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La planta de Cannabis Sativa l. es una planta anual que se empezó a sembrar hace 12.000
años en Asia central. Hoy en día son tres subespecies las que se encuentran: Sativa, Índica y
Ruderalis. Estas tres subespecies presentan diferencias tanto a nivel agronómico como a
nivel botánico y químico. Las plantas Sativa son plantas grandes que pueden alcanzar hasta
5 metros de altura y sus foliolos son más delgados que la Índica cuya altura alcanza un
máximo de 2 metros. La Ruderalis es una variedad más silvestre y con un ciclo productivo
mucho más corto que las otras dos subespecies. Las variedades que se encuentran hoy día
son cruces entre estas variedades, además de tener modificaciones genéticas para que sean
autoflorescientes y/o feminizadas.
Otra de las variedades que están dentro de la Cannabis Sativa l. es el cáñamo. Esta variedad
se caracteriza por su producción de fibra y semilla. La fibra posee un contenido alto de
celulosa y es ampliamente utilizada por sus buenas propiedades mecánicas, empleándose
como refuerzo de otros materiales, en textiles, biocombustibles, bioconstrucción,
automóviles, papel y bioplásticos. Por su parte, la semilla posee un alto contenido de
proteína y todos los aminoácidos esenciales, lo que la hace un alimento excepcional. Esta
semilla se vende como cañamón y se obtienen también los aceites de la misma, como
alimento y para elaboración de productos cosméticos.
Cuando se hace referencia a la planta de cannabis se suelen tener diferentes acepciones
relacionadas con el fin de utilización de la misma. Marihuana, cáñamo y cannabis
medicinal son términos utilizados para la misma planta. El cáñamo, como se menciona
anteriormente, se refiere a aquella planta cuyo fin es la obtención de fibra y/o semilla apta
para consumo humano. El término marihuana hace referencia a la planta que se utiliza con
fines recreativos y suele contener un porcentaje del cannabinoide psicoactivo (THC) mayor
al 1%. El término cannabis medicinal hace referencia a las plantas que se cultivan y
procesan con el fin de obtener las flores de las plantas femeninas para usos investigativos
y/o medicinales; estas plantas pueden tener un porcentaje de THC variado.
En el año 2016 Colombia aprobó la ley 1787 por medio de la cual se regula el acceso
seguro e informado al uso médico y científico del cannabis y sus derivados, abriendo las
puertas al cultivo de las plantas de cannabis sativa l., así como su uso con fines científicos,
médicos e industriales. De esta manera, Colombia se suma a la lista de países que han
regulado de alguna forma el cultivo y comercialización de cannabis, que para el 2019 eran
30 los países de esta lista, un número elevado si se comparan con apenas los 4 países al año
2014. Esto demuestra el crecimiento que ha tenido esta industria en los últimos años,
pasando de una producción mundial de 100 toneladas en el 2015 a 406,1 toneladas de
cannabis medicinal en 2017.
La ley 1787 fue reglamentada por el decreto 613 de 2017, en donde se hace la distinción
entre cannabis psicoactivo y cannabis no psicoactivo. Esta diferencia parte del contenido
del cannabinoide psicoactivo Tetrahidrocannabinol (THC) presente en la planta. Cuando el
contenido de la flor seca es igual o superior al 1% en THC estas se consideran plantas de
cannabis psicoactivas y es necesario solicitar un cupo ante la Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes (JIFE); si el contenido es menor al 1% se considera como
cannabis no psicoativo y no requiere de solicitud de cupo ante la JIFE, pero sí del permiso
otorgado por el Ministerio de Salud y Protección Social.
La investigación relacionada con el cannabis medicinal ha tenido un gran aumento en el
último siglo y el interés está centrado en los usos potenciales de cada uno de los
componentes de la planta, así como en lo denominado el “entourage effect”. En las flores se
encuentran los compuestos de interés, los cuales en su mayoría son terpenos, flavonoides y
cannabinoides. Los cannabinoides (fitocannabinoides) son compuestos terpenofenólicos
que en la planta se encuentran en su forma ácida y cuyas propiedades no han sido muy
estudiadas, por lo que se busca por medio de la acción térmica o de luz la conversión de
estos cannabinoides ácidos a su forma neutra, cuyo valor terapéutico y medicinal se
encuentra más documentado. El precursor de los otros cannabinoides es el ácido
cannabigerólico (CBGA) de donde se obtienen los dos cannabinoides más estudiados y que
están presentes en mayor proporción en la planta: ácido cannabidiólico (CBDA) y el ácido
tetrahidrocannabinólico (THCA). Aunque existen más cannabinoides (cerca de 113), pero
son compuestos que se encuentran en menor medida en la planta y no hay suficiente
investigación al respecto. En la siguiente figura se observa la ruta de obtención de cuatro
cannabinoides, terpenos y flavonoides.
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