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Spiguel, Claudio. Teórico N°2 (desgrabado). 2010.

Carrera: Historia
Materia: Historia Social General “D”- Gresores/Spiguel
Profesor: Claudio Spiguel
Teórico Nº 2: 17-04-2010

Unidad Nº 2

Profesor: Vamos a abordar hoy el tema de la división de clases en la sociedad, y la


aparición de los poderes estatales, lo que se llama habitualmente “revolución urbana” […]

Otro tema del debate es cómo, dónde y en qué condiciones y por qué causa se pasó de esas
sociedades pre-clasistas y pre-estatales, es decir, sin división de clases y sin Estado, aunque
con importantes regulaciones, desigualdades, a las sociedades basadas en la explotación del
trabajo, en la división en clases sociales y en la configuración de poderes Estatales.
Queremos apuntar a que se debata y se pueda pensar históricamente lo que
planteábamos la clase pasada: ¿cómo una sociedad se transforma en otra?, ¿cómo lo viejo da
lugar a lo nuevo?, ¿qué procesos hacen posible eso?, ¿existe una única causa? O si no existe
ninguna causa, ¿es por azar? Ahí se generan los debates.

La obra de Engels “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” presenta un


modo de abordaje histórico que está lejos del prejuicio que en mucha bibliografía actual, que
se propone como verdad consagrada, de que el marxismo es una interpretación económica
de la historia, que reduce la historia a las causas económicas. Incluso hay afirmaciones, que
sostienen que Federico Engels explica el surgimiento del Estado por razones sólo técnicas.
Este texto demuestra precisamente, que lo que no hace Engels es explicar el surgimiento
del Estado por razones reducibles a la aparición de nuevas técnicas. Por el contrario
queremos mostrar que se trata de un esfuerzo por pensar históricamente la sociedad e
inclusive las propias economías. Se trata de una explicación histórica de la economía y no una
explicación económica de la historia. Es decir, que las economías que han sido no tienen
leyes universales, salvo algunas muy obvias y los mecanismos de funcionamiento de la
economía de cada sociedad son específicos de determinados estadios, etapas, procesos,
lugares y tiempos de una organización social. Por eso lo hemos dado, para que se discuta
también.

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[…] Lumbreras explora sobre la aparición de los primeros centros urbanos o ceremoniales
en la zona Andina, en la costa peruana, el caso de Chavín y el proceso de división del trabajo
manual-intelectual, o entre la ciudad y el campo; y luego un punto de llegada en el análisis
del Imperio Incaico y cuáles eran las relaciones de producción fundamentales y cuáles eran
las secundarias, de dónde venía y adónde iba, que es el tema de discusión en los prácticos.
Tema importante porque hace a una de las áreas fundamentales donde se implantó la
conquista y colonización española. Por lo tanto saber que había es fundamental para el
decurso histórico de América latina.
Antes de comenzar, para terminar con un tema pendiente de la clase anterior, en relación
al punto de vista, la óptica que determina las preguntas, a la posición en el presente desde la
que nos interrogamos sobre la historia, quería leer un poema de B. Brecht, que en el siglo XX
habla desde una voz y que es la queremos reponer para estudiar la historia; se llama
“Preguntas de un obrero ante un libro”:
Tebas las de las siete puertas,
¿Quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes,
¿arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas?
En que casas de la adorada Lima,
¿vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la muralla China,
¿adónde fueron los albañiles?
Roma la grande, está llena de arcos de Triunfo,
¿quién los erigió?
¿sobre quiénes triunfaron los Césares?
Bizancio tan cantada,
¿tenía solo palacios para sus habitantes?
Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba,
los habitantes clamaban pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India,
¿él solo?
César venció a los galos,
¿no llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al ver hundirse su flota,
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¿no lloró nadie más?
Federico II venció la guerra de los Siete años,
¿quién la venció además?
Una victoria en cada página,
¿quién cocinaba los banquetes?
Un gran hombre cada 10 años,
¿quién pagaba los gastos?
Una pregunta para cada historia.

Este sería el espíritu con el que tratamos de enfocar esta historia de los grandes relieves
del devenir de las sociedades humanas, partiendo de esa óptica en el presente. Es ilustrativo
no sólo desde una posición ideológica, de rescate ético de los oprimidos de la historia, sino
de una posición científica que busca explicar los fundamentos últimos de la historia, el papel
de la sociedad, de las masas productoras en la construcción de este mundo material y
simbólico de cada sociedad. No sólo es una posición ideológica, en el sentido de
cosmovisión del mundo desde un lugar social, sino científica, es una exigencia científica para
el pasado y para el análisis del presente de nuestra sociedad.
En segundo lugar, lo que quisiera plantear, es que siempre que hablamos de las
sociedades, hablamos de tres grandes dimensiones o esferas interconectadas entre sí. Una de
ellas la primaria, la básica, hablamos del papel del trabajo en el propio proceso de la
hominización: el trabajo inteligente, el atributo humano de transformación de la naturaleza.
Una de esas esferas es la de la producción de la vida material. Esa que comenzamos a
estudiar analizando, por un lado, la relación de los hombres con la naturaleza a través del
desarrollo de instrumentos y de habilidades que no siempre son las mismas sino que
cambian y que denominamos fuerzas productivas.
También la actividad productiva se da en el seno de relaciones entre los hombres para
producir: ya sean éstas relaciones igualitarias y cooperativas o sean relaciones
contradictorias, antagónicas de explotación de una clase por otra. Pero no existe ninguna
economía, ni ningún desarrollo de la actividad humana sobre la naturaleza, sino es en el seno
de ciertas relaciones sociales que llamamos relaciones de producción.
Ciertas fuerzas productivas características y ciertas relaciones de producción
predominantes caracterizan lo que hemos denominado el modo de producción dominante en
una sociedad concreta. Es lo que sería la base económica de la sociedad. Pero la sociedad no
se reduce a su base económica; otra esfera, otra instancia de la práctica humana se desarrolla
en lo que llamaríamos la organización social, las relaciones sociales fuera de la producción,
generadas y condicionadas por ella, pero que tienen otras instancias de prácticas donde se
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despliegan: en la vida cotidiana, en la familia, etc. Esa organización social esta
frecuentemente regulada en forma espontánea, consuetudinaria o en forma coercitiva, en lo
que en las sociedades con poderes estatales llamamos el “poder” o la política, o el Estado
(en las sociedades pre-clasistas se vinculan con regulaciones y relaciones de cooperación y
reciprocidad sobre la base del cumplimiento de ciertas prescripciones de liderazgos y
autoridades), es decir, las relaciones sociales y la política, el poder y el estado.
