembre 1958 Miguel Ydígoras Fuentes
rín Trejos Fernández Manuel Orellana C., 16-31 de di- 1,963 Enrique Peralta Azurdia
'es Ferrer ciembre 1966 Julio César Méndez Montenegro
¡ber José María Reyna Andrade, 31 de 19'10 Carlos Arana Osorio
ûazo diciembre-14 de febrero de 1931 1974 Kjell E. Langerud García
to Monge Alvarez 1.931 Jorge Ubico 1978 Fernando Romeo Lucas García
s Sánchez 1944 Federico Ponce Vaidez, 1 de julio- 1982 Efrain Ríos Montt
¡el Calderón 21 de octubre 1983 Óscar Humberto Mejía Victores
Figueres Jacobo Arbenz Guzmán,12 de di- 1986 Marco Vinicio Cerezo Arévalo
ciembre-1 de marzo de 1945 1991 Jorge Serrano Elías
1945 Juan José Arévalo Bermejo 1993 Ramiro de León Carpio
1951 Jacobo Arbenz Guzmán
454 Historia contemporónea de América Latina

Haití '1924 Fausto Dâvila, 21-31


Vicente Tosta, 1 de ab
1867 Sylvain Salnave 1946 Frank Lavaud, 12 de enero-l5 de brero de 1925
1870 Nissage-Saget [fnu] agosto 1925 Miguel Paz Barahona
1874 Michel Dominique Dumarsais Estimé, 15 de agosto- lY29 Vicente Mejía Colindrt
1876 Boisrond Canal [fnu] 10 de mayo de 1950 1933 Tburcio Carías Andinr
1879 Etienne Félicité Salomon 1950 Frank Lavaud, 10 de mayo-6 de 1949 Juan Manuel Gálvez
l8U8 Télémaque, 24 de agosto-I9 de diciembre 1956 Roque I. Rodríguez
septiembre Paul (Eugène) Magloire, 6 de 1,957 Ramón Villeda Morale
François Denis Légitime, 23 de diciembre-12 de diciembre de
octubre-22 de agosto de 1889 t956
1889 Louis Mondastin Floréal Hippoly- 1956 Joseph Nemours Pierre-Louis
te 1,957 François Sylvain, 7 de febrero-2 de
1896 P. A. Tirésias Simon Sam abril 1962 William Alexander I
1902 Boisrond Canal [fnu], 9 de mayo- Comité Ejecutivo de trece minis- 1967 Donald Burns Sangs
21 de diciembre tros bajo la protección del ejérci- 1965 actuó como prime
Alexis Nord,21 de diciembre-Z de to, 6 de abril-2O de mayo 22 de febrero-11 de ab
diciembre de 1908 Léon Cantave,20-26 de mayo Hugh Lawson Shear
1908 Antoine Simon Daniel Fignolé,26 de mayo-14 de abril-1 de marzo de 19'
1911. Michel Cincinnatus Leconte junio
1912 Tancrède Auguste Antoine Kebreau, 14 de junio-15
t913 Michel Oreste de octubre
t914 Oreste Zamor,8 de febrero-29 de François Duvalier, 22 de octubre-
octubre 21 de abril de l97l 1876 Porfirio Díaz
Joseph Davilmare Théodore,7 de I971, Jean-Claude Duvalier 1880 Manuel Go¡zález
noviembre -23 de febrero de 1915 1986 Henri Namphy 1884 Porfirio Díaz
1915 Jean Velbrun-Guillaume, 4 de 1988 Leslie Maingat, 7 de febrero-2O de 1911 Francisco Iæón de la B
marzo-26 de julio junio mayo-6 de noviembre
Philippe Sudte Darti guenav e, 1.2 de Henri Namphy,20 de junio-18 de Francisco Madero, 6 <

agosto-15 de mayo d,e 1922 septiembre bre-18 de febrero de 1!


1922 Joseph Louis Bornó Prosper Avril, 18 de septiembre- 1913 Victoriano Huerta
1930 Étienne Ro¡ 15 de mayo-l8 de 13 de marzo de 1990 l9l4 Venustiano Carranza
noviembre 1990 Ertha Pascal-Trouillot L920 Adolfo de la Huerta,2
Sténio Vincent, 18 de noviembre- 1.991 Jean-Bertrand Aristide 1 de diciembre
abril de 1941 l99I Raoul Cédras Álvaro Obregón, 1 de
(191 5 - 1934, ocupación e.stadouni- 1.994 Émile Jonaissaint 1 de diciembre de 1924
d.ense) 1995 Jean-Bertrand Aristide 1924 Plutarco Elías Calles
1941 Elie Lescot

Honduras

1876 Marco Aurelio Soto 1,907 Miguel R. Dávila 1879 Joaquín Zavala
1883 Luis Bográn 1911 Francisco Beltrán 1883 Adán Cárdenas
1891 Pariano Leiva l9l2 Manuel Bonilla 1887 Evaristo Carazo
1893 Domingo Yázqtez \913 FranciscoBertrand 1889 Roberto Sacaza
1894 Policarpo Bonilla 1915 Alberto Membreño 1893 Innere Wirren
1899 'Ierencio Sierra 1916 FranciscoBertrand José Santos Zelaya
1903 Manuel Bonilla 1920 Rafael López Gutiérrez 1909 José Madriz
lefes de Estado 455

1924 Fausto Dávila, 27-31, de marzo 1963 Oswaldo López Arellano


Vicente Tosta, 1 de abril-2 de fe- l97l Ramón Ernesto Cruz
Lavaud, 12 de enero-15 de brero de 1925 1972 Oswaldo López Arellano
1925 Miguel Paz Barahona 1975 Juan Alberto Melgar Castro
sais Estimé, 15 de agosto- ln9 Vicente Mejía Colindres 1978 Policarpio Paz Garcia
nayo de 1950 1.933 Tiburcio Carías Andino 1982 Roberto Suazo Córdova
Lavaud, 10 de mayo-6 de 1949 Juan Manuel Gálvez 1986 José Simeón Azcona Hoyo
)re 1956 Roque I. Rodríguez 1990 Rafael Leonardo Callejas
Eugène) Magloire, 6 de 1957 Ramón Villeda Morales 1994 Carlos Roberto Reina
>re-72 de diciembre de

Nemours Pierre-Louis Iamaica


s Sylvain, 7 de f.ebrero-2 de
1962 William Alexander Bustamante 1972 Michael Norman Manley
Ejecutivo de trece minis- 1967 Donald Burns Sangster [desde 1980 Edward Phillip George Seaga
o la protección del ejérci- 1965 actuó como primer ministro], 1989 Michael Norman Manley
abril-Z} de mayo 22 de febrero-11 de abril 1992 P. J. Patterson
antave, 20-26 de mayo
Fignolé, 26 de mayo-74 de
Hugh Lawson Shearer, l1 de
abril-l de marzo de 1972
: Kebreau, 14 de junio-l5
lre México
r Duvalier, 22 de octubre-
ril de 1977 1876 Porfirio Díaz 1928 Emilio Portes Gil
lude Duvalier 1880 Manuel González
'amphy 1930 Pascual Ortiz Rubio
1884 Porfirio Díaz 1932 AbelardoRodríguez
faingat, 7 de febrero-20 de 1911 Francisco León de la Barra,25 de L934 LázaroCárdenas
'amphy, mayo-6 de noviembre L940 Manuel Ávila Camacho
20 de junio-18 de Francisco Madero, 6 de noviem- 1946 Miguel Alemán
)re bre-18 de febrero de 1913 1952 Adolfo Ruiz Cortines
Avril, 18 de septiembre- 1913 Victoriano Huerta 1958 Adolfo López Mateos
trzo de 1990 1914 Venustiano Carranza
rscal-Trouillot
1964 Gustavo Díaz Ordaz
1920 Adolfo de la Huerta, 2l de mayo- 1970 Luis Echeverría Alvarez
rtrand Aristide I de diciembre 1976 José López Portillo
édras Álvaro Obregón, 1 de diciembre- 1.982 Miguel de la Madrid Hurrado
rnaissaint 1 de diciembre de 1924
:trand Aristide
1988 Carlos Salinas de Gortari
1924 Plutarco Elías Calles 1994 Ernesto Zedillo Ponce de León

Nicaragua
i.. Dávila 1879 Joaquín Zavala 1910 José Dolores Estrada
I Beltrán 1883 Adán Cárdenas
lonilla 191 1 Juan José Estrada, 1 de enero-9
1887 Evaristo Carazo de mayo
r Bertrand 1889 Roberto Sacaza
Vfembreño Adolfo Día2,9 de mayo-31 de di-l
rBertrand
1893 Innere Wirren ciembre de 1916
Emiliano Chamorro Vargas
I
José Santos Zelaya r917
Spez Gutiérrez
1909 José Madriz L9t9 Diego Manuel Chamorro
I
I
456 Hßtoria contemporónea de América Latina

1823 Bartolomeo Martínez 1950 Anastasio Somoza García ("Ta- 1968 Arnulfo Arias Madrid,
1925 Carlos Solórzano
I
cho") tubre
(ocupación estadounidense) I
I
1956 Luis Somoza Debayle Omar Torrijos, 11 de c
1,y26 Emiliano Chamorro Vargas, 15 de 1963 René Schick Gutiérrez tiembre de 1978
enero-LL de noviembre 1966 Lorenzo Guerrero Gutiérrez 1978 Aristides Royo
Adolfo Díaz, I I de noviembre-l de I 1,967 Anastasio Somoza Debayle (<Ta- 1982 Ricardo de la Esprielli
enero de 1929 I chito>) 1984 Jorge Illueca
Ig2g José María Moncada I
1972 Junta de gobierno de la familia Nicolás Ardito Barlen
(ocupación estadounidense) I Somoza
1933 Juan Bautista Sacasa 1974 Anastasio Somoza Debayle ("Ta-
1936 Carlos Brenes Jarquín chito>)
1937 Anastasio Somoza García (oTa- \979 Junta de Francisco Urcuyo: Da-
cho)) niel Ortega y otros 1886 Andrés Avelino Cácerr
1947 Leonardo Argüello, 1-26 de mayo 1985 José Daniel Ortega Saavedra 1890 Remigio Morales Bern
Benjamín Lacaya Sacasa, 26 de 1990 Violeta Chamorro 1894 J.Borgoño,ldemayo-l
mayo-15 de agosto Andrés Avelino Cáce
Víctor Román y Reyes, 14 de agosto-l9 de marzo de
agosto-6 de mayo de 1950 1895 Manuel Candamo, 21
8 de septiembre
Nicolás Piérola, 8 de s
Panamó 8 de septiembre de 189
1899 Eduardo López de Ror
1904 Manuel Amador Guerrero Ricardo J. Alfaro, 1.6 de enero- 1903 Manuel Candamo
1908 José Domingo de Obaldía 1 de octubre de 7932 1,904 Serapio Calderón,7 de r
1910 Carlos Antonio Mendoza, i de 1,932 Harmodio Arias septiembre
marzo-L de octubre r936 Juan Demóstenes Arosemena José Pardo y Barreda,
Federico Boyd, 1-4 de octubre 1939 Augusto S. Boyd tiembre-24 de septiemt
Pablo Arosemena, 4 de octubre- 1940 Arnulfo Arias 1908 Augusto B. Leguía
2 de febrero de 1,912 194l Ernesto Jaén Guardia, 9 de octu- 1912 Guillermo E. Billinghu
1912 Rodolfo Chiari,2 de febrero-7 de bre 1914 Oscar R. Benavides
mafzo Ricardo Adolfo de la Guardia,9 de 1915 José Pardo
Pablo Arosemena, 7 de marzo- octubre-15 de junio de 1945 1919 Augusto B. Leguía
I de octubre 1945 Enrique Adolfo Jiménez 1930 Manuel Ponce, 25-27
Belisario Porras, 1 de octubre- 1948 Domingo Díaz Arosemena Luis M. Sánchez Cel
de 1916
L de octubre 1949 Daniel Chanis, 28 de julio-2O de agosto-l de marzo de 1
1916 Ramón Maximiliano Valdés noviembre r931 Ricardo Leoncio Elí¿
1918 Ciro Louis Urriola, 3 de junio- Roberto Chiari, 20-25 de noviem- fnarzo
I de octubre bre Gustavo A. Ji ménez, 5 -^l
Pedro Antonio Dlaz, l-12 de oc- Arnulfo Arias, 24 de noviembre-
tubre 10 de mayo de 1951
Belisario Porras, 12 de octubre-30 1951 Alcibíades Arosemena
de enero de 1920 1952 José Antonio Remón Cantera
1920 Ernesto Tisdel Lefevere, 30 de 1955 José Ramón Guizado, 3-15 de 1948 Luis Muñoz Martín
enero-1 de octubre enero L9@ Roberto Sánchez Vilell
Belisario Porras, 1 de octubre-l de Ricardo M. Arias Espinosa, 15 de 1968 Luis A. Ferré
octubre de1924 enero-1 de octubre de 1956 1972 Rafael Hernández Col(
1.924 Rodolfo Chiari 1956 Ernesto de la Guardia, jr.
1928 Florencio Harmodio Arosemena 1960 Roberto F. Chiari
1931 Harmodio Arias, 2-16 de enero L964 Marco Aurelio Robles
Jefes de Estado 457
iomoza García ("Ta- 1968 Arnulfo Arias Madrid, 1-11 de oc- 1985 Eric Arturo Devalle Henríquez
tubre 1988 Manuel Solís palma (de factojge_
r Debayle Omar Torrijos, 11 de octubre-sep- neral Manuel Antonio Noriega)
Gutiérrez tiembre de 1978 1989 Francisco Rodríguez, septiembie-
errero Gutiérrez 1978 Aristides Royo diciembre
rmoza Debayle (<Ta- 1982 Ricardo de la Espriella 1989 Guillermo Endara
1984 Jorge Illueca 1994 Ernesto Pérez Balladares
,bierno de la familia Nicolás Ardito Barletta Vallarino

rmoza Debayle ("Ta-


Perú
ancisco Urcuyo: Da-
/ otros 1886 Andrés Avelino Cáceres David Sámanez Ocampo, 11 de
Ortega Saavedra 1890 Remigio Morales Bermúdez marzo-8 de diciembre
nofÏo '1894 J. Borgoño, de mayo-10de agosto
1 Luis M. Sánchez Cerro, 8 de di-
Andrés Avelino Cáceres, l0 de ciembre-3O de abril de 1933
agosto-l9 de marzo de 1895 1933 Óscar R. Benavides
1895 Manuel Candamo, 21. de marzo- 1939 Manuel Prado y Ugarteche
8 de septiembre 1945 José Luis Bustamante y Rivero
Nicolás Piérola, 8 de septiembre- 1948 Zenón Noriega,2g-30 de octubre
8 de septiembre de 1899 Manuel A. Odría, 31 de octubre-
1899 Eduardo López d,e Romaña I de junio de 1950
Ufaro, 16 de enero-
de 1932
1903 Manuel Candamo
1904 Serapio Calderón, 7 d,emayo-24 d,e
1950 Zenón Noriega, I de junio-2g de
julio
rias septiembre Manuel A. Odría, 28 de julio-2g de
enes Arosemena José Pardo y Barreda, 24 de sep- julio de 1956
oyd ttembre-24 de septiembre de 190g 1956 Manuel Prado y Ugarteche
s 1908 Augusro B, Leguía 1962 Ricardo Pérez Godoy
Guardia, 9 de octu- l9l2 Guillermo E. Billinghurst 1963 Nicolás Lindey López,3 de mar-
1914 Óscar R. Benavides zo-28 de julio
fo de la Guardia, 9 de 1915 José Pardo
juniode 1945
Fernando Belaúnde Terr¡ 2g de
1919 Augusto B. Leguía julio-3 de octubre de 1968
lfo Jiménez 1930 Manuel Ponce, 25-27 de agosto 1968 Juan Velasco Alvarado
.z Arosemena Luis M. Sánchez Cerro, 27 de r975 Francisco Morales Bermúdez
s, 28 de julio-20 de agosto-1 de marzo de 1931 1980 Fernando Belaúnde Terry
1931 Ricardo Leoncio Elías, 1-5 de 1985 Alan García Pérez
n,20-25 de noviem- marzo 1990 Alberto Fujimori
Gustavo A. Jim énez.5-71de marzo 1995 Alberto Fujimori
s, 24 de noviembre-
e 1951
'osemena
Remón Cantera
Puerto Rico
Guizado, 3-15 de 1948 Luis Muñoz Martín 1976 Carlos Romero Barceló
1964 Roberto Sánchez Vilella 1984 Rafael Hernández Colón
rias Espinosa, 15 de 1968 Luis A. Ferré 1988 Rafael Hernández Colón
tubre de 1956 1972 Rafael Hernández Colón 1992 Pedro J. Rosselló
Guardia, jr.
riari
r Robles
458 Hßtoria contemporónea de América Latina

República Dominicana 1898 Tomás Regalado


1903 Pedro José Escalón
1868 Buenaventura Báez Rafael Leonidas Trujillo y Molina, 1907 Fernando Figueroa
1874 Ignacio (María) Gorøález 18 de agosto-18 de junio de 1838 1911 Manuel Enrique Araújc
1876 Ulises Francisco Espaillat, 29 de [presidente de facto hasta 1961] 1913 Carlos Meléndez
junio-noviembre 1938 Jacinto Bienvenudo Peynado 1914 Alfonso Quiñones Moli
Ignacio González, noviembre-di- 1940 Manuel de Jesús Troncoso de la 1915 Carlos Meléndez
ciembre Concha l9I9 Jorge Meléndez
Buenaventura B áez, diciembr e -24 1.942 Rafael Leónidas Trujillo y Molina 1923 Alfonso Quiñones Moli
de febrero de 1878 1952 Héctor Bienvenido Trujillo 1927 Pío Romero Bosque
1878 Cesáreo Guillermo 1960 Joaquín Balaguer l93l Arturo Araujo, 1 de n
1879 Gregorio Luperón 1962 Rafael (Filiberto) Bonnell¡ 1-17 diciembre de l93l '

1880 Fernando Arturo de Meriño de enero Maximiliano Hernándr


1884 Ulises Heureaux Huberto Bogaert, 17-19 de enero nez,4 de diciembre de I
1885 Francisco Gregorio Billini Rafael Bonnelly, 19 de enero-Z7 agosto de 1934
1887 Ulises Heureaux de febrero de 1963 1.934 Andrés Ignacio Menénc
1889 Juan Wenceslao Figuereo, l-31 de 1963 Juan Bosch Gavino, 27 de f.ebre- 1935 Maximiliano Hernánde¡
agosto ro-26 de septiembre 1944 Andrés Ignacio Menén
Horacio Vásquez, 1 de septiem- Emilio de los Santos, 26 de seP- mayo-2t de octubre de
bre-14 de noviembre tiembre-22 de diciembre Osmín Aguirre y Salinas
Juan Isidro Jiménez, 19 de no- Donald Reid Cabral, 22 de di- tubre de 1944-1, de marz
viembre-2 de mayo de 1902 ciembre-25 de abril de 1965 1945 Salvador Castañeda Cas
ßAZ Horacio Vásquez 1965 Disturbios y guerra civil, 25 de 1948 Manuel de J. Córdova
1903 Alejandro Wos y Gil, 27 de abril- abril-3 de septiembre de 1965
20 de noviembre Elías Wessin y Wessin,28 de abril-
Juan Isidro Jiménez, 28 de di- 7 de mayo
ciembre-2 de abril de 1904 Antonio Imbert Barreras 7 de
19M Carlos Morales mayo-3O de agosto 1962 Eric Eustace Williams
1,906 Ramón Cáceres Francisco Caamaño Deñó, 25 de 1981 George Chambers
1911 Eladio Victoria abril-3 de septiembre
1912 Adolfo Nouel y Bobadilla Héctor García Godoy Cáceres, 3
1913 José Bordas y Valdés de septiembre-l de julio de 1966
191,4 Ramón Bâez, 27 de agosto-5 de (1 965, ocupación estadounidense)
diciembre 1966 Joaqufn Balaguer
Juan Isidro Jiménez,5 de diciem- 1978 Silvestre Antonio Guzmán Fer-
bre-8 de mayo de 1916 ná¡dez
1916 Francisco Heníquez y Carvajal 1982 Jacobo Majluta, 4 de julio-14 de
1922 Juan Bautista Vicini Burgos agosto
(1,916-1,922 ocupación estadouni- 1982 Salvador Jorge Blanco
dense) 1986 Joaquín Balaguer
1924 Horacio Vásquez 1990 Joaquín Balaguer
1930 Rafael Estrella Urena, 2 de mar- L994 Joaquín Balaguer
zo-16 de agosto

