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a-
Agradecimientos
f,l ara esta traducción castellana, que corresponde a la cttarta edición ingle-
f ,o, hemos actualiZado nuestra interpretación deque la historia contemporó-
rópidamente.
ttea de América Latins en un contexto internacional cambia
de que definían su
ù ¡i, a, b guerra fría ha eliminado una las características
iir"toria desãe ß4i y ha llevado nuevas cuestiones al primer plano de la agen-
da interamericana, entre ellas el libre comercio, el narcotrófico
y la migración
itegal. La preocupación por la recuperación económica después de la devasta-
ciän de làs anoi ochenta ha concentrado la atención en los antiqußimos
asuntos cle la pobreza, la desigualdad y la justicia social'
La contiiuada transición-de regímenes militares a civiles ha dado funda-
mento a la esperanza de que Améiica Latina puede aún supe.rar con éxito
el
no sólo la
tliesafortunado legado histórico descrito en este libro. Estó en iuego
coniolidación di ta democracia, sino también la amplitud y calidad del sßte-
ma democrótico.
Entre quienes proporcionaron útiles sugerencias y comentarios para esta
edición figuran Lynne Guitur y Eric van Young' lulie Grey, quién también
ayudó en el proceso de edición, y Frances Meiía ofrecieron su competente ayu-
da de investigación.
IJna vez mós, agradecemos los comentarios y sugerencias de los lectores'
La Jolla, California P. H, S.
Marzo de 1996
Prólogo
.Tl stados Unidos haría cualquier cosa por América Latina, menos leer
<<.D sobre ello, afirma James Reston, d"tuno durante muchos años de
los comentaristas políticos estadounidenses. ¿Hay alguna raz6n por la que
debamos tratar de probar que se equivoca? Hay varias. En primer lugar, Es-
tados Unidos po.eé innumérables intereses económicos en la región. Améri-
ca Latina es su principal socio comercial, el destino de gran parte de su inver-
sión y su fuenté de pètróleo y otras materias primas básicas. Un crecimiento
acelerado en países clave como México y Brasil quizá ponga pronto en la es-
cena mundial nuevas potencias importantes.
Thmbién existen vínculos políticos Sus levantamientos revolucionarios y
las respuestas represivas constituyen un desafío directo para la polftica exte-
rior esìadounidense, pues suscitan difíciles interrogantes sobre el modo de
proteger y fomentar sus intereses nacionales (definidos no sólo como intere-
ies eslratégicos o económicos). Ronald Reagan escenificó este hecho poco
después dJsu elección en 1980 al reunirse con el presidente mexicano José
López Portillo sobre la frontera entre ambos países, en lo que fue la primera
conferencia de ese tipo que mantuvo con otro jefe de Estado. Después, du-
rante los años ochenta, Estados Unidos soportó una encarnizada división
del apoyo a un ejército exiliado (la Contra) que luchaba por derrocar
al gobierno ìandinista de Nicaragua. El presidente George Bush dio priori-
^ceÍca
daã a sus propias inquietudes al buscar una relación especial con México y
proponer un acuerdo de libre comercio que estrecharía los lazos ecgnómicos
ãntie ambos países. Su sucesor y rival político, el presidente Bill Clinton, ha
seguido la poiítica de libre comercio al recibir una <cumbre de las Américas>
hemisférica en Miami en diciembre de 1994.
Existe otra importante consideración que resulta más próxima a Estados
Unidos. Grandes partes del país se han hispanizado por la influencia de los
inmigrantes de México, Puerto Rico, centroamérica y el caribe, que se aña-
den ã los descendientes hispanos de la pobtación hispanohablante del anti-
guo suroeste mexicano. Luego, la migración histórica y reciente llevó a las
gentes y costumbres de América Latina al suroeste estadounidense (de Texas
ã California), Florida y Nueva York. Muchas de las principales ciudades es-
l2 Histc¡ria contemporánea de América Latinu
tadounidenses tienen más niños de familias que hablan español que de cual-
quier otro grupo. El bilingüismo se ha convertido en un asunto político que
nos fuerza a replantearnos el significado de la América de lengua española,
dentro de las fronteras estadounidenses y en el exterior'
La mayoría de los ciudadanos estadounidenses (o (norteamericanos>,
como se los suele conocer en América Latina) saben poco acerca de las so-
ciedades vecinas del sur. Muchos creen que Estados Unidos puede imponer
su voluntad en la región mediante la diplomacia del .,garrote> o el poderío
militar. A otros ni les preocupa. Cuando buscan una lengua extranjera <fá-
cilrr, los estudiantes de secundaria o de universidad eligen el español y luego
dan por sentado que todo lo que se asocie con hablar español debe ser "fá-
cil". Tal ignorancia puede ser peligrosa, por lo que uno de los objetivos de
este libro es ayudar a reducir una información equivocada' De hecho, esta
falta de conocimiento es igualmente pronunciada en Europa Occidental. Los
periodistas ingleses contaban que unos cuantos hicieron una vez un concurso
para dar con el titular periodístico más aburrido posible (tenía que ser real y
que se hubiera impreso) y el resultado fue: ,.Pequeño terremoto en Chile: No
o/ o/
/o /o
De piel oscura 80 Imaginativo 23
Irascible 49 Sagaz 16
Emotivo 47 Inteligente 15
Religioso 45 Honrado t3
Atrasado 44 Valiente t2
Vago 41 Generoso 12
Ignorante 34 Progresista 1l
Suspicaz 32 Eficiente 5
Amigable 30 No contesta 4
Sucio 28 No sabe 0
Orgulloso 26
Fuentes: JohnJ. Johnson, Latin America in Caricature, Austin, University of TÞxas Press,
1980, p. l8; Hadley Cantril, ed., Public Opinion, 1935-1946, Princeton, Princeton Uni-
versity Press, 1951, p. 502.
'ì
I!
ha habido muchas muertes>. La compleja historia de este país durante los úl-
I
timos treinta años pone tristemente de relieve su provincianismo.
Por nuestra formación y perspectivas, la mayoría de los norteamericanos
y europeos buscamos fórmulas intelectuales que proporcionen respuestas
claras a nuestras preguntas: el <amante latino>, Bandito>, el espiritual
"Frito
Che Guevara, las mulatas brasileñas reinas del carnaval, son las imágenes
que primero suelen venir a la mente. Pero cuando dejamos atrás esas carica-
turas (que tienen su verdad propia que contar), nos encontramos con que
América Latina es una región compleja.
-, No resulta fácil de comprender, a pesar de que se hable español en toda
ella, menos en Brasil (donde se habla portugués), los Andes (donde se habla
quechua y otras lenguas indígenas), el Caribe (francés, inglés y holandés),
México (bolsas dispersas de lenguas indias) y Guatemala (más de veinte len-
guas indias). El término América Latina abarca una vasta variedad de gentes
y lugares. Desde el punto de vista geográfico, incluye la masa de tierra que se
extiende desde la frontera de Río Grande entre Texas y México hasta el ex-
tremo meridional de Suramérica, más algunas islas del Caribe: un área total
de dos veces y media el tamaño de Estados Unidos. El mismo Brasil es más
grande que la parte continental de Estados Unidos.
Las características físicas presentan diferencias pronunciadas: de la cor-
dillera andina, que se extiende por todo el occidente de Suramérica, a la sel-
va tropical de la cuenca amazónica:. de las áridas llanuras delnorte de Méxi-
co a las fértiles praderas de la pampa argentina. Sus pueblos contienen
elementos y mezclas de tres grupos raciales: indios nativos, europeos blancos
y africanos negros. En1992, su población total llegaba a los 453 millones, en
comparación con los 255 millones de Estados Unidos.
La sociedad latinoamericana presenta contrastes sorprendentes entre ri-
cos y pobres, entre la ciudad y el campo, entre gente culta y analfabeta, en-
tre el poderoso señor de la hacienda y el campesino respetuoso, entre los ri-
cos empresarios y los desesperados chicos de la calle. Desde el punto de vista
político, América Latina incluye veintiséis naciones, grandes y pequeñas, cu-
yas experiencias recientes van de la dictadura militar a la democracia electo-
ral y al régimen socialista de Fidel Castro en Cuba (véase el mapa 1). En
cuanto a la economía, forma parte del mundo <en vías de desarrollo>, cuyo
avance económico rápido se ve hostigado por obstáculos históricos y actua-
les, pero aquí también hay diversidad: de la dependencia de un solo cultivo
de la diminuta Honduras a la promesa industrial del dinámico Brasil.
Durante toda su historia contemporánea, los latinoamericanos, con ma-
yor o menor celo, han tratado de lograr la independencia económica de las
potencias coloniales, imperiales y neoimperiales. Así, es una amarga ironía
que el término América Latina fuera acuñado por los franceses del siglo
xrx, que pensaban que como su cultura, al igual que la de la América espa-
ñola y portuguesa, era <latina> (es decir, de lengua romance), Francia estaba
destinada a asumir el liderazgo de todo el continente.
Como sugieren estas observaciones, América Latina se resiste a una cla-
l4 Historia contemporánea de Américq Latina
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r.{6¡7) RePÚgLtC¡DOMINICANA
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ARGENTINA
dernización pensaban que la crónica histórica mostraba que este proceso es- ii
taba ya en marcha.
Por ello, los analistas se pusieron a trabajar para describir la historia lati-
noamericana a la luz de esta teoría. Un estudioso optimista, muy leído en Es-
tados Unidos, descubrió en 1958 que los <sectores medios> se habían vuelto
.estabilizadores y conciliadores, y en el proceso habían aprendido los peligros
de tratar con postulados absolutos>. El autor de un libro de texto de finales de
los años setenta sobre historia latinoamericana consideraba <la historia lati-
noamericana desde la independencia ... como el crecimiento lento de la mo-
dernización contra la resistencia de las viejas instituciones y actitudes>.
Sin embargo, la realidad resultó más dura. En lugar de extender la pros- t
peridad general, el crecimiento económico de los años sesenta y setenta (que I
alcanzó un alto índice sostenido en México y Brasil) hizo más desigual la dis-'
tribución de la renta y aumentó Ia brecha entre los niveles de vida de la ciu-
dad y el campo. También descendió la capacidad del capital interno para
competir con las enormes firmas transnacionales. Mientras tanto, la política
seguía a duras penas el modelo predicho por muchos expertos en la moder-
nización. Los estratos medios, relativamente prfvilegiados, forjaron un senti-
rniento de <conciencia de claseo que, en momentos críticos de decisión, como
en Argentina en 1955 o 1976, Brasil en 1964 y Chile en 1973, los llevó a unir-
se con las clases gobernantes en oposición a las masas populares. La política
giró hacia el autoritarismo y produjo gobiernos militares. Y en absoluta con-
tradicción con la teoría de la modernización, estos modelos surgieron en los
más rápidamente- del
países más desarrollados
-y que se desarrollaron
continente. ¿Cuál era el error?
Aparecieron dos conjuntos de respuestas. Un grupo de estudiosos se cen-
tró en las tradiciones de América Latina y sus orígenes español y portugués'
Estos analistas sostuvieron que la política antidemocrática era (y sigue siendo)
producto de una perspectiva del mundo católica y mediterránea, que hacía hin-
capié en la necesidad de armonía, orden y eliminación de conflictos. Al no
haber logrado captar este plan argumental en la experiencia ibérica, los estu-
diosos habían confundido forma con sustancia, retórica con realidad. Las cons-
tituciones latinoamericanas nunca eran tan democráticas como parecían, los
partidos políticos no eran tan representativos como podrían aparentar. La co-
munidad académica norteamericana y europea, afligida por su propia miopía
y desviaciones, sólo había interpretado mal los hechos sociales.
Un segundo grupo de investigadores aceptó el enlace de las causas so-
cioeconómicas de la teoría de la modernización con los resultados políticos,
pero dieron la vuelta a la respuesta: el desarrollo económico latinoameri-
cano era cualitativamente diferente del de Norteamérica y Europa Occiden-
tal y, por lo tanto, producía resultados políticos distintos. De forma específi-
ca, sostenían que la experiencia latinoamericana estaba determinada por el
hecho profundo de su dependencia económica. Como uno de sus exponentes
ha explicado:
l8 Hístoria contemporánea de América Latina
.i.
Þ
I,
Þ
t:
¿,Por qué América Laüna? ig
para mantener el flujo de importaciones. La estrategia política se convierte
en rehén de la necesidad de convencer a los acreedores extranjeros.
La solución más frecuente durante los años sesenta y setenta fue el gol-
pe militar. El gobierno autoritario resultante poclía entonces tomar deciiio-
nes <duras>, por lo general medidas antiinflacionistas muy impopulares,
como el aumento del precio de los servicios públicos y recortes en eL salario
real y el crédito. Las clases más golpeadas son las inferiores. por ello, para
poner en práctica estas medidas se requiere ejercer mano dura sobre los sec-
tores populares. Así, los golpes y regímenes autoritarios represivos que sur-
gieron en Brasil, Argentina y chile no lo hicieron a pesar dèl desarrollo eco-
nómico de América Latina, sino debido a é1.
Los años ochenta reemplazaron a esos regímenes autoritarios por diri-
gentes civiles y gobiernos elegidos. Las explicaciones de esta tendéncia to-
maron muchas f'ormas. Los regímenes autoritarios, una vez considerados
dominantes y monolíticos, acabaron demostrando mucha incoherencia y fra-
gilidad. Los ciudadanos comunes se levantaron en movimientos de proiesta,
formaron organizaciones cívicas y demandaron elecciones populares. Enfren-
tada a una severa crisis económica, la gente de Argentinay-chte a centro-
américa trató de expresar sus derechos políticos. A mediados de los años no-
venta, casi todos los países de la región, con la excepción notable de cuba,
tenían gobiernos electos. Fueran completamente <democráticos> o no, punto
que condujo a un amplio debate, representaban una mejora considerable de
los modelos flagrantemente dictatoriales de los años setênta. Muchos obser-
vadores expresaron su esperanza optimista cle que, al fin, América Latina se
estuviera desplazando hacia un futuro democrático.
Las perspectivas económicas también mejoraron. Bajo la presión de los
acreedores internacionales durante los años ochenta, los dirigentes latino-
americanos impusieron medidas de largo alcance destinadas a nliberalizar> sus
economías nacionales (la reducción de aranceles y otras limitaciones al co-
mercio, la venta de compañías controla<Ias por el Estado a inversores priva-
dos y la restricción del déficit). La inflación bajó y creció la inversión extran-
jera. En consecuencia, el crecimiento promedio de América Latina pasó de
un escaso 1,5 por 100 anual en 19tÌ5-1989 al 3,-5 por 100 a comienzos de los
años noventa. El inesperado comienzo de ra crisis económica en México a fi-
nes de 1994 conllevó desencanto y confusión el llamado
<ef'ecto tequila> en otros países de Ia región- pero -expandienclo
muchos analistas mante-
nían esperanza de que, a largo plazo, las perspectivas econórnicas seguirían
_la
siendo positivas.
Los estudiosos abordaron estos desarrollos econ<imicos y políticos con
cautela intelectual. En lugar de lanzar grandes teorías, tales como la moder-
nización o la dependencia, los analistas políticos insisten en el papel de las
creencias, ideas y convicciones humanas. Algunos interpretaron lã vuelta a la
,
democracia en América Latina y otros lugares r,rmo uñ triunfo global cle los '
en 1910 (capítulo 7); cuba, tan dependiente del azucar y tan cerca de Esta-
dos uniclos, la única sociedad latinoamericana que ha pasado por una revo-
lución socialista con todas las de la ley (capítulo 8); el caribe, donde las agu-
das luchas ideológicas se han adueñado de las pequeñas naciones isleñas
(capítulo 9); Centioamérica, una región de sociedades muy estratificadas ig-
ioia¿as durante mucho tiempo, hasta las explosiones políticas de finales de
Ios años setenta y comienzos de los ochenta (capítulo 10). En estos estudios
sobre países concretos, intentamos otorgar una consideración plena a los te-
mas sociales y políticos, por lo que cada capítulo puede leerse por separado.
Tomados .on;unto, representan el 84 por 100 de la población latinoame-
"n
ricana y aproximadamente la misma proporción de su territorio.
En el capítulo 11., resumimos las relaciones recientes y actuales entre
América Latina y la comunidad internacional, particularmente Estados Uni-
dos, y en el epíogo especulamos acerca de los acontecimientos probables
hasta el año 2000 Y desPués.
Este libro ofrece uå cuadro cle la sociedad latinoamericana, no un catá-
logo definitivo de hechos. Nuestro objetivo es trazar modelos y tendencias
qu"e.nos ayuden a entender las complejidades y variaciones de las sendas re-
ctrridas ptr América Latina hasta el presente. Confiamos en que estimule la
discusión y el debate, y esperamos que alumnos y colegas difieran con mu-
chas de núestras interpretaciones. Sobre todo, queremos presentar
a nuestros
inte-
lectores el estímulo y fascinación que ofrece la historia de una región
papel singular que desempeñar en
resante por derecho propio y que tiene un
el escenario mundial.
.7_
t-
Los cimientos coloniales (1492-década de 1880)
Los esclavos ocupaban el escalón más bajo, mientras que la nobleza heredi-
taria se hallaba situada en el más alto. La educación, el matrimonio y el tra-
bajo estaban programados con meticulosidad y la economía tenía carácter
comunal. Gobernantes hereditarios, cotno Moctezuma II, ejercían un poder
político inmenso. Sin embargo, a pesar de la centralización de la autoridad,
los estados conquistados de las regiones vecinas no se incorporaban al impe-
rio. Se los trataba como vasallos sometidos a tributo y a algunos la
-como
cercana Tlaxcala- se les permitía mantener un estado perpetuo de guerra
con Tenochtitlán. Una de las razones para ello era que la religión azteca re'
quería el sacrificio humano y los prisioneros de guerra podían utilizarse para i
I
Ios rituales de sangre. I
Los incas adoptaron un modelo de organización muy diferente. Su impe- 1
:
rio abarcaba más de 5.000 km en los Andes, desde el norte de Ecuador, todo
{
Perú, hasta el sur de Chile, y también el interior. Después de consolidar su ì
dominio en el valle de Cuzco, en Perú, comenzaron a extender su imperio a i
comienzos de 1400 y continuaron en esta empresa hasta la conquista españo- j
Ia en 1532. Una vez vencidos, los grupos se convertían en partes integrantes I'
del imperio. Para fortalecer el apoyo al emperador, o inca, los nobles de las t
!
El contexto europeo
El <descubrimiento> europeo de América (es presumible que los indios sa-
bían dónde estaban) formó parte de la considerable expansión europea du-
rante el siglo xv. Europa iba percibiendo el resto del mundo a medida que
sus navegantes y exploradores ampliaban las fronteras del globo conocido
hasta entonces. A comienzos del siglo xvlr ya había desplegado redes de co-
municaciones alrededor de toda la .tierra y había establecido el predominio
económico que moldearía el mundo moderno.
Este estallido de la expansión europea lo hizo posible una combinación
de factores, entre lo-s qg_e_se-hallaba !a dgsllgzq !-éçqica, El pilotaje y la nave-
gación constituyeron ejemplos notables, al igual que la habilidad de adaptar
los barcos costeros a los retos que suponía el océano abierto. Y otro ejemplo
fuç el armamento, que iba a hacer fuertes a los europeos enfrentados con los
pueblos nativos americanos, en alguna ocasión bien armados, como en el caso
de México.
Un segundo factor fue la bqsg.ç,c_ogóniça, qqq -b,nndó,capifal para laem-
pr-e¡*q
-m,g¡ítima y militar. La tecnología sólo no resultaba suficiente. Los vi-
kingos habían demostrado habilidad técnica para alcanzar América, pero ca-
recieron de los recursos necesarios para establecer asentamientos y comenzar
la colonización, que requería hombres y dinero. En pocas palabras, el Nuevo
Mundo no iba a pertenecer a especuladores de escasos recursos u objetivos
limitados.
Como tercer factor, tuvo que haber un poder europeo interesado en algo
más que la experiencia técnica y el beneficio. Tþnía que estar dispuesto a per-
seguir lo desconocido con una determinación excepcional. España y portugal
se ajustaban a esta descripción. Estas monarquías católicas, con su ideal de
. crq44d4 p4r4 c_qgyg¡1¡ir a las masas gentiles a la verdadera religión, poseían
Lgry_qfgliyqqiór1 ú¡1fc-d España, en parricular, había llegado tarde a la conso-
lidación de su territorio contra el infiel ocupante musulmán. portugal, aun-
que se había deshecho antes del intruso musulmán, también se hallaba com-
prometido con la expansión militante de la fe cristiana. Su arrojo estableció
un precedente para que los intrusos europeos se dirigieran a América Latina
durante los cuatro siglos siguientes. A pesar de toda la resistencia que ésta
ofreció, iba a seguir siendo una extensión, a veces una contradicción, de la
Europa que había navegado hacia el oeste en el siglo xv.
en 1492 había una nobleza establecida y otra en ciernes ansiosas de más cor¡'
quistas, y una corona dispuesta a dirigirlas a ultramar.
Así pues, los españoles llegaron al Nuevo Mundo en una conquista espi-
ritual que ya estaba bien desarrollada en su tierra. España había representa-
do una oportunidad moderada para prosperar en la escala social y existen
pruebas considerables que sugieren que los conquistadores del Nuevo Mun-
do Cortés, Francisco Ptzarro y sus seguidores- llegaron a Améri-
ca -Hernán
para conseguir un puesto en la sociedad, así como riqueza. Sin duda, la
motivacióp española era compleja. Fernando e Isabel y los monarcas sucesi-
vos pensaron que la riqueza del Nuevo Mundo podría fortalecer su autoridad
en Europa. Muchos celosos misioneros esperaban salvar las almas de los in-
dios infieles. Los conquistadores tenían en mente muchos objetivos: como
dijo uno de ellos, <aquí venimos a servir a Dios y al Rey, y también a hacer-
nos ricos>. Pero su motivo central parece haber sido lograr nobleza y opu-
lencia. (Alrededor de un tercio de los conquistadores de Perú provenían de
la baja nobleza; dos tercios tenían orígenes plebeyos. Todos debían conseguir
una posición.) Con este impulso, partieron hacia un destino desconocido. En
muy pocos años, habían llegado a la cima de los poderosos imperios de los
aztecas e incas.
¿Cómo lo consiguieron? ¿Cómo unos cuantos cientos de españoles ven-
cieron a unos imperios de millones de indios? Cuando Cortés partió de Cuba
hacia México en 1519, sólo tenía 550 hombres y 16 caballos. En dos años y
medio, con su vapuleado contingente español (asistido por refuerzos que su-
maron varios cientos) había reducido a escombros Tenochtitlán, la espléndi-
da capital azteca, y había aceptado la rendición de Moctezuma, su desalenta-
do y perplejo rey-dios. Esta derrota se explicaría por la superioridad del
equipo y las tácticas españoles: pólvora (utilizada en los mosquetes y caño-
nes), caballos, organización y la confianza de resistir constantemente el ata-
que. Otro factor fue la inicial propensión de los aztecas a identificar a Cortés I
y sus hombres con el dios Quetialcóatl, cuyo retorno al valle predecía un I
rhito. También fue importante el papel de los pueblos no aztecas, como los
tlaxialtecas, que se resistían a los aztecas y les tenían resentimiento y que
proporcionaron a los españoles tropas y consejos sobre las tácticas militares
más convenientes. Por último, y quizás lo más importante, un brote de virue-
la, hasta entonces desconocida en América, diezmó a la población india, que
carecíade inmunidad natural. 8n1521., dos años después del inicio de la cam-
paña de Cortés y a menos de treinta años del primer viaje de Colón, el im-
perio azteca había caído bajo el dominio español. Cortés no perdió tiempo
en afirmar su autoridad: se hizo con garantías de lealtad de los caciques ve-
cinos y dirigió un vigoroso esfuerzo de reconstrucción.
Algunos de los factores que favorecieron a los españoles en México ope-
raron también en Perú, pero la tarea de Pizarro se simplificó por la guerra ci-
vil que entonces arruinaba el imperio inca: el inca Atahualpa, preocupado
por el conflicto local, no llegó a ocuparse de Pizarro con la seriedad requeri-
da. La pequeña banda española había consumado la conquista en 1533' Se
ffi América española: virreinatos Los virreinatos de la Plata y Nueva
Granada pertenec¡eron originalmente
I América portuguesa (virreinato
al virreinato de Perú.
de Brasil): capitanías generales c.1780
operó bastante bien en el Nuevo Mundo y mantuvo a las colonias bajo el do-
minio real durante cerca de 300 años.
Apuntalando esta estructura política se hallaba un conjunto de valores y
premisas que legitimaban el dominio monárquico y elitista. Tenían su origen
en la aserción fundamental católica y romana, articulada con la mayor clãri-
dad por Tomás de Aquino, de que había tres clases de derecho: el áivino, es
decir, la propia voluntad divina; el natural, un reflejo perfecto o encarnación .
del derecho divino en el mundo de la naturalezai y'er humano, cl intentö
completamente imperfecto de los hombrcs de aproiimãiieã la voiriniail ¿i- i
Los indios contemplaron la destrucción de los símbolos de su antigua religión considerable durante su vid
y se apegaron a cuantas prácticas sincréticas pudieron idear. Las enfermeda- El matrimonio y las cos
des causaron más bajas entre los hombres que entre las mujeres, lo cual, al minio masculino sobre las n
desequilibrar los sexos, condujo a una ruptura mayor de los patrones de ma- chismo) apareció pronto en
trimonio y de la estructura familiar. estratos sociales y étnicos,
Para paliar el descenso de la población indígena, particularmente en las Pero, contra la imagen ester
regiones de tierras,bajas tropicales, los españoles comenzaron a importar es- bezada por un patriarca ma
clavos negros de Africa, práctica que ya era conocida en España, Portugal mucho más habitual que las
y sus islas atlánticas. Entre 1518 y 1870, la América española importó más de una edad razonablemenl
de un millón y medio de esclavos de un 16 por t00 del total del co- No obstante, no todas l;
-más
mercio esclavista atlántico-, la mayor parte a través de Cuba y el extremo manecían en ese estado de
persos, pero ya en L811, seg
septentrional de Suramérica. destinados al trabajo en las zonas de tierras ba-
jas costeras. Brasil, con sus dilatadas plantaciones de anicar, llevó alrededor de las mujeres adultas de la
de 3,7 millones. viudas y aproximadamente
Como veremos más adelante, América Latina produjo sociedades con un cabeza una mujer, en part(
gran componente multirracial, en contraste con la sociedad birracial alta- j I hombres. Sea por la razón
mente polarizada que se desarrolló en Norteamérica.
I
I' gran parte de sus vidas con
I
{I
Los cimientos coloniales 3l
tegorías sociales que se solapaban produjeron en la América española colo-
nial un complejo sistema de estratificación en el que la posición social cons-
tituía la recompensa principal. El conflicto entre peninsulares y criollos aca-
baría dando forma a las luchas que llevaron a la independencia del dominio
europeo.
La interacción entre los grupos raciales no llegaba a ser tirante, sino que
era tenue. Aunque se hallaba extendido el concubinato interracial, es proba-
ble que el matrimonio de este tipo fuera raro y, de producirse, seguiría gra-
daciones: los blancos podrían casarse con mestizos y éstos con indios, pero
raravez los blancos se casarían con indios. A medida que se extendió la con-
sagración civil y religiosa a las uniones interraciales, en especial a aquellas en
las que tomaban parte los blancos, se fueron borrando las fronteras sociales,
legitimando las aspiraciones de movilidad y fomentando la incertidumbre
acerca del sistema de estratificación. Indudablemente, existía movilidad, tan-
to social como geográfica, y los individuos podían experimentar un cambio
considerable durante su vida.
El matrimonio y las costumbres familiares solían dar por sentado el do-
minio masculino sobre las mujeres. El culto a la superioridad masculina (ma-
chismo) apareció pronto en América Latina, dentro de una amplia escala de
estratos sociales y étnicos, y muchas mujeres llevaron una vida restringida.
Pero, contra la imagen estereotipada, la familia tipo no siempre estaba enca-
bezada por un patriarca masculino qtie presidía una gran prole de hijos. Era
mucho más habitual que las familias estuvieran formadas por parejas casadas
de una edad razonablemente próxima y de dos a cuatro hijos.
No obstante, no todas las mujeres se casaban y las que lo hacían no per-
manecían en ese estado de por vida. Los datos acerca del siglo xvr son dis-
persos, pero ya en 1811, según los resultados de los censos, sólo el 44 por 100
de las mujeres adultas de la ciudad de México estaban casadas. Muchas eran
viudas y aproximadamente un tercio de los hogares de esa ciudad tenían a la
cabeza una mujer, en parte debido a la inferior expectativa de vida de los
hombres. sea por la razón que fuere, muchas mujeres mexicanas pasaban
gran parte de sus vidas como solteras.
I
Los citnientos czlonieles ,t.1
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dios no habían edificado ciudades grandiosas ni contaban con explicaciones La fuente obvia era Á
míticas para esta repentina intromisión extranjera. gueses ya tenían medio si
Además, no había indicios de plata u oro y, en consecuencia, no se con- clavos africanos, tanto en
t¿rba con un fácil camino a una opulencia fabulosa. La primera actividad eco- (España) y Madeiras (Por
nómica importante fue la exportación de palo del brasil (de aquí el actual ses no consideraron que ì
nombre del país), apreciado en Europa por sus cualidades como tinte. Y, con rantizar su importación. I
el tiempo, contrastanclo agudamente con la mayoría de las colonias hispano- 1
había convertido en la m¿
americanas, en la economía brasileña colonial predominó la agricultura, enf en general mediante man
especial el cultivo de la caña de azúcar. estimaban en 2,5 millones
La escasez (comparado con España) de recursos humanos y minerales for- brasileño la región quizás
zó ala corona portuguesa a valerse de medios inusuales en un intento por per- Otras potencias europ
suadir o atraer a sus súbditos para ocupar las posesiones del Nuevo Mundo. En gleses y holandeses llevar
la década de 1530, los reyes comenzaron a hacer concesiones masivas de poder Caribe el productor de ca
efectivo sobre la tierra (casi en su totalidad por explorar), usualmente a mili- vadieron Brasil en 1624 y
tares con experiencia anterior en India o Africa o a favoritos personales selec- alianza entre los plantad<
tos, y en cualquier caso a hombres de osangre noble>. Las donaciones de tierra mestizos y mulatos los a
fueron enormes, ya que alcanzaron unos 234 km a lo largo de la línea costera nunca iban a volver a ace:
y llegaron hasta la Línea de Demarcación imaginaria (900 km o más en direc- Nuevo Mundo que habíal
ción oeste) que separaba la América española de la portuguesa. En las regiones centri
Hasta 1549 la corona no comenzó a establecer una burocracia imperial en la cría de ganado y, lo
efectiva, pero su objetivo fue proteger lazona de las intrusiones francesas e esclavos contra los indios
inglesas y no, como en el caso de la América española, reconquistar las po- te). Como se lamentaba
sesiones de los conquistadores. Por el contrario, fue la falta de presencia por- esas expediciones (era ca
tuguesa lo que forzó la actuación de Lisboa. siempre ha sido la mina t
Debido en parte a que en este primer siglo Brasil recibió menor priori- cuya posición legendaria
clad que otros dominios portugueses ultramarinos (que eran más rentables), los buscadores de oro cal:
el control monárquico se inició de forma mucho más relajada que en la Amé- cursiones extendieron el
rica española. Incluso cuando la corona portuguesa se endureció a partir de 't
más llevaron al descubrir
1549, las instituciones reales se limitaron en general a la costa atlántica, don- vado a los portugueses
de se podían cobrar con facilidad los impuestos sobre las exportaciones. En encontró oro en Minas G
el ámbito local, el poder residía en los terratenientes y los consejos de las mantes en 1729. La mine
ciudades. Hasta la Iglesia era débil en el Brasil del siglo xvl, comparada con J anual de 3,6 millones de
México y Perú. contribuyó a que declinar
A finales del siglo xvt y comienzos del xvtl, los terratenientes desarro- produjo un breve auge e
llaron una lucrativa industria anJcareÍa en el noreste brasileño. Los portu- esperar hasta el <boom>
gueses ya antes habían hecho incursiones tecnológicas en la elaboración del su prosperidad.
azucar en sus islas atlánticas, tales como las Madeiras, y acabaron por confiar La economía colonia
a los holandeses la venta al por menor del producto en Europa. Sin embar- <la plantación del rey>. I
go, cultivar azucar en América requería una mano de obra abundante. Los que la corona portugues¿
terratenientes portugueses se dirigieron primero a los indios brasileños, pero, portante fue la honda Pr
como en México y Perú, pronto cayeron víctimas de las devastadoras enfer- bían llevado a Brasil már
medades europeas. Los supervivientes huyeron a menudo hacia el interior. tercio del tráfico esclavi:
Aunque los portugueses siguieron explotando a los indios hasta bien entrado tante componente de la I
el siglo xvItt, tuvieron que buscar en otro lugar un abastecimiento de mano mayoría de las zonas de
de obra satisfactorio. Como muestra el cui
I Lr¡s cin.ienkts colr¡niales 35
La fuente obvia era África. A comienzos cte r.500. los españores y portu-
gueses ya tenían medio siglo de experiencia en cuanto al tiaba¡o
dé ios es-
clavos africanos, tanto en sus países como en las islas atl¿ínticas:
las canarias
(España) y Ma<Jeiras (portugar). pero hasta ra clécacra cie 1.5g0, ros
porrugue-
ses no consideraron que hubiera un benefiçio potcncial suticicnte para
ga-
rantizar su imporración. A pesar dc cllo, cn ló50 el norcstc de Brasil ya"se
había convertido en la rnayrlr fuente mun<iiai cre caña de azucar, procrucida
en general mediante mano de obra esclava. sus cxportaciones de azúcar
se
estimaban en 2,5 millones de libras estcrlinas, lo que hacía al noreste
costero
brasileño la región quizás más rica de toclas las Américas.
otras potencias europeas quisieron participar del auge azucarero. Los in-
gleses y holandeses llevaron una nueuf tecnoìogía, que"acabó
hacie¡clo clcl
caribe el productor de caña más importante clel run,lo. Los hola'cleses in-
vadieron Brasil en 1624 y controlaron el noreste rico en anicar hurtn qu.
u.ro
alianz'a entre los plantaâores portugueses, los comerciantes y
las tropas cre
mestizos y mulatos los arrojaron ai océano en 165.4- per<l lâs portugueses
nunca iban a volver a acercarse al monopolio de la producción azucarera
del
Nuevo Mundo que habían disfrutado anies.
En las regiones centrar y sur de Brasil, la ecclnomía empezó centrándose
en la cría de ganado y, ro que fue más importante. en las incursiones
de ros
esclavos contra los indios (a quienes se embarcaba a menudo hacia
el nores-
te). como se lamentaba un misionero jesuita, <el verdadero propósito> de
esas expediciones <era capturar indios: arrancar de sus u"nu,
oro rojo que
siempre ha sido la mina de esa provincia>. Efectuaclas por los "ì bancreirantes,
cuya posición legendaria en Ia historia nacional ,..u".àu una mezcla
entre
los buscadores de oro californianos y los vaqueros norteamericanos,
estas in-
cursiones extendieron el control portugués sobre el interior brasileño.
Ade-
más llevaron al descubrimiento de la riqueza en minerales que
había esqui-
vado a los portugueses durante tanto ìi"-po. En la década de 1690,
se
encontró oro en Minas Gerais y la gente anuyó alazona. Se localizaron
dia-
mantes en 1729. La minería arcanzó su cunrbre en 1750, con una producción
anual de 3,6 millones cle libras esterlinas, aunque el baJo nivel tecnológico
contribuyó a que declinara a finales c'le la décadá de 1700. Esta etapa
también
prodüjo.un breve auge en la exportación de argoclón, pero Brasii
habría de
esperar hasta el nboorn> der café en el sigro xrx para ròcobrar gran
parte de
su prosperidad.
La economía coloniar de llrasil se había creado para la exportación.
Era
"la plantación del rey>. La estructura social resultante reflejaúa la inversión
que la corona portuguesa había efectuado. La consecuencia humana
más im_
portante fue la honda presencia cle los esclavos africanos. ya
en 1gl0 se ha_
bían llevado a Brasil más de dos millones y medio de af¡icanos,
cerca de un
tercio del tráfico esclavista atlántico cle esã era. Los negros
un impor_
tante componente de la sociedad americana portuguesa, on contraste "rán con la
mayoría de las zonas de la América española.
como muestra el cuaclro 1.r.los nógrnt sumaban casi ra mitacr de ra po-
.16 Lli,str¡ria cttnfernportirtcu dc Atttéric(t l -(ttt¡1u
Cr;ar>n0 1.1, Composicirln racial clc la ¡rriurcra ¡roblacìtin clc Amér'ica Latina gundo lugar, la principal r
cultura, no la minería; po
América r:.sPuñolu Atttërtca porÍugttesl desarrollado un sistema r
colonia (,,1a vaca lechera
1570 ("/u) 1825 ("/u) 1570 ("1') 182-5 ("1')
España, Portugal no desç
puestos y controlar el me
lllancos (clcfinidos lcgalmcnte completo en gravar las er
o por convencitin social) 1,3
ta 1 )J 23,4
ció menos potencial que
Gru¡ro rnestizo alianza de intereses colot
(mestizos o nrulalos) )5 2u.3 3,5 r7.8
(inclui<Jos cott I 1,9 (incluidos con 49,¡ì la madre patria.
Negros
el grupo) cl glupo)
gundo lugar, la principal contribución de Brasil hasta el siglo xvln fue la agri-
cultura, no la minería; por último, y quizás lo más importante, Portugal había
desarrollado un sistema más simple para asegurarse ingresos de su apreciada
.,colonia (<la vaca lechera>, como se la conocía en Lisboa). A diferencia de
España, Portugal no desplegó una vasta red de burocracia para recaudar im-
puestos y controlar el mercado interno. Por el contrario, se concentró casi por
completo en gravar las exportaciones brasileñas. Como resultado, Brasil ofre-
ció menos potencial que la América española para alimentar una poderosa
alianza de intereses coloniales que se rebelara contra la autoridad política de
la madre patria.
pre hallaban compradores ávidos los cargos del cabildo. Sin embargo, con [a clos años de lucha brutal e
llegada de los intendentcs, un sistema tributario más cficiente les proporcio- Perú y Bolivia. En 1781, I
testaron de forma violentr
!ó un aumento de ingresos y la reafirmación de su f'únción. l)e este modo,, tendió por gran parte dt
los cabildos se convirtieron en la base institucional de la autoridacl criolla.
Carlos lll también trató de aumentar el poder real estrechando su auto- latinoamericanos suelen
ridacl sobre la Iglesia. El paso más trascendental fue la expulsión de la orden movimientos de indepenc
jesuita de toda la América española en 1761 , a la que consideraba un estado fue este el caso. En lo qu
dentro del estado, una fuente de poder y riqueza rival. Sus mejores propie- insurrección apuntan hac
dades se subastaron y lo recaudado, por supuesto, fue a la corona.
indígena, que nunca lrabr
Los militares eran otra fuente de poder. Para guardarse de amenazas y de 1781 en Nueva Granat
aplastar cualquier posible rebelión, el rcy decretó el establecimiento de mili- cia de la corona española
cias coloniales, una excelente fuente de prestigio para los criollos hambrien-
E,ntonces, ¿córno lle¡
tos de posición. Pero también alteró el equilibrio militar. Por ejemplo, en América Latina lo cleten
1800 sólo había 6.000 miembros del ejército regular español en el virrcinato haber tratado de ayudar r
de Nueva España, en comparación con los 23.000 miembros nacidos en Amé- seguirlo, España se alió c
rica de la rnilicia colonial; Fue el cimiento del ejército patriota que después
I to que llevó de forma di:
lucharía por la independencia. .
i balalla de lrafaþaru (180:
Los Borbones deseaban de forma especial promover el desarrollo eco- tador cle Francia, en 180
nómico colonial para fortalecer su posición en Europa. En 1778, Carlos III tiempo. Napoleón alcanz
promulgó un decreto de libre comercio, que significó que los 24 puertos de la inglesa se llevaba a Brasi
América española podrían comerciar desde entonces directamente con cual- vió a España. En 1t108 o
quier puerto español o entre sí (pero no con uu puerto que no perteneciera trono español. Este actrl
al reino español). El comercio ya no estaría restringido a los cuatte puertos En Ë,spaña hubo rel
coloniales (Veracruz, Cartagena, Lima/Callao y Panamir) o sujeto al mono- do VII se unieron a la ci
polio <ie Cádiz. I)e inrnediato, Buenos Aires comenzó a beneficiarse de la nar en nombre del rey F
medida. De hecho, el comercio de contrabando había florecido durante mu- dominado por los liberal
cho tiempo en esas rutas anteriormente prohibidas. Pero la corona aumentó ausencia del monarca. I
sus ingresos de aduanas, ya que ahora cobraba impuestos a los bienes que an- , a{irmó Ia autoridad del p
tes pasaban de contrabando. l' d"l r"y.
Por esta razón en parte; la economía colonial floreció bajo los Borbones.
El puerto de Buenos Aires, un pueblo pequeño y sin lustre en).716, se había
convertido en una ciudad de 50.000 habitantes cn ltì00. En la década de 1790,
México acuñaba tres veces más plata y oro que lo había hecho en la década
de 1740. El comercio prosperaba al terminar el siglo. Cuando Napoleón coloct
La política borbónica parecía ser un éxito. La administración se hizo más chazaron como impostor
eficiente, mejoraron las defensas, se intensificó el comercio y aumentaron los España ya no tenía gotri
ingresos del gobierno. Pero había malestar entre los criollos por muchos cle pueblo. ¿Podía esta lógici
estos cambios, que amenazaban (y a rnenudo lo conseguían) con reducir su No obstante, no hub
posición e influencia. Fue este reto a su posici<ln, rnás que l¿r influencia del que sorprendieron a la
pensamiento ilustraclo o cl cjcmplo de las colonias inglesas cle Nortearnérica, ejemplo de la Revoluci(
lo que acabó impulsando a los dominios hispanoarnericanos a optar por la in- beliones. Sin Ia interver
dependencia. quizás hubieran seguido
Sin clucla, había existido una resistencia colonial. En 17tÌ0,, T'úpac An'ra- caso de Cuba.
.ru II, sosteniendo que era el descendiente directo de los incas, encabezó una Uno de los ftlcos de
revuelta indígena con un ejército cercano a los 80.000 hombres. Se tardaron to del virreinato más re
Los cimientos coloniales 39
clos años de lucha brutal en softlcar las insurrecciones que barrieron el sur de
perú y Bolivia. En 1781, los ciudadanos de socorro, en Nueva Granada, pro-
testaron de forma violenta contra la subida de impuestos y el disturbio se ex-
tendió por gran parte del virreinato. Aunque los patrióticos historiadores
latinoamericãnos suelen describir estos sucesos como <precursores> de los
movimientos de independencia encabezados por los criollos del siglo XIX, no
fue este el caso. En lo que respecta a Túpac Amaru II, algunos rasgos de su
insurrección apuntan hãcia la independencia, pero en términos de liderazgo
indígena, qu" nun.a habrían obtenido un apoyo criollo sólido.-En la rebelión
ae tl$f en Nueua Granada, los que protestaron no buscaban la independen:.
cia de la corona española; protestaron dentro del sistema, no contra é1.
Entonces, ¿cómo llegó la independencia? una vez más, el destino de
América Latiná lo determinó la política dinástica en el Viejo Mundo. Tias
haber tratado de ayudar a los Borbones franceses a salvar su corona sin con-
seguirlo, España se alió con el régimen revolucionario francés en 1796, pac'
to"qu" llevé de forma directa a la aniquilación de Ia armada española en la
beúlta de Trafalgay(1805). Mientras tanto, Napoleón_Bonaparte, ahora dic-
taãor de Francia, en 1807 ocupó Portugal, aliado de Inglaterra desde hacía
tiempo. Napoleón alcanzó las colinas de Lisboa justo cuando la armada real
inglesa se llevaba a Brasil a la casa real de Braganza y a su corte' I uego vol-
viã a España. En 1808 ocupó Madrid, instalando a su hermano, José, en el
trono español. Este acto fue el que impulsó a los colonos a la revuelta.
En Èspaña hubo resistencia a José cuando los partidarios de Fernan-
clo VII se unieron a la causa. Se estableció una junta en Sevilla para gober-
nar en nombre del rey Fernando. En 1810 la siguió un parlamento, o cortes,
dominado por los liberales que se habían desplazado al vacío creado pgt.L?
ausencia dôl monarca. En 1812 proclamaron una nueva constitución, que
afirmó la autoridad del parlamento, abolió la Inquisición y restringió el papel
del rey.
La respuesta colonial
autoridad. En 1806, un escuadrón inglés ocupó la ciudad y puso en fuga al vi- que se hubiera esperado I
rrey hacia la ciudad interior de Córdoba. Un ejército de ciudadanos expulsó za. Junto con los negros y
a los ingleses y en 1807 los echó con cajas destempladas cuando a.tacaron por terior, las fuerzas español;
segundã vez. Así que fueron los criollos, no las autoridades virreinales, quie- Francisco de Miranda. El
n"i logtaron defeñder a Buenos Aires de la invasión, lo que demostró a la pero regresó en 1813 a Ve
vez la debilidad de la corona y la capacidad de la ciudadanía' militares, triunfos que le ,
Otro asunto pendiente en la región de Río de la Plata era el comercio li- Pero de nuevo se inn
bre. El decreto di'e 1778lo había abierto de forma parcial para Buenos Aires, Fernando VII volvió al tr,
que ahora podía embarcar bienes rumbo a España directamente, en lugar de se restauró como monarci
hacerlo a través de la larga y tortuosa ruta por vía terrestre hasta Panamá y de que, como el rey había
después por el Atlántico.'Þero era Inglaterra, y no España, Ia que ofrecía el ción,
mái prometedor mercado para las pieles y la carne en salazón. Así pues, flo- Entonces Bolívar vio
reció un comercio de contrabando y el deseo argentino de un comercio abier- rie de derrotas, no le que
to con otros países europeos se intensificó. ..' y luego a la isla inglesa d,
En 1809, después de que Napoleón hubiera desalojado a Fernando VII, virtiera en una sola nació
un joven abogado llamado Mariano Moreno pidió que se hiciera el experi- ba mucho más influido p
mento durante dos años de liberar totalmente el comercio. Sostenía que tal no republicano en Vent
paso fortalecería las lealtades a la corona española y proporcionaría un perfecta y demanda virtu
ãumento de beneficios, ya que podían gravarse impuestos sobre el comercio tros. Por la misma razón,
legal pero no sobre el tráfico de contrabando. Ese mismo año más tarde, el y en parte democracia, at
viirey concedió a Buenos Aires una libertad de comercio limitada con las na- cha fortuna y esplendor".
ciones aliadas de España o neutrales en las guerras napoleónicas. Una vez sistema de gobierno, sino
más, la elite de Buenos Aires paladeó el éxito político. En Nueva España, lc
Cuando las fuerzas napoleó4icas pusieron sitio a los centros de resistencia un golpe preventivo cont
borbónicos españoles en 1810, los ciudadanos influyentes se reunieron y deci- al virrey José de Iturrigar
dieron crear una <junta provisional de las Provincias del Río de la Plata, que de Sevilla. La Ciudad de
gobernaría en nombre de Fernando VII>. Aunque hasta 1816 el congreso no Las provincias de Nu
declararía formalmente la independencia, se había establecido la pauta. .. capital, fueron otra histor
En 1810 surgió en Caracas un movimiento similar, cuando el cabildo mu- cluido un cura llamado i\
nicipal depuso al capitán general español y organizó una junta para gobernar autoridad en nombre de l
en nombre de Fernando vII. Al igual que en Buenos Aires, el grupo insur- decidió actuar.-El 16 de s,
gente estaba formado fundamentalmente por criollos acaudalados. Sus diri- zó un apasionado llamar
gentes tenían puntos de vista más firmes. El más famoso, Simón Bolívar, que- notables locales quienes
ría la independencia de América desde el comienzo.
r
congregaron alrededor d
Nacido en el seno de una acaudalada familia criolla de caracas en 1783, desde hacía tiempo consi
Bolívar se quedó huérfano a los nueve años. Le enviaron a España a com- ra una ejército masivo. ir
pletar su educación y regresó a su ciudad después de tres años con una joven asombrada elite criolla.-
esposa española, que a los pocos meses murió de fiebre amarilla. Bolívar Los hombres de Hid
quedó deshecho y nunca se volvió a casar. (sin embargo, no se privó de com- donde mataron a 500 sol
pañía femenina.) Con su personalidad magnética, encantadora y persuasiva' la toma de la alhóndiga r
inspiraba lealtad y confianza entre sus seguidores. Conocedor de las ideas de hacia Ciudad de México.
la tlustración. juró en 1805 librar a su tierra natal del dominio español. En ju- En el mes de novien
lio de 1811, el congreso reunido para gobernar Venezuela respondió a sus ex- de México con unos 50.0t
pectativas declarando Ia independencia. tado debate y especulacì
Pero la regencia pro fernandina de Sevilla resultó ser más flexible de lo mado la capital. ¿,Por qu
Los cimientos coloniales 4l
que-se hubiera esperado y envió tropas para aplastar esta rebelión advenedi-
za. Junto con los negros y luego los llaneros dé los llanos venezolanos del in-
terior, las fuerzas españolas vencieron a las tropas coloniales a las órdenes de
Francisco de Miranda. El mismo Bolívar tuvo que escapar a Nueva Granada,
pero regresó en 1811 a venezuela y obtuvo una serie de asombrosas victorias
militares, triunfos que le valieron el título de <er Libertador>.
Pero de nuevo se inmiscuyeron los acontecimientos europeos. En 1g14,
Fernando vII volvió al trono español, anuló la constitución liúeral de rgl2 y
se restauró como monarca absoluto. Muchos criollos llegaron a la conclusión
de que, como el rey había vuelto, no había razón parc cóntinuar su moviliza-
ción.
Entonces Bolívar vio mermados sus hombres y municiones. Tias una se-
rie de derrotas, no le quedó más opción que huir otra vez a Nueva Granada
y.lu.ego a la isla inglesa de Jamaica. Esperaba que América española
se con-
virtiera en una sola nación. pero sabía que habia pocas probabilidades. Esta-
ba mucho más influido por los fracasos recientes para åstablecer un gobier-
no republicano en venezuela. La rdemocracia iepublicana <es ,nãs que
perfecta y demanda virtudes y talentos políticos múy superiores a los nuès-
tros. Por la misma razón, rechazo una monarquía que én pu.te aristocracia
y en parte democracia. aunque con tal gobierno Inglaterra "r haya logrado mu-
cha fortuna y esplendoo. Así que Bolívar concluíaioNo adopiemoi el mejor
sistema de gobierno, sino el que tenga más posibilidades de éxitor.
En Nueva España, los acontecimientos tomaron un curso diferente. En
un golpe preventivo contra los patriotas criollos, los peninsulares expulsaron
al virrey Joqé de Iturrìgaray en 1808 y de inmediato ieconocieron la regencia
de Sevilla.'La ciudad de México en firmes manos r"ur", rrurtíisii.
Las provincias de Nueva España, "riuuo
en particular las situadas al norte de ld
capital, fueron otra historia. ya en 1g10 un grupo de criollos prominentes, in-
cluido un cura llamado Miguel Hidalgo y Costìlla, planeabaå hacerse con la
autoridad en nombre de Fernando. cuando se descùbrió el complot, Hidalgo
decidió actuar.'El 16 de septiembre de 1g10, en el pueblecito de bolores, la-n-
zó un apasionado llamamiento a las armas, ! cúriosamente, no fueron los
notables locales quienes se le unieron, sino los sufridos mestizos e indios.
Se
congregaron alrededor del estandarte de la virgen de Guadalupe, a la que
desde hacía tiempo consideraban suya. Esta oplébe colorista> formaba
aho-
ra una ejército masivo, irritado e indisciplinadó, .una horda, a los ojos de la
asombrada elite criolla.-
Los hombres de Hidalgo tomaron por asalto la ciudad de Guanajuato,
donde mataron a 500 soldados y civiles españoles, incluido el intendenîe,
en
la toma de la alhóndiga municipal. Tias saquear libremente, se encaminaron
hacia ciudad de México. Hidalgo luchaba por mantener el control.
En el mes de noviembre de 1810, se encontraba a las afueras de ciudad
de México con unos 50.000 hombres en armas. En una decisión que
ha susci-
tado debate y especulación desde entonces, se retiró. sin cluda hubiera
to-
mado la capital. ¿;Por qué no lo hizo?
¿Tenía miedo de sus propios seguido-
42 Historia contemporánea de Atnérictt Lutitttt
da y Ecuador. Obtuvo es
res? En lugar de ello, se dirigió hacia el norte. Después de una derrota
cerca
caza de más realistas Y es
donde fue capturado y
de Guadaþara a comienrot'd. 181 1, fue a Coahuila, Mientras tanto, José '
a continuación fusilado en Chihuahua. militar en el sur. Hijo de
Entonces el caudillaje de la maltrecha insurgencia pasó a José María
Mo- la actual Argentina, come
relos, otro sacerdote. como Hidalgo, apoyaba la abolición del tributo indíge-
ció sus servicios a la junti
na y de la esclavitud e incluso propuso la,reforma agraria. La última
era un la independencia para las
explosivo entre la elite coionial. También insistía en que los ciudadanos no tenía la perspicacia Pc
tema
tenían derecho a elegir su propia forma de gobicrno. Por último, Morelos los, pero era un competet
imaginaba un nuevo gobierno, mediante el cual todos los habitantes, excepto Como jefe de las fuer
que
los [eninsulares, ya nó serían designados inclios, mulatos o mestizos, sino dispuesto para emprende
todos serían conocidos como americanos, De este modo' combinaba el na-
cabezar un ejército de 5.
cionalismo con un compromiso por la igualdad social y racial' sorpresa a las tropas real
En 1813, el Congreso de chilpancingo declaró la independencia de Mé- por completo, obtuvo un
por
xico (aunque es el 16 de septiembre, aniversario del nGrito de Doloreso entró triunfalmente en la
Hidaigo, cuando se celebra el día de 1a independencia). El congreso también ximo paso de su campañ:
ofi-
decreió la abolición de la esclavitud y declaró el catolicismo la religión En 1820 alcanzó la c
cial. La constitución adoptada el año siguiente afirmó el ideal de la sobera-
Ciudad de México. Comc
nía popular, creó un siståma de elecciones indirectas y diseñó un legislativo numerosos favores y priv
poderoso junto a un ejecutivo débil de tres persona Aires a virreinado en la
^ Mientias tanto, los españoles iban consiguiendo victorias militares' Uno miento monárquico segur
de los mandos españoles éra el joven Agustín de lturbide, que más tarde
de-
rables a Ia continuación <
sempeñaría un importante papel en la independencia mexicana' En 1U15'
vo de atacar, señalando: .
Morelos fue captuiado, ¡urgãaã (por la Inquisición, así como por las autori- conquistador del Perú: si
pero
dades secularei) y ejecutado. Otros continuaron luchando por la causa, ría Lima si sus habitante:
ahora los españoles llevaban la voz cantante' También aquí un can
Así terminó la primera fase de los movimientos de independencia hispa- cimientos. Cuando Ferna
noamericanos. Los novohispanos Hidalgo y Morelos habían muerto. Bolívar nó de improviso la const
por
lànguidecía en su exilio jamaicano. La Junta del Río de la Plata luchaba tidarios limeños. Les afl
En
-uit"n", la unidad y uún no había reclamado la independencip.
1815'
desafío a la dignidad de
ex-
con Fernando de nueïo en el trono, parecía que la corona española había a la autoridad monárquir
tinguido su rebelión colonial. Este cambio de acot
clima de opinión en Ciur
ya una causa radical o in
La consecución de la independencia medio de preservar los r
, reconociera este hecho, t
La ventaja militar española en Suramérica no iba a durar mucho' En 1816 ciudad a mediados de 1
Bolívar iegresó a Venezuela y comenzó a emular sus victorias anteriores, i pendencia de Perú.
pero ahora-tenía como aliado â José Antonío Páez, brillante dirigente de los Tias algunas escaran
ärrojados llaneros que antes habían peleado del lado de los realistas. Ahora hacia Ecuador para m¿ì
páez luchaba por là independencia ãe España. La causa de Bolívar se vio Nunca se ha establecido
además afianzàda por la ilegada de refuerzos de Inglaterr.a; Que en 1819 al- cara el tono cuando ofrt
canzaron más de +.000 persõnas. Con este fortalecimiento,'Bolívar estableció América, el general San
un firme control sobre Venezuela a comienzos de Ltl19' propuesta de San Martíl
Tias derrotar a las fuerzas españolas en Nueva Graiada, intentó crear en la unión de la Gran Col
1821 un nuevo estado de Gran Colombia, uniendo venezuela, Nueva Grana-
Lo,s cimientos coloniales 43
da y Ecuado,
g?.r1"" escaso ¿poyo, por lo que se dirigió
caza de más realistas y hacia el sur, a la
.rpunot"i(u". derrorar.
Mienrras tanto, Jósé å. s--Nì;ín
militar en el sur' Hijo de ¡¡ di'gã una extraordinaria
ãä¿iiiäpanol i nu.ião *'ù*fron,.ru campaña
la acruar Argentina, coil; norte de
ció sus servicios a ta¡untu
i;;;rãra. mititár r", En 1812 ofre_
ã" ã"*oiair"r, àr "rråú"r"r"
""""^ä¡îs.
ta independencia para ã..ià,0, en favor de
ras coronias. solaooo;";;;;;;.;iãii"n,o
la perspicacia política
J" sãiiuu, nr;i .ã,nprä,,,irä ,o.iur e ideares,
,i: i:i: de More_
, bo',o i.," oi,i,o,',lliå1Hi!ä îl¡lîî, ,," ;,*;;"
dispuesto para emprender
una ¿" iur''n¿, osadas rrazu¡as
se enconrraba
cabezar un ejércitó o.
s.ooo-roduJJr' ..urun¿o los
å" etapa: en_
sorpresa a ras rropas rearisras Andes r "ru
." cr'rã. H;ir.;i.;:öHHiäJ,rffï,å::
üååi;ilili;îi,îîî:.JäXî:iJ !ïi*o
*l*o pu*'àî'rî.u-punu,
ri
ta liberació"tlfr";r1.n.9ra
a e n ra bä t a rr a
se preparo puru {ðffiöî
"fiio'-
En 1920 arcanzó ra
ciudad de México. con'o .opiåi
rór'" ¡ã"åi uma e.a arin más monárquica
numerosos favores y priviregios
d" ;i
imporranre virreinaro, había
que
recibido
¿e ta cãrona.. Aunque ra
Aires a virreinado ru de Buenos
miento monárquico "n seguía"rå'b;.bó;ä;uui":¿ãnäãã
fuerte. criollo, y peninsulares
"1""ãtio" ääåî".ra,
su senri_
tendían a ser favo_
rables a Ia continuacioã
vo de aracar, señarando:
¿"t;å|1;;;ä F#""d; ,,îu,iüur,in
se absru_
conquisrador derperú:soro "ñ"-b;;;;'ü ll,ria.m'ita., ;;îi.t"no
desãriu.å'¿" de ra opresión.¿Qué er ríruro de ,,
ía Lima si sus h a bi ra bien me ha-
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rå1" à",i,,ío *r r,, h o s ti I e s? >
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.Tâmbién aquí u¡ .umúio .uoi.ur o"lrido en Fspaña
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n".,ÏË.i'"ï#ï:::"t"t*as
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más con las tropSl realistas,
san Marrín parrió
N un,,, ä, ío [.,ff :ï ï åT,,:ät j
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cara el rono cuando orreció
América' er generar sr n¿".i* "; ;ñiJ;" ii. parecer,",nuì"r-åïr gruna., a"
propuesta de san Murtr '"1¿.Jque Borívar rechazó la
puru monarquía
la unión "rtubr";;;",
cre ra Gran coro-uål;."ltró en perú, insistió en
iu oferta cre servir bajo su mando,
?r
En cualquier caso, luego San Martín licenció a todos sus oficiales y partió
para Europa, donde murió en 1850. EI camincr
*,' A finales de 1t323, Bolívar se trasladó a Perú, donde los españoles se-
guían manteniendo una fuerza importante. En 1824,los realistas fueron ven- I-a inclcpcnclencia Ilcgó et
cidos por las tropas coloniales en la decisiva batalla de Ayacucho. En 1825 española. ciebiclo en part
Bolívar entró en el Alto Perú (actual Bolivia) con la esperanza de que for- próspcro quc la climinuta
mara con Perú una sola nación, pero era demasiado tarde. I-os dirigentes del lonial español por siepar¿
Alto Perú habían detenninado crear su propia república, Io que hicieron de pcllítico. Cuancio los habr
inmediato, poniéndole el nombre por Bolívar, al que nombraron presidente cia, España se resistió c<
vitalicio. odiara a la corona. Por sr
Después de regresar a Lima, Bolívar insistió sobre la Gran Colombia, cia militar suficiente pari
con la ilusión de remendar la unión fallida. Por entonces se había vuelto autonomía política.
agrio y vengativo porque sus sueños no se habían hecho realidad. En 1830 [:l cclntexto de la incl
Venezuela y Ecuador abandonaron Gran Colombia. Bolívar padecía tuber- tante.'Cuando el ejércitt
culosis y miraba el pasado con desesperación. ol-a América es in- viembre <Je Lii07. toda la
-decía-
gobernable para nosotros. El que sirve una revolución ara en el mar>. El 17 mada rcal inglcsa.
de diciembre, a los cuarenta y siete años, el Libertador murió de tuberculo- Cuanckr llcgó a crlntic
sis. klnia quc carccía clc imp
En México, la derrota de Morelos en 1815 había parado el movimiento madre patria. El recién li
de independencia, hasta que Fernando VII declaró su sometimiento a la cretó de inmecliato el l'ir
constitución de 1812, lo que empujó a los criollos prósperos y prominentes puertos brasileños. Su lti
del lado de la independencia. Encabezó la causa el mismo Agustín de lturbi- Portugal, cl monalca por
de, que había dirigido a los realistas contra Morelos. Irónicamente, el movi- el comercio exterior de I
miento de independencia adquirió un tinte conservador. Los principales beneficia
El oportunista Iturbide persuadió al gobernador para que le otorgara el bían llevado a la familia
mando de las fuerzas realistas en el sur. Luego marchó contra un cabecilla re- G rall-DJ¡J.a¡i a b tuvt
rt
belde con el que de inmediato estableció una alianza en aras de la indepen- acuer*61 oficialcs quc clr
dencia. En 182I emitió un llamamiento con tres (garantíasr: la religión (la rnás bajo (incluso m¿is ba
,k'*A-.*
religión católica sería el credo oficial), la independencia (presumiblemente BiãSîl 2) csltpI,a¡nc' !ían
bajo una monarquía) y la unión (trato justo para criollos y peninsulares). fráTico de eçç!E.y, o1;" aft.ic¿r
Iturbide tomó Ciudad de México y estableció un imperio, con él mismo, por rschöä Ser juzgados pclr .
supuesto, como emperador. Duró sólo clos años. originaron pronto urì prc
En Centrclamérica, a la clase criolla terrateniente le preocupó tanto el h,l mtlnarca portugué
dorninio libcral en España como a sus iguales mexicanos.'En 1822 los lati- institucioncs, tales como L
fundistas centroarnericanos decidieron compartir la suerte clel imperio de botánico, todo ello en lìír
Iturbide y anunciaron su anexión al México realista. Cuando lturbide abdicó para accle rar la prol'csiorr
en 1823, los estados de la actual Centroarnérica, de Guatemala a Costa Rica I-,a cor<lna también q
(excluiclo Panamá), se convirtieron en las Provincias Unidas de América éxito y la inrnigraci(rn cu
Central independientes. década de 1880. l]utro ur
incluyó la revocación clc
' lerotales mcdiclas r-r0 p
económico lrrasileño: falt
un mcrcado intcrrlo siqni
A iinales de 1808 las
convocó una asarnblea (t
Los cimientos coloniales 45
bierno central crcado en Río de Janeiro desde 1808. Aunque los liberales y propiedades. Uruguay
portugueses lo fueran mucho en Portugal, aborrecían el movimiento hacia la gauchos contra las tropa:
autonomía de su "reino conjunto> americano. pérdiclas. Durante la seg
Los terratenientes y profesionales urbanos que constituían la elite brasi- nes cambió a otras regio
lcña se habían cstado preparando para enfrentarse a los nuevos colonizado- sido menos intensa que i
res pol'tugueses. Su apasionada retórica anegaba la bisoña prensa de Río. ca era leve. La fuerza de
Querían que el príncipe regente Dom Pedro se negara a regresar a Lisboa. por todo el continente.
L,n junio de 1822, Dom Pedro ya había clecidido convocar una Asamblea Las economías de lar
Constituyente en Brasil. Entonces las cortes de Lisboa pidieron su regreso la agricultura y la miner
inmediato y tomaron medidas para contrarrestar la creciente autonomía bra- excepción del occidente
sileña. Pero las presiones de.los plantadores sobre Dom Pedro surtieron efec- la mayor parte de Africi
to: el 9 de enero de 1822, desafió las órdenes de las cortes.o¡Me quedaré!". siglos y medio pasados s
gritó, dando nacimiento a la única monarquía duradera e independiente de de nrercado mundial do
la historia moderna de América Latina. producción agrícola y m
Para conseguir su independencia, los brasileños tuvieron que luchar, pero economía del Atlántico
no en Ia misrna escala que los hispanoamericanos. Los combates más salvajes tructura económica bási
se cntablaron en Bahía, en la costa noreste, y en Grão Pará, en el valle amaz,ó- modificando con lentitur
nico oriental. En Bahía, una junta proclamó lealtad a Portugal y rechazó a los Los intercambios ha
rcbelcles independentistas. En 1823 los rebeldes triunfaron, ayudados por el al- comercio con España se
mirante Cochrane, uno de los militares ingleses contratados para proporcionar Ionias también se habí¡
a los gobiernos rebeldes ayuda experta en el combate. Otro mercenario, el al- ejemplo, se resentía de I
mirante Grenfell, comandó la victoria sobre una junta leal similar en Grão bajo control español, yz
Pará. Luego sus fuerzas barrieron una facción rebelde que demandaba un cam- guerrillas en Nueva E,s¡
bio social rnás radical. En Brasil. como en México, la elite estaba alerta para porte. Los sistemas de cr
reprimir cualquier desafío importante al orden socioeconómico establecido. sí, nunca muy favorecidr
I-a dcbiliclad militar de Portugal explica en parte por qué la lucha de Bra- total.
sil por su independencia resultó bastante menos sangrienta que la hispano- También estaba el fi
americana. La misma importancia tiene el hecho de que los rebeldes brasile- tro de las zonas principa
ños no se dividieran ante el republicanismo ya que, con algunas excepciones, taba arruinado por bata
la elite prefería una monarquía a una república y, gracias al exilio de la cor- ción nacional efectiva h:
te, pudieron optar por una monarquía independiente. De este modo, Brasil una serie de revueltas l
cntró en la independenci¿r con un legado único. No resulta menos importan- hasta la década de 1840
te quc los brasileños no asociaran la indepenclencia con la hazaña militar: no entre la provincia de Bu
surgió un Simón Bolívar o un San Martín brasileño que dominara la imagi- suelta sólo por la dictadt
nación patriótica. tes se trataba de afirma
l-os citnienk¡s cok¡niules 47
que significaba fragmentación. En la América española, supuso que se ente- planteó un serio dilema.p<-rc
rrara el sueño de Bolívar bajo el avance del nacionalismo. Una tras otra, las do hasta nuestros días.<Las
nuevas repúblicas reclamaron independencia económica. Pronto encontra- intentar hacer su industria v
rían en el mercado mundial una seria prueba. la falta de un mercado suficr
En muchas partes de la América española, los nuevos gobiernos tuvieron ron el sistema de valores y I
que tratar con deudas públicas antes de que pudieran intentar reconstruir sus petuar una sociedad basada
economías. Para sostener Ìa lucha y equipar los ejércitos, muchas veces los re- Así pues, el periodo de
glmenes insurgentes tuvieron que hacerse con fondos o pedirlos prestado-s. mía, por una lenta adaptac
La recaudación de impuestos, por decirlo suavemente, era difícil. Como re- má-rgen-e.-s.<IÇ. la economía dr
sultado, las tesoreJÍas-nacionalcr.eqlaban vacías y las autoridades guberna- i pidez en el siglo xlx. Los di
mentalesîa-Man de bus-ca¡"fon¿*.çp p_ttQ.-!itio. Una importante fuente fue ca de esta etapa son escasos.
G't"¿tfBi&áñä, ãöliié"t,cJ uanqueros apoyàron los regímenes con préstamog, repúblicas latinoamericanas
en particular a Argentina, Chile, Perú y México. Así, los nuevos gobiernos llegódel exterior.
elevaron de inmediato sus deudas con prestamisías extranjeros. La adminis- Lac¡eación Y-.r-na! tç-n im
tración de la deuda externa sigue siendo, hasta nuestros días, un importante rep úb licas t q_r.r-r,þ*ipq. gf e ctó c
problema para los gobiernos latinoamericanos. un Canãi þara hacer carrera
Otro ámbito en el que se in_yi{!ó capital extranjero fue el tráfico de çq- càbat lucha y aumentaba I
clavos africanos, que continuó en gran-escala hâcia Brqsj! (hasta 1850) y hubieron de reclutar soldad
Cubã (hasta 1865). Ambos tenían una agricultura orientada a la exportación de piel o posición social. A¡
que hacía rentable esta mano de obra en una época en que se estaba abo- do, se convirtió en un valiosr
liendo en el hemisferio occidental. María Morelos era mestizo
Durante los años 1830 a 1850 se contempló un aumento de las exporta- convirtió en ur-r medio por e
ciones latinoamericanas hacia la economía del Atlántiðo Norte. Los produc- obténei el reconocimiento r
tos clave primarios eran el trigo y los nitratos de Chile, el tabaco * Jjlom' mantuvo iestricciones legale
bia, los cueros, la carne en salazón y la lana de Argentiqa, el guanõ de Perú, cho que ayudó a borrar las
el azúcar de Cuba, el café de Brasil y el cacao de Venezuela. Eqtqs mismos Pero si la guerra abrió r
países eran gr4ndçsjqlfgf1ldgle-s de textiles y coq¡¡r¡4idores de bienes, con otros, la movilidad resultó li
loque'amenudo@te$-dnqq'Igcional9.s.'Eranlospro- tierra, seguían en manos de
ductores industriales de Europa Occidental (en especial de Cran Bretaña) modesto en los años poster
compitiendo con los productores a pequeña escala latinoamericanos que ha- tes retuvieron su control sol
bían sobrevivido de la etapa colonial. El resultado era inevitable. tado, sólo había un medio c
Todo esto formaba parte del libre comercio, el dogma que había llegado desto: a través del ejército ¡
a América Latina con la filosotía de la Ilustración y el compromiso postin- '¡-Þsta dinámica social ayt
dependentista con los principios del liberalismo. La aplicación de este clogma ca hispanoamericana entre
fue la decisión de política económica más significativa que se tomó en el si- terminaron las guerras con
glo xtx latinoamericano. Junto con el rápido flujo de importaciones extranje-
,
Yiiti,tfätu""' ;p,T*'i'n'
l-o'-'¡";;;' abunclan. i"
México, José
ui"",ia mliqar ss
:*jrdï'1.ä,,1,:l,lÏ{ü1.,,"..ïi,lìü1"#T:',:;Ë:i,.î1,ru::ï*ru
mantuvo resrriccionès regaréi po.o
cho que ayudó a borrar las u ,r;;;;;;r'ã"
rotå"ìrizos ,ungr", h"_
antiguas y rígidas líneas sociales.
Pe¡o si ra guerra afri_ó..unair".ú.'rã.¡"r
otros, la movilidad resultó limitadal-.!ãs".l"urro,puru r* u.ãi.iosos mestizos y
tierra, seguían en manos de económicos, en particular la
ras fam'iìs Joüas tracricionales.
modesto en ros años posteriores El comercio era
u lo iu"tru y muchas familias de
tes retuvieron su contror comercian_
soure ¿ste. La in¿ust.ia apenas
tado, sóto había un medio ¿" existía. como resul_
rarii-u¿iiuiì".puru rå* tã.'¡rärî"
desto: a rravés del ejército o.ig"n -o_
V A" a Ia política.
ì Esra crinámica såciar "fllï"#
ä-j,r.är *Åï;r,ãî" r, rurburencia
ca hispanoamericana enrre "vya. 1
la ¿e.a¿ïie r,g20 y 1gãgjlgilLq-gyu,
poríri_
lerminaron las guerras con gra'cres repúblicas
formaciones miritarðr, â menudo
' cladas por rnestizos e{e." no tenían carrera alternativa. coman-
para salii adelante
permancccr cn cl ejército ã pãrrï^ig"uierno. de_
'ían
tcnienres crio'os' en. müchas p;itil;i årntinente., En ese tiempo, los terra_
poder no compirieron por
político. Se reriraron . rirïã.irJi, qu" pocrían funcionar como uni_
er
nudo soldados (o ex soldados) que tomaban el poder por la fucrza. [Jna vez
en él cargo presidencial, solían percatarse de que las precarias tesorerías
El impulso
ofrecían una pequeña recompensâ a sus seguidores. Entonces las bandas se (1r
dispersaban y llegaban nuevos caudillos con nuevas bandas de seguidores.
D-esde 1850 América Latina
LOS gobiernos no tenían tlnas finanzas fuertes y, como consecuencia, eran
dentista a comenzar a pone
muy vuläefables à ser derrocados.;Desde la década de 1820 hasta mediados
nomía mundial, lo que, en tr
de siglo, la autoridad política en lfAmérica española fue dóbil; el Estado,
crear. la infraestructura pr,
como institución central, no ejercía mucho poder autón9TgJ
I como el guano de Perú, el ,
Durante este periodo, surgió Otra corriente, un movimiento para consoli-
car del Caribe. Cuando la e
dar y centralizar el poder, habitualmente con intentos dictatoriales más que
nistradores, la priñõípai tare
con el consenso popular. Así, las primeras dos décadas que siguieron a la in- .
Làs repúbliéas independ
dependencia contemplaron la aparición de <hombres fuertes> reales o en po-
mentos de su economía: la ti,
tencia, como Diego Portales en Chile y Juan Manuel Rosas en Argentina,
de ooner la tierra en manos d
que impusieron su voluntad sobre sus países y, de este modo, fortalecieron el
papel del Estado¡La lucha entre el poder local y los centralizadores, ya fue- ¿ì;f mililåäËi".irv*rnt¿*t.,
sen militares o civiles, se convirtió en tema fundamental en la vida política de
tatales (anteriormente de la
las nuevas naciones. fuffiî1ös'indíos, þero talc:
' blancos o mestizos que no ht
Aunque las guerås de independencia abrieron unos angostos canales para
los mestizos y los grupos de estratos medios hispanoamericanos, hicieron muy Pafaconta¡ con mano (
poco por las masas indias. En general, los indios habían mantenido una posi- ses confiaron en la emigrat
propuêstáb'þara atraêi irìm
ción ambigua ante la contienda: aunque se pusieron de parte de Hidalgo o per'
manecieron neutrales en México, apoyaron a los realistas en el sur de Chile, y rían al desarrollo nacional t
en Perú y Colombia lucharon en ambos bandos. Por lo tanto, los dirigentes de tqdç-paÍsçLçQ¡r1o Argentir
Tiglgc-tSs-.cre d,e-licado" tan
I
las nuevas repúblicas no se sentían en deuda con ellos. Más importante aún,
ahora los indios perdieron la protección especial de casta que habían disfruta- con-tllgçnte.s. Hasta 1 880. Ia
do bajo la legislación colonial española. A pesar de sus desventajas, esa posi- tor importantè para el aum
ción había constituido un refugio muy utilizado. También perdieron sus tierras dè"Ià elite para recabar inrr
comunales (que habían sido inalienables) y se los forzó de forma teórica a en- ción económica y social de
trar en el mercado competitivo tan alabado por los liberales decimonónicos. De ciéndose evidente, esto.refl
hecho, se los aisló aún más y se volvieron más pobres. viabilidad de sus países.
M_e.diado el siglo xtx, t¿
La independencia dejó un legado algo diferente en Brasil. En lugar de
desplazar a la elite gobernante. como había ocurrido en la América españo- red de transportes. Se necet
la, Brasil se hizo con una elite gobernante: la corona portuguesa y su séqui- Desde el siglo xvt, la carga
to. También se hizo con una monarquía que duraría hasta 188-9. Pero estas burros. Sólo en muy pocas
tendencias políticas tuvieron poco efecto sobre los esclavos negros que tra- ternativa. A mediados de si
puestas para construir ferro
bajaban en las plantaciones de azucar o en otras esferas de la economía' De
hecho. la esclavitud no se abolió con la independencia o en la década de 1850 en especial británicos o est;
como en la América española (excepto en Cuba y Puerto Rico) y más tarde rriles llegaron a construirsr
se convertiría en un asunto central en la política brasileña. Como en otras transportes permaneció cas
nuevas naciones, 14. i¡-d-epend.encia no cambió mucho la vida para los seg- pendencia.,
mentos más pobres de la población. Sin embargo, el ritmo
América Latina a partir de
dinámicas economías de Nc
Gran Bretaña. Cuanto más
necesitaba aumentar las im;
Lr¡s cimienkts coloniales 5l
lilllq¿.o.t'"''.|ap{nc-fiã-iì.ále3'iue.ra-u;iri'i"ionnacional,
Las repúblicas inclepenclientes se propusieron fortalecer el uso de
dos ele_
mentos de su economía: l3-!!-q¡gy.p;ltrê!4io
!ggg;g*g-gålp.p*-o.Þ*çl*q,s.rm.ró
.os#il+'-qpqL't'.9-'t":¡:t'e¡¡uie;oe,ónñrffi
da"rjflltosdpttÐrasity Méxicd;
îffi ¡1,,¡tieränrlaÍricieran
e'sto,sigrìifÏcd"presiones paravendei las tierrases,,_
de.la co.g¡a¡.Lor perdedorei en México y los Andes
:-1.99j{uttlgt1gtmgnte
ïsron los rndios, pero tales acciones'también podían afectar a propietarios
blancos o mestizos que no hubieran logrado hacer productivas
sus ti"rrur.
P,a¡.ß*mn¡at.con.Ina.rr.*g..qç-qble¡.Jps-g_l-ites lgti'_4..p¡nqg$ç,an-aç.de"varios,paí,
ses confiaron en ta e11Hå?,-..'""ó.1,g,u¡*op,çá;BlóJ ;ä;'ö;i.;Ëff;,
proþrìëstäs-päiá'*àiîaer rnmrgrantes europeos, que supuestamente
repetidas 1
contribui-
rían al desarrollo nacional.con u,ru p"quèñu inversión m¿s.
Ds-hgghpJ_a-elL*
te-dc-parqç"ç*coæg,4le"¡l.].1?:.Þp,lil
Þ--r-çil,q*.dç[c*uþ-rió*-.¡ç.e*äãrunto de la
mielaçtén" çrq,9tti*$. *foþara ei p.¡t
¡çi.pt"t äömo p*ru.r ¡¡"
1880la ln-migraçión no constiiuyó en parte atguna"¡;iãr;ã
üJljgTjli;Hast3 pdra el aumento de ra fuerza laboral. pero er ruðrte impurso
un fac-
:?t,yllltuttte
de la ellte para recabar inmigrantes demostraba su creencia en que
la ialva_
gió.¿..económica y .s-o!ial de sr1-9, pêíqE$ as-r.aba-"elr*Ruropa- C"àå,
ciéndose evidente, ésto.reflejaba ìur àu¿ur de América Latina "rãfä],l
acerca de la
viabilidad de sus países.
, Vedilgg
ql.¡iglg ¡!lx, también se contempló un e.qfuqrzo para mejorar la
fd q. eltlansportes.
Desde
Se necesitaban ferrocarriläs, canales, pu"ri*
srglo xvr, la carga (incluidas las personas) habíà viajado
y;;;l;;;;
en mulas o
burros' sólo en muy pocas zonas ros ríos ò lagos nãvegabtes ärrecran
una ar-
ternativa. A mediados de sigro, América Latina era el Ëlanco de
Áuchas pro_
puestas para construir ferrocarrilgs, E!.-impulso so!i.ó provenir
de extranjéroq,
el.esqgclel británicos o estadounicieniôq pero, en la
þráctica, pocos f.erroca-
lleearon a consrruirse anres de la åécada oe iggo;lâriä¡"'i¿^¡"J¿"
life¡
transportes permaneció casi tan precaria como lo era en uìsþeräs
de la inde_
pendencia.,
sil embargo. el ritmo de la actividad.económica se acereró por toda
América Latina a partir de 1850. El estímulo provino prin.rpatmànte
de ras
dinámicas economíai de Norreamérica y Europa o..,¿åriãi,ãä;;;d"
Gran Brétana. cuanto más se sumergíá europa en la industriarización, ö;
más
necesitâbä äùilèntar ras importacionei de alimentos
o,i.ãr, gru-
"o,no "ur,r",
52 Historia contemporítnea de Améric'u Lutitttt
no, así como artículos primarios cotno guano y nitratos fertilizantes. lana y
metales inclustriales. Fueron las décadas en las que los vínculos econó-micos
inversión, finãnciación, transferencia de tecnología, migración-
-comercio,
se profundizaron entre Europa y México, Argentina, Perú, Chile, Brasil y
C-uba (aunque seguía siendo una colonia española). En 1880 estaba prepara- La transform¿
do el escenario para una expansión económica aún mayor. contemporánea (c
No obstante, la mejora económica iniciada en 1850 tuvo varias limitacio-
nes imþortantes. En primer lugar, dio como resultado un escaso crecimiento
de la industria interna. La creciente demanda latinoamericana de herramien-
tas metálicas, maquinariã-pequeña, insirûmentos. equipo de construcción, ar-
mas y artículos industriales ligeros similares, era satisfecha principalmente
por Europa y no por tiendas o fábricas del país. Esta tendencia no resultaba
sorprendente. Los prq{¡:ctos-h¡i¡¿4nicos,.franceses o estadounidenses eran de
mejor calidad q,uê iõ-tà" fabricaeión interrìE,aunque esã'veniaja se habría re- A mérica Latina ha pasa
dricidó-si-tòs- þroductores nacionales hubieran tenido tiempo y mercado sufi- l\ v políticos de largo al
cientes para mejorar la suya. Pero se habría requerido la protección guber- nacionales se han integrado
namental ya fuera mediante una elevación de los aranceles o la prohibición dgs Unidos, han cambiado I
directa de importaciones. Ningún gobierno latinoamericano estaba prepara- dades han florecidq.y la po
do o podía dar semejante paso, en esas décadas. vectis de estancamiento. Esl
Las razones eran varias. En primer lugar, Lqg.p¡p-4uc-tqp'i!0pqrtadctrÊrae. de experiencias nacionales.
superiores, por lo que e{an.plçfçridqs Far los.consumidores-locales; en se- casos prácticos: A_rgentina,
gurido lugar, la mayoríà de los gobiernos vivían de los ingresos por arancele; Centroamérica. Como verel
que un proteccionismo duro hahrí¿¡'elfui.ina.do; en tercer lugar, lgÊ-glupos toria contemporánea latino
económicos poderosos, como los latifundillas y los ganaderos, se hallaban No obstante, como ha
fuèitenìêätë'öômprometidob con el libre comercio*, qup.sus-.clientes europeos propósito de este capítulo e
elogiaban como la única vía cierta de prosperidâd: por último. los comer- cambio. No refleja la histo
ciantes latinoamericanos, que se hallaban ubicados estratégicamente en las compuesto que puede prop,
ciudades más grandes, tenlan in.lergses obvios en combatir el proteccionismo, que se desarrolló cada uno r
todavía más si se tratabä de un comerciante extranjero (usualmente británi- tener generalizaciones acer
co o francés), como era habitual a mediados de ese siglo. No resulta sor- el continente.
prendente que los que abogaban por el proteccionismo o la industria fomen- Si queremos compren(
tada por el Estado pudieran avanzaÍ tan poco. tuársela en el contexto de
Una segunda limitación a la expansión económica entre 1850 y 1880 fue la conquista del siglo xvl. I
estructura socioeconómica altamente estratifica.da,.he- esencialmente subordinada
"l:glgzegjgllq"-Qg..!4
.;d-ãðãAãLöðrøaã ãä ra'iñ¿ðpä¡oóncia: una þequeña'elite en lá paite supe- nómicos moldeados en grat
rior, un grupo omedio" algo más amplio y el restante 90 por 100 más o me- estadounidense. Estos desa
nos en la parte inferior. La concentración continuada en la agroganadería y nes en el orden social y la
la minería significó que la mayoría de los trabajadores siguiera bajo las con- de forma crucial los cambi<
diciones laborales y salarios que nunca les permitirían convertirse en los con- to de relaciones causales r
sumidores que una economía ,,desarrollada" produce y necesita a la vez. cambios sociales que propc
A.América Latina se la seguía empujando a la economía internacional de
un modo que limitaría drásticamente su desarrollo económico. La naturaleza
1. Por esta razón, cada uno
de ese vínculo económico ha continuado preocupando a los latinoamericanos
<
1. Por esta razón, cadauno de los casos de estudio p¡esentados en los capftulos siguientes
contienen una sección general sobre .el crecimiento económico y el cambio socialr, con la ex-
cepción de México, donde la revolución de 1910 ejerció un impacto político tan fuerte sobre la
historia del país, que nos obligó a utilizar un formato diferente.
ry-
l
Chile hubo una tenue competencia entre partidos que tendían, al menos en
estâ fáse inicial, a representar faccio¡res rivales de la aristocraciailPero había
mucho acuerdo acerca de los temas políticos básicos y escasa oposiðfun seria a
la cordura de perseguir el crecimiento económico mediante la exportación. La
rivalidad era restringida y la votación solía ser una farsa\Se podría pensar en
tales regímenes como expresiones de la ..democracia olifirquica>.
Qn ¡.qgund.o. modelo cqpll.,ç..y.¡¡b1-la imposición de dlg1a_dores fuertes, a
49-p.Ud--o- c.on.ç4"ry"o'l-I-n-ililqle-1, p-ara asegurâr Iâ ley y el orden; de nuevo, en be-
neficio último de las elites terratenientes. Porfirio Díaz en México, q:q-e, tgmó
er-þöler el t!2,0" ôs èÍ éjemþiô más notable, pero el modelo tambiéñ âpáre-
ció en Venezuela, Perú y otros países. En contraste con la democracia oligár-
qtiìõä, dciñiJô1âS elitèí êjérðíal ef þoder político directo, aquí se trataba de la
aplicación indirecta de su autoridad mediante dictadores que no solían pro-
venir de los estratos más altos de la sociedad.
En cualquier caso! lpJg:p-oJ[ap":tç.*e^ra la estabilidad y el control social. Se
s,uprimietoq los grupos disidentcs y se Contuvo la lucha por cl poder dentro
dg_"-il."_"Uþç-f-"_q!¡!,¡gi{op, Sin duda, up-g..de laq mgtgs básicas de.estos regíme-
nes era centralizar el poder{si era necesario quitándoselo a los caudillos re-
giónâies, y Creái eStàdos-nuiión poderosos y d-ominantes.,No era fácil lograr-
lo debido a la fragmentación residual de la sociedad y a su misma estructurâ,
pero se hicieron progresos en los países más grandes. En Argentina, por j.
ejemplo, triunfó el centralismo con el establecimiento de lä CiÛdad de Bue- :
1t'9s AitçS'çqnq
dip-tri,t"q.fçdçr.al en 188Q (al igual que Washington D.C. está
bajo la jurisdicción directa del gobierno federal en Estados Unidos). Þl_lvlé-
xico, la política.gfgcllvq y a menudo despiadada de Porfirio Díaz llevó al
aumento dèl poder naci<¡nal a expensas de las plazas fuertes locales y, en Bra-
s-1_1.-_el.g_Qbfé¡$o- inperial.de Dom Pedro II ava-nzó de forma significativa ha-
ci-a el establecimlqnto de un estado-nación efectivo (pero también provocó
un retroceso regional que contribuyó al derrocamiento del imperio en 1889).
58 Ilistorie contenlporúnea de Améric:u l-¿ttitttt
La intención de los centralistas era promover un mayor desarrollo ecg- presarios pequeños que se I
El éxitoãe esta política se hizo evidente a finales del siglo x¡xy.cogtienzos especial, ya que la importar
del xx, cuando las economías latinoamericanas orientadas .a la ç¡portación nado hacía mucho la comp'
iniciaron periodos de prosperidad notable. Argentina se volvió tan rica por ciertas partes de Brasil, en ç
su economía basada en la carne y el trigo, que la figura del playboy argen- azticar prosperaron con el I
tino se convirtió en un distintivo de la sociedad de moda europea: un joven interesante a este modelo. I
latino gastador que perseguía con gallardía la elegancia. En México, apare- có una inmigración externa
cieron y se extendieron las plantaciones que producían henequén en Yucatán país continuaba teniendo ur
y azúcar en las zonas centrales, en especial al sur de la capital; la minería era sultaba innecesario importa
también rentable y la naciente industria petrolera comenzaba a convertirse La aparición de las clasr
en una actividad significativa. Seguían creciendo las exportaciones de cobre nuevas organizaciones, con :
procedente de Chile, que también cultivaba algunas frutas y trigo para los bajadores solían establecer
mercados internacionales. Las mejoras tecnológicas llevaron al aumento de emergieron los sindicatos).I
la producción azucarera en el Caribe, especialmente en Cuba, cuando los tableció el contexto del act
propietarios estadounidenses aceleraron sus inversiones en trapiches de azú- taciones eran cruciales, los
car modernos. Brasil vivía de las exportaciones de café y caucho natural. La ,. posibles especial los ft
United Fruit Company extendió sus inmensas plantaciones de plátanos en I Toda parada-en laboral suponí
Centroamérica. En todos estos países, la economía monetaria se había vuel- nómica del país y, de ese m
to más sensible a las tendencias de la economía mundial, donde las exporta- lugar, el estado relativamer
ciones conseguían divisas para comprar a cluras penas las importaciones ne- la mayoría de los trabajaclc
cesarias.'Todo impacto importante en la economía mundial producía efectos ñas, habitualmente de ment
rápidos y-'espectaculares en los sectores mercantilizados. Aunque la indus- como las textiles, se adecual
trialización seguía siendo incipiente, ya había fábricas en sèctores como el técnicas de producción mas
textil, artículos de cuero, bebidas, procesamiento de alimentos y materiales zar por oficios y no por ind
de construcción. Los sectores de servicios más dinámicos eran el transporte, ferrocarriles, las minas y los
la burocracia estatal, el comercio y las finanzas.,. tre los militantes más activr
La consolidación del modelo de crecimiento por importación-exporta- De 1914 a 1927 se conl
ción impulsó dos cambios fundamentales en la estructura social. Uno fue la Fue el punto más alto de l¿
aparición y el aumento de los estratos sociales medios. Por la ocupación de- ,calista, cuando las capitales
sempeñada, a ellos pertenecían profesionales, comerciantes, tenderos y em- vieron torpedeadas por hur
La transformación de América Latina 59
sia, así como a Estados Unidos y gran parte del resto de Europa. En estos tica,en algunos de krs paÍscs
momentos críticos masivas, huelgas generales, intensificación de abrió el sufragio a grandes l
-protestas
Iazos entre sindicalizados y no sindicalizados-, se puede ver con claridad la clase media, el denominad
naturaleza de la clase trabajadora, su organización y el modo en que las eli- 1916. En Chiþ, los c¿rmbios
tes dominantes deciden responder. .sieîon la imposición clel gol
Lo que necesitaremos comparar, a rnedida que se desarrollen los estudios cialista anterior. En Brasil, I
por países, son las similitudes y las diferencias de los modelos de interacción riodo cie política electoral lir
entfe patronos, trabajadores y políticos, junto con terratenientes, profesiona- España en 1898 (y. como mr
les y militares. Aunque existen semejanzas en las movilizaciones laborales ur- siguió sicndo un cascl espcci
banas durante la década posterior a la gran protesta que comenzó con el fin de volución a gran escala en 1!
la primera guerra mundial, hubo sorprendentes diferencias en las respuestas nal del movimiento revoluci
de la elite. En particular, veremos que el marco legal de las relaciones labora- I
sino solamente conseguir cl
les recibió mucha más atención en Chile que en Argentina y Brasil. T cluidos de la clase media{
ry
Otro cambió importante durante el periodo de 1900 a 1930 afectó al Los movimientos relforn
equitibrio entre los sectores rural y urbano de la sociedad. Se combinaron la
:
optacla'. cn la quc la partic
importación del trabajo y la migración campesina para producir el creci-
I
media y seguía excluyendo
i miento a gran escala de las ciudades. En 1900 Buenos Aires se había esta-
I
flejar los intentos de las elite
blecido como <el París de Suramérica> y era una ciudad grande y cosmopo- sectores medios en apoyo dt
lita con unos 750.000 habitantes. En total, casi un cuarto de la población imprevistas, como en el casr
argentina vivía en las ciudades con más de 20.000 habitantes al terminar el si- dieron hasta ocasionar una r
glo; lo rnismo ocurría en Cuba. Cerca del 20 por 100 de la población chilena fueron limitados.
residía en asentamientos similares, mientras que las cifras correspondientes a Un efecto colateral sign
Brasil y México (el último con una población indígena sustancial) bajaban profesionales eq varios paír
al 10 por 100. En Centroamérica las cifras también se hallaban por debajo rl
lol hombres (las mujercs
"pùdieran
I'
del 10 por 100 y en Perú caía al 6 por 100. EI hecho generalizado es que la f929)'quê dedicar
expansión de las economías de exportación-importación ocasionó la urbani- Muy a menudo s<llían repr
zación de la sociedad latinoamericana. pero además formaban un ¡
Sin embargo, debido al origen nacional o étnico, las clases tra_bajadoras res prominentes de la escer
no consiguièroh, !t¡,c¡"o- gggg¡ pofillco a comienzos del siglo xx,-"Lä¡ in'äi- cos del desdén y la ira del e
giarites dé"Ä?gentina y Brasil no tenían derecho a votar si nö"fiâbfan conse- F.n la mayor parte de l<
guido la naturalización, por lo que los políticos podían permitirse no tenerlos funçio¡ó þq¡t4q!g"._bie¡.,..4t n
en cuenta. En México, los trabajadores de origen campesino tenían pocas po- ferias p¡!¡¡.aq "ç!,u,1?,!!9 la pl'¡
sibilidades de influir en la dictadura de Porfirio Díaz. Y en Cuba, por su- 4-tú-q.s,q'lla"psq9p--9¡
( q d go-t]
en la exportación-im1
1
I
cialista anterior. En Brasil, la caída de la monarquía en 1889 inauguró un pe-
riodo de política electoral Iimitada. Cuba, tras conseguir fä iñdependencia de
España en 1898 (y. corno muchos dirían, cederla después a Estados Unidos),
siguió siendo un caso especial¡E incluso para México, donde estalló una re-
volución a gran escala en 1910, es válida la generalización: el objetivo origi-
nal del movimiento revolucionario no era transformar la sociedad mexicana,
sino solamente conseguir el acceso al sistema político de los segmentos ex-
cluidos de la clase media{
Los movimientos relormistas produjeron a menudo una
"democracia co-
optada>, en la que la participación efectiva se extendía de la clase alta a la
media y seguía excluyendo a la más baja. Tales transformaciones solían re-
flejar los intentos de las elites socioeconómicas gobernantes por cooptar a los
sectores medios en apoyo del sistema, aunque a veces tuvieron consecuencias
imprevistas, como en el caso de México, donde los acontecimientos trascen-
dieron hasta ocasionar una revolución completa. Los objetivos de la mayoría
fueron limitados.
Un efecto colateral significativo fue la creación de un cuadro de políticos
,¡ Rllfesio¡ra-les cn varios países. Los partidos políticos crearon carreras para
/ los hombres (las mujeres latinoamericanas ni siquiera tuvieron voto hasta
i 1929) que þudieran dq5liggr !q.{a.-q.u _y.id4 adqlla a consegut.el p9d.e¡ po_lí!!go.
Muy a inenudo solían representar los intereses de la aristocracia reinante,
pero además formaban un grupo social separaclo e identificable. Como acto-
res prominentes de la escena política civil, también se convirtieron en blan-
cos del desdén y la ira del estamento militar.
p¡ ln.m.a¡o1p_a¡tq de lo¡.pqises_ lgliqoq¡r-q"r¡qql9!? la lgJmula.ryformiqlq.
fur¡qi"on-é.ba$14¡!q þjer,r, al mé4os para las q!!!e5, La demanda europea de ma-
-
tiiri.gs pr.¡¡¡4s*Çg+-nle la prjpela mqldiaffîdñöi*äñõq-desÈËf¿õ.Ir"-
-g11e,JJa
9$_o",_q_91t-e-pi,"o,tp"_9-r-¡*qad Sqlli*g9t y sgfteqidl PlTo_¿Slq d9 crgcimjento_-ba-
sado en la exportación-irnportación parccía ofrecer medios funcionalès y
provèðhòsol'paia la integración dc América Latina cn el sistema global del
capitalismo.lLas adaptacioncs políticas parccían asegurar la hegemonía a lar-
goþiaZo delãs clites nacionales. \
En reálidad, pronlo se aesiübiiO que el liberalismo político como
-tanto tan conocido
cconómico- tenía cleficiencias. Su fracaso ilustra el fenómeno
eñ tocla là Amèîitä'Lääña'cönte-fõilñôa' el présramo culrural desafortu- .
nâdó o,.alienaciónr,, scgún lo han descrito loiiácionàlistas de ticmpos re-
cientes. Al 9-9p!g lqg inptituqiqnes legales y las frases filosóficas del liberalis-
mo clásico, los latinoamericanos descubrieron que su leqli{qd no se pr,estaba
a-Iäïîinplþ ãþijôaqión del dogma.¡No supieron ãntenclerqúè, en su origèn, ei
t.-
62 Historia contemporánea de América Latinu
liberalismo europeo fue la ideología de una clase social en alza, cuyo poder experiencia. Como erl el restc
er Ia competencia formidable
económico emergente Ie proporcionó los medios para llevarla a la práctical r
poder económico relativo de sus semejantes en Francia e Inglaterra. Así, to espectacular de ìa econom
aunque no hubieran considerado que sus intereses económicos eran antagó-
nicos de los del sector agrario tradicional, se hubieran hallado en una posi-
ción débil. Pero a menudo no fue así. Sus vidas solían estar ligadas al sector Fase 3. Industria
agrario aunque vivieran en las ciudades. Los ingresos de sus clientes, usuarios (1e
y patronos dependían en gran medida de la agricultura comercial. A su vez,
la prosperidad de esta agricultura dependía del comercio exterior. L,a_G-_1qn "Dg¡Igsién
tuYo en
En este punto, el liberalismo económico ponía en un callejón sin salida a mías latinoamericanas. El pl
-Uiìidó
los liberales latinoamericanos. Como creían en sus principios abstractos y se d õS í' i'ê dri¡'ö' dC ÌÌn*prc
daban buena cuenta de su patente debilidad frente a sus principales acree- manda internaçional de caf,
dores y socios de intercambios Unidos e Inglaterra-, flo podían reducción y iro se pudieron
pensar en un camino que pasara -Estados
por soluciones económicas no liberales. Cayeion el precio unitario y
Además, lo último les habría resultado caro en sus personas a corto plazo. total durante los años 1930-,
Por ejemplo, los aranceles proteccionistas para la industria sin duda habrían 1,929. Una vez más, los acon
cargado a los consumidores urbanos con bienes más caros y de peor calidad. do del sistema mundial tuvo
La protección también habría hecho peligrar los beneficios de los comer- Latina y.otras sociedades de
- La mundial q,
ciantes dedicados a la exportación-importación, que eran un poderoso grupo -{.,ep-¡e-s.ión
de presión, Así pues, los liberales fueron renuentes a apoyar la industrializa- políticos de los países latir
ción, que por sí sola podría haber aumentado su número lo suficiente como gólpeS-militãres (o intentos r
para otorgarles el poder político, que quizá habría hecho posible la realiza- quieb.,ra. de la bolsa".en Nuer
c-ión de los ideales políticos liberales. lo habían tomado en Argent
El liberalismo económico y el político se sesgaban de otro rnodo más, Las y Honduras. México joporta
ideas no liberales en economía tales como los aranceles proteccionistas y los bló.a un golpe militar en 191
controles sobre las inversiones extranjeras a menudo se asociaban en la prác- económicos de la Depresiór
tica con ideas políticas antiliberales. Así, la conexión se estableció con facili- ron en duda Ia viabilidad d
dad: la desviación de los principios económicos liberales significaba un go- ción-importación, ayudaron
bierno autoritario, por lo que se la tenía en poco aprecio. hicieron que las masas estuv
Un argumento más utilizado contra los que abogaban por la heterodoxia militares. A partlr de Ia déc
económica (es decir, por medidas no liberales) era difícil de rebatir des<Je la po- cional comò fuerza principa
lítica. Ante cualquier propuesta de apoyo gubernamental a Ia industria nacio- Lof gobeiiíantes de la re
nal, sus oponentes lanzaban la acusación, a menudo con buenos resultados, cle q!¡ econ-ó¡niç-a global. Una e
que un pequeño grupo de inversores egoístas querían beneficiarse a expensas cori.làs naciones industrializ
del público. Además, los empresarios locales casi siempre carecían de fonclos y el mercado sin que importa,
La Írttns.t'ormucirin de América l_atina 63
Un objetivcl adicional
.jacloras que hatrían seguid
rnienzos del siglo xx. [:1 pr
talmente en las ciuclade
movimientos sindicalcs. Y
taba cle ejercer poder con
movimicntos sindicales se
bitraria del gobierno. En r
rcconocieron el trabajo ct
clirecta en estirnular (y cc
biera como aliada o amen;
seguro y los dirigentes lat
medio de responder.
Pero la J'ornttt más ra:
plernente los senderos tra
E,n su lugar, Ias econorníal
manufacturados que ante:
: provicne el nombre Para
i nesn,.
' Desde finales de los ¿
Un objetivo ¿rdiciou¿tl era creâr puestos de trabajo para las clases traba-
jacloras c¡uc habían scguido aumentando su tamaño e irnportancia desde co-
mienzos del siglo xx. trl proletariado latinoamericano se concentraba casi to-
talrnente en las ciudadcs y seguía luchando por organizar y sostener
movimientos sinclicales. Y cn contraste con la gencración anterior. ahora tra-
taba de ejercer poder como fuerz.a s<lcial. En algunos países como Chile, Ios
lnovimientos sinclic¿rles sc vieron relativamente libres de la partlcipación ar-
bitraria del gobierno. E,n otras partes, corno cn México y lìrasil, l<ls políticos
rcc<:nocieron el trabajo c()rno un rccrtrso político potencial y tomaron parte
cìirecta en estimular (y controlar) las organizaciones laborales. Ya se perci-
biera como aliada o amcnaza, la clase trabajadora urbana buscaba un empleo
seguro y los dirigentes latinoamericanos vieron la industrialización como un
medio de responder.
Pero la tornru más razonable de desarrollo inclustrial no era copiar sim-
plemente los senderos traz-ados, por ejemplo, por la Inglaterra del siglo xlx.
Iln s_u lugar, las econornías latinoamericanas comenzaron a producir artículos
, rn.g¡rufi¡g-lurados que antes importaban de Europa y Estados Unidos. De aquí
1 piõïiène el nombre para este tipcl de desarrollo: (sustitución de importacio-
I neso.
'
.
Desde finales de los años .treinta hasta los años sesenta, las políticas de
este tipo luviç.on uq.éX,ilo relativo, al menos en los países grancles. Argenti-
rra, Brasil y México pusieron en marcha importantes plantas industriales que
ayudaron q generar crecimiento económico. Hubo limitaciones e impedi-
rnentos a esta forma de clesarrollo (que se explican más adelante), pero el re-
sultado inmediato fue generar impulso para las economías nacionales.
Las consecuencias sociales de la industrialización lueron complejas. Un re-
sultado, por supuesto, fue Ia formación de una clase capitalista empresarial o,
de forma más específica, de una burguesía industrial. En Chile, los miembros
de este grupo provinieron sobre todo de las familias de Ia elite latifundista. En
Móxico y Argentina comprendieron diferentes tipos sociales, por lo que re-
presentaron un reto potencial a la hegemonía cle las elites gobernantes tradi-
cionales. Pero pcrmanece invariable el punto básico: lL1¡-ç!Uplr14-liz.ación, au¡-
que fuera de este tipo, creó un rluevo grupo de poder en la sociedad latino-
ameiicana. Su papel iba a ser mr"ry clebatido a meclida que avanzaba el siglo.
Dq, gna impgr!1ncia particular fue el papel del Estado en la estimula-
'ðrecirniento
ci<in def industri¿rl basado cn la sustitución de imp<lrtaciones.
Eii"óóìiirasie con las políticas de luissez-.fuire de Inglaterra y Estados [Jni-
dos durante el siglo xtx, los gobiernos latinoamericanos promovieron de
l'orma activa el crccimientôliì¿IujtriáI. Lo hicicron clc varios rnodos: eri-
gienclo barreras arancclarias y r-'levanclo cl precio de los bienes importados
llaCtá el punto en que las compañías inclustriales nacionales pudieran com-
pòtir con éxito en el rnercado; creando clemancla al favorecer a los produc-
tores locales en los contratos gubcruamentales (por ejcmplo, cn compras
para el ejército), y, lo rnás importante, cstablecienclo elnpresas est¿rtales e
invirtiendo dircct¿rmente en conrpañías inclustrialcs. Mecliante la protección
6ó Historia contemporúnea d.e América Lutittu
emergía como un importante actor en la escena latinoamericana. trflãleZâ del desarrollo basac
La-expresión política de estos cambios socio-económiçgs tomé dos fq¡- portación.
mas. Una fue seguir con la democracia de elección, mcdiante Ia cual los in- Eq. p¡imgq lugar, la estrt
dustriales y trabajadores obtenía! acceso (por lo usual limitado) al poder a Par4 producir géneros manui
través de la contienda electoral o de otro tipo. Un ejemplo fue Chile, donde que contar con bienes de Pt
los partidos políticos se reorganizaron para representar los intereses de nue- Elliöpll, E¡tàdos Unidos Y h
vos grupos y estratos de la sociedad. Los partidos pro trabajo y pro indus- demasiado caros, se ponían r
triales entraron en el proceso electoral chileno y acábaron llevando ala ftâ- latinoamericanos se dieron c
gica confrontación de los años setenta, Bajo este sistema, se los cooptó en la de industrialización no Ponít
estructura gubernamental, y mientras duró este acuerdo, su participación. lizadas. Sólo alteraba su forr
prestó un valioso apoyo al régimen. Esta dificultad inherentt
.i, La respuesta más común conllevó la creación de alianzas <populistas> tercambio. Con el paso del t
multiclasistas4 El surgimiento de una clite industrial y Ia vitalización de los nes latinoamericanas (café, t
movimientos ôbterôs hicieron posible una nueva alianza pro industria que descenso sostenido de Podet
mezclaba los intereses de empresarios y trabajadores; en algunos casos, de- exportaciones, los Países lati:
safiando de forma dilecta el predomini,o secular de los inteieses agrícolas y cantidades de bienes de pro
terratenientes. Cada una de estas alianzas la forjó un dirigente nacional que enfrentaba a un atolladero.
utilizó el poder estatal para su objetivo. De este modo, como veremos más men de sus exportaciones tr
adelante, Juan Perón construyó una coalición de clases populista y urbana en precio.
Argentina durante los años cuarenta; en Brasil, Getúlio Vargas comenzó a En segundo lugar,.la der
hacer lo mismo a finales de los años treinta; y, en circunstancias algo más limitada. Las industrias trop
complicadas,Lázaro Cárdenas se inclinó por solucionès populistas para Mé- a los precios y concliðiones
xico durante esle miSmo periodo.i r1ïán cômprar unos cuantos I
La mayoría de los rcgímenes populisLas tenían clos características clave. del ingreso tan desigual, qu
Por un lado, eran al menos semiautoritarios: solían representar coaliciones dieran considerar tales com'
contra algún otro conjunto de intereses (como los de los terratenientes) a los prqþlema de mercados limit
que por definición se irnpedía la participación, lo que conllevaba cierto gra- les multinacionales o region
do de exclusión y represión. Por otro lado, como el tiempo demostraría, re- noamericano; hubo esfuerzt
presentaban inlç.¡eqes cle clases e industriales- destinaclas ai Las industrias de los pqises
-trabajadores
conflicto.' Así pues. cl mantenimiento de estos regímenes clepenclía cn gran coriiplementatiAs y tales ri
medida del poder personal y carisma de los dirigentes individuales (como Pe- p3iá lâ formación de las asc
rón en Argentina y Vargas en Brasil). También significaba que, con un diri- dustriales de la región conti
gente carismático o sin é1, sería difícil sostenerlos en tiempos de adversidad dos limitados.
económica. En le¡çer lugar, Y muY
do de la tecnología present(
qulsólo podía crear un nún
ros. En otras palabras, el dc
Ltt tran,s.forntaci(tn rle América I'tttina 67
Los años sesenta presagiaron una era de crisis para América Latina. La es-
trategia política que suryió de las políticas de industrialización posteriores*a
lg1g-había,C,,meìzadq a tropezar con serios problemas, tanto. económicos
cônio'þõfiiicos. En el frente económicô, surgieron en parte por la misma na-
tUrâleia clel désarrollo basa<Jo en la industrialización para sustituir a la im-
portación.
E-1-pfmg; luga{, la estructura de esta industrialización era incompleta'
¡"_a-ra þioducii genétoq *anuf4ctq¡adqs,
las empresas latinoamericanas teníair
,iü" *ntut coñ bienós de producción imporl.a<t'ol (c9*o.la maquinaria) de-
Eiliöitã;E5tâdõÀ Unidoq y luego de Japón. Si no podían importarse, o eran
¿émaiiaao caros, se poníán en peligro las empresas locales. Poco a poco los
latinoamericanos se ãi"ron cuenta de que el crecimiento basado en este tipo
de industrialización no ponía fin a su clependencia de las naciones industria-
lizadas. Sólo alteraba su forma.
Esta dificultad inherente se agudizó por los términos desiguales del in-
tercambio. Con el paso del tiempo, Ios precios de las principales exportacio-
nes latinoamericanas (café, trigo, cobre) en el mercado mundial sufrieron un
descenso sostenido {e poder adquisitivo. Es decir, por la misma cantidad de
exportaciones, los países latinoamericanos podían comPrar cadavez menores
cantidades de bienes de producción. Así pues, el cre¿imiento económico se
enfrentaba a un atollaclero. Y la respuesta no consistía en aumentar el volu-
men de sus exportaciones tradicionales, ya que esto solamente hacía caer el
precio.
En segundo lugar,.la de¡¡g4d-4 !¡1te¡na de productos manufacturados era
limitada. Las industriur tropeáb- rónt.a lq fqltâ de compradores, al menos
a los precioi y c"ondiiiones de cré_dito que ofrecían. Los brasileños sólo po-
rlían'ôômprai ulos cuantos frigoiíficos (debidô en particular a la distribución
del ingreio tan clesigual, que hacía que las masas populares ni siquiera pu-
clieran considerar tales compras). Quizás podría haberse hecho frente a este
prçþlema de mercados limitaclos con la formación de asociaciones comercia-
ies multinacionales o regionales o algo semejante a un mercado común lati-
noamericano; hubo esfuerzos en esta dirección, pero no se resolvió el tema.
Las industrias de los p4ísgs más grandes tendían a ser más competitivas que
gomplementaligs'y_ tãlea rivalidades supusieron serios obstáculos políticos
pàre la f-.--qôién-áe las asociacionçs. Según pasó el tiempo, las empresas in-
dustrìales àe ia región continuaron enfrentándose al problema de los merca-
dos limitados.
En qercg¡ lugar, y rnuy relacionado, estaba el grado relativamente eleva-
do rJe la tecnolosía presente en la industria latinoamericana' Esto significaba
quë'sOto podía cieai un número de puestos de trabajo limitado para los obre-
-r. Èn oìras palabras, el clesarrollo industrial latinoarnericano cle este perio-
68 llislr¡ris content¡tor(tnect rJe Américu Lutinu
do había elegido la tecnología con uso de capital intensivo típica de las eco- Sin embargo, los trer
nornías industriales avanzadas; en cÒmparación con los modelos de creci- profundas, Estos gobiernt
miento del sigto xtx, ocasionaba rnás iuversiones en maquinaria y rrenos fortunio de sus países a li
en trabajo m¿rnual. I-as compañías lo considerabân necesario para sobrevi- de los políticos y se mostr
vir en la competencia económica. Sin embargo, uno de sus resultados invo- radicales y los líderes obrr
luntarios fue poner un techo al tamaño del mercaclo interno de bienes de política. Del mismo modc
consumo, ya que eran relativalrente pclcos los asalariados que podían permi- su régimen militar se con
tirse comprarlos. Un segundo resultado fue la imposibilidad de contrarrestar tidos políticos y quemar
el creciente desempleo Que, en los años sesenta. comenzó a plantearse como competición política abie
moso. Chile iba a entrar
una seria amenaza al orden social establecido.
' El gobierno militar a
,
presión, aunque se dio cierta relajación en Brasil a comienzos de 1978, Re- cos, rüo pólítiôös,"y de bui
sultó difícil suprimir la fuerte tradición sindicalista argentina, pero allí tam- a acuerdos políticos negc
bién se obligó a los dirigentes obreros a mostrar gran prudencia. Los tres Por glti¡r-ro, gobier
^lqs
regímenes militares crearon el <imperativo econórnico> para tratar de las re- crsclmtento economlco n
laciones laborales. econóiÌiicds ìhieinàcional
¿Por qué esta dureza contra Ia clase obrera'/ Considerados a corto plazo, denõia del sistema muncl
los tres casos pueden explicarse por la necesidad de acometer políticas an- tos- regímêlès Tolj?ron- c
tiinflaciouistas irnpopulares. Estos regímenes llegaron al poder cuando la in- cionales: (vastas compañí
flación y la balanza de pagos deficitaria habían vuelto sus cconomías peli- P,ara cor-rgeguir crédito y
grosamente vulnerables. En los tres casos, casi se había agotado el créditcl con sus acreedoreg,lcomt
internacional, público o privado, del mundo capitalista. Se había requerido nismõð de préstamo inte
de los trcs que pusieran en marcha programas de estabilización. Como nin- Desarrollo Interamerical
gún país no capitalista había logrado en los añ<ts recientes conseguir la esta- cn los miembros más int
bilización económica sin provocar una caícla de los salarios reales (por lo ge- jóyengs economistas prel
neral muy grande) y como Argentina, Brasil y Chtle tenían mucha ex- identificarse con apodos
periencia en olganizar la resistencia obrer¡r ante los progrâmas de estabiliza- México, como veren
ción, no era una sorpresa que estos gobiernos militares quisieran controlar rente, ya que el Estado
r'-strechamente a esta clase. res populares antes de I
La transformación de América Latina 69
sin embargo, los tres casos de políticas antiobreras tenían causas más
profundas. Estos gobiernos proclamaron ser <antipolíticos>, culpaban del in-
fortunio de sus países a la supuesta incompetencia, deshonestidad o traición
de los políticos y se mostraron más agresivos hacia los políticos izquierdistas
radicales y los líderes obreros. Se dejaron abiertos pocos canales cle oposición
política. Del mismo modo que chile fue una vez el sistema más democrático,
su régimen militar se convirtió en el más draconiano, al abolir todos los par-
tidos políticos y quemar las listas electorales. Los generales repudiaron la
competición política abierta y pluralista por la que el país se había hecho fa-
moso. Chile iba a entrar en una era <librQ,¡ de polítiça.
El gobierno militar argentino tomó medidâr reu"ru, enl976: suspendió
el congreso y todos los partidos políticos, lo que significó un hiato en la com-
pgliglóq política. Los guardianes militares de Brasil, aunque llegaron al po-
der en una atmósfera política menos radicalizada que los otros dos gobiernos,
también se vieron impulsados en su segundo año (1965) a abolir los antiguos
partidos políticos (reemplazados por dos nuevos sançionados por el gobier-
no). A una fase máq ¡eprBsiva (aunque con menos muertes que en Aigenti-
na o Chile) iniciada en 1968, le siguió una <aperturu gradual a partir de
1978.
T,os regímenes que avanzaron por este camino acabaron conociéndose
como ëstadôs oburocrático-autoritarios> y presentaron varias características
l
f coníuäés. Úna fue el.nombrami,gntq.pq¡4targos públicos de gente con carre- t)
{ tài-ãttâihenie burocráticas: rniómbiäs ¿et'éier.ito, et fu'ciãnariado civil o
co¡po¡gciqn*e¡. iyp9L1_a1tes. La segunda coniistió en la exclusión política y
económicâ de 1ã'clãðã tiabajadora y ei control de los sectores populares. Lã
iércãíäTúälä"îèdùi¿iéñ-ö'öädièäiúináðidn de la-aciivioâd políiióã, en èspe-
cial eil las prirñeras faseö del régimen:,se definían los probrËmas comb técni-
cos, no políticós, y se buscaban solucicines administrativas en lugar de llegar
a acuerdos políticos negociados. I
pnl"l{lig}.pJos gobiernos Hiiäcráticos-autoritarios trataron de reavivar
el
crecimiento económicô"mêdi¿l.äte la consolidación de vlnculos con las fuerzas
econó'irri.-iâl'iî-1ginàciónates, revisando, una vez más, los términos de ra depen-
dêñõiäää";iüèmâ mu"oiäi-siõb;i. De forma iõi åiiigãnrcr aô
tos regímenes forj_aron con frecucncia alianzas "rp".iri*,
con corporaciones multina- "r-
cionales (vastas compañías internacionales como IBM, philips, volkswagen).
Pata coqleguir crédito y ganar tiempo, también necesitaban llegar a acuerdos
con sus acreedores,.como los bancos estadounidenses y europeos y los orga*
nis_mos de préstamo internacionales (como el Banco Mundial y er Banco de
Deiâiiôllo Líieraméricano), Este tipo de tareas se delegaron por lo común
en los miembros más internacionales de la coalición original, con frecuencia
iéYengs.çso¡omisfas preparados en instituciones estaclounidenses, que solían
identificarse con apodos irónicos, como los
"Chicago boys> de Chile,
México, como veremos en el capítulo 7, representa una situación dife-
rente, ya que el Estado había adquirido un control efectivo sobre los secto-
res populares antes de la caída económica de los años sesenta, por lo que
70 I-li,storia ('ontentporánea ¿le Amérit'u l,utinu
pudo hacer la transición del autoritarismo "¡rr:pulista" a una versión modifi- mercado y la inversión extr
del autoritarismo "burclcráticct> sin un brutal golpe militar. Ese control
cad¿r pulso a rìucvas exportaciot
sobre los sectores populares se ¡rrobó cle nuevo clurante la larga crisis econó- conjunto de ideas oneolibc:
mica que siguió a 19U2. Centroamórica demuestra la volatilidad de las condi- ca económica y significó cz:
ciones socialcs dclnde el desarrollo económico se dio lrajo la dictadura tradi- industrialización en lugar c
cional, sin dar lugar a una rel'orrna creciente. Y Cuba, con su revolución --,Xasi sin elección, la m
social. ofrece un modelo más de transición y cambio. rrín las condicioncs patroci
ses más pequeños, como C
xico hizo progresos impor
Fase 5. Crisis, deuda y democracia Argentina, Brasil y Perú ¿
(década de 1980-<técada de 1990) país de todos, resistiría las
En 1990, cuando se ha
E,l crecimiento econórnico clurante los años setcnla clepenclió del préstamo de los intereses, la deuda
externo. En 1973 y 1974 y de nuevo en 197t3 y 1979, la acción concertada de dólares. Desde 1982 hasta
los países exportadores de petróleo llevó a unos aumentos abruptos en el llones de dólares a las nac
precio mundial del crudo, Como no podían gastar todos sus inesperados be- el Plan Marshall. El prodr
neficios (conocidos técnicamente como "rentas>) en sus propios países, Ios 19tì2, 1983, 1988 y l9tì9, y
potentados del Oriente Próximo hicieron depósitos masivos en bancos inter- 100 en esa década.
nacionales. Resultaba l:astante lógico que estos barrcos quisieran prestar este En este contexto iJe cr
dinero a clientes faltos de capital pero merecedores de crédito, a unas tasas rismo, en muchos casos h¿r
de interés provechosas. Los banqueros prominentes de Europa y Estados tras los rcgímenes burocrÍ
llnidos decidieron que los países latinoamericanos parecían buenos clientes giles. Los industriales loca
potenciales, en especial si sus gobiernos se comprometían a mantener la ley multinacionales y el instin'
y cl orden. vantó protestas de intelec
Así comenzó un ciclo frenético de préstamos. Entre:1970 y 1980,. Améri- Bajo el peso de la crisis de
ca Latina incrementó su cleuda externa de 27.000 millones de dólares a cidieron volver a los cuart
231.000 millones, con unos pagos anuales (intereses más amortizaciones) de que parecía ser <un problt
18.000 millones. En seguida aparecieron las complicaciones. Bajó el precio También brotó presiór
de las mercancías, subieron las tasas cle interés real y los banqueros se mos- noamericana durante los a
traron rçacios a seguir concediendo créditos. Los países cle Ia región expe- civil, cuando los ciudadan,
rimentaron crecientes dificultades para curnplir con sus obligaciones de la y pidieron cuentas a los gt
cleuda y en agosto de 1982 México declaró su imposibilidad de pagar. El go- tre las fuerzas de oposició
bierno estadounidense reunió frenéticamente un paquete de rescate para ese tar. En segundo lugar. cxi
país, pero sólo proporcionó un respiro a breve plazo. Para cubrir los intere- toral, al clamar el puebl<:
ses únicarnente, los ¡:r'incipales deud<tres latinoarnc'ricanos --Argentina, Bra- consecuencia de toclos esl
sil y México- tenían que pagar por año el ec¡uivalente clel 5 por 100 de su dentes civiles, de clase me
producto interior bruto (PlB). Atrapacla en la disyuntiva de reducir sus in- ramente en Brasil, Argent
gresos por exportación y aumentar sus obligaciones de servicicl de la deuda, La mayoría de estos re
América l-atina se suinó en uua crisis económica de una clécada. chos países, el ejército segt
A lo largo de los años ochenta, las autoriclades internacionales go-
bierno cstadounidense, los banqueros privados y especialmente el-el
na y podía ejercer el veto t
Rlndo (incluida Ia elirninación fís:
Monetario Internacional (FMI)- impusiercln estrictos términos a los deudo- los noventa, Ia izquierda n
res latinoanrericanos. Si los gobicrnos ernprendían reformas económicas pro- creditada por el derrumbe
fundas, podían hacerse merecedores dc la exoneración de sus cargas con la Unión Soviética, y en algur
deuda. Estas roforrnas casi sicrnpre incluían la apertura de las economías al tiva en política. Los tema..
Lu trunsformación de Anúri<:a Lutina 71
dad de ser consiclerados con seriedad. Los clerechos humanos sufrían violacio- Cunnno 2.1. Modelos de
nes constantes. Y muchas decisiones cruciales, en especial sobre la política eco-
Desarrollo
nómica, se tomaron en las altas esferas y de forma autoritaria.
econó¡niut
Hacia inicios de los años ¡roventa, América Latina había comenzado por
fin a cosechar los frutos de haber aceptado rigurosas políticas de reforma. Fase 1 Iniciación del
Con exclusión de Brasil (que pospuso sus reformas hasta 1994), la inflación (1880-re00) crecimiento b
promedio en toda la región cayó clel 130 por 100 en t9tì9 al 14 por 100 en en la expo,r!¡
1994. Parcialmente en respuesta a ello, los inversores internacionales miraron inppr!ación
favorablemente a América Latina. La entrada de fondos privados del ex-
tranjero de Europa, Japón y Estados Unidos- aumentó de Fase 2 Expansión de
-principalmente
sólo 13.400 millones de dólares en 1990 a la imponente suma de 57.000 mi- (1900-1930) exportación-
llones en 1994. (En 1993 solamente, los inversores estadounidenses compra- importación
ron más valores extranjeros en todo el mundo
- cerca de 68.000 millones-
que durante tocla la década de los ochenta.) Y como resultado, el crecimien-
Fase 3 Industrializac
to promedio en América Latina creció de apenas el 1,5 por 100 en 1985-i990 (I930-principios en lugar de
al respetable nivel del 3,5 por 100 a inicios de los años noventa. de la década importación
Los problemas no obstante persistieron. La mayoría de esta nueva inver- de 1960)
sión privada venía en la forma de inversiclnes de cartera (esto es, compras en
bonos o acciones) antes que en inversiones (directas> (tales como plantas o Fase 4 Estancamienl
fábricas). Las inversiones de cartera tienden a ser sumamente móviles y no- (1960-principios crecimiento b
tablemente volátiles, y pueden dejar los países anfitriones casi instantánea- de la década en la sustituci
mente. De ese modo cuando la Reserva Federal de Estados Unidos empezó de 1980) importacione
a aumentar sus tipos de interés a comienzos de 1994, Ios inversores comen- crecimiento l:
zaron a prever mejores ganancias en el mercado estadounidense' Esta ex- en la exporta'
los años seter
pectativa llevó a una caída del 14 por 100 en la entrada de capital a Améri-
ca Latina en 1994. Y cuando México quebró en diciembre de 1994, los Escasez de di
Fase 5
inversores extranjeros abandonaron los mercados en toda la región en lo que ,
(principios (acuciada por
se llamó el <efecto tequila>. La conclusión es dolorosamente clara: pese a losf de la década deuda extern.
esfuerzos impresionantes y a menudo valientes por la reforma económica, de 1980) conduce al
América Latina todavía era vulnerable a los caprichos del mercado financie- estancamient,
ro mundial. recesión
Había problemas estructurales también. Uno era Ia persistencia de la po-
breza. Según los patrones internacionales, casi la mitad de la población de
América Latina (46 por 100) es considerada ,.pobre> a comienzos de los años
noventa. Un segundo problema de larga duración era la desigualdad. Desde estaba lo que se podría llan
que en los años cíncuenta hubo datos accesibles sobre esta cuestión, Améri- más dura en Guatemala; en
ca Latina ha exhibido la distribución del ingreso más desigual existente en el sos se situaban entre ambos
mundo que en África, el Sureste asiático y el Oriente Próximo- y nía, Chile recuperó otra ve
-mayor
esta situación estaba empeorando progresivamente. Hacia comienzos de los democrático de la región qu
años noventa, el 10 por 100 más rico de las familias en América Latina reci- zas armadas. Mostrando un
bía el 40 por 100 de la renta total; mientras que el 20 por 100 más pobre re- tina y Brasil transfirieron e
cibía menos del 4 por 100. De forma que la equidad social planteaba un de- Iimpias. Aunque, debido pa
safío muy importante para la región, tuciones políticas (especialr
Hacia mediados de los años noventa, América Latina presentaba un am- como los ministerios e insti
plio espectro político (siempre al margen de la Cuba socialista). En un polo das en estos y otros países.
La transformoción de América Latina 73
tremo cn tocla la región. A rnediados cle lcls años uoventa, se planteó una pre- figura melancólica, vestida t
gunta clave: ¿,Tencliían las frágiles democracias latinclamericanas la fuerza y altar y rezando por la recler
ia competenóio poru gobernar? ¿Podrían ciesarrollar la capacidad institucio- tegido.
nal neiesaria pata consolidar las reforrnas rccientes y pâra combatir los pro- Por supuesto, la realicl¿
blemas de Ia pobreza y la desigualdad? machismo y del marianism
En resunùn, la evolución ¿e las sociedacles principales de América l-ati- de la sociedad latinoamerir
na ha seguido un modelo en el que los clesarrollos económico, social
y políti- por miembros de los dos sc
co están-vinculados. La adhesióñ a un moclelo general ha vari¿rdo de un país El papel social de las n
â otro, pero, con toclo, rcsulta pclsible discernir las líncas gclrerales de una vada, en particular la fami
experiencia histórica común desde finales del siglo xlx. (El cuadro 2.1 pre- las clases infcriorcs, han sic
,.nto un resumen simplificado.) Se clebe recordar que este conjunto de mo- milia, debido al abandono
clelos se deriva de la ñistoria cle las n¿rciones mayores y con más desarrollo superiores, las familias ext
económico de Arnérica Latina. Algunas de las regiones merlos desarrolladas' matronas enérgicas, figurar
como Centroarnérica y Paraguay, han pasado sólo por algunas de estas trans- testable sobre asuntos fam
formaciones y su trayôctclriise ha visto muy afectada por [a oportunidad de y la herencia.
su inicio. Dei mismo moclo que los factores globales han condicitlnado la ex- Con el tiempo, los má:
periencia histórica cle los países mayores, condicionarán el futuro clesarrollo ensanchado mucho. En el
ãe los países menos ouunrã,lo.. En otras palabras, no hay gar¿ìntías de que la trionas de tertulias en las c
historià cle Argentina o Brasil anuncie el futuro de Honduras y Paraguay, bre novelas y literatura. A
como tampo.o dt qu" el conocimiento de la historia estadounidense del si- des Cabello de Carbonero,
glo xlx nos permita predecir la evolución de Chile o México' (tradición establecida Por I
la Cruz). Pero persistieron
chez, anfitriona de un famr
Mujeres y sociedad ción femenina en versos ir
Durante el siglo xx, el
Si juzgamos por los criteriôs convencionales, las mujeres han desempeñado tratos de clase media en es
sól,c pãpeles irrenot"t en la transformación económica y política de América actos sociales (en Parte Pc
Latina. Una mirada a los cargos públicos importantes parece confirmar esta un matrimonio Poco conv,
impresión. ¿Por qué ha sido así? Para responder, necesitamos primero exa- laboral y se han distinguid
minar la .ultu.n íatinoamericana. Una nol'ma central de ésta la constituyen incluso abogadas. En las g
las nociones cle tnachismo, celebración de las exprcsiones sexuales y sociales apenas puede distinguirse
de la potencia y viriliclacl masculinas. Durante siglos' esta idea ha proporcio- York.
na<io precepto y justificación para formas variadas <le agresión y dogmatisrno, Sin cmbargo. las muje
que a su uó, r" llan vinculaclo a la protccción del honor. Parece que el ma- en la arena pública (cuanr
.hir.o tuvo su origen en las concepciones medievales de la caballería y se cuadro 2.2, obtuvieron mu
adaptír firmemente al cambio social. En tod<l caso, sigue vigente' mayoría en los años treint
La otra cara de cste estcreotipo de orientación masculina ha sido, para las dios inclican que muchas n
mujeres, el culto mariano. Ilste mito recibe el nombre {e la Virgen María y vico más que como una in
exalta las virtudes asociadas a la feminiclad: semidivinidad, superioridad mo- haber votado por deferenr
ral y fortaleza espiritual. Porque son las mujeres' según la concepción latino- Pero no siempre. En I
arnéricana, Ias guardianas de la virtud y la propiedad. Se las describe con una balanza en favor del canc
capacidacl infinita para la humildad y el sacrificio y, como figuras maternas, bres habían otorgado la n
dernucstran unâ toler¿ìncia inquebrantable hacia las travesuras impulsivas (a mo país, las mujeres de cl
rrenuclo infantiles) cle los hombres machos. Así, la típica imagen femenina es apoyo electoral para la izr
la de santidacl y tristeza, a tnenudo identlficada con los rituales de duelo: una gación sobre el tema (era 1
La trans.frtrmación de Arnë.rica [-atina 75
Enferma y demacrada pero cautidora, Eva Perón saluda a la multitud durante el des-
fiìe en coche con c¡casión de la segunda investidura de su esposo como presidente
en
junio de 1952; murió al mes siguiente. (r.Jnitecr press Internaìional.)
