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Coherencia de políticas para

el desarrollo y la cooperación
Sur-Sur: reflexiones para
una convergencia analítica
Natalia Millán Acevedo
Universidad Complutenses de Madrid
natalia.millan@icei.ucm.es

Guillermo Santander Campos


Universidad Complutenses de Madrid
guillermosantander@icei.ucm.es

Introducción: globalización, y culturales en diferentes escalas (locales,


interdependencias y cambios nacionales, regionales y globales) (Castells,
en la agenda de desarrollo 1997; Keone y Nye, 1988; Kaul et al., 1999;
Giddens, 1967).
La dinámica globalizadora ha generado cam- El fenómeno de globalización se encuen-
bios orgánicos en las organizaciones de las tra estrechamente vinculado con los procesos
sociedades contemporáneas. Tras el fin de la de creciente transnacionalización e interdepen-
Guerra Fría se han acelerado los procesos de dencia que han generado cambios estructurales
interrelación, integración e interconexión, en las relaciones sociales y en la distribución
creando densas redes económicas, financieras, del poder en diversos ámbitos de las organiza-
comunicacionales, de significados simbólicos ciones humanas (Strange, 1998; 2001). Así,
y culturales, en buena parte del mundo con- las relaciones de interdependencia siempre
temporáneo. Este hecho ha profundizado los suponen un “coste” para los actores involu-
crecientes fenómenos de transnacionalización crados, aumentando tanto la vulnerabilidad
e interdependencia en diversos ámbitos de entre estos como los potenciales beneficios de
las dinámicas sociales, políticas, económicas la cooperación entre Estados. De esta manera,

Recibido: 18 de agosto de 2013 / Aceptado: 23 de octubre de 2013

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el concepto de “coste” es fundamental para en- importantes en la historia del poder” (Beck,
tender la política de la interdependencia; solo 2004b, p. 92).
existe interdependencia mientras las relaciones Esta nueva realidad internacional ha
de intercambio supongan tanto un coste como dado paso a la construcción de una agenda
un potencial beneficio para los actores impli- más amplia, compleja y comprehensiva de las
cados (Keohane y Nye, 1988). prioridades internacionales que trascienden
El incremento de las interdependencias la agenda “dura” de seguridad y las cuestiones
ha generado una densa red de transformacio- puramente económicas (Alonso y Sanahuja,
nes que, en diferentes escalas y desde diversas 2006; Del Arenal, 2009). Así, se produce un
dimensiones, están modificando las organiza- proceso de “humanización” de las relaciones
ciones humanas, las relaciones de la ciudadanía internacionales, donde la globalización abre
con sus Estados soberanos, las interacciones oportunidades colectivas e individuales para
entre los Estados y el rol de actores transnacio- el empoderamiento de los individuos que ya
nales no estatales en el sistema internacional no son solo receptores sino que ahora generan
(Kaul et al., 1999; ocde, 2011). Si bien histó- información con incidencia global (Del Are-
ricamente los fenómenos de interdependencia nal, 2010). Dentro de este nuevo escenario, los
son elementos relevantes en las dinámicas de la problemas del desarrollo y del subdesarrollo
sociedad internacional, es a partir de la segunda en sus diversas manifestaciones económicas,
mitad del siglo xx cuando las interdependen- sociales, humanas y científico-técnicas han
cias adquieren un carácter transformador y a la pasado a transformarse en una agenda clave
vez constituyente del proceso de globalización. en el escenario internacional (Alonso y Sana-
Estas dinámicas se establecen como efectos huja, 2006).
integrales de la globalización, siendo extre- Dentro del contexto de cambios globa-
madamente complejo diferenciar entre ambos les mencionados, las fronteras entre el Norte
fenómenos (Del Arenal, 2009; Nye, 2003). “rico” y el Sur “pobre” se van desdibujando
Las nuevas estructuras en que se configura para dar paso a una realidad más heterogénea
la sociedad internacional remiten a un vasto y compleja donde coexisten diversos tipos de
conjunto de transformaciones que retratan Estados que, sin responder a la categorización
una profunda recomposición de la naturaleza, tradicional de “Norte/Sur” o “países desarro-
la estructura y las fuentes de poder, la cual se llados/en desarrollo”, se están transformando
manifiesta en diversas transformaciones en las en actores referentes que ostentan importantes
relaciones entre los actores de la sociedad in- cuotas de poder en el sistema internacional
ternacional (Strange, 1998). La globalización (Sanahuja, 2008).
puede entenderse como una transformación Los países en desarrollo presentan actual-
lenta, posrevolucionaria y epocal del sistema mente notables diferencias en sus estructuras
de equilibrio del poder y sus reglas: “somos económicas, riqueza per cápita, población,
testigos de una de las transformaciones más distribución de la renta y capacidades políticas