El Salvador

1876 Rafael Zaldívar y Lazo 1890 Carlos Ezeta


1885 Francisco Menéndez 1894 Rafael Gutiérrez
Jefes de Estado 459

1898 Tomás Regalado 7949 Óscar Osorio,4 de enero-22 de oc-


1903 Pedro José Escalón tubre
rel Leonidas Trujillo Y Molina, 1907 Fernando Figueroa Óscar Bolaños,22 de octubre-l4
e agosto-l8 de junio de 1838 1917 Manuel Enrique Araújo de septiembre de 1950
;idente de facto hasta 1961] 1913 Carlos Meléndez 1950 Óscar Osorio
rto Bienvenudo PeYnado 1,914 Alfonso Quiñones Molina 1956 José María Lemus
uel de Jesús Troncoso de la 1915 Carlos Meléndez 1960 Miguel Ángel Castillo
cha 1919 Jorge Meléndez 196l Aníbal Portillo
rel Leónidas Trujillo Y Molina 1923 Alfonso Quiñones Molina 1.962 Eusebio Rodolfo Cordón, 25 de
tor Bienvenido Trujillo 1927 Pío Romero Bosque enero-1 de julio
¡uín Balaguer 1931 Arturo Araujo, 1 de marzo-4 de Julio Adalberto Rivera, 1 de julio-
rel (Filiberto) Bonnelly, 1-17 diciembre de 1931 1 de julio de 1967
nero Maximiliano Hernández Martí- 1967 Fidel Sánchez Hernández
erto Bogaert, l7-19 de enero nez, 4 de diciembre de 1931-29 de 1972 Arturo Armando Molina
rel Bonnelly, 1,9 de enero-Z1 agosto de 1934 1,977 Carlos Humberto Romero
:brero de 1963 1934 Andrés Ignacio Menéndez 1979 Jaime Abdul Gutiérrez, Adolfo
r Bosch Gavino, 27 de febre- 1935 Maximiliano Hernández Martínez Arnoldo Majano y junta
5 de septiembre 1944 Andrés Ignacio Menéndez, 9 de 1980 J.osé Napoleón Duarte
lio de los Santos, 2ó de sep- mayo-21 de octubre de 1944 L982 Alvaro Alfredo Magaña (presi-
bre-22 de diciembre Osmín Aguirre y Salinas,2l de oc- dente provisional)
ald Reid Cabral, 22 de di- tubre de 1944-l de marzo de 1945 1,9U José Napoleón Duarte
bre-25 de abril de 1965 1945 Salvador Castañeda Castro 1989 Alfredo Cristiani
urbios y guerra civil, 25 de 1948 Manuel de J. Córdova 1.994 Armando Calderón Sol
-3 de septiembre de 1965
; Wessin y Wessin,28 de abril-
mayo Trinidad y Tobago
rnio Imbert Barreras 7 de
o-30 de agosto 1962 Eric Eustace Williams 1987 A. N. Raymond Robinson
rcisco Caamaño Deñó, 25 de 1981 George Chambers 1991 Patrick Manning
-3 de septiembre
tor García Godoy Cáceres, 3
eptiembre-l de julio de 1966
5, ocupación estadounidense)
1uín Balaguer
)stre Antonio Guzmán Fer-
lez
bo Majlura, 4 de julio-14 de
to
ador Jorge Blanco
¡uín Balaguer
1uín Balaguer
¡uín Balaguer

¡s Ezeta
el Gutiérrez
-- doso y Enzo Faletto, Dependen
Eds., 1969. El intento más siste
Robert A. Packenham,The De,
lopment Studies, Cambridge, H
Sugerencias para lecturas complementarias Un punto de partida excele
dos Unidos es Rodolfo O. de la
An I nterdis cip linary A ntho lo g,y.
funda historia social de la Me¡
rrez, When Jesus Came, the Cot
in New Mexico, 1500-l846,Stat
cuestión de la identidad latina
Labels, Latino Lives: Identity a.
Minneapolis, University of Min

Las lecturas sugeridas están ordenadas según la secuencia de capítulos seguida en el


texto, lo que hace que se solapen por necesidad. Algunas de las indicadas para los ca- L Los cimientos coloniales (14
pítulos dedicados a los países y a las subregiones también resultan importantes para el
prólogo, los capítulos l,2y 11, y el epílogo. Los lectores interesados en un país concre- Con demasiada frecuencia, la ,
to de los tratados en esos capítulos pueden también acudir a las sugerencias anotadas ropea. El libro de Miguel León
para el capítulo específico que se le dedica. mayas e incas, México, Joaquín
Los títulos que siguen se han seleccionado para que proporcionen una lectura in- una síntesis magistral de este
teresante y provechosa a quien se inicia en el estudio de América Latina contempo- Cortes, and the Fall of Old Met
ránea, por lo que hemos evitado obras inmanejables. Nuestro objetivo es pionero de cómo los pueblos n
"definitivas>
sugerir libros que se vayan a leer realmente y se destacan aquellos publicados recien- servaban el sentido de la comu:
temente. La lista se ciñe a los temas desarrollados en cada capítulo del texto. Los lec- Perú y el desafío de la conquis
tores que deseen mayor detalle encontrarán gran profusión de ellos en la mayoría de Santos Fontela, Madrid, AlianI
los títulos sugeridos. periodo anterior de México et
and Spaniard in Yucatan, 1517
La mejor síntesis actual so
Prólogo: ¿Por qué América Latina? ed., Historia de América Latin'
bridge University Press y Críl
Los estereotipos estadounidenses acerca de América Latina, según se reflejan en las Mark A. Burkholder y Lymat
caricaturas de los periódicos y revistas desde finales del siglo xtx, aparecen recogidos York, Oxford University Press
en John J. Johnson, Latin America in Caricature, Austin, University of Texas Press, clásico libro de Gilberto Freyr
1980. Uno de los mejores iirtentos de explicar América Latina contemporánea al lec- El mejor estudio monográfico
tor no especializado es Peter Winn, Americas: The Changing Face of Latin America B. Schwartz, Sugar Plantation,
and the Caribbean, Nueva York, Pantheon, 1992. Para un desarrollo bastante más es- 1835, Cambridge, Cambridge (
cueto de la misma materia, véase Oxford Analytica, Latin America in Perspective, tructura familiar se ofrece en i
Boston, Houghton Mifflin, 1991. Una nueva obra de referencia de carácter multidis- zil: Santana de Parnaíba 1580
ciplinario sobre América Latina es Simon Collier, Thomas E. Skidmore y Harold Los orígenes y afanes de li
Blakemore, eds., The Cambridge Encyclopedia of Latin America and the Caribbean, por John Lynch en el amplio I
ed. revisada, Cambridge, Cambridge University Press, 1992. Un amplio tratamiento lona, Ariel, 1976. El periodo p,
de temas escogidos aparece en Alfred Stepan, ed., The Americas: New Interpretive Es- ed., Historia de América Latinc
says, Nueva York, Oxford University Press, 1992, y un examen de las tendencias ac- celona, Cambridge University
tuales de investigación puede encontrarse en Peter H. Smith, ed., Latin America in caulay, The Emergence of Lar
Comparative Perspective: New Approaches to Methods and Analysis, Boulder, West- York, Oxford University Pres
view Press, 1995. abundante detalle en D. A. Br
El análisis de la dependencia ha originado una amplia literatura y una controver- pública criolla, I 492- I 867, Méx
sia considerable. La formulación clásica sigue siendo la de Fernando Henrique Car- Juan José Utrilla. La creación
Sugerencias para lecturas complementarias 461

doso y Enzo Faletto, Dependencia y desarcollo en América Latina, México, Siglo XXI
Eds., 1969. El intento más sistemático de desacreditar al enfoque independentista es
Robert A. Packenham, The Dependency Movement: Scholarship and Politics in Deve-
lopment Studies, Cambridge, Harvard University Press, 1992.
lplementarias Un punto de partida excelente para comprender la experiencia chicana en Esta-
dos Unidos es Rodolfo O. de la Garza et ø/., eds., The Mexican American Experience:
An Interdßciplinary Anthology, Austin, University of Tþxas Press, 1985. Para una pro-
funda historia social de la Mesoamérica más septentrional, véase Ramón A. Gutié-
rrez, When Jesus Came, the Corn Mothers Went Away: Maniage, Sexuality, and Power
in New Mexico, 1500-1846, Stanford, Stanford University Press, 1991. La complicada
cuestión de la identidad latina es abordada hábilmente en Suzanne Oboler, Ethnic
Labels, Latino Lives: Identity and the Politics of (Re)Presentation in the United States,
Minneapolis, University of Minnesota Press, 1995.

a de capítulos seguida en el
de las indicadas para los ca- 1,. Los cimientos coloniales (1492-décøda de 1880)
resultan importantes para el
teresados en un país concre- Con demasiada frecuencia, la <conquista> se considera sólo desde la perspectiva eu-
ir a las sugerencias anotadas ropea. El libro de Miguel León-Portilla, El reverso de la conquista. Relaciones aztecas,
mayas e incas, México, Joaquín Mortiz, 1964, constituye un excelente correctivo. Para
rroporcionen una lectura in- una síntesis magistral de este drama, véase Hugh Thomas, Conquest: Montezuma,
América Latina contempo- Cortes, and the Fall of Old Mexico, Nueva York, Simon & Schuster, 1993. Un estudio
rejables. Nuestro objetivo es pionero de cómo los pueblos nativos se ajustaron al gobierno europeo mientras pre-
aquellos publicados recien- servaban el sentido de la comunidad es el de Steve J. Stern, Los pueblos indígenas del
r capítulo del texto. Los lec- Perú y el desafío de la conquista española: Huamanga hasta 1640, trad. de Fernando
in de ellos en la mayoría de Santos Fontela, Madrid, Alianza Editorial, 1986. Un excelente libro paralelo para un
periodo anterior de México es el de Inga Clendinnen, Ambivalent Conquest: Maya
and Spaniard in Yucøtan, 1517-1570, Cambridge, Cambridge University Press, 1987.
La mejor síntesis actual sobre el mundo colonial ibérico es la de Leslie Bethell,
ed., Historia de América Latina, vols. 1-4: América Latina colonial,Barcelona, Cam-
bridge University Press y Crítica, 1990. Para un tratamiento breve y eficaz, véase
ina, según se reflejan en las Mark A. Burkholder y Lyman L. Johnson, Colonial Latin America, 2." ed., Nueva
glo xtx, aparecen recogidos York, Oxford University Press, 1994. Para el Brasil colonial, no existe sustituto del
, University of Texas Press, clásico libro de Gilberto Freyre, Casa grande y senzala, Buenos Aires, Emecé, 1943.
atina contemporánea al lec- El mejor estudio monográfico sobre la esclavitud colonial brasileña es el de Stuart
ging Face of Latin America B. Schwartz, Sugar Plantations in the Formation of Brazilian Society: Bahia, 1550-
desarrollo bastante más es- 1835, Cambridge, Cambridge University Press, 1985. Nueva investigación sobre la es-
,îin America in Perspective,
tructura familiar se ofrece en Alida C. Metcali Family and Frontier in Colonial Bra-
rencia de carácter multidis- zil: Santana de Parnaíba 1580-1822, Berkeley, University of California Press, 1992.
nas E. Skidmore y Harold Los orígenes y afanes de la independencia en la América española son descritos
lmerica and the Caribbean, por John Lynch en el amplio Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, Barce-
t92. Un amplio tratamiento
lona, Ariel, 1,976. El periodo postindependentista está bien tratado en Leslie Bethell,
rcricas: New Interpretive Es- ed., Historia de América Latina, vol. 6: América Latina independiente, 1820-1870, Bar-
:amen de las tendencias ac- celona, Cambridge University Press y Crítica, 1992, y en David Bushnell y Neill Ma-
mith. ed., Latin America in caulay, The Emergence of Latin America in the Nineteenth Century,2.' ed., Nueva
td Analysis, Boulder, West- York, Oxford University Press, 1994. Esta historia para México es explicada con
abundante detalle en D. A. Brading, Orbe Indiano, De la monarquía católica ø la re-
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le Fernando Henrique Car-
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Presg 1.990, y Gertrude M. Y
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2. La transformación de América Latina contemporánea El argumento de nuestro <

(décadø de 1880-década de 1990) da de 1990) ha sido muy influ


tarismo, Buenos Aires, Paidós
La historia más fiable de gran parte de este periodo se encuentra en Leslie Bethell, ed., The New Authoritarianis
ed., Historia deAmérica Latina, vols. 7-10, Barcelona, Cambridge University Press y Press, 1979. El terrible costo I
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Independence, Cambridge, Cambridge University Press, 1994, la primera historia eco- Edge: State Teruor and Resistat
nómica global en inglés, narra la historia del cambio del predominio de la exportación Press, 1992. La transición a la
a la sustitución de importaciones y de ahí al neoliberalismo. Se proporciona una crf- los años ochenta se analiza s¿
tica de la ideología que las acompaña en Joseph L. Love y Nils Jacobsen, eds., Gui- Schmitter y Laurence Whiteh
ding the Invisible Hand: Economic Liberalism and the State in Latin American His- Baltimore, Johns Hopkins Un
fory, Nueva York, Praeger, 1988. Un estudio pionero de la creación del Estado O'Donnell y J. Samuel Valenz
moderno latinoamericano es Florencia E. Mallon, Peasant and Nation: The Making of South American Democracies
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dustrialización, uno de los temas más importantes, se le dedica un esclarecedor análi- Skidmore, ed., Television, Poli
sis comparativo en Gary Gereffi y Donald L. Wyman, eds., Manufacturing Miracles: Washington, The Woodrow W
Paths of Industrialization in Latin America and East,Asda, Princeton, Princeton Uni-
versity Press, 1990. Una década esencial en este proceso es analizada en Leslie Be-
thel e Ian Roxborough, edc, Latin America Between the Second World War and the 3. Argentina: prosperidad, esta
Cold War 1944-1948, Cambridge, Cambridge University Press, 1992, y en David Rock,
ed., Latin America in the 1940s: War and Postwar Transitions, Berkeley, University of La mejor síntesis es la de Da
Califonia Press, 1994. zation to the Falklands War ¡
Lacarga de la deuda exterior, que resultó abrumadora en los âños ochenta y dejó Press, 1987. Para entender el
un terrible legado para los noventa, produjo un torrente de análisis, como el de Ro- moderno, se debe comenzar c,
bert Devlin, Debt and Crßß in Latin America: The Supply Side of the S/ory, Prince- académica en John Lynch, Ar¿
ton, Princeton University Press, 1989. Los costes humanos de los ajustes de la deuda ford, Oxford University Press,
se desarrollan en Howard Handelman y Werner Baer, eds., Paying the Costs of Aus- tiga en Ronaldo Munck, Rical
terity in Latin America, Boulder, Westview, 1989. Para un buen estudio comparativo, chism to Peronism, Londres,
véase Stephan Haggard y Robert R. Kaufman, edc, The Politics of Economic Adjust- planificación polftica para un
ment: International Constraints, DßÛibutive Conflicts, and the State, Princeton, Prin- Politics and Beef in Argentina,
ceton University Press, 1992. bia University Press, 1"969. La
El punto de partida indispensable para comprender la izquierda política es Jorge terpretó las intenciones de la ¡

G. Castañeda, Utopia Unarmed: The Latin American Left øfter the Cold lVar, Nueva r.on, The oNazi Menace> in Ar
York, Alfred A. Knopf, 1993. Un análisis global de la interacción entre el Estado y los 7992.
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the Latin American Development Process, Filadelfia, Temple University Press, 1995; gentine Economy, Nueva Yorl
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El argumento de nuestro capítulo sobre la transformación (década de 1880-déca-
da de 1990) ha sido muy influido por Guillermo O'Donnell, Modernización y autoti-
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entra en Leslie Bethell, ed., The New Authoritarianism in Latin America, Princeton, Princeton University
'idge University Press y Press, 1979. El tenible costo humano de las dictaduras latinoamericanas se describe
of Latin America since en Juan E. Corradi, Patricia Weiss Fagen y Manuel Antonio Garretón, eds., Fear at the
la primera historia eco- Edge: State Terror and Resistance in Latin America, Berkeley, University of California
minio de la exportación Press, 1992. La transición a la democracia en gran parte de América Latina durante
le proporciona una crí- los años ochenta se analiza satisfactoriamente en Guillermo O'Donnell, Philippe C.
Iils Jacobsen, eds., Gui- Schmitter y Laurence Whitehead, eds., Transitions from Authoritarian Rule, 4 vols.,
ín Latin American His- Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1986, y en Scott Mainwaring, Guillermo
la creación del Estado O'Donnell y J. Samuel Valenzuela, eds., .Issøes in Democratic Consolidation: The New
' Nation: The Making of South American Democracies in Comparative Perspective, Notre Dame, University of
nia Press, 1995. A la in- Notre Dame Press, 1992. El creciente papel de la televisión se examina en Thomas E.
r un esclarecedor análi- Skidmore, ed., Television, Politics, and the Transition to Democracy in Latin America,
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md World War and the 3. Argentina: prosperídad, estancamiento y cambio
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zøtion to the Falklands War y Alfonsín, ed. rev., Berkeley, University of California
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nálisis, como el de Ro- moderno, se debe comenzar con el famoso Rosas, que ha recibido su mejor biograffa
de of the Story,Pnnce- académica en John Lynch, Argentine Dictator: Juan Manuel de Rosas, 1829-1852, Ox-
los ajustes de la deuda ford, Oxford University Press, 1981. El papel crucial del movimiento obrero se inves-
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n estudio comparativo, chism to Peronism, Londres, Zed, 1987. La interacción de grupos de interés y la
cs of Economic Adjust- planificación política para un sector entre 1900 y 1946 se explora en Peter H. Smith,
State, Princeton, Prin- Politics and Beef in Argentina: Patterw of Conflict and Change, Nueva York, Colum-
bia University Press, 1969. La forma en que sistemáticamente Estados Unidos malin-
uierda política es Jorge terpretó las intenciones de la política exterior argentina se revela en Ronald C. New-
'r the Cold W¿r, Nueva ton,The <Nazi Menace, in Argentina, 1931-1947, Stanford, Stanford University Press,
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rene Tinker y Michael York, St. Martin's Press, 1986, y Guido di Tella y Rudiger Dornbusch, ed*, The Poli-
'ment for Global Chan- tical Economy of Argentina, 1946-1983, Pittsburgh, University of Pittsburgh Press,
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University Press, 1995; gentine Economy, Nueva York, Council on Foreign Relations Press, 1995.
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464 Historia contemporónea de América Latina