En este gran hogar de Ia patria, yo soy corxo cuarquier otra mujer en cual-
quiera de los innurnerables hogares de rni pueblo. Igual que todas ellas, pienso
primero en mi espos. y mis hijos .., Es que me siento vercladeramente Ia ma-
dre de mi pueblo.
tinoamericanas probablemente no repetirán los modelos de liberación feme- clustrialización en Europa y los Estad
nina estadouniclense o cle Europa Occidental. Tienen su realidad propia... incentivos plantea para los paíscs latit
Cualquier cosa que hagan, las mujeres latinoamericanas decidirán su curso 6. ¿Cómo afecta la relación cntl
ria del tist.-u la composición y disp'
cle acción en el contexto de su cultura y aspiracionesr.
las sociedades latinoamericanas? Un
por ejemplo. ¿,poclría tener una estru(
Un marco para establecer comparaciones oortait¡r-cle cobre (Chilc)'l ¿'Quó itn¡
7. ¿,Cómo se las han arrcglado
lt
dã su lugar en Ia econcllnía glc
Uno de los propósitos cle este libro es proporcionar una base para el análisis charse
comparativo de América Latina contemporánea, lo que conlleva tres pasos: clo que la posesión de petróleo, po.r
primero, identificar los modelos y procesos compartidos por las sociedades .u-ã Mé*í.o, Venezuela e incluso Ec
latinoamericanas; segundo, identificar las diferencias entre sus experiencias fluencia internacional (y dificultades
sos similares en el Pasado'?
históricas individuales; y, tercero, y lo más difícil, averiguar las razones de
esas diferencias,
tì. ¿Cuáles son los factores Polí
Hasta ahora hemos presentado un esquema general para describir la nacional? La presencia (o ausencia)
transición socioeconómica y potítica de América Latina. Para comprender Ias Dor poner un ejemplo obvio. podría I
similitudes y diferencias entre varios países, necesitamos responder un con- Ll"".inn", para los políticos latinoar
junto común de cuestiones fundamentales. De acuerdo con ello, hemos enfo- cretos, esta preocupación puede trasl
gráfica con Estados Unidos' Debido
cado los casos prácticos que siguen con varias preguntas en mente:
iíti"u u""t"u cle la supuesta <seguridi
puede otorgar un mârgen de acción r
1. ¿,Cómo ha evolucionado la estructura de clase? ¿Cuáles son las clases
gurno*, a las naciones de la cuenca d
sociales más importantes? ¿Faltan algunas? En algunos casos, los cambios eco-
nómicos han conspirado para crear ciertos agrupamientos y para evitar la for-
Ofreceremos un análisis comPal
mación de otros. No toda sociedad latinoamericana ha tenido una elite rural o
industrial, por ejemplo, y la ausencia de un agrupamiento social puede tener Nuestra tarea inmediata es pasar a l'
un efecto tan importante sobre el orden social como la presencia de otros.
2. ¿Qué clases sociales tienen mayor pocler? ¿Quién controla la econo-
mía y quién domina la escena política? ¿Cuánta competencia efectiva existe
entrelosgrupos? , 'r ' 451,
3. ¿Õué agrupamientos forman ãliãnzas'/ ¿Existe alguna coalición so-
cial? ¿;En qué intereses se basan? ¿,Se encuentran los trabajadores industria-
les más dispuestos a formar una alianza con los dirigentes empresariales que,
por ejemplo, con los campesinos que comparten su p<lsición social de clase
baja?
4. ¿,Qué autonomía tiene el Estaclo? ¿Representa el gobierno l<ls inte-
reses cle una sola clase social (o coalición) o se mantiene al margen de tales
lealtades? Si es militar, por ejemplo, ¿;sus dirigentes procuran permallecer
¡ror encima y más allá de los conflictos de la sociedad civil?
[eme- dustrialización en Europa y los Estados unidos y qué tipo cle limitaciones e
¡ia ... incentivos plantea para los países latinoamericanos?
curso 6. ¿cómo afecta la relación entre las economías del centro y la perife-
ria del sistema la composición y clisposición cle las clases sociales dentro cie
las sociedades latinoamericanas? un país exportador de carne (Argentina),
por ejemplo, ¿podría tener una estructura de clases diferente de urrpaís ex-
portador de cobre (Chile)? ¿Qué implicaciones rendría?
7. ¿cómo se las han arreglado los países latinoamericanos para aprove-
álisis charse de su lugar en la economía globar? La experiencia recienìe ha sugeri-
ASOS: do que la posesión de petróleo, por ejemplo, puerJe proporcionar a países
ades como México, venezuela e incluso Ecuador una oportunidäcl económica e in-
rcias fluencia internacional (y dificultacles a largo plazo tarnbién).
¿Ha habido ca-
sde sos similares en el pasado?
8. ¿,cuáles son los factores políticos predominantes en la escena inter-
ir la nacional? La presencia (o ausencia) de una guerra fría oriente-occidente,
r las por poner un ejemplo obvio, podría ayudar a determinar la gama posible de
con- elecciones para los políticos latinoamericanos. También, en-momentos con-
nfo- cret-os, esta preocupación puede trasladarse a otro factor: Ia proximidad geo-
gráfica con Estados unidos. Debido a consicleraciones de naturaleza geopo-
lítica acerca de la supuesta <seguridad nacional>, Estados unidos ruy ui"n
lSES puede otorgar un margen de acción mayor a un país como Argentina que, di-
lco- gamoq a las naciones de la cuenca del Caribe.
for-
alo ofreceremos un análisis comparativo de los países clave en el epílogo.
ner Nuestra tarea inmediata es pasar a los casos prácticos,
no-
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so- &Sltiqz
'ia-
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r:i:-:t
ile 1820 habían conseguidcr
contetnplaba sus clominios
trias a pequeña escala Y cor
oeste del interior. Iln la cos
Argentina: prosperidad, estancamiento ros cercanos producían cuer
de Buenos Aires se fue co¡
y cambio ilad. Y, lo quc cs más imPor
te al oeste se fueron separal
La
T a actual Argentina fue en un principio un lugar desatendido dentro del argentinos por la dirección
L imperio colonial hispanoarnericano. A diferencia de México y Perú, Ia nuevo país. Una facción la
región del Río de la Plata carecía de metales preciclsos, a pesar de su nom- provincia (y ciudad) de Bu
bre. Tampoco tenía una población nativa estable. Los indios eran escasos y tuaria: despojarla de su aut
nómacias, por ìo cual los españoles no dispusieron de una fuente de trabajo cual se redujeran las barreri
abundante. Su mayor recurso era la fertilidad de su tierra, una de las más ri- al tráfico internacional.
cas del mundo, ya que hay marga a nrenos cle mcdio,metro de profundidad El segundo grupo era el
en ciertas zonas. Otra ventaja era la situación cle Buenos Aires, que le per- taban de acuerdo con la I
mitiría convertirse en un glan pucrto si se realizaba el dragado necesario. No Aires porque querían rePa
obstante, estas condiciones no proclujeron una economía dinámica en el pe- provincias. Al mismo tiemP
riodo colonial, pues .no se contaba con tecnología ni con rnercado para ex- especial la facultad de imPt
plotar las fértiles pampas. El puerto sirvi<i en gran medida para canalizar el industrias locales.
rentable mercado de contrabando por la Suraméricet española. Al tercer grupo tambi(
A pesar de que su economía colonial fuera modesta, sus caractcrísticas sus miembros eran de la Pr
geográficas son importantes para entender el desarrollo posterior de la re- nalización de Ia ciudad Por
gión. El centro más próspel'o lo constituía el noroeste de la actual Argentina lio provincial sobre sus ing
y se hallaba vinculado a Perú, yâ que hasta 1776 formó parte cle ese virrei- bre comercio. En realidad, r
tan ardiente, que muchos extranjeros lo consideraban xenófobo. Quiso aplicar gauchos. Su objetivo real er¿
en su política exterior las tácticas que habían resultado tan bien en la interna. exiliado en Chile. Creía ardi
nNutrido por las máximas rnonopolistas <Je la legislación colonial española tadounidense e inst¿rba a los i
un diplomático francés de visita en 185t1-, no entiende ni pennite el camino fue la dilatada guct
-señalaba
el comercio a no ser que esté escudado por aranceles proteccionistas y regla- minuto país mantuvo a raya â
mentaciones rigurosas., Para stl mala fortuna, había logrado suscitar una po- F,l motivo fue el desatinado i
derosa alianza opositora en la que se incluían Brasil y Uruguay, así como el ge- Lôpez, de ejercer un control I
neral Justo José de Urquiza, que estaba al mando de las fuerzas que lo raná, tan importante para to(
vencieron en 1852. De inmediato, Rosas se exilió en Inglaterra. A pesar de su El tercer presidente liber
caída ignominiosa, había conseguido crear la unidad de Argentina con unas (1874-1880), Argentina emPt
provirrõias tan dispares. Desde el momento de su derrota se convirtió en una fi- las <guerras indias>. Las pro
gura legendaria. Los nacionalistas lo adoptaron como prototipo del patriota mucho tiempo que padecían
árgentino que buscaba el desarrollo nacional contra las fuerzas extranjeras, de- al mando del general Julio I
seosas de evitar que el país se convirtiera en una nación plena. Recuerda a Die- año 1880 también trajo la sc
go Portales de chile y Agustín de Iturbide de México, que también se convir- '1 la ciudad de Buenos Aires. S
iieron en gobernantes autocráticos cie mano dura durante la década que siguió trito de Columbia en Estadc
a la independencia. Pero Rosas gobernó mucho más que los otros dos. chos de voto plenos en las e
Durante su etapa, muchos intelectuales argentinos' como Domingo Sar- Hacia t880 Argentina e
miento y Esteban Echeverría, huyeron del régimen represivo. Detestaban el nómico sostenido. Desde la '
éxito político del caudillo gaucho de mano dura. Sarmiento lo describió como do del poder el tiempo sufic
el hombre nque aplicó el cuchillo gaucho a la cultura de Buenos Aires y des- gración del país en la econc
truyó el trabajo de siglos de civilización, derecho y libertad>. Estos intelec- Roca, héroe de Ia "Conquis
tuales soñaban con el día en que pudieran hacerse con el control de Argen- día mejorarse: el combatidt:
tina y conducirla hacia el camino del gobierno representativo liberal. Con la una rcpública suramericana.
caícla de Rosas en 18-52 llegó su oportunidad' La elite política tenía Pt
Se hizo con el poder Justo José de urquiza, federalista del interior. co- jantes de Brasil y México,
menzó convocando una asamblea constituyente, que promulgó una consti- raban que aplicaban los ve
tución en 1[ì53, seguidgra fiel del ejemplo estadounidense. lba a haber un europeas. Creían en el litre
sistema federal, con un presidente elegido por un colegio electoral, cuyos pseudociencia de Herbert S
miembros serían designados a través clel voto popular. El congreso federal una ¿ìristocracia, era el resu
tenía dos cámâras: la de los cliputados, elegida por voto directo, y la de los se- gauchos y los indios sometic
nadores, elegida por los poderes legislativos provinciales. Las provincias iban lógica liberal, enriquecer de
a retener todos los poderes que ntl estuvieran otorgados de forma específica
al gobierno nacional, aunque había una disposición que autorizaba a éste a
intervenir en ellas cuando lo considerara necesario. Visión general: cre
Ncl obstante, la controversia acerca de la posición de Buenos Aires dis-
taba mucho de haber concluido. La provincia de Buenos Aires, en pfotesta El éxito económico argentir
por la nacionalización de la ciuclad en la nueva constitución, rehusó unirse para proporcionar los bienel
â la nueva confederación. AI ser vencida en una Lrreve guerra civil en 1859, Atlántico Norte. Con la Re
se la forzó a capitular. I)os años después, volvió a alzarse con Bartolomé cial Inglaterra, se estaba cc
Mitre a la cabeza y se hizo con el control de la confederación. alimenticios. Argentina tení
Argentina g.1
En 1862 Mitre tomó posesión como presidente y ranzó una nueva cam-
paña para unificar Argentina. Durante las dos décadas siguientes, los libera-
les continuaron en el poder. Le siguió en ra presidencia Domingo sarmiento,
autor de Facundc¡ (1845), el ataque literario más famoso contra los caudillos
gauchos. Su objetivo real era Rosas, cuyo gobierno Sarmiento había pasado
exiliado en chile. creía ardientemente en ra educación pública al módo es-
tadounidense e instaba a los argentinos a seguir su moclelo. una desviación en
el camino fue la dilatadå guerra contra paraguay (1865-1g70), en la que ese di-
minuto país mantuvo a raya a Argentina, Brasil y uruguay durante cinco años,
El motivo fue ei desatinado intento clel dictador paraguayo, Francisco solano
López, de ejercer un control monopólico sobre er acceso a la cuenca del río pa-
raná, tan importante para todos.
El tercer presidente liberal fue Nicolás Avellaneda. Durante su mandato
(1874-1880), Argentina emprenclió su última conquista territorial importante,
las <guerras indias>. Las provincias del sur y el oeste de Buenos Aiìes hacía
mucho tiempo que padecían incursiones indias. Entonces, una fuerza militar
al mando del general Julio Roca sometió o exterminó a todas las bandas. El
año 1880 también trajo la solución al asunto problemático de la posición de
la ciudad de Buenos Aires. se Ia separó de ra provincia, a semejanza del dis-
trito de columbia en Estados unidos, pero se otorgó a sus ciudaclanos dere-
chos de voto plenos en las elecciones nacionales.
Hacia l8B0 Argentina entró en un periodo notabre de crecimiento eco-
nómico sostenido. Desde la expulsión de Rosas, Ios liberales habían disfruta-
do d.eJ poder el tiempo suficiente para establecer las bases de la rápida inte-
gración del país en la economía mundial. Ahora su dirigente era ôl general
Roca, héroe de la <conquista del Desierto>. El simbolismo difícilmente po-
día mejorarse: el combatidor de los indios presi<Jiendo la europeización de
una república suramericana.
La elite política tenía pocas dudas acerca rJe su misión. como sus seme-
jantes de Brasil y México, los políticos e intelectuales argentinos conside-
raban que aplicaban los verdaderos principios cle la cieniia y la filosofía
europeas. creían en el liberalismo económico y en el político. citaban la
pseudociencia de Herbert spencer, sosteniendo que si gobernaba Argentina
una aristocracia, era el resultado de la selección natural. como tenían a los
gauchos y los indios sometidos, la elite esperaba confiada enriquecerse y, por
lógica liberal, enriquecer de ese rno<Io al país.
los clave: carne y trigo. [.os importantes avances tecnológicos habían hecho gauchos y obreros asalariad<:
práctico embärcar l<ls productos alimenticios para los muchos miles de millas rnigración, la población nac
marítimas que separaban Buenos Aires de Londres y Amberes' Uno de es- 1869 a 7,9 millones er'l9l4. t
tos avances fue el barco de vapor, mucho más rápido y con un ritmo más re- nuevos nichos. Los inrnigran
gular que el barco de vela. Otro fue el proceso para refrigerar la carne (las trasladaron a las ciudades. l'
plantas argentinas se llamaban frigoríficos), que posibilitaba obtener un pro- colonos, arrendatarios de gre
ducto más sabroso y sustancioso que la carne conservada mediante el secado cieron otros trabajos: en el tr
(cecina). trias de procesamiento y de
Gracias a un recurso natural, Argentina estaba rnuy bien dotada para riqueza agrícola produjo unr
proveer de productos alimenticios: sus pampas se contaban entre las tierras buyó a la creación de una ec
más fértiles del mundo. Pero carecía de otros dos factores esenciales, capital Así, la economía argen
y fuerza de trabajo. Inglaterra, su principal cliente, envió pronto el primero prosperidad en aumento, b¿
en forma de inversión en el ferrocarril, los muelles, Ios almacenes de emba- importación de artículos ma:
laje y los servicios públicos. También llegó en forma de compañías inglesas tasa media anual de al men
que se ocuparon de los embarques, los seguros y la banca. Casi toda la infra- incompletos). Es una de las
estructura del sector de exportación estaba financiada por los británicos. Esta ha registrado en cualquier ¡
afluencia de capital era exactamente lo que la elite política argentina consi- tante desde 1880, mientras
deraba esencial para el desarrollo de su país. virtudes del progreso y el cr
El otro factor económico que faltaba era la fuerza de trabajo. Su solución Argentina, tan bendecida cc
también vino de Europa, pero no de Inglaterra. [,os tan necesitados trabaja-, expansión interminable.
dores llegaron del sur de Europa, sobre todo de ltalia. Entre 1857 y 1930 Ar- f Pero el país pagó un pre
gentina recibió una inmigración neta (inmigrantes menos emigrantes) de 3,5i mundial significó que las int
millones, lo que significó que durante ese tiempo cerca de un 60 por 100 del percusiones internas. Un de
aumento de la población total se pudiera atribuir a ella. De estos inmigran- menticios produjo una dism
tes, alrededor de un 46 por 100 eran italianos y un 32 por L00 españoles. Su una depresión en totla la ec
efecto demográfico fue mayor que en los demás países importantes del he- tralia, otra exportadora de
misferio occidental. En 1914, en torno al 30 por 100 de la población había na- muestra la figura 3.[, el val<
cido fuera del país. (En ese mismo momento. en Estados Unidos, otro puer- considerablemente durante
to para los emigrantes europeos, sólo un 13 por 100 de la población había mera guerra mundial, bajó r
nacido fuera.) Como resultado, Argentina iba a contar con un carácter ine- bajó, y volvió a subir y baj
quívocamente europeo, lo que provocaría tensión entre los argentinos en treinta. Fue uno de los mt
cuanto a su identidad nacional real. exportadores latinoamericat
La movilidad de esta f.uerza de trabajo inmigrante fue un ejemplo de dustrializado del sistema mt
manual. Se contrataba y despedía a los trabajadores por estrictos motivos ción econónrica se vcía mu1
económicos, lo que generó un considerable movirniento de obreros de ida y nas al país.
vuelta entre Italia y las pampas argentinas (que les ganó el nombre de <go- Pero el mercado intern¿
londrinas>). También había un flujo constante entre la ciudad y el carnpo, y estable, al menos comparad
Buenos Aires scllía atraer una gran parte de los extranjeros. café (como veremos más a
En este periodo también surgió una pequeña industrializac\ón, que no mantuvo bastante firme dur
supuso una amenaza para la orientación básica hacia la agricultura de ex- quía y otras demoras, la det
portación de Ia economía. La mayor parte de la industria se dedicaba a pro- peró. Por lo tanto, la Depre
cesar productos del campo, como lana y carne de vaca, lo que llevaba a sus
dueños a identificar sus intereses con los de la agrícultura.
tanl.a rapidez
América Latina.-o de forma
El rápido crecimiento económico del periodo 1880-1914 tuvo profundas Otra forma de depende
implicaciones sociales. AI principio había una elite latifundista en la cúspide y ya que cl sistema bancario a
Argentina g5
gauchos y obreros asalariados en la parte inferior. con la marea épica de la in-
migración, la población nacional aumentó de 1,7 millones de hãbitantes en
1869 a 7,9 millones en L914. A medida que mejoraba ra economía, aparecieron
nuevos nichos. Los inmigrantes llegaron primero a las estanciar, peio luego se
trasladaron a las ciudades. Italianos y españoles llegaron para cònuertirse en
colonos, arrendatarios de granjas y obreros rurales. En el sèctor urbano apare-
cieron otros trabajos: en el transporte (especialmente el ferrocarril), las in¿us-
trias de procesamiento y de servicios (banca, gobierno). La explotación de la
riqueza agrícola produjo una intrincada red de intereses económicos y contri-
buyó a la creación de una economía rural-urbana compleja.
Así, la economía argentina entró en su <edad de orou, un periodo de
prosperidad en aumento, basada en la exportación de carne y trþo, y en la
importación de artículos manufacturados. De 1860 a 1914, su pIB subió a una
tasa media anual de al menos un 5 por 100 (los datos anteriores a 1900 son
incompletos). Es una de las tasas de crecimiento sostenido más altas que se
ha registrado en cualquier país. El comercio se incrementó de forma cons-
tante desde 1880, mientras los hombres de Estado exponían optimistas las
virtudes del progreso y el crecimiento económico. A muchos les parecía que
Argentina, tan bendecida con recursos naturales, se hallaba en la vía de una
expansión interminable.
Pero el país pagó un precio por este éxito. su integración en la economía,¡
mundial significó que las intensas fluctuaciones externas tuvieran s.u"ru, ,"-{
percusiones internas. un descenso de la demanda europea de productos ali-
menticios produjo una disminución de las exportacioneg que pudo provocar
una depresión en toda la economía argentina, destino compartido con Aus-
tralia, otra exportadora de productos agrícolas de zona templada. y como
muestra la figura 3.L, el valor en pesos de las exportaciones aigentinas varió
considerablemente durante el periodo de i915 a 1939: subió d-urante la pri-
mera guerra mundial, bajó a comienzos de la clécada de !920,luego subió y
baj6, y volvió a subir y bajar cuando llegó la Gran Depresión dé los años
treinta, Fue uno de los modos por los que Argentina, como otros países
exportadores latinoamericanos, hizo su economía dependiente del centro in-
dustrializado del sistema munclial. Al estar supeditadi al comercio, su condi-
ción económica se veía muy dcterminada pof tendencias y clecisiones exter-
nas al país.
Pero el mercado internacional para la carne y el trigo era relativamente
estable, al rnenos comparado con la demancla de mercancías como azúcar y
café (como veremos más adelante). El comercio cárnico, en particular, sä
mantuvo bastante firme durante la década de 1930. Tras recupeiarse de la se-
quía y otras demoras, la demanda de trigo y otros cereales también se recu-
peró. Por lo tanto, la Depresión golpeó con fuerza a Argentina, pero no con
tanta rapidez
América Latina.-o de forma tan completa- como lo hizo con otr-os países de
otra forma de dependencia económica apareció en el ámbito financiero,
ya que el sistema bancario argentino se vinculó de formafieriódica con el pa-
86 I'listoria contem¡torúrtes d.e América L,atinu
e
I
efecto sufïciente para preocupar al gobierno, que asumía que todo problema
Los políticos liberales conocj
laboral debía ser obra de agitadores extranjeros. Por ello, el Congreso apro- bido a su surgimiento en er
bó Ia Ley de Residencia en 1902, que capacitaba al gobierno para deportar a fuentes. En prirner lugar, pet
todo extranjero cuya conducta <comprometiera la seguridad nacional o per- fundista que producía la riq
turbara el orden público>, al participar eu huelgas, por ejemplo. Fue una rnon<lpolizar los instrumentc
reacción instintiva de los legisladores, que se negaban a creer que pudieran
elecciones, recurriendo al fr
surgir conflictos de clase entre argentinos verdaderamente patriotas' controlaban al único partid(
Unos cuantos políticos en boga decidier<¡n intentar un planteamiento di-
cional (PAN). Las decisionr
ferente. En 1"904 Joaquín Y. González propuso un código general que incluye-
(UJ!#1JP, un comPromiso inlì
ra y controlara toclas las relaciones laborales. Los conservadOres atacaron la pecto, los liberalcs argcntin
propuesta sin demora, pues se oponían en principio a que el proletariado tu-
ejemplo británico y estadour
viera ¡lerecho a organizarse, mientras que el movitniento sindical, encatrezado que en Argentina habían vu
por los anarquistas, se opuso porque temían que cualquier sistema guberna- A primera vista, este sis
mental pudiera manipularse contra ellos. Esta combinación acabó c<ln el pro-
mirable a los intereses âgroc
yecto de ley e impidió la creación cle un sistema oficial de relaciones laborales.
sión posterior a ltì80. Pero
I-os dirigentes políticos continuaron sus esfuerzos por hacerse con el con-
ron sus aclversarios. La cxpi
trol clel trabajo. En 1907 el Congreso creó un Departamento de Tiabajo e in- tanto en el campo como en
vitó a las confederaciones de trabajadores punteras, incluida la FORA, a par-
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Argentina 93
Ë'stos tres grupos unieron sus fuerzas para crear el partido Radical, des-
tinado a desempeñar un importante papel en la política del siglo xx. En 1g90,
justo cuando el país entraba en una breve pero severa crisis eôonómica, in-
tentaron una revuelta armada. un acuerdo acabó con ra rebelión, pero algu-
nos líderes intransigentes fundaron la unión cívica Radical (ucR) dos años
después. Al no poder lograr un progreso electoral debido al fraude practica-
do de forrna rutinaria por los políticos del gobierno, recurrieron a la revuel-
ta armada dos veces más, pero ambos intentos fracasaron. Sin embargo, ros
radicales, encabezados primero por Leandro Alem y luego por Hipólito yri-
goyen, se mantuvieron en la terca persecución del poder político. En cuanto
a los objetivos económicos, participaban en gran medida y con éxito en la
economía de agroexportación y estaban muy comprometidos con ella. eue-
rían simplemente tomar parte en la dirección política de su sociedad.
No todos los oligarcas apoyaron la posición gubernamental de excruir a
los radicales del poder. un ala más ilustradaganó en 1911, cuando el presi-
dente Roque Sáenz Peña propuso una reforma electorar. Aprobada en r9rz, \i,
la nueva ley declaraba el sufragio universal masculino y el voto secreto y i
obligatorio, lo que aumentaría de forma significativa el electorado, especial-
mente en las ciudades. En la práctica, era un sabio intento de cooptación por
p¿rte de la oligarquía. sáenz Peña y sus colaboradores consideraban qué la
clase obrera y los dirigentes sindicales eran ra amenaza real; y no las õlases
medias, que cooperarían una vez incorporadas al sistema. Los políticos go-
bernantes actuaban de modo muy semejante a como lo habían hecho sus
iguales británicos en el siglo xrx, que habían aprobado tres veces proyectos
de reforma electoral para ampliar el sutiagio e incorporar así nuevos secto-
res sociales al juego político establecido.
De este modo, la ref'orma electoral de Sáenz peña extendió er voto a ros
ciudadanos frustrados del sector medio. De inmediato, los radicales bien or-
ganizados capitaìizaron las nuevas reglas y consiguieron que su veterano di-
rigente, Hipólitp Yrigoyen, fuera elegiclo presidente en LgJ.ó_ ¿Iba a haber
una nueva era?
La primera prueba consistió en la conducta gubernamental hacia los tra-
bajadores. Los radicales comenzaron con una actitud diferente a la de sus
predecesores. Mostraron una preocupación genuina por la suerte de la clase
trabajadora, en parte porque esperatran ganar votos en su batalla con los
conservadores. cuando surgieron conflictos laborales, el gobierno de yrigo-
yen lnantuvo una postura que parecía favorecer a los trabajadores en sus in-
tervenciones, Los organizadores obreros lo consideraron una mejora, pero
que dependía de la acción del gobierno câso por caso.
La crisis sobrevino en 1918-1919, cuando todo el mundo occidental fue
sacudido por oleadas de huelgas. Las acciones, que con frecuencia incluyeron
t huelgas generales, se dirigían normalmente tanto contra los empreiarios
como contra el Estado. Había una confluencia de agravios específicos y hos-
tilidad generalizada. En Argentina, los obreros se levantaron por el reducido
poder adquisitivo de sus salarios, causado por la inflación de la primera gue-
94 Historiq contemporónea de América Latina
rra mundial. Los precios de los alimentos subieron de forma pronunciada, es- México y Brasil, cuyos electc
timulados por la demanda europea, pero los incrementos salariales se detu- de alfabetización más bajas y
vieron. Como consecuencia, los trabajadores de Buenos Aires se vieron gol- Una consecuencia más de
peados con dureza. Los dirigentes sindicales convocaron una serie de huelgas importancia que lograron los
a finales de 1918, y a comienzos del año siguiente decidieron que era el tiem- neración de 1880, después dr
po oportuno para una huelga general. el instrumento sindical para derribar para la persecución organiza,
el Estado burgués. un tipo nuevo de elite polític
Su idea tuvo consecuencias trágicas. El gobierno de Yrigoyen decidió que rrera en la política. Su foro fi
había de actuar con firmeza y los resultados fueron la reposición de 1910. Un A pesar de lo innovadora
movimiento civil paramilitar ultraderechista, la Liga Patriótica Argentina, para su tiempo en América I
propició la histeria antiobrera, explotando de forma efectiva el miedo de las cas del sistema político. Resr
clases media y alta al desafío popular. Los miembros de la Liga tomaron las sólo excluía a todas las mujer
calles para atacar a los trabajadores; era una lucha de clases revanchista. Se los varones adultos debido a
disparó a cientos de manifestantes. Se volvió a reprimir a los dirigentes labo- I,i Pocos inmigrantes pasaban P
rales, esta vez pot los radicales, y cayeron los golpes más duros sobre los sin- r día establecerse de forma pe:
dicalistas y los últimos restos del cuadro dirigente anarquista. ban. Los que sí lo hacían sc
El movimiento obrero no desapareció. Aunque se batió a los anarquistas miento y el obstruccionismo
y se debilitó a los sindicalistas, dos corrientes ideológicas más aparecieron los trabajadores no naturalizi
entre los trabajadores argentinos: el socialismo y el comunismo. El primero forma tendía a ayudar a la cl
hacía hincapié en la acción política y apostaba por el Partido Socialista como El resultado práctico de
esperanza para cambiar el capitalismo argentino. Los comunistas, por su dores del poder. Los radical
parte, ponían énfasis en los movimientos sindicales en lugar de las urnas y tácticas mecánicas, mostrarot
pronto hicieron modestos progresos en conseguir posiciones en los sindicatos T. de Alvear se convirtió en
clave. 1928 y los radicales dominart
Los años veinte no trajeron mucho éxito a los organizadores obreros. Las partidistas reemplazaron las
tasas salariales reales aumentaron de forma constante durante la década, los políticos de clase media a
pero no debido a la presión sindical. Por el contrario, quizá estas subidas so- traclasistas. El sistema Políti
cavaran la sindicalización. La ausencia relativa de conflicto (véase la figura para el sistema sociopolítico,
3.2) también significó que el gobierno no se esforzara por crear un nuevo tes sobre la política, tanto f
marco para las relaciones laborales. En 1930 el movimiento obrero se había como por la acumulación dr
convertido en un actor relativamente sometido del escenario argentino. más autónomo. Para los cont
En el otro extremo del espectro político estaban los conservadores. Ha- no de democracia limitada
bían esperado que la reforma electoral de Sáenz Peña permitiera cooptar a La tensión en la esfera 1
los radicales, pero pronto se desengañaron, ya que en lugar de seguir con la mica mundial de 1929, aunq
tradición del acuerdo, llevó a cambios básicos en el sistema político. tan pronto como a otros País
En primer lugar, el electorado aumentó de forma constante. Todos los carne se mantuvieron hasta
varones argentinos mayores de dieciocho años tenían ahora derecho a votar, , cho, pero fundamentalmente
casi un millón de personas en 1912. Como este incremento pronunciado con- ' cían escasa influencia polític
tinuó, el electorado alcanzó ya en 1946 un total de 3,4 millones de personas. naturalizados (cerca de un 7
La participación era elevada al ser el voto obligatorio y se minimizó el frau- sufrieron un breve descenso
de. Entre un 70 y un 80 por 100 de los posibles votantes depositaron su pa- agitación obrera seguía en u
peleta en las elecciones presidenciales. Éstas también resuliaban muy reñi- duda, la Depresión expuso li
das. Los ganadores raÍa vez surgían con más de un 60 por 100 de los votos. ciente por sí sola para causa
Este alto porcentaje relativo de participación ciudadana (sólo de varones)
distinguía a Argentina de otros países latinoamericanos importantes como
Argentina S5
ejército como institución y un celoso respeto a su independencia, honor y mismo intento de ensayar la
reputación profesional. El lado opuesto de esta lealtad era la sospecha pr<l- doctrinas anticlemocráticas
funda hacia los de fuera, en especial los políticos. Los soldados contempla- España y Portugal. En esenc
ban con frecuencia a las autoridades civiles con una mezcla de desdén y jerárquico basado en la fun
aprensión. En 1930, los mandos militares llegaron a la conclusión de que miembros más cultivados de
el único modo de acabar con el desastre político era revisar las reglas del de los políticos profesionale:
juego. deñosamente los describía. l
Aunque estaban de acuerdo en este punto, discrepaban en lo demás. Una los legisladores electos rep
facción, encabezada por el general Agustín P. Justo, quería el retorno ciel sis- voso), como los de los estar
tema oligárquico de los días anteriores a la reforma cle Sáenz Peña. Pensaban el modelo corporativista er-t
que sólo Yrigoyen y los radicales habían abusado del sistema electoral. Si se sistía en que una estructura
Argentinø 97
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económico, de modo que el árnbito político v<llvería a reflejar la distribución vil como militar, de que su P
clel poder en el ámbito económico. Resulta bastante obvio que también era política y militar en el conlli
una fórmula para cletener Ia política orientada a las clases sociales. La res- Tras este tosco consenso
puesta corporativista a los males del sistema de congreso iba a redefinir de cos civiles. Los oficiales disi<
forma radical las bases de la representación. el poder. El gruPo triunfadr
I
Aunque Uriburu dirigió el gobierno provisional en 1930, el grupo de Jus- Unificación o Grupo de Ofic
to acabó ganando. Se celebraron elecciones, pero, como en los días previos a respuesta a la demanda Po¡
I
Sáenz Peña, se practicó el fraude sin cortapisas. Una vez que Justo se convir- tras leyes, persuadidos de qt
tió en presidente en 1,932, creó una coalición de partidos pro gubernamenta- líticos profesionalesl quiene,
les denominada la Concordancia y, en un esfuerzo por ganarse el apoyo civil, De hecho, los ambicios,
reemplazó varios militares de puestos sensibles con políticos conocidos. Es política. Comenzaron, en 1!
evidente que esperaba formar un gobierno nacional amplio, que Ie otorgara menudo expresado desdén'
la autoridad para responder a los efectos socioeconómicos de la depresión mer presidente Provisional,
mundial. mente: <Ahora no haY Parti
Pero resultó imposible. Una razón para su fracaso fue la expansión de ron librar a Argentina de P<
una clase obrera urbana que, mediante huelgas y otras tácticas, hizo deman- el fin de los partidos Políticr
das repetidas al gobierno. Y en el ámbito de la elite, Ios políticos profesiona- profesionales, menos a unos
les con intereses partidistas- se negaron a jugar con las Mientras los militares se
-comprometidos
antiguas reglas. Resultó claro cuando el dirigente del Partido Radical, Ro- aumentaba la conciencia de
berto Ortiz, eìegido sucesor de Justo en 1937 mediante la manipulación de la clase obrera urbana, esPet
Concordancia, paró el fraude electoral y de este modo permitió que los radi- los días de la reforma electo
cales consiguieran el control del Congreso. zada casi en un 90 por 100 Y t
Su salud le obligó a dejar el cargo en 1940. Su sucesor, Ramón Castillo, bían llegado hacía Poco del
recurrió a la técnica de la oligarquía sitiada cuando se enfrentó a las eleccio- de la exportación (1880-191'
nes: poner votos falsos en las urnas. Por supuesto, nadie creía el fraude; sólo cidos en Argentina Y no in
dramatiz.aba la ilegitimidad del gobierno civil que sostenía. proletariado que no era dift
Las autoridades rnilitares observ¿rban el drama con impaciencia crecien- el ejército euroPeos Y los hal
te. Veían cómo sus colegas de Alernania e ltalia habían desempeñado pape- cistas. En realidad, los com
les clave en el desplazamiento de los gobiernos civiles tambaleantes. A me- Occidental consideraban a z
dida que se extendió la guerra por Europa a comienzos de los años cuarenta lidad de una rePública del I
y el Eje incluía a Alemania, Italia y Japón desde 1940- parecía triun- les inherentes a la industrial
-quemandos rnilitares argentinos
far, Ios altos consideraron la necesidad de ejer- A medida que iba tenit
cer un liderazgo firme y seguro en su tierra. El obstáculo era Ia camarilla de política argentina resultaro
políticos civiles a quienes los militares no habían purgado lo suficiente del Iitares tenían su ProPia ba
poder desde 1930 y que habían continuado persiguiendo sus intereses mez- trabajadora urbana carecí¿
quinos y así haciendo vulnerable a su país. En parte debido al fraud
La política argentina estaba tomando un camino que no aparecía en nin- como funcionaba el sisten
gún otro país importante de América Latina. Las causas eran varias. Prime- portantes, incluidos lo9 ra'
ro estaba su fuerte antipatía por los aliados, en especial los estadounidenses electoral según la modific¡
y británicos. En contraste con Brasil, cuyo gobierno, tras un breve flirteo con más de la mitad de la Pob
la Alernania nazi, había decidido unir su suerte a la de Estados Unidos en Por ello, ninguno, con la <
1942, Argentina quería preservar su <neutralidad>. En la práctica esto signi- téntica base de clase obrer
fìcaba que continuaría vendiendo productos alimenticios esenciales a Gran lida significativa Para los t
Bretaña sitiada mientras se negaba a unirse al esfuerzc¡ rnilitar estadouni- E,ntra en escella Juan l
dense. Esto reflejaba un sólido sentimiento entre la elite argentina, tanto ci- el grado de coronçl en el c
Argentintt 99
casi cincuenta años había tomado parte activa en el movimiento del GOU argentinas mientras canalii
que expulsó de la presidencia a Ramón Castillo cn 1943. En reconocimiento y material que se les había
por su cooperación se convirtió en secretario de lrabajo, un puesto de poca po en recompensarlos. Per
importancia que transformó en un bastión de fortaleza. Utilizando tanto el cionando desde que ocupó
palo como Ia zanahoria, Perón engatusó a los trabajadores industriales: a los de huelgas que luego el go
grupos de trabajadores veteranos así como a los nuevos; a los residentes ur- viértase el repunte en el ni
banos de toda la vida y a los emigraclos rccientes del campo. De este modo, la figura 3.2, aunque su n
hizo del movimiento sindical un recurso propio y en parte por esta influencia también subió el tamaño m
se convirtió después en ministro de la Guerra y vicepresidente de la nación. se incrementaron un 25 po
Héroe para los desposeídos, ganó las elecciones presidenciales de 1946 con trabajo en la renta nacion
una sólida mayoría del 54 por 100, a pesar de la indiscreta resistencia dçl De, 1950. Los trabajadores urt
partamento de Estado estadounidense. que le denunció por sus simpatías pro nunciada en su nivel de vic
fascista$, y a pesar de la oposición combinada de todos los partidos políticos los propietarios de capital,
nacionales. El Partido Comunista Argentino fue especialrnente vehemente nopolio del comercio gub
en denunciarlo como un demagogo fascista. productos a bajos precios 1
Durante este periodo, Perón empezó a depender del instinto político de AI principio, esta intré
su amante y después esposa, Eva Duarte. Antigua actriz de radio llegada del ció un 8,6 en 1946 y un sor
interior no hacía mucho. estaba determinada a tcner éxito en el mundo de ferior del 5,L por 100 en 1
Buenos Aires. metros mundiales. Este cr
exportador argentino, qut
1946 a 7948.
El peronismo y Perón Perón también hizo bt
ra en la economía. En I94
Una vez instalado como presidente, Perón procedió a poner en práctica los tar el control sobre los act'
principios corporativistas adoptados por los oficiales del GOU. Ahora se or- Argentina nacionalizó el f
ganizaría Argentina según los grupos de ocupación: industriales, agricultores, do el corazón del sistema
trabajadores. En la cima de esta jerarquía estaría el Estado. El gobierno ac- lizadas la compañía de teÌ
tuaría como el árbitro final en caso de conflicto entre los grupos. El nuevo las instalaciones del muellt
gobierno expidió con rapidez un sinnúmero de estatutos reguladores de las argentinos compensaron a
organizaciones ocupacionales y Perón afirmó de inmediato para el Estado urÈ\_# cionalistas declararon que
papel intervencionista en la economía. Se clictó un Plan Económico de Cin- 7947,Perón saldó toda la r
co Años y 5ê otorgó a un poderoso y nuevo instituto de comercio exterior una grandiosa ceremonia ,
continuaba en plena actividad. La oposición política había sido desmoraliza- cer. F'ue adelgazando de lor
cla y humillada. Las calles se llenaban continuamente de fieles. Era la reali- con ahínco y continuó su a¡
zación de la ,,Nueva Argentinao que Perón había prometiclo. nitas de desafortunados qur
Este éxito fue pronto ensombrecido por problemas económicos. EI año a Pcrrin clc una compañcrr'
1949 trajo el primer déficit del comercio exterior desde la guerra y redujo las importante como é1.
reservas de divisas a un peligroso nivel. Igualmente importante fue el repen- Una vez muerta, se hiz,
tino salto de la inflación a un 31 por 100, doble que la del año anterior. Una vida. El gobierno suspendi(
severa sequía disminuyó la ploducción de artículos exportables. cleración General del 'Irab
Perón se topó con las realidades económicas que habían permanecido mes de duelo. La manifeste
ocultas durante los primeros años de la posguerra. En 1946 parecía muy su cuerpo desde la residel
simple beneficiarse de la economía mundial, pero ahora se había vuelto pro- donde iba a yacer en capillr
blemático. Los precios mundiales para las exportaciones argentinas estaban ochcl de ellos murieron apl
cayendo; los de las importaciones, especialmente los de los artículos manu- por heritlas cn las siguicnl
facturados, subían. Además, Ia política peronista agravaba el problema, El ,
plancs para cdificar un rnat
IAPI había establecido para los artículos agrícolas unos precios reducidos i:bcrtad. Muerta a los treinti
irreales con el fin de mantenerlos bajos en las ciudades, pero el efecto fue I roso quc unió a los fieles ¡r
también desanimar la produccirin, con lo que se dañaron las exportaciones. Mientras tanto, el sevel
Perón reaccionó ante la crisis económica de 1949 aportando un nuevo fredo Gómez Morales cotn,
ministro de Finanzas, que lanzó un programa de estabilización ortodoxo: cré- consejeros optaron entonce
dito ajustado, reducción del gasto público y límites estrictos en los aumentos nos populista y nacionalist
de salarios y precios. Perón estaba determinado a controlar la economía y Había una apelación direct
reanudar lo antes posible su ambiciosa política social. contrato con Ia Standard C
El comienzo cle la crisis económica coincidió con su decisión de estrechar tivos a la agricultura, cuya
su control político. Su primer problema era Ia Constitución argentina de bajo la estrategia de alimer
1835, que prohibía la reelección del presidente. ¿Podía dudarse de que Perón,i taran una congelación sala
quería otros seis años de mandato? Los peronistas hallaron el modo. En-" ción cle la tan necesitada ir
mendaron la Constitución no sólo para permitir la reelección del presidente, Las implicaciones polít
sino también para reiterar una ley de 1,947 que daba el voto a las mujeres. En obvias. Para recuperar el r
l95l Perón fue reelegido con el 67 por 100 de los 6,9 millones de votos emi- que invertir, al menos en p
tidos, con un fuerte porcentaje de las mujeres votantes. Entonces se fundó un tribucionistas. Cuando la e<
Partido Peronista, que contó como uno de sus órganos centrales con un Tri- ,
un sector social; pero cuânr
bunal Disciplinario del Partido. Desde entonces el gobierno recurrió con más ganando a expensas de lol
frecuencia a meclidas autoritarias, tales como la expropiación cn 1951 de l.a i
amenazaban con desgarrar
Prertsa, el principal ¡reri<lclico cle la oposición. por Perón.
Sin embargo, Perón fue vencido en un frente político. Al hacer la cam- Quizá por esta razón. l¿
paña para la reelección en l951, quiso que Evita luera su candidata a la vi- radical. Desde 1949, los es<
cepresidencia. Su influencia política había aumentado considerablemente, ya las peronistas clesaparecier
que rnuchos trabajadores la habían identificaclo como el corazón del pero- ello dio preferencia en los
nismo. Fue brillante en la promoción de su imagen, ayudada por inmensos (y bleció un nuevo programa
en su mayoría no explicados) fondos gubernamentales. Pero lcls militares no del peronismo y para vestit
ccdieron: se negaron a aceptar la posibilidad cle que una mujer pudiera ac- rón sabía que tenía advers
ceder a la presidencia y convertirse cn su comandante en jefe. A F,vita le golpe contra ó1. Los suprir
amargó la decisión, pero sugirió que había límites en el poder peronista. T permaneció vivo.
El veto militar a su candidatura presagió un golpe mayor. Evita cayó en- Ti'as la muerte de Evit
Ierma y finalmente no puclo clcultar el hecllo de que estaba muriendo de cán- sindicatos, dirigidos por sur
Argentina 103
cía más ortodoxa, la retórica peronista se volvía más estridente' Se hizo evi- nidad de depurar todo lo pr
dente un tono militante justicialista de la clase trabajadora. En 1953, una mu- peronistas, despedidos, y to
chedumbre callejera peronista saqueó el Jockey Club, bastión de la aristo- tió en ilegal.
cracia argentina. Los militares de línea c
En 1954,los radicales peronistas tomaron otro pilar del orden tradicional: dicarse en un intervalo rel¿
Ia lglesia. Se legalizó el divorcio y todos los colegios parroquiales se pusieron conocidos de la Argentina ¡
bajo el control del Ministerio de Educación. El año de 1955 trajo consigo ma- !
sa, antiperonista vehement(
nifestaciones masivas contra la Iglesia, orquestadas por los peronistas. Sus c Los propietarios azotados I
multitudes quemaron varias iglesias famosas de Buenos Aires. El Vaticano se , El gobierno de Aramburu
desquitó excomulgando a todo el gabinete del gobierno, incluido Perón. El peronistas, en especial en k
prqsidente prometió solemnemente movilizar sus masas contra los <<conspira- su influencia. En junio de 1
dores> que ponían en peligro la independencia argentina, amenazando con provincias se desencadenó
vengar con cinco adversarios cada peronista que cayera en combate político. respondió con fuerza. Con
De hecho, el gobierno peronista estaba fuera de control. La cruzada an- dos algunos oficiales del e
ticlerical no podía proporcionar bastante fruto político para justificar el efec- sangre era ominoso; por ml
to destructor en el público, incluidos algunos fieles peronistas. Y lo que es rón, nunca había recurrido
más importante, la repulsiva batalla con la Iglesia había proporcionado una Los estrategas políticos
oportunidad a los enemigos de Perón dentro del ejército. Muchos oficiales tema político para pasar a
que se habían sentido molestos por diversos aspectos del peronismo se con- una Junta para la Defensa
vencieron entonces de que estaba dispuesto a destruir el país. En septiembre los partidos y movimientos
de 1955, los conspiradores militares movilizaron sus fuerzas y presentaron a que se comprometieran co'
sus antiguos compañeros un ultimátum: rendirse o enfrentarse a la guerra ci- miento era de por sí una
vil. Perón, dado tan a menudo a la retórica extremista, no tuvo estómago A comienzos de 1957 hubc
para un baño de sangre. A diferencia de Evita, nunca había querido armar a batida mediante la represi
los trabajadores y ahora era demasiado tarde. Aceptó el ultimátum y se reti- militares seguían pensando
ró, refugiándose en una cañonera paraguaya que lo condujo a un ignominio- manejar a los peronistas.
so exilio. En el frente económic<
traron con una economía i
ganancias del comercio ex
La administración militar dos a los militares tomaro
ción y la renegociación de
Cuando el general Perón huía por el ancho río, cambió el talante de Argen- tina. Los años 1955-1957
tina. ¿Dónde estaban los trabajadores ansiosos por proteger a su dirigente? buena, aunque la producci
¿Qué había sido de la enorme maquinaria política? ¿Cómo pudo un puñado habían hallado el modo dt
de militares bloquear tan fácilmente a la clase trabajadora? tas, aún traumatizados pol
En realidad, Perón no había sido derrotado. Se había marchado. Partió de su retórica, los militare
bajo coacción, pero no hizo ningún esfuerzo por movilizar a sus seguidores sultado unas tasas salarialt
contra los hombres de uniforme. El vacío repentino creado por su partida era y subieron un 7,2 por 100
indicativo: ni Perón ni el peronismo habían terminado. económicos esperaba a un
El general que se convirtió entonces en presidente fue Eduardo Lonardi, Por desgracia para Ar,
un moderado que quería evitar una política revanchista que mantuviera uni- profundamente divididos. I
dos a los peronistas. Pero los militares de línea dura se impacientaron con su venerable partido de Yrigo
planteamiento conciliatorio: demandaban medidas más severas. En noviem- dicales (UCR) se dividiero
bre, depusieron a Lonardi..e instalaron al general !-edfo Aramburu como pre- (UCR del pueblo: UCRP)
sidente provisional. Los celosos antiperonistas tuvieron eriTonces la oportu- tado más veterano del part
Argentina 105
1951. La otra fue la de los uradicales intransigentes" (UCRI), encabezada por tróleo con compañías ext
Arturo Frondizi, profesor de economía. La facción de Balbín era antiperonis- argentina del 50 por 100
ta fanática, mientras que la de Frondizi abogaba por la flexibilidad en el trato ser autosuficiente y nece
con los peronistas. Entre los militares había una división de opinión semejante. tróleo importado. Sin em
En julio de 1957 , Argentina celebró sus primeras elecciones desde la caí- haberse <vendido> al im¡
da de Perón. Las dos facciones radicales consiguieron un número casi igual ta que había imprimido z
de escaños en la asamblea constituyente, que de inmediato restauró la Cons- El resto del plan ecor
titución de 1853. Pero los diputados se peleaban y se marchaban tan a me- sombra más ominosa. A:
nudo que la asamblea fue finalmente disuelta. frentó con una aguda cri
No obstante, los militares estaban resueltos a pasar a un gobierno civil. militar se había movido
Celebraron una elección presidencial en febrero de 1958 y el vencedor fue dejó al nuevo régimen ci
Frondizi, que había montado una campaña abiertamente nacionalista. Su ala bía tenido ningún gobier
radical, la UCRI, seguía manteniendo como adversaria la de Balbín (UCRP), blema similar en 1949 y <
por lo que necesitaba votos de otras partes. Para lograrlos, hizo un trato con ro de estabilización sin r
los peronistas, prometiéndoles algunas medidas de corte peronista y la dis- forma más específica, I
posición a trabajar para que su partido recobrara la legalidad. El ala de Fron- (FMI), al que la Argenti
dizi obtuvo no sólo la presidencia y el Congreso Nacional, sino también la zi eligió un rumbo difere
mayoría de los gobiernos provinciales. Parecía como si Argentina tuviera de los que esperaba una
ahora un gobierno central fuerte que pudiera acometer la difícil tarea dejada bierno militar había hect
por Perón y el poco concluyente gobierno militar de 1955-1958, El mayor nu- dicina para casos extrem
barrón que se cernía sobre Frondiziera el alcance de su deuda con los pero- bre el crédito, recorter
nistas y el modo de saldarla. eliminación de los subsid
pleados públicos sobrant
Frondizi se vio ahor¿
El fracaso del reformismo desarrollista impulsar un programa dr
cía recortes para satisfac
El gobierno de Frondizi (1958-1962) fue una prueba muy importante de la da se convirtió en un eje
capacidad argentina para volver a las filas de los regímenes civiles electos. El estabilización económica
nuevo presidente parecía ser del mismo molde que otros reformistas demo- La contradicción de
cráticos que entonces triunfaban en América Latina, tales como Eduardo te en su estrategia polítir
Frei de Chile y Juscelino Kubitschek de Brasil. Tanto en el frente económico sin duda tener de su la'
como en el político, Frondizi decidió apostar fuerte. El riesgo era grande, aprobación era esencial
pero también las posibles recompensas. acerca de esta política cc
Tenía un ambicioso programa económico que pretendía acelerar la in- a su equipo económico '
dustrialización a la vez que estimular la producción agrícola para fomentar mático, encabezado por.
las ganancias por exportación. Gran parte de la financiación de la nueva in- mo al estilo del FMI.
dustria había de llegar del exterior, mientras que la extensa intervención es- Frondizi estaba coml
tatal en [a economía iba a reducirse, comenzando por el reconocimiento de de choque prescrito por
la negociación colectiva libre en la esfera laboral. Había un desafortunado por 100 y la retirada rep
cabo suelto en este plan: sólo podía tener éxito si se producía el cambio del objetivo era hacer que h
consumo a la inversión, lo que significaba que los consumidores, a los que nacionales. Los defensor'
tanto había favorecido Perón, debían prepararse para hacer sacrificios inme- ceso sería doloroso de to
diatos en favor del desarrollo nacional a largo plazo. portante objetivo sectori
Frondizi decepcionó a los nacionalistas con una de sus primeras decisio- y de este modo promovt
nes de inversión: la firma de contratos de exploración y producción de pe- la demanda externa com
Argentina 107
El efecto inevitable de esta política fue una aguda división en el ingreso. el gobierno. Los peronistas ,
El ingreso real (o poder adquisitivo) de los trabajadores industriales cayó un del total de votos. Obtuvier
25,8 por 100 en 1959, mientras que el ingreso real por el aumento en la pro- bloque de escaños en el Cor
ducción de carne alcanzó un 97 por 100 ese mismo año. Había una inversión 100 y los de Balbín el22 po
exacta del justicialismo de Perón. Ya antes de que sus salarios reales hubie- De inmediato, los milit
ran descendido de forma significativa, los trabajadores urbanos comenzaron las victorias electorales perr
a batallar con el nuevo gobierno. Hubo huelgas generales en abril, mayo y Frondizi intentaron formar
septiembre de 1959, y una extensa huelga de ferrocarriles en noviembre. La una salida obvia. Juntos, re
última fue la más perniciosa, ya que las hinchadas listas de empleados del fe- guidores de Balbín rechaza
rrocarril nacionalizado y deficitario era un blanco importante en la campaña tado presidente por su polít
gubernamental para reducir su déficit. Gracias al aparente apoyo público a partido de la clase media,
los huelguistas, Frondizi se vio obligado a aceptar un acuerdo de compromi- gentina, el país con la mayr
so en el que el movimiento obrero fue el vencedor efectivo. Los militares consider¿
La política de estabilización también fue atacada por los hombres de em- Había apostado por cambi
presa argentinog en especial por los de firmas pequeñas. Denunciaban las negó tercamente a dimitir.
restricciones crediticias y el tremendo aumento de los precios de importación rodaron por las calles y lo
por la devaluación masiva. Los empresarios de las firmas mayores, en parti- dencia su sucesor constituc
cular los vinculados a capital extranjero, se sentían más felices, ya que la po- Guido fue presidente e
lítica gubernamental los favorecía. Los agricultores resultaron ser una de las der real lo ostentaron los r
decepciones mayores de Frondizi. Al habérseles garantizado precios más ele- cómo tratar con los políticc
vados, se esperaba que aumentaran la producción, pero eran suspicaces y se militares y a repetidos derr
negaron a suscribir el compromiso a largo plazo necesario para conseguirlo. hombres de uniforme. El h
A pesar de la feroz oposición pública, algunas de las medidas presiden- acerca de si era aconsejabl
ciales comenzaron a dar frutos. Al estancamiento de 1958-1959 le siguieron nistas en el sistema polític<
unas tasas de crecimiento del 8 por 100 en 1960 y del 7,1 por 100 en 1961. La mandar constantemente in:
tasa de inflación, que se había disparado hasta un 113,7 por 100 en 1959, des- Los militares acabaron
cendió aI27,3 por 100 en 1960 y a sólo el 13,5 por 100 en 1961. La pro- las elecciones de 1962 y cel
ducción industrial iba claramente en aumento y dos sectores claves mostra- El voto siguió un patrón c
ban éxito: el primer complejo de acero integrado se terminó en 1960 y la pro- obtuvieron el total mayor,
ducción interna de petróleo se había triplicado, alcanzando casi la autosufi- dente fue Arturo Illia, un
ciencia. segundo intento radical de
No obstante, el destino de la presidencia de Frondizi no dependería de Su estilo político era de
los indicadores económicos, sino de la fortaleza de su apoyo político. Aquí las pues había obtenido sólo ¡
io. el gobierno. Los peronistas encabezaron a todos los partidos con un 35 por
100
un del total de votos. obtuvieron una serie de gobiernos provinciales y un gran
'o- bloque de escaños en el congreso. Los radicales de Frondizi lograron el 2ipor
ón 100 y los de Balbín el22 por 100; el resto fue a partidos *"no.!r.
ie- De inmediato, los militares enfurecidos obligaron al presidente a anular
ln las victorias electorales peronistas en las provincias. Entonces los radicales
de
v Frondizi intentaron formar una coalición con los de Balbín, lo que resultaba
-a una salida obvia. Juntos, representaban la mitad del electorado. pero los se-
'e-
guidores de Balbín rechazaron las ofertas cle Frondizi, desechando
al debili-
ia tado presidente por su política económica <antinacionalista>. una vez más,
el
â partido de la clase media, los radicales, resultó ser incapaz cle gobernar
ri-
Ar-
gentina, el país con la mayor clase media de América Làúna.
Los militares consideraron entonces que Frondizi estaba desacreditado.
n- Había apostado por cambiar er peronismõ y había perdido; no obstante, se
AS negó tercamente a dimitir. El29 de marzo de 1962, los tanques del ejército
in rodaron por las calles y lo desarojaron de la casa Rosad a. Ltego a la presi-
.i- dencia su sucesor constitucional, el presidente del Senado José ñ4aría
Guido.
)-
ts
.der Guldo fue presidente en funciones durante un año y medio, pero el po-
real lo ostentaron los militares, aún profundamente divididos acerca de
có.mo tratar con los políticos civiles. Esta situación condujo a revueltas
int¡a-
;e militares y a repetidos derramamientos de sangre a pequeña escala entre los
). hombres de uniforme. El hecho era que los militares no estaban nada
t- unidos
acerca de si era aconsejable o posible tratar de <reintegrar> las masas pero-
n nistas en el sistema político. y ro complicaba el propioÞerón
ul {
a mandar constantemente instrucciones ã sus lugaitenìentes en Argentina."n "i"*ilïo, \
i- Los militares acabaron decidiendo anular
þor completo los rËsultados de
)- las elecciones de 1962 y celebrar una nueva ronda electoral en julio
de 1963.
t- El voto siguió un patrón conocido, aunque esta vez los radicaies de Balbín
t-
obtuvieron el total mayor, col un 27 por 100 de ros votos. El nuevo presi-
i- dente fue Arturo lllia, un médico gris de provincias que iba a encabezar
el
segundo intento radical de gobernar la Argentina posperonista.
su estilo político era decidiclamente mðderaao. to cual parecía apropiado
S pues había obtenido sólo algo más de un cuarto del voto popular
y se en-
frentaría a un congreso en er que la oposición ocupaba casi åo, tercios
de los
escaños. A diferencia de Frondizi, no había hecho òfertas
a los peronistas. Sin
embargo, los militares de línea dura no deiaban de vigilar pára
sorprender
cualquier signo de debilidad hacia er p"ronir.no o ra iz{uieråa.
Illia fue bastante afortunado con la situación económica que encontró. El
año 1962 había contemplado una recesión, pero las buenas óosechas
agríco-
las mejorarían pronto labalanza comercial y aumentarían las
reservas de di-
visas. Su gobierno comenzó a ocuparse de lä economía
de forma muy caute-
losa y no anunció un programa general. Sin embargo, pronto fue
evidente
que sus políticos se basaban en ra expansión, otorgando aumentos
salariales
generosos e imponiendo controles a los precios. Èstas
medidas ayudaron a
catapultar a Argentina a la fase de .,avancen del modelo económico
de
110 Historia contemporánea de América Laîina
<detención y avance> (estimulando y contrayendo la economía de forma al- bierno de Onganía cerró el
ternativa) que había exhibido desde la guerra. El PIB mostró pequeñas dis- de la universidad y se propt
minuciones en1.962y 1963, pero apretó el paso para ganar un 10,4 por 100 la vida social. Los líderes
en !964 y un 9,L por 100 en 1965. de autoridad y forjaron alia
En el frente agrícola, el gobierno de Illia sufrió una tendencia decrecien- cuyo capital buscaban comr
te en el <ciclo de la carnerr, cuando se retuvieron los rebaños agotados para Una parte clave del plan ge
su reproducción. La escasez resultante irritó a los consumidores urbanos cal,ya que el aumento de ir
carnívoros voraces- y redujo la producción disponible para la ex- un descenso de los salarios
-siempre
portación. Los ganaderos estaban airados porque el gobierno no permitía El gobierno de Onganí
que los precios subieran a los niveles indicados por la demanda del mercado. económica. Perón se había
Illia, como casi todos los demás presidentes desde 1945, descubrió que era en 1952: controló la inflaci<
virtualmente imposible aprovechar el sector rural en beneficio de la nación. el estancamiento económicr
Los sindicatos peronistas se opusieron a Illia desde el momento en que mitado con la inflación y
ocupó el cargo, en parte debido a que se los excluyó de las elecciones de deprimir la inversión y sacr
1963. A pesar de todos los acuerdos salariales, la CGT dominada por los pe- se había dejado llevar por
ronistas estableció un <plan de lucho, que incluía huelgas y ocupaciones. niendo políticas salariales ¡
Como Frondizi, Illia esperaba que su política atrajera algunos votos peronis- biernos había logrado llega
tas. Esta ilusión se hizo añicos en las elecciones para el Congreso de marzo un crecimiento sostenido, t
de 1965, cuando el Partido Peronista legalizado obtuvo el 30,3 por 100 de los tisfacer tanto la demanda
votos, contra eI28,9 por 100 de los radicales. Como e¡ 1962, se hizo eviden- adelantado la visión más c<
te su habilidad para conseguir los votos en una demostración de lealtad al por la necesidad de penosa
movimiento. El gobierno de Onganí
Perón, en su exilio español, se sintió animado por los resultados y man- nómico más profundo. Tias
dó a su tercera esposa, Isabel,-a.Argentina para negociar d-e- forma directa berto Krieger Vasena, anun
con los grupos peronistas en disputa. La preocupación de los militares de lí- lista extranjero denominó
nea dura aumentó por la aparente vuelta de los peronistas. Illia había hecho equilibrado del periodo de
la misma apuesta política que Frondizi y había obtenido resultados similares. sión de la producción, la esl
La escena económica también había dado un giro inquietante. La inflación pagos con un esfuerzo por
había brotado de nuevo, el déficit priblico estaba fuera de control y la con- de forma muy gradual>'. Un
fianza de los inversores caía en picado, con lo cual la Bolsa de valores casi años en L967, que pudo hac
tuvo que ser clausurada. En junio de 1.966, los militares volvieron a interve- éxito relativo en mantener
nir. Illia fue expulsado de la Casa Rosada sin ceremonias. Una vez más, los bién la abrupta reducción c
oficiales se habían deshecho de un gobierno radical incapaz tanto de encan- El gobierno tenía a su
dilar como de reprimir a las masas peronistas. vimiento sindical, encabez
acogió con satisfacción el
gobierno militar. A su vez,
La solución burocrático-autoritaria la perspectiva de dividir l.
Esta táctica tuvo un éxito ¡
El golpe militar de- 1.9Q.6*pareció marcar una ruptura más aguda con el pasa- por la explosiva oposición
do que cualquiera de los anteriores desde 1943. Cuando menos, fue el más En ese año, se desarrt
represivo, siquiera en los estadios iniciales. Con la proclamación del adveni- Córdoba, corazón de la ir
miento de la <<Revolución argentina>, el general Juan. Carlos Onganía pre- ción. Había habido una ser
tendió implantar un nuevo tipo dé régimen: un Estado burocrático-autorita- rales. El comandante del e
rio. El objetivo era atacar deraíz las causas de los problemas argentinos, en ron y durante una protel
lugar de tratar con los síntomas: la sociedad debía ser transformada. El go- decenas de manifestantes'
Argentina I l l
bierno de onganía cerró el congreso recalcitrante, expulsó a sus adversarios
de la universidad y se propuso controlar (y supuestamente elevar) el tono
de
la vida social. Los líderes militares echaion a los políticos de los puestos
de autoridad y forjaron alianzas con los tecnócratas inue.ror", extrånjeros,
cuyo capital buscaban como un medio de espolear el "crecimiento económico.
una parte clave del plan general requería la supresión del movimiento sindi-
cal, ya que el aumento cle inversión iba a ser prôporcionado parcialmente por
un descenso de los salarios reales.
El gobierno de onganía intentó además otro programa de estabili zación
económica. Perón se había visto forzado a adoptàr uno 1949 y de nuevo
en 1952; controló la inflación y mejoró labalan)a de pagos, "n pero el coste fue
el estancamiento económico. Frondizi lo intentó en 195fy obtuuo un. éxito
li_
mitado con la inflación y la balanza de pagos, p".o ,ólo con el coste de
deprimir la inversión y sacrificar su plan desarrolliita de largo plazo. Illia sólo
se había dejado llevar por la fase expansionista del ciclo ðcoìómico, impo-
niendo políticas salariales y de precios casi peronistas. Ninguno de estos go-
biernos había logrado llegar a ra raíz de los
þroblemas argeîtinos: la falta de
un crecimiento sostenido, basado en un sector rural prod"uctivo capaz de
sa-
tisfacer tanto la demanda de exportación como la ìnterna. Frondizi había
adelantado la visión más coherente, pero se vio comprometido de inmediato
por necesidad de penosas medidas estabilizadoras a corto plazo.
þ-
El gobierno de onganía estaba determinado a rearizar un progru-u
nómico más profundo. Tras una pausa inicial, el ministro de Ecänomía, ".o-
Adal-
berto Krieger vasena, anunció un plan de amplio alcance que un experto
ana-
lista extranjero denominó más iarde ,.el programa anìiinflacionista más
equilibrado del periodo de posguerra>, programa que ocombinaba la expan-
sión de la producción, la estabilidad de los piecios y ia mejora de la balanza
de
pagos con un esfuerzo por aumentar el nivel de consumo agregado,
aunque
de forma muy gradual>. un rasgo crave fue ta congelación salãriai
durante dos
años en-1967, que pudo hacerse cumplir debido a los métodos autoritarios
y al
éxito relativo en mantener los precios bastante bajos. (Debe advertirse tam-
biénla abrupta reducción de las huelgas que muestia la figura 3.2.)
El gobierno tenía a su favor otro factor más. un ala s'ignificativa del mo-
vimiento sindical, encabezada por el directivo de la cGf Augusto vandor,
acogió con satisfacción el golpe contra Illia y quiso colaborar"con el nuevo
gobierno militar. A su vez, los oficiales encabãzádos por onganía paladearon
la perspectiva de dividir los sindicatos y romper aií la opiesión peronista.
Esta táctica tuvo un éxito parcial en 1961 y t96g, pero en t'goq tue absorbida
por la explosiva oposición sindical.
En ese año, se desarrolló un movimiento de oposición en la ciudad de
córdoba, corazón de la industria automovilística árgentina de nueva crea-
ción. Había habido una serie de protestas contra el gãbierno y paratlas
labo-
rales. El comandante del ejército local se puro n"*iãro, sus tiopas
se asusta-
ron y durante una protesta callejera abrieron fuego, matanào a algunas
decenas de manifestantes y espectadores. Se levantó ãn el país un
alarido de
I12 Hßtoria contemporánea de América Latina
protesta, a pesar del autoritario control gubernamental de los medios de co- te militar poco conocido, d
municación. Los numerosos enemigos del programa económico del gobierno, vuelta en Buenos Aires, Le
incluidos algunos militares que se oponían a la congelación salarial, aprove- traicionero: la inflación, que
charon la ocasión para procurar la salida de Krieger Vasena. Onganía vacila- en 1969, iba en aumento y a
ba, aumentaba la presión y por fin se obligó a Krieger Vasena a marcharse un rumbo expansionista mo
en junio de 1969. El gobierno de Onganía duró un año más, pero su credibi- cendente del ciclo de la car
lidad se había destruido. de prestigio militar, se encor
No fue sólo la oposición sindical la que perdió al régimen de Onganía. ba en marzo de I97t sellaro
También hubo un aumento impactante de la violencia política en forma de taló en su lugar al general y'
tortura clandestina y ejecución por parte del gobierno militar y rapto y ase- la deposición de Onganía or
sinato por parte de la izquierda revolucionaria. El golpe de Onganía empezó Lanusse siguió una dire<
con violencia y los militares victoriosos aclararon de inmediato que se sus- ca. Poco inclinado a tomar
pendían todas las garantías legales habituales. La política laboral, teñida de déficit presupuestario en at
un aspecto conciliatorio en su exterior, pronto pasó a depender de la coer- ción hasta un 58,5 por 100 e
ción. Ya había ocurrido antes, en el mandato de Aramburu e incluso en el de puesta para la economía.
Illia, pero ahora había una diferencia. La izquierda decidió responder con su Su ambición real era lo¡
propia violencia. Brotaron grupos revolucionarios escindidos que secuestra- la legali?aciÇn def peronisrr
ron a hombres de empresa prominentes y los liberaron por sumas enorrnes. peraba que favoreceríá a lol
Los ejecutivos de las multinacionales extranjeras se convirtieron en blancos. ta aún mayor: d_e-çidió perm:
Las firmas contestaron trasladando a su personal a Montevideo, al otro lado È
t pa.tA matzo de L973. Perón r
del río, desde donde viajaban a diario bajo vigilancia armada. En 1970, los te- !
;
1972 y presionó intensame
rroristas de izquierdas secuestraron al ex presidente Aramburu, que había Cámpora, como candidato
ordenado la ejecución de los conspiradores peronistas en 1956. Más tarde se lencia, con secuestros de eje
le encontró asesinado. rrillas se volvieron más aui
Una toxina mortal había entrado en el cuerpo político argentino. Ahora militares, así como prisioner
existía una izquierda revolucionaria, comprometida a traumatizar la nación Cámpora recibió el49 ç
mediante la violencia contra aquellos que identificaba como opresores: los soluta, pero muy por delantr
militares y la policía, junto con sus colaboradores, los ejecutivos bien trajea- litares de ideas cercanas cor
dos de las multinacionales. Y el gobierno devolvió el golpe con su propia vio- contra la izq¡ri-grda, Le cons
lencia. Había estallado la guerra civil. que no tenía nada en com[
El gobierno de Onganía fue un fracaso político desde todos los criterios. cuales declaraban combatir
Aunque introdujo el plan de estabilización económica de más éxito desde la vestido en mayo de 1973, tt
posguerra, no consiguió un reto más difícil: crear una coalición política de mer paso hacia una soluciór
base amplia que pudiera proporcionar continuidad a la política y hacer posi-
ble una planificación genuina para el futuro. El régimen militar de Onganía
nunca podría haber conseguido esa coalición porque se hizo con el poder te- Vuelta ¡
niendo en contra a los radicales, principal voz de la clase media, y a los
peronistas, que seguían siendo la voz más fuerte de la clase obrera. Al con- Cámpora no había dejado
trario de los generales brasileños, cuyo éxito aparente envidiaban los argen- que Perón pudiera regresar
tinos, los oficiales de Onganía no pudieron forjar una alianza entre militares de su débil personalidad, su
y civiles capaz de mântener el poder el tiempo suficiente para poner en prác- va y atrevida. Había sido c
tica una política que proporcionara un crecimiento económico sostenido. General Económica), una a
Y no menos importante, la escena política argentina se había polarizado más jetivo era estabilizar los pr
que la brasileña. El fracaso de Onganía dejó a Argentina pocas alternativas. trabajadores hasta que supu
El nuevo presidente fue otro general, Bq-be¡to. Levingston, un inteligen- canzado en el primer perio,
Argentina I 13
bida salarial única;2) una congelación de precios pactada por el gobierno, los 1 Entonces, sometido a una t
sindicatos y la industria; 3) una congelación salarial de dos años; y luego rón accedió a conceder cua
l
4) un conjunto de medidas destinadas a mejorar los ingresos reales de los tra- sindicatos de la CGT, con k
bajadores. Obviamente, esto requería una cooperación extraordinaria de to- No se sabe si su magia
I
:
dos los grupos de presión. El gobierno de Cámpora parecía haber negociado dores, ya que murió en julir
el acuerdo en el Pacto Social que proponía y que fue formalmente ratificado la conociö cuando era bailä
tanto por la CGT como por la CGE. Estableció un pacto paralelo con los recreo que emprendió tras I
productores rurales (excepto con los ganaderos, rabiosamente antiperonis- su inseguridad e indecisión
tas) que ofrecía incentivos en precios, impuestos y créditos a cambio de la cargo mientras los peronisti
promesa de doblar la producción agrícola para 1980. Sorprende que el nue- fluencia sobre la aterrorizar
vo régimen peronista hubiera creado una coalición que incluía casi a todos denciales.
los grupos de presión de la sociedad argentina. ¿Cómo fue posible? En par- El consejero con mayot
te, debido a que se había afianzado en los argentinos el agotamiento y el re- López Rega, una figura aml
alismo. De hecho, más de un antiguo antiperonista contemplaba el nuevo go- por la astrología como por s
bierno de Perón quizá como la última oportunidad para el país de resolver dó primero a convencer a
sus problemas mediante algo menos que la fuerza desnuda. nistros más moderados en
Como todo argentino y observador extranjero podía comprobar, las po- mara medidas enérgicas co
sibilidades de éxito no eran elevadas. La violencia política aumentaba sin ce- tendencia. Esto se convirti<
sar pues las guerrillas rechazaron con desdén el nuevo régimen peronista y,¡ sindicatos comenzaron a n€
mediante los secuestros y asesinatos trataban de desestabilizar el frágil equi- i les del L00 por L00 o más. l
librio polltico. Otra desventaja más eran la edad y salud de la antigua figural pactos salariales y desPués,
carismática a cuyo alrededor debía edificarse el nuevo consenso social: Perón' Esta involución dramática,
tenía sesenta y siete años y una salud menguada. tre las guerrillas de izquierc
Las nuevas elecciones presidenciales se programaron para el mes de sep- La presidenta también Pert
tiembre. Ahora Perón tuvo éxito con una táctica polftica que había fracasa- legación peronista.
do en 1951: consiguió que su esposa Isabel fuera nombrada para la vicepre- La economía corría sin
sidencia. Ambos barrieron en las elecciones con un 62 por 100 de los votos. 1975, mientras la espiral s,
Entonces Perón comenzó a ocuparse de la izquierda revolucionaria, a la que resultó desastroso para las
habla animado a menudo en sus declaraciones desde el exilio. El Ejército nante y se complicó con ul
Revolucionario del Pueblo (ERP) fue proscrito, en buena parte debido al bre la carne importada. Lat
asesinato repetido de mandos militares. Dio su bendición a las medidas A comienzos de marzo dg
enérgicas tomadas contra las reuniones y publicaciones izquierdistas. Parecía dio que adoptar un plan de
justificado el juicio de Lanusse: Perón estaba demostrando ser el garante- al FML
perfecto para presidir una ofensiva militar y civil contra la izquierda revo- El deterioro de la econ
lucionaria. lencia en la política. Las gt
En el frente económico, el ingenioso programa emprendido por Cámpo- vocadores a la policía y el
ra parecía funcionar bien. A comienzos de 1973, hubo un auge económico La derecha respondía
cos.
alimentado por las altas ganancias de la exportación, ya que los precios mun- como la Alianza Anticomr
diales de la carne subieron y la producción de grano aumentó. Durante ese basarse la nueva era Peron
año, la inflación cayó de forma considerable y los salarios reales crecieron un dinero menguaba a diario.
13,3 por 100 en la segunda mitad. Pero L974 trajo problemas. El incremento
del precio del petróleo de la OPEP desequilibró la balanza de pagos, aunque
sólo importaba el 16 por 100 de su petróleo. Además, algunos sindicatos no
1. Lo normal hubiera sido r
Constitución argentina sólo habl
pertenecientes a la CGT consiguieron nuevos acuerdos salariales, en viola- riesgo. Asl que la legalidad triunf
ción del <pacto social>. Varios sindicatos de la CGT siguieron su ejemplo. sidente.
Argentina I15
Entonces, sometido a una presión creciente
por parte de sus dirigentes, pe_
rón accedió a conceder cuàntiosas bonificaci,on",
sindicatos de la cG! con lo qu" ,o.*ã
a" rin-¿" lno u todos ros
su programa antiinflacionista.
No se sabe si su magia póo.ia haberle
valião d" ;";;;;n ros rrabaja_
' dores, ya que murió en
¡urio ae rg7i. Lapresidenta era ahora Isabel. perón
l, Ia conoció cuando era bäilarina
J" .uuå.¿ pu"urn¿, äJrinr" el viaje
I "" en tg5s."rs;úi'";;;;
rec¡eo que emprendió tras ru o"riit*iåì, "n de
su inseguridad e indecisión ya habían Evira, como
hecho paten,t". ilirrii"n¡e asumió
cargo mientras los peronistas disputaban el
agrìamente.l euerían conseguir in_
la arerrorizada mujer qu" r,ãUiu u.."ài¿o-
u roi ãeberes presi_
#;:,:i:j"Ore
El consejero con mayor influjo fue su
ministro de Bienestar social, José
L6pez Rega, una figura ambicio.ã y
uti.îi¿u, tun
por la astrorogía como por sus ideas peronistas.de "tnã.td;;äl" fascinación
derechas. LópezRega ayu_
dó primero a convencer a Isaber puru qu"
retirara de su gabinete a los mi-
nisrros más moderados en octubrË
i" i,lt+;r*s; il;"À,åää'puru que ro_
ma¡a medidas enérgicas coxrra ra izquierda,
tendencia.
i"äuid";l;, ii.änirtu, de esa
-sindicatos Esro se convirrió en er rumbo de la porÍtic;l; i;;;,mienrras
comenzaron a negociar nuevos contratos los
les del 100 por 100 o más. IJabet organiå con incrementos sararia_
unu contracampaña, anulando los
pactos salariares y después, tras
una serie de huelgas;;.'i"^ä, restableció.
Esta involución dramdtica, además
¿ãì" .u¿u vez mássangrienta batalla en-
tre las guerrillas de izquierda_y er ejército,ltevo
a ru ¿imisiàî-ã"Lop"" n"gu.
La presidenra también perdió su ;;y;r;;
en el congreso al escindirse la de-
legación peronista.
La economía corría sin control. La inflación
se disparó at33! p9r 100
1975, mientras la espiral satarios-preciår-"ogi" çn
velocidad. Ese año también
resultó desastroso para las
yu qu" la cosecha fue desilusio_,
nante y se compricó con una"xporia"ion"r,
nueva traba del Niercado õ;;;;Ë"ropeo
bre la carne importada. Las reservas so_
A comienzos de marzo dp !27þ, goUi"rno de"uy"ràn ,narä;; 50 por 100.
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Isabel ya no tuvo más reme_
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ää çùL¿luurzacron nguroso para volver
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deterioro de la economía se vio acompañado
por el aumento de ra vio_
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vocadores a la policía y et e¡ercito,"on,iluuun
,u, ã"liù";ä;;;"q"es pro_
algunos asesinatos dramáti_
cos' La derecha respondía a- r¡avés "o.nåli"noo
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como Ia Arianza Anticomunista Argentinã.
Et ogrun pacto)) en er que iba a
la nueva era peronist u pur"íí^ ut åru
9ii::"
clrnero menguaba a diario,
un" paradoja cruel. Er varor der
po, horas. El miedo a los terroristas,
"urí fueran
mientos para una udemocracia> final que sería, en palabras escogidas cuida-
dosamente, <acorde con la realidad, las necesidades y el progreso del pueblo
ry*ît :
argentino>.
En la persecución de estas ideas, los militares no sólo se embarcaron en
una guerra enérgica contra la oposición, sino que también penetraron en la
sociedad argentina mucho más profundamente que nunca antes: además de
abolir la Confederación General del Tiabajo, acabaron con otras institucio-
nes, como organizaciones deportivas o de caridad.
En 1978 los generales obtuvieron una propaganda caída del cielo cuando
se eligió al país como sede de la Cop4 Mundial de fútbol. Argentina fue la
ganadora, para el éxtasis de las multitudes y el obvio placer de los generales
de línea dura. Al menos durante unas cuantas semanas los argentinos comu-
nes pudieron sentirse orgullosos de su país. Pero la euforia se disipó pronto
por la realidad de su difícil situación.
Entre las preocupaciones más graves estaba la economía. El ministro de
esta cartera, José Martín ez de lloz, franco representante de las ideas neoli-
berales, impuso de inmediato un plan de estabilización para reducir la infla-
ción y devolver la confianza a los acreedores extranjeros. La clase obrera se
enfrentó a salarios reales en declive, mientras que a los empresarios cada vez
les resultó más difícil obtener crédito. El sector más favorecido fueron los
bancos y las instituciones financieras, que obtuvieron elevados beneficios de-
La ocupación de las islas Malv:
bido a las altas tasas de interés real (con frecuencia del 20 al 40 por 100). El
gullo y provocación nacionales
flujo de capital exterior aumentó de forma espectacular, pero en gran parte
era especulativo. Martínez de Hoz también pasó a nacionalizar una serie de
empresas estatales, mientras que redujo drásticamente los aranceles de casi
todos los artículos industriales. nes para encontrar una solt
Estas medidas lograron disminuir la inflación a un 88 por 100 en 1980 y nía no se discutió formalmt
obtener una balanza de pagos excedentaria durante cuatro años sucesivos de espionaje británico advil
(1976-1979). Sin embargo, en 1981 se había oscurecido el panorama. Una ola vió una pequeña flota de g
de quiebras bancarias provocó una enorme salida de fondos. De nuevo la in- vaneció.
flación excedió el 100 por ltÐ y se instaló la recesión. En 1981 la industria En 1982, los argentinos
operaba sólo a la mitad de su capacidad y la renta real era más baja que la contraseña Y que no se ml
de 1970. de 12,000 km de Inglaterr
Apesar de estos problemas económicos, las fuerzas armadas demostra- ovejas. El2 de abril, una I
ron un grado notable de coherencia y unidad. Era un régimen institucional, ron rápidamente a la guar
no un asunto de un solo hombre, y cuando Videla pasó la presidencia al ge- armas.
neral Robçrto Viola en marzo de 1981, sólo fue la confirmación de este he- La primera mln¡stra co
cho. Viola carecía del vigor necesario para soportar la presión de ese puesto, dispuesta a ver secuestrado
por lo que lo cedió a comienzos de 19E2..a1 general Leopoldo Galtieri, co- dictadura militar latinoamt
mandanfe en jefe del ejército. movilizaron una imPortan
En maÍzo, Gaftigri decidió jugarse el destino de su gobierno en las islas militar por la necesidad d,
Malvigas, controladas por Gran'Bretaña, pero reclamadas desde hacía mu- autodeterminación de los is
cho tiempo por Argentina. Durante su mandato de 1946 a 1955, Perón rea- soldados en las cabezas de J
i' vivó la pasión argentina sobre las islas, pero Gran Bretaña no le hizo caso. canos menos tres resPaldarr
En 1965, las Naciones Unidas invitaron a ambos países a iniciar conversacio- de Estados Americanos Y c
Argentina 119
lHI
Illl0 .-r*,
#i
l,tl.';r,.,
clive. Ademág Galtieri creyó que contaría al menos con el apoyo tácito de la
tó útil a los airados forofos d
administración Reagan, con la que los generales argentinos habían desarro-
manifestantes contra el gobie
llado una cálida relación.
Para obtener la financia
A corto plazo, Galtieri estaba en lo cierto acerca de la reacción de los ar-
ción, el gobierno aceptó un
gentinos. La invasión produjo un desbordamiento de sentimiento patriótico,
FMI. Pero existían dudas rea
que se debió en parte a los reportajes hiperbólicos, controlados por el go-
sición a un gobierno civil. Er
bierno, que sólo hablaban de las victorias argentinas. ¿Había encontrado Ar-
yor protesta antigubernamer
gentina, fragmentada desde hacía tanto tiempo, una vía para unirse?
Para sorpresa de casi to<
Pero la población del país pronto sufrió un rudo retorno a la realidad.
obtuvo un 52 por 1.00 de los
Las tropas británicas mejor entrenadas y con más experiencia barrieron las
Los radicales también lograr
islas y sitiaron a los 7.500 soldados argentinos atrapados en la capital, Port
peronistas, que no habían pe:
Stanley. Tlas consultas nerviosas con Buenos Aires y una resistencia esporá-
sólo alcanzaron el 42 por 1.0
dica, el comandante argentino se rindió de inmediato, la única opción sensa-
los derechos humanos duran
ta dada la pobre moral, condición y posición de sus tropas. Pero esta rendi-
únic'o grupo no peronista ca¡
ción repentina golpeó con dureza a Buenos Aires. La propaganda del
El nuevo gobierno se enl
gobierno se volvía ahora cenizas. Gran Bretaña, supuestamente debilitada e
gar estaba el compromiso de
incapaz de defender esas islas distantes, había derrotado de forma decisiva a
bían matado o <<desaparecidr
las tropas argentinas, muy superiores en número. Sólo las fuerzas aéreas ar-
blica contra los perpetrador
gentinas parecieron haber contado con la habilidad y el valor necesarios para
conseguir votos. Sin embarg
combatir de modo efectivo.
a su pfopio ejército por crín
los nazis fueron impuestos d
riosas). Era tierra virgen. ¿(
La transición a la democracia responsabilidad criminal? ¿)
de construir un nuevo ejérci
La junta presidida por Galtieri había cometido un error mortal: como go-
El segundo problema en
bierno castrense, comenzó una aventura militar que no logró ganar. La reac-
alcanzado el 400 por 100 en
ción pública fue inevitable: ¿qué tienen de buenos los generales si ni siquie-
su enorme deuda exterior. 'l
ra pueden ganar una guerra pequeña? El fervor patriótico se tornó en
para sobrevivir en el comerc
peligrosas manifestaciones a las puertas de la Casa_ $osada. Galtieri se con-
la perenne lucha por la rent¿
virtió en blanco de sus compañeros oficiales y renunció cuando la unidad mi-
grandes sindicatos de trabaj
litar comenzaba a resquebrajarse. Las fuerzas navales y aéreas abandonaron
represión militar.
la junta y dejaron solo en el poder al ejército de tierra. El nuevo presidente
fue un oscuro general retirado, Reynaldo Bignone, del cuerpo de ingenieros.
El tercer problema era e
dicales, partido minoritario t
Al asumir el cargo en julio de 1982, repitió valientemente la reclamación ar.
gentina sobre las islas Malvinas. Prometió elecciones en 1983 y el regreso del do Alfonsín? En caso de n
gobierno civil antes de 1984. Era como si los generales argentinos, por su in-
Alfonsín batalló valientr
de los torturadores resultó
competencia, hubieran restaurado la legitimidad a los políticos civiles.
nombrada por el presidente
La economía pasó de mala a peor en1982. La inflación se disparó hasta un
Argentina 121
200 por 100, los trabajadores perdieron cerca de un cuarto de su renta real y el
país entró de .fbcto en el incumplimiento de su deuda exterior privada. A co-
mienzos de 1983. el valor nominal neto del salario mínimo era de un millón de
pesos a la semana, que equivalían sólo a unos 19 dólares. A los brasileños (su
tasa de inflación era sólo del 100 por 100) les resultó divertido cuando los ar-
gentinos imprimieron su primer billete de un millón de pesos. Los mismos
argentinos se sintieron más frustrados. La moneda de cien pesos valía
mucho menos de un centavo de dólar- se retiró de la circulación y-que sólo resul-
tó útil a los airados forolos del fútbol. que se las tiraban a los árbitros, y a los
manifestantes contra el gobierno. que hacían lo propio con la policía.
Para obtener la financiación externa que se necesitaba con desespera-
ción, el gobierno aceptó un austero plan esbozado en colaboración con el
FML Pero existían dudas reales acerca de si sería capaz de organizar Ia tran-
sición a un gobierno civil. E,n diciembre de 1982, la oposición preparó la ma-
yor protesta antigubernamental en siete años de mandato militar.
Para sorpresa de casi todos, el líder del Partido Raclical, Raúl Alfonsín,
obtuvo un 52 por 100 de los votos en las elecciones presidenciales de 1983.
Los radicales también lograron la mayoría en la Cámara de Diputados. Los
peronistas, que no habían perdido una elección presidencial libre desde 1945,
sólo alcanzaron el 42 por 100. Alfonsín había sido un valiente luchador por
los derechos humanos durante el mandato militar. Además, su partido era el
úrnico grupo no peronista capaz. de formar un gobierno viable.
El nuevo gobierno se enfrentaba a problemas formidables. En primer lu-
gar estaba el compromiso de perseguir al personal militar y la policía que ha-
bían matado o "desaparecido', a más de 10.000 sospechosos. La revulsión pú-
blica contra los perpetradores era profunda y había ayudado a Alfonsín a
conseguir votos. Sin embargo, Argentina sería el primer país que procesara
a su propio ejército por crímenes internos (los juicios de Nuremberg contra
los nazis fueron impuestos después por todas las potencias extranjeras victo-
riosas). Era tierra virgen. ¿Cuántos debían juzgarse? ¿Dónde terminaba la
responsabilidad criminal? ¿Y cómo afectaría este enjuiciamiento al esfuerzo
de construir un nuevo ejército democrático?
El segundo problema en importancia era la economía. La inflación había
alcanzado eI 400 por 100 en 19tì3 y Argentina no poclía realizar los pagos de
su cnorme deuda exterior. Tampoco había logrado modernizar su economía
para sobrevivir en el comercio mundial. Por último. Alfonsín se enfrentaba a
la perenne lucha por la renta entre las clases y sectores competidores, con los
grandes sindicatos de trabajadores ensangrentados pero no vencidos por la
re¡rresión militar.
E,l tercer problema era encontrar una base política viable. ¿Podían los ra-
dicales, partido minoritario desde 1945, retener la mayoría que había obteni-
clo Alfonsín? E,n caso de no lograrlo. ¿era factible una coalición efectiva?
Alfonsín batalló valientemente con todos estos retos. El procesamiento
de los torturadores resultó una situación casi sin ganadores. Una comisión
nombrada por el presidente documentó la muerte o desaparición de 8.906 ar-
122 Historia contcnlporúneu clc Antét'ic'u Lutittu
gcntinos, trl gobierno presentó acusaciones contra los nueve comandantes en Los peronistas aprovech
jefe del ejército por crílenes que iban clel asesinato a la violacicin. Cinco fue- ciales de mayo de 1989, el ca
rcln hallados culpables y conclenados a prisión, rnientras que tres de los cua- nador de la provincia interi<
tro absueltos fueron después procesados por Ia justicia militar y sentenciados por 100 del voto popular
a prisión. ¿,Pero hasta dónde clebía llegar el procesamiento? Una revuelta mi- brepasando diestramente al
-1
litar en 1987 protestando contra los enjuiciamientos inminentes forzó al Con- dos más. Esto marcó una di
greso a exonerar a trldos los oficiales prlr debajo del rango de general. Hasta primera vez que un partido
los procesamientos en curso se empantanaron, lo cual espoleó a los defensores nes presidenciales en más dr
de los derechos humanos y a los familiaies de los "clesaparecidoso a denunciar peronistas llegarían al poder
que no se juzgaran los cientos, si rro miles, de otros casos. Los seguidores de tos pasos, razonaban alguno
Alfonsín replicaron que ningún otro gobierno de América Latina se había lista de alcanzar una democl
atrevido nunca a procesar a sus oficiales por crímenes cometidos durante un No sería una tarea fácil.
gobierno militar, Mientras tanto, el cuerpo de oficiales estaba más bien poco hicieron erupción en mayo
arrepentido. Era evidente que la represión y la subsiguiente búsqueda ile jus- proverbÌal granero del cont:
ticia dejarían una profunda cicatriz en la sociedad argentina. turbios en busca de alimento
Cubrir los pagos tle los 50.000 millones de dólares de la deuda exterior tado de rili.e y luego anuncir
era un problema económico inmediato para el gobierno. Como las exporta- lo previstg. <Ningún preside
ciones no obtenían un excedente suficiente para el servici<l de la deuda. Al- crificio de su pueblo si su c
fonsín tuvo que buscar nuevos préstamos. El precio de este dinero fue una propio." Castigado y desale
política cìe austeridad interna diseñada por el FMl. Sin embargo, la inflación presidente argentino librem
corrió hasta eI 627 por 100 en 1984 y se acercó al 700 por 100 cn 1985. Con desde la clécada de 1920.
la espalda contra la pared, el gobierno de Alfonsín develó el Plan Austral, Al tomar el poder en mr
una congelación de salarios y precios que creó una nueva moneda (el au¡lral) nía las manos llenas. La infla
con la esperanza de romper la psicología intlacionaria. La intlación cayó a bía casi 4.000 millones de d,
menos de un 100 por 100 (una victoria para los parámetros latinoamerica- que por entonces había aum
nos), pero también se produjo una recesión y una aguda bajada en los sala- bar el año, Menem nombró
rios reales. Sólo las medidas provisionales permitieron al gobierno evitar in- mán González, que de. inmer
cumplir el pago de la deuda exterior, pero pocos creían que Argentina levantó el control de precios
pudiera continuar sus pagos, que alcanzaban el 6 por 100 de su PIB. dujo radicalmente los impue
En la escena política, Alfonsín supo cómo mantener su terreno contra las y suprimió un sinnúmero de
desavenencias en ascenso. En las elecciones al Congreso de 19tì5, los radica- ro de 1990, sorprendió a la ¡
les retuviert)n su mayoría cn la cámara baja. ya que los divididos peronistas intereses a títulos a diez añ'
continuaron perdiendo cl apoyo de la clase media. Los sindicatos de trabaja- clase media. Esta y otras m(
dores tambión estaban a la delensiva. Sin cmbargo, en las elecciones cle 1987, sión que puso fin a la hiperi
los candidatos peronistas al Cìongreso aventajaron a los radicales ccln un 41 Violando apreciados prir
por 100 lrente a su 37 por 100 y extendieron su dominio en los gobiernos pro- embarcaron en un program¿
vinciales <le L6 a 22. diindoselas a inversores prir
Luego el Plan Austral se resquebrajó, en parte como resultado de la pro- tel, la compañía telefónica r:
pensión negociadora de Alfonsín. La inflación subió y el tipo de cambio per- italianos y franceses. En jul
dió el control. A comicnzos de 1989, lcls precios subían más de un 30 por 100 Aerolíneas Argentinas, a Ib
al nrcs y alcanzarían más de un 100 por 100 al mes a rnitad de año. La pro- jugadas, Menem anunció su
ducción cayó en picado y disminuyó la renta. El producto interior bruto men- electricidad, el carbón y el ¡
guó un 3 por 100 en 1988 y un 6 por 100 en i989 (en conjunto, la renta per nómica neoliberal parecía sr
cápita de los argentinos descendió cerca de un 25 por 100 durante la décacla A comienzos de 1991 M
cle los ochenta). Cavallo. una fuerte persona
rlrgentina l2-l
Los peronistas aprovecharon la oportunidad. En las elecciones presiden-
ciales de mayo de 19tì9, el candidato clel particlo, carlos Saúl Menem, gober-
nador de la provincia interior de La Rioja, obtuvo aproximadamente un 47
por 100 del voto popular una clara mayoría en el colegio electoral-, so-
brepasando diestramente -yal canclidato de UCR, Ecluarclo Angeloz, y a otros
dos más. Esto marcó una divisoria potenciar en la política aigentina: era la
primera vez que un particlo cle la oposición había trìunfado .ñ unu, eleccio-
nes presidenciales en más cle setenta años. y la primera vez también que
los
peronistas llegarían al poder sin el espectro-cle perón. Si el país poclía dar
es-
tos pasos, razonaban algunos analistas, quizás tuviera una opoitunidacl rea-
lista de alcanzar una democracia genuina,
No sería una tarea fácil. La crisis económica se intensificó. Los saqueos
hicieron erupción en mayo de 19tì9, el mes de las elecciones. Argentina. el
proverbÌal granero del continente, sufrió la humillación de contemplar dis-
turbios en busca de alimentos. un aturdido presi<lente Alfonsín declaró el es-
tado de s-ttio. y luego anunció que renunciaiía a su cargo seis meses antes de
lo previstg. <Ningún presidente tiene el derecho a de¡ñandar sin cesar el sa-
crificio de su pueblo si su conciencia le dice que puede disminuirlo con el
propio,, castigado y desalentaclo. abandonci su ambición cle ser el primer
presìdente argentino libremente elegido que completara todo un
mandato
desde la <Jécada de 1920.
Al tomar el poder en medio cre estas sombrías circunstancias, Menem te-
nía las manos llenas. La inllación alcanzaba un 150 por 100 al mes. El país
de_
bía casi 4.000 millones de clólares en atrasos del pago de la deuda exterior,
que por entonces había aumentado a 64.000 millones de dólares. casi
al aca_
bar el año, Menem nombró a un nuevo ministro de Economía, Antonio Er-
mán González, que de. inmediato impuso un estricto programa de austeridad:
levantó el control de precios, permitió que el tipo cle'caribio flotara libre, re-
dujo radicalmente los impuestos sobre Las exportaciones y las importaciones,
y suprimió un sinnúmero de restricciones sobie el comerclo exterìor. En
ene-
ro de 1990, sorprendió a Ia población al tr¿rnsferir certificados bancarios con
intereses a títulos a diez. años, en la práctica, confiscando los ahorros cle la
clase meclia. Esta y otras meclidas enérgicas acabaron provocando una rece-
sirin que puso fin a la hipe'rinflación.
_
violando aprcciados principi.s clel peronismo, Menem y sus ministros se
cmbarcaron en un pr()granra cle .privatización, cle compañias estatales, ven-
diéndoselas a inversores privacros. E,n junio cle 1990, el gobierno subastó
En-
tel, la compañía tclef<inica a un consorcio de ìnu".ro.., españoles,
italianos y franceses. En julio'acional,
clc 1990. vendió las líneas aéreas naóionales,
Aerolíneas Argentinas. a lberia dc España. No contento con estas atrevic.las
ugadas, Menem anunció su intenciód de pr.ceder a la privarización
.f
cle la
electricidad. el carbírrr y el gas natural. e I inctro y la flotå. La cloctrina
eco-
nómica ncoliberal parccía salir triunfante.
A comicnzos de l99l Menem nornb^i mi'istro cre Economía a l)omingo
cavallo. una fuerte personaliclacì y firme creyente en las reformas estricta-
124 Historia contemporúnea tle América Latina
mente orientadas al mercado. Cavallo amplió la campaña de privatización, guos líderes del gobierno m
que representó más de 9.000 millones de dólares para el gobierno en 1994, y cisión provocó manifestacio
centró su programa en una de convertibilidad", que reducía el gasto pú- pero los militares ganaron
"ley guientes por delitos contra
blico de acuerdo al ingreso, prohibía la emisión de más billetes, ¡ más im-
portante, establecía un tipo de cambio de uno por uno entre el peso argenti- sucia.
no y el dólar norteamericano. La adhesión a este tipo de cambio se convirtió Cuando las fuerzas arm¿
en Ia clave de la credibilidad económica, y estimuló una entrada sustancial de especialmente en torno a mr
capital privado. Cavallo también ideó una reestructuración de la deuda ex- aplacar a los generales a fir
terna argentina en 1993, mientras que el Banco Mundial y el Fondo Moneta- nante campaña: <Triunfamo
rio Internacional continuaban apoyando sus políticas drásticas. La inflación tra sociedad al borde de la
descendió del 4,900 por 100 en 1989 a menos del 4 por 100 en 1994,y el cre- manos denunciaron enérgicr
cimiento económico alcanzó cerca del 6 por 100 anual. Los sorprendidos ob- después en una incómoda p
servadores dentro y fuera del país aclamaron el logro de un omilagro econó- militares que relataron la pr
mico>. políticos durante los vuelos
Había también aspectos negativos. Uno era la sobrevaluación del peso, rra sucia persistió tercamenl
que alentaba las importaciones y desalentaba las exportaciones, lo que llevó En 1994, el gobierno ob
a un déficit comercial de más de 6.000 millones de dólares en 1.994. Otro era de la Constitución del país,
el desempleo y el empobrecimiento de la clase media. Según un estudio, casi entre Menem y Raúl Alfonr
la mitad de la clase media del país descendió a la clase inferior a comienzos reducirían el periodo presid,
de los años noventa. A su vez, el desempleo declarado creció del 6,5 por 100 reelección: reducirían la aur
en 1991 a\72,2 por 100 en\994. de decretos de emergencia;
No es sorprendente que las iniciativas de Menem causaran rupturas y dis- dría ser destituido con el vo
cordia en el movimiento obrero. La CGT se dividió en dos alas, una presidi- troducía una dosis de autori
da por Saúl Ubaldini, un firme crítico de la política de Menem, la otra en- cial; y se daría un grado
cabezada por su seguidor, Guerino Andreoni. En septiembre de 1990 el promulgada en 1994. Los dr
gobierno derrotó un movimiento huelguístico de los trabajadores de la com- an la responsabilidad guberr
pañía telefónica en Buenos Aires que deseaban un incremento salarial que nalizarían un sistema de eqr
fue considerado como inflacionario. El creciente desempleo y los despidos los que había muchos radica
gubernamentales también desataron protestas en las provincias del interior, nem para perpetuarse en el
especialmente en La Rioja y Santiago del Estero en 1993, y los disidentes or- Menem se apresuró a ¡
ganizaron una gran manifestación en Buenos Aires a mediados de 1994. Mu- denciales de 1995. Pese a lc
chos encontraban irónico, y algunos, ofensivo, que un gobierno peronista vel y el amplio resentimien
frustrara huelgas de las organizaciones obreras y que hiciera frente a las pro- nem obtuvo una sólida vict
testas de la clase obrera. Constitución necesitaba sól
Las fuerzas armadas presentaron al comienzo a Menem un enojoso de- Dividida, desmoralizada, re
safío. Varios meses después de asumir el poder, promulgó una amnistía ge- guamente orgullosa UCR ot
neral para otros- los participantes en las revueltas militares en 1987 te provino de José Bordón,
y 1989 cuyo-entre
propósito fue más bien la protesta política que la toma del po- lición de centro-izquierda r
der. En diciembre de 1990 aún estalló otra rebelión militar realizada por los que consiguió e\29,2 por lC
<carapintadas> en nombre del estridente nacionalista coronel Mohamed Ali ga tradición argentina de p<
Seineldín unos días antes de la llegada prevista a Buenos Aires del presiden- cía igualmente improbable r
te de Estados Unidos, George Bush. La sublevación fue finalmente sofocada, un partido duradero.
pero representó un serio desafío a la autoridad de Menem. Pretendiendo que En el campo internacio:
no había negociado con los rebeldes, Menem emitió 29 de diciembre en Uno fue promover el desarr
plenas fiestas navideñas- una nueva serie de inäultos -elen favor de los anti- mún del Sur), una asociac;
Argentina 125
guos líderes der gobierno militar y su
campaña de represión política. La de_
cisión provocó manifestaciones dé protesta y
algunas renunciäs de principio,
pero los militares ganaron el pleiio: no tráuriã
sentencias o juicios subsi_
guientes por delitos contra loJ derechos
humanos cometidos en la guerra
sucia.
cuando las fuerzas armadas continuaron mostrando
signos de inquietud,
especialmente en torno a modestos recortes,
Menem trato ãpaientemente de
aplacar a los generares a fines de 1994 expresando
gratitud por su espeluz_
nante campaña:
"Tüunfamos en la guerra iucia, queiabia cJrocaoo a nues_
tra sociedad al borde de la disolucùno. ¡ss defensores
de los derechos hu_
manos denunciaron enérgicamente la declaración
de rr¿*".n,, q"ien quedaría
después en una incómo.dã posición por las
confesiones púbricas de antiguos
militares que rerataron ra piáctica ruìinaria
de ranzar ar mar a-iãs prisioneros
políticos durante los vuelos navales en
los años setenta. El legado de la gue-
rra sucia persistió tercamente.
. .En 1994, el gobierno obtuvo la aprobación del congreso
de la constitución del país, redactad'a hacía
para
"siÀ"Llã" ra reforma
140 el acuerdo
entre
.Menem y Raúr Arfonsín, ahora ríder del parrido"n"r. n;il;ì; las
reducirían el periodo presidencial de seis reformas
a cuatro años, pero permitirían una
reelección; reducirían la auroridad der presidente
para i;;i;;, por medio
de decretos de emergencia; crearían el åargo
de jefe del gabinete, quien po-
dría ser desrituido con el uglo la mayoria Ër congril
"n se fortaî..".rài";;
troducía una dosis de autoridad9"parlaméntaria); esto se in_
poder judi_
cial; y se daría un grado de äutonomía a ra "l
ciudad de Buenos Aires,
I promulgada en L994. Los crefensores insistían
I en que tas rerorrnas mejorarí_
an la responsabilidad gubernamental, descentr
I
arizarían po¿à., institucio-
nalizarían un sistema de.equilibrio y control
del mismo. "l i,í, " entre
los que había muchos radicàles, u"íun lu "p"!irrres,de Me_
reforma como una maniobra
nem para perpetuarse en el poder.
Menem se apresuró a pioclamarse candidato para
las elecciones presi-
denciales de 1995. pes.e a lås persistentes rumores
de corrupción de alto ni-
vel y el ampliõ resentimiento'hacia ei.rtito
uutoritario del presidente, Me-
nem obtuvo una sórida vicroria con el 49,8 por
roo àer ;;ì;^(*" ra nueva
constitución necesitaba sóro el 45 por 10ó para
evitar una segunda vuelta).
Dividida, desmorarizada, representãdu po, un
candicJato sin brillo, ra anti_
guamente orgullosa ucR obtuvo sólo el
17,1 por 100. r-u opori.ion más fuer-
te provino de José Bordón, un peronista dísiåente
qu. unu .ou_
lición de. ce.n.tro-izquierda conåcida comà "n:åuu"ro"àu
que consiguió e\29,2 por 100 de ros voros. _Frepaso
(Frente eui, sotiourio¡
conri¿"rutun ulguroîque ra lar_
ga tradición argentina de. política bipartidista
estaba llegand"o a su fin. pare_
cía igualmente improbablé que Boråon fuera
capaz de õonvertir Frepaso en
un partido duradero.
En el campo internacional, Argentina dio dos pasos
uno fue promover el desarroilo coñsranre ae uEnðosunnuevos y decisivos.
mún del Sur), una asociación cuatripartita que i"iùfrcado co-
incluye Argentina, Brasil,
126 I'listoria contemporítneu de Amérícu LaÍina
tenecer al Tþrcer Mundo en una ocasión-. Argentina tiene que estar riodo colonial, surgió una
en el Primer Mundo, que -dijo
es el único mundo que debería existir.> aunque pocos de los habitan
sus antepasados españoles sr
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figura clave fue Diego Porti
gimen, aunque nunca ocup(
tituyente en 1831, que dio c,
gobierno central fuerte, que
rratenientes. Portales goberl
A-
f] I territorio que ahora conocemos como Chile fue uno de los dominios
I-r más distantes del imperio español en América, que se convirtió en un
centro secundario muy valioso por su producción trgrícola y minera. Los es-
pañoles encontraron una población india nativa, pero gran parte de ella pe-
reció por el violento ataque de las enfermedades llegadas de Europa. Del pe-
riodo colonial, surgió una población relativamente homogénea, mestiza,
aunque pocos de los habitantes (europeos> deseaban admitir el hecho de que
sus antepasados españoles se hubieran mezclado con los indios.
--),Cuando Napoleón invadió España, los habitantes de Chile reaccionaron
como los de las demás colonias y mostraron una lealtad firme a la corona.
Les indignó el arrogante trato que Napoleón otorgó a España y sus colonias
al pasarlas a su hermano José. Cuando el control francés se prolongó tras la
conquista de 1808, los chilenos tomaron cartas en el asunto y celebraron un
congreso en 1811. Parecían dirigirse hacia la independencia, pero las fuerzas
realistas recobraron la iniciativa y a finales de 1814 se hicieron con el control
de Chile. Contra esta <reconquista> realista, Bernardo O'Higgins ayudó a di-
rigir un ejército revolucionario desde Mendoza. Los rebeldes consiguieron la
independencia chilg-¡a en 1819: Como director supremo de la nueva repúbli-
ca, O'Higgins resultó un dirigente decisivo pero autocrático. Creó una fuer-
za naval (que sería una de las mejores de América Latina), fomentó la edu-
cación y obtuvo el reconocimiento de la independencia de su país por parte
de Estados Unidos, Brasil y México. Sin embargo, el Congreso constitucional
que había prometido fue manipulado y en 1,823 la aristocracia descontenta le
obligó a dimitir.
Los años siguientes fueron de inestabilidad política, debido a las luchas
de liberales y conservadores por hacerse con el control. Los últimos ganaron
en 1830 y comenzaron las tres décadas de la <República Conservadora>. La
figura clave fue Diego Portales, que se convirtió en el hombre fuerte del ré-
gimen, aunque nunca ocupó la presidencia. Se celebró una Asamblea Cons-
tituyente en 1831, que dio como resultado una constitución en 1833. Creó un
gobierno central fuerte, que dejaba el poder económico en manos de los te-
rratenientes. Portales gobernó sin oposición porque el gobierno controlaba la
128 Historia contempor(tneq tle América Latinu
centraba en las manos de un pequeño número de poderosos latifundistas. Sus ducción agrícola y el comercit
vastas posesiones proporcionaban productos agrícolas, sobre todo fruta y las fuerzas conductoras del cr
grano, en parte destinados a ciudades como Santiago o Valparaíso, pero en La minería desemPeñó er
su mayoría se exportaban a Lima y otros mercados urbanos de Perú. Así, el mediados de la de 1850. la Prc
comercio marítimo por la costa occidental de Suramérica conectaba a Chile aceleró la producción de cobl
con los centros del imperio español. cuarto del mercado mundial
Las guerras de independencia interrumpieron este tráfico costero y la agri- descenso y no recuperaría st
cultura chilena entró en un periodo de estancamiento relativo. La situación se Mientras tanto, fueron ltr
vio, además, afectada por las medidas proteccionistas de Perú, que pretendía vos, los que se convirtieron c
fomentar su propio desarrollo agrario mediante la imposición de severas res- lue posible al quedarse con
tricciones a las importaciones de Chile. En la década de 1840, la afluencia de como resultado de la guerra (
oro californiano propició un estímulo pasajero para las exportaciones agrícolas, ros (en particular británicos
que saltaron de 6,1 millones de dólares en 1844 a 12,4 millones en 1850 y alcan- curopeos poseían ya ccrca c
zaron los 25 millones de dólares en 1860. Pero ahí se nivelaron y luego empeza- Pero los inversores chilenos I
ron a caer de nuevo. La finalización del ferrocarril transcontinental estadouni- do la mitad de las ganancias
dense ayudó a que se perdiera el mercado californiano, aunque las trato acabó disminuyenclo. I
exportaciones a Inglaterra continuaron. Con su ventajosa situación y sus férti- mera guerra rnundial fue st
Chile 129
les pampas, Argentina tenía un acceso mejor a Europa. Por supuesto, la pro-
ducción agrícola y elcome rcio continuaron en Chile, pero no se convirtieron en
las fuerzas conductoras clel crccimiento económico.
La minería desempeñó ese papel. Entre mediados de la década de 1840 y
rnecliacJos de la cle 1tj50, la producción de plata se cuadruplicó o quintuplicó. Se
accleró la producción de cobre, y cn 11370 Chile ya controlaba alrededor de un
cuarto del rnercado mundial cle este producto. Entonces sobrevino un agudo
dcscenso y no recuperaría su posición preeminente hasta el cambio de siglo,
Mientras tanto. fucron los nitratos, utilizados como fcrtilizantes y explosi-
vos, los que se convirtieron en la primera exportación del país. Su clesarrollcl
lue posible al quedarse con el tcrritorio norte que antes pertenecía a Perú
como rcsultado de la gue rra del Pacífico ( 1tt79-1883). Los inversores extranje-
ros (en particular británicos) af'luyeron de inmediat<l y, de este modo, los
curopeos poseían ya cerca de dos tercios de los campos de nitrato en 1884.
Pero los inversores chilenos retuvieron cierto dominio en esta zona, obtenien-
do la mitad de las ganancias totales en1920. Sin embargo, el mercado del ni-
trato acabó disminuyendo. Un aumento <.le las exportaciones clurante la pri-
mera guerra mr.rndial fue seguiclo por un recorte a comienzos de los años
130 Historiq contemporánett de Atnéricu I'qtinu
1.500
veinte, luego hubo una recuperación breve y después una escarpada reducción
final en la década de 1930, Más tarde, ocuparon su lugar los nitratos sintéticos.
E,l desarrollo de la minería chilena plata, cobre y nitratos- duran- '1.400
-en
te el siglo xtx condujo a importantes cambios en la estructura social del país.
LJno de ellos fue la aparición de nuevos elementos dentro de la elite, consis- 1.300
tentes en propietarios de. minas del norte y comerciantes de los pueblos y las
ciudacles en crecimiento.{No obstante. no mantuvieron una rivalidad real con '1,200
los terratenientes tradicibnales, porque cn Chile, más que en la mayoría cle
los países latinoamericanos, la elite latifundista.no permaneció aislada y se-
.100
parada de las elites manufactureras y mineras.fPor el contrario. se dio una
1
tos de los otros sectores, si es que no tomaban parte en ellos. Hermanos, so-
E
nómico chileno de finales del siglo xtx y comienzos del xx no requirió una
importación masiva de mano de obra, hecho que apunta a un rasgo central 300
de la clase obrera del país: había nacido allí. Esto supone un claro contraste
con Argentina, donde el 25 por 100 de la población había nacido fuera en 200
lfl95; para Chile, esta proporción era inferior al 3 por 100. Desde el princi-
pio, los trabajadores chilenos tuvieron acceso directo a la escena política. 100
La producción de cobre sufrió una revolución tecnológica justo después
de 1900, debido a la invención de un nuevo proceso de fundido, lo que llevó
a una importante transformación en Chile. Las inversiones requirieron sumas 1912 1920 1930
muy grandes de capital, que llegó del extranjero. En 1904, la Braden Copper
Cornpany comenzó a explotar la mina E.l Teniente, próxima a Santiago. Los 4.1. Producción de cobre cl
intereses británicos fueron pronto asumidos por los Guggenheim, y en 1920 kos Mamalakis y Clark W. I
la industria ya estaba dominada por tres compañías sólo, conocidas por sus Ill., Richard D. Irwin, 1965. p
iniciales como (las ABC"; Andes Copper, Braden Copper y la Chile Explo- cobre en la economía chilen¡
ration Company-Chuquicamata. [-a primera y la tercera pertenecían a Ana- el desurrollt¡ tuck¡naL Santi¿
Manual Lasaga, '['he Coppe
conda, mientras que Braden era una filial de la Kennecott.
Anulysis, Lexington, Mass., I
Así. en menos de veinte años, la industria del cobre chilena adquirió ca- I nternutiottul Fittattt'ial .Statist
racterísticas que afectarían a la configuración de la vida nacional por algún
tiempo. Estaba concentrada en unas pocas manos. que eran estadounidenses.
Pasó a constituir un enclave extranjero. que proporcionaría un estímulo rela-
Chile l3l
1.500
1.400
1.300
1.200
'1
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a 600
o
500
400
300
200
100
Política y parlamento
das que peligraba la activiclad política disciplinada. El nuevo presidente se litares sin éxito. El confl
vio pronto envuelto etì una agria batalla sobre la política alimentaria. primer lugar. Balmaccda
El tema surgió cuando los ganaderos chilenos propusieron un arancel so- nos con sus planes econ<i
bre la carne argentina, que habría significaclo Inenos cantidad y precios más para los intercses de
z,tr
altos para los chilenos. Se les opuso el nuevo partido de la clase media' el bancario privado. Sobre
Partido Demócrata (func.lado cn 18tì7), que ayud<i a movilizar a los artesanos, frente al sistema parlame
pequeños comerciantes y trabajadores cualificados tle Santiago contra el esto ponía en peligro la
arancel. Y salieron tl'iunfantes. Balmaceda convenció a los que habían pro- Los contraricls a Balr
puesto el proyecto de que lo rctiraran. les. pero no del ejórcito. r
Este primer triunfo del Partido Demócrata señaló el comienzo de una del norte resultó ser un b
tendencia. Fue un precursor de las políticas populistas. es decir, una apela- nas apoyaron gustosos u:
ción clirecta a las cuestiones econónricas de los sectores medios y bajos de las amenazaba con atacar sul
ciudadcs. En busca de un amplio electoraclo, los demócratas propugnaban le- sos tributarios por exporl
yes que ayudarían a los obreros, mientras que a la vcz presentaban las clási- go. Un ejército rebelde n
cas demandas liberales por asuntos como la educación obligatoria y gratuita, poner al presidente.
y procedimientos democráticos e n las elecciones gubernamentales. Su articu- El combate resultantr
lación de las demandas de las masas mostraba lo lejos que ya había llegado sangrientas de la historia
Chile en el camino hacia la política moderna. rrotadas. El presidente se
El destino de Ia presidencia cle Balmaceda fue sellado por la guerra civil un día después de que su
de 1tJ91. Hasta hoy. los chilenos discuten apasionadamente sobre ella, sus En menos de un mcs
causas y su significado. Sus orígenes hay que buscarlos en los esfuerzos pre- ahora su poder estaba ser
sidenciales por impulsar el desarrollo económico más de prisa de lo que la tema parlamentario.
mayor parte de la oligarquía estaba dispuesta a conceder. Balmaceda quería Uno de los asuntos c
aumentar la intervención estatal en la economía. Para pagar la construcción tranjeros, se había rcsuelt
del ferrocarril, las carreteras y la infraestructura urbana nuevas (agua y sa- parlamentarios victorios¡
neamiento), necesitaba aumentar los ingresos impositivos de la industria de miento nacionalista h¿rbí¿
nitratos situada en la provincia norteña cle Tarapacá. El obstáculo era la im- El trauma de la guer
portante presencia extranjera como propietaria, en especial en los ferrocarri- mento crucial de la histor
les, donde Balmaceda propuso romper el rnonopolio externo. va estabilidacl del sistemr
Sus planes se encontraron con una inflexible oposición en el Congreso. dencial de un modo que ¡
En realidad, la audacia presidencial enmascaraba una batalla constitucional vecina Argentina. Chile
más profunda, la autoriclad del Congreso contra la clel presidente. El Con- la exportación que cstab
grcso venía luchando por establecer su supremacía en la estructura constitu- de la economía del Atl¿ín
cional, pero Balmaceda estaba determinado a imponer su voluntad. El resul- La caída dc Balmace
tado fue una inestabiliciad ministcrial extrema. Entre 18t36 y 1890, Balmaceda estructura constitucional
cargó con trece gabinctes diferentes y la batalla cntre las dos ramas <Jel go- un sistcma parlarncnlaric
bierno llevó a un callej(rn sin salida. rara mucho. Los gabinetc
En 1890, el Congrcscl no logró elaborar un presupuesto, por lo cual el trc 1895 y 1925. Esta ine
prcsiclente cleterminó que se aplicarían las asignaciones del año anterior. An- los partidos mayores, qrr(
tes ya se había aventurado en una área clue siempre había resultaclo sensible: El control político co
la elección de un sucesor prcsiclencial, a quien intentaba nontbrar él mismo. ba fundamentalmente los
El C'ongreso aprobó una ley que prohibía un nombramiento semejante, que trocrática> en el libro clá
luego Balmaceda se negó a firmar. De forma ocasìonal fuerc
f,a oposición del Congreso estaba ahora dispuesta a hallar un remedio merciantes. Los obreros.
por la fuerza de las arm¿rs. Sus clirigentes buscaron posibles conspiradores mi- líticos, comenzaban a ha,
Chile 135
había sido moderada desde que comenzó el rápido ascenso del movimiento
obrero en 1977. En diciembre, un edicto general (eldecreto yáñez) hizo del
gobierno el mediador en los conflictos laborales sin salitJa. Aunque fue re-
chazado por anarquistas y sindicalistas, se utilizó mucho y con frecuencia en
beneficio de los trabajadores durante 1918 y 1919. Este moclelo continuó
en 1920, debido en parte a que al gobierno le preocupaban las elecciones
programadas para j unio.
Chile, como Argentina, había abierto la puerta a la participación política
del sector medio, proceso mucho menos avanzado en Brasil. El número de
votantes de la clase obrera, aunque aún pequeño, había comenzaclo a atraer
la atención de los políticos burgueses, sobre todo en Santiago. Su apoyo po-
día ser crucial, en especial cuando el voto se dividía entre muchos partidos,
como ocurría en chile. El dirigente político que lo vio con mayor claridad fue
A¡tu.ro Alq¡sa¡rdri, que hizo la campaña para la presidencia lanzanclo un apa-
sionado llamamiento a los votantes urbanos, incluidos los obreros. Represen-
taba las ideas de un sector medio <ilustrado>, que aceptaba la participación
de la clase obrera, a la vez que esperaba canalizarla a líneas de acción con-
trolables. Proponía la legalización de los sindicatos, pero también los situaba
en un intrincado marco legal determinado por el gobierno.
Alessandri ganó las elecciones, aunque por estrecho margen. Una vez
terminado su ejercicio democrático, el presidente saliente Sanfuentes se sin-
tió libre en los pocos días que Ie quedaban para responder al desafío del mo-
vimiento obrero. En julio de 7920, los trabajadores fueron acosados por las
Ligas Patrióticas, activistas callejeros paramilitares pertenecientes a familias
de derechas de clase media y alta. Siguió una represión sistemática del go-
bierno. casi todos los dirigentes anarcosindicalistas y demás que no decidie-
ron exiliarse o pasar a la clandestinidad fueron detenidos y encarcelados. Los
trabajadores sin dirigentes se sintieron aún más desmoralizados por una ola
de despidos, durante la cual los empresarios revocaron muchas de las conce-
siones efectuadas entre l9l7 y 1920.
Había esperanzas de que la política antiobrera cambiara cuando Ales-
sandri asumiera el cargo, y así fue. Durante la primera mitad de 1921, su
gobierno intervino (bajo la autoridad deldecreto Yáñez) en varias huelgas y
favoreció a los obreros con su mediación. Pero el conflicto se agravó y
Alessandri recibió el ataque desde todos los flancos: de la derecha por ser tan
blando con los trabajadores y de la izquierda por hacer la vista gorda ante las
agresivas prácticas de los empresarios. En julio de 1921, acabó optando por
los empresarios. lntervino en una agria huelga de tranvías en Santiago, ayu-
dando a la compañía a romperla. Se siguió una ola de despidos. A finales de
ese mismo año, el gobierno había pasado a reprimir cle forma sistemática el
movimiento obrero.
Mientras Ias organizaciones laborales luchaban contra las condiciones eco-
nómicas y políticas adversas, el presidente Alessandri impulsó sus propuestas
acerca de un código laboral y un paquete de medidas de bienestar social, in-
troducidos en el congreso en 1921. Los conservadores se opusieron a esas
138 \listoria <\tntemporúneu de Anút'icu Lutittu
icleas, ya que preferían el cstaclo en que estaban las cosas: los obreros carecían solidar una dictadura que
de condición legal y por ello se enfrentaban a asaltos continuos tanto de los gullosos de su democraci¡
empresarios como del gobierno. Algunos conservadores también temían que presidente encarceló a los
lcls liberales pudieran obtener nuevos votantcs entre los trabajaclores urbanos. suspendió las libertades c
El callejón sin salida entre cl presi<lente liberal y el Congreso conservador con- Ibáñez tenía ideas ec
tinuó hasta 1924. Entonces intervinieron los militares. ca autoritaria. El gobiern
có acelerar la construcciti
cas. Y, como no es de sor
De la inestabiliclacl al Frente Popular parte de la financiación v
pecial, inversión est¿ìdot
Una junta militar tomó el control parcial del gobierno a comienzos de sep- mundial de los años vein
tiembre de 1924 y tres días después emitió un manifiesto con la lista de las La quiebra de Wall S
demandas legislativas, que el Congreso cumplidamente aprobó una por una. Chile y en otros lugares.
Incluía un paquete de medidas laborales, la más importante de las cuales era mente y la financiación e;
un detallado código laboral que sometía a los sindicatos a una estrecha su- crear un cártel nacional ç
pervisión gubernamental. las protestas contra el go
;'Chile seguía el sistema de Bismarck sobre las prestaciones de biencstar ciedad, que ahora incluía
social creaclo en el imperio alemán durante la década de 1880. Como en el que contra el dictador. Il
caso germano. este avance social no era el producto de un proceso político uniéndose a las filas de lc
en el que los trabajadores desempeñaran un papel directo. Más bien se tra- bían tenido la mala fortt
taba de un paso preventivo del gobierno, bajo la presión militar, para atajar Depresión.
la movilización más independiente de las organizaciones obreras. En Chile, Durante el año siguit
este paso de apariencia progresista fue el resultaclo de la presión de un sec- menes de este intervalo i
tor del gobierno que tenía mucho que temer de la movilización obrera: el blica socialista>, en la qu,
cuerpo de oficiales del ejército. I '.
gura más conocida, Aunt
Alessandri, mientras Lanto, perdía terreno en su lucha conl¡a el ejército el surgimiento de una nr
y se retiró a ltalia. Irue vuelto a llamar tras un segundo golpe militar en ene- I malmente un año despué
ro <Je t925. En este momento, irónicamente, los oficiales que detentaban el les y el ganador fue una
control pensaron que necesitaban a Alessandri y el apoyo de los trabajado- El Alessandri fogosc
res urbanos para reforzar su legitimidad. El nuevo gobierno militar intervino que en el cambio. Su goì
con frecuencia en las huelgas, por lo general de parte de los trabajadores. Pa- pecial la de izquierdas. E
recía que el movimiento obrero estaba a punto de conseguir el poder; algu- medidas severas. Proclan
nos llegaron a pensar que la revolución estaba al caer. El miedo se extendió
exilio a los dirigentes sinr
entre la elite, que podía vcr cómo el poder se les escapaba de las manos. foco de conflicto laboral,
La revolución no era inminente. Alessandri regresó de su retiro en mar- En la política econó
zo de 1925 y cle inmcdiato dio otra lección al movimiento obrero sobre su considerable. I Jn ministr'
vulnerabiliclad. En un enfrentamicnto con los trabajadores del nitrato en ju-
de forma drástica Ios ga
nio de L925, el gobierno actuó con dureza. Durante los dos años siguientes, entidades gubernamenta
los obreros batallaron no sólo contra la hostilidad gubernamental, sino tam-
cuperación de la demanc
bién contra la recesirln cconómica y el descmpleo. En enero de 1927, algunos
la de los minerales, la t
líderes sindicales rnal trconsejados intentaron una huelga general. Sus divi- mente. La cifra oficial de
siones se hicier<ln demasiado evidentes y la huelga fracasó.
a menos de 16.000 en 19
El coroncl Carlos Lb'áñç2, surgió como el hombre fuerte de la inestabili- blema. mientras quc los
dad política que siguió a la renuncia de Alessandri en 1925. En mayo de
subidas de los precios.
1927, fue formalmente elegiclo presidente por el Congreso y procedió a con-
Chile se acercaba a
Chile 139
solidar una dictadura que duró hasta 1931. Fue un golpe para los chilenos, or-
gullosos de su democracia relativa y su competición política libre. El general
presidente encarceló a los opositores, en especial a los dirigentes sindicales, y
suspendió las libertades civiles.
Íl'táirez tenía ideas económicas activas, que corrían parejas con su políti-
ca autoritaria. El gobierno aumentó su papel en la economía, lo que signifi-
có acelerar la construcción de ferrocarriles, carreteras e ins'talaciones eléctri-
cas. X como no es de sorprender, también incrementó el gasto militar' Gran
parte de la financiación vino de fuera, en forma de préstamos y, de modo es-
pecial, inversión estadounidense en la minería. La expansión económica
mundial de los años veinte hizo todo ello posible.
La quiebra de Wall Street en 1929 puso un fin abrupto a este periodo, en
Chile y en otros lugares. Las exportaciones de minerales cayeron desastrosa-
mente y la financiación extranjera se secó. Fracasó un desesperado intento de
crear un cártel nacional para la venta de nitratos en el exterior. Aumentaron
las protestas contra el gobierno y un espectro cada vez más amplio de la so-
ciedad, que ahora incluía a profesionales con los trabajadores, se unió al ata-
que contra el clictador. lbáñez acabó por rendirse. En julio de 1931 dimitió,
uniéndose a las filas de los demás iefes de gobierno latinoamericanos que ha-
bían tenido la mala fortuna de hallarse gobernando cuando golpeó la Gran
Depresión.
Durante el año siguiente, Chile careció de un gobierno estable' Los regí-
menes de este intervalo incluyeron el interludio de trece días de una "Repú-
blica socialista)), en la que el coronel Marmaduke Grove se convirtió en la fi-
gura más conocida. Aunque fue un gobierno ineficaz, este régimen propició
el surgimiento de una nueva institución, el Partido Socialista, fundado for-
malmente un año después. Al fin, se celebraron otras elecciones presidencia-
les y el ganador fue una figura conocida: Arturo Alessandri.
El Alessandri fogoso de antes estabá ahora más interesado en el orden
que en el cambio. Su gobierno actuó con dureza contra la oposición, en es- .
En t935. el movimiento comunista mundial. dominado por el Commitern de fue otro radical, Juan Ant
dirección soviética, había pedido una estrategia de coalición para combatir el las incertidumbres de ticn
fascismo, animando en la práctica a los partidos comunistas a buscar alianzas tral en el conflicto mundia
con los partidos de izquierdas y de centro (como rápidamente pasó en Fran- se a los Aliados. temía la
cia y en España). En 1936 la idea dio frutos en Chile. cuando comunistas y También temía el posible
radicales unieron sus fuerzas en un .Frente Popular>, que en 193tì ya incluía del país. En enero de 1943
un amplio espectro de partidos: radicales, socialistas, comunistas, demócratas, había enfrentado a un dilc
además de una nueva Confederación de Trabajadores Chilenos. Después cle ruptura con Alemania e I
que el socialista Marmadukc Grove retirara su candidatura, la designación El presidente que sigr
recayó en Peclro Aguirre Cerda, un potentadó radical conocido por sus ideas vez más radical. Aceptó e
reformistas sobre la cuestión agraria. recompensó con tres carl
La alianza política que ocupaba el cargo presentó como candidato al mi- Frente Popular no duró m
nistro de Economía de Alessandri, Gustavo Ross. Era una elección destina- La protesta se centró en
da a enturecer a la clase media. Ross presentaba una imagen inflexible y del tendió a todo el país. La c
pasado, a pesar de la relativa prosperidad que trajo su política. La campaña medidas policiales y sobrt
fue muy disputada y Aguirre Cerda ganó por el más estrecho de los márge- gran escala. El gobierno c
nes: sólo consiguió 4.000 de los 241.000 votos emitidos. civiles. Las huelgas contin
A pesar de ello, o quizá debido a ello, estas elecciones establecieron el Para entonces, Gonz¿
contexto político para los años venideros. Los votantes centristas habían in- Las huelgas dieron la op
clinado la balanza al optar por la izquierda. Sin embargo, al mismo tiempo pues se había alarmado ¡
estaban votando por un reformista, por lo que el resultado parecía ambiguo. llegó al 18 por 100 en las
¿Qué tipo de mandato sería el del gobierno resultante? por 100 de las elecciones
El gobierno del Frente Popular sufrió pronto las tensiones de una coa- entonces actuar contra la
lición tan heterogénea. Los radicales eran el elemento dominante y los de ya que Estados Unidos es
ideología menos extremista. Se centraron en el desarrollo económico y no en na para aislarla, en espec
el bienestar social, por lo que algunos los acusaron de explotar el poder en mucho a los conservadorc
virtud de las influencias políticas al viejo estilo. bierno de González y a E
Los otros elementos del Frente tampoco estaban nada unidos. Los comu- ley del Congreso, en el qt
nistas y socialistas eran antagonistas naturales, ya que muchos de los últimos munista fue proscrito Y st
eran ex comunistas que se habían negado a someterse a la disciplina del parti- ocupar cargos públicos. S
do. Ambos trataban de movilizar a los trabajadores rurales, por lo que alar- sus colores verdaderos. Jl
rnaron a los poderosos latifundistas y se colocaron en competencia mutua. bían vuelto a demostrar c
El Congreso estaba controlado por la oposición derechista, pero el apo- con el fin de eli
"legales>
yo popular hacia la izquierda iba en aumento. En las elecciones al Congreso grosos. Para la izquierda,
de 1941, los comunistas recibieron el 12 por 100 de los votos, por encima del fogaron su crilera sobre (
4 por 100 de 1931. Los socialistas (y grupos afines) lograron un 20 por 100.
A pesar de que los partidos de derechas, cornbinados con los radicales, tenían
la mayoría, los conservadores vieron un¿ì amenaza creciente de la izquierda. La eta
Las medidas del Frente Popular no podían ser menos amenazadoras. La
política económica se concentró en aumentar el papel del gobierno nacional I-a defunción final del Fr,
en la economía. En 1939 se creó una nueva corporación estatal: la CORFO validad política basada e
(Corporación de Fomento), que iba a estimular el desarrollo económico me- el sistema político chilen
diante inversiones estratégicas en el sector público y privado. En primer lugar, las
El Frente Popular perdió hasta a su dirigente cuando su precaria salud muchos partidos diferen
forzó al presidente Aguirre Cerda a renunciar en 1941. El nuevo presidente rnás de un cuarto de la v
Chile 141
fue otro radical, Juan Antonio Ríos (1942-1946), que tuvo que enfrentarse a
las incertidumbres de tiempos de guerra. Luchó por mantener a Chile neu-
tral en el conflicto mundial. Sometido a la presión estadounidense para unir-
se a los Aliados, temía la reacción de la colonia alemana del sur de Chile.
También temía el posible ataque japonés a las extensas e indefensas costas
del país. En enero de 1943, rompió finalmente relaciones con el Eje, Chile se
había enfrentado a un dilema muy semejante al de Argentina, que retrasó su
ruptura con Alemania e Italia hasta comienzos de 1945,
El presidente que siguió, Gabriel Conzáùez Videla (1946-1952), era una
vez más radical. Aceptó el apoyo del Partido Comunista a su campaña y lo
recompensó con tres carteras en su gabinete. Este modesto retroceso del
Frente Popular no duró mucho. En 1946 hubo una serie de huelgas violentas.