Luego una tercera esfera separada de las dos anteriores, que es la dimensión de las
formas de conciencia social de cada sociedad. Es decir, la dimensión subjetiva a través de la
cual los hombres conocen o desconocen el mundo: el mundo natural, social, su propio ser
social, sus conflictos. Es la esfera de las explicaciones míticas o científicas, la esfera de la
ideología, del conocimiento, de la filosofía, del arte. A la vez, todas esas actividades tienen
aspectos materiales y sociales de las que brotan (por ejemplo, el arte tiene un artista que lo
porta y ciertas técnicas materiales, y expresa formas de conciencia social como el
conocimiento científico, o como la ideología, la religión, etc.). Esta esfera de las formas de
conciencia social a través de las cuales los hombres conocen o desconocen y expresan su
mundo es la tercera dimensión, interconectada a las dos anteriores: la economía, la sociedad
y la política, las formas de conciencia social: la ideología y la cultura. Las relaciones
reciprocas entre estos niveles es lo que es preciso explorar para entender el devenir, el
movimiento de una sociedad.
Pero es importante entender que no existen por separado sino que están interconectadas
en un todo único. A veces el aspecto determinante es uno –para entender el movimiento– y
otras veces otro; el aspecto determinante cambia de lugar y pasa a ser el otro. A veces
durante tiempos regulares, la organización económica determina ciegamente ciertas formas
de organización social y de conciencia, pero en otros momentos lo que sucede en los
terrenos del poder y la conciencia determina todo el rumbo ulterior de toda la historia
incluido el rumbo económico.
Es decir, que estudiar lo determinante en cada momento, en el marco de una
determinación recíproca de los niveles entre sí, implica dar cuenta del movimiento de la
historia. Tema pertinente para la reunión de hoy, en relación a cómo es el pasaje a la
revolución neolítica y a la revolución urbana.
La clase anterior, habíamos culminado muy aceleradamente en la primera forma de
organización social, la más extendida y duradera en el tiempo y en el espacio, incluyendo los
pueblos que llegaron con esa forma de organización social al siglo XX, basados en la caza y
recolección. Lo que a su vez determinaba ciertos alcances y ciertos límites de su propia
práctica, por ejemplo esto requería e implicaba el nomadismo: el traslado de esa banda de un
lugar a otro. Por ejemplo, implicaba un cierto número de integrantes de esa banda, 30, 50,
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dependiente de los instrumentos con los que contaban y las condiciones naturales donde
operaban, etc. Articulaban estos dos elementos en ese modo de producción originario,
producción no porque haya producción de bienes sino porque hay producción de los
instrumentos para cazar al bisonte, hay desarrollo de habilidades sofisticadas, para recolectar
semillas, plantas, etc.
Es decir, es la conjugación de cierto grado de fuerzas productivas (instrumentos y
habilidades) y también formas de organización para el trabajo y ciertas relaciones en las que
ese trabajo se da: relaciones de producción, ya planteamos que inicialmente estaban basadas
en la cooperación en esas actividades. Esa cooperación fue insinuando una primera división
espontánea del trabajo, muy pegada a las diferencias biológicas, que fue la división por sexo
y por edad. Dijimos ya que la recolección como especialización. especialmente de las mujeres
–en la medida que se desarrolló– dio lugar a la consolidación de la división del trabajo, base
de la diferenciación de género. Pero en esa época la diferencia de género está muy
relacionada no a la condición física sino a un problema elemental que es del
amamantamiento y la cría de los hijos que en la especie humana recorre un tiempo, y que
hace a la formación de los hombres como hombres, ya no como seres sociales sino como
individuos. No es una producción puramente biológica sino también una producción social de
ciertos vínculos primarios, los vínculos a través de los cuales cada individuo se transforma
como sujeto, a través de relaciones que son de enseñanza-aprendizaje.
Esa es una función imprescriptible de la especie humana; recorre todos los modos de
producción, todas las sociedades, aunque la forma de la enseñanza-aprendizaje cambie. Y
como cambia, cambian los vínculos primarios y cambia la fórmula de familia, englobados en
causas o determinaciones mayores. Pero entonces así como en el ciclo inter-genético para
nómadas, hace falta que los chicos crezcan tres años para poder ir caminando, y recién ahí
poder tener otro hijo (porque si no, no se puede cargar), eso determina una forma de la
organización de la reproducción. Del mismo modo también el amamantamiento en aquella
época obligaba a quienes estaban amamantando quedarse en el lugar mientras los otros van
a cazar. De este modo quiero enfatizar que lo que da origen a algo en cierto momento, no es
la misma causa que hoy lo mantiene; esto tiene que ver con la historia. La diferencia entre los
hombres y mujeres en aquel momento, es el inicio de un periplo. Pero lo que hoy determina
las relaciones de dominación sobre la mujer, es decir lo que llamamos las relaciones de
género no tienen las mismas causas que dieron origen a esa diferenciación. Esto es lo que
quiero enfatizar.
Además de esta división espontánea como ya anticipamos: no hay explotación, no hay
poder estatal. De ahí partimos, todos poseen los instrumentos y si se rompen lo construyen
de nuevo porque son muy sencillos. A lo mejor en el seno de un pueblo hay especializaciones
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mayores, por ejemplo, el que tiene más pericia para fabricar esos instrumentos, y los otros
van a cazar. Pero aún no existe el poder estatal, instituciones, en el sentido de hombres
especializados en gobernar a los demás, divorciados del trabajo productivo y mantenidos en
conjunto por todos los demás y que monopolizan las armas. En este momento el pueblo está
armado aunque esto no quiere decir que no haya liderazgos, autoridades que regulan los
conflictos dentro de la colectividad, que organizan la producción. Hay roles que se expresan
como diferencias. Esas diferencias entre la división del trabajo entre hombres y mujeres, las
relaciones de liderazgo y autoridad tienen ciertos registros: en el arte se representaba a las
mujeres muy opulentas por el amamantamiento y la leche materna; también cuando se le
otorgaba el mejor corazón de bisonte al cazador más valiente, lo que le valía un cierto
respeto y obediencia por parte del resto.