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importante papel del gobierno de Frondizi es estudiado en Celia Szusterman, Frondï Democracy in Chile, 1973-1988
zi and the Politics of Developmentalism in Argentina, 1955-62, Londres, Macmillan, evolución de Chile con las pol:
1993. Rudiger Dornbusch y Raúl La
Una de las cuestiones más persistentes sobre Argentina es por qué un país tan de- Challenges, Washington, The B
sarrollado económicamente se ha visto plagado de regímenes autoritarios desde 1945. Chile's Free-Market Miracle: A
Los orígenes de ese fracaso aparente se establecen con claridad en Peter H. Smith, man, Cltile: The Political Econa
Argentina and the Failure of Democracy: Conflict among Political Elites. 1904-1955, dres, Macmillan, 1993.
Madison, University of Wisconsin Press, 1974. Si se busca el análisis de un sociólogo Pocos negarían que la Igles
argentino, véase Carlos Waisman, Reversal of Development in Argentina: Postwar siglo xx chileno. La historia de
Counîerrevolutionary Policies and Their Structurøl Consequences, Princeton, Prince- The Church and Politics in Chih
ton University Press, 1987. Guillermo O'Donnell ha profundizado su análisis anterior ton University Press, 1982.
(véase la referencia en el capítulo 2) en Bureaucratic Authoritarianism: Argentina, Si se quiere una gran riqut
1966-1973, in Comparative Perspective, Berkeley, University of California Press, 1988. véase Pamela Constable y Artr
El sórdido final de la dictadura de Galtieri es narrado de forma amena en Jimmy nochet, Nueva York, W. W. Nor
Burns, T/¡e Land that Lost its Heroes: Argentina, the Falklands and Alfonsín, Londres, of Power, Londres, Unwin Hyn
Bloomsbury, 1987. Un recuento de los acontecimientos recientes es E. Epstein, ed., sía chileno es un viaje fascinr
The New Argentine Democrøcy: The Search for a Successful Formula, Westport, Prae- Europa: Pablo Neruda, Confie
ger,1992. 1974. También abre los ojos a
tiempo en el Partido Comunist

4. Chile: socialßmo, represión y democracia


5. Brasil: ¿desarrollo para quiët
Brian Loveman ha escrito una historia general precisa en Chile: The Legacy of Hß-
panic Capitalßm,2.u ed., Nueva York, Oxford University Press, 1988. La historia del E. Bradford Burns, A History
sector agrario entre 1850 y 1940 se fiaza eî Arnold J. Bauer, Chilean Rural Society Press, 1993. es una investigaci(
from the Spanish Conquest to 1930, Cambridge, Cambridge University Press, 1975. Un lecturas adicionales. La interpr
aspecto de esa historia es actualizado en D. E. Hojman, Change in the Chilean mica de Brasil es la de Celso
Countryside: From Pinochet to Aylwin and Beyond, Londres, Macmillan, 1993. University of California Press,
La interpretación del siglo xlx chileno gira en torno a la del presidente Balmace- Los años más recientes se trat
da y la guerra civil de 1891. La más documentada y mejor fundamentada and Development, 4." ed., Wesr
no aceptada de forma universal- es la de Harold Blakemore, Britßh Nitrates -aunque
and datos, al igual que Edmar L. B
Chilean Politics, 1886-1896: Balmaceda and North, Londres, Athlone Press, 1974. Las 1945-1985: The Incomplete Trat
luchas de los trabajadores por el derecho a la negociación, así como las ganancias co- 1989. Se otorga a la cultura co
tidianas, están bien reflejadas en Peter DeShazo, Urban Workers and Labor (lnions berto A. Da Matta, Carnivals, .

in Chile, 1902-1927, Madison, University of Wisconsin Press, 1983, que resalta los sin- Dilemma, Notre Dame, Univer'
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americanos es el de Paul W. Drake, Socialism and Populism in Chile, 1932-1952,ÍJr- zilians, Reading, Addison-Wes
bana, University of Illinois Press, 1978. El partido es el Socialista, que atrajo a mu- con mucha información.
chos antiguos anarquistas y luego se desplazó a la izquierda del Partido comunista Emilia Viotti da Costa pre,
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Kaufman, Crisis in Allende's Chile: New Perspectives, Nueva York, Praeger, 1988. 1985. Uno de los mejores micr
Uno de los cuadros más equilibrados del proceso que llevó al golpe de 1973 se en- Stanley J. Stein, Vassouras: A
cuentra en Arturo Valenzuela, The Breakdown of Democratic Regimes: Chile, Baltt- vard University Press, 1957. U
more, Johns Hopkins University Press, 1978. Un relato muy bien escrito acerca de la dustriales de São Paulo, destac¿
a Sugerencias para lecturas complementarias 465

:scala menor, escrito Por Nicolas ocupación de una fábrica por sus trabajadores en l97L se presenta en Peter Winn, lVe-
V. W. Norton, 1980. Para una vi- avers of Revolution: The Yarur Workers and Chile's Road to Socialism, Nueva York,
lase Paul H. Lewis, The Crisis of Oxford University Press, 1986. Un buen recuento de cómo la oposición tecnocrática
i North Carolina Press, 1990. El proyectó la etapa pos-Pinochet es J. M. Puryear, Thinking Polítics: Intellectuals and
do en Celia Szusterman, Frondi' Democracy in Chile, 1973-./988, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1994. La
z, 1955-62, Londres, Macmillan, evolución de Chile con las políticas neoliberales es analizada en Barry P Bosworth,
Rudiger Dornbusch y Raúl Labán, eds., The Chilean Economy: Policy Lessons and
:ntina es por qué un País tan de- Challenges, Washington, The Brookings Institution, 1994; Joseph Collins y John Lear,
¡ímenes autoritarios desde 1945. Chile's Free-Market Miracle: A Second Look,Oakla¡d, Food First, 1995, y D. E. Hoj-
;on claridad en Peter H. Smith, man, Chile: The Political Economy of Development and Detnocracy in the I990s,Lon-
nong Political Elites. 1904-1955, dres, Macmillan, 1993.
rusca el análisis de un sociólogo Pocos negarían que la Iglesia católica ha desempeñado un papel primordial en el
;lopment in Argentina: Postwar siglo xx chileno. La historia de ese papel se analizada con lucidez en Brian H. Smith,
o nseq uences, Princeton, Prince- The Church and Politics in Chile: Challenges to Modern Catholicism, Princeton, Prince-
'

rrofundizado su análisis anterior ton University Press, 1982.


tic Authoritarianism: Argentina, Si se quiere una gran riqueza de información y análisis sobre Chile desde 1973,
versity of California Press, 1988. véase Pamela Constable y Arturo Valenzuela, A Nation of Enemies: Chile Under Pi-
rdo de forma amena en Jimmy nochet, Nueva York, W. W. Norton, 1991 , y Genaro Arriagada, Pinochet: The Polítics
talklands and Alfonsín, Londres, of Power, Londres, Unwin Hyman, 1988. La autobiografía del premio Nobel de poe-
tos recientes es E. Epstein, ed., sía chileno es un viaje fascinante por los mundos artísticos de América Latina y
:essful Formula, Westport, Prae- Europa: Pablo Neruda. Confíeso que he vivido: memorlas, Barcelona. Seix Barral,
1974. Tambié,n abre los ojos a la persecución política, ya que militó durante mucho
tiempo en el Partido Comunista.

5. Brasil: ¿desarrollo para quién?


;a en Chile: The Legacy of
His-
:sity Press, 1988. La historia del E. Bradford Burns, .4 History of Brazil,3." ed., Nueva York, Columbia University
J. Bauer, Chilean Rural Society Press, 1993, es una investigación fundamentada con una completa bibliografía para
ridge University Press, L975.Un lecturas adicionales. La interpretación general más importante de la historia econó-
ojman, Change in the Chilean mica de Brasil es la de Celso Furtado, 'fhe Economic Growth of Brazil, Berkeley,
,ondres, Macmillan, 1993. University of California Press, 1963, que llega hasta comienzos de los años cincuenta.
no a la del presidente Balmace- Los años más recientes se tratan en Werner Baer, The Brazilian Economy: Growth
mejor fundamentada and Development,4." ed., Westport, Praeger, 1995, que incluye una gran riqueza de
-aunque
llakemore, British Nitrates and datos, al igual que Edmar L. Bacha y Herbert S. Klein, eds., Social Change in Brazil,
ndres, Athlone Press, 1974. Las 1945-1985: 'lhe Incomplete Transition, Albuquerque, University of New Mexico Press,
ción, así como las ganancias co- 19tì9. Se otorga a la cultura contemporánea de Brasil un análisis interesante en Ro-
tan Workers and Labor Unions berto A. Da Matta, Carnivuls, Rogues, ancl Heroes: An Interpretation of the Brazilian
Press, 1983, que resalta los sin- Dilemma, Notre Dame, University <lf Notre Dame Press, 1991, y en David Hess y Ro-
berto A. Da Matta, eds., The Brazilian Puzzle: Culture on the Borderlands of the Wes-
Ce los partidos políticos latino- ternWorld, Nueva York, Columbia University Press, 1995. Joseph A. Page, The Bra-
pulism in Chile, 1932-1952,tJr- zilians, Reading, Addison-Wesley Publishing Company, 1995, es una visión general
el Socialista, que atrajo a mu- con mucha información.
quierda del Partido Comunista Emilia Viotti da Costa presenta un brillante análisis del periodo de1822 a 1889
nde puede encontrarse en Edy en The Brazilian Empire: Myths and Histories, Chicago, University of Chicago Press,
Nueva York, Praeger, 1988. 1985. Uno de los mejores microestudios de una región de América Latina es el de
1ue llevó al golpe de 1973 se en- Stanley J. Stein, Vassouras: A Brazilian Coffee County, 1850-1900, Cambridge, Har-
'mocratic Regimes: Chile, Balti- vard Unive¡sity Press, 1957. Un estudio posterior, concentrado en los sindicatos in-
o muy bien escrito acerca de la dustriales de São Paulo, destaca el papel esencial de las trabajadoras: Joel Y,lofie, Wor-
466 Historia contemporánea de Américu Lutina

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"válvula de escape mulata> ha
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993. de Robert Conrad, Tlrc l)estnrction of Brazilian Slavery, 1850-1888, Berkeley, Uni-
entario monárquico se analiza en versity of California Press, 1972. La interesante vida de un afrobrasileño de finales del
:enth-Centurv Brazil, 1850-i,91 4, siglo xtx es recobrada en Prince of the People: The Life and rimes of a Brazilian Free
scinante estudio de caso de la in- .Man of Colour, trad. Moyra Ashford, Londres, Verso, 1993. Para un análisis grams-
'
Enterprise in Brasíl: The St. John ciano de las relaciones raciales contemporáneas véase Michael George Hanchard, or-
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zada por Euclides da Cunha) de 1945-1988, Princeton, Princeton University Press. 1994.
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Un conflicto social semejante es Nationality in Brazilian Thought, ed. rev., Durham, Duke University press, 1993. So-
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E. Hahner,
;e ha estudiado: June Iopment: Economic ldeas in Peru's oFictitíous Prosperity" of Guano (1840-lBB0), Ber-
rcn's Rights in Brazil, 1850-1940, keley, University of California Press, 1993, así como en Rosemary Thorp y Jeoffrey
arez, Engendering Democracy
,lv Bertram, Peru 1890-1977: Growth and Policy in an Open Economy, Nueva york, Co-
Princeton, Princeton University lumbia University Press, 1978.
Los efectos del rápido cambio económico sobre la población de las tierras altas se
nes laborales en el periodo ante- describen con complacencia en Florencia E. Mallon, The Defense of community in
t,'[he Brazilian Corporative Sta- Peru's Central Highlands: Peasanî struggle and capitalist Transition, IBó0-1940,pnn-
of California Press, 1977. John ceton, Princeton university Press, 1983. Para un estudio que enfoca un periodo pos-
ios setenta en Capitalist Control terior, véase carmen Diana Deere, Household and class Relations: peasants and
, Princeton, Princeton University Landlords in Northern Peru,Berkelev, University of California press, 1990. Frederick
ferentes tipos de religión, véase B. Pike, The Politics of the Miraculous in Peru: Haya de la Torre and the spiriualist
ics in Brazil, Pittsburgh, Univer- 'fradition, Lincoln, university of Nebraska
Press, 1986, brinda un análisis heterodoxo
in más amplia de las tendencias sobre el más famoso político peruano del siglo xx.
tate and Society in Brazil: Conti- Muchas obras escritas sobre Perú se han concentrado en el régimen militar que
las medioambientales han susci- tomó el poder en 1968. uno de los retratos más cuidadosos del régimen posterior a
. de Warren Dean, With Broadax 1968 es la colección editada por cynthia Mcclintock y Abraham F. Lowenthal, eds.,
,ntic þ'r¡rest, Berkele¡ University 'lhe Peruvian Experiment Recr¡nsidered, Princeton, Princeton
universitt press, 1983.
er Cockburn, The Fate of the Fo- El enorme sector <informal" peruano recibió un análisis de fama mundial en Her-
wzon, Londres, Verso, 1989. nando de soto, ?"åe other Path: The Invisible Revolution in the Third workl. Nueva
presidente Kubitschek cautivó la York, Harper & Row, 1989. El tremendo impacto de Sendero Luminoso recibe inter-
y sus contras, como pone de re- pretaciones diferentes en Deborah Poole y Gerardo Rénique, Peru: Time of Fear,
ropobgical Critique of Brasília, Londres, Latin American Bureau, 1992, y en David Scott palmer, ed., The Shining
Path of Peru,2.u ed., Nueva York, St. Martin's Press, 1994.
rasileñas es Carl N. Degler, Nel-
lrazil und the United S¡¿¡¿s, Nue-
t "válvula de escape mulata> ha
468 Historia contemporónea de América Latina

-rico, University Park, Penns


7. México: domesticar una revr¡lución nos estudiado, véase Roderi
dern Mexico, Nueva York, C
México tiene la fortuna de poseer una historia detallada, bien equilibrada y actuali- Sus relaciones con Estad
zada en un solo volumen: Michael C. Meyer y William L. Sherman, The Course of
vestigadas en la obra de Jc
Mexican History,5.u ed., Nueva York, Oxford University Press, 1995. Incluye biblio- States and Mexico, Chicago,
grafía en cada uno de los capítulos tanto en inglés como en español' La mejor intro- diálogo entre un mexicano y
ãucción general a México es Alan Riding, Vecinos distantes, un retrato de los mexica- Jorge G. Castañeda, Limits
nor, Méiico, Joaquín Mortiz-Planeta, 1985, a pesar de las frecuentes opiniones York, Alfred A. Knopf, 1981
accesorias del autor sobre el carácter mexicano. Puede encontrarse una interesante
Comisión Bilateral de alto r
incursión en la mentalidad y estilo de la elite mexicana en Larissa Adler Lomnitz y Unidos, The Challenge of I'
Marisol Pérez-Lizaur, A Mexican Elite Family, 1820-1980: Kinship, Class and Culture' Md., University Press of Am
Princeton, Princeton University Press, 1987. démicos preparatorios en D,
El más famoso reformador liberal (e indio de pura raza) del siglo xlx es tratado Jolla, Center for U.S.-Mexic¿
en Brian Hamnett, Juórez, Nueva York, Longman Publishing, 1994.81 tema de la in- H. Smith.
dustrialización durante el porfiriato y después se trata en Stephen H. Haber, Industry Los intelectuales mexica
and IJnderdevelopment: The Industrialization of Mexico, 1890-1940, Stanford, Stan- mientos con la realidad naci<
ford University Press, 1989. William H. Beezley presenta una maravillosa historia so- Obras compleras, México, E<
cial sobre este periodo en Judas at the Jockey Club and Other Epßodes of Porfirian tación más famosa del carác
Mexico, Lincoln, University of Nebraska Press, 1987. El laberinto de la soledad (1.
Las explicaciones de la Revolución han acabado dominando la historiografía me- que tuvo una continuación e
xicana del siglo xx. Una síntesis rica y de fácil lectura sobre la primera década revo- 1993.
lucionaria puede hallarse en Alan Knight, The Mexican Revolution, Cambridge, Cam-
bridge university Press, 1986, Puede sentirse la atmósfera del periodo por las
magníficas ilustraciones en Anita Brenner, The Wind that Swept Mexico: The History 8. Cuba: úhima colonia, prin
of the Mexican Revolution of 1910-1942, Austin, University of Texas Press, 1971. Uno
de los más satisfactorios enfoques de la Revolución es el de la historia regional, como Cualquiera que estudie la t
puede verse en Gilbert M, Joseph y Daniel Nugent, eds., Everyday Forms of State For- Hugh Thomas por su soberb
mation: Revolution and Negotiation of Rule in Modern Mexico, Durham, Duke Uni- la libertad, versión castellan¡
versity Press, 1994. excelente historia general es
El mejor estudio sobre la revolución agrarista es el de John Womack, Jr', Zapata volution, Nueva York, Oxfol
y la Revolución Mexicana, México, Siglo xxr, 1969. Mientras éste se concentra en el cubanos, que culminó en la r
estado de Morelos, John Tiltino ofrece un análisis nacional y un contexto histórico Share: The Afro-Cuban Stru,
más amplio en From Insurrection to Revolution in Mexico: Social Bases of Agrarian of North Carolina Press, 19
violence,1750-1940, Princeton, Princeton university Press, 1986, y en Friedrich Katz, siendo José Martí, objeto de
ed., Riot, Rebellion, and Revolution: Rural Social Conflict in Mexico, Princeton, Prin- Martí: Revolutionary Demot
ceton University Press, 1988. Se ha considerado durante mucho tiempo a Lánaro Cár- wartz, Lawless LiberaÍors:
denas un héroe de la Revolución, pero su presidencia ha sido objeto de una c¡ítica Duke University Press, 1989
revisionista en Nora Hamilton, The Limits of State Aulonomy: Post'Revolutionary lucha por la independencia.
Mexico, Princeton, Princeton University Press, 1982. La relación de Cuba cor
Un excelente panorama del ajuste neoliberal en México lo ofrece Nora Lustig, nacionalismo, se esboza c<¡r