La protesta se centró en los campos mineros del norte, pero pronto se ex-
tendió a todo el país. La convocatoria de una huelga general provocó fuertes
medidas policiales y sobrevinieron disturbios. Se cernía un conflicto social a
gran escala. El gobierno declaró el estado de sitio y suspendió las libertades
civiles. Las huelgas continuaron hasla 1947.
Para entonces, González ya había purgado su gabinete de comunistas.
Las huelgas dieron la oportunidad a la derecha de organizar una ofensiva,
pues se había alarmado por el aumento constante del voto comunista, que
llegó al 18 por 100 en las elecciones municipales de 1947 (por encima del 12
por 100 de las elecciones al Congreso de 1941). El gobierno chileno decidió
entonces actuar contra la izquierda, para lo cual tenía pleno apoyo exterior,
ya que Estados Unidos estaba lanzando una gran campaña en América Lati-
na para aislarla, en especial a los partidos comunistas, y su embajada alentó
mucho a los conservadores chilenos. La izquierda se defendió atacando al go-
bierno de González y a Estados Unidos. Se llegó al clímax en 1948: por una
ley del Congreso, en el que la izquierda era una clara minoría, el Partido Co-
munista fue proscrito y se prohibió a sus miembros presentar candidaturas u
ocupar cargos públicos. Siguió una cacería de brujas. Los radicales mostraron
sus colores verdaderos. Junto con los derechistas, los radicales de centro ha-
bían vuelto a demostrar que se encontraban preparados para usar los medios
nlegales" con el fin de eliminar del juego político a sus adversarios más peli-
grosos. Para la izquierda, el Frente Popular se convirtió en una lección y des-
fogaron su cólera sobre González Videla.
go: en busca de mayorías gobernantes, Ios partidos tenían que tomar parte en De este modo, Ibái'ez
coaliciones. sin ernbargo. las alianzas eran frágiles y los rlirigentes políticos cido por la inflación. Su g<
estaban siempre a la caza de nuevos acuerdos y dedicados a fortalecer su po- divisas y no podía import
sición mediante la negociación. Por debajo de todo esto, había una tendencia obstante. las fuentes de fi
en aumento hacia la polarización ideológica. En un sondeo de opinión, el 31 condición de obtener el ve
por 100 de la población chilena se definía como de derechas, el24 por 100 se i presión financiera estaba <
describía como de izquierdas y el resto eran de centro o indecisos. Debido a / nacional. Ibáñez sabía que
esta fragmentación. los parti<los de centro, mediante negociación y hábiles ' cedía a las condiciones del
maniobras, podían tener una gran intluencia en las coaliciones y los resulta- Su gobierno no tardó r
acerca de la política sobre el cobre. El gobierno trató de convencer a las com- dor; 2) los radicales centr
pañías mineras estaclouniclenses para que aumentaran su inversión. La idea nismo; 3) la izquierda ma:
era conseguir que se hiciera en Chile la mayor parte clel procesamiento de tas y socialistas; y 4) los d
este mineral, lo cual aumentaría lcls rendimientos económicos chilenos y ade- tido orientado a Ia reformi
más le haría más autosuficiente para comerciar con el producto final. Pero elecciones municipales de
los nacionalistas estaban. inflamados: querían expropiar las compañías. no porcentajes de votos prár
sólo alentar su inversiírn. La política gubernamental salió airosa, pero las in- fueron los demócratas crir
versiones no aumentaron y Chile no mejoró la comercialización de su único da y de la derecha.
bien importante en el mercado mundial. A medida que se acerr
Otras medidas económicas ortodoxas mostraron cierto éxito a corto pla- dizab a la polarización. U n
zo.Ê.n 1957 y 1958la inflación había rondado entre el25 y el30 por 100. En ciones especiales celebrac
1959 subió al 39 por 100, pero luego descendió aI 12 por t00 en 1960 y a sólo Congreso en la provincia
el 8 por 100 en 1961. Sin embargo, los ingresos por exportación no lograron del Partido Conservador, r
aumentar de forma significativa y la liberación de los controles de importa- didato del FRAP el39 po
ción llevó a un considerable déficit comercial. Se había supuesto que un tipo da sólo obtuvo un 33 por I
de interés fijo iba a restablecer la confianza, pero como el défìcit comercial siderando que estos resu
se elevaba. sólo sirvió para que los especuladores abandonaran la moneda liberales y conservadores ,
gún progreso frente a los crecientes problemas sociales creados por el lento po chileno pareció haber
y desigual crecimiento económico chileno. Se lanzaron proyectos de obras podían dar por supuestos
públicas a gran escala, financiados en su mayor parte con fondos extranjeros. Las elecciones preside
Una fuente importante fue Estados Unidos, donde la preocupación sobre ¡ como para América Latin
la amenaz.a cubana había llevado a formular sin demorala Alianza por el j Allende. Las críticas estric
Progreso. Alessandri se atrevió incluso a abordar la cuestión agraria, duran- i yor impòrtancia ahora qu
te mucho tiempo un tema prohibido en sus fìlas políticas. Aunque la ley apro- corte clásico había fracasa
bada en 1962 fue tachada de ridículamente inadecuada por toda la izquier- Iban a ser muy diferer
da, proporcionó en la práctica la base para un programa de expropiaciones mente nuevo, el de los der
agresivo. cena. Cuando los partidor
No resulta sorprendente que ninguna de las medidas de Alessandri fue- PDC, Eduardo Frei, éste r
ran de mucha utilidad para resolver los graves problemas socioeconómicos a rnática por miedo a que e
los que se enfrentaba Chile. El continuo éxodo de los pobres del campo a las casi sucedió en 1958. Los
ciuclades, en especial a Santiago, no se detuvo. Allí vivían y comían mal, y ca- acerca de las ideas reform
recían de educación. Adernás, había poco trabajo. Estos <marginadoso eran raban peligrosamente pró:
el lado oculto de la urbanización capitalista de un país del Tercer Mundo. En La campaña fue reñid
los años sesenta, alrededor del 60 por i00 de la población vivía en áreas ur- americano, El FRAP pedí
banas. perialismo. Los latifundist
A Alessandri le habría gustado gobernar un país tranquilo, pero los acon- cadas al cobre eran prese:
tecimientos pronto acabaron con ese sueño. A comienzos de los años sesen- nos que una transformaci(
ta, la escena política chilena comenzó a cambiar de modo significativo. En , país al socialismo.
primer lugar, estaba el gran crecimiento clel clectoracl<l: apenas más cle i La campaña del PD(
500.000 personas en 1938 y ya en 1963 había alcanzado 2.500.000, lo que su- para convencer al elector¿
ponía que se había quintuplicado en veinticinco años. En segundo lugar. se nificativo sin violar las lib
dio un realineamiento de las fuerzas políticas. Ahora había cuatro agrupa- volución en Libertad". Sir
ciones irnportantes: l) la clerecha, que incluía los partidos liberal y conserva- prometían reformas, no rr
Chile 145
dor; 2) los radicales centristas, clurante mucho tiempo maestros del oportu-
nismo; 3) la izquierda marxista, compuesta fundamentalmente por comunis-
tas y socialistas; y 4) los demócratas cristianos, situados en el centro, un par-
tido orientado a la reforma que comenzaba a conformar su electorado. En las
elecciones municipales de 1963, cada uno de estos cuatro grupos consiguió
porcentajes de votos prácticamente iguales. Los mayores ganadores nãtos
fueron los demócratas cristianos, que estaban atrayendo votos cle la izquier-
da y de la derecha.
_. A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 1964, se agu-
dizaba la polarización. un indicador ampliamente discutido fueron unas elec-
ciones especiales celebradas en matzo de 1964 para ocupar un escaño del
congreso en la provincia de curicó. Aunque antes habíã sido un bastión
del Partido conservador, sus votantes rurales mayoritarios otorgaron al can-
didato del FRAP el 39 por 100, mientras que el candidato de ce-ntro-izquier-
da sólo obtuvo un 33 por 100 y los clemócratas cristianos, un 2g por 100. con-
sideranclo que estos resultados representaban los de toda là nación, los
liberales y conservadores decidieron de inmediato que su única salvación es-
taba en una alianza con los demócratas cristianos. Disolvieron su Frente De-
mocrático y comenzaron a cortejar al pDC. El aislamiento político del cam-
po chileno pareció haber terminado. Los latifundistas y sus agentes ya no
podían dar por supuestos los votos de los pobres rurales.
Las elecciones presidenciales de 1964 parecían cruciales tanto para chile
como para América Latina. La izquierda presentaba una ve_z más a Salvador
Allende. Las críticas estridentes del FRAp al capitalismo parecían de la ma-
yôi imþòrtancia ahora que hacía tan poco qu" un gobierno conservador de
corte clásico había fracasado.
Iban a ser muy diferentes de las celebradas en 195g. un partido relativa-
mente nuevo, el de los demócratas cristianos, había hecho su aparición en es-
cena. cuando los partidos de derechas decidieron apoyar al candidato del
-Era
PDC, Eduardo Frei, éste obtuvo un enorme empuje. una decisión prag-
mática por miedo a que el FRAP obtuviera una victoria mayoritaria, óomã
casi sucedió en 1958. Los de derechas lo decidieron a pesai de sus recelos
acerca de las ideas reformistas del PDC, que muchos conservadores conside-
raban peligrosamente próximas a las fórmulas de la izquierda.
La campaña fue reñida y levantó un gran interés en todo el continente
americano. El FRAP pedía el repudio sin cortapisas del capitalismo y el im-
perialismo. Los latifundistas chilenos y las compañías estadounidenses dedi-
cadas al cobre eran presentados como los villanos. Allencle pedía nada me-
nos que una transformación completa de la sociedad chilena para conducir el
país al socialismo,
La campaña del PDC era una operación de gran potencia, elaborada
para convencer al electorado de que Frei podía proporcionar un cambio sig-
nificativo sin violar las libertades tradicionales de chile. Iba a ser una ,.Re-
volución en Libertad>. Sin embargo, en la práctica los demócratas cristianos
prometían reformas, no revolución. Las reformas se sumaban a una econo-
146 Historia contemporánea de América Latina
ingresos por exportación se duplicaron, pero fue debiclo u unu ru'bidu del pre-
cio mundial de este mineral, no a la producción. Además, una gran partè de
estas ganancias se fue a las compañías, debido a los términos ãe los nuevos
contratos. Los abogados de éstas habían pensado en el futuro de forma más
hábil que los tecnócratas de Frei, lo que no dejó de recalcar la izquierda.
. El sector agrario también era clave. chile había padecido durante mucho
tiempo una de las estructuras rurales más arcaicas cle América Latina, que
hacía que las masas rurales marginaclas cada vez se tlesesperaran más. Los
demócratas cristianos impulsaron una rey de reforma agrariä en 1967,otro de
sus compromisos. Se establecieron elaboradas disposiciones para identificar
148 Historia contemporúnea de Anúrica Latina
las tierras que debían expropiarse, las indemnizaciones que se pagarían y la hubiera retornado al patrón
distribución de la tierra a 100.000 campesinos antes de 1970. Los estadistas mún antes de 1964.
de Frei esperaban que las cooperativas un soporte importante en Las elecciones presiden<
-siempre
el pensamiento demócrata cristiano- proporcionarían las instalaciones ne- de 1964. Pero esta vezla der
cesarias para que las nuevas granjas fueran rentables. El programa marchó ge Alessandri, el nombre ml
más lentamente de lo previsto y al final del mandato de Frei sólo había didos demócratas cristianos
28.000 nuevas propiedades de granjas, un número que vio oscurecido su sig- quierdista cerraba toda posil
nificado por las altas expectaciones que había levantado. y socialistas, ahora unidos b
Estados Unidos continuó interesándose mucho por Ia fortuna del gobier- Allende y se dedicaron a atÍ
no de Frei, ya que presentaba todos los rasgos del régimen reformista que la ldde haberse vendido al im
Alianza para el Progreso debía apoyar. Por ello, al igual que las entidades mul- ofrecía una añeja receta con
tinacionales como el Banco de Desarrollo Interamericano y el Banco Mundial, ideológica desencadenada ¿
concedió a Chile una financiación muy generosa. A corto plazo, esto ayudó a Allende. Estaba a favor del
su balanza de pagos anual, pero, a la larga, se añadió a su deuda externa. completa de las compañías r
En la esfera política, los demócratas cristianos intentaron cumplir su pro- Cuando se hizo el recuer
mesa sobre una nueva forma de participación popular. Rechazando el papel a los de 1958. Allende había
preponderante del Estado que las soluciones de izquierda traerían de forma decisiva. Había obtenido un
inevitable, impulsaron la promoción popular, que parecía ser una nueva cla- el embajador norteamericar
se de actividad política popular. En la práctica suponía una mezcla de comu- guió el 3.!,9 por 100 y Tomic
nitarismo, autoayuda y cooperativas. Sobre todo, significaba atajar a la iz- sa, pero a sus dirigentes mál
quierda, que a través de sus sindicatos y estructuras de partido (tanto los del mandato de Allende.
comunistas como los socialistas) habían llevado la delantera en la organiza- Su primer problema fue
ción popular. El efecto neto fue la lucha encarnizada a través de la sociedad La derecha veía la inminent
para ganar las elecciones: en sindicatos, asociaciones estudiantiles, cooperati- ¡
îaza y algunos militantes, e
vas, colegios de abogados y toda clase de grupos profesionales. La política conspirar para bloquearlo. I
I
i
penetraba cada vez más dentro de la sociedad chilena. I
,i $obierno estadounidense, ab
La victoria en las elecciones al Congreso de 1965 resultaron ser la cúspi- dante en jefe del ejército, fu,
de de la fortuna política democristiana. En las elecciones municipales de nalmente, Allende fue confil
1967 y 1969 perdieron terreno, En 1969 perdieron la mayoría en la Cámara mocracia chilena pareció h
de Diputados. Los esfuerzos por lograr un cambio socioeconómico reformis- elección de un marxista.
ta resultaron difíciles y las posibilidades de su Revolución en Libertad se ale-
jaron.
La izquierda, tan próxima a la victoria en las elecciones presidenciales de ¿Socia
1958, luchaba por crear otra coalición para la campaña de 197Q. La derecha,
que había apoyado a Frei por un claro oportunismo, se abandonó ahora a sus Los tres años de presidencia
viejas preferencias. Las voces conservadoras sugirieron que podían ganar con to para la historia de Chile,
su propio candidato, especialmente si era el siempre popular Jorge Alessandri. turaleza sigue discutiéndose
Se había acabado el tiempo para la Revolución en Libertad. Los logros dieron que, a pesar del estre
reformistas habían sido sustanciales si se medían con los parámetros del pasa- cambio radical, pero por me
do chileno, pero ya no resultaban suficientes. Como la Constitución prohibía ¿Cómo, se preguntaban los ¡
la reelección consecutiva de un presidente, los demócratas cristianos debían cirse el socialismo de un mo
buscar un nuevo candidato. Frei había sido una figura dominante, pero no La estrategia económica
había carecido de detractores dentro del partido. De hecho, su ala izquierda Perón en 1946 y por Castro
se había dirigido claramente hacia el cambio radical. A meclida que se apro- larios. El resultado fue el au
ximaban las elecciones presidenciales de 1970, parecía como si el electorado res, lo que causó a corto plaz
Chile 149
hubiera retornado al patrón de voto tan profundamente dividido que era co-
mún antes de 1,964.
Las elecciones presidenciales de 1970 recordaron en cierto sentido a las
de 1964. Pero esta vez la derecha decidió presentar su propio candidato, Jor-
ge Alessandri, el nombre mágico de la política chilena del siglo xx. Los divi-
didos demócratas cristianos eligieron a Radomiro Tomic, cuya posición iz-
quierdista cerraba toda posible alianza electoral con la derecha. òomunistas
y socialistas, ahora unidos bajo unidad popular, nombraron una vez más a
{!-"¡¿" y se dedicaron a atacar sin descanso al gobierno de Frei, acusándo-
ld'dè' haberse vendido al imperialismo y a los oligarcas del país. Alessandri
ofregía una añeja receta conservadora, sin pensar apenas enla agria disputa
ideológica desencadenada a su alrededor. Tomic sonaba muy parecido a
Allende. Estaba a favor del cambio radical, que incluía la naciõnafización
completa de las compañías mineras.
cuando se hizo el recuento de votos, los resultados se parecieron un poco
a los de 1958. Allende había logr.ado la mayoría, pero estata muy lejos dè ser
decisiva. Había obtenido un 36,3-Þo1 100 de los votos. Alessanãri,-de quien
el embajador norteamericano había predicho la victoria en privado, cònsi-
P:uió el'3\9 por 100 y Tomic sólo el'27,8 por 100. La izquierdä esraba jubilo-
sa,_ pero a sus dirigentes más sensatos no se les pasaba por alto la fragilidad
del mandato de Allende.
Su primer problema fue la confirmación de rigor por parte der congreso.
_
La derecha veía la inminente presidencia de Allendé como una grave ame-
I naza y algunos militantes, especialmente dentro del ejército, comenzaron a
i
¡ coltlgirar para bloquearlo. un complot militar, apoyado en su inicio por el
\ 'gobiérno estadounidense, abortó cuando el generil
;t
t
ilené Schneider, coman-
dante en jefe del ejército, fue asesinado en un torpe intento de secuestro. Fi-
nalmente, Allende fue confirmado por el congreso tres días después y la de-
mocracia chilena pareció haber sobrevivido a su primer deiafío tras la
elección de un marxista.
el sector público, que había aumentado su tamaño de forma tan considerable. Marzo de I9l3 trajo tar
La economía estaba hecha un mar de confusiones. composición del Congreso. I
¿Pero cómo podía hacerse con suavidad la transición a una economía so- peraba obtener una mayoríi
cialista? En Cuba (véase el capítulo 8) hubo sin duda dislocación durante los Allende o al menos imponer
primeros años, y Chile se enfrentaba a obstáculos mucho mayores. Allende muy concurridas. Cuando se
no tenía el poder que disfrutaba Fidel en Cuba. Chile seguía siendo una de- jor parado de lo que nunca
r,nocracia PlUralistq la oposición seguía controlando el Congreso y la econo- 43 por 100, con lo que reduj
mía continuaba abierta al chantaje internacional. en el Senado y de 93 a 87 (d
Añadida a todas estas dificultades inherentes, estaba la intransigencia de ron jubilosos el incremento
la oposición. Debe recordarse que el gobierno de Allende no contó nunca que ningún presidente chiler:
con más de la mitad de los votos. Alcanzó la presidencia en 1970 con un por- yo en unas elecciones al Cor
centaje de votos menor que el que había recibido cuando perdió en 1964 saltó su 55,7 por 100 de votos
(36,3 por L00, comparado con el 38,9 por 100). En las elecciones locales de en las elecciones de 1964. Ta
abril de 1971, los partidos de la UP recibieron el 49,7 por 1.00, su cota más taba por debajo del 49,7 po
elevada. Los meses siguientes contemplaron furiosas batallas en todos los fo- t971.
ros políticos: elecciones en los sinclicatos, grupos estudiantiles y asociaciones Los resultados podían ur
profesionales. ca. Una cosa era cierta: la o
La UP se vio debilitada por escisiones dentro de sus propias filas. La ex- toral que había buscado. Y
trema izquierda, liderada por el MIR (Movimiento de la Izquierda Revolu- Congreso, estaba excluido cr
cionaria), presionaba para que se emprendiera una acción más radical. Que- de no contara con una mayr
rían agilizw las nacionalizaciones, endurecer la acción policial contra la ble entre los trabajadores y
oposición y gobernar mediante decreto. Los moderados dentro de la UP, in- Nunca había habido esc
cluidos los comunistas, exhortaban a la precaución, pues sostenían que la ac- xista electo. La derechista P
ción precipitada los pondría en manos de la derecha, que podía manipular al terroristas contra cargos del
ejército y a las clases populares. embargo, en 1973 cada vez t
Para mediados de 1972, el clima político se había sobrecalentado. Se con- no había solución democráti
virtieron en rutina las movilizaciones callejeras masivas, ya fuera en favor o quierda más radical, que no
en contra de Allende. En agosto, los tenderos organizaron un boicot de un naza para las bases mismas ,
día para protestar contra las medidas económicas del gobierno. En octubre, En abril, comenzó una I
una serie de protestas comenzaron a barrer el país. Se iniciaron con la sus- nó a la oposición el terreno
pensión de envíos de mercancías por parte de los propietarios de camiones. a Allende. En julio, los pro¡
Pequeños empresarios, granjeros privados y pilotos se unieron en huelgas. tando una ola de huelgas pr
Aunque estaban orquestadas a menudo por los políticos de la oposición, es- como las de los abogados, n
tos brotes mostraban que amplios sectores de la población chilena se enfren- bajadores populares pro Al
tarían al gobierno en las calles. Casi todos tenían algo que perder si se logra- cientos de miles de participa
ba una sociedad socíalista, así que estaban determinados a no empeorar sin tica febril. Se hicieron frecue
luchar. pudiera mantenerse la paz h
El gobierno poseía su propio apoyo popular. En especial en las grandes Allende lo sabía. Había
ciudades, la UP podía convocar varios cientos de miles de manifestantes dis- ma izquierda de acudir a me
ciplinados. En sus filas se incluían los numerosos chilenos que habían co- tianos eran la única tterza
menzado a experimentar cambios significativos: salarios reales más elevados, para llegar a un acuerdo qu
leche fresca subsidiada, un papel en la administración de su comunidad o lu- de este modo, mantener ir:
gar de trabajo. También respondían al nuevo nacionalismo: la apropiación de negoció con Frei y sus cor
las compañías del cobre, la postura severa hacia todas las empresas extranje- deliberación rehusaron. No
ras, la sonada bienvenida a Fidel Castro cuando llegó a Chile en 1971. sabilidad de un gobierno c
Chile 153
t[ nt#' 'tf,
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l,1fr.f
t_iî ñ;rüíi;'i'.
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'¡.i¡{*¡;
El palacio presidencial, situado en el centro de Santiago, estalló en llamas por los ata-
ques con bombas incendiarias de las fuerzas armadas chilenas durante el golpe del 11
de septiembre de 1973. (United Press International.)
día, los cazas Hawker de las fuerzas aéreas atacaron el palacio con bombas
incendiarias, que extendieron las llamas por el edificio Que había visto tantas
transferencias de poder pacíficas. Cuando las tropas del ejército se prepara-
ban para asaltar el palacio, Allende..se _suicidó, En una de sus primeras alo-
cuciones presidenciales, había señalado: .Nuestro escuclo de armas dice "Por
larazón o por la fûerza", pero pone laraz6n primero>. Ese orden se invirtió
entonces.
*) Los mandos militares esperaban resistencia, en especial en las zonas ha-
[íitaclas por los obreros industriales, pero los seguidores del gobierno tenían
pocas armas. La resistencia fue dispersa, pero la represión fue rápida y bru-
tal. Nunca sabremos cuántos murieron. pero al menos 2.000 personas. Fue el
golpe militar más violento de la historia latinoamericana del siglg,II y ocu-
rrió en un país que se enorgullecía de sus tradiciones democrátiõas--tan pro-
fundamente arraigadas. La <transición al socialisrno> que tantos de la iz-
quierda pensaron que era
"irreversible> estaba a punto de ser invertida.
lConsiderado desde la perspcctiva actual, parece que la caída de Allende
fue ocasionada por la interacción de las clases sociales y los partidos políti-
cos que caracterizaban al Chile contemporáneo{La izquierda obtenía su apo-
156 Historia contemporánea de América Lutina
tes estrictos sobre los medios de comunicación. En octubre de1973, un mes respaldado con fuerza el g<
después del golpe, los militares tomaron también las orgullosas universidades. fasis en la promoción de la
Las fuerzas armadas querían reformar las antiguas relaciones entre el Es- ros, tanto públicos como p
tado y la sociedad en el Chile moderno. Un componente crítico de este plan economía de mercado librc
era la unidad de los militares, acaudillados por el general del ejército de tie- ternacionales y otros gobie
rra Augusto Pinochet. Otro era la desorganización de la sociedad civil, que La quiebra comercial d
hizo posible al régimen desmantelar (o al menos reprimir) instituciones in- de su deuda externa por p
termedias como partidos políticos y sindicatos, y establecer la autoridad di- mundial provocada por la
recta. Se suspendió la actividad política en su sentido tradicional. En enero yor fuerza que al resto cle 1
de 1974, el general Pinochet anunció que los militares permanecerían en el clió al 14 por 100 ese año,
poder no menos de cinco años. mas gubernamentales de c
Mientras los generales consolidaban su poder político, un grupo de tec- tercera parte de Ia fuerza I
nócratas civiles introducían cambios de largo alcance en la política económi- nuevo equipo de tecnócrat¿
ca. Conocidos como \os Chicago åoys debido a que muchos se habían for- turación económica aún m
mado en la Universidad de Chicago, estos economistas creían con firmeza en mucho las exportaciones y
Chile 157
Vuelta a la democratización
Aylwin asumió el poder en 1990 y se comprometió a restaurar las
insti-
tuciones democráticas chilenas, a investigar làs pasadas violaciones
*de de los
derechos humanos y a la rápida mejora ras ôondiciones de vida de los
pobres. Su gabinete fuertemènte tecnocrático (es notable quã-no
se repar-
tiera según la tortaleza del partido) también se comprom"t¡o
u *unt"ner lo
que resultaba esencial en la historia del éxito econdmico
en América Lati_
na (al menos según los parámetros ortodoxos): estabilidad relativa
de los
precios, aumento de las exportaciones (animadó por los precios
ãlevados del
cobre), registro de la inversión extrajera, reduccìón signitcativa
de la deu-
da_exterior y un avance notable en lã privatización de"gran purie
oer sector
público ineficiente.
democracia restaurada de chile también se enfrentaba a obstácuros
" /\u.
rormldables: un ejército siempre alerta que seguía encabezado por un pino_
chet.incontrito (aunque ahorã se veía empanaão por escándaroi
financieros
familiares), una judicatura pro ejército, ui sena¿o ¿ominado pãi
tu a".."t u,
terrorismo esporádico de izquierda y derecha, y el tema exploåivo
de qué ha-
cer acerca de las pasadas violaciones de los derechos humanos,
con su peri-
gro de inflamar el conflicto entre militares y civiles.
. I,a coalición gobernante (la ,.Concertaóióno) se mantuvo unida para las
elecciones presidenciales de 1993. rJna vez más los demócrata
cristianos pro-
porcionaron el presidente. Era Fduardo Frei, hijo der presidente
ãe chile en-
tre 1964y 1970. Su margen de venraja era der 5"g por'r00,3 puntás por
enci-
ma de Aylwin en 1989. I a campaña fue notabre tãnto po^u
furtu de pasión
como. por la alta participación. El poco carismático Fiei,
cuyo ventaþ más
grande era su apellido, prometió ,,progreso con justicia>.'El
alguna yez po-
deroso Partido comunista continuó coñrpletamente marginado,
mientras que
la mayor parte de la izquierda se mantuvo lear a la coalñión.
Más importan-
te, hubo una aceptación general de las regras del juego democráiico,
aunque
éstas sufrieron algunas restricciones que quedaban
dã la época de pinochet.
160 Historia contemporúnea tle Américo Lutina
La historia de esta Cc
Dom Pedro I (1822-1831) nueva nación brasileña: 1)
absolutista mediante Ia dis
Solemos definir con demasiada frecuencia los periodos históricos por la su- su propia Constitución; pe:
bida o caída de los jefes de Estado o gobierno. No obstante, a veces tiene na en la división de podert
sentido, Pocos pondrían objeciones a la etiqueta de "victoriano, para el pe- al sistema parlamentario it
riodo ilel reinado de la reina Victoria de 1iì37 a 1901. Y en el Brasil del siglo promiso con los derechos
xlx muchos temas sociales básicos estaban ligados al destino de la corona. El reales de Dom Pedro y sus
más evidente fue la consolidación de la independencia brasileña. con asuntos norte de la historia brasile
conexos como la centralización o descentralización de la autoridad y el poder libertarios y reformistas. L
ejecutivo contra el poder legislativo. Estas cuestiones tuvieron que acome- terminó de modo ambiguo
terse de inmediato tras la independencia, pues tanto la elite como el empe- rador que de este modo es
rador querían redactar una Constitución brasileña. Los aspectos absolutisl
Dom Pedro I se había convertido en el primer emperador de un Brasil en el noreste, la región qut
independiente en 1822, cuando la aristocracia brasileña forzó a una ruptura bre la abolición de la escla
con Portugal. Un año antes, el padre de Dom Pedro, Dom João VI, había de- los conspiradores republici
jado Brasil para volver al trono de Portugal, después de aconsejar a su hijo tido tercamente la discipli
que permaneciera allí (pues Ia familia leal se sentía muy ligada a esos domi- Dom Pedro en 1824 provr
nios), aunque ello supusiera la creación de una monarquía separada. Dom clave del centro de la polít
Pedro I convocó una Asamblea Constituyente y las elecciones resultantes en Los pernambucanos vr
1823 revelaron varias divisiones políticas. La más básica era la escisión entre fiesto que proclamaba de
el Partido Brasileño y el Partido Portugués, formado el último por quienes se Era la culminación de la rt
habían opuesto a la independencia y querían volver a subordinar Río de Ja- una junta local muy popu
neiro a Lisboa. Sus dirigentes eran fundamentalmente nacidos en Portugal, la apoyo de otras provinciat
mayor parte oficiales del ejército, burócratas y comerciantes. El Partido Bra- Asamblea Constituyente. i
sileño estaba dirigido por José Bonifácio Andrada e Silva, latifundista de São tema de la esclavitud, cual
Paulo, principal portavoz del liberalismo brasileño y el ministro más impor- el fin del tráfico de esclavt
tante del gobierno de Dom Pedro. de los organizadores rebe.
A pesar del apoyo mayoritario en la Asamblea, el gabinete de José Bo- riores, y no sin razón. El
nifácio tuvo que dimitir pasados tres meses debido a que el emperador res- muchas de color, amenaza
paldaba de forma continua la protesta del Partido Portugués por las medidas ticentralista en una revolu
gubernamentales antiportuguesas. Continuaron caldeándose las polémicas y Las divisiones interna
brotaron peleas callejeras, cuando una facción extremista del Partido Brasi- cuando la presión militar t
leño clamó por un gobierno descentralizado y exageró los abusos de la coro- tratado barcos y mercenar
na. En medio del furioso debate, el emperador disolvió la Asamblea en no- sangrienta lección políticz
viembre de 1824. Poco después, decretó de forma unilateral una Constitución cutados. Había límites pa
para Brasil, que incluía muchos rasgos del borrador preparado por Antonio i Brasil.
Carlos Andrada e Silva, hermano de José Bonifácio, pero reservaba grandes ' La dominación de Ríc
po<Ieres para el Poder Moderador, que iba a ser el monarca mismo. Más im- precio. Descle t810. Gran
portante era el poder de disolver la Cámara de Diputados y nombrar y cesar nomía brasileña y ahora se
ministros, El voto ciudadano cstaba ligado a Ia prueba de un mínimo de pro- Los británicos podían
piedad, por lo que se limitaba la participación pública de modo severo en un Río, facilitando el recono
gobierno imperial que iba a ser muy centralizado. Irónicamente, esta Consti- potencias del mundo. Ese
tución decretada de forma unilateral incluía pasajes de la Declaración de De- que Gran Bretaña negocir
rechos Humanos francesa de 1789. rey portugués, Dom João
Brasil 163
l
Los pernambucanos volvieron a declarar su independencia en un mani-
{ fiesto que proclamaba de forma poética la nconfederación del Ecuadon.
I
Era la culminación de la reacción violenta ante el intento de Río de deponer
I una junta local muy popular e imponer otra menos radical. Tias obtener el
lpoyo de otras provincias del noreste, los rebeldes convocaron su propia
Asamblea constituyente. Sin embargo, el movimiento se dividió respécto al
tema de la esclavitud, cuando un dirigente escandalizó a sus colegas ãl pedir
el fin del tráfico de esclavos por el puerto nororiental de Recife. La mayoria
de los organizadores rebeldes temían una movilización de los órdenes infe-
riores, y no sin raz6n. El descontento entre las personas libres marginadas,
muchas de color, amenazaba con convertir la agitación antiportuguesa y an-
ticentralista en una revolución social.
Las divisiones internas de los rebeldes de pernambuco se produjeron
cuando la presión militar exterior fue aumentancto. El emperador había con-
tratado barcos y mercenarios ingleses y franceses, y clio a ios insurgentes una
sangrienta lección política. La mayoría de los líderes rebeldes fueron eje-
cutados. Había límites para el alcance de la protesta social permisible en
Brasil.
La dominación de Río se obtuvo mediante ra ayuda inglesa, que tuvo su
precio. Desde 1810, Gran Bretaña había conseguido un tugar tirme en la eco-
nomía brasileña y ahora se hallaba asegurando la transiciónì la independencia.
_ L9* británicos podían ayudar a consolidar el gobierno indepe;diente de
Río, facilitando el reconocimiento diplomático por parte de laì principales
potencias del rnundo. Ese objetivo se logró mediante una serie dè acuerdos
que Gran Bretaña negoció con portugal y Brasil en lg2j. propiciaron que el
rey portugués, Dom João vI, reconociera a Brasil como un rêino separado;
164 Historis contemporónea de América Lutinu
que las exportaciones británicas a Brasil continuaran recibiendo un tipo que los brasileños nunca a(
arancelario preferencial; y, no menos importante, que Brasil pagara a Portu- emperador cadà vez le abs<
gal una indemnización de dos millones de libras esterlinas por los daños su- rios de su hija en Portugal,
fridos en la lucha por la independencia. (Era exactamente la deuda contraí- manejar las agresivas fuerz;
da por Portugal con Gran Bretaña; los negociadores mantuvieron en secreto se hizo cadaYez más insost,
esta cláusula.) las multitudes para Protesti
El año siguiente, 1tì26, Gran Bretaña consiguió de Brasil el compromiso EL7 de abril de 1831, Don
mediante tratado cle concluir el comercio de esclavos antes de 1830. Lo que- pendenciá había ayudado a
ría por varias razones. Una, en la que suelen hacer hincapié los historiadores Su abdicación fue una
económicos actuales, era que los británicos temían que el azitcar producido para los absolutistas acosa
con mano de obra esclava de Brasil resultaría más barato en el mercado hijo, que después se conve
mundial que el azicar de las Indias Occidentales, donde se acababa de abo- padre Ie había dejado delil
lir la esclavitud. Otra razón, también importante, era la presión ejercida so- familia real para mantener
bre el gobierno británico por los abolicionistas. El nuevo gobierno brasileño, ¿Quién ejercería el Poder r
con poco entusiasmo y menos compromiso auténtico, otorgó a los ingleses la sas y poco Pobladas tierras
cláusula que demandaban. En el tratado sobre el comercio de 1827 , se les hi- plo de la América esPañoli
cieron más concesiones, que colocaron a las exportaciones brasileñas a In- de naciones que vemos ho'
glaterra en desventaja con las procedentes de las colonias inglesas. Gran par- Durante nueve años, d
te de la elite brasileña las consideró excesivas y sólo explicables por el der ejecutivo una regencia
aparente deseo de Dom Pedro de retener la buena voluntad británica hacia se enmendó la Constitucic
Portugal, que necesitaba de forma desesperada su ayuda económica. Las crí- los poderes de las provinci
ticas habrían sido aún más estridentes si se hubiera hecho público el pago de paratistas que estremecían
los dos millones de libras. ta más violento fue el de I
Al final, la lealtad de Dom Pedro hacia Portugal provocó su ruina en más peligrosa por su ubicar
Brasil. su imposición de la nueva constitución no había terminado de nin- la Guerra dos Farrapos, er
guna manera con la lucha sobre la división de los poderes gubernamentales.
En1826 el emperador se convirtió en el blanco de una nueva oleada de ata-
ques, cuyos autores iban de los ..moderadosr, deseosos de más poder para el Do
legislativo y revisiones a los tratados con Gran Bretaña, a los (extremistas>,
que demandaban la descentralización del poder y la autonomía de las pro- El acceso al trono de Don
vincias. Las críticas al emperador dominaban la prensa en expansión con su sil había sobrevivido a los ,
que los brasileños nunca aceptarían una reunificación con Portugal. Pero al
emperador cada vez le absorbía más tratar de proteger los derechos suceso-
rios de su hija en Portugal. Este desgaste de energía le hizo menos capaz de
manejar las agresivas fuerzas políticas antiabsolutistas de Brasil. Su posición
se hizo cadavez más insostenible, a medida que sus oponentes movilizaron a
las multitudes para protestar por su preferencia por un ministro absolutista.
EL7-de- abril de 1831, Dom Pedro I abdicó y partió de la tierra cuya inde-
pendenciã habíà áyudado a lograr menos de una década antes.
Su abdicación fue una victoria para el Partido Brasileño y una derrota
para los absolutistas acosados. Tämbién creó un vacío de poder, ya que su
hijo, que después se conveitiría en Dom Pedro II, sólo te!ía cinco años. Su J
padre le había dejado deliberadamente al cuidado de otros miembros de la
familia real para mantener los derechos de los Braganza'al trono brasileño.
¿Quién ejercería el poder en su nombre? ¿Permanecerían unidas las inmen-
sas y poco pobladas tierras de la América portuguesa? ¿O seguirían el ejem-
plo de la América española, que de inmediato se disgregaron en el conjunto
de naciones que vemos hoy día?
Durante nueve años, desde la abdicación de Dom Pedro I, ejerció el po-
der ejecutivo una regencia, que varió de estructura y de miembros. En 1834,
se enmendó la Constitución (mediante la <Ley Adicional>) para aumentar
los poderes de las provincias, en parte como respuesta a los sentimientos se-
paratistas que estremecían zonas clave del imperio. El movimiento separatis-
ta más violento fue el de Ia provincia de Pará, en el valle del Amazonas; la
más peligrosa por su ubicación en una provincia fronteriza con Argentina fue
la Guerra dos Farrapos, en Rio Grande do Sul.
ejemplo a los recién liberados. Brasil también había escapado a la perspecti- cano, fundado en 1871, ta
va extremadamente racista de declarar a todas las personas de color infcrio- cial en São Paulo. El naci¡
res sin remedio. Algunos de los pertenecientes a la gran población dc raza ción de los diputados lib,
mixta habían alcanzado posiciones nacionales relevantes ya en 1889 (como el de un ministro conserva(
novelista Machado de Assis y el ingeniero abolicionista André Rebouças) y 1870, un grupo de indignr
demostraban que era posible cierta movilidad. En un principio, los
La abolición fue un proceso de dieciséis años, marcado por tres leyes. La nunca controlaron [a Cá
primera apareció en 1871, cuando el Congreso aprobó ula ley del útero [i- gual. Eran más fuertes e
brer. que proporcionó libertad desde entonces a todos los niños nacidos de más débiles en el noreste
madres esclavas. Pero se otorgó a los dueños la opción de retener los dere- encabezada por un presic
chos laborales sobre esos niños hasta la edad de veintiún años. legislativo bicameral (cor
. Hasta la década de 1880, el movimiento abolicionista no volvió a ser ca- gún los principios federal
paz de forzar a la esclavitud al centro de la arena política. Encabezaban a los biar la monarquía constit
abolicionistas profesionales urbanos, especialmente abogados, entre los que estilo estadounidense.
destacaba Joaquim Nabuco, diputado de Pernambuco de impecables oríge- Durante la década dr
nes sociales. Guiados por oradores como é1, los abolicionistas se convirtieron las generaciones más jóv
en el primer movimiento político nacional, organizando clubs, periódicos y profesionales que habían
reuniones públicas en las ciudades principales. Juntaron importantes sumas de el republicanismo con el
dinero para financiar su propaganda y comprar la libertad de los esclavos lo- las enseñanzas de los posi
cales. había penetrado en las fa,
Esta movilización tuvo su impacto en el Parlamento, que en 1885 aprobó en las academias militare
la segunda ley abolicionista: otorgaba la libertad a todos los esclavos de se- gencia de movimientos ir
senta años o mayores sin indemnización para el dueño. Los cínicos ridiculi- el apoyo a la monarquía'
zaron la medida, señalando que muy pocos esclavos sobrevivían hasta esa Sin embargo, no fue r
edad y si lo hacían, sus dueños estarían encantados de liberarse de su cuida- sino el descontento de u
do. La nueva ley hizo poco para calmar la agitación de los abolicionistas, al- do desde hacía mucho ti
gunos de los cuales comenzaron a incitar a los esclavos a huir o a rebelarse aumentó la fricción recur
contra sus amos. En 1887 la esclavitud ya se estaba desintegrando de forma cos civiles, con frecuencia
visible. Los soldados del ejército, a quienes se mandaba atrapar y devolver a políticas. Debido a la gu
los esclavos fugitivos, encontraban su trabajo cada vez más repugnante. En militar mucho mayor que
1887 los oficiales se negaron formalmente a seguir llevando a cabo esta misión. proporcionó una magra fi
En 1888, los propietarios de esclavos ya habían tenido tiempo suficiente proporción elevada entre
para prepararse para la transición al trabajo libre. El paso final fue la <ley do- los retrasos en los ascens
radao, aprobada en mayo de ese mismo año, que liberaba a todos los escla- go medio, que se volvier
vos que quedaran sin indemnización. La ley fue aprobada por una votación publicanos y abolicionist:
aplastante tanto en la Cámara de los Diputados como en el Senado. La elite La agonía final del in
política se las había arreglado para preservar el consenso mientras trataba de tido en tratar de goberne
un tema socioeconómico explosivo. Este éxito en la reforma gradual ayudó a ción minoritaria en la cár
perpetuar la imagen conciliatoria de la elite brasileña. Resulta bastante no- formar un gabinete, lo qr
table que esta imagen haya llegado a ser compartida por muchos no perte- formista que incluía la de
necientes a esa elite, lo que demuestra cómo sus gobernantes actuales han tarde. En noviembre se c
manipulado la comprensión que los brasileños tienen de su propio pasado. riscal Deodoro da Fonsr
El otro drama importante de finales del imperio fue el surgimiento del Ouro Preto. Se dio un ul
republicanismo. Había hecho erupción antes durante ese mismo siglo, casi se. Dom Pedro II y su fz
siemþre vinculailo a demandas de autonomía regional. El Partido Republi- día siguiente se proclam(
Brasil 169
cano, fundado en 1871, también tenía una vena nacionalista fuerte, en espe-
cial en São Paulo. El nacimiento de este partido puede seguirse hasta la reac-
ción de los diputados liberales a la imposición de Dom Pedro II, en 1868,
de un ministro conservador frente a la mayoría liberal de la Cámara. En
1870, un grupo de indignad<ls ex liberales fundaron el Partido Republicano,
En un principio, los republicanos parecieron inofensivos. Hasta 1889
nunca controlaron la Cámara de Diputados y tenían un apoyo muy desi-
gual. Eran más fuertes en São Paulo, Rio Grande do Sul y Minas Gerais;
más débiles en el noreste. Querían reemplazar el imperio por una república
encabezada por un presidente de elección directa, gobernada por un poder
legislativo bicameral (con elecciones directas para ambas) y organizada se-
gún los principios federalistas. En la práctica, los republicanos querían cam-
biar la monarquía constitucional al estilo inglés por una república federal al
estilo estadounidense.
Durante la década de 1880, el republicanismo se extendió mucho entre
las generaciones más jóven-es: los hijos de los plantadores, comerciantes y
profesionales que habían recibido educación universitaria. Solían combinar
el republicanismo con el abolicionismo, ambos sentimientos reforzados por
las enseñanzas de los positivistas brasileños, grupo con mucha dedicación que
había penetrado en las facultades de educación superior, y de forma especial
en las academias militares. De este modo, esta década contempló la conver-
gencia de movimientos intelectuales y políticos que se unían para erosionar
el apoyo a la monarquía y la esclavitud.
Sin embargo, no fue un debate noble el que selló el destino del imperio,
sino el descontento de una institución que el emperador venía descuidan-
do desde hacía mucho tiempo: el ejército. A finales de la década de 1880,
aumentó la fricción recurrente que existía entre oficiales del ejército y políti-
cos civiles, con frecuencia sobre los derechos a expresar en público sus ideas
políticas. Debido a la guerra paraguaya, Brasil había creado un estamento
militar mucho mayor que el deseado por los políticos de Dom Pedro II, que
proporcionó una magra financiación para su modernización. Existía una des-
proporción elevada entre oficiales y tropa, lo que llevó a la frustración por
los retrasos en los ascensos a las promociones jóvenes y los oficiales de ran-
go medio, que se volvieron especialmente receptivos a los sentimientos re-
publicanos y abolicionistas tan influyentes entre sus iguales civiles.
La agonía final del imperio sobrevino en 1889. El emperador había insis-
tido en tratar de gobernar con un ministro conservador, a pesar de su posi-
ción minoritaria en la cámara. En junio, invitó al vizconde de Ouro Preto a
formar un gabinete, lo que consiguió, y formuló un ambicioso programa re-
formista que incluía la descentralización administrativa. Pero era demasiado
tarde. En noviembre se desarrolló un complot militar. Liderados por el ma-
riscal Deodoro da Fonseca, los conspiradores demandaron la dimisión de
Ouro Preto. Se dio un ultimátum al emperador: era su fin y debía marchar-
se. Dom Pedro II y su familia partieron tranquilos al exilio en Portugal. Al
día siguiente se proclamó la república, el 16 de noviembre de 1889.
170 Historio contemporiinea ¿le Anúricu Latinu
El imperio había caído con pocos trastornos. Aunque clesde hacía tiempo
los plantadores venían temiendo que la abolición perdiera las exportaciones
agrícolas, pronto volvieron a sus cabales. Ahora se dieron cuenta de que po-
dían conservar su clominio económico (y, por ello, político) en un mundo sin
monarcas ni esclavos. Ni la abolición de la esclavitud ni el derrocamiento del
imperio trajeron cambios estructurales a Brasil.
nivel que en Argentina. La cota más alta para Brasil fue un 6,4 por 100 en sultado fue un sendero de
1900 y después descendió. de Río de Janeiro y Minas
Volviendo la vista atrás, resulta irónico darse cuenta de que esta oleada La dependencia del caf
de europeos recién llegados probablemente ayudó a distorsionar, al menos Ia superproducción. Era dil
regionalmente, el desarrollo económico brasileño a largo plazo. Aunque se ción para saber cuándo det
disponía de abundante mano de obra en el centro y noreste del país, donde día del clima y de otros fat
el número de puestos de trabajo había caído mucho tras el aumento de tra- produjo 20 millones de sacr
bajadores, los profetas de la inmigración optaron por los europeos, que pro- día absorber 12 o t3 millor
bablemente serían mejores trabajadores y futuros ciudadanos de más con- bía hacerse con los excedet
fianza. Así que el gobierno brasileño pagó el pasaje de barco a millones de El riesgo de la competr
europeos, mientras millones de brasileños en Minas Gerais, Río de Janeiro y gares de América Latina, tr
el noreste no podían pagarse el desplazamiento al sur. Los europeos y japo- sileña del mercado mundia
neses transplantados hicieron grandes contribuciones; pero cada uno de esos en 1930, a sólo el 32 por lC
puestos de trabajo podía haber sido ocupado por un brasileño al que se ha- el país perdió de forma gra
bría rescatado de las regiones de economía moribunda. Una tercera vía de vul
Más difícil resultaba obtener tecnología. No había. como sigue sin haber, que sufría el precio mundia
un sustituto rápido para ésta, que constituye uno de los rasgos más esencia- cia, sino también cambios e
les de las economías modernas. En el mundo capitalista ha resultado extre- crea hábito, y su consumo I
madamente difícil comprar tecnología. Los brasileños, como otras poblacio- y 1931, tras el golpe de la G¡
nes no pertenecientes al dinámico complejo industrial del Atlántico Norte, se tavos la libra a sólo 8 centav
vieron obligados a aceptar la inversión directa de compañías extranjeras para variación en los ingresos en
obtenerla. El sistema de telégrafos, por ejemplo, llegó con empresas inglesas provenían principalmente d
y estadounidenses, que instalaban y manejaban su propio equipo. Lo mismo Para ilustrar el crecimi
puede decirse de los ferrocarriles, las instalaciones eléctricas y el embarque, sileño, la figura 5.1 muestr
la mayor parte de la infraestructura necesaria para sostener la creciente eco- te el periodo de 1860 a 19
nomía agroexportadora. Eran inversiones muy visibles que después se con- ducción y el comercio, al ii
virtieron en blancos adecuados para los ataques nacionalistas. la inestabilidad de la dema
También el capital se buscó fuera. Gran parte llegó con la tecnología que Un riesgo final se deri
se acaba de describir; también llego en forma de préstamos a un estado o a nales del siglo xlx y comie
la nación brasileña. En 1907, por ejemplo, los estados de São Paulo, Minas cuartos de sus exportacion
Gerais y Río de Janeiro firmaron un acuerdo para que la comercialización ña y Alemania. Estados L
del café fuera financiada por acreedores extranjeros. Los gobiernos de los es- bién se convirtió en la ma'
tados planeaban devolver los créditos con los ingresos tributarios por la ex- mitad deltotal en 1960). L;
portación de este producto. Este acuerdo obligaba a Brasil no sólo a devol- vínculos estrechos, sino tal
ver el préstamo, sino también a financiar la remisión de los beneficios (y riores, como descubrió Br¿
finalmente del capital) sobre inversiones directas efectuadas por extranjeros. problemas políticos.
La cuestión crucial eran los térntint¡s en los que todas estas transacciones se Políticos y economistal
efectuaban. Los datos disponibles sugieren que la tasa de beneficio sobre los resultado inevitable de la o
ferrocarriles de propiedad extranjera, por tomar un ejemplo evidente, no su- elección que tenían era cr
peraba las de inversiones semejantes en Gran Bretaña. Pero este tema aún que necesitaran con los fo
debe investigarse de forma sistemática, por las inversiones o los c
De 1889 a 1930, el centro de la economía brasileña se trasladó al sur y al portante de industrializars
suroeste. El primer impulso provino de la <marcha" del café, cuando los dría en peligro las relacior
plantadores descubrieron que era más barato roturar un nuevo terreno que Además, Brasil no podía
reciclar los suelos de las plantaciones que disminuían su producción. El re- para la industrialización "
Brasil 173
la producción manufacture
parada con el 4,6 por 100 t
o
o trial ya sumaba más del 25
!
acercaba al 30 por 100. Es
o su dependencia del mundo
de que el país algún día se
!
Estas transformaciones
c
en la estructura social. Un
=!
de un 25 por 100 de la pol
cuartos de la población ya'
munes en esta tendencia. E
1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 '1940 1950 1960 1970 ',1980 1990 y más lenta que la de muct
que Brasil no tiene una s
.5.t. Exportaciones brasileñas de café, 1860-1985. Fuentes: Werner Baer, Industiali-
Montevideo, por ejemplo).
zotion and Ecottomic Development in Brazil, Homewood, lll., Richard D. Irwin, 1965,
pp. 266 - 267; James W. Wilkie, Enrique C. Ochoa y David E. Lore¡ eds., Statistical
megalópolis, con millones
Abstract of Latin Atnerica, vol. 28, 1990, Los Ángeles, UCLA, Latin American Cen- de la vida urbana, pero en
ter, 1990, cuadro 2.426, p. 584. 100 de la población nacior
ción, las ciudades coexister
raza>, según las palabras de un ministro del gobierno de la década de 1890. En consecuencia, Bras
Br¿rsil debía vivir, y se vería forzado a ello, con lo que Dios le dio: una ven- elite de la clase superior ir
taja comparativa en unas cuantas exportaciones agrícolas. entre ellos, como cuando I
Sin embargo, desde finales del imperio, un puñado de intelectuales y em- para desafiar a los magnat
presarios comenzaron a disputar esta lógica. Sostenían que Brasil debía esti- apareció también una elite
mular la industria interna y controlar con cuidado los vínculos con los países ría por conseguir posición
extranjeros, en especial Gran Bretaña y, después, Estados Unidos. Estos crí- para conseguir su prosperi
ticos tenían poca influencia en áreas políticas clave como los aranceles o los Las masas populares ti
tipos de cambio. No obstante, lograron crear una crítica ,.nacionalista> que un campesinado numerosc
iba a resultar importante desde 1930. ras penas con la tierra. E>
El impulso oficial a la industrialización hizo su aparición en 1890, cuan- lugares, que realiza un tra
do una revisión arancelaria proporcionó una ligera protección para la manu- grupos indígenas y otros c
factura local frente a la competencia extranjera (y también rebajó las tasas marginados la mayor Partr
de los bienes de equipo requeridos para la producción). Brotaron escuelas de Una clase obrera orga
ingeniería en Recife, São Paulo, Pôrto Alegre y Bahia. Para1907, el país te- tro millones de personas t
nía unos 3.000 establecimientos industriales, Ia mayoría de ellos pequeños, dades brasileñas. Su lucha
que producían principalmente textiles y artículos alimenticios. En 1920 el nú- por parte del Estado prop
mero de empresas ya había aumentado a más de 13.000. sileña del siglo xx-'Ihmbir
El sector industrial brasileño sufrió una expansión a gran escala en los las ciudades en desemple
años treinta y cuarenta, cuando la Gran Depresión y la segunda guerra mun- hallaron cobijo en los bar
dial redujeron el aprovisionamiento de artículos manufacturados del exterior Entre las clases altas
(como también ocurrió en el resto de América Latina). Como en el caso del medios. Es difícil estimar r
café, el centro del crecimiento industrial estaba en el estado de São Paulo, de la población en alguni
donde el 15 por 100 de la población nacional producía cerca del 50 por t00 nacional es menor (del 1(
de los artículos manufacturados del país en 1940. en el comercio y las proft
Desde entonces continuó el ascenso rápido y Brasil pasó a industrias pe- ma con una importante ir
sadas como la del acero y la producción de automóviles. Entre 1947 y 1961, La posición social no
Brasil 175
la producción manufacturera aumentó a una tasa anual del 9,6 por 100, com-
parada con el 4,6 por 100 del sector agrícola. En 1960, la producción indus-
trial ya sumaba más del 25 por 100 del producto interior bruto y en 1975 se
acercaba al 30 por 100. Esta diversificación de la economía uyuâó u reducir
su dependencia del mundo exterior y prestó credibilidad a las declaraciones
de q¡e el país algún día se uniría a las filas de las superpotencias.
Estas transformaciones económicas produjeron .ambios de largo alcance
en la estructura social. un resultaclo fue la urbantzación. En 1920, alrededor
de un 25 por 100 de la población vivía en zonas urban-a,s y en 1992 casi tres
cuartos de la población ya vivía en ciudades. pero existén dos rasgos poco co-
munes en esta tendencia. El primero es que su urbanización ha sid.o posterior
y más lenra que la de muchos otros países de América Latina. El segundo es
que Brasil no tiene una sola ciudacl predominante (como Buenos Aires o
Montevideo, por ejemplo). São paulo y Río de Janeiro se han convertido en
megalópolis, con millones de habitantes y las comodidades y complicaciones
de^la. vida ur_b_ana, pero entre ambas contienen sólo alredeáor dJ un 10 por
100 de la población nacional de 154 millones. Aunque ha habido urbaniza-
ción, las ciudades coexisten con un campo grande y
þoblado.
En consecuencia, Brasil ha desarrollado un sistema social intrincado. La
elite de la clase superior incluye a los latifundistas, con frecuencia divididos
entre ellos, como cuando los plantadores paulistas se alzaron en el siglo xrx
para desafiar a los magnates del azúcar del noreste. En el curso del slglo xx
apareció también una elite industrial, un grupo luevo y vigoroso que lucha-
ría por conseguir posición y riqueza, utilizando , u"."i el poder dèl Estado
para conseguir su prosperidad.
Las masas populares también eran variadas. Ha habido y sigue habiendo
un campesinado numeroso, formado por aquellos que se ganan la vida a du-
ras penas con la tierra. Existe un proletariado rural, en los cafetales y otros
Iugares, que realiza un trabajo asalariado en er campo. y en el interior hay
grupos indígenas y otros que tienen poco contacto con la sociedad nacionai,
marginados la mayor parte de ellos.
una clase obrera organizada de un considerable tamaño (al menos cua-
tro_millones de personas en1970 y seis millones en l9g0), surgió en las ciu-
dades brasileñas. su lucha con los empresarios y su manipulacìón constante
por parte del Estado proporciona uno de los temas centrales cle la vida bra-
sileña del siglo xx- También existe un gran estrato cle personas que viven en
las ciudades en désempleo crónico, a ìnenudo inmigräntes clel interior quc
hallaron cobijo en los barrios marginales cle las granães ciudades.
Entre las clases altas y bajas. fueron apareciendo gradualmente sectores
medios. Es difícil estimar su tamaño: quizá ahora incluya hasta un 30 por 100
de la población en algunas ciudades, aunque su dimensión en la potlación
nacional es menor (del 10 al 15 por 100). Desempeñan papeles imporrantes
en el comercio y las profesiones, y tienen una relación paiticularmente ínti-
ma con una importante institución: el ejérci0o"
La posición social no depende sólo de la función u ocupación o riqueza;
176 Historia contemporáneu de Antérica Latina São Paulo
(café)
también tiene que ver con la raza. La importación masiva de mano de obra
esclava de Africa proporcionó una dimensión étnica adicional a la sociedad
brasileña, que a su vezha afectado a. las costumbres y actitudes.
Tiende a haber una fuerte correlación eîfte raza y posición social: la mayo-
ría de la clase alta es blanca, mientras que la mayoría de los negros se encuen-
tran en el estrato más bajo y las mezclas de sangre suelen hallarse en medio. Al-
gunas instituciones, como la oficialidad naval o el cuerpo diplomático, fueron Prudente de Morais
durante mucho tiempo blancas. Pero la Íaza no se define sólo con base en la bio- 1 894- 1 898
Júlio Presteso
La Primera República (1889-1930) elegido en 1930
dv
Aunque los militares derrocaron el imperio, los políticos civiles dieron forma p
a la nueva república (véase la figura 5.2). Se eligió una Asamblea constitu- ee
yente, que elaboró una nueva constitución en 1891. Era casi una copia de la
estadounidense, como había pretendido su aúiói principal, el delegado de
5.2. Café com /eire: presidentr
tados importantes Paul(
Bahia, Rui Barbosa. Brasil se convirtió en una federación de veinte estados chera- condujo a -São
una serie d
y su presidente iba a elegirse directamente y tendría poder para intervenir en (1889-1930) a los que los brasil
los estados en caso de amenaza de separación, invasión extranjera o conflic- com leite). Rio Grande do Sul
ñaron un importante papel cor
São Paulo f\4inas Gerais Otros
(café) (te¡te) estados
Deodoro da Fonsecar
1 889- 1 891
Floriano Peixoto*
1891-1894
Prudente de Morais
1 894_ 1 898
Afonso Penaâ
1 906- 1 909
Hermes da Fonseca*
1910-1914
Wenceslao 8rás
1914- 1918
Rodrigues Alves"
elegido en 1918
Arthur Bernardos
1922-1926
* militar
a muerto durante el cargo, 1909
b vicepresidente que completó el mandato de su predecesor
c elegido en 1918, muerto antes d€ tomar posesión en l91g
d vicepresidente que ocupó el cargo brevemente hasta que
pudieran celebrarse nuevas elecciones
elegido en 1930, pero no pudo tomar poses¡ón por la revolución
5 2: café com leite: presidentes brasileños por estado, 1gg9-1930. El poder de dos es-
tados importantes paulo, región proàuctora de
-são café, y Minas'Gerais, zona le_
9h9lu- condujo a una serie de paitos presidenciales duranie tr Àntigu" República
(1889-1930) a los que los_brasileños han ãpodado <la porítica
del café cãnbche> (café
com leite). Rio Grande do Sul era otro eìtado signifìcativo y
los militares desempe_
ñaron un importante papel como intermecliarios y supervisoies.
178 Ilistoriu contentpor(tneq de Anúricu I-atittl
Las críticas de los intelectuales corrían parejas con un ambiente sedicioso excedente constante de manr
entre los oficiales del ejército más jóvenes. Hubo una serie de revueltas cuar- dos o con escasa cualificació
teleras en1922y 1,924,conducidas por tenientes. Las revueltas de 1.924, que co- sultó difícil organizarse.
menzaron en São Paulo y Pôrto Alegre, fueron las más serias, pero los oficia- Una consecuencia de la l
les rebeldes huyeron y se mantuvieron durante dos años y medio como y anarcosindicalista y su susl
guerrillas-en-r¡na-¡narcha-de 25.000 km por el interior del país. Se los conoció partido brasileño se fundó er
.orño1â ..Columna de Prestes>, por Luís Ça¡iqS Pr-e¡t-es, un teniente rebelde co para los civiles y militares
que más tarde lideraría el Partido Comunista Brasileño durante más de trein- þano era un huérfano polític
ta años. portancia económica. Mientr
Los manifiestos formales de los rebeldes eran vagos y hacían énfasis en cambiar el modo autocrátic(
la necesidad de elecciones justas y un gobierno honesto, además de prestar tiempo con sus trabajadores.
atención a las necesidades sociales de la nación. Una queja más inmediata se
centraba en problemas profesionales: entrenamiento anacrónico, armas ob-
soletas, indiferencia de los gobiernos civiles y pobres perspectivas de ascen- Getúlio
so. Esta frustración era una reminiscencia de finales del imperio, cuando la
oficialidad contó con razones profesionales e intelectuales para apoyar un La quiebra económica mund
golpe contra la corona. de América Latina, con muc
otra poderosa corriente política de los años veinte era el Partido Demo- jo, los exportadores de café s
crático, fúndado en São Paulo en 1926. Sus dirigentes, tipificados por el ma!: divisas. A pesar de la crisis,
nãte'del café Antonio Prado, eslabáir de acuerdo en que la Antigua RepÚ- política de divisa fuerte, lo r
blica era un fraude, no debido a un exceso de liberalismo, sino precisamente vèrtibilidad de la moneda br,
por lo contrario. Muchos de sus votantes provenían de los profesionales ur- sas. Las reservas de oro y lib
banos, defraudados al ver Sus votos neutralizados por los votos rurales movi- al gobierno a suspender la cc
lizados por el aparato del gobierno federal. Querían Io que las clases medias una crisis agudizada de la b¿
europeas habían conseguido en el siglo xlx: el poder político mediante un sis- dos por una cosecha invendi
tema electoral que les otorgase un papel importante en el gobierno. No fue Dada la gran importanci
accidental que esta corriente de <constitucionalismo liberal> se mostrara con haber esperado que el gobir
más fuerza en São Paulo, el centro del crecimiento económico y el proceso hizo. Por el contrario, trató r
de urbanización más rápidos. Era la voz del Brasil <moderno> que se pro- teniendo la convertibilidad.
nunciaba contra la influencia desproporcionada de las regiones <atrasadas> los banqueros y economistas
del país. las relaciones brasileñas con
El desarrollo económico de finales del siglo- Xrx había creado una clase gobierno decidió adoptar uni
oþrera en tres o cuatro ciudades graqdgs. Las primeras organizaciones obre- yo de ningún sector importar
ras fúeron <aociedades de ayuda mutua>), que tuvieron poco que hacer. Fue- No resulta sorprendente
ron reemplazadas a comienzos del siglo xx por los organizadores anarquistas mandato. Como en 1889, fur
y anarcosindicalistas, mucho más militantes. En la década de 1910, sus sindi- Un movimiento de oposiciór
catos organizaron diferentes huelgas, incluidos varios intentos de huelga ge- gas, político riograndense qr
neral. Antes o después, se encontraron con una fuerte represión. Los diri- 1930 i había sido derrotado
gentes nacidos en Fspaña o Italia fueron deportados, mientras que los põí Washington Luis. En su
brasileños acabaron en la cárcel, fueron golpeados y hostigados. En 1921, el se presentó estrictamente de
movimiento urbano organizado era una ruina. ciones disidentes de varios er
En los años siguientes, se aprobaron leyes de bienestar social, como za- der. Después de las eleccion'
nahoria tardía para acompañar el palo omnipresente. Pero los trabajadores gió una conspiración entre l(
brasileños tenían menos derechos de organización y medidas de bienestar .,-., El golpe de octubre de l
que, por ejemplo, los chilenos durante el mismo periodo. Una raz6n era eI ra(quía militar depuso a Wi
Brasil 181
como presidente de un gobierno provisional. El gabinete invocó el poder re- esfuerzos por lograr más can
volucionario para emprender pasos arbitrarios y específicos que consideró años veinte, pero su movim
necesarios. No obstante, 1930 constituye una línea divisoria en la historia que pasara mucho tiempo, la
contemporánea de Brasil, aunque no sea comparable con la revolución me- po se desintegró.
xicana de 1910-1920 o con la transformación de Cuba desde 1959. Mientras tanto, Vargas f
Cuando Getúlio Vargas se trasladó al palacio presidencial en noviembre ticos. Su éxito fue evidente
de 1930, pocos se figuraron que se convertiría en un líder tan importante. 1934. La nueva Constituciór
* Sólo se encontraba allí porque el conflicto existente dentro de la elite nacio- masiadõ diferente de la prin
- nal se estaba convirtiendo en una guerra armada. Nunca llegó a su clímax de- estado: ya no podían gravar
bido a la intervención militar. Una vez que los mandos militares depusieron gislatura bicameral, que se
a Washington Luís, algunos oficiales quisieron retener el poder, pero la pre- dente (excepto el primero).
sión ejercida por la movilización de la Alianza Liberal era demasiado gran- cionalistas, que ponían restri
de: tras pasar sólo cuatro días en el poder, los tres comandantes lo traspasa- su participación en algunas ¡
ron a Vargas, que se convirtió en presidente provisional. Se mantuvo en el naturaleza modesta de estos
puesto ct¡r¡-44te cuatro años. Como no había poder legislativo, el presidente la Revolución de 1930 habí¿
gobernaba por decreto. Mientras tanto, estaban ocurriendo importantes cam- ta y que existía una tensión
bios en las fuerzas políticas nacionales. tal. El acto más importante
En primer lugar, Vargas se movió con rapidez para reemplazaÍ a los go- Vargas como primer presicle
bernadores de todos los estados menos uno, Minas Gerais. Los nuevos ,.in- va Constitución.
terventores> despachaban directamente con el presidente. Era un preludio -En.1.934, Brasil entró en
de las batallas posteriores sobre la autonomía de los estados y la campaña política. La atención se cent
presidencial para reducir el tamaño de las milicias estatales. Este activismo zados, ambos compromelidr
del gobierno central desequilibró con frecuencia el equilibrio de los aparatos grismo, movimiento derechi
estatales y benefició a las facciones disidentes, muchas de las cuales habían dades con los partidos fas
apoyado a vargas en las elecciones de 1930. Al igual que durante la presi- liderados por Plínio Salgadc
dencia de Hermes da Fonseca, las rivalidades políticas dentro de un estado se portante, los integristas decl
saldaban mediante decisiones tomadas en Río de Janeiro. 1935. Su dogma era cristian
'' Un segundo hecho importante fue el reagrupamiento de las fuerzas polí militar: filas uniformadas, m
ticas de São Paulo. El interventor de Vargas (João Alberto) había resultado sãj ôamisas verdes y retórir
una persona inepta y carente de tacto para tratar a los quisquillosos paulis-
rygdia¡ y tenían apoyo de
tas. Su elevado sentido de lealtad al estado y su ira hacia João Alberto unió Aunqua no era público, las
a São Paulo contra Vargas. Sus dirigentes demandaban que éste cumpliera su ciadas en parte por la emba
promesa de convocar una Asamblea Constituyente que reclactara una nueva En el otro extremo del
constitución . En 1932, la frustración paulista acabó haciendo erupción en popular, la Aliança Liberta
una rebelión armada. Las milicias estatales, ayudadas por voluntarios entu- coalición de socialistas, corn
siastas, detuvieron a las fuerzas federales durante cuatro meses, en la Revo- la práctica por el Partido Cc
lución Constitucionalista. Los rebeldes tuvieron que rendirse al ser atrapados estrategia para América I-al
por el movimiento envolvente efectuado por las fuerzas federales sobre la lebrada en Moscú en 1935.
ciudad de São Paulo. Con su intento separatista armado, los paulistas desa- una movilización abierta se
creditaron más la causa del gobierno ciescentralizado y fortalecieron a los ra dé bficinas, recaudación
centralistas de Río. quiêrdaS en oposición al nur
Un tercer acontecimiento político significativo fue la desintegración del titucionalistas liberales.
movimiento de los tenenlss. Estos jóvenes oficiales del ejército nunca habían A mediados de 1935. la
logrado una organización coherente. Algunos acompañaron a Vargas al po- Los integristas y la ALN sc
der en 1930. Otros fundaron el CIub del Ties de Octubre para concentrar los rrorismo y los alborotos ci
. Brusil 183
esfucrzos por lograr más cambios sociales radicales que los propuestos en los
años veinte, pero su movimiento estaba aislado y era vulnerable. Antes de
que pasara mucho tiempo. la policía ocupó las instalaciones del club y el gru-
po se desintegró.
Mientras tanto, Vargas fortalecía su red de aliados y colaboradores polí-
ticos. Su éxito fue evidente durante la Asamblea Constituyente de 1933 y
1934. L,a nueva Constitución, la segunda del Brasil republicano, no era de-
masiad'ô diferente de ìa primera (1891). Se había reduòido la autonomía del
estado: ya no podían gravar impuestos al comercio interestatal. Seguía la le-
gislatura bicameral. que se elegiría de forma directa, al igual que el presi-
dente (excepto el primero). Aparecízin por primerayez algunas medidas na-
cionalistas, que ponían restricciones a la propiedad extranjera de la tierra y a
¡u participación en algunas profesiones (como la abogacía y la medicina). La
naturaleza modesta de estos cambios constitucionales venía a confirmar que
la Revolución de 1930 había excedido los márgenes de una pelea intraelitis-
ta y que existía una tensión continua entre centralización y autonomía esta-
tal. El acto más importante de la Asamblea constituyente fue la elección de
Vargas como primer presidente por un mandato de cuatro años bajo la nue-
va Constitución.
-E.n 1934, Brasil entró en uno de los periodos más agitados de su historia
política. La atención se centró en dos movimientos nacionales muy ideologi-
zados, ambos comprometidos con la movilización popular. Uno era el inie-
grismo, movimiento derechista de rápido crecimiento que presentaba afini-
dades con los partidos fascistas europeos. Fundado a finales de 1932 y
liderados por Plínio Salgado, una ambiciosa figura literaria, aunque poco im-
portante, los integristas declaraban un rápido crecimiento por todo el país en
1935. Su dogma era cristiano, nacionalista y tradicionalista, y su estilo para-
militar: filas uniformadas, manifestaciones callejeras muy disóiplinadas, visto-
sas,camisas verdes y retórica agresiva. En general pertenecían a. las clases
ryedias y tenían apoyo de la oficialidad militar, en especial de la marina.
Aunque no era público, las ambiciosas actividades integristas estaban finan-
ciadas en parte por la embajada italiana.
En el otro extremo del espectro se encontraba un movimiento de frente
popular, la Aliança l-ibertadora Nacional (ALN), creacla en 1935. Era una
cog_lición de socialistas, comunistas y radicales de varias clases, manejada en
la práctica por el Partido comunista Brasileño, que estaba llevanclo a cabo la
estrategia para América Latina formulada en la reunión de la Komintern ce-
lebrada en Moscú en 1935. El primer paso de esta estrategia en Brasil sería
una movilización abierta según las líneas convencionales: reuniones, apertu-
ra c1e oficinas, recaudación de fondos para forjar una amplia coalición de iz-
quierdãs en oposición al nuevo gobierno de vargas, los integristas y los cons-
titucionalistas liberales.
A mediados de 1935, la política brasileña había alcanzado un tono febril.
I os integristas y la ALN se nutrían mutuamente mientras aumentaba el te-
rrorismo y los alborotos callejeros. Las principales ciudades de Brasil co-
184 Historia contemporónea de América Latinu
menzaron a recordar las batallas entre nazis y comunistas de Berlín durante después del golpe, el gobier
1932 y 1933. Pero la ALN era mucho más vulnerable que los integristas. Ha- ramilitares. El blanco evider
bía pocas dudas acerca de dónde descansaban las preferencias del gobierno. cidieron tomar el asunto en
En julio de 1935, decidió actuar contra ella y las tropas ocuparon las oficinas, asalto armado a la residenci
confiscaron la propaganda, se hicieron con los archivos y encarcelaron a los tencia militar, pero las fuerzr
dirigentes. por igual. A primeras horas ,
Entonces los comunistas pasaron al segundo estadio de su estrategia: un las puertas del palacio. La I
levantamiento revolucionario, que iba a ser provocado por una revuelta cuar- del ejército detuvieron a los
telerâ encabezada por miembros del partido o simpatizantes de la oficialidad. endureció las medidas y el r
La insurrección comenzó en noviembre de 1935 9n Natal, capital del estado do huyó al exilio.
noiòriental, y se extendió en pocos días a Recife y Río. Desde la perspectiva Var gas podía contemplat
rebelde, fue un desastre. Aunque los rebeldes de Natal controlaron la ciudad guna oposición organizada. ì
durante varios días, sus camaradas de Recife y Río, que no contaban con la mandato presidencial, que
ventaja de la sorpresa, fueron contenidos en sus plazas fuertes y se los obli- 1943. Pocos se tomaron este
gó a rendirse de inmediato. Vargas había abortado las q
Vargas y el ejército tenían ahora una oportunidad inmejorable para de- estaba bien fundado. Cuand
mandar el estado de sitio, que revocaría las garantías constitucionales nor- guerra las hacían imposiblr
males. El Congreso lo votó Jin demora. Investìdo con sus nuevos poderes de t945.
urgencia, el gobierno federal impuso duras medidas a toda la izquierda, con ¿Cuál fue el significado
detenciones, torturas y juicios sumarios. Los integristas estaba regocijados. pli"ne.r lugar, Vargas y sus
Con su principal rival eliminado, comenzaron a oler el poder. ¿Qué podía re- mano libre para maniobrar r
sultar más lógico para Vargas que volverse hacia el único movimiento nacio- sistema mundial capitalista
nal coherente de la derecha? juego dos cuestiones central
Se necesitaron dos años para que esa ilusión se destruyera. Plínio Salga- nal. ¿Quién podía ayudar m
do y sus colaboradores estaban cadavez más convencidos de que llegarían al fuerzas armadas? ¿Y quién ¡
poder en las elecciones presidenciales de 1938, si no era por otros medios. el comercio exterior?
Pero Vargas tenía otras ideas. E,110 de noviembre de \937, se dirigió a la ra- Antes del golpe de 193
dio y leyó el texto de otra Constitución a una nació_n que acababa de ser tes- atractivas en ambos supues
tigo de otra intervención militar. Esa mañana, había sido disuelto el Congre- Monteiro y Eurico Dutra ar
so- y sus edificios fueron ocupados por los soldados. De este modo, Biasil parecían sus armas muy ten
ilntraba en el Estado Nôvo, un híbrido legal que combinaba elementos del la política económica se sen'
Portugal de Salazar y la ltalia de Mussolini. Todas las esperanzas y promesas quema de <divisas bloquead
democráticas que habían surgido desde 1930 habían desaparecido. Brasil ha- do Brasil vendía a los alem
bía sucumbido a un autoritarismo de marca propia. artículos alemanes como pa
Sin duda, el abandono del país a la dictadura en 1937 iba con el periodo. En estas negociaciones
¿Pero había algo más que una semejanza superficial entre el Estado Nôvo y
La facción proalemana de I
el fascismo europeo? ¿Dónde estaba, por ejemplo, la movilización de masas ba a una facción pro Estado
tan típica de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini? ¿Iban a desem- tado por los Aliados en la ¡
peñar ese papel los integristas? Muchos, tanto de dentro como de fuera del se unía a Estados Unidos. P,
después del golpe, el gobierno había prohibido todas las organizaciones pa-
ramilltares. El blanco evidente eran los integristas, algunos ãe los cuales de-
cidieron tomar el asunto en sus propias munor. En fãbrero, organizaron un
asalto armado a la residencia presidencial. Fue una exhibiciónie incompe-
tencia militar, pero las, fuerzas de seguridad presidenciales resultaron ine¡as
por igual. A primeras horas de la madrugada, hubo un tiroteo equilibrado en
las puertas del palacio. La farsa terminó al amanecer, cuando ias unidades
del ejército detuvieron a los sitiadores integristas que quedaban. El gobierno
endureció las medidas y el movimiento intègrista àesaþareció cuand-o Salga-
do huyó al exilio.
vargas podía contemplar ahora una escena política que ya no ofrecía nin-
guna.oposición organizada. En el golpe se habíã elegido a símismo para
otro
mandato presidencial, que duraría hasta las elecc'íon"* progru*aias para
1943' Pocos se tomaron este compromiso en serio, dada lá raãt¿a¿ con que
vargas había abortado las que debían celebrarse en 193g. Este escepticismo
estaba bien fundado. cuando llegó 1943, vargas anunció que la situación
de
guerra las hacían imposibles y siguió siendó presidente hasta octubre
de
1945.
¿cuál fue el significado de su gobierno autoritario de 1937 a 1945? En
p-rìmer lugar, Vargas y sus colaboradores políticos y tecnócratas
tuvieron
mano libre para maniobrar con vistas a maximizar la ventaja de Brasil
en un
sistema mundial capitalista que se desplazaba hacia la gu"r.u. Estaban
en
juego dos cuestiones centrales y relacionadas acerca de
sî papel internacio-
nal. ¿Quién podía ayudar mejor a los brasileños a moderniLai y equipar sus
fuerzas armadas? ¿Y quién podía ofrecer las condiciones más ravorábtès
para
el comercio exterior?
Antes del golpe de t937, la Alemania nazi había ofrecido condiciones
atractivas en ambos supuestos. Los generales brasileños como pedro
Góes
Monteiro y Eurico Dutra admiraban la maquinaria de guerra alemana y les
parecían sus armas muy tentadoras. por la misma razóLlos responsables
de
la política económica se sentían atraídos por los términos .o-"r.iul",
del es-
quema de odiv¡5¿s bloqueadas> alemán, que era una forma de
trueque. cuan-
do Brasil vendía a los alemanes tenía que estar de acuerdo en aceptar sólo
artículos alemanes como pago.
_ -En estas negociaciones también estaban en juego estrategia e ideorogía.
La facción proalemana de Brasil, más fuerte enfr" l,os militarãs, se enfrenta-
ba-a una facción pro Estados uniclos. La última sostenía que Brásil había
op-
tado por los Aliados en la primera guerra mundial y tenia más que ganar
si
se unía a Estados unidos. por ello, gran parte de la éfite brasileñå
considera_
ba el flirteo con la Alemania nazi peligrôso y miope.
Mientras tanto, el ejército estadounidenie y Departamento de Estado
no ahorraban esfuerzos para empujar a Brasil de"inuevo a la órbita hemisfé-
rica dominada por ellos. Lo lograron, pero sólo después de un tremendo
es-
fuerzo estadounidense y de que los arèmanes no le ofrecieran los armamen-
tos que querían. A partir de entonces, Brasil se convirtió en una pieza
vital
186 Historiu conlentpttriinea de Arnéricu L.ulittu
de la maquinaria de guerra aliada, al proporci<-rnar materias primas esencia- La guerra cortó el comercio ,
les (como cuarzo y caucho) y bases navales y aéreas que resultaron críticas ra a Estados Unidos, cuya I
en la Batalla clel Atlántico. Hasta envió una división de combate a ltalia en resultado una misión técnic¿
1944, donde lucharon al lado del Quinto Ejército estadounidense. clesarrollo económico. De nt
Vargas había negociado de forma inteligente con Estados Unidos. Como rrollo básico brasileño como
pago por sus materias primas y bases, Brasil consiguió la construcción de una durante la guerra.
red de instalaciones aéreas y navales a lo largo de la costa norte y noreste. En 1943 Vargas había pr
Estados Unidos también prometió ayudar a financiar la construcción de la tarse. A medida que continu
primera acería brasileña a gran escala en Volta Redonda. Era la primera vez se estaba formando una ola r
que un gobierno estadounidense comprometía fondos públicos para la indus- adoptando una nueva postu
trialización del "mundo en vías de desarrollor, bana fue ahora objeto de la
El Estado Nóvo proporcionó un aparato centralizado a través del cual el programa nacionalista de
Vargas y sus ayudantes podían perseguir el desarrollo económico y el cambio sil") y se dieron pasos para I
organizativo. El gobierno federal asumió un papel emprendedor en la eco- tentaba crear una nueva im
nomía, organizando y fortaleciendo monopolios comerciales (con el cacao, en el Estado Nôvo.
café, azúcar y té) y creando nuevas empresas estatales, como la National Mo- Los hechos se sucedier<
tor Factory (para producir camiones y motores de avión). Vargas también re- importancia al contraste enl
acondicionó la burocracia federal, creando un sistema orientado al mérito nuación del autoritarismo e
para reemplazar la estructura de padrinazgo. Por último, una de las medidas expedicionaria brasileña qu
más importantes fue un nuevo código laboral (1943) que establecía reglas con la Wehrmacht en Italia
para las relaciones industriales y que iba a durar hasta los años ochenta. La como conclusión inevitable,
"ley permitía que se organizasen sindicatos por planta e industria, aunque sólo antimonopolio con el fin de
de carácter local. Se prohibieron los sindicatos de ámbito estatal o nacional. en la economía brasileña. F
Sólo se permitía uno por planta, bajo la supervisión del ministro de Tiabajo, 1943. El gobierno estadoun
que controlaba sus finanzas y elecciones. En la práctíca, los sindicatos esta- Juan Perón de Argentina, er
ban ligados al gobierno, pero los dirigentes que <cooperaban> podían salir bían marcharse. Había muc
beneficiados. Esta estructura sindical semicorporativista tenía su paralelo en constitucionalistas liberales
otra estructura semicorporativista de empresarios. Ello proporcionaba al eje- bienvenido en Brasil y cons'
cutivo federal un mecanismo para controlar la economía. Pero el Brasil de tener el poder que pensabar
comienzos de los años cuarenta no era una sociedad moderna, industrializa- Había otros signos del g
da y urbanizada. Fuera de unas cuantas ciudades clave, la estructura corpo- 1945, decidió liberar a los ¡
rativista dejó intacta la mayor parte del país, que era una vasta extensión des- era Luís Carlos Prestes, líde
conectada y rural. la cárcel desde 1938. La rel¿
El Estado Nóv¿.¡ tambión tenía su lado más oscuro. Las fuerzas de segu- Partido Comunista. la fuerz
ridad tenían casi mano libre. La tortura era rutinaria y se ejercía no sólo con- La polarización se acel
tra los ,.subversivos> sospechosos, sino también contra agentes extranjeros contra Vargas incluían a los
(los hombres de negocios alemanes eran especialmente vulnerables). La cen- ejército y la mayoría de las
sura cubría todos los medios de comunicación y la agencia de noticias guber- lado se encontraban populir
namental (Departamento de Imprensa e Propaganda o DIP) proporcionaba quierda ideológica que inch
la versión "oficial> de los hechos. Recordaba a Alemania e ltalia, pero los tes eran los comunistas. L¿
brasileños se detuvienrn muy cerca de esos extremos. 1945, cuando el ejército dio
La historia económica de Brasil de 1930 a 1945 no es fácil de resumir. El negó a retirarse, por lo que
café continuó sienclo el principal proveedor de divisas. aunque durante la cedió y huyó a un exilio au
guerra le ayudó el auge de otras materias primas enviadas a Estados Unidos.
El crecimiento industrial continuó en São Paulo y, en menor grado, en Río.
Brasil 187
to comunista recibió el 10 por 100 de los votos, lo que animó mucho a la iz- tara como candidato a la pr
quierda. El presidente Dutra y sus consejeros comenzaron a observar con de- En la campaña preside
tenimiento el aumento de la izquierda y sus vínculos con el movimiento del PSD y el PTB. Su princ
obrero urbano. ra, que se presentaba bajo
En 1946, la Asamblea Constituyente elaboró otra Constitución, que re- dato escindido del PSD. Va
cordaba a la de 1934. Hablaba de descentralización y de la vuelta a las ga- régimen de Dutra por desc
rantías clásicas de la libertad individual. Las elecciones que designaron la ricos. No obstante, su posir
Asamblea Constituyente habían sacado a la luz algunas otras tendencias. aììaer a los terratenientes
Mostraron que las maquinarias políticas tradicionaìes podían seguir predo- Gerais. Ganó por mayoría
minando en el voto nacional. Esto resultaba poco sorprendente, ya que Bra- la única que obtuvo por elr
sil seguía siendo una sociedad esencialmente rural y la manipulación electo- Al regresar al poder pc
ral era muy fácil en el campo. No obstante, el elevado voto comunista mostró sus rivales, en especial los
que había otras fuerzas funcionando en la escena urbana. 1945. Los había vencido er
Poco después de la guerra, Brasil comenzó abatallar con la cuestión de nos incluso pidieron que el
cómo financiar su desarrollo económico. La dependencia total del capital in- tuvo ningún efecto.
terior nunca había sido tomada muy en serio por quienes asumían las deci- Vargas hizo de la polít:
siones. Un resultado de su participación en la guerra había sido impulsar al reunió un equipo de jóve
gobierno hacia la planificación económica. Durante la guerra, el objetivo era yectistas. Formularon una t
maximiz,ar la movilización, pero la misma consideración podía aplicarse al trada de capital y tecnolo¡
desarrollo económico en tiempos de paz. En lugar de ello, el gobierno de Du- perspectivas parecían favo
tra (1946-1951) desechó la planificación y volvió a la dependencia de las ex- unidense habían emprendi,
Brasil 189
ña. Su informe de 1953 destacaba la energía inadecuada y el transporte defi- En 1953. Vargas reorgal
ciente como los principales obstáculos para un desarrollo económico rápido. nómica. La inflación y el dé
El gobierno estadounidense manifestó interés en canalizar fondos públicos cionados porque Brasil hat
para invertir en esas áreas, y el gobierno brasileño creó nuevos organismos I que, combinado con su infl;
más baratas y las exportac
I
La estrategia económica de Vargas también tenía su lado nacionalista. Las programa de estabilización t
remisiones de beneficios de las empresas de titularidad extranjera eran un ducción de los salarios real
I público. Esta política estab¿
blanco frecuente para el ataque nacionalista. En 1951, las remisiones eran ele-
vadas, impulsadas por la creciente revalorización de la moneda brasileña (que Para dirigir este esfuerz,
aumentaba de forma progresiva el valor de los ingresos de las compañías en lugarteniente político, com<
dólares estadounidenses). En 1952, Vargas denunció a las empresas extranje- clásicas de estabilización, qt
ras y amenazó con nuevos controles. Pero la medida se aminoró y retiró su in- bargo, según se fue acercar
tento de imponer controles generales. medidas salariales. Bajo el I
Otro blanco de los nacionalistas era el petróleo. Desde finales de los años lario mínimo, que no había
treinta, Brasil venía trabajando en una política petrolera nacional. Argentina flación acelerada. El objeti
y México ya habían optado por el monopolio estatal. En ambos casos, el sen- que hundiera el programa
timiento nacionalista era una potente fuerua política. Por toda América Lati- con el ministro de Tiabajo,
na se miraba a las compañías petroleras internacionales con una gran sospe- gido de Vargas de Rio Grar
cha y Brasil no era diferente. En 1951, Vargas propuso una corporación mixta quierda de su partido y los
pública y privada (que se llamaría Petrobras) para monopolizar la explora- En 1954 Aranha y Got
ción y la producción de petróleo. mero hacia la austeridad y
La propuesta desató el clebate político más candente desde 1945. El na- bucionista. Vargas tenía qu'
cionalismo resultó ser muy fuerte, en especial entre los oficiales del ejército. tar por la austeridad de Ar
Surgieron agrias controversias, en las que los defensores del monopolio esta- por su éxito en la lucha pot
tal cuestionaban el patriotismo de los que abogaban por la empresa libre, y cer a los imperialistas con r
viceversa. En 1953, el Congreso creó un monopolio aún más fuerte que el biente el primero de mayo C
propuesto por Vargas. Como el debate había polarizado hasta tal punto la 100 en el salario mínimo, rr
opinión, se había reducido el espacio para la maniobra política. Esta batalla se unió a I
Vargas había sido elegido en 1950 sobre una platafbrma moderada y la rrimos de Vargas habían er
alineación del partido en el Congreso le requería mantener esa trayectoria. lo: la corrupción. Empezar
Pero la presión económica le forzaba a tomar duras decisiones. En primer lu- Los propagandistas anti-Va
gar,la tasa de inflación subió de un 11 por 100 en 1951 a un 20 por 100 en te. Sin su conocimiento, el
1952. En segundo lugar, el balance comercial externo se colocó en números un intento de asesinato de
rojos. Por último, el presidente estadounidense elegido en 1952, Dwight taba a la cabeza del ataque
Eisenhower, puso en tela de juicio los acuerdos crediticios que, según los bra- un oficial de las fuerzas aé
sileños, Estados Unidos había establecido con el Comité Conjunto para apo- voluntario del periodista, q
yar las inversiones en infraestructura. que el estamento militar er
Todos estos contratiempos proporcionaron municiones a los enemigos <Ie al palacio presidencial, los
Vargas, tanto de la izquierda como de la derecha. La primera le acusó de ven- Al darse cuenta de que est;
derse a los imperialistas, que querían que Brasil mantuviera su papel de ex- agosto, dejando una carta i
portador de materias primas. La derecha, por su parte, le acusó de estarse zas siniestras, internas y e
deshaciendo de los asociados comerciales y acreedores extranjeros de los que Con esta salida sensacion;
debían depender. Los brasileños más conscientes se hallaban entre ambos ex- atormentado. Lacerda tuv<
tremos. No obstante, las presiones económica y política dificultaban la mo- especial los de la UDN y e
deración y preveían peligro para Vargas y su gobierno. Brasil tuvo gobiernos i
Brasil 191
mientras que al mismo tiempo lanzaba una (política exterior inclependiente", A pesar de las sombrí
que intentaba abrir nuevas oportunidades en el campo socialista. Sin em- Dantas-Furtado, pero no I
bargo, tras siete meses de mandato idiosincrásico, presentó una renuncia co se había vuelto demasi¡
inesperada en agosto de 1961. Sus razones nunca se han explicado por com- ya había abandonado Bra
pleto, pero parece que esperaba que el Congreso la rechazara y le ofreciera serio de estabilización fue
mayores poderes. Estaba equivocado, ya que la aceptó de inmediato. Qua- La estabilización no e
dros, el político populista más carismático de Brasil, se desvaneció en el reti- la escena política brasileñi
ro, interrumpido por ocasionales declaraciones proféticas. izquierda y derecha. El ej
Ante ello, se sintieron desmoralizadas las facciones opuestas a Vargas y de los oficiales que habíai
otros brasileños que habían creído que sus promesas moralistas y su éxito ad- 1961 seguían activos y hab
ministrativo en São Paulo presentaban buenos augurios para el nuevo go- chas de las ideas y de las
bierno federal. Desde la perspectiva de la UDN lo peor de todo era que su la intriga militar contra V
salida significaba que ahora el poder pasaría al vicepresidente electo, el anti- za de los conspiradores fu
guo ministro de Tiabajo de Vargas, João Goulart, epítome del populismo y políticos.
anatema para los militares conservadores. La izquiercla del espe
El ejército no aceptó de buen grado la sucesión de Goulart a la presi- fianza emergente había p
dencia, pero los oficiales <legalistas> apoyaron que se observara la Constitu- a maestros de alfabetizaci
ción y se llegó a un compromiso. El Congreso creó un sistema parlamentario nizadores estudiantiles trr
en el que Goulart era presidente, pero estaba obligado a gobernar mediante do un mensaje revolucion
un gabinete que rendía cuentas ante aquéI. Era un híbrido que no podía fun- ,.elevadas>, A comienzos
cionar y cuya única misión era reducir el poder presidencial. El nuevo presi- dición del gobierno y a m
dente asumió sus poderes disminuidos en septiembre de 1961 e inició de Los progresos del nat
{
inmediato una campaña para conseguir la revocación de la innovación parla- I grupos. Uno de ellos era ,
I
I Brasil 195
I
I
l
A pesar de las sombrías perspectivas, Goulart decidió apoyar el plan de
i Dantas-Furtado, pero no por mucho tiempo. En pocos *"r"r,
él coste poríti-
co se había vuelto demasiado eviclente. Dantas renunció en
silencio, Furtado
ya había abandonado Brasilia y a partir de entonces
cualquier otro esfuerzo
serio de estabilización fue imposible.
La estabilización no era la única preocupación cre Gourart. Desde
1961,
la escena política brasileña estaba caldeacla por las opiniones
apasionadas de
izquierda y derecha. Er ejército, como siempre, era un factor
cìave. Argunos
de_los oficiales que habían luchado contra êl u.."so ar poder
j de Goulart en
1961 seguían activos y habían iniciado una conspiración
þara derrocarlo. Mu-
9hp d.e las ideas y de las personas inmersas en-la conspiración provenían de
la intriga militar contra vargas de 1954. Lo que aumentó firmemente
la fuer-
l za de los conspiradores fue el tono cacJa vez más radical
de los contendientes
políticos.
f
izquierda del espectro porítico estaba muy llena. un senticlo
I de con-
fianza emergente había prendido en ros nacionalistas radicates,
I que incluían
a maestros de alfabetización católicos, militantes de sindicatos
obreros, orga_
1
En ese momento, hasta los oficiales centristas se sentían inclinados al golpe. A pesar de las variacione
El principal factor que los empujaba era elpaso radical hacia la izquierda del de mandos militares, adm
presidente o de los que lo controlaban. El grupo más importa
El gobierno estadounidense estaba muy interesado por la confrontación armadas habían contado,
política que surgía en Brasil. Tanto su embajador, Lincoln Gordon, como el ca desde la caída del imp
agregado militar, general Vernon Walters, estaban en contacto estrecho con (1891-1894) y después las
los conspiradores, fueran civiles o militares. Estados Unidos tenía ttn plan de guidas por las revueltas dt
contingencia para apoyar a los rebeldes con combustible y armas si era nece- cito puso fin a la Antigu
sario, pero no lo fue. El 31 de marzo, terminaron las especulaciones cuando mantuvieron en él con el
una revuelta militar, que estalló primero en Minas Gerais. se extendió por todo manifiesto popular el quc
el país, En veinticuatro horas João Goulart había huido al exilio en Uruguay' vo> en 1955 el que asegur
El primero de abril, el presidente del Congreso, en ausencia de Goulart, tirño, el ejército lideró la
declaró vacante la presidencia. Aunque este acto carecía de toda base legal, en 196,1 y luego conspiró
el Congreso lo confirmó. A ese vacío cle poder accedieron los conspiradores cialidad del ejército comt
militares y sus aliados civiles. Brasil optabattnavez más por el camino auto- En los años siguient,
ritario hacia el desarrollo. guado por corrientes poli
Visto con perspectiva, el fracaso de la democracia brasileña (tal como polarización entre las pot
fue) mantuvo una estrecha conexión con la interacción de las relaciones de favorecían las soluciones
las clases sociales. Las medidas populistas de Getúlio Vargas construyeron un tróleo) y una independet
orden jerárquico mediante el cual el Estado creaba y controlaba las institu- ejemplo, de enviar tropt
ciones para organizar a los trabajadores urbanos. Esto supuso un reto signi- dos). Como su etiqueta i
ficativo pero que acabaron aceptando las clases altas y medias, la última re- tados Unidos en la agud
presentada en gran medida por el ejército. Pero en 1964 Goulart presentó o da nacionalista un disfra
pareció presentar una amenaza más fundamental. Al movilizar a los campe- La opinión de la ofi<
. sinos y a los obreros, y utilizar una retórica radical, parecía estar creando las de quien Goulart era el
condiciones para una amplia alianza de clase entre éstos contra el orden bierno para controlar la
'
socio-económico establecião. El carácter repentino y la simultaneidad de es- compromisos con los act
tos movimientos asombraron y alarmaron a las elites y los observadores, que ción de los sectores bajo
rechazaron las perspectivas de unas alteraciones de carácter comunista de ron a los militares centril
tan largo alcance en la estructura política del país. No resultaba aceptable piración estaba dirigida
una coalición de clases amplia. El ejército utilizó su antiguo pocler de veto y militar firmemente legal
volvió a crear un régimen burocrático-autoritario. presidencia en 1961.
Una vez que el ejér
enfrentaron con una nur
El gobierno militar no. Los de línea dura sr
rrompida por políticos r
Los conspiradores de 1964 se quedaron sorprenclidos de la celeridad con la que larga recuperación, que
se derrumbó el gobierno cle Goulart. Los nacionalistas radicales, tan confiados dores, suprimir las elecr
en su movilización, se encontraron sin seguidores. El ministro de Justicia con- Sus ideas económicas er
vocó una huelga general el primero de abril, pero la respuesta fue mínima. El nacionalismo radical y e
zigz.agueo del presidente y las divisiones internas de la izquierda habían soca- Los militares moder
vado todo apoyo popular efectivo. Los rebeldes encontraron poca o ninguna re- relativamente breve de
sistencia cuando sus tropas se hicieron con el mando clel gobierno. devolver a Brasil a la cle
De 1964 a 1985 Brasil fue gobernado por una sucesión de regímenes irresponsables. Les inqt
autoritariosTcada uno de ellos con un general de cuatro estrellas alacabeza. l constitucionales, y espel
Brasil 197
El general Castello Branco fue elegido sin demora por el Congreso (ex- en las ciudades. En sePtit
purgado) como nuevo presidente y ocupó el puesto hasta 1967. Consideró la golpe clebilitador y las gt
estabilización económica como la prioridad principal de su gobierno' La ne- embajador estadounident
cesi<Iad inmediata era controlar la inflación y rnejorar la balanza de pagos. cedió a cxcarcelar a quiL
Roberto Campos, diplomático y economista conocido, fue nombrado minis- político en todos los rne
tro de Planificación y se convirtió en la figura dominante de la política eco- guientes, Brasil experimc
nómica. Se reclujo la inflacirin, pero mucho menos de lo que se había espe- activistas revolucionarios
rado, y se logró un superávit en las cuentas con el exterior, debido tuvieron como rehenes p;
lundamentalmente a que la recesión inducida por el gobierno redujo en gran en prisión. La guerrilla ti
medida la demanda de importaciones. El equipo de Campos también intentó rnás sistemática, para ale
reorganizar y actualizar las principales instituciones económicas brasileñas. En 19'73 el movimierl
Se reacondicionó el sistema bancario (se creó por fin un banco central pro- cursos humanos para log
piamente dicho), se institucionalizaron por primera vez un mercado de valo- revolucionarios de la prir
res y un mercado de valores públicos, se revisaron los reglamentos laborales represivo e hizo creíbles
para facilitar el despido y se simplificaron los reglamentos de la exportación, ca de que cualquier aper
Campos venía sosteniendo desde hacía rnucho tiempo que el capitalismo no Cuando el general E
había fracasado en Brasil puesto que ni siquiera se había intentado' Y ahora las esperanzas de los ant
era su oportunidad. Los resultaclos a corto plazo fueron desalentadores, pero cracia y la legalidad. tJn
Castello Branco y Campt-rs no clesesperaron; sus esfuerzos resultaban impo- formado por unidades n
pulares, pero indispensables para lograr un crecimiento firme en el futuro' fluencia dentro del gobii
El tan ansiado repunte económico no ocurrió en 1965-1966, por lo que habían facilitado la liquir
Castello Branco se dejó persuadir para extender su mandato presidencial un otorgado un poderoso vt
año más, con la esperanza de que la econc¡mía mejorase. De hecho, los pro- El compromiso para
blemas económicos del país no se resolverían ni siquiera en dos años y medio de sus estrechos vínculc
más. Branco. No consideraba
El segundo gobierno militar, el del presidente Artur da Costa e Silva sultado de un compromi
(1967-1969), dio un giro <lesagradable a la política. El presidente esperaba de 1964.
encabezar una liberalización, pero los hechos resultaron distintos. Hasta Su problema fundarr
1967, el gobierno autoritario había mostrado una tolerancia considerable con bían precedido, cra la ir
la oposición, al menos en comparación con los gobiernos militares de Amé- bres, lo cual habría care
rica Latina ile los años sesenta y setenta. Pero la tolerancia invitó a la movi- mado las reglas democri
lización.F.n1967 y 196{l la oposición organizó una serie de protestas, que lle- una serie interminable t
garon al puntcl máximo cn l¿rs rnanifcstaciones masivas de Río. resultadcls de las votacit:
Los militares de línea dura, que ahora se oponían a cualquier compromi- del problema se mostr<i
so entre la dernocracia y un gobierno *duro>, sostuvicron la necesidad de contraste con su predec
aplicar rnedidas drásticas. E,n noviembre de 1968, una serie de huelgas in- mente libres. El resulta,
dustriales en Minas Gerais se extenclieron al núcleo industrial de São Paulo. oposición. La lección es
E,l gobierno de C-'osta e Silva vacil<i y luego reaccionó repritniendo con dure- pecial en los centros urt
za a los huelguistas. Se estableció un moclclo: un gobierno autoritario que re- Desde 1967, la econ
curría a mediclas clictatoriales para poner en práctica su versión de creci- plicando el récord de los
miento económico rápiclcl. Era una estrategia de crecimiento basada en la to medio fue del 10 por
represión de los sindicatos obreros, contratación áviila de inversión extranje- marc¿ìr el I'inal de un pcr
ra y altas recornpensas para los responsables económicos. café como exportación n
En 1969 Brasil fue golpeaclo por rìuevos brotes de violenci¿t política. La empezaron a hablar del ,
oposición militante había desarrollaclo una recl de guerrillas, principalmente larios bajos y crédito ftic
Rrasil 199
la apariencia física que de la herencia étnica. La cifra actual es con toda pro- inquietante problema de I
babilidad de alrededor de un 35 por 100. Se ha estimado que hay alrededor ción en la herencia india,
de tres millones de hablantes de quechua en Perú, y también un número con- el único novelista capaz d
siclerable de hablantes de aymara. Los indios viven (y han vivido) principal- criollo de Perú. Era un m
Perú 205
cclncesiones dentro del marco colonial, medidas que devolvieran los privile-
rería nacional estaba casi
gios y prosperidad de la era preborbónica. Hubo un breve movimiento sepa- comenzó a acumular una s
ratista en la sierra encabezado por un mestizo (conocido socialmente como edores ingleses) que más t
indio) llamado Mateo García Pumacahua, pero en seguida se extinguió. Tampoco habían mejo
Mientras la causa de la independencia barría cl resto de la América españo- tonces suponían cerca del'
la, Perú seguía siendo una plaza fuerte leal a la corona. millón y medio). El tributc
La liberación llegó del exterior. A finales de 1tì20, habiendo comandado de España, fue reemplaza,
Perú 207
sus tropas por los Andes, desde Argentina hasta chile, José de San Martín al-
canz.ó la costa sur de Perú. varios mcses después los españoles evacuaron
Lima y el 28 de julio de ttl21, San Martín proclamó la independencia. Reco-
nocido como el <protector> por el pueblo, comenzó a hacer planes para es-
tablecer una monarquía y encargó a un agente que buscara un príncipe
europeo conveniente. Esto desencadenó la oposición de los liberales, que
querían una forma de gobierno republicana, y el prclyecto desapareció tras la
fatídica reunión de San Martín con Bolívar a finales de rB22 y su subsecuen-
te salicla de la escena.
Una asa¡nblea especial aprobó una Constitución en 1823 y José ile la
Riva Agüero se convirtió en el jefe ejecutivo clel país. pero todavía había que
ganar la independencia. Al año siguiente, Bolívar obtuvo una resonante vic-
toria militar sobre los españoles en la batalla de Junín y Andrés Santa cruz
dio el golpe de gracia en Ayacucho. A todos los efectos prácticos, perú era li-
bre, aunque España se negaba a reconocer la independencia de su colonia.
Entonces Bolívar propuso crear la confederación de perú con eì Alto
Perú y la Gran Colombia (Ecuaclor, Colombia y Venezuela), bajo su mando,
por supuesto, y se âseguró la aceptación de una tímida asamblea limeña en
1826. La oposición creció y Bolívar se desplazó al norte para reprimir las
críticas después de haber aprobado a regañadientes un plan para separar
Bolivia.
El caudillismo y la geopolítica se hicieron fuertes en perú. una serie cle
mandos militares combatieron por la presidencia, con golpes y contragolpes
al orden del día entre 1828 y comienzos de la década de 1840. El general
Agustín Gamarra, que se había hecho con la presidencia en 1839, intentó so-
meter y anexar a Bolivia, pero encontró la muerte en el campo de batalla en
r841.
Los políticos peruanos de la etapa posindependentista presentaban una
escena paradójica. Al haber vencido a España con la ayuda exterior, a perú
le resultaba difícil afirmar su autonomía de los estados fronterizos. Había
contenido el conflicto abierto hasta la tlécada de 1820, pero cayó bajo el do-
minio de los dictadores militares. Y una vez que se hubo clesembarazado de
las cargas del gobierno colonial, se encontró con que muchos afirmaban que
su sociedad estaba en firme decadencia.
La economía era sumamente débil, Las luchas a comienzos de la década
de 1820 habían dejado a El callao, el puerto principal (cercano a Lima), en
un estado ruinoso. Se habían asolado las tierras de la costa y la sierra. El co-
mercio seguía deprimido. Las minas se encontraban en mal estado. La teso-
rería nacional estaba casi vacía y a partir de la décacla de 1820 el gobierno
comenzó a acumular una serie ile deudas externas (principalmente con acre-
edores ingleses) que más tarde resultarían casi ruinosas.
Tampoco habían mejorado las condiciclnes para los inclios, que por en-
tonces suponían cerca del 70 por 100 de la población total (entre un millón y
millón y medio). El tributo tradicional, abolido formalmente con la expulsión
de España, fue reemplazado por un impuesto de capitación, la denominada
208 Historiu contempor(tnea de Anúricu I'utittu
contribución de indígenas. Y bajo las doctrinas uliberaleso de la época, los in- el gobierno peruano y los a
dios se consideraron individuos, no comunidades, así que ya no disfrutaron toda la etapa del guano.
de la protección especial previa. Algunos buscaron refugio como peones en Un segundo factor se dt
las hacienclas o como trabajadores en las minas. Otros trataron de pasar que el guano resultaba acct
como mestizos y buscar empleo en las ciudades y pueblos' plotación requería una conl
nes, transporte y salarios.
lantos en metálico de sus ar
El periodo del guano tos a aquellos comerciante:
dados los aprietos de la ec¡
La naturaleza vino al rescate de Perú. Durante siglos, las frías aguas marinaS la oportunidad.
del país. debido a la corriente de Humboldt, habían atraído gran cantidad de. Un tercer factor, relacic
peces. A su vez, éstos atraían a los pájaros, que dejaban sus excrementos,en terna. Y¿ en1822 el gobiern
las islas cercanas a la costa. La sequedad atmosférica ayudaba a la conserva- libras esterlinas con un estal
ción y calcinación de estos depósitos, conocidos como guano, que tenían una res e intereses acumulados I
alta concentración de nitrógeno. El guano, como habían sabido los incas,. era. darse atrás en sus pagos. Lc
un fertilizante de primera calidad. y de inmediato consideraror
, En 1841, el primer cargamento de guano peruano llegó al puerto de l.ai- Estaban en lo cierto. E
verpool. Así comenzó un crecimiento orientado a la exportación y un perio. parte a manos inglesas. Er
do de aparente prosperidad que duró medio siglo. una resolución concediendr
Fue una bonanza especial para el tan presionado gobierno. Las islas que tos, el gobierno negociaba
tenían depósitos de guano eran de propiedad pública, no tierras privadas. Gibbs. El acuerdo autoriz¿
Esto planteó una cuestión a la vez práctica y teórica para los responsables propietarios ingleses al pre
políticos liberales: ¿cómo podía un gobierno comprometido con los princi- nominal) y luego a utilizarl
pios del laissez-faire aprovecharse de su monopolio virtual? tos de guano. De este mo
La respuesta se halló en el sistema de <consignación>, mediante el cual mientras que Gibbs podía e
el gobierno arrendaría (por lo usual en exclusiva) los derechos de explota- guano en el mercado euro[
ción a una casa o sociedad comercial. En virtud de tales contratos, el gobier- Perú se volvió tan depe
no obtendría una cuota tìja del valor total de las ventas, quizás dos tercios, po_rtación de un solo produ
en lugar cle un impuesto sobre los beneficios. El comerciante, por lo habitual no obtenía cerca del 80 por
un extranjero, recibiría el reembolso de los costes más un porcentaje de la to la dependencia del Estac
venta. La estrategia parecía bastante acertada, ya que hacía participar al Es- otras exportaciones. Al mis
tado liberal en una sociedad junto con una empresa privada para beneficio bido por este concepto se
de ambos. pues, el auge del guano pr(
Pero el sistema de consignación tuvo algunas ramificaciones importantes. nómico de largo alcance. C
Una fue colocar al Estado en conflicto constante con las casas comerciales. res son las ganancias llovicl
Como tenía el control completo del suministro, el gobierno quería vender el por sus propios recursos>.
guano al precio más alto posible, lo que poclía significar retener los carga- En 1845, cuando el m
mentos para mantener los precios elevados. Sin cmbargo, debido a la comi- cayó bajó el poder del más
sión acordacla, el comerciante estaba más interesado en el volumen total de tilla, de cuarenta y seis añc
las ventas que en eI precio de un cargamento individual. Después de todo, el dre mitad india y un padre
comerciante tenía un contrato por un periodo específico, durante el cual lo había distinguido en Junín
importante era vender la mayor cantidad de guano posible. Los precios ele- madas peruanas. Una vez ¡
vados servían de ayuda, por supuesto. pero era más rentable desde la pers- puesto nacional, el primcrt
pectiva del comerciante vender grandes cantidades de guano a precio mode- cas, que incluyeron la consl
rado que vender cantidades muy pequeñas a altos precios. Como resultado, Lima a El Callao). En pol
Perú 209
el gobierno peruano y los arrendatarios
ctiscutieron constantemente durante
toda la etapa del guano.
un segundo factor se derivó del vorumen de
la inversión requerida. Aun-
que el guano resultaba accesible,
apilado en montícuros al aire libre, su
plotación requería una considerabré ex-
inversión de capital: en barcos, almace-
nes' transporre y sararios. Además.
er gobierno d.;unà;;;"rin ."ru, ud"-
Iantos en metárico de sus arrendatariÀs.bsto
restringi" iã, pärìures candida_
tos a aquellos comerciantes que
contaban con fueries ,*r".uu, de capital
y
de la econåmía lo.ri, po.o, peruanos podían
ffj!:Jiåîffå:tos aprovechar
un tercer factor, reracionado con el segundo,
se derivaba de ra deuda ex_
rerna' Ya en rg22 ef
gouiï1g peru.ano nego-ció u"preriu-ã ¿"ì,s m'lones de
libras eiteilinas con un establecimi"nto
bãnqu"ro británico. cr¿ãrtos posterio_
res e intereses acumulados lrevaron
a una deuda i"g""ì" y p"ì,i-.. pezó
darse atrás en sus pagos. Los tenedores a que_
de bonos ñri,¿ní¿¡r-¡¿ itmpacientaron
y de inmediaro considerargr qu"
ra ¡onanza a"r guunã ;.u ,u ,áluurion, .i
Estaban en lo cierto. El cãmercio o"iguarro-u"abó
parte a manos inglesas. En 1849, pasando en su mayor
mientrà er regrstatiå-;;;;"" aprobaba
una resolución concediendo preferencia
a los nacionales en los arrendamien-
tos, el gobierno negociaba un contrato
Gibbs' El
*n ra firma lr"¿i"""r" ¿e Anthony
acuerdoäutorizaba a cibbs a comprar.títulos
propietarios ingleses al precio de de ra deuda a sus
mercado (un 40 por 100 menos del valor
nominal) y luego a utilizãrlos con su uutãi
norinal para pagar los cargamen_
tos de guano. De este.modo, er gobierno
tenía una p¿rd;ã;;o"siderabre,
mientras que Gibbs podía esperar
;b;;;;'."piosos beneficios de la venra del
guano en el mercado europeo.
Perú se volvió tan depèndiente del guano
que creó una economía de ex_
po-rtación de un soro produ.ro.
A .;i";;;s oe ta o¿.u¿á à"riãåo,..çr gobie¡.
no obtenía cerca der
!0 por 100 de ,u, ingr"-*i"i,,ìã"ä,,äi'il t"rtiri"u tun_
to la dependencia der.Eirado de ,u, àrr"iààtarios como ra relativa
otras exportaciones. Al mismo tiempo, escasez de
aproximadamente ra mind delo reci_
floo ngr esre concepro se destinauä á rã,
t"nedores ¿e uonos ingreses. Así
pues' el auge del guano proporcionó poco
estímulo para un crecimiento eco-
nómico de largo arcance. còmo Fredlrik pike.ha
res son las ganancias llovìdas del
,,t;;iä";';;;;nro mayo-
cielo, menos logra mantenerse ra economía
por sus propios recursos>.
En 1845, cuando,el mercado del guano
se hallaba en expansión, perú \
cayó bajó el poder der más fuerre
de ,ui aì.ig"nr"s der siglo x¡x: Ramón
tilla, de cuarcnta v seis años,,g.un int"li;.ncia cas_
y ojos negros. hiio de una ma_
clre mitad inclia v Ln pad.e hi;p"no-;;;iiãnä.
eru un oricrar det ejército que se
había distinguido en iunín y Äy""".ttã,î
Luto ¿e modernizar fuerzas ar_
madas peruanas. lJna vez que âlcanzó
puesto nacional, el primero cre ra
.i ,urgo, envió al Congreso
'as un presu_
historia defpaís. p.o.ouø-ius oiras priuti_
cas' que incluveron ra consr¡ucción der
Lima a El callao). trn política
p.i-". Ë;;;;;r.,li;åiåiLir,.ur.
10"
.*ivió el sueño de Bolívar de unir
""t"riui, r
210 Historia conternporúneu tle Anérica I'utinu
América Latina, en parte porque temía el desplazamiento hacia el sur de Es- Dreyfus asumió toda la res¡
tados Uniclos, que estaba hacienclo arro{illarse a México en ltl46-ltì48. adelantó préstamos adicioni
A Castilla lê suce<Iió en 1851 José Rufino Echenique, cuya principal con- venta del guano. Con el tie
tribución consistió en la consolidación de la deuda interna nacional. Bajo sus propias acciones en el r
esta política, el gobierno de Echenique reconoció como válidas todas las re- cierta estabilidad a una situ
clamãciones cle los ciucladanos, casi todos conocidos de las clases altas, que bleció acuerdos con Henry
testificaron pérclidas sustanciosas durante las guerras de independencia y los sin escrúpulos, para extendr
conflictos siguientes. La administración de Echenique pagó cerca de L9 mi- Dreyfus y Meiggs fueron tar
llones de pesos por esos conceptos y, según un cálculo. al menos 12 millones como de saldo, pero de tod
de pesos se dedicaron a reclamaciones sin fundamento' No necesita explicar- La deuda exterior seguí
se ía fuente de esos pagos: la cuota gubernamental de la venta del guano. partido político del país, el
A pesar de la corrupción, la reorganización financiera llevó a algunas acu- reflexivo hombre de Estado
mulaciones internas de capital importantes. fuerzo propio, que luchó cc
En 1854, Castilla, hastiado, echó a Echenique y volvió a asumir el con- cionalizó los campos de nitr
trol. Pronto emitió dos decretos de gran alcance: uno que abolía la contri- fas y efectivos de su época.
bución de inclígenas y el otro que emancipaba a los esclavos negros. El mer- general del ejército para la
cado del guun-o también facilitó la legislación social, ya que el gobierno de controlar las continuas i
podía permitirse ahora perder el impuesto de capitación sobre los indios e cuatro años, Pardo fue ases
indemnizar a los plantadores por sus esclavos. Perú comenzó en seguida a mejores dirigentes.
aprovechar otra fuente de mano de obra, los culís chinos, unos 1ff).000 de Las cosas fueron a peor
lós cuales llegaron sujetos a un contrato desde mediados de 1850 a media- bió al sur. Los nitratos comt
dos cle 1870 para trabajar primorclialmente en la economía costera (guano, sur de Perú y el norte de Ch
az(rcar, algodón). lenos se negaron a pagar lo
. Durante este segundo mandato, que duró hasta 1862, Castilla
continuó por el presidente de Bolivia
apoyando la profesionalización del ejército y la educación pública. Presidió rarse de las labores de nitrat
lás ãsambleas que redactaron dos constituciones, un documento federalista ocupar la región. Tias cierta
en 1856 y una carta constitucional centralizadora en 1860. Y continuó pre- decidió respetar t
sionando para ta unificación continental. Según explicaba su razonamiento:
- Prado
cio
Así comenzó la guerra
..La relatiìa debilitJad de las repúblicas de Suramérica, divididas y aisladas Perú y Bolivia a Chile, Fue
entre ellas, es a juicio de este gobierno la causa deplorable del hecho de que sonante victoria militar y r
en muchas ocasiones hayamos sido tratadas con una falta grave de respeto, 1883, Chile obtuvo el con
como si para las grancles potencias internacionales no existiera un derecho de en nitratos, incluida la ciud¡
naciones común>. na y Arica durante diez añr
Tias la salida de Castilla, aparecieron problemas con España, que nunca La guerra del Pacífico t
había reconociclo de fbrma oficial la indepenclencia peruana. España protes- o Para Chile abrió paso al au¡
tó por el supuesto maltrato otorgaclo a los inmigrantes españoles_en Perú y - Bolivia supuso perder el ac
en represaliã ocupó algunas islas ricas en guano a unos 170 km al sur de El te que aumentó el descrédi
Callaò. Su asentamiento provisional en ellas excitó protestas y una revuelta; interrumpió el comercio. F
llegó al poder Mariano lgnacio Prado y en 1866 declaró la guerra a España. Después de la derrota
El conflicto fue breve, pues en 1iì69 España extendió por fin un reconoci- golpe a finales de 1885 y gc
miento oficial de la independencia de Perú. piezas en el interior y apla
Los gobiernos continuaron haciendo frente a una deuda que seguía un rior, el nuevo presidente, c<
curso espiral. El presidente José Balta (1868-1872) pasó el problema a Nico- Perú. Cáceres inició convel
lás de Piérola, un niño prodigio de treinta años con algo de dandy, que ne- Según su plan, que recibió
goció un acuerdo con la firma parisiense de Adolph Dreyfus. Según el plan, nico. Perú satisfaría a sus a
Perú 2I l
Dreyfus asumió toda la responsabilidad de la deuda exterior del gobierno y
adelantó préstamos adicionales a cambio del monopolio sobre la compra y la
venta del guano. Con el tiempo, el acuerdo se aclaró, cuando Dreyfus puso
sus propias acciones en el mercado público, pero a corto plazo proporcionó
cierta estabilidad a una situación cambiante y caótica. Piérola también esta-
bleció acuerdos con Henry Meiggs, empresario estadounidense aventurero y
sin escrúpulos, para extender el ferrocarril por todo el país. Los contratos de
Dreyfus y Meiggs fueron tachados de inmediato por los críticos nacionalistas
como de saldo, pero de todos modos fueron aprobados.
La deuda exterior seguía creciendo. Manuel Pardo, candidato del primer
partido político del país, el Civilista, ocupó el poder de1872 a1876. Era un
reflexivo hombre de Estado, aristócrata de nacimiento y millonario por su es-
fuerzo propio, que luchó con la deuda, promovió la educación pública y na-
cionalizó los campos de nitratos. sin duda, fue uno de los líderes más realis-
fas y efectivos de su época. Cuando iba a terminar su mandato, apoyó a un
general del ejército para la presidencia, con la esperanza de que fuera capaz
de controlar las continuas insurrecciones. En 1878, a la edad de cuarenta y
cuatro años, Pardo fue asesinado por un asaltante. Perú perdió a uno de sus
mejores dirigentes.
Las cosas fueron a peor. El núcleo de la economía de exportación se cam-
bió al sur. Los nitratos comenzaron a producir beneficios en lo que ahora es el
sur de Perú y el norte de chile, entonces parte de Bolivia, y los inversores chi-
lenos se negaron a pagar los nuevos impuestos sobre los nitratos reclamados
por el presidente de Bolivia, Hilarión Daza.En revancha, éste ordenó apode-
rarse de las labores de nitrato chilenas en Antofagasta. Chile envió tropas para
ocupar la región. Tias cierta vacilación, el gobierno peruano de Mariano lgna-
' Así comenzó la guerra del Pacífico (1879-1883),
cio Prado decidió respetar una alianza de 1873 con Bolivia.
en la que se enfrentaron
P,erú y Bolivia a Chile, Fue un desastre total para Perú. Chile obtuvo una rè-
sonante victoria militar y ocupó Lima. En el tratado de paz que siguió en
1883, Chile obtuvo el control completo de la provincia de Tarapacá, rica
en nitratos, incluida la ciudad de lquique; e iba a mantener el control de Tac-
iã y Arica clurante diez años y después su destino se clecidiría por plebiscito.
La guerra del Pacífico tuvo efectos de largo alcance sobre los tres países.
Para chile abrió paso al auge del nitrato y rerorzó la confianza nacional. para
. Bolivia supuso perder el acceso al mar. Para Perú fue una derrota humillan-
te que aumentó el descrédito de los políticos. Además, acrecentó la deuda e
interrumpió el comercio. Fue un fracaso en todos los sentidos.
Después de la derrota llegó el general Andrés Cáceres, que fraguó un
golpe a finales de 1885 y gobernó de 1886 a 1890. Intentando recomponer las
piezas en el interior y aplacar a los iracundos tenedores de bonos del exte-
rior, el nuevo presidente, como muchos antes que é1, buscó ayuda más allá de
Perú. Cáceres inició conversaciones con los tenedores de bonos londinenses.
Según su plan, que recibió el nombre de Michel Grace, el negociador britá-
nico. Perú satisfaría a sus acreedores cediéndoles el control de sus ferrocarri-
212 Historia cctntemporánee de América Latinu
les durante sesenta y seis años, entregándoles todo el guano que no fuera ne-
cesario para el uso interno y efectuando treinta y tres pagos anuales de 8.ü)0
libras esterlinas. Los tenedores de bonos, por su parte, adelantaron un nuevo
préstamo de 6 millones de libras esterlinas y prometieron invertir una buena
proporción de las ganancias en los ferrocarriles. En medio de desacuerdo y
controversia, el Contrato Grace fue finalmente aprobado en 1889. Como en
el caso de Dreyfus, ha seguido siendo para los nacionalistas un símbolo del
excesivo celo de su gobierno por complacer a los inversores extranjeros.
El Contrato Grace marcó el final de la etapa del guano. Los depósitos es-
taban casi exhaustos a comienzos de la década de 1880 y desde 1889 hubo po-
cos excedentes que exportar. El ciclo había terminado.
- r El auge del guano dejó una profunda impresión en la historia peruana.
Proporcionó un cebo para los inversores extranjeros; condujo a extravagan-
cias y corrupción al gobierno peruano, y alteró las perspectivas sociales de la (
elite, en particular entre los latifundistas de la costa. Un escritor recordaba
que ..la imaginación popular dotó de proporciones fantásticas a la improvi-
(
sación de fortunas. Fue la primera vez qtJe las antiguas formas de la vida so- <i
cial, más o menos estáticas incluso durante las revueltas políticas, sufrieron
una severa sacudida. Por vez primera, el dinero surgió como valor social ex-
clusivoo. Tentados por las perspectivas, los latifundistas trataron de emular a
los comerciantes,'negociantes y financieros. Pero esto no supuso la creación
de una clase media independiente o un estrato empresarial medio, sino la
adopción de algunas cualidades ompresariales por parte de la aristocracia
costera peruana.
2.000
.9
E
1.000
o
o
600
õ
400
I
o
c 200
o
Ë
o 100
U
60
40
20
10
1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 r91o 1920 1930 1940 1950 1960 1970
6.1. Exportaciones peruanas, 1830-1975: índices del volumen y valor en dólares (1900 = lffi). Fuenre: Rosemary Thorp y Geoffrey
Bertram, Peru 1890-1977: Growth and Policy in an Open Economy, Nueva York, Columbia University Press, 1978, p. 5.
F
ì
ìv
OJ
214 Histc¡ria contemporúnett de Américu Latittu
Su cultivo en Perú es ur
están bajo su control. En tercer lugar, como verenìos, cada uno de los tres ci-
azúcar. lo que crcó dos Lipos
clos ha reflejado la subida (y caída) de un producto o máq hecho que ha
el modo más importante: y li
llevado a ciclos de prosperidad repentina para diferentes regiones del país.
pesinos a pequeña escala. En
En cuarto lugar, el Perú del siglo xx ha creado una economía en la que los
ya que los inversores extran
vínculos entre los sectores (modernos>) que utilizan capital de forma intensi-
producción neofeudales (es
va el procest) de exportación-importación, principalmente en la
-dominan
costa- y los sectores <tradicionales" que utilizan mano de obra intensiva
mano de obra cledicada al al
en especial de bajos ingresos y en las tierras altas- no han conducido a un
- Los empresarios extranjt
como comerciantes, pues oct
aumento sistemático de los ingresos ilel último sector. X por último, en par-
nanciación y comercializacii
te como resultado del impacto interno de esta economía orientada a la ex-
portación, Perú presentaba en 1986 una pauta de distribución de la renta no-
mantuvieron un monopolio ,
lían necesitar préstamos a col
table por su desigualdad. El 20 por 100 de la población perteneciente a las
parte de los beneficios fuerc
clases altas recibía el 51 por 100 de la renta, mientras que el 20 por 100 de la
este cultivo proporcionó un er
población de las clases inferiores recibía sólo el 5 por 100 de la misma.
ductos derivados (como jabó
-) Tias el declive del guano, fue la minería, junto con el azúcar y el algodón, generó una amplia escala de i
dos productos agrícolas cultivados en la costa, los que alimentaron la expan-
sión de 1890-1930. Al igual que en Cuba y otros lugares, el azúcar requería
La sierra también tomó
por entonces gran inversión de capital. La maquinaria para los trapiches mo- Andes llegaba una lana que
en la década de 1890, en l9C
dernos era cara y se necesitaban grandes extensiones de tierra para cultivar
proceclente de la alpaca era ¡
caña suficiente. A lo largo de la costa norte de Perú, donde se centró la ma-
clicionales. La de oveja prov,
yor parte de la producción, constituía la actividad de todo un año (en con-
tos por la tierra llevaron a t
traste con la mayoría de las otras regiones, como Cuba, donde el ritmo de
siglo. El derrumbamiento de
trabajo es de temporada). Como resultado, los plantadores, en general pe-
ruanos. desarrollaron una mano de obra estacionaria que se aproximaba a los
sión, en particular para los
30.000 trabajadores a finales de los años veinte. Algunos eran descendientes
orientado hacia la costa, no
de esclavos africanos; otros, chinos y el resto, indios de la sierra que llegaban
La montaña peruana, al
breve auge del caucho. Emp
en condiciones coercitivas como enganchados, es decir atrapados por los ade-
na amasaron inmensas fortur
lantos de dinero,
La producción azucarera y las exportaciones aumentaron de forma espe- bía crecido hasta unos 20.01
cialmente rápida a mediados de la década de 1890 y de nuevo durante la pri-
Pronto, Perú, como Brasil, s
de caucho más eficientes del
mera guerra mundial. En los años veinte, la capacidad productiva alcanzaba
las 320.000 toneladas, casi el doble que antes de la guerra. Aunque el merca-
A partir de la década de
do se derrumbó a finales de la década, la mayoría de los plantadores pudie- tiempos la economía peruan
glo xrx, los operadores a pe(
ron sobrevivir. Sin embargo, como su mayor mercado de exportación era Es-
ciosos, primero en la plata y
tados Unidos, donde el proteccionismo dañaba las importaciones, el sector
das por toda la sicrra, son de
¿ìzucarero peruano sufrió un estancamiento durante los años treinta.
La otra fuente importante de crecimiento era el algodón, que poclía cul- un mctal cn una misma min:
tivarse a lo largo de la costa. Hasta finales clel siglo xlx, el algodón de hebra la demanda de metales no p
larga peruano no podía competir con la variedad de hebra corta estadouni- Este último se convirtit
1930, Los avances tecnológir
dense, pero las innovaciones técnicas de la década de 1U80 permitieron mez-
clar el prclducto peruano con lana. L,a demanda mundial aumentó y los lati- aprovechar las vetas peruan
fundistas respondicron. I-a pr<lducción saltó de unas 400 toneladas métricas a gran escala con la compra
en 1890 a más de 2.000 toneladas métricas en 1910, y a casi 6.000 toneladas se aceleró de inmediato. En
métricas en 1930, y para entonces este artículo suponía el 18 por 100 de las ción mineral provenía del c<
exportaciones peruanas. secundarios. Los serranos p
Perú 215
i;:;fi,i"*,lll*.îo;.,.o:"ll'ï
open Econonr, Nuevá ?;',;;;:;;;i,-t,,0-,r,2 Gn¡wth und poticy in on
yorr,'órumr,iai;il;,i;;þ;;:,:,
íä,íí,;i,;¿i,,:^i:,"rí,:íi,,,i!,:i
,,¡ r,,ti, i,,,,"ii.,,'ìc, r.", Åiíåü ùäi_",i;iin American
ä:ïiï%:::;i:::,{)ï:Abs*act
una estimación de los años sesenta, cerca de la mitad de los asalariados de en el mismo momento en q[
los sectores medios tuvieran cargos en el gobierno, incluido el ejército. Pare- invitó a un equipo militar fr
ce que la burocracia, así como el comercio, se había convertido en la ocupa- de las fuerzas peruanas. Pol
ción fundamental del sector medio. y ágil para aprovechar las
Mediante estas transformaciones, la sociedad peruana se hizo más urba- nombre ambiguo: "el caudil
na. La población nacional aumentó de 3 millones en 1900 a 17,7 millones en Tias su salida del gobier
1980, y la proporción urbana ascendió en el mismo periodo de un 6 por 100 dillismo conocida como gan
a un 45 por 100 (en 1975). Lima conservó su posición dominante, con 4,5 mi- se restringió a la elite de la
llones de habitantes en el área metropolitana, pero otras ciudades también peletas no eran secretas y lc
crecieron. Aunque no estaba tan urbanizado como Argentina o Chile, Perú nes a las urnas y asegurarse
presentaba el mismo grado que Brasil. Era una sociedad compleja y cam- la sierra se habían elegido ¡
biante, que guardaba un potencial de conflicto político. Regresemos ahora a que apoyaran al presidente, i
la historia política peruana pâra ver cómo surgió. cales.Y la elite costera, con
seguía el camino del crecim
alianzas que Piérola había e
Gobierno oligárquico La muerte imprevista dt
una breve crisis sucesoria qr
Los militares continuaban dominando la política peruana a comienzos de la rante su presidencia, para af
década de 1890. El general Andrés Cáceres y el coronel Remigio Morales to público que se le destin¿
Bermúdez se intercambiaron el poder entre 1885 y 1895, mientras que el puestas para una legislació
Contrato Grace recibía la aprobación del Congreso, pero la política cambió escepticismo). Mediante su
bajo la influencia de ideas nuevas. Cuando en Argentina surgía la Genera- guía, estableció una serie dt
ción de 1880 y México fomentaba a sus científicos, Perú produjo una clase si- papel estatal en el fomento
milar de dirigentes civiles. De educación elevada, neopositivistas por forma- todos fue la Compañía Pert
ción y liberales por sus ideas, componían una especie curiosa: como no hay Como para ratificar estr
un término mejor, podrían clasificarse como tecnócratas aristocráticos. cia tras unas elecciones nad¡
Su representante inicial fue Nicolás de Piérola que, como joven e impe- bre de empresa de mucho
tuoso ministro de Hacienda de José Balta, había negociado el cuestionable portación, y había ocupadc
contrato Dreyfus de 1869. Ahora, con más experiencia y como católico mís- Perú. Una vez en la preside
tico y revolucionario científico, trataba de reconciliar idealismo y materialis- ocupara del guano, ahora c¿
mo. Para mejorar su posición y conseguir seguidores creó el Partido Demó- frentado a una revuelta fort
crata partido político del país, ya que el primero había sido el cho, a lo largo de su carrer¿
-el segundo
Civilista- y en 1895 se convirtió en presidente. la sustancia de las meditlas
Avido por promover la expansión orientada a la exportación que co- ñando a los políticos y abs,
menzó en la década de 1890, Piérola pasó a fortalecer la clasificación crediti- de ley y orden.
cia de Perú. Ajustó la legislación impositiva y aumentó los impuestos sobre Resulta bastante irónic,
el comercio, lo que duplicó los ingresos del gobierno durante su mandato de mo Billinghurst, que ganó I
cuatro años. La reanudación de los pagos de la deuda exterior restauró la bía hecho una tímida aparir
reputación del país ante los comerciantes y acreedores extranjeros. Thmbién textiles y otras, y en 191 I s
estableció un Ministerio de Fomento para asistir a los empresarios locales inflación. Próspero hombre
y contar con los medios para que el gobierno participara en el crecimiento inglés, Billinghurst hizo la c
económico. mesa de una barra de pan r
En política, dio curso a una ley para el sufragio directo y fortaleció los Grande> Billinghurst.
gobiernos municipales. Quizá con la esperanza de desechar las perspectivas Su esperanza era recon(
de intervención militar, decidió profesionalizar las fuerzas armadas y en 1898, manto del capitalismo ilustr:
Perú 221
era comparable a Hipólito Yrigoyen de Argentina. Propuso la vivienda públi- do a que es prematuro entre r
ca, proclamó su apoyo a la jornada cle ocho horas diarias y en 1913 consiguió Reaccionanclo a [a alarma rt
el apoyo del Congreso para una legislación laboral que garantizaba la nego- descontento de la clase obre
ciación colectiva. Estudió las condiciones del campesinado pero, sensible a sus miento obrero, una alianza qt
límites, no emprendió ninguna acción. Sus seguidores estaban en las ciudades, sulta irónico que Leguía inte
no en el campo, y empezó a fomentar manifestaciones callejeras en apoyo de sus
el jefe del ejecutivo al que ha
medidas. Estupefacta ante tales acontecimientos, la elite cerró filas contra el pre- El primer paso fue aju:
sidente. En 7914, Billinghurst cayó víctima de un golpe militar. asamblea dócil redactó una
Al año siguiente, el poder recayó en los tecnócratas civiles. y José Prado, z.aba el gobierno tle Leguía '
que ya había sido presidente de 1904 a 1908, comenzó otro mandato de cua-
Se otorgaban al gobierno Po
tro años. A pesar de su posición como católico practicante, supervisó la pro- impuestos y supervisar las rt
mulgación de una ley que establecía la tolerancia religiosa. Como la primera asumir la responsabilidad d
guerra mundial continuaba, acabó cortando relaciones con Alemania, en par-
a formular sus medidas sin
te con la esperanza de obtener el apoyo estadounidense contra Chile, que era que habían desesperado a I
neutral desde el punto de vista técnico. pero pro alemán, Pardo dio curso a iba a haber elecciones simul
alguna legislación laboral, incluidas regulaciones para mujeres y niños. Bi- legislativas, con lo que prác'
llinghurst estaba en lo cierto al preocuparse por este sector, ya que fue en él el jefe del ejecutivo.
donde Pardo se enfrentó al mayor desafío. En enero de 1919, mientras ha- Leguía pudo consolidar
cían erupción protestas obreras en Buenos Aires, Santiago y São Paulo, los y decadencia de los partidol
obreros de Lima y El Callao proclamaron una huelga general de tres días. Liberal y Constitucionalista
Apoyados por los estudiantes desplazados desde la Universidad de San Mar-
tes, sino vehículos personalt
cos, demandaban alimentos a precios más bajos, una jornada de ocho horas y
ciones inestables que se att
la promulgación de otra legislación. Pardo tuvo que acudir al ejército para dis-
frentarse a los retos existent
persar a los obrerosy araíz de la violencia accedió en parte a sus demandas.
retiraron en silencio. Realn
Los choques de 1919 también llevaron a la formación de la organización lante, la política peruana ha
obrera más importante de Perú, la Federación Obrera Regional Peruana tes y duraderos.