Pero lo interesante es que todavía –salvo aquello que está limitado por esa necesidad
biológica como amamantar– estos roles no son fijos sino reversibles. Se puede observar
además, porque no existen rastros de dominación permanente. No existen todavía
enterramientos de señores con sus mujeres y dependientes, todos muertos porque se murió
el señor. Todavía no los hay, eso se va a ver después, pero aquí no hay.
Todo esto tiene que ver con que existan esas diferencias pero aun no hay esas
desigualdades, en el sentido estructural; existen estas autoridades y liderazgos pero aun no
hay poder estatal como institución separada. Tiene que ver con ciertas precondiciones para
que eso exista y que se vuelva incluso necesario, en relación a un cierto tipo de sociedad. En
determinado momento, no todos deben ir a cazar el bisonte ya que lo que se produce puede
en ciertas épocas permitir que algunos no vayan a cazar o ni recolectar; pero en otros
momentos tendrán que ir a cazar el bisonte todo el tiempo y después no trabajar tanto
según las condiciones ecológicas. Pero no hay un excedente sostenido de productos que
pudiera permitir divorciar a una parte de las personas del trabajo productivo (de la caza o
recolección). Mucho menos mantener una tropa armada especial para que domine al resto.
Esto tiene importancia porque estamos hablando del origen de la desigualdad, de la
explotación del poder, y llegamos al día de hoy en que existen enormes desigualdades a
escala mundial en el poder y en la división de clases de la sociedad.
Hay visiones que condiciona el conocimiento científico, que siempre buscan mostrar el
carácter eterno de lo que hoy existe. Por ejemplo, identifican las relaciones de liderazgos
autoridad con el poder estatal de hoy diciendo: “siempre hubo dominantes y dominados,
siempre hubo explotadores y explotados”. Esta es una visión eternizadora de lo que hoy
existe; es una visión anti-histórica, porque implica una visión metafísica (algo que es eterno e
inmutable). Esto condiciona las formas de explicar en la ciencia también, luego se establecen
las polémicas sobre las bases de fundamentaciones empíricas. Muchas de esas polémicas
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están planteadas a partir de preguntas en la bibliografía: ¿cuál fue la causa? O no hubo
causa.
Entonces se produce un gran cambio con la “Revolución Neolítica”; del Paleolítico (piedra
tallada) al Neolítico (piedra pulida). La revolución neolítica es la revolución de la producción
ganadera (la cría y domesticación de animales), la producción agrícola. Se produce no en
todas partes, pero tampoco en una sola parte; sino con diferencias de tiempo y espacio en un
cierto número de pueblos, a partir aproximadamente del 10.000 a.C.
Esto implica procesos previos de recolección intensiva y cada vez más sofisticada de
granos silvestres hasta su cultivo. Lo mismo con el arreo de los animales salvajes y el
proceso de domesticación, como el lobo que aparece transformado a partir del 5.000 con la
domesticación del perro. Es decir, que hay un proceso previo que eclosiona a partir del 10
mil. Este cambio cualitativo, no se da en todas partes, es decir que hay pueblos que no
pasaron a la agricultura y ganadería. Pero tampoco se da en un solo lugar, no se podría
sustentar la hipótesis: “del pueblo elegido, el que lo ideó, la raza superior”; suponiéndose
que lo que se gane sea superior a lo que se pierda de la banda de cazadores recolectores a
la agricultura. ¿O es por azar?, esa sería la otra hipótesis.
No hay causas determinantes, necesarias en el sentido filosófico de la palabra, en el
sentido que dadas ciertas condiciones tuvo que ser así o como la hipótesis del difusionismo:
empezó acá y se difundió por todos lados. No.
Hay procesos paralelos no en el tiempo pero si en el espacio que determinan el pasaje a
estas economías productivas en sociedades que todavía son pre-clasistas y pre- estatales,
hacia el 10.000 a.C. Por ejemplo, en la Mesopotamia, cuna de la humanidad, en el valle del
Indo en el Nilo, donde como de la recolección intensiva se pasa con el tiempo a la
domesticación de plantas, al cultivo.
Lo mismo con las calabazas en Mesoamérica, o con el maíz luego en el 3.000 en la zona
andina. Esto ha sido fruto de una repetida siembra y cosecha por parte de los hombres, la
domesticación del maíz. Estos larguísimos procesos que van consolidando un nuevo tipo de
sociedad porque implicaron el desarrollo de nuevas fuerzas productivas, en el sentido de
instrumentos y de habilidades. La recolección intensiva se transformó en cultivo, la caza
sofisticada en cría y ganadería. Allí puede haber –aunque no siempre hay– una división del
trabajo entre pueblos ganaderos y pastores y pueblos agrícolas.
Engels le da importancia a esto, para cifrar el origen de una primera forma de propiedad
en los pueblos ganaderos; pero en otros lados hay una combinación, al mismo tiempo esta
división entre pueblos agrícolas y ganaderos puede generar la primera forma de intercambio
entre pueblos, por eso a veces el ganado era moneda inicial de cuenta, de los intercambios.
Esto implica nuevas fuerzas productivas y también nuevas relaciones de producción; por ende
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nuevas relaciones sociales, que brotan de esas nuevas relaciones de producción que
determinan un modo de producción que todavía no se basa en la explotación de una clase
por otra. Por esos los marxistas lo llamaron modo de producción comunista primitivo, que no
quiere decir inferior, de hecho Engels reivindica la forma en que Morgan dice en que deberá
retornar al espíritu fraterno de las antiguas gens, de esas sociedades pre-clasistas en una
etapa superior. Con esto advierto que salvajismo, barbarie como estadios para el paleolítico y
neolítico son conceptos que en estos autores no tiene una carga peyorativa, sino al contrario
hablan de las instituciones fraternales de la barbarie que se pierde con la civilización. De eso
volveremos hablar, aunque tienen que ver con el lenguaje del siglo XIX, propio de la
burguesía y del capitalismo.