Mexico: The Remaking of an Economy, Washington, The Brookings Institution, 1992. Amendment, 1902-1934, Pit
Anterior y más pesimista es el texto de David Barkin, Distorted Development: Mexi- R. Benjamin, The United St¿
co in the world Econorny, Boulder, westview, 1990. Todo análisis sobre el PRI debe of Liberty in an Age of Nat
comenzar con sus métodos de reclutamiento, que se estudian de forma sistemática por 1990. El relativo descuido en
primera vez en Peter H. Smith, Los laberintos del poder: el reclutamiento de las elites rrección en K. Lynn Stoner,
políticas en México, 1900-1971, trad. de Soledad Loaeza y Joaquín Urquidi, Mexico, vement for Legal Reform, 16.
El Colegiode México, 1981. El papel predominante de los tecnócratas es analizado Se ha generado mucha n
en Miguel Ángel Centeno, Democracy Within Reason: Technocratic Revolt¿tion in Me- concienzuda de los
"factorel
Sttgerencias para lecfuras complementurias 469

xlco, university Park, Pennsylvania State university Press, 1994. Sobre un grupo me-
nos estudiado, véase Roderic Ai camp, Generals in rhe Palucio: 'the Militãry'in Mo-
dern Mexico, Nueva York, Oxford University Press, 1992.
lada, bien equilibrada Y actuali- Sus relaciones con Estados Unidos han sido centrales en la historia mexicana, in-
am L. Sherman, The Course of vestigadas en la obra de Josefina zoraída vásquez y Lorenzo Meyer, The united
rsity Press, 1995. IncluYe biblio- states and Mexico, chicago, university of chicago Press, 1985. para un estimulante
)mo en español. La mejor intro- diálogo entre un mexicano y un politólogo estadounidense, véase Robert A. pastor y
çtan\es, un retrut<¡ de los me.rica- Jorge G. castañeda, Litttits to Friendships: 'fhe united states ttnd Mexico, Nueva
rr cle las frecuentes oPiniones York, Alfred A. Knopf, 1988. De relevancia actual es el informe sobre política de la
:rle encontrarse una interesante Comisión Bilateral de alto nivel sobre el Futuro de las Relaciones México-Estados
rna en Larissa Adler Lomnitz Y unidos, The Challenge of Interdependence: Mexico and the united states, Lanham,
980: Kinship, Class and Culture, Md., university Press of America, 1988, cuyos hallazgos se sustentan en trabajos aca-
démicos preparatorios en Dimensions of united states-Mexicun Relations,5 vols., La
ra raza) del siglo xlx es tratado Jolla, center for u.s.-Mexican Studies, 1989-1990, editado por Rosario Green y peter
rblishing, 1994. El tema de la in- H. Smith.
r en Stephen H. Haber, Industry Los intelectuales mexicanos han escrito relatos conmovedores sobre sus enfrenta-
vico, 1890-1940, Stanford, Stan- mientos con la realidad nacional. Sirva de ejemplo José Vasconcelos, U/lses criollo, en
rnta una maravillosa historia so- obras compleløs, México, Editores Mexicanos unidos, lgsi-1961,4 vols. La interpre-
md Other Episodes of Porfirian tación más famosa del carácter nacional mexicano es la que desarrolla Octavio Þaz,
El laberinto de la soledad (1." ed., 1959), México, Fondo de cultura Económica, 1993,
Jominando la historiografía me- que tuvo una continuación en 1970, Posrdata, México, Fondo de cultura Económica,
a sobre la primera década revo- 1993.
m Revolution, Cambridge, Cam-
¡tmósfera del periodo por las
îhat Swept Mexico: The History 8. Cuba: última colonia, primer Estado socirilista
'ersity of Texas Press, 1971. Uno
s el de la historia regional, como cualquiera que estudie la historia de cuba adquiere de inmecliato una deuda con
ls., Everyday fbrms of State For- Hugh rhomas por su soberbia investigación de agradable lectura, cuba: la lucha por
rn Mexico, Durham, Duke Uni- la libertad, versión castellana de Neri Daurella, Barcelona, Grijalbo, 1973-1974. una
excelente historia general es la de Louis A. Pérez, Jr., cuba: Between Reform and Re-
el de John Womack, lr., Zapata volution, Nueva York, oxford university Press, 1988. La agitada historia de los afro-
vlientras éste se concentra en el cubanos, que culminó en la masacre de'1,912, es narrada en Aline Helg, our Rightful
acional y un contexto histórico share: The Afro-cuban struggle for Equality, 1886-1912, chapel Hilr, The univãrsity
lexico: Social Bases of Agrarian of North carolina Press, 1995. La figura predominante de la historia cubana sigue
Press, 1986, y en Friedrich Katz, siendo José Martí, objeto de una biografía de christopher Abel y Nissa Torrents,
"/o.rá
tflict in Mexico, Princeton, Prin- Martí: Revolt¿tionary Democrat, Durham, Duke university press, 1986. Rosalie Sch-
ìte mucho tiempo a Lázaro Cár- wartz, Lawless Liberabrs: Political Bandity and Cuban Independence, Durham,
ia ha sido objeto de una crítica Duke university Press, 1989, proporciona una parte importante del trasfondo de la
Au to no my : Pos t- Rev t t lu I io nary lucha por la independencia.
La relación de cuba con Estados unidos, que fue crucial para el aumento cle su
México lo ofrece Nora Lustig, nacionalismo, se esboza con lucidez en Louis A. Pêrez, Jr., Cuba untier the platt
The Brookings Institution, 1992. Amendment, 1902-1934, Pittsburgh, University of pittsburgh press, 19g6, y Jules
't, Distorted Development: Mexi- R. Benjamin, The united states and the origins of the cuban Revolution: An Empire
Iodo análisis sobre el PRI debe of Liberty in an Age of National Liberation, Princeton, Princeton university press,
studian de forma sistemática por 1990' El relativo descuido en torno a las mujeres en la historiografía cubana recibe co-
der: el reclutamiento de las elites rrección en K. Lynn stoner, From the House to the streets: 'fhe CLtban woman's Mo-
eza y Joaquín Urquidi, Mexico, vement for Legal Reform, /,898-1940, Durham, Duke University press. 1991 .
de los tecnócratas es analizado Se ha generado mucha mitología sobre la caída de Batista. La reconstrucción más
: Technocratic RevoLution in Me- concienzuda de los
"factores político-militares, que llevaron a la victoria rebelcle se
170 [Iistoria contemportinea de América Latinu

ofrece en Ramón L. Bonachea y Marta San Martín. 'fhe Cuban Insurrection, 1952-
/959, New Brunswick, Transaction Books, 1974, que no apoya la pretensión castrista 9. El Caribe: colonias y rnini
de la victoria total de una guerrilla rural. El cambio rápido de la reacción estadouni-
dense se describe en Richard E. Welch, Jr.. Response to Revohuk¡n: The United Franklin W Knight, The Cur
States and the Cuban Revctltttion, 1959-19()1, Chapel Hill, University of North Caroli- Nueva York, Oxford Univer
na Press, 1985. Una obra pionera sobre un tema crucial es la de Maurice Zeitlln, Re- Leslie Bethell, ed., Ilistoria
volttüonary Politics und the Cuban Working, Class, Princeton, Princeton University Caribe, Barcelona, Cambric
Press,1967. una acreditada historia en c
Uno de los retratos más interesantes de Fidel se ofrece en Lee Lockwood, Castro's desde el punto de vista histó
Cuba, Cuba's Fid¿l, Nueva York. Random House, 1969, profusamente ilustrado. Para W. Mintz, Sweetness and Pot
una interpretación muy crítica de un revolucionario que rompió con Fidel, véase Car- Viking Penguin, 1985.
los Franquí, F'amily Portra¡t with Fidel: A Memoir, Nueva York, Random House, 1984. Entre las obras clásicas
'Iad Szulc ofrece una biografía muy favorable, Fidel: A Critical Portait, Nueva York,
r

James, The Black Jacobitts:


William Morrow, 1986, mientras que Georgie Anne Geyer, Guerrilla Prince: The 2.u ed., rev., Nueva York, V
Ilntold Snry ctf F'idel Castro, Boston, Little Brown, 1991, es exageradamente anticas- Puerto Rican Life Ílistory,
trista. El mejor estudio sintético es Sebastian Balfour, Casto,2." edición, Londres, Mintz y Sally Price, eds., C¿
Longman, 1995. Pese a su título sensacionalista hay mucha información valiosa en Press, 1985, se encuentra un,
Andrés Oppenheimer, Castro's Final Hour:'fhe Seuet Story Behind the Coming Las antiguas colonias br
DownJall of Communist Cuba, Nueva York, Simon & Schuster, 1992. de David Watts, Iå¿ West Ir,
El punto de partida indispensable sobre los logros económicos del gobierno fide- tal Change since l492,CamL
lista es Carmelo Mesa-Lago, The Eutttomy of Socialist Cuba: A Two-Decade Apprai- no fue más elocuente acerc¿
.ral, Albuquerque. University of New Mexico Press, 19tÌ1. Si se quieren consultar es- demuestra en su clásico librr
tudios de economistas que rliscrepan en g¡an medida de Mesa-Lago, véase Andrew Paul, 1963. Entre otros estut
Zimbalist, ed., Cuha's Socialist Econorny: Tr.¡ward the 1990s, Boulder, Lynne Rienner, nican Republic: A National .
1987. La política cubana posterior a 1986 se analiza en Richard Gillespie, ed., Cuba Nicholls, From Dessulines tt
after Thirty Years: Rectilication und the Revolution, Londres, Frank Cass, 1990. La Haiti, Cambridge, Cambridg
reacción de Cuba a la actual crisis económica ha sido el tema en Susan Eva Eckstein, Puerto Rico ha padecidr
Back from the Future: Cuba Under Casto, Princeton, Princeton University Press, experiencia corre paralela a
1994, y en Carmelo Mesa-Lago, Are Economic Reforms Propelling Cuba to the Mar- tan en James L. Dietz, Econt
ket?, Miami. North-South Center, 1994. pitalist Development Princc
Sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pueden consultarse las opinio- Puerto Rico: A Colonial þ).t
nes de un antiguo diplomático estadounidense, muy crítico con la política de su país, nexo entre Puerto Rico y E
cn Wayne S. Smith, '['he Closest of Enemies: A Personal and Diplomatic Account of glés.
U.S.-Cuban Relations since 1957, Nueva York, W. W. Norton, 1987. Jorge I. Domín-
guez y Rafael Hernánciez. eds., US.-C¿¿óan Relations in the 1990s, Boulder, Westview,
191ì9, presentan un estudio pionero escrito en colaboración por estudiosos estadouni- 10. Centroamérica: coloniali:
clenses y cubanos.
Un área de éxito notable para el gobierno revolucionario es la salud pública, Los historiadores estadounir
como se d<rcumenta cn Julie M. Feinsilver. Ílealing the Masses: Cuban Health Politics tiempos recientes. Con la e>
at l-lome ond Abrr¡ad, Berkeley, University of California Press, 1993. En Oscar Lewis, años setenta y la participacir
Ruth M. Lewis y Susan M. Rigdon, I:'t¡Ltr Women: Living the Revolution: An Oral His- libros "instantáneos> que co
tory of Contentporary Cuha,Urbana, University of Illinois Press, 1977, se realizan una tación. La mejor iniciaciór
serie de retratos individuales fascinantes, basados en entrevistas profundas. Este pro- Woodward, Jr., Central Ame
yecto produjo otros dos volúmenes, Fbur Men (1975) y Neig,hbors (1978). Para el lado versity Press, 1985, que incl
más oscuro de la Revolución, véase Jorge Valls, Twenty Years and Forty Days: Life in Para el periodo moderno, v,
u Cubut Prixtn, Nueva York, Americas Watch, l9tl6, y Jacobo 'fimerman, Cuba: History of Modern Central I
A.lourney, Nueva York. Alfred A. Knopf, 1990. cilication of Cental Atnaric't
toria de América Latina, vol.
bridge University Press y C
Sug,erencias para lecfttras complementarias 471

uhun lnsurrection, 1952'


ra la pretensión castrista 9. El Caribe: coktnias y miniestados
le la reacción estadouni-
Revoltttion: The United Franklin W Knight, The Caribbean: The Genesis of u Frugmented Nationalism,2.^ ed.,
iversity of North Caroli- Nueva York, Oxford University Press, 1990, ofrece una panorámica de la región. En
de Maurice Zeitlin' Re- Leslie Bethell .ed., Historia de América Latina,vol.9: México, América Central y el
rn. Princeton UniversitY Caribe, Barcelona, Cambridge University Press y Crítica, 1.991. puede encontrarse
una acreditada historia en colaboración. La exportación más importante del Caribe
Lee Lockwood, Castro's desde el punto de vista histórico recibe un tratamiento erudito e ingenioso en Sidney
usamente ilustrado. Para W. Mintz, Sweetness and Power:'lhe Pluce of Sugar in Modern History, Nueva York,
pió con Fidel, véase Car- Viking Penguin, 1985.
k, Random House, 1984. Entre las obras clásicas sobre la historia del Caribe se encuentran la de C. L. R.
'al Portrait, Nueva York, James, The Black Jacobins: Toussaint-L'Ouverture and the San Domingo Revohttion,
r, Guerrilla Prince: The 2.u ed., rev., Nueva York, Vintage, 1989, y Sidney W. Mintz, Worker in the Cane: A
:xageradamente anticas- Puerto Rican Life History, New Haven, Yale University Press, 1960. En Sidney W.
ro, 2.u edición, Londres, Mintz y Sally Price, eds., Caribbean Contours, Baltimore, Johns Hopkins University
información valiosa en Press, 1985, se encuentra una excelente colección de artículos sobre temas caribeños.
ry Behind the Coming Las antiguas colonias británicas han sido objeto de numerosos estudios, como el
.er,1992. de David Watts, The West Indies: Patterns of Developnrent, Culttffe ond Environmen-
micos del gobierno fide- tal Chang,e since 1492, Cambridge, Cambridge University Press, 1987. Ningún antilla-
: A Two-Decade Apprai- no fue más elocuente acerca de su experiencia colonial que C. L. R. James, como lo
se t¡uieren consultar es- demuestra en su clásico libro sobre el críquet, Beyond a Boundary, Londres, Stanley
:sa-Lago, véase Andrew Paul, 1963. Entre otros estudios por países están los de Frank Moya Pons, The Domï
Boulder, Lynne Rienner, nican Republic: A National History, New Rochelle, Hispaniola Books, 1995, y David
rard Gillespie, ed., Cuba Nicholls, From Dessalines to Duvalier: Race, Colour and Natk¡nul Independence in
:s, Frank Cass, 1990. La H aiti, Cambridge, Cambridge University Press, I 979.
r en Susan Eva Eckstein, Puerto Rico ha padecido una identidad política ambigua, pero gran parte de su
rceton University Press, experiencia corre paralela a la del resto del Caribe. Los aspectos económicos se tra-
oelling Cuba to the Mar- tan en James L. Dietz, Economic History of Puerto Rico: Institutional Change and Ca-
pitalist Development, Princeton. Princeton University Press, 1986. Raymond Carr,
n consultarse las opinio- Puerto Rico: A Colonial Experiment, Nueva York, Vintage Books, 1984, analiza el
on la política de su país, nexo entre Puerto Rico y Estados Unidos desde la perspectiva de un académico in-
I Diplomatic Account of glés.
r, 1987. Jorge L Domín-
990s, Boulder, Westview,
or estudiosos estadouni- 10. Centroamérica: colonialismo, dictadtuø y revolución

rrio es la salud pública, Los historiadores estadounidenses habían descuidado la historia de esta región hasta
ts: Cuban Health Politics
tiempos recientes. Con la explosión de los movimientos guerrilleros a finales de los
;s, 1993. En Oscar Lewis,
años setenta y la participación intensa de Estados Unidos. han empezado a aparecer
?evolution: An Oral His- que con frecuencia carecen de perspectiva histórica y documen-
libros
ess, 1977, se realizan una "instantáneos>
tación. La mejor iniciación a esta región la constituye el libro de Ralph Lee
;tas profundas. Este pro-
Woodward, Jr., Cental America: A Natk¡n Divided,2.u ed., Nueva York, Oxford Uni-
bors (1978). Para el lado versity Press, 1985, que incluye una guía de cuarenta y tres páginas de bibliografía.
; and Forty Days: Life in
Para el periodo moderno, véase James Dunkerley, Power in the Isthmus: A Political
rcobo Imerman, Cuba: History of Modern Central America, Londres, Verso, 1988, y del mismo auTor The Pa-
cilication of Central America, Londres, Verso, 1994. así como Leslie Bethell , ed., IIis-
toria de América Latina,vol.9: México, América Central y el Caribe, Barcelona, Cam-
bridge University Press y Crítica, 1991. Los orígenes de la penetración económica
472 Historis contemporánes tle América Latina

estadounidense se discuten en'Ihomas D. Schoonover, The Ilnited States in Central


America, 1860-191 I: Episodes of Social Imperialism ancl Imperial Rivalry in the Wr¡rld 11. América Latina, Estatlos
System, Durham, Duke lJniversity Press, 1991. Su historia cconómica reciente ha re-
cibido un análisis muy elaborado en Victor Bulmer-Thom as, The Political Economy of Las guerras mundiales del s
Central America since 1920, Cambridge, Cambridge University Press, 1987. Detalles comprobarse en Bill Albert,
importantes sobre el periodo de entreguerras pueden encontrarse en Rodolfo Cerdas- the War on Brazil, Argentit
Cruz, The Comntunist International in Central America, 1920- 1936, Basingstoke, Mac- Press, 1988. El papel soviétir
millan, 1993. tions with Latin America: l9!
Guatemala. el país más grande y con mayor riqueza potencial de la región, ha Eusebio Mujal-León. ed., T'1,
atraído recientemente la atención de los historiadores de primera línea tales como Boston, Unwin Hyman, 198!
David McCreery, Rurul Guatetnula 1760-1940, Stanford, Stanford University Press, Las relaciones entre Est¿
1994, y Jim Handy, Revolution in the Countryside: Rural Conflict and Agrarian Re- grafía enorme, en general de
form in Guatemala, 1944-1954, Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1994. Para la época reciente, véase
El papel de Estados Unidos en el derrocamiento del presidente Arbenz en 19-54 se ha ca: A Quarter Cennry of Cri,
documentado y descrito magistralmente en Piero Gleijeses, Shattered Hope: The Gua- braska Press, 1988, y Gaddir
temalan Revolution and the United States, 1944-1954, Princeton, Princeton University 1993, Nueva York, Hill and
Press, 1991. se investiga deforma clara e
La historia nicaragüense del siglo pasado está dominada todavía por la dinastía de Foreign Policy of Anticomm,
Somoza, cuyos orígenes se describen en Knut Walter, 'lhe Regime of Anastasio So- 1988. Entre los estudios reci,
mozq, 1936-195ó, Chapel Hill, University of North Carolina Press, 1993. Esencial para particulares, se encuentran e
comprender la persistencia de la dinastía Somoza es el libro de Richard li4illett, Guar- A Conflicted Relationship, A
dians of the Dynasty: A Hi.story of the IJ.S.-Created Guardia Nacional de Nicaragua Ir., Cuba and the United Stat¿
and the Somoza Family, Maryknoll, Orbis Books, 1.977.Para una institución clave, gia Press, 1990; W Michael \
véase John M. Kirk, Politics and the Catholic Church in Nicaragua, Gainesville, Uni- Relations, 1945- 1964, Albuqr
versity Press of Florida, 1992. Entre los muchos libros que describen Nicaragua des- Maingot, 'fhe United States a
de 1979 se encuentran el de Dennis Gilbert, Sandinistas: The Party and the Revolu- Para un examen crítico d
/ion, Nueva York, Basil Blackwell, 1988, el de David Close, Nicaragua: Politics, se Abraham F. Lowenthal, P
Economics and Society, Londres, Pinter, 1988 y el de Rose J. Spalding, Capitalists and in the 1990s, ed. rev., Baltimt
Revr¡lution in Nicaragua: Opposition and Accomodation 1979-1993, Chapel Hill, Uni- útiles las reflexiones y análisi
versity of North Carolina Press, 1994. ward Latin America and the
La desafortunada república de El Salvador ha descendido a una sangrienta gue- Una revisión original y actua
rra civil, con gran injerencia de potencias exteriores. Este país cuenta con una antigua gle: Dynamics of U.S.-Latin
tradición de represión de la oposición popular, como puede verse en James Dunker- Press.1996.
ley, The Long War: Dictatorship and Revolution in El Salvador, Londres, Verso, 1982. La segunda guerra mund
E,l curso de los acontecimientos recientes se discute en Joseph S. Tulchin y Gary Inglaterra en América Latina
Bland, eds., ls There a Transition Ío Democracy in El Salvador?, Boulder, Lynne the Second World War,2 vols
Reinner,1992. de 1939 a 1942 y el segundo.
La presencia estadounidense se cerne sobre Centroamérica, haciendo de toda de- dad en Victor Bulmer-Thoma
cisión política inte¡na un posible conficto con el tío Sam. Walter LaFeber, Inevitable hip, Cambridge, Cambridge L
Revoltttions: The United States and Central Amerlca, Nueva York, W. W Norton, 1983, feller, que fue destacada en
representa el intento de una autoridad en política exterior estadounidense por expli- Latina, es documentada en I
car este contexto. Un análisis actualizado y penetrante de la cuestión aparece en John feller and Kaiser in Brazil,Ne
H. Coatsworth, Centrul Anterica and the [Jnited States: The Colossus and the Clients, Charlotte Dennett, 'fhy Will
Nueva York, Twayne, 1994. LaFeber ha escrito también la mejor visión general sobre feller and Evangelism in the t
un tema que durante mucho tiempo confundió las relaciones entre Estados unidos y En los años setenta, los c
esta región: The Panama Cttnal: The Crisis in Historical Perspective, edición actuali- trovertido dentro de las rela<
zada, Nueva York, Oxford University Press, l9tì9. más amplio sobre esta cuesti(
tes Policy towurd Latin Amert
gran énfasis en los derechos
tina Sug,erencias para le(.turus complementurias
173
over, The United Stutes in Central
t and Imperial Rivulry in the World 17. Antérica Latina, EsÍados IJnidos y el mundo
historia económica reciente ha re-
-Thomas, 'the Political Economy of Las guerras mundiales del sigro xx han afectacro mucho a esta región,
como puede
1e University Press, l9tì7. Detalles comprobarse en Bill Albe¡t, south America and the Fir,s¡ worlcl
ñar: .lhe
ln encontrarse en Rodolfo Cerdas- the war on Brazil, Argentina, pent ancl chile, Cambridge, cambridge
trrriorti¡
university
rica, 1920- l9-ló, Basingstoke. Mac- Press, 1988. El papel soviético en la región se estudia en Ñicola
Miller, Sc,tviet Reta-
tions with Latin Antericl: I::9-!9!Trcambridge, Cambridge University press,
-iqueza potencial de la región, ha r9g9, y
Eusebio Mujal-León, ed., T'he LrssR anrt Latiit Anrcrico; Á Deveropin'g
Retationship,
ores de primera línea tales como Boston, Unwin Hyman, 1989.
rnford, Stanford University Press, Las relaciones entre Estados unidos y América Latina han genera<lo
' Rural Conflict and Agrarian una biblio_
Re- grafía enorme, en general desde un punto de vista diplomático
eilstoìico tradicional.
sity of North Carolina Press, 1994. Para la época reciente, véase John D. Martz, ed., unitecr stares poriclt
:l presidente Arbenz en 1954 se ha itt Larin Ameri-
ca: A Quarter Century oJ Challenge, l96I-19g6, Lincoln, University of Ne_
lcijeses. Shattered Hope: The Gua- Çrjsß^an.d
braska 1988, y Gaddis Smith, ?"/¡¿ L'ast years of the Monrote
/, Princeton. Princeton University -Press, Doctrine, 1945_
199J, Nueva York, Hill and wang, rgg4, Er triunfo deias doctrinas
de ra guerra fría
se investiga de forma clara en Stephen G. Rabe, Eisenhower
ancl Latin America: The
rminada todavía por la dinastía de For.eign Policy of Anticommunisnt, chapel Hill, university
of North carolina press,
ter, The Regirne of Anastasio So- 1988. Entre los estudios recientes sobre las relaciones de
Éstados Unidos con países
larolina Press, 1993. Esencial para particulares, se encuentran el de Joseph s. Tulchin, Argentina
und the- IJnited sÍutes:
e I libro de Richard Millett, Guar- A Conflicted Relationship, Athens, University of Georgia press, 1990;
I Guardia Nacional de Nicaragua Louis A. pérez,
Ir., cuba and the united state-s: Ties of singuiar Intimaly, Athens,
1977. Para una institución clave,
unìversity of Geor_
gia Press, 1990; w. Michael weis, cold wirriors & Corips
D'etat! Broziriutt-American
:h in Nicurugt¿a, Gainesville, Uni- Relations, 1945-1964, Arbuquerque, university of New Mexico,
1993-, t Anthony p.
ros que describen Nicaragua des- Maingot, The IJnited states anrJ the caribbean, Boulder, westview,
tc9¿1
nistas: The Party and the Revolu- Para un examen crítico de la política estadounidense hacia
)avid Close, Nicaragua: América Latina, véa-
Politics, se Abraham F. Lowenthal, Partners in Cttnflict: The United
States and latin Anterica
: Rose J. Spalding, Capitalists and in the 1990s, ed' rev., Baltimore, Johns Hopkins university press,
,¡ion 1979-1993, Chapel Hill, Uni- tsgo. También son
útiles las reflexiones y análisis en Robert A. pastor, whirtpool;
u.s. Foreign policy tr-
ward Latin America and the Caribbean, princeton, princåton
iescendido a una sangrienta gue- universiif'press, 1992.
una revisión original y actualizada de la cuestión es peter H. smith,
Este país cuenta con una antigua Talons oJ the Ea-
gle: Dynamics of tJ.s.-Latin Anrcrican Relations, Nueva york.
o puede verse en James Dunker- oxforcl university
Press, 1996.
)l Sulvuditr, Londres. Verso, 1982.
rte en Joscph S. Tulchin y Gary - .La segunda guerra mundial prácticamente acabó con er paper preponderante de
Inglaterra en América Latina, como se refreja en R. A. I{umpï
n lil Salvador?, Boulder, Lynne the second worltl war,2 vols., Lonclres, Athlone, l9g1-rgtì2.
rLy, Lotiu arrerica urd
El prin'.. trata
de 1939- a 1942 y el segundo, de 1942 a It)45. La historia ,. ".r".en
.oniinúu hasta la acruali-
troamérica, haciendo de toda de- dad en victor Bulmer-Thomas, ed., Britain and Latin Anterica:
Sam. Walter LaFeber, Inevitable A changing Rerations_
hip,cambridge, cambricrge university press, 19g9. Er papel clave
Nueva York, W W. Norton, 19g3, de ia?amilia Rocke_
feller, que fue destacada en la peneiración económica estaclouniclense
<terior estad<tunidense por expli- en América
Latina, es clocumentada en Elizabeth A. cobbs, T'he Rich Neighbrr prlicy;
te de la cuestión aparece en John Rr¡cke_
feller and Kaiser in Brazir, New Haven, yale university press, ôoz, y c"r*rJ colby y
es: 'fhe Colossus und the Clients, charlotte Dennett, Thy will Be Done; T'he conquest ,f the Annzr"n;
ién la mejor visión general sobre Nersrrt Rocke-
feller and Evangelisrn in the Age ctf oir,Nueva ylrk, Hãrpercolrins pubiishers. 1995.
:laciones entre Estados tJnidos y
En los años setenta, los derechos humanos se convirtieron en
,ical Perspectly¿, edición actuali- un tema muy con_
trovertido dentro de las relaciones de Estaclos unidos y América
Latina. El estudio
más amplio sobre esta cuestión es el de Lars schoultz H,rrrnn
, nights aiã u,tited sta-
tes Policy toward Latin America, princeton, p¡inceton
university Þress, tést. pone un
gran énfasis en los derechos humanos, posición rotundamente
conoenada por Jeane
E
i