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e institucionales. Así, el concepto “Sur” com- en el sexto apartado se recogen las principales
prende una amplia diversidad de países con conclusiones de este trabajo.
intereses, capacidades y agendas divergentes
que responden a una nueva realidad interna- La doctrina cosmopolita y los
cional muy alejada de las conceptualizaciones problemas del desarrollo global
tradicionales que los agrupaban bajo la cate-
goría de “países en desarrollo” (Alonso et al., Los cambios estructurales –propios de la
2010; Alonso, 2012). Y algo similar ocurre con globalización– mencionados en el apartado
el concepto “Norte”, bajo el que se aglutinan anterior han generado un renovado interés en
una serie de países con relevantes diferencias diversos programas de investigación académica
políticas, culturales, económicas, sociales e ins- referidos a la aproximación cosmopolita. Así,
titucionales. Por ello, la categorización “Norte/ el hecho de que el proceso de globalización
Sur”, que disgregaba a los países en “pobres” implique un profundo cuestionamiento al
y “ricos” o “desarrollados y “en desarrollo”, concepto de Estado-nación ha promovido en
parece convertirse en un marco conceptual la doctrina cosmopolita un renovado impulso.
desfasado para entender los cambios estructu- El cosmopolitismo se ha convertido así en un
rales generados en la distribución del poder y importante movimiento filosófico y político
la complejidad de las relaciones entre actores de para buena parte de las ciencias sociales con-
muy diversa naturaleza que se producen en la temporáneas (Delanty, 2002).
nueva sociedad internacional (Millán, 2012b). Cabe destacar, no obstante, que el desa-
Bajo este contexto, y desde una perspec- rrollo de la construcción teórica y epistemo-
tiva cosmopolita, el presente trabajo analiza la lógica del cosmopolitismo se ha configurado
importancia de la integración del concepto de fundamentalmente en el plano normativo en
coherencia de políticas para el desarrollo (cpd) contraposición al proyecto de Estado basado
a la agenda de los países en desarrollo y a las en el nacionalismo que se ha concretado en la
prácticas de la cooperación Sur-Sur. Con este historia y sigue siendo el esquema vigente en la
propósito, luego de esta introducción, el se- concepción de Estado, derecho y ciudadanía de
gundo apartado analiza la doctrina cosmopoli- las sociedades contemporáneas. En consecuen-
ta como marco conceptual para comprehender cia, el cosmopolitismo puede entenderse, en
el problema de la cpd y la cooperación Sur-Sur; primera instancia, como una visión humanista
el tercero estudia el concepto de cpd; el cuarto que adopta una concepción kantiana sobre
analiza la emergencia de la cooperación Sur- la igualdad, al tiempo que pretende generar
Sur y sus implicaciones para la agenda global una opción normativa en favor de un orden
de desarrollo; el quinto aborda la necesidad de social y político diferente del orden vigente,
promover una convergencia analítica entre el aunque limita la gama de estas opciones a al-
concepto de cpd y la cooperación Sur-Sur des- ternativas que sean posibles al mundo actual
de una perspectiva cosmopolita; para terminar, (Cox, 1996).

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Desde una perspectiva histórico-filosó- perspectiva cosmopolita no debiera ser consi-


fica, el cosmopolitismo se fundamenta en el derada como una apuesta por la disolución de
ideal de que todos los seres humanos deben las identidades locales o los Estados nacionales,
ser considerados como miembros de una sola sino que supone una redefinición del concepto
comunidad ético-política, la comunidad cos- de Estado-nación en tanto el cosmopolitismo
mopolita. Desde este enfoque, los derechos se basa en un conjunto de valores y prácticas
fundamentales se atribuyen a las personas por que pueden ser aplicados por cualquier Estado
su mera naturaleza humana sin distinciones de (Archibugi y Held, 2012).
nacionalidad, raza, sexo, etnia o cualquier tipo Esta visión cosmopolita ha trascendido
de particularidades. El primer principio que también a la órbita del derecho internacional
debería guiar la doctrina cosmopolita reside en público en la segunda mitad del siglo xx. Para
que las unidades últimas de preocupación mo- Ulrich Beck el cosmopolitismo contemporá-
ral son las personas por encima de los objetivos neo se constituye en la expresión de un verda-
de los Estados o cualquier otra organización dero cambio de paradigma en una nueva época
humana (Beardsworth, 2008). que se inicia con la caída del muro de Berlín y
Derivado de esta conceptualización sobre el fin de la Guerra Fría. Así, dentro del contexto
ciudadanía y derechos, la postura cosmopolita de la actual etapa globalizadora, la “cosmopo-
asume la presunción de que nos encontramos litización” remite a los cambios estructurales
en un mundo con fronteras cada vez más po- en las relaciones de poder entre individuos,
rosas, donde es necesario promover un sistema actores y Estado. El cosmopolitismo involucra,
global de derechos de los sujetos individuales. por tanto, procesos de autotransformación
El cosmopolitismo se opone así a cualquier que se generan en el encuentro de diferentes
visión de ciudadanía restringida por criterios individuos en contextos de desafíos globales
jurídicos, nacionalistas, étnicos o regionalistas. (Beck, 2005; Delanty, 2002).
El postulado común que debería caracte- Si se toman en cuenta los procesos com-
rizar cualquier definición de cosmopolitismo es plejos propios de la dinámica globalizadora, la
la idea de la evolución hacia una paz duradera a perspectiva cosmopolita parece ser adecuada
través del derecho (Chernillo, 2007). Se trata, para comprender los diversos cambios estruc-
por ende, de un marco normativo intrínseca- turales en la sociedad internacional, como
mente universalista sobre el fundamento de son: la generación de un orden económico
los derechos humanos que debe promover un global que desconoce las fronteras naciona-
marco institucional democrático cuya máxi- les, las transformaciones jurídicas en el orden
ma expresión no se supedita a la formación de internacional, el incremento de las presiones
un único Estado mundial (Habermas, 1996), migratorias, la generación de riesgos ecológicos
sino a la articulación democrática de Estados que han adquirido una dimensión planetaria,
cosmopolitas donde se generen instancias de las transformaciones en las tecnologías de la
gobernanza multinivel (local, nacional, regio- información y los cambios en la configuración
nal y mundial) (Archibugi, 2005). Por tanto, la de conflictos armados. En este contexto, el