(FORP). Su liderazgo era moderado y pretendía, de forma infructuosa, como
Leguía silenciaba sus cr
después se vio, la negociación colectiva en toda la industria y que fuera de
Germán Leguía y Martínez
ámbito nacional. A mediados de 1919 también aparecieron un Partido Socia- mano libre para forzar a lo'
lista y un Partido de los Obreros, de orientación más marxista, pero el movi-
lió a Antonio Miró Quesad¡
miento obrero y el activismo estaban todavía en sus primeros estadios. virtiéndolo en un periódico
dras de la universidad a los
los estudiantes que en otr(
Leguía: eI Oncenio 1924. Lcguía llcgó a apropi;
de Perú al Sagrado Corazó
E,n medio de esta confusión, el antiguo presidente Augusto B. Leguía rcgre-
reprimidas con facilidad y '
só del extranjero, reunió un amplio apoyo y ganó las elecciones de 1919. Lue-
nos a treinta estudiantes un
go ejecutó un programa maestro. Declarando que Pardo y el Congreso orga-
líder en alza llamado Vícto
nizaban un complot para anular su victoria, obtuvo el apoyo militar para un
Otras formas de descon
golpe. El 4 de iglio tomó con sus camaradas el palacio nacional, envió a Par-
cumplimiento de la Constit,
do al exilio, disolvió la legislatura y se instaló en el podcr. Así comenzó su indios bajo la dirección actir
dictadura, acontecimiento recordado en el Perú como el Oncenio.
do comenzó a investigar los
Tras un inicio acordado a la carrera, Leguía definió los o6îetivos de su ré-
gamonales reaccionaron y I
gimen.
"He venido no sólo a liquidar el antiguo E,sta<Jo de las cosas -se in- para aplastar un levantamic
forma que dijo-, sino también a detener el avance del comunismo que, debi- ,,
ca, los campesinos y los ind
Perú 223
La crítica reformista
Los altibajos ocurridos en la historia peruana clesde la independencia inspi-
raron varios tipos de críticas internas. Algunos culpaban a los indios y otros
denunciaban a los españoles. Algunos querían elevar al país con nuevos idea-
les o nuevas incorporaciones cle tracliciones espiritualei, mientras que otros
se centraban en la base material del progreso nacional. Entre estos intelec-
tuales tres merecen una atención especial: Manuel Gonzáiez prada, José car- i
los Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre.
González Prada, nacido en 1848, cle ascencrencia aristocrática y española,
deseaba reavivar el espíritu patriótico tras la guerra del pacífico. pênsába que
Perú había perdido su valor moral y la falsa prosperidad del periodo del gua-
no le había llevado a la degcneración, según é1, los ricos sirvieron como un
elemento de corrupción, no de progreso material. Ningún medio de adquisi-
ción parecía ilícito. La gente se habría arrojado a unaãlcantarilla si hubiera
avistado al fondo un sol de oro. Los esposos vendían a sus esposas, los padres
a sus hijas, los hermanos a sus hermanas. Influido por el soCialismo europeo
de la década de 1890, vituperaba el capitalismo y el catolicismo. perú debía
buscar su renovación aunanclo fuerzas con sus indios para derribar, por la
violencia si fuera necesario, el sisterna prevaleciente. Eia el momento de ac-
tuar. <Los viejos a la tumba en una famosa exclamación de áni-
mo-, los jóvenes a trabajar.> -declaró
. uno de los más agudos críticos de Leguía fue José carlos Mariátegui, es-
critor y periodista de orígenes humildes. Socialista en el fondo, se convirtió
en el representante del indigenismo. El socialismo predica solidaridad y la re-
dención de las clases obreras, razonaba. cuatro quintos de las clases obreras
peruanas están compuestos por indios andinos. Así pues, socialismo significa
la redención de esos indios. ¿De qué modo? La tierrà era la respuesta. Según
é1, la cuestión india tenía sus raíces en el sistema de posesión de la
tierra.
Todo esfuerzo para resolverlo con medidas administrativas o protectoras, con
métodos educativos o proyectos de carreteras, representaba una labor super-
lìcial mientras existiera el feuclalismo cle los grancles latifundistas. y para
quienes se atormentaban con la supuesta decadencia racial de perú, tènía
una respuesta cáustica: la degeneración del inclio peruano es una invención
bar¿ta de los parásitos de la mesa feudal. En sumã, quería crear una socie-
dad utópica adaptando el colectivismo cler imperio incá y en particular la for-
ma de organización comunal cJel ayttu.
En 1926 Mariátegui lanzó un infruyente periódico, Arrygtûa, dedicado al
arte y la política. su colección más famosa de escritos apàieció en forma de
libro como siete ensayos de interpretación de ta reatidid peruana. En L929
ayudó a fundar un Partido Socialista que pronto se afilió a la Internacional
comunista. En 1930, a la edad de treinta y cinco años. murió de una enfer-
rnedad crónica. Perú, y toda América Latina, perdieron a uno de sus pensa-
clores políticos más creativos.
226 Historia conten'tporánea de Américtt I'utina
de ìa Torre' que de estu- cn un acceso de frustración, t
Compañero y rival suyo era Víctor Ra-úl Haya
mismo año' en Ciudad de pa. Regresó unos meses des¡
diante había sido .*ifiaJoiot Leguía en 1924' Ese
Alianza Popular Unión Revolucionaria' Su P:
México, Haya de la Torre'había îundado lo que denominó. Mariáte-
algunas ideas-con Aprista.
Revolucionaria Rmericana (APRA)' Compaitía
acción' El APRA' un La campaña de 1931 rest
gui e intentaba crear un intì.u-"nio prácíico para la-
para la
proyecto bastante grundioro. proclamé. un.ptugturnu.
d" tin:-o-LTntos y controvertidos de la histori
unidad po-
I
pronto a los apristas, que decidieron huir. En el pánico que siguió, y quizás
por órdenes superiores, los insurgentes ejecutaron a unos diez oficiales del
ejército. a quince policías y a veinticinco civiles, todos rehenes. Cuando las
228 Historiu conÍentporánea de Améri<'u Lutittu
económica, un periodo q
dencia del país de los mer
a la cabeza, las exportac
Pero debido a la Gran D
capital extranjero se bati
producidas por empresas
los años veinte y a un 30
1967, subiría hasta un 5C
ayuda gubernamental, ol
zinc, y también sobre p;
aumentó durante los añc
de todos modos parecía r
economía si así lo decidí
Benavides mostró ci'
su gobierno comenzó a
estatal. El comercio se t
frente al dólar. Utilizó ur
obras públicas y proyect
ras, viviendas para la cla
rio. Apoyó al banco agr
los plantadores de algod,
de las empresas mercant
En la arena política,
grar el consenso naciona
bia le ganaron aprobacit
un primer momento, ofrl
go, a medida que se inte
al pro fascista Riva Agü
Un cartel electoral aprista expresa la perspectiva det partido y la intensidad de la anuló las elecciones gan
campaña de 193 l. (Colección privada,) mantuvo en el poder du
En 1939 la presider
adoptó una postura con(
tantes expresaron su ap(
tropas gubernamentales dcscubrieron csta atrocidad, ejecutaron sumaria- durante la segunda guer
mente al menos a 'l .000 (las estimaciones llegan hasta 6.0t)0) residentes de la ve enfrentamiento milit
ciudad sospechosos de haber concedido apoyo armado a los apristas. Este de- fronterizo con Ecuador.
sagradable intercambio de ascsinatos cstablcció el tono de las relaciones en- efecto curativo.
tre el APRA y el ejército a partir de entonccs. Para los militares tomó el ca- En 1945 el triunfo el
rácter de una lucha encarnizada y convenció a muchos oficiales de que nunca se presentó como candir
debían dejar que el APRA llegara al poder. del APRA. Pronto se e
Mientras tanto, Sánchez Cerro intentaba consolidar su podcr e impulsó delegados apristas en el
una nueva Constitución. En abril de 1933. otro pistolero aprista logró asesi- tivo. La inflación y la es
I narlo, Acosado por una nueva crisis, cl Congreso cligi<i al general Oscar nómicos. Y en medio dc
' R. Benavides para ocupar el cargo hasta que terminara el mandato. trato que otorgaba a la ì
Cuando éste ocupó la presidencia, Perú entró en una fase de transición Sechura.
Perú 229
particular, Perú parecía estar en clesacuerdo con el resto de América Latina. obtuvo el mayor númer
I por 100 significó que el
Otro economista, Shane FIunt. señala: <En un contintnté que presenciaba una
Siempre oportunista, [{e
intervención cada vez mayor clel Estado en la vida económica en un país tras
bargo, las fuerzas armac
otro, Perú ... se dio la vuelta y emper.ó a caminar en dirección contraria>.
Perú 231
miento había sido aplastàdo. Según una estimación, la repiesión causó la tina. Una era la autonomía
muerte de 8-.000 campesinos, dejó sin hogar a 19.00q, encarceló a 3.500 y se bían actuado solas y no en
destruyeron 14.000 hectáreas de tierra por el fuego y el nap¿lm. Fue una ex- de clase media no tenían c
periencia traumátida para los 3m.000 campesinos que se habían alzado y nos excepcionalmente librr
para los soldados que tuvieron que reprimirlos. adoptaron de forma implí
Otra de las promesas de Belaúnde era resolver la antigua disputa con la análisis de la <dependencir
IPC y aquí también afrontó una situación sin ganadores. Tias cinco años de terminar con lo que llama
prolijas negociaciones, durante las que Estados Unidos reveló una hostilidad los centros de decisión dc
continua hacia las inclinaciones nacionalistas de Perú, el gobierno de Be- mentalmente a la vida ecot
rrollo autónomo dirigido a
Perú 233
La revolución militar
El golpe militar pavimentó el camino para uno de los gobiernos militares más
ambiciosos de América Latina. Encabezada por el general Juan Velasco Al-
varado, la junta declaró de inmediato su intención de efectuar cambios de
largo alcance en la estructura de la sociedad peruana. un comunicado emiti-
do el día del golpe acusaba el <injusto orcren social y económico que pone el
usufructo de la riqueza nacional sólo al alcance de los privilegiadoì, mientras
la mayoría sufre las consecuencias de una marginación injuri-osa de la digni-
dad humana>. Los ofìciales proclamaban que lo que perú necesitaba era un
nuevo orden económico, .ni capitalista ni comunista>, un sistema que abo-
liera las desigualdades prevalecientes y creara los fundamentos materiales
para la armonía, la justicia y la dignidad.
La combinación de tres cualidades separó a este régimen cle los gobier-
nos militares ciue habían existiclo antes en perú y en el rãsto de América La-
tina, una era la autonomía s<lcial y política. Esta vez las fuerzas armadas ha-
bían actuado solas y no en colusión con grupos de poder civiles; los militares
de clase media no tenían obligaciones hacia nadie, lo que les dejaba las ma-
nos excepcionalmente libres. La segunda era que los dirigentes del régimen
adoptaron de forma implícita las perspectivas y premisai de la escuela de
análisis de la
"dependenciar. Así pues, uno de sui objetivos principales era
terminar con lo que llamaban <la subordinación de lã econo-ía peruana a I
los centros de decisión donde se <lriginan las acciones que afectan funda-
mentalmente a la vida económica de la nación e impide un pro.eso de desa-
rrollo autónomo dirigido al logro de los objetivos nacionaléso. y la tercera,
234 Hi:;toria conternportirtea de Antét'ica I'utinn
los años sesenta, se cstim
en gran parte resultado cle su campaña contra la guerrilla en la sierra, era que 750.000 migrantes recién li
los miliiares peruanos sentían una simpatía genuina hacia la situación del tuación explosiva. así que
campesinado oprimido durante tanto tiempo. ahora se llamaron pueblos
Èl fruto fue un régimen militar revolucionario. Las perspectivas parecían fuerzos. Parte de la solució
asombrosas. sí no contradictorias; en frase de Fidel Castro, <como si se hu- a los ocupantes migrantes.
biera iniciado un fueg<-r en el hogaro. La otra táctica fue por
una clave del programa estatal era la reforma agraria. A mediados de ra del SINAlvfos. El obje
1969, el gobierno de Velasco anunció la promulgaciórl del programa de refor- Como declaró un oficial: .
ma agraiia más vasto de América Latina clesde la Revolución Cubana. .Cam- ción organizada. Queremo
pesinãs el general Velasco-, los latifundistas ya no comerán más de posible, luego ellos actuar;
-declaró
vuestra pobreza.o Toclos los grandes latifundios, sin tener cn cuenta su pro- drán interés en ella>. En
ductividàd. estaban sujetos a la expropiación. El hacha se sintió primero en las habían sido reorganizados
plantaciones de azúcar cle la costa muy mecanizadas, que se c<¡locaron bajo la Este modelo de organi:
àdministración de cooperativas cle trabajadorcs llamadas CAPS (Cooperativas go crucial del régimen de \
Agrícolas de Producción). Para la sierra la idea era crear granjas pequeñas o lista, como hicieron Allenci
de formas
-édioq pero pronto el gobierno cedió a las clemandas campesinas reprimir los movimientos o
de organización en cooperativas. La principal fue la SAIS (Sociedad Agrícola militares de Chile, Brasil y
puru õl Interés Social). la uniclad reconocicla por el gobierno que podía combi-
les marginadas en Ia sociec
na. peones de las haciendas con aldeanos de las comunidades circundantes.
dustrialización y el desarrr:
A rnecliados cle los años setenta, se estimó que tres cuartas partes cle la tierra incorporar a tales grupos b
productiva del país estaban gestionaclas por distintas clases de cooperativas. gularía las disputas civiles.
tln observador informab a en I9J4: "La elite agraria prácticamente ha desapa- que ha aparecido con frecr
recido como grupo cle poderX F n 1979la mitad de los 21 millones de hectáre- ción del conflicto de clases
as de agricultura y pasto de la costa y las tierras altas habían sido expropiadas En su esfuerzo por elir
a los terratenientes y entregadas a los campesinos. Ntl quedaba tierra en los in- cial, el régimen peruano su
mensos latifundios que habían dominado el sector agrario peruano. fasis en organizar e intregr
El régimen de Velasco dio firmes pasos para institucionalizar estos cam- bierno de Cárdenas en Mr
bios funclamentales. La asociación tradicional de la elite de plantadores, la en Argentina ( 19a6-1950).
Sociedad Nacional Agraria, fue abolida por decreto en 1972. En su lugar, El mismo principio bá:
apareció la confederación Nacional Agraria (cNA), una organización supe- no promulgó una ley de oc
rior para los colectivos regionales. pleados de cada empresa d
En I971. el rógimen de Velasco creó una de sus instituciones más carac- nidad industrial>- iban ¿
los años sesenta, se estimaba que sólo en los alrededores de Lima vivían
750.000 migrantes recién llegados. Los militares concluyeron que era una si-
tuación explosiva, así que determinaron reorganizar los asentamientos, que
ahora se llamaron pueblos jóvenes, y pidieron la ayuda de la Iglesia a sus es-
fuerzos. Parte de la solución era bastante simple: otorgar títulos de propiedad
a los ocupantes migrantes.
La otra táctica fue poner a los pueblos jóvenes bajo la sombra protecto-
ra del SINAMOS. El objetivo era crear las condiciones para la estabilidad.
Como declaró un oficial: "Queremos participación, pero debe ser participa-
ción organizada. Queremos hacer propietarios a la mayor cantidad de gente
posible, luego ellos actuarán con responsabilidad hacia su comunidad y ten-
drán interés en ella>. En 1974 la mayoría de los ocupantes urbanos ilegales
habían sido reorganizados desde arriba en pueblos jóvenes estatales.
Este modelo de organización y movilización de arriba abajo ilustra un.ras-
go crucial del régimen de Velasco. No intentaba construir una sociedad socia-
lista. como hicieron Allende en Chile o Castro en Cuba, ni pretendía excluir y
reprimir los movimientos obreros ya organizados. como hicieron los gobiernos
militares de Chile, Brasil y Argentina, sino integrar las masas urbanas y rura-
les marginadas en la sociedad nacional para establecer los cimientos de la in-
dustrialización y el desarrollo autónomo. La estrategia principal para ello era
incorporar a tales grupos bajo la guía y el tutelaje del Estado, que a su vez Íe-
gularía las disputas civiles. Esto permitiría el logro de un importante objetivo,
que ha aparecido con frecuencia en los decorados latinoamericanos: la reduc-
ción del conflicto de clases.
En su esfuerzo por eliminar la lucha de clases y establecer la armonía so-
cial, el régimen peruano surgió como un Estado corporativo típico. Por su én-
fasis en organizar e intregrar los grupos cle clases inferiores, recordaba al go-
bierno de Cárdenas en México (1934-1940) y la primera parte del de Perón
en Argentin a (9a6-ß50).
El mismo principio básico se aplicó al sector fabril, para el que el gobier-
no promulgó una ley de <comunidad industrial". Según este esquema, los em-
pleados de cada empresa de seis o más trabajadores de la
-miembros "comu-
nidad industrialr- iban a adquirir de forma gradual el 50 por 100 de las
existencias de la compañía y a obtener representación en la junta de dirección.
Los trabajadores se convertirían en copropietarios con los empresarios y, en
principio al menos, el conflicto de clases desaparecería. Los patronos encon-
traron varios meclios de esquivar esta legislación, pero a finales de 7974 yaha-
bía aproximadamente 3.500 comunidades industriales con 200.000 miembros
que controlaban el l3 por 100 de todas las acciones de sus empresas.
Para acelerar este proceso, el gobierno creó el sector de la
"propiedad so-
cial>. mediante el cual las empresas podían ser controladas y dirigidas sólo
por trabajadores, y los productos iban al sector en su conjunto. Parte de los
ingresos se cledicaban a salarios, vivienda y servicios. y parte se reservaba
para reinvertirlos en otras industrias de propieclad social.
Al mismo tiempo que otorgaba a los trabajadores participación en la in-
236 Historia contemporánea de Américu Latinq
dustrialización peruana, el régimen militar emprendió una serie de medidas de los grupos de clases infe
para reducir el papel del capital extranjero. En el momento de la toma de po- terror sistemático que tenía
der, en 1.968, 242 empresas con una inversión extranjera significativa eran Las condiciones econór
responsables del 44 por 100 de la producción industrial del país. Esto resul- Descendieron los ingresos ç
taba inaceptable para el gobierno. Velasco declaró en 1970: nHa pasado aho- Desapareció Ia industria dt
ra el momento en que juzgábamos el proceso de industrialización en abs- no descubrieron nuevos de¡
tracto como una panacea para todos nuestros problemas. Ahora es im- del azú.car y el cobre. I-a bi
perativo determinar el tipo de industrialización". Para recortar el papel del dilató y golpeó la inflaciírr
capital extranjero, el gobierno comenzó a requerir la aprobación de una nue- descontento. En 1975 hubo
va inversión por parte de una junta de regulación, a prohibir la compra de 4 Cuando estos problema
empresas viables locales y a excluir la participación extranjera en áreas deli- mo Velasco sucumbió a su
cadas. Perú también asumió un papel notable en la promoción de la coope- blemas circulatorios. Su po,
ración económica regional mediante el Pacto Andino. gas acabaron concluyendo r
Pero los pasos más decisivos conllevaron la expropiación. Poco después lo reemplazó por el gener¿ì
del golpe, el régimen anunció la nacionalización de la IPC, ante la delirante lidad de ser descendiente d
aprobación del público, y el establecimiento de PetroPerú con el apoyo esta- a su fin un periodo.
tal. Con el tiempo, el gobierno se hizo con otras importantes empresas ex- En efecto, Morales Be
tranjeras: ITT (1969), Chase Manhattan Bank (1970), Cerro de Pasco (1974) mantelamiento- del exper
y Marcona Mining (1975), las dos últimas reemplazadas por MineroPerú. Es- languideciera. Bajo la presi
tos actos se encontraron con la hostilidad de Estados Unidos, pero en febre- austeridad económica que
ro de 1974 ambos gobiernos alcanzaron un acuerdo mediante el cual Perú pa- adecuado al42por 100. La
garía 150 millones de dólares para cancelar totalmente las reclamaciones de 40 por 100 entre 1973 y lc)
las empresas estadounidenses (incluida la IPC) y Washington dejaría de opo- veló el Plan Túpac Amaru
nerse a la concesión de créditos internacionales a Perú. democracia social de parti,
A pesar de su posición populista, el gobierno de Velasco encontró una deshacer gran parte clel esq
considerable resistencia interna. Los sindicatos de trabajadores existentes, centralización cconómica y
como las organizaciones dominadas por los apristas del sector azucarero, se y la transferencia de la prer
resintieron de las incursiones en su terreno. Los campesinos se encontraron campanas por el régimen. I
con que las instituciones de arriba abajo no respondían a sus demandas y co- elecciones generales cn 198
menzaron a organizar protestas en las oficinas de SINAMOS. La elite tradi- Considerado de forma
cional no expresó nada más que horror ante las medidas del régimen, por su- para obtener el apoyo firn
puesto; en respuesta, los generales se hicieron con el control de los medios permitiera establecer las l'r
de comunicación. En 1970 se tomaron cuatro periódicos, al año siguiente le tantos ámbitos de la socied¡
tocó el turno a la televisión y a la radio, y otros seis diarios limeños se pusie- casi todos: ningún grupo se
ron bajo dirección progubernamental en 1974. Esto sólo sirvió para aumen- gún estrato le ofreció su ar
tar los problemas del gobierno, cuando los periodistas y los representantes go que había otorgado al ,
del sector medio denunciaron estas restricciones a la disidencia. bertad de acción autor
-su
Sin duda, el gobierno militar era un régimen autoritario. Los adversarios
fueron acosados, intimidados, exiliados y encarcelados. Además, contaba con
un cuadro de tecnócratas empeñados en lograr el crecimiento y desarrollo ¿vr
económicos. Así que en cierto grado era un régimen <burocrático-autorita-
rio>, pero diferente de las formas prototípicas de Argentina y Brasil en tres Las elecciones cle 1978 pa
aspectos al menos: primero, comenzó como un gobierno militar extremada- sorpresas. No lo fue el 35 p
mente autónomo que no conllevó una coalición con inversores extranjeros y del atractivo que seguía mi
capitalistas nacionales; segundo, intentaba lograr apoyo mediante la inclusión que los cinco principales pz
Perú 237
de los grupos de clases inferiores; tercero,
no se empeñó en las campañas de
terror sistemático que tenían lugar en el cono
sur.
Las condiciones económicai se añadieron a los
infortunios de Verasco.
Descendieron los ingresos por exportación, como
se muestra en la figura 6.1.
Desapareció la industria rre harina cle pescado,
las exploraciones petroreras
no descubrieron nuevos depósitos cre ciudo y
.oy.ronio;;;;;;", mundiares
de,l azú'cat y el cobre.^I a.balanza de pagos
se cleterioró, la cleuda externa se
dilató y golpeó la inflación- Los trabaj"adores comenzaron
a demostrar su
descontento. En 1975 779 huergas, cn comparación con las 4r4 t)e
-7 cuando estos pr'bre-ut .o-.niuban a cernerse en el horizonte, 1967.
.h.ubo
mo velasco sucumbió a su mala salud en el mis-
.1972:
er.riugnorii.o f;e serios pro-
blemas circuratori's. Su poder se debilitaba,
aunque î;;;;;, y sus cole-
gas acabaron concruyen<Jo que debía
marchurr". Ën ugora Jå'i175, la junta
lo.re.emplazó por er general Francisco Moralet
lidad de ser descencriente de un presiclente
s..-ú?;, 1q* oi" la casua-
anterior). oe eìte modo, ilegaba
a su fin un periodo.
En efecto, Morales Bermúdez presicrió la moclifìcación
no er des_
mantelamiento- der experimenro ¿e tcos-lgzs.
s" p".rrùã quà -si srNavos
languideciera. Bajo ra presión del FMI. er gobierno
austeridad económica.que redujo la propórción
ld;J;-;rograma de
de adïlto, .oå un empreo
adecuado al 42 por r00. La rentã real à"
lu .tur" obrera urbana descendió un
40 por 100 entre 1973 y 197g. En febrero
rie 1977,Morares Bermúaez des-
veló el Plan Túpac Amaru,.un programa
destinado de forma retórica a <la
democracia sociar de. participación"pt.nu".
pero que en realidad pretendía
deshacergran parte ilel esquòma cte'verasco. pedía,
entre otras cosas, la des-
centralización económica yausterida<J, er
fomento de la inversión extranjera
y la transferencia de la prénsa estatal á
.ono, privadas. y se oían doblar las
campanas por el régimen. Iba a haber
una asamblea constituy;ni" .n lgTg y
elecciones generales cn r9tì0. Los oficiales
iban a irse.
considerado de forma retrospectiva, reveló
la rncapacidacl crel régimen
para
.obtener el apoy' firme de àlgunu crase social o agrupamiento que le
permitiera estabrecer las bases instltucionares
cre su autoriclacJ. Ar arcanzar
tantos ámbitos cle la sociecrad pe.ruana. el gobierno
n-,ilir", ìåg.ã'.nu¡"nu.se a
casi todos: ningún grupo se sentía a sarvo
ãe la intervenci¿n ã et control, nin-
gún estrato le ofreció su adhesión incondicional.
Resurta ironico que el ras_
go que había otorsado al gobierno militar
revolucionario cie perú tanta li_
bertad cle acción -isu auton'mía- ta¡nbién
re llevara a su desaparición final.
¿Vuelta a la normalidad?
Las elecciones cle r978 para la Asambrea Constituyente produjeron varias
sorpresas' No lo fue el 35 por 100 cre
ros votos logrado pu, .t ar'na, prueba
del atractivo c¡ue seguía manteniendo pu.tioo. eero iaclie nãuìa esperaoo
que los cinco principares partidos .te "t
izquieiaa, uutuui".un ; äã;;, 100. pa_
238 Ilistt¡ritt conlentporútteu de Antéricu Lutitta
rccía que la izquicrcla sc estaba beneficiando de la oleada c1e movilización era la crisis de la deuda dr
poprrlar <le 1976-lr)7t1. Había también un nuevo partido en la derecha, el Po- xico en l9tì2, casi a punto
pular Cristiano (PPC), que consiguió elr24 por 100. ¿Podrían la izquierda y la choque aumentó por la I
derecha rnantener estos logros en las elecciones presidenciales de 19U0? [982, Belaúnde tuvo que
Los clos partidos principales eran el APRA, encabezado ahora por Ar- extranjeros para mantene
mando Villanueva (al haber muerto Haya de la Torre), y Acción Popular, to- bien. su programa poco p(
clavía bajo la dirección de Fcrnando Belaúnde Terry, que había boicoteado entre las tierras altas. dc I
las elecciones de i978. Tias una campaña ardua y abierta, Belaúnde, de se- más prósperas. La prcocu
senta y ocho años, obtuvo una mayoría dominante del 42 por 100 de los vo- llicto social crar lo quc en
tos. en parte clebicftr a la reafirmación cle su imagen de estadista. El APRA Belaúnde en 1968. Ahora
logró sólo el 28 por 100. lo que suponía un revés sustancial; la derecha, re- dad que golpeaba con má
presentada por el Partido Popular Cristiano (PPC), recibió el l1 por 100; un El gobierno de Belaúr
conjunto variado de partidos de izquierda acumularon alrededor de un 16 miento de Sendero Lumir
por 100. Así, derecha e izquierda descendieron a menos de la mitad de su las comunidades campesir
porcentaje de dos años antes. Era evidente que Belaúnde había recibido vo- na al asesinar brutalmentt
tos de ambas. Villanueva declinó la oferta de éste para tomar parte en un go- su llamamiento para aplar
bierno cle coalición, pues prefería mantener su tradicional papel como oposi- ria. Muchos policías local
cir'ln en cl Congreso. fiestos y mantenía un at'ls
Así que Belaúnde se convirtió de nuevo en presidente. La escena tenía El aumento de la violenci
un aire familiar, pero también había algunos rasgos nuevos. En contraste con una ofensiva militar, que
1963-1968, ahora tenía casi el control de la legislatura, con una clara mayoría tas tácticas tampoco elimi
para Acción Popular en la C¿imara cle Diputados (95 escaños de 1.80) y espa- vimiento se extendió por
cio para maniobrar en el Senado (26 de 60 escaños). El APRA comenzó a El crecimiento econór
deshacerse y ya no volvió a recurrir a tácticas puramente obstruccionistas. La mientras que la inflación,
clerecha estaba cn un aislamiento relativo y la izquierda parlamentaria, aun- 1983 y 1984. El servicio de
que aumentaba de fuerza, estaba dividida en múltiples facciones. Belaúnde sos económicos en dólare
podía reclamar el mandato casi por ausencia de los demás. Su reelección era tura de la situación ni el c
también una reivindicación: los militares que le habían depuesto en 1968 cas. Pero al menos puede
ahora le escoltaban de vuelta a la presidencia. no es una hazaña pequeñi
Seguía siendo un político de la vieja escuela, que prometía progreso me- En t985 el elector¿rc
diantc nuevas obras públicas. Su sueño acariciado era construir una carrete- APRA, 4þ11!'aIgB, de t
ra que se adentrara en la selva amazónica peruana para abrir nuevas tierras gico, que electrizaba a lar
al asentamiento. Al mismo tiempo, Belaúnde proponía reducir el papel esta- reforma social y un lrue\¡(
tal en la economía, fortalecer la empresa privada y fomentar la inversión ex- pidez en el particlo, obter
tranjera. en especial en el sector petrolero. clor y canclidato eterno a
Su cquipo económico estaba encabezado por personas muy vinculadas a 100 de los votos y dcrrot
los círculos banqueros cstaclounidenses y europeos. Sus ideas a favor del taban a Izquicrda LJnidr
mcrcado libre (y su disposición a adoptar un programa de estabilización APRA también se hizo c
clcl FMI) ayudaron a renegociar la deuda exterior y a atraer capital extran- lo que García cont(t con
.¡ero, E,n 1982, el régimen de Belaúnde parecía encontrarse ya bien cncami- El nuevo presidente t
nado hacia la diversificación de sus exportaciones (la mayoría productos) y la rios reales. recortó las nól
adopción de una postura más abierta hacia la economía mundial. pos de interés, congeló l
Pero no iba a ser así. Aunque el crecimiento del PIB fue de un respeta- mayor demanda, que el e
ble 3,1 por 100 en 1981, cayó a menos de un 1 por 100 en 1982. E,n 1983, se ría la capacidad industria
desplomó un asombroso l2 por 100. En parte responsable de este descenso ció programas cle inversir
Perú 239
era la crisis de la deuda de ámbito mundial desatada por la situación cle Mé-
xico en 1982, casi a punto de no poder hacer frente a sus compromisos. Este
choque aumentó por la recesión mundial de 19g1-19g3. En diciembre de
1982, Belaúnde tuvo que recurrir a reunir financiación de distintos bancos
extranjeros para mantener la solvencia de perú. Aunque hubiera resultado
bien. su programa poco podría haber hecho para reclucir el abismo existente
entre las tierras altas, cle una pobreza clesesperacla, y las de la costa, mucho
más prósperas. La preocupación por este desequilibrio como origen de con-
flicto social era lo que en parte había impulsado a los militares ã ,l"pon", u
Belaúnde en 1968. Ahora estaba de vuelta y seguía una política de austeri-
dad que golpeaba con más luerza a los que se encontraban abajo,
El gobierno de Belaúnde se enfrentó a otro desafío formidable: el surgi-
miento de Sendero Luminoso, movimiento guerrillero maoísta localizado én
las comunidades campesinas de la provincia cle Ayacucho. saltaron a la esce-
na al asesinar brutalmente a todo dirigente cle los pueblos que se resistiera a I
su llamamiento para aplastar a la autoridad y establecer unã utopía igualita-
ria, Muchos policías locales se acobardaban ante éste, que no ernitíã mani-
fiestos y mantenía un absoluto silencio acerca de su estiuctura y jerarquías.
El aumento de la violencia en las tierras altas obligó a Belaúndé a autorizar
una ofensiva militar, que dejó su propia estela de represión brutal. pero es-
tas tácticas tampoco eliminaron a Sendero, sino que, por el contrario, el mo-
vimiento se extendió por otras provincias de la sierra,hasta Lima.
El crecimiento económico se reavivó hasta alcanza r un 4 ,7 por 1 00 en 19g4,
mientras que la inflación, otro problema recurrente, llegó al 110 por 100 en
1983 y 1984. El servicio de la deuda exterior iba reduciendo al límite los recur-
sos económicos en dólares de Perú. Desafortunadamente, no estaban a la al-
tura de la situación ni el estilo político de Belaúnde ni sus medidas económi-
cas. Pero al menos puede decirse que terminó su manclato de seis año, lo cual
no es una hazañ,a pequeña en la historia contemporánea de su país.
En 19ti5 el electorado eligió como sucesor a un político recie.4te del
APRA, A!.
9"tç9, de rreinral. pçfS ,qrlgs. Era un orador elocuente y enér_
gico, que electrizaba a las masas mientrai prometía una clirección dinámica,
reforma social y un uuevo nacionalismo económico. Había ascendido con ra-
piclez en el partido, obteniendo el cargo que se le había escapado al lunda-
dor y candidato eterno a la presidencia, Haya cre la Torre. Logró el 46 por
100 de los votos y derrotó de fbrma clecisiva a los candidatos que represen-
taban a lzquierda unida, la derecha y Acción popular de Èelaúncle. El
APRA también se hizo con el control de ambas cámaras del congreso, con
Io que García contó con una fuerte base política.
El nuevo presidente empezó por el frente ecclnómico. Aumentó los sala-
rios reales, recortó las nóminas y los impuestos sobre las ventas, redujo los ti- .
-lue
pos de interés, congeló los precios y devaluó el sol. El efecto neto una
I
mayor demanda, que el equipo económico cle García esperaba que reactiva-
ría la capacidad industrial peruana infrautilizada. El gobìerno también anun-
ció programas de inversión para ayudar al desarrollo agrícola a pequeña cs-
240 Historia contemporánea rle Anúricu Lstinu
cala de las tierras altas, descuidadas durante tanto tiempo. Estas medidas Inicialmente, Sendero r
económicas <heterodoxas" produjeron un auge en 1986-1987, acompañado niendo que un régimen aut
por programas especiales para los necesitados. Pero el retorno del populismo rio, resultó un desastre par
resultó de corta vida. Los responsables políticos peruanos habían olvidado Guzmán, fundador y máxir
que su país, al igual que el resto de América Latina, se enfrentaba a una eco- lado y exhibido teatralmen
nomía mundial mucho más hostil. Desafiaron a sus acreedores extranjeros al res, exhortando a sus cama
no cumplir con los pagos de toda la cleuda externa. Un creciente déficit co- ron más arrestos de los
mercial, atizado por el auge del consumo. agotó con rapidez las magras re- comenzó a desintegrarse
servas de divisas. continuaron con ataques es
En 1988, Perú se convirtió de repente en la piltrafa de América Latina. Como García antes qur
El producto interior bruto se desplomó un 30 por 100 en tres años, mientras ejército para combatir a Scr
la inflación remontaba el 3.000 por 100. El desempleo masivo arrojó a millo- violaciones de los derechos
nes de personas a la <economía sumergidao, donde no pagaban impuestos, la ayuda internacional. El g
con lo que se engrosó el déficit gubernamental. Perú se había convertido en tamistas extranjeros que és
el país más en bancarrota de un continente en bancarrota. cracia volvería pronto. Los
Más matanzas en la sierra y apagones (tras dinamitar las conducciones esas promesas que en los ¡
l-' eléctricas) en el área metropolitana de Lima demostraron la fuerza creciente Los créditos y nuevas inver
de Sendero Luminoso. Ahora algunos comparaban a los seguidores de Sen- Fujimori confundió otr
dero con los Jemeres Rojos. Al considerar a García como un guiñol fascista abril de 1995 con un margr
más, Sendero forzó al gobierno a recurrir cada vez más a la policía y el ejér- mente fuËie en las barriad
cito. Las fuerzas gubernamentales mataron de modo indiscriminado y obli- co como político, no podía
garon a García a despedir a numerosos manclos por atrocidades cometidas en sociedad profundamente di
el campo y por la matanza de prisioneros que se habían rendido tras una ex- batalla contra Sendero no s
ban todo tipo de reparaciones. Los insurgentes y los realistas habían puesto
un
interés especial en matar a los técnicos, mientias miles de mineros se
habían
ido a la guerra; sin la supervisión necesaria, las minas se habían inundado y
la
maquinaria se había estropeado por completo. La producción se derrumbó
a
untercio de su nivel previo a la guerra. Los centros mineros languidecieron: La
va-lenciana, por ejemplo, tenía 22.000 residentes en 1g10 y sólõ unos
4.000 en
1820. Llevaría una generación entera considerables sumas de inversión ex-
tranjera- hacer que las apreciadas -y minas recobraran su producción plena.
La industria textil también había caído en tiempos difrcites. Las cicatrices
de la batalla eran visibles por todo el país, en esþecial en el valle central,
como recordaba un viajero, había oruinas por todãs partes: aquí un palacio
virreinal sirviendo de taberna, donde las mùlas parabån para dlscansãr y
los
a¡rieros para beber pulque; allí todo un pueblo hecho pådazos; casas sin te-
cho, paredes y arcos derribados, una viejá iglesia, los reitos de ún conventorr.
Para señalar las pérdidas de la agricultura, otro observador describía
cómo él
y sus compañeros <vieron casas sin tejados y ruinas ennegrecidas por
el fue-
go-y habían cabalgado por las llanuras que todavía mostrãban
huellas tenues
del arado; pero los rancheros que labrában la tierra habían sido asesinados
con toda su familia durante la guerra>.
También se habían descuidado las carreteras, por lo que el país carecía
de
un sistema de transportes y comunicación apropiado. Lå, espånotes que
ha-
bían gobernado 300 años sólo habían constrùidô tres carreteås que
merecie_
ran ese nombre. viajar en diligencia era difícil y peligroso, y trunrport"
-a "i
menudo en alforjas- era lento y caro. Esto êrã uñ serio tbstáculo'para
la integración econóàica.
El desorden económico significaba que hubiera muy pocos puestos de
trabajo y mucho desempreo. Según un cálòulo, unos 300.0'00 hombres, que
en
su mayoría habían combatido en las guerras, no tenían trabajo ni
ingresos
una vez terminadas éstas. Representaban de un 15 a un 30 po, ioo
de toda la
población adulta masculina. Estaban impacientes, u o,"nudo irritados, y
casi
siempre armados. Suponían no sólo un problema económico, sino
también
una amenaza social,
Algunos de estos veteranos encontraron trabajo. otros se dedicaron
a co-
meter delitos (el favorito era el robo en las carreteras) o permanecieron
en
el ejército. El resto pasó a formar parte de unidades no oticiales cuasimilita-
res que proporcionaban apoyo a los caudillo políticos locales, que pronto
iban a desempeñar un papel importante en la eicena porítica rnexicana.
Las guerras también tuvieron un efecto directo én la estructura
social.
A finales de la década de 1820, el nuevo gobierno emitió un decreto que ex-
pulsaba a todos los españoles cre México,lo que no sólo permitió
a la pobla-
ción dar rienda suelta a su aversión por elloi. sino que
irivó
de una fuente de capital importante. y eliminaba de un solo golpe un
a la economía
im-
portante segmento de la clase alta o aristocracia de la nación. Alora
los lati_
fundistas criollos, no nacidos en España, se convirtieron en el
escalón más
elevado de la sociedad mexicana.
244 Historiu contenr¡torítnea de Américu Latina
Las transformaciones económicas del periodo borbónico, junto con una tuvo al menos cincuenta pr,
recuperación gradual en las décadas de 1830 y 1840, hicieron posible que media menor a un año; treir
nuevos grupos adquirieran riqueza y posición social. Centrados principal- vieron encabezados por ofic
mente en Ciudad de México, estos aspirantes, como la mayor parte de los cargo presidencial era el goll
nuevos ricos, eran muy ostentosos. Como Fanny Calderón de la Barca, la es- sobre el país la figura tragi
posa de habla inglesa de un diplomático español recordaría después, los nue- l/ ocupó la presidencia nueve
vos riccis no entendían todas las reglas de la corrección social: ,,Pero aunque paja las restantes ocasiones.
hay vitrinas llenas de oro, buena pintura y cientos de cosas ricas y curiosas Santa Anna fue el más f¿
en sus memorias-, a nuestros ojos europeos les chocan numero- fuertes reunían a sus seguidc
-observa
sas contradicciones en el vestido, los criados, etc., en todo lo cual hay una ne- caban riquezas fundamental
cesidad de armonía muy notable>. En suma, el México de comienzos del si- der al poder nacional, se en
glo xlx tenía una clase superior criolla con dos partes: una estaba formada vacías (habitualmente debid
por las antiguas familias tr_adicionales que en su mayoría conservaron sus tie- da del caudillo reinante se c
rras; la otra era nueva y provenía del comercio y las profesiones liberales, así dores, tomaba el poder. Los
como de la tierra. Y fue el nuevo segmento, el recién llegado, el que tomó nar: esto lo dejaban a un cu
parte activa en la política. Ciudad de México, que ocul
La pobreza persistía entre la gran mayoría de la población. En especial las mismas caras: hubo cerc
en el centro y sur, había un campesinado clásico, es decir, grandes masas de rentes entre 1820 y 1860, pe
campesinos que arañaban una magra subsistencia de la tierra. En su mayor modo, la política caudillista
parte de origen indio o a veces mestizos, proporcionaban mano de obra para
el sector agrícola. Muchos trabajaban en las haciendas, donde vivían casi en
la esclavitud, y algunos iban a mendigar a las ciudades. La in
La existencia de este campesinado subempleado también garantizaba a
México un gran excedente de fuerza de trabajo. En parte por esta razón y en Asolada por las guerras ind
parte por el sentimiento antiextranjero, las autoridades mexicanas no fomen- débil y vulnerable. Al norte
taron la inmigración externa. A diferencia de Argentina, nunca adquirió una do a su dueño inglés cincue
clase obrera predominantemente europea, ni tampoco pasó por un rápido Unidos corrían hacia el oest
crecimiento de la población en el siglo xrx. Comenzó éste con cerca de 6 mi- tos dominios casi despoblac
llones de residentes en 1800 y en 1850 tenía cerca de 7,6 millones; en 1900 el Nueva España.
número había ascendido a 13,6 millones, pero aun así representa una tasa de Los españoles nunca h¿
crecimiento medio anual modesto de menos del I,2 por 100 en un periodo norte, los inmensos territori,
de cincuenta años. La explosión demográfica no llegaría hasta el siglo-xx. Texas. Lo mejor que pudierr
Tias la independencia, había dos bases de poder institucional: la Iglesia y a cargo sobre todo de los di
el ejército. La primera había atravesado las guerras independentistas sin per- ron en un claro imán para lc
der su inmensa riqueza. Según un observador, puede que haya controlado Austin y un grupo de colon<
cerca de la mitad de la tierra de la nación, La lglesia tenía ingresos regulares xico. Los texanos acabaron ,
por el alquiler cle sus vastos bienes raíces, sus inversiones estaban por todas de México y se alzaron er
partes y era con mucho el operador bancario mayor de todo México. Sus ge- siguiente. Para tratar de sof
nerosos créditos a los grandes latifundistas no sólo garantizaban unos ingre- canas contra El Alamo, mat
sos constantes, sino que también creaban una alianza firme con los escalones pero fue derrotado despué:
superiores de la sociedad mexicana. No es sorprendente que acabara convir- diente. En 1845, el Congres
tiéndose en un blanco de la oposición, en particular entre quienes no logra- sus dirigentes aceptaron en
ron beneficiarse de su largueza, Los mexicanos consider;
La segunda base de poder era el ejército, que dominaba la política na- de guerra de Estados Unidc
cional. Durante el periodo de cuarenta años que va de 1821 a i860, México ras continuaron complicand
México 245
tuvo al menos cincuenta presidencias distintas, cada una con una duración
media menor a un año; treinta y cinco de estos malhadados regímenes estu-
vieron encabezados por oficiales del ejército. El medio básico para lograr el
cargo presidencial era el golpe militar. Y durante todo este periodo se cernió
sobre el país la figura tragicómica de Antonio López de Santa Anr¡a, que
ocupó la presidencia nueve veces distintas y puso en el cargo a hombres de
paja las restantes ocasiones.
Santa Anna fue el más famoso de los caudillos mexicanos. Estos hombres
fuertes reunían a sus seguidores armados en miniatura- que bus-
-ejércitos
caban riquezas fundamentalmente. Sin embargo,ûnavez que lograban acce-
der al poder nacional, se encontraban con que las arcas del Estado estaban
vacías (habitualmente debido a los gastos militares previos). Al final, la ban-
da del caudillo reinante se desintegraba y un nuevo líder, con nuevos segui-
dores, tomaba el poder. Los caudillos no se molestaban por el arte de gober-
nar: esto lo dejaban a un cuadro de abogados y profesionales, la mayoría de
Ciudad de México, que ocupaban los ministerios (allí reaparecían a menudo
las mismas caras: hubo cerca de 600 nombramientos gubernamentales dife-
rentes entre 1820 y 1860, pero sólo fueron a parar a 207 individuos). De este
modo, la política caudillista se aseguraba la continuidad y el cambio.
La invasión estadounidense
Asolada por las guerras independentistas, México era una nación incipiente
débil y vulnerable. Al norte se extendía otra nación nueva, que habla arroja-
do a su dueño inglés cincuenta años antes. Entonces los inexpertos Estados
Unidos corrían hacia el oeste y el sur, y se dirigían hacia el norte de los vas-
tos dominios casi despoblados de lo que había constituido el virreinato de
Nueva España.
Los españoles nunca habían encontrado los recursos para colonizar el
norte, los inmensos territorios de California, todo el valle del río Colorado y
Texas. Lo mejor que pudieron hacer fue crear una red de misiones religiosas
a cargo sobre todo de los diestros y leales jesuitas. Estas tierras se convirtie-
ron en un claro imán para los infatigables estadounidenses. En 1821, Stephen
Austin y un grupo de colonos se desplazaron a Têxas y luego a parte de Mé-
xico. Los texanos acabaron deseando zafarse del gobierno central de Ciudad
de México y se alzaron en 1835 para declarar la independencia al año
siguiente. Para tratar de sofocar la rebelión, Santa $nna envió tropas mexi-
canas contra El Alamo, matando hasta el último hombre de sus defensores,
pero fue derrotado después en San Jacinto, y Texas permaneció indepen-
diente. En 1845, el Congreso estadounidense votó la anexión de Texas, que
sus dirigentes aceptaron en seguida.
Los mexicanos consideraron esta anexión como un equivalente a un acto
cle guerra de Estados Unidos y las disputas sobre las reclamaciones financie-
ras continuaron complicando las relaciones entre ambos países. El presiden-
246 Historia utntemporónea de Amét'icq I.uÍina
te James K. Polk envió tropas a la zona fronteriza en disputa, paso que los
importación de un ntclnarca
mexicanos consideraron como una invasión. C-uando éstos contraatacaron,
que los liberales capitalizarr;
Polk lo llamó guerra. Con consentimiento del Congreso, pero con la oposi-
ral, estuvo al frente del derr
ción de legisladores tan prominentes como John C. Calhoun y Abraham Lin-
desafortunado Maximiliano.
coln, Polk inició la guerra que él y sus seguidores buscaban.
sidente Juárez hasta su mue
Fue un enfrentamiento totalmente desigual. El desafortunado Santa
guió acabó con la llegada al
Anna se encontraba al mando de las tropas mexicanas, que en un principio
sidente: cl general Porfirio I
lograron resistir el empuje de las estaclounidenses bajo las órdenes de Za-
chary Taylor, pero en 1847 Winfield Scott dirigió sus columnas directamen-
te desde Yeracrttz hasta Ciudad de México. Los mexicanos comunes se
unieron al esfuerzo de repeler las fuerzas estadounidenses y los cadetes mi-
El periodo c
que hicieron que el periodo fuera denominado La Reforma, desnudaron de tinoamericanas en las décat
tecnócratas y políticos con
su poder al ejército y la lglesia, y culminaron en una Constitución nueva,
doctrinas se ganaron la etit
muy liberal. Desafortunadamente, la controversia no se restringía a discursos
y lcyes. En 1tì58, los conservadores volvieron a atacar. iniciando casi veinte ción con la filosofía positiv
Díaz demostró su mac
años de una guerra civil destructora. Esos años incluyeron el desgraciado im-
perio (1863-1867) de Maximiliano de Habsburgo, de Austria, que puso en neció en el pocler mucho n
práclica de forma literal la fórmula conservadora. No es sorprendente que la Durante tres décadas y mc
ción (Manuel González, 1l'ì:
México 247
tenía los ingredientes sociales para una revolución. pero relativamente poco
material para la reforma.
El progreso económico de los años de Díaz también tuvo su coste. Mien-
tras que los ricos prosperaban y copiaban puntualmente a la aristocracia
europea, la vasta mayoría de los mexicanos se enfrentaban a un pobreza ago-
biante. Dado su excedente en mano de obra, los salarios seguían muy baþs.
De hecho, un cálculo (sin duda exagerado) muestra que el poder adquisitivo
medio en 1910 era sólo un cuarto del de 1810. México exportaba p.ôductos
agrícolas, mientras que el cultivo de la dieta básica de la mayoría de los me-
xicanos y frijoles- apenas se mantenía a la altura del crecimiento po-
-maíz
blacional, No podía haber mejora en el ínfimo nivel de consumo per cápita
prevaleciente al comienzo del periodo de Díaz. Las estadísticas de vida eran
alarmantes. En 1900, el 29 por 100 de todos los niños varones morían antes
de cumplir un año y muchos de los sobrevivientes acababan trabajando doce
horas diarias en una empresa explotadora. Sólo un cuarto de la población sa-
bía leer y escribir.
Este <progreso' económico tan desigual originó una protesta repetida de
r
los trabajadores urbanos y rurales. Hubo huelgas, a menudo salvajès. rr- ll
pecial donde el trabajo asalariado se desempeñaba bajo condicionãs de "ntipo
industrial. Entre 1906 y 1908, por ejemplo, los trabajadores mexicanos de la
Compañía de Cobr?lGñanã þrot"ttuån de forma iepetida por los salarios
más altos pagados a los obreros estadounidenses. También hubo huelgas des-
tacadas entre los obreros del ferrocarril y en las fábricas textiles cle Río Blan-
co. Esta protesta obrera se intensificó por la crisis financiera internacional de
1906-1908. En el sector rural, los campesinos cre la zona de Morelos se to-
maron muy a mal la pérdida de su.tierra para el cultivo comercial de azúcar
y otros productos de mercado. En el norte hubo una reacción similar por la
pérdida de tierra para la construcción del ferrocarril.
Dílzy sus consejeros podían seguir una política económica coherente por-
que habían creado el gobierno centralizado más efectivo que había visto Mé-
xico desde la independencia. La toma de clecisiones estaba centralizada en ,,
Ciudad de México, a expensas de los caudillos regigna[e_s o locales. Los pues- f
tos políticos, especialmente los cle rango federal, .run .o¿i"iããoì por el sèctor
más elevado de la sociedad. Los que los conseguían eran envicliados, ya que la
prosperidad económica requería muy a menudo contactos con el gobìerno. El
mismo Díaz conocía plenamente bien la clase de sistema que había promovi-
do. casi al final de su régimen explicó: ,.Fuimos duros. A veces fuimos duros
hasta la crueldad. Pero era necesario entonces para la vida y el progreso de la
nación. si hubo crueldad,los resultados la han justificado ... Lu y
"ãu.ución
la industria han realizado la tarea comenzada por el ejército>. Muchos de sui
adversarios estaban de acuerdo en la necesidad de un poder nacional, pero de-
nunciaban el modo en que lo utilizaba. La presión aumentaba u
-"didu que
crecía la frustración entre la elite más joven, excluida de la camarilla de Díì2.
El tiempo jugaba en su contra, pero ¿quién podría haber predicho el modo en
que su casa, tan cuidadosamente construida, se vendría abajo?
250 Historiu conlentporátteu de Atnéricu Lutitttt
La Revolución mexicana
Pocas revoluciones son precipitadas por los oprimidos. Mucho más a menu-
clo comienzan con un cambio dentro de la clite dominante. Los disidentes
descontentos, con frecuencia jóvenes, llegan a un punto de cólera tal que ata-
can el sistema. Eso fue lo que paso en México en 1910.
Uno de los principales críticos era Francisctl l. Madero, vástago de una
familia que había hecho fortuna en la ganadería y la minería. También esta-
ba vinculado a la maquinaria política de Díaz. Evaristo Madero, su abuelo,
había sido gobernador del estado de Coahuila de 1880 a 1884 y la familia Ma-
clero había cultivado una íntima relación con José Y. Limantour, ministro de
Economía durante muchos años de Díaz. Francisco obtuvo lo mejor de una
educación en el extranjero, ya que estudió en París y en la Universidad de
California. Volvió para aplicar sus conocimientos en la agricultura comercial,
en especial en las plantaciones de algodón familiares. Tenía fuertes convic-
ciones liberales en cuanto a economía, apropiadas para el periodo de Díaz,
pero también en política, que no lo eran tanto. Su creencia en la democracia
política le distanció pronto de las rigideces de las postrimerías del régimen
Emiliano Zapata proporcionó u
porfiriano. Se convirtió en un adversario franco que sostenía que México es- preciso al movimiento revolucic
taba preparado para la democracia liberal y que si Díaz quería presentarse a pesino que comenzó en el estad
la reelección en 1910 (como todos esperaban), el candidato a vicepresidente los.
debía provenir de fuera de la camarilla presidencial.
Díaz era para entonces el cautivo de su éxito. ¿Por qué debía tomar en
serio las lamentaciones de un joven oligarca ambicioso y mimado? Cuando el la tierra a manos de leguleyo
presidente desoyó su mensaje, Madero hizo lo impensable: entró en la cam- cle inspiración <liberal>. Esto
paña de 1910 como candidato del Partido Antirreeleccionista. Ahora el pre- oportunidad para restaurar l;
sidente se enfrentaba a una oposición mayor que nunca durante décadas. Su
maquinaria produjo otra victoria, pero costó mucho trabajo. La policía tuvo 7 Los zapatistas sc desilusi
qûé debía cste hijo de una I
que encarcelar a 5.000 opositores, incluido Madero. El joven rebelde, ahora que la pandilla porfirista'Ì Er
envalentonado, se negó a reconocer la legitimiclad de la reelección presiden- Morelos atacaron con acritu
cial y, en vez de ello, emitió (mientras estaba en la cárcel, lo que sugiere que otras miras que satisfacer su
no había una represión dura) su famoso Plan de San Luis Potosí y llamó a la tos de tirano y su profundo
resistencia armada. El rnovimiento rebelde creció con rapidez. mientras sus
<
"no llt
It357. decían, Madero
tropas tomaban Ciudad Juárez (al otro lado de la frontera de El Paso). En- inició con el apoyo de Dios
tonces Díaz tiró la máscara del autócrata con recursos infinitos. En una de- nuara el aparato político por
mostración sorprendente cle debilidad, capituló y abandonó el país en mayo situación del pueblo. Los car
de 1911. Se celebraron nuevas elecciones presidenciales y Madero triunfó. clirecta. <Hacemos corìstar:
En 1912, se convirtió en el presidente de la nación ante una muchedumbre muebles, desde luego. los pr
delirante en Ciudad de México. Parecía que la democracia se abría paso. rrespondientes a esas ¡rropie
Puede que Francisco Madero y sus compañeros disidentes hayan iniciado mala fe de nuestros opresor,
la Revolución mexicana, pero no la cc¡ntrolaron por mucho tiempo. Otros re- la mano la mencionada posc
beldes tenían objetivos mayores: Emiliano Zapata, por ejemplo, quien había labra. Eslos pequeños propi
surgido como el férreo dirigente de los campesin<¡s sin tierra del estado de Mo- los ayudaría a recuperar sus
relos. Eran quienes habían visto desaparecer sus derechos tradicionales sobre tregaba, le abandonaron y cl,
México 251
1;lì.: :
_:.r ¿.:;__,__.ì
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'',..L1,';- rl '*
*{'L
En el norte, Pancho villa creó una poderosa fue¡za militar, pero
su ostentación per-
so¡al le ganó_una reputación dudosa en México y Estados uniaos. (cortesía
de la Bi_
blioteca del Congreso de Estaclos Unidos.)
A mediados de 1914, la revolución se hallaba a disposición de todos. To- relaciones de poder y propi
das las fuerzas que habían derrocado a Huerta se reunieron para discutir un der político tenía que adop
posible gobierno de coalición. De inmediaLo, Carranza abrigó sospechas por obreros y campcsincls mexi,
los orígenes agrarios comunes de las fuerzas de Zapata y Villa. Aban<Jonó las Los rebeldes agraristas
plazas fuertes y represental
negociaciones, atacó la legitimidad de ese ngobierno, putativo y estableció su
propio régimen en el puerto oriental de Veracruz. pata se ocuparon en 1919, ¿
Las fisuras sociales de la revolución comenzaban a resultar dolorosa- emboscada. Al año siguier
mente obvias. Villa, y en especial Zapata, representaban las reclamaciones de quería imponer como suces
un cambio social radical. Carranza se dio cuenta de que había de ofrecer algo nillas. Demostró poca vista
más que la retórica liberal que había sostenido a Madero. En una declaración
paña de 1910 había sido su
de diciembre, comenzó a inclinarse hacia la izquierda. Prometió, sin detalles, expresión explícita en la nu,
,.leyes para la mejora de la condición del peón rural, el obrero, el minero y regla al imponer un sucesol
en general las clases proletarias>. Al mes siguiente se pronunció a favor de vió a su práctica sangrienta
una reforma agraria, apeló a la restauración o la creación de comunidades sobre Villa, encabezó un le
agrícolas (ejidos), requirió procedimientos para restablecer los títulos legales marcha fue asesinado por r
y estableció una comisión agraria nacional. En febrero de 1915, se pronunció te actuaba de parte de Obr
acerca del trabajo: consiguió que los anarcosindicalistas mejor organiza- la caída de Díaz, seguía lej<
-el
do de los movimientos obreros urbanos- convinieran que a cambio de leyes
laborales favorables, sus batallones rojos apoyarían la causa carrancista.
Durante 1915 entró en discusión el asunto. Villa, el más formidable de los Institucic
enemigos militares de Carranza, arremetió para obtener una rápida victoria.
Encontró la horma de su zapato en Alvaro Obregón, el brillante jefe del ejér- Obregón fue el sucesor al t
cito carrancista del estado norteño de Sonora. A mediados de 1915, éste lo- trucción tras años de guerra
gró vencer de forma decisiva a Villa, que se retiró a los cerros de Chihuahua mera guerra mundial redu
para continuar la guerra de guerrillas, pero ya no volvió a suponer una ame- agudizó la depresión éconó
naza nacional. Los zapatistas no pudieron sostener un desafío a Ciudad de ambiciosa campaña de edl
México y se marcharon a su Morelos nativo para repeler las incursiones fe- José Vasconcelos. En cuant(
derales. tó con flerza por la Confer
Con sus principales enemigos a Íaya, Carranza pudo permitirse convocar reciente creación, que pron
una convención constitucional a finales de 1916. En mayo de 1917 asumió quistas y comunistas. Resp
formalmente la presidencia. Ahora estaba preparado el escenario para la re- cauteloso por miedo a una
dacción de la Constitución de 1917, un documento capital de la Revolución populares originales, Panch
mexicana. 1923 y, de momento, se dio
Carranz.a no tenía ideas radicales. Esbozó una pálida imitación de la de una reforma social fund¿
Constitución de 1857, poco más que una nueva declaración de los principios tantes a la estabilidad de la
del liberalismo clásico. Los delegados de la convención tenían otros pensa- Estados Unidos, que deterr
mientos. De inmediato se hicieron con el control y redactaron una carta que troleras en pago al reconoc
resultó sorprendentemente radical para esta época anterior al bolchevismo. de transferir el poder a su
El artículo 27 daba poderes al gobierno para redistribuir la tierra. El artícu- cho un presidente mexicanr
lo 123 anunciaba derechos del trabajador que nunca se habían oído en Norte- El nuevo presiclente er
américa. El artículo 3 sujetaba a la [glesia a nuevas restricciones, que le im- Este competente político-m
ponían casi una camisa de fuerza. Los reflejos socialistas permeaban la proporcionaría al sistema p,
Constitución. De improviso se hizo evidente que lo que se había iniciado é1, sin embargo, la amenaza
como una simple revuelta de clitistas disidentes contra Díaz amenazaba con mos cristeros, los católicos.
convertirse en una revolución social, òon cambiar de forma significativa las como los primeros adversal
México 255
1
I
I
agudizó la depresión dconómica interna. Sin embargo, el gobierno lanzó una
ambiciosa campaña de educación rural dirigida por el notable intelectual
José Vasconcelos. En cuanto al ámbito laboral, el gobierno de Obregón apos-
tó con fuerza por la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) de
reciente creación, que pronto cooptó, mientras acosaba a los sindicatos anar-
quistas y comunistas. Respecto a la distribución de la tierra, Obregón fue
cauteloso por miedo a una pérdida de producción. El último de los rebeldes
populares originales, Pancho Villa, sucumbió a una descarga de fusilería en
1923y, de momento, se dio por finalizada la etapa de las demandas efectivas
de una reforma social fundamental. Obregón hizo dos contribuciones impor-
tantes a la estabilidad de la revolución. Primero, logró un entendimiento con
Estados Unidos, que determinó el trato que se conferiría a sus empresas pe-
troleras en pago al reconocimiento diplomático. En segundo lugar, fie capaz
de transferir el poder a su sucesor de forma pacífica, algo que no había he-
cho un presidente mexicano desde ltl80.
El nuevo presidente era otro general de Sonora, Plutarco Elías Calles.
Este competente político-militar demostró en seguida que era el hombre que
proporcionaría al sistema político revolucionario unos cimientos sólidos. Para
é1, sin embargo, la amenaza provenía de la derecha. Denominándose a sí mis-
mos cristeros, los católicos militantes se presentaron ante los revolucionarios
como los primeros adversarios de base amplia y compromiso ideológico a la
256 Hislr,¡riu conÍemporítnea de AntériccL Lutittu
revolución secularizadora. Los cristeros no se limitaban a los defensores opu- cado cayó en muchas zonas,
lentos del antiguo orden económico, sino que incluían a muchos ciudadanos financieros prometidos Por el
corrientes que consideraban la revolución como la obra del demonio que sólo lumen necesario, a pesar de a
podía detenerse con la espada. Esta creencia pía fue reforzada por el clero re- tividad y desorganización de
accionario, en especial en el estado de Jalisco, donde necesitaban con deses- insuficiente en el mercado d,
peración soldados de a pie para su cÍvzada contra la revolución anticlerical. esos problemas, Cárdenas ga'
Cuando terminó el mandato presidencial de Calles en 1928, Obregón, nos por su valentía al distribl
que nunca fue reservado en política, se presentó para una nueva elección. No funda el carácter agrario de I
era una reelección, aseguró a México. porque no ocupaba el cargo. Ganó con También reorganizó la es
facilidad pero no vivió para disfrutar su poder: antes de su nombramiento fue mino al crear un aParato más
asesinado por un fanático religioso. puesto en 1924. En 1938, Cár
En el vacío se colocó Calles, que consiguió que los dirigentes políticos el nombre por el de Partido d
asintieran a la convocatoria de unas nuevas elecciones y a la creación de un a edificar alrededor de cuatrc
nuevo partido, el Partido Nacional Revolucionario (PNR). Durante los cor- to{-þþ-qral, el sector militar ¡
tos mandatos que siguieron de Emilio Portes Gil (1928-1930), Pascual Ortiz cluía principalmente a la clas'
Rubio (I930-I()32) y Abelardo L. Rodríguez. (1932-1934), Calles continuó maron prestados concePtos d
manejando el poder entre basticlores. entonces en la Europa meditt
La mayoría cle los observadores esperaban que éste continuara en ese pa- De este modo, ideaba ul
pel durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, elegido en 1934' Era un ofi- movilizar y organizar a obre
cial del ejército y político algo oscuro de Michoacán, que sorprendió a todos dos. Así, creaba sectores sepi
al enviar de inmediato al exilio al asombrado Calles. Era el primer movi- tuyente del partido oficial. l
miento que probaba que Cárdenas iba a valerse por sí mismo. control sobre los movimientc
Muchos campesinos se habían vuelto cínicos acerca de los objetivos <re- coalición entre obreros Y ca
volucionarios> de sus gobernantes. ¿Dón<Je estaba la tierra que les habían parece haber logrado su obje
prometido tan a menudo? Cárdenas decidió hacer buenas esas promesas. Du- Cárdenas también emPrt
rante su mandato (1934-1940), presidió la distribución de algo más de 18 mi- tados Unidos. El asunto más
llones de hectáreas a los desposeídos mexicanos, casi el doble de lo que México poseía un porcentaje
habían repartido todos sus predecesores juntos. Conocía los peligros de dis- das del mundo. En 1930, Ya
tribuir tierra sin proporcionar los servicios de apoyo necesarios, que dema- yoría estadounidenses, pero'
siado a menudo conducía a una agricultura de subsistencia en la que el cam- versiones en México. De fort
pesino eÍa capaz de alimentar a su familia pero no podía producir un ta salarial con sus empleadot
excedente para el mercado. Esto crearía graves problemas para el abasteci- mo, donde se falló en favor
miento de las ciudades, así como para los mercados de exportación. decisión al dar por sentado r
Su solución fue recurrir al sistema comunal denominado ejidq. Tenía las una vía para sortear tales Prr
ventajas de ser genuinamente mexicano y no capitalista ni socialista. La dis- presa de todos, el presidente
tribución de la tierra se hizo al ejido, que desde entonces fue el propietario, pañías. El factor que PreciPit
aunque las parcelas se dividieran después para su uso individual. Estos ejidos éstas a obedecer la decisión
podían incluir a cientos, incluso miles de familias. Los planes demandaban para la expropiación fue et;
escuelas, hospitales y financiación, que iba a ser proporcionado por el Banco vez se basaba en el antiguo t
de Crédito Ejidal. de reciente fundación. Pero no toda la tierra se distribuyó dos los derechos del subsuel
a los ejidos, ya que también hubo campesinos particulares que recibieron pietario de los derechos de I
parcelas. en cólera. Las estadounide:
La enorme distribución creó una euforia inicial, ya que más de 800.000 que interviniera en su favor
receptores vieron el sueño de toda una vida realizado. Pero los resultados a ses tuvieron mucha activida,
largo plazo no fueron felices para todos. La producción agrícola para el mer- os> que primero habían ata
México 257
cado cayó en muchas zonas, como se había temido. Los servicios sociales y
financieros prometidos por el gobierno no llegaron a materializarse en el vo-
lumen necesario, a pesar de algunos logros. El resultado fue la baja produc-
tividad y desorganización de muchas unidades comunales y una integración
insuficiente en el mercado de muchas unidades más pequeñas. A pesar de
esos problemas, Cárdenas ganó una enorme popularidad entre los campesi-
nos por su valentía al distribuir tanta tierra. Había reforzado de forma pro-
funda el carácter agrario de la revolución.
Tämbién reorganizó la estructura del partido. Calles había iniciado el ca-
mino al crear un aparato más fuerte que el que había encontrado al ocupar el
puesto en 1924. En 1938, Cárdenas reorganizó el partido oficial y le cambió
el nombre por el de Partido de la Revolución Mexicana (P\M), Ahora se iba
a edificar alrededor de cuatro grupos funcionales: el sector campesino, el sec-
to4a_b_q¡al, el sector militar y el sec[or <popular>, categoría residual que in-
cluía principalmente a [a clase media, Cárdenas y sus consejeros políticos to-
I maron prestados conceptos del corporativismo, doctrina política en boga por
i entonces en la Europa mediterránea, en especial en ltalia, España y Portugal.
I De este modo, ideaba una estrategia para tratar a las clases inferiores:
1 movilizar y organizar a obreros y campesinos, pero manteniéndolos separa-
dos. Así, creaba sectores separados (y competitivos) para cada grupo consti-
tuyente del partido oficial. De esta forma, el gobierno podía mantener el
control sobre los movimientos populares y evitar la posible aparición de una
coalición entre obreros y campesinos. (Hasta los años noventa, el régimen
parece haber logrado su objetivo.)
Cárdenas también emprendió una línea más radical en relación con Es-
tados Unidos. El asunto más arduo era el petróleo. A comienzos del siglo xx,
México poseía un porcentaje importante de las reservas petroleras confirma-
das del mundo. En 1930, ya había empresas petroleras extranjeras, la ma-
yoría estadounidenses, pero también algunas inglesas, que tenían grandes in-
versiones en México. De forma inevitable, las compañías tuvieron una dispu-
ta salarial con sus empleados mexicanos, que al final llegó al Tiibunal Supre-
mo, donde se falló en favor de los últimos. Las compañías desecharon esta
decisión al dar por sentado que, como pasaba con anterioridad, debía haber
una vía para sortear tales problemas legales en el atrasado México. Para sor-
presa de todos, el presidente intervino y anunció la expropiación de las com-
pañías. El factor que precipitó tal decisión según Cárdenas fue la negativa de
éstas a obedecer la decisión del Tiibunal Supremo. La fundamentación legal
para la expropiación fue ef artículo 27_4e.'la Constitución de 1917, que a su
vez se basaba en el antiguo principio de la jurisprudencia española de que to-
dos los derechos del subsuelo pertenecen al Estado (la corona) y no i pro-
pietario de los derechos de la superficie. Las compañías petroleras montaron
en cólera. Las estadounidenses pidieron al presidente Franklin Roosevelt
que interviniera en su favor. Los propagandistas de derechas estadouniden-
ses tuvieron mucha actividad a costa de los'revolucionarios mexicanos <ate-
os> que primero habían atacado la religión y ahora atacaban la propiedad.
258 Historia contemporánea de América Latina
mexicano, ya que la administración Roosevelt decidió desde el principio no Almazán, candidato del Pi
intervenir en favor de los inversores. partido de la derechâ pro r
Se pagó a las compañías y los mexicanos crearon un monopolio estatal con facilidad.
del petróleo, Petróleos Mexicanos (PEMEX). Desde entonces ha sido un alto En varios ámbitos polít
símbolo del nacionalismo, sobre todo porque su blanco había sido Estados to más moderado que Cárc
Unidos. Las compañías petroleras y sus amigos del gobierno estadounidense nas se había hecho apreciar
tampoco olvidaron. Durante treinta años pusieron en práctica un boicot cesiones de tierra, que recil
mundial contra todo petróleo mexicano y obstruyeron de forma efectiva el de forma invariable a los g
desarrollo de las operaciones de refinación al ponerlo en la lista negra de to- Camacho dirigió la distribr
das las principales abastecedoras cle equipamientos extranjeras. Las compa- que favoreció la propiedad
ñías y el gobierno estadounidense pensaron que una de las razones para cas- { contraste en la cantidad to
figar a los mexicanos por su valentía nacionalista era evitar que a otros cerca de 5 millones de hec
gobiernos latinoamericanos les tentara la idea de emprender expropiaciones unos 18 millones de hectárr
similares. México pagó un precio por plantar cara al tío Sam. En el campo laboral, I
Para muchos mexicanos, Cárdenas logró dar nueva vida a la revolución. rrespondía a la izquierda. R
Por otro lado, el sector rico y grandes comerciantes- le odia- partido por Fidel Velázque
ban, del mismo modo que sus -latifundistas
pares odiaban en Estaclos Unidos a Franklin los sindicatos más militant
Roosevelt. En ambos países, la derecha consideró que estos reformadores ca- desalentaba la acción de I'
rismáticos preparaban el camino para el izquierdismo radical. Cárdenas pro- otro frente: creó el Institut
porcionó munición a sus enemigos con gestos a los que se dio mucha publici- que proporcionó a los trab
dad, como la concesión de asilo a Leon Tiotsky en 1937 y la acogida de los clínicas y hospitales. La col
republicanos españoles que huían de la persecución de Franco al término de les de trabajadores a medi¿
la guerra civil. Pero eran gestos para el escenario mundial. no medidas para de un sistema de beneficior
México. a los elementos del movimi
Además, Ávila Camacl
expansión. Los mexicanos
Estabilidad, crecimiento... y rigidez pero una suspicacia igual d
Unidos. Tias Pearl Harbor
Habría sido difícil para todo político seguir a Cárdenas. El nombramiento de plomáticas con Japón, Aler
su sucesor siguió un modelo que se ha repetido al final de todo mandato pre- guerra. Sólo el repetido hur
sidencial de seis años desde 1940: especulación sin fin, con frecuencia mal in- alemanes llevó al gobierno
formada, acerca del probable elegido. Los mecanismos electivos quizás hayan so nacional en mayo de 19¿
variado, pero sigue siendo esencialmente una negociación entre los dirigen- México, junto con Bras
tes políticos más elevados que se efectúa en privado, con frecuentes globos aportaron fuerzas de comb¿
escuadrón de aviación, ent
México 259
)có una resPuesta exaltada.
y sumergido, se desbordó; sonda para valorar la opinión pública. En pocas palabras. un material per-
je ante los gringos. fecto para las fábricas de rumores políticos.
ras airadas demandas a los
En 1940, la elección descansó en Cárdenas, que había acumulado una in-
fluencia aplastante en el partido político, Np escogió a ninguno de los princi-
n en Washington. Después
pales candidatos discutidos (uno radical y otro conservador), sino que se in-
indad> significaba, cuando
: hecho, cl gobierno mexi- clinó por su ministro de Guerra. poco conocido, el general Manuel Ávila
rañías. Entonces la disputa Camacho. Resulta claro que había un consenso para encauzar la revolución
las. Las compañías rellena-
en una dirección moderada.
futuro cle todo el Petróleo En su campaña, Ávila Camacho puso en claro que no era anticlerical y
iguió favoreció al gobierno hasta se declaró creyente. En realidad, se enfrentaba a un rival: Juan Andreu
:idió desde el principio no Almazán, candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), un inexperto
partido de la derecha pro clerical. El candidato oficial del PRM prevaleció
aron un monopolio estatal con facilidad.
de entonces ha sido un alto
En varios ámbitos políticos clave, Ávila Camacho se mostró de inmedia-
blanco había sido Estados to más moderado que Cárdenas. Uno fue la distribución de la tierra. Cárde-
:l gobierno estadounidense nas se había hecho apreciar por el campesinado mexicano debido a sus con-
'on cn práctica un boicot cesiones de tierra, que recibieron mucha publicidad y que se destinaron casi
yeron de forma efectiva el de forma invariable a los grupos colectivos que iban a formar ejidos. Ávila
:rlo en la lista negra de to- Camacho dirigió la distribución a familias individuales y no a éstos, con lo
que favoreció la propiedad a pequeña escala y unifamiliar. También se dio un
rs extranjeras. Las compa-
na de las razones para cas- contraste en la cantidad total de tierra utilizada. Ávila Camacho distribuyó
;ta era evitar que a otros cerca de 5 millones de hectáreas, mientras que Cárdenas había distribuido
emprender expropiaciones unos 18 millones de hectáreas.
al tío Sam. En el campo laboral, Ávila Camacho hizo otro movimiento que no co- ,
lueva vida a la revolución. rrespondía a la izquierda. Reemplazó al dirigente oficial del sector obrero del
les comerciantes- le odia- partido por Fidel Yelázquez, que era abiertamente hostil a los dirigentes de
Estados Unidos a Franklin los sindicatos más militantes y ayudó a dificultar las huelgas. Mientras se
que estos reformadores ca- desalentaba la acción de los sindicatos autónomos, el gobierno avanzó en
smo radical. Cárdenas pro- otro frente: creó el lnstituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), organismo
i que se tlio mucha publici- que proporcionó a los trabajadores servicios médicos mediante una red de
:n 1937 y la acogida de los clínicas y hospitales. La cobertura se limitaba a unos cuantos cientos de mi-
rn de Franco al término de les de trabajadores a mediados de los años cuarenta, pero fue el precedente
mundial, no medidas para de un sistema de beneficios complementarios que se extendería firmemente
a los elementos del movimiento obrero mejor organizados.
Además, Ávila Camacho se enfrentó al reto de una guerra mundial en
expansión. Los mexicanos sentían una fuerte simpatía por la causa aliada,
y rigidez pero una suspicacia igual de fuerte por una alianza automática con Estados
Unidos. Tias Pearl Harbor, el gobierno mexicano rompió las relaciones di-
lenas. El nombramiento de plomáticas con Japón, Alemania e ltalia. pero se paró antes de declarar la
tinal de todo mandato pre- guerra. Sólo el repetido hundimiento de los barcos mexicanos a manos de los
lin, con frecuencia mal in- alemanes llevó al gobierno a obtener una declaración de guerra del congre-
,mos elcctivos quizás hayan so nacional en mayo de 1942.
lociacirin entre los dirigen- México, junto con Brasil, fue uno de las dos países latinoamericanos que
¿rdo,con frecuentes globos aportaron fuerzas de combate contra el Eje. La contribución mexicana fue un
escuadrón de aviación, entrenado en Estados Unidos y después agregado a
260 Historia contemporcinea de América Lotina
la Quinta Unidad Aérea estadounidense en Filipinas. El escuadrón actuó con pero el efecto neto fue gar
valentía y proporcionó honor a su país en el conflicto distante con Japón. Mé- tenía sentido en un merca,
xico también suministró materias primas vitales a Estados Unidos a un bajo interna respondió con un e
precio controlado por el Estado. 9,2 por 100 anual entre 19¿
Otro paso tendría una gran importancia para el futuro. Tias un acuerdo esos años, logrando una m
explícito entre los presidentes Franklin Roosevelt y Avila Camacho, México balanza de pagos disrninuy
comenzó a enviar braceros al norte para cubrir el vacío dejado en los campos cional sobre los logros eco
estadounidenses por el reclutamiento militar. Había existido una emigración corrupción.
espontánea sumergida hacia el norte desde hacía tiempo. Como la guerra Los jefes del PRI sabí¿
continuaba, los braceros mexicanos comenzaron a desempeñar también fun- en 1952, que tenían un ser
ciones no agrícolas, lo que levantó la oposición del movimiento obrero esta- El hombre escogido era aì
dounidense. La guerra terminó una vez que se había establecido un impor- nes había sido gobernador
tante precedente: la aceptación oficial del movimiento hacia el norte de los presidencia de Alemán, pr
obreros mexicanos con el fin de realizar trabajos para los que no se encon- to. Una vez nombrado prr
traran estadounidenses. No obstante, había problemas enormes. Los mexica- tar de rau las malversacior
nos, acostumbrados a sueldos mucho más bajos en su país, a menudo estaban Las medidas más impc
dispuestos a dejarse engatusar (o eran forzados a) por condiciones de empleo nómica. Desde la guerra,
inferiores a las que se habían acordado de forma oficial. Cuando terminó la inflación alta para Améric
guerra, cerca de 300.000 mexicanos habían pasado por la experiencia de tra- ca tomaron una decisión c
bajar en Estados Unidos. Aunque muchos habían encontrado prejuicios y e inflación baja, que signil
discriminación, la mayoría había ganado salarios mucho más altos de los po- luego organizar Ia econon
sibles en México. La promesa de ingresos más elevados al otro lado de la servadora) para mantener
frontera, aunque deslustrada, siguió siendo una atracción constante para los 1?åpot dólar en 1954. Es
mexicanos pobres después de la guerra. ba y proporcionó un estím
Con el fin de la segunda guerra mundial, México consideró que la indus- ra más baratas para los d
trialización era una vía para salir de la pobreza persistente. El hombre para I para los turistas extranjer<
dirigir el camino fue Miguel Alemán, el primer presidente,clvil desde la re- dor para los inversores int
volución Uno de sus primeros actos fue reorganizar y rebautizar eI partidô 'l Cuando Ruiz Cortines
oficial, ahora denominado Partido Revolucionario Institucional (PRI). El gieron un sucesor dos déc
añadido de señaló un giro hacia el pragmatismo. El partido se tario de Tiabajo del gobie
"institucional>
compuso de tres sectores: campesino, obrçro y popular, forma que ha reteni- hacia el movimiento obrel
do desde entonces. Surgió como un partido oficial totalmente dominante, di- al centro o incluso alaizc
ferente de cualquier otro de América Latina. De forma algo crípticr
El sello del nuevo presidente iba a ser el desarrollo económico. Lo que tración sería nde extrema
más necesitaba México era infraestructura: carreteras, presas, comunicacio- no había una sindicalizaci,
nes, instalaciones portuarias. Así pues, Alemánlanzó un ambicioso programa clase baja, en especial los
de obras públicas que hacían hincapié en proyectos de irrigación e hidro- para protegerse o foment
eléctricos. También se construyeron autopistas y hoteles para facilitar el trá- estrechamente vinculados
fico de turismo con Estados Unidos. Esta inversión dio sus frutos, ya que el Argentina, donde los sind
turismo se convirtió en una importante fuente de divisas, aunque con unas oposición política desde n
implicaciones sociales y culturales que los nacionalistas mexicanos encontra- los movimientos obreros s
ron desagradables. México, los sindicatos fun
La economía mostró un crecimiento significativo. Se establecieron los ci- A pesar de este mode
mientos mediante un agudo proteccionismo contra las importaciones. La jus- excepción. De inmediato
tificación a corto plazo era equilibrar el severo déficit en la balanza de pagos, rril, que efectuaron una ir
México 2ól
nas. E,l escuadrón actuó con pero el efecto neto fue garanÍiz.ar el mercado a la producción interna, lo que
icto <Iistante con JaPón. Mé- tenía sentido en un mercado tan grande como sl mexicano. I-a manufactura
a Estados Unidos a un bajo interna respondió con un esfuerzo de crecimiento que alcanzó la meclia de un
9,2por 100 anual entre 1948 y 1951. La producción agrícola fue aún mejor en
I el futuro. Tias un acuerdo esos años,logrando una media del 10,4 por 100. La inflación y el déficit de la
tt y Ávila Camacho, México balanza de pagos disminuyeron la tasa de crecimiento en 1952. Una nube adi-
vacío dejado en los camPos cional sobre los logros cconómicos cle Alemán fue la acusación constante dc/
bía existido una emigración corrupción.
:ía tiempo. Como la guerra Los jefes del PRI sabían, cuando llegó el momento de elegir a su sucesor
a desempeñar también fun- en 1952, que tenían un serio problema para mejorar la imagen del gobierno.
lel movimiento obrero esta- El hombre escogido era al menos una respuesta parcial. Adolfo Ruiz Corti-
rabía establecido un imPor- nes había sido gobernador de Veracruz y después secretario de Interior en la
niento hacia el norte de los presidencia de Alemán, pero había logrado ganarse la reputación de hones-
s para los que no se encon- to, Una vez nombrado presidente, llevó a cabo la promesa electoral de cor- ,,
lemas enormes. Los mexica- tar de ralz las malversaciones, despidiendo a una serie de cargos sospechosos. f
n su país, a menudo estaban Las medidas más importantes de Ruiz Cortines llegaron en la esfera eco-
) por condiciones de empleo nómica. Desde la guerra, México había venido experimentando una tasa de
l oficial. Cuando terminó la inflación alta para América Latina. Los responsables de la política económi-
lo por la experiencia de tra- ca tomaron una decisión crucial. Optaron por una estrategia de divisa fuerte
ían encontrado prejuicios y e inflación baja, que significaba establecer un tipo de cambio (peso/dólar) y
mucho más altos de los po- luego organizar la economía (mediante una política fiscal y monetaria con-
elevados al otro lado de la servadora) para mantenerlo. El primer paso fue devaluar el peso de Bþ5. a
ltracción constante para los If,,1. por dólar en 1954. Esta devaluación fue mayor de lo que nadie espera-
ba y proporcionó un estímulo inmediato a las exportaciones mexicanas, aho-
xico consideró que la indus- ra más baratas para los dólares estadounidenses, e hizo más barato el país
persistente. El hombre para para los turistas extranjeros. Pronto se le conoció como un destino promete-
presidente civil desde la re- dor para los inversores internacionales.
úzar y rebautizar el partido Cuando Ruiz Cortines dejó el cargo a la edad de sesenta y siete años, eli-
rrio Institucional (PRI). El gieron un sucesor dos décadas más joven. Era Adolfo López Mateos, secre-
I pragmatismo. El partido se tario de Tiabajo del gobierno anterior. Como tenía reputación de inclinarse
.rpular, forma que ha reteni- hacia el movimiento obrero, algunos pensaron que el péndulo se desplazaría
rl totalmente dominante, di- al centro o incluso a la izquiercla moderada. jt
De forma algo críptica, el mismo López Mateos declaró que su adminis- .
sarrollo económico. Lo que tración sería "de extrema izquierda, dentro de la Constitución>. En México
eteras. presas, comunicacio- no había una sindicalización elevada. La vasta mayoría de los ciudadanos de
rnzó un ambicioso programa clase baja, en especial los campesinos, no contaban con medios organizados
:ctos de irrigación e hidro- para protegerse o fomentar sus intereses. Los sindicatos existentes estaban
hoteles para facilitar el trá- estrechamente vinculados al régimen. Esto contrastaba de forma aguda con
ión clio sus frutos, ya que el Argentina, doncle los sindicatos peronistas habían representado una base de
Je divisas, aunque con unas oposición política desde mediados de los años cincuenta, y con Chile, donde
lalistas mexicanos encontra- los movimientos obreros se identificaban con uno u otro partido político. En i
México, los sindicatos funcionaban como parte esencial clel sistema político. ír
rtivo. Se establecieron los ci- A pesar de este modelo, López Mateos se encontró pronto frente a una
ra las importaciones. La jus- excepción. De inmediato se vio desafiado por los tr4bajadores del ferroca-
jficit en la balanza de pagos, rril, que efectuaron una importante huelga en 1959, Su dirigente, Demetrio
262 Histr¡ria contemporánea de Antérica l-utina
pez Mateos conservó la rnt
Vallejo, disputaba la estructura de las relaciones laborales dominada por el
tro. I)esde 1960, Estados L
gobierno, debido en gran medida a que los ferrocarriles eran estatales. Pe-
tra Cuba en la Organizaci
día el derecho a una acción sindical genuinamente independiente. Los tra- país latinoamericano que
bajadores siguieron la orden de huelga y se prepararon para un largo ase-
r
dos.
on algunos cambios signi- antidisturbios actuó con una fuerza brutal en un conflicto clesatado en una
gobierno mexicano logró escuela secundaria de la capital durante el mes de julio. La protesta se ex-
'ontcriza de Chamlza_l con tendió a la universidad nacional en el mes de agosto, y culminó en una
López Mateos y el presi- huefga. El gobierno pensó que era una "conspiración subversiva" para in-
ixico la soberanía sobre el terrumpir los Juegos Olímpicos. El presidente Díaz Ordaz respondió en-
so. Al mismo tiernpo, Ló- viando tropas armadas al campus, con lo que violó su posición histórica
264 Llistoriu contenxporúnea de América Lutina
aumentó la suya de un 49
la población que se cncor
ta a costa de los estratos
gualdad general (el coelir
sólo había aumentado la
Cuando llegó el monr
de Díaz Ordaz, acordaro
responsable de las fuerza
esta elección volviera a r
de mostrar una nueva car
toria usual, se sumergió c
El movimiento estudiantil de dió alcanzar sus mayores
1968 comenzó como una pro- pronto fue muy criticado.
testa restringida con una
Echeverría y sus con
ideología ecléctica, como su-
bién una mejor distribucir
giere la declaración de soli-
daridad con el Che Guevara
como siempre en México
durante su marcha pacífica la infraestructura: electril
por el paseo de la Reforma a los consumidores de lar
en Ciudad de México. Acabó cios existentes para los p
convirtiéndose en una trági- bierno federal se estaba c
ca crisis para el sistema polí- alimentos a las masas urt
tico nacional. (United Press fondos de la hacienda fed
International.) cios por debajo del costc
ducción y lo primero tenr
to de Echeverría, fue recr
como lugar de asilo, y se trabó combate. ¿Podrían los estudiantes de iz- canalizaran recursos (salir
quierdas detener los Juegos Olímpicos? Al mismo tiempo, el
El trágico ritmo de confrontación entre estudiantes y tropas continuó. El nomía. Además del gastc
2 de octubre de 1968, una reunión de estudiantes celebrada en Tlatelolco cretarías, el gobierno dist
atrajo un contingcnte de fuerzas de seguridad mucho más grande de lo habi- mitad en años recientes-
tual. Se crce que no se respetó la orden de dispersarse y la policía y las fuer- ñías apoyadas por el Est
zas paramilitares actu¿rron. Después declararon que les habían disparado más sobresaliente la Nacr
desde los edificios circundantes. Comenzaron a disparar y la multitud se vio su capacidad para establ
atrapada en un fuego cruzado mortal, mientras cientos caían muertos y mu- una influencia considerat
chos más heridos. La matanza de Tlatelolco hizo temblar a México. No hubo bierno controlaba las acc
investigación ni cxplicación convincente por parte de las autoridades milita- tantes del país, de 13 de
rcs o civiles responsables. Un coro de críticas dijo que había probado la ban- ría cle las principales en
carrota del monopolio del poder priísta. Por lo mismo, la exhibición brutal de crédito bancario, los serv
fuerza convenció a casi todos cle que los desafíos de las masas a la autoridad des de infraestructura c¿
sólo traerían más ambulancias ululantes. El efecto fue aterrador. siempre competían de for
A pesar de la confusión en el frente político, continuaba el auge de la Alavez que el Estacl
economía mexicana. El producto nacional bruto crecía a un 6 por 100 anual, pitalista del país, retenía
aunque la clistribución de la renta seguía siendo muy desigual. Entre 1950 y Gran parte de su autonol
1969,\a parte cle la renta destinada al 10 por 100 más pobre de la población cos mexicanos eran, en st
bajó de un2,4 por 100 al2 por 100. Mientras tanto, el 10 por 100 más rico las familias ricas y, una v(
México 265
aumentó la suya de un 49 por 100 a un -5I por t00. Las dos décirnas partes de
la población que se encontr¿rban en el nivel más elevado aumentaron su ren-
ta a costa de los estratos inferiores. Según una medida estándar de la desi-
gualdad general (el coeficiente Gini), el <milagroso> crecimiento de México
sólo había aumentado la mala distribución cle la renta.
cuando llegó el momento de que los jefes del PRI nombraran al sucesor
de Díaz ordaz, acordaron que fuera Luis Echeverría, secretario de Interior
responsable de las fuerzas de seguridad en Tlatelolco. Resultaba difícil que
esta elección volviera a unir a los cxacerbados mexicanos. Echeverría trató
de mostrar una nueva cara en su enérgica campaña y, tras la arrollaclora vic-
toria usual, se sumergió en sus nuevas obligaciones. La esfera en la que deci-
de dió alcanzar sus mayores logros fue en la dirección de la economía, donde
ro- pronto fue muy criticado.
lna
Echeverría y sus consejeros querían crecimiento económico, pero tam-
su-
bién una mejor distribución de sus beneficios. un lugar obvio para comenzar,
rli-
como siempre en México, era el sector rural. Los esfuerzos se centraron en
^fa
ica la infraestructura: electrificación rural y sistema de carreteras. para pacificar
ma a los consumidores de las ciudades, el gobierno ajustó los controles de pre-
,bó cios existentes para los productos alimenticios básicos. En la práctica, el go-
gi- bierno federal se estaba comprometiendo a subsicliar de forma progresiva los
¡l í- alimentos a las masas urbanas. Su financiación sólo se podía lograr sacando
css fondos de la hacienda federal o pagando a los campesinos por sus bienes pre-
cios por debajo del costo. Lo último era inevitable que clesalentara la pro-
ducción y lo primero tendía a resultar inflacionario. según avanzó el manda-
to de Echeverría, fue recurriendo cadavez más a mecliclas a corto plazo que
lz- canalizaran recursos (salarios, tierra, servicios sociales) a los pobres.
Al mismo tiempo, el Estaclo aumentaba su control general sobre la eco-
EI nomía. Además del gasto directo a través de departamentos federales y se-
co cretarías, el gobierno distribuyó una gran parte del presupuesto de la
ri- mitad en años recientes- a una docena de organismos especiales -más
y compa-
)r- ñías apoyadas por el Estado. Las instituciones de préstamo importantes, la
lo más sobresaliente la Nacional Financiera, eran manejadas por er gobierno, y
'io
su capacidad para establecer los reglamentos crediticios le proporcionaron
u- una influencia considerable sobre la economía. por ejemplo, en [970 el go-
lo bierno controlaba las acciones del principal cle 9 de las l0 firmas más impor-
a- tantes del país, de 13 cle las 25 y de 16 de las .50 más importantes. La mayo-
n- ría de las principales empresas dominadas por el Estado se cledicaban al
Je crédito bancario, los servici<ls públicos (teléfono y electriciclacl) o a activida-
rd cles de infraestructura caras (como el acero o el petróleo), por lo que no
siempre competían de forma directa con el sector privado.
la Alavez que el Estado mexicano tomaba parte activa en la economía ca-
ì1, pitalista del país, retenía una considerable independencia del sector privado.
v Gran parte de su autonomía provenía del hecho de que los clirigentes públi-
in cos mexicanos eran, en su mayoría, políticos profesionales. No pertenecían a
lo las familias ricas y, una vez terminados sus estudios. pasaban de forma direc-
266 Hisloria contem¡tctráncu de América ['atina
do contraste con los per
ta a la carrera política. En contraste con Estados Unidos. había rnuy trroco portes eran las actividad
cruce de personal entre las compañías privadas y los cargos públicos. En con- cuartos (73,8 por 100) de
secuencia, el Estado mexicano no era cautivo de ningún grupo social o de in- en su mayoría a industri¡
terés. Sin duda. tendía a colaborar con el sector privarlo, pero no siempre era quinaria y equipamiento
el caso, situación que proporcionaba al gobierno una considerable libertad de derable parte de los recu
acción. exterior, y los extranjero:
Mientras continuaba este proceso, el gobierno mexicano se enfrentó a un f'luencia sustancial aunqu
nuevo problema: un movimiento gucrrillero. Los polítict'rs se habían reafir- El comercio y el turi:
mado desde hacía mucho tiempo en que su país era udiferente" del resto de nal de la economía estad
América Latina, tlonde las guerrillas eran corrientes. Después de todo, Mé- transacciones comerciale
xico ya había tenido su revolución. Pero no era inmune. Aparecieron las gue- efectuaban con Estaclos I
rrillas e hicieron un llamamiento para la acción violenta contra el PRI y turismo, muy necesarios
todas sus obras. Comenzaron en 1971, con una serie de robos a bancos y se- provenían de Estados Ur
cuestros. Los últimos alcanzaron al cuerpo diplomático: sus víctimas incluye- la soberanía económica.
ron al cónsul general estadounidense en Guadalajara y a la hija del embaja- no del norte. Nada podía
dor belga. En 1974, se hicieron con el suegro del presidente y pidieron un \ ca del fin de la presidenc
rescate. En el estado de Guerrero, un antiguo maestro, Lug-io-Cabañas, enca- \
¿Por qué la inflación
bezó un ejército guerrillero que comenzó a golpear a discreción. Secuestra- ' quizás plantearan al revé
ron al candidato oficial (PRI) para gobernador y desafiaron al ejército con to tiempo? La respuesta
ataques directos a guarniciones aisladas. Fueron necesarios un ejército de cer a tantos votantes, arn
10.000 soldados y más de un año para dar caza y matar a los rebeldes y a su inflacionario. También pr
líder. A pesar de las predicciones de la izquiercla, Cabañas no tuvo sucesor cléficit a mediados del m¡
en Guerrero ni en otros lugares, así que la guerrilla dejó de ser una amena- del país requería fuertes
za. ¿,Por qué? ¿Fue por el genio del sistema de cooptación priísta, o debido a mente nueva era aún más
la red represiva desarrollacJa durante décadas de forma paralela a la maqui- taba en la agricultura. Hi
naria electoral participativa del gobierno? (tomates, fresas) para la
Pero el principal problema de Echeverría no fue ése, sino la economía' de los alimentos básicos,
El punto débil de la estrategia económica mexicana era la inflación. En tér- portaciones destinadas a
minos llanos, México no podía esperar garantizar la convertibilidad del peso en la balanza de pagos.
a un tipo fijo a no ser que su inflación no sobrepasara la estadounidense' En Las cuentas llegaron
1973,la inflación mexicana llegaba al 20 por 100 y permaneció en ese nivel drama se centró en el p
durante 1974. Los artículos mexicanos, basados en el tipo de cambio de 1954, terquedad su tipo de can
eran cada vez menos competitivos en el mercado mundial. No obstante, el con medios trataron de c
gobierno mantuvo el tipo fijo, que había sido el fundamento del desarrollo desmentidos gubernamer
del país y un símbolo político poderoso. ción sonaban a falsos. En
Sobre todo, México tenía que continuar atrayendo capital extranjero. Se bía alcanzado proporcior
había convertido en algo crucial para financiar su inversión y como ayuda a devaluado un 60 por 100.
la balanza de pagos. Desde que comenzó la revolución, se había producido se necesitó otra devaluar
un cambio significativo en el volumen y la distribución de la inversión ex- mercado. ¿Podía esta dev
tranjera. El total de la inversión directa extranjera en 191 l, en vísperas de la (incluidos los mexicanos
revolución, era de 1..500 millones de dólares (en valores de 1970); en 1940, Aunque finalmente Méx
fue menos de un tercio de esa cantidad. El declive podía justificarse por la bierno de Echeverría no
conmoción revolucionaria, una política gubernamental deliberada y la Gran público, un paso esenci¡¡
Depresión. Sin embargo, en la etapa de posguerra, el volumen aumentó a peso y con ello futuras cl
2.t100 millones de dólares, un 80 por 100 de ellos estadounidenses. Y en agu-
México 267
do contraste con los periodos anteriores, en los que la minería y los trans-
Unidos, había rnuY Poco portes eran las actividades pre<lominantes de los extranjeros, cerca de tres
)s cargos públicos. En con- cuartos (73,8 por 100) de esta inversión fue a parar al sector manufacturero,
ngún grupo social o de in- en su mayoría a industrias críticas: químicas, petroquímicas. de caucho, ma-
vaclo, pero no siemPre era quinaria y equipamiento industrial. De este modo, México obtuvo una consi-
ra considerable libertad de
derable parte de los recursos financieros para el crecimiento económico del
exterior, y los extranjeros, en especial los estaclounidenses, asumieron una in-
mexicano se enfrentó a un fluencia sustancial aunque indirecta en la dirección de la política económica.
políticos se habían reafir- El comercio y el turismo proporcionaron un tipo de dependencia adicio-
'a del resto de
"diferente" nal de la economía estadounidense. Aproximadamente un 60 por 100 de las
:es. Después de todo, Mé- transacciones comerciales mexicanas y cxportaciones- se
rune. Aparecieron las gue- efectuaban con Estados Unidos. Cerca-importaciones
de un 85 por 100 de los ingresos por
violenta contra el PRI y turismo, muy necesarios para compensar el déficit de la balanza de pagos,
ie de robos a bancos y se- provenían de Estados Unidos. A pesar clel gran deseo mexicano de alcanzar
ítico: sus víctimas incluye- la soberanía económica, mantenían en la práctica íntimos lazos con su veci-
rra y a la hija ciel embaja- no del norte. Nada podía haberlo hecho más evidente que la crisis económi-
prcsidente y pidieron un 1 ca del fin de la presidencia de Echeverría.
stro, Lucio Cabañas. cnca- l
I ¿Por qué la inflación importunaba a México? Muchos latinoamericanos
rr a discreción. Sccuestra- quizás plantearan al revés la pregunta: ¿Cómo la había evitado durante tan-
desafiaron al ejército con to tiempo? La respuesta era que el gobierno mexicano, al tratar de compla-
necesarios un ejército de
cer a tantos votantes, arrastraba grandes déficits, que financiaba de un modo
natar a los rebeldes y a su inflacionario. También presionaba la balanza de pagos, que soportó un serio
Cabañas no tuvo sucesor
déficit a mediados del mandato de Echeverría. La continua industrialización
la dejó de ser una amena-
del país requería fuertes bienes de capital. Pero una importación relativa-
ptación priísta, o debido a
mente nueva era aún más preocupante: alimentos. El fallo de la economía es-
clrma paralela a la maqui-
taba en la agricultura. Había aumentado la producción de alimentos selectos
(tomates, fresas) para la exportación, en especial a Estados Unidos, pero la
fue ése, sino la economía.
de los alimentos básicos, en particular cereales, había descendido. Las im-
ra era la inflación. En tér-
portaciones destinadas a satisfacer esta demanda supusieron un peso enorme
a convertibili<Jad del peso
en la balanza de pagos.
;ara la estadounidense. En
Las cuentas llegaron en el último año de la presidencia de Echeverría. El
y permaneció en ese nivel
drama se centró en el peso sobrevaluado. Como el gobierno mantuvo con
el tipo de cambi<¡ de 1954,
terquedad su tipo de cambio fijo a 12,5 pesos por dólar, todos los mexicanos
munclial. No obstante. el
con medios trataron de convertir sus pesos a la moneda estadounidense. Los
undamento del desarrollo
desmentidos gubernamentales cada vez más frecuentes acerca de la devalua-
ción sonaban a falsos. En septiembre de 1976, cuando la huida de capital ha-
rndo capital extranjero. Se
bía alcanzado proporciones de pánico, el gobierno le dio curso. El peso fue
inversión y como ayuda a
devaluado un 60 por 100. La credibilidad gubernamental estaba tan baja que
ución, se había producido
se necesitó otra devaluación del 40 por 100 un mes después para asentar el
lución de la inversión ex-
rnercado. ¿Podía esta devaluación tan mal dirigida convencer a los inversores
en 1911, en vísperas de la
(incluidos los mexicanos) para establecer nuevos compromisos en pesos?
¡alores de 1970); en 1940,
Aunque finalmente México contaba con un tipo de cambio realista, el go-
e podía justificarse por la
bierno de Echeverría no había logrado atajar el déficit creciente del sector
:ntal deliberada y la Gran
'a, el volumen aumentó a público, un paso esencial si se quería evitar una futura sobrevaluación del
peso y con ello futuras crisis en labalanza de pagos.
stadounidenses. Y en agu-
268 Í{istoria contenxpor(inea (le Anúrica I'atinu
previsto. Contemplada desd
Lázaro Cárdenas plemente otro golpe de pé
1934-',1940 las posiciones políticas de
El nuevo presidente fu
de Echeverría, que dio los '
namental se dirigiera de nt
Miguel Alemán Echeverría, había estado al
946- 1 952
ra de control. México presr
1
que se garantizó a los partidos políticos un total mínimo de 100 escaños en una
Cámara de Diputados ampliada a 400 miembros. Tales alteraciones no pare-
cían conducir a un cambio fundamental en el centro del poder, pero al menos
proporcionaron una salida del sistema- para la oposición. El candi-
dato oficial a la presidencia-dentro
fue Miguel de la Madrid, tecnócrata formado en
Harvard y secretario de Programación y Presupuesto en el gabinete anterior,
-----., que obtuvo una victoria predecible en las elecciones de julio de 1982.
t Sin embargo, antes de que pudiera ocupar el cargo el primero de di-
t ciembre, la economía mexicana fue sacudida por otra crisis financiera aún
t mayor. México carecía de dólares para pagar su deuda externa, ahora de más
I
\'r"tt de 80.000 millones. Surgió el pánico en Washington, Nueva York, Frankfurt
-.t' y Londres, donde se temió que otros deudores latinoamericanos siguieran
este ejemplo y se declararan en mora. Si ese hubiera sido el caso, los bancos
estadounidenses, europeos y japoneses se habrían enfrentado a pérdidas
enormes y se habría planteado una amenaza formidable para los mercados fi-
'1985 nancieros mundiales. Las causas de la crisis eran obvias. El precio de la prin-
cipal exportación mexicana (el petróleo) había caído en picado, los tipos de,
ldo Monetario Internacional, interés habían volado hacia arriba y los mexicanos ricos habían sacado del
51; abril de 1980, pp.268-269; país miles de millones de dólares. El gobierno estadounidense, el FMI y los
366; Fondo Monetario Inter- bancos comerciales se apresuraron a ofrecer un paquete crediticio de <resca-
¡lonetario Internacional. 198ó te> a México. Estos nuevos préstamos le permitieron continuar pagando in-
tereses, pero no amortizar la deuda.
El rescate tuvo su precio: México tuvo que adoptar un plan de austeridad
aprobado por el FMI. El objetivo clave era reducir el déficit público infla-
2. Simplemente, el país no
cionario, que suponía el peligroso porcentaje del 15 por 100 del PIB. Esto sig-
n (como, por ejemplo, ha-
nificó eliminar por fases los subsidios gubernamentales a los alimentos y los,,
servicios públicos. También tuvo que reducir sus barreras arancelarias, con lo
a cle sus enormes reservas i
'udo desde 1981 redujo de que se estimuló la eficiencia industrial y una mayor competitividad en los
mercados de exportación mundiales.
rs. En consecuencia, el go-
:rte préstamo externo, que El presidente De la Madrid siguió debidamente las prescripciones del
les de dólares a finales de
FMI, pero al precio de inducir una profunda recesión. En 1985, los salarios
reales habían caído un 40 por 100 con respecto a1982; el nivel de vida des-
:onomía siguiera sin crear
l para absorber a todos los cendió aún más una vez que finalizaron los subsidios sobre los alimentos de
la dieta básica, como las tortillas de maí2. En septiembre de 1985, un severo
esta más frecuente del ré- terremoto en Ciudad de México incrementó el desastre económico. La caída
ciéndoles una voz, un tra- de los precios del crudo de 1985-1986 deprimió los ingresos por exportación
ume en pocas palabras el y debilitó aún más la economía.
ás tres o cuatro, luego un En medio de estas dificultades, De la Madrid y sus consejeros decidieron
r oposición, el Estado me- adoptar un cambio dramático en la política económica, un nuevo énfasis que
iba a ser caracterizado como
"liberalización>. El
programa contaba con dos
:ocinó un programa de re- pilares fundamentales: uno era reducir y reformar el papel económico del Es-
largo alcance particular: la tado, lo que se iba a efectuar mediante recortes continuos en el gasto públi-
co y mediante un programa de
los políticos, hasta tal pun- "privatización> de las compañías estatales. De
:nto oficial; la segunda fue las 1.115 empresas públicas que heredó su gobierno a finales de 1982, De la
Madrid había logrado vender cerca de 100 y cerrar 279 a finales de 1986.
272 Historia conternporcineu de Anúrica Lutinu
Aduaneros y Comercio (GATT) en septiembre de 19tì6, lo que significaba un cono sur en los años sese
compromiso a largo plazo para la reducción de barreras para las importacio- represión autoritaria a gri
nes del exterior. Pronto comenzó a rebajar y eliminar de forma gradual sus competencia rcstrin
aranceles y a fomentar sus exportaciones, especialmente las que no tenían que -su
obreras, su autonomía clt
ver con el petróleo. En la práctica, estos cambios supusieron un abandono casi ayudan a explicar por qu
total de las medidas de posguerra de sustitución de las importaciones. Chile y Argentina.
En julio de 1986, México necesitó otro paquete crediticio de urgencia de Conscientes de su por
sus acreedores extranjeros. Una vez más, se le dijo que rebajara su déficit pú- manifiesto (aunque no ge
blico (por debajo del 8 por 100 del PIB en 1984 pero cercano al 15 por 100 candidato oficial para su(
de nuevo en 1986) y que redujera más su proteccionismo. Los nacionalistas mista tbrmado en Estado
adujeron airados que esta reducción destruiría su base industrial y beneficia- y nueve años, que como
ría a los productores extranjeros. bierno anterior era autor
A comienzos de 1988, el gobierno de De la Madrid podía ver pocas pers- rante los años ochenta.
pectivas de alivio. La inflación se había aceleraclo a una tasa anual del 143 Las elecciones de 191
por 100, el déficit del sector público se aproximaba al 19 por 100 del PIB y el bios significativos. Por pr
mercado de capital interno había sido sacudido por una caída del 75 por 100 oposición seria de la izqu
en el mercado de valores mexicano. No obstante, en diciembre de 1987 llegó hijo del reverenciado ex
otra infusión de capital organizada por Estados Unidos. Dentro de un es- PRI). El movimiento sinc
quema complejo, México compraría bonos estadounidenses para colocarlos clidato ciel PRI. Salinas dr
como garantía contra los préstamos de bancos comerciales. El movimiento 100. según los recuentos c
no ofrecía perspectivas de alivio de la gran deuda, que se había vuelto clara- era en la (que prácticam
mente impagable. [!]", No obstante, la oposi
A pesar de estos acuerdos, habría una fricción continua con Estados Uni- Salinas tomó posesión de
dos. Un ejemplo dramático fue el caso en 1985 de un agente destinado en extraordinariamente difíc
México del Departamento Antidroga (Drug Enforcement Agency) estadouni- Parece que sí. Su pr:
dense. En apariencia, su investigación había ido demasiado bien, y por ello le menzó nombrando un gal
secuestraron, torturaron y asesinaron, supuestamente por órdenes de uno de en lugar de fortalecer su
los multimillonarios reyes de la droga mexicanos. La lentitud de la justicia de 1989 dirigió de forma
mexicana enfureció a las autoriclades estadounidenses, que en consonancia centrales del sindicato pe
ordenaron un ritmo lento en las aduanas con la frontera mexicana. Este he- posesión ilegal de armas
cho, a su vez, cnfureció a los muchos miles de mexicanos que cruzaban la gente del grande y poder
frontera de forma legal a diario. Una causa adicional para las tensiones entre la corrupción flagrante e
ambos países ha sido la política estadounidense hacia los trabajadores mexi- 1990 cesó al secretario d
canos (legales o ilegales) en ese país. La Ley Simpson-Rodino, aprobada en equilibrio de las relacionr
1986, estableció fuertes multas para los empresarios que contrataran (ex- De acuerdo con sus
tranjeros indocumentados>. La perspectiva de su puesta en práctica extendió una modesta apertura pol
escalofríos por el norte y el centro de México, cuyas generaciones más jóve- cieran un triunfo guberni
nes consideraban desde hacía tiempo el trabajo en Estados Unidos (por lo California (al sur de la fr,
general temporal) como su principal esperanza de una vida decente. En 1991 tema electoral y el funcio
la ley parecía haber tenido sólo un impacto mínimo en los flujos migratorios apertura. El PRI proclam
reales, pero los mexicanos seguían cautelosos. de México, cerca de la ca
La crisis de la deuda y el estancamiento económico de finales de los años plaza fuertc de la izquier
México 273
:ra la liberalización comer- ochenta intensificaron la clesigualdad social y las tensiones populares. La in-
demostrar de modo feha- versión cayó en picado, aumentó el desempleo y la renta per cápita descen-
General sobre Aranceles dió más de un 9 por 100 durante esa década. En contraste con los países del
1986, lo que significaba un cono sur en los años sesenta y setenta, sin embargo, México no recurrió a la
rreras para las importacio- represión autoritaria a gran escala. Los atributos clave de su sistema político
rinar de forma gradual sus competencia restringida, su control de los movimientos de las clases
rente las que no tenían que -su
obreras, su autonomía de los intereses privados y su flexibilidad táctica-
pusieron un abandono casi ayudan a explicar por qué logró evitar el trauma violento que ha afligido a
: las importaciones. Chile y Argentina.
e crediticio de urgencia de Conscientes de su poca credibilidad, los dirigentes del PRI hicieron más
que rebajara su déficit pú- manifiesto (aunque no genuinamente más abierto) el proceso de elección del
)ero cercano al 15 por 100 candidato oficial para suceder a De la Madrid. El escogido fue otro econo-
ionismo. Los nacionalistas mista formado en Estados Unidos, Carlos Salinas de Gortari, de sólo treinta
:ase industrial y beneficia- y nueve años, que como secretario de Programación y Presupuesto del go-
bierno anterior era autor de las medidas de austeridad tan impopulares du-
rdrid podía ver pocas pers- rante los años ochenta.
) a una tasa anual del 143 Las elecciones de 1988 causaron sorpresas y presagiaron posibles cam-
r al 19 por 100 del PIB y el bios significativos. Por primera vez en su historia, el PRI se enfrentó a una
'r una caída del 75 por 100 oposición seria de la izquierda y la derecha (ya que Cuauhtémoc Cárdenas,
:n diciembre de 1987 llegó hijo del reverenciado ex presidente, encabezaba una fracción disidente del
Unidos. Dentro de un es- PRI). El movimiento sindical también mostró su disconformidad con el can-
,unidenses para colocarlos didato del PRI. Salinas de Gortari ganó con una escasa mayoría del 50,3 por
rmerciales. El movimiento 100, según los recuentos oficiales y al declarar su victoria afirmó el fin de una
que se había vuelto clara- era en la nque prácticamente sólo había existido el gobierno de un partido
[!]>. No obstante, la oposición acusó al régimen de fraude electoral. El joven
continua con Estados Uni- Salinas tomó posesión del cargo en diciembre de 1988 bajo unas condiciones
le un agente destinado en extraordinariamente difíciles. ¿Sería capaz de vencer el reto?
:ement Agency) estadouni- Parece que sí. Su primera tarea fue demostrar autoridad política. Co-
masiado bien, y por ello le menzó nombrando un gabinete dominado por sus colaboradores personales,
nte por órdenes de uno de en lugar de fortalecer su posición política mediante negociaciones. En enero
La lentitud de la justicia de 1989 dirigió de forma magistral una incursión espectacular a las oficinas
)nses, que en consonancia centrales del sindicato petrolero, cuyo líder fue de inmediato detenido (por
ontera mexicana. Este he- posesión ilegal cle armas de fuego). Poco después destituyó al antiguo diri-
lexicanos que cruzaban la gente clel grande y poderoso sindicato de maestros. Poco dispuesto a tolerar
al para las tensiones entre la corrupción flagrante en los ámbitos gubernamentales más elevados, en
rcia los trabajadores mexi- 1990 cesó al secretario de Marina, paso no habitual en vistas del delicaclo
rson-Rodino, aprobada en equilibrio de las relaciones civiles y militares en México.
rios que contrataran (ex- De acuerdo con sus promesas electorales, Salinas de Gortari fomentó
uesta en práctica extendió una modesta apertura política. Ordenó a las autoridades priístas que recono-
as generaciones más jóve- cieran un triunfo gubernamental del PAN. en el importante estado de Baja
n Estados Unidos (por lo California (al sur de la frontera con California) y supervisó reformas del sis-
una vida decente. En 1991 tema electoral y el funcionamiento interno del PRI, pero había límites a esta
o en los flujos migratorios apertura. El PRI proclamó victorias irreales en elecciones clave en el estado
de México, cerca de la capital, una zona que ya se había mostrado como una
nico de finales de los años plaza fuerte de la izquierda en las elecciones presidenciales de 1988. El go-
274 Ilistorio contemporúneu de Anúricu Lutinu
México y Estados Unidot
bierno lambién acosó e intimidó a Cuauhtémoc Cárdenas y sus seguidores. comerciales del mundo, cr
para los que fue extremadamente difícil organizar sus fuerzas en un partido económica global de apro
político cohesionado y duradero. La apertura parecía desviarse hacia la de- libre flujo de bienes entre
recha (y el PAN), pero no incluía a la izquierda, celes y barreras comercial,
Por primera vez en la historia, aparecieron los derechos humanos en la las mercancías estadounir
agenda nacional. Los críticos llamaron la atención sobre numerosos abusos mente o dentro de cinco a
cometidos por la policía nacional de México cn una supuesta persecución de ses exportados a México c
traficantes de drogas. Informaron del asesinato o "desaparición" de al menos excepciones especiales pa
sesenta simpatizantes de Cárdenas sólo durante 1990. Expresaron su in<Iig- agricultura, típicamente u
nación por el asesinato de un prominente activista en favor de los derechos económica; la retirada prc
humanos. Para mitigar las críticas. Salinas de Gortari nombró una Comisión en México y sobre el jugo
Nacional dc Derechos Humanos dirigida por el antiguo rector de la univer- longaría hasta el año 20[
sidad José Carpizo, pero no le otorgó una autoridad real' América del Norte serían
Fue en la arena económica donde Salinas obtuvo sus logros más persis- glas sobre procedencia est
tentes. Con la esperanza de completar los ajustes estructurales de México, con- nos del 62,5 por 100 para
tinuó y extendió la estrategia "liberalizadora" iniciada bajo De la Madrid y si- prendente que los portav(
guió reduciendo las barreras comerciales. Fomentó intensamente la privatiza- como un esfuerzo apenas
ción de las empresas de titularidad estatal, poniendo a la venta vacas sagradas dustrias del mercado nort,
tales como la compañía telefónica y la banca (nacionalizada por López Porti- El TLC abrió México
llo en 1982). Con el apoyo del gobierno estadounidense, negoció un nuevo gún el tratado los bancos r
acuerdo para reestructurar la deuda, que prometía reducir la salida neta de tablecer sucursales en Mé
fondos de 2.000 millones de dólares anuales hasta mediados de los años no- en la banca y los seguros
venta. El gobierno también intentó ayudar al desarrollo local estableciendo un hibir la propiedad extraÍ
(programa de solidaridad nacional> para proporcionar dinero para semillas a tución, las empresas estadr
proyectos de autosuficiencia diseminados por toclo el país. Quizás en respues- con Petróleos Mexicanos
ta a estas medidas, la economía nacional mostró signos de recuperación: la in- condiciones que las com¡
flación anual descendió a un 20-30 por 100, mientras que las tasas de creci- ausencia: fuera de una mi
miento del PIB alcanzaron el 3,1 por 100 en 19tt9 y el 3,9 en 1990. tivos de corporaciones y ¡
ferencia a la emigración n
El TLC precipitó un a
El Tiatado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá la campaña presidencial r
metió apoyo para el TLC
El supremo logro del sexenio de Salinas fue el Tiatado de Libre Comercio la protección del medio al
(TLC) con Estados Unidos y Canadá. Incapaz de atraer inversión a gran es- bre de 1993 el gobierno llt
cala de Europa o Japón, el gobierno de Salinas anunció en junio de 1990 su trabajadores y el medio ar
intención de negociar un tratado con Estados Unidos. La propuesta implica- preparaba para votar la r
ba un repudio total de las estrategias proteccionistas de la industrialización presidencial) Ross Perot c
de sustitución de importaciones, y abandonaba la tradición nacional de man- TLC atraería al empresar
tener una cauta distancia del .coloso del norte>. Los pequeños industriales y xicana y así se perderían r
los agricultores cerealeros expresaron temor ante la posibilidad de ser des- ses. Los defensores del Tì
truidos por la competencia de Estados Unidos, y algunos intelectuales la- portaciones de Estados U
mentaron el fin inminente de la soberanía económica de la nación y de su or- competitividad de Estado:
gullo cultural. Sin embargo, Salinas persistió. <1e los trabajadores sindici
Presentado en agosto de 1992, el Tratado de Libre Comercio preveía la cratas, Clinton buscó sin ,
creación de una asociación de tres naciones (que incluía Canadá así como a
México 275
México y Estados Unidos) que formaría uno de los más grandes bloques
lárdenas y sus seguidores, comerciales del mundo, con una población de 370 millones y la producción
'sus fuerzas en un Partido económica global de aproximadamente 6 billones de dólares. Promovería el
ecía desviarse hacia la de- libre flujo de bienes entre los países miembros eliminando gravámenes, aran-
celes y barreras comerciales durante un periodo de 15 años: el 65 por 100 de
rs derechos humanos en la las mercancías estadounidenses quedaría exento de impuestos inmediata-
n sobre numerosos abusos mente o dentro de cinco añosl la mitad de los bienes agrícolas estadouniden-
ta supuesta persecución de ses exportados a México estarían inmediatamente libres de impuestos. Había
,desaparicióno de al menos excepciones especiales para ciertos productos
t990. Expresaron su indig-
"de alta sensibilidad> en la
agricultura, típicamente uno de los sectores más resistentes a la integración
a en favor de los derechos económica; la retirada progresiva de aranceles sobre el man y las legumbres
tari nombró una Comisión en México y sobre el jugo de naranja y eI az(rcar en Estados Unidos se pro-
ntiguo rector de la univer- longaría hasta el año 200Q. Los aranceles sobre todos los automóviles en
ad real. América del Norte serían retirados en un periodo de diez años, pero las re-
uvo sus logros más persis- glas sobre procedencia estipulaban que el contenido local debería ser al me-
tructurales de México, con- nos del 62,5 por 100 para que los vehículos fueran considerados. No es sor-
ada bajo De la Madrid y si- prendente que los portavoces de los gobiernos asiáticos vieran esta cláusula
i intensamente la privatiza- como un esfuerzo apenas encubierto de excluir a sus productos y a sus in-
lo a la venta vacas sagradas dustrias del mercado norteamericano.
onalizada por López Porti- El TLC abrió México a la inversión estaclounidense en varias formas. Se-
ridense, negoció un nuevo gún el tratado los bancos y compañías de seguros estadounidenses podían es-
a reducir la salida neta de tablecer sucursales en México y ciudadanos estadounidenses podían invertir
r mediados de los años no- en la banca y los seguros mexicanos. Mientras que México persistía en pro-
rollo local estableciendo un hibir la propiedad extranjera de yacimientos petroleros, según su Consti-
onar dinero para semillas a tución, las empresas estadounidenses tenían derecho a competir por contratos
el país. Quizás en respues- con Petróleos Mexicanos (PEMEX) y a operar, en general, bajo las mismas
¡nos de recuperación: la in- condiciones que las compañías mexicanas. Había un punto notable por su
tras que las tasas de creci- ausencia: fuera de una minuciosa cláusula sobre el desplazamiento de ejecu-
el 3,9 en 199q, tivos de corporaciones y profesionales seleccionados, el tratado no hacía re-
ferencia a Ia emigración masiva de trabajadores.
El TLC precipitó un ardiente debate en Estados Unidos. En el clímax de
Jos Unidos y Canadá la campaña presidencial de 1992, el candidato demócrata Bill Clinton pro-
metió apoyo para el TLC a condición de que hubiera garantías efectivas para
ialado de Libre Comercio la protección del medio ambiente y de los derechos laborales; hacia septiem-
atraer inversión a gran es- bre de 1993 el gobierno llegó a pactos suplementarios o adicionales sobre los
runció en junio de 1990 su trabajadores y el medio ambiente. Cuando el Congreso de Estados Unidos se
dos. La propuesta implica- preparaba para votar la ratificación, el billonario texano (y antes candiclato
stas de la industrialización presidencial) Ross Perot dirigió la carga contra el tratado, sosteniendo que el
tradición nacional de man- TLC atraería al empresariado con los bajos salarios de la mano de obra me-
.os pequeños industriales y xicana y así se perderían millones de empleos de trabajadores estadouniden-
: la posibilidad de ser des- ses. Los defensores del TLC insistieron en que el tratado estimularía las ex-
y algunos intelectuales la- portaciones de Estados Unidos, lograría economías de escala y mejoraría la
ica de la nación y de su or- competitividad de Estados Unidos. Sin tomar en cuenta la ruidosa oposición
de los trabajadores sindicalizados, un bastión histórico de apoyo a los demó-
Libre Comercio preveía la cratas, Clinton buscó sin descanso apoyo para el tratado. Y después de que
incluía Canadá así como a
276 Historia c'ontemporítnea de América Lutinu
Perot tartamudeara durante un memorable clebate televisado con el vicepre- ban los desacuerdos sobre
sidente Al Gore, los diputados aprobaron finalmente el TLC por la sorpren- sido una fuente de tensión b
dente diferencia de 234 a200: en el Senado el voto fue de 61 a 38. México expresase serios de
En su versión final, el TLC tenía varias características sobresalientes. importantes de la diplomac
Una es el compromiso implícito con la integración económica regional. Pese -,=.> Pot su parte, México bu
a su nombre, el TLC no está principalmente dedicado al "libre comercio>. to de la paz social. La esper
Hacia t990 los aranceles e incluso las barreras no arancelarias al comercio ría el empleo, daría una sign
México-Estados Unidos ya eran bajas. El TLC está principalmente interesa- trabajo a un millón de perso
do en la inversión. Al obtener un acceso preferencial al mercado de Estados En segundo lugar, el TLC o
Unidos y un ,.sello de aprobación> formal por medio del TLC, México espe- zar sus reformas económica
raba atraer considerables flujos de inversión extranjera directa, de Japón y cesión presidencial al inscril
Europa, así como de Estados Unidos. Al obtener un acceso sin trabas a los México estaba buscando la I
mal pagados (pero muy cualificados) trabajadores mexicanos, Estados Uni- régimen político. Esto era e
dos esperaba crear una plataforma exportadora de bienes manufacturados y con Argentina, Chile, Brasi
mejorar así su situación competitiva en la economía global. Es por estas ra- mocratizacióno, México no
zones que el TLC contiene extensos capítulos sobre inversión, competencia, política. Finalmente, Méxio
telecomunicaciones y servicios financieros. Implícitamente, el TLC preveía fluencia diplomática en el r
una forma de integración sustancialmente más profunda que la que su nom- Tþrcer Mundo en su totalid¿
bre reconocía. garía a México con democr¿
En segundo lugar, el TLC incluyó una cláusula explícita para la protec- mer mundo>. En consecuer
ción medioambiental. Tal como se había negociado inicialmente, el TLC sólo el mundo en vías de desarro
hacía referencias de pasada a las preocupaciones sobre el medio ambiente. interlocutor de los pueblos i
Sin embargo, manteniendo su promesa de campaña, el presidente Clinton su-
pervisó negociaciones sobre las cláusulas adicionales para la protección del
medio ambiente; y en un tratado separado, la frontera entre Estados Unidos La
y México recibió atención especial en el Plan Bilateral Integrado. Mientras
algunos observadores plantearon dudas sobre la significación práctica de es- Todo el optimismo resultar
tos acuerdos, el mero hecho de su negociación dejó clara una cuestión: el co- tionado. El 1 de enero de
mercio y el medio ambiente se han unido inextricablemente. Como escribió un movimiento guerrillero e
un analista, estos desarrollos demuestran contundentemente .,que el medio nunciar el TLC, el modelo
ambiente se ha convertido en un ingrediente de la política comercial en los del régimen político. Con u
años noventa, pues era políticamente imposible contemplar la culminación tista de Liberación Naciona
del TLC sin un convenio complementario sobre el medio ambiente>. cional durante el curso de
Aún otra característica distintiva del TLC era su fundamento político des gubernamentales. Pesr
subyacente. Estados Unidos buscaba varios objetivos. Uno era preservar la (desde la presión militar h:
estabilidad de su frontera sur. La idea era que el TLC estimularía el creci- tista continuaría siendo la e
miento económico en México, aligerando la presión social y apoyando el ré- Dos meses más tarde, r
gimen político. Un segundo objetivo era asegurar a Estados Unidos un cre- sucesión presidencial, una
ciente acceso al petróleo de México, uno de las cinco principales fuentes de sucesor designado por Salir
las importaciones estadounidenses (los envíos mexicanos a finales de los años mente otro candidato, Ern
ochenta y comienzos de los noventa eran la mitad de los que provenían de la apresuró a desarrollar una
principal fuente, Arabia Saudita). Un tercer propósito era obtener una ficha ción de agosto. Estos acor
importante para las negociaciones comerciales con Europa, Japón y el imagen internacional de M,
GATT. Y en cuarto lugar, Estados Unidos deseaba consolidar el apoyo di- prometía unirse al Primer
plomático de México en su política exterior en general. Como lo demostra- mundista a punto de venirs
México 277
elevisado con el vicePre- ban los desacuerdos sobre América Central en los años ochenta, esta había
e el TLC Por la sorPren- sido una fuente de tensión bilateral. Pero vigente el TLC, era improbable que
fue de 61 a 38' México expresase serios desacuerdos con Estados Unidos sobre cuestiones
:terísticas sobresalientes' importantes de la diplomacia internacional.
