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Comentario a Calibán, de Retamar.

Como bien habías señalado ya a propósito de la discusión o postura de Rodríguez Monegal, el

texto de Retamar lo muestra como al crítico de la Revolución cubana. A diferencia de Monegal,

además de que es “el concepto-personaje” de Calibán el tema principal de la obra, cuando

Retamar cita a algún escritor, como a Martí, lo usa exclusivamente en pro de la causa socialista

revolucionaria y poco importa aquí la discusión propiamente literaria. La discusión que en todo

caso se da en el texto es el posicionamiento que los escritores tiene frente a las dos líneas

político-económicas en las que se dividía el mundo en aquella época.

Fechado el texto en 1993, la despedida de retamar sobre el concepto de Calibán me

pareció a fin de cuentas un poco triste. Si bien la comparación que hace con el personaje de

Shakespeare parece ser una buena metáfora, para los años en lo que se despide de ella, se ha

derrumbado el discurso enérgico y esperanzador con el que legitimaba un tipo de literatura y un

tipo de escritor, y sobre todo una nueva forma de establecer el mundo. La lectura del texto me

dejó con la sensación todavía más fresca de que, aunque hayan tenido algo o mucho de razón, el

proyecto fracasó rotundamente. Sin embargo, y creo que es lo único que pudiera agregar aquí, me

llama la atención la relación que el libro de Calibán y la bruja, de Silvia Federici, pudiera tener

con esta figura. A diferencia de lo que dice Retamar, en el libro de Federicci, Sycorax, la bruja

argelina madre de Calibán, sería en realidad el personaje que no se doblega y que resiste, porque

al final, al igual que el concepto (encarnado en los latinoamericanos) creado por el crítico cubano,

Calibán, a pesar de sus intentos de rebelión, continúa siendo el esclavo de Próspero. Parecería

entonces que desde un comienzo era un poco contradictorio, y resultó irónico, el intento por

apropiarse de dicho personaje y reivindicarlo.

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