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cosmopolitismo trasciende el rol normativo como libertad: libertad para que las personas
para asumir una nueva epistemología (Beck, puedan elegir cómo vivir sus vidas y, para ello,
2004a) que pueda explicar y analizar estos se debe garantizar a toda la ciudadanía el libre
nuevos fenómenos sociales. y pleno ejercicio de sus derechos (Sen, 1999).
Por tanto, el cosmopolitismo puede ser Esta visión del desarrollo es asumida, al menos
entendido como una doctrina filosófica, una en el ámbito discursivo, por buena parte del
nueva visión metodológica y una interpre- conjunto de actores estatales y multilaterales
tación “realista” (Beck, 2004a; 2005) de los del sistema internacional de desarrollo. Así, “el
cambios estructurales de la era global actual o proceso de desarrollo debe por lo menos crear
de lo que se ha conceptualizado como “segunda un ambiente propicio para que las personas,
modernidad”. Cabe destacar, no obstante, que tanto individual como colectivamente, puedan
al intentar entender la visión cosmopolita, esta desarrollar todos sus potenciales y contar con
debiera conceptualizarse como un programa una oportunidad razonable de llevar una vida
de investigación formado por consideraciones productiva y creativa conforme a sus necesida-
filosóficas, prescriptivas, conceptuales y meto- des e intereses” (pnud, 1990, p. 19).
dológicas más que como una doctrina de ideas Esta definición parece sustentarse sobre al
acabadas. Desde esta perspectiva cosmopolita menos tres elementos. En primer lugar, se trata
es que se analiza a continuación el concepto de una visión basada en derechos que figura
de cpd y la necesidad de hacer converger es- superar el imperativo moral que establecía el
te enfoque con la práctica de la cooperación enfoque basado en la satisfacción de las nece-
Sur-Sur. sidades básicas de los años setenta. Así, esta
visión del desarrollo permite crear un marco
Coherencia de políticas de garantías para que la ciudadanía pueda rei-
para el desarrollo vindicar de forma jurídicamente obligatoria
una serie de derechos fundamentales, lo que
Una aproximación a la visión supone la promoción del empoderamiento de
del desarrollo humano las personas y de las comunidades humanas
(Naciones Unidas, 2003).
Al momento de iniciar el análisis sobre la con- En segundo lugar, se trata de un concepto
vergencia entre la cpd y la cooperación Sur-Sur multidimensional que incorpora la promoción
parece necesario clarificar de qué concepto de de los derechos sociales, ambientales, cultura-
desarrollo se parte para abordar estos temas. En les, civiles, políticos y económicos sobre los
este caso, el análisis se asienta en el concepto de que se construyen las opciones de vida digna
desarrollo humano que remite a la ampliación que afectan a las personas. Estas dimensiones
de las capacidades, libertades y opciones de to- deben integrarse al trabajo por el desarrollo
das las personas del planeta y de las futuras ge- humano al tiempo que ninguna de ellas –como
neraciones. En tal sentido, el premio Nobel de en ocasiones sucede con la preocupación por
Economía, Amartya Sen, describe al desarrollo el crecimiento económico– puede ser priori-