:conómica regional. Pese .-='., Por su parte, México buscaba, primero y principalmente, el mantenimien-
ado al ,.libre comercioo. to de la paz social. La esperanza era que el TLC atraería inversión, estimula-
arancelarias al comercio ría el empleo, daría una significativa oportunidad de ingresar en el mercado de
principalmente interesa- trabajo a un millón de personas anualmente, y disminuiría así la tensión social.
rl al mercado de Estados En segundo lugar, el TLC ofrecía a Salinas una oportunidad de institucionali-
o del TLC, México espe- zar sus reformas económicas, aislándolas de los caprichos históricos de la su-
rjera directa, de Japón y cesión presidencial al inscribirlas en un tratado internacional. En tercer lugar,
n acceso sin trabas a los México estaba buscando la bendición internacional para su poco democrático
mexicanos. Estados Uni- régimen político. Esto era especialmente importante porque, en comparación
bienes manufacturados y con Argentina, Chile, Brasil y otros países que atravesaban procesos de ..de-
r global. Es por estas ra- mocratización>, México no era ya considerado como un modelo de cortesía
: inversión, competencia, política. Finalmente, México creía que el TLC proporcionaría al país una in-
amente, el TLC preveía fluencia diplomática en el resto de América Latina, y por extensión hacia el
rnda que la que su nom- Tþrcer Mundo en su totalidad. La asociación con Canadá y Estados Unidos li-
garía a México con democracias industriales avanzadas y con líderes del
explícita para la protec- "pri-
mer mundo". En consecuencia, México podía servir como un <puente> entre
nicialmente, el TLC sólo el mundo en vías de desarrollo y el mundo desarrollado, como representante e
obre el medio ambiente. interlocutor de los pueblos aspirantes del sur.
el presidente Clinton su-
)s para la protección del
:ra entre Estados Unidos La tecnocracia en crisis
eral Integrado. Mientras
nificación práctica de es- Todo el optimismo resultante de la firma del TLC rápidamente se vio cues-
clara una cuestión: el co- tionado. El 1 de enero de 1994 que el TLC entró en vigencia-
rlemente. Como escribió -el día en
un movimiento guerrillero en el pobrísimo estado de Chiapas se alzó para de-
ntemente oque el medio nunciar el TLC, el modelo económico salinista y el carácter no democrático
política comercial en los del régimen político. Con un liderazgo pintoresco y capaz, el Ejército Zapa-
ntemplar la culminación tista de Liberación Nacional (EZLN) capturó la atención nacional e interna-
nedio ambiente>. cional durante el curso de negociaciones muy publicitadas con las autorida-
su fundamento político des gubernamentales. Pese a la variedad de respuestas gubernamentales
os. Uno era preservar la (desde la presión militar hasta la negociación política), el movimiento zapa-
ILC estimularía el creci- tista continuaría siendo la espina en el costado del régimen.
social y apoyando el ré- Dos meses más tarde, cuando la atención del público se dirigía hacia la
Estados Unidos un cre- sucesión presidencial, una bala asesina acabó con Luis Donaldo Colosio,-el
;o principales fuentes de sucesor designado por Salinas y candidato del PRI. Salinas proclamó rápida-
anos a finales de los años
mente otro candidato, Ernesto Zedillo Ponce de León, de 42 años, que se
: los que provenían de la apresuró a desarrollar una campaña digna de crédito para la próxima elec-
ito era obtener una ficha ción de agosto. Estos acontecimientos infligieron un golpe devastador a la
on Europa, Japón y el imagen internacional de México, que ya no podía aparecer como un país que
r consolidar el apoyo di- prometía unirse al Primer Mundo; parecía, en cambio, una sociedad tercer-
eral. Como lo demostra- mundista a punto de venirse abajo.
278 Historia conlemporánea de América Latino
cuencia, tenía muy pocos contactos con los políticos de carrera o funcionarios
E,ra necesario no sólo recu
de los ministerios npolíticos', del gobierno federal. Pese a su deslucida campa-
también aliviar los probler
ña, Zedillo ganó las elecciones de agosto de 1994, las más limpias en la histo-
1981, según un estudio, la
ria mexicana según el decir general, con el 4tì,8 por 100 del voto (comparado pobreza cayó del 17,5 pc>r I
con el 26 del derechista PAN y sólo el 16,6 del Partido de la Revolución De-
reformas de libre mercado
mocrática de Cuahtémoc Cárdenas, PRD), convirtiéndose así en el quinto
ración ccln los acrecclorcs i
hombre consecutivo que alcanzaba la presidencia sin haber ocupado alguna
munal deuda cxterna de n
vez un cargo elegido.
anuales que consumían ce
Apenas asumió el poder en diciembre de 1994, Zedillo tuvo que hacer
taciones. La crisis de la d
frente a la crisis. Tþmiendo la sobrevaluación del peso, los inversores retira-
sombra.
ron más de 10.000 millones de dólares de México en una semana. En res- Un segundo desafío er
puesta el gobierno de Zedillo tuvo que devaluar el peso, que finalmente per-
surgimiento de nuevos y pc
dió más de la mitad de su valor respecto al dólar estadounidense, y el mir la presidencia, Zedillo
; gobierno se quedó insolvente durante algunos días. A inicios de 1995, el go-
' bierno de Clinton organizó un paquete multilateral de casi 50.000 millones de
der de las organizaciones r
bernabilidad>. Los cártel
dólares, incluidos 20.000 millones del gobierno de Estados tJnidos. Un obje-
mãrihuana o la heroína, pt
tivo principal de esta medida era prevenir una posible mora de 30.000 millo- porte de cocaína desde Cc
nes en <tesobonos> (bonos a corto plazo emitidos por el tesoro mexicano, pa-
ingresos anuales, estos grt
gaderos en dólares), que habrían infligido un grave perjuicio a los fondos de
bornos, más del doble del
pensiones, fondos mutuos y de otros inversores institucionales de Estados
Hacia mediados de los añtt
Unidos. Otro era sostener la credibilidad de la reforma económica y la pro-
organizaciones narcotrafic
pia viabilidad del TLC. juana, Sinaloa, Ciudad Ju
La crisis financiera provocó una crisis política también. Cuando las críti-
donde los traficantes contl
cas arreciaron contra la insistencia de Salinas en mantener un tipo de cambio
el golfo de México). Los c
irreal durante todo 1994, el ex presidente criticó públicamente a Zedillo y a
de violencia que azotó Mé
su gabinete por tratar erró.qgamente la devaluación de diciembre. Zedillo re-
tólico en 1993. El ex fiscal
accionó enviando a Salinas a un exilio de facto en Estados Unidos, y luego
bía caído bajo el imperio
autorizando el arresto de su hermano mayor por corrupción. La detención
había convertido èn una "
por las autoridades estadounidenses de un ex subprocurador de la república
El tercer desafío, y qu
bajo Salinas llevó a más denuncias de corrupción, de nepotismo y de la im-
claro que el viejo sistema <
plicación oficial en el asesinato de un importante líder del PRI en septiem-
bio. Entre 1964y 1994, pot
bre de 1994. Graves fisuras amenazaban con dividir a la elite política mexi-
mostraban una "fuerte> h,
cana.
2,3 por 100; hacia 1994 ca:
La opinión pública pronto mostró su desaprobación. Por primera vez en
ria, el 55 por 100 revelabar
décadas comenzaron a circular rumores de que era posible que un presiden-
sible que México se encarr
te del PRI no pudiera concluir su periodo. Una encuesta a comienzos de 1995
el sistema político era soL
mostraba que casi la mitad de los encuestados creía que era posible un golpe
velista Carlos Fuentes: <L
militar. Los votantes del estado de Jalisco, un antiguo bastión del PRI, eli-
tema se derrumba sobre
gieron al candidato del PAN, el partido opositor, como gobernador. Incluso
lugaro.
donde el PRI se atribuyó victorias, como en las elecciones estatales de Ta-
basco y Yucatán, los resultados eran disputados con acritud. Claramente, el
PRI estaba perdiendo su capacidad para conseguir y ganar votos.
Méxic¡t 279
r excelencia. Economista
A mediados de los años noventa, era evidente que Zedillo, y México,
hecho la mayor Parte de
se enfrentaban al menos a tres desafíos de largo alcance. Uno estaba centra-
Planificación. En conse-
do en la economía, que se sumió en la recesión en la primera mitad de 1995.
de carrera o funcionarios
Era necesario no sólo recuperar la inversión y estimular el crecimiento, sino
rse a su deslucida campa-
también aliviar los problemas de la pobreza y la clesigualdad. Entre 1963 y
s más limpias en la histo-
1981, según un estudio, la proporción de mexicanos por debajo del nivel de
1ffi del voto (comparado
pobreza cayó del77,5 por 100 aI48,5 por 100;pero entre 1982y 1992, con las
do de la Revolución De-
reformas de libre mercado, subió otra vezal 66 por 100. Y pese a su coope-
éndose así en el quinto
ración con los acreedores internacionales, México aún afrontaba una desco-
n haber ocupado alguna
munal deuda externa de más de 120.000 millones de dólares, con intereses
anuales que consumían cerca del 15 por 100 de los ingresos de las expor-
, Zedillo tuvo que hacer taciones. La crisis de la deuda de los años ochenta proyectaba una larga
:so, los inversores retira-
sombra.
en una semana. En res-
Un segundo desafío era el orden público, especialmente en relación al
)eso, que finalmente per-
surgimiento de nuevos y poderosos cárteles de la droga. Poco después de asu-
ar estadounidense, y el
mir la presidencia, Zedillo recibió un informe oficial que advertía que "el po-
A inicios de 1995, el go-
der de las organizaciones narcotraficantes podía llevar a situaciones de ingo-
le casi 50.0fi) millones de
bernabilidado. Los cárteles más peligrosos no estaban ocupados con la
stados Unidos. Un obje-
marihuana o la heroína, productos tradicionales de México, sino en el trans-
'le mora de 30.000 millo- porte de cocaína desde Colombia. Con una estimación de 7.000 millones de
r el tesoro mexicano, pa-
ingresos anuales, estos grupos podían gastar hasta 500.000 millones en so-
perjuicio a los fbndos de
bornos, más del doble del presupuesto global de la oficina del fiscal general.
stitucionales de Estados
Hacia mediados de los años noventa, México tenía cerca de media docena de
rma económica y la pro-
organizaciones narcotraficantes de verdadero alcance internacional (en Ti-
juana, Sinaloa, Ciudad Juârez, Guadalajara y en el cstado de Tamaulipas,
rmbién. Cuando las críti-
donde los traficantes controlaban un floreciente viaducto para la cocaína en
ìtener un tipo de cambio
blicamente aZedilloy a
el golfo de México). Los cárteles de la droga estaban implicados en una ola
de violencia que azotó México, y que incluyó el asesinato de un cardenal ca-
Je <Jiciembre. Zedillo re-
Estados Unidos, y luego
tólico en 1993. El ex fiscal Eduardo Valle Espinosa proclamó que el país ha-
bía caído bajo el lmperlo de_.les narcotraficantes y que, como Colombia, se
orrupción. La detención
había convertido en una ,.narcodemocraciar.
ccurador de la república
.e nepotismo y de la im-
El tercer desafío, y quizár el más arduo, era la transición política. Estaba
der del PRI en septiem-¡ claro que el viejo sistema de la dominación del PRI estaba sufriendo un cam-
' a la elite política mexi- bio. Entre 1964 y 1994, por ejemplo, la proporción de distritos electorales que
mostraban una .fuerte> hegemonía priísta decayó del 52,2 por 100 a sólo el
:ión. Por primera vez en 2,3 por l(Ð; hacia 1994 casi el 26 por 100 mostraban competencia bipartida-
rosible que un presiden- ria, el 55 por 100 revelaban competencia multipartidaria. Aunque parecía po-
:sta a comienzos de 1995 sible que México se encaminase a un tripartidismq ,çle facto, lo que clominaba
que era posible un golpe el sistema político era sobre todo la incertidumbre. Como observaba el no-
uo bastión del PRI, eli- velista Carlos Fuentes: <La verdad evidente sobre México ... es que un sis-
'mo gobernador. Incluso tema se derrumba sobre nosotros, pero no tenemos otro para poner en su
cciones estatales de Ta- lugarr.
r acritud. Claramente, el
'ganar votos.
o- Así pues, el desarrollo e
rica tropical: una sociedad a;
t!vo, basado en la esclavitud
do faltaba menos de una dé
Cuba: última colonia, primer Estado socialista Un intento independentista
los Diez Años (1868-1878), r
nores, apenas sobrevivió al primer sigio de colonización española. Aquí, uso de campos de concentr¿
como en otros lugares de América Latina, los conquistadores europeos acu- ban en guerrillas.
dieron a los negros africanos para que suministraran la mano de obra. Co- Dado su gran interés ecr
mo consecuencia, Cuba se convirtió en una sociedad multirracial: según un m_4fìecer al margen de la bat,
cálculo, en el siglo xx, la población era un 40 por 1(X) negra, un 30 por 100 por los relatos de la prensa
blanca y otro 30 por 100 mestiza (incluidos orientales e indios). y los dirigentes empresarialt
Su economía languideció bajo las rígidas medidas mercantilistas de la co- los rebeldes. Alimentaban r
rona española, hasta que las reformas de Carlos III (1759-1788) proporcio- favorecidos desde el punto
naron el estímulo necesario para el crecimiento. El siglo xtx contempló el misión estadounidense de r
surgimiento de Cuba como fenómeno agrícola. Un breve auge cafetalero dio Aunque el presidente M
paso al cultivo del tabaco, que se volvió muy importante a mediados de siglo, acontecimientos le sobrepas
posición que sigue manteniendo, ya que los puros de la isla continúan consi- Maine hizo explosión mister
derándose entre los mejores del mundo. cho,-que nunca se ha explica
Pero la fuente de riqueza más importante, el producto que moldearía tígios antibelicistas y el Cor
los contornos de la sociedad e historia cubanas, fue otro: la caña de az(tcar. La "espléndida guerrita" (c
Su predominio comenzó en el siglo xvrrr y continuó a lo largo del tiempo. me_ses. Los españoles mal pe
En 1860, Cuba producía cerca de un tercio (500,000 toneladas) del sumi- lês quedó más remedio que ,
nistro mundial de este producto. La fuerza humana que abasteció este auge 1.898.
provenía del espantoso tráfico de esclavos, que envió a más de 600.000 afri-
canos encadenados a Cuba entre 1800 y 1865. La esclavitud se mantuvo
hasta 1886, más tiempo que en cualquier otro lugar de América Latina, sal-
vo Brasil.
Cuba 281
Durante sus años como protectorado, la isla pasó por un gran auge deI az(t-
I la ocupación militar es- car. En el siglo xrx, había surgido rápidamente como una de las productoras
un sentido sano de iden'
de azúcar más eficientes clel mundo, ayudada por los métodos de refina-
lnciaron de inmediato al
miento al vacío modernos. A medida que aumentó la producción, el anicar
sible oposición armada a
llegó a dominar la economía cubana y, finalmente, a tener un efecto durade-
al de lo que se consideró
ro sobre la estructura de clases y las relaciones sociales,
construyeron las tan ne-
A comienzos del siglo xx, como muestra la figura 8.1, Cuba producía va-
:legráficas. Pero todo era
rios millones de toneladas de azúcar anuales: cerca de un cuarto del suminis-
su órbita.
tro mundial hacia la primera guerra mundial, un 10 por 100 más o menos del
ontradictorio presidir el
total durante los años de la Gran Depresión y casi un 20 por 100 después de
.te. Para é1, las responsa-
la segunda guerra mundial. Durante todo este periodo, las exportaciones de
o a mano. Se permitió a
azicar supusieron aproximadamente el 80 por 100 de las divisas de la isla. Tal
ìn una Asamblea Consti-
dependencia de un solo producto situaba su economía en una posición muy
r Estados Unidos abriga-
vulnerable. Si la cosecha era pobre (como resultado del clima u otras condi-
r autogobernarse, así que
ciones) o la demanda era baja (como resultaclo de una recesión económica en
ar una enmienda (lg Ent
otro lugar) o caían los precios (como resultado de un exceso de abasteci-
isar su economía, de veto
miento de otros exportadores), la economía cubana sufría. Las variaciones de
rir en la política interna a
la producción de 1920 a 1959, e incluso después, ilustran algunos de los peli-
1934 e hizo de Cuba un
gros de esta situación.
)02-t906), estaba a favor
Otro rasgo del auge azucarero fue la concentración de la propiedad, en
especial en manos de los inversores estadounidenses. Desde la década de
os. lo que resultaba muy
1870, la nueva tecnología, en particular èl ferrocarril, estimuló una rápida
pocas ventajas y ningún
reducción del número de trapiches (de 1.190 en l8'/7 a sólo 207 en 1899), a
in a permitir la invasión
pesar del incremento de hectáreas de caña. Al mismo tiempo, comenzaron
nacionalistas que mante-
a extenderse las inmensas posesiones azucareras. Los cultivadores indepen-
r Cuba libre del dominio
dientes, cuyos ingenios pequeños y medianos habían producido la mayoría de
la caña hasta la década de 1870, empezaron a venderlos en número crecien-
ediante fraude electoral.
:s vencidos, propició una
te a las grandes compañías del ramo. En1912, éstas controlaban más del 10
09), en la que se impuso
por 100 de toda la tierra cubana. Hacia L925, el número de trapiches había
descendido a 184 sólo y controlaban el I7,7 por 100 de la tierra cubana.
supervisara unas nuevas
Esta concentración de propiedad de trapiches y tierra era el resultado na-
epitió la intervención mi-
)nes representaban opor-
tural del modo en que se había producido el auge azucarero. Bajo el escudo
runidenses afianzaran su del protectorado, los inversores estadounidenses aportaron su capital para la
construcción de centrales modernas y la consolidación de las tierras produc-
isla se ganó una reputa-
a político cubano estaba
toras de caña. Las centrales de propiedad estadounidense producían sólo el
15 por 100 del azucar cubano en 1906, pero en 1928 su cuota ya alcanzaba
o que los idealistas esta-
in. cerca del 75 por 100, gracias a que los propietarios cubanos no habían podi-
do pagar los créditos concedidos; luego el número disminuyó y en 1950 se
plantó en un 47 por 100.
La tecnología de la producción aztJcarera afectó a la fuerza laboral, así
como a la propiedad y a la dirección. El cultivo requería gran cantidad de
mano de obra, en especial en tiempos de cosecha. La caña necesita ser re-
284 Historia contemporánea de América Latina
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Pero los trabajadores no tenían dónde ir, ya que debido a las enormes
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ù- g.¡õ propio. Los encargados querían mantenerlos cerca de las centrales, disponi-
,ì dõ s bles para trabajar, para lo que ingeniaron varias tácticas. Una fue cultivar
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caña en la tierra de las centrales, habitualmente un 10 por 100 del total, y así
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3 pEø contar con la presencia de cultivadores independientes cerca para compartir
ø.tt (-.¡ los problemas de la mano de obra con ellos. Otra fue dejar que los trabaja-
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-ir) -o dores se endeudaran para que permanecieran obligados al dueño. Una ter-
cera fue fomentar la formación de modestos asentamientos urbanos, llama-
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dos bateyes, que crearían comunidades de la clase obrera.
Como resultado, Cuba fue testigo de la aparición de un proletariado ru-
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(r'o ral, un grupo social que se diferenciaba mucho del campesinado clásico. Sin
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È duda, había algunas comunidades campesinas aisladas y autosuficientes, en
ñ.;Ê¡ particular en las ásperas regiones montañosas, pero no eran una clase predo-
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'Þs:3 minante. Quienes trabajaban en las centrales y las zafras no eran granjeros,
sino obreros. Les preocupaban más los salarios y las condiciones laborales
;'!'S f,
if€Ë? que la adquisición de tierra.
È: $: Además, los obreros rurales tenían un contacto íntimo con la clase obre-
ra de las ciudades, de forma más notable en La Habana. A pesar de la falta
oo È t-l'i de incentivos y las restricciones, solían emigrar a zonas urbanas, donde vivían
286 Hisloria contemporrinea de América Lutina
El diligente inversor es
en las barriadas que se han vuelto características de muchas de las mayores do por su buena fortuna, a
metrópolis de América Latina: conocidas como colonias populares en Méxi- dial. Su término había caus,
co y favelas en Brasil, adquirieron en Cuba el adecuado nombre de ollega y caban a su producción, incl
pon>. Sus residentes estaban acosados por la pobreza y las privaciones. En [a unas condiciones de compr
década de 1950, cerca de un 40 por 100 de la población nacional vivía en las
ll
una quiebra en 1920. En pr
ciudades. Sólo un 40 por 100 de los residentes de clase baja tenía retrete den- nos de un quinto de los ni,
tro de la casa, sólo un 40 por 100 tenía algún tipo cle refrigeración y más de los dos años siguientes su v
una docena de personas vivían en una sola habitación. de 1920. El declive continur
El contacto y la comunicación entre los elementos rurales y urbanos de I devastador sobre la econon
la clase obrera acabaría teniendo un efecto decisivo en el curso de la historia rales cuya existencia era pr'
nacional, ya que permitió una especie de movimiento social de clase amplio Con el der¡umbamient<
y unificado, raro en América Latina. Es preciso señalar también que la Igle- resintió de inmediato por s
sia desempeñó sólo un papel secundario en la sociedad cubana y los sindi- un socio comercial. El Con
catos tuvieron una existencia precaria y esporádica. En otras palabras, las productores nacionales de
perspectivas y conductas de las clases trabajadoras cubanas no se vieron con- Smoot-Hawley, que gravabi
dicionadas o controladas por instituciones existentes. Con el tiempo, los tra- sólo aumentó la presión s<
bajadores estarían dispuestos para la movilización. contrajo de forma abrupta.
Mientras tanto, Estados Unidos consiguió cadavez más control sobre su poder de Franklin Roosevr
economía. No sólo el capital estadounidense se apropió de la mayor parte de propició la bajada de los ar
las plantaciones y las centrales, sino que Estados Unidos se convirtió con mu- cíproco de 1934, recortó lo,
cho en el mayor cliente de las exportaciones de azitcar cubanas, al soler com- cubano, alÀ vez que Cuba
prar de un 75 a un 80 por 100 del total. Esto aportó una dimensión política I
dounidenses. También en 1
I
compleja a la dependencia económica cubana hacia Estados Unidos. Por un proveedores nacionales y e:
lado, los inversores estadounidenses de la isla estaban a favor de las medidas La cuota cubana fue de un
comerciales que ayudaran a lograr una posición competitiva a su azúcar en el ciones, hasta 1960, lo que ç
mercado estadounidense. Pero, por otro, los productores de remolacha azuca- mercado. También convirti<
rera estadounidenses, así como el resto de los inversores en la producción azu- mico o político. Más imporl
carera exterior no cubana, se oponían al favoritismo hacia las importaciones de tadounidense, que podía c;
azítcar de la isla. Para complicar más las cosas, los refinadores habrían desea- cuota era una bonificación ,
do que se favoreciera las importaciones de azicar sin refinar, mientras que los lizaba toda la vulnerabilidar
dueños de refinerías cubanas querían ese favoritismo sólo para las importa- el periodo del dominio esta
ciones de azúcar refinada. Por todo ello, Cuba dependía de las decisiones esta- En suma, la dependenr
dounidenses sobre el destino de su principal industria. Y la política importa- desventajas para la econom
dora de aaicar era siempre un tema de debate prolongado en Washington. prosperidad a la isla, sobre
Nada más lograr la independencia, Cuba había firmado en 1903 un tra- i ró enormes desigualdades s
tado comercial recíproco que otorgaba a su azúcar una reducción del 20 por pero colocó al país en una
100 de los aranceles estadounidenses. A cambio, concedía a las exportaciones I cional y en especial la est¿
estadounidenses reducciones del 20 aI 40 por 1ü) de sus aranceles. Durante I
volátil en la que los elemer
los treinta años siguientes, las relaciones comerciales entre ambos países se i' jada durante mucho tiempr
hicieron más estrechas, ya que, en la práctica, la economía cubana estaba in- !
I de la pirámide social no lo
tegrada en la estadounidense y su moneda era intercambiable con el dólar. 'I haciendas clásicas, sino em
Era el Federal Reserve Bank de Atlanta el que realmente establecía la poli solían vivir en La Habana:
tica monetaria de la isla, ya que las autoridades cubanas, en la práctica, ha- media considerable, al men
bían entregado todo control sobre el movimiento de activos monetarios en- un estrato amorfo que car(
tre Cuba y Estados Unidos.
Cuba 287
clista que había tomado su protectorado. Frente a las costas cubanas se esta-
ón cle factores estaba des-
a en el campo y la mezcla
cionaron barcos de la flota estadounidcnse; parecía cercana una intervención
azucareras impregnó mu-
al viejo estilo. Pero un nuevo hombre fuerte, ávido por seguir Ia fórmula cu-
alistas. nacionalistas, secu- bana para lograr poder y riqueza, ya estaba en escena. A una señal de Esta-
aba preparado Para su de-
dos Unidos, Batista echó con facilidad a Grau y los radicales. Pronto se acor-
dó un presidente que resultara aceptable para Washington, y los radicales,
nacionalistas y reformistas observaron con amargura cómo la política cubana
volvía a lo habitual. La hegemonía estadounidense era tan cierta que Was-
dencia hington no puso clificultades p¿ìra consentir rcvocar la Enmienda Platt en
1934. La base naval en Guantánamo, por ejemplo, no resultó afectada.
cubano se contó entre los Durante los siguientes veinticinco años, la política cubana fue dominada
ica. Gerardo Machado ob- por Fulgençio Batista. Enfre 1934 y 1940, rigió su país mediante presidentes
pronto utilizó sus poderes de guiñol; gobernó de forma directa de 1940 a 1944 y luego se quedó tras el
rs medidas represivas y el escenario, mientras el antiguo radical Grau San Martín volvía a la presiden-
ial entre los estudiantes y cia (1944-1948). Quedaba poco del Grau idealista y el espectáculo de su des-
les más desagradables del censo al submundo de la corrupción política sólo agudizó el descontento y la
.epresión mundial, la eco- furia moral que consumía a radicales y nacionalistas. Su sucesor, otro hom-
ucho. El precio del az(tcar bre de paja de Batista, fue Carlos Prío Socarrás (1948-1952). El mismo Ba-
n más. La renta total cayó tista retomó las ríendas presidenciales con un golpe y desde entonces gober-
nó con poderes dictatoriales (1952-1959).
)s apuros económicos. La En realidad, la política cubáh*á rÌÍãnifestó pocos cambios entre 1934 y
liantes, dirigentes obreros, 1959. Se demostró de forma repetida la inutilidad del sistema electoral, pues-
i, a quienes mantenía jun- to que el hombre fuerte de turno (primero Machado y luego Batista) hacía
común por una Cuba más su voluntad. La oposición honrada, mucho más débil que su grupo electoral,
rs. Los tiroteos irrumpían fue combatida y suprimida en vano. ¿Qué había sido del fervor revoluciona-
y el ejército de Machado rio de 1933? ¿Dónde estaba la coalición que tanto había atemorizado a Was-
Jnidos, tan atento a otros hington? Había seguido el camino de todos los movimientos nacionalistas
:ía impasible. La adminis- cubanos, impotentes por la alianza imbatible de las elites, sus sirvientes polí-
su supuesta identificación ticos y militares, y el tío Sam, Si se hubiera preguntado a la mayoría de los
le gobernar el Caribe me- cubanos en 1959 si su pequeña isla tenía alguna posibilidad de lograr una in-
dependencia cierta, ¿cuántos se habrían atrevido a contestar que sí? ¿Cuán-
rndujo a un activista a la tos pensaban realmente que Cuba podría afirmar con éxito su identidad fren-
postura más crítica sobre te al coloso del norte? Muy poc<-rs. La mayoría de sus habitantes cultos
to. La huelga general de pensaban sin duda alguna que lo mejor que podía esperar su país era conse-
r socavar al dictador, que guir unas cuantas ventajas marginales, maximizar los beneficios de su depen-
zô a polarizarse abrupta- dencia inevitable de Estados Unidos. ¿Qué más se podía esperar? Pronto
ierno provisional, se unie- surgió una respuesta sorprendente.
tista. Esta alianza tomó el
rer Welles. El nuevo líder
sor (el único miembro de Fidel Castro y la construcción de la revolución
hado un grado honorario)
udiantil, con quien se ali- Nacido en 1927, Fidel Castro era hijo de un emigrante español que repre-
lés se ocuparon fábricas y sentaba una vieja tradición cubana: era el heredero de un peninsular que ha-
!n socialista. bía ohecho las Américaso, según lo expresaban los españoles desde el siglo
pronunciado giro izquier- xvl. Pero a este hijo de emigrante no le interesaba disfrutar de la vida con-
290 IIisturiu conlentporátteu de Antéricu Lutittu
lbrtable que sus orígenes y fonnación lc prometían. Quería hacer una Amé- nesto ("Cheo) Guevara. rt
rica cliferente.
testigo presencial en 19-54
Fìdel había seguido el camino clásico: había ido al colegio de los jesuitas dente guatemalteco Jacob
y lucgo había seguido la carrcra de derecho. Se sumergió en el turbulento Fidel hizo coincidir s
mundo dc la política estudiantil. doncle podían hallarse todas las ramas de it
a Batista en la isla, que
pensamiento n¿rcionalista, izquierdista y revolucionario. Demostró ser resuel-
desembarco planeado. Pr
to, e lclcuente y ambicioscl. pero no se encclntraba entre las filas de los más ra-
Granma encalló en una z
dicales. Nacionalista apasionardo, cvitaba a los comunistas, que eran los me-
vieron y se las desearon ¡
ior organizados dc los grupos cstudiantiles. pesadilla de sed, hambrc
Poco después de terminar la carrera, F'idel comenzó a viajar por Améri-
nes los habían delatado lc
ca l-atina, conoció a otros nacionalistas radicales y aprendió otras realidades
bres, pero Fidel, Raúl y e
políticas. Su experiencia más importante tuvo lugar en Bogotá en 1948, cuan-
montañas de Sierra Maes
do la colosal revuelta urbana conocida como el bogotazg puso en un desor- gencia. Desde allí, Fidel rr
den total a la ciudad durante dos días. El hecho desencadenante había sido
zaron en guerra contra B;
el asesinato del carismático político de izquierdas colombiano Jorge Eliécer Durante los dos mes¡
Gaitán. El pueblo se levantó al unísono y tomó la ciudad, cuyas autoridades era casi desconocida parr
habían dimiticlo aterrorizadas. Fìdel se vio arrastrado por la ola de furor po- pensaba, inducida por la
pular y trató de convertirse (sin lograrlo) en combatiente. Esos días notables que convirtió a los rebelc
1
miserable. Los rebeldes se interesaron mucho por el clestino de estas gentes estaba el hecho de que r
porque necesitaban su apoyo para sobrevivir en ese medio. Era el primer rados para esa clase de
principio de la guerrilla: lograr la simpatía de los lugareños, no sólo por las informantes regulares. I
provisiones, sino también para que no los delataran a las autoridades. siones rebeldes.
Sin embargo, la partida rebelde seguía siendo sobre todo de clase media. En noviembre, Batit
Se les unieron unos cuantos campesinos, pero nunca en gran número ni al- sentando un nuevo cand
canzaron posiciones de mando. Esto no resulta sorprendente. La mayoría de cenario mejorara la situ¿
las revoluciones de la historia han sido dirigidas por miembros de una con- gobierno había perdido
traelite, lo que no quiere decir que no fuera importante la participación y el tuvieron. Era el acontec
apoyo de los campesinos. Pero los orígenes y mandos del movimiento cas- do los rebeldes. Batista
trista eran de la clase media. Las direcciones que tomó con posterioridad son guante apoyo de la admi
otro asunto. que en el caso del dict¿
La guerra de guerrillas es solitaria y peligrosa. Mes tras mes, durante enormes intereses cuban
todo 1957, los rebeldes consiguieron lo esencial: sobrevivir. Pero no lograron paz y brutal. Batista hab
enfrentarse de forma seria al enemigo. En diciembre, Fidel estaba desanima- El dictador no dese
do. Su estrategia se había basado en esperar el alzamiento de las ciudades, que podía ver cómo se rr
pero tenía muy poco control sobre ese frente. ¿Cuánto tiempo podían espe- odiados y escarnecidos.
rar en las montañas? estaba tan convencido d'
A comienzos de 1958, hubo algunos signos alentadores. En febrero, el ba más, mientras empre
obispo de Cuba emitió una carta pastoral apelando por un gobierno de uni- proviso, en Nochevieja,
dad nacional. En marzo, el gobierno estadounidense, sometido a presión por presidente que le sucec
proporcionar armas al régimen represivo de Batista, estableció el embargo rumbo a la República I
del envío de armas a ambos contendientes. Ello constituía un bofetón políti- entrada triunfal de Fidel
co para Batista, ya que significaba la pérdida parcial de legitimidad del go- La guerra de guerri
bierno establecido. desarrollo tan largo, qur
Unavez que no logró materializarse la huelga general programada para los rebeldes. Las multitr
abril de 1958. Fidel decidió cambiar su estrategia. Las guerrillas debían vol- Habana. Las banderas b
verse más agresivas. Este fracaso huelguístico también convenció a Batista de ondeaban por todas par
que debía dar un páso y el ejército lanzó una <campaña de liquidación> al mes
siguiente. Fue un desastre. Todas las unidades del ejército fueron capturadas,
junto con los códigos secretos y muchas municiones. Hacia agosto, el ejército La
había abandonado las montañas, vencido por carecer de mandos y entrena-
miento adecuados, y por la inteligencia y empeño superiores del lado rebelde. Euforia es la única palat
Durante todo el resto de 1958, bramó una guerra de guerrillas feroz. No primeros días de 1959.
hubo batallas formales ni oleadas de campesinos enfrentándose a los solda- cuestión que ahora ocup
dos de Batista. Era una guerra de atacar y esconderse, con bombardeos, sa- ros, campesinos e invers
botajes y acoso. Batista respondió con el terror. Como raravez podía atrapar otros observadores era r
a las guerrillas, envió a sus secuaces contra los estudiantes y la clase media Fidel entraba en un
sospechosa de mantener vínculos con el Movimiento del Veintiséis de Julio. ditado a Batista, sino qu
Al hacerlo, aumentaba con rapidez el apoyo a Fidel. Era la táctica clásica de miembros, en mayor o n
la guerrilla: incitar al gobierno impopular a tomar medidas represivas, que de la importancia de los
luego servirían para reclutar nuevos rebeldes contra el gobierno. heroicas contra el ejércit
Batista comenzó a perder su respaldo. Como dictador, su mejor carta ha- so estaba ahora en man<
bía sido siempre su habilidad para mantener el orden, que ahora estaba de- uniformes verdes de faer
sapareciendo. Añadido a la frustración y la furia del ejército y de la policía tonces iba a continuar si
Cuba 293
el destino cle estas gentes estaba el hecho de que nunca podían prender al enemigo. No estaban prepa-
cse mcdio. Era el Primer rados para esa clase de movimiento clandestino que podía eludir su red de
lugareños, no sólo Por las informantes regulares. La tortura y ejecución sólo producían nuevas adhe-
,n a las autoriclades. siones rebeldes.
sobre todo de clase media. En noviembre, Batista llevó a cabo unas elecciones presidenciales, pre-
nc¿ì cn gran número ni al- sentando un nuevo candidato con la esperanza de que su desaparición del es-
:prcndente. La maYoría de cenario mejorara la situación. El resultado fue una señal dramática de que el
ror miembros de una con- gobierno había perdido el apoyo público: la mayoría de los votantes se abs-
rtantc la particiPación y el tuvieron. Era el acontecimiento político para el que habían estado trabajan-
ndos del movimiento cas- do los rebeldes. Batista maniobró a la desesperada para mantener el men-
omó con posterioridad son guante apoyo de la administración Eisenhower. Pero Estados Unidos, al igual
que en el caso del dictador Machado en 1933, consideraron ahora que sus
;a. Mes tras mes, durante enormes intereses cubanos estaban en peligro por los excesos del dictador ra-
rbrevivir. Pero no lograron paz y brutal. Batista había agotado su tiempo.
rre. Fidel estaba desanima- El dictador no deseaba pelear por una causa perdida hasta el final, ya
lzamiento de las ciudades, que podía ver cómo se reducía su poder día tras día. Su ejército y policía eran
ránto ticrnpo podían espe- odiados y escarnecidos. Había perdido todo apoyo de Washington y el país
estaba tan convencido de su caída, que la economía cadavez se desorganiza-
lentadores. En febrero, el ba más, mientras empresarios y banqueros esperaban lo inevitable. De im-
o por un gobierno de uni- proviso, en Nochevieja, convocó una reunión de sus consejeros, designó un
se, sometido a presión por presidente que le sucediera y despegó en un avión cargado de familiares
sta, estableció el ernbargo rumbo a la República Dominicana. El camino había quedado libre para la
)nstituía un bofetón políti- entrada triunfal de Fidel en La Habana.
cial de legitimidad del go- La guerra de guerrillas había sido tan salvaje, la represión tan feroz, el
desarrollo tan largo, que la salida repentina de Batista tomó por sorpresa a
general programada para los rebeldes- Las multitudes corrían libres en las ciudades, sobre todo en La
Las guerrillas debían vol- Habana. Las banderas blancas'y rojas del Movimiento del Veintiséis de Julio
rión convenció a Batista de ondeaban por todas partes.
raña de liquidación" al mes
;jército fueron capturadas,
:s. Hacia agosto, el ejército La definición de la revolución
:cer de mandos y cntrena-
upcriores del lado rebelde. Euforia es la única palabra que puede describir el sentir de La Habana en los
rra de guerrillas feroz. No primeros días de 1959. Fidel se había convertido en un héroe genuino. La
enfrentándose a los solda- cuestión que ahora ocupaba las mentes de la clase media cubana, de los obre-
lcrsc. c<ln bombardeos, sa- ros, campesinos e inversores extranjeros, del embajador estadounidense y de
)rno rara vezpodía atrapar otros observadores era de qué clase de revolución se trataría.
tudiantes y la clase media Fidel entraba en un vacío político. La guerra civil no sólo había desacre-
nto del Veintiséis de Julio. ditado a Batista, sino que había ensuciado a toda la clase política, a todos sus
:1. E,ra la táctica clásica de miembros, en mayor o menor grado, comprometida con el dictador. A pesar
.r mediclas represivas, que de la importancia de los conspiradores urbanos, que habían utilizado tácticas
ra el gobierno. heroicas contra el ejército y la policía en la segunda mitad de 1958, el impul-
ictador. su mejor carta ha- so estaba ahora en manos de los hombres de Sierra Maestra, vestidos con sus
den, que ahora estaba de- uniformes verdes de faena. El poder visible era el ejército rebelde y desde en-
del ejército y de la policía toncès iba a continuar siendo una institución política clave.
294 Hi:;torie contemporúnea de Américu I'utina
.echa: la Ley de Reforma Agraria del 17 de mayo de 1959, que eliminaba las
ictable don de liderazgo,
'e sus conciudadanos cu- propiedades desmesuradas, al expropiar las posesiones con más de 400 hec-
táreas de tierra cultivable, cuya indemnización se pagaría en bonos de divisa
nca habían contado Para
cubana en proporción al valor cleclarado en los impuestos de 1958 (delibera-
rsciudades Y los Pueblos
clamente por debajo del valor real. como era la costumbre). Desde ese mo-
rquieto y más imPortan-
mento, no se permitiría a ningún extranjero poseer tierra agrícola. Las tierras
:azgo del movimiento en
expropiadas se repartirían entre los pequeños propietarios privados y las co-
:vo mensaje Político. En operativas. Se creó un Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA)
político y sentía rePulsa para llevar a la práctica esas medidas de largo alcance. Las críticas dentro y
'oducía con regularidad. fuera de Cuba comenzaÍon a hacer surgir la alarma. ¿No era un primer paso
ramientos hacia una jus- para el comunismo? ¿No había nombrado Fidel a un comunista, Núñez Ji-
,a más indePendiente, es ménez. como director del INRA?
ra Cuba nacionalista que La polarización política se agudizó en junio de 1959. Fidel anunció el des-
cubrimiento de una conspiración contra la revolución. Los no comunistas que
'en la práctica, toda afir-
inada a colisionar con la habían apoyado el derrocamiento de Batista comenzaron a alarmarse de for-
ma creciente. Un antiguo presidente del Senado atacó la reforma agraria y
;ar de todo su heroísmo, pidió las elecciones que Fidel había prometido. Ese mismo mes, más tarde, el
jefe de las fuerzas aéreas, el comandante Pedro Díaz Lanz, renunció en pro-
ierno comenzó como un
Miró Cardona, el primer , testa por la supuesta influencia comunista en el ejército. Luego huyó a Esta-
rmadas. La ilusión de un 'rdos Unidos y apoyó la historia de que Fidel era comunista. Tales defecciones
' fortalecieron a los elementos anticastristas que crecían en Estados Unidos.
iró Cardona renunció en
u puesto, anticipando lo i En julio, Fidel representó lo que iba a ser un drama habitual en la Cuba
revolucionaria. Renunció a su cargo en medio de lo que describió como una
qué hacer con los oficia- crisis política ocasionada por la renuncia del presidente Urrutia, a quien Fi-
la represión. Los revolu- del había acusado de secundar a Díaz Lanz en una conspiración contra la re-
I el trato de sus víctimas, volución. A continuación hubo enormes reuniones en La Habana, en las que
.ra legitimar sus ejecucio-
' las multitudes aleccionadas con todo cuidaclo pidieron el regreso de Fidel,
muerte a un¿ìs 550 perso- que se doblegó a su voluntad.
narios. Estas ejecuciones, Ahora se encontraba en una posición con la fuerza suficiente como para
los liberales cubanos y a hablar del delicado tema de las elecciones y prometió que no habría más al
Cos Unidos. menos durante cuatro o cinco años.
rrk, donde iba a visitar la Se estaba urdiendo un caso que para muchos se convertiría en la marca de
rncia política extrema, ya la radicalización de la revolución. El comandante Huberto Matos, uno de los
a los acontecimientos cu- aliados políticos más antiguos de Fidel y revolucionario veterano, decidió rom-
nte la visita fue un éxito. per con la línea castrista. Renunció a las fuerzas armadas y envió una carta ata-
,nalista que se oponía con cando el aumento de la influencia comunista. La respuesta de Fidel fue inme-
Jco era comunista. Tuvo diata. Lo encarceló y movilizó una enorme campaña-propagandística contra él
lte con el gobierno esta- como traidor a la revolución. Durante la siguiente década y media, Matos per-
eunión y fue el vicepresi- maneció en prisión, como el símbolo supremo del desviacionismo revoluciona-
cionario barbudo), mien- rio para el régimen fidelista. Para muchos observadores extranjeros, Matos si-
n, haciendo, por ejemplo, guió siendo la víctima más esencial de la represión de tipo estalinista.
:ó la necesidad de una re- En los meses que quedaban de 1959, la política cubana se hizo más an-
graria. ¿,Quién que cono- tiestadounidense. A diario había acusaciones de conspiraciones para invadir
l''l la isla apoyadas por los yanquis con el propósito de restaurar a Batista. Sin
lida más radical hasta la ninguna duda no eran acusaciones caprichosas. Los exiliados habían comen-
296 Hßtoria contemporánea de América Lutina
zado a realizar misiones desde Florida, disparando a los campos de caña y pra de 4 millones de tont
lanzando panfletos antirrevolucionarios. Aunque la Casa Blanca y el Depar- tes. Fidel estaba desarroì
tamento de Estado no se habían puesto de acuerdo aún acerca de las inten- equipamiento, y los sovi
ciones de Fidel, la cIA y el Pentágono hacía mucho que no tenían dudas. aliada <socialista> en el'
Mientras tanto, Fidel tenía puesta la mirada en Washington, siempre el cen- A medida que trans(
tro de decisión para la política cubana. al equipamiento destinac
El año de 1960 resultó ser aún más decisivo para el curso de la Revolu- tísticas para enseñar la
ción cubana. Al final del segundo año en el poder de Fidel, se habían afir- A finales de 1960, el gir
itnado cuatro tendencias básicas: 1) la nacionalización de la economía;2) un había anunciado aún la <
los camPos de caña Y pra de 4 millones de toneladas de anicar por año durante los cuatro siguien-
rsa Blanca Y el DePar- tes. Fidel estaba desarrollando ahora una fuente alternativa de tecnología y
in acerca de las inten- equipamiento, y los soviéticos parecían dispuestos a integrar a Cuba como
que no tenían dudas. aliada <socialista> en el Tþrcer Mundo.
ngton, siemPre el cen- A medida que transcurría 1960, los soviéticos añadieron armas militares
al equipamiento destinado a Cuba. Tämbién llegaron misiones técnicas y ar-
el curso cle la Revolu- tísticas para enseñar la lección de cómo construir una sociedad socialista.
: Fidel,se habían afir- A finales de 1960, el giro cubano hacia el Este era decisivo. Pero Fidel no
de la economía:2) un había anunciado aún la conversión total de Cuba a la rama soviética del so-
miento de un régimen cialismo y los observadores exteriores mantenían opiniones encontradas. Al-
,económica igualitaria. gunos, como el vicepresidente Nixon, estaban convencidos de que Castro era
rbanos les había irrita- un comunista completo. Otros, más preocupados por la justicia social, espe-
mía cubana. Era inevi- raban que Fidel pudiera hallar un camino independiente entre ambas super-
:afìrmar el control cu- potencias; si no lo lograba, sostenían, sería debido a la intolerancia de Esta-
dos Unidos, tanto con dos Unidos, que lo empujaba a los brazos rusos.
que tan a menudo los El Estado revolucionario cubano surgía de modo fragmentario y gradual.
:l petróleo, siempre un Fidel comenzó proclamando su compromiso con la antigua Constitución, que
rdo Fidel había descu- Batista había repudiado con su golpe de 1952. ¿Pero qué instituciones go-
de Venezuela, ordenó bernarían la nueva Cuba? El problema era clásico y se lo encontraría más
re procesaran el crudo tarde Salvador Allende en Chile: ¿cómo se puede llevar a cabo un cambio
a acceder, se negaron. económico y social fundamental cuando las instituciones gubernamentales
s estadounidenses. En existentes estaban establecidas para mantener el estado de las cosas?
:ndió la cuota azucare- Aunque el antiguo sistema permaneció en vigor, por ejemplo, nunca se
hicieron intentos de elegir una nueva legislatura. Era difícil que el Movi-
el resto de las propie- miento del Veintiséis de Julio pudiera proporcionar una base institucional, ya
r eléctrica y telefónica que nunca había desarrollado una organización muy unida y estaba lejos de
alistas), los trapiches y ser un partido político. Desde el comienzo, Fidel recurrió a la institución más
r todo el comercio con sensible y popular: el ejército revolucionario.
cionalizaron otras em- En el otoño de 1960, el gobierno creó una importante institución nueva:
los Comités para la Defensa de la Revolución (CDR). Eran grupos de ciu-
extranjeros. En el cur- dadanos de un lugar, organizados principalmente para la defensa civil. La
fueron nacionalizadas,
-deComo la revolución tambiénUnidos-
amenaza constante de invasión los exiliados y de Estados ha-
macenes. La agricultu- cía necesaria una medida como ésa. contaba con
'a las plantaciones azu-
enemigos internos, los CDR también tenían la tarea de supervisar las opi-
aboradores más cerca- niones o conducta contrarrevolucionarias de la población.
rna para las economías El mismo año Fidel pasó a eliminar o neutralizar las instituciones clave
del antiguo orden ,.þurguéso. En diciembre se había llevado al orden a la
ri el efecto del choque prensa, a menudo mediante su toma por parte de sindicatos controlados por
roceso. En su inicio, se los comunistas. Cayó víctima hasta el satírico Bohemia, antiguo órgano mor-
rs los soviéticos a com- daz antibatista. En diciembre Fidel había obtenido elpöder de nombrar nue-
le Estados Unidos. Los vos jueces a voluntad, una vez que el poder judicial fue eliminado por etapas.
eraban. En febrero de Las universidades y los sindicatos, una vez centros de oposición al gobierno,
jstados Unidos, los so-
también cayeron bajo su control absoluto. Una nueva ley otorgó al ministro
le concedía un crédito de Tiabajo el poder de "interveniro, es decir, asumir el control legal sobre
r y le prometía la com- todo sindicato. Todos los clubes y asociaciones p¡ivados se subordinaron a la
298 Historio L'ont(tltporúnau ¿( tlnt¿ricu I-il:¡nd
tarismo comunista. Prc
clirección del gobierno. I-a Iglcsia. aunquc nttnca había sido fuerte en el siglo
nos pensaron que era I
xx. fue observacla cle cerca y los revolucion¿rrios lanzarrtn trecuetttcs ataques
Algunas personas d
sobre los.s¿rccrclotes cxtranjcros rc¿rccionarios". En 1961. el gtlbicrntl nacio-
nalizó toclas los colegios privados, con lo que suspendió urto cle los papeles
A finales cle 1959. una
mación militar conside
eclesiásticos más irnporlantes antes cie la rcvolución.
que tratar de forma dir
La revolución detcrminti la creación cle nuet,AS instil.ttcioncs cn lugar dc
ble de conspiraciones
las antiguas. Fidel parecía estar cn toclas partcs. La moviliz¿rción cra el tema
explosivo. Todas se en,
inexorable: movilizacitln contra kls invasorcs. movilizaciótì contra los proble-
no. En toclas participa
mas sociales y econtimicos intcrn<ls. lbclos los cubanos se convertirían en
guerrilleros. Para lograr este objetivo. se cret'r una milicia enorme: a finales ello residía una de las
liados hacía cuestionab
de 1960 abarcaba 500.000 personas cle ttna población total de 6.7 millones.
Después de todo. era una vía evidcnte para organizar la nueva Cuba. Y na-
tido pronto por el sovi
contactos de Miami y
die podía duclar de la identidad de su comanclante en jefe.
tadounidense.
El único partido político que sobrcvivió a la transición revolucionaria fue
La estrategia más c
el Comunista. Nunca había sido miembro y durante todo cl año 1959 Ficlel
de los exiliados. De ese
evitó cualquier identificación personal con é1. Pero también deió claro que el
la estrategia habitual dr
anticomunismo se considcraría antirrevolucionario. A medida que transcu-
la CIA había estado or¡
rría el año. se inclinó cacla vcz m¿is hacia rniembros del partido para que se
el propulsor de la invar
ocuparan de ámbitos tales com¡r la reforma agraria. Sin embargo, su partici-
pación crecicnte no amenazó el control efectivo de Fidel sobre éste. ció al presidente Eise¡rl
za invasora. A partir de
Lo que preocupaba a la mayoría de los cubanos no era la estructura po-
rócrata luchador. se co
lítica, sino el modo en que la revolución cambiaría sus vidas. En este punto.
Fidel y sus compañeros guerrilleros mantuvieron su mirada fija en los pobres, ,' La "firmeza> cle la
se convirtió en el tema
en especial los rurales. Los revolucionarios estaban determinados a atacar el
vicepresidente de Eise
legado de la Cuba corrulpta y capitalista: analfabetismo, enfermedad, malnu-
setts poco conocido, Jc
trición y dilapidación de viviendas. Una cruzada de un año durante t960 re-
dujo los índices de analfabetismo a la rnitad (su índicc de analfabetismo de do. Kennedy tomó un,
un 25 por 100 en 19-59 ya era baio para los parámetros latinoamericanos) y conocía el plan de inv¿
Fue Kennecly. el ca
des<Je entonces casi ha desaparecido. Al notar la dirección que tomaba la re-
volución. los ricos (y muchos de la clase media) comenzaron a huir y el go- sidencia y heredó el
"¡
bierno se' quedó con unos bienes caíclos del cielo: los que habían abandona- diplomáticas en enero
do los refugia<1os --c¿ìsas. oficinas, granjas- que el Estado pudo distribuir. dujeran su embajada c
En un paso típicarncnte populista. Fidel cornenzó su gobierno congelan- rente de experiencia e
clo los preci<ls y ordenanclo unas irnportantes subidas salariales (medida tam-
aprobar una invasión ,
bién tomada por Perón en 1946 y Allendc en 1970),lo que condujo a una bo- debcr anticomunista. ¡
rrachera de compras, pero pronto desaparecicron las cxistencias. Batista mundial, el nuevo pre:
había dejado 500 millones dc dólarcs en reservas de divisas, pero se gastaron no, pero pidió que no t
en seguida. especialmente cn petróleo. Así que la era de la aparente redistri- sobre todo, que no hu
bución indolora había terminado a I'inales de lc)59. En 1960 los cubanos des- combatcs. Era una prc
cubrieron el coste de las meclidas nacionalistas e igualitarias de la revolución. que afectaría en los ac
Sin embargo. por una vez en su historia se habían erraclicado las enormes de- Como los rumores
sigualdades del sacrificio. abril de 1961. La operi
Pero tambión aumentó el núncro de desertores. La mayoría atacaba a bate interminable, el p
las guerrillas por haber traicionado la esperanza cle elecciones rápidas. En su liados y vetó el uso dc
lugar. acusaban. Fidel y su camarilla estaban guiando a Cuba hacia el totali- contraron en un punt(
Cuba 299
que dio la casualidad de que Fidel conocía bien. Los exiliados estaban muy
desorganizados. Los esperados alzamientos, que supuestamente paralizarían Ur
a los defensores cubanos, nunca se produjeron. Las defensas de la isla resul-
taron más que adecuadas. Las brigadas invasoras fueron capturadas de in- Tras rechazar la invasiór
mediato. Nunca tuvieron la oportunidad de poner en práctica su táctica de se concentrarían en las
retirada: dirigirse a las montañas y montar una operación de guerrillas. hecho central era que r
Bahía de Cochinos no pudo haber sido un triunfo mayor para Fidel y los az(tcar, en especial a Es
revolucionarios. Estados Unidos por fin había mostrado sus intenciones ha- nados a cambiar esa de¡
cia lo que Fidel siempre había mantenido: un deseo de retrasar los relojes en Che Guevara, el médico
Cuba. Aunque la CIA había tratado de desechar a los personajes batististas revolucionarios.
más ofensivos, entre los invasores se incluían más de unos cuantos que ha- Guevara elaboró un
bían estado a su servicio. Fidel y sus seguidores se valieron de esos nombres cación agrícola (restancl
para probar que Estados Unidos quería restaurar al dictador desacreditado. nufacturas de bienes de
La invasión fallida marcó una línea divisoria en las relaciones de Cuba y medio de una gran fanfa
Estados Unidos, La estrategia más evidente de Washington había fracasado. nomía de exportación d,
Cuba no sería la Guatemala del Caribe. 6Qué opciones le quedaban a Esta- En 1962los resultad
dos Unidos? Muy pocas, Ahora el asunto había trascendido al ámbito de las y sus jóvenes planificad<
superpotencias. En julio de 1960, Kruschev había blandido los misiles sovié- das de 1959-1960. Se ha
ticos en defensa del socialismo cubano. En abril de 1961, Cuba no necesitó no había reserva de divi
de la ayuda soviética para repeler a los protegidos de la CIA. ¿Pero pararían peor, la producción azuc
aquí los estadounidenses? producido 6.8 millones c
Los soviéticos acordaron que debían respaldar su amenaza colocando mi- la historia cubana. Esta
siles en Cuba. La decisión tomó por sorpresa a casi todos. ¿Por qué querían cleliberado que el gobier
colocar misiles de alcance medio a las puertas de Estados Unidos cuando los hecho que debía ser así.
de largo alcance podían alcanzarlo con facilidad desde sus puestos de lanza- plantaciones y se olvidar
miento soviéticos? No obstante, los rusos siguieron adelante y en octubre de millones de toneladas y
1962 instalaban bases de misiles de alcance medio en Cuba. Era un desafío pequeña desde [945. Rr
sin precedentes al equilibrio del poder militar. Estados Unidos pidió a la El impulso industrial
Unión Soviética que los retirara, bajo la sanción de una cuarentena naval a primas y la experiencia l
todos sus envíos militares a la isla. El mundo parecía inclinarse del lado de la ligeros.rDesde 1960, Est
guerra nuclear. Tias un intervalo fatídico, Kruschev accedió y los misiles se nómico estricto contra I
retiraron. dounidenses (y a sus filir
La confrontación entre superpotencias en el Caribe tuvo implicaciones pieran su comcrcio con e
fatales para Cuba. En primer lugar, no se consultó a Fidel en ningún mo- de Rusia y el bloque del
mento, con lo que el resultado fue que Cuba se convirtió, a ojos de América nir de las burocracias pl
Latina, en un satélite soviético en asuntos esenciales de seguridad. En se- los modelos soviético y r
gundo lugar, los soviéticos retiraron sus misiles sólo porque Washington pro- rusos parecían capaces d
metió (en secreto) que no invadiría la isla. Este fue el resultado que pasó más A mediados cte 1963
inadvertido y que fue menos entendido de la crisis de los misiles: Rusia ha- norar el impuls<l industr
bía forzado a Estados Unidos a permitir que continuara el experimento so- conocer la ventaja com¡
cialista cubano. bles políticos de la isla I
Cuando Fidel se declaró marxista-leninista en diciembre de 1961, sus pa- presión soviética, sino ¡
labras se consideraron como un anticlímax. No importaban sus confesiones Che Guevara renunció.
ideológicas, continuaba siendo la personalidad más dominante con mucho de iniciativa, se adhirió al
la revolución. 1963 anunció que en 19
CLtba 301
t:
.102 Íli.sn¡riu cotttt:trtprtrúrtctt tla tltnaricu Lutitttt
Decisivo") Cuba batiría tocl<ts los récorcls cle la producción ¿rzucarera: cose-
charía l0 milloncs cle tonclaclas. Así surgió la latnosa meta de los l0 millones
de tonclaclas.
Continuó cl clctratc sobre las estrategias para lograr el desarrollo econó-
mico y la consoliclación política. Tcrdavía activo en el régimen, cl Che Gue-
vara SOS1uvo una cstrâtcqia "iclcalista)>, I-lna posttlra maoísta que eliminaría
t()tallllcnte cI rnercatlo y los incentivos ¡naterialos. Una autoridad central pla-
nificadora colectivizaría y dirigiría toda la economí4. Una ruptura radical con
el ¡tasackt capitalista requcrirí¿ì un <hombre nuevo), un cubano que trabaja-
ra por recontpcnsas mot'ales (condecoraciones, reconocimiento público) y re-
ilelara así una conciencia política nueva y más elevada. Mediante la dedica-
ción y cl sacrilicio los .nuevos> cubanos podrían contribuir a la rápida
construcción clel socialismo. Los líderes cubanos atravesaban el conocido di-
lcma cie los rcgítnencs comunistas; cómo conciliar el idealismo marxista con
una política económica pragmática.
Los iclealistas guevaristas sostenían, además, que la construcción del so-
cialismo interno requería la promoción agresiva cie la revolución en el exte-
rior. Querían probar que una estrategia guerrillera podía funcionar en toda
Amórica Latina y quizás en todo el Tercer Mundo. Según su visión volunta-
rista. las instituciones pragmáticas y convencionales desempeñaban sólo un
papel secundario; se necesitaba crear una revolución ahora.
El principal adversario de Guevara en este debate fue Carlos Rafael Ro-
dríguez, economista y miembro veterano del Partido Comunista, que defen-
clía una postura práctica. Favorecía un uso más comeclido de la planificación
centralizacla, una dependencia parcial de los mecanismos de mercado y que Fidel Castro se clirige a la rnr
se clcjara autonotnía a las empresas individuales. Pensaba que las empresas das con frecuencia c<lno sír
paz. (Center for Cuban Stud
est¿ttalcs clebían rendir cuentas de sus gastos e ingresos. En pocas palabras,
proponía un camino más convencional, basado en los incentivos materiales y
no s(')ltl cn los morales. También estaba a favor de una política de partido
I'ucrte y "ilcxiblen hacia América Latina. lo que significaba la disposición a ción económica. Seleccior
lratar con rcgítnenes quc Guevara veía sólo como blancos para la oposición do por los impulsos prodt
lcvolucionaria, trabajo de toda la isla. La
Micrntras proseguían las argumentaciones. Cuba regresaba al azúcar. Sin cle la revolución: retóric,
cnrbargo, a pcsar clc habcr dejado de concentrarse en la industrialización, la
proclucci<in ecorì(imica lue dcsalentadora. La tasa de crecimiento en la mayor
"hombre nuevo> desprenr
Junto a esta moviliza
parte cle la economía clurante t964 fue del 9 por 100, lo que sólo suponía una compromiso con la revolu
pucsta al clía tras los ciescensos de 1961-1963. En 1965 la cifra disminuyó al na movimientos guerrille
1.5 ¡ror 100, inferior al índice de crecimiento poblacional, y en 1966 volvió a riencia. Che Guevara cn<
scr ncgativ¿ì (-3,7 por 100). La indecisión a la hora de planilicar la política convirtió en el enemigo d
básica no cstaba construyendo un socialismo dinámico. bargo. desafortunadament
En 1966 F'idel dio por terminaclo cl debate con su apoyo al idealismo gue- el despliegue de sus <mu
varista. Cuba haría un esfuerzo colectivo gigantesco, acompañado por incen- muerte en 1967. a manos
tivr¡s rlorales. Ello aumcntó de inmcdiato el poder de Fidel, ya que se hizo Estados Unidos. Un prob
c¿ìrgo clcl nuevo ap¿ìrato planificador ccntralizado. ahora fortalecido, Con sus Partido Comunista Bolivii
Iugartenicntcs de conlianza, se surnergió en las menudencias de la organiza- no sabía nacla de Bolivia.
Cuba .?03
rr cl dcsarrollo econó-
régimen, el Che Gue-
naoísta que eliminaría
autoriclad central Pla-
.na
ruptura radical con
n cubano que trabaja-
.'imicnto público) Y re-
a. Mediante Ia dedica-
:ontribuir a Ia ráPida
esaban el conocido di-
dealismo marxista con
Cuba. La Habana se había descarriado considerablemente de la línea marca- Esta política económtr
da por Moscú para exportar la revolución. cn la institucional. Se fort¡
En 1968 Fidel se retractó de la línea guevarista. Ya había habido signos de sindicatos y otras organiza
que el Che no contaba con el apoyo pleno de La Habana durante su desa- yor. Este paso hacia una r
fortunada campaña en Bolivia. Con su respaldo a la invasión soviética de cho con la práctica soviét:
Checoslovaquia en 1968, Fidel señalaba un retorno a la ortodoxia soviética. tralistas sobre la cducaci<
Luego comenzó a restar importancia a la exportación de la revolución.A pe- Fidel empezó a parec,
sar de la heroica muerte del Che, las nuevas medidas sugerían que quizás hu- mienzos de l97l lanzó un
biera sido en vano. revolución que le habían ¡
Sin embargo, en el frente interno las medidas guevaristas continuaron in- duciendo a Cuba hacia la
tactas. La primavera de 1968 contempló la ,,ofensiva revolucionaria>, Lo que cés René Dumont, que at
quedaba del sector privado se nacionalizó, se subordinó el consumo a la in- de Fidel y a la militarizac
versión y se exhortó a los cubanos a darlo todo para alcanzar el objetivo om- Otro crítico, el húngaro ß
nipresente de los 10 millones de toneladas de azicar en 1970, un conocimiento más pro
Llegó el año mágico y toda Cuba se movilizó para cortar caña. Hasta munista para medir las lir
los marineros soviéticos de visita, para el sobresalto de muchos, fueron También a comienzos
arrebatados de los muelles para empuñar machetes. Todo se sacrificó para artística cubana, detenien
enviar mano de obra a los cañaverales. Al darse cuenta de que el objetivo lla. Parece que bajo coacr
estaba distante, las autoridades dejaron algo de la cosecha de 1969 en los volución. Más tarde repiti
campos con la esperanza de mejorar la cifra de 1970. Durante la recogida, que dio el tono para un m
trataron de cortar hasta la última brizna, pero no sirvió de nada: la zafra al- tonces se esperó de todos
canzó sólo 8,5 millones de toneladas. Era un total prodigioso, el mayor de Parte integrante de er
la historia cubana, pero también podía haber sido la mitad de esa cantidad. a la Unión Soviética, lo q
Demasiada propaganda, demasiadas promesas. Todo el destino de la revo- los de toma de decisiones
lución había parecido depender de la balanza en los molinos de azúcar. Fue 1968, pero el giro en la pr
un golpe mortal para la filosofía <voluntarista, del Che y el coste psicoló- consistente. La experimer
gico fue enorme. Pero Fidel, siempre inventivo, estaba a punto de volver a inevitable: la enorme dep
cambiar la política. ticos, Fidel se había conr
Mundo. Habían desapart
ortodoxos. Cuando come
La consolidación del régimen aproximaba al modelo so
Cuando entraba en lc
El fracaso del esfuerzo para lograr los diez millones de toneladas facilitó el cam- antiguas guerrillas habíar
bio de Fidel. Todos pudieron ver que el moclelo nidealista> había fallado . El26 más de dos décadas para ,
de julio de 1970, Fidel lo confesó todo. En un discurso maratónico, Castro puso promiso con un ideal igur
sobre sus espaldas la responsabilidad de la cruzada quijotesca para conseguir propios técnicos, con la a
una cosecha impresionante. Ofreció su renuncia, pero las multitudes gritaron plazar a los cuadros que
que no. El fracaso económico fue borrado por el teatro revolucionario. bían tenido tiempo para
Entonces la política cubana se volvió más pragmática. En primer lugar, Ningún supuesto luchad<
iba a haber unos nuevos sistemas de gerencia y planificación que suponían proeza del Granma.
una mayór descentralización y utilización de los "beneficios, como una base Cuba también había e
para la toma de decisiones. En segun<Jo lugar, se iba a dar al sector privado la URSS, que recordaba r
un papel mayor en la agricultura y los servicios. En tercer lugar. la paga se li- Estados Unidos. Este esl
garía ahora a la producción, con recompensas por las habilidades necesarias. 1989 en 4.200 millones de
Por último se incrementaría la interacción económica con Occidente. probablemente fue equiv
Cuba 305
nente de la línea marca- Esta política económica más convencional iba acompañada de un cambio
en la institucional. Se fortalecía al Partido Comunista y se reestructuraban los
a había habido signos de sindicatos y otras organizaciones de masas, a las que se otorgaría un papel ma-
labana durante su desa- yor. Este paso hacia una mayor
"ortodoxia>
(es clecir, un parecido más estre-
la invasión soviética de cho con la práctica soviética) también afectó a la cultura. Los controles cen-
a la ortodoxia soviética. tralistas sobre la educación y los medios de comunicación se fortalecieron.
r de la revolución. A Pe- Fidel empezó a parecerse a Kruschev por su mayor oscurantismo. A co-
sugerían que quizás hu- mienzos de 1971. lanzó un ataque furioso contra <los antiguos amigos" de la
revolución que le habían acusado de que su régimen personalista estaba con-
:varistas continuaron in- duciendo a Cuba hacia la destrucción económica. Uno era el agrónomo fran-
revolucionaria>. Lo que cés René Dumont, que atribuía los fracasos agrícolas cubanos a la egomanía
linó el consumo a la in- de Fidel y a la militarización sin orden ni concierto de la economía cubana.
alcanzar el objetivo om- Otro crítico, el húngaro K. S. Karol, era más devastador debido a que tenía
'en1970. un conocimiento más profundo del pensamiento marxista y experiencia co-
para cortar caña. Hasta munista para medir las limitaciones de Fidel.
rlto de muchos, fueron También a comienzos de 1971. Fidel aplicó medidas estrictas a la escena
; Todo se sacrificó para artística cubana, deteniendo al escritor de fama internacional Heberto Padi-
Lenta de que el objetivo lla. Parece que bajo coacción, se le obligó a confesar crímenes contra la re-
cosecha de 1969 en los volución. Más tarde repitió su mea culpa ante una conferencia de escritores,
/0. Durante la recogida, que dio el tono para un modelo más severo de lealtad política, que desde en-
'vió de nada: la zafra al- tonces se esperó de todos los artistas de la Cuba revolucionaria.
prodigioso, el mayor de Parte integrante de este cambio político fue una aproximación creciente
r mitad de esa cantidad. a la Unión Soviética, lo que significó una mayor conformidad con sus mode-
o el destino de la revo- los de toma de decisiones económicas y políticas. Era algo subyacente desde
molinos de azúcar. Fue 1968, pero el giro en la política interna hizo la postura general de Cuba más
Che y el coste psicoló- consistente. La experimentación radical había terminado y llegaba la lógica
rba a punto de volver a inevitable: la enorme dependencia económica y militar cubana de los sovié-
ticos. Fidel se había convertido en un aliado fiel de la URSS en el Tercer
Mundo. Habían desaparecido los duros ataques a los partidos comunistas
ortodoxos. Cuando comenzaron los años setenta, la Revolución cubana se
ten aproximaba al modelo soviético mucho más que lo hubiera hecho nunca.
Cuando entraba en los años ochenta, no había ninguna duda de que las
toneladas facilitó el cam- antiguas guerrillas habían creado una nueva sociedad. Habían contado con
ista> había fallado. El26 más de dos décadas para educar y entrenar a nuevas generaciones en el com-
maratónico, Castro puso promiso con un ideal igualitario y comunitario. Habían podido formar a sus
uijotesca para conseguir propios técnicos, con la ayuda soviética y de la Europa del Este, para reem-
o las multitudes gritaron plazar a los cuadros que habían huido de la radicalización del régimen. Ha-
o revolucionario. bían tenido tiempo para hacer de Cuba una formidable fuerza de combate.
nática. E,n primer lugar, Ningún supuesto luchador por la libertad futuro sería capaz de repetir la
nificación que suponían proeza del Granma.
neficios, como una base Cuba también había establecido una dependencia económica extrema de
t a dar al sector privado la URSS, que recordaba mucho a la que había mantenido en otro tiempo con :
ercer lugar, la paga se li- Estados Unidos. Este estimó la asistencia económica soviética a la isla en
s habilidades necesarias. 1989 en 4.200 millones de dólares. Aunque era difícil calcular el total exacto,
a con Occidente. probablemente fue equivalente a un cuarto del producto nacional bruto cu-
306 Historia contemporánea tle América [,atina
bano. La integración del comercio, tanto de la importación como de la ex- forma pronunciada. La Fl
portación, en el bloque del Este se aproximaba a la situación anterior res- se adoptara un código fi
pecto a Estados Unidos. ¿Había simplemente cambiado un estigma de efectuar la mitad de las t¿
dependencia por otro? En el sentido más aparente, la respuesta debía ser lícula cubana Retruto de
afirmativa. No obstante, los lazos con la Unión Soviética no ocasionaron la fueron fáciles de alcanzar
propiedad directa que había generado la reacción violenta contra la penetra- ceptible cambio en las acl
ción económica estadounidense hasta 1959. a las que tenían hijos, les
Sin embargo, por debajo de las estadísticas había más cuestiones apre- tiempo completo. Una de
miantes. ¿Cuáles eran las consecuencias de su nueva dependencia'i Sabemos cuidado de los niños. Otr
que Fidel se había hecho eco de la denuncia soviética contra Solidaridad en proporcione pocos benefi
Polonia ("los antisocialistas y contrarrevolucionarios") y elogiado la inter- siendo escasos.
vención soviética contra La vivienda era otra n
"los salvajes actos de provocación, subversión e in- sigual hasta 1959. Aquí Io:
terferencia contra la revolución> en Afganistán. Cuba envió más de 30.000
soldados y personal de servicio social para apoyar a regímenes pro soviéticos con rapidez. Era bastante
en países africanos como Angola y Etiopía. ¿Pero cuáles fueron las implica- a grupos especiales (comr
ciones más hondas para la sociedad cubana? La profunda revolución social más lenta y cara. A corto
había sido posible sólo gracias a la protección militar y la ayuda económica viviendas fuera una priori
soviéticas. Sigue sin aclararse si los cubanos tuvieron más pocler de negocia- cuenta, el ejemplo de los
ción con Moscú que el disfrutado con Washington en otro tiempo, ya que las bía sido un problema soci
relaciones soviético-cubanas se dieron en un secreto mucho mayor que el de Resulta bastante iróni
las anteriores con Estados l]nidos. Cuba fuera en la agricultu
La revolución ha producido muchos cambios en la isla. Para quienes ha- tenderse. Las guerrillas et
bían vivido con pocas esperanzas en la Cuba capitalista, mejoró mucho el ni- de la isla a un solo cultivo
bía sido diversificar la agr
, vel de vida. Sus mayores triunfos han sido cubrir las necesidades humanas
tes del giro hacia el realisr
, básicas. Se ha desterrado el analfabetismo y se ha creado un amplio sistema
j educativo, en cuyas enseñanzas hay un alto grado de ideología para inculcar alimentos iba despacio. Se
los nuevos valores socialistas. Se ha extendido a los sectores más bajos la to agrícola cubano durant
atención médica básica, en especial la medicina preventiva. La formación tró entre los peores de A
médica se ha adaptado a la salud pública. Se ha garantizado la distribución aumentó a una tasa consid
de alimentos, siempre uno de los reflejos impactantes de la desigualdad so- do muy dependiente de la
cial, mediante el racionamiento. Se han establecido patrones nutricionales Cuando terminó la dr
mínimos, que se han cumplido con creces para toda la población. El resulta- dense trataron de mejora
do es que la esperanza de vida aumentó de los sesenta y tres años en 1960 a miliares estadounidenses,
setenta y seis en 1992, y la tasa de mortalidad infantil cayó más de..dos te¡- vez desde comienzos de I
cios en ese mismo periodo. Gran parte de este progreso fue obvianibnte so- cargados con aparatos elt
cavado por la crisis económica que se inició en 1990" bienes no existían o sólo ¡
El papel de las mujeres ha sido otro ámbitô de cambio significativo. La negro, muchos cubanos se
tradición del machismo era especialmente fuerte en la Cuba prerrevolucio- de consumo tras dos déca
naria y ha resultado un obstáculo importante para el movimiento feminista. Sin duda, esta frustrar
Por tomar un ejemplo impactante, a mediados de 1980, sólo el 19 por 100 tico éxodo de Cuba en 19
de los miembros del Partido Comunista y candidatos a serlo eran mujeres. cubano de retirar la guar<
Sin embargo, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) ha recorrido un dente violento en el que ¡
largo camino para cambiar la opinión y la conducta. El número de mujeres para conseguir asilo y un
en la educación superior y las escuelas profesionales (en especial en medi- corrió la voz de que la er
cina, donde las estudiantes hoy sobrepasan a los varones) ha aumentado de 10.800 cubanos se agolpar
Cuba 307
bierno, desconcertado por la embarazosa oleacla de clisidentes, anunció que fuerzas aéreas cubanas y ht
se permitiría emigrar a todos, junto con cualquier otro que comunicara su de- ta y huyó a Florida. En jur
seo a las autoridades. El total alcanzó la cifra de 125,000 personas. La mayoría gente más respetado del ejr
salió del puerto de Mariel en pequeñas embarcaciones poco apro- de brillantes victorias en e
piadas para el mar- proporcionadas por la comunidad -muchas
cubana de Florida. cuando Cuba luchaba por
Estas 125.0(Ð personas siguieron las oleadas previas de los exiliados, in- juzgado y ejecutado, junto
cluidas las 160.0ffi que habían salido en el programa estadounidense-cubano co de drogas y malversació:
coordinado por el gobierno entre 1965 y 1973. ¿,Por qué este éxodo? En las gran prisa, despertó el rect
primeras planas de los periódicos y en las pantallas de televisión de Estados preguntaron cómo unos of
Unidos, Europa Occidental y el resto de América Latina aparecían las imá- estrecha de Fidel podían h
genes de casi 11.000 cubanos desesperados, apiñados en las dependencias de nocimiento de un dirigente
la embajada peruana sin comida ni agua. cia el detalle administrativr
Para contrarrestar esa imagen, cientos de miles de cubanos efectuaron mar- cia para el poder máximo?
chas enormes por toda La Habana. Pero los diplomáticos destinados allí esti- Una clave para la supe
maron que, si Mariel hubiera permanecido abierto, quizás 1.000.000 de perso- institucional izar el proceso
nas habrían optado por ir a Florida. Aun sin conocer el alcance exacto posible, nó a confiar en los grupos q
era mayor de lo que cualquier diplomático extranjero hubiera podido aventu- ron para proteger el nuev,
rar antes del incidente de la embajada. Cabría explicar en parte el descontento para la Defensa de la Revr
por la frustración de los cubanos, que estaban cansados de esperar los niveles de mayor o menor importe
de vida más elevados que se habían prometido hacía tanto tiempo. El gobierno cionario más elevado. Con
cubano se daba buena cuenta de este descontento y en la víspera de Mariel setegta, el partido asumió r
complementó el sistema de racionamiento de alimentos con (mercados de pro- El reto básico para lor
ductos agrícolas libres>. Pero el <Programa de Rectificación> que comenzó en una diminuta elite de guer
1986 abolió las empresas pequeñas y reinstauró los incentivos morales con la in- creciente de seguidores lea
tención de convertir en virtud la intensificación de la crisis económica, que se lizado el modelo soviético-
agudizó por la severa escasez de moneda fuerte, causada en parte por los bajos proceso comenzó en 1975.
precios mundiales para el az(tcar. Pero el proceso de la <rectificación> puso a celebraron elecciones popt
Cuba en la dirección completamente opuesta a la perestroika que entonces es- construir una estructura re
taban lanzando los mentores de Fidel en la Unión Soviética. mienzos de la década de 1!
A pesar de los resultados económicos internos, si se miden por la pro- lización, burocratización e
ducción (y no por la renta, como en las economías occidentales), habían guía concentrado en el v(
aumentado mucho, con un crecimiento medio de¡n 7,3 por 100 de 1981 a europeos del Este y los rus
1985, pero cayó de forma aguda desde 1985 e incluso resultó negativo en al- En 1991-1992 Cuba sul
gunos años. Sin embargo, a diferencia de la América Latina capitalista, el medida que el sustento exl
bajo crecimiento económico no iba a representar un riesgo para la población la URSS y del Comecon (e
cubana, gracias al racionamiento de alimentos y los servicios médicos gene- y Europa Oriental) expur
rales que habían proporcionado a Cuba unos índices de morbilidad y morta- Cuba. Hacia 1992, toda la
lidad iguales a los del mundo industrializado. do. Los envíos de petróleo
tras que las importaciones
mo periodo. Los bienes de
La lucha por sobrevivir otrora por Europa Oriental
actividad económica genel
Aunque Cuba había llegado a mediados de 1991 sin los signos de desconten- Otras estimaciones calcular
to popular que sentenciaron al comunismo en Europa del Este, la tensión ha- pe económico mayor que
bía comenzado a aparecer en años recientes. En mayo de 1987, el jefe de las experimentado en Améric¿
Cuba 309
isidentes, anunció que fuerzas aéreas cubanas y héroe de Bahía de Cochinos se subió a una avione-
que comunicara su de- ta y huyó a Florida. En junio de 1989, se sintió un golpe más fuerte. El diri-
) personas. La mayoría gente más respetado del ejército, el general Arnaldo Ochoa Sánchez, artífice
; poco apro- de brillantes victorias en el campo de batalla sobre las fuerzas surafricanas
-muchas
ad cubana de Florida. cuando Cuba luchaba por consolidar el régimen comunista de Angola, fue
as de los exiliados, in- juzgado y ejecutado, junto con otros tres altos mandos. Se les acusó de tráfi-
stadounidense-cubano co de drogas y malversación de fondos. Su dramático juicio, desarrollado con
ué este éxodo? En las gran prisa, despertó el recuerdo de las infames purgas de Stalin. Muchos se
, televisión de Estados preguntaron cómo unos oficiales que habían disfrutado de la confianza más
ina aparecían las imá- estrecha de Fidel podían haber organizado esa vasta conspiración sin el co-
,n las dependencias de nocimiento de un dirigente que se caracterizaba por su gusto legendario ha-
cia el detalle administrativo. ¿O era un modo de eliminar un rival en poten-
rbanos efectuaron mar- cia para el poder máximo?
:os destinados allí esti- Una clave para la supervivencia de la revolución sería la habilidad para
rás 1.000.000 de perso- institucionalizar el proceso revolucionario. En los años sesenta Fidel se incli-
alcance exacto posible, nó a confiar en los grupos que habían nacido en la insurrección o que se crea-
ubiera podido aventu- ron para proteger el nuevo régimen: el ejército, las milicias y los Comités
rn parte el descontento para la Defensa de la Revolución. Al Partido Comunista se le dio un papel
, de esperar los niveles de mayor o menor importancia por iniciativa de Fidel y el liderazgo revolu-
to tiempo. Elgobierno cionario más elevado. Con el giro hacia la ortodoxia a comienzos de los años
n la víspera de Mariel setepta, el partido asumió una nueva importancia.
con .mercados de pro- þl reto básico para los revolucionarios era transformar el liderazgo de
ción> que comenzó en una diminuta elite de guerrilleros veteranos y fieles al partido en una base
tivos morales con la in- creciente de seguidores leales. Los medios más obvios que había uti-
isis económica, que se -y losComunista.
lizado el modelo soviético- era ampliar la base del Partido Este
r en parte por los bajos proceso comenzó en 1975. Bajo la bandera de la <participación popular>, se
puso a celebraron elecciones populares para las asambleas regionales. La idea era
"rectificación>
roika que entonces es- construir una estructura representativa de ámbito local. No obstante, a co-
tica. mienzos de la década de 1990, los cubanos seguían quejándose de la centra-
se miden por la pro- lizaciôn, burocratización e ineficiencia del aparato del Estado. El poder se-
occidentales), habían guía concentrado en el vértice de una estructura semejante a la que los
/,3 por 100 de 1981 a europeos del Este y los rusos ya habían desmantelado.
'esultó negativo en al- En 1991-1992 Cuba sufrió una dolorosa confrontación con la realidad, a
Latina capitalista, el medida que el sustento exterior de su economía desapareció. El colapso de
)sgo para la población la URSS y del Comecon (el organismo regulador del comercio para la URSS
rvicios médicos gene- y Europa Oriental) expuso brutalmente la vulnerabilidad económica de
¿ morbilidad y morta- Cuba. Hacia 1992, toda la ayuda económica y militar rusa había desapareci-
do. Los envíos de petróleo cayeron un 86 por 100 desde 1989 a 1992, mien-
tras que las importaciones de alimentos cayeron eI 42 por 100 en casi el mis-
mo periodo. Los bienes de equipo, tales como los autobuses, proporcionados
otrora por Europa Oriental, ahora se deterioraban por falta de recambios. La
actividad económica general cayó hasta un 29 por 100 entre 1989 y 1993.
; signos de desconten- Otras estimaciones calculan la caída en el doble. Cuba había sufrido un gol-
lel Este, la tensión ha- pe económico mayor que cualquiera (incluida la,Gran Depresión de 1930)
de 1987, el jefe de las experimentado en América Latina en el siglo xx. I
310 Historia contemporánea de América Latina
¿Por qué? Porque Cuba había concentrado excesivamente su comercio y primeros ocho meses de 19'!
finanzas con un mercado (84 por 100 con Comecon). Amparada en la cone- sición organizada, fuera de
xión soviética,veía poca necesidad de esforzarse significativamente en diver- riódicamente en prisión. EÌ
sificar sus exportaciones y mercados. Se convirtió así en el máximo ejemplo Fidel, que cada vez más pi
de dependencia, aunque debe reconocerse también el papel central del em- Irónicamente, se apoya mu(
bargo de Estados Unidos en forzar a Cuba a concentrarse en el Este. Con el Congreso endureció más er
colapso de la Unión Soviética, Cuba sufrió el equivalente a un ndoble em- Sam, Fidel se quedaría sin ,
vamente su comerclo y primeros ocho meses de 1994). Dentro de la isla, sin embargo, hay poca opo-
Amparada en la cone- sición organizada. fuera de los escasos disidentes valerosos que terminan pe-
ficativamente en diver- riódicamente en prisión. El poder permanece sumamente concentraclo bãjo
en el máximo ejemplo Fidel, que cada vez más parece un caudillo latinoamericano de viejo cuño.
I papel central del em- Irónicamente, se apoya mucho en la rígida postura de Estados unidos, que el
'arse en el Este. Con el
congreso endureció más en 7992 y de nuevo en 1996. Sin el espectro clel tío
rlente a un udoble em- Sam, Fidel se quedaría sin una explicación de las desgracias cle cuba. cuan-
do cuba fue el único país del hemisferio no invitado a ra cumbre de las Amé-
ntieron pronto, cuando ricas de diciembre de 1994 en Miami, castro dijo que era <<un gran honor>.
I de vida. Las cuotas de Esta extraña distinción ofreció poco consuelo a los ciudadanos orgullosos y
ìs, y el resto sólo se po- patriotas de Cub4-Ll
ectricidad sólo de cua-
iapareció prácticamen-
rjo a los cubanos que
República Popular de
o y proclamó que Cuba
pazrr. La orden del día
,?
tado de Maine), las islas tienden a tener un tamaño modesto; las Granadillas, \"
las Bahamas y las islas Caimán son absolutamente minúsculas. La topografía
varía de las llanuras de Barbados a las costas escarpadas de Martinica y Gua-
ï;"il
o o¿'
dalupe. lJnas cuantas islas, como Cuba y Jamaica, tienen ondulaciones mon-
o é4,I
!¿<
tañosas e importantes cordilleras. En general, el clima es templado, las preci- > ;9þ
pitaciones son abundantes y el suelo es fértil. Aquí el poder de la naturaleza
se hace evidente de forma clara y constante, tanto en los hermosos paisajes
3,É
-('Êrr
Êã ?
como en las fuerzas destructivas: huracanes, volcanes, terremotos e inunda-
.¡ "¡u".'(FÊ )
;",&.î{
ciones.
Las islas situadas más al norte y mayores: Cuba, Jamaica, Puerto Rico y
f
rú".
La Española (compartida ahora por Haití y la República Dominicana) se co- .ro¿
nocen como las Antillas Mayores. Las menores, situadas al este, reciben el
nombre de Antillas Menores; también llamadas islas de Sotavento e islas de :,'/Á;(r
"r'ñ...
Ç-îu
ef*réäi?.,/¿l ,-'
Barlovento.
Aunque el Caribe estaba habitado mucho antes de la llegada de los
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europeos, el volumen de población indígena es todavía objeto de debate. Se- -,
gún la mayoría de las estimaciones, rondaba los 750.000 habitantes, cerca de 'Ë f ll'v
dos tercios de los cuales se encontraban en La Española. Había tres grupos {.ôx otl(.a
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diferentes: ciboney o guanahuatebey, taíno arawak y caribe (del que la región
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toma el nombre). Estos pueblos precolombinos fueron las primeras víctimas - .{ù'
de las crisis y transiciones resultantes de la conquista y colonización llevadas òø
Golfo de Méx¡co
OCEANO ATLANTICO
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3. Centroamérica y el Caribe.
314 Histr¡ria contempor(tnea de América Lutinu
te todo el siglo xvu, el mar caribe fue el blanco abierto y codiciado de cor-
r vez contra el abu-
sarios y bucaneros, que arrasaban los asentamientos costeios y perseguían las
Iontesinos asombró I
flotas reales. Los rivales europeos de España, en especial Inglaterra, alenta-
rs infligidos a la po-
b.an y a veces pertrechaban a estos p!¡atas; Francis Drakg, John Hawkins y
menz6 su ferviente Henry Morgan se convirtieron en caballeros del reino inglés.
conquistadores. En Las potencias europeas también establecieron asentamientos. Los ingle-
o a regular el trato ses tomaron Jamaica en 1655. Los franceses hicieron lo propio con la parte
mericanos, Las Ca-
occidental de La Española en 1-þf9. Los holandeses ocuparon la zona nor-
ña importara escla-
oriental de Brasil de 1630 a 1654 y luego pasaron a una serie de islas frente
a la costa de venezuela. Pocõ-á-poco, España cedió o aceptó de facto la pér-
da desde las costas
dida de algunos de sus territorios coloniales. En las guerras europeas, las po-
ls enviadas al Nue- sesiones caribeñas se convirtieron en prendas que pasaban de perdedores a
: clirigieron al Cari-
ganadores como si de un juego de póker se tratara.
rían la composición
Mientras tanto, la demanda de azicar aumentaba de forma constante en
los cimientos de la
Europa. Pronto su cultivo dominó no sólo el comercio caribeño (controlado en
gran medida por ingleses, franceses y holandeses), sino que afectó profunda-
a clestrucción de la
'aron escapar a mente a la composición agrícola y racial de las islas. con el tiempo, acabarían
las
'es la geografía era pobladas de forma muy predominante por habitantes de descendencia africa-
na, situación que persiste hasta nuestros días. sólo en las islas españolas ma-
ía dónde esconder-
yores de Puerto Rico y cuba, donde la importancia otorgada al azú,car fue pos-
rblación nativa fue
terior, no se convirtieron en mayoría.
Otra consecuencia del cultivo cle la caña de azúcar fue la transformación
:ncias y las institu-
de los sistemas de producción diversificados en economías de un solo pro-
lvíos traía algunos
ducto, al concentrarse en el azúcar para la exportación. La mayoría de sus ne-
ts (como otros ha-
cesidades de consumo tenían que importarse de otras islas, tierra firme o Es-
316 Historia contemporânea de América Latina
paña. Sólo en las islas más pequeñas, como Granada, había otros productos
(en este caso el café) más importantes que el az(tcar. Como la mayoría de la Visión general: cr
población autóctona había muerto y a los colonos españoles no les gustaba
trabajar con sus manos, la demanda de esclavos continuó durante todo el si- La preeminencia <Iel azúc.
glo xvlrr. obra llevaron a que existit
Por supuesto, el tráfico de esclavos se hizo muy rentable y eI azúcar del res. Con el fin de definir r
Nuevo Mundo creó una demanda de productos europeos que más tarde ayu- Mundo, la corona españoli
dó a estimular la revolución industrial. El az(tcar se convirtió en la reina del y esclavos blancos: permit
Caribe hasta que, al igual que otros productos primarios, se enfrentó con una los indios nativos, aunque
competencia inflexible de otras partes del mundo (incluido el sur estadouni- vos africanos fue lo que n
dense). En la década de 1850, Cuba sola producía ya casi todo el az(tcar ne- el periodo colonial.
cesario para exportar a Europa. La invención del molino moderno o ingenio Todos los demás cultir
a vapor y mecanizado disminuyó la necesidad de mano de obra esclava y aca- diversificación económica,
bó llevando a la abolición de la esclavitud (aunque los plantadores de Cuba contaban. En las islas más
y Puerto Rico fueron recalcitrantes hasta el final). A finales del siglo xlx, el car era difícil, así que se d,
azitcar ya no era la suprema gobernante. Con su caída, los estrategas impe- co apareció en pequeñas g
rialistas de la todopoderosa Europa se apartaron del Caribe para concen- otras islas. Pero la urgenci
trarse en zonas de expansión más lucrativas, como la India y el Sureste asiá- azúcar ocasionó la conver
tico. plantaciones, tendencia qu
Los legados políticos de la conquista y la colonización serían complejos. cuyos residentes tenían qu
Con tantos dueños europeos, las islas del Caribe tendrían unas tradiciones La sociedad poco cohe
legales y culturales diversas. Lograrían la independencia en momentos dife- las pequeñas unidades de
rentes y por varios medios. Como veremos, Haití se separaría de Francia en ganizada y jerárquica de i
1804; algunas de las posesiones británicas no adquirirían su soberanía hasta respectiva controlaba con
las décadas de 1960 y 1970. Algunas han estado luchando con los desafíos de terra, cada país europeo fr
la nacionalidad durante cerca de 200 años; otras se encuentran aún tras la ge- Casa de Contratación esp;
neración de dirigentes que las llevaron a la independencia. dias Occidentales y la Con
Dejando a un lado Cuba y Haití, ninguna de las posesiones caribeñas sos- Quizás la principal co
tuvo una guerra de liberación larga. Debido a su pequeño tamaño y a su geo- creación de un rígido sistr
grafía, nunca han desarrollado establecimientos militares. Como colonias, po- existía una pirámide con t:
dían depender del poder militar de sus madres patrias; como islas, el mar las en el medio y los negros er
protegía cuando menos parcialmente de las invasiones hostiles. Con la ex- los indios desaparecieron,
cepción de Haití y la República Dominicana, las naciones independientes del La demanda europea t
Caribe no han padecido una dominación militar tan frecuente en la tierra fir- grandes fortunas, que util
me latinoamericana durante los siglos xx y xx. para comprar la aceptació
Por último, la pequeñez y pobreza de las islas caribeñas evitaría que sus Como en México y Perú, J
gobiernos se hicieran fuertes: a diferencia de las poderosas maquinarias esta- la mayoría deseaba volver
tales existentes en Chile o México contemporáneos, mantendrían una debili- par posiciones de poder I
dad crónica. Con recursos escasos y unas poblaciones modestas, en realidad apareció una aristocracia c
único. La mayor parte del comercio se mântuvo sólo con la madre patria. De
este modo, la producción agrícola del Nuevo Mundo entró en contacto con
los centros manufactureros que surgían en Europa. Hacia el siglo xx, la ma-
yor parte del comercio caribeño se dirigiría a Estados Unidos.
318 Historia conlempor(tnea de Américct Latina
creciente de puertorriqueñ
La explotación llevó a rebeliones de esclavos esporádicas, algunos de los
tados Unidos.
cuales huyeron a las montañas y crearon las comunidades de cimarrones pró-
El modelo cubano, des
fugos. Desde allí hacían incursiones a las plantaciones en busca de alimentos,
una economía
armas e incluso mujeres. Los plantadores blancos respondieron con una com- "dirigida" s,
económicos y políticos har
binación de persuasión, negociación y fuerzas paramilitares, i
I
cionario por otros países c
A medida que la producción azvcarera declinaba y aumentaba la pobla- !
inuyó drásticamen-
Ja para las granjas
rciones económicas ,,Èl'¿.i
I
intervenciones ex-
: ahora constituYen
rincipio ha agravia- )
ituyen una minoría I
y habla francés de
'ngua nativa. el cre-
:la ecléctica de reli-
rial, una especie de
los conflictos entre
ia haitiana.
reciente. De 1804 a
hubo dieciséis pre-
a 1915 Haití afron-
presidentes fueron
a la del
"diplomacia
allí hasta 1934. Las
rl de la isla. Una de
ado por una fuerza
se encomendó a un
toclas las obligacio-
dos Unidos). Se ini-
:ro la mayoría de la
latente. La representación racista de Haití como un niño negro cándido e inepto formó y re-
la pérdida de la so- flejó las actitudes estadounidenses acerca de la intervención militar. Motivada por la
la organización del crisis política y económica de 1915, esta caricatura expresaba el desamparo de Haití
cho, la comisión tì- la leyenda; la voy a cargar!r- y la determinación del tío Sam de to-
-mediante "¡Me
rartida de las guar- mar cartas en el asunto. (Hanny, St. Joseph News-Press,1915. Cedida por St. Joseph
de los oficiales es- News-Press/G azefte.)
oder de difcrentes
énio Vincent como
El control pasó al coronel Paul E. Magloire, un dirigente negro que poseía
Guardia Haitiana influencias en el ejército y entre las masas populares. En su toma de posesión,
có a otro presiden- prometió salvaguardar los derechos garantizados por la Constitución, conti-
nplazó a los cargos nuar los proyectos de irrigación y otras obras públicas, y promover la mejora
rn el fin de benefi- de la educación. En el ámbito internacional, intentó mantener buenas relacio-
ampo. Estimé exo- nes con Estados Unidos, mientras el aumento de los precios de la exportación
cuerdo con el Ban- producido por la guerra de Corea ayudaba a estimular el crecimiento econó-
alle del Artibonite. mico. Fue derrocado por un grupo de rivales ambiciosos y resentidos en un gol-
necer en el poder, pe efectuado en 19_.5,6,
Tias meses de incertidumbre, surgió la figura de François Duvalier, que
322 Historia contemporáneu cle Arnérica Lutina
que en balsas hechas por ellos mismos intentaban alcanzar las costas de Es- la isla fue cedida a Franc
tados Unidos y los instalaron en un campamento en la base naval de Guan- el movimiento de indepe
tánamo (en Cuba). En mayo de 1992, el presidenteGeorge Bush ordenó a los revolucionarias tomaron
guardacostas que devolvieran a los balseros haitianos a su país sin conside- animosidad entre los dos
rarlos como refugiados políticos. El candidato demócrata a la presidencia Bill do el control y luego pre
Clinton denunció la política de Bush como una <respuesta cruel a una terri- La posición estratégi,
ble tragedia humana>, pero permitió su continuación después de ser elegido Unidos, comprometido a
en noviembre de 1992. Una negociación auspiciada por la ONU estuvo a europeas actuaran en el l
punto de solucionar la crisis en 1993, pero fracasó ante el desafío del régimen varias ocasiones su inter
de Cédras. Hacia comienzos de 1994, los líderes de la comunidad afroameri- República Dominicana (
cana de Estados Unidos lanzaron una dura crítica a la inacción de Washing- creó una Guardia Nacior
ton, y Clinton retrocedió anunciando que las autoridades de Estados Unidos discípulos más brillantes
se ocuparían de los balseros y darían asilo a las víctimas de la represión po- contraba Bafael .Leónida,
lítica. Las noticias del cambio originaron una nueva ola de balseros. Pese al virtiéndose en uno de los
escepticismo general, Clinton comenzó a considerar el uso de la fuerza mili- Gracias a los estímul
tar. A mediados de septiembre, Clinton denunció al gobierno de Cédras rra mundial, que subiero
como <el régimen más violento de nuestro hemisferio', y resaltó los riesgos económicas mejoraron d
de la inacción: ,.En tanto Cédras gobierne, los haitianos continuarán buscan- tí, sus tropas fortaleciero
do refugio en nuestro país ... Tiescientos mil haitianos más, el 5 por 100 de e impusieron control en
toda la población, están escondidos en su propio país. Si no actuamos, ellos menzaron a quejarse por
formarán la siguiente ola de refugiados a nuestras puertas. Continuaremos mercado interno los proc
afrontando la amenaza de un éxodo masivo de refugiados y su constante cio general que mostraba
amenaza a la estabilidad de nuestra área y al control de nuestras fronteras>. Un acuerdo estableci
Mientras la tensión crecía, Clinton envió una delegación de alto nivel nos en 1922 llevó a la fo
presidida por el expresidente Jimmy Carter en un esfuerzo desesperado de tarde, las elecciones otor
negociación. A última hora, cuando las tropas de Estados Unidos ya estaban no, que terminó en paz u
en camino para la invasión de Haití, Carter logró un acuerdo con el gobier- garon a la isla y comprar
no de Cédras. Clinton canceló la invasión, pero envió en cambio una fuerza rras. La Guardia Nacior
de ocupación; en menos de una semana habían desembarcado más de 15.000 cometió el error tan frec
soldados. Aristide retomó el poder a mediados de octubre y la ocupación de na: trató de revisar la Co:
Estados Unidos pasó a una fuerza internacional de paz a inicios de 1995. sidencia.
Queda por ver si Haití podrá, por fin, desarrollar y consolidar una democra- Hiáo erupción una rr
cia significativa. las elecciones de 1930. B
dejó claro que ganaría a
de los votos. De inmediat
República Dominicana: un experimento inacabado políticos. El futuro le pe
muerte e! 1961.
La historia de la República Dominicana comparte algunos rasgos dramáticos Al igual que tantos <J
con Haití. Ambas naciones se encuentran en la isla de La Española y han es- amasar una fortuna prop
tado entrelazadas desde que llegaron los españoles por primera vez. En la cimiento anual fue del 8
República Dominicana es donde resulta más notable el fracaso de los inva- porque los beneficios ncl
sores españoles para establecer un asentamiento fuerte; allí comenzó el co- ingresos nacionales eran
nocido sistema de la encomienda. tranjeros. Las masas segr
Las decisiones exteriores han determinado en buena parte el destino de tradicciones entre Trujill
esta región, y de forma notable el Tiatado de Ryswijk de 1695, cuando toda que prosperaba la econ<
El Caribe 325
r las costas de Es- la isla fue cedida a Francia sin la más ligera consulta a los colonos. Durante
;e naval de Guan- el movimiento de independencia haitiano a finales del siglo xvlrr, las fuerzas
Bush ordenó a los revolucionarias tomaron la República Dominicana, acto que todavía concita
r país sin conside- animosidad entre los dos países. Los colonos españoles acabaron recuperan-
la presidencia Bill do el control y luego precipitaron un largo periodo de guerras de caudillos.
cruel a una terri- La posición estratégica de La Española la hizo importante para Estados
ués de ser elegido Unidos, comprometido a comienzos del siglo xrx con evitar que las potencias
la ONU estuvo a europeas actuaran en el hemisferio. La anarquía y el caos han impulsado en
:safío clel régimen varias ocasiones su intervención. De 1916 a L9Q. los marines ocuparon la
unidad afroameri- República Dominicana (así como su véciná Harfi. Como en esta úitima, se
:ción de Washing- creó una Guardia Nacional para combatir las partidas guerrilleras. Entre los
e Estados Unidos discípulos más brillantes de las fuerzas de ocupación estadounidenses se en-
e la represión po- contraba Rafae! Leónidas Trujillg, un ambicioso soldado clue terminaría con-
: balseros. Pese al virtiéndose en uno de los dictadores más despiadados del hemisferio.
de la fuerza mili- Gracias a los estímulos económicos proporcionados por la primera gue-
rierno de Cédras rra mundial, que subieron los precios del azucar y del cacao, las condiciones
:esaltó los riesgos económicas mejoraron durante la ocupación estadounidense. Como en Hai-
rtinuarán buscan- tí, sus tropas fortalecieron la infraestructura, mejoraron el sistema educativo
s, el 5 por 100 de e impusieron control en las finanzas públicas. Sin embargo, los críticos co-
o actuamos, ellos menzaron a quejarse por la competencia desleal que representaban para el
s. Continuaremos mercado interno los productos estadounidenses más baratos y por el despre-
)s y su constante cio general que mostraban los invasores hacia los ciudadanos del país.
restras fronteras>. Un acuerdo establecido entre Estados Unidos y los dirigentes dominica-
ión de alto nivel nos en 1922llevó a la formación de un gobierno provisional. Dos años más
r desesperado de tarde, las elecciones otorgaron el poder a H^gr-qgig.Vâzquez, político vetera-
lnidos ya estaban no, que terminó enpaz un mandato co4pleto. Los inversores extranjeros lle-
do con el gobier- garon a la isla y compraron pequeñas empresas, bosques, plantaciones y tie-
lmbio una fuerza rras. La Guardia Nacional mantenía la ley y el orden. En 1929 Yázquez
do más de 15.000 cometió el error tan frecuente en tantos líderes de la historia latinoamerica-
y la ocupación de
na: trató de revisar la Constitución para poder presentarse de nuevo a la pre-
r inicios de 1995. sidencia.
lar una democra- Hizo erupción una revolución y Trujillo se presentó como candidato en
las elecciones de 1930. Blandiendo su base de poder (la Guardia Nacional),
dèjó claro Que ganaría a toda costa y proclamó su victoria con un 95 por 100
de los votos. De inmediato comenzó a expulsar de la escena a los adversarios
lcabado políticos. El futuro le pertenecía y gobernaría la nación sin piedad hasta su
muerte ea 19þ1.
asgos dramáticos
Al igual que tantos dictadores, Thujillo explotó los recursos del país para
spañola y han es-
amasar una fortuna propia. Durante los años cincuenta, la tasa media de cre-
imera vez. En la cimiento anual fue del 8 por 100, lo que resultaba impresionante si no fuera
caso de los inva- porque los beneficios no alcanzaron a la población general. Gran parte de los
í comenzó el co- ingresos nacionales eran desviados y escondidos en cuentas de bancos ex-
tranjeros. Las masas seguían tan pobres como sus vecinos de Haití. Las con-
rrte el destino de
tradicciones entre Trujillo y su camarilla de admiradores crecían a medida
595, cuando toda
que prosperaba la economía: cuanto más tomaba para sí mismo, más des-
326 flist(¡ria contemporáneu de Anúrica Lutina
cación. Los programas dt
contentos se volvían sus colaboradores. En 196t, sus antiguos amigos y com-
pinches, no sus enemigos. organizaron un golpe contra él y tramaron asesi- balanza de pagos y,para
dense ascendió a más de
narlo.
ducción agrícola y la inve
En 1962, unas elecciones libres y justas llevaron al triunfo de Juan Bosch,
dos estos factores, el crec
antiguo periodista y reformista social que pretendía confiscar y redistribuir
Las fuerzas armadas
las posesiones de Tiujillo como parte del programa de reforma agraria. Pero
r
elementos recalcitrantes
sus esfuerzos por mejorar la suerte de las masas generó incomodidad entre
diplomáticas ficticias. Per
las elites tradicionales, que consideraban estas innovaciones peligrosamente
condujo a una polarizacir
similares a las emprendidas en la Cuba de Castro. Un golpe militar derrocó
ble por la inclinación izqt
a Bogch en 1963. Luego hubo un contramovimiento que intentó reponerlo
No obstante, continu<
como presidente. El conflicto resultante llevó a una guerra civil entre las
cia. Las elecciones libres
fuerzas armadas y los "constitucionalistas> partidarios de Bosch, en su ma-
r
yoría trabajadores y estudiantes. Como la lucha se intensificaba, Estados cuando las fuerzas armad
ocasiones acabaron previ
Unidos empezó a temer el surgimiento de <otra Cuba> e invadió el país en
elecciones de 1978 y 1982
abril de 196!. Envió una fuerza de 22.000 marines, un contingente que asom-
bró hastâ alas autoridades civiles estadounidenses ocupadas del caso.
;2 El deterioro cn la ba
El motivo de este despliegue sigue sujeto a debate. Los constitucionalis- llevaron a una grave cri:
cuando el país se prepara
tas recibieron el apoyo del diminuto Partido Comunista del país, pero no hay
pruebas que sugieran que en su conjunto fuera un movimiento radicalmente larización, pero en una c¿
quín Balaguer. En 1990,
de izquierdas. Más bien la insurrección era un intento de echar a Donald
y declaró dü'ïoluntad de ¡
Reid Cabral (jefe de la junta gobernante y antiguo vendedor de automóviles)
y restaurar a Bosch al puesto de poder que le correspondía. 1994 volvió a ganar otra
lestaba su apoyo tácito al
A comienzos de 1965, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de
Bosch y su rival principal de la izquierda moderada, el Partido Revoluciona-
asumir la presidencia, Ba
rio Social Cristiano (PRSC), habían alcanzado un acuerdo para colaborar en prometió no presentarse
los esfuerzos por restaurar el gobierno constitucional. Los oficiales jóvenes, ción haya sido muy poco
en concierto con los dirigentes del PRD, se hicieron con la plana mayor del dad con divisiones de cla
ejército y se declararon adversarios de la junta. Pronto se les unieron inte- racial sugiriendo que su o
lectuales y profesionales, y los constitucionalistas comenzaron a repartir ar- ficar la República Domin
mas a miles de civiles (los cálculos van de 2.500 a 10.000). En este contexto,
Desde mediados de l<
cuando la insurrección crecía, Estados Unidos decidió apoyar a las fuerzas varias maneras imitar el :
en los favoritos de los plantadores de la isla, tanto grandes como pequeños. lismo democrático> no sel
Como consecuencia, la producción de plátanos no condujo al desplazamien- un fin en sí mismo que re!
to de los pequeños propietarios, como había hecho el azlcar siglos antes. Sólo les de la sociedad jamaic
el crecimiento poblacional resultó un reto para éstos, ya que la productividad rantes>> de la economía p,
no podía seguir el ritmo de las necesidades crecientes de una población mayor. privado desempeñaría un
Como en el resto del Caribe, la Jamaica actual tomó forma a partir de los
¡
nomía el concepto:
años treinta. Surgieron huelgas y manifestaciones contra el gobierno de la
minoría blanca y dirigentes como Marcus Garvey expresaron las aspiraciones En nuestra econon
de las masas. Fundó el movimiento <Back to Africa> (<Vuelta a Africo), que crecimiento económict
tuvo fuertes repercusiones en Estados Unidos, y se convirtió en una figura cial del crecimiento ec
importante del Harlem Renaissance (Renacimiento de Harlem) de ese pe- necesita üarias cosas, e
riodo. Su propósito era fomentar la fraternidad y unidad entre los negros de nica. En cuaììua!cap
muchas tierras, para mejorar las condiciones de las comunidades negras, ayu- nes para asistir en el ¡
importante, en la distr
dar a ucivilizar> a las tribus africanas y, por último, fundar una o más nacio-
áreas de producción qt
nes negras indepenclientes, preferiblemente en África. Tias algunos encarce-
nómico.
lamientos en Estados Unidos por sus actividades, Garvey regresó a Jamaica,
donde fue elegido varias veces para formar parte de la corporación municipal El socialismo democrático
de Kingston. Siguió siendo una figura prominente en los círculos artísticos e dista, que se esforzaría pr
intelectuales negros de Estados Unidos, que incluían a celebridades como más, la afirmación de la au
Langston Hughes, Duke Ellington, Lena Horne, James Baldwin y Richard de la dependencia hacia fr
Wright. La reacción a los ideal
Jamaica obtuvo la independencia de Inglaterra en 1962. La lucha por la mara de Comercio denunc
soberanía requirió y produjo dirigentes políticos de renombre. Dos de los el Estado en el sector privi
más importantes fueron Norman Manley y Alexander Bustamante. Actuan- mostró entusiástica. Pero
do desde extremos opuestos del espectro político, ayudaron a forjar uno de como demostró la fortalez
los sistemas políticos más dinámicos de la región. tido Nacional del Pueblo)
Junto con Tiinidad y Tobago, Jamaica constituye uno de los <gigantes de gia pareció funcionar al m
lengua inglesa", debido en gran medida a sus vastos recursos en bauxita y cas de la clase obrera mcj
petróleo. Además, dos tercios de la isla están cubiertos por un manto de pie- a deteriorarse de nuevo. E
dra caliza terciaria, lo que ha aliviado la dependcncia de la agricultura, que e|20,5 por 100.
es más variada allí que en la mayor parte del Caribe (el país todavía produ- Manley y Estados Uni
El Caribe 329
ce az(tcar, por supuesto, utilizado parcialmente para hacer ron de alta cali-
,clonarlo dad). En principio, esta combinación de materiales estratégicos y agricultura
diversificada parecerían proporcionar las bases para un desarrollo económi-
s más fascinantes del co continuado.
careras se rebelaron Sin embargo, en la práctica, Jamaica ha padecido mucho por las oscila-
londe crearon comu- ciones de la economía mundial. Tias la crisis petrolera inducida por la OpEp
;e económica de esta en7973, el país careció de las divisas necesarias para cubrir su consumo cre-
pesinos. El legado ci- ciente de crudo y, al igual que tantas otras naciones, comenzó a pedir fuertes
rortante en las tradi- préstamos al exterior. Hacia r978la deuda externa alcanzó 1.400 millones de
rlegendaria .Nanny> dólares y en 1980 había ascendido a 1.900 millones de clólares.
libres. Entre 1972 y 1980, el gobierno del primer ministro Michael Manley tra-
lonar la dependencia tó de establecer un Estado del bienestar dentro de un contexto democrático,
grícolas. Su variedad que diferiría de forma significativa del desacreditado modelo puertorriqueño
s,que se convirtieron o del modelo cubano no comprobado. Según lo concebía Manley, <el socia-
rdes como pequeños. lismo democráticoo no sería una fase de transición hacia el comunismo, sino
ujo al desplazamien- un fin en sí mismo que respondería y respetaría las particularidades cultura-
icar siglos antes. Sólo les de la sociedad jamaicana. El Estado controlaría las <directrices impe-
que la productivrdad rantes> de la economía para dirigir y asegurar cl desarrollo, pero el sector
.rna población mayor. privado desempeñaría un papel importante. Así describía el ministro de Eco-
forma a partir de los nomía el concepto:
ra el gobierno de la
aron las aspiraciones En nuestra economía mixta, el énfasis principal, el ímpetu principal para el
'uelta a Africa>), que crecimiento económico proviene del sector privado. El soporta el peso sustan-
rvirtió en una figura cial del crecimiento económico. Para que éste se produzca, el sector privado
[{arlem) de ese pe- necesita Vârias cosas, en particular necesita capital y. por supuesto, necesita téc-
J entre los negros de nica. En cuaìì*.alcapital, el gobierno tiene a su ciisposición varias institucio-
rnidades negras, ayu- nes para asistir en el proceso de formación de capital y, lo que es igualmente
lar una o más nacio- importante, en la distribución de ese capital según se va acumulando en esas
áreas de producción que parezcan las más beneficiosas para el crecimiento eco-
ias algunos encarce-
nómico.
:y regresó a Jamaica,
-rrporación municipal El socialismo democrático también sería un sistema competitivo multiparti-
s círculos artísticos e
dista, que se esforzaría por prohibir todas las formas de explotación. Ade-
r celebridades como más, la afirmación de la autodeterminación nacional llevaría a una reducción
i Baldwin y Richard de la dependencia hacia fuerzas y mercados externos.
La reacción a los ideales del socialismo democrático fue variada. La Cá-
962. La lucha por la
mara de Comercio denunció enérgicamente las <incursioneso propuestas por
nombre. Dos de los el Estado en el sector privado, y la comunidad empresarial en conjunto no se
Justamante. Actuan-
mostró entusiástica. Pero hubo apoyo entre los trabajadores y las masas,
aron a forjar uno de como demostró la fortaleza electoral del People's National Party (PNP, Par-
tido Nacional del Pueblo) que estaba tras Manley y su programa. La estrate-
¡ de los "gigantes de gia pareció funcionar al menos durante un tiempo: las concliciones económi-
:cursos en bauxita y
cas de la clase obrera mejoraron entre 1972 y 1975, pero luego comenzaron
)0r urì manto de pie-
a deteriorarse de nuevo. En abril de 1976la iasa de desempleo sobrepasaba
e la agricultura, que
e\20,5 por 100.
país todavía produ-
Manley y Estados Unidos estaban en vías de colisionar, Como si sus me-
3.70 Historio conîamporútteu da Atnéricu ['utittu
su heredero político de ta
didas internas no fueran suficientes, cl primero estableció relaciones diplo- cia las políticas económic
máticas y comerciales con E,uropa Oriental y otros países socialistas. Fue 1993, el PNP triunfó con t
muy importante en la formación de Ia asociación de productores de bauxita. vidido JLP. Hacia 1995, la
Viajó a Cuba y África, donde denunció el racismo y cl imperialismo, y pro- pero persistían graves prc
clamó lealtad al movimiento de no alineación del Tercer Mundo. violencia y corrupción qu'
La oposición exterior (especialmentc en Estados Unidos) e interna au- industrias exclusivamente
mentó. Las concliciones económicas debilitaron la base de apoyo del PNP, Un constante flujo de jan
que cometió errores, por supuesto, pero quizás los habría po<ìido rectificar
estas circunstancias, prev;
con un pequeño apoyo económico de las organizaciones internacionales, del laba: <El peligro mayor e
Banco Mundial y el Fonclo Monetario Internacional sobre todo. Un fallo ligro de quedar marginad
técnico en el cálculo del potencial económico en divisas dio lugar a una cam-
paña bien orquestada que acusaba al gobierno de mala administración y ca-
rencia de dirección. La tensión aumentó a medida que se acercaron las elec- Puerto Ri
ciones de 1980. En un país de apenas dos millones de habitantes, casi un
ae!
millón estaba censado y, de éste, el 87 por 100 fue a las urnas. El ganador fue
Edwarcl Seaga, del Jamaica Labor Party (JLP, Partido Laborista de Jamaica,
Puerto Rico se convirtió
de tendencia moderada), que recibió el 58 por 100 de los votos; Manley ob- guerra Hispano-America
tuvo un 41 por 100.
miento del navío Maine.l
Con una expresión palpable cJe alivio. la comunidad internacional ofreció
hía de Guánico e iniciarc
a Seaga la ayuda que había negado a Manley. El FMI admitió términos libe-
Así, Puerto Rico se convi
rales para refinanciar la deuda de Jamaica. México y Venezuela ayudaron a
cubanos y las guarnicione
suministrar petróleo (como también estaban haciendo con Centroamérica). Muy al contrario, Esp
Aumentó la ayuda estadouni<Iense y David Rockefeller presidió un comité
autonomía el año anterio
especial para movilizar inversión privada. El presidente de Estados Unidos,
ñar alguna clase de
Ronald Reagan, eligió a Seaga y su país para elogiarlos al lanzar su Iniciati- "gob
dense lo cambió todo. Dr
va para la Cuenca clel Caribe que a la postre nació muerta.
crucial para la estrategia
A pesar cle esta ayuda (o debido a ella), la deuda exterior subió hasta los
,
A finales cle siglo, Puerto Rico presentaba claros signos de la dominación perfeccionamiento de la c¡
española. Durante el periodo colonial la isla se había utilizado como una im- apoyó la conversión en ur
portante guarnición militar y un centro comercial, papel que se intensificó pendencia completa decid
cuando el tráfico de esclavos alcanzó su cima en el siglo xvltl. La producción sido clamorosa y notoria
de azúcar se convirtió en la principal empresa agrícola. También había pe- atentó contra la vida del p
queños campesinos, los jíbaros, individuos rústicos que cultivaban la dieta bá- Las fuerzas que aboga
sica y ayudaban a mantener una economía diversificada. Debido a ellos, la dos Unidos, representados
población esclava siempre fue minoritaria. La destrucción de la economía las elecciones para goberr
campesina no se ocasionó por el énfasis otorgado al azicar clurante la colo- Carlos Romero Barceló, er
nia, como pasó en otras partes del Caribe, sino debido a la innovación tec- en un estado pleno propor
nológica del siglo xx. mayor acceso a los progr,
Desde la llegada de los marines, Puerto Rico ha mantenido una relación miento económico y haría
peculiar con Estados Unidos. A partir de 1898, los residentes de la isla no tu- da clase> vinculado con la
vieron una posición totalmente clara. En 1917 se les otorgó la ciudadanía es- pular a este movimiento t
tadounidense.En1,947, casi medio siglo después de la invasión, se le permi- Barceló era alcalde de Sar
tió intentar autogobernarse. En 1952 1.e le otorgó la categoría de <estado El partido que apoya I
i libre asociado> a Estados Unidos, que sigue siendo una situación ambigua: pular Democrático (PPD).
i no es ni una colonia ni un estado, sino algo intermedio, gente más prominente era
Para desarrollar la isla y proporcionar inspiración a América Latina, Es- dida de autonomía es nr
tados Unidos colaboró con el dinámico gobernador Luis Muñoz Marín para cultural de la isla. Dentro
llevar a cabo la noperación Bootstrap> durante los años cincuenta y sesenta. dado también un mayor gr
Con este plan, el gobierno federal estadounidense alentaría las inversiones Hernández Colón promov
en Puerto Rico mediante una serie de exenciones fiscales y otras concesiones, para la isla y ha desempe:
que estimularían la inversión en infraestructura básica y en la mejora de la cepto de <planta doble": c
fuerza laboral. El resultado fue atraer industrias relativamente pequeñas, en das, para que las fases ini
su mayoría de trabajo intensivo. haga el ensamblaje final e¡
La ooperación Bootstrap> produjo cambios tremendos en la vida social y presenta una respuesta a I
económica. Las haciendas y pequeñas fincas azucareras fueron reemplazadas unidense, que reducía las
por fábricas; a medida que prosperaba la industrialización, los ciudadanos se denses afincadas en Puertc
unían a las filas de la clase obrera. Pero la inversión externa no proporcionó empresas extender sus op€
suficientes trabajos para absorber el crecimiento de la población en edad la- niendo su posición fiscal p
boral y el resultado fue un desempleo masivo. Hacia los años ochenta
Una consecuencia de esta tendencia fue acelerar el flujo de emigrantes a en tres partidos: el Partid
Estados Unidos, clonde ahora reside un 40 por 100 de puertorriqueños. La por el senador Rubén Bal
mitad de la población emigrante decir, el 20 por 100 del total- vive izquierdista Carlos Gallisá
-es
ahora en Nueva York. En cierto sentido, ahora existen dos Puerto Ricos: uno nocido como los macheter<
en la isla y otro en tierr-a firme. Por ¡iupuesto. hay movimiento y comunica- Armadas de Liberación N
ción entre ambos, pero las dos comunidades están separadas por tensiones ban una resistencia armad¡
sociales y diferencias culturales. Como si se tratara de demostrar este hecho, tos esporádicos de violenc:
a los puertorriqueños residentes en Nueva York se los conoce a veces como La preocupación por li
neo - riutns (neorriqueños). sobre todo por la recesión
La vida política de la isla es activa y ordenada. El primer responsable eje- comienzos de los años nov,
cutivo es el gobernador, que se elige cada cuatro años. El tema dominante ha de 1992 favoreció a Pedro
sido la relación de la isla con Estados Unidos. En un plebiscito celebrado en vertir Puerto Rico en un t
1967 sobre esta cuestión, un 60 por 100 estuvo a favor de la continuación y bernador fue dar una ley o
El Caribe 333
idioma oficial. Y en noviembre de 1993, cumpliendo una promesa de su cam- de el Partido Progresista r
paña, Rosselló convocó un nuevo plebiscito sobre el estatus de la isla. Para Esto revela alavez la difel
la sorpresa de muchos observadores, la posición que defendía el estado aso- general de la escena polítir
ciado ganó con 48,4 por 100 del voto;la unionista obtuvo e|46,2 por 100; los Guadalupe y Martinicz
independentistas sólo consiguieron el 4,4 por 100. Este resultado parece ha- mo y la ayuda directa de F
ber resuelto la cuestión. En el futuro previsible, Puerto Rico continuará con alta calidad. El sector públ
su curiosa relación con Estados Unidos. ral. Sin embargo, el desem¡
chos residentes emigran a
las continuará dependiendr
Antillas Menores: las luchas de los microestados a aumentar su presencia er
Las Antillas Holandesa
Las Antillas Menores son una serie de pequeñas islas situadas al noreste de po ABÇ Bonaire
Venezuela. Algunas han obtenido la independencia en las últimas tres déca- -Aruba,
ción administrativa que tier
das y otras permanecen bajo la tutela colonial o con una posición de estados jefe de Estado oficial es la r
libres asociados. Como en Puerto Rico, la cuestión de la independencia na- bernador y un primer minisr
cional continúa persistiendo. tiene la responsabilidad sot
Täl es el caso de las islas Thrks y Caicos, las islas Vírgenes, las islas Cai- la federación ha comenzadc
mán y Monserrat. Todas están ligadas a la corona inglesa. La economía de la beranía nacional desde hac,
mayoría de estas islas se basa fundamentalmente en la agricultura y el turis- Las islas presentan un¿
mo, con pequeñas incursiones recientes en la manufactura. La mayor parte bancarias asentadas en su
de la infraestructura está relacionada con el turismo, en especial la industria embargo. a finales de los a
hotelera y de transportes (incluidos los aeropuertos). Los productos de ex- sión de abandonar las islas
portación abarcan artículos de cuero, bolsas de plástico, textiles, fibra de vi- bustible en la región noror
drio y componentes electrónicos. La pesca también es una actividad impor- yes estadounidenses amen¿
tante y una fuente común de tensión entre las islas cuando se agotan las industria bancaria, lo que p
reservas.
los ingresos para el gobierr
El Caribe francés está formado por las islas de Martinica y Guadalupe. do en 1983 por la devaluacì
Ambas fueron colonizadas por los franceses en la década ae |.p3Q y, junto con las vacaciones en Aruba y
Haití y <ltras posesiones, formaron el núcleo de los intereses lucrativos en pectivas económicas y polí
café, y azúcar de la madre patria en América. (<Hemos perdido Canadá
-re-
conocería un ministro de Estado- tras los catastróficos resultados de la gue-
ciertas.
La nación más grande ,
rra de los Siete Años-, pero seguimos conservando Martinica".) lonizada en principio por F
En 1946 los residentes de Martinica y Guadalupe votaron unirse a Fran- isla fue administrada como
cia como provincias de ultramar (departement d'outre-mer) y por ello reci- siguió la independencia tot
bieron todos los derechos de la ciudadanía francesa. La administración local nomía diversificada (que in
está en manos de un consejo elegido de forma democrática. Las fuerzas isla una renta per cápita de
proindependentistas se encuentran en los márgenes políticos, aunque ha apa-
vada de la,región, aunque
recido un movimiento importante en Guadalupe bajo la dirección de un mé-
tantes. A mediaclos de los a
dico formado en Francia, el doctor Claude Makouke. Por el momento, la ma-
a menos de 3.000 dólares.
yoría parece preferir la estabilidad del dominio francés a las incertidumbres
El principal representar
de la independencia.
Tobago, Eric Willíams, se c
Bajo el gobierno socialista de François Mitterand en Francia, una refor-
Caribe. Bajo su dirección,
ma política otorgó pequeñas ventajas a los grupos de izquierdas. En Guada-
miento Nacional Popular) ,
lupe la izquierda se hizo con veinticuatro de los cuarenta y dos escaños del
l97l y se convirtió en prin
Parlamento, con lo que se convirtió en mayoría; no fue así en Martinica, don-
embargo, pronto desafió su
El Ceribe 335
lâ promesa de su cam- de el Partido Progresista obtuvo sólo diez de los cuarenta y ocho escaños.
rstatus de la isla. Para Esto revela alavez la diferencia existente entre las dos islas y la moderación
lefendía el estado aso- general de la escena política.
wo el 46.2 por 100; los
Guadalupe y Martinica dependen básicamente de la agricultura, el turis-
: resultado parece ha-
mo y la ayuda directa de Francia. Los sistemas eclucativoJy de salud son de
c Rico continuará con alta calidad. El sector público emplea del 33 al 35 por 100 de la fuerza labo-
ral. sin embargo. el desempleo se mantiene elevadò, un 2g-30 por 100, y mu-
chos residentes emigran a Francia en busca de trabajo. El futúro de esias is-
las continuará dependiendo de parís, aunque Estados unidos ha comenzado
.croestados a aumentar su presencia en la zona.
Las An_tillas Holandesas son San M4¡tín, San Eustaquio y elllamado gru-
situadas al noreste de po ABÇ
-Aruba, que tienéy curaçao-,-i'ò¿ur las cuales forman una federa-
Bonairé
las últimas tres déca-
cion àäministrativa su sedã en la ciudad de willemstad (curaçao). El
ra posición de estados jefe de Estado oficial es la reina de Holanda. representada en la iila por
la independencia na- un go-
bernador y un primer ministro. Las islas se autogobiernan, aunque Holandaie-
y'írgenes, las islas Cai- tiene la responsabilidad sobre los asuntos exteriores y militarei. Sin embargo,
la federación ha comenzado a desmembrarse. Aruba ha venido buscando la so-
sa. La economía de la
beranía nacional desde hace tiempo y la obtendrá eir tqqO.
agricultura y el turis-
Las islas presentan una fuerte dependencia ctel lü...iTffio, de las empresas
:tura. La mayor parte
bancarias asentadas en su paraíso fiscal y cle las refinerías de petróleo. Sin
n especial la industria
embargo, a finales de los años ochenta, la compañía Exxon anunció su deci-
Los productos de ex-
sión de abandonar las islas debido a la disminución cle la demanda de com-
o, textiles, fibra de vi-
bustiblè en la región nororiental de Estados unidos. Los cambios en las le-
una actividad impor-
yes estadounidenses amenazaban con poner en apuros al paraíso fiscal de la
cuando se agotan las
industria bancaria, lo que podía llevar a unas pérdidas del25 al40 por 100 de
los ingresos para el gobierno local. y el turismo de venezuela se vio afecta-
artinica y Guadalupe.
do en 1983 por la devaluación de su moneda, el bolívar, hecho que encareció
la de 1630 ¡ junto con
las vacaciones en Aruba y otras partes para sus viajeros. por éllo, las pers-
ntereses lucrativos en
pectivas económicas y políticas de las Antillas Holandesas parecen atgã in-
perdido Canadá
; resultados de la-re-
ciertas.
gue-
nación más grande de las Antillas Menores es Tliqfdad y
lartinica>.) þ*bagorco_
lonizada en principio por Espaia y ruego romada por rñgdårri en r79I/. La
'otaron unirse a Fran-
-mer) y por ello reci- isla fue administrada como una-colonia de la coronã ingleia hasta 1962 y con-
siguió la independencia total como república en r976. En un tiempo, lâ
l administración local nomía diversificada (que incluía la producción cle petróleo) propoicionó "co-
rocrática. Las fuerzas a la
isla una renta per cápita de casi 7.000 dólares. Eracon diferència la más ele-
íticos, aunque ha apa-
vada de la región, aunque el desempleo y la inflación eran problemas cons-
a clirección de un mé-
tantes. A mediados de los años ochenta, la renta per cápita había descendido
¡r el momento, la ma-
a menos de 3.000 dólares.
i a las incertidumbres
_ El principal representante del movimiento independentista de Tiinidad y
-
:n Francia, una refor- Tobago, Eric williams, se convirtió en uno de los más famosos políticos clél
zquierdas. En Guada-
caribe. Bajo su dirección, el people's National Movement 1ËNv, Movi-
nta y dos escaños del miento Nacional Popular) obtuvo todos los escaños de la asamblea local en
1971 y se convirtió en primer ministro sobre una cresta de populariclad. Sin
así en Martinica. don-
embargo, pronto desafió su autoridad el conflicto con el movimiento obrero
336 Historis contemporánes de América Latina
y la persistencia del desempleo crónico ayudó a alentar la formación de nue- por las fuerzas soviéticas t
vos partidos de izquierda. Williams murió en 1981 cuando aún era una figu- probó pero se hizo domin¿
ra reverenciada y le sucedió su ministro de Agricultura. En asuntos exteriores
Las crecientes dificultades económicas de mediados de los años ochenta nearse con Cuba y declari
llevaron a una pérdida del control por parte del PNM y a la victoria de la Na- rios de todo el Tercer Mu
tional Alliance for the Reconstruction (Alianza Nacional para la Recons- trechos con la Unión Sov
trucción) bajo la dirección de A. N. Robinson. Se estaban efectuando planes Unidos reaccionó de forn
para aumentar el turismo y la inversión extranjera. A pesar de ello, Tiinidad ominosos acerca de la sig
y Tobago sigue determinada a salvaguardar la independencia política y eco- mas caribeñas. Una vez m
nómica ganada con tanto esfuerzo. ría en prenda en el foro g
El acontecimiento más dramático de la vida política de las Antillas Me- La administración Re;
nores ocurrió en la diminuta isla_d9.Ç¡4-¡Ad.a, en octubre- d9..19-Q3: la invasión Europa Occidental para qr
militar de Estados Unidos. Esta acción fue precipitada por una serie de he- sión, Estados Unidos ofre
chos internos que culminaron con el asesinato de varios miembros del go- con la condición de que Er
bierno y el primer ministro, Maurice Bishop. La justificación pública que nueve años Bishop respor
ofreció la administración Reagan para su intervención fue la necesidad de nadìg,t y de inmediato con
proteger a los ciudadanos estadounidenses de la isla, incluidos los estudian- Las luchas intestinas <
tes de una escuela médica local. Esta explicación se vio reforzada por una pe- otoño de 1983. A comienz,
tición de ayuda decisiva efectuada por los gobiernos conservadores de los mando de Bernard y Phyll
países vecinos, incluido el equipo de Seaga de Jamaica. Pero la razón real, se- jeron a una brutal ejecuci(
gún muchos observadores, era el giro izquierdista de la política granadina en ministración Reagan consi
los asuntos internos y en especial en los internacionales. El25 dç octubre, un contir
La historia comienza con la formación del People's Revolutionary Go- Granada" aplastaron la m<
vernment (PRG; Gobierno Revolucionario Popular), movimiento populista El desafío real era la r,
que se desarrolló como reacción al liderazgo corrupto e irresponsable de Eric Bretaña retenía una apar
Gairy tras la consecución del autogobierno bajo el dominio inglés. Con la di- miembro de la Commonwr
rección carismática del popular Maurice Bishop, el PRG alcanzó el poder en baron celebrándose nueva
1979 y emprendió una serie de reformas. Nuevas instituciones reemplazaron pués de la invasión, y la v
al obsoleto y decrépito aparato del Estado; un código de trabajo estableció la como el National Party (l
legalidad de los sindicatos y llevó a un aumento masivo de afiliaciones; las or- asuntos vagos que no proc
ganizaciones alentaban en todas partes la participación diaria en los asuntos El país sufrió una trar
públicos y locales. En un esfuerzo por diversificar la economía, dependiente do durante los años ochel
en gran medida de la exportación de un único producto (nuez moscada), Bis- tación descendieron a car
hop y sus consejeros trataron de fortalecer la infraestructura del país cios mundiales (de la nue
-me-
jorando las carreteras y las técnicas de cultivo- y también explorar nuevos, aumentó al40 por 100, y r
métodos de mercado y embalaje. El PRG también extendió el papel del Es- breza incluso se duplicó.
tado en los asuntos económicos, cuadriplicando las inversiones del sector pú- mente dejó el cargo de p:
blico en comparación con el régimen de Gairy. Como resultado aparente de ron al poder a Keith Mit
esta estimulación, los salarios reales aumentaron, creció el empleo y la pro- (Nuevo Partido Nacional
ducción se elevó un 5,5 por 100 en 1982. esta diminuta isla esperar
Granada también trató de desarrollar el turismo, que se convirtió en un núa en una especie de lin
hueso disputado. Un requerimiento clave sería la construcción de un nuevo
aeropuerto que pudiera controlar el tráfico de las líneas comerciales de Euro- Hacia los años noven
pa y Estados Unidos. Pero cuando el proyecto comenzó, la administración Re- llamados <microestados>
agan decidió que el aeropuerto era una amenaza militar porque sería usado escasos recursos, afrontar,
El Caribe 337
rtar la formación de nue- por las fuerzas soviéticas u otras antiestadounidenses. La acusación nunca se
:uando aún era una figu- probó pero se hizo dominante en la qontroversia regional sobre el asunto.
ura. En asuntos exteriores fue donde el PRG dio los pasos más osados al ali-
rdos de los años ochenta nearse con Cuba y declarar su solidaridad con los movimientos revoluciona-
4y ala victoria de la Na- rios de todo el rercer Mundo. Esto llevó al cultivo de vínculos bastante es-
acional para la Recons- trechos con la unión Soviética y Europa oriental. El gobierno de Estados
taban efectuando planes unidos reaccionó de forma negativa y comenzó a emitir pronunciamientos
A. pesar de ello, Tiinidad ominosos acerca de la significación económica y militar de las rutas maríti-
rendencia política y eco- mas caribeñas. Una vez más, la situación estratégica de la región la converti-
ría en prenda en el foro global.