Las nuevas relaciones de producción tienen una forma que define siempre toda relación
de producción a partir de entonces, que es una primera forma de propiedad. Hablamos que
antes no existía la propiedad, salvo el uso de cada cazador de sus instrumentos. Pero ahora
aparece una primera forma de propiedad, no de los bienes de uso de cada persona, sino que
hablamos de los medios de producción, para producir otras cosas. Entonces aparece una
forma de propiedad muy importante y duradera que es la propiedad común del suelo, con lo
que ustedes ya se han topado antes de los Incas y con los Incas. Incluso va a durar después
como forma jurídica de propiedad, bajo la conquista española, e incluso en algunos pueblos
hasta la época republicana: una forma de propiedad común del suelo por parte de los
aldeanos, cultivadores, agro-alfareros, los de nuestro noroeste, o agro-ganaderos. El análisis
que inmediatamente tenemos que hacer de esta propiedad es que el control sobre estos
medios de producción, implica una forma de relación entre los hombres. A partir de ahora
cuando hablamos de propiedad, no hablamos solo de relación entre los hombres con ciertas
cosas sino de relaciones entre hombres a través de las cosas.
Quién y cómo se dispone cada hombre ante los medios de producción determina las
relaciones de los hombres entre sí. Aquí la propiedad del suelo es común a los pueblos, por
ejemplo, a los Quilmes, por lo menos en los inicios. Decimos que es una primera forma
porque a la vez es de este pueblo, esta propiedad colectiva no es del otro, ni tampoco de
estos nómadas que van pasando. Por lo tanto, implica una primera forma de relación de este
pueblo con el otro que es “esta tierra es mía y si me la querés saquear, me defiendo”. Aquí
aparece una nueva función, del principio colectivo de todo el pueblo: la defensa, lo que en el
origen dará lugar a la guerra. Con esta forma de propiedad común del suelo de este pueblo
surge una relación con otros pueblos o de contradicción con otros pueblos. Al mismo tiempo,
esto tiene ciertas consecuencias y esta relación de producción nueva está determinada por
este aspecto la propiedad común: el trabajo es cooperativo: “repartimos del común”.

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Sin embargo, en la medida en que –con esas nuevas técnicas crece la producción– es
posible ya que exista un posible usufructo que una parte de los individuales, por distintas
familias e incluso rotativas. Es decir, lo que rinden estos campos sirve para el sustento de
estas familias y luego hay tierras del común para otros cultivos o para los ganados, entonces
se divide en dos: la tierra para el usufructo familiar y la de otras familias. En la banda de
cazadores recolectores, la familia es la sociedad. Las relaciones sociales, en la banda son y
coinciden con las relaciones familiares reales o ficticias, o sea si alguien se incorpora a la
banda ya es hermano.
Ahora vemos una relación social más amplia, en la que a la vez se va diferenciando una
forma de familia individual en la que hay un usufructo de cierta parcela; pero todavía hay una
propiedad eminente de todo el pueblo sobre toda la tierra, y hay una tierra trabajada o
explotada en común.
Este fenómeno introduce una nueva realidad. Ya no se trata solo de diferencias reversibles.
Ahora surge un nuevo fenómeno que puede desarrollarse que es el de la desigualdad por
ejemplo desigualdad de las riquezas: por ejemplo si a mi familia le toca la tierra más fértil y
tengo más hijos, de mi parcela voy a poder sacar más. Aunque todavía no hay explotación
del trabajo ajeno, yo puedo tener mejor sustento, más bienes. Hay desigualdad: familias ricas
y familias pobres, en el seno de una comunidad, basada en la propiedad común del suelo.
Del mismo modo la expansión de estas nuevas formas de producción con la ganadería
cada vez más desarrollada, con cultivos que superan el estrecho estadio de la huerta
inmediata (allí donde recolectamos y plantamos), sino que implica un traslado más allá y que
van diferenciando los lugares de producción de los lugares de reproducción de la vida donde
a la vez podemos tejer nuestro poncho, etc. Es decir van diferenciando lo doméstico de lo
público. En ese marco, dada ciertas constricciones, la mujer que había tenido un rol
importante en la recolección o en la economía hortícola inmediata, tiende a quedar confinada
a los trabajos domésticos de hacer la comida, tejer, etc., que siguen siendo productivos,
respecto de los hombres que tienen que ir más allá a pastar el ganado o ir a las terrazas de
cultivo o la defensa (ahí el rol de la guerra porque tenemos que defender de estos otros que
vienen). Es decir se va desarrollando una desigualdad de género también, no solo diferencias
entre familias ricas o pobres. Esto tiene saltos cualitativos que van cambiando las formas de
vínculos de lo que hoy llamamos familia, hasta llegar a la monogamia. Pero hay procesos
previos, incluso de subordinación de la mujer, donde la mujer puede romper el matrimonio,
esto no está todavía consolidado; entonces hay procesos y pasajes previos. Es decir existe
una historicidad de estos fenómenos.
Este proceso de diferenciación que se van dado con el avance de la producción y formas
de propiedad, van dando una subordinación creciente de la mujer al hombre. Están muy
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mediadas por la consolidación de la propiedad privada sea sobre los ganados, sea sobre la
tierra en la medida en que exista, sea sobre los bienes muebles. Si el rol productivo de
hombre lo hace inmediatamente poseedor de lo que produce (ganado o cultivos más
desarrollados), ahora esta producción que pasa a ser de consumo individual, el hombre
buscará garantizar que quede para sus hijos y se establecerá entonces con la propiedad la
herencia. ¿Cómo garantizar que la herencia sea para mis hijos? Aquí viene otro aspecto de la
subordinación de la mujer al hombre, en relación a otras formas de familia previa, que
refuerzan la monogamia para la mujer: “esta mujer será mía porque es la que tiene que
darme mis hijos”, aquí viene el desarrollo de lo que será el patriarcado. Esto en procesos
milenarios tiene su reflejo en las formas de conciencia social, incluso a llegado a formas en la
antigua Grecia el problema del cambio del derecho matrilineal al derecho patrilineal, de la
organización de los linajes en base a la madre a los linajes en base al padre, en estas
comunidades que están organizadas en base al parentesco. Matrilineal no quiere decir
gobierno de las mujeres, aunque refleja una realidad de la mujer muy distinta a la posterior;
quiere decir que si la mujer tiene hijos, estos quedan en el clan, en la familia de la madre.