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zada sobre las demás, si realmente se pretende oficial al desarrollo (aod) posee una limitada
disponer de una visión integral del desarrollo. capacidad de impacto en el progreso de los
Por último, es un concepto que no puede países si se la compara con otra serie de po-
desatender la promoción de la equidad para líticas de mayor entidad para la promoción
garantizar efectivamente la libertad de las perso- del desarrollo (Sogge, 2004). En efecto, las
nas. Una equidad que debe incluir el concepto políticas relacionadas con los flujos económi-
de igualdad en la distribución de las opciones cos y financieros, comerciales, migratorios, de
y oportunidades de todos (económicas, sociales empleo, medioambientales, de exportación de
y políticas), pero también, aspectos clave como armas o participación en los conflictos arma-
la perspectiva de género, que adquiere una rele- dos (por solo mencionar algunos ejemplos) no
vancia fundamental en tanto la promoción de solo poseen una importancia fundamental en
los derechos de las mujeres se ha visto restringi- la generación de un entorno adecuado para
da –aunque de manera divergente– en todas las que se estimulen los procesos de desarrollo,
sociedades humanas contemporáneas. Asimis- sino que parecen tener clara relación con las
mo, se trata de un concepto intrageneracional desigualdades y asimetrías que estructuran el
e intergeneracional que obliga a que la pro- sistema internacional (Fukasaku, Plummer y
moción de los derechos de una generación no Tan, 2005; Millán, 2012a).
restrinjan los derechos de futuras generaciones. En este contexto, el trabajo por la promo-
En suma, se parte de un concepto de desa- ción de la cpd asume un rol fundamental en
rrollo que supone la promoción de los derechos tanto trata de impulsar que todas las políticas
de todas las personas como tales –los cuales, que implementa un gobierno impacten po-
por tanto, no caben ser restringidos por la per- sitivamente en las sociedades de otros países
tenencia a un Estado concreto o por cualquier (Foster y Stokke, 1999; Hoebink, 2003; Barry
otra condición–, para lo que debe impulsarse et al., 2010) o, en un sentido más restrictivo,
una mayor equidad garantizando la mejora en que no generen consecuencias negativas para
el acceso a los derechos sociales, civiles, eco- las posibilidades de desarrollo de otros países
nómicos, medioambientales y políticos para y personas (Ashoff, 2005; Concord, 2009).
todas las personas. Sobre esta visión cosmopo- Así, la cpd se ha definido como la integración
lita de desarrollo es que se asienta el concepto de la perspectiva de desarrollo en el diseño, la
de coherencia de políticas que se analiza en el implementación y la evaluación de todas las
siguiente apartado. políticas públicas de un país, lo que significa
transversalizar el trabajo por el desarrollo en
El concepto de coherencia de políticas toda la acción gubernamental y trascender
para el desarrollo: una ampliación las políticas de ayuda (Millán, 2011; 2012a).
de la mirada y las responsabilidades Asimismo, los fenómenos de interdepen-
dencia y transnacionalización mencionados
Tanto por su dimensión cuantitativa como han reconfigurado los procesos de desarrollo
cualitativa, la tradicional política de ayuda convirtiendo la pobreza y la desigualdad en

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desafíos globales que afectan a todos los países mentación de determinadas políticas –como
en su conjunto (pnud, 2011; pnuma, 2007). las comerciales, agrícolas, medioambientales o
Desde esta perspectiva, la cpd también se de seguridad– para otros países, comunidades
convierte en un imperativo en la acción coo- y personas (Millán, 2012b).
perativa entre Estados, lo que obliga a avanzar Asimismo, el concepto de cpd establece
hacia soluciones coordinadas y coherentes con que la acción de un gobierno tiene que tener en
el desarrollo, las cuales permitirían promover cuenta la promoción del desarrollo humano.
la construcción de un mundo más equitativo En este sentido, cabe recordar que el concepto
y estable para todo el sistema internacional de coherencia posee un “valor instrumental”
(Millán, 2012a). que se subordina a los objetivos que se definen
El propósito de la cpd supone, en prin- como prioritarios en el seno de una adminis-
cipio, un compromiso global del gobierno en tración pública (Alonso, 2003). Es decir, la
la promoción del desarrollo, aunque no deja consistencia entre objetivos, valores, políticas
de constituirse como un propósito extremada- e instrumentos puede estar condicionada por
mente ambicioso y con importantes problemas diversos intereses, entre los cuales el desarrollo
de implementación (Alonso et al., 2010; Con- humano no es necesariamente una prioridad.
cord, 2011; Millán et al., 2012). Se trata, pues, A pesar de que entre los responsables guber-
de un trabajo fundamental puesto que el fin namentales parece existir una conciencia clara
último del trabajo por la coherencia consiste de que es necesario avanzar hacia una mayor
en modificar progresivamente las políticas coherencia de políticas públicas, el verdadero
públicas para integrar de manera transversal la desafío es determinar (y consensuar) cuál es el
perspectiva de desarrollo humano, aun cuando fin último que debe perseguir esta coherencia.
esta no sea la única o la principal prioridad en Por ello, es necesario que, en la búsqueda de
los procesos de toma de decisiones públicas una mayor coherencia en la acción estatal, se
(Carbone, 2009). asuma que esta debe estar orientada a la am-
Ahora bien, los países representan deli- pliación de las opciones y oportunidades de
cadas y complejas combinaciones de intere- las personas (es decir, al desarrollo humano)
ses, grupos, estándares y normas; por tanto, y no a intereses particulares y cortoplacistas
alcanzar un grado absoluto de coherencia se que, eventualmente, pudieran orientar otras
convierte en un objetivo incompatible y poco agendas “nacionales”.
deseable para un sistema plural, abierto y par- Esta visión supone, por tanto, una con-
ticipativo, ya que precisamente pudiera ser sín- cepción cosmopolita de ciudadanía, en la que
toma de su inexistencia (Alonso, 2003; Ashoff, los derechos de las personas no pueden aso-
2005; ocde, 2002). No obstante, el trabajo ciarse a patrones de inclusión y exclusión a una
por la cpd consiste en que la perspectiva de comunidad política (De Souza, 2005) –como
desarrollo humano debe estar presente en los las respectivas nacionalidades– sino que, en la
procesos de toma de decisiones, lo que supone medida en que se basa en la titularidad de unos
conocer y valorar las consecuencias de la imple- derechos inalienables, estos deben extenderse