ítica de las Antillas Me- La administración Reagan intentó éxito-
ubre dc, 19-83: la invasión -sin y apoyo disuadir
Europa Occidental para que aportaran ayuda
a los aliados de
a Granada. En una oca-
rda por una serie de he- sión, Estados unidos ofreció proporcionar fondos para el nuevo aeropuerto
¡arios miembros del go- con la condición de que Estados unidos pudiera alquilarlo durante noventa y
ustificación pública que nueve años" Bishop respondió airado que su país ..no sería el patio trasero de
ión fue la necesidad de
t
nadie¿ y de inmediato concedió el contrato a una empresa inglesa.
r, incluidos los estudian- Las luchas intestinas dentro del gobierno de Granada aumentaron en el
io reforzada por una pe- otoño de 1983. A comienzos de octubre, un grupo de radicales de línea dura al
rs conservadores de los mando de Bernard y Phyllis Coard arrebataron el poder a Bishop y lo condu-
a. Pero larazón real, se- jeron a una brutal ejecución. Siguió el caos y se creó un vacío de poder. La ad-
la política granadina en ministración Reagan consideró que era su oportunidad y decidió invadir la isla.
rles. El 25 de octubre, un contingente de tropas estadounidenses desembarcaron en
rle's Revolutionary Go- Granada, aplastaron la modesta resistencia y sometieron la isla de inmediato.
), movimiento populista El desafío real era la restauración de la tãgitimiaaa política. Aunque Gran
r e irresponsable de Eric Bretaña retenía una apariencia de autoridad formal, ya que Granada era
rminio inglés. Con la di- miembro de la commonwealth, Estados unidos ejerció el poder de fact.o. Aca-
RG alcanzó el poder en baron celebrándose nuevas elecciones en diciembre de 198-4, justo un año des-
tituciones reemplazaron pués de la invasión, y la victoria recayó en un elemento moderado, conocido
r de trabajo estableció la como el National Party (Partido Nacional). Las elecciones siguientes fueron
¿o de afiliaciones; las or- asuntos vagos que no produjeron un hombre de Estado significativo. l¡r
ón diaria en los asuntos El país sufrió una transición lenta y penosa hacia la economía de merca- ,irl
!ii
Il
economía, dependiente do durante los años ochenta e inicios de los noventa. Los ingresos de expor- fii
:to (nuez moscada), Bis- tación descendieron a causa de plagas en las cosechas y la caída de los pre- iil
itructura del país cios mundiales (de la nuez moscada, las bananas y el cacao). El desempleo
ì,
-me-
rmbién explorar nuevos, aumentó al40 por 100, y el número de personas por debajo del límite de po-
ji
,l
xtendió el papel del Es- breza incluso se duplicó. A comienzos de 1995 Nicholas Brathwaite final- l,i
t:i
versiones del sector pú- mente dejó el cargo de primer ministro y las elecciones subsiguientes lleva- rl
o resultado aparente de ron al poder a Keith Mitchell. un afable populista del New National party tr
:ció el empleo y la pro- (Nuevo Partido Nacional) de centro izquiercla. Mientras los habitantes de
esta diminuta isla esperan el cambio económico, parece que Granada conti-
, que se convirtió en un núa en una especie de limbo político: ni es independiente ni es una colonia.
nstrucción de un nuevo
as comerciales de Euro- Hacia los años noventa los pequeños países del Caribe, con frecuencia
ó, la administración Re- llamados <microestados, o <miniestados> a causa de su pequeño tamaño y
itar porque sería usado escasos recursos, afrontaron sobrecogedores desafíos de gobernabilidad. Los
338 Historia contemporánea de América Latina
estados encontraron cada vez más difícil imponer una política económica y
social y establecer una autoridad efectiva. Un ejemplo de este problema apa-
reció en julio de 1990, cuando 113 miembros de un grupo musulmán perifé-
rico intentaron dar un golpe de Estado en Tiinidad y Tobago, tomando como
rehenes al primer ministro y gran parte del gabinete durante varios días. Centro
Aunque fueron finalmente reducidos, los conspiradores perpetraron su in- dicl
tento con sólo 130 armas, Ia mayoría compradas en armerías de Florida. Qui-
zá más insidiosa a largo plazo es la llegada de narcotraficantes que buscan
utilizar las islas caribeñas como un corredor para transportar marihuana. co-
caína y heroína. "No sería difícil para los narcotraficantes copar un partido
político, dirigirse a electores potenciales clave, y conseguir el poder
-decía
el primer ministro de Santa Lucía-. Luego uno tendría toda la parafernalia
gubernamental sirviendo a los intereses del narcotráfico local o internacio-
nal.> Hasta este punto. Ia soberanía de estas islas-estados se ha convertido en fl entroamérica ha reci
una preocupación para todo el hemisferio. \-, unidenses. Este descr
chivos, bibliotecas y centr(
a su vez se justifica de forn
parecer menos significati'
debe a la suposición comt
rrollada de un mundo en v
públicas bananeras> del is
sado, los últimos lugares d
Los trastornos de Nic
imagen. Si desechamos la
que coloca a Centroamér
mundial, la historia de la
Como veremos, Centroan
clásicas, hecho que tuvo u
sultados políticos. Por elk
interrelación del cambio ¡
Además, su historia o
políticas de Estados Unid
sión y la diplomacia obtu
cias y acontecimientos de
proporciona una perspect
bién enriquece nuestra co
han interpretado los moti
A
La naturaleza dotó a Cer
mala hasta Panamá, el istr
tacular, salpicada de volc¡
verdes junglas a lo largo r
I política económicâ y 10_
de cste problema apa-
upo musulmán perifé-
bbago, tomando como
e durante varios días. Centroamérica: colonialismo,
'es perpetraron su in-
dictadura y revolución
rerías de Florida. Qui-
raficantes que buscan
,portar marihuana, co-
ntes copar un partido
:guir el poder
-decía
ía toda la parafernalia
rco local o internacio-
os se ha convertido en ¡/^1 entroamérica ha recibido una escasa atención de los estudiosos estado-
\-, unidenses. Este descuido se debe en parte a la pobreza relativa de los ar-
chivos, bibliotecas y centros cle investigación sobre las naciones del istmo, que
a su vez se justifica de forma parcial por la pequeñ,ez de los países, que los hace ri
ji
parecer menos significativos que Argentina, Brasil o México. Y también se
debe a la suposición común de que están atrasados: es la región menos desa- lr
I
tit
mundial, la historia de la región comienza a adquirir un nuevo significado.
u¡
Como veremos, Centroamérica llegó a desarrollar economías de plantación tir
clásicas, hecho que tuvo un efecto decisivo en las relaciones de clase y los re-
!;r
i,l
sultados políticos. Por ello, el istmo proporciona una variación más sobre la
i;
interrelación del cambio socioeconómico y la transición política.
Además, su historia ofrece la oportunidad de examinar y comprender las
políticas de Estados Unidos, que mediante el comercio, la inversión, la inva-
sión y la diplomacia obtuvo una extraordinaria influencia sobre las tenden-
cias y acontecimientos de la región. El uso (y abuso) de este poder no sólo l'l
,.i
proporciona una perspectiva de la conducta estadounidense, sino que tam- 'i
bién enriquece nuestra comprensión de los modos como los latinoamericanos
han interpretado los motivos y acciones del ,,coloso del norte>.
Antecedentes coloniales
La naturaleza dotó a Centroamérica de una belleza singular. Desde Guate-
mala hasta Panamá, el istmo exhibe muchos contrastes: una cordillera espec-
tacular, salpicada de volcanes de 3.ü)0 metros o más; algunas zonas áridas y
verdes junglas a lo largo de la costa. Gran parte del suelo es fértil y el clima
340 Historia contemporánea de Améric(t Latina
es templado durante todo el año, cálido durante las mañanas y fresco por las
tardes. Existen lagos en las zonas montañosas pero no ríos navegables im-
portantes (con la posible excepción del río San Juan en Nicaragua). Tampo-
õo cuentan las costas con puertos naturales de una profundidad adecuada. La
naturaleza también puede traer calamidades mediante lluvias torrenciales,
huracanes y violentos terremotos.
Durante los tiempos precoloniales, Centroamérica fue un punto de en-
cuentr6 para las culturas mesoamericanas, SuramericanaS y caribeñas. En
contraste con México y Perú, no hubo un imperio indio centralizado. Los
pueblos indígenas vivían en comunidades autónomas y estables que comer-
ciaban entre sí. Desde el año 500 a.C., apareció una civilización relativamen-
te avanzada en las tierras altas de Guatemala y El Salvador, muy influida por
la cultura olmeca de la costa mexicana de Veracruz-Tabasco. Siguieron des-
pués asentamientos nahuas y en las tierras bajas del norte de Guatemala apa-
ieció la cultura maya clásica. El periodo comprendido entre los años 600 y
900 d.C. marcó el punto culminante del Antiguo Imperio Maya, como se le
denominó en otro tiempo a pesar de que no constituyó una unidad política
con una organización elevada.
Los españoles llegaron por vez primera a la región Y.qs-co Núñez
"n 11q1.
de Balboa avistó el océano Pacífico en 1513 y estableció su poder en lo que o
ahora es Panamá. En la década de 1520, ya bajo la presión de las autorida- ,o
.o
des de la corona española, Hernán Cortés avanzó hacia el sur hasta Hondu- È
cô
ras. Pedro de Alvarado emprendió una expedición desde ciudad de Méxiöo Ø
G
por la misma época y, como otros conquistadores, supo aprovecharse de las !
l
c
hostilidades existentes entre dos grupos indios, los quichés y los cakchiquele¡ o
I
(que se convirtieron en sus aliados). Como ocurrió también en otros lugares, Ø
o
los conquistadores comenzaron pronto a luchar entre ellos. La columna de ñ
Alvarado llegó a un punto muerto en su encuentro con las fuerzas de Pedro U
c)
Arias de Ávila, más conocido como Pedrarias Dávila, que fundó la ciudad de =
UJ
d)
Panamá en 1524.
A mediados del siglo xvl, la corona española estableció el reino de Gua-
temala como parte del virreinato de Nueva España. Incluía lo que después se
convertiría en Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala,
Belice (Honduras Británica) y el estado mexicano de Chiapas' Su capital era
la ciudad serrana de Santiago de Guatemala. luego conocida como Antigua.
Panamá cayó bajo la jurisdicción de Perú.
La diversidad cle culturas indias hizo que los españoles penetraran en
Centroamérica por etapas y no de una sola vez, y que cada conquista requi-
riera el establecimiento de un nuevo gobierno. El resultado fue la descen-
tralización. Los municipios asumieron la autoridad cotidiana y los ayunta-
mientos se convirtieron en los cuerpos de gobierno más importantes. Aunque
nominalmente se hallaban bajo el control de virreinatos distantes, los re-
sidentes españoles del istmo funcionaban en realidad bajo órdenes reales
particulares.
La Iglesia siguió los talones a la conquista. El clero secular y regular, en
Centroamérics 341
r secular y regular, en
342 Historia contemporánea de Arnéricu Latine
especial franciscanos y dominicos, tomó parte activa en los esfuerzos misio- nárquico. La abdicación de
neros. A mediados del siglo xvll había ya759 iglesias por toda la región, que completa. Chiapas permant
tendrían un arzobispo en I'145. Pronto se convirtió en una poderosa fuente a Guatemala (excluido Pan
de autoridad. Centroamérica.
La actividad económica era tnodesta. La minería fue una actividad poco A pesar de la discordir
importante desde los comienzos. El principal producto de exportación era el
cacao, aunque Venezuela acaparó pronto este mercado. Luego el añil se im-
de España
-y de México-
del istmo no padecieron la
puso como principal exportación y hubo un abultado tráfico de contrabando tes durante la década de 1l
de tabaco. En la década de 1660. los ingleses establecieron un asentamiento brevivió casi intacto.
en la desembocadura del río Belice (más tarde Honduras Británica), que uti- De este modo, el istmt
lizaron como base para el comercio de palo de tinte y caoba, y para hacer in- ca políticamente unificada
cursiones como bucaneros. Pero, en general, Centroamérica no era una fuente hacía tiempo a los patriota
de gran riqueza, por lo que recibió poca atención de la corona española. lorado en los años venidel
El vértice de la estructura social lo controlaba una elite doble. Una par- Como pasó en otras p
te estaba formada por los burócratas nacidos en España o peninsulares, cuya americana se dividió en do¡
base política era la Audiencia de Guatemala; la otra incluía a los latifundis- abogaban por continuar la
tas nacidos en aquellos territorios o criollos, cuya fuerza residía en los cabil- Defendían el aumento de l:
dos municipales. En la parte inferior se encontraba la mano de obra, com- la esclavitud, la eliminaciól
puesta por indios y esclavos africanos. Thmbién surgió un estrato mestizo rrollo económico. Su apoy,
conocido como ladinos, que trabajaban como obreros asalariados o pequeños blanca y ladina, y de los se
agricultores en el campo y como artesanos, comerciantes y buhoneros en las de la aristocracia latifundis
ciudades. Casi al final del periodo colonial, aproximadamente el 4 por 100 de ción y tuvieron una fuerza
la población de la región era blanca (ya fuera española o criolla), un 65 por Los conservadores de.
100 era india y un 31 por 100 ladina (incluida la de ascendencia negra). Apoyaban las institucionet
su suspicacia por la refort
criollos, abogaron primero
Independencia: la lucha por la unificación sición proteccionista cuanr
cial británica.
Durante el siglo xvlu, la monarquía borbónica intentó reafirmar el control real En la década de 1820 I
sobre la América española, paso que redujo la autonomía política de la clase obtener el dominio. La C
criolla latifundista. En Centroamérica, el descenso continuado de la produc- dounidense como a la espz
ción de cacao y la precipitada caída del comercio de añil entre las décadas de do de Francisco Morazán,
1790y 1810llevó a un descontento mayor en las filas criollas. Estos factores au- comenzaron una campaña
mentaron las antiguas diferencias existentes entre la burocracia imperial y la de poder. Después de mu<
aristocracia local, entre la capital y las provincias.
Cuando florecían movimientos independentistas por todas partes, el ca-
pitán general Joqé de Bustamante se las arregló para mantener el control es- Rafael Carre
pañol de Centroamérica, en gran medida porque forjó una alianza con los la-
dinos e indios contra los criollos advenedizos. Sin embargo, se le forzó a El año 1837 trajo conmoc
marcharse en 1818 y la adopción por parte de España de una Constitución li- ñosas de Guatemala comt
beral en 1820 tuvo repercusiones por toda la región. A mediados de 1821 la pesina que desafió al Est¿
declaración de Agustín de Iturbide del Plan de Iguala en México forzó la si- ron a sus feligreses, agobia
tuación. Temiendo en buena medida ser "liberados> por las tropas mexica- proclamando que una epi
nas, los latifundistas conservadores decidieron romper con la España ahora del año anterior- era un
radical y en enero de 1.822 proclamaron la anexión del istmo al México mo- la causa. La guerra de casl
Centroumérica 343
r los esfuerzos misio- nárquico. La abdicación de Iturbide al año siguiente llevó a la independencia
rr toda la región, que completa. Chiapas permaneció con México. Los otros estados, de Costa Rica
una poderosa fuente a Guatemala (excluido Panamá), se convirtieron en las Provincias Unidas de
Centroamérica.
e una actividad Poco A pesar de la discordia y el desacuerdo, Centroamérica logró separarse
Je exportación era el
-y de México- de un modo relativamente
de España pacífico. Los pueblos
Luego el añil se im- del istmo no padecieron la misma destrucción física que se dio en otras par-
áfico rle contrabando tes durante la década de 1810 y, como resultado, el orden social colonial so-
ron un asentamiento brevivió casi intacto.
rs Británica), que uti- De este modo, el istmo logró la plena independencia como una repúbli-
roba, y para hacer in- ca políticamente unificada. El ideal de la unificación había inspirado desde
ica no era una fuente hacía tiempo a los patriotas locales y continuaría siendo un objetivo muy va-
corona española. lorado en los años venideros. Pero también resultó muy difícil de sostener.
elite doble. Una par- Como pasó en otras partes de América Latina, la elite política centro-
o peninsulares, cuya americana se dividió en dos facciones: li_b^er"a!es-y conservadores. Los primeros
cluía a los latifundis- abogaban por continuar las reformas iniciadas por la monarquía borbónica.
r residía en los cabil- Defendían el aumento de las restricciones al poder eclesiástico, la abolición de
mano de obra, com- la esclavitud, la eliminación de los impuestos opresivos y el fomento del desa-
i un estrato mestizo rrollo económico. Su apoyo provenía de las clases profesionales emergentes,
alariados o pequeños blanca y ladina, y de los sectores de clase media alta excluidos de los círculos
s y buhoneros en las de la aristocracia latifundista criolla. También abrazaron la idea de la unifica-
nente el 4 por 100 de ción y tuvieron una fuerza considerable en las provincias distantes.
o criolla), un 65 por Los conservadores defendían el orden, la moderación y la estabilidad.
ndencia negra). Apoyaban las instituciones españolas, especialmente la Iglesia, y expresaban
su suspicacia por la reforma progresista. Encabezados por los latifundistas
criollos, abogaron primero por el comercio libre y luego volvieron a una po-
cación sición proteccionista cuando sintieron el impacto de la competencia comer-
cial británica.
rfirmar el control real En la década de 1820 hizo erupción la violencia y los liberales parecieron
ía política de la clase
obtene¡ el dominio. La Constitución de 1824 se asemejaba tanto a la esta-
rnuado de la produc- dounidense como a la española de 1812. En 1829 las fuerzas liberales al man-
entre las décadas de do de Francisco Morazán,.de Honduras, vencieron al ejército conservador y
las. Estos factores au-
comenzaron una campaña para eliminar a los conservadores de los puestos
'ocracia imperial y la
de poder. Después de mucho tiempo, cambiaría la suerte.
El dirigente de este movimiento era José Rafael Carrera, un porquero la- Los liberales frustrados
dino sin estudios. A mediados de 1837 definió los objetivos de la revuelta y lograron a William Walkr
como: L) reinstauración de los procedimientos judiciales tradicionales; 2) re- Tennessee, locuaz y de grar
cuperación de las órdenes religiosas y los privilegios eclesiásticos; 3) amnistía Estados Unidos y Europa,
para todos los exiliados de 1829, y 4) obediencia a Carrera. Sus fuerzas pron- Bajo contrato de los libera
to controlaron Guatemala y en 1840 denotó aMorazán. gua en _1855. Se adueñó de
El triunfante Carrera surgió como la figura dominante de la vida política iuvo una rápida victoria, se
centroamericana, posición que mantendría hasta su muerte en 1865. Desde ció como gobernante dictal
1839, la legislatura guatemalteca procedió a desmantelar el programa liberal. El gobierno estadounic
Se restablecieron los gremios de comerciantes, se pidió al arzobispo que vol- vidad, tolerando sin ambag
viera y la educación regresó a la Iglesia. El catolicismo romano se convirtió en asuntos de otro Estado. W
la religión oficial del Estado y los sacerdotes recobraron la protección del fue- rra de 1846-1848 con Méxir
ro eclesiástico. Carrera mantuvo su control del ejército y en 1851 asumió tam- de Vanderbilt e incitó la inr
bién la presidencia de Guatemala. Fue un periodo de tendencia conservadora. vó consigo la esclavitud. Sir
Esta revuelta llevó a algunos cambios duraderos. Unos cuantos indios, y los ingleses y de los conser
sobre todo ladinos, comenzaron a desempeñar papeles activos en la vida po- 1857. En 1860 trató de regr
lítica. La elite blanca recobró su supremacía social pero perdió el monopolio Así terminó la <Guerra
sobre el Estado. Y bajo Carrera, el gobierno abandonó el objetivo de tratar de raderas, que desacreditó ta
asimilar a las masas indias. En lugar de ello, adoptó una política encaminada a da a explicar por qué los c'
proteger a los indios, en buena parte como lo había hecho la corona española, mucho más tiempo en Nic:
que contribuyó a la segregación que ha persistido hasta nuestros días. rante el siglo xtx.
El periodo de Carrera también puso fin a la confederación centroameri-
cana. En 1838 el Congreso declaró que cada uno de los estados era <un cuer-
po político soberano, libre e independiente>. El ideal de unificación había La teoría liber
acabado identificándose con el periodo liberal de 1823-7837 y se consideraba
un fracaso, así que Carrera desechó el sueño. Al mismo tiempo, trató de im- Tias la muerte de Carrera t
poner a conservadores de su mismo parecer en los estados (cada vez más so- to. Se había iniciado a final
beranos). En Nicaragua este impulso acabó culminando en uno de los episo- se convirtió en presidente ,
dios más extravagantes de la historia de las relaciones interamericanas: el En 1870, Tomás Guardia, c
asunto William Walker. R!ç.A,.Fn 1873, Justo Rufin,
Las consideraciones geográficas y económicas habían estimulado desde que Aurelio Soto en Hond'
hacía tiempo el interés por la idea de una ruta interoceânica a través de Cen- ker retrasó el retorno de l<
troamérica. Al no haber descubierto un sistema de lagos y ríos que conecta- Santos Zelaya se convirtió
ran el océano Pacífico y el mar Caribe, los planificadores y visionarios cali- Como otras elites latin
braron la posibilidad de construir un canal ístmico. Los franceses e ingleses centroamericanos creían en
dieron las primeras muestras de curiosidad. Estados Unidos se les unió tras Buscaron integrar sus paíse
tomar Oregon y California, en especial tras la fiebre del oro de 1849. la civilización y fomentar li
Debido a sus extensos lagos y al río San Juan, Nicaragua parecía el em- neración de 1880 argentina
plazamiento natural para el canal proyectado, y a finales de 1849 Cornelius xicanos. En política seguiríi
Vanderbilt y sus socios consiguieron una concesión del gobierno liberal. La A pesar de sus compr(
intriga se enredó rápidamente. Costa Rica reclamó la jurisdicción sobre el que acabaría conociéndose
término propuesto para el extremo oriental de su ruta. Con la esperanza de autoridad, manipularon las
bloquear a sus rivales estadounidenses, los ingleses la apoyaron. En 1853 los tuvieron en el poder durar
conservadores habían obtenido el poder en Nicaragua y, sin conceder dere- de la aristocracia latifundis
chos territoriales, decidieron ponerse de parte de los británicos. trecha alianza con los inter
Centroamérica 345
Carrera, un porquero la- Los liberales frustrados recurrieron a Estados unidos en busca de ayuda
objetivos de la revuelta y lograron a william walker, hijo de una austera familia fundamentalisia de
iales tradicionales; 2) re- Tennessee, locuaz y de gran intelecto. De joven había estudiado medicina en
eclesiásticos; 3) amnistía Estados unidos y Europa, y luego se dedicó al derecho en Nueva orleans.
arrera. Sus fuerzas pron- Bajo contrato de los liberales, pagó a un pequeño ejército e in,v-a{i-g Nicara-
ván. gua en 1855. Se adueñó de uno de los navíos de pasajeros de vanderbilt, ob-
inante de la vida política tuvo una rápida victoria, se nombró jefe de las fuerzas armadas y se estable-
muerte en 1865. Desde ció como gobernante dictatorial del país.
elar el programa liberal. El gobierno estadounidense asistió a estos acontecimientos con permisi-
Jió al arzobispo que vol- vidad, tolerando sin ambages la intervención de un ciudadano propi-o en los
o romano se convirtió en asuntos de otro Estado. walker dotó a sus fuerzas con veteranos de la gue-
'on la protección del fue- na de 1846-1848 con México, aceptó el apoyo de los adversarios comerciales
Lo y en 1851 asumió tam- de vanderbilt e incitó la inmigración desde el sur de Estados unidos, que lle-
tendencia conservadora. vó consigo la esclavitud. Sin embargo, como hizo que creciera la oposiðión de
;. Unos cuantos indios, y los ingleses y de los conservadores de otros estados, se re retiró dèl poder en
es activos en la vida po- 1857, En 1860 trató de regresar y encontró la muerte.
ero perdió el monopolio Así terminó la oÇue¡¡¿ Nacional>, acontecimiento con implicaciones du- l
i
ó el objetivo de tratar de raderas, que desacreditó tanto a los liberales como a Estados unidos y ayu-
na política encaminada a da a explicar por qué los conservadores permanecieron en el poder durante
ccho la corona española, mucho más tiempo en Nicaragua que en otras partes de centroamérica du-
,ta nuestros días. rante el siglo xx.
federación centroameri-
os estados era <un cuer-
:al de unificación había La teoría liberal y las <dictaduras republicanas>
13-1837 y se consideraba
mo tiempo, trató de im- Tras la muerte de carrera en 1865, los liberales comenzaron un resurgimien-
;tados (cada vez más so- to. Se había iniciado a finales de ìa década de 1850, cuando Gerardo barrios
ldo en uno de los episo- se convirtió en presidente de El Sglyadqr, y pronto prendió en otros países,
rnes interamericanas: el En 1870, Tomás Guardia, oficial del ejército, asumió la presidencia de-costa
Riça,.Fn 1873, Justo Rufino Barrios tomó el poder en Guatemala, lo mismo
abían estimulado desde que Aurelio soto en Honduras, en L876*El legado de la expedición de wal-
:eánica a través de Cen- ker retrasó el retorno de los liberales en Nicaragua hasta 1b93, cuando José
ìgos y ríos que conecta- Santos Zelaya se convirtió en el jefe ejecutivo.
dores y visionarios cali- como otras elites latinoamericanas de finales del siglo xrx, los liberales
Los franceses e ingleses centroamericanos creían en las nociones de progreso y desarrollo económico.
Unidos se les unió tras Buscaron integrar sus países con el resto del mundo, adquirir los aderezos de
del oro de 1849. la civilización y fomentar la mejora material. compartían las ideas de la ge-
icaragua parecía el em- neración de 1880 argentina y, de forma más particular, de los científicos me-
rales de 1849 Cornelius xicanos. En política seguirían de cerca el ejemplo de porfirio Díaz,
Jel gobierno liberal. La A pesar de sus compromisos liberales, estos dirigentes establecieron lo
la jurisdicción sobre el que acabaría conociéndose como <dictaduras republicanas>. Centralizaron la
ta. Con la esperanza de autoridad, manipularon las elecciones, controlaron las instituciones y se man-
r apoyaron. En 1853 los tuvieron en el poder durante extensos periodos. Su apoyo interno provenía
ra ¡
sin conceder dere- de la aristocracia latifundista y de algunos sectores medios. Forjaron una es-
británicos. trecha alianza con los intereses extranjeros, ingleses, alemanes y norteameri-
346 Historia contemportinea tle América I'utina
canos. Modernizaron sus efectivos militares y las fuerzas de policía. que uti- finales del siglo xrx y los al,
lizaron a su albedrío para intimidar y suprimir a la op<lsición. mala, pero en general su prr
Este modelo produjo algunas alteraciones sociales. Donde las distincio- Aunque los dirigentes lil
nes entre conservadores y liberales eran más claras (Guatemala y Costa que los científicos de Méx
Rica), llevaron a un eclipse casi total del poder de las familias conservadoras. afluencia de clase obrera llr
Donde las líneas de partición eran borrosas (Honduras, El Salvador), algunas mano de obra para el cultivc
dinastías lograron imponerse. Nicaragua resultó ser una excepción, ya que las dios y mestizos en su mayo
familias conservadoras habían conseguido consolidar su posición cuando Ze- los colonos, que vivían en l;
laya llegó al poder. En general, el ascendente liberal abrió oportunidades a de tierra para realizar un cu
los sectores profesionales de clase media y a los ladinos, y, como veremos, jaban a sueldo y vivían en st
auspició medidas que llevaron a la formación de nuevas elites. rra. En ambos casos seguían
Además, despojó a la Iglesia de su poder y prestigio.. Su papel económi- y las perspectivas del campe
co disminuyó y se abolieron sus privilegios legales. Como un historiador es- ciencia de clase como prolel
cribiría más tarde, "el papel fundamental que había desempeñado la Iglesia El comercio de plátanc
\l''centroamencana,
en Centroamérica se volvió secundario. Fue uno de los cambios más impor- pero en st
tantes que ocurrieron en Centroamérica>>. Su caída dejó un vacío institucio- ibàróó llamado Lorenzo Bak
nal en la sociedad centroamericana, que acabaría ocupado, al menos en par- la costa oriental de Estados
te, por una nueva clase de Iglesia católica y romana. para formar la Boston Fruit
tratado al dinámico empres¿
la línea férrea a todo lo larc
Visión general: crecimiento económico y cambio social en tierras. Éste traspasó ei
Keith y Henry Meiggs Keith
El programa económico de los liberales renacientes hacía énfasis en el fo- a Nueva Orleans y pronto er
mento de las exportaciones, sobre todo de materias primas, a cambio de la pany.
importación de bienes manufacturados, lo que condujo a basarse en la pro- Ambas compañías se t
ducción agrícola y, en particular, en el cultivo de café' y plátanos. sidente y a Minor Keith vi¡
Durante el periodo colonial, Centroamérica cultivaba pequeñas cantida- la United Fruit Company (t
des de café. Costa Rica comenzó la producción en serio durante la década de historia de la inversión, per
1.830, enviando su exportación primero a Chile y luego a Europa. Guatemala mérica.
la siguió pronto y en 1870 el café ya era la principal exportación del país, posi- La UFCO, o la frutera,
ción que ha mantenido desde entonces. El Salvador, Nicaragua y Honduras se ció casi un monopolio sobr,
unieron al mercado cafetalero en las décadas de 1870 y 1880. Las exportacio- diante concesiones guberna
nes centroamericanas de este producto no han alcanzado volúmenes enormes siones de tierra en las tie
supusieron más del t5 por 100 de las existencias mundiales- pero pobladas. Dominaba las re
-nunca
siempre han sido de alta calidad. Meiggs y era propietaria de
El café tuvo consecuencias sociales importantes. Como se cultivaba en las ways of Central America. (
tierras altas y frescas, a lo largo de las laderas de las montañas, no requirió 1913 creó la Tiopical Radio ;
en todas partes que se efectuaran grandes usurpaciones de tierra a los cam- barcos. conocidos como la <;
pesinos. Hubo ocupaciones sustanciales en Guatemala y El Salvador, aunque sobre el mercado estadounir
quizás menos dramáticas que las que ocurrieron en México durante el porfi- a pequeña escala, pero nunc
riato. Sin embargo, en Honduras, Nicaragua y Costa Rica, la mayoría de los teriores a la primera guerra
campesinos vivían en las tierras bajas, así que fueron menos frecuentes los El comercio de plátanor
trastornos. Además, muchas plantaciones de café tenían un tamaño modesto supervisores y gerentes de I
y pertenecían a centroamericanos. Los inversores extranjeros acabaron de- mente del sur, y se importa
sempeñando un papel importante en la producción cafetalera en Nicaragua a Occidentales. Uno de los re
Centroamérica 347
finales del siglo xrx y los alemanes adquirieron muchos cafetales en Guate-
mala, pero en general su producción siguió en manos centroamericanas.
Aunque los dirigentes liberales trataron de fomentar la inmigración (más
que los científicos de México), la región nunca recibió la impresionante
afluencia de clase obrera llegada a Argentina. Brasil y Estados Unidos. La
mano de obra para el cultivo del café provino más bien de los campesinos, in-
dios y mestizos en su mayoría. Con el tiempo, se dividieron en dos grupos:
los colonos, que vivían en las plantaciones y arrendaban pequeñas parcelas
de tierra para realizar un cultivo de subsistencia, y los jornaleros, que traba-
jaban a sueldo y vivían en sus casas, donde retenían el control de algo de tie-
rra. En ambos casos seguían manteniendo un contacto estrecho con la tierra
y las perspectivas del campesinado tradicional, en lugar de forjarse una con-
ciencia de clase como proletariado rural.
El comercio de plátanos acabaría siendo emblemático para la cultura
ilcentroameliq4na, pero
en su comienzo fue reducido. En 1870, un capitán de
',bàióo
iiâmado Lorenzo Baker empezó a mandar cargamentos de Jamaica a
la costa oriental de Estados Unidos y en 1885 se unió con Andrew Preston
para formar la Boston Fruit Company. Mientras tanto, Costa Rica había con-
tratado al dinámico empresario ferrocarrilero Henry Meiggs para establecer
la línea férrea a todo lo largo de la costa caribeña, a cambio de concesiones
en tierras. Éste traspasó ei contrato a dos de sus sobrinos, Minor Cooper
Keith y Henry Meiggs Keith. En 1878, el primero comenzó a enviar plátanos
a Nueva Orleans y pronto estableció la Tropical Tiading and Tiansport Com-
pany.
Ambas compañías se fusionaron en 1899, nombrando a Preston pre-
sidente y a Minor Keith vicepresidente para formar una empresa singular:
la United Fruit Company (UFCO). Aquí comenzó un capítulo notable de la
historia de la inversión, penetración y control estadounidense en Centroa-
mérica.
La UFCQ o la frutera, como la llamaron los centroamericanos, estable-
ció casi un monopolio sobre la producción y distribución de plátanos. Me-
diante concesiones gubernamentales y otros medios, adquirió vastas exten-
siones de tierra en las tierras bajas caribeñas, húmedas y escasamente
pobladas. Dominaba las redes de transportes mediante su conexión con
Meiggs y era propietaria de una importante compañía, la International Rail-
ways of Central America. Construyó muelles e instalaciones portuarias. En
1913 creó la Tiopical Radio and Telegraph Company. Poseía gran cantidad de
barcos, conocidos como la <gran flota blancar, y tenía una influencia enorme
sobre el mercado estadounidense. Toleró e incluso fomentó una competencia
a pequeña escala, pero nunca se la desafió de forma seria en las décadas pos-
teriores a la primera guerra mundial.
El comercio de plátanos creó economías de enclave por excelencia. Los
supervisores y gerentes de la UFCO provenían de Estados Unidos, general-
mente del sur, y se importaban trabajadores negros de Jamaica y las Indias
Occidentales. Uno de los resultados fue alterar la composición poblacional
348 Historia contemporónea de América Latina
Cunono 10.1 Comercio cer
centajes)
1920
Export.
Costa Rica 7l
El Salvador 56
Guatemala 67
Honduras 87
Nicaragua 78
Panamá 93
I 950 t988
Costa Rica 71 52 70 67 44 39
El Salvador 56 79 86 67 39 42
Guatemala 6l 61 88 79 40 43
Honduras 87 85 74 49 57
Nicaragua 78 73 54 72 0,4 1,3
Panamá 93 73 80 69 50 19
Fuentes: James W. Wilkie, Statistics and National Policy, suplemento 3, Statisticat Abstract
of
Larin America, Los Ángeles, ucLA Latin America center, 1ó74. cuadro XV-3; James w wil-
kie y Peter Reich (eds.), statistical Abstract of Latin America,2g, Los Ángeles, ucLA Latin
American Center, 1990, cuadro 2.602.
la, la mayor con diferencia, estaba muy por debajo del millón de habitantes
tenía un floreciente
(731.000) y las demás capitales tenían una población que iba de los 200.000
cliente para el café.
habitantes a algo más de 400.000. La urbanización llegó tarde a esta región.
rmó su suPremacía.
L el cuadro 10.1, Es-
A su vez, este retraso ha producido un hecho social trascendente: ôen-
troamérica nunca ha tenido una clase obrera urbana importante. Hay algu-
ìciones de la región
nos trabajadores en las ciudades, por supuesto, y se han hecho esfuerzos ês-
u predominio en las
porádicos para su sindicalización desde los años veinte. pero la falta de
en los años setenta
impulso a la manufactura y el tamaño reducido de las ciudades no han per-
que antes entre sí Y
mitido el surgimiento de movimientos obreros semejantes a los que apare-
caragua en los años
cieron en Argentina, Brasil, chile o México. (En Nicaragua, por ejempìo, el
istados Unidos). De
porcentaje de población económicamente activa que pertenecía a un sindica-
.na considerable in-
to en r9T3llegaba a un miserable 2 por 100,) un importante actor colectivo
ha solido permanecer ausente de la escena: der mismo modo que Argentina
stencia de economí-
;trialización centro-
no ha contado con un campesinado clásico, centroamérica hã carecido de
proletariado urbano.
rles presentaba otro
Además, la falta de incentivo histórico a la manufactura significó que el
sector agrícola nunca fuera desafiado por un sector industrial. El MCCA ayu-
ntes del istmo deci-
dó a dar forma y fortaleza a un grupo empresarial inexperto, pero no condu-
A) en 1960, La idea
jo a un asalto directo del orden social. En consecuencia, habria poco incenti-
tegia doble: promo-
aranceles comunes
vo para formar la alianza populista multiclasista que con tanta frecuencia
surge del conflicto sectorial (como en Argentina, donde perón reuni ó a tra-
lvador, Guatemala,
bajadores industriales y empresarios en un ataque común a la aristocracia ru-
debido a su estatus
, interés continuado
ral). En ausencia de una amenaza industrial, los latifundistas y campesinos,
en su mayoría indios en Guatemala, se enfrentaron en el campo centroame-
rercio entre los paí- ricano. cuando estalló el conflicto, tendería a seguir las líneãs cle clase. El
: todas las exporta- control de la tierra sería el tema dominante.
rreció ámbitos Los grupos más activos de las ciudades centroamericanas han estado ge-
-en
roductos de pulpa y neralmente compuestos por comerciantes y profesionales de clase media:
por el camino de la abogados, periodistas, intelectuales y estudiantes. No han demostrado mucha
MCCA hizo pocos co,nciencia de clase, pero han generado algunos movimientos políticos refor-
ccionistas siguieron mistas y producido un número considerable de dirigentes politicos. A medi-
le un 9,4 por 100 en da que ha pasado el tiempo, su papel en el Estado y la soòiedad ha aumen-
tado de forma constante.
nenzado a quejarse A pesar de su crecimiento y desarrollo, las masas centroamericanas han
sesenta y abandonó seguido siendo pobres. Las rentas per cápita son bajas (la media rondaba los
Ior en 1969 (descri- 1.100 dólares en 1992) y la riqueza está fuertemente concentrada. como in-
o después acuerdos dicadores de bienestar social, los índices de alfabetización nacional revelan
)r- pero el MCCA que en 1970 sólo el 45-60 por 100 de los adultos sabía leer y escribir en El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua (costa Rica, siempre la excep-
re siendo principal- ción, se aproximaba al 90 por 100). La proporbión de niños (de siete a trece
enos rlel l0 por 100 años) que iban a la escuela era del 70 por 100 o más en todos los países me-
rscilaba entre un 20 nos en Guatemala, el país mayor, donde era del 50 por 100. pero estos por-
tina, por ejemplo, y centajes eran mucho más que compensados por la baja proporción de los ãdo-
ntroamericanas son lescentes que asistían a escuelas secundarias: menos ¿e un zo por 100 en El
iudad de Guatema- salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, y sólo del 33 poi too en costa
352 Historia contemporánea de América Latina
Rica. En caso de que los niños centroamericanos recibieran alguna educa- rra de los Mil Días estaba p:
ción, su asistencia a la escuela era generalmente breve. para sofocar el desorden de
Con el tiempo, este modelo de desarrollo y pobreza ejercería una presión solventada con el Tratado I
tremenda sobre los sistemas políticos de la región. La comprensión de este Estados Unidos para constr
proceso requiere un examen breve de la historia reciente de cada país. dense aprobó de inmediat<
poco dispuesto a comprom(
lante.>
Panamá: una nación Y una zona El paso siguiente fue li
Philippe Bunau-Varilla, hab
Panamá no se convirtió en república independiente hasta que terminó el siglo' ahora vio su oportunidad, (
Durante la década de 1880 fue provincia de Colombia;pero, debido a las po- Varilla comenzó a hacer pla
brei comuUicaciones y a la distancia que la separaba de Bogotá, se había vuel- Panamá. Cuando comenzó
to semiautónoma. Durante su permanencia en el cargo (1885-1894)' el enérgi- clieron que las tropas coloml
co presidente de Colombia Raiael Núñez trato de reafirmar el control central, de Panamá. La revuelta fue
pero sólo lo logró de forma parcial. Tias su muerte, el país cayó en el desorden, En pocos días, Washing
y liberales y conservadores comenzaron una lucha espantosa que culminó con no soberano de Panamá y r
; iu gr"rru dä los Mil Días (1899-1903). El conflicto terminó con la derrota libe- cés) como su representante
i ral, la economía paralizada y el gobierno casi en bancarrota. John Hay y Bunau-Varilla 1
Ante estas cõndiciones, Panamá podría haber buscado su independencia, ËstadoS Unidós el control i
ya que desde hacía tiempo se sentía incómoda bajo el gobierno de Bogotá.
-embargo,
perpetuidad ... como si est
3in la soberanía panameña no acabaría surgiendo de un movi- panameña aprobó pronto el
miento popular indígena, sino de la diplomacia de las grandes potencias y la administrativa dirigieron st
intriga internacional. sentimiento pro Nicaragua s
. Estaba en discusión un canal interoceánico, un sueño antiguo de Centro- decisivo, Bunau-Varilla colc
américa. Los planes se remontaban al siglo xvu. En 1878, el gobierno de Co- un sello de correos nicaragi.
lombia dio su autorizaciónpara que un grupo francés al mando de Ferdinand el mensaje silencioso prendi
de Lesseps, constructor del canal de Suez, excavara una ruta a través de Pana- sesenta y seis a cuarenta: la
má. Los ingenieros estadounidenses se inclinaron por Nicaragua y una compa- De este modo, Panamá:
ñía norteamericana recibió un contrato para comenzar los trabajos en ese país' la diplomacia. Abierto en 1!
Se había iniciado la carrera. Luego llegó el pánico financiero de 1893 y ambos internacional y el gobierno
grupos se quedaron sin dinero, así que abandonaron la empresa. zona del canal se convirtió
La opiñion popular estadounidense estaba a favor de una acción valien- tensión de privilegios legale
te en América Latina. Las obras de Rudyard Kipling esparcieron la convic- aguda y notablemente con I
ción profunda acerca de la "obligación del hombre blanco>. La populariza- rrolló las características pr<
ción de las versiones del darwinismo social ayudaron a convencer a los dencia de las exportaciones
estadounidenses de que se hallaban entre los omás capaceso de la historia. La tadounidense, y control inte
adquisición de Cuba y un imperio en el Pacífico mediante la guerra Hispano- cerrada. A pesar del Tratadr
Americana propiciaron el interés en posesiones distantes. Y en libros tan ma- para siempre.
gistrales como The Influence of Sea Power upon Hßtory (La influencia del En 1952. el coronel José
þoder marítimo en la historia; 1890), .el historiador y publicista Alfred
Tha- menzó la renegociación del
yer Mahan sostenía con vigor que el poder naval era la clave parala influen- dieron como resultado un a,
ôia internacional, doctrina que requería de Estados Unidos una marina para cibiría Panamá, recortaba lc
<los océanos. Cuando Theodbre Rõosevelt se convirtió en presidente en 1901, dounidenses y buscaba igu4
era evidente que Washington daría un paso, pero ¿de qué tipo? nameños. Pero no se tocó la
La política colombiana propició la solución del problema. cuando la gue- 1956, después de que Egiptr
Centrr¡américa 353
ecibieran alguna educa- rra de los MilDías estaba próxima a su fin en 1903, Washington envió tropas
ve. para sofocar el desorden de Panamá, lo que ocasionó una crisis diplomática,
ta ejercería una Presión solventada con el Tiatado Hay-Herrán, acuerdo por el que_ se autorizaba a
La comprensión de este Estados Unidos para construir un canal en Panamá. El Congreso estadouni-
iente de cada País. clense aprobó de inmediato el documento, pero el legislativo colombiano,
poco dispuesto a comprometer la soberanía nacional, se negó a seguir ade-
lante.:
zona E,l paso siguiente fue la insurrección. El ingeniero jefe de De Lesseps,
Philippe Bunau-Varilla, había seguido apoyando la construcción del canal y
asta que terminó el siglo. ahora vio su oportunidad. Con el pleno conocimiento de Roosevelt, Bunau-
ia;pero, debido a las Po- Varilla comenzó a hacer planes para que se diera una rebelión separatista en
Je Bogotá, se había vuel- Panamá. Cuando comenzó el alzamiento, los barcos estadounidenses impi-
¡o ( 1.885- 1894), el enérgi- dieron que las tropas colombianas cruzaran el istmo para dirigirse a la ciudad
,firmar el control central, de Panamá. La revuelta fue un éxito.
país cayó en el desorden, En pocos días, Washington extendió el reconocimiento al nuevo gobier-
pantosa que culminó con no soberano de Panamá y recibió a Bunau-Varilla (todavía ciudadano fran-
minó con la derrota libe- cés) como su representante oficial. El secretario de Estado estadounidense
:arrota. i
John Hay y Bunau-Varilla firmaron ãprisa un tratado que proporcionaba a
Lscado su independencia, Estados Unidos el control de la zona del canal de 16 a 17 km de ancho ..a
' el gobierno de Bogotá. perpetuidad... como si estuviese bajo su soberaníao. Una dócil legislatura
surgiendo de un movi- panameña aprobó pronto el documento. Luego Bunau-Varilla y la camarilla
rs grandes potencias y la administrativa dirigieron su atención al Senado estadounidense, donde el
sentimiento pro Nicaragua seguía siendo bastante fuerte. La mañana del voto
ueño antiguo de Centro- decisivo, Bunau-Varilla colocó en cada uno de los escaños de los senadores
t878, el gobierno de Co- un sello de correos nicaragüense con la imagen de una erupción volcánica y
s al mando de Ferdinand el mensaje silencioso prendió. E,l Senado aprobó la medida por un margen de
na ruta a través de Pana- scsenta y seis a cuarenta: la suerte estaba echada.
Nicaragua y una compa- De este modo, Panamá se convirtió en nación por un alarde de fuerza de
rr los trabajos en ese país. la diplomacia. Abierto en 1914, el canal fue de inmediato una importante vía
anciero de 1893 y ambos internacional y el gobierno comenzó a recibir rentas anuales constantes. Ioa
la empresa. zona del canal se convirtió de facto en una colonia estadounidense, una ex-
or de una acción valien- tensión de privilegios legales y prosperidad de club campestre que resaltaba
rg esparcieron la convic- aguda y notablemente con la sociedad local. Fuera de la zona, Panamá desa-
blancoo. La populariza- rrolló las características propias de Centroamérica en su conjunto: depen-
aronaconvenceralos
I
dencia de las exportaciones agrícolas (en especial plátanos) y del mercado es-
rpaces> de la historia. La tadounidense, y control interno ejercido por una oligarquía latifundista muy
iante la guerra Hispano- cerrada. A pesar del Tiatado Hay-Bunau-Varilla, la situación no podía durar
ntes. Y en libros tan ma- <
¡rara siempre.
istory (La influencia del En 1952, el coronel José Antonio Remón se convirtió en presidente y co-
y publicista Alfred Tha- menzó la renegociación del tratado de 1903. Ties años después, sus esfuerzos
, la clave para la influen- dieron como resultado un acuerdo que aumentaba las rentas anuales que re-
Unid<ls una marina para cibiría Panamá, recortaba los privilegios económicos de los ciudadanos esta-
ió en presidente en 1901, dounidenses y buscaba iguqJar las rentas salariales de estadounidenses y pa-
e qué tipo? nameños. Pero no se tocó la cuestión de la soberanía. Sobrevino el asunto en
roblema. Cuando la gue- 1956, después de que Egipto tomara el canal de Suez. Cuando el presidente
354 Historio contemporánea de América Latina
Ricarclo Arias protestó con acritud por la exclusión de Panamá dtunu *n- dictadori y Estados Unidos
ferencia sobre la crisis de Suez, el secretario de Estado John Foster Dulles re- ministración Bush desPach,
plicó con frialdad que Estados Unidos <tenía derechos de soberanía sobre el de Noriega. La fuerza inva
canal de Panamá ... con la entera exclusión de Panamá de cualquier derecho porádica, luego arrolló las
de soberanía, poder o autoridad>. a Mi.ani, donde se enfrent;
Las tensiones y consultas continuaron. En enero de 1964,los alumnos es- gas. Lo5 mandos militares ,
tadounidenses de la Balboa High School (en la zona del Canal) izaion sólo dido la vida veintitrés esta
la banclera estadounidense, Sin que la acompañara la panameña, a lo que si- tante sobre las bajas causi
guieron disturbios a gran escala. Ellsworth Bunker, embajador estadouni- varios cientos y varios mile
dense ante la Organización de Estados Americanos, acusó de los asaltos a la vasión quizás alcanzaran lc
zona del canal a canalla dirigida por extremistas, que incluían per- Muchos panameños re
"infiltrada
sonas entrenadas en países comunistas>. El presidente panameño Roberto F. denses, pero acabaron des
Chiari rompió las relaciones con Washington. 1' proporcionar ayuda econór
Los ánimos se calmaron y se reanudaron las discusiones. En 1968, el doc- I de las sanciones y de la inr
tor Arnulfo Arias ganó unas disputadas elecciones, en una campaña que él por 100 entre 1988 y comie
mismo denominó <una de las más vergonzosas de la historia del país>. Tias y el 40 por 100 de la pobli
ocupar el puesto sólo once días, fue derrocado por la Guardia Nacional, que gado y sin inspiración, Enc
estableció el gobierno de una junta bajo el mando del general de brigada cuestas de opinión, el apoy
Omar Torrijos Herrera. Este hecho marcó la clara hegemonía de la Guardia 73 por 100 a mediados de
en la política y llevó al surgimiento de Torrijos como hombre fuerte, quien de oposición acusó al des
proporcionó continuidad de liderazgo mientras negociaba pacientemente con blanqueo de dinero, el mis
las administraciones de Nixon, Ford y Carter. primer término para justifi
Estados Unidos acabó aceptando un tratado que otorgaba a Panamá la La economía panameñ
soberanía completa sobre el canal enJp99. Ronald Reagan (mucho antes de noventa, cuando las tasas ,
asumir la presidencia) y otros conservádores estadounidenses denunciaron la vez que Endara lograba
enérgicamente el acuerdo como <traición>, pero el presidente demócrata dores externos. No obstan
Jimmy Carter logró obtener la aprobación del Senado. Los intelectuales y persistieron, y los líderes c
hombres de Estado de todo el mundo aplaudieron la decisión' Aunque por distas. Las elecciones presi
corto espacio, las relaciones entre Estados Unidos y América Latina tomaron có a la situación al dar la vi
un giro positivo. gado de Noriega que soL
Pero Panamá continuó teniendo problemas, Torrijos murió en un acci- cantante de salsa Rubén B
clente aéreo en 1981. El 30 de julio de 1982, el presidente civil Aristides Royo tración. Durante la campar
renunció de forma abrupta y pasó el cargo al vicepresidente. Puso el pretex- tido de Noriega, reclamanc
to de su mala salud, pero la mayoría de los observadores creyeron que le ha- sistió un hecho básico: lor
bía echado la Guardia Nacional. El nuevo hombre fuerte fue el general Ma- desoués de la invasión est¿
l
nuel Antonio Noriega, que tenía fama de estar profundameÍte envuelto èn ma.
la corrupción que asolaba Panamá. (También había sido agente a tiempo par- Cuando el año 1999 co
cial de la CIA.) El nacionalismo panameño se exaltó cuando ese gobierno se vió al canal de Panamá. At
negó a renovar un acuerdo con Estados Unidos mediante el cual había ope- namá para administrar el r
rado en Panamá la School of the Americas, programa de formación dirigido pación sobre su capacida<
y financiado por Estados Unidos para el ejército latinoamericano. propiedades anexas que ti
El sentimiento antiestadounidense volvió a surgir en J.989,-cuando el go- de dólares anuales. Ocupa
bierno estadounidense impuso un boicot económico en un esfuerzo por de- número de 300 al día, y lc
rrocar a Noriega. Al año siguiente, éste anuló las elecciones que en aparien- opinión mostraba que el7
cia había ganado Guillermo Endara, líder de una *cruzada civil> opuesta al ción de la presencia milita:
na Centrouméric.a .155
lusión de Panamá deuna con- dictador,'y Estados Unicios apretó los tornillos. En diciembre de 1989,|a ad-
r Estado.John Foster Dulles re- ministración Bush despachó más de 20.000 soldados para aplastar el régimen
lerechos de soberanía sobre el de Noriega. La fuerza invasora se enfrentó a una resistencia fuerte pero es-
Panamá de cualquier derecho porádica, luego arrolló las defensas panameñas, capturó a Noriega y lo llevó
a Mia&i, donde se enfrentaría a juicio por complicidad en el tráfico de dro-
enero de 1964, los alumnos es- gas. Lo5 mandos militares estadounidenses informaron que sólo habían per-
l,a zona clel Canal) izaibn sólo dido la vida veintitrés estadounidenses, pero habría una controversia cons-
ñara la panameña, a lo que si- tante sobre las bajas causadas a los panameños (los cálculos oscilan entre
lunker, embajador estadouni- varios cientos y varios miles). Las pérdidas económicas originadas por la in-
canos, acusó de los asaltos a la vasión quizás alcanzàÍan los 2.000 millones de dólares.
r extremistas, que incluían Per- Muchos panameños recibieron con entusiasmo a las tropas estadouni-
:sidente panameño Roberto F,
denses, pero acabaron desencantados. Estados Unidos tardó demasiado en
I, proporcionar ayuda económica tras su operación militar. Como consecuencia
rs discusiones. En 1968, el doc- I de las sanciones y de la invasión, el producto nacional bruto se redujo un 22
iones, en una camPaña que él i
por 100 entre 1988 y comienzos de 1991. El desempleo superaba el 20 por 100
s de la historia del País>. Tias y el 40 por 100 de la población vivía en los límites de la pobreza. Sobrecar-
r por la Guardia Nacional, que gado y sin inspiración, Endara resultó ser un dirigente ineficaz: según las en-
nando del general de brigada cuestas de opinión, el apoyo popular a su coalición gobernante descendió del
:lara hegemonía de la Guardia 73 por 100 a mediados de 1989 al l7 por 100 en màÍzo de 1991. Un partido
JS como hombre fuerte, quien de oposición acusó al desvalido presidente de estar vinculado a redes de
; negociaba pacientemente con blanqueo de dinero, el mismo ataque que había utilizado Estados Unidos en
primer término para justificar su invasión.
que otorgaba a Panamá la La economía panameña comenzó a recuperarse a comienzos de los años
'do
rnald Reagan (mucho antes de noventa, cuando las tasas de crecimiento promediaron más del 7 por 100, a
estadounidenses denunciaron ì: la vez que Endara lograba finalmente normalizar las relaciones con los acree-
pero el presidente demócrata I
dores externos. No obstante, los elevados niveles de pobreza y desempleo
:l Senado. Los intelectuales y I persistieron, y los líderes de la elite tradicional recayeron en disputas parti-
ieron la decisión. Aunque por \ distas. Las elecciones presidenciales de mayo de 1994 dieron un vuelco iróni-
dos y América Latina tomaron cô a la situación al dar la victoria a Ernesto Pérez Balladares, un antiguo alle-
I
cas así como políticas. El gobierno de la Zona clel Canal es una cuestión pen- América Latina- proscn
cliente para Panamá, Estados Unidos y el hemisferio en su conjunto' reda se calmó y Ulate Bla
Figueres obtuvo la prr
las exportaciones agrícola
Costa Rica: una democracia frágil por el cual la parte corres
badeunl0aun30porl
Desde hace mucho tiempo. Costa Rica ha sido única. A pesar de su nombre, tamiento en 1955. Las ele
su importancia económica fue mínima para España, y al ser la zona más al gueres declaró tras la d
sur del reino de Guatemala se encontró relativamente alejada del resto de nuestra derrota como un¿
Centroamérica. Desde el comienzo, tuvo una población escasa y nunca desa- América Latina. No es c,
rrolló una clase subordinada negra o india considerable. Tampoco contó con elecciones>.
una rica oligarquía latifundista. Los hechos que siguir
El cultivo del café comenzó en granjas modestas de tamaño familiar en de los votantes costarrice
la década de 1830. El floreciente comercio hizo surgir un sector rnedio agrí- las más altas del mundo t
cola próspero una clase comercial en las ciudades-, sin producir un cam- Y ha prevalecido la mode:
-y
pesinado sin tierras. La United Fruit estableció plantaciones de plátanos en a candidatos extremistas r
la costa oriental a finales del siglo xtx y comienzos del xx, con lo que los plá- parte de Centroamérica, t
tanos se convirtieron pronto en la exportación señera del país. Los apuros económic<
Por motivos económicos y demográficos, Costa Rica surgió como una so- ba severa. Bajo la dudos
ciedad homogénea en cuanto a clases y razas.En1925, cerca de un 80 por 100 Costa Rica acumuló una <
de la población era blanca, el 4 por 100 negra (en su mayoría trabajadores de para un país de su tamañr
las plantaciones de plátanos), el 14 por 100 era mestiza y menos de un 1 por en 1977 a -2,4 por 100 er
100 era india. La cultura de clase media prevaleció y en general no hubo con- lón) fue devaluada más c
flictos raciales. por 100 y parecía seguir s
El consenso social llevó a una amplia aceptación de la política constitu- La democracia costar
cional. A comienzos del siglo xx, el gobierno fomentó programâs de bienes- nancieras de los años que
tar (por lo que, de forma inevitable, Costa Rica, como Urugua¡ llegó a ser nales dominantes prosegu
comparada con Suiza). Los conservadores alternaban el poder con los libe- el país tuvo que pagar un
rales. No había mucho por qué pelear y la tradición democrática comenzó a agudizó la guerra entre
echar raíces. güenses y elementos de le
Luego la depresión mundial de los años treinta alimentó el descontento a la 9ue la guerra fría cer
social. El Partido Republicano Nacional surgió como una alternativa al co- Oscar Arias Sánchez,
munismo. La distinción entre liberales y conservadores se desvaneció y, con problemas de forma direc
el apoyo de la izquierda, los republicanos ganaron las elecciones presiden- obstinada, persuadió a lo
ciales de 1936, 1940 y 1944. Se dio cabida a un sistema de seguridad social y canos para que se reunier
un código laboral progresistas. los denominados Acuerd
Luego surgieron dos facciones importantes. Una fue el Partido de Unión ciudad donde se celebró
Nacional, vehementemente anticomunista y liderado por Otilio Ulate Blan- desgarradas por la guerr
co. La otra fue el Partido Democrático Social, de centro-izquierda (pero an- 2) entablaran el diálogo r
ticomunista), organizado por el antiguo conservador José (Pepe) Figueres Fe- uso de su territorio para i
rrer, En las elecciones de 1948, ambos movimientos se unieron en una Ia prohibición de la ayud
coalición contra el Partido Republicano Nacional. Hizo aparición la violen- Estos dos últimos puntof
cia, brotaron las disputas y Figueres asumió la autoridad. Actuando con vi- Unidos. El acuerdo de agr
gor y decisión, disolvió el ejército, asignó nuevos impuestos, convocó una mocratización de todas la
Asamblea Constituyente y ---<omo ocurría por entonces en otras partes de parecía demasiado bueno
Centroamérica 357
rl es una cuestión Pen- América Latina- proscribió a la Vanguardia Popular comunista. La polva-
n su conjunto. reda se calmó y Ulate Blanco tomó posesión del cargo en1949.
Figueres obtuvo la presidencia en 1952 y volvió la normalidad. Estimuló
las exportaciones agrícolas y negoció un nuevo contrato con la United Fruit,
'ág1l por el cual la parte correspondiente a Costa Rica de los beneficios aumenta-
ba de un 10 a un 30 por 100. Con el apoyo de Washington, resistió un levan-
\ pesar de su nombre, tamiento en 1955. Las elecciones de 1958 transcurrieron con normalidad. Fi-
al ser la zona más al gueres declaró tras Ia derrota del candidato de su partido: <Considero
c alejada del resto de nuestra derrota como una contribución, en cierto modo, a la democracia en
I escasa y nunca desa- América Latina. No es costumbre que un partido en el poder pierda unas
e. Tampoco contó con eleccioneso.
Los hechos que siguieron sostendrían esta afirmación. La participación
Je tamaño familiar en de los votantes costarricences ha superado en general el 80 por 100, una de
un sector medio agri las más altas del mundo (comparada con el 55-60 por 100 estadounidense).
producir un cam-
-. sin Y ha prevalecido la moderación: menos de un 10 por 100 de los votos han ido
ciones de plátanos en a candidatos extremistas de izquierda o derecha. En contraste con la mayor
xx, con lo que los Plá- parte de Centroamérica, Costa Rica tiene un centro político fuerte y viable.
del país. Los apuros económicos, como siempre, sometieron al sistema a una prue-
'a surgió como una so- ba severa, Bajo la dudosa administración de Rodrigo Carazo (1978-1982),
cerca de un 80 por 100 Costa Rica acumuló una deuda externa de 4.000 millones de dólares, enorme
ayoría trabajadores de para un país de su tamaño. La tasa de crecimiento descendió del 8,9 por 100
ì y menos de un I por en 1977 a -2,4 por 100 en 1981, año durante el cual la moneda local (el co-
r general no hubo con- lón) fue devaluada más de un 400 por 100. El desempleo ascendió a un 10
por 100 y parecía seguir subiendo.
.le la política constitu- La democracia costarricense logró sobrevivir a las terribles presiones fi-
programas de bienes- nancieras de los años que siguieron a1982, mientras los dos partidos nacio-
r Uruguay, llegó a ser nales dominantes proseguían con su tradición de alternarse en el poder. Pero
el pocler con los libe- el país tuvo que pagar un alto precio por ser vecino de Nicaragua. Cuando se
;mocrática comenzó a agudizó Ia guerra entre los sandinistas y la Contra, los refugiados nicara-
güenses y elementos de la Contra se escondieron en Costa Rica, otra nación
imentó el descontento a la gue la guerra fría centroamericana puso en peligro.
una altcrnativa al co- Oscar Arias Sánchez, elegido presidente en 1986, decidió afrontar estos
s se clesvaneció y, con problemas de forma directa. Con una diestra diplomacia y una determinación
s clccciones presiden- obstinada, persuadió a los jefes ejecutivos de los demás países centroameri-
r de seguridad social y canos para que se reunieran a negociar. El resultado de este proceso fueron
los denominados Acuerdos de Esquipulas. que recibieron el nombre de la
reel Particlo de Unión ciudad donde se celebró el primer encuentro, y que pedían a las naciones
ror Otilio Ulate Blan- desgarradas por la guerra de la región que 1) iniciaran un cese el fuego,
ro-izquierda (pero an- 2) entablaran el diálogo con los movimientos de oposición, 3) impidieran el
sé (Pepe) Figueres Fe- uso de su territorio para iniciar agresiones contra otros estados y 4) el cese y
rs se unieron en una la prohibición de la ayuda a las fuerzas irregulares o movimientos rebeldes.
ro aparición la violen- Estos dos últimos puntos se dirigían especialmente a Nicaragua y Estados
lad. Actuando con vi- Unidos. El acuerdo de agosto de 1987 también pedía elecciones libres y la de-
puestos, convocó una mocratización de todas las naciones de la región. Era un plan ambicioso, que
ces en otras partes de parecía demasiado bueno para ser verdad, pero tenía el mérito inequívoco de
358 Historia contemportineq de América I'atina
problemas. En la Práctica, gociaciones sobre la ruta del canal. En 1909, ordenó la ejecución de dos aven-
'egión e hizo ganar a Arias tureros estadounidenses. El secretario de Estado Philander C. Knox lo de-
nunció como <un borrón en la historia de este país" y expulsó al embajador
;istente imPortancia de las nicaragüense de Estados Unidos. A continuación apoyaron una revuelta con-
rcó a Rafael Angel Calde- traZelaya, que se vio obligado a renunciar.
4 correspondió a José Ma- Siguió el caos financiero. Los acreedores europeos comenzaron a de-
la crisis de la deuda de los mandar el pago de sus deudas. Desesperado, el nuevo presidente, el conser-
na económica con una Po- vador Adolf o Díaz, pidió a Estados Unidos que enviara ayuda militar para
imicas. Multinacionales ta- proteger sus intereses económicos de la amenaza de la guerra civil y que
"ex-
rtiendo en Costa Rica Y el tendiera su protección a todos los habitantes de la república>. Citando la de-
cia 1993 el desemPleo de- claración de Roosevelt, el presidente William Howard Täft envió a los mari-
J, una de las tasas más ba- nes. Un plan para Ia recuperación financiera obtuvo una garantía de un
ses vecinos de Centroamé- conglomerado bancario de Nueva York, que recibió el control del banco na-
cional y el sistema de ferrocarriles como fianza por su inversión. Desde el
punto de vista político y económico, Nicaragua se convirtió en un auténtico
protectorado de Estados Unidos.
revolución Esta condición duró hasta 1933. A mediados de 1920 surgió una disputa
sobre la sucesión presidencial. Estados Unidos impuso al leal Adolfo Díazy
sido una prenda en manos aceptó supervisar las elecciones siguientes. Como resultado de este compro-
Jnidos. A lo largo del siglo miso, un liberal llamado Juan Bautista Sacasa obtuvo la presidencia en 1.932
/entureros avariciosos, mu- y pidió la retirada de las tropas estadounidenses. Los banqueros neoyorqui-
opôrtó la breve pero igno- nos ya habían recobrado su inversión y Franklin Delang Roosevelt estaba a
seguiría hasta el siglo xx. punto de proclamar la política de la
"Buena Vecindad" . En 1933 los marines
a esfera de int'luencia esta- abandonaron Nicaragua.
dejó pasar la oportunidad. Pero un activista liberal, Augusto César Sandino, se negó a respetar el
:stableció un protectorado acuerdo de finales de los años veinte. Patriota ferviente, nacionalista y so-
; y futuras acciones, Theo- cialista medqrado, había emprendido una campaña guerrillera contra la in-
tervención estadounidense y los colaboracionistas nicaragüenses. Consiguió
un amplio respaldo popular, pero Estados Unidos temía la presencia de iz-
Je contar con nuestra amistad quierdistas entre sus seguidores. Los marines estadounidenses se unieron a
Jtuar con una eficiencia y ho- la campaña orquestada contra é1, pero consiguió una y otra vez eludir a sus
líticos, si mantiene el orden y perseguidores. Cuando las fuerzas estadounidenses ya habían abandonado
erferencia de Estados Unidos. el país, Sandino continuó luchando. Consideraba que la Guardia Nacional,
r resultado una périJida gene-
entrenada por Estados Unidos, era la mayor amenaza para la independen-
, cn otras partes. acaba requi-
a, y en el hemisferio occiden-
cia nicaragüense. Ahora ésta y los sandinistas competían ferozmente para
rina Monroe puede forzarlo, influir sobre el gobierno. Una vez que Sacasa se halló bien instalado en la
de dicha perfidia o impoten- presidencia, Sandino aceptó asistir a una reunión para intentar alcanzar un
acuerdo de paz. Cuando dejaba el palacio presidencial, Sandino y dos ge-
nerales que lo apoyaban fueron apresados por la Guardia Nacional y eje-
ina Monroe, tenía un signi- cutados de inmediato. Héroe nacional genuino, ahora también se convirtió
rpa, Estados Unidos podía en un mártir.
El poder político no residía en el sistema electoral, sino en la Guardia
ra esa máxima en la prácti- Nacional, fuerza de policía interna creada durante la ocupación estadouni-
José Santos Zelaya, el dic- dense. A su cabeza estaba el general Anastasio (Tacho) Somoza García, tira-
rntrol extranjero en las ne- no ambicioso y despiadado que había dado la orden de ejecutar a Sandino.
360 Historia contemporónea de América I'atina
Un colaborador fiel de la
tro años después, Luis Sc
poder pasó a Anastasio S
su padre, jefe de la Guarr
tó al país con un gobiernr
con sus excesos. Se rumor
ficios económicos con la
rremoto de 1.972.
La ausencia completr
oposición a Somoza sólo ¡
los años sesenta, emergii
por tres grupos importan
Prolongada (GPP), se for
pesinos del norte montañ
ron de la GPP en 1.973 pz
a los intelectuales de las
marxista y moderado en ¡
sus hazañas militares con
nombre de Augu_sto Cés;
para formar el Frente Sat
central desdç l9ó1).
""Trãs
un año y medio
proviso en f!!fo del misr
dos décadas-áites. A salv
más allá de su control. ,,E
La mayoría de los estadounidenses aceptaron la afirmación de que el protectorado de derrocado por una consp
Estados Unidos sobre Nicaragua se justificaba por el "Corolario Roosevelto para la
yoría de comunistas y det
Doctrina Monroe; la leyenda original de esta caricatura decía: "Cortando una vara
para un niño malo>. (McKee Barclay, Bøltimore S¿¿n, 1910. Cedida por The Baltimore de encontró la muerte a I
Sun.) Una vez en el poder,
políticos. Uno era una po
significaba que ya no se
Acabó derrocando a Sacasa y ocupando la presidencia en 1937. Así comen- creación de una (<econot
zô el régimen somocista. La revolución tuvo ul
Siendo un astuto político, Somoza obtuvo el respaldo de diferentes fuen- tó a los dirigentes nicara¡
tes: de la Guardia Nacional a la que fomentó y protegió, de la elite terrate- res como ayuda de urgen
niente con cuyos miembros formó numerosas asociaciones, y de Estados Uni- nal del Congreso para u
dos, cuya estructura de poder político sabía manipular muy bien. tarea interna se vio facilit
Amasando una fortuna enorme para él y su familia, Somoza promovió el moza, que incluía cerca (
crecimiento económico de Nicaragua y cultivó la ayuda estadounidense. Un gobierno revolucionario
asesino lo hirió en 1956 y fue trasladado de inmediato a un hospital de la zona agraria sin tenerse que e
del canal, controlada por Estados Unidos. Siempre agradecido por su antico- cracia latifundista atrinch
munismo rabioso, el presidente Eisenhower envió a su cirujano personal para Los revolucionarios
tratar de salvar la vida del dictador. A pesar de todo, $om,o-za-r-nUfié. mas sociales cuya resolu
La empresa familiar perduró. El hijo mayor, Luis Somoza Debayle, tomó analfabetismo, una medir
el mando y fue elegido presidente con una mayoría del 89 por 100 en f95J. sional y educación superi
Centroamérica 361
te a 2.500 cubanos (el número fue supervisado con cuidado por la CIA y el somocista y dirigente de t
Departamento de Estado), médicos, enfermeros, maestros y especialistas en mayoría de los sondeos de
salud pública, para ayudar al gobierno revolucionario a mejorar las condicio- nunciaba a medida que s
nes de vida básicas. También llegó personal del ejército, la policía y el servi- prendentes resultados: la
cio de información cubanos para ayudar a consolidar el régimen contra los 40,8 por 100 de los sandin
ataques contrarrevolucionarios del interior y el exterior. que los sandinistas observador internacional
(y cubanos) estaban seguros de que se producirían. Para sorpresa casi univers
Los nicaragüenses también solicitaron auxilio de Estados Unidos, que Chamorro proclamó r
respondió en 1980 con su programa, muy moclesto, de 75 millones de dóla- una <amnistía incondicio
res. De Europa Occidental llegó una colaboración financiera mucho más miento. Sin embargo, no I
importante, en especial de Alemania Occidental, Francia y España. Los so- te representación en la A
viéticos, por otro lado. no ofrecieron créditos en divisa fuerte. Por ello, los la reforma de la Constitu
nicaragüenses þarecieron tener más oportunidad que Cuba en 1959-1961 de armadas y otras institucir
evitar el comercio exclusivo y la dependencia financiera de un bloque ideo- bién tuvo que negociar cc
lógico. derechos a la tierra. Antc
Sin embargo, la euforia nicaragüense no duró mucho. En Estados Uni- ba desconfianza en much,
dos, la plataforma electoral del Partido Republicano de 1980 deploró for- resultando difícil de gobe
La inestabilidad y la
"el dominio marxista sandinista de Nicaragua" la administración
malmente y
Reagan comenzó desde entonces una campaña persistente para socavar al los años noventa. Auxili¿
gobierno sandinista. Estados Unidos lanzó un embargo comercial contra Ni- , ternacional directa y más
caragU.?, con lo que empujó a los sandinistas a aumentar su dependencia de i el equipo de economistas
Cuba y la Unión Soviética. Quienes no pertenecían al frente desaprobaban \ crecimiento global se ma
enérgicamente la naturaleza del régimen nicaragüense. Los sandinistas con- en 1990 aI22 por 100 en
trolaban a las claras la policía, el ejército y casi todos los puestos ejecutivos. nocidos como <recontras
Habían cerrado la prâctica totalidad de los medios informativos de la oposi- zas esporádicas con los s
ción. Por otro lado, la mayor parte de la tierra y el sector de servicios per- campas>, pero ambas pa
manecían en manos privadas, funcionaban los partidos de oposición y las (A veces se unieron en u
multinacionales extranjeras (como Esso) continuaban operando. Al menos beneficios apropiados pi
Nicaragua resultaba más abierta que Cuba, y no por coincidencia, ya que Fi- ocasionales continuaron
del había instado a los sandinistas para que no repitieran su error de romper incapaz de mantener el c
por completo con el mundo capitalista. Las actuaciones polít
El movimiento constante de los sandinistas hacia el modelo cubano se ciones de 1996. Una serie
vio acelerado por los ataques de la Contra, ejército de exiliados fundado por dujo el periodo presiden
Estados Unidos bajo el mando de antiguos oficiales somocistas, junto con al- mediata, y un inte
gunos antisomocistas desilusionados con el gobierno sandinista. Aunque la impedir un -en
régimen dinÉ
Contra acosaba al régimen, no pudo tomar y conservar blancos importantes pariente cercano. Tanto e
dentro de Nicaragua. Sin embargo,forzó al gobierno a gastar la mitad de su se y en ese agitado contr
presupuesto en defensa y a enajenarse a sus ciudadanos con medidas de nos) comenzó a preparal
tiempos de guerra. En parte como resultado de estos factores, la economía flicto militar y penuria e'
cayó en picado. La producción descendió un 4 por 100 en 1987 y un 8 por 100 a la familia Somoza com,
en 1988, al mismo tiempo que la inflación alcanzó el nivel espectacular del sandinistas, un trabajado
33.000 por 100. ces mejor que esos ladrot
En este contexto, se celebraron las elecciones de febrero de 1990. Con Da- 1.000 millones de dólaret
niel Ortega como candidato, los sandinistas anticipaban confiados Ia victoria. da después era de 12.00(
Su adversaria era Violeta Barrios de Chamorro, viuda de un distinguido anti- ningún fruto. Así que prr
Centroamérica 363
rn cuidado por la CIA y el somocista y clirigente de una coalición de oposición fragmentada (UNO). La
maestros y especialistas en mayoría de los sondeos de votos anunciaron que la delantera de Ortega se pro-
rrio a mejorar las condicio- nunciaba a medida que se acercaban las elecciones. Luego llegaron los sor-
ército. la policía y el servi- prendentes resultados: la UNO obtuvo el 54,7 por 100 de los votos, contra el
lidar el régimen contra los 40,8 por 100 de los sandinistas. A instancias de Jimmy Carter (presente como
xterior. que los sandinistas observador internacional), Ortega pronunció un amable discurso de cesión.
L Para sorpresa casi universal, la oposición se preparó para tomar el poder.
: de Estados Unidos. que Chamorro proclamó el fin de la lucha y, en su toma de posesión, anunció
o, de 75 millones de dóla- una .amnistía incondicional> para los crímenes políticos y el fin del alista-
ón financiera mucho más miento. Sin embargo, no fue capaz de ampliar su base política. Con una tuer-
Francia y España. Los so- te representación en la Asamblea Nacional, los sandinistas pudieron impedir
divisa fuerte. Por ello, los la reforma de [a Constitución; también continuaban controlando las fuerzas
que Cuba en 1959-1961 de armadas y otras instituciones clave, incluidos los sindicatos. Chamorro tam-
rnciera de un bloque ideo- bién tuvo que negociar con antiguos contras descontentos que insistían en sus
derechos a la tierra. Antonio Lacayo. su yerno y principal consejero, inspira-
i mucho. En Estados Uni- ba desconfianza en muchos círculos. Asolada por la guerra, Nicaragua estaba
:ano de 1980 deploró for- resultando difícil de gobernar.
ragua> y la administración La inestabilidad y la incertidumbre prevalecieron durante los inicios de
rersistente para socavar al los años noventa. Auxiliados por casi 900 millones de dólares en ayuda in-
)argo comercial contra Ni- ternacional directa y más de 200 millones en deudas declaradas incobrables,
mentar su dependencia de el equipo de economistas de Chamorro lograron rebajar la inflación, pero el
crecimiento global se mantuvo lento. El desempleo se elevó del 12 por 100
\
an al frente desaprobaban
ense. Los sandinistas con- en 1990 al22por 100 en 1,993 (y el subempleo otro 28 por 100). Ahora co-
dos los puestos ejecutivos. nocidos como <recontras>, los antiguos contras se enzaÍzaron en escaramu-
; informativos de la oposi- zas esporádicas con los sandinistas desmovilizados, conocidos como los <re-
el sector de servicios per- campas>, pero ambas partes aceptaron un acuerdo de paz en abril de 1994.
rrtidos de oposición y las (A veces se unieron en una causa común, como en los esfuerzos para lograr
rban operando. Al menos beneficios apropiados para los ex combatientes en general.) Los choques
or coincidencia, ya que Fi- ocasionales continuaron no obstante ya que el gobierno nacional se mostró
itieran su error <le romper incapaz de mantener el orden en el campo.
Las actuaciones políticas comenzaron a centrarse en las inminentes elec-
acia el modelo cubano se ciones de 1996. Una serie de reformas constitucionales en febrero de 1995 re-
r de exiliados fundado por dujo el periodo presidencial de seis a cinco años, prohibió la reelección in-
mediata, y
-en un intento de frustrar al ambicioso
s somocistas, junto con al- Lacayo. así como de
rno sandinista. Aunque la impedir un régimen dinástico- prohibió al presidente ser sucedido por un
ervar blancos importantes pariente cercano. Tanto el FSLN como la UNO comenzaron a descomponer-
no a gastar la mitad de su se y en ese agitado contexto el clan Somoza (representado por tres herma-
idadanos con medidas de nos) comenzó a preparar su retorno político. Desanimados por años de con-
stos factores, la economía flicto militar y penuria económica, muchos nicaragüenses comenzaron a ver
100 en 1987 y un 8 por 100 a la familia Somoza como el mal menor. Al expresar una severa crítica a los
i el nivel espectacular del sandinistas, un trabajador de mediana edad discurría: oSomoza era diez ve-
ces mejor que esos ladrones. Sí, él robaba. Pero nuestra deuda externa era de
: febrero de 1990. Con Da- 1.000 millones de dólares después de cincuenta años de Somoza, y una déca-
aban confiados la victoria. da después era de 12.000 millones y no vemos nada que nos haya reportado
rda de un distinguido an_ti- ningún fruto. Así que pregunto: ¿quién es el más ladrón?".
364 Historia conlemporúneu rle Antérica Lutina
gido personalmente, el coronel José María Lemus, fue derrocado por un gru- ill'
ría los resultados. En consecuencia, las elecciones se convirtieron en una con- En consonancia con los
tienda entre la derecha política y los restos desmoronados del centro. ciar con el FMLN bajo la sr
La participación de votantes fue notablemente elevada, si pueden creer- nes se interrumpieron por e
se las estadísticas oficiales, y los resultados dieron el poder a la derecha. Los al parecer a manos de la ext
democristianos de Duarte obtuvieron el 35,3 por 100 de los votos, o veinti- do cada lado acusó al otro c
cuatro de los sesenta escaños de la Asamblea Constituyente. El partido de de 1991 ARENA perdió su
D'Aubuisson, la Alianza Republicana Nacional (ARENA), consiguió un25,7 dos ambos
-proclamando
consiguieron juntos más del
por 100, o diecinueve escaños, pero logró formar una coalición efectiva con
otros grupos de la derecha y se hizo con el control de la Asamblea. parecía ávido de un acuerdc
En Washington se habían puesto muchas esperanzas en que Duarte, titu- A finales de 1991 las nep
lado por Notre Dame y favorito de los responsables políticos estadouniden- ron, y en enero de 1992 el g<
ses, llevara a la práctica programas reformistas capaces de recortar el apoyo
para la pazy la reforma. Seg
de las guerrillas marxistas-leninistas. En la ptáctica, resultó menos efectivo mas a Càrñbiu de-amplias re
en San Salvador que en Washington. Los miembros del FMLN eran muy dis- cluida una reducción del pa¡
ciplinados y estaban profundamente atrincherados en zonas que habían con- de flagrantes infractores de
trolado durante años. El gobierno de Duarte redistribuyó partes sustanciales misión de paz de la ONU, r
de tierra cultivable, pero no pudo desplazar ala oligarquía que había hecho ciembre de 1992, el FMLN r
que la brecha de El Salvador entre ricos y pobres fuera de las peores del Tþr- un partido político legal, y r
cnvirtieron en una con- En consonancia con los acuerdos de Esquipulas, cristiani aceptó nego-
rados del centro. ciar con el FMLN bajo la supervisión de Naciones unidas. Las conversacio-
evada, si pueden creer- nes se interrumpieron por el asesinato de un importante negociador rebelde,
roder a la derecha' Los al parecer a manos de la extrema derecha, y luego se fueron dilatando, cuan-
) de los votos, o veinti- do cada lado acusó al otro de violar los acuerdos de alto er fuego. En marzo
ituyente. El Partido de de 1991 ARENA perdió su mayoría legislativa, cuando dos partidos escindi-
,NA), consiguió un 25,7 dos ambos la necesidad de la <reconciliación' nacional-
-proclamando
consiguieron juntos más del 20 por 100 de los votos. El pueblo salvadoreño
r coalición efectiva con
: la Asamblea. parecía ávido de un acuerdo de paz.
¿as en que Duarte, titu- A finales de 1991 las negociaciones auspiciadas por la oNU se intensifica-
políticos estadouniden- ron, y en enero de 1992 el gobierno y el FMLN firmaron un acuerdo histórico
es de recortar el aPoYo para la paz y 1a reforma. Según ese tratado, el FMLN aceptaba entregar las ar-
resultó menos efectivo mas a câmbio de.amplias reformas en las estructuras militares y políticas, in-
:l FMLN eran muY dis- cluida una reducción del papel y tamaño de las fuerzas armadas y una purga
zonas que habían con- de flagrantes infractores de los derechos humanos. Bajo la supervisión de la
partes sustanciales misión de paz de la oNU, se reformó también ra fuerza policial. Hacia di-
'uyó ciembre de 1992, el FMLN desarmó sus tropas guerrilleras y se convirtió en
rrquía que había hecho
'a de las peores del Tþr- un partido político legal, y a comienzos de 1994 se convirtió en la segunda
fyerza política del país, en las elecciones ganadas por Armando calderón sol,
n un factor imPortante qe ARENA, que recuperó el control del congreso también. Al llegar al poder,
Jnidos proporcionó 205 calderón Sol afrontaba el persistente desafío de una reconstrucciðn económi-
:s en asistencia militar, ca después de una guerra civil que había durado una generación. No sería
,ngreso. Pocos observa- una tarea fácil. i¡
,t
loreño se derrumbaría. it
católicas estadouniden-
r verse en las pegatinas Guatemala posee una larga historia de gobiernos de.hombres fuertes. Tlas la
nam en español>. muerte de Rafael carrera en 1865, Justo Rufino Barrios estableció una dic-
¡uerrillas del FMLN ha- tadura de doce años (1873-188-5) y Manuel Estrada cuu."ta riluìã con un ré-
rres> militares estadou- gimen férreo de veintidós años (1898-1920), er gobierno ininierrumpido de
;ociación con Vietnam), un solo hombre más largo de centroamérica. En 1931, el general Jorge ubi-
rrisiones de búsqueda y co llegó al poder y de inmediato lanz6 una campaña para aplastar al reciente
'esinos empezaron a te-
Partido comunista. En lugar de depender sólo de los plantadores de café,
rber llegado a un punto uti-ico fôimo una base provisional éntr" lo, obreros rurales al abolir la es-
; humanas. clavitud por deudas. La policía nacional mantenía la ley y el orden. como
levaron al triunfo cleci- ubico dijo una vez de sus tácticas, <no tengo amigos, sólo enemigos domes-
)0 de los votos. Muchos ticados>.
;in experiencia política, una oleada de huelgas y protestas llevaron a su renuncia en julio de
e derechas. En noviem- 19$ Le reemplazó un triunvirato militar, que a su vez fue derrocadó por un
los de forma brutal, al grupo de oficiales jóvenes. Así llegó la Revolución de octubre de he-
ror el ejército, Criliiani cho que señaló el comienzo de una transformación que duró una^1944,
década.
rocesaría a los asesinos, Al año siguiente, Guatemala votó como presidente en elecciones abier-
lerechas prestaba esca- tas a Juan José Arévalo Bermejo, profesor universitario idealista que procla-
maba su creencia en el osocialismo espiritual>. Arévalo supervisó ia pìomul-
372 Historia contemporánea de América Lutina
Para lograr estas metas, dijo, Guatemala necesitâría fortalecer su sector pri-
vado, ..en cuyas manos descansa la actividad económica fundamental del
país". Tämbién se necesitaría capital extranjero, <mientras se ajuste a las con-
diciones locales, permanezca siempre subordinado a las leyes guatemaltecas,
coopere con el desarrollo económico del país y se abstenga esirictamente de
intervenir en la vida social y política de la nacióno. por último, el nuevo pre-
sidente declaró que Guatemala se embarcaría en un programa de refoima
agraria.
Arbenz se puso a trabajar de inmediato. Autorizó la construcción de un
puerto público en la costa atlántica y de una autopista de este a oeste. con-
venció al legislativo para que aprobara un impuesto sobre la renta, una ver-
sión muy aguada de una propuesta tenue, pero el primero en la historia gua-
temalteca. Impulsó la expansión de las obras públicas y la explotación dè las
fuentes de energía, incluido el petróleo.
La pieza central de la administración cle Arbenz fue la reform a agraria.
Puesta en vigor en junio de 1952, el proyecto de ley facultaba al goÉierno
para expropiar sólo las partes sin cultivar de las grandes plantaciones. Todas
las tierras que se tomaran debían pagarse con bonos a ueinticinco años y un
interés del 3 por 100, y su valoración se determinaría de acuerdo con su va-
lor impositivo en mayo de 1952. Durante los dieciocho meses que estuvo vi-
374 Historia contemporónea de América Latina
gente, la reforma agraria distribuyó más de 620.000 hectáreas a cerca de despertaremos una mañana
100.000 familias. Las expropiaciones incluyeron 703 hectáreas propiedad del ha ocurrido lo mismo que e
mismo Arbenz, que se había convertido en terrateniente por la dote de su Los publicistas de la UI
esposa. de Arbenz de ser <(suave> ,
Casi de inmediato, Arbenz y la reforma agraria se fropezaron con un se- para la seguridad de Estado
rio obstáculo: la oposición implacable de la United Fruit Company y el go- los temores de que la derrot
bierno estadounidense. La frutera tenía razones obvias para resistirse a la re- apoderaran del canal de Pa
forma. Poseía enormes extensiones en Guatemala, el 85 por 100 de las cuales bién lo haría el resto de Ce
estaban sin utilizar o, como mantenía la compañía, se guardaban en reserva principal era la reforma agr
contra las catástrofes naturales. Y al concertar los pagos de impuestos, la Leader previnieron de que k
UFCO infravaloraba de forma consistente sus posesiones. (Basándose en las conseguir el control de Gua
declaraciones de impuestos, el gobierno guatemalteco ofreció en 1953 a la sistía Estados Unidos, Arbe;
UFCO 62'7.572 dólares en bonos como indemnización por una expropiación En agosto de 1953, Estad
parcial; el Departamento de Estado estadounidense replicó con una deman- gió una campaña en la OEA
da en favor de la compañía de 15.854.849 dólares.) una potencia que no pertene(
Washington se vio profundamente implicado. Algunos de los lazos eran to, sujeta a la acción colectiv,
personales. El secretario de Estado John Foster Dulles y su hermano, el di- nistración Eisenhower presir
rector de la CIA Allen Dulles, por ejemplo, provenían de una compañía de ción en la reunión de la OE,é
abogados neoyorquina que tenía estrechos vínculos con la United Fruit. El lo que obtuvo fue una declar¡
representante de la compañía en Washington era Thomas Corcoran, promi- de un gobierno miembro cau
nente abogado muy próximo al fiel ayudante y vicesecretario de Estado del der una acción colectiva, perr
presidente Eisenhower, el general Walter Bedell Smith, que en otro tiempo El gobierno de Arbenz
se había interesado por un cargo directivo dentro de la UFCO. Sin embargo, ción estadounidense. Impusr
más importante que los vínculos personales era la doctrina anticomunista de- dirigió a Europa Oriental en
sarrollada en Washington. mayo estaba de camino. Mie
El comienzo de la década de los cincuenta había contemplado un razo- daba, con un lenguaje cada
namiento muy bien expresado sobre las necesidades de seguridad nacional propiedad en Guatemala, es
en una etapa de guerra fría. Estados Unidos no tenía más elección, según de- Como no logró obtener
terminaba el razonamiento, que combatir contra la Unión Soviética y sus po- gobierno de Eisenhower opt
tencias clientelares, dedicadas al derrocamiento no sólo del capitalismo, sino Estado había organizado la c
de todas las democracias occidentales. El Tþrcer Mundo (término que aún no Dulles y la CIA, que organiz
se utilizaba) sería el blanco soviético favorito, sostenían los teóricos de la oscuro coronel renegado gui
guerra fría, que intentarían subvertir los partidos comunistas o sus compañe- de la frontera, en la vecina H
ros de viaje. Los desafíos más drásticos hasta entonces habían ocurrido en cuantos cientos de hombres,
Europa (el bloqueo de Berlín, la guerra civil griega, las elecciones francesas funcionamiento una emisor¿
e italianas) y en Asia (la guerra coreana, la caída de la China nacionalista y aviones de combate de la se
la guerra civil indo-china). ¿Iba a ser inmune América Latina? dad de Guatemala. Sometidc
Los responsables políticos estadounidenses habían impulsado una dura un gran ejército se aproximi
línea anticomunista en relación con América Latina. El Pacto de Río de 1947 rindió. Los rebeldes de Cast
había establecido las bases para la acción colectiva
-o así lo esperaba Esta-
dos Unidos- contra los avances comunistas en América Latina, provinieran
contrar resistencia.
El nuevo gobierno purgc
de dentro o de fuera. A comienzos de 1953, a John Foster Dulles le preocu- expropiación de las tierras p
paba mucho, pues decía que las condiciones (son en cierto modo compara- mente un Pacto de Ayuda y .
bles a las que había en China a mediados de los años treinta, cuando el mo- república centroamericana d,
vimiento comunista se preparaba ... Bueno, si no tenemos cuidado, nos te una operación de la CIA I
Centroamérica 375
00 hectáreas a cerca de despertaremos una rnañana y leeremos en los periódicos que en Suramérica
hectáreas ProPiedad del ha ocurrido lo mismo que en china en 1949>. La prueba fue Guatemala.
niente Por la dote de su Los publicistas de la uFCo y los hermanos Dulles acusaron al régimen
de Arbenz de ser con el comunismo y lo etiquetaron de a^.nara
<suave)>
se lropezaron con un se- para la seguridad de Estados unidos y el mundo libre en general. cultivaron
Fruit ComPanY Y el go- los temores de que la derrota en Guatemala condujera a que los soviéticos se
ias para resistirse a la re- apoderaran del canal de Panamá. Advirtieron que si Guatemala caía, tam-
I 85 por 100 de las cuales bién lo haría el resto de centroamérica (la .teoría dominó"). pero el tema
se guardaban en reserva principal era Ia reforma agraria. Escritores como Daniel James de The New
; pagos de imPuestos, la Leader previnieron de que los comunistas la utilizarían como un escalón para
;iones, (Basándose en las conseguir el control de Guatemala. Fueran cuales fuesen sus intenciones, in-
eco ofreció en 1953 a la sistía Estados Unidos, Arbenz era sólo un <secuaz>) de los rusos.
ón por una exProPiación En agosto de 1953, Estados unidos decidió actuar. John Foster Dulles diri-
: replicó con una deman- gió una campaña en la oEA para estigmatizar a Guatemala como agente de
una potencia que no pertenecía al hemisferio (la unión soviética) y, por lo tan-
de los lazos eran to, sujeta a la acción colectiva por el riatado de Río de 1947. cuando la admi-
'lgunos
rlles y su hermano, el di- nistración Eisenhower presionó para lograr la aceptación de esta interpreta-
rían de una compañía de ción en la reunión de la oEA celebrada en caracas a comienzos de 1945, todo
; con la United Fruit. El lo que obtuvo fue una declaración que establecía que la dominación comunista
homas Corcoran, promi- de un gobierno miembro causaba preocupación y en teoría llevaría a empren-
:secretario de Estado del der una acción colectiva, pero sin hacer mención específìca de Guatemala.
nith, que en otro tiemPo El gobierno de Arbenz consideró entonces que era posible la interven-
: la UFCO. Sin embargo, ción estadounidense. Impuso duras medidas sobre la oposición interna y se
:rctrina anticomunista de- dirigió a Europa oriental en busca de armamento de pequeño calibre, qué
mayo estaba de camino. Mientras tanto, el gobierno estadounidense deman- "n
ía contemplado un razo- daba, con un lenguaje cada vez más contundente, la indemnización por su
es de seguridad nacional propiedad en Guatemala, es decir, por la United Fruit.
a más elección, según de- como no logró obtener el respaldo de la oEA para ra intervención, el
Unión Soviética y sus po- gobierno de Eisenhower optó por la acción encubierta. El Departamento de
sólo del capitalismo, sino Estado había organizadola ofensiva diplomática; ahora era el turno de Allen
ndo (término que aún no Dulles y la cIA, que organizó una invasión de exiliados bajo el mando de un
tenían los teóricos de la oscuro coronel renegado guatemalteco,. Carlos Castillo Armas. Al otro lado
munistas o sus compañe- de la frontera, en la v€cina Honduras, se reunió una columna rebelde de unos
,nces habían ocurrido en cuantos cientos de hombres, equipados y dirigidos por la cIA, que puso en
, las elecciones francesas funcionamiento una emisora de radio rebelde y proporcionó unos cuantos
e la China nacionalista y aviones de combate de la segunda guerra mundial para bombardear la ciu-
'ica Latina?
dad de Guatemala. Sometido al ataque de estos aviones y convencido de que
rían impulsado una dura u.n gran ejércitO se aproximaba a la capital, Arbenz perdió los nervios y se
. El Pacto de Río de 1947 rindió. Los rebeldes de castillo Armas llegaron hasta la capital casi sin en-
así lo esperaba Esta-
-o
érica Latina, provinieran
contrar resistencia.
El nuevo gobierno purgó a comunistas y nacionalistas radicales, anuló la
Foster Dulles le preocu- expropiación de las tierras pertenecientes a la united Fruit y firmó debida-
:n cierto modo compara- mente un Pacto de Ayuda y Defensa mutua con Fstados unidos en 1955. La
os treinta, cuand-o el mo- república centroamericana descarriada había sido devuelta al orden median-
o tenemos cuidado, nos te una operación de la CIA relativamente barata v eficiente.
376 Historia contemporánea de Américs Latina
Los nacionalistas latinoamericanos denunciaron con vigor esta interven- Congreso, Serrano lo disolv
ción y hasta hoy se considera un símbolo de la cínica actuación estadouni- mía poderes dictatoriales, ti
dense. Según lo describió veinte años después un cargo de la CIA que había un año antes. Sin embargo,
tomado parte activa en el derrocamiento de Arbenz, <Castillo Armas fue un ternacional del autogolpe a
mal presidente que toleró la corrupción durante todo su gobierno y que tra- pareció y éste huyó apresur
tó con mayor deferencia a la United Fruit que a su propio pueblo. Estados Los dos años restantes
unidos pudo haberlo evitado con el ejercicio enérgico de la presión diplo- Ramiro de León Carpio, un
mática para asegurarse de que persiguiera la reforma social para muchos y nos que suscitó al comienzo
no la satisfacción venal de unos pocos. En lugar de hacerlo, Washington ex- de 1995, las Naciones Unida
haló un suspiro colectivo de alivio y pasó a otros problemas>. De todos mo- paz entre el gobierno y las g
dos, el destino del régimen de Arbenz serviría de aviso para los dirigentes na- derechos de los pueblos indi
cionalistas que contemplaran enfrentarse con las compañías estadounidenses. manteniendo esporádicos cl
El golpe de 1954 marcó un giro en la historia de Guatemala. Eliminó casi embargo, De León Carpio r
por completo las fuerzas del centro político (representadas por Arévalo y Ar- maltecos ante una airada pr
benz), así que el país se quedó sólo con una izquierda y una derecha, y la se- no estadounidense y el cón¡
gunda estaba al mando. Los plantadores de café, los demás latifundistas y los cuyo gobierno a inicios de I'
inversores extranjeros y sus filiales recobraron el poder bajo la protección de menzó â promover su candit
regímenes militares neoconservadores. Desde entonces, se han sucedido di- sidenciales de finales de 19!
versos gobernantes, pero esta alineación ha persistido. Castillo Armas fue fuerzas militares continúan
- asesinado en 1957. El general Miguel Ydígoras
Fuentes, que había perdido
ante Arbenz en 1950, gobernó de 1958 a 1963. Luego vino el coronel Enri- A mediados de los años nov
que Peralta Azurdia. De 1966 a 1970 ocupó la presidencia Julio César Mén- sueños. Los pueblos del istr
dez Montenegio, un inteligente civil que remontaba su linaje político a Aré- cia y se enfrentaban a una p
valo, pero las fuerzas armadas le mantuvieron estreðhamente controlado. Le zá esté en la unificación, per
siguieron el coronel Carlos Arana Osorio (1970-1974), el general Kjell Lan- presión de un historiador,
gerud García (1974-1978) y el general Romeo Lucas García (1978-1982). En Pero también había puntos
marzo de 1982 se hizo con el poder Efraín Ríos Montt, un ostentoso oficial tenía una población de 159.(
retirado, convertido al cristianismo evangélico; a mediados de 1983 fue des- siguió la independencia a fi
plazado por el general Óscar Humberto Mejía Victores. Cuanto más cambia- integración económica crear
ban los líderes, más se inmovilizaba el sistema. ción a largo plazo. Después
Una característica de todo el periodo, en especial desde mediados de los tivistas se esforzaban por re
años sesenta, fue la aterradora violación de loi derechos humanos. Lbs es- cial que creían que por derc
cuadrones de la muerte paramilitares, los más conocidos Mano Blanca y Ojo
'' por Ojo, llevaron a cabo una campaña asesina contra los disidentes políticos.
Entrq las décadas de 1960 y 1990, se hizo "desapargc-er> o morir a no menos
de 80.000 personas. El gobierno tiivo al menos una responsabilidad indirecta
sobre estas muertes, pero las protestas mundiales no proporcionaron mucho
alivio,
A mediados de los años ochenta, el ejército guatemalteco consideró que
su campaña contra las guerrillas marxistas había tenido el éxito suficiente
como para permitir la elección de un presidente civil. El vencedor fue Vi-
nicio Cerezo, democristiano y centrista, que gobernaría sólo a voluntad de
los militares. En 1990 le sucedió Jorge Serrano Elías, utr can<Jidato de cen-
tro-derecha cuyo triunfo reflejaba el desengaño popular con los partidos
políticos tradicionales. Incapaz de construir una mayoría operativa en el
Centroamérica 377
on vigor esta interven- Congreso, Serrano lo disolvió inesperadamente en 1993 y anunció que asu-
a actuación estadouni- mía poderes dictatoriales, tal como había hecho Alberto Fujimori en Perú
to de la CIA que había un año antes. Sin embargo, en la medida en que el repudio nacional e in-
"Castillo
Armas fue un ternacional del autogolpe aumentó, el apoyo que sostenía a Serrano desa-
su gobierno Y que tra- pareció y éste huyó apresuradamente del país.
rropio pueblo. Estados Los dos años restantes del período presidencial fueron cumplidos por
;o de la presión diPlo- Ramiro de León Carpio, un ex defensor del pueblo para los derechos huma-
l social para muchos Y nos que suscitó al comienzo esperanzas de un cambio positivo. A comienzos
acerlo, Washington ex- de 1995. las Naciones Unidas supervisaron la negociación de una acuerdo de
rlemaso. De todos mo- paz entre el gobierno y las guerrillas, así como un convenio para respetar los
r para los dirigentes na- derechos de los pueblos indígenas. Las fuerzas gubernamentales continuaron
rañías estadounidenses. manteniendo esporádicos choques militares con los grupos guerrilleros; sin
iuatemala. Eliminó casi embargo, De León Carpio se vio obligado a defender a los militares guate-
adas por Arévalo Y Ar- maltecos ante una airada protesta diplomática por la muerte de un ciudada-
y una derecha, y la se- no estadounidense y el cónyuge de otro. Mientras tanto, Efraín Ríos Montt,
emás latifundistas y los cuyo gobierno a inicios de los años ochenta fue notorio por su crueldad, co-
:r bajo la protección de menzó a promover su candidatura (o la de su esposa) para las elecciones pre-
es, se han sucedido di- sidenciales de finales de 1995. Bajo la pátina de la democracia electoral, las
lo. Castillo Armas fue fuerzas militares continúan prevaleciendo en Guatemala.
Ltes, que había Perdido
: vino el coronel Enri- A mediados de los años noventa, Centroamérica parecía lejos de realizar sus
encia Julio César Mén- sueños. Los pueblos del istmo sufrían pobreza, soportaban una gran violen-
u linaje político a Aré- cia y se enfrentaban a una presión externa continua. Parte de la solución qui-
ramente controlado. Le zá esté en la unificación, pero hasta esta meta parece fuera de alcance. En ex-
), el general Kjell Lan- presión de un historiador, Centroamérica era aún .una nación divididu.
García (1978-1982). En Pero también había puntos brillantes: el diminuto país de Belice (en 1985
Itt, un ostentoso oficial tenía una población de 159.000 habitantes), antigua Honduras Británica, con-
liados de 1983 fue des- siguió la independencia a finales de i981; y quedaba la esperanza de que la
:s. Cuanto más cambia- integración económica creara las condiciones para la colaboración y unifica-
ción a largo plazo. Después de décadas de guerra en Centroamérica, los ac-
desde mediados de los tivistas se esforzaban por remediar las divisiones históricas y lograr el poten-
chos humanos. Lbs es- cial que creían que por derecho les correspondía.
los Mano Blanca y Ojo
los disidentes políticos.
:r, o morir a no menos
sponsabilidad indirecta
proporcionaron mucho
gleses querían reemplazar la infraestructura institucional ibérica anterior y ñas como Cuba. Puerto Ri,
vincular a América Latina con la economía mundial. Pero diferían de Espa- Brasi[, la antigua colonia sc
ña y Portugal en un aspecto clave: apenas poseían territorios en América La- nía a su monarca en Río de
tina. Querían ganancias económicas sin la carga de un gobierno político di- tarse a la nueva realidad dc
recto. Era un ,,imperialismo informal>, mediante el cual el mayor inversor y cia europea. En la práctica
comerciante de Europa evitaba el caro lazo del control territorial, con sus po- instituciones como la lglesir
sibles enredos militares. otorgan<lo a España un lug
¿Y Estados Unidos? A comienzos del siglo xrx, no era de ningún modo entonces tan dividida entrc
una potencia hemisférica. Muy al contrario, fue incapaz hasta de impedir que tentar proyectar un'r única
Washington (y la Casa Blanca) fuera devastado por los ingleses en la guerra Estados Unidos trató
de tBI2. Aunque tenía contactos importantes en México y el Caribe, allí tam- promulgada por el presider
poco pudo rivalizar con el poderío naval inglés. tinada a las posibles reclar
Pero, por lo menos, se había convertido en un símbolo del éxito poscolo- zarista, pero se hizo más t
nial para las elites criollas latinoamericanas y, lo que era más significativo, se Santa Alianza europea par
había despojado del control europeo. Había nacido de una revolución fun- lonias. El presidente Monr
damentada en la Ilustración y demostraba cómo una república podía surgir ricanos, por la condición ll
del colonialismo europeo, Los rebeldes estadounidenses habían luchado por do. no deben consideiarse
el derecho de representación, algo de lo que notoriamente carecían los ibe- por parte de cualquiera clr
roamericanos. La estructura federal de Estados Unidos era otro rasgo que vertían a los curopeos con
impresionaba a los patriotas de las elites criollas de lo que se convertiría en der su poder político en (
grandes países como México, Brasil y Argentina, donde la reconciliación de en un popular lema, el mt
la autonomía regional con el poder nacional sería un tema de importancia canos)>.
duradera. En la práctica, ese mer
continental, cierta preocup
América Latina. Dentro de
De la independencia al panamericanismo popular (la cxpresión data
la de América Latina dural
Las repúblicas independientes (más el imperio de Brasil) del siglo xIx lati- siglo xlx Estados Unidos r
noamericano eran algo anómalo en la escena mundial. Junto con Haití y Es- de la voluntad política- p
tados Unidos, estas naciones de lengua española y portuguesa ofrecían los tro de América Latina.
primeros casos de rebelión popular lograda contra el gobierno europeo colo- Francia intentó exten(
nial. Sin embargo, una vez independientes, las nuevas naciones desempeña- que emprendió contra Mó;
ron un papel secundario en. la escena mundial de la década de 1880. En ge- las reclamaciones por dañ
neral, se encontraron absorbidas en su desarrollo propio. ciación de un acuerdo pert
No era lo que había esperado Simón Bolívar, el gran revolucionario de ses también bloquearon re
las guerras de independencia, que soñaba con una Hispanoamérica unida 1838 y 1850. Pero fue Ing
surgiendo de las guerras contra el colonialismo. Creía que Hispanoamérica misférica durante gran pal
podría subordinar las lealtades regionales a la unidad en una única nación. rosa, capaz de imponerse t
Pero no se cumplió su sueño. Las colonias rebeldes se fracturaron por las lí- torio se encontrara a tant()
neas de las antiguas unidades administrativas españolas. Bolívar denunció lugar, tenía capital, comerl
amargamente a sus contemporáneos criollos por su provincialismo, pero no sir- que para facilitar el comel
vió de nada. Cada nueva nación tendría que encontrar su propio camino en el cado. Y además profesab,
mundo. expansionismo y que las e
Una primera preocupación en la América Latina postindependentista fue da. Ofrecía una razón par,
la naturaleza de la relación con la antigua madre patria. Para las islas caribe- dial, que no por casualiclar
Atnérica l-utintt, Estudos Unidos y el mundo 381
rcional ibérica anterior y ñas como Cuba, Puerto Rico y Jamaica. el gobierno colonial continuaba. En
rl. Pero diferían de Espa- Brasil, la antigua colonia se había convertido cn un "reino conjunto>, que te-
:rritorios en América La- nía a su monarca en Río cle Janeiro. El resto de América Latina tenía que ajus-
: un gobierno político di- tarse a la nueva realidad de tratar con España sólo como otra distante poten-
cual el mayor inversor y cia europea. En la práctica. nunca podría ser así, ya que los lazos de sangre e
rol territorial, con sus po- instituciones como la Iglesia, la educación superior y las publicaciones seguían
otorganclo a España un lugar especial en la América española. España estaba
, no era de ningún modo entonces tan dividida entre liberales y conservadores que ni siquiera podía in-
pazhasta de impedir que tentar proyectar uníì única influencia sobre sus antiguas colonias.
los ingleses en la guerra Estados Unidos trató de afirmar su poder con la <Doctrina Monroe>,
xico y el Caribe, allí tam- promulgada por el presidente James Monroe en ltì23. En su origen, iba des-
tinada a las posibles rcclamaciones sobre el noroeste americano de la Rusia
'mbolo del éxito poscolo- zarista, pero se hizo más conocida por su desafío a un aparente plan de la
l era más significativo, se Santa Alianza europea para ayudar a España a reconquistar sus antiguas co:
l de una revolución fun- lonias. El presidente Monroe declaró con firmeza que ulos continentes ame-
ra república podía surgir ricanos, por la condición libre e independiente que han asumido y manteni-
nses habían luchado por do, no deben consideiarse de ahora en adelante sujetos para la colonización
amente carecían los ibe- por parte de cualquiera cle las potencias europeas). Otros comentarios ad-
ridos era otro rasgo que vertían a los europeos contra la utilización de medios indirectos para exten-
lo que se convertiría en der su poder político en el Nuevo Mundo. Como más tarde se estableció
rnde la reconciliación de en un popular lema, el mensaje básico era claro: nAmérica para los ameri-
un tema de importancia can()s>.
En la práctica, ese mensaje provocó indiferencia o desprecio en Europa
continental, cierta preocupación en Inglaterra y una simpatía considerable en
América Latina.'Dentro de Estados Unidos, la Doctrina Monroe se hizo muy
'lcanlsmo popular (la expresión data de 1850) y fue una piedra angular de su política y
la de América Latina durante el siglo siguiente. Sin ernbargo, a comienzos del
ìrasil) del siglo xx lati- siglo xtx Estados tJnidos carecía del poder económico y militar como
al. Junto con Haití y Es- -así den-
de la voluntad política- precisos para alcanzar un impacto significativo
portuguesa ofrecían los tro de América Latinq.
gobierno europeo colo- Francia intentó extender su influencia en una breve expedición militar
as naciones desempeña- que emprendió contra México en 1838 para obligar a su gobierno al pago de
<lécada de 1880. En ge- las reclamaciones por claños cfectuadas por ciudadanos franceses, La nego-
opio. ciación de un acuerdo permitió su retirada. Junto con los ingleses. los france-
I gran revolucionario de ses también bloqucaron repetidas veces los puertos del Río de la Plata entre
Hispanoamérica unida t838 y 1850. Pero fue Inglaterra quien ejerció la mayor influencia extrahe-
:ía que Hispanoamérica misférica durante gran parte del siglo xrx. Poseía la fuerza naval más pode-
rd en una única nación. rosa, capÍìz de imponerse en toda América Latina. a pesar de que este terri-
;e fracturaron por las lí- torio se encontrara a tantos kilómetros de los puertos británicos. En segundo
ñolas. Bolívar denunció lugar, tenía capital, comerciantes, banqueros y agencias de seguros y embar-
rvincialismo, pero no sir- que para facilitar el comercio entre América Latina y Europa, su gran mer-
r su propio camino en el cado. Y además prof'esaba una ideología, el liberalisrno, que reforzaba su
expansionismo y que las elites criollas latinoamericanas asimilaron en segui-
postindependentista fue da, Ofrecía una razón para integrar a América Latina en la economía mun-
:ia. Para las islas caribe- dial, que no por casualidad controlaban los británicos.
382 Historia contemporáneo de América Latina
I
t
I
i
América Lotina, Estados lJnidos y el mundct 3g3
'otencia externa a Entre 1880 y el estallido de la primera guerra mundial. Gran Bretaña perdió
lstados Unidos si- su supremacía en América Latina. Otras potencias europeas, sobré todo
r parte del territo- Rancia y Alemania, aumentaron sus vínculos económicos, ìompitiendo con
y Centroamérica. los inversores y comerciantes ingleses. pero el desafío más impoitante provi-
;taclos Unidos, ha- no de Estados Unidos.
:s de América La- Durante estos treinta y cinco años, la influencia estadounidense se ex-
tendió hacia el sur y penetró con mayor profundidad en los lugares que le
384 Historia contenrporúneu tle Améric:a Latinu I
quedaban más próximos, el Caribe y México. A los inversores estadouniden- un lugar satisfactorio para r
ses les resultó atractivo para la inversión y el comercio el México goberna<lo los yanquis harían por hacer
por Porfirio Díaz y también derramaron capital en Cuba. Allí, antes de que cos. El presidente Theodor,
estallara la guerra Hispano-Americana en 1895. ya había cclipsado a España rialismo estadounidense, tr
en la economía. lugar elegido para el canal
Su entrada en la revuelta cubana contra España señaló una nueva fase en lombiano que se extendía h;
sus relaciones con América Latina. Después de la guerra Mexicano-America- Panamá y se construyó el ci
na (1846-1848), había continuado ocupando y colonizando partes del suroeste su canal, pero a costa de la
actual, Cuando Estados Unidos entró en Cuba cn 189tì y venció a España de Entre 1880 y 1914, Es
forma decisiva, fue más que una victoria militar. Fue una lucha simbólica que alianza hcmisférica dc naci,
impresionó a toda A¡nérica Latina. Ya había pasado el tiempo en que a las na- cretario de Estado James B
ciones latinoamericanas las absorbían sólo sus problemas propios. ton, en 1889. la Primera Co
La guerra de 1898 era la batalla de los patriotas cubanos contra España cinco congresos internacion
y otros latinoamericanos simpatizaron de inmediato con ellos. Pero los yan- países latinoamericanos. La
quis se hicieron de improviso con el control de la rebelión y desmoralizaron paron todas las naciones la
a muchos cubanos, que habían ansiado vencer a España por ellos mismos. fue cuando el último estab¿
Además, subrayó una preocupación latinoamericana común: ¿eran los es- Latina.
pañoles y sus descendientes más débiles por naturaler,à qve los norteame- De la conferencia en 18
ricanos? ¿Estaba Estados Unidos "destinado> racialmente a apoderarse de mercial de las Repúblicas .
América Latina? mericana y después la Orga
Una preocupación semejante se había adueñado de los mexicanos tras su gros se limitaron principaln
humillante derrota de 1846-ltl4tl. Explicaron su debilidad en el campo de ba- La ofensiva diplomática
talla ligándola a supuestos defectos de su carácter o, de {orma más ominosa, rica Latina a partir de 1880
a su composición racial. Entonces, en la década de 1890. el racismo estaba en, y estudiantes de sus países.
todo su apogeo en Europa y Estados Unidos. Las leyes Jim Crow habían ins- J Enrique Rodó, uruguayo y
titucionalizado la segregación y las universidades y las iglesias estaban des-i 1900 publicó Ariel, w brev
bordadas de profesores y sacerdotes que explicaban tranquilamente las bases rialismo estadounidense c(
científicas para creer en razas ,,inferioresn y (superiores>. cana. Acusaba a Estados U
Estas doctrinas racistas tambión penetraron en Amórica Latina. En un mo su imposibilidad de s¿
país tras otro, los principales intelectuales repetían fielmente los dogmas ra- humano...>.
cistas de los europeos. Bajo esa introspección había un temor latente a que Las ideas de Rodó tuvit
algunos nuevos conquistaclores les arrcbataran sus tierras, manifestado en las tes estaban bien preparadi
reacciones nacionalistas esporádicas contra los ingleses a lo largo del siglo También se encontraban e:
xrx. Los incidentes que las precipitaban solían ser nimios, como los alborotos dad latinoamericana que s
provocados por los marineros inglcscs cuando cstaban cn puerto, pero reve- Rodó. El tema fue recogidt
laban una profunda hostilidad. Las elitcs latinoarncricanas sabían que tanto argentino Manuel Ugarte, q
los británicos como los esta<Jounidenses los solían mirar con clesprcci<,r. Wilson en 1913 para pedirl'
Así pues, no es sorprendente que la clerrota inlligida por Estados Unidos símbolo de opresión en el
a España en 189ti los preocupara prcll'undamente. Una vez que se había apo- tomaron parte en esta reac(
derado de Puerto Rico y Cuba (la segunda como protectorado), se pregun- Cuba (cuya crítica comenz(
taban, ¿hasta dónde llegarían los yanquis? Los pesimistas de México hacía gua y Rufino Blanco-Fomb
mucho que creían que Estados Unidos tenía designios para más allá de sus todo el continente durante
tierras. de América Latina en cuat
El expansionismo estadouniclense en el Claribe mostró que los temores miento antiyanqui han sob
latinoamericanos no carecían por completo cle lundamento. Su búsqueda cle nueslros días.
América Latino, Estados Unidos y el mundo J85
inversores cstacJouniden- un lugar satisfactorio para construir un canal transcontinental reveló lo que
rcio el México gobernado los yanquis harían por hacer prevalecer sus intereses económicos y geopolíti-
Cuba. Allí, antes de que cos. El presiclente Theodore Roosevelt. la encarnación arrogante del impe-
había cclipsado a España rialismo estadounidense, trató sin miramientos las objeciones aducidas al
lugar elegido para el canal en la parte más septentrional del territorio co-
rseñaló una nueva fase en lombiano que se extendía hacia Centroamérica. Así nació la nueva nación de
Lrcrra Mexicano-America- Panamá y se construyó el canal entre 1904 y 1914. Estados tlnidos consiguió
izando partes del suroeste su canal, pero a costa de la creación de una nueva república postiza.
tì98 y venció a España de Entre 1lì80 y 1914, Estados Unidos también intentó crear una nueva
c una lucha simbólica que alianza hemisférica de naciones. Comenzó con los ambiciosos planes del se-
e I tiempo en que a las na- cretario de Estado James Blaine. por cuya iniciativa se celebró en Washing-
lemas propios. ton, en 1889, la Primera Conferencia Panamericana. Entre 1826 y 1864 hubo
ts cubanos contra España cinco congresos internacionales, que atrajeron sólo a un número limitado de
o con ellos. Pero los yan- países latinoamericanos. La reunión de 1889 fue la primera en la que partici-
'ebelión y desmoralizaron paron todas las naciones latinoamericanas y Estados Unidos. Irónicamente,
-spaña por cllos mismos. fue cuando el último estaba acelerando su ofensiva imperialista en América
rra común: ¿eran los es- Latina.
ralcza que los norteame- De la conferencia en 1889 surgió una autorización para una
almente a apoderarse de "Oficina Co-
mercial de las Repúblicas Americanasr, de la que provino la Unión pana-
mericana y después la Organización de Estados Americanos (OEA). Los lo-
r de los mexicanos tras su gros se limitaron principalmente a temas comerciales.
ilidacl cn el campo de ba- La ofensiva diplomática, económica y militar estadounidense sobre Amé-
r. de forma m¿is ominosa, rica Latina a partir de 1880 propició una fuerte reacción en los intelectuales
1i90. e I rtcismo estaba cn, y estudiantes de sus países. La guerra Hispano-Americana hizo surgir a José
ycs Jim Crow habían ins-f Enrique Rodó, uruguayo y uno de los críticos militantes más celebrados. En
, las iglesias cstaban des-i 1900 publicó Ariel,un breve ensayo en el que comparaba el excesivo mate-
tranquilarnente las bases rialismo estadounidense con la sensibilidad cultural superior latinoameri-
ioreso. cana. Acusaba a Estados Unidos de que:
r América Latina. En un "Su prosperidad es tan grande co-
mo su imposibilidad de satisfacer a una mediana concepción del destino
fieln-rente los dogmas ra- humano...r.
a un temor latente a que Las ideas de Rodó tuvieron gran influencia en América Latina, cuyas eli-
icrras, manil'estado en las tes estaban bien preparadas para oír hablar de su superioridad espiritual.
lcses a lo largo del siglo 'fambién se encontraban estimuladas para pensar de acuerdo con la identi-
imios, como los alborotos clad latinoamericana que surgía de la unidad cultural hacia la que tendía
)arì cn pucrto, pero rsve- Rodó. El tema Iue recogido y difundido ampliamente por escritores como el
rricanas sabían que tanto argentino Manuel ugarte. que escribió al recién elegido presidente woodrow
nirar con desprecio. wilson en 1913 para pedirle que <las estrellas y las barras dejaran de ser un
igida por Estados Unidos símbolo de opresión en el Nuevo Mundoo. Otros intelectuales famosos que
tna vcz que se había apo-
tomaron parte en esta reacción de toda América Latina fueron José Martí de
rrotecturado), se pregun- Cuba (cuya crítica comenzó en la década de 1tì70), Rubén Darío de Nicara-
;imistas de México hacía gua y Rufino Blanco-Fombona de Venezuela. Sus escritos se publicaron por
rios para más allá de sus todo el continente durante el que fue uno de los periodos más cohesionados
de América Latina en cuanto a cultura. Muchos de los temas de este movi-
mostró que los temores miento antiyanqui han sobrevivido en las relaciones interamericanas hasta
lancnto. Su búsqueda de nuestros días.
,18ó Ilistoria contemporáneu de Anúricu Lutina
Cunono ll.i. Inversión estadouniclense cn Arrrérica Latina, ltt97-1914 Cunl>no 11.2. Inversiones d'
(en millones de dólares al finalizar el año) 1914 (en millones de d<ilares)
Total
La influencia europea continuó siendo muy importante en América La- /'ì¡¿,rfe. Naciones ì-Jnidas, Co
tina entre 1880 y 1914, a pesar del ascenso de la estadounidense. Sólo se ne- Loti¡t Anerica. Nueva Vrrk. Naci
cesita observar el volumen de inversión y comercio. El cuadro ll.l demues-
tra la magnitud de la inversión estadounidense, que acabó abarcando el
Caribe y Suramérica. así como México y Centroamérica. A pesar de ello, La consolidacir
como el cuadro 11.2 indica. Gran Bretaña era con diferencia la fuente más
importante de capital en vísperas de la primera guerra mundial; Francia y La primera guerra mundial
Alemania también tenían peso, América Latina, cambió de
Otra esfera destacable de influencia europea fue la tecnología y forma- primer lugar, aceleró el dec
ción militar. Desde sus guerras de independencia, las elites latinoamericanas importante del hemisferio.
habían sabido que carecían de preparación rnilitar y armamento avanzado. en la Europa continental, t
Para derrotar las guarniciones españolas, que solían estar mal dotadas y abas- para pagar la guerra. Aden
tecidas, con frecuencia los patriotas tuvieron que contratar o recurrir a sol- bía comenzado a experime
dados y marinos extranjeros. En segundo lugar, la g
A medida que avanzó el siglo xIX, otros ejércitos sirvieron de ejemplo dounidense, basada en un
para los ambiciosos gobernantes latinoamericanos. Tanto en Chile (1885) mente maduro como para
como en Argentina (1899), por ejemplo. se contrataron misiones militares decisiva intervención en la
alemanas durante amplios periodos para prcsentar nuevas armas y explicar tener el equilibrio del pod,
su uso. También enseñaron nuevos métodos de mando y de organización del no podrían volver a dejarlr
Estado Mayor. En Brasil, el estado de São Paulo. en rápido crecimiento, con- La intervención de A
trató en 1905 una misión francesa para entrenar a su milicia, que incluía ca- como observadora. E,staclc
ballería. De estas misiones europeas se espcraba, sobre todo, que transmitie- guerra sirviera cle oportuni,
ran la nueva profesionalidad que había transformado a su ejército. La guerra gión, pero sus resultados fr,
había dejado de ser un asunto cle aristócratas; ahora era algo serio que re- guerra a Alemania: Brasil
quería una completa formación científica y técnica. mala, Haití, Honduras, Nic
¿Qué supuso para América Latina esta transferencia de ,,profesionaliza- ciones diplomáticas: Bolivl
ción" a su ejército'Ì Sus consecuencias políticas fueron enormes, pues, aunque guay. Siete naciones perm:
resulte irónico, los ejércitos "profesionalizados" aumentaron su actividad en México, Paraguay, El Salva
los ámbitos constitucionales de Chile, Argentina y Brasil. Pero sólo resulta- Cuando concluyó la pr
ría evidente tras la primera guerra mundial. Estados Unidos en Améric
hegemonía en la cuenca dc
nrilitar <le Nicaragua (1912
Dominicana (19 l6-ú2a) y
América Lutina, E.yta¿los Unidos y el ntundo 387
rtina. llJ97-19.14 Cuepno 11.2. Inversiones de capital extranjero a largo plazo en América Latina,
1914 (en millones de dóla¡es)
portante en América La- F¡¡¿nt¿.'Naciones Unidas, Comisión Econírmica para América Latina, E,rternal Financing in
tadounidense. Sólo se ne- Lotin Anterica. Nueva York, Naciones LJnidas, 196-5, pp. 16-11.
r.El cuadro 11.1 demues-
que acabó abarcando el
.rnérica. A pesar de ello, La consolidación de la influencia estadounidense
diferencia la fuente más
uerra mundial; Francia y La primera guerra mundial, aunque en sus inicios no afectara directamente a
América Latina, cambió de forma sustancial sus relaciones con el mundo. En
ue la tecnología y forma- primer lugar, aceleró el declive de Gran Bretaña como fuerza económica más
as elites latinoamericanas importante del hemisferio. Desgastada por las costosas y largas hostilidades
'y armamento avanzado. en la Europa continental. tuvo que hacer uso de sus inversiones ultramarinas
cstar mal dotadas y abas- para pagar la guerra. Además, su competitividad en la economía mundial ha-
)ontratar o recurrir a sol- bía comenzado a experimentar un descenso a largo plazo.
En segundo lugar, la guerra puso de relieve la dinámica economía esta-
itos sirvieron de ejemplo dounidense, basada en un continente lleno de recursos y ya lo suficiente-
;. 'Ianto en Chile (1885) mente maduro como para convertirse en un exportador de capital neto. Su
Itaron misiones militares decisiva intervención en la guerra demostró que ahora era el que podía man-
nucvas armas y explicar tener el equilibrio del poder económico y militar: las potencias europeas ya
rdo y de organización del no podrían volver a dejarlo de lado.
r rápido crecimiento, con- La intervención de América Latina en el conflicto fue esencialmente
su milicia, que incluía ca- como observadora. Estados Unidos se aplicó con tesón a conseguir que la
rbre toclo. que transmitie- guerra sirviera de oportunidad para fortalecer su influencia política en esa re-
lo a su ejército. La guerra gión, pero sus resultados fueron variados. Sólo ocho repúblicas declararon la
lra era algo serio que re- guerra a Alemania: Brasil (el único país grande), Cuba, Costa Rica, Guate-
mala, Haití, Honduras. Nicaragua y Panamá. Otras cinco rompieron las rela-
'encia de ciones diplomáticas: Bolivia, República Dominicana, Ecuador, Perú y Uru-
"profesionaliza-
i)n enonnes, pues. aunque guay. Siete naciones permanecieron neutrales: Argentina, Chile, Colombia,
mentaron su actividad en México, Paraguay, El Salvador y Venezuela.
Brasil. Pero sólo resulta- Cuando concluyó la primera guerra mundial, el poder y la influencia de
Estados Unidos en América Latina estaba en aumento. Ahora casi ejercía la
hegemonía en la cuenca del Caribe, como podía observarse por la ocupación
militar <le Nicaragua (1912-1925 y lt)26-1933), Haití (191.5-1934), República
Dominicana (1916-1924) y Cuba (1917-1922). Aunque no permaneció en esos
388 Historia contempor(inea de América l-atina
países. influyó profundamente en su desarrollo, manteniendo el poder de Los años treinta tami
veto sobre sû política interna. La mayoría de sus elites dieron por hecho esta ideología fascista. La vers
hegemonía; sin duda, les habría sorprendido pensar que el mundo pudiera de Mussolini aumentó co¡
haber sido de otro modo. cionaria, sobre todo los s
Hubo dos excepciones a este rnodelo: México y cuba. En el primero, la en Alemania, el fascismo
revolución de 1910 amenazó con alterar las relaciones del país con Estados Especialmente importantt
Unidos. Washington estaba diviclido sobre la dirección que había tomado la y Portugal hubieran caídc
revolución y efeituó intervenciones repetidas, incluido el desembarco militar 1936 en la primera y Sala
en Veracruå en.1914 y el envío de la columna del general John J. Pershing en vistas, por no decir fascist
L91,6 para perseguir'a las tropas de Pancho Villa. No obstante, la revolución
El giro de Europa ha<
traUia togråOo pioporcionar a los mexicanos un brío, un orgullo y un grado los grupos latinoamerican
de movil]zación que acabaría ayudando a controlar la marca tradicional de la propias razones para dese
intervención estadounidense. Pero siguió siendo cierto que poco podían ha- vimientos fascistas de la r
cer los mexicanos sin tomar en cuenta como se merecía la presión continua En Brasil, los integristas
de ese poderoso vecino del norte. media, que predicó la nec
Cuba fue un caso diferente. Allí Estados Unidos había establecido un rativista. Argentina cont(
protectorado tras finalizar su ocupación en 1902. Esta presencia generó una recordaban las organizaci,
ieacción nacionalista, que hizo erupción más frecuente entre los estudiantes funda la recibió el ejércitr
de la Universidad de La Habana. Aunque fueron reprimidos con facilidad, produjeron un estímulo ir
representaron una importante opinión disidente dentro de la elite y en los te de su inspiración al m,
años treinta ocuparon un puesto importante en la política nacional. una forma doctrinaria y ,
La Gran Depresión golpeó con dureza a América Latina, pues dejó de México hubo un pequeño
afluir nuevo y a los inversores extranjeros les resultó difícil repatriar influencias europeas, aun
los beneficios. "upital
Un país tras otro dejaron de pagar sus deudas (o declararon sentimienfo cristiano de c
una moratoria unilateral).t La razón era evidente. El derrumbamiento de la cional Socialista, una imit
economía mundial había reducido la demanda de los productos primarios en puesta furiosa de la izquit
Ios que se basaba América Latina para obtener divisas. De improviso, estos Ninguno de estos part
paísês no tuvieron modo de ganar los dólares, las libras, los marcos o los fran- poder en los años treinta.
ðor qu" necesitaban para pagar a sus acreedores exteriores. Así que no ma político civil demostr
podíán esperar recibir ninguna afluencia neta de capital y, lo que es más gentina los sentimientos f
importantè, no iban a contar con las divisas suficientes para pagar las impor- nista, una vez que la segur
taciones esenciales para el desarrollo de la economía interna, en especial la los integristas parecieron
industrialización. ron barridos por el Estacl,
De este moclo, los años treinta fueron una etapa en la que los países lati- A medida que transcl
noamericanos tuvieron que mirar hacia dentro. No resulta una coincidencia tió en el escenario de la,
que también se caracterizâran por un alto sentimiento nacionalista. Como las manes miraron hacia esa l
opciones de encontrar ayuda económica cxterna eran tan reducidas, era lógico lítica. Los primeros fuerr
cðncentrarse en los recursos internos. Argentina, Brasil y México. por ejemplo, donde las grandes comur
tomaron medidas para aumentar su control sobre la industria petrolera. Méxi- operaciones. El gobierno
co fue el que más lejos llegó, cuando en 1938 el presidente Cárdenas naciona- ricanas mantuvieran una
lizó todas tas empresas extranjeras del sector. Argentina ya había creado una leforuar la opinión contr;
compañía petrolera estatal autónoma en los años veinte; en Brasil, por el con- clos). El gobierno italianc
trario, se dio forma definitiva a la empresa petrolera estatal en 1953. tas brasileños, utilizando r
des sumas de dinero.
L Con las excepciones de Argentina' Haití y Ia República Dominicana' Como el socio más p<
América Latina, Estatlos [Jnielos y el mrmdo 3gg
ìanteniendo el poder de Los años treinta también importaron argo nuevo
tes dieron por hecho esta a América Latina: ra
ideología fascista. La versión mái crara vino cre Itaria,
rr que el mundo pudiera donde el movimiento
de Mussolini aumentó como respuesta al surgimiento
ãe ruìrqui.rou revolu_
cionaria, sobre todo.ros sindicarìsras y comuiisras.
Cuba. En el primero, la con ;Ë; del nazismo
un modelo"iaún m¿s poderoso.
en Alemania, el fascismo europeo r"'hiro con
nes del país con Estados Especialmente important" pa.à América Latina
ión que había tomado la fue el hecho oe que España
y Portugal hubieran caído víctimas cle regímen"r
do el desembarco militar uu,o.iiã.i* lÉ.un.o a"ro"
1936 en la primera y Sarazar descte 192g
ãn la segundu; .on iono, corporati-
neral John J. Pershing en vistas, por no decir fascistas.
o obstante, la revolución
r, un orgullo y un grado . El giro-de Europa.hacia ra crerecha proporcionó municiones y prestigio a
los grupos ratinoamericanos antidemo.ietiôo, y
a marca tradicional de la renían sus
propias razones para desear crear gobiernos "riiiiù"."ì;-r;ó"
auioritarios. Ninluïo de los mo_
rto que poco podían ha- vimientos fascistas de la región fuãron copias
'ecía la presión continua exactas o" 1", ?ãr", europeos.