.i
l
174 Historia contemporuineu tle Anúrica Lutina

J. Kirkpatrick en Dictatorships ønd Double Standards: Rationalism and Reason


in po-
/l¡ic.r, Nueva York, Simon & Schuster, 1982.Para un esclarecedor análisis de las posi- ra popular se explora en W
ciones de los mandos estaclouniclenses que han confeccionado la política latinoameri- Popular Culture in Latin At
cana, véase Lars Schoultz, National Security and United States'Policy k¡ward Latin Para un análisis admira
America, Princeton, Princeton University Press, 19tì7. Para análisis sumamente críti- años noventa, véase Eliana
cos de la política estadounidense hacia América Latina en los años ochenta, véanse versity, 'frends, and Conflict.
Eldon Kenworthy, Anterica/Americas: Myth in the Making of u.s. poticy 'lowartj La- El debate sobre el futur,
rin America, university park, pennsylvania State university press, 19ó5, y Thomas de su pasado. Nunca fue tar
carothers, In the Name of Democracy: u.s. policv'lbwartl Latin America in ¡he Rea- Centenario colombino. en la
g,an Years, Berkeley, University of California press, 1991. The Conquest of Parodise: (
Las perspectivas de integración económica han llevado a muchos análisis, pese a York, Alfred A. Knopf, 199
la quiebra financiera mexicana de 1994-1995. La cuestión se discute en un conrexro se Xavier Rubert de Ventós
amplio en Peter H. Smith, ed., The challenge of Inregration: Europe and the Ameri- Uno de los observadores e:
cas, New Brunswick, Tiansaction publishers, 1993. cuyo New World Soundings:
Alejandro Portes y Robert L. Bach, Latin Journey: cuban and Mexican Immi- Hopkins University press, I
grants in the united søres, Berkeley y Los Ángeles, university of california press, malinterpretado de forma si:
lj85'y George J. Borjas, F'riends or strangers: The Impact of Immigrann on the Il.s. alto nivel es la mejor guía pa
Economy, Nueva York, Basic Books, 1990, sitúan en perspeòtiva la"cuestión cle la Guillermoprieto, The Heart
in-
migración. El tráfico ilícito de drogas, otra cuestión imp'ortante de la agenda de la A. Knopf, 1994.
posguerra fría, merece un cuidadoso estuclio en peter H. smith, ed., Drug policy
in
the Americus, Boulder, Westview, 1992.

Epílogo: ¿Qué litturo le espera a América Latina?

En Edward c. Epstein, ed., Labor Autonomy and the state in Larin America, Boston,
unwin Hyman, 1989, tenemos una investigación muy útil sobre el movimiento obre-
ro en toda América Latina. Con la democratización los partidos políticos han vuelto
al primer plano, como se señala en scott Mainwaring y timottry S'cully, eds., Buitding
Democratic Institutions: party systems in Latin Amir¡ca, staniord, Síánford
univer-
sity Press, 1995.
Los tnuevost movimientos sociales que surgieron en los años setenta se
analizan
muy bien en susan Eckstein, ed., pt¡wer arul popular prorest: Latin American
social
Movements, Berkeley, university of california press, 19g9. un excelente
referente
para iniciarse en el estudio de la lglesia es el volumen colectivo editado poi
Scoti
Mainwaring y Alexander wilde, 'the progressive Church in Latin America, Notre
Dame. University of Notre Dame press, 19tì9.
El trasfondo del retorno al neoliberalismo en la economía se ofrece en Rudiger
Dornbusch y Sebastian Edwards, eds., 7'he Macroecononùcs of populism
in Latin
America, chicago, unive.rsity of chicago press, r991 , mientras que ra åpricación
de ras
nuevas políticas se examina en william c. Smith, carlos H. Rcùna y Eiuardo
A. Ga-
marra, eds., I)emocracy, Markets, antl stuctural Rel,rm in contemporary
Latin Ame-
rica: Argentina, IJolivia, Brazil, chile, and Mexicr¡, Miami, North-Sbuth "center,
1994.
El más famoso cantante de tangos argentino es retratado en Simon Collier, The
Life, Music, and rimes of carros Gartrer, pittsburgh, university of pittsburgh press,
198ó, libro que recuerda que América Latina trata de muchas ót.ar.o.u,
que de ge-
nerales e inflación. otro tema descuidado cuenta con un excelente
tratamiento colec-
tivo en Joseph L. Arbena, sport and society in r.atin America: Diffusion, Depencrency,
and the Rise of Mass culture, westport, Greenwood press, 19gg.'El tema
de la cultu_
Stryerencias para lecturas complementarias
'Lutionalism and Reason in Po- 475
rlarecedor análisis de las posi- ra popular se exprora en wiiliam Rowe y
vivian Schelli ng, Mem.ry antr Mr¡derttitv:
ionado la política latinoameri- Popular Culture in Lutin Anrcrica, Londás,
Verso. lgCl
ed States ktlicy toward Latin Para un anárisis admirablemente claro'ctei
e;;.;;r;; económico a inicios de los
)ara análisis sumamente críti- años noventa, véase Eliana cardoso y
Ann Herwe ge, Latin A¡nerica,, Ecttnomy:
versity, Trends, and Conflicts, Cambriåge, Di_
r en los años ochenta, véanse
ing oÍ'U.5. Policy 'loward
fnoUlf press, 1992.
EI debate sobre el futuro ae Américar-utina
La- con'i.nza cle moclo invariable con er
'ersity Press, 1995, y Thomas de su pasado' Nunca fue tan eviciente
.nro .n iu porémica estimurada por er
trd l-utin America in the Rea-
t.
centenario colombino, en la que Ia salva
The Conquest of Paratlise: Ciristopher
¡;r;ìil. fue.crisparacra por KirkparrickQuinto
Sale,
C;¡t;;;;,, ontl the Cotuitbisnlegac_y. Nueva
rdo a muchos análisis, pese a York, Alrred A. Knopr, ree'. pará ..",ruriãriu'oilil;;;'ii,Jiå"-l'roroor.
ón se discute en un contexto se Xavier Rubert de Ventós, Er raherinto véa_
ar'io airponitrad, Barcerona. planeta, 19g7.
ttion: Europe und the Ameri- uno de los observadores estadounidenses
más perceptivos ha sido Richa¡. Morse,
cuyo New worrd soundings: Curture
and Ideorogy in the Americas, Bartimore,
' Cuhun and Merirun Immi- Hopkins university press,- 10g9, sostiene Johns
niversity of California press, malinterpretado ì;ï, compatriotas han malentenaido y
de forma sistemática u ariã.iäf_utina.
rct of Intmigrants on the lJ.S. alto nivel es la mejor Auía para el futuro, euizá el periodismo de más
como el conmovedor y agucro libro
spectiva la cuestión de la in- Guillermoprieto, The Heart that Breeds. cre Arma
portante de la agenda de la A. Knopf,
Latr-in- America
Now, Nueva york,
Alfred
1994.
t. Smith, ed.. Dntg Rtlicy in

'e itt l-atin America, Boston,


' sobre
el movimiento obre_
rartidos políticos han vuelto
mothy Scullf eds., Buittling
Stanford, Stanford Univer-

los años setenta se analizan


lest: Lutin American Social
i9. Un excelente referente
nlectivo editado poi Scott
t in Latin Atnerica, Nofre
rmía se ofrece cn Rudiger
rtics of Populism in Lailn
ras que la aplicación de las
. Acuña y Eduarclo A. Ga_
Contemporary Latin Ame-
North-South Center, 1994.
rdo en Simon Collier, The
crsity of pittsburgh press,
has otras cosas que de ge_
cclente tratamiento colãc_
a :, D-iffus io n, D ep
e nd enc y,
'

l9¡ì¡1. El tema de la cultu-


-_ aucliencías, 32, 342
Austin, Stephen. 245
Austral, Plan, 122
Avellaneda, Nicolás, tì3
Ávila, Pedro Arias <le, 340
Indice alfabético Ávila Camacho, Manuel, 259-2óC
Aviz. casa real de, 32
Avril, general Prospe¡ 323
ayl/r. Patricio, 159
Aylwin, Patricio, 159
ayuntamientos, 340
Azcona Hoyo, José, 364
aztecas, 23-24, 26, 33

Acción Popular, en el Perú,231,238-239,340, Alvarado, Pedro de, 340 Baker. James 4., 410
429 Alvares Cabral, Pedro, 33 Baker, Lorenzo, 347
Acuerdo de Comercio Recíproco cubano-es- Alrarez. Enrique, 369 Balague¡ Joaquín, 326-327, 405
taclounidense, 287 Alvear, Marcelo T. de, 95 Balbín, Ricardo, 105, l0ó, ll3
Agencia Central de Inteligencia (CIA): y Chi- Amado, Gilberto, 179 Balboa, Vasco Núñez de, 340
le, 146, 406-407; y Cuba, 296,299-300,303, Amado, Jorge,445 Baldwin, James, 328
402,403: y Guatemala, 375,376,399; y Ni- Amaula,226 Balmaceda, José, 133-135
caragua, 362 American Smelting ancl Refining Company, Balta, José, 210-220
Aguirre C-'erda, Pedro, 140 216
Banchero Rossi. Luis. 217
Alamán, Lucas, 246 Anaconda Mining Company, 130, 147 Banco de Crédito Ejidal, 25ó
Álamo, 81, 245,246 Andino, Pacto,236, 413 Banco de Desarrollo Interameri<
Alberdi, Juan Bautista, 59 Andrada e Silva, Antonio Carlos, 162 441; y Chile, 148, 150,4071 y I

Alberto. João, 182 Andrada e Silva, José Bonifacio, 162 tadounidense. 400
ALCSA, véase Area cle Libre Comercio cle Andreoni, Guerino, 124
Banco Mundial, 69, 124, 148, .

Suramérica Angeloz, Eduardo, 123 441,442


Alcm, Leantiro, 93 Antirreclecciorrista, grupo, en México, 250-252 bandeirantes,35
Alemán, Miguel, 260 Apodaca, Jerry 419 Barbosa. Rui, 176. 179
Alemania nazi, 9tl, lU5, 3tì9-390 APRA, vlase Alianza Popular Revoluciona- Barrios, Gerardo, 345
Alessandri, Arturo, 137 -139, 43 1 ria Americana Barrios, Justino Rufino , 345, 37 I
Alessandri, J orge, 143-1 44, I 48- 149 Aramburu, Pedro, 104-105, 1 l2 Barrios, Rubén, 333
Alfonsín, Raúl, 121-122, 125,426 Arana. Julio C., 215 Bastos, Tavares,55
Aliança Libertadora Nacional (ALN), del Arana Osorio, Carlos, 376 batallones rojos mexicanos, 254
Brasil. 183 Aranha. Oswaldo de. 191 Batista, Fulgencio, 298, 361, 40
Alianza Anticomunista Argentina, I l5 Araujo, Arturo, 366 de,293-294: en el poder, 288-i
Alianza Liberal de Brasil. 182 Arbenz Guzmán, Jacobo, 291, 373-376. 399 tica revoluciona ria. 293-29'7
Alianza para cl Progreso. 144, l4iì, 364,404- Área de Libre Comercio de Suramérica Baye¡ empresa, 408
{()6: orígcnes dc., .11)2. (ALCSA),414 Belaúnde. Víctor Andrés, 206
Alianza Popular Rcvolucionaria Anrerican¿r ARE,NA, véa,çe Alianza Republicana Nacio- Belaúnde Terry, Fernando, 429,
(APRA), 226, 429', como oposición, 227- nal ncs de 1956, 231; en el poder,
232; elecciones de 1931, 2271 elecciones dc 2391 y los Estados Unidos, 40i
Arévalo Bermejo. Juan José, 371,376
1980,237-238: eleccioncs de 1985. 239-240 Arguedas, José María,205; Canto Kechwa,206 Beltrán, Pedro,231
Alianza Republicana Nacional (ARENA), de Arias. Arnulfo, 354 Benavides, Óscar R., 228-229,2:
El Salvador. 370-371 Arias, Ricardo, .354 Bentham, Jerem¡ 63
Allcnde, Salvador, 76, 159,235, 29'7,298, 426, Arias Sánchez, Óscar, 3-57-358 Bertram, Geoffrey, 230
437 , 440; caída de, I 54- I 56; como candidato Aristide. Jean-Bertrand, 323, 324 Betancourt, Rómulo, 399, 401, 4
de la oposición, 143, t,15, 147; en el podcr, Arns, cardenal, 200 Bignone, Reynaldo, 120
149-155r y los Estados tJni<los. 404,406-407 Artigas, José,4'l Billinghurst, Guillermo, 221 -222
Almazán, Juan Andreu, 2-59 Asunción, acucrdo <le, 125,413 Bishop, Maurice, 336
Alsogaray. Álvaro, 107 Atahualpa, 26 Bismarck. Otto von. 138
Indice alfubético 477