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a todos aquellos que comparten dicho espacio desarrollo”, lo que remite necesariamente al
y que, en su límite, coinciden necesariamente concepto de cooperación Sur-Sur –y a su inte-
con el mundo entero (Kant, 2005; Delanty, gración del concepto de cpd– como se aborda
2002; Beck, 2005). Se trata de un sentido de en los siguientes apartados.
ciudadanía vinculada a la adhesión a valores
universales como es la Carta de derechos La cooperación Sur-Sur
humanos y, por tanto, extensible a todas las y el trabajo por el desarrollo
personas en su calidad de humanas.
Ahora bien, dentro del contexto de glo- Uno de los fenómenos más relevantes acon-
balización, la agenda de la cpd no debería tecidos en los últimos años en el sistema in-
restringirse a una responsabilidad exclusiva de ternacional es el auge experimentado por la
un grupo de países desarrollados; de hecho, los cooperación Sur-Sur, modalidad a través de la
procesos de interdependencia mencionados que dos países en desarrollo ponen en común
exigen que todos los Estados entiendan que sus recursos, capacidades y experiencias (San-
las políticas que se ponen en práctica en sus tander, 2011a y 2011b). Lejos de responder a
límites territoriales tienen una importante in- factores coyunturales, la creciente presencia de
cidencia en las posibilidades de desarrollo de esta modalidad se relaciona con cambios pro-
otros países y personas (Millán, 2012b). En fundos registrados en el sistema internacional
este sentido, la integración del concepto de cpd que afectan tanto a su propia estructura como
supondría mejorar las posibilidades globales de a las identidades e intereses de los actores que
desarrollo, lo que exige también que estos paí- en él confluyen.
ses asuman la responsabilidad de considerar las Trasladados al ámbito específico del traba-
consecuencias de su acción pública para otras jo por el desarrollo, estos cambios se han tradu-
sociedades y personas. Y es en este ámbito en cido en una creciente inadecuación de algunos
el que los procesos de cooperación Sur-Sur de los conceptos y roles sobre los que el sistema
adquieren una relevancia fundamental en la internacional de ayuda se ha asentado desde
promoción de la cpd. su conformación hace más de medio siglo. En
En consecuencia, el mismo criterio que este ámbito, la promoción del desarrollo ha
propone valorar el trabajo por el desarrollo hu- descansado tradicionalmente en un esquema
mano de un donante en función de toda su ac- rígido y unidireccional en el que se asignaba a
ción pública –y no únicamente analizando las los denominados “países desarrollados” el rol
políticas de aod– aconseja estudiar las acciones de donantes –que ejercían a través de la clásica
públicas de otros países que están asumiendo aod– y a los denominados “países en desarro-
un progresivo protagonismo en el escenario in- llo” el rol de receptor.
ternacional. Así, en lugar de reducir el análisis No obstante, este esquema no parece ade-
de los países en desarrollo a “nuevos donantes o cuarse ya –si alguna vez lo hizo– a la realidad
proveedores de ayuda”, parece preciso abordar en la que pretende incidir. Se asiste, por el
el desempeño de estos países como “actores de contrario, a un mundo crecientemente com-

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plejo, caracterizado por el desempeño de roles comenzando a desplegar nuevas modalidades