En Brasil, los integristas fueron fundamentalmente
un movimiento de clase
media, que predicó la necesidad de orden con
os había establecido un un mensaje de esencia corpo-
rativista. Argentina contó con grupos paramilitaies de derechas que
ta presencia generó una -varios
recordaban las organizaciones fascistur*.urop"ur,
rte entre los estudiantes pero la influencia más pro-
funda.la recibió el ejército. I as logias secretäs
eprimidos con facilidad, dentro del cuerpode oficiales
produjeron un estímulo inicial para er movimienr"
p"r"rrr",
rtro de la elite y en los te de su inspiración al modelo italiano. pero er peionismo {.0" .t"uio pur_
rlítica nacional. nrinca consiguio
una forma doctrinaria y de organización como
ca Latina, pues dejó de la del fascismo italiano. En
pEueño moviiiienro fu¡ççþisrs, sil;q;ir,'p,
; resultó difícil repatriar Yi::.-"^*O:..un que mostró
rrr'uenclas europeas, aunque también se basaba"lfundamentalmente
rs deudas (o declararon sentimienfo cristiano de dérechas. por último, en un
I derrumbamiento de la en chile hubo un partido Na_
cional Socialista, una imitación clara del partidq
procluctos primarios en Nari, qu" prå"""ó una res-
puesta furiosa de la izquierda nacional.
;as. De improviso, estos
Ninguno de estos partidos o movimientos estuvieron
ls, los marcos o los fran- próximos a rograr el
poder en los años treinta. Fn chile y México
exteriores. Así que no desaparecieron cuando er siste-
ma político civil demostló s9r capàz de contenerlos
tpital y, lo que es más y absorberlos. En Ar-
gentina los sentimientos fascistas iu"ron
rs para pagar las impor- eclipsa<ios p", pero_
entró en su"i.å"i-ento
nista, una.vez que la segunda guerra mundial
r interna, en especial la fase final. En Brasil
los integristas parecier'n estar en los umbrales
del poder .n ré:¡, pero fue_
ron barridos por el Estado Nôvo de Vargas en
:n la quc los países lati- 1937.
._
A medida que transcurrió la crécada de 1930, Arnérica
:sulta una coincidencia Latina se convir_
tió en el escenario de la competencia geopolítica.
nacionalista. Como las Tanto italianos como are_
manes miraron hacia esa región pu.u uu,n"ìtar
an reducidas, era lógico su influencia económica y po-
lítica. Los primeros fueron pariicularmente
y México, por ejemplo, activos n.urit-f argentina,
lustria petrolera. Méxi-
donde las grandes comunidâdes cre itarianos
ofrecían"nunu pÀriut" base de
Er. gobierno de Mussolini intenró que
:nte Cárdenas naciona- :,ry:ir-i:l"r' las r"p,ioii"ã. iutinoame-
rrcanas mantuvieran una posición pro italiana,
la ya había creado una lò que signiticaua estimular y
e; e n Brasil. por el con- ryf2rnr la opinión contrària a Inglaterra (y, por extensión, a Estados Uni_
dos)' El gobierno italiano tambiéicolaborã <je
,tatal en 1953. forma clirecta con los fascis_
tas brasileños, utilizando su embajada para
hacer llegar a ro, ,i"grirtus gran_
des sumas de dinero.
minicana.
como el socio más poderoso crel Eje europeo, la
Alemania de Hitler es-
390 Historia contempor(tneu tle Américu Lutinu
taba aún mejor situada para ejercer presión en América Latina. El régimen sin rival de la cultura po¡
nazi utilizó su compañía aérea subsidiaria. la Condor, y su servicio diplomá- culas de Hollywood hací
tico para crear una red de agentes y contactos por toda Suramérica. Hitler y cine como Jean Harlow y
sus consejeros más decididos estaban convencidos de que los latinoamerica- blos provincianos, como r
, nos de ascendencia alemana estaban ávidos por unirse a la madre patria y no Manuel Puig, señala '
crear territorios separatistas, alertas a todo dictado de Berlín. cfecto similar. La dinámi,
Pero la población germana de Brasil demostró ser leal en extremo a su americana resultaba fasci
nación del Nuevo Mundo. El efecto de las medidas nazis fue justo el contra- ciones populares y las de
rio al que habían pretcnclido los alemanes: el gobierno de Vargas adoptó nue- ficar y a aumentar en im¡
vas leyes restrictivas que rcquerían que la enseñanza en todas las clases de Cuando estalló la gu,
los colegios fuera en portugués, con lo que se eliminaron los que sólo ense- mentó la búsqueda de alii
ñaban en lengua alemana del sur del país. Como consecuencia, se aceleró la ministración de Franklin
asimilación nacional de los descendientes de alemanes. el Caribe y en las costas a
Las potencias clel Eje no eran las únicas naciones externas interesadas en materias primas vitales c
la competencia geopolítica. Durante muchos años, el ejército estadounidense para unirse a Estados Un
había considerado a América Latina como un flanco vulnerable, lo que pro- la lucha; o 4) como últim
porcionó el justificante militar para la expansión en el Caribe: la necesidad tencias hostiles extracont
de proteger unos pasos marítimos vitales. La vasta frontera con México, casi Estos objetivos se log
sin vigilancia, era otra zona clifícil de clefender. El canal de Panamá propor- había surgido çon una le
cionaba a Estados Uniclos una región de peligro adicional. Algunos oficiales aprovechó para los inter
pensaban que lo que se necesitaba era un arco de defensa militar que se ex- utilizar bases valiosas, sol
tendiera hasta el norte de Suramérica. ceso a las materias prima
Cuanclo la Alemania nazi construyó su maquinaria bélica, los oficiales es- La segunda guerra m
tadounidenses lanzaron una mirada más preocupada al tlanco latinoamerica- se en América Latina. Al
no. Como la potencia japonesa aumentaba en el Pacífico, Estados Unidos se región, quedãron despres
enfrentaba a la posibilidad de una guerra en dos océanos. Ahora América nuevos territorios en el
Latina podía ser amenazada por el este y el oeste. Así pues, Estados Unido_s miento desatado por su n
examinó sus lazos hemisféricos desde una nueva perspectiva: cómo ps.d.ía_ legado en bancarrota en
conseguir el máximo apoyo latinoamericano en caso. dç gUg_rra. España y Salazar en Port
Parte de la respuesta clependería de las relaciones culturales. Entre sulta irónico Que ninguno
las dos guerras. los latinoamericanos habían presenciado un pronunciado siderable en América Lal
aumento de programas etlucativos patrocinados por gobiernos extranjeros. Franceses e ingleses.
Debido a su enorme prestigio cultural, los fra¡rceses ocup¿ìron la posición fa- muy debilitados. Ambos
vorita. El francés seguía siendo la lengua extranjera que más se hablaba y Pa- para pagarla. En 1945, no
rís era el punto de rcferencia para los artistas y escritores latinoamericanos. grar influencia en la lejar
Las universidades de la región, en su origen copias de los modelos ibéricos, templó el auge de la inllu
cada vez presentaron mayor influencia francesa. En Brasil, por ejemplo, cuan-
clo lcls paulistas quisieron fundar una nueva Universidad de São Paulo en
1933-, enviaron una delegación a Francia. En -larespuesta, París mandó una mi- La expresió
sión de profesores eminentes de ciencias sociales, que incluía celebridades ta-
les como Claude Lévi-Strauss, Jacques Lambert y Pierre Monbeig. El gobier- Estados Unidos emergió r
no francés estableció un programa cle becas para estudiar en Francia; autoridad muy crecidos. .
programas similares surgieron también en otras partes de América Latina. introdujo en un ingente é
Aunque la influcncia europea seguía dominando entre las elites, la esta- no había sufrido daños inr
dounidense hacía grandes progresos en los medios de comunicación, vehículos 1945 alcanzó la mitad de
Américu Latinu, Estados Unidos y el mundo 391
ca Latina. El régimen sin rival de la cultura popular en nuestro siglo. En los años treinta, las pelí-
y su servicio diPlomá- culas de Hollywood hacían furor en tocla América Latina. Sus estrellas de
I Suramérica. Hitler Y cine como Jean Harlow y Clark Gable eran nombres familiares hasta en pue-
1ue los latinoamerica- blos provincianos, como La traici(¡n de Rita Lloyworth, del novelista argenti-
e a la madre Patria Y no Manuel Puig, señala vivamente. Su música, en especial el jaz.z, tenía un
Berlín. cfecto similar. La dinámica, fluicla. deslumbrante y futurista sociedad norte-
' leal en extremo a su americana resultaba fascinadora, aunque produjo una división entre las reac-
¿is fue justo el contra- ciones populares y làs de la elite hacia Estados Unidos, que se iba a intensi-
le Vargas acloPtó nue- ficar y a aumentar en importancia con el tiempo.
en todas las clases de Cuando estalló la guerra en Europa, el gobierno estadounidense incre-
'on los que sólo ense- mentó la búsqueda de aliados políticos y militares en América Latina. La ad-
:cuencia, se aceleró la ministración de Franklin Roosevclt quería: 1) bases militares, en especial en
çl Caribe y en las costas atlánticas de Suramérica; 2) acceso garantizado a las
Kternas interesadas en materias primas vitales como el caucho natural y el cuarzo; 3) disposición
ército estadounidense para unirse a Estados Unidos en una alianza contra el Eje, si éste entraba en
ulnerable. lo que pro- la lucha: o 4) como último recurso, una neutralidad que prohibiría a las po-
I Caribe: la necesidad tencias hostiles extracontinentales crear plazas fuertes en sus países.
rtera con México, casi Estos objetivos se lograron ampliamente. El sistema interamericano, que
ll de Panamá propor- había surgido qon una lentitud penosâ desde la década de 1u80, ahora se
nal. Algunos oficiales aprovechó para los intereses defensivos estadounidenses. Su ejército pudo
nsa militar que se ex- utilizar bases valiosas, sobre todo en Brasil, y la industria bélica logró el ac-
ceso a las materias primas vitales que necesitaba.
bélica, los otìciales es- La segunda guerra mundial aumentó mucho la influencia estadouniclen-
flanco latinoamerica- se en América Latina. Alemania e ltalia. una vez potencias importantes en la
:o, Estados Unidos se región, quedäron desprestigiadas: la segunda por sus bandazos en busca de
rnos. Ahora América nuevos territorios en el norte de Afiica; la primera por el horrible sufri-
pues, Estados Unidos miento desatado por su maquinaria bélica en Europa. El fascismo ya era un
spectiva: _çómo, pq-día legado en bancarrota en-L9,45, Sólo la anómala supervivencia de Franco en
) guerra. España y Salazar en Portugal mantenían viva la ideología de derechas y re-
nes culturales. Entre sulta irónicdQlré ninguno de estos países tuviera una intluencia política con-
iado un pronunciado siderable en América Latina.
iobiernos extranjeros. Franceses e ingleses, aunque vencedores en la guerra. habían quedado
uparon la posición fa- muy debilitados. Ambos hubieron de liquidar sus inversiones ultramarinas
: más se hablaba y Pa- para pagarla. En 1945, no tcnían los recursos o el deseo de competir para lo-
rres latinoamericanos. grar influencia en la lejana América l-atina-El resultado fue que 1945 con-
los modelos ibéricos, templ-ó el auge de la influencia estadounidense en la región.
sil, por ejemplo, cuan-
sidad de São Paulo en
.,París mandó una mi- La expresión de la influencia estadounidense
rcluía celebridades ta-
: Monbeig. El gobier- Estados Unidos emergió de la segunda guerra mun<Iial con un prestigio y una
estudiar en Francia; autoridad muy crecidos. La guerra sacó de la depresión a su economía y la
; de América Latina. introdujo en un ingentc ésfuerzo industrial. A difcrencia de Europa o Japón,
rtre las elites, la esta- no había sufrido daños internos; su economía estaba intacta y prosperaba. En
municación, vehículos 1945 alcanzó la mitad de la producción manufacturera mundial y unos dos
392 Hist<tria crtntemporáneu de América Latina
\
Itercios de las exportaciones globales. Había construido el arsenal más impo- para tratar los asuntos di¿
lnente que el mundo había visto, culminado con la bomba atómica, el ,.arma y reuniones consultivas dt
finalo que sólo élposeía. La guerra también le proporcionó una red de alian- se de las amenazas contra
Lut qu" ofrecía una base de poder fuerte en la política internacional de pos- la forma de un Secretaria
dos miembros se compror
'
þuerra.
Una vez linalizacla la guerra, muchos políticos latinoamericanos espera- seada por Estados Unidor
ban que el nuevo interés estadounidense por América Latina diera sus fru- ca Latina), junto con los
tos, Confiaban en que se prestara una atención mayor a sus problemas' en es- justicia social y derechos
pecial a los obstáculos que impedían su crecimiento económico. Después de América Latina crearon I
todo, Washington podía permitirse ahora mirar hacia el sur, donde sería ló- No resulta sorprendente r
gico consolidar una influencia que había aumentado tanto' ferentes de ella.
/ Pero no iba a ser así, La política gubernamental estadounidense deió de La OEA se puso a prr
I lado casi total¡nente a esa reþión a-partir de"1945'y centr'o'sa-aterrcié*en ¡e- tados Unidos tenía tropar
ibonstruir Europa y Japón. La administración Truman (1945-1953) y el Con- trado de inmediato al conl
junto con algúnoé þêrspicaces empresarios, se dieron cuenta de que era nea del sur, Washington c
I gredo,
,| esencial para su prosperidad que Europa tuviera una economía fuerte. El Plan que considerara a Corea <
jMarshall de 1947 apeló al aspecto humanitario y económico de la población es- man se dirigió a la OEA
T tadounidense y ayudó a dirigir la atención principalmente hacia Europa.
nos como una agresión a
' ¿Qué pasó con América Latina? Simplemente, a los responsables políti- bros, por el Pacto de Río,
cos no les pareció importante. Los especialistas en este campo del Departa- tina era una legitimidad a
mento de Estado y los servicios militares se vieron degradados o transferidos. El resto de los mieml
La administración Tiuman parecía dar por sentado que continuaría recibien- lombia, que envió un bat,
do su leal respaldo, casi como si fuera de cajón. noamericanos mostraron
Esta relativa indiferencia se rompió de nuevo por una ameîaza exterior. nómicos que por el enfre
Cuando las relaciOnes estadounidenses con los soviéticos comenzaron a en- llegó a un acuerdo: como
friarse, la administración Tiuman decidió organizar una ofensiva de guerra fensas militares y aument,
fría en América Latina, que adquirió dos aspectos. EI primero era conseguir canos consiguieron la pro
que los gobiernos latinoamericanos rompieran relaciones con la Unión So- tas para resolver los prob
viética, lo cual tuvo un éxito notable, ya que todos, con la excepción de Mé- Para los responsables
xico, Argentina y Uruguay, lo hicieron. El segundo aspecto fue presionar a mostró que su batalla con
los gobiernos latinoamericanos para que proscribieran los partidos comunis- europeo. La <caída> de C
tas. Aunque no se dio mucha publicidad en Estados Unidos, el éxito de esta administración Tiuman y t
campaña demostró lo sensibles que seguían siendo las elites latinoamericanas rica Latiila su Programa r
lo el arsenal más impo- para tratar los asuntos diarios, conferencias interamericanas cada cinco
años
,mba atómica, el narma y reuniones consultivas de los ministros de Asuntos Exteriores para
ocupar_
'cionó una red de alian- se de las amenazas contra el hemisferio. La infraestructura burocrática
tómó
a internacional de pos- la forma de un Secretariado General y una unión panamericana. Los esta-
dos miembros se comprometían a mantener una solidaridad continental (de_
tinoamericanos espera- seada por Estados unidos) y una no intervención total (deseada por
Améri-
:a Latina diera sus fru- ca I atina), junto con los principios de democracia, cooperación económica,
a sus problemas, en es- justicia social y derechos humanos. En pocas palabrai, Estados
unidos y
rconómico. Después de América Latina crearon la asociación regional mejor enunciada del mundó.
el sur, donde sería ló- No resulta sorprendente que los estados miembroi esperaran cosas muy di-
anto. ferentes de ella.
rstadounidense dejóde La oEA se puso a prueba cuando estalló la guerra de corea en 1950. Es-
ntró'su- atención en-re. tados unidos tenía tropas apostadas en corea ãel Sur, así que se vio arras-
(1945-1953) y el Con- trado de inmediato al conflicto. cuando las tropas norcoreanàs cruzaron la
lí_
eron cuenta de que era nea del sur, washington convenció al consejo de Seguridad de la oNU para
)onomía fuerte. El Plan que considerara a corea del Norte la agresora. Luegb la administración
Tiu_
nico de la población es- man se dirigió a la oEA para pedirle que definieia los ataques norcorea-
nte hacia Europa. nos como una agresión a Estados unidos, con lo que obligaba a sus miem_
los responsables políti- bros, por el Pacto de Río, a unirse a la batalla. Lo que queríã de América
La-
te campo del Departa- tina era una legitimidad adicional y colaboración militâr.
radados o transferidos. El resto de los miembros se opusieron a este llamamiento, excepto co-
e continuaría recibien- lombia, que envió un batallón_4e..infantería. En sus intervenciones, los lati-
noamericanos mostraron mucha más preocupación por sus problemas eco-
una amenaza exterior, nómicos que por el enfrentamiento militar én la distante c^orea. La oEA
icos comenzaron a en- llegó a un acuerdo: como contrapartida a su compromiso de mejorar sus de-
na ofensiva de guerra fensas militares y aumentar la colaboración en este terreno, los latinoameri-
primero era conseguir canos consiguieron la promesa estadounidense de que presentaría propues-
)nes con la Unión So- tas para resolver los problemas económicos del hemisferio.
n la excepción de Mé- Para los responsables políticos estadounidenses la guerra cle corea de-
ipecto fue presionar a mostró que su batalla contra el comunismo era de ámbiio mundial y no sólo
los partidos comunis- europeo. La <caída>> de china en 1949 lo hizo aún más evidente. En 195t, la
Inidos, el éxito de esta administración Tiuman y el congreso decidieron al unísono extender a Amé-
:lites latinoamericanas rica Latiira su Programa de Seguridad Militar de L949, que en su origen se
había pensado para Europa. De 1952 a 1954 Esrados uniàos firmó pacìos
de
r más permanente la ayuda a la defensa mutua con diez países latinoamericanos: Ecuadòr, cuba,
'eunión especial de los colombia, Perú, chile, B¡asil, Repúbrica Dominicana, uruguay, Nicaragua y
ada en Ciudad de Mé- Honduras. (Argentina y México se destacaron por su auseñcia.) segúnãstos
ramericano. El primer acuerdos, Estados unidos iba a intercambiar equipo y serviciós militares
a
n un tratado (el Pacto cambio de las promesas de ampliar las capacidaãei oerensivas, enviarle ma-
'icano, desde dentro o
terias estratégicas y restringir el comercio con el bloque soviético.
daba medidas colecti- Las implicaciones de estos nuevos tratados defensivos serían de largo al-
cance. washington atrapaba a las fuerzas armadas latinoamericanas en su
narzo de 1948, con la tela: una vez en posesión de equipo estadounidense, <lependerían de él para
Estados Americanos conseguir piezas, recambios y municiones. Además, medìante el contacto fre-
re creaban un consejo cuente con su ejército en programas de entrenamiento y maniobras conjun-
394 Historiq contemporánea de América Lutina
tas, se podía esperar que la oficialidad latinoamericana se identificara muy ferentes. El Plan Marshal
estrechamente con Estadoi Unidos. Y no menos importante, éste ofrecía mu- an poseyendo el ingredier
cho más equipamiento del que los países receptores pudieran haber compra- trabajo cualificada y exp,
do mediante las asignaciones normales de sus gobiernos. De este modo, las Francia y A
fuerzas armadas lograban poder en sus sociedades sin tener que luchar por el -Inglaterra,
compensa rápida. Estas ¡
presupuesto. Estos vínculos estadounidenses eran una renovación de la es- posición de participar en
tructura establecida por la administración Roosevelt en vísperas de su entra- iba a producirse a partir
da en la segunda guerra mundial. Ahora, a comienzos de los años cincuenta, El problema económi
Estados Unidos fortalecía su prestigio bélico para extender y consolidar su una industria relativamenf
influencia. enorme escasez de mano
Había otro país que había logrado un gran prestigio durante la guerra: la pecializados y a menudo r
Unión Soviética. Había perdido mucha más población (20 millones) y sopor- les). Los economistas no s
tado mucho más sufrimiento que Estados Unidos. Numerosos latinoamerica- do en esas zonas.
nos admiraban la resistencia y fortaleza del pueblo ruso y algo de esta admi- Cualesquiera que fue
ración se transfería a los partidos comunistas de los países respectivos, que descubrieron pronto que (
disfrutaron de una popularidad floreciente en 1945, El Partido Comunista lares o de bienes de inve¡
Brasileño, por ejemplo, obtuvo un l0 por 100 del voto en las elecciones pre- era (y es) un proceso con
si<lenciales de 1946. Más tarde, ese mismo año, tres miembros del gabinete ciales. La administración '
chileno fueron comunistas, y éstos también estuvieron presentes en el Con- ma. En su discurso de tol
greso nacional de Cuba, Colombia, Perú, Ecuador, Brasil, Chile, Bolivia, su alocución era el <Puntr
Uruguay y Costa Rica. ma de asistencia técnica c'
Ya desde 1946, la administrâción Tiuman comenzó a seguir una línea en vías de desarrollo. Era
marcadamente antisoviética en América Latina. La cadena de pactos milita- acerca de que Estados Ur
res bilaterales fue sólo uno de los instrumentos utilizados para movilizar a los y concentraba su atenciór
latinoamericanos contra los soviéticos. Como la oficialidad militar solía ser Antes de que el Puntr
un baluarte de opinión anticomunista y antisoviética, Estados Unidos espe- tunidad de ir más lejos, el
raba establecer vínculos más estrechos con estos elementos para fortalecer su ca por la victoria elector¿
lirmeza anticomunista. Los pactos militares y los programas de entrenamien- republicanos aportaron u
to le otorgaron el monopolio de los vínculos externos entre los militarçs lati- ternacional. Adoptaron u
noamericanos. mera obligación del gobie
A primera vista, esta penetración quizás parezca similar a las relaciones El secretario de Haciend;
que los soviéticos establecieron con sus satélites de Europa Oriental a partir puso en claro de inmedi¡
de 1945. Sin embargo, éstos lograron que la estructura militar de sus nacio- toda ayuda ultramarina ¿
nes clientes se integrara mucho más en la estructura soviética, mediante una mentales a bajo interés. I¡
vinculación directa de la estructura de mando y los sistemas de comunica- curso para lograr acuerdc
ción, y su intervención en las operaciones cotidianas. Los soviéticos pusieron mundial de productos talc
un cuidado especial en la selección de los candidatos para los puestos cle tes para América Latina.
mando más elevados. Además, se aprovecharon de la ventaja de seguir con- ricanos no deben desalen
tando con grandes contingentes de tropas apostadas en muchos de los satéli- años significaba en gener
tes. Aunque su control sobre éstos tue más penetrante y completo, se aseme- para comprobar los datos
jó al de Estados Unidos sobre América Latina en que ambas superpotencias ultramarina estadouniden
afrontaron poca oposición. gional más grande de est¿
La administración Tiuman también expresó interés en la ayuda técnica pliamente por Canadá y t
y económica a América Latina, como réplica parcial al Plan Marshall, pro- Esta orientación repu
totipo de su ayuda ultramarina. Pero las situaciones resultaron ser muy di- reacción entre sus políticc
Américu Lutina, Estados Unidos y el mundo 395
cana se iclentificara muY ferentes. El Plan Marshall se dirigió a naciones devastadas, pero que seguí-
)ortante, éste ofrecía mu- an poseyendo el ingrediente económico más importante de todos: fuerza de
pudieran haber comPra- trabajo cualificada y experimentada. La inversión en esos países europeos
ernos. I)e este modo, las Francia y Alemania Occidental- podría tener y tuvo una re-
rn tener que luchar Por el
-Inglaterra,
compensa rápida. Estas economías industriales revivieron y estuvieron en
Jna renovación de la es- posición de participar en el rápido crecimiento del comercio mundial que
t en vísperas de su entra- iba a producirse a partir de 1950.
os cle los años cincuenta, El problema económico de América Latina era más fundamental. Había
sxtender y consolidar su una industria relativamente pequeña incluso en los países mayores; existía una
enorme escasez de mano de obra cualificada y de conocimientos técnicos es-
.igio clurante la guerra: la pecializados y a menudo se carecía de infraestructura (carreteras, ferrocarri-
ón (20 millones) Y soPor- les). Los economistas no sabían cómo estimular el desarrollo económico rápi-
Iumerosos latinoamerica- do en esas zonas.
ruso y algo de esta admi- Cualesquiera que fuesen las etiquetas, los economistas y planificadores
países respectivos, que descubrieron pronto que el simple suministro de más capital, en forma de dó-
's
5. El PartidoComunista lares o de bienes de inversión, no era la respuesta. El desarrollo económico
rto en las elecciones pre- era (y es) un proceso complejo que requiere ajustes en todos los niveles so-
s miembros del gabinete ciales. La administración Truman estimuló una visión compasiva del proble-
ron presentes en el Con- ma. En su discurso de toma de posesión en1.949, el presidente propuso (en
'r, Brasil, Chile, Bolivia. su alocución era el
"Punto Cuatro>. nombre que después quedó) un progra-
ma de asistencia técnica coordinado por su gobierno para ayudar a los países
rcnzó a seguir una línea en vías de desarrollo. Era una respuesta parcial a las quejas latinoamericanas
cadena de pactos milita- acerca de que Estados Unidos no tenía en cuenta sus problemas económicos
:ados para movilizar a los y concentraba su atención en Europa.
icialidad militar solía ser Antes de que el Punto Cuatro del programa de Truman tuviera la opor-
:a, Estados Unidos espe- tunidad de ir más lejos, el Partido Demócrata fue expulsado de lA Casa Blan-
nentos para fortalecer su ca por la victoria electoral del general Dwight D. Eisenhower en 1952. Los
)gramas de entrenamien- republicanos aportaron una nueva filosofía, en especial en la economía in-
)s entre los militares lati- ternacional. Adoptaron una firme postura de laissez-faire, con lo que la pri-
mera obligación del gobierno consistía en dejar que operara el mercado libre.
a similar a las relaciones El secretario de Hacienda, el empresario de Cleveland George Humphrey,
Europa Oriental a partir puso en claro de inmediato que esta filosofía de libre empresa eliminaría
ura militar de sus nacio- toda ayuda ultramarina a larga escala, incluso mediante créditos guberna-
r soviética, ¡nediante una mentales a bajo interés. Igualmente se volvió la espalda a las propuestas en
,s sistemas de comunica- curso para lograr acuerdos destinados a cstabilizar los precios del mercado
;. Los soviéticos pusieron mundial de productos tales como el café y el cacao, especialmente importan-
ìtos para los puestos de tes para América Latina. Sobre todo, decían los republicanos, los latinoame-
la ventaja de seguir con- ricanos no deben desalentar la inversión extranjera privada, lo que en esos
, en muchos de los satéli- años significaba en general inversión estadounidense. (Véase la figura 11.1
rte y completo, se aseme- para comprobar los datos sobre el crecimiento y la ubicación de la inversión
ue ambas superpotencias ultramarina estadounidense de posguerra: América Latina atrajo la cuota re-
gional más grande de esta inversión en 1950, aunque sería sobrepasada am-
erés en la ayuda técnica pliamente por Canadá y Europa Occidental en los años ochenta.)
al al Plan Marshall, pro- Esta orientación republicana hacia América Latina provocó una fuerte
:s resultaron ser muy di- reacción entre sus políticos y tecnócratas más jóvenes, reformistas y de men-
796 I'Ißtoria contemporánea de América Lutin.q
importantes fue formar una generación de economistas latinoamericanos que marxistas que no pertenec
aprendieron, durante el tiempo pasado en ella, a consiclerar los problemas de moso e intluyente fue José
sus países desde una perspectiva continental. También conocieron a sus ho- excepción. Fueron los par
mólogos de otras naciones y pudieron comparar notas sobre los problemas y tern en los años veinte y tr
las posibilidades de la planificación de la política económica. En esencia, saje marxista. A comienzo
la GEPAL ayudó a producir una mentalidad latinoamericana en el análisis tigio que se había despren,
económico. insignificante en las eleccir
Sería engañoso concluir que la CEPAL tenía un solo mensaje. Tuvo mu- tre las organizaciones estu
cho cuidado en limitar sus publicaciones ¿r análisis técnicos sobre tendencias tó su identificación con el
económicas pasadas, junto con la discusión de las opciones políticas actuales Su análisis marxista er
y las proyecciones de los efectos de elecciones políticas apropiadas. A pesar económico. Los partidos dr
de la selección de temas y la dirección del análisis, mostraba la fuerte in- instrucciones de Moscú. Pc
fluencia de Prebisch y sus discípulos. nea del partido. Sin embal
La tesis de Prebisch-cEPAl, como acabó conociéndose, era que la eco- sentimientos de un nacion¿
nomía mundial desde 1880 había funcionado de forma sistemática en detri- res. Los sentimientos naci
mento de los países que se basaban en la importación de productos prima- contra el que los partidos <
rios. Se sostenía que los precios de los artículos acabados subían con más y muchos marxistas trataro
rapidez que los de los primarios, por lo que los países en vías de desarrollo tiimperialista (que significi
se veían en una posición que se deterioraba paulatinamente frente a los paí- el pensamiento marxista e:
ses industriales. ¿cuál era la salida a este dilema? primero, adoptar acuerdos rante los años cuarenta y r
internacionales para proteger a los exportadores de productos primarios de muy estrecha con una red
las enormes fluctuaciones del precio de mercado. Segundo, los países en vías En los años cincuenta
de desarrollo más grandes debían industrializarse. me para el argumento ant
Estas conclusiones nunca se establecieron claramente en los documentos Estados Unidos se opuso ,
de la cEPAL, que debían mantenerse como estudios técnicos producidos por cobo- Arbenz en Guatemal
una sección de la burocracia de la oNU. Pero eran las implicaciones inequí- eo 1954 impuso como pres
vocas y recibieron un amplio reconocimiento como tales. to revocó la expropiación
Estos argumentos provocaron respuestas ferocês, tanto en América Lati- debido, un pacto de defen
na como en Estados unidos. Irritaron a la administración Eisenhower (1953- ticos, por su parte, sólo pe
1961), que consideró al organismo una colmena de pensamiento estatistâ de- similar eL1953, que derror
lusorio al promover políticas que podían afectar a la empresa privada. De queza, Estados Unidos se
hecho, el análisis Prebisch-cEPAl proporcionó munición a los políticos cen- El Departamento de I
tristas como vargas, Kubitschek, Frondizi y Frei. Sobre todo, la cEpAL otor- tantes latinoamericanos er
gó a los latinoamericanos de mente reformista la confianza para moldear sus continuaba dominando la
estrategias de desarrollo propias, sabienclo que podían contár con un recurso existencia de un coro de v
intelectual que era auténticamente latinoamericano. nacionales sobre los prodt
En otras palabras, la GEPAL ofreció un hito a América Latina en la in- Américas y mayor acceso
vestigación de gí,¡¡-!sma. Era un paso importante, ya que hacía mucho tiem- José Figueres de Costa Ri
po que sus analistas y políticos se habían senticlo en desventaja al enfrentar- Frei de Chile instaron a E
se a los economistas, banqueros y empresarios del munclo industrial. y la reforma social. Había
La otra fuerza intelectual importante que ganó un nuevo vigor en los dores, sostenía Figueres, c,
años cincuenta fue el marxismo, Para entencler su poder en América Latina, mo que surgió en Guaten
ha de observarse de cerca la historia de los partidos comunistas, ya que fue- nuto para la medianoche'
ron los principales canales del pensamiento marxista, al menos haita l,os años teatral.
sesenta. No deja de ser cierto que hubo unos cuantos pensadores y políticos Estas peticiones cayerr
América Latina, Estados Unidos y el mundo 399
latinoamericanos que marxistas que no pertenecieron al partido comunista, de los cuales el más fa-
:rar los problemas de moso e influyente fue José Carlos Mariátegui, de Perú. Pero constituyeron la
conocieron a sus ho- excepción. Fueron los partidos comunistas ortocloxos, afiliados a la Comin-
obre los problemas y tern en los años veinte y treinta, los que más se dedicaron a extender el men-
rnómica. En esencia, saje marxista. A comienzos de los añcls cincuenta, ya habían perdido el pres-
:ricana en el análisis tigio que se había desprendido del Ejército Rojo en 1945. Fueron una fuerza
insignificante en las clecciones, excepto en Chile. Tirvieron alguna fuerza en-
o mensaje. Ti¡vo mu- tre las organizaciones estudiantiles y los sindicatos, pero en general les afec-
cos sobre tendencias tó su identificación con el estalinismo.
nes políticas actuales Su análisis marxista era una forma relativamente tosca de determinismo
apropiadas. A pesar económico. Los partidos de cada país explicaban su aplicación concreta según
ostraba la fuerte in- instrucciones de Moscú. Pocos latinoamericanos aceptaron por completo la lí-
nea del partido. Sin embargo. cuando los comunistas pasaron a encauzar los
dose, era que la eco- sentimientos de un nacionalismo económico, pudieron movilizar más seguido-
sistemática en detri- res. Los sentimientos nacionalistas se solían dirigir contra Estados Unidos,
cle productos prima- contra el que los partidos comunistas concentraban su fuego. Los comunistas
rdos subían con más y muchos marxistas tratâron de desarrollar una postura política claramente an-
:n vías de desarrollo tiimperialista (que significaba, sobre todo, antiestadounidense). Sin embargo,
ante frente a los paí- el pensamiento marxista estaba relativamente aislado en América Latina du-
ro, adoptar acuerdos rante los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, identificado de forma
rductos primarios de muy estrecha con una red de partidos comunistas bajo la disciplina soviética.
clo, los países en vías En los años cincuenta se dio una crisis que proporcionó una prueba fir-
me para el argumento antiimperialista. Como se describió en el capítulo 10,
e en los documentos Estados Unidos se opuso con fuerza al programa reformista del coronel Ja-
nicos producidos por cobo,Arbenz en (iuatemala.La invasión de exiliados organizada por la CIA
mplicaciones inequí- e¡ 1954 impuso como presidente a Carlos Castillo Armas, quien de inmedia-
i. to revocó la expropiación de las tierras.de la United Fruit y firmó, como era
rto en América Lati- debido, un pacto de defensa mutua con Estados Unidos en 1955. Los sovié-
n Eisenhower (1953- ticos, por su parte, sólo permanecieron vigilantes. En Irán se logró un golpe
rmiento estatistâ de- similar err- I q53, que derrocó a l-r,lossedegh y repuso a! lþ. Con su poder y ri-
mpresa privada. De queza, Estados Unidos se abría paso a escala global.
n a los políticos cen- El Departamento de Estado podía contar con una falange sólida de vo-
rdo,la CEPAL otor- tantes latinoamericanos en Naciones Unidas. El dogma de la libre empresa
va para moldear sus continuaba dominando la política hemisférica estadounidense, a pesar de la
)ntar con un recurso existencia de un coro de voces latinoamericanas que pedían acuerdos inter-
nacionales sobre los productos, un banco de desarrollo multilateral para las
rica Latina en la in- Américas y mayor acceso a la tecnología. Los reformistas demócratas como
: hacía mucho tiem- José Figueres de Costa Rica, Rómulo Betancourt. de Venezuela y Eduardo
rentaja al enfrentar- Frei de Chile instaron a Estados Unidos para que fomentara la democracia
o industrial. y la reforma social. Había favorecido con demasiada frecuencia a los dicta-
nuevo vigor en los dores, sostenía Figueres, con lo que alimentó el tipo de izquierdismo extre-
en América Latina, mo que surgió en Guatemala. Se estaba acabando el tiempo: ofalta un mi-
tunistas, ya que fue- nuto para la medianoche>, como le gustaba anunciar a Figueres de forma
nenos hasta los años teatral.
nsadores y políticos Estas peticiones cayeron en oídos sordos en el Washington de Eisenho-
400 Historia contemporánea de América Latina
wer, hasta que el vicepresidente Richard Nixon viajó a América Latina en ticipación. El fracaso hizo ¿
1958. El motivo era fundamentalmente ritual: asistir a la toma de posesión forma espectacular que Estr
del presidente Arturo Frondizi de Argentina, con paradas en otros siete paí- te para la seguridad cuban
ses suramericanos. Su pasado como virulento anticomunista, al que se había oposición interna.
dado mucha publicidad, le convirtió en blanco natural de los estudiantes iz- La invasión fallida tamb
quierdistas latinoamericanos. A pesar de las advertencias repetidas de su per- el hemisferio. El temor tar
sonal de seguridacl, Nixon insistió en hacer sus apariciones públicas. En todas en las Américas parecía se
partes hubo manifestaciones, pero fueron especialmente desagradables en puestos a abastecer a los cr
Lima y Caracas. En una ocasión los agentes del servicio secreto habían lle- latinoamericanos podrían er
gado a desenfundar sus pistolas contra una plebe que atacaba el vehículo de cateó a los responsables pol
Nixon, cuando el conductor logró sacar de allí al vapuleado vicepresidente. programa latinoamericano.
Los hechos alcanzaron una publicidad mundial y Washington se preocupó La nueva política, segúr
por las causas posibles de ese sentimiento antiestadounidense. La primera re- El primero era un importan
visión importante de su política hacia América Latina comenzó a aparecer en trocinado de forma multila
1959, cuando el gobierno dejó de oponerse a la creación de un Banco de De- Iba a implicar tanto crecir
sarrollo Interamericano. También se hicieron planes para extender la ayuda llevado a la práctica por los
bilateral. Pero los acontecimientos del Caribe dieron alcance rápido a este ricana tendría que enviar u
modesto cambio en el pensamiento oficial. nueve <hombres sabiosn, ec
dense prometió proporcionr
diez años. También prometi
La alternativa revolucionaria inversores privados de Estar
jo de capital hacia América
Durante su guerra de guerrillas contra el dictador Batista. Fidel Castro se ha- ca con una efusión de publ
bía presentado como un reformista demócrata que luchaba contra la tiranía Blanca para el cuerpo diplo
para restaurar la democracia representativa. Sin embargo, una vez en La Ha- La administración Eiser
bana, se deslizó firmemente hacia la izquierda. Sabía que cualquier amenaza este nuevo programa. No ot
a la inversión estadounidense a su hegemonía política- en Cuba provo- ma social y la disposición a
caría la intervención de Estados-o Unidos. A comienzos de 1959, Fidel hizo hubiera sido difícil para un
proposiciones a los soviéticos; a finales de año, Cuba ya recibía ayuda eco- gobierno estadounidense ad
nómica de Moscú. Pasado un año más, había completado un cambio casi to- y por los reformistas demóc
tal en las relaciones comerciales: de una dependencia comercial aplastante de de muchos de sus detractort
Estados Unidos a una dependencia comercial aplastante de la Unión Sovié- razgo de una revolución soc
tica. La ayuda militar soviética también había comenzado a derramarse en el El segundo aspecto obt
país. Resultaba evidente que los soviéticos estaban dispuestos a hacer una ma intensificado de. contrai
apuesta mucho mayor de lo que nunca habían contemplado en Guatemala en unidense ayudaría a Amér
t954. guerrilleros. Los responsabk
Entonces se inició la reacción estadounidense prevista por Fidel. El in- desarrollo económico y el r
tento de desembarco en Bahía de Cochinos a comienzos de 1961 podría ha- metido, razonaban, podía el
ber resultado si el presidente John F. Kennedy hubiera ordenado que la ma- El ejército y la policía conv
rina estadounidense proporcionara cobertura aérea, pero rehusó hacerlo. El necesitaban nuevos méto<Ior
dilema era muy pronunciado debido a que la administración Kennedy labo- en su lograda campaña anti
raba frenéticamente para producir una política latinoamericana nueva y más kennediana se aplicó ahora
instructiva, pertos en contrainsurgencia.
Estados Unidos se vio humillado: primero por el fracaso de la invasión dijo que el entrenamiento <
anticastrista, segundo por la torpe cobertura utilizada para esconder su par- una de sus principales tarea
América Latina, Estados Unidos y el munclo 401
iajó a América Latina en ticipación. El fracaso hizo a Fidel más fuerte que npnca. Había probado de
tir a la toma de Posesión forma espectacular que Estados unidos representaúa una amenaza constan-
raradas en otros siete paí- te para la seguridad cubana. Ahora podía aplicar duras medidas contra la
omunista, al que se había oposición interna.
ural de los cstudiantes iz- La invasión fallida también confirmó la entra<Ja de otra superpotencia en
:ncias repetidas de su per- el hemisferio. El temor tanto tiempo discutido de la penetràción soviética
iciones públicas. En todas en las Américas parecía ser ahora un hecho. si los sóviéticos estaban dis-
lmente desagradables en puestos a abastecer a los cubanos,
¿cuántos otros movimientos guerrilleros
:rvicio secreto habían lle- latinoamericanos podrían esperar el mismo respaldo? Esa preocupación aci-
ue atacaba el vehículo de cateó a los responsables políticos de Kennedy para apresurå.se a fòrmular
su
/apuleado vicepresidente. programa latinoamericano.
Washington se preocupó
runidense. La primera re-
_ La nueva política, según se anunció en 1961, tenía dos aspectos distintos.
El primero era un importante programa de desarrollo económico y social pa-
ra comenzó a aparecer en trocinado de forma multilateral, bautizado como Alian za para prog.óro.
Lción de un Banco de De- "i y sería
Iba a implicar tanto crecimiento económico como reforma social
s para extender la ayuda llevado a la práctica por los gobiernos democráticos. cada nación latinoame-
on alcance rápido a este ricana tendría que enviar un plan de desarrollo detallado a un consejo de
nueve <hombres sabios>, economistas y tecnócratas. El gobierno estadouni-
dense prometió proporcionar fondos, más de 20.000 mill,ones de dólares
en
diez años. También prometió impulsar a las entidades multilaterales y a los
ìrla inversores privados de Estados unidos y Europa para que aumentaran el
flu-
jo de capital hacia América Latina. Estados úniàos laizó esta nueva políti- Þt
ltl
atista. Fidel Castro se ha- ca con una efusión de publicidad que incluyó una cena de gala en la casa
luchaba contra la tiranía Blanca para el cuerpo diplomático latinoamericano.
rargo, una vez en La Ha- La administración Eisenhower había establecido muchas de las bases de
'lì
a que cualquier amenaza este nuevo programa. No obstante, la teatral adhesión a la causa de la refor-
olítica- en Cuba provo- ma social y la disposición a ejercer presión para conseguir fondos públicos
nzos de 1959, Fidel hizo hubiera sido difícil para una administración republicanã. gn la práctica,
el
ba ya recibía ayuda eco- gobierno estadounidense adoptaba ahora la lógica expresa<1a por la cEpAL
etado un cambio casi to- y por los reformistas demócratas como Figueres y Beiancourt. para sorpresa
r comercial aplastante de de muchos de sus detractores, el gobiernoestadounidense reclamaba eilide_
tante de la Unión Sovié- razgo de una revolución social pacífica en América Latina.
lzado a derramarse en el El segundo aspecto obtuvo menor publicidad. Se trataba cle un progra-
dispuestos a hacer una ma intensificado de contrainsurgencia ¡nediante el cual el gobierno estado_
nplado en Guatemala en unidense ayudaría a América Latina a combatir contra Ios movimientos
guerrilleros. Los responsables políticos de Kennedy no apostaban sólo por
rrevista por Fi<Jel. el
El in- desarrollo económico y el cambio social. Hasta el refoimista más compro-
,nzos de 1961 podría ha- metido, razonaban, podía enredarse con una guerrilla rival bien organizãda.
:ra ordenado que la ma- El ejército y la policía convencionales no podían ocuparse de ello solos. Se
pero rehusó hacerlo. El necesitaban nuevos métodos, como los que habían perieccionado los ingleses
istración Kennedy labo- en su lograda campaña antiguerrillera en Malaya. De este modo, la mística
ramericana nueva y más kennediana se aplicó ahora a la creación de nuevos cuerpos de elite de ex-
pertos en contrainsurgencia. Se les otorgó una boina verde distintiva y
:l se les
fracaso de la invasión dijo que el entrenamiento de fuerzas semejantes en el rercer Mundo sería
la para esconder su par- una de sus principales ta¡eas.
402 Historia contemporánea de América Latino
Como parte de su esfuerzo por proteger a los gobiernos favorecidos, Es- caron la hegemonía militi
tados Unidos aumentó sus programas de aprovisionamiento y entrenamien- con la excepción de Cuba.
to militar. Se claba la mayor importancia a la modernización del ejército para En segundo lugar, Es
hacerlo capaz de la acción rápida y coordinada necesaria para combatir a las menos mediante inva
guerrillas bien entrenadas. 'Iambién se añadió un nuevo elemento: el entre-
-al
ta de América>. Fidel sabí
namiento y equipamiento de las fuerzas de policía para controlar los distur- cialismo en su país y expo
bios urbanos y el sabotaje, y mejorar sus técnicas de interrogatorio y archivo. taba una gran fuerza de se;
Esta actividad se albergó en la U.S. Agency for International Development patrocinadas por los exilia
(USAID; Departamento Estadounidense para el Desarrollo Internacional) ran de la isla.
con la eufemista etiqueta de oseguridad pública>. Castro se hallaba en t
La teoría que subyacía en esta política de dos vertientes era que a Esta- cluidos dinero, material y r
dos Unidos le interesaba identificar y respaldar a los dirigentes firmemente gares de América Latina. (
reformistas, proporcionándoles ayuda económica para lograr el crecimiento y la revolución. Un primer
al mismo tiempo ofreciéndoles los medios de vencer a los rivales armados in- mulo Betancourt era el pr
ternos que pudieran contar con ayuda soviética o más probablemente cuba- administración Kennedy p;
na. Estados Unidos apostaba ahora por los reformistas anticomunistas para bierno venezolano anunció
dirigir la marea histórica latinoamericana y producir naciones más prósperas, mas a Venezuela y pidió a
más igualitarias y por ello más fuertes, con intereses compatibles con los su- iban destinadas a las guerr
yos. Se detendría la penetración soviética, se conservaría la esfera de in- ticas que Washington habí
fluencia estadounidense y todo el continente sería mucho más rico. te. La OEA apoyó debidar
La,\lianza para el Progreso nació para la aclamación pública. El encan- pidió a las naciones miemb
to la elocuencia del nuevo presidente, que contrastaba abruptamente con la
y suspender todos los víncul<
imagen empresarial de Eisenhower, excitó Ia imaginación de los latinoameri- nación desterrada del hem
canos. Los liberales estadounidenses y europeos se sentían conmovidos, al ron, menos México, que tc
igual que los que habían criticado la política estadounidense durante mucho muerto entre Cuba y Estar
tiempo por haberse alineado siempre con los dictadores. primera como atracción tu
Luego Cuba ganó fama de nuevo. La CIA, en apariencia con aprobación Se había establecido el
de la Casa Blanca (o al menos de Robert Kennedy), intentó varios complots ,¡ el hemisferio. Respaldado
para asesinar a Castro, pero todos fracasaron. Mientras tanto, Fidel fortale- | mayor per cápita que el otr
ció su dominio del país y consideró extender la revolución a otras partes de I gímenes clientes latinoame
América Latina. frentes. Uno era la difícil
Los soviéticos se envalentonaron por la debilidad estadounidense en Ba- más complicado de lo que
hía de Cochinos y decidieron actuar. Durante 1962, inundaron Cuba de equi- en 1960. El segundo era e
pamiento militar que incluía misiles, difícilmente un arma defensiva, ya que mejor lo ejemplificó fue C
estaban demasiado cerca y eran detectados por el sistema de alarma esta- igual que pasaba en la isla,
dounidense. Estados Unidos consiguió que la OEA aprobara un bloqueo t conseguirlo.
contra todos los barcos que transportaran armas ofensivas a Cuba. Se siguió I Los castristas no fueror
un alarmante enfrentamiento y los soviéticos acabaron accediendo a retirar rica Latina durante los año:
los misiles. siempre y cuando Estados Unidos prometiera levantar el bloqueo viética mediante la revoluc
y diera seguridades de no invadir Cuba en el futuro. en el hemisferio, la divisiór
La ,.crisis de los misiles> de octubre de 1962 tuvo grandes implicaciones a la izquierda revolucional
en las relaciones de América Latina con Estados Unidos y el mundo. En quierda latinoamericana h¿
primer lugar, se había forzado a los soviéticos, mediante la amenaza de un nacionales, casi todos bajo
ataque directo estadounidense a sus instalaciones cubanas, a desistir de la los años cincuenta, la divisi
ventaja estratégica que trataban de lograr a hurtadillas. En la práctica, ratifi- des para los revolucionari
Í,
403 I
nos favorecidos, Es- caron la hegemonía militar estratégica estadounidense en América Latina,
)nto Y entrenamien- con la excepción de Cuba.
ión del ejército Para En segundo lugar, Estados unidos había prometido no entrometerse
para combatir a las menos mediante invasión directa- en <el primer experimento socialis-
elemento: el entre- -al
ta de América>. Fidel sabía ahora que podía concentrarsqen construir el so-
controlar los distur- cialismo en su país y exportar la revolución ar exterior. Sin embargo, necesi-
'rogatorio y archivo. taba una gran fuerza de seguridad para guardarse de la cIA y las iãcursiones
tional Development patrocinadas por los exiliados, así como para impedir que los cubanos huye-
rollo Internacional) ran de la isla.
castro se hallaba en una buena posición para aumentar el apoyo
ltes era que a Esta- cluidos dinero, material y entrenamiento- a los revolucionarios de otros -in-
lu-
'igentes firmemente gares de América Latina. cuba se convirtió en una plataforma para exportar
irar el crecimiento y la revolución. un primer objetivo fue venezuela, donde el piesidenæ Ró-
, rivales armados in- mulo Betancourt era el prototipo del reformista demócrata que buscaba la
robablemente cuba- administración Kennedy para América Latina. En noviembre àe 1963, el go-
¡nticomunistas para bierno venezolano anunció su descubrimiento de que cuba había enviado ar-
ones más prósperas, r_nas a venezuela y pidió a la oEA que actuara. Acusaba de que las
armas
rpatibles con los su- iban destinadas a las guerrillas, precisamente el tipo de fuerzas àntidemocrá-
ría la esfera de in- ticas que washingtort åabía dicho que justificarían su ayuda contrainsurgen-
r más rico. t9' La oEA apoyó debidamente la acusación venezolana y, en julio de {964,
r pública. El encan- pidió a las naciones miembros romper todo contacto diplomátiio con cuba y
rbruptamente con la suspender todos los vínculos comerciales y de transporte. cuba iba a ser una
r de los latinoameri- nación desterrada del hemisferio. Todos los miembros de la oEA lo acata-
tían conmovidos. al ron' menos México, que tenía razones para querer que continuara el punto
:nse durante mucho muerto entre cuba y Estados unidos, pues había reemplazado en parie a la
primera como atracción turística y abastecedor de azúcar.
rcia con aprobación se había establecido el modelo para el papel que desempeñaría cuba en
ntó varios complots ,1 el hemisferio. Respaldado por un extraordinario subsidio soviético
tanto, Fidel fortale- | mayor per cápita que el otorgado por Estados unidos a cualquiera de -mucho
sus re-
in a otras partes dei gímenes clientes latinoamericanos-, el régimen de castro se aplicó en dos
frentes. uno era la difícil tarea de construir el socialismo en iuba, mucho
ldounidense en Ba- más complicado de lo que la rnayoría de los revolucionarios habían previsto
laron Cuba de equi- en 1960. El segundo era el fomento de la revolución en el exterior. euien
a defensiva, ya que mejor lo ejemplificó fue che Guevara, que pronto se dio cuenta de que, al
ma de alarma esta- igual que pasaba en la isla, era más fácil hablar de arentar la revolución que
robara un bloqueo conseguirlo.
rs a Cuba. Se siguió Los castristas no fueron los únicos que llamaron a la revolución en Amé-
rccediendo a retirar rica Latina durante los años sesenta. Del mismo modo que la penetración so-
levantar el bloqueo viética mediante la revolución cubana desafió la hegemonía èstadounidense
en el hemisferio, la división chino-soviética del mundo comunista fragmentó
rndes implicaciones a la izquierda revolucionaria. Durante los años cuarenta y cincuenta, la iz-
os y el mundo. En quierda latinoamericana había estado dominada por los partidos comunistas
: la amenaza de un nacionales, casi todos bajo la dirección de Moscú. Sin embargo, a finales de
las, a desistir de la
,
los años cincuenta, la división entre pekín y Moscú creó nuevas oportunida-
.n la práctica, ratifi- des para los revolucionarios latinoamericanos. Los maoístas inipiraron a i
.
404 Historia contemporónea de América Latina A
quienes hacía mucho que se sentían defraudados por los burocratizados par- importancia siempre se vio
tidos comunistas ortod-oxos. Ansiaban la revolución ahora, no en un tiempo dos del cielo.
clistante, cuando las .condiciones objetivas> fueran favorables. En los años En Perú, el presidente I
sesentâ surgieron revolucionarios ile esta tendencia en todos los países ma- reformista demócrata y apo
yores. De fórma casi invariable, encontraron un final sangriento' diante la apertura de la Am
litares nacionalistas y tamb:
Fue depuesto por un golpe
Los reformistas demócratas y la Alianza para el Progreso Alvarado, cuyo régimen mil
dical que cualquiera de las c
Los forjadores de la Alianza para el Progreso confiaron en una combinación reemplazado por un régime
improbäble de factores favorables: gobiernos electos que fomentarían el mitió la celebración de nue'
crecimiento económico al tiempo que lograban la reforma social, Si América de hacía mucho tiempo en I
Latina tenía todos los problemas que sus analistas describían con tanta fre- Pero las dificultades econór
cuencia, ¿cómo podían ãe repente los políticos producir el consenso necesario mista.
para llevãr u estos programas tan ambiciosos? ¿;Por qué iban a apoyarlos Colombia fue otro país
"ubo
ios ricos y privilegiados? ¿Podía lograrse el crecimiento económico si las re- sieron grandes esperanzas. I
formas sociales dél gobierno amenazaban a los productores establecidos? margo, era un elocuente y :
En otro lugar hemos visto el clestino de los reformistas demócratas de de una importante familia
Chile, Brasil, Àrgentina y Perú. En Chile, Frei (1964-1970) se quedó muy le- cratas preparó los detallac
jos de sus objetivos en ámbitos clave como la reforma agratia y la redistri- Alianza para el Progreso. (
tución. Luegb el poder pasó a un reformista más radical, Salvador Allende dounidense y los organismo
(1,g70-I9ß): bajo quien la política se polarizó de forma muy peligrosa y la tadounidenses pronto califi,
economía escapó del control, debido en parte a la guerra económica de Es- demócrata. Desafortunadal
tados Unidos contra Chile. El reformismo que Allende seguía siendo que eI gobierno colombian,
-del
representante- había fracasado estrepitosamente. El régimen militar repre- como la redistribución de l¿
sivo que siguió a partir de 1973 fue en parte lo que la Alianza para el Pro- en ciernes, muy poco de él
greso debía haber evitado. bolas que se multiplicaban
En Brasil, Jânio Quadros (1961) pareció al principio ser el dinámico re- diados de los años sesenta,
formista muy votado que necesitaba el país. Pero renunció tras sólo siete me- mordial de las críticas del
ses en el caigo, con lo que inició tres años de crisis política que culminaron J. William Fulbright, que en
en un golpe contra su ineficiente sucesor, João Goulart (1961-1964). Los go- za cumplidos en ese país "e
biernoi dòminados por los militares a partir de 1964 hicieron hincapié en el ;:7Los acontecimientos dt
crecimiento económico, pero se ocuparon poco de la reforma social. El re- brutal las contradicciones d
sultado fue el aumento de la desigualdad social, combinado con un aleja- de Rafael Tiujillo, uno de l,
miento constante en los años sesenta de las elecciones directas, camino que mino para unas elecciones I
los artífices de la Alianza pafa el Progreso debían haber pensado que consti- formista popular cuyas idei
tuiría una invitación a las dificultades. para el Progreso. A pesar dr
En Argentina, la mayor esperanza de los reformistas demócratas fue el pe militar en 1_963. Otra rev
gobierno cle Arturo Frondizi (1958-1962), pero pronto fue puesto en peligro ministración de Lyndon Jo
þor ru impopular progiama antiinflacionario y cayó víctima de la antigua castrista, lo que sería un dt
confrontaóión entre peronistas y militares. Ninguno de los gobiernos que si- su posición en la opinión i
guieron se aproximaron al modelo hipotético de la Alianza para el Progreso. sus consejeros y luego envi,
- Venezuela, uno de los pocos países que mantuvieron un gobierno civil ahora regido por un gobier
continuo, era un lugar privilegiado para la política reformista patrocinada por ra fría.
Estados Unidos. No obstante, produjo una reforma social insignificante y su En 1966 fue elegido pr
América Latina, Estqdos Unidos y el mundo 405
)urocratizados par- importancia siempre se vio comprometida por sus ingresos petroleros llovi-
1. no en un tiempo dos del cielo.
:ables. En los años En Perú, el presidente Fernando Belaúnde Terry (1963-196g) parecía un
rdos los países ma- reformista demócrata y apostó por el desarrollo económico, sobre todo me-
lriento. diante la apertura de la Amazonia peruana. pero no pudo controlar a los mi-
litares nacionalistas y también se topó con severas dificultades económicas.
Fue depuesto por un golpe militar Ëncabezado por el general Juan velasco
r el Progreso Alvarado, cuyo régimen militar puso en práctica una reforma agraria más ra-
dical que cualquiera de las contempladas por Belaúnde. A su vez, velasco fue
n una combinación reemplazado por un régimen militar más a favor del sector privado, que per-
ue fomentarían el mitió la celebración de nuevas elecciones en 19g0, y Belaúnde, exiliado àes-
social. Si América de hacía mucho tiempo en Estados unidos, fue reelàgido para la presidencia.
bían con tanta fre- Pero las dificultades económicas se amontonaron cõntra su gobierno refor-
consenso necesario mista.
ré iban a apoyarlos colombia fue otro país en el que tos planificadores estadounidenses pu-
conómico si las re- sieron grandes esperanzas. El presidente de l95g a 1962, Alberto Lleras Òa-
s establecidos? margo, era un elocuente y atractivo político del partido Liberal, procedente
,tas demócratas de de una importante familia colombiana. Su cuadro de economistas y tecnó-
) se quedó muy le- cratas preparó los detallados planes económicos y sociales que pedía la
¡raria y la redistri- Alianza para el Progreso. obtuvieron grandes présiamos del góbierno esta-
, Salvador Allende dounidense y los organismos multilaterales, y los entusiastas obiervadores es-
muy peligrosa y la tadounidenses pronto calificaron a ese país de (escaparate> del reformismo
económica de Es- demócrata. Desafortunadamente, las esperanzas resultaron prematuras, ya
:nde seguía siendo que el gobierno colombiano logró una escasa reforma en ámbitos cruciales
men militar repre- como la redistribución de la tierra, Aunque el crecimiento económico estaba
Iianza para el Pro- en_ciernes, muy poco de él benefició al sector rural de los poblados de cha-
bolas que se multiplicaban como hongos arrededor de las ciudades. A me-
;er el dinámico re- diados de los años sesenta, colombia se había convertido en un ejemplo pri-
tras sólo siete me- mordial de las críticas del congreso estadounidense, como las del senaäor
la que culminaron J. william Fulbright, que encontraba muy pocos de los objetivos de la Alian-
961-1964). Los go- za cumplidos en ese país
ron hincapié en el "escaparate>.
rrma social. El re- -7L91acontecimientos de la República Dominicana expusieron de modo
brutal las contradicciones de la política estadounidense. Ei asesinato en 1961
ado con un aleja- de Rafael Tiujillo, uno de los dictadores caribeños más famosos, abrió el ca-
'cctas, camino que
mino para unas elecciones presidenciales libres, ganaclas por Juan Bo-s.ch, re-
lnsado que consti- formista popular cuyas ideas se adecuaban sin duda al molde de la Alianza
para el Progreso. A pesar del apoyo estadounidense, fue depuesto por un gol-
demócratas fue el pe militar en 1,963. otra revuelta armada en 1965 desató los temorês en la ad-
puesto en peligro
ministración de Lyndon Johnson de que surgiera un régimen semejante al
ima de la antigua castrista, lo que sería un desastre tanto para su política éxterior, como para
, gobiernos que si-
su posición en la opinión interna estadounidense. Johnson escuchó a tòdos
r para el Progreso.
sus consejeros y luego envió 20.000 soldados. Se les unieron tropas de Brasil,
un gobierno civil ahora regido por un gobierno militar ansioso por mostrar su .eio en la guer-
ta patrocinada por
ra fría.
insignificante y su
En 1966 fue elegido presidente otro civil, Joaquín Balaguer, y las tropas
406 Historia contemporitnea de América Latina
estadounidenses y brasileñas se marcharon. Pero Estados Unidos había sus- clo fue posible, su acceso a
citado resentimiento en gran parte de América Latina por la manera tan como el Fondcl Monetario I
dura con la que la administración Johnson había demandado (y apenas había sarrollo Interamericano. Al
conseguido) la bendición de la OEA para su intervención. No es que se hu- CIA desarrollar y poner cn
biera vuelto a los años veinte, pero tampoco se estaba en la nueva era relu- chileno. Se gastaron al men
ciente que John Kennedy había soñado en 1961. opositora chilena (en especi
En 1970 resultaba evidente que la Alianza para el Progreso había fraca- pos de oposición, incluidos
sado. Las expectativas habían sido demasiado elevadas teniendo en cuenta economía del país en l9l2-l
las realidades políticas de la década. Además, la meta de fomentar la demo- blemas que afrontaba Aller
cracia chocó de inmediato con la de impedir más Cubas. En Brasil, por ejem- que tuviera una importancii
plo, Estados Unidos se convenció de que el presidente João Goulart clirigía a y altas quienes se levantaror
su país hacia la izquierda de forma peligrosa y de inmediato apoyó a la cons- sitaban lecciones de Estadc
piración de civiles y militares cuando lo depuso. A finales de la década, el mentó la sensación de asedi
régimen militar se había unido a las filas de los muy represivos con escasas oposición para que creyera
pretensiones de reforma social; no obstante, continuó siendo el mayor bene- De este periodo, no car
ficiario de la ayuda estadounidense. otorgó a las actividades ocu
En Argentina, entre 1963 y 1966, Estados Unidos se encontró tratando recogida por un comité esp
con el ineficaz gobierno civil de lllia, a quien sucedió el régimen represivo riodísticas que siguieron cc
del general Onganía. Pero aquí también un general tenía sus atractivos para venir del modo que hacía 1
Washington, al igual que sus sucesores militares, porque aplastaban el cre- canos. Esta misma tendenci
ciente movimiento guerrillero. el presidente Ronald Reaga
La ideología de la Alianza para el Progreso fue establecida por John constante campaña de oper
F. Kennedy y los el presidente Lyn-
"nuevos hombres de la frontera>, aunque
don B. Johnson prometió continuar las medidas básicas cuando tomó pose-
sión del cargo en noviembre de 1963. La elección de Richard Nixon en 1968 Desar
produjo un cambio en la política. Aunque mantuvo un compromiso retórico
con la democracia y la reforma social, en esencia Nixon y sus consejeros es- En 1960 Eulopa Occidenta
taban a favor del retorno a la postura republicana más conservadora de portantes inversores y corr
dejar el desarrollo económico fundamentalmente al sector privado. Su admi- compañías multinacionales.
nistración también aumentó la ayuda militar, según el consejo del goberna- legraph (ITT), Philips y Ro'
dor Nelson Rockefeller, cuya misión presidencial en 1969 a América Latina país. Su base de operacione
señaló de forma significativa que <un nuevo tipo de militar está destacando ner un país a otro sólo a la
y convirtiéndose con frecuencia en una fuerza importante para la acción so- presas filiales. Las multina
cial constructiva en las repúblicas latinoamericanasr. Las implicaciones re- gran tecnología. En algunol
sultaban obvias. mática, a los países no les r
Nixon fue el primer presidente estadounidense que tuvo que tratar con Según pasó el tiempo. r
un jefe de Estado marxista electo en América Latina. La victoria de Salva- tegia efectiva para solucion
dor Allende en 1970 fue una prueba para Estados Unidos, comprometido pú- cruda realidad es que la tec
blicamente con la reforma social, pero muy contrario a los movimientos de producen empresas privada
izquierdas. Aunque el régimen de Allende nunca alcanzó un estadio revolu- tán dispuestas a venderla e
cionario, la administración Nixon estuvo determinada desde el día de su elec- tribución y las ventas requie
ción a usar cualquier medio (ohacer chillar la economía, fue una de las su- final de beneficios que pue(
gerencias de Nixon al director de la CIA, Richard Helms) para impedir que original. Además, las multir
tomara posesión o, si fallaba esto, para acelerar su caída. polio en el mercado local, r
Estados Unidos desactivó la inversión privada en Chile y obstruyó, cuan- habría permitido un merca(
América Latina, Estados Unidos y el mttndo 407
Jnidos había sus- do fue posible, su acceso a la financiación de los organismos multilaterales
rr la manera tan como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco de De-
c (y apenas había sarrollo Interamericano. Al mismo tiempo, el presidente Nixon ordenó a la
No es que se hu- cIA desarrollar y poner en práctica un plan secreto para acosar al gobierno
a nueva era relu- chileno. se gastaron al menos 10 millones de dólares en subsidios a la prensa
opositora chilena (en especial en El Mercurio, anti-Allende militante) y a gru-
ireso había fraca- pos de oposición, incluidos muchos huelguistas que ayudaron a paralizar la
riendo en cuenta economía del país en1972-1973. considerado en el contexto de todos los pro-
)mentar la demo- blemas que afrontaba Allende, el esfuerzo estadounidense es muy probable
Brasil, por ejem- que tuviera una importancia marginal. Fueron los militares y las clases medias
Goulart dirigía a y altas quienes se levantaron contra el gobierno cle unidad popular. No nece-
, aPoYó a la cons- sitaban lecciones de Estados unidos sobre qué hacer y cómo, pero éste au-
de la década, el mentó la sensación de asedio sentida por el gobierno de Allende y alentó a la
sivos con escasas oposición para que creyera que les esperaba su generosa ayuda tras el golpe.
o el mayor bene- De este periodo, no careció de importancia la amplia publicidad que se
otorgó a las actividades ocultas de Estados unidos. La documentación oficial
ncontró tratando recogida por un comité específico del Senado en r975 y las revelaciones pe-
ígimen represivo riodísticas que siguieron confirmaron que seguía estando dispuesto a inter-
rs atractivos para venir del modo que hacía tanto tiempo venían sosteniendo los latinoameri-
plastaban el cre- canos. Esta misma tendencia reaparecería durante los años ochenta, cuando
el presidente Ronald Reagan autorizó una invasión militar de Granada y una
rlecida por John constante campaña de operaciones encubiertas contra Nicaragua.
I presidente Lyn-
ando tomó pose-
'd Nixon en 1968 Desarrollo y endeudamiento
promiso retórico
us consejeros es- En 1960 Europa Occidental y Japón entraban en América Latina como im-
conservadora de portantes inversores y comerciantes. otra tuerza cada vez mayor eran las
rrivado. Su admi- compañías multinacionales. Empresas como International rÞlephone and rþ-
ejo del goberna- legraph (ITT), Philips y Royal Dutch Shell ya no se identificaban con un solo
América Latina país. Su base de operaciones en distintos países significaba que podían opo-
está destacando ner un país a otro sólo a la vez que canalizaban los negocios entre sus em-
rara la acción so- presas filiales. Las multinacionales predominaban en muchos ámbitos de
mplicaciones re- gran tecnología. En algunos sectores clave, como el farmacéutico o la infor-
mática, a los países no les quedaba más remedio que permitirles la entrada.
o que tratar con Según pasó el tiempo, América Latina fue incapaz de diseñar una estra-
ictoria de Salva- tegia efectiva para solucionar su problema de transferencia tecnoló gica. La
rmprometido pú- cruda realidad es que la tecnología avanzada de los países industrializados la
movimientos de producen empresas privadas que la utilizan para obtener beneficios. No es-
r estadio revolu- tán dispuestas a venderla e insisten en comercializarla ellas mismas. La dis-
el día de su elec- tribución y las ventas requieren inversión directa, conclucente a una remisión
re una de las su- final de beneficios que pueden, en principio, exceder con mucho la inversión
rara impedir que original. Además, las multinacionales pueden mantener un poder de mono-
polio en el mercado local, ofreciendo unos precios más elevados de los que
¡ obstruyó, cuan- habría permitido un mercado competitivo.
408 Historia contemporónea de América Latina A
Los intentos efectuado s por algunos países (o incluso consorcios de paí pago habría crecido. En cam
ses) para desarrollar una tecnología avanzada se han enfrentado con condi- como México y Argentina, lt
ciones desfavorables. Las instalaciones para la investigación y la experiencia prestados e inmediatamente
de IBM o Bayer, por ejemplo, es difícil que estén al alcance de los científicos tranjero.
e investigadores reunidos con esfuerzo en América Latina. En consecuencia, , En agosto de 1982 Méxir
los términos de la transferencia de tecnología se han convertido en uno de los ,rsu deuda externa y con ello
temas centrales en las relaciones de las economías latinoamericanas con el I mayor prestatario, se unió a
mundo industrializado. principales deudores latinoar
A finales de los años ochenta, un problema mucho más grave a corto pla- pital. Incluso el mantenimie
zo abrumaba a las economías de la región: su asombroso endeudamiento ex- créditos de <rescate>, Qüê lur
terior. A comienzos de 1988, la deuda combinada con bancos comerciales co como pagos de los interet
(privados) y prestamistas multilaterales como el Banco Mundial y el Banco plazo, pero produjeron
"hon
Interamericano, era de 400.000 millones de dólares y aumentaba a diario. Los evitaron que los bancos estar
tres deudores mayores eran Brasil (113.000 millones), México (108.000 mi- rosos. Ello, a su vez, les evitr
llones) y Argentina (54.000 millones). La mayor parte de la deuda se había reducido sus beneficios.
producido desde los enormes aumentos establecidos por la OPEP sobre el Mientras tanto, los princ
precio del petróleo en t973 y 1979, que incrementaron de forma pronuncia- reses equivalentes al 5 o 6 p
da la factura de importación de la mayoría de los países latinoamericanos. tas a Ia Alemania de Weima
Los créditos provinieron en general de bancos privados (repletos de depósi- dial habían alcanzado ese ni
tos de los exportadores de crudo) y posibilitaron una tasa de crecimiento ma- que los créditos latinoamerir
yor que la que de otro modo habrían disfrutado. Sin embargo, en realidad cos que desearon vender er
sólo pospusieron el pago del incremento del coste del petróleo. Los prestata- ejemplo, se encontraron con
rios asumieron que podrían aumentar su excedente comercial lo suficiente valor nominal. Confrontadr
como para afrontar los créditos. Esto es aplicable a casi toda América Lati- otras soluciones, como troca
na, con la excepción de los exportadores netos de petróleo (Bolivia, Ecuador, mismo país) o por ,,bonos de
Venezuela, México desde 1975 y Perú desde 1978) y Argentina, que era prác- el mercado libre. Ninguno r
ticamente autosuficiente en crudo. servicio de la deuda a corto
A finales de los años setenta, los créditos no se limitaron a los importa- endeudamiento total y el aL
dores de petróleo. Casi todos los países de la región pidieron préstamos in- diante la negociación, lo má
gentes, debido en parte a que los banqueros buscaban decididamente clien- fuera declarado o de facto.
tes latinoamericanos. Un importante banco estadounidense, por ejemplo, aceptarlo como posible en l
ansioso por emular a los gigantes bancos neoyorquinos, entró tarde al juego sión de la pérdida de créditc
y tuvo que contentarse con prestar a Perú, uno de los riesgos mayores. A los La crisis crediticia latino
banqueros les gustaban estos clientes porque pagaban altos tipos de interés y do hundimiento económico r
porque se los suponía inmunes a la bancarrota, ya que Estados Unidos nun- nido que adoptar un plan dr
ca la habría permitido en un país soberano. Pronto los fondos prestados se tisfacer a los acreedores extr
destinaron al consumo corriente, posibilitando a los gobiernos fueran con la salida de capital para
-ya
militares o civiles- ganar el favor a corto plazo de sus conciudadanos urba- términos per cápita, el PIB I
nos, consumidores de las importaciones. Así, toda América Latina, con la ex- 1989. No resulta sorprender
cepción notable de Colombia, se vio enganchada a los créditos de los bancos porcionada por los más des'
privados. que más se redujo. Pero sus
El endeudamiento neto de los países en vías de desarrollo es perfecta- tados Unidos, cuyas exporta
mente normal. Estados Unidos, por ejemplo, fue un prestatario neto hasta dólares en 1981 a 31.0ü) n
1900. Si los préstamos hubieran ido a América Latina para asegurar un cre- Caterpillar, en Illinois, por e¡
cimiento futuro y para promover la exportación, entonces la capacidad de de carreteras suramericanos
América Latina, Estaclos Unidos y el mundo 409
:luso consorcios de Paí- pago habría crecido, En cambio, se derrochó gran parte del dinero. En países
enfrentado con condi- como México y Argentina, los ricos controlaron [a mayor parte de los fondos
gación y la exPeriencia prestados e inmediatamente los depositaron en cuentas bancarias en el ex-
lcance de los científicos tranjero.
ltina. En consecuencia, , En agosto de 1982 México declaró que ya no podía efectuar los pagos de
cnvertido en uno de los .1su deuda externa y con ello desataría una crisis crediticia mundial. Èrãsil, el
atinoamericanas con el I mayor prestatario, se unió a México en diciembre. Desde 1982 ninguno de los
principales deudores latinoamericanos había podido pagar demasiado del ca-
r más grave a corto Pla- pital, Incluso el mantenimiento de los pagos de intereses requirió repetidos
cso endeudamiento ex- créditos de <rescate>, que luego de inmediato los deudores devuelven al ban-
on bancos comerciales co como pagos de los intereses. Täles rescates no ofrecieron un alivio a largo
co Mundial y el Banco plazo. pero produjeron <honorarios> lucrativos para los bancos acreedoreJ y
umentaba a diario. Los evitaron que los bancos estadounidenses clasificaran los préstamos como mo-
), México (108.000 mi- rosos. Ello, a su vez, les evitó tener que aumentar sus reservas, lo que habría
e de la deuda se había reducido sus beneficios.
por la OPEP sobre el Mientras tanto, los principales deudores se enfrentaron al pago de inte-
,n de forma pronuncia- reses equivalentes al 5 o 6 por 100 de su PIB. Ni siquiera las cargas impues-
aíses latinoamericanos. tas a la Alemania de weimar como reparaciones por la primera guerra mun-
os (repletos de depósi- dial habían alcanzado ese nivel. casi todos los observadores coincidieron en
asa de crecimiento ma- que los créditos latinoamericanos nunca se pagarían por completo. Los ban-
r embargo, en realidad cos que desearon vender esos créditos a finales de los años ochenta, por
petróleo. Los prestata- ejemplo, se encontraron con que el tipo actual era de cerca del 50 por 100 del
comercial lo suficiente valor nominal. confrontados a tales pérdidas, los banqueros investigaron
asi toda América Lati- otras soluciones, como trocar la deuda por inversiones en patrimonio (en el
óleo (Bolivia, Ecuador, mismo país) o por <bonos de salida>, que serían negociables de inmediato en
rgentina, que era prác- el mercado libre. Ninguno de estos planes redujo de forma significativa el
servicio de la deuda a corto plazo. Sólo podía hacerlo una rebaja general del
mitaron a los importa- endeudamiento total y el alargamiento de los pagos. Si no se conseguía me-
pidieron préstamos in- diante la negociación, lo más probable era que se produjera por impago, ya
n decididamente clien- fuera declarado o de facto. Algunos bancos estadounidenses comenzaron a
rnidense, por ejemplo, aceptarlo como posible en 1987, cuando aumentaron sus reservas en previ-
rs, entró tarde al juego sión de la pérdida de créditos en América Latina.
riesgos mayores. A los La crisis crediticia latinoamericana estuvo acompañada por un prolonga-
altos tipos de interés y do hundimiento económico durante los años ochenta. un país tras otro ha ie-
: Estados Unidos nun- nido que adoptar un plan de austeridad ortodoxo al estilo del FMI para sa-
:rs fondos prestados se tisfacer a los acreedores extranjeros. Las medidas deflacionarias, combinadas
gobiernos
.s
-ya fueran
conciudadanos urba-
con la salida de capital para pagar la deuda, provocaron el estancamiento. En
términos per cápita, el PIB latinoamericano cayó un 8,3 por 100 entre 19gi y
órica Latina, con la ex- 1989. No resulta sorprendente que el coste fuera pagado de forma despro-
cré<Jitos cle los bancos porcionada por los más desvalidos, ya que la renta real de los pobres fue la
que más se redujo. Pero sus infortunios económicos también afectaron a Es-
tlesarrollo es perfecta- tados unidos, cuyas exportaciones a la región cayeron de 42.ffi0 millones de
prestatario neto hasta dólares en 1981 a 31.000 millones en 1986. Los trabajadores de la fábrica
para asegurar un cre- caterpillar, en lllinois, por ejemplo, fueron despedidos, ya que los contratistas
onces la capacidad de de carreteras suramericanos no tenían dólares para comprar las gigantescas
410 Historiq contemporónea de Américu Latina I
máquinas amarillas que remueven la tierra. La dependencia resultó ser una
rivalizar por la supremacía i
gunos llegaron a denominar
calle de dos direcciones.
La respuesta internacional a la crisis de la deuda de América Latina co- A mediados de 1990. la
tnenzó por fin a afrontar los problemas a finales de los años tlchenta. En 1985 ciones con Estados Unidos
el secretario del Tþsoro de Estados Unidos. James A. Baker III, reconocía Unidos ya no percibiría cor
en la región. En principio, e
abiertamente que los países más endeudados estaban ante una crisis de sol-
vencia estructural, no sólo de "liquidezr, y demandó una inyección de 20.000 hacia El Salvador a finales r
gobierno de derechas contr
millones de dólares en los países en vías de desarrollo que quisieran realizar re-
formas del mercado. El Plan Baker consiguió escasos resultados prácticos, continuó expresando una il
principalmente porque los 20.ü)0 millones de dólares no resultaron disponi- durante los años noventa. E
bles, pero marcó un cambio importante en el enfoque del problema'
el gobierno estadounidense
cos reformistas. que habían ¡
En marzo de 1989, Nicholas F. Brady, sucesor de Baker como secretario
del Tesoro, propuso una amplia cartera de reducción de la deuda y alternati- Al mismo tiempo, el fin
vas de reestructuración y ofreció el apoyo del gobierno de Estados Unidos a
tenido ideológico de los mc
nos. El derrumbe del comul
los países que emprendieran políticas económicas basadas en el mercado. EI
a las doctrinas y organizacio
Plan Brady tenía dos rasgos distintivos: uno era su flexibilidad y apertura:
otro era su explícito reconocimiento de que la reducción de la deuda tendía adhesión al marxismo parer
que ser un elemento integral de una solución duradera de la crisis de la deu- rrota. Sin duda, algunos mt
da. Hacia febrero de 1990, el Plan Brady desembocó en la reestructuración adversidad doctrinal
de casi 50.000 millones de la deuda mexicana, y redujo el valor nominal de la comenzó a revisar sus-com,
persp
tas> que se extendían por f
deuda externa comercial de este país hasta en 5.500 millones de dólares. Las
negociaciones en términos del Plan Brady también llevaron a acuerdos con lismo tomó una nueva apari
Costa Rica, Venezuela, Uruguay, Argentina y, a mediados dq 192, con Brasil.
mo o el populismo, En poca
Con las excepciones de Costa Rica y México, la implementación no conllevó impactos de largo alcance e
una reducción muy significativa de la deuda. A través de la expansión de la ex- Una consecuencia más r
portación y el crecimiento económico los países endeudados mejoraron gra- ción de toda gran potencia
dualmente su capacidad para pagar los préstamos, y los acuerdos de Brady unidense dentro del hemisf
ayudaron a aligerar la sensación de crisis que envolvía la cuestión durante los dujo su perfil en América
años ochenta. rebeldes. Una de las caract
dense de Panamá, en dicie
enérgica por parte de las pri
El fin de la guerra fría Europa Occidental estaban
en Europ4 Qriental; y aunq
Cuando se aproximaba el fin de la década de los ochenta, el orden interna- tener relaciones económicas
cional sufrió un cambio repentino y fundamental: se puso término a la guer- resaltaron de forma repetid
ra fría. El Muro de Berlín se derrumbó en noviembre de 1989, la URSS se dounidense en la región. Lc
retiró de Europa Oriental y el dinámico dirigente soviético Mijail Gorbachov der que América Latina err
buscó el reencuentro con Occidente. Hubo un impacto inmediato en Europa,
ponsabilidad- cle Estados ì
donde Alemania Oriental se incorporó a una Alemania "reunificada> y los No estaba claro al comit
países de Europa Oriental se sumergieron de sopetón en transiciones políti- gemonía en el hemisferio. I
cas espectaculares. Pero también se produjeron impactos en otros lugares. debería,,redescubrir> Amé:
Estados Unidos y la Unión Soviética, como clos superpotencias mundiales, ya interèses eçonómicos y socii
no volverían a enzarzarse en la competición nuclear y en una lucha incesan- to Este-Oeste, Estados Uni
te por todo el mundo. Los países del Tercer Mundo ya no proporcionarían el pués de muchos años de prr
campo de batalla para este conflicto. Capitalismo y comunismo dejarían de Unidos un comet
-escribía
Américu Latina, Estodos Unitlos y el mundo 4l t
lndencia resultó ser una rivalizar por la supremacía icleológica y económica. Era el fin de una era:
al_
gunos llegaron a denominarlo incluso fin de la historia>.
"el
A mediados de 1990, las implicaciones þäia Américà Latina y sus rela-
I de América Latina co-
rs años ochenta. En 1985 ciones con Estados unidos aparecían sólo como un esbozo vago. Estados
A. Baker III, reconocía unidos ya no percibiría como interés principal evitar la orn.nurà comunista
n ante una crisis de sol- en la región. En principio. esto debería haberle obligado a revisar su política
una inyección de 20.000 hacia El Salvador a finales de los años ochenta, donãe continuó apoyàndo
al
.¡ue quisieran realizar re- gobierno de derechas contra un movimiento rebelde, y hacia cùbã, aonde
;os resultados prácticos, continuó expresando una implacable hostilidad hacia él ,égirn.n de castro
s no resultaron disponi- durante los años noventa. El cambio de política fue lento. Se trataba de ver si
del problema. el gobierno estadounidense dejaría de desconfiar de los movimientos y políti-
: Baker como secretario cos reformistas, que habían precedido con holgura la llegada de la guerrã fría.
de la deuda y alternati- Al mismo tiempo, el fin de la guerra fiía implicaba un cambio en el con-
no de Estados Unidos a tenido ideológico de los movimientos reformistãs y radicales latinoamerica-
sadas en el mercado. El nos. El derrumbe del comunismo internacional propinó un golpe casi mortal
tlexibilidad y apertura; a las doctrinas y organizaciones comunistas y soôialistas ¿e to¿å la región.
La
ción de la deuda tendía adhesión al marxismo parecía ser una receta cierta para el rechazo y ta oe-
ra cJe la crisis de la deu- rrota' Sin duda, algunos movimientos permanecieron impávidos frente a la
i en la reestructuración adversidad doctrinal sendero Luminoso de perú-, pero la mayoría
o el valor nominal de la comenzó a revisar sus-como
perspectivas de acuerdo con las ideas ,,socialdemócra-
nillones de dólares. Las tas> que se extendían por Europa y otros lugares. Mientras tanto, el radica-
levaron a acuerdos con lismo tomó una nueva apariencia, pasando del socialismo hacia el nacionalis-
rdos de 1992, con Brasil. mo o el populismo. En pocas palabras, los acontecimientos globales tuvieron
ementación no conllevó impactos de largo alcance en el panorama político de América Latina.
le la expansión de la ex- una consecuencia más de la conclusión de la guerra fría fue la desapari-
:udados mejoraron gra- ció,n_ de toda gran potencia que pucliera rivalizar por la hegemonía
estado-
los acuerdos de Brady unidense dentro del hemisferio occidental. casi dè inmedia*to, la uRSS re_
r la cuestión durante los dujo su perfil en América y su apoyo a Fidel castro y a los movimientos
rebeldes. una de las características más notables de la invasión estadouni-
dense de Panamá,.en diciembre de 19g9, fue la ausencia de una condena
enérgica por parte de las principales potencias mundiales. Las autoridades
de
Europa occidental estaban preocupadas con los acontecimientos ocurridos
en Europa Orjental; y aunque Japón mostraba un interés creciente en man-
lenta, el orden interna- tener relaciones económicas con América Latina, sus portavoces aclararon y
puso f.érmino a la guer- resaltaron de forma repetida que no pretendían desafìar la hegemonía esta-
'e de 1989, la URSS se dounidense en la región. Los clirigentes asiáticos y europeos parecían conce-
ético MijailGorbachov der que América Latina era, después de todo, el-"patió trasåro, la res-
r inmediato en Europa, ponsabilidad- de Estados Unidos. -y
nia <reunificada> y los No estaba claro al comienzo cómo ejercería Estados unidos su nueva he-
r cn transiciones políti- gemonía en el hemisferio. Algunos observadores sostenían que washington
actos en otros lugares. debería <reclescubrir> América Latina y desarrolla, unu ,r-'onía natural
de
)otencias mundiales, ya intereses eçonómicos y sociales. otros jredecían que, en ausencia cle conflic-
/ en una lucha incesan- to Este-oeste, Estados unidos no se preocuparíá más por la región. .Des-
ì no proporcionarían el pués de muchos años de preocuparse por la excesiva intiomisiónãe
Estados
:omunismo dejarían de unidos un comentarista en r990-, América Latina podría sufrir
-escribía
412 Historia contemporáneq de América Latina
pronto su indiferencia, agravada por el relativo desinterés mundial tradicio- Sin embargo, la formar
nal ... El hemisferio bien podría afrontar la perspectiva de una "atricaniza- se enfrentaba a formidable
ción": condena a los márgenes de los flujos financieros y comerciales mun- fundamento comercial era
diales, pero también al olvido y a la irrelevancia.> Sin la guerra fría, América socios, especialmente Méx
Latina podría encontrarse ante una posible marginalidad. miembros y compartir su e
do estadounidense. Y mier
como se ha descrito en el <
I
Integración económica regional I
un convenio hemisférico.
i Pese a estos desacuerdr
Finalmente, los factores económicos llevaron a Washington a abogar por la grandiosa ..cumbre de las I
adopción del "libre comercio> en toda América. El objetivo era desarrollar asistencia de 34 jefes de Es
crecientes mercados para las exportaciones de Estados Unidos, aumentar la Cuba, esta fue la primera
eficiencia de sus manufacturas (principalmente mediante el acceso al trabajo Unidos y América Latina
de bajo costo), y, en una diversidad de formas, fortalecer su <competitividad> económica. El objetivo evi
en la economía internacional. La integración regional en América fortalece- proyecto para la colaborac
ría el poder de Washington en las negociaciones con Europa, Japón y otras plícito, desde la perspectiv
potencias. tados Unidos no descuidari
En 1990 el gobierno de Bush inició negociaciones formales con Canadá y nos fuera de México. Despr
México para la creación de un área norteamericana de libre comercio. Tam- ¡ programa de Miami finalm
bién a mediados de 1990, el presidente Bush propuso el desarrollo de una zona ri
,l cio en las Américas>.
fi
de libre comercio que abarcaría todo el hemisferio occidental. Afirmando que Lo que ocurrió de hec
ola prosperidad de nuestro hemisferio depende del comercio, no de la ayuda>, que el año 2005 fuera el pl
Bush preveía la creación de una zona de libre de comercio que se <extendiera área de libre comercio; y cr
desde el puerto de Anchorage hasta la Tierra del Fuego". res. Este era un resultado a
El primer paso en este proceso sería el tratado con México, firmado en sus principios altruistas y a
1992.Ta|como se ha descrito en el capítulo 7, el Tiatado de Libre Comercio vaguedad y su prolongado
(TLC) entró en vigor en enero de 1994 y creó uno de los bloques comercia- oficiales podían demorarsr
les más grandes del mundo. Esencialmente, el TLC promovió la libre circu- principal a la realización
lación de bienes entre Canadá, México y Estados Unidos, al eliminar los gra- América tenía más probab
vámenes, aranceles y barreras comerciales durante un período de quince ca Latina. Como señalaba
años. El TLC también abrió México a la inversión estadounidense en diver- Congreso y la opinión pút
sas formas. Finalmente, el TLC marcó un momento decisivo en la política para un acuerdo de libre cc
económica de Estados Unidos y en sus relaciones con México. Por primera posguerra fría, no entiende
vez en su historia, Washington estaba siguiendo una estrategia explícita de in- t Entretanto, los gobierr
tegración económica ,on iu vecino del sur. t
dumbre continuando con er
No obstante, las perspectivas de una zona de libre comercio que com- cooperación económica en
prendiera todo el continente americano, permanecían inciertas. George Bush para todo el continente en
había hablado de una zona de comercio libre que abarcara desde Alaska has- troamericano, se revigorizr
ta Argentina, y en diciembre de 1993 el vicepresidente Al Gore respaldó la Andino. Pero el más ambi
perspectiva de ,,una comunidad hemisférica occidental de democraciaso que américa, donde el nMercad
consolidaría la armonía política y económica en toda la región, con el TLC nos económicos de Argent
como (punto de partida>. Interesados en tener acceso a este círculo privile- el Tiatado de Asunción, fir
giado, los líderes latinoamericanos llegaron a ver la adhesión final al TLC comprometieron a constru
como parte clave de su estrategia de desarrollo. Las expectativas pronto lle- con un arancel externo cor
garon muy alto. mún pleno en los años sigu
América Latina, Estaclr¡s Unidos y el mundo 413
terés mundial tradicio- Sin embargo, la formación de una uárea hemisférica de libre comercio'
iva de una "africaniza- se enfrentaba a formidables obstáculos, tanto económicos como políticos. El
'os y comerciales mun- fundamento comercial era menos convincente que en el caso del TLC, cuyos
la guerra fría, América socios, especialmente México, podían abrigar dudas sobre admitir nuevos
dad. miembros y compartir su estatus como países con acceso exclusivo al merca-
do estadounidense. Y mientras el rLC tenía fuertes motivaciones políticas,
como se ha descrito en el capítulo 7, no había tal incentivo apremiante para
nal un convenio hemisférico.
Pese a estos desacuerdos, el gobierno de Clinton promovió y celebró una
ington a abogar por la grandiosa (cumbre de las Américas, en Miami en diciembre de 1994. Con la
rbjetivo era desarrollar asistencia de 34 jefes de Estado, con la notoria excepción de Fidel Castro de
rs Unidos, aumentar la Cuba, esta fue la primera reunión de este tipo desde 1967, en que Estados
nte el acceso al trabajo unidos y América Latina coincidieron en un plan frustrado de integración
;er su (competitividad> económica. El objetivo evidente de la cumbre de Miami era desarrollar un
en América fortalece- proyecto para la colaboración hemisférica en el siglo xxr. Un propósito im-
Europa, Japón y otras plícito, desde la perspectiva de Washington, era dar seguridades de que Es-
tados unidos no descuidaría ni abandonaría al resto de países latinoamerica-
formales con Canadá y ,
nos fuera de México. Después de una intensa negociación entre bastidores, el
e libre comercio. Tam- i programa de Miami finalmente se concentró en una ,.Área de Libre Comer-
desarrollo de una ,onu cio en las Américaso.
dental. Afirmando quu I Lo que ocurrió de hecho fue que los firmantes de Miami determinaron
rercio, no de la ayudao, que el año 2005 fuera el plazo para la conclusión de negociaciones para vna
rcio que se <extendiera área de libre comercio; y cuya implementación seguiría en los años posterio-
o>. res. Este era un resultado ambiguo. Sus partidarioi aclamaron el acuèrdo por
rn México, firmado en sus principios altruistas y ambiciosos objetivos. Los escépticos lamentaron su
rdo de Libre Comercio vaguedad y su prolongado calendario, que significaba que las conversaciones
los bloques comercia- oficiales podían demorarse una década o más. Irónicamente, la resistencia
romt-¡vió la libre circu- principal a la realización práctica de una área de libre comercio en toda
los, al eliminar los gra- América tenía más probabilidad de surgir en Estados Unidos, no en Améri-
un período de quince ca Latina. como señalaba un observador: <Los verdaderos escollos son el
adounidense en diver- Congreso y la opinión pública estadounidenses ... El público no está listo
clecisivo en la política para un acuerdo de libre comercio con América Latina, En el ambiente de la
n México. Por primera posguerra fría, no entienden cuáles son los valores dominantes>.
trategia explícita de in-1 Entretanto, los gobiernos latinoamericanos respondieron â esta incerti-
dumbre continuando con estrategias de integración subregional: proyectos de
re comcrcio que com- cooperación económica entre grupos de países latinoamericanos, antes que
inciertas. George Bush para todo el continente en su conjunto. Se resucitó el Mercado Común Cen-
:ara desde Alaska has- troamericano, se revigorizó GARICOM, y se reformó y revitalizó el pacto
e Al Gore respaldó la Andino. Pero el más ambicioso e influyente de estos planes surgió en Sur-
I de democracias> que américa, donde el <Mercado común del Sur" (MERCosuR) unió los desti-
la región, con el TLC nos económicos de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. De acuerdo con
) a este círculo privile- el Tiatado de Asunción, firmado en marzo de 1991, los países miembros se
adhesión final al TLC comprometieron a construir hacia diciembre de 1994 una unión aduanera,
xpcctativas pronto lle- con un arancel externo común, y a proseguir adelante hasta un mercado co-
mún pleno en los años siguientes. Especialmente a la vista de las antiguas ri-
414 Historia contemporáneu de América Lstina A
validades entre los miembros que lo constituyen, MERCOSUR era un avan- cooperación interna entre lc
ce verdaderamente significativo. Sus países asociados constituyen casi la mi- mularían el contlicto extern
tad del producto interno bruto de América Latina, más del 40 por 100 de vertían sobre el surgimiento
toda su población y cerca de un tercio de su comercio externo.
Más importante que su tamaño, sin embargo, es su orientación estratégi-
ca. Según uno de los artífices originales del proyecto, la principal innovación
- un bloque europeo,,
siblemente parte de la antig
de MERCOSUR proviene de su compromiso con una "integración orienta-
da hacia afuera>. esto es. de su determinación de hacer a los estados miem-
- un
Unidos
bloque norteame
(en la forma del Tì
bros más competitivos en el campo internacional, antes que confiar en los cluiría a todos los países de
mercados cerrados por medio de la industrialización de sustitución de im- "Area de Libre Comercio d
portaciones. MERCOSUR también tiene objetivos políticos claros: la conso-
lidación de la democracia y el mantenimiento de la paz en el Cono Sur. Al
- un bloque asiático o
vecinos, y eventualmente a'
mismo tiempo que tomaba cuerpo MERCOSUR, se llegó a acuerdos en el
i campo nuclear entre Argentina y Brasil, países que compartían una signifi- La creación de bloques
cativa capacidad nuclear así como una rivalidad históricg. En este sentido, imprevisibles para América
MERCOSUR daría a los demócratas civiles en toda la subregión una opor- años noventa sería asegurar
tunidad regular de consulta y apoyo mutuo, equilibrando así los cónclaves nal promoviera la liberaliza,
hace tiempo establecidos de representantes de las fuerzas armadas.
Desde el comienzo, sus creadores vieron MERCOSUR como una insti-
tución dinámica, una que evolucionaría rápidamente a través del tiempo y I
también cristalizaría en las relaciones con las economías industriales avanza-
das. Una vez que el presidente Bush anunció la Iniciativa para las Américas, Aparte de la economía,la a1
MERCOSUR se convirtió en un instrumento potencial de negociación co- centró en las cuestiones so¡
lectiva: tal como un observador brasileño recordaba: <había la percepción de emigración, especialmente I
que sería interesante concentrar esfuerzos y negociar en bloque>>. También estadounidenses nacidos en
surgieron tendencias contradictorias, Argentina expresó interés en negociar vel más alto en más de 50 a
su propio tratado de libre comercio con Estados Unidos (yio conseguir la in- dentes, legales e ilegales, ve
corporación al TLC), una acción que llevaría lógicamente al desmantela- de 700.000 de El Salvador.)
miento de MERCOSUR. millones de en F
"ilegales>
' Tomando un enfoque diferente, Brasil lanzó su propuesta en abril de mienzos de los años novent
1994,para una Área de Libre Comercio de Suramérica 1ÁLCSa). El objeti- otros muchos de Centroamr
vo de ésta era crear una zona de libre comercio en todo el continente por un Los migrantes indocumr
decenio, de 1995 al 2005. Las intenciones subyacentes de ALCSA eran múl- pel en la economía de Esta<
tiples: capitalizar la experiencia de MERCOSUR, que llevó al crecimiento y California, donde propor
del comercio intrarregional; evitar el "aislamiento> de MERCOSUR, espe- Además de trabajar como l-"
cialmente de Chile y el Grupil Andino; y acumular capacidad negociadora Latina ocuparon empleos t
para tratar la posibilidad de planes de integración más amplios en América. sectores de servicio. Mientn
No por casualidad, ALCSA confirmaría el reclamo histórico de Brasil de ser raron a estos migrantes una
la potencia dominante en Suramérica. a considerarlos como una fr
Cuando los esquemas de integración regional avanzaron en los años no- El flujo de extranjeror
venta, un interrogante central surgió: ¿Cuáles serían las implicaciones a esca- Como se ha señalado en el
la mundial? ¿Promoverían la cooperación, o provocarían hostilidad entre los de 1986 no redujo significat
bloques regionales competidores? Los optimistas aseguraban que la integra- a Estados Unidos. Cuando
ción regional necesariamente generaba la consulta y colaboración multilate- la recesión en los años nov,
rales, Los escépticos expresaban el temor de que, incluso aunque lograran la grantes de ocupar los emph
América Latina, E.stado:i Unidr¡s y el mundo 415
,RCOSUR era un avan- cooperación interna entre los países miembros, los planes de integración esti-
s constituyen casi la mi- mularían el cont'licto externo con otros grupos regionales. En particular, ad-
más del 40 por 100 de vertían sobre el surgimiento final de tres grandes bloques económicos:
o externo.
su orientación estratégi-
, la principal innovación
- un bloque europeo, que finalmente incluiría a Europa Oriental y po-
siblemente parte de la antigua Unión Soviética;
orienta-
na
"integración
cer a los estados miem-
- un bloque norteamericano, que incluiría a Canadá, México y Estados
Unidos (en la forma del rLC) o un bloque hemisférico occidental que in-
.ntes que confiar en los cluiría a todos los países de América (como lo preveía el tratado para una
n de sustitución de im- .Area de Libre Comercio de las Américas>);
olíticos claros: la conso-
paz en el Cono Sur. Al - un bloque asiático o del Pacífico, que incluiría a Japón y a los países
vecinos, y eventualmente a China.
: llegó a acuerdos en el
compartían una signifi- La creación de bloques comerciales hostiles podría tener consecuencias
tóricg. En este sentido, imprevisibles para América y el mundo en general. un desafío central de los
la subregión una opor- años noventa sería asegurar que la liberalización e integración a nivel regio-
rando así los cónclaves nal promoviera la liberalización y la cooperación a nivel global.
erzas armadas.
IOSUR como una insti-
e a través del tiempo y El programa social
rías industriales avanza-
ativa para las Américas, Aparte de la economía, la agenda interamericana de los años noventa se con-
rcial de negociación co- centró en las cuestiones sociales. uno de los asuntos más polémicos era lal
"había la percepción de emigración, especialmente la inmigración ilegal. Hacia.1994la proporción det
v en bloque>. También estadounidenses nacidos en el extranjero había llegado al 8,7 por 100, el ni- i
'esó interés en negociar vel más alto en más de 50 años. (Se estimaba que6,2 millones de estos resi-
Cos (y/o conseguir la in- dentes, legales e ilegales, venían de México, más de 800.000 de Cuba, y más
:amente al desmantela- de 700.000 de El Salvador.) Según orra estimación, puede haber entre 2,5-4,0
millones de <ilegales> en Estados unidos de todas partes del mundo a co-
propuesta en abril de mienzos de los años noventa, con más de la mitad procedentes de México, y
ca (ALCSA). El objeti- otros muchos de Centroamérica y del Caribe.
,do el continente por un Los migrantes indocumentados llegaron a desempeñar un importante pa-
s de ALCSA eran múl- pel en la economía de Estados unidos, especialmente en áreas como Florida
ue llevó al crecimiento y california, donde proporcionaban trabajo cualificado por bajos salarios.
le MERCOSUR, espe- Además de trabajar como braceros en la agricultura, los ilegales de América
capacidad negociadora Latina ocuparon empleos en la construcción, restaurantes, hoteles y otros
ás amplios en América. sectores de servicio. Mientras algunos trabajadores estadounidenses conside-
istórico de Brasil de ser raron a estos migrantes una fuente de competencia, los empleadores tendían
a considerarlos como una fuente de trabajo segura y dócil.
ìnzaron en los años no- El flujo de extranjeros, no obstante, encendió una reacción política.
as implicaciones a esca- como se ha señalado en el capítulo 7, sobre México. la ley Simpson-Rodino
rían hostilidad entre los de 1986 no redujo significativamente la migración ilegal (<indocumentada>)
guraban que la integra- a Estados unidos. cuando la economía estadounidense luchaba por salir de
colaboración multilate- la recesión en los años noventa, los políticos comenzaron a acusar a los mi-
luso aunque lograran la grantes de ocupar los empleos de los ciudadanos estadounidenses y de abu-
416 Historia contemporcinea de América Latina A
sar de la seguridad social. Los votantes en California aprobaron una medida cían uso habitual de drogas
que privaría de servicios sociales (como atención médica y educación públi- se había reducido a la mitad
ca) a los ilegales y a sus hijos. La acción militar en Haití fue promovida en dia dejaron las drogas, pero
parte por el deseo de impedir una migración en gran escala desde Haití. Y en persistió en los barrios marg
1995, un juez de Texas declaró a una mujer culpable de abuso infantil por ha- manda de sustancias ilegales
blar sólo en castellano en su casa. El sentimiento xenófobo estaba claramen- Soviética, lo cual ofreció un
te en alza, y el clima se había hecho tenso en muchas comunidades en Esta- droga y planteó un desafío ;
dos Unidos. presidente de Colombia lan
, Otra cuestión social se refería a las drogas ilegales. El tráfico de drogas rroristas no rompen es la de
i ilegales desde América Latina a Estados Uniclos, especialmente cocaína, con- En respuesta a estos dr
; tinuó durante los años ochenta y comienzos de los noventa. Según algunas tó detener el narcotráfico a
estimaciones, este tráfico creció hasta 110.000 millones de dólares anuales, y dente Ronald Reagan decla
se decía que era la actividad económica más importante para el crimen orga- cipalmente en erradicar cul
nizado en Estados Unidos. La hoja de coca era cultivada en los Andes, espe- suministros, elevar los precit
cialmente en Perú y Bolivia,"se remitía luego a Colombia donde se transfor- gas. George Bush continuó c
maba en cocaína'y se preparaba para expoitarla al mercado estadounidense. namá en 1989 como parte dt
La maiihuana crecía en México, Centroamérica y en otras partes (incluidas esta política cambió, aunque
partes continentales de Estados Unidos). La heroína venía de otros lugares para el tratamiento y prever
del mundo, pero respondía a las leyes de oferta y demanda: cuando el sumi- principal era todavía el cuml
nistro del Oriente Próximo se agotó a comienzos de los años setenta (con cos resultados. Algunos obsr
la ruptura de la infame ,,conexión francesao), los traficantes hábiles alenta- policial internacional; otros
ron su producción en América Latina; y cuando la heroína recobró su popu- de la posesión de drogas en
laridad entre los consumidores de Estados Unidos en los años noventa, tanto què el tráfico ilícito c<
la producción latinoamericana creció significativamente. Entretanto, otros den social y político en Amt
países de la región Panamá, Venezuela, Brasil, Argentina y Chi- laciones entre Estados Unid
le- se convirtieron -Jamaica,
en centros para el transbordo de drogas y el blanqueo de
dinero.
Uno de los efectos más corrosivos de este tráfico es fomentar podero- La cultura hisl
sos círculos de traficantes, que llegaron a organizar graves desafíos a la le-
,' gítima autoridad política. Esto fue más evidente en Colombia, donde los En la década de los novent:
', <cárteles> criminales organizados ejercieron un poder de facø combinando va dimensión en su relación
¿ la corrupciórr y la intimidación. Duiante los añoi ochenta, el <cártel de Me- tenía una de las mayores po
dellín> intentó tomar el país por rehén al desatar una masiva campaña de 1990 los datos de la Oficina
violencia, asesinando a una serie de funcionarios públicos y a un candidato millones, pero los observadc
presidencial. A comienzos de los años noventa, el <cártel de Cali" utilizó se incluían todos los inmigr.
tácticas más sutiles y avanzadas, recurriendo al soborno y a la cooptación en el lenguaje oficial más r
antes que a la coerción; esto estalló en un escándalo político en 1995, cuan- Argentina y Colombia tenía
do se hizo patente que el presidente del país había aceptado grandes sumas hemisferio occidental.
de dinero de la droga para financiar su campaña electoral. Asimismo, en Según los datos de 199
México y en otros países tle la región, los barones de la droga y sus orga- 1.800.000 hispanos, fundam,
nizaciones criminales acumularon un nivel significativo de influencia políti- un aumento sobre el 1.200.(
ca y económica. población total de la ciudad
La causa última del narcotráfico en América Latina ha sido la fuerza de sistema de educación públi<
la demanda de los consumidores, especialmente en Estados Unidos. A inicios panos habían llegado a sobr
de los años ochenta, se estimaba que casi 25 millones de estadounidenses ha- de la población de Californi
América Latina, Estados Unidos y el mundo 417
robaron una medida cían uso habitual de drogas ilegales. Hacia inicios de los noventa, esta cifra
a y educación públi- se había reducido a la mitad, cuando los habitantes suburbanos de clase me- ii
ití lue promovida en dia dejaron las drogas, pero el uso de drogas duras, el y la heroína,
(crack>¡_. li
lla clesde Haití. Y en persistió en los barrios marginales de las ciudades de Estádos Unidos. La de-
buso infantil por ha- manda de sustancias ilegales también floreció en Europa, Asia y la ex Unión
rbo estaba claramen- Soviética, lo cual ofreció una oportunidad irresistible para los barones de la ii
rrnunidades en Esta- droga y planteó un desafío a las autoridades gubernamentales. Como un ex, li
presidente de Colombia lamentaba una vez: <La única ley que los narcote-
El tr¿ifico de drogas rroristas no rompen es la de la oferta y la demanda>.
lmente cocaína, con- En respuesta a estos desarrollos, la política de Estados Unidos inten-
enta. Según algunas tó detener el narcotráfico acabando con la fuente de suministros. El presi-
Je dólares anuales, y dente Ronald Reagan declaró la <guerra a la droga> que se concentró prin-
para el crimen orga- cipalmente en erradicar cultivos y confiscar envíos: la idea era cortar los
r en los Andes, espe- suministros, elevar los precios y disuadir a los consumidores de comprar dro-
a donde se transf'or- gas. George Bush continuó con esta línea, lanzando la invasión militar de pa-
ado estadounidense. namá en 1989 como parte de la guerra a la droga. Con el presidente Clinton,
ras partes (incluidas esta política cambió, aunque sólo ligeramente, ibn el aumento presupuestario
nía de otros lugares para el tratamiento y prevención de la drogodependencia. Pero la insistencia
lcla: cuanclo el sumi- principal era todavía el cumplimiento de la ley, y estos esfuerzos tuvieron po-
rs años setenta (con cos resultados. Algunos observadores demandaron la creación de una ruerza
rntes hábiles alenta- policial internacional; otros defendían la descriminalización (o legalización)
na recobró su popu- de la posesión de drogas en Estados Unidos. Sólo una cosa era evidente: en
t los años noventa. tanto què el tráfico ilícito continúe, supondrá una grave ameîaza para el or-
e. Entretanto, otros den social y político en América Latina, y un obstáculo importante en las re-
,il, Argentina y Chi- laciones entre Estados Unidos y América Latina.
gas y el blanqueo de
100 de TÞxas, el tercer estado más poblado. En gran parte del sur de Florida, que no cuentan con el ingli
especialmente en la zona de Miami, la int'luencia hispana (cubana sobre esenciales. En respuesta, el
todo) predominaba claramente. Y lo que resulta más significativo de todo, ra en español y en inglés u
entre 1970 y 1980 la población hispana estadounidense aumentó más de un Las autoridades de las ciud
50 por 100 y otro 53 por 100 hasta 1990. En muchas ciudades del suroeste la cluidas ciudades del norte
población crece más de prisa que la negra o la anglosajona (como se ha eti- contratar personal que hab
quetado a los blancos no hispanos). El incremento se debe no sólo a los na-
ahora grandes regiones y br
cimientos, sino a la afluencia de nuevos inmigrantes. 1
,\cial como segunda lengua.
Hay razones para creer que quizás estos hispanos conservarán su lengua No cabe duda de que
y cultura por más tiempo del que lo hicieron las generaciones previas de in- dounidense. Las ciudades ,
migrantes de lengua no inglesa a Estados Unidos. Millones de inmigrantes se cuentan con una programa(
han enfrentado a la dolorosa cuestión de cómo es que se puede- pre-
servar la cultura no estadounidense. Las oleadas -si
roeste, desde Texas hasta L
de europeos fueron filtradas conectada directamente co
por las escuelas públicas de Nueva York, Filadelfia, Chicago y Cleveland, bilingüismo, ayudará a man
ilonde cada uno asumió que la única lengua que ätlí se hablaba era el inglés, La política es otro de lor
De hecho, los padres inmigrantes solían prohibir a sus hijos hablar su lengua hispano. Como los negros, I'
del Viejo Mundo porque se sentían ansiosos de hacerlos americanos. El re- durante mucho tiempo haci;
sultado fue que usualmente la segunda generación inmigrante y con certeza taja en votar. Sin embargo, t
la tercera no conocía en absoluto su lengua ancestral: alemán, polaco, italia- menzado a hacer oir su vr
no o griego. Todos querían americannarse y la lengua era el primer instru- Cisneros fue elegido alcald
mento que tenían a mano. americana. Nuevo México
Por otro lado, los hispanos han alcanzado una fase central en Estados Jerry Apodaca, al igual que
Unidos en un momento diferente de su historia. Siguieron al activismo del de ñueüã Y<jÌk,los hispano
movimiento negro de los años sesenta, que generó con retraso una nueva le- mócrata dg, fgrma constante
gitimidad para las tradiciones culturales de las minorías étnicas. Al operar en ha logrado prominencia en r
este clima de opinión (que mezcla culpabilidad y compasión anglosajona), los y se ha convertido también
hispanos han efectuado una campaña exitosa para instituir el bilingüismo en gido en 1992, el presidente E
las escuelas y los servicios públicos. La lógica consiste en que los estadouni-
de su gabinete.
denses de habla española, por su número y por la discriminación que han su-
Este aumento de la pre
frido, se merecen Ia oportunidad de continuar utilizando su lengua. Y lo que blico acerca de asuntos clal
es más importante, sostienen que los niños hispanos se desorientan y desmo-
amplia gama de complejas
ralizan cuando se enfrentan a una escuela exclusivamente en lengua inglesa. pueden permitirse dejar de
El mantenimiento de cierta instrucción en español ayudará a fortalecer su
confianza y forjará vínculos entre su cultura y la sociedad estadounidense Desde los años sesenta,
más amplia. por un mundo más amplio.
El bilingüismo en las escuelas públicas pretende posibilitar de forma ofi- cima de 1940 a 1960, parecir
cial que los niños de habla española den las asignaturas en español a la vez vezfinalizada la guerra fría.
que aprenden inglés. El argumento es que pueden aprender biología o mate-
ción para ella. Los gobiern,
máticas lo mismo en español que en inglés. El objetivo final es que el niño
de un amplio espectro de fi
termine sus estudios secundarios con un dominio absoluto del inglés y el es- que el único medio de esca
pañol. Quienes critican el sistema sostienen que resulta demasiado frecuen-
Gabriel García Márquez, u
te, sobre todo en las escuelas con un alto porcentaje de hispanohablantes, ráneos más famosos, lo prer
que los alumnos no aprenden un inglés correcto y quizás tampoco gramâtica
ción del premio Nobel en 1
española. De ser así, entran en el mercado laboral con una grave desventaja.
Sea cual fuere el caso, hay millones de hispanohablantes estadounidenses
América Latinu, Estados Unidos y el mundo 4tg
parte del sur de Florida, que no cuentan con el inglés suficiente para poder desenvolverse en asuntos
r hispana (cubana sobre esenciales. En respuesta, el gobierno federal de Estados unidos publica aho-
rás significativo de todo, ra en español y en inglés una amplia gama de anuncios oficiales e impresos.
lnse aumentó más de un Las autoridades de las ciudades, condados y estados de las zonas clavè
; ciudades del suroeste la
cluidas ciudades del norte como chicago y Kansas city- han tenido-in- que
osajona (como se ha eti- contratar personal que hable español. En la práctica, Estados unidos tiene
se debe no sólo a los na- ahora grandes regiones y bolsas urbanas donde el español posee sanción ofi-
1
Clases sociales
Preparación para la predicción: análisis comparativo
con cada modelo de actividad económica,3) el tipo de coalición entre las cla- I
¡nterectuales
I
f.--* I
t
de todos estos factores.
Tiatamos de abordar este problema mediante un análisis comparativo I migrantes I
desempleados
sistemático, lo cual requiere una estructura conceptual amplia. En la conclu- I I
I nstituciones
Clases sociales Sector externo nacionales
:omparativo
f;;r
s concretos. Una de
I I I
os en 1) la situación
ctura social asociada I;;;;J
I profesionales, I
ag'¡óurtores
Ë-*t extfanrefos
ralición entre las cla- Lv111l I I I I
rs políticas derivadas
l--.r-",* I
análisis comparativo I migrantos [;;
L' "'Yi::
I
rmplia. En la conclu- I
que se consideran en
estas interrogaciones I2.1. Ordenamiento hipotético de los actores sociales.
clases sociales. Para
a analítico abstracto.
cs sociales en dos di- que incluye vendedores ambulantes, mendigos y empresarios a pequeña es-
de clase. Desde esta cala, que por simplificar las cosas no recibe una consideración separada en
este análisis.)
Un sector social adicional una clase o un estrato, pero un grupo crí
cr empresarios, ban- tico sin embargo- es el sector-no
extrsnjero, que incluye inversores privados y
irminos marxistas, la compañías, así como gobiernos extranjeros y establecimientos militares.
Aunque a veces ha presentado divisiones, este sector ha manejado un poder
enorme en América Latina.
rcluye profesionales, Para realzar su posición relativa, estos actores sociales suelen competir
trueña burguesía. para controlar las instituciones principales. La más crucial, al menos en tiem-
r en América Latina, pos recientes, ha sido el.Estado, que gobierna recursos a gran escala y suele
s zonas rurales, reclamar un monopolio efectívo del uso legítimo de la fuerza (sólo un go-
industrial o proleta- bierno, por ejemplo, puede encarcelar a un ciudadano). Un grupo clave den-
le migrantes desem- tro del Estado son los militares; otro son los partidos políticos (cuando exis-
ten); otro más está compuesto por los tecnócratas y burócratas. También ha
un campesinado tra- sido importante como institución la lglesia católica y romana.
: en la economía na- La figura 12.1 proporciona un cuadro general de estos grupos e institu-
) pueden subsistir en ciones. No presenta el esbozo de ninguna sociedad latinoamericana específi-
ca, sino que es un esquema abstracto, un medio hipotético de ilustrar el tema
en cuestión.
'onocidas como <cla- Para aplicar la estructura a una situación histórica necesitamos formular
:ho, el segmento ma- fas preguntas planteadas en el capítulo 2. En resumen son:
y a veces presentan
le los beneficios del ¿Cuáles son las principales clases sociales? ¿Cuáles están presentes y
en el <sector infor- -
cuáles ausentes?
rrádicas fuera de la ðQué clases sociales tienen más poder?
usadamente amorfo - ¿Qué grupos están aliados entre sí? ¿De qué modo?
-
424 Historia contemporánea de América Latina
carse por igual a periodos anteriores. Recalcamos que se trata de un ejerci- 'o
o
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cio inierprãtativo, no una pronunciación definitiva; requiere estimaciones y q-
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juicios que deben producir discusiones y debate. Sin embargo, pensamos 'b
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426 Historia contemporánea de América Latina
a. con Allende (1970-1973) ls. con Pinochet (1973-1990) a. con Goulart (1961-19r
'tr.
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Obreros )breros rur
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go hallaron su oportunidad con la elección de Alfonsín en 1983. .Su partido sión nacionalista al resent
fue, a su vez, desplazado por un presidente peronista. Carlos Menem, quien amplia coalición de obrer<
pronto lanzó un programa ortodoxo de estabilización que puso a la política comienzos del gobierno d
de clases argentina de vuelta abajo. Los peronistas, una vez enemigos impla- socialista chileno no fue ci
cables de la ortodoxia económica, daban ahora los votos en el Congreso para base obrera industrial. En
llevar a la práctica esa doctrina, incluida una privatización global. mucha de la clase media b
Chile es un caso bastante diferente, ya que contenía todos los tipos de ac- de la clase alta mantuvierl
tores sociales, incluido el campesinado (y un proletariado rural migratorio), familiares, y los latifundisti
y una clase obrera que en 1900 ya estaba bien organizada, al menos según los po. La intervención encub
parámetros latinoamericanos. Los intereses extranjeros, en especial los de del régimen de Allende (f
las compañías dedicadas al cobre, colaboraban con la clase alta que, en con- --Þesde 1973 los militar
traste con Argentina, participaba de forma profunda en las finanzas y la blecieron un sistema buroi
industria. además de hacerlo en la tierra. Aunque los partidos políticos re- industriales, latifundistas,
¿Qué futuro le espera a América Latina? 427
rochet (1973-1990) a. con Goulart (1961-1964) b, reg ímenes m i I ita res ( I 964- I 985)
Estado Extranjero
lndustriales
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I urbana I I
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a. antes de Velasco (hasta 1968) h. con Velasco (1968-1975) a. antes de la Revolución (hasta
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I I actor soc¡al en posición
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I I débiloincipiente I I débil oincipien
12,5. Coaliciones políticas y sociales: Perú. Antes de Velasco (a) una coalición de la- 12.6. Coaliciones políticas
tifundistas, intereses extranjeros e industriales incipientes controlaban el Estado; con fundistas y los intereses extr
Velasco (b) el Estado logró debilitar la oligarquía latifundista e intentó movilizar el contemporáneos (los <cientíl
apoyo de los obreros y campesinos mediante una estructura corporativista (sin forjar años treinta (b) la coalición ¡
una alianza horizontal de clases bajas), pero no pudo hacerlo a largo plazo. tre los intereses extranjeros,
mantuvo la mano firme sob:
de la clase media urbana.
poder extraordinario. Formado por generales y tecnócratas, en especial los
<Chicago boys>, el gobierno chileno comenzó su andadura dispuesto a pre-
valecer sobre toda oposición. En el curso de la reorganización financiera y de gobierno brasileño logró
la privatización total, el gobierno también aumentó la concentración de la ri- sus homólogos de Argenl
qûeza, pues unos cuantos clanes y conglomerados ricos compraron las em- ceso de apertura tuvo éxi
presas estatales privatizadas. En Perú, el periodo c
Brasil presentó un cuadro similar. Con Vargas, eI Estado Nôvo organizÓ senta fue testigo de una e
a los obreros urbanos bajo los auspicios del control estatal. A comienzos de Odría), el capital extran
los años sesenta, su protegido, João Goulart, escalonó la movilización de los existían como un grupo I
obreros e incluso fomentó (o al menos permitió) la organización de los cam- (véase la figura 12.5). L(
pesinos. La perspectiva de una alianza obrero-campesina se oponía tanto a ambivalente, unas veces ,
los intereses de la clase alta como a los extranjeros, reflejados en la figura Belaúnde, pero sin desafi
12.4, y propició la intervención militar en 1964 para establecer un régimen za gobernante quedaron
burocrático-autoritario prototípico. A pesar de las oleadas represivas que dos de chabolas y, por sl
golpearon a todos los sectores sociales (aunque en grados muy diferentes), el armas en la sierra.
¿Qué fiuuro le espera a América LqtinaT 429
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o (a) una coalición de la- 12.6. Coaliciones políticas y sociales: México. Antes de la Revolución (a) los lati-
,ntrolaban el Estado; con fundistas y los intereses extranjeros se combinaron con los militares y los tecnócratas
;ta e intentó movilizar el contemporáneos (los <científicos>) para obtener el control del Estado; después de los
corporativista (sin forjar años treinta (b) la coalición gobernante estaba formada por un delicado equilibrio en-
o a largo plazo. tre los intereses extranjeros, los financieros e industriales nacionales y el Estado, que
mantuvo la mano firme sobre obreros y campesinos mientras cultivaba cierto apoyo
de la clase media urbana.
rcratas, en especial los
ldura dispuesto a pre-
iz.ación financiera y de gobierno brasileño logró retener más respaldo residual de la clase media que
concentración de la ri- sus homólogos de Argentina o Chile, lo que explica en parte por qué el pro-
os compraron las em- ceso de apertura tuvo éxito aquí en un estadio anterior.
En Perú, el periodo comprendido entre 1948 y mediados de los años se-
Estado Nôvo organizí senta fue testigo de una estrecha asociación entre el Estado (en especial con
;tatal. A comienzos de Odría), el capital extranjero, los terratenientes y la medida en que
la movilización de los
-en
existían como un grupo de poder identificable- los industriales nacionales
ganización de los cam- (véase la figura 12.5). Los sectores medios urbanos adoptaron una postura
sina se oponía tanto a ambivalente, unas veces en apoyo del APRA y otras de Acción Popular de
reflejados en la figura Belaúnde, pero sin desafiar la estructura de poder general. Fuera de la alian-
establecer un régimen za gobernante quedaron los obreros organizados, los migrantes de los pobla-
,leadas represivas que dos de chabolas y, por supuesto, los campesinos que acabaron tomando las
Jos muy diferentes), el armas en la sierra.
430 Historia contemporónea de Américs Latina
[q*@
a. antes de la Revolución (hasta 195!
(1968-1975) desmanteló esta coalición y construyó una completamente nue-
va. basada en la movilización patrocinada por el Estado y el control de obre-
ros y campesinos contra los grupos cn ascendencia anteriores: inversores
extranjeros y latifundistas aristocráticos en particular, los últimos muy debi-
litados por la reforma agraria. El Estado se caracterizó por su autonomía y r - - - - -l r - - -
ningún sector fue inmune a su intervención. Finalmente, los militares refor- rl
r
: lndustriales |
rt'l ìLatifundistasl
mistas resultaron incapaces de institucionalizar su estructura corporativista l_____.
l__-__,
para, de ese modo, consolidar sus lazos con los obreros y campesinos. Los go-
biernos que siguieron Bermúdez (1975-1980), Belaúnde (1980-
1985)- devolvieron de -Morales
forma gradual cuotas de poder significativas a las fac-
Media
I
ciones de la elite anterior a 1968, aunque García (1985-1990) probó medidas rural ;
E@
populistas.
México ofrece una combinación diferente. Antes de la Revolución de
1910, el país no tenía elite industrial autóctona o sector medio rural; existía
una clase obrera incipiente pero sin organizar. Como muestra la figura 12.6,
la coalición gobernante durante el porfiriato incluía tres grupos: latifundistas,
sector extranjero y Estado.
La Revolución rompió esta coalición y, mediante la reforma agraria, de- alianzas fuertes
--+
bilitó a la elite rural. El Estado aumentó su autoridad y, a partir de los años - - - - -l
treinta, alentó la formación de una burguesía industrial. Los gobiernos pos- i u.tor'socialenPos
r i débil oinciPiente
revolucionarios atrajeron el apoyo popular de obreros y campesinos, y con
Cárdenas desarrollaron su estrategia para controlar a las masas: el Estado or-
ganizaría a los obreros y los campesinos de modo que permanecieran aparte. ,r'r., *^r"iones potíticas y sc
El PRI desarrolló <sectores> separados de obreros y campesinos, que refle- tado débil que dependía de Est
jaban la obsesión del régimen de atajar toda política espontánea de clases. do posrevolucionario (b) ha ec
dos Unidos) y ha movilizado e
Hacia mediados de los años noventa, sin embargo, el PRI experimentaba ayuda y protección de una pott
grandes derrotas electorales, especialmente en ámbito estatal y local. Ade-
más, las disputas a alto nivel estaban amenazando con destruir la presunta
hegemonía multiclasista del partido. tica una economía odirigida
La sociedad de monocultivo cubana presenta aún otro perfil. El dominio sivo. Esta dependencia se h
extranjero (esto es, estadounidense) de la industria anJcarera significó que, a viética y su subsidio desapar
todos los efectos prácticos, fuera difícil que hubiera una clase alta nacional. A semejanza parcial de
Los trabajadores de los ingenios y las plantaciones formaban un proletariado los años setenta presentaba
activo, como refleja la figura L2.7, y la emigración estrechó los lazos entre los tenientes (pero residentes y
obreros de las ciudades y el campo. Los sindicatos eran débiles, el ejército co- clase media incipiente y uni
rrupto y, con Batista, el Estado era un juguete despreciable de los intereses cia, intereses extranjeros y t
estadounidenses. la lglesia. En la última déc¡
Cuba poseía elementos de un movimiento socialista que pudiera capita- importantes, en especial en
lizar los sentimientos antiimperialistas. Había otro secreto para el éxito final la figura 12.8). En primer lu
de Fidel: su movimiento encontraría muy poca resistencia, excepto del sector buscado el apoyo de los car
extranjero, cuyos procónsules no utilizaron todos los recursos de que dispo- tante, la Iglesia católica y rc
nían. Desde 1959, Fidel y sus lugartenientes han renovado la estructura social causa de los pobres. Pero li
de la isla, eliminando los vestigios de la antigua clase alta, organizando los buyó a derrotar a las guerri.
grupos de clase media y baja de las ciudades y el campo, y poniendo en prác- volución en Nicaragua. En
¿,Qué.futuro le e.spera o América Latina? 13t
rï
E*@
por Velasco Alvarado a, antes de la Revolución (hasta 1959) b. después de la Revolución (desde 1959)
na completamente nue- :l
rdo y el control de obre- ii
a anteriores: inversores
r, los últimos muy debi-
'izó por su autonomía y
r - - - - -r r - - - - -l
:nte, los militares refor- lt
,lndustriales l,Latifundistasl
structura corporativista 't't
I_ _ _
- -, t_ _ _ _ _ -
rs y campesinos. Los go-
1980), Belaúnde (1980- i
Media
l5-1990) probó medidas rural I
i I
I
I
[*;l
:s de la Revolución de i
t.'"*;l
:tor medio rural; existía l, I
echó los lazos entre los tenientes (pero residentes y no ausentes) y campesinos en el sector rural, una
r débiles, el ejército co- clase media incipiente y una alianza gobernante formada por una aristocra-
:ciable de los intereses cia, intereses extranjeros y un Estado dictatorial plenamente respaldado por
la lglesia. En la última década más o menos, han tenido lugar dos cambios
sta que pudiera capita- importantes, en especial en Nicaragua y El Salvador (el último se refleja en
)reto para el éxito final la figura 12.8). En primer lugar, los dirigentes políticos de la clase media han
rcia, excepto del sector buscado el apoyo de los campesinos. En segundo lugar y quizás más impor-
recursos de que dispo- tante, la Iglesia católica y romana ha abrazado de forma abierta y valerosa la
ado la estructura social causa de los pobres. Pero la intervención masiva cle Estados Unidos contri-
: alta, organizando los buyó a derrotar a las guerrillas izquierdistas en El Salvador y a invertir la re-
ro, y poniendo en prác-
volución en Nicaragua. En general, la alianza de la elite terrateniente y los
432 Hßtoria contemporónea de América Latina
12.8. Coaliciones políticas y sociales: ElSalvador. Antes de 1970 (a) El Salvador es- populares y revolucionarior
taba dominado por una alianza de latifundistas, intereses extranjeros y militares, con va y a menudo incoherente
la aprobación de una jerarquía eclesiástica conservadora; a mediados de los años se- ma no determinará modelc
tenta (b) un movimiento reformista de clase media empezó a buscar el apoyo del con otros factores se puede
campesinado y los clérigos principales expresaron su solidaridad con los desposeídos. La interacción entre gn
lo que pase en América L¿
pués. Para expresar las im¡
intereses extranjeros ha defendido éxitosamente su control sobre el Estado anticipar el entorno social'
en Centroamérica.
Además de situar cada uno de los estudios concretos dentro de un mar-
co comparativo, esta perspectiva general puede ofrecer varias pistas básicas Dimensiones dr
para predecir tendencias y resultados. Una de ellas es que gran parte de la in-
fluencía sobre el desarrollo futuro latinoamericano seguiró proviniendo de Entre los factores más impo
fuera de la región. El crecimiento económico (o descenso) en el centro in- la población latinoamericar
dustrial del sistema capitalista mundial tendrá efectos importantes sobre la sos (en particular alimentos
demanda de bienes latinoamericanos y podría afectar a las relaciones de po- política. El espectro de un¿
der entre los grupos en los países productores. Por ejemplo, que Cuba o Cen- rondando las previsiones sc
troamérica se embarquen en la industrialización no sólo depende de sus re- una estimación, la poblaci
cursos y planes, sino también de las acciones de Estados Unidos y la Unión 1992- podría aumentar a r
Europea y posiblemente Japón y otras potencias. A medida que el mundo se de la proyectada para Esta
vuelve cadavez más interdependiente, es menos probable que esta situación presentaría una enorme ter
pueda cambiar. observadores han predicho
En segundo lugar, la acción de cualquier grupo o clase social particular Sin embargo, es imporl
no dependerá sólo de su propio crecimiento y f:uerza, sino también de lo que mucho de un país a otro. E
¿Qué futuro le espera a América Latinq? 433
b. desde 1970 suceda en otros grupos sociales. Es razonable suponer, por ejemplo, que la
clase obrera urbana aumente en la mayoría de los países latinoamerióanos,
pero esto solo no determinará los resultados políticos, que dependerán en
gran medida de los otros grupos de cada sociedad: de qué otros grupos estén
presentes, de la naturaleza de las alianzas y de los acuerdos de poder resul-
tantes. El movimiento socialista tuvo éxito en cuba pero fracasó en chile no
sólo debido a sus diferentes grados de cohesión interna, sino también por sus
bases y grados de oposición diferentes.
Estas críticas son aplicables sobre todo a los grupos medios, denomina-
dos con frecuencia clases o sectores medios, que están destinados a crecer,
pero su actividad política probablemente dependerá, en una gran medida, de
las relaciones de poder entre los otros grupos importantes dã cada sociedad.
Las clases medias latinoamericanas han tendido a reaccionar ante las oportu-
nidades políticas, en lugar de iniciar la transformación estructural, y no hoy ,o-
zón para esperar que esto cambie. Los movimientos de la clase media dei pe-
riodo 1890-1910 representaron intentos por lograr el acceso al poder, no de
efectuar un cambio estructural; hasta Francisco Madero, el ..ap¿;slol> de la
Revolución mexicana, tenía objetivos ìimitados. Desde ese periodo, los par-
tidos de clase media Argentina, chile, Brasil y otros lugares- han
adoptado una postura en -derespuesta. Sin duda, algunos individuolde estos es-
tratos (y las elites de clase alta) han asumido el liderazgo de los movimientos
le 1970 (a) El Salvador es- populares y revolucionarios, pero la conducta colectiva ha sido cauta, tentati-
xtranjeros y militares, con va y a menudo incoherente. La expansión de los sectores medios por sí mis-
r mediados de los años se- ma no determinará modelos de cambio político. No obstante, en óonjunción
:zó a buscar el apoyo del con otros factores se puede convertir en una fuerza decisiva.
ridad con los desposeídos. La interacción entre grupos sociales clave tendrá una influencia crítica en
lo que pase en América Latina desde ahora hasta el año 2000 y quizás des-
pués. Para expresar las implicaciones de este hecho, debemos ãmp"rur po,
rontrol sobre el Estado anticipar el entorno social y económico que probablemente prevalecerá.