audiencias, 32, 342 Bissell, Richard, 299


Austin, Stephen, 245 Blades, Rubén, 355
Austral, Plan, 122 Blaine. James, 3ll5
Avellaneda, Nicolás. 83 Blanco-Fombona, Rufino, 385
o Ávila, Pedro Arias <le. 340
Ávila Camacho, Manuel. 259-260
hogotazo, revuelta del, 290
Bohemia,297
Aviz, casa real de,32 bolcheviques, 439
Avril, general Prosper, 323 Bolívar, Simón, 48, 380; biografía de, ,10-41;
ayllu, Patricio, 159 campañas militares, 42-44; objetivos políti_
Aylwin, Parricio, 159 cos, 40-41, 46,207,209
ayuntamientos, 340 Bonaparte, José, 39, 127
Azcona Hoyo, José, 364 Bonaparte, Napoleón, 39-40, 45, 127.379
aztecas, 23-24,26,33 Bonillas, Ignacio, 255
Bootstrap, operación, 318, 332
Borbones, monarqufa de los: de Francia,442:
tlro de. 340 Baker, James 4., 410 reformas de, 37-39, 206.244,343; y la inde-
al, Pedro, 33 Baker, Lorenzo,347 pendencia. 31-32,40
que, 369 Balague¡ Joaquín, 326-32j, 405 Bordón, José, 125
:lo'L de, 95 Balbín, Ricardo. 105, l0ó, I 13 Borges, Jorge Luis, ,145
:rto, 179 Balboa, Vasco Núñez de. 340 Bosch, Juan, 326,405
:. 145 Baldwin, James, 328 Boston Fruit Company, 347
Balmaceda, José, 133-135 braceros mexicanos, 260
relting and Refining Company, Balta, José, 210-220 Braden Copper Compan¡ 130
Banchero Rossi, Luis, 217 Brady, Nicholas F., 410
ning (Ìrrnpany. 130, 147 Banco de Crédito Ejidal, 256 Elraganza, casa real de,39
t,236,413 Banco de Desarrollo Interamericano, 69,400, Brathwaite, Nicholas, 337
va, Antonio Carlos, 162 441; y Chile, 148. 150, 4O7; y ta polírica es- Bryce, lord,421
va, José Bonifacio, 162 tadounidense, 400 Bulnes, Manuel, 128
crino, 124 Banco Mundial, 69, 124, 148, 150, 407-408, Bunau-Varilla, Philippe, 353
ardo, 123 441,442 Bunge, Alejandro, 397
nista, grupo, cn México.250-252 handeirantes,35 Bunker. Ellsworth. 34
v,419 Barbosa, Rui, 176. 179 Bush, George. 124, 324, 412, 4t4, 4tj, 445
Alianza Popular Revoluciona- Barrios, Gerardo, 345 Bustamante, Alexander, 328
na Barrios, Justino Rufino, 345. 37 1 Bustamante, José de, 342
dro. 104-105. I12 Barrios, Rubén,333 Bustamante y Rivero, José Luis, 229-230
Bastos, 'favares, 55
".215
Carlos, 376 batallones rojos mexicanos. 254
ldo de. l9l Batista, Fulgencio, 298, 361. 100, 430; caícla Cabañas, Lucio, 266
r. 366 de,293-294: en el podeq 2BB-293 y la polí- Cabello de Carbonero, Mercedes. 75
án, Jacr¡bo, 291, 373-376,399 tica revolucíona ria, 293-297 cabildo, 38, 40, 43
rc Comercit¡ tlc Sur¡tmérica Bayer. empresa, 408 Cáceres, Andrés, 211, 220
t4 Belaúnde, Víctor Andrés. 20ó cakchiqueles, indios. 340
¿ Aliirnza Rcpublicirna Nacio- Belarlnde Terry Fernand o, 429. 430t cleccio- Clalderón, Rafael Ángel, 358
nes de I 956, 23 l; en el podcr, 232-233; 238- Calderón de la Barca, Fanny.244
:jo, Juan .krsó, 371, 376 239; y los Estados Unidos, 405 Calhoun, John C.. 246
María. 205; (t anto K echwa. 206 Beltrán, Pedro, 231 Callejas, Rafael Leonardo, 365
354 Benavides, Óscar R., 228-229,230 Calles, Plutarco Elías. 255-256
354 Bentham, Jeremy, 63 Cámpora. Héctor, 1 l3-1 14
Óscar, 3.57-.15fì Bertram, Ceoffre¡ 230 Campos, Roberto, 198
lcrtrand, 323,324 Betancourt, Rómulo, 399, 401, 403 Cananea, Compañía de Cobre,249
20{) Bignone. Reynaldo, 120 Candamo, Manuel, 221
7 Billinghurst, Guillermo, 221-222, 223 candomblé,443
rdo dc. 125.413 Bishop, Maurice, 336 Carazo, Rodrigo,357
Bismarck. Otto von. 138 Cárdenas, Cuauhtémoc, 2'7 3-27 4
478 Historia contemporónea cle América Latinu

Cárdenas, Láz.aro, 235, 262,.130; como popu- Comisión Económica para América Latina Dcpresión de 1930, 266-26'7: efec
lista, 66; como presidenre, 256-259, 388 (CEPAL), 3e7-398, 401 les, 63-66; y Argentina, 85, 95; y
.Cardoso, Fernando Henrique, 202-203 Comités para la Defensa de la Revolución 181; y Chile, 139; y Cuba,284, 2t
Carías Andino, Tiburcio, 3ó4 (cDR), 2e7, 309 vado¡ 366; y el Perú, 272,27t
Caribe,312,313 Compagnie des Isles d'Amèrique, 317 Dessalines, Jean Jacques, 319
CARICOM, vérue Comunidad Caribeña y el Compañía Peruana de Vapores,221 deuda, crisis de la: en Argentina,
Mercado Común Comunidad Caribeña y el Mercado Común Brasil, 196-198; en Chile, 154;
Carlos III, rey tle España, 37-38, 280 (cARrcoM).319 70; en Haití, 322-323; en Méxi(
Carpizo, José,2'/4 Concilio Ecuménico Segundo (Vaticano II). en Perú, 234-236
Carranza, Venustiano. 252-253 319 Deústua, Alejandro O., 205-206
Carrera, José Rafael, 344-345,366 Concordancia, coalición argentina de parti- Díaz, Adolfo, 359
cártel de Cali, 416 dos, 98 Díaz. Porfirio, 60, 242, 252, 254. 25:
cártel de Medellín, 416 Condorcanqui, José Gabriel, véase Tt3pac poder, 57, 247-250: y los Estad
Carter, Jimmf 158, 324, 354, 361-363, 369 Amaru II 384
Casa de Contratación, 317 Confederación de Trabajadores Chilenos, 140 Díaz Lanz, Pedro, 295
Castello Branco, Humberto. I97-199 Díaz Ordaz, Gustavo, 263-265
"Confederación del Ecuador", 163
Castilla, Ramón, 209-210 Confederación General del Trabajo (CGT), de Diez Años, guerra de los, 281
Castillo, Ramón, 98-100 Argentina, 103, 110-111, 114-115, 124 dominicos, orden de los, 342
Castillo A¡mas, Carlos, 375-376 Confederación General Económica (CGE), Drake, Francis, 315
casrro, Fidel, 13, 149, 152,234-235,263,310, de Argentina, l13-114 Dreyfus, Adolph, 210-212
326, 330, 411, 413, 430, 440; biografía de, Confederación Nacional Agraria (CNA), del drogas, tráfico de, 416-41'7
2fl9-2%', campañas de guerrillas, 290-293; y Perú,234 Duarte, José Napoleón, 367 -37O
la revolución, 293-3N,302-309; y los Esta- Confederación Regional Obrera Mexicana Dulles, Allen, 374-375
dos Unidos, 311, 100-403 (cRoM),2ss Dulles, John Foste¡ 354, 374-375
Castro, Raúl (Cuba), 290-291,294 Dumont, René. 305
"Conquista del Desierto>, 89
Castro, Raúl (Nuevo México), 419 Consejo de Indias,28 Durán, Julio, 147
Castro Pozo, Hildebrando. 223 Cooperativas Agrícolas de Producción Dutra, Eurico, 1tì5, 188
Cavallo, Domingo, 123-124 (CAPS), delPerri,234 Duvalier, François, nPapa Doc", 2
Cédras, Raoú, 323-324, 327 Corcoran, Thomas, 374 Duvalie¡ Jean-Claude, "Baby Do
Cerezo, Vinicio, 376 Corea, guerra cle, 231, 321, 393 Duvalier, Marie Denise, 322
Cerro de Pasco Copper C--orporation, 21ó, Corporación de Fomento (CORFO), de Chi-
224.236 le, 140,397
Chamorro, Violeta Barrios de, 362-363 corregidores, 37 Echenique, José Rufino, 210
Chaney, Elsa M., 78 Cortés, Hernán,26,340 Echevarría, Esteban, 82
Chase Manhattan Bank, 236 Cortes Gerais,45-46 Echevarría, Luis. 265 -269
Chiapas, revuelta guerrillera de,277, 43i Costa e Silva, Artur da, 198-199 Edwards, Alberto, 135
Chiari, Roberro F.. 354 cristeros, 255-256 Eisenhower, Dwight D.,360, 395, .
"Chicago boys> de Chile, ó9, 156,240, 4ZB Cristiani, Alfredo, 370-37 I sobre América Latina, 395, 39t).
chichimecas, tribus, 23 sil, 190-191; y Cuba,293.294.2\
Chile Exploration Oompany-Chuquicamata. y Guatemala, 374; y Somoza, 3f
130 D'Aubuisson, Roberto, 369-370 Ejército Popular Boricua (EPB).
Chilpancingo, Congreso <ie, 42 Dantas, Santiago, 194, 195 Rico. 333
cibone¡ 312 Darío, Rubén, 3tJ5 Ejército Revolucionario del Puc
Cisneros, Henry 419 clarwinismo social, 352 de Argentina, 114
Clinton, Bill, 275-276, 278, 324, 4t3, 4tj Dávila, Pedrarías,340 Ejército Zapal.ista rle Liberacir'ir
Coard, Bernard, 337 Daza, Hilarión, 211 (EZLN),2'77
Coard, Phyllis, 337 Debray, Régis. 232 ejido, sistema comunal, 254, 256, i
Coca Cola, 358 I)e la Madrid, Miglel, 271 -272, 213, 2i4 El Comercio, de Lima,223
Cochrane. almirante, 46 De León Carpio, Ramón, 377 El Mercurù¡, de Chile, 407
Collor de Mello, Fernando,20l-203 Delgado de Odría. María,237 Ellington, Duke, 328
Colón, Cristób al, 23, 25-6, 280, 312, 3t 4 Departamento de Estado de los Estados Uni- encomienda, 314, 324
colorado, gobierno, 166 dos. 296, 374-375.392 Endara, Guillermo, 354, 355
Comecon, 309, 310 Dcpartamento de Imprensa e Propaganda Esquipulas, acuerdos de, 371
Colossio, Luis Donaldo, 277 (DIP) de Brasil, 186 Estado Nôvo.184-187, l¡J8, l9l, 3l
inclice alfabético 479
ìomlca pâra América Latina
7-.398. 101 Dlnregr-ón de 1930, 266_267:
efecros senera_ Estimé, Dumarsais. 320
a^^l)efensa de Ia Revolución orÍ.oit Argenrina.,t5, rl,; õ;:i:ï;1.
r3e: y cuba, zu¿. jsr
1..r; Estrada Cabrera. Manuel,
r0s J7l
36ó; y el perú, 212. Ufr, vïìi.i_
Isles d'Amèrique, 317 ,ill.^I91,j.,
vador, Estrada palma, Tomás.
2li2
rna de Vapores,22l
^
Dessalines, Jean
íZã,1)S txport_lmport Bank, 150. 320
Jacques, 319
Exxon. 335
i!9na f el Mercado Común
oeucfa. crisis de la: en
Argentina. 120_l2l; en
ll9 Brasil, l9ó-l9g; en Ctrile, fS+, .n g.n..ãi,
nico Segundo (Vaticano
II), 19,^."
en perú, li'li
234_236
322_323:.n v¿"i.o, iãi:iuó; Falkland. islas. rr;¿rse
Malvinas, islas
ralición argenrina de parti_ Deúsrua. Alejandro O., Farias. p C.. 102
205_206
Federación cle Muieres Cr
il#
uiaz, Adolfo.
osé Gabriel, véase Túpac Díaz. Porfirio,
3.59
60. 242, 252, 254. 255.345;
F.l.:i.i;; ïù,;,i,l. ïx._
jLYî,i j3l
poder. 57, 247-250: en el RA). e0
y los Estados U;il;;: Federación Obrera Resion¿ peruana
Trabajadores Chilenos,
I 40
Díaz Lanz, pedro, 295 222 _ rl (FORP),
el Ecuador". 163
neral del Trabajo (CC.I), Díaz Ordaz, Gustavo. Bank de Arlanra,2s6
il0-lll.114_115,t24
de 263-265
ulez Años, guerra de los. 5:Í:Tl.T"r.*:
rcllpe lV. rey de España,
2gl 37
:neral Económica (CGE), oomtntcos. orden de los, ¡crnando el Católico. rey
342 de Aragón, 2ó
urake, Francis, 315 l-erna¡do VII, rey de Esþaña,
J9_44
:ionat Ag¡a¡ia (CNA), Dreyfus, Adolph. 210_212 rtguelredo. João.2(X)
del Figueres, José María.
orogas. rráfico de. 416_417 3.58
gional Obrera Mexicana Duarte, José Napoleón, Figueres Ferrer, José (pepe),
367_370
Fondo Monerario rnternaciàn;l
356, 3gg_401
Dulles, Ailen, liq_ns
,ierto", 8g Dulles. John Fosrer, 354. 142. 143: y Argenrina, Arril i,ri,ä.
374_375 107. tì5, î),i,"ó)..
ljumont, René. t24; y Brasil. lgZ, Wq,2rn,
28 305 y-è;.rt;: ;;;:
'íc^o-las de producción Durán, Julio, 147
t.43. y
.407: Jamaica, 330: y tå *i.ji oå-í,
, ¿34 Dutra. Eurico, lg5. lgS de ud a. y Méx ico, zt t :'y y: J',"
374 Duvalier, François, -
tonseca. _.t0e:
Deodoro da. I69, l7b
)ü.-záâ
"i
1, 321. 393
"papa Docu. 290,321_322
I)uvalier, Jean_Claude,',.guUy ronseca. Hcrmes cla,
Oo.", 1;; ;;; 179, lg2
renro (CORFO), de Duvalier, Marie Denise, rord, Gerald, 269.354
Chi_ 322
Ford.Motor Company, 1.50
rranctscanos. ordcn de
los, 342
\40 Echenique, José Rufino. l-ranco, Francisco. 227,
210 36i;7. 3g1
rchevarría. Esteban. g2 rranco, Itamar.202
ia,198-199 Echevarría, Luis. 265_26s F.¡1
¡.tuurOo. 106, lS3, ls9. 398. 437; como
Edwards, Alberto. 13.5
)-371 Eisenhower. Dwight D., f":':1*:j'' t45.-t48: v Allende. rìo-riìl'i
ras elecciones de I959. 143; y las .l*.ioi.i
360. 395. 402: política
sobre América Larina. y tos Estados ú"t¿.r.:éö,itü
141:
39.5. .199_4uj;.;"8;;_ ,_^O-..1r90.
sil reo-rel; y Cuba. zn. zsì. rrenre de Acción pooular ¡nepl.
àe'Cillî
). 369-370
uî."ìí,)äÅ, 143,145_146
f
374; y Somoza, 160
t95 -.I Yuatemaia,
tsJercrto Popular Boricua (EpB¡. F¡enre Democrático.
de Chile,
¿c, pu..1. rrcntc Democrático Naciona 145 peru,
Rico. J33
Ejército Revolucionario
l. del 229
¡renre Democrático Revolucionrrln,'ä"-ií
lel
r Pueblo (ERP)'
de Argcnrina, I14 Salvador, 369
Ui:::,:-
Zapaústa cte Liberación Frente Nacional de la
Juventud Democrática,
(EZLN),277 Nacionat del pcrú.23t
271-272,273,274 ejido, sistema comunal, Frcnre popular dc Chile,
254, JS6, 2Sg 140_t4l
Ll Comercio, de Lima. 223 ¡rente
'n, 377 .Sandinista <ie Liberación Nacional
(FSLN).
ía,231 LI Mercurio, tie Chile. 4O7 i.s7, J6t, 36.t.440,445
o de los Estados Ellingron. Duke, J2tJ - (Frenre país Solidario).
Uni-
encomienda, 314,324
"t:po:g
gentina, coalición ar_
125
rensa e propaganda Endara. Guillermo, 354, Freyre, Gilberto, 161
-155
csquipulas, acuerdos de, nr3ndi.zj. Arruro, ll0_ll l,
J7l 3981 como líder de
Lstado Nôvo. i84_197. presidcnre, lil_;ö.";
188. t9l. Jgg. 42S ti,:f,,t06:..9To
ros tstados Uni<los, JÌO.404
480 Historia contemporánea de Atnérica Latinu

FSLN, yéase Frente Sandinista de Liberación guerra civil española, 228 ciones sociales, 49-50; en Amér
Nacional guerra contra Paraguay, 83, 166-167, 169 342-343; en Argentina,80-81; er
Fuentes, Carlos, 279, 445 Cuerra dos Farrapos, 165 en México, 242-245; en Perú,
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional guerra Hispano-Americana, 352, 384, 385 América española, 39-44; en
(FALN), de Puerto Rico, 333 guerra de 1812,380 portuguesa, 45-46
Fujimori, Alberto, 240-241, 377 guerra del Pacífico, 129, 133, 211, 444 Iniciativa para la Cuenca del Cari
Fulbright, J. William, 405 guerra mundial, primera, 56, 61, 282, 325, 34'l - Inquisición española, 28, 43
Furtado, Celso, 194, 195 349,386; y Argentina,85,90; y Chile, 135- Instituto Argentino de Promociór
737:y eI inicio de la int'luencia de los Esta- cambio (IAPI), 100-102
dos Unidos, 385-386; y las movilizaciones Instituto Mexicano de Seguro Sor
Gable, Clark, 391 laborales, 60; y el Perú, 215,222 259
Gainza Paz, familia, 105 guerra mundial, segunda, 383,393-394,397: y Instituto de Reforma Agraria, de
Gairy Eric, 336 Argentina, 98-99; y Brasil, 174, 185,259; y Instituto Nacional de la Reforr
Gaitán, Jorge Eliécer. 290 Chile, 141; y el ascenso de la int'luencia de (INRA), de Cuba,295
Gallisá, Carlos, 333 los Estados Unidos, 390-393; y México, integristas, 183-184, 3tì9
Galtieri. Leopoldo, lI8-120 259-260: y Perú, 217, 230 intendencias, sistema de, 37
Gamarra, Agustín, 207
"Cuerra Nacional" de Nicaragua, 345 Internacional Comunista, 140. llì
García, Alan, 239-241, 430 Guerra Popular Prolongada (GPP), movi- International Petroleum Comp¿
García, José Guillermo. 369 miento guerrillero nicaragüense, 361 2L6, 224,233; nacionalización dt
García, Romeo Lucas, 376 Guevara, Che (Ernesto), 13, 232, 403, 436 International Railways of Central A
García Márquez, Gabriel, 419-420, 445 Guggenheim, familia, 130 Isabel la Católica, reina de Castill¡
García Pumacahua, Mateo, 206 Ciuido, José María, 109 ITT (lnternational Telephone and'
Gardel, Carlos, 89 Guzmán, Abimael, 241 407; en Argentina, 101; en Chil,
Garve¡ Marcus, 328 en Perú,236
GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Iturbide, Agustín de, 42, 44,82,34
Aduaneros y Comercio), 272,276 Harlow Jean, 391 Iturrigara¡ José de,41
Geisel, Ernesto, 199 Harris, A. R., 366 Izquierda Unida del Perú.239
nGeneración de 1880>, 91, 95, 220, 345 Hawkins, John, 315
Gibbs, Anthon¡ 209 Hay, John, 353
Góes Monteiro, Pedro, 185 Hay-Bunau-Varilla, tratado, 353 Jamaica Labor Party (JLP), 330
Golfo Pérsico, guerra del, 126,445 Hay-Herrán, tratado, 353 James, Daniel, 375
Gomes, Eduardo, 188 Haya de la Torre, Víctor RaúI, 223-226,227, Jemeres Rojos, 240
Gómez Morales, Alfreclo, 103 23t,238,239 jesuitas, orden de los,38, 290
Gómez Peña, Francisco, 327 Helms, Richard, 40ó Jimé.nez, Núñe2,295
Gonzâlez, Joaquín V., 90 Herná,ndez Colón, Rafael, 333 João VI, rey Dom, 45,162, 163
González, Manuel,247 Hernández Martínez, Maximiliano, 366-367 Jockey Club, 89, 104
González Prada, Manuel, 225 Herrera, Bartolomé, 205 Johnson, Lyndon 8., 262, 405-4Cf
González Videla, Gabriel, 141 Hidalgo, Alberto, 205 Juan Pablo II, papa, 438
Goodyea¡ Charles, 170 Hidalgo y Costilla, Migue| 41-42, 41, 50 Juana Inés de la Cruz, sor, 75
Gorbachov, Mijail, 410 Hitler, Adolfo. 16, lu4, 389-390 Juárez, Benito,247
Gore, Al, 2'Ì6,412 Hoover, Herbert,288 Junín, batalla de, 207
Goufart, João, l9l, 194, 196-197.404 [{orne, Lcna,328
Grace, contrato, 21 I-212, 220 Huerta, Victoriano, 252-254 "justicialista>, doctrina, 101, 104,
también Perón; peronismo
Gran Colombia, nuevo estado de, 43,44 Hughes, Langston. 328 Justo, Agusrín P, 96, 98
Granma,290,291, 305 Humphrey, George, 395
Grau San Martín, Ramón,288-289 Hunt, Shane, 230
Grenfell, almirante, 46 Karol, K. S., 305
Grove, Marmaduke, 139-140 Keith, Henry Meiggs, 347
Grupo Obra de Unificación (GOU), 99 Ibáñez, Carlos, 138-139, 142-143 Keith, Minor Cooper, 347
Guadalupe, Virgen de, 41 IBM,69,408 Kennecott Corporation, 130, 147
Guadalupe Hidalgo, tratado de, 24ó Illia, Arturo, 109-112, 406 Kennedy, John Fitzgerald, 364, 406
guanahuatebey, indígenas, l2 incas, 23, 33,204,205. 232; conquistados, 2tl;
3
309; y la Alianza para el Progresr
Guardia, Tomás, 345 organización social, 24; y la invasión de la Bahía de Coc
Guardia Civil,2l9 indepedencia, guerras cle, 380, 386; conversa- 300, 309, 400
fndice atfabético 4g1