Quiere decir que si ya hay usufructo individual de la parcela “acá somos una pareja y
cultivamos” y en la cosecha por relaciones de reciprocidad y cooperación las familias de “mi
linaje” viene a ayudar, los que vienen a ayudar son los cuñados por parte de mi mujer,
porque “yo pertenezco al clan de mi mujer”: eso es lo matrilineal. Por ejemplo, en la zona
guaraní cuando llegan los españoles además de dominar a los pueblos, sometan a
concubinato a las indias para tener otro mecanismo de coerción ideológico para la
subordinación del trabajo de los varones. Porque en esa sociedad en los momentos de
cosecha quienes cooperan son los parientes co-lineales de la mujer. Por lo tanto en la
hacienda del español, hay muchas mujeres sometidas a la servidumbre a la vez tendrán hijos
con él, no para poblar estas tierras, sino para someter a las propias mujeres y a las familias
de esas mujeres, es decir, a los varones.
Del derecho matrilineal, en otros lados se avanza hacia el patriarcado, con grados
intermedios que tiene que ver con la herencia de los hijos, y por eso una monogamia que a la
vez implica la subordinación de las mujeres que tiene su correlato y su base en las formas de
propiedad que se van abriendo paso: de los bienes y de los medios de producción. Sobre
todo cuando se está en proceso de disolución de esa propiedad común del suelo, procesos
de disolución que duran milenio. Son largos procesos desde ese punto de partida de la
propiedad común del suelo y su disolución, desde arriba y desde abajo.
El otro elemento tiene que ver con la defensa, que a la vez refuerza el papel de los
varones y también de las autoridades que incluso pueden generar desigualdades. Una
autoridad ya no reversible: cacicazgos, familias que van a mandar. Incluso ese mando lo
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pueden transformar en privilegios económicos. Quiere decir que todavía hay rotación de las
parcelas cada año: ¿quién decide como se rota? ¿Es entre todos o lo deciden familias que
tienen más autoridad que otras? Eso tiene que ver con todo este proceso concatenado que
da lugar a diferencias de autoridad y liderazgo, las llamadas jefaturas, cacicazgos más o
menos hereditarios, que a la vez interactúan con nuevos privilegios económicos, aun sin que
todavía exista explotación de una clase por otra. La pregunta es ¿en el embrión de aquella
desigualdad, de la mujer que recolectaba, esta todo el desarrollo de la subordinación genero
hasta el día de hoy? ¿En el embrión de autoridades en caciques que lo refuerza de modo
hereditario, está el embrión del estado?, Si y no, sería la respuesta. Podemos ver que pueden
ser vías regias de estas grandes divisiones para que eso se desarrolle.
Para que eso se desarrolle tienen que darse ciertas condiciones que no están en la
relación de desigualdad de género o en estas relaciones de autoridad en las jefaturas. Hacen
falta otras condiciones tan sociales como estas para que se genere la explotación, el poder
en el sentido de una clase sobre otra. Desde ya la guerra genera saqueos, tributos,
dominaciones. Podemos encontrar por abajo comunidades agrícolas donde todavía el trabajo
fundamental no es explotador; podemos encontrar esclavos, que producto de los
enfrentamientos fueron tomados prisioneros. Al principio en la banda al prisionero o se lo
incorporaba como hermano, lo mataban o lo echaban. Pero con un mínimo de productividad
del trabajo (que no es todavía el que sostiene a sociedades de clases), en la medida que eso
ya empieza a existir, puede convenir que este prisionero produzca la parcela. Entonces así se
produce con mujer e hijos, también con el esclavo, que de lo que produce come una parte,
pero la otra parte queda al jefe de la familia.
Esto es el inicio de una relación en una sociedad todavía pre-clasista, sin explotación, pero
ya con desigualdades de género, de autoridad, de riqueza. Combaten formas de propiedad
que vinculan y separan a los hombres entre sí: la propiedad común del suelo respecto a otros
pueblos, usufructo de la mejor tierra y de la peor tierra, los ganados de unos y de otros, en la
medida en que se va disolviendo la propiedad común del suelo. Por lo tanto, se desarrollan
con la guerra formas de dominación; entonces, decíamos diferencias, pero en todo no.
En la diferencia entre caza y recolección no está todo el desarrollo de la subordinación de
género, hacen falta otros cambios para que eso se desarrolle. Ahí vienen los cambios que
hemos explicado. Hoy la subordinación de las mujeres sigue siendo una realidad inherente no
sólo de resabios pre-capitalistas, en sociedades atrasadas sino en el centro mismo del
desarrollo capitalista mundial, en las fábricas, en la ciudad y mantiene viejos aspectos de esa
subordinación. Antes había raptos de mujeres, pero no se puede comparar eso con la trata
de mujeres actual que es uno de los tráficos más rentables del comercio mundial. Lo mismo
las violaciones, antes era: tierra, mujer, territorio, conquista, violaciones. Desde ya, la
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textualidad se va cargando y pervirtiendo en aspectos sociales que están fuera de la biología
y que tienen que ver con el dominio y subordinación, no con el afecto ni la función libidinal.
Hoy también el dominio sobre el cuerpo de las mujeres existe, pero ¿cuál es la causa que
perpetúa y recrea eso que es milenario?
