Está en la página 1de 1

Alegría y gozo: sabor a resurrección

La mejor manera de afrontar que todo está perdido es negándolo. Siempre hay esperanza.

Alegría y gozo llenan mi corazón. Tengo una paz inesperada. Será que hoy los hombres
resucitan. Será que el aire sopla hacia la orilla y la tempestad se ha vuelto inerte
templando las olas.
Camino hacia la fresca hierba que empapa los valles apartados de casa, valles que son
acariciados por el río que pasa. Salgo del pueblo, que está de fiesta; caminaré hasta
encontrarme a solas con la luna llena, para tumbarme cerca del río a ver los fuegos
artificiales que el pueblo revienta.
A mi derecha, nunca voy solo, tengo a mi prometida, futura esposa, que me da la mano
para ver la escena. Le encanta estar conmigo, no he visto cosa igual. A mí me encanta
ella. Y me encanta la alegría del Ser, la de vivir, la de nacer y descubrirme en fiesta y
enamorado.
Será que el mundo no es solo angustia, rabia y anhelo; también es Ser, caricia y
consuelo. La presencia de amor en la realidad es desmoronante, sobre todo cuando uno
tiene paciencia y sabe vivir con el corazón amante. La brisa marcará el lugar de la
redención por su fragor y la resurrección se encenderá en nuestras almas fulgurantes.

Juan Carlos Beato Díaz


Psicólogo y Orientador. Centro IPæ

www.centroipae.com

También podría gustarte