múltiples y el establecimiento de relaciones como la denominada cooperación triangular,
multidireccionales, que cuestiona aún más la donde comparten el rol de donantes con deter-
validez y pertinencia de aquellos conceptos, minados países en desarrollo, lo que puede per-
así como de los marcos de trabajo, las percep- mitir conjugar y trascender las lógicas estrictas
ciones y las formas de entender el escenario de Norte-Sur y Sur-Sur (Santander, 2011a).
internacional en los que descansa (Alonso, Todos estos elementos aluden a dinámi-
2012; Santander, 2011a). cas que cuestionan la validez y pertinencia de
Así, las diversas políticas que desarrollan concebir el trabajo por el desarrollo de la forma
estos países –como las relativas al comercio, rígida y unidireccional arriba señalada. A su
la industria, la agricultura, la exportación de vez, son expresión de los cambios profundos
armas o el medioambiente– poseen cada vez que se están registrando en el sistema interna-
mayor relevancia en las opciones de desarrollo cional y que, lejos de otorgarle una relevancia
de otras naciones, comunidades y personas más coyuntural al fenómeno, confieren a la
(Millán, 2012a). En este sentido, los países en cooperación Sur-Sur un carácter marcadamen-
desarrollo también están mostrando tener una te estructural y sistémico.
acreditada capacidad para hacer contribucio- A partir de este marco, la relevancia de la
nes especialmente significativas al trabajo por cooperación Sur-Sur desde la óptica del traba-
el desarrollo en otros países de renta similar o jo por el desarrollo puede abordarse desde, al
inferior a través de acciones de cooperación menos, dos dimensiones: por un lado, desde las
Sur-Sur, lo que desaconseja adjudicarles un rol potencialidades que esta modalidad presenta
exclusivo de receptores. para contribuir a incrementar los niveles de
Asimismo, no hay motivos para obviar bienestar y progreso de los países y, por otro
la posibilidad de que los países desarrollados lado, desde las implicaciones que plantea en
puedan ser potenciales beneficiarios de las ex- términos de gobernanza del sistema.
periencias y los aprendizajes acumulados por Respecto a la primera dimensión, la coo-
los países en desarrollo en ámbitos concretos: peración Sur-Sur presenta una creciente ca-
la profunda crisis económica, política y social pacidad financiera. En este sentido, a pesar
que actualmente sufre buena parte de Europa de las dificultades existentes para conocer el
y sus paralelismos con experiencias similares volumen de fondos desembolsados bajo esta
precedentes atravesadas por América Latina modalidad, y con las cautelas requeridas, las
podría ser un buen ejemplo de ello, como sín- estimaciones parecen indicar la existencia de
toma del reequilibrio que se está produciendo una tendencia al alza, pasando de la horquilla
en las relaciones interregionales (Gratius y Sa- de los 9.500-12.100 millones de dólares regis-
nahuja, 2012; Sanahuja, 2013). Y también en trados en 2006 a los 15.000 millones de dólares
esta línea, aunque de manera aún incipiente, en en 2010, cantidad que equivaldría al 11% del
los últimos años los países desarrollados están total de la aod bruta registrada por el Comité

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de Ayuda al Desarrollo (cad) ese último año y 2011), erigiéndose en un instrumento útil
(Santander, 2011a y 2011b; ecosoc, 2008; para abordar cuestiones relacionadas con la
alop y The Reality of aid, 2010). reducción de las asimetrías, la lucha contra la
No obstante, a pesar de que es una contri- pobreza y la desigualdad en la región o la pro-
bución que adquiere especial importancia en visión de bienes públicos regionales (Alonso,
un contexto de reducción de los presupuestos 2002). Una función que, en todo caso, y frente
de cooperación por buena parte de los do- al carácter “autolegitimador” (Sanahuja, 2011)
nantes tradicionales, las principales potencia- que ha predominado en buena parte del dis-
lidades de la cooperación Sur-Sur no parecen curso en torno a la cooperación Sur-Sur –en
residir tanto en el ámbito financiero como en virtud de la mayor horizontalidad y simetría
el técnico. En este sentido, la literatura y los que pudiera presentar–, no cabe en absoluto
estudios de caso disponibles (segib, 2012 y desligar de las agendas y los intereses políticos
cad, 2010) destacan fundamentalmente dos que orientan la acción exterior de estos “nuevos
potencialidades. De un lado, “su capacidad donantes” (Sanahuja, 2009, 2011; Santander,
para impulsar el intercambio de experiencias 2012, 2011c).
exitosas entre países que, en muchas ocasio- El segundo tiene que ver con los desafíos
nes, forman parte de realidades más cercanas que la emergencia de la cooperación Sur-Sur
y comparten desafíos similares. Se pretende así plantea para la gobernanza del sistema inter-
que el conocimiento y aprendizaje acumulado nacional de cooperación (Alonso et al., 2010;
por unos países pueda contribuir al proceso de Ayllón, 2009). Como es sabido, buena parte
desarrollo de otros” (Santander, 2011a). De de los foros en los que se han venido confor-
otro lado, aunque en estrecha relación con esto mando los principales consensos en materia de
último, la cooperación Sur-Sur puede promo- cooperación para el desarrollo –como el Comi-
ver actividades de “doble dividendo” (Alonso té de Ayuda al Desarrollo (cad) de la ocde o
2007, p. 142), “en la medida en que fortalece el Banco Mundial– aparecen hegemonizados
de forma simultánea las capacidades técnicas por los países desarrollados (Sanahuja, 2005).
del donante y del receptor, generando bene- Este hecho ha generado un problema de con-
ficios para ambos” (Alonso, 2007; Sanahuja, gruencia democrática, ya que los principales
2011; Santander, 2011a y 2011b). destinatarios de las políticas aplicadas –los
Respecto a la segunda dimensión, la emer- países en desarrollo– apenas tienen capacidad
gencia de la cooperación Sur-Sur presenta im- de incidencia en la definición de las mismas
plicaciones en términos de gobernanza en dos (Alonso et al., 2010), asistiéndose a una ver-
sentidos distintos. El primero alude al papel sión actualizada y “globalizada de Despotismo
promotor que la cooperación Sur-Sur puede Ilustrado”, que en este contexto cabría resumir
tener en materia de gobernanza regional. En el en “todo para los países en desarrollo, pero sin
caso específico de América Latina, esta modali- los países en desarrollo” (Santander, 2012).
dad parece claramente funcional a los procesos En este sentido, la emergencia de la coo-
de “regionalismo posliberal” (Sanahuja, 2009 peración Sur-Sur incide aún más en los pro-