añola,228 ciones sociales, 49-50; en América Central. Kennedy, Robert, 402


'araguay, 83, 166-167, 169 342-343; en Argentina, 30-81; en Chile, 128; Kipling, Rudyard, 352
'rapos, 165 en México, 242-245; en Perú, 211; en la Knox, Philander C., 359
r-Amcricana. 3-52, 384, 385 América española, 39-44: en la América Krieger Vasena, Adalberto, l1 l-l13
3ti0 portuguesa, 45-46 Kruschev, Nikita, 300. 305
tico, 129, 133, 211, 444, Iniciativa para la Cuenca del Caribe,330 Kubitschek, Juscelino, 106, 197,398; como
. primera, 56, 61, 282, 325, 347 - Inquisición española, 28, 43 presidente, l9l-192
,rgentina, tì5, 90; y Chile, 135- Instituto Argentino de Promocíón del Inter-
io de Ia influencia de los Esta- cambio (IAPI), 100-102
38-5-386; y las movilizaciones Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS),
y el Perú,215,222 259 Lacayo. Antonio, 363
, segunda, 383,393-394,397; y Instituto de Reforma Agraria, de Chile, 150 Lacerda, Carlos,191
:l-99; y Brasil, 174, 185,259; y Instituto Nacional de la Reforma Agraria Lambert, Jacques, 390
el ascenso de la influencia de (INRA), de Cuba, 295 Langerud C arcía, Kjell, 37 6
Unidos. 3t,0-393; y Mexico, inregristas, l83-184, 3g9 Lanusse, Alejandro, 113, 114
ru,217,230 intendencias, sistema de, 37 La Prensa de Buenos Aires, 102, 105
ral> de Nicaragua,345 Internacional Comunista, 140, lg3, Z2S,39g La Prensa de Lima,223
r Prolongada (GPP), movi- International Petroleum Company (IpC), La Reforma, período de, 246
illero nicaragüense, 361 216,224, 233; nacionalización de, 23ó Las Casas, Bartolomé de. 314
(Ernesto), 13, 232, 403, 436 International Railways of Central America, 347 Leguía, August o 8., 221 -223
.milia. 130 Isabel la Católica, reina de Castilla, 26 Leguía y Martínez, Cermán, 223-226
ría,109 ITT (International Telephone and Telegraph), Lemus, José María,367
¡el,241 407; en Argentina, 101; en Chile, 150, 157; Lesseps, Ferdinand de, 352
en Perú, 236 Letelier, Orlando, 158
Iturbide, Agustín de, 42, 44, 82, 342 Lévi-Strauss, Claude, 390
)l Iturrigaray, José de, 4l Líbre Comercio, decreto de, 38
\6 Izquierda Unida del pe¡u.239 Levingston, Roberto, 113
315 Liga Patriótica Argentina, 94
Lima, Alceu Amoroso, 179
illa, tratado, 353 Jamaica Labor Party (JLP), 330 Limantour, José Y., 250
taclo, 353 James, Daniel, 375 Lincoln, Ab¡aham,246
'e, Vícror Raúl, 223-226, 227, Jemeres Rojos, 240 Lleras Camargo, Alberto, ¿105

jesuitas, orden de los, 38, 290 Lonardi, Eduardo, 104


4û5 Jiménez, Núñe2,295 López Arellano, Oswaldo, 3ó4
rn, Rafael, 333 João VI, rey Dom, 45, 162, 163 López Mateos, Adolfo, 261-263
'tínez. Maximiliano, 366-367 López Portillo, José, I 1, 269, 270, Zj4
Jockey Club, 89, 104
rmé, 205 Johnson, Lyndon 8., 262, 405-4M López Rega, José, 115
t.205 Juan Pablo II, papa,438 L Ouverture, Toussaint. 319
la, Miguel, 4I-42, 47. 50 Juana Inés de la Cruz, sor,75 Luís, Washington, 181-182
6, trJ4,3¡19-390 Juárez, Benito,247 Lula da Silva, Luís lgnacio, Z0l,Z03
:. 288 Junín, batalla de, 207
¡i
"justicialista>, doctrina, l0l, 104, I0B; véase
n<t,252-254 también Perón; peronismo
rn, -128
Machado, Cerardo, 288, 293, 294
Justo, AgustÍn P., 96, 98 Machado de Assis, Joaquim María, 1ó8
rge, 395
macheteros, véase Ejército Popular Boricua
)
(EPB) de Puerto Rico
Karol, K. S., 305 macumba, culto, 443
Keith, Henry Meiggs, 347 Madero, Evaristo, 250
38-t39. t42-143 Keith, Minor Cooper, 347 Madero, Francisco 1., 250-254, 433
Kennecott Corporation, 130, 147 Madrazo, Carlos, 2ó3
t-l12,406
Kennedy, John Fitzgerald,364, 406; y Castro, Magloíre, Paul E., 321
l. 205. 232; conquisrados, 28; 309; y la Alianza para el Progreso,40l,406:
ocial,24: Magoon, Charles, 282
y la invasión de la Bahía de Cochinos, 299- Mahan, Alfred Thayer, 352
crras de, 380, 386; conversa- 300, 309, 400 Maine, navío estadounidense ,281, 331
482 Historia contemporónea de América Latina

Makouke, Claude, 334 Morales Bermúdez, Francisco, 23'1, 430 oPEP, 1 14, 329. 408
Malraux, André,192 Morales Bermúdez, Remigio, 220 Organización de Estados America
Maluf, Paulo, 201 Morazán, Francisco, 343 354,385,397; orígenes de Ia,385,
Malvinas, islasr 118-120, 444 Morelos, José María, 42, M,47, 49 263,403; y Duvalie¡ 322; y Guatr
Manigot, Leslie, 323 Moreno, Mariano, 40 el conflicto de las Malvinas, 119
Manley, Michael, 329-330 Morgan, Henry 315 de Corea,393; y la
"guerra del fú
Manley, Norman, 328 Motorola, 358 la República Dominicana, 326, 4
Mano Blanca, escuadrón de la muerte, 376 Movimiento para la Renovación Nacional, de Organización Mundial de la Sal
Marcona Mining Company, 2lT, 236 Haití.322 444
Mariátegui, José Carlos, 225-226, 399 Movimiento de la Izquierda Revolucionaria Ortega, Daniel, 362
Mariel, 308 (MIR), en Chile, 152 Ortiz, Roberto, 98
Marshall, Plan, 71, 392,394-395 Muñoz Marln. Luis, 332 Ortiz Rubio, Pascual, 256
Martí, Agustín Farabundo, 367 Mussolini, Benito, 184, 389 Osorio, Óscar, 367
Martí, José, 281., 282, 299, 385 musulmanes, 25 Ouro Preto, vizconde de, 169
Martín Fierro,87
Martínez de Hoz, José, 118
MarTí¡ez Estrada, Ezequiel, 89 Nabuco, Joaquim, 168 Padilla, Heberto, 305
Mas Canosa, Jorge, 310 Nacional Financiera, 265 P aé2, José Antonio, 42, 49

Matos, Huberto, 295 Naciones Unidas, 307, 371; y Dwalier, 322, Pardo, José, 221-222, 223
Matthews, Herberf,29l 399; y Fidel Castro, 294; y la crisis de las Pardo, Manuel, 211
Matto de TUrner, Clorinda, 75 Malvinas, 119; y Luis Echevanía,'267-268 Partido Áutonomista Nacional (Pl
Maximiliano de Habsburgo, 246-247, 378 NAFTA, véase Tratado de Libre Comercio gentina, 91
maya, imperio, 23-24. 340 nahuas, asentamientos, 340 Partido Civilist a, del P erú, 2Lt, 22
Mazor ca, escuadrón coercitivo, 82 Namphy, Henri, 323 Partido Comunista; de Argentina,
McKinley, William, 281 National Alliance for the Reconstruction, en Brasil, 180, 1,83,394: de Chile, 1,
Meiggs, Henry,21.1,347 Trinidad y Tobago, 336 158-159; de Cuba, 298, 307, 309.
Mejía Victores, Óscar HumberTo, 376 National Motor Factory 186 Salvador, 371; de Guatemala, 37
Meléndez, familia salvado reña, 366 Neto, Delfim, 200 pública Dominicana, 326; de M
Méndez Montenegro, Julio César, 376 Neves, Tancred o, 2ffi -201 del Perú, 231
Menem, Carlos SaúI, 123-126,426 New Leader, The,375 Partido Conservado¡ de Chile, 12
Mercado Común Centroamericano, 4L3 New National Party, de Granada, 337 Partido Constitucional Liberal, de
Mercado Común Centroamericano (MCCA), New York Times,297 Partido Constitucionalista, del Per
350-351 Nixon, Richard M.: política sobre América Partido de Acción Nacional (PAN
Mercado Común Europeo, 115 Latina, 406; viaje a América Latina en co, 259, 263, 273-274, 278
MERCOSUR (Mercado Común del Sur), 1958, 400; y Chile, 150; y Cuba, 294,297, Partido de Conciliación Nacional
125-126,413,4r4 299: y Panamâ,354 El Salvador, 3ó7
Mercúrio Peruano,206 Nobel, premio, 358, 419 Partido de la Revolución Mexica
Mexicano-Americana, guerra, 246, 384 Noriega, Manuel Antonio, 354,355 257
Mil Días, guerra de los, 353 Northern Peru Mining, 216 Partido de los Obreros, del Perú,1
Mill, John Stuart, 63 Nuevas Leyes, para protección de los indios, Partido Demócrata: de B¡asil. l8(l
Minero Perú, 236 29 I 34; del P er(t, 220 -221, 223
Miranda, Francisco de, 41 Nrlñez, Rafael, 352 Partido Demócrata Cristiano (PD(
Miró Cardona, José,294 Nuremberg, juicios de, 121 le, 145-149; de El Salvado¡ 3
Miró Quesada, Antonio, 223 Guatemala, 37Q del Perú,232
Mitchell, Keith, 337 Partido de Unión nacional, de C
Mitre, Bartolom é, 82-83 Obregón, Álvaro, 254-255 356
Moctezuma 1I,24,26 Od¡ía, Manuel A., 230-231, 429 Partido do Movimiento Democrá
Molina, Arturo Armando, 367 OF-A, véase Organización de Estados Ameri- leiro (PMDB), 200
Monbeig, Pierre, 390 canos Partido Independentista Puer
Monroe, Doctrina, 331, 358, 381 O'Higgins, Bernardo, 127 (PrP), 333
Monroe, James, 381 Ojo por Ojo, escuadrón de la muerte, 376 Partido Laborista británico, 366, 4l
Montesinos, Antonio de, 314 olmeca, cultura, 340 Partido Liberal: de Chile, 127, I
Montt, Jorge, 135 Oncenio, en el Pert3,223 Honduras, 364, 365: del Perú, 22
Morais, Prudente de, 178 Onganía, Juan Carlos, 110-113, 406 Partido Nacional, de Honduras. 36
fndice atfabético 4g3

'2, Francisco, 237 ' 430 OPEP, 114, 329,408 Partido Nacional Revolucionario (pNR), de
,2, Remigio,220 Organización de Estados Americanos (OEA), México, 256
.o,343 354,385,397; orígenes de la,385,392; y Cuba, Partido Nacional Socialista, de Chile, 3g9
na, 42. M, 47,49 263, 403; y Duvalier, 322; y Guatemala, 37 5; y Partido Nuevo Progresisra (PNP), de puerto
,40 el conflicto de las Malvinas, 119; y la guerra Rico, 333
l5 de Corea, 393; y la del fútbol>,365; y Partido Popular Cristiano (PPC), del Perri,238
"guerra
la República Dominicana, 326,4M Partido Popular Democrático (PPD), de
la Renovación Nacional, de Organización Mundial de la Salud (OMS), Puerto Rico, 333
4M Partido Radical, de Argentina, 50, 93-95; divi-
a Izquierda Revolucionaria Ortega, Daniel, 362 dido, 105; orígenes del,93; y la clase media,
e,152 Ortiz, Roberto, 98 108-109, 112,424; y la clase trabajadora, gS;
is.332 Ortiz Rubio, Pascual, 256 y las elecciones de 1983, 121; y las eleccio-
, 184,389 Osorio, Óscar, 367 nes de 1987,722
Ouro Preto, vizconde de, 169 Partido Radical, de Chile: como partido cen-
trista, 145; orígenes, 128; y el Frente Popu-
lar, 140, 141
, 168 Padilla, Heberto, 305 Partido Republicano, de Brasil, 167-1ó8, 178
:ra,265 Paé2, Josê Antonio, 42, 49 Partido Republicano, de los Estados Unidos,3ó2
, 371 Y Dwalie1 322,
3O'7, Pardo, José, 221. -222, 223 Partido Republicano Nacional, de Costa Rica,
rstro, 294; Y la crisis de las Pardo, Manuel, 211 356
y Luis Echevarría,' 26'l -268 Partido Autonomisra Nacional (PAN), de Ar- Partido Revoluciona¡io Dominicano (pRD),
iatado de Libre Comercio gentina, 91 326-327
:ntos, 340 Partido Civilista, del Perú, 2l1,2Zl,ZZ3 Partido Revolucionario Institucional (pRI),
,23 Partido Comunista: de Argentina, 94, 100; de de México, 260, 261, 263, 265, 26É, 2i 3, 277 -
r for the Reconstruction. en Brasil, 180, 183,394; de Chile, I4O-I4I,t4S, 279,430
ago, 336 158-159; de Cuba,298,307,309,436; de El Partido Revolucionario Social Cristiano
'actory 186 Salvado¡ 371; de Guatemala,3jT;de la Re- (PRSC), de la República Dominicana, 326
) pública Dominicana, 326; de México, 270; Partido Social Democrático (PSD), de Brasil:
2(n-201 del Perú,231. alianza con el I,TB, 192,795: como partido
375 Partido Conservador de Chile,1Z7, 133, l4S de gobierno, 2ffi-201; orlgenes del, 188; y
rty, de Granada, 337 Partido Constitucional Liberal, de Brasil, 183 Kubitschek, 192 y Yargas, 189-190
291 Partido Constitucionalista, del Perú, 223 Partido Socialdemócrata alemán, 439
\,f.: política sobre América Partido de Acción Nacional (PAN), de Méxi- Partido Socialista, de Argentina: orígenes, 90;
ìaje a América Latina en co,259. 263, 273-274, 278 y el movimiento obrero, 94; y Perón, 99
hile. 150: y Cuba, 294.297, Partido de Conciliación Nacional (pCN), de Partido Socialista, de Francia, 439
354 El Salvador, 3ó7 Partido Socialista, del Perú, 222,225
;8, 419 Partido de la Revolución Mexicana (pRM), Partido Socialista, en Chile, 140-142,14ó; fun-
Antonio, 354, 355 257 dación del, 139; y Pinochet, 158
ining, 216 Partido de los Obreros, del Perlú,222 Partido Socialista Puertorriqueño, 333
,ra protección tle los indios, Partido Demócrata: de Brasil, 180; de Chile, Partido Trabalhista Brasileiro (PTB): alianza
134; del Perú, 220-221, 223 con PSD, 192, 195: orígenes del, 188; y
;2 Partido Demócrata Crisriano (PDC): de Chi- Goulart, 191; y Vargas, 191
rs de, 121 le, 145-149; de El Salvador, 367-369: de Pascal-Trouillo t, Erfha, 323
Guatemala, 376: del Perú,232 Pastora, Edén,361
Partido de Unión nacional, de Costa Rica, Patria y Libertad, de Chile, 153
.254-255 356 Patterson, P J.,331
., 230-231, 429 Partido do Movimiento Democrático Brasi- Pedro I, Dom, 4ó, 162-165
rnización de Estados Ameri- leiro (PMDB), 200 Pedro II, Dom, 1ó7, 383; exilio de, 169; y la
Partido Independentista Puertorriqueño centralización, 57-58, 165-1óó
rdo, 127 (PrP), 333 Peixoto, Floriano, I78, 197
cuadrón de la muerte, 376 Partido Laborista británico, 366, 439 Pena, Alfonso, 179
r40
Partido Liberal: de Chile, t27, 133-134., de pensamiento ilustrado: influencia del, 38, 207 ;
'.rú,223 Honduras, 364, 365' del Perís,223 y Bolívar, 40; y liberalismo, 48; y los Esta-
rrlos, 110-113,406 Partido Nacional, de Honduras, 364 dos Unidos, 380
484 Historia contemporánea de América Latina