Es importante ver que esas diferencias, una de las tres grandes diferencias: la de género
(después están las otras dos manual-intelectual, ciudad-campo) nacen ahí: en la comunidad
agrícola-alfarera, en la propiedad común del suelo y sus contradicciones, ahí empieza. Pero lo
que hoy lo perpetúa, a todo eso que viene de antes son otras causas. Ahora es otra la causa,
desde el punto de vista económico: el modo de producción capitalista. El problema es que el
trabajo doméstico es un trabajo no remunerado que reproduce la fuerza de trabajo de los
trabajadores. En el salario del obrero está incluida la reproducción de su fuerza de trabajo y
la crianza de los hijos; la mujer realiza las tareas domésticas por razones ideológico-
culturales, se puede luchar para que los varones compartan el trabajo doméstico, pero de
hecho socialmente hay algo que tiene que ver no sólo con la ideología y la costumbre que
viene de antes, sino con algo inherente a la organización económica que está presente: el
trabajo doméstico no esta socializado como todos los otros trabajos porque no rinde
ganancia al capital. Eso recrea una posición que articula y recrea todas estas viejas
costumbres que recluyen y subordinan a la mujer a los hombres. A la vez hay otro elemento
fundamental, que no es económico, sino ideológico porque la familia es el lugar de los
primeros vínculos de este proceso de enseñanza aprendizaje y por lo tanto la familia que no
es hoy la sociedad, es un aspecto subordinado a otras relaciones sociales. La familia está
determinada por causas mayores de la organización económica y social; sin embargo es a
través de esta familia como se reproducen los valores, ideas, y costumbres dominantes.
También desde ya en las familias surgen los valores, costumbres, y nuevas ideas en lucha
contra las dominantes. Pero es el lugar de reproducción de un sistema social en el terreno
ideológico. Allí se constituyen los individuos en tanto tales; por lo tanto confinar a la mujer
en el hogar –como dicen las posiciones conservadoras que por naturaleza que cría a los
hijos– tiene que ver con un tipo de familia, un tipo de interés de reproducir a los sujetos
hombres o mujeres. Con esto, quiero decir, que lo que dio origen aquella diferencia no es la
misma cosa que lo sostiene hoy; a su vez, es importante ver dónde y cuándo se origina.
Hablamos de fenómenos que suelen ser llamados “tras-históricos”, que recorren los
distintos modos de producción y las distintas sociedades. No por que pasen por encima y
queden inmutables, sino porque esas diferencias están en el seno de cada sociedad,
determinados por los elementos esenciales en cada sociedad. No son tras-históricos en un
sentido universal, porque en un momento no existieron; las causas que lo originan no son las

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mismas que las que hoy los hacen perdurar. Este sería un modo de pensar históricamente los
fenómenos, aún los de más larga duración.
¿Dónde, cuándo, cómo? Dijimos: en ciertos lugares limitados, en distintos tiempos, y como
dicen algunos textos no en todos lados la banda se transformó en comunidad agro-alfarera,
¿Por qué y dónde? Hay varias explicaciones. Una tiene ver con el desarrollo de las
habilidades y de los instrumentos y esto es desde ya es una precondición, también el poder
cultivar mejor o criar son precondiciones que tornan sedentarias a las bandas para
establecerse en un lugar. Pero no basta, como han descubierto algunos arqueólogos, algunos
pueblos saben cultivar pero no quieren establecerse, se mantienen en el bosque y siguen
cazando. Hay otras explicaciones que surgen entonces. Una es que los que alcanzaron ciertas
técnicas dieron ese paso. En algunos lugares dieron ese paso y otros no lo hicieron, se
mantuvieron como la banda de cazadores recolectores y cultivaron como aspecto secundario,
lo principal seguía siendo la recolección.
La otra explicación es desde el “polo naturaleza”: hubo algo en el proceso del ambiente
que obligó a ciertas comunidades a cambiar. Efectivamente, la naturaleza es un elemento
condicionante de la actividad humana hasta el día de hoy. Sólo que en aquellas épocas era
mucho más condicionante que ahora. Por el incipiente grado de desarrollo de las fuerzas
productivas las sociedades estaban más a merced de la naturaleza que ahora. Ahora también
estamos a merced no sólo cuando hay terremotos que no podemos controlar sino que
estamos a merced de fenómenos naturales que están provocados por la mano del hombre.
Pero eso tiene que ver con el “polo hombre”, no con el polo naturaleza, o sea las catástrofes
ecológicas.
En el inicio, el “polo naturaleza” tenía importancia; había glaciación, se retiró y vino una
época más cálida; en algunos lugares desiertos en donde había oasis y pudieron cultivar. Ahí
tenemos elementos condicionantes naturales pero no pueden ser la única causa o fin el
predador, porque se terminaron los animales que iban cazando, y obligan a la especie
humana a adaptaciones por medio del trabajo que generan ese resultado. Estas son
explicaciones unilaterales porque sólo atienden a la relación hombre-naturaleza, según con
las fuerzas productivas con las que se contaban. Pero recordemos que estas relaciones no
existen solas y separadas de otra relación que son las relaciones hombre-hombre, es decir,
las relaciones que establecemos entre nosotros al producir. También puede haber
explicaciones de causas que tengan que ver con el desarrollo de estas relaciones.
Ahí viene que la organización social de la banda se transforma para convertirse en
comunidad agro-alfarera, esas relaciones de producción de la banda abren paso a ciertas
relaciones productivas nuevas (esas las de cultivar y criar), hace falta de que se transformen
esas relaciones. Si la organización de la banda no cambia, no se desarrollarán esas fuerzas
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productivas. Entonces no existe el desarrollo técnico fuera de las relaciones sociales; tampoco
existen las relaciones sociales en el aire, fuera de las relaciones que establecemos con la
naturaleza. Es la articulación de ambos aspectos, los mecanismos de reproducción de una
sociedad con ciertos elementos del pasaje de una sociedad a otra; por ejemplo, cierta
organización productiva determina la organización de la banda: nomadismo, imposibilidad de
explotación, desigualdad, a la vez que tiene una división espontánea del trabajo espontáneo.
Eso implica que ciertas formas productivas determinan las relaciones de producción, y
ciertas relaciones de producción albergan ciertas formas productivas: no existe uno sin lo
otro, uno conduce a los otro, se remiten recíprocamente. Ciertas condiciones, por ejemplo, de
conocimiento, para sembrar pueden albergar nuevas fuerzas productivas. Pero no basta con
eso para que la sociedad cambie. Hace falta que cambien las relaciones de producción y las
relaciones sociales que en ellas existen. Cuando se abre paso al cultivo y la ganadería, se
transforma la organización social con base a estas nuevas relaciones de producción, se pasa
de una etapa de la comunidad originaria a una segunda etapa de la comunidad originaria con
propiedad común del suelo.