ólo depende de sus re- una estimación, la población de América Latina 453 millones en
dos Unidos y la Unión 1'992- podría aumentar a más de 515 millones para -unosel año 2000, casi el doble
redida que el mundo se de la proyectada para Estados unidos. una expansión de esta magnitud re-
,able que esta situación presentaría una enorme tensión para la sociedad latinoamericana y muchos,
observadores han predicho que provocará hambre, desorden y estanõamiento. i
r clase social particular Sin embargo, es importante tener en cuenta que las peispectivas varían
sino también de lo que mucho de un país a otro. Entre 1970 y 1980, la población de México aumen-
434 Historia contemporóneo de América Latina
Cu,cono 12.1. Crecimiento poblacional y proyecciones, 1980-2025 jos para que algunos, al men
alimentar: a una edad muy t
Proyecciones
po u otros lugares y contrib
Tasa de crecimiento de población
unual medio ("/") Población (en millones) tener previsto que sus hijos
(milbnes) de esta perspectiva tradicio
1980-1992 1992-2000 1992 2000 2025 se pueda disponer de ellos,
Sin embargo, las actituc
Argentina 1,3 1,0 36 43
cadas recientes. La urbaniz¿
Brasil 2.0 1,4 t54 172 224
factores, han llevado a un c
Chile 1,7 1,3 I4 15 l9
poblacional, que han bajad
México 2,0 1,9 85 99 136
26 36 años sesenta al 1,9 por 100 a
Perú 2,1 1,8 22
talidad mexicana cayó de 4!
Fuente: Banco Mundial, Workl Development Report 1994, Nueva York, Oxford University 1988, mientras que la de Br
Press, 1994, cuadro 25, Además, el problema no
años venideros. Una preocu
aquí y que buscarán trabajo
tó a un tasa media anual de un2,2 por 100. La tasa de Chile fue del 1',7 por Brasil, casi la mitad de la po
100 y para Cuba se redujo a cerca del 1,3 por 100. Basándonos en las tasas las próximas dos décadas la ¡
de crecimiento recientes, el cuadro I2.l refleja un conjunto de proyecciones tendencias demográficas se <
para los países mayores de la región. Parece que Brasil podría acercarse a los ¿Será capaz la economí
172 millones de habitantes a finales de este siglo, lo que representará casi ochenta fueron poco alentar
dos tercios de la población estadounidense de unos 276 millones de habitan- cendió cerca de un 10 por lC
tes. Arggrrtina, Cuba y Chile no necesitan preocuparse por una demanda ex- 5 por 100, el de México má:
traordinãria de recursos, al menos en lo que respecta al crecimiento pobla- por 100. Los años ochenta s
cional. México y Centroamérica ofrecen un motivo de preocupación debido cios de los años noventa apc
al crecimiento en la demanda de puestos de trabajo. 100, no mucho más que la t
Los cambios en las tasas de crecimiento poblacional tienen causas múlti- Y el crecimiento econó¡
ples. La historia reciente ha mostrado que la urbanización y el aumento de la vez genera uniformidad eco
renta se acompañan generalmente de una reducción de la tasa de natalidad. contrario, tiende con frecuer
También resultan importantes las actitudes sociales y la disponibilidad de an- de la población; sobre todo
ticonceptivos. El caso más espectacular de cambio reciente en la tasa de cre- sión económica suele darse
cimiento demográfico en América Latina es Cuba, que entre 1958 y 1980 vio nales de siglo, América Lat:
declinar su tasa de natalidad un 46 por 100. Con catorce nacimientos por al crecimiento económico, la
cada mil habitantes, la tasa cubana es comparable a la de las naciones más trabajo, los habitantes de las
desarrolladas o aún más baja. Esto puede explicarse por la transformación de podrían muy bien llegar a sr
la estructura social y las condiciones económicas, así como por la escasez quizá siga manteniéndose il
de viviendas y el coste del cuidado infantil. El gobierno cubano ha hecho que perspectivas a largo plazo n<
se pueda disponer de anticonceptivos de forma gratuita y ha permitido el convertirse en semilleros de
aborto a petición, aunque se aconseja a las mujeres que no lo utilicen nunca Además, a mediados de
como un medio para controlar la natalidad. tina seguía soportando el ag
En otros lugares de América Latina, el cuadro del control de la natalidad Durante la década anterior
es más complicado, Ha habido mucha resistencia, no sólo debido a las ense- 200.000 millones de dólares.
ñanzas de la Iglesia católica, sino porque la gente pobre de la sociedad rural ción de la deuda, el crecimie
tradicional tiende a considerar que tener muchos hijos es algo beneficioso. de capital. Sin embargo, en
Las altas tasas de mortalidad infantil inducen a los padres a tener muchos hi- sos de la exportación se dest
¿Qué futuro le espera a América Latina? 435
s.1980-2025 jos para que algunos, al menos, sobrevivan. y
los niños no son sóro bocas que
alimentar: a una edad muy. tempråna, pueden
Proyecciones comenzar u ouuã¡u, en el cam-
po u otros lugares y contribuir a la renta familiar.
de población Ad.;;r,rr-badres suelen
(en ntillones) tener previsto que sus hijos los respaldarán
tn
cuando il.gu"ï;Ji"¡os. Dentro
s) de esta perspectiva tradicional, la ieticencia
2000
a usar aunque
se pueda disponer de ellos, es completamente "",-i.ãr"lp,ivos,
razonable.
sin embargo, las actitudes hacà la maternidad han
36 43 . cambiado en ras dé-
cadas recientes. La urbanización y el aumento
172 224 del nivel de vida, entre otros
l9 factores, han lrevado a un descenso significativo.
15 de las tasas de crecimiento
poblacional, que han gltdo
99
26
136
36
de un piomedio
años sesenta al 1,9 por 100 a inicios dà ros
anual J"i;Ëpà, roo en los
anos noventa. La tasa bruta de na_
talidad mexicana cayó de 45 nacimientos por
, Nueva York, Oxford University mil habitant", tcos a 2g en
1988, mientras que la de Brasil descendió d e 39 a 2g. "n
Además, el problema no consiste sóro en el
- número de nacimientos en los
años venideros. una preocupación crírica de.ben
r"r ror
aquí y que buscarán trabajo en el futuro predecibre.
j¿;;;;q"" ya están
sa de Chile fue del 1,7 por
E" p"rr;, ;;mo México y
Brasil, casi la mitad de ra población tienË menos
de quince anos. Rsi pues, en
J. Basándonos en las tasas las próximas dos déc^adas la presión para
obtener un empleo será enorme. Las
conjunto de proyecciones tendencias demográficas se conviertän de prisa
en reafidade, ,å"iul.r.
rasil podría acercarse a los
r, lo que representará casi
. ¿Será capaz la economía regional de iostener esta pobración? Los años
,s 276 millones de habitan-
ochenta fueron poco alentador"i. ¡t producto interior bruto per cápita
des_
cendió cerca de un 10 por 100 durante ra
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;ional tienen causas múlti- Y el crecimiento. económico capitarista, incruso Jrunão 100.
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; y la disponibilidad de an- de la población; sobre todo en sociedades ,.dependient"rrí;;õ;os sectores
reciente en la tasa de cre- sión económica suele darse dentro de enclaves
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que entre 1958 y 1980 vio o ,.bolsas> restringidas. A fi_
nales de siglo, América Latina será abrumadoramente
l catorce nacimientos por urbana. pero debido
al crecimiento económico, la migración del campo
: a la de las naciones más y la escasez de puestos de
trabajo, los habitantes de las ciuãades sin un
empleo dentro del sector rbrmal
e por la transformación de podrían muy bien lregar a ser casi rø mitacr
de lå poblacion io1ui. erte grupo
, así como por la escasez quizá siga manreniéndose inactivo en porítica
:rno cubano ha hecho que perspectivas a largo prazo no dejan de
d;r";l;-;; ;;;", pero ras
ùr inquietantes. Las .iuãäd", pueden
lratuita y ha permitido el convertirse en semilleros de desôontento.
s que no lo utilicen nunca Además, a mediados de los años noventa, ra
mayor parte de América La-
tina seguía soportando el agobiante peso ¿e
del control de la natalidad los pagos de la deuda exterior.
Durante la década anterioi transfirià u ,u,
no sólo debido a las ense- u.r"ìdãres extranjáros más de
200'000 millones de dólares. El peso neto
descendió a causa de ia renegocia-
robre de la sociedad rural c-ión de la deuda, el crecimiento de ra exportación
hijos es algo beneficioso. y el retorno de ra entrada
de capital. Sin embargo, en 1993, casi unï de
padres a tener muchos hi- cada tres dólares de los ingre_
sos de la exportación se destinaba a pagar
los antiguos préstamos
436 Historia contemporónea de América Lutina
brasileño haya alcanzado el grado de conciencia de clase o experiencia orga- forma repetitiva por los est
nizativa evidente en Argentina y Chile. De hecho, en las elecciones presi- nemente que su crecimientr
denciales de 1989, São Paulo, la plaza fuerte del sindicalismo brasileño, fue reformista gradual ante los
una de las pocas capitales estatales que votaron contra Lula, el antiguo tra- gión. Tias la segunda guerr
bajador del metal que se presentaba a presidente con una plataforma de iz- sobre todo en Argentina, C
quierda radical. En la elección presidencial de 1994, el apoyo a Lula en São media era mucho menor en
Paulo fue incluso menor. nificando un número impor
México, al igual que Brasil, es una economía con excedente en mano de El problema de las clas
obra. Los trabajadores urbanos saben que si hacen huelga, hay muchos re- no en Europa o en Estados
cién llegados del campo dispuestos a ocupar sus puestos. Como en Brasil, el otras clases fuera completar
gobierno ha sabido utilizar medidas cooptativas para corromper a los diri- ellas se encontraba una clar
gentes sindicales. Donde se ha llegado a la confrontación, el gobierno mexi- diaban a menudo. Por deba
cano no ha dudado en reprimir a los trabajadores y encarcelar a sus líderes ¡ sil y Chile quizás el 65 o 75
durante largos periodos. México parece tener un control más estrecho sobre i sis, las clases medias tendíar
4
¿Qué futuro le espera a América Latina? 437
su clase obrera que ningún otro país importante de América Latina. parece
estas políticas seguro asumir que el movimiento sindical mexicano no podrá doblegar la his-
toria a su voluntad.
,lución (o Haití se habría con- Ninguno de los cambios políticos importantes de América Latina han
rín revolucionario). Y en los sido producidos de forma directa por los trabajadores. Han sido capaces,
;y altas, no los segmentos más vna vez movilizados, de hacer sentir su peso, como en Argentina, pero por
; movimientos guerrilleros en sí mismos no han logrado apoderarse del control de los acontecimientos.-Lo
noventa, el potencial revolu- intentaron en chile y fracasaron, Y en cuba, la rebelión fidelista se efec-
izquierda tras la Revolución tuó fuera del movimiento sindical organizado, que estaba dominado por los
ìs, que ÍaÍavez se han encon- comunistas. Las guerrillas fueron predominantemente de clase media y no
an en una desorganización to- tuvieron vínculos iniciales con la clase obrera organizada. Decir que es
nodelos soviético y euroPeos poco probable que el movimiento sindical tome la iniciativa en América
zos ideológicos e instituciona- Latina no es negar que luchará por los derechos al pan de cada día de sus
ìnte en su admiración de Mao miembros. Lo harâ con gran coste para sus dirigentes, como ha ocurrido
incluso desaparecía. bajo los gobiernos militares de Argentina, chile y Brasil. pero no es lo mis-
an para proteger o restaurar mo que la revolución.
o, el movimiento sindical ar- ¿Y el campesinado? El potencial revolucionario de los obreros rurales
Jinaria para sobrevivir, pero, es evidentemente difícil de medir. Alimentó la Revolución mexicana en es-
nunca había demostrado mu- tadios cruciales y ha dejado su marca en chile (las invasiones de tierra du-
s son el pan de cada día rante las presidencias de Frei y Allende), Bolivia (en la revolución de 1952)
-sa-
siendo un poderoso factor en y Perú (el movimiento guerrillero que esperaba provocar la revolución mi-
contaba con un movimiento litar de 1968 el movimiento bastante más grave de Sendero Luminoso), por
esar de la represión continua mencionar sólo algunos casos. La revuelta de chiapas a comienzos de 1994
lo como fuerza sustancial. en el sur de México amenazó la estabilidad política en un año de eleccio-
Ha sido un país excedentario nes presidenciales. Pero a mediados de 1995, los rebeldes parecían haber
Le ha ido en detrimento de la sido efectivamente controlados. Más al sur, los militares guatemaltecos ha-
rrcentral. El gobierno brasile- bían liquidado a sus opositores guerrilleros en una brutal campaña, y Sen-
y cooptación pâra mantener dero Luminoso había sido reducido a una amenaza mínima a Ia seguridad
ños 1979 y 1980 trajeron una en P_erú. El único país donde sobrevivían significativas fuerzas gueirilleras
enazaría su hegemonía. Pero era Colombia.
a que el movimiento sindical
¿Y las clases medias? En los años cincuenta, fueron <descubiertas> de
l de clase o experiencia orga- forma repetitiva por los estudiosos estadounidenses, que declararon solem-
:cho, en las elecciones presi- nemente que su crecimiento serviría como lastre para asegurar una iniciativa
el sindicalismo brasileño, fue reformista gradual ante los problemas profundamente arraigados de la re-
n contra Lula, el antiguo tra- gión. Tras la segunda guerra mundial, surgió un estrato medio considerable,
ìte con una plataforma de iz- sobre todo en Argentina, chile, México y Brasil. En los dos últimos, la clase
1994, el apoyo a Lula en São media era mucho menor en proporción a la población total, pero seguía sig-
nificando un número importante en cifras absolutas.
ía con excedente en mano de El problema de las clases medias latinoamericanas era que residían allí,
acen huelga, hay muchos re- no en Europa o en Estados unidos, lo cual significaba que su relación con las
s puestos. Como en Brasil, el otras clases fuera completamente diferente de la de los dos anteriores. Sobre
ls para corromper a los diri- ellas se encontraba una clase alta, rica y poderosa, cuyo estilo de vida envi-
frontación, el gobierno mexi- diaban a menudo. Por debajo había una inmensa clase baja, en México, Bra-
rres y encarcelar a sus líderes r
sil y chile quizás el 65 o 75 por 100, en Argentina el 50 por 100. En las cri-
Ln control más estrecho sobre i sis, las clases medias tendían a identificarse con la clase alia, como sucedió en
438 Historia contemporánea de América Latina
Chile en 1973, en Brasil en 1964 y en Argentina en 1976. Parecían aterrori- Los militares constituye
zarse ante la perspectiva de perder renta, posición y propiedad. tusiasmo generado por los r
En tiempos más calmados, podía esperarse que votasen por un gobierno 1968. Dada la experiencia d
representativo y dirigentes centristas. La tendencia es estar a favor de los gol- son ahora recordados como
pes en una crisis, pero de las elecciones cuando se aclara la atmósfera. Esto legiados en demasiados país
ha supuesto un problema constante para los militares que han efectuado los tina y Brasil los ha dejado r
golpes. Las clases medias seguirán siendo importantes, no menos debido a res en Perú en 1992 mostró
que producen muchos de los tecnócratas que formulan la política en casi to- de los civiles.
dos los gobiernos, sean civiles o militares.
¿Y los industriales? En un país tras otro, la comunidad empresarial ha re-
sultado ser tímida e indecisa. Aunque la producción manufacturera aumen- América La
tará, los empresarios latinoamericanos están tan preocupados por sobrevivir
a la formidable desventaja de la inflación, los reglamentos guberna- Entre finales de los años cu¿
-frente
mentales y la competencia extranjera- que no han sido una fuerza política nos se han visto como blanc,
importante. En tiempos de crisis, se han puesto al lado de los militares y las y la Unión Soviética. Cuanc
clases medias. Los hombres de empresa sólo rara vez han desempeñado el los soviéticos un (escaparate
papel reformista de ola burguesía progresista nacional> prevista en la teoría tados Unidos respondió con
marxista. En su lugar, se han enfrentado a una presión creciente del sector moviendo el crecimiento ec'
estatal y las empresas extranjeras. En muchos casos han decidido asociarse surgencia. Ahora que la guer
con compañías extranjeras para lograr capital y tecnología, con lo que han hecho también la perspectiv;
socavado su papel potencial como portavoces nacionales independientes. En la Europa del siglo x
Además, recientemente han sido golpeados por las medidas económicas neo- xista discutían apasionadam
liberales que han suprimido los aranceles, reducido los subsidios y endureci- ciedad socialista. Un ala rad
do el crédito en un esfuerzo por fomentar la productividad para mejorar la incluían la violencia cuando
situación competitiva de América Latina en la economía mundial. Son vul- tas nunca estarían dispuestc
nerables y están a la defensiva, por lo que es poco probable que tomen la ini- beneficios tan notables, sol
ciativa. mantenían que era posible a
¿Y la Iglesia? Esta institución está sometida a una estrecha vigilancia. En do dentro de la estructura I
Brasil, Chile y Centroamérica había creado, desde los años sesenta, entre la presentativo.
población laica, una conciencia y movilización nuevas y extraordinarias. El Esta discusión dividió p.
impulso no se encuentra en el clero, sino en los fieles. La <teología de la li- a los revolucionarios de los
beración> fue la reacción más espectacular de la lglesia a la <cuestión social> partidos políticos tan impor
de América Latina. La experiencia subsiguiente de dictaduras, que dirigieron borista británico y el Social
la represión sobre todo contra los sacerdotes liberales, produjo un profundo mentados hasta que la Rev<
efecto sobre las clases latinoamericanas activas en política. to central. Los bolchevique
Pero oponerse a la tortura ha resultado más simple que formular una internacional para coordinar
postura viable sobre los complejos temas sociales y económicos que de for- tidos comunistas de nueva f
ma inevitable dividen a más sociedades abiertas. Los progresistas católicos revolucionarios entraron en
también están sometidos al cerco institucional en dos frentes muy diferentes. tes facciones disidentes, con
Uno es Roma, donde el papa Juan Pablo II ha sabido utilizar sus poderes Esta discusión sobre el
el socialismo se trasladó a I
'
empresarial ha re-
rfacturera aumen- América Latina: el fin de la vía socialista
dos por sobrevivir
amentos guberna- Entre finales de los años cuarenta e inicios de los noventa, los latinoamerica-
rna fuerza política nos se han visto como blanco de la rivalidad ideológica entre Estados unidos
los militares y las y la lJnión soviética. cuando cuba se hizo marxista-leninista en 1961, dio a
r desempeñado el los soviéticos un <escaparate> potencial para el socialismo en las Américas, Es-
evista en la teoría tados unidos respondió con una ofensiva propia sobre América Latina, pro-
eciente del sector moviendo el crecimiento económico de orientación reformista y la contrain-
lecidido asociarse surgencia. Ahora que la guerra fría ha desaparecido de América Latina,
¿lo ha
a, con lo que han hecho también la perspectiva de una revolución de izquierdas?
s independientes. En la Europa del siglo xrx, los movimientos políticos de orientación mar-
; económicas neo- xista discutían apasionadamente las tácticas apropiadas para lograr una so-
y
'sidios endureci- ciedad socialista. un ala radical apremiaba por métodos revolucionarios, que
d para mejorar la incluían la violencia cuando fuera necesario. Los capitalistas y sus apologis-
mundial. Son vul- tas nunca estarían dispuestos a renunciar a una sociedad de la que obtenían
r que tomen la ini- beneficios tan notables. sostenían los marxistas radicales. Los moderados
mantenían que era posible avanzar poco a poco hacia el socialismo trabajan-
'cha
vigilancia. En do dentro de la estructura legal, sobre todo donde hubiera un gobierno re-
s sesenta, entre la presentativo.
xtraordinarias. El Esta discusión dividió profundamente a la izquierda europea, separando
"teología cle la li- a los revolucionarios de los socialistas demócratas. De los últimos surgieron
r
"cuestión social, partidos políticos tan importantes como el Socialdemócrata alemán, el La-
ras, que dirigieron borista británico y el Socialista francés. Los revolucionarios siguieron frag-
dujo un profundo mentados hasta que la Revolución rusa de r9t7 proporcionó un nuevo pun-
to central. Los bolcheviques victoriosos crearon una estructura de mando
,¡ue formular una internacional para coordinar (y, como pronto se comprobó, dominar) los par-
micos que de for- tidos comunistas de nueva formación por todo el mundo. La mayoría de los
gresistas católicos revolucionarios entraron en estos partidos, aunque sobrevivieron importan-
ls muy diferentes. tes facciones disidentes, como los trostkistas.
ilizar sus poderes Esta discusión sobre el camino revolucionario versus
ispos conservado- "el pacífico" hacia
el socialismo se trasladó a América Latina. Resulta interesante que los par-
cle el antiguo mo- tidos comunistas de la región promovieran hasta 1959 la vía pacífica en la po-
1o por las rápidas lítica interna, con dos excepciones: El Salvador en1932 y Brasil en 1935. Así
gélicos muy bien pues, el legado comunista de América Latina no era revolucionario. La elec-
ción de Allende en chile en 1970 se mantenía dentro de esta tradición.
440 Historia contemporánea de América Latina
En contraste, el camino revolucionario al socialismo fue emprendido en papel estatal era tan grande
Cuba y Nicaragua. Ambos regímenes tuvieron que afrontar la incansable día hablar de capitalismo de
hostilidad de Estados Unidos, que incluía actividades militares abiertas (o en- híbrido. Había tres fuentes
cubiertas). Y aunque podían atribuirse significativas mejoras en la salud y (por lo general multinacion¡
educación pública, especialmente en la alfabetización de adultos, perdieron plementar al nacional, las e
el apoyo de importantes sectores de su propia población. En grados diferen- obtuvieran demasiado pode
tes, también se hicieron excesivamente dependientes de la generosidad del más su responsabilidad. En
antiguo bloque comunista. El fin de la guerra fría y el subsiguiente colapso res reforzaron fuertemente r
de la URSS no sólo trajo la desaparición del patrocinio soviético; también mercado con muchas más re
produjo un desencanto generalizado con la ideología marxista. En conse- cimonónicos habrían podidc
cuencia, los ciudadanos de Nicaragua exhaustos de la guerra votaron contra Los políticos latinoamer
los sandinistas en las elecciones de 1990. Y la Cuba de Fidel Castro, aislada treinta y cuarenta para inst
y abandonada, perdió su antes apreciado estatus de vanguardia de la revolu- de trabajo. Crearon una red
ción continental. nes pagadas, asistencia méd
En cambio, los pueblos de América Latina se han distanciado de las ideo- el mercado formal de trab¿
logías utópicas para realizar esfuerzos prácticos a nivel de las bases. Están me- miembros de sindicatos. Ést
nos ocupados en conquistar el Estado con fines revolucionarios y más intere- lo que los convertía en una r
sados en aplicar el poder a la solución práctica de problemas locales o rica Latina. Pero eran los m
específicos. Al mismo tiempo, el nacionalismo ha perdido mucho de su atractivo tantes para los políticos en I
en toda la región, especialmente entre la nueva clase dirigente. A mediados de Este capitalismo híbridc
los noventa, la vía socialista para América Latina parece haber desembocado en siglo xx. Por toda América
un callejón sin salida. nomistas y empresarios par
contra el papel creciente dr
gentina en 1976 y de Chile
Las perspectivas de desarrollo en el capitalismo económica. Intentaron redu
las empresas que poseía y ;
El capitalismo ha tenido una accidentada historia en América Latina. La eta- ducción de aranceles y regu
pa colonial implantó el sistema mercantilista clásico, en que las colonias esta- A finales de los años oc
ban forzadas a producir el máximo excedente para las monarquías española y etiquetada como oneolibera
portuguesa. A finales del siglo xvut comenzaron a aparecer grietas en el siste- financieros multilaterales tal
ma. El contrabando, inducido por los ingleses, erosionó el monopolio ibérico ricano de Desarrollo, así col
del comercio, y comenzaron a aparecer a su vez incipientes mercados libres etiqueta de <consenso de Wi
junto a la economía oficialmente aceptada, y frecuentemente a pesar de ella. cepción había sido desde h¿
En el siglo xrx, una fracción de las elites trató de eliminar los vestigios jeros en Nueva York y Lonr
del privilegio colonial e introducir una economía orientada al mercado, pre- ca Latina. Brasil era el únicr
parada para el comercio exterior. Los más radicales de estos reformistas que- mediados de 1995.
rían reducir todas las relaciones sociales a una definición de mercado. Como Así, la reciente redemoc
era más fácil en países sin indios, fue mucho más sencillo en Argentina que cina fuerte: políticas de
"aju
en México. El intento de acelerar este proceso ayudó a provocar las rebelio- brio sin precedentes en las ,
smo tue emprendido en papel estatal era tan grande a comienzos de los años setenta que ya no se po-
) afrontar la incansable día hablar de capitalismo de manual en América Latina, sino de capitalismo
militares abiertas (o en- híbrido. Había tres fuentes de capital: nacional privado, estatal y extranjero
s mejoras en la salud y (por lo general multinacional). Cuando llegó el capital extranjero para com-
,n de adultos, perdieron plementar al nacional, las elites consideraron peligroso que los extranjeros
;ión. En grados diferen- obtuvieran demasiado poder económico, así que el Estado aumentó cada vez
s de la generosidad del más su responsabilidad. En países tales como Argentina y Brasil, los milita-
el subsiguiente colapso res reforzaron fuertemente esta tendencia. El resultado fue una economía de
cinio soviético; también mercado con muchas más restricciones artificiales de las que los liberales de-
¡ía marxista. En conse- cimonónicos habrían podido imaginarse.
a guerra votaron contra Los políticos latinoamericanos también utilizaron el Estado en los años
de Fidel Castro, aislada treinta y cuarenta para institucionalizar una profunda división en la fuerza
ranguardia de la revolu- de trabajo. crearon una red de beneficios sociales (salario mínimo, vacacio-
nes pagadas, asistencia médica, estabilidad laboral) para los trabajadores en
distanciado de las ideo- el mercado formal de traòajo, esto es, funcionarios públicos, profesionales,
lde las bases. Están me- miembros de sindicatos. Estos eran predominantemente residentes urbanos,
ucionarios y más intere- lo que los convertía en una minoría de la masa trabajadora en casi toda Amé-
le problemas locales o rica Latina. Pero eran los más activos políticamente y, por tanto, más impor-
lo mucho de su atractivo tantes para los políticos en busca de votos.
lirigente. A mediados de Este capitalismo híbrido suscitó la furia de los economistas liberales del
e haber desembocado en siglo xx. Por toda América Latina, pero en especial en el Cono Sur, los eco-
nomistas y empresarios partidarios al máximo del laissez-faire han luchado
contra el papel creciente del Estado. Gracias a los golpes militares de Ar-
gentina en 1976 y de chile en 1973, se hicieron con el control de la política
capitalismo económica. Intentaron reducir el sector estatal de forma drástica vendiendo
las empresas que poseía y abriendo el mercado nacional mediante una re-
{mérica Latina. La eta- ducción de aranceles y regulaciones.
)n que las colonias esta- A finales de los años ochenta, esta visión de la política, frecuentemente
monarquías española y etiquetada como <neoliberalr, había sido adoptada también por organismos
rrecer grietas en el siste- financieros multilaterales tales como el Banco Mundial y el Banco Interame-
ró el monopolio ibérico ricano de Desarrollo, así como por el gobierno de Estados unidos (de ahí la
pientes mercados libres etiqueta de <consenso de washington>). No es necesario decir que dicha con-
.emente a pesar de ella. cepción había sido desde hacía mucho tiempo grata a los inversores extran-
e eliminar los vestigios jeros en Nueva York y Londres. La ola neoliberal se extendía así en Améri-
:ntada al mercado, pre- ca Latina. Brasil era el único que se mantenía al margen, y subiría a bordo a
e estos reformistas que- mediados de 1995.
;ión de mercado. Como Así, la reciente redemocratizada América Latina enfrentaba a una medi-
rcillo en Argentina que cina fuerte: políticas de <ajuste> encaminadas no sólo a corregir el desequili-
a provocar las rebelio- brio sin precedentes en las cuentas externas, sino también a imponer la dis-
ciplina de los mecanismos de mercado en sociedades asentadas desde hace
lrica Latina en nuestro tiempo en un corporativismo abrigado y en el favoritismo de las familias ex-
r, al aumentar la inter- tensas. ¿Estará llegando por fin el capitalismo a América Latina?
ayores cl gobierno cen- Si es así, ¿qué impacto político tendrá? A mediados de los años noventa,
retrolcras estatales, los los responsables políticos neoliberales estaban en su apogeo (incluso en chi-
le crédito especiales. El le, el segundo gobierno centrista elegido evitó alterar muchos elementos
442 Historia contemporánea de América Latina
esenciales de la política económica de Pinochet), mientras la izquierda, que No es fácil sostener que
representaba mucho menos el potencial revolucionario, se encontraba desor- puede ser inmune al procer
ganizada. Pero si el ajuste por una economía mundial en expan- mundo industrial. La televi:
sión relativamente libre de-ayudado
barreras comerciales- logra restaurar el creci- nales y provinciales y han <
miento, ¿conseguiría la izquierda prolongar su vida? Como Tocqueville nos ls5>>, como los de las tan pc
recuerda, es más probable que surja el descontento cuando las condiciones ble presión económica sob
materiales, y con ellas las expectativas, mejoran. Y merece la pena no olvidar lengua nacional y adopten s
que en América Latina, desde la depresión mundial, el crecimiento econó- de la población que sigue Ì
mico más sostenido se ha dado bajo políticas nacionalistas que se concentra- menos de un 2 por 100 a mr
ron en la producción para los mercados internos. La atracción de ese mode- estos indios a la población
lo ha disminuido pero no ha muerto. Se puede contar con que reviva entre de los líderes mexicanos. Sir
los intelectuales y tecnócratas cuyas filas están dominadas ahora por doctri- nes étnicas. ¿Podría ser de r
nas más ortodoxas. quier otro de América Lati
No resulta menos importante el tema de la justicia social. Si se utilizan nas (en parte para obtener
medidas como la distribución de la renta (aunque los datos varían en cuanto <nativas> son una atracción
a calidad), la mayor parte de América Latina se ha vuelto más desigual en las servar su cultura prehispán
dos últimas décadas. El gasto interno en servicios sociales salud llo social tiende a oponerse
-educación,
y vivienda- se ha desplomado, aunque organismos internacionales como el En Brasil, la tradición
Banco Mundial han tratado de compensarlo. De hecho, los esclavos afric
Nuestra investigación nos lleva de vuelta a la conexión entre el tipo de sileñas, que su cultura cont
régimen político y las políticas económicas. La sumamente exitosa aplicación deleble con su presencia. ,
en Chile del modelo neoliberal fue realizada por un gobierno militar, no una milación cultural? Parece
democracia. Ahora vemos que los gobiernos elegidos democráticamente in- especial en la religión. El
tentaban seguir el moclelo. Desafortunadamente, estos sistema democráticos de muchos niveles. En la cir
están todos manipulados por ..los que no son pobres> (para usar el eufemis- cial en todos los aspectos. J
mo del Banco Mundial), que muestran poco interés en mejorar el bienestar ritismo y cultos afrobrasilei
social en sus sociedades. Por el contrario, ellos se destacan en usar el Estado ligiones no oficiales el eler
para promover sus propios intereses. Parecen inclinados a producir un capi- cultura nacional que su suF
talismo primitivo que recuerda la Europa y los Estados Unidos de finales del ce asegurada.
siglo xrx. En aquellos días felices, les fue dicho a los futuros capitalistas: uEn- Las únicas zonas donde
richez-vous> (¡Enriqueceos!). Lo hicieron y dejaron a la mayoría de sus so- van mucho tiempo son los
ciedades esperando por décadas la intervención estatal para corregir las gra- población indígena parece l,
ves desigualdades. ¿Podría ser que los capitalistas latinoamericanos de finales var las identidades sociales
del siglo xx, como los Borbones de Francia, no hayan aprendido ni recorda- nización de América Latina
do nada? ciano. El resultado más prc
predominantemente europ(
gena o africana. No parece
¿Qué será de las culturas no europeas de América Latina? tura india americana en E:
cultura regional de Nortear
Pocos pueden estudiar la historia latinoamericana sin sentirse fascinados por tro o fuera de América Lati
su mezcla calidoscópica de razas y pueblos. y de inmediato surge la pregun- tura africana o india. ¿,Y dó
ta: ¿lo inusual, lo diferente, lo exótico se homogeneizará en amalgamas na- Mundial de la Salud o el For
cionales carentes de la originalidad de las culturas indias, africanas o provin- de interesar a los turistas, p
cianas? ¿Qué pasará con los indios chiapanecos o los del altiplano peruano, el analfabetismo o la mort¿
o los negros de Bahía en Brasil? ¿Desaparecerán ellos o su identidad étnica? geneidad cultural parece co
¿Qué fuilüo le espera a América Latina? 443
, mientras la izquierda, que No es fácil sostener que su modo de vida sobrevivirá. América Latina no
,nario, se encontraba desor- puede ser inmune al proceso de homogen eización social tan conocido en el
onclmía mundial en expan- mundo industrial. La televisión y la radio han erosionado las barreras regio-
logra rcstaurar el creci- nales y provinciales y han concentrado la atención sobre modelos (nacio;a-
-da? Como Tocqueville nos lesrr, como los de las tan populares telenovelas. Thmbién existe una implaca-
nto cuando las condiciones ble presión económica sobre los remanentes étnicos para que aprendan la
'merece la pena no olvidar lengua nacional y adopten su cultura. En México, por ejemplo, la proporción
dial, el crecimiento econó- de la población que sigue hablando sólo una lengua india ha descendido a
onalistas que se concentra- menos de un 2 por 100 a mediados de los años noventa. La incorporación de
La atracción de ese mode- estos indios a la población de habla española ha sido un objetivo prioritario
ontar con que reviva entre de los líderes mexicanos. sin embargo, en el proceso se han perdido tradicio-
rminadas ahora por doctri- nes étnicas. ¿Podría ser de otro modo? El gobierno mexicano, más que cual-
quier otro de América Latina. ha intentado preservar sus tradicionei indíge-
usticia social. Si se utilizan nas (en parte para obtener los dólares de los turistas, ya que las costumbres
los datos varían en cuanto <nativas> son una atracción). También ha existido un interés genuino de pre-
r vuelto más desigual en las servar su cultura prehispánica única. Sin embargo, la búsqueda del desarro-
sociales salud llo social tiende a oponerse a estos objetivos.
-educación,
os internacionales como el En Brasil, la tradición no europea más importante ha sido la africana.
De hecho, los esclavos africanos penetraron tanto en todas las regiones bra-
conexión entre el tipo de sileñas, que su cultura contemporánea ha quedado estampada de forma in-
namente exitosa aplicación deleble con su presencia. ¿Puede sobrevivir al implacable proceso de asi-
rn gobierno militar, no una milación cultural? Parece persistir como una influencia soterrada, en
idos democráticamente in- especial en la religión. El contexto lo aporta el mundo religioso brasileño
:stos sistema democráticos de muchos niveles. En la cima se encuentra la Iglesia católica y romana, ofi-
res> (para usar el eufemis- cial en todos los aspectos. Por debajo yacen los mundos de umbanda, espi-
és en mejorar el bienestar ritismo y cultos afrobrasileños como el candomblé y macumba. En estas re-
lestacan en usar el Estado ligiones no oficiales el elemento africano ha impregnado de tal manera la
inados a producir un capi- cultura nacional que su supervivencia, aunque de un modo asimilado, pare-
ados Unidos de finales del ce asegurada.
,s futuros capitalistas: uEn- Las únicas zonas donde las culturas indias parece probable que sobrevi-
rn a la mayoría de sus so- van mucho tiempo son los Andes, el sur de México y Guatemala, donde la
,tatal para corregir las gra- población indígena parece lo suficientemente concentrada como para preser-
¿rtinoamericanos de finales var las identidades sociales tradicionales. sin embargo, en general, la urba-
yan aprendido ni recorda- nización de América Latina está engullendo o liquidando lo rural y lo provin-
ciano. El resultado más probable es que esas naciones surjan como culturas
predominantemente europeas con remanentes dispersos de influencia indí-
gena o africana. No parece más sorprendente que la aniquilación de la cul-
le América Latina? tura india americana en Estados unidos o la implacable destrucción de la
cultura regional de Norteamérica. En el último análisis, pocas elites de den-
sin sentirse fascinados por tro o fuera de América Latina dieron importancia a la preservación de la cul-
lmediato surge la pregun- tura africana o india. ¿Y dónde se sitúa en la clasificación de la organización
neizará en amalgamas na- Mundial de la Salud o el Fondo Monetario Internacional? Lo pintoresco pue-
indias, africanas o provin- de interesar a los turistas, pero se convierte en un impedimento para reducir
los del altiplano peruano, el analfabetismo o la mortalidad infantil. En el mundo moderno, la hetero-
llos o su identidad étnica? geneidad cultural parece contar muy poco.
444 Historia contemporánea de América Lntina
a ella, la ley resultó tener un efecto poco duradero en el flujo de migración buciones al atletismo. En ft
indocumentada, ya que la frontera sur estadounidense continuó siendo no- país que ha ganado la Copr
tablemente porosa y muchos <ilegales> obtuvieron con facilidad documen- en 1978 y 1986. Incluso pai
tos de identidad falsificados una vez en Estados Unidos. Mientras tanto, la casa la Copa Mundial. Los
economía estadoúnidense siguió absorbiendo ,,ilegales, en el sector de ser- lares para tentar a las estre
vicios peor remunerados. En California, no obstante, ha ocurrido una po- La teología y la organiz
derosa reacción adversa en la forma de un referéndum aprobado en 1994 impresionante en esa regió
por los votantes que privaría de muchos servicios públicos a los oilegales> es en gran medida un fenó
e incluso a algunos extranjeros legales. Un largo proceso judicial es pro- latinoamericanos de recon,
bable. ticas y económicas que los
La otra continua fuente de tensión en la frontera entre Estados Unidos y cos que aumentan con rapi
México ha sido el tráfico de drogas. Pese a la cooperación intermitente de las representan un despertar e
autoridades estadounidenses y mexicanas, la entrada de droga se ha incre- tía religiosa. Merece la per
mentado debido a una más efectiva inhabilitación en el Caribe. Las repetidas laicos, desempeñó un papr
denuncias de corrupción a alto nivel por parte de los santurrones políticos es- años setenta. En Chile, la I
tadounidenses no han hecho más que empeorar las cosas. resistirse a un régimen mili
¿Qué luturo le espera a América Latina? 445
cionales. Mientras tanto, debe movilizar sus propios recursos para el creci- México 8
miento económico sostenido y buscar una distribución más equitativa de los Perú 3,0 2
resultados. La región tendrá que seguir afrontando también las implicaciones
de la subordinación y la dependencia, mientras que los extranjeros continua- Centroamérica
rán admirando y sintiendo fascinación hacia lo que García Márquez denomi- Costa Rica 0,3
nó <las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de El Salvador 0,8
Guatemala 0,9
hombres alucinados y mujeres históricas, cuya parquedad sin fin se confunde
Honduras 0,4
con la leyenda".
Nicaragua 0,4
Panamá 0,3
Caribe
Cuba 1,6 1
'Cifra de 1970.
Fuentes: Statistical Abstract o.l
Center, 1978, cuadro 623; vol.21 (l
Banco Mundial , World Developnu
Oxford University Press, 1994, cu¿
:atas de todas Partes que
ociedad latinoamericana
roderno.
tribución en el campo de
ldad con aquellos de ori-
Apéndice estadístico
: los mestizos han disfru-
américa y la región andi-
de la mezcla de europeo
racismo, la movilidad ha
r Brasil, Cuba, Colombia Cuepno 13.1. Indicadores sociales seleccionados
hace falta observar Nor- Población Tasa de creci¡niento Urbanizaciótto Esperanza
discriminación en Amé- (millones) de población anual (%) de vida
la gente de piel muy os- I /oJ (años)
ial es considerable, sobre
rropeos en tantas partes l 900 1992 1900-1910 1980-1992 r900 1980 1992
, esa patria inmensa de El Salvador 0,8 5,4 2,1 1,4 6,0 24,9 66
Caribe
Cuba 1,6 10,8 1,0 1,0 25,0 47,5 76
Granada s.d.(91,000)b s.d, s.d. s.d. s.d. 71
Hairí 1,25 6,7 3,2 2,0 16,5 55
Jamaica s.d. 2,4 s.d. 1,0 Y s.d. 74
República
Dominicana 0.6 1,3 2,1 2,1 3,6 40,8 68
'Cifra de 1970.
Fuentes: Statisticul Abstract of Latin America, vol. 19, Los Ángeles, UCLA Latin American
Center, 1978, cuadro 623; vol. 21 (1981), cuadros 104,623,634; y vol.25 (19iì7), cuadros 600,661;
Banco Mundial, World Developmenl Report 1994: Infrastructure Íor Developnent, Nueva York,
Oxford University Press, 1994, cuadros 1., 1a,25,31.
448 Historia contemporúnea tle Américu Latina
Nota: El sector agrlcola comprende agricultura, silvicultura, caza y pesca; en algunos pafses
la práctica de la agricultura de subsistencia (fuera de la economía de mercado) puede llèvar a
una subvaloración del tamaño del sector. La industria incluye minería, manufaciura, construc-
ción, electricidad, agua y gas Todos los demás sectoÍes de la actividad económica se han clasifi-
'astructure
for Development, cado como servicios.
24: y Agencia Central de In-
Fuenîes: Economist Intelligence l)nit, country profiles, 1993-94 y 1,994-95, Londres, Eco-
nomist Intelligence Unit, 1,993y 1994; y Agencia Central de Inteligencia,World Factbook 1994-
9l Washington, Brassey's, 1994.
-_
1966 Errol Walton Barrow
1976 J. M. c. M. ("Tom")
Jefes de Estado* 1985 H. Bernard St. John
Barbados
1966 Errol Walton Barrow 1986 Errol Walton Barrow
{<
1976 J. M. G. M. (<Tom") Adams 1987 Erskine Sandiford
1985 H. Bernard St. John 1994 Owen Arthur
Costa Rica
Guatemala
gel Calderón Guardia
cardo Michalski 1873 Justo Rufino Barrios 1954 Carlos Díaz, 27-29 de junio
n Herrera, 19 de abril- 1885 Alejandro Sinibaldi, 2-15 de abril Elfego J, Monzón,29 de junio-8 de
Manuel Lisandro Barillas, 15 de julio
'es, 8 de mayo-8 de no- abril-15 de marzo de 1892 Carlos Castillo Armas, 8 de julio-
t949 1892 José María Reina Barrios 26 de julio de 1,957
e Blanco 1898 Manuel Estrada Cabrera 1957 Luis Arturo González López,27
'eamuno Flores 't920 Carlos Herrera de julio-25 de octubre
'es Ferrer 1922 José María Orellana Guillermo Flores Avendaño,28 de
¡ndi Jiménez 1926 Lázaro Chacón octubre-2 de marzo de 1958
osé Orlich 1930 Baudillo Palma, 1 3- 1 6 de diciembre 1958 Miguel Ydígoras Fuentes
rín Trejos Fernández Manuel Orellana C., 16-31 de di- 1,963 Enrique Peralta Azurdia
'es Ferrer ciembre 1966 Julio César Méndez Montenegro
¡ber José María Reyna Andrade, 31 de 19'10 Carlos Arana Osorio
ûazo diciembre-14 de febrero de 1931 1974 Kjell E. Langerud García
to Monge Alvarez 1.931 Jorge Ubico 1978 Fernando Romeo Lucas García
s Sánchez 1944 Federico Ponce Vaidez, 1 de julio- 1982 Efrain Ríos Montt
¡el Calderón 21 de octubre 1983 Óscar Humberto Mejía Victores
Figueres Jacobo Arbenz Guzmán,12 de di- 1986 Marco Vinicio Cerezo Arévalo
ciembre-1 de marzo de 1945 1991 Jorge Serrano Elías
1945 Juan José Arévalo Bermejo 1993 Ramiro de León Carpio
1951 Jacobo Arbenz Guzmán
454 Historia contemporónea de América Latina
Honduras
1876 Marco Aurelio Soto 1,907 Miguel R. Dávila 1879 Joaquín Zavala
1883 Luis Bográn 1911 Francisco Beltrán 1883 Adán Cárdenas
1891 Pariano Leiva l9l2 Manuel Bonilla 1887 Evaristo Carazo
1893 Domingo Yázqtez \913 FranciscoBertrand 1889 Roberto Sacaza
1894 Policarpo Bonilla 1915 Alberto Membreño 1893 Innere Wirren
1899 'Ierencio Sierra 1916 FranciscoBertrand José Santos Zelaya
1903 Manuel Bonilla 1920 Rafael López Gutiérrez 1909 José Madriz
lefes de Estado 455
Nicaragua
i.. Dávila 1879 Joaquín Zavala 1910 José Dolores Estrada
I Beltrán 1883 Adán Cárdenas
lonilla 191 1 Juan José Estrada, 1 de enero-9
1887 Evaristo Carazo de mayo
r Bertrand 1889 Roberto Sacaza
Vfembreño Adolfo Día2,9 de mayo-31 de di-l
rBertrand
1893 Innere Wirren ciembre de 1916
Emiliano Chamorro Vargas
I
José Santos Zelaya r917
Spez Gutiérrez
1909 José Madriz L9t9 Diego Manuel Chamorro
I
I
456 Hßtoria contemporónea de América Latina
1823 Bartolomeo Martínez 1950 Anastasio Somoza García ("Ta- 1968 Arnulfo Arias Madrid,
1925 Carlos Solórzano
I
cho") tubre
(ocupación estadounidense) I
I
1956 Luis Somoza Debayle Omar Torrijos, 11 de c
1,y26 Emiliano Chamorro Vargas, 15 de 1963 René Schick Gutiérrez tiembre de 1978
enero-LL de noviembre 1966 Lorenzo Guerrero Gutiérrez 1978 Aristides Royo
Adolfo Díaz, I I de noviembre-l de I 1,967 Anastasio Somoza Debayle (<Ta- 1982 Ricardo de la Esprielli
enero de 1929 I chito>) 1984 Jorge Illueca
Ig2g José María Moncada I
1972 Junta de gobierno de la familia Nicolás Ardito Barlen
(ocupación estadounidense) I Somoza
1933 Juan Bautista Sacasa 1974 Anastasio Somoza Debayle ("Ta-
1936 Carlos Brenes Jarquín chito>)
1937 Anastasio Somoza García (oTa- \979 Junta de Francisco Urcuyo: Da-
cho)) niel Ortega y otros 1886 Andrés Avelino Cácerr
1947 Leonardo Argüello, 1-26 de mayo 1985 José Daniel Ortega Saavedra 1890 Remigio Morales Bern
Benjamín Lacaya Sacasa, 26 de 1990 Violeta Chamorro 1894 J.Borgoño,ldemayo-l
mayo-15 de agosto Andrés Avelino Cáce
Víctor Román y Reyes, 14 de agosto-l9 de marzo de
agosto-6 de mayo de 1950 1895 Manuel Candamo, 21
8 de septiembre
Nicolás Piérola, 8 de s
Panamó 8 de septiembre de 189
1899 Eduardo López de Ror
1904 Manuel Amador Guerrero Ricardo J. Alfaro, 1.6 de enero- 1903 Manuel Candamo
1908 José Domingo de Obaldía 1 de octubre de 7932 1,904 Serapio Calderón,7 de r
1910 Carlos Antonio Mendoza, i de 1,932 Harmodio Arias septiembre
marzo-L de octubre r936 Juan Demóstenes Arosemena José Pardo y Barreda,
Federico Boyd, 1-4 de octubre 1939 Augusto S. Boyd tiembre-24 de septiemt
Pablo Arosemena, 4 de octubre- 1940 Arnulfo Arias 1908 Augusto B. Leguía
2 de febrero de 1,912 194l Ernesto Jaén Guardia, 9 de octu- 1912 Guillermo E. Billinghu
1912 Rodolfo Chiari,2 de febrero-7 de bre 1914 Oscar R. Benavides
mafzo Ricardo Adolfo de la Guardia,9 de 1915 José Pardo
Pablo Arosemena, 7 de marzo- octubre-15 de junio de 1945 1919 Augusto B. Leguía
I de octubre 1945 Enrique Adolfo Jiménez 1930 Manuel Ponce, 25-27
Belisario Porras, 1 de octubre- 1948 Domingo Díaz Arosemena Luis M. Sánchez Cel
de 1916
L de octubre 1949 Daniel Chanis, 28 de julio-2O de agosto-l de marzo de 1
1916 Ramón Maximiliano Valdés noviembre r931 Ricardo Leoncio Elí¿
1918 Ciro Louis Urriola, 3 de junio- Roberto Chiari, 20-25 de noviem- fnarzo
I de octubre bre Gustavo A. Ji ménez, 5 -^l
Pedro Antonio Dlaz, l-12 de oc- Arnulfo Arias, 24 de noviembre-
tubre 10 de mayo de 1951
Belisario Porras, 12 de octubre-30 1951 Alcibíades Arosemena
de enero de 1920 1952 José Antonio Remón Cantera
1920 Ernesto Tisdel Lefevere, 30 de 1955 José Ramón Guizado, 3-15 de 1948 Luis Muñoz Martín
enero-1 de octubre enero L9@ Roberto Sánchez Vilell
Belisario Porras, 1 de octubre-l de Ricardo M. Arias Espinosa, 15 de 1968 Luis A. Ferré
octubre de1924 enero-1 de octubre de 1956 1972 Rafael Hernández Col(
1.924 Rodolfo Chiari 1956 Ernesto de la Guardia, jr.
1928 Florencio Harmodio Arosemena 1960 Roberto F. Chiari
1931 Harmodio Arias, 2-16 de enero L964 Marco Aurelio Robles
Jefes de Estado 457
iomoza García ("Ta- 1968 Arnulfo Arias Madrid, 1-11 de oc- 1985 Eric Arturo Devalle Henríquez
tubre 1988 Manuel Solís palma (de factojge_
r Debayle Omar Torrijos, 11 de octubre-sep- neral Manuel Antonio Noriega)
Gutiérrez tiembre de 1978 1989 Francisco Rodríguez, septiembie-
errero Gutiérrez 1978 Aristides Royo diciembre
rmoza Debayle (<Ta- 1982 Ricardo de la Espriella 1989 Guillermo Endara
1984 Jorge Illueca 1994 Ernesto Pérez Balladares
,bierno de la familia Nicolás Ardito Barletta Vallarino
El Salvador
¡s Ezeta
el Gutiérrez
-- doso y Enzo Faletto, Dependen
Eds., 1969. El intento más siste
Robert A. Packenham,The De,
lopment Studies, Cambridge, H
Sugerencias para lecturas complementarias Un punto de partida excele
dos Unidos es Rodolfo O. de la
An I nterdis cip linary A ntho lo g,y.
funda historia social de la Me¡
rrez, When Jesus Came, the Cot
in New Mexico, 1500-l846,Stat
cuestión de la identidad latina
Labels, Latino Lives: Identity a.
Minneapolis, University of Min
doso y Enzo Faletto, Dependencia y desarcollo en América Latina, México, Siglo XXI
Eds., 1969. El intento más sistemático de desacreditar al enfoque independentista es
Robert A. Packenham, The Dependency Movement: Scholarship and Politics in Deve-
lopment Studies, Cambridge, Harvard University Press, 1992.
lplementarias Un punto de partida excelente para comprender la experiencia chicana en Esta-
dos Unidos es Rodolfo O. de la Garza et ø/., eds., The Mexican American Experience:
An Interdßciplinary Anthology, Austin, University of Tþxas Press, 1985. Para una pro-
funda historia social de la Mesoamérica más septentrional, véase Ramón A. Gutié-
rrez, When Jesus Came, the Corn Mothers Went Away: Maniage, Sexuality, and Power
in New Mexico, 1500-1846, Stanford, Stanford University Press, 1991. La complicada
cuestión de la identidad latina es abordada hábilmente en Suzanne Oboler, Ethnic
Labels, Latino Lives: Identity and the Politics of (Re)Presentation in the United States,
Minneapolis, University of Minnesota Press, 1995.
a de capítulos seguida en el
de las indicadas para los ca- 1,. Los cimientos coloniales (1492-décøda de 1880)
resultan importantes para el
teresados en un país concre- Con demasiada frecuencia, la <conquista> se considera sólo desde la perspectiva eu-
ir a las sugerencias anotadas ropea. El libro de Miguel León-Portilla, El reverso de la conquista. Relaciones aztecas,
mayas e incas, México, Joaquín Mortiz, 1964, constituye un excelente correctivo. Para
rroporcionen una lectura in- una síntesis magistral de este drama, véase Hugh Thomas, Conquest: Montezuma,
América Latina contempo- Cortes, and the Fall of Old Mexico, Nueva York, Simon & Schuster, 1993. Un estudio
rejables. Nuestro objetivo es pionero de cómo los pueblos nativos se ajustaron al gobierno europeo mientras pre-
aquellos publicados recien- servaban el sentido de la comunidad es el de Steve J. Stern, Los pueblos indígenas del
r capítulo del texto. Los lec- Perú y el desafío de la conquista española: Huamanga hasta 1640, trad. de Fernando
in de ellos en la mayoría de Santos Fontela, Madrid, Alianza Editorial, 1986. Un excelente libro paralelo para un
periodo anterior de México es el de Inga Clendinnen, Ambivalent Conquest: Maya
and Spaniard in Yucøtan, 1517-1570, Cambridge, Cambridge University Press, 1987.
La mejor síntesis actual sobre el mundo colonial ibérico es la de Leslie Bethell,
ed., Historia de América Latina, vols. 1-4: América Latina colonial,Barcelona, Cam-
bridge University Press y Crítica, 1990. Para un tratamiento breve y eficaz, véase
ina, según se reflejan en las Mark A. Burkholder y Lyman L. Johnson, Colonial Latin America, 2." ed., Nueva
glo xtx, aparecen recogidos York, Oxford University Press, 1994. Para el Brasil colonial, no existe sustituto del
, University of Texas Press, clásico libro de Gilberto Freyre, Casa grande y senzala, Buenos Aires, Emecé, 1943.
atina contemporánea al lec- El mejor estudio monográfico sobre la esclavitud colonial brasileña es el de Stuart
ging Face of Latin America B. Schwartz, Sugar Plantations in the Formation of Brazilian Society: Bahia, 1550-
desarrollo bastante más es- 1835, Cambridge, Cambridge University Press, 1985. Nueva investigación sobre la es-
,îin America in Perspective,
tructura familiar se ofrece en Alida C. Metcali Family and Frontier in Colonial Bra-
rencia de carácter multidis- zil: Santana de Parnaíba 1580-1822, Berkeley, University of California Press, 1992.
nas E. Skidmore y Harold Los orígenes y afanes de la independencia en la América española son descritos
lmerica and the Caribbean, por John Lynch en el amplio Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, Barce-
t92. Un amplio tratamiento
lona, Ariel, 1,976. El periodo postindependentista está bien tratado en Leslie Bethell,
rcricas: New Interpretive Es- ed., Historia de América Latina, vol. 6: América Latina independiente, 1820-1870, Bar-
:amen de las tendencias ac- celona, Cambridge University Press y Crítica, 1992, y en David Bushnell y Neill Ma-
mith. ed., Latin America in caulay, The Emergence of Latin America in the Nineteenth Century,2.' ed., Nueva
td Analysis, Boulder, West- York, Oxford University Press, 1994. Esta historia para México es explicada con
abundante detalle en D. A. Brading, Orbe Indiano, De la monarquía católica ø la re-
literatura y una controver- pública criolla, 1492-18ó7,México, Fondo de Cultura Económica, 1991. Tiaducción de
le Fernando Henrique Car-
Juan José Utrilla. La creación de identidades nacionales mediante la literatura se in-
462 Hßtoria contemporónea de América Latina
vestiga en Doris Sommer, Foundational Fictions: The National Romances of Latin ticipation and Democracy, 2."
America, Berkeley, University of California Press, 1991. al., Women, Culture and Politi
Presg 1.990, y Gertrude M. Y
Women in Latin Amerícan Hi:
2. La transformación de América Latina contemporánea El argumento de nuestro <
G. Castañeda, Utopia Unarmed: The Latin American Left øfter the Cold lVar, Nueva r.on, The oNazi Menace> in Ar
York, Alfred A. Knopf, 1993. Un análisis global de la interacción entre el Estado y los 7992.
trabajadores aparece en Ruth Berins Collier y David Collier, Shaping the Political Carlos F. Díaz Alejandro,
Arena: Critical Junctures, the Labor Movement, and Regime Dynamics in Latin Ame- å/lc, New Haven, Yale Univer
rica,Princeton, Princeton University Press, L99L. Se ha dado un rápido crecimiento de la Argentina contemporánea.
la investigación y publicación sobre las mujeres en la historia de América Latina. Para Tella y D. C. M. Platt, eds., i
ejemplos, véase Rae Lesser Blumberg, Cathy A. Rakowski, Irene Tnker y Michael York, St. Martin's Press, 1986.
Monteón, eds, EnGendering Wealth and Well-Being: Empowerment for Global Chan- tical Economy of Argentina,
ge, Boulder, Westview, 1995; Christine E. Bose y Edna Acosta-Belén, eds., Women in 1989. Para el periodo más recj
the Latin American Development Process, Filadelfia, Temple University Press, 1995; gentine Economy, Nueva Yorl
Carmen Diana Deere y Magdalena León de Leal, eds, Rural Women ønd State Po- Juan Domingo y Eva Per<
licy: Feminist Perspectives on Latin American Agricultural Development, Boulder, en aparecer una historia objet
Westview, 1987; Jane S. Jaquette, ed., The Women's Movement in Latin America: Par- va York, Random House, 198
Sugerencias para lecturas complementarias 463
nal Romances of Latin ticipation and Democracy,2.^ edición, Boulder, Westview, 1994; Emilie Bergmann ef
al., Women, Culture and Politics in Latin America, Berkeley, University of California
Press, 1990, y Gertrude M. Yeager, ed., Confronting Change, Challenging Tradition:
Women in Latin American History, Wilmington, Scholarly Resources, 1994,
El argumento de nuestro capítulo sobre la transformación (década de 1880-déca-
da de 1990) ha sido muy influido por Guillermo O'Donnell, Modernización y autoti-
tarismo, Buenos Aires, Paidós,1972, cuya resistencia es criticada por David Collier,
entra en Leslie Bethell, ed., The New Authoritarianism in Latin America, Princeton, Princeton University
'idge University Press y Press, 1979. El tenible costo humano de las dictaduras latinoamericanas se describe
of Latin America since en Juan E. Corradi, Patricia Weiss Fagen y Manuel Antonio Garretón, eds., Fear at the
la primera historia eco- Edge: State Terror and Resistance in Latin America, Berkeley, University of California
minio de la exportación Press, 1992. La transición a la democracia en gran parte de América Latina durante
le proporciona una crí- los años ochenta se analiza satisfactoriamente en Guillermo O'Donnell, Philippe C.
Iils Jacobsen, eds., Gui- Schmitter y Laurence Whitehead, eds., Transitions from Authoritarian Rule, 4 vols.,
ín Latin American His- Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1986, y en Scott Mainwaring, Guillermo
la creación del Estado O'Donnell y J. Samuel Valenzuela, eds., .Issøes in Democratic Consolidation: The New
' Nation: The Making of South American Democracies in Comparative Perspective, Notre Dame, University of
nia Press, 1995. A la in- Notre Dame Press, 1992. El creciente papel de la televisión se examina en Thomas E.
r un esclarecedor análi- Skidmore, ed., Television, Politics, and the Transition to Democracy in Latin America,
rl anufacturing M iracles: Washington, The Woodrow Wilson Center Press, 1993.
rnceton, Princeton Uni-
rnalizada en Leslie Be-
md World War and the 3. Argentina: prosperídad, estancamiento y cambio
1992,y en David Rock,
Berkeley, University of La mejor síntesis es la de David Rock, Argentina, 1516-1987: From Spanish Colonï
zøtion to the Falklands War y Alfonsín, ed. rev., Berkeley, University of California
los años ochenta y dejó Press, 1987. Para entender el siglo xtx argentino y los orígenes de su nacionalismo
nálisis, como el de Ro- moderno, se debe comenzar con el famoso Rosas, que ha recibido su mejor biograffa
de of the Story,Pnnce- académica en John Lynch, Argentine Dictator: Juan Manuel de Rosas, 1829-1852, Ox-
los ajustes de la deuda ford, Oxford University Press, 1981. El papel crucial del movimiento obrero se inves-
aying the Costs of Aus- tiga en Ronaldo Munck, Ricardo Falcón y Bernardo Galitelli, Argentina: From Anar-
n estudio comparativo, chism to Peronism, Londres, Zed, 1987. La interacción de grupos de interés y la
cs of Economic Adjust- planificación política para un sector entre 1900 y 1946 se explora en Peter H. Smith,
State, Princeton, Prin- Politics and Beef in Argentina: Patterw of Conflict and Change, Nueva York, Colum-
bia University Press, 1969. La forma en que sistemáticamente Estados Unidos malin-
uierda política es Jorge terpretó las intenciones de la política exterior argentina se revela en Ronald C. New-
'r the Cold W¿r, Nueva ton,The <Nazi Menace, in Argentina, 1931-1947, Stanford, Stanford University Press,
1n entre el Estado y los 1992.
r, Shaping the Political Carlos F. Díaz Alejandro, Essays on the Economic Llistory of the Argentine Repu-
ynamics in Latin Ame- b/ic, New Haven, Yale University Press, 1970, es la primera historia económica sobre
r rápido crecimiento de la Argentina contemporánea. Investigaciones posteriores se incorporan en Guido di
e América Latina. Para TÞlla y D. C. M. Platt, eds., The Political Economy of Argentina, 1880-1946, Nueva
rene Tinker y Michael York, St. Martin's Press, 1986, y Guido di Tella y Rudiger Dornbusch, ed*, The Poli-
'ment for Global Chan- tical Economy of Argentina, 1946-1983, Pittsburgh, University of Pittsburgh Press,
-Belén, eds., Women in 1989. Para el periodo más reciente, véase Felipe A. M.de la Balze, Remaking the Ar-
University Press, 1995; gentine Economy, Nueva York, Council on Foreign Relations Press, 1995.
' Women and State Po- Juan Domingo y Eva Perón despertaron tales emociones, que ha tardado mucho
)evelopment, Boulder, en aparecer una historia objetiva sobre ellos. El ambicioso Perón: A Biography,Nue-
in Latin America: Par- va York, Random House, 1983, de Joseph A. Page, está bien escrito y documentado.
464 Historia contemporónea de América Latina
Existe un estudio similar sobre Eva Perón, si bien a escala menor, escrito por Nicolas ocupación de una fábrica por st
Fraser y Marysa Navarro, Eva Perón, Nueva York, W. W. Norton, 1980. Para una vi- avers of Revolution: The Yarur
sión negativa de las políticas económicas de Perón, véase Paul H. Lewis, The Crßis of Oxford University Press, 1986.
Argentine Capitalism, Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1990. El proyectó la etapa pos-Pinochel
importante papel del gobierno de Frondizi es estudiado en Celia Szusterman, Frondï Democracy in Chile, 1973-1988
zi and the Politics of Developmentalism in Argentina, 1955-62, Londres, Macmillan, evolución de Chile con las pol:
1993. Rudiger Dornbusch y Raúl La
Una de las cuestiones más persistentes sobre Argentina es por qué un país tan de- Challenges, Washington, The B
sarrollado económicamente se ha visto plagado de regímenes autoritarios desde 1945. Chile's Free-Market Miracle: A
Los orígenes de ese fracaso aparente se establecen con claridad en Peter H. Smith, man, Cltile: The Political Econa
Argentina and the Failure of Democracy: Conflict among Political Elites. 1904-1955, dres, Macmillan, 1993.
Madison, University of Wisconsin Press, 1974. Si se busca el análisis de un sociólogo Pocos negarían que la Igles
argentino, véase Carlos Waisman, Reversal of Development in Argentina: Postwar siglo xx chileno. La historia de
Counîerrevolutionary Policies and Their Structurøl Consequences, Princeton, Prince- The Church and Politics in Chih
ton University Press, 1987. Guillermo O'Donnell ha profundizado su análisis anterior ton University Press, 1982.
(véase la referencia en el capítulo 2) en Bureaucratic Authoritarianism: Argentina, Si se quiere una gran riqut
1966-1973, in Comparative Perspective, Berkeley, University of California Press, 1988. véase Pamela Constable y Artr
El sórdido final de la dictadura de Galtieri es narrado de forma amena en Jimmy nochet, Nueva York, W. W. Nor
Burns, T/¡e Land that Lost its Heroes: Argentina, the Falklands and Alfonsín, Londres, of Power, Londres, Unwin Hyn
Bloomsbury, 1987. Un recuento de los acontecimientos recientes es E. Epstein, ed., sía chileno es un viaje fascinr
The New Argentine Democrøcy: The Search for a Successful Formula, Westport, Prae- Europa: Pablo Neruda, Confie
ger,1992. 1974. También abre los ojos a
tiempo en el Partido Comunist
in Chile, 1902-1927, Madison, University of Wisconsin Press, 1983, que resalta los sin- Dilemma, Notre Dame, Univer'
dicatos anarquistas. berto A. Da Matta, eds., The B.
Uno de los estudios más penetrantes sobre uno de los partidos políticos latino- tern World, Nueva York, Colur
americanos es el de Paul W. Drake, Socialism and Populism in Chile, 1932-1952,ÍJr- zilians, Reading, Addison-Wes
bana, University of Illinois Press, 1978. El partido es el Socialista, que atrajo a mu- con mucha información.
chos antiguos anarquistas y luego se desplazó a la izquierda del Partido comunista Emilia Viotti da Costa pre,
Chileno. Una historia detallada del gobierno de Allende puede encontrarse en Edy en The Braziliøn Empíre: Myth
Kaufman, Crisis in Allende's Chile: New Perspectives, Nueva York, Praeger, 1988. 1985. Uno de los mejores micr
Uno de los cuadros más equilibrados del proceso que llevó al golpe de 1973 se en- Stanley J. Stein, Vassouras: A
cuentra en Arturo Valenzuela, The Breakdown of Democratic Regimes: Chile, Baltt- vard University Press, 1957. U
more, Johns Hopkins University Press, 1978. Un relato muy bien escrito acerca de la dustriales de São Paulo, destac¿
a Sugerencias para lecturas complementarias 465
:scala menor, escrito Por Nicolas ocupación de una fábrica por sus trabajadores en l97L se presenta en Peter Winn, lVe-
V. W. Norton, 1980. Para una vi- avers of Revolution: The Yarur Workers and Chile's Road to Socialism, Nueva York,
lase Paul H. Lewis, The Crisis of Oxford University Press, 1986. Un buen recuento de cómo la oposición tecnocrática
i North Carolina Press, 1990. El proyectó la etapa pos-Pinochet es J. M. Puryear, Thinking Polítics: Intellectuals and
do en Celia Szusterman, Frondi' Democracy in Chile, 1973-./988, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1994. La
z, 1955-62, Londres, Macmillan, evolución de Chile con las políticas neoliberales es analizada en Barry P Bosworth,
Rudiger Dornbusch y Raúl Labán, eds., The Chilean Economy: Policy Lessons and
:ntina es por qué un País tan de- Challenges, Washington, The Brookings Institution, 1994; Joseph Collins y John Lear,
¡ímenes autoritarios desde 1945. Chile's Free-Market Miracle: A Second Look,Oakla¡d, Food First, 1995, y D. E. Hoj-
;on claridad en Peter H. Smith, man, Chile: The Political Economy of Development and Detnocracy in the I990s,Lon-
nong Political Elites. 1904-1955, dres, Macmillan, 1993.
rusca el análisis de un sociólogo Pocos negarían que la Iglesia católica ha desempeñado un papel primordial en el
;lopment in Argentina: Postwar siglo xx chileno. La historia de ese papel se analizada con lucidez en Brian H. Smith,
o nseq uences, Princeton, Prince- The Church and Politics in Chile: Challenges to Modern Catholicism, Princeton, Prince-
'
king Women, Working Men: São Paulo and the Rise of Brazil's Industrial Working provocado pasión. De la multi
Class, 1900-1955, Durham, Duke University Press, 1993. de Robert Conrad, The Destr
El intrincado funcionamiento del sistema parlamentario monárquico se analiza en versity of California Press, 1971
Richard Graham, Patronage and Politics in Nineteenth-Century Brazil, 1850-1914, siglo xtx es recobrada en Print
Stanford, Stantbrd University Press, 1990. Para un fascinante estudio de caso de la in- Man of Colour, trad. Moyra I
versión extranjera, véase Marshall C. Eakin, British Enterprise in Brasil: The St. John ciano de las relaciones raciales
d'el Rey Minining Company and the Morrr¡ Velho Gold Mine, 1830-1960, Durham, pheus and Power: The Movin
Duke University Press, 1989. La tragedia (inmortalizada por Euclides da Cunha) de I 945 - I 988, Princeton, Princeto
una masacre ordenada por el gobierno en el noreste en relatada en Robert M. Le- El intento de la elite brasil
vine, Vale of 'fears: Revisiting the Canudos Massucre in Northeastern Bra¿il, 1893- sociedad multirracial se descril
l897,Berkeley, University of California P¡ess, 1992. Un cont'licto social semejante es Nationality in BraTilian Thoug
descrito en Todd A. Diacon, Millenarian Vision, Capitalist Reality: Brazil's Contesta- bre el reflejo del ideal de
"bl¡
do Rebellion, 1912-1916, Durham, Duke University Press, 1991. Un estudio modelo T. Haberly, Three Sad Races: l
del papel clave del café en la economía y la política antes de 1930 es Mauricio A. Literature. Cambridge, Cambrj
Font, Coffee, Contention, and Change in the Making r.tf Modern Brazil, Cambridge,
Basil Blackwell, 1990,
Para un análisis del proceso político desde el derrocamiento de Vargas en 1945 6. Perú: soldados, oligarcas e ir
hasta el golpe militar de 1964, véase Thomas E. Skidmore, Politics in Brazil, 1930-
1964: An Experiment in [)emouøcy, Nueva York, Oxford University Press, 1967. El Frederick B. Pike proporciona
papel militar en el sistema autoritario siguiente se analiza en Thomas E. Skidmore. The United States and the And
The Politics of Military Rule in Brazil, 1964-1985, Nueva York, Oxford University Harvard University Press, 197'
Press, 19fì8. El coste humano de la represión se narra en Joan Dassin, ed., Torture in Paul Gootenberg, Between Silv
Brazil: A report by the Archidiocese of São Paulo,Nueva York, Vintage Books, 1986. independence Peru, Princeton,
El papel histórico de las mujeres brasileñas por fin se ha estudiado: June E. Hahner, lopment: Economic ldeas in Pe
Emancipating the Female Sex: 'lhe Struggle for Women's Rights in Brazil, 1850-1940, keley, University of California
Durham, Duke University Press, 1990, y Sonia E. Alvarez, Engendering Democracy Bertram, Pent 1890-1977: Grot
in Brazil: Women's Movements in'fransition Politics, Princeton, Princeton University lumbia University Press, 1978.
Press, 1990. Los efectos del rápido cam
Un análisis excelente sobre el sistema de relaciones laborales en el periodo ante- describen con complacencia er
rior a 1964 puede hallarse en Kenneth Paul Erickson, The Brazilian Corporative Sta- Peru's Central Highlands: Peas
te and Working-Class Politics, Berkeley, University of California Press, 1977. John ceton, Princeton University Pr
Humphrey actualiza ese tema para finales de los años setenta en Capitalist Control terior, véase Carmen Diana l
and Workers' Stuggle in the Brazilian Auto Indttstry, Princeton, Princeton University Landlords in Northern Peru, B
Press, 1982. Para una visión antropológica de los diferentes tipos de religión, véase B. Pike, The Politics of the Mi
Rowan Ireland, Kingdoms Come: Religion and Politics in Brazil, Pittsburgh, Univer- 'lradition, Lincoln, University ,
sity of Pittsburgh Press, 1991. Para una interpretación más amplia de las tendencias sobre el más famoso político p
posteriores a1964, véase John D. Wirth et ul., eds.,State and Society in Brazil: Conti- Muchas obras escritas sobr
nuity and Change, Boulder, Westview, 1987. Los temas medioambientales han susci- tomó el poder en l96tl. Uno d
tado una atención creciente, como demuestra la obra de Warren Dean,With Broadax 1968 es la colección editada p<
and Firebrarld: T'he Destuction of the Brazilian Atlantic Forest, Berkeley, University The Peruvian Experiment Rect
of California Press, 1995, y Susanna Hecht y Alexander Cockburn, The Fate of the Fo- El enorme sector <informal> ¡
rest: Developers, Destroyers and Defenders of the Amazon, Londres, Verso, 1989. nando de Soto, The Other Putt
La construcción de Brasilia en 1957-1961 por el presidente Kubitschek cautivó la York, Harper & Row, 1989. El
imaginación mundial, pero la realidad tuvo sus pros y sus contras, como pone de re- pretaciones diferentes en Det
lieve James Holston, The Modernist City: An Anthropological Critique of Brasíliø, Londres, Latin American Bur,
Chicago, University of Chicago Press, 1989. Path of Peru,2.u ed., Nueva Yc
La mejor introducción a las relaciones raciales b¡asileñas es Carl N. Degler, NeË
ther Black nor White: Slavery and Race Relations in Brazil and the United States,Nue-
va York, Macmillan, 1971, aunque su hipótesis de la
"válvula de escape mulata> ha
Sugerencias para lecturas complementarias 467
se of ßrazil's lndustrial Working provocado pasión. De la multitud de obras sobre la abolición, la más penetrante es la
993. de Robert Conrad, Tlrc l)estnrction of Brazilian Slavery, 1850-1888, Berkeley, Uni-
entario monárquico se analiza en versity of California Press, 1972. La interesante vida de un afrobrasileño de finales del
:enth-Centurv Brazil, 1850-i,91 4, siglo xtx es recobrada en Prince of the People: The Life and rimes of a Brazilian Free
scinante estudio de caso de la in- .Man of Colour, trad. Moyra Ashford, Londres, Verso, 1993. Para un análisis grams-
'
Enterprise in Brasíl: The St. John ciano de las relaciones raciales contemporáneas véase Michael George Hanchard, or-
Gctld Mine, 1830-1960, Durham, pheus and Power: The Movimento Negro of Rio de Janeiro and São Paulo, Brazil,
zada por Euclides da Cunha) de 1945-1988, Princeton, Princeton University Press. 1994.
e en relatada en Robert M. Le- El intento de la elite brasileña por reconciliar la ciencia racista y la realidad de su
're in Northeastern Brazil, 1893- sociedad multirracial se describe en Thomas E. Skidmore, Black into white: Race and
Un conflicto social semejante es Nationality in Brazilian Thought, ed. rev., Durham, Duke University press, 1993. So-
oitalist Reality: Brazil's Contesta- bre el reflejo del ideal de
"blanqueamiento> en la literatura brasileña, véase David
Press, 1991. Un estudio modelo T. Haberly, Three Sad Races: Racial ldentity and National Consciousness in Brazilian
)a antes de 1930 es Mauricio A. Lircrature, Cambridge, Cambridge University Press, 1983.
g of Modern Brazil, Cambridge,
Mexico: The Remaking of an Economy, Washington, The Brookings Institution, 1992. Amendment, 1902-1934, Pit
Anterior y más pesimista es el texto de David Barkin, Distorted Development: Mexi- R. Benjamin, The United St¿
co in the world Econorny, Boulder, westview, 1990. Todo análisis sobre el PRI debe of Liberty in an Age of Nat
comenzar con sus métodos de reclutamiento, que se estudian de forma sistemática por 1990. El relativo descuido en
primera vez en Peter H. Smith, Los laberintos del poder: el reclutamiento de las elites rrección en K. Lynn Stoner,
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"factorel
Sttgerencias para lecfuras complementurias 469
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dern Mexico, Nueva York, Oxford University Press, 1992.
lada, bien equilibrada Y actuali- Sus relaciones con Estados Unidos han sido centrales en la historia mexicana, in-
am L. Sherman, The Course of vestigadas en la obra de Josefina zoraída vásquez y Lorenzo Meyer, The united
rsity Press, 1995. IncluYe biblio- states and Mexico, chicago, university of chicago Press, 1985. para un estimulante
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çtan\es, un retrut<¡ de los me.rica- Jorge G. castañeda, Litttits to Friendships: 'fhe united states ttnd Mexico, Nueva
rr cle las frecuentes oPiniones York, Alfred A. Knopf, 1988. De relevancia actual es el informe sobre política de la
:rle encontrarse una interesante Comisión Bilateral de alto nivel sobre el Futuro de las Relaciones México-Estados
rna en Larissa Adler Lomnitz Y unidos, The Challenge of Interdependence: Mexico and the united states, Lanham,
980: Kinship, Class and Culture, Md., university Press of America, 1988, cuyos hallazgos se sustentan en trabajos aca-
démicos preparatorios en Dimensions of united states-Mexicun Relations,5 vols., La
ra raza) del siglo xlx es tratado Jolla, center for u.s.-Mexican Studies, 1989-1990, editado por Rosario Green y peter
rblishing, 1994. El tema de la in- H. Smith.
r en Stephen H. Haber, Industry Los intelectuales mexicanos han escrito relatos conmovedores sobre sus enfrenta-
vico, 1890-1940, Stanford, Stan- mientos con la realidad nacional. Sirva de ejemplo José Vasconcelos, U/lses criollo, en
rnta una maravillosa historia so- obras compleløs, México, Editores Mexicanos unidos, lgsi-1961,4 vols. La interpre-
md Other Episodes of Porfirian tación más famosa del carácter nacional mexicano es la que desarrolla Octavio Þaz,
El laberinto de la soledad (1." ed., 1959), México, Fondo de cultura Económica, 1993,
Jominando la historiografía me- que tuvo una continuación en 1970, Posrdata, México, Fondo de cultura Económica,
a sobre la primera década revo- 1993.
m Revolution, Cambridge, Cam-
¡tmósfera del periodo por las
îhat Swept Mexico: The History 8. Cuba: última colonia, primer Estado socirilista
'ersity of Texas Press, 1971. Uno
s el de la historia regional, como cualquiera que estudie la historia de cuba adquiere de inmecliato una deuda con
ls., Everyday fbrms of State For- Hugh rhomas por su soberbia investigación de agradable lectura, cuba: la lucha por
rn Mexico, Durham, Duke Uni- la libertad, versión castellana de Neri Daurella, Barcelona, Grijalbo, 1973-1974. una
excelente historia general es la de Louis A. Pérez, Jr., cuba: Between Reform and Re-
el de John Womack, lr., Zapata volution, Nueva York, oxford university Press, 1988. La agitada historia de los afro-
vlientras éste se concentra en el cubanos, que culminó en la masacre de'1,912, es narrada en Aline Helg, our Rightful
acional y un contexto histórico share: The Afro-cuban struggle for Equality, 1886-1912, chapel Hilr, The univãrsity
lexico: Social Bases of Agrarian of North carolina Press, 1995. La figura predominante de la historia cubana sigue
Press, 1986, y en Friedrich Katz, siendo José Martí, objeto de una biografía de christopher Abel y Nissa Torrents,
"/o.rá
tflict in Mexico, Princeton, Prin- Martí: Revolt¿tionary Democrat, Durham, Duke university press, 1986. Rosalie Sch-
ìte mucho tiempo a Lázaro Cár- wartz, Lawless Liberabrs: Political Bandity and Cuban Independence, Durham,
ia ha sido objeto de una crítica Duke university Press, 1989, proporciona una parte importante del trasfondo de la
Au to no my : Pos t- Rev t t lu I io nary lucha por la independencia.
La relación de cuba con Estados unidos, que fue crucial para el aumento cle su
México lo ofrece Nora Lustig, nacionalismo, se esboza con lucidez en Louis A. Pêrez, Jr., Cuba untier the platt
The Brookings Institution, 1992. Amendment, 1902-1934, Pittsburgh, University of pittsburgh press, 19g6, y Jules
't, Distorted Development: Mexi- R. Benjamin, The united states and the origins of the cuban Revolution: An Empire
Iodo análisis sobre el PRI debe of Liberty in an Age of National Liberation, Princeton, Princeton university press,
studian de forma sistemática por 1990' El relativo descuido en torno a las mujeres en la historiografía cubana recibe co-
der: el reclutamiento de las elites rrección en K. Lynn stoner, From the House to the streets: 'fhe CLtban woman's Mo-
eza y Joaquín Urquidi, Mexico, vement for Legal Reform, /,898-1940, Durham, Duke University press. 1991 .
de los tecnócratas es analizado Se ha generado mucha mitología sobre la caída de Batista. La reconstrucción más
: Technocratic RevoLution in Me- concienzuda de los
"factores político-militares, que llevaron a la victoria rebelcle se
170 [Iistoria contemportinea de América Latinu
ofrece en Ramón L. Bonachea y Marta San Martín. 'fhe Cuban Insurrection, 1952-
/959, New Brunswick, Transaction Books, 1974, que no apoya la pretensión castrista 9. El Caribe: colonias y rnini
de la victoria total de una guerrilla rural. El cambio rápido de la reacción estadouni-
dense se describe en Richard E. Welch, Jr.. Response to Revohuk¡n: The United Franklin W Knight, The Cur
States and the Cuban Revctltttion, 1959-19()1, Chapel Hill, University of North Caroli- Nueva York, Oxford Univer
na Press, 1985. Una obra pionera sobre un tema crucial es la de Maurice Zeitlln, Re- Leslie Bethell, ed., Ilistoria
volttüonary Politics und the Cuban Working, Class, Princeton, Princeton University Caribe, Barcelona, Cambric
Press,1967. una acreditada historia en c
Uno de los retratos más interesantes de Fidel se ofrece en Lee Lockwood, Castro's desde el punto de vista histó
Cuba, Cuba's Fid¿l, Nueva York. Random House, 1969, profusamente ilustrado. Para W. Mintz, Sweetness and Pot
una interpretación muy crítica de un revolucionario que rompió con Fidel, véase Car- Viking Penguin, 1985.
los Franquí, F'amily Portra¡t with Fidel: A Memoir, Nueva York, Random House, 1984. Entre las obras clásicas
'Iad Szulc ofrece una biografía muy favorable, Fidel: A Critical Portait, Nueva York,
r
rrio es la salud pública, Los historiadores estadounidenses habían descuidado la historia de esta región hasta
ts: Cuban Health Politics
tiempos recientes. Con la explosión de los movimientos guerrilleros a finales de los
;s, 1993. En Oscar Lewis,
años setenta y la participación intensa de Estados Unidos. han empezado a aparecer
?evolution: An Oral His- que con frecuencia carecen de perspectiva histórica y documen-
libros
ess, 1977, se realizan una "instantáneos>
tación. La mejor iniciación a esta región la constituye el libro de Ralph Lee
;tas profundas. Este pro-
Woodward, Jr., Cental America: A Natk¡n Divided,2.u ed., Nueva York, Oxford Uni-
bors (1978). Para el lado versity Press, 1985, que incluye una guía de cuarenta y tres páginas de bibliografía.
; and Forty Days: Life in
Para el periodo moderno, véase James Dunkerley, Power in the Isthmus: A Political
rcobo Imerman, Cuba: History of Modern Central America, Londres, Verso, 1988, y del mismo auTor The Pa-
cilication of Central America, Londres, Verso, 1994. así como Leslie Bethell , ed., IIis-
toria de América Latina,vol.9: México, América Central y el Caribe, Barcelona, Cam-
bridge University Press y Crítica, 1991. Los orígenes de la penetración económica
472 Historis contemporánes tle América Latina
.i
l
174 Historia contemporuineu tle Anúrica Lutina
En Edward c. Epstein, ed., Labor Autonomy and the state in Larin America, Boston,
unwin Hyman, 1989, tenemos una investigación muy útil sobre el movimiento obre-
ro en toda América Latina. Con la democratización los partidos políticos han vuelto
al primer plano, como se señala en scott Mainwaring y timottry S'cully, eds., Buitding
Democratic Institutions: party systems in Latin Amir¡ca, staniord, Síánford
univer-
sity Press, 1995.
Los tnuevost movimientos sociales que surgieron en los años setenta se
analizan
muy bien en susan Eckstein, ed., pt¡wer arul popular prorest: Latin American
social
Movements, Berkeley, university of california press, 19g9. un excelente
referente
para iniciarse en el estudio de la lglesia es el volumen colectivo editado poi
Scoti
Mainwaring y Alexander wilde, 'the progressive Church in Latin America, Notre
Dame. University of Notre Dame press, 19tì9.
El trasfondo del retorno al neoliberalismo en la economía se ofrece en Rudiger
Dornbusch y Sebastian Edwards, eds., 7'he Macroecononùcs of populism
in Latin
America, chicago, unive.rsity of chicago press, r991 , mientras que ra åpricación
de ras
nuevas políticas se examina en william c. Smith, carlos H. Rcùna y Eiuardo
A. Ga-
marra, eds., I)emocracy, Markets, antl stuctural Rel,rm in contemporary
Latin Ame-
rica: Argentina, IJolivia, Brazil, chile, and Mexicr¡, Miami, North-Sbuth "center,
1994.
El más famoso cantante de tangos argentino es retratado en Simon Collier, The
Life, Music, and rimes of carros Gartrer, pittsburgh, university of pittsburgh press,
198ó, libro que recuerda que América Latina trata de muchas ót.ar.o.u,
que de ge-
nerales e inflación. otro tema descuidado cuenta con un excelente
tratamiento colec-
tivo en Joseph L. Arbena, sport and society in r.atin America: Diffusion, Depencrency,
and the Rise of Mass culture, westport, Greenwood press, 19gg.'El tema
de la cultu_
Stryerencias para lecturas complementarias
'Lutionalism and Reason in Po- 475
rlarecedor análisis de las posi- ra popular se exprora en wiiliam Rowe y
vivian Schelli ng, Mem.ry antr Mr¡derttitv:
ionado la política latinoameri- Popular Culture in Lutin Anrcrica, Londás,
Verso. lgCl
ed States ktlicy toward Latin Para un anárisis admirablemente claro'ctei
e;;.;;r;; económico a inicios de los
)ara análisis sumamente críti- años noventa, véase Eliana cardoso y
Ann Herwe ge, Latin A¡nerica,, Ecttnomy:
versity, Trends, and Conflicts, Cambriåge, Di_
r en los años ochenta, véanse
ing oÍ'U.5. Policy 'loward
fnoUlf press, 1992.
EI debate sobre el futuro ae Américar-utina
La- con'i.nza cle moclo invariable con er
'ersity Press, 1995, y Thomas de su pasado' Nunca fue tan eviciente
.nro .n iu porémica estimurada por er
trd l-utin America in the Rea-
t.
centenario colombino, en la que Ia salva
The Conquest of Paratlise: Ciristopher
¡;r;ìil. fue.crisparacra por KirkparrickQuinto
Sale,
C;¡t;;;;,, ontl the Cotuitbisnlegac_y. Nueva
rdo a muchos análisis, pese a York, Alrred A. Knopr, ree'. pará ..",ruriãriu'oilil;;;'ii,Jiå"-l'roroor.
ón se discute en un contexto se Xavier Rubert de Ventós, Er raherinto véa_
ar'io airponitrad, Barcerona. planeta, 19g7.
ttion: Europe und the Ameri- uno de los observadores estadounidenses
más perceptivos ha sido Richa¡. Morse,
cuyo New worrd soundings: Curture
and Ideorogy in the Americas, Bartimore,
' Cuhun and Merirun Immi- Hopkins university press,- 10g9, sostiene Johns
niversity of California press, malinterpretado ì;ï, compatriotas han malentenaido y
de forma sistemática u ariã.iäf_utina.
rct of Intmigrants on the lJ.S. alto nivel es la mejor Auía para el futuro, euizá el periodismo de más
como el conmovedor y agucro libro
spectiva la cuestión de la in- Guillermoprieto, The Heart that Breeds. cre Arma
portante de la agenda de la A. Knopf,
Latr-in- America
Now, Nueva york,
Alfred
1994.
t. Smith, ed.. Dntg Rtlicy in
Acción Popular, en el Perú,231,238-239,340, Alvarado, Pedro de, 340 Baker. James 4., 410
429 Alvares Cabral, Pedro, 33 Baker, Lorenzo, 347
Acuerdo de Comercio Recíproco cubano-es- Alrarez. Enrique, 369 Balague¡ Joaquín, 326-327, 405
taclounidense, 287 Alvear, Marcelo T. de, 95 Balbín, Ricardo, 105, l0ó, ll3
Agencia Central de Inteligencia (CIA): y Chi- Amado, Gilberto, 179 Balboa, Vasco Núñez de, 340
le, 146, 406-407; y Cuba, 296,299-300,303, Amado, Jorge,445 Baldwin, James, 328
402,403: y Guatemala, 375,376,399; y Ni- Amaula,226 Balmaceda, José, 133-135
caragua, 362 American Smelting ancl Refining Company, Balta, José, 210-220
Aguirre C-'erda, Pedro, 140 216
Banchero Rossi. Luis. 217
Alamán, Lucas, 246 Anaconda Mining Company, 130, 147 Banco de Crédito Ejidal, 25ó
Álamo, 81, 245,246 Andino, Pacto,236, 413 Banco de Desarrollo Interameri<
Alberdi, Juan Bautista, 59 Andrada e Silva, Antonio Carlos, 162 441; y Chile, 148, 150,4071 y I
Alberto. João, 182 Andrada e Silva, José Bonifacio, 162 tadounidense. 400
ALCSA, véase Area cle Libre Comercio cle Andreoni, Guerino, 124
Banco Mundial, 69, 124, 148, .
Cárdenas, Láz.aro, 235, 262,.130; como popu- Comisión Económica para América Latina Dcpresión de 1930, 266-26'7: efec
lista, 66; como presidenre, 256-259, 388 (CEPAL), 3e7-398, 401 les, 63-66; y Argentina, 85, 95; y
.Cardoso, Fernando Henrique, 202-203 Comités para la Defensa de la Revolución 181; y Chile, 139; y Cuba,284, 2t
Carías Andino, Tiburcio, 3ó4 (cDR), 2e7, 309 vado¡ 366; y el Perú, 272,27t
Caribe,312,313 Compagnie des Isles d'Amèrique, 317 Dessalines, Jean Jacques, 319
CARICOM, vérue Comunidad Caribeña y el Compañía Peruana de Vapores,221 deuda, crisis de la: en Argentina,
Mercado Común Comunidad Caribeña y el Mercado Común Brasil, 196-198; en Chile, 154;
Carlos III, rey tle España, 37-38, 280 (cARrcoM).319 70; en Haití, 322-323; en Méxi(
Carpizo, José,2'/4 Concilio Ecuménico Segundo (Vaticano II). en Perú, 234-236
Carranza, Venustiano. 252-253 319 Deústua, Alejandro O., 205-206
Carrera, José Rafael, 344-345,366 Concordancia, coalición argentina de parti- Díaz, Adolfo, 359
cártel de Cali, 416 dos, 98 Díaz. Porfirio, 60, 242, 252, 254. 25:
cártel de Medellín, 416 Condorcanqui, José Gabriel, véase Tt3pac poder, 57, 247-250: y los Estad
Carter, Jimmf 158, 324, 354, 361-363, 369 Amaru II 384
Casa de Contratación, 317 Confederación de Trabajadores Chilenos, 140 Díaz Lanz, Pedro, 295
Castello Branco, Humberto. I97-199 Díaz Ordaz, Gustavo, 263-265
"Confederación del Ecuador", 163
Castilla, Ramón, 209-210 Confederación General del Trabajo (CGT), de Diez Años, guerra de los, 281
Castillo, Ramón, 98-100 Argentina, 103, 110-111, 114-115, 124 dominicos, orden de los, 342
Castillo A¡mas, Carlos, 375-376 Confederación General Económica (CGE), Drake, Francis, 315
casrro, Fidel, 13, 149, 152,234-235,263,310, de Argentina, l13-114 Dreyfus, Adolph, 210-212
326, 330, 411, 413, 430, 440; biografía de, Confederación Nacional Agraria (CNA), del drogas, tráfico de, 416-41'7
2fl9-2%', campañas de guerrillas, 290-293; y Perú,234 Duarte, José Napoleón, 367 -37O
la revolución, 293-3N,302-309; y los Esta- Confederación Regional Obrera Mexicana Dulles, Allen, 374-375
dos Unidos, 311, 100-403 (cRoM),2ss Dulles, John Foste¡ 354, 374-375
Castro, Raúl (Cuba), 290-291,294 Dumont, René. 305
"Conquista del Desierto>, 89
Castro, Raúl (Nuevo México), 419 Consejo de Indias,28 Durán, Julio, 147
Castro Pozo, Hildebrando. 223 Cooperativas Agrícolas de Producción Dutra, Eurico, 1tì5, 188
Cavallo, Domingo, 123-124 (CAPS), delPerri,234 Duvalier, François, nPapa Doc", 2
Cédras, Raoú, 323-324, 327 Corcoran, Thomas, 374 Duvalie¡ Jean-Claude, "Baby Do
Cerezo, Vinicio, 376 Corea, guerra cle, 231, 321, 393 Duvalier, Marie Denise, 322
Cerro de Pasco Copper C--orporation, 21ó, Corporación de Fomento (CORFO), de Chi-
224.236 le, 140,397
Chamorro, Violeta Barrios de, 362-363 corregidores, 37 Echenique, José Rufino, 210
Chaney, Elsa M., 78 Cortés, Hernán,26,340 Echevarría, Esteban, 82
Chase Manhattan Bank, 236 Cortes Gerais,45-46 Echevarría, Luis. 265 -269
Chiapas, revuelta guerrillera de,277, 43i Costa e Silva, Artur da, 198-199 Edwards, Alberto, 135
Chiari, Roberro F.. 354 cristeros, 255-256 Eisenhower, Dwight D.,360, 395, .
"Chicago boys> de Chile, ó9, 156,240, 4ZB Cristiani, Alfredo, 370-37 I sobre América Latina, 395, 39t).
chichimecas, tribus, 23 sil, 190-191; y Cuba,293.294.2\
Chile Exploration Oompany-Chuquicamata. y Guatemala, 374; y Somoza, 3f
130 D'Aubuisson, Roberto, 369-370 Ejército Popular Boricua (EPB).
Chilpancingo, Congreso <ie, 42 Dantas, Santiago, 194, 195 Rico. 333
cibone¡ 312 Darío, Rubén, 3tJ5 Ejército Revolucionario del Puc
Cisneros, Henry 419 clarwinismo social, 352 de Argentina, 114
Clinton, Bill, 275-276, 278, 324, 4t3, 4tj Dávila, Pedrarías,340 Ejército Zapal.ista rle Liberacir'ir
Coard, Bernard, 337 Daza, Hilarión, 211 (EZLN),2'77
Coard, Phyllis, 337 Debray, Régis. 232 ejido, sistema comunal, 254, 256, i
Coca Cola, 358 I)e la Madrid, Miglel, 271 -272, 213, 2i4 El Comercio, de Lima,223
Cochrane. almirante, 46 De León Carpio, Ramón, 377 El Mercurù¡, de Chile, 407
Collor de Mello, Fernando,20l-203 Delgado de Odría. María,237 Ellington, Duke, 328
Colón, Cristób al, 23, 25-6, 280, 312, 3t 4 Departamento de Estado de los Estados Uni- encomienda, 314, 324
colorado, gobierno, 166 dos. 296, 374-375.392 Endara, Guillermo, 354, 355
Comecon, 309, 310 Dcpartamento de Imprensa e Propaganda Esquipulas, acuerdos de, 371
Colossio, Luis Donaldo, 277 (DIP) de Brasil, 186 Estado Nôvo.184-187, l¡J8, l9l, 3l
inclice alfabético 479
ìomlca pâra América Latina
7-.398. 101 Dlnregr-ón de 1930, 266_267:
efecros senera_ Estimé, Dumarsais. 320
a^^l)efensa de Ia Revolución orÍ.oit Argenrina.,t5, rl,; õ;:i:ï;1.
r3e: y cuba, zu¿. jsr
1..r; Estrada Cabrera. Manuel,
r0s J7l
36ó; y el perú, 212. Ufr, vïìi.i_
Isles d'Amèrique, 317 ,ill.^I91,j.,
vador, Estrada palma, Tomás.
2li2
rna de Vapores,22l
^
Dessalines, Jean
íZã,1)S txport_lmport Bank, 150. 320
Jacques, 319
Exxon. 335
i!9na f el Mercado Común
oeucfa. crisis de la: en
Argentina. 120_l2l; en
ll9 Brasil, l9ó-l9g; en Ctrile, fS+, .n g.n..ãi,
nico Segundo (Vaticano
II), 19,^."
en perú, li'li
234_236
322_323:.n v¿"i.o, iãi:iuó; Falkland. islas. rr;¿rse
Malvinas, islas
ralición argenrina de parti_ Deúsrua. Alejandro O., Farias. p C.. 102
205_206
Federación cle Muieres Cr
il#
uiaz, Adolfo.
osé Gabriel, véase Túpac Díaz. Porfirio,
3.59
60. 242, 252, 254. 255.345;
F.l.:i.i;; ïù,;,i,l. ïx._
jLYî,i j3l
poder. 57, 247-250: en el RA). e0
y los Estados U;il;;: Federación Obrera Resion¿ peruana
Trabajadores Chilenos,
I 40
Díaz Lanz, pedro, 295 222 _ rl (FORP),
el Ecuador". 163
neral del Trabajo (CC.I), Díaz Ordaz, Gustavo. Bank de Arlanra,2s6
il0-lll.114_115,t24
de 263-265
ulez Años, guerra de los. 5:Í:Tl.T"r.*:
rcllpe lV. rey de España,
2gl 37
:neral Económica (CGE), oomtntcos. orden de los, ¡crnando el Católico. rey
342 de Aragón, 2ó
urake, Francis, 315 l-erna¡do VII, rey de Esþaña,
J9_44
:ionat Ag¡a¡ia (CNA), Dreyfus, Adolph. 210_212 rtguelredo. João.2(X)
del Figueres, José María.
orogas. rráfico de. 416_417 3.58
gional Obrera Mexicana Duarte, José Napoleón, Figueres Ferrer, José (pepe),
367_370
Fondo Monerario rnternaciàn;l
356, 3gg_401
Dulles, Ailen, liq_ns
,ierto", 8g Dulles. John Fosrer, 354. 142. 143: y Argenrina, Arril i,ri,ä.
374_375 107. tì5, î),i,"ó)..
ljumont, René. t24; y Brasil. lgZ, Wq,2rn,
28 305 y-è;.rt;: ;;;:
'íc^o-las de producción Durán, Julio, 147
t.43. y
.407: Jamaica, 330: y tå *i.ji oå-í,
, ¿34 Dutra. Eurico, lg5. lgS de ud a. y Méx ico, zt t :'y y: J',"
374 Duvalier, François, -
tonseca. _.t0e:
Deodoro da. I69, l7b
)ü.-záâ
"i
1, 321. 393
"papa Docu. 290,321_322
I)uvalier, Jean_Claude,',.guUy ronseca. Hcrmes cla,
Oo.", 1;; ;;; 179, lg2
renro (CORFO), de Duvalier, Marie Denise, rord, Gerald, 269.354
Chi_ 322
Ford.Motor Company, 1.50
rranctscanos. ordcn de
los, 342
\40 Echenique, José Rufino. l-ranco, Francisco. 227,
210 36i;7. 3g1
rchevarría. Esteban. g2 rranco, Itamar.202
ia,198-199 Echevarría, Luis. 265_26s F.¡1
¡.tuurOo. 106, lS3, ls9. 398. 437; como
Edwards, Alberto. 13.5
)-371 Eisenhower. Dwight D., f":':1*:j'' t45.-t48: v Allende. rìo-riìl'i
ras elecciones de I959. 143; y las .l*.ioi.i
360. 395. 402: política
sobre América Larina. y tos Estados ú"t¿.r.:éö,itü
141:
39.5. .199_4uj;.;"8;;_ ,_^O-..1r90.
sil reo-rel; y Cuba. zn. zsì. rrenre de Acción pooular ¡nepl.
àe'Cillî
). 369-370
uî."ìí,)äÅ, 143,145_146
f
374; y Somoza, 160
t95 -.I Yuatemaia,
tsJercrto Popular Boricua (EpB¡. F¡enre Democrático.
de Chile,
¿c, pu..1. rrcntc Democrático Naciona 145 peru,
Rico. J33
Ejército Revolucionario
l. del 229
¡renre Democrático Revolucionrrln,'ä"-ií
lel
r Pueblo (ERP)'
de Argcnrina, I14 Salvador, 369
Ui:::,:-
Zapaústa cte Liberación Frente Nacional de la
Juventud Democrática,
(EZLN),277 Nacionat del pcrú.23t
271-272,273,274 ejido, sistema comunal, Frcnre popular dc Chile,
254, JS6, 2Sg 140_t4l
Ll Comercio, de Lima. 223 ¡rente
'n, 377 .Sandinista <ie Liberación Nacional
(FSLN).
ía,231 LI Mercurio, tie Chile. 4O7 i.s7, J6t, 36.t.440,445
o de los Estados Ellingron. Duke, J2tJ - (Frenre país Solidario).
Uni-
encomienda, 314,324
"t:po:g
gentina, coalición ar_
125
rensa e propaganda Endara. Guillermo, 354, Freyre, Gilberto, 161
-155
csquipulas, acuerdos de, nr3ndi.zj. Arruro, ll0_ll l,
J7l 3981 como líder de
Lstado Nôvo. i84_197. presidcnre, lil_;ö.";
188. t9l. Jgg. 42S ti,:f,,t06:..9To
ros tstados Uni<los, JÌO.404
480 Historia contemporánea de Atnérica Latinu
FSLN, yéase Frente Sandinista de Liberación guerra civil española, 228 ciones sociales, 49-50; en Amér
Nacional guerra contra Paraguay, 83, 166-167, 169 342-343; en Argentina,80-81; er
Fuentes, Carlos, 279, 445 Cuerra dos Farrapos, 165 en México, 242-245; en Perú,
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional guerra Hispano-Americana, 352, 384, 385 América española, 39-44; en
(FALN), de Puerto Rico, 333 guerra de 1812,380 portuguesa, 45-46
Fujimori, Alberto, 240-241, 377 guerra del Pacífico, 129, 133, 211, 444 Iniciativa para la Cuenca del Cari
Fulbright, J. William, 405 guerra mundial, primera, 56, 61, 282, 325, 34'l - Inquisición española, 28, 43
Furtado, Celso, 194, 195 349,386; y Argentina,85,90; y Chile, 135- Instituto Argentino de Promociór
737:y eI inicio de la int'luencia de los Esta- cambio (IAPI), 100-102
dos Unidos, 385-386; y las movilizaciones Instituto Mexicano de Seguro Sor
Gable, Clark, 391 laborales, 60; y el Perú, 215,222 259
Gainza Paz, familia, 105 guerra mundial, segunda, 383,393-394,397: y Instituto de Reforma Agraria, de
Gairy Eric, 336 Argentina, 98-99; y Brasil, 174, 185,259; y Instituto Nacional de la Reforr
Gaitán, Jorge Eliécer. 290 Chile, 141; y el ascenso de la int'luencia de (INRA), de Cuba,295
Gallisá, Carlos, 333 los Estados Unidos, 390-393; y México, integristas, 183-184, 3tì9
Galtieri. Leopoldo, lI8-120 259-260: y Perú, 217, 230 intendencias, sistema de, 37
Gamarra, Agustín, 207
"Cuerra Nacional" de Nicaragua, 345 Internacional Comunista, 140. llì
García, Alan, 239-241, 430 Guerra Popular Prolongada (GPP), movi- International Petroleum Comp¿
García, José Guillermo. 369 miento guerrillero nicaragüense, 361 2L6, 224,233; nacionalización dt
García, Romeo Lucas, 376 Guevara, Che (Ernesto), 13, 232, 403, 436 International Railways of Central A
García Márquez, Gabriel, 419-420, 445 Guggenheim, familia, 130 Isabel la Católica, reina de Castill¡
García Pumacahua, Mateo, 206 Ciuido, José María, 109 ITT (lnternational Telephone and'
Gardel, Carlos, 89 Guzmán, Abimael, 241 407; en Argentina, 101; en Chil,
Garve¡ Marcus, 328 en Perú,236
GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Iturbide, Agustín de, 42, 44,82,34
Aduaneros y Comercio), 272,276 Harlow Jean, 391 Iturrigara¡ José de,41
Geisel, Ernesto, 199 Harris, A. R., 366 Izquierda Unida del Perú.239
nGeneración de 1880>, 91, 95, 220, 345 Hawkins, John, 315
Gibbs, Anthon¡ 209 Hay, John, 353
Góes Monteiro, Pedro, 185 Hay-Bunau-Varilla, tratado, 353 Jamaica Labor Party (JLP), 330
Golfo Pérsico, guerra del, 126,445 Hay-Herrán, tratado, 353 James, Daniel, 375
Gomes, Eduardo, 188 Haya de la Torre, Víctor RaúI, 223-226,227, Jemeres Rojos, 240
Gómez Morales, Alfreclo, 103 23t,238,239 jesuitas, orden de los,38, 290
Gómez Peña, Francisco, 327 Helms, Richard, 40ó Jimé.nez, Núñe2,295
Gonzâlez, Joaquín V., 90 Herná,ndez Colón, Rafael, 333 João VI, rey Dom, 45,162, 163
González, Manuel,247 Hernández Martínez, Maximiliano, 366-367 Jockey Club, 89, 104
González Prada, Manuel, 225 Herrera, Bartolomé, 205 Johnson, Lyndon 8., 262, 405-4Cf
González Videla, Gabriel, 141 Hidalgo, Alberto, 205 Juan Pablo II, papa, 438
Goodyea¡ Charles, 170 Hidalgo y Costilla, Migue| 41-42, 41, 50 Juana Inés de la Cruz, sor, 75
Gorbachov, Mijail, 410 Hitler, Adolfo. 16, lu4, 389-390 Juárez, Benito,247
Gore, Al, 2'Ì6,412 Hoover, Herbert,288 Junín, batalla de, 207
Goufart, João, l9l, 194, 196-197.404 [{orne, Lcna,328
Grace, contrato, 21 I-212, 220 Huerta, Victoriano, 252-254 "justicialista>, doctrina, 101, 104,
también Perón; peronismo
Gran Colombia, nuevo estado de, 43,44 Hughes, Langston. 328 Justo, Agusrín P, 96, 98
Granma,290,291, 305 Humphrey, George, 395
Grau San Martín, Ramón,288-289 Hunt, Shane, 230
Grenfell, almirante, 46 Karol, K. S., 305
Grove, Marmaduke, 139-140 Keith, Henry Meiggs, 347
Grupo Obra de Unificación (GOU), 99 Ibáñez, Carlos, 138-139, 142-143 Keith, Minor Cooper, 347
Guadalupe, Virgen de, 41 IBM,69,408 Kennecott Corporation, 130, 147
Guadalupe Hidalgo, tratado de, 24ó Illia, Arturo, 109-112, 406 Kennedy, John Fitzgerald, 364, 406
guanahuatebey, indígenas, l2 incas, 23, 33,204,205. 232; conquistados, 2tl;
3
309; y la Alianza para el Progresr
Guardia, Tomás, 345 organización social, 24; y la invasión de la Bahía de Coc
Guardia Civil,2l9 indepedencia, guerras cle, 380, 386; conversa- 300, 309, 400
fndice atfabético 4g1
Makouke, Claude, 334 Morales Bermúdez, Francisco, 23'1, 430 oPEP, 1 14, 329. 408
Malraux, André,192 Morales Bermúdez, Remigio, 220 Organización de Estados America
Maluf, Paulo, 201 Morazán, Francisco, 343 354,385,397; orígenes de Ia,385,
Malvinas, islasr 118-120, 444 Morelos, José María, 42, M,47, 49 263,403; y Duvalie¡ 322; y Guatr
Manigot, Leslie, 323 Moreno, Mariano, 40 el conflicto de las Malvinas, 119
Manley, Michael, 329-330 Morgan, Henry 315 de Corea,393; y la
"guerra del fú
Manley, Norman, 328 Motorola, 358 la República Dominicana, 326, 4
Mano Blanca, escuadrón de la muerte, 376 Movimiento para la Renovación Nacional, de Organización Mundial de la Sal
Marcona Mining Company, 2lT, 236 Haití.322 444
Mariátegui, José Carlos, 225-226, 399 Movimiento de la Izquierda Revolucionaria Ortega, Daniel, 362
Mariel, 308 (MIR), en Chile, 152 Ortiz, Roberto, 98
Marshall, Plan, 71, 392,394-395 Muñoz Marln. Luis, 332 Ortiz Rubio, Pascual, 256
Martí, Agustín Farabundo, 367 Mussolini, Benito, 184, 389 Osorio, Óscar, 367
Martí, José, 281., 282, 299, 385 musulmanes, 25 Ouro Preto, vizconde de, 169
Martín Fierro,87
Martínez de Hoz, José, 118
MarTí¡ez Estrada, Ezequiel, 89 Nabuco, Joaquim, 168 Padilla, Heberto, 305
Mas Canosa, Jorge, 310 Nacional Financiera, 265 P aé2, José Antonio, 42, 49
Matos, Huberto, 295 Naciones Unidas, 307, 371; y Dwalier, 322, Pardo, José, 221-222, 223
Matthews, Herberf,29l 399; y Fidel Castro, 294; y la crisis de las Pardo, Manuel, 211
Matto de TUrner, Clorinda, 75 Malvinas, 119; y Luis Echevanía,'267-268 Partido Áutonomista Nacional (Pl
Maximiliano de Habsburgo, 246-247, 378 NAFTA, véase Tratado de Libre Comercio gentina, 91
maya, imperio, 23-24. 340 nahuas, asentamientos, 340 Partido Civilist a, del P erú, 2Lt, 22
Mazor ca, escuadrón coercitivo, 82 Namphy, Henri, 323 Partido Comunista; de Argentina,
McKinley, William, 281 National Alliance for the Reconstruction, en Brasil, 180, 1,83,394: de Chile, 1,
Meiggs, Henry,21.1,347 Trinidad y Tobago, 336 158-159; de Cuba, 298, 307, 309.
Mejía Victores, Óscar HumberTo, 376 National Motor Factory 186 Salvador, 371; de Guatemala, 37
Meléndez, familia salvado reña, 366 Neto, Delfim, 200 pública Dominicana, 326; de M
Méndez Montenegro, Julio César, 376 Neves, Tancred o, 2ffi -201 del Perú, 231
Menem, Carlos SaúI, 123-126,426 New Leader, The,375 Partido Conservado¡ de Chile, 12
Mercado Común Centroamericano, 4L3 New National Party, de Granada, 337 Partido Constitucional Liberal, de
Mercado Común Centroamericano (MCCA), New York Times,297 Partido Constitucionalista, del Per
350-351 Nixon, Richard M.: política sobre América Partido de Acción Nacional (PAN
Mercado Común Europeo, 115 Latina, 406; viaje a América Latina en co, 259, 263, 273-274, 278
MERCOSUR (Mercado Común del Sur), 1958, 400; y Chile, 150; y Cuba, 294,297, Partido de Conciliación Nacional
125-126,413,4r4 299: y Panamâ,354 El Salvador, 3ó7
Mercúrio Peruano,206 Nobel, premio, 358, 419 Partido de la Revolución Mexica
Mexicano-Americana, guerra, 246, 384 Noriega, Manuel Antonio, 354,355 257
Mil Días, guerra de los, 353 Northern Peru Mining, 216 Partido de los Obreros, del Perú,1
Mill, John Stuart, 63 Nuevas Leyes, para protección de los indios, Partido Demócrata: de B¡asil. l8(l
Minero Perú, 236 29 I 34; del P er(t, 220 -221, 223
Miranda, Francisco de, 41 Nrlñez, Rafael, 352 Partido Demócrata Cristiano (PD(
Miró Cardona, José,294 Nuremberg, juicios de, 121 le, 145-149; de El Salvado¡ 3
Miró Quesada, Antonio, 223 Guatemala, 37Q del Perú,232
Mitchell, Keith, 337 Partido de Unión nacional, de C
Mitre, Bartolom é, 82-83 Obregón, Álvaro, 254-255 356
Moctezuma 1I,24,26 Od¡ía, Manuel A., 230-231, 429 Partido do Movimiento Democrá
Molina, Arturo Armando, 367 OF-A, véase Organización de Estados Ameri- leiro (PMDB), 200
Monbeig, Pierre, 390 canos Partido Independentista Puer
Monroe, Doctrina, 331, 358, 381 O'Higgins, Bernardo, 127 (PrP), 333
Monroe, James, 381 Ojo por Ojo, escuadrón de la muerte, 376 Partido Laborista británico, 366, 4l
Montesinos, Antonio de, 314 olmeca, cultura, 340 Partido Liberal: de Chile, 127, I
Montt, Jorge, 135 Oncenio, en el Pert3,223 Honduras, 364, 365: del Perú, 22
Morais, Prudente de, 178 Onganía, Juan Carlos, 110-113, 406 Partido Nacional, de Honduras. 36
fndice atfabético 4g3
'2, Francisco, 237 ' 430 OPEP, 114, 329,408 Partido Nacional Revolucionario (pNR), de
,2, Remigio,220 Organización de Estados Americanos (OEA), México, 256
.o,343 354,385,397; orígenes de la,385,392; y Cuba, Partido Nacional Socialista, de Chile, 3g9
na, 42. M, 47,49 263, 403; y Duvalier, 322; y Guatemala, 37 5; y Partido Nuevo Progresisra (PNP), de puerto
,40 el conflicto de las Malvinas, 119; y la guerra Rico, 333
l5 de Corea, 393; y la del fútbol>,365; y Partido Popular Cristiano (PPC), del Perri,238
"guerra
la República Dominicana, 326,4M Partido Popular Democrático (PPD), de
la Renovación Nacional, de Organización Mundial de la Salud (OMS), Puerto Rico, 333
4M Partido Radical, de Argentina, 50, 93-95; divi-
a Izquierda Revolucionaria Ortega, Daniel, 362 dido, 105; orígenes del,93; y la clase media,
e,152 Ortiz, Roberto, 98 108-109, 112,424; y la clase trabajadora, gS;
is.332 Ortiz Rubio, Pascual, 256 y las elecciones de 1983, 121; y las eleccio-
, 184,389 Osorio, Óscar, 367 nes de 1987,722
Ouro Preto, vizconde de, 169 Partido Radical, de Chile: como partido cen-
trista, 145; orígenes, 128; y el Frente Popu-
lar, 140, 141
, 168 Padilla, Heberto, 305 Partido Republicano, de Brasil, 167-1ó8, 178
:ra,265 Paé2, Josê Antonio, 42, 49 Partido Republicano, de los Estados Unidos,3ó2
, 371 Y Dwalie1 322,
3O'7, Pardo, José, 221. -222, 223 Partido Republicano Nacional, de Costa Rica,
rstro, 294; Y la crisis de las Pardo, Manuel, 211 356
y Luis Echevarría,' 26'l -268 Partido Autonomisra Nacional (PAN), de Ar- Partido Revoluciona¡io Dominicano (pRD),
iatado de Libre Comercio gentina, 91 326-327
:ntos, 340 Partido Civilista, del Perú, 2l1,2Zl,ZZ3 Partido Revolucionario Institucional (pRI),
,23 Partido Comunista: de Argentina, 94, 100; de de México, 260, 261, 263, 265, 26É, 2i 3, 277 -
r for the Reconstruction. en Brasil, 180, 183,394; de Chile, I4O-I4I,t4S, 279,430
ago, 336 158-159; de Cuba,298,307,309,436; de El Partido Revolucionario Social Cristiano
'actory 186 Salvado¡ 371; de Guatemala,3jT;de la Re- (PRSC), de la República Dominicana, 326
) pública Dominicana, 326; de México, 270; Partido Social Democrático (PSD), de Brasil:
2(n-201 del Perú,231. alianza con el I,TB, 192,795: como partido
375 Partido Conservador de Chile,1Z7, 133, l4S de gobierno, 2ffi-201; orlgenes del, 188; y
rty, de Granada, 337 Partido Constitucional Liberal, de Brasil, 183 Kubitschek, 192 y Yargas, 189-190
291 Partido Constitucionalista, del Perú, 223 Partido Socialdemócrata alemán, 439
\,f.: política sobre América Partido de Acción Nacional (PAN), de Méxi- Partido Socialista, de Argentina: orígenes, 90;
ìaje a América Latina en co,259. 263, 273-274, 278 y el movimiento obrero, 94; y Perón, 99
hile. 150: y Cuba, 294.297, Partido de Conciliación Nacional (pCN), de Partido Socialista, de Francia, 439
354 El Salvador, 3ó7 Partido Socialista, del Perú, 222,225
;8, 419 Partido de la Revolución Mexicana (pRM), Partido Socialista, en Chile, 140-142,14ó; fun-
Antonio, 354, 355 257 dación del, 139; y Pinochet, 158
ining, 216 Partido de los Obreros, del Perlú,222 Partido Socialista Puertorriqueño, 333
,ra protección tle los indios, Partido Demócrata: de Brasil, 180; de Chile, Partido Trabalhista Brasileiro (PTB): alianza
134; del Perú, 220-221, 223 con PSD, 192, 195: orígenes del, 188; y
;2 Partido Demócrata Crisriano (PDC): de Chi- Goulart, 191; y Vargas, 191
rs de, 121 le, 145-149; de El Salvador, 367-369: de Pascal-Trouillo t, Erfha, 323
Guatemala, 376: del Perú,232 Pastora, Edén,361
Partido de Unión nacional, de Costa Rica, Patria y Libertad, de Chile, 153
.254-255 356 Patterson, P J.,331
., 230-231, 429 Partido do Movimiento Democrático Brasi- Pedro I, Dom, 4ó, 162-165
rnización de Estados Ameri- leiro (PMDB), 200 Pedro II, Dom, 1ó7, 383; exilio de, 169; y la
Partido Independentista Puertorriqueño centralización, 57-58, 165-1óó
rdo, 127 (PrP), 333 Peixoto, Floriano, I78, 197
cuadrón de la muerte, 376 Partido Laborista británico, 366, 439 Pena, Alfonso, 179
r40
Partido Liberal: de Chile, t27, 133-134., de pensamiento ilustrado: influencia del, 38, 207 ;
'.rú,223 Honduras, 364, 365' del Perís,223 y Bolívar, 40; y liberalismo, 48; y los Esta-
rrlos, 110-113,406 Partido Nacional, de Honduras, 364 dos Unidos, 380
484 Historia contemporánea de América Latina
People's National Movement (PNM), de Tri- Prío Socorrás, Carlos, 289 Rosas, Juan Manuel de, 128,383; c
nidad y Tobago, 335 Proletarios, movimiento guerrillero nicara- dor, 47, 50; en el poder, 81-82; y
People's National Party (PNP), de Jamaica, güense, 361 y Sarmiento, 82
329-330 Provincias Unidas de América Central,44,343 Ross, Gustavo, 139-140
People's Revolutionary Government (PRG), Puig, Manuel, 3911 La taición de Rita Hay' Rosselló, Pedro,333
de Granada, 336 worth,39l Royal Dutch Shell, 407
Peralta Azudfa, Enrique, 376 Punto Cuatro, discurso de Truman, 395 Royo, Arístides, 354
Pérez, José Joaquín, 133 Ruiz Cortines, Adolfo, 261
Pérez Balladares, Ernesto, 355 Ryswijk, tratado de 1695 de,324
Perón, Evita,99, 100, 101-102, 103, 115, 373; Quadros, Janio, 192, 194,201,404
como mujer en la polftica, 77; muerte de, Quetzalcóatl, 26
103 quichés, indios, 340 Sacasa, Juan Bautista, 359-360
Perón, Isabel Martínez de,77,110, 114-116 Sáenz Peña, Roque, 93-94, 96, 98, '
Perón, Juan, lll, 122, 149, 187, 231, 235, 298; Salazar, Antonio de Oliveira, 18¿
alcance del poder, 99-100; como populista, Rawson, Arturo, 99 Salgado, Plínio, 183-184
ú,351, 4241 en el exilio, 104, 110; primera Reagan, Ronald: y Argentina, 120; y Chile, Salinas de Gortari, Carlos,273,27
presidencia, 100-104; segunda presidencia, 158; y el Canal del Panamá, 354; y Grana- Samedi, Baron,322
114; y las elecciones de 1972,113; y las islas da,336-337,407; y Jamaica, 330; y la Amé- Sánchez Cerro, Luis M.,226-229
Malvinas, 118 rica Central, 362,369,445; y las drogas,417; Sánchez, Mariquita, 75
peronismo. 123, 404; supervivencia del, 104- y México, 11; y Nicaragua, 407 Sandino, Augusto César, 359-361
105; y la clase trabajadora,26l-262, 4361' y Rebouças, And¡é, 168 Sanfuentes, Juan Luis, 137
las mujeres, 76; y los militares, 389; véase Reid Cabral, Donald, 326 San Martín, José de, 43-44,46,80,
tam bién justicialista, doctrina Reina, Carlos Roberto, 365 Santa Anna, Antonio López de,24
Perot, Ross, 275-276 Remón, José Antonio, 353 Santa Cruz, Andrés, 207
Pershing, John J., 388 Reserva Federal de los Estados Unidos, 72 Sarmiento, Domingo, 82-83: Facun
Petróleos Mexicanos (PEMEX), 258, 275, 397 Reston, James, 1l Sarney, José, 201
PetroPe¡rl, 23ó Retrato de Teresa, película cubana, 307 Schick, René, 361
Philips, compañla internacional, 69, 4A7 Revolución Industrial, 54, 314, 316 Schneider, René, 149
Piérola, Nicolás de, 2lO-211, 220-221 Reyes, Bernardo,252 School of the Americas, 354
Pike, Frederik, 209 Río, Pacto de 1947 de,374,392 scotr, winfield, 24ó
Pinheiro, João,179 Rfo, Juan Antonio, 141 Seaga, Edward,330,336
Pinochet, Augusto, MZ;bajo Allende, 154; en Ríos Montt, Etuaín, 37 6, 3'77 Seineldfn, Mohamed Alí, 124
el poder, 156-159; y las elecciones, 159 Riva Agüero, José de la, 207 ,227 ,229 Sendero Luminoso, 239-241, 4ll, 4
Pizano, Francisco,26 Rivera, Julio 4., 367 Senna, Ayrton, 203
Plan Bilateral lntegr ado, 27 6 Robinson, A. N.,336 Serrano Elías, Jorge, 376-3'17
Plan de Ayala,251 Roca, Julio, 83, 96 Siete Años, guerra de los,334
Plan de Guadalupe, 253 Roca-Runciman, Pacto, 64 Simonsen, Roberto, 397
Plan de lguala,34? Rockefeller, David, 330 Simpson-Rodin o, ley, 212, 415
Plan de San Luis Potosl, 250 Rockefeller, Nelson, 406 SINAMOS, vé¿se Sistema Naciona.
Plan Tripac Amaru, 237 Rodó, José Enrique, 385l, Ariel,385 de la Movilización Social
Platt, Enmiend a, 282, 289 Rodríguez, Abelardo L., 256 Sinarquismo, movimiento derechis
Polk, James K., 246 Rodríguez, Carlos Rafael, 302 no, 389
Portales, Diego, 50, 82,127-128 Rodrfguez de Francia, José Gaspar, 396 Siqueiros, David Alfaro, 263
Portes Gil, Emilio, 256 Rojas, Ricardo, 87 Sistema Nacional en Apoyo de lr
positivismo, 169,247 Romero, Carlos Humberto, 3ó8 ción Social (SINAMOS), del Pe:
Prado, Antonio, 180 Romero, Óscar Arnulfo, arzobispo, 368 Smith, Walter Bedell, 374
Prado, Manuel ,229-231 Romero Barceló, Carlos, 333 Smoot-Hawley, ar ancel, 287
Prado, Mariano lgnacio, 210-211 Roosevelt, Franklin D.: y Cuba, 287-288;y la Sociedad Agrícola para el Inte
Prats, Carlos, 154 política de la Buena Vecindad,359; y la se- (SAIS), del Perú, 234
Prebisch, Raúl, 397, 398 gunda guerra mundial, 391;y México,257- Solano López, Francisco, 83, 166
Prestes, Julio, 181 2(fi Solidaridad, sindicato de Polonia, I
Prestes, Luís Carlos, 180, 187 Roosevelt, Theodore: corolario a la Doctrina Somoza Debayle, Anastasio, 361
Preston, Andrew, 347 Monroe,358; y la guerra con España,281; Somoza Debayle, Luis, 360-361
PRI, vl¿s¿ Partido Revolucionario Institucional y Panamá, 352-353, 385 Somoza García, Anastasio (Tacho), 2
fndice atfubético 4g5
los, 289
Rosas, Juan Manuel de, l2g,3g3; como dicta_
miento guerrillero nicara- Soto, Marco Aurelio, 345
<Jor,47,50; en el poder, gl_g2; y Brasil, l66;
Spence¡ Herbert, 83
y Sarmiento. 82
de América Ccntral, 44, 343 Standard Oil, 103, 216
Ross, Gustavo, 139-140
: La traición de Rita Hay- Rosselló, pedro, 333
Suazo Córdova, Roberto, 364
Sucesión española, guerra de, 32
Royal Dutch Shell, 407
urso de Truman, 395
Royo, Arístides, 354
Ruiz Cortines, Actolfo, 261
Taft, William Howard, 359
Ryswijk, trarado de 1695 de.324
2, 194,201, 404 taíno arawak, grupo indfgena,3l2
tapuias, indios, 33
) Tavora, JuÁrez, lB9
Sacasa, Juan Bautista, 359_360 ^faylor, Zachary,
246
Sáenz Peña, Roque, 93-94, 96, gg, gg
Teixeira Lott, Henrique, 192
) Salazar, Antonio de Oliveira, lg4, 3g9, 391 Tenochtitlán, 23-24, 26
Salgado, Plínio, 183-184
' Argentina, 120; y Chile,
Salinas de Gortari, Carlos,273, 2i4,2.17,27g
teología de la liberación,434
lel Panamá, 354; y Grana- Terc-eristas, grupo guerrillero nicaragüense,
y Jamaica, 330; y la Amé- Samedi, Baron,322
361
Sánchez Cerro, Luis M.,226-229
369,445: y las drogas, 417; Thatcher, Margaret, 119
,licaragua, 407 Sánchez, Mariquita, 75
Thorp, Rosemary 230
Sandino, Augusto César, 359_361
r68 ïmerman, Jacobo, 117
Sanfuentes, Juan Luis, 137
td,326 TLC, véase Tratado de Libre Comercio
:fo, San Marrín, José de, 43-44, 46, g0,207
365 toltecas, indios, 23
rio, 353 Santa Anna, Antonio López de. 245_246
Tomás de Aquino, 29
: los Estados Unidos, 72 Santa Cruz. Andrés. 207
Tomic, Rodomiro, 149
Sarmiento, Domíngo, g2-g3: Facundo, g3
Tontons M acoutes, 322_323
elícula cubana, 307 Sarney, José, 201
Tordesillas, tratado de, 33
Schick, René, 361
'al, 54,3't4,316 Torres, Alberto, 179
t2 Schneider, René, 149
Torrijos Herrera, Omar, 354. 355
de,374,392 School of the Americas, 3S4 Tratado de Libre Comercio (TLC o NAFTA),
Scou, Winfield, 246
141 tû, 27 4_279, 412_413, 415
376,377 Seaga, Edward,330,33ó
Tropical Radio and Telegraph Company. 347
le la, 207, 227, 229 Seineldín, Mohamed Alí, 124
Tropìcal Trading and Transport Company,347
Sendero Luminoso, 239-241, 4ll, 437
7 trotskistas, 187,439
6 Senna, Ayrton, 203
Trotsky, Leon, 258
Serrano Elías, Jorge, 376-377
Trujillo, Rafael Leónidas, 325, 326, 405
cf.o,64 Siete Años, guerra de los,334
Truman, Harry S., 333,392-3gs
330 Simonsen, Roberto, 397
Túpac Amaru II, 38-39, 206
406 Simpson-Rodin o, \ey,272. 415
tupí-guaraníes, indios, 33
,385: Ariel,3BS SINAMOS. véaçe Sistema Nacional en Apoyo
t L.,256 de la Movilización Social
afael,302 Sinarquismo, movimiento clerechista mexica-
Ubaldini, Saú1, 124
a, José Gaspa¡ 396 no. 389
Ubico, Jorge, 371
Siqueiros, David Alfaro, 263
Ugarte, Manuel, 385
nberto. 368 Sistema Nacional en Apoyo de la Moviliza-
Ulate Blanco, Otilio, 356-357
rlfo, arzobispo, 368 _ ción Social (SINAMOS), del perú, 234_237 umbanda, M3
rlos. 333 Smith. Walter Bedell. J74
Ungo, Guillermo, 369
D.: y Cuba, 287-288: y la Smoot-Hawley, arancel, 297
União Democrática Nacional (UDN), de Bra-
ra Vecindad, 3.59; y la se- Sociedad Agrícola para el Interés Social sil, 188. 189, l9l, 192, t94
dial, 391; y Méxíco,257- (SAIS), detperú,234
Unidad Popular (Up), de Chite, 149-150. 151_
Solano López, Francisco, g3, 166
152,153-154,407
: corolario a la Doctrina Solidaridad, sindicaro de polonia. 306
Unión Cívica Radical (UCR), de Argentina,
guerra con España, 281; Somoza Debayle, Anastasio, 3ól
93, 105; véase también partido Radiial
, 385 Somoza Debayle, Luis, 360-3ó1
Unión Cívica Radical del pueblo (UCRp), de
Somoza García, Anasrasio (Tach o),290,
359_360 Argentina, 105-106
486 Historiø contemporónea de América Latina
2. La transformación de la
(década de 1880-décsda
Fase 1. Inicio del crecim
importación (1880-1
Fase 2. Expansión del cr
importación (1900-1
Fase 3. Industrialización
(1930-década de 19(
Fase 4. Estancamiento d
de importaciones (d
Fase 5. Crisis, deuda y d
década de 1990)
Mujeres y sociedad
Un marco para establecr
I
a-
259
t79
Inglaterra, 162' 383
rel, 116-118 Índice
\'73
-255, 388
ndo, 238
ìamón, 364
20
r8
:neral, 154
Agradecimientos 9
144-.345, 358
Prólogo: ¿Por qué America Latina? 11
19ó
r9
Interpretaciones de América Latina 16
.5-33ó Tþmas analíticos de este libro 20
.ne,252
, 253, 385
328
1. Los cimientos coloniales (1492-década de 1880) 23
El contexto europeo 25
América española: de la conquista a la colonia, 1492-1600 25
*,367 América española: la transformación de la sociedad colonial,
3'7 1600-1750 31
, Miguel, 376 . América portuguesa: ¿un mundo diferente? 32
o, 93, 95, 96-97 ,222
Las raíces de la independencia 37
La respuesta colonial 39
La consecución de la independencia 42
, 250, 25r, 252-255
t3,254,366 El camino brasileño hacia la independencia 45
León, Ernesto, 277 -2'lI Las secuelas de la independencia, 1830-1850 47
288 El impulso de la economía internacional (1850-década de 1880) 51
os, 345-346, 358-359
fndice 489
80 7. México: domesticar una revolución
81 242
México tras la independencia
) social 83 242
La invasión estadounidense
9l 245
El periodo de Díaz: progreso a un precio
96 247
La Revolución mexicana
100 250
Institucional:zación de la revolución
IM Estabilidad, crecimiento. .. y rigidez
255
106 258
El riatado de Libre comercioion Estados unidos y canadá
110 274
La tecnocracia en crisis
113 277
716 8.' Cuba: tiltims colonia, primer Estado socialista
t20 280
Independencia dudosa
282
Visión general: crecimiento económico y cambio social
I27 283
social 128 . O' Política: corrupción y decadencia 288
,,'tn Fidel Castro y la construcción de la revolución 289
133 \1"- La definición de la revolución
138 \ Una década de experimento 293
t41 1 La consolidación del régimen
301
I49 304
ì-la lucha por sobrevivir
1s6 308
159 9. El Caribe: colonias y miniestados
312
El periodo colonial: conquibta y rivalidad
161 V_isión general: crecimiento económico y cambio
3t4
162 social 317
Haití: república esclavista, dictadura de vudú
165 3t9
República Dominicana: un experimento inacabado
t67 324
Jamaica: fugitivos y socialismo revolucionario
social 770 328
Puerto Rico: de colonia de asentamiento a escaparate
176 del capitalismo
181 331
Antillas Menores: las luchas de los microestados
188 334
196 L0. Centroamérica: colonialismo, dictqdura y revolución
2N 339
Antecedentes coloniales
339
Independencia: la lucha por la unificación
204 342
, Rafael Carrera y la suprèmacía conservadora
206 343
La teoría liberal y las <dictaduras republicairas>
208 345
Visión general: crecimiento económico y cambio
ocial 212 social 346
Panamá: una nación y una zona
220 3s2
Costa Rica: una democracia frágil
222 356
Nicaragua: de la dinastía a la revolución
225 3s8
Honduras: el gobierno de los militares
226 364
El Salvador: de la estabilidad a la insurgencia
230 366
Guatemala: reacción y represión
233 371.
237 11. América Latina, Estados (Jnidos y el mundo
378
De la independencia al panamericanismo
380
v