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Comentario a la Borges y paz, de Rodríguez Monegal

Raquel Bojórquez

Siguiendo en la misma línea que describes, sobre la importancia de orientar el canon literario y

definirlo en dirección opuesta a la tendencia revolucionaria de izquierda, adquiere mucho más

sentido que para Monegal la noción de intelectual no esté ligada a una toma de postura ético-

política en el espacio público sino más bien, casi exclusivamente, al quehacer cultural y artístico.

En ese sentido, la importancia que le da al “reclamo” de Paz sobre la falta de crítica literaria en

Latinoamérica le sirve también para denostar el trabajo de quienes están alineados hacia la causa

revolucionaria. Sin embargo, a pesar de lo tendenciosa de su postura, los señalamientos que

entonces hacía Paz y luego Monegal sobre el estado de la crítica parecieran estar todavía, casi,

bajo las mismas circunstancias.

Justo esta semana leíamos Seis ensayos en busca de nuestra expresión y los conflictos que

planteaba y los cuestionamientos que hacía Henríquez Ureña en las primeras décadas del siglo

XX están todavía en el texto de Monegal. Este punto en particular, la imposibilidad de generar

productos culturales significativos o con “impacto internacional” por el subdesarrollo de

Latinoamérica parece ser algo que en realidad ahora se asume con menos esperanza de cambio

que antes. Heríquez Ureña señalaba la falta de oficio en los escritores como uno de los defectos

hispanoamericanos y parecía augurar que en algún momento sería posible dedicarse por completo

a la escritura, pero evidentemente no ha sido así. Y en el caso específico de la teorización y

crítica sobre el propio proceso y la propia escritura, me pregunto si no es ahora uno de esos

momento dentro de la literatura mexicana donde es casi inexistente y se ha dejado a la crítica

académica ese trabajo, en parte por la hiper especialización, y en parte porque la precarización ha

condicionado que sea así, o porque de hecho sigue sin haber un oficio de escritura verdadero y

sólo hay, como en cada época, pequeños destellos de brillantez dentro de nuestra literatura.

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