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Nombre: Laura Isabel Piedrahita García

“No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía


sí pueden cambiar el mundo…”

Walt Whitman
Carpe Diem
Introducción
El siguiente trabajo consiste en bosquejar el panorama en que
se adentra América Hispánica al siglo XIX. Para desarrollar
esta problemática he decidido realizar una poesía de verso
libre, esa clase de poesía que se aleja de la métrica y la rima.
Una poesía que se asemeja a la idea de este trabajo, donde
predomina la libertad y nos alejamos un poco de las ataduras
de la academia. Pero, que permite profundizar sobre aspectos sociales, intelectuales,
económicos y políticos de la época.

Fig. 1 Jacques-Louis David1, La muerte de Marat, Óleo sobre lienzo, Museo de Artes de Bellas Artes de
Bélgica, Bruselas, 1793.

Preludio del siglo XIX

Qué maravillosa la fe errata,

esa que ha invadido nuestro pensamiento

que camufla los sentidos y nos adoctrina.2

Permitid educarnos, ¿pero no demasiado?

Permitid educarnos, ¿para respetar el orden social?

Permitid educarnos, ¿para no cuestionarlo?3

Desapareced las viejas ataduras,


1
Detalle de La muerte de Marat que muestra el papel que sostiene Marat en su mano izquierda. La hoja dice
(en francés): «Il suffit que je sois bien malheureuse pour avoir droit a votre bienveillance» (‘es suficiente que
yo sea muy desafortunada para tener derecho a tu benevolencia’).
2
José Manuel Restrepo, Historia de la revolución de la Republica de Colombia en la América meridional,
Editorial Imprenta de José Jacquin, Francia, 1858, Tomo I, págs24-26.
3
Irene Palacio Lis, Asistencia social y educación, Editorial Universidad de Valencia, 1996, págs. 31.
derrocad los antiguos sistemas,

arrancad la ignorancia

permitid alzar vuelo desde el conocimiento;

salid de la oscuridad y las cavernas,

glorificad la ciencia y la filosofía

que se escuchen alaridos de libertad

despojándose de las viejas virtudes,

sobre la naturaleza de la luz del día,

que permite el brote de nuevos conocimientos.

Que el malestar de la inconformidad corroa sus venas

aquellas cuya sangre riegan las tierras que ahora cosechan;4

inclemente es la crematística

que sostiene los pilares de la sociedad,

creadora de las tensiones;

ata y ahorca la colonia,

florece para la metrópoli

esa que se ha despojado de su corona.5

No dejéis que la memoria se convierta en olvido

recordad, las revoluciones en nombre de la autonomía,

que el negro y el criollo se alejen de la marginalidad.

Emancipa las almas ensangrentadas,


4
Jorge Rojas, Juramento a Bolívar: Obras completas, Editorial Cultura hispánica del instituto Iberoamericana,
Madrid, 1978.
5
John Lynch, Los orígenes de la Independencia hispanoamericana, en: Leslie Bethell, Historia de América
Latina, Editorial Crítica, Barcelona, 1991, Tomo V, págs. 21-40.
ahuyentad la humildad y la obediencia.6

Oh, banalidad creer en el principio supremo de la moralidad

Oh, inocente el mundo de las ideas,

ese que ampara la igualdad.

¡Caed en la realidad!

el otro es el desconocido,

el otro es el enemigo,

el otro es el invasor.

Unificad las culturas,

erradicad el origen,

reducid el pasado en cenizas;

construid la identidad nacional

a partir de la muerte de las raíces.

Que tiemble el gobierno,

que absolutiza,

que acapara;

soltad las cadenas que alejan la humanidad.

Aunque tortuoso el camino se convierta

¡Soñad con la independencia!7

6
Catalina Severo, La mujer apuntes para un libro, Editor A. de San Martin, Madrid, 1861, págs. 279-280.
7
Pedro Pérez Herrero, Los reinos de las indias a finales del siglo XVIII. Consideraciones metodológicas para
su estudio, en la América española, Editorial Síntesis, Madrid, 2008, págs. 215-240.

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