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blemas de representatividad y legitimidad y equitativo, que amplíe las oportunidades de


democrática de los que adolece el sistema in- desarrollo de todos los países y garantice el ple-
ternacional de cooperación, puesto que ya no no ejercicio de sus derechos a toda persona, se
solo deja fuera a los “receptores”, sino también torna en una responsabilidad global que con-
a una parte considerable de los “donantes”. cierne a la comunidad internacional y a todos
Así, todo ello parece apuntar a la necesidad de los países, independientemente del poder e
trasladar los centros de decisión y definición influencia que cada Estado crea ejercer (o efec-
de políticas de desarrollo a foros de distinta tivamente ejerza) en el escenario internacional.
naturaleza en los que los países en desarrollo Como se ha explicado, tanto la cpd, en
–tanto en su rol de receptores como de “nue- cuanto concepto que promueve la transver-
vos donantes”– dispongan de una adecuada salización del desarrollo en el conjunto de la
representación, participación y capacidad de acción pública de un país, como la coopera-
incidencia (Alonso, 2009; Ayllón, 2009; San- ción Sur-Sur, en cuanto modalidad que pone
tander, 2012 y 2011b; Ayllón et al., 2013). de manifiesto las capacidades acumuladas por
En definitiva, la cooperación Sur-Sur los países en desarrollo, adquieren una impor-
presenta importantes potencialidades en el tancia central para el trabajo por el desarrollo
trabajo por el desarrollo que el sistema inter- global en un mundo crecientemente interde-
nacional de ayuda debería capitalizar, desde pendiente. Se trata de dos campos de análisis
una perspectiva y configuración más integral, cuyas implicaciones y alcance aconsejan ser in-
legítima y adecuada a la realidad compleja en terrelacionados con el fin de hacer aportaciones
la que opera. más integradas a los estudios de desarrollo, a la
vez que contribuir a la articulación de políti-
Argumentos para una convergencia analítica cas más sólidas y eficaces en la promoción del
en clave cosmopolita desarrollo humano.
La integración de ambos campos abre así
Desde la perspectiva cosmopolita presentada líneas de análisis especialmente relevantes para
en este trabajo, es posible afirmar que la glo- el trabajo por el desarrollo. En este sentido,
balización está generando cambios radicales por ejemplo, el hecho de que la emergencia
en las dinámicas sociales, políticas, culturales, de la cooperación Sur-Sur haga más acuciante
simbólicas y económicas de las organizaciones la necesidad de disponer de una arquitectura
humanas. En este sentido, nos encontramos internacional más legítima y representativa,
en un sistema que se vuelve progresivamente evidenciando con ello la existencia de una de-
globalizado e interdependiente, por lo que los manda insatisfecha de gobernanza global, abre
problemas del desarrollo adquieren una di- importantes ámbitos de análisis en términos de
mensión transnacional que afecta, inevitable- cpd. Así, la posición que en materia de reforma
mente, a todas las naciones del planeta. Así, la y redefinición del sistema internacional adop-
construcción de un mundo más estable, justo ten los diversos países que actualmente acu-