People's National Movement (PNM), de Tri- Prío Socorrás, Carlos, 289 Rosas, Juan Manuel de, 128,383; c
nidad y Tobago, 335 Proletarios, movimiento guerrillero nicara- dor, 47, 50; en el poder, 81-82; y
People's National Party (PNP), de Jamaica, güense, 361 y Sarmiento, 82
329-330 Provincias Unidas de América Central,44,343 Ross, Gustavo, 139-140
People's Revolutionary Government (PRG), Puig, Manuel, 3911 La taición de Rita Hay' Rosselló, Pedro,333
de Granada, 336 worth,39l Royal Dutch Shell, 407
Peralta Azudfa, Enrique, 376 Punto Cuatro, discurso de Truman, 395 Royo, Arístides, 354
Pérez, José Joaquín, 133 Ruiz Cortines, Adolfo, 261
Pérez Balladares, Ernesto, 355 Ryswijk, tratado de 1695 de,324
Perón, Evita,99, 100, 101-102, 103, 115, 373; Quadros, Janio, 192, 194,201,404
como mujer en la polftica, 77; muerte de, Quetzalcóatl, 26
103 quichés, indios, 340 Sacasa, Juan Bautista, 359-360
Perón, Isabel Martínez de,77,110, 114-116 Sáenz Peña, Roque, 93-94, 96, 98, '
Perón, Juan, lll, 122, 149, 187, 231, 235, 298; Salazar, Antonio de Oliveira, 18¿
alcance del poder, 99-100; como populista, Rawson, Arturo, 99 Salgado, Plínio, 183-184
ú,351, 4241 en el exilio, 104, 110; primera Reagan, Ronald: y Argentina, 120; y Chile, Salinas de Gortari, Carlos,273,27
presidencia, 100-104; segunda presidencia, 158; y el Canal del Panamá, 354; y Grana- Samedi, Baron,322
114; y las elecciones de 1972,113; y las islas da,336-337,407; y Jamaica, 330; y la Amé- Sánchez Cerro, Luis M.,226-229
Malvinas, 118 rica Central, 362,369,445; y las drogas,417; Sánchez, Mariquita, 75
peronismo. 123, 404; supervivencia del, 104- y México, 11; y Nicaragua, 407 Sandino, Augusto César, 359-361
105; y la clase trabajadora,26l-262, 4361' y Rebouças, And¡é, 168 Sanfuentes, Juan Luis, 137
las mujeres, 76; y los militares, 389; véase Reid Cabral, Donald, 326 San Martín, José de, 43-44,46,80,
tam bién justicialista, doctrina Reina, Carlos Roberto, 365 Santa Anna, Antonio López de,24
Perot, Ross, 275-276 Remón, José Antonio, 353 Santa Cruz, Andrés, 207
Pershing, John J., 388 Reserva Federal de los Estados Unidos, 72 Sarmiento, Domingo, 82-83: Facun
Petróleos Mexicanos (PEMEX), 258, 275, 397 Reston, James, 1l Sarney, José, 201
PetroPe¡rl, 23ó Retrato de Teresa, película cubana, 307 Schick, René, 361
Philips, compañla internacional, 69, 4A7 Revolución Industrial, 54, 314, 316 Schneider, René, 149
Piérola, Nicolás de, 2lO-211, 220-221 Reyes, Bernardo,252 School of the Americas, 354
Pike, Frederik, 209 Río, Pacto de 1947 de,374,392 scotr, winfield, 24ó
Pinheiro, João,179 Rfo, Juan Antonio, 141 Seaga, Edward,330,336
Pinochet, Augusto, MZ;bajo Allende, 154; en Ríos Montt, Etuaín, 37 6, 3'77 Seineldfn, Mohamed Alí, 124
el poder, 156-159; y las elecciones, 159 Riva Agüero, José de la, 207 ,227 ,229 Sendero Luminoso, 239-241, 4ll, 4
Pizano, Francisco,26 Rivera, Julio 4., 367 Senna, Ayrton, 203
Plan Bilateral lntegr ado, 27 6 Robinson, A. N.,336 Serrano Elías, Jorge, 376-3'17
Plan de Ayala,251 Roca, Julio, 83, 96 Siete Años, guerra de los,334
Plan de Guadalupe, 253 Roca-Runciman, Pacto, 64 Simonsen, Roberto, 397
Plan de lguala,34? Rockefeller, David, 330 Simpson-Rodin o, ley, 212, 415
Plan de San Luis Potosl, 250 Rockefeller, Nelson, 406 SINAMOS, vé¿se Sistema Naciona.
Plan Tripac Amaru, 237 Rodó, José Enrique, 385l, Ariel,385 de la Movilización Social
Platt, Enmiend a, 282, 289 Rodríguez, Abelardo L., 256 Sinarquismo, movimiento derechis
Polk, James K., 246 Rodríguez, Carlos Rafael, 302 no, 389
Portales, Diego, 50, 82,127-128 Rodrfguez de Francia, José Gaspar, 396 Siqueiros, David Alfaro, 263
Portes Gil, Emilio, 256 Rojas, Ricardo, 87 Sistema Nacional en Apoyo de lr
positivismo, 169,247 Romero, Carlos Humberto, 3ó8 ción Social (SINAMOS), del Pe:
Prado, Antonio, 180 Romero, Óscar Arnulfo, arzobispo, 368 Smith, Walter Bedell, 374
Prado, Manuel ,229-231 Romero Barceló, Carlos, 333 Smoot-Hawley, ar ancel, 287
Prado, Mariano lgnacio, 210-211 Roosevelt, Franklin D.: y Cuba, 287-288;y la Sociedad Agrícola para el Inte
Prats, Carlos, 154 política de la Buena Vecindad,359; y la se- (SAIS), del Perú, 234
Prebisch, Raúl, 397, 398 gunda guerra mundial, 391;y México,257- Solano López, Francisco, 83, 166
Prestes, Julio, 181 2(fi Solidaridad, sindicato de Polonia, I
Prestes, Luís Carlos, 180, 187 Roosevelt, Theodore: corolario a la Doctrina Somoza Debayle, Anastasio, 361
Preston, Andrew, 347 Monroe,358; y la guerra con España,281; Somoza Debayle, Luis, 360-361
PRI, vl¿s¿ Partido Revolucionario Institucional y Panamá, 352-353, 385 Somoza García, Anastasio (Tacho), 2
fndice atfubético 4g5
los, 289
Rosas, Juan Manuel de, l2g,3g3; como dicta_
miento guerrillero nicara- Soto, Marco Aurelio, 345
<Jor,47,50; en el poder, gl_g2; y Brasil, l66;
Spence¡ Herbert, 83
y Sarmiento. 82
de América Ccntral, 44, 343 Standard Oil, 103, 216
Ross, Gustavo, 139-140
: La traición de Rita Hay- Rosselló, pedro, 333
Suazo Córdova, Roberto, 364
Sucesión española, guerra de, 32
Royal Dutch Shell, 407
urso de Truman, 395
Royo, Arístides, 354
Ruiz Cortines, Actolfo, 261
Taft, William Howard, 359
Ryswijk, trarado de 1695 de.324
2, 194,201, 404 taíno arawak, grupo indfgena,3l2
tapuias, indios, 33
) Tavora, JuÁrez, lB9
Sacasa, Juan Bautista, 359_360 ^faylor, Zachary,
246
Sáenz Peña, Roque, 93-94, 96, gg, gg
Teixeira Lott, Henrique, 192
) Salazar, Antonio de Oliveira, lg4, 3g9, 391 Tenochtitlán, 23-24, 26
Salgado, Plínio, 183-184
' Argentina, 120; y Chile,
Salinas de Gortari, Carlos,273, 2i4,2.17,27g
teología de la liberación,434
lel Panamá, 354; y Grana- Terc-eristas, grupo guerrillero nicaragüense,
y Jamaica, 330; y la Amé- Samedi, Baron,322
361
Sánchez Cerro, Luis M.,226-229
369,445: y las drogas, 417; Thatcher, Margaret, 119
,licaragua, 407 Sánchez, Mariquita, 75
Thorp, Rosemary 230
Sandino, Augusto César, 359_361
r68 ïmerman, Jacobo, 117
Sanfuentes, Juan Luis, 137
td,326 TLC, véase Tratado de Libre Comercio
:fo, San Marrín, José de, 43-44, 46, g0,207
365 toltecas, indios, 23
rio, 353 Santa Anna, Antonio López de. 245_246
Tomás de Aquino, 29
: los Estados Unidos, 72 Santa Cruz. Andrés. 207
Tomic, Rodomiro, 149
Sarmiento, Domíngo, g2-g3: Facundo, g3
Tontons M acoutes, 322_323
elícula cubana, 307 Sarney, José, 201
Tordesillas, tratado de, 33
Schick, René, 361
'al, 54,3't4,316 Torres, Alberto, 179
t2 Schneider, René, 149
Torrijos Herrera, Omar, 354. 355
de,374,392 School of the Americas, 3S4 Tratado de Libre Comercio (TLC o NAFTA),
Scou, Winfield, 246
141 tû, 27 4_279, 412_413, 415
376,377 Seaga, Edward,330,33ó
Tropical Radio and Telegraph Company. 347
le la, 207, 227, 229 Seineldín, Mohamed Alí, 124
Tropìcal Trading and Transport Company,347
Sendero Luminoso, 239-241, 4ll, 437
7 trotskistas, 187,439
6 Senna, Ayrton, 203
Trotsky, Leon, 258
Serrano Elías, Jorge, 376-377
Trujillo, Rafael Leónidas, 325, 326, 405
cf.o,64 Siete Años, guerra de los,334
Truman, Harry S., 333,392-3gs
330 Simonsen, Roberto, 397
Túpac Amaru II, 38-39, 206
406 Simpson-Rodin o, \ey,272. 415
tupí-guaraníes, indios, 33
,385: Ariel,3BS SINAMOS. véaçe Sistema Nacional en Apoyo
t L.,256 de la Movilización Social
afael,302 Sinarquismo, movimiento clerechista mexica-
Ubaldini, Saú1, 124
a, José Gaspa¡ 396 no. 389
Ubico, Jorge, 371
Siqueiros, David Alfaro, 263
Ugarte, Manuel, 385
nberto. 368 Sistema Nacional en Apoyo de la Moviliza-
Ulate Blanco, Otilio, 356-357
rlfo, arzobispo, 368 _ ción Social (SINAMOS), del perú, 234_237 umbanda, M3
rlos. 333 Smith. Walter Bedell. J74
Ungo, Guillermo, 369
D.: y Cuba, 287-288: y la Smoot-Hawley, arancel, 297
União Democrática Nacional (UDN), de Bra-
ra Vecindad, 3.59; y la se- Sociedad Agrícola para el Interés Social sil, 188. 189, l9l, 192, t94
dial, 391; y Méxíco,257- (SAIS), detperú,234
Unidad Popular (Up), de Chite, 149-150. 151_
Solano López, Francisco, g3, 166
152,153-154,407
: corolario a la Doctrina Solidaridad, sindicaro de polonia. 306
Unión Cívica Radical (UCR), de Argentina,
guerra con España, 281; Somoza Debayle, Anastasio, 3ól
93, 105; véase también partido Radiial
, 385 Somoza Debayle, Luis, 360-3ó1
Unión Cívica Radical del pueblo (UCRp), de
Somoza García, Anasrasio (Tach o),290,
359_360 Argentina, 105-106
486 Historiø contemporónea de América Latina

Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), Yelâzquez, Fidel,259


de Argentina, 105-106 Vianna, Oliveira, 179
Unión Nacional Odriísta, del Perú, 231 Victoria, reina de Inglaterra, 162,383
Unión Panamericana, 385, 393 Videla, Jorge Rafael, 116-i18
Unión Revolucionaria, del P erú, 227 vikingos, 25
United Fruit Company (UFCO), 58, 399; en Vilanova, Marla,3'73
Costa Rica, 356-357; en Guatemala, 374- Villa, Pancho, 252-255, 388
376; en Honduras, 364; orfgenes y creci- Villanueva. Armando, 238
miento, 347-348,349 Villeda Morales, Ramón, 364
United States Agency for International Deve- Vincent, Sténio, 320
lopment (USAID), 362, 402 Viola, Roberto, 118
Universidad de Chicago, 156 Volkswagen, 69
Universidad de Haw a¡d, 27 1 Von Schouwen. general, 154
Universidad de La Habana, 388
Unive¡sidad de San Marcos,206,222
Universidad de São Paulo, 390 Agradecimientos
Walker, William, 344-345, 358
Universidad de Yale, 27 8 Walters, Vernon, 196 Prólogo: ¿Por qué America t
Uriburu, José F., 97-98, 100 White, Robert, 369 Interpretaciones de Am
Urquiza, Justo José de, 82 Williams, Eric, 335-33ó Temas analíticos de estr
Urrutia, Manuel, 294, 295 Wilson, Henry Lane,252
Utah Construction Company, 217 Wilson, Woodrow, 253, 385
Wright, Richard, 328
1. Los cimientos coloniale:
El contexto europeo
Valle Espinosa, Eduardo, 279 América española: de l¿
Vallejo, Demetrio, 261 -262
Vanderbilt, Comelius, 344-345 Yanes Urías, César,367 América española: la tr;
Vandor, Augusto, 111 Yáñez, decreto, 137 1600-1750
Vanguardia Popular, de Costa Rica, 357 Ydígoras Fuentes, Miguel, 376 América portuguesa: ¿u
Vargas, Getúlio, 195-197, 398; como populista, Yrigoyen, Hipólito, 93, 95,96-97 ,222
Las raíces de la indeper
ffi, 4281, suicidio de, 191; vuelta al poder, La respuesta colonial
189-191; y el Estado Nóvo, 181-187, 188
Vargas Llosa, Mario, 240 Zapata, Emiliano, 250, 251, 252-255 La consecución de la in
Vasconcelos, José, 205, 255 zapatistas, 251, 253,254, 366 El camino brasileño ha<
Vaticano, 104 Zedillo Ponce de León, Ernesto, 277-278 Las secuelas de la indeç
Yázquez, Horacio,325 Zeitlin, Maurice, 288 El impulso de la econor
Velasco Alvarado, Ju¿n, 233-237, 405, 428 Zelaya, José Santos, 345-346, 358-359

2. La transformación de la
(década de 1880-décsda
Fase 1. Inicio del crecim
importación (1880-1
Fase 2. Expansión del cr
importación (1900-1
Fase 3. Industrialización
(1930-década de 19(
Fase 4. Estancamiento d
de importaciones (d
Fase 5. Crisis, deuda y d
década de 1990)
Mujeres y sociedad
Un marco para establecr

I
a-
259
t79
Inglaterra, 162' 383
rel, 116-118 Índice
\'73
-255, 388
ndo, 238
ìamón, 364
20
r8

:neral, 154

Agradecimientos 9
144-.345, 358
Prólogo: ¿Por qué America Latina? 11
19ó
r9
Interpretaciones de América Latina 16
.5-33ó Tþmas analíticos de este libro 20
.ne,252
, 253, 385
328
1. Los cimientos coloniales (1492-década de 1880) 23
El contexto europeo 25
América española: de la conquista a la colonia, 1492-1600 25
*,367 América española: la transformación de la sociedad colonial,
3'7 1600-1750 31
, Miguel, 376 . América portuguesa: ¿un mundo diferente? 32
o, 93, 95, 96-97 ,222
Las raíces de la independencia 37
La respuesta colonial 39
La consecución de la independencia 42
, 250, 25r, 252-255
t3,254,366 El camino brasileño hacia la independencia 45
León, Ernesto, 277 -2'lI Las secuelas de la independencia, 1830-1850 47
288 El impulso de la economía internacional (1850-década de 1880) 51
os, 345-346, 358-359

Z. La transformación de la América Latina contemporánea


(década de 1880-década de 1990) 53
Fase 1. Inicio del crecimiento basado en Ia exportación-
importación ( 1880-1900) 54
Fase 2. Expansión del crecimiento basado en la exportación-
importación (1900-1930) s8
Fase 3, Industrialización en lugar de importación
(1930-década de 1960) 63
Fase 4. Estancamiento del crecimiento basado en la sustitución
de importaciones (década de 1960-década de 1980) 67
Fase 5. Crisis, deuda y democracia (década de 1980-
década de 1990) 70
Mujeres y sociedad 14
Un marco para establecer comparaciones 78
488 Historia contemporónea de América Latina

3. Argentina: prosperidad, estancamiento y cambio 80 7. México: domesticsr una


La lucha por la nación 81 México tras la indePen,
Visión general: crecimiento económico y cambio social 83 La invasión estadounid
EI sistema político: consenso y reforma 91, El periodo de Díaz: prr
Los militares atrasan el reloj 96 La Revolución mexicar
El peronismo y Perón 100 Institucionalización de
La administración militar r04 Estabilidad, crecimient,
El fracaso del reformismo desarrollista 106 El Tiatado de Libre Cc
La solución burocrático-autoritaria 110 La tecnocracia en crisis
Vuelta al poder de los peronistas 113
El regreso de los militares t1,6 8., Cuba: última colonia, p
La transición a la democracia t20 Independencia dudosa
Visión general: crecimi,
4. Chile: socialßmo, represión y democracia 127
5' Política: corrupción y d
Visión general: crecimiento económico y cambio social 128 ril
, ,'{ Fidel Castro y la constr
Política y parlamento t33 \.\''l.' La definición de la revr
De la inestabilidad al Frente Popular 138 Una década de experin
La etapa de la política de partidos t4l ,',.!a
La consolidación del ré
¿Socialismo vía democracia? t49 lucha por sobrevivit
El régimen de Pinochet 156
Vuelta a la democratización 159 9. El Caribe: colonias y m
El periodo colonial: co¡
5. Brasil: ¿desarrollo para quién? r61, Visión general: crecimi,
Dom Pedro I (1822-1831) r62 Haití: república esclavi:
Dom Pedro II (1840-1889) 165 República Dominicana
El fin del imperio r67 Jamaica: fugitivos y soc
Visión general: crecimiento económico y cambio social 170 Puerto Rico: de coloni¡
La Primera República (1889-1930) 176 del capitalismo
Getúlio Vargas y el Estado Nôvo 181 Antillas Menores: las h
La Segunda República (1946-1964) 188
El gobierno militar t96 10. Centroamérica: colonia
De la liberalización a la redemocratización 200 Antecedentes coloniale
Independencia: la luch¡
6. Perú: soldados, oligarcas e indios 204 Rafael Carrera y la su¡
El periodo independentista 206 La teoría liberal y las o
El periodo del guano 208 Visión general: crecimi
Visión general: crecimiento económico y cambio social 2r2 Panamá: una nación y
Gobierno oligárquico 220 Costa Rica: una democ
Leguía: el Oncenio 222 Nicaragua: de la dinast
La crítica reformista 225 Honduras: el gobierno
Coqueteo con las alternativas 226 El Salvador: de la estal
Liberalismo económico y vacilación política 230 Guatemala: reacción y
La revolución militar 233
¿Vuelta a la normalidad? 237 11. América Latina, Estadt
De la independencia al
Y

fndice 489
80 7. México: domesticar una revolución
81 242
México tras la independencia
) social 83 242
La invasión estadounidense
9l 245
El periodo de Díaz: progreso a un precio
96 247
La Revolución mexicana
100 250
Institucional:zación de la revolución
IM Estabilidad, crecimiento. .. y rigidez
255
106 258
El riatado de Libre comercioion Estados unidos y canadá
110 274
La tecnocracia en crisis
113 277
716 8.' Cuba: tiltims colonia, primer Estado socialista
t20 280
Independencia dudosa
282
Visión general: crecimiento económico y cambio social
I27 283
social 128 . O' Política: corrupción y decadencia 288
,,'tn Fidel Castro y la construcción de la revolución 289
133 \1"- La definición de la revolución
138 \ Una década de experimento 293
t41 1 La consolidación del régimen
301
I49 304
ì-la lucha por sobrevivir
1s6 308
159 9. El Caribe: colonias y miniestados
312
El periodo colonial: conquibta y rivalidad
161 V_isión general: crecimiento económico y cambio
3t4
162 social 317
Haití: república esclavista, dictadura de vudú
165 3t9
República Dominicana: un experimento inacabado
t67 324
Jamaica: fugitivos y socialismo revolucionario
social 770 328
Puerto Rico: de colonia de asentamiento a escaparate
176 del capitalismo
181 331
Antillas Menores: las luchas de los microestados
188 334
196 L0. Centroamérica: colonialismo, dictqdura y revolución
2N 339
Antecedentes coloniales
339
Independencia: la lucha por la unificación
204 342
, Rafael Carrera y la suprèmacía conservadora
206 343
La teoría liberal y las <dictaduras republicairas>
208 345
Visión general: crecimiento económico y cambio
ocial 212 social 346
Panamá: una nación y una zona
220 3s2
Costa Rica: una democracia frágil
222 356
Nicaragua: de la dinastía a la revolución
225 3s8
Honduras: el gobierno de los militares
226 364
El Salvador: de la estabilidad a la insurgencia
230 366
Guatemala: reacción y represión
233 371.
237 11. América Latina, Estados (Jnidos y el mundo
378
De la independencia al panamericanismo
380
v

490 Historia contemporánea de América Latina

La aparición de la influencia estadounidense 383


La consolidación de la influencia estadounidense 387
La expresión de la influencia estadounidense 39t
El impulso nacionalista 396
La alternativa revolucionaria 400
Los reformistas demócratas y la Alianza para el Progreso 404
Desarrollo y endeudamiento 407
El fin de la guerra fría 410
Integración económica regional 412
El programa social 41,5
La cultura hispana dentro de Estados Unidos 417

Epílogo: ¿Qué futuro le espera a América Latina? 421


Preparación para la predicción: análisis comparativo Aaa
lLL
Dimensiones del cambio: demografía y economía 433
Mirada hacia adelante: respuestas políticas 436
América Latina: el fin de la vía socialista 439
Las perspectivas de desarrollo en el capitalismo 440
¿Qué será de las culturas no europeas de América Latina? 442
El potencial de conflicto regional 444
Contribución latinoamericana al mundo 445

Apéndice estadístico 447


Jefes de Estado 450
Sugerencias para lecturas complementarias 460
Indice alfabético 476

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