Por lo tanto, hay una explicación poli-causal que obliga a ver el desarrollo de las
relaciones entre las fuerzas y entre los hombres. Ese desarrollo puede convertirse en
elementos antagónicos: una relación de producción vieja puede frenar las fuerzas productivas
nuevas, entonces seguirá la banda y tendremos otra historia por ejemplo, una recolección
cada vez más sofisticada; o por el contrario, las relaciones de producción se transformarán,
se asentarán y cambiarán la constelación mental, las formas de conciencia social. Si los Incas
debían trasladar a las poblaciones conquistadas, no sólo tenía que ver con usufructuar su
plustrabajo sino que de esa manera se desestructurada mejor su capacidad de resistencia.
Porque la resistencia de esos pueblos basados en la propiedad común del suelo, estaban
dadas por un vínculo con el suelo que fue el de sus mayores, de sus antepasados; por lo
tanto tiene que ver con las formas de conciencia social. Entonces en un determinado
momento las relaciones de producción viejas pueden entrar en contradicción con las fuerzas
productivas nuevas, allí no está predeterminado lo que ocurrirá: puede ser que se abran paso
nuevas formas y den origen a algo nuevo o no. Entonces seguirá esa sociedad más o menos
igualitaria pero con la caza y la recolección. Entonces la historia de la humanidad, que no
está unida en tanto humanidad, se empieza a diferenciar. En algunos lugares habrá
revolución neolítica y en otros no.
No es una evolución unilineal, no es que todos los pueblos cazadores-recolectores pasan a
ser agro-alfareros y estos a su vez pasen a ser sociedades divididas en clases, con
explotación y estado. Pero tampoco hay carencia de toda direcccionalidad, en el sentido de
que hay acumulación de procesos de conocimientos sociales. También hay idas y vueltas:
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pueblos que construyeron sociedades con explotación, clases y ciudades, retornan a lo
anterior, y desaparecen y se derrumban grandes Imperios. Pero a la larga y, hasta el día de
hoy, se consolidó la sociedad de clases, los pueblos que conservaron un conjunto de fuerzas
productivas elementales –también otra forma de relación y de vínculo hasta el siglo XX–
terminaron conquistados por otros pueblos en la etapa del Imperialismo moderno, por la
expansión capitalista de Europa, (por ej., los maoríes en Australia). Al mismo tiempo, eso no
estaba predeterminado en la historia del Egipto faraónico, ahí vendría las relaciones entre lo
determinado y lo indeterminado, entre lo que se abre paso como algo determinado, que es
necesario en el sentido de que dadas ciertas condiciones se vuelve inevitable y aquello que
tiene que ver con una diversidad de formas de causación.
Hay precondiciones que tienen que ver con el grado de desarrollo de las fuerzas
productivas. Pero a la vez están los procesos sociales de cambio, sin eso no hay pasaje.
Nunca es un solo aspecto separado sino una unidad de aspectos en que unas fuerzas
productivas implican una relación de producción y la vez fuerzas productivas albergan esas
fuerzas productivas. Pero si algún polo cambia impulsa un cambio a los otros aunque puede
ser que eso se vuelva contradictorio, eso es lo que llamamos modo de producción dominante
en cada sociedad.
Lo mismo con la revolución llamada urbana, que ya se vincula a dos nuevas grandes
diferencias: entre el trabajo manual-intelectual y entre campo-ciudad. La formación con estas
transiciones con esos centros ceremoniales, esa aparente unidad de muchas colectividades en
una sola, donde hay cooperación y reciprocidad. Pero hay sacerdotes, artesanos que reciben
los maíces en Chavín, dan las técnicas y esos saberes a los aldeanos, pero ya se quedan con
una parte del plustrabajo de esos aldeanos; entonces, la división entre esa proto-ciudad y
ese proto-campo está expresando nuevas desigualdades que abonan un modo de producción
basado en la explotación del trabajo ajeno, ya lo han visto en Lumbreras. Ese proceso
culmina con lo que se llama la civilización o sociedades estratificadas, basadas en un nuevo
modo de producción o modos de producción en los que la explotación del trabajo implica la
formación de un poder de dominación, coactivo e ideológico, que ya no es del cacique ni la
jefatura, sino un poder institucional. Puede coagularse en el rey que antes era el cacique y
ahora es el dios, pero implica una serie de atributos materiales y simbólicos nuevos: el
estado.
Ese pasaje llamado revolución urbana, que en Mesopotamia se da en el 3.000 a.C., que
recorre la formación de sociedades con explotación y con estado, a la vez también es
reversión como en el imperio Maya antiguo que a los 900 años abandonaron las ciudades y
vuelven aparecer las ciudades-templo en la zona de Yucatán al norte. ¿Qué paso en el medio
de este proceso? Esa revolución urbana con ese origen también implica vías de desarrollo de
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la productividad del trabajo. Genera una ampliación de la producción agrícola y ganadera y
también formas de intercambio entre pueblos o tribus, como producto de ello surge como
explica Engels el comerciante, o sea, el traficante a larga distancia, al disolverse la propiedad
común del suelo hay una división del trabajo con propiedad individual transformando a uno
en alfarero y a otro agrícola, entonces otro vende. Esto llevan a la producción mercantil: la
producción para el intercambio; no para el consumo inmediato sino para ser vendida. Ese
máximo desarrollo de la producción mercantil en las sociedades antiguas se da no tanto en
América sino en la sociedad clásica del Mediterráneo, culminando en una sociedad mercantil
pero basada en el trabajo esclavo que fue de Grecia a Roma. Pero ya por el intercambio
mercantil habrá nuevas funciones del estado y nuevas figuras o grupos sociales, como los
traficantes que atesoran no sólo bienes sino monedas: capital comercial. También habrá en la
medida en que crezca la circulación de monedas el préstamo, la usura, no sólo un banquero
del imperio romano, sino de prestamistas de los templos de Mesopotamia que prestan, los
sacerdotes: es decir capital mercantil, capital usurario.
Para que haya capitalismo hace falta una nueva relación social de producción que es el
trabajo asalariado. Por lo tanto capital mercantil y usurario existe mucho antes que el
capitalismo, pero existe con base en la producción esclavista, existe en la sociedad feudal.
