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Casos de la vida real.

En mis clases es común hacer un paréntesis y olvidarme de algún tema trascendental como
la vida, obra y pensamiento de los filósofos clásicos, o de las revoluciones norteamericana
y francesa para hablar de temas más prácticos como el siguiente:

A la clase: ¡Señores! Quiero que sepan que hay errores que no deben cometerse nunca, por
ejemplo, ahorrar todo un mes llegando al punto de pasar hambre y no comprar nada en el
kiosco de cata, para invitar a la chica que les gusta, incurriendo en los siguientes gastos:
20.000 en taxis, 30.000 en boletas 3D (para que no piensen que son chirris), 40.000 en
mecatos, -porque ni de riesgos van a comprar el combo económico- y 30.000 en un peluche
decente para luego observar como la elfa traga como una piraña en ayunas, no los deja ni
siquiera usar la vieja y confiable estrategia de estirar los brazos a ver si la logra abrazar, y
después de la función ser llevada a su casa para despedirse, dándoles un besito en la
mejilla; agradeciendo por el paseo y el peluche, rematando con la fría y dolorosa frase: "por
eso es que eres mi mejor amigo". Para finalmente, irse a sus casas de pronto a pie porque se
gastaron todo lo que tenían, y con los ojos enguarapaos diciendo: joda yo no valgo tres
tiras.

De repente un estudiante dice: joda profe hubiera dicho eso la semana pasada.

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