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mulan la mayor capacidad de decisión puede cpd al análisis de la cooperación Sur-Sur hace
percibirse como un indicador relevante de su necesario extender la mirada a una amplia di-
compromiso con el desarrollo global. versidad de políticas, lo que permite identificar
Ahora bien, más allá de estas considera- y ordenar mejor la conjunción de intereses que
ciones generales que remiten a la construcción informan la acción exterior de un país. Dicho
de una arquitectura internacional menos asi- de otro modo, puede haber políticas de ayuda
métrica y más adaptada a los cambios estruc- que presenten rasgos y patrones relativamente
turales del sistema internacional, y que conecta similares, pero que se inserten en –y sean fun-
necesariamente ambos conceptos, al menos cionales para− matrices de política exterior
tres argumentos parecen justificar la pertinen- muy distintas. Por otra parte, al atender al
cia de avanzar hacia un marco de análisis que conjunto de la acción pública y no circunscri-
integre la cpd y la cooperación Sur-Sur. bir el análisis a la política de ayuda, es posible
En primer lugar, dicha integración pue- comprender mejor los procesos de toma de de-
de prevenir y evitar algunas limitaciones que cisión y, especialmente, los equilibrios de poder
tradicionalmente han presentado los países del y las lógicas internas en las que descansan de-
“Norte” al asimilar su compromiso con el de- terminadas políticas que, en ocasiones, caben
sarrollo con sus respectivas políticas de ayuda. ser explicadas más en términos de grupos de
En este sentido, más allá de la necesidad de interés concretos que en términos nacionales
profundizar los análisis de los diferentes países o estatales en sentido unitario. Una cuestión
en su papel específico de proveedores de ayuda, todavía más pertinente, si cabe, en un mundo
resulta obligado asumir que un compromiso que cada vez registra más movimientos y di-
sólido con el desarrollo no solo requiere des- námicas de grupos de interés que trascienden
plegar políticas eficaces de ayuda, sino especial- las fronteras nacionales.
mente la integración de la visión del desarrollo En tercer lugar, la integración de ambos
humano en el conjunto de su acción pública. campos de análisis puede desempeñar una
El concepto de cpd es un claro estimulante función normativa y constitutiva para los
en este sentido en el que, además, pudiera ser agentes implicados. Por un lado, incorporar el
que la cooperación Sur-Sur, al no descansar en análisis de la cpd a la cooperación Sur-Sur, si
un concepto de ayuda rígidamente delimitado va acompañado de los adecuados mecanismos
–como sucede con la aod, lo que, por otra de seguimiento y evaluación, puede contribuir
parte, también presenta notables ventajas– dis- a que los países vayan construyéndose una
ponga de un buen punto de partida. imagen como actores de desarrollo –en lugar
En segundo lugar, puede permitir captar de exclusivamente donantes– y, por tanto,
mejor la creciente heterogeneidad que, como asuman responsabilidades sobre el conjunto
se señaló, caracteriza al mundo en desarrollo de su acción política. Por otro lado, permitiría
y disponer de un mapa más ajustado, y por ir compartiendo marcos de trabajo en materia
tanto más útil, a la compleja realidad existente. de cpd entre países del “Norte” y del “Sur”, de
Por una parte, la integración del concepto de los que pudieran derivarse un continuo apren-

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dizaje e intercambio mutuo de conocimientos y “contenidas” dentro del tradicional Estado-


en este ámbito y, en definitiva, un trabajo más nación. Así, es posible afirmar que no hay
colectivo e integral a favor del desarrollo global. soluciones nacionales para los problemas que
se han transnacionalizado, así como tampoco
Conclusiones existen recetas universales para las compleji-
dades propias de cada comunidad o nación en
La intensificación experimentada en los últi- particular. De esta manera, los marcos de tra-
mos años en las dinámicas de globalización bajo que trascienden a la tradicional política de
e interdependencia a escala planetaria está ayuda ganan necesariamente relevancia, interés
generando profundos cambios en el sistema y capacidad de transformación: es el caso de la
internacional que afectan tanto a su estructura cpd y de la cooperación Sur-Sur. La primera,
como a las relaciones y los actores que operan porque es un concepto que remite a la necesi-
en su seno. En este sentido, la globalización dad de integrar el trabajo por el desarrollo en
ha supuesto una importante transformación el conjunto de la acción gubernamental –y no
en la configuración del sistema internacional solo en una política concreta– ampliando los
y ha cambiado la naturaleza, la capacidad y el niveles de responsabilidad pública con este
ejercicio del poder del Estado. Los procesos objetivo. La segunda, porque es una expresión
que constituyen la dinámica globalizadora sintomática de los cambios registrados en el
están erosionando el concepto tradicional de sistema internacional, lo que demanda nuevas
soberanía y autonomía tanto en las interac- formas de gobernanza más legítimas y capaces
ciones entre Estados como en la relación entre de capitalizar la contribuciones que sus prota-
ellos y su ciudadanía. Esta reconfiguración se gonistas pueden realizar.
está produciendo tanto en sentido ascendente Todo ello apunta no solo a la mayor re-
como descendente. En sentido ascendente, levancia que estos marcos de trabajo parecen
favoreciendo el protagonismo de otros actores estar destinados a tener en un mundo cre-
transnacionales, transformando las relaciones cientemente interdependiente y complejo,
de poder con otros Estados y promoviendo la sino también a la necesidad de explorar vías
conformación de organizaciones internaciona- de convergencia analítica entre ambos: ni
les o supranacionales. En sentido descendente, la cpd puede ser ajena a la emergencia de la
reforzando el protagonismo y la participación cooperación Sur-Sur, ni esta puede desaten-
de actores no estatales, gobiernos locales y de der los planteamientos que aquella propone
la sociedad civil organizada. si pretende contribuir de manera más eficaz
Los procesos globalizadores han cuestio- a la construcción de un mundo más justo,
nado algunas de las principales premisas de la simétrico y equitativo que respete y garantice
modernidad basadas en el hecho de que las los derechos de las personas y les permita de-
transformaciones sociales estaban delimitadas sarrollar una vida digna.

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