Pero esa producción mercantil tiene su límite en el trabajo esclavo, no en asalariado, y esa es
la culminación en Roma de ese proceso social.
Volviendo a la revolución urbana: en la división del trabajo agrícola, ganadero, el
intercambio entre pueblos y la división comercial, crecen las jefaturas y las guerras por el
dominio de otras tierras y hombres. La eficiencia de la producción genera la necesidad de
saberes especializados: para construir las irrigaciones en caso de inundaciones; para
organizar el trabajo en beneficio de la productividad en común; para construir terrazas.
Saberes especializados que además se vinculan con un saber concentrado como el de los
mayas sobre los astros o matemáticas. Eso son condiciones requeridas y hechas posibles a la
vez por el avance productivo. Esto va generando una capa especial de especializados en el
saber: hay un trabajo manual y uno trabajo intelectual, supuestamente complementarios.
Surgen en ciertos momentos y se agrupan en comunidades mayores, aparecen los que
dirigen y los que son dirigidos, los que mandan y los que obedecen. Aunque en cada grupo
local se conserve la organización aldeana, sin jefatura, sin la propiedad común del suelo,
tenemos la aparición de una clase o casta o incluso de pueblos dominadores con atributos
que monopolizan las armas, el saber las instituciones ideológicas, etc.
¿Las jefaturas generaron las teocracias y el estado? ¿Las desigualdades en el seno de las
comunidades generaron la explotación? Depende de una precondición que es que haya un
excedente suficiente de productos, que el trabajo rinda excedentes a escala social que
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permitan sostener a esa clase social que usufructúa las funciones de dirección, y que a la vez
se apropie de ese excedente de productos, que requieren técnicas y habilidades: una
productividad del trabajo superior. Mientras no existió ese excedente no era posible que
existiera un sector social divorciado de la producción. La condición de posibilidad es la
aparición de este excedente que permite que uno se divorcie del trabajo productivo y estudie
los astros, otro dirija las terrazas y otros alimentados por el resto sean los que tienen las
armas por si hay rebelión. Sin excedente no se pueden dar estos cambios.
Cuando hablamos de excedente, tenemos que entender que el conjunto de los trabajos
pueden ser divididos en trabajo necesario y trabajo excedente o plustrabajo. El trabajo
necesario es la parte del trabajo que sirve para producir las cosas que hacen que podamos
alimentarnos y seguir viviendo como trabajadores. El trabajo excedente es el trabajo que
produce excedente por encima de lo necesario de ser consumido por nosotros para ir a
trabajar, que es lo que se queda el Inca. En la medida en que existe un trabajo tal que puede
dividirse en trabajo necesario –que pueda reproducir las condiciones de los trabajadores– y
trabajo excedente, se da el plustrabajo base de todos los procesos económicos. Entonces es
la base de los ulteriores procesos materiales. Sólo con el plustrabajo puede haber sacerdotes
que se dediquen al estudio de los astros, y no vayan a cultivar; pero a la vez pasa este
plustrabajo a ser la fuente de riqueza de una clase que en base a su papel dirigente se
transforma en una clase explotadora.
La explotación es el mecanismo por el cual un grupo de hombres se apropia de
plustrabajo y plusproducto generado por los otros. Esto determina una división social nueva
que es la división en clases: una clase explotadora y otra explotada. La forma puede ser
comunidades dominantes y dominadas: un pueblo conquista a otro e impone un tributo, pero
cuando hablamos de un modo de producción con explotación estamos hablando de un
mecanismo sostenido de reproducción de la vida económica y social. Para que esto se
mantenga y desarrolle en el tiempo es necesario que se afirme un modo de producción.
Implica una organización social tal que genere permanente trabajo excedente del que
apropiarse, así funcionará el conjunto de la economía. Una cosa es la apariencia, la forma;
otro es el modo en cómo funciona la estructuración económica. Esto lo digo en relación al
texto de Godelier, en donde aparece el ayllu preincaico, después el ayllu pasa a estar
gobernado por los Incas; este dominio no siempre es por conquista, ¿Cómo fue en el centro,
en el Cuzco? ¿Cómo se generó ese pueblo conquistador? Allí también hubo un proceso de
diferenciación social, tampoco fueron los primeros, antes había habido otros imperios antes,
Tiawanuku, etc. En la forma puede aparecer dominación, pero sin nuevas relaciones
productivas no hay base para que ese genere tributos en forma permanente.

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Al mismo tiempo, la forma y el fondo implica relaciones de dominio, no en la economía
sino fuera de ella. Sin el poder ejercido en beneficio de la clase explotadora, para dominar a
la clase explotada, no trabajarían para ellos. Por eso hacen falta esas fuerzas coactivas. En la
medida en que se consolida ese modo de producción con explotación –veremos como lo
analiza Godelier para los Incas– y que sea común a muchas sociedades antiguas previas al
Hierro: el imperio Egipcio o la Mesopotamia, etc.; sin embargo, todas esas diferencias y otras
nuevas cambian de contenido. Ahora la división de genero se fortalece, y se fortalecerá la
división entre el trabajo manual e intelectual, y en la medida que el trabajo intelectual será
monopolizado, condicionado y regulado por las clases dominantes al servicio de la
reproducción de sus intereses en el terreno técnico, científico y en el religioso, cultural y
artístico. Se cambia el contenido de la diferencia y se consolida una muy importante que es la
división entre la ciudad y el campo culminando la antigüedad clásica en Europa, donde la
ciudad esclavista domina al campo y vive de él. Pero esa división y contradicción entre ciudad
y campo a través de ella expresa una realidad basada en un modo de producción con una
clase explotadora y una clase explotada. Esto tiene que ver con la división en los oficios, del
artesano y del centro urbano, no solo como centro de los oficios y por lo tanto de
intercambio con el campo sino como centro del poder del comercio, de la administración. Por
ejemplo, los mesopotámicos son centros de caravanas, son ciudades sede del poder estatal
utilizado para que la clase dominante perpetúe su dominación, sin la cual no puede haber
explotación. Nunca hay economía sin poder, cuando hay clase y explotación.

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